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“atrévete a expresarte sin dolencias”

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“atrévete a expresarte sin dolencias”

5 ALIMENTOS QUE NUNCA DEBES COMPRAR EN EL SUPER

1. Dulces: Las caries y cavidades dentales son los problemas más comunes relacionados con las dieta y son

los más caros de prevenir.

El azúcar y otros carbohidratos de alimentos altamente procesados son los principales factores de riesgo

tanto para el inicio y el progreso de la enfermedad dental. Además es importante hablar de la grasa. Tan

sólo 100 gramos de gomitas tienen más de 1,400 calorás y más de 50 gramos de azúcar.

2. Bebidas endulzadas con azúcar: Las bebidas azucaradas son los refrescos, las bebidas deportivas,

bebidas energéticas, y bebidas de jugo de frutas.

En otro estudio se encontró que beber una lata de refresco al día puede contribuir a más de seis kilos de

aumento de peso en tan sólo un año, esto sucede si las calorías no son compensadas por el aumento de la

actividad física o mediante la reducción de la ingesta de alimentos.

3. Papas fritas: Cualquier tipo de papas fritas, ya sea a la francesa, anillos, churritos, etcétera, son los

bocadillos más populares del mundo. Y cuanto más grande es la bolsa, más comemos.

Una alternativa de bajas calorías son las palomitas de maíz, éstas son más satisfactorias y baratas. Una

taza de palomitas de maíz tiene 150 calorías, en comparación con las 550 contenidas en una bolsa de 25

gramos de paquetes individuales de patatas fritas. Este ahorro aproximado de 400 calorías es el

equivalente a la energía quemada en 25 minutos de caminata.

4.Galletas: La mayoría de las galletas se consumen con una taza de té o café. Pero el problema es que las

galletas proporcionan más calorías. Éstas contienen grandes cantidades de grasas no saludables y

carbohidratos altamente procesados. Lo que es más, la mayoría son bajas en fibra y granos enteros.

En lugar de eso come frutas. Una taza de fresas tiene 150 calorías, un pequeño manojo de uvas tiene 350

calorías y un plátano mediano 365 calorías.

5. La carne procesada: La carne procesada incluye productos cárnicos conservados por conservadores

como nitrito, nitrato, fosfato, glutamato o ácido ascórbico.

No hay nivel completamente seguro de ingesta de estos alimentos. Mientras más comas carne procesada,

mayor es tu riesgo de desarrollar cáncer de intestino.

Sólo come carne procesada cuando no haya otras opciones disponibles. Siempre que sea posible, cargar

tomates y setas, y cambia el tocino del desayuno por vegetales mixtos.

¿Te escuchas?

Esta pregunta no es para ti, aunque puedes aprovecharla si te atrae, y también

puedes ponerte a buscarle algunas respuestas.

En realidad es una pregunta que yo mismo me hago, así que cambiaré el

enunciado: ¿”Me escucho”?

La respuesta de este momento es: No.

Podría suavizarla, y decir que “a veces”. Pero no sería del todo cierta.

Llevo muchos años conmigo y ya voy conociéndome, y así como algunas cosas

las resuelvo de un modo más o menos rápido, y más o menos bien, otras, como

esta de escucharme, parece que me cuesta trabajo y no lo hago bien.

El hecho de pararme y prestarme toda la atención, es algo que no siempre

consigo.

Y si me escucho es como diciendo: “Venga, no seas muy pesado, que ya te

conozco desde hace mucho tiempo y lo sé todo de ti. Cuéntame lo que me

quieras contar, pero rápido. Vamos.”

No me escucho.

Me doy buenos consejos -que no sé de dónde saco-, y cuando me los doy soy

consciente de que son interesantes –muy bien podrán ser firmes propósitos- pero

no duran mucho tiempo en mi memoria –que está saturada de otras cosas y otras

inútiles urgencias-.

Así que la relación conmigo adolece de una profundidad y una atención que

considero indispensables, pero que, evidentemente, no llevo a la práctica.

Todo lo relacionado conmigo –con mi Ser, que no con la persona- creo que

puede esperar, o todo se puede aplazar, según mi infundada y falsa opinión de

conveniencia.

A fin de cuentas, son tantos los años que llevo conmigo, encontrándome siempre

cada día al despertar, que acabo creyéndome un ser casi inmortal, y en mi orden

de prioridades casi nunca aparezco en primera línea.

Esta falta de auto-respeto, y este auto-desprecio tan lamentable, no me

avergüenzan lo suficiente o tanto como debieran -por lo visto-, porque soy

reiterativo y soy incapaz de ir más allá del propósito. Mis auto-reproches, las

auto-reprimendas, son tan leves -por lo visto- que no me conmueven, ni me dan

el empuje necesario para instaurar el principio de una etapa de excelente relación

conmigo.

No sé por qué acaban teniendo prioridad los otros y lo inútil.

No entiendo por qué me prometo que a partir de mañana será distinto y cuando

llega mañana no me trae un cambio que soy yo mismo quien debe impulsar. Soy

un iluso que espera que venga del fuera el milagro que yo tengo que realizar.

Y eso no es suficiente. Ni es lo que quiero. Ni me satisface.

Y este auto-desprecio, esta falta de respeto y de amor, debieran preocuparme lo

suficiente como para despertar en mí el instinto de lucha, la responsabilidad que

requiere, el cuidado que merezco.

No escucho mis quejas leves que no se atreven a manifestarse en toda su rabia o

su rebeldía, ni escucho las peticiones angustiosas, ni siquiera los latidos

sensibles, ni los sueños más realizables, ni al sabio que me habita.

Escucho con oídos sordos, con desprecio, desatento, sin llevar a la práctica lo

que sé porque otros me han dicho: que Uno Mismo es el principal motivo y el

sentido de la vida, que el diálogo entre uno y Uno ha de ser fluido para que sea

productivo, que he de estar atento a Mí y a mi vida, que es a “Yo” a quien debo

atender y que es “yo” quien me distrae, que no siempre es lo importante aquello a

lo que le doy importancia, que a veces lo urgente y lo vacuo me hacen posponer

lo trascendental, que la atención hacia Mí y la prioridad sobre otras distracciones

es lo que se me requiere, que mi vida depende de Mí y que la calidad de esta vida

se mide por la consciencia de ella… en fin, lo mismo que ya sabe quién lee esto

ahora, a quien deseo que no repita el error y se escuche.

Sería una buena decisión.

Te dejo con tus reflexiones…