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CONTENIDOPrlogo / Miguel Altieri viiNota preliminar

xi xiii 1 15 39 57 71 93 111 119 127 145 159 167 191 225Fernando

Introduccin / Peter Rosset y Martin BourqueLa agricultura cubana previo a 1959 hasta 1990 / Armando Nova

El movimiento cubano de agricultura orgnica / Fernando FunesEl sector agrario y la seguridad alimentaria / Marcos Nieto y Ricardo Delgado

Reordenamiento agropecuario y estructura social / Lucy Martin Estructuras de produccin y sostenibilidad en la agricultura campesina cubana / Mavis lvarez La agricultura urbana en Cuba / Nelso Companioni, Egidio Pez, Yanet OjedaCatherine Murphy y

El cultivo popular del arroz en Cuba / Miguel Socorro, Luis Alemn y Salvador Snchez La medicina verde: Una opcin de la riqueza / Mercedes GarcaCaa de azcar y sostenibilidad: Enfoques y experiencias cubanas / Rafael SurezRivacoba y Rafael Morn

UBPC de tabaco y caa: Estudios de caso / Niurka Prez y Dayma EchevarraTraccin animal, mecanizacin y agricultura sostenible / Arcadio Ros yPonce Flix

Avances en el manejo de los suelos y la nutricin orgnica / Eolia Treto,Margarita Garca, Rafael Martnez Viera y Jos M. Febles

Manejo ecolgico de plagas / Nilda Prez y Luis L. Vzquez Policultivos / Antonio Casanova, Pedro L. Quintero y Adrin Hernndez Integracin ganadera agricultura / Marta Monzote, Eulogio Muoz yFunes Monzote

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Educacin y capacitacin agroecolgicas / Luis Garca

PRLOGOAgroecologa: Principios y estrategias desde la perspectiva cubana

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l concepto de agricultura sustentable es una respuesta relativamente reciente a la declinacin en la calidad de la base de los recursos naturales asociada con la agricultura moderna. El concepto de sustentabilidad ha dado lugar a mucha discusin y ha promovido la necesidad de proponer ajustes mayores en la agricultura convencional para hacerla ambiental, social y econmicamente ms viable y compatible. Se han propuesto algunas posibles soluciones a los problemas ambientales creados por los sistemas agrcolas intensivos en capital y tecnologa a partir de investigaciones que tienen como fin evaluar sistemas alternativos. El principal foco est puesto en la reduc-cin o eliminacin de agroqumicos a travs de cambios en el manejo, que aseguren la adecuada nutricin y proteccin de las plantas empleando fuentes de nutrientes orgnicos y un manejo integrado de plagas, respectivamente. En pases en vas de desarrollo, la preocupacin tambin ha sido que estos sistemas alternativos ofrezcan posibilidades reales para que los pequeos agricultores, espe-cialmente los ms pobres, puedan incrementar la productividad de sus sistemas, garantizando seguridad alimentaria, protegiendo el ambiente y tambin incremen-tando sus ingresos. La experiencia cubana ha demostrado que la adopcin de tecnologas agroecolgicas en las comunidades rurales (y tambin en las ciudades con la agricultura urbana) puede reportar beneficios productivos, y a la vez conser-var los recursos naturales, mejorando la viabilidad econmica, y lo que es an ms importantemente, incrementando la equidad social. A inicios del periodo especial muchos de los proyectos orientados a crear sistemas agrcolas y tecnologas ambientalmente ms sanos, se enfocaron desde una perspectiva de sustitucin de insumos, con una tendencia altamente tecnolgica, enfatizando en la supresin de los factores limitantes mediante productos biopesticidas y biofertilizantes que reemplazaron la ausencia de agroqumicos. La filosofa prevaleciente era que las plagas, las deficiencias de nutrientes u otros factores eran la causa de la baja productividad, en una visin opuesta a la que considera que las plagas o los nutrientes slo se transforman en una limitante si el agroecosistema no est en equilibrio Por esta razn, persista en Cuba la visin estrecha de que la productividad se ve afectada por causas especficas y que la solucin de estos factores limitantes se resolva mediante nuevas tecnologas. Esta visin, que impeda a los agrnomos darse cuenta que los factores limitantes slo representan los sntomas de una enfermedad ms sistmica inherente a desbalances dentro del agroecosistema, ha ido cambiado, gracias a los esfuerzos de capacitacin e investigacin agroecolgica emprendidos por instituciones gubernamentales tanto docentes, como de produccin e investigacin, apoyadas por la promocin y activismo del entonces Grupo Gestor de la Asociacin Cubana de Agricultura Orgnica (ACAO), la Asociacin Nacional de Agricultores Pequeos (ANAP), la Fundacin Antonio Nuez Jimnez de la Naturaleza y el Hombre, el Departamento de Coordinacin y Asesora de Proyectos del Consejo de Iglesias de Cuba (DECAP-CIC) y otras organizaciones. Esta evolucin permiti que los tcnicos y agricultores de la Isla tuvieran mayor conocimiento de la ciencia de la agroecologa, que es definida como la aplicacin de los conceptos y

principios ecolgicos para disear agroecosistemas sustentables, y provee una base para evaluar la complejidad de los agroecosistemas. La idea de la agroecologa es ir ms all del uso de prcticas alternativas y desarrollar agroecosistemas con una dependencia mnima de agroqumicos y subsidios de energa, haciendo nfasis en los sistemas agrcolas complejos, en los cuales las interacciones ecolgicas y los sinergismos entre sus componentes biolgicos proveen los mecanismos para que los sistemas subsidien la fertilidad de su propio suelo, la productividad y la proteccin de los cultivos. Hoy en da en Cuba existen muchas fincas diseadas y manejadas con principios agroecolgicos. El xito de tales propiedades est basado en la aplicacin de los siguientes principios ecolgicos: 1. Aumentar el reciclaje de biomasa y optimizar la disponibilidad y el flujo balanceado de nutrientes. 2. Asegurar condiciones de suelo favorables para el crecimiento de las plantas, particularmente a travs del manejo de la materia orgnica y aumentando la actividad bitica del suelo. 3. Minimizar las prdidas debidas a flujos de radiacin solar, aire y agua mediante el manejo del microclima, la cosecha de agua y el manejo de suelo a travs del aumento en la cobertura.

4. Diversificar especfica y genticamente el agroecosistema en tiempo y espacio.5. Aumentar las interacciones biolgicas y los sinergismos entre los componentes de la biodiversidad, promoviendo procesos y servicios ecolgicos fundamentales. El objetivo final del diseo agroecolgico es integrar los componentes de manera tal que aumente la eficiencia biolgica general y se mantenga la capacidad productiva y autosuficiente del agroecosistema. Para esto la diversificacin del agroecosistema es una estrategia clave. Existen varias estrategias para restaurar la diversidad agrcola en tiempo y espacio incluyendo rotaciones de cultivos, cultivos de cobertura, poli-cultivos, integracin ganadera-agricultura y otras estrategias similares. Los agroeclogos estn reconociendo actualmente que los policultivos, la agroforestera y otros mtodos de diversificacin imitan los procesos ecolgicos naturales y que la sustentabilidad de los agroecosistemas complejos se basa en los modelos ecolgicos que ellos siguen. Mediante el diseo de sistemas de cultivo que imiten la naturaleza puede hacerse un uso ptimo de la luz solar, de los nutrientes del suelo y de la lluvia. El manejo agroecolgico trata de optimizar el reciclado de nutrientes y de materia orgnica, cerrar los flujos de energa, conservar el agua y el suelo y balancear las poblaciones de plagas y enemigos naturales. La estrategia explota las complementariedades y sinergismos que resultan de varias combinaciones de cultivos, rboles y animales, en diversos arreglos espaciales y temporales. Lo que se ha logrado en Cuba hasta el momento, y que aparece reflejado en este libro, contiene muchas lecciones para las miles de personas que en el mundo estn relacionadas con la promocin de la agricultura sustentable. Al hojear los diversos captulos de esta obra es posible extraer varios principios importantes:

Optimizar el uso de insumos localmente disponibles combinando los diferentes componentes del sistema de la finca, por ejemplo, plantas, animales, suelo, agua, clima y

personas de manera tal que se complementen los unos a los otros y tengan los mayores efectos sinergticos posibles.

Reducir el uso de insumos externos a la finca y los no renovables con gran potencial de dao al ambiente y a la salud de los productores y consumidores, y un uso ms restringido y localizado de los insumos remanentes, con la visin de minimizar los costos variables. Basarse principalmente en los recursos del agroecosistema reemplazando los insumos externos por el reciclaje de nutrientes, una mejor conservacin y uso eficiente de los insumos locales. Mejorar la relacin entre los diseos de cultivo, el potencial productivo y las limitantes ambientales del clima y el paisaje, para asegurar la sustentabilidad a largo plazo de los niveles actuales de produccin. Trabajar para valorar y conservar la biodiversidad, tanto en zonas silvestres como domesticadas, haciendo un uso ptimo del potencial biolgico y gentico de las especies de plantas y animales presentes dentro y alrededor del agroecosistema.

Aprovechar el conocimiento y las prcticas locales, incluidas las aproxima-ciones innovativas no siempre comprendidas del todo por los cientficos, aunque ampliamente adoptadas por los agricultores. No hay dudas, y as lo demuestra el trabajo en Cuba, de que la Agroecologa ofrece una gua para desarrollar agroecosistemas que saquen provecho de los efectos de la integracin de la biodiversidad de plantas y animales. Tal integracin aumenta las complejas interacciones y sinergismos y optimiza las funciones y procesos del agroecosistema, tales como la regulacin bitica de organismos perjudiciales, reciclaje de nutrientes, as como la produccin y acumulacin de biomasa, permitiendo al agroecosistema solventar su propio funcionamiento. El resultado final del diseo agroecolgico es mejorar la sustentabilidad econmica y ecolgica del agroecosistema, con un sistema de manejo propuesto a tono con la base local de recursos y con una estructura operacional acorde con las condiciones ambientales y socioeconmicas existentes. En una estrategia agroecolgica los componentes de manejo son dirigidos con el propsito de resaltar la conservacin y mejoramiento de los recursos locales (germoplasma, suelo, fauna benfica, diversi-dad vegetal, etc.) enfatizando el desarrollo de una metodologa que valore la parti-cipacin de los agricultores, el uso del conocimiento tradicional y la adaptacin de las explotaciones agrcolas a las necesidades locales y las condiciones socioeco-nmicas y biofsicas.

Miguel A. Altieri

NOTA PRELIMINARHgase ms racional la vida humana. Aplquese un orden econmico internacional justo. Utilcese toda la ciencia para un desarrollo sostenido sin contaminacin. Pguese la deuda ecolgica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre.Fidel Castro 1

D

esde hace ya ms de una dcada, Cuba, pequeo pas subdesarrollado, tercer-mundista, sufre los embates de una crisis econmica producto del reforza-miento del injusto bloqueo que padece la isla hace ms de 40 aos por parte del gobierno de los Estados Unidos, acentuado por el colapso del campo socialista y la desintegracin de la URSS. Como una respuesta a ello, desde inicios de los 90, el paradigma de una agricultura intensiva-industrial tipo Revolucin Verde, se ha ido transformando paulatinamente en una agricultura sostenible, de bajos insumos, mayormente autodependiente y que emplea tcnicas orgnicas de produccin. Esta agricultura ha llevado a la prctica numerosos resultados producto de los avances obtenidos por la ciencia y la tcnica, de las tradi-ciones conservadas por el campesinado del pas, de la buena preparacin cultural del pueblo cubano y de la prioridad conferida desde aos anteriores por el Estado cubano a estos aspectos. Muy pronto estas prcticas comenzaron a brindar resultados que de inmediato influyeron en la recuperacin y avance de la agricultura en el pas. Estos logros fueron dados a conocer al mundo en gran medida a travs de la obra The Greening of the Revolution de Rosset y Benjamn (1994), que mostr los avances obtenidos en Cuba en muy corto tiempo, empleando tcnicas orgnicas de produccin y despert un marcado inters al demostrarse lo que un pequeo pas, bajo tan difciles circunstancias, puede hacer con dedicacin, inteligencia y recursos mnimos en pro de garantizar seguridad alimentaria, ambiental y salud a su poblacin. Los avances de los aos siguientes nos han estimulado a editar este nuevo libro, escrito mayormente por autores cubanos y contando con el apoyo de un proyecto de colaboracin con el Instituto para las Polticas de Alimentacin y Desarrollo (Food First) y el apoyo financiero de la Fundacin C.S. Mott, de Estados Unidos.

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Fragmento de discurso pronunciado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo. Ro de Janeiro, Brasil, 1992.

La obra trata de situar al lector en la situacin de nuestra agricultura antes de los 90, en aspectos de la seguridad alimentaria del cubano y en cultivos donde an se depende de ciertos niveles de insumos como son la caa de azcar y el tabaco, pero que conside-ramos de valor incluirlos. Se relata la evolucin y desarrollo en el pensamiento orgnico y sostenible de los tcnicos y productores para ir acompaando los cambios operados por el Estado cubano en la agricultura. Se dedican algunos captulos a las distintas estructuras de produccin en que se sustenta la agricultura actual del pas con nfasis en la cooperativa y campesina. Los programas de gran xito como manejo ecolgico de plagas, arroz popular, plantas medicinales y agricultura urbana, se unen a los de la recuperacin de la traccin animal, manejo de suelos y nutricin orgnica, as como al importante papel de la capacitacin para el avance de esta nueva forma de hacer agricultura. Los policultivos y en particular la integracin de animales/cultivos/rboles, aportan un enfoque agroecolgico holstico de los sistemas de produccin que brinda nuevos e importantes elementos sobre la eficiencia biolgica, econmica, ambiental y energtica, que merecen reflexin y anlisis futuro. Hemos aadido listados de siglas, acrnimos, abreviaturas y trminos de comn empleo en Cuba, as como nombres vulgares y cientficos, unidades de medida e informacin de los autores y sus instituciones, que esperamos les resulte til. Agradecemos el paciente trabajo de revisin y arbitraje realizado a todos los captulos por un gran nmero de colaboradores de distintas instituciones del pas, que han sido decisivos en la realizacin de esta obra y no incluimos para evitar omisiones involuntarias. Por ltimo, queremos reconocer que toda esta hermosa obra de la agricultura sostenible realizada en nuestro pas en los ltimos aos, no hubiera sido posible sin la abnegacin y diario sacrificio de miles y miles de agricultores, tcnicos, investigadores y profesores y sin la voluntad de cambio que ha tenido el gobierno cubano en momentos tan difciles.

Los editores

INTRODUCCINLecciones de la experiencia cubanaPeter M. Rosset1 y Martin Bourque21 Instituto para Polticas de Alimentacin y Desarrollo - Food First 2 The Ecology Center

E

n el Instituto para Polticas de Alimentacin y Desarrollo (Food First), hemos estudiado durante 25 aos el hambre en todo el mundo y su relacin con la agricultura y el desarrollo rural. A travs de los aos hemos visto a muchos pases entrar en crisis alimentarias. Las causas inmediatas han sido muchas y van desde guerras hasta sequas o inundaciones, aunque invariable-mente y en ltima instancia, han estado estrechamente relacionadas con la desigual-dad o con la falta de justicia social, ya sea en cuanto al acceso a la tierra, al trabajo, la ayuda gubernamental o la estructura de la economa mundial. A menudo tales crisis han derivado en hambrunas que solo han podido resolverse con la intervencin internacional masiva y la ayuda alimentaria, dejando a la regin o pas afectado, ms incapaz de autoalimentarse en el futuro y ms dependiente que nunca de las impor-taciones de alimentos de Occidente (Lapp y Collins, 1977; Lapp et al., 1998). La experiencia de Cuba durante los aos 90 contrasta con este panorama. Cuando el derrumbe de las relaciones comerciales condujo a esta nacin a una crisis alimen-taria, la ayuda internacional estuvo escasamente disponible, debido al reforzamiento del bloqueo norteamericano. Cuba se vio obligada a recurrir a sus propios recursos naturales y humanos y a conjugar viejos y nuevos mtodos para impulsar la produc-cin de los alimentos bsicos sin depender de las importaciones. No result fcil, pero de diversas maneras el pueblo y el gobierno cubanos estaban singularmente preparados para enfrentar este reto; la poblacin, educada y enrgica, puso en la tarea su dinamismo e ingenio, en tanto el gobierno mantuvo su compromiso de alimentar a todos y a la vez mantener apoyo a la ciencia y la tecnologa del pas. Los cubanos y su gobierno superaron la crisis, y su historia ofrece una convincente leccin sobre la autosuficiencia y las polticas y mtodos de produccin alternativos que bien podran servir a otros pases que enfrentan sus propias crisis rurales y alimentarias (Rosset, 1998; Rosset y Altieri, 1994). Nuestro sistema alimentario global se encuentra en medio de una crisis multifac-tica con dimensiones ecolgicas, econmicas y sociales. Para superar esta crisis se necesitan cambios polticos y sociales que permitan el amplio desarrollo de alternativas. Mientras en todo el mundo existen mltiples modelos de desarrollo agrcola alternativo que son comunitarios e impulsados por los mismos productores, que funcionan y son econmicamente viables, Cuba ofrece uno de los pocos ejemplos donde se han adoptado cambios en la poltica y considerables recursos gubernamentales han apoyado este movimiento. Por ello resulta importante para todas las personas interesadas en desarrollar sistemas alimentarios que son socialmente justos, ambientalmente sustentables y econmicamente viables, prestar mucha atencin a la poltica actual y los desarrollos tecnolgicos de Cuba.

El sistema alimentario mundial, basado durante largo tiempo en el modelo con-vencional de la Revolucin Verde, es productivo no debe existir duda alguna en cuanto a esto considerando que la cantidad de los alimentos percpita produ-cidos en el mundo durante los ltimos 35 aos, se ha incrementado en un 15 por ciento. Pero esta produccin se concentra cada vez ms en menos manos y a mayor costos en trminos econmicos y ecolgicos. A pesar de estos incrementos y de un excedente percpita de caloras, protenas, y grasas, hay al menos 800 millones de personas en el mundo que no se benefician adecuadamente de esta produccin. Tal situacin est empeorando. En los ltimos veinte aos el nmero de personas hambrientas en el mundo excluyendo China ha aumentado en 60 millones (Lapp et al., 1998). Ecolgicamente, el modelo agrcola industrial ha ejercido su impacto en las aguas subterrneas debido al abuso del riego y al escurrimiento de pesticidas y fertili-zantes, en la biodiversidad a travs del monocultivo a gran escala y de la eliminacin de variedades de cultivo tradicionales, y en la capacidad de los agroecosistemas de ser productivos en el futuro (Rosset y Altieri, 1997; Rosset, 1997a). Econmicamente, los costos de produccin aumentan al estar los campesinos for-zados a usar maquinarias y productos qumicos agrcolas cada vez ms caros, mientras los precios de las cosechas continan una tendencia descendente desde hace varias dcadas estrechando los mrgenes de ganancia y llevando a la quiebra a decenas de millones de campesinos en todo el mundo. En el orden social tenemos la concentracin de la tierra agrcola en cada vez menos y menos manos debido a que los bajos precios de las cosechas hacen que la agricultura a pequea escala no sea rentable (a pesar de ser ms alta la productividad total por unidad de rea de las fincas pequeas), y las corporaciones transnacionales agroalimentarias extienden su control sobre un nmero cada vez mayor de rubros bsicos (Rosset y Altieri, 1997). Est claro que el sistema alimentario transnacional dominante no es capaz de orien-tarse adecuadamente a las necesidades de las personas o del ambiente. Pero existen todava obstculos sustanciales para la amplia adopcin de alternativas. Los mayores son los presentados por poderes poltico-econmicos y los intereses creados. Sin embargo, hay veces en que la barrera psicolgica de creer que las alternativas pueden funcionar parece ser todava ms difcil de superar. El reto, tantas veces repetido, es: "Podr alguna vez la agricultura orgnica (o la agroecologa, produccin local, fincas pequeas, la agricultura sin pesticidas, etc.) alimentar realmente a toda la poblacin de un pas?" (Rosset, 1999). La historia cubana ms reciente la superacin de una crisis de alimentacin a travs de la autosuficiencia, las fincas ms pequeas y la tecnologa agroecolgica nos demuestra que las alternativas pueden verdaderamente alimentar a una nacin, y de esta forma ofrece un estudio de caso crucial para el debate en curso. Los agricultores, activistas e investigadores de todo el mundo estn trabajando para crear un nuevo modelo agrcola que responda a las mltiples facetas de la crisis. Las metas de este modelo son de ser ambientalmente sano, econmicamente viable, socialmente justo y culturalmente apropiado. La experiencia cubana que se presenta en esta compilacin ofrece muchas ideas novedosas para este movimiento.Una breve historia

Cuando las relaciones comerciales con los pases del este europeo se derrumbaron a fines de 1989 y 1990, y los Estados Unidos recrudecieron el bloqueo econmico, Cuba se sumergi en

una crisis econmica. En 1991 el gobierno declar el "Perodo Especial en tiempo de paz", que bsicamente puso al pas en un programa austero con un estilo de economa de tiempo de guerra. Hubo una reduccin inmediata del 53 por ciento en las importaciones de petrleo, que no solo afect su disponibilidad para la economa, sino que tambin redujo a cero el intercambio internacional que Cuba haba logrado anteriormente con la reexportacin de este producto. Las importaciones de trigo y otros granos para el consumo humano se redujeron en ms del 50 por ciento, mientras otros alimentos disminuyeron an ms. La agricultura cubana se enfrent a una cada de ms del 80 por ciento de disponibilidad de fertilizantes y pesticidas, y ms del 50 por ciento de combustible y otras fuentes de energa producidas a partir del petrleo (Rosset y Benjamn, 1994). De repente, un pas con un sector agrcola tecnolgicamente similar a California, se encontr casi sin insumos qumicos, con un acceso drsticamente reducido al com-bustible y el riego, y con el colapso de las importaciones de alimentos. A principios de los aos 90 el promedio diario de consumo de caloras y protenas de la poblacin cubana lleg a ser el 30 por ciento menor que los niveles de los aos ochenta. Afortunadamente, Cuba no estaba totalmente desprevenida para enfrentar la situa-cin crtica que surgi a partir de 1989. Durante aos el pas haba hecho nfasis en el desarrollo de sus recursos humanos y, por consiguiente, contaba con cientficos e investigadores que podran ofrecer resultados innovadores para enfrentar la crisis. Mientras Cuba contaba con slo el 2 por ciento de la poblacin de Amrica Latina, tena casi el 11 por ciento de sus cientficos (Rosset y Benjamin, 1994).Tecnologas alternativas

En respuesta a la crisis, los cubanos y su gobierno se apresuraron a desarrollar e implementar alternativas. Debido a la drsticamente reducida disponibilidad de in-sumos qumicos, el estado pronto los reemplaz por productos locales y, en la mayo-ra de los casos, por sustitutos biolgicos. Esto ha derivado en el uso de biopesticidas (inoculantes microbianos) y enemigos naturales para combatir plagas de insectos, variedades de plantas resistentes, rotaciones de cultivos y antagonistas microbianos contra patgenos vegetales y mejores rotaciones y cultivos de cobertura para suprimir malezas. Los escasos fertilizantes sintticos fueron complementados con biofertilizantes, lombrices de tierra, compost y otros fertilizantes orgnicos, roca fosfrica natural, estircoles y abonos verdes, y la integracin de animales de pastoreo. En lugar de tractores, para los que el combustible, los neumticos y las piezas de repuesto estaban poco disponibles, hubo un retorno contundente a la traccin animal (Rosset y Benjamn, 1994). Cuando la crisis comenz, los rendimientos cayeron drsticamente en todo el pas. Sin embargo, los niveles de produccin de los productos agrcolas para consumo domstico subieron en breve tiempo, sobre todo en las cooperativas de produccin agro-pecuaria (CPA) y en las fincas de los pequeos productores o campesinos. Realmente no fue del todo difcil para el sector de las pequeas fincas producir con eficiencia y menos insumos. Despus de todo, los pequeos agricultores de hoy son los descendientes de generaciones de pequeos productores con largas tradiciones familiares para producir con pocos insumos. Ellos hicieron bsicamente dos cosas: rescatar viejas tcnicas como el policultivo y el uso de abonos, que sus padres y abuelos haban usado antes del advenimiento de los qumicos

modernos; y simul-tneamente incorporaron a sus prcticas de produccin los biopesticidas y biofertilizantes (Rosset, 1997b; 1997c). Por otra parte, el sector estatal enfrent la incompatibilidad de las grandes exten-siones de monocultivos con la tecnologa de bajos insumos. Los efectos de escala son muy diferentes para la administracin convencional de qumicos y para las alternativas de bajos insumos externos. En los sistemas convencionales un solo tcnico puede manejar varios miles de hectreas sobre la base de una "receta", sim-plemente con escribir algunas instrucciones para una frmula en particular de fertilizante o pesticida a ser aplicado con maquinaria en toda el rea. No funciona as en el caso de la agroecologa. Quienquiera que maneje la finca debe estar fami-liarizado con la heterogeneidad ecolgica de cada parche individual de tierra. El agricultor debe saber, por ejemplo, dnde es necesario aadir materia orgnica y dnde se encuentran los refugios y puntos de entrada de las plagas y sus enemigos naturales (Altieri, 1997). Esto explica parcialmente la dificultad del sector estatal para incrementar los rendimientos con insumos alternativos. Una respuesta parcial se obtuvo con un programa que empez an antes del Perodo Especial, titulado Vinculacin del Hombre al rea, que busc unir ms estrechamente a los obreros agrcolas de las granjas estatales con determinadas parcelas de tierra, pero ello an no fue suficiente (Enrquez, 1994). En septiembre de 1993 Cuba comenz la reorganizacin radical del sector estatal para crear unidades de gestin en pequea escala que resultaban ms efectivas para el Perodo Especial. El gobierno emiti un decreto que termin con la mayora de las granjas estatales, convirtindolas en Unidades Bsicas de Produccin Cooperativa (UBPC), una especie de empresa o cooperativa perteneciente a los obreros. La mayor parte del 80 por ciento de toda la tierra agrcola que antes haba sido admi-nistrada por el estado, incluyendo las plantaciones de caa de azcar, pas esen-cialmente a manos de sus trabajadores. Las UBPC permiten a colectivos de obreros agrcolas arrendar tierras estatales libres de costo, en perpetuidad. Los derechos de propiedad permanecen en las manos del estado y las UBPC deben alcanzar las metas de produccin en los cultivos principales, pero los colectivos obreros son dueos de lo que producen. Los excedentes de su cuota de produccin pueden venderlos libremente en los mercados agropecuarios que se han abierto en los ltimos aos. Esta ltima reforma, hecha en 1994, ofreci un incentivo a los productores para hacer ms eficaz el uso de las nuevas tecnologas (Rosset, 1997). El paso de la consolidacin de las UBPC ha variado grandemente en sus primeros aos de vida. Existe una variedad de esquemas de direccin internos. En casi todos los casos el tamao efectivo de gestin de la unidad ha sido drsticamente reducido. Est claro que el proceso de convertir a obreros de granja en agricultores tomar algn tiempoesto no puede lograrse de la noche a la maana y muchas UBPC estn esforzndose, mientras otras tienen gran xito. Como promedio, los agri-cultores pequeos y las CPA todava obtienen niveles ms altos de productividad que la mayora de las UBPC.La escasez de comida fue superada

A fines de los aos 90 la escasez ms crtica de alimentos era cosa del pasado, aunque las carencias espordicas de artculos especficos seguan siendo un pro-blema, y los costos de la

comida para la poblacin haban aumentado signifi-cativamente. La escasez fue superada fundamentalmente a travs del incremento de los productos nacionales, que en un inicio provinieron por lo general de las pe-queas fincas y, en el caso de los huevos y la carne de cerdo, de la produccin en patios domsticos (Rosset, 1998). La proliferacin de agricultores urbanos tambin ha sido sumamente importante para el suministro alimentario (Grupo Nacional de Agricultura Urbana, 2000; Murphy, 1999). Las primeras escaseces de alimentos y el consiguiente aumento de sus precios convirti de repente a la agricultura urbana en una actividad altamente provechosa para los cubanos, y una vez que el gobierno destin su apoyo a este naciente movimiento, explot hasta acercarse a proporciones colosales. Los que antes eran terrenos y patios baldos en todas las ciudades cubanas, ahora se dedican a la produccin de alimentos y a la cra de animales domsticos, y el producto fresco se vende en las reas urbanas a precios substancialmente inferiores a los de los mercados agropecuarios. No puede haber duda alguna en cuanto a que la agricultura urbana, dependiendo casi exclusivamente de tcnicas orgnicas, ha jugado un papel clave para la seguridad alimentaria de las familias cubanas en los ltimos aos.Un paradigma alternativo?

Hasta qu punto podemos apreciar el perfil de un paradigma alternativo de sistema alimentario en esta experiencia cubana? O es que Cuba es un caso tan singular en todos los sentidos que no podemos generalizar sus experiencias como lecciones para otros pases? La primera cosa a sealar es que la Cuba contempornea vir de cabeza la creencia convencional. Se nos ha dicho que los pases pequeos no pueden autoalimentarse, que necesitan de importaciones para cubrir la deficiencia de su agricultura local. No obstante, Cuba ha dado pasos agigantados hacia la auto-suficiencia desde que perdi sus relaciones comerciales ms importantes. Escucha-mos que un pas no puede alimentar a su poblacin sin qumicos agrcolas sintticos, sin embargo, Cuba est hacindolo virtualmente. Nos dicen que necesitamos la eficiencia de las empresas transnacionales con sus producciones a gran escala o de las fincas estatales para producir suficientes alimentos, y por otra parte encontramos a los agricultores pequeos y a los horticultores urbanos a la vanguardia de la recuperacin de la crisis alimentaria en Cuba. De hecho, ante la ausencia de maquinarias subvencionadas e insumos qumicos importados, las fincas pequeas son ms eficientes que las grandes unidades de produccin. Constantemente escuchamos que la ayuda alimentaria internacional es la respuesta a la escasez de alimentos, sin embargo, Cuba ha encontrado una alternativa en la produccin local y nacional. Resumiendo de esta experiencia, los elementos de un paradigma alternativo podran, por lo tanto, ser:

Tecnologa agroecolgica en lugar de productos qumicos: Cuba ha usado exitosamenteel cultivo intercalado, los biopesticidas producidos localmente, el compost y otras alternativas a los pesticidas y fertilizantes sintticos.

Precios justos para los agricultores: los agricultores cubanos incrementaron laproduccin en respuesta a los altos precios de los productos agrcolas. Los pro-ductores de todas partes carecen de incentivo para producir cuando los precios se mantienen artificialmente bajos como sucede a menudo. Una vez motivados, producen, casi sin importar las condiciones especficas bajo las que esa produccin debe tener lugar.

Redistribucin de la tierra: los agricultores pequeos y los horticultores urbanos han sidolos ms productivos de todos los productores cubanos bajo las condiciones de bajos insumos. De hecho, las fincas ms pequeas a nivel mundial producen mucho ms por unidad de rea que las grandes. En Cuba la redistribucin fue relativamente fcil de lograr porque la parte mayor de la reforma agraria ya haba ocurrido, en el sentido de que no haba ningn propietario para resistirse al cambio posterior.

Mayor nfasis en la produccin local: la poblacin no debe tener que depender de loscaprichos de los precios en la economa mundial, del transporte a largas distancias y de la "buena voluntad" del superpoder para obtener su prxima co-mida. El alimento producido local y regionalmente ofrece mayor seguridad, as como vnculos sinrgicos para promover el desarrollo de la economa local. Adems, tal produccin es ms sana ecolgicamente, debido a que la energa invertida en el transporte internacional se malgasta y es ambientalmente in-sostenible. Con la promocin del cultivo urbano, las ciudades y sus reas circun-dantes pueden hacerse virtualmente autosuficientes de alimentos perecederos, embellecerse y ofrecer mayores oportunidades de empleo. Cuba nos brinda una pista del potencial hasta hoy subexplotado de la agricultura urbana. La experiencia cubana ilustra que podemos alimentar bien la poblacin de una nacin con un modelo alternativo basado en una tecnologa ecolgicamente apropiada, y al hacerlo es posible hacerse ms autosuficiente en la produccin de alimentos. Los productores deben recibir mayores beneficios econmicos de su produccin, y de esta forma estarn ms estimulados a producir. Los costosos insumos qumicos, la mayora de los cuales son innecesarios, son tambin y en buena medida prescin-dibles. Las lecciones ms importantes de Cuba que podemos aplicar en cualquier otra parte, son la agroecologa, los precios justos, la reforma agraria y la produccin local, incluyendo la agricultura urbana.

Este volumen

Para aquellos interesados en conocer los detalles de la experiencia cubana, estamos orgullosos de co-publicar este volumen de ensayos elaborados por expertos cubanos. El libro comienza con una apreciacin global de la historia agrcola cubana a cargo de Armando Nova. A continuacin Fernando Funes perfila el movimiento cubano de agricultura orgnica, seguido por un debate discusin en torno a la seguridad ali-mentaria con la firma de Marcos Nieto y Ricardo Delgado. Rafael Surez Rivacoba y Rafael Morn comentan los delicados problemas de la produccin y sostenibilidad del azcar, y Niurka Prez y Dayma Echevarra nos proporcionan estudios de caso en azcar y tabaco. Lucy Martin profundiza en las estructuras sociales en el recientemente reorganizado sector agrcola cubano, y Mavis lvarez nos brinda una apreciacin global de la his-toria y participacin del sector campesino. Nelso Companioni, Egidio Pez, Yanet Ojeda y Catherine Murphy describen el extremamente importante crecimiento de la agricultura urbana; mientras Miguel Socorro, Luis Alemn y Salvador Snchez hacen un resumen del creciente movi-miento de arroz popular. Algo lejos de la produccin alimentaria, Mercedes Garca escribe sobre otro aspecto del nuevo modelo

agrcola que ha ayudado a los cubanos durante el Perodo Especial, la produccin de medicina verde. Arcadio Ros y Flix Ponce explican el papel de los animales en la agricultura sustentable, en tanto Eolia Treto, Margarita Garca, Rafael Martnez Viera y Jos M. Febles debanten en torno al manejo orgnico de los suelos y la nutricin de las plantas. Nilda Prez y Luis L. Vzquez resaltan los impresionantes logros de Cuba en cuanto al manejo de plagas; y Antonio Casanova, Pedro Luis Quintero y Adrin Hernndez describen el uso de los policultivos la siembra intercalada de varios cultivos en un mismo campo--. Marta Monzote, Eulogio Muoz y Fernando Funes Monzote comentan las enormes ventajas que ofrece la integracin de la ganadera y la agricultura; y Luis Garca cierra con una admirable apreciacin de las actividades educativas cubanas en agricultura sustentable. Considerndola de conjunto, esta compilacin est llena de lecciones e importantes experiencias que sern tiles en muchos escenarios y en muchos pases. La ponemos a disposicin de nuestros lectores con gran placer y orgullo.ReferenciasAltieri, M. A. 1997. Agroecologa: Bases Cientficas para una Agricultura Sustentable. La Habana: CLADES-ACAO. Enrquez, Laura. 1994. The Question of Food Security in Cuban Socialism. International and Area Studies, University of California at Berkeley. Berkeley: Institute of

Grupo Nacional de Agricultura Urbana. 2000. Manual Tcnico de Organopnicos y Huertos Intensivos. La Habana: ACTAF, INIFAT, MINAG. Lapp, Frances Moore and J. Collins. 1977. Food First: Beyond the Myth of Scarcity. New York: Ballantine Books. Lapp, Frances Moore, J. Collins y P. M. Rosset, with L. Esparza. 1998. World Hunger: Twelve Myths, 2nd edition. New York: Grove Press. Murphy, Catherine. 1999. Cultivating Havana: Urban Agriculture and Food Security in the Years of Crisis. Institute for Food and Development Policy, Food First Development Report No. 12. Rosset P. M. 1997a. La Crisis de la Agricultura Convencional, la Sustitucin de Insumos, y el Enfoque Agroecolgico. Agroecologa y Desarrollo. (Chile): 11/12:2-12. Rosset, P.M. 1997b. Alternative Agriculture and Crisis in Cuba. Technology and Society 16:2:19-25. Rosset, P.M. 1997c. Cuba: ethics, biological control, and crisis. Agriculture and Human Values 14:291302. Rosset, P. M.. 1998. Alternative Agriculture Works: The Case of Cuba. Monthly Review . 50 : 3. Rosset, P.M. 1999. The Multiple Functions and Benefits of Small Farm Agriculture in the Context of Global Trade Negotiations. Institute for Food and Development Policy, Food First Policy Brief No. 4. Rosset, P. M. y M. A. Altieri. 1994. Agricultura en Cuba: Una Experiencia Nacional en Conversin Orgnica. Agroecologa y Desarrollo (Chile), Nmero Especial 7 agosto 1994 Rosset, P.M. y M.A. Altieri. 1997. Agroecology Versus Input Substitution: A Fundamental Contradiction of Sustainable Agriculture. Society & Natural Resources 10 :3:283-295. Rosset, P.M. and Medea Benjamn. 1994. The Greening of the Revolution: Cuba's Experiment with Organic Agriculture. Australia: Ocean Press.

LA AGRICULTURA CUBANA 1990Armando Nova

PREVIO A 1959 HASTA

Centro de Estudios de la Economa Cubana, Universidad de La Habana (UH)

a presencia del capital forneo en casi todas las esferas econmicas, el ntimo estrechamiento y fusin de intereses con la oligarqua agronofi-nanciera criolla, el alto grado de concentracin de la propiedad en la agricultura a travs del latifundio caero y ganadero, caracterizaban la agricultura cubana antes de 1959. Trece compaas azucareras norteamericanas posean 1 173 miles de hectreas (Mha) de tierra estimndose que en su conjunto el 25% de la tierra perteneca al capital extranjero, mientras que solamente nueve grandes latifundistas azucareros cubanos posean ms de 620 Mha, los que unidos a toda la burguesa agraria criolla, concentraban ms del 20% (1 800 Mha) del rea existente. Adems, la pequea y mediana burguesa y los campesinos propietarios, posean unas 2 500 Mha. Por otra parte, 9.4% de los propietarios posean el 73,3% de la tierra del pas, una ejemplifi-cacin esta de la forma inhumana en que se encontraba distribuido el fundamental medio de produccin del sector agropecuario (tabla 1).

L

Tabla 1. Tenencia de la tierra en 1959 (Acosta, 1972)UM ha (%) Uno (%) Uno (%) Total 8 522 276 100 42 089 100 30 587 100 Hasta 65 ha Hasta 400 ha 628 673 1 641 440 7.4 19.3 28 375 9 752 68.3 23.2 20 229 7 485 66.1 24.5 > 400 ha 6 252 163 73.3 3 602 8.5 28.73 9.4

Superficie Fincas Propietarios

La dinmica y estructura de las exportaciones alcanzadas en el perodo 1953-57 por la economa cubana, deformada, monoproductora y monoexportadora se pueden apreciar en la tabla 2. Entre los alimentos elaborados, el azcar ocup un lugar fundamental con ms del 75% del valor total exportado.

Las consecuencias de la estructura econmica del pas se acentuaba en las con-diciones de vida de la poblacin particularmente en la poblacin campesina. Los ingresos anuales mximos del obrero agrcola resultaban inferiores a 300 pesos, sus condiciones de vida eran realmente sub-humanas, el 60% viva en bohos de techo de guano y piso de tierra, carecan de servicios sanitarios, simples letrinas o agua corriente. El 70% se alumbraba con kerosene el resto no tena ningn tipo de iluminacin nocturna; respecto a la alimentacin slo el 11%

consuma leche, el 4% carne y el 20% huevo, siendo su alimentacin bsica arroz, frijoles y 1 viandas. El 43% eran analfabetos y el 44% jams haban asistido a la escuela.

Tabla 2. Porcentajes de la dinmica y estructura de las exportaciones (%) (DGE, 1957)Exportaciones Bienes de consumo duradero Bienes de consumo no duradero Alimentos frescos Alimentos elaborados Alimentos en conservas Bebidas Tabaco Otros Bienes de produccin de capital fijo Bienes de produccin de capital circulante 1953 5.0 86.6 0.8 78.6 0.4 0.2 6.5 0.1 0.2 12.7 1954 0.6 84.7 1.5 74.9 0.3 0.2 7.6 0.2 0.2 14.5 1955 0.6 84.7 1.9 74.3 0.4 0.3 7.3 0.3 14.9 1956 86.2 4.5 74.3 0.5 0.2 6.6 0.3 12.8 1957 0.6 87.6 2.7 78.2 0.7 0.2 5.9 0.1 0.4 11.4

En el perodo pre-revolucionario en la agricultura, se combinaban residuos semi-feudales con modernidades capitalistas; dentro de los residuos feudales se encon-traban: pago con vales o bonos y la presencia de la guardia rural como rgano represivo del Ejrcito en los campos cubanos. Respecto a las modernidades capitalistas se aplicaba el salario, formas modernas de organizacin y el empleo de recursos tcnicos avanzados. Por otro lado, los precios que reciba el productor agrcola, sobre todo el pequeo productor, eran poco estimulantes, sin embargo, segn datos de la poca, los interme-diarios reciban elevadas ganancias durante el proceso de comercializacin (tabla 3).Tabla 3. Precio de los productos agrcolas (J.N.E., 1953)Precio en pesos ($) MN Producto Productor Mayorista 15.0 3.5 30.0 20.8 9.0 2.7 Minorista 20.0 5.0 45.0 30.0 15.0 4.0 Incremento minorista* 7.2 8.1 32.6 9.8 14.8 4.4

Pimiento 2.8 Calabaza 0.6 Tomate 1.4 Pia 3.1 Aguacate 1.0 Naranja dulce 0.9 * veces con respecto al productor

La economa cubana en la dcada de los aos 50, deformada como resultado de un largo proceso, se haba convertido en suministrador de productos primarios, fundamentalmente el azcar, y mercado de ventas de productos importados, sobre todo de Estados Unidos, a pesar

de poseer condiciones favorables para producir esos pro-ductos en el pas, crendose, de esta forma, una alta dependencia del mercado esta-dounidense (tabla 4).Tabla 4. Importaciones del consumo total (Adaptado a partir de varias fuentes)Productos Grasas comestibles Vegetales Cereales Productos crnicos Conservas de frutas % 88 33 40 63 84

Despus de 1959

Con la promulgacin de la primera y segunda Leyes de Reforma Agraria pasaron a manos del Estado cubano ms del 70 % de las tierras agrcolas, crendose el sector estatal en la agricultura. El fondo de distribucin de tierra constituido por el rea nacionalizada ascendi a 5.5 millones de hectreas (MMha), de las cuales 1.1 MMha fueron distribuidas al que la trabajaba, quedando finalmente en manos del Estado unas 7.8 MMha (71 % de la superficie total). El surgimiento del sector estatal cre condiciones para una reorganizacin territorial de forma planificada (Vilario y Domenech, 1986). Desde un inicio se traz como estrategia la diversificacin de la agricultura con el objetivo de reducir la depen-dencia de un solo producto, el azcar, as como sustituir importaciones y diversificar las exportaciones de productos alimenticios. Con la suspensin de la cuota azucarera cubana por parte de los Estados Unidos, como una de las primeras medidas econmicas aplicadas contra Cuba, y ante la poltica de diversificacin, se decidi reducir las reas caeras y por ende la pro-duccin azucarera. No obstante, la ex Unin Sovitica y dems pases socialistas del este de Europa decidieron adquirir el azcar cubano, contndose a partir de ese instante con un mercado seguro, precios estables y preferentes en el largo plazo. Esta decisin contribuy a reconsiderar que la va del desarrollo inicial se poda apoyar en la agroindustria azucarera y esto condujo a la prolongacin de la dependencia de un solo producto.

Otros factores tambin apoyaron esta va, entre ellos: Las condiciones naturales favorables e idneas para el cultivo de la caa de azcar Existencia de una gran experiencia en el cultivo y la produccin azucarera En la industria azucarera se concentraban las principales capacidades indus-triales instaladas y las mayores inversiones

La poltica agraria seguida en los primeros aos de la Revolucin con relacin al destino de la tierra nacionalizada fue expuesta con claridad por el lder de la Revolucin, Dr. Fidel Castro, en la clausura del I Congreso Campesino en febrero de 1959: "Para mantener el consumo, para mantener la riqueza, para hacer la Reforma Agraria, no es posible repartir la tierra en un milln de pedacitos... deben instalarse cooperativas en los lugares que sean propicios a este tipo de produccin y hacerse un cultivo planificado de los terrenos ..." (Castro, 1959). Se cre el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), como organismo encar-gado de la aplicacin y control de la Ley de Reforma Agraria y dadas las carac-tersticas de los diferentes latifundios nacionalizados, se establecieron dos sistemas de organizacin de la produccin: las granjas del pueblo en latifundios ganaderos y tierras vrgenes y las cooperativas en los latifundios caeros. Una vez finalizada la zafra de 1960, una gran parte de las reas caeras expropiadas se convirtieron en cooperativas caeras, donde el estado posea el derecho de la propiedad sobre la tierra, el resto de los medios de produccin y el poder econ-mico y jurdico de toda la actividad, constituyendo una forma de administracin obrera del usufructo de tierra. Desde mediados del ao 1962 se consider que estas formas organizativas haban agotado sus posibilidades de desarrollo y se decidi transformarlas en Granjas Estatales del Pueblo. Al momento de crearse en 1963 las Agrupaciones Agropecuarias como forma de organizacin empresarial estatal, existan alrededor de 272 Granjas del Pueblo, 613 cooperativas caeras y 669 Granjas Administrativas (formadas a partir de tierras expropiadas), al finalizar el ao 1964, de acuerdo con la nueva estructura organi-zativa, se haban constituido 263 empresas de nuevo tipo. En el perodo que media desde la promulgacin de la Primera Ley de Reforma Agraria hasta 1975, el fomento de la organizacin colectiva de la produccin en el sector de los propietarios individuales agrcolas no tuvo un desarrollo significativo, no as a travs de la creacin de las Cooperativas de Crditos y Servicios (CCS) y las comunidades agrcolas. El V Congreso de la Asociacin Nacional de Agricultores Pequeos (ANAP), en cumplimiento de los acuerdos del I Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), propici un impulso a la creacin y organizacin de las Cooperativas de Produccin Agropecuaria (CPA), habindose creado hasta 1998 unas 1 139 cooperativas que comprenden unas 710 Mha cooperativizadas con ms de 63 mil socios y un rea promedio de unas 625 ha por cooperativa; se mantenan las CCS, que comprenden unas 980 Mha y estn formadas por ms de 168 mil asociados. Como forma menos desarrollada de la propiedad colectiva que las CPA y CCS existan alrededor de 250 asociaciones campesinas con ms de 9 400 asociados, que cubran un rea de ms de 26 Mha. Al traspasar y retener en manos del estado la mayora de las tierras expropiadas se pretenda, adems de los aspectos sociales sealados, un amplio desarrollo de las tecnologas de avanzada e incrementos significativos de la productividad, al con-servar una estructura

productiva que encerraba una potencialidad no explotada, heredada de los grandes latifundios, constituyendo esto el punto de partida de la creacin de las grandes entidades empresariales agropecuarias. El inicio de una distribucin ms justa de la riqueza, donde las nuevas relaciones de produccin establecidas facilitaran el desarrollo de las fuerzas productivas, posibi-lit el crecimiento de la produccin agropecuaria, la cual por lo general mantuvo una tendencia alcista a partir de 1959. Como una va rpida y ms econmica para el suministro inmediato de protena de origen animal a la poblacin, se prioriz, dentro de la ganadera vacuna la lnea de produccin de leche y dentro de la ganadera avcola, la lnea de produccin de huevos.Alimentos de origen animalGanadera vacuna

Para el desarrollo de la lnea de produccin de leche se importaron unas 20 mil vacas lecheras y toros sementales de alta calidad racial para mejorar la masa y se empez a crear una infraestructura adecuada como la creacin de escuelas de inseminadores en 1961, se dividieron las grandes extensiones ganaderas en pasto-reos, se inici la siembra de pastos mejorados y la preparacin de heno y ensilaje. El incremento de los ingresos de la poblacin aument tambin la demanda de ali-mentos, lo que determin en gran medida, que en 1962 se implantara el racionamiento de los productos alimenticios y, dentro de ello, la venta de carne a la poblacin y un riguroso control de sacrificio con vista a resguardar la masa ganadera para propiciar su posterior recuperacin. En el perodo 1961-70 se originaron grandes transformaciones sobre la tenencia de la masa ganadera vacuna, segn se aprecia en la tabla 5.Tabla 5. Cantidad de cabezas de ganado UM: miles (Gonzlez y Miranda, 1984)Total nacional Sector estatal Sector privado Agosto 1961 5 776 1 400 4 376 Cantidad % 100 24 76 Diciembre 1965 6 700 3 844 2 856 Cantidad % 100 57 43

El sector privado se dedic a la cra y mejora del ganado de carne, efectuando posteriormente las ventas al estado y el peso de la produccin de leche se concentr en el sector estatal. En el perodo 1962-70 se fue consolidando una base tcnico-material con vista a la produccin de leche, logrndose a principio de 1970 la transformacin gentica de la masa ganadera donde alrededor del 50% del rebao hembra presentaba marcadas caractersticas lecheras y cerca de 900 mil vacas se inseminaban anualmente. Se puede afirmar que en 1976 el Sector Estatal haba logrado una estructura racial en el rebao, donde predominaban las caractersticas lecheras, condicin mantenida hasta el presente. La masa mejor

sustancialmente sus caractersticas genticas, pero a la vez se converta en ms exigente desde el punto de vista alimentario para poder explotar plenamente la capacidad productiva creada con el mejoramiento gentico lechero logrado. La transformacin del rebao hacia caractersticas lecheras posibilit que la pro-duccin de leche registrara importantes crecimientos (tabla 6).

Tabla 6. Produccin de leche fresca (Gonzlez y Miranda, 1984; MINAG, 1983, 1991)U: MM litros/ao Ao 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 Cantidad 375.9 437.8 395.8 462.1 455.3 366.3 366.8 368.4 373.4 462.5 Ao 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 Cantidad 496.9 533.7 574.2 662.5 700.6 759.1 767.7 862.8 898.9 Ao 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 Cantidad 901.2 920.4 917.8 901.8 899.5 912.5 891.9 897.8 793.4

Nota: A partir de 1968 se refiere al Sector Estatal, se estima que el sector privado produce un promedio anual de 150 MMl

Como consecuencia de la poltica iniciada a partir de 1962 sobre la proteccin de la masa, las entregas a sacrificio disminuyeron. Esto, conjuntamente con otras medi-das tecnolgicas, motiv que en 1967 la masa de ganado vacuno alcanzara la exis-tencia ms alta en la historia de la ganadera cubana hasta el presente, de 7.2 millones de cabezas. No obstante las medidas adoptadas para preservar la masa, en 1973 se decide tomar medidas adicionales ante el continuo descenso de la misma (5.5 MM de cabezas), como: extender el ciclo de entrega de carne de res a la poblacin, reducir el 50 % de entrega a los becarios por la va del hogar ya que reciban alimentacin extra y gratuita en sus respectivas escuelas y entregar carne de ave, cerdos y sus derivados en sustitucin equivalente a la carne vacuna. Las nuevas medidas motivaron incre-mentos en la masa ganadera superando en 1975 (5.6 MM de cabezas) los niveles de existencia de 1973, sin embargo, posteriormente comienza a registrarse una ten-dencia descendente en la existencia de la masa ganadera hasta nuestros das. La produccin de leche fresca registr aumentos significativos en el perodo de 1963 a 1983 (920.4 Mt), sin embargo, en casi toda la dcada de los aos ochenta se mantiene prcticamente estancada con una ligera tendencia descendente a partir de 1984, reducindose el nmero de vacas en ordeo, mientras que la produccin de litros por vaca total prcticamente permaneci estacionaria. En la produccin de carne el peso promedio por

hectrea descendi de unos 338 kg en 1981 a 325 kg en 1988; la tasa de extraccin del rebao durante el perodo 1980-1988 se mantuvo en un 18%, correspondiendo a una ganadera con caractersticas extensivas, cuando este indicador para ganaderas intensivas debe oscilar entre 25-40%. El traspaso de las mejores reas ganaderas a otras producciones como la caa de azcar, la baja calidad de los suelos disponibles, la insuficiente fertilizacin y la carencia de riego afectaron los pastos, siendo estos la fuente energtica fundamental de alimentos, los cuales deban aportar alrededor del 70% de los requerimientos de la ganadera vacuna, segn la tecnologa que se empleaba.Ganadera porcina

La crianza y explotacin del porcino antes de 1959 por lo general se encontraba concentrada en manos del campesino individual, mientras que en las haciendas agr-colas era una actividad derivada del aprovechamiento de los residuos de las cose-chas y otras actividades. En el perodo 1960-1961 se hicieron intentos por desarrollar la produccin porcina, se importaron de Canad una 30 mil puercas para garantizar una slida base gentica, pero es a partir de 1968 que comienza a desarrollarse la produccin porcina sobre la base de un programa de desarrollo, registrandose crecimientos de la masa. En 1971 la presencia de la fiebre porcina africana que se present en la provincia de La Habana oblig a sacrificar ms de 80 mil cabezas en el sector estatal y ms de 230 mil cabezas en el sector privado. Asimismo se adoptaron una serie de medidas sanitarias que posibilitaron erradicar la enfermedad, quedando prohibida desde entonces la crianza de ganado porcino por parte del privado en dicha provincia hasta el ao 1990. En 1978 fue detectado otro foco de esta enfermedad en la provincia oriental de Guantnamo, tomndose una serie de medidas similares a las adoptadas en 1968 y que posibilitaron erradicar por completo la enfermedad. En la produccin porcina se registraron importantes avances, tanto en existencia de puercos, como entrega a sacrificio (102.4 millones de toneladas). A pesar de los importantes resultados obtenidos en la produccin porcina, a partir de 1986 co-mienza a registrarse una tendencia decreciente en un grupo de indicadores de eficiencia (tabla 7).Tabla 7. Indicadores de eficiencia en la produccin porcina (C.E.E., 1989)Aos Muertes, M Cbzas 100.5 103.7 119.5 132.3 160.0 Mortalidad cras, % 7.1 7.6 8.3 8.9 9.4 Peso promedio, kg 89.0 86.3 85.8 86.3 85.1 Alimentos consumidos (Mt) Pienso lquido 295.0 313.2 341.9 361.1 397.5 Mieles Pienso 193.3 151.5 181.6 209.1 226.5 874.0 952.3 1 015.1 1 082.8 1 200.0

1985 1986 1987 1988 1989

Ganadera avcola

La produccin de la ganadera avcola antes de 1959 presentaba niveles incipientes, en el ao 1963 se inicia una poltica acelerada para el desarrollo de la produccin avcola, se importaron huevos de lneas puras para la reproduccin y sentar las bases genticas necesarias. En 1964 se crea el Combinado Avcola Nacional (CAN) como entidad vertical. La avicultura, sector priorizado en la agricultura, dio lugar a incrementos sostenidos en la produccin (tabla 8), desarrollndose el huevo como la lnea ms importante dentro de esta produccin.Tabla 8. Dinmica de la produccin avcola (C.E.E., 1974, 1980, 1985, 1989)Ao Existencia PC, MCbzas 1962 1965 1967 1970 1975 1980 1985 1986 1987 1988 5 222 2 505 1 121 4 488 7 819 9 469 9 541 8 945 9 700 P, MCbzas 640 5 707 7 066 7 028 8 658 8 476 9 033 9 088 9 005 209 196 197 235 246 249 246 245 236 179 915 1 667 1 426 1 851 2 326 2 523 2 519 2 495 2 460 24 20 56 90 113 113 109 114 IP U/Cbza PH MMU ES Mt Conversin pienso kg/10 huevos 1.86 1.94 1.94 1.66 1.60 1.54 1.55 1.62 1.69 kg/kg carne 3.4 2.8 2.9 2.5 2.5 2.6 2.6 94.4 91.3 93.7 94.0 94.8 94.2 93.2 93.0 VP, %

1989 9 917 222 2 522 117 1.62 2.7 91.9 Nota: PC Pollos de ceba, P Ponedoras, IP Indice de puesta, PH Produccin de huevos, ES Entrega a sacrificio, VP Viabilidad pollo de ceba, U - Unidades

Se aprecian los logros significativos alcanzados en esta produccin con caracters-ticas industriales de elevada eficiencia, aunque a partir de 1986 se comienza a regis-trar cierto deterioro en algunos indicadores (Nova, 1990).

Produccin de pienso

La produccin de pienso mantuvo una tendencia ascendente de unos 1.5 MMt promedio anual en el perodo 1981-1985 a unos 1.9 MMt en el perodo 1986-1990. El perodo 1981-1990 se caracteriz por la dependencia en la importacin de ma-terias primas para la produccin, segn se ejemplifica en la tabla 9.

Tabla 9. Participacin de las importaciones en la produccin de piensos (Garca y Fernndez, 1990)Productos Porcentaje de las importaciones, % Produccin 1981 1985 Alimentos bsicos Protena de origen vegetal Protena de origen animal Alimentos fosforados Importacin 85 71 58 88 Nacional 15 29 42 12 Produccin 1986 - 1990 Importacin 85 86 60 93 Nacional 15 14 40 7

La agroindustria azucarera

La actividad de la agroindustria azucarera posee una alta tradicin productiva en Cuba, la caa de azcar introducida por los espaoles durante la colonizacin encontr condiciones naturales favorables para su propagacin y a finales del siglo XVII comenz a fabricarse azcar en forma cristalizada. La produccin azucarera ha transitado por diversas etapas desde principio del presente siglo hasta 1958 (tabla 10). En la dcada de los aos cincuenta se registra la ms elevada produccin de la etapa pre-revolucionaria.Tabla 10. Comportamiento de la produccin azucarera 1902-1958 (AAC, 1958)Etapa Inicio de la Repblica Pre I Guerra Mundial I Guerra Mundial Pos I Guerra Mundial Ciclo Crtico Perodo 19021911 19121914 19151919 19201927 19281930 Ao 1902 1906 1912 1914 1915 1919 1920 1924 1927 1928 1935 Azca r Mt 0.850 1178 1845 2598 2609 4009 3735 4113 4508 4041 2538 Etapa Pre II Guerra Mundial II Guerra Mundial Pos II Guerra Mundial Aos 50 Perodo 19361939 19401945 19461950 19511958 Ao 1936 1939 1940 1945 1946 1950 1951 1952 1958 Azcar Mt 2557 2723 2779 3515 4011 5492 5690 7138 5862

Antes de la Revolucin la agricultura caera controlaba unas 200 mil caballeras (2 680 Mha), de ellas alrededor del 75% pertenecan a los centrales azucareros y el resto eran arrendadas. Se cortaban anualmente unas 90 mil cabs. (1 207 Mha), la caa quedada oscilaba entre 25-30 mil cabs. (unas 360 M ha), la cual se mantena en reserva de acuerdo con el comportamiento de los precios en el mercado azucarero.

Ante las nuevas posibilidades que surgieron con la apertura del mercado de la antigua Unin Sovitica y otros pases socialistas del este de Europa se revitaliza la siembra de caa y la produccin azucarera. Se hacen grandes esfuerzos inver-sionistas, sobre todo en la industria a finales de la dcada del sesenta (Nova, 1988a), con vista a lograr una produccin de 10 MMt en 1970, nivel no alcanzado, aunque se logr la mayor produccin anual de azcar hasta el presente (8.5 MMt). En el perodo pre-revolucionario los rendimientos por rea en la caa de azcar eran bajos. A partir de 1965 se observa una tendencia ascendente en los rendi-mientos agrcolas, los cuales se han incrementado en ms de un 37%, no obstante an son bajos, si son comparados con los rendimientos que obtienen otros impor-tantes productores mundiales. En el ao 1988 el rendimiento de las reas estatales fue de 55.9 t/h, mientras que el privado fue de 61.3 t/h (CEE;1988). Un importante logro alcanzado en la actividad agroindustrial azucarera ha sido, el corte y alza mecanizada de la caa, en la actualidad se corta de forma mecanizada ms del 66% del rea y el alza se encuentra al 100%, con importantes incrementos en la productividad del trabajo, as como hacer ms humano el rudo trabajo del obrero agrcola (Cruz et al., 1989). En 1979 se detect la roya (Puccinia melanocephala) por lo cual, durante el ao 1980, fue obligado realizar esfuerzos significativos en la reposicin y siembra de las reas afectadas por variedades de caas resistente a dicha enfermedad con vista a reducir al mnimo las afectaciones en la produccin de azcar. Las ventajas comparativas para producir azcar, teniendo en cuenta las condiciones naturales favorables para este cultivo y sobre todo los factores de estimulacin eco-nmica, basados en mercados seguros y precios que evitaban el deterioro de la relacin de intercambio, contribuyeron grandemente a la continuidad de la dependencia de prcticamente un slo producto extremadamente frgil en las condiciones del mercado mundial. Para reducir esta dependencia se trabaj, de forma sostenida, hacia la obtencin de derivados de la produccin caera (Noa, 1977). Sin embargo, en 1988 el azcar continu siendo prcticamente el principal producto de exportacin con 74% dentro del 75.6% de alimentos elaborados exportados (C.E.E., 1988).Alimentos de origen vegetal

La produccin arrocera posee una vieja tradicin en la agricultura cubana, as como el consumo de arroz ocupa un lugar importante en la dieta diaria del cubano. Se tienen referencias que alrededor de 1862 Cuba produca cerca del 50% de sus necesidades internas. El surgimiento de los grandes latifundios caeros y ganaderos y los intereses de los productores y exportadores norteamericanos afectaron el desarrollo de la produccin arrocera. Durante y posterior a la II Guerra Mundial, las dificultades de transportacin y abastecimiento motivaron reducciones en las importaciones, estimulando esto la produccin nacional.

A partir de 1951 se incrementaron las reas de siembra a unas 4 mil cabs (54 Mha), hasta llegar a sembrar en 1958 unas 8 473 cabs (113 707 ha) con un nivel de produccin de 135 Mt de arroz consumo, con un rendimiento de promedio de 1.86 t por h de arroz cscara seco, adems se importaban alrededor de unas 190 Mt, para un consumo per cpita de unos 50 kg. A pesar de que la produccin arrocera haba alcanzado un alto grado de mecaniz-acin y posea un aseguramiento aceptable en el suministro de agua y fertilizantes, no dispona de una tcnica agrcola adecuada, lo cual se manifestaba en los pobres rendimientos obtenidos, que tan slo alcanzaban el 79% del rendimiento que logra-ban los arroceros norteamericanos. Posterior al triunfo de la Revolucin se comienza el desarrollo de un programa para incrementar la produccin. Sin embargo, a partir de 1964 se decide reducir las reas y con ello la produccin de arroz como resultado de las garantas de aseguramiento por medio de las importaciones procedentes de la Repblica Popular China. Ante desacuerdos en las relaciones con ese pas, se opta por reiniciar el desarrollo de la produccin arrocera en 1968. Se acometieron grandes inversiones en presas, siste-mas de riego, instalaciones industriales, amplio empleo de la mecanizacin y la aviacin agrcola, as como el aseguramiento en el suministro de fertilizantes y pesticidas, tambin se logr desarrollar la base gentica necesaria que garantizara el suministro de semillas de alta calidad. Hasta principios de la dcada del 90 se cosechaban alrededor de 10.6 M cabs (142.2 M ha) y se obtena una produccin de unas 400 M t de arroz cscara seco con un rendimiento de cerca de 3 t/ha de arroz cscara seco (registrando un incre-mento de cerca del 60% con relacin a 1958) y la produccin cubre aproximadamente el 50% de las necesidades nacionales. El crecimiento de la produccin arrocera, se continuar ampliando con vista a tratar de lograr el autoabastecimiento en este importante rengln alimenticio. La produccin de tubrculos y races, frijol, maz, pltano, frutales tropicales y hortalizas constituyen un grupo importante de productos agrcolas que conforman una parte significativa de la canasta de productos destinados fundamentalmente a la alimentacin de la poblacin. Segn el Censo agrcola de 1946 el nivel de produccin de frijol logrado en ese ao abasteca las dos terceras partes del consumo nacional, el consumo de frijol negro se satisfaca plenamente con la produccin nacional, mientras que la produccin de frijol colorado cubra el 50% del requerimiento interno; el resto del surtido como: frijol blanco, garbanzo y chcharos se cubran con importaciones procedentes de Chile, EE.UU. y Mxico. La produccin de frijol posee una alta tradicin y en 1961 y 1962 se alcanzaron producciones de 59.5 y 55.7 miles de toneladas respectivamente, posterior a esa fecha ha mantenido una tendencia descendente oscilando los niveles de produccin anual entre 8 a 14 Mt, lo que condujo a la necesidad de importar ms de 100 Mt anuales de estas leguminosas con destino a la alimentacin directa de la poblacin, con una erogacin anual de ms de 40 MM de pesos (Garca y Nova, 1987). Tambin los niveles de produccin de maz eran significativos, los cuales se mantuvieron posterior a 1959.

En la actualidad la produccin de maz se concentra en el maz tierno y las importaciones anuales de maz en grano han llegado a ascender a unas 400 Mt, con un importe estimado de 40 MM de pesos, destinado fundamentalmente al insumo industrial para la produccin de concentrado para alimento animal. Los bajos niveles de produccin en hortalizas parecen estar asociados a la no existencia de un hbito de consumo en dicha poca (ao 1946). En la actualidad los niveles de oferta son mucho ms elevados, con el correspondiente aporte nutritivo por su importante contenido de vitaminas y minerales.La agroindustria de los ctricos

La produccin de ctricos data desde la poca colonial espaola; los ctricos tuvie-ron poco desarrollo y propagacin durante el perodo republicano, tomando en consideracin que las posibilidades del desarrollo de la citricultura en Cuba como fondo exportable se encontraba limitada ante la potente industria citrcola estadou-nidense y la falta de estimulacin interna para el desarrollo de este y otros cultivos. Se estima que el rea existente en 1958 ascenda a unas 12 Mha y que el volumen de produccin era de unas 60 Mt aproximadamente. A partir de 1959 son elimina-das una serie de trabas que impedan el desarrollo del cultivo de ctricos, comienza un ascenso en la produccin nacional como resultado del fomento de nuevas reas y de un programa serio de rehabilitacin de las plantaciones existentes y un mejora-miento constante en las atenciones culturales (Nova, 1988b). Lo anterior caracteriz una primera etapa en el desarrollo de la citricultura cubana durante los primeros aos del triunfo revolucionario, la cual se extendi hasta 1968, que permiti aumentar las disponibilidades de frutas, pero en realidad no respondi a un programa de desarrollo citrcola definido, siendo ms bien parte de un plan general trazado que contempl la diversificacin de la agricultura y el aprovecha-miento amplio de las posibilidades naturales del pas. A partir de 1968 se decide que la citricultura cubana comenzara a ejecutarse confor-me a un Programa de Desarrollo Integral. Hasta 1989 se haban podido consolidar unas 145 Mha, que representa el 63% del rea total sembrada durante el perodo 1959 a 1989. La produccin de ctricos alcanz en 1990 ms de un milln de toneladas, la que se ha multiplicado en ms de diecisis veces con relacin a los niveles alcanzados antes de 1959. Hasta 1990 el valor de las exportaciones ctricas aport el 3% del valor total de las exportaciones anuales del pas. Dentro de los objetivos fundamentales del Programa de Ctricos se encuentra con-tribuir al mejoramiento de la dieta cubana, el consumo per cpita de fruta fresca se encuentra alrededor de 18 kg; representando 2.1 veces superior al nivel alcanzado antes de 1959. El propio

Programa en su desarrollo ha motivado el surgimiento de la industria derivada productora de jugos concentrados y naturales, aceite esencial, mermeladas entre otros productos. Hasta principios de la dcada del 90 existan tres Combinados Industriales con una capacidad de procesamiento de 104 toneladas por hora (Input). El Programa de Ctricos requiri importantes esfuerzos inversionistas, lo que ha posibilitado lograr un nivel tecnolgico comparable al nivel internacional. No obs-tante, los rendimientos agrcolas por h, aunque se han duplicado con relacin a las obtenidas antes de 1959, an son bajos siendo de unas 9 t/h a inicios de los 90. Este programa se desarroll inicialmente dentro de los marcos de especializacin del Consejo de Ayuda Mutua Econmica (CAME). El cambio radical de las relacio-nes de intercambio y comerciales con la desaparicin del CAME, condujo a una reorientacin de la citricultura, donde la produccin industrializada ocup una proporcin importante en la produccin total citrcola. El desarrollo de la agroindustria citrcola cubana deber ejecutarse sobre las bases de la mayor efectividad econmica, para lograr con ello la competitividad y la rein-sercin necesaria en los mercados internacionales (Nova y Gonzlez, 1990).

Conclusiones

Posterior al ao 1959 y antes del Perodo Especial o de crisis econmica, los incre-mentos registrados en la produccin nacional de alimentos son meritorios. No obstante, a finales de los aos 80 se observa un decrecimiento de los rendimientos y de otros indicadores de eficiencia en un grupo importante de producciones agrope-cuarias, sustentadas en un modelo de desarrollo intensivo, basados en altos insumos y con una elevada dependencia externa (principalmente maquinaria, combustibles y productos agroqumicos) para sostener sus producciones. Esta cuestin tambin ocurri en otros pases que aplicaron el mismo modelo productivo (Rosset, 1997). Por otra parte, los volmenes obtenidos no fueron suficientes para lograr el total o una elevada participacin en el autoabastecimiento de la poblacin sobre las bases de la efectividad econmica, exista una importante proporcin de las tierras desti-nadas a la produccin de fondos exportables (tabla 11), y los suelos ya presentaban ciertas limitaciones referidas a la salinidad, erosin, acidez y mal drenaje, entre otras.Tabla 11. Destinos econmicos de la tierra, % (Adaptado del C.E.E., 1989)Destinos econmicos Fondos exportables Produccin de alimentos Otros Total Bajo cultivo 53 44 3 100 en % Estatal 54 43 3 100 No estatal 48 48 4 100

Los aspectos anteriormente sealados indicaron la necesidad de realizar transfor-maciones econmicas, estructurales, tcnicas y organizativas en tan importante sector de la economa. Esta necesidad se hizo ms urgente con los acontecimientos por todos conocidos ocurridos en los pases de Europa del Este.

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EL MOVIMIENTO CUBANO DE AGRICULTURA ORGNICAFernando FunesInstituto de Investigaciones de Pastos y Forrajes (IIPF)

E

n las ltimas dcadas la agricultura orgnica ha venido tomando cada vez mayor relevancia y hoy es reconocida como un fuerte movimiento inter-nacional. El propsito fundamental de esta es la bsqueda de un modelo alternativo de desarrollo a la agricultura moderna o convencional tipo Revolucin Verde, la cual tuvo efectos iniciales de gran impacto en los rendimientos agropecuarios, pero pronto manifest fragilidad, vulnerabilidad y riesgos para el ambiente, la salud humana, los agroecosistemas y para la seguridad socioeconmica de los agricultores ms pobres.

El reconocimiento mundial de los problemas ambientales de hoy da, que han cau-sado y continan ocasionando efectos globales de consecuencias impredecibles, no emergi a la palestra pblica hasta la Cumbre de Ro en Brasil (1992). Especial-mente en la agricultura, son motivo de preocupacin mundial en el presente los problemas ambientales ocasionados por el modelo agrcola industrial, que han pro-vocado la erosin, salinizacin e infertilidad de gran parte de los suelos agrcolas, la reduccin de la biodiversidad biolgica, la deforestacin y los problemas socioeco-nmicos que existen en el medio rural, incluido el xodo hacia las ciudades, entre otros. Muchos llamados de alerta de la comunidad cientfica internacional se han hecho eco de estos problemas y solo citaremos tres obras que encierran las preocupaciones de las dos ltimas generaciones al respecto: Primavera Silenciosa (Carson, 1964), Nuestro Futuro Robado (Colborn et al., 1996) y El hambre en el mundo: 12 mitos (Lapp et al., 1998), que profundizan en las causas y con ejemplos reales de-muestran las consecuencias ambientales que ha provocado el modelo agrcola practicado en las ltimas dcadas. En ellas se proponen alternativas de solucin a partir de un enfoque ecolgico del desarrollo agrcola. En Cuba hemos tenido precursores del actual movimiento orgnico. Desde nuestros grandes pensadores agrcolas como lvaro Reynoso, Francisco de Fras, Tranquilino Sandalio de Noda, Francisco Javier Balmaseda, Antonio Bachiller y Morales, Jos Comallonga, Isaac del Corral, Jos L. Amargs, Juan Toms Roig, Julin Acua, Jess Caizares, entre otros, hasta los ms contemporneos, citados en este trabajo, que con un amplio quehacer naturalista han sentado las bases de una tradicin agrcola prspera y llena de enseanzas con plena vigencia actual y que han donado a las generaciones venideras conocimientos, conceptos e ideas a travs de sus valiosas vidas y obras.

En las ltimas dcadas, especialmente a partir de los aos 90, el movimiento org-nico en nuestro pas ha tomado forma y podemos afirmar que se han logrado grandes avances en su aplicacin prctica, no solo en nuestros sistemas agropecuarios, sino en toda la concepcin ambiental de desarrollo de la nacin, cuyo desarrollo ha im-pulsado el Estado cubano a travs de la constitucin de organismos especializados, legislaciones promulgadas al respecto, investigacin, docencia y puesta en prctica productiva. Segn Lane (1997) el modelo cubano de desarrollo tiene potencia-lidad para convertir a nuestro pas en una de las primeras sociedades sostenibles del siglo XXI y demuestra en su anlisis que el desarrollo cientfico y educacional de Cuba es uno de los pilares bsicos para ello. Pretendemos que este captulo refleje los principios y avances del movimiento de agricultura orgnica cubano y brinde a los lectores informacin integral sobre los distintos aspectos que posteriormente sern tratados con mayor profundidad por los diversos autores que han contribuido en esta obra.

Cuba: Caractersticas principales La Repblica de Cuba est formada por un archipilago situado en el Mar Caribe, a la entrada del Golfo de Mxico y al norte est muy cercana al Trpico de Cncer. Su superficie es de 110 860 km y su largo de 1200 km. El pas presenta un clima tropical caracterizado por abundantes lluvias desde mayo hasta octubre, en que se concentra el 80% de un promedio anual de 1300 mm, con escasas y espordicas precipitaciones en seca (noviembre a abril). La temperatura media anual es de 25C, su fluctuacin en el ao de 23-27C y la humedad relativa del 80% (IM, 2000). Los suelos predominantes son oxisoles y ultisoles (68%), inseptisoles (16%) y vertisoles (16%). La poblacin cubana es de 11 142 600 habitantes para una densidad de poco ms de 100 habitantes/km y una poblacin urbana del 74%. La capital es la Ciudad de La Habana y el idioma oficial el espaol. La divisin poltico administrativa del pas est formada por 14 provincias y el Municipio Especial de la Isla de la Juventud. La poblacin la compone un 66% de blancos, un 21.9% de mestizos, 12% de negros y 0.1% de asiticos.

La agricultura cubana: Recuento histrico hasta 1990Surgimiento y desarrollo antes de 1959

Para hacer la historia del movimiento orgnico y de agricultura sostenible en Cuba, debemos remontarnos a los inicios de la agricultura en el pas. En la poca preco-lombina los indgenas practicaban una agricultura rudimentaria que, junto a la caza y la pesca, garantizaba su sustento. Se considera que la agricultura cubana surge en la colonia a partir de 1511, cuando Diego Velzquez inicia la colonizacin del pas y posteriormente realiza las primeras reparticiones de tierras en 1513. Poco despus, en 1536, surge la solicitud y real ocupacin de la tierra en el cabildo de Sancti Spritus y se otorgan tierras para estancias y sitios de labor. El proceso de distribucin de la tierra en los siglos XVI, XVII y XVIII dio lugar al arraigo de los propietarios rurales a sus terrenos y al nacimiento del agricultor cubano. La intro-duccin de grandes masas de esclavos africanos, que fueron trados a la Isla a partir de finales del siglo XVIII en nmero de ms de 650 000, creando el nacimiento y expansin de la industria azucarera, fue un hecho de

marcado inters para el desarrollo agrcola cubano, dando lugar adems al cultivo de frutos menores y a la crianza animal (Moreno Fraginals, 1978; Bergard et al., 1995). A los mtodos utili-zados por los pobladores indgenas, que fueron exterminados en corto tiempo y de los cuales prcticamente no quedaron vestigios, se unieron los de los negros escla-vos y los trados de Europa y otras partes de Amrica por los espaoles, cuyas tcnicas fusionadas y adecuadas a las condiciones naturales de la Isla, originaron una agricultura tpicamente sostenible, caracterizada en muchos casos por la selec-cin y uso adecuado del suelo, fechas de siembra en funcin del clima, policultivos y rotaciones, enmiendas y fertilizacin orgnica, entre otras. Durante cuatro siglos la tendencia fue incrementar pequeas y medianas propieda-des, especialmente en la actividad agrcola, pues en la ganadera desde el siglo XVI hasta inicios del XVIII abundaban las grandes propiedades, que comenzaron a subdividirse en haciendas comuneras de pequeo y mediano tamao de agricultura diversificada, en la medida en que la poblacin del pas iba creciendo (Nova, 1997). En poca tan lejana como 1862, Francisco de Fras y Jacob, Conde de Pozos Dulces, sealaba que la asociacin y rotacin de cultivos en Cuba, echar por tierra ese valladar levantado por la ignorancia y la codicia dando muestras desde aquellos tiempos de su pensamiento agroecolgico. Las particularidades de esta etapa han sido brillantemente reseadas por ilustres historiadores nacionales como Ramiro Guerra y Fernando Ortiz. Antes de la Guerra de Independencia contra el colonialismo espaol (1895-1898) haba en Cuba 90 700 fincas de labor y al final de la misma quedaban an 60 711 con un promedio de 58 ha, predominando las de menos de 13 ha, que ocupaban cerca del 50% de las reas agrcolas del pas. Las fincas grandes de ms de 135 ha se dedicaban al cultivo de caa de azcar (Saccharum officinarum) y a la ganadera. Aun en las fincas caeras se dedicaban tierras a potreros, bosques y cultivos alimenticios, frutales y otros (Nova, 1997). A principios del siglo XX, con la intervencin norteamericana y entrada de capital a la Isla, se inici la expansin azucarera basada en grandes extensiones territoriales bajo explotaciones especializadas en caa o en otros casos ganado, con la consi-guiente reduccin de las pequeas y medianas propiedades diversificadas. En 1934 haba solo 38 130 fincas medianas y pequeas. Seguidamente el cultivo del arroz (Oryza sativa) sigui al de la caa en la tendencia latifundista. A partir de los grandes latifundios de monocultivo de las compaas norteamericanas, comenz a imperar en nuestro pas la aplicacin de los principios de la agricultura conven-cional o moderna. En 1958 el 56% de la poblacin cubana viva en el campo y confrontaba acentuados desequilibrios sociales. En el sector rural solo un 9.4% de los poseedores de tierra eran propietarios del 73.3% de las mismas, el 85% de los campesinos pagaban renta, existan ms de 4 millones de hectreas sin cultivar, haba 200 mil familias sin tierra, altos ndices de analfabetismo, mortalidad infantil e insalubridad en el pas. De una poblacin de algo ms de 6 millones, haba 600 000 cubanos desempleados y ms de 500 000 obreros del campo subempleados, que solo trabajaban cuatro meses al ao. Ms de la mitad de las mejores tierras agrcolas estaban en poder de propietarios extranjeros (Castro, 1975).La agricultura en el perodo revolucionario

Al triunfar la Revolucin cubana en 1959, se entregan tierras a ms de 200 mil familias campesinas mediante las dos Leyes de Reforma Agraria (1959 y 1963) y el 70% de las tierras en poder de grandes latifundios pasaron al Estado. Paralelamente se inician grandes esfuerzos

en planes de desarrollo en educacin, cultura, salud y economa, se construyen comunidades rurales, carreteras y caminos, redes elctricas, servicios de salud, escuelas, universidades y centros cientficos por todo el pas. En el sector agropecuario se trazaron como principales objetivos: Cubrir los requerimientos alimentarios de la poblacin Crear fondos exportables Asegurar materias primas para la industria Erradicar la pobreza e insalubridad en el campo A inicios del perodo revolucionario se propugn la diversificacin agrcola y un enfoque ms naturalista en la agricultura. No obstante, posteriormente el desarrollo agropecuario se planea, conforme a las exigencias y tendencias de la poca, sobre la base de la agricultura convencional, siguiendo los principios de estrategia global llevados a cabo por los pases industrializados, incluyendo el campo socialista del este de Europa. Aunque es indudable que en el pas se obtuvieron marcados xitos en relacin con la situacin imperante anteriormente, no es menos cierto que el modelo agropecuario empleado, con el decursar de los aos, comenz a mostrar fisuras que tuvieron implicaciones econmicas, ecolgicas y sociales, tales como: Alta especializacin, monocultivo y excesiva intensificacin Gran dependencia de insumos externos (fertilizantes, agrotxicos, concentrados, mecanizacin, riego) Deforestacin de grandes reas Salinizacin, erosin, compactacin e infertilidad de los suelos Ganadera vacuna, avcola y porcina basadas en sistema intensivo-industrial muy poco autosostenible xodo de campesinos a las ciudades (56% de poblacin rural en 1956, 28% en 1989 y menos de 20% a mediados de los 90) Sin embargo, los profundos cambios sociales llevados a cabo impidieron que la agricultura convencional llevara a la pobreza a miles de campesinos como en otros pases subdesarrollados o en vas de desarrollo por haber quebrado sus economas en competencia con la agricultura derrochadora de insumos. En esta etapa, el 80% de las tierras estaban concentradas en el sector estatal y el 20% en el privado, anualmente se empleaban un promedio de 1 300 000 t de ferti-lizantes qumicos, 600 000 t de concentrados para la ganadera, se invertan 80 MM de dlares en plaguicidas y el parque de tractores se increment hasta 90 mil unidades. Las yuntas de bueyes se redujeron a menos de 100 mil. No obstante, en las primeras tres dcadas del perodo, Cuba contaba con un intercambio comercial mayoritario y mutuamente favorable con los pases socialistas, en especial con la Unin Sovitica, que lograba amortiguar los gastos necesarios para desarrollar dicho modelo agrcola (Funes et al., 1999). Muchos pequeos campesinos, en diversas zonas del pas, organizados en la Asociacin Nacional de Agricultores Pequeos (ANAP) y nucleados en Cooperativas de Produccin Agropecuaria (CPA) o de Crditos y Servicios (CCS), mantuvieron el concepto de diversificacin e integra-lidad en sus reas, conservaron

tradiciones campesinas de gran valor, continuaron usando traccin animal e intuitivamente practicaban la ciencia agroecolgica, lo que mantuvo el manejo y economa de sus fincas de manera sostenible, empleando muy bajos y a veces nulos insumos externos.

Cambios en la agricultura cubana

Desde la dcada del 70 el gobierno cubano se percat de algunos de los problemas que confrontaba la actividad agropecuaria y comenz a implementar cambios con-ducentes a una agricultura de menos insumos, ms racional y acorde con nuestra realidad. As se inicia una fuerte poltica hacia la sustitucin de insumos y materias primas importadas, se estimula el ahorro monetario y material en todos los sectores y se enfatizan los aspectos econmicos y la autosuficiencia. Por otra parte, los centros de investigacin orientaron sus objetivos y estrategias hacia nuevos programas de trabajo sobre bases ms racionales y sostenibles. En este perodo repercute en el pas la crisis mundial de la energa y los precios imperantes de los combustibles, fertilizantes, concentrados, pesticidas, las manufacturas y otros influyeron negativamente en nuestra economa agrcola. En los aos de la dcada del 80 se incrementan la investigacin, extensin y desarrollo en cuanto a las tcnicas de sustitucin de insumos (Funes, 1997). En toda esta etapa se continu desarrollando un slido sistema de investigacio-nes, iniciado en los aos 60, tanto en el Ministerio de la Agricultura (MINAG) con 17 centros de investigacin y 38 estaciones experimentales (795 investiga-dores y 168 doctores en distintas ramas) distribuidos a travs de todo el pas, como en el Ministerio de Educacin Superior (MES) y su red de centros de investigacin y universidades, as como el Ministerio de Educacin (MINED) y otras instituciones afines que hoy realizan investigaciones con enfoque agroeco-lgico.La crisis del campo socialista europeo: El Perodo Especial en Cuba

En 1989 sobreviene, sbitamente una aguda crisis, con el colapso de los pases socialistas europeos y la desintegracin de la Unin Sovitica. En ese momento ms del 85% de nuestro comercio era con estos pases y slo algo ms del 10% con el rea capitalista. Por otra parte, debe tenerse presente que Cuba no dispone de recursos energticos suficientes ni de capital abundante. Como consecuencia, la capacidad de compra se redujo al 40%, la importacin de combustibles a un tercio, la de fertilizantes al 25%, la de plaguicidas al 40 %, con-centrados al 30% y todas las actividades agropecuarias fueron seriamente afectadas. Cuba importaba dos terceras partes de sus alimentos, casi todo su combustible, 80% de su maquinaria y piezas de repuesto de los pases socialistas. Abruptamente desa-parecieron 8 mil millones de dlares anuales de negocios. Entre 1989 y 1993 el Pro-ducto Nacional Bruto cay de $19.3 a $10.0 miles de millones. Las importaciones se redujeron un 75%, la mayora en alimentos, piezas de repuesto, agroqumicos y equipamiento industrial. Muchas fbricas cerraron, y el transporte pblico y las plantas de produccin de electricidad trabajaban al mnimo (Espinosa, 1997). Sbitamente, un sistema agrcola moderno e industrializado se vio enfrentado al gran reto de incrementar la produccin de alimentos, reduciendo a ms de la mitad los insumos, y manteniendo al mismo tiempo la produccin de cultivos de expor-tacin.

Para enfrentar la crisis el gobierno cubano puso en prctica medidas econmicas y cambios emergentes como: una nueva poltica financiera interna, apertura a la inver-sin extranjera, liberalizacin de la tenencia del dlar, otorgamiento de licencias para realizar trabajos por cuenta propia en diversos sectores, entre otras. Por otra parte, los resultados cientfico tcnicos obtenidos en dcadas anteriores en el sector agrop