Tráfico Ilegal de Especies Silvestres
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TRÁFICO ILEGAL DE ESPECIES SILVESTRES: UNA AMENAZA LATENTE
CONTRA LA DIVERSIDAD BIOLÓGICA
TEMA 11: TRÁFICO DE FAUNA Y FLORA
INTEGRANTES:
Celso Andres Lozano Robles1 512030
Andres Felipe Corral López2 411509
Gilver Rosero Chasoy2 411542
Remberto Solarte Rosero2 414549
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA SEDE PALMIRA
INGENIERÍA AMBIENTAL1. INGENIERÍA AGROINDUSTRIAL2
RESUMEN
El tráfico ilegal de especies se entiende como la extracción de plantas o animales, o parte
de ellos de su medio natural, con un objeto lucrativo, convirtiéndose junto a la
deforestación en una amenaza seria contra la biodiversidad, debido al desequilibrio que
ocasiona su extracción en los ecosistemas. Estas actividades, que parten desde la
identificación de la(s) especie(s) a traficar hasta su venta a la persona u organización
demandante, se ha convertido en un gran problema social debido a que involucra a personas
que por desconocimiento o necesidad dependen de esta actividad. Hoy en día el tráfico
ilegal de especies silvestres ocupa el tercer lugar a nivel mundial del “mercado negro”,
después del tráfico de armas y de narcóticos, y aun así parece ser un problema que
permanece oculto en nuestro diario vivir, debido a la desinformación o a la falta de
concientización social hacia los recursos naturales que poseemos y la gran importancia de
velar por su cuidado. Cada año, cientos de miles de primates, elefantes, reptiles, aves,
felinos, ranas, corales, orquídeas, cactus y peces tropicales, y sus derivados, tales como
pieles, polvo de cuerno de rinoceronte o marfil, acaban en los lucrativos mercados negros
de Estados Unidos, Europa, Japón y parte del sudeste asiático. En consecuencia, estas
actividades han llevado miles de especies al borde de la extinción, mientras algunas ya han
sido declaradas extintas. Colombia, el segundo país con mayor diversidad mundial y el
primero en número de especies por kilómetro cuadrado, se ha convertido en el blanco
perfecto de contrabandistas de especies silvestres, lo cual pese al esfuerzo a entidades
estatales como el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, el CITES u otras
ONGs, no se ha podido controlar este tipo de actividades, que crecen aún porque las
especies protegidas son las más lucrativas.
KEYWORDS: biodiversity, species, wildlife, threats
TRÁFICO ILEGAL DE ESPECIES SILVESTRES: UNA AMENAZA LATENTE
CONTRA LA DIVERSIDAD BIOLÓGICA
El mercado ilegal de especies a nivel mundial mueve al menos 8.000 millones de euros, el
tercero en volumen tras el tráfico de drogas y de armas, según diversas estimaciones.
Según la INTERPOL el tráfico ilegal de fauna genera anualmente una cifra cercana a los 17
mil millones de dólares a nivel mundial, dinero que sería suficiente para comprar casas para
aproximadamente 1 millón de familias
El tráfico ilegal de especies es la segunda mayor amenaza mundial para la vida silvestre,
después de la destrucción de su hábitat. Cada año, cientos de miles de primates, elefantes,
reptiles, aves, felinos, ranas, corales, orquídeas, cactus y peces tropicales, y sus derivados,
tales como pieles, polvo de cuerno de rinoceronte o marfil, acaban en los lucrativos
mercados negros de Estados Unidos, Europa, Japón y parte del sudeste asiático.
En consecuencia, unas 700 especies se encuentran al borde de la extinción, y otras 2.300
especies animales y 24.000 vegetales están amenazadas. Las pésimas condiciones de
clandestinidad del transporte y manipulación hacen que sólo un 10% de los animales
capturados sobrevivan. Por ello, los contrabandistas elevan el número de capturas, lo que
agrava aún más la situación. Además, los ecosistemas salen gravemente perjudicados: la
disminución de ciertas especies afecta negativamente a la cadena alimenticia y provoca el
incremento de las plagas. Las especies liberadas en un entorno al que no pertenecen se
convierten en invasoras, poniendo en peligro a las especies nativas y al hábitat de la zona.
Para combatir este problema, representantes de 80 países firmaron en 1973 la Convención
de Comercio Internacional sobre Especies de Fauna Salvaje y Flora en Peligro de Extinción
(CITES). Actualmente, 160 países han suscrito dicho convenio - España lo hizo en 1986 - y
se encarga de prohibir el comercio internacional de especies amenazadas y reglamentar y
vigilar el comercio de las que puedan estarlo. La regulación se realiza por medio de
Apéndices o listados de las plantas y animales, siguiendo criterios científicos. Los
Apéndices incluyen en la actualidad unas 5.000 especies de animales y 30.000 de plantas.
Además, el certificado acuñado por CITES es el único que demuestra que un ejemplar
puede ser vendido legalmente al haber sido criado en cautividad.
Desde la firma del CITES, el tráfico de especies amenazadas constituye un delito: la Unión
Europea (UE) supone desde 1997 penas de cárcel de hasta seis años. Sin embargo, las bajas
multas para los infractores y la vulnerabilidad de los responsables de control aduanero
facilitan que las redes de contrabando sigan creciendo.
España es uno de los países clave en el tráfico de flora y fauna: se calcula que más del 30%
de este contrabando pasa por sus fronteras. En el control del tráfico ilegal desempeña un
papel fundamental el Servicio de Aduanas de Comercio Exterior o el SEPRONA (Servicio
de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil). Asimismo, organizaciones ecologistas
como WWF/Adena colaboran en la formación de expertos para el control del tráfico de
especies y cuentan con Traffic, una red internacional de oficinas para el seguimiento del
comercio internacional de especies y sus restos y productos derivados.
En diciembre de 2005, se ponía en marcha la Wildlife Enforcement Network (Red de
Protección de la Vida Salvaje). Presentada como la "Interpol de la fauna", su objetivo es
luchar contra las asociaciones criminales de transporte clandestino de animales exóticos
entre fronteras, así como el intercambio de información entre los países afectados. Los
consumidores tienen por su parte una responsabilidad fundamental a la hora de combatir
este problema: si se abstienen de comprar especies amenazadas, no habrán motivos para
seguir promoviendo su contrabando.
El contrabando de especies en cifras
El mercado ilegal de especies a nivel mundial mueve al menos 8.000 millones de euros, el
tercero en volumen tras el tráfico de drogas y de armas, según diversas estimaciones. Sin
embargo, estas cifras podrían estar reflejando tan sólo la punta del iceberg: WWF/Adena
asegura que el tráfico internacional de especies amenazadas mueve al año unos 160.000
millones de euros de beneficio.
Los precios que pueden llegar a pagarse en el mercado negro explicarían estas asombrosas
cifras: una piel de pantera siberiana puede alcanzar los 80.000 euros; las pieles de lana del
antílope tibetano unos 12.000 euros; las dagas orientales con empuñaduras de cuerno de
rinoceronte africano unos 9.000 euros; el polvo del cuerno de rinoceronte asiático, al que se
le atribuye efectos afrodisíacos, unos 15.000 euros el kilo, etc. Según WWF/Adena,
anualmente pueden comprarse y venderse ilegalmente en todo el mundo 5 millones de aves
vivas, 10 millones de unidades de piel de reptil, 15 millones de pieles de mamíferos y 350
millones de peces tropicales.
Las especies protegidas se extinguen hasta mil veces más rápido
La tasa de extinción de las especies protegidas es entre cien y mil veces superior a los
niveles esperados de forma natural, alertó el Programa de las Naciones Unidas para el
Medio Ambiente (PNUMA).El comercio ilegal de especies protegidas de fauna y flora
genera cada año unos 19.000 millones de dólares (14.000 millones de euros), lo que lo
convierte en el cuarto delito más lucrativo del mundo, según el Fondo Mundial para la
Naturaleza (WWF). La fuente de esos beneficios es la caza furtiva de elefantes, el robo de
grandes simios y el transporte ilegal de madera, informó el PNUMA coincidiendo con la
designación del 3 de marzo como Día Internacional de la Fauna y Flora, Además de la
amenaza que supone el deterioro del medio ambiente para especies como el oso polar, las
ballenas o algunas aves migratorias, la ONU incidió en el perjuicio que ocasiona la caza
ilegal y la situación de pobreza y explotación de algunas comunidades.
El comercio ilegal de especies en extinción es el cuarto delito tras el narcotráfico, la
falsificación y el tráfico de personas. Las incautaciones de marfil -que en 2013 alcanzaron
su máximo histórico, con un total de 18 alijos equivalentes a 41,6 toneladas- indican que el
tráfico de este material opera a través de redes internacionales. El número de elefantes
víctimas de la caza ilegal en África se ha doblado en la última década, mientras que el
comercio de marfil se ha triplicado. También los rinocerontes son buscados por los
cazadores furtivos, que han logrado extinguir algunas de sus especies en Asia y África,
Finalmente, se calcula que entre el 50 y el 90 por ciento de la tala de bosques en los países
tropicales de la cuenca del Amazonas, África Central y del Sureste de África se está
llevando a cabo a través del crimen organizado.
Fauna en peligro de extinción
Una especie está considerada en peligro de extinción cuando todos los miembros de dicho
taxón se encuentran en peligro de desaparición globalmente. En 2012, la organización
ecologista World Wildlife Fund for Nature (WWF) dio a conocer un listado de diez
especies en peligro de extinción. Los animales son:
Elefante asiático (Elephas maximus): su hábitat está afectado en gran manera por la
deforestación. Además, la venta de colmillos de marfil provoca que miles de
ejemplares mueran anualmente.
Rinoceronte de Java (Rhinoceros sondaicus): ya sólo existen 60 de ellos en el
mundo. En Vietnam se extinguió a finales de 2011.
Leopardo de las nieves (Panthera uncia) : vive en los Himalayas y sólo cuentan con
5, 000 ejemplares
Tigre (Panthera tigris): aunque es uno de los animales más comunes, actualmente
sólo 3, 200 viven en su hábitat natural.
Delfín del Irrawady
(Orcaella brevirostris): hay 85
animales en todo el mundo.
Vaquita marina
(Phocoena sinus): está en peligro
por la pesca gallera. Vive en el
Golfo California.
Atún rojo (Thunnus
thynnus): al ser utilizado para
hacer sushi, las cantidades que se
pescan superan lo establecido por
la ley.
Imagen No. 1 Un ejemplar del Leopardo de la nieves (Panthera uncia), cuya especie se
encuentra en peligro de extinción. Tomado de <http://irreductible.wordpress.com/>
Las anteriores son las especies que se encuentran en mayor peligro de extinción, pero
existen otras como (nombres vulgares):
Gorila de montaña: en Congo, existen 72 de ellos.
Orangután de Sumatra: al destruir su hábitat y capturarlos, la población ha
disminuido en 46% en los últimos años.
Tortuga baula: es la única tortuga sin caparazón, lo cual la hace más vulnerable.
Oso hormiguero, Armadillo de cola desnuda, Jaguar, Perrito de la pradera, Mono
araña, Mono aullador, Ocelote, Lobo, Teporingo, entre otros.
Flora en vía de extinción
Este gran problema mundial se puede deber tanto por la deforestación directa de la especie
o la desaparición de algún recurso del que depende. La acción del hombre produce muchas
veces cambios en el hábitat de la flora silvestre, de ahí la amenaza de plantas en peligro de
extinción en nuestro planeta. También se considera el cambio climático aunque el
porcentaje de incidencia no es muy alto.
Las plantas son tan importantes para nuestra vida ya que nos proporcionan el aire limpio
que respiramos, agua potable, alimentos, combustible y sobre todo medicinas. Sin embargo,
un gran porcentaje de plantas se encuentran al borde de la extinción uniéndose a los grupos
de seres amenazados del planeta. El número total de plantas amenazadas asciende a
380.000 en todo el mundo. Las selvas tropicales son las regiones más amenazadas del
mundo, y las plantas de semillas las especies en mayor peligro. Los principales culpables de
esta situación son los seres humanos.
En muchas zonas la destrucción de la flora llega a amenazar nuestro planeta; el continente
americano es uno de los más afectados. México, Argentina, Brasil, Colombia y chile son
algunos de los países más afectados por la flora que se halla en peligro de extinción.
Las principales causas de esta situación se dan debido a la sobre explotación de recursos
que tiene su origen en las prácticas agrícolas (deforestación para la agricultura y ganadería),
forestales (bosques de monocultivo), la contaminación y el cambio climático que conllevan
a la destrucción de hábitat.
Otro de los grandes problemas que tenemos en concreto con las plantas en peligro de
extinción es el comercio de las especies amenazadas ya que muchas son exportadas a otro
hábitat donde no son nativas, aumentando la susceptibilidad de llegar a producir problemas
para dichos ecosistemas, además que aumenta el riesgo de extinción de nuestra flora (ya sea
la que es comercializada, como también las especies afectadas por su llegada). El objetivo
de muchos países y gobiernos es regular el comercio de especies en extinción con el objeto
de asegurar su supervivencia en nuestro planeta.
Las especies de plantas en vía de extinción son:
Agave titanota, Zea diploperennis, Mammillaria mathildae, Sedum frutescens,
Selaginella porhyrospora, Pinus maximartinezii, Lophophora diffusa.
En peligro de extinción por destrucción de su hábitat:
Mammillaria guerreronis, Pterocereus gaumeri, Echinocereus lindsayi, illandsia
chiapensis, Ferocactus histrix, Cactus de alcachofa.
Figura No. 2. Un espécimen de Lophophora diffusa, una planta que se halla en peligro
de extinción. Tomado de <laboticadelsemidesierto.blogspot.com>
La extracción de especies en Colombia
Colombia tiene una enorme riqueza en diversidad biológica; sobre una extensión de
1.141.748 km2
de territorio continental y 930.000 km2
de superficie marina, el país posee
cerca del 10% del total de la biodiversidad del mundo. De hecho, en Colombia se han
registrado 456 especies de mamíferos, 1.815 especies de aves, 520 especies de reptiles, 630
especies de anfibios, 2000 especies de peces marinos, 2000 especies de agua dulce, 290
especies de equinodermos, 150 especies de corales, 220 especies de moluscos marinos, 970
especies de crustáceos marinos, 3019 especies de lepidópteros, 4819 especies de
Himenópteros, 5896 especies de Coleópteros y 547 especies de Dípteros. En cuanto a Flora
se han registrado 1779 especies de plantas inferiores y 26000 especies de plantas
superiores.
Figura No. 3. Un ejemplar del Tigrillo (Leopardus tigrinus) rescatado por la Policía
Nacional de Colombia el 17 de octubre del 2012 en una vía de Cúcuta (Norte de Sntander).
Fuente <www.areacucuta.com>
Uno de los factores de presión sobre las especies silvestres al igual que la destrucción y
fragmentación de hábitats, contaminación y cacería - por las cuales muchas especies se
encuentran en condición de amenaza-, se debe al tráfico ilegal entendido como el conjunto
de actividades ilícitas de aprovechamiento, movilización, tenencia, uso, y comercio de
especímenes silvestres.
En Colombia las cifras de decomiso que tiene la Policía Ambiental y Ecológica crecen cada
año: entre aves, reptiles y mamíferos la policía decomisó un total de 26.545 individuos en
el año 2007 que ascendió drásticamente a 59.032 individuos en el 2008, y en el 2009
disminuyó a tan sólo unos 58.175 individuos decomisados.
Marco legal colombiano
En Colombia la explotación de la fauna silvestre con fines comerciales ha tenido desde el
siglo pasado un fuerte impacto sobre las poblaciones naturales, particularmente sobre
aquellas con una fuerte demanda en los mercados mundiales de la moda, al punto que
varias de ellas fueron llevadas al borde de la extinción. Actualmente existen 119 especies
colombianas amenazadas, de acuerdo a los registros consignados en el Libro Rojo de la
IUCN (1996). Por su parte, la Convención Internacional sobre el Comercio de Especies
Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES) incluye en sus listados un total de 447
especies colombianas distribuidas así: 49 especies en el Apéndice I, 380 especies en el
Apéndice II y 18 especies en el Apéndice III.
La principal función del CITES es regular el comercio legal de especies que no están en
peligro inminente, a través de la expedición de permisos y certificados. Además este
convenio prohíbe todo comercio internacional de especies que están amenazadas de
extinción. Para este fin el CITES presenta tres listados en el que se incluyen
aproximadamente 5.000 especies de animales y 28.000 especies de plantas.
En Colombia desde la constitución de 1991 se cuenta con leyes para la protección de la
biodiversidad y establece como obligación el proteger la diversidad e integridad del medio
ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación
para el logro de estos fines, además planificar el manejo y aprovechamiento de los recursos
naturales, para garantizar su desarrollo sostenible y su conservación, restauración o
sustitución. También el prevenir y controlar los factores de deterioro ambiental, imponer las
sanciones legales y exigir las reparaciones de daños causados. Asimismo, cooperará con
otras Naciones en la protección de ecosistemas situados en zonas fronterizas
(CONSTITUCIÓN NACIONAL, ART. 79 Y 80).
Además de la constitución que vela y protege por los derechos del medio ambiente,
Colombia cuenta con otras normas y organismos dentro del Estado para garantizar la
conservación de especies como son el Ministerio del Medio Ambiente y el Sistema
Nacional Ambiental (SINA) que busca ordenar así las entidades públicas encargadas de la
gestión y conservación ambiental.
Como se hemos dicho antes, el mercado ilegal de fauna ocupa el tercer lugar en el mundo
después del narcotráfico y el mercado de armas. Se considera a nivel mundial como la una
de principales causas de disminución de las poblaciones naturales y como uno de los
mercados ilegales que mayores sumas de dinero moviliza anualmente, con el fin de surtir la
demanda de los mercados mundiales de la moda, las excentricidades de pequeños grupos,
las investigaciones biomédicas y comportamentales, la novedad causada a turistas y las
prácticas culturales o religiosas de muchas poblaciones humanas.
A escala mundial se estima que unos 30.000 primates, de 2 a 5 millones de aves, 2 a 3
millones de reptiles y entre 500 y 6.000 millones de peces ornamentales se comercian
anualmente para atender la demanda de animales vivos para mascotas en hogares,
zoológicos y para laboratorios (Hemley, 1994), estimativos que no incluyen los individuos
que mueren antes de salir al tráfico internacional. Los volúmenes de fauna en el tráfico
internacional representan movimientos de dinero de alrededor de 10 billones de dólares
anuales (Hemley, 1994) y se calcula que la mortalidad asociada a esta actividad es alta,
según Aguirre (2000) por cada animal vivo que llega a una plaza de mercado de Estados
Unidos, 10 fueron tomados en estado silvestre.
En Colombia no se tienen estadísticas completas pero se asume que el volumen de tráfico
es de gran magnitud y los mismos funcionarios de las CAR´s estiman que el total de
decomisos puede estar entre el 1 y el 10% de lo comercializado y tal como sucede con otros
mercados ilegales, la cuantificación y control eficiente del tráfico de fauna, se convierte en
un problema más costoso y menos factible que el mantenimiento de estrategias de
mercadeo legal (Baptiste et al., 2002).
Tabla No. 1. Número de ejemplares provenientes de caza y pesca decomisados por la
Policía Nacional de Colombia. (Datos de 2001 a 2004 tomados de CGR (2005). Datos de
2005 a 2007 tomados de Ministerio de Defensa Nacional (2007). *Los datos de 2007
corresponden a la información consolidada al mes de febrero. NR: Datos no registrados).
En la Tabla 1 podemos apreciar las cifras de incautaciones de ejemplares completos y
pieles realizados por la Policia Nacional durante el periodo 2001-2007 y el número de
personas capturadas. Igualmente se decomisó 138.903 partes o derivados (cuernos, garras,
cabezas, caparazones, etc.), 28.670 kg de carne de especies silvestres (venado, chigüiro,
babilla) y 444 equipos (mallas de arrastre y vehículos) entre los años 2001 y 2004. Los
departamentos con mayor número de incautaciones de pieles son Sucre, Atlántico,
Magdalena y Cundinamarca; mientras que las partes se confiscaron principalmente en
Magdalena, Caquetá y Atlántico (CGR, 2005).
Un caso especial: el tráfico ilegal de perezosos
La amenaza más grande para las especies de fauna silvestre en las regiones tropicales es la
destrucción de su hábitat natural. En Colombia anualmente se destruyen 90000 ha de los
bosques naturales (IDEAM 2004) por la expansión de las especies agrícolas y zonas
urbanas con la consecuencia directa de la desaparición de la vida silvestre.
El tráfico ilegal
La cadena de tráfico de perezosos en Colombia se origina generalmente en los
departamentos de Córdoba, Sucre, Bolívar, Atlántico y Magdalena.
Los traficantes extraen perezosos de los bosques cercanos, a menudo causando la muerte de
la mamá perezosa. Aproximadamente 70% del tráfico de perezosos son neonatos, infantes o
juveniles con un peso corporal menor de 700 gramos.
La fauna silvestre secuestrada de su hábitat (monos, perezosos, loras, todo tipo de aves,
entre otros), son mantenidos en sitios de acopio, en condiciones precarias, cerca de las
carreteras, y de los sitios turísticos, hasta ser vendidos o morir de hambre y sed.
Son ofrecidos a los turistas bajo la “facilidad” de la manutención de estos seres y su
“excelencia” como mascotas. Los traficantes liman las afiladas uñas a los perezositos y
ocasionalmente los colmillos a los Choloepus, para que el comprador no se intimide
causandoles daños que tardan meses en sanar.
Se estima que el 90% de perezosos capturados de esta manera mueren en las manos de
traficantes o compradores, sin ser percibidos. El restante 10% pueden terminar en los
centros de rehabilitación, como de la fundación Unau o en los zoológicos.
Causas de mortalidad
Hay dos factores predominantes para el éxito del proceso de rehabilitación. El primero es el
peso corporal del individuo al momento de ingresar al centro y que está relacionado con la
edad del individuo. La mortalidad de los perezosos en sus primeros cinco meses de vida
(menor de 700grs.) es alta, 70%. La expectativa de supervivencia después de esta edad
mejora significativamente y la mortalidad se reduce al 30%.
Otro factor importante está asociado con la condición física en la cual llega el individuo
para ser amparado. Estas condiciones se manifiestan en el transcurso del primer mes. Antes
de llegar al centro de rehabilitación, los perezosos pasan un periodo de una o dos semanas
desde el momento de la extracción. Durante este tiempo son mantenidos en condiciones
precarias de sanidad y alimentación. La agresión y violencia que vivieron en el bosque, las
condiciones extremas de estrés y la separación de la madre los llevan rápidamente a un
deterioro de salud presentado estados de deshidratación, inanición, depresión, trauma y
muerte.
Soluciones a la problemática del tráfico ilegal de especies
Esta es una problemática difícil de solucionar, principalmente por el insuficiente control de
cada etapa que conlleva el tráfico de especies silvestres, la falta de concientización de los
compradores (o su desinformación) y la falta de penas y sanciones ejemplares para los
traficantes. Sin embargo, hay una serie de medidas que se pueden adoptar para colaborar en
la erradicación de esta cruel actuación.
No comprar ningún tipo de animal exótico o de especies de venta prohibida, como las
especies amenazadas por la extinción. Por consiguiente, en este punto deberíamos incluir
también una apreciación en contra de la compra abrigos de pieles de especies
protegidas, ya que en muchos casos estarían confeccionados con la piel de animales en
peligro, o quizás de entrada ilegal en nuestro país. Y por supuesto en caso de saberlo, dar
parte a las autoridades encargadas de este tipo de casos.
Pero lo más importante sin duda, para lograr la desaparición del tráfico de animales, es la
concienciación y sensibilización de la población. Una parte importante de esta tarea, sería
concienciar a los turistas del daño que produce la compra de especies prohibidas, y su
posterior introducción en hábitats diferentes a los propios.
Hay multitud de especies que sufren las consecuencias de su venta a un turista caprichoso,
que al llegar a su país no sabe qué hacer con su “mascota”, y acaba finalmente tirándolo por
el retrete o abandonándolo a su suerte. Un ejemplo de esto lo encontramos en la ciudad de
Miami, donde cada vez es más común el encuentro de caimanes o boas en sus sistemas de
alcantarillado.
Es indispensable la realización de campañas que muestren lo perjudicial que puede llegar a
ser para estos animales y plantas la extracción de su hábitat y su posterior comercialización,
sobre todo a las comunidades que no tienen acceso a información sobre el cuidado especial
que se debe tener de la biodiversidad.
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NORMA I. HERRERA COLMENERO, INGENIERÍA AMBIENTAL EN MÉXICO,
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