Trabajo de Lacteos Revision Bacteriocinas Listo
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BACTERIOCINAS Y SU USO EN LA CONSERVACION DE PRODUCTOS LACTEOS:
REVISION
BACTERIOCINS AND THEIR USE IN THE CONSERVATION OF DAIRY PRODUCTS: REVIEW
Alvaro J. Padilla1, Rodrigo F. Ricardo1*, Stefany Zapa1, Erika Coronado1
RESUMEN
La elaboración de productos alimentarios aptos para el consumo implica que estos sean inocuos y
que no representen riesgos a la salud de los consumidores. En busca de esto, a lo largo de la
historia se han aplicado métodos de conservación con la utilización de algunos productos
químicos que podrían ser nocivos a largo plazo, por tal motivo la tendencia es ir reemplazando
estos productos por otros más naturales. Las bacteriocinas se han venido empleando hace años,
sin embargo es un campo que se encuentra en estudio, pues para la aprobación de estas como
aditivos se deben cumplir una serie de requisitos, no obstante existe una bacteriocina aprobada
como lo es la nisina. Existen otras bacteriocinas que pueden ser empleadas de otros modos
diferentes a la adición directa como la pediocina PA-1.
Palabras clave: bacteriocinas, conservación de alimentos, nisina, pediocina.
ABSTRACT
The development of food products unfit for consumption implies that these are safe and do not
pose risks to the health of consumers. In search of this, throughout history have applied
conservation methods with the use of some chemicals that could be harmful in the long term, for
this reason the trend is to replace these with more natural products. Bacteriocins have been using
for years, but it is a field that is being studied, as for the adoption of these additives must meet
1 Universidad de Córdoba, Departamento de Ingeniería de Alimentos, Berástegui-Colombia, Tel.: 3107105976. *Email:
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certain requirements, however there is an approved bacteriocin such as nisin. There are other
bacteriocins that can be employed in other ways than as direct addition of pediocin PA-1.
Key words: bacteriocins, food preservation, nisin, pediocin.
INTRODUCCION
Hoy día gran parte de la población mundial presenta la necesidad de consumir alimentos que
además de ser aceptables sensorialmente también posean un alto valor nutricional, que al mismo
tiempo sean sanos y ofrezca una alternativa a la prevención de enfermedades.
Por lo general las principales causas del deterioro de los alimentos es debida al ataque de
bacterias, hongos o levaduras, y estas alteraciones producen una cantidad considerable de
pérdidas económicas, tanto para los productores como para comerciantes y lo más importante,
ocasionan el deterioro de la salud de los consumidores que han confiado en la calidad
microbiológica de los productos que han adquirido (Martínez, 1996).
Una alternativa que se ha encontrado es la utilización de conservadores, que no inhiben pero si
logran retardar el crecimiento de microorganismos y por consecuencia el deterioro de los
alimentos. Los conservadores aplicados son de naturaleza química o física, pero además, se han
encontrado conservadores naturales como los péptidos antimicrobianos que son sintetizados por
las bacterias ácido-lácticas, las bacteriocinas, que presentan la capacidad de inhibir el crecimiento
de microorganismos relacionados o no filogenéticamente. La actividad antimicrobiana de las
bacteriocinas representa un gran potencial para la industria alimenticia ya que se pueden utilizar
como conservadores biológicos puros y al ser de naturaleza peptídica, al biodegradarse no
forman compuestos secundarios y su aplicación puede contrarrestar el uso de conservadores
químicos que llegan a perjudicar la salud de los consumidores.
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Las bacteriocinas son péptidos con actividad antimicrobiana producidos por síntesis ribosomal y
son segregadas por un gran número de bacterias para inhibir el crecimiento de otros
microorganismos competidores (Papagianni 2003; Joerger 2003; Katikou 2005; Motta 2008). Estas
sustancias con frecuencia actúan frente a las bacterias más estrechamente relacionadas. Sin
embargo estudios recientes afirman que también pueden actuar frente a otras especies
bacterianas, hongos y algunos parásitos (Cotter et al. 2005; Svetoch et al. 2008).
El uso de estos péptidos contribuye con la conservación de productos lácteos fermentados como
el caso de los quesos, yogures y en general a cualquier proceso que utilice bacterias lácticas
aumentando de este modo la seguridad alimentaria, lo que nos permitiría minimizar los
tratamientos que se le aplican a los productos lácteos que, de manera que pierdan menos
propiedades, pero sin dejar a un lado los protocolos de seguridad que normalmente se realizan.
Como por ejemplo con la presencia de nisina, el proceso térmico como la pasteurización al que
debe someterse un producto puede ser un poco más bajo de temperatura, lo que redundaría en
una menor pérdida de propiedades nutritivas (Martínez, 1996).
Las bacteriocinas aparecen como una alternativa para disminuir las pérdidas totales y las
propiedades en algunos productos lácteos producidos por contaminación con microorganismos
que afectan directamente la economía de productores, comercializadores, sin dejar a un lado la
protección de la salud de los consumidores.
El objetivo del siguiente trabajo es hacer una investigación profunda acerca de las bateriocinas y
sus principales usos en la industria alimentaria, especialmente en la conservación de productos
lácteos.
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BIOCONSERVACION DE PRODUCTOS LACTEOS
La primera descripción de actividades relacionadas con las bacteriocinas se publicó hace más de
ochenta años, cuando se descubrió un antagonismo entre cepas de Escherichia coli,
originalmente, estas sustancias fueron llamadas colicinas (Riley y Wertz 2002).
Sin embargo las primeras observaciones en BAL comenzaron en 1928, cuando se describió cómo
ciertas cepas de Lactococcus empleadas en la fabricación de quesos producían un efecto
inhibidor del crecimiento de otras BAL (Rogers y Whittier 1928) y potencialmente podían inhibir el
crecimiento de bacterias patógenas y nocivas para la conservación del queso.
Nisina
La nisina es un péptido de 34 aminó ácidos, de bajo peso molecular menor a 5 kDa. La síntesis de
la nisina es compleja, requiere de procesos de transcripción, traducción, modificaciones post-
traduccionales, secreción, procesamiento, y señales de transducción. Existen dos variantes de
esta bacteriocina, la nisina A y la nisina Z, que difieren solamente en el amino ácido de la posición
27, la histidina en la nisina A cambia por asparagina en la nisina Z (Sangronis y García, 2007).
La nisina es acida por naturaleza por lo que es estable en condiciones acidas; su solubilidad
aumenta al aumentar la temperatura y disminuir el pH. Se demostró que la nisina es rápidamente
inactivada en el intestino por las enzimas digestivas y no puede detectarse en la saliva de
humanos diez minutos después de haber consumido un líquido que la contenga (Simova et
al.,2006).
La nisina, descrita en 1928, fue la primer bacteriocina aislada a partir de la bacteria ácido láctica
Lactococcus lactis Subs. Lactis. Es la bacteriocina mejor caracterizada y es utilizada como
conservador de alimentos; es la única reconocida por la FDA con la categoría GRAS (Generally
Recognized As Safe) (Maldonado y Llancas, 2007). Contrariamente, Mattick y Hirsch (1947)
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afirmaron que en 1933 se describió por primera vez esa sustancia de naturaleza peptídica con
actividad antimicrobiana producida por cepas de la especie Lactococcus lactis subsp. Lactis, que
posteriormente se denominó nisina. La bacteriocina nisina en su presentación comercial ha
demostrado ser efectiva en el control de Cl. tyrobutyricum (Fleming et al. 1985). Se produce de
forma natural en algunos productos lácteos y se utiliza en la producción de alimentos y como un
aditivo en productos lácteos para prevenir la descomposición ocasionada por bacterias Gram
positivas, especialmente de los géneros Clostridium, Staphylococcus, Bacillus y Lysteria
(Maldonado y Llancas, 2007).
La nisina es por tanto la bacteriocina que tiene un historial más largo de uso seguro en
alimentación y la que ha sido más estudiada. En 1953 se comercializó por primera vez en
Inglaterra, en 1969 se aprobó su uso en alimentación por la OMS (Joint Food and Agriculture
Organization/World Health Organization Expert Committee on Food Additives) y en 1983 se
incluyó en la lista de aditivos de la U.E. con el número E234; poco después, en 1988, fue
aprobada por la FDA (Food and Drug Administration) norteamericana (Cotter et al., 2005). La
nisina se puede adquirir en grado alimentario bajo el nombre de NisaplinR (Danisco) y consiste
básicamente en un preparado que contiene un 2,5 % de nisina, con NaCl (77,5 %) y leche
descremada en polvo (12 % proteína y 6 % carbohidratos). El producto Nisaplin ND (nondairy
nisin) no contiene las proteínas lácteas, lo cual favorece su solubilidad en medio acuoso, contiene
un 6,25 % de nisina, NaCl (90 %), carbohidratos (2 %) y proteína (aproximadamente un 3 %). Se
utiliza en la reparación de productos lácteos (especialmente quesos), embutidos, huevo líquido,
zumos y alimentos enlatados. Su actividad cubre un espectro amplio de bacterias Gram positivas,
entre las que cabe destacar Staphylococcus aureus, Listeria monocytogenes (Cintas et al., 2001)
y Clostridium sp. (O'Sullivan et al. 2002).
Los principales patógenos relacionados con la industria de productos lácteos son Listeria
monocytogenes, Staphylococcus aureus y Escherichia coli (De Buyser et al. 2001), además el
deterioro en quesos como el Kasseri, Emmental, Gruyére, Grana, Edam, Gouda se debe a la
formación de gas a partir del Clostridium tyrobutyricum (Bergére y Lenoir 2000).
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Como aditivo, industrialmente únicamente se emplea la nisina (Medina 2006). Algunos productos
en los cuales se ha implementado el uso de bacteriocinas, específicamente la nisina, son
especialmente productos lácteos como el queso Gouda y queso Emmenthal donde la nisina inhibe
el crecimiento de Cl. Butyricum y Cl. Tyrobutyricum. En el yogurt se da una inhibición del cultivo
iniciador Lactobacillus delbrueckii, bulgaricus y Streptococcus thermophilus por la nisina (Delves-
Broughton 1991), por lo cual se demuestra que no es aplicable a este tipo de productos lácteos.
Algunos autores han descrito los efectos del uso de la nisina en productos lácteos, especialmente
en quesos, donde al parecer es más utilizada esta bacteriocina.
Un estudio reciente realizado con ratas colonizadas con microflora intestinal humana ha
demostrado que la ingestión de nisina no altera de forma indeseable el perfil de la microbiota
intestinal. Además, la nisina administrada por vía oral se degradaba o inactivaba durante su
tránsito por el intestino (Bernbom et al., 2006).
Maldonado y Llanca (2007) observaron el efecto de la incorporación de nisina sobre la
supervivencia del Staphylococcus aureus en queso de mano, siendo este un producto del tipo
pasta hilada, por lo que presenta altos contenidos de humedad. Los investigadores obtuvieron
resultados contundentes, donde se demostró que la bacteriocina ya mencionada inhibía al
microorganismo, mientras que en las muestras de control inoculadas con la misma población
inicial de S. aureus y sin la adición de la nisina el crecimiento del microorganismo fue notable
hasta el punto de quintuplicarse. Además de esto se ha logrado comprobar que la adición de
nisina en estos productos no afecta las características sensoriales y fisicoquímicas de estos
(Sangronis y García 2007).
En 2010, en la 42ª reunión del Comité del Codex Alimentarius y el Programa conjunto FAO/OMS
sobre normas alimentarias se destacó lo siguiente acerca del uso de nisina en productos lácteos.
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Leche y bebidas lácteas: Los distintos estudios muestran que la adición de nisina
disminuye la resistencia térmica de las esporas bacterianas termofílicas que normalmente
se encuentran en la leche y facilita una reducción de los requisitos de tiempo y/o
temperatura necesarios para desactivar las esporas bacterianas y células vegetativas
(p.ej., Bacillus stearothermophilus, Bacillus spp., Lactobacillus spp.) durante el procesado
térmico.
Nata y productos análogos: Los estudios demuestran que la nisina inhibe el desarrollo de
esporas de Bacillus spp. y Bacillus cereus, ayuda a aumentar el período de validez del
producto y garantizar la inocuidad del alimento.
Queso no madurado: Informes publicados sobre las incidencias de inocuidad alimentaria
relacionadas con este tipo de productos han demostrado el riesgo que plantea la presencia
de Listeria monocytogenes, que es un agente patógeno ampliamente distribuido en el
medio ambiente, que puede desarrollarse a temperaturas de refrigeración. Estudios con
queso cottage, queso ricotta y el queso fresco mejicano muestran que la nisina inhibe el
desarrollo de Listeria monocytogenes y se puede utilizar para aumentar la inocuidad del
alimento y ampliar el período de validez de este tipo de productos.
Queso madurado: La nisina se utilizó primero en queso madurado, semiduro, Emmenthal y
Gouda, como medio para prevenir la formación de gas clostridial debido al desarrollo de
Clostridium butyricum y Clostridium tyrobutyricum. No obstante, se demostró que la adición
directa de nisina inhibía también los cultivos lácticos, produciendo retrasos en el
procedimiento de madurado. Por tanto, la concentración se desplazó a la viabilidad de
utilizar cultivos lácticos del queso que producen nisina de forma natural. Estudios
demuestran que el queso que contiene nisina producida durante el procedimiento de
madurado puede proporcionar protección contra el desarrollo de Clostridium spp., Listeria
innocua y Listeria monocytogenes.
Queso elaborado, fundido: Los estudios demuestran que se puede utilizar nisina para
controlar el desarrollo de esporas de Clostridium butyricum, Clostridium tyrobutyricum,
Clostridium sporogenes y Clostridium botulinum. No obstante, las dosis de aplicación
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necesarias para garantizar la inocuidad del producto dependen en gran medida de la
formulación del producto.
Postres lácteos: Los estudios demuestran que la nisina inhibe los formadores de esporas
resistentes al calor como Bacillus spp. y Clostridium spp. y evitan el crecimiento de
esporas; esto ayuda a aumentar el período de validez del producto y garantizar la
inocuidad del alimento. En algunos postres lácteos fermentados como el yogur, se añade
nisina después de la producción para inhibir los cultivos lácteos del yogur (Lactococcus
delbrueckii subsp bulgaricus y Streptococcus thermophilus). Esto evita la acidificación
excesiva del yogur y ayuda a aumentar el período de validez del producto. Mantiene
también su aroma y limita la sinéresis.
Pediocina y Pediocina PA-1
Es una bacteriocina producida por Pediococcus acidolactic es utilizada como conservador en
productos vegetales cárnicos y se ha observado una elevada actividad contra especies de Listeria.
Dada su alta actividad contra especies de Listeria esta bacteriocina tiene un alto potencial para ser
utilizado como conservador en alimentos lácteos (Fernández 2004; Wirawan et al. 2007)
La pediocina PA-1 es un péptido de 44 aminoácidos sin modificaciones postraduccionales la
cual es activa frente a un amplio espectro de bacterias Gram-positivas, muchas de ellas
alterantes de los alimentos o responsables de intoxicaciones o toxiinfecciones alimentarias,
se trata de una bacteriocina inactiva frente a diversas especies que frecuentemente forman
parte de cultivos iniciadores, como las del género Lactococcus. Por otra parte, la pediocina
PA-1 actúa sinérgicamente con bacteriocinas de la clase I, como lo son la nisina y la lacticina
481, de igual manera actúa con bacteriocinas de la subclase IIb, como la lactacina F y
también actúa con las de la clase III entre las que se encuentra la lactacina B (Fernández 2004).
Las primeras referencias a la pediocina PA-1 se remontan a los años 80, cuando dos grupos de
investigadores describieron, por separado, la producción de una bacteriocina en dos pediococos
9
de origen cárnico, Pediococcus acidilactici PAC1.0 y P. acidilactici H. Su caracterización confirmó
que se trataba de la misma molécula, que se denomina habitualmente como pediocina PA-1
(González y Kunka 1987, Bhunia et al. 1988).
La empresa canadiense Quest fue la primera en comercializar el ALTA 2341, un fermentado que
contenía pediocina PA-1. Actualmente los productos ALTA™ (ALTA 1701, 2351 y 2345),
comercializados por Kerry Bio-Sciences (Irlanda), consisten en fermentados de un cultivo iniciador
de un P. acidilactici productor de pediocina, y están recomendados especialmente para productos
cárnicos y lácteos (Reviriego 2009).
Pucci et al. (1988) fueron los primeros en comprobar la utilidad de la Pediocina PA-1 en un
producto lácteo (queso cottage, nata y crema de queso), motivados por el desarrollo de varios
brotes de listeriosis asociados al consumo de distintos tipos de quesos un tiempo atrás.
Comprobaron que la adición del fermentado que contenía la bacteriocina permitía controlar de una
manera eficaz el desarrollo de L. monocytogenes en alimentos ácidos mantenidos en
refrigeración, atribuyéndole a la Pediocina PA-1 un efecto bactericida rápido (< 24 h). Esta
rapidez de actuación de la Pediocina PA-1 frente a Listeria fue corroborada por diversos
investigadores en varios sustratos lácteos y cárnicos (carne de ternera, salchichas, queso
“Cottage”, helado y leche en polvo reconstituida) (Motlagh et al. 1992; Degnan et al. 1993).
En general los experimentos para comprobar la efectividad de esta bacteriocina se han llevado a
cabo más que todo en productos cárnicos.
Combinaciones entre bacteriocinas y otros tratamientos
Se ha estudiado los efectos que traen la combinación de bacteriocinas sobre la inhibición de
algunos microorganismos patógenos y alterantes, así por ejemplo, Hanlin et al. (1992) lograron
demostrar que la combinación de pediocina PA-1 y nisina aumentaba la capacidad de inhibición
sobre L. monocytogenes y Clostridum. El uso de curvaticina 13 y nisina mostró un efecto sinérgico
10
al inhibir totalmente L. monocytogenes (Bouttefroy y Millière 2000). Y de esta misma forma se ha
observado que la combinación entre bacteriocinas con otros tratamientos conservantes es muy
útil. Así por ejemplo, en la primera aplicación de la pediocina PA-1 a sustratos alimentarios se
indicó que el ácido láctico, que se encontraba de forma natural en los productos lácteos que se
estaban ensayando, tenía un efecto sinérgico con la bacteriocina (Pucci et al., 1988). Se ha
podido observar que diversas bacterias patógenas Gram-negativas resistentes a pediocina y
nisina se convirtieron en sensibles después de tratarlas con ácido o someterlas a un proceso de
calentamiento suave, altas presiones hidrostáticas, electroporación o congelación (Kalchayanand
et al. 1992, 1994).
Arqués (2003) estudió el efecto de la aplicación de tratamientos inhibitorios frente a bacterias
patógenas en leche y productos lácteos. En leche, combinó la acción de las bacteriocinas
(lacticina 481, enterocina I, enterocina AS-48 y bacteriocinas no caracterizadas) junto con el
sistema lactoperoxidasa (LP) para mirar su efecto sobre L. monocytogenes Ohio y S. aureus
CECT 976; el efecto sobre estos mismos microorganismos de la combinación de nisina y el
sistema LP en leche refrigerada; el efecto conjunto de la nisina, el sistema LP y citrato en
refrigeración; nisina y reuterina; nisina, reuterina y el sistema LP en refrigeración. Estos resultados
demostraron que existe un efecto sinérgico entre bacteriocinas y sistema LP que permitieron una
reducción de la carga microbiana de la leche, así mismo en refrigeración, la nisina y el sistema LP
actuaron de forma eficaz sobre los microorganismos mencionados, en general todos los
tratamiento aplicados mostraron buenos resultados.
En cuajadas se investigó el efecto de la combinación de nisina, reuterina y el sistema LP, sobre
bacterias patógenas gram-positivas. Los estudios demostraron que la aplicación en forma
individual no afectó el crecimiento de L. monocytogenes y S. aureus en la cuajada, más el efecto
conjunto de nisina, reuterina y sistema LP si logró inhibir los patógenos (Arqués 2003).
De igual manera se observó el efecto sobre la inhibición de patógenos como L. monocytogenes,
S. aureus, E. coli O157:H7 y B. cereus, durante la elaboración y maduración de queso tipo
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Hispánico fabricado a partir de leche cruda de vaca, del tratamiento con combinaciones de
bacterias lácticas productoras de bacteriocinas y a su vez de la combinación de estas con
tratamientos de alta presiones, presentando ambos tratamientos resultados favorables, debido a
que inhiben de manera significativa los microorganismos anteriormente mencionados (Arqués
2003).
CONCLUSIONES
Luego de haber llevado a cabo una revisión detallada correspondiente a las bacteriocinas utilizada
en lácteos y sus derivados se da a conocer la importancia que estas juegan en la conservación
de dichos productos las cuales se ven altamente influenciadas por diferentes factores como los
son composición de los alimentos, interacción con los componentes, estabilidad de la bacteriocina,
pH, temperatura de almacenamiento por ello es muy importante identificar la bacteriocina que
realmente puede ejercer un efecto preservante en un alimento y las condiciones bajo las cuales
puede tener actividad antimicrobiana. El tipo de microorganismo es un factor muy importante para
tener en cuenta ya que Algunos microorganismos pueden ser sensibles; mientras que, otros, son
resistentes a la acción de las bacteriocinas, inclusive una cepa que parece ser sensible puede
tener células que presenten resistencia a la acción de la bacteriocina,
De estos mismos microorganismos algunos pueden ser sensibles a una bacteriocina y resistentes
a otra, las mismas bacterias productoras de bacteriocinas pueden ser sensibles a la acción de otra
bacteriocina y por último, células de esporas que presentan resistencia a la bacteriocina, pueden
volverse sensibles después de la esporulación
Por otro lado es importante mencionar que las bacteriocinas ejercen su poder antimicrobiano ante
microorganismos relacionados o presentes en su ambiente esto hace que los microorganismos de
deterioro o patógenos puedan presentar distintos comportamientos ante la presencia de la
bacteriocina, el uso de mezclas de bacteriocinas reduce la frecuencia con la que los
microorganismos desarrollan resistencia. Esto evidencia la necesidad de realizar investigaciones
12
sobre la acción y la mejor mezcla de bacteriocinas, con el mayor espectro de acción posible tanto
a nivel de variedad de microorganismos como a nivel de tipos de productos alimenticios.
A pesar de que todos los esfuerzos han sido hacia un grupo reducido de bacterias productoras de
bacteriocinas, se pueden reforzar investigaciones para demostrar que la producción de
bacteriocinas es una cualidad no solo de bacterias lácticas y que con estudio se puede determinar
los factores importantes en el producto alimenticio y en la bacteriocina para lograr la aplicación de
estas de manera exitosa y ser el sustituto de preservantes químicos a un futuro cercano.
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