Toni Negri La cia de Spinoza. Lectura Negri Antonio. La Anomalia Salvaje. Barcelona Antrhopos 1993...

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PENSAMIENTO CRiTICO I PENSAMIENTO UTÓPICO Colección dirigida por José M. Ortega 74 FILOSOFÍA POLíTICA Serie dirigida por Fernando Ouesada Antonio rvegri LA ANOMALÍA SALVAJE Ensayo sobre poder. y potencia en Baruch Splnoza. lA. \.tJIVERSlDAD AUTONOMA METROPOUT ANA ~_._ . LNDAO IZTAPAlAPA ~ ~ .• : »Ó ~ ••••••• _, ti -. i •• , •••• :~ nll31.10T.EC.\ GENE! _ .•._ •.• C'D4. ? No. 41-OC

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PENSAMIENTO CRiTICO I PENSAMIENTO UTÓPICO

Colección dirigida por José M. Ortega

74

FILOSOFÍA POLíTICA

Serie dirigida por Fernando Ouesada

Antonio rvegri

LA ANOMALÍA SALVAJEEnsayo sobre poder.y potencia

en Baruch Splnoza.

lA. \.tJIVERSlDAD AUTONOMA METROPOUT ANA~_._ . LNDAO IZTAPAlAPA

~~ .• : »Ó ~ ••••••• _, ti -. i •• , •••• :~

nll31.10T.EC.\ GENE!_ .•._ •.• C'D4. ? No. 41-OC

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La.anomalía salvaje: Ensayo sobre poder y potencia en BaruchSpinoza I Antonio Negri ; [traducción del italiano de Gerardo dePablo]' ~ Barcelona: Anthropos; México: Universidad AutónomaMe~pohtana-Iz~palapa, 1993. - 382 p. ; 20 cm. - (PensamientoC.ritlC?: ~ensam~ento Utópico; 74 - Serie Filosofía Política)Tu. ong .. Lanomalía selvaggia. _ índiceISBN 84-7658-390-7

1.Spinoza, Baruch - Filosofía 1. Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa (México) Il. Pablo, Gerardo de, tr. III. TItulo IV. ColecciónISpinoza, Baruch

Título original: L'anomalia selvaggÜlTraducción del italiano: Gerardo de Pablo

Primera edición en Editorial Anthropos: abril 1993

© Giangiacomo FeItrinelli Editore, 1981© Editorial Anthropos, 1993Edita: Editorial Anthropos. Prornat, S. Coop, Ltda

Vía Augusta, 64. 08006 Barcelona .En coedición con la Universidad Autónoma Metropolitana

Iztapalapa, México 'ISBN: 84-7658-390-7Depósito legal: B. 8.006-1993Fotoco~posición: Seted, S.C.L. Sant Cugat del VallesImpresión: Novagrañk. Puígcerdá, 127. Barcelona

Impreso en España - Printed in Spain

Todos los derechos reservados E la bli .en ni' . s.. pu cación no puede ser reproducida, ni en todo ninin:' fo:~ra:/~Ín°gú~:~~a por. un ~istemade recu~raci6n de infonnación. enelectroóptico.por fotocopia.O cualqUie~:~ ~:~llpeCOrrru'f?toquímico. electrónico

d. magnético.

. so previopor escrito e la editorial.

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Negri, Antonj.o, 1933-i....:·;·I. .:),I·{ CJiif-:·:'I.l .i .:':1. '::: •. ::1.1 \.J.::"I.j (.:.:, ('~':'n.....::: •• :':"1, >" () '::;. c) b ¡". (.:.:, p()el (.:.:1 1'" -'./ P () t...~:::;:f\..):::: :::;:'.:,:.'(?:J (.) :1. ::::·:···(:Ir'¡:(·· J (;.:":.;.H?

ADVERTENCIA DEL TRADUCTOR

Para las obras de Spinoza, se ha adoptado el sistema de referenciasiguiente: en primer lugar, la edición Gebhardt, SpinozaOpera, 4 vols.,Heidelberg, 1924 (abreviadamente: G., seguido: de la indicación deltomo, y a continuación la página); después, para la traducción espa-ñola, las ediciones de la obra de Spinoza realizadas por Alianza Edito-rial (abreviadamente: A., seguido de la indicación de la página). Porejemplo:

5..', «Eth. n. Parte n. Proposición IX (G., 11,pp. 91-92; A., p. 1I1).»

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Es necesario apuntar que las traducciones de las obras de Spinozarealizadas por Alianza Ed., salvo la de la Ética (1975, reed. 1987), fue-ron publicadas con posterioridad a la traducción de esta obra (Tratadoteológico-político [1986], Tratado político [1986], Correspondencia[1988], Tratado de la reforma del entendimiento I Principios de filosofíade Descartes / Pensamientos metafísicos [1988], Tratado breve [1990)),traducción que se llevó a cabo en 1984, aunque circunstancias particu-lares hagan que se publique ahora. Por ello, las citas a estas obras enel texto son siempre literales -si bien se han contrastado minuciosa-mente. Y dado que el trabajo realizado por los traductores de Spinozaes excelente, se ha considerado oportuno hacer la referencia a lasobras de Alianza.

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Je ne connais que Spinozaqui ait bien raisonné;mais personne ne peut le lire.

(Voltaire a D'Alernbert)

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PREFACIO

Spinoza es la anomalía. Si Spinoza, ateo y maldito, notermina en la cárcel o en la hoguera, a diferencia de otrosinnovadores revolucionarios entre los siglos XVI y XVII, sedebe al hecho de que su metafísica representa la polaridadefectiva de una relación de fuerzas antagonistas ya consoli-dada: en la Holanda del XVII, el desarrollo de las relacionesde producción y de las fuerzas productivas experimenta unatendencia hacia un porvenir de antagonismos. En este mar-co, la metafísica materialista de Spinoza es, por tanto, laanomalía potente del siglo XVII: no anomalía marginal y de-rrotada, sino anomalía del materialismo triunfante, del ser'que actúa y que, constituyéndose, plantea la posibilidad idealde revolucionar el mundo.

Tres son los motivos por los que es útil estudiar el pensa-miento de Spinoza. Cada uno de estos motivos no sólo espositivo, sino problemático. Spinoza no sólo es el autor queplantea y resuelve algunos problemas de y en su tiempo, sinoque además la forma misma de la solución comprende unaproblemática progresiva que alcanza y se instala en nuestrohorizonte filosófico. Estos motivos problemáticos que hacenimportante el estudio del pensamiento de Spinoza, son lossiguientes:

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Primero: Spinoza funda el materialismo moderno en sumás alta expresión, es decir, determina el horizonte propio dela especulación filosófica moderna y contemporánea, que es elde una filosofía del ser inmanente y dado, y del ateísmo comonegación de todo orden previo al obrar humano y a la consti-tución del ser. El materialismo spinozista, aun en su formaproductiva y viviente, no supera, sin embargo, los límites deuna concepción puramente «espacial» -{) físico-galileiana-del mundo. Esto, sin duda, fuerza tal concepción, intenta des-t~ir s~s l~mites, pero no alcanza una solución, sino que, dejamas bien irresoluto el problema de la relación entre dimensio-nes espaciales y dimensiones temporales, dinámicas, creativasdel ser. La imaginación, esa facultad espiritual que recorre elsistema spinozista, constituye el ser en un orden que sólo esalusivamente temporal. Aun así, el problema se plantea en tér-minos irresueltos, sí, pero puros y fuertes: el ser -antes de lainvención de la dialéctica- evita el borrón del materialismodialéctico. La lectura que autores socialistas y soviéticos hanhecho de Spinoza no enriquece el materialismo dialéctico, sinoque. sólo empobrece las potencialidades que la metafísica spi-nO~Is.taposee par~ superar la dimensión puramente espacial yobjetiva del matenalismo.

Segundo: Spinoza, cuando afronta temáticas políticas (y lapolítica es uno de los ejes fundamentales de su pensamiento),funda una forma no mistificada de democracia. Es como decirque Spinoza plantea el problema de la democracia sobre elterreno del materialismo y, por tanto, como crítica de todamistificación jurídica del Estado? La fundación materialista delconstitucionalismo democrático en Spinoza se enmarca dentrodel problema de la producción. El pensamiento spinozista es-trecha la relación constitución-producción en un nexo unita-rio. No es posible una correcta concepción de lo político que~o est~ desde el principio enlazada con estos dos términos. f.simposible y abyecto hablar de democracia fuera de este nexo'esto lo sabemos bien. Pero Spinoza ha sido demasiado a me-nudo cocinado en la podrida olla «democrática» del trascen-dentalismo normativo hobbesiano, de la voluntad generalrousseauniana y del Aufhebung hegeliano, función propia de laseparación entre producción y constitución, entre sociedad y

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Estado. No; en el inmanentismo spin?zista, e~.la especificida~inozista de lo político, la democracia es política de la «rnulti-

tud- organizada en la producción, la religión es la religión delos «ignorantes» organizados en la democracia. Esta construc-ción s¡Jinozista de lo político constituye un momento fundamen-tal del pensamiento moderno, y, si no consigue hacer madurarla función antagonista de la lucha de clases como fundaciónde la realidad, sin embargo conquista íntegros los presupues-tos y plantea en el protagonismo de las masas el fundamentode la acción transformadora, a la Vez social y política. El pen-samiento spinozista es un pensamiento «cortante»: rechazapara siempre toda una serie de rnistificaciones, toda una seriede problemas propuestos a la burguesía en el curso de los si-glos siguientes por el pensamiento liberal-democrático, par-ticularmente en su versión jacobina (y en la línea teóricaRousseau-Hegel). Alude fuertemente a los problemas que seplantea todavía hoy la lucha de clases comunista, formulandoel problema en su forma pura: la multitud que se hace Estado,los ignorantes que se hacen religión; un pasado rehecho, re-escrito, toda solución jurídica e idealista del problema es eli-minada -y sin embargo, terrible y monstruosamente, no deja-rá de proponerse de nuevo en el curso de los siglos siguientes.Constitución y producción son los elementos de un tejido so-bre el cual se construye la experiencia de las masas y del por-venir. Bajo la forma de la igualdad radical impuesta por elateísmo.

Tercero: Spinoza muestra que la historia de la metafísicacomprende alternativas radicales. La metafísica, como formaideal eminente en la que se organiza el pensamiento moderno,no es un todo único.

Comprende las alternativas que la historia subyacente de lalucha de clases produce. Existe «otra» historia de la metafísi-ca: la bendita contra la maldita. Sin olvidar, sin embargo, quesólo desde la complejidad de la metafísica puede leerse la edadmoderna. En consecuencia, si esto es cierto, el escepticismo yel cinismo no son la forma positiva del pensamiento negativo(de aquel pensamiento que recorre la metafísica para negarla yabrirla a la positividad del ser); al contrario, sólo la tensiónconstitutiva del pensamiento y su capacidad de moverse como

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mediación material del proceso histórico de la multitud, cons-tituye la forma positiva del pensamiento negativo. El pensa-miento constitutivo posee la radicalidad de la negación, perola agita y usa instalándola en el ser real. En este marco, lapotencia constitutiva de la transgresión es la definición spino-zista de la libertad. Aquí, la anomalía spinozista, es decir, larelación contradictoria que su metafísica mantiene con el nue-vo orden de producción capitalista, se convierte en anomalía«salvaje», es decir, en expresión radical de una transgresiónhistórica de todo ordenamiento que no esté libremente consti-tuido por las masas, posición de un horizonte de libertad quesólo es definible como horizonte de liberación -pensamientotanto más negativo cuanto más progresivo y constitutivo es.Todo el atormentado conflicto antagonista del pensamiento in-novador de la edad moderna, la génesis popular y proletariade sus revoluciones y el arco de las posiciones republicanasque se extiende desde Maquiavelo al joven Marx, se concentrasobre esta ejemplar experiencia spinozista. ¿Quién puede ne-gar que, también en este caso, Spinoza está sentado en mediodel debate filosófico de nuestro tiempo, casi como el joven Je-sús en el Templo de Jerusalén?

He aquí, por consiguiente, los primeros motivos que hacenútil interrogar-a Spinoza. Pero tal vez merezca la pena insistiren ellos un poco más. Porque este remontamos a los orígenesde una alternativa de pensamiento (la de la revolución respec-to a la génesis del ordenamiento capitalista, contradicción em-plazada precisamente en el corazón del desarrollo del pensa-miento moderno), este reconocer -por otra parte- sobretodo, pero no sólo en el pensamiento de Spinoza, un terreno yuna propuesta que nos permitan pensar «más allá» de la tradi-ción del pensamiento de la burguesía, todo esto constituye, enrealidad, una operación destinada a otro fin: el de pensar«más allá» de la tradición, igualmente anquilosada y estanca.da, en el mismo pensamiento revolucionario. Nos encontra-mos frente a una tradición que ha recogido del fango las ban-deras de la burguesía. Merece la pena preguntarse, ante la né-mesis histórica de esta vicisitud, si no se ha recogido exclusi-vamente el fango.

En este sentido, leer a Spinoza ha representado para mí

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una experiencia de increíble frescura revolucionaria. Por otraparte, no he sido el único que ha juzgado posibl~ proc~der. poreste camino. Una gran renovación de los estudios spínozístasse ha producido en los dos últimos decenios. En el plano inter-pretativo, filológico en sentido estricto, tal reno~ación tiene ~buen ejemplo en la extraordinaria y, desgraciadamente, m-completa lectura que de la Ethica ha realizado Martial Gue-roult. Pero tal vez haya algo que es más apasionante: a saber,las tentativas de releer a Spinoza que se han hecho dentro dela problemática crítica de la filosofía contemporánea, inclusode la marxista. Ahora bien, en el ámbito de la escuela althusse-riana, Macherey, por ejemplo, analizando la lectura hegelianade Spinoza, no se contenta con denunciar sus hondas falsific~-dones: profundiza en el pensamiento de .Spinoza hasta identi-ficar en el mismo una base de anticipada crítica de la dialécti-ca hegeliana y de fundación del método materialista. En otravertiente y con diversas preocupaciones sistemáticas, pero talvez con aún más alta capacidad innovadora, Deleuze nos hamostrado en Spinoza un horizonte pleno y solar de la filosofía,cual es la reconquista del materialismo como espacio de lapluralidad modal y como concreta liberación del dese~ com.opotencia constructiva. De aquí, sobre el terreno de la filosofíade la religión y de la política, la redefinicíón histórico-estructu-ral de Hecker y aquella, aún más feliz, de Matheron: la demo-cracia se presenta como esencia material, producto de la ima-ginación de las masas, técnica y proyecto constitutivos del ser,que barre el embrollo dialéctico. Contemplado desde .este pun-to de vista, Spinoza es un crítico que prevé el porvenrr: es, portanto, un filósofo contemporáneo, porque la suya es una filo-sofía de nuestro porvenir.

Cuanto he venido diciendo -como comentario de la pro-funda novedad del marco interpretativo que desde finales delos años sesenta ha circunscrito el pensamiento spinozista-debería servir también para clarificar las motivaciones del au-tor a la hora de afrontar este estudio. Pero tal vez convengaexplicitarlas ulteriormente. Ahora bien, está fuera de dudasque al estudio de los orígenes del pensamiento moderno y dela propia historia moderna del Estado, nos impulsa la co~-ciencia de que el análisis de la crisis gen ética puede ser útil

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para clarificar los términos de la crisis disolutiva del Estadoburgués y capitalista. Debo añadir, sin embargo, que si esteproyecto ha servido para apoyar mis estudios precedentes (so-bre Descartes, etc.), tiene para mí hoy una intensidad menosacuciante. Lo que me interesa, en efecto, no es tanto la géne-sis del Estado burgués -y su crisis- cuanto las alternativasteóricas y las posibilidades subjetivas de la revolución en acto.Me explicaré mejor: el problema que Spinoza plantea es el dela ruptura subjetiva de la unidimensionalidad del desarrollocapitalista (en su aspecto burgués y sobreesctructural, asícomo en su aspecto propiamente capitalista y estructural): escomo decir que Spinoza muestra la alternativa del vivir comopotencia material en el interior del bloque metafísico de lafilosofía moderna -de aquella vicisitud filosófica, para enten-demos, que va desde Ficino y Cusano hasta la muerte de lafilosofía en el siglo XIX (y, o sea, a su feliz, por decido comoKeynes, eutanasia en cuanto saber del rentista). Siempre meha parecido paradójico que la historiografía filosófica recons-truya las alternativas hacia abajo: Gilson con la cultura mo-derna hacia la filosofía medieval cristiana, Wolfson con Spi-noza hacia la cultura medieval hebrea, sólo por dar algúnejemplo. [Quién sabe por qué este procedimiento se consideracientífico! ¿Quién lo sabe? A mí este procedimiento me pare-ce exactamente lo opuesto de un discurso científico, porquees una búsqueda de genealogías culturales y no genealogíamaterial de condiciones y de funciones de pensamiento, no esdescubrimiento del futuro como lo es siempre la ciencia.Tampoco la liberación de un pasado oneroso es útil si no setraslada al disfrute del presente y a la producción del futuro.Es por eso por lo que quiero ,invertir la paradoja y hacer deinterlocutor con el porvenir sobre la base de la potencia deldiscurso de Spinoza. y si, por prudencia o pereza, fracasocon el porvenir, quiero al menos ponerme a prueba en un'ensayo de lectura invertida del pasado: es decir, trayendo aSpinoza aquí ante nosotros -yo, pobre doctor entre otros,interrogando a un verdadero maestro. En un ensayo de lectu-ra del pasado que me permita, en este caso, tomar aquelloselementos que pueden confluir hoy en la definición de unafenomenología de la praxis revolucionaria constitutiva del

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porvenir. En un ensayo de lectura del pasado, sobre todo, queme permita (que nos obligue) hacer cuentas con toda la con-fusión, mistificada y culpable, que -desde Bobbio a DellaVolpe y a sus últimos subproductos- nos ha (desde peque-ñoS) enseñado la santa doctrina de que la democracia es Es-tado de derecho; de que el interés general «sublima» el parti-cular en la forma de la ley; de que las funciones constitucio-nales del Estado son responsables ante la generalidad; de queel Estado de los partidos* es una formidable mediación políti-ca, de unidad y de multiplicidad, y otras muchas martingalassemejantes. Spinoza, en el siglo XVII, no tenía nada que vercon este montón de infamias. La libertad, la verdadera, la ín-tegra, aquella que amamos y por la que vivimos, y morimos,construye el mundo directamente, inmediatamente. La multi-plicidad no está mediatizada por el derecho, sino por el pro-ceso constitutivo: y la constitución de la libertad es siemprerevolucionaria.

Los tres motivos recordados que justifican hoy una relec-tura de Spinoza confluyen todos, por otro lado, en aquel te-rreno de investigación que se ha dado en llamar definición deuna nueva racionalidad. Spinoza definió, de forma radical,una racionalidad «otra» de aquella de la metafísica burguesa.El pensamiento materialista, el de la producción, el de laconstitución, se convierten, por consiguiente, hoy, en la baseelemental, imprescindible, de toda propuesta neoracionalista.Todo esto lo hace Spinoza llevado por una fortísima tensiónpara determinar una dinámica de transformación, de proyec-to pujante, de la ontología. Una ontología constitutiva, funda-da en la espontaneidad de las necesidades, organizada por laimaginación colectiva: esta es. la racionalidad spinozista.Como base. Pero no basta. En Spinoza no sólo existe la defi-nición de una base; hay también un impulso para desarrollar-la y, cualesquiera que sean los límites del desarrollo, la es-tructura proyectada se recoge y somete a crítica. Sobre todo,allí donde comprende la dialéctica, no como forma conclu-

* En italiano. Stato de; partiti: expresión corriente en esa lengua que designa elhecho de que toda la estructura del Estado está organizada en función del juego delos partidos políticos, (N. del T,)

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yente del pensar, sino como articulación de la base ontológi-ca, como determinación de la existencia y de la potencia. Su-perando con ello toda posibilidad de transformar la dialécticaen una clave genérica, asumiéndola en cambio como organi-zación directa del conflicto, como elemental estructura delconocimiento. Y así he intentado establecer en este estudio,respecto al pensamiento materialista, cómo la tensión spino-zista se dirige hacia una definición de un horizonte de abso-luta multiplicidad de las necesidades y de los deseos; respectoal pensamiento productivo, la tentativa spinozista de recogeren la teoría de la imaginación la filigrana de la relación entrenecesidad y riqueza, la solución de masas de la parábola pla-tónica del amor, socializada por las dimensiones modernas dela proximidad, por los presupuestos religiosos de las luchas,por las condiciones capitalistas del desarrollo; respecto alpensamiento constitutivo, la primera definición spinozista ymoderna de un proyecto revolucionario en la fenomenología,en la ciencia, en la política, de refundación racional del mun-do basada en la liberación y no en la explotación del hombresobre el hombre. No como fórmula y forma, sino como ac-ción y contenido. No como positivismo, sino como positivi-dad. No como legislación, sino como verdad. No como defini-ción y ejercicio del poder, sino como expresión y gestión de lapotencia. Estas tensiones spinozistas deben estudiarse todavíamás a fondo. Porque Spinoza es propiamente un escándalo(si nos atenemos a la base del corriente saber «racional" delmundo en que vivimos): es un filósofo del ser que realiza in-mediatamente la inversión de la totalidad de la imputacióntrascendente de la causalidad en causa productiva inmanente,transparente y directa del mundo; es un democrático radicaly revolucionario que inmediatamente elimina, asimismo, in-_cluso la sola posibilidad abstracta del Estado de derecho y deljacobinismo; es un estudioso de las pasiones, a las que defineno como padecer, sino como actuar -un actuar histórico,materialista, por tanto constitutivo. Desde tal punto de vista,este trabajo es sólo un primer ensayo de ahondamiento. Exigeurgentemente, por ejemplo, que se complete el análisis de laspasiones en Spinoza, es decir, el análisis de los modos con-cretos en los que el proyecto spinozista de refundación se des-

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olla. Este será el tema de un segundo ensayo, centrado enarr artes III y IV de la Ethica. Tarea por hacer y que poten-las p d h 1. de la que ciertamente no pue e acerse cargo un so oclar'd' o en la dimensión de y hacia una fenomenología deestu lOS , . . d bela praxis colectiva, constitutiva, que es la r~d en .la qu~ . ~,aprehenderse una actual, positiva y revolucionaria definición

de la racionalidad. . ' . ,Este trabajo ha sido escnto en la carcel. Pero también

ado en su mayor parte en la cárcel. Ciertamente, cono-pens , : ", bien a Spinoza desde SIempre -por aSI decir-e-, porque

~:Sde el colegio me apasionó la Ethica, lectura filosófica delbachiller superior (y aquí querría recordar con ternura al pro-fesor de aquellos años). Después continué t~bajando y no d~-jaba escapar ninguna lectura sobre la maten~. Pero s~ necesi-ta demasiado tiempo para elaborar un trabajo. Confina~o enla cárcel, recomencé desde el principio. Leyendo y ~acIend?

tas atormentando a mis amigos para que me enviasen li-no , idbros. Les doy las gracias de todo corazón. Estaba c~nve~cI ode que en prisión habría tiempo. Iluso; en verdad fui .un I~USO.La prisión, su ritmo, los traslados, la defensa, no dejan tiem-po porque disuelven el tiempo: es esta la forma principal dela pena en una sociedad capitalista. Así, como cada uno demis trabajos, también éste ha sido robado al sueño, arranca-do al régimen de lo cotidiano. Que la cotidianidad de la cár-cel es terrible y menos agradable de cuanto lo son los estu-dios universitarios, es sin duda cierto; y espero que esta faltade agrado se resuelva, en esta investigación, en concrecióndemostrativa y expositiva. Por lo demás, pido excusas por. nopresentar una bibliografía completa (aunque creo haber VISt?cuanto era necesario); por no haber explorado tal vez sufi-cientemente el entramado histórico de la cultura spinozista(aunque creo que el recurso a Francés y a Kolako~~ki, porencima de todos, permita sentirse en buena compañía); porhaber cedido tal vez demasiado fácilmente a las lisonjas deHuizinga y Kossman en la interpretación del Siglo. de Oro(pero, ¿con qué sustituir su lectura?); por haber, en fin, go~-do a veces del placer de la tesis -inevitable cuando se trabajafuera de la comunidad científica. Pero dicho esto, no creo quela cárcel confiera una calidad específica -mejor o peor- al

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producto: no pido benevolencia a la crítica. Me gustaría, porel contrario, imaginar que la soledad de esta maldita celdahaya sido tan fecunda como la soledad spinozista del labora-torio óptico.

ANTONIO NEGRIDesde las cárceles de Rovigo, Rebibbia,Fossombrone, Palmi, Trani7 de abril de 1979 - 7 de abril de 1980

Dadas algunas dificultades en la búsqueda de textos críticos, hepreferido remitir las citas exclusivamente (además de las traduccionesque menciono) a la edición de C. Gebhardt de Opera de Spinoza, imAuftrag der Heidelberger Akademieder Wissenschaften, Heidelberg, C.Winters, Universitatsbuchhandlung, 1924-1925,4 vols.

Para la bibliografía me he servido sobre todo de lean Preposiet,Bibliographie spinoziste, París, Annales Littéraires de L'Université deBesancon / Les BellesLettres, 1CJ73.

Doy las gracias a Tino Costa y los demás amigos que han contri-buido a sistematizar las notas. Doy las gracias con profundo afecto.

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