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Abril 2016394

Tomo XXVIII - Año 49

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RESPONSABLES

P. Paulino Colque Ccori, sscc Hna. Valéria Gomes dos Santos, sscc

DIAGRAMACIÓN y DISEÑO

Srta. Rosalynn Moreno V.

EditorialMisericordiosos como el Padre... Valéria Gomes dos Santos, ss.cc. ............................... 3

Año de la MisericordiaReflexión. Glafira Jiménez París (HVFC) ...................................................................................... 4La misericordia en el carisma. Raúl Pariamachi, ss.cc. ..................................................... 6Nuestra familia religiosa, obra de un Dios apasionado y misericordioso.Juanita Gómez Loayza, ss.cc. ..................................................................................7Damián y la misericordia. Teresa Lazcano, ss.cc. ...............................................12Año de la misericordia Comunidad Educativa del Colegio SS.CC. Recoleta.Pedro Vidarte, ss.cc. ............................................................................................13Educar en la misericordia. Laura Isabel Morales, ss.cc. ........................................14Memorial de la niña no nacida, de Martín Hudáček. Javier Fernández ..................15Experiencias de misericordia, Noviciado Interprovincial A. L. - Hermanos .................16

Vida de las ProvinciasLa familia en fiesta. Laura Isabel Morales, ss.cc. ..................................................................17Acción de Gracias. Nélida Cayllahua, ss.cc. .........................................................................18Salgamos de prisa al encuentro de la vida. Genoye Lipa .................................19Dominga Vergara Gallo, ss.cc.. Semblanza .....................................................21P. Jean Louis Schuester Huet, ss.cc. Semblanza ............................................22El hombre fiel a su vocación. Hilario Huanca Mamani, ss.cc. ................................23Al atardecer de la vida... Raúl Pariamachi, ss.cc. ................................................25Testimonio de Loic Schuester, sobrino del P. Juan Luis, ss.cc. ...................26Algunos saludos de condolencias recibidos .................................................27“Construyendo mi casa sobre roca”. Evelyn Lizeth Aquije Angulo .........................30

Colegios SS.CC.Encuentro de educación. Luis Cipriano Coaguila Ope .......................................................31

Rama SecularResumen de un encuentro muy especial. Daniel Gushiken ........................................33

Noticias BrevesColegios SS.CC, .............................................................................................................14, 35Comunidades SS. CC. ......................................................................................... 20, 24, 35

Contratapa“Estuve enfermo... estuve preso y me visitaste. Noviciado Interprovincial A. L.

- Hermanas .....................................................................................................................................36

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3Abril - 2016Nº 394

Editorial

Misericordiosos como el Padre…“Donde está la Iglesia debe haber evidencia de la misericordia del Padre y donde hay cristianos,

cualquiera debería ser capaz de encontrar un oasis de misericordia”. Papa Francisco

El presente número del boletín nos regala textos en torno al año jubilar de la misericordia, un tema que está en el corazón del cristianismo. Jesús pasó por la vida haciendo el bien, todo en él nos habla de la misericordia de Dios, de su compasión, de su capacidad de creer en el ser

humano, provocarlo a “nacer de nuevo” desde sus entrañas de amor y, así, edificado, ser agente de perdón y reconciliación.

De hecho, la misericordia, nos devuelve a nuestra identidad primigenia: hemos nacido del Amor de Dios, de su gratuidad, y todo lo que ofrecemos unos a otros es reflejo de esta experiencia profunda de ser amados/as. Pero siempre reflejada en actos concretos, que evidencian la experien-cia del ser amado/a y perdonado/a, en una mística y ética que se retroalimentan.

Justamente, cuando hablaba del año jubilar, el Papa Francisco resaltaba sus objetivos y esta dimensión efectiva de la misericordia:

“…que el pueblo cristiano pueda reflexionar sobre las obras corporales y espirituales de mi-sericordia. Será una manera de despertar nuestra conciencia, demasiado a menudo sorda frente a la pobreza” porque “la credibilidad misma de la Iglesia se ve en la forma en que muestra el amor misericordioso y compasivo. Nunca en su predicación y en su testimonio ante el mundo puede faltar la misericordia.”.

Por consiguiente, este tema toca el centro de nuestra espiritualidad Sagrados Corazones: la experiencia del Buen Padre y la Buena Madre en pleno contexto de conflicto y revolución, se anida en la conciencia del Amor de un Dios Misericordioso presente en el mundo, de manera personal, única y, a la vez, colectiva. Un amor que no se puede callar, que se vuelve cuidado por los demás, acercamiento, reparación en la Adoración y en los gestos concretos, en la búsqueda incansable de hacer de este mundo un lugar más justo, solidario y humano en el sentido más profundo de la palabra.

Escribo este editorial en un momento marcado por situaciones dolorosas que nos han tocado la vida y el corazón: indudablemente, la partida de hermanos y hermanas queridos, como lo fueron Juan Luis, Dominguita y tantos otros/as que pasaron por la vida enseñándonos un rostro miseri-cordioso de Dios, nos lleva a volver los ojos hacia aquél de quien procedemos. Dios nos convoca a mirar la calidad de nuestro testimonio, a reconocer lo esencial y a fortalecer nuestra centralidad en Jesús.

Asimismo, los últimos acontecimientos en el país vecino del Ecuador, nos convocan a ser “iglesia en salida”, que muestra su compasión concreta con las víctimas y, en medio de la muerte, creer y aferrarnos a la vida.

Con sencillez, mi profunda gratitud a nuestro hermano y hermana… mi solidaridad con nues-tros hermanos y hermanas ss.cc. en Ecuador, con su pueblo sufriente…

Valéria Gomes dos Santos, ss.cc.

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4 Abril - 2016Nº 394

Año de la Misericordia

Aproximación a la misericordia desde la práctica sanadora de Jesús en Lucas 18,35-43

Glafira Jiménez París (HVFC)

A menudo hablamos de los diferentes rostros de Dios: el Dios de la Vida, el Dios de la Promesa, el Dios Liberador/Salvador, el Dios de la Alian-

za, el Dios de la Misericordia. Todos ellos complemen-tarios. Los rostros de Dios ofrecen criterios para una mirada creyente de la realidad y un juicio a nuestra práctica concreta. La publicación de la Bula El rostro de la Misericordia (RM) ha provocado un sinfín de co-mentarios que recogen este rostro, ofreciéndonos la oportunidad para volver a las fuentes y profundizar su alcance y significado para nosotros/as, hoy.

En esta oportunidad, nos acercamos a las fuen-tes del Segundo Testamento. Por el espacio de este comentario, nos centraremos en una aproximación a la misericordia desde la práctica sanadora de Jesús en el relato de Lucas 18,35-43.

Si tuviéramos que elegir un texto representativo del rostro misericordioso de Dios, quizá uno de los se-leccionados sería por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, que harán que nos visite una Luz de la altura (cf. Jr 23, 5), con el fin de iluminar a los que habitan en tinieblas y en sombras de muerte y guiar nuestros pasos por el camino de la paz” (1, 78-79)

1. Efectivamente, en el Principio era la Mise-ricordia, es decir, una experiencia fundante que en-gendra vida. Como sabemos, en el Primer Testamento, rhm es la raíz hebrea de la palabra misericordia y sus derivados (misericordioso, seno materno, entrañas). Se trata de un verbo aplicado exclusivamente al ser y actuar de Dios; por tanto, la misericordia es una expe-riencia fundante que tiene su origen en la interioridad de sus entrañas, por ellas somos hijos/as; Dios muestra su misericordia no a consecuencia del mal o desgracia ajena sino por gratuidad, porque El nos amó “primero” (Cf. Is 49, 15); se trata de una misericordia que engen-dra vida y las condiciones adecuadas para la vida (Cf. Os 11, 1-11). Por tanto, también, “Preservar los recur-sos y las especies amenazadas, reordenar con justicia las relaciones económicas, redistribuir equitativamente los bienes y excluir todo lo que daña y ensucia la crea-ción son actividades humanas que hacen presente el amor maternal/paternal” de Dios. (Johnson, Elizabeth. La que es. El discurso de Dios en el discurso teológico feminista, Herder 2002,241)

2. Relacionar Creación, Vida y condiciones óptimas para la sostenibilidad de la vida nos conduce a afirmar que la Misericordia, es la experiencia fundante del compromiso con la Justicia. Los escritos del Segundo Testamento traducen el rhm hebreo principalmente con la raíz griega eleo. Por el contrario, con-pasión pertene-ce al grupo de palabras con raíz pazos (sin-patía, en-pa-tía) y hace referencia a la capacidad de dejarse afectar/sentir aquello que no es directamente propio pero que asumimos como tal; tiene una escasa presencia en el Segundo Testamento (Cf. 1 Pe 3, 8).

Como en el hebrero, en el Segundo Testamen-to, solo una palabra es atribuida exclusivamente al actuar de Jesús: splagnizomai, el removerse las en-trañas que expresa un movimiento interno de indig-nación ante situaciones de sufrimiento (Lc 7, 13; 10, 33; 15,20; Mt 6, 34; 9, 36; 14,14 con la excepción de la parábola de la no-misericordia: Mt 18, 33) y un mo-vimiento externo que desarrolla una práctica concreta para la transformación de estas situaciones. “Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios” (RM 1); uno de los ejemplos de este doble movimiento lo encontra-mos en la curación del ciego en Lc 18, 35-43. A través de este y otros relatos, los contemporáneos de Jesús tienen la experiencia histórica de superación de limita-ciones, carencias y sufrimientos; una experiencia que les lleva a proclamar: Un gran profeta ha surgido entre nosotros; Dios se ha ocupado de su pueblo (Lc 7, 16). ¿Cuáles son las características de este ocuparse de Dios, de este revelarse con rostro misericordioso?

Reflexión

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Año de la Misericordia

a) Un “ocuparse” que coloca a los pobres en el centro del relato, con iniciativa, con palabra propia: Cuando se acercaba a Jericó, un ciego que estaba sentado junto al camino pidiendo limosna (18, 35), se puso a gritar: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! (18, 38). Un pobre anónimo que expresa una figura colectiva de insignificancia social en toda su complejidad: ceguera como carencia física por castigo divino (Dt 28, 28), excluido de la práctica religiosa/cultual y, como parte de uno de los grupos mas indefensos de la sociedad, en el camino y pidien-do limosna, excluido también de la dinámica social y relaciones interpersonales.

Sin embargo, no deja de llamar la atención que, en medio de las dificultades físicas, religiosas y so-ciales, el ciego va encontrando un camino de acceso a Jesús a través de la palabra, en forma de reclamo oportuno. El título Hijo de David, evoca a la promesa judía del Mesías (2 Sam 7). El ciego recuerda a Je-sús sus deberes como instrumento de Dios: El libra al pobre que pide auxilio, al oprimido que no tiene protector (Salmo 71, 12-14), escucha su clamor y los libera (Sal 145, 19)

b) Un “ocuparse” que revela cómo Dios “no se limita a afirmar su amor, sino que lo hace visible y tangible” (RM 9): Jesús se detuvo y mandó que se lo acercasen. Cuando lo tuvo cerca, le preguntó: ¿Qué quieres que haga por ti? (18, 40-41a). Contestó: Se-ñor, que recobre la vista. Jesús le dijo: Recobra la vis-ta, tu fe te ha salvado. Al instante recobró la vista y le seguía glorificando a Dios (18, 41b-43a).

Jesús toma conciencia de la presencia desafian-te del otro en situación de vulnerabilidad; esta toma

de conciencia tiene una primera consecuencia: pro-piciar el encuentro, la cercanía; la segunda: sacar al pobre de la periferia social y religiosa e incorporarlo a la marcha cotidiana de la historia, en la vida pública como sujeto, ciudadano. La repetición de “recobrar” en el texto llama la atención de que estamos ante una realidad, la vista, que ha sido perdida, arrebatada y tiene que ser devuelta: una misericordia que restaura/recobra justicia. A este reclamo responde el título “Se-ñor”. El ciego sale de una relación clientelista basada en quien tiene el deber de dar/ quien solo recibe (Hijo de David) a una relación de reconocimiento mutuo ba-sada entre quien a través de su indignación cambia la vida de las personas (splagnisomai)/ quien en medio de las dificultades se hace sujeto de su destino y re-clama justicia. Esta nueva relación tiene como conse-cuencia la vinculación personal no solo a la persona de Jesús, también al proyecto del Reino, al que el cie-go queda, también, incorporado: le seguía.

Por eso, Francisco nos invita: “No será inútil en este contexto recordar la relación existente entre jus-ticia y misericordia. No son dos momentos contras-tantes entre sí, sino dos dimensiones de una única realidad” (RM 20). La misión de Jesús desarrolla, explícitamente la dimensión práctica y pública – inci-dencia en la convivencia social - de la misericordia. Solo así puede entenderse la magnitud del rechazo a dicha práctica.

3. Este tiempo de Jubileo Extraordinario de la Mi-sericordia es, sobre todo, un tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el testimo-nio de los creyentes” (RM 3), para que contemplando la misericordia de Dios, la asumamos “como propio estilo de vida” (RM 13) para que como discípulos/as nos sintamos provocados/as a escuchar el grito de au-xilio de los pobres, éste “se vuelva el nuestro y juntos/as podamos (desenmascarar) la hipocresía y el egoís-mo” (Cf. RM 15a).

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La misericordia en el carismaRaúl Pariamachi, ss.cc.

Año de la Misericordia

Quienes tratamos de vivir la vida cristiana desde el carisma de la Congregación de los Sagra-dos Corazones de Jesús y de María, sentimos

espontáneamente que el amor misericordioso de Dios está en el centro de nuestra identidad familiar.

Un carisma surge desde una experiencia del Espíritu en un determinado contexto personal, social y eclesial, que se cristaliza en una mirada particular del mundo y en una lectura específica del Evangelio. En nuestro caso, contemplamos el corazón compasivo de Jesús en los evangelios: el amor de Dios encarnado en Jesús… (cf. Const 2). Por esto sintonizamos tan bien con las palabras del papa Francisco que abren la bula por el año de la misericordia: “Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre” (MV, 1), porque admiramos el misterio de la misericordia de Dios en la tierra.

Me parece que el descubrimiento conmove-dor del amor compasivo de Jesús por los pobres de su pueblo está en la médula del carisma: Jesús que come con publicanos y pecadores porque Dios es un padre bueno que hace fiesta por su hijo que ha vuelto a la vida; Jesús que devuelve la dignidad a los niños minusvalorados, las mujeres sojuzgadas y los hom-bres excluidos; Jesús que multiplica el pan para los hambrientos y libera a los oprimidos por el espíritu del mal; Jesús que declara benditos a todos los que socorren a sus hermanos pequeños; Jesús que por el poder de su amor hace que los ciegos vean, los cojos caminen, los sordos oigan, los leprosos queden limpios, los muertos resuciten y a los pobres se les anuncie la buena noticia. ¡Qué maravilla!

El corazón compasivo de Jesús está en el ori-gen de la consagración, la comunión y la misión. Al respecto, siempre he encontrado en nuestras diferen-tes comunidades –de laicos, religiosas y religiosos– una actitud misericordiosa que marca las relaciones entre nosotras y nosotros. Me gusta cuando Francisco escribe que “la misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia” (MV, 10). Desde este punto de vista, solemos reiterar que la sencillez y el espíritu de familia son el sello de nuestras relaciones dentro de una Congregación internacional, intergene-racional, intercultural.

Siempre me ha llamado la atención el carác-ter dinámico de nuestro carisma; por ejemplo, cuando afirmamos que la misión “nos hace entrar en el dina-mismo interior del amor de Cristo por su Padre y por el mundo, especialmente por los pobres, los afligidos, los marginados y los que no conocen la Buena Noti-cia” (Const 6). En realidad estamos ante una dinámica del amor compasivo que tantas veces aparece en los evangelios: ver, sentir compasión y hacer algo: el pa-dre que ve venir a su hijo, siente compasión por él y corre a abrazarlo y besarlo; Jesús que ve llorar a la viuda de Naín, siente compasión por ella y le devuelve la vida a su hijo; el samaritano que ve al hombre heri-do en el camino, siente compasión por él y se acerca para curar sus heridas.

Por otra parte, el carisma de la Congregación ha sabido actualizarse en diversos contextos eclesia-les y sociales. Desde la vida de los pueblos de Améri-ca Latina, hemos aprendido que la misión no debe re-ducirse a una misericordia privada, sino que tenemos que extraer las consecuencias de una misericordia ampliada a todas las áreas de la vida. La obra repara-dora de Jesús, que tiene su fuente y su cumbre en la eucaristía, se realiza en la lucha por la justicia social, en la construcción de la paz en un mundo globalizado, en el cuidado del ambiente y las especies del planeta.

El Cristo resucitado que se muestra a sus dis-cípulos con la herida del costado, es el mismo que nos envía a ser testigos del amor de Dios: ¡Hagamos nuestras las opciones que llevaron a Jesús a tener su corazón traspasado en la cruz!

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7Abril - 2016Nº 394

Año de la Misericordia

Nuestra familia religiosa, obra de un Dios apasionado y misericordioso

Juanita Gómez Loayza, ss.cc.

El Papa Francisco inauguró el 8 de diciembre de 2015, el Año Jubilar de la Misericordia, para nuestra familia Religiosas de los SS.CC. es un

tiempo de gracia y bendiciones. Así mismo un tiempo para volver a lo esencial y núcleo de nuestro Carisma, pues, desde sus orígenes, somos “la obra de un Dios apasionado y Misericordioso”, iluminadas y guiadas por el Espíritu Santo.

El presente artículo, no pretende ser una biogra-fía de nuestros Fundadores ni la historia de nuestros orígenes, sino destacar y resaltar algunas de las innu-merables manifestaciones del amor y la misericordia de Dios en la vida de Pedro Coudrin, de Enriqueta Aymer y en la vida de las Primeras Comunidades. Al igual, la ternura y misericordia Dios condujo al pueblo hacia la tierra prometida, también constatamos la presencia y mano de Dios en la historia de nuestra Congregación.

Pedro Coudrin.

La vida de nuestro Fundador, se gestó en el seno de una familia muy cristiana y practicante, en la que desde muy pequeño, en la vida cotidiana de sus fami-liares, fue descubriendo a un Dios Padre y Providente. Años más tarde, él mismo dará testimonio de ello: “Un día yo estaba en el campo con mi tío Massonneau, le vi ponerse de rodillas detrás de la carretilla al toque de la campana que anunciaba la elevación. El creía que yo no ponía atención, pues no tenía sino cinco años, pero puedo asegurarles que eso me impresionó de tal manera que no he perdido nunca el recuerdo. De la misma manera los ejem-plos de piedad que me ha dado mi santa y virtuosa madre me han conmovido más que todo lo que he visto y oído en los diferentes lugares donde la di-vina Providencia me ha colocado después”

De niño, también tuvo influencia religiosa de su tío y padrino, el Padre Francisco Rion, quien lo prepa-ró para su Primera Comunión. De estudiante, conoció al Padre André Hubert Fournet, fundador, con Elisa-beth Bichier de los Ángeles, de la Congregación de las Hijas de la Cruz, allí Pedro Coudrín encontró una comunidad acogedora y muy apostólica que le ayudó a afianza su vocación para el sacerdocio.

En abril de 1789, al enterarse que su familia ha-

bía perdido un proceso que llevaba 40 años, él les es-

cribe para alentarlos e invitarlos a poner su confianza en un Dios bueno y misericordioso: “Acabo de saber la noticia de nuestra destrucción. ¡Ay! ¿Por qué lo he ignorado tan largo tiempo? Vuestra ternura hacia mi quería evitarme la pena. Es el colmo de la desgracia; pero hay un Dios fuente de toda consolación. ¡Ah! Tengamos confianza en El, ya que la injusticia de los hombres nos reduce a un vil gusano de la tierra, a quien se le quita hasta su sustancia... Pedid a Dios, pedid a Dios sin cesar. Es el verdadero, el bueno, el único consolador. Perdonemos, padre mío, madre mía, mi tío, hermanos míos, y mi hermana muy sufri-da. Perdonemos, perdonemos. ¿Quién sabe? Puede ser que Dios quiera que tengamos éxito de otra ma-nera. ¡Oh! la confianza en Jesús es una bella virtud. Resignémonos a su santa voluntad…“Seamos dóciles al Ser Supremo, no le abandonemos. Ciertamente, Él nos consolará muy pronto…“Amemos a Dios: si mis queridos padres, amémoslo por sobre todo. Él nos aliviará, estad seguros de ello; no sufrirá que per-damos todo; pero perdonemos a nuestros enemigos.”

El P. Coudrin, llevado por su celo apostólico co-menzó una intensa actividad apostólica clandestina, el 20 de octubre de 1792. Ya en ese tiempo, él tuvo “el sentimiento de vivir continuamente y milagrosa-mente en manos de la Divina Providencia” En sus prédicas reflejaba uno de los rasgos esenciales de su vida espiritual, la confianza en el amor de Dios. Es tan fuerte su convencimiento que Dios lo ama y protege que se arriesgaba a: “celebrar la misa para los fieles, confiesa, bendice los matrimonios, lleva la

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Año de la Misericordia

comunión a los presos, administra los sacramentos a los moribundos, convierte a los revolucionarios, asu-me la dirección espiritual de más de 900 personas, opera la reconciliación de los sacerdotes hundidos en el cisma...”

No cabe duda que P. Coudrin era conducido y protegido por la mano de Dios apasionado y compa-sivo con su pueblo, pues, humanamente es incom-prensible que la policía no haya logrado atrapar a este joven sacerdote que desplegaba tantas actividades pastorales, sin ser visto por sus perseguidores. Gene-ralmente, él enseñaba lo que oraba y experimentaba en su propia vida: “el Amor misericordioso de Dios, y todos sienten que sus palabras tienen un no sé qué, que impresiona profundamente al corazón. En todas partes esta predicación, desprovista de toda elegancia literaria, se convierte en ins¬tru-mento de conversión.”

Su encierro en su es-condite de la Motte d’Usseau, desde mayo de 1792, será para él un lago tiempo de re-tiro espiritual de desierto, de soledad, de sufrimiento, de incertidumbre del mañana, pero él lo aprovechó para alimentarse de la Palabra de Dios, de la Eucaristía, de tiempos fuertes de contem-plación donde adquirió una profunda experiencia del amor y la ternura de Dios. En 1800, él mismo contará esa extraordinaria experiencia: “Durante los cinco meses que he quedado allí, confiará él, no me he fastidiado un solo instante. Todos los días, decía la misa a media noche y aunque tuviese gran cui-dado de purificar el corporal, creía siempre haber dejado algunas partículas de las santas especies y tener así al Buen Dios conmigo. Terminada mi misa, yo subía a mi granero donde pasaba todo el día en la lectura de la historia eclesiástica y en ha-cer oración… el Señor me había hecho la gracia de no sentir ninguna inquietud, y gozaba de una gran paz de conciencia. Es verdad que el Buen Dios hace grandes gracias en esos momentos”.

Allí, “el Buen Dios” lo amó, lo preparó, lo fortificó colmándolo de gracias y bendiciones. Le habló al co-razón y le reveló en su visión, la misión que le confia-ba en compañía de otros: “Trepado en mi granero, después de haber dicho la misa, de rodillas cerca del corporal donde yo creía tener siempre el Santí-

simo Sacramento, vi lo que somos al presente. Me pareció que estábamos muchos reunidos juntos; que formábamos una tropa de misioneros que de-bían propagar el Evangelio por todas partes. Como yo pensaba en esta sociedad de misioneros, me vino también la idea de una sociedad de mujeres, pero no de una comunidad, tal como existe ahora, puesto que no había visto jamás religiosas... Este deseo de fun-dar una sociedad que llevase por todas partes la fe no me ha dejado jamás”.

Dicha visión fundante y profética le reveló los de-signios y sentimientos de un Dios Padre y misericor-dioso que ama a su pueblo: «He visto la humillación de mi pueblo en Francia y he escuchado sus gritos… El clamor de los hijos de Francia y del mundo han llegado hasta mí… Ve, pues, Yo te envío…«Yo estoy contigo” (Cf. Ex.3, 7.9-10.12) y como a Moisés lo en-vía a llevar el Evangelio por todas partes para contem-plar, vivir y anunciar al mundo su Amor misericordioso

encarnado en Jesús. El cómo y con quiénes?, después lo fue descubriendo.

El 20 de octubre de 1792, Pedro Coudrin oraba con su breviario, allí leyó la síntesis del martirio de San Caprasio, que todos cono-cemos. Dicho testimonio va-liente de Caprasio le ayudó y animó a salir de su escon-dite para seguir desafiando la muerte con el convencimiento que el “Buen Dios” lo cuidaba

y protegía: “Cuando yo salí de la casa de los Mau-main, me prosterné al pié de un roble que no estaba lejos de la casa y me entregué a la muerte. Pues yo me había hecho sacerdote con la intención de sufrir todo, de sacrificarme por Dios y morir si es preciso por su servicio. Sin embargo tenía siempre un cier-to presentimiento que me salvaría.”

Enriqueta Aymer

El itinerrario espiritual de la Srta. Enriqueta Ay-mer, indudablemente fue diferente. Ella tenía 11 años cuando su padre murió y su mamá que quería lo mejor para su hija, la mandó al internado de la Santa Cruz, de las benedictinas de Poitiers. Allí hizo su primera comunión. Durante la revolución francesa, su madre y ella escondieron a un sacerdote no juramentado. Dicho gesto de solidaridad las llevó a prisión. allí su vida dará un giro radical. Esos 11 meses en la cárcel fueron para ella, un tiempo de reflexión, de toma de

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Año de la Misericordia

conciencia de la vida frívola que había vivido, al margen de la realidad de sufrimiento de los pobres de su país y de es-paldas a Dios. El sufrimiento propio, de su madre y de sus compañeras de prisión, la so-ledad, la insertidumbre de qué día serían llavadas a la guillo-tina, la inseguridad que le tocó enfrentar, le fueron cambian-do su corazón. Un día dirá “Si me confieso será con la de-cisión de no negar nada a Dios en adelante”.

Su deseo de volver a Dios, se hizó realidad en agosto de 1794, cuando dos sacerdotes lograron en-trar a la prisión para brindarles la ayuda espiritual a las prisionerras. Enriqueta logró hacer su confesión general y comulgó. El “Buen Dios” la salva y revela su amor, al igual que al pueblo Israel:“No temas, por-que yo te he rescatado; te he llamado por tu nombre, tú eres mío… Porque tú vales mucho a mis ojos, yo doy a cambio tuyo vidas humanas; por ti entregaría pueblos, porque te amo y eres importante para mí. No temas, pues, ya que yo estoy contigo”. (Isaías 43, 1.4-5). Su proceso de conversión, comenzó a ser radical y profunda que marcó toda su existencia. Años más tarde le contará confidencialmente al Padre Regis: «Si no hubiera aprovechado esta gracia, mi conver-sión habría fracasado». «Nadie sabrá nunca lo que pasó entonces entre ella y Dios, pero el radicalis-mo de esta experiencia la cambiaría para siempre. La irrupción de Dios en su alma, tendrá en adelan-te una fuerza que creará dinamismos espirituales: ese vigor sobrenatural, capacidad de ascesis y de sacrificio material del que están hechas las gran-des fundadoras».

Al salir de la cárcel, Enriqueta tenía otra actitud

ante la vida, se encontraba en búsqueda de los de-signios de Dios en su vida, pues, el paso de Dios mi-sericordioso en la prisión, había despertado en ella, hambre y sed de Dios. Ella, tenía la firme decisión de emprender una nueva vida, para ello buscaba el acompañamiento de un sacerdote que le ayuda-rá a clarificarse. Un día, “oyó predicar al P. Pedro Coudrin, y experimentó tal sensación de armo-nía entre su espíritu y la manera de predicar del sacerdote, que decidió tomarlo como confesor” Fue así, que el Dios de la vida, permitió que sus dos elegidos: Pedro Coudrin y Enriqueta Aymer se en-contraran. Dos almas gemelas para una misma mi-sión. Ella, sin duda alguna le pidió a su confesor, ser admitida en la sociedad del Sagrado Corazón que

él mismo dirigía. Al respecto, veamos el testimonio de Ga-briel de la Barre: «El Buen Dios que la había destinado, junto con nuestro Reveren-do Padre para fundar nues-tra orden, había puesto una gran similitud entre estas dos almas; desde que ella lo conoció quedó admirada al oírlo hablar como ella oraba pero nunca le habló de ello».

Una vez admitida en dicha asociación en calidad de externa, el P. Coudrin le asignó una hora diaria de adoración, y recien el 7 de enero de 1803 le escribió al B.P. contándole la trascendencia que tuvo el incio de su adoración: “Yo estaba agitada por los aconte-cimientos, pero no convertida. Es a usted a quien debo este primer beneficio. Cuando estableciste la hora de adoración en Moulin -a- Vent y me seña-laste una hora, sin dudar de ello fijasteis mi des-tino”. Enriqueta, como miembro de la Asociación del Sagrado Corazón, entró plenamente en la adoración y en el espíritu de reparación para hacer desagravio por los crímenes de la Revolución. Así mismo, al igual que al P. Coudrin en Motte d’Usseau, en el silencio y la soledad, ella se dejó amar y moldear por el amor y la ternura de Dios quien la había salvado y liberado de la muerte. El Señor, la fue formando, para llevar a cabo su obra. Pero su hambre espiritual fue creciendo cada vez más. De ahí que en la primavera de 1797, ella le manifestó al P. Coudrin, su insatisfacción del poco progreso de la Asociación, ya que no le satisfacía a sus aspiraciones espirituales. Ante esta inquietud, el P. Coudrin le pidió que se pusiera a la cabeza, bus-cara una casa, miembros, lo que fuera necesario: “El abate vio en esta confidencia el signo providencial que esperaba. Siguiendo la invitación propuesta, Enriqueta reunió algunas voluntarias de entre los miembros de la Asociación y así formaron el gru-po de las «Solitarias». Ella fue nombrada superiora de este pequeño grupo. Y comenzaron pronuncian-do las resoluciones, castidad y obediencia, el 25 de agosto. Este primer paso, fue un acontecimiento de mucha trascendencia que marcó nuestra historia y el cumplimiento del sueño de Dios para nuestra Congre-gación: “Es una fecha importante en la historia de la Comunidad del P. Coudrin: por primera vez se expresa una voluntad “comunitaria” de construir una nueva Congregación Religiosa…” (P. Juan Vi-cente González) Pero era necesario tener una casa independiente. Enriqueta vendió con la mayor discre-ción posible las tierras que su padre le había dejado de herencia y con ese dinero se compró la Grand’Mai-

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Año de la Misericordia

son. La construcción se inició con mucho cuidado ya que en ese momento en Poitou la persecución al clero refractario había recrudecido. La mamá de Enriqueta tuvo que huir para refugiarse en el campo.

En ese ambiente de miedo e inseguridad, Enri-queta intuyendo el peligro que se corría y propuso al P. Coudrin trasladarse a su nueva casa llevando el San-tísimo Sacramento para continuar la Adoración Perpe-túa: “él aceptó la propuesta y declaró la urgencia de retirarse a la Grand’Maison que acababan de com-prar y se ofreció para acompañarlo con las «Solita-rias». Particular y conmovedor fue el traslado. En la tarde, a una hora determinada, el abate Coudrin guardó el copón bajo su chaqueta y acompañado a distancia por el grupo de “Solitarias”, entró en la Grand’Maison. Hizo colocar el copón en el escondi-te y encendió una lámpara ya preparada. Las Solita-rias hicieron una adoración; después, una de ellas tomó la primera hora de guardia».

Una Congregación que entre en los dolores interiores del Corazón de Jesús

Es así como “El Buen Dios” permitió que nues-tra familia religiosa naciese al pie del Tabernáculo con una clara dimensión reparadora. En uno de los men-sajes que la B. M. escribe al B. P. le dice: «El Buen Dios quiere una orden que esté destinada a adorar su corazón, a reparar los ultrajes que recibe, que entre en los dolores interiores de ese corazón, que imite las cuatro edades de su vida”. Las revelacio-nes de la B.M. confirman al B.P. la visión que él tuvo en la Motte d’ Usseau.

Es admirable contemplar a la B.M., una adora-triz abierta, disponible y abandonada a Dios: «Señor heme aquí haced de mí, lo que os agrade». «Todo por Dios, todo en Dios, todo a Dios, he aquí la úni-ca verdad consoladora. Abandonaos siempre en

Él y encontraréis ahí la paz, la fortaleza para sufrir y la alegría que la sigue». «Todo debería comen-zar, o al menos terminar por ahí». «Todo por Dios, no importa el resto, valor, paciencia y esperanza». «Todo por Dios que ésta sea nuestra divisa».

Además, en la medida que ella iba manifestando al B.P, lo que el Señor le revelaba, vivía con mayor con-fianza y abandono en la misericordia de Dios e invita-ba a su familia religiosa a vivir en esa misma actitud: «Ponga todas sus penas al pie de la Cruz. Tenga confianza en el resultado de todo lo que emprenda por su gloria». «En todo, armémonos de valor y es-peremos todo de la misericordia de Dios».

«Vaya al Buen Dios con confianza; que su amor la sostenga». «Dios sabe mejor que nosotros lo que necesitamos; abandonémonos pues a su di-vina Providencia. El abandono absoluto a Dios es el medio más corto para llegar a la perfección».

Al igual que el B.P., la B.M. anunciaba, enseña-ba y comunicaba, lo que ella oraba y vivía en carne propia, es decir, desde su propia experiencia de haber palpado la carne propia, la bondad, la ternura y mi-sericordia de Dios encarnado en Jesús, que la invita a ser suyas sus actitudes y sentimientos. Gabriel de la Barre dice: “La primera virtud interior que Enri-queta practicó fue una confianza sin límites en la misericordia del Señor».

En los numerosos escritos y cartas del B.P. en-contramos los atributos con los que él se refiere a Dios: la Bondad y la Misericordia de Dios considerados como «fuente de todo consuelo», que «tiene piedad de nosotros» y que nos ama tal como somos”. Esta Bondad y Misericordia, el B. P. la siente en todo lo ellos hacen y emprenden. Él mismo afirma: “De esta Pro-videncia-Bondad emanan todas las decisiones de Dios sobre nuestra vida y todos los dones natura-les y sobrenaturales que recibimos. «El Buen Dios» es el que nos da su gracia, nos bendice, nos sos-tiene, nos ayuda, nos conduce a través de la vida y hace su Obra en nosotros y por nosotros. De Él vienen la salud y la enfermedad, la alegría y la tris-teza, las satisfacciones y las prueba”.

La Buena Madre, durante su vida, con su plena confianza en la misericordia Dios, fundó dieciocho casas en extrema pobreza. Veamos el testimonio de Sor Marta Capmas refiriéndose a la B.M: «Me decía frecuentemente que era preciso tener confian-za en Dios…». Esta confianza era a menudo re-compensada: «En muchas circunstancias me di cuenta que estábamos con muchos problemas y

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Año de la Misericordia

yo no sabía cómo hacer para las diferentes comidas; pero entonces los víveres se mul-tiplicaban siempre de mane-ra que se tenía lo suficiente y aún más de lo necesario. Ello era tan frecuente que no prestábamos casi atención». (23) Es así, que las Primeras Comunidades vivieron real-mente en extrema pobreza, pero siempre confiando en el amor y la misericordia de Dios. Se hacía realidad, el pasaje de Mt 6,25-26: “Miren las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No son ustedes de mu-cho más valor que ellas? Al respecto, Gabriel de la Barre cuenta: «La vida que entonces llevábamos era dura y estábamos tan pobres que era difícil vivir mejor… es que los medios para actuar han estado siempre por debajo de los fines que se perseguían… Entre las Hermanas igual miseria. Hay que agregar las enfermedades; la adoración perpetúa nunca interrumpida. Dios quería ha-cerlo todo: ¡Dios hizo todo! Los miembros de la Congregación que aún viven hoy, y que han sido testigos o actores en todo esto, no sabrían decir como lo hicieron. Dios guarda su secreto».

Pero, la carencia de la comida, de las cosas no impedía que las Hermanas y Hermanos se sintie-ran felices, pues nuestros Fundadores a ejemplo de Jesús, encarnaron la ternura, la compasión y mise-ricordia de Dios. Ellos, alentaban y animaban cons-tantemente a sus hijos e hijas con gestos y palabras afectuosas, llenas de bondad y ternura. De ahí el ape-lativo que ambos llevan. Veamos el extracto de una correspondencia de la B.M.: «Sufro, mis queridas hi-jas, de verlas tan pobres, pero me alegro de verlas tan alegres, de tan buena voluntad. Sean sencillas, unidas entre vosotras. De eso depende vuestra fe-licidad aquí abajo y allá arriba. Tengan cuidado en pedir sus permisos, no por costumbre, sino según Dios y por Dios». Realmente, ellos vivieron con sencillez y humildad el Evangelio e incentivaron

el Espíritu de familia entre sus miembros: Ármense de paciencia, no haga nada por enojo ni por lo ya pasado. Unión y olvido: que sea su divisa; sobre todo póngase en guardia contra la suscep-tibilidad y piense en la de las otras».

El corazón misericordioso de la B.M. hizo que con bondad y delicadeza ayudará a los niños,

jóvenes y familias pobres y desamparadas. La portera de la casa Picpus cuenta: «He visto a la Buena Madre recoger familias enteras en su casa porque ellas no tenían los medios de subsistir. Otras veces ella aco-gía a pequeñas huérfanas… Desde hace 14 años que estoy en esta casa, he visto a la Buena Madre ayudar a más de 100 para sacarlas de la miseria».

El B.P., el 14 de abril de 1817, dirige a toda la Congregación una circular en la que deja evidenciar su gozo: “Ha sido preciso prodigios de la bondad di-vina para sostener en medio de las tempestades. “El Señor no ha cesado de hacer resplandecer entre nosotros los milagros de su Providencia... nos ha conducido como por la mano... Os anunciamos el motivo de un gran gozo... La Sede apostólica se ha dignado aprobar y confirmar nuestro Instituto”.

Concluyo el presente artículo, maravillada y agradecida de la “obra de Dios” en nuestros Fundado-res y en nuestra Congregación de los SS.CC. desde sus inicios hasta hoy. A ejemplo de ellos estamos lla-mados «Ser compasivos y misericordiosos como es compasivo y misericordioso nuestro Padre». (Cf. Luc. 6,36) Así mismo, a acrecentar nuestro amor y confian-za en el amor misericordioso de Dios, nuestro Padre, para que con el mismo Celo apostólico del B.P. y de la B.M. contemplemos, vivamos y anunciemos al mundo el amor misericordioso de Dios encarnado en Jesús.

“Nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que vive en amor, vive en Dios, y Dios en él” (1Juan 4,16)

1. Bernard Couronne ss.cc. UN HOMBRE CON UN CORAZÓN INFLAMADO. Padre José María Coudrin, 2. CuadernodeEspiritualidadn°10:AlgunosRasgosdelafisonomíaespiritualdelBuenPadre3. ProvinciadeAndalucía,PerfilBiográficodelaBuenaMadre4. http://bibliaparalela.com/psalms/42-1.htm5. P.JuanV.GonzálezCarrera,ss.cc.“ElPadreCoudrinlaMadreAymerysuComunidad.Roma19786. CuadernodeEspiritualidadn°10b:AlgunosrasgosdelafisonomíaespiritualdelaBuenaMadre

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Año de la Misericordia

Damián y la misericordiaTeresa Lazcano, ss.cc.

“La experiencia que tengo de la Misericordia divina me hace esperar que, con la gracia de Dios, usted lo podrá cumplir fácilmente, e incluso si lo hace de buena voluntad, encontrará en ello más gozo y más alegría, que cuanta

haya podido encontrar hasta ahora en los negocios de este mundo, a los que ha dedicado toda su vida...”

Carta N° 11: “Para enviar a nuestros queridos padres, París, agosto 1861

He querido partir de este fragmento de una de las tantas cartas

que Damián escribió a sus Padres, por la sencilla ra-zón de que más de una vez hemos expresado que gran parte de lo que somos como personas adultas, se debe al legado que nuestros progeni-tores nos transmitieron, y creo que Damián supo contemplar muchos valores en el seno familiar, sobre todo el sentido de relacionarse con Dios; el modo de vivir a Dios en aquel contexto cultural, sin duda la sensibilidad de sus padres de descubrir a Dios, hizo en aquel joven hacer su propio camino de encuentro con su Dios al que más adelante decidiría consagrar su vida. Y justamente en una familia reli-giosa que tiene como principal característica “Vivir el Amor misericordioso”.

Creo que quienes hemos leído algún libro o al-gún artículo sobre Damián, o visto alguna de las pe-lículas, nos hemos dejado conmover, otras veces se nos ha comprimido el corazón, incluso quizá nos he-mos preguntado, qué le hizo en este personaje “Da-mián” “amar hasta el extremo” y no hay otra explica-ción, al menos para mí, que vivió una adhesión total a su maestro “Jesús” y se identificó con el carisma de la Congregación a tal punto que simple y sencillamente vivió su misión como hijo de los Sagrados Corazones.

Sin duda, en Damián resaltan muchos valores y virtudes como hijo de los Sagrados Corazones, tam-bién como buen cristiano criado en un ambiente reli-gioso; se puede mencionar desde su valentía al iniciar una “aventura” en la nueva misión a la cual él se ofre-ció, hasta la audacia que le acompañó en esos duros comienzos, junto con la paciencia y humildad que le hizo “ganarse” a cada uno de los pobladores de Mo-

lokai, la fortaleza que le hizo soportar los difíciles momen-tos de soledad; y sin duda la compasión y misericordia que solo brota de la experiencia de sentirse amado por quien fue llamado.

Ahora, el contexto ecle-sial en el que nos encon-tramos, es el “jubileo de la misericordia” con el cual el Papa Francisco ha exhortado a toda la iglesia a entrar en esta sintonía por los muchos

cambios, movimientos en el que se ve envuelta la so-ciedad, y porque se contempla que se va diluyendo el sentido humano en la humanidad. Entrar en la di-námica de la misericordia es experimentarse amado y perdonado, sabiendo compartir con otros y otras esta buena noticia. Es ahí donde se da el anuncio que transforma al ser humano en seres sensibles, solida-rios, comprometidos con el prójimo… ¿y no fue esa la experiencia de Damián? Sin duda que sí, Damián dejó ver en su vida un testimonio de discípulo amado y lla-mado, que contribuyó con su gestos, palabras y obras a la transformación de ese “mundo”, un mundo que era despreciado, olvidado y marginado; en que supo descubrir un “sentido” por el cual vivir, aún en esas cir-cunstancias y contagiando a los otros y otras el deseo de descubrir el sentido de su existencia. Supo acoger la enfermedad como algo que le identificaba con los sufrientes, los preferidos de Jesús, y “esperó” la muer-te como aquel “encuentro” definitivo con su Dios al cual había servido incansablemente en su hermanos los “olvidados”.

La vida de Damián sigue motivando a misioneros y misioneras a “amar hasta el extremo”, a encarnar la mi-sericordia en aquellos lugares donde nos encontramos, a experimentar la misericordia en nuestra propia persona, a construir junto con otras y otros un mundo más humano.

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13Abril - 2016Nº 394

Año de la MisericordiaComunidad Educativa del Colegio SS.CC. Recoleta

Pedro Vidarte, ss.cc.

Año de la Misericordia

“Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericor-

dia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericor-dia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre no obstante el

límite de nuestro pecado.” (Misericordiae Vultus, 2).

Este número que nos presenta el Papa Francisco en la bula de convocación al año de la miseri-cordia, nos acerca a su llamado de contemplar

este misterio como fuente de buenos deseos de Dios para nosotros y, además como condición para nuestra salvación.

En atención a este llamado el equipo pastoral del Colegio ha buscado motivar en la comunidad educa-tiva el tener presente el sentido de la misericordia y la práctica de las obras de misericordia, buscando que todos asumamos un compromiso auténtico con la per-sona que sufre.

Nuestra motivación primera ha sido a los maes-tros y maestras, poniendo en sus manos el texto que nos convoca y explicando el sentido de este año de gracia y perdón. De esta manera, iniciamos la Cua-resma orientando el miércoles de ceniza como un día dedicado a compartir la misericordia de Dios: reflexión sobre al año de la misericordia, la invitación a peregri-nar a una puerta santa, prepararse para una buena confesión, celebrar el sacramento de la reconciliación, celebrar la Eucaristía, vivir y compartir el sentido de las obras de misericordia. El retiro anual de los maestros y maestras también dedicó toda una mañana a abordar la importancia del perdón y la misericordia, invitando a tomar conciencia que la evangelización de la Iglesia necesita personas reconciliadas y misericordiosas.

Nuestra segunda motivación ha sido, y es, co-municar este año bendito a nuestros estudiantes y sus familias. Por ello, las oraciones de bienvenida en los primeros encuentros con las familias, han estado guiadas por esta invitación del Papa pidiendo que ellos también se comprometan a comunicar y ense-ñar a sus hijos e hijas el sentido de este año y poner en práctica las obras de misericordia. Las actividades propias con los estudiantes se tiñen de esta invitación: oraciones, jornadas…

Considero que es un año en el que nuestro Cole-gio tendrá que ser creativo para ir comunicando esta alegría, paz y serenidad que brota de la misericordia; en ese horizonte convocamos a toda la Institución a celebrar el Vía Crucis Institucional donde las estacio-nes fueron orientadas desde las obras de misericor-dia; fue el segundo año de esta actividad y esta vez contó con más participantes, estudiantes y padres de familia, que se unieron a los maestros, al personal de servicio y al personal administrativo. Fue un tiempo significativo preparado con mucho cariño y detalle por quienes asumieron cada una de las estaciones.

Nos queda todo un año por delante, seguiremos compartiendo este tiempo de gracia con toda la comu-nidad educativa, teniendo presente que “un poco de misericordia hace al mundo un poco menos frío y más justo” (Papa Francisco).

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14 Abril - 2016Nº 394

Educar en la misericordiaLaura Isabel Morales, ss.cc.

Año de la Misericordia

La llamada del Papa Francisco a ahondar en este año Santo en la Misericordia, nos ha metido en un camino de transformación del corazón, de la

mente de las entrañas. Un momento realmente revolu-cionario, así estamos los cristianos hoy, así está la Fa-milia Sagrados Corazones. Hemos sido convocados por el Dios misericordioso a dar testimonio y anunciar su Amor de manera renovada. La educación, sobre todo en clave cristiana, es un anuncio y una obra de misericordia, por eso podemos decir que “Educamos en la Misericordia y para la misericordia”

“La misericordia es la palabra clave para indi-car el actuar de Dios hacia nosotros. Él no se limita a afirmar su amor, sino que lo hace visible y tangible. El amor, después de todo, nunca podrá ser una palabra abstracta. Por su misma naturaleza es vida concreta: intenciones, actitudes, comportamientos que se verifi-can en el vivir cotidiano. La misericordia de Dios es su responsabilidad por nosotros. Él se siente responsable, es decir, desea nuestro bien y quiere vernos felices, colmados de alegría y serenos” (MV N° 9). La educación es una oportunidad para ejercitarnos en la Misericordia, acercarse a los niños y adolescentes es ocasión para amar desinteresadamente, para amar deseando formar a cada alumna y alumno para vivir en el amor.

Educar es esencialmente una tarea de relación, la ciencia y la experiencia nos dice que no hay educación sin relación personal. Y las relaciones humanas desde la perspectiva cristiana están fundamentas en el amor misericordioso de Dios, “corazón del evangelio que por su medio alcanzan la mente y el corazón de toda per-sona” 1, estos vínculos dan a las personas la posibilidad

de potenciar todas sus capacidades y ponerlas al ser-vicio de los demás. El educador católico para dar credi-bilidad a su anuncio ha de vivir y testimoniar en primera persona la misericordia. “Su lenguaje y sus gestos de-ben transmitir misericordia para penetrar en el corazón de las personas y motivarlas a reencontrar el camino de vuelta al Padre”.2 Ese camino de vuelta supone acoger el perdón que viene de Dios y transformarse en portadores del perdón y la misericordia de Dios.

Educar en la fe es evangelizar, es decir anunciar y obrar misericordia. Es anunciar misericordia porque es dar la buena noticia del amor que Dios es y nos ha manifestado en Jesucristo. Y este es el primer sentido de este Año de la misericordia, pero también es oca-sión de enseñar a practicar la Misericordia, recordar las obras de misericordia es importante, pero lo es más caminar con nuestros alumnos y alumnas para encontrar a las personas necesitadas de misericordia y para entregar su vida en los pequeños gestos de atención, cuidado, ternura perdón que transforman el Colegio, la vida y la sociedad.

1. Misericordiae Vultus N° 122. Ibidem

NOTICIAS COLEGIO PADRE DAMIÁN

El 02 de abril se reunió la familia damiana para celebrar con alegría los 25 años de vida consagrada de nuestra que-rida hermana Susana Villarreal, ss.cc. Pasamos momentos emotivos junto a las hermanas de la comunidad, la familia de Susana y amigos de siempre, luego de una hermosa eucaris-tía, el festejo continuó con un compartir rebosante de alegría y fraternidad.

Felicidades querida Susana y nuestras oraciones siem-pre te acompañarán para seguir este camino de entrega y amor en fidelidad a los Sagrados Corazones.

Bodas de Plata, Aleluya

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15Abril - 2016Nº 394

Memorial de la niña no nacida, de Martin Hudáček

Año de la Misericordia

“En el Libro del profeta Jeremías, los capítulos 30 y 31 son llamados “libro de la consolación”, porque en ellos la mise-ricordia de Dios se presenta con toda su capacidad de confrontar y abrir el corazón de los afligidos a la esperanza. Hoy queremos también nosotros escuchar este mensaje de consolación.” Papa Francisco en la catequesis de la Audiencia General del miécoles 24 de febrero de 2016.

Este mensaje de consolación y de confianza en un Dios Misericordioso que ama y perdona, a quien amamos y en quien creemos, puede llegar a permear todo nuestra vida y reflejarse en nuestas relaciones y en la viviencia de nuestra misión. En las Obras de Arte, cualquiera que sea su manera de expresarse de esta misericordia de Dios, y su repercución en la vida humana, se reflja de múltiples maneras. Esta escultura lo hace de un modo extraordinario y ha despertado en muchas vidas la Misericordia de Dios y las misericordias de sus criaturas. El texto es de Javier Fernández, en Reflexiones, del 14 de noviembre de 2014.

Siendo apenas un estudiante de arte, Martin Hudáček de Eslova-quia se inspiró para realizar una

escultura que logra captar en sí mis-ma la devastación que el aborto pro-voca en la mujer, y que a través del Amor Misericordioso de Dios es po-sible la reconciliación y la sanación.

La escultura muestra a una mujer con un gran dolor, el duelo por su aborto. La segunda figura en la obra es la niña que no pudo nacer que se presenta como una niña pequeña que con ternura y de manera muy conmovedora se acerca a su madre para ofrecerle el perdón.

Martin, quien puso a su obra el significativo nom-bre “Memorial de la niña no-nacida” dijo que la escul-tura «expresa la esperanza que es dada a los creyentes por Quien murió por nosotros en la cruz y nos muestra lo mucho que se preocupa por todos nosotros». La obra, que ha sido admirada por muchos por su efectiva repre-sentación del trauma post-aborto, sensibiliza profunda-mente sobre esta realidad y provoca muchas emociones e interpretaciones.

Marek Hudáček, hermano de Martin, dice que tanto él como su hermano fueron inesperadamente sorpren-didos por las reacciones positivas de todo el mundo a la escultura: «No esperábamos esto… La intención princi-pal de mi hermano para hacer la escultura no era para hacerse famoso, sino poder hablar de la importancia del valor de la vida humana y la necesidad de protegerla desde la concepción».

Personalmente debo confesar que esta imagen siempre me ha impresionado desde que conocí su exis-tencia por el revuelo mediático que causó su inauguración en octubre de 2011 por parte del Ministro de Salud de Eslovaquia. Vemos, a la izquierda, una mujer de rodillas y llorando; la cabeza inclinada hacia adelante: la sostiene

sus manos. Refleja un dolor profun-do, muy hondo. Es una escultura de piedra. Delante observamos la figu-ra de un niño -podría ser niña- ela-borada en cambio en vidrio, en una especie de cristal transparente.

Esta niña está de pie, como alzándose del suelo y con su mano izquierda tocando delicadamente la cabeza de la mujer de piedra. Difícil poder expresar mejor el profundo

arrepentimiento de una madre que ha abortado. Pero lo ha logrado.

La idea surgió de un grupo de mujeres jóvenes, convencidas del valor de la vida y de las funestas con-secuencias que todo aborto conlleva en el cuerpo y en el espíritu de la infeliz madre. Eslovaquia es un caso pa-radigmático en lo que se refiere al descenso del número de abortos. Si en 1988, en los últimos días del régimen comunista, el número de abortos rondaba los 58.000, los últimos años ronda los 15.000. Y eso que su legisla-ción permite el aborto prácticamente libre hasta las 12 semanas, y es permitido a jóvenes de 16 y 17 años con permiso de sus padres. Afortunadamente el país de ma-yoría católica (un 70% de sus 5,4 millones de habitan-tes), cuenta con muchos servicios sociales y sanitarios que pertenecen a la Iglesia y en donde la mayoría de los ginecólogos son favorables a la vida.

Volviendo a la escultura, vemos que el artista ha logrado plasmar un maravilloso equilibrio entre dolor y amor; entre la agonía de la madre y el consuelo de la niña; entre el arrepentimiento de ella y el perdón de él. La imagen deja en el corazón una profunda ternura hacia la madre y su hija. Pero ¿por qué el autor quiso emplear el vidrio en el caso de la niña? Tal vez para evocar el alma pura y transparente de la niña no nacida que parece decirle: «Mamá, no llores más. Mírame, aquí estoy. Desde el cielo podré amarte y hacer por ti todo lo que no pude en la tierra».

Javier Fernández 14/11/2014 en Reflexiones

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16 Abril - 2016Nº 394

Año de la Misericordia

¿Cómo vivo el año de la “misericordia” en el noviciado? En este año, que el papa Francisco nos invita a vivir el año jubilar de la ‘misericordia’, tengo el privilegio de hacer mi año de noviciado. Esto no pasa por una mera coincidencia, es la gracia de Dios que se manifiesta en los pequeños detalles. “Dad gracias por todo” (1Ts 5, 18).

El noviciado es un tiempo para reflexionar sobre todo el camino recorrido en mi vida, mi familia, experiencias anteriores al entrar a la congregación, mi llamado vocacional, como respondí y también la experiencia del postulan-tado. Viajando en mi memoria veo claramente como la ‘misericordia’ de Dios y de tantas personas actuaron en mi vida, y eso me trae una sensación muy buena, pues este Dios que es tan misericordioso, también me invita a ser

misericordioso: “Sed misericordiosos como el Padre vuestro es misericordioso” (Lc 6,36)

En nuestro itinerario que recorremos, hay heridas, por eso me siento llamado, en este año de la doble misericordia (Jubileo y noviciado), a la reconciliación conmigo y con tantos hermanos que herí por el camino. Reconciliar y aceptarlos como hermanos, como regalo de Dios. “El perdón de las ofensas deviene la expresión más evidente del amor misericordioso y para nosotros cristianos es un imperativo del que no podemos prescindir”. (MV 9)

Como yo vivo en un noviciado internacional, la internacionalidad es un desafío muy grande, pues cada hermano trae consigo una mochila rellena de hábitos, costumbres y diver-sas cosas que pueden chocar en las relaciones, pero la mejor herramienta para evitar esos posibles choques es la misericordia. Doy Gracias a Dios por vivir este año de la misericordia junto con mi noviciado. Edvaldo Carneiro.

Al hablar de “misericordia” pienso que es ir directamente a una de las principales obligaciones de toda persona que busca la vida religiosa. Compadecerse de aquellas “miserias ajenas” fue a lo que vino Jesús al mundo, pues así lo enseñan los evange-lios: vino a servir y no para que le sirvieran. Desde el noviciado, el cómo vivo la mise-ricordia me lleva fácilmente a cuestionarme un hecho concreto dentro del día a día… ¿Cómo ser misericordioso con el necesitado cuando me encuentro en una experiencia interna físicamente, y dado el hecho de que la pastoral que se ejerce es limitada?

He allí donde veo que el primer campo donde se puede vivir esta misericordia es con los hermanos más cercanos, sería decir con mis hermanos de la comunidad con quienes vivimos el noviciado. Esta experiencia de la misericordia la vivo en primer lugar atendiendo a las necesidades de cada uno de mis hermanos, siendo cercano; y sobre todo, dando un toque de alegría y de esperanza en medio de las diversas situaciones que se pueden presentar en la vida cotidiana. Andrés Ordoñez.

¿Cómo vivo la “misericordia”? Esta pregunta me cuestionaba sólo en el sentido de ser misericordioso. Sin embargo, como novicio tengo la dicha de ser, en gran medida, receptor de la misericordia del Señor, a través de las personas con las que he interac-tuado estos primeros meses; especialmente, de quienes viven en los barrios aledaños a la casa y con mayor énfasis en la comunidad “Libertad”, donde se rehabilitan adultos y jóvenes, personas dependientes de distinta índole, también pacientes con problemas mentales. En este lugar, escuchar “¡te queremos!” (expresión con que estas personas muestran su gratitud), me ha transmitido una fuerte sensación de ¿cuántas veces no he dicho “¡te quiero!”? Como dice san Felipe Neri: “Echémonos en brazos de Dios, y estemos seguros de que si algo quiere de nosotros, nos dará las fuerzas para hacer todo lo que desee que hagamos”. Al igual que el hijo pródigo que regresa, se echa a los brazos del Padre y se dispone a lo que Él le diga. Se trata de “ser misericordiosos como el Padre” (Lc 6, 36). Joaquín Paul Molina Quicaña.

Expericiencias de misericordia Noviciado Interprovincial A. L. - Hermanos

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17Abril - 2016Nº 394

La familia en fiestaLaura Isabel Morales, ss.cc.

Vida de las Provincias

Las hermanas de la comunidad de Arequipa, he-mos pasado gratos momentos preparando la celebración de Votos Perpetuos de Nélida Cay-

llahua, ss.cc., primero hemos preparado la casa para acoger a las hermanas que compartirían ese día con no-sotras. Las primeras en llegar fueron las hermanas de la comunidad del Noviciado que nos acompañaron desde el 16 de marzo. Gozosas y con el deseo de compartir el entusiasmo de sentirse llamadas, llegaron dispuestas a participar de su alegría con las jóvenes de los Colegios Padre Damián y Sagrados Corazones en jornadas de reflexión para ayudarlas a responsabilizarse de su vida.

Los días previos a la celebración, estuvieron lle-nos de movimiento, ampliando espacios para recibir a hermanas y familiares de Nélida. La comunidad am-pliada celebró el don de la fraternidad el jueves santo. El viernes se ultimaron detalles para la celebración de la Pascua y de la Profesión Perpetua.

El sábado por la noche tuvimos nuestra Vigilia Pascual, animadas por un equipo de hermanas y pro-

fesores. Concluida esta celebración de fe, la familia de Nélida nos convidó a participar de su rito de agradeci-miento a la Pachamama.

Con personal de los colegios, de hermanas, ami-gos y familiares, iniciamos la ceremonia de profesión entrando en solemne procesión. La celebración fue animada por el coro organizado por Zenobia Gama-rra, ss.cc., con los profesores del Colegio SS.CC Are-quipa.

Conforme a nuestra tradición SS.CC., la ceremo-nia fue sobria, sencilla y bella pero a la vez llena de emotividad por la participación activa de profesores SS.CC. y amigos de Universidad y el Cen-tro de Escucha “Be-tania”. La Eucaristía, fue presidida por Raúl Par iamachi ,ss.cc. , Valéria Gomes, ss.cc., Superiora Provincial, recibió en nombre de la Congregación los Votos de Nélida. Una vez expresado a tra-vés de la Profesión Perpetua el deseo de responder a la Fide-lidad de Dios, Nélida fue acogida por las hermanas presentes.

Concluida la celebración eucarística, se tuvo un compartir fraterno, alegre y sencillo en el patio del Co-legio Padre Damián, transformado en un gran come-dor, gracias a la dedicación y empeño de las herma-nas de la comunidad. La ambientación fue elaborada por Carmen Pilar Valencia, ss.cc., y Otilia Salazar ,ss.cc. Después del almuerzo siguió el baile y pasadas las cinco de la tarde, en el comedor de la comunidad se realizó la apertura de regalos.

Agradecidas con el Señor resucitado se conclu-yó la fiesta al caer la tarde.

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18 Abril - 2016Nº 394

Acción de GraciasNélida Cayllahua, ss.cc

Vida de las Provincias

Queridos compañeros de camino, en este día quiero primeramente dar gracias a Dios por el don de la vida, que nos da la posibilidad de co-

nocernos y de reencontrarnos.

Quiero agradecer a mi familia, que ha sido la cuna donde he nacido, donde ha nacido mi fe, y don-de ha sido cultivada. A mis padres que con su amor a la Pachamama, con todas sus riquezas de la cultura andina, me han sabido transmitir la fe, el compartir, el servicio, el amor al prójimo y sobre todo al amor a aquello que es lo trascendente, aquello que inspira a la vida, aquello que inspira a amar. A mis hermanos y hermana quienes han sido para mí fiel testimonio del ver más allá de lo que podemos ver, por enseñarme con su vida que “lo esencial es invisible a los ojos” (Antoine de Saint Exupéry).

A mi familia religiosa, que desde un inicio me ha acogido como soy, no han buscado en mí una mu-jer perfecta sino simplemente a Nélida. Gracias infi-nitas, porque siento que cada una me ha mostrado a Dios encarnado de manera constante en sus bús-quedas, sus luchas, sus gozos, esperanzas y en todo el esfuerzo diario que hacen para hacer significativa nuestra vida religiosa Sagrados Corazones; muchas gracias hermanas y hermanos. Quiero agradecer tam-bién de manera especial a mis hermanas que me han acompañado en la formación: Lidia M; Susana, Paty, Candy, Flor y Valéria, agradecerles, porque han sido como el alfarero que me han ayudado en este proceso de crecer y discernir para encontrar cada vez más a Dios, que va obrando en mí y en cada una de uste-des, muchas gracias. No quiero dejar de mencionar a mis hermanas mayores en quienes he descubierto mi fuerza y mi esperanza para seguir adelante, pues me siento muy acompañada con sus oraciones y son para mí un claro testimonio de que es posible vivir y morir contemplando, viviendo y anunciando el amor de Dios.

MI agradecimiento a tantas personas, que a lo largo de estos años en la vida religiosa me han mos-trado el amor de Dios encarnado: la gente de Lade-ras que ha sido la cuna donde aprendí a gustar de la vida religiosa y de cómo Dios obra en su pueblo. Putina Punco (Sandia – Puno) donde me reencontré con lo mío, la cultura, la gente que me enseñó con la simplicidad de sus vidas a revalorar la riqueza del en-cuentro, la acogida, el compartir, “el estar con” donde el tiempo y el espacio no son tan valiosos, como lo es la compañía. Canto Grande, donde aprendí en tantos hombres y mujeres que la lucha y la esperanza son el pan de cada día para salir adelante, y finalmente agra-decer a esta hermosa tierra que me acoge ya desde el 2012 donde he aprendido que la esencia de una vida plena está en los gestos sencillos y concretos del día a día. Gracias a todos y todas por ayudarme a descu-brir y reafirmarme en la propuesta de Dios para cada uno y una: que seamos plenamente felices.

Muchas gracias a mi casa de estudios UCSM, al colegio SSCC, al colegio Padre Damián al volunta-riado de biomédicas de la UNSA. Muchas gracias por estar aquí amigos, amigas, compañeros de camino, seguiremos ahora caminando juntos, ustedes orando por mí y yo orando por ustedes.

En este año de la misericordia, la invitación más grande para mí y cada uno de nosotros es ser miserico-diosos y ello implica ser este gesto humilde de amor para los demás. Gracias y mis disculpas si en algún momen-to no he sabido ser buena hija, buena hermana, buena amiga; desde ya me pongo en sus oraciones y pongo en ella mis deseos de ser cada vez más una mujer de Dios.

Gracias por estar aquí, por acompañarme en este momento tan significativo para mí.

MUCHAS GRACIAS.

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19Abril - 2016Nº 394

Vida de las Provincias

Salgamos de prisa al encuentro de la vidaGenoye Lipa

Noviciado Interprovincial A.L. - Hermanas

Queridas hermanas les hago llegar mis saludos cordiales con mucho cariño, deseando siempre que se

encuentren muy bien de salud.

Les escribo esta carta con el fin de compartirles mi vivencia aquí en el Baña-do-Paraguay. Empezaré presentándoles a mis hermanas de comunidad: hnas. Nelly y Carmina de Paraguay, Violeta y Verónica de Chile, Teresa de Bolivia. Actualmente vivimos en la casa de los padres Jesuitas. Nuestra casita queda como a 30 minutos de caminata y todavía no está en condi-ciones de habitarla. Admiro la misión que realizan nuestras hermanas valientemente en el Ba-ñado. ¿Por qué? Dirán... Les contaré la realidad de los habitantes del Bañado a grandes rasgos.

25.000 familias son afectadas por el Fenómeno del Niño. La población vive muy cerca del rio Para-guay, cada vez que llueve sube el rio, y todos los afluentes fluviales crecen y se desbordan formando ríos por las calles que llevan basuras y se inundan la casas de los Bañadenses, por lo tanto muchas fami-lias se ven obligadas a dejar sus casas llevando sus pertenencias a parques, canchas de futbol y vere-das. Nos cuentan las familias que muchas cosas de sus pertenencias se les pierden o se malogran sus muebles, al igual que de nuestras hermanas. Es un desastre total caminar en el Bañado, lleno de basura, moscas, olor y contaminación total. La población vive propensa a muchas enfermedades, los más vulne-rables son los niños y ancianos, cada vez hay más personas con dengue, algunos niños con enfermeda-des en la piel.

Estas familias algunas veces reciben apoyo en alimentación de instituciones, que no son capaces de hacer algo pro-ductivo para que puedan ir superando su condición de vida, el asistencialismo está muy presente, esto con intención de que un día se cansen de las miserias y pocas condiciones de vida que atraviesan es-tas familias y finalmente salgan en busca de otras opciones de vida. Eso es lo que quieren el gobierno Paraguayo y algunas empresas latifundistas que solo esperan poder acaparar la tierra para sus grandes construcciones con vista al rio para sus propios beneficios.

Hay otra realidad muy cuestionante; hay mu-

chas(os) madres y padres adolecentes, que por falta de cariño en sus hogares salen fuera en busca de ello y muchos casos de madres solteras, percibí esto con las madres que se acercaron para la preparación del bautizo de sus hijos, madres muy jóvenes con 4 o 3 hijos de diferentes padres. Por lo tanto no llegaron los padres y padrinos a la preparación.

Entre estas y muchas otras realidades encontré

una esperanza. Al participar en semana santa, me encontré con más de 200 jóvenes que fueron convo-cados para vivir el triduo pascual donde hubo temas de reflexiones, dinámicas, etc. con alegría sentí y fui captando el entusiasmo el deseo de cambio y ser jóve-nes diferentes, ellos y ellas desean comprometerse en donde la delincuencia y la droga es pan de cada día. En todas estas realidades nos movemos diariamente. Visitando a las familias y escuchando sus dificultades y vivencias, visitamos también los campamentos donde viven los niños que asisten a nuestra escuelita y en-tre tantas otras cosas que veo y escucho, la pregunta siempre es ¿qué puedo yo hacer ante tanta miseria o lo que fuera? ¿En qué, para qué y porqué gasto mi vida, mí tiempo y mis horas? Y muchos otros sentimientos vienen a la mente y al corazón, a veces siento la impo-tencia de no poder ayudarlos en sus grandes necesi-dades, y es entonces donde me animo más y salgo de prisa al encuentro de la vida en algunos casos es solo para presentarles al Dios sus vidas al fin de cada jorna-da. El reto que encuentro a diario es el idioma guaraní con que se expresan con más fluidez, no las entiendo, el otro reto es el calor insoportable.

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20 Abril - 2016Nº 394

Vida de las Provincias

De apoco voy entrando al ritmo de la comunidad, en cada una de estas realidades y conociendo personas.

Aquí les cuento sobre la pastoral en la que brindo mi humilde apoyo o a veces sola-mente con mi escucha:

• En la escuelita que tene-mos acogemos a niños y niñas en el garaje para el reforzamiento escolar y valores de lunes a viernes. Se ve que la educación de los niños es pésima, muchos de ellos con bas-tante carencia afectiva. Lo lindo de esta misión es que los niños generan en mi cariño y ternura con sus vidas llenas de inocencia, confianza y cercanía.

• Acompañamos con Carmina a un grupo de jóve-nes mensualmente “Proyecto de vida” quienes son entusiastas y dinámicos, son animadores de grupos y catequistas.

• Apoyare a Nelly en Pastoral Juvenil, ya que des-pués de la Semana Santa se organizan los grupos.

• De vez en cuando me voy a llevar la comunión con la hna Violeta.

• Estoy empezando con algunas mujeres en el tra-bajo de costura y manualidades lo cual beneficia-ra a algunas familias.

• Participo en el grupo de encuentros de “coordina-dora de emergencias” donde voy conociendo tam-bién la realdad a través de estos encuentros.

Para vivir esta misión y otras experiencias muy duras encuentro que la única fuerza es la oración,

la palabra compartida y la vida comunitaria. Reconozco con claridad que estos son los pi-lares fundamentales que ani-man la misión en el Bañado de seguro que también lo es en otras misiones donde la con-gregación está presente. Esta confianza en Dios me permite ver con confianza y esperanza un mañana distinto.

Lo bueno también es que en esta experiencia tan distinta voy conociendo y aprendiendo muchas cosas; a desaprender lo aprendido para acoger lo nuevo. Como también que necesito hacerme parte de la cultura Paraguaya, la comida y otras costumbres, además enriqueciéndome de las experiencias, de mis hermanas de comunidad.

Las hermanas de la provincia siempre me pre-

guntan cómo me estoy sintiendo, al igual que ustedes mis hermanas de la provincia y sus oraciones por mí. Para mí son detalles que animan mucho mi experien-cia aquí. ¡Muchas Gracias hnas! Es también por eso que he querido darme un tiempito para escribirles esta carta más detallada sobre mi experiencia en el Baña-do con mucho cariño para ustedes.

Les deseo todo lo mejor en la misión que realizan día a

día… Me despido con un gran y fuerte abrazo para cada una. Que Jesús y María nos guarden en su amor hoy y siempre.

Saludos y bendiciones para todas.Con todo cariño.

• La comunidad de Huaripampa, poniendo en práctica el año de la misericordia, el mes de marzo lo iniciamos invi-tando a seis adultos mayores al almuerzo, los segundos lunes de cada mes en nuestro comedor de la comunidad.

• Además apoyamos con útiles escolares a la mayoría de las instituciones educativas primaria de nuestra parro-quia; por otro lado, hemos podido gestionar donación de libros de la editorial “Mi Obra y Mi Orgullo” para inicial de 5 años y primaria de primero, cuarto, quinto y sexto grados.

• Hemos participado del VII encuentro sacerdotal región centro: Huancayo, Huánuco, San Ramón y Tarma, con el tema: Sacerdote rostro de la Misericordia de Dios, los días 29, 30 y 31 de marzo en la ciudad de Tarma.

NOTICIAS BREVES - COMUNIDAD DE HUARIPAMPA

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21Abril - 2016Nº 394

Vida de las Provincias

Dominga Vergara Gallo, ss.cc.“Aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad…” Heb. 10,7

El domingo 10 de abril, día del Señor, nuestra querida hermana Dominguita, como cariñosa-mente la llamábamos, después de estar mucho

tiempo delicada de salud sin poderse levantar, se fue a la casa del Padre con sus 98 años de vida que ella ofreció con generosidad a la Congregación mientras sus fuerzas le permitieron.

Nuestra Dominguita ha sido una mujer muy discreta y sencilla. Nos recuerda a Jesús en su vida oculta en Nazaret: trabajadora y responsable, siem-pre pronta a ayudar, a facilitar la vida de quienes han vivido con ella y necesitaban sus servicios. De carácter alegre y de fácil adaptación. No era muy dada a los cambios, más bien apreciaba la tradición.

Comunitaria, alegre, era fiel a sus amistades y este sentido de fidelidad lo manifestó en todos los ámbitos de su vida: a su Consagración, a sus valores entrañables, a la adoración Eucarística re-paradora, al Dios que la llamó y al cual sirvió a lo largo de su vida. Su fe profunda y su confianza en el Señor la han acompañado en todo momento, hasta el final… por eso se fue apagando suave-mente, como una velita.

Dominga nació el día 12 de noviembre de 1917 en la ciudad de Chiclayo-Lambayeque-Perú. Fue hija del señor Fidel Vergara y de la señora M. Dominga Gallo. Inició su vida religiosa el 2 de abril de 1926 en Chosica- Lima. Realizó su profesión temporal el 2 de febrero de 1949 en la misma ciudad al igual que su Profesión Perpetua, celebrada el día 2 de febrero de 1952 en Chosica.

De 1949 a 1975, se desempeña en el cuidado de los dormitorios, limpieza y compostura de ropa, portería y ropería de las niñas en Lima y un año en Arequipa. 1978 trabajó en la comunidad en Surco – Lima – casa de Formación. En 1980, en la comu-nidad de Belén ayudando en la limpieza. En el año 1984 regresa a la casa de formación en Surco. De 1987 – 2004 regresa a apoyar en la limpieza en la comunidad de Belén, donde fue apoderada de la her-manas mayores.

A partir del 2005 vivió en la Comunidad de Belén – San Isidro – Lima, junto a las hermanas mayores hasta su partida. Ahora descansa en paz en los bra-zos del Señor y nos deja el legado de amor abnegado, discreto y silencioso.

SEMBLANZA

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22 Abril - 2016Nº 394

Vida de las Provincias

P. Jean Louis SCHUESTER HUET, ss.cc. (1947-2016)

El P. Juan Luis Schuester ss.cc. nació el 15 de fe-

brero de 1947 en Cour-tisols (Francia), siendo el primer hijo de don Bernard y doña Andrée. Ingresó al Noviciado de la Congregación de los Sagrados Corazones el 3 de octubre de 1967 en Montgeron (Francia), ciudad en la que profesó sus primeros votos el 7 de octubre del año siguiente. Estudió teología en la Facultad de Teología de Es-trasburgo. Su espíritu misionero lo trajo al Perú el año 1972, aquí profesó sus votos perpetuos el 15 de agos-to de 1973 en el distrito de Puente Piedra, Lima. De regreso a Francia recibió la ordenación diaconal y la ordenación sacerdotal en 1977, a la edad de 30 años. El mismo año decidió volver al Perú para ponerse al servicio del pueblo de Dios en estas tierras.

En el Perú vivió primero en la ciudad de Arequipa

de 1977 a 1984, trabajando de vicario y de párroco de las parroquias de Pachacutec y de Sachaca. Pos-teriormente vivió en Lima de 1985 al 2006. Durante estos largos años se desempeñó como vicario de la Parroquia SS.CC. Recoleta, asesor del Centro Juvenil SS.CC. en la Plaza Francia y asesor de las Comuni-dades Católicas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Fue elegido para el cargo de consejero provincial en tres oportunidades (1980, 1988 y 2012). Se desempeñó como superior provincial de la Con-gregación en el Perú durante cuatro períodos (1991-1994, 1994-1997, 1997-2000 y 2003-2006), prestando este servicio durante doce años acumulados. Siendo superior provincial asumió los servicios de coordina-dor general y de coordinador de misión de la Con-gregación en América Latina. Al mismo tiempo, fue elegido como vocal y como vicepresidente de la junta directiva de la Conferencia de Religiosos del Perú.

Fue también un promotor destacado de las comuni-dades laicales y la rama secular de los Sagrados Corazones. Al acabar su provincialato el año 2006 trabajó algunos meses como formador del postu-lantado; posteriormente, fue llamado a la casa ge-neral de la Congregación en Roma para cumplir las funciones de archivista

general y de superior local durante cinco años. El año 2011 retornó una vez más al Perú, siendo nombra-do consejero provincial para el período 2012-2015 y vicepresidente del Directorio del Colegio SS.CC. Re-coleta para el trienio 2013-2015. Desde entonces se desempeñó como delegado de la Congregación ante la Comisión de DDHH-JPIC de la Conferencia de Re-ligiosos del Perú. En los últimos años acompañó el proceso de formación de los jóvenes profesos. Desde el año pasado ejercía el servicio de rector de la Iglesia SS.CC. Recoleta. El lunes 11 de abril del 2016 falleció a las 8.30 a.m. en la Clínica Centenario Peruano-Ja-ponesa de la ciudad de Lima.

El P. Juan Luis Schuester ss.cc. compartió el ta-

lante misionero de tantos padres franceses que deci-dieron venir a trabajar al Perú. Su vida entera estuvo marcada por una voluntad apasionada de servir al rei-no de Dios en la tierra, particularmente en la línea de las opciones de Puebla por los pobres y los jóvenes, buscando siempre el protagonismo de los laicos en la Iglesia. Juan Luis fue un trabajador incansable de la Congregación, a la que amó con todo su corazón, así como un colaborador entusiasta de la vida religiosa en el Perú y en América Latina. Cuando supo de la gra-vedad de su enfermedad decidió quedarse en el Perú para siempre, en este país al que ofreció lo mejor de su vida y de sus dones. Descansa en paz Juan Luis, padre, hermano y amigo.

El P. Paulino Colque Ccori, Superior Provincial de los SS.CC. del Perú: agradece su cercania y oraciones por acompa-ñarnos en el fallecimiento de nuestro querido hermano Juan Luis Schuester, ss.cc. ocurrido el día lunes 11 de abril a las 8:30 de la mañana en la Clínica Centenario Peruano Japonesa - Lima.

A la espera de sus familiares de Francia, el velatorio se llevó a cabo el día viernes 15 de abril en el salón de la Iglesia SS.CC. Recoleta - Plaza Francia, la misa de exequias fue celebrada el día sábado 16 a las 10 a.m., la que estuvo presidida por Mons. Raúl Chau Quispe, concelebrada por los hermanos de la Provincia y sacerdotes amigos de la Congregación. Después de la celabración eucarística partimos al sepelio realizado en el Cementerio Presbítero Maestro.

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23Abril - 2016Nº 394

Vida de las Provincias

El hombre fiel a su vocaciónP. JUAN LUIS, SS.CC.

Hilario Huanca Mamani, ss.cc.

Hermanas y hermanos:

Estamos reunidos para expresar nuestra gratitud a Dios por nuestro hermano Juan Luis, otro mi-sionero, que se queda definitivamente con no-

sotros y desde aquí parte a la casa del Padre. Al pre-guntársele si se quedaba o retornaba a Francia como, parece, quería su familia respondió: “Eso está fuera de discusión, yo me quedo en el Perú”. Para esta eu-caristía hemos tomado los textos del IV domingo de Pascua porque es el día de la “Jornada mundial de oración por las vocaciones” y porque nos parece que expresan la vida y misión de Juan Luis.

En este tiempo pascual, nuestra Iglesia nos invita a hacer memoria de Jesucristo resucitado y la misión que nos ha dejado de ser, como Él, “Pastores(as)”, es decir, responsables de la vida de todos nuestros her-manos(as) y del mundo, no sólo como religiosos(as) y sacerdotes sino todos por nuestra condición de bauti-zados; responsabilidad que se concretiza en empren-der el camino de la liberación y salvación sembrando el Reino de Dios en el corazón de cada ser humano. Esto es lo que comprendieron los primeros cristianos como Pablo y Bernabé que empezaron a anunciar a Jesús de Nazaret como el Cristo, la continuidad del Reino entre nosotros, no sólo dentro del pueblo judío sino fuera: “sepan que nos dedicaremos a los paga-nos”, como escuchamos, una tarea nada fácil. Algo importante, el propósito final de esta tarea es que to-dos tengan vida y ninguno perezca. Nos parece que este es el camino que se esforzó por seguir nuestro hermano Juan Luis.

“Mis ovejas escuchan voz, y yo las conozco”. Juan Luis fue un servidor de todos, de manera parti-cular apostó por los laicos y jóvenes. Como misionero se caracterizó como promotor de la fe como experien-cia vital e histórica, se esforzó por ser el facilitador del encuentro de cada uno con la persona de Jesucristo, una experiencia que toque su vida hasta la entrañas, le convierta y le dé un nuevo horizonte a su camino. Desde esta experiencia, cada uno se haga respon-sable de su destino para que la vida le vaya bien de acuerdo a su vocación; de ahí surge el famoso “Pro-yecto de vida”, los sueños de uno que deben incluir la realidad del entorno y el proyecto salvador de Dios. Ahora, ese proyecto no se debía hacer solo sino junto con otros que se concretizó en las conocidas comu-nidades laicales, juveniles y también religiosas. En el fondo su sueño fue que cada persona sea una mujer o un hombre realizados tal como quiere Dios.

“Y yo les doy la vida eterna; no perecerán jamás”. A la primera, sigue la segunda dimensión de la fe: ser para los demás. Cuando Juan Luis promovió las co-munidades laicales o juveniles no fue para ponerlas al servicio de la Iglesia o de la sociedad sino poner-se a su servicio para que descubran su vocación, su destino y se pongan en camino. Incluso durante su servicio en la pastoral vocacional que la congregación le encomendó procuró que cada joven haga su discer-nimiento de su vocación y sólo después optar por la vida religiosa o laical. Así lo hicieron muchos y unos y otros nos sentimos familia. Su propósito fue que uno mismo descubra su compromiso con los demás como una dimensión ineludible, vinculante de su fe. De ahí su interés para que cada uno se comprometa libre y generosamente en su comunidad eclesial o social.

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24 Abril - 2016Nº 394

NOTICIAS COMUNIDAD DEL NOVICIADO INTERPROVINCIAL - HNOS.

• Del 9 al 19 de marzo, la comunidad del noviciado, empezó con los preparativos para la Semana Santa, en la capilla 3 de octubre -Chaclacayo, y en la capilla San José - Montenegro, S.J.L.

• Edvaldo, Joaquín y Andrés iniciaron su trabajo pastoral en la Confirmación de la parroquia Nuestra Señora del Rosario - Chaclacayo.

• Del 20 al 26 de marzo nos dividimos en dos grupos para acompañar la Semana Santa, participando, en dos lugares: quienes integran cada grupo y qué lugares les toco o fueron.

• El 27 de marzo celebramos el Domingo de Pascua compartiendo el almuerzo con las hnas. Hijas de la Caridad.

Vida de las Provincias

Alentó a todos a estar atento a la realidad, a sentir el país, el mundo, a participar en cuanta acción que se presentaba como la defensa de la vida, de los dere-chos humanos, la justicia, el cuidado de la naturale-za. Le dolía el Perú pobre, como masa descuidada, dispersa y sin horizonte; soñaba con un pueblo cons-ciente, organizado y con proyecto propio; y, líderes propios. Así, fue uno de los tozudos setenteros que se entregó generosamente al servicio de nuestro pueblo para que tengan vida.

“Nadie las arrebatará de mi mano”. Este ha sido el servicio de Juan Luis como miembro de una Iglesia y de la familia Sagrados Corazones que vivieron la alegría de una Iglesia en renovación del Vaticano II, del amor del Dios de la vida a la humanidad y defensor de los pobres; también sufrieron las consecuencias de la pobreza y la violencia de ese entonces. Caminó jun-to con su pueblo atento a que ninguno que estuvo bajo su cuidado sea arrebatado. Vivió y murió como hijo de los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Iden-tificado con la provincia peruana, como superior de la comunidad o de la provincia, servidor y animador. Gran promotor de la comunión en la vida y misión en-

tre hermanos, hermanas y rama laica; no como cola-boradores de unos a otros sino como corresponsables de una misma misión. Para no seguir más, está circu-lando entre nosotros una semblanza y un video elabo-rados por sus hermanos menores que sintetiza bien lo que fue para nosotros: padre, hermano y amigo.

Hermanas y hermanos, Juan Luis fue el hombre fiel a su vocación, que hizo suyo la misión de Jesús como buen pastor. Ahora, que siga proclamándose a Jesús como el Cristo y presencia del Reino de Dios, de hacerse pastor, responsable de esta misión de-pende de nosotros. Todos supliquemos a Dios a per-severar como persona y comunidad en la fe, la vida y la vocación.

Terminamos agradeciendo a la familia Schuester Huet por haber ofrecido un hijo para colaborar con la misión salvadora de Jesús y por permitir que se quede con nosotros.

Y, tú Juan Luis, hermano y amigo, hasta pronto, contamos contigo…

Amén.

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25Abril - 2016Nº 394

Vida de las Provincias

Al atardecer de la vida…Raúl Pariamachi, ss.cc.

Gracias a la confianza del P. Juan Luis Schues-ter tuve la dicha de asomarme a su corazón en las últimas horas de su vida; de alguna mane-

ra, me siento en la obligación de transmitir algo de sus palabras, para que no queden en el olvido.

Contra lo que yo mismo pensé en un momen-to, Juan Luis siempre fue consciente de la gravedad del diagnóstico: cáncer de páncreas con metástasis. Decidir someterse a la quimioterapia puede ser en-tendido como un acto legítimo de aferrarse a la vida, pero, en su caso, pesaba mucho la voluntad de no de-fraudar a las personas que le expresaban su amistad y su cariño: “No puedo ser cobarde –me dijo–, es tanta la gente que reza por mí, que espera que me sane”. Por supuesto, también contaba el temperamento pro-pio de un hombre de decisión y acción, lo que se debe hacer hay que hacerlo ya.

Una semana antes de su partida me pidió que conversáramos, estaba ya postrado y hablaba con di-ficultad. Me dijo que estaba consciente de la evolución del cáncer y que la quimioterapia no iba a devolverle la salud. Desde ese momento supe que Juan Luis se sentía liberado para hablar de la muerte. Me contó brevemente lo que había hecho en su vida y cómo había tratado de hacerlo de la mejor manera. Por su-puesto, yo conocía más o menos su recorrido, pero fue una experiencia inolvidable escucharlo hablar con tanta pasión (Juan Luis siempre fue un hombre apa-sionado). Para mí el momento más sentido fue cuan-do recordó su profesión perpetua en Puente Piedra, se respiraba su amor por el Perú, por su gente, su cul-tura, su comida. “He sido feliz”, me dijo emocionado. “Ya he cumplido, no creo que Dios me pida más”. En ese momento solo atiné a decirle: “Lo has hecho bien, Juan Luis. Nos has amado con todo tu corazón”. Me confió su encrucijada: por una parte, se sentía exigi-do a seguir batallando por su vida; por otra, se sentía

cada vez más agotado. Finalmente, llegó a la decisión de abandonarse en las manos de Dios, aceptando el curso de la vida. Sé que al día siguiente conversó con Pedro Vidarte, para decirle que había decidido no con-tinuar con la quimioterapia.

La víspera de su muerte hablamos en la clíni-ca. Un diálogo breve, porque estaba en cuidados inter-medios. “Machi –así me decía–, ya está… es el final”. Y yo me atreví a pedirle que esperara a su hermano y a sus sobrinos, que llegarían en cinco días. “No… no creo que los vea”. Se emocionó mucho al mencionar a su familia, yo también porque sé del sacrificio que significa para un misionero dejar su patria y su hogar. Me impactó que hasta el último momento Juan Luis pensara en la Congregación, estaba preocupado por el futuro de la vida religiosa, me animó a ser perseve-rante. Al final dijo: “Bueno… Jesús me dice: Soy yo, no temas” (después supe que José Serrand le había comentado el evangelio del día anterior). Le pregunté si necesitaba algo, me pidió rezar. Entonces me nació presentarnos ante Dios como hijos de los Sagrados Corazones; rezamos el Padre Nuestro, el Ave María, el Gloria. Le hice la señal de la cruz sobre la frente y le agradecí por todo lo que hizo por nosotros sus her-manos de Congregación.

A la mañana siguiente me llamaron para de-cirme que Juan Luis había fallecido. Yo estaba en una tienda, no pude contener las lágrimas. Recordé la tarde de febrero de 1992, cuando conversé con el Schuester –así le decía– en una banca del convento; él me escu-chó con atención, me abrió las puertas de la Congrega-ción. Mi madre, que llora su partida, siempre recuerda este gesto; yo también, por supuesto. Y es que Juan Luis era un religioso y un sacerdote a toda prueba. Sé que ahora es parte de esa nube de testigos que nos acompaña mientras peregrinamos por este mundo.

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26 Abril - 2016Nº 394

Vida de las Provincias

Me gustaría decir unas pocas palabras sobre un gran hombre que ha ocupado un sitio muy importante en nuestras vidas. Él es y será

siempre el orgullo de toda su familia francesa igual que de su familia de la Congregación de los Sagrados Corazones. Dedicó su vida a Dios, a ayudar a otros y a transmitir su amor a la vida.

De niño no comprendía ¿por qué? se había ido tan lejos de nosotros. Finalmente, hace 15 años, en el 2001, tuve la suerte de vivir una experiencia que cam-bió mi vida y en ese momento lo comprendí. Juan Luis me invitó a venir a Perú para hacer unas prácticas en la fábrica de vino de su amigo, el señor Nicanor. Me quedé tres meses con ustedes y recuerdo cada día como si fuese ayer... Vi a gente peruana llena de amor siempre dispuesta a ayudarle, una gran familia alrededor de Juan Luis y un país maravilloso. Tuve la oportunidad y la suerte de vivir a su lado y recuerdo su orgullo y su felicidad de compartir esa época de su vida con su sobrino, en su casa y en su país.

Este año, en septiembre, vamos a celebrar el matrimonio de mi hermanito Baptiste y de su novia Lucie y Juan Luis estaba tan feliz de celebrarlo. Siem-pre celebró los eventos religiosos en nuestra familia, matrimonios, bautismos. Hace dos años, celebró el bautismo de mi hija menor Chloe que tiene 4 años ahora. Mi hija me dice siempre recordándolo: “El tío Juan Luis es un bandido porque puso agua sobre mi cabeza”.

Tío, seguro que me estás escuchando: Por favor discúlpanos por llegar demasiado tarde y por no ha-berte acompañado físicamente en esta última etapa de tu vida. Ahora estamos aquí tío, a tu lado, con los tuyos, en tu casa de Plaza Francia. Tú hermano Fran-cois, tus sobrinos Baptiste y yo; aunque el resto de la familia no pudo venir, todos ellos están presente en nuestros corazones hoy y están rezando por ti.

Un amigo tuyo ha escrito en el día de tu falle-cimiento unas palabras que resumen perfectamente tu forma de ser: “Una estrella se ha agregado en el cielo y continuará a iluminar nuestras vidas” Seguro que siempre permanecerás presente en nuestros co-

razones, que seguirás iluminando nuestras vidas y que cuidando de nosotros.

Tío, recuerdas cuando tuve problemas en mi ma-trimonio y no sabía cómo arreglarlos? Me contestaste: Loic, el matrimonio es una batalla de cada día, tienes que luchar por tu familia y darle todo el amor que tie-nes. Como siempre tenías razón, seguí tus consejos y ahora soy un marido y un papá muy feliz.

Te agradezco por todo lo que has aportado a nuestra familia y a tu país, el Perú. Nos has dejado la mejor herencia posible, una familia muy unida en el dolor y en la alegría y te prometo que lucharemos cada día para preservar esa herencia. Siempre serás un modelo para nosotros. Cumpliste la misión que Dios te dio, ahora puedes descansar en paz y seguir cuidando de nosotros desde el más allá...

Que sepas que toda tu familia y tus amigos se reu-nirán el 30 de abril en la iglesia de Courtisols en Francia para celebrar una misa en tu honor y para recordar todos los buenos momentos que hemos compartido juntos.

Querido tío, es hora para mí y para todos tus seres que-ridos de decirte adiós y dejar reunirte con nuestro Señor.

Te voy a extrañar mucho tío, todos te van a extra-ñar.... Nunca te olvidaremos y espero que algún día, nos veamos allá... Te queremos mucho!!!

Amén

Testimonio de Loic Schuester sobrino del P. Juan Luis, ss.cc. - Presente en el sepelio

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27Abril - 2016Nº 394

Vida de las Provincias

He quedado muy conmovido con la noticia que me trasmites. Me unía a Juan Luis una

fraterna amistad, amistad que se había ido fra-guando a lo largo de tantos momentos vividos juntos en reuniones internacionales a las que él asistía como Superior Provincia del Perú y yo como Superior General. La mayor parte del tiempo de mi servicio en Roma coincidió con el suyo de Provincial y también le traté como Coor-dinador de la CIAL. Eso hizo que viniera a Roma y a Capítulos Generales. Siempre hubo mutua confianza y aprecio, incluso en las discrepancias que también surgieron. La última vez que le vi fue en Roma, cuando allí se desempeñaba como Superior de la casa General y como Archivero General. Creo que fui yo uno de los que reco-mendó a Juan Luis para ocupar ese puesto.

Me uno a vuestro dolor y a vuestra esperanza. Sa-bemos que ya habrá llegado al abrazo con el Padre de todos y que desde allí nos espera.

P. Enrique Losada, ss.cc., Prov. de España

Buenos días, aun no logro aceptar que Juan Luis haya partido al encuentro con el Padre. En estos días hemos estado rezando por él, y ayer me acordé de él viendo la presentación de la Cantata que se llevó a cabo en Plaza Francia, fue el promotor de esta actividad. Nos unimos desde Colombia a todos en oración por el eterno descanso de nuestro gran hermano. Que Dios nos man-tenga a todos con esperanza en este tiempo difícil.

Hno. Álex Brian, ss.cc.

Te agradezco por haber tenido esta delicadeza de avisarme del fallecimiento de nuestro querido P. Juan Luis S. Sabes lo que era P. Juan Luis es para mí: no solo un hermano de los SS.CC. sino también un amigo muy precioso en quien confiaba mucho y que admiraba... Cuántos recuerdos de las vivencias de mis años pasados en la parroquia de la Recoleta en su compañía..... !!! No nos queda sino orar por él y su familia, agradeciendo a Dios por toda su labor realizada en el Perú... Que Dios lo tenga a su lado!

Saludos a la Comunidad ss.cc; y en especial a todas las personas quienes como yo conocían la ge-nerosidad y la entrega de Juan Luis a los Sagrados Co-razones y a sus hermanos. “Con el cariño de siempre”

P. Enrique Olier. ss.cc.

Dios siga bendiciendo a Juan Luis ahora que lo tiene cerca a EL. Juntos trabajamos en la pastoral universitaria en la San Marcos. Mi eterno agradeci-miento a Juan Luis y a la Congregación. Dios lo siga bendiciendo.

Roberto Tarazona

Me estremeció mucho recibir la noticia del falleci-miento de nuestro hermano Juan Luis. Tuve una gran historia con Juan Luis, cuando éramos provinciales, participantes activos de la CIAL, en reuniones interna-cionales, etc. Siempre valoré su dedicación y fidelidad de servicio a la Congregación, su opción y su predilec-ción por los más pobres y necesitados.

Reciban de todos los hermanos de la Provincia del Brasil-Paraguay nuestro sentimiento de pesar, es-tamos muy unidos a ustedes hermanos del Perú, a los familiares de Juan Luis, y que el Señor con su infinita misericordia acoja a nuestro hermano que dedicó en su vida como religioso y sacerdote, hacer la voluntad de Dios al servicio de los hermanos y hermanas.

Reciban nuestro cariñoso abrazo extensivo a los hermanas y hermanas ss.cc. del Perú. Salud y Paz.

P. Sérgio Stein, ss.cc. - Prov. de Brasil

Estimados hermanos de los Sagrados Corazo-nes del Perú. Toda la provincia de Francia se une a mí para comunicarles nuestra amistad fraterna y la oración cuando nuestro hermano Jean-Louis vio su Pascua al Padre. Su Via Crucis termina como había esperado y, especialmente, en la tierra del Perú para la que ha dado a su vida. Que el Señor lo acoja en la luz de la resurrección. Fraternalmente en los SS.CC. Unión de oración.

P. Cristian Malrieu, ss.cc Prov. de Francia

Algunos saludos de condolencias recibidos

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28 Abril - 2016Nº 394

Impresionado por la noticia del fallecimiento de Juan Luis Schuester, hago llegar a la Provincia mis sen-tidas condolencias, asegurando un recuerdo en la Euca-ristía para que el Señor lo haya acogido con su bondad infinita entre sus brazos en la morada de la eternidad. Guardo de él el más fraternal de los recuerdos. Un salu-do cordial y fraterno.

Javier Prado Aránguiz, ss.cc. Obispo emérito de Rancagua

Hemos pedido por el descanso de Juan Luis en la misa de nuestra comunidad de profesos.

Me impresionó mucho la noticia. Juan Luis fue mi superior en la casa general en Roma cuando estuve estudiando allá, fue muy importante su acogida, preo-cupación y cercanía.

Hicimos una oración de acción de gracias por su testimonio de fraternidad, su amor por nuestra congre-gación especialmente en Perú, por todo su trabajo por la misión en AL, su trabajo que aceptó con profunda obediencia en los archivos generales. Los acompaña-mos desde acá con nuestra oración en la despedida de este gran hermano. Un gran abrazo.

P. Sandro Mancilla, ss.cc.

Queridos Hermanos de la Provincia de Perú...Es con tristeza y emoción que me estoy enteran-

do del fallecimiento de nuestro querido hermano Juan Luis. Seguíamos con preocupación la evolución de su enfermedad...

Como lo saben todos, ha dado mucho a esta Pro-vincia que quería tanto. No podía imaginar otro lugar que el Perú para brindar sus servicios de religioso de los ss.cc. y su ministerio de sacerdote.

Tengo muchos recuerdos vividos con el... desde su ordenación en su pueblo de nacimiento en el año 1977… sus primeros pasos en Arequipa… su ministe-rios cerca de los jóvenes en Lima, su largo mandato de provincial... sus visitas seguidas a la comunidad de Ayaviri… etc.

Quiero expresar todos mis sentimientos fraternos a todos les hermanos de la provincia, hermanas y lai-cos que lo han conocido y querido... con mis oraciones … De todo corazón.

P. Marcial Couderc, ss.cc.

Queridos hermanos del Perú:Un saludo fraterno en este momento de dolor y

de esperanza de la Pascua de Juan Luis Schuester.

Recordamos a Juan Luis con mucho cariño. Su alegría, su fraternidad, su espíritu de servicio, sus búsquedas y empuje en la misión común en nuestra América Latina, su servicio en la formación inicial, su disponibilidad para toda la Congregación en la Casa General... En fin, un hermano por el que damos gra-cias a Dios en esta -para nosotros- sorpresiva partida.

Que el testimonio de Juan Luis los renueve en la fraternidad y la misión. Un abrazo.

P. Sergio Pérez de Arce, ss.cc.

Nos dejó nuestro amigo y hermano Juan Luis; sabía que estaba mal, pero no lo esperaba que par-tiría así de rápido; tal vez toda su vida vivida fue así, acelerada, profunda e intensa. En la vivencia de la fraternidad, supo amar a todos: hermanos, hermanas, laicos de la R.S. a los jóvenes de los grupos juveniles, a la gente de la pastoral parroquial… Con su testimo-nio de vida nos enseñó hacer Congregación, crear familia, ser Iglesia. Se dio el mismo como el pan que se parte en la Eucaristía para todos, para aquel que acepta recibirlo; hermano de trato horizontal, creó re-laciones circulares, para la misión.

Un religioso apasionado, que supo encarnar la Espiritualidad y el Carisma Congregacional, amante del corazón traspasado, puso alma y corazón a lo que ha-cía, dio la vida misma a las tareas encomendadas por su querida Congregación, un hombre libre y desprendido, siempre disponible para cualquier ministerio. A lo mejor, su sufrimiento fue, el vernos no tan comprometidos con nuestro quehacer y ser, a lo que somos llamados a serlo.

Vida de las Provincias

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29Abril - 2016Nº 394

Quizás, para los que nos hemos dejado amar por él, la invitación es ser coherentes con nuestra consagración, con nuestro ser religiosos ss.cc. a ejemplo de él.

El corazón nos dice, que fue mejor para él porque ya está descansando, está ya gozando de la ternura del Padre; pero los que quedamos, lloramos la pérdi-da, sentimos y sentiremos su ausencia, extrañaremos su sonrisa cálida, amplia y contagiosa. Que nuestras lágrimas sean liberadoras para que podamos optar lo que Juan Luis vivió y soñó como buen religioso de los Sagrados Corazones.

Gracias Juan Luis por ser un hermano y amigo, es honesto dar gracias a Dios por tu vida fecunda hasta el final. Intercede por nosotros por nosotras ante el Padre, para que a ejemplo tuyo, podamos en-tregándonos con pasión a la misión ss.cc. Unidas en oración y Eucaristía,

Hna. Alicia Mamani, ss.cc.

Gracias querido P. Juan Luis, porque siempre estuviste atento a las necesidades de nuestro pue-blo, como a nuestras necesidades personales, tenías un gran tino para ver nuestras potencialidades, nos motivaste a luchar por una vida más digna, juntos en comunidad y tú siempre al lado nuestro. Para que ese espíritu de atención al otro nos anime y permanezca, en nuestro trabajo por un mundo más justo y solidario.

Lilian Esquivel Mesco

Dios querido, Padre bueno, Madre fuerte.Juan Luis, un hombre justo, ha dejado esta parte de

tu casa, para estar contigo, así como lo tuvimos nosotros.

Nos reveló tu rostro alegre, nos regaló tu mirada amorosa, él se encargó de mostrarnos tu paciencia y esperanza en las horas más duras, sentimos el gran cariño que tienes hacia las personas más pobres, y

cómo te desvelas porque hagamos de nuestra patria, una patria libre.

Un hombre bueno, ahora, como siempre, fiel a ti, vive a tu lado. Gracias por habérnoslo prestado durante estos años, gracias por ese ángel que pasó haciendo el bien por entre nosotros, afinando nuestras intenciones, coreando nuestros sueños, mostrándote, regalándote, compartiéndote, como el buen Dios que eres.

Eduardo Salas

La partida de Juan Luis nos tomó por sorpresa a todos. En lo personal, pasé semanas manteniendo la fe y esperando que la recuperación llegue en algún momento. Lamentablemente, no fue así. El dolor que deja la pérdida de un ser querido es algo que me toca vivir por primera vez en mi vida y, sinceramente, no pensé que se trataría de mi padrino. Algunas veces –y sólo para darme ánimos- me digo a mí mismo que Juan Luis se fue a su esperado encuentro con el Se-ñor porque en su delicado estado de salud no iba a soportar ver más como es que nuestro país, ese Perú que él quería tanto, le entrega el poder nuevamente a un régimen fujimorista que pisoteó los derechos de tantos peruanos. O también porque su querido Alianza Lima no la pasa bien.

Sólo nos queda preservar la fe que él mismo nos enseñó a mantener. A ser fuertes en el camino, a no de-sistir. A luchar por nuestra gente y a creer en que nada está perdido. La última vez que conversé con él, me llamó. Él estaba muy cansado, muy débil. Y dentro de toda esa adversidad a la que la enfermedad somete a nuestro cuerpo, mi padrino hizo el esfuerzo por decirme “pórtate bien y cuídate mucho”. Sencillas palabras con un contenido valioso. Así era Juan Luis.

Te quiero, padrino. Cuídate mucho. Y cuida mu-cho de nosotros.

Israel Lozano

Vida de las Provincias

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30 Abril - 2016Nº 394

Vida de las Provincias

“Construyendo mi casa sobre roca”

Inicio del Noviciado Interprovincial de A. L. - Hermanas

Evelyn Lizeth Aquije AnguloNovicia

Compromiso:

“Deseo escuchar y reconocer la voz de Dios vi-viendo en comunidad al estilo de los Sagrados Co-razones y me comprometo a vivir esta etapa a pleni-tud para hacer de ella una experiencia fundante en mi vida, configurándome con Jesús y también con el carisma y espiritualidad de la Congregación, y a ejem-plo de nuestros fundadores hacer mías las actitudes y sentimientos de Jesús y de María que son los que sostienen mi vida y mi historia.”

Con motivo de celebrar la alegría de la pascua y compartir con todas las hermanas el inicio de mi novi-ciado, el domingo 17 de abril, se realizó el encuentro de comunidades de Lima, contando con la presencia de algunas hermanas de Arequipa y acogidas por la comunidad de Belén, donde se encuentran nuestras hermanas mayores. Luego del encuentro se realizó el rito de iniciación al noviciado y a continuación la eu-caristía.

La fecha de inicio para esta celebración se en-cuentra dentro de acontecimientos duros, inesperados y dolorosos para nuestra Congregación, sobre todo en la semana previa debido a la pérdida de nuestra hermana Dominga y nuestro hermano Juan Luis. Vivir estos momentos ha significado para mí un constante mirar y discernir a la luz de sus vidas que me interpe-lan y hacen que confirme mi deseo de dar este paso. Voy abriendo el corazón para compartir como me he sentido con las hermanas y hermanos que estuvieron presente ese día y que estuvo lleno de muchos signos

y gestos. Me siento engreída por Dios y he sentido su presencia a través de cada mirada, sonrisa, consejo y buenos deseos que me han expresado, así mismo se reflejaba la alegría de los hermanos y hermanas al compartir conmigo este inicio del noviciado. Para mí ha significado mucho el haber recibido la cruz y saber que las constituciones que me fueron entregadas per-tenecieron a Angelina Cabrera, ss.cc., una hermana a la cual le guardo una profunda admiración, respeto y cariño por todo lo que hizo de su vida y vocación; también por la calidez de su corazón hacia mí desde que tuve el don de conocerla, dejándome el compro-miso de hacer de mi vocación un testimonio vivo de la presencia de Dios, como ella lo fue.

El rito, fue sencillo y muy significativo a la vez, el evangelio hablaba de la imagen del buen pastor y la homilía de nuestro hermano Pedro Vidarte, ss.cc., iban calando profundamente en mi corazón, reafir-mando mi compromiso expresado líneas arriba, un compromiso del cual soy consciente que sólo lo lo-graré, apoyada en mi roca que es Jesús y como lo expresé al presentar mi signo: “El Señor es mi roca y mi baluarte, mi libertador y mi Dios, la roca en quien confío” (Sal. 18,3) este es uno de mis salmos favoritos con los que he ido estableciendo mi relación con Dios a lo largo de mi historia y en esta roca es donde quiero edificar mi casa en la experiencia del noviciado.

Finalizo estas líneas, encomendarme a sus ora-ciones y les expreso mi profunda gratitud.

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31Abril - 2016Nº 394

Colegios SS.CC.

Nuestra propuesta educativa Sagrados Corazones está caracterizada por un profundo sentido humano y cristiano, por un alto nivel de exigencia académica y por una formación liberadora.

Luis Cipriano Coaguila OpeProf. del Colegio Padre Damián

El reencuentro entu-siasta de equipos de los colegios her-

manos SS. CC. - Reina de la Paz, Belén, De los Sa-grados Corazones y Pa-dre Damián, se realizó en Arequipa del 30 de marzo al 01 de abril del presen-te año. Todos trabajando por un objetivo común, nuestro modelo pedagógi-co SS. CC actualizado, pues estamos seguros que los cambios exigen respuestas acordes a la actualidad.

El primer día se desarrolló el taller de manejo de emociones a cargo de la Dra. Lourdes Pantigoso, quien obtuvo muy buenos resultados, trabajando con sencillez, dinamismo y precisión. Puntualizamos que las emociones, entendidas como una reacción que no podemos evitar, son la afectación brusca de una re-presentación mental en nuestro estado de conciencia, tal impacto produce desequilibrio somático, lo que nos lleva a un enfrentamiento o afrontamiento, es decir a una respuesta adaptativa o no.

El segundo día con nuestras amigas responsa-bles del plan global de educación en los cuatro cole-gios, Carmen Navarro y Sara Guillén, se ha reflexio-nado sobre nuestro modelo pedagógico partiendo desde el modelo educativo.

Ante un camino de 167 años del Colegio Belén, el Co-legio Reina de la Paz y 138 años de camino de los Colegios Padre Damián y de los Sagrados Corazones se mantiene siempre la educación formadora y evangelizadora centrada en la persona humana desde el carisma SS.CC.

Recorreremos juntos un largo y lindo cami-no: la formación al estilo Sagrados Corazones.

Es preciso, hablar el mismo idioma, poner juntos el hombro y dialogar siempre. La misión

es tuya y es nuestra.

A qué viene esto, pues al aplicar una en-cuesta, parte del proceso de implementación de la PCR,, con interrogantes como ¿Crees que, este colegio tiene un modelo pedagógico compartido por todos los docentes?, ¿Cómo definirías el mo-delo pedagógico de tu colegio? ¿Cuáles crees

tú que son las mayores fortalezas pedagógicas? ¿Cuáles son las mayores limitaciones del modelo pe-dagógico? Si estuvieras en la posibilidad de cambiar todo en el colegio ¿Qué es lo que cambiarías? ¿Qué diferencia? ¿Qué similitud encuentras entre el mode-lo pedagógico de este colegio y el colegio en el que estudió? ¿Crees tú que este modelo pedagógico es apropiado, pertinente para niños, niñas, adolescentes y jóvenes? ¿Podrías explicar tu respuesta? Se encon-tró que las respuestas del personal docente no tenían criterios comunes en relación al modelo pedagógico y se sugirió que habría que acentuar el trabajo conjunto en la línea pedagógica.

Esto nos exige una respuesta, revisar y puntua-lizar nuestro modelo educativo, y por lo tanto nuestro modelo pedagógico. Cada colegio tiene un estilo muy rico donde hay una gran diversidad de dones, pero el espíritu es el mismo “El carisma SS.CC”. Partimos aceptando que un Modelo Pedagógico es una forma particular de interpretar la realidad escolar, que se sustenta en supuestos científicos o ideológicos sobre la forma cómo el hombre conoce la realidad y los mé-todos que se han de utilizar para facilitar el acceso al conocimiento, para mantener una situación o para cambiarla; que la Persona humana es libre, inteli-gente y racional que adquiere conocimientos gracias a la educación, desarrollando sus potencialidades y poniéndolas al servicio de la sociedad, posee ca-racterísticas biológicas, psicológicas y espirituales, por esta razón es único e irrepetible, es libre, plural y trascendente; además la educación entendida como

Encuentro de educación

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32 Abril - 2016Nº 394

Colegios SS.CC.

conducir para sacar algo de adentro y la pedagogía comprendida como un proceso educativo donde se hace realidad la reflexión del binomio teoría – práctica.

La Pedagogía del cuidado y la Reconciliación (PCR)

El tercer día con la ayuda nuestra hna. Susa-na Villarreal, ss.cc. se abordó la pedagogía del cuidado y la reconciliación. La PCR es un proyecto dirigido y hecho a la medida de cada institución edu-cativa para promover la convivencia escolar, promo-ver habilidades ciudadanas y mejorar la calidad de la educación. A través de un proceso a mediano y largo plazo, se brinda una formación a cada uno de los in-dividuos de la comunidad educativa con herramientas de auto-conocimiento, cuidado y mejora de relacio-nes. La particularidad del modelo es que permite que cada institución identifique los puntos álgidos para la convivencia y la calidad educativa, para luego propo-ner de forma endógena y ajustada un plan de acción que ellos mismos aplicarán. Paralelamente se rescata el rol de las emociones en procesos pedagógicos que pueden afectar directa o indirectamente las relaciones y productos de docentes y estudiantes.

La PCR genera una práctica escolar que permite a la comunidad educativa promover la ética del cuida-do y el desarrollo de habilidades socio-emocionales. Así mismo, el modelo requiere que se desarrolle un proceso de diálogo en la comunidad educativa, que plantee las prácticas normativas en clave de justicia restaurativa.

Las experiencias compartidas del proyecto, en pleno proceso de desarrollo, nos muestran que los equipos dinamizadores de la PCR se renuevan, en al-gunos casos hubo cambios en los miembros que los conforman, al inicio pareciese que nos vamos debili-tando por la salida de los integrantes del equipo, pero vamos comprendiendo que es un dinamismo normal. En momentos en que se han visto conflictuados por los retos planteados, porque aquí no hay recetas ni fórmulas, se ha abordado las dificultades que en toda

organización pueden darse, pero entrar en esta peda-gogía hace que los conflictos se hagan visibles y no estén por debajo o simulados. La comunidad educa-tiva tiene una mirada diferente frente a los conflictos, hay una forma de abordarlos mediante un proceso realizable. Además, cada colegio está haciendo su propio proceso, es decir está haciendo un camino por lo que cada uno propuso su proyecto que responde a su contexto.

Por otro lado, el equipo pastoral se ha presenta-do como equipo eje porque somos colegios en pasto-ral, con disposición al cambio. Se propuso el fortaleci-miento de las comunidades laicales del personal que labora en nuestros colegios, que vivan en comunidad por libre elección, y que los que no se acojan a ningu-na comunidad sean acompañados para que puedan optar más adelante. Cada comunidad debe ser acom-pañada con mayor frecuencia, y que los acompañan-tes también sean acompañados. Las celebraciones deben seguir fortaleciendo nuestro ideario educativo de los colegios sagrados corazones.

Finalmente, como corolario de estas tres jornadas de productiva labor, asumimos los siguientes acuerdos:

• La próxima reunión de equipos será en setiem-bre (7,8 y 9) y consolidaremos la organización del congreso 2017 para colegios SS.CC., el cual será crucial para consolidar nuestro modelo pedagógi-co. Previamente se harán coordinaciones entre los equipos responsables de cada colegio.

• Replicaremos el trabajo en cada uno de nuestros colegios, de acuerdo a los espacios con los que cada uno cuenta.

• Formar equipos en Lima y Arequipa para elaborar los programas de inducción

Como vemos, se viene una ardua labor, que es-tamos contentos de emprender juntos y juntas.

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33Abril - 2016Nº 394

Daniel Gushiken

Resumen de un encuentro muy especial

Rama Secular

Del 24 al 26 de marzo, en la casa Schoenstatt de Santiago de Chile, se realizó el VII ELARS – Encuentro Latinoamericano de la Rama Se-

cular ss.cc. Como es costumbre desde que se inicia-ron los ELARS, las fechas elegidas coincidieron con la Semana Santa, lo que además de facilitar la dispo-sición de tiempo de los participantes, dio también un marco litúrgico que complementó y motivó la reflexión.

Por primera vez desde aquel primer encuentro realizado en Lima el 2002 volvieron a coincidir las de-legaciones de los seis países latinoamericanos donde funciona la Rama Secular. Además de los más de 20 representantes de las cuatro zonas en que está orga-nizada la RS en Chile (Costa, Centro, Sur y Santiago) asistieron dos representantes de Paraguay, dos de Ecuador, uno de Bolivia, tres de Chile y cuatro de Perú (Juan Borea, Juan Carlos Townsend, Claudia Rojas y Daniel Gushiken). Estuvieron también presentes Gui-llermo Rosas ss.cc. y Carmen Rosa Cornejo ss.cc., asesores de la RS en Chile; Rosa Elena Barros ss.cc., asesora de la RS en Ecuador; y Camille Sapu ss.cc., Vicario General y miembro del equipo de animación espiritual de la RS del Gobierno General.

Si algo saltó a la vista desde el principio fue que éste era un encuentro organizado por los laicos para los laicos. Y es que la presencia de los pocos religio-sos que estuvieron allí se limitó a eso: estar presentes y acompañar. Salvo un par de intervenciones espe-cialmente preparadas (una reflexión guiada sobre la reparación a cargo del P. Alex Vigueras, provincial; y una exposición de Camille Sapu referida a la realidad de la RS en el mundo y al próximo Encuentro Mundial de la RS en España) todo estuvo a cargo de los miem-bros de la Rama Secular. Las oraciones al comienzo

de cada día iban siendo encargadas a las delegacio-nes de los distintos países, que las organizaban se-gún su estilo particular.

Los temas trabajados a lo largo del VII ELARS fueron:

1. Comunidad: fortalezas y debilidades. La Comuni-dad y el llamado permanente de Dios. Éste fue un tema en el que se evidenció que, pese a nuestras diferencias, compartimos varias características como ser comunidades con poco apego a las for-malidades y la ortodoxia, y más bien preocupadas por lo que sentimos como esencial: el amor incon-dicional de Dios que debe llegar a todos. En ese sentido, coincidíamos en que el modelo por exce-lencia es Jesús, preocupado por cada persona. Y en que esto sólo lo podemos transmitir (desde las particulares vocaciones de cada uno) si lo vivimos intensamente desde una relación personal con Dios, por lo que debemos cultivar no sólo la forma-ción intelectual sino también la mística a través de la oración y el silencio.

2. Misión y desafíos. La Comunidad en la misión de sus miembros. Aquí encontrábamos que la misión tiene que ver, una vez más, con ese amor desde el cual el Señor nos quiere felices; y con el llamado a tratar de que todas las personas sean felices. Ello tiene una serie de implicancias, desde el trato con las personas en la vida cotidiana hasta la preocu-pación por la transformación de la sociedad hacia un modelo más justo y fraterno. Una vez más, apa-reció la importancia de dejarnos llevar por el Espíri-tu, para lo que se requiere de una experiencia de fe desde la oración. Asimismo, el no dejarnos limitar por excesivas normas o “sentidos comunes”.

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34 Abril - 2016Nº 394

Rama Secular

3. La Reparación en el caris-ma ss.cc. y en la vida laical. Como se mencionó antes, profundizamos el tema con la ayuda Alex Vigueras, pro-vincial de los hermanos ss.cc de Chile, quien lo enlazó per-fectamente con los dos pun-tos anteriores, haciéndonos cuestionar respecto a qué cosas sentíamos que está-bamos llamados a “reparar” en nuestro entorno, tanto desde la acción concreta y comprometida como desde la oración.

Naturalmente, siendo Semana Santa, tuvimos momentos litúrgicos para celebrar este tiempo es-pecial como Iglesia. Guillermo y Camille estuvieron todo el tiempo con nosotros, y fueron quienes presi-dieron liturgias sencillas pero cargadas de significado a través de signos que resultaban poderosos. Todo instante de descanso fue aprovechado por nosotros, tratando de conocer a cada persona y cada país en los refrigerios, en los descansos, ratificando que ser ss.cc. es un carisma de fe que se traduce en la vida, incluso en el estilo de relacionarnos, en la acogida de cada uno, con apertura, fraternidad, y por supuesto, en la línea de fe, donde no es casual la coincidencia.

No faltó tampoco un espacio para conocer San-tiago, los hermanos de la RS de Chile se esmeraron para regalarnos recuerdos gráficos de la ciudad.

También tuvimos tiempo para enterarnos más acerca del primer encuentro mundial de RS, iniciativa

de la comisión de animación de la RS de los Gobiernos Generales ss.cc. Justamen-te, Camile, miembro de la comisión, se encargó de de-tallar algunos rasgos de este encuentro, que se realizará en julio de 2017 en El Esco-rial – Madrid, con el apoyo de la RS de España, quienes serán los anfitriones. Se es-pera la asistencia de cuando

menos un miembro de cada país donde existe RS, y como máximo 3 miembros, dependiendo de sus posi-bilidades y disponibilidad. Esta iniciativa resulta muy emocionante para nosotros, que estuvimos ofrecien-do nuestro país, conjuntamente con España, para ser sede de este encuentro. Finalmente, España ganó este honor; sin embargo, nos han encargado la conducción de un espacio importante del encuentro, cuyo tema es “la Vocación laical ss.cc.”, donde ten-dremos que dirigir un panel entre varios países, en base a un cuestionario que enviaremos con anticipa-ción. En general, el evento guarda riquezas insospe-chadas para nuestro proceso como RS, y sabemos que el Señor estará allí para darnos pistas sobre lo que quiere de nosotros.

Confirmamos la riqueza de estos encuentros y des-cubrimos con entusiasmo que hay un crecimiento cada vez mayor de los distintos sectores en cuanto a madu-rez, organización y autonomía gracias al intercambio, por lo que aporta cada experiencia al resto, perfilando un modelo más similar de laico ss.cc, comunidad laical ss.cc. y RS ss.cc. ajustados a la realidad de cada país.

ABRIL ACTIVIDADES RESPONSABLES LUGAR

24 - 25 Reunión de Consejo Provincial Consejo Provincial Virtual

28 Reunión del Equipo del Boletín Equipo del Boletín Belén

MAYO ACTIVIDADES RESPONSABLES LUGAR

Elaboración y envío de la Adoración Casa Provincial

9 - 11 Formación en los Colegios Cada colegio organiza Colegios SS.CC.

13 Aniversario por la llegada de las Hnas. a México México México

18 Reunión del Equipo de Administración Leonor Chávez Casa Provincial

20 - 22 Visita Canónica a la Comunidad de Belén Adriana y Valéria Comunidad de Belén

26 Reunión del Equipo del Boletín Equipo del Boletín Belén

28 - 29 Visita Canónica Comunidad Casa Provincial Susana y Zenobia Casa Provincial

Cronograma 2016 - Hermanas

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35Abril - 2016Nº 394

Semana Formativa

En este año de la Misericordia hemos tenido una semana de for-mación sobre la misericordia para comprender como lo estamos vi-viendo. Es necesario reconocernos discípulos desde lo que somos con nuestras vivencias, realidades, conocimientos para así identificarnos con los discípulos de Jesús.

A veces creemos que no somos dignos, aunque a veces no lo somos, por nuestros errores frecuentes, pero aun así, Dios nos sigue motivando para continuar en el camino de ser anunciadores de su amor.

Soy consciente de que no es fácil por nuestros trabajos, por nues-tra familia, por nuestras necesidades y aun así, hemos podido comprender que tenemos una misión y que con nuestro servicio vamos respondiendo al llamado de ser anunciadores y constructores de una comunidad justa, preocupada por los demás.

Al entender las obras de la Misericordia definidas como corporales y espirituales comprendí como lo hemos esta-do viviendo constantemente con la familia, los padres, los hijos, la comunidad que no ha sido ajena a nosotros.

Muchas veces hemos acompañado, escuchado y ayudado pero creemos que podemos dar más a aquellos que lo necesitan. Sólo así podemos ser verdaderos discípulos y misioneros atentos, caritativos y preocupados por las necesidades de los demás.

Alberto Maldonado Pareja guía de Catequesis Familiar

NOTICIAS COMUNIDAD DE LADERAS

NOTICIAS COLEGIO SS.CC. BELÉN

Cada día es una aventura, los niños y adolescentes tienen esa vitalidad que nos invita a seguirles el ritmo y a reinventar-nos día a día para continuar formando su mente y su corazón siendo facilitadores de su aprendizaje. En este sentido, nues-tra comunidad educativa desarrolló dos actividades formativas importantes que resaltan por su trascendencia y funcionalidad.

En primer lugar, el día domingo 20 de marzo a través de la celebración del domingo de ramos se dio inicio a la Semana Santa, período litúrgico en el que conmemoramos la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Se organizaron diversas actividades con la finalidad de que nuestros es-tudiantes pudieran vivir esta Semana Santa con mayor sentido, comprensión y conocimiento de la dimen-sión del sacrificio que hizo Jesús por todos nosotros. Algunas de las actividades llevadas a cabo fueron la participación de los estudiantes en el Vía Crucis, la celebración de la Última Cena y la oración ante el Sagrario. El día lunes 28, celebramos con alegría, como familia belenista, la pascua de resurrección.

Por otro lado, el Colegio de los Sagrados Corazones Belén, desarrolla diversos encuentros formati-vos para los padres de nuestra comunidad educativa. De esta manera, en el mes de abril se llevó a cabo el primer encuentro de Familias, organizado por el Dpto. Psicopedagógico de nuestro colegio que convocó a los padres de los tres niveles donde se abordó el tema: “Ser padres en el siglo XXI, cómo prevenir con-ductas de riesgo en el hogar”, dirigido por la doctora Teresa Gonzáles Moncada, así se busca potenciar la comunicación entre los miembros de las familias que permita manejar positivamente las situaciones que se presenten en el seno del hogar y facilitar puntos de coincidencia que favorezcan la integración de la Comunidad Belenista, dificultades, logros y procesos.

Semana Santa y primer encuentro de familias belenistas

Noticias Breves

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Visitar y cuidar a los enfermos:

“Sé atento con los que te rodean, sobre todo con los enfermos” (RV36). Desde los inicios, el espíritu de familia se expresa en el cuidado de la persona. Estamos invitados/as a estar disponibles para acompañar a nuestros hermanos y hermanas dentro y fuera de la comunidad, especialmente en los momentos donde la salud se vuelve frágil e implica mayor cuidado, delicadeza y calidad de vida. “Que tu presencia sea, en lo posible, un motivo de aliento proporcionándole comprensión, consuelo y alegría”. (RV36) Es importante nuestra presencia en estos momentos difíciles, respetando su intimidad y velando por su pronta recuperación con el cuidado, la oración y que experimente que su vida es importante para todos porque “Lo que mantiene al ser humano en su enfermedad es su espíritu”. (Pro 18,14) . Acompañar a la persona en estos momentos de enfermedad implica expresar gestos de cariño y que nuestra presencia sea sanadora. Es necesario facilitarle al paciente los vínculos con sus seres queridos: Dios, familia, comunidad, amigos y conocidos, de esta manera entramos en comunión. “La religión verdadera y perfecta de Dios, nuestro Padre, consiste en visitar y cuidar a los enfermos”. (Stgo 1,27a)

“Estuve enfermo… estuve preso y me visitaste” (Mt 25,36)

Noviciado de la Conferencia de América Latina Hermanas

¿Cómo expresamos nuestra capacidad de sanar cuando un ser querido esta enfermo y necesitado?

Visitar y socorrer a los presos:

“Acuérdense de los presos como si estuvieran con ellos en la cárcel”. (Heb 13,3) Gracias a la oportunidad de participar en la Pastoral de la Esperanza del Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación de Lima, mejor conocido como “Maranguita”. Hemos tenido la oportunidad de ingresar por esas puertas con muchas seguridades y estar entre esas cuatro paredes frías, sin vida, deterioradas, mirando un cielo cuadrado junto a ellos. Es aquí en donde Dios nos ha permitido generar un espacio de confianza profunda y una oportunidad de “SOCORRERLOS” cada sábado que vamos a su encuentro, nos reciben con un fuerte grito de bienvenida, nos abren su corazón y nos comprometen a abrirles el nuestro desde el acompañamiento y la escucha. Todo empieza con una relación de afecto que se establece, con un “entrar en la casa” del otro, es decir, entrar en lo sagrado de su historia, en su morada más íntima, más vulnerable. Porque es precisamente allí donde se comparte la fe, en lo profundo de una relación de amistad que es mutuamente significativa al estilo de Jesús. También nos sentimos llamadas a recordarles que no han perdido su dignidad, hacerles sentir de que estamos allí porque Dios cree en ellos y tienen muchas posibilidades de volver a empezar su vida y que nuestro Buen Dios, rico en misericordia está con los brazos abiertos (Lc 15,20) esperándolos para perdonarlos. Esa fue la experiencia de la Buena Madre que supo aprovechar de esa oportunidad para su conversión y hacer de su vida una historia de salvación.

“El amor, a veces, consiste en estar simplemente presente, desorientado y sin armas”. Este es el testimonio de nuestro hermano Hubert Lanssiers, ss.cc. De su compromiso con los más desprotegidos de las cárceles del Perú.

Esta frase es para nosotras hoy la manera de acercarnos a ellos y tener en cuenta que el amor es el único camino por el cual Jesús nos llama, a dar VIDA a muchos hermanos y hermanas que aún caminan por senderos de muerte.

¿Alguna vez en tu vida has visitado algún centro de rehabilitación o cárcel ? ¿Cuál fue tu experiencia desde el amor misericordioso? ¿No será esta tu oportunidad?

Hoy el grito de nuestros jóvenes presos es: “No se olviden que nosotros también existimos”. Hermano y hermana tu presencia hace falta en este espacio de frontera.