Tom Regan Derechos Animales y Etica Medioambiental

download Tom Regan Derechos Animales y Etica Medioambiental

of 14

Transcript of Tom Regan Derechos Animales y Etica Medioambiental

  • 7/24/2019 Tom Regan Derechos Animales y Etica Medioambiental

    1/14

    Derechos animalesy tica medioambiental

    T o m R e g a n

    (North Carolina State Universi ty)

    Se suele criticar a veces la postura que defiendo en tica (laconsideracin de los derechos) por su supuesta incapacidad

    para abordar asuntos im portantes de tica m edioambienta l.Como espero ser capaz de explicar, creo que crticas de estetipo, aunque comprensibles, son dbiles. Vista con suficiente

    perspectiva, la consideracin de los derechos establece im por-tantes restricciones a nuestra libertad para explotar o destruirel mundo natural. Ciertamente, a algunos crticos les parece

    poco. De hecho algunos desprecian la idea misma de derechosindividuales, considerando que, en el mejor de los casos, sumi-nistra un medioambientalismo superficial, lastrado por modosde pensar anticuados, patriarcales, inadecuado para la tarea decalibrar las honduras de una ecologa profunda, biocntrica. He

    abordado estos asuntos en otros lugares (vase, por ejemplo,Regan 1991, Regan 1994 y el captulo 1 de Regan 2001b) y

    pido permiso para volver a hacerlo aqu. Aqu comienzo con unesbozo de mi modo de entender los derechos morales bsicos,una comprensin articulada por primera vez con detenimientoen The Case for A nim al Rights y despus ampliada y clarificadaen obras ms recientes (Regan 1994, 200a, 2001b, 2003.a,2003b, 2004)'.

    1 Este artcu lo es una adap tacin de los captulos 3 y 4 de Empty Cages:Facing the Challenge o f An im al Rights y del nuevo prefacio a la segunda edi-cin de The Case for Animal Rights. [Traduccin de Jos Antonio MndezSanz] Reproducido con permiso del autor.

    [ 117]

  • 7/24/2019 Tom Regan Derechos Animales y Etica Medioambiental

    2/14

    I . D e f i n i e n d o c a r a c t e r s t i c a s d e e o s d e r e c h o s m o r a l e s

    Prohibido el paso

    Poseer derechos morales es tener un tipo de proteccin quepodemos describir como una seal invisible de prohibido elpaso. Qu prohbe esta seal? Dos cosas. Primera: los demsno son moralmente libres para hacemos dao; decir esto es de-cir que los dems no son libres para quitamos la vida o daarnuestro cuerpo a su antojo. Segunda, los dems no son moral-mente libres para dificultar nuestra libre eleccin; decir esto es

    decir que los dems no son libres para limitar nuestra libre elec-cin a su antojo. En ambos casos, la seal de prohibido elpaso pretende pro teger nuestros bienes ms im portantes (nues-tra vida, nuestro cuerpo, nuestra libertad) limitando moralmentela libertad de los dems.

    La cosa cambia cuando la gente sobrepasa sus derechos vio-lando los nuestros. Cuando esto sucede, tenemos derecho a con-traatacar, incluso si ello entraa causar daos severos al agre-sor. Sin embargo, el que podamos actuar en defensa propia no

    ha de entenderse como una autorizacin general para hacer daoa aquellos que no han hecho nada malo.

    Igualdad

    Los derechos morales respiran igualdad. Son idnticos paratodos sus detentadores, aunque difiramos, como lo hacemos, en

    muchas cosas. Esto explica por qu a ningn ser humano pue-den serle denegados derechos por razones arbitrarias, prejuiciosas o moralmente irrelevantes. Una de estas razones es la raza.Intentar determinar por qu los seres humanos tienen derechosen virtud de su raza es como tratar de endulzar t aadiendosal. La raza a la que pertenecemos no nos dice nada sobre quderechos tenemos.

    Esto mismo es igualmente vlido en el caso de otras dife-

    rencias entre nosotros. Los linajes de mi esposa Nancy y el moprovienen de diferentes pases; el suyo de Lituania, el mo deIrlanda. Algunos de nuestros amigos son cristianos, otros judos,otros musulmanes. Otros son agnsticos o ateos. En el anchomundo por unos pocos verdaderamente ricos hay multitud degente pauprrima. As estn las cosas. Los humanos son dife-rentes en mltiples aspectos. Es innegable.

    Sin embargo, nadie que crea en los derechos humanos pen

    [ 118]

  • 7/24/2019 Tom Regan Derechos Animales y Etica Medioambiental

    3/14

    sar que estas diferencias trazan divisiones morales fundamen-tales. Si la idea de derechos humanos tiene algn sentido, steno es otro sino que todos los poseemos en la misma medida.Y los poseemos en la misma medida independientemente de

    nuestra raza, gnero, creencia religiosa, riqueza relativa, inteli-gencia o lugar y fecha de nacimiento, por poner un ejemplo.

    Triunfo

    Todo el que defiende en serio los derechos humanos creeque nuestros derechos tienen mayor peso moral que otros (im-

    portantes) valores humanos. Por usar una analoga tomada deljuego de cartas que conocemos por bridge, nuestros derechosmorales son triunfo. Vemos lo que significa esta analoga.

    Jugamos una mano. Se dan las cartas. Triunfan corazones.Las tres primeras cartas que se juegan son la reina de picas, elrey de picas y el as de picas. Usted (que juega el ltimo) notiene picas. Sin embargo, tiene el dos de corazones. Y, dado que

    pin tan corazones, su precioso dos de corazones mata a la reinade picas, mata al rey de picas e incluso mata al as de picas. Asde poderoso es en el juego del bridge el palo que triunfa.

    La analoga entre el triunfo en el bridge y los derechos in-dividuales en moral debera estar bastante clara. Cuando toma-mos una decisin moral hay que considerar muchos valores im-

    portantes. Por ejemplo: qu consecuencias tendr para nuestrapropia persona tomar una opcin u otra? Qu pasa con nues-tras familias, amigos, vecinos y con el resto de la gente? No re-sultara difcil ampliar esta lista. Cuando decimos derechos son

    triunfo, queremos decir que respetar los derechos de los indi-viduos es el factor ms importante que hay que considerar enel (valga la expresin) juego de la moralidad. Y, en concreto,queremos decir que los beneficios que unos obtengan de la vio-lacin de los derechos de otros jams justifican esta violacin.

    Respeto

    En sentido lato, los derechos que antes hemos mencionado(vida, libertad, integridad corporal) son variaciones de un tema

    principal, el tema del respeto. Muestro mi respeto hacia ti res-petando esos derechos en tu vida. T muestras tu respeto ha-cia m de idntica manera. Respecto es el tema principal por-que tratarse mutuamente con respeto es precisamente tratarseuno a otro de un modo que respeta nuestros dems derechos.

    [ 119]

  • 7/24/2019 Tom Regan Derechos Animales y Etica Medioambiental

    4/14

    Por consiguiente, nuestro derecho ms fundamental, el derechoque unifica todos nuestros otros derechos, es nuestro derecho aser tratados con respeto.

    I I . Q u i n t i e n e d e r e c h o s m o r a l e s ?

    Decir qu son derechos morales es una cosa, y explicar porqu nosotros los tenemos y en cambio palos y piedras no, esotra muy diferente. Dadas las limitaciones de espacio, me serimposible ofrecer lo que cabra entender como una explicacincompleta, aunque no brindar un tosco esbozo de la solucin que

    defiendo, una solucin que est muy vinculada a lo que deno-mino sujetodeunavida.

    Sujetos-de-una-vida

    Antes hemos sealado alguno de los mltiples modos en quelos humanos difirieren unos de otros por ejemplo, en cuantoa gnero, raza y etnia. A pesar de nuestras muchas diferencias,hay algunos modos en los que todos los humanos que tienenderechos son lo mismo. No lo digo porque todos pertenezcamosa la misma especie (lo que es cierto, pero no pertinente). Y nolo digo porque todos seamos personas (lo que puede ser perti-nente, pero no es cierto). Lo que quiero decir es que somos talpara cual en formas relevantes, formas ligadas a los derechosque tenemos: nuestros derechos a la vida, integridad corporal ylibertad.

    Veamos. No slo todos estamos en el mundo, sino que so-mos conscientes del mundo y, adems, conscientes de lo que nosocurre. Ms an, lo que nos ocurre sea a nuestro cuerpo, anuestra libertad o a nuestra vida misma nos importa porquemarca la diferencia en la calidad y duracin de nuestra vida talcomo la experimentamos, independientemente de que importe ono a alguien. Sean nuestras diferencias las que fueren, stas sonnuestras semejanzas bsicas.

    No hay una palabra de uso comn que nombre este con-junto de semejanzas. Ser humano no nos vale (sin ir ms le-jos: un ser humano muerto es un ser humano, pero no es cons-ciente del mundo). Tampoco sirve persona (los nios son conscien-tes de lo que les ocurre pero no son personas). Sin embargo,estas semejanzas son lo suficientemente importantes como parademandar un signo verbal propio. Empleo la expresin sujetodeunavida para referirme a ellas. Dado este uso, el autor de

    [120]

  • 7/24/2019 Tom Regan Derechos Animales y Etica Medioambiental

    5/14

    estas palabras, Tom Regan, es un sujetodeunavida, y tambinlo es la gente que lo lee.

    Qu humanos son sujetosdeunavida? Todos aquellos hu-manos que poseen el conjunto de semejanzas que acabo de men-

    cionar. Y de quin puede tratarse? Bueno: pues de cada unode los aproximadamente seis mil millones que somos, indepen-dientemente de donde vivamos, la edad que tengamos, nuestraraza o genero o clase, nuestras creencias religiosas o polticas,nuestro nivel de inteligencia, y as sucesivamente, independien-temente del largo listado de nuestras diferencias.

    Por qu ser el sujetodeunavida es una idea importante?Porque el conjunto de caractersticas que define esta idea nos

    hace guales a todos nosotros de una manera que hace inteligi-ble nuestra igualdad moral. Esto es lo que tengo en mente.Lo dicho implica que los sujetosdeunavida humanos difie-

    ren de muchas maneras. Por ejemplo, unos son genios y otrosdiscapacitados mentales severos: algunos estn dotados para lamsica mientras que otros son incapaces de tararear una melo-da sin desafinar.

    Estas diferencias son reales e importan. Sin embargo, cuandopensam os el mundo en trm inos de igualdad moral fundamen-tal, estas diferencias no diferencian. Moralmcnte considerado,un nio mimado que puede tocar los estudios de Chopin conuna mano atada a la espalda no es de ms categora que unadulto con graves daos mentales que nunca sabr qu es unpiano o quin fue Chopin. Moralmentc no dividimos el mundode este modo, no ponemos a los Einsteins en la categora su-

    perior, por encima de los inferiores Homer Simpsons queen el mundo son. Los menos dotados no existen en orden a los

    intereses de los ms dotados. Comparados con ellos, no son me-ras cosas que puedan usar como medios para sus fines. Desdeel punto de vista moral, cada uno de nosotros es igual porquecada uno de nosotros es igualmente un alguien, no un algo; elsujetodeuna vida, no una vida sin un sujeto.

    Por tanto, por qu es importante la idea de ser el sujetodeunavida? Porque aclara nuestra mismidad moral, nuestraigualdad moral.

    Como sujetosdeunavida somos todos iguales porque lodosestamos en el mundo.Como sujetosdeunavida somos todos iguales porque todos

    somos conscientes del mundo.Como sujetosdeunavida somos todos iguales porque lo que

    nos sucede nos importa.Como sujetosdeunavida lo que nos ocurre nos importa por-

    que es decisivo para la calidad y duracin de nuestra vida.

    [ 121]

  • 7/24/2019 Tom Regan Derechos Animales y Etica Medioambiental

    6/14

    Como sujetosdeunavida no hay ni super ior ni infer ior , msalto o ms bajo.

    Como sujetosdeunavida todos somos moralmente lo mismo.Como sujetosdeunavida todos somos moralmente iguales.

    Huelga decir que lo que antecede no constituye una pruebaen sentido estricto de nuestros derechos basada en nuestra sub-jetividad. Mi intencin ha sido ms bien explicar cmo nuestroser sujetosdeunavida aclara (nos ayuda a entender) el sostnde nuestros derechos, especialmente nuestra mismidad moral,nuestra igualdad moral. No debera constituir una sorpresa elque considere que lo que acabo de decir de nuestros derechosno es menos cierto dicho de los derechos de otros animales.

    Derechos anim ales

    Hay sujetosdeunavida quenoseananimaleshumanos?Claro que s. Con certeza, todos los mamiferos y aves. Casi contoda probabilidad, todos los peces. Por qu? Porque (por ra-zones que he explicitado por menudo en otros lugares y sobrelas que no voy a volver aqu, vase Regan 1983, 2001b, 2003a,2003b) estos seres satisfacen las condiciones del tipo de subje-tividad en cuestin. Como nosotros, estn en el mundo, cons-cientes del mundo, conscientes de lo que les ocurre e importn-doles lo que les ocurre (a su cuerpo, a su libertad, a su vida)independientemente de que a alguien ms le preocupe esto ono. Por consiguiente, estos seres participan de los derechos men-cionados, incluyendo el derecho de ser tratados con respeto.

    Esta conclusin (la de que, como mnimo, estos animales tie-

    nen derechos morales bsicos) tiene hondas, incluso podramosdecir que revolucionaras, consecuencias. Respetar estos dere-chos significa (entre otras cosas) algo ms que reducir la can-tidad de carne que comemos o evitar la temer lechal o comerslo pollo y pescado. Significa el final de la agricultura animalcomercial, no importa que sea intensiva o al aire libre. No res-petamos los derechos de vacas y cerdos, pollos y gansos, atu-nes y truchas si acabamos con su vida de modo prematuro, aun-

    que empleemos mtodos humanos. Estos animales tienentanto derecho a la vida como podamos tener nosotros.

    [1221

  • 7/24/2019 Tom Regan Derechos Animales y Etica Medioambiental

    7/14

    I I I . O b j e c i o n e s d e r a z m e d i o a m b i e n t a l i s t a

    A LA CONSID ERACI N DE LO S D ERECHOS

    Contra la consideracin de los derechos se han formuladovarias objeciones de raz medioambientalista. Debido a las limi-taciones de espacio, me veo obligado a considerar nicamentedos2.

    La consideracin de los derechosy las relaciones predador-presa

    Aunque el foco principal de la consideracin de los derechosson los deberes de justicia, hay espacio en esta perspectiva paraincluir en ella un deber general de beneficencia, de no limitarsea hacer lo que es justo sino hacer el bien a los dems. Si (se-gn creo) los humanos tenemos deberes de asistencia mutua in-dependientemente de las exigencias de justicia, no hay razn al-guna por la que no pueda haber deberes del mismo gnero encircunstancias en las que estn implicados animales. Suponga-mos, por ejemplo, que un tigre acecha a un nio pequeo. Siespantamos al tigre podemos ser capaces de salvar al nio. Dadoque los tigres no son agentes morales en el sentido en que usoesta expresin, no habra a primera vista violacin de derechosalguna. Y el caso es que si no hacemos nada, es casi seguro queel nio resulte daado. Deberamos intentar evitar este resul-tado? Tenemos un deber prima facie de intervenir? Es difcilimaginar cmo podramos defender una respuesta negativa. Asu-

    mamos, por consiguiente (lo que considero cierto), que en estecaso tenemos un deber prima facie de asistencia.A continuacin, supongamos que el mismo tigre no acecha a

    un nio sino a un animal salvaje. Y supongamos, de nuevo, quesi espantamos al tigre podemos ser capaces de salvar a este ani-mal salvaje. Dado que los tigres no son agentes morales, en elsentido en el que uso esta expresin, no se producira, a primeravista, violacin de derechos alguna. Y el caso es que es prcti-

    camente seguro que el animal salvaje resulte daado si nosotrosno hacemos nada. Debemos tratar de evitar este resultado? Te-

    2 Una omisin significativa es una discusin en to m o a la defensa de lacaza teraputica que hace Gary Vamer. Vase su In Nature 's Interests?: nte-rests. Animal Rights, and Environmental Ethics, New York, Oxford UniversityPress, 1998.

    1123]

  • 7/24/2019 Tom Regan Derechos Animales y Etica Medioambiental

    8/14

    nemos un deber prima facie de intervenir? Mi respuesta ha sidoy sigue siendo: no. A los crticos (por ejemplo, Ferr, 1986) noles llev mucho tiempo pensar que algo no cuadraba.

    J. Baird Callicott, uno de los autnticos pioneros de la tica

    medioambiental, es una figura representativa al respecto. Comoparte de su crtica a la consideracin de los derechos, escribe:Si deseamos proteger el derecho humano a no ser depredado

    por.. . anim ales predadores, debemos proteger el derecho de losanimales a no ser depredados por... animales predadores (Ca-llicott, 1989:45).

    Y sin restricciones. Callicott insiste en que la consideracinde los derechos est obligada a proteger a todos los animales

    que puedan servir de presa. Literalmente: La teora de Regansobre los derechos animales entraa una poltica de exterminiodel predador humano, puesto que los predadores, aunque demodo inocente, violan los derechos de sus vctimas (ibd.).

    Aunque pueda haber algo de verdad en lo que dice Callicott,su diagnstico es claramente exagerado cuando escribe que losdepredadores, aunque de modo inocente, violan los derechos desus vctimas. Slo los agentes morales son capaces de violar dederechos, y los animales no humanos no son agentes morales. Por

    otra parte, resulta obvio que Callicott pasa acrticamente de pre-guntar qu habra que hacer en casos particulares a qu habraque hacer como poltica general. Y esto es decisivo. El que todos(me imagino) estemos de acuerdo en que tenemos un deberprima

    facie de ayudar al nio frente al tigre, no nos compromete lgica-mente, en cuanto defensores de los derechos de los nios, con la

    promulgacin de polticas tendentes a erradicar a todos los predadores que en el mundo son. Por qu suponer, entonces, que, dado

    que los animales depredadores daan a sus presas, los defensoresde los derechos animales deben apoyar la promulgacin de talespolticas? Callicott no lo dice. Embadurnar la consideracin de losderechos con la brocha gorda de erradicar la vida salvaje puedeque sea buena retrica, pero no es buena filosofa.

    Visto esto, qu dice la consideracin de los derechos sobrelas relaciones predadorpresa? Para empezar, mi posicin es dia-metralmente opuesta a la que me quiere endosar Callicott. En

    lugar de abogar por una poltica de intervencin masiva en losasuntos de la vida salvaje, lo que tenemos que hacer es, en ge-neral,... nada. He aqu lo que pienso y por qu lo pienso.

    Desde mi punto de vista (vase The Case, 357, 361), nues

    ' Los nmeros que aparecern entre parntesis remiten a la pgina corres-pondiente de The Case for Animal Rights.

    [ 124]

  • 7/24/2019 Tom Regan Derechos Animales y Etica Medioambiental

    9/14

    tra obligacin rectora respecto a los animales salvajes es dejarlos estar. Se trata de una obligacin fundada en el reconoci-miento de su aptitud para manejar los asuntos del vivir, una ap-titud que encontramos tanto en los miembros de las especies

    predadoras como en los miembros de las especies que sirven depresa. Despus de todo, si los miembros de las especies que sir-ven de presa, incluidos los juveniles, fueran incapaces de sobre-vivir sin nuestra ayuda, no existiran tales especies. Y lo mismocabe decir de los depredadores. En una palabra, honramos laaptitud de los animales salvajes permitindoles utilizar sus ha-bilidades naturales incluso en el caso de sus necesidades de com-petir. Como norm a general, no necesitan nuestra ayuda en su

    lucha por sobrevivir, y no dejamos de cumplir con nuestro de-ber si optamos por no brindarles nuestra ayuda.No encontramos idntica aptitu d en los nios pequeos. La

    pura verdad es que, sin nuestra ayuda, no pueden cuidar de smismos y no tienen posibilidad real de sobrevivir, ni en el ho-gar ni en la naturaleza. Por ello, dejar estar a los nios no eshonrar su aptitud. Por regla general, y aunque estn dotados dehabilidades supervivenciales (sean estas las que fueren), necesi-tan nuestra ayuda. Por lo tanto, desde la perspectiva de la con-sideracin de los derechos, no hay la ms mnima inconsisten-cia en reconocer deberes de asistencia a seres humanos, nioshumanos incluidos, que no reconocemos en el caso de otros ani-males, incluidos los salvajes.

    Podemos llegar a la misma conclusin por otro camino. A mientender (vase The Case, 103109), los animales son capacesde saber lo que desean y actuar con la intencin de conseguirlo.Porque tienen esta capacidad, podemos comportamos con ellos

    de forma paternalista. Dicho de forma grosera (para una expli-cacin ms detallada, vase la pgina 107), intervenir de formapaternalista en sus vidas significa tom ar medidas para evitar quepersigan lo que desean porque, en nuestra opinin, permitirleshacer su voluntad ira en contra de sus intereses.

    En lo que respecta a nuestras obligaciones para con los ani-males salvajes, la consideracin de los derechos es antipatemalista sin rebozo alguno. As, he escrito: La meta de la gestin

    de la vida salvaje debera ser defender a los animales salvajesen la posesin de sus derechos, dndoles la oportunidad de vi-vir su propia vida lo mejor que puedan segn su buen saber yentender, prescindiendo de la predacin humana que respondeal nombre de deporte [la caza] (357).

    En el caso de los nios pequeos, nuestras obligaciones sondistintas. Alguien que dejase nios pequeos en el bosque o enun tmpano de hielo con la sana intencin de darles la opor-

    1125]

  • 7/24/2019 Tom Regan Derechos Animales y Etica Medioambiental

    10/14

    tunidad de vivir su propia vida lo mejor que puedan segn subuen saber y entender, sera considerado, y con razn, un cri-minal irresponsable. Del mismo modo que mediante la adop-cin de una postura antipatemalista solemos actuar, en general,

    de una manera que respeta los derechos de los animales salva-jes, mediante la adopcin de una postura paternalista actuamos,en general, de un modo que respeta los derechos de nuestrospequeos. Desde el punto de vista de la consideracin de losderechos, ambas posturas muestran idntico respeto por los de-rechos de ambos grupos4.

    La consideracin de los derechos y las especies amenazadas

    Algunos filsofos medioambientalistas (Callicott es represen-tativo) critican la consideracin de los derechos porque no puedesuministrar una base creble para gestionar nuestra obligacinde preservar especies amenazadas. (Por simplificar, centro miatencin en las especies amenazadas [en cuanto diferentes delas poco comunes]). Si dejamos de lado los excesos retricos,la lgica de la objecin es sencilla: si la consideracin de losderechos no puede suministrar una base creble para tratar de-bidam ente esta obligacin, la consideracin de los derechos noes, en ltima instancia, la mejor teora. La consideracin de losderechos no puede suministrar esto que se le pide. Por consi-guiente, en ltima instancia, no es la mejor teora.

    Aunque creo que este tipo de crticas representa un seriodesafo para mi postura, y aunque en la actualidad (y por razo-nes que explicar ms adelante) considero que mi antiguo an-

    lisis de las especies amenazadas debera haber sido ms amplio,no tengo claro que esta objecin sea tan contundente como sus

    promotores quieren hacemos creer. Me explico.La consideracin de los derechos restringe los derechos a los

    individuos. Dado que las especies no son individuos, la consi-deracin de los derechos no reconoce en ningn caso los dere-chos de las especies, incluido el de supervivencia (359). Ade-ms, los derechos de los individuos no crecen o menguan de-

    pendiendo de lo abundantes o poco comunes que sean lasespecies a las que pertenecen. Los castores no tienen menos de-

    4 En Environmental n Ethics, Animal Welfarism, and the Problem of Predation: A Bambi Lovers Respecl for Nature, Ethics and th e Environment, 6(I ) (2001 ):4267, lenn ifer Everett defiende la consideracin de los derechosante la crtica predatoria.

    [ 126]

  • 7/24/2019 Tom Regan Derechos Animales y Etica Medioambiental

    11/14

    rechos precisamente porque sean ms abundantes que los visones, y los rinocerontes negros del frica oriental no tienen msderechos que los conejos precisamente porque su nmero estdisminuyendo. Entonces, de qu manera puede la considera-

    cin de los derechos gestionar nuestra obligacin de preservarespecies amenazadas? Mi respuesta, en el pasado, fue doble.En primer lugar, tenemos una obligacin (prima facie, quede

    claro) de detener a los agentes morales humanos (promotorescomerciales, cazadores furtivos y otras terceras partes interesa-das (360)) cuyas acciones violen los derechos de los animales.En segundo lugar, tenemos la obligacin de detener la destruc-cin del hbitat natural que sustenta la vida de estos animales

    (360). Mi argumentacin implica que, si tenemos xito en el cum-plimiento de estas obligaciones, tendremos xito en el cumpli-miento de nuestro deber de proteger a las especies amenazadas.

    Un crtico puede responder sealando que la consideracinde los derechos no hace justicia a nuestra sensacin de que es-tamos ms en deuda con las especies amenazadas que con lasabundantes. Ms con los rinocerontes negros del frica orien-tal que con los conejos, por ejemplo. Dada su insistencia en laigualdad de derechos, cmo puede dar cuenta la consideracinde los derechos de esta intuicin? He aqu, en tosco esbozo, larespuesta que defiendo.

    Los defensores de la justicia humana utilizan a veces la ideade justicia compensatoria. Un ejemplo clsico tiene que ver conlas injusticias cometidas en el pasado contra miembros de de-terminados colectivos. Por ejemplo, aunque los actuales descen-dientes de los Sioux Miniconjou que fueron masacrados por elSptimo de Caballera del ejrcito de los Estados Unidos de

    Amrica en Wounded Knee el 29 de diciembre de 1890 no vi-van en los tiempos de la masacre, no es una inconsistencia ar-gumentar que se les debe algo (a los descendientes actuales) porlo que sucedi no slo en Wounded Knee sino tambin muchosaos antes y despus. Desde una consideracin razonable de lahistoria, los descendientes actuales han resultado perjudicadospor la gran injusticia cometida contra sus predecesores. Por otraparte, y por similares razones, lo que se les debe es algo ms

    de lo que se nos debe a aquellos de entre nosotros que no he-mos sido perjudicados del mismo modo. Si no hay otros facto-res a tener en cuenta, debera hacerse ms por ellos, medianteuna asistencia compensatoria, que lo que se hace por nosotros.

    La consideracin de los derechos puede aplicar principioscompensatorios a aquellos animales (por ejemplo, al rinocerontenegro del frica oriental) cuyo nmero disminuye de forma alar-mante debido a pasados errores humanos (por ejemplo, el fur

    [ 127]

  • 7/24/2019 Tom Regan Derechos Animales y Etica Medioambiental

    12/14

    tivismo de nuestros antepasados y la destruccin del hbitat).Aunque los rinocerontes que quedan tengan los mismos dere-chos fundamentales que los miembros de especies ms abun-dantes (los conejos, sin ir ms lejos), es comprensible que para

    nosotros tenga mayor peso el deber de asistencia debida a losprim eros que el mismo deber referido a los ltimos. Si es ver-dad, como creo, que los rinocerontes actuales estn en una si-tuacin de desventaja debido a los errores humanos cometidoscontra sus antecesores, entonces, suponiendo que no hay nin-guna otra diferencia a considerar, se debe hacer ms por los ri-nocerontes, mediante una asistencia compensatoria, que por losconejos. Creo que de esta manera la consideracin de los dere-

    chos puede dar cuenta de nuestra intuicin de que nuestra deudacon los miembros de las especies animales amenazadas es ma-yor que la que tenemos con los miembros de especies ms abun-dantes.

    Los crticos de la consideracin de los derechos pueden se-guir desafindola incluso despus de haberla ampliado yo conmi argumento compensatorio. Pueden poner de relieve, en par-ticular, que la inmensa mayora de especies amenazadas sonplantas e insectos, formas de vida demasiado rudim entarias paraser calificadas de sujetosdeunavida. En este caso, y dado queno poseen ningn derecho, nada puede debrseles por motivosde justicia compensatoria. Peor todava (se argir), la continui-dad existencial de muchas de estas plantas e insectos no es ne-cesaria para sostener la vida de aquellos animales que son su-

    jetosdeunavida. Qu puede decir la consideracin de los de-rechos de nuestra obligacin de preservar estas especiesamenazadas?

    Creo que lo que puede decirse es lo que dije hace tiempo:La consideracin de los derechos, escriba, no niega, no escontraria al reconocimiento de la importancia de determinadosintereses humanos (estticos, cientficos, sacramentales, etc.) [enla preservacin de especies amenazadas] (361) o, por hablarde modo ms general, no niega, no es contraria a alentar prc-ticas que promuevan un mundo bitico a la vez rico, diverso ysosteniblc. Lo que la consideracin de los derechos niega, al me-

    nos tal y como est articulada a da de hoy, es que plantas e in-sectos sean sujetosdeunavida; y niega tambin que estas for-mas de vida hayan mostrado tener derecho alguno, incluido elderecho a la supervivencia. Claro est que podemos hacer gran-des esfuerzos para preservar este tipo de vida (es decir, no hayen principio nada malo en hacerlo), basndonos, por ejemplo,en intereses humanos estticos o sacramentales. Pero que poda-mos estar dispuestos a hacer esto dista mucho de dejar sentado

    [128]

  • 7/24/2019 Tom Regan Derechos Animales y Etica Medioambiental

    13/14

    que plantas e insectos puedan demandamos legtimamente poractuar como lo hacemos.

    El nmero de insatisfechos con las implicaciones medioam-bientales de la consideracin de los derechos, ampliada o no

    con principios de justicia compensatoria, no se limitar a un pu-ado de filsofos medioambientalistas, entre los que hay quecontar alguno de los ms relevantes. Dirn (y de hecho algunoha dicho*) que las especies tienen un valor inherente. Y tambinlos ecosistemas y la biosfera. Ello explicara nuestra obligacinde salvar especies amenazadas, incluyendo plantas e insectos, yno slo difusos mamferos. A esto slo puedo replicar (si-guiendo el ejemplo del personaje que interpreta Cuba Gooding

    en la pelcula Jerry Maguire): raznamelo!. No basta confe-rir un valor inherente (o intrnseco) a especies, a ecosistemas,a la biosfera. Uno espera que se argumente de forma convin-cente. Y esto es algo que, por razones que he dado en otro lu-gar (Regan, 1992), no slo no se ha hecho sino que creo queno puede hacerse.

    R e f e r e n c i a s b i b l i o g r f i c a s

    C a l l i c o t t , J. Baird, 1989. Review o f Tom Regan. The Case for Animal Rights. n Defense of the Land Ethic: Essays in Environmental Phitosophy. Albany: State University of New York Press: 3948.

    Fe r r , Frederick, Moderation, Moris, and Meat. Inquiry, 29 (4)(1986): 391406.

    Re c a n , Tom, The Case for Animal Rights, Berkeley, University of Ca-lifornia Press, 1983.

    1991. Irreconcilable Differences. The Thee Generation. Philadelphia: Temple University Press: 125142.

    1992. Does Environmental Ethics re st on a Mistake? The Mo-nist 75 (2): 161182.

    1994. The Case for Animal Rights: A Decades Passing. A Cen-tury of Valu Inquiry: Presidential Addresses of the American So-ciety for Valu Inquiry, ed. Richard T. Hul (Amsterdam andAtlanta: Rodopi) 439459. In Regan, 2001a: 3965.

    2001a. The Animal Rights Debate. With Cari Cohn. Lanham, MD:

    Rowman and Littlefield. 2001b. Defending Animal Rights. Urbana and Chicago: University

    of Illinois Press.

    1 Vase, por ejemplo, Holmcs Rolston III, Environmental Ethics: Dutiesto and Vales in the Natural World. Philadelphia: Temple University Press,1988.

    [ 129]

  • 7/24/2019 Tom Regan Derechos Animales y Etica Medioambiental

    14/14

    Re c a n , Tom. 2003a. Animal Rights, Human Wrongs: An ntroductionto Moral Philosophy. Lanham, Boulder, New York, Oxford: Rowman and Littlefield.

    2003b. Empty Cages: Facing the Challenge o f Animal Rights. Lan-ham, Boulder, New York, Oxford: Rowman and Littlefield

    2004. The Case for Animal Rights. Second edition; with a new Preface. Berkeley: University of California Press.

    [ 130]