Tiem pos modernos en formato libro electrónico

80
Tiem Pos Modernos

description

escritura creativa

Transcript of Tiem pos modernos en formato libro electrónico

  • Tiem Pos Modernos

  • Impreso en: La Imprenta Digital SRL, Av Melo 3711, Florida, Bs. As. , Argentina

    Primera edicin: Abril 2014Impreso en Buenos Aires, Argentina

    Autor editor: Agustn PisaniContacto: [email protected]

    FaceBook: Sinmon NefasI.S.B.N: 978-987-33-4342-1

    Toda parte de esta publicacin, incluido el diseo de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna por cualquier medio, ya sea elctrico, qumico, mecnico, ptico,

    de grabacin o de fotocopia, sin permiso previo del editor.

  • 3

    EXORDIO

    Este libro de Agustn Pisani es un fragmentario de recorridos abiertos, un llamado a la mixtura entre lo literario y lo filosfico, una deriva de conmocio-nes que a veces dan serenidad, pero casi siempre nos dejan sin respiro. Un aire cortazariano inunda todos los textos, persiguiendo en la locura de la palabra una magia sobre la existencia. Lo cotidiano y lo existencial oscilan logrando que del relato ms nimio nos elevemos para reflexionar sobre el ser o sobre la nada, que en definitiva, son lo mismo.Tal vez la invocacin en el ttulo por lo posmoderno confunda; en especial por estar tan asociado este trmi-no a lo superficial, cuando en realidad todo el opsculo de Agustn Pisani exprime la superficie de las letras y las hace jugar, perderse, las obliga a dejarnos perplejos desde la llanura de breves relatos que azuzan, que mo-lestan, que divierten, que emocionan, que incomodan.Resuenan muchas voces entre estos fragmentos. Resuena, ya lo dijimos, Cortzar y sus recorridos parisinos, pero tambin se oye a Cioran o a Nietzsche, aunque tambin a Pessoa, y sobre todo al Baudelaire

  • 4

    de los Poemas en Prosa. Grandes nombres que en presencia o en ausencia configuran ese lugar de cruce entre la idea, la palabra y el sentido. Todo el libro de Pisani es un compartir una experiencia del asombro. Son esas mismas palabras, ideas y sentidos que utilizamos asiduamente en la cotidianeidad, los que puestos en otras tramas, se vuelven poesa.Pero entre tanta cita, se huele tambin la ciudad. Hay un olor urbano, una experiencia de una potica cita-dina, una filosofa que se pierde y se encuentra entre baldosas, que tambin son pensamientos, que tambin son silencios. Por all aparece Boca Juniors, Villa Balles-ter y un quiero re truco. Y toda la universalidad de la pregunta se vuelve bien carnal, bien tierra, como debe ser la singularidad: esa zona de tensin entre las gran-des cuestiones siempre encarnadas en un aqu y ahora.Celebramos la publicacin de este libro para que nos ayude a perdernos un poco, entre tanto manual de la buena vida asociada al pensamiento calculatorio y administrativo. El arte nunca resuelve nada sino que conmueve y desva la mirada. Perderse leyendo estas voces fragmentarias de Agustn Pisani para recuperar lo mejor del sentido: su permanente estado de apertura.

    DARO SZTAJNSZRAJBER

  • 5

    DESNUDO

    UN FRAGMENTO

    PARA TEXTO

    PRLOGO

    He venido hasta usted. Quiz usted me haya con-vocado. Tal vez slo nos cruzamos. Haga y piense lo que quiera pero sepa que esto ha sucedido. Esto es innegable. No intente significar este encuentro. No hace falta comprenderlo. Usted y yo. Espacio y tiempo. Si esto le importa o no le importa, si lo sostiene o lo deja, si dejarlo le genera culpa, si sostenerlo no lo convence; eso no es problema mo. Ni usted ni yo. Hay algo entre, desde, hasta nosotros. No es usted, no soy yo. No hay nada para hacer bien, ni mal. Es as. Lo que ocurre, ocurre.

  • 6

    PODER RELACIONAR

    El amo y el esclavo se conocen, sospechan ser el otro. Muerden el pez del anzuelo. Siguen cada uno como perfectos asesinos un patrn. El patronato es un cenicero. Amo fuma, esclavo tambin. La ce-niza los convoca, les anuncia su futuro. Este tabaco saluda a su hermana salud. Silencio insoporta al ruido. La orquesta desenfunda violetas melodas anarquistas. El fuego apaga las diferencias, enciende cantos himnticos, desnuda al olfato ante los ojos de la vista. Arriba re sobre abajo. Las hojas se des-prenden del viento, se refugian en frutos crujidos.El esclavo y el amo juegan otra escondida, el poder cuenta hasta donde quiere. Siempre descubre todo. Toma mate en algn asiento viejo, aunque cario-samente reciclado. Las relaciones las hizo usted.

  • 7

    A QUIEN CORRESPONDA:

    Ay de m! Hay de m. Qu habr de m, ms que el otro? Ser que slo puedo ser nosotros? Soy lo que dejo de ser, lo que compro y lo que me compra.Consumo con sumo cuidado porque consumo, luego existo. Identidad es lo mismo, lo idntico, con su mismo. Pero lo mismo, es mismo si slo si hay otro. Ay de m! Habr otro? Cmo intentaremos borrar, correr o negar a ese otro que nos identifica? Hay otro o somos los mismos de siempre? Hay origen o slo repeticin disfrazada de novedad? Cmo aferrarnos a lo viejo sin atarnos a la idea de progreso? Asta, vela, dromo, lengua, puesto, lmina animal, rojo. Cuanta diversidad sobre una misma base. Cuanta parte reducida a un todo. Cuanta efica-cia. Cuan poca idiotez. Una multitud se pier-de entre un nio. Nos otros, los mismos, sabe-mos que estamos ac. El resto, seguir restando.

  • 9

    FRAGMENTOPA LABRAR

    VERSO

    No me mets ms el verso de que es tu versin. Si est claro que somos subversivos, supresivos, inver-sivos, obversivos, reversibles, inversores,diversibles.No te vengs con el verso o el reverso o las citas a otros versos. Si no sos ver, sino somos versculos desgastados. Estamos vivos. Te lo dice el otro cada vez que te cags de miedo, mirate no ms en el anverso. Ests atrapado como un mosquitero en una puerta. Y te digo que untarle azcar y electrificarlo no es diversin. El que mira la pelcula sos vos. As estamos, apostando a la inversin de la baera que lave lo diverso, que recuerde la posibilidad totalitaria de que exista algo que llamamos universo. Porque eso, al igual que lo que estamos haciendo; esto, es perversin.

  • 10

    NIO ADULTERADO

    Mientras fui nio me encontr perdido en un mundo donde el amarillo no representaba a la inteligencia o el barro a la suciedad. Me acuerdo que los carteles eran combinaciones de formas y colores. Mientras fui nio no pensaba ni bien ni mal. Los ventiladores practicaban sus coreografas y mi hambre era otra cosa. Ahora que fui nio y bien puedo entender lo que dice aquel cartel, accedo a otro mundo. Ya no puedo posar la mirada sobre las letras sin leer su significado. El tiempo opera como cigarrillo y la niez esttica en su color a nafta.

  • 11

    CONOSIMIENTO

    Cuando se conoce algo nuevo puede reconocerse algo que hasta ese momento hubo sido descono-cido. Entonces lo que ha sido conocido me implica una fisura, un quiebre que puede reconocerme ms conocedor ahora y ms desconocedor antes. Si niego reconocer mi ignorancia anterior, desco-nozco cmo puedo llegar a pensar al conocimiento como una figura positiva Si me identifico con lo que reconozco ahora como un nuevo conocimiento y no como un anterior desconocimiento; reconozco que me arrimo a la idea de saber como poder. Si miento, reconozco la verdad. Si digo una verdad desconozco lo verdadero. Si conocer me aleja de mi desconocimiento, reconozco que el saber es distancia que puede suspender al conocimiento que se basa en identificarse con la vulnerabilidad del ser que no puede. Incluso con causa de conocimiento. Saber o poder o conocer son estados distintos que se reconocen entre s como desconocidos. Leo aprendi a leer, ahora slo lee. Su vida pue-de inscribrirse en el marco de la posibilidad de leer e incluso de escribir su propia historia. Leo escribe: Desconozco por qu me recono-cen por haber adquirido este conocimiento.

  • 12

    VARIOS

    Este escrito se llama varios. Siempre so con que hablen de m como un autor. Por lo tanto, no slo ser un autor, sino que ser autor de varios. Entonces piense lgicamente porque es verdadero el hecho de que ser autor de varios, en varios sentidos.Este escrito por supuesto que es uno, pero adems, es muchos a la vez. Hulase la lengua y sienta la textura de sus ojos escupidos. Hagtese. Piense que el pensar es uno y nunca puede abordar lo complejo o lo quebrado. Si uno piensa, muchos quedan excluidos. Si muchos piensan, uno los siente exclusivos. Varios pensamientos desvaran sobre va-riantes inconclusas. Uno es varios y varios pueden ser uno. Por ello nos encontramos en las calles de los varios barrios, en plena soledad. Uno y otro vez.

  • 13

    DEAMBULANCIAMovilmiento

    Parece que la vida es movimiento o que no existe vida sin mvil idad. No hay forma ms cruel que el fluir para reconocer nuestro estancamiento. Entre el movimiento y la quietud no existe nada. Tuiteo: Gris, la gente no existe. Mi escrito es fijacin inquieta, muerta en la chapa que cubre el tanque de agua en el techo de chapa. Es como conquistar la cima del tobogn o ya haber tocado la arena. Movimiento, repeticin, envases. Habr un sol cubriendo al toldo? Nada me asombra, todo se me mueve. Qu secreto permane-cer en la hoja del rbol que escribi su propio libro?

  • 14

    DISCURSO POLTICO

    Vengo a hablarles hoy, pueblo querido, en son de aclarar y progresar en este tema central de nuestros tiempos: La Corrupcin. Si hay un tema ignorado o implcito pero no tratado en nuestra historia poltica es el de la corrupcin. Quiero explicarles al pueblo oficial, tambin al opositor, porque aqu no se corrom-pe la idea de unidad, qu pasa con la corrupcin. La cual existe, y si se fijan bien, muy probablemente est entre nosotros todo el tiempo, pero claro; nosotros, pueblo, la tenemos tan adentro,tan internalizada que no la reconocemos. Antes deca yo que no quera corromper la idea de unidad. Fjense entonces que existen ideas corruptas. As como encontramos ideas corruptas tenemos verduleros corruptos; patrones corruptos; casados corruptos; tos corruptos; perio-distas corruptos; noches corruptas; gatos corruptos; estaciones de servicio corruptas; dilogos corruptos; religiones corruptas; promesas corruptas; seales de trnsito corruptas;extranjeros corruptos; nios corruptos; otorrinolaringlogos corruptos; esquinas corruptas; todos corruptos. Yo mismo al dejar de nombrar formas y tipos de corrupcin, estoy co-rrompiendo mi propio discurso. Querido pueblo no

  • 15

    hay corrupcin sin corruptor y corrompido. Aquel que vea y que sienta la corrupcin que reclame, pelee, discuta. Hemos madurado. Si nos bajamos la ropa que sea por placer, por eleccin... Y hablando de elecciones Quiero comunicarles que queda establecido el departamento de corrupcin, donde cada uno de ustedes podr reclamar y denunciar lo que le corresponda. Nuestro personal est obli-gado; obligado a no responder ningn reclamo. No escucharn ninguna denuncia. Con esto buscamos que el pueblo reflexione y no deje nada librado a las instituciones, que el pueblo no se adormezca en el silln burgus del reclamo institucional y le ponga el propio cuerpo, la propia carne a su vida; antes que entregarla a las redes burcratas del poltico aparato, cede aparente de las ms alta corrupcin. Porque la realidad indica que ustedes, pueblo querido, son tan o ms corruptos que nosotros, as que a trabajar.

  • 16

    HAGA LO QUE HAGA

    Haga lo que haga estoy inmerso en este mundo de sol y soledad. Viva donde viva habr vida sin verdad. Desde ya quiero andar, brote sobre brote, en este mar. En verdad ya no existo. Pienso y es mi mal.

  • 17

    ESTREYA

    Ser una estrella. Siempre en el cielo. Una luz ful-minante que embellece la oscuridad. Una estrella. Ser tuerto que nos mira. Ser estrella, lejano, inal-canzable, muerto. Destiempo. Una estrella, agona.Sol. Edad. Estrechato. Ellos son una constelacin de estrellas. Hay unas manos (humanos) invisibles. Se esconden arriba del sistema de estrellas. Ser una estrella. Es cudo cegador. Fuego (ego). Incendios. Qu guantes estarn usando los titiriteros de hilos verdes? Ellos practican a travs de sus estrellas y ni siquiera sospechan que a la vuelta de la esquina subyace una conspiracin de agua. Ella amenaza con su capa verde con aguar una fiesta con escondites conocidos; con agria inocencia desechada por viento y por agua. La tierra quem su madera, pero sigue siendo la nobleza lo que hace que la rueda exista y gire.

  • 18

    FAMOSOS LIBROS

    Siempre so con que un da se refieran a m con la expresin: Autor de famosos libros. Hoy me pregunto sobre el concepto de fama en un futuro. Quin es famoso? Qu libro es famoso? Cmo funcion la fama con los viejos griegos? Cmo sucede en Oceana? Qu o quin habr estado o estar reiterativamente en boca de alguna tribu? Por qu Maradona, Gardel, Fort, Julio Csar, Napolen, Lennon, Dios? A qu instituciones les conviene manejar la fama; por qu la fama coquetea con la idea de oportunidad; por qu nos cuesta tanto mo-rir; en dnde se oculta el poder que se muestra en el famoso? Fama fama... Quin te vestir, quin te desnudar...? Fama fama... Cundo naciste, cundo morirs? Famosa fama, quien te vive no te fama.

  • 19

    AUTORIDAD

    HIJO: Las cosas para la cena estn en la alacena. Los platos, los vasos, los cubiertos, todo lo tens en el comedor. Te dej la ropa ordenada y limpia en el ropero. Si pods cada tanto pegale una arrancada, por el motor, al coche que qued en la cochera. Lo que no s si dej fue agua para armar cubitos en la cubetera. Tampoco pude encontrarla, as que ni idea qu ser de la quesera. Perdn. Es lo nico que no pude hacer, lo dems est todo limpio y ordenado como para que no te tengas que ocupar de absolutamente nada. Gracias.Pasala lindoTe quiero mucho.

    Y as, los adres dejan un orden tan difcil de romper como de sostener o restablecer.

  • 20

    ENTONCES POR QU?

    Entonces porque era distinto, las mismas cosas, la plaza, el banco y hasta el sol que repite su camino. Se lo siente como miedoso, lamiendo las botas que hunden las viejas huellas, como sonriendo compinche y burlonamente. Antes eran los gritos y las alertas por peligro de pelotazo. Hoy autos y motos con parlantes envolventes, con rtmica implacable. La misma novela, otros objetivos. Pero entonces por qu busco la misma sombra, el mismo banco, la misma ciudad humana apagada por un sol domado libremente. La gente se cruza, como siempre, intercambia miradas como miedosa, lamiendo las botas que huelen las cmodas huellas, como sonriendo compinche y burlonamente.Ya el sol se esconde bajo la cabeza del mismo rbol. Una copa cortada diagonalmente por las mismas tejas de la casa donde ahora hay rejas. La copa bebe luz solar y tie de sabores degustados a los juegos de las luces que un ciego oye profundamente.Entonces porque descubro que la historia se repite, que las cosas son eternas y circulares, recubro algo viejo y ya sabido que es que ni la plaza ni el sol se repiten, sino que otra vez no he podido leer la rea-lidad con otras palabras que las que he aprendido.

  • 21

    ENLACE

    OTRO FRAGMENTOHISTORIAS

    2013

    Tengo el hambre de ardor de panza y los pibes estudian el calendario maya. Se pierden entre n-meros y palabras, entre colores y simbologas de otros tiempos. En la peluquera un seor muy joven lee la revista el Grfico, una edicin muy antigua, de coleccin, de las que el color est en la imaginacin, sola mente. La globalizacin ya haba sucedido o est sucediendo o iba a suceder encarnada como pap Noel. Otro grupo de personas viva murindose de angustia existencial; sin encontrar los porqus, renunciando a las coherencias, entregados a la ofi-

  • 22

    cina y a los trabajos como artistas. Mi estmago se acostumbra o me engaa. Estamos en 2013 ms all y ms ac de lo que se hizo se dijo y se pens. Esta vez tampoco pudimos acabar con el mundo.

  • 23

    SOBRE LA HISTORIA ESENCIAL DEL ESPACIO CONSTRUIDO POR EL

    HOMBRE

    En un tiempo lejano el hombre se refugiaba debajo o adentro de rboles; en cuevas; enterrados; den-tro de bosques o selvas. A la sazn, los espacios eran siempre comunes. Las cosas no se compartan porque simplemente la propiedad privada como la conocemos no exista. Ms adolescente, ya el hombre en su historia, elabor espacios que encuadraron algunas experiencias. Se paraban alrededor del fuego y crearon la cocina comedor donde todos compar-tan la prctica del comer. Haban fuegos y comidas constantes, la cocina y el comedor se mezclaban con lo que los rodeaba. Un da se dieron cuenta que haban hombres que no conseguan cazar presas con facilidad, aunque bien podan cuidarlas del fuego. De esta manera comenzaron a gestarse los cocineros. Algunos recolectores agrcolas confiaron su comida al cocinero. Como el cocinero logr compartir la sensacin de distinguir y clasificar gustos intent jerarquizarse como nico. Debido a esto y para po-der l tambin ser reconocido, el cazador record

  • 24

    que este sabor era posible nicamente gracias a la materia prima que obtena. Entonces reclam por-ciones ms grandes y sazonadas especialmente para su paladar. As nacieron lo que hoy llamamos platos. A su vez, argumentaba el cazador, que as como los recolectores siembran y luego slo deben esperar por las cosechas y el cocinero nicamente se man-tena al calor oliendo manjares, l deba someterse al peligro de lo imprevisto para realizar una tarea nica e irremplazable, adems de bsica para que las personas tengan fuerzas. Para ello argument que cuanta ms fuerza para cazar la presa l haya necesitado, le dara mayor vigor a la gente que la ingiriese. Sigui su fundamentacin explayando que la optimizacin de la comida que proveyera al resto dependa de su propia alimentacin. Los recolectores reclamaron su parte y el cocinero tambin. En ese momento el cazador convenci a los recolectores para asociarse y apartaron al cocinero. As es como la cocina y el comedor que estaban unidos se hubieron separado. Los peores recolectores y algn que otro cazador intil se encargaron de transportar y servir la comida. Pero ese es el comienzo de otra historia.

  • 25

    FBULA CON

    Una onomatopeya atropella a propsito. Propsito otra vez queda llorando contra sus pauelos de pa-pel. Juega con su memoria para alcanzar recuerdos de muerte y de importancia que borren su espina y dieran a su realidad un borratinta de los que an-dan sin recargarlo con lavandina. Un despropsito huele a chucrut pasado, atiende su celular y habla casi en secreto con libertad. Libertad, con su tonada cordobesa, convence a despropsito para juntarse con memoria y asesinar lentamente a onomatopeya.A propsito las cosas le parecen siempre conve-nientes o potencialmente beneficiosas. Entonces se dirige al ro y disfruta de planchar al agua con su espalda. Sol enceguece, memoria ataca. Libertad y despropsito se sonren. Propsito muere lenta-mente en su propio ahogo. El eco, fiel testigo, graba el fin. Fin es eterno. El sonido, hueco. Glup, gulp plug.

  • 26

    TORDOS

    Cuando era pibe, bastante pibe, subieron las napas y se secaron los castaos del vecino. l me llamaba cabecita negra. Yo era rubio. Despus dej de baarme o simplemente me tom muy a pecho la muerte de los castaos. cido recuerdo, la muerte del limonero. Lo cuidbamos mucho. Mi madre y mis tos (con algo que tena un don) le ponan algodn alrededor del tronco para ayudarlo a combatir esa lucha natural que le libraron los ejrcitos de hormigas. Pensaba sobre las hormigas. Me las imaginaba como una diminuta y dinmica orquesta de estmagos que planeaban cmo sobrevivir. Las vea discutiendo entre s. Recuerdo cmo el Hormign de culo amarillo desplegaba los mapas en su cueva y urda el plan para con vencer a su tropa de emprender la retirada. Yo, que egostamente disfrutaba de sus caravanas misteriosas, les ped que se quedaran. Robaba el pan que haba sobrado. Lo parta en mil pedacitos. Todava no saba nada de Jess. Ellos no lo coman, se lo llevaban; lo dejaban pudrirse y despus se coman los hongos. As se alimentaban. Cocinaban su alimento en su espacio a travs del tiempo. Yo las sobornaba.Especial arrancar los frutos del limonero como sin

  • 27

    entender el ciclo de la vida, como condimentando la milanesa desde la muerte de la abundancia amarilla. Un sabroso velorio. Finalmente las napas arrasaron con todo. Un universo, una infancia. Me mata el limn: sus colores verdes, amarillos, lima, la frescura de la muerte latente y la solidaridad de los castaos que tambin murieron de pie. Con los tordos que venan y vivan en los castaos fuimos ms crueles, bsicamente distintos. Recuerdo que mi abuelo nos ense cmo cazarlos. No era muy complejo. Tampoco divertido. La diversin era algo que s habamos atrapado con la gomera. Dirigirse hacia la montaa del canto rodado y arrojar piedras lo ms lejos posible. Cuanto ms tardaba el sonido en llegar, mayor destreza en el tiro. El xito era el silencio. Rompamos todo. Con mi to y mis hermanos, con mis amigos, no parbamos de tirar piedras. Qu puntera el que le daba a la cam-pana en la antena de radio o el arte abstracto con pintura de nspero debajo de la ventana del vecino. La construccin peligraba a causa del desvanecimiento de la montaa de canto rodado. Todava siento la punta de mis homplatos abrindose paso entre las piedras. Miraba al cielo y encontraba en las piedritas formas que se corroboraban en el cielo en forma de nubes. Si la coincidencia me estiraba los labios de felicidad, tomaba el canto y apuntaba con mucha ilusin. Pude ver cmo nube y piedra se fundan en

  • 28

    una misma visual. Todo era lo mismo. Las nubes de nieve y el canto volado. El canto robado. Los tordos eran los propietarios de los castaos, ellos tambin nos hurtaban la atencin. Cuando empec a estu-diar en la facultad a los colores, me acerqu (algo desesperanzado) a la profesora. Le pregunt sobre el color de los tordos. Me dijo que no lo saba. Hay respuestas que uno necesita agradecer. As lo hice. Estos cuervos criollos eran una obsesin. Los caz-bamos. Los encerrbamos en jaulitas de alhambre y madera. Los mirbamos, prendamos y apagbamos las luces para verlos mejor. Cantaban. Tenamos una veintena. Ya no nos alcanzaban las jaulas. Era todo muy triste. No s cmo o quin fue, si mi abuelo, mi madre, mis hermanos o quiz mi padre, pero un da simplemente desaparecieron. Ni sus jaulas quedaron. Pregunt e investigu. Hay respuestas que niego o no recuerdo. Yo cre que se haban escapado con jaula y todo, fantaseaba con verlos enrejados en alguna rama a medio secar del castao. Durante varios aos no volv a verlos, cuando lo hice pude sentir el miedo de las napas. Esa jaula lquida que se esconde en forma de respuesta y memoria.

  • 29

    CASEROS

    Nos quedbamos hasta las dos o tres de la madrugada jugando a la escondida. El sabor inalcanzable de haber encontrado el poste de luz con los fierritos al costado, en forma de escalera. El esfuerzo de estirar las piernas para subir a tal punto donde el rbol te esconda justo enfrente del pica. Gozar de la visin copada y la seguridad de estar por encima del mundo. Degustar esa comida en imagen, la miga chiclosa del oxidado panptico. Fantasear con salvar a todos los compa-eros e irse a dormir con una sonrisa maradoneana.

  • 30

    MEDIO MUNDOMitad es otra mitad es otra

    Se dio cuenta que la playa se llama playa en honor al nivel del mar. Que el mar vomitaba con bilis a la arena. Que las almejas son las bacterias que crecen del vmito constante de la devolucin amorfa y caudalosa. Sonri mirando al sol. El sol le marc cancergenamente la piel. Un perro me su remera y sus facturas. Un nene que estaba sumergido hasta la pera en la blanda arena se ri a carcajadas mien-tras imploraba por dentro que el perro no lo mee. Corri detrs del perro pero en lo alto del cielo se escondan de las ocupaciones una treintena de araas voladoras. Ellas tejieron sus extensiones hacia los brazos de un vendedor que rea balancendose, aunque muy enfadado con el torpe hombre que corra tras de un picho. Una nia lloraba des con sola da mente porque su barrilete preferido qued hecho un punto en el infinito. Ahora era irrecuperable, otra vez se tena que conformar con ver su deseo como un hilo que lo conectaba hacia un Dios explotador. Su padre le mostr muchos billetes al tiempo que un bonito culo se desplazaba hacia el siguiente balneario

  • 31

    y se perda como un fin de semana de cumpleaos y compromisos; se hunda contra el resto de los cuerpos y del muelle, que a esa altura supo ganar protagonismo. Dese ser un medio mundo. Seis pes-cadores lo levantaran y lo penetraran nuevamente bajo el agua. Le cuidaran sus tejidos, sera mimado. Pero al ver vaco el resto de su universo, los pesca-dores no pudieron complacer el pedido del perro que se ech sobre las maderas a observar cmo el mar vomitaba la playa vida de este mundo medio.

    HISTORIA FUTURA

    La historia futura tiene memoria. Hay un embotella-miento de lgrimas en mi alma. Tormenta que antecede la calma. La memoria futura tienen historia y los remos y los ramos, lloran hasta el alba. Hay un ro que lav mi alma. Ella ri en mi lgrima, tiene en la botella el corcho. Tiene de mi historia, el futuro de mi memoria.

  • 32

    AGUA OXIGENADA

    La soda o el agua oxigenada despiertan o abofetean mis sueos ms tranquilos, ms lejanos. Cuando era nio, met a un playmobil dentro del agua. Lo sumerg. Recuerdo que una vez bajo el agua, el mu-eco generaba burbujas que fallecan en la super ficie. Mi madre, que entenda por completo cmo yo crea que el playmobil desarrollaba una vida similar a la de cualquier humano; me dijo que las burbujas eran la prueba de que el mueco respiraba. En ese momento no me di cuenta que la Prueba que in-tentaba reforzar mi ilusin sobre la vida del juguete, en realidad pona en crisis mi sistema de creencias sobre los chiches en general. Justo en aquel instante el playmobil se rompi. Justo cuando lo dej mucho tiempo bajo el agua, se quebr. Saqu al muchacho de la pileta y llor de manera ininterrumpida y oculta una de las muertes ms sostenidas de mi otra vida.

  • 33

    FRAGMENTO OTROLIQUIDACIN

    III GUERRA MUNDIAL

    El secreto ha sido dicho. Lo pblico esponj lo pri-vado. La palabra velocidad retrasa. Nada queda por hacer, todo ya fue hecho. Deshacer es un mtodo de escarbadiente redondeado. El alimento abunda. Las personas nos sabemos excluidas. La inclusin nos destruye. El tres saca a pasear a uno y a los dos. La vida es. El arte nos invadi. Las armas vuelven a ser visibles y tal como en su esencia, virtuales. Las onomatopeyas huelen a tabaco prohibido. El mundo, globo terrqueo de aguas inconquistables, puso helio en los seres humanos. Nuestro planeta, ya no es nuestro, se emancip, nuestra creencia posesiva de homo posens y el peso de esta buena y vieja libertad activa la nusea efmera de exis-tir en donde el sentido no se siente. Sintase, no est slo, usted est viviendo la III Guerra mundial.

  • 34

    CAMPOS DE DESCONCENTRACIN

    Esta silla no da para ms. Juan Barlena cumple aos. Boca juega 19:15 hs. Qu fro est el caf. Tengo que ir s o s maana al banco. Antes de ir al bao pongo a descargar el programa. Hola Pupi, Cmo va tanto tiempo? Nos vemos al final, vas para lo de Zequi? Qu es ese ruido? Bueno despus hablamos Pupi, que si no no llego.La impresora se qued sin tinta. Hay que comprar huevos. Par qu carajo postean esta mierda en mi muro? Al final es mejor hacer lo que te sir-va. Este aleatorio me repite siempre los mismo temas, en el mismo orden. Cmo voy a dormir cuando agarre la cama Hola Ga, en un ratito salgo para all. Qu publicidad del orto, ya ni se puede ver Tou Yube tranquilo. Estamos cada vez peor. Esta silla no da para ms. Villa Ballester cumple aos. Mejor me preparo un mate. No s si llego.

  • 35

    ADEMANIA

    El pueblo ademn es por naturaleza asesino. Los ademanes acompaan beligerantemente a las palabras. Las refuerzan, las contradicen, siempre comunican. Los ademanes aman a la tele y prcticamente reinventaron el uso de la radio. Se esconden detrs de parlantes y juegan a explotar el juego de la invisibilidad. Estn de-trs de lo obvio. Se nota cmo conquistan a los cuer-pos. Invaden a los itadianos. Son ademanes relmpagos, son insaciables. Son asesinos, son ademanes. Aman a la vida desde la muerte. Los ademanes nos invadieron y no hay marcha atrs. Los humanos los estudian y buscan verdades ocultas en los ademanes. Pero ellos tienen tneles y mscaras. Conocen formas de liber-tad, filosofa, ciencia y arte. La radio los esconde y los muestra, los asesina y los revive. Escchese ademn.

  • 36

    LNEAS Y PUNTOTensihnda

    No hay nada ms profundo que la llanura ilimitada. Ac desespera la superficie, no por lisa, por honda. Una lnea recta o un millar de puntos acurrucados. El agua: una lnea o muchos puntos. Vista de puntos. Cada puntito, un universo descalzo. Cada lnea des-cansa en un universo de puntitos. Todo pende de. El agua: espejo superficial si la cmara pone el foco as. Pero si el fuego de los ojos quema la superficie del agua, hay un mundo eterno, un fondo esbozado, una profundidad que el escudo en forma de espejo oculta al que busca o encuentra en el reflejo su realidad. Pero el fondo siempre amenaza en su armadura, en su portal. Hay quienes creen que en lo hondo respira el cosmos pero tarde o temprano tambin mueren ahogados. Se esfuman, se pierden, se transforman o son enterrados vertical u horizontalmente. Siempre formando una lnea recta o un universo de puntitos.

  • 37

    UTPICO DISPUESTO

    No hay forma de escapar. El vegetariano aniquila los vegetales. Los come, los devora, los prepara, los presenta, los combina. Se jacta de que son lo mejor y los aniquila. Escribe con stencil en las paredes de las carniceras: Asesinos! El vegetariano trata de llevar al resto, a los que no suman, a ser vegetarianos. Arios del vegetal, se excitan viendo cmo el agua hierve las heri-das hechas a mano y a cuchillo. El vegetariano se priva de carne. Disfruta. Sabe a verdura, necesita escribir la mejor hoja de la historia. El utpico dispuesto vegeta.

  • 38

    ES PATA DA RA

    Es pa ta da ra la mscula, sin vienro do ses po la ctida arguleja. Apritiso dormi; salo ved ercide, undnila

    zapirra caltoba erp posin.Incurptido, desurbiscare asttodo. Ne duele elogio izquierdo. Apota liendro suncas taplento rbulo. Si-marfculo et ventre, audestro vap tentusculo pletario hultido ei reb cat ud tiszeye. Wili, dudu. Oro puru lele masa quitititi. Vuzela. Rmula. Aurora noelos menputi. Ed quer chat chilo vest. Arcustide membo

    reptilisimis. Uno. Uno. Uno. Uno. Uno. Uno. Uno. Uno. Uno. Uno.

    Uno. Uno. Uno. Uno. Uno. Uno. Uno. Uno.

  • 39

    DEJARSE SER

    Un hombre suea y cuando despierta siente que su sueo fue real. Que vivi o que vivir lo que so. Una persona se entrevista con una vieja experimentada en tarot. Siente que lo que la vieja dice es real y que ya lo vivi o lo vivir. Un pibe lee el horscopo maya. Su signo, su color, sus probabilidades de ser. Siente que lo que lee es verdad e incluso se esfuerza para alcanzar las virtudes propias de su kin. Una mujer encuentra respuestas abiertas sobre sus conductas y siente que ahora sabr cmo actuar mejor. Un intendente da su discurso. Le explica a su gente por qu est como est y tras hablar de manera encantadora la gente piensa y siente que estarn cada vez mejor con sugestin.

  • 41

    F R A G M E N T OFILMNACIN

    EL CAPITACHISMO

    Objeto, objetivo, objetividad, objecin. 2011. El hom-bre objeto se televisa las 24 hs. Dios es una cmara. Observamos al objetivo con el objeto de hacer ob-jeciones que pretendan un alto grado de objetividad. El hombre objeto desea ser observado y sube sus videos a internet. Los sube. Los comparte, obliga a que lo comenten. Sonre en el ascensor, no toca los objetos en los comercios. Se postula modelo, ejem-plo. Aunque sea por oposicin se piensa mucho, se narcisea a cinismo pero siempre desde el ojo del otro que todava no sabe si lo desea. Somos objgente, lente capitalista fetichista. Fetos observados en 7D. Esa es nuestra realidad cada vez ms real. Un pas con buena lente. Todos filmamos a todos. Estamos elifilmados. Qu suceder despus del fin del objeto filmado?

  • 42

    OBSERTADO

    A veces las cosas salen como aspirinas y uno ob-serva desde lo alto de la escalera caracol cmo el universo ha sido de vacaciones. Qu bien granizado el lado del crculo, cunto se disfruta en cucharita espiralada. El estmago recibe desde el paladar el aviso de hospedar al mejor amor, a la inaudita poesa invisible. Hasta le puedo dar play a la tribu-na que so mi gol en La Boca. Qu pies? Qu esfuerzo? Ley de gravedad? Las preguntas caen torpemente. Se golpean en la calesita descendente y llegan sus misas al terreno de lo concreto, entran en las vas redondas y alimentan mi visin cenital. Es hermoso el desfile. Hay filas desarmadas y hay armas desafiladas. La vista no las toca, se relame de observar lo que buscamos mirar, mientras nosotros mismos, los observadores, somos el observatorio para usted que se encuentra masivamente solo.

  • 43

    2.012

    El mundo es una constante frontera artificial. Desde siempre nada nos detiene entre la fascinacin de la movilidad. Pero no todo es, lo afirmo a ciencia exacta, tecnologa. En algn sitio ellos se aman entre miradas y silencio. Deshojan la miel de su fisiologa primitiva. No hacen nada, no producen. Quiz ni siquiera se reproduzcan. Estn siendo. Son sexo y son todo aquello que los de afuera crean que son. La tierra besa sus pieles. l se pone abajo y ella en respuesta muda lo deja a l sobre su cuerpo, lo escuda. Nada que se piense alcanzar jams aquel acto. Es 2012, las palabras pueden no ser la realidad y mientras ellos u otros continen ejerciendo sus necesidades ms reales, menos impuestas, sobre los cuerpos est el cielo. La noche y sus cmaras.

  • 44

    EL DA QUE DESCUBRI AL CINE

    Era un atardecer de clima muy agradable. La gente se puteaba de un auto a otro. A su bici se le solt la cadena varias veces y el orden aleatorio de la msica se burlaba del pibe que a esa altura sospech de la situacin color esperanza. El brillo atardeca. Senta la venganza hacia el egosmo humano porque todo el sol de la galaxia redondeaba su cuerpo. Si bien el ventilador que era la propia bici giraba al calor, la cosa pintaba de muerte. Cuando entr en una calle con ar-boles mecnicamente equidistantes, descubri al cine.La velocidad desde la bicicleta ms el sol en la cara que se interrumpa mtricamente, lograron ensearle una sucesin de luz fragmentada por barras arbola-das de sombra. As, el cine se suceda en una nueva aunque primitiva manera. Fotograma tras fotograma, repeticin como novedad. Claro que quien miraba la pantalla tambin estaba adentro. La pelcula corra en una avant premiere para un solo emisor receptor. Lleg a su casa y sigui espectando el propio pro-tagonismo de un cine pestaamente prefabricado.

  • 45

    CON VENCIMIENTO

    Hasta cundo la imagen jugar al compromiso? Cul de estos perros ganar al pquer? Estas ropas de palabras enrejadas esperan al colectivo de la verdad. Un mvil para todos, de espritu capica, gira siempre en torno a la exclusividad de sus eternos pasajeros. Una lnea capica, algunos colores, una sociedad annima. Termi-nal. Convencimiento. Cualquier flecha es vencedora. Mi estmago convence a mi mano, su palabra con-vence a mi presente. El arcoris se vence contra el tiempo. Alguna vez hubo dejado de existir la fuerza de gravedad? Ay, palomita de maz, ya no debes ali-mentar la pelcula de las pacficas avecillas. Acaso no ls aves? Son ratas con alas, son peligro de enfermedad, son espas en las guerras. Pero no las mataremos, slo les quitaremos la posibilidad de reproducirse. La paz es el smbolo de la paloma. Venceremos su invasin fsica, pero mantendremos al smbolo, a pesar de que ese aparato se venga con vencimiento.

  • 46

    EXISTIR DE REALIDAD

    Uno vive y se encuentra en esta obligacin. Uno se sienta entonces, en la esquina de la manzana. Justo en el punto donde la existencia huele lo que ser perdido. La apuesta intil de ir hacia slo un lugar. Uno vomita hacia s mismo la idea de lo inabarcable, sea cual fuese la eleccin. Hyase perdido la calle Juramento. Hyase apartado la calle Estocolmo. Uno se sienta en la es-quina. Justo en el cuello de la i griega. Donde la cosa dispara dos cosas. Y Dios ya no alcanza. Los caninos se bifurcan. Hay un unicornio dndole de comer a un pobre hombre. Alimentndose. Un cuerpo. Uno vive y se pierde en la obligacin; y en la esquina, una mens sana. Una manzana que ya no sabe, boca calle.

  • 47

    PRO QU?

    Por qu pensamos que el que observa tiene un rol pasivo? Por qu pensamos que el que ms habla es el protagonista; por qu pensamos que la pre-gunta no responde; por qu pensamos que el que tiene la posesin de pelota domina el juego; por qu pensamos en que hay cosas naturales; por qu sostenemos da a da la confianza en el dinero; por qu no sospechamos que el olvido es la memoria; por qu los lmites son ilimitados; por qu la ne-cesidad se torna en adiccin; por qu el fuego nos atrae a la vez que nos detiene; por qu hablamos de negar si slo desplazamos; por qu morimos nicamente en vida; por qu hay mujeres con voz de pito; por qu los televisores no son redondos?

  • 48

    CHISTE INTERNO

    En el apolillado ndice o pulgar de la supuesta mano que te entregan los famosos libros pedaggicos y por ello a su vez autoritarios, es lgico encontrar anclas desmembradas. Por ejemplo existe dentro del campo de la sojas un versculo sobre por qu evitar los chistes internos en caso de hacer un programa televisivo, radial o en cualquier expresin abierta a un pblico. No es un punto interesante atacar a estos conejos en s, como emisin, porque quiz el problema se complete si y slo si el receptor lo toma como verdad absoluta. A veces los artistas se prohben entre ellos o se retan supuestamente de manera oculta cuando alguien hace un chiste interno. Esta forma de humor supone asimismo una separa-cin entre el adentro y el afuera o entre la emisin y la recepcin, cosa que no es vlida ms que para el razonamiento ms arraigado del conocimiento ciertfico. Direccionar las partes para analizar luego la relacin, el juego de tensiones, no es en el fondo separarlas, sino hacer de cuenta que hay diferencias y semejanzas que puestas a luchar entre ellas, generan lo tercero. La emisin dialoga con la recepcin y en

  • 49

    el medio, no est lo que se expresa desde la emisin, no est lo que produjo la recepcin, ya sea entendida de manera uniforme o multiforme. En el medio est lo inefable tambin, el personaje sublime (Mauricio meta el linck). El chiste interno salva y nutre la emisin, permite que el receptor se vuelque al vaco interior de las tensiones con herramientas crpticas, con el sabor generado por lo que comprende y que a lo otro le produce placer de tumba. Un chiste interno postula lgica, acerca enfoques, plantea el misterio de lo que ha sucedido y vuelve bajo una sbana para tapar el regalo engaoso del siempre trgico presente.

  • 50

    SILENCIO EN LA RADIO

    Cmo voy a despertarme ayer?Cmo no querer dormir si en sueos el hambre puede traducirse en imgenes sexuales? Levantarme otra vez yendo en contra de la gravedad de la fuerza. Someterme entre leyes y leyendas. Ayer escuch la radio apagada. Ha-ba una confianza al aparato; a la gente que vive ah adentro. A sus lluvias, a sus distorsiones, a las palmas de tantas lenguas, a la muerte del deber, a la siesta del perro esperanzado en la fuga. Tantos hogares, tanta percha. Cmo voy a despertarme ayer, si ma-ana me frustr? Cunta onda tiene la radio. Somos loros desplumados masturbando nuestras lenguas, amueblando nuestras orejas. Un viaje esttico, un archivo perdido en un libro, en una estantera de una biblioteca en el barrio del sueo que nunca recuerdo.

  • 51

    FRAGMENTO INDIVISIBLEPRESIENTE

    DOLOR DE ODO

    Ayer desayunar el olor de estar dolido. El corte que la muerte pone entre lo que sentimos como vida. La nata misma. Es cuchara. Enterrar el sentido de lo que ir a dejar dicho. Es critura. Vuelo torpe entre aguas potables. No me hable ms. Estoy mo-lido. La sangre circula en diecisis Kb y los nudillos no logran conversar amablemente con el contorno del ratn. Si nicamente se tratara o se tratase de correspondencias. Cartas, queridos, armonas, nidos, hogares, casos, granos de caf. Qu se esperar del espectador? Actividad pasiva. Estamos complemen-tsemos. Ardidos exclusivamente por inclusiones dolorosas. Ya no me dola ser odo, los puentes no transportarn especias. La escucha me ha penetrar.

  • 52

    MUERTOS VIVOS

    Me gusta tanto la vida despus de la muerte. Ni te imagins cmo se vive ac. Tenemos sper poblacin. Todos sabemos que estamos muertos pero segui-mos con miedo. Asustados. La vida en la muerte nos promete otra muerte. Qu s yo. Ya no tomamos ms mate. Cuando uno muere as, de esta manera, se abren ms luces de muerte. De repente somos miles, atrincherados torpemente en sombras que no duran mucho. Nos volvemos a mover, prestos, solitarios. Hay sombras ms gordas y otras sublimes como el teatro. Duran tan poco que ya hay que atra-vesarlas algo muerto, algo iluminado. Ni te imagins cmo se vive ac. Me gusta mucho esta vida. Si me animara a morir ms seguido, quizs el mate tome otro sabor. Pero cmo hacer para escapar, para gambetear a esa lpida resplandeciente, esa tierra imantada que nos permite volar slo a ras del suelo.

  • 53

    ESPORMATOZOOIDES

    El gusano de chapa succiona al mar de ropa y slo queda una persona de pie sobre el andn. Y los otros miles? A dnde irn; cmo pensarn; qu amarn; dnde se frustraran; qu sueos les quedaron en las sbanas? Es otra manera de intentar acercarme a mis hermanos muertos. Esta cruel forma de vida que instintivamente seguimos. Si hubiera habido un pasqun, una seal... Ayer volv a ver ese documen-tal irnico y me pintaron como un ganador, como Maradona, como si el nazismo estuviera siendo cul-tivado dentro del placard. Cmo puede un esclavo sentir su origen libre? Luego el cuento se repite, nos loopeamos, un sin fin de rplicas sobre la felicidad, el poder, la capacidad ilimitada del ser humano. El amor. Los valores, la herencia, la supervivencia, la vida como un viaje. El cine, el arte. Y los otros miles, qu muerte estarn atravesando, cuntas de sus vidas puedo imaginarme? Qu sueos habrn sembrado entre la tela de la colcha? Somos uno o varios? En m siguen vivos. Yo les pido perdn, no pude evitarlo, yo fui ese hombre sobre el andn, la culpa existencial, la manifestacin individual de cmo un grupo no puede alcanzar su objetivo. Los abrazo en

  • 54

    mi fantasa, en mi abandono, en la culpa de mi verdad.Perdn hermanos por no lograrlo. Lo peor ya lo saben, entre mis espermatozoides tambin habr un traidor como yo y sin embargo otra vez no podr evitarlo.

    AMABLES

    Yo peleo mi lugar en la cola, no quiero perder al tiempo. S que ellos andan amndose bruscamente, explorando posiciones, frotando la imaginacin con las sbanas o tal vez estn de vuelta rompindose la piel en el volquete. Hurgando al amor entre escombros y juguetes rechazados. Escriben la vagina de un libro virtual, de un concepto profundo. Se escapan, tapan agujeros, se mojan, se ensucian y vuelven a estro-pear la realidad escolar. Se cuelan, se entran, inciden, reinciden, se oscultan como los vellos. Encuentran las respuestas sobre lo que nunca se preguntan. No son conversadores conservadores. Escupen la culpa, tragan el sol y entre selvas se contagian la abundancia. Cogen y recogen. Vuelan con los pies sobre la tierra y recuerdan que han olvidado al universo. Ahora, justo ahora, es mi turno. Justo cuando me toca a mi.

  • 55

    EL NACIMIENTO COMO TRAGEDIA

    Una mentira, verdad. El tiempo. Lpidas de netbooks, el espacio. Despacio. Torpeza, pereza. rboles que dejan abandonadas sus hojas. Salsas azules pisotean la nieve. Cada glaciar se forma. La lechuga resbala agua. El msculo pierde volumen, la msica est insoportable. Las jaulas se ren de corazn. Tiembla la plvora, se escapa el tango entre tangas de juventudes fantsticas. La rueda encaja a la imperfeccin en el tetris de la rayuela. Hay piedras. Entro porque hay un antes atrave-sado. Entro al cuadrado. Muero. Peco. Duermo. Corro.Qu tristeza la calle, zapatilla que no da electricidad, de cordones duros e ininterrumpidos, de sangres coaguladas; de cascaritas. A dnde queremos vol-ver? Pngase la mejor pilcha, ha nacido la tragedia.

  • 56

    DEFINICIONES FUERON LAS DE MARADONA

    La inseguridad de pertenecer. Estar etiquetado, mover los brazos y sentir lo crocante del plstico sonido. Ser una parte. Reducirse, acomplejarse sobre la consigna de turno. Comer la misma comida y hundirse en un men ejecutivo a beber el lquido de los deportistas. Miedo y fascinacin al protagonismo. Alistarse en los huecos olvidados. Suspender la sensacin deseada. No ser hombre ni ser mujer. Ver tropas de pensa-mientos conquistados y no creerse nunca a salvo. No admitir la postura de la no postura. Decirse en contra. Pensar lo que soy mientras dejo de ser lo que pensaba. Dudar si mientras pienso existo. Abandonar la duda sobre la duda. Creer en el escepticismo.

  • 57

    CMO ARNDANOS?

    El micrfono est apagado, el salmn es ms barato que el dinero. Una mosca se higieniza en lo hondo de la sopa. Un ngel confunde su cabello entre el queso derretido. La espina es dulce. El dulce est estacionado. La medicina descansa bajo la sombra del rbol frondoso prximo a las puertas del cementerio. El piso anda descalzo, el mrmol est creciendo en espritu jaspeado. Un pasacalle flamea su mensaje, nadie lo lee. Una caravana de personas agachan sus cabezas, observan sus pies que juegan una carrera ya perdida y los autos dejan escapar desde sus tu voz de escape algunos pensamientos de los conductores. Se sospecha entretanto que no hay conductores ni conducidos. Que las cosas son as o as y que en algn tiempo o algn espacio, la realidad es real.

  • 58

    CITAS Y ALGO MS

    Cuando se cita se convoca. Se intenta traer. Amigas, autores, siempre amores. Ideas que nos atraen y hacen sentir vigente una forma de verdad. Hoy hay pocas citas como antes. La cita viene como idea, no como persona. Los autores no impor-tan tanto. Los directores tcnicos en un futu-ro cercano tampoco van a ser tan importantes.Pero a quin citamos cuando citamos? A una per-sona, a un cuerpo o a nuestro percepcin sobre lo otro? Por qu creemos que lo otro est ausente si no estar es la manera ms violenta de presentarse? Como dijo uno: La mitad de uno, es el ombligo. As andamos: buscando al otro menos molesto y ms til.

  • 59

    MS FRAGMENTOENCIERRO DA IGUAL SEPARACIN

    ELLA Y JULIO LIBERTAD AL CUADRADO

    Julio caminaba de manera tal que el sol o l construan una sombra largamente delgada. Quiz esa sombra no era un fiel reflejo de lo que suceda en su universo. Julio caminaba mientras escuchaba She de Gram Parsons y en cada paso que daba, quedaba ms claro su sentimiento de libertad. Julio caminaba y ella o She lo hacan sentirse libre. Pero Julio era tambin un extremista que conoca sobre la infelicidad, el rencor y otros sentires incomprensibles. Cay en la cuenta de que su libertad nada tena que ver con la verdadera libertad de Gram Parsons o con la de ella. Julio simplemente estaba atado, preso a un sentimiento que explot desde una cancin. Crey que si alguien andaba desatado o des nudo por ah, ese era Gram Parsons o cualquiera que haya logrado esa magia fantstica. Odi cariosamente a Gram Parsons, nunca

  • 60

    lleg a pensar que lo que a l le despert Ella, no tena mucho que ver con lo que podra sentir cualquier otro. Entonces odi a su sentimiento de libertad. Julio habl. Pero eso no es algo a lo que podamos acceder ni siquiera a travs de la sombra que proyectaba.

  • 61

    DOS

    Qu lo pari. Si ust pudiese ver, si usted pudiera comprender. Yo s que usted me da lo que puede. Yo s que nadie le regala nada. Yo tampoco le pido que me regale algo. Yo le estoy pidiendo lo que le doy, lo que ya no tengo. Es lo nico que le pido. Djeme sentir eso. Siento que doy todo y que quedo vaco. Siento que no me alcanza. Que la vida me pasa por encima. Si usted pudiese ver, si usted pudiera com-prender. Pero claro, usted seguro se siente comple-to. Usted no necesita. Usted tiene. Usted elige. Yo reclamo. Yo, amo, usted a esta altura. Lo miro desde tan lejos. Lo tengo tan distante. Le repito, libreme. Djeme tranquilo. A veces sospecho que me nece-sita. Pero ya me demostr que usted con otros se las arregla igual o mejor. Sabe qu? No me de nada, amo. Gracias, denada. Con todo esto basta. Basta.

  • 62

    AVE C ES

    Usted es un pjaro. Es adulto. Imagine cmo se ve el mundo desde el cielo. Flote naturalmente, tome comida especial que descubre entre la basura, duerma. Cante por la noche sin que nadie lo descubra. Emigre, inmigre. Si la pelcula del caf o la coreografa de los trenes en retiro lo aburre, brase en el espacio, cambie de canal, vea el juego de sombras que se sucede en el ro. Bbase el agua con o sin necesidad. Ahora pre-gntese. Interrguese slo para contrastar el espritu de la simpleza voladora con la mecnica terrestre de los civilizados. Entonces sospeche mientras se dirige hacia el aeropuerto a mirarse en el espejo. Cante el himno del pajarn y ra bruscamente de los toscostos movimientos que realiza la humanidad solamente para poder comer, dormir y reproducirse.

  • 63

    VED EL TRONO A LA ARISTOCRTICA IGUALDAD

    Nunca recordamos cundo aprendimos a hablar, ni cmo, ni quin nos ense. Tampoco solemos acordarnos de los sueos ms transformadores o de cmo pasamos a saber atarnos los cordones bien atados. Hay un grito escondido, una negacin latiendo. Hay una tapa en el fondo de la superficie. Existe un himno nacional que supimos conseguir. Que supimos conseguir. Juramos casi sin haber vivido. Firmamos la muerte y bebemos del agua que genera el horizonte asfaltado. Quin me ense a cortarme las uas? Cmo separ el alma del juguete, cundo fue, cmo pas, por qu sigue pasando? En qu nido de laurel estar jugando con otros pajaritos nuestra libertad?

  • 64

    ALFREDA JARRY

    El jarrn de la abuela se rompi, lo pegamos. Quedo otro. Parecido. Es el mismo, es distinto. La abuela se dio cuenta, no nos dijo nada. Nosotros lo sabemos, del tema no se habla. El pegamento qued muy mal al principio, ahora no se nota. La abuela est por morirse y nunca se toc el tema. El jarrn tampo-co. Slo quedan los fragmentos. Hay ms conten-ciones sin romper, slo conozco los fragmentos.

  • 65

    SEGUROS I. A

    La muerte es la nica seguridad qe tenemos. De all el valor hacia la vida. Pero, Por qu durante la vida slo buscamos seguridades de muerte? Siempre nos cremos profetas? El peso de un final confirma la insoportable levedad del ser. Su bsqueda por transformar al mundo, antes de que la mquina de hacer soldados capitalistas lo devore. Esa mquina que entiende perfectamente lo relativo de la vida y nos espera en oficinas o en la web para vendernos los mejores seguros de vida, de robo, de incendio, de viaje, de... Qu necesits? Seguros que son asegurados para hacer lgico y seguro al sistema de aseguradoras. Miedos sin riesgo. Utopas, soadores, revolucionarios, anrquicos, antisistemas asegurados. El mundo se transforma. Los polos se achatan, la luna es accesi-ble. Y la nica seguridad en esta vida es terminarla. Adis utopas, adis sistema devorador, adis muerto, te espero sentado ac, en la Habana y Segurola.

  • 66

    ENFIESTARTE

    La fiesta y el arte estn separados por palabras dis-tintas, pero el alcohol, las drogas, la ilusin del tiempo detenido, las mscaras en evidencia, la nueva perspec-tiva, los gritos y el silencio abrupto, el sexo permitido, el exceso como ley, la violencia como microscopio, el tacto como telescopio y el sin sentido de los opuestos puestos en armona son tanto caractersticas esen-ciales de la fiesta como del arte. Por alguna razn las separamos. La razn. Tan slo basta ver a los pibes, a las mujeres y hombres sin edad. Verlos cmo usan sus vasos, se transforman en tachos de basura. Muchsi-mos tachos de basura. Los vasos contienen lo que no sirve. Es tiempo de lo intil y el cuerpo se vierte con el intil vaso de los lquidos, frgil y eterna botella de lo que separamos de la fiesta y llamamos arte.

  • 67

    DEUDA GRIS

    Una cultura, escultura. Un brote annimo de rivalidad entre los muros invisibles. Concepto inepto, cuerpo esculpido, guio microscpico. A dnde terminan las gotas de lluvia? Quin compra celulares tmidos? En un camino que se dibuj en la sombra que exportaba un rbol, ellos se encontraron. Sus padres teman por la seguridad de sus hijos. Sus hijos teman por la seguridad de sus emociones. Sus emociones segura-mente hayan sido el motor ms dulce de sus miedos.

  • 68

    TRUCO, QUIERO

    El arcaico y siempre vital truco de la Magia. Poner en evidencia la fragilidad de los sentidos. Alterar la percepcin de realidad. Daar con escondites la obviedad de nuestra comodidad perpetua. Jugo. Sol que enceguece. Maradona. Plusvala. Ilusin. Pleamar. Truco. Quiero. Re truco. Quiero ver. Vale cuatro. La Magia siempre est ah, guindonos un ojo y seria o simplemente esperando que la al-cancemos para ya estar en otro lado. Nos vuelve a guiar un ojo y siempre tiene el as de espadas.

  • 69

    MEDIDA LIBERTAD

    Sobre la desmedida libertad que produce un gol buscado se encuentra extensa e ineludible la lgica de la red. En el campo el alambrado, en el cuerpo se detiene la piel, en la percepcin del hombre, la existencia del hombre. Aqu comienza el individuo a sospechar que el rbol ha cado en el bosque, que los microbios son formas de vida respetables, con derechos y obligaciones (quiz sin ellos). All el alumno pregunta por qu los rboles trabajan para nosotros. Un marco sostuvo una pintura, una correa a un perro, un mp3 a un sonido en forma de cancin. No es acaso el lmite la forma de libertad nica? Por qu necesitamos el lmite; el marco; la separacin; el fin; el tiempo; los lados; el lenguaje? Od mortales el grito sagrado: Limitad, Limitad!

  • 71

    INTRODICCIN

    El lenguaje bsicamente nos define o nos distingue como seres humanos. Tal como nuestra era lo impo-ne, deconstruir se ha presentado como una frmula exitosa a la hora de analizar cualquier aspecto que se nos presente. Sin embargo muchas veces, al naturalizar la deconstruccin, no notamos que no hay manera de dejar de construir incluso desde la deconstruccin. Con lo cual el proceso de decontruccin es una con-truccin que nos servir como instrumento de anlisis de una realidad absolutamente relativa. La discusin sobre cmo son los mecanismos que rigen nuestras occidentales vidas es crucial no slo para conocer nuestra realidad, sino sobre todo, como herramienta para poder generarla o para indagar acerca de si es posible incidir en lo que denominamos realidad.Sin ignorar, al menos parcialmente, el problema temporal sobre si la realidad nos hace o si noso-tros la hacemos o si existe un juego de tensio-nes, trataremos con la palabra realidad como idea. La realidad es la ficcin (primera u originaria en apariencia) que se construye desde el lenguaje. Para intentar acercarnos a la realidad comenzaremos

  • 72

    por tratar con el lenguaje, por ser el ente o la herramienta para definirla. As como un martillo no construye una mesa, un martillo simplemente martilla, haremos de cuenta que la palabra no pa-labrea sino que define lo que nombra. Trato hecho. Asimilamos como verdades ciertas aseveraciones sin detenernos (la velocidad es clave) a ponerlas en crisis. Si bien una afirmacin sobre lo que somos puede ser producto de una observacin, nunca se es lo que se dice sobre el ser. En este sentido, harto conocido, la palabra es simplemente un ndice, una referencia, un acercamiento al objeto. A pesar de esto, somos seres de palabra, sujetos a la palabra. Si el papel est quemado, la palabra fuego no hizo nada ms que remitir a un proceso conocido que denominamos quemar. Pues la palabra no quema, es simplemente una potencia concreta sobre lo que transmitimos. La realidad, ficcin escondida, nos presenta constantemente a la palabra como acceso y no como lmite. La palabra como til eficaz, de significado directo. Pero la palabra no es solamente til. Hay un rol, el de intermediario, que nos erotiza bajo un juego artstico basado en el ocultamiento y la mostracin. Hoy por hoy los intermediarios, como por ejemplo las discogrficas o las editoriales se deben transformar en otro tipo de mediador entre el producto y el consumidor, entre el objeto y el

  • 73

    objeto-humano. Asimismo la palabra como medio devela su aspecto ndice. Una vez ms, lo central no es la palabra en s, sino el valor que se le conceda.Una de las verdades a entender para poder ahondar sobre este momento histrico es el de la transpa-rencia por un lado y la visin apocalptica por el otro. Todo se ve. Lo privado se hace pblico y las instituciones se derrumban, respectivamente. Pero en estas verdades no hay un atisbo de entender a la llanura como profundidad o al fin como cambio. Las verdades se sientan sobre la silla ergonmica de la lgica de la ciencia. La institucin madre, el mercado se enmascara a travs de las Corporaciones. Las estructuras aunque fijas pero con cdigo abierto encarnan la idea de lo posible, mientras que el pen-samiento cientfico por excelencia busca la certeza absoluta y la imposibilidad de lo otro, como posible.Postular un fin o una meta supone una concepcin de tiempo lineal, progresista, de evolucin, signada por lo sincrnico ms que por lo variable. Hablar sobre la realidad, no implica realizarla, sino sobreto-do fragmentarla, conocerla. La humanidad (siempre occidental) quiz est comenzando a percibir a la ciencia en un momento en el que la respuesta miedosa (en el sentido de la fascinacin y de la paralizacin) frente a lo desconocido, certera y eficaz, ha demos-trado que tampoco alcanza para comprender lo real.

  • 74

    Aumentar la expectativa de vida es tambin multiplicar las posibilidades de morir. Lo prohibido cuando slo existan Adn y Eva fue conocer a lo otro. Actualmente est mal visto desconocer. El arte o el mito o la palabra como otra forma de arte, logran problematizar al fuego que ha sido quemado desde una simbologa y una comprensin que la ciencia no desconoce sino que ignora. He escuchado frases interpretativas so-bre algo que pareciera tener origen en Kierkegaard. Entre tantas interpretaciones y mediaciones desde su frase a este escrito, parece provechoso comen-tar que el filsofo interpret a la novedad como el mejor escondite para la repeticin. Es lgico pensar cmo la palabra, fonemas sucesivos que se presentan cada vez distintos por semejanza u oposicin logran significar en cada caso (en su universo de puntitos) algo distinto. El ejemplo ensimismado sobre el len-guaje son, dentro de la homonimia, los homgrafos. Aquellas palabras idnticas, en imagen y sonido, pero que significan distinto. Esto puede ser un ejemplo de cmo todo puede ser siempre otra cosa de manera simultnea. La idea de capturar el todo es siempre cierta, pero slo en parte. El cdigo abierto parecera comprender mejor la cosa, porque deja en puerta la posibilidad de lo otro. Entender que la definicin ya no es absoluta sino relativa deja la sospecha y la permeabilidad atentas a no liberar la negacin.

  • 75

    El mito o el arte, espacio-momento donde el sentido no es lineal, nos ofrecen la posibilidad de percibir una posibilidad de ampliar la percepcin de la realidad. Entonces cuando hablamos sobre algo, estamos simplemente apalabrando lo que percibimos sobre eso. No es lo que fue, ni lo que percibimos, ni lo que podemos decir o pensar sobre lo sucedido. Hay otra cosa inabordable, inefable. Como esto no se traduce, dado que lo que queda (lo que se puede rescatar, el humo del papel nunca quemado) es otra cosa que nada tiene que ver con la realidad que se quiere rescatar, no es nada, lo cual equivale a todo. Esta potencia, muy bien entendida por internet y tan emparentada con lo que se conoce como deseo, hace que lo que puede ser realice un juego de poder con lo que est siendo. La angustia existencial no puede ya ser calmada por el pensamiento racional que todo lo mide y lo explica. De esta manera lo fantstico remite ms autnticamente la sensacin de estar potencialmente muerto desde la repeticin que supone estar en cada momento vivo. La nica verdad que se infiere en nuestra potencia es la muerte. Esta angustia existencial, en un capitalismo siempre aparentemente distinto, atraviesa nuestra existencia desde la cotidianeidad ms excepcional. La palabra entra a destiempo, es al menos lo segun-do, es decir que atrasa el tiempo como para poder

  • 76

    avanzar sobre la realidad que ya estuvo sucedindose. Nuestro lmite palabra entra en un juego especular con nuestra libertad palabra. La tensin del oxmoron es poesa y la poesa es ficcin que ampla la ficcin posibilitadora de una duda real. Nada y todo es mejor, nada y todo es peor. La lengua repite la lgica del humano capitalista, porque lengua es una parte que pretende coaptar y percibirse como un todo. Pero, tal como hemos escrito, la lengua no slo es utili-taria. La sincdoque reconoce una funcin potica que utilizada de manera eficaz permite concentrar y promover atrocidades como el nazismo. Las he-rramientas juegan a liberar nuestras prohibiciones mientras que prohibir es condicin necesaria para liberar. La religin, vuelve a ligar y a resolver el problema de lo inefable con la permanente y desde Lutero exponencialmente distinta palabra Dios. Es imposible hablar del uso del lenguaje sin indagar acerca de cmo el lenguaje nos utiliza a los que lo practicamos. Lo til, lo eficaz, puede serlo para deter-minada accin en determinado momento, pero nada sirve para todo, entonces lo til para el humano puede sospecharse igualmente intil. El lenguaje que a veces nos sirve, puede pararnos en el sitio del sirviente, como un juego entre amo y esclavo, entre poseer y ser posedo. En esta era, el lenguaje (en tanto uso y percepcin) dentro del sistema capitalista, tal vez

  • 77

    est virando en su legitimacin de un eje meramente comunicacional a un registro ms potico, donde el significado absoluto deja su lugar al campo de la metfora. Desde las vanguardias histricas se viene produciendo un himno mudo sobre cmo arte y vida deben unirse; diseminar lo excepcional en el campo de lo cotidiano fue la consigna que quiz sigamos desarrollando. Esta alianza de por s imposible, quiz no sea la totalidad de las partes sino la necesidad de poner en manifiesto al lenguaje como comunicacin trunca y traidora, como una ilusin ptica. Pero el lenguaje sigue siendo el mismo, la percepcin o la legitimidad de una forma nos hace girar desde un aspecto ms racional a uno ms potico, ms abier-to. Lo absoluto deja su espacio a las variables, a lo abierto. As como el sistema ms cerrado tiene su rajadura, la estructura ms fluida se encuentra dura en su correr. Es por ello que un paradigma u otro no hablan del lenguaje propiamente, sino de su uso tambin. En tanto a cmo el lenguaje nos atraviesa, las pruebas estn en cada silencio, en cada poesa, en cada bsqueda por transformar las formas de escritura, de lectura, de percepcin del lenguaje. As como todo comunica, nada comunica. Hay chispas que merodean la posibilidad de quemar al propio fuego. No hay en el lenguaje chance de cambiar al hombre, slo de cambiar al lenguaje. El arte no cambia la vida,

  • 78

    cambia al arte. Esto no es negar la conmocin del humano a partir de una experiencia artstica, esto es no mezclar dos cosas que no se pueden unir, simplemente porque siempre estuvieron juntas; salvo por nuestra razn que necesita divorciarlas para entenderlas o decodificarlas racionalmente. Probablemente hoy estemos acercndonos hacia un lenguaje ms potico o mtico que racional y vulgar o cotidiano. Pero no por eso, no por abrir el cdigo estamos en un mejor momento ni podemos jactarnos de nuestra condicin. No hay mejor ni peor, hay un cambio que es constante, porque lo nico constante es el cambio. De esa adaptacin surge la realidad, atravesada desde el lenguaje. Es interesante observar qu logros prevalecen tanto en un paradig-ma u otro (en sus tensiones). Es peligro creer que hay algo nuevo y mejor dado que esto podra ser la joven parte que descansa en el viejo todo. Len-guaje no es realidad, unir la lengua a la realidad es como unir la vida al arte y no son entre s distintos (son cada uno otra cosa). Nada nos alcanza, porque creemos que algo puede contener una parte entera. Estamos entre puertas, puentes, enlaces, carteles, voces, cuadros, unidad percibida y lenguada en frag-mentos. Tan poco la ciencia, tan poco la metfora.

  • ANULAR

    EXORDIO ............................................... 3

    DESNUDO ............................................. 5

    FRAGMENTO PA LABRAR ..................... 9PARA TEXTO

    ENLACE

    OTRO FRAGMENTO ................................ 21 HISTORIAS

    FRAGMENTO OTRO ................................ 33 LIQUIDACIN

    FRAGMENTO ............................................. 41 FILMNACIN

    FRAGMENTO INDIVISIBLE ..................... 51 PRESIENTE

    MS FRAGMENTO .................................... 59 ENCIERRO DA IGUAL SEPARACIN

    INTRODICCIN .............................. 71