The death of social

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Nikolas Rose “The death of the social? Re-figuring the territory of government”. En: Economy and Society 25 (3), 1996. (327-356). Resumen Si bien en los argumentos políticos siguen apareciendo temas como cohesión social o justicia social, en la práctica lo social ya no constituye una zona clave, un público u objetivo de estrategias de gobierno. La comunidad comienza a ser una nueva espacialización de gobierno. Estrategias no sociales son desplegadas por la gestión de autoridades expertas. Divisiones entre los sujetos de gobierno están cobrando nuevos sentidos, nadie incluido tampoco excluido, son gobernados como ciudadanos sociales. Motivos anti- políticos tales como asociacionismo y comunitarismo, que no buscan gobernar a través de lo social, se encuentran en la cima del pensamiento político. El presente trabajo sugiere algunas vías de diagnóstico y análisis para este nuevo territorio de pensamiento político y acción. En casi todos los países industriales avanzados el Estado de Bienestar ha sido atacado y se observan trasformaciones en los sistemas de bienestar, como por ejemplo: privatización de servicios públicos, comercialización de la salud, reformas educativas que introducen la lógica de la competencia, nuevas formas de gestión en los servicios públicos, un énfasis en la responsabilidad personal de los individuos, de sus familias y de sus comunidades acerca de su propio futuro y la obligación de tomar medidas activas para asegurar el mismo. En el nivel de la gubernamentalidad (en el sentido que lo usa Foucault) estamos asistiendo a la emergencia de racionalidades y técnicas que buscan gobernar sin gobernar la sociedad, gobernar a través de elecciones reguladas hechas por actores discretos y autónomos, en el contexto de sus particulares compromisos con sus familias y comunidades. Los enfoques agrupados bajo el nombre de “postmodernidad” sugieren que el objeto “sociedad”, en el sentido que cobra durante el siglo XIX, comienza a perder evidencia y la “sociología” a perder identidad. En este trabajo, el autor se pregunta si estamos presenciando la muerte de “lo social”. Gobierno desde “el punto de vista social”

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Post social,

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Nikolas Rose

Nikolas Rose

The death of the social? Re-figuring the territory of government.

En: Economy and Society 25 (3), 1996. (327-356).

Resumen

Si bien en los argumentos polticos siguen apareciendo temas como cohesin social o justicia social, en la prctica lo social ya no constituye una zona clave, un pblico u objetivo de estrategias de gobierno. La comunidad comienza a ser una nueva espacializacin de gobierno. Estrategias no sociales son desplegadas por la gestin de autoridades expertas. Divisiones entre los sujetos de gobierno estn cobrando nuevos sentidos, nadie incluido tampoco excluido, son gobernados como ciudadanos sociales. Motivos anti-polticos tales como asociacionismo y comunitarismo, que no buscan gobernar a travs de lo social, se encuentran en la cima del pensamiento poltico. El presente trabajo sugiere algunas vas de diagnstico y anlisis para este nuevo territorio de pensamiento poltico y accin.

En casi todos los pases industriales avanzados el Estado de Bienestar ha sido atacado y se observan trasformaciones en los sistemas de bienestar, como por ejemplo: privatizacin de servicios pblicos, comercializacin de la salud, reformas educativas que introducen la lgica de la competencia, nuevas formas de gestin en los servicios pblicos, un nfasis en la responsabilidad personal de los individuos, de sus familias y de sus comunidades acerca de su propio futuro y la obligacin de tomar medidas activas para asegurar el mismo. En el nivel de la gubernamentalidad (en el sentido que lo usa Foucault) estamos asistiendo a la emergencia de racionalidades y tcnicas que buscan gobernar sin gobernar la sociedad, gobernar a travs de elecciones reguladas hechas por actores discretos y autnomos, en el contexto de sus particulares compromisos con sus familias y comunidades. Los enfoques agrupados bajo el nombre de postmodernidad sugieren que el objeto sociedad, en el sentido que cobra durante el siglo XIX, comienza a perder evidencia y la sociologa a perder identidad. En este trabajo, el autor se pregunta si estamos presenciando la muerte de lo social.

Gobierno desde el punto de vista social

Segn Deleuze, lo social no representa una esfera existencial eterna de la sociabilidad humana. Dentro de un lmite geogrfico, establece el modo en que los humanos piensan y actan de acuerdo a su experiencia colectiva. Estadsticas sociales, luego sociologa, y todas las ciencias sociales, jugaron parte en la conformacin de lo social como un dominio sui generis. Simultneamente, fuerzas polticas articularon sus demandas sobre el Estado en el nombre de lo social: la nacin debe ser gobernada en los intereses de proteccin social, justicia social, derecho social y solidaridad social.

Las racionalidades polticas que tuvieron lugar durante el siglo XX socialismo, democracia social, liberalismo social- pudieron haber diferido en muchas cosas, pero en esta estuvieron de acuerdo: la nacin debe ser gobernada, la pregunta es cmo gobernar desde el punto de vista social. Lo social vino a ser una suerte de a priori del pensamiento poltico: el orden habra de ser social o no existira.

A pesar de la persistencia de los temas de sociedad y cohesin social en los argumentos polticos contemporneos, lo social en el sentido en que fue entendido hace algo de cien aos ha sufrido una mutacin. Las condiciones para esta mutacin y la correlativa emergencia y proliferacin de programas de gobierno liberales avanzados, bajo una variedad de diferentes regmenes polticos nacionales, son heterogneos y dispersos. Argumentos econmicos han cuestionado la idea de una economa nacional que, nacida en el siglo XIX, delimit el territorio nacional. Las relaciones econmicas ya no pueden ser entendidas como transnacionales o entre economas nacionales, la competencia econmica es entre ciudades, sectores, mercados especializados, dentro de relaciones econmicas que no respetan la poltica nacional.

Las lgicas del gobierno social pueden ser problematizadas tambin en otros sentidos. Segn Hirschman (1991) existe una proliferacin de retricas de reaccin sobre el paradojal malestar del estado de bienestar, que tuvieron lugar desde diferentes partes del espectro poltico. Argumentos tanto de la izquierda como desde la derecha compartieron un cambio en la especificacin de los sujetos de gobierno. La persona a ser gobernada hombre y mujer, rico y pobre-, es ahora concebida como un individuo activo en su propio gobierno. Su responsabilidad ya no es ms una relacin de obligacin entre ciudadano y sociedad, regulada por la mediacin del Estado, es ms bien una relacin de lealtad y responsabilidad con aquellos que comparte un destino comn, con sujetos que estn localizados en una variedad de redes heterogneas y superpuestas de intereses e inversiones personales para uno mismo, su familia, su barrio, su comunidad, su lugar de trabajo. Es central para el ethos de las nuevas mentalidades y estrategias de gobierno, que se dan en llamar liberal avanzadas, una nueva relacin entre estrategias para el gobierno de otros y tcnicas para el gobierno de s mismo, situadas dentro de nuevas relaciones de mutua obligacin: la comunidad.

El nacimiento de la comunidad

Las racionalidades polticas contemporneas piensan en trminos de comunidad puesto que estn vinculadas a mercados, contratos y consumo. La prominencia del vocabulario de comunidad (de seguridad, de salud, de trabajadores, etc.), la emergencia de la idea de comunidades de riesgo (drogadictos, homosexuales, etc.), todo esto parece significar que lo social est dejando lugar a la comunidad como un nuevo territorio para la administracin de la existencia individual y colectiva, un nuevo plano sobre el cual relaciones micro-morales entre personas son conceptualizadas y administradas. Esta proliferacin del lenguaje sobre comunidad no pareciera ser un simple cambio en la jerga profesional, sino que parece indicar una mutacin ms profunda, que an es incierta y todava puede ser usada en clave de un lenguaje social. Es esta mutacin la que tambin parece estar en el corazn del lenguaje de comunidad en los discursos polticos que, desde todos los flancos del espectro poltico, se traducen en diferentes versiones de comunitarismo. Este nuevo lenguaje poltico est encarnado en el modo en que toda una serie de cuestiones son problematizadas en trminos de caractersticas de comunidades y sus fortalezas, culturas y patologas. Este nuevo lenguaje poltico da forma a las estrategias y programas que direccionan tales problemas, buscando actuar sobre las dinmicas de las comunidades. Estos configuran un territorio imaginario de gobierno sobre el cual dichas estrategias deberan actuar, y se extienden hacia la especificacin de los sujetos de gobierno como individuos que son tambin sujetos de lealtad a un conjunto de valores comunitarios, creencias y compromisos.

El trmino comunidad ha sido destacado en el pensamiento poltico, pero este se vuelve gubernamental cuando se hace tcnico. Hacia los aos 60, la comunidad fue invocada por los socilogos como un posible antdoto a la soledad y aislamiento del individuo, generados por la sociedad de masas. Esta idea de comunidad fue desplegada como un lenguaje de crtica y oposicin hacia la burocracia. Sin embargo, en un perodo corto de tiempo, este lenguaje fue transformado en un discurso experto y una vocacin profesional. La comunidad es ahora algo a ser programada (Community Development Programes), desarrollada (Commuinity Development Officers), vigilada (Community Police), precavida (Community Safety Programes). Las comunidades comienzan a ser zonas a ser investigadas, mapeadas, clasificadas, documentadas, interpretadas.

La comunidad comenz a ser una nueva va de demarcacin de sectores para el gobierno, un sector cuyos vectores y fuerzas pueden ser movilizados, inscriptos, desplegados en programas y tcnicas que operan a travs de la instrumentalizacin de lealtades personales y responsabilidades activas: gobierno a travs de la comunidad.

La reconfiguracin del territorio de gobierno en trminos de comunidad tiene algunas caractersticas significativas:

1) Espacial: una especie de des-totalizacin. Lo social fue imaginado como un espacio nico, territorializado a travs de la nacin. Correlativamente, posea una nica matriz de solidaridad, una relacin entre una sociedad orgnicamente interconectada y todos los individuos contenidos en ella, con una nocin de ciudadana social. Hoy, en contraste, una diversidad de comunidades comanda nuestra lealtad: comunidades morales, de estilos de vida, de compromiso y dems. Tales comunidades son construidas como localizadas, heterogneas, superpuestas y mltiples. Algunas veces son comunidades virtuales.

2) Carcter tico. Lo social fue un orden de existencia colectiva y de responsabilidades y obligaciones colectivas. La responsabilidad individual estaba atravesada por determinaciones externas (background familiar, clase social, historia de vida localizadas dentro de fuerzas sociales y econmicas como cambios en el merado de trabajo, perodos de auge, depresiones, ciclos industriales, etc.). Sin embargo, esta configuracin de vectores ticos es re-organizada bajo el signo de la comunidad. El sujeto es direccionado como un individuo moral con lazos de obligacin y responsabilidades por la conducta, que es configurada en un nuevo sentido el individuo y su comunidad son ambos responsables y sujetos de lazos emocionales seguros de afinidad hacia redes circunscriptas de otros individuos- unificado por lazos familiares, por la localidad, comprometido por el medioambiente y la vida animal. La conducta es recuperada desde un orden social de determinacin dentro de una nueva percepcin tica del actor individualizado y autonomizado, cada uno de ellos tiene lazos exclusivos, localizados y especficos hacia su familia particular y hacia una comunidad moral particular.

3) Identificacin. Sin lugar a dudas, hubo prcticas dentro de lo social que se vincularon a proyectos identitarios, como la educacin pblica, que tenan una idea de persona entendida como un miembro integrado en la sociedad nacional. La identificacin, ahora es configurada de modo diferente. La comunidad propone una relacin que aparece menos remota, ms directa, que ocurre no en el espacio poltico artificial de la sociedad sino en matrices de afinidad que aparecen de modo ms natural. Las comunidades no son ms o menos- que aquellas redes de lealtad con las cuales uno se identifica existencialmente, tradicionalmente, emocional o espontneamente, en base a los propios intereses.

El gobierno a travs de la comunidad envuelve una variedad de estrategias para inventar e instrurmentalizar esas dimensiones de lealtad entre individuos y comunidades, al servicio de proyectos de regulacin, reforma o movilizacin. A continuacin dos ejemplos que ilustran la complejidad de esta nueva tecnologa de gobierno.

1er ejemplo: seguridad.

Dentro de las racionalidades sociales de gobierno, el dominio de la seguridad colectiva fue mantenido por el Estado en nombre de todos los ciudadanos. Hoy esta imagen social es desplazada por una variedad de diferentes vas de seguridad, cada una de las cuales moviliza a la comunidad. Una imagen es la de la gran ciudad preservada por la seguridad de sus propios residentes, la vigilancia de los shoppings en manos de guardias de seguridad privada. Las lgicas colectivas de comunidad se inscriben dentro de una alianza con la tica individualizada de las polticas neoliberales: eleccin, responsabilidad individual, control sobre s mismo, autopromocin y autogobierno. En una segunda imagen, la comunidad es promovida como un antdoto para la combinacin de las depredadoras fuerzas del mercado, el alejado gobierno central, las autoridades locales insensibles. Nuevos modos de participacin vecinal, emprendimientos locales y el compromiso de los residentes en decisiones sobre sus propias vidas reactivan la automotivacin, la autoresponsabilidad y autoconfianza, como forma de ciudadana activa en el autogobierno de las comunidades. El gobierno a travs de la activacin del compromiso, energas y elecciones individuales al interior de la comunidad se contrapone al gobierno social. La comunidad no es simplemente el territorio de gobierno sino el significado de gobierno: sus lazos, acuerdos, fuerzas y afiliaciones son para ser celebradas, animadas, fomentadas, formadas e instrumentalizadas en la esperanza de producir consecuencias que son deseadas para todos y cada uno.

2do ejemplo: programas de promocin de la salud.

Organizaciones de homosexuales, primero por s solas, luego en alianza con las campaas de promocin de la salud del gobierno, jugaron un rol clave en la diseminacin de nuevas normas de tica sexual y cdigos de conducta sexual para aquellos que estaban en riesgo. Identidad e identificacin jugaron un rol clave en el modo en que las actividades sexuales se volvieron inteligibles y en el desarrollo de estrategias para su regulacin no solo del pblico de comunidades homosexuales, sino tambin de aquel pblico considerado grupo de riesgo. Esto estableci nuevas formas de exclusin por ejemplo, los hemoflicos. Emergieron nuevas formas de problematizacin del sujeto a ser gobernado por ejemplo el hombre que tiene relaciones sexuales con otro hombre pero no se considera ni homosexual ni bisexual. El gobierno a travs de la comunidad, an cuando opera sobre la pre-existencia de lazos de lealtad, la transforma, la enviste con nuevos valores, la afilia a la experticia y reconfirgura relaciones de exclusin. No crea comunidades en algn sentido falso, pero debe alertarnos acerca del trabajo vinculado en la construccin de comunidad y las implicaciones de la lgica de inclusin y exclusin, de responsabilizacin y autonomizacin, que inevitablemente conlleva.

Podemos, finalmente, ser gobernados a travs de nuestra lealtad hacia comunidades particulares de moralidad e identidad. Comunidades imaginadas, creadas por la actividad de activistas locales o surgidas a partir de determinados proyectos polticos, pueden formar el locus de la articulacin de demandas sobre autoridades polticas y resistencia a tales autoridades: el lenguaje de comunidad y de identidad se convierte en el sitio de nuevas contestaciones.

La mutacin de lo social a favor de la comunidad se encuentra en relacin con la mutacin de otras dimensiones, tales como:

la reformulacin de estrategias para el gobierno de la vida econmica,

la especificacin de sujetos de gobierno en trminos de una tica de actividad que establece nuevas divisiones entre quienes son ciudadanos competentes y quienes no,

una reformulacin de las relaciones entre experticia y poltica y la emergencia de un rango de nuevas tecnologas expertas para el gobierno experto.

La des-socializacin del gobierno econmico

Est tomando forma una nueva configuracin para el gobierno de la vida econmica, en la cual las tcnicas para la maximizacin del bienestar social ya no parecen ser necesarias para asegurar el bienestar econmico, dentro de un mercado constituido en gran parte por empresas privadas. La economa poltica clsica separ el dominio de los eventos econmicos, con sus propias reglas y procesos, del dominio moral. Los eventos econmicos fueron territorializados dentro de un espacio nacional, gobernados por leyes y relaciones cuyos alcances y lmites se establecieron sobre el territorio de la regla poltica.

En las estrategias de gobierno desarrolladas durante el siglo veinte fueron distinguidos los dominios de lo econmico y lo social, pero gobernados de acuerdo a un principio de optimizacin conjunta. La actividad econmica, en la forma de salario de trabajo, fue generando una nueva batera de responsabilidades sociales. Se constituy como un mecanismo de conexin del hombre dentro del orden social, estableciendo una relacin entre la familia, lo social y el orden econmico. La produccin de un propio mercado de trabajo comienza a ser parte de las responsabilidades del gobierno econmico, y un rango de intervenciones dentro de lo social maximizara la eficacia econmica de la poblacin como fuerza de trabajo. A travs de mecanismos de seguro social (beneficio de desempleo, seguro de accidentes, legislacin sobre salud y seguridad, etc.) y a travs de formas de gobierno econmico (regmenes de impuestos, tasas de inters y otras tcnicas) el Estado asumi responsabilidades para la gestin de toda una variedad de riesgos hacia individuos, empleados, hacia el mismo Estado- en el nombre de la sociedad.

Esta percepcin de la economa se encuentra mutando. Tericos y expertos parecen ahora interpretar las relaciones econmicas como globalizadas, y esta nueva espacializacin de la economa se asocia con argumentos acerca de que las relaciones econmicas flexibles necesitan establecerse en localidades particulares.

Parece que, mientras los gobernadores nacionales an tienen que administrar la poblacin nacional, el bienestar econmico de la nacin y de su poblacin ya no pueden ser mapeados uno sobre el otro y gobernados de acuerdo a principios de maximizacin mutua. El gobierno de lo social, en el nombre de la economa nacional, cede al gobierno de zonas particulares (regiones, pueblos, sectores, comunidades) en los intereses de circuitos econmicos que circulan entre regiones y cruza las fronteras nacionales. La suerte econmica de los ciudadanos dentro del territorio nacional est desasociada una de otros, y es ahora entendida y gobernada como una funcin de sus propios niveles particulares de emprendimiento, habilidades, invencin y flexibilidad.

Esto se asocia a la idea de un cambio en las racionalidades y tcnicas para el gobierno del empleo y el desempleo. El desempleo es ahora entendido como un fenmeno a ser gobernado ambos en el nivel macroeconmico y en el nivel de la conducta de la propia persona desempleada- a travs del mejoramiento de la actividad del individuo en la bsqueda de trabajo, y la obligacin del individuo de ocuparse de una constante y activa bsqueda del empleo y de las habilidades que proveeran el mismo.

Este nfasis sobre los individuos, como agentes activos en su propio gobierno econmico a travs de la capitalizacin de su propia existencia, est al mismo tiempo en toda una batera de nuevos vocabularios y dispositivos para la gestin de individuos dentro del lugar de trabajo, en trmino del mejoramiento de sus propias habilidades, capacidades y actitud emprendedora. Esto intenta una alianza entre los deseos del trabajador, o gestor de su auto-mejoramiento y actualizacin a travs del trabajo, y la percibida necesidad de tener que volverse flexible, competitivo, gil, creativo, etc. El trabajo ya no es ms construido como una obligacin social, ms bien el lugar de trabajo es en s mismo un rea de auto-promocin, y el gobierno del trabajo ha de ser considerado en trminos del mejoramiento de las capacidades activas del individual emprendimiento.

En pocas palabras, podra sugerirse que, dentro de aquellas estrategias de gobierno que fueron denominadas liberal avanzadas, se encuentra la emergencia de un nuevo modo de conceptuar y actuar sobre las relaciones entre el gobierno de la vida econmica y el autogobierno del individuo: la economa no es ms gobernada en el nombre de lo social, tampoco es la economa la justificacin para el gobierno de la totalidad de otros sectores en una formacin social. Lo social y lo econmico son ahora vistos como antagnicos, y han sido fragmentados en orden a transformar la moral y obligaciones psicolgicas de la ciudadana econmica en la direccin de activar el autodesarrollo. Simultneamente, el gobierno de los aparatos sociales han sido reestructurados de acuerdo a una imagen particular de la economa: el mercado. El gobierno econmico ha sido des-socializado en el nombre de la maximizacin del comportamiento empresarial del individuo.

Los sujetos de gobierno

Esta transformacin en el gobierno de la vida econmica se vincula a una mutacin ms general en el orden del gobierno de la conducta. Nuevas formas se configuran para entender clasificar y actuar sobre los sujetos de gobierno acarreando nuevas relaciones en las maneras en que las personas son gobernadas por otras y los nuevos modos en que son asesorados para gobernarse ellos mismos.

Es fundamental para este campo general una revisin de la divisin que existe entre afiliados y marginados

Por afiliados se entiende aquellos sujetos que son considerados incluidos. Individuos y familias que tienen los medios educativos, financieros y morales para pasar pass en su rol como ciudadanos activos en una determinada comunidad responsable. Para permanecer afiliado el sujeto debe emprender su propia vida a travs de la opcin activa (active choice), dentro de trminos y lmites autorizados, e integrados dentro de las prcticas de vida cotidianas, que se hayan sustentadas por una serie heterogneas de imgenes civilizadas y dispositivos de la lifestyle promotion. (340) Los afiliados tienen que calcular sus acciones en trminos de tipos de inversin en ellos mismos, en sus familias, y maximizar esta inversin en referencia a los cdigos de sus propias comunidades.

Marginales son los sujetos que no pueden ser considerados como afiliados a esas comunidades culturales sancionadas y civilizadas. No son considerados afiliados por alguna comunidad, en virtud de su incapacidad para self-management de ellos mismos como sujetos; o son considerados como sujetos pertenecientes a algn tipo de anticomunidad considerada como una amenaza al orden poltico o pblico. Sobre esta divisin se han articulado dos diferentes tipos de debates y dos estrategias de gobierno

(341) El problema del riesgo nos provee un punto de entrada para investigar acerca de la estrategia post-social para el gobierno de la conducta. Rose concibe el riesgo como ese pensamiento acerca del futuro trado al presente que lo vuelve calculable, usando una inteligibilidad estadstica que parecieran proporcionar leyes colectivas de uso general.

Muy significativas para este propsito han sido las genealogas del seguro social que han demarcado, a lo largo del siglo XX, las formas en que fueron socializados los conceptos de seguridad versus riesgo.

Hacia fines del siglo XIX, el trabajador era incitado a ser prudente, una obligacin que requera de l tomar una serie de pasos para su propia seguridad, la de su familia y la de quienes dependan de l contra una futura desgracia o inconveniente: se vinculaban a planes de seguro provistos por trade associations o distintas Sociedad de Amigos de .... Estas asociaciones establecan conexiones directas entre la responsabilidad individual de cada uno de los miembros y la mutualidad de la responsabilidad compartida por el conjunto de sus miembros. Estas asociaciones tuvieron una corta vida relativa.

Con el cambio de siglo, en muchos pases europeos estas relaciones voluntarias de prudencia (mutual o comercial) fueron transformadas con la implementacin de Planes Nacionales de Seguro Social Obligatorio. Como seala Ewald (Insurance and Risk), el seguro se vuelve social porque las sociedad europeas comienzan a analizarse ellas mismas y sus problemas en trminos generalizados de tecnologas de riesgo: riesgo, responsabilidad y ahorro se transformaron en vectores del gobierno de lo social.

El seguro social fue adquirido como un beneficio del ciudadano. Como es bien sabido, los planes fueron estructurados con el objetivo de que no desmoralicen a sus miembros a travs de la inculcacin de la dependencia; que por el contrario, apunten hacia efectos morales de responsabilidad, regularidad de hbitos de trabajo y obligaciones sociales para sus beneficiarios.

Actulamente ocurre un cambio de estrategia en las polticas de seguridad. Los individuos estn una vez ms siendo instados por los polticos y otros a tomar por s mismos la responsabilidad por su propia seguridad y por sus propias familias: asegurarse a travs de seguros mdicos privados, tomar recaudos a travs de sistemas de pensin privadas, y adquirir un rol activo en la seguridad de s mismos contra lo que pudiera amenazar el estilo de vida elegido. Este nuevo prudencialismo usa la tecnologa del consumo, para exacerbar las ansiedades sobre el propio futuro y los que queremos, para animar a dominar los riesgos y domar nuestro destino a travs de la compra de seguros diseados especialmente para cada situacin individual. Hay obviamente una industria del riesgo, buscando y creando mercado para su propio beneficio. Hay aqu tambin una poltica del riesgo. Entonces como en otras tecnologas del consumo, ha sido montado un orden hbrido (hybrid arrengement) de fuerzas y dispositivos, que acta para gobernar la opcin en la supuesta mutualidad, reforzando los intereses de seguridad personal, lucro y bien pblico.

(342) Este nuevo prudencialismo difiere de su antepasado del siglo XIX. El sujeto ya no est ms mutualizado, sino autonomizado. El ahorro es reformulado en tanto una inversin para el lifestyle freedom. Los Agentes de seguro se ofrecen a s mismos como asesores verstiles en la tecnologa de reduccin y management del riesgo. La proteccin contra el riego deviene as en una responsabilidad de cada individuo, que no habra de sentir culpa por asegurarse a s mismo y los que lo rodean de futuros infortunios.

El risk management no se da slo en relacin al contrato de seguros, sino en un manejo diario del riesgo y en opciones cotidianas (qu comer, qu tomar, dnde vivir). Esto inaugura una espiral sin fin en donde el riesgo es administrado/gestionado/manejado en determinadas zonas y a partir de determinadas formas de conducta. (las cmaras en un shopping, monitoreo fetal, las dietas de bajas caloras, and so long...). (343) Este orden en donde el individuo es re-responsabilizado de s, produce un campo de ansiedad e incertidumbre que continuamente abre un campo de nuevos problemas y nuevas soluciones de mercado.

Estos montajes de riesgo se relacionan de complejas maneras con la revalorizacin de la comunidad. El exhorto al management de riesgo puede ser en s mismo organizado sobre el territorio de la comunidad, en donde puede acarrear una serie de efectos. Not in our back yard se transforma en un clich que describe estas respuestas a la amenazante introduccin de nuevos riesgos. La lgica de management de riesgo es capaz de ser desplegada en una amplia gama de estrategias. No solamente multiplicando los puntos de intervencin sino tambin fragmentando el espacio social en una diversidad de zonas, pliegues riesgosos, en donde una particular actividad implica la probabilidad de determinadas consecuencias. La contribucin (taxation) para los propsitos del bienestar deviene en ser el precio mnimo que los individuos respetables y comunidades estn preparadas para pagar asegurndose contra riesgos ahora vistos como concentrados en determinados sectores problemticos.

La discusin sobre riesgo resalta caractersticas ms generales de las nuevas tecnologas post sociales del gobierno de la conducta en formacin. La racionalidad del bienestar otorgaba a los ciudadanos obligaciones para conducirse por s mismos con prudencia a cambio de ciertas garantas frente a la incertidumbre. El nuevo prudencialismo se sustenta en una educacin basada en nuevos mecanismos de marketing y pedagogas de consumo, en donde los individuos ganan, se benefician con aquellos anteriores beneficios sociales (educacin, salud, jubilacin) a travs de su adquisicin en el mercado competitivo. La afiliacin a comunidades de lifestyle por las prcticas de consumo, desplaza viejos dispositivos de formacin de hbitos que ordenaban obligaciones sobre los ciudadanos como parte de sus responsabilidades sociales. (344) Los regmenes de consumo operan como dominios manejados y calibrados para la regulacin calculada de las pequeas conductas privadas a travs de los actos de eleccin personal. Esta poltica de la conducta acta a travs de la amplificacin de las pasiones, ansiedades y fidelidades en el marco de los forcejeos del mercado por vender y obtener beneficios. Las alianzas formadas as son siempre riesgosas, provisionales, y revisables; no obstante los planes para el gobierno de la conducta operan sobre un territorio marcado por vectores de identidad, eleccin, consumo y lifestyle.

Gobernando los mrgenes

Slo desde esta lgica de la inclusin por eleccin, autonoma y consumo es que se entienden las nuevas maneras que se configuran toman para la conceptualizacin y accin sobre los sujetos que habitan las zonas que Beveridge denomina los 5 gigantes en el camino de la reconstruccin: Deseo, Enfermedad, Ignorancia, Miseria, Pereza.

Es engaoso interpretar las fronteras polticas contemporneas meramente como reduccin del rol del Estado en la sociedad. Por un lado vemos extenderse los mecanismos que Deleuze caracteriza como Sociedad de control. (345) Pero los procesos de continua modulacin de la conducta han sido acompaados por la intensificacin -disciplinaria, coercitiva y carcelaria- de la poltica directa de intervencin sobre determinadas zonas y personas.

Si la civilidad fue entendida como afiliacin por consumo, determinadas prcticas divisorias fueron reconfiguradas para problematizar ciertas personas abyectas (la underclass, excluidos, marginales), junto a sectores y lugares para su especfica reformacin.

Estas divisiones y clasificaciones no son novedosas. La irrupcin de la nocin de underclass, en USA a fines de los 70 pareciera marcar un momento en el cual la visin social sobre una variable cuantitativa en los niveles de civility se vuelve a recodificar como una variable cualitativa. Underclass es una mezca de destinatarios de beneficencia de largo plazo, criminales, hustlers, alcohlicos, psiquitricos desinstitucionalizados Esta caracterizacin moral hecha en trminos de dependencia, peligrosidad o privacin, fue contestada por la izquierda y los social liberals. La respuesta fue puesta en trminos de causas sociales - bienestar social.

An en la ltima dcada, con la racionalidad de la social democracia europea se forma una manera de pensar en donde los viejos problemas de inequidad y justicia social son pensados de una nueva forma. Los cambios en la economa, exacerbados por polticas que persiguieron reducir el gasto pblico en nombre de los regmenes competitivos, llevaron al encumbramiento de 2/3 1/3 de la sociedad, produciendo un ensanchamiento del vaco entre la mayora incluida que levanta su estilo de vida y una minora empobrecida excluida.

Estas visiones, a pesar de sus diferencias sobre causalidades econmicas y las responsabilidades individuales, operan consonantemente sobre el cuadro de los excluidos. La underclass est fragmentada y dividida: sus necesidades particulares necesitarn especialistas para sus problemticas particulares.

En funcin de esto, los sujetos son reunificados tica y espacialmente. tica a en cuanto a sus capacidades y estrategias para su propio management; espacialmente son re-localizados en espacios marginales.

Se representa como si fuera de las sociedades de inclusin, fuera de la Sociedad de control, existiera una serie de micro sectores compuesto de aquellos que no pueden emprender su vida, hacer management de riesgo o ejecutar su propio gobierno, y adjuntos as a una comunidad no moral o a una comunidad anti-moral.

Este nuevo territorio de micro-sectores emerge para el management, despus del Estado de Bienestar, identificados por una pltora de agencias cuasi autnomas trabajando dentro de los savage spaces, en las anticomunidades o con los abyectos en virtud de su incapacidad para responsabilizarse por su autogobierno.

Con este nuevo territorio de exclusin la lgica social del bienestar es reemplazada por una nueva lgica de competicin, mercado segmentado y servicios: el management de la miseria y el infortunio pueden devenir, ms an como potencial actividad de lucro...

Expertos de la actividad

Desde esta lgica la alienacin de los marginados se volvera atrs equipndolos con determinadas capacidades subjetivas activas: ellos deben tomar responsabilidad y poder demostrarse a s mismos como sujetos con capacidad de clculo, accin y eleccin.

(348) En las sociedades de control los mecanismos de mercado son crecientemente utilizados para vincular el individuo y la familia con el saber experto (expertise); y esto abre nuevas posibilidades para cuestionar el saber experto, tal como lo muestra las crecientes asociaciones de consumidores y usuarios de vairos tipos.

Sin embargo este mandato permite lejanas oportunidades de contestar este saber experto.

Si consideramos por ejemplo el empowerment, los expertos todava se relacionan con sus clientes en forma pedaggica y responsable, pero con un cambio de nfasis. La mirada profesional ahora se vuelve ms superficial, pone el foco sobre la conducta.

El sujeto del saber experto es visto como aquel al que le faltan las habilidades cognitivas, emocionales, prcticas y ticas, para tomar su responsabilidad en el self management. El empowerment se vuelve una manera experta de ensear a los clientes su auto conduccin dentro de una particularidad comunidad cultural. Comprende un rango de intervenciones para transmitir, bajo tutela, ciertas tcnicas profesionales para el self management activo. Bajo el empowerment se re-despliegan tcnicas psicolgicas para la reforma de la conducta en relacin a normas particulares.

(349) El nfasis puesto a su vez en objetivos, metas y medidas es parte de una nueva forma, no slo de manejar relaciones profesionales, sino de manejar a os profesionales mismos

Riesgo, comunidad y saber experto

El concepto de riesgo proporciona un punto de entrada en las relaciones de especialidad que se forman en el territorio de la comunidad. La capacidad de personal power o su ausencia lo que constituye el objeto del empowerment- es en s mismo repensada en trminos de relaciones de riesgo y comunidad: los riesgos plantean al individuo que si no puede manejar adecuadamente su vida dentro de la comunidad, sus riesgos individuales pueden dar cuenta a la comunidad acerca de los riesgos de gobernarse a s misma. Las responsabilidades de los expertos tambin son reformuladas bajo riesgo y comunidad: minimizacin, asesoramiento y management de riesgo, es el nuevo set de obligaciones profesionales respecto de la comunidad. Los expertos tienen que emprender clculos de riesgo como parte de su responsabilidad profesional.

(350) Los dispositivos del Estado de Bienestar abrieron una multitud de lugares para la operacin del juicio experto, basado en conocimientos, ticas y habilidades especializadas. Aquellos lugares y actividades que eran antes parte de lo social ahora estn siendo autonomizados de la maquinaria de lo poltico.

Unidades cuasi autnomas y organizaciones intermedias intervienen para el desarrollo del gobierno experto a la distancia, fuera de la maquinaria burocrtica. Antiguos expertos sociales (trabajadores sociales, burcratas, doctores, etc) ahora operan dentro y con una enorme variedad de organizaciones cuasi privadas (the quango-ization of the state)

Rose destaca tres aspectos de las nuevas formas del saber experto en relacin a la comunidad: renovado nfasis sobre el potencial de mecanismos cuasi legales cotidianos; la extensin de formas de clculo presupuestario y financiero; los mecanismos de auditora que vuelven contabilizable y evaluable la actividad de los expertos. El mecanismo de auditora se transforma en una forma distanciada de control entre los centros polticos y los lugares autonomizados (escuelas, hospitales, empresas). El gobierno por auditora transforma lo que ha de ser gobernado a la hora de definir previamente objetivos y metas.

Conclusiones

Muchas de las transformaciones son en si mismas relacionables con un cambio dentro del campo de lo poltico en s mismo, en donde el discurso poltico en s, configura los lmites de lo poltico y sus relaciones con otros dominios

Ya no es fcil para el pensamiento poltico territorializar su accionar en una aparente geopoltica natural, en donde la nacin concuerda con y por una delimitada y unificada poltica de ciudadanos sociales.

Surge una extraa multiplicidad con una variedad de contextos nacionales y nuevas posiciones polticas. Ahora los motivos antipolticos se levantan dentro del discurso poltico. Estos motivos articulan ellos mismos con una amplia gama de programas polticos. Los motivos antipolticos se han encendido en la comunidad, en virtud de concebirla como un espacio en donde se relocalizan los poderes y responsabilidades antes puestas en los polticos. Esta racionalidad poltica emergente busca un modo de gobierno, ya no sobre lo propiamente poltico, burocrtico-territorial-estatal, sino instrumentalizando el autogobierno de los mismos sujetos en una variedad de lugares (empresas, asociaciones, barrios).

Esto no es nuevo en s mismo, aunque en el sentido de la racionalidad poltica contempornea, la comunidad se vuelve as calculable a travs de investigaciones estadsticas. La comunidad se vuelve gubernamentalizable.

No se trata sin embargo del reemplazo de lo social por la comunidad, aunque s se debilita el mantenimiento de lo social sobre la imaginacin poltica.

La reinvencin de lo social no aparece vista como la inmediata resolucin de la fallas de lo social. La sociedad es percibida y disociada dentro de una gama de comunidades ticas y culturales con fidelidades incompatibles y obligaciones inconmensurables. Comunidad se configura de esta manera como un nuevo, mltiple y fragmentario territorio de gobierno.

No deberamos asumir que todo es peor en esta era post-social. No deberamos simplemente condenar las injusticias que traen la de-socializacin del gobierno, sino tambin habra que comprometerse con las posibilidades abiertas por los imperativos de actividad y las imgenes de afinidad plural

El rol de estos anlisis no debera ser de reproche o elogio, sino de diagnstico para identificar los puntos de debilidad que deben ser aprovechados para maximizar la capacidad de los individuos y colectividades para transformar sus conocimientos, disputas a las autoridades y configurar las prcticas que los gobernaran en nombre de sus libertades individuales y compromisos.