Textos Para Decidir

7/25/2019 Textos Para Decidir

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La mamisonga

Abajo las botas negras y puntiagudas, que le cubren hasta arriba de los

talones con una malla de correas entrelazadas de cuero. Le siguen las

pantorrillas canela, que suben y suben, y se convierten en esas maravillosas

piernas tonifcadas y aceitadas para la noche; y entonces ah, empezando las

nalgas, casi a punto de romperse, la diminuta minialda de estampado de

tigresa que le aprieta ese culo inmenso, hermoso y parado. Luego la cinturita

delgada. La blusita en orma de invertida que deja al descubierto su espalda.

!l pelo perectamente liso, largo y negro, que toca sus nalgas. "u cara que

observa vanidosa y desafante de medio lado. "u sonrisa coqueta. "us labios

carnosos. "us dientes blancos. "us u#as largas y esmaltadas. "u pose ante la

c$mara con el cuerpo arqueado, el pie derecho un poco en punta, sacando el

culo y echando la cabeza haca atr$s. % ese intenso olor a perume que

impregna toda la oto. !st$ tan rica. "tephania est$ tan, pero tan rica.

&'(mo no haberla visto antes en clase) !s cierto que soy uno tipo distrado

y descuidado, y que a veces la alta de buena alimentaci(n y dormida me

nublan un poco la mente. *&+ero c(mo haber pasado por alto esas grandiosas

tetas) Al terminar la clase se me acera y pregunta si quera salir a tomar un

ca-. /ola proe, quera preguntarle si quiere ir a tomar ca- conmigo0, con

ese acento cantadito de clima caliente. % yo que me quedo petrifcado, con los

ojos abiertos, sin poder decir nada durante unos instantes.


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1o era, tampoco, que me intimidara su se2ualidad arrolladora y deliciosa; o

al menos no era solamente eso. !ra que yo no entenda de d(nde haba salido.

&3na de mis estudiantes) 1o lo poda saber, pues a decir verdad no estaba en

la capacidad de identifcar a ninguno de ellos. 4esde cuando haba empezado a

dar clases en ese instituto barato, hacia m$s o menos a#o y medio,

simplemente me limitaba a llegar, saludar en voz baja, y hablarle al tablero

verde de tiza, haciendo listas y listas de novelas que, por lo dem$s, yo

tampoco haba ledo 5 aunque s tena pensado leer 5. % cuando tena que

dirigirme a la clase o, en las a6n m$s raras ocasiones en las que alguien

preguntaba algo, sencillamente me daba vuelta y hablaba mirando al piso, o al

techo, o a cualquier otro lado con tal de no tener que verles las caras. %o bien

saba que a ninguno de mis estudiantes les interesaba mi clase, y a decir

verdad, a mi tampoco me interesaban ellos.

7e repelan y astidiaban, mis estudiantes. !ran aspirantes a secretarias,

j(venes y solteras con su primer hijo, aun viviendo con los pap$s. 7uchachitos

con ideologas de izquierda e ingenuas aspiraciones polticas, que se

encapuchaban y botaban piedra en las marchas por la s-ptima. "e#oras

cuarentonas y rechonchas abandonadas por sus maridos, con la urgencia de

volver a trabajar; y uno que otro tipo calvo y escandaloso con delirios de

empresario de negocios multinivel. 8ente pobre, sin espritu, ni uturo, ni

aspiraciones.

+ero entonces haba aparecido "tephania; mi rica y deliciosa "tephania,

sonriendo coquetamente con la cabeza inclinada hacia un lado y la trenza larga

reposando sobre su pecho. 1o pude evitar verla de arriba abajo, la aldita

chiquitica de jean, que casi, casi, dejaba ver los cucos, y la blusita marr(n que


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m$s bien pareca una buanda el$stica sobre sus tetas. &% entonces proe) 1o

se quede callado as, mire que la vamos a pasar rico, jaja0. %o estir- las cejas e

in9- los cachetes, luego dije algo como, si claro, disc6lpame, pero es que no

te haba visto en clase.0. %o s- proe, que usted es m$s distrado. 4esde hace

das que le sonri( y sonri( y nunca se da ni cuenta, por eso me toco pararme y

venir a hablarle, porque si no, *jum0.

7e gustaba su tono de voz, alegre y desarrapado, mientras sonrea

ampliamente y se agarraba las puntas del pelo con las u#as. Aunque decir que

me gustaba era solamente un decir. "iempre haba pensado que mujeres como

"tephania eran grotescas, por ignorantes y huecas, por putas, y por

convertirse, gustosamente, en mascotas de traquetos. !s que a mi me gusta

mucho su clase, proe. 'on esos escritores de :usia y !uropa. A mi me gustara

conocer por all$. &3sted ha ido)0. %o nunca haba salido del pas. +ues s,

algunos lugares, en "an +etersburgo, 'hecoslovaquia, y as.0. Ah, que ch-vere

eso por all$. A ver si alg6n da me lleva, proe, jaja0. 'uando rea se le arrugaba

la nariz y la rente. "u voz transmita ese sentimiento de despreocupaci(n e

ignorancia eliz que lo contagiaba a uno.

1o s- por qu- le ment con lo de los viajes; ni siquiera s- por que me

comport- tan est6pidamente agradable y coqueto. !l caso es que ah estaba

yo, sonri-ndole, con los ojos entornados y disimuladamente mir$ndole las

tetas, pendejo, babeante, rente a sus brillantes labios rosados, su abdomen

plano y sus pesta#as postizas. 7e e2cus- dici-ndome que ser escritor era

dicil, que las contradicciones eran parte del proceso creativo, y que haba que

tener e2periencias as, de la vida real, con seres comunes y corrientes; y que


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todo era un mal necesario para empezar a escribir esa gran novela que tena

en mente.

, a las = pm. 7e gustaba esa hora

porque uno poda encontrarse ya con los lugares llenos de primparas

universitarias borrachas y bailando, y tenia tiempo sufciente para tomar algo

con tranquilidad y alcanzar a coger el bus de regreso, antes de que terminaran

las ultimas rutas de la noche. !staba esperando a "tephania en la cuadra

atestada de bares de dos y tres pisos con balcones de vidrio, y letreros de ne(n

en los que se lean nombres gringos y europeos; Ice Bar, Ibiza,Saloon, etc. Al

rente de cada sitio se vean los tipos gordos, peluqueados al ras, con un

incipiente bigote y barba, vistiendo chaquetas negras e in9adas que los

aumentaban de tama#o, pr$cticamente obligando a los transe6ntes a entrar en

sus bares ?sin compromiso?, y oreciendo una rumba sin #eros y con mucha

chica sola.

4e los edifcios emanaba el mismo ruido ensordecedor y mon(tono. 3n

bum, bum, bum, cada par de segundos que haca pensar que tocaban la misma

canci(n en todos los lugares. Letras pegajosas que repetan las mismas

palabras una y otra vez; culo, mami, duro, en cuatro, en una voz gruesa y de

espa#ol dicil, que intercambiaba la r por la l. Al ritmo de la m6sica caminaban

manadas de muchachitas meneando sus grandes y apretadas nalgas,

agarr$ndose el largo pelo negro con sus u#as esmaltadas de colores pasteles,

riendo e2tasiadas y secretando e2citaci(n por donde pasaban. @ue entonces


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cuando volv a escuchar la canci(n que tanto me haba obsesionado unos

meses atr$s.

Mi mamisonga es tremenda putonga, no se pone panties, le digo que se losponga,

ella est loca, que se lo ponga,tiene tremendo culo es tremenda puntonga.

:ecord- que la haba buscado en internet. !ra una canci(n vergonzosa que

bien ejemplifcaba el mundo en el que me haba tocado vivir. 3na mamisonga

no simplemente era un personaje del reggaeton, sino una flosoa de vida que

haba contagiado al pas entero. 7iles y miles de mujeres que uno se

encontraba en el supermercado comprando pan, o en la iglesia rezando, o en

una piscina de vacaciones, bronce$ndose de espaldas en tanga, desamarrado

el sost-n, y pidi-ndole a alguno de sus hijitos tomarle una oto para el

nstagram. !mpezaban a ser mamisongas desde los once o doce a#os. "u

mayor in9uencia haban sido las telenovelas, las radios juveniles y las festas

de reggaet(n y electr(nica. "iempre lucan bronceadas, ojos negros y

rasgados, maquillaje grueso y cargado. 8eneralmente viviendo en climas

c$lidos para poder llevar poca ropa apretada; escotes, minialditas, shortcitos,

tacones puntiagudos, esmaltes de colores vivos, perumes dulces, accesorios

grandes y brillantes, cachuchas 1iBe y Adidas osorescentes, gaas de sol

Aviator, y toda prenda que tenga brillantes y escarcha por alg6n lado.

Adoraban sus cabelleras largas y lisas, las trenzas, las iluminaciones rubias y

las ondulaciones para salir de festa. Adoraban su nstagram, donde ponan

otos en la peluquera alis$ndose el pelo y haci-ndose manicure, en el espejo

del ba#o mandando un beso y picando el ojo, en la rumba sacando el culo, en

el gimnasio en cuatro, en la cabalgata mostrando las tetas. "olan tener el

primer hijo a los diecis-is o diecisiete. C"olo4ios+uedeDuzgarme, CEendecida,


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CAortunada. Les encantaba bailar reggaet(n, champeta, salsa choBe, m6sica

electr(nica, y cualquier cosa que sirviera para mover se2ualmente y despacito

las nalgas. Fambi-n les gustaba la perica, el -2tasis, y el 747A; tomaban poca

cerveza. Las m$s e2perimentadas y de mayor edad terminaban montando una

botique de ropa para mamisongas que orecen en el nstagram.


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su estern(n, tacones altos, medias veladas de color oscuro y una chaqueta

blanca y delgadita de pana. 'aminaba con difcultad. A su paso los tipos

volteaban a verla embobados. Luca completamente maquillada, pintados los

labios, alisado el pelo, alargadas las pesta#as, ba#ada en perume. 1o haba

duda, era una verdadera mamisonga, la m$s rica que alguna vez se haba

cruzado en mi camino. !ntonces me sent ro e incontrolablemente nervioso.

4esde luego, nunca haba salido con nada parecido.

/ola linda0. "tephania no pareci( muy contenta de verme.


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una sonrisita pcara y morbosa, para luego ir a chismear entre ellos. "tephania

pareca no darse cuenta de nada, era como si no hubiera querido estar all pero

tampoco en ninguna otra parte.

!l sitio estaba a e2plotar. "e senta la atmosera cargada del sudor de los

cuerpos apretados, mezclada con el olor a perume, aguardiente, espuma, y el

humo de la caja negra que hacia juego con las luces. Fodos parecan elices y

e2citados. !l reducido espacio era el motivo perecto para liberarse y

amontarse unos sobre otros, lami-ndose, restreg$ndose, gozando. +or alg6n

motivo, yo tambi-n quise saltar encima todas ellas, y agarrarlas uerte por

detr$s, golpe$ndolas, duro y apretado, y luego m$s suavecito y calientito.

oltee a ver a "tephania, y a pesar de lo serio e indierente de su e2presi(n,

me pareci( d-bil y vulnerable, me pareci( delicada, y de alguna manera, bella.

1os acomodaron en una mesita redonda en la que apenas caba la media

botella, las copitas, el man y dos cervezas, y nos sentamos en unas banquitas

de metal negras sin espaldar.


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a qu- se dedicaban all$, aunque le mandaban plata. Fampoco conoca a nadie

en esta ciudad, ni amilia cercana, ni amigos.

1o le quise preguntar en qu- trabajaba, pues me pareci( que a lo mejor le

daba pena contestar. Fampoco importaba demasiado. %a uera en una est-tica

o una peluquera, haciendo manicure, pedicure, o masajes, o vendiendo ropa o

celulares. 1o importaba. !ntenda su historia de vida, y mientras me la estaba

contando a gritos I por el ruido del reggaet(n 5, y el par de imb-ciles con las

camisillas pegadas y mediocres m6sculos la sacaban a bailar, supe que tena

que rescatarla, sacarla de ese mundo pobre y miserable.

!ntend que "tephania simplemente era un producto de esta sociedad

podrida que la haba convertido en un objeto se2ual desde ni#a; y ella sin

pedirlo, ni darse cuenta. magin- lo que se sentira que lo quisieran a uno

solamente por el cuerpo; una cosa de la que se gozaba durante un tiempo, y

luego se cambiaba por otra m$s joven y dura y voluptuosa, y entonces se

desechaba; ese vaco inmenso, esa alta de prop(sito. !ntonces entend

tambi-n que en su seriedad haba una prounda tristeza, un gran grito

silencioso que rogaba por ayuda, aceptaci(n y amor sincero. !ntend el porqu-

ella se haba fjado en mi, y lo que estaba buscando; y decid que iba a d$rselo.

!so y m$s, eso y todo, mi linda "tephania. "olo tenas que portarte bien.

!sa noche no bailamos los dos. +ens- que le iba a molestar mi evidente

timidez derivada de mi incompetencia para esos asuntos tan necesarios en

nuestra cultura local, pero no la escuch- quejarse. Fuve la sensaci(n de que le

estaba transmitiendo paz y tranquilidad, de que se senta segura y a gusto a mi

lado; y que lo maniestaba con ese silencio sencillo y poco pretencioso.


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'uando salimos del bar casi era medianoche. Le pregunt- a "tephania qu-

quera hacer. /izo una mueca de no saber, estirando los labios, moviendo los

hombros y mirando a cualquier lado. "upuse que se senta un poco incomoda

con el ruido de los sitios y el mont(n de borrachos umando y morbose$ndola.

!ntonces, sin decir nada, par- r$pidamente un ta2i y arrancamos haca los

moteles de la JK. !l ta2ista miraba por el retrovisor con morbo; "tephania tena

su escote muy abierto y su mirada perdida en las luces que se iban

desvaneciendo al otro lado de su ventana. %o, cabizbajo, me rotaba las manos

nervioso entre mis piernas abiertas, mirando la cartilla de precios, luego mi

ventana, luego el retrovisor con los ojos asquerosos, luego el hermoso,

seductor e ine2presivo perfl de "tephania con su escote muy abierto.

Llegamos al motel y de ah en adelante todo ue un dejarme llevar, como si

yo no estuviera dentro de m, sino que me estuviera viendo actuar en una

pelcula. 7e vi sacando los 6ltimos billetes de mi billetera y pag$ndole a una

chica gorda que no nos diriga la mirada, y segua sentada incomoda, viendo

una telenovela en un peque#o televisor port$til, metido en una diminuta

recepci(n improvisada debajo de las escaleras. La chica gorda de la recepci(n

d$ndonos un rollo de papel higi-nico y un par de condones sin marca. %o

subiendo las escaleras inclinadas de baldosa roja cuadriculada, detr$s del

golpeteo de los tacones de "tephania; "tephania meneando la cintura y el

pelo, y dejando ver su tanguita y sus grandes y paradas nalgas por debajo del

vestido. %o caminando por un oscuro y estrecho pasillo de paredes azules,

puertas de madera y ventanas de cristales estampados de 9ores; "tephania


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arregl$ndose el vestido, y buscando la habitaci(n, se#alando para s misma con

el brazo derecho levantado, las u#as largas esmaltadas, el bolso negro

colgado.

!n la habitaci(n haba una vieja cama doble, de tubos de metal negro.

"obre el colch(n una sobre sabana azul aguamarina doblada. Al lado, una

peque#a mesita de noche, tambi-n de madera, con raspaduras y letras

inscritas, y una cesta de basura desocupada. @rente a la cama un peque#o

televisor enrejado dentro de un grueso andamio negro. 7$s all$, a la derecha,

otra puerta que llevaba a un ba#o de baldosa azul oscura. A nuestro lado, junto

a la puerta, una ventana y una cortina ca- con rotos. La pared de al rente

vaca y con marcas de mugre. !l cuarto era estrecho, el piso de estuco rojo, el

bombillo de luz blanquecina que apenas iluminaba la habitaci(n y zumbaba

astidiosamente.

"tephania suspir(. 4ej( el bolso sobre la mesita de noche y sigui( hacia al

ba#o sin voltear. Asegur- la puerta, me sent- y empec- a desamarrarme los

zapatos. 'err- los ojos e intent- disrutar anticipadamente del momento, de

todo lo que se vena. Al inicio de la semana ni siquiera saba de su e2istencia;

al inicio de la semana yo era un ente que llevaba meses sin tener se2o. 4as y

das de masturbaci(n deprimente y pat-tica, por fn iban a llegar a su fn.

'laro, no siempre haba sido as. 4e adolescente, por ejemplo, haba tenido un

par de novias bonitas del curso a las que llevaba a unos matorrales por detr$s

de los salones y les daba besos en la boca, con lengua. A lo mejor esperaban

m$s, porque me terminaban a las pocas semanas, pero en todo caso eso

contaba. % luego la universidad, la virginidad perdida con esa chica del

internet, y la otra borracha de las residencias universitarias, y la se#ora que me


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arrend( la habitaci(n. 'osas as, mediocres, casi que irrelevantes, que nunca

prosperaron luego de unos meses y un par de encuentros espor$dicos. +ero

todo eso iba a cambiar, pues ahora tena a "tephania. "e me ocurri( entonces

que todo era culpa de esa maldita pretensi(n de escritor; entend que de

alguna manera los libros le pueden arruinar la apariencia sica y moral a uno.

'uando me di vuelta "tephania estaba parada en el marco de la puerta del

ba#o. Llevaba el vestido negro, las manillas, los aretes y la cadena de anillos

pulcramente doblados y organizados en sus brazos. "u hermosa piel bronceada

y aceitada resplandeca de pies a cabeza; me dieron ganas de lamerla desde la

punta de los pies hasta la punta del pelo. Fodo su cuerpo era una escultura a la

belleza y e2citaci(n. "us muslos uertes y tonifcados, la curva perecta de sus

caderas, su abdomen plano, sus senos inmensos y parados, la de las

clavculas, sus labios rojos e ine2presivos, el color rosadito de sus cachetes

maquillados, su nariz chata y tierna, sus ojos rasgados y melanc(licos, la negra

trenza que le caa sobre su pecho; mi erecci(n inmediata y dolorosa.

4ej( sus cosas con parsimonia sobre la mesita de noche y entonces repar-

en el diminuto hilo rojo que haca de tanga y la cubra, y en el brassier tambi-n

rojo, con encaje, que dejaba ver la parte superior de sus pezones. "e recost( al

otro lado de la cama y prendi( el televisor. 7e desaboton-, temblando, la

camisa y el pantal(n, y me los quite con difcultad. Luego me di media sobre la

cama y me puse rente a ella, pasando delicadamente mi brazo por encima con

la intenci(n de hacerlo todo m$s rom$ntico e intenso, y dejando que mi pecho

peludo rozara sus senos voluminosos. !ntonces me dijo que no poda hacerlo

con medias, que me las quitara. Fuve que parar y volver a sentarme. !n el


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televisor se escuchaban los gemidos de alguna estrella porno gringa que ya

estaba siendo penetrada.

"u olor a perume dulce me hizo perder el control. 'uando me quit- las

medias no aguant- y me lanc- encima de ella, atacando su cuello desnudo. %

la bes-, bes- sus tetas, su ombligo, a veces mordi-ndola, con movimientos

bruscos y torpes. 1ot- c(mo se estremeca, not- sus gemidos y espasmos que

me hacan enloquecer. 7et una de mis manos por detr$s y acarici- sus nalgas

duras, la pronunciada curva de su cadera, la parte posterior de sus muslos. 7e

sent e2tasiado y con un hormigueo por todo el cuerpo que me haca roncar

incontrolablemente mientras la besaba. % bes- sus rodillas, sus muslos, su

entrepierna, d$ndole la vuelta con mi boca al triangulo diminuto de tela roja, y

cuando me dispona a introducir a uerza mi lengua en aquella ranurita de piel

rugosa y depilada, "tephania me agarr( de la cabeza y me subi( a la altura de

su pecho.

:espir( proundo, y me acost( a su lado boca arriba. 7e quit( los b(2er con

parquedad, rompi( la bolsita, sac( y desenroll( h$bilmente el cond(n, usando

sus dedos y largas u#as sobre mi poco agraciado y peludo miembro erecto. La

vi quitarse el brassier y la tanga mec$nicamente, con la mirada distrada en la

pared. 1o la pude apreciar en su completa desnudez, *no pude, pues al

momento de acostarse, y abrir sus piernas gruesas y morenas, salt- encima y

empec- a penetrarla e2tra#amente, gimiendo, y como llorando, y graznando y

vibrando. 1unca haba sentido tanta gloria en mi vida. 7ientras la penetraba y

vea su cara ine2presiva me pregunt- si "tephania me quera. magin- su vida

de ni#a alegre y bonita. magin- lo que sinti( cuando la penetraron por primera

vez. +ens- en los tipos antes que yo; a cu$ntos dese(, a cu$ntos am(, a


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cu$ntos despreci(. &"ura "tephania) 1o pareca. +areca m$s bien que haba

asumido el papel que le corresponda. %, as, mientras la penetraba, y ella

cerraba sus hermosos ojos rasgados, delineados gruesamente y llenos de

pesta#ina, supe que me estaba empezando a sentir enamorado.

1o s- cuanto tiempo dur- en venirme, si ueron minutos o solamente

segundos. Las cosas pasaron muy r$pidamente. i a "tephania pararse,

agarrar sus cosas y dirigirse al ba#o. La escuch- lav$ndose las manos,

aplic$ndose el perume de spray, poni-ndose el vestido, los tacones y los

accesorios, la escuch- maquilarse nuevamente. %o segua acostado en la cama

inm(vil, con mi miembro 9$cido haca un lado, tratando de comprender.


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!se fn de semana no pude dormir m$s que un par de horas. !stuve sin

apetito y con ansiedad. 3n sudor rio caa de mi rente. 7e senta vaco. Fuve

pesadillas con "tephania, el reggaeton y el motel. 1o s- cu$ntas veces me

masturb- pero debieron ser muchas porque me aparecieron unos punticos

rojos dolorosos. A la semana siguiente regres- a clase intentando disimular, y

la esper- hasta que cerraron el instituto, pero nunca lleg(. La estuve

esperando as durante mucho tiempo. "olamente hubo un da en que llegu-

temprano al instituto y me pareci( haberla visto mont$ndose en un ta2i, pero

no podra estar seguro.

Ahora me he vuelto adicto al nstagram; gasto horas y horas al da, viendo

sus otos y videos. 'laro, no es ella, pero es una como ella; el mismo pelo, el

mismo bronceado, la misma ropa, las mismas tetas, el mismo culo, el mismo

maquillaje, las mismas u#as esmaltadas. 7e digo que no es ella, pero que es

ella. Fambi-n retom- la lectura y escritura, ahora s de verdad, pues he

decidido que eso es lo mejor para alguien como yo. 4e hecho, hace unos das

escrib un poema para poder e2presar lo que siento.

Son mentiras,las que dicen que los libros liberan.Los libros son solo refugio de perdedoresintiles,que no pueden funcionar bien en el mundo.Son escondite,

para ocultarse de la vergenza,de la incapacidad,de disfrutar la vida,con sus orgias,

su reggaeton,su etravagancia,

! sus "ermosas mamisongas.

7e gusta mi poema. A veces se me ocurre que puedo regresar a la => y

sacar a bailar a alguna otra mamisonga. 1o tiene que estar tan bien como


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"tephania. 1i siquiera tiene que estar operada. !ntonces me preguntar$ que a

qu- me dedico y yo le dir- que soy poeta, le leer- mi poema, la enamorar-, y

me la llevar- a motelear por la JK. "olo que esta vez me demorar- m$s en

venirme. !sta vez ya no pienso cometer el mismo error.

Los punticos rojos aun no se han curado.


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Un Kafka colombiano

&% entonces qu- hago), &c(mo la saludo) /ola, Lina, *qu- lindo verteM, un

beso, un abrazo, rotarle por detr$s la espalda, y sonrerle emocionado y

contento. N tal vez mejor algo m$s rio y distante. */ey, &qu- tal el vuelo),0

las manos en los bolsillos, a unos pasos de distancia, la voz m$s gruesa, y una

mueca as, de media sonrisa sensual e intrigadora. "i, si, porque hay que

demostrarle que yo tambi-n puedo ser muy serio y que no me estoy muriendo

por ella; *que despu-s de todo soy yo quien le est$ haciendo un avor !s que

con Lina uno no sabe, y a lo mejor no le gustan mucho los saludos cari#osos, a

lo mejor le parecen demasiado cursis y empalagosos. % adem$s con esa

manera de acosarla en @acebooB estos das, antes de su viaje.

*+ero si sus otos me tenan obsesionado Lo de montar en bici color

aguamarina, canastica ca- adornada con 9ores, vestido rojo de solecitos, y

gaas grandes a lo playa caliorniana, le caa muy bien, se vea demasiado

hermosa. !s que me encanta, Lina. !s como si ejerciera en m una atracci(n

misteriosa e interesante. La m6sica que escucha, los conciertos a los que va, la


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ropa que se compra, su manera de maquillarse, sus fltros en nstagram, su

pose a la vez sonriente y delicada con la edici(n especial de 8arca 7$rquez en

la eria del libro de Eogot$ el a#o que se muri(. !s defnitivamente distinta a

todas las que he conocido, y pues a mi, eso me enamora.

Aunque tambi-n es un poco rara. Al principio, cuando me dijo que tena

pensado venir el verano a !uropa, que yo la invit- a quedarse conmigo en

+raga, me haba parecido emocionada y hasta coqueta. +ero ya luego nada.

+uro mal genio. 'omo cuando le dije que ac$ lo mejor era caminar a todo lado

para conocer m$s, pero que no se preocupara que de noche nos podamos

hacer masajes para reponernos, jaja0. +ues as, medio jugando, medio en

serio, y ella respondi-ndome, ahh, no creo0, y luego desconect$ndose sin

despedirse.

!n todo caso yo la entiendo, porque hay que reconocer que a veces salgo

con muchas pendejadas por nternet, y tambi-n en la vida real, y solo me doy

cuenta hasta despu-s, cuando la gente hace muecas de no saber. 1o es mi

intenci(n, pero me pasa; y a lo mejor con Lina aun m$s. +orque me intimida, y

no estoy muy acostumbrado a su personalidad, un poco indescirable para mi.

7e parece que en parte es porque siento que est$ muy acostumbrada a otro

tipo de gente, no como yo, sino m$s como el tipo de m6sicos hipsters con

barba, sombreritos con plumas, y gaas oscuras a lo Dohn Lenon; o de los

meseros que sirven hamburguesas artesanales en un bar con sillas y mesas

comunitarias de madera, y te hablan con voz grave de locutor de radio; o de

los que uno ve elices en un parque, paseando un perro con pa#oletica roja al

cuello, haciendo equilibrio en esas cuerdas que amarran de un $rbol a otro,


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muy seguros de s mismos y crey-ndosela, porque se la creen y tienen muchos

tatuajes.

% estoy yo, que tampoco es que no me la crea, pero s que me surgen dudas

de vez en cuando; un poco inconscientes e involuntarias, pero dudas al fn y al

cabo. !ntonces hago un chiste y nadie se re, o combino mal un jean y una

camisa, y parezco m$s un pap$ de provincia que un estudiante de cine en

!uropa. 'osas as que me hacen titubear y sentirme un poco inseguro. Aunque

tambi-n a ratos me parece que me doy muy duro, y que despu-s de todo s

hay talento, y s pueda interesar a una chica como Lina. &+or qu- no) "i es que

yo tampoco es que sea tan l$mpara, y si lo uera, sera el primer dispuesto a

reconocerlo, y ah por derecho, eso me hara menos l$mpara. !st$ el

cortometraje de OaBa, por ejemplo. %o s- que cuando le cuente a Lina la voy a

descrestar, *bum; y ah, de a pocos, puedo irle demostrando cosas, puedo

demostrarle que s, que yo tampoco soy cualquiera.

!ntonces me tocan el hombro, me doy vuelta y es ella, Lina, *que hermosa

*/ey0, le digo abriendo los brazos y zarande$ndome sobre mis propios

pasos, sin saber si abrazarla y besarla en la mejilla, o en la boca. 'asi no se

puede mover por el inmenso bacBpacB que lleva colgado a sus espaldas. Lleva

una e2presi(n seria y cansada. !l abrazo no se siente bien, y el roce de los

cachetes menos. &


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bus habla una voz computarizada que no entiendo, avisando las paradas. Le

sonro a Lina y le digo que esa voz tan de personaje de OaBa, &no te parece)0.

&


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en las ofcinas. "aber ahorrar, en lo que es comida y quedada, y ah uno se

puede bandear. +ues eso es lo que he venido haciendo en +raga, y me ha ido

tan bien que hasta tengo una plata ahorrada que pienso gastar en lo del corto

de OaBa, y con Lina, a ver qu-.

:ecuerdo lo mucho que me gust( desde el principio, Lina. 'uando ese man

que es m6sico y trabajaba con la alcalda nos la present( a todos los que

est$bamos ah en el parque. /ola, qu- tal, les presento a mi novia0, y ella

como siempre, seria y malgeniada, dando la mano sin ganas. Luego de eso la

busqu- por @acebooB y la agregu-, y me acept(. Ah ue que me enter- que era

publicista, que le gustaba andar en bicicleta, la moda, las festas indie, el pop5

art, los $cidos y las pepas. "e le notaba por las otos. A mi la cerveza, pero a

ella no creo. Fampoco ue que la hubiera acosado aunque s le di muchos liBes,

y cosas as, sin nunca animarme a hablarle. Luego ui yo qui-n empez( a subir

otos con la estatua de OaBa sobre el man sin cabeza, y el puente "an 'arlos,

y el castillo en la colina al ondo que no es un castillo sino una iglesia. A mi eso

de las otos se me da muy bien, y entonces Lina empez( a darme liBes, y yo

contento. %a despu-s me habl(; es que uno tambi-n puede estar de buenas,

uno tambi-n tiene lo suyo.

!ntonces volteo a verla y sigue ensimismada en la ventana. Fengo muchas

ganas de hablarle, de decirle alguna cosa interesante y que se ra, pero pues

no hay que acelerar las cosas. Adem$s que haba pensado que era el paisaje lo

que la entretena, pero ya en el metro no hay mucho m$s que ver. As que

nada. Le voy a hablar cuando tenga algo muy descrestador para decirle. 'omo

lo del corto de OaBa.


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europea obsesionada con tanta regla. As no se puede hacer bien arte. % uno

de estudiante internacional que qu-; nada. gual tampoco me preocupo. 1o hay

que preocuparse por estas cosas; yo s- que con lo que tengo pensado los voy a

descrestar, a ellos tambi-n, *bum, as, abriendo las manos, *bum, y a mi Lina

que est$ tan bonita, aqu a mi lado a pesar de lo callada, tambi-n, *bum

A mi lo que me gusta es el cine. @ellini, OubricB, 'haplin, #$rritu. !l cine es

mi pasi(n, es mi vida, es para lo que nac. 4ecir que es una manera de tramitar

mi trauma por chiquito, eo, pobre y hablador, sera e2agerado. Aunque s

acepto que como ingeniero, m-dico o abogado, que era lo que mi mam$ m$s

quera, tampoco hubiera podido. "i de peque#o siempre ui muy envideado;

por ejemplo, siempre me tiraba el juego con mis primos porque ese vaquero no

poda entrar as no m$s, de la nada, echando tiros al aire. N cuando antaseaba

con la chica que me gustaba no pasaba de la parte en la que le deca cosas

para asombrarla y ella se empezaba a asombrar, *te asombr- Lina, pero ya,

eso era todo. 1unca llegaba a los besos, lo rico y entretenido. &


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a la plaza central, como al atardecer, ah hay una iglesia como con puntas en el

techo que es s6per linda, y s- que te va a gustar, la verdad es que en +raga

caminar por cualquier lado es muy bacano, es rom$ntico, jaja, y m$s de

noche.0, le digo. Lina est$ seria. ale, pero oye, &tienes un convertidor para el

cargador del cel que me prestes)0

"i, si, mira.0 "e lo doy, luego continuo. !s que tienes que saber que no

porque +raga no sea +aris o :oma, es menos bonito. Ac$ tambi-n hay mucha

emoci(n, y precisamente lo bonito es que es m$s chiquito, pero se mantiene

como m$s genuino, &si ves), como m$s real, &entiendes), sin tanto turista.

Eueno, pues s hay turista, pero no tanto como en otros lados. % la cerveza es

muy buena, y emborracha mucho.0

&"i) Ah que bien. Nye, me voy a ba#ar, me alisto y salimos, &vale)0.

4ale0.

ivo en un apartamento viejo, del periodo de la uni(n sovi-tica, con otros

cuatro compa#eros de la maestra. 3n italiano, un holand-s, otro colombiano y

un gringo que est$ de intercambio. A esta hora ninguno de ellos est$ en el

apartamento. "eguramente est$n en clase. As que haba pensando que podra

aprovechar la oportunidad para seducir a Lina, pero mejor no, mejor m$s tarde.

%o s- que a ella no le gusta que la presionen.

4espu-s de ba#arse y arreglarse, Lina se ve aun m$s hermosa. iste unos

zapatos plateados de suela gruesa y cordones. 3n jean semidescaderado, color

negro con indigo sobre los mulsos y peque#os roticos en las rodillas. "e le ve el

ombligo y la bonita cintura delgadita. 3na blusa negra con estampado de rosas

que resalta sus bonitos pechos parados de mediano tama#o. Lleva un

sombrero negro, de ala ancha. "us fnos labios los pint( de un color morado


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claro, brillan, dan ganas de morderlos. "u pelo casta#o suelto y alisado, le llega

hasta debajo de los pechos. /uele delicioso. Al verla me empiezan a sudar las

manos y la rente. !s que tambi-n esta haciendo un poquito de calor.

+or un lado, quiero que Lina se sienta como en su casa, pero por otro,

quiero que se de cuenta de mi fgura paterna y protectora. %o tampoco me voy

aprovechar del avor de darle posada, no, no, simplemente es una cuesti(n de

saberse manejar para impresionarla y que todo 9uya. +orque s, la verdad es

que estoy un poco veraneado, lo de levantar checa es dicil para uno de

colombiano, digan lo que digan, sin poder decir todo su repertorio en checo, y

con tan poquita gente sabiendo bailar salsa. +ero tampoco es que est- a punto

de estallar por dentro, y yo me puedo controlar bien.

!ntonces salimos del apartamento, y se me ocurre que lo mejor es

mantenerme callado y distante. Lina me pide que le comparta el nternet de mi

cel; y luego la callada y distante es ella. A veces se me da por hacer alg6n

comentario sobre este o aquel lugar hist(rico, y Lina se hace la que presta

atenci(n pero yo s- que no le interesa. 'aminamos por hermosas calles

empedradas y edifcios antiguos restaurados, que lo deslumbran a uno. Al ver

esos edifcios, y los turistas escandinavos que tambi-n andan por ah, uno se

empieza a sentir como sucio e inapropiado. +or ejemplo, unas gaas de sol as a

uno no le van a quedar tan bien, y esos shorts y esos tenis sin medias,

tampoco le van a quedar bien. %o me fjo en esos turistas y luego en Lina, a ver

si les coquetea y si es que est$ avergonzada conmigo al lado, pero nada, ella

sigue seria, sin mucha e2presi(n.

en, &me puedes tomar una oto aqu)0 Lina se para rente a la c$mara y

posa de rente, hace un gesto de no estar viendo sino como haca un lado,


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como haca el suelo, gira un poco el pie derecho, agarra el borde del ala de su

sombrero con sus dedos ndice y gordo, aprieta los labios como mandando un

beso, y tchichB, yo le tomo la oto. 3na e2presi(n de distracci(n y

espontaneidad posuda. &% qu- tal la vida en Eogot$), &te aburres mucho)0, le

pregunto, para hacer conversaci(n. 1o, para nada. Rltimamente pasan

muchas cosas. /ace poco ue la eria del libro, ArtEo, y !2povinos. Fambi-n ui

al !st-reo +icnic. !ste a#o estuvo muy bueno. Foc( 'het @aBer, @oo @ighters,

EreaBbot, y !zra, de ampire QeeBend. !s divino.0

&"i), &se parece a mi), jaja0 Lina tuerce los ojos. 1o tanto0, dice.

'ontinuamos caminando despacito y con cuidado por entre esas piedras

clavadas en el cemento de la calle. &"i, no) %o me doy cuenta por nternet que

Eogot$ ha cambiado mucho estos a#os. 'ada rato veo que hay una eria de

arte nueva o nuevos escritores, o incluso nuevas pelculas colombianas. &1o

cierto)0

Eueno, pero esas pelculas y libros son muy malos. A mi lo que me gustan

son los conciertos. 'uando traen buenas bandas.0

&Eomba !st-reo, "istema "olar y esas cosas)0.

&!so qu- es) &Fechnocumbia, neocumbia) 1ooo, que boleta.0

+ues Qill "mith hizo un rap con Eomba !st-reo, hace unos das.0

7hhhS ya0

1o s- por qu- es tan dicil hablarle a Lina. Linda defnitivamente s es.

Fiene estilo y mundo; esta es su segunda vez en !uropa, por ejemplo. "e

defende bien en el ingl-s, est$ enterada de las cosas, habla bonito, se

maquilla bonito, viste bonito, ha estudiado en una buena universidad en

Eogot$, comunicaci(n social y periodismo, y eso es bonito. "e me da por


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pensar que el problema es precisamente ese, que lo que m$s me gusta de ella

es su mala cara todo el tiempo, su ce#o runcido de inconormidad, su manera

misteriosa de rechazarme. "uena bobo, pero as lo siento.

Lo tal, es que me agarra un sentimiento de tristeza y bajada de nota. 'omo

que siento que no hay cone2i(n, con Lina. %o intento decir algo y ella se

mantiene seria y callada. !ntonces me digo que lo mejor es guardarme lo del

corto para despu-s. Asumir primero la apariencia de desinteresado para

demostrarle que yo tambi-n puedo ser igual que ella, y ah s, cuando empiece

a notar mi ausencia, entonces decirle que qu- pena, que estaba muy

ensimismado pensando en el corto que tengo que hacer para graduarme.

'ontarle la historia de que me iban a echar pero que yo no me iba a dejar;

impresionarla con la gran idea que tengo en mente.

+orque la historia de un OaBa colombiano a mi me parece una idea muy

brillante. !n verdad que si. &'(mo sera si OaBa hubiera nacido en 'ali y uera

moreno), todo lo dem$s igualito como OaBa normal, con sus libros y depresi(n

y la cosa, solo que al tipo le gusta la salsa y nada que aprende a bailar; y ya,

esa es su rustraci(n, eso de dierente. La historia se rodar$ en +raga, obvio, no

nos vamos a ir hasta 'ali, pero la idea de ondo es mostrar que OaBa tambi-n

pudo haber sido colombiano, &por qu- no) ", hay que aceptar que +raga y

toda !uropa es linda y culta. Los castillos, la arquitectura, las universidades y lo

del medioevo. +ero y &'olombia no), nosotros tenemos ros, quebradas, selvas,

y playas, y micos lo m$s de lindos. !so tal vez no implique que seamos los m$s

inteligentes, pero tenemos de donde inspirarnos; all$ en 'olombia. Fampoco

hay que despreciar lo de uno. &+or qu- OaBa no pudo haber sido colombiano)


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!ntonces me suena el celular. !s precisamente el instructor de baile cale#o

que consegu en 76nich para protagonizar el corto. 1o ue $cil conseguirlo.

Aortunadamente al tipo lo de actuar le son( muy bien y de una me dijo que s,

que se le meda. As que solo estamos a la espera de la respuesta del colegio

para ver si nos fnancian sus pasajes y gastos en +raga. !l moreno no me va a

cobrar nada, pero yo s tengo pensado darle su detalle de agradecimiento. Le

contesto y digo que el problema es que aun no he pasado la propuesta porque

tengo que terminar el gui(n.


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tontera de la mariguana. A Lina si le gusta la mariguana. !ntonces cuando

regresamos de pasear y le presento a mis compa#eros de apartamento que

son bien mariguaneros y est$n umando en el balc(n de la sala, Lina se

emociona y se junta con ellos a hablar y rer, y umar todos contentos. %o no

me dejo quedar atr$s, as que lo mismo, meta y meta mariguana con ellos, con

tal de que Lina no piense mal de mi o no s- qu- cosa.

!mpiezan entonces a hablar de cu$l mariguana les gusta m$s; de cu$nto

vale en 'olombia, &en serio, as de barata), *no, *hay que ir, jaja. % ya luego

las pepas, las anetas, el 747A, y claro, los preeridos de Lina, los cartoncitos

de L"4. !l gringo se saborea con la conversaci(n, igual que el italiano y el

holand-s y el otro colombiano; se saborean con las drogas y con Lina, yo me

doy cuenta. 'ompiten a ver cu$l es el que m$s ha metido y se ha alocado. %o

quiero participar de la conversaci(n, pero no me dejan. !s que tampoco s-

mucho del tema. 1unca he sido drogadicto, sino m$s bien borracho, que es lo

mismo y a veces peor, sobretodo cuando uno pelea y maneja. 7e riega la

e2istencia escucharles sus grandiosas historias de malos cuando la polica los

encerr( unas horas por locos into2icados, cuando a mi me toc( tranzar como a

cuatro policas, un tipo en medicina legal y un fscal por estrellar borracho a un

ta2ista. !staba con dos amigos que salieron corriendo y me dejaron dormido en

el tim(n. 'omo que yo no iba manejando. % eso que sin tomar todos los das ni

siquiera; apenas habiendo probado un par de veces la mariguana, y nada m$s.

Aunque pues no hay lio, yo no tengo problema con lo de meter drogas, me

parece ch-vere, por probar. !l problema es que me da miedo la depresi(n y

quedar loco un da. La depresi(n, la locura y la soledad. !s que siento que son

tantas las cosas que pasan en el mundo y a mi nunca me pasa ninguna. N a lo


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mejor es que no me invitan. A las festas, y esas orgas que se armaban en el

bus del colegio cuando nos bamos de paseo a 7onserrate, por ejemplo, y las

chaquetas servan era para cubrir a las peladitas montadas sobre los pelados,

riendo pasito. *% yo rog$ndole a Oaren por un beso mientras los otros tirando

en los puestos de atr$s, contentos, y Oaren dici-ndome que no. 'himba de

vida. As en el colegio, pero ya luego en la universidad lo mismo. Focarme solo

a uerza del destino, porque tampoco era que no me hiciera querer, que yo no

uera buena gente.

Fotal, a eso tambi-n me he acostumbrado y no soy de los que les gusta

quejarse mucho. Las cosas siempre pueden ser peores. +odra ser virgen, por

ejemplo. % adem$s est$ mi carrera en el cine, que yo s- que va para adelante y

me emociona. !st$ el hecho de estar en +raga, con esta gente, por ejemplo, lo

cual necesariamente me pone a su nivel y me da el derecho de participar en la

conversaci(n, y de no tener que resguardarme en mis pensamientos

tmidamente, como precisamente me est$ pasando ahora, que me he decidido

hablar pero que s6bitamente todos se han quedado callados, vi-ndose las

caras, con los ojos rojos y achinados, la sonrisa larga, y ri-ndose de a

pedacitos. !ntonces me entra el sue#o, y le digo a Lina que me voy a dormir,

que le dejo la cama lista en la habitaci(n para que se acueste cuando quiera.

7e voy bostezando y arrastrando los pies hacia mi habitaci(n, abro la puerta,

empiezo a alistar el sleeping bag y de pronto Lina me habla desde atr$s,

dici-ndome que si es que me voy a acostar en el piso, y si es que la voy a dejar

en la cama sola, aguantando rio.

%o no estoy seguro de haber entendido bien. 7e entra una sensaci(n de no

estar en la realidad y de dudar de todo lo que est$ pasando. &%o soy yo), &Lina


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es Lina), &+raga es +raga) "iento como si algo me atraviesa la mente y me

parte la e2istencia en dos, como si detr$s de mis ojos hubiera un gran vaco, y

en medio de ese vaco una cosa 9otando y vibrando, una anguila el-ctrica, una

bobina con corriente que se agranda y se achiquita. 7e quedo ah parado, sin

moverme, con los brazos cados, la cara de bobo y viendo fjo a Lina, los ojos

de Lina, la boca de Lina. Luego Lina cierra la puerta, camina haca mi y acerca

su boca. &Lina es Lina) &ese beso es ese beso)&ese cond(n es ese cond(n)

Eueno, ya. 'uando se puso a gritar encima mo entend que s, que todo eso

haba sido verdad y me haba pasado a mi. 7$s de lindo. !l problema ue no

haberme dado cuenta antes.

Lina por fn se va esta madrugada. 1o s-. 'omo a Earcelona antes de seguir

haca Eogot$. 1o le quiero preguntar. !stos das con ella han sido una

pesadilla. A la ma#ana siguiente de nuestro conundido se2o trabado, su rostro

cambi( completamente. !staba seria y distante. !ra como si u-ramos un par

de desconocidos, o como si apenas nos hubieran presentado. % no era que yo

estuviera esperando un matrimonio o un te amo0. 1o. 1i siquiera un beso

apasionado. A mi con una sonrisa de buenos das me hubiera bastado. 'uando

le orec el cereal con leche, que era lo que haba, y un par de naranjas

cortadas en pedacitos, que era lo otro que haba, simplemente dijo bueno0,

as, sin ganas ni emoci(n, ni verme.

% de ah para adelante todo ue as. Lina con mala cara en la tienda del

museo de OaBa. Lina con mala cara bebiendo de los doce vasitos de cerveza


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en el museo de la cerveza. Lina con mala cara entrando al castillo que no es un

castillo. !sa mala cara solo le cambiaba para las otos de nstagram y las

tiendas /7 5 porque de esas no haba en 'olombia 5. A mi lo que m$s me

astidiaba era su manera de no verme y no hablarme nunca. 7e sent abusado

y pendejo. 7eses y meses de verano y de pronto, tome, la m$s buena de todas

me estaba comiendo, solo que a escondidas y en silencio. As, Lina termin( por

chuparme casi toda la autoestima, que tampoco era mucha. 'on lo poquito que

me dej(, me levant-, me puse una sudadera, una camiseta y la llev- a la

estaci(n de metro porque no me iba a ir hasta el aeropuerto, con ella. "eguro

que tampoco quera; seguro que estaba tanto o m$s astidiada. "e le notaba en

su silencio y su manera de arrugar la boca todo el tiempo.

1o obstante, cuando llegamos a la entrada del metro quise decir algo de

despedida. Lina, yo s- que no nos ue muy bien en estos das. % no quiero

culparte 6nicamente a ti, pues tambi-n tengo algo de culpa. La culpa es de los

dos, y de ninguno. +ero eso no importa. Lo que importa es que como sea que

pasaron las cosas, disrut- mucho tenerte ac$ conmigo. Al fnal son m$s los

buenos recuerdos, siempre.


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pero la verdad S es que te quiero Lina, te quiero y te voy a e2tra#ar pase lo

que pase, y me gustara que ojal$ en el uturo nos pudi-ramos volver a

encontrar y hablar con alegra y risa, de nuestra vez, juntos, en +raga.


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/ampoco !o lo sab+a, ! as+, simplemente me de') llevar por tu

arrolladora pasividad e indiferencia que me convirti en el ser ms

despreciable que alguna vez fui. Sent+ conocer por 0n alguien que no

necesitaba del mundo, ni de su realidad para bastarse a s+ mismo. 1 que

ese alguien no era !o. 1o, que estpida e ingenuamente quise mostrarte

aquello que no necesitabas. 1o, que te lleve al puente, al r+o, al castillo

aquel construido sobre la cumbre de esa colina que me sirvi de

inspiracin para escribir sobre ese repugnante bic"o raro ! despreciable

en el que me convert+a cuando estaba a tu lado. 1o, que me enamor) de

ti ! te odi) al mismo tiempo, que te deseaba ! detestaba ms que nada

! ms que todo, al mismo tiempo.

-o fueron d+as fciles, Milena, fueron d+as contradictorios, casi que

irreales. (n las noc"es abrazndote ! besndote el cuello. / saltando

sobre mi salva'e ! gritando de placer. -unca "ab+a tenido a una mu'er

tan libre ! solitaria. Me usabas como a un instrumento, como a un

obligatorio obstculo necesario para tu placer. 2or mi parte, me limitaba

a seguir tus instrucciones. (c"ado encima tu!o, siguiendo tus

instrucciones ! de'ando que simplemente "icieras lo que ten+as,

sabiendo que cuando acabaras igual cambiar+as de lado, de cama, de

persona, de mundo ! me abandonar+as a mi propia ingenuidad ! suerte.

1 as+ siempre era. Luego de aquellos momentos de )tasis 3 porque los

"ubo, s+ que los "ubo 3 me quedaba sin saber qu) "acer, si resistirme !

acariciarte, o simplemente desaparecerme en el olvido que me

sentenciaba la incontrolable presencia de tu ser, "asta el otro d+a, "asta

cuando amanec+as siendo alguien ms, otra vez tu misma.


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Me sent+a perseguido, Milena, me sent+a peor que incompleto, ! t,

con ese gesto en tu cara que no era ninguno, que no dec+a nada. -o era

tu rec"azo lo que me atormentaba, ni tu desprecio, era la incertidumbre

de no poder comprenderte, lo inalcanzable que eras para mi

entendimiento. 1 a pesar de todo disfrut), ! conoc+ a trav)s tu!o. 1

fuimos 2raga, ! 4ali 'untos, ! nos tomamos de las manos, ! bailamos, !

fuiste t, ! fue un lunes de Septiembre, ! !a no "ubo espacio para los

dos. 2orque nunca "ubo tal cosa5 6los dos7. 2orque luego de ti de') de

ser !o, ! me convert+ en otro, en alguien que por 0n a"ora puedo

recordar. (ste ser despreciable ! abandonado que se fuma la vida en

estas fr+as ! mugrosas calles empedradas, mendigando cari8o ! aun sin

comprender lo que le sucedi, aquella ineplicable transformacin del

mundo real al mundo de los bic"os ! las alucinaciones, al mundo del

amor que en algn momento cre+ sentir por ti.

8uardar como +4@ y enviar. Ereve.

4as despu-s recib la respuesta que el corto del OaBa colombiano no lo

haban aprobado por inverosmil.


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a mi mam$, que hace tanto no la veo. La voy a llevar al parque a tomar ginger

con lim(n, y comer empanadas. Euscar- un trabajo en lo que salga, seguir-

escribiendo, y ante todo no me dejar- intimidar, que esto es la vida y en la vida

lo que uno hace es continuar; as, cascado, sin Lina, sin +raga, sin el corto y sin

mi diploma de cineasta, lo que uno hace siempre, es continuar.

Textos Para Decidir

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