textos folkloricos
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TEXTOS FOLKLÓRICOS PARA LA CELEBRACIÓN DEL DIA DEL LIBRO
ADIVINANZAS
Alto altanero
gran caballero,
gorro de pana
y copa de acero.
(gallo)
Campo blanco,
flores negras,
un arado
y cinco yeguas.
(hoja, letras, bolígrafo y dedos)
Cien bolondrinas, un bolondrón,
un saca y mete y un quita y pon.
(aceitunas, orza, cazo y tapadera)
Con mi cara encarnada
y mi ojo negro, y mi vestido verde
al campo alegro.
(amapola)
Di quien anda primero
a cuatro pies,
luego a dos
y luego a tres. (el hombre)
El burro la lleva a cuestas,
metida está en el baúl,
yo no la tuve jamás
y siempre la tienes tú
(la letra U)
En el campo me crié,
atada con verdes lazos
y aquel que llora por mí
me esta partiendo en pedazos.
(la cebolla)
En el campo me crié
tan derecho como una vela,
si no me cortan pronto
de macho me vuelvo hembra.
(espárrago)
En lo alto vive,
en lo alto mora,
en lo alto teje la tejedora.
(la araña)
Lana sube, lana baja, los ladrones la trabajan.
(la navaja)
Me llaman ave sin tener pluma,
llana siendo redonda,
si no lo aciertas, chiquilla,
es que eres tonta.
(la avellana)
¿Qué cosa es
que corre y no tiene pies,
te da en la cara
y tú no lo ves?
(el viento)
Tan chico como un pepino
y va dando voces por el camino.
(el cencerro)
Tan grande como un pino
y pesa menos que un comino.
(el humo)
Treinta y dos sillitas blancas
en un viejo corredor,
y una vieja parlanchina
que las cuida sin temor.
(dientes, boca y lengua)
Una arquita blanca como la sal
todo el mundo la puede abrir
y nadie la puede cerrar.
(el huevo)
Una copa redonda y negra que boca arriba está vacía
y boca abajo está llena. (el sombrero)
Un platito de avellanas que de día se recoge
y de noche se derrama. (las estrellas)
Verde en el campo
negro en la plaza
rojo en la casa.
(el carbón)
TRABALENGUAS
La cucarachita ha caído del techo
y le ha picado a mi madre
la vena del hoyo del codo
del brazo derecho, y yo lo dije:
“Salte de ahí, picarondonazo,
no le piques a mi madre
en la vena del hoyo del codo
del derecho brazo”.
Techador que techa su choza,
¿techa su choza o qué choza techa?
Una pájara peca, meca,
derga, andorga,
cucurruchaca, coja y sorda.
Si esta pájara no fuera;
peca, meca, derga, andorga,
cucurruchaca, coja y sorda
no tuviera los hijitos
pecos, mecos, dergos, andorgos,
cucurruchacos, cojos y sordos.
Pablito clavó un clavito, ¿qué clavito clavó Pablito?
Perejil comí. Señora, ¿qué haré?
¿Cómo me desemperejilaré?
REFRANES
A buena hambre no hay pan duro.
Aramos, dijo la mosca, y estaba en el cuerno del buey.
Boca que se abre, o quiere dormir o está muerta de hambre.
Cabras locas, por donde va una van todas. Cierre yo mi puerta con candado y llave, y quien viniere que llame.
La cama es buena cosa, quien no puede dormir, reposa.
Cuchillo malo, corta en el dedo y no en el palo.
El que está en cubierto cuando llueve, es bien loco si se mueve; y si
se mueve y se moja, es bien loco si se enoja.
La gallina de mi vecina es más gorda que la mía.
Hermana Belilla, donde no matan puerco no comen morcilla.
Hijo Gómez, tú te lo guisas y tú te lo comes.
Ni un dedo hace mano, ni una golondrina verano.
No le faltaba al vidriero sino un gato juguetero.
No se puede hacer a la par sorber y soplar.
Olla que mucho hierve, sabor pierde.
Pimiento, sal y cebolla cuando se pone la olla.
Por deseo de zuecos metí los pies en unos pucheros.
Tantas veces va el cántaro a la fuente, que quiebra el asa o la
frente.
CANCIONES
Si quieres que te enseñe
a ajustar cuentas,
tres por cinco son quince
y quince treinta, y cinco treinta y cinco, y cinco cuarenta,
y cinco cuarenta y cinco, y cinco cincuenta. El que fuere curioso
sume la cuenta.
Vicente patente, pasó por el puente,
vendiendo patatas: ¡Jesús qué baratas!
Marcelino
fue por vino
y quebró el jarro
en el camino.
Pobre jarro,
pobre vino,
pobre cuerpo de Marcelino.
Tiene mi Tarara
tan pequeña boca,
que en ella le caben
cien panes de tortas.
Y cien pepinillos
y cien calabazas,
un cajón de higos
y medio de pasas.
El perrito de San Roque
no tiene cola,
porque se la ha comido
la caracola.
Tu marido y el mío
son escribanos;
con la pluma parecen
primos y hermanos.
En el jardín de palacio
hay barandillas, se asoman las colegialas
por las orillas. Se dicen unas a otras
si tienen novio y responden sin recato: -Yo tengo cuatro.
El primero es el hijo de un confitero,
que me regala confites y caramelos.
El segundo es el hijo de un comerciante,
que me regala vestidos
muy elegantes.
El tercero es el hijo
de un boticario,
que me regala jarabes
para el catarro. El cuatro es el hijo
de un peluquero,
que me regala postizos,
yo no os quiero.
Una, dos y tres,
pluma, tintero y papel
para escribir una carta
a mi querido Manuel.
En la carta le decía
recuerdos para tu tía,
que está comiendo judías
en el jardín de Manuel.
Fui a lavar, no había agua.
-¿Dónde está el agua?
-Los pollos se la han bebido.
-¿Dónde están los pollos?
-Los curas se los han comido.
-¿Dónde están los curas?
-Detrás del castillo. -¿Por dónde se sube?
-Por las escaleritas azules. -¿Por dónde se baja?
- Por las escaleritas blancas. Agua, San Marcos,
rey de los charcos, para mi triguito
que ya está bonito, para mi cebada
que ya está granada, para mi melón
que ya tiene flor,
para mi sandía
que ya está florida,
para mi aceituna
que ya tiene una.
Teresa, pon la mesa.
Isabel, pon el mantel.
Margarita los cubiertos.
Señores ¡a comer!
La ratita presumida
como es tan fina
se lava la carita
con brillantina.
Su padre le ha dicho:
quítate eso,
que va a venir Felipe
a darte un beso.
Felipe no me quiere
porque soy pobre.
La pobre es la cigüeña
que está en la torre.
La torre se ha caído
que la levanten,
la culpa la han tenido
los estudiantes. Los estudiantes llevan
en la cabeza un letrero que dice:
¡Viva la Pepa! Soy el farolero
de la puerta del Sol, cojo mi escalera
y enciendo el farol. Ya que está encendido
me pongo a cantar; dos y dos son cuatro,
cuatro y dos son seis,
seis y dos son ocho,
y ocho dieciséis,
y ocho veinticuatro,
y ocho treinta y dos.
Ánimas benditas, me arrodillo yo.