Textos de Rem Koolhaas Jeffrey Kipnis Michael Speaks

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  • 5/28/2018 Textos de Rem Koolhaas Jeffrey Kipnis Michael Speaks

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    Rem Koolhaas.Delirious New York (fragmentos).The Monacelli Press, New York, 1994.

    3

    Rem Koolhaas.Bigness o el problema de la gran dimensin.1994. Reproducido en S, M, L, XL. The Monacelli Press, 1996, pp. 494.

    8

    Rem Koolhaas.Qu le pas al urbanismo?1994. Reproducido en S, M, L, XL. The Monacelli Press, 1996, pp. 958-971.

    14

    Rem Koolhaas.

    La ciudad genrica.1994. Reproducido en S, M, L, XL. The Monacelli Press, 1996, pp. 1239.17

    Jeffrey Kipnis.Hacia una Nueva Arquitectura.EnArchitecture and Science, Londres, Wiley and Sons, 2001.

    30

    Michael Speaks.Est ms all Las limitaciones formalistas de la vanguardia norteamericana.1997. Reproducido enArchitecture and Science, Londres, Wiley and Sons, 2001.

    35

    Michael Speaks.Dos his torias de la Vanguardia.www.archilab.org/public/2000/catalog

    42

    INDICE

    H3 - Taller Rigotti 2005. Biblioteca de textos Tomo 5Arq. A. M. Rigotti - Arq. E. Heredia - Arq. M. Borgatello - Arq. D. Cattaneo

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    INTRODUCCIN

    Filsofos y fillogos deberan preocuparse en pri-

    mer lugar de la metafsica potica; eso es la cien-

    cia que busca las pruebas no en el mundo exte-

    rior sino en las modificaciones de la mente que

    median en l. Desde que el mundo de las nacio-

    nes est hecho por los hombres, es dentro de su

    mente que estos principios deben ser buscados.

    Giambatista Vico,

    Principios de una nueva ciencia, 1759

    Para qu tenemos una mente sino para hacer-

    nos un camino?Fyodor Dostoyevsky

    Manifiesto

    Cmo escribir un manifiesto en una era dis-

    gustada con ellos? La debilidad fatal de los

    manifiestos es su carencia de evidencia.

    El problema de Manhattan es el opuesto: es

    una montaa de evidencia sin un manifiesto.

    Este libro ha sido concebido con la intersec-

    cin de estas dos observaciones: es unmanifiesto retroactivo para Manhattan.

    Manhattan es la piedra de la roseta del siglo

    XX.

    No slo grandes partes de su superficie

    estn ocupadas por mutaciones arquitect-

    nicas (Central Park, el rascacielos), frag-

    mentos utpicos (Rockefeller Center, el edi-

    ficio de Naciones Unidas) y fenmenos irra-

    cionales (Radio City Music Hall), sino que

    cada manzana est cubierta por variascapas de arquitectura fantasmal en las forma

    de ocupaciones previas, proyectos aborta-

    dos y fantasas populares que proveen de

    imgenes alternativas al Nueva York que

    existe.

    Especialmente entre 1890 y 1940 una nueva

    cultura (la era de la mquina?) seleccion a

    Manhattan como un laboratorio: una isla

    mtica donde la invencin y la puesta a prue-

    ba de un modo de vida metropolitano y su

    correspondiente arquitectura, poda ser con-

    seguida como un experimento colectivo en

    el cual la ciudad toda se convertira en una

    fbrica de experiencias hecha por la mano

    del hombre, donde lo real y lo natural deja-ban de existir.

    Este libro es una interpretacin de esa

    Manhattan; da a sus aparentemente disconti-

    nuos -hasta irreconciliables- episodios un

    nivel de consistencia y coherencia, una inter-

    pretacin que procura dejar sentado que

    3

    Rem Koolhaas

    Delirious New York

    The Monacelli Press, New York, 1994.Traduccin: A. M. R.

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    Manhattan es el producto de una teora no

    formulada, Manhattismo, cuyo programa -existir en un mundo totalmente fabricado por

    el hombre, es decir vivir dentro de la fantasa-

    era tan ambicioso que no poda ser enuncia-

    do abiertamente si pretenda ser realizado.

    xtasis

    Si Manhattan est todava en bsqueda de

    una teora, entonces esa teora, una vez

    identificada, debe dar lugar a la frmula de

    una arquitectura que sea al mismo tiempoambiciosa y popular.

    Manhattan ha generado una arquitectura sin

    vergenzas, que debe ser amada en propor-

    cin directa a su desafiante falta de auto-

    odio, debe ser respetada en el mismo grado

    en que fue demasiado lejos.

    Manhattan ha inspirado en sus espectadores

    un xtasis consistente respecto a la arqui-

    tectura.

    A pesar de -o quizs a causa de- esto, suslogros e implicancias han sido persistente-

    mente ignorados y an suprimidos de la pro-

    fesin arquitectnica.

    .

    Densidad

    Manhattanismo es la ideologa urbanstica

    que se ha alimentado, desde su concepcin,

    de los esplendores y miserias de la condi-

    cin metropolitana -hiperdensidad- sin per-

    der por un instante la fe en ella como la base

    de una cultura moderna deseable. La

    Arquitectura de Manhattan es el paradigma

    de la explotacin de la congestin.

    La formulacin retroactiva del programa de

    Manhattan es una operacin polmica.

    Revela un nmero de estrategias, teoremas

    y atajos que no slo le otorgaron una lgica

    y un patrn al desempeo pasado de la ciu-

    dad, sino que su continua validez es en s

    misma un argumento para un segundo adve-

    nimiento del Manhattanismo, esta vez como

    una doctrina explcita que puede trascender

    la isla de sus orgenes y reclamar su lugar

    entre los urbanismos contemporneos. ConManhattan como ejemplo, este libro es un

    anteproyecto para una Cultura de la con-

    gestin.

    Anteproyecto

    Un anteproyecto no predice las rupturas que

    van a desarrollarse en un futuro; describe un

    estado ideal que slo puede ser aproximati-

    vo. De la misma manera en que este libro

    describe un Manhattan terico, unManhattan como conjetura de la cual la ciu-

    dad presente no es sino un realizacin

    imperfecta y fruto del compromiso. De todos

    los episodios del urbanismo de Manhattan,

    este libro asla slo aquellos momentos

    donde el anteproyecto es ms visible y ms

    convincente. Debe, e inevitablemente lo

    ser, ser ledo en oposicin al torrente de

    anlisis negativos que emanan desde

    Manhattan, sobre Manhattan y que ha esta-blecido firmemente a Manhattan como la

    Capital de la perpetua crisis.

    Este conjunto de monumentales xitos y fra-

    casos slo puede leerse a travs de una

    reconstruccin especulativa de un perfecto

    Manhattan.

    Manzanas

    En trminos de estructura este libro es un

    simulacro del manzanero de Manhattan: una

    coleccin de manzanas/bloques cuya proxi-

    midad y yuxtaposicin refuerza su significa-

    do separado.

    Los primeros cuatro bloques -Coney Island,

    El rascacielos, Rockefeller Center y

    Europeos- son una crnica de las modifica-

    ciones de Manhattan como una teora impl-

    cita ms que explcita.

    Muestran la progresin (y la subsiguiente

    declinacin) de la determinacin de

    Manhattan de mover su territorio tan lejos de

    lo natural y de lo humano como fuera posible.

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    El quinto bloque -el Apndice- es una

    secuencia de proyectos arquitectnicos quesolidifican el Manhattanismo en una teora

    explcita y negocia la transicin de

    Manhattan desde su condicin de producto

    arquitectnico inconsciente a una fase ms

    consciente.

    El escritor fantasma

    Las estrellas de cine que han tenido una vida

    llena de aventuras son con frecuencia dema-

    siado egocntricas para dejar en descubier-to las pautas de su vida, demasiado inarticu-

    ladas para expresar sus intenciones, dema-

    siado inquietas para recordar o llevar un

    registro de los hechos. Los escritores fantas-

    mas lo hacen por ellas.

    De la misma manera yo soy el escritor fan-

    tasma de Maniatan (con la complicacin adi-

    cional de que mi fuente y sujeto ha alcanza-

    do una senilidad precoz antes de que su

    vida se haya completado. Por eso yo hedebido proveer de mi propio fin).

    ......................................

    APNDICE

    UNA CONCLUSIN FICCIONAL

    La Metrpolis se esfuerza por alcanzar un

    punto mtico en que el mundo sea completa-

    mente fabricado por el hombre, de modo que

    coincida absolutamente con sus deseos. LaMetrpolis es una mquina adictiva, de la

    que no hay escape, a menos que ofrezca

    eso tambin...

    A travs de su omnipresencia, su existencia

    ha llegado a ser como la Naturaleza que ha

    reemplazado: se ha dado por sentada, se ha

    vuelto invisible, ciertamente indescriptible.

    Este libro fue escrito para mostrar que

    Manhattan ha generado su propio

    Urbanismo metropolitano -una Cultura de lacongestin-.

    De manera ms oblicua posee un segundo

    argumento oculto: que la Metrpolis necesi-

    ta/merece su propia arquitectura especiali-

    zada, una que pueda reivindicar la promesa

    original de la condicin metropolitana y des-

    arrollar an ms las frescas tradiciones de la

    Cultura de la congestin.

    Los arquitectos de Manhattan desarrollaron

    sus milagros entregndose a una autoim-puesta inconsciencia; es la ardua tarea de la

    parte final de este siglo lidiar con los recla-

    mos, las ambiciones y las ambiciones extra-

    vagantes y megalomanacas de la Metrpoli

    en forma abierta.

    Despus de la crnica mortuoria de un

    Manhattanismo marchito -como si se lo

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    hubiera expuesto a la luz del da demasiado

    rpido- este Apndice debe ser ledo comouna conclusin ficcional, como una interpre-

    tacin del mismo material, no a travs de

    palabras sino de proyectos arquitectnicos.

    Estas propuestas son el producto provisional

    del Manhattanismo como una doctrina cons-

    ciente cuya pertinencia no est ms limitada

    a la isla donde fue inventado.

    La ciudad del g lobo cautivo (1972)

    La ciudad del globo cautivo est dedicada ala concepcin artificial y al acelerado naci-

    miento de teoras, interpretaciones, cons-

    trucciones mentales, propuestas y su infe-

    rencia en el Mundo. Es la capital del Ego,

    donde la ciencia, el arte, la poesa y las for-

    mas de la locura compiten dentro de condi-

    ciones ideales para inventar, destruir y res-

    taurar el mundo de la realidad fenomnica.

    Cada Ciencia o Mana tiene su propio terre-

    no. En cada terreno se erige una mismabase construida de una piedra pesada y puli-

    da. Para facilitar y provocar la actividad

    especulativa, estas bases -laboratorios ideo-

    lgicos- estn equipados para suspender

    leyes que no son bienvenidas o, verdades

    incuestionables, para crear condiciones fsi-

    cas no existentes. Desde estos slidos blo-

    ques de granito cada filosofa tiene el dere-

    cho de expandirse sin lmites hacia el cielo.Algunos de estos bloques tiene limbos de

    completa certeza y serenidad; otros mues-

    tran suaves estructuras de conjeturas tenta-

    tivas y sugerencias hipnticas.

    Los cambios en este skyline ideolgico van a

    ser rpidos y continuos: un rico espectculo

    de alegra tica, fiebre moral o masturbacin

    intelectual. El colapso de alguna de las

    torres puede significar dos cosas: fracaso,

    abandono o un Eureka visiva, una eyacula-cin especulativa.

    Una teora que funciona.

    Una mana que prende.

    Una mentira que se vuelve verdad.

    Un sueo del que no hay despertar.

    En estos momentos el propsito del Globo

    cautivo, suspendido en el centro de la ciu-

    dad, se vuelve aparente, todos estos institu-

    tos juntos forma una enorme incubadora del

    mundo mismo, estn criando al Globo.A travs del afiebrado pensamiento de las

    torres el Globo gana peso. Su temperatura

    aumenta despacio. A pesar de los retroce-

    sos humillantes, su preez sin edad sobre-

    vive.

    La ciudad del globo cautivo fue una primera

    exploracin intuitiva de la arquitectura de

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    Manhattan, dibujada antes de que la investi-

    gacin hubiera substanciado sus conjeturas.Si la esencia de la cultura metropolitana es

    el cambio -un estado de perpetua anima-

    cin- y la esencia del concepto de ciudad es

    una secuencia legible de varias permanen-

    cias, entonces los tres axiomas fundamenta-

    les en los que esta basada la ciudad del

    Globo cautivo -cuadrcula, lobotoma y

    cisma- pueden recuperar el terreno de la

    Metrpoli para la Arquitectura.

    La cuadrcula -o cualquier otra subdivisindel territorio metropolitano en mximos

    incrementos de control- describe un archi-

    pilago de ciudades dentro de las ciuda-

    des. En la medida que cada isla celebre

    ms su diferencia de valores, mayor ser la

    unidad del archipilago y el sistema ser

    reforzado. Porque el cambio est contenido

    en el componente isla, un sistema como este

    nunca tendr que ser revisado.

    En el archipilago metropolitano cada ras-cacielos -en ausencia de una verdadera his-

    toria- desarrolla su propio folklore instant-

    neo. A travs de la doble desconexin de la

    lobotoma y el cisma -separando la arquitec-

    tura interior de la exterior, y desarrollando la

    primera en pequeas instalaciones-, estas

    estructuras pueden destinar su exterior slo

    al formalismo y su interior slo al funciona-

    lismo.

    De esa manera no slo resolvern parasiempre el conflicto entre forma y funcin,

    sino crearn una ciudad donde monolitos

    permanentes celebren la inestabilidad

    metropolitana.

    Slo en este siglo, estos tres axiomas han

    permitido a los edificios de Manhattan ser al

    mismo tiempo arquitectura y mquinas hipe-

    reficientes, ser modernos y eternos.

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    Especie

    Superada una cierta escala, la arquitectura

    asume la particularidad de la GRAN

    DIMENSIN.

    La mejor motivacin para afrontar la GRAN

    DIMENSIN es aquella ofrecida en su

    momento por los escaladores del monte

    Everest: porque est all.

    La GRAN DIMENSIN es la arquitectura

    extrema.

    Parece increble que el puro y simple dimen-

    sionamiento de un edificio pueda dar vida a

    un programa ideolgico independiente de lavoluntad de sus proyectistas.

    De todas las posibles categoras, aquella de

    la GRAN DIMENSIN no pareca merecer

    un manifiesto: disminuida como cuestin

    intelectual, parece estar en vas de extincin,

    como un dinosaurio, por su zafiedad, lenti-

    tud, falta de flexibilidad, problematicidad.

    Pero, en verdad, slo la GRAN DIMENSIN

    puede activar aquel rgimen de complejidad

    que moviliza la plena comprensin de laarquitectura y de los campos con ella rela-

    cionados.

    Hace cien aos, una generacin de conquis-

    tas tericas y de tecnologas de soporte des-

    encaden un BIG BAND arquitectnico.

    Aventurando la circulacin, cortocircuitando

    las distancias, artificializando los interiores,

    reduciendo los volmenes, exaltando las

    dimensiones y acelerando la construccin: el

    ascensor, la electricidad, el acondiciona-miento de aire, el acero, en fin, las nuevas

    infraestructuras han constituido un conjunto

    de cambios capaces de provocar el naci-

    miento de otra especie arquitectnica. Los

    efectos combinados de este descubrimiento

    han producido estructuras ms altas o ms

    profundas. MS GRANDES, como nunca

    antes se haban concebido, y en conjunto

    dotadas de grandes potencialidades parale-

    las para la reorganizacin social.

    Una programacin infinitamente ms rica.

    Teoremas

    Alimentada al principio por la energa

    inconsciente de lo puramente cuantitativo, laGRAN DIMENSIN ha sido, por cerca de un

    siglo, una condicin privada de teorizadores,

    una revolucin sin programa.

    Delirious New York implicaba una latente

    Teora de la GRAN DIMENSIN, basada

    sobre cinco teoremas:

    Superada una cierta dimensin crtica, un

    edificio llega a ser un GRAN edificio. Una tal

    mole no logra ms ser controlada por un solo

    gesto arquitectnico, y menos por una com-binacin cualquiera de gestos arquitectni-

    cos. Esta imposibilidad hace disipar la auto-

    noma de sus partes, que es diferente de la

    fragmentacin: las partes en efecto perma-

    necen ligadas al todo.

    El ascensor, con su posibilidad de crear rela-

    ciones mecnicas ms bien que arquitect-

    nicas, y el complejo de invenciones que de

    ello deriva, anulan y vacan el repertorio cl-

    sico de la arquitectura. Cuestiones de com-posicin, escala mtrica, proporciones, deta-

    lle, son ya acadmicas.

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    Rem Koolhaas

    Bigness o el problema de la gran dimensin

    1994. Reproducido en S, M, L, XL. The Monacelli Press, 1996, pp. 494.

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    El arte de la arquitectura es intil en la

    GRAN DIMENSIN.En la GRAN DIMENSIN, la distancia entre

    ncleo y envolvente crece hasta el punto de

    que la fachada no puede revelar ms lo que

    sucede dentro. La exigencia humanstica de

    honestidad es abandonada a su destino:

    arquitectura de interiores y arquitectura de

    exteriores se convierten en proyectos sepa-

    rados, una enfrentndose con la inestabili-

    dad de las exigencias funcionales e icono-

    grficas, la otra portadora de desinforma-cin- ofreciendo a la ciudad la aparente esta-

    bilidad de un objeto. All donde la arquitectu-

    ra coloca certeza, la GRAN DIMENSIN

    plantea dudas: transforma la ciudad de una

    sumatoria de evidencias en un cmulo de

    misterios. Lo que se ve no corresponde ms

    a lo que realmente se obtiene.

    A travs de la sola dimensin, tales edificios

    entran en una esfera amoral, ms all del

    bien y del mal. Su impacto es independientede su calidad.

    todas juntas, estas roturas con la escala

    mtrica, con la composicin arquitectnica,

    con la tradicin, con la transparencia, con la

    tica- implican la rotura definitiva, aquella

    radical: la GRAN DIMENSIN no forma ms

    parte de ningn tejido.

    Existe: a lo sumo, coexiste.

    Su mensaje implcito es: al carajo con el con-

    texto.

    Modernizacin

    En 1978, la GRAN DIMENSIN pareca un

    fenmeno del y para el/los Nuevo/s Mundo/s.

    Pero, en la segunda mitad de los aos 80, se

    han multiplicado las seales de una nueva

    oleada de modernizaciones que habran invo-

    lucrado en forma ms o menos camuflada- el

    Viejo Mundo, dando origen a episodios de un

    nuevo curso an en el continente terminado.

    Visto sobre el fondo de Europa, el choque de

    la GRAN DIMENSIN nos ha permitido

    hacer lo que estaba implcito en Delirious

    New York, explcito en nuestro trabajo.La GRAN DIMENSIN se convirti en una

    doble polmica: contra las tentativas prece-

    dentes de integracin y concentracin, y

    contra las teoras contemporneas que

    ponen en discusin la posibilidad de la

    Unidad y de la Realidad como categoras

    viables, y se resignan a la inevitable des-

    composicin y disolucin de la arquitectura.

    Los europeos haban evitado la amenaza de

    la GRAN DIMENSIN a travs de una pro-pia teorizacin en trminos superiores a la

    posibilidad de aplicacin. Su contribucin

    haba constituido el regalo de la megaes-

    tructura, suerte de soporte tcnico omnicom-

    prensivo y omnipotente que en definitiva

    pona en discusin la condicin del edificio

    individual: una GRAN DIMENSIN muy

    segura, visto que sus mismas implicaciones

    no excluan la realizacin.

    El urbanismo espacial de Yona Friedman(1958) fue emblemtico: la GRAN

    DIMENSIN flotaba sobre Pars como una

    cubierta metlica de nubes, con la promesa

    de una posible renovacin urbana total,

    pero vaga, pero nunca aterrizada, jams con-

    frontaba, no reivindicaba jams el puesto que

    le esperaba: era crtica como decoracin.

    En 1972, el Beaubourg Loft Platnico-

    haba propuesto espacios en los cuales todo

    era posible. La flexibilidad que derivaba fue

    desenmascarada como la imposicin de un

    promedio terico a expensas tanto del

    carcter cuanto de la precisin: era la enti-

    dad al precio de la identidad.

    Perversamente, su pura demostratividad le

    exclua la autntica neutralidad realizada sin

    esfuerzo en el rascacielos americano.

    La generacin de mayo de 1968, mi genera-

    cin extraordinariamente inteligente, infor-

    mada, oportunamente traumatizada por

    seleccionados cataclismos, explicita en la

    recurrencia a prstamos de otras disciplinas-

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    fue as marcada por el fracaso de estos y

    otros similares modelos de densidad e inte-gracin, por su sistemtica insensibilidad a

    lo particular, que termin por proponer dos

    principales estrategias defensivas: el des-

    mantelamiento y la desaparicin.

    En la primera, el mundo se descompone en

    incompatibles fractales de unicidad, cada

    uno de ellos a su vez un pretexto para una

    ulterior desintegracin del todo: un paroxis-

    mo de la fragmentacin que transforma lo

    particular en sistema.Detrs de este derrumbe del programa acor-

    de con las ms pequeas partculas funcio-

    nales, asoma la venganza perversamente

    inconsciente de la vieja doctrina la forma

    sigue a la funcin que arrastra inexorable-

    mente el contenido del proyecto (detrs de

    los fuegos artificiales de la sofisticacin inte-

    lectual y formal) hacia el anticlmax del dia-

    grama, doblemente desilusionante desde el

    momento en que su esttica sugiere una ricaorquestacin del caos.

    En este paisaje de desmembramiento y de

    falso desorden, cada actividad es colocada

    en su lugar.

    Hibridaciones/proximidades/acaballamien-

    tos/superposiciones programticos que son

    posibles en la GRAN DIMENSIN en efec-

    to, el completo aparato de montaje inventa-

    do a comienzos de siglo para organizar las

    relaciones entre partes separadas estn

    por ser desmembrados por una parte de la

    actual vanguardia en composiciones que,

    detrs de su aparente rusticidad, son de una

    rigidez y pedantera casi risibles.

    A partir de los aos 60, un remiendo de argu-

    mentos recogidos de entre sociologistas,

    idelogos, filsofos americanos, intelectua-

    les, cibermsticos franceses, etctera, sos-

    tiene que la arquitectura ser el primer sli-

    do que se desvanezca en el aire, por el

    efecto combinado de tendencias demogrfi-

    cas, la electrnica, los medios de comunica-

    cin, la velocidad, la economa, el tiempo

    libre, la muerte de Dios, el libro, el telfono,el fax, el bienestar, la democracia, el fin de la

    Gran Historia.

    Ejercitando un derecho de prelacin sobre la

    desaparicin efectiva de la arquitectura, esta

    vanguardia est experimentando con virtua-

    lidad real o simulada, recuperando, en nom-

    bre de la humildad, su precedente omnipo-

    tencia en el mundo de la realidad virtual

    (dnde es quiz posible instaurar impune-

    mente el fascismo?).

    Mximo

    Paradjicamente, la Unidad y la Realidad

    cesaron de existir como empresas posibles

    para el arquitecto justamente en el momento

    en el cual la aproximacin del prximo mile-

    nio asista a una carrera total hacia la reor-

    ganizacin, la consolidacin y la expansin,

    a una demanda a voz en cuello por las

    megadimensiones.Empeada en otras cuestiones, una entera

    clase profesional fue en fin incapaz de utili-

    zar los dramticos eventos econmicos y

    sociales que, de afrontarse, hubieran podido

    restablecer la credibilidad.

    La ausencia de una teora de la GRAN

    DIMENSIN -qu es lo mximo que la

    arquitectura puede hacer?- es la ms exte-

    nuante debilidad de la arquitectura.

    A falta de una teora de la GRAN DIMENSIN,

    los arquitectos se encuentran en la posicin

    de los creadores de Frankestein: artfices de

    un experimento parcialmente logrado cuyos

    resultados estn enloqueciendo y se encuen-

    tran por ello desacreditados.

    Dado que falta una teora de la GRAN

    DIMENSIN, no se sabe qu hacer con ella,

    dnde ponerla, cmo utilizarla, cmo progra-

    marla. Los grandes errores son nuestros ni-

    cos vnculos con la GRAN DIMENSIN.

    No obstante este nombre obtuso, la GRAN

    DIMENSIN es un territorio terico de este

    10

  • 5/28/2018 Textos de Rem Koolhaas Jeffrey Kipnis Michael Speaks

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    fin de siglo: en un paisaje de desorden, diso-

    ciacin, desmembramiento y rechazo, laatraccin de la GRAN DIMENSIN est en

    su posibilidad de reconstruir la unidad, de

    hacer resurgir lo real, reinventar lo colectivo

    y reivindicar el mximo de posibilidad.

    Slo por medio de la GRAN DIMENSIN la

    arquitectura puede disociarse de los exhaus-

    tos movimientos ideolgicos y artsticos del

    Modernismo y del Formalismo, para recon-

    quistar su instrumentalizad como vehculo

    de modernizacin.La GRAN DIMENSIN reconoce que la

    arquitectura, por cmo la conocemos, est en

    dificultades, pero no va a caer en el exceso

    opuesto regurgitando todava ms arquitectu-

    ra. Ella propone una nueva economa en la

    cual no se da ms el lema todo es arquitec-

    tura, pero se reconquista una posicin estra-

    tgica, con una accin de repliegue y concen-

    tracin, cediendo a las fuerzas enemigas lo

    que queda de un territorio disputado.

    Comienzo

    La GRAN DIMENSIN destruye, pero es

    tambin un nuevo inicio. Puede recomponer

    lo que despedaza.

    Una paradoja de la GRAN DIMENSIN es

    que a pesar de los clculos necesarios para

    proyectarla en efecto, a travs de su gran

    rigidez-, es el tipo de arquitectura que inge-

    nieriza lo imprevisible. En lugar de reforzar

    la coexistencia, la GRAN DIMENSIN se

    basa sobre grados de libertad, sobre el

    ensamble de las mximas diferencias.

    Slo la GRAN DIMENSIN puede acoger

    una proliferacin heterognea de eventos en

    un nico contenedor. Desarrolla estrategias

    para organizar tanto su independencia cuan-

    to su interdependencia en el interior de una

    entidad ms vasta, en una simbiosis que

    exaspera la especificidad ms que compro-

    meterla. A travs de la contaminacin ms

    bien que de la pureza, a travs de la canti-

    dad ms bien que de la calidad, slo la

    GRAN DIMENSIN puede favorecer autn-ticamente nuevas relaciones entre entidades

    funcionales que amplan la propia identidad,

    en lugar de limitarla. La artificialidad y la

    complejidad de la GRAN DIMENSIN libe-

    ran la funcin de su armadura defensiva per-

    mitiendo una especie de licuefaccin: ele-

    mentos del programa reaccionan uno con el

    otro para crear nuevos eventos, la GRAN

    DIMENSIN retorna a un modelo de alqui-

    mia programtica.A primera vista, las actividades acumuladas

    en la estructura de la GRAN DIMENSIN

    exigen la interaccin, pero la GRAN

    DIMENSIN al mismo tiempo las mantiene

    separadas. Como las barras de plutonio que,

    segn su grado de inmersin, retardan o

    activan la reaccin nuclear, la GRAN

    DIMENSIN regula la intensidad de la coe-

    xistencia programtica.

    Si bien la GRAN DIMENSIN es un dibujode proyecto para una ejecucin perpetua,

    tambin manifiesta un cierto grado de sere-

    11

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    nidad y hasta suavidad. Es simplemente

    imposible animar intencionalmente su enteramasa. Su vastedad mitiga la compulsin de

    la arquitectura por decidir y determinar.

    Algunas zonas sern olvidadas, libres de la

    arquitectura.

    Equipo

    La GRAN DIMENSIN es el punto en el cual

    la arquitectura llega a ser un conjunto mxi-

    ma y mnimamente arquitectnica: mxi-

    mamente, por va de la enormidad del obje-to; mnimamente por su prdida de autono-

    ma, se convierte en instrumento de otras

    fuerzas, llega a ser dependiente.

    La GRAN DIMENSIN es impersonal: el

    arquitecto no est ms condenado al divismo.

    Ms all de la cifra estilstica personal, la

    GRAN DIMENSIN significa rendirse a las

    tecnologas, a los ingenieros, a los contratis-

    tas, a los realizadores, a los polticos, y a

    otros tantos. Promete a la arquitectura unaespecie de jerarqua postherica, un realine-

    amiento con la neutralidad.

    Tambin cuando la GRAN DIMENSIN

    entra en la estratosfera de la ambicin arqui-

    tectnica el puro establecimiento de la

    megalomana- ella puede ser realizada sola-

    mente al precio de ceder el control, de una

    transmutacin mgica.

    Ello implica la existencia de una red de cor-

    dones umbilicales con otras disciplinas cuyo

    desempeo es tan crtico como el del arqui-

    tecto: como los escaladores unidos uno al

    otro por cuerdas de salvataje, aquellos que

    realizan la GRAN DIMENSIN constituyen

    un equipo (trmino ms o menos pronuncia-

    do en los ltimos cuarenta aos de la pol-

    mica sobre la arquitectura).

    Baluarte

    Si la GRAN DIMENSIN transforma la

    arquitectura, su acumulacin genera un

    nuevo tipo de ciudad.

    El espacio abierto de la ciudad no es ms un

    teatro colectivo donde sucede cualquiercosa: no queda ms un cualquier cosa

    colectivo. La calle se ha convertido en un

    residuo, un dispositivo organizativo, un mero

    segmento del plan metropolitano continuo en

    el cual los vestigios del pasado encaran los

    equipamientos de lo nuevo en una difcil

    situacin de alejamiento.

    La GRAN DIMENSIN est en condiciones

    de existir en cualquier parte en ese plano.

    No slo la GRAN DIMENSIN es incapaz deestablecer relaciones con la ciudad clsica

    a lo sumo puede coexistir con ella- pero en

    la cantidad y complejidad de los servicios

    que ofrece, es ella misma urbana.

    La GRAN DIMENSIN no tiene ms necesi-

    dad de la ciudad: est en competencia con la

    ciudad; representa la ciudad; vaca la ciudad

    de significado; o, todava mejor, es la ciudad.

    Si el urbanismo genera potencialidades y la

    arquitectura las disfruta, la GRANDIMENSIN enlista la generosidad del

    urbanismo contra la mezquindad de la

    arquitectura.

    GRAN DIMENSIN = urbanismo contra

    arquitectura.

    La GRAN DIMENSIN, por su total indepen-

    dencia del contexto, es la nica arquitectura

    que puede sobrevivir, que puede aun disfrutar

    la condicin de tabula rasa ya global: ella no

    toma la inspiracin de los datos demasiado a

    menudo exprimidos hasta la ltima gota de

    significado; ella tiende hacia reas ms pro-

    metedoras desde el punto de vista infraestruc-

    tural, es, en definitiva, su misma razn de ser.

    A pesar de sus dimensiones, es modesta.

    No toda la arquitectura, no todos los progra-

    mas, no todos los sucesos sern devorados

    por la GRAN DIMENSIN.

    Hay muchas necesidades demasiado con-

    fusas, demasiado dbiles, demasiado inde-

    corosas, demasiado provocativas, secretas,

    subversivas, demasiado nada, para entrar

    12

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    a formar parte de las constelaciones de la

    GRAN DIMENSIN.La GRAN DIMENSIN es el ltimo baluarte

    de la arquitectura, una contraccin, una

    hiperarquitectura. Los contenedores de la

    GRAN DIMENSIN sern los puntos de

    referencia en un paisaje postarquitectnico,

    un mundo al que se le ha raspado la arqui-

    tectura, del mismo modo en el cual en laspinturas de Richter se ha raspado el color:

    inflexible, inmutable, definitivo, eterno pro-

    ducto de un esfuerzo sobrehumano.

    La GRAN DIMENSIN deja el campo a la

    postarquitectura.

    13

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    Este siglo ha sido una batalla perdida frente

    al problema de la cantidad.

    A pesar de su promesa inicial, sus bravuco-

    neadas frecuentes, ha sido imposible inven-

    tar e implementar un Urbanismo a la escala

    demandada por su demografa apocalptica.

    En 20 aos Lagos ha crecido de 2 a 7 a 12

    a 15 millones; Estambul se ha duplicado de

    6 a 12. China se prepara para multiplicacio-

    nes an ms asombrosas.

    Cmo explicar la paradoja de que el

    Urbanismo desaparezca como profesin en

    el momento en que la urbanizacin, luego dedcadas de constante aceleracin, est por

    establecer un triunfo global y definitivo de

    la condicin humana?

    La promesa alqumica del Modernismo -

    transformar cantidad en calidad a travs de

    la abstraccin y repeticin- ha sido un fraca-

    so, una truco, una magia que no funcion.

    Sus ideas, esttica y estrategias estn termi-

    nadas. Al mismo tiempo, todo intento de un

    nuevo comienzo slo ha servido para des-acreditar la idea misma de un nuevo comien-

    zo. Una vergenza colectiva al despertar de

    ese fiasco ha dejado un crter masivo en

    nuestra comprensin de la modernidad y la

    modernizacin.

    Lo que hace que esta experiencia sea des-

    concertante y (para los arquitectos) humi-

    llante, es la persistencia desafiante y el apa-

    rente vigor de la ciudad, a pesar del fracaso

    colectivo de todos aquellos agentes queactuaron sobre ella o trataron de influenciar

    en ella -creativa, lgica, polticamente.

    El profesional de la ciudad es como el juga-

    dor de ajedrez que pierde frente a las com-

    putadoras. Un piloto automtico perverso

    constantemente burla todo intento de captu-

    rar la ciudad, deja exhausta toda ambicin

    por definirla, ridiculiza las afirmaciones ms

    apasionadas sobre su fracaso presente y su

    imposibilidad futura. Cada desastre anuncia-

    do es de alguna manera absorbido bajo el

    manto infinito de lo urbano.

    A pesar de que la apoteosis de la urbaniza-

    cin brilla por su obviedad y por su inevitabi-

    lidad matemtica, una cadena de acciones yposiciones escapistas cubre la retaguardia,

    pospone el momento de reconocimiento final

    para las dos profesiones anteriormente ms

    implicadas en la construccin de las ciuda-

    des: la arquitectura y el Urbanismo. Una

    urbanizacin omnipresente ha modificado la

    condicin urbana ms all de toda posibili-

    dad de reconocimiento. La ciudad no exis-

    te ms. Mientras el concepto de ciudad es

    distorsionado y extendido ms all de todoprecedente, cada insistencia en su condicin

    primordial -en trminos de imgenes, reglas,

    fbrica- irrevocablemente conduce, a travs

    de la nostalgia, a lo irrelevante.

    Para los urbanistas, el tardo redescubrimien-

    to de las virtudes de la ciudad clsica en el

    momento de su definitiva imposibilidad puede

    haber constituido el punto sin retorno, el

    momento fatal de desconexin y descalifica-

    cin. Ahora son los especialistas de una penafantsmica, mdicos discutiendo las compleji-

    dades mdicas de un miembro amputado.

    14

    Rem Koolhaas

    Qu le pas al urbanismo?

    1994. Reproducido en S, M, L, XL. The Monacelli Press, 1996, pp. 958-971.Traduccin: A. M. R.

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    Es difcil la transicin de una posicin ante-

    rior de poder, a un estado de relativa humil-dad. La insatisfaccin con la ciudad contem-

    pornea no ha conducido al desarrollo de

    una alternativa creble; por el contrario, ha

    inspirado slo modos ms refinados de arti-

    cular la insatisfaccin. Una profesin que

    persiste en sus fantasas, en su ideologa,

    en sus ilusiones de compromiso y control, es

    incapaz de concebir nuevas intervenciones

    modestas, intervenciones parciales, realine-

    amientos estratgicos, posiciones compro-metidas que puedan influir, redireccionar, ser

    exitosa en trminos relativos, comenzar con

    apenas araar la ciudad, sabiendo que

    nunca ms podr restablecer control sobre

    ella. La generacin de Mayo del 68 -la ms

    grande generacin alguna vez capturada en

    el narcisismo colectivo de una burbuja

    demogrfica- est finalmente en el poder.

    Resulta tentador pensar que es la responsa-

    ble de haber dado fin al Urbanismo -el esta-do de cosas en el que las ciudades no pue-

    den ms ser hechas- porque, paradojalmen-

    te, redescubrieron y reinventaron la ciudad.

    Todo comenz con bajo el pavimento: la

    playa. El Mayo del 68 lanz la idea de un

    nuevo comienzo para la ciudad. Desde

    entonces ha estado enredado en dos opera-

    ciones paralelas: documentando nuestra

    pena infinita por la ciudad existente, desarro-

    llando filosofas, proyectos y prototipos para

    una ciudad preservada y reconstituida y, al

    mismo tiempo, rindose del Urbanismo como

    campo profesional hasta hacerlo desapare-

    cer, desmantelndolo en nuestro desprecio

    por aquellos que planificaron (y cometieron

    grandes errores al planificar) aeropuertos,

    New Towns, ciudades satlites, autopistas,

    edificios altos, infraestructuras y toda otra llu-

    via radioactiva de la modernizacin. Despus

    de haber saboteado al Urbanismo, lo hemos

    ridiculizado al punto que departamentos uni-

    versitarios enteros han sido cerrados, estu-

    dios han ido a la quiebra y burocracias han

    sido expulsadas o privatizadas. Nuestrasofisticacin oculta sntomas mayores de

    cobarda centrada en la cuestin simple de

    tomar posicin -quizs la accin ms bsica

    en hacer ciudad. Somos simultneamente

    dogmticos y evasivos. Nuestra sabidura

    amalgamada puede ser fcilmente caricaturi-

    zadas: de acuerdo a Derrida no podemos ser

    el Todo, de acuerdo a Baudrillard no pode-

    mos ser lo Real, de acuerdo a Virilio, no

    podemos estar All. Exilados en un mundovirtual, qu argumento para una pelcula de

    terror! Nuestra relacin actual con la crisis

    de la ciudad es profundamente ambigua:

    todava culpamos a otros por una situacin

    de la que es responsable nuestros utopismo

    incurable y nuestro desprecio. A travs de

    nuestra relacin hipocrtica con el poder -

    despreciativa, pero al mismo tiempo codicio-

    sa- desmantelamos toda una disciplina, nos

    separamos de lo operativo y condenamos apoblaciones enteras a la imposibilidad de

    codificar civilizaciones en su territorio- el

    objeto del Urbanismo.

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    Hemos sido abandonados en un mundo sin

    Urbanismo, solo arquitectura, an msarquitectura. La nitidez de la arquitectura es

    su seduccin: ella define, excluye, limita,

    separa del resto, pero tambin consume.

    Explota y agota los potenciales que slo

    pueden ser desarrollados por el Urbanismo,

    y que slo la imaginacin especfica del

    Urbanismo puede inventar y renovar.

    La muerte del Urbanismo -nuestro refugio en

    la seguridad parasitaria de la arquitectura-

    crea un desastre inminente: ms y ms sus-tancia se fija a races muertas de hambre.

    En nuestros momentos ms permisivos nos

    hemos entregado a la esttica del caos

    nuestro caos. Pero en su sentido tcnico el

    caos es lo que pasa cuando nada pasa, no

    algo que pueda ser abrazado o construido

    ingenierilmente; es algo que se infiltra no algo

    que se fabrica. La nica relacin legtima que

    los arquitectos pueden tener con el tema del

    caos, es tomar el lugar correcto en el ejrcitode aquellos encargados a resistirlo, y fallar.

    Si llega a haber un nuevo Urbanismo, no va

    a estar basado en las fantasas gemelas de

    orden y omnipotencia; va a consistir en la

    puesta en escena de la incertidumbre; no va

    a estar ms preocupado por arreglar objetos

    ms o menos permanentes, sino en irrigar

    territorios con potencialidad; no va a preten-

    der ms configuraciones estables, sino la cre-

    acin de campos de posibilidad para acomo-

    dar procesos que se niegan a ser cristaliza-

    dos en una forma definitiva; no va a consistir

    ms en definiciones meticulosas, en la impo-

    sicin de lmites, sino en nociones expansivas

    que niegan los confines; no va a tratar sobre

    entidades separadas e identificables, sino

    sobre el descubrimientos de hbridos innomi-

    nados; no va a estar ms obsesionado por la

    ciudad, sino por la manipulacin de infraes-

    tructura para diversificar e intensificar sin fin,

    atajos y redistribuciones -la reinvencin del

    espacio psicolgico. En tanto lo urbano es

    omnipresente, el Urbanismo nunca ms va a

    tratar sobre lo nuevo, sino sobre lo ms ylo modificado. No va a tratar ms sobre lo

    civilizado, sino sobre el subdesarrollado. En

    tanto lo urbano est fuera de control, se con-

    vertir en el mayor vector de la imaginacin.

    Redefinido, el Urbanismo no slo, o mayor-

    mente, ser una profesin, sino una forma de

    pensar, una ideologa que acepta lo que exis-

    te. Estbamos haciendo castillos de arena.

    Ahora nadamos en el mar que los destruy.

    Para sobrevivir el Urbanismo va a tener queimaginar una nueva novedad. Liberado de

    sus responsabilidades atvicas, redefinido

    como una manera de operar en lo inevitable,

    el Urbanismo va a atacar la arquitectura, a

    invadir sus trincheras, a sacarla de sus bas-

    tiones, a minar sus certezas, a explotar sus

    lmites, a ridiculizar sus preocupaciones con

    la materia y la sustancia, a destruir sus tradi-

    ciones, a hacer humo a sus practicantes.

    El aparente fracaso de lo urbano ofrece unaoportunidad excepcional, un pretexto para una

    frivolidad Nietzcheana. Debemos imaginar mil

    y un nuevos conceptos de ciudad, debemos

    afrontar riesgos insanos, debemos animarnos

    a ser absolutamente acrticos: debemos tragar

    profundo y perdonar a diestra y siniestra. La

    certeza del fracaso debe ser nuestro gas hila-

    rante/oxgeno; la modernizacin nuestra

    droga ms potente. Como no somos ms res-

    ponsables, debemos volvernos irresponsa-

    bles. En un paisaje crecientemente expeditivo

    y no permanente, el Urbanismo no es, ni debe

    ser ms, la ms solemne de nuestras decisio-

    nes; el urbanismo puede alivianarse, volverse

    una Ciencia Gay -un Urbanismo Light.

    Qu pasara si simplemente declaramos

    que no hay tal crisis, si redefinimos nuestra

    relacin con la ciudad no como sus hacedo-

    res sino, simplemente, como sus sujetos,

    como sus defensores?

    Ms que nunca, la ciudad es lo nico que

    tenemos.

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    1. Introduccin.

    1.1 La ciudad contempornea es como un

    aeropuerto, todo lo mismo? Es posible

    teorizar esta convergencia? Si as fuera, a

    qu configuracin ltima aspiran? La con-

    vergencia es posible al precio de desvane-

    cer identidades. Esto es generalmente visto

    como una prdida. Pero a la escala en la

    que esto ocurre debe significar algo.

    Cules son las ventajas de la identidad y,

    por el contrario, cules los inconvenientes

    del encubrimiento? Qu pasara si esta

    homogeneidad aparentemente accidental, yusualmente lamentada, fuera el fruto de un

    proceso intencional, de un movimiento cons-

    ciente que nos aleja de la diferencia y nos

    acerca a la similitud? Que pasara si estu-

    viramos siendo testigos de un movimiento

    de liberacin global: abajo con el carcter?

    Qu pasa despus de que la identidad es

    quitada? Lo genrico?-

    1.2 En la medida en que la identidad sea

    derivada de una sustancia fsica, de lo hist-rico, del contexto, de lo real, no podemos

    imaginarnos nada contemporneo, hecho

    por nosotros, que contribuya a ella. Pero el

    hecho de que el crecimiento humano es

    exponencial implica que el pasado, en algn

    punto, ser demasiado pequeo para ser

    habitado y compartido por los que estn

    vivos. Nosotros mismos lo gastamos. En la

    medida en que la historia se deposita en

    arquitectura, las cantidades humanas delpresente van a hacer estallar y agotar toda

    sustancia previa. La identidad concebida

    como esta forma de compartir el pasado es

    una proposicin condenada a perder: en un

    modelo estable de continua expansin de la

    poblacin, no slo hay cada vez menos y

    menos para compartir, sino que la historia

    tiene una injusta vida media, cuanto ms se

    abusa de ella, se convierte en menos signifi-

    cativa, al punto que sus ofertas decrecientes

    se transforman en insultantes. Este adelga-

    zamiento de valor es exacerbado por el

    constante crecimiento de la masa de turis-

    tas, una avalancha que en su perpetua

    demanda de carcter pulveriza toda identi-dad en un polvo sin sentido. (..)

    1.4 La identidad centraliza, insiste en una

    esencia, en un punto. Su tragedia es simple-

    Rem Koolhaas

    La ciudad genrica

    1994. Reproducido en S, M, L, XL. The Monacelli Press, 1996, pp. 1239.Traduccin: A. M. R.

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    mente geomtrica. En la medida en que se

    expande su rea de influencia y el reacaracterizada por el centro se ampla ms y

    ms, tanto la fuerza como la autoridad del

    centro se diluyen; inevitablemente la distan-

    cia entre centro y circunferencia aumenta

    hasta su punto de ruptura. Desde esta pers-

    pectiva el reciente descubrimiento de la peri-

    feria como zona de valor potencial -un tipo

    de condicin pre-histrica que finalmente es

    merecedora de atencin arquitectnica- es

    slo una insistencia disfrazada en la priori-dad y dependencia del centro: sin centro no

    hay periferia; el inters por el primero presu-

    miblemente compensa la vacuidad de la

    segunda. Hurfana conceptualmente, la

    condicin de la periferia empeora por el

    hecho de que su madre todava esta viva,

    robndose el show, enfatizando sus inade-

    cuaciones de surgimiento.

    ................................................

    Arquitectura. Cierra los ojos e imagina unaexplosin de beige. En su centro salpicado

    de colores prpura, kaki, tabaco, zapallo de

    un metalizado mate. Hay edificios interesan-

    tes y aburridos en la ciudad genrica, en

    todas las ciudades. Los antecesores de

    ambos deben ser rastreados en los edificios

    de Mies; la primera categora en la torre irre-

    gular de Friedrichstrasse de 1921, la segun-

    da, en las cajas que concibi no muchos

    aos despus. Esta secuencia es importan-

    te; obviamente despus de una experimen-

    tacin inicial, Mies se decidi definitivamen-

    te contra todo inters, por el aburrimiento.

    En el mejor de los casos, sus ltimos edifi-

    cios capturan el espritu de sus trabajos ini-

    ciales -suprimidos?, reprimidos?- como

    una ausencia ms o menos evidente, pero

    nunca ms volvi a proponer proyectos

    interesantes como edificios posibles. La

    ciudad Genrica demuestra que estaba

    equivocado: sus arquitectos se hicieron

    cargo del desafo que Mies abandon, al

    punto que ahora es difcil encontrar una caja.

    Irnicamente este homenaje exuberante alMies interesante, demuestra que el Mies

    estaba equivocado.

    La arquitectura de la ciudad genrica es por

    definicin bella. Construida a una velocidad

    increble, y concebida a un ritmo aun ms

    increble, hay un promedio de 27 versiones

    abortadas por cada una de las estructuras

    realizadas. Son preparadas en 10.000 estu-

    dios de arquitectos de los que nadie ha odo

    hablar, cada uno vibrante de fresca inspira-cin. Presumiblemente ms modestos que

    sus colegas ms conocidos, estos estudios

    estn unidos por una comprensin colectiva

    de que algo anda mal con la arquitectura y

    que slo podr ser rectificada por el esfuerzo

    de ellos. El poder de los nmeros les da una

    arrogancia esplndida. Ellos son los que

    disean sin dudar. Ensamblan de mil y una

    fuentes con precisin salvaje, con ms rique-

    zas que las que cualquier genio haya podidoaspirar. En promedio su educacin cuesta 30

    mil dlares, excluyendo viajes y viviendas...

    Los edificios, complejos en su forma, depen-

    den de la industria del courtain wall, de adhe-

    sivos cada vez ms efectivos, de selladores

    que convierten a cada edificio en una mezcla

    de camisa de fuerza y carpa de oxgeno. El

    uso de siliconas extendemos la fachada

    tan lejos como es posible- ha aplanado

    todas las fachadas, pegado el vidrio a la pie-

    dra, al acero al hormign, con una impureza

    de la edad espacial. Estas conexiones dan la

    apariencia de rigor intelectual a travs de la

    libre aplicacin de un esperma transparente

    que mantiene todo junto, ms por intencin

    que por diseo. Un triunfo del adhesivo sobre

    la integridad de los materiales. Como todo lo

    de la Ciudad Genrica, su arquitectura es lo

    resistente que se ha vuelto maleable; una

    epidemia del ceder, no por la aplicacin de

    algn principio, sino por la sistemtica aplica-

    cin de la falta de principios.

    18

  • 5/28/2018 Textos de Rem Koolhaas Jeffrey Kipnis Michael Speaks

    19/46

    Como la Ciudad Genrica es mayormente

    asitica, su arquitectura esta generalmente,aire-acondicionada; ah es donde la paradoja

    del reciente paradigma se agudiza: la ciudad

    ha dejado de representar el mximo desarro-

    llo: representa los lmites del subdesarrollo.

    Los medios brutales a travs de los cuales se

    logra este acondicionamiento reproducen en

    los interiores de los edificios, las condiciones

    climticas que solan ocurrir afuera -tormen-

    tas repentinas, pequeos tornados, escarcha

    en la cafetera, olas de calor, roco parejo; unprovincialismo de lo mecnico abandonado

    por la materia gris en bsqueda de lo electr-

    nico. Incompetencia o imaginacin?

    El ngulo de las fachadas es el nico ndice

    de la genialidad arquitectnica: 3 grados de

    inclinacin hacia atrs, 12 grados hacia ade-

    lante, 2 grados de penalidad por retranqueos

    (demasiado nostlgico).

    La sustancia aparentemente slida de la

    Ciudad Genrica es equvoca. El 51% de suvolumen consisten en un atrium. El Atrium es

    el recurso diablico para sustanciar lo insus-

    tancial. Su nombre romano es una garanta

    externa de clase arquitectnica, sus orge-

    nes histricos hacen de l un tema inagota-

    ble. Hace que el habitante de las cavernas

    pueda acceder a una provisin inagotable de

    confort metropolitano.

    El atrium es un espacio vaco, los vacos son

    la esencia de los edificios de la ciudad gen-

    rica. Paradojalmente su ahuecamiento

    garantiza su consistencia fsica, la inflacin

    del volumen es el nico pretexto para su

    manifestacin fsica. Cuando ms completos

    y repetitivos son sus interiores, menos se

    nota su repeticin esencial.

    El estilo elegido es el posmoderno, y siem-

    pre ser as. El posmodernismo es la nica

    doctrina que a permitido la conexin exitosa

    de la prctica arquitectnica con el pnico.

    La doctrina posmodernista no se basa en

    una lectura extremadamente civilizada de la

    historia, es un mtodo, una mutacin de la

    arquitectura profesionalista que produceresultados con el ritmo necesarios como

    para seguir el ritmo del desarrollo de la

    Ciudad Genrica. En lugar de una nueva

    conciencia, sus creadores parecen haber

    aspirado a crear una nueva inconsciencia.

    Es el pequeo manual de la modernizacin.

    Cualquiera puede hacerlo: un rascacielos

    basado en una pagoda chinesca y/o en una

    ciudad de las colinas toscanas.

    Toda resistencia al posmodernismo es anti-democrtica. Crea una envoltura enigmtica

    alrededor de la arquitectura que la vuelve

    irresistible, como un regalo de Navidad de

    una institucin de caridad.

    Hay una conexin entre la predominancia de

    espejos de la Ciudad Genrica -para cele-

    brar la nada a travs de su multiplicacin o

    un esfuerzo desesperado para capturar la

    esencia en su proceso de evaporacin? y

    los regalos que, durante siglos, han sidoconsiderados como el ms eficiente y popu-

    lar de los presentes para los salvajes?

    Mximo Gorki habla de un aburrimiento

    variado en relacin a Coney Island.

    Claramente pretenda construir un oxymoron.

    La variedad no puede ser aburrida. El aburri-

    miento no puede ser variado. Pero la infinita

    variedad de la Ciudad Genrica se acerca, al

    menos, a hacer de la variedad algo normal:

    banaliza, contradiciendo las expectativas es

    la repeticin la que se volvi inusual, y enton-

    19

  • 5/28/2018 Textos de Rem Koolhaas Jeffrey Kipnis Michael Speaks

    20/46

    ces, potencialmente arriesgada y estimulan-

    te. Pero eso ser para el siglo XXI...

    La arquitectura posmoderna es la nica

    arquitectura que puede ser generada lo sufi-

    cientemente rpido como para satisfacer el

    deseo de los clientes. En una situacin en

    que la arquitectura no es ms la constructo-

    ra de la ciudad, sino una nueva rama de la

    fsica, el producto de campos dinmicos de

    fuerzas en movimiento perpetuo, la coartada

    profesional del arquitecto, la chispa msticade la inspiracin, est obviamente pasada

    de moda. Nadie puede esperar que aparez-

    ca, menos que nadie un arquitecto. Su tarea

    es realmente imposible, expresar una turbu-

    lencia creciente con un medio estable.

    La Arquitectura siempre ha asimilado gran-

    deza con ruptura de reglas. Ahora se puede

    ser grande a travs de su aplicacin sin

    grandes esfuerzos.

    Slo un arquitecto posmoderno puede dise-ar propuestas para edificios de gran escala

    en un da, cualquier da. El posmodernismo

    no es un movimiento, es una nueva forma de

    profesionalismo, de educacin arquitectni-

    ca, no una que crea conocimiento y cultura

    sino un entrenamiento tcnico que crea una

    nueva falta de cuestionamientos, una nuevaeficacia al aplicar un dogma nuevo y aerodi-

    nmico. Post inspiracin, post erudicin, nti-

    mamente conectados con la velocidad, un

    futurismo. Posmodernismo es una mutacin

    que va a ser parte de la prctica arquitect-

    nica de ahora en ms, una arquitectura para

    volar hacia adelante.

    ..........

    La desinformacin deliberada, la falta de

    ajuste (con otros proyectos urbanos simult-neos) supone una inversin revolucionaria

    del rol reclamado tradicionalmente por los

    arquitectos. Ya no crean orden, resisten el

    caos, imaginan coherencia, fabrican entida-

    des. De ser dadores de forma han pasado a

    ser posibilitadores. En Atlanta los arquitectos

    se han alineado con lo incontrolable, se han

    convertido en sus agentes oficiales, en ins-

    trumentos de lo imprevisible: en una genera-

    cin han pasado de imponer a ceder.Trabajando en la emergencia de nuevas

    configuraciones urbanas descubrieron un

    nuevo y vasto espacio de libertad, van rigu-

    rosamente con la corriente, Urbanismo/

    arquitectura son formas del dejarse llevar.

    20

  • 5/28/2018 Textos de Rem Koolhaas Jeffrey Kipnis Michael Speaks

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    Me paro frente a una montaa

    y la desmenuzo con el canto de mi mano.

    Luego recojo los pedazos y hago una isla,

    hasta puedo llegar a hacer algo de arena

    Jimi Hendrix

    En los ltimos aos, unos pocos proyectos

    de un puado de arquitectos han puesto en

    discusin una Nueva Arquitectura. Recin

    ahora pueden hacerse los esfuerzos prelimi-

    nares para articular los trminos de este

    debate. Pero primero debemos considerar

    qu est en juego en esta empresa.Una Nueva Arquitectura. Hoy slo podemos

    decir esta frase con cierta duda y embarazo.

    Para ser sinceros, la mayora de la arquitec-

    tura reciente est tan mal concebida que se

    condena a una muerte piadosa en la tierna

    infancia. Pero el pronstico es malo an

    para aquellos casos que tienen la fuerza

    suficiente como para sobrevivir una primera

    fase; generalmente son asesinadas por un

    ataque coordinado desde dos frentes.Hay distintas variaciones pero en general el

    esquema de este ataque es bien conocido:

    en primer lugar los crticos de la derecha

    cuestionan su anarquismo desestabilizante y

    el egosmo vaco de sus autores; luego, los

    crticos de izquierda, se alzan contra la irres-

    ponsabilidad e inmoralidad de estos arqui-

    tectos tildados de colaboracionistas corrup-

    tos. Destrozada por estos ataques, sus res-

    tos eviscerados son rpidamente limpiadospor los historiadores y su asombrosa capaci-

    dad para convencernos que esta supuesta

    Nueva Arquitectura, no es nueva; sino que

    en realidad sus preocupaciones fueron ya

    exploradas con mayor autenticidad y profun-

    didad en Europa hace algn tiempo.1

    Hoy, historiadores y crticos apoyan la tesis

    de que no hay nada nuevo que valga la pena

    destacar, particularmente que no hay formas

    nuevas. Su tabla de valores consiste en

    valorar el pasado de donde derivan todas las

    bendiciones. De esa manera nos alejamos

    de lo nuevo y nos sentimos avergonzados

    de buscarlo. Hay algunos colegas que revi-

    san sus escritos para quitar la palabra nuevotanto como sea posible: lo he hecho yo

    mismo. Como resultado el Posmodernismo,

    cuyo principio rector es que no hay nada

    nuevo, es la nica arquitectura que ha podi-

    do madurar en los ltimos 20 aos.

    Mentira, dirn algunos, durante este pero-

    do ha florecido un revival de las vanguar-

    dias histricas sealando la exposicin

    sobre el Deconstructivismo del MOMA y los

    edificios de Eisenman, Gehry, Libeskind,Tschumi, Koolhaas, Hadid y otros. Sin

    embargo, si prestamos atencin, veremos

    que estos trabajos han sido realizados bajo

    un contrato implcito de rechazo. En otras

    palabras, estos proyectos no han sido cele-

    brados como expresiones aurticas, como

    edificios de inters por su irreproducible

    singularidad o como fuentes de nuevos

    principios para una prctica general. La dis-

    ciplina los ha reconocido como exticospara suprimir su contribucin a una Nueva

    Arquitectura.

    21

    Jeffrey Kipnis

    Hacia una Nueva Arquitectura

    EnArchitecture and Science, Londres, Wiley and Sons, 2001.Traduccin: A. M. R.

  • 5/28/2018 Textos de Rem Koolhaas Jeffrey Kipnis Michael Speaks

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    Sin embargo en estos trabajos dispares hay

    intuiciones que podran contribuir a formularel marco de una Nueva Arquitectura capaz

    de proponer vitalidad formal y relevancia

    poltica. Consideremos el trabajo de Daniel

    Libeskind, por ejemplo. Desde Chamber

    Works hasta sus proyectos ms recientes en

    Alemania y en otros pases, uno rastrea una

    sostenida y penetrante crtica a los ejes y su

    constelacin de organizaciones lineales.

    Considerando la historia social, poltica y

    espacial de los ejes en Arquitectura yUrbanismo, no se trata de un rasgo menor.

    Sin embargo, muy poco de esto se encuen-

    tra en los escritos crticos; por el contrario se

    lo considera como un avatar esotrico, y el

    poder de los ejes en la prctica cotidiana

    (tan radicalmente repensada en sus dise-

    os), persiste sin cuestionamientos.

    En la superficie, esta retirada de lo Nuevo

    parece slidamente respaldada en trminos

    tericos e histricos. Con sus aspiracionesutpicas, el Modernismo intent desembara-

    zarse de jerarquas espaciales obsoletas y

    establecer un espacio ms homogneo y

    democrtico. Este objetivo estuvo sin dudas

    vinculado al proyecto del Iluminismo; tam-

    bin estuvo implicado en las tragedias a que

    dio lugar. La lgica instrumental del proyecto

    Modernista de lo Nuevo reclamaba tabulas

    rasas y sustituciones radicales: de Paris, por

    ejemplo.

    En nombre de la heterogeneidad, el discurso

    posmoderno ha montado una crtica de lo

    Nuevo en varios frentes. Ha demostrado la

    imposibilidad de la invencin y celebrado

    aquellas diferencias que el Modernismo se

    propona borrar. En su propia versin de la

    bsqueda de lo Nuevo, una lgica ligera del

    juego -de reiteraciones y recombinaciones, de

    collage y montaje- suplant la indagacin

    sobria y seria de un Nuevo Mundo desde el

    Modernismo. En la lgica del Posmodernismo,

    la Historia gan un respeto renovado pero,

    rechazada como proceso lineal y teleolgico,

    pas a ser considerada como el pozo sinfondo de material recombinable, siempre

    lleno, siempre abierto al pblico.

    En las prcticas posmodernas ms virulen-

    tas, aquellas que usan la reiteracin y

    recombinacin para minar los sistemas de

    poder recibidos, se mantiene una relacin

    optimista, hasta progresista, con lo Nuevo,

    an cuando ste no est teleolgicamente

    direccionado. En prcticas como la

    Deconstruccin se generaron nuevas formasintelectuales, estticas e institucionales, no

    por proposicin sino por desestabilizacin de

    las existentes. Nuevas formas resultan de

    estabilizaciones precarias, para ser luego

    constantemente desestabilizadas. Una evo-

    lucin acelerada reemplaza a la revolucin.

    Se trata de una diseminacin en espacios

    heterogneos que no respaldan jerarquas

    preestablecidas, se fomenta la diversidad y

    la diferencia. Lejos del nihilismo, esta con-cepcin del Posmodernismo es claramente

    afirmativa.

    Desafortunadamente, la crtica posmoderna

    a las polticas de borramiento y sustitucin, y

    su nfasis en la recombinacin, han condu-

    cido a grandes abusos. Favorecieron un dis-

    curso reaccionario que tiende al reestableci-

    mientos de jerarquas tradicionales, como

    los discursos sobre la preservacin de

    Reagan y Thatcher.

    No se trata del Posmodernismo en s, sino

    de una patologa ms insidiosa: una suerte

    de envejecimiento cultural precoz que sub-

    yace en la retirada de lo Nuevo. Los snto-

    mas ya fueron diagnosticados por Nietzsche

    y recientemente por Roberto Unger.2 Se

    manifiesta sosteniendo que el catlogo de

    formas posibles (institucionales, estticas,

    polticas) est completo y es bien conocido.

    Podemos discutir los mritos relativos de

    cada una, pero ni descubrir ni inventar algu-

    na nueva.

    22

  • 5/28/2018 Textos de Rem Koolhaas Jeffrey Kipnis Michael Speaks

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    Es posible que lo Occidental como experi-

    mento cultural est acabado? Slo en esecontexto sera explicable esta veneracin

    excesiva por los catlogos recibidos.

    Francamente, no puedo creer que en el corto

    trayecto de nuestra existencia hayamos

    experimentado y agotado todas las posibili-

    dades. Todos los indicadores actuales sea-

    lan lo contrario: se trate de Europa Oriental o

    la tecnologa. La construccin del catlogo

    de formas posibles recin comenz.

    Indicar algunos criterios bsicos para unaNueva Arquitectura. No debe repetir los erro-

    res del Modernismo y su lgica de borrar y

    sustituir: debe participar en recombinacio-

    nes. Debe buscar una heterogeneidad que

    resista el establecimiento de jerarquas fijas.

    Debe proponer principios, y no prescripcio-

    nes, para el diseo. Finalmente, debe expe-

    rimentar y proyectar formas nuevas.

    Los dos primeros ya pertenecen al

    Posmodernismo, pero los dos ltimos laseparan de lo actual, aunque se nutran de

    sus recursos.

    Indicativos de esta separacin es el despla-

    zamiento de la atencin de algunos tericos,

    especialmente Sanford Kwinter y Greg Lynn,

    de la semitica postestrucuturalista a des-

    arrollos recientes en la geometra, la ciencia

    y las transformaciones del espacio poltico;

    un desplazamiento que se suele caracterizar

    como la sustitucin del discurso de Derrida

    por el de Deleuze.

    En estos escritos, el encuadre deleuziano

    est reforzado con referencias a la Teora de

    la Catstrofe la geometra de un espacio

    transformado por acontecimientos- y la

    nueva Biologa. En tanto sus preocupacio-

    nes tienen que ver con la morfognesis, la

    geometra y la ciencia han sido fuentes tradi-

    cionales de principios y formas arquitectni-

    cas. Sin embargo, aunque provocativos e

    invalorables como recursos, estos estudios

    filosficos y cientficos no fueron suficientes

    para impulsar esta Nueva Arquitectura: sur-

    gi de proyectos y desarrollos estrictamentedisciplinares.

    Un factor determinante fue el agotamiento

    del collage como paradigma de la heteroge-

    neidad. Para oponerse a la tendencia del

    Modernismo a borrar y sustituir, el

    Posmodernismo enfatiz el injerto como ins-

    trumento combinatorio preferido. La conste-

    lacin del collage y sus variaciones ofreci la

    estrategia ms efectiva para estos injertos.3

    Desde Rowe a Venturi o Eisenman, delPosmodernismo al Deconstructivismo, el

    collage sirvi de modelo dominante. Hay

    indicios, sin embargo, de que ya no es capaz

    de sostener la heterogeneidad a la que aspi-

    ra la arquitectura, baste nombrar dos.

    El collage posmodernista depende de provo-

    car contradicciones y efectos de incoheren-

    cia dentro del marco dominante; en la medi-

    da en que se transform en una prctica ins-

    titucionalizada, perdi su fuerza. Por otraparte, est limitado a un particular orden de

    recombinaciones semiticas: an en el pro-

    ceso aleatorio del collage del Dada, cada

    elemento debe ser conocido por s mismo.

    De manera que, an cuando pueda engen-

    drar nuevas composiciones, desplazamien-

    tos, deslizamientos, accidentes y otros efec-

    tos quimricos, el efecto que produce en lti-

    ma instancia es el de valorizar un catlogo

    finito de elementos y/o procesos. Slo puede

    renovarse identificando materiales no lista-

    dos previamente: no puede ser proyectivo.

    La voluntad de engendrar un espacio poltico

    ms amplio en lo relativo a la diversidad y

    diferencia, no puede conseguirse con una

    catalogacin minuciosa y la legitimacin de

    las especies de diferenciacin que operan

    en un espacio. Es econmica y polticamen-

    te imposible.4 Si el collage se agot como

    estrategia recombinatoria, el problema es

    encontrar modos de injerto diferentes: capa-

    ces de producir heterogeneidad a travs de

    23

  • 5/28/2018 Textos de Rem Koolhaas Jeffrey Kipnis Michael Speaks

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    una cohesin intensiva en lugar de la inco-

    herencia y contradiccin extensivas.5En una conferencia en ANYONE de 1990, el

    terico social Roberto Unger cuestion las

    prcticas posmodernas en arquitectura por

    su distanciamiento irnico. Propuso algu-

    nos criterios de lo que a su parecer deba ser

    una Nueva Arquitectura comprometida con

    la generacin de un espacio poltico no jerr-

    quico y heterogneo con formas de injerto

    que podemos interpretar como generaliza-

    ciones de los cinco puntos de Le Corbusier.Mientras stos estuvieron orientados a

    generar un espacio ms democrtico a tra-

    vs de la homogeneidad, para Unger el obje-

    tivo deba ser una heterogeneidad que impi-

    diera alineamientos y jerarquas.

    Propuso que la Nueva Arquitectura fuera

    vasta, vaca, orientada, incongruente e inten-

    samente coherente. Vasta como negociacin

    entre el espacio universal infinito y homog-

    neo, y las jerarquas fijadas por espacios arti-culados. Reconociendo la necesidad de

    poner un lmite a lo heterogneo, lo que se

    busca es una extensin capaz de evitar la

    inscripcin en los patrones espaciales tradi-

    cionales. Supone la generalizacin de la

    planta libre para incluir la disyuncin y la dis-

    continuidad, y extender el nfasis del corte

    libre en lo residual e intersticial. Vaco supo-

    ne extraponer la abstraccin formal del

    modernismo (borrando citas y referencias,

    suprimiendo ornamentos y decoraciones,

    pero sosteniendo tipos y formas cannicas)

    para enrolarse en afiliaciones inesperadas

    que impliquen el paso de la fachada libre a la

    volumetra libre. Orientada implica que la

    arquitectura debe ser proyectiva, debe apun-

    tar a la emergencia de nuevas formas socia-

    les e institucionales. Supone desafiar la

    estructura monosmica o polismica del sig-

    nificante/significado. La indeterminacin de

    esta orientacin traslada el nfasis de alinea-

    ciones estables a afiliaciones provisionales.

    Incongruencia, supone el compromiso de

    mantener, subvirtiendo, los datos recibidosdel sitio o el programa. Implica revocar los

    postulados de armona y proporcin, claridad

    estructural y coordinacin entre planta, corte

    y fachada, o entre detalle y organizacin for-

    mal. Coherencia intensiva es una incoheren-

    cia que para diferenciarse de la marca del

    collage, se trate de una coherencia forjada

    en la incongruencia: arreglos monolticos que

    permiten a la arquitectura comprometerse en

    relaciones mltiples y hasta contradictorias.No debemos confundirla con la difcil totali-

    dad de Venturi que unifica compositivamen-

    te la multiplicidad del collage.

    Al iniciar este ensayo, subray que un pua-

    do de proyectos recientes ofrece marcos y

    condiciones especficas para una Nueva

    Arquitectura. En general se los considera

    como un desplazamiento de la preocupacin

    por la semitica a la preocupacin por la

    topologa, la geometra, el espacio y losacontecimientos. A mi criterio pueden dividir-

    se en dos campos la DeFormacin y la

    InFormacin.

    La DeFormacin procura establecer afiliacio-

    nes deslizantes que se resisten a ser inclui-

    das en alineamientos estables. Lo hace a

    travs de topologas abstractas que no pue-

    den ser descompuestas en elementos pla-

    nos y simples, o analizadas a travs del len-

    guaje del formalismo arquitectnico.

    La estrategia de la InFormacin -de la cul

    son ejemplos el proyecto de Koolhaas para

    Karlsruhe y el de Tschumi para Fresnoy- es

    una forma de recoleccin que encastra ele-

    mentos formal y programticamente incohe-

    rentes dentro de un contenedor modernista y

    neutral. Los espacios residuales e incon-

    gruentes son activados por la estratificacin

    visual, la innovacin programtica, efectos

    tecnolgicos y acontecimientos.

    Aunque ambas derivas del mismo problema,

    la DeFormacin y la InFormacin no son cola-

    24

  • 5/28/2018 Textos de Rem Koolhaas Jeffrey Kipnis Michael Speaks

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    borativas. Sin embargo acuerdan en general

    con algunas de las tcticas propuestas porUnger: cortes de cajas dentro de cajas, nfa-

    sis en lo residual e intersticial (vastedad,

    incongruencia), formas monolticas y supre-

    sin de ornamento aplicado o referencias

    figurativas (vaco, cohesin intensiva).

    De todos modos las tensiones entre ambas

    tendencias son pronunciadas. La

    DeFormacin enfatiza el rol de la nueva

    forma esttica y la generacin visual de nue-

    vos espacios; la InFormacin quita importan-cia a la esttica a favor de nuevas formas

    institucionales, de programas y aconteci-

    mientos. Los espacios/acontecimiento deri-

    vados de nuevas geometras se relacionan

    con la primera; los vinculados a nuevas tec-

    nologas, con la segunda.

    Uno de los rasgos ms caractersticos de la

    InFormacin es su uso no apologtico del

    lenguaje ortogonal del Modernismo, conde-

    nado como opresivo y montono en los ini-cios del posmodernismo. Con la profundiza-

    cin de la crtica, qued en claro que este

    lenguaje no era esencial sino que constitua

    un sistema de signos. La irreductibilidad

    semitica de la arquitectura quit toda justifi-

    cacin esencialista a la austeridad de este

    lenguaje, abriendo la puerta para su reutili-

    zacin.

    La InFormacin sostiene que el agotamiento

    del collage es tan completo que se ha trans-

    formado en un gesto esttico irrelevante.6 La

    contribucin de la arquitectura a la produc-

    cin de nuevas formas y a la inflexin del

    espacio poltico no puede ser conseguida

    por una transformacin del estilo. La

    InFormacin argumenta que el efecto colec-

    tivo de las formas ortogonales del moderno

    es tal, que persiste siendo un Vaco: acen-

    tuando el efecto con el uso de las formas

    como pantallas para proyectar imgenes. La

    Orientacin se consigue por las transforma-

    ciones programticas.

    Para la DeFormacin, la contribucin ms

    importante de la arquitectura contina sien-do esttica. No concibe el lenguaje moderno

    de la InFormacin como vaco, sino como

    una referencia histrica y, a la proyeccin de

    imgenes como nuevas formas del orna-

    mento. Su bsqueda del Vaco tiene que ver

    con la extensin de la exploracin modernis-

    ta en la forma monoltica, rechazando la

    apelacin esencialista de las geometras pla-

    tnicas, euclidianas o cartesianas. Para

    ellos la Orientacin se logra con la esttica:las formas transforman el contexto al intro-

    ducir en ellos relaciones formales incon-

    gruentes e indisciplinadas. La InFormacin,

    por su parte, ve estas geometras gestuales

    de la DeFormacin como una cuestin de

    Estilo.

    Para examinar las consecuencias de estos

    problemas en diseos concretos, hagamos

    una breve comparacin entre la operacin

    de Tschumi en Fresnoy, y la de Shirdel en elNara (Centro nacional de arte contempor-

    neo).

    En su descripcin del problema, Tschumi es

    especfico al subrayar las diversas posibili-

    dades. En la medida que gran parte de las

    estructuras preexistentes estaban muy dete-

    rioradas, era totalmente plausible una apro-

    ximacin del tipo borrar y sustituir. Por otra

    parte, la cualidad de las formas histricas y

    espacios de Le Fresnoy, sugera la estrate-

    gia renovacin/restauracin propia del colla-

    ge. Tschumi evita ambas y opta por envolver

    el complejo con una cubierta modernista par-

    cialmente cerrada para crear un injerto cohe-

    sivo. Esta insercin no produce un collage,

    en lugar de crear una resolucin compositiva

    de fragmentos, la cubierta reorganiza y rede-

    fine cada elemento en una unidad monolti-

    ca, cuyas incongruencias se internalizan.

    Tschumi sutura la amplia coleccin de espa-

    cios resultantes con un sistema de escaleras

    y pasarelas, entrelazndolas visualmente

    25

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    con cortes, recintos parciales, ventanas

    corridas y amplias trasparencias. Cuandouno est en el complejo, tiene vistas parcia-

    les y fragmentarias de varias zonas desde el

    interior y el exterior al mismo tiempo.

    Como los efectos visuales, el rol del progra-

    ma tiene que ver tanto o ms con la produc-

    cin de espacios que con el acomodamiento

    de funciones. Tanto como le es posible,

    Tschumi programa los espacios resultantes,

    incluso usando la cubierta de pizarras del

    antiguo edificio como entrepiso. Cuando noes posible una programacin directa, elabo-

    ra una activacin diferencial de aconteci-

    mientos y materia. En el entramado estructu-ral de la nueva cubierta, proyecta videos

    como un material arquitectnico para activar

    esos espacios residuales.

    El resultado es un proyecto que promete una

    heterogeneidad espacial que desafa cual-

    quier jerarqua simplificadora: una coleccin

    de espacios diferenciados capaces de alber-

    gar una amplia variedad de encuentros

    sociales sin privilegiar ninguno. Le Fresnoy

    mina la clsica dialctica arquitectnico/pol-tica entre heterogeneidad y homogeneidad,

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    Bernard Tschumi. Le Fresnoy (1991-97). National Studio for Contemporary Arts. Tourcoing, Francia.

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    y se orienta a nuevas formas institucionales

    y arquitectnicas.Como en el caso anterior, Shirdel emplea

    una coleccin de fragmentos para unificar

    una caja dentro de la caja incongruente en

    su proyecto del Nara Convention Center. A

    diferencia de Tschumi, moldea la forma y la

    estructura interna de esta adicin plegando

    un partido de tres barras con las lneas regu-

    ladoras de dos geometras complejas. La

    primera geometra envuelve el exterior en un

    monolito no referencial cuya forma fluyeconstruyendo un paisaje en el sitio. La

    segunda tiene un efecto similar en la viga

    principal que sostiene los tres teatros sus-

    pendidos en corte, cada uno una caja cuya

    forma es determinada por requerimientos

    estrictamente funcionales.

    La geometra interior y exterior se conectan

    de modo que el espacio mayor del comple-

    jo termina siendo completamente residual,

    una suerte de callejn hendido entre los vn-culos provisionales entre las dos geometr-

    as. Este efecto es reforzado por el hecho

    que todo el programa especfico est con-

    centrado en las tres salas y sus lobbies que

    flotan sobre el espacio principal. En cierto

    sentido, la postura de Shirdel respecto al

    programa es la opuesta a la de Tschumi. A

    pesar de que el edificio funciona de acuerdo

    a su destino, no hay ningn otro programa

    arquitectnico que la pura funcin, ninguna

    coreografa o uso de la tecnologa para acti-

    var los espacios. Las imgenes de bailari-

    nes danzando en absoluto aislamiento que

    se proyectan sobre el espacio residual y

    vaciado, confirman la hiptesis. Toda la

    cuestin de la heterogeneidad descansa en

    la esttica de la forma y en la oposicin

    entre funcin y los acontecimientos no pro-

    gramados. Tambin debemos subrayar el

    riesgo de proponer que el espacio ms

    importante y caro de un edificio no sea sino

    totalmente residual.

    Al final volver al Nara para el desarrollo de

    la DeFormacin. De todas maneras creo queesta breve comparacin es suficiente para

    indicar tanto las similitudes como las diferen-

    cias de los caminos de ambas tendencias

    Hacia una Nueva Arquitectura.

    DeFormacin

    Como en otros casos de la Teora

    Arquitectnica, DeFormacin es una cons-

    truccin de principios surgidos del anlisis

    de proyectos realizados por arquitectosdiversos, que fueron ideados inicialmente

    con diferentes intenciones y bajo otras

    condiciones y trminos. Todava no hay

    arquitectos DeFormacionistas, del mismo

    modo que no haba arquitectos barrocos o

    manieristas. Se trata de un aspecto menor,

    pero debemos ser cuidadosos al avanzar

    en la caracterizacin de principios y un len-

    guaje tcnico que los articule, de no cir-

    cunscribir y regular un movimiento cuyafertilidad deriva, en gran parte de la falta de

    disciplina: si hay DeFormacin, sta recin

    ha comenzado.

    Mucho se ha escrito sobre el vnculo de esta

    arquitectura con la filosofa contempornea,

    particularmente Deleuze. No se puede negar

    la fuerte consonancia buscada por estos

    arquitectos con Mil mesetas o El pliegue.

    Baste referir al gran nmero de trminos que

    se han tomado en prstamos: afiliacin, plie-

    gue, espacio liso o estriado. Sin embargo,

    tenemos que tomar algunas precauciones.

    Hay una larga tradicin que tiende a vincular

    toda arquitectura con alguna filosofa o teo-

    ra, considerndola como una suerte de

    prctica aplicada. Se presta ms atencin al

    grado en que la arquitectura ejemplifica

    dicha filosofa o teora, que a los nuevos

    efectos arquitectnicos que promueve: como

    consecuencia, se reduce la arquitectura a

    sus limitadas capacidades de representar o

    producir efectos filosficos.

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    En su relectura de El pliegue de Leibniz,

    Deleuze inscribe parcialmente su meditacinen una interpretacin del espacio barroco: se

    podra decir que es la Arquitectura la que ofi-

    cia como paradigma lo que podra derivar,

    peligrosamente, en considerar que las confi-

    guraciones de la DeFormacin no son sino

    neo-barrocas.

    Pero no es as. Si bien es adecuado vincular

    el pensamiento sobre el pliegue de Deleuze

    a la arquitectura barroca, no sirve para carac-

    terizar los efectos arquitectnicos de aquellaarquitectura tan ajena a los efectos contem-

    porneos del pliegue como la filosofa de

    Leibniz lo es del pensamiento de Deleuze.

    En otras palabras ni Deleuze es meramente

    neoleibniziano, ni la DeFormacin, simple-

    mente neobarroca.

    De todas maneras Deleuze saca partido de

    los efectos generativos de los textos de

    Leibniz, pero su originalidad no se circunscri-

    be a la calidad de una revisin acadmica deesos textos, sino a la diferencia entre ambos.

    De la misma manera la DeFormacin no se

    sustenta en la recapitulacin de los temas

    barrocos sino en sus diferencias con el barro-

    co y otros predecesores.

    El costo ms alto de una analoga descuida-

    da es el grado en que esta continua referen-

    cia al lenguaje de Deleuze pueda afectar al

    desarrollo independiente de la arquitectura

    que puede quedar circunscrito a una genealo-

    ga. Sin embargo, el vacilante camino recorri-

    do por la DeFormaciniluminando los plie-

    gues representados en una pintura de Miguel

    Angel, dibujando sobre el trabajo previo de

    otros- tiene una dignidad propia. Permtanme

    reconducirlos por algunos de estos caminos

    detenindonos en la propuesta de Shirdel y

    Zago para el concurso de la Biblioteca, el edi-

    ficio para convenciones en Columbus Ohio de

    Eisenman y el Museo de Vitra de Gehry.7

    Por varios aos, Bahram Shirdel, con

    Andrew Zago, exploraron una arquitectura

    que llamaron cosa-negra (black stuff). A

    pesar de lo irnico del trmino, se trata deuna denominacin ajustada de los efectos

    que queran lograr. Rechazando los temas

    deconstructivistas del fragmento, los signos,

    los ensamblajes y el espacio aditivo; el obje-

    tivo era una nueva y abstracta condicin

    monoltica, sin referencias ni parecidos. Le

    preocupaba generar formas arquitectnicas

    disciplinadas que no fueran fcilmente des-

    componibles en el formalismo moderno del

    punto/lnea/plano/volumen. Las llamaremosgeometras anexactas o superficies no des-

    arrollables, pero el trmino de cosa-negra

    sirve para presentar el principio de abstrac-

    cin no-referencial y monoltica propia de la

    DeFormacin.

    Para generarlas, Shirdel desarroll una tc-

    nica partir de una o ms figuras reconocibles

    cuya organizacin diera cuenta de la desea-

    da complejidad interna. Luego de una serie

    de pasos, mapeaban la geometra arquitec-tnica de estas figuras al detalle, abstrayen-

    do o borrando en cada paso algunos rasgos

    que la hiciera referencial o reconocible: una

    operacin que en su momento denomin:

    relajacin disciplinada. Aspectos similares

    pueden rastrearse en las otras dos obras de

    Gehry y Eisenman.

    La culminacin de esta bsqueda fue su pro-

    puesta premiada para el concurso de la

    Biblioteca de Alejandra, un diseo que

    result de la evolucin disciplinadamente

    relajada de los pliegues de una tnica en

    una pintura de Miguel Angel. En esa figura

    Shirdel haba encontrado las cualidades

    buscadas de pliegue. Apesar que la solucin

    final no muestra ningn rastro obvio de la

    pintura original, logra capturar en arquitectu-

    ra las mismas relaciones entre superficie,

    forma y espacio.

    Casi inmediatamente, Eisenman se presen-

    to al concurso cerrado del Centro de conven-

    ciones de Columbus compitiendo con

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    Michael Graves, entre otros. La ciudad haba

    encuadrado la iniciativa en elSesquicentenario del primer viaje de Coln,

    por lo que la primera estrategia fue un pro-

    yecto collage basado en la arquitectura nu-

    tica de la Santa Mara. A slo tres semanas

    de la entrega, Eisenman se enter que

    Graves estaba explorando algo similar y

    queriendo ganar, le mand una postal con

    un barco hundindose y enfrent una nueva

    estrategia basada en el principio de la forma

    dbil que recin estaba formulando.8Trabaj con dos diagramas extraamente

    similares, el corte de un cable ptico y el sis-

    tema de cambios de vas ferroviarias que

    alguna vez ocuparon el sitio. Produjo una

    caja monoltica tejida desde esquejes con

    forma de lombrices. La clave es la similitud

    de los diagramas: fue en ese dbil parecido

    que Eisenman rastreo la potencialidad de

    una forma dbil.

    La forma dbil se diferencia de la cosa-negraen un aspecto fundamental: mientras Shirdel

    intenta buscar algo radicalmente diferente, la

    nocin de dbil de Eisenman requiere de mni-

    mas semejanzas de modo que pueda general

    relaciones inesperadas, como las que conec-

    tan ambos diagramas. Si uno est advertido,

    es fcil descifrar las huellas de las vas y la

    estructura del cable ptico. Pero lo ms llama-

    tivo es el vnculo dbil que se produce cuando

    se lo localiza en el sitio: refuerza el borde de la

    calle y negocia un importante cambio de esca-

    la, logrando a travs de estas formas entrela-

    zadas conectar los edificios comerciales de

    tres pisos de enfrente con la autopista sobree-

    levada de atrs. Aunque totalmente no planifi-

    cada, esta conexin tiene el efecto de transfor-

    mar la lgica preexistente del sitio.

    Tomndolo de Deleuze, la DeFormacin se

    refiere a estos vnculos formales tentativoscon condiciones contingentes como afiliacio-

    nes, y generar estas afiliaciones es la estra-

    tegia clave de la DeFormacin respecto a la

    Orientacin. Se diferencian de las relaciones

    con el sitio porque no predeterminadas, sino

    que surgen del carcter formal, t