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Virgen Peregrina de Schoenstatt SECRETARÍA DE LA VIRGEN PEREGRINA SANTUARIO DE SCHOENSTATT Camino de Alcorcón, 17 - 28223 POZUELO DE ALARCÓN (MADRID) Tel: 91 709 00 15 Fax: 91 709 03 25 e-mail: [email protected] Donativo: BARCLAYS IBAN ES53 00650185270001035653 Virgen Peregrina de Schoenstatt triduo mayo 2O15 triduo mayo 2O15 Tercer día En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Queridas familias: La Virgen Peregrina viene a visitarnos en este mes de mayo, mes que tra- dicionalmente dedicamos a la devoción a María. Es el mes de las ores y con ellas queremos decirle a María cuánto la queremos, pero no sólo eso sino que le hemos abierto la puerta de nuestra casa, la hemos traído para que esté con nosotros de una forma muy especial estos tres días y como es su mes Ella también quiere regalarnos de forma extraordinaria su amor. El papa Francisco nos dijo a la Familia de Schoenstatt en la audiencia que tuvimos con él con motivo de los cien años de la Alianza de Amor y del primer Santuario de Schoenstatt: “el cristiano no tiene derecho ‘a ser huérfano’. Tiene Madre. Tenemos Madre”. Esta es la experiencia que Dios quiere regalar al mundo a través de la Alianza de Amor con María que nos propone desde cada Santuario de Schoenstatt, también desde los Santuarios Peregrinos con los que la San- tísima Virgen recorre el mundo: ¡Tenemos Madre! Abrámosle, pues, con conanza a Ella nuestra casa, nuestro corazón, presentémosla a nuestra familia, a nuestros seres queridos, para que pueda manifestarse como Madre y realizar en nosotros su misión de educarnos a semejanza de su Hijo, de conducirnos al corazón de Jesús y de Dios Padre. ¡Qué regalo tan grande para nosotros, para nuestra familia y nuestros seres queridos! Oración: Querida Madre y Reina: en este mes de mayo especialmente dedicado a Ti quiero rezarte muchas veces la pequeña consagración conscientemente, para entregarme de verdad a ti y entregarte también a todos los que Tú me confías: “Oh Señora mía, oh Madre mía, yo me ofrezco del todo ti, y en prueba de mi lial afecto te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo o Madre de bondad, guárdame, deéndeme y utilízame como instrumento y posesión tuya”. Amén. Reexión: “Una Madre cuida a su hijo hasta el n y trata de salvarle la vida hasta el n”. (Papa Francisco, audiencia a la Familia de Schoenstatt) Lo mismo nos recuerdan las palabras inscritas en el marco del cuadro de la Santísima Virgen en todos los Santuarios de Schoenstatt: “Servus Mariae nunquam peribit”. “Un hijo de María jamás perecerá” y que el Padre Ken- tenich explica diciendo: “Ella no puede permitir que su propiedad se pier- da, debe preocuparse de que un día llegue con toda seguridad al cielo”. De nuevo nuestro corazón se llena de esperanza y conanza: ¿Y si yo me consagro una y otra vez a la Santísima Virgen, de verdad regalándole mi corazón, reconociendo mi impotencia, acogiendo sus inspiraciones? Entonces Ella me tomará de su mano, me edu- cará y me conducirá hacia el corazón de Dios. ¿Y si yo le consagro una y otra vez a mis seres queridos? Ella irá tras ellos, los buscará allí donde estén, en sus caminos perdidos para rescatarlos y acercarlos al amor de Dios. ¿Y si yo le consagro una y otra vez al Santo Padre, a los Obispos, a los sacerdotes, a las familias, a los más necesitados?... Así podremos ser pequeños aliados de María en “su gran misión de depositar el mundo a los pies de Cristo”. (J.K.) Triduo_MarzoAbril.indd 1 Triduo_MarzoAbril.indd 1 22/3/15 14:40:01 22/3/15 14:40:01

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SECRETARÍA DE LA VIRGEN PEREGRINA SANTUARIO DE SCHOENSTATT • Camino de Alcorcón, 17 - 28223 POZUELO DE ALARCÓN (MADRID)Tel: 91 709 00 15 • Fax: 91 709 03 25 • e-mail: [email protected] • Donativo: BARCLAYS IBAN ES53 00650185270001035653

Virgen Peregrina de Schoenstatttriduo mayo 2O15triduo mayo 2O15

Tercer día En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Queridas familias:

La Virgen Peregrina viene a visitarnos en este mes de mayo, mes que tra-dicionalmente dedicamos a la devoción a María. Es el mes de las fl ores y con ellas queremos decirle a María cuánto la queremos, pero no sólo eso sino que le hemos abierto la puerta de nuestra casa, la hemos traído para que esté con nosotros de una forma muy especial estos tres días y como es su mes Ella también quiere regalarnos de forma extraordinaria su amor.

El papa Francisco nos dijo a la Familia de Schoenstatt en la audiencia que tuvimos con él con motivo de los cien años de la Alianza de Amor y del primer Santuario de Schoenstatt: “el cristiano no tiene derecho ‘a ser huérfano’. Tiene Madre. Tenemos Madre”.

Esta es la experiencia que Dios quiere regalar al mundo a través de la Alianza de Amor con María que nos propone desde cada Santuario de Schoenstatt, también desde los Santuarios Peregrinos con los que la San-tísima Virgen recorre el mundo: ¡Tenemos Madre! Abrámosle, pues, con confi anza a Ella nuestra casa, nuestro corazón, presentémosla a nuestra familia, a nuestros seres queridos, para que pueda manifestarse como Madre y realizar en nosotros su misión de educarnos a semejanza de su Hijo, de conducirnos al corazón de Jesús y de Dios Padre. ¡Qué regalo tan grande para nosotros, para nuestra familia y nuestros seres queridos!

Oración: Querida Madre y Reina: en este mes de mayo especialmente dedicado a Ti quiero rezarte muchas veces la pequeña consagración conscientemente, para entregarme de verdad a ti y entregarte también a todos los que Tú me confías: “Oh Señora mía, oh Madre mía, yo me ofrezco del todo ti, y en prueba de mi fi lial afecto te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo o Madre de bondad, guárdame, defi éndeme y utilízame como instrumento y posesión tuya”. Amén.

Refl exión: “Una Madre cuida a su hijo hasta el fi n y trata de salvarle la vida hasta el fi n”. (Papa Francisco, audiencia a la Familia de Schoenstatt)

Lo mismo nos recuerdan las palabras inscritas en el marco del cuadro de la Santísima Virgen en todos los Santuarios de Schoenstatt: “Servus Mariae nunquam peribit”. “Un hijo de María jamás perecerá” y que el Padre Ken-tenich explica diciendo: “Ella no puede permitir que su propiedad se pier-da, debe preocuparse de que un día llegue con toda seguridad al cielo”.

De nuevo nuestro corazón se llena de esperanza y confi anza: ¿Y si yo me consagro una y otra vez a la Santísima Virgen, de verdad regalándole mi corazón, reconociendo mi impotencia, acogiendo sus inspiraciones? Entonces Ella me tomará de su mano, me edu-cará y me conducirá hacia el corazón de Dios. ¿Y si yo le consagro una y otra vez a mis seres queridos? Ella irá tras ellos, los buscará allí donde estén, en sus caminos perdidos para rescatarlos y acercarlos al amor de Dios. ¿Y si yo le consagro una y otra vez al Santo Padre, a los Obispos, a los sacerdotes, a las familias, a los más necesitados?... Así podremos ser pequeños aliados de María en “su gran misión de depositar el mundo a los pies de Cristo”. (J.K.)

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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.V

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Segundo díaV

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Primer día En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración: Querida Madre y Reina, al recordar junto a ti todo el amor que nos tienes se enciende nuestro corazón y surge en nosotros el anhelo de demos-trarte nuestro amor, por eso en este mes dedicado a ti queremos ofrecerte muchas fl ores espirituales, muchos regalos de amor, momentos de oración, de estar contigo, de entregarte lo que llevamos en el corazón, de renuncias y vencimientos personales y así hacer crecer nuestro amor de hijos para que sea más autentico y profundo ¡Nada sin Ti, nada sin nosotros! Amén

Refl exión:

“Solos y valiéndonos únicamente de nuestras propias fuerzas no podemos resistir los ataques del orgullo, la sen-sualidad, la mentira, la pereza, la cobardía y la inconstancia; y mucho menos alcanzaremos el ideal de nuestra vocación. Lo sabemos por experiencia. (…) ¿A quién volverse sino a nuestra Madre? Aunque todos a nuestro alrededor nos abandonen, Ella nos será fi el; Ella se preocupa y cuida de nosotros”. (P. Kentenich Mayo 1914).

Estas palabras nos invitan a renovar nuestra confi anza en María ¡Ella es nuestra verdadera Madre y por eso estamos convencidos que se preocupa de cada uno de sus hijos! Y hoy está entre nosotros, en nuestra casa y nos ofrece vivir en Alianza de Amor, intercambiar nuestros corazones, nuestras capacidades, nuestros intereses. Sabemos que podemos contar con su ayuda para ser cada vez mejores cristianos, para vivir cada vez más con-secuentemente con el Evangelio. ¡No podemos desanimarnos ante las difi cultades y tampoco si nos sentimos

lejos del ideal! ¡Tenemos una Madre que nos ha buscado y ha venido hasta nosotros para ayudarnos, para mostrar-nos su amor, sólo necesitamos entregarle confi adamente nuestras necesidades, reconocer nuestra pequeñez y dejar que Ella nos guíe.

Refl exión:

“María es nuestra Madre. Nuestra verdadera y real Madre espiritual y sobrenatural, y no solamente nuestra Madre adoptiva o postiza. En calidad de corredentora colaboró efi cazmente para que la vida sobrenatural, la vida de la gracia, fuese una realidad en nosotros. María es nuestra Madre. Pasó a serlo cuando el Espíritu Santo la cubrió con su sombra, en el instante en que se convirtió en la Madre de Dios. Al pie de la cruz le fue dada la solemne confi rmación: “Ecce Mater tua”, “He aquí a tu madre” (Jn 19,27). Y desde entonces ella nos ama con un amor maternal verdadero, cálido, ferviente”.

Estas palabras las dirige el P. Kentenich a los congregantes marianos del seminario menor de los palotinos de quienes era director espiritual, el mes de Mayo de 1914 y les anima a que aprovechen este tiempo para hacer crecer su amor fi lial a María: ”Demuéstrale con seriedad a María que eres su hijo, y Ella te demostrará en la misma medida que es tu Madre”. (J.K.) También nosotros queremos hacer crecer nuestro amor de hijos a María con gratitud por lo que ha signifi cado para nosotros, porque ha estado a nuestro lado y nos ha ayudado en tantos momentos difíciles, porque de muchas maneras nos ha mostrado su amor. Dejémonos un rato para estar en su presencia y con Ella meditar y saborear esta verdad: “María es mi Madre”.

Oración: Querida Madre y Reina: Hoy pongo mi con-fi anza en ti rezando la oración:“En tu poder y en tu verdad fundo mi vida, en ellos espe-ro confi ando como un niño. Madre Admirable, en Ti y en tu Hijo, en toda circunstancia creo y confío ciegamente. Amén” (J.K.).

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