Teoría del conocimiento

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Jose Antonio gutierrez Teoría del conocimiento san Buenaventura La Teoría del Conocimiento, al igual que la metafísica es una rama de la filosofía la cual tiene como tema especifico el conocimiento. La teoría del conocimiento se ocupa del conocimiento, de cómo es posible conocer y que se puede conocer, además, de encargarse de establecer los criterios de validación y de analizar cómo se origina el conocimiento. Aunque el termino teoría del conocimiento fue introducido por Ernest Reinhold en el año de 1832 se puede decir que los orígenes de la teoría del conocimiento se remontan a la filosofía griega. Su definición se enuncia como la doctrina a cerca de las ideas sobre el conocimiento, la generación (formas de acceder a él) y la validez del conocimiento. A la teoría del conocimiento, a lo largo de la historia, se le ha dado varios nombres: gnoseología, epistemología y crítica. Muchos diccionarios toman emplean estos nombres como sinónimos, sin embargo si hay en varios de ellos una sutil diferencia. El termino epistemología se refieres mas a una teoría de la ciencia, el de critica a una dimensión 1

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Jose Antonio gutierrez Teoría del conocimiento san Buenaventura

La Teoría del Conocimiento, al igual que la metafísica es una rama de la filosofía la cual

tiene como tema especifico el conocimiento. La teoría del conocimiento se ocupa del

conocimiento, de cómo es posible conocer y que se puede conocer, además, de encargarse

de establecer los criterios de validación y de analizar cómo se origina el conocimiento.

Aunque el termino teoría del conocimiento fue introducido por Ernest Reinhold en el año

de 1832 se puede decir que los orígenes de la teoría del conocimiento se remontan a la

filosofía griega.  Su definición se enuncia como la doctrina a cerca de las ideas sobre el

conocimiento, la generación (formas de acceder a él) y la validez del conocimiento. A la

teoría del conocimiento, a lo largo de la historia, se le ha dado varios nombres: gnoseología,

epistemología y crítica. Muchos diccionarios toman emplean estos nombres como

sinónimos, sin embargo si hay en varios de ellos una sutil diferencia. El termino

epistemología se refieres mas a una teoría de la ciencia, el de critica a una dimensión

fundamental de la teoría del conocimiento y gnoseología seria lo mimo que teoría del

conocimiento en griego. El término que yo voy a emplear es Teoría del conocimiento.

Buenaventura propone en su teoría del conocimiento dos formas de cómo se da el

conocimiento: Uno es por la especulación y el otro por la revelación. El conocimiento por

especulación conocido también como contemplación intelectual nos lleva al conocimiento

de Dios especulándolo como causa ejemplar de los vestigios. Por lo tanto esta forma de

conocimiento comienza de las cosas sensibles para luego ascender por la razón,

entendimiento e inteligencia hasta el ápice de la mente. Este conocimiento sólo se alcanza

ejerciendo los sentidos ya que por ellos se da y penetra el conocimiento de todas las

creaturas que existen en el mundo sensible a nuestra alma. Esta primer forma de

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conocimiento no es un simple especulación racional “pues se apoya en la fe en la fe, la

escritura, y el don de la inteligencia: “es la cointuición intelectual, es decir, la aprehensión

de Dios en un efecto percibido bajo el influjo del don de la inteligencia”.1 La segunda

forma de conocimiento es la revelación. Este conocimiento es de tipo experimental pues es

Dios “quien se deja sentir interiormente en la persona por la gracia santificante y mediante

el don de la sabiduría y del amor”.2 Por lo tanto, el conocimiento por revelación es por el

cual Dios se da a conocer de una manera incomprensible a la mente. El conocimiento por

especulación está subordinado al dado por la revelación, pues para que se dé el

conocimiento por revelación necesario es que se trascienda a todo lo sensible incluso a la

ciencia y a la razón, pues que a Dios se llega sólo por el afecto y no por la razón.

Entonces, La teoría del conocimiento del Doctor Seráfico requiere de la ayuda

divina, puesto que para él el conocimiento se da por medio de la revelación. “porque por

mucho que se dispongan los grados interiores, nada se hace si no acompaña el auxilio

divino”.3 Todo conocimiento, desde una concepción bonaventuriana partirá de la oración.

“In hac oratione orando illuminatur ad cognoscendum divinae ascensionis gradus. Cum

enim secundum statum conditionis nostrae ispa rerum universitas sit scala ad ascendendum

in Deum; et in rebus quaedam sint vestigium, quaedem imago, quaedeam corporalia,

quaedam spiritualia, quaedam temporalia, quaedam aevviterna” […]4 La propuesta de que

todo conocimiento parte de la oración para nuestros tiempos puede ser invalida y juzgada

de irracional pero si nos remitimos al época de neutro autor es válida puesto que para los

1 Rossano Zas Friz De Col, La Teologia del Simbolo de san Buenaventura, Roma, Universidad Pontificia Gregoriana, 1997, p.129.2 Idem. 3 Itin. Ment. in Deum. c. I, n. 1.4 Itin. Ment. in Deum. c. I, n. 2. “Orando según esta oración somos iluminados para conocer los grados de la divina subida. Porque, según el estado de nuestra naturaleza, como todo el conjunto de las criaturas sea escala para subir a Dios, y entre las creaturas unas sean vestigio, otras imágenes, unas corporales, otras espirituales, unas temporales, otras eviternas”[…]

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medievales todo dependía de un ser supremo. San Buenaventura no es la excepción y para

el también todo dependerá de Dios, incluso el conocimiento, pues las facultades del alma, a

causa del pecado de Adán, quedaron cegadas e inhabilitadas para alcanzar por sí solas el

conocimiento. Por esta razón las facultades del alma necesitan de alguien que les devuelva

la luz.

Una vez expuesta a grandes rasgos la teoría del conocimiento bonaventuraian

avanzare a explicar los peldaños del conocimiento que el Santo Franciscano propone en su

teoría de la Iluminación.

La Iluminación

La doctrina de la iluminación, en buenaventura, traza el camino del alma para regresar a

Dios, este retornar se da por vía de la contemplación; el alma primero contempla a las

creaturas sensibles, luego a sí misma, y por último al ser perfecto. Este camino itinerarium

mentis in deum5 conduce a la mente por seis grados escalonados partiendo de las cosas

sensibles o sea los seres más alejados de Dios hasta llegar a Dios al Primer Principio. Este

camino de la mente (mens6) hacia Dios, Buenaventura lo divide en iluminaciones escalares,

las cuales están divididas en tres grupos que son una triple progresión objetiva,

“Speculationum progressus”.

I. Contemplación de Dios Por el Vestigio y en el vestigio. Por este el primer grupo de

iluminaciones nos dirigimos a Dios contemplándolo en las cosas sensibles

existentes fuera de nosotros.

5 El camino de la mente hacia Dios.6El término de mens San buenaventura lo define como la facultad o potestad del alma de mover al entendimiento y voluntad en sus actos. In. Lexicon Bonaventuriano

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II. Contemplación de Dios por la imagen y en la imagen. Por el Segundo grupo de

iluminaciones subimos a Dios contemplándolo en las cosas espirituales dentro de

nosotros.

III. Contemplación de Dios por la luz y en la luz. Por el tercer grupo llegamos a Dios,

Primer Principio, contemplándolo en la verdad eterna.

[…] ac per hoc quod perveniamus ad primum principium considerandum, quod est spiritualissimum et aeternum et supra nos, oportet, nos transire per vestigium, quod est corporale et temporale et extra nos, et hoc est deduci in via Dei; oportet, nos intrare ad mentem nostram quae est imago Dei aeviterna, spiritualis et intra nos, et hoc est ingredi in veritati Dei; oportet, nos transcenderé ad aeternum, spiritualissimmum, et supra nos aspiciendo ad primum principium, et hoc est laetari in Dei notitia et reverentia Maiestatis.7

Así como triple es la Speculationum Progressus que nos conduce a Dios, Vestigium,

Imago, primum principium, así también nuestra alma tiene tres formas de ver las cosas o

aspectos principales de los cuales debemos disponer para subir a Dios: Animalidad o

sensualidad, Espíritu, y mente.“Secundum Hunc Triplicen progressum mens nostra tres

habet aspectus principlaes. Unus est ad corporalia exteriora, secundum quem vocatur

animalitas seu sensualitas; alius intra se et in se, secundum quem dicitur spiritus; tertius

supra se, secundum quem dicitur mens.”8 Por lo tanto, el alma racional, desde la

concepción del Doctor Franciscano, es tripartita, siendo esta vegetativa, sensitiva e

intelectiva. Y así como seis son los grados de la subida a Dios, seis también son los grados

de las potencias del alma, “Potentiae animae”, Per quos ascendimus am imis ad suma, ab

7 Itin. Ment. in Deum. c. I, n. 2. “ […] para llegar a considerar el primer Principio, que es espiritualismo y eterno y superior a nosotros, es necesario pasar por el vestigio, que es corporal y temporal y exterior a nosotros — y esto e ser conducido por la senda de Dios—; es necesario entrar en nuestra alma, que es imagen eviterna de Dios, espiritual e interior a nosotros, — y esto es entrar en la verdad de Dios—; es necesario, por fin, trascender al eterno, espiritualismo y superior a nosotros, mirando el Primer Principio, y esto es alegrarse en el conocimiento de Dios y en la reverencia de la majestad.” 8 Itin. Ment. in Deum. c. I, n. 4. “En conformidad con esta triple progresión, nuestra alma tiene tres aspectos principales. Uno es hacia las cosas corporales exteriores, razón por la que se llama animalidad o sensualidad; otro hacia las cosas interiores y hacia sí misma, por lo que se llama espíritu; y otro, en fin, hacia las cosas superiores a sí misma, y de ahí que se llame mente”.

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exterioribus ad intima, a temporalibus ad aeterna.”9Estas potencias del alma son las

siguientes: Sensus, imaginatio, ratio, intelelctus, intelligentia et ápex mentis seu

synderesis10 scintilla. (Sentido e Imaginación, razón y entendimiento, inteligencia y ápice

de la mente o la centella de la sindéresis.)

Ahora explicare el cómo atreves de las iluminaciones la mente llega a la

contemplación del Primer Principio. Para esto es menester recordar que este itinerario de la

mente hacia Dios, el cual conduce a la mete por grados sucesivos y parte de las cosas

sensibles hasta llegar a Dios, está dividido en iluminaciones escalares, las cuales

buenaventura distribuye en tres grupos que son los siguientes: Contemplación de Dios por

el vestigio y en el vestigio, contemplación de Dios por la Imagen y en la imagen y por

último, contemplación de Dios por la Luz y en la Luz.

Contemplación de Dios por el vestigio y en el vestigio.

Este primer grupo de grados de la subida a Dios es por los vestigios y en los vestigios. Para

Buenaventura, Vestigio es el término que se aplica a las creaturas, tanto corporales como

espirituales, en cuanto lejana y distintamente representan a Dios como a causa determinada

e inconfusa—eficiente, formal y final—. El Vestigio, a diferencia de la sobra que

representa a Dios de una manera lejana y confusa y que solo va a insinuar ciertos conceptos

de Dios indeterminados y comunes como ser, vivir y entender, representa a Dios de una

manera todavía lejana pero de una manera más distinta es decir no confusa. Por estos

primeros dos grados del conocimiento, donde las cosas sensibles son vestigios y espejos

9Itin. Ment. in Deum. c. I, n. 6. “por los cuales subimos de lo ínfimo a lo sumo, de lo externo a lo íntimo, de lo temporal a lo eterno”.10 San Buenaventura la define como un don natural que guía la voluntad dirigiéndola e inclinándola al bien, a modo de cierto peso espiritual que la lleva a desear con rectitud.

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que reflejan a Dios, obtenemos un conocimiento integro del mundo el cual sólo es posible

si contemplamos a Dios por las cosas y en las cosas sensibles.

El primer grado de la subida a Dios es per vestigium, el alma comienza su itinerario

hacia Dios por el mundo sensible. Para san Buenaventura nuestros sentidos corporales van

a percibir las creaturas existentes, las cuales están fuera de nosotros, y estas creaturas

existentes fuera de nosotros, una vez percibidas por los sentidos, son penetradas por el

conocimiento intelectual el cual tiene la función de completar y perfeccionar la percepción

habida por lo sentidos. Sin embargo si se quiere alcanzar la sabiduría para san buenaventura

no basta el conocer las creaturas con la simple iluminación intelectual de objeto si no que es

necesario descubrir en las creaturas lo que realmente contienen. Estas creaturas contienen:

“la traza divina, el vestigio de Dios impreso en ellas por el acto creador, de donde dimana

toda luz que las ilumina en toda su amplitud y las hace inteligibles”.11 Los vestigios nos

conducen a Dios en cuanto consideramos a las creaturas, que son vestigios del Él, como

signos representativos de Dios, espejos12 clarísimos donde relucen las divinas perfecciones.

Buenaventura concluye este primer grado de la subida a Dios afirmando que en cada

creatura existe un resplandor del divino ejemplar pero aun mezclado con tinieblas, por eso,

las creaturas, vestigios de Dios, son como un simulacro de la sabiduría divina.

Una vez conocida la creatura como vestigio y habiendo llega a Dios por ella, se da

paso al segundo grado de la subida a Dios donde se contempla a Dios en el vestigio. En este

segundo grado también interviene el mundo visible, pero un mundo visible considerado en

su ser intencional o cognoscitivo, y en este mundo visible reluce Dios como un espejo.

11 P. León Amorós, P. Bernardo Aperriba etal., “Introducción” en San Buenaventura, obras completas, t. I, Madrid, BAC, 1947, p. 138.12 El término espejo, Speculum, tiene dos acepciones: se dice espejo exterior cuando nos referimos al mundo de las creaturas donde reverberan las divinas perfecciones. Espejo interior es nuestra propia alma, el cual es terso y pulido cuando está en posesión de todo género de virtudes. In Lexicon Bonaventuriano, Obras de San buenaventura, t. I, p.730.

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Sed Quoniam circa speculum sensibilium non solum contingit contemplari Deum per ipsa tanquam per vestigial, verum etiam in ipsis, in quantum est in eis per essentiam potetiam et praesentiam; Et hoc considerare est altius quam praecedens: ideo huiusmodi consideration secundum tenet locum tanquam secundus contemplationis gradus, quo debemus manuduci ad contemplandum Deum in cunctis creaturis, quad ad mentem nostrum intrant per corporals sensus.13

Este segundo grado de la subida a Dios, la contemplación de Dios en los vestigios, ya está

contenido de una manera implícita en el primer grado de la subida a Dios, la contemplación

de Dios por los vestigios, pues en el primer grado al igual que el segundo es por medio de

las cosas sensibles que se llega a Dios. Sin embargo es en el segundo grado en donde los

sentidos corporales, que especulan los vestigios, le informa al sentido interior acerca de las

creaturas externas según sus propiedades; es decir, para san Buenaventura nuestros cinco

sentidos son puertas por las cuales penetra el conocimiento de todas las creaturas que

existen en el mundo sensible a nuestra alma. “En efecto, por la vista entran los cuerpos

sublimes, los luminosos, y los demás colorados; por el tacto, los cuerpos sólidos y

terrestres; por los sentidos intermedios, los cuerpos intermedios, como los acuosos por el

gusto, los aéreos por el oído, y por el olfato los evaporables”.14 En este segundo garado de

la subida a Dios los sentidos son la base de todo nuestro conocimiento ya que por ellos

entran todos los cuerpos y sus movimientos y una vez aprehendidos por nuestros sentidos

“somos llevados como de la mano al conocimiento de los motores espirituales, como por el

efecto al conocimiento de la causa”.15

El alma ante el mundo ambiental que es trasladado por los sentidos a su interior,

tiene tres funciones: aprehender las cosas sensibles, deleitarse en ellas y juzgarlas.

13Itin. Ment. in Deum. c. II, n. 1. “Mas, como, en relación al espejo de las cosas sensibles, nos sea dado contemplar a Dios no solo por ellas como por vestigios, sino también en ellas por cuanto en ellas está por esencia, por potencia y presencia; y, además, como esta manera de considerar sea más elevada que la precedente; de ahí es que tal consideración ocupa el segundo lugar como segundo grado de la contemplación, que nos ha de llevar de la mano a contemplar a Dios en todas las creaturas las cuales entran en nuestra alma por los sentidos corporales”. 14Itin. Ment. in Deum. c. II, n.3. 15 Itin. Ment. in Deum. c. II, n.3.

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“Notandum igitur, quod iste mundus, qui dicitur macrocosmus, intrat ad animan nostram,

quae dicitru minor mundus, per portas quinque sensum, secundum ipsorum sensibilium

apprehensionem, oblectationem et diiudicationem”.16 Por la aprehensión entra en el alma

todo el mundo sensible pero no todo completo si no que primero entran en ella las cosas

sensibles y exteriores. Es necesario tener en cuenta que estas cosas sensibles y exteriores no

entran por sus substancias “sed per similitudines suas primo generatas in medio es de

medio in órgano et de órgano exteriori in interiori et de hoc in potentiam apprehensivam;

et sic generatio speciei in medio et de medio in órgano et conversio potentiae

apprehensivae super illam facit apprehensonem ómnium eorum qoae exterius anima

apprehendit”.17 Después de la aprehensión de las cosas sensibles exteriores le sigue la

delectación en la cual el sentido se deleita en el objeto percibido mediante su semejanza.

“La aprehensión de un objeto conveniente se traduce en deleite. Y todo deleite derivado de

la perfección de objetos convenientes nos lleva a la delectación fontal y verdadera que

existe en Dios”.18 La delectación se da por la semejanza encontrada en la cosa y que

después nos ha de remitir a la semejanza tal y como es Dios semejante así mismo

Posteriormente a la aprehensión y a la delectación “formase el juicio por el que no sólo se

juzga si esto es blanco y negro o si es saludable o nocivo, sino también se juzga y se da

cuenta de porque tal cosa deleita, acto en que se inquiere la razón de la delectación que del

objeto se percibe en el sentido”.19 En el juicio se juzga el deleite de la cosa, como es la

cosa, porque fue posible el conocer dicha cosa y es así que se da la especulación. “Por lo 16 Itin. Ment. in Deum. c. II, n.2. “se ha de observar, pues, que este mundo, que se dice macrocosmos, entra en nuestra alma, que s edice mundo menor, por las puertas de los cinco sentidos, a modo de aprehensión, delectación, y juicio de las cosas sencibles”. 17 Itin. Ment. in Deum. c. II, n.3. “sino por sus semejanzas, formadas primeramente en el medio, y el del medio en el órgano exterior, y del órgano exterior en el órgano interior, y de éste en la potencia aprehensiva; y de esta manera la formación d ela especie en el medio y del medio en el órgano y la conversión de la potencia aprehensiva a la especie hace aprehender todo lo que el alma aprehende exteriormente”. 18 P. L. Amorós, P. B. Aperriba et al., Op.cit., t. I, p. 548. 19 Itin. Ment. in Deum. c. II, 6.

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tanto el juicio nos lleva a especular con mas certeza la eterna verdad […] porque el juicio

realiza abstracciones análogas con la identidad de Dios, cosa manifiesta es que Dios viene a

resultar la razón de todas las cosas y la regla infalible y la luz de la verdad”.20

Por lo tanto todas las creaturas de este mundo sensible, en cuanto que son sobras,

resonancias y pinturas de aquel primer principio, llevan al que las contempla y degusta de

ellas al Dios eterno. Imposible es el conocimiento sin el contemplar a Dios por y en sus

vestigios. Estas creaturas sensibles, para san Buenaventura, no son solo Vestigia,

Simulacra, et spectacula nobis ad contuendum Deum; 21 también son signos que se nos dan

de modo divino, son ejemplares o copias. Para San Buenaventura las cosas sensibles

significan las perfecciones invisibles de Dios, puesto que Él es el origen, el ejemplar, y el

fin de las cosas creadas. “porque todo efecto es signo de la causa, toda copia lo es del

ejemplar, todo camino lo es del fin al que conducen.”22 Las creaturas son signos de Dios

que es su causa eficiente, son copia de Dios como causa ejemplar, y su fin es Dios como

Causa final de todas ellas.

Contemplación de Dios por la imagen y en la imagen.

Si en los dos grados anteriores hemos visto a Dios fuera de nosotros, en estos dos

grados le vamos a ver y conocer dentro de nosotros. En esta etapa de la subida a Dios

primero vamos a considerar a Dios por la imagen y luego en la imagen. Puesto que el alma

es verdadera imagen de Dios lo consideraremos por el alma y en el alma. Antes de proceder

con el desarrollo del segundo grupo de grados, es necesario que explique el termino Imagen

(Imago).El término imago consiste en la representación de Dios como objeto por la creatura

20 Itin. Ment. in Deum. c. II, 9. 21Cfr. Itin. Ment. in Deum. c. II, n.11. Vestigios, Simulacros, y espectáculos puestos ante nosotros para cointuir a Dios. 22 Itin. Ment. in Deum. c. II, n. 12.

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de una manera próxima y distinta; además la imagen nos conduce al conocimiento de los

atributos propios en la Santísima Trinidad. Esta representación de Dios solo radica en las

creaturas espirituales y es por la imagen que la creatura puede semejarse a Dios por

conocimiento y amor.

Primero, al buscar la razón última de nuestra actividad memorial, intelectiva y volitiva

estamos conociendo a Dio por el alma o por la imagen. En este grado se trata de especular a

Dios por su imagen impresa en las potencias naturales del alma. El alma con sus tres

potencias, memoria, entendimiento, y voluntad, es imagen de Dios uno y trino. Por lo

tanto, para san Buenaventura especulara a Dios por su imagen es especularlo a través de las

operaciones de las potencias del alma y de las relaciones que existen entre ellas. 23

“considera igitur harum trium potentiarum operationes et habitudines, et videre poteris

deum per te tanquam per imagenem, qoad est videre per speculum in aenigmmate.”24 Para

lograr la contemplación de Dios por su imagen es necesario que el alma se mire a sí misma

y va ser atreves de ella misma, por ser iamgo dei, como por un cristal especula a Dios, es

decir contempla a Dios en sí mismo. El alma se ve a sí misma y esta se ve cerca de Dios por

tres razones: Por las operaciones de la memoria, en donde logra ver verdades invariables,

por las operaciones de la inteligencia, la cual nada conoce con certeza, al menos que esta

sea enseñada de la eterna verdad, y por último cerca por las operaciones de la potencia

afectiva25, la cual proclama la fuerza y la atracción del sumo bien. “Vide igitur, quomo

23 Cfr. Itin. Ment. in Deum. c. III, n. 1.24 Itin. Ment. in Deum. c. III, n. 1. “Considera, pues, las operaciones y las habitudes de estas tres potencias y podrás ver a Dios por ti como por imagen, lo cual es verlo como por un espejo y bajo imágenes oscuras.”25 La potencia afectiva se puede considerar de dos formas: como voluntad natural cuando elige su natural instinto y voluntad electiva cuando obra según la deliberación y la libertad. Por eso en Buenaventura potencia volitiva y afectiva son usados indistintamente.

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anima Deoest propinqua, et quomodo memoria in aeternitatem, intelligentia in veritatem,

elecetiva potentia ducit in bonitatem summam secundum opertationes suas.”26

En el cuarto grado de itinerario de la mente hacia Dios se especula a Dios en la

imagen (en el alma). El especular a Dios en el alma, en un alma reformada por los dones de

la gracia, es especularlo en su imagen. Según Buenaventura, es necesario, que el alma sea

reformada ya que de no serlo le será imposible continuar con la subida a Dios. Por esa

razón, aun cuando se haya demostrado cuán cerca este Dios del alma, son pocos los que

logran especular en si mimos al creador. La razón de que esto pase, para san buenaventura

es muy obvia. El alma por estar tan distraída por las preocupaciones, no entra en si misma

por la memoria; el alma cegada con los fantasmas de la imaginación, no regresa a si misma

por la inteligencia, y el alma seducida por los vicios, no vuelve a si misma por el deseo de

la suavidad interior ni por el deseo de la alegría espiritual.27 “Ideo totaliter in his

sensibilibus iacens, non potest ad se tanquam a Dei imaginem reintrare.”28 Por lo tanto los

que verdaderamente anhelan contemplar a Dios en la imagen (en el alma) les es necesario

que su alma sea primero purificada, iluminada, y perfeccionada por los ejercicios de las

virtudes29 teologales30 y morales. Ya para concluir este cuarto grado es necesario tomar en

cuenta que Buenaventura en este grado propone el dejar la filosofía y la ciencia, que nos

fueron útiles para leer el libro de las creaturas en los tres grados anteriores, y pasar a ser

guiados por la fe y ser iluminados, iluminados y santificados por Cristo y para esto es

preciso el libro de la sagrada escritura ya que este libro trata ante todo de las obras de 26 Itin. Ment. in Deum. c. III, n. 4. “ve por aquí cuan próxima a Dios está el alma y cómo la memoria nos lleva a la eternidad, la inteligencia a la verdad y la potencia electiva a la suma bondad, según sus respectivas operaciones”. 27 Cfr. Itin. Ment. in Deum. c. IV, n. 1.28 Itin. Ment. in Deum. c. IV, n. 1. “por eso, postrada eternamente en esas cosas sensibles no puede entrar de nuevo en sí misma como en imagen de Dios”. 29 Para el santo filósofo Bue}naventura las virtudes son hábitos gratuitos que rectifican y vigorizan el alma para los actos esenciales de la vida sobrenatural. 30 A saber las virtudes teologales son tres: fe, esperanza y caridad.

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reparación. “Unde et ipsa praecipue agit de fide, spe, et caritate, per quas virtutes habet

anima reformari, et specialissime de caritate.”31Concluyendo este cuarto grado podemos

ver que para continuar con la subida a Dios es necesario reformar nuestra alma a la luz de

las virtudes teologales y de la sagrada escritura, debemos pasar de filosofía a la fe, solo así

podremos continuar con nuestro itinerario a Dios.

Contemplación a Dios por la luz y en la luz.

En estos últimos dos grados de la subida, estando los sentidos purificados y ordenados por

la gracia y una vez el alma purificada, perfeccionada e iluminada por las virtudes

teologales, se concibe a Dios de una manera más pura. “In hoc namque gradu, reparatis

interioribus ad sentiendum summe pulcrum, audiendum summe harminicum,odorandum

summe odoriferum, degustandum summe suve, apprehendendum summe delectabili,

dispunitur anima ad metals excessus.”32 En estos dos últimos grados Dios se da a conocer a

sí mismo por una revelación que se da por medio de la oración, por lo tanto pasamos del

conocimiento especulativo al conocimiento por la revelación.

En estos dos grados, por la luz y en la luz, el alma va a contemplar la Verdad eterna

en sí y sobre toda creatura. El alma deseosa de nuevas iluminaciones vuela sobre lo creado

para llegar al Primer Principio, que es luz infinita. Sin embargo el alma no lo ve en sí

misma, tampoco de una manera directa o intuitiva, pero si lo ve y lo conoce por medio de la

noción o especie de Dios que lleva impresa en la inteligencia, Por la luz de la verdad eterna,

31 Itin. Ment. in Deum. c. IV, n. 5. “ de ahí es que trata ante todo, de la fe, de la esperanza, y de la caridad, virtudes que tienen que reformar el alma , y especialmente de la caridad”. 32 Itin. Ment. in Deum. c. IV, n. 3. “Y es que en este grado, reparados ya los sentidos interiores para ver al sumamente hermoso, oír al sumamente armonioso oler al sumamente odorífico, gustar al sumamente suave y asir al sumamente deleitoso, queda el alma dispuesta para los excesos mentales”.

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que es Dios. 33 San Buenaventura, En esta última jornada del itinerario propone dos modos

o grados de contemplar las perfecciones divinas, dos modos o grados que versan Sobre

Dios. “Quorum unus versatur circa essentialia Dei, alius vero circa propia personarum.”34

El primer modo, Sobre sus atributos fija el aspecto del alma en el ser, dicens, quod qui est35

es el primer nombre de Dios. Y el segundo modo va fijar el aspecto del alma en el bien,

dicens, hoc esse primum nomen Dei.36 Aquí no es que Buenaventura este hablando de dos

nombres distintos de Dios ya que para el Santo Doctor el Ser y el Bien son nombres

igualmente primeros de Dios, Sin embargo el Ser hace referencia al modo como Dios se

manifestó en del Antiguo Testamento, “Yo soy el que soy” y el Bien al modo de

manifestarse en Nuevo testamento. Por el ser o por la luz se va contemplara a Dios de un

manera más genérica y confusa, ya que por el ser solo llegamos a la esencia de Dios; en

cambio por el bien o en la luz penetramos en la esencia o en la vida misma de Dios.

Ya habiendo contemplado a Dios fuera de nosotros por sus vestigios, dentro de

nosotros por su imagen, ahora nos elevamos a contemplarlo sobre nosotros, es decir, por la

luz impresa en nuestra mente, pues, según Buenaventura nuestra mente es informada de

manera inmediata por la Verdad eterna. El alma por este quinto grado contempla a Dios

directamente por su nombre primario que es el ser. Por lo tanto el alma en este grado se

dispone a contemplar a Dios por sus atributos esenciales. Es Primario y Último y por eso Él

es el origen y el fin de todas las cosas, es eterno y eternamente presente, de tal mono que él

contiene y penetra todas las duraciones, es simplísimo y máximo por lo cual se haya todo

dentro y todo fuera de las cosas, es actualísimo y eternamente inmutable y por ser así

33 Cfr. P. L. Amorós, P. B. Aperriba et al., Op.cit., t. I, p. 552.34 Itin. Ment. in Deum. c. V, n. 1. “El uno sobre sus atributos esenciales y el otro sobre las propiedades personales”.35 Cfr. Itin. Ment. in Deum. c. V, n. 2. “Dando a conocer que el que es es el primer nombre de Dios”. 36 Cfr. Itin. Ment. in Deum. c. V. n. 2. “Dando a conocer que el bien es el primer nombre de Dios”.

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permaneciendo estable da movimiento todas las cosas, es perfectísimo e inmenso y por eso

está dentro peor no incluido y fuera pero no excluido de las cosas; esta sobre pero no

levantado y debajo pero no postrado de todas las cosas. Es unicísimo y omnímodo; por ser

omnímodo es sumamente uno; “pues se ha de saber que el ser unicísimo es el principio de

toda la multitud; y, por lo mismo, es la causa universal que todo lo produce, que todo lo

ejemplariza, y todo lo termina […] Luego es omnímodo, no como si fuera le esencia de

todas las cosas, si no en cuanto es, en grado supremo, la causa trascendental y universal de

todas las esencias […]” 37

His ingitur sex considerationibus excursis tanquam sex gardibus throni veri salomonis, quibus pervenitur ad pacem, ubi verus pacificus in mente pacifica tanqum in interiori hiersolyma requiescit: tanquam etiam sex alis cherub, quibus mens very contemplative plena illustratione supernae sapientiae valeat sursum agi; tanquam etiam sex diebus primis, in quibus exercitari habet, ut tandem perveniat ad sabbatum quietis; postquamm mens nostra contuita est Deum extrase per vestigial et in vestigiis, intra se per imaginem et in imagine, supra se pr divinae lucis similitudinem supara nos relucentem et in ipsa luce, secundum quod possible est secundum statum viae et exercitium mentis nostrae; cum tandem in sexton gadu ad hoc pervenerit, ut speculetur in principioprimo et summon et mediatore Dei et hominum, Iesu Christo, et quorum similia in creaturis nullatenus reperiri possunt, et quae omnem perspicacitatem humani intellectus excedunt: restat, ut haec speculando transcendat et transeat non solum mundum istum sensibbilem, verum etiam semetipsam; in qou transitu Christus est via et ostium, Christus est scala et vehiculum tanquam propitiatorium super arcam Dei collocatum et sacramentum a saeculis absconditum.38

37 Itin. Ment. in Deum. c. VI, n, 7.38Itin. Ment. in Deum. c. VII, n. 1. “ Habiendo recorrido, pues, estas seis consideraciones, que son como las seis gradas del trono del verdadero Salomón médiate las cuales se arriba a la paz, donde el verdadero pacifico descansa en la mente ya pacificada como en una Jerusalén interior, o como las seis alas del querubín que el alma del verdadero contemplativo, llena de la ilustración de la celestial sabiduría pueden elevarla a lo alto; o como los seis días primeros, en los que debe el alma ejercitarse para por fin llegar al reposo del sábado, habiendo nuestro alma vuelvo a repetir, cointuído a Dios fuera de sí misma por los vestigios y en los vestigios, dentro de sí misma por la imagen y en la imagen , y sobre sí misma no sólo por la semejanza de la luz divina que brilla sobre nuestra mente, sino también en la misma luz, según las posibilidades del estado vial y del ejercicio mental ; después que ha llegado, en el sexto grado, hasta especular en el principio primero y sumo y mediador entre Dios y los hombres, a saber: en Jesucristo, maravillas que no teniendo en manera laguna semejantes en las cosas creadas , exceden en toda perspicacia del humano entendimiento, esto es lo que todavía: trascender y traspasar, especulando tales cosas, no sólo este mundo sensible, sino también a sí misma, tránsito en el que Cristo es el camino y la puerta, la escala y el vehículo, como propiciatorio colocado sobre el arca y sacramento escondido en Dios desde tantos siglos.”

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