NUEVO TESTAMENTO

ELEMENTOS INTRODUCTORIOS

PREPARADO POR LUIS MAURICIO ALBORNOZ OLIVARES

PRESBITERO

INTRODUCCION

La experiencia de la fe -que brota del encuentro del hombre con Jesús de Nazaret- nos permite, en esta ocasión, introducirnos en los aspectos fundamentales que recorren los textos constitutivos de la escritura neotestamentaria. El caminar del pueblo de Israel, reconocido en las letras del Antiguo Testamento, nos abren en los escritos de la Nueva Alianza, a un nuevo modo de concebir el sentido último de la Revelación, que se fue dando progresivamente a lo largo de la historia. A la luz del Nuevo testamento todo el devenir de Israel comienza a cobrar consistencia plena. La figura de Jesucristo -en cuanto Mesías prometido- vendrá a ratificar lo que se venía anunciando desde siglos. Después de todo es a la luz del acontecimiento Pascual de Jesucristo, desde donde valoramos y reconocemos el caminar de Dios en medio de su Pueblo.

Sabemos bien que a partir e la Encarnación del Verbo, la historia creyente de Israel cobra nuevos rumbos, que se traducen en sendas de plenitud para el hombre de fe, así nos sugiere el propio Pablo (Gál 4,4). Esta realidad indica toda una serie de nuevas miradas y nuevas comprensiones, que se irán asumiendo y comprendiendo paulatinamente por la Iglesia naciente. La Resurrección de Jesucristo es el centro de nuestra fe (1 Co 15,17) y es por tanto este hecho el que ilumina toda la Sagrada Escritura. Nuestra mirada siempre tendrá que considerar este acontecimiento como el hecho central de la Revelación de Dios.

El breve texto que a continuación presentamos, pretende ofrecernos una síntesis de la maduración creyente de la Iglesia primitiva,

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y la comprensión que la propia fe les fue suscitando respecto del acontecimiento de Cristo. Aquí encontraremos una breve descripción de los principales elementos que constituyen los escritos neotestamentarios, e intentaremos profundizar en sus estructuras más elementales.

Es importante señalar que este trabajo no culmina, en ningún caso, la profundización que eventualmente podríamos hacer de la situación vivida por el propio Jesús o la Iglesia que comienza a gestarse, no obstante puede ser una entrada que facilite un camino introductorio, a la maduración mas acabada de los textos del Nuevo testamento.

Nuestro trabajo comprende en un primer momento las caracterizaciones que dan identidad a los tiempos en que Jesús, reconocido en ellos como el Cristo, vivió su ministerio en medio de los hombres. En ello hemos ido recopilando antecedentes de diversas fuentes que distinguimos en los casos posibles. No obstante, en un segundo momento, nos introducimos al detalle que da cuerpo a los escritos que completan la obra neotestamentaria. Confiamos así en que el pequeño esfuerzo que aquí plasmamos, nos abra las puertas a una siempre mejor comprensión de este Dios que toma la iniciativa para venir en búsqueda del hombre, y que reconocemos en la faz de Jesús de Nazaret.

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Tema 1: JESUS Y SU TIEMPO

Los diversos acontecimientos en los que el hombre se enfrenta en todo tiempo y lugar, justifican de algún modo, las situaciones que en este mismo tiempo le toca enfrentar. Muchos hechos solo se comprenden a la luz de los acontecimientos de su presente histórico, con todo lo que esto acarrea y significa. Esta realidad no es ajena al ministerio de Jesús y la Iglesia primitiva.

En ocasiones el mismo Evangelio solo se hace posible comprenderlo por las circunstancias que rodearon los hechos y que marcaron su impacto inmediato, de otro modo, el descontextualizar las situaciones, nos pueden conducir a realizar afirmaciones falaces que pueden desembocar por tanto, en anuncios falaces, distanciándonos de la verdad. A continuación presentamos algunos elementos constitutivos del tiempo histórico que le tocó vivir a Jesús, y por tanto también a la primera Iglesia. Pensamos que esto resultará una ayuda clarificadora a la hora de enfrentarnos con los textos eclesiales primitivos.

1. La Geografía

Palestina ha ejercido una inmensa influencia en la historia del mundo si consideramos su proporción, su tamaño y sus recursos naturales. Su prominente papel, en la determinación de la vida religiosa del mundo moderno, es sorprendentemente diversa. Si miramos su

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geografía nos encontramos con realidades bien distintas para una porción tan pequeña.

Al norte se encuentran los montes Líbano, el sur llegaba en la antigüedad hasta la ciudad de Beerseba, al este el Mar Muerto y al oeste el Mediterráneo. Palestina era considerada por muchos el centro de la superficie terrestre dado que por ella pasaban las rutas que unían Europa, Asia y Africa.

Palestina es un país pequeño, pero tiene una configuración muy variada. Se distinguen cinco regiones físicas paralelas que con cierta modificación se extienden a lo largo del territorio, ellas son:

1.1 Llanura Marítima: Se extiende por la costa Mediterránea como una franja estrecha que va dilatándose hacia el sur. Es de tierra ondulante y altamente productiva, cuya altura oscila entre 45 y 75 m.

1.2 Sefela: Regada por los torrentes Besor y Sorec, y de suelo muy apropiado para el cultivo de olivos, uvas y granos, la sefela está formada por las ramificaciones de los contrafuertes del altiplano de Judá. Era la histórica comarca de disputa entre los israelitas y los filisteos, y en una postrera época entre los greco-sirios y los macabeos.

1.3 Cordillera central: Es una continuación de la cordillera del Líbano que se extiende de norte a sur, desde las faldas del Líbano hasta el desierto de Arabia. Esta región se subdivide en: Alta Galilea, Baja Galilea, La tierra montañosa de Samaria, Judá, y el Negeb.

1.4 Valle del Jordán: Constituye la gran Falla Geológica, que se extiende desde Siria entre las cordilleras del Líbano y Antilíbano a través de Palestina hasta Ezión-Geber. Propiamente dicho, el término se aplica a

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aquella parte de la quiebra entre los mares Tiberiades y Muerto, llamado por los árabes el "Ghor" que quiere decir "Hondonada". Por razones desconocidas se ha hundido la superficie de la tierra aquí, para formar la depresión más profunda del mundo.

1.5 Altiplanicie Oriental: Es la prolongación del Antilíbano. En su conjunto los montes de esta región son más uniformes, más pendientes y de mayor elevación que los de Palestina Occidental, alcanzando una altura de 850 m. Las divisiones de esta región son: Basán, Galaad y Moab.

2. Geografía PolíticaEstaba formada por Circunscripciones, Monarquías y Provincias:

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Provincias al Oeste del Jordán: Judea: Era la más grande de Palestina, pues abarcaba el territorio que antiguamente correspondía a las tribus de Judá, Simeón, Dan, y Benjamín. Es la región de las montañas mas altas, quebradas y secas, en el centro de esta zona se encuentra Jerusalén. Más hacia el Jordán todo es mas seco, hasta el punto de ser conocido como el desierto de Judá. Los Romanos pusieron como rey de Judá a Herodes.

Samaria: Era la provincia central de Palestina, situada entre Judea y la cordillera del Carmelo. Constituye el corazón geográfico del país, existiendo pequeños valles fértiles entre las montañas. Los samaritanos tenían la reputación de ser gentes descontentas que sabían abrigar sentimientos de odio y venganza. Además existía una gran división entre judíos y samaritanos pues, para los judíos los samaritanos se habían mezclado con las naciones paganas y por eso no pertenecían al pueblo elegido.1

1 Esta mezcla fue la consecuencia de la invasión Asiria del siglo VIII a. de C. que dispersó a los israelitas del Reino del norte, y los introdujo en culturas y credos diversos a los de la Alianza provocando la antipatía de los repatriados de Babilonia. Ver Diccionario de términos religiosos y afines, Aquilino de Pedro, Verbo divino, Pamplona,

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Galilea: La más septentrional de las provincias occidentales, comprende todos los territorios al norte de Samaria hasta el monte Líbano, extendiéndose de este a oeste, entre el mar Mediterráneo y Fenicia y Mar de Galilea. Se llamaba Galilea de los gentiles, en razón de hallarse poblada de fenicios, árabes, egipcios, sirios, etc. Aquí Jesús desempeña la mayor parte de su ministerio.

Por su parte el río Jordán tiene su origen en una serie de arroyos que nacen en las laderas del Hermón. Saliendo de este pantano el Jordán baja rápidamente hasta llegar al lago de Genesaret (mar de Tiberíades o mar de Galilea). Aquí se desarrollan todas las escenas de pesca de los evangelios. Al sur del lago renace el Jordán bajando hasta llegar al mar muerto. La base de la alimentación la constituyen el trigo y la cebada, cultivada especialmente en Galilea. Los higos, los olivos son muy importantes (aceite) y la viña crece solo en Judea, existiendo además abundancia de frutas y legumbres.

Provincias al Este del Jordán: Perea: Designada en el Nuevo testamento como "la otra parte del Jordán", (Mt 4,25) se aplicaba a la franja del terreno que se extendía a lo largo del Jordán desde un poco al sur de Pella hasta Arnón. Decápolis, Decca (diez) y Polis (ciudad): No era un territorio preciso, por consiguiente no debe considerarse como una jurisdicción política. En el sentido más limitado de la palabra se refiere a diez ciudades griegas bajo la protección del Gobernador de Siria.

3. Situación Política

1993, pp. 246

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En el siglo I las autoridades políticas son las religiosas, así como los movimientos religiosos son los partidos políticos. Durante el ministerio de Jesús gobierna en Galilea el rey Herodes, en Judea y Samaria están el gobernador romano Poncio Pilatos, y en Judea además del gobernador está el Sanedrín con el Sumo Sacerdote a la cabeza.

Desde el punto de vista religioso prevalece el judaísmo, movimiento religioso que emerge a partir de la vuelta del destierro en Babilonia, situado temporalmente entre los años 538 a. de C. al 135 d. de C. Los romanos gobernarán Palestina entre el 63 A. de C. y el 135 d. de C y mantendrán como gobernantes a los reyes judíos de la dinastía herodiana, que no tendrán un poder real pero darán a los judíos la idea de independencia.2 En el año 66 d. de C. se inicia una rebelión Judía que termina con la destrucción del templo de Jerusalén y la derrota total en agosto del año 70.

Herodes el Grande, intentó siempre complacer a Roma, le gustaban los espectáculos y su reinado fue bastante próspero. Después de él quedó Arquelao como rey de Judea y Samaria, y Herodes Antipas como rey de Galilea. El año 6 d. de C. el emperador Augusto depuso a Arquelao y quedó en su lugar un procurador romano.3

El cargo de jefe de cobradores de impuestos se remataba en subasta pública. Este a su vez contrataba a cobradores para asegurar el impuesto al Emperador, que era garantizado por él mismo. Eran llamados publicanos (estafadores públicos, pues cobraban más de lo

2 Para una comprensión sencilla y completa de los procesos históricos de Israel, en los últimos seis siglos previos a Jesucristo se puede leer a Miguen Angel Ferrando, Iniciación a la Lectura de la Biblia, Mundo, Santiago, 1995, pp. 51-793 Ver, op. cit. Ferrando, pp. 83-86

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debido) y su función los desacreditaba para el culto, pues eran considerados impuros, por su contacto con extranjeros.

4. El Culto JudíoEl gobierno religioso en Israel lo detentaba el Sanedrín, que era

una especie de corte suprema. Se trata de un consejo que asesora al sumo sacerdote, jefe supremo de la nación. Juzga los delitos contra la ley, fija la interpretación de la misma y controla finalmente toda la vida religiosa. Funciona en el templo y se compone de 71 miembros; los sumos sacerdotes depuestos, los sacerdotes de rango superior (en los evangelios llamados jefes de los sacerdotes o sumos sacerdotes), los senadores o ancianos y escribas.

El templo es el centro de la vida de Israel (ocupa un quinto de la ciudad de Jerusalén). Su patio más externo se llama atrio de los gentiles; allí están instalados los comerciantes que venden corderos bueyes y palomas necesarios para el culto. También están los cambistas que venden las monedas del templo. Atravesando un muro se puede acceder al patio de las mujeres, luego está el patio de Israel y luego el de los sacerdotes, en cuyo centro está el altar de los sacrificios. Frente al patio de los sacerdotes esta el Santo, el edificio central en forma de un perfecto cubo. En el interior existe una sala separada por una cortina, cruzando la cortina se encuentra el Santo de los Santos. El Lugar más sagrado del templo, que antes contenía el arca de la alianza (extraviada durante el exilio) y que ahora está vacío.

El culto tenía lugar en el templo y consistía en quemar animales enteros o al menos sus vísceras y su grasa (sacrificios por el pecado y sacrificios de comunión) como una forma de hacerlos pasar del ámbito

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humano al divino. Lo único que no se quemaba era la piel, que se convertía en propiedad de los sacerdotes. Los corderos se sacrificaban todos los días como sacrificio perpetuo (uno por la mañana y otro por la tarde).

El israelita que deseaba ofrecer sacrificios pasaba por los diferentes patios del templo hasta ubicar a un sacerdote identificado por su vestidura (lino blanco). Un gentil o una mujer podían ofrecer sacrificios pero les estaba prohibida la entrada a los patios interiores.

El templo es a la vez banco y mercado, sede de la autoridad política y centro de vida religiosa. En su interior funciona el sanedrín con el sumo sacerdote a la cabeza.4 Por su parte la Sinagoga es la casa de oración de cada pueblo Judío, allí todos los sábados se lee la palabra de Dios (Toráh y profetas). Aunque cualquier Judío podía comentar las escrituras generalmente esta tarea la asumían los escribas.

Los sacerdotes eran la nobleza por excelencia de Israel, realizaban los sacrificios. Provienen de la tribu de Leví y existían familias sacerdotales, ser sacerdote era hereditario.

Los ancianos o senadores eran los que componían el Sanedrín, eran jefes de las principales familias laicas del país. Se trata de grandes latifundistas y comerciantes. Están muy vinculados a los sumos sacerdotes y al Templo. Son Saduceos, ligados al poder romano. Muchos de ellos son jefes de cobradores de impuestos.

4 Señalemos que el Sumo sacerdote era el responsable de la ley y del templo, presidente del Sanedrín y es el único que puede entrar una vez al año en “el santo de los santos”. Es el jefe indiscutible del pueblo. Cf. Charpentier Etienne, Para Leer el Nuevo testamento, Verbo Divino, Pamplona, 1984, pp.27.

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5. La Clase Religiosa y Política

Los saduceos5 son un grupo muy ligado a los sumos sacerdotes, se trata de gente de fortuna que lleva una vida de lujos. Aceptan como palabra de Dios solo el Pentateuco, rechazando las nuevas doctrinas en espera de un Mesías o la resurrección de los muertos. Toman la doctrina de la retribución. Tienden a aplicar la ley solo al interior del templo, lo que les deja libertad en el obrar fuera del templo. Su bienestar radica en el templo, por tanto, cualquier amenaza en torno a éste puede resultar riesgosa.

Los Esenios tenían una vida parecida a la monacal, pero algunos eran casados. Apegados a la Torah y a las reglas de pureza. Para ser puros se bañaban varias veces al día y renunciaban ir al Templo. Tuvo amplia acogida en ellos la apocalíptica que concibe la realidad como dividida en dos partes: celeste y terreno, en el primero suceden anticipadamente los grandes acontecimientos que tienen en la tierra una especie de reflejo tardío. La lucha celestial de grandes monstruos se traduce en la tierra como la caída de grandes imperios. Se consideraban el ejército sagrado de Dios, que entraría en acción en el momento que Dios diera la señal.

Los Zelotes son grupos dispersos que están detrás de una serie de brotes de insurrección armada. Consideran que Dios a dado a su pueblo la tierra, pero a cambio de ella, no tolera ninguna transgresión a la Torah y al templo, por lo que ejecutan sin piedad a los judíos transgresores. Están convencidos que del riguroso cumplimiento de la ley y de sus acciones de limpieza, depende la llegada del Mesías y del 5 Para todas las comprensiones de los diversos grupos religioso-políticos que circundan Israel en tiempos de Jesús se puede consultar en diccionario bíblico abreviado, Paulinas, Madrid, 1985 o en Vocabulario de teología bíblica, X. león-Dufour, Herder, Barcelona, 1990.

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reino de Dios. Este último se entiende a modo apocalíptico. La imagen que tienen del Mesías es de un caudillo al estilo davítico.

Los Fariseos son un grupo más numeroso, mejor cohesionado y de mayor prestigio en Israel. Se organizan en base a pequeñas comunidades cuyos miembros pertenecen a todas las clases sociales, particularmente a las más modestas. Casi todos los escribas son fariseos. Propugnan un cumplimiento lo más riguroso posible de la ley, a la cual se le suma la tradición oral. Según ellos solo una parte de la ley dada a Moisés se puso por escrito, y el resto fue transmitida oralmente por Moisés a los profetas y luego a los sabios y escribas. Esta ley oral se hizo cada vez más importante. En el fondo el fariseo busca ganarse la salvación mediante buenas obras. Tienen gran desprecio por el pueblo al que consideran ignorante y por tanto incumplidor de la Torah.

Los samaritanos son una nación diferente ubicada en la región de Samaria, su origen se encuentra en el reino del norte. Los asirios habían deportado parte de los habitantes y colocaron en esa zona colonos mesopotámicos que habrían fundado una secta sincretista, con la ayuda de un sacerdote local. Aceptan el Pentateuco y siguen con rigor sus prescripciones, pero rechazan todos los demás libros, no reconocen a Jerusalén como la ciudad santa de Israel ni su templo. Para ellos el único lugar de culto es el monte Garizín, que se eleva sobre la ciudad de Siquem. También esperan a un Mesías, una especie de nuevo Moisés, estas diferencias provocan una profunda enemistad con los judíos, para quienes los samaritanos son herejes.

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Tema 2: JESUS Y EL EVANGELIO

1. Significado de la palabra evangelioSignificado originalLa palabra Evangelio viene del griego aùaggélion, que se compone

de aù, que significa "bueno", y de aggelos, que quiere decir "mensajero". Por lo tanto, Evangelio significa literalmente buen anuncio, buena noticia. Más concretamente, aùaggélion significa, en la literatura griega antigua:

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La recompensa que recibe el mensajero que trae una buena noticia, específicamente la noticia de una victoria.

El mensaje mismo que trae el portador de buenas noticias. La noticia que se refiere a las actuaciones del emperador, su

nacimiento, advenimiento al trono, sus discursos, etc.

En la tercera acepción, la palabra tiene un sentido religioso, ya que el culto al emperador tenía ese sentido, y era lo mismo que anunciar una nueva era, en la que la paz, el bienestar y la felicidad se iban a imponer, de acuerdo con las creencias de aquel tiempo. Este sentido de la palabra aùaggélion tiene especial importancia para comprender su significado profundo en los escritos neotestamentarios.

2. El Nuevo TestamentoEn los evangelios se presenta el aùaggélion como la buena noticia

para los pobres (Mt 11,5; Lc 7,22). Se trata de la gran noticia que anuncia el Antiguo testamento: Dios va reinar y va a imponer su voluntad de manera definitiva (Sal 40,10; Is 52, 7). Este Evangelio se hace presente en la persona y la obra de Jesús (Mc 8,35;10,29), de tal manera que todo el actuar de Jesús es buena noticia (Mc 1,1 y 1,14). Esta buena noticia se refiere al Reino que Jesús predica (Mt 4,23; 9,35; 24,14) y se expresa, sobre todo, en la enseñanza de Jesús a sus discípulos y en la pasión del propio Jesús (Mt 26,13).

En la enseñanza de San Pablo, el evangelio es un término central y se refiere a la buena noticia según la cual Dios, por medio de la muerte y la resurrección de Jesús, ha realizado la salvación del mundo (Rm 1,1ss; 1Cor 15,1). Este evangelio tiene tal fuerza, que donde es predicado es una palabra eficaz que suscita la fe (Rm 1,16); realiza la liberación y la

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salvación (1 Cor 15,2); revela la justicia de Dios (Rm 1,17) y colma la esperanza de los hombres(Col 1,5.23).

Pablo habla, a veces, de su evangelio (Rm 16,25 ; 2Cor 10, 13-16), pero se trata en realidad del mismo evangelio que predica en Jerusalén (Gál 1, 6-9; 2 Cor 1, 13-16), que anuncia a todos los hombres que han sido liberados de la ley religiosa (Gál. 1,16). Hay que señalar que cada uno de los agentes escriturísticos que trabajan en la formación de los evangelios, están escribiendo para una comunidad cristiana en particular lo que -de algún modo- condiciona el mismo escrito de acuerdo a los intereses, particularidades y características de esta misma comunidad. Además cada uno de los autores tiene su propia impronta y, así, uno es el estilo de Mateo y otro el de Marcos, Lucas, Juan o , según decíamos, Pablo.6 Aunque este último no sea propiamente un evangelio.7

3. Origen y formación de los evangeliosA partir del s.II, la palabra evangelio se empezó a utilizar para

designar a los cuatro libros del Nuevo testamento que tratan de la vida, la muerte y la resurrección de Jesús. Por eso ahora hablamos, no sólo del Evangelio, sino además de los cuatro evangelios. Estos cuatro evangelios se atribuyen a Mateo, Marcos, Lucas y Juan.

6 Cifuentes Grez, Ramón Introducción a la lectura del Evangelio, San Pablo, Santiago, 1997, pp.167 Los primeros cristianos, lo mismo que nosotros, distinguieron entre el evangelio y los evangelios; el evangelio era el mensaje de Jesús y sobre Jesús, y los evangelios eran los escritos que contenían dicho mensaje. En los primeros siglos de la Iglesia fueron compuestos muchos de estos escritos. Cuatro de ellos fueron integrados en el Canon o lista de libros sagrados del Nuevo Testamento y se conocen con el nombre de evangelios canónicos; otros muchos, que no fueron recogidos en dicho canon, reciben el nombre de evangelios apócrifos. Ver, Comentario al Nuevo Testamento de La Casa de la Biblia, Sígueme, Madrid, 2000, pp.13

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Mateo es el publicano al que llamó Jesús (Mt 9,9) y que formaba parte de Los doce (Mt 10,3). Escribió su evangelio seguramente en Palestina, para los cristianos convertidos del judaísmo.

Marcos, llamado Juan Marcos, fue un discípulo de la comunidad de Jerusalén (Hch 12,12), que acompañó a Pablo en su apostolado (Hch 12,25; Fil 2,4) y también a Bernabé (Hch 15,37) del que era primo (Col 4,10); finalmente acompañó también a Pedro (1Pe 5,13). Escribió su evangelio -según una antigua tradición- en Roma.

Lucas nació probablemente en Antioquía, y fue médico (Col 4,14), de origen pagano (Col 4,10), compañero de Pablo en su segundo y tercer viaje (Hch 20,5ss) y durante su prisión en Roma (Hch 27,1ss). Parece que escribió su evangelio después de Mateo y Marcos.

Juan es el apóstol a quien se atribuye la redacción del cuarto evangelio8

(Mt 10,3 y Jn 21,24), era uno de los hijos de Zebedeo (Mt 4,21), que, se cree, tuvo una especial amistad con Pedro (Jn 13,23ss; 21,20-23), cosa que aparece confirmada por Lucas (Lc 22,8;Hch 3,1ss) y fue uno de los más particularmente estimados por Jesús(Mc 5,37; 9,2;13,3;14,33).

3.1 Formación de los evangeliosNo deja de ser curioso que los cuatro nombres indicados como los

autores de los evangelios, no se mencionan nunca ellos mismos en la obra que se les atribuye. Esta situación nos permite afirmar que el autor primero y fundamental de cada evangelio no fue una persona determinada, sino una comunidad o varias comunidades, que experimentaron la fe en Jesús de Nazaret y se dispusieron a promoverla.

8 En todo caso, una muy buena caracterización de los relatos evangélicos y demás libros del Nuevo testamento la podemos encontrar en El Nuevo Testamento, Historia, literatura, religión, Gerd Theissen, Santander, Bilbao, 2002.

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En estas circunstancias se conservaron los recuerdos, las palabras y los hechos de Jesús. Esos recuerdos se trasmitieron de memoria de unos a otros; en ocasiones en forma de frases y narraciones cortas -que fueron progresivamente transformándose en los contenidos propios que cada autor utilizó y después organizó- de acuerdo con su visión personal de las cosas y con su propio estilo literario.

ESQUEMA BASICO DE LA FORMACION DE LOS EVANGELIOS9

Con esto nos parece claro que el autor primero y fundamental de los evangelios es la comunidad primitiva o mejor, el conjunto de las primeras comunidades de creyentes. Estos conservaron en su memoria los recuerdos del Señor, seleccionaron aquellos materiales, se fijaron en unos más que en otros, pusieron su acento en determinadas palabras o determinados hechos de Jesús y a través de estos caminos diversoso, transmitieron su propia experiencia de fe.

9 Para una referencia mas acabada respecto de la formación de los evangelios se puede consultar con Gerd Theissen, El Nuevo testamento, historia, literatura, tradición. Sal Terrae, Santandrer, Bilbao, 2003, pp. 62-83.

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Lc

Jn 1 Jn 2

MtMc

Q

Jesús

Dichos

Hechos

Tradición Oral

De este modo, en cuanto obra literaria, los evangelios constituyen un género nuevo y particular que no se identifica con ninguno de los conocidos hasta la época. No se trata de simples biografías, como las que recurrentemente utilizaban los griegos para referirse a sus hombres destacados, pues el interés de los seguidores de Jesús de Nazaret no buscaban describir la historia externa del héroe y, mucho menos, su vida interior o su carácter. El sentido y objeto del evangelio radica en suscitar la fe en Jesús como Mesías e Hijo de Dios (Mc 1,1), para llevar a un compromiso personal con él y a un cambio de vida (Mt 7,24ss; Lc 6,47ss).

4. Los SinópticosPara comprender mejor el problema de la formación de los

evangelios, tenemos que estudiar los así llamados evangelios sinópticos. A los tres primeros evangelios: Mateo, Marcos y Lucas, se les llama evangelios sinópticos. La palabra sinóptico viene del griego synopsis, que significa perspectiva común.10 Por eso podemos llamar a estos tres evangelios "sinópticos", porque cuentan la vida y la actividad de Jesús de una manera bastante semejante y además porque, en muchas frases y pasajes enteros coinciden, de hecho con mucha frecuencia, utilizan las mismas expresiones y las mismas palabras.

Comparados con el evangelio de Juan, los tres sinópticos ofrecen un estilo muy similar: están ausentes las largas discusiones, propias de Juan; se encuentran dichos separados; los discursos son breves o compuestos de dichos cortos e independientes; abundan las parábolas. Los tres 10 Ferrando dirá que reciben el nombre de sinópticos porque se puede distribuir su texto en columnas paralelas de modo que coincidan los pasajes que relatan los mismos hechos o palabras de Jesús. Iniciación a la lectura de la Biblia, Miguel Angel Ferrando, Mundo, Santiago, 1995, pp. 94

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ofrecen el mismo esquema al presentar la actividad de Jesús: aparición de Juan Bautista, bautismo y tentaciones, labor en Galilea, viaje a Jerusalén, pasión y resurrección.

De igual modo respecto del tiempo de escritura de los evangelios y tomando en cuenta el proceso de formación de los mismos, resulta bastante claro que el evangelio más antiguo es el de Marcos, y a su vez, tanto Mateo como Lucas usaron a Marcos para redactar su propia obra.11

Mas aún podemos señalar que prácticamente todo el material de Marcos fue recogido y elaborado por Mateo o por Lucas,12 sólo pequeños trozos de Marcos no aparecen incorporados en las obras mateana y lucana.

Los evangelios de Mateo y Lucas poseen una considerable cantidad de material común que no encontramos en Marcos. Se supone que ambos lo tomaron de una fuente escrita anterior, que suele designarse con la letra Q.13 Pero resulta que esa fuente “Q” no se ha conservado independientemente por sí misma, por lo que hace una empresa muy difícil el intentar precisar su contenido preciso.14

11 En todo caso, debe quedar claro que Mateo y Lucas son independientes entre sí. Cf. Etienne Charpentier, El Nuevo Testamento, Verbo Divino, Pamplona, 1984, pp.1512 Esto queda claro ya que donde Mateo y Lucas coinciden con Marcos también coinciden entre sí y donde no coinciden con Marcos tampoco coinciden entre ambos. Así , por ejemplo, el evangelio de Marcos comienza con el bautismo de Jesús y no nos dice nada de la infancia de Jesús. Mateo y Lucas añaden los relatos de la infancia pero se diferencian entre sí: según Mateo Jesús procede de Belén; según Lucas de Nazaret según Mateo su familia son refugiados políticos que huyen a Egipto por causa de una matanza de niños en Belén; según Lucas pagan ejemplarmente los impuestos y viajan a Belén , en cumplimiento del decreto imperial, para inscribirse en el Censo de los impuestos. Cf. Gerd Theissen, El Nuevo testamento, historia, literatura, tradición. Sal Terrae, Santander, Bilbao, 2003, pp. 63-64.13 Inicial de la palabra alemana Quelle, que significa "fuente". Cf. Idem. pp.6514 Esto es lo que conocemos como teoría de las Dos Fuentes. Elaborada hacia mediados del siglo pasado, hoy es aceptada con mayor o menor convicción por la inmensa mayoría de los exegetas, tanto católicos como protestantes. Una de las dos fuentes en cuestión sería Mc, de quien dependerían Mt Lc en todos los relatos que tienen en común con él (triple tradición). Mt y Lc contienen también bastantes secciones, especialmente de los “dichos” de Cristo (así: el Sermón inaugural de Jesús)

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Aparte del material procedente de la fuente Q, queda una quinta parte de Mt y más de un tercio de Lc que representan material exclusivo de estos dos evangelios. Frente a estos es difícil tomar una postura definitiva, pues no existe acuerdo acerca de su origen. En general, los autores se niegan a admitir otras fuentes escritas, aunque eso tampoco se puede demostrar con seguridad. Muchos detalles de la cuestión sinóptica son prácticamente insolubles, pero, a pesar de eso, la figura de Jesús y su mensaje emergen de esos tres evangelios con claridad y firmeza literaria.

5. Así se formaron los EvangeliosLos antecedentes ya señalados nos presentan una idea sencilla del

proceso de formación de los evangelios que podemos explicitar, siguiendo el Concilio vaticano II de la siguiente forma..15

Primera etapa: CristoTodo comenzó con la predicación de Cristo. Una predicación cuyo

contenido innovador llamaba la atención y que se amoldaba notablemente al lenguaje del pueblo. Así se grababa en la mente de sus oyentes, que, en su mayoría, eran analfabetos y en los que la memorización cumplía una importantísima función. Junto a la predicación, se daba el "acontecimiento - Jesús",16 con la particularidad de una personalidad fuera de serie y una

desconocidas de Mc (doble tradición). Como, según la teoría de las Dos Fuentes, estos dos evangelios son independientes entre sí, habría que admitir que ambos se sirvieron de otra fuente a la que se llama Q. En cuanto a las secciones propias, tanto de Mt como de Lc, provendrían de fuentes secundarias que conocerían cada uno de ellos.15 Constitución dogmática Dei Verbum sobre la Divina Revelación Nº1916 Con esto tenemos que afirmar que la figura de Jesús de Nazaret y su actividad son un hecho. Los hechos admiten diversas interpretaciones, y en esta ocasión, los mismos creyentes primeros nos dan noticia de que no todo el mundo vio las cosas como ellos ni antes ni después de la muerte de Jesús. Muchos vieron en el a un falso profeta que desestabilizaba la situación política, y lo eliminaron. Cf. Angel Calvo y otro. Cristología elemental, Verbo Divino, Pamplona, 1991, pp. 94.

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actuación que provocaba la admiración, especialmente en el caso de los milagros. Y "los discípulos -prosigue la Dei Verbum- entendieron rectamente los milagros y los demás acontecimientos de la vida de Jesús".

Segunda etapa: los apóstolesLuego, a partir de la experiencia de la resurrección, expresada

litúrgicamente en el día de Pentecostés, los apóstoles empezaron a predicar una Buena Nueva que se centraba en la muerte y resurrección de su Señor (Kerygma), descubrieron su sentido profundo en la vida de los hombres, al volver a leer las Escrituras, fueron entendiendo progresivamente el designio de Dios.17

Por la presión de los acontecimientos, las persecuciones, las represiones, las necesidades de la predicación, y, desde luego, por una asistencia especial del Espíritu Santo, la fe de estos apóstoles adquirió más vigor. Ya no predicaban sólo la muerte y la resurrección sino todo lo que recordaban de la vida de Jesús. Al igual que su Maestro, los apóstoles hablaban el lenguaje del pueblo, por ser, casi todos, del pueblo mismo, y -siempre según la Dei Verbum- sabían "interpretar las gestas y palabras del Señor, según lo exigían las necesidades de los oyentes".

Tercera etapa: los escritores sagradosSiguiendo con nuestro esquema llegamos a los escritores sagrados

que consignaron por escrito la predicación apostólica. Primero empiezan a circular una multitud de breves escritos que sirven de guía para la predicación y el culto (dichos y hechos). Después de años, salen a la luz, uno tras otro, los cuatro libros que serán reconocidos como Evangelios. 17 El mensaje apostólico se sintetiza en el concepto del Reino de Dios que acontece en la persona de Jesús, que cumple la voluntad del Padre hasta su muerte. Esta voluntad es confirmada en la Resurrección. Jesús es el Cristo, porque en él ha llegado el Reino de Dios. Cf. Idem. pp. 94

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Recurren -como señalábamos- los unos a los otros, así como a otras fuentes, de una manera tan evidente y tan libre a la vez, que sus métodos de composición desconciertan, en no pocas ocasiones, a los historiadores del Nuevo testamento. Los cuatro evangelios manifiestan una finalidad común, la de servir a las Iglesias, pero dentro de ella, cada uno se asigna un objetivo propio, conforme a sus características propias, sus tendencias y las necesidades particulares de las comunidades a las cuales se dirigían. El maravilloso producto final es el que tenemos ante nuestros ojos.18

6. Los cuatro Evangelios y JesúsHablando de las características de cada uno de los Evangelios, nos

quedamos habitualmente en las exteriores. Se dice que Marcos es el más breve, que Mateo cita mucho el Antiguo testamento y que Lucas tiene el estilo más elegante, que Juan es más doctrinal, que Mateo tiene ocho bienaventuranzas y Lucas cuatro, y otros datos parecidos. No son datos inútiles. Pero, hay más, como por ejemplo las características de los Evangelios en la presentación de la fisonomía de Jesús. En otros términos nos planteamos la pregunta: ¿quién dice cada uno de los Evangelios que es Jesús? Veamos a continuación una breve reseña de cada uno de ellos.

6.1 Evangelio según san Mateo. El Jesús de Nazareth, aquí, es el que mejor podía responder a la espera del creyente judío conversos a la Buena Nueva, pero no del todo ubicados en su nueva fe. Esto nos descubre claramente que el evangelio de Mateo tiene como destino particular las comunidades venidas del judaísmo y que estaban en conflicto con el

18 Resulta notable que los escritos neotestamentarios dan testimonio de Jesucristo, su mensaje y su ministerio, como de aquel hombre que no puede ser caracterizado de otra manera que a partir de su unidad con el Padre. He aquí aquella propiedad específica que lo distingue y destaca en todos los instantes de su vida. Cf. Peter Hünerman, Cristología, Herder, Barcelona, 1997.

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judaísmo oficial.19 De ahí que el Jesús de Mateo es presentado con fuerza como el Mesías, el Cristo (16,16), predicador de una Nueva Ley. Pero las mismas luchas con los judíos que no querían entender, provocaron ataques duros contra el viejo orden de cosas que se pretendían mantener.

También hay que decir que el evangelio de Mateo es el evangelio de la Iglesia, en el encontramos destacadamente la figura de Pedro como jefe de la Iglesia y el cristianismo aquí anunciado se presenta éticamente consecuente con el judeocristianismo. El Jesús de Mateo habla y actúa al estilo de un gran rabino, comprensivo para con los judíos, pero rechaza todo malentendido. Tiene perfecta conciencia de su misión y se sabe encargado de establecer el verdadero Reino de Dios.

6.2 Evangelio según san Marcos. Coincide este con el primer Evangelio al destacar a Jesús como el Mesías enviado para establecer el Reino. Pero, aquí, las rupturas con el viejo orden de cosas no se marcan tanto por explicaciones y discursos, sino por el actuar mismo de Jesús. De hecho, desde el punto de vista meramente escriturísticos Marcos es muy breve en los dichos de Jesús.

Jesús se revela como el Mesías mediante sus milagros, signos de que ha llegado el Reino y de que se está derrotando a Satanás, origen oscuro de los males que abruman a los hombres. Pero a su vez la figura de Jesús presenta rasgos profundamente humanos: es de Nazaret, es carpintero, es hijo de María, siente compasión (Mc 1,40.) 19 Cumple las esperanzas de los judíos de una manera precisa. Según han profetizado las escrituras, procede de Belén, es llamado de Egipto, lo llaman nazoreo y se traslada a Cafarnaún (2,6.15.23;4,13-16). Mateo quiere demostrar el cumplimiento del Antiguo testamento en aquellos detalles que han determinado siempre la identidad de una persona: ¿Quiénes son sus antepasados? ¿de donde viene?. Cf. Gerd Theissen, El Nuevo testamento, historia, literatura, tradición. Sal Terrae, Santander, Bilbao, 2003, pp. 154

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Una proclamación fundamental en Marcos y que atraviesa todo el evangelio, es el compendio que se cita en Mc 1,15 : “El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva”. Marcos no deja pasar el fundamental anuncio de Jesucristo: el Dios que reina. En Jesús, Dios el Padre despliega su soberanía sobre toda la humanidad. El mismo Cristo, el reino personificado es lo que se ofrece ahora como gracia para ser acogido, es la oportunidad salvadora que se ofrece gratuitamente al Hombre; las curaciones, los milagros, las parábolas vienen a favorecer este anuncio del Dios que reina. Es en esta acción de Jesús y en el cómo se da a los hombres, donde acontece el reinado de Dios, y en esto no cabe otra enseñanza que la disposición a acoger el don. En esta acogida se encuentra la invitación a vivir la conversión que se hace también gracia, esta es la tarea que nos ofrece el dinamismo de la fe y Marcos no pasa por alto este anuncio.

La obra marcana nos da cuenta así la centralidad de su enseñanza, que suscita en el lector una nueva comprensión del Reino en la figura del Mesías. Acoger el evangelio será entonces reconocer en Jesús al Cristo. El Kyrios marcano proclama la novedad del reino y el evangelista proclama a su comunidad –y hoy día a nosotros- el misterio pascual, en razón a que en él y por él, Dios comienza a reinar en lo oculto de su presencia20 (Mc 4,26-29).

20 Tal es así que Jesús aparece en Marcos envuelto en una aura misteriosa –como si fuera un Dios desconocido sobre la tierra, en un cierto momento exclama: ¿Hasta cuando estaré con vosotros? (9,19). Cf. Gerd Theissen, El Nuevo testamento, historia, literatura, tradición. Sal Terrae, Santander, Bilbao, 2003, pp. 147

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6.3 Evangelio según san Lucas.21 El tercer evangelio nos parece bastante aproximado a Mateo. Esto lo descubrimos, por ejemplo, al presentar a Jesús como el punto culminante de la historia de la salvación, y como el que viene a realizar las promesas del Antiguo testamento. Lucas es el único de los sinópticos que da a Jesús el título de Salvador (2,11) y propone ingeniosamente a partir de los dichos y hechos de Jesús, un anuncio de las actividades de la Iglesia pos-pascual. La vida de esta Iglesia será vista como la obra del Espíritu, como el Mesías, pero no tanto como el Mesías de los judíos, sino el Mesías de los pobres.

Una lectura de Lucas, hecha desde los medios populares, hace ver la preocupación constante de las comunidades cristianas nacidas en ambientes griegos, por los problemas sociales. Este es el contexto histórico que explica por qué el Jesús de Lucas es excepcionalmente bueno, misericordioso: no es un rasgo del carácter del evangelista que aquí se revelaría, sino su comprensión de la bondad evangélica; esta misma comprensión agudizó su atención sobre la realidad social. De ahí que el Jesús tan bondadoso del tercer Evangelio es el mismo que tiene exigencias radicales tanto en lo personal como en lo social: 6,20-26; 18,29; 19,1-10; 23,39-43; etc.22

6.4 Evangelio de san Juan. Este Evangelio contrasta bastante con los demás. Más que en los otros tres, el Jesús de Juan es el Jesús pascual, el 21 Nótese que Lucas es el único de los evangelistas que no es judío, es de origen Sirio, médico de profesión y pagano convertido al cristianismo. También es autor de los Hechos de los apóstoles.22 La Biblia de Jerusalén señala al referirse a los sinópticos que El estilo de San Marcos es rugoso, lleno de arameísmos y a menudo incorrecto, pero impulsivo y de una vivacidad popular que está llena de encanto. El de San Mateo es también arameizante, pero más cuidado; menos pintoresco, pero más correcto. El de San Lucas es complejo: de calidad excelente cuando depende sólo de sí mismo, acepta ser menos bueno por respeto a sus fuentes, de las que conserva algunas imperfecciones aunque trata de corregirlas; en fin, imita consciente y maravillosamente el estilo bíblico. Biblia de Jerusalén, Desclée de Brouver, Bilbao, España, 1998.

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de la pasión y de la resurrección. La gloria (palabra muy usada aquí), tanto de la pasión como de la resurrección, transforma profundamente toda la interpretación de la vida y obra de Cristo.

Los signos en el cuarto evangelio, son instrumentos de manifestación de la gloria ya señalada, para aquellos que están dispuestos a seguir la dinámica de la fe. Quizás por eso Juan subraya, mucho más que los Sinópticos, el elemento extraordinario que envuelve a las acciones de Jesús. Por ejemplo: Lázaro llevaba muerto “tres días”, el ciego lo era “de nacimiento”..., etc.

El interés de Juan no radica en el efecto de los gestos de Jesús sino en el origen y fundamento. Por eso podemos decir que lo que caracteriza a los signos joánicos es su sentido revelador. Los signos, por tanto, dan a conocer la fuente y el origen de la actividad de Jesús, lo que alienta sus obras, la razón más profunda de su presencia entre los hombres.

En los Sinópticos el interés se centraba en el sentido del proceso de implantación del Reino mediante la lucha contra el poder del mal. Por eso es importante para ellos el enlace entre milagro y exorcismo. El cuarto evangelio ha ido por un camino de mayor profundización de la realidad de Jesús, en ser enviado del Padre. Los diálogos de Juan tendrán la función de desentrañar esta visión teológica estrictamente suya.

En san Juan, Jesús es el Verbo igual al Padre; es el camino, la luz, la verdad, el pan de vida, el rey de la verdad. La persona misma de Jesús es revelación y explicación de Dios en su realidad mas profunda, en su condición de Padre.23 San Juan le hace decir a Jesús: "yo soy", así, a secas, 23 Ferrando, Miguel Angel. Dios padre en el evangelio según San Juan, En anales de la

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como Dios Padre. Además el lenguaje habitual del cuarto Evangelio refleja, el pensamiento de su autor y no sólo el de Cristo. Se dan siempre las palabras de Cristo, pero a veces con interpretaciones marcadamente inspiradas por la vida de las comunidades llamadas joánicas.

Con todo, hay que señalar que el evangelio de Juan, representa el punto culminante en la historia de los principios religiosos del cristianismo, pues deducimos del propio escrito que estamos frente a una nueva religión que se organiza en torno a la figura cristológica y como consecuencia de ello se reconoce así misma como cristiana.

Tema 3: LA UTOPIA DE JESUS

1. El Reino de Dios24

1.1 El centro de la predicación de JesúsSi tuviésemos que afirmar –centrando nuestro trabajo- en cual es el

centro de la misión, predicación y mensaje de Jesús, afirmaríamos claramente su doctrina sobre el Reino de Dios. Jesús mismo da al reino de Dios el primer puesto en su predicación, lo que anuncia en los pueblos de Galilea es la buena noticia del reino. Como citábamos en el capítulo

facultad de teología, PUC, 1996, pp. 2624 El concepto de reino de Dios es propiamente una idea que encontramos en los escritos neotestamentarios, pero el tema proviene del Antiguo testamento que había esbozado sus grandes líneas al mismo tiempo que anunciaba y preparaba su venida. Ver, Vocabulario de teología bíblica, X. León-Dufour, Herder, Barcelona, 1990, pp. 762.

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precedente, el evangelio de Marcos lo ha resumido muy bien con estas palabras programáticas:

"Cuando detuvieron a Juan (el Bautista), Jesús se fue a Galilea a pregonar de parte de Dios la buena noticia. Decía: se ha cumplido el plazo, ya llega el Reinado de Dios. Conviértanse y crean la buena noticia"

(Mc 1,14-15).

Aquí nos encontramos con dos afirmaciones fundamentales: El mensaje esencial de Jesús fue su predicación sobre el Reino de

Dios. Esa predicación sobre el Reino es la Buena Noticia, el evangelio que

Jesús tenía que proclamar.25

Con este dato escriturístico, la gran riqueza de textos que se encuentran en el evangelio se pueden organizar -entre otras formas- alrededor de las siguientes ideas:

El reino de Dios es la Buena Noticia (Mt 4,23;9,35 Lc 8,1) El Reino está cerca y ha llegado con Jesús (Mc 1,15; Mt 4,17; Lc 10,11) Condiciones para entrar en el Reino: conversión, superar la justicia

farisea, hacerse como niños, etc.(Mc 10,17-25; Mt 3,2 Jn 3,3-5) El Reino de Dios es un valor absoluto (Mc 9,43-48;Mt 13,44;Lc 9,60) Los nuevos compromisos del reino: las Bienaventuranzas, el perdón, la

misericordia, la virginidad (Mt 5,1ss;18,23-25;Lc 12,32ss) Condición escatológica (Mt13,43;25,34; Lc 22,16) Los enemigos del Reino: la inconstancia, la seducción de la riqueza, el

diablo, los fariseos, etc.(Mt 13,18-22;23,13)

25 Mas aún los apóstoles reciben de parte de su Maestro la misión de proclamar el evangelio del reino (Mt 10,7).

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Explicación de la naturaleza y exigencias del Reino por medio de parábolas (Mc 4,26-29.30-32; Mt 13;18,23; Lc 13,21,29-31).

Esta muestra de textos evangélicos sobre el Reino de Dios nos confirma la relevancia de este concepto que encontramos en los escritos del Nuevo testamento: el mensaje del Reino es, sin duda, un tema central en la predicación de Jesús.

1.2 Un Reino que se despliega en la historia Hemos hablado de la relevancia del concepto Reino de Dios en la

predicación y misión de Jesús, pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de esto? Para explicar lo que es el Reino necesitamos primero aclarar el término. La palabra reino hace referencia al término hebreo malkut. Esta palabra tiene un sentido un tanto distinto al concepto de reino entendido a modo de territorio. En los escritos veterotestamentarios muy escasas veces se designa malkut a un reino en sentido local, un territorio. Encontramos el concepto referido mas bien al poder de gobierno, la autoridad, el poderío del rey. El mismo concepto malkut no nos dice nada respecto de una estructura determinada, sino que alude mas bien a algo que se está realizando. Por consiguiente, el Reino de Dios no es un concepto espacial, sino un concepto dinámico. De ahí que la traducción más adecuada no es la palabra Reino, sino Reinado de Dios.

1.3 Como entiende Jesús el reinoEl anuncio que Dios va a reinar equivale a afirmar que Dios va a ser

efectivamente el rey, es decir, que se va a imponer su designio y su voluntad. Tal como se afirmaba desde el Antiguo testamento (Mi 2,13; Ez 34,11; Is 40,9).

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Jesús predicó su mensaje a un pueblo imbuido de las ideas y tradiciones veterotestamentarias, por tanto, existía en Israel una corriente de pensamiento que expresaba el deseo de la venida de un rey que, por fin, implantara en la tierra el ideal de la verdadera justicia (Sal 44;72; Is 11,3-5). Para los israelitas, lo característico del rey es precisamente eso, establecer e implantar la justicia en el mundo, tal como se describe en el relato del rey ideal en los salmos 45 y 72. En consecuencia, para los israelitas, el significado del rey estaba determinado, entre otras cosas, por el sentido que la justicia tenía para ellos.

Esta justicia del rey, según la mentalidad de los pueblos de oriente y de Israel desde los tiempos más antiguos, consistía en defender eficazmente al que por sí mismo no puede defenderse. De ahí que la justicia consistía, para Israel, en la protección que el rey prestaba, o debía prestar, a los desvalidos, a los débiles y a los pobres, a las viudas y a los huérfanos. En este sentido, el testimonio más claro es el que nos suministra el Salmo 72.26

2. Sentido de las palabrasPara explicar el significado del reinado de Dios, Jesús utilizó, con

frecuencia, narraciones o historias breves en forma de parábolas. Una parábola es una narración simbólica de la que se desprende una enseñanza moral.27 De acuerdo con este planteamiento, Jesús destaca en 26 En este salmo se destaca el sentido que tenía, para los israelitas, la idea de la justicia y del rey, que era quien tenía por misión implantar en la tierra semejante justicia. Por eso, cuando Jesús dice que ya llega el Reinado de Dios, está dando a entender que, por fin, se va a implantar la situación anhelada por todos los descontentos de la tierra: la situación en la que va a realizarse efectivamente la justicia, es decir, la protección y la ayuda para todo el que por sí mismo no puede valerse, para todos los desheredados de la tierra, para los pobres, los oprimidos, los débiles, los marginados y los indefensos. Por eso se comprende que en la predicación de Jesús, el Reino es para los pobres (Lc 6,20), para los niños (Mc 10,14), para los pequeños (Mt 5,19), en general, para todos los que la sociedad margina y desestima.27 Dicho de otra manera, una parábola es una comparación concreta destinada a hacer comprender una enseñanza abstracta, de tal manera que la enseñanza se deduce de la comparación. Por eso, cuando se trata de interpretar una parábola, lo que interesa es

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sus parábolas la soberanía de Dios que se acerca y actúa en él (Mc 1,15; Lc 11,20), aunque "todavía está en camino" (Mt 6,10; Lc 11,3), no se sabe cuándo llegará (Mc 13,32; Lc 17,20-21). Se trata de la soberanía divina que impone eficazmente su voluntad por encima de los egoísmos humanos (Mt 21,41).

Este sentido de la parábola conduce al creyente a una vida coherente y consecuente, porque la soberanía de Dios exige esto de parte del destinatario humano de la palabra. Un ejemplo claro, en este sentido, es la parábola de los talentos (Mt 25,14-30). El talento encomendado a los hombres es el Reinado de Dios, que, aunque por pura gracia, como es el hallazgo de un tesoro (Mt 13,44), o de una perla preciosa (Mt 13,45), constituyen un acontecimiento incomparable con ninguna otra riqueza posible. Esto exige de todos una conversión total que me conduce a venderlo todo (Mt 13,44) por poseerlo.

Las parábolas privilegian lo que el mundo y la sociedad desprecian y atacan severamente lo que el mundo y la sociedad aplauden. Es el ideal desconcertante del Reinado de Dios, que supone y lleva consigo un cambio radical de las situaciones establecidas y seguras. De algún modo las parábolas nos van abriendo, en los evangelios, de un modo progresivo a la novedad que acontece con la llegada del Reino, que siempre se manifestará de un modo desconcertante, un ejemplo claro de las características de esta presencia paradójica del Reino lo encontramos en María, la madre de Jesús, en su himno de alabanza (Lc 2,51-53).

conocer los términos de la comparación, porque ahí está el secreto de la parábola. En la mayoría de los casos, la parábola contiene una paradoja, algo sorprendente, es decir algo que nos resulta llamativo y hasta escandaloso, por trastocar el sentido de las cosas y ser un ataque a nuestros convencionalismos y a nuestra mentalidad habitual. Es, precisamente, en ese golpe de extrañeza que nos produce la parábola, donde hay que buscar su enseñanza.

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3. Sentido de los milagrosLos milagros vienen a ser otro modo en que Jesús anuncia y

manifiesta esta presencia del Reino. Los evangelios cuentan muchos relatos de milagros realizados por Jesús, y que muchas veces tendemos a interpretarnos y referirnos a ellos apologéticamente, es decir, servían como pruebas para demostrar la divinidad de Jesús. Pero este no parece ser el sentido último del evangelio, al referirse a los milagros: un día, los fariseos le pidieron una prueba a Jesús "una señal". La palabra semeion significa "un milagro" (Mc 8,11). La respuesta de Jesús fue categórica: "¡Cómo!, ¡esta clase de gente busca una señal! Os aseguro que esta clase de gente no se le dará señal" (Mc 8,12;Mt 15,32-39). Por consiguiente, podemos afirmar que Jesús no tiene la intención de hacer milagros para convencer a los que no creían en él.

En la mentalidad de aquel tiempo, las enfermedades, los males y las desgracias eran señales de la presencia del mal, del poder Maligno. Por eso, los hechos prodigiosos que se atribuyen a Jesús, expresan que ya hay en el mundo alguien que es más poderoso que el Maligno. El bien del hombre triunfa sobre el mal. El Reinado de Dios está presente. En este sentido, se ha de entender la respuesta que da Jesús a los discípulos de Juan el Bautista: "id y contad a Juan..." (Mt 11,4-5; Lc 7,18-23). Pero ante todo, la buena nueva del Reino que Jesús predica y muestra presente en su persona, debe ser acogida por la conversión y la fe y de esta realidad los milagros son signos.

4. Lo que no es el ReinoDe todo lo que se ha dicho hasta ahora se desprenden algunas

consecuencias importantes:

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El Reinado de Dios no consiste en una situación que se vaya a implantar por la fuerza o la violencia. Los medios violentos para implantar la justicia, sin la libre disponibilidad de las personas a la causa del reino, no son los medios que aporta Jesús.

El Reinado de Dios no es el resultado de aplicar y vivir fielmente la Ley religiosa; en este sentido, Jesús defraudó las aspiraciones que tuvieron muchos de sus contemporáneos, sobre todo, de los fariseos.

El Reinado de Dios no es tampoco resultado de la práctica observante de las obras religiosas: culto, piedad, sacrificios, Jesús rechazó esta idea en su predicación defraudando a otros grupos como los saduceos.

El Reinado de Dios es la Buena noticia de la presencia activa de Dios en el mundo en la fraternidad. Por eso es Buena noticia especialmente para los pobres, los que sufren, los perseguidos y los marginados. La llamada a la fraternidad es el anuncio implícito de que los marginados de la sociedad van a dejar de serlo.

El hombre debe "cambiar su vida y su corazón, convertirse y creer en la Buena Nueva del Reino" (Mc. 1,14). Es el centro de la predicación de Jesús y los Apóstoles. Es la razón de ser del Reino: aplicarse a cada persona para arrancarlo de sus servidumbres y pecados y liberarlo para su destino eterno. Más aún, el Reino produce una renovación radical de las personas, más allá de un mero comportamiento ético y estilo de vida. Es el mensaje de Jesús a Nicodemo: "En verdad te digo, nadie puede ver el Reino de Dios si no nace de nuevo de arriba... El que no renace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios..." (Jn. 3,3ss).

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Para Jesús la entrada al Reino es un camino, un proceso (la semilla que crece y el grano de mostaza que se convierte en árbol, Mt 3,1; 13,31...), que exige una decisión absoluta (parábola del tesoro y de la perla, Mt 13,44-46).

5. El reino que esta envuelto en la IglesiaYa hemos señalado que el reino de dios es la salvación definitiva de

Dios que acontece en Cristo y que coincide con su persona. Para el hombre implica la donación de la paternidad de Dios en cristo y la liberación del pecado y de la muerte. El reino de Dios se realiza en la gracia y coincide con ella.28 De este modo, la Iglesia revela al Reino como fuente de este dinamismo y como su concreción histórica más perfecta. La Iglesia es el hogar del Reino en medio de nosotros, es su instrumento de expansión privilegiado. De una manera misteriosa, la Iglesia contiene el Reino.29

La experiencia de la Iglesia, comunidad y misterio, palabra y sacramento simultáneamente, es la experiencia privilegiada de la liberación interior. Es la experiencia de la irrupción del Reino en el tejido social: la fraternidad cristiana que ella está llamada a testimoniar es el signo más presente y esperanzador de que la superación del pecado es posible.

Como Cristo, del cual es su prolongación histórica por el Espíritu, la Iglesia también condensa el Reino. Así es en la Iglesia donde se aplican

28 Sayés, José Antonio. La Iglesia de Cristo, Curso de Eclesiología, Palabra, Madrid, 1999, pp. 46529 El Concilio Vaticano II lo dirá hermosamente en la constitución dogmática Lumen Gentium (5): Por eso la Iglesia, enriquecida con los dones de su Fundador, observando fielmente sus preceptos de caridad, de humildad y de abnegación, recibe la misión de anunciar el Reino de Cristo y de Dios, de establecerlo en medio de todas las gentes, y constituye en la tierra el germen y el principio de este Reino.

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primeramente las parábolas del Reino, la Iglesia, comunidad y misterio, es el fermento de la sociedad y la sal de la tierra. La Iglesia es el grano de mostaza que comienza modestamente hasta hacerse árbol robusto y capaz de acoger a todos los pueblos y culturas (Mt 13,32) y transmitir al mundo la luz de la fe (Mt. 5,15). Pero a diferencia de Cristo, la Iglesia puede obscurecer el Reino a causa de la fragilidad de sus miembros. Así, la Iglesia es la red con los peces buenos y malos y es el campo donde se mezclan el trigo y la cizaña hasta el fin de los tiempos.

Si no queremos anclarnos en una comprensión estática y meramente societaria de lo que la Iglesia es, tenemos que afirmar que, antes que todo su acontecimiento; es decir, algo que sucede en el decurso de la historia. No como el resultado del sentimiento de algunos o fruto de generación espontánea, sino como una creación del Espíritu en continuidad con un acontecimiento originario: la vida, muerte y resurrección de Jesucristo. Para que la Iglesia acontezca no basta sólo el deseo comunional de un grupo de admiradores de Jesús, sino su vinculación expresa a través de la acción del Espíritu, con el acontecimiento de Jesucristo.30 Donde hay Espíritu está Cristo y donde está Cristo encontramos el Reino.6. El reino es la vida futura

La Iglesia, la conversión y la liberación son las expresiones temporales del Reino; son el Reino anticipado en la historia pero limitado y obscurecido por ella. Aquí el Reino se da en plenitud, sin ambigüedades; se realiza más allá del tiempo y de la historia, realizando "la visión del Cielo Nuevo y de la Nueva Tierra, pues el primer cielo y la primera tierra ya pasaron" (Ap 21,1).

30 Cf. Tillard, J.M.R., La Iglesia Local, Eclesiología de comunión y catolicidad, Sígueme, Salamanca, 1999, pp. 428

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A esta Epifanía del Reino se refirió a menudo Jesús, como la clave para comprender su naturaleza misteriosa: "Les preparo un Reino como mi Padre me lo ha preparado a mí. Ustedes comerán y beberán en mi mesa en mi Reino..”. (Lc 22,29). A este Reino futuro convergen las tres anteriores dimensiones del Reino, y en él se funden para siempre. En el Reino futuro la Iglesia será "sin mancha ni arruga, ni nada parecido, sino santa e inmaculada" (Ef. 5,27); "embellecida como una novia engalanada en espera de su prometido... la morada de Dios entre los hombres" (Ap 21,2ss). Asimismo la conversión y liberación de la condición humana será plena e irreversible, pues en el Reino futuro enjugaremos todas nuestras lágrimas "y ya no existirá ni muerte, ni duelo, ni gemido, ni penas porque todo lo anterior ha pasado" (Ap 21,4).

TEMA 4: JESUCRISTO REVELADOR DEL PADRE

1. Dios Padre1.1 Una sorprendente novedad

Jesucristo nos presenta de modo totalmente novedoso el nombre propio de Dios, es decir, Padre. Con esto nos enfrentamos no solamente con un concepto o idea respecto de la realidad divina, sino con una afirmación que tiene que ver con una experiencia de fe. No se trata

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simplemente de una palabra, sino de una realidad sorprendente. Dios es creador, porque da la vida y es Padre, porque da su propia vida.

La imagen de Dios que nos presenta Jesús es una imagen llena de bondad y ternura para con sus hijos. Dios se muestra como Padre por su misericordia (Lc 6, 36); concede a sus hijos lo que necesitan (Mt 7,11) y les prepara la salvación definitiva (Lc 12,32). Si un hijo se aleja de la casa del Padre y reniega de su condición de hijo por el pecado, el Padre le perdona, sale a su encuentro, olvida todo y se alegra de su vuelta a la casa (Lc 15,11-32). Ante esta actitud de Dios, la del cristiano tiene que ser la de absoluta seguridad y confianza. El que permanece con Cristo en la fe, el que no se siente condenado por su propia conciencia (1 Jn 2,28) tendrá siempre la confianza de los que se acercan a El (1 Jn 5,14) y no se sienten fracasados lejos de El cuando vuelva (1 Jn 2,28). Dios es fuente y fundamento, pero no como algo impersonal, sino como Padre, pues con toda intención nos crea y con todo amor quiere estar con nosotros. Por esta misma razón es también compañero en el sufrimiento y la discriminación.31

San Pablo lo expresa admirablemente (Gál 4,4-7). Somos hijos de Dios, porque Dios nos ha dado, en su Hijo (Jn 1,12), su Espíritu, es decir, nos ha dado su propia vida y, con su vida, nos ha dado su amor. Se trata, por tanto, de que la misma vida de Dios ha sido depositada en el hombre (Jn 6,57; 1 Jn 3,9). En este sentido hemos de recordar la segunda carta de San Pedro, en donde la filiación divina es llevada a sus mismos orígenes: hemos nacido de Dios, y por ello "somos partícipes de la naturaleza divina" (2 Pe 1,4).

31 Torres Queiruga, A. El Dios de Jesús, aproximación en cuatro metáforas, Sal Térrae, Santander 1991, pp.32

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2. Dios Espíritu2.1 El Espíritu de Dios

El Dios viviente hace vivir a los hombres sus enviados, gracias a los cuales Israel tuvo las condiciones que posibilitarían un espíritu abierto, para recibir un misterio más perfecto: el de la Trinidad. Pero nada de ese misterio está descubierto todavía antes de la llegada de Jesús32. Mucho más tarde, cuando instruidos por el Nuevo Testamento, los doctores cristianos se vuelvan hacia el Antiguo, es entonces cuando proyectarán sobre el Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, toda la riqueza sembrada en los textos veterotestamentarios. Queremos citar aquí a San Gregorio Nacianceno, que a propósito del misterio de la Santísima Trinidad, sintetiza magistralmente la pedagogía de la revelación del Dios de Israel:

“El Antiguo Testamento anunció claramente al Padre, y al Hijo de una manera obscura. El Nuevo Testamento ha revelado al Hijo y deja entrever la divinidad del Espíritu. Ahora el Espíritu habita entre nosotros y se manifiesta más claramente. Cuando la divinidad del Padre no era reconocida aún, no habría sido prudente anunciar de un modo abierto la del Hijo; y cuando la divinidad del Hijo no era aún admitida, no había que imponer, si me atrevo a hablar así, una nueva carga a los hombres hablándoles del Espíritu Santo. Sino, tal como gentes que están fatigadas con un alimento excesivamente pesado, o que han mirado la luz del sol con ojos enfermos aún, habrían corrido el riesgo de perder las fuerzas ya adquiridas. Había que proceder, pues, por 32 Aunque podríamos señalar que de manera implícita la "trinidad" aparece ya en el relato sacerdotal de la creación. En los tres primeros versículos de la Biblia: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz". Gn. 1,1-3. Dios está gobernando. El Espíritu Santo está operando. El Verbo está creando. (el "verbo" "era en el principio con Dios" Jn.1:1-3).

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perfeccionamientos sucesivos, por “ascensiones”, según la palabra de David; había que avanzar de claridad en claridad, por progresos y avances cada vez más brillantes, para ver lucir la luz de la Trinidad”33.

El Nuevo testamento habla con frecuencia del Espíritu. Lo determina como Espíritu de Dios (Mt 3,16), del Señor(Lc 4, 18), de vuestro Padre (Mt 10,20), de Jesús (Hch 16,7), de Cristo (Rm 8,9). Particularmente en los escritos joánicos encontramos con mayor fuerza estas presencias que con el tiempo y bajo el trabajo creyente de la Iglesia naciente, lo reconoceremos como la tercera persona de la Trinidad. Este Espíritu ha sido interpretado por la teología católica como persona de la Trinidad divina. Procede del Padre (Jn 14,26) se distingue del Padre y del Hijo (Jn 15,26) y su acción se presenta en símbolos: la paloma (Mt 3,16), el viento (Jn 3,8), el agua (Jn 7,38), la lluvia que riega (1 Cor 12,13), el líquido que se derrama o donde uno se sumerge (Hch 2,17) y el sello que hace de los fieles propiedad de Dios (2 Cor 1,22).34

El Espíritu acentúa el sentido trinitario del acontecimiento salvífico y desvirtúa un espiritualismo lejano al acontecimiento histórico salvífico. Estas dos misiones están unidas intrínsecamente.El Espíritu:

Construye el cuerpo de Cristo (1 Cor 12). Impulsa la predicación y el testimonio (Mc 13,11). Nos hace vivir la fe de hijos (Rom 8,14). Nos configura con Cristo (2 Cor. 3,14-18).

33 Nacianceno, Gregorio. Los cinco discursos teológicos, Ciudad nueva, Madrid, 1995, pp.254.

34 En todo caso debe quedar claro que la obra de Dios en el mundo se debe a las tres personas de la Trinidad. Por esta actuación conocemos a Dios, ya que Dios revela sus planes realizándolos y, realizando sus planes se revela y comunica asi mismo. Ver El Espiritu Santo, dador de vida, en la Iglesia, al cristiano, Emiliano Jiménez hernandezEGA, Bilbao, 1993

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Universaliza Actualiza Interioriza la obra de Cristo (GS 22)

En el judaísmo contemporáneo de Jesús se pensaba que el espíritu equivalía a inspiración profética. Por eso en los evangelios, donde aparece Jesús en estrecha relación con el Espíritu, es reconocido por el pueblo como profeta (Mc 6,15) Y al mismo Jesús se le presenta considerándose como profeta (Lc 13,33).

Este hecho nos dice que el Espíritu de Dios que habita en Jesús es el que determina la orientación y dirección que ha de tomar su actividad. El Espíritu lo conduce a rechazar y a denunciar todos aquellos valores donde se sustentan los poderes de este mundo (Mt 4,1) a defender a los discípulos, cuando éstos, por su causa, sean conducidos a los tribunales (Mt 10,16-20). Sobre todo, lo lleva a proclamar la liberación para los oprimidos y los necesitados y anunciar la Buena Nueva a los desheredados de la tierra (Lc 4,18). Este mismo Espíritu profético es el que se comunica a la comunidad de los creyentes (Hch 2,17), lo cual marca una orientación definida de la Iglesia: asumir la obra y misión de Jesús hasta el final de los tiempos.

2.3 El Espíritu y la IglesiaConsumada, pues, la obra que el Padre confió al Hijo en la tierra (Jn

17,4), fue enviado el Espíritu Santo en el día de Pentecostés para que indeficientemente santificara a la Iglesia, y de esta forma los que creen en cristo pudieran acercarse al Padre en un mismo espíritu (Cf. Ef 2,18). El es el Espíritu de la vida o la fuente de la vida que salta hasta la vida eterna por quien vivifica el Padre a todos los muertos por el pecado hasta que resucite en Cristo sus cuerpos mortales.35

35 Sayés, José Antonio. La Iglesia de Cristo, Curso de Eclesiología, Palabra, Madrid,

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En el libro de los Hechos de los Apóstoles se destaca de forma especial la estrecha relación entre el Espíritu que se comunica por el bautismo (Hch 2,38) y por la imposición de las manos (Hch 8,15) y el que se hace presente en la comunidad a través de la predicación (Hch 4,31) es el que toma la iniciativa y conduce a los creyentes en todo momento (Hch 10,47). La Iglesia es, pues, la comunidad del Espíritu. Su presencia y acción le comunican la vida y le dan la orientación concreta que debe seguir. Y ¿cuál es la orientación que da el Espíritu a la Iglesia? La podemos sintetizar en tres afirmaciones:

El Espíritu crea la comunidad: el fruto inmediato del Espíritu es la formación de la comunidad cristiana. En el libro de los Hechos, a la venida del Espíritu sigue inmediatamente el relato de la vida comunitaria (Hch 2, 42-47).

El Espíritu impulsa a la audacia: El término, utilizado para hablar de esta audacia, es el sustantivo parresía, que en general, tiene el sentido de libertad, valentía y audacia en el anuncio de la Buena Nueva (Mc 8,32).

El Espíritu defiende la libertad: Frente a la estrechez religiosa y legalista de los cristianos judaizantes (Hch 10,13), el Espíritu se hace presente especialmente en el grupo de los helenistas (Hch 6,3) que mostraban una notable libertad frente al templo (Hch 7,48) y la ley (Hch 15,1). El Espíritu impulsa a la libertad que la religiosidad judía obstaculizaba (Hch 10,47).

El defensor de los cristianos: Para el evangelista Juan, la función principal del Espíritu es la de abogado defensor permanente de los creyentes. El Espíritu les da seguridad (Jn 14,16), los impulsa al

1999, pp. 39

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testimonio de la causa de Jesús (Jn 15,26) y los sostiene y anima cuando se ven amenazados por la hostilidad del mundo (Jn 16,7-11).

3. El misterio de la Trinidad3.1 La enseñanza del Nuevo Testamento

La decisión de los discípulos de Jesús de anunciarle los conduce a una confesión de fe nueva, que solo se manifiesta como fruto de la resurrección. El acto decisivo del seguimiento de Jesús se manifestó originalmente en el propio bautismo: “Id, pues, y enseñad a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu santo” (Mt 28, 29). Este mandato del resucitado, que la comunidad creyente pone en dinamismo como fruto de la pascua, fortalece con mucho mas claridad la presencia trinitaria que cubre el mismo bautismo de Jesús. El Hijo amado, sobre quien el Padre habla y entrega el Espíritu (Mt 3,16-17). La confesión creyente de la iglesia primitiva atestigua desde el principio la fe trinitaria.

La Trinidad de Dios en igualdad de naturaleza y en diversidad de personas es la revelación más radical sobre Dios en el Nuevo testamento. Esta revelación se hace de un modo gradual, por la simple mención de la diversidad de personas, manifestada en las acciones salvíficas de cada una de ellas. Se habla del Padre y del Espíritu como realidades personales distintas a Jesús. Nunca la Trinidad como tal es objeto de una enseñanza directa.

El Dios Uno y Trino se nos da a conocer al llegar la plenitud de los tiempos, más exactamente aún: estamos en la plenitud del tiempo porque Dios se nos ha dado a conocer como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Este acontecimiento de la autocomunicación de Dios se realiza en función de la salvación del hombre, de su vida, y de su vida en plenitud.

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El Padre ha enviado a su Hijo y nos ha regalado su Espíritu para liberarnos de la esclavitud de la ley, es decir, para liberarnos de la ilusión de una salvación construida sobre la base de nuestro cumplimiento de la ley, de nuestros esfuerzos, de nuestros méritos, de nuestras imágenes y representaciones. De este modo la presencia del Espíritu manifiesta la confesión implícita y, a veces, explícita de la divinidad de Jesús y viceversa:

En Jesús reside la plenitud del Espíritu (Lc 4,18: Col 1,19). Tiene el poder de perdonar los pecados (Mc 2,1-12). Conoce al Padre por visión directa (Jn 1,18; 6,46) y ese conocimiento

establece entre ellos una relación de profunda intimidad (Mt 11,27). Se siente una cosa con el Padre, de modo que se puede llegar al

conocimiento del Padre con sólo verlo a él (Jn 10,30). En el Espíritu está la plenitud salvífica de Dios (Tit 3,5). Su presencia en Jesús es garantía de que la acción salvífica de Dios

ha llegado para los hombres (Mt 12,28). Un pecado contra el Espíritu es causa de una condenación definitiva

(Mt 12,31).

Tema 5: LOS LLAMADOS POR JESUS

1. La comunidad de discípulosUna de las características esenciales de la predicación y ministerio

público de Jesús de Nazaret es el hecho de rodearse de una comunidad de

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discípulos. Leyendo los evangelios, enseguida se comprende un hecho que en ellos está muy claro: lo primero que hizo Jesús, en cuanto empezó su ministerio, fue reunir una comunidad, es decir, un grupo de personas que iban siempre con él y vivían como él. Así aparece tanto en los evangelios sinópticos (Mt 4,18-25; Mc 1,16-20; Lc 5,1-11), como en el evangelio de Juan (Jn 1,35-51). Por eso se comprende la frecuencia con que la palabra discípulo aparece en los cuatro evangelios: 73 veces en Mateo, 46 en Marcos, 37 en Lucas y 70 en Juan.

Ahora bien, esta comunidad de discípulos de la cual Jesús se rodea, nos presenta a partir de los evangelios varias características que se nos hace necesario destacar. Se debe tener en cuenta que siempre se habla de los discípulos, en realidad se está hablando de la comunidad que se formó en torno a Jesús. Esta comunidad era un grupo relativamente amplio. Es decir, no se limitaba sólo a los doce. Así consta expresamente en Mt 8,21 y 27,57. Lo mismo en Mc 4,10 y 10,32. Podemos señalar con seguridad que los discípulos constituyeron un grupo numeroso; setenta y dos de ellos fueron enviados por Jesús a una misión especial (Lc 10,1.17); en otras ocasiones se habla de un grupo abundante (Lc 6,17;19,37;Jn 6,60). En el grupo había varones como Leví el hijo de Alfeo (Mc 2,14), José y Matías (Hch 1,23); también había mujeres (Lc 8,1-3; Mc 15,40-41).

Los evangelios distinguen entre el grupo de discípulos y la gente en general (Mt 9,10;14,22; Mc 2,15;3,9). Se trataba, por tanto, de un bloque de personas, diferenciadas del resto de la población, con unos vínculos que les unían muy estrechamente.

Si tan tempranamente Jesús comprendió la necesidad urgente que tenía de reunir un grupo, formar una comunidad, para poder expresar y

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comunicar su mensaje, nos vemos necesariamente expuestos a que la experiencia de fe en Jesús como el Cristo dice relación con el hecho comunitario. Esto quiere decir que el mensaje de Jesús está esencialmente relacionado con el hecho comunitario. Es decir, el mensaje se comprende y se vive a partir de la comunidad y en la comunidad. Por eso Jesús habla a su comunidad de manera distinta a como habla al resto de la gente (Mt 13,10ss;18-23;Mc 4,10ss), porque los miembros de la comunidad son los que comprenden los secretos del Reino de Dios (Mt 13,11). Es más, al pequeño rebaño, que es la comunidad, Dios ha querido entregarle el Reino (Lc 12,32). En la comunidad es donde se empieza a comprender y a vivir el mensaje de Jesús.

2. La vida de la comunidadEl evangelio nos presenta como condición indispensable para entrar

a formar parte de la comunidad de Jesús, la renuncia al dinero y, en general, a todo lo que posee. Así plantea Jesús las cosas desde el primer momento: Pedro y Andrés "dejaron inmediatamente las redes y lo siguieron" (Mt 4,20 par); los hijos de Zebedeo "dejaron inmediatamente la barca y a su Padre y lo siguieron" (Mt 4,22 par); a un letrado, que le pidió entrar en el grupo, Jesús le respondió: "las zorras tienen madrigueras y los pájaros nido, pero este hombre no tiene donde reclinar la cabeza" (Mt 8,19-20;Lc 9,58); Mateo dejó al momento su negocio de impuestos y lo siguió (Mt 9,9 par).

Conviene observar que, en todos estos casos, lo que realmente ocurrió es que aquellos hombres abandonaron efectivamente todo lo que poseían. Así lo reconoció Pedro, más tarde, en nombre de los demás: "Nosotros ya lo hemos dejado todo y te hemos seguido" (Mt 19,27).

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También sabemos que Jesús educó a los discípulos en esta nueva mentalidad. Así se advierte en el relato de la multiplicación de los panes (Mc 6,30-46): ante una masa de gente hambrienta, la reacción de los discípulos es mandarlos que se vayan a comprar algo para comer (Mc 6,37). Jesús, sin embargo, propone otra cosa: "darles vosotros de comer" (Mc 6,37). O sea: compartid con ellos lo poco que tenéis. A partir de eso se produjo el milagro de la abundancia, hasta saciarse todos y sobrar en exceso (Mc 6,42 ss).

3. El programa de JesúsDel mismo modo en que Jesús insiste en la formación de una

comunidad de discípulos les presenta a estos mismos un programa de vida. Se trata de las bienaventuranzas (Mt 5,3-12; Lc 6,20). Cuando Jesús las propone, se dirige a su comunidad de discípulos (Mt 5,1; Lc 6,20).

Lo primero que aparece en este programa es que Jesús propone a sus discípulos la felicidad. Una felicidad que no proviene de los valores que el mundo considera necesarios para ser feliz, sino exactamente de todo lo contrario. El programa de la comunidad de Jesús comporta un cambio de valores, basado en una alegría desbordante, la alegría del que ha encontrado un tesoro incalculable (Mt 13,44) o una perla maravillosa (Mt 13,45).

La razón de esta situación desconcertante se formula en la quinta bienaventuranza: Dichosos los que prestan ayuda, porque esos van a recibir ayuda (Mt 5,7). En la comunidad a nadie le va a faltar nada, porque todo va a estar a disposición de todos. Y más en el fondo, la causa que aduce la sexta bienaventuranza: en el grupo cristiano los hombres serán limpios de corazón (Mt 5,8), es decir, gente sin mala intención, sin ideas

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torcidas, personas incapaces de traicionar. Por eso ellos van a ver a Dios. Esta expresión, que es netamente cultural, quiere decir que los miembros de la comunidad cristiana van a ser personas que existen para servir a los demás.

4. La fe en Jesucristo4.1 Jesús es el Cristo

La expresión griega Cristo transcribe literalmente el término hebreo Mesías y significa Ungido. Este título, en la época apostólica, vino a ser el nombre propio de Jesús. Todos los otros títulos que se le aplicaron quedaron recapitulados en él. El título de Mesías subraya la relación profunda que une la persona de Jesús a la esperanza del pueblo judío, centrada en la venida de un Mesías, hijo de David, que había de restaurar definitivamente el Reinado de Dios.

En el tiempo de Jesús se esperaba la llegada inminente de un Mesías. Las personas que le siguen y escuchan su mensaje atestiguan esta expectación, pues impresionados por su autoridad y poder se preguntan "si no es este el Mesías" (Jn 4,29). No hay unanimidad en la respuesta, la gente se divide y muchos le apremian a que se declare abiertamente (Jn 7,43). Jesús, ante esta situación, adopta una postura reservada. Sabe que su mesianismo no coincide con el de sus compatriotas, que tiene la idea del Mesías como rey terreno y político (Jn 6,15). Por eso Jesús va a actuar con cautela, para evitar toda clase de equívocos: no se da a sí mismo el título de Mesías; se deja llamar hijo de David, pero prohíbe a los endemoniados que lo proclamen Mesías (Lc 4,41); acepta las confesiones de fe (Mc 8,29) pero recomienda a los Doce que no divulguen su mesianismo (Mc 8,30). Además Jesús purifica la

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concepción mesiánica de los discípulos, proponiéndoles un Mesías como Siervo doliente (Mc 8,31-10).

En el proceso religioso que se le hace a Jesús, el Sumo Sacerdote le conmina que diga si es el Mesías. Jesús no rechaza el título, pero lo interpreta en una perspectiva trascendente:

"Desde ahora vais a ver cómo este Hombre toma asiento a la derecha del Todopoderoso y cómo viene sobre las nubes del cielo" (Mt 26,34).

A partir de la resurrección es cuando los discípulos comprenden el sentido del mesianismo propuesto por Jesús: "¿No tenía que padecer todo eso para entrar en su gloria?" (Lc 24,26). Evidentemente no se trata de una gloria temporal y terrena, sino de la gloria del resucitado: "El Mesías padecerá, resucitará al tercer día, y en su nombre se predicará el arrepentimiento y el perdón de los pecados a todos los pueblos” (Lc 24,46).

La comunidad primitiva, a la luz de la Pascua, une el nombre de Cristo al de Jesús, para designar al Mesías glorificado: Jesús es el esperado de Israel, el Cristo, y Dios lo ha confirmado como tal, exaltándolo a la derecha. La resurrección ha entronizado a Jesús en su gloria mesiánica, una gloria salvífica y escatológica: "Dios ha constituido Señor y Mesías, al mismo Jesús a quien vosotros crucificasteis" (Hch 2,36).

A partir de este momento, los discípulos comprenden el verdadero sentido del mesianismo de Jesús: es el verdadero hijo de David, destinado desde su concepción, a recibir el trono de David su padre, para realizar definitivamente el reinado de Dios en la tierra. Jesús es el Mesías de un

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reinado universal, que se realiza en la historia, pero que, al mismo tiempo, la trasciende y la supera.

4.2 Jesús es el SeñorEs uno de los títulos, utilizados en los primeros tiempos, para

confesar la fe cristiana. Aparece en el discurso de Pedro, el mismo día de Pentecostés: "Por tanto, entérese bien todo Israel de que Dios ha constituido Señor y Mesías al mismo Jesús" (Hch 2,36). Pablo también lo utiliza: "Porque si tus labios profesan que Jesús es Señor y crees de corazón que Dios lo resucitó de la muerte, te salvarás" (Rm 10,9). "Nadie puede decir: Jesús es el Señor! si no es impulsado por el Espíritu Santo" (1 Cor 12,3).

El título de Señor tenía una resonancia especial en el ámbito religioso judío. Los antiguos traductores de la Escritura hicieron la versión de Yahvé al término griego Kyrios, cuyo significado es Señor. Soberano de Israel y del universo. Este nombre, en ambiente helénico, podía resultar genérico y equívoco, porque en ese ambiente los dioses, los reyes y el mismo emperador se veneraban como señores y se les atribuían prerrogativas divinas. Por eso Pablo subraya en sus cartas que Jesucristo es el único Señor (1 Cor 8,5-6).

En la carta a los filipenses nos encontramos un texto de origen litúrgico donde la novedad del señorío de Jesucristo se expresa con una fórmula de fe bien definida (2,5-11). Este texto incluye en una unidad la confesión de fe y una enseñanza para los cristianos. La fe condensada con la fórmula: Jesús, el Mesías, es el Señor, adquiere un sentido bien preciso: los hombres son llamados a doblar la rodilla ante Jesús y a reconocerlo

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como el único Señor del universo. Ante él, todos los hombres son iguales y todas las barreras de nacionalidades, clase o cultura desaparecen.

Confesar que Jesús es el Señor quiere decir: Acogerlo y vivirlo en la propia existencia, identificándose con él. Aceptar nuestro compromiso con el mundo para transformarlo,

hasta hacer que Jesucristo sea su verdadero Señor. Trabajar por la verdadera fraternidad entre todos los hombres y

entre todos los pueblos, bajo la mirada atenta de un único Padre y de un solo Señor, Jesucristo.

La proclamación de Jesús como Señor está también íntimamente relacionada con el misterio de la cruz. Se trata de la nueva Alianza en su sangre(Mt 26,28). El señorío de Cristo se realiza en el servicio y en la entrega a los hermanos hasta la muerte.

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Tema 6: LA PASCUA DE JESÚS

Entendemos aquí pascua como el “Paso” de la muerte a la vida, que se da en la persona de Jesús.

Señalemos en primer lugar que la presencia del Reino de Dios que reconocemos a partir de los escritos neotestamentarios en la misma persona de Jesús de Nazaret se evidencia, de modo patente, en su propio ministerio público. La experiencia de la pascua comprendida así será entonces el hecho fundamental que evidencie el reino presente y actuante. De algún modo la pascua de Jesús lleva a plenitud el desarrollo ministerial de su propia vida, elevándola a caracterizaciones trascendentales para la comunidad de discípulos. Esta afirmación se resuelve con toda nitidez en los mismos relatos evangélicos que ponen al centro de la obra escriturística el acontecimiento pascual.

Ya hemos visto que los relatos evangélicos responden a narraciones teológicas, es decir, reflexionan sobre los hechos, dichos y actos del Maestro para animar la fe de una comunidad cristiana. En este sentido la narración y la interpretación se dan como parte de una sola realidad, lo que interesa aquí es dejar en claro la figura de Jesús como el Mesías esperado en quien se cumplen las promesas. No obstante, surge la pregunta sobre el sentido o mas bien la causa que condujo a la muerte de Jesús, cuales fueron en realidad los elementos que posibilitaron en Jesús un camino hacia la cruz, cuestión que en sentido escriturístico no resulta tan sencilla de responder.

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Lo que tenemos claro es que la relación filial, que se da en Jesús respecto de Dios, tuvo que haber ocasionado rupturas con la comprensión de Dios que el mundo judío de su época no alcanzó a captar:

Si Dios es Padre, el modo legalista farisaico de relacionarse con él no lo reconoce. Jesús cura en sábado y se entristece por la dureza de corazón de los fariseos (Mc 3,1-6).

Jesús cambia la perspectiva de lo puro e impuro (puro: apto para el culto y viceversa) lo que discriminaba y esclavizaba (Mc 7, 1-23), Jesús se relaciona con leprosos, la hemorroisa, paganos, etc.

Jesús habla en contra del templo, como lugar de esclavitud y discriminación. Dios aparecía como de muerte y opresión en vez de libertad y vida. La reacción no se hace esperar; sumos sacerdotes y escribas buscan el modo de hacer morir a Jesús Mc 11,18.

Jesús critica la idolatría la riqueza y el poder, que eran principalmente los sumos sacerdotes y ancianos que estaban representados en el sanedrín.

Mas aún el hecho que Jesús no iniciara una revuelta en Pascua y se dejara detener, tuvo que haber desilusionado a muchos (se esperaba un Mesías político-militar).

Si consideramos además las características y modos del anuncio de Jesús, se puede afirmar que haya sido acusado de falso profeta y blasfemo, cuestión que traía consigo la pena de muerte según lo decretaba el Antiguo testamento (Lev 24,16). En todo caso frente a Pilatos la acusación no podría plantearse en estos términos (acusación que le correspondía al Sanedrín) este no podía condenar a muerte: y un gobernador romano no se iba a meter en religión, razón por la cual se le

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acusa de pretender ser rey de los Judíos (Mesías) desconociendo el gobierno de Roma (la inscripción en la cruz lo testifica; Mt 27,37).

Si intentamos afirmar y poner por evidencia las tres profecías de la pasión que anteceden en los evangelios a los hechos mismos, tenemos que afirmar que nos encontramos frente a textos pos-pacuales y constituyen explicaciones tardías de su muerte (anuncian la muerte como necesidad impuesta por Dios: Mt 16,21; Mc 8,31; Lc 9,22). Así mismo loa textos evangélicos de la pasión intentan ser anuncio (apologética, exhortaciones, doctrina) de la experiencia de Jesús como el Cristo y por lo tanto dan cuenta de la pasión a la luz de la resurrección (Antiguo testamento y Judaísmo, pasión del siervo de Yahvé, apocalíptica intertestamentearia...)36

Jesús pudo haber intuido su muerte (el bautista, el aviso que Herodes quería matarle, la agudeza que iba adquiriendo el conflicto). Jesús debió compartir la tesis de la apocalíptica (últimos tiempos mayor sufrimiento). A esto se suma la entrada a Jerusalén en la que hubieron manifestaciones mesiánicas de sus adversarios.

En los relatos de la pasión Jesús le da a su muerte un sentido salvador en la línea del siervo de Yahvé, que aunque con algunos cambios reflejan el sentido fundamental -cargar con los pecados del pueblo-. Jesús es el que viene a servir (Lc 22,27).

36 Por ejemplo el cuarto siervo de Yahvé presentado en Isaías carga con los pecados del pueblo, a modo del macho cabrío al que el sumo sacerdote imponía las manos el día de la expiación. El salmo 22 es la suplica de un enfermo grave a Dios (enfermedad-pecado) y no es difícil encontrar semejanzas en los relatos de la pasión (Sal 69).

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La frase final de Jesús Dios mío, Dios mío porqué me has abandonado (Mc 15,34; Mt 27,46) es ciertamente auténtica. Estas palabras constituyeron un problema para las primeras comunidades cristianas (Lc “Padre en tus manos”...; Jn “Todo está cumplido”). Entonces no se trata aquí de una desesperanza sino de una esperanza extrema; al decir el principio del salmo lo esta queriendo cantar completo y este salmo termina con una acción de gracias. El sufrimiento del Justo se experimenta como abandono de Dios, pero en la angustia el siente que Dios es señor desde el principio y que lo salva para una vida nueva

La muerte de Jesús no es la voluntad primera de Dios, pues este quería que Israel aceptara su reinado. Pero ante el rechazo Judío pasa a ser la cruz voluntad suya. Dios no quiere la cruz pero la prefiere a violar la libertad y la autonomía de la criatura que hizo. Dios ofrece al hombre una meta final o plenitud, pero el como y el cuando no están trazados, no existe un determinismo a priori, sino que las acciones y circunstancias se irán dando de acuerdo a las decisiones que se vayan tomando.

La muerte obediente de Jesús es pues resumen y concreción de toda su vida, Dios responderá si la actividad de Jesús no es un fracaso. Jesús deja al Padre el modo y manera de la llegada del reino. Será la resurrección la que muestre que no estamos en un fracaso definitivo, sino ante la revelación suprema del amor de Dios hacia los hombres, en medio del horror de la cruz.

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Tema 7: LAS COMUNIDADES PAULINAS

1. ¿Quien era Pablo? Desde un punto de vista meramente humano y en un plano

dependiente de las circunstancias históricas de la época, sin el apóstol Pablo el movimiento de Jesús de Nazaret, -generado a partir de la propia figura de Jesús como el Cristo- no habría pasado de ser una secta desgajada del judaísmo ortodoxo de Jerusalén. En el proceso histórico del judaísmo la cultura hace parte de la propia vida de fe y viceversa, pero con el cristianismo se hacía necesario una eventual encarnación de esta nueva fe cristiana en cualquier cultura, particularmente aquellas que mas incidían en el anuncio de Jesús como el Cristo que llamamos kerygma. La persona de Pablo juega aquí un rol insustituible.37

Pablo nació Judío de raza y religión (año 5 d.deC.) y en su nacimiento recibió el nombre hebreo de Saúl, junto al greco-romano Pablo. Sus cartas son las fuentes mas fiables para reconstruir su figura, los hechos de los apóstoles no son fiables ya que Lucas intenta (como era costumbre en la época) reflexionar en boca de su personaje.

37 Señalemos que Pablo predica particularmente a los gentiles que en clave veterotestamentaria eran aquellos que no pertenecían a la religión judía.

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Hablamos de un Judío de la diáspora,38 es decir, de la comunidad Judía residente fuera de Palestina (en Palestina había a la época alrededor de 2 millones de Judíos y en la diáspora cerca de 3 millones). Nació en tarso capital de la provincia romana de Silicia en la parte sud-oriental de lo que hoy es Turquía. El judaísmo de la diáspora era más abierto y proselitista que el de Palestina y la Biblia se leía en la traducción Griega de los LXX.

Pablo pertenecía al grupo de los fariseos caracterizado -como decíamos mas arriba- por el rigor en la observancia de la ley (Fil 3,6). El fariseísmo ofrecía a Pablo seguridad y le garantizaba alcanzar una meta gloriosa. Es un Judío de cierta categoría social (sus padres vendían tiendas de campaña Hech 18,3) y probablemente debido a su dedicación a la Torah, a los 25-30 años se encuentra célibe.39

2. Las Comunidades PaulinasLas comunidades a las que Pablo escribe están integradas en el

mundo griego, excepto Roma. Expuestas a un paganismo favorecedor de toda clase de placeres y cultos religiosos fáciles si las comparásemos con el Evangelio. En este contexto se pueden entender las advertencias continuas, recomendaciones y llamadas de atención que el apóstol promueve a través de sus escritos. Características de las comunidades:

Están esparcidas por todo el imperio: Pablo y sus seguidores buscaran puntos estratégicos.

38 Diáspora significa dispersión y se les dio este nombre a las comunidades judías dispersas por el mundo pagano. Su presencia fue una importante ayuda para la introducción del cristianismo. Ver diccionario de términos religiosos y afines, Aquilino de Pedro, verbo Divino, Pamplona 1993, pp.73.39 Hay que señalar la influencia que hereda del espíritu griego; la lengua y la filosofía estoica particularmente (libertad y responsabilidad, búsqueda de las causas, ciencia y prudencia, deber, virtud, el valor concedido a la inteligencia humana, etc.)

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De procedencia judía como pagana: Tesalónica, Corinto y Roma. En Filipos y Galacia prevalecían cristianos de origen gentil.

Establecidas en núcleos urbanos: las comunidades mas antiguas son del mundo rural palestino.

Composición sociológicamente variada: se fue integrando a personas de distinto nivel social a una misma vida comunitaria.

Afectadas por múltiples problemas incluyendo el pecado: tensiones, discordias celos, rivalidades, etc.

Elementalmente organizadas: con respectivos órdenes jerárquicos.

3. Las cartas de PabloPablo escribe movido por las circunstancias, y responden a

desafíos concretos bajo los cuales realiza una gran reflexión y sin pretenderlo se convierte en gran escritor. El genero literario carta que el utiliza, no es en todo caso invención suya ni del Nuevo testamento, pues existen cartas ya desde el 2.600 a. de C.

La tradición cristiana reconoce bajo el nombre de Pablo 13 cartas y algún tiempo después se añadió Hebreos. Esta misma tradición ha distinguido varios bloques de cartas dentro de lo que podemos llamar el Corpus Paulinum:

Las dos cartas a los Tesalonicenses serían los comienzos de Pablo como escritor.

Las grandes cartas Rm; 1 y 2Corintios y Gálatas. Se llaman así por la extensión y el contenido.

Las de la cautividad: Efesios, Colocences, Filipenses, Filemón. En todas ellas Pablo alude a su condición de prisionero.

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Cartas pastorales; 1 y 2 Timoteo y la carta a Tito, en donde se dan normas de índole pastoral para el buen funcionamiento de la Iglesia.

Se pueden sintetizar las cartas paulinas distinguiéndolas en tres tipos:

Las ciertamente auténticas (1 y 2 Cor – Gal – Fil – 1 Tes – Filemón: 51-58 d. de C.)

Ciertamente no auténticas (Heb – 1 y 2 Tim – Tito – y Efesios). Discutibles ( 2 Tesalonicenses y Colosenses).

En todo caso tenemos que señalar que existe en los escritos paulinos un cierto pluralismo teológico y esto se entiende dado que algunas de estas cartas no tienen a Pablo como responsable directo. Además podemos afirmar que existe una ausencia de exposiciones sistemáticas en ellas dado que el autor no pretende tomar un tema y desarrollarlo hasta el fin. Pues estamos ante escritos motivados por circunstancias concretas. Cosas que no son importantes para Pablo pueden serlo para una comunidad concreta.

Núcleos teológicos: Contenido escatológico: presente sobre todo en 1 y 2 Tes y 1 Cor

15 Contenido soteriológico: papel de Dios y el hombre en la salvación

(Gal y Rm) Contenido Cristológico: presente en todas las cartas, destacándose

Flp y Col Contenido Eclesiológico; 1 y 2 Cor y Efesios y las cartas pastorales.

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Como ya habíamos señalado mas arriba la tradición junto a la interpretación siempre están unidas en Pablo: Se toman aquí elementos de las comunidades pre-paulinas que van siendo reconstruidos desde una perspectiva teológico-literaria (Fil 2, 6-11). Su teología esta en proceso de elaboración y sus formulaciones teológicas son discutidas.40

4. Viajes Misioneros de Pablo 4.1 Primer viaje: Asia Menor vía Chipre

La Iglesia de Antioquía separó a Pablo y a Bernabé para un nuevo ministerio, acompañados de Juan, salieron al primer viaje misional (47-48 d.C.) del puerto de Seleucia hacia Chipre, donde ya se había fundado la Iglesia. Luego navegaron a Perge de Panfilia y de allí Juan regresó a Jerusalén. Haciendo una gran gira por Galacia al sur, establecieron Iglesias en Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra y Derbe. Regresaron por

40 Nótese que Pablo es alguien que para todo busca argumentos, ve la inteligencia como una función esencial de la fe. La fe no es repetir fórmulas sino pensar un contenido, investigar relaciones y dimensiones. Se trata de expresar lo inexpresable (1 Cor 1,13).

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las ciudades de Asia y volvieron a Antioquía de Siria donde informaron a la Iglesia. Su estrategia durante esta misión en Asia fue predicar primero en las Sinagogas de cada ciudad, y cuando era necesario salían a predicar entre los gentiles. Así se añadían a la Iglesia muchos miembros más. Algunos piensan que Pablo escribió Gálatas en este tiempo

4.2 Segundo viaje: Europa vía Asia Menor (49-51 D.C)

El segundo viaje lo emprendió con el objeto de confirmar las Iglesias que habían establecido en el viaje anterior. En esta ocasión se hizo acompañar de Silas, cuando llegaron a Listra invitaron a Timoteo a unirse a ellos. Después de predicar en Frigia y Galacia del norte. llegaron a Troas, donde Pablo tuvo la visión del varón Macedonio y donde se les juntó Lucas el médico. Atravesaron Macedonia y fundaron Iglesias en Filipos, Tesalónica, Berea, Atenas y Corinto. Desde Corinto Pablo escribió, 1 y 2 e Tesalonicenses a la joven Iglesia donde había tenido un

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breve pero eficaz ministerio hacía pocos meses. Después de un año y medio en Corinto, regresó a Antioquía de Siria pasando por Efeso y Cesarea.

4.3 Tercer viaje: Efeso y Macedonia.

A pesar de las Iglesias que fundó, de los convertidos que congregó, de los milagros que obró y de las innumerables pruebas que soportó, Pablo no estaba dispuesto a dormir sobre sus laureles, y emprendió su tenaz viaje. Comenzó volviendo a las regiones de Galacia y Frigia, donde confirmó a los discípulos y los instruyó respecto de la ofrenda.

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Este tercer viaje misional (53-58 D.C.) tiene especial interés por el prolongado ministerio del Apóstol en Efeso: "Todos lo que habitan en Asia, Judíos y Griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús..." Hech. 19:10.

4.4 Viaje a Roma

En Jerusalén Pablo fue apresado por los Judíos quienes estaban celosos por el ministerio que el gran Apóstol había realizado entre los gentiles (58 D.C.), de allí fue trasladado a Cesarea donde presentó su defensa ante el Gobernador Félix, ante su sucesor Festo y ante el rey Agripa. Al fin apeló al Emperador Romano. (58-60 D.C.)

Después de un viaje azaroso en el cual naufragó la nave en que viajaban, llegó a Melita donde los habitantes del lugar consideraban que era un "dios" por cuanto había escapado al veneno de una víbora. Por último llegó a la capital del Imperio y permaneció prisionero durante dos años en una casa alquilada. Durante esta reclusión recibió visitas, pudiendo así continuar su ministerio, en este lapso es probable que

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escribiera Efesios, Colosenses, Filemón y Filipenses. Hay una opinión de que Pablo fue puesto en libertad y realizó visitas a otras ciudades como Colosa, Filipos, Nicópolis, Mileto, Creta, Troas, Éfeso. Finalmente fue nuevamente apresado por Nerón y decapitado. (67 D.C.)

Tema 7: El Apocalipsis

1. Los Apocalipsis.Entre los libros que utilizaron el género literario Apocalipsis los

hubo de toda clase. Hubo Apocalipsis judíos, tales como el libro de Enoch, o la asunción de Moisés, o el Apocalipsis de Baruch, o los testamentos de los doce patriarcas, o algunas partes del libro de Ezequiel, y gran parte de Daniel: los manuscritos del mar muerto tienen varios libros o partes de género claramente apocalíptico.

Mas aún, entre los cristianos aparecieron varios Apocalipsis durante los primeros siglos de cristianismo. Por ejemplo: un Apocalipsis de Pedro, otro de Santiago, otro de Juan (el único que ha sido recibido entre los libros canónicos de la Sagrada escritura del Nuevo testamento), un Apocalipsis llamado “Odas de Salomón” y, desde luego, algunos trozos de los cuatro evangelios canónicos (como Mt 24; Mc 13; Lc 21,5-33). nosotros aquí vamos a hablar solamente del Apocalipsis de Juan, tal como lo tenemos como libro último de la Sagrada Escritura.

2. ¿En qué consiste el Apocalipsis de Juan?En el año 96 o un poco antes, en plena persecución de Domiciano,

se escribe un libro como si hubiera sido escrito alrededor del año 68 (bajo la persecución de Nerón) y se presenta todo lo ocurrido entre el año 68 y el año 96 como profecías hechas en el año 68. Si todo lo profetizado desde el año 68 ha ocurrido, se dice, también ocurrirá lo que

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falta por cumplir: que Cristo acabará triunfando, esto con el fin de dar esperanzas y fuerzas a los cristianos y comunidades perseguidas.

Estas afirmaciones se escriben en forma tal que sólo puedan entender el escrito los iniciados (por eso todos los símbolos usados y las imágenes empleadas para describir los hechos no serían comprensibles si cayeran estos escritos en manos equivocadas).

La lengua original es el griego aunque el autor es bilingüe (influido por el hebreo o arameo). Es un escrito distinto al resto de la literatura atribuida a Juan, las palabras son poco conocidas y con sentido impreciso y sus frases reflejan modos y tiempos verbales. Existe como ya señalábamos una acumulación muy grande de símbolos (todos bíblicos). Los símbolos son tomados a menudo del Antiguo testamento.

3. TeologíaLa estructura del Apocalipsis se nos presenta en septenarios y en

cada septenario hay interludios (pausas que sirven de unión con el texto siguiente) que son propiamente una reflexión teológica.41 En todo caso el libro nos presenta al Dios de Jesucristo como Señor todopoderoso que trasciende mundo e historia: El que es, era y ha de venir (Yahvéh).

Dios no forma parte del mundo, sino que todo ha sido creado por él, el emperador no le preocupa porque él es creador de todo. Del mismo modo nos presenta una dimensión personal de Dios (prostituta figura de Oseas). El que Dios actúe personalmente no impide que use intermediarios el cual por excelencia es Jesús, que tiene la autoridad de la voluntad de Dios en la tierra (aunque hay un ángel que interpreta: Ap 1,1). 41 Siete son las iglesias, siete son los sellos, siete son las trompetas…

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4. CristologíaEl Apocalipsis nos presenta una relación única entre Dios y Jesús:

los mismos títulos aplicados a Dios se aplican a Jesús para subrayar su divinidad. La Revelación proviene de Cristo y revelación que es Cristo. Mantiene la supremacía de Dios pero a su vez, la superioridad de Cristo sobre toda la creación.

El Reino de Jesús se relaciona con el cordero degollado (pascua-cordero, carnero, cuernos: poder). Jesús es presentado como cordero degollado, es el ejecutor de los planes de Dios y revelador del plan salvífico. El Apocalipsis refleja muy bien la tensión entre el ya y el todavía no. los títulos que se le dan apuntan a todos al gobierno de Jesús, el Hijo del hombre expresa la acción terrena como la futura. participa del poder de Dios ( 7 cuernos). Jesús gobierna a través del Espíritu, así mismo, el libro nos presenta a Jesús como el prototipo del mártir, porque Cristo ha sido testigo se ha convertido en soberano de los reyes de la tierra.

Un dato importante en el Apocalipsis, es que se dice siempre que Cristo viene, no que nosotros tengamos que irnos a ningún lado. No se dice que nosotros vayamos al cielo, sino que el cielo (o sea “Dios”)tiene que venir aquí. Es este mundo, dice el Apocalipsis, el que tiene que convertirse plenamente en el Reino de Dios, en un mundo como Dios lo quiere, en un mundo en el que reine visiblemente el amor “maranatha”: ven, Señor.

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5. EclesiologíaLa Eclesiología del Apocalipsis forma una unidad con la cristología,

está compuesta por una muchedumbre inconmensurable (iglesia triunfante, iglesia de los mártires). Iglesia militante -esforzándose por ser fiel en medio de las persecuciones- esta iglesia es la que espera la tierra y el cielo nuevo, pero canta desde ahora la victoria de Cristo.

Las iglesias del Apocalipsis están entre el ya y el todavía no; el todavía no está a punto de ocurrir, mientras no ocurra la iglesia militante se juega la posibilidad de pertenecer a ella, con la firme esperanza que Dios va a ser justicia con la caída del imperio. La exigencia del emperador romano a que se le adore, coloca a los cristianos en un dilema (aceptarlo o negarse, esto último acarrea la marginación y a veces la muerte).

6. La obra del ApocalipsisEl Apocalipsis, como todos los libros escritos con género literario

apocalíptico, se escribe en un contexto de persecución contra gente de mentalidad judía, por eso está lleno de símbolos. Esos símbolos eran claramente comprensibles sólo para el judío iniciado en los “misterios” cristianos. ¿Qué podía revelar a un soldado romano la expresión el cordero triunfará sobre la bestia? pero un cristiano, que hubiera participado en la reuniones clandestinas de la comunidad, entendía perfectamente que lo que se quería decir era que Cristo acabaría triunfando sobre el imperio romano y su representante oficial, el emperador. precisamente porque el Apocalipsis tenía un sentido político bien fuerte hablaba con expresiones simbólicas continuas. y así lo habían hecho siempre todos los libros apocalípticos judíos.

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En el Apocalipsis se trata de describir lo indescriptible y, para eso, se usan imágenes ya utilizadas por el pueblo judío y otras imágenes conocidas usadas por paganos, pero con un sentido nuevo, con un sentido cristiano. Las imágenes eran perfectamente comprensibles para judíos que habían leído los libros de Jeremías, Ezequiel, Daniel, Joel, o Isaías. Para describir lo indescriptible se usan hasta símbolos de la astrología o de la mitología pagana.

Por ejemplo todas las apariciones que se relatan en el Apocalipsis tienen exactamente el mismo sentido que tiene toda aparición en el nuevo testamento: justificar y autorizar una misión o apostolado de alguien. La aparición bíblica nunca tiene sentido en sí misma sino que, siempre, funcional. Por eso, en todas esas apariciones el relator no le da importancia al cómo, sino al para qué de la aparición.

El Apocalipsis afirma que todo quedará transformado, que nada en el universo se sustrae o puede sustraerse al poder de Cristo. Hasta las estructuras más físicas del universo quedarán trastocadas por el reinado efectivo de Cristo. Si para alguien es claro que no se puede servir a dos señores es para el autor del Apocalipsis, de hecho Roma, y con ella el imperio romano entero, debe caer y caerá (Ap 17 y 18). Esta es la gran prostituta, la que ha hecho multiplicarse por toda la tierra las abominaciones, la Babilonia que debe ser destruida.

La bestia aparece muchas veces en el libro (Ap 11,7; todo el cap.13; 14,9-11; 16; 17,3; 19,19-20). La imagen de la bestia está tomada del libro de Daniel 7. Lo que en el libro de Daniel se dice sobre las cuatro bestias se ha resumido en el Apocalipsis en una sola bestia, que es Roma, el imperio romano, y su representante oficial el emperador

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de ese imperio. Todo el Apocalipsis trata, de hecho, de una lucha entre la bestia y Cristo y cómo la bestia queda totalmente vencida por Cristo. Una vez más, es Cristo quien ahora tiene todo el poder en el universo y es Cristo quien terminará venciendo a quien se le oponga. por fuerte que parezca el imperio o el emperador, dice el autor del Apocalipsis, por débil que parezcan Cristo (un cordero)o los cristianos, acabará triunfando y los cristianos con él.

6.1 Algunas expresiones¡De una vez para siempre!:el Apocalipsis no menciona ni una sola vez a nadie con el nombre de “anticristo”. En donde encontraremos el nombre de “anticristo” es en las cartas de san Juan (1 Jn 2,18-22; 4,3; 2 Jn 7). Y, por cierto, para Juan, anticristo es todo aquel que se opone a la doctrina de Cristo Jesús. no hay, según Juan, un anticristo, sino muchos, todo aquel que, en cualquier época, se oponga a Cristo.

“Nuevos cielos” y “nueva tierra” (Ap 21,1): no significó nunca que la tierra o el universo fueran a ser destruidos, sino renovados. El Apocalipsis no hace sino utilizar una imagen de Isaías (51,16; 65,17; 66,22) para explicar la renovación que conllevará el reinado del Mesías. y así lo usa San Pablo (Rom 8,18-19). El nuevo Adán no es un hombre distinto que haya aparecido por destrucción del hombre antiguo, sino el hombre, el mismo hombre, pero totalmente renovado, gracias a Cristo.

La mujer vestida de sol (Ap 11,15-19): es, en el campo del bien, lo que la mujer vestida de rojo escarlata en el campo del mal. la mujer vestida de escarlata es la ciudad de roma, con todo lo que ella representaba en el imperio romano. Así, la mujer vestida de sol representa a la iglesia, pueblo de Dios, de hecho el grupo fiel de judíos que, en la época de

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Domiciano y su persecución, se había hecho cristiano y se mantenía fiel a Cristo. Esa mujer vestida de sol (aunque haya servido de símbolo de María en la fiesta litúrgica de la asunción, no es, en el Apocalipsis, la Santísima Virgen María, porque esta mujer vestida de sol, como Eva por su pecado, da a luz con dolor (Ap 12,2).

En la mentalidad judía se había hecho tradición igualar la idolatría con una prostitución (Os 1,2; Ez 16) y la fidelidad absoluta a Yahvéh con virginidad (Ap 19,9;21,2) de allí esas vírgenes vestidos de blanco (Ap 14,4). La virginidad de la que se habla en el Apocalipsis no tiene nada que ver con virginidad física alguna, sino que es solamente una imagen para hablar de la virginidad teológica: la fidelidad absoluta al cordero (Cristo).

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