TÉCNICAS DE SUPERVISIÓN EN SEGURIDAD
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TÉCNICAS DE SUPERVISIÓN EN SEGURIDAD UNIDAD III: Planificación de Seguridad.
INTRODUCCIÓN
En la Supervisión de la Seguridad, la atención a todos los sistemas que
conforman las barreras de control de eventos y emergencias, debe ser
permanente, ya que son estos los que nos ayudan a detectar oportunamente
situaciones que atentan contra la normalidad de las instalaciones. En esta última
semana, analizaremos los Sistemas de Protección Contra Incendios. La causa
más frecuente directamente asociada a los daños producidos por un incendio son
los sistemas de Protección Contra Incendio, ya sea porque están fuera de servicio,
por no saber operarlos o porque se encuentran en condiciones parciales de
funcionamiento.
Debido a esta circunstancia, la capacitación, supervisión y mantenimiento de
los Sistemas de Protección Contra Incendios tiene una gran importancia, pues su
objetivo es mantener los dispositivos siempre operativos y a punto para que sean
utilizados en cualquier momento. Debemos ser conscientes que es realmente
importante que los sistemas de Protección Contra Incendios estén correctamente
mantenidos, es decir, el proceso no acaba con la instalación de los mismos. Para
ello, el Supervisor de Seguridad debe realizar revisiones periódicas rigurosas bajo
el cumplimiento de la normativa vigente, con el fin de detectar cualquier anomalía
en el funcionamiento del sistema o conocer la falta de adecuación del sistema al
actual nivel de riesgo existente, pues podría requerir ser ampliado o sustituido.
Las revisiones deben ser realizadas en conjunto con profesionales
pertenecientes a empresas mantenedoras autorizadas, ya que en definitiva,
debemos ser conscientes de que todo sistema de Protección Contra Incendios es
tan bueno como el mantenimiento que se le realiza al mismo.
A continuación analizaremos cómo se componen los Sistemas de Protección
de Incendios, de manera genérica, en cualquier instalación.
“Aprender sin pensar es trabajo perdido; pensar sin aprender es
peligroso”… Confucio
DESARROLLO
1. GENERALIDADES
El hombre no inventó el fuego, lo descubrió y lo convirtió en uno de sus
mejores aliados, de tal forma que este proceso de combustión química,
intencionalmente iniciado y controlado, ha estado presente y relacionado con el
desarrollo humano. Por otra parte, cuando el fuego ha escapado al control del
hombre, se ha convertido también en su peor enemigo, por las pérdidas y
consecuencias de todo tipo que ha dejado.
En la actualidad, existen construcciones antiguas con una alta probabilidad
de que lleguen a consumirse en caso de iniciarse un incendio. También hay
construcciones nuevas que en general debieran ser incombustibles, ya que están
hechas con materiales adecuados a tal propósito, o bien les han aplicado
productos retardadores de fuego. Aun así, estas construcciones modernas son
afectadas por el fuego, como producto de la incorporación de todo el menaje y
alhajamiento interior o exterior, lo que aumenta la probabilidad de siniestros de
este tipo, como el que ocurrió lamentablemente en la Torre Grenfel, de 24 pisos en
Londres, donde lamentablemente fallecieron muchas personas que ocupaban
esos departamentos sociales.
En los Estados Unidos de Norteamérica, se han efectuado estudios que
demuestran que los sistemas de detección y alarma contra incendio han jugado un
rol importante en evitar o minimizar las consecuencias de un fuego, en la medida
que la detección haya sido temprana y que el aviso haya sido oportuno, ha
posibilitado una reacción rápida de bomberos. Existen estadísticas que
demuestran lo anterior y que exhiben una considerable reducción en el número de
los siniestros y/o en las consecuencias de los mismos, como resultado de las
condiciones preseñaladas.
En el siguiente documento, nos referiremos al fuego en el marco de los
sistemas electrónicos que juegan un rol fundamental en su detección y alarma. No
se incluirán, por lo tanto, las materias básicas y relacionadas que se supone son
ampliamente conocidas, tales como la teoría del fuego, su tipología, y las
diferentes formas y elementos disponibles para su extinción y control, donde por lo
demás existe una enorme bibliografía disponible.
2. ELEMENTOS COMPONENTES DEL SISTEMA
2.1. Concepto
Para controlar un incendio, es fundamental que este sea detectado en sus
comienzos, antes que el calor generado produzca una inminente propagación, y
que se emita una alarma oportuna. Esto se consigue mediante un sistema de
sensores conectados a una central adecuada. La rapidez del sistema de detección
automática de incendios está ligada directamente al diseño de su etapa de
detección y control.
En teoría, los componentes de un sistema electrónico de seguridad contra
incendio no difieren mayormente de los contra intrusión, excepto naturalmente
respecto a su especificidad. Consecuentemente tendremos los siguientes
componentes básicos del sistema:
Centrales de Alarma
Sensores de Alarma
Señales de Alarma
2.2. Carga de Fuego
La carga de fuego es un indicador o valor de referencia de un determinado
recinto o instalación, respecto a los materiales de construcción, incluyendo menaje
y otros, en relación con el riesgo de incendio. El cálculo de la carga de fuego
permitirá establecer las definiciones básicas respecto al tipo, calidad, cantidad y
ubicación de los sensores y también de los elementos destinados al combate
inicial contra el fuego.
2.3. Aumento de la temperatura del fuego en el tiempo
El calor generado durante un incendio que no es detectado a tiempo,
especialmente en construcciones que no disponen de materiales retardadores de
fuego, alcanza elevadas temperaturas a corto plazo, lo que dificulta o imposibilita
su extinción. Una idea de lo que esto significa se representa en la siguiente escala
de tiempos de un determinado fuego:
A los 5 min. se alcanzan 538 a C
A los 10 min se alcanzan 704 a C
A los 30 min se alcanzan 843 a C
A los 60 min se alcanzan 927 a C
A los 120 min se alcanzan 1010 a C
Después de este rango la temperatura sube 23,8 a C por hora
2.4. Normas Internacionales
Para estandarizar el diseño y control de los sistemas contra incendio, existen
normas internacionales que determinan la distribución y tipo de sensores, modos
de aviso y otros factores, según las condiciones del lugar a proteger. Entre las
más conocidas están las normas NFPA de USA, cuya aplicación determina la
confiabilidad del sistema.
3. CENTRALES DE ALARMA
Constituyen la base del sistema de seguridad. Son equipos zonificados que
reciben la señal de alarma y dan el aviso deseado. Dependiendo de su tecnología
pueden realizar otras operaciones, como señales de supervisión, reporte de cortes
y condiciones de fallas en las líneas, control del aire acondicionado, presurización
de cajas escalas, encendido de luces de emergencia, apertura de puertas,
activación de sistemas de rociadores automáticos o sprinklers, etc.
Los paneles se deben encontrar certificados por algún Organismo
Internacional que certifique el cumplimiento de las Normas o Reglamentos
Nacionales para detección temprana de Incendios. En Chile, la norma más usada
y recomendada para Sistemas de Incendio en general es la norma NFPA y el
organismo certificador de calidad y cumplimiento es UL, otras certificaciones son
FM, CSFM (Estado de California), MEA (New York). Existen normas europeas que
cumplen y superan en algunos aspectos las especificaciones de la NFPA.
Los paneles de alarmas se pueden dividir en dos grandes grupos:
3.1 Paneles Convencionales
Son paneles con una tecnología definida para pequeños sistemas y en que
básicamente un grupo de detectores se juntan por área o zona de detección; su
capacidad de zonas es limitada, pueden soportar detectores de 2 y 4 hilos y
cuentan con salidas para conectar comandos o señales de alerta local (NAC).
3.2 Paneles Analógicos Direccionables
Son paneles que cuentan con alto nivel de tecnología y permiten un mayor
grado de funcionalidades requeridas para tener una rápida detección del punto
siniestrado. Se puede definir que cada elemento detector cuente con una dirección
única, la que a través de la Pantalla Alfanumérica nos indica el sitio exacto de la
emergencia.
Los detectores y módulos de interface se conectan a través de un cableado o
par de comunicación, que es el que los energiza y transporta la data proveniente
de los periféricos. Esta información está siendo analizada continuamente por el
panel y cuando los niveles se encuentran dentro de los rangos definidos como
activación del sensor, se produce una serie de eventos que están directamente
relacionados con su programación: activar dispositivos de alerta local, evacuar las
señales por los medios de comunicación disponibles a una Central de Monitoreo,
activar agentes de extinción, etc.
4. SENSORES DE ALARMA
4.1. Clasificación
En la actualidad existe una amplia variedad de dispositivos automáticos que
permiten conocer de una alarma temprana del incendio. Estos sensores, de
acuerdo a su forma de operar, se clasifican básicamente en tres tipos:
Sensores de Contacto
Sensores Electrónicos
Sensores de Apoyo
Los Sensores Electrónicos Contra Incendio constituyen el grupo más diverso,
numeroso y con el mayor desarrollo tecnológico. Dentro de este tipo de sensores,
nos referiremos especialmente a los siguientes:
Humo
Explosión y Llama
Temperatura
Ver cuadro correspondiente.
4.2. Sensores de Humo
Existen básicamente dos tipos de sensores de humo:
Sensores de humo por ionización (se están retirando del
mercado)
Sensores de humo fotoeléctricos
Sensores de multicriterio (fotoelectricos y T°)
El principio de funcionamiento de estos sensores es la detección, a través de
sus cámaras especiales, de la presencia de partículas que se desprenden de una
combustión. En dicho proceso químico, la emisión de partículas comienza mucho
antes de que aparezcan otros efectos sucesivos, como es el aumento de
temperatura, el humo y posteriormente las llamas.
4.2.1. Sensor de humo por ionización
Estos sensores cuentan en su interior con una cámara de ionización,
conformada por dos placas eléctricamente cargadas y una fuente radioactiva de
Americio 241, para ionizar el aire entre las dos placas.
La fuente radioactiva emite permanentemente partículas que chocan con las
moléculas de aire desplazando sus electrones. Conforme las moléculas pierden
electrones, se convierten en iones de carga positiva, mientras que las otras
moléculas que ganan electrones se convierten en iones de carga negativa.
Lo anterior permite la creación de igual número de iones positivos y
negativos, produciéndose el fenómeno electro físico en que los iones positivos son
atraídos por la placa negativa y los negativos por la placa positiva, creándose una
pequeña corriente ionizada entre ambas placas. La combinación de las partículas
ionizadas con el creciente número de partículas provenientes de la combustión,
llega a reducir la corriente hasta una magnitud predeterminada cuando se
producirá la señal de alarma.
Los cambios de humedad y presión atmosférica podrían producir un efecto
similar al de las partículas de la combustión; para compensarlo, se desarrolló una
doble cámara de ionización. En este tipo de sensores, con cámara doble, el
circuito electrónico supervisa y compara las corrientes iónicas en ambas cámaras,
por lo cual, de producirse un cambio en la humedad o presión atmosférica, existirá
el mismo efecto en ambas cámaras y la diferencia de corriente en la salida se
anulará. Al ingresar las partículas de la combustión, se produce un desequilibrio
en la corriente eléctrica entre ambas cámaras, produciéndose la señal de alarma.
4.2.2. Sensor de humo fotoeléctrico
Estos sensores corresponden a los llamados de llama y son utilizados
indistintamente con los de ionización, normalmente donde estos últimos son
difíciles de instalar.
Cuando se produce un incendio, el humo generado produce dos efectos
sobre la intensidad de un haz de luz que pasa a través del aire. El primer efecto
bloquea o entorpece el paso del haz, produciendo un oscurecimiento; el segundo
efecto, es que la luz se difunde refractando el haz a través de las partículas del
humo.
Los sensores fotoeléctricos, funcionan bajo el principio anterior y por ello se
tienen los siguientes tipos:
4.2.2.1. Sensor fotoeléctrico de humo por oscurecimiento de la
luz
Este sensor emplea una fuente de luz y un dispositivo receptor fotosensible.
Cuando las partículas de humo bloquean parcialmente al haz de luz, reducen el
paso de ésta, disminuyendo la intensidad de recepción de la célula fotosensible.
Cuando eso ocurre, se produce la condición de alarma.
4.2.2.2. Sensor fotoeléctrico de humo por difusión de luz
En este caso, la luz emitida por la fuente está dirigida hacia un área que no
esté observada normalmente por un elemento fotosensible. Cuando las partículas
del humo entran en la trayectoria de la luz, ésta última incide sobre dichas
partículas reflejándola o refractándola sobre el dispositivo fotosensible. Cuando la
luz es detectada por el dispositivo fotosensible, se produce la condición de alarma.
4.2.3. Consideraciones en la selección de sensores de humo
Los sensores de humo por ionización son más apropiados para la detección
de Incendios de rápido desarrollo, caracterizado por la emisión de partículas de la
combustión en la escala de tamaño de 0.01 a 0.3 micras.
Los sensores fotoeléctricos de humo son más apropiados para detectar
incendios de combustión lenta, que se caracterizan por la emisión de partículas en
la escala de 0.3 de 10 micras.
Debe tenerse presente que cada tipo de sensor puede detectar ambos tipos
de incendio, pero variarán sus respectivos tiempos de respuesta.
Debido a que las edificaciones protegidas contienen normalmente una
variedad de elementos combustibles, frecuentemente es muy difícil pronosticar el
tamaño de las partículas que se producirán en el incendio. El hecho de que
diferentes fuentes de ignición pueden tener diferentes efectos sobre determinado
material combustible, complica aún más la selección.
Por ejemplo, un cigarrillo encendido puede producir un fuego de combustión
lenta si cae sobre un sofá o cama. Sin embargo, si cae sobre un periódico que
esté sobre dicha cama o sofá, el incendio resultante puede caracterizarse por
llamas más bien que por humo.
4.2.4. Ubicación adecuada de los sensores de humo
Los sensores de humo puntuales están diseñados para cubrir zonas que en
lo general cubren 80 m2, siempre y cuando no existan factores físicos que
obstaculicen la detección. Lo anterior nos permite calcular las reales necesidades
de detectores de humo. Si la necesidad es de sólo un sensor para cubrir el área
de una habitación, el mismo puede ser colocado tan cerca como sea posible al
centro del cielo raso.
Si dicha ubicación no es posible de conseguir, debe considerarse la
instalación conforme a lo indicado a continuación:
Cuando existan ductos de suministro y/o retorno de aire en una
habitación, el o los detectores deben ser ubicados en la trayectoria del
flujo del aire que es expulsado, por ningún motivo en el flujo de aire
entrante.
La colocación de los sensores cerca de ductos de suministro o retorno
de aire acondicionado, puede causar una excesiva acumulación de
polvo o suciedad en los sensores, por lo que se recomienda ubicarlos o
no más de 1 metro de los difusores de aire.
Por otra parte, existen sensores de humo para los ductos, los cuales
analizan el aire que pasa a través de ellos y si captan presencia de
partículas de humo, dan la alarma correspondiente.
4.2.5. Donde NO instalar los sensores
Una de las causas principales de alarmas indeseadas, corresponden a la
ubicación o selección inadecuadas de los sensores. Consecuentemente, en las
siguientes áreas no deben instalarse estos sensores:
Zonas al aire libre o expuesto a corrientes de aire.
Lugares en donde existe niebla.
Zonas en donde existen vapores de gases provenientes de productos
químicos en general.
Áreas de excesiva humedad.
Ambientes muy fríos o demasiado cálidos, donde la temperatura
puede caer por debajo o exceder la temperatura de funcionamiento
del sensor.
Areas cercanas a lugares en donde normalmente están presentes
partículas de combustión.
En las cocinas.
Areas con muchos insectos.
Cerca de lámparas fluorescentes. Deben colocarse a 1.80 m. del
equipo.
4.2.6. Instalación en cielos rasos o áreas con características
especiales
Es normal que en la edificación se presenten problemas para la
instalación de los sensores y no se pueda cumplir con el trazado ideal, siendo los
principales los siguientes:
Cielos rasos irregulares, cruzados por vigas o inclinados.
Divisiones de áreas que obstruyen la trayectoria del humo hacia
los
sensores.
Estratificación del aire debido a techos no aislados.
Para lo anterior, es conveniente considerar algunas técnicas como
las siguientes:
4.2.6.1. Cielos rasos irregulares o cruzados por vigas
Las vigas o cielos rasos en diferentes niveles, que tengan una dimensión de
20 cm. o menos, pueden ser considerados como un cielo liso.
Si el espesor excede de dicha medida, el espaciamiento debe reducirse con
respecto al normal.
Si el espesor supera los 45 cm., debe considerarse cada compartimiento
como si fuera una sola habitación.
4.2.6.2. Depósitos altos y con techo en diferentes niveles
Los sensores deben instalarse en el cielo raso, cubriendo cada pasillo y
niveles intermedios.
4.2.6.3. Divisiones
Las divisiones de alturas intermedias y los equipos de gran altura, pueden
bloquear el flujo de aire hacia los sensores. Cualquier obstáculo o división de
menos de 45 cm. medidos desde el cielo raso, debe ser tratada como un cierre
completo, es decir como una sola dependencia.
4.2.7. Mantenimiento
Por diseño, los sensores de humo están diseñados para un mantenimiento
muy distanciado, sin embargo el polvo, la suciedad y los materiales extraños que
pululan en el aire, pueden acumularse en su interior provocando falsas alarmas
por aumento de su sensibilidad, o bien disminuyendo su capacidad de detección.
Por ello es importante que sean probados y mantenidos periódicamente, siguiendo
las instrucciones del fabricante.
Una recomendación acertada, es que los sensores sean sometidos a
inspección visual por lo menos dos veces al año. Se recomienda mantenimiento al
menos una vez al año, consistente en una limpieza minuciosa, con una prueba de
sensibilidad y una prueba de funcionamiento, procedimientos ejecutados sólo por
personal especialista. Nunca debe abrirse un sensor de humo por ionización, ya
que en su interior existe material radioactivo; estos sensores no se reparan, sólo
se cambian.
4.3. Sensores de Explosión y Llama
Son dispositivos que detectan la radiación infrarroja, ultravioleta o visible
producida por un incendio, es decir inician la detección al momento de existir
llama.
Estos sensores son instalados generalmente en áreas de productos
altamente inflamables, o donde se estima que el incendio se iniciará
inmediatamente con llama.
Son dispositivos que detectan los incrementos de temperatura por sobre una
magnitud predeterminada.
En general estos sensores están compuestos por un elemento termosensor o
termostato, ajustado a una temperatura fija y cuando esta aumenta excediendo
ese límite, el sensor se activa.
Estos sensores cubren áreas pequeñas de no más allá de 27 m2.
Los sensores de uso más normal captan la temperatura a partir de los 53° C.,
existiendo otros tipos y modelos para mayor temperatura.
5. SEÑALES DE ALARMA
5.1. Sistemas de activación mecánica de alarmas
Constituyen un complemento, no un sustituto, a los sistemas automáticos
de alarmas. Permiten dar la alarma temprana cuando alguna persona se percata
del incendio y aún no se han activado los sensores. Corresponden a palancas o
pulsadores que deben instalarse en puntos estratégicos dentro de los recintos,
como las puertas de salida y escape.
Los sistemas mecánicos se conectan a las líneas de las diferentes zonas
del circuito de alarma de incendio y al accionar la palanca o activador manual, la
señal llega a la central y se activan las respectivas señales sonoras y de otro tipo
que estén dentro de la configuración del sistema.
5.2. Dispositivos de Notificación o Alertas Locales
Los sistemas contra incendio, al igual que los contra intrusión, cuentan con
algunos de los dispositivos indicados a continuación:
5.2.1. Alarmas acústicas tipo altoparlantes
Dependiendo del tipo de central que se tenga, es posible integrar el sistema
de alarma con un sistema audible tipo parlante, el cual por medio de un módulo
electrónico especial permite generar diferentes tipos de sonidos y a su vez
entregar información vocalizada, ya sea por medio de un sintetizador de voz o en
forma directa.
5.2.2. Sirenas electrónicas
Con diferentes intensidades de potencia, su forma de operación es similar a
los dispositivos descritos anteriormente. Generalmente traen incorporado un
módulo que permite doble tipo de sonido, lo que se permite diferenciar la señal
según, por ejemplo, se trate de un incendio o de una evacuación inmediata.
5.2.3. Campanillas de Alarma
Estos elementos son simples y su operación es similar a la campanilla de un
reloj despertador. Al igual que el dispositivo anterior, existen de diferentes
intensidades de sonido.
5.2.4. Sistemas Visuales (Luz Estroboscópica / Audio y Luz)
Para zonas en donde existe mucho ruido y una señal acústica puede no ser
escuchada apropiadamente o donde no se puede instalar alarmas acústicas, o
bien como complemento a ellas, se utilizan señales de alarmas visuales,
normalmente en forma de luces estroboscópicas que permiten que las personas al
interior se percaten del problema.
CONCLUSIONES
En esta semana hemos visto en un capítulo especial, los
componentes de un Sistema de Protección de Incendios, que para todo
profesional de la seguridad es uno de los aspectos relevantes que hay que
manejar, ya que su activación siempre estará supeditada a sucesos críticos que
deberá ser enfrentado por el personal a cargo de la protección de las instalaciones
en primera instancia.
Un supervisor de la seguridad debe conocer y comprender la
importancia de mantener siempre operativos estos sistemas, los cuales
permanentemente deben ponerse a prueba, por personal especialista, ya que de
esta manera constituirá un sistema robusto que cumplirá la función de preservar la
vida de las personas y evitar daños en las instalaciones.
REFERENCIAS
ALARCON SAAVEDRA JULIO, (2015), “Gestión de Riesgos Puros y
Seguridad Integral de Instituciones y Empresas”, ISBN eBooks, España
Real Academia Española. (2001). Diccionario de la lengua española
(22.aed.). Consultado en http://www.rae.es/rae.html
Universidad de Chile. (2004). Guía para la Redacción de Referencias
Bibliográficas. Santiago: Universidad de Chile. Sistema de Servicios de
Información y Bibliotecas – SISIB ([email protected]).