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    Peninsula

    val.

    I, num . 2

    OTOKO DE 2 6

    EMANUEL VON FRIEDRICHSTHAL:

    SU

    VIAJE A

    AMERICA Y

    EL

    DEBATE SOBRE

    EL

    ORIGEN DE

    LA

    CIVILIZACI61\ 1\ 1AYA

    ARTURO

    TARACENA ARRIOLA v ADA.

    i\t[

    T

    SELLE \

    CACSHUM. CH, U: JAJ\:1

    U VIAJERO APASIONADO

    Emanuel von Friedrichsthal fue el procotipo del intelectual que trar1sir6 entre Ia

    ilustracion y eL romanricismo. Esre ultimo movimiento se habia orig.nado en Ale

    mania a fines del siglo xvnr, otorgandole una preponderancia

    al

    sentimiento como

    reacci6n

    al

    racionalismo

    de

    Ia ilustraci6n y al planteamiemo estetico del neoclasi

    cismo. Sus seguidores, amantes de Ia naturaleza, veian en esta un sirrbolo de todo

    lo verdadero y genuino. si como varios de los imelectuales

    y

    anistas romanricos

    que murieron j6venes,

    de

    igual manera,

    Ia

    vida

    de

    nuestro personajefue intensa y

    breve, puesta sin reservas al servicio del ideal explorador de tierras "desconocidas"

    que asumieron muchos de los viajeros europeos

    de La

    primera mitad del siglo

    XIX,

    impactados

    por

    el

    ejemplo de Alexander von

    Humboldt.

    Formado con el criteria enciclopedico, Friedrichsthal dominaba varios idio

    mas, las matemiricas,

    La

    topografia, las cimcias naturales,

    Ia

    geograf a y

    el

    dibujo.

    Durante

    los

    Ultimos

    cinco

    afios

    de

    su vida,

    el

    viajero austriaco recorri6 incansable

    mente Estados Unidos, Cenuoamerica y

    Yucatan, invesrigando aspec:os boranicos,

    geograficos

    y

    arqueologicos, que presenro ante Ia Royal Geographical Society de

    Londres y Ia Academie Royale des Inscriptions er Belles-Lettres

    de

    Parfs. Publica

    cia

    en

    1841

    con

    el

    titulo

    Les Monuments del'Yucatdn,

    Ia ponencia alli expuesra

    se

    presenta aquf por primera vez traducida i espafiol.

    1

    Delicado

    de

    salud

    y

    afectado

    porIa

    tuberculosis, Friedrichsrhal muri6 en Vierra,

    a

    La

    edad de 33

    afios

    .

    Aunque no conocemos un reuato suyo, existen dos testimo-

    1

    Agradecemos a Ia Ora. Nicole Ooms sus observaciones a este ensayo y el apoyc brindado porIa

    supervision de

    Ia

    traducci6n del texto en frances.

    ' Segun

    Nowomy

    ( 956: 1

    04

    ) existen tres nm::s necrologicas de epoca del bar Sn Emanuel

    von

    Friedrichsthal,

    Ia

    aparecida

    en

    18

    42

    en

    Osrerreichischer Beobachter: 399-400, la

    d

    al con

    rumbo

    a la Nueva Guatemala, permitiendole iniciar su encuenrro con

    el mundo

    maya al

    visirar, acompafiado del dibujame Frederick

    Cathenvood,

    Qujrigui

    r

    Copan.

    VJAJE A Yuc \TAN LA MAGlA

    DEL

    DAGt ERRonro

    Luego de varios meses

    de

    vivir en Estados Unidos, Friedrichsrhal

    se

    e ~ n b r c o

    en julio

    de 1840 con direcci6n a Honduras Bricinicas, de

    donde

    intent6 viajar a pie hacia

    Yucatan

    vfa

    Bacalar.

    Sin

    embargo, luego

    de

    haber recorrido

    mas

    de 100 kilometros,

    fue asaltado

    y se

    enferm6

    de

    malaria, por

    lo

    que tuvo que hacer marcha atras.

    1

    >De

    nuevo en Bacalar, se

    dirigi6

    a lvlerida, via

    el

    puerto

    de

    Sisal. Luego visitada Ia ciu-

    dad de Valladolid y exploraria los sirios arqueologicos de UxmaJ, Ake y Chichen

    Itza;

    el

    de hamal

    nolo pudo

    visirar

    por

    impedirselo el dueiio de Ia hacienda donde

    estaba ubicado.

    Como

    se ha mencionado, aunque lo habia hecho anceriormente

    Waldeck, el viajero austriaco volveria a medir y a describir Uxmal Sin embargo,

    serfa el primero

    en

    hacerlo en el caso de Chichen ltza, tal y

    como

    reconocerfa

    e

    propio Stephens en

    Incidents ofTravel in Yucatan cuando

    narra su es:ancia en ague

    sitio.

    Se

    refiere explicitamente a su rival austriaco recordando que bien su com-

    patriora

    John

    Burke,

    director

    desde 1835 de una fabrica de textiles en Ia ciudad de

    VaUadolid , habfa estado en estas ruinas en julio de

    1838:

    Dos afios despues,

    en

    1840, el baron Friederichsrahl visiro aquellas ruinas, siendo el

    viajero aleman

    ;

    sic

    el primero

    que las dio a conocer

    al publico

    de

    Eurcpa

    y los Esrados

    Unidos, ' ahara que se ofrece debo decir que esta visita

    del

    bar6n fue em

    prendida

    en

    virmd de una recomendacion que le hice al volver de la interrwnpida

    jornada

    de explo-

    racion que hice entre las ruinas de Yucacin, concluido mi viaje a Centroamerica.

    r.

    La vida de Friedrichsthal

    se

    va a confundir en d tiempo,

    el

    recorrido

    y

    los

    objecivos cientfficos

    con

    Ia

    de explorador estadounidense,

    produciendo

    envidias

    muruas,

    a

    esrar conscientes de que peleaban

    Ia

    primacfa de sus descubrimientos

    fstmicos en Esrados

    Unidos

    y Europa. El hecho de

    que

    el austriaco, ademas

    de

    los

    dibujos que realizaba, se valiese de un daguerrotipo de reciente invenci6n para

    '" Ibid. 2').

    1

    ' Karl Anton Nowotny; i n zemralamerikan.ischer Monolith .. " . L07

    . John L

    Stephens

    ,

    Viaje a Yucat.in. I

    841

    I842

    466.

    54

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    documentar sus investigaciones, le daba una \'entaja sobre el segundo, quien pese

    a haber cornprado un apararo,

    nose pudo

    valer de el

    por

    rawnes tecnicas. Esro le

    impidio ser el primer explorador en fotografiar objetos mayas. Tampoco seria el

    primero en utilizar la forografia en Yucatan.

    Sin mencionarlo explrcitamenre, Stephens escribi6 en las paginas de su libro, a

    siguiente referencia a la Jionera labor fotografica de Friedrichsrhal:

    Trajimos de nosotros un daguerrotipo, del cual solamente habfa aparecido en Yucad.n

    ameriormente una mala muestra. Desde enronces se habfan he cho

    grandes

    mejoras al

    insuumento

    tenfarnos morivo para creer que el nu

    est

    ro era uno de los mas acabados.

    Habiendo adquirido la ceneza de que nosotros

    rendrlamos

    bastanre que hacer en esa

    linea, nos resolvimos a ser retratisras de sefioras en el daguerrotipo.

    El

    propio Friedrichsthal fue

    el

    primero

    en reconocer

    que

    habia enfrenrado pro

    blemas en el dominio de Ia tecnica del daguerrotipo en una zona como

    Ia

    penin

    sular, debido a Ia exisrencia de tanta luminosidad, que lo obligaba a hacer tomas

    muy temprano o muy tarde, ademas de

    Ia incomodidad

    para mantener en pie de

    forma estable l aparato fotogrifico por las grandes corrientes istmicas de aire.

    18

    Sin

    embargo,

    los ejemphres que se conservan de ei

    muestran

    una

    buena

    calidad a

    pesar de lo novedoso del >istema urilizado.

    En Ia actualidad

    tan solo conocemos dos

    de sus daguerrotipos, pertenecientes a

    Ia

    Biblioteca Nacional

    de

    Austria, en Viena.

    Los

    traslad6 a

    esa

    capital europea el viajero aleman

    Carl

    Banholomaeus Heller a

    raiz de

    su visita a Yucaran

    en

    1847.

    19

    Estos dos daguerrotipos representan una pieza arqueol6gica

    de Ia

    colecci6n de los

    padres

    Camacho

    (figura 2)

    y lavista

    de

    una

    calle

    de

    la ciudad de Campeche, en

    Ia inrersecci6n de Irurbide y Comercio

    2

    (figura

    3).

    Segun la Ora. Fischer

    \Xlesthauser, quien

    ha

    identificado los daguerrotipos ,

    el

    brasero anrropomorfo es

    tipico de Mayap:in, del periodo postdasico. De hecho,

    hay

    que subrayar que se tra

    ta de las primeras fotograffas que se conocen de un artefacto maya

    y

    de esta ciudad

    portuaria. El biografo

    de

    Stephens, Vicror Wolfgang von Hagen, sefialaba a Friedri

    chsthal como

    el

    primero en haber tornado daguerroripos de las estructuras mayas

    de Yucat:in. o obstante, el paradero actual de estas imagenes se desconoce.

    1

    Friedrichsrhal habia llegado a Ia ciudad de Campeche a finales del mes de marzo

    o a principios de abril de 1841. En sus paginas del

    Museo Yucateco

    -editado por

    Justo Sierra O 'Reilly-

    se

    lee que poco despues de establecerse en esa ciudad ofreci6

    sus

    servicios para realizar con el daguerroripo retratos de media cuerpo por un valor

    de

    se

    is y

    ocho reales,

    segun el tamafio, a Ia

    vez

    que presentaba

    una

    exposici6n de

    17

    Ibid : 55.

    manuel von r i h s Les :V1onuments de I'Yucaran , 312-313.

    '

    ''

    Carl Banholomaeus Heller, Viajes por lvfixico en los mios

    1845 1848.

    Hoy calle 1 con 53 (agradecemos

    al

    ingeniero Huirz de Campeche, el habemos ayudado

    a

    ubicar Ia cal le).

    Vicror W'ol

    fgang

    von Hagen,

    op

    cit

    193-194.

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    las tomas que habfa hecho de las minas yucatecas, por

    Ia

    que cobraba dos reales Ia

    entradaY Esta visita fue comentada mas tarde por l viajero escoces, William Parish

    Robertson, quien anoto que un "artista" habfa arribado a la ciudad

    unos

    anos ames

    con el prop6sito de hacer "semejanzas" por medio de daguerrotipos.U Asimismo,

    explica que

    en

    esta ciudad el austriaco estableci6 relaciones

    con

    los conocidos padres

    Camacho, quienes habian hecho "investigaciones muy curiosas sobre los indios" y

    tenfan una "co

    piosa

    coleccion de fdolos, hachas, venablos

    y

    otros insrrumentos de

    d

    '4

    pe erna . . . .

    FIGl:RA 2. lncensario Maya, daguerrotipo 6.7

    x 5.5 em,

    foro cortesia del

    Osten-eichiscbe Nationa bibliothek,

    Slg

    PO

    R,

    Pk

    3338, 9

    FRIEDR CHSTHAL y

    EL PERI6DICO A USEO YUC4TECO

    F riedrichsthal establecio una estrecha relaci6n cientffica con ]usw Sierra O'Reilly,

    ante quien expuso ellS de abril de 84 su teoria en torno a Ia idea

    de que los

    cons

    uuctores de todas las ruinas mayas pertenecfan a "una raza caud.sica en apariencia",

    por los rasgos fisicos de las esculturas encomradas en Palenque, las cuales segura

    menre

    observo en las laminas de Waldeck, asf

    como

    por las que el habfa estudiado,

    dibujado y fotografiado

    en

    los sirios arqueol6gicos yucatecos ames mencionados.

    Segun su explicacion una "raza" con grandes conocimienros matemaricos

    y

    ar

    quitecr6nicos, cultivadora de granos y

    que

    venfa del norte huyendo de enemigos

    " An6nimo, "El da.,"llerroripo" en

    ft.1useo Yucateco.

    Pe1i6dico cienrifico

    y literario

    160.

    1

    }

    \Xilliam Parish Robertson, 202 -203.

    "' An6nimo, "Teogonia de los amiguos'',

    1\1useo

    yucateco.

    Periodico c i e n t ~ f i r o y

    iterario. romo

    I

    454-457, nota

    l.

    56

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    9/19

    poderosos domino

    al

    pueblo aborigen que a habia anrecedido en el poblamienco

    peninsular, esclavizandolo. Por ella, no podia descarrarse el o:igen rolreca

    que

    co-

    munmenre

    se

    le

    atribuia a

    los

    mayas, sobre todo si se romaban en cuenta elementos

    propios del

    pedodo

    hist6rico en

    que

    se produjeron tales desplazamientos.

    25

    A su

    vez,

    el

    viajero ausrriaco sefialaba

    que

    las ruinas evidenciaban el magnifico sepulcro

    de

    un

    pueblo

    que

    foe ,

    sefialando

    con

    ella que los habitant

    es

    i:1dfgenas

    contempo-

    raneos a el no

    le paredan

    necesariamenre sus descendientes.

    1 20

    de abril Sierra

    O Reilly lo invito a que pusiese dichas tesis

    por

    escrito, rarea que realiz6

    al dia

    siguiente que

    el Museo

    Yucateco publico bajo el

    titulo So

    bre

    los

    que construyeron

    los edificios yucatecos y sus

    a n r i g u e d a d e s

    FIGURA

    3.

    Ciudad

    de

    Campeche 1840, daguerroripo 5.5 < 6.8 em,

    foro cortes

    fa

    del Osterr

    eichische /'v'anonalbibliothek.

    Slg

    POR. Pk

    3338.

    10

    Este escrito de Friedrichsthal

    no

    dej6 indiferentes a l

    os

    peninsulares, pues a

    lo

    largo

    de

    l

    as

    paginas del primer

    romo

    del

    /Vfuseo Yucateco.

    Justo Sierra

    y

    los

    otros

    edi tores reprodujeron comentarios

    que

    hadan referenc

    ia

    a lo dicho

    en

    el.

    En el

    primero de ellos, Imponancia de un Museo de antiguedades , a Ia par que

    el

    ediro-

    rialista (posiblemenre

    el

    propio Sierra) llamaba

    Ia

    atenci6n del esrado de Yucatan

    y

    de

    los yucarecos en general sobre Ia necesidad de conservar

    las

    ri::j_uezas

    arqueol6gi

    cas, adjuntaba un parrafo de una carra que el viajero ausuiaco hab ia remitido desde

    La definicion de los tolrecas como un grupo ernico o historico es un error

    co

    metido por los

    iovestigadores, que no fue corregido basta el siglo XX. Hoy dfa se sa be que los rr:exica usaban Ia palabra

    tolreca como un gentilicio para referirse a genre culta y de esta manera,

    era un

    Hirmino generico

    aplicado a rodos

    los

    pobladores de Mesoamerica.

    2

    '

    Emanuel von Friedrichsthal, Sobre los que construyeron l

    os

    edificios yucatecos

    y

    sus anrigi:ie

    dades ,

    lvfuseo

    Yuca.teco.

    Periodico cimrifico

    y

    litem

    rio

    tome I, 178-182.

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    10/19

    Uxmal, en el cual se apuntaba

    que

    en America habian pocas capitales prehispinicas

    que tuviesen

    un

    diimetro urbana tan extendido , pues alcanzaba cinco o seis leguas

    de circunferencia, lo

    que demostraba

    un alto grado de civilizaci6n, ademas de que

    sus edificaciones que exigieron mano de obra esclaYaY

    Sin

    embargo,

    lo mas interesante de este intercambio de ideas resultan ser l

    as

    notas que sabre el tema de la arqueologia remitieron varios lectores.

    En

    Ia primera

    de elias, "Anriguedades del pais", un colaborador

    an6nimo

    recordaba

    que

    apenas

    habia templos, casas

    y

    haciendas que no hubiesen

    sido

    consuuidas sustrayendo

    piedras de las ruinas y los monticulos, ala vez que apoyaba ferviememenre Ia idea

    de consuuir un museo,

    pues

    para desgracia de los yucatecos , los mayas habfan

    perdido en el tiempo

    su

    historia.

    28

    En

    un

    Un paseo

    por

    las ruinas de Uxmal",

    otro

    autor anonimo

    apuntaba que dicha ciudad demosrraba Ia grandeza de sus

    constructores, evidencia que echaba

    por tierra

    a los derractores de

    los pueblos

    ame

    ricanos originarios como eran los autores Pauw, Raynal

    y

    Robertson, a Ia vez que

    daba credito a Ia tesis defendida por Friedrichsthal

    sobre

    Ia clara inAuencia tolteca

    en las ciudades mayas .

    19

    Finalmente, en "Ruinas

    de

    Chichen

    Itz:i.

    Invocaci6n",

    firmada

    con

    las iniciales]. ].

    H que

    correspondian al poeta vallisoletano Juan

    Jose

    Hernandez-,

    esce sefialaba que

    l

    viajero austriaco habfa mandado a lirnpiar

    las ruinas de Chichen Irza con el proposito de fotografiarlas sin el estorbo de l

    os

    arboles y Ia maleza.

    30

    PorIa narrativa de Hernandez

    sabemos

    que Friedrichsthal realizo una exca

    vaci6n

    en

    el

    piso del

    Templo

    Superior

    de

    los Jaguares, pero solo encontrci unas

    "medallas de barro". En otro

    momenta,

    se

    introdujo -forrado

    de pieles de

    venado para protegerse de los animales venenosos- en el tune que atraviesa

    el edificio denominado "El Caracol ", y

    alli

    descubri6 "pumales" de madera que

    servian de contrafuertes. El estado de conservaci6n de los

    pum

    ales, dinteles y

    vigas de zapote Ach ras zapota), le permiti6 adelantar Ia hipotesis de que habfan

    sido realizados hacia los aiios 1100 a 1200 de nuestra era. Pero Hernandez con

    sideraba

    que

    tal fecha

    se

    quedaba corta

    , pues

    si

    se

    tomaba

    en

    cuenta

    el

    perfodo

    de

    construcci6n que requiri6 cada edificio desde l comienzo de Ia edificaci6a de

    Chichen

    Itza, se llegada a un inicio de la ciudad entre los anos

    600 y 700

    de nuesrra

    era. Para concluir, ponia en guardia a los yucatecos con l fin

    de evirar

    que los

    investigadores extranjeros dafiasen las ruinas

    por

    el afan de hacer excavaciones

    y extraer piezas que luego se apropiaban, hacienda

    una

    alusi6n clara a nuestro

    personaJe.

    27

    An6nimo

    , "Imporrancia

    de un

    museo de antigUedaces",

    Afuseo Yumteco. Periodico

    cientiftco

    )'

    liremrio,

    romo

    I, 117.

    B An6nimo, "Anrigiiedades del pais , Museo Yucateco. Periodico

    cientifico y

    literario,

    wmo]

    185-

    186.

    "' An6nimo, "Un paseo

    por

    las ruinas de Uxmal, lvfuseo

    Yucateco. Periodico cientifico y

    irerario,

    tomo I 195-196.

    D Juan Jose Hernandez, "Ruinas de Chichen

    tzi

    Museo Yucateco.

    Periddico cientifico y irermio,

    romo [,

    270-276.

    58

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    EMAKUEL

    VON FRIEORICHSTHAL:

    St; VIAJE A A.\1ERICA

    LA

    RIV.ALDAD

    c o

    JoHN

    L ST PH

    ' S

    Si bien par sus intercambios e intervenciones publicas Friedrichsrhal habfa acapa-

    rado

    el

    inreres

    de Ia

    intelectualidad yucateca, pronto

    Ia

    publicaci6n de Incidents of

    Travel in

    Central

    America, Chiapas and Yucatan habrfa de alterar los factores. Los

    graves problemas de salud obligaron al cientffico austriaco a dejar Yucatan a finales

    de abri l o principios de mayo de 1841, embardndose con desrino a los Estados

    Unidos jusro cuando Stephens entraba desde Chiapas a tierras yucarecas para llegar

    a Merida a inicios del mes

    de

    junio. J caer enfermo su compafiero de exploracion ,

    el dibujante Frederick Cathen'l:ood, las circunsrancias provocarian que unicamente

    tuviese riempo de visitar las ruinas de Uxmal, de

    las

    que dej6 a su vez una descrip-

    ci6n

    en su obra. 124 de ese mes zarp6 para Nueva York, llegando allf

    una

    semana

    despues. De inmediaro entreg6

    el

    manuscrito

    ala

    editorial Harper and Brothers,

    que

    a mediados de agosw lo imprimio y sac6 a Ia vema.

    Poco tiempo despues Jusro Sierra se procur6 un ejemplar, traduciendo en cuatro

    enrregas varios fragmenros de los capirulos 23 a 25 del segundo volumen de Inci-

    dents para publicarlos en las paginas dellvfuseo Yucateco par estar esros relacionados

    con Ia descripci6n de las ruinas de Yucatan hechas

    par

    Stephens e ilustradas

    par

    Catherwood.

    Ya

    con anterioridad el peri6dico habia sefialado

    Ia

    difkil que era

    procurarse las obras editadas en el extranjero sobre la Peninsula, al

    punta

    que

    Ia de Frederick von Waldeck, o a g e pittoresque

    et

    archeologique dans La Province

    d Yucatan (Amerique Centrale) pendant fes annees 1834 et 1836 editada en Paris en

    1838, aun no era conocida en v1erida ni en Campeche.

    Sin

    embargo, el hecho de

    que Sierra tradujese a Stephens y que fuesen tiradas multiples ediciones del libra

    en Esrados Unidos , vino a cambiar Ia siruaci6n, cayendo Friedrichsrhal paularina-

    meme en

    el

    anonimato.

    Llama la atenci6n que,

    aunque

    Sierra hubiese prometido mas enrregas de Ia obra

    del norreamericano, nunca llego a publicar

    el

    capitulo

    26

    donde Stephens expuso

    su teoria sabre el origen de los consuuctores yucatecos. Afirmabaque estos eran

    los

    antecesores de los mayas actuales

    y

    que habian dejado de habitar las

    ruinas

    poco

    antes de Ia conquista o par efecro de esta misma. Por tanto dichos monumenros

    habfan sido construidos por las razas que ocupaban el pals en la epoca de Ia inva-

    sion

    de los

    espafioles o por algunas no

    muy

    lejanas de sus progenito res. Se fundaba

    para decirlo, en primer Iugar, en

    la

    apariencia y condicion de

    las

    mismas ruinas

    y, en segundo, en

    lo

    que decian las propias cr6nicas espafiolas.

    31

    De esa forma, su

    tesis

    se

    oponfa abiertamente ala de Friedrichsthal .

    Sin embargo, ambos compartfan Ia idea de que los habirantes yucatecos contem-

    podneos

    habian

    sufrido

    una

    degeneracion hisr6rica ,

    32

    al punto que

    terminaron

    3

    John

    L Stephens

    , f cidentes

    de Viaje m Centroamirica, Chiapas

    y

    Yucatdn ,

    tomo II,

    414-415.

    32

    Armro Taracena, La civilizaci6n maya

    y

    sus herederos.

    Un

    debate negacionisra en

    Ia

    hisrorio-

    graffa moderna guatemalreca , 43-55.

  • 7/25/2019 Tarcena y Sellen 2006.pdf

    12/19

    por saLir de la Hisroria al no haber

    sabido

    conservar

    la

    civiLizaci6n de sus anreceso

    res. Para

    Friedrichsthal, esra

    era

    el

    resultado

    de

    Ia

    desaparicion

    en

    el tiempo

    de

    esa

    sorprendente "raza caud.sica", mientras que para Stephens era consecuencia naturaJ

    e inevitable de Ia despiad1da polftica espanola que habfa

    destruido

    radicalmente

    todos sus recuerdos antigLos. Una

    idea

    que

    compartian

    los inrelectuales yucatecos,

    para quienes los constructore.s tampoco eran mayas,

    al

    insistir

    que

    los

    actuaLes

    in

    digenas no

    habfan guardado memoria del

    pasado glorioso

    y

    de los conocimienros

    cientfhcos de la civilizaci6n

    disica

    maya.

    Con

    Ia aparici6n del Registro

    Yucateco en 1845,

    a su editor

    Justo

    Sierra

    O'Reilly

    le parecio oportuno repetir "cierta correspondencia curiosa que otra vez dimas a

    luz en el

    A1useo

    Yucateco y volvi6 a publicar

    tanto la

    carta que elle hc.bfa escrito

    a Friedrichsthal solicitindole poner por escrito su ensayo "Sabre

    Los

    que constru

    yeron los edificios yucatecos ysus antigiiedades" ,

    como

    el texro integral del mismo.

    Lo hacfa por considerar que, en ese momenta, Ia teorla del

    baron

    ya

    les

    pareda

    "absurda

    am

    uchos" yucat::cos, a Ia vez de que,

    cuando

    se trata

    de

    "ilustrar un

    pun

    to

    de

    la naturaleza del presenre, es necesario resignar a escuchar

    Ia opinion

    de

    rodo

    l

    que

    guste emitirla ... "

    Sin

    embargo, Sierra O'Reilly

    considero

    oportuno

    agr::gar

    una nota

    introducroria

    intirulada "Reflexiones sabre las ruinas de Yucaran", que daba inicio con una cita

    del colaborador

    Manuel

    Francisco Peraza sobre

    Ia

    carasrrofe que significaba

    para

    una nacion el que hubiesen visro perecer las obras de sus anrepasados

    y

    a memoria

    de

    Ia

    que

    fueron" .

    Es

    decir,

    apuntaba

    ague , "la

    suerte

    de

    los

    edificios a:niguos del

    pais

    y

    aun mas rodavla, de

    Ia

    siruacion abyecra en

    que

    hoy se encuenrran

    las

    razas

    primirivas

    que

    los erigieron".

    33

    En

    1874 el hisroriadorestadounidense Hubert Howe

    Bancroft menciono el rra

    bajo

    de

    FriedrichsthaJ a Lo largo del

    capitulo que

    redacr6 en

    el cuarro

    ramo de

    The

    JVtttive Races sabre las antigiiedades yucatecas,

    citando

    en numerosas ocasiones el

    ardculo aparecido en 1Vouvelles annales des

    VO) ages.

    En

    Ia

    nora 2 del mismo, referida

    a los exploradores

    de

    La

    ?eninsula

    en

    Ia primera

    parte

    del siglo

    XIX,

    Bancroft los

    presenr6 empezando

    par

    \ \

    aldeck,

    Stephens y

    Catherwood, :-J"orman

    y

    finalmente,

    Friedrichsthal. A pesar

    de

    esre

    orden, tomando

    en

    cuenta Ia

    nota aparecida

    en el

    Registro ritcateco,

    llego a

    Ia

    conclusion

    de

    que

    Ia

    visita del austriaco habfa antece

    dido a

    Ia

    de los norteamericanos,

    pues

    tenfa fecha de

    21

    de abril de 1841 . Como

    se ha vista , se rrataba

    de

    la reedici6n del ensayo "Sabre los que consnuyeron los

    edificios yucatecos

    y

    sus antigi.iedades",

    pero

    que esta vez habfa aparecido sin tftulo,

    dando

    Ia impresion

    de

    ser una carta.

    Bancroft caracteriz6

    el

    trabajo

    de

    Friedrichsthal

    como

    ligero en

    su

    descripcion

    y

    con una interpretacion que conrenfa muchas "divagaciones especulativas'' acerca

    del origen

    de las

    ruinas. No obstante,

    en

    varias ocasiones cito las medidas que este

    Jusro Sierra O'Reilly "

    ReAexiones

    sobre las ruinas de Yucatin",

    437-443.

    Este articulo

    con

    riene "'Sobre los que construyeron los edificios yucarecos

    y

    sus antigiiedades" de Emanuel von

    Fr

    iedrichsrhal.

    60

  • 7/25/2019 Tarcena y Sellen 2006.pdf

    13/19

    como de los edificios en Vxmal yen Chichen imi, comparandolas con las que fue

    ron publicadas por otras exploradores de Ia epoca. Por

    ultimo,

    aunque

    reconoda

    a

    Friedrichsrhal como una

    autoridad

    sobre las ruinas de Chichen lrzi, manruvo su

    parecer de que Ia descripci6n del sitio que publico Stephens en 1843 resultaba Ia

    mas acabada hasta esa fecha.

    4

    A lo largo del siglo

    X X

    eL

    debate sobre

    el

    origen de los amiguos pobladores de

    Yucacin segufa en pie

    o mo

    tema sin resolver.

    En

    1881 Joaquin RejcSn redacto un

    editorial en

    La Rnista

    de

    Merida

    don de lament6 el avance que habian hecho los his

    roriadores en Ia materia, yvolvi6 a pregumar: ~ o r quienes fue poblada Ia Peninsula

    yucateca? 2Por Los canagineses, o por los toltecas?.n Asimismo, en ] 894, el celebre

    historiador campechanoGustavo }..fanine2 Alom(a retorno en

    La

    Peninsula el debate

    en rorno a Las teorias que Stephens y Friedrichsthal ruvieron acerca del origen de los

    monumemos mayas. Lo

    hizo

    en el contexto de una narraci6n de

    un

    viaje que rea-

    Liz6 a las ruinas

    de

    Hod:ob, Campeche. El historiador rechazaba e argumemo del

    norteamericano de que los mayas contemporaneos eran descendientes directos de

    Los mayas clasicos, pues para el,

    si

    bien los indios yucarecos habian podido perpetuar

    algunas ceremonias preh.spanicas por medio de una tradici6n de

    usos

    ycosmmbres,

    eran incapaces de recordar quienes habfan levamado los edificios amigws. Tam bien

    rebatfa Ia noci6n de Stephens de que algunas ciudades mayas estabm ocupadas

    durante la epoca de Ia Conquista, argumentando

    en

    terminos

    morganianosj

    6

    que

    los indios de Yucatan

    no

    habian

    alcanzado suficiente desarrollo cultural

    en

    aquel

    emonces para ser los he:ederos de la grandeza amigua. De hecho,

    ya

    en 1850, el

    propio Sierra rechazaba .

    as

    tesis de Stephens en Las notas que puso a lo

    Largo

    de

    Ia

    traduccion que realizo

    de

    Viaje a Yucatdn, 1842 a 1843.

    37

    En cambio, Ia teoria difusionista de rriedrichsthal Le parecia correcta al ime

    Lectual yucateco, porque atribufa el origen de los

    monumemos

    a una civilizacion

    exuanjera que arrib6 a una peninsula decadente

    y

    degenerada. Seglin esta expli

    cacion, los indios peninsulares eran

    una

    casta

    apane

    , inferior

    y

    al

    servicio de

    Ia

    raza col ceca.

    3

    s Es evidente

    que

    l'-..fartinez Alomfa, como otros,

    se

    sumaba a Ia logic a

    negacionista del origen de

    Los

    actuales mayas, la cual ha

    sido

    sustemada a partir de

    un insidioso prejuicio racial.

    EL REGRESO A

    EuROPA

    E < susCA DE u.

    GLORIA

    En Nueva York, Friedrlchsthal aprovech6 para exponer sus daguerrotipos y di

    bujos, y en una charla que dio en el mes

    de

    agosto compar6 los primeros con los

    '

    Hubert Howe

    Bancroft,

    The l\ atives

    Races

    ,

    vol. 4,

    140-285.

    >