Taller Lectura y Escritura Pinocho El Astuto 53e54

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Red de Lenguaje de Antioquia Seminarios regionales [email protected] https://www.facebook.com/redlenguaje.antioquia @RedLenguajeAnt Gobernación de Antioquia Secretaría de Educación Dirección de Calidad Universidad de Antioquia Facultad de Comunicaciones Grupo de Estudios Lingüísticos Regionales 2013

Transcript of Taller Lectura y Escritura Pinocho El Astuto 53e54

  • Red de Lenguaje de Antioquia Seminarios regionales

    [email protected]

    https://www.facebook.com/redlenguaje.antioquia @RedLenguajeAnt

    Gobernacin de Antioquia Secretara de Educacin

    Direccin de Calidad

    Universidad de Antioquia Facultad de Comunicaciones

    Grupo de Estudios Lingsticos Regionales

    2013

  • Me da terror este papel en blanco tendido frente a m como el vaco por el que ir bajando lnea a lnea descolgndome a pulso pozo adentro sin saber dnde voy ni cmo subo trepando atrs palabra tras palabra que apenas s qu son sino son slo fragmentos de m mismo mal atados para bajar a =entas por la sima que es el papel en blanco de aqu afuera poco a poco tornndose otra cosa mientras ms crece la presencia oscura de estas lneas si frgiles tan mas

    que robndole el ser en m lo vuelven y la transformacin en acabndose no es ya el papel ni yo el que he sido.

    Eliseo Diego

    Tomado de: hBp://akan=lado.wordpress.com/2011/08/18/

    la-pagina-en-blanco/

    La pgina en blanco

  • Ejercicio de lectura y escritura

    1.Leamos y escuchemos con atencin el siguiente cuento tomado del libro Cuentos para jugar de Gianni Rodari.

    2.Escribamos un final para el cuento.

  • Haba una vez Pinocho. Pero no el del libro de Pinocho, otro. Tambin era de madera, pero no era lo mismo. No le haba hecho Gepeto, se hizo l solo.

    Tambin l deca mentiras, como el famoso mueco, y cada vez que las deca se le alargaba la nariz a ojos vista, pero era otro Pinocho: tanto es as que cuando la nariz le creca, en vez de asustarse, llorar, pedir ayuda al Hada, etctera, coga un cuchillo, o sierra, y se cortaba un buen trozo de nariz. Era de madera no? as que no poda sentir dolor.

    Pinocho el astuto

  • Y como deca muchas mentiras y an ms, en poco tiempo se encontr con la casa llena de pedazos de madera. Qu bien dijo, con toda esta madera vieja me hago

    muebles, me los hago y ahorro el gasto del carpintero. Hbil desde luego lo era. Trabajando se hizo la cama, la

    mesa, el armario, las sillas, los estantes para los libros, un banco. Cuando estaba haciendo un soporte para colocar encima la televisin se qued sin madera. Ya s dijo, tengo que decir una mentira. Corri afuera y busc a su hombre, vena trotando por la

    acera, un hombrecillo del campo, de esos que siempre llegan con retraso a coger el tren. Buenos das. Sabe que tiene usted mucha suerte? Yo? Por qu?

  • Todava no se ha enterado?! Ha ganado cien millones a la lotera, lo ha dicho la radio hace cinco minutos. No es posible! Cmo que no es posible! Perdone usted cmo se

    llama? Roberto Bislunghi. Lo ve? La radio ha dado su nombre, Roberto Bislunghi.

    Y en qu trabaja? Vendo embutidos, cuadernos y bombillas en San Giorgio

    de Arriba. Entonces no cabe duda: es usted el ganador. Cien

    millones. Le felicito efusivamente Gracias, gracias

  • El seor Bislunghi no saba si crerselo o no crerselo, pero estaba emocionadsimo y tuvo que entrar a un bar a beber un vaso de agua. Slo despus de haber bebido se acord de que nunca haba comprado billetes de lotera, as que tena que tratarse de una equivocacin. Pero ya Pinocho haba vuelto a casa contento. La mentira le haba alargado la nariz en la medida justa para hacer la ltima pata del soporte. Serr, clav, cepill y terminado! Un soporte as, de comprarlo y pagarlo, habra costado sus buenas veinte mil liras. Un buen ahorro.

    Cuando termin de arreglar la casa, decidi dedicarse al comercio. Vender madera y me har rico.

  • Y, en efecto, era tan rpido para decir mentiras que en poco tiempo era dueo de un gran almacn con cien obreros trabajando y doce contables haciendo las cuentas. Se compr cuatro automviles y dos autovas. Los autovas no le servan para ir de paseo sino para transportar la madera. La enviaba incluso al extranjero, a Francia y a Burlandia.

    Y mentira va y mentira viene, la nariz no se cansaba de crecer. Pinocho cada vez se haca ms rico. En su almacn ya trabajaban tres mil quinientos obreros y cuatrocientos veinte contables haciendo cuentas.

  • Pero a fuerza de decir mentiras se le agotaba la fantasa. Para encontrar una nueva tena que irse por ah a escuchar las mentiras de los dems y copiarlas: las de los grandes y las de los chicos. Pero eran mentiras de poca monta y slo hacan crecer la nariz unos cuantos centmetros de cada vez.

    Entonces Pinocho se decidi a contratar a un sugeridor por un tanto al mes. El sugeridor pasaba ocho horas al da en su oficina pensando mentiras y escribindolas en hojas que luego entregaba al jefe:

  • Diga que usted ha construido la cpula de San Pedro. Diga que la ciudad de Forlimpopoli tiene ruedas y

    puede pasearse por el campo. Diga que ha ido al Polo Norte, ha hecho un agujero y

    ha salido en el Polo Sur. El sugeridor ganaba bastante dinero, pero por la

    noche, a fuerza de inventar mentiras, le daba dolor de cabeza. Diga que el Monte Blanco es su to. Que los elefantes no duermen ni tumbados ni de pie,

    sino apoyados sobre la trompa. Que el ro Po est cansado de lanzarse al Adritico y

    quiere arrojarse al Ocano ndico.

  • Pinocho, ahora que era rico y sper rico, ya no se serraba solo la nariz: se lo hacan dos obreros especializados, con guantes blancos y con una sierra de oro. El patrn pagaba dos veces a estos obreros: una por el trabajo que hacan y otra para que no dijeran nada. De vez en cuando, cuando la jornada haba sido especialmente fructfera, tambin les invitaba a un vaso de agua mineral.

    Rodari, G. (2012). Pinocho el astuto. En: Cuentos para jugar

    (pp. 17-22). Bogot: Alfaguara.

  • Finales de Pinocho el astuto

  • Primer final Pinocho, cada da enriqueca ms. Pero no creis que

    era avaro. Por ejemplo, al sugeridor le haca algunos regalitos: una pastilla de menta, una barrita de regaliz, un sello de Senegal

    En el pueblo se sentan muy orgullosos de l. Queran hacerle alcalde a toda costa, pero Pinocho no acept porque no le apeteca asumir una responsabilidad tan grande. Pero puede usted hacer mucho por el pueblo le

    decan.

  • Lo har, lo har lo mismo. Regalar un hospicio a condicin de que lleve mi nombre. Regalar un banquito para los jardines pblicos, para que puedan sentarse los trabajadores viejos cuando estn cansados. Viva Pinocho! Viva Pinocho! Estaban tan contentos que decidieron hacerle un

    monumento. Y se lo hicieron, de mrmol, en la plaza mayor. Representaba a un Pinocho de tres metros de alto dando una moneda a un huerfanito de noventa y cinco centmetros de altura. La banda tocaba. Incluso hubo fuegos artificiales. Fue una fiesta memorable.

  • Segundo final Pinocho se enriqueca ms cada da, y cuanto ms se

    enriqueca ms avaro se haca. El sugeridor que se cansaba inventando nuevas mentiras, haca algn tiempo que le peda un aumento de sueldo. Pero l siempre encontraba una excusa para negrselo: Usted en seguida habla de aumentos, claro. Pero

    ayer me ha colado una mentira de tres al cuarto; la nariz slo se me ha alargado doce milmetros. Y doce milmetros de madera no dan ni para un mondadientes.

  • Tengo familia deca el sugeridor, ha subido el precio de las patatas. Pero ha bajado el precio de los bollos, por qu no

    compra bollos en vez de patatas? La cosa termin en que el sugeridor empez a odiar

    a su patrn. Y con el odio naci en l un deseo de venganza. Vas a saber quin soy farfullaba entre dientes,

    mientras garabateaba de mala gana las cuartillas cotidianas.

    Y as fue como, casi sin darse cuenta, escribi en una de esas hojas: El autor de las aventuras de Pinocho es Carlo Collodi.

  • La cuartilla termin entre las de las mentiras. Pinocho, que en su vida haba ledo un libro, pens que era una mentira ms y la registr en la cabeza para soltrsela al primero que llegara.

    As fue cmo por primera vez en su vida, y por pura ignorancia, dijo la verdad. Y nada ms decirla, toda la lea producida por sus mentiras se convirti en polvo y serrn y todas sus riquezas se volatizaron como si se las hubiera llevado el viento, y Pinocho se encontr pobre, en su vieja casa sin muebles, sin ni siquiera un pauelo para enjugarse las lgrimas.

  • Tercer final Pinocho se enriqueca ms cada da y sin duda se

    habra convertido en el hombre ms rico del mundo si no hubiera sido porque cay por all un hombrecillo que se las saba todas; no slo eso, se las saba todas y saba que todas las riquezas de Pinocho se habran desvanecido como el humo el da en que se viera obligado a decir la verdad. Seor Pinocho, esto y lo otro: ponga cuidado en no

    decir nunca la ms mnima verdad, ni por equivocacin, si no se acab lo que se daba. Comprendido? Bien, bien. A propsito, es suyo aquel chalet?

  • No dijo Pinocho de mala gana para evitar decir la verdad. Estupendo, entonces me lo quedo yo. Con este sistema el hombrecillo se qued los

    automviles, los autovas, el televisor, la sierra de oro. Pinocho estaba cada vez ms rabioso pero antes se haba dejado cortar la lengua que decir la verdad. A propsito dijo por ltimo el hombrecillo es

    suya la nariz?

  • Pinocho estall: Claro que es ma! Y usted no podr quitrmela!

    La nariz es ma y ay del que la toque! Eso es verdad sonri el hombrecito. Y en ese momento toda la madera de Pinocho se

    convirti en serrn, sus riquezas se transformaron en polvo, lleg un vendaval que se llev todo, incluso al hombrecillo misterioso, y Pinocho se qued solo y pobre, sin ni siquiera un caramelo para la tos que llevarse a la boca.

  • Opinemos sobre el mejor final Ahora pensemos cul de los finales, bien sea escrito por el autor o por uno de ustedes, es el que consideramos ms adecuado o ms ingenioso.

  • Narremos una experiencia Escribamos, en una pgina, la experiencia personal de lectura y escritura durante la infancia y la adolescencia.

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