Suplemento Universitario Junio 2015

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Guatemala, 23 de junio de 2015, Suplemento Especial de Diario La Hora ¿Votar o no votar, nulo o en blanco? ¿Esa es la interrogante?

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Guatemala, 23 de junio de 2015, Suplemento Especial de Diario La Hora

¿Votar o no votar,nulo o en blanco?¿Esa es la interrogante?

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ASTRID YOHANNA DEL ÁGUILAUNIVERSIDAD DE SAN CARLOS RELACIONES [email protected]

NERY CHUCUYUNIVERSIDAD FRANCISCO MARROqUíNMAESTRíA EN CIENCIAS [email protected]

NADIA NINOSHKA SOLANO B.UNIVERSIDAD [email protected]

ALEJANDRO POKUS ÁLVAREZUNIVERSIDAD RAFAEL LANDí[email protected]

ANA LUCÍA ZELADA GUEVARAUNIVERSIDAD DEL ISTMOPSICOPEDAgOgíA [email protected]

LUIS PEDRO MARTÍNEZ V. UNIVERSIDAD RAFAEL LANDí[email protected]

TANIA MELISSA ESTRADAUNIVERSIDAD RAFAEL LANDíVARCIENCIAS POLí[email protected]

ABNER COTTÓM PEÑAUNIVERSIDAD DE SAN CARLOS FILOSOFíA y [email protected]

JAVIER SANTIZO MANSYLLAUNIVERSIDAD FRANCISCO MARROqUí[email protected]

Existen personas que están preocupadas por la crisis actual y expresan duda sobre cómo salvar la “democracia” guatemalteca. Creemos que antes de responder esa pregunta es indispensable recapacitar sobre el carácter de esa democracia porque en honor a la verdad vivimos en un país donde el modelo político fue pros-tituido desde su propio inicio y nosotros tenemos serias dudas de que pueda llamarse, con propiedad, democracia a un sistema como el nuestro simplemente porque cada cuatro años hay elec-ciones.

Cuando todo descansa en un imperfecto sistema de organi-zaciones llamadas partidos políticos, pero que en realidad son apenas grupos electoreros formados alrededor de la ambición de algunos dirigentes, que luego desaparecen sea porque lograron su objetivo o porque fracasaron en el empeño, cuesta mucho ha-blar de auténtica democracia. Cuando los candidatos a los cargos de elección tienen que comprar su participación como ocurre con los candidatos a diputados, no podemos pensar en que llegan a representar al pueblo y si no hay tal representación en el Organis-mo Legislativo, ¿De qué democracia estamos hablando?

Los gobernantes en guatemala son electos no con un mandato sino con un cheque en blanco. Ninguno hace propuesta ni pre-senta planes concretos. Con estribillos y canciones se posicionan en la mente del elector y luego con gorras, playeras y fertilizantes obtienen su voto. Un voto que ya fue pagado en la mayoría de los casos con lo que se perfeccionó el negocio y la única deuda que tiene el que gana es con sus financistas, con quienes le dieron dinero para comprar los votos.

Pero aparte de ello existe una distorsión de todas las institucio-nes públicas que han sido puestas no al servicio del bien común sino de la corrupción. Desde el poder local, donde se supone que es más visible y sensible la democracia, hasta el poder presiden-cial, todo está cooptado y nada funciona para el interés nacional, sino para los intereses de grupos de poder que son los verdaderos dueños del país.

Dueños que, por cierto, ya no son los mismos de cuando Serra-no escribió su libro porque fueron desplazados por fuerzas emer-gentes y que disponen quién puede ser candidato a Presidente y quién no, no digamos los candidatos a diputados que son tan importantes para asegurar que puedan preservar sus privilegios, concesiones y canonjías. El poder económico tradicional creó las condiciones de cooptación del sistema, pero no supieron para quién trabajaron.

hoy hablar de democracia, cuando todo el sistema funciona para la corrupción y el compadrazgo, es muestra de dificultad para entender la dimensión de nuestra crisis.

¿Salvar la democracia?

Página 2/Diario La Hora/Guatemala, 23 de junio de 2015

Editorial

PARTICIPANTES DEL 18º SUPLEMENTO UNIVERSITARIO DEL DIARIO LA HORA

INVITACIÓNDeseamos ampliar la oportunidad a los mejores estudiantes, de ambos sexos, de los últimos años de una carrera profesional de las universidades del país (derecho, humanidades, ingeniería, economía, pedagogía, mercadeo o ciencias de la comunicación) para participar como columnista en nuestro Suplemento Universitario, que mensualmente se publica como inserto en una de las ediciones del Diario La Hora. Los interesados pueden enviar su solicitud con su currículum vitae y fotografía reciente a [email protected]

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La Hora / Suplemento Universitario / Guatemala, 23 de junio de 2015, Página 3

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Partiendo del Artículo 140 de la Constitución Política de la República de guatemala en el cual se define nuestro sistema de gobierno como: “republica-no, democrático y representativo” y con base en la constante discusión ciudada-na a cerca de la democracia en nuestro país, es lógico pensar que los guatemal-tecos deseamos que haya democracia en guatemala.

De acuerdo a lo anterior y conside-rando que el voto es parte fundamental de la democracia y que por ello pode-mos calificar al sufragio como una ac-ción en pro de la democracia, para mí resulta evidente que los guatemaltecos debemos votar con el objetivo de forta-lecer nuestra democracia y afianzar la idea de que los deberes cívicos deben ser tomados con seriedad. Abstenerse del derecho a elegir es una conducta en contra de la democracia que solo  colabora con el deterioro de la misma. Es como creer que actuar violentamen-te en las calles colabora con la paz en nuestra sociedad. Por atractivo que parezca, abstenerse al voto puede ca-lificarse sociológicamente como una acción susceptible a consecuencias im-previstas.

El destacado sociólogo Robert K. Merton acuñó el término consecuen-

cias imprevistas para definir a aquellos resultados no esperados por el actor social y que usualmente contradicen el propósito inicial de la acción. Dicho término también ha sido interpretado como sigue: “cualquier acción social que pueda tener resultados negativos los tendrá, lo cual puede empeorar la situación que pretendía mejorar-se”. Abstenernos del derecho a votar es sugerirnos a nosotros mismos que no debe haber democracia e incluso podría ocasionar, en el largo plazo, una reducción de la importancia de la misma a nivel cultural. ¿Si reducimos la importancia del voto hoy, cómo la incrementamos mañana? ¿Por qué reducirla si lo que está mal no es el hecho en sí mismo de votar? ¿Por qué desprestigiar el voto hoy si aspiramos a una democracia fortalecida mañana, en la cual el voto juega un papel fun-damental?

hagamos democracia como pueblo, hagamos lo que nos corresponde, emi-tamos nuestro voto, démosle nosotros el ejemplo a los políticos de cómo se hace democracia. Colaboremos con su-birle (o quizá regresarle) la importan-cia y el prestigio al voto, hagamos un esfuerzo por volverlo parte de nuestra cultura. que los niños y jóvenes apren-

dan a ver este de-recho como un deber cívico respetable e impor tante de cumplir, para que el día de mañana, con este y otros principios y valores (listarlos está fuera del alcance de este artículo) haya una mejor oferta política. Recor-demos que los políticos han sido en-gendrados por nuestro mismo pueblo.

Con respecto al voto en blanco y al voto nulo, además de ser también sus-ceptibles a consecuencias imprevistas, creo que a pesar de la actual oferta política que tenemos, sí hay por quien votar. Votemos por romper el modelo de negocios actual de la mayoría de po-líticos, aquel modelo que debe favores y que está comprometido por tantos años de inversión en campaña. Vote-mos en contra de aquel que quiere ridi-culizar a nuestra democracia forzando el patrón de los últimos dieciséis años en los cuales, de manera ininterrumpi-da, es electo el “malo” de las elecciones anteriores. Demostremos que la sobe-ranía es nuestra y que somos nosotros quienes decidimos a quién le toca.

La Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP) no estipula el voto nulo y/o la abstinencia al voto, por lo que este no es viable ante las demandas actuales de la población que desea enviar un mensaje a través de este mecanismo, tratando de resaltar en las urnas su actual rechazo a los candidatos a los diferentes cargos públicos que se presentan en contienda electoral.

Para poder generar cambios en la práctica, se debe modificar el marco jurídico principalmente; en este caso, la LEPP quien es la rectora de la función de Partidos Políticos y dirige el juego electoral. Esta ley necesita incluir la visión de la población con el fin de suplir las necesidades que la sociedad tras treinta años de espera a cambios sociales, políticos y económicos no los ha logrado visualizar en su día a día.

La LEPP es una ley con carencias y vacíos en algunos aspectos, tales como; 1. El financiamiento de las campañas electorales; 2. La elección a cargos del Ejecutivo, el Legislativo, municipalidad y Parlamento Cen-troamericano se llevan a cabo en la misma temporalidad; 3. Da espa-cio al transfuguismo; 4. Permite la reelección ilimitada de funcionarios en cargos como lo son el Organismo Legislativo y a municipalidades; 5. No posee participación mínima en cuotas (sector femenino y comu-nidades indígenas) con el fin de asegurar la participación de la mayor parte de los sectores y 6. No acepta dentro de su lectura el significado del voto nulo.

Cabe destacar el rol que cumple el financiamiento de las campa-ñas electorales y el funcionamiento de los partidos políticos, ya que a falta de regulación en ambos surge una de las principales fuentes de corrupción y cooptación por parte de poderes fácticos (llámense estos gran empresariado, crimen organizado, poderes ligados a las castas militares ente otros) que a través del financiamiento inciden de manera negativa en la política nacional. Un sistema regulado donde el financiamiento provenga integralmente desde el Estado y establezca como delito el financiamiento por parte de grupos de interés, restituye el lazo resquebrajado ya desde hace años entre elector y elegido.

Los chantajes y violencia que ha recibido el país ha generado cambios que han transformado a la población guatemalteca, estos se han demostrado a través de manifestaciones históricas en el país, por primera vez en era democrática la población deja el silencio y la tolerancia atrás, la Plaza de La Constitución ha acogido a la población urbana y distintos movimientos campesinos para que alcen su voz. La sociedad no está acorde a los planteamientos políticos ni a la función pública actual, demanda cambios, y esos cambios se pueden llegar a generar de fondo a través de la mejora de leyes y los vacíos que estas presentan.

Es importante recalcar que los cambios a la LEPP después de con-vocar a elecciones no aplicarán a un periodo electoral ya convocado (Artículo 256 de la LEPP), por lo que se debe insistir en cambios de fondo a ley para que en las próximas elecciones (2019) el sistema no permita más reelección de funcionarios corruptos y sin interés en el bien común de la sociedad guatemalteca.

En las elecciones que se avecinan los ciudadanos deben ejercer su voto para hacer valer su voz y peso político en busca de una solución a la crisis, y no permitir que ese voto nulo (que no significa nada en nuestra ley) sea la pauta para que esas campañas políticas clientelares que únicamente juegan con las necesidades de la población sea quien obtenga los altos mandos en los órganos e instituciones del Estado.

¡Dale vota nulo! No es algo que no ha-yas hecho antes y ni te percataste. Esto le diría estimado lector si fuera parte de mi círculo social y me comentará acerca de que su voto será nulo en estas elecciones.

hace cuatro años en primera vuelta o votó por el que menos propaganda hizo, o por el que seguro iba contra Baldizón, eso mi estimado lector no fue dar su voto a alguien en quien confiara para mejorar el país, eso fue anular su voz para anular el voto de alguien más. Fue un voto nulo, en un sentido poético, y la miseria en la que estamos cundidos, no es tan poética.

No niego que en este momento hay una verdadera incertidumbre política en el país en donde lo único que se tiene claro es por quien no votar, en donde se quiere comunicar que no hay candidatos idóneos para participar en la contienda electoral y menos para gobernar el país. Es la primera vez que en mis pocos años de vida, que veo al ciudadano común levantarse a decir: “No estoy a favor de lo que has hecho con mi país”, al actual gobierno, pero también le dice a los nuevos candidatos “no te quiero partici-pando, porque conozco tus intenciones”;

y aun así no se pone averiguar sobre el voto nulo, y comienza con una campaña a fomentarlo. Permítanme a todos esos ciudadanos resumirles el Artículo 237, de la Ley Electoral y de Partidos Políticos EL VOTO NULO NO hACE NADA, no porque no sea representativo, sino porque no es considerado como parte de la elección y porque la mayoría de los que lo hacen lo hacen de la misma manera errática, como otros votan por el candidato X o el candidato y.

Muchos cuando votan nulo lo hacen por alguna de las siguientes razones: por-que no le gusta ninguno de los candida-tos, porque se sabe que le va a dar hueso a toda su prole, porque sabemos que le debe desde la campaña el país a saber ni a cuantos mafiosos y corruptos. Señores para emitir voto nulo, se debe igualmente estudiar el plan de gobierno, planilla de diputaciones, alcaldías, historia del parti-do, integrantes; ve, como dar un voto nulo consciente tampoco es fácil.

Es por eso tan importante la modi-ficación a la Ley Electoral y de Partidos Políticos -sí, estoy diciendo que hay que seguir manifestando hasta lograrlo y que

sea antes de las elecciones para poder vo-tar nulo- para que se le dé un peso al voto nulo y en blanco (ojo votar en blanco debería ser pecado capital, ya que se presta más fácil a manipulación de cualquier manera igual existe).

Sólo dándole la importancia y peso al voto nulo, nuestra voz será oída en nues-tro sistema democrático, diciendo no sólo que no se está de acuerdo con los actua-les candidatos, sino que somos una ma-yoría que exige candidatos capacitados, probos y que trabajen por y con el pueblo.

y si no se da, señores a investigar para votar no por el menos peor, sino por el mejor, ya que la carencia de defectos no es lo mismo que muchos defectos más pequeños.

Aprovecho por el mes del padre a feli-citar a los padres que le enseñan a sus hi-jos consciencia cívica ciudadana y no sólo a votar en contra de, por un hueso, o me-jor ni votar, a la larga queda el que más bolsas y láminas entregó en el interior.

Universidad Francisco Marroquín

NERY CHUCUY

ASTRID YOHANNA DEL ÁGUILA

Universidad de San Carlos de Guatemala

Vacíos en el Sistema Electoral guatemalteco

Consecuencias imprevistas

¡Vota Nulo!

Página 4/Diario La Hora/Guatemala, 23 de junio de 2015

NADIA NINOSHKA SOLANO B.

Universidad Panamericana

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La Hora / Suplemento Universitario / Guatemala, 23 de junio de 2015, Página 5

95 añosescribiendo

nuestra historia1920-2015

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En las últimas semanas se ha escuchado por parte de la sociedad civil estar en contra de los aspirantes a dirigir nuestro país, por conside-rárseles que “son los mismos” “son corruptos” “van a robar” entre otras aseveraciones en las cuales manifiestan su descontento hacia ellos. Por lo que ha influido a que varias per-sonas se expresen induciendo a la abstención de ejercer el derecho de votar o de votar nulo o en blanco.

Lo anterior se manifiesta coloquialmente como “un voto de castigo” a los candidatos que aspiran a cargos públicos, tal extremo puede ser evidenciado, por ejemplo, en las elecciones pasadas. Según el Acuer-do 1319-2011 del Tribunal Supremo Electoral hubo 212,814 de votos nulos y 382,379 en blanco, de los 5,022,064 votos emitidos durante la primera vuelta en candidatos a Presidente y Vicepresidente a nivel nacional.

Es importante mencionar que a pesar de la inconformidad mani-festada a través de los porcentajes mencionados con anterioridad, la Ley Electoral y de Partidos Políticos Decreto Número 1-85 establece en su artículo 237 que “… Será nulo todo voto que no esté marcado claramente con una “X” un círculo u otro signo adecuado, cuando el signo abarque más de una planilla, a menos que esté clara la intención del voto, o cuando la papeleta contenga modificaciones, expresiones, signos o figuras ajenas al proceso...”.

En nuestro país el voto nulo o en blanco carece de fundamentación, y únicamente al realizarse el escrutinio son contabilizados como votos inválidos; siendo los únicos valederos aquellos que cumplen con los requisitos establecidos por la Ley. En ese orden de ideas, considero que resulta contraproducente prestar atención a las personas que incitan a votar nulo o en blanco como una manera de mostrar inconformidad de los candidatos, debido a dicha acción no evita que aquel candidato que haya obtenido mayor cantidad de votos válidos pueda tomar posesión del cargo, sino todo lo contrario, permite que este quede electo.

hace unos días se presentó una propuesta de reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos al Congreso de la República, la cual contempla varios temas, entre ellos el voto nulo, en la que se propo-ne que el mismo tenga efectos vinculantes e incidencias jurídicas, al analizar dicha propuesta se desprende que en un caso hipotético se le permitiría al Tribunal Supremo Electoral sumar los votos emitidos a favor de determinado candidato y los votos nulos, y en caso que estos últimos alcanzaren más de la mitad, sería permitido y obligaría al Tri-bunal Supremo Electoral repetir la elección.

Debemos de estar al tanto y ser meticulosos en las propuestas de reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos ya que las mismas for-talecerán la credibilidad de los guatemaltecos en los procesos electo-rales. El trayecto es largo ya que se deben de agotar varias etapas para la reforma entre ellas que la Corte de Constitucionalidad se pronuncie al respecto, sin embargo, no es imposible aprobarse si existe voluntad para lograrlo.

Exhorto a todos los ciudadanos que se dé cumplimiento y se proteja la Constitución Política de la República de guatemala, ya que como de-ber y derecho político debemos de elegir y velar por la libertar y efec-tividad del sufragio y la pureza del proceso electoral, por lo que SI o SI debemos de presentarnos a votar en septiembre próximo, y para esto debemos de informarnos correctamente de los planes de gobierno de cada uno de los partidos políticos, no dejándonos guiar por simples comentarios de otros ciudadanos, con el fin de orientar a nuestra bella guatemala a ser un mejor país.

A lo largo de la historia, el panorama político siempre se ha visto afectado por la incertidumbre de los votantes al no encontrar un candidato que realmente les represente. La costumbre había sido la de votar por el “menos peor”, pero hoy en día esta opción ya no es tan viable debido a que la corrupción ha avanzado tanto que los guatemaltecos hemos perdido por completo la confianza en las elecciones.

El voto nulo y el voto en blanco pare-cen ser la mejor respuesta que el pueblo ha encontrado para “desestabilizar” el sis-tema mediocre que tenemos; sin embar-go, si se conoce o investiga un poco acerca de las leyes sobre las elecciones, se puede encontrar que estas opciones no tienen mayor impacto ya que sólo son tomadas como una medida estadística y, lejos de prestar una solución favorable para los desconformes, únicamente benefician a los candidatos más populares. Por tanto, votar nulo o en blanco es una iniciativa peligrosa y altamente dañina para los vo-tantes inteligentes que desean hacer valer su opinión y realmente desean ver cam-bios en el país. Por tanto, el dilema siem-pre queda reducido a: ¿Por quién votar?

Uno de los mayores problemas de guatemala es que tenemos una visión irreal de lo que sucede a nuestro alrede-dor; pensamos que el trabajo del presi-

dente es tomar una varita mágica y cam-biar por completo el país con sólo agitarla. A los dos meses en que ha asumido el cargo una persona, nos desilusionamos al ver que todo sigue igual, acusamos de co-rruptos y mentirosos a los dirigentes que escogimos y prometemos no votar jamás por ese mismo partido.

¿En qué afecta a largo plazo esto? Simple: Tenemos personas que llegan al poder, encuentran el desorden que dejó el mandato anterior y pasan cuatro años arreglando todo sin poder hacer cosas nuevas, luego los cambiamos y ponemos a otras personas que pasan otros cuatro años intentando organizar todo para que luego los cambiemos por otros y se vuelva un ciclo interminable. ¡No hay continuidad en el proceso!

La peor parte es que los candidatos políticos se aprovechan de esto, ofrecien-do que ellos serán los que harán los mi-lagros y cambiarán el país; desconocen por completo el trabajo que ya han hecho los anteriores mandatarios y simplemente lanzan propuestas de lo que suponen que podría funcionar, pero realmente no co-nocen el estado del gobierno actual. ¡Los subimos al poder creyéndoles y al final no podrán hacer nada porque todo es un desastre! Cada cuatro años se hacen pro-puestas y mejoras que al final se tiran a

la basura porque otra persona piensa com-p l e t a m e n t e diferente y cree que puede hacer las cosas mejor.

Definitivamente el problema radica en que no existe un pro-yecto a largo plazo de lo que queremos para el país, ni existe una visión colecti-va del desarrollo que queremos lograr. Si el objetivo de ir a votar es elegir un dirigente que trabaje dignamente y que pueda lograr resultados a corto, mediano y largo plazo, entonces el candidato ideal es aquel que no promete milagros, sino aquel que presenta propuestas realistas, fundamentadas totalmente en el traba-jo que ha hecho el presidente actual. El candidato por el que yo votaría es aquel que se acerca al presidente actual y pide conocer lo que ya se ha hecho para poder planear lo que continúa; es aquel que no presenta lo que falta, sino que reconoce lo que ya se ha hecho.

¿No sería mejor si los candidatos en lugar de pelear compartieran sus pro-puestas entre ellos pensando que “no im-porta quién quede, lo que importa es que el país avance”?

“Mi abuelo era un hombre muy va-liente, sólo le tenía miedo a los idiotas. Le pregunté ¿por qué?, y me respondió: por-que son muchos, y al ser mayoría eligen hasta al presidente” – Facundo Cabral

Los comicios a celebrarse en el mes de septiembre del presente año más que una opción al cambio, se vislumbran como una condena inminente a seguir en lo mismo o, incluso, peor. Es hora de afrontarlo, al no existir un candidato ca-lificado aunado con la desconfianza de la sociedad hacia las instituciones del Esta-do, la cual aumentó considerablemente con los casos de corrupción desmante-lados en los últimos meses por la CICIg, se ha desencadenado un ambiente de abstencionismo político y una discusión social sobre el derecho a votar nulo para expresar inconformidad. Ante la coyun-tura política, surge la interrogante ¿votar nulo mejorará el sistema político y social del país?

Legalmente hablando, votar nulo no mejorará el sistema político y social del país e inclusive, con nuestra actual Ley Electoral y de Partidos Políticos, lo podría empeorar. Al respecto, en cuanto a la elección de Presidente y Vicepresi-dente, el Artículo 201 de la Ley Electoral y de Partidos Políticos dispone que: “(...) consiste en que la planilla triunfadora de-berá obtener, por lo menos, la mitad más

uno de los votos válidos emitidos (...)”. Es decir, tomando en cuenta que los votos nulos o votos en blanco NO son votos vá-lidos, si 100 personas llegan a votar y 90 votan nulo, 6 votan por Candidato Rojo y 4 por Candidata X, para el escrutinio de votos se tomaría en cuenta únicamente aquellos asignados a un candidato, por lo que en este caso, meramente ilustrativo y sin ningún tipo de referencias, ganaría el primero de los candidatos. Es decir, con-trario a mejorar el sistema, el voto nulo en nuestra legislación elimina la compe-tencia y da ventaja a aquellos políticos que acarrean a los votantes para subir sus números, aprovechándose de sus necesi-dades y condiciones sociales.

Ahora bien, políticamente hablando, el voto nulo sí es una forma de expresar la inconformidad hacia el sistema de-mocrático del país, hacia la infinidad de partidos políticos existentes y, sobreto-do, hacia la corrupción e impunidad que gobierna el país. Retomando el ejemplo anterior, un Presidente electo con un margen de 90% de los votos nulos o en blanco sería uno legalmente electo pero sin legitimidad alguna para gober-nar, sin apoyo de la sociedad y, con una gran presión a nivel internacional. Las-timosamente, nuestra historia política nos demuestra que en guatemala a los gobernantes les importa poco la legiti-

midad y el apoyo de la sociedad (como OPM mantenién-dose en el poder cuando no cuenta con el respaldo de nadie), lo único que les importa es su enrique-cimiento con los caudales del Estado y el beneficio propio y de los suyos. Es de-cir que, aunque la mayoría votara nulo, quien quede electo gobernará como todos sus antecesores, con corrupción y sin pena alguna.

En conclusión, en las elecciones que se avecinan, no votar o votar nulo no es la solución ya que estaríamos dejando el poder en manos de personas con intere-ses propios o en aquellas personas que no saben ni por quién están votando, lo cual no es imputable a ellas sino que al Estado al no garantizar las condiciones necesarias para el desarrollo de su edu-cación, salud y alimentación. La solución es analizar a los candidatos, escudriñar su plan de gobierno para medir su viabi-lidad y, sobretodo, seguir manteniendo la presión social y la indignación hacia el sistema, para reformar la Ley Electoral y de Partidos Políticos que tanto anhela nuestro país.

LUIS PEDRO MARTÍNEZ V.

Universidad Rafael Landívar

El voto nulo no es opción

El candidato ideal no ofrece milagros

Desenmascarando el voto nulo

ANA LUCÍA ZELADA GUEVARA

Universidad del IstmoALEJANDRO POKUS ÁLVAREZUniversidad Rafael Landívar

Página 6/Diario La Hora/Guatemala, 23 de junio de 2015

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TANIA MELISSA ESTRADA

Universidad Rafael Landívar

ABNER COTTÓM PEÑA

Universidad de San Carlos

Sí hay que votar. Es un deber y un derecho polí-tico como lo reconoce el artículo 136 de la Cons-titución vigente. Pero OJO, si usted no conoce verdaderamente a sus candidatos, si solamente los ha visto por televisión, vallas publicitarias y medios masivos de comunicación, si no está al tanto de con quiénes han trabajado, qué errores y aciertos han cometido en su trayectoria política, entonces, es mejor que no les dé su voto. Si no reconoce qué intereses representan y si van a cumplir sus necesidades constitucionales, mejor medítelo, puede que no sea una sana democracia.

En estos días cada vez más ciudadanos reconocen que la mayoría de “clase po-lítica” actual tiene cola bastante larga para machucar. Es entonces que el voto nulo o en blanco parece ser una muy buena opción, si no la mejor, para estos agitados comicios electorales. Son urgentes las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos para que se reconozca este tipo de voto legítimo como en otros países.

En nuestra tierra la tendencia a la participación en los sufragios y el voto vá-lido es bastante alta y va en crecimiento. Más de la mitad de los guatemaltecos en capacidad de votar lo hacen, pero esto no ha sido motivo para acabar con la impunidad y el saqueo en todos los poderes del Estado.

Existe corrupción ya que no hay continuidad por parte de la población, en la verificación y exigencias del cumplimiento de las promesas de campaña, ni la fis-calización de obras y acciones administrativas, donde ocurre de todo de manera peliculesca y peliaguda, como lo ha hecho notar “desinteresadamente” la CICIg.

Para estos comicios debemos cambiar la forma en que concebimos el poder político y la representatividad del mismo. Tenemos que percibir claramente que poseemos un micropoder real para poder utilizarlo. La democracia representativa que se manifiesta de manera enferma en las elecciones guatemaltecas y solamen-te cada cuatro años, puede ser sustituida por una forma de organización social donde la representatividad no se pierda, debido a que todos administraríamos continuamente lo público a través de la organización vecinal, comunitaria y local.

Para algunos eso es utópico y huele a comunismo o socialismo, mientras que para otros aún significa esperanza. En lo personal pienso acudir a votar nulo, ya que ningún candidato ni candidata ha hablado ni ha tomado acciones legales con anterioridad, para reformar la Constitución actual y hacer que sea de ley que todos los funcionarios públicos, y principalmente los de más alto nivel, tengan que usar única y obligatoriamente el sistema de salud pública y que sus hijos también úni-camente puedan asistir a instituciones educativas estatales.

Tampoco he escuchado propuestas metodológicas concretas acerca de elevar la calidad de vida y la salud mental en general de la población más pobre y vulne-rable, especialmente la urbana, que vive en asentamientos, posee pocas oportu-nidades de capital para emprendimiento y oportunidades de empleo digno, nula o poca educación (y de tenerla una no muy crítica y liberadora), acceso a trata-mientos confiables y gratuitos provenientes de la asistencia de salud pública ni sistemas de transporte eficientes y acordes a la situación de sus usuarios .y mucho menos he escuchado propuestas sobre restringir el permiso de licencias mineras, monocultivos e hidroeléctricas para capitales extranjeros, ni el sustituirlos por el uso local, comunitario y verdaderamente nacional de los mismos.

hay que votar, es un derecho, pero le insto a que siga participando demo-cráticamente todo el tiempo. Siga participando para que se fiscalicen permanen-temente las acciones administrativas públicas en su colonia, aldea o municipio, donde usted también tiene la obligación de integrarse. Participe exigiendo que le atiendan humanamente en el Centro de Salud y compruebe que no se estén robando ni las medicinas ni nada. Participe demandando que sus hijos reciban la educación pública y de calidad que usted paga honradamente con sus impuestos.

Vote, pero no solamente un domingo de septiembre cada cuatro años. Vote para lograr las condiciones en las que usted y todos podamos continuar perma-nentemente participando en la verificación del cumplimiento de lo que exige la ley. La fiesta ciudadana debe ser permanente. Somos seres políticos y la mayoría de guatemaltecos aún no lo ha llegado a concebir así.

Entre vuvuzelas y consignas, la co-yuntura actual del país nos hace un llamado a un profundo análisis del sistema político y las posibilidades de cambio dentro de los parámetros que éste marca. Cual juego de ajedrez, los movimientos entre gobierno y ciuda-danía son continuos y muchas veces suceden sin que podamos anticiparlos. En el horizonte el camino marca un destino que para muchos es ineludible, pero para otros todavía no lo es… los comicios generales de septiembre.

Las condiciones actuales dividen las opiniones respecto al voto. Mientras unos lo consideran una imposición sin sentido (debido principalmente a la falta de can-didatos que los representen), otros lo vi-sualizan como una forma más de protesta y otros identifican este evento como una verdadera celebración de la instituciona-lidad. Pero en el diario vivir, los comicios se reducen a esto: ¿votar o no votar? ¿Vo-tar nulo, válido o en blanco?

Primero lo primero, acuda a las ur-nas a votar. La respuesta ante la crisis siempre debe ser la acción y la reflexión, tratándose, en este caso, de cumplir con

su deber ciudadano, inclusive si usted no encuentra un candidato (o debido a nuestro sistema electoral, un partido) a quien otorgar su voto. Aunque pueda parecerle innecesario, su asistencia es importante ya que muestra que, como ciudadano responsable, usted emite su opinión y está en capacidad y derecho de expresarse.

Lo que nos lleva al segundo punto, emitir un voto nulo o válido. De acuerdo a la Ley Electoral y de Partidos Políticos los cargos públicos serán ocupados por aquellas personas que hayan alcanza-do el mayor número de votos válidos sin que los votos nulos tengan inje-rencia en dicha decisión. Por tanto, el voto nulo no es vinculante. A pesar de esto, el voto nulo sí es legítimo como expresión de su sentir y puede ser re-presentativo de la desaprobación de la población hacia la clase política, la legislación vigente y el mismo siste-ma político. La gente que decide votar nulo no “entrega su voto” ni se “anula a sí mismo”, sino que busca protestar por vías institucionales. ¡Vaya si no tiene validez el voto nulo entonces!

Sin em-bargo, lo que le otorga poder al voto nulo no es la ley sino la acción polí-tica de quien lo emite. El sistema político no podrá ser derribado o cambiado por su voto nulo sino por su accionar consciente, informado y crítico que busque la transformación.

Así que en este contexto ¿cuál debe ser la ruta de acción?

Camine y participe. Salga a la calle, acuda a las marchas con su familia, ami-gos, parroquia o comité de barrio. Pruebe acudir al foro o conversatorio más próxi-mo para proponer reformas, informarse acerca de otras propuestas y opinar.

Vote. Vote nulo o vote por alguien que lo convenza, pero no emita un voto de castigo a partidos o candidatos. Cual-quiera que sea su decisión, no deje de votar. Las elecciones no son la esperanza del país, pero son una de las vías que esa esperanza puede tomar.

y ante todo y por cualquier medio pa-cífico… proteste.

No es un secreto que guatemala está atravesando una situación política sin precedentes. La Comisión Internacio-nal contra la Impunidad en guatemala –CICIg– nos ha sorprendido día a día con nuevos hallazgos en materia de corrupción. hallazgos que comenza-ron salpicando al Organismo Ejecutivo, para después afectar a los otros dos poderes del Estado, llegándose a con-vertir inclusive en una especie de ca-cería de brujas que ha llegado al plano de los antejuicios.

Con la incertidumbre de no saber quién es el próximo en caer, lo que sí está claro es que el guatemalteco tiene un sentimiento generalizado de recha-zo ante la clase política que actual-mente gobierna el país. Sentimiento que seguramente se hará notar en aproximadamente tres meses, cuan-do los ciudadanos acudan a las urnas a elegir al candidato menos peor, una práctica que se ha venido repitiendo a lo largo de los últimos comicios, pero que en el próximo promete llegar un paso más allá.

Ello, debido a que la coyuntura invita a que en lugar de votar por el menos

peor los guatemaltecos expresen su rechazo generalizado optando por el voto nulo. Si bien en teoría una canti-dad considerable de votos nulos debe-rían acarrear consecuencias tangibles en el resultado de la elección, lo cierto es que nuestros constituyentes y le-gisladores fueron lo suficientemente hábiles para no crear dentro de la Ley Electoral y de Partidos Políticos una herramienta que los pudiese perjudi-car de tal forma. La ley mencionada, en cambio, regula el voto nulo como “todo voto que no esté marcado clara-mente con una X, un círculo u otro signo adecuado” y no le otorga validez, al punto que incluso cuando solamente una persona votara por un candidato y el resto de la población lo optara por la opción del voto nulo dicho candidato sería nuestro presidente en la primera vuelta.

Lo curioso viene a ser que las cam-pañas a favor del voto nulo que se promueven en las redes sociales pro-vienen de la clase media y clase media alta, lo que quiere decir que los vo-tantes que elegirían a candidatos ma-yoritariamente urbanos optarían en

cambio por votar nulo, d e s p e r d i -ciando pues la oportunidad de elegir a un tipo de candidato que haga fren-te a opciones más populares y rurales. En conclusión, el voto nulo beneficia-ría en última instancia a los candida-tos que la clase media y media alta consideran como las peores opciones, creando un efecto contraproducente con su objetivo original.

Mientras la Ley Electoral y de Par-tidos Políticos no sea reformada y el voto nulo continúe teniendo cero incidencia en el resultado electoral, los guatemaltecos deben optar por ejercer de forma efectiva su derecho al sufragio ya que mientras vivamos en un sistema democrático los costos de no elegir, o votar nulo, equivalen a ceder mi derecho a otra persona para que elija por mí. De ser así, no queda más que sentarse con los brazos cru-zados cuatro años más y aceptar de forma irremediable las consecuencias de nuestras acciones, u omisiones.

Fiesta ciudadana permanente

Democracia en blanco

Escribiendo la historia: caminando, votando… protestando voy

Diario La Hora/Guatemala, 23 de junio de 2015/Página 7

JAVIER SANTIZO MANSYLLA

Universidad Francisco Marroquín

Page 8: Suplemento Universitario Junio 2015

Página 8 / La Hora / Suplemento Universitario / Guatemala, 23 de junio de 2015