SUPLEMENTO TONAKIS Nmero - Marzo EDITOR: Dr. Julián Marino · sistema somático, sistema nervioso...

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SUPLEMENTO TONAKIS Número 01 - Marzo 2018 EDITOR: • Dr. Julián Marino • COLABORADORES: • Lic. Rodrigo Jaldo • • Drndo. Juan Cruz Arias • ¿QUÉ SON LAS NEUROCIENCIAS? Neurociencias es una palabra elusiva. Refiere a un conjunto tan vasto de disciplinas, que resulta difícil hallar algo en común, excep- to la palabra ‘cerebro’. Algo extraño ocurre cuando desde hace diez años se bombardea a la opinión pública con artículos de ‘neuro- ciencia’, y la primera pregunta que surge es ‘¿qué son las neurociencias?’. La pregunta es comprensible: los artículos de divulgación de neurociencias hablan de ‘las neuronas de Dios’, ‘el cerebro argentino’, ‘como mejorar el aprendizaje’, ‘qué hacer para ser feliz’, ‘cómo ganar más dinero’. En alguna parte de cada uno de estos textos se dirá algo del ‘cerebro’, en general un experimento que demostró que cuando se toma una decisión influye la conductancia eléctrica de la piel (Bechara, Damasio, Tranel, & Damasio, 2005). Estas ‘apoyaturas experimentales’ le dan un poco de crédito científico a afirmaciones tan dis- persas. Sin embargo, producen el siguiente ciclo, que será nombrado ‘ignorancia efectiva de la neurodivulgación’ (IGENE). El IGENE se compone de libros como neurofelicidad, neuroargentina, neurobici- cletas, neurodinero y hasta muchos escritos de neuroeducación donde simplemente qui- tar la palabra cerebro y colocar persona no supone ningún cambio. En el IGENE no se mencionan aspectos del Sistema Nervioso que signifiquen realmente conocimientos profundos sobre estructura genética, biología molecular, neuroquímica, fisiología sináptica, tipos de neuronas, integración entre sistema nervioso central, sistema neuroendócrino, sistema somático, sistema nervioso entérico, sistema nervioso autónomo, divisiones sim- pática y parasimpática, desarrollo cerebelar ganglionar-motor. Es que, claramente, el estudio del sistema nervioso tiene una eleva- da complejidad y requiere años de formación. Por lo tanto, si una disciplina se llama neuro- ciencias y para generar ventas (el IGENE) le evita al público los conocimientos necesarios (al menos una cultura general sólida, que permita reconocer porqué, por ejemplo, el área tegmental ventral es un nodo crucial de interacción neuroquímica), la tercera etapa será: ‘¿y qué son las neurociencias?’. La cuarta etapa, al modo del jardín de los senderos que se bifurcan, es considerar a las neurociencias una rama extravagante de la autoayuda, con sus gurúes locales y extran- jeros, o bien formarse al menos durante un año en cultura general del sistema nervioso corporizado. Es una opinión madura del siglo veintiuno que una persona medianamente formada tiene que tener un mapa del sis- tema nervioso, y conocer de qué manera el famoso ‘cerebro’ es parte DE LOS MISERABLES A TWITTER Se llama novela decimonónica a la del si- glo diecinueve. También tiene un estilo característico: en una época de ausencia de fotografías, con el surgimiento de las vidas individuales, cada vez más parecidas a las odiseas existenciales burguesas de la actua- lidad, surgieron descripciones que ocupaban varios párrafos. Una novela decimonónica en la actualidad sería tolerada por una mi- núscula proporción de la población, que en ocasiones quiere representar un pensamien- to social en una centena de caracteres. Entre los libros que cambiaron el mundo social se encuentra Los Miserables, de Víc- tor Hugo, que puede ser impreso en 900 páginas mientras el tamaño de las letras sea moderado. El lector tiene que aguardar pa- cientemente la descripción de las dos vías por las cuáles se producía el ascenso social antes de la industrialización: el Rojo y el Negro, la milicia y la Iglesia. La impaciencia que genera Balzac, Maupassant, Stendhal y hasta Flaubert en el contemporáneo, antes de ser cuestionada, tiene que ser pensada. La atención en la actualidad se posa sobre varios objetos a la vez. Hay un marcador de la vida social que se llama celular, y otro que se dice ordenador, que tienen personas que demandan, reclaman y hasta aman me- diante encendidos y apagados. Eso genera una atracción casi opuesta al tedio en el que estaba sumergida Madame Bovary antes de iniciar una rutina de amantes que desfilaban por la campiña francesa, a medias entre en- soñaciones y placeres. Los Miserables revela transformaciones que se pagaban con sangre, héroes que se mezclaban en las ciudades casi como en un tango con penas de muerte. Jean Valjean re- presenta una moral heroica ingresando en los dominios kafkianos, pero sin tener la más remota idea del futuro que esperaba su gesta. En algunos espacios se genera cierta polémi- ca, si los intercambios multimillonarios de megabytes en formatos elementales como Twitter hunden las formas de expresión a provocaciones, insinuaciones y fragmentos que no tienen conjunto para armar. Cada época juzgó lo que advenía como la decadencia de algo que, cuando tam- bién era juzgado, se consideraba el peor de todos los tiempos. Hay algo en la vida de las personas, su límite temporal, que está relacionado con una visión del mundo pare- cida a la de su ocaso. Si se tienen en cuenta trescientos millones de años, La Decadencia de Occiden- te, de Oswald Spengler, ni siquiera es un bache en una línea cuasi- perfecta. El ocaso de los ídolos, el fin de los relatos, la aparición del nuevo hombre ante la cibernética, la for- ma de puente que toma el hombre cuando adviene el superhombre, tienen más expli- cación en la constante del autor y su edad: suelen ser escritos cuando ha vivido aproxi- madamente el 80% de su existencia. ¿Tiene Twitter una incompatibilidad con la comprensión de textos? ¿Promociona el intercambio masivo de mensajes de texto la falta de formación de representaciones profundas, o modelos situacionales de lectu- ra? Las novelas de Stieg Larsson (‘Hombres que no amaban a las mujeres’) ¿son inferio- res estructuralmente a los relatos de Guy de Maupassant (‘Bola de Sebo’)? Una vía para pensar una respuesta, mucho mejor que de- cirla, es computar cuantas personas accedían a la lectura en el siglo diecinueve, y más atrás, y cuántas en este tiempo. Qué proporción de gente tuvo acceso a Chopin alguna vez en la decimonónica, y cuantos tienen en la actua- lidad una intuición de ‘Tristesse’. A la Escuela de Frankfurt no le gusta esto.- (Continúa en Pag. 2)

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SUPLEMENTO TONAKISNúmero 01 - Marzo 2018

EDITOR:• Dr. Julián Marino •

COLABORADORES: • Lic. Rodrigo Jaldo •

• Drndo. Juan Cruz Arias •

¿QUÉ SON LAS NEUROCIENCIAS?

Neurociencias es una palabra elusiva. Refiere a un conjunto tan vasto de disciplinas, que resulta difícil hallar algo en común, excep-to la palabra ‘cerebro’. Algo extraño ocurre cuando desde hace diez años se bombardea a la opinión pública con artículos de ‘neuro-ciencia’, y la primera pregunta que surge es ‘¿qué son las neurociencias?’. La pregunta es comprensible: los artículos de divulgación de neurociencias hablan de ‘las neuronas de Dios’, ‘el cerebro argentino’, ‘como mejorar el aprendizaje’, ‘qué hacer para ser feliz’, ‘cómo ganar más dinero’. En alguna parte de cada uno de estos textos se dirá algo del ‘cerebro’, en general un experimento que demostró que cuando se toma una decisión influye la conductancia eléctrica de la piel (Bechara, Damasio, Tranel, & Damasio, 2005). Estas

‘apoyaturas experimentales’ le dan un poco de crédito científico a afirmaciones tan dis-persas. Sin embargo, producen el siguiente ciclo, que será nombrado ‘ignorancia efectiva de la neurodivulgación’ (IGENE).

El IGENE se compone de libros como neurofelicidad, neuroargentina, neurobici-cletas, neurodinero y hasta muchos escritos de neuroeducación donde simplemente qui-tar la palabra cerebro y colocar persona no supone ningún cambio. En el IGENE no se mencionan aspectos del Sistema Nervioso que signifiquen realmente conocimientos profundos sobre estructura genética, biología molecular, neuroquímica, fisiología sináptica, tipos de neuronas, integración entre sistema nervioso central, sistema neuroendócrino, sistema somático, sistema nervioso entérico, sistema nervioso autónomo, divisiones sim-pática y parasimpática, desarrollo cerebelar ganglionar-motor. Es que, claramente, el

estudio del sistema nervioso tiene una eleva-da complejidad y requiere años de formación. Por lo tanto, si una disciplina se llama neuro-ciencias y para generar ventas (el IGENE) le evita al público los conocimientos necesarios (al menos una cultura general sólida, que permita reconocer porqué, por ejemplo, el área tegmental ventral es un nodo crucial de interacción neuroquímica), la tercera etapa será: ‘¿y qué son las neurociencias?’.

La cuarta etapa, al modo del jardín de los senderos que se bifurcan, es considerar a las neurociencias una rama extravagante de la autoayuda, con sus gurúes locales y extran-jeros, o bien formarse al menos durante un año en cultura general del sistema nervioso corporizado. Es una opinión madura del siglo veintiuno que una persona medianamente formada tiene que tener un mapa del sis-tema nervioso, y conocer de qué manera el famoso ‘cerebro’ es parte

DE LOS MISERABLES A TWITTER

Se llama novela decimonónica a la del si-glo diecinueve. También tiene un estilo característico: en una época de ausencia de fotografías, con el surgimiento de las vidas individuales, cada vez más parecidas a las odiseas existenciales burguesas de la actua-lidad, surgieron descripciones que ocupaban varios párrafos. Una novela decimonónica en la actualidad sería tolerada por una mi-núscula proporción de la población, que en ocasiones quiere representar un pensamien-to social en una centena de caracteres.

Entre los libros que cambiaron el mundo social se encuentra Los Miserables, de Víc-tor Hugo, que puede ser impreso en 900 páginas mientras el tamaño de las letras sea moderado. El lector tiene que aguardar pa-cientemente la descripción de las dos vías por las cuáles se producía el ascenso social antes de la industrialización: el Rojo y el Negro, la milicia y la Iglesia. La impaciencia que genera Balzac, Maupassant, Stendhal y hasta Flaubert en el contemporáneo, antes de ser cuestionada, tiene que ser pensada. La atención en la actualidad se posa sobre varios objetos a la vez. Hay un marcador

de la vida social que se llama celular, y otro que se dice ordenador, que tienen personas que demandan, reclaman y hasta aman me-diante encendidos y apagados. Eso genera una atracción casi opuesta al tedio en el que estaba sumergida Madame Bovary antes de iniciar una rutina de amantes que desfilaban por la campiña francesa, a medias entre en-soñaciones y placeres.

Los Miserables revela transformaciones que se pagaban con sangre, héroes que se mezclaban en las ciudades casi como en un tango con penas de muerte. Jean Valjean re-presenta una moral heroica ingresando en los dominios kafkianos, pero sin tener la más remota idea del futuro que esperaba su gesta. En algunos espacios se genera cierta polémi-ca, si los intercambios multimillonarios de megabytes en formatos elementales como Twitter hunden las formas de expresión a provocaciones, insinuaciones y fragmentos que no tienen conjunto para armar.

Cada época juzgó lo que advenía como la decadencia de algo que, cuando tam-bién era juzgado, se consideraba el peor de todos los tiempos. Hay algo en la vida de las personas, su límite temporal, que está relacionado con una visión del mundo pare-cida a la de su ocaso. Si se tienen en cuenta

trescientos millones de años, La Decadencia de Occiden-te, de Oswald Spengler, ni siquiera es un bache en una línea cuasi- perfecta. El ocaso de los ídolos, el fin de los relatos, la aparición del nuevo hombre ante la cibernética, la for-ma de puente que toma el hombre cuando adviene el superhombre, tienen más expli-cación en la constante del autor y su edad: suelen ser escritos cuando ha vivido aproxi-madamente el 80% de su existencia.

¿Tiene Twitter una incompatibilidad con la comprensión de textos? ¿Promociona el intercambio masivo de mensajes de texto la falta de formación de representaciones profundas, o modelos situacionales de lectu-ra? Las novelas de Stieg Larsson (‘Hombres que no amaban a las mujeres’) ¿son inferio-res estructuralmente a los relatos de Guy de Maupassant (‘Bola de Sebo’)? Una vía para pensar una respuesta, mucho mejor que de-cirla, es computar cuantas personas accedían a la lectura en el siglo diecinueve, y más atrás, y cuántas en este tiempo. Qué proporción de gente tuvo acceso a Chopin alguna vez en la decimonónica, y cuantos tienen en la actua-lidad una intuición de ‘Tristesse’. A la Escuela de Frankfurt no le gusta esto.-

(Continúa en Pag. 2)

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Distribución y uso libre con la citación de la fuente: Marino, J.; Jaldo, R.; & Arias, J.C. (2018). Nombre del artículo. Suplemento

Tonakis. Revista Digital disponible en http://www.neurochubut.org

del sistema nervioso central (SNC). En el SNC hay sustancia gris, sustancia blanca y líquido cefalorraquídeo. Su funcionamiento activa niveles que se expanden desde programas de secuencias de proteínas hasta impedancia eléctrica transmitida por conjuntos de axo-nes reunidos en fibras que conectan zonas de memoria con regiones de planificación.

La Neurociencia en sí misma no es una disciplina. Fue un ‘alerta histórica’ de la cien-cia, acerca de que la lógica neuronal influye en la cognición y el comportamiento. Se tra-ta de un llamado de atención, que derivó en investigaciones tremendamente dificultosas y serias, como la detección de la causa de la señal magnética de la irrigación de sangre en el cerebro por medio del consumo de gluco-sa (Logothetis, 2015) hasta ‘neurochantadas’, como ‘aprende a usar el 90% de tu cerebro’. Por lo tanto, no hay una ciencia que se llame Neurociencia, sino que es una tematización (tema que comprende numerosas represen-taciones sociales esquemáticas). Si se quiere agrupar la ‘neurociencia’ y computar cuántas ciencias incluye, es necesario determinar di-ferentes niveles de análisis.

El primer nivel de análisis es la infor-mación genética que contienen las células nerviosas. Luego, las células nerviosas tienen una carga eléctrica negativa en estado de re-poso, que las diferencia de las células de, por ejemplo, la tibia y el peroné. La carga eléc-trica es susceptible de modificaciones por el intercambio de iones de sodio, cloro, potasio y calcio. Como las células nerviosas tienen en su membrana proteínas que funcionan como compuertas, llamadas receptores, cuando un agente neuroquímico específico es capaz de abrir su ‘llave’, ingresan los iones que despola-rizan la neurona. Entonces causan, mediante una lógica de sumatorias de aperturas de los canales de voltaje, los potenciales de acción. El sistema nervioso emite señales eléctricas controladas químicamente.

Hasta aquí, dentro de las neurociencias se incluyen varias disciplinas: biología molecu-lar, neuroquímica, farmacología, histología, neurotractografía. Nuevamente se resalta, si una persona dice que trabaja en neuro-ciencias en general, no está señalando nada específico, sino solo está haciendo referencia a una idea que fue un mojón en la historia del pensamiento del ser humano sobre el ser humano. Esa idea no es sencilla de pensar, sino que más fácil es decirla: El mismo cuer-po contiene la estructura que determina el comportamiento del propio cuerpo.

De regreso al IGENE, se repasa su es-tructura: una persona lee varios libros de ‘neurociencia’. Le resultan atractivos, se en-tusiasma. Cuando se encuentra ante un

problema, por ejemplo, un dolor de cabeza crónico, migrañoso, se pregunta: ¿qué son las neurociencias? Es que tanto entusiasmo y recomendaciones, le ahorraron el esfuer-zo de aprender, por ejemplo, los doce pares de nervios craneales. Claro, si un libro que pretende numerosas ventas comienza des-cribiendo la triple ruta del trigémino, de un millón de lectores pasará a cinco mil, con suerte. Pero lo ‘neuro’ tiene al trigémino de protagonista constitutivo, mucho más que ‘al carácter cerebral de los argentinos’.

La buena noticia es que se puede man-tener el entusiasmo, pero con un esfuerzo mutuo: se puede brindar un esquema atrac-tivo del sistema nervioso, sin clasificaciones infinitas, y a la vez, el lector tiene que asumir que todo lo que resulta demasiado fácil, tiene pocas probabilidades de ser verdadero. Por ejemplo, los grupos neuronales están asocia-dos entre sí, formando asambleas, mediante reglas de conexión que fueron descriptas por Donald Hebb (Baddeley, 2003). Una vez que las asambleas envían información a larga distancia (en el SNC son más de 5 centíme-tros) forman entretejidos que conducen los impulsos eléctricos que han evolucionado hasta constituirse en haces envueltos en vainas protectoras de la fuga de electrones. La tractografía es la disciplina que estudia la conectividad de estas fibras, y la neurop-sicología tractográfica aborda la manera en que la conectividad de estas unen funciones cognitivas.

El nivel de análisis siguiente, aún dentro de las neurociencias, es la cognición, que mu-chos autores han analogado a lo que significa el software en comparación con el disposi-tivo físico de una computadora (hardware). Los conceptos que se estudian en este cam-po son las funciones ejecutivas, el lenguaje, la memoria, la cognición interpersonal, la sensorialidad, la motricidad, la percepción y la atención. Cada uno de estos ‘programas’ o software, se relaciona con el otro, formando procesos dinámicos que participan de entor-nos conductuales.

Un entorno conductual pone en interac-ción el cuerpo que estudia la neurociencia, en todos los niveles mencionados, con el ambiente. ¿Y qué es el ambiente? Es tan di-fícil como definir contexto, pero, a decir de Heidegger (Heidegger & Rivera, 2005) se pueden definir conceptos para continuar leyendo. El ambiente comprende otras personas, tecnologías, objetos creados por la cultura, la naturaleza, leyes sociales y su historia. La clave es que ‘queden a la mano’ de la persona, de manera que esta lo afec-te, y aquel lo influya. En el ambiente, cada persona genera propósitos, inventa metas

para dotarse de un significado. Una persona está situada en el espacio y en el tiempo, lo que confiere a cada nivel una variable difícil de asir, pero necesaria: El tiempo produce el cambio estructural y funcional en los consti-tutivos. ‘Cambia, todo cambia’.

La complejidad del llamado de atención que de forma genuina significa ‘neurociencia’ creó diferentes tecnologías. El biólogo mole-cular emplea secuenciadores genómicos, el neuroquímico puede trabajar con espectro-metría, los tractográfos con secuencias de ponderación de difusión, los que analizan conductas con muestreos fílmicos, eye trac-ker, y con medidas de respuestas fisiológicas asociadas al sistema nervioso. Cada tecnolo-gía es, a su vez, una disciplina en particular. Por ejemplo, reconstruir tractos nerviosos por propiedades magnéticas de moléculas de agua es un área dentro de la física (Bach et al., 2014; Le Bihan et al., 2001; Stejskal & Tanner, 1965).

Es necesario diferenciar a quienes trabajan con seriedad dentro de un nivel de análisis, buscando denodadamente disminuir los efectos de la esclerosis múltiple, de quienes hacen afirmaciones globales y genéricas, sin una salida pragmática específica. Cada persona es responsable de diferenciar un ‘neurochanta’ de un científico. Para eso, cada ser humano que se precie de vivir en el siglo veintiuno tiene que contar con una cultura suficiente para sopesar los datos que apoyan lo que considerará un artículo científico, o bien un amasijo de ideaciones aptas para la venta masiva.-

REFERENCIAS

Bach, M., Laun, F. B., Leemans, A., Tax, C. M. W., Bies-sels, G. J., Stieltjes, B., & Maier-Hein, K. H. (2014). Methodological considerations on tract-based spa-tial statistics (TBSS). NeuroImage, 100, 358–369. https://doi.org/10.1016/j.neuroimage.2014.06.021

Baddeley, A. (2003). Working memory and lan-guage: an overview. Journal of Communication Disorders, 36(3), 189–208. https://doi.org/10.1016/S0021-9924(03)00019-4

Bechara, a, Damasio, H., Tranel, D., & Damasio, a R. (2005). The Iowa Gambling Task and the somatic marker hypothesis: some questions and answers. Trends in Cognitive Sciences, 9(4), 159-62-4. ht-tps://doi.org/10.1016/j.tics.2005.02.002

Heidegger, M., & Rivera, J. E. (2005). Ser Y Tiempo (rus-tica). Editorial universitaria.

Le Bihan, D., Mangin, J., Poupon, C., Clark, C. A., Pap-pata, S., Molko, N., & Chabriat, H. (2001). Diffusion tensor imaging: concepts and applications. Journal of Magnetic Resonance Imaging, 13(4), 534–546.

Logothetis, N. K. (2015). Neural-Event-Triggered fMRI of large-scale neural networks. Current Opinion in Neurobiology, 31, 214–222. https://doi.org/10.1016/j.conb.2014.11.009

Stejskal, E. O., & Tanner, J. E. (1965). Spin diffusion measurements: spin echoes in the presence of a time‐dependent field gradient. The Journal of Che-mical Physics, 42(1), 288–292.

NOTABLES CIENTÍFICOS EN LA ÉPOCA DE LA INDUSTRIA CIENTÍFICA

Michel Djerzinski es un personaje del escritor Michel Houellebecq. Protagoniza su novela más conocida ‘Las partículas elementales’. En ella señala que el ser humano contemporáneo abandone la idea del genio científico de finales del siglo diecinueve, solitario, huraño y extra-vagante. En la actualidad, la ciencia es un conjunto de empresas, dedicadas a la producción, distribución y consumo editorial. Un científico actual es probable que piense, en el sentido que se dirija hacia lo grave, pero más probable es que no lo haga y repita lo que tenga acce-so a publicaciones. También, un científico de hoy tiene chances de generar algo útil para la sociedad, pero muchas más de generar un curriculum que será muy útil para sí mismo y su carrera burocrática. La ciencia no es la excepción de que los valores de antaño hayan sido cooptados por las acumulaciones de hoy.-

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LA FELICIDAD EN EL MUNDO

Periódicamente aparecen índices de feli-cidad que miden esa variable en cada país del mundo. Los primeros lugares del ranking suelen oscilar entre países latinoamericanos, en general Costa Rica en primera posición, o países escandinavos (por ejemplo, Islandia). Esto depende de los instrumentos de medi-ción. Sin embargo, la definición de felicidad quizá sea lo más difícil de consolidar. Desde el año 2012 la Organización para la Coope-ración del Desarrollo Económico (OCDE), junto a las Naciones Unidas, publica un índice de felicidad que abarca 174 naciones. Intenta tener la mayor rigurosidad metodológica, al menos superando la medición únicamente mediante opiniones subjetivas

Para realizarlo, la OCDE estableció una serie de criterios, que se listarán a continua-ción: a) el ingreso per cápita b) el soporte social, medido desde aspectos objetivos y subjetivos c) la expectativa de vida, en condi-ciones saludables d) la libertad para efectuar elecciones, en función de cumplimiento de derechos humanos y percepción subjetiva e) percepción de generosidad f) percepción de vivir en un entorno corrupto g) medición de afecto positivo h) medición de afecto negati-vo h) medición del ‘propósito en la vida’ ‘tener un sentido’ i) presencia de distopías, que se refiere a un término de error, que compensa en el peso objetivo de los primeros factores con la sensación subjetiva de cuanto afectan a su población.

Los sentimientos de la persona fueron evaluados mediante el método de categorías discretas, por ejemplo, experiencias de tris-teza, alegría, preocupación, asco, sorpresa, esperanza, durante un período de tiempo. A la vez, se midió la relación entre un sen-timiento con otro, para conocer la fuerza asociativa entre dos sentimientos (por ejem-plo, experimentar ascio y conducir a tristeza, puede estar fuertemente relacionado si una emoción de alegría no logra particionar el ‘link’ entre las dos negativas).

La técnica estadística aplicada fue la re-gresión múltiple ponderada, que, de forma simple, incluye el listado mencionado como variables independientes, y la felicidad como variable dependiente. Arroja un coeficien-te de felicidad, donde cada factor tiene un

peso relativo, de acuerdo al impacto que tienen en la fortaleza de la asociación entre las emociones. Para conocer en detalle este método, bastante más sofisticado que otros, es necesario introducirse en las técnicas actuales de densidad de redes, que tienen auge en el desarrollo de las nuevas psico-terapias. En nuestra provincia, la Dra. Laura Bringmann, de Groningen, en el norte de los Países Bajos, es una especialista en el tema y visitará la zona en noviembre con una serie de disertaciones.

Por fin, los resultados de este cálculo y el análisis de acuerdo a qué factores impactan en los mismos. Se detallarán los reportados en 2014, ya que contienen los pesos por fac-tor, aumentando la riqueza de la explicación. Al contrario de otros ‘índices de felicidad’, el de Naciones Unidas- OCDE, tiene mayor potencia estadística, realiza un control de la predicción según el tamaño muestral y las personas medidas son independientes de decisiones de los actores de cada nación.

En el primer lugar del mundo se ubicó Suiza, influyó la renta per cápita y la baja pre-sencia de distopías. Las personas tienen una mayor creencia en un futuro venturoso. Le siguieron tres países escandinavos, Islandia, Dinamarca y Noruega, sostenidos por la ren-ta per cápita, y valores altos en cada factor. Canadá, Finlandia, Suecia, los Países Bajos, Australia y Nueva Zelanda completan el top ten de la felicidad en el mundo.

Costa Rica, el representante latinoame-ricano por excelencia, aparece en el sitio nº 12. El país de la ‘pura vida’ se apoya principal-mente en el soporte social y en la expectativa de una vida saludable, y como esto impacta en tener sentimientos positivos. Incluso Cos-ta Rica supera a Estados Unidos, que se ubica en el lugar nº 15, que tiene un gran ingreso per cápita, pero un sentimiento de distopía también muy elevado, lo que se puede tra-ducir como ‘vivir con miedo’, ya que su valor fue negativo, es decir, tienen una sensación de vivir peor de lo que indican sus indicado-res objetivos. Sudamérica aparece en primer lugar con Brasil, en el número 16, donde el sesgo del último factor opera en sentido in-verso a Estados Unidos: el sesgo es positivo, las personas son más optimistas. Esto ha sido considerado clave en el estudio de los trastornos depresivos. Para que no pasen a mayores, las personas tienen que desarrollar una distorsión positiva, un menor compo-nente de realismo.

Los Emiratos Árabes Unidos son el primer país asiático, con el número 20 global. En Sudamérica continúan Venezuela y Chile, hasta llegar a Argentina, que se ubica en el número 30. En Argentina contribuye fuerte-mente el apoyo social, las personas sienten que cuentan con sentimientos positivos pro-vistos por los otros. Disminuye su posición

la elevada sensación de estar en un país con alto índice de corrupción.

Quienes rodean a Argentina en felicidad, en los puestos 29 y 31, son Francia y la Repú-blica Checa. Sin embargo, estos países tienen perfiles muy diferentes, siendo Francia un país con elevada renta per cápita, y realista, mientras que Argentina y República Checa disminuyen en el primer factor y aumentan en el sesgo de distorsión respecto al futu-ro. Hasta el puesto 50 aparecen países con cierta elevada renta per cápita (comparativa), estando Argentina, Uzbekistán, Tailandia, El Salvador y Costa Rica entre los más bajos en ese indicador colocados en tal rango. En el si-tio 51 aparece Bolivia, quien tiene un elevado índice de sesgo positivo hacia el futuro, cues-tión que comienza a caracterizar la aparición de países latinoamericanos en esas posicio-nes. España, por ejemplo, está en el lugar 36 del índice de felicidad.

Paraguay se diferencia porque tiene mayor percepción en soporte social, y ocupa el nú-mero 53. Libia, en la posición 63, encabeza a los países de África, seguido por Nigeria. La baja posición de Rusia se debe a la extrema percepción de corrupción. Entre los países más desarrollados e ‘infelices’ se destaca Eslovenia, que está en el sitio 55. Tiene un realismo muy elevado, hay poco sitio allí para el sesgo positivo. El país más pobre mejor ubicado es Somalia, que aparece en el número 91 con una renta per cápita suma-mente baja.

En el sitio 102 está Grecia, que pese a te-ner indicadores económicos mucho mejores, la percepción de apoyo social y corrupción es tan baja y alta respectivamente, que los sentimientos negativos son potentes. Es un país que ha ingresado en lo que clínicamente se considera una depresión mayor. Los úl-timos lugares les corresponden a países de África, cerrando Togo. Cuando se rastrea de abajo hacia arriba, en el lugar 134 y 116 están los países menos felices de Europa: Bulgaria, Georgia (euroasiático), Armenia (euroasiáti-co) y Hungría.

Estudios sobre la felicidad en el mundo hay, y aparecerán en gran cantidad. Es ne-cesario revisar la metodología, y en ella, la ponderación de factores, porque eso afec-tará fuertemente las posiciones finales. Hay quienes sostienen que la expectativa de vida es un indicador poderoso por si solo. En No-ruega una persona de 74 años se considera un joven mayor, y la plantilla cerebral nor-mativa (Lifebrain European Union Project) contempla un rango de 1 a 100 años de cere-bros de personas sanas. La conciencia de los años que, promediados, tiene una persona por delante, pueden ser un indicador de algo que quizá no se llame felicidad, porque esta palabra tiene más utilidad pragmática que claridad conceptual.-

“Vestido de escarchacubierto de viento,

un niño abandonado.”

- Matsuo Bashō -

“Se extingue el día,pero no el cantode la alondra.”

- Matsuo Bashō -

“Todo en calma.Penetra en las rocasla voz de la cigarra.”

- Matsuo Bashō -

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EL DESARROLLO CEREBRAL DIFERENCIAL SEGÚN EL SEXO

Cuando se estudia el desarrollo diferencial cerebral según el sexo es posible no encon-trar distinciones notables, sobre todo cuando se realizan estudios de cortes transversales (es decir, que no consideran diferentes pun-tos en el tiempo). En cambio, si el estudio es longitudinal, aparecen las disimilitudes. Mediante técnicas de Resonancia Magnética especializadas en el desarrollo de la sustan-cia blanca, que mide la conectividad cerebral, se encontró que las mujeres maduran más temprano. En cambio, los varones lo hacen lentamente, y aún en la adolescencia estos continúan desarrollando la mielinización. La mielina es una vaina grasa que mejora la conductividad eléctrica cerebral, una especie de aislante de cable que impide la perdida de electrones. Para esa etapa, en la mayor parte de las mujeres ya está consolidado.

Entonces, si se tiene en cuenta el curso temporal de desarrollo, las mujeres tienen ligeramente un desarrollo más precoz, lo que fue demostrado mediante el trabajo de Ca-therine Lebel, de la Universidad de Calgary, Canadá. El incremento de testosterona ge-nera cambios en los varones en la pubertad en algunas zonas específicas, que siguen una curva ascendente que se prolonga hasta el final de la adolescencia.

Por ejemplo, en los varones, a partir de los 12 años se incrementa la conectividad del splenium del cuerpo calloso, que es una zona medial en ese tracto que une los dos hemis-ferios cerebrales. El splenium se desarrolla más en el varón, así como se incrementa el diámetro de los axones y su densidad. El rol de la testosterona es significativamente im-portante entre los 12 y los 18 años de edad.

No obstante, cuando se trata de creci-miento de relevancia, desde los 0 hasta los 5 años de edad el cerebro sigue una curva de progresión vertiginosa, que tiene focalización en la parte posterior, alcanzando luego una ‘meseta’ de crecimiento en la parte anterior del cerebro. Luego de los 5 años, comienzan los incrementos graduales y sutiles, cada vez más lejos de las transformaciones de

estos primeros años de vida. En los tractos corticoespinales, que unen el cerebro con la médula espinal, no hay diferencias entre hombres y mujeres, la edad resulta clave para hallar diferencias entre personas. A los 21 y hasta los 23 años se alcanza el pico de mayor desarrollo (conectividad) en el haz corticoes-pinal, siendo mayor en la parte derecha que en la izquierda. Mientras que el fascículo lon-gitudinal superior, que es fundamental para la atención, la percepción, para modular la vista en función de estrategias emitidas por funciones ejecutivas, se alcanza el pico de conectividad entre los 24 y los 25 años.

Sin embargo, estos valores están afec-tados por aspectos ambientales y de entrenamiento. Según las actividades de la persona, cambian la edad y duración de los picos de conectividad. A estos se le llaman ‘refinamientos’, que pueden acompañar toda la vida de la persona, y conforman la reserva cognitiva, concepto acuñado por el famoso neuropsicólogo Yaakov Stern.

La reserva cognitiva es la capacidad de re-sistencia que tiene una persona almacenada frente a las lesiones y al envejecimiento, y se desarrolla principalmente por ejercitaciones, que dan lugar a conectividades funcionales que salvan lesiones producidas por injurias o por la oxidación del paso del tiempo.

En resumen, los dos primeros años de vida son claves para la mielinización. La estimu-lación que necesita a esa edad el niño/a es cuantiosa, deben tener contacto con múlti-ples superficies, objetos que roten, juguetes didácticos y que se les hable mucho. Hasta los cinco años se produce el establecimien-to de la circuitería convencional, para que la persona pueda funcionar. Posteriormente, en la tercera década de vida se llega a un ni-vel óptimo, para que cada persona realice los refinamientos según aspectos contingentes y de entrenamiento.

De esta manera, el sexo establece an-ticipos en las mujeres, pero las diferencias tienen que ver menos con esta variable que con lo que haga la persona en su vida, sien-do la neuroplasticidad la clave para poner en acción los refinamientos sumatorios de la reserva cognitiva.-

ÉL: KARL FRISTON

Es un in-f o r m á t i c o /neurólogo del Reino Unido. D e s a r r o l l ó el Statistical Paramterical Mapping (SPM), un software para proce-sar los datos que ofrece un resonador magnético y calcular, por ejemplo, la cantidad de neuronas lesionadas que tiene una persona. Pertenece al grupo de trabajo del King’s College de Londres, donde arriban los desa-rrollos informáticos más novedosos en el área de imágenes cerebrales. Su gran capacidad para ordenar la enorme cantidad de desarrollos lo ha convertido en un líder indiscutido de la producción científica relacionada con neuroimágenes.-

ELLA: LAURA BRINGMANN

Es una joven brillante del norte de los Países Bajos, que desafió los p a r a d i g m a s tradicionales de las terapias psicológicas, al considerar que

la observación tenía que incluir a la persona en su vida diaria. Desarrolló un método estadístico que modela los datos que se obtienen mediante el ‘muestreo de experiencias de vida’. Esto fue creado por el autor del texto ‘Flow’ (Fluir), y mediante un beeper alerta a una persona en cualquier hora de su vida para que comple-te datos que el terapeuta requiere acerca de lo que está haciendo en el presente y de lo que aconteció hace tres horas hasta el presente. Mues-treando la vida real, esta técnica estudia la correlación entre estados afectivos, para descubrir de qué ma-nera, por ejemplo, en depresivos mayores, dos acontecimientos tristes están tan fuertemente relacionados que una experiencia de alegría no logra disolver la relación negativa. Mientras que, en personas no depre-sivas, los acontecimientos positivos provocan ruptura con las cadenas de asociaciones negativas. Tiene solo 33 años y trabaja en la misteriosa ciudad de Groningen, que tiene las huellas de haber pertenecido a la Liga Hanseática.-

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Distribución y uso libre con la citación de la fuente: Marino, J.; Jaldo, R.; & Arias, J.C. (2018). Nombre del artículo. Suplemento

Tonakis. Revista Digital disponible en http://www.neurochubut.org

PRESENTACIONES PSIQUIÁTRICAS EN FORMATO LITERARIO

La literatura tiene una gran ventaja sobre la exposición psiquiátrica académica: En estas últimas, una persona está expuesta en su vida cotidiana, con sus afectos, sus asuntos habituales, y en relación con sus labores. El relato va siguiendo el tiempo, en una rec-ta de acontecimientos comunes. De este modo, el límite entre caso psiquiátrico y vida de una persona queda difusa. Por ejemplo, ‘El Hombre del Subsuelo’ de Dostoievski, es una mixtura que se aproxima a los casos que presentó Sigmund Freud, solo que el ruso no tenía aspiraciones grandilocuentes a generar teorías.

Si alguien quiere leer presentaciones psi-quiátrico-neurológicas muy interesantes, se recomienda la prosa del Dr. Oliver Sacks. Este fue uno de los grandes escritores de ca-sos casi novelados, entre los que se destacó ‘el hombre que confundió a su mujer con un sombrero’. Tenía una notable habilidad para presentar trastornos cognitivos de elevada complejidad dentro en un ambiente flemá-tico sin golpes bajos ni estridencias afectivas. En la mayoría, se trató de personas con alte-raciones modulares específicas, por ejemplo, la incapacidad para reconocer determinadas formas, el olvido de hechos recientes, la di-sociación entre lo que se ve, pero no saber lo que se está viendo. Oliver Sacks descri-bió casos de agnosias, apraxias, síndromes disejecutivos y otros que lo sitúan en una frontera entre neurología, neuropsicología y psiquiatría.

Otro notable escritor del género es Mark Haddon, quien escribió el imperdible ‘El cu-rioso incidente del perro a la medianoche’. Su protagonista es un niño que tiene claros rasgos del síndrome de Asperger, pues no comprende la cantidad de metáforas por las cuáles los adultos viven en un mundo de confusiones y malos entendidos. Es literal en la recepción y producción de sentidos, y su particular sensibilidad, unida a su deco-dificación lingüística, permiten que revele gran parte de los sinsentidos que rodean el mundo contemporáneo. Por ejemplo, las publicidades y sus mensajes esquivos, en-gañosos, que necesitan personas dispuestas a aceptar el engaño y el doble sentido para que se las pueda comprender. El texto de Mark Haddon despierta calidez y ternura, pero también exhibe como los mensajes que se reciben de forma permanente pueden afectar a personas que leen de una manera distinta lo que socialmente se transmite. Si alguien está acostumbrado a que le digan

que para saber vivir hay que tener determi-nado automóvil, tiene que comprender que existen personas que leen ese mensaje to-mándolo seriamente. Hágase la experiencia de escuchar de ese modo, con seriedad, lo que se dice, y experimentará el desconcierto y apabullamiento del pequeño protagonista que retrató el escritor inglés.

Entre los relatores más espectaculares de psiquiatría se encuentra Kevin Dutton (Lilien-feld, Latzman, Watts, Smith, & Dutton, 2014), que escribió ‘La sabiduría de los psicópatas’. En este tratado, describe su peregrinación en un camión dotado de un resonador mag-nético por las cárceles con pena de muerte en Estados Unidos. Su tesitura acerca de la psicopatía resulta finalmente tan atracti-va, inesperada como espectacular, aunque completamente especulativa. Uno de los personajes que describe es la persona real que inspiró la famosa película ‘El lobo de Wall Street’. Dutton establece las características de los psicópatas (inteligencia fría, ausencia de empatía, capacidad predatoria, elevada habilidad manual, utilización de los otros como objetos, anhedonia, carencia de senti-do vital, incapacidad de establecer relaciones sociales perdurables) y los ubica en diferen-tes sectores de la sociedad. Señala que en algunos puestos son altamente útiles, y que los psicópatas ‘funcionales’ son esenciales para llevar a cabo tareas muy especiales, combinación de riesgo con sangre fría, por ejemplo, la neurocirugía. En cambio, hay psi-cópatas que son capaces de matar, y se los conoce como ‘psicópatas disfuncionales’.

El siguiente lugar que Dutton reconoce como hábitat para los psicópatas funcionales son los agentes de bolsa, donde la frialdad es necesaria. Antonio Damasio señaló que la capacidad de tomar buenas decisiones requiere del influjo de sentimientos, que arriban desde el cuerpo al sistema nervioso central por la vía orbital frontal (Damasio, Everitt, & Bishop, 1996). Es muy probable que ambos estén hablando de decisiones de diferente naturaleza, o incluso que el marca-dor somático que describe Damasio tenga que ser adecuadamente filtrado por la corte-za dorso lateral prefrontal en contextos muy específicos. Un ejemplo que podría ilustrar esta ‘tercera posición’ es el caso del famoso piloto de avión de British Airways, Eric Moody, quien dijo a los pasajeros, mientras el Boeing 747 que comandaba había perdido los cuatro motores tras pasar sobre un volcán activo: ‘Señores y señoras, les habla el comandante de la aeronave. Tenemos un pequeño pro-blema, hemos perdido los cuatro motores del avión. Estamos haciendo todo lo posible para mejorar la situación, espero que esto

no les cause una gran incomodidad. Le pido también a la jefa de azafatas si por favor pue-de acercarse a la cabina de mando’.

El avión aterrizó en Indonesia, y el anuncio de Eric Moody se convirtió en un clásico de la aeronavegación. En este caso, la amor-tización de la entrada de sentimientos fue funcional, y no se puede afirmar que el ca-pitán era un psicópata, estaba entrenado fuertemente para responder siempre en dirección a resolver problemas orientados a un beneficio mayor. Esa diferencia es cru-cial para distinguir al menos a los psicópatas peligrosos de los no-psicópatas o de los funcionales.

En adelanto de la tesis de Dutton, y yen-do hacia aspectos causales y correlacionales, este autor considera que la psicopatía pro-viene de una mutación genética, que produjo un funcionamiento anómalo del lóbulo pre-frontal derecho. Este alcanza ondas veloces, ritmo gamma, de manera desacompasada de otros circuitos. Además, las habilidades motoras están más desarrolladas, pero la parte medial prefrontal, sede de la empatía, casi no tiene lugar. Kevin Dutton arriesga que los psicópatas serían parientes del homo sapiens, fueron utilizados en su camino com-petidor con otros homínidos para exterminar a sus competidores. De este modo, los psi-cópatas formarían una cuasi- especie, aliada con el homo sapiens, pero con diferencias a veces sutiles y otras ostensibles, la mayor de todas es la gran capacidad de cooperación y sociabilidad del homo sapiens y la total inca-pacidad de los psicópatas.

En Argentina, los relatos psiquiátricos son más bien ‘psicológicos’, resumidos en ‘historias de diván’. Tienen un corte más existencialista, con personas que no hallan el amor, la independencia, ni su ‘verdadero Yo’. El atractivo de estas historias es que las personas leen lo que observan, por lo tan-to, se leen a sí mismas. En reemplazo del talento literario de, por ejemplo, Goethe en su ‘Werther’, o Stevenson en su ‘Jekyll y Mr. Hyde’, está la teoría fundamentada, que ha-ría las veces de literatura para acompañar la continuidad existencial de cada uno de los personajes.

El atractivo que tienen los libros de casos psiquiátricos, psicológicos o neuropsicológi-cos, es que son tratados con algunos rasgos académicos que se aventuran en un terreno desconocido, con una estructura cuasi-lite-raria. Los escritores de este género narran de una forma más integral fenómenos que cada uno puede haber percibido en personas cercanas numerosas oportunidades, pero de manera desintegrada, y debajo del tabú de la enfermedad mental.-

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LA RELACIÓN PACIENTE-TERAPEUTA EN EL TRATAMIENTO DE LA DEPRESIÓN MAYOR

El cuadro Depresivo Mayor (DM) se carac-teriza por una sucesión de síntomas graves que afectan el Estado de Ánimo, entre los que se encuentran ideas negativas recu-rrentes, rumiaciones, desmotivación, escasa energía para iniciar actividades, pérdida de un propósito en la vida, deseos de permane-cer en la cama durante tiempo prolongado, preferencia por sitios oscuros o lúgubres, inclinación por conversaciones sobre temáti-cas escabrosas, autodenigratorias o tragedias, lentificación de los movimientos, trastornos del apetito y caída del sesgo positivo (este es un sesgo que pese a tergiversar la realidad a favor de la persona, tiene una función impor-tante para el optimismo).

El cuadro de DM es recidivante con fre-cuencia, por lo que recibe un tratamiento multivectorial. Se prescriben psicofármacos, psicoterapia y ejercitaciones físicas, cambio de hábitos y seguimiento alimentario. Entre estos vectores, la psicoterapia contiene dos elementos: paciente y terapeuta. El vínculo entre ellos se llama alianza terapéutica. En un estudio reciente acerca de la efectividad del tratamiento de la DM, se ratificó que la mejor combinación es la farmacología con la psicoterapia. Sin embargo, se discutió cuál de los enfoques terapéuticos es el más efectivo.

Confirmando las ideas de Hans Eysenck, fue hallado que el tipo de psicoterapia es menos importante que el fortalecimiento de la alianza paciente- terapeuta. Al respecto, la mayor parte de las evaluaciones han sido unilaterales (por el lado del paciente o del terapeuta). En cambio, el grupo de la Uni-versidad de Yale, liderado por Holly Laws, estudió el acuerdo/concordancia entre los objetivos del paciente y los del terapeuta. Sus resultados mostraron que mientras el tiempo de terapia pasa, las posibilidades de unificar metas se amplifican, o bien se divor-cian, y que la eficacia de la psicoterapia reside en la magnitud de la curva de acercamiento entre las metas de ambos elementos, así como del fortalecimiento de la alianza.

El paciente con DM necesita un sitio

donde ser escuchado, que no se lo juzgue, ya que su sensibilidad a los juicios negativos requiere una evitación de la crítica, también que el terapeuta esté centrado en su discur-so, pero que a su vez le muestre de forma realista las reacciones de otras personas ante su comportamiento, porque la persona con DM tiende a desconsiderar al otro al estar excesivamente centrado/a en sí mismo. Lue-go, son significativamente determinantes el nivel de cultura del terapeuta, y su capacidad intelectual, también de forma superior sobre cuál es la terapia a la cuál adscribe.

Es importante que el paciente con DM reciba emisiones verbales, que se le hable y se le considere importante. No es eficaz de-jar que resuelva problemas por sí mismo, ni darle especio amplio a que haga inferencias. Erica Dawson y su equipo, de la Universidad de Minnesota, demostraron que las funcio-nes ejecutivas de los pacientes con DM se encuentran deterioradas, y que la recupera-ción de estas funciones resulta básica para la recuperación del cuadro. Como las funciones ejecutivas son esenciales para la realización de inferencias, un terapeuta que deje librados espacios prolongados de silencio aumentará la angustia del paciente.

En cuanto a la farmacología del tratamiento de la DM, son numerosos los medicamentos experimentados. La vía frecuente es la re-captación de la serotonina y la liberación de

noradrenalina, dos neurotransmisores que estarían faltantes en este cuadro. La variación de estos reside en propiedades de ligandos con receptores, tiempos de liberación y su especificidad en el target de acción. Una cuestión crucial para comprender el rol de los antidepresivos es que los mismos abren posibilidades. Significa que aumentan la po-sibilidad de desarrollar nuevas conexiones, incrementan la conectividad de los tractos, como, por ejemplo, del fascículo uncinado. No obstante, el hecho de que el paciente se dirija hacia donde el terapeuta tiene su objetivo necesita un tratamiento terapéuti-co que aproveche lo que el fármaco generó para reorientar el tipo de creencias, desarro-llar alternativas, promover sesgos positivos, eliminar distorsiones y entrenar habilidades.

La actividad del terapeuta en la DM ha sido demostrada como necesaria, tiene que comprometer a su paciente en la entrada motivacional, y, para ello, la alianza tera-péutica sigue siendo un factor insustituible. Paciente y terapeuta, progresivamente, tie-nen que tener las mismas metas. La retirada de la medicación se vinculará al aprovecha-miento de las potencialidades que brindan los cambios químicos, necesarios para iniciar la recuperación. El concepto entonces es que la medicación abre posibilidades que la psicoterapia aprovecha, en el marco de una alianza terapéutica positiva.-

¿QUÉ ES NEUROCHUBUT?

NeuroChubut es una de las ofertas académicas más completas de Latinoamérica. Se trata de un curso que avala postgrado y postítulo. Está organizado por el eje ‘neuro-ciencias cognitivas y afectivas’. Sin embargo, anida el ser humano dentro de sistemas, desde la comunidad hasta la organización de los sistemas de educación y salud pú-blica. Los docentes son de primer nivel, provienen de diferentes partes de Europa y el Norte de América, además de Sudamérica.En esta ocasión, hay un despliegue importante para atraer personas de renombre de la educación escandinava, como el Dr. Thorsteinsson. La innovación educativa serán un eje crucial, así como el tratamiento del individualismo, y que efectos tienen las ba-ses colectivistas de una cultura sobre sus posteriores aplicaciones. Como se dicta con sistema Napier, además de la sede Puerto Madryn, puede ser cursado por las personas en las condiciones más adversas. Una organización muy demandante para ofrecer un producto de extraordinario nivel. Para más información ingresar en www.neurochubut.org.

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WHATSAPP Y SENTIMIENTOS: ¿DE QUÉ MANERA LAS GENERACIONES ESTÁN PREPARADAS PARA SU EMPLEO?

La generación que nació rodeada de cuader-no, lápiz negro y libros, la visión que tiene sobre el uso las aplicaciones de redes socia-les, como Whatsapp (y cualquier red social) está sesgada por contrastes muy concretos, que no vivenciarán los que ahora son cria-dos en la ‘naturaleza’ de la tecnología digital. Los mayores de cuarenta años crecieron sa-biendo que para ver una persona había que apersonarse en la casa, tocar el timbre y es-perar. Había horarios restringidos y los límites geográficos eran restrictivos.

En cambio, la generación digital tiene a su disposición las personas en función de sus impulsos. Las personas que antes requerían visitas personales, con las restricciones que una persona adulta mayor recuerda, en la actualidad están en una lista que aparenta estar siempre disponible. Entonces, para quienes las redes sociales llegaron en la mi-tad de su vida, en comparación con las que nacieron con ellas, el uso y la valoración será muy diferente. Algunos efectos emocionales también lo son.

La brecha generacional influye en las va-loraciones sobre estas redes sociales. Para indagar de un modo objetivo estos efectos resulta necesario acudir a técnicas objetivas. Se han realizado numerosas investigaciones al respecto. Se citarán algunas, para que el lector pueda recurrir a la fuentes: Aharony & Gazit, 2016; Chahal, Kaur, & Singh, 2015; Nouwens, Griggio, & Mackay, 2017.

Ahora, para conocer la influencia en los sentimientos y emociones son necesarias las definiciones sencillas. Whatsapp es una tecnología de redes sociales, que transfiere mensajes, emite, recibe, y almacena in-formación, se extrae información y toman decisiones. Un sentimiento es la conciencia que una persona tiene de sus emociones. Una emoción es un cambio súbito en el valor positivo y negativo de un estímulo, el grado de control que se tiene de este cambio (por ejemplo, en la ira hay bajo control) y la ac-tividad fisiológica que despierta (la tristeza disminuye la frecuencia cardíaca).

En la generación de mayores (llamaremos así a quienes superan los cincuenta años) se produce irritación ante un fenómeno que se denomina ‘persona parcial’. Por ‘Persona Par-cial’ se llama a la presencia ante personas que están dispersas entre las que tienen enfrente de cuerpo presente, y con las que están co-municándose por entradas informacionales a través del teléfono móvil. Conversar con una persona que está permanentemente yendo y viniendo de la mirada cara a cara al celular, disminuye el ‘engagement’, o in-volucramiento. Es frecuente que la ‘persona parcial’ brinde respuestas vagas, imprecisas, señal de que no está prestando atención.

En las personas entre 35 y 50 años la adopción del whatsapp es variada. Hay quie-nes se comportan como jóvenes y otros que tienen un uso mesurado y funcional. En esta generación pervive una idea: ‘una verdadera conversación se produce cara a cara’. La com-binación del uso ‘juvenil de whatsapp con

los recuerdos de la conversación liberada de interferencias coloca esta generación en di-lemas que llevan a conversaciones acerca de cierta ‘ética’ en su utilización.

Por último, los criados en la generación di-gital tienen ante sí una lista de personas que emiten mensajes informativos, relacionales, anticipatorios, performativos, organizaciona-les. En esto no difieren de las otras personas. Solo que las interpretaciones suelen darles un valor diferente: mientras una persona mayor puede relativizar el hecho de ‘que fue enviado por mensajito’, para un joven no tiene mayor diferencia que una expresión personal.

El dominio que cada persona tiene de sus contactos se ha denominado ‘dominio jaldia-no’, en honor a su descubridor. Quien emite el mensaje tiene una imagen X del receptor, que según los aportes jaldianos, se asemeja a la situación concreta del emisor. Cuando este se encuentra relajado, forma un heurís-tico (atajo del pensamiento) que cree que el receptor está en una situación parecida. Si la persona está ocupada, envía mensajes rápi-dos y directos, porque atribuye lo mismo al receptor. Sin embargo, el aporte jaldiano es que la X de Jaldo no tiene ningún vínculo real con la realidad Y del receptor, por lo que se produce una ilusión de control.

Hay una persona emisora, que tiene X concepto de los destinatarios de su men-saje, cuya Y de recepción tiene una relación azarosa indeterminada con X, pero el emi-sor le atribuye a X un dominio sobre Y, que claramente tiene un carácter ficticio. Por su-puesto, que, si el dominio jaldiano es ficticio, las respuestas que los mensajes X obtienen de las respuestas Y serán poco esperadas, decepcionantes, o mal interpretadas, aun-que algunas, por azar, pueden ser logradas con éxito. Se produce entonces el fenómeno de la cantidad de ilusión de control: A mayor cantidad de dominio jaldiano que tenga una persona, mayor propensión a la decepción. Es común observar personas con rasgos de ansiedad mirando su celular, de forma im-paciente, irritada, con atención inconstante, esperando respuestas que pueden llegar de cualquier fuente. Una actitud que suelen emi-tir las personas con amplio dominio jaldiano es enviar mensajes en masa, en situaciones de impulsividad motivada por cierta desola-ción, y necesidad de soporte social.

De manera objetiva, el dominio jaldia-no se enfrenta ante al menos 50 personas

que están a) profundamente ocupadas en una tarea; b) en vacaciones; c) buscando un contacto humano por aburrimiento; d) pro-fundizando un sentimiento o afectividad; e) organizando un encuentro; f) en una tarea agobiante; g) sumidos en una conversación trascendental; h) haciendo un viaje; i) en un esfuerzo físico o practicando deportes.

Por lo tanto, la respuesta puede ser la no-respuesta, lo que interactúa la cantidad de ‘dominio jaldiano’ con rasgos de perso-nalidad. Una persona con baja autoestima, suspicaz, y con creencias negativas, puede caer en depresión, siendo que el dominio jaldiano solo contempla que el otro está con-trolado por X, mientras que, como se vio, las posibilidades situacionales del receptor son múltiples.

De manera progresiva, las personas pueden predecir como usa cada usuario la red social, a la vez que mayor cantidad de personas van convirtiéndose en esclavos dependientes de las entradas informaciona-les. En general, el sentimiento más negativo que genera el whatsapp es estar ante un ser humano que está particionado en varias in-teracciones, siendo el encuentro personal de alta o baja calidad. Al respecto, se pueden clasificar cinco modos de uso:

A) Personas que se mantienen con el ce-lular en la mano y tienen atención dispersa, parcializándose en varias conversaciones sin considerar la presencia corporizada de seres humanos próximos;

B) Personas que declaran su uso por razones particulares, y parcializan sus in-teracciones, advirtiendo su carácter de presencia parcial;

C) Personas que realizan chequeos es-porádicos, aprovechando momentos que parecen distracciones;

D) Personas que solo emplean la red social en puntos de inflexión del encuentro con la persona presente;

E) Personas que deponen el uso del celu-lar cuando se encuentran con una persona de cuerpo presente;

Hay señalamientos de expertos que tienen una perspectiva muy sabia: la generación ac-tual, de mayores de cuarenta años, tiene que dejar los elementos necesarios para que los más jóvenes sean quienes con mayor cono-cimiento decidan acerca de qué hacer, ante los niños/as, y ante las situaciones sociales, con el uso adecuado de este instrumento que no tardará en ser reemplazado por otro.-

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BEANSTALKING EN LOS AEROPUERTOS

En la actualidad los grandes aeropuertos del mundo disponen de redes gratuitas de conexión a wi-fi. El usuario debe aceptar con-diciones de uso, entre las cuáles se incluye el almacenamiento de información. La interfa-ce indica que se orienta a ‘mejorar el servicio para el usuario’. Sin embargo, la minería de datos, o ‘data mininig’, habilita a explorar los contenidos que el usuario emplea, tipea y busca, así como los puntos de localización/activación. Estos datos son correlacionados con momentos específicos, significativos para la dinámica de un aeropuerto, por ejem-plo, llegadas, partidas, demoras, búsqueda de transportes.

En un estudio realizado en la popular isla de Madeira, en Portugal, Nunes, Ribei-ro, Prandi & Nisi (2017) correlacionaron los encendidos de dispositivos móviles con el arribo de aviones, hallando una correlación de r=0.977, lo cuál significa casi una relación positiva perfecta. Al mismo tiempo, le entre-garon al ministerio de turismo las claves de la dinámica turística. Establecieron cuatro categorías de atractivo turístico de la Isla, y en función de las búsquedas en Google, pudieron censar cuantas personas habían ingresado las palabras claves asociadas a esos cuatro puntos. Cruzados los datos por procedencia, podían conocer como orientar al turista hacia los sitios de su preferencia.

Esto ha sido cuestionado en relación a la violación de la privacidad, ante lo cuál las téc-nicas de protección son confusas, ya que la identidad concreta no resulta revelada, pero los datos globales sí. Además, la parte donde la persona quiere conectarse a wi- fi implica una serie de ‘acepto’, ‘acepto’ que concede la posibilidad de realizar la minería de datos. Esto mismo fue debate hace años por cues-tiones de seguridad. Una primera opción, en épocas de profundo temor, fue prohibir

el uso de redes en las terminales aeropor-tuarias. Luego se advirtió que era más eficaz acceder a las conversaciones, ‘stalkaearlas’ (curiosear, investigar, entrometerse, espiar) y tenerlas bajo control.

Posteriormente, su uso publicitario y gubernamental también quedó claro. Las personas tienen la experiencia de recibir pu-blicidades, relacionadas con el último correo enviado, con la búsqueda que ingresaron, y los avisos por los que demostraron interés. En el artículo publicado por los mencionados autores portugueses, destacan que el BeanS-talking puede realizarse en cualquier área, pero su eficacia depende de la existencia de eventos discretos, claramente determinados (arribos, partidas), de datos categorizables (procedencia, aerolínea) y sitios de búsqueda relativamente restringidos. Cuando anali-zaron las búsquedas en el motor Google, el sitio predilecto de la Isla de Madeira absorbió poco más del 50% de las búsquedas, sin em-bargo, hallaron que tenía un patrón temporal muy específico. En cambio, la búsqueda de teatros tenía menor proporción, pero se mantenía en el tiempo. Para algunas perso-nas, esto se parece a las novelas de George Orwell, como 1984. Según las letras chicas de las grandes empresas del Silicon Valley, se está beneficiando al consumidor.

El BeanStalking es solo un ejemplo más del modo en que la población acepta que su conversación, intimidad, opiniones, ingresen a gigantescas bases de datos que clasifican a las personas en fluidos de consumidores, y en la cantidad de peligro que cada uno conlleva. Los datos se derivan tanto a pu-blicitarios, empresas como seguridades de todo tipo, para que procedan de acuerdo a segmentaciones. Por ejemplo, hay empresas que clasificaron el comportamiento huma-no en 15 tipos, y dirigen sus publicidades considerando a cada uno. Se trata de una empresa, para brindar una clave-acertijo, que se encuentra en el ‘corazón’ de cada ordenador que usted utiliza.-

EL MICROBIOMA INTESTINAL Y SU ROL EN EL EQUILIBRIO ENTRE LAS ESPECIES

Con las nuevas técnicas de biología mo-lecular se incorporó un nuevo elemento al estudio del código genético: el Micro-bioma Intestinal (MI). Lederberg y Mac Kay publicaron que el código genético de la microbiótica ‘indígena’ del ser hu-mano tiene 50.000 veces más genes que el propio homo sapiens. En los in-sectos, estas cantidad de genes equivale a la cantidad de sus células. La adhesión de la microbiótica intestinal se debe a que hay una dependencia en la diges-tión de parte tanto de los mamíferos como de los insectos sobre las bacterias.

Al respecto, la mayor semejanza de los seres humanos corresponde a las cucarachas, que tienen menor de-pendencia de las bacterias , y mayor protagonismo de las propias enzimas. El rol de las bacterias, en cambio , se di-vide en a) provisión de mayor cantidad de vitaminas; b) adquisición de enzimas digestivas; c) mejora del proceso di-gestivo; y d) mayores habilidades para sobrevivir con dietas subóptimas.

Una de las funciones más importan-tes que cumple el microbioma humano intestinal es su resistencia al ingreso de nuevas bacterias que pueden resultar patológicas. En las cucarachas, cuando la dieta es baja en proteínas, y rica en fibras, disminuye la producción de lac-tobacilos y estreptococos, por lo que también decae la cantidad de acetatos y lactatos. Para combatir las entradas bac-terianas nocivas, los insectos fabrican complejos sistemas antibióticos, entre los que se encuentra una manera espe-cífica de producción de huevos.

En la langosta se desarrolla un siste-ma que emplea bacterias para impedir el crecimiento de hongos. La langosta produce tres tipos de fenoles que pro-tegen su cuerpo del ingreso de agentes que pueden provocar disturbios en su digestión. De este modo, hay simbio-sis entre los organismos y las bacterias, fundamentalmente protectivas.

Cuando a una larva se la somete a un tratamiento aséptico, tiene tan po-cas defensas, que el bacilo thurigiensis tiene 20 veces más probabilidades de crecer que en una protegida por su microbioma. Incluso hay interacciones sumamente interesantes: cuando la mosca doméstica tiene menor cantidad de una batería, llamada proteus mirabi-lis, aumenta la bacteria allochotonous en la larva del mosquito.

Las interacciones entre microbio-mas tienen vectores comunicacionales como deposiciones, regurgitaciones, acercamientos, competencia por nu-trientes, lo que abre un nuevo campo de estudio de equilibrio entre las especies que no necesita de la habitual pirámide alimentaria, sino de los habitantes de los intestinos que tienen la mayor cantidad genética de un individuo.-