Sujeto,Amor y La Parra
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Universidad de Chile
Facultad de Filosofía y Humanidades
Departamento de Literatura
Sujeto, Amor y la Parra
Profesora: Ana María Baeza
Estudiante: Arasay Arias V.
Fecha: 08-05-2014
La Violeta
Violeta del Carmen Parra Sandoval nació en San Fabián de Alico, el 4 de
octubre de 1917 . Fue una multifacética artista: cantautora, autora de valoradas arpilleras,
esculturas, cerámicas y pinturas al óleo. Es considerada una de las folcloristas más
importantes de América y fundadora de la música popular de nuestro país. El aporte de
Violeta Parra al arte chileno se considera de gran valor y trascendencia. Su trabajo, además
sirvió de inspiración para muchos artistas posteriores, quienes continuaron con su obra
rescatista de la música del campo chileno y las manifestaciones constituyentes del folklore
de Chile y de América Latina.
Así, su influencia fue vital para el nacimiento del más importante movimiento de la música
popular de nuestro país, la Nueva Canción Chilena, pero también para el género musical del
rock, pues sus adherentes reconocen la profundidad de su música, llena de inequívoca
crítica social., Violeta Parra creía que “cualquiera puede hacer canciones. Cualquiera
puede ser artista y expresarse del modo que más le acomode”1. Su desarrollo artístico fue
el de una autodidacta, que nunca aprendió a escribir música ni contó con agentes estables
para promocionar su trabajo.
Gran parte de su infancia la pasó en Lautaro, como parte de un familia grande y pobre. Ella
y sus ocho hermanos estaban a cargo del matrimonio compuesto por Nicanor Parra y
Clarisa Sandoval. Él era un profesor de música y ella, una mujer campesina; ambos,
grandes apasionados del canto popular. Tras sobrevivir a la viruela, Violeta creció en el
campo chileno, repudiando la vida escolar; y por su parte, aprendiendo a cantar. A los
nueve años ya tocaba guitarra y, a los doce comenzó a componer algunas canciones. Los
problemas económicos de la familia Parra Sandoval se agudizaron con la muerte del padre,
en 1929; y en varias ocasiones Violeta y sus hermanos buscaron con su canto callejero2
algún tipo de ingreso para la familia. Violeta llegó a Santiago a los quince años de edad.
1 Soublette, Gastón. Violeta Parra: Toda Violeta Parra. El folklore de Chile Vol. VIII (1961)
2 También en algunos circos, en los que Violeta bailaba rancheras argentinas y cantaba cuplés
Paralelamente, terminando sus estudios en la Escuela Normal de Niñas, descubrió que el
canto podía ser un modo cómodo de ganarse la vida, y fue así que comenzó a presentarse en
bares, quintas de recreo y pequeñas salas de barrio; inicialmente junto a su hermana Hilda,
con la cual conformaban el dúo Las Hermanas Parra. Su desarrollo como persona y
artístico, ayudó a definir en ella una personalidad fuerte y sin deseos de transar. Sin
embargo, también estos rasgos iban acompañados con intensos sentimientos, en el amplio
sentido de la palabra, esta profunda sensibilidad ante la vida, la hizo vivir hondamente sus
grandes motores vitales: su obra artística y el amor; característica que la haría una gran
artista pero también susceptible a la ingratitud del público y de sus relaciones amorosas, y
finalmente la conducirían al suicidio a los cuarenta y nueve años de edad.
El folklore de Chile, vol. VIII
El folklore de Chile, vol. VIII – Toda Violeta Parra, conocido también como Toda Violeta
Parra y Hace Falta un Guerillero es un albúm editado a fines de 1961 en vinilo por el
sello Odeón. Es el octavo volumen de la colección El Folklore de Chile, en la que Violeta
había editado cuatro volúmenes de manera previa. Este corresponde a un disco "antológico"
en que se reúnen canciones de la carrera de Violeta como compositora folklórica. Todas las
canciones pertenecen en letra y música a Violeta Parra, excepto: El chuico y la
damajuana y El hijo arrepentido, que son poemas de Nicanor Parra musicalizados por
Violeta; y El pueblo, que es un poema de Pablo Neruda al que Violeta puso música.
Tanto en él, como en el resto de su obra, Violeta Parra se para ante y en su obra como una
poeta, aunque no haya hecho muchos esfuerzos por darse a conocer como tal. Es poeta en el
sentido popular, es decir, en el sentido más primigenio del término, cuando en el origen la
música no podía escindirse de la palabra3. “Porque en Violeta Parra vive el ideal natural
de la música cantada, donde la palabra, el ritmo y el sonido forman un todo indivisible” ,
alega Gastón Soublette.
3 Desde la Antigüedad
A las canciones y las letras de este álbum, corresponde el corpus que se analizará en el
presente ensayo para así poder aproximarnos al tipo de sujeto que Violeta Parra construyó
en los inicios de su obra.
Comenzaremos con Veintiuno son los dolores. Canción que pertenece al tipo de Verso a lo
Humano, y dentro de éste, a las décimas “numerales. La intención de este verso es
enumerar los dolores que causa el amor.”, por eso en ella identificamos a un Yo sufriente
que apela a un Tú amado. Como es evidente la figura retórica predominante es la de la
enumeración, que usualmente en este tipo de décimas llegas hasta el número diez, pero
Violeta asegura y alega que con respecto este tipo de temas, el amor/el desamor, podría
llegar al cuarenta mil.
Luego, seguimos con Por la mañanita. El temple de ánimo es más bien nostálgico, se nos
presenta paradójicamente un Tú ausente que hiere, pero de todas formas es amado:
“Llévame que tengo más honda la herida/ la que me dejaste al partir ayayay” . El sujeto de
la enunciación se configura como víctima, pero al final como un victimario despechado, o
desde otra perspectiva, como una mujer que puede defenderse ante el desamor.
Corresponde a una de las primeras tonadas compuesta en letra y música por Violeta Parra,
quien la enmarca como del tipo santiaguino, así se configura como una excepción en el
álbum, alejándose de la recopilación folklórica.
En cambio en El chuico y la damajuana, en contraposición a En la mañanita, se puede
decir que responde a la lógica popular y campesina, lejana a Santiago Canción destinada a
cantar la gloria del vino, inspirada en un texto de su hermano Nicanor Parra, que además
fue premiada en el Concurso Vitivinícola. El espíritu del Carnaval se hace evidente, así por
extensión, la del juego y el amor entre el chuico y la damajuana. Es una oda al alcohol y los
placeres entregados por la chispa de la fiesta, que se configura como un lugar de comunión
entre individuos, al igual que el amor y el arte4, de ahí la alusión al verde: “Tirada por
bueyes verdes”; según Chevalier, el epíteto demuestra un color tranquilizador, refrescante,
human: verde es el color del reino vegetal que se reafirma con esas aguas regeneradoras y
lustrales, a las cuales el bautismo debe toda su significación simbólica; verde es el despertar
de las aguas primordiales (las bebidas), verde es el despertar de la vida.
4 Paz, Octavio. La Llama Doble
Por otro lado, en la canción Que te trae por aquí, se advierte la intención de poner en
manifiesto las intenciones de los hombres que intentan conquistar a otras mujeres, ya sean
malas o buenas. El sujeto de la enunciación presenta una actitud de recelo frente a un
posible amor: “Si eres palomo/ lleva lejos tu clarín”. Se puede identificar el uso de la
metonimia del posible amante con los pájaros, que a la vez se relaciona con su forma de
movimiento: el vuelo, este predispone a los pájaros, para ser símbolos de las relaciones
entre cielo y tierra. En griego el propio nombre es sinónimo de presagio y de mensaje del
cielo. Aun más generalmente, las aves simbolizan los estados espirituales, los ángeles, los
estados superiores del ser. De ahí que el acompañamiento en guitarra sea el “trinadito”, una
forma de “toquio” propio del guitarrón, tentativa de mimesis al trino de los pájaros. A su
vez, se refiere a especies particulares de pájaros, “ Si eres palomo o gorrión/ no me lo abrís
de ocultar”. El gorrión en el Antiguo Testamento aparece como símbolo de soledad,
mientras que en el Nuevo representa la bajeza y la insignificancia, en cambio el palomo
dentro de la poética de la Violeta, representa a un ser amado.5
Siguiendo las pistas, en Casamiento de Negros, perteneciente al género folklórico
“parabienes”, y que está destinado a desear felicidad a las recién casados, si bien, desde un
principio se advierte la ironía. En ella Violeta nos habla del amor, pero un amor no
institucionalizado que lo valide, pues la canción es una crítica al matrimonio burgués, el
cual es comparado con la muerte, metonimizado por un funeral.
Por último, en La Jardinera, segunda tonada íntegramente compuesta en letra y música
por la propia Violeta Parra. El tema de esta tonada es un lamento después de una gran
desilusión amorosa. La mujer que ama es identificada con la Madre Tierra, de esta forma si
hay un recuerdo de un amor o desamor, la actitud final es conciliadora, casi como los ciclos
de la naturaleza, la vuelta a empezar, transformadora y sanadora: “Heredarás estas flores/
ven a curarte con ellas”.
5 Como se puede notar en Paloma Ausente, canción dedicada a su hija muerta. O en la canción de su mismo nombre, El Palomo.
Sujeto amoroso femenino y campesino
Para poder dilucidar el sujeto que configura Violeta, se hace necesario contextualizar con
la biografía de la artista. En 1938 se casó con Luis Cereceda, un empleado ferroviario, con
quien tuvo dos hijos, Ángel e Isabel, y con quien se trasladó temporalmente a vivir a
Valparaíso. Pero la vida familiar convencional no era algo que le acomodase, y no tardaron
en surgir las peleas entre este marido obrero y una esposa nada dócil y llena de
distracciones. Tras un período en el que alcanzó cierto renombre interpretando en vivo
cuplés6, Violeta comenzó lentamente a destacar en el circuito de folcloristas: ya había
hecho varias presentaciones en radios y hasta se había unido a un grupo de teatro. No era,
precisamente, un ejemplo de esposa abnegada, y su matrimonio con Luis Cereceda terminó
en 1948. Ese mismo año realizó las primeras grabaciones junto a su hermana Hilda para
RCA-Victor .El dúo Las Hermanas Parra trabajó de modo constante hasta octubre de 1953.
En este punto de su vida, de algún modo, el volver a ser una mujer soltera fue lo que le
permitió a Violeta asumir a plenitud su vocación de artista. Que se corresponde con una de
las características más marcadas de su personalidad: su incapacidad para darse siquiera un
respiro. Violeta sentía como propias las múltiples deudas culturales de Chile con el mundo
popular, y gastó impensables esfuerzos en dar conocer la producción artística que se estaba
dando en las zonas más pobres y alejadas de Santiago. Comenzó, por ejemplo, a recorrer
zonas rurales para grabar y recopilar música folclórica inédita. Llegó así a reunir alrededor
de tres mil canciones, las cuales presentó en el libro Cantos folclóricos chilenos y, más
tarde, en el disco Cantos campesinos (editado originalmente en París). Esta experiencia,
además la nutrió para conformarse como una compositora.
De esta forma, se puede decir que el tipo de sujeto que encontramos en El folklore de Chile,
vol. VIII – Toda Violeta Parra, se puede caracteriza como un sujeto femenino, que ama
profundamente y que viene del campo. Por eso este, a lo largo de sus composiciones
responderá a la lógica popular campesina: la del Carnaval y la Fiesta, el sentir y el sentido
común del cuerpo y del deseo7. Esta lógica se hará patente con el uso de refranes y dichos
populares, además de estar escritos en un tono coloquial.
6 Estilo musical, ligero y popular, que a veces puede resultar algo grosero y picante.7 Miranda, Paula, La Poesía de Violeta Parra p.129
El álbum analizado corresponde al periodo artístico que se ubica entre los años 1948 y
1957, primera etapa en la cual se caracteriza como recopiladora del folklore nacional. Pero
además, también comparte rasgos de la segunda etapa de creación, en la cual la pulsión
amorosa y erótica recorre profundamente la temática de sus composiciones8.Amor
trovadoresco. Cantoras andaluces. El tú y el yo se nos presentan fracturados, la única forma
de superar la ruptura es únicamente por medio de la comunión, y una de las formas de
lograrla es a través del amor y el recuerdo de este. Según Octavio Paz: “(…) puede decirse
que la poesía, la fiesta y el amor son formas de comunicación concreta, es decir, de
comunión (…) no es un intercambio de noticias sino una fusión”9. Así este sujeto obtendrá
su energía vital del amor erótico y el arte, tal como lo hacían las cantoras andaluces10 de las
cuales Violeta obtiene su inspiración y algunos de los rasgos que poseían: un lugar
importante en los festejos, la celebración de la alegría y el canto, que gracias a los preceptos
de la cultura islámica, que incidió en la zona de Al Andalus, no compartían prejuicios
acerca del goce amoroso. De esta forma, el sujeto, además de nutrirse del amor y el arte, lo
hace también al identificarse con la Madre Tierra, figura extraída de las culturas populares
latinoamericanas e indígenas del campo, es una encarnación y adherente a las costumbres y
la jerarquía del campo, así por extensión de la fiesta que celebra los ciclos de la naturaleza,
marcado por los movimientos de la luna, metonimia de la mujer por excelencia.
Precisamente es el traslado de Santiago de Violeta (motivada por su hermano Nicanor), en
los años treinta, gatilla un proceso que la conducirá a tomar conciencia de la cultura popular
de donde provenía, y de la que era una adherente, y a la que su vez se veía amenazada por
el violento avance de la Modernidad. Así concluye de manera desastrosa: “La Tradición es
casi ya un cadáver. Es triste (…)”11; de ahí el tono de su obra. Por esto su proyecto artístico
lleva consigo la transmisión de los valores de la tradición a un público moderno, mediante
la recopilación y la retransmisión de sus productos artísticos, por sobre todo el canto. De
esta manera se configura como una mujer que ama, que sufre pero que es resiliente12: “Por 8 Ibid., p.134-1399 Paz, Octavio, La llama doble, p.20410 Miranda, p.114-11511 Morales, Leonidas, Violeta Parra: La última canción. P.29-30
12 De resiliencia, según la RAE: 1. f. Psicol. Capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas.2. f. Mec. Capacidad de un material elástico para absorber y almacenar energía de deformación.
suerte que tengo la buena suerte de curar yo misma las heridas”13. Su obra, además
responde a una de las tantas manifestaciones artísticas que se dieron durante este tiempo en
Latinoamérica, como lo es Escritura de Raimundo Contreras de Pablo de Rokha, un rescate
de la cultura popular y campesina enfrentada a una ciudad moderna, ¿cómo es este nuevo
sujeto?, distintas son las respuestas, en la obra de Violeta podemos encontrar más de una, a
partir del arte, el amor y el campo:
“Que te sirvan la mistela
Y la torilla candeal
Y pongana tu ventana
La flor de la temporá (…)”14
Bibliografía
Chevalier, Jean. Diccionario de los símbolos.Barcelona, Editorial Herder, 1986
Miranda, Paula. La Poesía de Violeta Parra. Santiago. Editorial Cuarto Propio,2013
13 Miranda, Paula, p.12314 El día de tu cumpleaños
Morales, Leonidas. Violeta Parra: La última canción. Santiago. Editorial Cuarto
Propio, 2003.
Paz, Octavio. La Llama Doble. Barcelona. Editorial Seix Barral, 1993.
Soublette, Luis Gastón. Violeta Parra: Toda Violeta Parra. El folklore de Chile
Vol. VIII (1961), 2014
(Recurso electrónico: http://perrerac.org/chile/violeta-parra-toda-violeta-parra-el-
folklore-de-chile-vol-viii/1882/)