Subsidio Jubileo

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COMISIÓN EPISCOPAL PARA LA PASTORAL LITÚRGICA JUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA 8 de diciembre de 2015 – 20 de noviembre de 2016 “Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso” Lc 6, 36 SUBSIDIO LITÚRGICO-PASTORAL para las Iglesias particulares

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COMISIÓN EPISCOPAL PARA LA PASTORAL LITÚRGICA

JUBILEO EXTRAORDINARIODE LA MISERICORDIA

8 de diciembre de 2015 – 20 de noviembre de 2016

“Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso” Lc 6, 36

SUBSIDIO LITÚRGICO-PASTORALpara las Iglesias particulares

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Descripción del logotipo del Jubileo extraordinario de la Misericordia

El logotipo muestra al Hijo que carga sobre sus hombros al hombre extraviado. El Buen Pastor que toca en profundidad la carne del hombre, y lo hace con extrema misericor-dia, pero sus ojos se confunden con los del hombre. Cristo ve con el ojo de Adán y éste lo hace con el ojo de Cristo. Así, cada hombre descubre en Cristo la propia humanidad y el futuro que lo espera. La escena se coloca dentro de la mandorla (marco en forma de almendra), una figura que evoca la presencia de las dos naturalezas, Divina y Humana, en Cristo. Los tres óvalos concéntricos, de color progresivamente más claro hacia el ex-terior, sugieren el movimiento de Cristo que saca al hombre fuera de la noche del peca-do y de la muerte. Por otra parte, la profundidad del color más oscuro sugiere también el carácter inescrutable del amor del Padre que todo lo perdona.

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ÍNDICE

Presentación ............................................................................................................................... 5

Contenido de la Bula Misericordiae Vultus,organizado de acuerdo a su temática ........................................................................................ 6

Ritual para la apertura del Jubileo extraordinario de la Misericordiaen las Iglesias particulares ...................................................................................................... 13

Ritual para la apertura del Jubileo extraordinario de la Misericordiaen las parroquias y comunidades ............................................................................................ 31

Ritual para la apertura del Jubileo extraordinario de la Misericordiaen la celebración dominical en espera de presbítero .............................................................. 39

Celebración de la Reconciliación para los presbíterosmediante confesión y absolución individual ........................................................................... 49

Carta del Santo Padre Francisco con la que se concede la indulgenciacon ocasión del Jubileo extraordinario de la Misericordia ..................................................... 50

Oración para el Año Santo de la Misericordia,8 diciembre 2015 - 20 noviembre 2016 .................................................................................... 52

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PRESENTACIÓN

La Comisión Episcopal para la Pastoral Litúrgica de México ha preparado este subsidio litúrgico-pastoral para el inicio del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, convocado por el Papa Francisco, quien abrirá la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro del Vaticano el 8 de diciembre de 2015. La Bula convocatoria indica que el III domingo de Adviento, 13 de diciembre, en las iglesias locales se debe iniciar el Año Santo, con la apertura de la Puerta de la Misericordia en cada catedral. Lo mismo se puede realizar en algunas iglesias importantes de la diócesis, así como en los santuarios.

El subsidio presenta el rito de inauguración del Jubileo Extraordinario para las catedrales, el cual incluye una Statio y la Misa estacional en la catedral. Este material puede adaptarse a las circunstancias concretas de cada diócesis. Se armó pensando en el día celebrativo, que es un domingo del tiempo litúrgico de Adviento. Es importante tener en cuenta las indicaciones que se dan en el subsidio, así como prever los cantos y, si se desea, algunas moniciones que enriquezcan la celebración.

Es muy conveniente que el inicio del Jubileo tenga en las parroquias y comunidades una expresión litúrgica que ayude a vivir en comunión con el obispo diocesano la inauguración. Es muy importante que con tiempo se difunda en todas las iglesias de la diócesis para poder celebrar este día con la riqueza que presenta el esquema.

Para las comunidades que celebran el domingo en espera de presbítero, se creó un esquema celebrativo que también ayudará a que todas esas comunidades se sientan en comunión con el obispo diocesano que en la catedral inaugura el Jubileo Extraordinario de la Misericordia. También es muy importante la difusión amplia de este material, lo cual ayudará a que todas las comunidades entren conscientemente en la celebración del Año Santo.

Como complemento, añadimos una celebración penitencial para los presbíteros, pues ellos serán un instrumento importantísimo en este Jubileo, debido a su actuación como confesores. Es importante que el obispo presida esta celebración como ayuda hacia los presbíteros en la tarea que realizarán ejerciendo el ministerio de la confesión.

Para un mejor aprovechamiento de la Bula Misericordiae Vultus, al inicio del subsidio hemos tratado de organizar su contenido, tan lleno de riqueza, presentándolo por temas, como una ayuda para los presbíteros, diáconos y agentes de pastoral.

Le pedimos a Dios un Jubileo Extraordinario de la Misericordia lleno de sus bendiciones para nuestra Iglesia que peregrina en la nación mexicana.

+ Víctor Sánchez EspinosaArzobispo de Puebla

Presidente de la Comisión Episcopalpara la Pastoral Litúrgica1 de noviembre de 2015

Solemnidad de Todos los Santos

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Contenido de la Bula Misericordiae Vultus,organizado de aCuerdo a su temátiCa

Convocatoria

Misericordiae Vultus (El rostro de la misericordia), Bula convocatoria del Papa Francisco, 11 de abril de 2015. Cristo es el rostro de la misericordia, fuente de alegría, de serenidad y de paz.

Cronología

• Apertura, en Roma, 8 de diciembre de 2015, solemnidad de la Inmaculada Concepción y quincuagésimo aniversario de la conclusión del Concilio Vaticano II.

• Conclusión, 20 de noviembre de 2016, solemnidad de Jesucristo, Rey del universo.• En las Iglesias particulares: III Domingo de Adviento, 13 de diciembre 2015, apertura de

las Puertas de la Misericordia de las Diócesis en la Catedral, también en alguna iglesia de significado especial y en los santuarios.

Es tiempo de experimentar que la misericordia siempre será más grande que cualquier peca-do y nadie podrá poner límite al amor de Dios, que perdona. Porque la Iglesia es signo vivo del amor del Padre. Por lo tanto es un tiempo extraordinario de gracia.

Puerta

La puerta será llamada: Puerta de la Misericordia. Al cruzarla se debe experimentar el amor de Dios que consuela, perdona y ofrece esperanza. Son los tres componentes que deben estar presen tes en las jambas o en las hojas de las puertas.

Objetivo

Para que se haga más fuerte y eficaz el testimo nio de los creyentes (cfr. Misericordiae Vultus [MV], n. 3) y ser nosotros signos eficaces del obrar del Padre celestial. Porque Dios es aquel que está: presente, cercano, providente, santo y misericordioso.

Tema

“Eterna es su misericordia” (Sal 136, cfr. MV 7). Para estar siempre bajo la mirada misericor-diosa del Padre, sobre todo las personas pobres, excluidas, enfermas y sufrientes. Porque en Cristo todo habla de misericordia. Porque la misericordia se muestra como la fuerza que todo lo vence, que llena de amor el corazón y que consuela con el perdón. Estamos llamados a vivir de misericordia, porque a nosotros, en primer lugar, se nos ha tratado con misericordia.

Lema

“Misericordiosos como el Padre”, proviene del texto de Lucas 6, 36: “Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso”. Como ama el Padre, así aman los hijos. La Iglesia vive un deseo inagotable de brindar misericordia (cfr. MV 10). Porque la credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo (cfr. id.). Es triste constatar cómo la experiencia del perdón en nuestra cultura se desvanece cada vez más. La urgencia de anunciar y testimoniar la misericordia. Vivir este tiempo ayudados de las parábolas dedicadas a la misericordia. Por lo tanto dejar caer el rencor, la rabia, la violencia y la venganza, como condiciones necesarias para vivir felices. Para que estemos colmados de alegría y serenidad.

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Signos

1. El rostro misericordioso de JesúsQuien lo ve a él, ve al Padre (Jn 14, 9). Que Cristo difunda su misericordia como rocío de la mañana, para una fecunda historia, todavía por construir con el compromiso de todos en el próximo futuro. Con la mirada fija en Jesús y en su rostro misericordioso podemos percibir el amor de la Santísima Trinidad. El amor de Dios se ha hecho visible y tangible en toda la vida de Jesús. Lo que movía a Jesús en todas las circunstancias no era sino la misericordia. Jesús realiza signos hacia: – los pecadores, – las personas pobres, – los excluidos, – los enfermos – y los que sufren. 2. El Concilio Vaticano IIPara mantener vivo este acontecimiento eclesial, que es un nuevo periodo en la historia de la Iglesia, verdadero soplo del Espíritu, para hablar al hombre de hoy con todas sus exigencias. Una forma nueva de anunciar el Evangelio. Nuevo compromiso para todos los cristianos de testimoniar con mayor entusiasmo y convicción la propia fe. La Iglesia, que es en el mundo un signo vivo del amor del Padre.

Una dirección: servir al hombre de hoy y al mundo actual, tratando a las personas: – invitándolas al seno de la Iglesia, – con respeto – y amor.

3. La Palabra de DiosLa Palabra de Dios debe resonar fuerte y decidida. Porque ella es: – palabra y gesto de perdón,– de soporte, – de ayuda, – de amor.

La Palabra de Dios invita a la Iglesia para que nunca se canse de ofrecer misericordia y sea siempre paciente en:– perdonar – y confortar.

El salmo 25 expresa: “Acuérdate, Señor, de que tu misericordia y tu amor son eternos”.

4. El sacramento de la PenitenciaEl instrumento será el Ritual de la Peniten cia que ha brotado de la reforma litúrgica del Con-cilio Vaticano II. Es importante cono cer sus praenotandos, sus esquemas celebrati vos, tanto sacramentales como extrasacramen tales.

La importancia que la Palabra de Dios debe te ner en la celebración de este sacramento: Las 24 horas para el Señor, viernes y sábado antes del IV domingo de Cuaresma (4 y 5 de marzo de 2016), para celebrar el sacramento de la Reconciliación, especialmente para que el confe-sor sea un verdadero signo de la miseri cordia del Padre, para ser servidor del perdón de Dios.

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En el sacramento de la Reconciliación, al imponer la satisfacción o penitencia, la mejor será realizar obras de misericordia, tanto corporales como espirituales. Porque al final de la vida seremos juzgados en el amor.

5. Misioneros de la MisericordiaSerá un signo vivo de cómo el Padre acoge a cuantos están en busca de su perdón. Serán los artífices de un: – encuentro, – fuente de liberación, – rico de responsabilidad – y ayuda para retomar la vida nueva del Bautismo.

6. La Cuaresma del Jubileo extraordinario de la MisericordiaSu objetivo primario es invitar a los fieles a acercarse “al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia” (Heb 4, 16). Implica una esperada predicación con el ciclo dominical “C”, del evangelio de san Lucas. Invitación al cambio de vida, renuncia a la violen-cia, a la corrupción, implicaciones personales y sociales. Erradicar de la vida el pecado, y por ello es necesario: – prudencia, – vigilancia, – lealtad, – transparencia, – denuncia.

Por lo tanto, tiempo oportuno para cambiar la vida, para dejarse tocar el corazón por la mi-sericordia de Dios, optar por la justicia y la misericordia. La Cuaresma es para:– examinarse, – convertirse – y creer.

La Cuaresma, como preparación a la Pascua, debe llevarnos a contemplar la Cruz de Cris to, que nos ofrece la certeza del amor y de la vida nueva.

7. La peregrinaciónImagen del camino que cada persona realiza en su existencia. La vida es una peregrinación. El ser humano es peregrino que recorre su camino hasta alcanzar la meta anhelada. La pere-grinación es un estímulo para la conversión.

Cruzando la Puerta de la Misericordia, nos dejamos abrazar por la misericordia de Dios, y nosotros nos hacemos misericordiosos.

Símbolos

1. Antorcha de la verdad católica (MV 4)Lo cual significa que la Iglesia quiere mostrarse como madre amable para todos: – benigna, – paciente, – llena de misericordia,– llena de bondad.

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2. Rocío de la mañana (MV 5)Que hace fecunda la historia y el futuro, para que los años por venir estén impregnados de misericordia, para ir al encuentro de cada persona. Para abrir el corazón a quienes viven en las contradictorias periferias existenciales (MV 15).

3. Bálsamo de la Misericordia (MV 5)Es el signo del Reino de Dios presente en medio de nosotros. Una gran ayuda son los salmos de la misericordia: 25, 41, 42, 43, 51, 57, 92, 103, 119 y 136. Lo mismo las parábolas de la mi-sericordia: Lc 7, 36-50; 10, 25-37; 15, 1-7; 15, 11-32; 16, 19-31; 18, 1-8; 18, 9-14.

4. Oasis de MisericordiaLenguaje y gestos que transmiten la misericordia para penetrar en el corazón de las perso-nas y retomar el camino de regreso a la casa del Padre. Toda comunidad y parroquia es un oasis de esta misericordia. El oasis es el Corazón de Cristo traspasado en la cruz. El crucifijo, las imágenes del Sagrado Cora zón o de la Divina Misericordia ilustran este aspecto y se pue-den destacar en la iglesias como un símbolo muy importante, pues nuestros sentidos se en ri que-cen con las imágenes y los iconos.

5. Óleo de la consolación (MV 15)El que cura las más profundas heridas. Transformado en solidaridad y atención o servi cio a todos los que están heridos a la orilla del camino. Se puede retomar para una significativa cateque sis el logotipo del Jubileo extraordinario de la Misericordia. Sugerencia pastoral: uso mayor de aceite bende cido, tanto para tomar como para untarlo con este simbolismo.

6. Manos unidas (MV 15)Abrir los ojos de la mente y del corazón para mirar las miserias del mundo, las heridas laceran-tes sobre todo en su dignidad humana, que sien tan la presencia de la Iglesia, que lucha por los derechos y valores humanos. Comunidades abiertas a la amistad y fraternidad, muy buena tarea para realizar sobre todo en la Cincuentena pascual para romper la barrera de la indife-rencia. Conocimiento, reflexión y práctica de las obras de misericordia corporales y espiritua-les; tal vez poner dos carteles en cada comunidad con este texto, tomado del Compendio del Catecis mo de la Iglesia Católica.

7. El gran río de la Misericordia (MV 25)Es el río que brota desde el corazón de la Trinidad, desde la intimidad más profunda del mis-te rio de Dios, fuente que nunca se agota, porque la misericordia de Dios no tiene fin. Beber del río de la misericordia, tema importan te para la predicación al presentar la relación de la Ini-ciación Cristiana, en particular el Bau tismo, con los sacramentos de curación, especialmente la Reconciliación. Año marcado por el uso del agua bendita.

8. La indulgencia (MV 22)En el sacramento de la Reconciliación Dios perdona los pecados, quedan cancelados, pero la huella negativa que nos dejó el pecado permanece; por ello el Padre libera de todo residuo de pe cado con la indulgencia, para que en adelante se actúe con caridad; esto ayudado por la co-munión de los santos. Será muy importante en este año la celebración de la Eucaristía, como expresión de que vivir la indulgencia significa acercarse a la miseri cordia del Padre con la certeza de que su perdón se extiende sobre toda la vida del creyente. Es muy importante tener en cuenta la cuarta edi ción típica del Manual de indulgencias, de la Pe nitenciaría apostólica, y las indicaciones propias para este año.

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9. La Virgen María (MV 24)Madre de Misericordia. Ella nos lleva a la alegría de la ternura de Dios. Ella es el Arca de la Alianza entre Dios y los hombres. Cantó la misericordia de Dios, que llega “de generación en generación” (Lc 1, 50). Ella, al pie de la cruz, escuchó las palabras de su Hijo, llenas de perdón. Año en que nuestra oración debe ser la Salve; nos ve con ojos misericordiosos. Es necesario realizar una predicación en torno a esta visión de la Virgen María y aplicarla a la tradición de la Virgen de Guadalupe, la Madre misericordiosa de nuestra Patria, sobre to do en torno a la solemnidad de nuestra Señora de Guadalupe en el contexto de la apertura del Jubileo extraordinario de la Misericordia.

Teología

“Dios es amor” (1 Jn 8, 16), punto de partida fundamental de toda la estructura del Jubileo extraordinario de la Misericordia. Por lo tanto, vivir bajo la mirada misericordiosa del Padre, Amor que se dona y ofrece gratuitamente. Temática fundamental: las parábolas de la miseri-cordia (MV 9). La Iglesia y cada uno de sus miembros también deben ser misericordiosos. El perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón. Para dejar: – el rencor, – el odio, – la violencia, – y la venganza.Testimonio de perdón.

Espiritualidad

“Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia” (Mt 5, 7). Un amor visible y tangible, que se traduce en: – intenciones, – actitudes– y comportamientos, que se verifican en el vivir cotidiano.

Dios desea nuestro bien y quiere vernos felices, colmados de alegría y serenos, pues como ama el Padre, así aman los hijos. El perdón es una fuerza que resucita a una vi da nueva e infun-de el valor para mirar el futuro con esperanza. San Juan Pablo II veía la urgencia de anunciar y testimoniar la misericordia. La Iglesia vive una vida auténtica cuando profesa y proclama la misericordia.

Tareas

Vivir un “Año de gracia” y, a la manera de Jesús, llevar una palabra y un gesto dc consuelo a los pobres, anunciar la liberación a los cautivos de las nuevas escla vitudes de la sociedad mo-derna, restituir la vista a quien no puede ver más allá porque se ha replegado sobre sí mismo, y volver a dar digni dad a cuantos han sido privados de ella. “El que practica la misericordia, que lo haga con alegría” (Rom 12, 8). Ser predicadores convincentes de la misericordia.

La Iglesia tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del Evange-lio, que por su medio debe alcanzar la mente y el corazón de toda persona, tarea realizada por la nueva evangelización, siendo un lema propuesto con nuevo entusiasmo y con una renovada acción pastoral, por su lenguaje y gestos.

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Retomar documentos importantes de la Iglesia: Juan Pablo II, Carta encíclica Dives in mi sericordia. Carta apostólica Novo mille nnio ineunte. Benedicto XVI, Carta encíclica Deus caritas est. Carta encíclica Spe salvi. Carta encíclica, Caritas in veritate. Francisco, Carta encíclica Lumen Fidei. Exhortación apostólica Evangelii gau dium. Carta encíclica Laudato si’.

Meta

Cuando se cierre la Puerta Santa, se dará gracias a Dios por el tiempo extraordinario de gra-cias que ha concedido a la Iglesia y se encomendará la vida de la Iglesia, la humanidad ente-ra y el inmenso cosmos al Señorío de Cristo, esperando y deseando que siempre difunda su misericordia como rocío de la mañana que fecunda la historia, para que los años por venir estén impregnados de misericordia, para ir al encuentro de cada persona y llenarlos de la bondad y ternura de Dios.

Conclusión

El Año Santo se debe planificar sobre las acciones que se deben realizar en torno a las perife-rias existenciales, ante la precariedad y el sufrimiento. Entender la Nueva Evangelización, en la que el tema de la misericordia exige ser propuesto una vez más con nuevo entusiasmo y con una renovada acción pastoral. Año para vivir cada día en la vida cotidiana la miseri-cordia que el Padre nos regala. La Iglesia anuncia la misericordia de Dios, por ello introduce a todos en el misterio de la misericordia, contemplando el rostro de Cristo. En este Jubileo dejémonos sorprender por Dios.

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RITUAL PARA LA APERTURA DELJUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA

EN LAS IGLESIAS PARTICULARES

III DOMINGO DE ADVIENTO

13 de diciembre de 2015

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oBservaCiones previas

1. ConvocatoriaBula Misericordiae Vultus, del Papa Francisco, 11 de abril de 2015. 2. CronologíaApertura en Roma, 8 de diciembre de 2015. Apertura en las Iglesias particulares, III Domingo de Adviento, 13 de diciembre de 2015, dándole sentido al domingo como día pascual, que es todo domingo.

3. PuertaEn las Iglesias particulares será llamada “Puerta de la Misericordia”: en las Catedrales, en otras iglesias importantes y de gran tradición, así como en los santuarios. 4. Forma celebrativaEn las Catedrales se utilizará el esquema celebrativo que se propone a continuación. También se propone más adelante uno para las parroquias y comunidades, y para los lugares en los que el domingo se celebra en espera de presbítero, a fin de estar en sintonía con la inauguración del Jubileo extra ordinario de la Misericordia que se realiza en la Catedral y así todos partici-pen del inicio del “Año Santo”.

I. Statio en una iglesia u otro lugar conveniente

Es un rito introductorio con elementos que expresan el sen tido del Jubileo, por medio de los textos y ritos. La ministerialidad y los servicios son muy importantes.

La logística del lugar requiere mucho cuidado, tanto en el adorno del lugar, que debe ser so-brio, el sonido en el lugar y durante la procesión, así como en la Puerta de la Catedral. No debe ser un adorno de Navidad, pues aún es Adviento, ni flores de nochebuena, ni focos de colores, etc. El color litúrgico para ese día es el rosa, aunque se puede usar el morado.

Es muy importante en el lugar el ambón, así como el Evan geliario, la sede del Obispo y otros elementos necesarios, Cruz alta, ciriales, incensario, etc. El coro tiene un papel muy impor-tante en la procesión. No olvidar la hoja para cantos del pueblo.

En la Puerta de la Catedral. Puede estar adornada, con elementos festivos que no sean na-videños, lo mismo el interior de la Catedral, puede ser sobrio el adorno con elementos verdes o flores color de rosa; se pueden colocar algunas palabras como: CONSUELO, PERDÓN y ESPERANZA (MV 3).

No se realiza ningún rito sobre la Puerta. Únicamente des pués de las aclamaciones, los minis-tros la abren empujando. Enseguida ingresa el Obispo y la comunidad. II. Misa estacional en la Catedral

Es importante tener en un lugar destacado la corona de Adviento sin flores, pues su encendido forma parte del rito unido al pregón. También es necesario prever el lugar honorífico en el que se colocará el Evangeliario todo el año, bellamente ador nado con flores, lámparas, alfombra; tal vez con un velo, si se coloca sobre un facistol o un atril. Cuidar la iluminación eléctrica.

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Prever todo el ajuar litúrgico en la Catedral.

La invitación al Jubileo puede ser el texto que se propone, o el Obispo creará el propio y anun-ciará los lugares donde se puede ganar la indulgencia.

Se puede dar a los fieles una estampa con la oración y el Icono-logotipo del Jubileo.

Al esquema ritual se le pueden añadir las moniciones que sean necesarias (las que aparecen y los textos tienen co mo trasfondo la Bula convocatoria).

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inauguraCión del JuBileo de la miseriCordia

en la Catedral

I. Statio en una iglesia u otro lugar conveniente

1. El III Domingo de Adviento, 13 de diciembre de 2105, se realiza la apertura. Reuni-do el pueblo, se inicia con la Statio que procesionará hacia la Catedral. Al ser el tercer domingo de Adviento se sugiere que las vestiduras litúrgicas sean de color rosa.

Apertura de la Celebración

2. El Obispo comienza, diciendo:

Señor Jesucristo, rostro de la misericordia del Padre celestial.Ven, Señor Jesús, y muéstranos tu misericordia.R. Ven, Señor Jesús, y no tardes más.

Ven, Señor Jesús, y quédate con nosotros.R. Ven, Señor Jesús, y no tardes más.

Ven, Señor Jesús, y salva a los pecadores.R. Ven, Señor Jesús, y no tardes más.

Signo de la cruz y saludo

3. A continuación, el Obispo dice:

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.R. Amén.

Luego saluda al pueblo con estas palabras:

El Señor Jesús, el que es, el que era y el que vendrá,nos muestre siempre la misericordia del Padre,acreciente en nuestros corazones el deseo de su venida,y esté siempre con ustedes.R. Y con tu espíritu.

Monición Introductoria

4. El Obispo continúa, diciendo:

Amados hermanos, convocados en este III Domingo de Adviento, hoy la Iglesia inicia el Jubileo extraordinario de la Misericordia, un año en que

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estamos llamados a experimentar el amor misericordioso del Padre celes-tial; así mismo una intensa y profunda renovación de nuestra vida cristia-na. Que el Espíritu Santo disponga nuestros corazones para que vivamos la misericordia y el perdón. Vamos a ir en procesión, como pueblo que camina, hacia la Catedral, para abrir la Puerta de la Misericordia, que no es otra cosa que el símbolo del corazón del Padre, que abre sus puertas de par en par a todos los que lo buscan, y cruzando la puerta encontremos: consuelo, perdón y esperanza. Que sea el rostro misericordioso de Cristo quien nos guíe.

Oración de entrada

5. El Obispo agrega:

Oremos.

Tras una pausa de silencio, el Obispo pronuncia la siguiente oración:

Señor Dios, que manifiestas tu poder de una manera admirable sobre todo cuando perdonas y ejerces tu misericordia,

multiplica tu gracia sobre nosotros,para que, apresurándonos hacia lo que prometes,nos hagas partícipes de los bienes celestiales.Por Jesucristo, nuestro Señor.

Proclamación del Evangelio

6. Enseguida, el diácono, o un presbítero, se inclina ante el Obispo, pide la bendición de la manera acostumbrada y proclama el Evangelio. Si es oportuno se usa el incienso.

Del santo Evangelio según san Mateo 18, 21-35

En aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: “Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?”

Jesús le contestó: “No solo hasta siete, sino hasta setenta veces siete”.

Entonces Jesús les dijo: “El Reino de los cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus servidores. El primero que le presentaron le debía muchos millones. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él, a su mujer, a sus hijos y todas sus posesiones, para sal-dar la deuda. El servidor, arrojándose a sus pies, le suplicaba, diciendo:

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‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo’. El rey tuvo lástima de aquel servidor, lo soltó y hasta le perdonó la deuda.

Pero, apenas había salido aquel servidor, se encontró con uno de sus com-pañeros, que le debía poco dinero. Entonces lo agarró por el cuello y casi lo estrangulaba, mientras le decía: ‘Págame lo que me debes’. El compañero se le arrodilló y le rogaba: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo’. Pero el otro no quiso escucharlo, sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que le pagara la deuda.

Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación y fueron a contar al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: ‘Siervo mal-vado. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve com-pasión de ti?’. Y el señor, encolerizado, lo entregó a los verdugos para que no lo soltaran hasta que pagara lo que debía.

Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes, si cada cual no perdo-na de corazón a su hermano”.

Acabado el Evangelio, el diácono (o el presbítero), aclama:

Palabra del Señor.R. Gloria a ti, Señor Jesús.

El Obispo dice:

La misericordia de Dios es eterna.

El Evangeliario permanece en el ambón.

Lectura de la Bula convocatoria

7. Terminada la lectura del Evangelio, otro diácono, o el mismo diácono o un presbí-tero, lee un fragmento de la Bula de proclamación del Jubileo:

De la Bula convocatoria del Jubileo extraordinario de la Misericordia, Misericordiae Vultus (MV 2. 19)

Escuchemos con atención:

Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia.Es fuente de alegría, de serenidad y de paz.Es condición para nuestra salvación.

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Misericordia: es la palabra que revelael misterio de la Santísima Trinidad.Misericordia: es el acto último y supremocon el cual Dios viene a nuestro encuentro.Misericordia: es la ley fundamentalque habita en el corazón de cada personacuando mira con ojos sinceros al hermanoque encuentra en el camino de la vida.Misericordia: es la vía que une a Dios y al hombre,porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre,no obstante el límite de nuestro pecado.

Por ello:¡Este es el tiempo oportuno de cambiar la vida!

Vivamos este don a lo largo del Jubileo extraordinariode la Misericordia.

A Dios sean dadas las gracias.

Procesión hacia la Catedral

8. El Obispo pone incienso en el incensario. La procesión se encamina hacia la Cate-dral, donde se celebrará la Misa estacional. Precede el turiferario con el incensario humeante, sigue el diácono que lleva la cruz procesional adornada festivamente, a sus lados los ministros con los ciriales encendidos, luego el diácono que lleva el Evan-geliario, luego el Obispo, detrás de él los Obispos concelebrantes, los presbíteros con-celebrantes, los demás ministros y los fieles, respectivamente. Durante la procesión, el pueblo y el coro cantan las antífonas con sus salmos, así como las letanías.

9. El diácono dice:

Hermanos, encaminémonos en el nombre de Cristo: Él es el camino que nos guía en el año de gracia y de misericordia. Avancemos en paz.

Todos responden:

En el nombre de Cristo. Amén.

El salmo 136 puede hacerse con la respuesta:

R. Porque es eterna su misericordia.

El salmo 25 puede hacerse con la respuesta:

R. La misericordia de Dios es eterna.

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JUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA 21

El salmo 103 puede hacerse con la respuesta:

R. El Señor es compasivo y misericordioso.

Letanía de Adviento

Señor, ten piedad de nosotros.R. Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros.R. Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.R. Señor, ten piedad de nosotros.

Ven, Señor Jesús, tú, rostro misericordioso del Padre.R. Ven, Señor Jesús. (Puede ser cantado).

Ven, Señor Jesús, tú, Sabiduría brotada del Altísimo. R.Ven, Señor Jesús, tú, guía para el camino de la salvación. R.Ven, Señor Jesús, tú, Pastor de la casa de Israel. R.Ven, Señor Jesús, tú que nos libras con el poder de tu brazo. R.Ven, Señor Jesús, tú, renuevo del tronco de Jesé. R.Ven, Señor Jesús, tú, ante quien los reyes enmudecen. R.Ven, Señor Jesús, tú, auxilio que imploran todas las naciones. R.Ven, Señor Jesús, tú, a quien le decimos que no tardes más. R.Ven, Señor Jesús, tú, llave de David. R.Ven, Señor Jesús, tú, cetro de la casa de Israel. R.Ven, Señor Jesús, tú, sol que naces de lo alto. R.Ven, Señor Jesús, tú, resplandor de la luz eterna. R.Ven, Señor Jesús, tú, sol de justicia. R.Ven, Señor Jesús, tú, luz para los que yacen en la muerte. R.Ven, Señor Jesús, tú, rey de las naciones. R.Ven, Señor Jesús, tú, deseado de los pueblos. R.Ven, Señor Jesús, tú, piedra angular de la Iglesia. R.Ven, Señor Jesús, tú, Emmanuel, Dios-con-nosotros. R.Ven, Señor Jesús, tú, rey y legislador nuestro. R.Ven, Señor Jesús, tú, esperanza de las naciones. R.Ven, Señor Jesús, tú, puerta que nos conduce a la heredad eterna. R.Ven, Señor Jesús, tú, salvador de los que viven en el tiempo. R.Ven, Señor Jesús, tú, salvador de los pecadores. R.Ven, Señor Jesús, tú, salvador del hombre que formaste del barro. R.Ven, Señor Jesús, tú, salvador de los pueblos. R.

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22 SUBSIDIO LITÚRGICO-PASTORAL PARA LAS IGLESIAS PARTICULARES

Ven, Señor Jesús, tú, rico en misericordia. R.Ven, Señor Jesús, tú, visitante que trae la salvación. R.Ven, Señor Jesús, tú, vigilante de la Iglesia. R.Ven, Señor Jesús, tú, vástago que hará justicia. R.Ven, Señor Jesús, tú, partícipe de nuestra humanidad. R.Ven, Señor Jesús, tú, restaurador de la creación. R.Ven, Señor Jesús, tú, dador de la vida eterna. R.Ven, Señor Jesús, tú, juez de vivos y muertos. R.Ven, Señor Jesús, tú, revelador de la gloria divina. R.Ven, Señor Jesús, tú, amanecer de Jerusalén. R.Ven, Señor Jesús, tú, pregón de toda justicia. R.Ven, Señor Jesús, tú, gloria que habita en la tierra. R.Ven, Señor Jesús, tú, juez del mundo. R.Ven, Señor Jesús, tú, solidario con el dolor humano. R.Ven, Señor Jesús, tú, cumplimiento de todos nuestros deseos. R.Ven, Señor Jesús, tú, llama que inflama nuestros corazones. R.Ven, Señor Jesús, tú, puente de reconciliación entre Dios y los hombres. R.Ven, Señor Jesús, tú, libertador del dominio de la muerte. R.Ven, Señor Jesús, tú, libertador de los oprimidos. R.Ven, Señor Jesús, tú, libertador del yugo de la antigua ley. R.Ven, Señor Jesús, tú, libertador de los cautivos. R.Ven, Señor Jesús, tú que ordenas todo con suavidad. R.Ven, Señor Jesús, tú que estabas presente en la zarza ardiente. R.Ven, Señor Jesús, tú que te alzas como signo para todos los pueblos. R.Ven, Señor Jesús, tú que abres y nadie puede cerrar. R.Ven, Señor Jesús, tú que cierras y nadie puede abrir. R.Ven, Señor Jesús, tú que liberas a quienes están en tinieblas. R.Ven, Señor Jesús, tú que liberas a quienes están en sombras de muerte. R.Ven, Señor Jesús, tú, a quien reconocemos como Salvador. R.Ven, Señor Jesús, tú que llamas a tus elegidos. R.Ven, Señor Jesús, tú que eres clemente y compasivo con los pecadores. R.Ven, Señor Jesús, tú que salvas lo que se había perdido. R.Ven, Señor Jesús, tú que vendrás revestido de gloria. R.Ven, Señor Jesús, tú que quieres que todos vivan tu obra de salvación. R.Ven, Señor Jesús, tú que salvas a los que en ti creen. R.Ven, Señor Jesús, tú que nos defiendes con tu poder misericordioso. R.Ven, Señor Jesús, tú que nos haces dignos del don de la misericordia. R.Ven, Señor Jesús, tú que haces germinar la semilla de las virtudes. R.Ven, Señor Jesús, tú que nos ayudarás estando coronado de gloria. R.

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JUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA 23

Ven, Señor Jesús, tú que purificas nuestras almas. R.Ven, Señor Jesús, tú que purificas nuestros cuerpos. R.Ven, Señor Jesús, tú que nos alejas del pecado. R.Ven, Señor Jesús, tú que iluminas las tinieblas. R.Ven, Señor Jesús, tú, destilado como rocío matinal. R.Ven, Señor Jesús, tú, protector de nuestra patria. R.Ven, Señor Jesús, tú, salido del seno del Padre. R.Ven, Señor Jesús, tú, anunciado por los profetas. R.Ven, Señor Jesús, tú, señalado por el Bautista. R.Ven, Señor Jesús, tú, rostro de la misericordia. R.Ven, Señor Jesús, tú, bendito por todos los siglos. R.Ven, Señor Jesús, tú, nuestro Maran-atha. R.

Llegada a la Catedral

10. Llegados ante la Puerta de la Misericordia, la procesión se detiene. La Puerta está previamente adornada y cerrada.

El Obispo aclama o canta:

Sean misericordiosos como su Padre es misericordioso.

Todos responden:

Sean misericordiosos como su Padre es misericordioso.

V. No juzguen y no serán juzgados.R. Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso.

V. No condenen y no serán condenados.R. Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso.

V. Perdonen y serán perdonados.R. Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso.

Apertura de la Puerta de la Misericordia

11. El Obispo agrega:

Abran las Puertas de la Misericordia, entraremos a dar gracias al Señor. (Cfr. Sal 117, 19)

12. Entonces, desde dentro, se abre la Puerta. El diácono entrega el Evangeliario al Obispo. Entonces, el Obispo, en el umbral de la Puerta, manteniendo elevado el Evan-geliario, lo muestra a todos los presentes, que están fuera de la Catedral. Mientras tanto, el diácono que lleva la Cruz procesional se coloca con ella junto al Obispo.

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24 SUBSIDIO LITÚRGICO-PASTORAL PARA LAS IGLESIAS PARTICULARES

13. Se puede cantar la antífona:

Yo soy la puerta, dice el Señor,el que pasa a través de mí, será salvo;entrará y saldrá y encontrará el alimento. (Cfr. Jn 10, 9)

14. Terminada la antífona, la procesión retoma su camino hacia el altar: preceden el incensario, la Cruz flanqueada por los ciriales, sigue el Obispo llevando el Evangelia-rio, los presbíteros concelebrantes, los demás ministros y los fieles. En tanto, se ento-na la antífona del día con el salmo 24, o un canto de entrada adecuado.

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JUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA 25

II. Misa estacional

Es necesario tener en cuenta todas las indicaciones del Ceremonial de los Obispos, capítulo I: La Misa estacional del Obispo diocesano (nn. 119-170).

15. El Obispo llega al altar, omite la reverencia y coloca sobre el mismo el Evange-liario. Si ha vestido la capa pluvial, se la quita y reviste la casulla. Besa el altar, lo inciensa y se dirige a la sede.

Encendido de la tercera vela de la corona de Adviento

16. La primera y la segunda velas de la corona de Adviento se encuentran ya encen-didas. El diácono dice:

Como símbolo de la apertura de la Puerta de la Misericordia, encende-mos la tercera vela del Adviento para que anhelemos la llegada del Señor Jesús, el rostro de la Misericordia del Padre.

Se enciende entonces la tercera vela. Si se cree conveniente, puede entonarse un canto adecuado:

El Señor es mi luz y mi salvación.

Pregón de la Misericordia

17. El diácono dice:

Estando alegres en el Señor,estamos iniciando el Jubileo extraordinario de la Misericordia,tiempo de gracia y salvación,para que la Iglesia haga más fuerte y eficazsu testimonio en el mundo, y sea signo del amor del Padre.

Todos responden:

Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos al Salvador. (Puede ser cantado).

El diácono continúa, diciendo:

Año Jubilar en que la Iglesiadebe manifestar al mundo la concordia y la paz.Dejémonos reconciliar con Dios.Siempre es posible por medio del Misterio Pascualde Cristo y la mediación de la Iglesia madre,porque este es el tiempo oportuno para cambiar de vida.R. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos al Salvador.

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26 SUBSIDIO LITÚRGICO-PASTORAL PARA LAS IGLESIAS PARTICULARES

El diácono concluye:

Porque Dios es clemente y compasivo,paciente y lleno de amor con sus hijos.Que el rostro misericordioso de Cristosea para nosotros, como rocío de la mañanay antorcha de la verdad, bálsamo y oasispara todos los que en él confían.R. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos al Salvador.

Oración colecta

18. El Obispo canta o recita la oración colecta (Misal Romano, p. 143 [159]).

La Misa continúa como de costumbre.

Liturgia de la Palabra

19. Se hace una única monición para todas las lecturas (son las del III Domingo de Adviento, ciclo C):

La Misericordia de Dios es el cumplimiento de sus promesas, por eso le-vanta toda sentencia y no hay mal para quien es fiel a sus palabras. Tene-mos que preguntarnos en este Año Jubilar: ¿qué debemos hacer?, ¿cómo vamos a vivir nuestra relación con Dios, que es profundamente misericor-dioso? Que la Palabra de Dios nos ilumine hoy.

La liturgia de la Palabra se desarrolla como de costumbre.

20. Terminada la lectura del Evangelio y dada la bendición con el Evangeliario, el Obispo dice:

La misericordia y la verdad se encontraron,la justicia y la paz se besaron,la fidelidad brotó en la tierray la justicia vino del cielo. (Cfr. Sal 84, 11-12)

El Obispo dice a continuación:

Ahora colocaremos el libro de los Evangelios en el lugar de honor que ocu-pará durante todo el año.

El diácono coloca el libro de los Evangelios en el lugar honorífico en el que permane-cerá dignamente custodiado durante todo el Año Jubilar.

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JUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA 27

Todos aclaman:

Tu Palabra me da vida,confío en ti, Señor,tu Palabra es eterna,en ella esperaré.

21. El Obispo tiene la homilía.

22. Sigue la Profesión de fe.

Oración universal

23. La oración universal se hace de la siguiente manera:

Monición del Obispo:

Confiando en la misericordia de Dios, nuestro Padre, que por medio de su Hijo nos concede lo que necesitamos para el bien de la Iglesia y de todos los hombres, presentémosle confiadamente nuestras súplicas.

El diácono dice:

Después de dicha cada petición, diremos: Por tu misericordia, escú cha-nos, Señor.

1. Por la Iglesia, que a cincuenta años de la conclusión del Concilio Va-ticano II, anuncie el Evangelio de la Misericordia al mundo nuevo y cambiante en que vivimos. Oremos.

2. Por los cristianos, para que en el Jubileo de la Misericordia experi-menten una auténtica conversión y sean instrumentos de perdón hacia quien lo necesita. Oremos.

3. Por los gobernantes de nuestro país y nuestra ciudad, para que el Es-píritu Santo los guíe por los caminos de la justicia y la reconciliación como fruto de la acción misericordiosa de Dios en el mundo. Oremos.

4. Por los pobres, los afligidos, los abandonados y los que no han experi-mentado el perdón, para que entren por la Puerta de la Misericordia, sabiendo que especialmente para ellos se ha abierto. Oremos.

5. Por nuestra Iglesia local, para que todas las acciones realizadas en este año sirvan para vivir una auténtica renovación en la mente, en el espí-ritu y en las acciones. Oremos.

6. Por todos nosotros, para que el Jubileo sea la oportunidad de reali-zar las obras de misericordia corporales y espirituales y enriquecernos con la obtención de la indulgencia. Oremos.

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28 SUBSIDIO LITÚRGICO-PASTORAL PARA LAS IGLESIAS PARTICULARES

El Obispo concluye:

Padre clementísimo,concédenos practicar la misericordia con alegría,para que tu pueblo experimente tu perdónque se extiende a toda la vida de tus hijosy esté acompañado por la Madre de Misericordia.Por Jesucristo, nuestro Señor.

Liturgia eucarística

24. La liturgia eucarística se continúa normalmente. Se sugiere el prefacio III de Ad-viento y la Plegaria eucarística I o Canon Romano.

25. Para la Oración dominical, el Obispo hace la siguiente monición:

Mientras aguardamos la venida de Jesucristo, el Salvador,pidamos que el Reino de Dios, lleno de misericordia,el Reino prometido, venga y se haga realidad plena en nosotros.Hagámoslo con fe y confianza, diciendo la oración que él nos enseñó:Padre nuestro…

Ritos conclusivos

Veneración mariana

26. Terminada la oración después de la Comunión, el Obispo agrega:

Nuestro pensamiento se dirige ahora a la Virgen María, Madre de Mise-ricordia. La dulzura de su mirada nos acompañe en este Año Santo, para que todos podamos descubrir la alegría de la ternura de Dios. Dirijámonos a ella para que sus ojos misericordiosos no se aparten de nosotros e inter-ceda para que podamos contemplar el rostro de la Misericordia, su Hijo Jesucristo (MV 24).

La asamblea invoca a María con el canto de la Salve.

Invitación al Jubileo extraordinario de la Misericordia

27. El Obispo invita al Jubileo extraordinario de la Misericordia. Se puede usar esta fórmula u otra más conveniente. Se pueden anunciar los lugares para ganar la indul-gencia. El Obispo dice:

Amados hermanos:Deseamos profundamente que este Año Santosea un año de gracia y de profunda vivencia de la fe.

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JUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA 29

Se trata de un año que lleva consigo la riqueza de la misión de Jesús,que resuena en las palabras del Profeta:llevar una palabra y un gesto de consuelo a los pobres,anunciar la liberación a cuantos están prisionerosde las nuevas esclavitudes de la sociedad moderna,dar la vista a quien no puede ver más allá,porque se ha replegado sobre sí mismo,y volver a dar dignidad a cuantos han sido privados de ella (MV 16).

Los invito a participar en todas las actividadesque se realizarán en nuestra Diócesis.De esta manera anunciaremos y testimoniaremosla misericordia en el mundo contemporáneo (MV 11).

Los exhorto a que contemplen el Icono-logotipo de este añoy a que todos los días,con la oración para este Jubileo de la Misericordia,oren a Jesucristo, el Señor,a quien esperamos y le decimos “ven pronto”,a él todo honor, poder y gloria,por los siglos de los siglos.R. Amén.

Bendición y despedida

28. El Obispo imparte la bendición solemne del Tiempo de Adviento.

El diácono despide a la asamblea, con estas palabras:

Sean misericordiosos como su Padre es misericordioso. Pueden ir en paz.

El pueblo responde:

Demos gracias a Dios.

La asamblea se disuelve alabando y bendiciendo a Dios.

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RITUAL PARA LA APERTURA DELJUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA

EN LAS PARROQUIAS Y COMUNIDADES

III DOMINGO DE ADVIENTO

13 de diciembre de 2015

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oBservaCiones previas

1. ConvocatoriaBula Misericordiae Vultus, del Papa Francisco, 11 de abril de 2015. 2. CronologíaApertura en Roma, 8 de diciembre de 2015. Apertura en las Iglesias particulares, III Domingo de Adviento, 13 de diciembre de 2015, dándole sentido al domingo como día pascual, que es todo domingo.

3. PuertaÚnicamente en las Catedrales habrá una puerta llamada “Puerta de la Misericordia”, que se extenderá a algunas iglesias importan tes y santuarios. En las parroquias no hay Puerta de la Misericordia, pero en torno a una imagen de Cristo, como puede ser un crucifijo o el Sagrado Corazón o la Divina Misericordia, se puede colocar un elemento que recuerde la Puerta de la Misericordia, sobre todo con el significado que tiene; están presentes: CONSUELO, PERDÓN y ESPERANZA. 4. Forma celebrativaEn las parroquias y comunidades es muy conveniente que todos los que asisten a todas las Misas participen en esta inaugura ción del Jubileo extraordinario de la Misericordia, debido a la gran importancia que le ha dado el Papa, y que se les informe de todas las acti vidades que se realizarán a lo largo del año, así como sobre la forma de obtener la indulgencia.

Todas las celebraciones dominicales nos ayudarán a estar en sintonía con el Obispo diocesano y la Misa estacional que se celebra en la Catedral.

La celebración se enriquece con algunos elementos en cada una de las partes de la Eucaristía.

La celebración es la Misa dominical del III Domingo de Advien to. No se pueden cambiar ni oraciones ni lecturas.

El color de la celebración es el rosa, aunque se puede usar el morado.

El adorno de la iglesia debe ser muy sobrio, el propio de Ad viento: algunos elementos verdes, tal vez con pocas flores co lor de rosa, o naturaleza muerta; no se pueden poner adornos de Navidad, aún este periodo no se inicia, ni flores de nochebuena, ni focos, ni el nacimiento. Hay que respetar el periodo de Adviento.

La corona de Adviento, como elemento devocional, ha entrado a formar parte de la expresión propia del Adviento, y será un elemento muy importante dentro de la ritualidad, pero su con-fección también requiere responder a lo que es el Adviento: únicamente lleva los elementos verdes, tal vez algún adorno de color rojo, como pirul, cerezas, unos ramitos y las velas; no lleva flores ni nochebuenas, ni esferas, ni adornos exagera dos en dorado; la sobriedad es lo importante. Hay que dejar de lado las proposiciones comerciales, que utilizan los nombres cristianos pero no conocen sus sentido y significado.

Es muy conveniente tener en cuenta los cantos para esta cele bración.

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34 SUBSIDIO LITÚRGICO-PASTORAL PARA LAS IGLESIAS PARTICULARES

En cada una de las partes del Ordinario de la Misa se dan las indicaciones rituales.

El responsable de la comunidad puede leer en el rito de con clusión alguna circular enviada por el Obispo, o hacer la invitación a vivir el Jubileo con la fórmula que se propone o hacer la propia conforme a las actividades de la comunidad y el calendario de la diócesis.

Conviene dar a los fieles el Icono-logotipo del Jubileo extraordinario de la Misericordia, tal vez con una breve explicación o con el lema del año y la oración para el “Año Santo”. La información sobre los lugares para obtener la indulgencia plenaria es muy importante.

La Bula convocatoria Misericordiae Vultus tiene muchos textos que se puede utilizar para crear materiales para las comu nidades y ser utilizado a lo largo del año según el periodo del Año litúrgico.

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misa dominiCal

Ritos iniciales

1. La celebración se inicia como de costumbre. Reunido el pueblo, se puede hacer un solemne toque de campa nas para iniciar; todos se pondrán de pie y se inicia la pro-cesión de entrada como de costumbre. El canto ha de ser propio del Adviento.

Signo de la cruz y saludo 2. El presbítero dice:

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. R. Amén.

Después el presbítero saluda al pueblo, diciendo:

El Señor Jesús, el que era, el que es y el que vendrá,acreciente en nosotros el deseo de su venida,nos muestra siempre la misericordia del Padre y esté siempre con ustedes. R. Y con tu espíritu.

Encendido de la tercera vela de la corona de Adviento 3. La primera y segunda velas de la corona de Adviento ya están encendidas. La si-guiente monición la puede decir el que preside, el diácono u otro mi nistro:

Como símbolo de que hoy se inicia el Jubileo de la Misericordia, encendemos la tercera vela del Adviento, para ser iluminados por la misericordia de Dios, que tanto nos ama.

Se enciende la vela.

Pregón de la Misericordia 4. El presbítero, el diácono u otro ministro hace el anuncio:

El Jubileo es tiempo de gracia y salvaciónpara que la Iglesia testifique en el mundoque Dios es misericordioso.

Todos debemos dejarnos reconciliar con Dios, porque éste es un año oportuno para cambiar de vida.

Contemplemos el rostro misericordioso de Cristo, que es como un oasis para todos los que en él confían.

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36 SUBSIDIO LITÚRGICO-PASTORAL PARA LAS IGLESIAS PARTICULARES

5. Se dice la oración colecta del III Domingo de Adviento (Misal Romano, p. 143 [159]).

Liturgia de la Palabra

6. Se toman las lecturas del III Domingo de Adviento, ciclo C, antes de las cuales se puede decir la siguiente monición:

La Misericordia de Dios es el cumplimiento de sus promesas, por eso levan-ta toda sentencia y no hay mal para quien es fiel a sus palabras. Tenemos que preguntarnos en este Año Jubilar: ¿qué debemos hacer?, ¿cómo vamos a vivir nuestra relación con Dios, que es profundamente misericordioso? Que la Sagrada Escritura nos ilumine hoy.

Evangelio 7. El Evangelio se proclama como de costumbre. Terminada la proclamación, después de la respuesta Gloria a ti, Señor Jesús, se puede cantar o recitar el siguiente ver-sículo:

La misericordia y la verdad se encontraron,la justicia y la paz se besaron,la fidelidad brotó en la tierray la justicia vino del cielo. (Cfr. Sal 84, 11-12)

Si se utilizó el Evangeliario, se coloca en un lugar honorífico y se hace el anuncio del Jubileo de la Misericordia (como en la p. 44).

8. El presbítero dice la homilía.

9. Sigue la Profesión de fe.

Oración universal 10. La oración universal se hace de la siguiente manera.

Monición del presbítero:

Confiando en la misericordia de Dios, nuestro Padre, que por medio de su Hijo nos concede lo que necesitamos para el bien de la Iglesia y de todos los hombres, presentémosle confiadamente nuestras súplicas.

Después de dicha cada petición, diremos: Por tu misericordia, escú cha-nos, Señor.

El diácono o un ministro hace las peticiones:

1. Por la Iglesia, que a cincuenta años de la conclusión del Concilio Va-ticano II, anuncie el Evangelio de la Misericordia al mundo nuevo y cambiante en que vivimos. Oremos.

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JUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA 37

2. Por los cristianos, para que en el Jubileo de la Misericordia experi-menten una auténtica conversión y sean instrumentos de perdón hacia quien lo necesita. Oremos.

3. Por los gobernantes de nuestro país y nuestra ciudad, para que el Es-píritu Santo los guíe por los caminos de la justicia y la reconciliación como fruto de la acción misericordiosa de Dios en el mundo. Oremos.

4. Por los pobres, los afligidos, los abandonados y los que no han experi-mentado el perdón, para que entren por la Puerta de la Misericordia, sabiendo que especialmente para ellos se ha abierto. Oremos.

5. Por nuestra Iglesia local, para que todas las acciones realizadas en este año sirvan para vivir una auténtica renovación en la mente, en el espí-ritu y en las acciones. Oremos.

6. Por todos nosotros, para que el Jubileo sea la oportunidad de reali-zar las obras de misericordia corporales y espirituales y enriquecernos con la obtención de la indulgencia. Oremos.

El presbítero concluye:

Padre clementísimo,concédenos practicar la misericordia con alegría,para que tu puebloexperimente tu perdónque se extiende a toda la vida de tus hijosy esté acompañado por la Madre de Misericordia.Por Jesucristo, nuestro Señor.

Liturgia eucarística

Prefacio 11. Se sugiere el prefacio III de Adviento.

12. Se sugiere utilizar la Plegaria eucarística I o Canon Romano.

Rito de la Comunión13. El presbítero dice la monición al Padrenuestro:

Mientras aguardamos la venida de Jesucristo, el Salvador,pidamos que el Reino de Dios, lleno de misericordia,el Reino prometido, venga y se haga realidad plena en nosotros.Hagámoslo con fe y confianza, diciendo la oración que él nos enseñó:Padre nuestro…

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38 SUBSIDIO LITÚRGICO-PASTORAL PARA LAS IGLESIAS PARTICULARES

Rito de conclusión

Veneración mariana 14. Se puede hacer una acto de veneración a la Virgen María, Madre de Misericordia, cantando la Salve u otro canto mariano, o el Magníficat.

El presbítero, o el diácono u otro ministro, dice la monición:

Veneremos a la Virgen María, Madre de Misericordia,para que en este Año Jubilarnunca se olvide de volver sus ojos misericordiosossobre nosotros.

Se entona un canto apropiado. Invitación al Jubileo extraordinario de la Misericordia

15. Se puede usar esta fórmula, o la que elabore el presbítero, o el comunicado de la diócesis.

El presbítero dice:

Amados hermanos: Este es un año de gracia. Jesús nos acompañará para que experimentemosla misericordia del Padre, que nos reconcilia y quiere que nosotros nos reconciliemos con los demás.

Los invito a participar en todas las actividadesque se realizarán en nuestra diocésis de N.y en nuestra comunidad N.,para que nos dejemos sorprender por el amor de Dios. Bendición y despedida

Se sugiere la bendición solemne del Tiempo de Adviento. La despedida se hace con la fórmula litúrgica acostumbrada.

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RITUAL PARA LA APERTURA DELJUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA

EN LA CELEBRACIÓN DOMINICALEN ESPERA DE PRESBÍTERO

III DOMINGO DE ADVIENTO

13 de diciembre de 2015

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oBservaCiones previas

1. ConvocatoriaBula Misericordiae Vultus, del Papa Francisco, 11 de abril de 2015. 2. CronologíaApertura en Roma, 8 de diciembre de 2015. Apertura en las Iglesias particulares, III Domingo de Adviento, 13 de diciembre de 2015, dándole sentido al domingo como día pascual, que es todo domingo.

3. PuertaEn la Catedral de cada diócesis se contará con la llamada “Puerta de la Miseri cordia”, que se extenderá a algunas iglesias importantes y a santuarios. 4. Forma celebrativaEn la Catedral, el Obispo ha presidido la apertura del “Año Santo”. Para estar en comunión con el Obispo, en cada parroquia se ha hecho una inauguración. En las comunidades que esperan presbítero y celebran esta forma peculiar del domingo, se unen a la celebración del Obispo, que es quien ha inaugurado este Jubileo para todos.

Este domingo hay que prepararlo especialmente con anterioridad con el párroco, para com-prender y realizar los elementos que aquí se proponen.

La celebración dominical está enriquecida con algunos elemen tos, tal como se indica en qué parte se deben integrar.

Los cantos serán muy importantes para esta celebración.

Es necesario tener en cuenta lo que se ha dicho sobre el ador no de la iglesia, en la parte de las observaciones para parro quias y comunidades, y lo relativo a la corona de Adviento, para tenerlo en cuenta en las capillas de reunión o los lugares donde se realiza la celebración do-minical.

Denominaremos moderador a quien realice la celebración domini cal, pues es el término más adecuado. Se trata siempre de un fiel, que puede ser religioso(a), seminarista, catequista, lec-tor o acólito instituido, o designado para el caso.

Los diáconos dicen lo propio y pueden tomar los elementos que se usan para la inauguración del Jubileo.

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CeleBraCión dominiCal

Ritos iniciales

1. La celebración se inicia como de costumbre. Reunida la comunidad, se puede hacer un solemne toque de campanas para iniciar; todos se ponen de pie y se entona un can-to de Adviento.

Signo de la cruz y saludo

2. Moderador:

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. R. Amén.

Moderador:

Hoy que se inicia el Jubileo extraordinario de la Misericordia, y ya que celebramos el día del Señor, alabemos al que es el rostro misericordioso del Padre celestial.

Ven, Señor Jesús, tú, el que eras,el que eres y el que vendrás. Te alabamos llenos de confianza. R. Te alabamos, Señor.

Ven, Señor Jesús, tú que nos muestras siempre la misericordia del Padre.Te alabamos llenos de confianza. R. Te alabamos, Señor.

Ven, Señor Jesús, tú que nos haces anhelar tu llegada.Te alabamos llenos de confianza. R. Te alabamos, Señor.

Encendido de la tercera vela de la corona de Adviento

3. La primera y la segunda velas ya están encendidas. En caso de que la comunidad no tenga corona de Adviento, se pue de encender un cirio, al que se le puede denominar “Cirio de la Mi sericordia”.

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JUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA 43

Moderador:

Como símbolo de que hoy se inicia el Jubileo de la Misericordiaen nuestra diócesis, encendemos la tercera vela del Adviento(encendemos el Cirio de la Misericordia),para ser iluminados por el Padre celestial, que tanto nos ama.

Se enciende la vela (o el cirio).

Moderador:

Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.R. Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.

Pregón de la Misericordia

4. Moderador:

El Jubileo es tiempo de gracia y salvaciónpara que la Iglesia testifique en el mundoque Dios es misericordioso.

Todos debemos dejarnos reconciliar con Dios, porque éste es un año oportuno para cambiar de vida.

Contemplemos el rostro misericordioso de Cristo, que es como un oasis para todos los que en él confían.

5. Se dice la oración colecta del III Domingo de Adviento (Celebraciones dominicales y festivas en espera de presbítero, p. 56).

Liturgia de la Palabra

6. Se toman las lecturas del III Domingo de Adviento, ciclo C, antes de las cuales se puede decir la siguiente monición. Monitor:

La Misericordia de Dios es el cumplimiento de sus promesas, por eso levan-ta toda sentencia y no hay mal para quien es fiel a sus palabras. Tenemos que preguntarnos en este Año Jubilar: ¿qué debemos hacer?, ¿cómo vamos a vivir nuestra relación con Dios, que es profundamente misericordioso? Que la Sagrada Escritura nos ilumine hoy.

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44 SUBSIDIO LITÚRGICO-PASTORAL PARA LAS IGLESIAS PARTICULARES

Anuncio del Jubileo de la Misericordia

7. Terminada la proclamación del Evangelio, se lee el siguiente anuncio:

Escuchemos con atención:

Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia.Es fuente de alegría, de serenidad y de paz.Es condición para nuestra salvación.Misericordia: es la palabra que revelael misterio de la Santísima Trinidad.Misericordia: es el acto último y supremocon el cual Dios viene a nuestro encuentro.Misericordia: es la ley fundamentalque habita en el corazón de cada personacuando mira con ojos sinceros al hermanoque encuentra en el camino de la vida.Misericordia: es la vía que une a Dios y al hombre,porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre,no obstante el límite de nuestro pecado.

Por ello:¡Este es el tiempo oportuno de cambiar la vida!

Vivamos este don a lo largo del Jubileo extraordinario de la Misericordia.

A Dios sean dadas las gracias. (MV 2. 19)

8. Sigue la Profesión de fe.

Oración universal 9. Monición del moderador:

Confiando en la misericordia de Dios, nuestro Padre, que por medio de su Hijo nos concede lo que necesitamos para el bien de la Iglesia y de todos los hombres, presentémosle confiadamente nuestras súplicas.

Después de dicha cada petición, diremos: Por tu misericordia, escú cha-nos, Señor.

Un lector hace las peticiones:

1. Por la Iglesia, que a cincuenta años de la conclusión del Concilio Va-ticano II, anuncie el Evangelio de la Misericordia al mundo nuevo y cambiante en que vivimos. Oremos.

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JUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA 45

2. Por los cristianos, para que en el Jubileo de la Misericordia experi-menten una auténtica conversión y sean instrumentos de perdón hacia quien lo necesita. Oremos.

3. Por los gobernantes de nuestro país y nuestra ciudad, para que el Es-píritu Santo los guíe por los caminos de la justicia y la reconciliación como fruto de la acción misericordiosa de Dios en el mundo. Oremos.

4. Por los pobres, los afligidos, los abandonados y los que no han experi-mentado el perdón, para que entren por la Puerta de la Misericordia, sabiendo que especialmente para ellos se ha abierto. Oremos.

5. Por nuestra Iglesia local, para que todas las acciones realizadas en este año sirvan para vivir una auténtica renovación en la mente, en el espí-ritu y en las acciones. Oremos.

6. Por todos nosotros, para que el Jubileo sea la oportunidad de reali-zar las obras de misericordia corporales y espirituales y enriquecernos con la obtención de la indulgencia. Oremos.

Oración conclusiva del moderador:

Padre clementísimo,concédenos practicar la misericordia con alegría,para que tu puebloexperimente tu perdónque se extiende a toda la vida de tus hijosy esté acompañado por la Madre de Misericordia.Por Jesucristo, nuestro Señor.

Acción de gracias

Acción de gracias con adoración

10. Para este día es recomendable hacer la Acción de gracias con adoración, con la si-guiente plegaria litánica. El diácono o el moderador se acerca al lugar donde se guar-da la Eucaristía, toma el copón con el Cuerpo del Señor, lo po ne sobre el altar y hace una genuflexión. A continuación todos permanecen de pie y se hace la plegaria litánica dirigida a Cristo presente en la Eucaristía.

Letanía de Adviento

Señor, ten piedad de nosotros.R. Señor, ten piedad de nosotros.

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46 SUBSIDIO LITÚRGICO-PASTORAL PARA LAS IGLESIAS PARTICULARES

Cristo, ten piedad de nosotros.R. Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.R. Señor, ten piedad de nosotros.

Ven, Señor Jesús, tú, rostro misericordioso del Padre.R. Ven, Señor Jesús. (Puede ser cantado).

Ven, Señor Jesús, tú, Sabiduría brotada del Altísimo. R.Ven, Señor Jesús, tú, guía para el camino de la salvación. R.Ven, Señor Jesús, tú, Pastor de la casa de Israel. R.Ven, Señor Jesús, tú que nos libras con el poder de tu brazo. R.Ven, Señor Jesús, tú, renuevo del tronco de Jesé. R.Ven, Señor Jesús, tú, ante quien los reyes enmudecen. R.Ven, Señor Jesús, tú, auxilio que imploran todas las naciones. R.Ven, Señor Jesús, tú, a quien le decimos que no tardes más. R.Ven, Señor Jesús, tú, llave de David. R.Ven, Señor Jesús, tú, cetro de la casa de Israel. R.Ven, Señor Jesús, tú, sol que naces de lo alto. R.Ven, Señor Jesús, tú, resplandor de la luz eterna. R.Ven, Señor Jesús, tú, sol de justicia. R.Ven, Señor Jesús, tú, luz para los que yacen en la muerte. R.Ven, Señor Jesús, tú, rey de las naciones. R.Ven, Señor Jesús, tú, deseado de los pueblos. R.Ven, Señor Jesús, tú, piedra angular de la Iglesia. R.Ven, Señor Jesús, tú, Emmanuel, Dios-con-nosotros. R.Ven, Señor Jesús, tú, rey y legislador nuestro. R.Ven, Señor Jesús, tú, esperanza de las naciones. R.Ven, Señor Jesús, tú, puerta que nos conduce a la heredad eterna. R.Ven, Señor Jesús, tú, salvador de los que viven en el tiempo. R.Ven, Señor Jesús, tú, salvador de los pecadores. R.Ven, Señor Jesús, tú, salvador del hombre que formaste del barro. R.Ven, Señor Jesús, tú, salvador de los pueblos. R.Ven, Señor Jesús, tú, rico en misericordia. R.Ven, Señor Jesús, tú, visitante que trae la salvación. R.Ven, Señor Jesús, tú, vigilante de la Iglesia. R.Ven, Señor Jesús, tú, vástago que hará justicia. R.Ven, Señor Jesús, tú, partícipe de nuestra humanidad. R.Ven, Señor Jesús, tú, restaurador de la creación. R.Ven, Señor Jesús, tú, dador de la vida eterna. R.

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JUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA 47

Ven, Señor Jesús, tú, juez de vivos y muertos. R.Ven, Señor Jesús, tú, revelador de la gloria divina. R.Ven, Señor Jesús, tú, amanecer de Jerusalén. R.Ven, Señor Jesús, tú, pregón de toda justicia. R.Ven, Señor Jesús, tú, gloria que habita en la tierra. R.Ven, Señor Jesús, tú, juez del mundo. R.Ven, Señor Jesús, tú, solidario con el dolor humano. R.Ven, Señor Jesús, tú, cumplimiento de todos nuestros deseos. R.Ven, Señor Jesús, tú, llama que inflama nuestros corazones. R.Ven, Señor Jesús, tú, puente de reconciliación entre Dios y los hombres. R.Ven, Señor Jesús, tú, libertador del dominio de la muerte. R.Ven, Señor Jesús, tú, libertador de los oprimidos. R.Ven, Señor Jesús, tú, libertador del yugo de la antigua ley. R.Ven, Señor Jesús, tú, libertador de los cautivos. R.Ven, Señor Jesús, tú que ordenas todo con suavidad. R.Ven, Señor Jesús, tú que estabas presente en la zarza ardiente. R.Ven, Señor Jesús, tú que te alzas como signo para todos los pueblos. R.Ven, Señor Jesús, tú que abres y nadie puede cerrar. R.Ven, Señor Jesús, tú que cierras y nadie puede abrir. R.Ven, Señor Jesús, tú que liberas a quienes están en tinieblas. R.Ven, Señor Jesús, tú que liberas a quienes están en sombras de muerte. R.Ven, Señor Jesús, tú, a quien reconocemos como Salvador. R.Ven, Señor Jesús, tú que llamas a tus elegidos. R.Ven, Señor Jesús, tú que eres clemente y compasivo con los pecadores. R.Ven, Señor Jesús, tú que salvas lo que se había perdido. R.Ven, Señor Jesús, tú que vendrás revestido de gloria. R.Ven, Señor Jesús, tú que quieres que todos vivan tu obra de salvación. R.Ven, Señor Jesús, tú que salvas a los que en ti creen. R.Ven, Señor Jesús, tú que nos defiendes con tu poder misericordioso. R.Ven, Señor Jesús, tú que nos haces dignos del don de la misericordia. R.Ven, Señor Jesús, tú que haces germinar la semilla de las virtudes. R.Ven, Señor Jesús, tú que nos ayudarás estando coronado de gloria. R.Ven, Señor Jesús, tú que purificas nuestras almas. R.Ven, Señor Jesús, tú que purificas nuestros cuerpos. R.Ven, Señor Jesús, tú que nos alejas del pecado. R.Ven, Señor Jesús, tú que iluminas las tinieblas. R.Ven, Señor Jesús, tú, destilado como rocío matinal. R.Ven, Señor Jesús, tú, protector de nuestra patria. R.Ven, Señor Jesús, tú, salido del seno del Padre. R.

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48 SUBSIDIO LITÚRGICO-PASTORAL PARA LAS IGLESIAS PARTICULARES

Ven, Señor Jesús, tú, anunciado por los profetas. R.Ven, Señor Jesús, tú, señalado por el Bautista. R.Ven, Señor Jesús, tú, rostro de la misericordia. R.Ven, Señor Jesús, tú, bendito por todos los siglos. R.Ven, Señor Jesús, tú, nuestro Maran-atha. R.

Rito de la Comunión

11. El moderador, de pie, inicia la Oración dominical con estas palabras:

Mientras aguardamos con anhelola segunda venida de Jesucristo, el Salvador,pidamos que su Reino lleno de misericordia,prometido en la oración que él nos enseñó,se haga plena realidad entre nosotros.Digamos con fe, llenos de esperanza: Padre nuestro…

12. El rito procede como de costumbre, hasta la oración después de la Comunión.

Rito de conclusión

13. En este momento se lee la invitación del párroco a partici par en las actividades que se van a realizar durante el Jubi leo y se indican los lugares para ganar la indul-gencia.

Invocación de la bendición de Dios 14. El moderador hace la siguiente invocación:

Dios Padre, rico en misericordia, nos muestre el rostro de su Hijo, nos guarde de todo mal, nos bendiga copiosamente y nos lleve a la vida eterna. R. Amén.

Despedida 15. El moderador despide a los asistentes de la siguiente manera:

Vayan a anunciar a todos qué grande es la misericordia de Dios, viviendo en su paz y dando testimonio. R. Demos gracias a Dios.

Canto mariano 16. Se puede cantar a la Virgen María, Madre de Misericordia, la Salve u otro canto mariano.

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CELEBRACIÓN DE LA RECONCILIACIÓNPARA LOS PRESBÍTEROS MEDIANTE

CONFESIÓN Y ABSOLUCIÓN INDIVIDUAL

oBservaCiones previas

1. Terminado el Tiempo de Navidad, al inicio del Tiempo Ordinario, sería conveniente que el Obispo convocara al presbiterio para hacer una celebración de la Reconciliación, ya que du-rante este año la tarea de los presbíte ros será muy importante. Son los primeros que deben experimen tar la reconciliación.

2. La Bula convocatoria (MV), insiste en muchos momentos en la importancia de los presbí-teros en la línea de la celebración del sacramento de la Reconciliación. Dice el Papa: “Nunca me cansaré de insistir en que los confesores sean un verdadero signo de la misericordia del Padre. Nunca nos olvidemos que ser confesor significa participar de la misma misión de Jesús y ser signo concreto de la continuidad de un amor divino que perdona y que salva. Ninguno de nosotros es dueño del Sacramento (de la Reconcilia ción), sino fiel servidor del perdón de Dios”.

3. Esto nos invita a caer en la cuenta de que el Obispo y los presbíteros deben ser los primeros en vivir este momento de gracia y reno vación espiritual, y por lo tanto, ser signos vivos de cómo el Pa dre acoge a cuantos están en busca de su perdón.

4. Conviene que el Obispo aproveche las celebraciones para decirle al presbítero que este año es la opor tunidad de redescubrir el Ritual de la Penitencia. Cuando se realice la reconciliación de un sólo penitente es necesario usar el capítulo I, ya que el Papa Benedicto insistía cómo en este sacramento no debe faltar la Palabra de Dios. Para las celebraciones comunitarias, el ca-pítulo II; el capítulo IV contiene una gran riqueza y variedad de textos. Es necesario celebrar el sacramento valiéndose del Ritual.

5. El apéndice contiene la riqueza de diversas celebraciones pe nitenciales extrasacramen-tales, y las que se pueden combinar con el sacramento. Debe ser un gran instrumento en el Jubileo extraordinario de la Misericordia.

6. El capítulo II del Ritual contiene algunos elementos que pueden adaptarse para la celebra-ción de los presbí teros.

7. El Obispo puede, al final, informar a los presbíteros sobre la indulgencia, los lugares donde obtenerla, los pecados reservados que este año pueden absolver todos los presbíteros, etc., para tener una motivación muy profunda sobre la misión de los presbíteros en el sacramento de la Reconciliación y Penitencia.

8. Es conveniente una palabra sobre la satisfacción, no siempre recetar oraciones es lo más conveniente, sobre todo porque la Bula (MV) insiste en la importancia de las obras de mise-ricordia cor porales y espirituales. También la necesidad de reparar el daño cometido con el pecado requiere de parte del Obispo una buena instrucción como liturgo que es de la diócesis.

9. En el número 18 de la colección Manantial Litúrgico: Los sacramentos de curación (ed. Bue-na Prensa), aparece toda la documentación emanada de la reforma li túrgica sobre el tema. Puede ser de gran ayuda.

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CARTA DEL SANTO PADRE FRANCISCOCON LA QUE SE CONCEDE LA INDULGENCIA

CON OCASIÓN DEL JUBILEO EXTRAORDINARIODE LA MISERICORDIA

Al venerado hermano Monseñor Rino Fisichella,Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización

La cercanía del Jubileo extraordinario de la Misericordia me permite centrar la atención en algunos puntos sobre los que considero importante intervenir para facilitar que la ce-lebración del Año Santo sea un auténtico momento de encuentro con la misericordia de Dios para todos los creyentes. Es mi deseo, en efecto, que el Jubileo sea experiencia viva de la cercanía del Padre, como si se quisiese tocar con la mano su ternura, para que se fortalezca la fe de cada creyente y, así, el testimonio sea cada vez más eficaz.

Mi pensamiento se dirige, en primer lugar, a todos los fieles que en cada diócesis, o como peregrinos en Roma, vivirán la gracia del Jubileo. Deseo que la indulgencia jubilar llegue a cada uno como genuina experiencia de la misericordia de Dios, la cual va al en-cuentro de todos con el rostro del Padre que acoge y perdona, olvidando completamente el pecado cometido. Para vivir y obtener la indulgencia los fieles están llamados a realizar una breve peregrinación hacia la Puerta Santa, abierta en cada catedral o en las iglesias establecidas por el obispo diocesano y en las cuatro basílicas papales en Roma, como signo del deseo profundo de auténtica conversión. Igualmente dispongo que se pueda ganar la indulgencia en los santuarios donde se abra la Puerta de la Misericordia y en las iglesias que tradicionalmente se identifican como Jubilares. Es importante que este momento esté unido, ante todo, al Sacramento de la Reconciliación y a la celebración de la santa Eucaristía con un reflexión sobre la misericordia. Será necesario acompañar estas cele-braciones con la profesión de fe y con la oración por mí y por las intenciones que llevo en el corazón para el bien de la Iglesia y de todo el mundo.

Pienso, además, en quienes por diversos motivos se verán imposibilitados de llegar a la Puerta Santa, en primer lugar los enfermos y las personas ancianas y solas, a menudo en condiciones de no poder salir de casa. Para ellos será de gran ayuda vivir la enfermedad y el sufrimiento como experiencia de cercanía al Señor que en el misterio de su pasión, muerte y resurrección indica la vía maestra para dar sentido al dolor y a la soledad. Vivir con fe y gozosa esperanza este momento de prueba, recibiendo la comunión o participando en la santa misa y en la oración comunitaria, también a través de los diversos medios de comunicación, será para ellos el modo de obtener la indulgencia jubilar. Mi pensamiento se dirige también a los presos, que experimentan la limitación de su libertad. El Jubileo siempre ha sido la ocasión de una gran amnistía, destinada a hacer partícipes a muchas personas que, incluso mereciendo una pena, sin embargo han tomado conciencia de la injusticia cometida y desean sinceramente integrarse de nuevo en la sociedad dando su contribución honesta. Que a todos ellos llegue realmente la misericordia del Padre que quiere estar cerca de quien más necesita de su perdón. En las capillas de las cárceles podrán ganar la indulgencia, y cada vez que atraviesen la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, pueda este gesto ser para ellos el paso de la Puerta Santa, porque la misericordia de Dios, capaz de convertir los corazones, es también capaz de convertir las rejas en experiencia de libertad.

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He pedido que la Iglesia redescubra en este tiempo jubilar la riqueza contenida en las obras de misericordia corporales y espirituales. La experiencia de la misericordia, en efecto, se hace visible en el testimonio de signos concretos como Jesús mismo nos enseñó. Cada vez que un fiel viva personalmente una o más de estas obras obtendrá ciertamente la indulgencia jubilar. De aquí el compromiso a vivir de la misericordia para obtener la gracia del perdón completo y total por el poder del amor del Padre que no excluye a nadie. Será, por lo tanto, una indulgencia jubilar plena, fruto del acontecimiento mismo que se celebra y se vive con fe, esperanza y caridad.

La indulgencia jubilar, por último, se puede ganar también para los difuntos. A ellos estamos unidos por el testimonio de fe y caridad que nos dejaron. De igual modo que los recordamos en la celebración eucarística, también podemos, en el gran misterio de la co-munión de los santos, rezar por ellos para que el rostro misericordioso del Padre los libere de todo residuo de culpa y pueda abrazarlos en la bienaventuranza que no tiene fin.

Uno de los graves problemas de nuestro tiempo es, ciertamente, la modificación de la relación con la vida. Una mentalidad muy generalizada que ya ha provocado una pér dida de la debida sensibilidad personal y social hacia la acogida de una nueva vida. Algunos viven el drama del aborto con una consciencia superficial, casi sin darse cuenta del gravísimo mal que comporta un acto de ese tipo. Muchos otros, en cambio, incluso viviendo ese momento como una derrota, consideran no tener otro camino por donde ir. Pienso, de forma especial, en todas las mujeres que han recurrido al aborto. Conozco bien los condicionamientos que las condujeron a esa decisión. Sé que es un drama existencial y moral. He encontrado a muchas mujeres que llevaban en su corazón una cicatriz por esa elección sufrida y dolorosa. Lo sucedido es profundamente injusto; sin embargo, sólo el hecho de comprenderlo en su verdad puede consentir no perder la esperanza. El perdón de Dios no se puede negar a todo el que se haya arrepentido, sobre todo cuando con cora-zón sincero se acerca al Sacramento de la Confesión para obtener la reconciliación con el Padre. También por este motivo he decidido conceder a todos los sacerdotes para el Año jubilar, no obstante cualquier cuestión contraria, la facultad de absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado y arrepentidos de corazón piden por ello perdón. Los sacerdotes se deben preparar para esta gran tarea sabiendo conjugar palabras de genui-na acogida con una reflexión que ayude a comprender el pecado cometido, e indicar un itinerario de conversión verdadera para llegar a acoger el auténtico y generoso perdón del Padre que todo lo renueva con su presencia.

Una última consideración se dirige a los fieles que por diversos motivos frecuentan las iglesias donde celebran los sacerdotes de la Fraternidad de San Pío X. Este Año jubilar de la Misericordia no excluye a nadie. Desde diversos lugares, algunos hermanos obispos me han hablado de su buena fe y práctica sacramental, unida, sin embargo, a la dificultad de vivir una condición pastoralmente difícil. Confío que en el futuro próximo se puedan encontrar soluciones para recuperar la plena comunión con los sacerdotes y los superiores de la Fraternidad. Al mismo tiempo, movido por la exigencia de corresponder al bien de estos fieles, por una disposición mía establezco que quienes durante el Año Santo de la Misericordia se acerquen a los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X para celebrar el Sa-cramento de la Reconciliación, recibirán válida y lícitamente la absolución de sus pecados.

Confiando en la intercesión de la Madre de la Misericordia, encomiendo a su protección la preparación de este Jubileo extraordinario.

Vaticano, 1 de septiembre de 2015.

Francisco

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52 SUBSIDIO LITÚRGICO-PASTORAL PARA LAS IGLESIAS PARTICULARES

Oración para el Año Santo de la Misericordia8 de diciembre 2015 – 20 de noviembre 2016

Señor Jesucristo, tú nos has enseñadoa ser misericordiosos como el Padre del cielo,

y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a él.Muéstranos tu rostro y obten dremos la salvación.

Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueoy a Mateo de la esclavitud del dinero;

a la adúltera y a la Magdalenadel buscar la felicidad solamente en una creatura;

hizo llorar a Pedro luego de la traición,y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido.

Haz que cada uno de nosotros escuche como propiala palabra que dijiste a la samaritana:

¡Si conocieras el don de Dios!

Tú eres el rostro visible del Padre invisible,del Dios que manifiesta su omnipotencia

sobre todo con el perdón y la misericordia:haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible

de ti, su Señor, resucitado y glorioso.Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos

de debilidad para que sientan sincera compasiónpor los que se encuentran en la ignorancia o en el error:

haz que quien se acerque a uno de ellosse sienta esperado, amado y perdonado por Dios.

Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unciónpara que el Jubileo de la Mise ricordia

sea un año de gracia del Señory tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo,

llevar la Buena Nueva a los pobres,proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos

y restituir la vista a los ciegos.Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia,

a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santopor los siglos de los siglos. Amén.