«La Hierba Se Seca Y Las Flores Se Marchitan Bajo El Aliento Del SEÑOR. Y Así Sucede También Con Los Seres Humanos. La Hierba Se Seca Y Las Flores Se Marchitan, *Pero La Palabra De Nuestro DIOS Permanece Para Siempre».» Isaías 40:7-8.

14 Más Tarde, Eliseo Le Preguntó A Giezi: —¿Qué Podemos Hacer Por Ella? —Ella No Tiene Hijos —Contestó Giezi—, Y Su Esposo Ya Es Anciano. 15 —Llámala De Nuevo —Le Dijo Eliseo. La Mujer Regresó Y Se Quedó De Pie En La Puerta Mientras Eliseo Le Dijo: 16 —*El Año Que Viene, Por Esta Fecha, ¡Tendrás Un Hijo En Tus Brazos! —¡No, Señor Mío! —Exclamó Ella—. Varón De Dios, No Me Engañes Así Ni Me Des Falsas Esperanzas. 17 Efectivamente, La Mujer Pronto Quedó Embarazada Y Al Año Siguiente, Por Esa Fecha, Tuvo Un Hijo, Tal Como Eliseo Le Había Dicho. 18 Cierto Día, El Niño, Ya Más Grande,

Salió A Ayudar A Su Padre En El Trabajo Con Los Cosechadores, 19 Y De Repente Gritó: «¡Me Duele La Cabeza! ¡Me Duele La Cabeza!». Su Padre Le Dijo A Uno De Sus Sirvientes: «Llévalo A Casa, Junto A Su Madre». 20 Entonces El Sirviente Lo Llevó A Su Casa, Y La Madre Lo Sostuvo En Su Regazo; Pero Cerca Del Mediodía, El Niño Murió. 21 Ella Lo Subió Y Lo Recostó Sobre La Cama Del Varón De DIOS; Luego Cerró La Puerta Y Lo Dejó Allí. 22 Después Le Envió Un Mensaje A Su Esposo: «Mándame A Uno De Los Sirvientes Y Un Burro Para Que Pueda Ir Rápido A Ver Al Varón De DIOS Y Luego Volver Enseguida».

23 —¿Por Qué Ir Hoy? —Preguntó Él—. No Es Ni Festival De Luna Nueva Ni Día De Descanso. Pero Ella Dijo: —*No Importa (Paz). 24 Entonces Ensilló El Burro Y Le Dijo Al Sirviente: *«¡Apúrate! Y No Disminuyas El Paso A Menos Que Yo Te Lo Diga». 25 Cuando Ella Se Acercaba Al Varón De DIOS, En El Monte Carmelo, Eliseo La Vio Desde Lejos Y Le Dijo A Giezi: «Mira, Allí Viene La Señora De Sunem. 26 Corre A Su Encuentro Y Pregúntale: “¿Están Todos Bien, Tú, Tu Esposo Y Tu Hijo?”». «Sí —Contestó Ella—, Todo Está Bien». 27 Sin Embargo, Cuando Ella Se Encontró Con El Varón De DIOS En La Montaña, Se Postró En El Suelo Delante De Él Y Se Agarró De Sus Pies. Giezi Comenzó A Apartarla, Pero El Varón De DIOS Dijo: «Déjala. Está Muy Angustiada, Pero El SEÑOR No Me Ha Dicho Qué Le Pasa».

28 Entonces Ella Dijo: «¿Acaso Yo Te Pedí Un Hijo, Señor Mío? ¿Acaso No Te Dije: “No Me Engañes Ni Me Des Falsas Esperanzas”?». 29 Enseguida Eliseo Le Dijo A Giezi: «¡Prepárate Para Salir De Viaje, Toma Mi Vara Y Vete! No Hables Con Nadie En El Camino. Ve Rápido Y Pon La Vara Sobre El Rostro Del Niño». 30 Pero La Madre Del Niño Dijo: «Tan Cierto Como Que El SEÑOR Vive Y Que Tú Vives, Yo No Regresaré A Mi Casa A Menos Que Tú Vengas Conmigo». Así Que Eliseo Volvió Con Ella. 31 Giezi Se Adelantó Apresuradamente Y Puso La Vara Sobre El Rostro Del Niño, Pero No Pasó Nada. No Daba Señales De Vida. Entonces Regresó A Encontrarse Con Eliseo Y Le Dijo:

«*El Niño Sigue Muerto». 32 En Efecto, Cuando Eliseo Llegó, El Niño Estaba Muerto, Acostado En La Cama Del Profeta.33 Eliseo Entró Solo, Cerró La Puerta Tras Sí Y Oró Al SEÑOR. 34 *Después Se Tendió Sobre El Cuerpo Del Niño, Puso Su Boca Sobre La Boca Del Niño, Sus Ojos Sobre Sus Ojos Y Sus Manos Sobre Sus Manos. Mientras Se Tendía Sobre Él, ¡El Cuerpo Del Niño Comenzó A Entrar En Calor! 35 Entonces Eliseo Se Levantó, Caminó De Un Lado A Otro En La Habitación, Y Se Tendió Nuevamente Sobre El Niño. ¡Esta Vez El Niño Estornudó Siete Veces Y Abrió Los Ojos! 36 Entonces Eliseo Llamó A Giezi Y Le Dijo: «¡Llama A La Madre Del Niño!». Cuando Ella Entró, Eliseo Le Dijo: «¡Aquí Tienes, Toma A Tu Hijo!». 37 Ella Cayó A Los Pies De Eliseo Y Se Inclinó Ante Él Llena De Gratitud. Después Tomó A Su Hijo En Brazos Y Lo Llevó Abajo. 2 Reyes 4:14-37. 

1. AUNQUE NO PIDAMOS, MIENTRAS ESTEMOS INTERESADOS EN EL

REINO DE LOS CIELOS, EL REINO DE LOS CIELOS NOS RECOMPENSARÁ. (Versículos 14-17; 28.)

Sí somos gente que le abrimos la puerta de nuestra casa al varón de Dios (portador de las buenas nuevas de salvación), se la estamos abriendo a nuestro buen Padre Celestial y a su precioso Reino; por lo que no habrá ningún tipo de posibilidad de quedarnos sin recompensa, aún si ese no es nuestro deseo siempre disfrutaremos de sus recompensas. ¡Aleluya!

2. NO IMPORTA LO QUE ESTE

OCURRIENDO Y ESTEMOS VIENDO

HAY UNA PALABRA SOBRE NUESTRA VIDA. (Versículo 23.)

Las circunstancias pueden ser de muerte, soledad y desesperación, pero nuestra fe debe estar cimentada en la palabra que salió desde el Trono de la Gracia; entonces podremos decir como dijo la sunamita *paz (todo esta bien - no hay ningún problema), la pregunta que nos debemos hacer aquí es ¿Seremos capaces de permanecer confiados en su promesa(s)? Sólo cada uno de nosotros lo sabe. Tenemos que ser como esas palmeras que a pesar de los embates de tempestades, huracanes y hasta tsunamis permanecen en donde fueron cimentados por Papá Dios.

3. NADA PODRÁ DISTRAERNOS

PARA DETENERNOS. (Versículo 24.)

La sunamita ordenó algo a su empleado “*No te detengas a menos que te ordene”; ella fue astuta y aplicó el principio de ir hacia la fuente donde debía ir con rapidez y eficacia. Es decir, ella no perdió el tiempo en dudas, temores, gritos y desesperación, no permitió que quien la acompañaba tuviera tiempo de dudar, mucho menos que le sembrara la duda; es así como debemos actuar en el momento de crisis, por que vendrán esos momentos, la victoria radica es en como los asumimos. pregunta acaso Eliseo le dijo ¿que no habría ningún tipo de problemas? recordemos que Jesucristo dijo: “¡En el mundo tendrán aflicciones, pero no se preocupen por que yo vencí al mundo por ustedes!”

4. DE DONDE SALIÓ LA PALABRA PARA VIDA, DE

ALLÍ MISMO SALDRA PALABRA DE VIDA. (Versículos 21-22;

25-27; 30; 32.)

Ella fue a la fuente de la palabra, ella tenia la seguridad que en donde no había vida, hubo vida, por causa de la palabra que salió desde el trono de Dios, por boca de su profeta; por esa misma razón vendría vida sobre lo que estaba muerto. al igual que Abraham ella creyó *en esperanza contra esperanza. no busquemos consuelo, ni respuesta en otro lado, es en y por su palabra donde lo que “no tiene solución” se va a solucionar.

5. HAY UN MOMENTO PARA LUCHAR POR LA PALABRA, TENIENDO

CERTEZA QUE ESTA SE VA CUMPLIR.

(Versículos 33-36.)

Eliseo se acostó no una sino dos veces, sobre el niño para que volviera a la vida, sobre Eliseo reposaba el poder, la autoridad y la Gloria del trono de Dios de una forma sobrenatural e inusual (*recordemos que un muerto se levantó cuando cayó en donde estaban los huesos de Eliseo). ¡Ojo! esto habla de cobertura espiritual, cuando estamos bajo *el abrigo del altísimo a través de la persona asignada por Dios para bendecir, aconsejar y guiar nuestras vidas, lo que esta muerto sea lo que sea, siempre y cuando me alinee a la voluntad, propósito y diseño de Dios. Es decir, si me someto en obediencia, agradecimiento y amor al plan de Dios para con mi vida, volverá a vivir.

CONCLUSIÓN.

Tremendo lo que se nos abre cuando somos capaces de entender, aceptar y vivir por la palabra, que todo lo que vemos desaparcerá, pero su palabra no pasará. Es tiempo de empezar a vivir como respondió el Apóstol Pedro a Jesús el le dijo: “…en tu palabra hecharé la red…” (Lucas 5:5) esto habla de cuan dependientes de Cristo debemos ser; hoy ratifico que mi vida, familia, obra de mis manos, emociones, ministerio, etc… No depende de brazo de carne, sino de toda palabra que sale de la boca de nuestro Adonaí Elohim, Abba Kadosh, Buen Padre y Dios.