Stout Rex - El Sustituto

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EL SUSTITUTOREX STOUT

GUA DEL LECTOR En un orden alfabtico convencional relacionamos a continuacin los principales personajes que intervienen en esta obra BRENNER (Fritz): Mayordomo y cocinero de Nero Wolfe. CARPENTER: General del Departamento de Guerra en Washington. CRAMER: Inspector de la Brigada de Homicidios. DOYLE: Detective de la Agencia Cornwall y Mayer. FIFE: General del Departamento de Guerra en Nueva York. GEER (Jane): Ex novia del capitn Root. GOODWIN (Archie): Colaborador de Nero Wolfe. H. H. HACKETT: Sustituto incidental de Nero Wolfe. JENSEN (Ben): Editor, asesinado. JENSEN (Emile): Mayor, hijo de Ben Jensen. ROOT (Peter): Procesado por traicin, STEBBINS (Purley): Sargento de la Brigada de Homicidios. WOLFE (Nero): Detective privado. CAPITULO PRIMERO Ben Jensen era un editor, un poltico y, en mi opinin, un hueso. Cierto tiempo atrs estuvo a punto de cometer una felona. Un capitn de la Armada, Peter Root, le haba propuesto venderle informacin secreta, y si Jensen hubiese tenido la seguridad de endosarla a buen precio a una potencia extranjera, sin riesgo de perder su reputacin y la libertad, casi me atrevo a creer que hubiera aceptado la oferta. Pero al final decidi continuar siendo un ciudadano honrado y cooper con Nero Wolfe para desenmascarar al culpable. Esto haba sucedido unos dos meses atrs. Y he aqu que de pronto, un martes por la maana, telefone Jensen diciendo que necesitaba ver a Wolfe. Cuando le dije que estara ocupado con sus orqudeas hasta las once como de costumbre refunfu un rato y convino en venir a las once en punto. Lleg cinco minutos antes y le introduje en el despacho ofrecindole el silln rojo frente a la mesa de Nero Wolfe. Despus de acomodarse a su gusto dijo, observndome con ms atencin. Creo que le recuerdo. No es usted el mayor Archie Goodwin?

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S Cmo es que no lleva uniforme? Acabo de notar repuse que necesita usted un corte de cabello. Su pelo gris lucira mejor con un buen corte. Le dara un aspecto ms distinguido. Desea continuar con sus comentarios personales? Se oy el zumbido del ascensor al detenerse en el vestbulo y a los pocos minutos Wolfe entr en la habitacin. Salud cordialmente al visitante y coloc sus 250 libras de peso en el silln detrs de su despacho, hecho, naturalmente a la medida de su enorme volumen. Aqu traigo algo que quisiera ensearle dijo Ben Jensen. Lo recib en el correo de esta maana. Sac un sobre del bolsillo y se lo entreg a Wolfe, quien despus de haberlo estudiado detenidamente, as como el papel que iba dentro, me lo pas sin comentarios. La carta iba dirigida a Ben Jensen en buena caligrafa. En cuanto al mensaje, era un simple recorte impreso que en grandes letras negras deca: TUS HORAS ESTN CONTADAS Y ESTAR A TU LADO PARA VERTE MORIR! Y bien, Goodwin? pregunt Wolfe. Puedo decirle exactamente de dnde procede esto dije. Jensen pregunt alterado: Quiere decir... quin lo enva? No, eso no. Pero el recorte est sacado del anuncio de una pelcula que se est proyectando esos das con gran xito. Cita al amanecer. La vida anunciada la semana pasada en el American Magazine, y supongo que todas las revistas y peridicos deben publicar esos das el mismo anuncio. La frase publicitaria de la pelcula parece ser sta que han recortado de cualquier rotativo para envirsela a usted. Si pudiramos... Wolfe me interrumpi con un gruido y encarndose con Jensen pregunt: Y bien, seor? Qu es lo que puedo hacer? inquiri el hombre aturdido. Lo ignoro. Tiene sospechas de quin pudo hacer eso? Ninguna en absoluto. Y no me importa confesar que no me gusta el asunto. No es como un annimo vulgar que slo pretende asustarle a uno. Fjese bien! Lo dice muy claro! Alguien pretende matarme, y no s quin pueda ser, ni el por qu, ni cmo, ni cundo lo har. Supongo que es intil seguirle la pista a un annimo, pero quiero proteccin. Quiero que me la proporcione usted al precio que sea. Ahogu un bostezo. Saba de antemano que no habra caso. Durante los aos que llevaba viviendo con Wolfe, por lo menos le haba odo decir cincuenta veces a cincuenta clientes asustados, de toda edad y condicin, que si alguien se haba propuesto matarles y perseveraba en su idea, lo ms probable es que se saliera con la suya. En alguna que otra ocasin, si

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su cuenta bancaria andaba un poco floja, haba colocado a Cather, a Durkin, a Panzer o a Keems de guardaespaldas de la futura vctima, pero ahora estaban todos movilizados en el frente de Europa o el Japn, y habiendo ingresado recientemente en el Banco 5.000 dlares por los honorarios de cierto caso, Wolfe no tendra inters en el caso de Jensen. Se limit a aconsejarle que pidiera proteccin a la polica, y en ltimo extremo, podamos facilitarle una lista de agencias de detectives de probada integridad y competencia, que le proporcionaran vigilancia armada durante las veinticuatro horas del da mientras continuara con vida..., a razn de 60 dlares diarios por individuo. Jensen respondi abatido que esto no le solucionaba nada. Necesitaba el cerebro de Wolfe para zanjar el maldito asunto. Wolfe neg con la cabeza pero se abstuvo de responder. El hombre insisti. Poda ayudarle Goodwin? Nero Wolfe contest que el mayor Goodwin era un oficial del ejrcito de los Estados Unidos. Pero no lleva uniforme estall Jensen. Wolfe no perdi la paciencia. Los oficiales destinados a ciertas comisiones del Inteligence Service explic, gozan de algunas prerrogativas. El mayor Goodwin ha sido designado para colaborar conmigo en ciertos asuntos relacionados con el Ejrcito. Por cuyo trabajo no cobro honorarios. Y aadir que esta comisin oficial le deja poco tiempo libre para atender a mis propios asuntos. De modo que yo le aconsejara, mister Jensen, que redoble sus precauciones durante un tiempo. Por ejemplo, abstngase de mojar con la lengua el engomado de los sobres... Nada ms fcil que mezclar un veneno activo con el engomado de los sobres. Vigile tambin las puertas. Despus de abrirlas, qudese a un lado hasta asegurarse de que nadie acecha tras ella. Est atento a estas pequeas cosas, y mantenga los ojos bien abiertos. Pero, cielos! Mister Wolfe...! Es tal como le digo. Y recuerde bien esto: su comunicante annimo se ha comprometido seriamente, dice que estar a su lado para verle morir. Pues bien, si no es un farsante, esto limitar forzosamente sus mtodos para el asesinato. Tiene que estar con usted cuando esto suceda, o muy cerca de usted. De modo que le recomiendo de nuevo prudencia y una discreta vigilancia. Use su cerebro, pero no insista en alquilar el mo. Y no se deje dominar por el pnico. Archie, cuntas personas me han amenazado de muerte durante los ltimos diez aos? Tal vez unos veintids dije. Wolfe solt un bufido. Ms de cien...! Y todava no he muerto, mister Jensen. Ben Jensen se embols el sobre conteniendo la misteriosa misiva y sali poco ms o menos como haba entrado, salvo por el valioso consejo de los sobres engomados y las puertas abiertas. Lo compadec sinceramente cuando fui a acompaarle hasta la puerta de la calle, tanto que le aconsej que fuera a la Agencia de Cornwall y Mayer si necesitaba ayuda; contaba con valiosos elementos para cualquier menester. De regreso a la oficina me plant ante el despacho de Wolfe en una

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actitud arrogante. Necesitaba comunicarle una noticia, y pens que si asuma el aspecto de un mayor del Ejrcito en funciones, tal vez tendra ms probabilidades de xito. Tengo una cita en Washington dije; el jueves a las nueve de la maana, con el general Carpenter. Las cejas de Wolfe se alzaron un milmetro. De veras? S, seor. La solicit yo. Deseara embarcarme, echar un vistazo al frente alemn, hacer algo... Tonteras dijo plcidamente Wolfe. Sus tres ltimas peticiones para incorporarse a las fuerzas de Ultramar le han sido denegadas. Lo s dije persistiendo en mi actitud. Pero esto es cosa del viejo Fife. Carpenter comprender mi punto de vista. Admito que es usted un gran detective y un notable cultivador de orqudeas, un autntico campen gastronmico, un formidable bebedor de cerveza y un genio, pero llevo ms de cien aos trabajando con usted..., o por lo menos un montn de aos, y este es el modo ms idiota que he conocido para ganar una guerra. Pienso ver al general Carpenter y decirle todo esto. Naturalmente, le consultar a usted por telfono. De modo que apelo a su patriotismo para hacer que no fracase mi gestin. Si le dice a Carpenter que yo le soy imprescindible aqu..., soy capaz de echarle azcar en la cerveza y hasta... Wolfe me mir mudo de asombro. La sola idea de beber cerveza mezclada con azcar le haba dejado sin habla. Vista su reaccin me humanic un poco. Sentado a mi despacho le dije en un tono ms amable: Le he dicho a Jensen que Cornwall y Mayer es la mejor agencia de detectives para un caso como el suyo. Wolfe emiti un gruido. Gastar intilmente su dinero dijo. Dudo que el caso sea tan urgente. Un hombre que planea un asesinato no se entretiene en recortar anuncios de pelculas; es una idiotez. Esto fue un martes. A la maana siguiente, mircoles, toda la prensa de la ciudad publicaba en primera pgina el asesinato de Ben Jensen. Mientras me desayunaba me entretuve en leer entero el reportaje del suceso, y apenas terminado son el timbre de la puerta. Fui a abrir y me encontr con nuestro viejo amigo el inspector Cramer, de la Brigada de Homicidios. CAPITULO II No me interesa el asunto dijo Nero Wolfe. No es un caso mo ni de mi incumbencia. No quiero saber nada de l. Verlo en la cama, con la bandeja del desayuno sobre las rodillas, era todo un espectculo. Todos los das a las ocho en punto le llevaba Fritz el desayuno a la cama. Eran ahora las ocho y cuarto y ya se haba tomado los melocotones con crema. Cuando entr con Cramer estaba despachando una racin de huevos con jamn, y todava seguan luego

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tostadas con mantequilla, jalea de frambuesa y caf. El rico cobertor de seda negra haba sido doblado hacia el pie de la cama, dejando bien visibles las sbanas amarillas que se confundan con el pijama amarillo de Nero Wolfe. Como dije antes, todo un espectculo. Salvo Fritz y yo, pocos son los que han visto a Wolfe en ese despliegue de exotismo con que gusta de rodearse en la intimidad, pero Cramer haba insistido en verlo, porque saba que de 9 a 11 est ocupado con sus orqudeas y que durante esas dos horas no consiente en recibir a nadie. De modo que all estbamos. Durante los ltimos doce aos dijo Cramer sin alterarse, ante la rotunda negativa de Wolfe, calculo que en nmeros redondos me habr dicho por lo menos un milln de mentiras. Wolfe, para quien las horas de comida eran sagradas, sigui comiendo tranquilamente sus tostadas y bebiendo a pequeos sorbos el caf. Aparentemente el insulto no haba atravesado su epidermis. Jensen vino a verle ayer por la maana, doce horas antes de ser asesinado. No puede negar este hecho. Ya le he dicho por qu vino dijo Wolfe con calma. Haba recibido un annimo y pretenda que yo le ayudara. Rehus hacerlo y se march. Eso es todo. Por qu rehus ayudarle? Es que tena algo contra l? Nada. Wolfe se sirvi ms caf. Es simplemente que no me dedico a esa clase de trabajos. Un hombre al que han amenazado de muerte se encuentra en uno de esos dos casos: puede ser una amenaza sin consecuencias que no entraa el menor peligro, o bien el peligro puede ser tan inminente que ya no le queda la menor posibilidad de salvarse. Mis nicos tratos con mister Jensen datan de dos meses atrs, en relacin con el caso del capitn Root. Peter Root intent venderle informacin secreta de la Armada con miras a una potencia extranjera; entre los dos conseguimos las pruebas suficientes para una acusacin en regla, y el capitn fue juzgado por un Consejo de Guerra. Supongo que recordando mi intervencin en el caso es por lo que mister Jensen vino a mi despacho ayer en busca de ayuda. Sospechaba tal vez que ese relacionado con el capitn Root? annimo pudo envirselo alguien

No. Ni siquiera mencion a Root. Dijo que no saba quin pudiera tener inters en matarlo. Cramer suspir. Esto es lo que le dijo tambin a Tim Cornwall. Cornwall tiene la impresin de que usted se neg a aceptar el caso porque lo consideraba... un caso perdido. Naturalmente, el hombre est que echa chispas. Ha perdido uno de sus mejores hombres. Le sobra la razn dijo Wolfe suavemente. Si es que era uno de los mejores... Esto es lo que dice Cornwall insisti Cramer. Ese Doyle ha estado trabajando con l ms de veinte aos, y era uno de los buenos, con una hoja de servicios inmejorable. Por lo dems, la reconstruccin de los hechos no parece acusarle de negligencia. Jensen fue a la Agencia de

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Cornwall y Mayer ayer a medioda, y ya sali de all acompaado de Doyle como guardaespaldas. Hemos podido seguir todos sus movimientos... Nada fuera de lo corriente. Por la noche asistieron los dos a la reunin de socios de un club del centro, y salieron a las once. Todo hace suponer que regresaron directamente a casa; al domicilio de Jensen en la calle Setenta y Tres, cerca de la Avenida de Madison, porque a las once y cuarenta y cinco fueron muertos cuando se disponan a entrar en la casa. Los dos recibieron un balazo en el corazn con un revlver del calibre 38. Doyle fue herido por la espalda, y Jensen de cara. Tenemos las cpsulas pero nada ms; ni seales de plvora ni nada. Wolfe murmur con sarcasmo, mientras dejaba la taza de caf sobre la bandeja: Y era el mejor hombre de Cornwall ese Doyle? S, pero recuerde que fue herido por la espalda dijo Cramer con calor . Hay un callejn estrecho y mal alumbrado escasamente a diez pasos de la casa. El individuo pudo estar apostado all. O pudo disparar desde un coche o del otro lado de la calle..., aunque a esa distancia no le hubieran bastado dos disparos para hacer blanco. Hay ms: nadie oy los disparos. El portero estaba en los stanos, atizando el fuego de la calefaccin, porque andan escasos de servicio como todo el mundo. El empleado del ascensor estaba en camino hacia el dcimo piso, con un inquilino. Los cadveres fueron descubiertos por dos mujeres que salan del cine y regresaban a casa. No llevaban muertos ms de cinco minutos cuando pasaron ellas. Acababan de apearse del autobs de la Avenida de Madison que tiene la parada en la esquina. Wolfe se levant de la cama, una operacin que vala la pena pagar para verla. Consult el reloj de la mesita de noche. Marcaba las 8.30. Lo s, lo s gru Cramer. Tiene que vestirse para subir arriba y deleitarse con sus orqudeas, que Dios confunda. El inquilino que suba al dcimo piso es un reputado doctor que apenas conoca a Jensen de vista. Las dos mujeres que descubrieron el crimen son dos maniques de la Sptima Avenida. Nunca haban odo nombrar a Jensen. El empleado del ascensor ha estado trabajando en la casa ms de veinte aos; dice que Jensen era un hombre considerado y liberal en las propinas, y estimado de todos los empleados de la casa. El portero es un tipo enormemente gordo. Ocupa el cargo desde hace solamente dos semanas y no conoce a ninguno de los inquilinos por su nombre. Aparte de eso, tenemos el continuo trasiego de gente que va y viene; amigos, invitados... que en una casa de esas proporciones se cuenta por centenares. Este es el motivo de mi visita, mister Wolfe, y por lo que ms quiera, dgame lo que sabe del caso. Ya puede suponer lo mucho que necesito su informacin. Mister Cramer, repito lo que le dije antes. No s absolutamente nada. Y Wolfe se dirigi pausadamente al cuarto de bao. Dos minutos ms tarde, cuando baj con el inspector Cramer para acompaarle a la puerta, se volvi hacia m con una mirada aviesa. Una advertencia respecto a ese cobertor de seda negra: puede servirle de mortaja cuando le llegue la hora. Avseme y vendr para darle unas puntadas y cerrar.

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Le mir disgustado. Se enfada cuando nos guardamos algn triunfo en la manga, y se enfada cuando le decimos la verdaddije. Uno nunca sabe. Entr en el despacho para echar una ojeada al correo de la maana. Haba, como de costumbre, un montn de circulares, catlogos, consultas sin el cheque obligado, y otras cartas de escaso inters, y estaba llegando ya al final del montn cuando me vino a las manos una carta que me llam la atencin. Iba dirigida a Nero Wolfe, y despus de estudiarla ms detenidamente tuve la seguridad de que la escritura y el tipo de sobre eran exactamente iguales que las que nos haba enseado ayer Ben Jensen. Solt un taco, dej el resto de la correspondencia a un lado y, con la carta abierta en la mano sub la escalera a toda velocidad hasta la azotea jardn. Atraves tres invernaderos atestados de redomas de cristal en los que germinaban los hbridos de Cattleya y un sinfn de orqudeas ms, hasta que di con Wolfe en un pequeo cobertizo conferenciando con Theodore Horstmann, el jardinero, en presencia de un ejemplar recin llegado de Sphagnum, que deba ser cosa buena. Bien? me pregunt con escasa amabilidad. Por lo general no admite interrupciones de ninguna clase durante las dos horas que dedica a sus orqudeas. S que no deb molestarle dije resentido; pero en el correo de esta maana ha llegado una carta que creo que puede interesarle. Y dej sobre el banco el sobre y su contenido: un recorte igual que el que haba recibido Jensen, escrito en grandes caracteres negros de imprenta, y que deca exactamente lo mismo: TUS HORAS ESTN CONTADAS... Y ESTAR A TU LADO PARA VERTE MORIR! No deja de ser una coincidencia dije sonriendo. CAPTULO III Contra lo que esperaba, ni siquiera se molest en coger el sobre y echarle un vistazo. Al contrario, el vistazo me lo ech a m, y no muy alentador por cierto. Ver la correspondencia a las once como de costumbre dijo. El hombre no renunciaba jams a su prosopopeya, y comprendiendo que ya no lograra arrancarle ni una palabra ms, recog la carta, y baj de nuevo al despacho donde me entretuve en contestar la correspondencia arrasada, poner al da las estadsticas de las orqudeas y archivar los ejemplares recin llegados. A las once en punto entr Wolfe y procedi a la rutina de todos los das. Revis la correspondencia, firm cheques, me redact algunas cartas, comprob el estado de su cuenta bancaria y puls el timbre pidiendo cerveza. Entr Fritz con la bandeja, y despus de beberse Wolfe medio vaso, se apoy en el respaldo de su monumental silln y entorn los ojos. Archie dijo, este anuncio que me ense arriba poda haberlo recortado usted mismo de cualquier revista y echarlo al correo anoche.

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Nada ms sencillo. Por qu iba a hacer eso? dije sonriendo. Es una solemne tontera. Nunca hago las cosas sin un propsito concreto, y qu hubiera conseguido con eso? Nada ms que enfurecerle y sacarle de tino en un momento en que necesito precisamente predisponerlo a mi favor. Cuando el general Carpenter le telefonee desde Washington para pedirle informes mos, me interesa que se los d inmejorables. Tendr que aplazar ese viaje a Washington, naturalmente. No puedo hacerlo. Tengo una cita con un general. Y despus de todo, por qu aplazar el viaje? Indiqu el annimo abierto sobre la mesa. Por esa paparrucha...? Bah! El hombre que planea un asesinato no se entretiene en recortar anuncios de un peridico, y... Piensa ir a Washington? S, seor. Estoy citado all. Claro que podra telefonear a Carpenter solicitando un aplazamiento si este annimo le ha puesto tan nervioso que... Cundo se marcha? Tengo reserva de butaca para el expreso de las seis de la tarde de hoy. Pero podra coger otro tren si... Bien. Si se marcha a las seis tenemos casi todo el da de tiempo. Wolfe se llen otro vaso de cerveza y se arrellan en la butaca. Voy a sincerarme en vista de sus reticencias dijo. Cuando mister Jensen vino ayer con ese annimo, ni l ni nosotros tenamos la menor idea de quin pudiera ser el autor del mismo. Poda ser la obra de un cobarde sin otro objeto que el de perturbar su digestin. Pero ahora ya tenemos una referencia. El misterioso comunicante no slo ha cumplido su amenaza matando a Jensen, sino que elimin tambin a mister Doyle, un extrao, con cuya presencia no contaba. Se traa pues de una persona de sangre fra, inexorable, dispuesta a cumplir el fin propuesto a todo trance, y un ego manitico. S, seor. Estoy de acuerdo. Si se queda usted en cama mientras voy y vengo de Washington, sin permitir a nadie la entrada a su cuarto menos a Fritz, y tiene cuidado en no mojar con la lengua los sobres de las cartas, creo que los dos estaremos relativamente seguros hasta que... Djese de fantasas murmur Wolfe. Este annimo no tiene nada que ver con usted. Es a m a quien han amenazado. S, seor. Y est comprobado que se trata de una persona peligrosa que requiere atencin. S, seor. Bien dijo Wolfe entornando los ojos. Tome nota de mis conclusiones: Si este sujeto se ha propuesto liquidarme como ha hecho con mister Jensen, es que est relacionado con el caso del capitn Root, porque sta es la nica conexin que he tenido con mister Jensen. Recuerda las circunstancias del caso?

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Estn archivadas. Un Consejo de Guerra le conden a tres aos de crcel. Sigue all...? Indague tambin el paradero de su novia, aquella joven impulsiva que se puso como loca al publicarse la sentencia de Root. Creo que su nombre es Jane Geer. Los ojos de Wolfe parpadearon maliciosamente. S que usted se da buena maa para localizar muchachas atractivas. Cunto tiempo hace que no la ha visto? Pues... dije con estudiada indiferencia. En realidad quedamos amigos, y creo que no me sera difcil comunicarme con ella. Pero dudo que... No dude. Hgalo. Quiero verla. Informe tambin al inspector Cramer de lo que acabamos de hablar, y pdale que investigue el pasado del capitn Root...: sus parientes y amigos... cualquiera que pudiese estar interesado en vengarle. Si el capitn Root sigue en la crcel, pdale al general Fife que lo trasladen a Nueva York. Necesito interrogarle. Procrese el recorte de prensa que recibi mister Jensen ayer. Pdalo a mistar Cornwall y a mister Cramer. Existe la posibilidad de que ste que he recibido yo no sea otro recorte, sino el mismo de ayer. Negu con la cabeza. No, seor. Este ha sido recortado dejando un margen ms amplio en la parte superior. Lo advert. Pero pida el recorte de Jensen de todos modos. Antes de marcharse revise las cadenas de seguridad de las puertas y el batintn de su habitacin. Fritz dormir en su cuarto durante su ausencia. Hablar con Fritz y Theodore. Y acurdese ante todo de telefonear a miss Geer. No la mencione a Cramer. Quiero verla antes que l. Cundo regresa de Washington? Puedo tomar el tren del medioda..., mi cita es a las nueve. Llegara aqu a las cinco de la tarde dije. Si consigo el permiso de Carpenter para embarcar hacia Europa, procurar que me den un tiempo prudencial para poder dejar liquidado este asunto. No quisiera... No se preocupe por m, ni altere sus planes. Recibe usted un salario del Gobierno y su deber es cumplir con l. El tono de Wolfe era seco y cortante. Pngame con el general Fife, por favor. Empezar indagando algo sobre el capitn Root. Todo sali satisfactoriamente menos la comunicacin con Jane Geer. A no ser por su culpa hubiera tenido tiempo de coger el tren de las seis con horas por delante. Fife nos inform que Root estaba todava en la penitenciara de Maryland y que hara lo posible para que fuera trasladado a Nueva York sin dilacin, para una entrevista con Wolfe. Cornwall dijo que haba entregado el annimo de Jensen al inspector Cramer, y ste lo confirm. Pero Cramer me dio la impresin de estar demasiado ocupado para prolongar esa conversacin por telfono, y tuvimos evidencia de ello al verle aparecer por casa cuando acabbamos de comer. Se apoltron en el silln rojo, contempl a Wolfe con fiereza y dijo con sarcasmo: De modo que no tena nada que ver con el caso y no le interesaba en

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absoluto, eh? Como es de suponer, Wolfe le contest en el mismo tono, y durante tres minutos hubo entre ellos un fuego graneado. Luego se aplacaron y empezaron a discutir el asunto razonablemente. Cramer llevaba encima el recorte que haba recibido Jensen, lo compararon con el de Wolfe y comprobaron que los dos procedan de la misma revista, lo que no solucionaba nada. Fue discutido ampliamente el episodio del capitn Root (aunque sin mencionar a Jane Geer), y Cramer prometi efectuar las diligencias necesarias para obtener una slida informacin de su vida pasada, sus amistades, etc. Luego, cuando Cramer dijo que sus hombres no haban conseguido el menor indicio en el asesinato de Jensen y Doyle, Wolfe aprovech la ocasin para soltar un par de alfilerazos, Cramer le devolvi el cumplido, y la conferencia acab tan borrascosa como haba empezado. Tuve poca suerte con Jane Geer. Cuando antes del medioda telefone a la agencia de publicidad donde trabajaba, me comunicaron que estaba en algn lugar de Long Island visitando un cliente, y no pude localizarla hasta las cuatro de la tarde. Contest amablemente a mi llamada considerando, sin duda, que un individuo que telefonea cinco veces en un solo da tiene que estar forzosamente muy interesado en ver a una chica. No obstante se neg a venir a la oficina de Wolfe si antes no la invitaba yo a un combinado para explicarle de qu se trataba, de modo que acordamos encontramos en el saln Calic, del Churchill. Haba tenido Jane un da muy ocupado, pero al verla pareca tan fresca y pimpante como si hubiese dedicado la tarde a dormir una plcida siesta y tomarse un refrescante bao. No entraba en mis clculos atribuirle, a tan seductora criatura, la culpabilidad de un crimen premeditado y ejecutado a sangre fra. Durante el breve perodo de nuestra amistad haba podido comprobar que Jane era impulsiva y temperamental, una de esas mujeres que se entregan apasionadamente a una idea o a un amor y que son capaces de defenderlo con impetuosa tenacidad. Pero aun as me daba cuenta de que el asesinato de Jensen y Doyle, uno de ellos desconocido del criminal, no encajaba en su modo de ser. No dej de observar tambin que su admiracin por el capitn Peter Root haba sufrido un brusco viraje desde el da en que se insolent con Wolfe llamndole un maldito sabueso y otras cosas. Me mir con una expresin tendindome la mano: entre divertida y maliciosa, y dijo,

Enseme su dedo ndice de la mano derecha. Se lo ense y lo frot suavemente con el suyo. Tena curiosidad por saber dijo si le haba salido un callo despus de llamarme cinco veces en menos de cinco horas. Es que se trata de ganar una apuesta o algo por el estilo? Bebi lentamente unos sorbos de su Tom Collins y al inclinarse hacia delante un mechn de cabellos le cay sobre la mejilla ocultndole en parte el rostro. Con el mismo ndice que haba sometido a su examen le retir el cabello hacia atrs. Me he tomado esa libertad expliqu, porque quiero gozar de su bello

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rostro sin interferencias. Y tambin porque quiero ver si palidece o sus ojos echan chispas dentro de un rato. Por la emocin de tenerlo tan cerca? pregunt con irona. No. Conozco ya esa reaccin. Por otra parte, me siento poco dispuesto a mostrarme simptico esta tarde; he perdido el tren por su culpa. No he sido yo quien ha telefoneado. Ha sido usted. De acuerdo dije encendiendo un cigarrillo, a menos de saber cul era el motivo de la entrevista. Cuando la telefone esta tarde me dijo usted que continuaba resentida con Nero Wolfe y que no ira a verlo. Pues bien, voy a decrselo. Wolfe tiene inters en saber si se propone matarlo usted misma o bien si ha pensado confiar el trabajo a los mismos asesinos que emple anoche para matar a Jensen y Doyle. Cielos! dijo mirndome a la cara. Debiera moderar un poco su sentido del humor, no cree? Se pasa de la medida. Negu con la cabeza. En otras circunstancias no me importara pasarme el resto -de la tarde charlando con usted en plan humorstico, pero no puedo perder todos los trenes. Lo que le he dicho no es una broma. Es el encargo que me dio Nero Wolfe para usted. Su vida ha sido amenazada usando los mismos procedimientos con que fue amenazada la vida de Jensen. Se supone que Ben Jensen ha sido asesinado para vengar su intervencin en el asunto del capitn Root. Ahora bien, fundndose en la violenta actitud adoptada por usted cuando Root fue procesado y condenado, Wolfe tiene inters en averiguar cules han sido sus actividades en esos ltimos tiempos. Y creo que la polica tambin. Por eso Wolfe quisiera interrogarla cuanto antes. Y ser intil que presente una coartada admisible para ayer noche entre las once y doce, porque si usted utiliz los servicios de... No siga me interrumpi Jane. Me parece estar soando. Yo no. Es fantstico. S, por supuesto. Muchas cosas lo son. Pero... es en serio que mister Wolfe cree que yo lo hice...? O que mand nacerlo? No dije eso exactamente. No cree que sera mejor discutir el asunto con l? Sus ojos relampagueaban y su acento se hizo ms precavido. Pero esto podra comprometerme seriamente, Archie. Qu hay de la polica? A lo mejor ha tenido usted la luminosa idea de llevarme derecha a la comisara en cuanto haya hablado con mister Wolfe, y francamente, no me seduce el plan. Tendra que molestarse usted en telefonear a mi jefe maana para decirle que estoy detenida, y... Oiga, Jane dije interrumpindola. Es que le he dado motivos para dudar de mi sinceridad? Le he contado espontneamente la verdad del caso. Dir ms an: no hemos mencionado su nombre a la polica, a pesar de habernos preguntado con insistencia si tenamos referencias de la

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novia o ex novia de Root. Por lo que a nosotros respecta, estamos dispuestos a considerarla inocente mientras las circunstancias no nos demuestren lo contrario. Lo que ciertamente no concuerda con su aspecto fsico. He de aceptar eso como un cumplido? Como quiera. Pero lo que quiero advertirle es que para el esclarecimiento del doble crimen de anoche, la polica se ha encariado con la idea de que hay que buscar el culpable entre los que intervinieron en el asunto del capitn Root, y es posible que emprendan algunas indagaciones en su direccin sin consultarlo con nosotros. Creo, por lo tanto, que obrara usted cuerdamente si hablara antes con mister Wolfe, y tratara de convencerle de que no es capaz de matar ni una mosca. Por qu procedimiento? dijo burlonamente. Supongamos que me pregunta si he cometido yo el asesinato, le contesto que no, se excusa y me obsequia con una orqudea. Cree que seria tan sencillo como todo eso desentraar el asunto? No tanto. Wolfe es un genio. Le har preguntas que nada tienen que ver con el asesinato; a lo mejor querr saber si se prepara usted misma el almuerzo cuando va a pescar, y sin que se d usted cuenta, sus respuestas le revelarn todo lo que deseaba saber de usted. Suena fascinante dijo Jane cambiando de expresin. Me pregunto si... Dgalo. Me pregunto dijo, por qu ha consentido usted en perder un tren solo para verme. Con los centenares de muchachas que suspiran por verle, hasta el extremo de tener que racionar sus compromisos para, poder contentarlas a todas, cmo es posible que haya perdido la tarde conmigo...? Naturalmente, no espero que me cuente toda la verdad, pero... dgame por lo menos, por qu se ha inventado una excusa tan absurda para verme. Deje de preocuparse dije. No necesitaba inventarme ninguna excusa para verla. Si tiene un espejo en casa, comprender perfectamente que un hombre puede tener ganas de verla slo por eso; por verla. Si no le basta esa explicacin y quiere profundizar ms, dir que he querido comprobar mis relaciones emocionales ante determinadas formas, colores y perfumes, y que le estoy profundamente agradecido por haber cooperado en ese experimento. Aadir que si confunde usted ese inocente experimento con una trampa para imputarle un crimen que no ha cometido, lo considerar como un insulto a mi inteligencia y a mi integridad emotiva. Ja, ja! se ri Jane sin ganas, observndome especulativamente mientras se pona en pie. Ver a mister Wolfe, Archie. Voy a darle una oportunidad para que me juzgue segn sus complicados mtodos. Debo ir sola, o me acompaar usted? La acompa. Pagu la cuente de lo bebido y tomamos un taxi. Durante el breve recorrido hasta casa, Jane se mostr ms comunicativa. Entre otras cosas dijo:

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Estaba realmente obcecada con Peter Root. Le crea inocente, acusado injustamente por gentes que queran perderle, y le defend lealmente, tal vez demasiado impulsivamente, como usted sabe. Pero luego descubr la verdad y ya no quise saber ms del asunto. En cuanto a ese asesinato, del que me enter por la prensa de esta maana, todo lo que tengo que decirle es que soy una muchacha que trabaja y que tiene un excelente empleo. Despus de mi experiencia con el irresistible y seductor Peter Root no me casara por nada del mundo con una combinacin de Winston Churchill y Vctor Mature. Tengo mejores perspectivas para el futuro. Me propongo llegar a ser la primera vicepresidente femenina de la ms grande agencia publicitaria del pas. Esto, como comprender, sera imposible si mi nombre apareciera envuelto en un caso de asesinato. La publicidad que tuve que soportar en el caso de Peter Root ya me perjudic ms de lo conveniente, de modo que yo creo que sta es mi mejor defensa. Qu iba a ganar con ese estpido asesinato? Slo arruinar mi vida. Bien dije. Expngale esto mismo a mister Wolfe. Tiene una opinin algo peculiar de las mujeres que dirigen empresas comerciales, y de las mujeres en general., pero... S perfectamente cmo manejar a Nero Wolfe. La felicito. Nadie ha podido nacerlo hasta hoy. Sin embargo, Jane no tuvo ocasin de manejar a Wolfe aquella tarde, porque Wolfe no se dej ver. Acababa de llamar al timbre de nuestra puerta cuanto apareci en escena un apuesto y elegante oficial del Ejrcito. Perteneca a ese tipo de hombres fsicamente perfectos que podran servir de modelo en los folletos de propaganda, y que parecen darle a uno la impresin de que una belleza viril, arrogante y perfecta es un arma tan eficaz como otra cualquiera para ganar la guerra. He de admitir que el muchacho era apuesto de veras, slo que su aspecto era el de un hombre hondamente preocupado y abatido. Con todo, tuvo tiempo de echarle un vistazo a Jane, lo cual no constituye ningn delito, especialmente considerando que Jane tambin haba tenido tiempo de echarle un vistazo a l. En este momento se abri la puerta y le dije a Fritz: Gracias, Fritz. Est en el despacho mister Wolfe? No. Est arriba, en su habitacin. Bien, le avisar por telfono. Fritz se retir, y antes de entrar me encar con el modelo de perfeccin masculina para decirle: Buenas noches, mayor. Esta es la casa de mister Wolfe. Lo s contest con voz agradable y bien timbrada. Deseara verle. Mi nombre es Emil Jensen. Soy el hijo de Ben Jensen que fue asesinado anoche. Oh! No tena el menor parecido con su padre, pero la Naturaleza suele tener a veces esas distracciones. Mister Wolfe tiene concertada una entrevista con una cliente. Tal vez ganaramos tiempo si me expusiera el motivo de su visita.

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Se trata de una consulta personal. Le ruego que me disculpe, pero preferira hablar con l mismo dijo cortsmente el mayor. Bien. Procurar complacerlo. Pase usted. Entr Jane primero, luego l, luego yo. Los conduje a la oficina, donde los invit a sentarse. Cog seguidamente el auricular y llam a la habitacin de Wolfe. S? dijo su voz desde arriba. Soy Archie. Miss Geer est aqu. Tambin el mayor Emil Jensen, hijo de mister Ben Jensen. Desea exponerle personalmente el objeto de su visita. Excseme con ellos. Estoy ocupado en estos momentos y no puedo recibirlos. Ocupado hasta qu hora? Indefinidamente, No puedo recibir a nadie esta semana. Pero recuerde usted que... Archie! Limtese a cumplir mi encargo, por favor. Colg sin esperar respuesta. No tuve ms remedio que transmitir las rdenes recibidas, y mis dos visitantes se sintieron ofendidos y contrariados. No dudo que Jane hubiera reaccionado violentamente de no sentirse cohibida por la presencia de un extrao. En cuanto a Jensen, estaba francamente indignado y no se recataba de decirlo. Sostuve con ellos una conversacin sin otro objeto que el de suavizar un poco la arbitraria actitud de mi jefe, y advert con sorpresa que las miradas que se intercambiaban entre Jane y el mayor iban aumentando gradualmente en simpata e intensidad cuando se dieron cuenta de que su respectiva irritacin tena por causa el mismo individuo. Pens que un cambio de tema podra despejar algo el ambiente y provocar, tal vez, su partida, de modo que decid presentarlos. Miss Geer, permtame presentarle al mayor Jensen. El joven se puso rpidamente en pie, se inclin correctamente como sabe hacerlo un hombre de mundo y dijo: Cmo est usted, miss Geer...? Parece que no hemos tenido suerte, al menos por esta tarde. Tendr que tomar un taxi para dirigirme al centro. Si puedo acompaarla hasta su punto de destino ser para m un placer. Salieron juntos. Al bajar los tres escalones del porche el mayor le indic a miss Geer su brazo derecho, y ella apoy delicadamente sus dedos en la manga. Un progreso notable pens, teniendo en cuenta que Jane no era de las muchachas que se prodigan. Cerr la puerta y sub al piso de arriba, llam a la puerta de Wolfe y entr. El hombre se haba asomado a la puerta del cuarto de bao con el rostro enjabonado y su anticuada navaja en la mano. Qu hora es? pregunt bruscamente. Las seis y media. Cul es su prximo tren?

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El de las siete. Pero dejemos esto ahora. Tenemos trabajo entre manos y puedo aplazar la entrevista para la prxima semana. No. Coja ese tren. Pero, es que no comprende que pueden presentarse complicaciones? No. Intent un ltimo ardid. Hablo dije en inters propio. Si mientras estoy en Washington conferenciando con Carpenter nos llega la noticia de que ha sido usted asesinado, me echarn las culpas a m por haberle dejado solo, y se negarn a concederme lo que les pido, de modo que aunque slo sea para... Mal rayo, Archie! rugi Wolfe. Perder su tren si no corre. No tengo la menor intencin de dejarme matar, conque mrchese cuanto antes. Sub en un vuelo a mi habitacin, me vest el uniforme, met lo necesario en un maletn y sal disparado. Cog el tren dos minutos antes de la salida. CAPTULO IV Ya en Washington, me fui directamente a ver a Carpenter. Siendo l general y yo solamente un mayor, me qued sentado frente a l y me limit a decir: S, seor. S, seor. S, seor, mientras me explicaba que la entrevista me la haba concedido solamente creyendo que yo deseaba consultarle un caso de importancia; que me quedara donde se me haba destinado; y que la cuestin de mi viaje a Europa se haba decidido ya largo tiempo atrs y hara bien cerrando la boca y no acordndome ms del asunto. Nunca pude saber si Wolfe le haba telefoneado previamente. El caso es que todo qued como estaba, y que al despedirme del general me dijo que, puesto que estaba en Washington, convendra que conferenciara con mis superiores sobre varios casos en camino de resolverse, y que comunicara mis impresiones al coronel Dickey. De resultas de esa propuesta, me pas conferenciando de una oficina a otra, todo el jueves y la mayor parte del viernes. Telefone a Wolfe explicndole lo ocurrido, y anuncindole mi regreso para el da siguiente si no se presentaban complicaciones. Sin embargo, a ltima hora de la noche de aquel jueves estuve tentado de coger el primer avin para Nueva York al leer un anuncio en el Star. Haba estado ocupado todo el da y no haba tenido tiempo de echar un vistazo a la Prensa, de modo que despus de cenar sub a mi habitacin del hotel provisto de un montn de peridicos de Nueva York y me dediqu a hojearlos. Me llam la atencin un anuncio con recuadro: SE NECESITA UN HOMBRE que pese de 260 a 270 libras. De 45 a 55 aos de edad. Facciones regulares. Estatura media. Capaz de moverse normalmente. Empleo temporal. Arriesgado, 100 dlares por da. Enven fotografa acompaada de carta. Apartado nmero 292. Star. Le el anuncio cuatro veces, y a continuacin descolgu el auricular del telfono y ped conferencia con Nueva York. Era cerca de medianoche,

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pero Wolfe no suele acostarse temprano. Sin embargo, cuando obtuve la comunicacin no fue su voz la que o. Era la de Fritz Brenner. La residencia de mister Wolfe dijo. Fritz, que llevaba ms tiempo que yo en la casa, tena sus propias ideas respecto a ciertos detalles. Cuando contestaba al telfono durante el da, entre nueve y cinco de la tarde, deca: La oficina de mister Wolfe. Pasadas estas horas, deca invariablemente: La residencia de mister Wolfe. Hola, Fritz. Soy Archie. Llamo desde Washington. Dnde est mister Wolfe? En cama. Tuvo un da laborioso. Y la noche tambin. Haciendo qu? El telfono, seor. No paraban de llamar. Tuvo algunas visitas tambin; mister Cramer. Bien. Sabe si ha ledo el Star de hoy? El Star? dijo Fritz extraado. No lo creo. Nunca lee el Star. Suelo llevrmelo a la cocina, y all est todava. Cjalo y busque un anuncio con recuadro en el extremo inferior de la pgina once, a la derecha. Lalo. Sigo con la comunicacin. Me sent a esperar. No tard en hablarme de nuevo. Lo he ledo. Su voz sonaba perpleja. Me ha llamado de Washington para gastarme una broma? No. No tengo ganas de bromear. Los generales de aqu me han negado el permiso para embarcarme. Cuando ha ledo ese anuncio, Fritz, en quin le ha hecho pensar? Bueno..., se me ha ocurrido que era una excelente descripcin de mister Wolfe. S, tambin lo pens yo. Si el que ha redactado ese anuncio no estaba pensando en Nero Wolfe, me como el papel. Enseselo en cuanto se levante por la maana. Dgale que he pensado... No, no le diga nada. S que pensar lo mismo que yo. Cmo va todo? Sin novedades. Cierre bien por las noches, con cadenas, candados y dems. No se me olvida estando usted fuera... Regresar maana... o as lo espero. Probablemente a ltima hora de la tarde. Mientras me preparaba para acostarme trat de imaginarme de qu modo, si yo proyectara matar a Wolfe, utilizara un cmplice que ofreciera sus servicios a base de un sueldo eventual de cien dlares diarios, y cuyo aspecto fsico pudiera confundirse fcilmente con el del propio Wolfe. No hallando una respuesta satisfactoria al problema, decid entregarme a un sueo reparador y aplazar para otro rato mis cavilaciones,

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Al da siguiente me encamin al edificio del Pentgono y reanud mis intiles visitas de una oficina a otra. A las tres de la tarde tena la impresin de que ya formaba parte del edificio, de que aquel engranaje burocrtico me haba apresado en sus tentculos. Decid hacer algo desesperado. Si lo que queran era hacerme desistir de mi idea de incorporarme a las fuerzas de Ultramar, estaba viendo que lo conseguiran por agotamiento, pero por lo menos no me dejara atrapar ah dentro. A las cinco de la tarde, rendido de cansancio, le dije a un coronel que considerando ya cumplida mi misin en Washington, tal vez fuera conveniente que me concedieran permiso para reincorporarme a mi destino de Nueva York. Bien dijo frotndose la barbilla. Lo consultar con el mayor Zabreskie. El lo consultar a su vez con el coronel Shawn, naturalmente, y... Cundo lleg usted aqu? Ayer por la maana. A quin vio usted al llegar? Al general Carpenter. Oh, esto es verdaderamente lamentable dijo frunciendo el ceo. En tal caso tendr que verle antes de marcharse, y me temo que est terriblemente ocupado. Pero voy a decirle lo que puede hacer... Me lo dijo. Y escuch respetuosamente. Sin embargo, sus palabras parecan implicar que tendra que pasarme hasta el fin de mis das rondando por el Pentgono, de un despacho a otro esperando audiencia. Le contest que vera al mayor Zabreskie para trazar un plan de visitas de acuerdo con sus sugerencias, y en cuanto se hubo despedido me lanc rpidamente en busca de la salida. Cog el autobs hasta el hotel, en cinco minutos pagu la cuenta y cog mi maleta, tom un taxi hasta el aeropuerto y ped billete para Nueva York. No haba plazas disponibles en los aviones de las 6.30 y 7.30. Entretuve la espera comiendo algunos bocadillos y finalmente pude subir en el avin de las 8.30, llegando al aeropuerto de La Guardia una hora y media ms tarde. Llegu a casa de Wolfe un poco antes de las once. Puls el timbre tres veces consecutivas, mi seal convenida con Fritz, y me abri l mismo con el rostro radiante de satisfaccin. Not que Wolfe estaba an en su despacho, porque la puerta estaba abierta y las luces encendidas. Soy un fugiti... empec a decir, entrando; y de pronto me interrump asombrado. En el silln de Wolfe estaba sentado un hombre que tena sus mismas proporciones y caractersticas, pero no era Nero Wolfe. Nunca le haba visto hasta entonces. CAPITULO V Fritz, que se haba detenido a cerrar la puerta con la cadena de seguridad, vino a mi encuentro. El ocupante de la silla no se movi ni habl. Se content con mirarme en silencio. Entretanto Fritz me estaba diciendo que mister Wolfe estaba en su habitacin del piso de arriba.

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Supongo que usted ser Archie Goodwin dijo el ejemplar sentado frente a m con voz brusca. Tuvo buen viaje? Le mir intensamente. En cierto modo dese estar otra vez en el Pentgono, y en cierto modo dese haber regresado antes. Fritz, trigame otro whisky dijo sin inmutarse. S, seor repuso Fritz. Ha tenido buen viaje, Archie? volvi a preguntarme. Ya haba aguantado bastante. Di la vuelta y sub la escalera, llamando a la puerta de Wolfe. Soy Archie dije llamando discretamente. Me dijo que entrara y entr. Estaba sentado en un silln monumental, una rplica exacta del que tiene en el despacho, leyendo un libro, y nada en su aspecto pareca indicar que se hubiese vuelto loco. No quise darle la satisfaccin de preguntarle qu haca aquel upo sentado en su despacho, y dije tranquilamente: Bien, ya estoy de vuelta. Si tiene sueo podemos hablar maana. No tengo sueo. Cerr el libro conservando un dedo en el punto que estaba leyendo. Se va a Europa? Sabe perfectamente que no voy a Europa dije sentndome. Celebro encontrarlo vivo y sin novedad. Washington estaba muy interesante. Hirviendo de actividad. No lo dudo. Ha entrado en mi despacho? S. De modo que fue usted el que mand insertar ese anuncio en el Star! De momento me desconcert, empec a hablarle creyendo que era usted. Hasta que pidi a Fritz que le sirviera un whisky; s que usted aborrece el whisky. Simple deduccin. Wolfe dej su libro sobre la mesa, y despus de un gruido preliminar explic: Encontrar usted un papel con todo lo referente a ese individuo en el cajn de su propio despacho, Archie. Es un arquitecto retirado llamado H. H. Hackett, se encuentra sin recursos y tiene los modales de un cerdo. Le escog entre otros solicitantes porque era el que ms se pareca a m, y porque es lo suficientemente idiota para arriesgar su vida por cien dlares diarios. Si contina llamndome Archie su vida corre ms peligro de lo que l cree... Esccheme, por favor dijo Wolfe. Cree que me agrada la idea de tener a ese hombre sentado en mi silln? Pero pueden matarlo hoy o maana. Se lo advert. Esta tarde sali para visitar los criaderos de orqudeas de mister Ditson, y regres en taxi llevando ostensiblemente dos macetas. Maana saldr usted con l, lo llevar a cualquier sitio en el coche y regresarn a cenar. Por la noche el mismo programa. Vestido de calle, con mi sombrero y mi ligero abrigo de entretiempo, y llevando mi bastn engaara a cualquiera menos a usted.

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Conozco a una jovencita, una actriz que convenientemente caracterizada podra sustituirle a usted ms concienzudamente si... Archie dijo impaciente. No supondr que disfruto con ese juego idiota! No, seor. Pero, por qu no limitarse a no salir de casa? Despus de todo, casi nunca lo hace; a veces ha estado un mes entero sin pisar la acera. Controle sus visitas hasta que... Hasta cundo? Hasta que hayan pescado al pjaro que mat a Ben Jensen. Bah! dijo fulminndome con la mirada. Quin va a pescarlo? Cramer? Qu es lo que supone que est haciendo ahora? El mayor Jensen, hijo de mister Jensen, lleg de Europa hace cinco das con permiso. Al llegar se enter de que su padre estaba tramitando el divorcio para separarse de su madre. El padre y el hijo se pelearon, como es natural. Pero lo bueno del caso es que Cramer ha puesto cien hombres en circulacin, buscando la evidencia necesaria para acusar al mayor Jensen de haber matado a su padre. Absurdo! Si l fuera el culpable, qu motivo poda tener para asesinarme a m, o por lo menos para amenazarme con hacerlo? Consideremos esto dije. Supongamos que el mayor le envi el annimo precisamente para que la polica reaccionara del mismo modo como usted ha hecho. Wolfe neg con la cabeza. No lo hizo. A menos de ser idiota de nacimiento, Sabra que no basta con enviar un annimo, es necesario acompaarlo de una accin inmediata. Y el mayor no me ha matado todava ni creo que intente hacerlo. Por otra parte, el general Fife ha comprobado su hoja de servicios. Es inmejorable. Cramer est malgastando su tiempo, la energa de sus hombres y el dinero de los contribuyentes... tontamente. En cuanto a m, qu puedo hacer? Aqu estoy confinado en mis habitaciones, sabiendo que un loco homicida est acechando la oportunidad de matarme, sin que yo pueda hacer nada por evitarlo. No conozco su identidad ni tengo el menor indicio de cmo ni cundo piensa atacar. Pens que tal vez exasperaba la situacin, pero cuando Wolfe se pona en ese plan ms bien romntico, resultaba temerario llevarle la contraria o mostrarse escptico. Lo haba hecho una vez y estuvo a punto de despedirme. Opt por preguntarle. Qu hay del capitn Root? Lo han trado a Nueva York? S. Estuvo aqu hoy, y le habl. Ha estado en la crcel desde que fallaron el juicio, hace ms de un mes. Asegura que no tiene nada que ver con el asesinato. Miss Geer dej de comunicarse con l hace unas seis semanas o ms. La madre de Root es una maestra de escuela en Danforth, Ohio; lo ha comprobado mister Cramer y la mujer est all. Su padre haba tenido, tiempo atrs, una Estacin de Servicio en Danforth, pero abandon a su esposa e hijo hace unos diez aos. Se le supone trabajando en una industria de guerra en Oklahoma. La madre y el hijo

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prefieren no hablar de l. No tiene hermanos. Segn dice el propio capitn Root, no hay nadie en el mundo que quisiera exponer su pellejo para vengarle. Puede ser verdad. No, Archie. Este asunto del capitn Root es la nica relacin que he tenido en mi vida con mister Jensen. El asesino tiene que ser alguien que estuvo metido en el caso. Le he pedido al general Fife que retenga a Peter Root en Nueva York, y que ordene a las autoridades de la crcel de Maryland que registren su celda entretanto. Cuando se le mete una idea en la cabeza... No lo crea. Generalmente reacciono ante la evidencia o las conclusiones que me sugieren los hechos. La persona que asesin a Jensen y Doyle necesita obrar con rapidez. Esto le expone a cometer un error. Y en ese tipo de error confo al encargarle a usted que salga ostensiblemente con mistar Hackett a todas horas del da. El hombre arriesga su vida, pero lo sabe y cobra por ello. Y usted tambin. Claro que Cramer podra proporcionarnos un hombre fsicamente parecido a usted para sustituirle, en el caso que prefiera no intervenir en eso. Pinselo con calma esta noche y dme su respuesta maana. Consider sus palabras como una ofensa difcil de tragar. Nos habremos insultado seguramente ms de un milln de veces el uno al otro y no pasa de all, pero esta vez me sent rabioso y humillado. Mi mejor venganza, pens, era disimular mi resentimiento, de modo que me desped con voz tranquila. Bien. Lo pensar. Cramer podra proporcionamos el hombre preciso. Le dar mi respuesta maana. Sub a mi cuarto. El batintn est instalado debajo de mi cama. Tengo la costumbre de conectarlo al acostarme, y de ese modo, si alguien cruzara el vestbulo en direccin al dormitorio de Wolfe, el batintn rompera a sonar tan estridentemente como un timbre de alarma. Fue instalado aos atrs, en una ocasin en que Wolfe fue agredido con un cuchillo por un visitante inoportuno, y desde entonces no olvido conectarlo por la noche. Con ms motivo hoy, pens; teniendo en casa a un extrao. Supe por Fritz que dorma en el cuarto azul, al otro extremo de mi piso, pero juzgando por la psima impresin que me haba causado el hombre, le crea muy capaz de matar a Wolfe durante la noche, echar sus restos en la caldera de la calefaccin, y saludarnos al da siguiente tan campante creyendo que Fritz y yo lo tomaramos por el autntico Wolfe. Por la maana despus del desayuno, que Wolfe tom en la cama, Hackett en el comedor, y yo en el office con Fritz, pas una hora en la azotea jardn despachando con Wolfe los asuntos de trmite. Finalmente me pregunt si haba decidido pedirle a Cramer un sustituto de la Brigada de Homicidios. Fing reflexionar. Lo he pensado dije con calma. Y he llegado a la conclusin de que Cramer estara dispuesto a cedernos un hombre de su confianza,

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indudablemente superior a m en valor, integridad, perspicacia y rapidez de accin. Pero... He aqu el problema: le sera imposible encontrar un tipo tan apuesto como yo. En vista de lo cual he decidido hacer yo el trabajo. Wolfe me mir de soslayo. No quise ofenderle dijo. Mis intenciones... Olvdelo. Est nervioso porque la vida de Hackett pende de un hilo, y no sabe cmo hacer para evitarle un mal tanto. Nos quedamos discutiendo luego los pormenores del caso. Me cont Wolfe por qu se haba negado a recibir a Jane Geer el mircoles. Fue simplemente porque despus de enviarme a buscarla concibi la idea de buscarse un sustituto, y no quiso que Jane le viera tan de cerca y tan detalladamente porque, en tal caso, ya no se dejara engaar por un sustituto ni emprendera ninguna accin contra l. Esto significaba que Jane estaba en su lista de sospechosos. Haba telefoneado varias veces insistiendo en verle, y el viernes llam a la casa, donde estuvo discutiendo cinco minutos con Fritz a travs de los tres centmetros de abertura de la puerta, todo lo que permita la cadena de seguridad que rara vez se quitaba cuando no estaba yo en casa. Wolfe decidi de pronto que sera conveniente telefonear a Jane. Debera hacerlo yo, y decirle que Wolfe estaba dispuesto a recibirla a las seis de la tarde. Cuando llegara la conducira a la presencia de mister Hackett. Entretanto Wolfe se propona instruirle sobre lo que debera hacer durante la entrevista. La idea no me entusiasm. Le daremos una oportunidad para matar a Hackett dijo Wolfe. Si se decide aplazarlo para ms tarde, por lo menos esto habr servido para convencerla de que Hackett es Wolfe. Lo que no contribuir a abreviar su vida ni prolongar la de usted. Posiblemente no. Pero su visita me dar la oportunidad de verla y orla otra vez. Estar apostado en el pasadizo. De modo que la idea era sta. Lo que llamamos el pasadizo consiste en una especie de alcoba que tiene su entrada al final del vestbulo de la planta baja, por debajo de la escalera, y comunica con el despacho de Wolfe por un estrecho pasadizo a cuyo final se ha practicado una abertura cuadrada. Esta abertura queda disimulada por un cuadro cuyo lienzo es transparente y permite ver todo cuanto ocurre en el despacho sin ser visto. A Wolfe le entusiasmaba su ingeniosa estratagema y en algunas ocasiones le ha sido sumamente til. Entonces dije, no hay nada que objetar. Si ve y oye a Jane podr comprobar que es absolutamente inocente. El mayor Jensen haba telefoneado una sola vez y se le dijo que Wolfe estaba ocupado y no poda recibirle. Aparentemente no era tan persistente como Jane. Le cont a Cramer que el mircoles intent ver a Wolfe porque el martes por la maana su padre le haba enseado el annimo que acababa de recibir, dicindole que iba a consultar el caso con mister Wolfe; el objeto de la visita del mayor era simplemente activar en todo lo posible el descubrimiento del asesino de su padre.

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Al bajar al despacho vi a Hackett instalado en el silln de Wolfe, entretenido en comer unos bizcochos. Marqu un nmero en mi telfono y comuniqu con Jane. Soy Archie dije. Quin es Archie? Vamos, no sea tan precavida, Jane. A estas horas ya habr comprobado que no la hemos mencionado a la polica. Charlemos un rato, quiere? Voy a colgar. Un momento! Mister Wolfe quiere verla. De veras? Qu gracioso. Hasta ahora se haba negado a recibirme. Se ha reformado en estas ltimas horas. Bueno, a decir verdad, le ense una fotografa de Elsa Maxwell y le dije que era usted. Parece que di en el clavo. Ya no me deja salir en su busca. Tampoco yo. Bien. Venga a las seis y Wolfe la recibir. Recurdelo bien, a las seis de esta tarde. La esperamos. Acept. Hice luego otras dos llamadas y dediqu un rato a poner en orden mis papeles. Sin embargo, un ruido molesto me impeda concentrarme. Finalmente le habl al ocupante del silln de Wolfe. Qu clase de galletas est comiendo? Rosquillas de jengibre dijo. No saba que tuviramos rosquillas en casa. No las haba. Se las ped a Fritz y me dijo que jams haba odo nombrar rosquillas de jengibre, conque me llegu hasta la Novena Avenida y compr algunas. Cundo? Esta maana? Hace escasamente unos minutos. Descolgu el auricular y llam a Wolfe que segua entre sus orqudeas. Mister Hackett est en el despacho comiendo rosquillas de jengibre inform. El mismo fue a comprarlas en la Novena Avenida hace un momento. Si entra y sale de casa a su antojo, por qu nos estamos gastando cien dlares diarios? Wolfe me dio instrucciones tajantes. Colgu el telfono y le di instrucciones tajantes a Hackett. No poda salir de casa sin el permiso de Wolfe o mo. El hombre no pareci impresionado ni molesto. Afirm tranquilamente y dijo: De acuerdo, seguir sus instrucciones. Pero quisiera hacerle una observacin: el trato que tuvimos con mister Wolfe fue de que cobrara cien dlares diarios. Por adelantado. Y todava no he cobrado hoy. Advertido ya por Wolfe, saqu de la cartera cinco billetes de veinte dlares y se los entregu. Quiero observar tambin dijo guardndose el dinero en el bolsillo,

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que es una generosa paga por tan poco trabajo. Claro que estoy expuesto a cualquier sorpresa... se inclin confidencialmente hacia m y prosigui . Pero no creo que pase nada. No me asusto fcilmente y... s defenderme. S dije. Yo tambin. Abr con llave el cajn de mi despacho, el del centro de la derecha donde guardo mis armas y municiones, cog un revlver, y llen el cargador. Mientras lo colocaba en la funda que llevo bajo el brazo le ech una mirada a Hackett y not que su rostro se haba transformado. Sus labios estaban duramente fruncidos, y en sus ojos haba asombro, precaucin y recelo. No se me haba ocurrido pensar hasta ahora dijo con una voz mucho menos arrogante que de costumbre, que acept ese empleo a ttulo de lo que pudiera ocurrirme fuera de casa, en la eventualidad de que alguien me confundiera con mister Wolfe y pretendiera asesinarme. Pero si se presentan complicaciones y he de estar expuesto a que usted dispare contra m, bien a instancias de su jefe o por propia conveniencia, entonces he de confesarle enfticamente que eso sera poco honrado de su parte. Le mir con simpata, pensando que haba procedido con poco tacto al cargar el revlver en su presencia. Era evidente que la vista de un arma autntica, cargada con autnticos cartuchos le haba aterrado. Si el hombre se marchaba ahora, tendramos que publicar otro anuncio y... cielos, acababa de darle los 100 dlares! Oiga le dije en un tono conciliador. Acaba de decirme que no cree que le ocurra nada, y opino lo mismo que usted. Pero me he armado por dos razones: para evitar que alguien atente contra usted primero, y en segundo lugar, para cargarme al individuo que se atreva a hacerlo. Mis palabras parecieron tranquilizarlo un poco, y a las once y media sub arriba para recibir instrucciones de Wolfe, incluido nuestro paseo de la tarde. A decir verdad, de regreso a casa hacia las cinco y media, tuve que concentrarme en detalles tan vulgares como las rosquillas de jengibre, para no admirar abiertamente a Hackett. Durante nuestro paseo nos detuvimos en Brooks Brothers, Rusterman's, el Churchill, el Museo Metropolitano de Arte, el Jardn Botnico y tres o cuatro sitios ms. El hombre ocupaba pomposamente el asiento trasero del coche y, por lo que pude ver por el espejo, estaba tan sereno e imperturbable como el propio Wolfe. Cuando nos detenamos en algn sitio, Hackett cruzaba la acera parsimoniosamente, sin prisas, sin demostrar la menor impaciencia o inquietud. De regreso a casa Hackett se encamin al despacho, y yo pas el office donde estaba Wolfe tomndose una cerveza. Le dispararon desde la azotea del Palisades pero erraron el blanco inform. Tiene una ligera contusin en el codo de resultas de un encontronazo con la puerta giratoria del Rusterman's. Por lo dems, sin

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novedad. Mi humorismo sola ser aceptado por Wolfe con un simple gruido cuando estaba de buenas. Cmo se comport? pregunt con el gruido habitual. Bien. Es ms probable que intenten algo por la noche. Y ahora, de acuerdo con mis instrucciones tomar usted parte activa en la entrevista con miss Geer. No me fo mucho del tacto que pueda tener Hackett. Sus instrucciones son precisas, pero su disciplina deja mucho que desear. Haga de modo que sea ella la que hable, y sitela de cara al cuadro, para que pueda verla y orla bien desde mi punto de observacin. Recuerde que mi campo visual ser bastante limitado. S, seor. Pero ocurri lo imprevisto y no pude cumplir exactamente las rdenes de Wolfe. Eran entonces las seis aproximadamente. Son el timbre de la puerta, y antes de abrir, me asom al despacho para asegurarme de que Hackett no estaba comiendo rosquillas con los pies apoyados encima de la mesa. A continuacin abr la puerta de la calle, y con la natural sorpresa me encontr con que miss Geer no haba querido aventurarse sola por las calles de la gran ciudad despus de todo. La acompaaba el mayor Jensen. CAPITULO VI Considerando que no sera corts cerrar de un portazo despus de haber admitido solamente a miss Geer, sonre animadamente y dije: Hola!... Dos con un solo anzuelo? Jensen dijo hola, Jane, en cambio, quiso explicar que estaban tomando juntos un cocktail y el mayor se ofreci a acompaarla. Se interrumpi de pronto para mirarme con franca desaprobacin, y slo entonces me di cuenta de que les estaba bloqueando la entrada. Podemos entrar? pregunt Jane. Claro est que no poda decirle a Jensen que slo tenamos una silla para los visitantes y que sera mejor que esperara a Jane dando vueltas por la manzana, pero tampoco me senta muy inclinado a dejarle pasar. Hackett estaba preparado para recibir una visita, y no estbamos muy confiados en el resultado de la misma. No sera arriesgar demasiado soltarle dos visitas sin previo aviso? Sea como fuera, decid consultarlo con el cuartel general. Les dej en la sala de espera y me dirig en busca de Wolfe. Ya haba cruzado la mitad del vestbulo cuando record un detalle que no acostumbro a pasar por alto. La puerta que comunica la sala de espera con el despacho haba quedado abierta. Fue una distraccin por mi parte, pero en realidad careca de importancia. Naturalmente que miss Geer y Jensen veran desde all a Hackett sentado en su silln, pero despus de todo, por eso estaba all: para que le vieran. Encontr a Wolfe cuando se dispona a entrar en el oscuro pasadizo y dije, bajando la voz: Ha llegado con escolta. El mayor Jensen. Estn en la sala de espera. La puerta de comunicacin ha quedado abierta. Qu hago?

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Vaya una complicacin refunfu Wolfe. Dgale al mayor que espere en la sala porque necesito hablar privadamente con miss Geer. Acompela al despacho, y cuando... Son un disparo. Por lo menos el ruido que omos pareca serlo, y proceda del interior de la casa porque las paredes vibraron. En tres saltos alcanc la puerta del despacho. Hackett continuaba all, alarmado y mudo de asombro. Entr corriendo en la sala. Jane y Jensen tambin continuaban all, y tambin parecan alarmados y mudos de asombro. Sus manos estaban vacas excepto por el bolso de Jane. En resumidas cuentas, el ruido pudo ser originado por una de las rosquillas de jengibre de Hackett a no ser por el olor a plvora. Era un olor inconfundible que conoca demasiado bien. Cunteme lo que ha pasado le dije a Jensen con aspereza. Cuente usted replic echando lumbre por los ojos. Fue usted quien dispar, mayor? No, y usted? Mir a Jane. No habr sido usted, miss Geer? No sea idiota estall furiosa, a tiempo que trataba de contener su temblor. Por qu haba de disparar con un revlver? Permtame ver el que tiene usted en la mano dijo Jensen. Me mir la mano y vi sorprendido que empuaba un revlver. Deb sacarlo de la funda mientras corra hacia el despacho. No es ste dijo acercndoselo a Jensen. Comprubelo. Jensen oli la boca del can, toc el arma y la encontr fra y dijo convencido: No. No es ste. Pero alguien ha disparado aqu dentro, no huele a plvora? Ciertamente que s. Bien, veamos a mister Wolfe y discutiremos el caso. Por aqu dije indicando la puerta del despacho. Jane estaba rezongando algo, pero no le prest atencin. Por algunas palabras que pesqu al vuelo creo que se le haba metido en la cabeza que el disparo formaba parte de un complot para comprometerla, o algo por el estilo. No tena ganas de meterse en la boca del lobo el despacho de Wolfe, pero al ver que entraba Jensen, le sigui. Les presento a mister Nero Wolfe dije entrando tras ellos. Sintense, por favor. En la imposibilidad de consultar el asunto con Wolfe decid obrar por mi cuenta, tenindolos a todos controlados en un mismo sitio mientras buscaba el arma que haba disparado, y a ser posible, el cartucho. Jane se dispona a continuar farfullando, pero se detuvo en seco al or a Jensen. Wolfe est herido en la cabeza! Mir rpidamente a Hackett.

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Continuaba sentado en su silln con las manos apoyadas en la mesa, pero en su rostro impenetrable haba ahora una expresin en la que se mezclaba el asombro, el temor y la indignacin. No pareca haber odo las palabras de Jensen. Un hilo de sangre flua de su oreja izquierda hasta llenar el cuello. Llam desde la puerta con voz potente. Fritz! El hombre entr al instante, como si hubiese estado esperando mi llamada desde el vestbulo. Le entregu mi revlver. Si alguien hace el menor movimiento, aunque slo sea para buscarse un pauelo, dispare sin contemplaciones dije. Esas instrucciones dijo Jensen severamente, pueden ser peligrosas si... Puede estar tranquilo. Prefiero que me registre dijo el mayor levantando los brazos al techo. Gracias. Es una medida saludable. Le registr a conciencia sin encontrar arma alguna. Luego mir a Jane que me clav una mirada como si fuera el ms repugnante de los insectos. Si rehsa ser cacheada dije, y acierta a moverse, y Fritz dispara contra usted, no me eche luego la culpa. Me contest con otra mirada, fulminante pero cedi al fin. La registr discretamente, inspeccion el contenido de su bolso, y di la vuelta al despacho para examinar la herida de Hackett. El hombre soportaba bien la situacin, sin quejas ni histerismos, pero se palp la herida y al ver sangre en sus manos se qued con la boca abierta y los ojos mudos de estupor. Mi cabeza dijo con voz ronca. Me han herido en la cabeza? No, seor. No es ms que una ligera rozadura junto a la oreja dije secndole la sangre con mi pauelo. Luego, temiendo que su reaccin no estuviera a la altura de la reputada intrepidez de Nero Wolfe, aad: Entre en el lavabo y lmpiese con una toalla. Pero es de veras que no estoy... herido? Le hubiera estrangulado. Pero en lugar de eso le recomend de nuevo a Fritz que disparara a la menor alarma y acompa a Hackett al lavabo, situado al extremo de la habitacin. Le desinfect el rasguo cubrindolo luego con una tira de esparadrapo, 3' aprovech el interludio para decirle que descansara all hasta que sus nervios se calmaran, y que cuando entrara de nuevo al despacho se comportara con arrogancia y ecuanimidad, y que me dejara a m el cuidado de hablar con nuestros visitantes. Dijo que as lo hara, pero en aquel momento lo hubiera cambiado por un cigarrillo mojado. Cuando entr en el despacho cerrando cuidadosamente la puerta, Jane me pregunt agresiva: Lo ha registrado? Fing no orla, y me acerqu al monumental silln de Wolfe. En el respaldo tapizado de cuero marrn se vea un agujero que corresponda

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exactamente a la altura de la cabeza de Hackett. El disparo haba atravesado el silln y fue a incrustarse en la pared a su espalda. Busqu en mi cajn un cortaplumas y empec a rascar la pared en torno al agujero hasta que la cpsula cay en mis manos. Mientras la observaba detenidamente. Hackett sali del lavabo, aparentemente con la compostura que le haba aconsejado. Es un cartucho del 38 dije. Atraves el silln de mister Wolfe y qued clavado aqu. Jensen me miraba con ojos concentrados y fros, Hackett asumi un tono dictatorial para decir: Hay que registrarlos otra vez. No, seor dije con deferencia registrados. Pero sugiero que... pero firmemente. Ya estn

Podra ser apunt Jensen, que fuese el propio Wolfe el que dispar. De veras lo cree?dije con sarcasmo. Entonces, examine usted mismo su herida con una lente de aumento, y vea si tiene seales de plvora. Tuvo buen cuidado en lavarse la herida ahora mismo estall Jane. Esas seales no desaparecen tan fcilmente continu dirigindome a Jensen. Observe tambin el cuero del silln. As lo hizo, y despus de un detenido examen del respaldo del silln y de la herida de Hackett, que aqul soport estoicamente, me devolvi el lente y ocup de nuevo su silla. Sigue creyendo que mister Wolfe se dispar a s mismo en la oreja? pregunt. No admiti el joven. A menos que envolviera el arma con un pauelo o un lienzo cualquiera. As, segn su teora pudo cubrir el arma con un cojn, apuntara contra su oreja y oprimir el gatillo. No cree que es un juego peligroso dispararse a s mismo de frente, exponindose a que una ligersima desviacin le alojara la bala en el cerebro? Me he limitado a hacer una suposicin objetiva aclar el mayor. Reconozco que sera demasiado expuesto, y por lo tanto es improbable que lo hiciera. Bien. Tenemos la cpsula para empezar dije. Pero necesitamos encontrar tambin el revlver que la dispar. Continuemos siendo objetivos. Es posible que el arma est en la sala de espera. Fritz, siga vigilando y que no se mueva nadie. Prefiero acompaarle dijo Jensen. No lo intente dije autoritariamente. Qudese donde est. No quisiera darle la impresin de que soy poco considerado, pero est usted en casa de mister Wolfe, y es asunto nuestro indagar los hechos. Si se mueve, Fritz disparar contra usted. Aventur una protesta, lo mismo que Jane, pero no les hice caso, y me

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llev a Hackett a la sala contigua cerrando la puerta de enlace. Parece increble explic entonces Hackett mirndome directo a los ojos, que uno de ellos me haya disparado desde aqu, a travs de la puerta abierta, sin que yo lo viera. S, ya me lo dijo en el lavabo. Tambin me dijo que no recordaba si en aquel momento tena los ojos cerrados o abiertos. Me acerqu ms a l con gesto amenazador. Pero si lo que pretende insinuar es que Wolfe o yo hemos disparado contra usted, entonces le recomiendo que se haga visitar por un psicoanalista. El tiro fue disparado de frente segn puede verse por su trayectoria, y tuvo que ser disparado desde esta puerta abierta. No pudieron hacerlo desde la puerta del vestbulo porque no tenemos aqu ningn revlver capaz de describir semejante curva. Dicho esto, sintese en esta silla y abstngase de moverse o de hablar. El hombre protest pero obedeci la orden. Partiendo de la posibilidad de que el tiro procediera de la sala, adopt la teora de que el arma todava estara all, o bien que el culpable pudo deshacerse de ella echndola a la calle. Ahora bien, para desembarazarse del revlver el agresor dispuso solamente de cinco segundos, los que tard en llegar a la puerta, ya que al entrar encontr a Jane y el mayor mirndose el uno al otro y con las manos vacas. En cuanto al procedimiento para hacer desaparecer el arma, era todava ms complicado, pues las ventanas estaban cerradas y las persianas echadas. Visto lo cual empec a registrar la habitacin. Despus de una bsqueda minuciosa examin un gran jarrn que adorna la mesa puesta entre las dos ventanas. Vi un trozo de lienzo blanco, met la mano y saqu un revlver. Sostenindolo con cuidado por el gatillo lo inspeccion detenidamente. Ola a plvora, y no caba la menor duda que haba sido disparado recientemente. Era un viejo Granville del 38, y el lienzo que lo cubra era un pauelo del tipo corriente, con un agujero que sealaba por donde haba salido la bala. Inspeccion el cilindro. Tena cinco cartuchos y uno disparado. Hackett haba acudido a mi lado intentando decirme una docena de cosas a la vez. Le interrump con dureza. S. Es un revlver, y no es mo ni de Wolfe. Es suyo tal vez? No? Bien, pues dejemos las cosas como estn. Vamos al despacho para aclarar esto, y por lo que ms quiera, no intente ayudarme. Limtese a callar y comportarse como si tuviera una idea muy definida de quin es el culpable. Si todo acaba satisfactoriamente recibir 100 dlares extra de propina. De acuerdo? 200 dlares dijo con calma. Han disparado contra m y por poco me matan! Contest que esto tendra que discutirlo con Wolfe y entramos los dos en el despacho. Hackett fue a ocupar su silln con aire de importancia y yo me instal en mi silla giratoria. Qu es lo que han descubierto all? pregunt Jensen con impaciencia. Slo esto dije animadamente. Es un revlver veterano, un Granville del 38 que ha sido disparado hace poco. Le ped a Fritz mi

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revlver y dej el Granville sobre la mesa. Fue hallado en el jarrn de la mesa, envuelto en un pauelo. Le falta un cartucho en la recmara. Es nuevo en la casa, nunca lo haba visto hasta hoy. Parece ser el broche final, no? Jane explot al fin. Me llam todo lo que le pas por la cabeza; quera un abogado, quera marcharse al momento, insult a Hackett acusndole de preparar esa burda maniobra para complicarla en un asesinato del que no saba ni una palabra. Estaba de pie, echando fuego por los ojos, y un torrente de insultos en los que incluy tambin al despreciable Goodwin. Hackett trataba de hacerse or alzando ms y ms la voz a medida que aumentaba la irritacin de Jane, pero slo tuvo oportunidad de hacerlo cuando la joven se detuvo para recobrar fuerzas. ...y no pienso tolerarlo! Ha venido aqu armada, ha intentado asesinarme, y casi lo ha conseguido...! Luego me acusa de no s qu los con Peter Root, y sepa usted que a Peter Root no he odo nombrarle en mi vida. El hombre estaba tan alterado que haba olvidado enteramente mis instrucciones. Y esccheme bien, jovencita, no aguantar ni un minuto ms. Jane se dirigi hacia la puerta y me levant de un salto para detenerla, pero no fue necesario. En aquel instante se abri la puerta y una masa imponente le obstruy el paso. Se detuvo como una expresin de incontenible asombro, retrocedi dos pasos y la masa avanz al encuentro. Cmo est usted, miss Geer? Soy Nero Wolfe. CAPITULO VII Lo hizo en su mejor estilo, arrogante y autoritario, dominando por entero la situacin. Nadie se atrevi a chistar. Sigui avanzando hasta llegar junto a su silln y le pidi cortsmente a Hackett que se buscara otro sitio. Esto acaba de confirmarme dijo Jansen, que todo el asunto no es ms que una farsa. Me voy estall Jane volviendo a encaminarse hacia la puerta, pero lo haba previsto con tiempo y en dos pasos estuve a su lado sujetndola firmemente de un brazo. A Jensen no le gust eso, y salt de la silla con los puos crispados a punto de embestirme. Era evidente que los dos haban hecho grandes progresos en 48 horas, porque el mayor lo vea todo rojo con slo que otro hombre le pusiera una mano encima a su Jane. Si hubiese persistido en su actitud hubiera tenido que defenderme con la mano que empuaba el revlver, puesto que con la otra sujetaba a Jane, pero no lleg el caso. Detngase! rugi Wolfe con una voz que pareca el restallar de un ltigo. Nos quedamos los tres inmviles como estatuas. Miss Geer podr marcharse pronto si as lo desea..., pero antes tendr que escuchar unas palabras, Mister Jensen, sintese. Mister Goodwin tiene un revlver en la mano, y a juzgar por su actitud creo que est dispuesto a usarlo en cualquier momento, si le da ocasin para ello. Archie, ocupe su silla y

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tenga el revlver preparado. Uno de ellos es el asesino. Miente! dijo Jensen alterado. Y todava no s quin es usted. Se lo dije al entrar. Ese caballero dijo sealando a Hackett, es un empleado mo, eventual. Cuando me amenazaron de muerte le tom a mi servicio para sustituirme. De saber que lo peor que iba a ocurrirme era recibir un rasguo en la oreja, hubiera podido ahorrarme bastante dinero y evitarme muchas preocupaciones. No es usted ms que un cobarde fanfarrn! grit Jane. No, miss Geer dijo con calma Wolfe. Cobarde, no. Simplemente precavido. Y tengo adems una gran cantidad de amor propio. Estaba persuadido de que la persona que mat a mister Jensen pondra en juego la misma astucia y temeridad para matarme a m. Ahora bien, si yo quedaba eliminado, dudo mucho que lograran atrapar al asesino. En cambio si otro mora en mi lugar, yo estara en disposicin de vengar estas muertes. Como puede ver, se trata de un caso de amor propio muy lgico y justificado. Se volvi bruscamente hacia m y dijo: Archie, llame por telfono al inspector Cramer. Jane y el mayor rompieron a hablar al mismo tiempo mientras marcaba yo el nmero del Cuartel General, pero Wolfe les impuso silencio. Un momento, por favor. Dentro de un instante les ofrecer una alternativa: la polica o yo. Uno de ustedes es el culpable; el otro inocente. A este ltimo le aconsejo que se resigne a soportar todava unos minutos ms de espera. Mir a Hackett. Si no desea presenciar usted el dramtico final puede retirarse a su habitacin. Creo que me quedar declar Hackett. Tengo cierto inters en el asunto, ya que han estado a punto de matarme. Cramer al aparato anunci a Wolfe. Descolg su auricular. Cmo est usted, mister Cramer? No, no Slo deseo pedirle un favor. Si me enva un hombre a casa le entregar un revlver y una cpsula vaca. Examine primero las huellas dactilares y enveme las copias, por favor. Segundo, trate de descubrir la procedencia del revlver y su historial. Tercero, dispare uno de sus cartuchos y comprelo con la cpsula que le envo y las que causaron la muerte de Jensen y Doyle. Comunqueme los resultados. Eso es todo. No! Espere un momento; no es todo, si viene usted personalmente Fritz le entregar el paquete sin dejarle entrar. Estoy muy ocupado. Cuando colgaba el auricular, le dije: El nmero del revlver ha sido borrado. Entonces no sabremos su procedencia. Hay que darle tambin el pauelo a mister Cramer? Djeme verlo. Le entregu el arma todava envuelta en el pauelo. Despus de un examen superficial Wolfe frunci el ceo. El pauelo no tena ninguna marca de lavandera ni nada que le distinguiera de otros miles de

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pauelos parecidos que se vendan por miles en mil tiendas de Nueva York, sin mencionar las del resto de los Estados Unidos. Nos quedaremos con el pauelo dijo Wolfe. Por qu habrn utilizado ese pauelo? pregunt Jensen. Wolfe estudi atentamente la expresin de su rostro y el tono de su voz, tratando de descubrir si con esa inocente pregunta trataba de encubrir Jensen su culpabilidad. Si un hombre ha disparado recientemente un revlver dijo y no ha tenido oportunidad de borrar las huellas de la plvora, un examen de su mano nos proporcionar una prueba irrefutable de su culpabilidad o inocencia. Usted conocer ese detalle probablemente. Y uno de ustedes, el que dispar, lo sabe tambin. El pauelo protege la mano. Con la ayuda de un microscopio se encontrarn en el pauelo unas minsculas partculas de plvora que de otro modo hubieran quedado adheridas a la piel. El hecho de que el pauelo sea de hombre no nos soluciona nada. Podra pertenecer al mayor Jensen. Y si miss Geer decidiera usar un pauelo, no usara ciertamente el suyo, que podra delatarla. Me pidi usted que me quedara porque deseaba decirme algo dijo impaciente Jane. Y hasta ahora no me ha dicho nada. Dnde estaba usted cuando fue disparado el revlver? Fritz, envuelva cuidadosamente el arma y la cpsula en papel parafinado dijo Wolfe sin concederle la menor atencin, y entrguelo al polica cuando venga. Trigame primero una cerveza. Aceptaran ustedes algo de beber? Dijeron que no. Bien, miss Geer, para evitar malas interpretaciones quiero advertirla que cuando son el disparo, estaba yo en el vestbulo hablando con mister Goodwin. Desde entonces he permanecido en un punto de observacin desde el que poda observarles y orles sin ser advertido. Sus ojos se fijaron en Jensen, y luego de nuevo en Jane. Uno de ustedes dos est a punto de cometer una lamentable equivocacin, y quisiera prevenirle si es posible. No les he preguntado todava dnde estaban ni lo que hacan en el momento del disparo, pero esa informacin no alterar el hecho de que el tiro sali de all, y a travs de la puerta abierta. Miss Hackett no pudo hacerlo, como ha comprobado el propio mister Jensen. Fritz estaba en la cocina, mister Goodwin y yo hablbamos en el vestbulo... De modo que les prevengo, estas pruebas son suficientes para que cualquier jurado les encause por asesinato. Existe la posibilidad de que decidan protegerse mutuamente, jurando que al sonar el disparo estaban juntos; para el culpable esto sera la salvacin, pero para el inocente sera un desastre porque cuando se descubra la verdad se ver acusado de complicidad... Desde cundo data su amistad? pregunt inopinadamente encarndose con el mayor. Ninguno contest. Bien, miss Geer, cundo conoci al mayor Jensen? No creo que sea un secreto.

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Le conoc anteayer. Aqu dijo Jane con labios temblorosos. Es eso exacto, mister Jensen? S. Wolfe levant las cejas. Un tiempo muy limitado, dira yo, para despertar una forma de atraccin que conduzca a un sacrificio tan costoso. Pero aun as, me veo precisado a rogarle, miss Geer, que se atenga a la verdad de los hechos. Dnde estaba usted y qu haca cuando oy el disparo? Estaba junto al piano. Haba dejado all el bolso y lo estaba abriendo. Hacia dnde miraba? Estaba de cara a la ventana. Poda ver a mister Jensen? : En aquel momento no. Gracias. La mirada de Wolfe se volvi hacia el mayor. Mister Jensen...? Sigo sosteniendo que todo esto no es ms que una farsa dijo Jensen. Pero con todo... usted forma parte de ella, seor. No arriesga gran cosa dicindome... Estaba junto a la puerta que da al vestbulo, preguntndome dnde se habra metido mister Goodwin. En aquel momento no miraba a miss Geer, pero opino que... Sus opiniones no nos ayudarn en absoluto. Y dudo que puedan ayudarle a usted. Wolfe se sirvi la cerveza que le haba trado Fritz. Enfrentmonos con la realidad dijo mirndolos a los dos. Miss Geer est dispuesta a consultar con un abogado. Que Dios la proteja! Sin embargo es libre de hacerlo en cuanto salga de aqu, pero no antes. Y de momento, como no puedo fiar demasiado en su discrecin, he de rogarle que espere con el mayor Jensen a que mister Cramer nos enve su informe. Ser mejor que espere en... Quiero marcharme ahora mismo! dijo Jane. Un momento. Iba a decir que puede esperar en compaa de mister Goodwin y su revlver, o puedo telefonear a mister Cramer que enve un hombre aqu para detenerla. Qu prefiere? Jane segua andando lentamente hacia la puerta sin detenerse, como si lo hiciera obligada por un resorte. Sin moverme de la silla le advert severamente: No quisiera verme obligado a disparar contra usted, miss Geer, pero si se obstina, la alcanzar antes de que llegue a la puerta. Se revolvi furiosa contra m. Cerdo! Maldito farsante! Jensen haba dejado de interesarse por nosotros. Toda su atencin se concentraba en Wolfe que le diriga ahora la palabra.

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Quiero preguntarle tambin a usted, mayor Jensen, dnde prefiere esperar hasta que llegue el informe del revlver y los cartuchos que estn analizando en la Brigada de Homicidios, aqu o en el Cuartel General? Pueden tardar unas horas y opino que estarn ms cmodos aqu. Wolfe consult su reloj que marcaba las siete menos veinte. Naturalmente, Fritz nos preparar algo de comer. Necesito telefonear dijo Jensen. No, seor repuso Wolfe con firmeza. Quiere que llame a Cramer? No. Y usted, miss Geer? La joven se neg a contestar. Wolfe esper pacientemente cuatro segundos y repiti la pregunta. Quiere que llame a la polica, miss Geer? Neg en silencio, como si de pronto toda su energa y vitalidad la hubieran abandonado. Archie, llvelos a la sala de espera y qudese con ellos. Fritz atender la puerta. La espera puede ser larga, pero no tenemos ms remedio que esperar. CAPTULO VIII EN efecto, la espera fue larga y aburrida. Dur ms de dos horas, durante las cuales me entretuve en observarles discretamente a los dos. Haba confiado en que se sentaran juntos en el sof de terciopelo azul, cogidos de la mano y hablndose en voz baja, pero no ocurri nada de eso. Pareca como si las palabras de Wolfe hubiesen sembrado una sospecha en sus mentes, y tuve la impresin de que desconfiaban el uno del otro. A las 7,30 Fritz asom a la puerta anunciando que la cena estaba senada, pero nadie se movi. En vista de ello, el excelente muchacho nos la sirvi en bandejas en la misma sala. Jensen comparti conmigo unos exquisitos filetes a la plancha, ensalada, meln, pastel de grosellas y caf, pero Jane ni se dign miramos. Mientras fumaba un cigarrillo me entretuve en pensar cul de los dos poda ser el culpable. El que fuera, haba trado el revlver previamente envuelto en un pauelo, aprovech un instante en que el botarate de Hackett tena los ojos cerrados, dispar desde la puerta y desliz el arma en el jarrn. Pero cmo pudo hacer todo esto con otra persona a su lado y en la misma habitacin, era algo que no me caba en la cabeza. Absurdo! Durante las dos horas de espera slo tuve ocasin de hablar tres veces con Jane. A largos intervalos. 1.a Desea beber algo? 2.a Esta puerta comunica con el cuarto-lavabo. La que comunica con el despacho de mister Wolfe est cerrada. 3.a Disclpeme. (Esto por un bostezo). Ninguna de las tres veces me contest. Finalmente a las nueve son el timbre del telfono, y a los tres minutos

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entr Fritz. Archie, mister Wolfe desea hablarle. El inspector Cramer ha llegado con el sargento Stebbins. Yo me quedo aqu. Si la situacin en la sala de espera era poco alentadora, la del despacho de Wolfe era francamente tempestuosa. Una simple mirada a Wolfe me confirm en la impresin de que el hombre se hallaba en un estado de furia incontenible. El sargento Purley Stebbins estaba junto a la pared en una actitud pasiva, pero el inspector Cramer, que se haba sentado en el silln rojo, rebufa y gritaba con el rostro del mismo color que el silln. Mire esto! rugi Wolfe sealndome un papel que haba sobre su mesa. Me acerqu a ver. Era un permiso de registro. La casa propiedad de mister Nero Wolfe, habitada por l mismo..., sita en la calle... Me saqu la frente perlada de sudor. Era asombroso que Cramer continuara con vida, y que tambin Wolfe alentara todava, dado el caso. Procurar olvidar las palabras que acaba de decirme grit Cramer luchando por contenerse, y vayamos a los hechos concretos. Tenemos el revlver, y la comprobacin de que un tiro disparado con l ha resultado ser exactamente igual a los que causaron la muerte de Jensen y Doyle. Esto significa que tiene entre manos el asunto de un cliente al que intenta proteger, y cuando usted se propone proteger a un cliente, mister Wolfe, no hay quien pueda acercrsele. De modo que me he procurado una orden de registro porque s que sera intil pedirle permiso para echar un vistazo a la casa. Ya lo he intentado otras veces sin resultado, as es que prescindiend