Steel, Danielle - Luces Del Sur

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Luces del Sur

Danielle Steel

Luces del Sur

Traduccin deLaura Rins Calahorra

www.megustaleerebooks.com

Sinopsis

Hace ms de una dcada que Alexa Hamilton parti de Charleston sin trabajo, con una hija pequea y el corazn hecho aicos. Ahora es una prestigiosa abogada neoyorquina que se enfrenta al caso ms importante de su carrera: la acusacin de un presunto asesino en serie.

Durante la investigacin, la hija de Alexa comienza a recibir amenazas de alguien que la vigila. A pesar de haber cortado todo contacto con su ex marido, Alexa se traga el orgullo y le pide que se lleve a la joven a vivir con l una temporada a Charleston, donde estar a salvo. Tom Beaumont no ha cambiado nada, sigue siendo el caballero apuesto y atractivo que Alexa una vez ador, pero con una diferencia fundamental: hace mucho que se arrepiente de haber abandonado a la mujer de su vida y quiere recuperarla a toda costa.

Danielle Steel nos trae una historia sobre perdn, amor y traicin, ambientada en el seno de una familia adinerada y tradicional del sur de Estados Unidos.

Para mis maravillosos hijos,

Beatrix, Trevor, Todd, Nick, Sam,

Victoria, Vanessa, Maxx y Zara,

que son la luz de mi vida.

Deseo que la vuestra est siempre

llena de alegra y cosas buenas,

y de momentos felices!

Con todo mi amor,

MAM/D. S.

1

El hombre sentado en el desvencijado silln del que asomaba la guata pareca estar dormitando, con la barbilla cayndole poco a poco hacia el pecho. Era alto y de complexin fuerte, y en su nuca, por encima del cuello de la camisa, asomaba una serpiente tatuada. Los largos brazos le caan inertes a ambos lados del silln en la penumbra de la pequea habitacin. Llegaba un fuerte olor a comida procedente del pasillo y el televisor estaba encendido. En un rincn de la habitacin haba una cama estrecha sin hacer que cubra casi toda la alfombra de pelo largo, descolorida y llena de manchas. Los cajones de la cmoda estaban abiertos y las pocas prendas que antes contenan estaban en el suelo. Llevaba puesta una camiseta de manga corta, unas zapatillas resistentes y unos vaqueros, y el barro incrustado en las suelas se haba secado y empezaba a caer en la alfombra. De repente, se despert de su sueo plcido y se espabil de golpe. Levant la cabeza con un movimiento brusco y abri los ojos azul hielo, y al instante se le eriz el vello de los brazos. Tena un odo muy fino. Cerr los ojos de nuevo mientras prestaba atencin; entonces se puso en pie, cogi la chaqueta y cruz la habitacin de una sola zancada. Al erguir la cabeza, la serpiente tatuada desapareci bajo el cuello de la camisa.

Luke Quentin se desliz con mucha cautela por encima del alfizar de la ventana y, tras cerrarla, baj la escalera de incendios. El tiempo era glido; lo habitual en Nueva York durante el mes de enero. Llevaba dos semanas en la ciudad. Antes de eso haba estado en Alabama, Mississippi, Pennsylvania, Ohio, Iowa, Illinois y Kentucky. Haba visitado a un amigo en Texas. Haca meses que viajaba. Aprovechaba los trabajos que le salan; no necesitaba demasiado para vivir. Se mova con el sigilo de una pantera, y empez a descender por la calle del Lower East Side antes de que llegaran a su habitacin los hombres a quienes haba odo acercarse. No saba quines eran, pero su intuicin le deca que no deba arriesgarse a descubrirlo. Exista una alta probabilidad de que fueran policas. Haba estado dos veces en la crcel, por fraude con tarjetas de crdito y robo, y era muy consciente de que los ex presidiarios nunca reciban un trato justo por parte de nadie. Sus compaeros de prisin lo llamaban Q.

Se detuvo a comprar el peridico y un sndwich. Temblaba de fro, as que decidi dar un paseo. En otro ambiente se le haba considerado atractivo. Tena los hombros anchos y musculosos y un rostro de facciones muy marcadas. Tena treinta y cuatro aos y, entre las dos condenas, haba pasado diez entre rejas. Haba cumplido la pena completa, no le haban concedido la libertad condicional. Y ahora era libre como el viento. Haca dos aos que haba regresado a las calles y, de momento, no se haba metido en ningn lo. A pesar de su corpulencia, era capaz de pasar desapercibido entre la multitud. Tena el pelo de un rubio rojizo anodino y los ojos azul plido, y de vez en cuando se dejaba barba.

Quentin se dirigi hacia el norte, y torci hacia el oeste cuando lleg a la calle Cuarenta y dos. Nada ms pasar Times Square, entr en un cine, se sent en la sala a oscuras y se qued dormido. Era medianoche cuando sali, y cogi un autobs para regresar hacia el sur. Supuso que a esas horas las visitas se habran marchado hara rato. Se pregunt si algn empleado del hotel le habra soplado a la polica que all se alojaba un delincuente. Los tatuajes que llevaba en las manos eran una seal inequvoca para los duchos en la materia. No haba querido estar por all cuando entraran en la habitacin; y esperaba que, al no encontrar nada, hubieran perdido el inters por l. Eran las doce y media cuando volvi al hotelucho.

Siempre suba por la escalera. Los ascensores eran una trampa, y l prefera tener libertad de movimientos. El recepcionista lo salud, y Luke se dirigi a la habitacin. Estaba en el descansillo inferior a su planta cuando oy un ruido. No haba sido una pisada ni una puerta; haba sido un clic. Tan solo eso. Lo adivin al instante, acababan de amartillar una pistola; y, movindose a la velocidad del sonido, baj la escalera con sigilo y solo aminor un poco la marcha cuando se acerc al mostrador de recepcin. Algo iba mal, muy mal. Entonces se dio cuenta de que los tena detrs, a media escalera. Eran tres, y Luke no pensaba quedarse a descubrir su identidad. Se le pas por la cabeza intentar librarse del tema hablando con ellos, pero su intuicin lo empujaba a correr. Y fue lo que hizo; correr como alma que lleva el diablo. Ya haba recorrido un tramo de calle cuando sus perseguidores salieron por la puerta a toda velocidad. Pero Luke era el hombre ms rpido del mundo. Cuando estaba en chirona, practicaba atletismo para mantenerse en forma. La gente deca que Q era ms veloz que el viento. Y ahora estaba haciendo honor a su fama.

Se encontraba en lo alto de una tapia, detrs de un edificio, y se aferr al tejado de un garaje para saltar otra tapia. Era la zona ms poblada del barrio, y ya saba que no podra volver al hotel. Algo iba muy, muy mal. Aunque no tena ni idea de qu. Llevaba una pistola corta enfundada en los vaqueros y, como no quera que lo pillaran con un arma encima, la arroj en un contenedor de basura, y luego enfil un callejn que quedaba detrs de otro edificio. Se limit a seguir corriendo, pensando que los haba despistado, hasta que top con otra tapia y, de repente, una mano se alz por detrs de l y lo agarr por el cuello como una tenaza. Nunca lo haban agarrado con tanta fuerza, y se alegr muchsimo de haberse deshecho de la pistola. Ahora solo tena que librarse del polica. Clav el codo en las costillas de quien lo estaba sujetando, pero solo sirvi para que este hiciera ms fuerza y estrujara el cogote de Luke. Casi al instante, se mare y cay al suelo a pesar de su imponente constitucin. El polica saba bien dnde tena que apretar. Propin un sonoro puntapi a Luke en la espalda, y l dio un grito con los dientes apretados.

Hijo de puta reneg Luke, intentando sujetar a su agresor por las piernas.

El polica cay y ambos rodaron por el suelo. El agente lo inmoviliz en cuestin de segundos; era ms joven que Luke, estaba en mejor forma fsica y llevaba meses esperando deleitarse con su compaa. Lo haba seguido por todo Estados Unidos, y ya haba estado en su habitacin del hotel dos veces esa semana y una la anterior. Charlie McAvoy conoca a Luke Quentin mejor que a su propio hermano. Haca casi un ao que haba obtenido un permiso especial para apresarlo, y tena muy claro que iba a atraparlo aunque muriera en el intento; as que, ahora que por fin le haba echado el guante, no pensaba dejarlo escapar. Charlie se puso de rodillas y estamp la cara de Luke contra el suelo. La nariz le sangraba profusamente al levantar la cabeza, justo cuando los otros dos agentes se acercaban a Charlie por detrs. Los tres iban de paisano, pero se adivinaba a la legua que eran policas.

Tranquilos, chicos, vamos a jugar limpio dijo Jack Jones, el jefe de los otros dos, y le entreg las esposas a Charlie. No lo mataremos antes de llegar a la comisara.

Los ojos de Charlie clamaban muerte. Jack Jones saba que su subordinado quera cargarse a Luke, y tambin saba por qu. Charlie se lo haba confesado una noche estando borracho. A la maana siguiente, Jack le haba prometido no contrselo a nadie, pero ahora era consciente de lo que le estaba ocurriendo; temblaba de rabia. A Jack no le gustaba que las venganzas personales se mezclaran con el trabajo. Si Luke mova un dedo para liberarse y escapar, Charlie le disparara. Y no procurara herirlo en un brazo o una pierna. Lo dejara seco en el sitio.

El tercer miembro del equipo avis por radio a un coche patrulla. El suyo estaba a varias manzanas, demasiada distancia para ir con Luke. No pensaban correr riesgos.

A Luke la sangre de la nariz le estaba empapando la camisa, pero ninguno de los agentes le ofreci nada para frenar la hemorragia. No tendran ninguna compasin con l. Jack le ley sus derechos, y Luke lo mir con arrogancia a pesar de la tremenda contusin. Tena la expresin hiertica, y unos ojos que captaron hasta el ltimo detalle de los tres policas sin revelar nada. Jack pens que era el cabrn ms insensible que haba conocido en su vida.

Os demandar por esto, hijos de perra. Creo que me habis roto la nariz los amenaz.

Charlie le lanz una mirada fulminante mientras los otros dos hombres lo empujaban hacia el coche. Lo metieron dentro a la fuerza e indicaron a los policas de los asientos delanteros que se encontraran en la comisara.

Los tres hombres guardaron silencio en el camino de vuelta hasta su coche, y cuando arrancaban Charlie mir a Jack y, a continuacin, se dej caer contra el respaldo, muy plido.

Qu se siente? pregunt Jack durante el trayecto. Ya es tuyo.

S respondi Charlie en voz baja. Ahora solo tenemos que demostrar lo que hizo y conseguir que lo condenen.

Cuando llegaron a la comisara, Luke estaba hecho un gallito. Tena todo el rostro y la camisa ensangrentados, pero, incluso esposado, se mostraba chulesco.

Qu piensas hacer, to? Culparme de un falso atraco, o de haberle robado el bolso a una ancianita? ri Luke en la cara de Charlie.

Fchalo le dijo Charlie a Jack, y se alej.

Saba que le creeran, llevaba demasiado tiempo detrs de l y por fin le haba echado el guante. Era pura cuestin de suerte que Quentin hubiera acabado otra vez en Nueva York. Cosas de la Providencia. Del destino. Charlie estaba contento de haberlo pillado en la ciudad. All tena ms contactos, y le gustaba el fiscal con el que trabajaban. Era un tipo duro de Chicago, ms partidario de empapelar a los delincuentes que la mayora de sus colegas. A Joe McCarthy, el fiscal, le daba igual lo llenas que estuvieran las crceles, no estaba dispuesto a soltar a un sospechoso. Y si conseguan demostrar todo lo que Charlie esperaba sobre Luke Quentin, sera el juicio del ao. Se preguntaba a quin iba a asignar el caso McCarthy. Ojal fuera uno de los buenos.

Veamos, y con qu muerto vais a cargarme esta vez? pregunt Luke, rindose en la cara de Jack mientras un novato le pona los grilletes y se lo llevaba. Haber robado en una tienda? Haber cruzado con el semforo en rojo?

No exactamente, Quentin respondi Jack con frialdad. Violacin y homicidio en primer grado, ms bien. Cuatro cargos de cada hasta el momento. Quieres contarnos algo sobre ello? lo provoc Jack arqueando una ceja, y Luke volvi a echarse a rer y sacudi la cabeza.

Hijos de puta. Sabis que no colar. Qu os pasa? Tenis un montn de crmenes que no sabis resolver y habis decidido endosrmelos todos a m? A Luke se le vea tan tranquilo, casi pareca estar pasndoselo bien, pero sus ojos eran de acero y tenan un azul de matiz malvolo.

A Jack no lo engaaban sus bravatas. Luke era muy ladino. Tena pruebas que lo acusaban de dos asesinatos y estaban casi seguros de que haba cometido otros dos. Y, si estaba en lo cierto, Luke Quentin haba matado a unas doce mujeres en dos aos, tal vez a ms. Estaban esperando resultados concluyentes del anlisis de ADN que haban hecho con la tierra de la suela de las zapatillas que Charlie haba recogido de la alfombra de la habitacin del hotel de Quentin. Si conseguan cuadrarlos, tal como Charlie esperaba, Quentin habra pisado la calle por ltima vez en su vida.

Menuda cagada musit Luke cuando se lo llevaban. Sabis que no colar. Estis dando palos de ciego. Tengo una coartada para cada noche, apenas he salido del hotel en dos semanas, he estado enfermo.

S, s, pens Jack para s; muy enfermo. Todos los tipos como l lo estaban. Eran socipatas que se cargaban a sus vctimas sin pestaear, arrojaban el cadver en el primer agujero que encontraban y se iban a comer tan tranquilos. Luke Quentin era atractivo y daba la impresin de tener mucha labia. Pareca el galn perfecto para engatusar a una joven inocente y llevarla a algn lugar apartado donde pudiera violarla y matarla despus. Jack haba visto a otros tipos como l, aunque si lo que contaban de este resultaba ser cierto, era uno de los peores. O, por lo menos, el peor que haban pillado en aos. Jack saba que se hablara mucho del caso, y deban cuidar todos los detalles si no queran que acabaran declarando nulo el juicio por alguna chorrada. Charlie tambin lo saba, y por eso le haba pedido a Jack que hiciera el papeleo. Despus de que se llevaran a Luke para registrarlo y hacerle las fotos de archivo, Jack en persona telefone al fiscal.

Ya lo tenemos le comunic, orgulloso. Nuestras sospechas eran ciertas, y nos ha sonredo la suerte. Adems, Charlie McAvoy se ha lanzado a por l como un poseso y lo ha atrapado. Si hubiera tenido que ser yo quien lo persiguiera por todos esos callejones y saltara todas esas tapias, el tipo estara a medio camino de Brooklyn antes de que yo doblara la primera esquina.

Jack estaba en buena forma fsica, pero tena cuarenta y nueve aos y el fiscal y l siempre estaban bromeando con el sobrepeso. Tenan la misma edad. El fiscal lo felicit por su buen trabajo y se despidi hasta la maana siguiente. Quera reunirse con los agentes responsables de la detencin para decidir cmo manejar el asunto ante la prensa.

Cuando media hora ms tarde Jack sali de la comisara, Luke estaba entre rejas. Haban decidido encerrarlo solo. Al da siguiente por la tarde le tocaba comparecer ante el juez, y Jack saba que a esas horas ya tendran a toda la prensa encima. Detener a un hombre que haba asesinado a una docena de mujeres o ms en siete estados distintos era el bombazo del siglo. Como mnimo, pondra por las nubes el trabajo de la polica de Nueva York. El resto quedaba en manos de la fiscala, la acusacin y los agentes de investigacin asignados al caso.

Esa noche acompa a Charlie a su casa en coche. La jornada haba sido larga; se haban pasado toda la tarde vigilando el hotel. Vieron a Luke cuando sali, y Charlie quiso apresarlo de inmediato, pero Jack le orden que esperara. Estaban seguros de que volvera, puesto que no saba que andaban siguindole. Adems, en el hotel haba demasiada gente y Jack no quera que nadie resultara herido.

Al final, haban tenido suerte. Luke, no tanta.

Luke Quentin estaba sentado en la celda mirando a la pared, oyendo los sonidos de la crcel, tan familiares para l. En cierto sentido, se senta como en casa. Y saba que si perda el juicio, esta vez iba a pasarse encerrado el resto de sus das. Su semblante no mostraba nada mientras permaneca cabizbajo; luego se tumb en la litera y cerr los ojos. Pareca estar completamente en paz consigo mismo.

2

Corre! Corre! Corre! apremi Alexa Hamilton a su hija mientras le encajaba en la mano un paquete de cereales y un cartn de leche. Siento que el desayuno sea poco elaborado, pero llego tarde al trabajo.

Tuvo que esforzarse por tomar asiento y echar un vistazo al peridico en lugar de permanecer de pie dando golpecitos en el suelo con impaciencia. Savannah Beaumont, su hija de diecisiete aos, tena una melena muy rubia y kilomtrica que llevaba suelta, cubrindole la espalda, y una figura que desde los catorce le vala silbidos por la calle. Para su madre era lo ms importante del mundo. Alexa levant la vista del peridico con una sonrisa.

Te has pintado los labios. Hay alguien que te haga tiln en la escuela?

Savannah cursaba su ltimo ao en un prestigioso centro privado de Nueva York, y se estaba preparando para ingresar en Stanford, Brown, Princeton o Harvard. Su madre detestaba la idea de que se marchara a estudiar lejos de casa, pero la chica sacaba unas notas fantsticas y era tan inteligente como atractiva. Alexa tambin era ambas cosas, pero no se parecan. Ella era alta y delgada y tena el porte de una modelo, solo que con una cara an ms bonita y un aspecto an ms saludable. Llevaba el pelo recogido en un moo tirante y nunca se maquillaba para ir a trabajar. No senta la necesidad ni el deseo de captar la atencin de nadie con su fsico. Era ayudante del fiscal, tena treinta y nueve aos y a finales de ao cumplira cuarenta. En cuanto termin la carrera de derecho, ingres en la fiscala y llevaba siete aos trabajando all.

Me doy toda la prisa que puedo. Savannah sonri y la tranquiliz.

No vayas a atragantarte. Los criminales de Nueva York pueden esperar. La noche anterior haba recibido un mensaje de su jefe en el que la convocaba a una reunin por la maana; por eso tena tanta prisa. Claro que siempre poda contarle que se haba averiado el metro. Qu tal te fue anoche con la redaccin para Princeton? Pensaba ayudarte, pero me qued dormida. Podemos revisarla juntas por la tarde.

No podr ser. Savannah le dirigi una amplia sonrisa; era una chica guapsima. Formaba parte del equipo universitario de voleibol. He quedado con un amigo anunci mientras se llevaba a la boca la ltima cucharada de cereales, y su madre arque las cejas.

Hay algo que debera saber? O alguien a quien debera conocer?

De momento solo somos amigos. Salimos en grupo. Hay un partido en Riverdale que nos apetece ver a todos. No te preocupes por la redaccin, la terminar junto con las dems pruebas el fin de semana.

Solo tienes dos semanas para completar todas las pruebas de acceso la reprendi Alexa. Llevaba casi once aos educando sola a Savannah, desde que la nia tena seis. Ms vale que no pierdas el tiempo; esa gente no se andar con tonteras si se te pasa la fecha.

Entonces a lo mejor tengo que tomarme un ao sabtico antes de empezar la universidad la provoc Savannah.

Lo pasaban estupendamente juntas y tenan una relacin muy estrecha. A la chica no le avergonzaba confesar a sus amigos que su madre era la mejor amiga que tena, y a ellos tambin les caa muy bien la mujer. Todos los aos, Alexa se llevaba a un puado de estudiantes a la fiscala para que les sirviera de orientacin a la hora de elegir la especialidad que queran cursar. Pero Savannah no deseaba estudiar derecho. Quera ser periodista o psicloga, an no haba terminado de decidirlo, y tena los dos primeros aos de carrera de margen para hacerlo.

Pues si t te tomas un ao sabtico, a lo mejor yo tambin. Este ltimo mes no he visto ms que casos cutres. Las vacaciones hacen aflorar lo peor de cada cual. Creo que desde Accin de Gracias me han tocado todas las amas de casa de Park Avenue que se dedican a choricear en las tiendas se quej Alexa cuando salan juntas de casa y entraban en el ascensor.

Savannah saba que en octubre su madre haba trabajado en el caso de un peligroso violador y haba conseguido que lo encerraran de por vida. El tipo haba arrojado cido en la cara de la vctima. Pero desde entonces todos los casos eran muy aburridos.

Por qu no hacemos un viaje en junio, cuando acabe la escuela? Por cierto, pap me llevar a esquiar a Vermont una semana dijo Savannah en tono jovial mientras el ascensor bajaba.

Evit mirar a su madre a los ojos, detestaba la expresin que vea en ellos siempre que mencionaba a su padre. Era una mezcla de resentimiento y enfado, aun al cabo de tantos aos; once, casi. Ese era el nico momento en que Savannah vea a su madre cargada de rencor, aunque nunca haba hecho ningn comentario claramente ofensivo delante de ella.

Savannah no recordaba gran cosa del divorcio, pero saba que su madre lo haba pasado mal. Su padre era originario de Charleston, en Carolina del Sur, y hasta aquel momento la familia haba vivido all. Despus, su madre y ella se haban trasladado a Nueva York. Savannah no haba vuelto a Charleston en todos aquellos aos, y en realidad ya no recordaba la ciudad. Su padre iba a verla a Nueva York dos o tres veces al ao, y siempre que poda la llevaba de viaje, aunque su agenda sufra muchas variaciones. A Savannah le encantaba pasar tiempo con l, e intentaba no sentir que estaba traicionando a su madre cuando lo haca. Sus padres se comunicaban por correo electrnico, y desde que vivan separados no haban vuelto a hablar en persona. Para el gusto de Savannah, aquello se pareca demasiado a Los ngeles de Charlie, pero as eran las cosas y saba que no iban a cambiar. Eso significaba que su padre no asistira a la ceremonia de graduacin del instituto. Savannah esperaba que las cosas cambiaran entre los dos durante los cuatro aos de universidad que tena por delante. Pero, dejando aparte la animadversin que sentan el uno por el otro, su madre era estupenda.

Ya sabes que puede que lo anule en el ltimo momento, no? dijo Alexa con aire irritado. Odiaba que Tom defraudara a su hija, y lo haca a menudo. Savannah siempre lo perdonaba, pero Alexa no. Detestaba cmo era y todo lo que haca.

Mam la amonest Savannah, casi como si fuera la madre en lugar de la hija. Ya sabes que no me gusta que digas eso. No puede evitarlo, est muy ocupado.

En qu?, tena ganas de preguntar Alexa, pero no lo hizo. Celebrando comilonas en el club? Jugando al golf? Visitando a su madre entre reunin y reunin de las Hijas Unidas de la Confederacin? Alexa apret los labios en el momento en que el ascensor se detena y las dos salan al vestbulo.

Lo siento se disculp con un suspiro, y bes a su hija.

Ahora a los diecisiete aos no era tan duro, pero recordaba lo mucho que se indignaba cuando Savannah era pequea y sus grandes ojos azules se llenaban de lgrimas a pesar de lo mucho que se esforzaba por hacerse la valiente porque su padre le haba dado plantn. A Alexa se le parta el corazn, pero ahora Savannah tena ms recursos y lo llevaba mejor. Y casi siempre disculpaba a su padre hiciera lo que hiciese.

Si cambia de planes, podemos pasar un fin de semana en Miami, o ir a esquiar. Ya organizaremos algo.

No har falta. Me ha prometido que esta vez no fallar asegur Savannah.

Alexa asinti; se dieron un breve beso de despedida tras el cual la chica sali corriendo hacia la parada del autobs y Alexa se adentr en la glida maana rumbo a la estacin de metro. En la calle haca un fro que pelaba, y pareca que iba a nevar de un momento a otro. Alexa era bastante ms friolera que Savannah, y despus de un lento viaje en metro, lleg al trabajo helada hasta los huesos.

Vio a Jack, el detective, y a uno de sus jvenes ayudantes que llegaban al despacho de Joe McCarthy justo en el momento en que ella se diriga hacia all a paso ligero.

Hoy toca reunin a primera hora? pregunt Jack.

Durante los ltimos siete aos haban trabajado en bastantes ocasiones codo con codo, y no le habra importado pedirle una cita porque le gustaba mucho, aunque le pareca demasiado joven para l. Alexa conoca bien el terreno que pisaba y era muy sensata, y Jack saba que el fiscal la tena en muy buen concepto. Haba colaborado con ella en el importante caso de violacin de haca tres meses. El criminal haba ingresado en prisin; Alexa siempre lo consegua.

S, Joe me envi un mensaje anoche. Seguramente quiere que lo ponga al da de los dos casos penosos que me han asignado ltimamente. Me han tocado todos los chorizos de Nueva York dijo Alexa con una sonrisa.

Estupendo brome Jack, y le present a Charlie, que se limit a ofrecerle un saludo lacnico. Se le vea distrado, como si estuviera pensando en otra cosa. Han ido bien las vacaciones? le pregunt cuando llegaron al despacho del fiscal, y le pidi a Charlie que aguardara fuera.

Han sido tranquilas. Me cog una semana y la he pasado en casa con mi hija. Est haciendo las pruebas para solicitar una plaza en la universidad. Este es el ltimo ao que la tengo en casa dijo con tristeza, y l sonri.

Alexa hablaba de su hija a menudo. Jack estaba divorciado pero no tena hijos, y con gusto habra borrado de la cabeza a su ex mujer. Haca veinte aos que ella se haba casado con su amante, despus de haberlo engaado a l durante dos. Se le quitaron las ganas de volver a casarse, y sospechaba que a Alexa le ocurra algo parecido. No era ninguna amargada, pero solo pensaba en el trabajo. No conoca a nadie en todo el departamento de polica que hubiera salido con ella. Tena la impresin de que cinco aos atrs haba estado liada con uno de los ayudantes del fiscal del distrito, pero ella era muy reservada y no hablaba de su vida personal... a excepcin de su hija.

Alexa se haba fijado en que el polica que lo acompaaba era joven y pareca vehemente. Su expresin deca que se tomaba las cosas en serio, y eso la hizo sonrer. Le daba la impresin de que todos los policas jvenes tenan ese aspecto.

Jack y Alexa entraron en el despacho de Joe McCarthy al mismo tiempo, y dejaron a Charlie esperando en la puerta. El fiscal del distrito se alegr de verlos. Era un hombre bien parecido, de origen irlands, con una mata de pelo blanco que siempre llevaba un poco demasiado largo. Siempre deca que ya en la universidad tena el pelo blanco, pero le quedaba bien. Llevaba vaqueros, botas de cowboy, una chaqueta de tweed desgastada y una camisa de cuadros. Siempre vesta al estilo del Lejano Oeste, incluso en las reuniones con el alcalde.

Habis estado hablando por el camino? pregunt Joe mirando a Jack, y l neg con la cabeza. No se le habra ocurrido robarle la primicia al fiscal, no era tan tonto.

Tenemos algn caso nuevo? pregunt Alexa con inters.

S, supongo que conseguiremos aguantar un da ms sin que salga publicado en los peridicos, hasta que lo tengamos todo bien atado dijo l, tomando asiento. Seguramente esta tarde se filtrar la noticia, y entonces empezarn a estallar fuegos artificiales.

De qu se trata? A Alexa se le ilumin el rostro al preguntarlo. No sern ms chorizos, espero. Odio las vacaciones dijo con aire asqueado. No s por qu no les dan lo que quieren y sanseacab. A los contribuyentes les cuesta un milln de veces ms todo el proceso que dejarles que se lleven lo que les d la gana.

Me parece que en este caso los contribuyentes estarn encantados de pagar lo que cueste. Violacin y homicidio en primer grado. Por cuarta vez. Joe McCarthy sonri a Jack cuando lo dijo.

Por cuarta vez? pregunt Alexa, intrigada.

Se trata de un asesino en serie. De mujeres jvenes. Nos han dado el chivatazo. Al principio pareca una pista falsa, pero luego aparecieron los cuerpos y las piezas empezaron a encajar. Un pequeo equipo operativo lo ha estado siguiendo por varios estados durante seis meses, pero no han conseguido pillarlo con las manos en la masa. Solo tenamos a las vctimas, y no haba forma de vincularlo con ellas. El sopln nos avis desde la crcel, pero las pruebas que tena eran de haca ms de un ao. Supongo que el tipo le toc los huevos a alguien en chirona y por eso nos avisaron. Tiene mucha sangre fra. Hasta la semana pasada no dispusimos de pruebas concluyentes, pero ahora podemos acusarle con bastante seguridad de dos asesinatos, y probablemente tambin de otros dos. Intentaremos que lo procesen por los cuatro. Es nuestro trabajo dijo tanto a Jack como a Alexa, que lo escuchaban con inters.

Entonces mencion que Charlie McAvoy, el polica que aguardaba en la puerta, era del equipo operativo que haba seguido al criminal por todo el pas. Segn McAvoy, el sospechoso haba cruzado la frontera de varios estados, por lo que el asunto pas a manos del FBI, pero la noche anterior Jack y Charlie haban conseguido echarle el guante.

Las cuatro vctimas eran de Nueva York, as que el caso es nuestro explic.

Cmo se llama? quiso saber Alexa. Lo conocemos de otras veces? Nunca olvidaba una cara ni un nombre; no le haba ocurrido jams hasta la fecha.

Luke Quentin. Sali de la prisin de Attica hace dos aos. Haba cometido algunos robos en el norte del estado. Hasta ahora no lo habamos tenido en nuestro tribunal, y nunca lo han procesado por nada similar. Al parecer, le cont a alguien de Attica que le gustaban las pelculas snuff y que disfrutaba viendo morir a las mujeres durante el acto sexual, y se ve que al salir decidi probarlo de primera mano. El to da bastante miedo. Entonces sonri a Alexa. Es nuestro hombre.

Alexa abri los ojos y le devolvi la sonrisa. Los casos difciles le hacan hervir la sangre, y disfrutaba poniendo a buen recaudo a la escoria que mereca ser desterrada de la sociedad. Pero nunca se haba enfrentado a nada igual. Cuatro cargos por violacin y asesinato en primer grado eran palabras mayores.

Gracias, Joe. Saba que le mostraba una deferencia asignndole el caso.

Te lo mereces. Eres muy buena en tu trabajo y nunca me has hecho quedar mal. Este caso nos valdr muy buena prensa, pero tenemos que andarnos con pies de plomo. No me gustara que declararan el juicio nulo por alguna cagada nuestra. El equipo operativo est trabajando para recoger datos en los otros estados por los que se ha movido. Si el tipo es quien creemos que es, lleva dos aos matando compulsivamente. Su modus operandi es siempre parecido. Primero las vctimas desaparecen como por arte de magia. Luego encontramos los cadveres pero no hay forma de vincularlos con l. La semana pasada dimos con dos, y tuvimos suerte. McAvoy entr en la habitacin del hotel donde se alojaba Quentin y recogi un poco de tierra que haba dejado el detenido al pisar la alfombra con las zapatillas. Contiene trazas de sangre seca, y ahora estamos esperando los resultados del anlisis de ADN. Para empezar, ya es algo. Hay dos vctimas ms que murieron exactamente de la misma forma. Las estrangularon mientras las estaban violando. Las dos han aparecido en East River, junto con dos hebras de alfombra que coinciden con la del hotel. Eso suma un total de cuatro vctimas. Os aseguro que no os vais a aburrir. Pienso poner a Jack al frente de la investigacin, y por lo dems el caso es tuyo dijo, mirando a Alexa. Tenemos que comparecer ante el juez a las cuatro.

Ser mejor que nos pongamos manos a la obra repuso Alexa, emocionada.

No vea la hora de salir del despacho y meterse de lleno en el caso. Quera asegurarse de los cargos que podan imputarle hasta la fecha, aunque siempre podan aadir ms despus, cuando dispusieran de ms informacin, de ms resultados de las pruebas forenses, o si aparecan ms cadveres mientras se investigaban los crmenes sin resolver. Todo cuanto deseaba era poner a Luke Quentin entre rejas. Para eso le pagaban los contribuyentes. Y le encantaba su trabajo.

Al cabo de unos minutos salieron del despacho despus de que el fiscal les deseara suerte. Se encontraron con Charlie, y Jack lo envi a averiguar cmo progresaban las pruebas del laboratorio forense y le pidi que volviera a reunirse con l despus. Charlie asinti y desapareci.

Es un chico muy callado coment Alexa.

Es muy bueno en su trabajo la tranquiliz l, y entonces decidi compartir con ella cierta informacin confidencial. Tiene mucho inters en este caso.

Por qu?

Si el tipo resulta ser quien creemos, mat a su hermana en Iowa hace un ao. Fue un crimen horrible, y despus de eso Charlie entr a formar parte del equipo operativo. Tuvo que trabajrselo mucho para que se lo permitieran, porque para l es una especie de venganza personal. Pero es muy buen polica, as que los convenci.

Eso no siempre es bueno opin Alexa, preocupada, mientras caminaban en direccin a su despacho. Si quiere ayudarnos, tendr que mantener la cabeza muy fra. No me gustara que por querer cargrselo malinterprete informacin o acte impulsivamente. Podra echarnos el caso por tierra.

No le gustaba nada lo que acababa de saber, deseaba que todo el trabajo que se hiciera en relacin con ese caso fuera impecable, para que nadie pudiera revocar el veredicto de culpabilidad. Estaba segura de que esa sera la sentencia. Alexa era implacable y meticulosa. Ambas cosas las haba aprendido de su madre, que tambin era abogada, y muy buena. Ella no se haba especializado en derecho hasta despus del divorcio. Cuando termin la universidad, se cas con el primer y nico hombre al que haba amado. Estaba locamente enamorada de l. Tom Beaumont era un apuesto sureo que haba estudiado en la Universidad de Virginia y trabajaba, por decir algo, en la oficina bancaria que su padre diriga en Charleston, donde el espritu de la Confederacin se mantena muy vivo, en parte gracias al trabajo de las Hijas Unidas de la Confederacin, que tenan en la madre de Tom, una mujer de armas tomar, su presidenta local. Tom era un hombre divorciado con dos nios adorables que en aquella poca tenan siete y ocho aos. Alexa se prend de ellos al instante, y tambin de Tom y de todo lo relacionado con el Sur. Era el hombre ms encantador que haba conocido jams. l le llevaba seis aos, y para gran alegra de ambos Alexa se qued embarazada la misma noche de bodas, o tal vez el da anterior. Todo fue idlico durante siete aos, ella era la mujer ms feliz sobre la faz de la Tierra y la esposa perfecta; hasta que Luisa, la ex mujer de Tom, regres despus de que el hombre por quien lo haba abandonado muriera en un accidente de coche en Dallas. Hubo entonces otra guerra civil, solo que esa vez perdi el Norte y gan Luisa. La madre de Tom result ser la mayor aliada de su ex mujer, as que Alexa no tena ninguna posibilidad. Y para que no pudiera romperse el acuerdo, Luisa se qued embarazada en una de las escapadas de Tom, a quien tena igual de encandilado que cuando se conocieron en la universidad. La madre de Tom le hizo ver con claridad cul era su deber, no solo respecto a la Confederacin sino tambin a la mujer que llevaba a su hijo en el vientre, la madre de sus hombrecitos. Tom se debata entre las dos, y mientras se decida empez a beber ms de la cuenta. Pero Luisa era la madre de tres de sus hijos, mientras que con Alexa solo tena una hija. La madre de Tom no paraba de recordrselo, y al final lo convenci de que ella nunca haba encajado en su forma de vida.

Todo sucedi como en una pelcula muy mala; fue una pesadilla hecha realidad. En la ciudad no se hablaba de otra cosa que del desliz de Tom con su primera mujer. l se excus diciendo que no le quedaba ms remedio que divorciarse de ella y casarse con Luisa. No poda permitir que su hijo fuera ilegtimo, verdad? Le prometi que lo arreglara en cuanto Luisa tuviera al beb, pero para entonces ella ya haba vuelto a coger las riendas de su vida y daba la impresin de que todo el mundo, incluido Tom, haba olvidado que exista otra mujer, y otra hija. Alexa se esforz todo lo posible para hacerlo entrar en razn y convencerlo de que estaba cometiendo una locura, pero no consigui que las aguas volvieran a su cauce. Tom estaba muy decidido e insista en que, por el bien del beb, no tena otra opcin que casarse con Luisa. No atenda a ms razones.

Alexa se march de Charleston con la sensacin de que le haban arrancado el corazn. Mientras haca las maletas, Luisa ya se estaba instalando en la casa. Se march con Savannah y su corazn hecho pedazos, regres a Nueva York y estuvo un ao viviendo con su madre. Durante esa poca se solucion todo lo relativo al divorcio, y luego Tom no supo cmo explicarle que le pareca ms adecuado dejar las cosas tal como estaban. Era lo mejor para Luisa, y para su madre, y tambin para la pequea a la que Luisa haba dado a luz. Alexa y Savannah quedaron desterradas; haban regresado al Norte, era all donde deban estar como buenas yanquis.

Luisa le prohibi a Tom que recibiera a Savannah en Charleston, ni siquiera le permita que la nia fuera de visita. Volva a ejercer un completo control sobre su vida. Tom se desplazaba a Nueva York para ver a su hija unas cuantas veces al ao, normalmente cuando le coincida con algn viaje de trabajo. Alexa estuvo un tiempo escribindose con sus hijastros, que ya tenan catorce y quince aos cuando ella se march, y sigui preocupndose por ambos. Pero no eran hijos suyos, y en sus cartas perciba cmo se debatan entre las dos madres. En cuestin de seis meses, sus noticias empezaron a escasear, y ella no hizo nada por cambiar la situacin. Empez a asistir a la facultad de derecho y trat de apartarlos a todos de su corazn. Excepto a su hija. Le costaba mucho no hacerla partcipe de su indignacin, pero se esforzaba por ello; aun as, la pequea de seis aos notaba lo dolida que estaba su madre. Su padre se comportaba como un autntico prncipe azul cada vez que iba a visitarla, y le enviaba unos regalos preciosos. Pero al final la propia Savannah se dio cuenta de que no encajaba en su vida. No lo culpaba por ello, pero a veces eso la entristeca. Le encantaba pasar tiempo con l. A su lado la diversin estaba asegurada. Las visitas que le haca en Nueva York no daban tanto de s como para que se pusiera de manifiesto la tremenda falta de carcter que lo haba hecho acabar de nuevo en las garras de Luisa. Lo nico que saltaba a la vista era lo guapo, divertido, amable y encantador que resultaba. Se trataba del perfecto caballero sureo con aire de estrella de cine. Y Savannah se trag el anzuelo, tal como le haba ocurrido a Alexa.

Tiene la sangre de horchata se quejaba Alexa a su madre cuando Savannah no estaba delante. El hombre sin agallas. No haba una pelcula que se llamaba as? La pobre no tiene padre!

Su madre lo senta por ella, pero le aconsejaba que no deba mostrarse resentida; no le haca ningn bien a nadie, y era peor para la nia, se lamentaba Alexa.

T tampoco lo tuviste le record su madre con sentido prctico.

El padre de Alexa haba muerto de un ataque al corazn durante un partido de tenis cuando ella tena cinco aos, por culpa de una anomala congnita de la que nadie saba ni sospechaba nada. Su madre haba actuado con mucha valenta y haba ingresado en la facultad de derecho, como hizo ms tarde Alexa. Pero no haba nada que pudiera sustituir a un buen marido como el que Alexa crea tener y luego descubri que no tena.

Y mira qu bien has salido observ su madre.

Muriel Hamilton estaba muy orgullosa de su hija. Haba sabido superar la situacin y salir adelante, pero haba pagado un precio por ello, y ella se daba cuenta. Alexa llevaba puesta una dura coraza que nadie poda atravesar a excepcin de su hija, y su madre. Desde el divorcio haba tenido muy pocos novios: un compaero de la fiscala, uno de los miembros del grupo de investigacin con el que trabajaba y el hermano de una amiga de la universidad, y todos le haban durado muy poco. Casi siempre prefera quedarse en casa y dedicarse a cuidar de Savannah. De lo dems no le importaba nada excepto su trabajo, que le apasionaba.

Alexa se hizo una promesa al marcharse de Charleston. Nadie volvera a romperle nunca el corazn, porque nadie accedera a l. Lo haba encerrado en una cmara acorazada a la que solo permita que entrara su hija. Ningn hombre iba a volver a acercarse por all para hacerle dao. Alexa viva rodeada por una muralla de un kilmetro y medio de altura, y la nica que tena la llave de la puerta era Savannah. Su hija era la luz que iluminaba su vida, lo cual no constitua ningn secreto. Tena el despacho lleno de fotografas suyas, y pasaba todos los fines de semana y las horas libres con ella. Todas las noches las pasaba en casa. Lo duro vendra cuando en otoo Savannah se marchara para estudiar en la universidad. Alexa le haba sugerido discretamente que probara a ingresar en la Universidad de Nueva York o en la de Barnard, pero Savannah quera marcharse lejos. As que les quedaban nueve meses para vivir juntas y disfrutar de su compaa mutua. Alexa trataba de no pensar en lo que vendra despus. Notara un gran vaco en su vida. Savannah era todo cuanto tena, y todo cuanto quera.

Ley con detenimiento los informes que Jack le entreg sobre Luke Quentin, sus antecedentes penales y las listas de vctimas enviadas desde otros estados que pretendan atribuirle. Llevaban meses vigilndolo, y un polica de Ohio lo haba relacionado con uno de los crmenes, pero no dispona de pruebas lo bastante concluyentes para presentar cargos contra l aunque s para que la situacin resultara preocupante. No haba nada que lo demostrara, pero estaba en el lugar preciso en el momento preciso, y eso haba ocurrido ya en varias ocasiones. El asesinato que tuvo lugar en Ohio fue el primero que les hizo pensar que Luke Quentin era su hombre. Pero no tenan bastante material para encerrarlo. Aquella vez lo haban detenido para interrogarlo, y de nuevo por un caso ocurrido en Pennsylvania con el que haba resultado no tener relacin. Y l se rea en su cara. Tan solo haca dos semanas que Charlie McAvoy tena la certeza de que haba sido l cuando encontraron los cadveres de dos mujeres jvenes y luego sacaron otros dos del ro. La descripcin de las vctimas encajaba exactamente con el tipo de Quentin, y todas haban muerto de la misma manera, violadas y estranguladas. No haba ninguna otra evidencia de maltrato. No les clavaba cuchillos ni les daba palizas. Las violaba y las asesinaba durante el acto sexual. Las nicas heridas que presentaban las vctimas, aparte de las seales del cuello causadas por el estrangulamiento, eran los cortes y los rasguos que su agresor les haca al arrastrarlas para llevrselas cuando ya estaban muertas. Eso bastaba para obtener la sangre con la que en el laboratorio forense practicaran los anlisis de ADN.

Alexa revis los informes que haban recibido de otros estados desde que tuvo lugar la detencin la noche anterior. Estaban intentando comprobar la relacin de Quentin con una docena de vctimas. Las imgenes de las chicas asesinadas eran desgarradoras y se correspondan de forma asombrosa con la de la hermana de Charlie. Entre todo el material tambin haba una fotografa suya. Todas las vctimas tenan entre dieciocho y veinticinco aos, la mayora eran rubias y se parecan entre s. Se las vea de lo ms normal, o sea que podra haberle pasado a cualquiera. Y todas haban sido violadas antes de morir; las marcas del cuello indicaban que las haban estrangulado, haban muerto asfixiadas mientras el agresor las violaba, lo cual cuadraba con el supuesto deseo de Quentin de recrear las pelculas snuff y matar a las mujeres durante el acto sexual. Todas aquellas jvenes tenan padres y amigos que las queran, hermanos, novios o prometidos cuyas vidas haban cambiado para siempre con su muerte. Algunos de los cadveres seguan sin aparecer, pero muchos los haban encontrado. Algunas de las chicas solo haban desaparecido y nadie estaba seguro de si seguan vivas; pero el ordenador las clasificaba como posibles vctimas, y tenan el mismo aspecto que las otras. En total, incluyendo las que an no haban sido encontradas, eran diecinueve. De doce haban localizado los restos. Quedaban siete ms.

Luke Quentin tena una clara preferencia por un fsico determinado, si era el agresor. Si no, a quien lo fuera le gustaba matar a un tipo de mujer muy concreto: joven, rubia, guapa, normalmente alta y ms bien esbelta. Muchas eran modelos o ganadoras de concursos de belleza, el orgullo de su comunidad, chicas que tenan por delante una vida feliz y llena de xitos, hasta que se topaban con l. No se dedicaba a matar a mujeres que frecuentaban bares de mala muerte ni a prostitutas. El tipo arrasaba seleccionando a jvenes tpicamente americanas, y a su paso por varios estados haba dejado una estela de padres destrozados, perplejos y llenos de ira. Jack y Charlie, adems del resto de los miembros del grupo de investigacin y del equipo operativo, estaban convencidos de que era el asesino que buscaban. Ahora solo quedaba demostrarlo, y todo comenzaba por la sangre seca que haban encontrado en las pisadas de sus zapatos y en la alfombra del hotel. Era el primer golpe de suerte que les permita respirar; pero no podan fiarse. Un paso en falso a favor del criminal, un pequeo desliz, y todo el castillo de naipes poda venirse abajo y dejarlos sin su hombre.

Costaba creer que un solo hombre pudiera matar a tantas mujeres, pero as era. En el mundo haba gente muy enferma. El trabajo de Jack consista en encontrar a esa gente, y el de Alexa, meterlos entre rejas. Mientras miraba las fotografas se dijo que acabara con Luke Quentin, si era el asesino. En ese caso, Alexa sera implacable y no se detendra ante nada con tal de que lo condenaran.

A las familias de las chicas no les servira de mucho consuelo. Saba que en numerosos casos mostraban una indulgencia asombrosa y que incluso accedan a hablar con el asesino y le decan que lo perdonaban. Alexa no acertaba a comprenderlo, aunque haba sido testigo de ello a menudo. Estaba segura de que si a Savannah llegara a ocurrirle algo, ella nunca perdonara al agresor. No podra. Solo con planterselo se echaba a temblar.

Jack y ella acudieron temprano a la lectura de cargos, a las tres y media. Para entonces Alexa ya se haba ledo todos los informes pertinentes y conoca el historial de Luke Quentin. Lo observ cuando lo hicieron entrar en la sala con las esposas puestas y el mono naranja. Llevaba un calzado ligero de lona que le haban proporcionado en la prisin, ya que sus zapatillas iban a servir de prueba y estaban en el laboratorio forense para que las analizaran.

Alexa lo observ cruzar la sala. Era un hombre fuerte y corpulento, pero se mova con elegancia. Tena una arrogancia que le llam la atencin desde el primer momento. Y no saba por qu, pero en l se perciba un sutil erotismo. Comprenda que las chicas se sintieran atradas por l, o que le resultara fcil engaarlas con la excusa de ir a algn lugar tranquilo para hablar. No pareca peligroso; era sexy, guapo y atractivo, hasta que lo mirabas a los ojos y descubras su mirada glida. Eran los ojos de un hombre que no se detena ante nada. Al trabajar de fiscal, Alexa haba visto otras veces unos ojos as. Quentin charlaba con soltura con el abogado de oficio que le haban asignado; una mujer. Y Alexa vio que se rea. No pareca preocuparle en absoluto el hecho de encontrarse all, acusado de cuatro casos de violacin con asesinato. Asesinato en primer grado; premeditado; con intencin de matar. Iban a imputarle todos los cargos posibles, y si lo condenaban, Alexa pensaba pedirle al juez que las condenas fueran consecutivas. Se pasara en la crcel los siguientes cien aos como mnimo si de ella dependa; y esperaba que fuera as. Iba a ser un caso largo y complicado de demostrar ante un jurado si no se declaraba culpable, cosa que los tipos como l no solan hacer. Siempre negaban la evidencia, y no tenan nada que perder. Podan permitirse malgastar el tiempo y el dinero de los contribuyentes. En algunos casos incluso disfrutaban del espectculo que ofrecan a los medios de comunicacin. Luke Quentin no pareca molesto en absoluto, y mientras esperaban a que el juez entrara en la sala, se dio la vuelta despacio en la silla y clav los ojos en Alexa. Estaba inmovilizado por las esposas y los grilletes y tena a su lado a un guardia que lo custodiaba, y pareci atravesarla con la mirada como si fueran rayos X. Alexa not que un escalofro le recorra la espalda; resultaba aterrador mirar esos ojos. Al cabo de un momento desvi la mirada y le hizo un comentario a Jack, quien asinti. De repente, no le costaba nada creer que Quentin haba asesinado a diecinueve mujeres, tal vez a ms. Charlie McAvoy estaba sentado en la sala, y lo miraba como si quisiera matarlo. Haba visto el cadver de su hermana y lo que el asesino le haba hecho. Ahora solo esperaba que se hiciera justicia, y ningn castigo le parecera lo bastante duro.

Entonces entr el juez, y Alexa habl en nombre del estado de Nueva York y expuso los cargos que imputaban al acusado. El juez asenta mientras la escuchaba, y luego la abogada defensora habl por su cliente y dijo que se declaraba inocente de todos los cargos, lo cual era el procedimiento estndar. Significaba que el acusado no pensaba reconocer su culpabilidad ni intentara llegar a un acuerdo con el fiscal de momento, aunque tampoco se lo haban propuesto. Era demasiado pronto. No se haba hecho ningn intento por establecer una fianza, no con cuatro cargos por violacin con asesinato, y Alexa dijo que intentaran que el gran jurado encontrara causa suficiente para llevarlo a juicio. Al cabo de unos minutos, sacaron a Quentin de la sala por la puerta de acceso de los detenidos y lo devolvieron a la crcel. Justo antes de abandonar la sala, se volvi y mir de nuevo a Alexa. Le dirigi una sonrisa, y luego cruz la puerta que sujetaba otro guardia. Daba la impresin de que la estaba escrutando. Ella era mayor que l, y doblaba la edad de sus vctimas, sin embargo su mirada daba a entender que poda forzarla si quera. Alexa tuvo la impresin de que no haba mujer en el mundo que estuviera a salvo de ese hombre. Era una autntica amenaza para la sociedad y se haca el gallito de una forma escandalosa. Nada en l sugera que sintiera remordimientos, ni miedo, ni siquiera inquietud. Su aspecto era el de un tipo imponente que siempre tiene la sartn por el mango y puede hacer lo que le venga en gana, o eso era lo que quera aparentar.

En la sala del tribunal no haba periodistas porque an no estaban al corriente de lo que ocurra, pero Alexa saba que, en cuanto se supiera la noticia, todos los medios estaran pendientes del caso. Estaba intranquila. Se senta como si el tipo le hubiera puesto las manos encima, y tena ganas de pegarle. An la atenazaba esa sensacin cuando al cabo de una hora se puso el abrigo para salir de su despacho y subi a otra sala de justicia. An se estaba celebrando la vista, y la jueza reprenda desde el estrado a un hombre por no haber pagado la pensin alimenticia de sus hijos durante los ltimos seis meses. Lo amenazaba con meterlo entre rejas, y l prometi que satisfara la deuda sin dilacin. Era el Juzgado de Familia, donde todos los das salan a la luz unos cuantos dramas.

Alexa aguard a que se levantara la sesin y sigui a la jueza hasta su despacho. Llam a la puerta abierta y vio que se estaba despojando de la toga. Llevaba una falda negra y un jersey rojo, y era una mujer atractiva de unos sesenta aos. Sonri a Alexa de inmediato y se acerc a darle un abrazo.

Hola, corazn. Qu ests haciendo aqu? Alexa no haba ido por nada en particular, pero necesitaba verla despus de los nervios que haba pasado en la sala con Quentin.

Me han asignado un caso difcil, y acabo de salir de la lectura de cargos. El tipo da mucho miedo, me ha puesto los pelos de punta.

De qu va el caso? pregunt la jueza con inters.

Es un violador y un asesino en serie. Al parecer, ataca a mujeres jvenes, entre dieciocho y veinticinco aos. Ha habido diecinueve asesinatos que tenemos intencin de imputarle. Con cuatro lo tenemos casi todo atado, y tuvieron lugar aqu, en Nueva York. Espero que podamos demostrar su culpabilidad en el resto, pero an no lo s.

La jueza se estremeci escuchndola. En su escritorio haba un rtulo con el nombre de Muriel Hamilton. Era la madre de Alexa y la jueza del Juzgado de Familia.

Santo Dios. Me alegro de no tener casos as; me pondra enferma. Ya es bastante desagradable vrselas con tipos que no pagan la pensin de sus hijos pero, en cambio, se compran un Porsche. A uno lo obligu a vender el coche para volver a pagar la ayuda a su esposa. A veces los hombres son idiotas. Pero eso que dices suena fatal. A Muriel no le gustaba nada. Ni un pelo.

Solo con mirarlo, y aun sabiendo lo que voy a hacer con l, me da pavor reconoci Alexa.

No le habra confesado eso a nadie excepto a su madre. No sola reaccionar de esa manera con los acusados, pero las miradas arrogantes e invasoras de Quentin le haban producido una gran impresin.

Ten cuidado le advirti su madre.

No me quedar a solas con l, mam. Alexa le sonri.

Le encantaba que pudieran hablar de trabajo, entre otras cosas. Su madre le haba salvado la vida cuando regres de Charleston, pues haba sido idea suya que ingresara en la facultad de derecho; y, como casi siempre, haba acertado.

Lo traen a la sala del tribunal con las esposas y los grilletes puestos la tranquiliz, pero la mujer segua preocupada.

A veces esos tipos tienen amiguitos. Y como eres la fiscal, si consigues que se formule una resolucin de acusacin y lo llevas a juicio, descargar toda su ira contra ti. Siempre pensar que la culpa de que lo condenen es tuya. Y la prensa tambin se te comer viva con un caso as. Las dos saban que era cierto.

Parece que le d igual estar en la crcel. Adems, seguro que el tipo que tuvo que vender el Porsche tambin acab muy cabreado contigo. Hubo un par de casos difciles durante los cuales la madre de Alexa tuvo a un ayudante del sheriff en casa para protegerla. La mujer se ech a rer ante la observacin de su hija. Entonces Alexa tuvo una idea. Te apetece venir maana a cenar a casa?

Su madre la mir con cierta incomodidad.

No puedo. Tengo una cita.

No s qu voy a hacer con Savannah y contigo, no hay forma de competir con vosotras.

No. Pero tampoco lo intentas. Cundo fue la ltima vez que saliste con un hombre?

En la Edad de Piedra. La gente llevaba garrotes y se cubra con pieles, creo.

Alexa mir a su madre con pesar. Muriel siempre sacaba ese tema.

No me hace ninguna gracia. Tienes que salir ms; por lo menos queda para cenar con amigos.

Cuando sala de trabajar, Alexa se iba directa a casa para estar con su hija, y ah acababa la historia. Su madre estaba preocupada por ella.

Ahora no tengo tiempo de salir por ah. Debo prepararme el caso.

Siempre tienes a punto alguna excusa la reprendi Muriel. Detesto que te ocupes de casos as. Por qu no te buscas un trabajo decente? la provoc. Podras dedicarte al derecho tributario o patrimonial, o a la defensa de los animales, por ejemplo. No me acaba de gustar que te dediques a proceder contra asesinos en serie.

No me va a ocurrir nada malo repuso Alexa.

No necesitaba preguntar a su madre con quin haba quedado al da siguiente por la noche. Haca aos que se vea con el juez Schwartzman, desde que ella estudiaba en la universidad. Antes de eso, no sola salir. Estaba demasiado ocupada con el trabajo y con cuidar a su hija. Pero ahora Stanley Schwartzman y ella iban a menudo a cenar o al cine, y de vez en cuando pasaban el fin de semana fuera. Alexa saba que l sola quedarse a dormir en casa de su madre los sbados. Ninguno de los dos quera casarse, y llevaban varios aos funcionando de ese modo. l era un encanto de hombre, le llevaba cinco aos a Muriel y se estaba acercando a la edad de jubilacin, pero era muy activo y estaba en buena forma fsica. Tena dos hijas y un hijo mayores que Alexa, y a veces pasaban algn da de vacaciones todos juntos.

La madre de Alexa se puso el abrigo y salieron del juzgado las dos juntas. Estaba empezando a nevar, y compartieron un taxi en direccin al norte de la ciudad. Primero se baj Muriel, y luego el taxi continu el camino hasta el piso de Alexa. Tena muchas ganas de encontrarse con Savannah despus de un da tan largo y se llev una decepcin al ver que no estaba en casa. Por un segundo, le entr un escalofro al pensar en los hombres como Luke Quentin que andaban sueltos por el mundo; Savannah, a su edad, segua siendo muy inocente. Era un pensamiento horripilante, pero encendi la luz y lo apart de su mente. Contempl la sala, y entonces se dio cuenta de que eso era lo que le esperaba todos los das a partir del otoo: una casa vaca y a oscuras. Lo cierto era que no se le antojaba muy emocionante, por no decir algo peor. Mientras permaneca all plantada pensando en eso con desnimo, Savannah llam por telfono y la avis de que pronto estara en casa, y llevara a algunos amigos. No quera que su madre se preocupara. A Alexa eso le sirvi para recordar que todo iba bien. Luke Quentin segua entre rejas, donde deba estar. Y Savannah segua formando parte de su vida cotidiana. Exhal un breve suspiro de alivio, se sent en el sof y encendi el televisor. All estaba la noticia; en el telediario hablaban de la detencin de Luke Quentin. Y apareca una foto de Alexa al salir de la sala del tribunal despus de la lectura de cargos. Ni siquiera se haba fijado en que hubiera un fotgrafo. La noticia la presentaba como una ayudante del fiscal del distrito con gran experiencia y todo un historial de condenas en casos importantes. Al ver su imagen en televisin no se le ocurri pensar en otra cosa que en lo despeinada que iba. No era de extraar que llevara ms de un ao sin salir con ningn hombre, pens, y solt una carcajada mientras cambiaba de canal y volva a toparse con la misma imagen. El espectculo acababa de empezar.

3

Mientras Alexa aguardaba sola, sentada en una pequea sala en penumbra y observando a travs del cristal polarizado, Luke Quentin entr en la sala ms espaciosa del otro lado. Jack Jones y Charlie McAvoy lo esperaban sentados ante una mesa larga. El otro agente que haba participado en la detencin, Bill Neeley, tambin estaba presente, adems de otros dos policas a quienes Alexa conoca de vista pero no por el nombre. Haban asistido todos los implicados en la investigacin, y tambin algunos de los integrantes del equipo operativo que ms tarde se incorporara al proceso. De momento, el caso estaba en manos de los tres policas que haban practicado la detencin. Era lunes por la maana, y todos parecan revitalizados despus del fin de semana.

Quentin entr en la sala con las esposas y los grilletes puestos, igual que en la lectura de cargos, y aparentaba serenidad y un buen dominio de s mismo. En cuanto se hubo sentado, el guardia le quit las esposas y Luke mir a los hombres acomodados al otro lado de la mesa.

Alguien tiene un cigarrillo? pregunt con una sonrisa indolente. En las salas de interrogatorios ya no estaba permitido fumar, pero Jack pens que tal vez el tabaco resultara de ayuda para tranquilizar a Quentin, as que asinti y le acerc un paquete y una caja de cerillas.

Quentin encendi una rascndola con la ua del pulgar. Alexa oa con claridad todo lo que decan; permaneca atenta y tensa en la penumbra. Deseaba que el interrogatorio fuera bien. Quentin dio una larga calada al cigarrillo, exhal el humo despacio para formar una nube y se volvi hacia el lugar exacto donde estaba Alexa, como si intuyera su presencia, como si la percibiera y supiera sin lugar a dudas que se encontraba all. A travs del cristal polarizado, aquellos ojos del color del hielo buscaron los suyos, y esboz una sonrisa perversa dirigida a ella en particular. Estaba prcticamente convencido de que estaba all. La palabra que acudi a la mente de Alexa fue insolente. No estaba segura de lo que pretenda con aquella mirada, si era ms bien una caricia o una bofetada, pero a ella le sent como las dos cosas juntas. Se irgui en el asiento y sin pensarlo dos veces busc su paquete de cigarrillos. All no la vea nadie. Mientras observaba a Quentin con gran atencin, iba dando alguna que otra calada.

Dinos dnde has pasado los ltimos dos aos le pregunt Jack sin ningn tipo de inflexin en la voz. En qu ciudades, en qu estados.

Saban con exactitud los lugares que haba visitado durante los ltimos seis meses, y Jack quera averiguar si el sospechoso les deca la verdad. Lo hizo. Les solt una retahla de ciudades y pueblos de todos los estados por donde saban que se haba movido.

Qu hacas all?

Trabajar. Ver a tos que conoc en el trullo. Soy libre, puedo hacer lo que me d la gana contest impertinente.

Jack asinti para mostrar su conformidad. Saban que haba hecho de pen, que haba realizado trabajos de carga y descarga, y tambin que, en uno de los estados agrcolas, lo haban contratado de jornalero durante varias semanas. Su constitucin le supona una ventaja y siempre consegua encontrar trabajo. No obstante, por eso mismo sus vctimas tenan las de perder, y de hecho acababan perdiendo la vida. Eso tambin lo saban. La apariencia de Quentin era arrogante pero su conducta no denotaba agresividad, y no tenan noticia de que hubiera empleado la violencia mientras estuvo en la crcel ni antes de ingresar en ella. De l se deca que era pacfico, pero que si le buscaban las cosquillas acababan por encontrrselas. Una vez lo apualaron mientras trataba de separar a dos bandas rivales; sin embargo, que se supiera, no perteneca a ninguna; a l ms bien le gustaba ir por libre y cuidar de s mismo.

Saban que Quentin haca footing en la crcel. Frecuentaba la pista de atletismo, y todos los das corra en el patio. Cuando qued en libertad, sigui saliendo a correr. Lo haban visto varias veces entrenndose en parques, y all era donde haban encontrado a la mayora de las vctimas, aunque seguan sin poder vincularlas con l. No haba ningn testigo de los crmenes. El hecho de que Quentin hubiera ido a correr a los mismos parques donde haban aparecido los cadveres no significaba que fuera el autor de las muertes. Ninguna de las mujeres presentaba el mnimo resto de esperma, lo que implicaba que haba usado condn o que padeca algn tipo de trastorno sexual, y ese podra ser precisamente el mvil que lo impulsaba a violar. Quentin era brillante en lo que haca, si se trataba de l.

Se mostraba arrogante, pero no era jactancioso. Aguardaba a que le formularan las preguntas y solo daba la informacin imprescindible. Miraba a su interlocutor a los ojos, y de vez en cuando se volva hacia el cristal tras el cual Alexa lo observaba con expresin seria. Sin darse cuenta ya se haba ventilado media docena de cigarrillos.

Sabis que no lo hice yo dijo Quentin al cabo de un rato, rindose en la cara de Jack mientras lo miraba sin pestaear. Al volverse hacia l haba obsequiado a Charlie con un gesto desdeoso. Lo que pasa es que necesitis un cabeza de turco para quedar bien. Todo esto no es ms que una comedia de cara a la prensa.

Jack decidi prescindir de la cortesa al corresponder a la mirada de Quentin. Sus ojos no delataban nada, ni culpa ni miedo, ni siquiera preocupacin. Lo nico que observ en l fue desprecio. Luke se rea de ellos, los consideraba unos tontos. Ni siquiera haba empezado a sudar, tal como sola ocurrirles a los sospechosos, a pesar de que los focos eran muy potentes. Todos los policas presentes en la sala estaban sudando a mares; sin embargo, Quentin segua tan fresco. Claro que ellos iban vestidos con ropa de calle y chalecos antibalas, mientras que Luke llevaba un mono de tela fina y muy cmodo.

Encontramos sangre en las suelas de tus zapatillas dijo Jack con toda tranquilidad.

Y qu? Quentin aparentaba una indiferencia absoluta. Todos los das salgo a correr, y no voy mirando al suelo. Piso tierra, cacas de perro y excrementos humanos. Es posible que las tenga manchadas de sangre, pero las manos no. Y la ropa tampoco. Haban analizado todas sus pertenencias y solo haban encontrado sangre en las zapatillas. Caba la posibilidad de que estuviera diciendo la verdad, aunque era poco probable. No podis retenerme eternamente. Si eso es todo lo que tenis, no conseguiris probar nada. Lo sabis tan bien como yo. Tenis que esforzaros un poco ms. Estis de mierda hasta el cuello y lo sabis. Esta detencin no os llevar a ninguna parte.

Eso ya lo veremos, yo no cantara victoria tan pronto repuso Jack con una confianza que no acababa de sentir.

Necesitaban pruebas concluyentes para la acusacin. Las que tenan de momento les haban servido para detenerlo, pero no bastaban para condenarlo. Con un poco de suerte obtendran otras pruebas, solo necesitaban unos cuantos golpes de suerte ms. En el equipo haba hombres muy vlidos. Y a lo mejor reciban otro soplo, aunque Quentin no pareca de los que se iban de la lengua. Era mucho, muchsimo ms listo que eso. Pero sin duda los resultados forenses que estaban esperando lo comprometeran.

El interrogatorio dur varias horas. Le preguntaron dnde haba estado, qu haba hecho, a quines conoca y a quines le haban presentado, con qu mujeres haba salido y en qu hoteles se haba alojado. Result que haba visitado las ciudades donde haban asesinado a las vctimas, pero an no exista nada concluyente que lo vinculara con las otras chicas. Pendan de un fino hilo, aunque de momento no podan quejarse de cmo les estaba yendo, y contaban con que los anlisis de ADN del laboratorio forense les proporcionaran ms pruebas.

Tendris que demostrar un huevo de cosas, por mucho que me vieran corriendo en los mismos parques. De momento, la sangre y los cabellos bastaban como prueba, y todos lo saban; incluido Luke Quentin.

Durante el interrogatorio no mencionaron ni una vez su aficin por las pelculas snuff. No queran delatarse antes de tiempo. Esa maana le haban ofrecido la posibilidad de presentarse con su abogado de oficio, pero Quentin dijo que le daba igual. No tena miedo de la polica, y crea que los abogados de oficio solo servan para cubrir las apariencias porque todos eran jvenes e inexpertos y a la mayora de sus clientes acababan condenndolos de todos modos. Para l, el hecho de que fueran culpables no contaba. Y la abogada que le haban asignado no era mucho mejor. La chica llevaba un ao trabajando en la oficina del turno de oficio, pero a l le daba igual. Crea que no llegara a celebrarse el juicio y que tendran que soltarlo por falta de pruebas. No podran demostrar nada en absoluto, y la sangre que haban encontrado en sus zapatillas no bastara.

La sangre de las cuatro vctimas proceda de las heridas que se haban hecho al rascarse la piel contra el suelo mientras las violaban, o cuando se las llevaron a rastras, y una tena un corte en el brazo. Por la zona donde se haban producido las hemorragias no eran la causa de la muerte. Las chicas estaban desnudas cuando las violaron y las mataron, y as era como las haban encontrado. El asesino siempre les quitaba la ropa y no se molestaba en volver a vestirlas una vez estaban muertas. Las dos primeras haban aparecido en una zanja poco profunda del parque, y las haba descubierto un perro escarbando. A las otras dos las haban arrojado al ro, un mtodo ms arduo; pero el asesino logr cumplir su objetivo sin ser visto. En los otros estados se haban deshecho de las vctimas con igual falta de esmero. Algunas an no haban aparecido, pero casi seguro que estaban muertas. Un buen da salieron y no regresaron jams, y en casi todos los casos haban ido a correr al parque a primera hora de la maana o a ltima de la tarde.

Al parecer, el asesino tena preferencia por los parajes buclicos para sus citas. En una granja del Medio Oeste desapareci una chica de tan solo dieciocho aos. Sus padres decan que tena la mala costumbre de trasladarse a la ciudad haciendo autoestop; claro que conocan a todo el mundo en varios kilmetros a la redonda, o sea que por fuerza tena que haberla recogido un extrao. Aguardaron meses enteros; esperaban recibir noticias suyas y enterarse de que se haba fugado con algn apuesto joven; era una chica un poco alocada, pero encantadora. Nunca volvieron a saber de ella, y al cabo de los meses un bulldozer que remova tierras descubri su cadver. Haba muerto igual que las dems, violada y estrangulada.

Interrogaron a Quentin durante tres horas, y luego lo devolvieron a la celda. Sali de la sala tan tranquilo, sin siquiera volverse a mirar atrs. Tampoco mir en direccin a Alexa, que estaba tan agotada como los agentes y los detectives cuando todos se reunieron en su despacho para comentar la informacin recibida. No les haba servido de nada hablar con l, excepto para confirmar los lugares en los que haba estado, aunque ya lo saban de antemano, y para recopilar un montn de nombres que no significaban nada, tan solo designaban a las personas a quienes haba conocido, para quienes haba trabajado o con quienes haba salido a cenar o a tomar una copa. El tipo era consciente de lo que tena que hacer para no meterse en los, al menos en apariencia. Desde que haba salido de la crcel no haban vuelto a detenerlo. Segn su historial, no se haba visto mezclado en asuntos de drogas, a excepcin de los trapicheos con marihuana mientras estaba entre rejas. Le gustaban el tequila y el vino barato, pero eso les ocurra a todos los jvenes y no se dedicaban a violar ni estrangular a mujeres. Consumir alcohol de mala calidad no era ningn delito, y quienes conocan a Quentin decan que tena buen beber, no era ningn borrachuzo que fuera lindola por los bares. Era fro y calculador, se reservaba sus opiniones y cuidaba cada uno de sus movimientos. Y as era precisamente como se haba mostrado durante el interrogatorio.

No hemos sacado gran cosa dijo uno de los agentes ms jvenes con aire desalentado.

Tampoco lo esperaba respondi Jack con calma. El tipo es ms listo que todo eso. No va a cometer ningn desliz ni nos dar la pista que estamos esperando. Este caso tendremos que resolverlo a fuerza de arrimar el hombro y sudar tinta, igual que tuvieron que hacer los tres cerditos para construirse sus casas. No nos lo va a poner fcil. Tendremos que trabajrnoslo a pulso y rompernos los cuernos si queremos trincarlo.

A Alexa le hizo gracia la metfora y sonri mientras los otros agentes salan del despacho.

Bueno, t qu opinas? pregunt a Jack con franqueza cuando volvieron a quedarse solos. Los dos eran conscientes de que, hasta la fecha, a Quentin nunca lo haban condenado por delitos violentos. Sin embargo, tras la ltima temporada en la crcel haba cambiado su modus operandi y Alexa estaba convencida de que era el culpable de los crmenes, igual que el equipo operativo que lo haba seguido y observado durante meses.

Para serte sincero, creo que es l. El instinto me dice que ha matado a todas esas mujeres, tal vez a ms y an no lo sabemos. Pero creo que tendremos que trabajar duro para pillarlo. En mi opinin, es culpable. Todo cuanto nos queda es demostrarlo, y luego t podrs hacer tu trabajo.

Alexa asinti; estaba de acuerdo con l. An no podan apuntarse ningn tanto, pero deseaba pillar a ese tipo ms que nada en el mundo si es que era el culpable, y estaba convencida de que lo era. Tena el mismo presentimiento que Jack, pero Quentin era ms escurridizo que una canica untada con lubricante y les resultara difcil cazarlo. Presentaba todos los rasgos de un socipata, un hombre capaz de cometer crmenes atroces y responder con total indiferencia. Era obvio que no tena miedo ni remordimientos. Tal vez ms adelante s que los tendra.

Te apetece que comamos juntos? Te garantizo una digestin muy pesada ofreci Jack. Podemos comentar el caso, o hablar de otra cosa si lo prefieres. Yo an tengo que asimilar lo que nos ha dicho esta maana. A veces reacciono tarde y capto las cosas cuando vuelvo a darles vueltas. Hay cosas que parecen no significar nada pero que luego, tirando del hilo, te llevan a otras.

Por eso era bueno en su trabajo, se fijaba en todos los detalles, por mnimos que fueran, y al final siempre vala la pena. Haba salido airoso de todos los casos en los que haban trabajado juntos. l era el mejor investigador del departamento de polica, y ella era la mejor ayudante del fiscal.

Claro. Tengo que estar de vuelta a las dos para una reunin. Me preparo para presentarme ante el gran jurado.

El acto se celebraba al cabo de dos das, y Jack asistira con ella. Quera tenerlo todo a punto. A falta de pruebas ms contundentes que delataran a Quentin, sus argumentos para llevarlo a juicio tenan que estar mejor articulados y ser ms categricos. An no existan datos irrefutables. Pero Alexa era tan buena en lo que haca como l.

Cruzaron juntos la calle hasta el restaurante de comida rpida que todos odiaban pero que frecuentaba a diario. Alexa intentaba preparar comida en casa, pero casi siempre sala con demasiadas prisas y no le quedaba ms remedio que ayunar todo el da, llenar el estmago con porquera de las mquinas expendedoras o sacrificar su aparato digestivo acudiendo al restaurante de comida rpida. No vala nada, pero era el establecimiento ms cercano al edificio donde trabajaban. Todos coincidan en que para acudir all tenas que estar murindote de hambre o ser un suicida. La comida era pesada y grasienta, siempre te la servan o muy hecha o muy cruda hasta el punto de ser incomestible. Alexa trataba de pasar con una ensalada, que pareca lo menos arriesgado. A Jack le gustaban los platos abundantes y sola tomar la especialidad del da, que era mortal.

l pidi pastel de carne con pur de patatas y ella una ensalada Csar, que le sirvieron mustia y sin escurrir.

Dios, cunto odio esta comida mascull mientras atacaba el plato, y l sonri.

S, yo tambin. Por eso como aqu dos veces al da, a veces tres. Nunca tengo tiempo de ir a otro sitio.

Desde que se divorci aos atrs, Jack pasaba casi todas las horas del da en el trabajo, incluso los fines de semana. No tena nada ms que hacer y deca que le evitaba problemas. Alexa se aplicaba la misma teora.

Los dos trabajamos demasiado coment ella con una mueca ante la lechuga pasada que pareca recolectada haca varias semanas, y probablemente as era y la haban comprado por ser la ms barata.

Bueno, y qu ms te cuentas? Qu tal la vida amorosa? pregunt l en tono trivial.

Alexa le gustaba, siempre le haba gustado. Era inteligente, muy trabajadora, y estricta cuando tena que serlo; a veces rozaba la inflexibilidad, pero tambin era justa, y amable, y genuinamente bondadosa, adems de guapa. Le costaba encontrar algo de ella que no le gustara, a excepcin de que era demasiado delgada y no se esmeraba mucho con el pelo. Siempre lo llevaba recogido en un moo informal, aunque sospechaba que lo tena muy largo y que en la cama resultaba cautivador. Trat de apartar esa idea de la cabeza y recordarse que ella formaba parte de los hombres de su vida. Ese era el papel que haba adoptado, y no pareca querer otro tipo de relacin con l ni con nadie. Haba quedado muy escarmentada del matrimonio y de la traicin de su marido. En una ocasin le haba contado la historia a Jack; era incluso peor que la suya.

Imagino que ests bromeando, no? Ella sonri al responder a su pregunta. Quin tiene tiempo para el amor? Tengo una hija y un trabajo que requiere dedicacin completa. Con eso me basta.

Hay personas que consiguen encajar otras cosas. Incluso tienen citas, se enamoran y se casan; por lo menos, es lo que tengo entendido.

Seguro que se drogan repuso Alexa, apartando la ensalada. Ya haba comido bastante. Bueno, y qu opinas del caso que tenemos entre manos? Crees que lo hemos pillado?

Eso espero. Lo que est clarsimo es que voy a intentar trincarlo. La frialdad de ese to supera a la de los cadveres de sus vctimas. Lo creo capaz de matar a todo el que se le ponga por delante y sabe que va a salir indemne.

Qu te hace pensar eso?

Alexa estaba intrigada por su comentario y sus razonamientos le merecan toda la confianza, como siempre haba demostrado hasta la fecha. Rara vez se equivocaba, y probablemente esa no era ninguna excepcin.

En su historial no figuran crmenes, y, que sepamos, nunca haba asesinado a nadie hasta la ltima escabechina. Ahora ella estaba haciendo de abogado del diablo por los dos.

Eso solo significa que es muy bueno en lo que hace. No s por qu lo creo, pero he visto a otros tipos como l, y t tambin. Son fros como el hielo y estn muertos por dentro. Parecen mquinas, no tienen nada de humanos. Es el tpico socipata, y los socipatas suelen ser muy listos, igual que l. Son los tos ms peligrosos con los que te puedes topar. Acaban contigo en menos de lo que tardan en estrecharte la mano. Puede que de ms joven no hubiera matado a nadie, pero estoy convencido de que ahora s que lo ha hecho. A lo mejor se le cruzaron los cables la ltima vez que estuvo en la crcel. Me parece un enfermo mental y un cabrn retorcido, y nos va a hacer sudar tinta. Se ha cubierto muy bien las espaldas; an no s cmo hemos tenido la suerte de encontrar sangre en las zapatillas, los socipatas no suelen cometer errores as. A lo mejor se le han subido los humos, y seguro que no sabe que lo vigilbamos.

Era lo que se haba evidenciado durante el interrogatorio, y haban optado por no revelrselo. Se haban limitado a dejarlo hablar para ver qu les contaba.

Mierda. Espero que lo hayamos pillado dijo Alexa con fervor. No haba nada que deseara ms que ponerlo a buen recaudo.

Yo tambin convino l.

Me pongo enferma cada vez que veo las caras de esas chicas. Son todas guapas y muy jvenes. Se parecen a mi hija.

Al decirlo, un escalofro le recorri la espalda. No lo haba pensado hasta ese momento, pero era cierto. Savannah coincida a la perfeccin con el estereotipo del asesino. Por suerte, estaba entre rejas en lugar de andar suelto por el mundo. De momento.

Qu tal est Savannah, por cierto? pregunt Jack, cambiando de tema.

Crea conocerla bien gracias a las fotos que Alexa tena encima del escritorio, y un par de veces haban coincidido en el despacho. Era una chica muy guapa, igual que su madre.

Est haciendo solicitudes para entrar en la universidad. Quiere estudiar en Princeton, y me alegrar mucho si se queda en New Jersey. Tengo pavor de que la admitan en Stanford, no quiero que se marche tan lejos. Me sentira muy sola.

l asinti. Captaba en la expresin de Alexa que estaba verdaderamente triste. Siendo tan joven no debera haber sacrificado la vida entera por una hija.

A lo mejor necesitas darle unas cuantas vueltas al tema. An tienes tiempo de ponerle remedio.

Qu? Y eso me lo dices t, que trabajas tantas horas como yo? Puede que la ltima vez que sal con un hombre fuera en la Edad de Piedra, pero algo me dice que t abandonaste varios milenios antes.

l solt una carcajada al escuchar la respuesta.

Pues aprende de mi ejemplo. Es un error. Yo ya no llego a tiempo; a mis aos no convengo ni a las mujeres jvenes que quieren tener hijos, porque yo no quiero tenerlos, ni a las de mi edad, que estn resentidas y amargadas y odian a los hombres.

Y no hay un trmino medio?

Alexa se pregunt si tena razn. Ella misma estaba resentida con Tom, y con los hombres en general. Haba prometido que no volvera a confiar en un hombre, y no lo haba hecho; ni siquiera en los poqusimos con los que haba salido. Siempre se protega con muros de un kilmetro de altura.

No asegur Jack. Bueno, las putas. Pero soy demasiado agarrado para pagar por sexo.

Ante eso, los dos se echaron a rer, y luego l pag la comida de los dos y Alexa le dio las gracias.

No digas que no te llevo a los mejores sitios. Si es cierta la teora de que una cena exquisita garantiza un buen polvo, por esta comida seguro que me merezco una patada en cada espinilla. Qu tal se te ha quedado el estmago despus de esa ensalada? Ya tienes nuseas?

An no. Suelen empezar al cabo de media hora. Los chistes sobre ese restaurante proliferaban, y lo cierto era que el local haca buen honor a su fama e incluso la superaba. Todos los policas aseguraban que la comida que daban en la crcel era mejor que aquella, y probablemente tenan razn.

Entraron juntos en el edificio, y Jack dijo a Alexa que la mantendra informada de las ltimas averiguaciones sobre Quentin. La prensa demostraba un inters creciente por l, y todos estaban procurando extremar la prudencia en sus declaraciones. Algunos periodistas ya haban intentado entrevistar a Alexa, pero ella se haba negado. Todo eso lo dejaba para el fiscal del distrito.

Pas el resto de la tarde ocupada entre reuniones y la preparacin del material que iba a presentar al tribunal de acusacin, y sali del trabajo antes de lo habitual, a las seis. Su madre y el juez Schwartzman iban a ir a cenar a su casa y Savannah acababa de meter un pollo en el horno cuando ella lleg. La chica tena un aspecto fresco y atractivo. Esa tarde haba estado jugando al voleibol, y no caba en s de satisfaccin porque haban ganado al equipo del instituto rival. Siempre que poda, Alexa acuda a ver los partidos, pero no lo lograba tan a menudo como le habra gustado. Segua atnita por el parecido que haba entre su hija y las vctimas de Luke Quentin. Eso haca que la muerte de todas aquellas jvenes se le antojara mucho ms atroz.

Qu tal te va con el caso del asesino en serie? pregunt Savannah cuando las dos estaban en la cocina. Alexa preparaba una ensalada, y entre las dos acababan de poner a asar las patatas en el microondas. Estaba previsto que la madre de Alexa y Stanley Schwartzman llegaran al cabo de media hora y, mientras la cena terminaba de hacerse, ellas dos aprovecharon para charlar, como siempre.

Poco a poco vamos avanzando respondi Alexa. Dentro de dos das tengo que presentarme ante el gran jurado. Y a ti, qu tal te va con las solicitudes? Has preparado ms trabajos? Me gustara verlos antes de que los enves le record, aunque Savannah haca unas redacciones excelentes, y tanto sus notas como las puntuaciones de las pruebas de preingreso eran altas. Entrara donde ella quisiera. Alexa haba hecho un buen trabajo, Savannah era una chica brillante.

He acabado con Princeton y Brown. An me quedan Stanford y Harvard, pero no creo que entre en ninguna de las dos, exigen demasiado. George Washington tambin estara bien. Y Duke.

A Savannah an se le haca raro pensar en ir a la universidad; era como un sueo, pero estaba entusiasmada. No vea la hora de comentarlo con su padre cuando fueran a esquiar.

Alexa y Savannah charlaron mientras ponan la mesa y terminaban de preparar la cena, y entonces son el timbre. Eran Muriel y Stanley. A pesar de su edad, el hombre era guapo y de aire distinguido, transmita mucha energa. Era la apariencia que debera tener todo juez: serio y prudente, pero haca gala de un gran sentido del humor y luca cierto brillo en la mirada.

El pollo estaba delicioso, y todos hicieron ver que no notaban que las patatas haban pasado demasiado tiempo en el horno. Tuvieron una conversacin muy animada. Las mujeres, que representaban tres generaciones distintas, siempre lo pasaban muy bien juntas, y a Stanley le encantaba compartir su tiempo con ellas. Alexa le recordaba a sus propias hijas, y Savannah, a su nieta favorita, que tena su misma edad y estaba en Boulder, pasndoselo en grande. Hablaron de las pruebas de preingreso de Savannah, y tambin de un caso muy gracioso que haba llegado a odos de Stanley ltimamente: un hombre haba denunciado a un compaero de trabajo porque siempre le estornudaba encima y lo haca enfermar. La causa se haba sobresedo por no existir mala intencin ni daos demostrables, y no hubo indemnizacin por daos y perjuicios.

De vez en cuando uno se pregunta si todo el mundo se ha vuelto majareta dijo al tiempo que dejaba limpio el plato de helado. Qu tienes entre manos ahora, Alexa?

El caso del asesino en serie del que habla todo el mundo respondi Muriel en su lugar, y Stanley pareci impresionado.

Esos casos siempre son muy difciles, conllevan mucha carga emocional. A m me obsesionan durante meses.

Alexa asinti. A ella ya estaba empezando a ocurrirle. Conoca al detalle los rostros de las chicas asesinadas, y sus vidas. De quien menos saba por el momento era del acusado, cmo haba cometido los crmenes, cundo y dnde, y qu lo mova a hacerlo. Pero tarde o temprano conseguira enterarse. Siempre lo consegua.

Detesto que Alexa tenga casos as se quej su madre mientras llevaba los platos al fregadero y la ayudaba a cargar el lavavajillas.

Le encantaba cenar en casa de Alexa, siempre resultaba muy relajado. Y a Stanley le encantaba acompaarla. Se llevaban muy bien y les gustaban prcticamente las mismas cosas. No tanto para casarse a esas alturas, pero lo suficiente para pasar mucho tiempo juntos y hablar por telfono todos los das. A veces quedaban para comer en el despacho del uno o del otro.

Siempre me preocupa que los criminales sean demasiado peligrosos y tengan amiguitos igual de peligrosos fuera de la crcel.

Tienes indicios de algo as? pregunt Stanley con cierta preocupacin, pero Alexa neg con la cabeza.

No. Todo va bien.

Poco despus pusieron fin a la velada y Alexa y Savannah se retiraron cada una a su dormitorio. Antes de acostarse, Savannah estuvo hablando con sus amigos por telfono, y Alexa se enfrasc en sus informes hasta que cay rendida y se durmi vestida. Cuando su hija fue a darle las buenas noches, le quit los papeles de las manos con cuidado, la tap con una manta y apag la luz. Le ocurra muchas noches. Alexa se quedaba dormida as muy, muy a menudo, sobre todo cuando haba algn juicio en curso. Savannah le dio un beso y ella no se movi lo ms mnimo. Haba empezado a roncar suavemente cuando la chica cerr la puerta con una sonrisa.

4

Al da siguiente, despus de la cena con su madre, Alexa recibi buenas noticias sobre el caso. El ltimo informe de las pruebas de ADN, ms completo, determinaba sin lugar a dudas que la sangre seca incrustada en las zapatillas de Luke Quentin coincida con la de dos de las chicas muertas y, con igual seguridad, que los cabellos eran de otras dos. A Alexa la noticia le pareci un regalo del cielo porque as ya podan vincularlo con las cuatro vctimas. Ahora les tocaba demostrar cmo haban ido a parar all la sangre y los cabellos, sin embargo las pruebas que tenan eran contundentes, y llegaban justo a tiempo para presentarlas al gran jurado al da siguiente. Jack la llam para decrselo y Alexa recibi la noticia con expresin radiante. An faltaba realizar ms pruebas que aportaran datos definitivos, pero la informacin de que disponan era fidedigna. Luke Quentin estaba metido en serios aprietos. Y Alexa, como era debido, llam a su abogada defensora para informarla de las novedades, que no la dejaron nada contenta.

De verdad creis que podris demostrar su culpabilidad? pregunt la letrada. Alexa la conoca y le caa simptica, aunque an estaba muy verde.

S respondi Alexa en tono categrico.

No tenis mucho ms a lo que agarraros. En eso tena razn.

Tenemos a cuatro mujeres muertas y a un criminal que ya ha cumplido condena anteriormente, es reincidente y tiene sangre y cabello de las vctimas en las suelas de las zapatillas. Seguro que no fueron a parar all mientras coma tranquilamente en un McDonalds. l dice que debi de pisar la sangre mientras corra por el parque, pero es muy difcil que justo saliera a correr por los escenarios de los cuatro crmenes. Lo conseguiremos. Avsame si se decide a declararse culpable.

No lo creo respondi la abogada defensora en tono descontento.

No le apeteca nada llevar ese caso. El asesinato de cuatro jvenes recibira una gran reprobacin por parte de la opinin pblica, y por lo que haba observado hasta el momento, su cliente no tena ningn remordimiento y estaba muy seguro de s mismo. Al jurado se le atravesara en cuanto pusiera los pies en la sala. Ella solo poda jugar sus cartas lo mejor posible, pero las dos saban que tena muchas posibilidades de perder. Y Quentin no mostraba el mnimo inters en declararse culpable de los cargos. Si algo contaba en su favor era el tiempo, y arriesgaba mucho. De condenarlo, se pasara el resto de la vida en la crcel. No iba a servirles las cosas en bandeja. Al revs, iba a ponerles muchos obstculos en el proceso.

Gracias por mantenerme informada dijo la abogada defensora a Alexa; luego colgaron y volvieron cada una a su trabajo.

Como siempre, Alexa se prepar de forma impecable para la vista con el gran jurado. Se celebr en el juzgado de Manhattan, donde tena su despacho. Jack pas a recogerla por su casa por la maana y la acompa al centro en un coche de polica de incgnito. La vista era a puerta cerrada, y todo lo relativo a ella se mantuvo en el ms estricto secreto. Solo asistiran Alexa, como representante de la oficina del fiscal, Jack, como jefe de la investigacin, el acusado, su abogada y el gran jurado. La sesin determinara si existan suficientes pruebas para que el caso pasara a disposicin judicial. Alexa saba que dieciocho de los veintitrs miembros del gran jurado estaran presentes, dos ms de los necesarios para que se procesara al acusado. Y por lo menos doce tendran que votar a favor; obviamente, Alexa tena las esperanzas puestas en ello. Jack y ella no hablaron mucho durante el trayecto. Era temprano. Cuatro funcionarios custodiaran a Quentin hasta la sala del tribunal, por si trataba de escaparse. La abogada defensora se encontrara con l all. Haba tenido en sus manos la posibilidad de presentar una peticin para suspender la vista con el gran jurado, pero no lo haba hecho. Haba demasiadas pruebas en contra de su cliente para que la iniciativa prosperara.

Jack y Alexa subieron a toda prisa la escalinata del juzgado y entraron en la sala donde los esperaba el gran jurado a la vez que, por otra puerta, entraban Quentin y su custodia. Tanto el inspector como Alexa se haban visto en esas circunstancias otras muchas veces, y casi siempre obtenan buenos resultados. Era rarsimo que los miembros del gran jurado desestimaran procesar a un acusado a peticin de Alexa; prcticamente nunca le ocurra. Y toda la burocracia estaba en orden. No quera cometer ningn error de procedimiento co