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Sonia Ruiz, detective improvisada al borde de la quiebra, afronta aquí suprimer caso junto a su jovenamigoPauSoria.Su inquebrantable confianzamutua,queamenudoaparecevelada,serásuúnicabazaparaenfrentarsealsuciomundodelacosolaboralqueabordaestanovela.

Con esta obra, Lorenzo Silva yNoemí Trujillo superan clichés del género,apelandoallectorconunahistoriaurbanacontemporáneacontadaconcalorycrudeza…comounananadespiadada.«Nadasucio» reflejaque legalidadymoralidadsonhoymercancíassujetasacotizaciónvariableenunasociedaddonde sigue habiendo buenos ymalos, aunque cada vez resultamás difícildistinguirlos.

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LorenzoSilva&NoemíTrujillo

NadasucioDetectiveSoniaRuiz-1

ePubr1.0Titivillus27-11-2019

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Títulooriginal:NadasucioLorenzoSilva&NoemíTrujillo,2016Editordigital:TitivillusePubbaser2.1

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ParaRaymondT.Chandler,CharlesBukowskiyRobeIniesta,poetas

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Además,ereslimpio.Noeresungrasiento,Frank.¿Tienesideadeloqueesosignifica?

JamesM.Caín,

Elcarterosiemprellamadosveces

Megustaríairmedeaquítanlimpiocomollegué.

RaymondChandler,Loschantajistasnomatan

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Soniavolvíadeunaburridísimocursodegestióndenóminascuandoencontrólanota:«Memarcho,Sonia, te lopuedesquedar todo: lacasa,elcoche, lospeces.Estásinsoportabledesdequehasdejadodefumar».Sonia,conlanotaen lamano,miró el enormeacuario: nunca lehabíangustado lospuñeterospeces.Y ahora ella tenía que cuidar del pez diablo azul deKevin, del pezgloboconcaradeperro,delpezcirujano.Cojonudo.Paracolmodemales,lehabíancortadolalíneadeteléfonoporimpago.Habíatenidounproblemaconelconsumodedatos.Adiós,WhatsApp.Sequedabaoffline.Fueradelmundo.Sin teléfono, hoy día, estás muerto. Recordó la canción de Robe Iniesta,Locuratransitoria:«Semeteenmicabeza/seenciendedentro/unputorayoquenocesa».Soniapensóenlofácilqueesdescentrarse,aveces.

Entonceslodecidió.Yanoteníanadaqueperder.ConlamarchadeKevinya lo había perdido todo. Llevaba años buscando trabajo, sin éxito. Habíaechadomilochentaycuatrocurrículum,sabíalacifraexactaporqueloshabíacontado, para trabajar como auxiliar administrativa por menos (cada vezmenos) de mil euros en la recepción de hoteles, despachos de abogados,fábricas,almacenes,tiendasderopaytodotipodeempresas.Ynada.Alpaíslesobrabanadministrativos.DesdequeperdierasutrabajoenlaantiguaCajadeAhorrosdeMadrid,renombrada,quebradaeintervenidacasienelmismoacto,nohabíaconseguidorecolocarse.Ydeesohacíayacuatroaños.

Habíaconseguidoalgúntrabajoesporádico,nadadelotromundo,quenolehabíaservidoparamucho.Elmejor,comoasistentepersonaldeldetectiveprivadoMéndez.Fueelmásdivertidoylehizodarsecuentadelofácilquees,aveces,resolverlosproblemasdeotros.PeroaMéndez,queerabuentipoengeneral,legustabacontratarabecariasguapas,conbuenaspiernas,ynadiedurabaensudespachomásdedosmeses.Asíqueella,SoniaRuiz,tampocolohabíahecho.

Dos meses de contrato por obra y fuera, otra chica con buenapredisposición ocuparía su mesa barata de Ikea, le prepararía el café aMéndez y sería testigo de todos los chismes de su extraño trabajo. Una

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verdaderalástima.ASonialehabíagustadotrabajarconMéndez;mientraslohacía se dio cuenta de que teníamás aptitudes de las que creía, y hasta lehabíaayudadoaresolver,conéxito,varioscasos.

Lamayoríade los casosquehabía conocidoeneldespachodeMéndezhabían sido investigaciones sobre infidelidades. Un hombre o una mujerpreocupados acudían al despachodel detectivepara saber si su esposao sumarido le era infiel; Méndez los seguía y, a veces, pedía a Sonia que loacompañara.Casisiempreeranculpables.

Élsolíadecirlequenolegustabahacer«eltrabajodecampo»soloyqueellalecaíabienporquelerecordabaaladetectiveSonyaCross,miembrodeldepartamentodepolicíadeElPasoenlaseriedetelevisiónTheBridge.PorrecomendacióndeMéndez,que leprestó losDVDoriginales,Soniavio lasdostemporadasdeesaserie,conKevin,yambosbromeabansobrelacuriosacoincidencia de que ella también se llamara Sonia y que, además, llevaracomo apellido el mismo que el compañero accidental de Sonya Cross, eldetective Marco Ruiz, investigador de homicidios de la policía estatal deChihuahua.

PeroaunqueSonialecaíabienaMéndezyéllecaíabienaSonia,lacosanoduróporquenopodíadurar.Méndezerauntipolisto,buenconocedordelaleydelaofertaylademanda,ynopodíapagarlemuchotiempounsueldoaSonia,sabiendoque teníaamuchagentedispuestaahacersu trabajogratis,tansoloporampliarcurrículum.

Soniaestabacasisindinero,Kevinsiemprefueunmanirrotoydeprontorecaíansobreellamáscargasdelasquepodíaafrontar.Lahipotecadesupisode Getafe, la comunidad, la luz, el coche, los peces, vivir. ¡Es tanhorriblemente caro vivir! Kevin se había marchado y Sonia sabía que novolvería.Había ocurrido lo quemás temía desde lamuerte de su padre: sehabía quedado sola. Sufría una ansiedad terrible desde que había dejado defumar.Sepasabaeldíacomiendopistachosyhabíaengordadonuevekilos.Seveíaalbordedelabismo.

Yahora,encima,lasnochessola.¡Estandurodormirsola!Solaysinunjodido euro. Sola para todo. Sola con sus canciones de Robe. Solo lequedabanlasletrasdeExtremoduroylaenfermedaddesumadre.«Noséquéharíasinti,hija»,solíadecirleella,yaSonia,claro,selepartíaelcorazónalescucharlo. Esas eran exactamente sus palabras, todos los días y todas lasnoches, «No sé qué haría sin ti, hija». Lo decía siempre que ella le dabadinero,queeraconciertafrecuencia.

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Asíquenodudaríaenhacerloquetuvieraquehacer:sieranecesario,noleimportaba,incluso,viviralmargendelaley.Yaquenoencontrabatrabajo,se inventaría uno, ella siempre había sido una chica lista, eso le decía supadre,«chicalista»,yellalohabíademostrado.Laprimeradesupromoción,siemprelanúmerouno,yahora,asustreintaytresaños,noleservíanparanadatodassusmatrículasdehonor.Mierdadematrículasdehonor.Todalavida estudiando para nada. Una carrera de Filología y dosmásteres. Y sincurroporquenohabíatrabajadofuera,sinotrabajasenelextranjerounpardeañosnotequierenenningúnsitioporquepresumenquetuniveldeinglésespatético.YelniveldeinglésdeSoniaera,efectivamente,patético.

La marcha de Kevin lo precipitaba todo. Estaba sola con una hipotecadescomunal.Yapodríahaber sido igualdedescomunalelpisosobreelquerecaía, se dijo, con amargura, pero para su desgracia Sonia se habíaembarcado en su compra en la cima de la burbuja inmobiliaria, cuando elmetrocuadradodeextrarradiovalíacasiloqueelkilodeoro,alentadaporelespejismodeuntrabajoqueparecíaestableenlaCajadeAhorrosyqueacabóenunEREporquesudespidoeradelosmásbaratos.Peseatodo,dealgunamaneratendríaquepagarla.AsíqueSoniasedecidió.Ibaahacerlo.Noteníanadaqueperderporqueya lohabíaperdidotodo.Sumadreestabaenferma,muy enferma, y era un auténtico lío cuidar de ella. Se le iba la cabeza. Sequeríamudarsinparar.Untrasladotrasotro,asíhabíasidosuvidadesdequemuriósupadre:sumadrenosoportabavivirmásdedosmesesenlamismacasa.Habíaempeoradotodoconsumadreyellaerasuúnicahija:teníaqueatenderla.Serhijoesunaresponsabilidad,también.

Soniasolonecesitabaunaoportunidad,eratodoloquelepedíaalmundo,peroelmundonoparecíaquererdársela.Demodoqueselabuscaríaellaporsucuenta.Asísonlascosas.SilamontañanovaaMahoma,Mahomairáalamontaña. Eso solía decir siempre su difunto padre: que en esta vida solotienesaquelloporloquepeleas.

Invitóasuvecino,Pau,acenaresanoche.LamadredePau,Cristina,eraunacomercialdetelefoníamóvilquevivíadecongresoencongreso.Paueraun muchacho de veinte años, que tenía tatuados brazos y piernas, que noaprobabaunaasignaturadelacarreraniporcasualidad,yqueeraunnegadoparacasitodoloquenofueralainformática.Sellamabaasí,Pau,encatalán,porquesumadrehabíanacidoenBarcelonayapartedelguiñosentimentalasusorígenes,legustabamásPauquePablo,decía,porqueeramáscortoyleibaaahorrarmuchotiempodepapeleoenlavida.«¿Túsabescuántasvecesescribimosnuestronombredesdequeaprendemosaescribirlohastaqueyano

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podemoshacerlo?»,decíaCristina,yañadía,conese tonodeseguridadqueera la clave de su éxito y denotaba que lo tenía todo más que calculado:«Escribirtresenlugardecincoletrasesunahorroimpresionante».

Pauhabía incendiadodosveces lacocinadeCristinay,poresemotivo,cuandoCristinasemarchabadeviajevariosdías,aunodeesoscongresosalos que acudía para vender esas nuevas aplicaciones de telefonía que noscambiarán la vida y erradicarán de ella el esfuerzo y la infelicidad, Pau sequedaba con Sonia y ella le hacía de canguro, a cambio de unos cuantoseuros.Seentendíanbienlosdos.Loconocía,aPau,desdehacíaquinceaños,cuandovivíadealquilerconsufamiliaenelmismobloquedelbarriodelasMargaritasenelqueporentoncesvivíaSoniaconsufamilia.Desdeentonceslohabíacuidado,ycuandoquisocomprarseunpisoSonialoacabóbuscandoenelmismobloquenuevodelcercanobarriodeGetafeNorteenelquehabíacompradoelsuyolamadredePau.Asíeracomocontinuabansiendovecinos.

EldíaenelqueKevinsemarchódecasa,Soniadecidióquecomenzaríaunanuevaetapadesuvida,haciendoalgoquenuncahabíasospechadoquellegaría a hacer. No podía anunciarse de forma legal, porque ella no eradetectiveprivadonihabía estudiadopara serlo, y ademásnopensabapagarimpuestos. Estaba mal, ya lo sabía, pero sobrevivir está por encima de laética.Hay lealtaden la ilegalidad, también,por raroqueparezca.Buitrenocomealpiste,quediríaRobe.

NecesitabahastaelúltimoeuroquepudieraganarparalahipotecadesupisoenGetafe.AhoramaldecíaelmomentoenelquehabíadeseadocomprarunacasaconKevin,pensandoqueelamoreraalgoparatodalavida.Seguroquesisupadreviviera,lediríaquenadaesparatodalavidayqueporquésehabíaliadoconalguienquesellamabaKevin,perosupadrenovivía.YSoniale echaba de menos. Su madre no le diría nada, porque su madre habíaregresadoalainfancia,hablabasinparardelaprimeracasaquetuvieronenParla,dedondehacíamásdeveinteañosquesehabíanido,delcolegiodondeestudióSonia,delasamigasdelbarrio,delamadredeAntoñita,deporquéaSonianolainvitabannuncaaloscumpleañosdesusamigasdelinstituto.Esoerasumadre:unamenteenfermaancladaenelpasado.

Aquellanochefuecuandocomenzótodo,mientrasPaucomíamacarronesyveíaunepisodiodeBobEsponjaen la televisióndelcomedordesucasa.SonianuncaentendiócómoaPaupodíagustarleelmanga(eramuyfandelaserie Tokyo Ghoul) y, a la vez, Bob Esponja. Parecía dejarle narcotizado,comosifueraunniñodeseisaños.

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Sonia,mientraselpezpayasocampabaasusanchasporsuanémona, lepreguntóaPaucómoanunciarse«enelladooscurodelared»,allídondenoquedarastrodequiéneresydondesemuevenlosquetienenalgoqueocultar.Lopreguntómuyseria,comosituvieraladeterminaciónyelvalornecesariosparamoverse en ese entorno tenebroso, por donde campaban los seresmástorvosydesalmados.

Pau lamirócon ternura.No siempreestabade acuerdocon todo loquehacíaSonia,perolaapoyaba,nosabíanegarlenada.Aquellodeserdetectiveprivadoleparecióunalocura,pero,alfinyalcabo,quéeslavidasinounalocurapermanente.Sinresponderle,sacósuteléfonodelbolsilloehizoalgoquesabíaque relajaríaaSonia:buscó lacanciónCaballeroandante,nomedejéisasí,deExtremoduro,yescucharonlosdosensilencioaRobedeciresode:«Salgodecero,loprimeroelfríoyelcalor,luegomedejollevar…».Losdos,alfinal,se ibanadejar llevarporaquellaaventuradisparataday,comotantas otras cosas antes, lo iban a hacer juntos porque se fiaban el uno delotro.

Pau, por supuesto, encontró la solución que Sonia buscaba. Losordenadoressiempreselehabíandadobien,muchomejorquecualquierotracosa.Cuandoelanuncioestuvopuesto,coneltextoenigmáticoquelehabíadictado,SoniaapoyósucabezaenelhombrodePau.Estabaconvencidadequeelprimercasonotardaríaenllegar.

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—¿VasavenirconmigoaRomaono,Sonia?—lepreguntósuamigaEsthermientrasseestirabaenelsofádelcomedor.

—Nolosé,depende—contestóSonia,algoapática.—¿Dequé?—lepreguntósuamiga,abriendomucholosojos.—Desiconsigoquemepaguenuntrabajoqueestoyhaciendo.EsthermiróaSoniacondesconfianzaantesdedecirle:—¿En serio? ¿Sigues con ese jueguecito de hacerte pasar por detective

privado?—leespetó.—Noesningúnjueguecito,Esther,tengounaclienta,locreasono.Tardó

dosdíasenresponderalanuncioquemepusoPauenunawebclandestina.EsdeMadridytrabajaenLeganés.

—¡Ja!—Esthernosetomabaasuamigaenserio.—De verdad. Es cajera de un supermercado. Su jefe la acosa. Está tan

desesperada que pidió a un amigo informático que buscara a alguien quepudierasolucionarleelproblema,deformadiscreta,porlasbuenasoporlasmalas.Yasífuecomodioconmianuncio.

—¿Yquédemoniospusisteenelanuncio?Soniaseencogiódehombros.—Bueno, le copié algo el eslogan al señor Lobo, el de Pulp Fiction.

«InvestigacionesSR.Solucionoproblemas.Cualquierproblema».—Vaya,mecreoquepordespiste respondieraal anuncio—dijoEsther,

conexpresiónescéptica—.Pero¿yasabequedetrásdeInvestigacionesSRseesconde una treintañera abandonada y en paro sin la más mínimacualificaciónprofesionalpara«solucionarproblemas»?

Soniameneólacabeza.—Sabequesoyunatreintañera,porquemehavisto.Perocreoquelogré

inspirarleconfianza.Másconfianza,meparece,quesihubierasidouncabezarapadaconesvásticastatuadasenlosantebrazos.

—¿Deverdadcreesquetúpuedesayudarla?

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—Tengoqueconseguirqueesecerdoladejeenpaz.Medapenalachica—confesóSonia—.Sujefeesundepredador,unghoul.Nosésisabesloqueeseso,vienedeunafamosaseriedemanga…

—Ydaleconelmanga.¿Esquesololeéiseso?Quémalfuturotienenloslibros.Lanovelagráficasevaaacabarcomiendoelmercado.Yanadielee,con lo queme relaja amí leer. ¿Ypor qué no va a la poli tu clienta, si sepuedesaber?—preguntóEsther,ingenuamente.

—Porque no puede —dijo Sonia con aire misterioso y, después, sedefendió—:Queconstequeyosigoleyendo,sabihonda.

—¿Quéclasedepersonanopuedeiralapolicía,Sonia?—dijoEsther—.YsololeesaFoenkinos,parecequetehasenamoradodeél.

—Quizásí,esmiamorplatónico.Nopuedeiralapolicíaalguienquenoquieraqueseconozcansussecretos.

Esther volvió a mirar a su amiga. Estaba irreconocible, pero tuvo queadmitirquelegustabamásahora.Sineseairellorónde«noencuentrocurro,mevoyasuicidar,nomequedauneuroenelbanco».

—¿Y qué clase de secretos son esos, Sonia? Debes tener cuidado condónde te metes, tú no eres del oficio —dijo Esther en tono maternal,intentandohacerlereflexionar.

—Hetrabajadoconundetectiveprivado—sedefendióSonia.—Casigratis.Dosmeses.Yesonoteconvierteatienuno—dijoEsther,

cargadaderazón—.Nisiquieraleesnovelanegra…—Setratadealejaraunmoscón,esosabemoshacerlotodaslasmujeres.

Aunquenoleamosnovelasnegras…Yalgoleo…—¿Y por qué tu cajera no sabe? Tú solo has leído los cuentos de

RaymondChandler.Yporquetelosdejéyo.—Algoesalgo…Michicanopuede ira lapoliporqueesunavíctima,

Esther. Teme perder su trabajo. Tiene dos hijos quemantener. Si yo estoyhechaunamierdaporquenotengocurro,imagínateaalguienquetienesobresus hombros la responsabilidad de unos hijos. Una responsabilidad que espara toda lavida—siguióexplicandoSonia—.Esnormalque tengamiedo.Nosabecómolibrarsedelacoso.

—Sigosinverlo.¿Porquénovaalapolicía?—insistióEsther.AhorafueSoniaquienmiróasuamiga.Nosabíasicontárseloono.En

ciertomodo, si se lo decía, sentía que le fallaba a su clienta y, si no se lodecía,traicionabalaamistadylaconfianzaqueEstheryellasetenían.Eraunpequeño dilema. Pero Sonia era una mujer decidida, con un carácter muypasional, ypor encimade todo sabíaqueEsther erade confianza.Unpoco

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pardilla, un poco sosaina, un poco infantil a veces para su edad, pero deabsolutaconfianza.

—Nopuede ir a la policía porque ella, la primera vez, consintió—dijoSonia en tono solemne—. No quiere que su marido se entere. Se sienteavergonzadaporello.Sabequesusecretoestáasalvoconmigo.

EsthernoentendíaySoniasevioobligadaaespecificarmás.—Laprimeravez,mi clienta cedió al acosoy le hizouna felación a su

jefe.Ahoraélnoladejaenpazylaacosadeformapermanente, intentandovolveratenerrelacionesconella.

LacaradeEsthereraunpoema.Finalmente,dijo:—¿Yquéesloquepiensashacertúpararesolverlo,Sonia?¿Ycómo?—

siguió preguntando Esther, completamente absorbida por aquella situaciónque parecía tan normal ahora y, días atrás, hubiera sido algo anómalo einconcebibleen susvidas.«¿Puedealguienconvertirse endetectiveprivadode la noche a la mañana?», se preguntó Esther, sin ánimo de conseguirninguna respuesta. Ya sabía que, efectivamente, de la noche a la mañanaalguien como Sonia podía convertirse en cualquier cosa. La conocía bien.Habían sido amigas desde el instituto. Si Sonia había podido superar lamuerte de su padre, en las dramáticas condiciones en que ocurrió, podríasuperarcualquiercosa.Ylaenfermedaddesumadretampocoestabasiendounretofácil.EsoeraloquepensabaEstherdesuamiga:queestabahechadetitanio.Eralamujermásfuertedelmundo:nada,nunca,lahabíatumbado.

—Hepensadoenvariascosas.Hacerquedespidanaljefe,queletrasladenohablarconél.

—¿Hablarconél?—SeextrañóEsther.—Todoelmundotienealgooscuroensuvida,queridaEsther,solotengo

queencontrarelladooscurodeljefedelsupermercado.Algúnpecadotendrá.—Yonotengoningúnladooscuro—sentencióEsther.—Pues serás la única—dijo Soniamientras tomaba un sorbo deCoca-

Cola—.Nadieesdeltodobueno.Soniaeraadictaalcafécargado,a laCoca-ColaZeroya lasemociones

fuertes.Últimamente,tambiénalospistachos.Habíasustituidoeltabacoporlospistachos.Erauncomienzo.Sabíaque todo iríabien.Ellaeraunachicalistay,allídondenollegabansusrecursos,estabaPau,conaquellafacilidadinnatasuyaparaconseguircualquierclasedeinformación.Siempreestábientenersociosdeconfianza.

Soniaibaaresolverestecaso,suprimercaso,elcasodelsupermercado,pororgullo,por soberbia,porqueeramuyatrevida,porquequeríahacerloy

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porque quería irse con Esther a Roma y perder de vista unos días a losestúpidospeces.Hacíademasiadotiempoquenoteníavacaciones.Años,ya.YSoniaestabacansadadeformarpartedelladodelosperdedores.Yesetipo,Jesús,erauncapullo.TeníanombredeMesías,peroerauncretino.YaSonianolecaíanbienlosidiotasnilosaprovechadosnilosquevandelistos.Aqueltipo,Jesús,eraunimbécildetallamayor.Yalguienteníaquepararlelospies.Y ella, de eso, sabía un rato. Tenía una talla cien de sujetador. Se habíapasadolavidaparándoleslospiesacapullosintegrales.Sabíacómosehacía.Quizáotracosano,peroaeso,modestamente,nolaganabanadie.

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PausehabíaquedadodormidoenelajadosofádeSonia,viendolatelevisión.Sonianopodíadormir.Lacamavacía laasustaba.Eraalgoextraño,porquenadamás,enlavida,laasustaba.Soloelhechodedormirsola,sinnadiequelaabrazara.Valientedetectiveestabahecha,queteníamiedodeacostarseenunacamafría,deshechayvacía.

—¿No puedes dormir? —le preguntó, de repente, Pau—. «¿Te estásbebiendoasolaselalmaporquelosdiosesnoestándetuparte?»

—OdioquemesaquesaBukowski.¿Tehedespertado?—No, tranquila.Noquierodormirme en el sofá, que luegomeduele la

espalda.Bukowski es elmejor poeta delmundo, ya lo sabes.Mevoy amicasa.¿Tepreocupaalgo?

PauconocíabienaSonia.Afindecuentas,lehabíacuidadodesdequeerapequeño, y eso une mucho. Conocía sus gestos, sus expresiones, susmovimientos.Cuandoestabanerviosacaminabaporelpasillo,conunamanoen la barbilla y otra en la cadera, con paso rápido y nervioso. Ambos segustaban,nosabíandesdecuándo,quizádesdelamayoríadeedaddePaususmiradas eran más intensas, pero habían decidido ser solo amigos y ambospensabanrespetarelpacto.

—Pau…—Estásmuyraradesdequetepuseelanuncio…—Esque…Verás,necesitounsociodeabsolutaconfianza.—Yaimaginabapordóndeibanlostiros.—Paunopareciósorprenderse.—Van a ser siempre casos fáciles, cosas sencillas, te lo prometo. No

cogeremosnadasucio.—¡Ja!—Se rio Pau—. ¡Qué gracia me haces, Sonia! A veces eres tan

ingenua.Parecementiraque seasmayorqueyo. ¿Ypuedesdecirme,acaso,cómovasadistinguirlosuciodelolimpiocuandohablamosdealgoilegal?

—¿Ilegal?Yo no vendo nada chungo, no engaño a nadie. Solome veocapazdedescubriralgunasverdadesquealgunaspersonasnecesitanconocer.

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Nadamás.Esonoesilegal,enprincipio.Ynoestoydadadealtaytodoesoporqueseráncasosesporádicos,nadafijo.

—Amínointentesconvencerme.Nosésideboayudarteenesto.Nosésiesserio,laverdad.

Sonia sabía que esa actitud defensiva de Pau era solo para provocarla,cosaquelegustabahacerbastanteamenudo.

—Ytú,elchicotatuadoquesololeemangadegentequesecomeagente,¿mevienesahablardeseriedad?

—¿Porquétemetesconloqueleo?¿Quétienequeverconesto,Sonia?Temoquetemetasenunlío,nadamás.

—Soymayorcita, Pau.Y necesito ingresos.A veces, cuando alguien seencuentra en la situación en la queme encuentro yo, tiene que hacer cosasligeramentedesesperadas.Sabrémedir,notepreocupes.Noquieroperdermicasa.

—Yaentiendo—dijoPaucontranquilidad.—Esuncasosencillodeacoso.—¿Acoso?¿Esoessencillo?—Quierodecirquenoesunasesinatoninadaporelestilo,esoselodejo

alosprofesionales.—Faltaríamás,Sonia.—Nomehablesconeseretintín…—¿Ycómoquieresquetehable?Yocreoqueestotesupera.—Le puedo parar los pies a ese cabrón —dijo Sonia, muy segura,

mientrasmirabaaPaumuyfijamentealosojos.Pauserioconlosojos.Soniaestabamuyguapalaspocasvecesquedecía

palabrotas.—¿Ycómo,sisepuedesaber?—preguntóPau.—Con su teléfono móvil. Ahora revolver estas cosas es muy fácil.

Méndezeradelaantiguaescuela.TodoestáenelFacebookoenelteléfonomóvil.Seguroqueesecerdotienematerialenel teléfonoquepuedoutilizarensucontra.Solotengoquehacermeconélypasárteloparaquelodestripes.Puedeshacerlo,¿verdad?—preguntóSonia,conciertapreocupación.

—Por supuesto. Puedo entrar en las tripas de cualquier dispositivo, decualquiermarca.Ynoesporfardar,peroademáspuedohacerloconbastanterapidez.Lapolinopuedeaccedera todoenlos teléfonospor temaslegales,peroyosí.Niteimaginasladecosasquesepuedenhacerconelteléfonodealguien.—Efectivamente, Sonia no era capaz de imaginárselo.El sigloXXIerademasiadotecnológicoparaella.

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—Estupendo.Puesasísolotengoqueconseguirelteléfonoytúaccederásaél.Yesto,porsupuesto,quedaentretúyyo.Nitumadre,nitupadre,nitunovia,nitusamigos.Niunasolapalabra.

—Mimadrevivedecongresoencongreso,bienlosabesporquemehascuidado tú desde siempre.Mi padre está desaparecido enBulgaria con unachicajovenquepareceserquecocinamuybien.Amimadrenuncalegustócocinar,noteníatiempo.Siemprediscutían,además,porquiénrecogíaluegola cocina.Sabesqueminovia, como tú la llamas,Mariluz, está siempredeservicioycuandonosvemosnohablamos,solofollamoscomolocos,yconmisamigosmelimitoabebercervezaeiraladisco,aversitenemossuerte.También aExpoManga, pero eso es solo una vez al año. Tu secreto está asalvoconmigo,tranquila,soyunincomprendido.ElcapitánBuenvino.

«Solo follamos como locos», repitió en silencio Sonia en su cabeza.OdiabaaMariluz.Teníaunosceloshorriblesdeella,perointentabaquenoselenotara.

—Pobrecito—dijoSonia,alfin.—¿Cuántosacoyo?—Quinientos.Unterciodeloqueheacordadoconella.Lachicaescajera

de supermercado, no puede pagar más. Ya le supone un buen esfuerzoconseguirmilquinientossinqueseentereelmarido.

—Noesmucho.—Tampocoesdemasiadotrabajo.Queeldineronocaedelcielo,Pau.—Losé—dijoelmuchachocontonoseco.—Nocreoquelosepas.Atitecaedelcielo.Tumamátecompratodolo

quequieres,notieneslosproblemasquetengoyo.—Nomeodiesportenermadreyporquetengadinero.—Noteodio.Nopodría.—Túnovasapoderpagarlahipotecaylodemássoloconeso.—Medoycuenta,nocreasqueno.Necesitaríadoscasosalmes,oalguno

un poco más lucrativo, para poder salir adelante. Por algo se empieza, detodosmodos.Noparodehacercuentas.Hipoteca,coche,luz,comunidad.Yahora estoy sola. Esther quiere ir a Roma, pero yo ni me puedo plantearcomprarelbillete.Soyunaparia.

—NoqueríapreguntarporKevin…—Sehalargado,elmuycabrón.Parasiempre,metemo.Esta vez la palabramalsonante no favoreció la expresión en la cara de

Sonia,sinoquelapusoseriayunpuntoagria.—Yocasimealegro…

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—¿Porqué?—preguntóSoniaextrañada.—Porquetemerecesalgomejor.—Pordesgracianoabundanlospríncipesazules.—Tampoco tiene por qué ser un príncipe azul.Kevin era un gilipollas,

siempre te hablaba mal, te dejaba en ridículo delante de la gente, y pararematarlafaenasehaliadoconlamitaddelasmujeresdelbarrio.Mealegraque sehayamarchado, laverdad, además:nunca le caíbien.No legustabaqueyoestuvieracontigo.

—Sí,eraunauténticogilipollas.Noséquévienél.—Novistenada.Soloestabassola.—Esverdad, solo estaba sola.Tendréque tener cuidadodenovolver a

caerahoraenbrazosdeotromemo.Perobueno,¿quédices,meayudasono?—lepreguntóSoniaaPau.

Semiraron.PausabíaqueaSonialeencantabaunlibro,Ladelicadeza,deDavidFoenkinos.Porella,hastasehabíamolestadoenleerlo.IntentómiraraSoniacomoMarkusmiraríaaNathalie.Aveces,PaujugabaaintentarseduciraSonia.Aellaparecíanodisgustarle.

—Teayudo.Sabesquenomepuedonegar.Perosololoharémientrasveaqueestonosetevadelasmanos.

—Nosemeirá.—Soniaparecíamuyseguradesímisma.—¿Ycómopiensasconseguireseteléfono?—Conmiencantofemenino.—Puesvamosapañados.Oye…—¿Qué?—¿Y si nos vemos un episodio de Tokyo Ghoul para que nos entre

sueño?—Amíeseanimetuyomedaunpocoyuyu…—Noseascagueta…—¿TeimaginasMadridllenodeghouls?—¡Madridyaestállenodeghouls!Cualquiernochevendránaportiyte

arrancaránlosórganos…—¡Cállate!—Tearrancaránlasvíscerasytendréquellevartealhospitalyteoperarán

y tepondrán losórganosdeunghoulyentonces lacomidanormal te sabráasquerosa, lo vomitarás todo y yo tendré que buscarte pedacitos de carnehumanaparaquenotemueras…

—¡Pau!

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Aquella noche Sonia y Pau durmieron en la misma cama, sin tocarsesiquiera,porqueSonianoseveíacapazdedormirsola.Teníamiedodequeunghoulladevorara.APaulecostódormir.Noestabaacostumbradoateneranadieasulado,aéllegustabadormirsoloyasusanchas.Soniaeracomosu hermana mayor y, en cierto modo, le incomodaba dormir en la mismacamaqueella.Pero sehabíanvistovarios episodiosdeTokyoGhoul y ellaestabacagadademiedoycon todoel líodelcasonuevo tambiénestabaunpoconerviosa.Pausabíaquesinoseacostabaconellanopodríadormir.YPaueraunpocogamberro,peroteníabuencorazón.

Pau eramuy friolero y no le gustaba cambiarse de calcetines. Lo hacíasolo cada tres días, cuando era absolutamente necesario; Sonia se durmiótranquilaconeseolorquelerecordabaquePauestabaahí,alotroladodelacama,eneselugarqueantesocupabaKevin.APaulehubieragustadoteneruna hermana, pero sus padres se divorciaron cuando él era pequeño y sumadre,cuandoesosucedió,sevolcóalcienporcienensu trabajo.Losdosdurmieron esa noche profundamente, sin preocuparse demasiado por aquelprimercasoquesupondríaelcomienzodealgodiferenteparaellos.Eranaúnjóvenes, Pau más que Sonia, y eso les permitía ser también un pocoirresponsables con sus vidas. Sin entender muy bien la razón, antes deconciliar el sueñoPau comenzó a tararear la letra deCorazón de perro, deExtremoduro:«Micorazónembutidodevinoycerveza,/vaportuflor,correqueselapela,/nuncaledioporusarlacabeza,/mientrasquisierasabrirletuspiernas».HacíamásdetresmesesquePaunoveíaaMariluz.

Dormir junto a Sonia, aunque no la tocara, le desconcertaba un poco.Todo aquello le había pillado un poco desprevenido y, desde que Sonia lohabíadejadoconKevin,laencontrabaexcesivamenteguapa.

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CuandoSoniallegóalcentrocomercialParquesurdeLeganésnoteníaniideadecómo ibaaconseguirel teléfonomóvilde Jesús.Lodepensar lascosasantesdehacerlasnuncahabíaidomuchoconella.Eramásdeimprovisar.Tansolonecesitabael teléfono.Unavez loconsiguiera,Pausabría loquehabíaquehacerparajaquearlo.

—QuisierahablarconJesúsGalindo,porfavor—ledijoSoniaalguardajuradoqueestabaenlapuertadelsupermercado.

—¿Paraquées,porfavor?—MellamoLinaGarcíaysoyprofesoraadjuntadelaCarlosIII,estamos

haciendounasencuestasparaconocerelusodellenguajeentreloshablantes,en concreto sobre el leísmo y el laísmo, y necesitaría su permiso, comoresponsabledelcentro,parahacerlasencuestas.

—No sé si será posible —dijo el guarda, con un tono de voz muyautoritario.

—Megustaríapoderpreguntárselo,sinoleimporta.Sonia se había puesto un vestido negro con un amplísimo escote que

dejabaversusencantosfemeninos.Sacópecho.Habíaqueintentarlotodo.—Voyaver.Sonia,mientrasveíadesapareceralguarda jurado,pensóenquéhistoria

ibaacontarlealtalJesúscuandoconsiguierahablarconélyencómodiablosibaaconseguirhacerseconsuteléfonomóvil.Enlacajanúmeronuevevioasuclienta,ambassesaludarontímidamenteconlacabeza.Sinsabermuybienpor qué, mientras esperaba Sonia recordó la canción El pájaro azul, deExtremoduro: «Agua, si vienen a pormí tú dame el agua». Sonia se sentíainseguraytemíaserdescubierta.

Al poco tiempo apareció Jesús, era más guapo de lo que Sandra seesperaba.SeparecíaaPaulNewmanensusmejoresaños,alPaulNewmandeElgolpe,elhombremásguapodelmundo;y,laverdad,Soniapodíaentenderque,laprimeravez,suclientasucumbieraantelosencantosdeaquelhombre.

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Estaba a punto de hacerlo ella, pero intentó ser profesional. Era su primercasoyteníaquesalirbien.

—Hola,perdonequelemoleste…—Nomolesta,señorita…ASonianuncalegustaronloshombresquedecíanaquellode«señorita»,

leparecíamachista,antiguo;«señorita»,«señorita»,averporqué«señorita».A ningún chico joven se le llama «señorito». Jesús ya tenía un punto encontra,porqueSoniasefiabadesuintuición:nolefallabanunca.Eracomoun radar.Yademás, ledaba laventajadepoderneutralizaralmomento losencantosdesuobjetivo.

—Verá, soy profesora adjunta de la Universidad Carlos III y estamosdesarrollandounproyectodeinvestigaciónsobreelusodellenguajeentreloshablantesdeMadrid,enconcreto…

—Por lo que veo, estome parece que se va a alargar un poco, ¿deseausteduncafé,señorita?—preguntóJesúsamablemente.

—Lina, me llamo Lina. Sí, muchas gracias, no me vendría nada maltomarmeuncortado.

—Acompáñeme,porfavor.A Sonia no le hubiera importado creerse aquella ficción: que ella era

profesora de universidad (ojalá, ese hubiera sido su sueño), que estaba allídesarrollandounproyectodeinvestigación(ynodeespíabarata)yqueaquelhombre tan insultantemente guapo se interesaba de verdad por tomarse uncafé conella.Peroesonoera así, ella tan solo representabaunpapel, ynopodía cometer el error de creérselo. El que se lo tenía que creer era aquelJesús,anteéldebíaserconvincente.

SesentaronenunadelascafeteríasdelcentrocomercialyJesúspidiódoscortados.LepreguntóamablementeaSoniasideseabacomeralgoyella,concierta timidez, le contestó que no. Se preguntó a sí misma por qué loshombresqueaprimeravistaresultanmásencantadoressonsiempre,también,porreglageneral,losmáscapullos.

—Me ha dicho entonces… —intentó retomar la conversación Jesús,mientrasserecreabacondescaroenelescotedeSonia.

—Queestoy intentandodesarrollar unproyectode investigaciónpara laUniversidadCarlosIIIyestabainteresadaenhacer,duranteunpardehoras,tres como mucho, unas entrevistas en el supermercado, entre lostrabajadores…

—Entre los trabajadores no podrá ser, deben atender las tareas de supuesto de trabajo —contestó el gerente con firmeza y, a la vez, con una

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esforzadasuavidadeneltonodevoz.—Bien, entre los clientes entonces. —Sonia no pensaba darse por

vencida,pormuydifícilqueselopusieraaquelencargadodetresalcuarto—.Setratadeunestudiosobreelusodellenguaje.

—¿Sobre el uso del lenguaje? —preguntó Jesús, a la vez curioso eintrigado.

—Sí, sobre lo correcta o incorrectamente que usamos ciertos giros dellenguaje—salióalpasoSonia.

—¿YporquéleinteresaesoalaCarlosIII?—Es un proyecto de investigación, ¿le parece acaso irrelevante tener

datosrealessobrecómohablalapoblación?—Pues un poco sí, la verdad. No se me ofenda, pero todo eso son

chorradas de profesores. El país seguirá adelante sin ese proyecto deinvestigación,¿noleparece?Almenos,poraquí,todoseguiráigual.Vendrála misma gente al supermercado, comprará las mismas cosas, abriremos ycerraremosalamismahora…

AhífuecómoJesúsleparecióaSoniaunimbécil.Unimbécilguapoyconojosazules,perounimbécilalfinyalcabo.

—Lainvestigación—leexplicó—essobreelusodelleísmoydellaísmoenMadrid,concretamente.

—Bueno,noveonadamaloenquehagasusentrevistas,siesesoloquequiere,siemprequerespetelavoluntaddelosclientesynoseaagresivaconellos:siledicenqueno,noinsista,niunasolavez…

—No lo haré—dijoSonia, con el tono de vozmás dócil y sumiso quesupoponer.Jesúsestabaentrandoeneljuego.

—Enfin,esperonoarrepentirmedeesto.Yave,soyunhombredébil,nosé decirle que «no» a una chica guapa. En todo caso, yo solo soy elresponsable del supermercado, debo pedir autorización a las oficinas delcentrocomercial.Espéremeaquí,porfavor,yleconseguiréunaacreditación.¿Cómomehadichoquesellama?

—Lina,LinaGarcía—dijoSoniaintentandoquesonaraconvincente.—Lina, bien. Espéreme aquí, no tardo. Tómese, si quiere, otro cortado.

Invitalacasa.«Haréloquemeapetezca,desgraciado,ymelopagaréyo,asítengaque

ponerme en la puerta a pedir», pensó Sonia mientras le sonreía. Le habíagustado aquello de «chica guapa». Había engordado nueve kilos, pero, alparecer,nohabíaperdidosuatractivodesiempre.Alomejoreraunmitoesode que a los hombres les gustan lasmujeres delgadas: las curvas tienen su

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atractivotambién.Yellaeraunamujerconcurvas.Conunmontóndecurvasportodaspartes.

Al poco rato, no transcurrieron ni quince minutos, llegó Jesús con laautorización.Elpasounonohabíasidotancomplicado.

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Soniahabíallevadoimpresaslasencuestas,paraquetodoparecieramásreal.Entróalsupermercadoysesituóenlazonadebazar,eraahídondesuclientale había dicho que Jesús pasaba la mayor parte del tiempo. Al parecer laencargada de bazar estaba de baja y no habían encontrado a nadie parasustituirlayJesúsestabareponiendo,deformatemporal,lasestanteríasyloslinealesdesartenesyvajillas.

Soniaqueríaestarcercadeél,para llamarsuatenciónyquesefijaraenella, el plan no podía ser más sencillo: quedar con él cuando terminaraaquellasencuestassimuladasqueluegotiraríaalabasura.

—¿Usteddiría«Alasarténdalelavuelta»o«Alasarténdalalavuelta»?—lepreguntabaSoniaaquienpasabaporallí.

—«Dalelavuelta»—contestóunseñormayorquelehabíadichoaSoniaqueestabajubilado,quesuseñoralehabíamandadoacomprarcafé,porquesehabíanquedadosincafé,ycomoaellayaledolíanmucholaspiernasporla edad había bajado él; a él no le costaba nada bajar, y estaba muy ágil,pruebadeelloeraquecaminabaseiskilómetrosaldía.

—¿Usteddiría«Amisabueloslosheidoaver»o«Amisabueloslesheidoaver»?—seguíaSoniaconsuentrevista,mientrasJesúsnopodíaevitarmirarladereojo.

—«Lesheidoaver»,¿estábienasí,señorita?Yasípasaronvariashoras,mientrasSoniaentrevistabaagentedelomás

variopinta: un zapatero, un militar, una arquitecta en paro, amas de casa,funcionarías,dependientas,universitarias…Cuantosmásestudiosteníanmásdudaban en sus respuestas ymás preocupados semostraban por saber si lohabíanhechobien.Mientras,Jesúsnoparabademirarla.Alcabodeunpardehoras,lainvitódosvecesmásatomarcaféy,bingo,acomer.

Sonia y Jesús salieron del centro comercial para evitar las miradasindiscretasdelosempleados.Fueronacomeraunbardemenúcercano.JesúspidiócalloscongarbanzosyentrecotalaplanchaySoniaunaensaladacongambasymerluzaalhorno.Elsitioeraunbarsinningúnencanto,demenú

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baratodemenosdediezeuros,estaballenodetrabajadores,sobretododelaobra, y olía a cocido. Había mucho ruido y las máquinas tragaperras nodescansaban.Pesealocontundentedesucomida,Jesúsapenasprobóbocado.

—¿Notieneshambre?—lepreguntóSonia.—Puesúltimamente,no.Adecirverdad,creoquemeapetecenmásotras

cosas.Yasabesquenosolodepanviveelhombre.Soniacaptósus intencionesal instante:estaba tratandode ligarconella.

Suclientalehabíacontadocontodolujodedetalleslastécnicasdeseducciónde su jefe. Pese a que se olía que aquello podía pasar, no supo evitar quepasara.Porquelavidaesasí,incontrolable,yconfrecuenciaaellalehabíangustado los chicos malos, y llevaba tiempo sin hacerlo, y Kevin se habíamarchado,yellaeraunamujer,ynohabíaningúnhombreensuvida(porquePau era solo su amigo), y tampoco pasaba nada si le daba una alegría alcuerpo con aquel cretino. Formaba parte del plan, así sería más fácilconseguirsuteléfono.

Así queSonia y Jesús terminaron en su coche. Jesús la llevó a un sitioapartado,en lazonaindustrialdelpolígonode losOlivos,a lascuatrode latarde,unahoraenlaquecasinohabíanadie,yadebíadesaberélqueaesahoranohabíaunalmaporlazona.AllíseescondieronyfuefácilsubirleelvestidoaSoniayconsumaraquello,queeraunvildesahogoparaambos,peroaSonialesentóbienquelafollaranmientrastodasesasridículasencuestassecaíanalsuelodelcocheysuplanseguíaenmarcha,conunpolvoañadido,peronopasabanada,eralaprimeravezylaprimeravezunopuedeperderunpoco los papeles.MientrasSonia se subía encimade Jesús y le besaba conlenguayjadeaba,comosideverdadestuvierahaciendoelamorconalguienque le importara, podía ver enfrente el enorme cartel del Camping Alpha.Nuncasehabíasentidotanexpuesta,tanexhibicionistay,contrariamentealoque hubiera imaginado, aquella sensación le gustó. Sonia pensó en lo fácilqueesfingirmientraspracticassexo.

RecordólacanciónHaydías,deRobe:«Echoyoelhumoquequematuespalda/yaestoysegurodequetuadiósnomata».FuepensarenlacanciónyrecordarlacaradePau.SoniaestabaconJesús,peroensumentequienestabaera Pau. Últimamente se sentía atraída por Pau de una forma que noterminaba de entender. Pensó que era una faena eso de tener siempretendenciaasoñarconloimposible.

Jesús resultó serunbuenamante,entregadoypasional; si lecomparabaconKevin,teníaqueadmitirlo,leganabaporgoleada.Soniasediocuentadequeasustreintaytresaños,sexualmente,habíaperdidomuchoeltiempoyse

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preguntósihabíasidoeso,esedeseoinsatisfecho, loquehabía llevadoasuclientaaconsentirtambiénlaprimeravez.SoniasecorrióantesqueJesús,élseriocondulzuraalnotarlo.Supoqueellaestabagozandoyseesforzómás,se contuvounpoco, elpolvoduró lo suficiente comoparaqueellapudieracorrerse dos veces más. Eso garantizaba, debía de creer Jesús, que laprofesoramonayregordetavolvieraporallí,abuscarasumachoalfa.Yesocreía Jesús,mientras se esforzabaalmáximopor satisfacer aLina.Losdospensaban,sincompartirloelunoconelotro,queelsexoesunamaravillosatrampadelanaturalezaenlaquehabíancaídodecabeza.

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Sonia le entregó el teléfono a Pau y no hizo falta que le dijera nada. Pauvolvía a tener alergia en los ojos, o eso le dijo, y llevaba las gafas de solpuestas. A Sonia, que no terminaba de tragarse lo de la alergia de Pau, lesacabadequicioverleencasaconlasgafasdesol.

—Dameunrato—fuelarespuestadelmuchacho.Soniasehabíapasadoeldíaenelsupermercado,peronohabíahechola

compra.Nosabíaquéibanacenar,laneveraestabacompletamentevacía.—¿LlamoalTelepizza?—lepreguntóSoniaaPauconciertavergüenza

porsertanmalaamadecasa.—Por mí, okey —dijo Pau mientras se alejaba al cuarto que había

habilitadoparaélencasadeSonia.LeencantabalamaníadePaudecontestarsiempreconun«okey».Soniapidiópizza,Coca-Colaypatatasgajoconsalsabarbacoa.Elpolvo

lehabíadadohambre,peroelpedido tardaríaaúnmediahoraen llegar.NosabíasicontarleaPauonocómohabíaconseguidoelteléfono,pero,alfinyal cabo, él no se lo había preguntado. Pau era un muchacho de pocaspreguntas,eramuyfácilconvivirconél.

Mientrasesperabalapizza,Soniasepusoapensarentodoslosescenariosposibles, según lo que encontraraPau en el teléfono.Al cabo de un par deminutos, se veía que su cerebro andaba algo desentrenado en elprocesamiento de información (efecto secundario del desempleo, quizá),comenzó a dolerle la cabeza. Fue a la cocina y se tomó un yogur y unparacetamol.Eneseprecisomomento,entraronvariosmensajesdeKevinalteléfonomóvil dePau, que estaba sobre lamesa: «No te localizo.Necesitoquefirmeslospapelesdeldivorciorápido,quememarchoaLondres».Sonianopudoevitarpensarenlorápidoquesemontaunavidayenlorápidoquesedesmonta,encómocambianlascosas,sinquenosloesperemos,deundíaparaotro.

CuandoPau salió de su cuarto ya no llevaba puestas las gafas de sol ySonia,ademásderepararenquenoteníalosojosrojosninada,vioensucara

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loquepasaba,muchoantesdequeselodijera:—Nomepuedocreerqueteacostarasconesecerdo,tía.—Eltonodevoz

dePaueradeverdaderadecepción.Lode«tía»lehabíasonadomuymalaSonia,peronodijonada.Estabaen

desventajaynosabíacómojustificarse.—Eeeh…—Eeeh,nada,queyasabíayoqueestetrabajoteveníagrande.Telasvas

atenerquearreglartúsólita.Lodejo.—No puedes hacerme esto, Pau, te necesito conmigo. Es la única

posibilidaddeconseguiringresosquetengo…—Nosé,vetealosserviciossociales,llóralealdelbanco,hanparalizado

lodelosdesahucios,seguroquenoteechandetucasa.—Pau,nosécómoexplicártelo,peronotienenadaquever…—¿Cómoquenotienenadaquever?¿Noestássiguiendoaesetíoporque

esunacosador?¿Ynoseteocurreotracosaquealaprimeradecambioliarteconél?¿Esoeshacerunbuentrabajo?

SoniasabíaqueaPaunolefaltabarazóncuandolepreguntó:—¿Quéhasencontradoexactamente?—Vídeos tuyos con él.A él no se le ve la cara, solo a ti. ¿Cómono te

distecuentadequeteestabagrabando?—Nolosé,laverdad.Hacíatiempoquenoestabaconnadie…—Sonia,deverdad,pensabaqueerasunachicainteligente.AquelloledolióaSonia.«Pensabaqueerasunachicainteligente».Dicho

por un crío, de veinte años, a quien le había dado la papilla de niño y quepodríasersuhermanopequeño.«Unachicainteligente».Sinembargo,nolequedabaotraquesobreponerse.

—Lasbuenaschicasnecesitanecharunpolvodevezencuandotambién,Pau.—FuelaásperarespuestadeSonia—.Dimequétienes.

—Elteléfonoestállenodevídeosyfotografíasquesehancompartidoenredes sociales y páginas de pornografía… Le has abierto las piernas a uncabróndemarcamayor.

ASonialedolióoíraquello.PorunsegundodudóentreabofetearaPauoabofetearseasímisma.Enambasmejillas.

—Ay,no…—exclamóalfin.—Ay,sí.Pero,¿quétecreías,Sonia?¿Quefollarconalguienaquienno

conocesdenadapuedetenerceroconsecuencias?—EltonodevozdePaueramuy duro, parecía disgustado—. No entiendo que hayas tenido tan pocacabeza, de verdad, si no llegas a robarle el móvil habría subido tus fotos

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desnudaaesoschatsporno,aligualquehahechoconelrestodefotografíasdeotrasmujeres.

Sehizounsilencio.SonianoseatrevíaamiraraPau.Erauncrío,perosumiradaeratanseriaqueparecíasupadreregañándola.

—¿Has reconocido a alguna de las mujeres de las fotografías? —seatrevióapreguntarSonia,alcabodeunbuenrato.

—Estánuestraclienta también.HaciendoelÁngeldeNieve… ¿Conocesesa postura?—El tono de voz de Pau era entre socarrón y profundamentehumillanteparaSonia.

—Reconozcoqueno tengo tantacultura sexual—dijoSonia, abatida—.Pero…

—Eso quiere decir que llegaron más lejos de lo que ella te contó.Mantuvieronrelacionessexuales,penetración,vaya,nofuecosasolodeunafelación.Y, laverdad,por la expresiónde sucaraaella se lave lamardecontentayentusiastaenlafaena…Yonosécómoquieresseguirconloquetenemos, Sonia, estoy confundido. Este tío es un pervertido, está claro, noporqueseaunpromiscuo,quenotodoelmundotienequeserunsantoenestavida,sinoporque,seguramente,esasmujeresnosabenquehansidograbadasy que él ha subido ese material a chats porno desde su teléfono. Nuestraclienta nos hamentido, no sé cómopuedes hartarte de follar con alguien yluegodecirqueteacosa…Noséquéquieresquehagamos,laverdad.

SoniamiróaPau.Legustabalamiradalimpiaqueteníasobrelascosas.Poresoestabanjuntos.Peroellaeramásvieja.Sabíamásdelavida.Habíavividomás. Para otras cosas, sobre todo las relacionadas con la tecnología,Paulesacabamuchaventaja.

—Pau,noestamosparajuzgaranuestraclienta,nosomosjueces.Puedequenonoshayacontadotodalaverdad,peroesonoquieredecirquemienta.Quizá durante un tiempo ha mantenido relaciones sexuales voluntarias ysatisfactoriasconél,perosiyanoquierehacerloestáensuderechoytedigoyoqueeste tiponoesde losqueaceptanfácilmenteun«no»porrespuesta.Piénsalo,nuestraclientanogananadamintiéndonossobreelacoso,sinoshacontratadoydenuncia el caso, esque es real.Anadie legusta exponer susvergüenzasasícomoasí.Tenemosqueayudarla.

—Tú lohascomplicado todounpoco, laverdad,noséquéquieresquehagamosahora.—FuelaúnicarespuestadePau.

Se miraron en silencio un rato largo. El gesto de Pau parecía quererdecirle«sinecesitabasunhombrepodíashabercontadoconmigo».Oesose

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figuró Sonia de pronto, y se sintiómás avergonzada por haber cedido contantafrivolidadasusinstintosmásprimarios.

—No puedo pensar con claridad, Pau, no sé qué hacer… Quizá tienesrazónyestomevienegrande.

Paupodríahaberdichoquesí,quedebíandejarlo,perounamigoestáahícuandoelotrotienedificultadesyporesoledijo:

—Hehechounacopiadeseguridaddetodoelmaterialdelteléfono,delasfotosylosvídeos,tengolasURLdeloschatsdesexodondesubiólasfotos;heborrado tus fotos y los vídeosque te hizo, para que te quedes tranquila,perosiledevuelveselteléfonosabráquefaltantusfotosyaunquetengasolounpar de neuronas atará cabos.Lomejor es no devolvérselo, y que piensequelohaperdido.

PauySoniasemiraron.—¿Esonoestécnicamenteunrobo,Pau?—Un hurto, porque no ejerciste violencia ni fuerza en las cosas, lo he

miradoenlaWikipedia.Esdelitolomismo,peromenosgrave.Yquienestélibredepecadoquetienelaprimerapiedra…Siélnosiguelasreglasnoséporquélovamosahacernosotros.Eslomejorquepodemoshacer,dadaslascircunstancias. Se pierden cientos de teléfonos móviles cada día. Podemosllamarlomalasuerte,siesoaliviatuconciencia.¿Cómotedespedistedeél?—siguió preguntando Pau—. ¿Se supone que os vais a volver a ver? ¿Quésabedeti?

—Quedamosenquemepasaríadenuevoporelcentrocomercialotrodía.Utilicéunnombrefalso;nosabenadademí,creequesoyprofesoraadjuntadelaCarlosIII…

—Vaya,síqueaprendemosrápido…Entonceslomejoresquevuelvasaverle.

—¿Ysisospechademí?—No tieneningunapruebadeque tú tengas su teléfono.Si tepregunta,

quelodudomucho,ledicesquenotienesniideayyaestá.Loraroseríaquenotevolvieraaver,entoncessíquesospecharía.

Dichoasí,parecíacoherente.PeroPaunohabíaterminado.LepareciódeprontoincreíbleaSoniaque,pesealojovenqueera,supierallevartanbienlasriendasdelasituación.

—Peroantesdevolveraverlevamosa tenerunaentrevistaconnuestraclienta. No podemos jugar con desventaja. Tiene que contarnos toda laverdad.¿Estamos?

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—Sí,tranquilo.Hablaréconella.¿Medejastuteléfono?Mehancortadolalínea.

—¿No tienes teléfono? ¿Y quieres ser detective privado? Toma, anda.Intentalocalizarlaloantesposible.EliminartodassusfotografíasdesnudaporInternet, como supongo que querrá que hagamos, no va a ser tarea fácil.Cuanto antes nos pongamos a ello mejor. Por cierto, yo aprovecharía paracobrarleunextraporlalimpiezaweb,yremuneraríaadecuadamenteaquiensevaaocupardehacerla,queesovaadejarunpococortoesetercioquemedas.

—Vaya,noseteescapauna.Pauleguiñóunojo.—Lavidaescara,ylosserviciossepagan.Sonianosabíaquédecir.HubieracorridoaabrazarseaPau.Sololesalió

un tímido «gracias». Se conocían lo suficientemente bien como para queaquellobastara.

—Pau…—Dime.—¿HasleídoElcarterosiemprellamadosveces?Pausabíaque,aveces,Soniahacíapreguntasextrañascomoesa.—Hevistolapeli.Creo.—Tienesqueleermás…—lereprochóSoniadulcemente.—¿Porqué?Quierodedicarmealmundodelainformática,noquieroser

escritor ni periodista ni nadade eso.Leomucho, además, para la edadquetengo.Misamigosleenmuchomenosqueyo.

Soniasabíaqueaquelloeracierto.—Que…Bueno,quenoquieroqueseamoscomoCorayFrank.Nosotros

nopodemosfallarnoselunoalotro.Soniasehabíamaquilladoysehabíapintado la rayade losojos.Eso la

favorecía.DesdequeKevinlahabíaabandonadoestabamuchomásatractiva,oPausefijabamuchomásenella.

Paucomprendió.—Esononosvaapasar,tranquila,entreotrascosasporquetúyyononos

acostaremosnunca…«Porquetúyyononosacostaremosnunca»,sonódenuevoenlacabeza

de Sonia que nunca sabía si Pau decía estas cosas porque así las sentía deverdadoparaobservarquéreacciónprovocabanenella.

—Noquieroquetevayasymedejessolaahora…ledijoSoniaenuntonodevozsuplicante.

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—Novoyadejartesola,aunquehayashechoméritosparaquemecabreecontigo.Estamosjuntosenesto.Haremosquesalgabien.

Aquello tranquilizómuchoaSonia.Paueraelúnicovalorestableensuvida.Unchicodeveinteañosconlosbrazostatuadosyquesiemprellevabagafas de sol, por la alergia que tenía en los ojos o que simulaba tener parahacerse el raro, era su única garantía. Y le daba mucha fuerza y muchaconfianza en símisma.Sentía que juntospodíanhacer cualquier cosa.Oalmenosesoqueríasentir.

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7

Pau recibió unwhatsapp deMariluz: acababa de volver de sumisión en elextranjero. Normalmente, cuando eso sucedía, Pau iba corriendo a suencuentro.DesaparecíadecasayserefugiabaenlacasadeMariluz;salíanacomer y a cenar a restaurantes de Madrid, iban al cine, a ver museos, ypasaban mucho tiempo juntos, todo el que ella tenía de permiso, y no seseparaban para nada. Como habría dicho Bukowski, ella era su tigresa: sepeleaban (con bastante frecuencia) y después hacían el amor y se peleabanotra vez y después yacían tranquilamente en la gran cama deMariluz, queestaba cubierta por una colcha de elegantes flores amarillas y rojas, yescuchabanmúsica,sinprisas,ybebíanwhiskyhastaelamanecer.

LosdíasenquevolvíaMariluz,Paunoestabaparanadie.Asíera.AunqueMariluznuncallevabaaPaualosactosoficiales.Eracomosileavergonzaraque la vieran con un crío tatuado, con gafas de sol (Pau no se las habríaquitadoparalaocasión)ypintademacarra.Pauestabaencrisisconsuvida.NoleacababadegustaraquellamezcladesoledadylibertinajequeleofrecíaMariluz, que estabameses desaparecida y luego reclamaba tres semanas deatenciónparaellasola.

Estavez,Paunoibaasersuperritofaldero.Soniateníaunproblemaynoibaadejarlasola.SialgovalorabaPauenlacortaexperienciaqueteníadelavida era la amistad, ySoniay él eran amigos: amigosde losdeverdad, deesosquenosefallannunca.AyudaraSoniaera loúnicoenloquepensabadesdequeselevantabahastaqueseacostaba.Asíque,porestavez,Mariluztendría que esperar hasta que encarrilara el caso.YPau sabía de sobra queaquellonoibaagustarleasuchicaguerrera.Peroesquelavidanosiempreesdecolorderosa.

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8

Guadalupe tendría unos cuarenta y cinco años,más omenos, bastante bienllevados. No era excesivamente bonita, no tenía ningún encanto físicoespecial, pero tampoco podía decirse que fuese fea. Se mantenía bien. Senotaba que se sentía incómoda, en el comedor de casa de Sonia, como siadivinaraqueseleibanaformularpreguntasdifícilesdecontestar.

—Tenemos en nuestro poder el teléfono de Jesús, él cree que lo haperdido —comenzó Sonia—. Hemos encontrado… Hemos encontradomuchas fotografías tuyas, y de otras mujeres, en situaciones muycomprometidas. Y vídeos también. Jesús te grabó, mientras manteníarelacionessexualescontigo,nosésieresconscientedeeso.

Guadalupesepusopálida.—No,nolosabía.—Ya imaginaba —siguió Sonia—. El caso es que hemos encontrado

muchomaterial.Solotuyashaymásdetrescientasfotografías…—¡Trescientasfotografías!—Sí, y no estamos hablando de solo una felación—Sonia dijo aquello

con total naturalidad— sino manteniendo relaciones sexuales con él, conposturasmásqueatrevidas…Ylosvídeosmejornolosdescribo.

—Hijodeputa…—Lacosanoacabaahí.Tenemos lacertezadequeJesúshasubidoese

material a chats de sexoypáginas depornografía de Internet, supongoquetampocoestabasaltantodeeso…

Guadalupeseechóallorarenelsofá.Repetíasinparar«mimaridomevaamatar»,«mimaridomevaamatar…».

—Nosoyquiénparadarteleccionesdenada,Guadalupe—dijoSonia—,pero creo que deberías hablar con tu marido de esto; no ha sido nadaesporádico,lacosahaduradolosuyo,lomejorparalibrartedelacosoesquepuedasplantarlecara,yparaesodebesinformarle.Esposiblequetecuesteeldivorcio,pero sería lomejor.Algoasínopuedeocultarse sinpagarunaltoprecio por ello. Sin embargo, si no quieres decirle nada, nosotros te

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ayudaremosaresolverestoensecreto.Tuconcienciaescosatuyaydenadiemás.

Sonia oyó su propia voz como si fuera la de otra persona. Sonabaprofesional, solvente, serena, todo lo que ella no era, ni quizá sería nunca.HabíaaprendidoaquellaretóricadurantesutrabajoconeldetectiveMéndez,quetampocoeraundechadodevirtudycoherencia,perofrentealosclientesdabaelpegodemaravilla.Habíaotra cosaque leproporcionaba seguridad:Pau estaba con ella, guardándole las espaldas, supliendo sus carencias.Guadalupeseguíallorando.

—Hayalgoquedebemosafrontardesdeya,yesquéquieresquehagamoscon todas esas fotografías tuyas que circulan por Internet sin tuconsentimientoyaparecenenpáginaspornográficas.Podemosbloquearlassidenuncias, pero exigiría ir a la policía y hacer una denuncia formal con tunombrey,porlotanto,quedaríasaldescubiertocontumarido…

—Nopuedoiralapolicía,nopuedodenunciarnada,mimaridomevaamatarsiseentera.Noquieroperderamimarido…

AquellaúltimafrasesobrecogióaSonia.«Noquieroperderamimarido».Se acordó de que ella acababa de perder al suyo.Nadie quiere perder a sumarido.Nadiequierequedarsedesprotegida,depronto.Yestanfácilqueunmatrimonioserompa,quedospersonasquesehanquerido,ysehanqueridomucho, se separen. Las personas sonmuy poco fieles,muy poco leales.Yolvidanmallastraiciones.

—Tus fotos sehansubidoaunasmilpáginasdepornografíaen todoelmundo,Guadalupe—ahora era Pau quien hablaba—. Puedo ir borrando elrastro,noseráfácil,nirápido,peropuedohacerlo,siquieres.Mellevarácosadeunmes,másomenos,eliminarlotodo.

—Porfavor…bórralas.Bórralas…,porfavor.GuadalupellorabayseabrazabaauncojíndecolorazulqueSoniahabía

comprado en Ikeay quehacía juego con el sofá.Parecía unaniña pequeñaasustada. Sonia y Pau sintieron pena de ella y, por primera vez, sintierontambién que aquel lío de ser detectives privados tenía sentido. Iban aayudarla.Consusmétodos,peroibanaayudarla.

—Yomeocuparédeborraresasfotos, tranquila—leaseguróPauenunintentodeconsolarla.

—Nopuedopagarosmásdinerodeloacordado—dijoGuadalupe—.Estodo lo que tengo… He tenido que dejar de fumar para poder juntar esedinero.Y,comoconesonoconseguíareunirbastante,unaparteselatuveque

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pediramimadre.Mesorprendióquenomehicieramuchaspreguntas.Debedeserlaprimeravezenlavidaquemeechauncable.

Paurespiróhondo.Parecíamayordeloqueera.—Notienesquepagarnosmásdinero,Guadalupe—ledijo—.Esetíoes

unindeseableyhasubidotusfotossintuconsentimiento;voyaborrarlas,notienesquepagarmenadamás.

Guadalupe y Sonia (sobre todo Sonia) miraron a Pau con unagradecimientoinfinito.Paullevabalasgafasdesolpuestasotravez.Estabanencasayllevabapuestaslasgafasdesol.Solíahacerloamenudo.Paraquenadie pudiera ver su reacción, lo que le pasaba por dentro. Por diversasrazones,ynoeralamenorquelehubierapuestolaszarpasencimaaSonia,estabadeverasfuriosoconaquelJesús,teníaganasdepartirlelacara,esoeraloquelepedíaelcuerpoyasíeracomomuchasvecessearreglanlascosasqueestánalmargende la ley,peroconfiabaenencontrarunasoluciónmásinteligentealproblema.

—Guadalupe, necesitamos toda la información que nos puedasproporcionar,yque teguardes lomenosposible.Esperoque loentiendas…—Soniaintentabatransmitirleconfianzaconsuspalabras.

—Mimaridoyyopasamosunamala racha.Él se lio conunachicadelconcesionario, estaban todo el día juntosvendiendocochesypasó.Ella eramuy joven.Yo quise vengarme.Le perdoné, él se arrepintió, pero yo teníapesadillasporlasnoches,veíalacaradeesaniñataquesehabíafolladoamimarido,nopodíadormir,nopodíatenerrelacionessexualesnormalesconél,lloraba sin parar, me obsesioné con el tema. Me sentía humillada,abandonada…Yo nome había casado para eso. Durante casi dos años, élllevó una doble vida. Se follaba a las dos. A la chiquita y amí. Debía degustarlevivir así.El casoesquegracias a esacríanuestra relaciónmejoró,dicen lospsiquiatrasqueesporqueellos se sientenculpables.Lloréy lloré,cogíunadepresión,adelgacé,estabasiempretriste,noibaalapeluquería,nomepintaba,nomearreglaba…Mimaridomehabía traicionado. ¿Sabéis loqueeseso?¿Quelapersonaalaquemásquieresenelmundotetraicione?EntodoelsupermercadosesabíaqueJesúsesunmujeriegoincorregibleyqueseacuestaconcualquieraquesedeje.Ha tenidoaventurasconmuchasdemiscompañeras.Asíquemedejéseducirporquequeríavengarmedemimarido.Al principio, confieso queme gustó. Jesús esmuy atractivo e hizo quemesintiera jovendenuevo.Hicede todoconél.Mimaridohabíaperdido todointeréssexualenmí,siemprelohacíamosenlamismaposturaysiempreteníaque llevar yo la iniciativa. Jesús era unamáquina sexual, se esforzaba por

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complacerme, sededicabaa lamer todomicuerpo, todomicuerpo,eraunaauténticagozada…

LacaradeSoniayPauescuchandoaquelloeraunpoema.—Yo no fui consciente en ningún momento de que me estuviera

grabando. Comencé a sentirmemal.Mimarido sospechaba y yome sentíaunamentirosa.ProntopesómáslaculpaqueelplaceryquisedistanciarmedeJesús,peroélnomedejó.Meseguíaacasa.Mellamabaalteléfonomóvilatodas horas. Me cambiaba los turnos. Me ponía siempre de noche, paracoincidir con él,me tocaban todos los inventarios, luego quería llevarme acasaencoche…Deuninventarioacabamosmuytarde,erancasilastresdelamañana,mimarido estaba fuera, en una convención comercial, no es fácilconseguirtaxialastresdelamañana,asíqueaccedíavolveramicasaconJesús,peroJesúsnomellevóamicasa,mellevóaunazonaindustrialymedijo:«Sinotedejas,teviolo».Ymedejé.Pormiedo.Medejé.Aunquetuvela sensaciónde estar siendoviolada todo el rato, porqueyonoquería estarallí,yoqueríaestarenmicasa,durmiendo…Noquieroquevuelvaapasarnadaparecido,tengomiedo,poresooscontraté.Nopuedopermitirmeperdermi trabajo. A mi marido le han bajado mucho las comisiones en elconcesionario.Lascosasnonosvanbien.Lagente,conlacrisis,nocambiatantodecoche.Hemospedidounasegundahipotecadelacasa…Tenemosalosdoschicosenlauniversidad,unodeellosnohasacadonotaparaentrarenla pública y está estudiando medicina en una universidad privada que mecuesta un dineral. No puedo perder mi sueldo ahora. Llevo veinte añostrabajandoenesesupermercadoynoséhacerotracosa,tenéisqueayudarme,porfavor…

—La ayudaremos, no se preocupe. —El tono de voz de Pau era tantranquilizador que hasta Sonia creyó que podrían resolver bien aquel lío—.ComenzaréporborrarelrastrodesusfotosenInternet.

—Y aparte de eso, tenemos que conseguir que trasladen o despidan aJesús,eslaúnicasoluciónaesteproblema—dijoSonia.

—¿Ycómovaisaconseguireso?—preguntóGuadalupe.—Aúnno lo sabemos—respondióSonia—,peroesecerdonose saldrá

conlasuyasipodemosevitarlo.¿Hay alguna compañera tuya que haya vivido una situación parecida y

quepuedadenunciar?Guadalupesequedópensandounrato.—Nosolemoshablardeesto,perotodaslasquehantenidounaaventura

con Jesús, que yo sepa, están casadas o tienen novio, por lo que pueden

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encontrarseensituacionesparecidasalamía.—Entiendo.PauySoniaacompañaronaGuadalupealasalida.Aquellanochehabían

perdido el apetito por completo y no les apetecía cenar nada. Hacíamuchísimo calor, peroSonia no quería poner el aire acondicionado, por nogastar. Guadalupe solo les había pagado un anticipo de lo pactado, notendrían todo el dinero hasta que no resolvieran el caso. A media nochecomenzó a llover. Pau y Sonia se quedaron un rato viendo la televisión, elabsurdo programa que echaron en la cadena que estaba sintonizada, sinmolestarseenagarrarelmandoparacambiarlooapagarelaparatoyextinguirlaalgarabíadelagentequeseinsultabaenlapantalla,sinescucharjamásanadieysinacertaradecirnadaquemerecieraserescuchado.Elefectoqueelespectáculo producía los adormeció y si hubieran estado conectados a unamáquina se habría visto cómo se aplanaba su encefalograma. Luego seacostaronenlamismacama,decididosatrazarelplandeataquealamañanasiguiente.Denochesolohayoscuridad.Denochenohayquepensar.

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SoniaestabadeunhumordeperroscuandoEstheraparecióporsucasa.—Tieneselteléfonofueradejuego…—leafeóEstherasuamiga.Sonialamiró.Noleapetecíamuchohablardelasunto,peroledebíauna

explicaciónaEsther.Acualquierotrodesusamigosnose lahubieradado,peroEsthereraespecial.Laqueríadeveras.

—Me han cortado la línea, Esther, por falta de pago…—Sonia no seatrevíaamirarasuamigaalosojosmientrasleconfesabaesto—.Noloestoypasandobien,desdequesehamarchadoKevin.Noqueríapreocuparte.

Esther se quedó con la boca abierta. Ya imaginaba que Sonia no iba apasarlodemasiadobiensola,teniendoquehacerfrenteatodoslospagos,peroellavivíasolatambiénysalíaadelante,asíquesiemprehabíapensadoquesuamiga sabría hacerlo. No dudó en decirle lo que le tenía que decir. Soniaveníaasercomolahermanapequeñaquenotenía;cuidardeellaeraalgoquelesalíadeformanatural.

—Nome importa prestarte algo de dinero, Sonia, si lo necesitas.Hastaquesalgasdelpaso.Sabesquemelopuedespedirconabsolutaconfianzayquesiemprepuedescontarconmigo.Notendríaproblemaendejarte…¿Contresmilaguantasunatemporada?Yyameloirásdevolviendocomopuedas,hastaquelevantescabeza.

Soniamirólargoratosutazadecafé.EraunadeesastazasconeslóganesoptimistasqueellahabíacompradoparaKevinenunarrebatodeentusiasmo,algunodeaquellosdomingosque,cuandoestabancasados,solíanpasarenlaFnac,comprandolibrosodiscosdeoferta.Poníaenletrasdecoloresalegres:«Sonríe,hoyesungrandíaparaestarorgullosodequiéneres»,peroSonianosesentíanadaorgullosadesímisma.NoseatrevíaamiraraEstheralosojosyellalosabía.

—Voya transferir tresmileurosa tucuenta,Sonia,nisiquiera tenemosque hablar de esto; no estoy en mala situación económica, me lo puedopermitir.Llevotodalavidatrabajandoytengoalgúndineroahorrado,nome

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ha ido mal. Si quieres, puedes devolverme el dinero en diez plazos detrescientoseuros,¿teparecebien?

Sonia asintió con la cabeza. Tenía ganas de llorar. Se sentía una niñapequeña,protegidaporsumadre.Odiabatenerunamadreenferma.Notenerpadre.Sentirsetansola.Tandébil,enaquelmomento.

—Vale,puesnohayquehablarmásdeesto.Luegomepasasun recibodondeaparezcatunúmerodecuentayyomeocupo.Yrecuperatu líneadeteléfono,porfavor,quieroqueestéslocalizable.

Sonia contestó con un tímido «vale». Su amiga le acababa de hacer unfavorenorme,noestabaparadiscutirconella,peroaquellosdíasenlosquesehabíaquedadosinteléfono,realmente,nohabíaechadodemenoshablarconnadie.

—Bueno, punto dos. —Esther había llegado a casa con la escopetacargada,estabadispuestaaafrontarclaramentetodoloquelepreocupaba—:Paumehacontadovuestroplan.

—¿Pau?—seextrañóSonia—.Puesnodeberíahaberlohecho.—Yomealegrodequelohayahecho.Asípodemoshablar.Parecequela

únicaquepiensaenlasconsecuenciasaquísoyyo.—Estherestabarealmentepreocupaday se le notaba en la expresión—. Imaginoque ni esos tresmil,aunque te lleguen mañana mismo a tu cuenta, te harán dejar el caso, ¿meequivoco?

AhoraSoniasíencontróvalorparamirarasuamigaalosojos.—Esunacuestióndeamorpropio,Esther,necesitosentirquevalgopara

algo.EstherseimaginabalarespuestadeSonia.Asíquenointentópresionarla

paraqueabandonaraaquelasunto.—Sinoheentendidomal,Pauatacaráhoydesdeelladooscurodelareda

Jesús, con las imágenes que habéis encontrado en su teléfono, de formaanónima,llegaránesasfotosasucuentadecorreo,paraquesepaquealguiensabequeestásubiendocontenidopornográficoalaredsinelconsentimientodeesasmujeres,¿meequivoco?Entiendoquelaestrategiaesasustarle,¿no?

—Esoes.—FuelabreverespuestadeSonia.—¿Nohabéispensado,niPaunitú,enlaposibilidaddequeJesúspaseal

contraataque?Esdecir,quenosolonoseasustealencontrarseesemensajeensucuentadecorreo,sinoquepuedadenunciaros.

—Nocreoquedenuncie.Tienemuchoqueperder.—¿Y si tuviera otro tipode reacción, digamos,menos legal?Esto es el

mundo real, Sonia, no sé si en toda esta historia haces análisis de

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consecuencias.Peronoseríainconcebiblequepasara.ASonianise lehabíapasadopor lacabezaqueJesúspudierabuscarles

lasvueltasyEsthersediocuenta.—Nosepuedejugaraserdetective,tratardeacorralaraalguienypensar

que va a ir todo como la seda, Sonia. Lo más normal es que pasen cosasmalas.Elmundoestállenodegentemala.

«Elmundoestállenodegentemala»,sonóenlacabezadeSonia,comounecoextrañoydifuso.

—Tengoquearriesgarme,Esther.Notemas.Yasabrédefendermesipasaalgodeesoquesugieres.

—¿Y cómo? ¿Me lo puedes explicar? ¿Cómo coño vas a defenderte sivieneun tíomuychungoy teesperapor lanocheenelportalantesdequeentres en casa para darte una paliza? ¿Sabes acaso boxeo o algo parecido?Porquecreorecordarqueno…

—Nohayquedramatizar,Esther.Esosolopasaenlaspelículas.LomásprobableesqueJesússecagueporlaspatasabajocuandosepaquequienhaencontrado su teléfono sabe la verdad sobre él y encima le ha jaqueado elcorreo.Hemosaccedidoalomássuciodesuvida.Estácasado.Tienehijos.Lomáslógicoesquequierapedireltrasladodecentroysalircorriendo.

—Precisamenteporqueestácasadoyquizávivacercadeltrabajo,noserátanfácilquepidaesetraslado.¿Cómodiabloscreesqueselovaaexplicarasu mujer? Es encargado de una gran cadena de supermercados. Manejadinero.Seráfácilquelepagueennegroaalguienparaqueosparta lacara.Yaqueno estás dispuesta a escucharme, haz el favordeno andar sola unatemporada.

—Estábien…—¿Estábien?¿Seguro?Noquieroiravisitartealhospital…—Esonopasará,Esther,tranquila.Pauesbuenoconlosordenadoresyno

dejará ningún rastro. Además, Jesús ni siquiera le conoce. Pensará que esalguien del supermercado, que le ha birlado el teléfono y que buscadesquitarseporalgunaputada.Dehecho,eslomásprobable.Mehiceconelcacharrocuandovolvimosalcentrocomercialymeinvitóatomarunúltimocafé en su despacho, aprovechando que se fue al servicio y se dejó laamericanacolgadaenlasilla.Siseponeabuscaralchantajista,loharáentreelpersonalquetieneasucargo.

Estherdejóescaparunlargosuspiro.—Enfin.Esoespero.Tienesquedevolvermelaviruta.

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Soniarioporprimeravezentodalamañana.Hacíauncalorhorribleencasayelcaloryelmonodetabacolateníandemuymalhumor.SealegródetenerunabuenaamigacomoEsther.Sinamigos(delosdeverdad,nolosdeFacebook)lavidaesmuchomásjodida.

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—Quédate a comer conmigo, anda, desde que semarchóKevin como solacasisiempreynoestoyacostumbrada—lesuplicóSoniaaEsther.

—¿Y Pau? Sois casi un matrimonio. No he visto dos amigos quecompartanmástiempojuntos.

Sinsaberporqué,aquelloincomodóunpocoaSonia.—Está con Mariluz. Ya sabes que cuando vuelve lo trae loco. Me ha

prometidoquevolveráestanoche,parajaquearelcorreodeJesús,vaciárselo,hacerseuna copiay enviarle las fotosyuna amenazadel tipode: «Eresuncerdoypiensodelatartesinopideseltraslado,yanotesoportamosmásaquí.Huelesmuymal».

—¿Esunpocolargo,no?—dijoEsther,quisquillosa.—Bueno,esclaro.Necesitamosqueentiendaelmensaje.—Mequedoacomer,vale.Dehecho,voyasalirahacertelatransferencia

y a comprar algo de comida, tienes la nevera vacía. Traeré algo decente ycocinamospasta.Necesitashaceralgodevidanormal.Después,daremosunpaseo. Hasta que llegue Pau no quiero que pienses en esto. Estás un pocobloqueada,medalasensación.

Soniasabíaqueeraverdad.LevendríabienqueEstherlacuidaraunpoco.Esatransferencialesalvabalavida.Noteníaclaroqueconsiguieraresolverelcaso en una semana, que era cuando llegarían los vencimientos de susfacturas. Además, por si fuera poco con la hipoteca, aquel mes tenía quepagarelsegurodelcoche.Ynohabíahechofrentealpagodelacontribucióndelacasayacumulabarecargo.Estabacansadadedeberdineroydeirconelagua al cuello. Estaba inquieta por el ciberataque de Pau, no dudaba quesabríahacerlo,pero tenía algodemiedodeque Jesúsacabaraatandocabos(ella,ladesaparicióndesuteléfono,laintrusiónensumail,ellaotravez…)ypudierahacersereallaamenazaqueEstherhabíaplanteadocomohipótesis.

Degolpe,ledabaalgodemiedovivirteniendoquemirarparaatrás,paraversialguienlaseguía.Sepreguntósienadelanteseveríaobligadaapasarse

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la vida cubriéndose las espaldas. Pero tendría que acostumbrarse a esasensación.Nolequedabaotroremedio.

Además,algopreocupabaaSonia.Habíarecibidounaofertaparavenderel piso y lomás coherente con su situación era aceptarla.No ganaba ni uneuroconlaventa,peroconseguíapagarladeudadelahipoteca.Afavordelaventa estaba que se quitaba un peso de encima; en contra, que tendría quetrasladarse y buscar un piso más pequeño y más económico, de alquiler.Pesaba en su ánimo el separarse de Pau. Sabía que si vendía el piso, y semudabaauntétricoagujerodealquilerdecuarentametrosysinluz,encimaseveríanmuchomenos.

—¿Porquénocomprascarabineros?—lepreguntóaEsther—.Podemoshacerpastaconcarabineros.Hacesiglosquenolacomo.

—Para ser pobre tienes el morro muy fino, tú —dijo Esther con unasonrisamientrassalíaahacerlacompra.

SoniasabíaqueEsthervolveríaconloscarabineros.Seloshabíapedidoporque esa era la comida preferida de Pau: pasta con carabineros. Y hacíamesesqueellanopodíaprepararla.SoniasemoríadecelosdeimaginarseaPauenlosbrazosdeMariluzy,comonopodíahacerotracosa,queríacocinarpara él, pero no pensaba decírselo a Esther.Qué pensaría Esther de ella siconfesabaque,últimamente,teníaaPauenlacabezatodoeltiempo.

Antesdeirse,Estherpreguntó,contodoeltactoquepudo:—¿Cómoestátumadre,Sonia?—Como siempre—dijo ella de forma lacónica—.Mi madre solo sabe

darmeproblemas.Essutrabajo.Ahoralehadadopordecirqueuncochedepolicíalaatropellóyquelehalesionadolarodilla.Estátodoeldíaconeso.Dicequeleduelemuchoynopuedesalirdecasa.Ledadineroaunavecinapara que le haga la compra.Mepreocupa, la verdad.Yano sabedistinguirqué es real y qué no,meparece que al final ha perdido la cabeza.Deberíaestar acompañada todo el día, pero me resulta imposible pagar a alguien.Hagoloquepuedoporatenderla,perosuponeundesgastehorribleparamí.

Estherselopodíaimaginar.—¿Entonces,Roma…?—preguntó.—Paraotravida,metemo.—FuelarespuestadeSonia.—¿Ysibuscamosaalguienquelacuidetresdías?—volvióapreguntar

Estherdemanerainocente.—No puedo asumirmás gastos, Esther. Estoy en el límite.Ni un gasto

quenoseaimprescindible.Esther…—Dime.

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—Estoycansadadeserlafuerte.Esthernoentendió.—Estoycansadadequemimadreseapoyeenmípermanentemente.De

tenerqueserlafuerte.Desdequemuriómipadreesasí.Mimadreserompióy yo cuido de ella.Yo era una cría cuandomi padre se suicidó, lo normalhabríasidoquemimadrehubieracuidadodemí…

Estherlorecordabatodo,peronoqueríahablardeello.—Estoycansadadequemimadrecuente conqueyo levoya sacar las

castañasdelfuego.Sonialafuerte.Sonialaquenollora.Sonialaquepuedecon todo, Sonia, Sonia… ¡Yo tengomi vida, también!—gritó Sonia—. ¡Yellanomedejavivirla!

Soniasederrumbóycomenzóallorar.Esthernosupocómoconsolarla.—Yaves—dijoSoniaalfin—.Laschicasdebarriotambiénlloran…Estherteníaelcorazónenunpuño.SeacercóaSoniaylerozólacara,en

actitudcariñosa.—Esteeselmomentoenelquelamentoquenoestemosenmicasa—le

dijo—. Ahora te pondría un buen disco de Billie Holiday cantando susmiseriasyteayudaríaasobrellevarmejorlastuyas.

—Ya sé que es tu cantante favorita, pero ya me perdonarás, nunca heterminadodepillarleelpunto—murmuróSonia.

—Nolepillaselmensaje,másbien.Deldolorsupohacerbelleza.ParalosbajonescomoestequetienestúahorayousoI’llGetBy.

Yempezóacanturrear:

Thoughthereberainanddarknesstoo,I’llnotcomplain,I’llseeitthrough.

—Miinglésyasabesquedaparapoco—sedolióSonia.—«Aunque llueva / y también esté oscuro, / nome quejaré, / verémás

allá»—tradujoEsther.—Sedicefácil.—Anda,quédateaquí,quevoyacompraralgodecomer.Esthersemarchóahacerlacompra.Queríadarleunpocodetiempopara

que se tranquilizara, porque sabía que lo haría y se repondría rápido. Semarchótristeyalgoangustiada,habríaqueridopoderhacermásporsuamiga.Pero las cargas familiares sondeunoynopueden traspasarse.Esther sabíaquelamadredeSoniaibaadarlemuchaguerraymuchosdoloresdecabeza,

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y así y todo no le quedaba otra que llevarlo. Almenos aquel extravagantetrabajodedetectiveleproporcionabaasuamigaunadistracción,algoquelaapartaba temporalmente y solo a ratos de su grave problema familiar. Lafamilia nos cuida y nos condena y a veces devora sin piedad nuestrasesperanzasdefelicidad.Asíeslavida.Paratodosesasí.

CuandoEsthersemarchóSoniaaúnestabaenpijama.Olíamal.Asudoryatristeza.Porquelatristezahuele,también.Necesitabaunapequeñasacudida,unpocodeoptimismo.Sedispuso a darseunaduchay arreglarseunpoco.Hubieramatadoporencenderseuncigarro,peronolohizo,porquenotenía:buenaideahaberlostiradotodos.Pauestabaorgullosodeelladesdequehabíadejadodefumar.«Esoesmalo»,ledecíaantes,siemprequeellaencendíauncigarro, «eso esmalo». Sonia llevaba ya veinte días sin fumar. Se estabanhaciendolargos.

Soniasiempreseduchabaconmúsica.Sellevabaelteléfonoalbañoyseaseaba escuchando a Robe. En aquel momento, necesitaba sentirse bien,sentirse fuerte. Así que puso una de sus canciones preferidas,De acero, ycomenzóacantarlamientrassequitabalaropa:

Deacerosoydelacabezaalospiesyelcieloessolountrozodemipieldecarneyhuesoparatidecarneyhuesosoloparati.

Sonia,aunquenoloera,necesitabasentirsedeacero.Aunquesolofueraporunrato.Loquedurabaunaducha.Después,yavolveríaalarealidad.Paraesoestá larealidad:paraentenderquesacaradelantelosproyectosdeunoenelmundorealesmuydifícil.Soniaestabamuysudadayagradecióelcontactoconelaguafría.OdiabatenerquevivirsinaireacondicionadoconelcalordeMadrid. Ese era el precio de su divorcio: pasarlas putas económicamentedurante una temporada. Si tenía que elegir entre la soledad y el aireacondicionado, se quedaba con el aire acondicionado. Realmente hubo untiempo en el que ella había llegado a querer a Kevin, aunque no quisierareconocerlo.

Soniadeseabavolveraser feliz.Ysabíaqueeso le ibaacostar.Porunlado,sevivíamuybiensinquereranadie.Eraunaposturamuycómoda.Porotro, se sentía más sola que un perro. O que una perra, porque las perrastambién podían sentirse solas. «Y no me escondo casi nunca detrás de uncristal/ynomecortocuandoquierovolar».Soniaqueríavolar.Aunqueteníamiedo de pegarse un buen porrazo cuando tocara con los pies en el suelo.

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«¿Dóndeestás?,¿quiénesquién?»,seguíacantandoRobe,«sitúnovuelves¿dónde va a florecer?». Sonia tenía mucho miedo de que su corazón novolvieraaflorecernunca,dequefuerayaparasiempreuntrozodecarnesecoyvacío.

Sin sabermuybienporqué, esas cosasextrañasquepasanen lavidayque hacen que tenga sentido vivirla, Sonia se prometió a sí misma que siresolvía el caso con éxito iría sola a un concierto de Robe. Tenía muchasganas de conocer a Robe. Podría decirle algo así como: «Siempre que heestadojodidaheescuchadotumúsica».Yesquelamúsicaesunamedicinatambién.Nossalvadenosotrosmismos.

Ahora que no estabaKevin, Sonia quería comenzar a hacer cosas sola.Peroantes,recordó,teníaqueterminaralgo.Habíallegadolahoradecazar.Yseibaavestiradecuadamenteparalacaza.«Algomedicequenopuedeser/dejadmesolo,quierorespirar».Soniarespiró.Sesentíamejor.Yasabíacómoenfocar la conversación con Jesús, cuandovolviera averlo al día siguiente.Robelehabíadadolaclave.

AntesdeperdersuconexiónaInternetsehabíainformado:Robetocabaafinal demes enBilbao. Si se le daba bien, Sonia habría resuelto el caso ypodría ir a verlo. Bilbao había sido el escenario de varias infidelidades deKevin.Estaríabienvolver,sola,paraaplaudiraRobe.

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Sonia había dormidomal. Pau había lanzado el ciberataque contra Jesús lanocheanterioryesolahabíapuestonerviosa.Porlamañanadebíaenfrentarseadossituacionesquenoleapetecíannada:primero,lainmobiliaria;después,el reencuentro con Jesús. Sonia no sabía bien cuál de las dos cosas leincomodaba más, solo sabía que ambas eran un marrón que ya no podíaaplazarsepormástiempo.

—Tesientabienesevestidoazul,Sonia,deberíasponértelomás—ledijoenvozbajasuprimo,unavezqueellahubofirmadolospapelesdelaventadesupiso.Sonialemirócontristeza.

ElprimodeSonia,Eduardo,eraunchicoespabilado.Siemprehabía idoporsucuenta.Tuvotiendasdemueblesyunaflotaenteradecamionesasuservicioconveintepersonastrabajandoparaélydispuestasaamueblarcasas.Esofueantesdelacrisisde2008.Suempresaquebróyahorasededicabaavender casas. Podía parecer que era mal momento para el ladrillo, peroEduardosabíaapañarsebien.Sonia,yaqueteníaquevendersucasasíosí,prefirió dejarlo todo en manos de la familia. La familia siempre es deconfianza.Y Eduardo se ocupó de todo.Había encontrado comprador, unapareja de chinos: pagarían en efectivo y Sonia liquidaría su deuda con elbanco.Eraunbuentrato.

AsíqueSoniaaceptó.—Una chica guapa como tú nopuedevenirse abajo solo por vender un

piso…—laadulóEduardo.Suprimoparecíamuycontento.Seguramente,sehabíaganadounabuena

comisión con la venta. Sonia no quiso preguntar. Le había encargado untrabajo y él lo había cumplido: «Queme llegue para pagar la deuda con elbanco,noquieronadamás»,lehabíadichodosmesesantes,yEduardohabíacumplidoconloacordado.

SoniamiróunmomentoelcuadroqueEduardoteníacolgadoenlaparedde su despacho: La batalla de San Romano, de Paolo Uccello. Sonia sepreguntó por qué le gustaría a su primo ese cuadro, ella solo veía lanzas y

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sombrerosflorentinosyunextrañocadáverenelsuelo,queyacíabocaabajo.Todoenelcuadro,queeraunasencillacopiadeltrípticooriginal,leresultabaun poco desasosegante. Su primo, que se percató de su curiosidad por elcuadro,notardóendecirle:

—Duranteun tiempo,queridaprima,medediquéavenderobrasdearte—dijo Eduardo con una enigmática sonrisa—. Creo que en la vida hecomerciadoconcasitodo,conprácticamentetodaslasmercancíaslegalesquesepuedencompraryvender.Tambiénconcuadros—siguiódiciendoconunpequeño tono de amargura en la voz—. Me especialicé en artecontemporáneo. No salió bien. Los artistas son complicados. Gentesusceptibleyllenadecomplejos.Todoeramuydifícilconellos.Cerrartratoseracansado,meexigíaundesgastebrutaldeenergía.Perofui feliz,duranteese tiempo.Másquecuandovendíamuebles.Sivendesunamesadecristalparaunacasanuevanosientesnada,solocalculastucomisión;sinembargo,cuandovendesuncuadrosientesalgoespecial,comosihubierasconseguidounpequeñologro,comosifuesespartedealgoimportante.Muchoscuadrosdelosquevendínoerangrandesobrasdearte,perotodosfueronimportantesparamí.Nosabríadecirteporqué,peromehacíasentirbienformarpartedeaquelnegocio;eraalgotanespecialqueavecesinclusomeolvidabadequeeraunnegocioyqueelmargenparamíerairrisorio.Cuandodecidídejarloydedicarme a vender casas, quise traerme esta copia al despacho, para noolvidarmedeesaépoca.De todoseaprende.Ahoramevamejor.Lascasassonmásfácilesdevenderqueloscuadros,aunqueparezcaunaparadoja.Sonmáscaras,perotodoelmundonecesitaunacasa.Sincuadrossepuedevivirperfectamente,¿nocrees,Sonia?

Soniaarrugólafrenteycambiódetema.Noteníalacabezaparahablardearte.Perosequedóconunaideadeaquelladisertaciónlaboraldesuprimo:empezabaagustarlesersupropiajefaynotenerqueresponderantenadie;sesentíaútilensulaborymásfelizquecuandorealizabahorriblesyaburridostrabajosadministrativosparaunajefatiránicaquelatratabamal.Seaprendedelaexperienciadirectaconlascosasyellaestabaaprendiendomucho;sobretodoestabaaprendiendocosassobresímisma.

—Supongo —retomó Sonia la conversación—. ¿Qué tal por casa,Eduardo?—preguntóconparsimonia.

—Todobien,yasabes.Vencuandoquierasatomarcafé.Teechamosdemenos—dijoEduardoamablemente.

Lamadre de Eduardo era hermana del padre de Sonia. Físicamente, separecíanmucho.DesdequesupadrehabíamuertoSoniasehabíadistanciado

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unpocodesufamiliapaterna,eracomosiquisieraevitaratodacostaquelepreguntaranporalgodeloqueellanoqueríahablar.

—Estoy terminando un curro un poco estresante. Si va todo bien y loencajo,mepasolasemanaquevieneytomamosesecafé.

—Mimadresealegrarádeverte.Nosésipreguntarportumadre…—Mejorqueno—respondióSonia—.Siempreacabollorando.Los dos primos se dieron dos besos, se dijeron cosas amables y se

despidieron.Soniateníadossemanasparafirmarlaescrituraenelnotarioyabandonarsucasa.Loschinosnoledejabanmásmargen.ASonianuncalehabían caído demasiado bien los chinos. Y ahora, seguramente, eso iba aempeorar. Nadie está preparado para perder su casa y Sonia tampoco loestaba.Perointentóencajarelgolpesindramatismo.

Ahoraveníaelpasodos.EnfrentarseaJesús,denuevo.—Hombre,mira por dónde, si es lamismaCarla Bruni…—dijo Jesús

cuandolavioentrarensudespacho.—¿Aquéhavenidoeso?—seextrañóSonia.—¿Notelohandichonunca?¡Nomelocreo!Osdaisunaire.Túestás

másgordita,esverdad,peroosparecéismucho…Sonia pensó que Jesús era estúpido. Vaya forma de conversar con una

mujer, diciendo: «Tú estás más gordita…». Así era imposible que unaconversaciónfueraapararabuenpuerto.

—Sí,algunavezmelohandicho—dijodespacioSonia,paratemplarelambiente.

—¿Yquétetraeporaquí,sipuedesaberse?¿Quiereshacerotraencuesta?—LavozdeJesúseragrave,roncaycortante.

Sonia pestañeó.No teníamiedo.No podía tenerlo.Movió los piesmuyligeramente,comoparadejarlosbienplantadosenel suelo,estabanerviosa,pero noquería que se le notara.En la pared de su despacho Jesús tenía uncalendario con láminas de pintura. La de aquel mes era San Mateo, deCaravaggio.Enelcuadro,unángelcasiadolescenteguía lamanodel santosobre lasescriturasyaSonia le resultócuriosoqueelángel tocarael suelocon sus pies desnudos.Era un cuadro sinmisticismo, sin arrogancia, y conunafuerzabrutal.Sonianuncahabíapensado,hastaesemomento,enloquedicendeunapersonaloscuadrosquetieneenlapared,aunquefueracomoenelcasodeJesús,unasimpleláminadecalendario.Ella,ensupiso,noteníaunsolocuadro.

—Nadaenconcreto, solopenséenvenira saludar…—dijoSoniaeneltonomásnatural que supo encontrar,mientras seguíamirando el cuadrode

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Caravaggio.Jesúsleechóunamiradaferoz.Haygentequesabereconoceralvuelolas

mentiras,cuandolastienedelante.PeroJesúsnoeraunadeesaspersonas.OalmenosesoquisocreerSonia.

Jesús la miró recelosamente. Tenía los ojos de color azul pálido yacuosos.

—Dimequenotellevastemiteléfono—lesoltóabocajarro.—¿Tuteléfono?Nosédequémehablas…Notengo tu teléfono.Nosé

para qué lo querría, además. Oye, si te molesto, memarcho—dijo Sonia,desafiante.

Jesús se calmó. Estaba casi seguro de que había sido alguien delsupermercado,eraconscientedequesehabíaganadomuchosenemigos,perono descartaba ninguna opción. Su teléfono era demasiado importante comopara asumir así, sin más, que podía perderse. Contenía informacióndemasiadocomprometida,demasiadopeligrosa.

—Estábien,disculpa.Loperdíeldíaque teconocíy,noséporqué, loasociécontigo.Dehecho,penséquenotevolveríaaver—sesinceróJesús.Después,parpadeóalverlaysonrióamedias.

—Medejas perpleja. ¿Crees que soyuna robateléfonos? ¡Soyprofesoradeuniversidad!—sedefendióSoniametiéndoseensupapel.

—¿Ycuálmedijistequeeratuespecialidad,Sonia?—preguntóJesúsenuntonosúbitamenteinquisitivo.

—No te lo dije. Pero soy profesora de Lengua Española. Por eso meinteresaellaísmo.¿Recuerdas?Deesoeralaencuesta…

—Sí, sí, la encuesta… —Jesús se quedó en silencio un rato antes depreguntar—:¿Porquéhasvenido,Sonia?

—Nosé…porversiteníasentidovernosotravez,supongo.Soniasabíasonreír.YlededicóaJesúsunadesusmejoressonrisas.Jesús

nodijonada.ASonialeparecióunpresuntuoso.—Imaginoquenotienesentidoyqueesmejorquemevaya…Jesússeechóareírderepenteychasqueólosdedosantesdedecir:—Soyunhombrecasado.Nopuedoquedarsiemprequemeapetezca.No

puedes entrar en mi despacho siempre que quieras. Si quieres jugar, hayciertasnormasquetienesquerespetar.Soyyoquientellamo,soyyoquientebusco.Túsoloesperas.Veoquetehasfijadoenlaláminadelcalendario.Esnormal,esuncuadroquellamalaatención.¿SabesquenoseloaceptaronyCaravaggio, el pintor, se vio obligado a pintar otro?—Jesús tenía la carapétreayungestoagrioenlaboca;tambiénletemblabaunpocolavoz—.El

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segundo cuadro que pintó esmuchomás convencional, el ángel está en lasalturas, sin tocar el suelo, siguiendo la tradición y los cánones de lasautoridadeseclesiásticasdeentonces.Estecuadro,elquevesahí,noexiste,fue destruido en los bombardeos sobre Alemania en la Segunda GuerraMundial.¿Unapena,verdad?Nopongasesacara,quenosoyunexpertoenarte. Todo lo que te he contado lomiré en Internet.Me intrigó la imagen,cuando volví la hoja del mes, y un día que andaba aburrido me hice unpequeñomásteralrespecto.Eslobuenodelaeradigital,puedessabermuchodealgoosobrealguienenmuypocotiempo.Soloescuestiónderastrearconunpocodeastucialainformaciónquepululaporahí.

Soniaasintió,sinestarseguradeentenderloqueocurría.—Turelaciónconmigoserácomoesecuadro:seductorayconfidencial—

gruñóJesús,amododeresumen.Sonianosabíasiaquelloqueacababadeescucharibaenseriooerauna

broma de mal gusto. ¿Era posible que hubiera mujeres que aceptaran unarelaciónasí?Apesardetodo,nosemovió.Nohabló.Serascólacabeza,muydespacio, con mucha suavidad. Sonrió un poquito y dijo con una vozprácticamentemuerta:

—¿Deverascreesquemeinteresaalgoasí?—Piénsaloconcalma.Soyunhombreconrecursos.Podemosiracenarel

próximolunes.Loslunessondíastranquilos—volvióagruñirJesúsalavezquelevantabalascejas.

—¿Esoquieresquesea?¿Lachicadellunes?¿Tienesunaparacadadía?—dijoSoniasuavemente,mojándoseloslabiosyahúmedosconlalengua.

—Noseasantipática—dijoJesús,seco.—Sí, voy a ser antipática. No me interesa un trato así. No es lo que

quiero.Noséquétehaspensado,pero…Jesússelevantódelasilladesudespachoylahizocallar,poniéndolela

manoenlaboca.—Quieroquecenemosjuntosestelunes.Yyaveremos—bramó.—¿Tengoaspectodeserunazorrasinningunadignidad?¿Túquétehas

creído?—gritóSonia,perdiendounpocolospapeles.Jesúsletocóelculo.ApretólanalgadeSoniaconfuerza.Aella,aunque

noestabadispuestaareconocerlo,legustó.—Esperahastaellunes.Sidicesque«no»seráque«no».Perosiquieres,

merecerálapena—graznóJesús.Soniahizounamueca.JesúslerecordóaRamsayBolton,unpersonajede

JuegodeTronos,unpsicópataquedestruyeasusvíctimascon torturas.No

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quedaba ni rastro de su antiguo parecido con Paul Newman. Era como sihubierasufridounametamorfosis.

—El lunes, está bien—contestó, tras un carraspeo—. En el restauranteBacoalasnueve.¿Loconoces?

—Porsupuesto—dijoJesús,alavezquesonreíacomosilealiviarahaberterminado ya con aquel mal trago—. Allí estaré. Sé puntual, no me gustaesperar.

—Amítampoco—dijoSoniaamododedespedida.Esofuetodo.LairabrillabahermosaenlosojosazulesdeSoniacuandosemarchó.De

todaaquellaextrañahistoria,estesegundoencuentroconJesúshabíasidoconmucho lo más desagradable. Aunque todo, ya se sabe, puede empeorarsiempre. Faltaban unos minutos para las dos. Sonia se dirigió a su casa acomer y pensó que podía comenzar a embalar ya sus cosas. Mientrasguardaba su vida en cajas podía olvidarse de todo lo demás. Tenía que serfuerte,deacero,comoRobe.

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CuandoSoniaentróensucasaloencontrótodopatasarriba.Suropaestabatiradaporelpasillo,todaslaspuertasestabanabiertas,cuandoellasiemprelasdejabacerradas,ytodaslaslucesencendidas.Tuvoclaro,nadamásentrarensu piso, que alguien había estado allí. Es una sensación muy perturbadoracomprobar que alguien ha entrado en tu casa y ha estado removiendo tuscosas.Soniasequedópetrificada.Nosabíasiterminardeentraromarcharsecorriendo,lediounataquederisanerviosaalvertodassuscosasporelsuelo.Recordó,deformaautomática,lashistoriasdeRaymondChandlerquehabíaleídoypensó:«Loschantajistasnomatan,nena,¿osí?».

Muertademiedo,entróenelsalón.Habíanremovidohastaloscojinesdelsofá.Habíantiradovariasestanteríasde librosalsuelo.Habíanrotofiguras,jarrones, fotografías.Todoestabaporel suelo,desparramado,hechoañicos.Pensóenllamaralapolicíacuandorecordóquenoteníalínea.Eralaprimeravezqueechabademenossuteléfonodesdequeselohabíancortado.

De golpe, sintió cómo la agarraban por detrás y la apuntaban con unapistola en la sien. Sintió frío y se echó a temblar. «Nodigas nada, ni se teocurragritar o te vuelo los sesos», le dijo su captor.Sonia cerró losojosypensó,quéremedio,quedeberíahabersetomadomásenseriolasaprensionesde su amiga Esther. Sonia comenzaba a asimilar lo que estaba ocurriendo.«Siéntate»,dijoelhombre,yella,obediente,sesentó.Cuandoteapuntanconunapistolaytuvidaestáenjuegonodiscutes.LospeligrosdesconocidossonlosqueinfundenmástemorySoniaestabaliteralmenteaterrorizada.Mientrassuagresorlaatabaalasilla,ellapudoobservarqueteníaelcuellogordoylasmanosfeas.ASonialeextrañóquenollevaraguantes.

Elagresorlecolocóunavendaenlosojosyotraenlaboca.¿Aquelloeraun secuestro?, se preguntó Sonia. Enseguida descartó la idea. Nadie iba apagaruneuroporella.NisiquieraPau.Ellanovalíanada.Loúnicoquepudoverantesdequelevendaralosojosfueaunhombredeunoscincuentaaños,que vestía todo de negro, con una chaqueta de deporte con capucha, y queteníaunapobladabarbaquedejabaverpocodesucara.Ylopocoquehabía

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podido ver de él le había recordado a JosephConrad.Verdaderamente, eragracioso, pensó Sonia. Si tengo que explicarle esto a la policía solo puedodecirles:«Unhombreparecidoa JosephConradmehaatacadoyno séporqué».

—SeñoraRuiz, esto la supera—dijo su agresor cuandoya la tuvo bieninmovilizada—.¿Nosehadadocuenta?—EltonofríoydespectivodeesaspalabrasprovocólairadeSonia—.Cuandoheentradoensucasayhevistosuhabitación…¡perosiestaballenadepeluches!¿Ustedcree,acaso,quelosmalos tenemospeluchesen lacama?Nosepuedequererserdetectiveysertanaficionada,señoraRuiz, losmalos,yaloestáviendousted,somosgentepeligrosa.

Sonia gemía y sudaba.Estabamuy nerviosa. Era la primera vez que seencontrabaenunasituaciónasí.Ynoeranadaagradable.Seimaginólacarade aquel desalmadomirando los peluches de su cama.Seguroque se habíareídounbuenratoasucosta.Sabíaqueeraunapardilla,peroparaaprenderahacer las cosas bien hay que comenzar desde cero. Y nadie te enseña lasreglasparaserunbuendetective:hayqueaprendersolo.«Peluchesfuera»,sedijo para sí misma Sonia, en un intento absurdo de mantener el ánimo enaquelmomento.

—Vayamosalgrano,señoraRuiz.Usted,comobiensabe,tienealgoquenoessuyo.Loheestadobuscando,peronoloheencontrado.Asíque,cuandolequitelavendadelaboca,ustedmevaadecirdóndeestáoquiénlotiene.Si no lo hace, esto se va a complicar un poco. Para usted.Me han pagadomuchodineroparaqueledestroceesabonitacaraquetiene,peronohayporqué llegar a tanto. Solo quiero el teléfono. Me dice dónde está y yo memarcho.

Soniameneó la cabeza.El hombre encapuchado le quitó la vendade laboca,peronoladelosojos.

—N-noestáaquí…—dijoSonia,tartamudeando—.Dehecho,noestáenningunaparte.

Sonia no sabía de dónde había sacado el valor para mentirle a aquelanimal.PeronoqueríadecirlequeloteníaPau,porquehabríaidoaporél.Ytratabadeprotegerlo.Elamorpuedeconvertirteenhéroe,soloelamortieneesa virtud. Y Sonia, por proteger a Pau, interpretó bien su papel. Llegó acreerseellamismaquelaverdaderasolocuestióndepalabras.Estabaapuntode derrumbarse como un saco de arena a medio llenar, pero resistió.Consiguióresistir.Eraunachicafuerte.

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—¿Cómo que no está en ninguna parte? ¿Cree queme chupo el dedo,señoraRuiz?Llevomucho tiempoenesto.Hegolpeadoamuchagente.Nomeobligueahacerledaño.Espronto.Nomegustagolpearanadieantesdecomer.Yalasmujeres,casianingunahora.Loquenoquieredecir,noselíe,quevayaadejardehacerlo,siesnecesario.

Soniaselaestabajugandoylosabía.Y,sinembargo,suinstintoledecíaquenopasaría nada grave.Unmalo que te trata de «usted»no es unmalopeligroso,esunmaloeducadoylosmaloseducadosnomaltratangravementeapardillasestúpidascomoella.Lointuía.

—Loentreguéalapolicía.Descarguélasfotosyloentreguéalapolicía.Dijequemelohabíaencontradoenunacafetería.

El hombre encapuchado se mantuvo unos segundos interminables ensilencio.Acercódenuevo lapistolaa la siendeSonia.Ellanoveíanadaysintióelfríodelmetaldenuevo.Aquelfríocalaba.

—Elquelemandahaputeadoamuchagente.Amuchasmujeres.Esunverdadero cabrón. Descargué las fotos y entregué el móvil a la policía.Queremosquepidauntrasladoysemarchedelsupermercado.Haputeadoalamujerequivocada:miclienta.Sinosemarcha,haréllegaresasfotografíasasuesposa.Nocreoqueleguste.

—Vamosaver,niñata.Nofuncionaasíelmundo.¿Dóndecoñoestánesasfotos?—Eltonodevozdelhombresehabíavueltomásfieroyapremiante—.¿Quieresqueterompalacara?¿Quieresquetebajelasbragas?Puedohacercontigoloquequiera,ahoramismo.

A Sonia no le gustaba nada que su malo hubiera pasado a tutearla.Recordó laNana cruel deRobe, «Ahí afuera solo haymonstruos, solo haygentequetecomprayquetevende,queteodiayquetemiente,querobayquetemata,queteviolayquenosientenada».Soniasabíaqueasíera:quefueradecasaacechabanmuchospeligros.Siempreselohabíadichosupadre:«Nosalgassoladenoche,haymuchodepredadorsuelto».Ahoraellateníaelmaloencasa,ensupropiacasa,amediodíayaplenaluzdelsol.Sincomerlonibeberlo,elmalestabadentro,nofuera,ylaacababadeatrapar.Pero,aunasí,semantuvofirmeensudesafío.

—No me das miedo. No me vas a matar, aquí, en mi propia casa, amediodía.Dejaríasdemasiadaspistas.Algo sédecómo funcionaelmundo.Soloquieresasustarmeporquepiensasquesoyunapardillaquemeecharéallorar alverun intrusoenmicasa.Tampocoestán las fotosenmicasa.Tepodías hartar de vaciar cajones y ponerlo todo patas arriba y no lasencontrarías. Están en Internet, en la nube, no soy yo quien las tiene

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guardadas ni sé la contraseña. Como te puedes imaginar, hay otra personaimplicadaenesto,unhombregrandeyfuertequeestáapuntodellegarparapartirte la cara. Pormuchoque quisiera, no sé ni cómo se puede acceder aesas fotos. Yo no controlo la parte informática. Para mí Internet no es larespuesta.Soloesunafiestadedisfraces.Yosoydelaviejaescuela.

Sonia querría no haber tirado por ahí, pero los nervios a veces gastanmalaspasadasyellanohabíasabidoreaccionardeotramanera.Todoloquehabía dicho, además, era verdad.Menos que había entregado elmóvil a lapolicía,esoeraunfarol,elmóvillocustodiabaPau.

—Yaveo.Túsoloereslaquefolla,¿no?Elhombreencapuchadonohabíapodidosermásdespectivo.—Sí—contestóella,secamente—.Podemosdecirquesí.—Creoqueesperaréatuchico,entonces.Notengoprisa.Yéltienealgo

queyoquiero.—Túverás.Cuandomeveaasítepartirálacara—dijoSoniamuysegura.—Eso ya lo veremos. ¿Te gusta Extremoduro, verdad? Tienes toda su

discografía.Mehahechogracia:peluchesdepelículasdeDisneyylamúsicade Robe. Hace dos días eras una cría. No sé cómo pensabas que podíaspararlelospiesaalguiencomoJesús.

—Cállateya—ledijoSonia,furiosa.—Elencapuchadopusolaradio.Habíaunequipodemúsicaenelsalón.

No quería que ningún vecino pudiera escuchar aquella conversación y erabuenoqueseescuchararuido.

—¿Sabescuándovaallegartuchico?Yonotengoprisa,perotúnovasacomernibeberhastaquellegue.Tevasamearyacagarenesasilla,sihacefalta—leespetófríamente.

—Medaigual—dijoSonia,negándoseamostrarledebilidad.—Recuerdaquepuedohacer algopeor quedispararte—ledijo en tono

amenazanteelencapuchado.Soniasabíaqueesonoibaapasar.Losvioladoresactúandeotramanera.

Ysuencapuchadonoeraunviolador.Era,pensó,unhombrepeligrosoquehabíaelegidoelcaminoequivocado.

PasaronunpardehorasyPaunollegó.Elencapuchadosiguióhaciendopreguntas.Soniayanocontestaba.Élpusovariasveceslapistolaensusien,peroellasabíaquenoibaadisparar.Tampocoparecíaquefueseatorturarla,ya lohabríahecho.Sonia intuíaquesuagresorcomenzabaaestarnervioso.Teníapocasopciones:marcharseconlasmanosvacíasoseguiresperandosinsabersirealmenteibaaapareceralguien.Cuantomástiempopasabaallí,más

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posibilidadesteníadeserdescubierto.Cualquiervecinopodíaveruoíralgoyllamaralapolicía.

A Sonia le dolían mucho las muñecas. Se había orinado encima. Nopensaba pedirle ir al baño a aquelmiserable. Tenía la boca seca. Como elencapuchadoveíaquenohablabalehabíavueltoavendarlosojosylaboca.Sonia estaba mareada por no haber comido y sentía que le fallaban lasfuerzas.Lehabíabajadolatensión,noveíanada,estabamuynerviosaymuydébil.Lopeoreralasensacióndesed.Peropensabaganarlelapartidaaaquelcabrón como fuera. Pensó que, si resistía, lo más normal era que elencapuchadosemarcharapordondehabíavenido.Yeseerasuplan:resistir.

SeacordódeKevin.CadavezquesuagresorleponíalapistolaenlasienseacordabadeKevin.Sumaridolamaltratópsicológicamenteduranteaños,peroellanoselodijoanadie.Lellamaba«necia»siemprequeellanohacíalo que él quería y disfrutaba insultándola y llamándole «enferma mental».Soniahabíaaguantadomalostratosdealguienaquienhabíallegadoaquerermucho y, si soportas eso, puedes soportar cualquier cosa. Su agresor eraalguienaquiennoconocía.Podíagolpearla, amenazarla, insultarla,peronopodíahacerledaño.Solotehacedañolagentealaquequieres,lagentequenoteimportanotieneningunacapacidaddedañartualma.Solotucuerpo.Ylasheridasdelcuerpocicatrizanrápido.Lasheridasdelalmasonmásdifícilesdecurar.SeguramenteSonianovolveríaaenamorarsenunca.Yeracuriosoque,enaquelestado,fueraesoenloquepensara,querecordaralacaraylamiradaopacaysinexpresióndeKevincuandolellamaba«enfermamental».Si el encapuchado le hubiera quitado la venda de los ojos habría visto elfulgormatedesumirada.Kevinerauncapullo.Kevinyanoestaba.Ningunodeloshombresdesuvida,quenohabíansidomuchos,lahabíatratadobien,con delicadeza, como se supone que hay que tratar a una chica a la quequieres.Suagresortampocoestabateniendomuchadelicadeza,eralaoctavavezquecolocabalapistolaensusienylegritaba:«Nomegustaslosuficienteparamatarte…».

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CuandoPaullegóyvioaSoniaatadaalasilla,comoseencontraba,lefaltópoco para echarse a llorar. Él tenía la virtud de saber dominar sussentimientosysupeditarlosa la razón,antesdeactuardeacuerdoconellos.PeronopudoevitarsentirseculpableporhaberpasadolanocheconMariluz.Sihubieravueltoacasa,lehabríaahorradohorasdesufrimientoaSonia.LoprimeroquedijoSonia, cuando le sacó la vendade la boca, fue«agua».YPaucorrióadarleagua.

Ladesató,lallevóalacama,lequitólablusamanchadadesangre(aquelanimal le había golpeado en la cara) y los pantalonesmanchados de pis y,mientras lo hacía, se puso a llorar como un crío. Se arrepentía de habersedejadollevarporelentusiasmo.Aquelloerademasiadopeligrosoyellosdoseran dos aficionados. Podía haberle pasado algo muy grave a Sonia. Y élhabríasidoresponsable.Teníaganasdegolpearalgo.Lasparedes,laspuertas,loquefuera.PerosecontuvopornoasustaraSonia.Bastante teníaellaya.Unavezlahubolimpiadoylehubocambiadolaropa,volvióallevarleagua.

—¿Cómoteencuentras?Quizádeberíamosiralhospital…—Nada de hospital. Harían demasiadas preguntas. No tengo nada roto,

sobreviviré.Solohepasadounanoche atada auna silla, no semuerenadieporeso.Meduele todoelcuerpo,esosí,peroescomosihubierahechounvuelolargoyhubieradormidodiezhorasenunabutacadeavión.Nadamás.

Paumirósusmuñecasysustobillosamoratados.Estabafurioso.—Tenemos que ir a la policía. Esto es demasiado peligroso, ese tipo

puedevolver—titubeóPau—,«Losmuertosnotenecesitan»,Sonia.SoniasabíaqueesafraseeradeunpoemadeBukowski,Todo.Pausolía

hacereso,hablarechandomanodeversosdeBukowski.Eraunaespeciedeseña de identidad, o algo parecido. Sonia se sintió tentada de contestarle:«Losvivos tampocomenecesitan», peroveía en la cara dePauque estabamuypreocupadoyloquequeríaeratranquilizarle.Porunsegundo,Soniasequedóunpocoenshock.Recordóasupadre.Llevabayacatorceañosmuerto.Yélnolanecesitaba.YalodiceBukoswkienesepoema:«Losmuertosno

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necesitan / aspirinas / o penas, supongo / pero parece que necesitan / lalluvia».Soniaechabademenosasupadre,lapoesíaylatranquilidaddeunavidanormal.Cosasquenuncahabía tenidoa sualcancedemasiado tiempo.Kevin de poeta tenía poco. Sí hubo un chico, antes de Kevin, a quien legustaba mucho Joaquín Sabina. Lo suyo duró apenas cuatro meses yescuchabansumúsicaenelcoche.Esaeratodalapoesíaquehabíahabidoensuvida,antesdePau.Peropreferíanopensarenello.Unonopuedepasarsela vida lamentándose por todo lo que le falta. La lista es demasiado larga.Soniaintentóvolveralarealidadytranquilizarasuamigo:

—Pau,esetipoyahaestadoaquí.Yyamehahechotodoeldañoquemepuedehacer.Sihubieraqueridomatarmeodesfigurarmeoviolarme,lohabríahecho. Solo quería asustarme. Para que dejemos el caso. Y no me voy aasustarasí,alaprimeradecambio,¿noteparece?

—Nosésidebohacertecaso,Sonia—dijoPau,distraído.—Cuéntame cómo hiciste el ciberataque, por favor, no hemos tenido

tiempodehablardeeso.—Hice loquemepediste.Enviéalgunas fotosdelmóvilasucuentade

correo electrónico y le escribí: «O te largas de Parquesur o todo esto va aparara lapasma».Lo leyóanocheyhoy teníasunencapuchadoen tucasa.Hayqueiralapoli,Sonia.

—Deesonihablar.—Lostiposasídisparanmuyrápido.Hastenidomuchasuertedequeno

hayapasadonadamásgrave.Tengomiedoporti.—Tu miedo no nos ayuda, Pau. Necesito que ataques de nuevo. Le

mandasmás fotosy leescribes:«O te largaso lapróximaenverlas será tumujer».Sinarrugarse.Vamosaverquiéntienemáscojones.

—No digas palabrotas. Tú no sueles decir palabrotas. Esto te estácambiando,Sonia.Nosésidebohacertecaso.

—Melodebes—contestóellasecamente.—¿Telodebo?—Paunosabíaaquéveníaaquello.ImaginabaqueSonia

estaba dolida porque no había vuelto a casa. Si él hubiera vuelto, ella sehabríaahorradounascuantashorasdetortura,peroélnopodíasaberlo.Cómoibaapensarqueestabaamordazadaenunasillaenelcomedordesucasa.Losdemás siempre tienen unas expectativas muy altas sobre lo que debemoshacer.

—Noesculpamíaloquehapasado,Sonia.Cuandounojuegaenelladooscurodebeasumirquepuedenpasarcosasoscuras—sentencióPau,conunasolemnidadpocohabitualenél.

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—Losé.—Entoncesnovuelvasadecir«melodebes».Yonotedebonada.Yono

teatéaesa silla, ¿vale?Yonosoy tunovioni tuhermanopequeño.Puedoentrarysalirdeestacasacuandomedé lagana;dehecho,cadavezpiensoquedeberíaentrarmenos.

—Bien,esoestábien.—¿Estábien?—Sí.—¿Por qué está bien? Deberías decirme que no, que quieres que siga

viniendo…,¿no?—seextrañóPau.—Voyavenderelpiso.Endossemanastengoqueestarfueradeaquí.Lo

hancompradounoschinos.—¿Unoschinos?—Paunopodíacreerloqueestabaescuchando.—Sí, una feliz y enamorada pareja de chinos. Supongo que los chinos

también se enamoran. Se casarán y tendrán muchos chinitos que creceránaquí,enlaquefuemicasa…

—¿Porquénomehabíasdichonada?—lepreguntóPau.—Nosé.Supongoquenomeapetecíahablardeltema.—¿Ydóndevasavivir?—lepreguntóPau,deprontodescolocadoporla

noticia.—Le he pedido a mi primo, el de la inmobiliaria, que me busque una

habitación de alquiler. Ya sabes que en Getafe, cerca de la Carlos III, sealquilanmuchashabitacionesaestudiantesaprecioreducido.Esoayudaráunpocoamieconomía.

—¿Vasavivirenunahabitacióndeestudiante?—Untiempo.Nomequedaotra.Nosaconadadelaventadelpiso,solo

pagolahipoteca.Ynotengoingresos.Ymiexmaridoestádesaparecido.Nomepagauneuroniyo loquierodeél.Estecurroes loúnicoque tengo.Ytengoqueconservarlo.Nadievaacontratarme.

—Nolodigasasí,«nadievaacontratarme»,suenamuyfuerte.—Es laverdad.Lo tengoasimilado.Hacevariosañosqueno trabajoen

nada fijo. Todo lo que consigo son curros de unmes, de dosmeses, ymedespiden.Nomevaacontratarnadie,losé.

YPautambiénlosabía.Poresosedecidióaseguirconaquello,aunqueconmuchosmásrecelosqueantes.NovolveríaadejaraSoniasola.Pensabaconvertirseensusombra,sihacíafalta.

—Atácale otra vez, ahora—le dijo Sonia—, y haz que la amenaza seaenviarlelasfotosasumujer.LostiposcomoJesúsletemenmásasumujer

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quealapasma.—Estábien.¿Quierescomeralgoantesdequemepongaaello?—Mesentaríabienunvasodeleche—dijoSonia.PausonrióyletrajoaSoniaunvasodelechefría.Legustabacuidarde

ella. La venta del piso le había dejado confuso. No se imaginaba a Soniaviviendoenunapequeñahabitacióndeestudiante.¿Quéibaahacercontodassuscosas?

—Pau…—¿Qué?—¿Has leído un cuento que se titula El infierno tan temido, de Juan

CarlosOnetti?—lepreguntóSonia.—Casisiemprequemepreguntassiheleídounlibroquemencionas,yo

tedigoque«no»…Yestaveznoesdiferente.Noloheleído.¿Porquémelopreguntas?

—PorquevamosahacerqueJesúsconozcasupropioinfierno.ComoquemellamoSoniaqueasíserá.Averiguaquiénessumujerydóndeviveyquiénessujefe.

—¿Sujefe?—preguntóextrañadoPau.—Habrá alguien por encima de él, seguro. Alguien a quien tenga que

rendircuentas.Todoelmundotrabajaparaalguien.—Nometomesportonto.Esoyalosé.Oye,Sonia…—¿Qué?—¿Vas a jugar limpio, verdad? —Pau temía que la tortura en la silla

alteraralaéticaprofesionaldeSonia:nohacer,nunca,nadasucio.—Claro.Yosiemprejuegolimpio.Ylohagopormímisma,másquepor

losdemás.SupongoquetampocohasleídoauntalSpinoza…—Suponesbien…¿Deverasvasajugarlimpio?—Deveras.Puedesestartranquilo.Duranteunsegundo,solounsegundo,Pauno terminódecreerse loque

Sonia le decía. Entonces, alguien comenzó a llamarle con insistencia. EraMariluz, peronopensaba cogerlo.El amor es demasiado complicado comoparaatenderloendeterminadosmomentos.

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PausiguióconlosciberataquesaJesúsadiario.AveriguódóndevivíaJesús(solotuvoqueconsultarsuperfildeLinkedInparasaberlo)ydurantevariosdías Sonia y élmontaron guardia en la puerta de su casa. Esperaban en elcoche de Sonia, todo lo camuflados que podían, intentaron imaginarse larutinadelavidadeJesúsycontrastarlaconsusactos.Todoslosdíasbajabacon sumujer a desayunar a la cafetería de la esquina de su barrio, era unacafeteríamodesta,allítomabancaféydesayunabanjuntos,comosifueranunmatrimonioquesequisiera.Después,élsemarchabaatrabajarydesaparecíadurantetodoeldía,llegabaacasamuytardeporlanoche(demadrugada)ynuncacomíanicenabaencasa.Alparecersolocompartíaneso:eldesayunoyapenas unas horas de cama. Ella se encargaba de llevar a los niños alcampamento de verano (parecía una buena mujer y una buena madre y,seguramente, también era una buena esposa), de recogerlos después y solíapasarlatardeencasaconellos.

Porsupuesto,despuésdevercómoJesússeescapabapor las tardesconunamujerdiferentecadadía,Sonianoacudióalacenadellunes.Noeraelúnicomotivo.Solounomás.Elincidentedelasillalehabíahechoabrirlosojossobrelopeligrososquepodíanllegaraserlostiposcomoél.Yaestabatodoclaro,porsuparteyporladeéltambién.Nohacíafaltafingirmás.

CuandoSonialedijoaPauqueibanapasaralaacciónélnoseimaginabaaquéserefería.SonianolediotiempoaanalizarsiestababienonosentarseenlamismacafeteríadondedesayunabaJesúsconsumujer.Soniaqueríaqueél la viera: se había sobrepuesto a su ataque y le plantaba cara. Pau, paravariar, llevaba las gafas de sol puestas. Con las gafas de sol y los brazoscompletamente tatuados, parecía mucho más macarra de lo que era enrealidad.

Jesús, como era de esperar, se puso nervioso al ver a Sonia con aquelchico en la cafetería de su barrio. Aquel era un espacio privado, quecompartíaconlasantadesumujer,sumujerquenoteníaniideadecómoerael individuo que tenía por esposo. Sonia, al ver a Jesús, le guiñó un ojo y

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siguiódesayunandotranquilamenteconPaucomosinada.Escuchócómolaesposa de Jesús le preguntaba si estaba bien y él se excusaba yendo alservicio.Todomuytípicoyvulgar.

Soniasonrió.Paulamiraba,atontado.Ellateníarazón.Estabanhaciendolomismo que Jesús, solo que sin recurrir a la violencia.Querían asustarle,intimidarle,queélvieraquesumatrimoniocorríapeligro,queaquellasantamujerpodíaacabarsabiendolaverdad,entendiendoquelaverdadnoestádeparte de quien más te sonríe. La verdad, de hecho, casi siempre es unainsensatez.

Cuando Jesús volvió del baño, Sonia estaba sentada con su mujer.Hablabanconnormalidad.EnlacaradeJesúspudoleerseelpánico.

—Hola,Jesús—dijoSoniaentredientesmientrasselevantabadelamesaadarledosbesos—.Nohepodidoresistirmeasaludaratumujer.Lecontabaquetrabajamosjuntosenelsupermercadoyqueestástodoeldíahablandodeella.

—Hola.—Fue toda la respuestade Jesús.ParecíaelmismísimoHamletanteelespectrodesupadre.

—Soloqueríaacercarmeasaludar.Bueno,encantadadeconocerte,alfin.—SoniasedespidiódelamujeryvolvióalamesaconPau.

—¿Quieresotrocafé?—lepreguntóSoniaaPau.—Venga,hoyparecesestardebuenhumor.—Vuelcatodalamierdaquetengasdeélensumail.Quieroqueveaque

estamosdispuestosatodo.—Está bien.—Fue la única respuesta de Pau—. En resumen, para eso

sirveInternet,fundamentalmente,paravolcarmierda.Sonia se quedó un momento pensativa. ¿Había dicho Pau aquello en

serio? ¿Era eso lo que pensaba de Internet? Porque Sonia nunca lo habríaimaginado.¿Porquéqueríaseringenieroinformático,entonces?SoniamiróaPauconcuriosidad,peronoleparecióellugarapropiadoparaabordaraquellaconversación.Aunquenoqueríaolvidarsedeella.Prefiriócambiarde tema,hastaqueencontraraunmomentomás tranquiloparaenfocaraquello.En lavida,aveces,hayqueesperar.

—Hepensadoapuntarmeaclasesdeboxeo—dijoSoniaderepente.Pausequedóunsegundoensilencio.—¿Esotienequeverconlodelasilla?—preguntóPauenunmurmullo.—Puede.Semehaocurridoqueaunachicasolaleconvienesaberpegar

puñetazos—comentóSonia.—Habríapasadoigualsisupierasboxear,losabes,¿no?

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—Imagino que sí. Que hubiera pasado igual. Perome vendrá bien.Mepondréenforma.Noestarétodoeldíapensandoenlodesgraciadaquesoy.Hacerdeporteesbueno,lodicenlosmédicos.

Pau se sentía unpoco culpable.Aunque intentaba estar al cienpor cienconSoniaenelcaso,seescapabadevezencuandoaveraMariluz.Ellanoera tonta, había recorridomucho, le sacaba años de ventaja y comenzaba ahacerpreguntasquePauyanosabíacómocontestar.NosabíacómocontarleaMariluzlodeserdetectiveprivadoaratossueltosnisidebíahacerlo.Perotampoco podía pasarse la vida protegiendo a Sonia. Ambos necesitaban suespacio.

Pau recordó el cuerpo desnudo de Sonia cuando le quitó la ropa paraasearla,eldíadel incidentede la silla.Soniaeramásatractivade loqueseimaginaba.Habíaintentadoatodacostanofijarse,nomirar,atenderaSonia,pero no había podido evitar fijarse en sus pechos. De niño, los pechos deSonia habían sido su fantasía sexual.Y le fastidiaba reconocer que seguíansiéndolo.Necesitabaponerunarubiaensuvida.Aélsiemprelegustaronlasrubias,pero tantoSoniacomoMariluzeranmorenas.Cosasde lavida.Pausabía que si encontraba una rubia guapa se olvidaría de Sonia, las rubiassiempre le habían fascinado.Rubias con ojos azules, comoUrna Thurman,queerasumusa.

Pau, sin que Sonia lo supiera, había intentado averiguar cosas delencapuchado. Sonia no ayudó mucho con su descripción: «Olía mal y separecíaaJosephConrad».PeroPauteníasusrecursos.Preguntóalporterodelafinca.Quiénhabíaentrado,quiénhabíasalido,sisehabíafijadoenalguiendesconocido. Para poder ser más persuasivo le dijo al portero que habíanintentado forzar la cerradura del piso de Sonia, pero que no habían podidoentrar.Elportero,queeraextranjero,alescucharaquelloseasustóyledijoaPauquefueraa lapolicía.Paufuepreguntandoa losvecinos.LavecinadeSonia era una señora mayor, que vivía sola con sus gatos y que, como seaburría,eramuycotilla.Ellalediomáspistas.

—Tuamigallevaunavidarara—ledijo—.Túmecaesbien,peroeltipodelotrodíaparecíaunmañoso;entiéndeme,notengonadacontralostatuajes,lostuyossonbonitos,dragonesyesascosas,losdragonessonalgo,peroeseencapuchado tenía tatuada en la nucauna calavera.Hayque estarmal paratatuarseunacalavera.Antesdeentrarenelascensorsebajólacapuchayvilacalavera.Eramuy,muyfea.

AqueleraundetalleimportantequeaSoniaselehabíaescapado,porquenopudoverlelanucaalmaloenningúnmomento.

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Pau pensaba vengarse del encapuchado. Eso es lo que habría hechocualquierhombre.Yélteníaveinteaños,peroeraunhombre.Y,sisemetíanconSonia,semetíanconél.

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Cuandovivesenunaciudadnomuygrandehayvariossitiosdondesabesqueno tienes que entrar; son los sitios donde se cuecen las cosas, donde haypeleas, donde puedes comprar hierba y otras mercancías más peligrosas,dondeestátodolochungo.APaususamigoslellamabanelChungoporque,cuandohabíapeleasenelbarrio,aPaunadielerobaba.Nadiesabíaporqué.Peronadiesemetíaconél.

Pau tenía amigos, entre los buenos y entre los malos. E hizo variaspreguntas.«Alguienquehagatrabajossuciosconunacalaveratatuadaenlanuca, el cuello gordo y lasmanos feas y una gran barba de náufrago».Decamelloencamello,degimnasioengimnasioydebarenbar,Pauconsiguióun nombre: elMataputas. Lo llamaban así porque corría la leyenda de queuna vez había estado con una prostituta quemurió follando con él. Era unexmilitar que había estado en varias zonas de conflicto: Bosnia, Irak,Afganistán.Alparecer,lascosasquehabíavistolehabíandejadoalgotocado.Ysehabíapasadoalladooscuro.Hacíatrabajosporencargo.Cosaspequeñasyfáciles.Nocobrabademasiadoyeradefiar.Paramásinri,altipolegustabala música de jazz y frecuentaba un garito en Madrid, un café en la calleHuertas,dondeporlasnochessiemprehabíaunaorquestaquetocabajazz.

APauleresultófácilencontrarlo.Dejócorrerqueteníauntrabajoparaél.Enciertomodo,asíera.Sevieronenellocal.Eraunodeesosbarestristesyoscurosdondetocabanelmejorjazzdelaciudad.

Sesentaronalfondodelbar,a tomarunacerveza.Habíapocaluzyesofacilitaba las cosas. Sonó Take Five. Su contagioso saxofón no consiguiórelajarelambiente.

—¿Tegustaeljazz?Notepega—dijoPaumientrasmirabaalosojosalMataputas.

—¿Porquénomepega?¿Alosmilitaresnolespuedegustareljazz?—Fuesurespuesta.

—No eres militar. Eres exmilitar —le corrigió Pau—. Supongo querecuerdasqueteecharondelejército.Imaginoqueesoduele.Queteformen,

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teutilicenenlossitiosmásjodidosdelplanetayluegotetiren.¿Poresoahoratededicasairgolpeandoalagente?

Paumiróalhombrequeteníaenfrente.Sabíaquehabíaestadoenzonadeguerra,quehabíaempuñadounarma,acasohabíamatadoaalguien.Éleraunniñatoquesehabíapasadolavidasobreprotegidoporsumadreyjugandoalosvideojuegos.Peronoleteníamiedo.AquelcabrónlehabíahechodañoaSonia.Quesejodiera.

—Megustaeljazz,sí,megustamuchoeljazz.Siquieres,tedoyuncursodejazzparaprincipiantes.¿Teapetece?Aunquenocreoqueestemosaquíporeso.

El Mataputas miró a Pau. Le parecía un chavalín imberbe, pero habíademostradovaloralplantarsedelantedeélyno tenermiedoahablarclaro.Denoserasí,noconversaríaconél.

—¿Fuistetúquienlaatóalasilla?—lepreguntóPausinningúntipodemiramiento.

—Nolehicedaño.Sabesquepodríahaberhechocualquiercosa.Otroenmi lugar lo habría hecho. Pero me dio pena, es una aficionada. Deberíasdecirlequelodeje,estodeserdetectiveyperseguiragentecanallalevienegrande.Sololepasaráncosasmalas.

—Losé.Séquelevienegrande.Poresonecesitotuayuda.Dimecuántotepagóesegilipollas.

Pauera losuficientementeadultocomoparasaberquecasi todoenestavidapuedearreglarsecondinero.

—Lomismodesiempre.Trescientos—lecontestóelMataputas.Pau se sorprendió. Era realmente barato gastarle una mala pasada a

alguien.—¿Quétepareceríacobrardosmildegolpe…?ElMataputasmiróaPaucondesconfianza,comopreguntándosededónde

ibaasacardosmileurosaquelniñato.SonabalatrompetadeMilesDavisenSoWhat.Ambossehabíanrelajadounpoco:sabíanquenoibanacomenzaruna pelea, iban a cerrar un trato. Los acuerdos comerciales siempre sonfáciles:soloconsistenenpactarunacifra.

—ElPupasestáen lapuertacon lapasta,sinomecrees,puedessalirapreguntarle.Sicerramoseltratocobrashoymismo—siguiódiciéndolePau.

ElMataputassalió,hizolacomprobaciónyvolvióaentrar.—Teescucho—ledijoaPaucuandosesentóenlamesadenuevo.—Verás,lacosaesfácil.Dosmileurosporhacerconesecabrónloqueél

hizo con Sonia: asustarle. Pero con él puedes ser más bruto: te pago diez

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vecesmás.Quiero que se largue del supermercado, ella no dejará de darlevueltas al caso mientras él siga allí. Le convences para que se largue,hablando o a puñetazos, y todos contentos. Eres un hombre con recursos:sabráshacerlo.

ElMataputasbebióunsorbodesucervezaymiróaPauantesdedecirle:—Aver,queyo loentienda.¿Tevasagastardosmileurosparaque tu

amigacreaqueesdetectiveprivadoyqueharesueltomuybienestahistoria?—lepreguntósinacritud.

—Esovoyahacer.Puedollegaratresmil,siesoayudaaquetodovayabien.

—Tresmilestábien—dijoelMataputas.—¿Tengo tupalabradequeJesúsnovolveráamolestarla?—Esepunto

eraloquemáslepreocupabaaPau.—Latienes.—¿YquépiensashacerparaqueJesússealejedeellayladejeenpaz?

¿Cómosabesquenopagaráaotromatón?—Nosoyunmatón—sedefendióelMataputas—.Sifueraunmatón,ella

estaríamuerta.Deunaformaodeotra.AquelaxiomaeratanirrefutablequePaunosupoquécontestar.—Yo me ocupo de todo, tres mil me permitirán vivir tranquilo unos

meses.Soyunhombreaustero,necesitopocoparavivir.Peronosésilehacesunfavoratuamigadejandoquecreaqueresuelveelcaso…

—Esoescosamía,¿nocrees?—Pauleguiñóunojoalhombrequeteníaenfrente.Nosabíacuálerasunombre(segúnelPupassellamabaEloy),perosabíaqueeraunhombredepalabra.Enlosúltimostiempossehabíadedicadoavigilaraexmilitaresyobservarsusrelacionesconterroristasislámicosylohabía hecho tan bien que lo habían acabado echando del ejército. ElMataputaseraunhéroequehabíaservidobienasupaísyelejércitolohabíaechadoporacusaralhombreequivocado.AlparecerEloyestabaempeñadoen que España era un blanco muy vulnerable para el terrorismo y habíaseñalado a varios exmilitares que podrían estar en contacto conorganizacionesyihadistas,peronopudoprobarsusacusacionesyesolehabíacostadoeldespido.

—Tienes razón,amínome interesa—contestóelMataputasalcompásdeStrangeFruit,deBillieHoliday—.¿SigueslaserieJuegodeTronos?—lepreguntóderepente.

APauleextrañóaquellapregunta.

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—Nosoyfan,perohevistoalgunoscapítulos.Vamos,quesédequéva—respondió.

—«En este mundo, cuando juegas a los Juegos de Tronos, o ganas omueres»,creoquelafraseesdeCerseiLannister, lareinamala.¿Tesuena?Túvasaamañarlotodoparaquetuamigagane.Meparecebien.Laquieresyquieresquesalgadeestelío.Pero,siyofueratú,laconvenceríaparaquelodejeo igual la próximavez lamatan—dijoEloymientras seguíabebiendotranquilamentesucerveza.

Pausabíaqueteníarazón.Élnopodíaandarextendiendochequessiemprequelacosasepusieramal,peroconfiabaenquelapróximavezelcasofuesemás sencillo. Aunque Pau sabía que, para las cosas sencillas, estaban losdetectivesprivadoslegales,esosquecobranpocoytienenuntítulo.ASoniasoloibanacaerlemarronesyalopeorélnoibaapoderestarahísiempreparasalvarle el culo. Pau captaba el mensaje de Eloy, pero, de entrada, solopensabaensolucionarestecaso.Elsiguienteseríauncasodistintoylascosasdiscurrirían de otra manera. De golpe, Pau recordó una frase de TyrionLannister, supersonajepreferidode la serie, y se ladijo aEloyamododedespedida:

—«Permite que te dé un consejo, bastardo. Nunca olvides qué eres,porque desde luego el mundo no lo va a olvidar. Conviértelo en tu mejorarma, así nunca será tu punto débil. Úsalo como armadura y nadie podráutilizarlo para herirte». Mi amiga es lista, sabe cuál es su punto débil.Básicamente:lainexperiencia.Estoysegurodequeestecasoleharáabrirlosojosalahoradeseleccionarelsiguiente.YomemarchoyentraráelPupas,con el dinero. Nos vemos en una semana, el próximo jueves noche, aquímismo,tocaunbuengrupodejazz,segúnmehandicho.Paraentonces,Jesúsyaestará fueradelsupermercadoydenuestravida.Seguroquesabescómohacerlo.

Eloy miró a Pau y se despidió con los ojos. El chico era un hombretratandodesalvarsureinoysoloporesosemerecíasurespeto.

—Lostrasladosavecessonlentos,señorSoriaCubells.Pau no se extrañó de que conociera sus apellidos. Imaginaba queEloy,

comoél,tendríasusfuentes.—Lavida,cuandoconviene,vadeprisa.—FueladespedidadePau.

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El corazón le iba a Pau a mil por hora cuando salió de aquel café.Aparentemente, el dinero lo había solucionado todo. Sabía que Eloy, en loquesereferíaahaceruntrato,eradefiar.Sinofueraasí,perderíasuprestigioysubuennombre,ynovolveríanacontratarleenelmercadonegroparalastareas sucias que solía aceptar. Sabía, también, que sabría hacer que Jesússalierahuyendodespavoridoyque,aunquelavidalohubieraechadoalladooscuro,eraunmaloconcorazónynovolveríahacerledañoaSonia.Laúnicaparte que no podía controlar era que el tal Jesús no volviera a contratar anadie para atacar a Sonia, pero confiaba en que losmil euros extra que lehabíaregaladoaEloysirvieranparaquehicierabiensutrabajoconJesús.

PornadadelmundopodíacontarlePauaSonialoquehabíapasadoallí.No quería que lo viera como un niño pijo que lo había arreglado todo condinero.Porsuerteparaella,élteníaeldineroquehacíafaltaparaarreglarlascosas, pero sabía que, si ella se enteraba, en lugar de agradecérselo seenfadaríaconélyloconsideraríauncobarde,portirarporelcaminofácilenlugardeintentarsolucionarloellos.

Con la carrera,Pauhacía lomismo.Noaparecíapor clase, se aburríayconsideraba que perdía el tiempo; cuando se acercaban los exámenes lespagaba a sus compañeros para conseguir los temas y los apuntes y asíconseguíairsalvandolasasignaturas,quenoleinteresabannadayleparecíanun insulto a su inteligencia. Pau temía que, un día, pasara algo en su vidaverdaderamente grave y que no pudiera solucionar con dinero, pero demomentonohabíasidoasí.

CuandoSonialepropusopagarleunterciodeloquesacaraconloscasosélhabíadejadoquecreyeraquesuobjetivoeraconseguirdineroparatatuarselaspiernas.PaunoqueríaqueSoniasupieraqueélyateníaesedinero,quenolo necesitaba, y que solo había accedido a ayudarla para protegerla, porquetemíaquealgomalopudierasucederlesisemetíaenaquellosola.

Pau había cogido el coche de Sonia para ir aMadrid; sin pensarlo, sedirigióacasadeMariluz.Necesitabahaceralgoparabajarlasrevolucionesde

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sucorazón,estabademasiadoacelerado.TemíaqueMariluzhicierapreguntascuandollegaraasucasatannervioso,peroconfiabaenqueesonosucediera.Ellaeraunamujerprácticaysiélllegabaacelerado,enmitaddelanoche,ylabesabaconpasiónalentrarencasa,ataríacabosysabríaqué tendríaquehacer.

PerolateoríanuncacoincideconlaprácticayMariluzestabadormidayPau la despertó al llegar y ella comenzó a hacer preguntas y Pau no teníaganasdecontestaryel tonodeMariluzcomenzóaserimpertinenteyaPaunolegustabanlasmujeresimpertinentesyellainsistió:«Simequierestantocomodicesmecontarásquépasa,dedóndevienes,quécoñoestáshaciendo,enquélíosandasmetido…¿Tehasfumadoalgo?».PeroPaunoqueríacontarnada, no quería una relación en la que ella se convirtiese en una fiscal quequería saberlo todo de él, y empezó a sentirse incómodo; además, odiabaaquellapregunta,«¿tehasfumadoalgo?».Élnofumaba,eraunchicosano.Perotodoelmundosuponíaquesemetíaalgoporsuaspectodemacarra.Pauentendíaquelagentetuvieraprejuicios,peronosoportabaquelostuvierasuparejayfuesencontraélysoloporsuaspectofísicoysuindumentaria.Gafasde sol oscuras, tatuajes, seguro que fuma porros. No sabía cómo Mariluzhabíapodidocaereneso,esperabamuchomásdeella.Yporesosemarchóde lacasadeMariluz, sabiendoqueaquellahistoriahabía terminado,yqueiba a hacer muchos más sacrificios por Sonia de los que él mismo estabadispuestoaaceptar.

CuandoPauvolvióamontarseenelcochesintonizósuteléfonoparaquesonaramúsicadeSharif,ApoloyDafne.Nosabíaporquéhabíacompartidoaquellas canciones de rap conMariluz, pero el caso es que lo había hecho.Pau estaba convencido de queMariluz nunca le entendió, para ella él solohabía sidoun entretenimiento, un trozode carne joven con el quepasar unbuenrato.

Élhabíallegadoasentiralgomásyahorasearrepentía.SonóenelcochelacancióndeSharif:

Ellaeralaexperta(¿sí?),yosolounnovato(¡ya!).Ellareserva,yolicorbarato.Ellacondinero,yonipa’tabaco.Ellacontacón,yoconbarroenloszapatos.Ellaeralaraza,lafigura,elpedigree.Elpurovértigodelfrenesí,sí.

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APaunadalerelajabatantocomocogerelcoche.AsíquesepusoaconducirsoloporMadrid.Leencantabahacerlodenoche,con lamúsicamuyfuerte.Mientras conducía por la zona de Atocha pensaba en lo mucho que habíacambiadosuvidaenelúltimomes.Esextrañocómosetepuedeponerlavidapatasarribaensolotreintadías.PaupensabaqueSoniayélhabíandadoasusvidasungirotangrandecomocuandoenlapinturalospintoreshelenísticoscomenzaron a aplicar el escorzomarcandoun cambio sinprecedentes en lahistoria del dibujo. A Pau le gustaba el arte y hubiera querido estudiarHumanidades,sisumadrenosehubierapuestoagritarcomounalocacuandose lodijo.Seconsolabaestudiandopor libremanualesdeHistoriadelArte,peronoseengañaba:esonoremediabalatraiciónasusideales.Ensucabezapesabandemasiadascosasalavezysesentíasolo.

PauteníaganasdeveraSonia.Teníatantasganasdeestarconellaqueseasustó y prefirió seguir dando vueltas con el coche, como un tonto,escuchandoaSharifyentregándoseasuspropiospensamientos,porqueentreSoniayélnopodíapasarnada,sabíaquesipasabapodíaestropearsuamistadpara siempre. Y la amistad, para Pau, era algo sagrado. Él sabía que laamistadsiempreesprovechosa,unamigosiempreestaráahí;yqueelamoraveces,demasiadasveces,dueleyprovocamásdañoqueelplacerquecausa.YélnoqueríaquealgoasílespasaraaSoniayaél.Habíancrecidojuntos.Eran dos chicos sin padre. Enrollarse sería el final de su amistad. Y Pautendríaqueesforzarsemássiqueríaevitarlo.Poresemotivo,decidiópasarunpardedías sin ir averaSonia, lo justoparaqueEloypusiera lascosasenordenysushormonasseaplacaranunpoco.

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—¿Dóndetehabíasmetido,Leonardo?—lepreguntóSoniaaPaucuandolevioentrarporlamañana—.Llevotresdíassinverte.

—Sabesquenomegustalabromitaesa—protestóél.—Perdona,esqueeresigualqueDiCaprio,peroenmoreno—sedefendió

Sonia.—Ymásjoven.—Ymásjoven,sí.Esverdad.Siemprereivindicandotujuventud.—Esquelajuventudhayquereivindicarla,queluegopasa.Teníaalgode

lío.¿Quétalvatodo?SoniamiróaPau.Semoríadeganasdedecirleloqueleteníaquedecir:—Notelovasacreer.—Cuenta.—Jesús ha pedido el traslado esta mañana, tus ciberataques han tenido

resultado. La versión oficial, que ambos sabemos que es falsa, es que seenfrentóaunmoldavoquequeríarobarenelsupermercadoyelmoldavo,alterminar la jornada, leesperó, lediounapalizayledijoquele ibaamatar.Jesús tuvoque pasar por urgencias. Sus jefes, pormiedo a la venganza delmoldavo,hanpensadoqueeraprudenteaceptarsusolicituddetrasladoy loenvían a otro centro en Salamanca. Así que, podemos decir que hemoscumplido con Guadalupe. En quince días se habrá marchado y nosotroscobraremosnuestroprimersueldo.Casoresuelto.

—Bien.—FuetodalarespuestadePau.—¿Solobien?¿Notienesnadamásquedecir?—lepreguntóSonia.—¿Quéquieresquetediga?Tuplanhasalidobien,¿no?—Sí, supongo que sí. Salamanca está a un par de horas de coche de

Madrid,nocreoqueGuadalupetengamásproblemas.EimaginoqueJesúslehabrávistolosdientesallobo…

—Esperoquetútambién…ASoniapareciónogustarlemuchoaquellaadvertencia,perosabíaaqué

sereferíaPau.

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—Sí,yotambién.Laverdadesquetendrémáscuidadolapróximavez.—Esoespero.Noquierovolveradesatartedeningunasilla…—Pau…—Dime.—¿Has sabido algo del encapuchado que entró en mi casa? —Sonia

parecíapreocupadaporaquelcabosuelto.Paulamiróantesdecontestar.—Sí.Novolveráamolestarte.—¿Cómolosabes?—Losé.Tengomisfuentes.Confíaenmí.Sonia hubiera querido una explicación más extensa, con más detalle.

Aquello de «confía en mí» era demasiado impreciso, pero conocía a Paudesdehacíamuchotiempo,sabíaquenoibaadarexplicacionesdealgodeloque no quería hablar. Así que ella tendría que conformarse con aquelmisterioso«confíaenmí»,aunquenoestabamuytranquilaconelasunto.Alcabodetresdécadasdeexistencia,aceptabaqueelconocimientoquetenemossobrelaverdadavecesesmuylimitado.

—¿Meayudasaembalar?—lepreguntóSoniaaPau—.Hayunaparejadechinosqueestádeseandovivirenmicasa…

—¿Y tú dónde vas a vivir?—Pau estaba afectado por la mudanza deSonia,peronoseatrevíaatocarabiertamenteeltema.

—Mi primo me ha encontrado un piso compartido en la calle Madrid,compartiré piso con dos estudiantes.Va a ser una pesadilla, pero es lo quehay.

—Sonia…yo…—Notepreocupes.Estemporal.Hastaquesalgadelbache.Pau la miró. Sintió ganas de preguntarle: «¿Y si no sales del bache?».

Pero no se atrevió. Sabía que Sonia había puesto muchas esperanzas enaquellaaventuradeserdetectiveprivadoynopodíapermitirseellujodequenosalierabien.Ysuobligacióncomoamigoeraayudarla.

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Paulaayudóacargarenelcochetodaslascajasdelamudanza.Esincreíbleloquevamosacumulandoalolargodelosaños.Fuenecesariohacervariosviajesalpisonuevo,queno teníaascensor,yPausubió las treintaycuatrocajasenlasqueSoniahabíametidotodasuvida.Paupodíallevarlascajasdetresentresy,conlaayudadeSonia,tuvoquesubirybajarunassieteuochoveceslasescalerashastaeltercerpisodelanuevacasadesuamiga.Lascajasseledabanbien,suponíanunatareasencillaparalaquenohabíaquepensar.

Elpisonoteníamásdenoventametros,treshabitaciones,unaparacadaunadelaspersonasqueibanavivirenél,unpequeñocomedor,unacocinasin luz y dos baños. Una vez apiladas las treinta y cuatro cajas en lahabitacióndeSoniaapenassepodíacaminarporella.

—Sonia,puedesquedarteenmicasaunatemporada,silonecesitas,amimadre le parecerá bien… O guardar allí lo que necesites. —Pau se veíadesbordadoantelamudanzadesuamiga.

—Notepreocupes,estarébien.—Entretúyyo,nomegustantuscompañerosdepiso.—Tranquilo,sondefiar.ElchicoestudiaHumanidades.Nolediolanota

para entrar en la carrera que quería y la chica está en el doble grado deComunicaciónAudiovisual, que es la carrera demoda.Él es deCanarias yellavienedeLogroño,creo,ambossondebuenafamilia.Mehanbajadomipartedelalquileracambiodequecocineyoyrecojalosplatos.

—No es un mal trato, pero podemos encontrar más opciones si no teapetece…

—Es lo que hay, Pau.Me toca pasar una temporada así.Hasta quemevayanlascosasmejor.Disfrutarédelavidauniversitaria,tranquilo.

Paunodijonada.Aéllavidauniversitarialeparecíaunhorror.SabíaqueSoniaposeíaunsabersólidoyútilparalavida.Habíasalidoadelanteyselasapañaba,solayconunamadreenferma.Porunmomento,Pauquisosugerirlequesefueseavivirconsumadre,peroentendíalasrazonesporlasqueSonianoqueríahacerlo.AvecesPaudeseabaqueSoniaencontraraunbuenchico,

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alguiencon recursosque la tratarabieny lacuidara.Mientrasno llegarasupríncipe azul tendría que seguir con lamentira de la agencia alternativa dedetectives, Pau confiaba en que Sonia supiera encarrilar el negocio con eltiempo.

—Guadalupenosquiereinvitaratomarcafé,paradarnoslasgracias—ledijoSonia—.¿Lepropongoquedarmañanaporlatardesobrelasseis?

—Vale.—Voyapasareldíadesembalandocajas.Graciasporayudarme.—¿Quieresquemequedeyteayudoacolocarcosas?—lepreguntóPau.—No,tranquilo.Creoqueprefierohacerestosola.—¿Seguro?Nomeimporta…—Tranquilo. Imaginoque tendráscosasquehacer.Mariluz teecharáde

menos…—Bueno…—¿Qué?—Nada.Noshemosdadountiempo.Sonia se alegró de escuchar aquello, pero se esforzó porque no se le

notara.—¿Yeso?Llevabasbastanteconella…—Lasmujeressoisdifícilesdellevar.Oyovoymuchoalomío,nosé…—¿Estásbien?—lepreguntóSonia.—Sí,tranquila.Semepasará.Teveomañanaentonces.¿Pasoabuscarte

yvamosjuntos?—Sí,perfecto.APaunolehacíamuchagraciadejaraSoniaconaquellíodecajas,pero

tenía una cosa importante que solucionar. Sonia, por su parte, agradecióaquellasoledad.Habíaencontradofotosviejas,decuandosupadreaúnvivía.Alverlas,seechóallorar.Nollevababienacordarsedesupadre.Alverlasfotossintióquenoeraella,queesecuerponoeraelsuyo;nose reconocía.Peroestabaclaroqueesapersonadelasfotoseraella, tiempoatrás,cuandonosabíaquelamuertellegaderepenteyterobaalaspersonasquequieres,quelavidasevuelvedelrevésavecesdemasiadorápidoysinvueltaatrás.Sisu padre siguiera con vida, ella jamás hubiera montado la agencia dedetectives,nosehubierapuestoahacercosasilegales,nosehubieraacostadocon Jesús. Pero su padre no vivía. Ella no tenía padre ni nadie ante quienresponder ni a quien impresionar para que se sintieran orgullosos. Y eso,aunque no lo pareciera, era un problema. Tener padres te contiene. Si notienesanadienopuedesescapardetimismo.

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—Habrásvistoquehecumplidomipartedeltrato—dijoEloy.—Nadaqueobjetar.—FuelarespuestadePau.—Jesúsnodaráproblemasyyomeperderéunatemporada,puedesestar

tranquilo.—¿CómosabesqueJesúsnovolveráadarproblemas?—Almenos a Guadalupe y a Sonia no se los dará. Imagino que en el

nuevocentrodeSalamancaalgunamujerpasaráaviviralgopeorde loquevivía. Un acosador es un acosador, y no creo que cambie, pero nuestroproblemaestáresuelto.

—Yaentiendo.—Elmundoestá llenodeproblemas, chico,nopuedenafectarnos todos

—dijo Eloy con tono filosófico—. Hay un cabo suelto del que no hemoshablado.

—Túdirás—ledijoPau.—¿Dóndeestáelteléfono?—lepreguntóEloy.—Lo tengoyo.Todas las fotosdel teléfonoestánguardadasencarpetas

enlanubeconcontraseñascifradas.¿Porqué?—Esunmaterialdelicado,conmuchagenteinvolucrada…Conozcoauna

delaschicasqueaparecenenesasfotosqueenviasteaJesúspormailenunodetusciberataques.Ymegustaríatenerlacertezadequeesasfotografíasnovanacaerenmalasmanos.

—Yaveo—dijoPau.—EslahijadeunamigopeligrosodeMadrid.Sisusfotossalenalaluz,

todostendremosproblemas.—¿YcómocoñoselioconJesús?—Yyoquésé.Soloquieroelteléfono.Jesúsesatractivoyellaesjoveny

estúpida.Elsexoeslamayorperdicióndelhombre,ytambiéndelamujer,¿oacasonolosabes?—lepreguntóEloyaPau.

—Yamevoyenterando,ya.Aunquealgomedicequesemezclatambiénalgopersonal,¿no?

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—Ahora es mi chica —confesó Eloy—. Y quiero borrar ese rastro.Tendrásqueayudarme:favorconfavorsepaga.

PaunotóenEloylahonraofendida.Escuriosocómo,desdeelbarroco,elconceptodehonrahasidotanimportanteparaloshombres.Enciertomodo,aquelloeraunatraso.PeroPauloentendía.AunqueporunmomentotemiólareaccióndeEloysiveíatodaslasfotosdesuchicaconJesús.Eranfotosmuydescaradas,muydesvergonzadas,silasveíaprobablementenoselasquitaríanunca de la cabeza. Pau no tenía ni idea de cuál de aquellas chicas era lanoviadeEloy,perotodaslasfotografíasdelteléfonoeran,comomínimo,depelículaporno.

—Hazmecaso,Eloy,yomeocupodeborrartodaslasfotos…—dijoPau.—NomellamesEloy.Minombreessoloparamigenteytúnoeresmi

gente.Deformaexcepcional,estamoscerrandountrato.Yentoncesentendió.Paucomprendióque,dijeraloquedijera,nadaibaa

hacer que elMataputas se quedara sin ver todas esas fotos. Quería verlas.Queríatorturarseviendoasuchicaconotro.Yaquellosería,seguramente,laperdicióndelosdos.Peroesenoerasuproblema.Élyateníabastantes.

—Estábien.Dametuteléfono.Eloylohizo.Pauintrodujounaseriedecontraseñasenelteléfonoyselo

devolvióasudueño.—Yatienesaccesoalasfotos.Endoshorasborrarélascarpetas.Hazlo

quetengasquehacer,peronotehagasmalasangre.Enunpardehorasnadade esto existirá. Es una de las mayores virtudes de Internet: nada durademasiadotiempo—ledijoPauaEloy.

Eloynocontestó.Eneseinstanteeraunhombrederrotadoporunmontóndeimágenessucias.

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—Pau, ¿has visto las noticias?El cuerpo de una joven,MirellaG., de soloveintiúnaños,haaparecidoflotandoenelManzanares…Ibanadetenerasupareja,unexmilitarapodadoelMataputas,peroel tiposeha tiradoantesaltren…Desdeluego,elamoresalgopeligroso.

Pautardóunratoenasimilaraquellainformación.—¿Muerto?—preguntó.—Sí.Esodicen,almenos—dijoSonia,inexpresiva.Paunodijonada.PeroEloynoeraesaclasedetipo.Estabasegurodeque

allíhabíagatoencerrado.—Pareceserqueeltipoteníaantecedentespenalespormaltratocontrasu

exmujer y sobre él pesaba una orden de alejamiento; la chica,Mirella, nosabíanadadetodoesto.

Pau siguió en silencio, escuchando cómo Sonia le leía la noticia de laprensa. Las dos veces que había hablado cara a cara con Eloy no le habíaparecidounmaltratador.Nosabíaprecisarmuybienquélehabíaparecido,unhombreviejoyresabiadoycansadodelavida,peronoparecíaenabsolutounmaltratador.

Pau hubiera querido poder tener una conversación tranquila con Soniasobrelasdudasqueteníaenlacabeza,peroesohubierasupuestoconfesarlelaverdadsobrealgunascosasquenoqueríaquesesupieran.SoloseleocurríaunapersonaqueconocieraaEloyyquepudieraarrojaralgodeluzsobreesteasuntoyesapersonaeraJesús.Enunarrebato,PaudecidióiraSalamancaaverlo. Claro está, sin que Sonia supiera nada. Ella había dado el caso porcerrado.HabíanidoatomarcaféconGuadalupe,habíancobradosucheque,elmalohabíapedidoel traslado,peroquedabauncabo suelto, algoquenoencajaba, y una mente como la de Pau no podía dejar ese agujero ahí:necesitabasaberquéhabíapasado.

—Sonia,tengoqueirmeunosdíasalpueblodemiabuela…—APaunolegustabamentirleaSonia,peroalgunasveces,Pauprocurabaquenofueranlasmás,esnecesariomentirparasaliradelante.

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—¿Yeso?—preguntóextrañadaSonia.—Se ha metido en un lío, mi… mi abuela. —Cuando mentía Pau

tartamudeabaunpoco.—¿Enqué lío sehametido?¿Tuabuelanoesunapersonamayor?¿En

quéclasedelíosepuedemeterunapersonadeochentaytresaños?Avecesnoentiendonadadeloquepasaentufamilia…

Paupensóquelomásdesagradabledementiresquesiempreexigenuevasmentirasparajustificarlaprimera.

—Hayunhombrequelamolesta.Nosémuybiendequévaelasunto.Mifamiliaesrara,yasabes.

Pau tenía esa costumbre, que irritaba a Sonia. Cuando no quería darmuchas explicaciones soltaba ese«ya sabes», queno aclarabanadayhacíaquetesintierasmalsiqueríaspedírselas.

—Sí,yasé—contestóalgoconfundidaSonia.—Asíquevoyapasarporallí,averquépasa.Igualtengoquepartirlela

caraaeseidiota…—Tencuidado…—dijoSonia,verdaderamentepreocupada.—Tranquila,melasapañaré.¿Túestarásbien?—Sí, lepediréaEstherquemeecheunamanocon lascajas.Mequeda

bastantepordesembalaraún—dijoSonia,comoindiferente.—Bien.Cualquiercosamellamas.—Tellamo.—Me alegra que hayas recuperado tu línea de teléfono. Era

tercermundistaqueestuvierasincomunicada.—Bueno,Esthermehizounpréstamoquemehavenidobien.—Utilizabienesepréstamo.Nosabemossihabráotrocaso.AquellonolegustóaSonia.Elladabaporhechoquehabríaotrocaso.De

hecho,teníavariasofertas.PeronohabíatenidotiempodecontárseloaPau.Unpadrepreocupadoqueríasaberquéhacíaexactamentesuhijadediecisieteañoslosfinesdesemanacuandoledecíaquequedabaencasadeunaamigaaestudiar.Soniasabía,porsucortaexperienciaconMéndez,queelcontroldemenores es una buena parte del trabajo de detective; cada vez sonmás lospadresquedetectancomportamientospocohabitualesensushijos,comoquebajaelrendimientoescolar,hayuncambioenlapersonalidaddelniño,existeincomunicaciónynosecumplenlasreglasdeconvivenciaencasa.

Enestecasoencuestión,lachicahabíaaparecidoencasaconuncarísimoiPad, un iPhone y varios otros artículos caros que el padre no sabía cómohabíacomprado,porqueélnolehabíadadoeldineroyesohabía levantado

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sus sospechasydespertadosupreocupación.Asíque la ideaera seguira lamenor,averiguarloslugaresquefrecuentaba,saberdequégenteserodeaba,saber si eran mayores que ella, ver si consumía o no drogas y hacerfotografíasparadárselasalpadre.

Eneste caso,Sonia seveía capazdehacerlo sola.LohabíahechootrasvecesconMéndez;lasinvestigacionesdetipofamiliareranlosserviciosmásdemandados,yaquelosdetectivesprivadoseranunaopciónfiableparaesteproblema.Pero, ya que habían comenzado a investigar juntos, Sonia queríaqueresolvierantodosloscasosjuntos,asíqueesperaríaalavueltadelviajedePauparacomentárselo.Elotrocasoeraunasospechade infidelidadyelseguimiento del cónyuge conGPS. Para eso sí necesitaba a Pau. Sonia noqueríaconfesarlo,perosehabíaacostumbradotantoalpapeldecopilotoquehabíadesarrolladounverdaderopánicoaconducir.

Paunoteníaniideadequeteníanestasofertas,perohabíahechounbuentrabajoconlosciberataquesaJesúsy,sinecesitabaunpocodetiempo,Soniaestaba dispuesta a dárselo. No se puede exigir mucho a los amigos. Si lohaces,correselriesgodequedartesolo.

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Jesús reconoció de inmediato a Pau cuando se plantó delante de él, en elnuevo supermercado en el que trabajaba en Salamanca, y eso que solo lehabíavistounavez.Haycarasquenoseolvidan.

—Vamosamidespacho—ledijo.Paulesiguióhastasudespacho,entróycerrólapuerta.—¿Quétetraeporaquí?EstonoestácercadeMadrid…—No,noloestá.Tampocoestátanlejoscomoparaquenoviniera.—Túdirás.—Eloy.JesúsmiródetenidamenteaPau.Nisiquierasabíacómosellamabaaquel

crío.LoasociabaaLina, lafalsaprofesoraregordetaque lehabíarobadoelteléfono, esa a laqueEloy teníaquedarleunapalizaparaque ledejara enpaz.

—Dicenlasnoticiasquesehatiradoaltren.—Esoheescuchadoyotambién.Peronomelocreo.Noeraunhombrede

losquesesuicidan.—¿Ycómosonesoshombres,segúntú?—lepreguntóJesús.—Débiles—contestóPausinvacilar—.Comotú,porejemplo.PeroEloy

eradetodomenosunhombredébil.JesússetragóaduraspenaselinsultodePau.—Yonoleconocía…Noséporquéhasvenidohastaaquí…Pauteníaundonespecialparadetectarcuándoalguienmentía.Seacercó

alamesadeJesúsylagolpeóconelpuño.—Tútehascreídoquesoyimbécilymechupoeldedo,cabrón.—Lavoz

dePausonótanreciaycontundentequeparecíamentiraquefueralavozdeun chico de veinte años—. Tú te follaste a la novia de Eloy, Mirella, túcontrataste a Eloy para que atacara ami socia y quiero saber qué coño hapasadoyporquéMirellayEloyestánmuertos.

—Sinotemarchasahoramismoymedejasenpazllamaréaseguridad…—amenazóJesús.

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—Sigoteniendotuteléfono,cabróndemierda.—FuelarespuestadePau.Y ahí, Jesús, se derrumbó. Sabía que su teléfono contenía el suficiente

materialcomoparabuscarlemuchosproblemas:sisalíaalaluzsumujersedivorciaríadeél,tendríaquepagarunapensióndesorbitadaydejaríadeverasushijos;ningunade lasmujerescon lasquehabíaestado lehabíadadosuconsentimientoparagrabarlanifotografiarlanimuchomenosparavendersusfotosaportalespornográficosdeInternetconlosquehabíahechonegocio.Sieso salía a la luz, le caería una lluvia de denuncias.Deuna u otramanera,estabaacabado.

—Eloyeraunmatónylazorraesaunaputa.Noséloquehapasado.Sitienestantacuriosidadpuedesiralapolicía.

—Creo que es lo que voy a hacer. Y les voy a dejar tu teléfono. ¿Teparece?

PorlamentedeJesúspasaronmuchascosas:golpearaeseniñato,volverapagaraunmatónparalibrarsedeél,seguirmintiendoyconfesarlaverdad.Porqueelpesode laverdadesmuyfuerte,sobre todocuandollevasmuchotiempomintiendo,tantoquetehasconvertidoenotrapersonadistintaalaqueeras,alguiensucioysinentrañas,undesalmadosincorazón.

—Tuveun líoconMirella—comenzóaconfesar Jesús—,peronodurómucho.CuandoEloyvio las fotosdemi teléfonosevolvió locoyamenazóconmatarme.Estabamal.Tuvemiedodequecumplierasusamenazas.Fuiyoquienmatóalachicaylatiréalrío.Después,fuiaporEloy.Quedéconélenuna estación de Cercanías, sabía que no dejaría de venir. Era un plandesesperado, pero él venía tan ofuscado que no me leyó las intencionescuandoleempujéalpasodelconvoy.

Jesús se desplomó en su silla después de decir aquello. Pau lo habíagrabadotodoconsuteléfono.Latecnologíaesunbuenaliadoparacazaralosmalos.Jesúseraunhombrequehabíasucumbidoanteelpoderdestructordesu teléfono móvil. El día en que lo perdió a manos de Sonia ya estabasentenciado.Suproblemafuenodarsecuentadequesuteléfonoalmacenabala suficiente información como para hundirle y creer que nunca nadieaccedería a él. No es verdad que la tecnología no es nada, como sosteníaSteveJobs; la tecnología,alnivelactual,es laherramientamáspotentequehemos desarrollado, un arma de doble filo que puede provocar tantosbeneficios como desastres. En el caso de Jesús, su teléfono había sido sufiscal,sujuezysucondena.

PaullamóalapolicíayJesússeentregó.Duranteelinterrogatorio,comonopodíaserdeotramanera,afloróunasuntoincómodoparaPau,elroboyel

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jaqueo del teléfono y el correo de Jesús, dos conductas que no dejaban deestar tipificadas en el Código Penal. Pero como Pau había previsto, elperjudicado,quenoteníamayorinterésenabrirsemejantecajadePandora,seabstuvodepresentardenuncia,ylospolicías,queteníanentremanosdelitosmuchomásgravesyestabanagradecidosaPau,nolepresionaronenabsolutoparaquelohiciera.

Yasí fuecómo,despuésde la investigación,Pau recibióunamisteriosallamada, lo citaron a una no menos misteriosa entrevista y, cuando lerevelaron de qué iba aquello, acabó como colaborador del servicio secreto.Porsupuesto,nadieteníaquesabernadadesudoblepapeldeespía.ElCNInecesitabagente:médicos,enfermeros,traductores,auxiliares,informáticos…yélhabíahechounbuentrabajo.

Paunoselopensó.Aquellaeraunabuenaoportunidaddeservirasupaísydeaprender;sabíaqueestabaenperíododepruebaytendríaquedemostrarsuvalía.Peronoleasustabanadayseatrevíacontodo.ComodijoChurchill,«Eselcorajeparacontinuarloquecuenta».

EntreSoniayél seguía sinhabernadasucio,peroahora se instalabaensusvidasun secretomás.Y los secretosnopuedenconfiarseni a tú amigomás íntimo. Los secretos son de uno. Pau tenía muchas ganas de exploraraquellaposibilidadqueseabríaantesusojosyviviraquellaexperiencia.Esehabía siempre sido su lema y pensaba cumplirlo: vivir. El CNI quería quecolaboraraconellosenunproyectointernacionalconelgobiernodePanamá.PaunosabíamuybiendóndeencontraríaeltiempoparacompaginaraquelloconlasclasesenlauniversidadylaagenciadedetectivesdeSonia,peroellaerasuamigaynoibaadejarlaenlacuneta.YPaueralaclasedepersonaquedaba la vida por sus amigos. Solo esperaba que Sonia no fuese demasiadosuspicazyaceptarasussilencios.Dealgunascosas,yanopodríahablar.Paraotras,estaríaahíamuerte.Comosiempre.Éleraun tipo limpio.Ypensabaseguirporesecamino.Jesúshabíacaídoporqueignorabaquesuteléfonoeraunarmadedestrucciónmasivaqueservía,principalmente,paracontrolarle.

SonianoeradeltodoconscientedeluniversooscuroquehayenInternetnidetodaslascosasqueesconde,peroélsí.LoqueleofrecíanenelCNIibamuchomásalládelespionajeyataqueenlared:consistíaencrearelsistemainformático más seguro del mundo para proteger el tránsito del canal dePanamá. Los intereses que tenía el gobierno español en este trato, Pau losignoraba.Peronodudóniporuninstanteenaceptareldesafío,enelquenopodría cometer elmásmínimo error: todo el tráficomarítimo internacionalpasaporesecanal.

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Al término de la entrevista en la que quedó cerrada su captación, Pauesbozóunagransonrisa.Teníaganasdecomeralgocaliente.Asíquesaliódeallí.Ahoraeraunespía.Casinopodíacreerlo.Lavidaesunasuntobastantesombríosinespías.Soloquelamayorpartedelagentenolosabe.Elmundo,de hecho, se divide en dos partes: gente como Sonia que cree que todosiempre va a salir bien y que la bondad puede reinar sobre elmal; y gentecomoPau,quesabequelagenteesmalaylamaldaddelhombreesinfinitaydebemos protegernos contra ella. Mientras pensaba esto y se dirigía a sucoche,escuchó:

—Quieto,socio.Estoesunatraco.Pau no podía creer que fueran a robarle en el aparcamiento del Pardo.

Aunquesuaspectosugirieraotracosa,sabíadefendersemuchomejorconunordenadorenlasmanosqueconlospuños.Yhaygentequenosaberespetarlasmínimasreglasdecortesía.Enlacalle,siguemandandoelmásfuerte.Esonocambianunca,pormuchoqueavancelatecnología.APaununcalehabíanpegadoconunaporra.Hastaesedía.Siempretienequehaberunprimerdíaparatodo.Tambiénparaperderlacarterayqueterobenelcoche.Ibaahacerunridículoespantoso,cuandovolvieraalasoficinasdelCNIparadarcuentadelrobo.

—Muchacho—escuchó—.Sinecesitasayuda,silba.Y Pau silbó. Recordó, mientras lo hacía, un poema de Bukowski: «Un

rayo de sol / de un rojo rosado / lo desmontó / en el garaje / como unrompecabezas». Un gañán sin clase le había humillado ante sus nuevoscompañeros.Él,quesecreíaelamodelmundodespuésdeaclararlamuertede Mirella, ahora había sido destronado por un simple macarra. Se habíaquedadotanhechopolvoquesololesaliódecir«mamá».Comosisumadre,enunadeesas,pudieraayudarle.

Lavidaesunaciudadenguerra,llenadehéroesyvillanos,dondetodolosuciosueleestarsiempreoculto.UnputoquinquilehabíarobadoaPauconunaporrayunabolsadebasuramarrónysudineroserviríaparacomprarseunpardedosis.AlaunaymediadelatardeyfrentealasededelCNI.Asíescómo funciona la vida: todo el mundo coge lo que puede e intentaconservarlo.Paueraunbuenguerreroynose ibaa rendir sinpelear.Sí, lavida es una ciudad en guerra, casi siempre, pero a Pau le encantaba esasensacióndeestarvivoyexpuestoatodo.Alobuenoyalomalo.Aléxitoyalfracaso.Atodo.

«Panamá», pensó Pau, para animarse, «hay sitios que solo con decir elnombretepidenagritosquevayasallí».

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Entre tanto, Sonia había cerrado su segundo caso como detective sinayudadePau;elpadredelaadolescentesehabíamostradomuyinsistente,yella no había tenido más remedio que ponerse las pilas y descubrir a lossujetosquedabandineroalachica,yqueacabaronteniendoquecontarlesuvidaa lapolicía.Esoera lomalodeaqueloficio: sipagabanbien,eramuydifícilresistirse.Sonialehabíasacado,apartedelatarifanormal,seiscientoseuros para gastos extra. Seguir a una adolescente es caro.Con los nervios,Soniahabíavueltoafumar,peropocoimportaunafumadoramásomenosenelmundo,oesopensabaellaparaconsolarse.

Por si os pica la curiosidad,Soniano llegó a enterarsenuncade loquepasóconJesús.Ellanosolíamirarmucholatelevisiónniestabapendientedelasnoticiasniescuchabalaradio.Siemprevivíaunpocodesconectada.YPauy ella nunca hablaron del tema.Así fue cómo Jesús cayó en las garras delolvido,queesloquelespasaacasitodosloscanallas.¿Ono?

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Lorenzo Silva (Madrid, 1966) ha cosechado prestigiosos premios literarioscomoelPremioPrimavera,elAlgabadeEnsayo,elOjoCrítico,elNadalyelPlaneta, entre otros. Pero si se ha convertido en uno de los narradoresmásleídos del panorama hispano actual ha sido gracias a la serie policiacaprotagonizadaporlosinvestigadoresBevilacquayChamorro,queinicióconEl lejano país de los estanques (1998) y cuya última entrega esDonde losescorpiones(2010).

NoemíTrujillo(Barcelona,1976)espoeta,escritorayeditoradelselloPlayadeÁkaba.Suúltimopoemariopublicadose titulaUngigantesentadoenelabismodelmundo(2010).EsautoradelaserieinfantilJudithysusmuñecasmonstruosas. Entre otros galardones, ha recibido los premios do poesíaFundaciónEspejoyBlasInfante,elPremiodeLiteraturaJuvenilconValores«Labrújula»yelPremiodeTeatroBreveMiguelHernández.

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