Sonatinas de guitarra
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SONATINAS DE GUITARRA
PAVANA
CLAVE
Te miro...
y siento mil recuerdos,
recuerdos aún no vividos.
Sé que me miras,
y siento tu deseo
de descifrar los recuerdos
para los que has nacido.
ARMONÍA
Alma (cúpula de sonidos)
para la música,
música para el alma:
destino de la materia
que siempre buscará al cielo.
FORMA
¡Que plenitud de ecos
en ese ámbito vacío
que de tu forma llenas!
(El silencio de las estrellas
nace en tu vientre de madera).
LIGADO
Una noche-sea bendita-
te encaprichaste de la luz
de una lejana estrella;
desde entonces
tus días(tus ensueños)
son de esplendente música bella.
TIEMPO
Hoy (inflexión de tu tiempo):
evocación del ayer
que hiciste semilla;
reminiscencia del mañana
en que recoges cosechas.
Y coronada
de raíces y frutas
dulcificas el tiempo.
CALDERÓN
Ha sonado el último acorde.
Tiemblas;
mientras, susurras al eco
la nana de tus sueños
para que duerma en el silencio.
Se aleja el son del último acorde.
Aún tiemblas:
sonrisa dejada en las cuerdas
por el beso dócil de la mano.
SONATINAS DE GUITARRA 2
MELODÍA
Todos los círculos son cerrados,
menos el tuyo:
abierto siempre para la tibia palabra
que circunda al hombre
con el aromático incienso de melodías.
TRANSPOSICIÓN
No sé cuándo
te despertó la aurora,
ni dónde, ni cómo:
¿eras(luz concreta)
tierra, aire, árbol?.
Ni sé quién moldeo tu forma:
¿la piedra, el fuego, el agua?.
¿De dónde viene
el misterio que te llena?.
Te desconozco tanto como a mí.
ESTILO
Del otoño, color de miel;
del invierno, el vientre oscuro;
de la primavera, flores de luz,
que en verano, como semillas de sol,
sembró un viento poeta
dentro de tu alma y de tu piel.
COMPOSICIÓN
¡Qué júbilo percibir
que en tu música me estás sintiendo!:
todo lo lejano queda vacío,
como susurro increado,
y lo cercano, aunque inmóvil,
es espléndida bóveda
donde resuena el único silencio.
Tomas mis manos
para llevarlas por caminos
sólo hollados por almas
que nombran a las flores de luz.
Limpias el azogue del cristal de mis ojos;
en ese instante veo selladas,
en la nieve transvisible,
las huellas que deja tu música.
Paso a paso, sobre ellas,
recibo la vida que estás sintiendo.
De tal embeleso, regreso
embriagado en tu belleza descriptiva
más allá del color de la luz.
ESCALA DIATÓNICA
Los nombres que no se nombran
están ocultos, por la tiniebla,
en una frágil vasija de melancolías.
Los aires que tu levantas
desvanecen la informe oscuridad.
Y los nombres vuelan,
describiendo escalas fulgentes
sobre la ingente incredulidad del hombre.
SONATINAS DE GUITARRA 3
ACORDE
Préstame tu silenciosa palabra
para que acompañe
a mi solitaria soledad.
Préstame tu velante ojo
para que ensueñe
a mi durmiente mirada.
Por último (como aurora):
préstame tu somática melodía
para que dé forma
de guitarra a mi obstinado corazón.
ZARABANDA
AL AIRE
Tu eres aire donde vuelo,
tierra por donde camino;
me haces ave de sueños,
y pequeño insecto tras aromas
de melifluas gotas de ambrosías.
Juntos vivimos el aire:
somos aire.
Juntos vamos por el mundo:
somos tierra.
Y entre los dos el fuego
que nos da la vida:
el sonido de la luz.
INTERVALO
¡Qué alegría
cada llamada del día!.
Aunque nunca descansas,
tras esa espera tensa
de las cuerdas, celando
las escalas dormidas.
Así, estás siempre dispuesta
con la llamada del día
a ser voz de la alegría.
ARMADURA
En mí te acojo
como el horizonte al alba,
y poco apoco
deslumbrará la melodía
llenando de arreboles
las horas del día.
TRESILLO
Si tu canto
fuera como llamada de campanas
vendrían hacia ti
todos los planetas;
más tú sólo quieres,
como humilde voz de una estrella,
SONATINAS DE GUITARRA 4
nombrar el silencio que salmodia
sus volutas armoniosas.
SIGNO
Antes de ser, en mí, icono,
fuiste imagen, de sombra y luz,
en la que tan sólo se revelaba
la realidad de la madera.
En la historia de nuestro tiempo
brotaron nubes oníricas
que fertilizaron,
de sombras radiantes
y de luces primigenias,
la tierra de nuestros encuentros.
SILENCIO
Has oído,
en toda su luz has oído,
el ecléctico dolor del nacimiento
de todos los colores irisados.
Has oído,
con certeza lo has oído,
al profundo hálito alegre
durmiente en los sueños olvidados.
Has oído,
con embeleso entregado has oído,
el silencioso rumor que ordena los astros
y aviva el fuego de las estrellas.
Has oído,
también has oído,
el lloro del niño que nace;
el último hálito con el que soñamos
(la muerte;
y mi trémula palabra,
inquieta por dudas y deseos,
pidiéndote me des ha escuchar
la palpitante luz,
encantada por lo inefable,
de lo que has oído.
RITMO
Lo que mis manos leen
lo trascribes en el aire,
en anhelante vuelo
las letras musicales
son pájaros de fuego
silbando al mundo su canto;
canto que leen mis manos.
TEMA
El cielo y la tierra sellan
la firme voluntad del horizonte
de permanecerle rectamente fieles.
Mi corazón y mis manos celaran
para deshacer, día a día,
la hiedra de sombras
que pugnan por cubrir el horizonte
con sonidos fríos, mecánicos,
de instrumentos artificiales.
SONATINAS DE GUITARRA 5
(El silencio llora encerrado
en impronta de vinilo.
El silencio llora por los pueblos
que olvidan la fiesta
del canto con tu corazón).
SEMITONO
Destino: voz, voz, voz...
proyectando luz sin descanso;
voz para el corazón inquieto
donde cohabitan
el olvido y la evocación.
Dame: voz, voz, voz...
proyectando la sonrisa,
del primer céfiro,
con la que adornaste de alegría
la sencillez del corazón.
TONO
Has iluminado
la pasión de mi pueblo;
has entregado
música a su dolor y alegría,
a su poesía y a su fiesta.
Eres tierra donde el pan
de mi pueblo se alimenta.
De mi pueblo eres su fuego:
¡ sangre de guitarra!.
GALLARDA
SOSTENIDO #
Entre mis manos te tengo,
toda ofrecida a mi.
Esperas con impaciencia
que una mano mía
suspenda tu silencio
y, aunque ello no suceda,
sabes que así,
tendida junto a mi regazo,
siento la música que late
en tu corazón de viento.
BECUADRO
Te conocí tarde;
tú, sin desesperarte, esperabas,
porque conoces las raíces
del árbol que sueña.
(Tu eternidad duerme
en la madera del tiempo
constructor de los árboles).
SONATINAS DE GUITARRA 6
BEMOL
Abiertas están las ventanas
para que entren las manos del viento,
siempre dispuestas
a trazar rutas de alegrías
en las rectas cardinales
donde duermen aires y ritmos.
Abiertas están las ventanas
para que cuando lleguen,
como vendaval o brisa,
transcriban las melodías
soñada por los durmientes.
RASGUEADO
¿Qué anhelo quiere nacer
de este impulso que agudo baja
rasgueando las dóciles cuerdas?.
Es un estremecimiento
súbito,
vuelo de flecha
inflamando los instantes
con deseos de amapolas
que, en lid por su eternidad,
entregan su sangre roja
por un acorde de luz.
DUO
Apoyados en una almohada de atardecer
quedamos los dos en un único silencio:
con mi silencio olvidaba tristezas,
con tu silencio recordabas alegrías.
OCTAVA
¡Cuántos deseos de perderme
en una estela de nubes
de las que lluevan las letras
del abecedario que cantas!.
Perderme para encontrar
esas notas que son caricias,
alegrías, besos, cantos, gozos,
sonrisas, encuentros, miradas...
y la infinidad de sentimientos
perdidos por esta mano
que no late al ritmo del corazón.
Y al encontrarlas,
desgranarlas del ramo de vacío
(para el que no nacieron)
dentro de tu concha de madera,
donde grano a grano
madurará el mosto de ambrosías
para embriagar los sentimientos
en los que danza la vida.
CEJILLA
Cuantos caminos hay
entre tu boca y mis manos
besando con cejillas
en trastes de mejillas,
para que tu desnudo pecho
vibre de pasión.
SONATINAS DE GUITARRA 7
CLAVE
En esta esperanza, única,
solitaria, descansa
el alma silenciosa:
guitarra: poesía y música.
CODA
Vuelves de tu silencio
hasta mi calle inmóvil,
para iluminarla
de rebosante mediodía.
Vuelves a tu silencio
desde mi calle embelesada,
por la tenaz hermosura
de la música envolvente
en tu memoria crepuscular.
PUENTE
Detrás de ti, ante mí,
entrelazando nuestras sombras
con deseos de pasión
está la íntima caricia,
y el encuentro de los cuerpos
buscando trascender
la ambivalencia de sus formas.
(Somos como mar y cielo
reflejándose mutuamente
en sus ámbitos de colores).
ESCALA MAYOR
Sueño de amor, de pasión sin locura,
dado en cáliz de música dorada
(juego de manos y alma enamorada)
por la guitarra, con fuego y ternura.
Sueño de amor para ésta vida oscura,
donde la voz del viento está olvidada
tras el velado ruido de la nada
penetrando, con trápala sonora,
en los amaneceres de los hombres.
Sueño de amor, céfiro de silencio,
sostenido en un único latido
en las puras y melodiosas cumbres
de los corazones, dando a su espacio
el pulso de la luz y su sonido.
COMPÁS
Sólo el silente amor
transmite el sentimiento
verdadero que palpita
en el corazón de la belleza.
Sólo el silencio amoroso,
de tu fecundo vientre,
alfombra, las noches sin luna
del corazón, con la belleza.
SONATINAS DE GUITARRA 8
CHACONA
CANTABILE
Admiro estas dunas de madera
color de trigo tostado.
Admiro este vientre de madera
irisado de pan dorado.
Y este largo cuello de madera
por delgadas huellas marcado.
Así eres tú, toda de tierra,
como barro al fuego domado.
Eres de madera arrancada a la tierra,
metamorfosis de su sangre universal.
Eres madera trasplantada a la vida,
libando tus raíces en la luz etérea
de la solitaria música del mundo.
Eres la madera que arranca el misterio,
enigma del tiempo, perdido en la tierra.
Eres la madera que pulsa la aurora,
sembrando colores en los corazones
para ser música del río de la vida.
TOQUE APOYANDO
Como hoja de otoño
transformada para ser tierra,
como tierra de otoño
que en un día de luz será hoja;
así nosotros,
con la constancia
de los días y de las noches,
nos mudamos:
tú, carne, yo, madera;
tú, despertando los sueños;
yo, soñando para despertar.
ARPEGIO
Diáfana y ágil es tu memoria,
como el aire que vivifica los almendros
con los sonidos, todavía escondidos,
del canto de la primavera.
Todos los inviernos sanan
su frío dolor
con melodías arpegiadas de primavera
al son de guitarra.
A TEMPO
Déjame hoy,
paso a paso, sin prisa,
llegar hasta el crepúsculo:
SONATINAS DE GUITARRA 9
Que el tempo allegro
abra sus horizontes
(memoria del caminante)
al ritmo que enraman
estos versos.
Ir lentamente,
dejando atrás suelo y cielo,
embriagándome
de fantasías sostenidas
en los acordes de las cuerdas,
hasta encontrarte allí
en la distancia
-tras el humo, tras el azul,
tras el adiós futuro-
donde seremos música
herida por una lengua de fuego.
RITENUTO
Esa dulce última nota, retenida,
es una estrella vibrando con luz
de conciencia,
como único lucero en el crepúsculo,
donde la lluvia de la tarde
ha impreso el susurro quedo
de las lágrimas.
Un único sentimiento cubre las ventanas
donde la sangre y la razón se posan.
Sentimiento cristalino de instante perenne
donde la soledad pierde su memoria,
para ser mariposa transparente de alegrías
DISONANCIA
Ahí llega la noche;
tratará de separarnos.
Todavía no sabe
que al dormirnos
desvelamos la fantasía
dormida en la música.
(Sólo las horas duermen).
TIMBRE
Era la hora de transitar por el misterio
donde la canción, de un pájaro silencioso,
despertará la belleza durmiente bajo
la ocre piel de carne y madera.
La guitarra
anunciaba invisibles danzas de conciencia
moduladas por las olas de largos trinos,
como cadencia incesante de la pasión
serena descubriendo la luz del misterio.
Fue el instante de la reflexiva certeza
augurando maravillas a la existencia.
Fue el instante del sueño de la libertad
caminando con el canto de la guitarra.
SONATINAS DE GUITARRA 10
MAZURCA
SOLO
Ensueño de solitarios:
tú siempre soñando sola
(en los cantos de tu soledad soñando).
Hay vientos altos que te olvidan,
te olvidan.
Hay brisas suaves que no te recuerdan,
no te recuerdan.
También olvidada en los cuentos,
también.
Aún llevando en tu corazón
la memoria del sonido,¡del sonido!.
Sin embargo,
tu presencia es evocación:
de músicas de cristal
sonando en los reflejos de los ríos,
como himnos
levantados por las alegrías de la luz.
Ahora:
tú, carne, y yo, madera,
amores de solitarios,
nos bañamos en los sueños reflejados
de tu evocación silenciosa.
CROMATISMO
El tiempo trenzó, en tu piel
de madera, los dibujos
usurpados por el agua al cielo.
Tú les diste los colores
dorados de los otoños:
sus sombras ocres, sus fuegos
inagotables de luz,
junto al negro de la noche.
De nuevo el tiempo ha jugado
ha describir en tu piel
arabescos de cristal,
en los que el arco iris busca
su complemento de luz.
PENTAGRAMA
De tus ámbitos escondidos,
de tus luces candentes,
de tus futuros inflexibles,
de tu continua voz flamante..,
de todos tus secretos silenciados
están comprendidos los espacios
de este largo amanecer
que es la vida.
Dime:
¿Quién te los ha regalado?.
SONATINAS DE GUITARRA 11
RASGUEADO-LARGO
Con un súbito rasgueado,
relámpago de tus cuerdas,
comienzas a deshilar
el abalorio de dádivas
aventuradas por un corazón,
extasiado en tu alegría,
como alba impresión sutil
para ser flor de futuro.
ESCALA CROMÁTICA
Tú que presientes los vientos
desde el mismo corazón de su rosa;
tú, que caminas en los aires
abandonándote a su enérgica estela,
tú, que acaricias con la brisa
los besos pasionales de los amantes;
¿Por qué?, dime
¿Por qué me esperas
ahí, solitaria, en esa esquina
olvidada por el viento?.
MÚSICA
Vamos pulsando el mundo,
de la mano
tú y yo,
descubriendo misterios
que sólo a los tres pertenecen:
el cielo es un círculo sin tiempo,
el futuro no llega sin retroceder,
el amanecer no diluye el caos
al igual que una rana no canta a la luna.
Más nada se resuelve;
el sigilo que diluye vuelve
a disolvernos en su enigma.
En el futuro pulsaremos el mundo,
descifrando con música
el omnímodo misterio de la vida.
DOS GUITARRAS
En sus manos abiertas
llevaba el corazón
para pulsar con sangre
la memoria del tiempo.
Con su deseo de amante
adulaba el cabello
desplegado en tu cuerpo
entregado a sus goces.
Del dos emergía el uno,
de uno brotó lo vario,
de estos, las melodías,
y de ellas el silencio.
El silencio hablaba
de Recuerdos, Sonetos,
Danzas, Preludios, Valses,
de ciudades y ensueños...
Esas manos abiertas
se hicieron un día luz.
Ahora el cielo es espejo
de la eternidad diáfana
de sus manos cantoras.
SONATINAS DE GUITARRA 12
RECITAL
Fue la primera vez.
Concierto sin voz, pensé
(qué poco te conocía).
Y entonces...
comenzó a sonar tu música
(nuestra, de ellos, de todos)
encadenándome a un vuelo
de mariposas sonoras.
Heme allí inmóvil,
sintiendo como la luz
no llena las ansias de mis ojos.
Con la mirada ciega,
abatida por tu veloz luz,
recorrí ese interior de mis ojos,
donde mil mariposas
penetraron para llenar
de crisálidas de cristal
su vacío tiempo de silencio.
Fue la primera vez,
y desee que las manos del otro
fueran mis manos
abrasándome en el fuego
con el que templas
el cristal del silencio.
ESCALA MENOR
Duele la paciencia del tiempo,
de huella tan efímera como eterna;
deja impronta de sangre endurecida
por las horas impasibles e inmutables.
Mas suena un arpegio de guitarra
y el reprobatorio tiempo
queda detenido en la eufonía
serena del sonido de la luz.
Se diluye la sangre en un júbilo
de rocío que refresca ámbitos
donde en verdad florece el tiempo.
SERENATA
Si la guitarra fuera estrella,
se ocultaría el sol
entre el refulgente sonido
que daría color a las noches.
Si la guitarra fuera luna,
danzaría la tierra
allegrettos de luminarias
zapateando en el universo.
(Soñé con un cielo de estrellas y luna:
si el fusil fuese guitarra,
las balas serían canciones;
si la espada fuese guitarra,
su corte sería de música templada;
si el corazón fuese guitarra;
no habría fusiles,
no habría espadas,
por los que el hombre inventará la guerra.
Soñé el sueño, entre estrellas y luna,
del deseo de la guitarra).
SONATINAS DE GUITARRA 13
BOLERO
ACORDE DE QUINTA
¿Qué lluvia te regalará su sonido
si ya has libado de todas las aguas?.
¿Qué río te cederá su caudal
si el tuyo no lo colma el infinito?.
¿Qué mar podrá llenarte,
como a las caracolas,
de canciones?.
Entonces, dime:
¿por qué
haces llorar a las nubes en un cielo azul,
o detenerse el río de turbulentas aguas,
o llenas de versos las caracolas del mar?.
ACORDE DE SÉPTIMA
Suena tu cálida música
deshuesando las negras cerezas
pendientes del árbol de cinco ramas,
y al aire llenas de dulzuras
convirtiéndolas en nubes otoñales:
nube a nube, llueven notas
dispersando el sonido
acristalado de las lágrimas
nacientes de tu transparente
sentimiento silencioso.
ACORDE DOMINANTE
¿Quién espera en tu voz?.
El aroma de la flor, espera;
el fuego del trigo, espera;
el agua clara, espera;
la alegre hora, espera...
y el corazón conoce así su destino:
tu voz llena la espera
para escuchar
la voz silenciosa.
ACORDE SUBDOMINANTE
Pasará el mundo.
Entre lo que quede:
El sonido de la luz.
De nuevo tu voz nombrará,
con pulso lento, pausado,
todo lo que soñó;
revelará: al tiempo, a la piedra,
al número, al viento que es hiedra,
a la letra, a los astros y su memoria,
a la mariposa, al hombre y su historia,
al colibrí y su flor,
al amor que supera el dolor,
SONATINAS DE GUITARRA 14
a la lluvia, al río, al mar,
al aroma del beso y del azahar,
a las manos que aman y crean,
y al ángel sembrando
estelas de silencio
que todo lo nombra.
MI mayor
¡Qué cercana es la vida
que proclaman tus cuerdas;
es brisa que se eleva
hasta las altas cimas,
donde los sueños son albos,
creando nieves de conciencia!.
Allí quedan enterradas
las ambiciones impuras;
en el sueño de las cuerdas
sólo oirás silbar
nombres sin sombra.
FA mayor
De nuevo el diálogo disonante:
mi esfuerzo inútil,
por dar pureza a la nota huidiza,
busca tu ayuda jubilosa
pero tú, caprichosa,
la escondes en un cajón de risas:
y el fa sostenido
sube y baja por la escala
disfrazándose de locura,
de carcajada, de gusano,
de columna, de montaña,
de cigüeña en el campanario...
de mil formas falsa
de criaturas singulares.
Imposible el compás.
Abandono con la esperanza
de que la nieve cubra
las huellas de mis palabras.
(Sé que las nieves de invierno
cubren los sueños en clave de sol).
DO mayor
¡Cuántos rostros imperturbables
se reflejan en tu faz de madera
y descubren su propia sonrisa!.
¡Cuántos corazones lloran
en la alegría de la guitarra!.
LA mayor
Todo es en tí, por tí,
convicción de sentir,
de ser una existencia real,
única, alejada
de cualquier dualidad.
Mas todo es efímero(en mí)
y he de abandonarte.
Instante eterno
esas horas de olvido;
instante breve
SONATINAS DE GUITARRA 15
los momentos de recuerdo.
Tratando está de nacer
la última duda, la más densa,
jugando con la vida
a descubrir misterios.
En tu música la sutil respuesta:
convicción inspirada
lacrada por la última duda.
SOL mayor
De las noches de la Alhambra
llenas de aromas tus noches.
En la mañana, recuerdos
traspasados por mis manos
traen la inquietud de unos ojos
trémulos, buscando el mar
lleno de estrellas azules
que, de niño, un día soñó.
Sólo el horizonte y tu
llenáis su cielo de estrellas,
coloreándolas de azul.
Son noches de la Alhambra,
son noches que tu silencio
llena de aromas que nombra.
SI mayor
Brota la música, describiendo silencios
solidificados por los trémulos labios
de las cuerdas, hacia los jardines etéreos
donde florece toda voz, toda palabra,
como madreselva
con flor de nomeolvides.
Brota la música enraizando en la memoria
del corazón los silencios de la guitarra.
RE mayor
Es la guitarra árbol solitario.
Un pájaro silencioso lo habita,
salta entre sus ramas aceradas,
y canta la canción suspendida
entre fértiles hojas negras.
Es la guitarra nube en el cielo.
Al alba y al ocaso da color,
geometría bañada en arrebol,
recordando, a los ojos de las sombras,
la ebria misericordia de la luz.
SONATINAS DE GUITARRA 16
BARCAROLA
LARGO
He querido buscar un nombre
con el que llamarte;
ya no me basta el nombre
de una palabra genérica.
Necesito el nombre
con el que te nombran mis sueños
dentro de mí.
Tienen
los mares, los vientos, las flores,
los ríos, las montañas, las playas...
todos tienen su nombre:
esperaban sonriendo
en un silencioso mapa de sueños,
dibujado y coloreado por siglos
de amaneceres y atardeceres.
Y tu nombre apareció un día
entre las notas de un allegro:
Sólo lo pronuncian nuestros sueños,
lentamente, hasta hacerlo nuestro.
LENTO
Tú lo tienes. Lo ocultas.
Esa ingravidez hialina
tras la que se refugia
la voz jovial
que pronuncian los sueños
de las melodías musicales.
Tú lo tienes: el silencio
donde la música se engalana.
ADAGIO
¿A dónde mirar?,
¿cómo no ver en cada forma sinuosa
tu perfil insinuante
donde duermen melodías sonantes?.
¿Hacia dónde mirar?,
¿cómo ver el final de los ámbitos
si creas términos sinfín?.
Empavesas la mirada
con una constelación de notas
para conquistar todos los espacios:
el mar lo haces mar
con olas de arpegios;
el cielo es, abierto y azul,
donde suben y bajan escalas;
la tierra es, superficie y aire,
donde se camina al ritmo cromático
de los días y de las noches.
Eres espejo de madera
donde el mundo se refleja.
Y yo no dejo de mirarte.
SONATINAS DE GUITARRA 17
ANDANTE
Tu música:
partitura abierta,
clave de luz,
enigma numérico:
da color
a cada pequeña flor
plantada
en las sendas lineales
por donde camino;
hilado cada paso,
como guirnalda floral
ciñendo todos los sentidos,
se levanta la palabra
para navegar
en la espuma
del vibrante mar de ritmos,
hacia la playa
de arenas íntimas
donde
el mar deja sus colores,
desde su profundo azul
hasta el blanco de la espuma.
Playa de esperanza,
sin Este sin Oeste,
de sempiterno cenit,
donde las gaviotas danzan
el vuelo cristalino
de la lluvia
recogida por los ojos;
playa
donde la sal de un tiempo
ha tejido
arena de terciopelo.
Entre tierra y cielo
un nítido arco iris
canta al silencio
nuestros misterios.
ANDANTINO
Tendremos que inventar islas
rodeadas de playas coralinas,
en estos mares solitarios
de horizontes siempre huidizos,
por donde navegan sin rumbo
sombras naufragas de sirenas.
Y en cada isla (coral de luz),
engalanada de silencio,
una flor alba de ocho pétalos,
fosforescencia de coral;
cantará su corazón
cantos olvidados por las sirenas;
encrespadas olas de ritmos
las conducirán a las islas
donde, con manos de espuma,
trovará tu voz para crear
los cantos que sueña la flor.
MODERATO
Vibran tus cuerdas
como oleaje de mar.
Hoy ese cuerpo es piedra
de torvo rompeolas.
Insiste.
SONATINAS DE GUITARRA 18
Haz, de este cuerpo, arena.
Con esa arena haz playa.
Playa donde descanse el son
de la voz de tus olas.
ALLEGRO-MODERATO
Un día te lleve junto al mar;
en una pequeña playa,
donde todo parecía aparentemente inmóvil,
descubriste un rostro del mar
cuando te entregó su húmeda sonrisa
y, con ella, la primera caricia
de su beso de salitre,
posada en ti
por una dulce y continua brisa.
Rilaron las cuerdas
estremecidas por un aroma de sal;
entonces recordó la mar
los bellos reflejos de su agua.
¡Al mar le diste tu rostro, guitarra;
y te dio la mar
el tiempo verde de sus profundos ojos!.
Allá en el horizonte
tremolaron dos corazones,
en la hondura de sus silencios,
levantando una música de olas;
y la playa se bañó
en una pleamar de alegrías.
ALLEGRETO
Viento de un ángel de oro
dejando estelas
de júbilo sonoro,
vibrantes olas
en un musical cielo,
para los poetas
cuya voz es anhelo
de albas sonatas.
Viento áureo de guitarra,
ensueño y calma
de la luz de la tierra,
dentro del alma.
Viento entre las manos,
de la evidencia
creadora de caminos,
de tu conciencia.
Guitarra: Viento. Siento,
canción y tiento
pleno de sentimiento,
tu pensamiento.
ALLEGRO
Mis manos, mi corazón,
no te pueden olvidar.
Tu solitaria canción
me acompaña, como el mar
dentro de una caracola;
tu soledad no está sola.
SONATINAS DE GUITARRA 19
VIVACE
Del río, llegan del río
murmullos de siglos.
Del pozo del río
recoge cantos la guitarra,
como vientre de siglos.
Así llegan con el río
sones del hombre y su tierra
que la guitarra nos recuerda
en cualquier fiesta
Del río, llegan del río
los cantos festivos.
PRESTO
La fiesta de los Océanos recorre tu mástil.
La fiesta de los vientos solanos
se refugia en tus cuerdas.
Se levantan danzas relampagueantes
y ondas de olas encrespadas de música.
Los mares quieren ser nube y cielo,
y el cielo quiere ser arrebol de coral;
mientras, el corazón es pez de color
jugando en las aparentes turbulencias
del ritmo vivaz y festivo de tu canto.
Y un mar de espumas
empapan de alegrías todas las playas,
donde las olas, ya serenas, danzan
valses coralinos con la asombrada luna.
HABANERA
SEXTAS
Hoy te abrazo con el deseo
que expande la música
de los enamorados;
acaricio con mi brazo
tu estática cintura entregada
cuando mi mano
se acerca a tu redonda luna,
boca extasiada de silencio,
cuya voz, siempre cálida,
irradia la música
para ti, para mí,
como agua y tierra
de infinitos horizontes enamorados.
OCTAVAS
Y una sola cuerda
es capaz de nombrar,
con voz y son,
la voluntad del cielo.
SONATINAS DE GUITARRA 20
MI menor
¿Quién puede decir que estás fría?,
si en cuanto te toco
vuelves mi sangre incandescente.
Entonces sé
que tu savia aún bebe de la luz,
esa luz que insuflas
con el durmiente viento callado
de tus sonoras cuerdas.
DÉCIMAS
Tal vez no soy el que esperabas:
quien de ti dulces armonías saque.
Limitado estoy: ni soy, ni seré;
en mi corazón están tus mismos deseos.
Cuánto quisieran mis sencillas manos:
llenarte de colores primaverales,
cubrirte con sombras frescas de mediodía,
acariciarte como una noche plena
en aromas de azahar...
Cuántos deseos en los sueños de mis manos:
ser huella del suave beso de un adagio,
ser nota sostenida como mirada de enamorados,
ser interminable coda de un aire alegre,
ser glissado en ti del corazón suspendido...
Cuántos sentimientos en la memoria de las manos:
quieren ser el perfume de tu corazón de madera,
quieren ser como el jardín de los sonidos
en el que el viento aprende su canto,
quieren ser remembranza de los sueños
de una tierra jovial y festiva...
Tal vez no soy el que esperabas,
mas contigo soy más que lo que soy.
FA menor
No es como abrazo de amantes,
pero entre cielo y tierra
seguro que no hay caricia igual:
tú, vibrando, me hablas,
con el idioma de las melodías,
de lo que sueña el mundo;
yo con mis dedos pulso y recito
los silencios escondidos en mi historia.
Nada queda al azar
del encuentro esperado.
Pero, aún así, no necesitamos
clave para declamar
nuestra gramática de sentimientos.
FA # menor
Detrás de los sonidos te busco.
Si el pájaro canta,
tras su vuelo deja tu imagen.
Si el viento silba,
SONATINAS DE GUITARRA 21
tras su silbo pronuncia tu nombre.
Si los niños cantan,
tras su voz queda tu palabra.
Detrás de los sonidos te busco:
todo es estela canora
que a ti me lleva.
SOL # menor
¿Cómo pudo ir en pos del viento
sino con alas de tu canto?...
Sueño con paisajes lejanos.
Despierto: sé que no podré
hollarlos; por eso los busco
en tu vientre, celador del viento,
donde duerme el sueño del águila.
LA menor
Puente de mediodía a medianoche,
puente de alba al crepúsculo,
sobre el mismo río
donde se reflejan la ciudad y sus sueños.
Sobre tu puente
el destello de un alma y seis estrellas
se bañan en la voz del río.
(El río canta melodías que ensueño).
SI menor
Guitarra:
celosía de sonidos
con los irisados ojos
emplumados del pavo real.
Guitarra:
madreselva de sol
florecida en melancolía.
Guitarra:
espejo de cálida tierra
humedecida
por cristales
de lágrimas compasivas.
Guitarra:
máscara de la invisible herida
en el inviolable árbol
nacido a la sombra del amor.
Guitarra:
ánfora donde Eolo
guardó los cantos del viento
aprendidos, en su cuna, del cielo.
DO menor
Cantos de guitarra escucha la Alhambra;
cantos atrapados por fuentes donde
se baña la luna: su brillo expande
tras esta noche que todo lo alfombra;
cantos de guitarra llenos de aromas
danzantes, en el jardín de las flores,
SONATINAS DE GUITARRA 22
con las rosa, jazmines, y azahares
extendiendo el sonoro eco de poemas
para ungir de misterio el terciopelo
rojo (luz) de las piedras del castillo.
Sonríen las aguas, plañe la guitarra
los sonidos donados por el cielo.
¡Las almenas, la guitarra!. Qué bello
cuadro entre las estrellas y la tierra.
RE menor
Las horas que el tiempo teje,
con estambres de invisible
maroma exudando olvido,
envuelven la libertad
(luz) de las esbeltas alas
del sueño creador del hombre.
La guitarra teje al tiempo
hilvanándolo de música
(luz), encadenada sobre
urdimbre de pentagrama.
Sienten las manos el sueño
nacido entre la guitarra,
generado con anhelo
de volar en libertad.
Ahora las manos son alas
del pájaro silencioso
recordando el dulce canto
silábico de la luz;
en su vuelo, la memoria
fertiliza nuestras horas
con tiempo de libertad.
JOTA
D. AGUADO
Alguien ha abierto sendas
para que caminemos
por la alfombra floreada
de notas silenciosas;
para ti, para mí:
abren la única puerta
donde nuestro horizonte,
de ilusiones sin límites,
danzará en línea recta.
I. ALBÉNIZ
En este momento
las horas se han detenido;
pero nosotros
palpitamos de inquieta alegría,
como el mar y la playa
cuando se encuentran;
así, tú y yo,
abiertos por un pleamar de nostalgias,
SONATINAS DE GUITARRA 23
ascendemos, sin separarnos,
en la cresta de la ola
para alcanzar la voz de nuestros sueños.
S. BACARISSE
Escribí un pequeño poema
sobre cinco líneas.
Te las entregué en un atardecer
pulsando con palabras mudas
tus silenciosas cuerdas.
Y el poema tomó alas de luz:
y nos fundió
en una única conciencia.
M. DE FALLA
Quien de tu cielo dude
mire en tu pecho de silencio oscuro,
tal vez le muestres
los colores que visten al viento.
E. GRANADOS
Sé
que cuando te abandono
viajas al país cálido
donde te afanas
en colorear
auroras y crepúsculos.
Allá
dejas toda la tristeza,
esa que ignoro
(¿tristeza arrancada
de las sombras de mi pecho?).
Sé
que con ella haces las nubes
cubriéndolas
con pigmento de arrebol.
Aquí
entre las nubes y yo,
queda un espacio de nostalgia.
Sé
que cuando te tomo
lo llenas de estrellas diurnas.
M. LLOBET
Ese largo y negro pensamiento
tiene el fulgor, como relámpago,
de las sensaciones del tiempo:
hora de palabra, hora de fuego,
hora de silencio..,
horas bruñidas por la percepción
del viento.
E. PUJOL
Sonoro poema,
de dodecasílabos versos,
donde los dedos son labios
enmudeciendo al silencio,
para levantar el eco
de la vida que, palpita,
vibrando de pasión,
en tu cuerpo de poema.
G. SANZ
Se han abierto todas las flores
buscando la luz de la música,
SONATINAS DE GUITARRA 24
con pétalos extendidos
escuchan las escalas
para teñirse (siempre luz)
de la memoria del color.
A tu alrededor nace un jardín.
J. RODRIGO
Cada compás es un rastro
inseparable de la belleza
por donde transito
tras tu alma de lazarillo.
Lo que dejamos atrás
viste de auroras perdurables
al futuro que se entrega.
Y así recorremos distancias
que los amantes
cubrirían con caprichos y besos;
pero nosotros lo vaciamos
de todo alfabeto de signos
para sentarnos, al borde
de la sábana desplegada por la noche,
contemplando la soledad sonora
e integradora de todos los seres.
Por un momento
nos acercamos al centro puro,
hontanar de toda belleza,
coloreándonos
tu, de mi, yo, de ti.
R. SAINZ DE LA MAZA
En ésta tarde de estío
pulsa el viento los dorados
cabellos de los trigales,
como áurea arpa de la tierra.
Jugando está la cigarra
con el fuego de esa música
de eternos sonidos cálidos,
unidad de sol y de brisa.
Nadie conoce los cantos
del viento y de la cigarra,
son recuerdos de las brasa
dejados por el sol en tu madera.
F. SOR
Todos los días eres guitarra,
y yo...yo soy lo que dejas en mí:
el amable susurro de un riachuelo,
el inmanente esfuerzo de una semilla,
la incredulidad maravillada del ojo del niño,
el indefinido azul de la caricia de mar y
horizonte,
la palpitante obsesión de la luz,
la unificadora paciencia de la soledad,
el cálido canto del sol en la piel de la tierra,
y la esbelta sombra de tu palabra
perfumada en la sonoridad de tu poesía.
Guitarra eres todos los días,
SONATINAS DE GUITARRA 25
y yo...el ser albo
donde sueñas tus melodías.
F. TÁRREGA
Para la soledad:
la voz del silencio.
Para crear:
mis manos y el espacio.
Para la paz:
sólo esa palabra.
(con raíces en el corazón y la vida)
Para la vida:
la guitarra, su luz y su sombra.
Para la libertad:
manos, paz, guitarra, soledad.
H. VILLA LOBOS
Quisiera encontrar el último verso
que de sentido al silencio sonoro,
musical eco
de la canción.
Quisiera encontrarlo entre tus cuerdas
con la mano del trovador de las estrellas,
blancas y abiertas
de amor y luz.
Quisiera encontrarlo en las trasparencias
del beso de la alba luna en tu piel,
bruñida como
flor de la noche.
Quisiera hallarlo en tu orlado brocal
del pozo de donde mana la música
velada del
último verso.
DOS SAETAS ELEGÍACAS
ANDRÉS SEGOVIA
Granada: Alhambra: Patio de los leones:
silente rumor de aguas y luceros.
La guitarra, con sus ritmo sonoros.
Un corazón, unas manos, sus sones,
aires de trovador enamorado,
danzando entre las cuerdas paralelas,
sus ritmos y su amor abriendo estelas
de dulces melodías, entrelazando
flores y sueños que de España clamas.
Segovia eres, guitarra, Andrés te llamas,
mientras pronuncias fragancias de campos
y pueblos: Sevilla, Cádiz, Granada...
Danza...Rumores...Recuerdos...Leyenda...
Desde tu guitarra alumbras los tiempos.
SONATINAS DE GUITARRA 26
NARCISO YEPES
Diez cuerdas desplegadas hacia el mundo;
velero de guitarra, de sur a oeste,
de norte al este, que en un mar celeste,
de poemas musicales, vas surcando
hasta puertos en costas y montañas.
Diez cuerdas, con alegrías de cruz,
tientas para dar nombres a la luz:
son, la guitarra y la paz, tus enseñas.
Dios abre el camino, tras EL, el hombre
con su guitarra: Narciso es tu nombre,
siempre flor, de inolvidable romance,
en el jardín sonoro de conciertos,
sonatas, canciones, estudios, cantos...
en tus manos la guitarra:¡Amanece!.
ACRÓSTICO SONORO
MIentras el dulce sonido se ensueña en ella,
LA sinuosa forma, madera de mujer,
REcrea en su diversa sonoridad inerte,
SOLiloquios llenos de ecos reconocibles,
SIlencios del hada durmiente de las cuerdas;
MIentras su cíclope ojo, siempre desvelado,
MIra, como testigo ausente de sí mismo,
LA tensa y febril espera de sus cuerdas;
REctas que recorren su madera fecunda,
SOLitarias, indivisibles, desiguales,
SIempre dispuestas a la enérgica caricia
(MÍnimo grafismo de una mano virtuosa),
MItológica quietud rota con candor:
LAtiendo al unísono, seres que se buscan
REnacen a la inquieta búsqueda melódica:
SOLemne pacto de la vida y el instrumento,
SÍntoma emotivo del acto musical,
MImética adquirida entre ser y objeto,
MIsterioso abandono de armonía sonora
LAtente en el vacío. Atrapado por dos manos
REsponden, a éste intenso y palpitante encuentro,
SOLícitas notas en acordes y punteos;
SIguiendo la estela florida del compás,
MIl sonidos rítmicos brotan de la escala.
MInerva otorga sus esplendorosos dones;
LA mano sutil de Euterpe los distribuye,
REviviendo al duende del alma adormecida,
SOLista lírico, del que emana un arco iris
SIncopado con el hexagrama sonoro,
MInarete proyectando el ensueño armónico:
MInuetos, gavotas, zarabandas, chaconas,
LA jota, el bolero, la zambra, la polca...
REsuenan en alas de la brisa de los sones;
SÓLidos compases se expanden desgranándose
SIncronizando lo humano con lo divino:
MIeses de guitarra del alma embelesada.
SONATINAS DE GUITARRA 27
SONATINAS DE GUITARRA
ÍNDICE
PAVANA:
CLAVE
ARMONÍA
FORMA
LIGADO
TIEMPO
CALDERÓN
MELODÍA
TRANSPOSICIÓN
ESTILO
COMPOSICIÓN
ESCALA DIATÓNICA
ACORDE
ZARABANDA:
AL AIRE
INTERVALO
ARMADURA
TRESILLO
SIGNO
SILENCIO
RITMO
TEMA
SEMITONO
TONO
GALLARDA:
SOSTENIDO #
BECUADRO
BEMOL
RASGUEADO
DUO
OCTAVA
CEJILLA
CLAVE
CODA
PUENTE
ESCALA MAYOR
COMPÁS
CHACONA:
CANTABILE
CADENZA
REPERTORIO
TOQUE APOYANDO
ARPEGIO
A TEMPO
RITENUTO
DISONANCIA
TIMBRE
MAZURCA:
SOLO
CROMATISMO
PENTAGRAMA
RASGUEADO-LARGO
ESCALA CROMÁTICA
MÚSICA
DOS GUITARRAS
RECITAL
ESCALA MENOR
SERENATA
BOLERO:
ACORDE DE QUINTA
ACORDE DE SÉPTIMA
SONATINAS DE GUITARRA 28
ACORDE DOMINANTE
ACORDE SUBDOMINANTE
MI MAYOR
FA MAYOR
DO MAYOR
LA MAYOR
SOL MAYOR
SI MAYOR
RE MAYOR
BARCAROLA:
LARGO
LENTO
ADAGIO
ANDANTE
ANDANTINO
MODERATO
ALLEGRO MODERATO
ALLEGRETTO
ALLEGRO
VIVACE
PRESTO
HABANERA:
SEXTAS
OCTAVAS
MI MENOR
DÉCIMAS
FA MENOR
FA # MENOR
SOL # MENOR
LA MENOR
SI MENOR
DO MENOR
RE MENOR
JOTA:
DIONISIO AGUADO
ISAAC ALBÉNIZ
SALVADOR BACARISSE
ENRIQUE GRANADOS
MIGUEL LLOBET
ENRIQUE PUJOL
GASPAR SANZ
JOAQUÍN RODRIGO
REGINO SAINZ DE LA MAZA
FERNANDO SOR
FRANCISCO TÁRREGA
HÉCTOR VILLA-LOBOS
DOS SAETAS ELEGÍACAS.
ANDRÉS SEGOVIA
NARCISO YEPES
ACRÓSTICO SONORO
ÍNDICE
SONATINAS DE GUITARRA 29