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Anuario de Psicología Jurídica, 2004 115 Anuario de Psicología Jurídica, Volumen 14, año 2004. Págs. 115-139. ISSN: 84-87566-33-7 ¿SON REALMENTE DIFERENTES LOS RELATOS SOBRE UN HECHO REAL Y LOS SUGERIDOS? IS ARE REALLY DIFFERENCE BETWEEN REAL AND SUGGESTED ACCOUNTS? Antonio L. Manzanero 1 RESUMEN Durante los últimos años diferentes trabajos han tratado de encontrar técnicas que permitan discriminar la credibilidad de los relatos en un intento de diferenciar entre rela- tos basados en hechos reales y aquellos que lo hacen en sucesos imaginados o sugeri- dos. Así, han surgido de la práctica múltiples técnicas basadas en el análisis de las carac- terísticas de los relatos, según las cuales la discriminación es posible. Por otro lado, se han realizado numerosas investigaciones basadas en los procesos de control del origen de los recuerdos, que muestran que no siempre existen diferencias entre relatos reales y sugeridos. En el presente estudio se analizan diferentes relatos producto de la realidad y contaminados por la sugerencia de información falsa. Los resultados muestran que sólo existen diferencias en unas pocas dimensiones que se van perdiendo con el paso del tiempo, y que la aceptación de la información falsa (sin intención consciente por parte de los sujetos de mentir) se podría deber precisamente a la similitud entre los dos tipos de relatos que llevarían a confusión a los sujetos acerca de su verdadero origen. PALABRAS CLAVE: Memoria, Información sugerida, Testigos, Origen de los recuer- dos. ABSTRACT Over the last few years there have been a number of studies in search of techniques ESTUDIOS 1 Facultad de Psicología. Universidad Autónoma de Madrid. Campus de Cantoblanco. antonio.manzane- [email protected] Fecha de Recepción: 20-01-2005 Fecha de Aceptación: 10-02-2005

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Anuario de Psicología Jurídica, Volumen 14, año 2004. Págs. 115-139. ISSN: 84-87566-33-7

¿SON REALMENTE DIFERENTES LOS RELATOSSOBRE UN HECHO REAL Y LOS SUGERIDOS?

IS ARE REALLY DIFFERENCE BETWEEN REALAND SUGGESTED ACCOUNTS?

Antonio L. Manzanero1

RESUMEN

Durante los últimos años diferentes trabajos han tratado de encontrar técnicas quepermitan discriminar la credibilidad de los relatos en un intento de diferenciar entre rela-tos basados en hechos reales y aquellos que lo hacen en sucesos imaginados o sugeri-dos. Así, han surgido de la práctica múltiples técnicas basadas en el análisis de las carac-terísticas de los relatos, según las cuales la discriminación es posible. Por otro lado, sehan realizado numerosas investigaciones basadas en los procesos de control del origende los recuerdos, que muestran que no siempre existen diferencias entre relatos reales ysugeridos. En el presente estudio se analizan diferentes relatos producto de la realidad ycontaminados por la sugerencia de información falsa. Los resultados muestran que sóloexisten diferencias en unas pocas dimensiones que se van perdiendo con el paso deltiempo, y que la aceptación de la información falsa (sin intención consciente por parte delos sujetos de mentir) se podría deber precisamente a la similitud entre los dos tipos derelatos que llevarían a confusión a los sujetos acerca de su verdadero origen.

PALABRAS CLAVE: Memoria, Información sugerida, Testigos, Origen de los recuer-dos.

ABSTRACT

Over the last few years there have been a number of studies in search of techniques

ESTUDIOS

1 Facultad de Psicología. Universidad Autónoma de Madrid. Campus de Cantoblanco. [email protected]

Fecha de Recepción: 20-01-2005 Fecha de Aceptación: 10-02-2005

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¿Son realmente diferentes los relatos sobre un hecho real y los sugeridos?

Introducción

Uno de los tópicos más trabajados enpsicología forense durante los últimosaños hace referencia a la posibilidad dediscriminar entre relatos reales y aquellosque no lo son. Un relato puede no des-cribir la realidad debido a que conscien-temente los sujetos mienten, o biendebido a fallos de memoria.

La creencia popular acerca del funcio-namiento de la memoria adjudica lamayor parte de las inexactitudes en unadeclaración fundamentalmente al primertipo (Mira y Diges, 1991). Esto es, sialguien cuenta un hecho que nuncasucedió, o bien no sucedió como locuenta, se debe inevitablemente a queno quiere contar la verdad.

No obstante, la investigación ha mostra-do a lo largo de varias décadas que lamemoria está lejos de ser perfecta y seencuentra limitada no sólo en capacidadsino también por el efecto de innumera-bles factores que la distorsionan provocan-do errores (no intencionados) tanto deomisión como de comisión. Es decir, dandolugar a falsos recuerdos (para una buenarevisión en castellano ver Diges, 1997).

Así pues, dejando a un lado la inten-cionalidad en la aportación de datos fal-sos, la mayor parte de los relatos sobrehechos sucedidos están salpicados deerrores ajenos a los sujetos. Las fuentesmás comunes de error se deben a pro-blemas perceptivos, la interpretación delos hechos, la inferencia de informaciónno procesada, el paso del tiempo y/o la

that let us discriminate credibility of accounts that are based on real events from thosebased on fancied or suggested events. On one hand, multiple techniques have arisenbased on the analysis of characteristics of accounts showing that discrimination is possi-ble. On the other hand, research based on control processes of memory source showsthat differences between real and suggested accounts are not always possible.

This paper examines different accounts coming from the real world and otheraccounts contaminated by suggested fake information. Results show that differencesonly exist in a few dimensions that fade as time goes by. Acceptance of involuntary fakeinformation might obey to a similarity between both types of accounts leading to sub-jects’ confusion about its real source.

KEY WORDS: Memory, Misleading information, Eyewitness testimony, Source moni-toring.

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incorporación de información falsa post-suceso.

Cada vez que un testigo relata unsuceso, piensa en lo que ocurrió, y sobretodo contesta a preguntas sobre las queno tiene una respuesta clara basada ensus propios recuerdos, su memoria sufretransformaciones que aceleran su dete-rioro más allá de lo que el propio pasodel tiempo provocaría.

Incluso nuestros recuerdos más vívi-dos están salpicados de detalles quenunca existieron. Por supuesto, tambiénaquellos recuerdos que nos parece quesomos capaces de recordar como si nosacabaran de ocurrir, como si volviéramosa vivirlos, aparentando permanecer inal-terados a lo largo del tiempo. Este tipode memorias autobiográficas, conocidascomo memorias vívidas o memoriasflash, representan sucesos altamenteimpactantes por la repercusión individualy/o social que implican y que parecenhaberse grabado a fuego. Recuerdos deeste tipo los tienen, por ejemplo, las víc-timas de cualquier hecho violento (acci-dente de tráfico, atentado, agresión..). Yaunque ellos afirmarán que “no lo olvi-darán en la vida”, ninguna memoria esinmune al deterioro. Diversos investiga-dores (por ejemplo, Brown y Kulik, 1977;Neisser y Harsch, 1992; Pillemer, 1984)que han estudiado este tipo de memo-rias han mostrado que ciertos recuerdossobre lo que uno hizo durante losmomentos en que ocurría un suceso deeste tipo no son reales.

¿Realmente creemos haber vistocosas que nunca ocurrieron?

Una gran cantidad de investigaciones

han mostrado que los testigos de unsuceso tienen grandes problemas a lahora de decidir si un detalle sugerido hasido visto o procede de otras fuentes,como por ejemplo, de la narración delsuceso o las preguntas que le realizó uninvestigador. Loftus, Donders, Hoffman ySchooler (1989) encontraron en unainvestigación que los sujetos tenían tantaconfianza en la realidad de sus memoriasverdaderas como en sus memorias suge-ridas. Aunque esta confianza no es sufi-ciente para afirmar que los testigos creenrealmente en lo que afirman.

Para tratar de demostrar de formaempírica que los sujetos creían en la rea-lidad de sus memorias sugeridas, Lindsayy Johnson (1987, 1989) realizaron variasinvestigaciones en las que pedían juiciossobre el origen de sus memorias reales ysugeridas. Los resultados mostraron quelos sujetos confundían su origen.

No obstante, parece que los testigosno siempre tienen problemas a la horade diferenciar el origen de sus recuerdos.Zaragoza y Koshmider (1989) realizaronun experimento donde forzaron a lossujetos a realizar juicios sobre el origende los recuerdos de cada detalle. En estecaso, los resultados mostraron que lossujetos eran capaces de diferenciar el ori-gen de sus recuerdos sugeridos.

Sin embargo, tanto Lindsay y Johnsoncomo Zaragoza y Koshmider encuentranque aunque en general los sujetos podrí-an establecer correctamente el origen delas memorias sugeridas, en algunoscasos se producen confusiones atribu-yendo a una memoria sugerida un ori-gen real. En estos casos los sujetos estánseguros de haber visto esos detallessugeridos en el suceso.

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Para tratar de superar la controversia,Lindsay (1990) utilizó un nuevo paradig-ma (la lógica de oposición de Jacoby)para comprobar la hipótesis de creenciacierta de los sujetos en sus memoriassugeridas. Después de que los sujetoshubieran visto una serie de diapositivasse les describió el suceso incluyendoalguna información falsa. Posteriormen-te, pidieron a los sujetos que contestarana una serie de preguntas. El nuevo para-digma consistió en advertirles de que nohabía ninguna pregunta en la que la res-puesta correcta se diera sólo en la des-cripción y no en el suceso real. Contestarde forma positiva a los detalles sugeridosindicaría que eran atribuidos al sucesooriginal, ya que no podría explicarsemediante “demandas de la tarea”. Losresultados mostraron que en una condi-ción de baja discriminabilidad (cuando elsuceso y la sugerencia se realizó en lamisma sesión y la prueba de recuerdodos días después, y la voz que acompa-ñaba la presentación de las diapositivas ydescribía el suceso introduciendo lainformación falsa era la misma), los suje-tos confirmaron los detalles sugeridos un27% de las veces mientras que en elgrupo de sujetos no sugeridos fue desólo un 9%. Además, los datos mostra-ron un deterioro global de los recuerdosde aquellos sujetos a los que se les habíasugerido información. Para reforzar estaevidencia de creencia cierta, Weingardt,Loftus y Lindsay (1995) llevaron a cabootras investigaciones con un paradigmamodificado del utilizado por Lindsay.Mientras que Lindsay informaba a lossujetos que no había respuestas correc-tas en la descripción que contenía lassugerencias, Weingardt y colaboradorespidieron a sus sujetos que si recordabanhaber visto en el suceso original un ítemno lo señalaran. Los resultados encontra-

dos mostraron que los sujetos a quienesse les sugirió ítems falsos los incluían enla lista sobre ítems originales. Estos resul-tados se obtuvieron incluso forzando alos sujetos a utilizar criterios severos dedistinción del origen de los recuerdosmediante un sistema de apuestas quemostró una implicación alta en los jui-cios. Estas evidencias reforzarían loencontrado por Lindsay y llevarían aargumentar con fuerza que los sujetos alos que se les sugiere información post-suceso falsa creen rotundamente, enocasiones, que esa información procederealmente del original.

¿Por qué confundimos datos falsoscon lo que sucedió verdaderamente?

Una de las hipótesis planteada pararesponder a esta pregunta afirma que sedebería a un fallo de los mecanismosque permiten diferenciar el origen de losrecuerdos (Lindsay, 1990; Zaragoza yLane, 1994), en el marco del modelo deControl de la Realidad propuesto porJohnson y Raye (1981).

Johnson y Raye distinguieron entredos tipos de memorias dependiendo desu procedencia: perceptivas y autogene-radas. Y a su vez, distinguían tres oríge-nes diferentes entre las segundas: a) re-representaciones de la experiencia per-ceptiva o recuerdos de algo experimen-tado previamente, donde la informaciónque ha desaparecido de la conciencia ode la memoria activa se reactiva mástarde en ausencia del estímulo originalexterno; b) pensamientos cotemporales,procesos de elaboración y asociaciónque aumentan, enlazan o enriquecensobre la marcha las experiencias percep-tivas que no son necesariamente parte

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de la representación real de la experien-cia perceptiva; y c) fantasías que implicancombinaciones nuevas de informaciónque producen eventos imaginarios quetienen lugar sólo en nuestra imagina-ción.

El proceso mediante el que discrimi-namos el origen de las memoria depen-de de varios factores. Johnson y Raye(1981) señalan que no siempre se sigueel mismo proceso y que variará en fun-ción de la naturaleza de la informaciónrecordada, de las condiciones bajo lasque ocurra, y del coste de los errores. Latoma de decisión acerca del origen de undeterminado recuerdo se basa en dosaspectos: a) la comparación de los atri-butos de la huella de memoria específi-ca, con los atributos típicos discriminati-vos entre los dos tipos de memorias; y b)un proceso de razonamiento donde setengan en cuenta las características cua-litativas de las huellas de memoria -frutode la comparación anterior-, la informa-ción adicional relacionada con la huella yalmacenada en la memoria, y los conoci-mientos que la persona tenga sobre lacapacidad y funcionamiento de su pro-pia memoria y la de los demás (conoci-mientos de metamemoria). De estamanera, en un caso en que intentamosconocer el origen de un recuerdo sobrecuya procedencia tengamos dudas (porejemplo, si ya contamos una determina-da historia o sólo imaginamos haberlacontado), analizaríamos las característi-cas del recuerdo (detalles del contextoen que pudimos haber contado la histo-ria, información sensorial, si hay implica-dos procesos cognitivos en la huella...); siel promedio de características es favora-ble al prototipo de un recuerdo proce-dente de la imaginación, y si el razona-miento acerca de la información relacio-

nada con la huella (por ejemplo, “no esprobable que haya contado la historiaporque no suelo tratar esos temas conesas personas”), y nuestros conocimien-tos de metamemoria (por ejemplo,“suelo tener una buena memoria de mispropios actos en circunstancias de estetipo”) así lo sugieren, entonces concluirí-amos que con toda probabilidad eserecuerdo es producto de la imaginacióny no de la realidad.

De acuerdo con el modelo, las memo-rias de origen externo difieren de las deorigen interno en una serie de dimensio-nes específicas (Johnson y Raye, 1981;Johnson, Hashtroudi y Lindsay, 1993).Los recuerdos de origen externo poseenmás atributos contextuales y sensoriales,y más detalles semánticos; mientras quelos recuerdos autogenerados contienenmás información sobre operaciones cog-nitivas.

En este marco teórico, se han realiza-do numerosos trabajos de investigacióncon el objetivo de estudiar las caracte-rísticas diferenciales de cada tipo dememoria y cómo éstas se ven afectadaspor diferentes factores. Estos estudiosacerca de la discriminación entre diver-sas fuentes de memoria se interpretanconforme a la distinción entre unainformación de origen externo de otraque también lo es, o entre una informa-ción de origen externo y otra de origeninterno, o entre dos informaciones deorigen interno. En los primeros (exter-no-externo), destacan los estudiossobre discriminación entre diversasmodalidades origen de una informa-ción, por ejemplo información verbal deinformación no verbal (Hertel y Narva-ez, 1986); o los estudios sobre informa-ción post-suceso (por ejemplo, Alonso-

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Quecuty, 1993; Manzanero, 1993,2001a; Lindsay y Johnson, 1989; Scho-oler, Gerhard y Loftus, 1986). Los estu-dios sobre la distinción entre una fuenteexterna y otra interna abarcan los tra-bajos que intentan dilucidar las caracte-rísticas propias de cada uno de los dostipos de memorias respecto a la reali-dad (externa) y memorias autogenera-das procedentes de sueños (por ejem-plo, Johnson, Kahan y Raye, 1984),imaginación (por ejemplo, Johnson,1988; Johnson, Foley, Suengas y Raye,1988; Manzanero y Diges, 1994a;Suengas y Johnson, 1988), y mentira(por ejemplo, Alonso-Quecuty, 1990;López y Zaldivar, 2002). Y, por último,los estudios que intentan diferenciar

entre dos fuentes internas (por ejemplo,Johnson, Kahan y Raye, 1984; Alonso-Quecuty, 1990). Además, se ha desarro-llado una línea de investigación queanaliza cómo los recuerdos de un suce-so real se deterioran desde el punto devista del modelo de control de la reali-dad, perdiendo características propiasde las huellas percibidas bajo la influen-cia de diferentes variables, como porejemplo, los conocimientos previos(Diges, 1995), la modalidad perceptiva(Henkel, Franklin y Johnson, 2000), lapreparación (Manzanero y Diges,1995), la realización de preguntas y larecuperación múltiple (Manzanero,1994) o factores contextuales (Manza-nero, 2001b).

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Figura. 1. Modelo de control de la realidad de Johnson y Raye (1981)

1. Tipos de atributos que podrían formar parte de los recuerdos.Contextuales.Sensoriales.Semánticos.Operaciones cognitivas.

2. Dimensiones que diferencian típicamente los recuerdos de origen externo de los recuerdos de origeninterno. Los externos tienen más atributos sensoriales.

más atributos contextuales.más detalles semánticos.

Los internos tienen más información sobre operaciones cognitivas.

3. Características de procesamiento del control de la realidad.• Las decisiones sobre el origen de una huella específica pueden basarse en una amplia combinación

resultado de comparar los atributos de la huella específica con los atributos indicados arriba quediferencian los tipos generales de representaciones externas e internas.

• Las decisiones pueden basarse en un proceso de razonamiento que implique:– Características cualitativas de la huella específica.– Características de las huellas relacionadas.– Asunciones de metamemoria.

• Qué procesos intervendrán dependerá de factores tales como tiempo, disponibilidad de diferentestipos de información, coste de los errores, etc.

4. Fuentes de error en el control de la realidad.La huella específica no es típica de su clase.Las características de huellas erróneas similares.Fallos en el proceso de razonamiento (por ejemplo, errores al recuperar información adicional, desuposiciones incorrectas de metamemoria.

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¿Son realmente diferentes lasmemorias reales de las falsas?

Schooler, Gerhard y Loftus (1986)aplicaron el modelo de control de la rea-lidad para intentar distinguir los relatosreales de los sugeridos a través de pre-guntas sesgadas con información falsa.En un primer experimento, muestran aun grupo de sujetos una serie de diaposi-tivas en las que se observa un accidentede tráfico que tiene lugar en un crucedonde aparece una señal de “ceda elpaso”, mientras a otro grupo le mues-tran la misma serie de diapositivas,excepto que en ellas no se ve la señal deceda el paso. Posteriormente se les pre-gunta sobre el hecho presenciado y aeste último grupo se le sugiere la existen-cia de la señal que no tuvieron oportuni-dad de ver. En la tercera fase del experi-mento, se pregunta a todos los sujetos sirecuerdan la presencia de la señal, y encaso afirmativo, que la describan. Anali-zadas las descripciones de la señal queproducen los sujetos de ambos gruposque dicen recordarla, Schooler et al.(1986) encuentran que las descripcionesbasadas en hechos reales son cualitativa-mente diferentes de las basadas enhechos sugeridos, tal y como propone elmodelo: las descripciones sugeridas sonmás largas, contienen más muletillas,más referencias a operaciones cognitivasy menos detalles sensoriales que las des-cripciones producto de la realidad.

Posteriormente, Schooler, Clark y Lof-tus (1988) realizaron un experimentosimilar al anterior, pero variando el mate-rial (en lugar de una señal de ceda elpaso, utilizan tres objetos inexistentesrobados supuestamente en la película) yla modalidad de recuerdo (en el primerose pidió por escrito y ahora se pide

recuerdo oral y se graba en vídeo). Losresultados mostraron que las memoriassugeridas incluían más alusiones a proce-sos cognitivos, más autorreferencias(aparecía más veces el pronombre “yo”),y más muletillas; mientras que las memo-rias reales incluían más alusiones a pro-cesos perceptivos y más detalles senso-riales. Aunque, en contra de lo obtenidoen el primer estudio (Schooler et al.,1986), los relatos de origen interno noeran significativamente más largos quelos de origen externo.

A partir de estos dos experimentos sehan ido realizando diferentes investiga-ciones con el objetivo de analizar lasdiferencias cualitativas entre los relatosreales y los sugeridos bajo distintas con-diciones. Alonso-Quecuty (1993) utili-zando como material un suceso real,evaluó el efecto de la información post-suceso sobre la cantidad de informacióncontextual, sensorial e idiosincrática y lalongitud de los relatos y únicamenteencontró diferencias significativas en lalongitud siendo más largos los relatosreales que los sugeridos.

Resultados diferentes fueron encon-trados en dos experimentos (Manzanero,2001a) en los que se sugirió a los sujetosinformación falsa (una señal de stop)inmediatamente después de haber pre-senciado un accidente de tráfico graba-do en vídeo. En el primer experimentolos relatos fueron pedidos con mediahora de demora respecto a la sugerenciade la información falsa mientras que enel segundo relataron el suceso unasemana después. En los dos casos semidieron la cantidad de informaciónexacta, distorsiones, información senso-rial, información contextual, alusiones aprocesos cognitivos, juicios y comenta-

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rios personales, expresiones de duda,autorreferencias y longitud de los rela-tos. Los resultados mostraron en el pri-mer experimento (Figura 2) que los rela-tos de los sujetos a los que se les sugirióinformación falsa contenían menosinformación contextual, menos alusionesa procesos cognitivos y menos autorrefe-rencias, considerados los relatos inde-pendientemente de si la informaciónhabía sido aceptada por los sujetos o no.Mientras que diferenciando entre relatosfalsos, que mencionaban la informaciónsugerida, y relatos reales, aquellos queno la mencionaban, encontramos quelos primeros proporcionaban menosinformación exacta y menos informaciónsensorial.

Los resultados del segundo experi-mento (Figura 3), con una demora deuna semana, mostraron que la sugeren-cia de información, independientementede si es aceptada, daba lugar a relatos

con menor cantidad de información sen-sorial y alusiones a procesos cognitivos.Mientras que si considerábamos la acep-tación de la información falsa, conteníanmenos información exacta, menos dis-torsiones y menos información sensorialaquellos relatos en que los sujetos men-cionaban la información falsa sugerida.

Así pues, los errores de los sujetos a lahora de discriminar la información falsade la real se hallaban asociados a la faltade diferencias en información contex-tual, idiosincrática (juicios, comentariospersonales y autorreferencias) y procesoscognitivos relacionados o a un perfil cua-litativo contrario al esperado según losprocesos de control de la realidad. Al

tiempo que se producía un enriqueci-miento de los relatos incrementándose lacantidad de información sensorial.

En ninguno de los experimentos

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Figura 2. Puntuaciones medias y estadísticos para las diferenciassignificativas (Manzanero, 2001a, experimento 1)

Sugerencia No sugerido Sugerido t (58) Falsedad Falsos Reales t (43)

Información exacta 14,667 14,111 Información exacta* 11,875 14,595 1.837,p<.05

Distorsiones 2,333 2,622 Distorsiones 2,5 2,649

Información sensorial 5,133 4,067 Información sensorial* 2,25 4,459 2.129,p<.01

Inf. contextual* 13,067 6,933 4.826, p<.0001 Información contextual 6,125 7,108

Procesos mentales* 3,933 2,311 2.04, p<.05 Procesos mentales 2,265 2,243

Juicios y comentarios 0,733 0,756 Juicios y comentarios 1,375 0,622

Autorreferencias* 2,867 1,489 1.777, p<.05 Autorreferencias 2,25 1,324

Expresiones de duda 0,933 0,644 Expresiones de duda 1,125 0,541

Longitud 174,467 149,711 Longitud 148,75 149,919

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anteriores se encontraron diferenciascontextuales entre los dos tipos dememorias (o al menos en la direcciónesperada) cuando los sujetos aceptabanla sugerencia de la información falsa. Enesta dirección, Diges (1997) proponeque la confusión entre una memoria realy una falsa estaría provocada porque lossujetos que aceptan la información falsacrearían lazos contextuales de formaautomática entre los contenidos de lamemoria y su pasado personal. Así,Diges propone tres condiciones paraque un recuerdo falso sea consideradocomo real: a) que resulte familiar, b) quesea plausible y c) que contenga suficien-tes lazos contextuales.

Es más, parece que las descripcionesde memoria de los sujetos, consideradasglobalmente, no difieren de forma sus-tancial sean reales o sugeridas, lo queimpide poder discriminar entre unas yotras de acuerdo con los rasgos mencio-

nados (Lindsay y Johnson, 1989). Másaún, la sugerencia de información post-suceso falsa, aunque no afecta en térmi-nos generales al conjunto de la descrip-ción, deteriora el recuerdo que los suje-tos tienen sobre el suceso, tal y comohan mostrado diversas investigaciones.Cuando los sujetos aceptan la informa-ción falsa disminuye la cantidad de infor-mación exacta (Manzanero, 2001, expe-rimento 1) aunque curiosamente tam-bién lo hacen las distorsiones (Manzane-ro, 2001a, experimento 2). Por su parte,Lindsay (1994) encuentra que cuando sepide el recuerdo a un sujeto, después dehaberle proporcionado informaciónfalsa, en su relato disminuye la cantidadde información exacta, mientras queaumentan las distorsiones y falsas alar-mas incluso de información ajena a losdetalles falsos sugeridos. Y es este últimodato el que más llama la atención. Pro-porcionar información falsa a los sujetosafecta globalmente a la calidad de sus

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Figura 3. Puntuaciones medias y estadísticos para las diferencias significativas * (Manzanero, 2001a, experimento 2)

Sugerencia No sugerido Sugerido t (85) Falsedad Falsos Reales t (61)

Información exacta 15,125 14 Información exacta 12,364 14,346 1.564,p=.06

Distorsiones 2,208 2,921 Distorsiones* 1,909 3,135 1.746,p<.05

Información sensorial 5,042 4,063 Información sensorial* 2,182 4,462 2.687,p<.005

Inf. contextual* 13,042 8,413 3.924, p<.0001 Información contextual 7,091 8,692

Procesos mentales* 4,083 2,683 1.988, p<.05 Procesos mentales 2,909 2,635

Juicios y comentarios 0,625 0,667 Juicios y comentarios 1 0,596

Autorreferencias 2,708 1,746 Autorreferencias 2,091 1,673

Expresiones de duda 0,792 0,762 Expresiones de duda 1,091 0,692

Longitud 173,417 159,73 Longitud 140,818 163,731

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relatos incluso cuando esta informaciónes rechazada por los sujetos.

¿Sería posible evaluar la realidad de un relato de acuerdo con losatributos diferenciales?

Parece que el proceso que llevamos acabo para distinguir el origen de nues-tros propios recuerdos es similar al querealizamos para evaluar los recuerdos delos demás, tal como afirman varios auto-res que proponen modelos semejantes(por ejemplo, Wells y Lindsay, 1983) ydiferentes investigaciones que han anali-zado el paralelismo entre uno y otro pro-ceso, encontrando numerosas semejan-zas (por ejemplo, Schooler, Gerhard yLoftus, 1986).

Es un hecho que habitualmente reali-zamos este tipo de procesos de discrimi-nación del origen de los recuerdos, apa-rentemente con cierto éxito. No obstan-te, todos nos sorprendemos al descubrircon alguna frecuencia que cosas querecordábamos, o nos contaron, nuncahabían sucedido así.

En este sentido, Johnson y Raye indi-can tres posibles fuentes de error en elproceso de discriminación: a) el procesode razonamiento se basa en conocimien-tos erróneos de metamemoria o en unainformación relacionada, pero incorrec-ta; b) las huellas sobre las que nos basa-mos en la comparación no pertenecen ala clase de memoria en que las tenemosclasificadas; y c) la huella específicapuede no tener las características propiasde las huellas de su clase.

Así pues, si nos atenemos a los resul-tados mencionados más arriba, podría

resultar muy difícil discriminar un relatoreal de uno falso basándonos en los atri-butos diferenciales descritos. En estadirección, diferentes investigaciones hanhallado que el porcentaje de errores enla discriminación va desde el 48-40 % enestudios con adultos y relatos sugeridos(Schooler, Gerhard y Loftus, 1986) al37,5% con adultos y relatos imaginados(Manzanero y Diges, 1994b) y al 36%con testimonios infantiles (Santtila, Rop-pola y Niemi, 1998). En todos los estu-dios algo más de uno de cada tres relatosfue incorrectamente evaluado.

No obstante, Schooler et al. (1986)encuentran que facilitar a jueces simula-dos información sobre los atributos dife-renciales facilita la discriminación, dadoque disminuyen los errores en compara-ción con las evaluaciones realizadas sinindicaciones de un 6 a un 10% (experi-mentos 4 y 5).

Desde otra perspectiva, a lo largo dela historia se han buscando insistente-mente procedimientos objetivos de eva-luación de la realidad de un relato, y así,todas las culturas han habilitado nume-rosas técnicas para detectar la mentira.Pero todas ellas se basan en que los suje-tos intencional y por tanto consciente-mente están aportando datos falsos, porlo que no son aplicables a la mayoría delos relatos falsos producto de errores quevan más allá de la intencionalidad, yaque pasarían desapercibidos debido aque los propios sujetos creen en su reali-dad. Sólo la intencionalidad afectaría (yno siempre) a dimensiones psicofisiológi-cas y conductuales que pueden ser medi-das de diferentes formas.

Es por esto que más recientementehan surgido algunos procedimientos

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basados en el análisis del contenido delas descripciones de memoria. En todosellos se parte del supuesto de que lasdeclaraciones procedentes de un hechoreal se diferencian de las declaracionesde un hecho falso (erróneo) en variasdimensiones, tales como el tipo deexpresión, el tipo de detalles descritos, ladudas manifestadas, la estructura de lasnarraciones... (para una revisión verManzanero, 2001c). Atributos diferen-ciales compartidos en su mayoría con lospropuestos en el marco del modelo decontrol de la realidad, dando lugar a unalínea de investigación con el objetivo decomparar ambos procedimientos (verpor ejemplo, Sporer, 1997)

Algunos trabajos (por ejemplo, Escri-bano y Vallespín, 2000; Vázquez, 2004)basados en la práctica forense (en el con-texto de las agresiones sexuales) hanmostrado que efectivamente los relatosbasados en hechos reales siguen unpatrón propio, considerados globalmen-te y en casos muy específicos. Sin embar-go, la aplicabilidad de estos resultadosen el marco de los análisis de credibilidadplantea numerosos problemas, dado que(entre otras muchas cosas) cada relato esun mundo, y estas dimensiones no pue-den utilizarse como si se tratara de crite-rios diagnósticos (Offe, 2000;Undeutsch, 1989) como los que se reco-gen por ejemplo en el DSM-IV, o inclusocomo si se tratara de un simple test(Tully, 1998). Esto es, a partir de unoscuantos criterios cumplidos afirmar queuna declaración es creíble o no. Y menosaún, establecer puntuaciones de corte apartir de las cuales podamos afirmar queporque una declaración cumple unnúmero determinado de criterios eso laconvierte en creíble como proponenalgunos autores (Juárez, 2004; Triandafi-

lou, McCullough y Eslea, 1998). Lo quees cierto desde un punto de vista estadís-tico no siempre lo es desde una perspec-tiva aplicada. Como ya se ha afirmado enotras ocasiones (Manzanero, 1996,2000, 2001c; Tully, 1998) y así lo propo-nía Undeutsch (1989), estas técnicas setratan de un protocolo de análisis queincluyen algo más que un listado de sín-tomas. De hecho, varias investigacioneshan mostrado que no todos los criteriosson aplicables a cualquier tipo de agre-sión y circunstancia (la lista de trabajos esmuy numerosa como recoge Juárez,2004, en su Tesis Doctoral aunque entreellos podríamos destacar el de Bekerian yDennett, 1992). Así, la presencia dedeterminados criterios recogidos en téc-nicas como la CBCA (Steller y Köenken,1989) podrían ir en contra de la credibili-dad de una declaración en determinadascircunstancias (Manzanero, 2001c). Losfactores que afectan al contenido y cali-dad de las declaraciones son muchos ysus efectos muy variados, tal y comocomentamos más arriba y se ha mostra-do en varias investigaciones (por ejem-plo, Alonso-Quecuty, 1990, 1993; Diges,1988, 1995, 1997; Henkel, Franklin yJohnson, 2000; Manzanero, 1993,1994, 2001c; Manzanero y Diges,19994a y b, 1995; Schooler et al., 1986,1988; Suengas y Johnson, 1988). Lópezy Zaldivar (2002), por ejemplo, encuen-tran que sólo algunos criterios de conte-nido aparecen en mayor medida en lasdeclaraciones reales en comparación conlas falsas (mentiras).

A la hora de evaluar la credibilidad deuna declaración, ¿son menos fiables losatributos basados en el modelo de con-trol de la realidad que los de técnicasbasadas en la práctica como la CBCA?Aquí cabe señalar que se han encontra-

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do porcentajes de acierto mayores con eluso de los criterios de control de la reali-dad que con el uso de la técnica CBCAutilizada como criterio diagnóstico (Spo-rer, 1997). No obstante, se requeriríamás investigación al respecto.

En cualquier caso, toda la luz quepodamos arrojar sobre el comportamien-to de las cualidades de los recuerdosbajo la influencia de distintos factoressiempre aportará información interesan-te para conocer más acerca de cómofunciona nuestra memoria y de ahí a suaplicación a la Psicología Forense y delTestimonio.

Para profundizar en el conocimientosobre las diferencias entre relatos reales yfalsos no intencionales, se llevó a cabo elsiguiente experimento, donde tras mani-pular la sugerencia de información y elintervalo de retención se analizaron losrelatos de los sujetos en términos de lacalidad de los mismos, basada en elmodelo de control de la realidad (John-son y Raye, 1981).

Hipotetizar los resultados en este casono es tarea fácil, ya que dependiendo dealgunos estudios (Lindsay y Johnson,1987, 1989; Alonso-Quecuty, 1993) nodebería haber diferencias significativasentre las memorias sugeridas y las nosugeridas, para que de esta forma se veadificultada la discriminación del origende cada una. Por otro lado, según otrosestudios llevados a cabo sobre el conte-nido de las descripciones de memoria(Schooler et al, 1986, 1988) unas y otras,sugeridas y no sugeridas, sí se diferen-cian en cuanto a los rasgos propuestospor Johnson (Johnson y Raye, 1981;Johnson et al., 1993) para discriminar elorigen de la información.

Quizá la respuesta está en que lasmemorias de uno y otro origen son real-mente diferentes, pero en ocasionespueden llegar a confundirse debido aque algunos de los atributos clave para laevaluación del origen del recuerdo no secorresponden con lo esperado.

MÉTODO

Sujetos

Tomaron parte en el experimento 60sujetos, todos estudiantes universitariosde Psicología que se prestaron a colabo-rar de forma voluntaria, de ambos sexosy edades similares.

Materiales

a) Como material para ser recordadose mostró un suceso complejo, consis-tente en una escena, de 27 segundos deduración y sin sonido, sobre un acciden-te de circulación donde dos coches coli-sionan en un cruce entre dos calles. Laescena comienza con una introduccióndonde se ve a uno de los coches implica-dos en el accidente circulando junto conotros vehículos por una calle que discu-rre por un parque. El nudo del sucesoconsiste en que este coche llega a uncruce, donde para, inmediatamente con-tinua la marcha y colisiona a baja veloci-dad con otro vehículo que viene perpen-dicular a él. El desenlace del accidentemuestra las consecuencias de la colisión,donde se puede observar que el vehículoque aparece en las primeras escenas esdesplazado por el segundo coche hastaque queda parado más allá del cruce,con numerosos destrozos.

En todos los casos se informó previa-

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mente de la naturaleza del suceso, de subrevedad, y de que la película no teníasonido. Vieron la película en un monitorde televisión en color, en un aula de laUniversidad. Las tareas de recuperaciónse realizaron en la misma sala.

b) Un cuestionario con dos modalida-des que difieren en que para la condiciónengañosa se describía el suceso con elverbo “empotrar” y se sugería la existen-cia de una señal de stop falsa (“¿vio elstop del cruce donde se produce el acci-dente?”). Y para la condición real se des-cribía el suceso con el verbo “golpear” yse omite la pregunta sobre el stop.

c) Para medir la exactitud de los rela-tos proporcionados por los sujetos se uti-lizó un protocolo de análisis que describeel suceso mediante microproposiciones.Su utilidad en la corrección de los rela-tos, evitando sesgos y facilitando la pun-tuación, se ha mostrado en varias investi-gaciones previas (por ejemplo, Diges,1988, 1995).

Diseño y Procedimiento

Se utilizó un diseño factorial con dis-tintos sujetos. La primera variable inde-pendiente, información post-suceso, condos niveles (sugerencia / no sugerenciade información), y la segunda variableindependiente, intervalo de retenciónentre la presentación de la informaciónengañosa y la tarea de recuerdo libre,con dos niveles (inmediato / demorado).Se trata, por tanto, de un diseño factorial2x2.

Se controló que ninguno de los suje-tos hubiera visto anteriormente el mate-rial y para evitar interferencias se les con-

minó a no hablar con sus compañerossobre el experimento y en particularsobre la película presenciada.

Los 60 sujetos vieron la película y unasemana después se les pasó el cuestiona-rio en sus diversas modalidades, distribu-yéndose los sujetos al azar entre los gru-pos control y los grupos sugeridos, en lasdos modalidades inmediato y demorado.Una vez que los sujetos hubieron contes-tado el cuestionario realizaron una tareadistractora, durante un tiempo superiora los 30 minutos, consistente en respon-der a un cuestionario de personalidad.Más tarde, a la mitad de cada grupo se lepidió recuerdo libre inmediatamentedespués y la otra mitad una semana mástarde. A posteriori, se consideraron porseparado los relatos de los sujetos queaceptaron la información engañosa y lade los que no lo hicieron.

Las medidas dependientes fueron lasmismas que en el experimento anterior:

– Información exacta total: cantidadtotal de información correcta proporcio-nada por los sujetos en los relatos.

– Distorsiones: errores de comisión,detalles que no aparecen en la película, oaparecen de diferente forma.

– Información sensorial: Informaciónreferente a datos sensoriales y geográfi-cos que aparecían en la realidad: colores,tamaños, posiciones...

– Información contextual: informa-ción referente a datos espaciales y tem-porales del entorno en que tiene lugar elaccidente.

– Alusión a procesos cognitivos: Datos

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que mencionan explícitamente algúnproceso cognitivo: imaginar, ver, oír,recordar, mi atención se centró en, algome hace pensar...

– Información irrelevante: informa-ción correcta que no forma parte delguión preestablecido de la película y uti-lizado para la corrección de la variableinformación total.

- Longitud: número de palabras en elrelato.

– Expresiones dubitativas: Implicandudas sobre lo que se está describiendo(podría ser, parece que, creo que, es pro-bable...)

– Explicaciones: información queamplia la descripción de los hechos pro-porcionando una referencia funcional.

– Correcciones espontáneas: Correc-ciones producidas en la descripción delos hechos, no ortográficas, y que apare-cen en las descripciones como palabrastachadas o corregidas.

– Cambio de orden: Alteración delorden natural de ocurrencia del suceso:introducción, nudo y desenlace.

– Exageraciones: Descripciones quepor exceso o defecto distorsionan loshechos.

– Información de fuente: informaciónacerca del origen del hecho presenciado,tanto sobre el procedimiento experimen-tal como del origen filmado del suceso,haciendo referencia a la modalidad depresentación y modo de la información(posición de las cámaras, video, pantallade televisión...)

– Autorreferencias: Referencias que elsujeto hace a sí mismo al describir elsuceso.

– Juicios y comentarios personales:valoraciones de aspectos del suceso yañadidos personales del sujeto.

Resultados

A partir del análisis de los recuerdoslibres (ver Figura 4) se realizaron unaserie de análisis de varianza (ANOVA)cuyos principales efectos e interaccionesse muestran a continuación.

Información post-suceso x intervalode retención

Se encontraron efectos significativosde la interacción de ambas variablesindependientes únicamente sobre lacantidad de expresiones dubitativas,F(1,1,53)=4.443, p<.05.

Información post-suceso

La variable información post-sucesoafectó significativamente a la cantidadde información irrelevante aparecida enlos relatos, F(1,53)=3.496, p<.05, y a lasexageraciones, F(1,53)=5.251, p<.05.Aparecieron más datos irrelevantes ymás exageraciones en los relatos sugeri-dos que en los no sugeridos. No seencontraron más efectos principales sig-nificativos de esta variable sobre el restode medidas dependientes. Aunque en elcaso de las expresiones dubitativas lafalta de efecto es engañosa (ver datos dela interacción). En la condición de recu-peración inmediata, los relatos sugeridos

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Figura 4. Puntuaciones medias en las medidas dependientes para cada uno de los grupos experimentales

(* efectos significativos)

No Sugerido Sugerido

Inmediato Demorado Inmediato Demorado

Detalles Exactos* 15.06 11 14.53 11.8

Distorsiones 2 1.9 2.4 2

Información Sensorial* 2.8 0.85 3.15 1.6

Información Contextual 4.8 3.35 5.53 2.86

Dudas* 0.6 0.571 1.53 0.2

Exageraciones* 0.33 0.14 0.46 0.86

Información Irrelevante* 0.4 0.42 0.92 0.73

Información de fuente 2.33 1.71 2.38 2

Procesos cognitivos 2.66 1.35 2.07 1.8

Correcciones 1.4 1 0.84 0.33

Cambio orden 0.26 0.14 0.15 0.2

Explicaciones 0.73 1.07 1.31 1.2

Autorreferencias 2.66 1.57 2.61 1.53

Juicios y comentarios 1.2 1 1.23 1.26

Longitud* 147.6 110.64 157.30 128.06

0

0,2

0,4

0,6

0,8

1

1,2

1,4

1,6

1,8

Inmediato Demorado

No Sugerido

Sugerido

Figura 5. Representaciones gráficas de las puntuaciones medias deexpresiones dubitativas encontradas en los relatos

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contenían más expresiones dubitativasque los relatos no sugeridos, t(26)=1.619, p<.05.

Intervalo de retención

Se encontraron efectos significativosdel intervalo de retención sobre la canti-dad de información exacta, F(1,53)=16.611, p<.0005; información sensorial,F(1,53)=17.507, p<.0001; informacióncontextual, F(1,53)=6.52, p<.01; expre-siones dubitativas, F(1,53)=4.839,p<.05; y longitud de los relatos,F(1,53)=7.26, p<.01. Los relatos inme-diatos contenían más información exac-ta, más información sensorial y contex-tual, y fueron más largos que los relatos

demorados. El efecto sobre las expresio-nes dubitativas, como se vio, dependíade la información post-suceso, ya quesólo se producía en las condiciones deinformación sugerida, apareciendo másen la recuperación inmediata que en lademorada, t(26)=2.507, p<.01. No seencontraron otros efectos principalessobre el resto de medidas dependientes.

Aceptación de la información falsa sugerida

En la figura 6 se presentan los datos

de la descripción de la señal de stop paracada condición. Como puede observar-se, no hay diferencia en los errorescometidos por los sujetos al describir lainformación falsa en las condiciones derecuperación inmediata, de lo que pode-mos deducir que, al menos en exactitud,la sugerencia de información falsa notuvo efecto cuando se pide la recupera-ción sólo unos minutos después. Sinembargo, no ocurre lo mismo cuando lossujetos describen el suceso una semanadespués de sugerida la informaciónfalsa, cuando los errores de duplican,alcanzando al 50% de los sujetos a losque se les sugiere la información, encomparación con un 26% de los sujetosque cometen el error de forma espontá-nea, c2 (55)=73.5; p<.05.

¿Cometer este error, forzada o espon-táneamente, afecta a la calidad de losrelatos y a otras medidas de exactitud?Para responder a esta pregunta analiza-mos las diferencias entre los diferentestipos de relato en función de si describí-an la señal de stop o no.

Diferencias en los relatos de información sugerida

Considerando las diferencias encon-tradas (ver figura 7) se observan patro-nes diferentes para los relatos que des-

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Figura 6. Número de relatos y porcentajes (%) que describían la señal de stopen cada uno de los grupos experimentales

Sugerido No sugerido

Inmediato 3 (23.08) 3 (21.43)

Demorado 7 (50) 4 (26.67)

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criben la señal de stop y para aquellosque no lo hacen en función del intervalode retención. En el caso de los relatosproporcionados inmediatamente des-pués de la sugerencia de informaciónencontramos que los sujetos que descri-ben la información falsa proporcionanrelatos cualitativamente más internosque los que no la describen, ya que con-tienen más alusiones a procesos cogniti-

vos, más explicaciones y más autorrefe-rencias. Aunque por otro lado, no seencuentran diferencias respecto a lainformación sensorial y contextual, y los relatos falsos contienen más infor-mación de fuente que los relatos reales.

El patrón se invierte cuando los suje-tos describen el suceso una semana des-pués de proporcionada la información

falsa. Los relatos que incluyen la señal destop en la descripción del suceso soncualitativamente más externos que losque no lo hacen ya que proporcionanmás información sensorial y más detallesexactos. Como se puede ver en la figura6 el porcentaje de relatos que describenla señal de stop se duplica con la demo-ra, ya que se pasa del 23% en la condi-ción inmediata al 50% en la demorada.

Diferencias en los relatos deinformación no sugerida

En la condición inmediata los sujetosque describen una señal de stop propor-cionan relatos más internos, en la mismadirección que los sujetos a los que se lessugirió la señal de stop, ya que aparecenmás alusiones a procesos cognitivos, másjuicios y comentarios personales y auto-

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Figura 7. Puntuaciones medias y estadísticos en las medidas dependientesque mostraron algún efecto significativo para cada uno de los gruposexperimentales, teniendo en cuenta la aparición en los relatos de la

información falsa (stop) y la sugerencia de información

Sugerido No Sugerido

Inmediato Demorado Inmediato Demorado

Stop No stop t(11) Stop No stop t(12) Stop No stop t(12) Stop No stop t(13)

Detalles Exactos 12.3 15.2 13.4 10.3 2.486, p<.01 15.6 14.6 9 11.8 2.426,p<.01

Información Sensorial 2 3.5 2.4 0.8 1.905, p<.05 3 2.5 0.5 1

Información de Fuente 4.6 1.7 3.28, p<.005 1.5 2.4 0.6 2.8 0.7 2.1

Juicios 1.3 1.2 1 1.5 4 0.5 2.747, p<.01 1.2 0.9

Procesos Cognitivos 6 0.9 3.348, p<.005 0.7 2.7 5.6 2.0 2.551, p<.01 1.7 1.2

Explicaciones 3 0.8 2.806, p<.01 0.8 1.4 1 0.9 1.2 1

Autorreferencias 7 1.3 3.292, p<.005 0.7 2.1 5.3 2.2 2.123, p<.05 1.5 1.7

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rreferencias en los relatos que mencio-nan la señal de stop que en los que no lohacen.

El patrón es similar cuando se pide alos sujetos que describan el suceso unasemana después, pero en este caso no seobservan diferencias significativas. Laúnica diferencia se observa en la canti-dad de detalles exactos, superior en losrelatos de los sujetos que no mencionanla señal. El porcentaje de relatos que des-cribe la señal de stop es similar para lasdos condiciones temporales aunquetiende a incrementarse ligeramente conla demora. Por otro lado, la calidad se vedeteriorada tras la desaparición de lasdiferencias entre ambos tipos de relatos.

Discusión

Con las prevenciones necesarias enéstos últimos análisis, debido a las mues-tras especialmente pequeñas en funciónde la descripción de la información falsa,podemos decir que sólo en las condicio-nes inmediatas se han cumplido lasexpectativas generadas a partir delmodelo de control de realidad y los expe-rimentos previos en la línea de que losrelatos falsos a partir de informaciónsugerida presentarían un perfil másinterno que los relatos reales.

Aunque sí se cumplen las hipótesissegún las cuales los sujetos que propor-cionan información falsa probablementelo hacen debido a fallos en los procesosde control de la realidad provocados porlos atributos habitualmente utilizadospara discriminar el origen de los recuer-dos. Recordemos que es una de las prin-cipales fuentes de error propuestas porJohnson y Raye (1981).

En este sentido, llama la atención,congruentemente con lo encontrado enotras investigaciones, como se comentóen la introducción, no haber encontradodiferencias respecto a la informacióncontextual, siendo uno de los atributosbásicos a la hora de discriminar el origende la información considerados portodas las propuestas, tanto en el marcode los procesos de control de la realidadcomo en el de las técnicas de análisisbasadas en el contenido de las declara-ciones (CBCA).

Por otro lado, analizando globalmen-te los datos observamos que en las con-diciones inmediatas resultan significati-vas las diferencias en atributos de cali-dad, mientras que en las condicionesdemoradas son significativas las diferen-cias en exactitud. La pérdida de diferen-cias a lo largo del tiempo podría ser unode los factores decisivos de deterioro delas huellas de memoria que llevara a lossujetos a cometer más errores de atribu-ción.

Además, de los datos encontradospodemos afirmar que existen diferenciasen los patrones encontrados entre losrelatos falsos procedentes de la sugeren-cia y los procedentes de los errorescometidos al inferir una información uti-lizando los conocimientos previos con-gruentes con el suceso presenciado.Cuando la información falsa aparece enlos relatos de las condiciones en las quese sugirió su existencia estaremos funda-mentalmente ante la aceptación de unasugerencia falsa, cuando aparece en losrelatos donde no se sugirió su existencianos encontramos ante errores espontá-neos procedente de los conocimientoprevios de los sujetos, en términos seme-jantes a los descritos por otros investiga-

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dores en el marco de contextos cotidia-nos (Brewer y Treyens, 1981), de las cate-gorías crónicamente accesibles (Diges,1995) o de la congruencia con expectati-vas previas (Bayen, Nakamura, Dupuis, yYang, 2000). En este sentido, los datosque muestran el aumento de característi-cas internas concuerdan con los obteni-dos por Diges (1995) y que explica alu-diendo a la automaticidad de procesa-miento que implica una economía derecursos para los sujetos que usan cate-gorías crónicamente accesibles paracodificar y recuperar información. Laexistencia de una señal de stop en uncruce podría ser considerado como unconstructo que forma parte de losesquemas cotidianos de regulación deltráfico, y de primada accesibilidad res-pecto a otros conocimientos relaciona-dos.

Por último, los datos muestran que lasugerencia por sí sola no parece afectar alos relatos excepto en un aumento de lainformación irrelevante y las expresionesdubitativas (en la condición inmediata)que aparecen en las descripciones, quepodría deberse a que los sujetos podríanmantener activos los dos tipos de infor-mación (original y falsa) que supondráuna reducción de recursos cognitivosque provoque que los sujetos no seancapaces de seleccionar correctamente lainformación relevante. Se encontraron,también, tasas mayores de exageracio-nes en estos relatos sugeridos, la explica-ción a estos datos podrían proceder deltipo de información post-suceso mani-pulada. Recordemos que además de lasugerencia de una inexistente señal destop, se describía el accidente con dosgrados diferentes de impacto que impli-carían diferentes consecuencias más omenos graves. Las exageraciones apare-

cen fundamentalmente en la descripciónde esas consecuencias.

La demora, como se esperaba, afectaa las descripciones de memoria de formaimportante, provocando un deterioro dela calidad de las descripciones. Cuandolos sujetos recuperan el suceso dossemanas después de presenciar el sucesolos relatos contienen menos informaciónexacta, sensorial y contextual, y aumentala cantidad de detalles que caracterizanlas huellas de memoria como de origeninterno, fundamentalmente la apariciónde expresiones dubitativas.

Por otro lado, el intervalo de retenciónse muestra como un factor clave a lahora de aceptar información falsa, debi-do al deterioro que el tiempo provoca enla calidad de las huellas de memoria.

Cuando se proporciona la informaciónsugerida inmediatamente antes de pedira los sujetos el recuerdo libre del sucesoencontramos que los sujetos parecentener presente la información original y lasugerida. Tal y como muestran los datosacerca de la información de fuente,importante a la hora de definir el origende los recuerdos, de forma inmediata lossujetos mencionan espontáneamentenumerosos datos sobre el origen filmadodel suceso cuando se les sugiere informa-ción falsa, y es aceptada. Estos datossugieren un importante papel de estetipo de información en la aceptación dela información. Cabe señalar, también,que los relatos sugeridos y auto-sugeri-dos que en términos generales se com-portan de manera similar, difieren deforma importante cuando se analizantomando en consideración el intervalo detiempo transcurrido entre la sugerencia yla recuperación. Cuando se produce de

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forma inmediata, los relatos sugeridosque mencionan la información contienenmás información de fuente, más explica-ciones y menos juicios y comentarios per-sonales que los no sugeridos pero tam-bién la mencionan. Estas tasas, sinembargo, no resisten al paso del tiempo yuna semana después ambos tipos derelatos no difieren sustancialmente, daigual que la información haya sido sugeri-da que auto-sugerida. En términos gene-rales, con una semana de demora, lainformación parece haberse integradotanto en la huella de memoria que no sediferencian los relatos inexactos de losexactos, proceda la inexactitud de una uotra fuente. Cuando los relatos son exac-tos, tampoco se encuentran diferenciasimportantes respecto a si se les ha sugeri-do o no información falsa, fundamental-mente si la sugerencia (no aceptada) seprodujo una semana antes, excepto paralas alusiones a procesos cognitivos queson mayores en los relatos a los que se lessugirió información falsa, aun no habién-dola aceptado, justo lo contrario que deforma inmediata.

En resumen, podemos afirmar quecuanto mayor es el intervalo temporalentre la sugerencia de información falsay la tarea de recuperación mayor es laprobabilidad de aceptación de esa infor-mación. A corto plazo no se encuentrandiferencias entre los errores forzados ylos espontáneos, donde los errores vanacompañados de una menor calidad delos relatos de acuerdo con la dimensiónperceptivo/auto-generado propuesta porJonson y Raye (1981).

CONCLUSIONES GENERALES

Como conclusión retomemos algunas

de las preguntas que nos hacíamos alprincipio del trabajo:

a) ¿Por qué confundimos datos falsoscon lo que sucedió verdaderamente?

Algunas explicaciones a los erroresforzados por la sugerencia de informa-ción falsa señalan que ésta se incorpora-ría a las memorias sustituyendo la origi-nal (Loftus, 1975, 1982; Loftus y Palmer,1974), mientras que otras explicacionesapuntan que ambas informaciones coe-xistirían (Bekerian y Bowers, 1983;Bowers y Bekerian, 1984; Tversky yTuchin, 1989) y los sujetos informaríanen favor de una u otra debido a diversosmotivos, entre los más importantes seencuentran las demandas de la tarea yfallos en la discriminación del origen delos recuerdos. Los datos encontrados enel presente estudio podrían apoyarambas explicaciones que tendrían lugaren diferentes momentos de los procesosde memoria.

La aparición de más información irre-levante en algunos relatos de las condi-ciones de información sugerida podríaindicar que los sujetos mantienen activasla información original y la sugerida, loque significaría una disminución derecursos cognitivos que provocaría queno seleccionen adecuadamente la infor-mación central de la irrelevante. Estadiferencia en información irrelevante semuestra preferentemente en las condi-ciones inmediatas. Estos datos podríansugerir dos fases distintas en el efecto dela información post-suceso. Una primerafase, que tendría lugar cuando la infor-mación engañosa se proporciona inme-diatamente antes de la tarea de recuer-do, en la que no se ha integrado en la

¿Son realmente diferentes los relatos sobre un hecho real y los sugeridos?

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huella original de memoria, y podríancoexistir los dos tipos de información(original y sugerida). La aceptación deuna en detrimento de la otra al describirel suceso procedería de variables comolas demandas de la tarea o fallos al discri-minar el origen de cada una de ellas. Enuna segunda fase, las huellas de memo-ria se han deteriorado por efecto delpaso del tiempo y la recuperación múlti-ple, y se pierden características básicaspara determinar la procedencia de lahuella y datos contextuales a cerca delorigen del suceso. En esta fase, sería másdifícil discriminar el origen del dato falsoque probablemente ya forma parte inse-parable de la huella. Se requerirían másestudios para confirmar esta hipótesis.

La modificación de las huellas dememoria, no obstante, no procede úni-camente de las sugerencias externas deinformación, sino también de las auto-sugerencias procedentes de conocimien-tos previos (Bekerian y Conway, 1988;Brewer y Treyens, 1981; Diges, 1995). Enla primera fase, inmediatamente des-pués de sugerida la información deforma externa, cuando todavía no formaparte de la huella y su origen podría serinferido, ambos tipos de sugerencias(externas e internas) se diferencian,transcurrido un tiempo e integrados enla huella de memoria, esta diferencia yano es posible.

b) ¿Son realmente diferentes lasmemorias reales de las falsas?

Los resultados encontrados sólo per-miten afirmar que ambos tipos dememoria se diferencian en unos pocosaspectos secundarios y no siempre, yaque depende de la evolución de las

características cualitativas de los relatos alo largo del tiempo

A este respecto, el tiempo transcurridodesde la ocurrencia del suceso hasta quese pide su recuerdo, y el momento en quese sugiere la información falsa juegan unpapel importante tanto en la aceptaciónde la información como en su efectosobre la calidad de las huellas de memo-ria. Cuanto menos se demore la recupera-ción menos posibilidad existe de aceptarla información engañosa y menos efectostiene sobre la calidad de los relatos.

c) ¿Sería posible evaluar la realidad deun relato de acuerdo con los atributosdiferenciales?

Es un hecho que los recuerdos sedeterioran con el paso del tiempo en dosdirecciones. Por un lado se pierde vivezay algunos detalles de los hechos queexperimentamos se hacen inaccesibles,mientras que por otro lado nuestrosrecuerdos se van transformando con laincorporación de datos falsos. Hasta talpunto que gran parte de nuestrosrecuerdos representan hechos que, sialguna vez sucedieron, nunca ocurrieronde la manera en que lo recordamos. Ydado que cualquier relato falso se produ-ce a partir de la modificación de sucesosreales, difícilmente podremos discriminarqué datos de entre todos los aportadospor una persona son reales y cuáles no.

El hecho de que no se encuentrendiferencias en la mayor parte de lascaracterísticas de los relatos o que éstasvayan en la dirección contraria a loesperado según el modelo de controlde la realidad dificultará la discrimina-ción del origen de la información, pro-

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vocando errores de atribución de fuente.

Si en el presente experimento intentá-ramos discriminar cada tipo de relato enfunción de los atributos que presenta, enla condición sugerida demorada diría-mos que son más perceptivos (¿creí-bles?) los relatos que proporcionan infor-mación falsa que los que no lo hacen.

Por ello no podemos dejar de recla-mar más investigaciones sobre lasdimensiones y procedimientos que nospermitan discriminar entre relatos rea-les y falsos (no só lo producto de lamentira si no también del error no deli-berado), de modo que arrojen más luzsobre su aplicabilidad práctica en elmarco forense.

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