Socio Antro Polo Gia

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La socioantropología reúne en su concepción los aportes de la sociología en el estudio de las sociedades y los aportes de la antropología desde el estudio de la cultura; para el presente curso se entiende que desde estas disciplinas de las ciencias sociales el estudio de la sociedad y su cultura permite que nosotros podamos comprender la estructura, organización, desarrollo histórico y cultural de nuestro país. La dinámica de las sociedades en el mundo actual ha exigido la adecuación del hombre a las limitaciones que imponen los inventos científicos, las nuevas tecnologías y los nuevos paradigmas de pensamiento (caso paradigma ecologista de fines del siglo XX y principios del XXI), en este sentido, la historia de la humanidad es la historia de los procesos que se suceden uno tras otro y nos permiten desde una mirada diacrónica percibir la modificación de lo estilos de vida y las ideas de los hombres. RESUMEN La comunidad constituye un lugar de trabajo donde intervienen muy diversas disciplinas y profesionales. En este trabajo se exponen las aportaciones de carácter teórico y metodológico que la antropología facilita para el conocimiento, interpretación e intervención en la realidad social comunitaria, incidiendo en el aspecto sanitario, educativo y, especialmente, en los servicios sociales. PALABRAS CLAVE Antropología social. Intervención social. Servicios Sociales.

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La socioantropologa rene en su concepcin los aportes de la sociologa en el estudio de las sociedades y los aportes de la antropologa desde el estudio de la cultura; para el presente curso se entiende que desde estas disciplinas de las ciencias sociales el estudio de la sociedad y su cultura permite que nosotros podamos comprender la estructura, organizacin, desarrollo histrico y cultural de nuestro pas.

La dinmica de las sociedades en el mundo actual ha exigido la adecuacin del hombre a las limitaciones que imponen los inventos cientficos, las nuevas tecnologas y los nuevos paradigmas de pensamiento (caso paradigma ecologista de fines del siglo XX y principios del XXI), en este sentido, la historia de la humanidad es la historia de los procesos que se suceden uno tras otro y nos permiten desde una mirada diacrnica percibir la modificacin de lo estilos de vida y las ideas de los hombres.RESUMEN

La comunidad constituye un lugar de trabajo donde intervienen muy diversas disciplinas y profesionales. En este trabajo se exponen las aportaciones de carcter terico y metodolgico que la antropologa facilita para el conocimiento, interpretacin e intervencin en la realidad social comunitaria, incidiendo en el aspecto sanitario, educativo y, especialmente, en los servicios sociales.

PALABRAS CLAVE

Antropologa social. Intervencin social. Servicios Sociales.

SUMMARY

The community constitutes a working place where many different disciplines and professions take part. In this task it is exposed the theoretical and methodological contributions that anthropology provides for the knowledge, interpretation, and intervention in the communitary social reality, to fall upon the sanitary and educative aspects, and specially social services.

KEY WORDS

Social anthropology. Social intervention. Social Services.

1. INTRODUCCION ACLARATORIA

El descubrimiento de Amrica en 1492 constituy un hito importante en todos los rdenes: econmico, poltico, social y religioso. Pero fundamentalmente se puso de manifiesto la existencia de una humanidad distinta a la europea. Se descubre que hay otros seres humanos con costumbres y formas de vida muy diferentes. El encuentro o enfrentamiento de dos visiones distintas del mundo supuso el nacimiento de los primeros interrogantes antropolgicos. Muy pronto aparecen algunas personas que intentan responder a esos interrogantes que se plantean tal es el caso de Bartolom de las Casas o de Bernardino de Sahagn. Estos inician el conocimiento de los "otros" con la intencin de mejorar el sistema de gobierno de los indios. Podemos, por tanto, decir que aqu comienza la antropologa aplicada. Como sealaba Levi-Strauss, la antropologa lleg a ser prctica incluso antes de haber alcanzado el nivel de los estudios tericos.

En el devenir histrico la antropologa se ha consolidado como saber cientfico que nos explica y ayuda a comprender la realidad social. Aunque en algunos momentos se ha hecho una divisin dualista de la antropologa, en el sentido que se hablaba de una antropologa acadmica o terica por una parte, y de una antropologa aplicada por otra. Hoy ambas "antropologas" van ntimamente unidas, ya que en caso contrario, como seala Po Navarro, la antropologa quedara descalificada de todo inters humano y posible consideracin cientfica.

II. UTILIZACIONES DE LA ANTROPOLOGIA

Los problemas de carcter prctico a los que han dedicado su atencin y su tiempo los antroplogos han ido variando en el transcurso del tiempo. A finales de la Segunda Guerra Mundial, los antroplogos eran contratados por los gobiernos coloniales -sobre todo Inglaterra- como asesores para la administracin de las colonias, o bien los propios administradores reciban nociones de antropologa, e incluso en algunas ocasiones se designaron como administradores a los propios antroplogos.

En este perodo el valor prctico que tuvo la antropologa no fue otro que el de proporcionar a los gobiernos coloniales informacin sobre la cultura de los pueblos colonizados, informacin que era utilizada para prolongar su dominio con mtodos ms refinados, ya que vieron peligrar las posesiones de Ultramar.

Despus de la Segunda Guerra Mundial la teora antropolgica se interesa principalmente en los procesos de cambio sociocultural y en lo referido a las mejoras del bienestar de las personas, as participan antroplogos en la planificacin de la agricultura, sistema educativo, sanitario y en programas de servicios sociales y desarrollo comunitario, entre otros. Cuestin que fue asumida por la ONU a travs de su Consejo Econmico y Social. La propia Naciones Unidas define el desarrollo comunitario como un proceso destinado a crear condiciones de progreso econmico y social para toda la comunidad, con la participacin activa de sta, y la mayor confianza posible en su iniciativa. El desarrollo se lleva a cabo a partir de los recursos existentes en la propia comunidad, por lo que el conocimiento exacto del medio -el territorio y las personas que lo habitan constituye la base tcnica de la que ha de partir el proyecto.

El pas que inici la experiencia fue la India en 1946 -no por casualidad, sino por el encono de la lucha nacional por la independencia-, pero se extiende por el mundo, sobre todo por los pases latinoamericanos, aunque tambin en Egipto, Ceiln, Yugoslavia, etc., se llevaron a cabo programas de desarrollo comunitario de diversa ndole.

No pocos de estos programas, financiados muchos por las Naciones Unidas, fueron dirigidos por antroplogos. Tal es el caso de Georges Foster, el cual llev a cabo un estudio en el municipio de Tzintzuntzan (Mxico). Relata la historia de un proyecto de desarrollo comunitario, que acab en desastre. Por otra parte, Acheson estudi la comunidad tarasco de Cuanajo, concluyendo que el desarrollo no tena lugar si no se parta de la situacin real, y sobre todo cuando no hay oportunidades de tipo econmico. En la comunidad de indios maya de San Pedro (Guatemala) Waldemar Smith llev a cabo un estudio sobre un desarrollo comunitario que, al contrario de los dos ejemplos anteriores, si tuvo xito porque se dio interaccin entre el gobierno nacional y local.

No podemos dejar de citar los aportes de Oscar Lewis como consecuencia de su estudio de los barrios bajos urbanos, que dio lugar a la teora de la "cultura de la pobreza:', matizado y completado por otros autores como Safa y Valentine.

La participacin de los antroplogos en el estudio y desarrollo de comunidades no ha quedado reducida al Tercer Mundo o pases pobres, sino que se ha extendido al mundo urbano de los pases ricos. Sera muy prolijo enumerar los estudios que sobre comunidades se han realizado en Europa. No obstante, es interesante apuntar que se han deshecho muchos estereotipos a consecuencia de estas investigaciones, estereotipos que todava perduran por nuestros lares. Es moneda comn entre los especialistas del desarrollo comunitario mantener que, como seala Burton Benedict, la existencia de una red de relaciones personales o de un fuerte cohesin social presupone que haya autonoma social y objetivos comunes. Ello no tiene porque ser as y dichos idealismos comunitarios hace tiempo que fueron desmontados por las aportaciones de la investigacin antropolgica.

Actualmente se est llevando a cabo desarrollos locales tanto en EE.UU. como en Europa. Estos desarrollos comunitarios utilizan nuevos enfoques y estrategias. Tambin en Espaa se estn poniendo en prctica programas inspirados en esta nueva direccin.

En todas estas cuestiones el antroplogo, aporta su conocimiento de la cultura de las sociedades y comunidades a quienes van dirigidas las actuaciones, que ya no son los 'primitivos", sino que somos nosotros mismos.

III. LA ANTROPOLOGIA EN LA MEDICINA

Con respecto al sistema sanitario nos encontramos con que las enfermedades se presentan con caractersticas propias en los distintos grupos tnicos, pero no slo los padecimientos y enfermedades dependen del factor sociocultural, sino que la propia organizacin del sistema sanitario no puede ser ajena a los mismos. De esta preocupacin antropolgica de la sanidad nace la etnomedicina, la cual parte de una dicotoma entre salud y enfermedad en la que sta no es ms que un equilibrio con respecto a la primera. No obstante, para su conceptualizacin se ha de tener en cuenta tanto los factores objetivos como los subjetivos. La enfermedad en s es un hecho objetivo u objetivable, sin embargo, el cmo se padece por los sujetos afectados y cmo la vive la propia sociedad en su conjunto constituye una situacin no exenta de subjetivismo en la que el factor cultural impregna todo el proceso. Si este fenmeno se presenta en todo tipo de sociedad y de enfermedades, en los padecimientos mentales y en las llamadas enfermedades sociales la relacin enfermedad-cultura es an mayor. No es, pues, banal que el propio Freud abordara esta cuestin en su libro "El malestar en la cultura".

En los ltimos tiempos se ha llevado a cabo prcticamente en todo el Estado espaol lo que se ha venido en denominar como desinstitucionalizacin de los enfermos mentales. Se ha procedido al desalojo de los viejos psiquitricos, trasladando a los enfermos o bien a casa con las familias o bien a pisos asistidos. Esta desinstitucionalizacin ha presentado no pocos inconvenientes por no haberse previsto en su planificacin -entre otros factores de tipo econmico- la reaccin de las comunidades donde se ubican los mencionados pisos asistidos ante esta situacin.

En relacin con las enfermedades sociales la situacin es an ms conflictiva. Entendemos por enfermedades sociales aquellas que afectan a los individuos pero que tienen repercusin en la sociedad. La antropologa puede prestar una estimable ayuda, desde una perspectiva interdisciplinaria, en desvelar aquellas condiciones que desbordan el puro anlisis mdico, que sera til al menos en un replanteamiento crtico en la actuacin de la Administracin pblica en este mbito.

IV. LA ANTROPOLOGIA EN LA EDUCACION

Otro campo en el que existe una gran diversidad de trabajos de aplicacin de la antropologa es el de la pedagoga. La escuela ha constituido un interesante campo de trabajo de antropologa aplicada, tanto por parte de los antroplogos como de los pedagogos que han acudido a la teora y tcnicas antropolgicas para obtener un ms completo conocimiento de la realidad escolar para la planificacin de la intervencin en la educacin.

La etnografa es utilizada por los pedagogos en el sentido sealado por Goetz, es decir, como una recreacin de las creencias compartidas, prcticas, artefactos, conocimiento popular y comportamiento de un grupo de personas. Sin embargo, la etnografa no puede ser considerada aisladamente, pues, como seala Levi-Strauss, etnografa, etnologa y antropologa no son disciplinas diferentes, sino tres etapas de los mismos estudios. La etnografa se refiere al trabajo de campo, la observacin sobre el terreno de las caractersticas del grupo estudiado y su descripcin. La etnologa hace una sntesis con los datos obtenidos y establece conclusiones y leyes. La antropologa elabora la sntesis final e infiere leyes generales vlidas para toda la sociedad.

En la esfera educativa no se suele emplear de esta forma, sobre todo en nuestro pas, sino que se hace fundamentalmente uso de las descripciones etnogrficas como tcnica de investigacin cualitativa, por lo que es conveniente advertir que, como seala Gonzlez Echevarra, existe una etnografa de base estadstica. Cuestin sta que ya fue tratada por Tylor en 1889. Cuando el antroplogo estudia sociedades complejas, industrializadas, recurre hoy a los mtodos de del muestreo.

En nuestro pas, pues, no se obtiene todo el fruto que la antropologa podra aportar a la educacin. No se trata slo de hacer uso por parte de los profesionales de la educacin de las aportaciones de la antropologa sino de la intervencin de los antroplogos como tales en la investigacin educativa.

V. LA ANTROPOLOGIA. EN LOS SERVICIOS SOCIALES

Cuando observamos nuestro pasado y reflexionamos con la perspectiva crtica que proporciona el tiempo transcurrido, nos damos cuenta del cambio legal y econmico, as como el producido en el aparato administrativo de los servicios sociales. En los ltimos tiempos los servicios sociales han experimentado una profunda transformacin que ha afectado no slo a su estructura fsica y material, sino tambin a su propia naturaleza e identidad.

Ciertamente que los servicios sociales no podan quedar al margen de las hondas transformaciones habidas en la sociedad espaola, por lo que esta nueva identidad no es sino la respuesta natural y coherente a las nuevas circunstancias que le rodean.

Cuando nos acercamos al mundo de los servicios sociales lo primero que sobresale es su complejidad. Y ello es as porque los servicios sociales ya no estn limitados a la consideracin tradicional de remediar paternalistamente y de forma individualizada -case work- las necesidades ms perentorias de las personas, sino que se han convertido en una institucin bsica de la realidad social, asumida por los poderes pblicos.

Podemos, pues, afirmar que los servicios sociales se encuentran en ebullicin, inmersos en una dinmica de carcter dialctico que se debate entre el cambio y la consolidacin. De ah que no exista un concepto unvoco y uniforme de los mismos. Podramos establecer dos grandes conceptualizaciones de los servicios sociales: una de base econmica y otra de base social.

Estudios realizados en Estados Unidos revelan que el crecimiento econmico no poda explicarse basndose slo en la teora clsica de acumulacin de capital y crecimiento de la mano de obra. Existe un factor residual al que era atribuible la parte de crecimiento econmico no explicado por los factores tradicionales. Dentro de este factor residual estaran, entre otros servicios del Estado -como la educacin-, los servicios sociales. Esta teora del factor residual trajo consigo el considerar a los servicios sociales como una "inversin". Ahora bien, esto ocurra en los aos sesenta y del alegre optimismo de esa poca hemos pasado al pesimismo actual, siendo de todos conocidos el recorte habido en los presupuestos destinados a los servicios sociales en todo el "mundo civilizado". Tambin en este mbito han entrado los hijos de Friedman pidiendo la privatizacin de los servicios sociales como alternativa a la situacin crtica.

Hemos apuntado tambin la existencia de una concepcin social dominante todava en nuestra rea geogrfica y cultural, ligada al funcionalismo parsoniano y en la que los servicios sociales son considerados como un elemento ms para la integracin de los individuos, grupos y comunidades dentro de la estratificacin social existente.

Tampoco faltan crticos radicales a ambas concepciones, para quienes los servicios sociales no constituyen ms que un elemento de opresin que cumple la funcin de legitimar el poder poltico establecido.

En definitiva, lo que queremos poner de relieve -como decamos al principio- es que los servicios sociales se nos aparecen hoy con una gran complejidad. Se ha pasado de un sistema esttico con una organizacin sencilla casi artesanal, a convertirse en una gran empresa pblica. La realidad nos demuestra que la administracin social de nuestros das ha de realizar funciones tales como la elaboracin de estudios tcnicos previos ara la toma de a decisiones polticas, formar planes y programas que orienten la intervencin social, as como asignar y distribuir cada vez mas recursos financieros.

Hasta fechas no muy lejanas, prcticamente los nicos profesionales que trabajaban en los servicios sociales eran los asistentes sociales, pero conforme los servicios sociales han ido cambiando en su concepcin y organizacin, otros profesionales y disciplinas de las ciencias sociales irrumpen en los mismos. Sin embargo, la antropologa no ha pasado a tomar parte, en nuestro pas, en el mbito de actuacin de los servicios sociales.

Como seala Bastide, despus de la Segunda Guerra Mundial la antropologa se ocupa de dar respuestas a problemas concretos y es evidente que los problemas sociales tales como los conflictos familiares, estudio de las organizaciones, de las minoras tnicas y los conflictos culturales, entre otros, tienen mucho que ver con el funcionamiento defectuoso de los grupos, siendo el conocimiento antropolgico de suma importancia para explicar y ciar pautas de actuacin en la solucin de estos problemas. Como seala Malinowski, el ideal primordial y bsico del trabajo etnogrfico de campo es dar un esquema claro y coherente de la estructura social y destacar de entre el cmulo de hechos irrelevantes, las leyes y normas que todo fenmeno cultural conlleva.

Al mismo nivel que el resto de las ciencias sociales la antropologa aporta elementos tericos y tcnicos de utilidad tanto en los servicios sociales comunitarios como en los especializados.

Con respecto a los servicios sociales comunitarios la antropologa nos facilita las propias bases tericas del concepto mismo de comunidad y de la cultura que la caracteriza. Trabajar con una comunidad sin conocer cientficamente creencia, moral, arte, costumbres, o cualquier otro hbito adquirido por el hombre como miembro de la sociedad, es sencillamente trabajar en el vaco, ya que slo se conoce una parte -o varias-, pero no todos los componentes que influyen en el comportamiento del colectivo en el que se va a incidir con la actuacin profesional.

Dice Juregui que la manera de asearse, de peinarse, de lavarse, de afeitarse; la forma de pintarse, acicalarse, maquillarse; de usar estas o aquellas prendas y la manera de llevarlas obedece a las reglas sociales establecidas por la cultura. Reglas por las que los individuos expresan su identidad. Una seora -nos sigue ilustrando Juregui- al vestir un abrigo de piel, o un cardenal al ir vestido de prpura y arrastrando una larga cola no van solamente abrigando su cuerpo, sino que, adems van definiendo pblicamente su categora.

Es moneda comn en el trabajo de comunidad potenciar la participacin de los usuarios y ciudadanos en general. Para ello se recurre de forma estereotipada a las asociaciones de vecinos -organizaciones que estn en crisis- como si fuera sta la nica forma de sociabilidad existente. El asociacionismo de una comunidad se puede manifestar de mltiples formas y maneras: peas futbolsticas, recreativas, religiosas, etc. Hemos supervisado experiencias de intervencin comunitaria donde se ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con todas las formas asociativas de un barrio o comunidad para conseguir la participacin de la misma en la deteccin y resolucin de los problemas sociales que padecen.

Es interesante a este respecto citar al profesor Escalera, que ha llevado a cabo una investigacin en la comarca del Aljarafe sevillano, sobre la materia, quien en sus conclusiones pone de manifiesto el "olvido de que son, sin duda, las formas asociativas de mayor extensin y relevancia en Andaluca, las cofradas y hermandades, y la subestimacin de la importancia sociocultural de las que le siguen en numero y en popularidad las asociaciones como los casinos, las peas y sociedades recreativas". Las funciones de estas asociaciones andaluzas no quedaban reducidas al papel -y seguimos con el profesor Escalera- de ocupacin del tiempo libre, sino que dichas asociaciones poseen una importancia notable como instancias que sirven de marco para el establecimiento extensin de las redes sociales de relaciones interpersonales verticales (patronales, clientelistas) y horizontales (cooperacin, alianza y ayuda mutua), y como mbitos muy propicios para la competicin por el prestigio y el liderazgo entre individuos y grupos.

No cabe la menor duda que obviar estas aportaciones de la antropologa en cualquier intervencin comunitaria, ya sea sta social, psicolgica, sanitaria, educativa o de cualquier otra ndole, es una intervencin basada en un conocimiento parcial de la realidad y por tanto con bastantes posibilidades de fracaso. Muchos proyectos de desarrollo en comunidades locales no han tenido en cuenta la cultura de los lugares -entre otras variables que influyen- y su xito ha sido a medias, cuando no se han saldado con rotundos fracasos.

Una actividad muy utilizada para la intervencin comunitaria es la animacin sociocultural, ligado con lo que anteriormente se ha dicho. Es decir, las caractersticas culturales de las comunidades y de los sectores sociales a los que se dirige el trabajo de promocin representa un aspecto central a tener en consideracin, tanto desde el punto de vista terico como metodolgico.

En relacin con la animacin sociocultural, la aportacin de la antropologa se refiere a la facilitacin del acercamiento a la cultura popular. Entendida sta en oposicin a la cultura oficial o dominante, se corresponde con reas geogrficas ms pequeas, es ms localista. La cultura popular tiene la caracterstica de producir efectos identificatorios en el grupo. Al tratarse de manifestaciones que no estn impuestas por el cdigo institucional dominante, el grupo se siente comprometido y la vivencia -consciente o inconsciente- con intensidad. Mediante este comportamiento afectivo el protagonista sostiene pertenencia al grupo. Ahora bien, no todo el comportamiento de los miembros de una comunidad, sea sta rural o urbana, es manifestacin de cultura popular. Para que un comportamiento sea considerado como tal tiene que dar lugar a efectos identificativos en un grupo.

Aunque la cultura popular se homologa con cultura subalterna (Lombardi) y cultura de clase, como podemos comprobar comparando un barrio popular con otro de lite, sin embargo, hay elementos culturales que no estn determinados por la clase social. Los sectores dominantes y dominados no estn en una total externidad el uno del otro, sino que se da una relacin dialctica de bipolaridad en oposicin, donde ambos forman parte de una unidad. No obstante, la influencia de la fuerza dominante es ms fuerte que a la inversa.

No hemos hecho ms que esbozar el marco terico para llevar a cabo actividades de promocin sociocultural en comunidades populares, pero con lo expuesto es evidente que no se agota el tema. Pero queremos insistir que esta cuestin no est suficientemente tratada en la bibliografa sobre intervencin comunitaria.

No slo en la intervencin comunitaria es til el conocimiento antropolgico, sino que tambin en los sectores especializados de los servicios sociales puede tenerse en cuenta su aportacin. As en la familia, infancia, juventud, tercera edad, minusvlidos, etc., aparece la dimensin antropolgica, cual es el estudio de los elementos constitutivos de la imagen social de cada sector, su movimiento nociativo, etc.

BIBLIOGRAFIA

BASTIDE (1972): Antropologa aplicada. Amorrortu. Buenos Aires.BENEDICT (1980): Antropologa social de las sociedades complejas (Eric Wolf. Afianza Universidad. ESCALERA (1990): Sociabilidad y asociacionismo: estudio de antropologa social en el Aljarafe sevillano. Diputacin Provincial. SevillaFREUD (1973): El malestar en la cultura. Biblioteca Nueva. Orbi. Madrid.GOETZ (1988): Etnografa y diseo cualitativo en investigacin educativa. Morata. Madrid.GONZALEZ ECHEVARRIA (1990): Etnografa y comparacin. Universidad Autnoma. Barcelona.JAUREGUI (1978): Las reglas del juego. Espasa Calpe. Madrid.KENNY (1980): La antropologa mdica en Espaa. Anagrama. Barcelona.LEVI-STRAUSS, (1968): Antropologa estructural. Eudeba. Buenos Aires.LEVI-STRAUSS (1975): Las tres fuentes de la reflexin etnolgica. En "La antropologa como ciencia" (Llobera). Anagrama. Barcelona.LOMBARDI (1970): Aproximacin y destruccin de la cultura de las clases subalternas. Nueva Imagen. Buenos Aires.MALINOWSKI (1986): Los argonautas del Pacfico. Planeta-Agostini. BarcelonaNACIONES UNIDAS (1964): El progreso social mediante el desarrollo de la comunidad. Mxico.NAVARRO ALCALA-ZAMORA (1985): Sociedades, pueblos y culturas. Salvat. Barcelona.

DEFINICION Y CARACTERIZACION DE PROCESO DE HUMANIZACIONConcepto de Humanizacin:Se entiende como el proceso por medio del cual el ser humano crea manifestaciones culturales de complejidad creciente que le permiten una mejor adapatacin al medio natural. La creacin de la cultura y de sus consiguientes artefactos tecnolgicos le han permitido al hombre la transformacin de la faz del planeta, a la vez, que han hecho de l el ser biolgico con mayores capacidades de adaptacin a los entornos naturales.

El ser humano es el resultado de los procesos de hominizacin, es decir, de la evolucin biolgica, y de la evolucin cultural.Estos procesos de hominizacin y de humanizacin corren paralelos y estn intimamente relacionados. La evolucin cultural ya estaba presentes en los primeros homnidos y los procesos de evolucin biolgica estn presentes hoy en da en todos los humanos.IV. ORIGEN Y EVOLUCIN DEL HOMBRE

USTED Y LA EVOLUCIN

LA COMPRENSIN de los patrones y los mecanismos de la evolucin es el objeto central de este libro. Sin duda uno de los captulos ms interesantes de la evolucin lo representa para nosotros la relevancia que tienen esos principios en el conocimiento de nosotros mismos y de nuestros orgenes. En esta ltima parte trataremos precisamente lo que sabemos acerca de la evolucin del hombre. La estructura que seguiremos ser como la de las partes anteriores de este libro. Veremos las evidencias que tenemos acerca de que el hombre forma parte del fenmeno evolutivo, de las revoluciones adaptativas que representa el ser humano, as como del aspecto de la generacin de especies cercanas al hombre. Al final tocaremos un aspecto que no hemos tocado hasta ahora. Nos referimos a las implicaciones que para la evolucin orgnica del hombre han tenido la civilizacin y la cultura, esto es, discutiremos los aspectos que ha producido el nacimiento y desarrollo de otro tipo de evolucin en nuestra especie, la evolucin cultural. Este fenmeno, como veremos, tiene sus races en la capacidad que tenemos para entender y transmitir smbolos que forman la base de nuestra cultura.

Eso s, en ningn momento debemos olvidar que como seres humanos formamos parte del Universo como cualquier otra especie. Que si bien las adaptaciones actuales nos capacitan para manejar nuestro ambiente en forma muy ingeniosa, ello no nos aleja ms de otros organismos que la habilidad que tienen las abejas para encontrar reas con flores y transmitir esa informacin a sus congneres. Como ellas gozamos de ciertas habilidades, pero finalmente ambas convivimos en esta tierra y por tanto no somos distintos.

Figura 19. Comparacin entre los huesos de un chimpanc y el primer homnido que camin erguido hace aproximadamente 3 millones de aos.

Y HACE MILLONES DE AOS...

El registro fsil ms antiguo de un homnido data de hace aproximadamente 12 millones de aos. Se encontr en las colinas de Siwalk, Pakistn. Tambin se los ha encontrado en partes de India, Turqua y frica Oriental. Era un animal cercano a nosotros porque de los restos se ha podido ver que las muelas son como las de un grupo que incluye a los gorilas, los chimpancs, los gibones y los orangutanes. Estos son los parientes vivientes ms cercanos al hombre, y han sido nombrados en conjunto como ramapitcidos. Pero, qu tan cercanos son? Una caracterstica que nos distingue de los chimpancs y los gorilas es que mientras nosotros tenemos la cara plana, ellos tienen un hocico (boca protuberante). De las reconstrucciones de las quijadas de los ramapitcidos se ha podido concluir que su cara, aunque no tan plana como la nuestra, no era tan prominente como la de los chimpancs y los gorilas (Figura 20). A partir de esto (que por cierto es el nico elemento que podemos analizar porque no tenemos restos de otros huesos), podemos fcilmente decir que los gorilas y los chimpancs estn menos relacionados al hombre que los ramapitcidos. Desgraciadamente no sabemos si estos animales andaban en dos patas o en cuatro ya que no tenemos los restos de la pelvis y el fmur que nos diran cmo caminaban. Los ramapitcidos aparecen en el registro fsil de hace aproximadamente 14 millones de aos y desaparecieron hace aproximadamente ocho millones. Quiz otros animales fueron los ancestros directos de la humanidad, pero por ahora stos son los candidatos ms probables a ser los iniciadores de nuestra historia.

Figura 20. Caractersticas generales de los crneos de algunos homnidos: (a) Australopitcido, (b) Homo erectus,(c) Hombre de Neandertal y (d)Hombre actual.

CUANDO PUDIERON PLATICAR Y COMER PINOLE

Como ya hemos dicho podemos decir muy poco de la forma de vida de los ramapitcidos as como de sus caractersticas porque tenemos muy pocos fsiles. En el lapso que va de los ocho millones de aos (que fue cuando desaparecieron del registro fsil estos animales) a los cinco millones el registro fsil de hominidos es muy escaso. Hasta la fecha no se han encontrado restos que nos guen respecto del destino final de los ramapitcidos y por ello de nuestros ancestros de entonces. Pero a partir de los fsiles de hace cinco millones de aos comenzaron a aparecer homnidos que tenan la capacidad de caminar erguidos en sus patas. stos son muy abundantes y se han descubierto en una gran cantidad de lugares en frica. De estos animales hemos llegado a tener tantos fsiles, que no ha sido difcil tener una idea de su forma de vida. De hecho, se han encontrado al menos dos tipos generales. Uno de individuos mayores llamado Australopithecus robustus que viva en zonas boscosas y tena una mandbula muy poderosa que le ayudaba a comer alimentos muy duros," y otro, ms frgil en su complexin, que viva en praderas. A ste se le ha llamado Australopithecus gracilis. Ambos eran ms pequeos que el hombre actual, ya que llegaban a medir hasta 1.20 m aproximadamente, o sea lo que mide en la actualidad un nio de cinco a ocho aos.

En ambos tipos de australopitcidos se han descubierto los huesos necesarios para decir si estos seres caminaban o no erguidos como nosotros. Por un lado se ha encontrado que la unin que tiene el crneo de estos animales y su columna vertebral es caracterstica de la posicin erguida, ya que la insercin est en el centro del crneo. En animales como el gorila, que camina en cuatro patas, la insercin de la columna se encuentra en la parte posterior. Sin duda la forma de los huesos de la cadera es uno de los hechos que ms nos ayudan a comprobar que los australopitcidos caminaban erguidos, pero existen otros. Los huesos de la cadera de los animales que caminan en cuatro patas son alargados y angostos. Tal es el caso de los chimpancs y los gorilas. Los huesos de nuestra cadera son, en cambio, cortos y anchos para sostener el peso del cuerpo. En los australopitcidos el hueso de la cadera aunque no es exactamente humano, tampoco es alargado como el de los monos. De estos dos hechos se concluye que los australopitcidos desde hace entre tres y cuatro millones de aos ya caminaban erguidos en las patas traseras. Se ha descubierto, adems, evidencia ms directa de que hace casi cuatro millones de aos haba homnidos que caminaban erguidos, esto es, la existencia de pisadas fosilizadas de tres individuos. Junto con esas pisadas se encuentran huellas de otros animales (rinocerontes, jirafas y elefantes). Se ha reconstruido lo que debi de haber ocurrido: hubo una erupcin de un volcn y cuando las cenizas estaban todava calientes, en lo que ahora es Laetoli (Tanzania) llovi y el agua hizo una mezcla lodosa; fue entonces que tres australopitcidos caminaron por all. Se sabe que son pisadas de animales que caminaban erectos por las huellas del dedo gordo y el taln que son muy caractersticas. Dos de los individuos caminaron juntos mientras que el tercero (un nio) lo hizo por el mismo lugar pero no junto a ellos ya que las pisadas estn demasiado cerca unas de otras. As pues estas huellas, descubiertas en 1976 representan la evidencia ms directa de que hace 3 750 000 aos tres homnidos ya caminaban erguidos como lo hacemos en la actualidad.

Se ha escrito mucho acerca de las ventajas que representa la posicin erguida. En general se considera que fueron muchas. Entre ellas se ha destacado el que con esa posicin se liberaron los brazos para llevar a cabo otras funciones, como el manejo de armas y de herramientas. Asimismo se ha sugerido que mejora la visin a larga distancia as como la recoleccin de frutos, semillas y otros recursos alimenticios. Tambin se ha propuesto que la resistencia para recorrer grandes distancias es mucho mayor que en animales con una locomocin a cuatro patas. Es seguro, de cualquier forma, que el caminar erguido signific una revolucin adaptativa para nuestros parientes y para nosotros mismos.

CHIQUITOS PERO MUY HBILES

Los australopitcidos de hace tres y cuatro millones de aos eran bastante pequeos cuando llegaban a adultos. Medan no mas de 1.20 m y no pesaban ms de 40 kilos. Su cerebro era tambin pequeo, alrededor de 400 cm3 (la manera como se mide la capacidad del crneo es calculando el volumen; esto puede hacerse bastante fcilmente con crneos fsiles). Es decir, un australopitcido tena alrededor de 10 cm3 de cerebro por kilogramo de peso.

Hace alrededor de 25 aos se encontr en la barranca de Olduvai, en frica Oriental un crneo fosilizado de hace aproximadamente 1 750 000 aos. Perteneci a un homnido que caminaba erguido y que tena un cerebro de 800 cm3 para sus 40 kilos de peso! Esto significa que comparado con los australopitcidos este homnido tena dos veces ms de capacidad craneana (el hombre actual tiene un cerebro bastante mayor, de aproximadamente 1 350 cm3, que para los 60-70 kilos de peso promedio es tambin el doble que el de los australopitcidos). Posteriormente, en 1972 se descubrieron otros restos de estos homnidos en el lago Turkana, frica, y se comprob en forma definitiva que el tamao del cerebro constitua la mayor diferencia con los australopitcidos. Adems de restos de huesos, en esos lugares tambin se han encontrado pedazos de las herramientas que construyeron estos homnidos, que, aunque de tamao pequeo, demuestran que tenan un cerebro relativamente grande. Es por esto que se les ha llamado Homo habilis, siendo, adems, de los primeros homnidos que aparecieron en el registro fsil a los que ya se les puede llamar hombres. Estos aparecieron hace dos millones de aos.

TIRE LA BASURA

Cuando los arquelogos buscan restos del pasado encuentran, adems de huesos, muchas otras cosas que les hablan de la organizacin social y los hbitos de los homnidos que vivieron entonces. En el lago Turkana, en frica, se ha descubierto uno de los sitios ms interesantes en este aspecto. Del cuidadoso anlisis de la basura dejada en un campamento usado por Homo habilis se ha podido entender el tipo de alimentacin y la utilidad que las diferentes herramientas tenan para aqullos. A partir de esta informacin se ha podido saber que sus actividades incluan la recoleccin de frutos y la caza. El hombre entonces cazaba en grupos y muy probablemente distribua la comida que, unos cazando y otros recolectando, diferentes miembros de la comunidad obtenan. As pues, la vida en comunidades donde se repartan las actividades ya exista hace dos millones de aos.

TE VAS A QUEMAR...

Entre hace dos millones de aos y un milln de aos nuestro registro de homnidos vuelve a ser pobre. De no encontrar australopitcidos se ha concluido que se extinguieron en ese periodo de tiempo. Los nicos homnidos que quedaron desde entonces pertenecen al gnero Homo. A su vez, el Homo habilis tambin desaparece del registro fsil, pero de hace un milln de aos se han descubierto una gran cantidad de fsiles que pertenecan a homnidos que usaban herramientas (por lo que se les considera del gnero Homo), adems de que ya conocan el fuego, puesto que en las cuevas que se han excavado hay restos calcinados y quemados de huesos, piedras y pedazos de madera.

El descubrimiento de los primeros restos de estos homnidos, que son llamados Homo erectus en la actualidad, lo llev a cabo en Java un investigador holands llamado E. Dubois en 1891. En ese entonces se le llam Pitecanthropus (hombre-mono) erectus y muy pocas personas creyeron en la validez de ese descubrimiento. Se argumentaba que seguramente los restos pertenecieron a un hombre enfermo y con deformaciones.

En general los restos de Homo erectus se han encontrado dentro de sedimentos de entre 800 000 y 300 000 aos. Los lugares donde se les ha hallado incluyen sobre todo Asia (China), frica (Argelia, Tanzania y Sudfrica) y Europa (Checoslovaquia y Hungra). De stos slo en Hungra y en China se han encontrado restos que comprueban que ya usaba el fuego.

El tamao del crneo de Homo erectus, aunque grande (aproximadamente 1 000 cm3) no es tan grande como el del hombre actual. El uso del fuego le permiti sobrevivir en zonas en las que antes no se poda vivir por las bajas temperaturas. Esto ampli el rea de distribucin con respecto a la que tenan los australopitcidos o a los Homo habilis.

LA CONCIENCIA DE UNO MISMO

El registro fsil vuelve de nuevo a ser muy escaso entre hace 250 y 100 000 aos. En ese periodo el Homo erectus desaparece del registro fsil, pero aparece otro Homo en varias zonas de Europa, el cercano Oriente y la Unin Sovitica. En Europa se incluyen el valle de Neander, Alemania y varios sitios en Francia. En muchas de ellas se han encontrado restos que evidencian una cultura en donde ya se enterraba a los muertos! Estos tienen una antigedad de entre 100 y 40 000 aos. Eran hombres de una estatura promedio de 1.63 m y tenan una capacidad craneana aproximadamente 15% mayor que la del hombre moderno. Este hombre ha sido llamado Homo neandertalensis o tambin Homo sapiens neandertalensis. En el primer caso se le considera una especie diferente a la del hombre (Homo sapiens) mientras que en el segundo se le considera slo una subespecie de ste. Hasta donde sabemos, lo nico que lo distingue de aqul es su aparente incapacidad de utilizar smbolos para comunicarse.

Un aspecto del ser humano que est ausente en los animales es la conciencia que tenemos de nuestra existencia como individuos. Esto mismo supone que tenemos conciencia de nuestra muerte y de lo que ella implica. Es quiz esto lo que ha generado en la humanidad la presencia de rituales entre los que se incluye el de enterrar a nuestros muertos. El hombre de Neandertal seguramente ya tena una conciencia similar, ya que se han hallado tumbas que incluyen, por ejemplo, hachas, huesos de otros animales, semillas y flores con las que se haca de los entierros rituales muy particulares.

Por ejemplo, de la caverna de Shanidar, en Iraq, de donde se han desenterrado varios restos neandertalensis, se ha podido concluir que adems de enterrar a sus muertos ponan flores dentro de las tumbas. Esto se ha descifrado porque se han encontrado granos de polen de varias especies de plantas en grandes cantidades dentro de ellas. Los hombres, entonces, han honrado a sus muertos con flores desde hace aproximadamente 100 000 aos.

El que el hombre haga rituales mortuorios no solamente se expresa enterrando a sus muertos. Los cadveres pueden ser colocados en lechos construidos de ramas y hojas en el exterior o incluso cremados. Esto puede haber sucedido pero jams lo sabremos, puesto que de estas dos costumbres, por razones obvias, no quedan restos en la actualidad.

Las costumbres del hombre de Neandertal incluan para alimentarse la cacera y la recoleccin de frutas, semillas, hojas y races. En algunos lugares del mundo y sobre todo durante las glaciaciones, cuando los casquetes polares llegaban a lugares en los que en la actualidad hay un clima templado, seguramente eran casi nicamente carnvoros y dependan slo de la cacera para su sobrevivencia. Vivan en cuevas, aunque se ha propuesto que tambin construan viviendas con pieles y ramas en campo abierto. Formaban grupos sociales de entre 20 y 30 individuos. Del conteo de restos en diversas partes del mundo se ha sugerido que el nmero de hombres era mayor que el de mujeres. De este hecho se ha supuesto que probablemente practicaban el infanticidio de nias. La cacera, que se practicaba un par de millones de aos antes, era una actividad en la que el hombre de Neandertal era experto. Aunque muchas de sus presas fueran ms rpidas que l, su ingenio y habilidad para acorralar a su presa lo hacan ms eficiente cazador, aun cuando se tratara del enorme oso de las cavernas (Ursus spelaeus)que llegaba a tener 2.70 metros de altura.

La labor detectivesca en la revisin de los restos fsiles ha ayudado a descifrar las costumbres y forma de vida de los neandertalensis. Se ha encontrado, por ejemplo, que en los incisivos de los esqueletos descubiertos existen cientos de estras que van desde la parte superior izquierda a la parte inferior derecha. Esto ha hecho pensar que coman la carne sujetndola con los dientes y cortndola con una roca afilada con la ayuda de la mano derecha. Como se ve, ya entonces los hombres usaban ms comnmente una mano que la otra!

HIJOS DE NEANDERTAL?

El hombre moderno apareci en el registro fsil de hace aproximadamente 40 000 aos. Durante este periodo su aspecto no ha cambiado en nada. Su capacidad craneana, aunque un poco menor que la del hombre de Neandertal, es sin duda, una de las mayores, relativamente, que tiene cualquier mamfero o vertebrado. Como los ramapitcidos no tiene hocico y como los australopitcidos la cadera permite que camine erguido sobre sus piernas. As, como Homo habilis ha conseguido controlar y manejar herramientas tan sofisticadas como una gra de construccin o una maquina de escribir. El manejo del fuego le permite al Homo erectus y al hombre de Neandertal vivir en lugares a los que anteriormente no se poda ni soar en colonizar. Este fue slo el inicio del manejo del ambiente que hoy le ha permitido construir viviendas habitables tanto en las reas con climas ms calientes como en aqullas ms fras. Tambin, como los hombres de Neandertal, lleva a cabo ceremonias que no slo incluyen los entierros sino tambin el matrimonio, el nacimiento de un nio y los cumpleaos, por solo mencionar algunos. La gama de ceremonias en la actualidad, de hecho, sobrepasa al individuo, ya que las tiene en honor ya no slo de personas sino de grupos o ideales, como la nacin o la bandera.

Hay tres teoras acerca de la manera como apareci el hombre moderno y su relacin con el hombre de Neandertal. La primera propone que el hombre de Neandertal se extingui y de otra lnea de descendencia dentro del gnero Homo se origin el Homo sapiens. La segunda sugiere que el hombre de Cro-Magnon (primer fsil con las caractersticas del hombre moderno) reemplaz al hombre de Neandertal porque estaba ms adaptado al medio ambiente. La tercera, que se considera en la actualidad la ms probable, supone que la lnea de descendencia del hombre de Neandertal, que era muy diverso (Figura 20), evolucion transformndolo en lo que ahora es el hombre moderno.

LO QUE NOS HACE COMO LOS AJOLOTES

Los ajolotes, animales que son primos de las ranas, tienen una caracterstica muy particular. A diferencia de las ranas que se desarrollan en dos etapas, slo tienen en su desarrollo un tipo de apariencia. Las ranas viven la primera etapa en el agua sin patas, y la segunda en la tierra con ellas. La causa de que ocurra esta transformacin es una hormona que dispara el desarrollo de la rana. En el ajolote sta no se produce por tanto nunca se transforma en "rana": siempre permanece en el agua, nunca tiene patas y se reproduce teniendo una apariencia juvenil. De la comparacin entre el crneo de un gorila y el de un hombre se puede concluir que la diferencia entre ellos se puede explicar suponiendo que la madurez sexual llega antes en el hombre que en el gorila, de la misma manera como ocurre en el ajolote. Es por ello que el humano adulto mantiene rasgos juveniles de parientes como el gorila. Este patrn de desarrollo, llamado neotenia, es comn en la naturaleza, y se ha visto que en general es un fenmeno que se puede considerar como una fuente de novedades que se incorporan al universo de la evolucin orgnica. El cambio en los parmetros del desarrollo en muchos casos ha acompaado al proceso de especiacin.

EL ESPRITU HUMANO

Ya vimos cmo el ser humano se distingue de otros homnidos desde el punto de vista de su aspecto. Pero hay otras caractersticas que no pueden concluirse de los restos fsiles y que tambin lo distinguen de otros animales. La presencia de estas caractersticas ha hecho que el hombre se libere de las presiones del ambiente y por ello de la evolucin biolgica como la hemos descrito en este libro. La primera de stas es el uso de smbolos que ayudan al hombre a comunicarse con sus semejantes, la que tiene mucha relacin con la segunda: me refiero a la capacidad que tenemos de imaginar situaciones que no han ocurrido, de pensar en las diferentes alternativas de un fenmeno determinado, o en otras palabras, de modificar nuestro destino. La tercera es una herencia de las costumbres que tena el Homo habilis, o sea la aptitud que ha tenido nuestra cultura de desarrollar tecnologas para modificar el ambiente que la rodea: la elaboracin de medios de transporte, de mquinas para hacer bienes de consumo, para transmitir y procesar informacin, para cambiar la temperatura del ambiente en el que se desarrolla el hombre etc. Ya no es slo el producir herramientas para mejorar la alimentacin sino para aumentar el nivel de vida en general. La ltima caracterstica consiste en la capacidad de recordar y sintetizar los sucesos que han ocurrido en el pasado para planear el futuro. Esta capacidad de evaluacin y planeacin que ayud tanto a los cazadores, se usa en la actualidad para llevar a cabo una gran cantidad de actividades.

LA NOVEDAD EN EVOLUCIN

Cuando revisamos la primera parte la historia de la vida en la Tierra pudimos observar que algunas caractersticas que aparecieron en las especies revolucionaron el curso de la evolucin. Entre las que mencionamos se encuentra la aparicin de la multicelularidad en los organismos. sta, como todas las novedades evolutivas, abri una amplia gama de posibilidades para la adaptacin a diferentes, ambientes. La capacidad de los nuevos organismos multicelulares de destinar grupos de clulas para llevar a cabo funciones especficas es sin duda una caracterstica que abri la puerta a la aparicin de grupos de organismos que podran adaptarse al ambiente en formas no imaginadas anteriormente. Este concepto de novedad evolutiva podra entonces ser definido como la apariencia de una caracterstica que no poda haber sido predicha de la observacin de clulas unicelulares. De la misma manera, las caractersticas mencionadas como distintivas de la humanidad pueden ser consideradas como novedades evolutivas, ya que de la observacin de los parientes cercanos al hombre no se podra predecir la existencia de dichas caractersticas. Por ejemplo, de la observacin de la capacidad de Homo habilis para hacer herramientas no se poda haber predicho que el ser humano iba a construir una lavadora de ropa o una mquina para hacer tornillos. Tampoco de la observacin de nuestros parientes se poda haber predicho que el ser humano iba a tener la capacidad de planear acciones con base en la experiencia pasada. Esta habilidad es diferente de la forma automtica como ciertos animales prevn el futuro. Veamos como.

UN CUENTO MS, QUE NO ES MS QUE UN CUENTO

Quin no conoce el cuento de la cigarra y la hormiga? Se nos narra con la idea de infundir en nosotros el concepto de pensar en el futuro, de considerar que el mundo y nuestro derredor pueden cambiar en cualquier momento. Que si ahora estamos satisfechos con un ambiente prdigo, que nos proporciona todo, en el futuro ste podra cambiar y encontrarnos sbitamente sin nada.

Por eso la hormiga durante el verano guarda para el invierno, mientras que la cigarra, inconsciente y despreocupada, canta. Durante el invierno la cigarra pedir ayuda a la consciente hormiga. Pensemos ahora por qu hace esto la hormiga, tratando de distinguir dos posibilidades. La primera sera que la hormiga, como dice el cuento, conscientemente planea para el futuro, ya que sabe que cada ao despus del verano y el otoo viene el invierno para el que uno debe de estar preparado. La segunda posibilidad sera que la hormiga lo hiciera automticamente sin tener conciencia de su acto. El experimento que nos ayudara a distinguir entre ambas alternativas consistira en someter a la hormiga a un ambiente en el que no hubiera invierno (por ejemplo en un rea tropical) durante varios aos. Lo que encontraramos es que la hormiga, que proviene de un clima con invierno, guardara comida cada ao durante el verano. En otras palabras, no tendra la capacidad para planear el futuro considerando sus experiencias pasadas. Es por la falsedad del cuento de la cigarra y la hormiga que podemos decir que esta caracterstica es exclusiva del ser humano.

LOS CABEZONES

El hombre moderno es junto con el hombre de Neandertal el homnido que tiene el mayor tamao de crneo. Esto no slo en forma absoluta sino tambin en relacin a nuestro tamao: somos ms cabezones. Su aumento, de hecho, se ha venido dando desde hace tres millones de aos (Figura 21). Hay periodos de tiempo que, aunque cortos, permitieron un aumento considerable del crneo. Por ejemplo, el Australopithecus afarensis tena alrededor de 350 cm3 de capacidad craneana, mientras que entre el Homo erectus y el Homo sapiens (500 mil aos) aumenta de 850 cm3 a 1 300-1 500 cm3. Esto signific que ciertas zonas del cerebro aumentaron su nmero de clulas incrementando seguramente su capacidad para imaginar situaciones o unir eventos que ocurrieron en distintos momentos, as como para planear acciones para el futuro. De qu manera entonces el aumento del cerebro ampli la adaptacin de estos homnidos? Hay muchas opiniones al respecto y quisiera mencionar aqu cuatro de ellas.

Figura 21. Aumento de la capacidad del crneo en los homnidos durante los ltimos tres millones de aos

La primera consiste en que implic el hecho de comunicarse para planear la actividad de caza, ya que, adems de unir los esfuerzos de varios individuos en un grupo, el tener una estrategia basada en la habilidad de cada uno de hacer evaluaciones de otros eventos de la cacera facilitaba la obtencin de presas. La segunda ventaja pudo haber tenido relevancia en cuanto a la capacidad para estar continuamente alerta como grupo. El tener vigas durante la noche facilit la defensa de posibles enemigos. La tercera se supone que tuvo relacin con la capacidad para jugar con los pequeos y entrenarlos en tcnicas para hacerlos mejores cazadores. Estos dos factores ciertamente no son nicos del hombre, de hecho otros animales tambin llevan a cabo este tipo de actividades, pero lo que los hace diferentes es que estos carecen del lenguaje que les da una dimensin distinta de su importancia. Ms an, el poder entrenar a los pequeos usando el lenguaje facilita el aprendizaje y ampla sus habilidades. Por ltimo, facilit el poder incrementar el tamao del grupo social, con la correspondiente obtencin de recursos suficientes para todos. Mantener a un grupo social grande, de ms de 30 individuos digamos, requiere de una organizacin y una divisin del trabajo que va ms all de conductas sociales sencillas: exige de la planeacin y el anlisis de diversas estrategias que mantengan la cohesin del grupo.

Si se observa, todo lo mencionado significa que de alguna manera el aumento en el tamao del cerebro increment la adaptacin de los grupos de homnidos al ambiente, pero esto es una regla general. El hombre de Neandertal (Homo sapiens neandertalensis) construy herramientas mucho menos complejas que el de Cro-Magnn (Homo sapiens sapiens) a pesar de tener una capacidad craneana entre 10 y 20 por ciento mayor. Esto supone entonces que el aumento fsico del crneo no es lo nico que incrementa la adaptacin.

LA EVOLUCIN CULTURAL

Hasta ahora hemos visto cmo diferentes caractersticas del hombre y sus parientes los han ayudado a adaptarse al medio ambiente. Sigue ocurriendo esto en la actualidad? Hoy en da el hombre ya no se adapta a su ambiente por medio de la evolucin biolgica sino por medio de la llamada evolucin cultural: para sobrevivir ya no son importantes las caractersticas biolgicas sino ms bien las culturales. Regresemos un momento al hombre de Cro-Magnn y a sus herramientas. stas facilitaron sin duda su adaptacin proveyndole de formas para explotar y utilizar mejor su ambiente. Pero como ya mencionamos, la construccin de herramientas tan sofisticadas no signific un aumento en la cantidad de neuronas. Cmo fue entonces que adquiri esa habilidad? La respuesta, aunque se puede resumir en una sola palabra, describe un fenmeno extraordinariamente complejo: la cultura. Hemos concebido hasta ahora a la evolucin biolgica como la modificacin de la estructura gentica en las especies: en la molcula de la herencia, el cido desoxirribonucleico (DNA), se acumulan todos los cambios que modifican una especie y la transforman en otra. En la evolucin cultural el proceso de acumulacin de informacin no se lleva a cabo en la molcula de DNA sino en todos aquellos aspectos que componen la cultura: las artes, la ciencia y la tecnologa. En ellas se acumula el conocimiento y las experiencias que el hombre ha ido obteniendo a travs del tiempo. As, esta cultura ya no se transmite de generacin en generacin por medio del cdigo gentico sino de libros, pinturas y todos aquellos medios de acumulacin de informacin que poseemos.

LA TRANSMISIN DE LA CULTURA

Uno de los aspectos ms dolorosos de la muerte de un hombre lo constituye el hecho de que toda su formacin, sus ideas, su cultura, desaparecen con l. Sus hijos no heredan ese acervo cultural como lo hacen con sus caractersticas fsicas. Esto sin contar que la herencia cultural es selectiva: El hijo de un gran msico no es, generalmente, ni siquiera un msico regular. En cambio, el hijo de un hombre con ojos oscuros, muy probablemente tambin los tendr oscuros. Pero eso no es todo. La transmisin de la cultura no se parece a la de los genes en muchas otras caractersticas. Por ejemplo, por lo general, se transmite a individuos que no estn relacionados por parentesco. Las ideas se transmiten con la misma facilidad entre parientes que entre extraos. La cultura es, de hecho, un fenmeno tan complejo, que el hombre ha instituido un proceso de aprendizaje de ella que lleva una veintena de aos y en ningn caso cubre todas sus reas con profundidad. La cultura es, pues, tan vasta en la actualidad, que una sola persona no puede acumular toda esa informacin. De aqu que tengamos la necesidad de construir bibliotecas, hemerotecas, etc.

Y la evolucin biolgica? Hemos visto que la evolucin cultural es un evento omnipresente en nuestra sociedad, pero esto no quiere decir que algunos aspectos de la evolucin biolgica, los extremos, no existan. Por ejemplo, la existencia de algunos genes que producen enfermedades muy graves, a veces hasta mortales, an no han podido ser eliminadas. Esto es, las personas que tienen esos genes, mueren, de all que sigamos estando sujetos a la seleccin natural y, por tanto, a una evolucin biolgica. En la actualidad la medicina ya est logrando que en la mayor parte de los casos, estas personas sobrevivan. Uno de ellos es el de la diabetes: se las mantiene sanas gracias a la constante inyeccin de una protena, la insulina, cuya falta produce la enfermedad. Ms an, se est intentando llevar esta violacin de "las leyes de la naturaleza" a niveles extremos: hoy en da se investiga la posibilidad de "injertar" el gene que produce la insulina normal en personas enfermas, de tal manera que se pueda no solamente curarlas, sino hacer que puedan transmitir el gene normal a sus hijos. Esto demuestra que si proyectramos hacia el futuro la evolucin humana, podramos predecir que la evolucin cultural ser sin duda de hoy en adelante la manera ms comn como la humanidad se adaptar a su medio ambiente, convirtiendo a la evolucin biolgica en una alternativa cada vez menos importante.

AUNQUE LAS COMPARACIONES NO SON BUENAS...

Dicen que toda comparacin es mala, pero para entender un poco ms lo que representa la evolucin cultural me gustara compararla con la evolucin biolgica.

El proceso de evolucin biolgica requiere de la aparicin de variantes (mutaciones) que en condiciones especficas sern seleccionadas. En la evolucin cultural sucede algo semejante: se consideran ideas que aparecen y que bajo ciertas condiciones socioeconmicas, tambin incrementarn en frecuencia las personas que las comparten. En la evolucin biolgica hemos hablado de genes que aumentan su frecuencia en el fenmeno de adaptacin (captulo III). En la evolucin cultural las ideas constituyen caractersticas que modifican el acervo cultural de las sociedades. La aparicin de las mutaciones es un fenmeno independiente de su posible adaptacin. En un ambiente acutico con mucha sal, por ejemplo, no aparecen ms frecuentemente mutaciones que adapten a los organismos a las altas concentraciones de sal que en un ambiente con poca salinidad. En cambio, cuando hablamos de la generacin de ideas siempre se dice que ciertas ideas surgen con ms frecuencia en ciertas condiciones socioeconmicas e histricas. El clculo infinitesimal desarrollado independientemente por Newton y Leibniz, o el concepto de seleccin natural propuesto tambin independientemente por Darwin y Wallace, son ejemplos de que la aparicin de ideas corresponde a condiciones especficas de la sociedad.

Si comparamos la transmisin de los genes con la de las ideas encontraremos que en el primer caso la transmisin es vertical (de padres a hijos) nica y exclusivamente mientras que en el segundo ocurre tambin entre individuos de la misma generacin (transmisin horizontal). Esto quiere decir que el incremento en la frecuencia de una idea en una poblacin puede ser mucho ms rpido que el que se presenta en un gene.

La seleccin natural opera en forma muy similar a la seleccin cultural. Cuando algn individuo tiene una habilidad cultural que lo beneficia (ya sea una herramienta , una tecnologa particular o hasta una receta de cocina), aparte de que muy probablemente tendr ms recursos, poco a poco sus ideas, tecnologas o recetas sern ms frecuentes en la sociedad, de forma similar a como ocurre en la seleccin biolgica. Existe, por otro lado, un aspecto de la evolucin cultural que es completamente diferente de la natural. Una idea puede hacerse ms frecuente porque existe un proceso militar de imposicin en el que un grupo de hombres obliga a que cierta cultura y ciertas ideas predominen.

Por ltimo, la mortalidad o fecundidad no selectiva que tratamos en el captulo II, que se presenta en poblaciones pequeas con mucha frecuencia y que genera diversificacin de las poblaciones, tiene un fenmeno paralelo en la evolucin cultural. ste predice que en poblaciones aisladas existir una mayor divergencia simplemente porque algunas ideas tendern a fijarse ms rpidamente en poblaciones de pocos individuos aunque no sean adaptativas. Este hecho explica en parte las diferentes tradiciones y culturas que tienen algunas tribus. Ideas ms irreales tienden a fijarse ms en sociedades pequeas.RELACION ENTRE FILOGENIA Y ONTOGENIAFilogenia (del griego fu