Simbolismo Masónico y Cosmogonía-Extracto · 1 Extracto de SIMBOLISMO MASÓNICO Y COSMOGONÍA...
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1
Extracto de
SIMBOLISMO MASÓNICO Y
COSMOGONÍA
Tomo VII de la Colección “Secretos de la Masonería”
Por
DIEGO FIGUEROA
(Buenos Aires, Editorial Fiat Lux, 2011)
2
ÍNDICE
• INTRODUCCIÓN....................................................................................3
• INICIACIÓN Y COSMOGONÍA...........................................................3
- Los Ritos......................................................................................................4
- Los Ritos Iniciáticos....................................................................................5
• LA ENSEÑANZA INICIÁTICA.............................................................6
- El Simbolismo.............................................................................................7
- Ritos y Símbolos..........................................................................................7
- La Enseñanza Masónica..............................................................................9
• LOS SÍMBOLOS MASÓNICOS..........................................................10
- Acacias.......................................................................................................10
- Cadena de Unión........................................................................................10
- Calavera y Tibias.......................................................................................11
- Columnas...................................................................................................12
- Compás y Escuadra....................................................................................13
- Delta...........................................................................................................14
- Escalera Caracol........................................................................................17
- Escuadra 3-4-5...........................................................................................18
- Estrella Flamígera......................................................................................19
- Letra G.......................................................................................................20
- Martillo/ Mallete........................................................................................20
- Pavimento de Mosaicos.............................................................................21
- Piedra Bruta...............................................................................................22
- Trulla / Paleta.............................................................................................22
• LOS SÍMBOLOS EN LA LOGIA MASÓNICA.................................23
• LA COSMOGONÍA MASÓNICA........................................................27
• EL SIMBOLISMO COSMOGÓNICO DE LA LOGIA.....................31
- El Espacio y el Tiempo Sagrados..............................................................31
- La Logia y el Cosmos................................................................................34
- Simbolismo Espacial y Temporal..............................................................34
- Las Circunambulaciones Rituales..............................................................35
- Orden Terrestre y Orden Celeste...............................................................36
- El “Curso del Sol en el Cielo”...................................................................39
- Orientación Polar y Orientación Solar.......................................................40
- Las Puertas Solsticiales..............................................................................43
- El Orden Terrestre y Celeste en la Logia Masónica..................................46
- La Logia y la Cruz de Tres Dimensiones..................................................48
- Los “Tres Mundos”....................................................................................51
- Solve y Coagula.........................................................................................52
- Apertura y Clausura de los Trabajos.........................................................53
3
• PALABRAS FINALES..........................................................................55
• BIBLIOGRAFÍA....................................................................................56
INTRODUCCIÓN
Usualmente, la Masonería se define como “un sistema de moral ilustrado por
símbolos y velado por alegorías”. A lo largo de sus grados, y decorando las
Logias en las que los masones se reúnen y practican sus rituales, es posible
observar un simbolismo muy variado. Pero los símbolos y rituales masónicos
no sólo poseen un significado moral o filosófico, sino que también,
principalmente, contienen un proceso iniciático y cosmogónico, expresando
conocimientos que pueden hallarse en las más diversas y remotas culturas de
la humanidad, teniendo un carácter auténticamente Universal.
El propósito de este trabajo es exponer el significado iniciático de los
símbolos masónicos, considerados tanto individualmente como en el
conjunto que conforman en la Logia. Del mismo modo, explicaremos el
significado cosmogónico de los rituales y de la propia Logia masónica, la
cual es un símbolo del Cosmos y una síntesis de toda la Vía Iniciática.
EL SIMBOLISMO COSMOGÓNICO DE LA LOGIA
Los conocimientos cosmogónicos de la Masonería ocupan un lugar destacado
en el simbolismo espacial y temporal de la Logia masónica, el cual
detallaremos a continuación.
El Espacio y el Tiempo Sagrados
Según Mircea Eliade, existe, por un lado, un Espacio sagrado y significativo
y, por el otro, otros espacios no consagrados, sin estructura ni consistencia.
Esta “no-homogeneidad” del espacio constituye una experiencia primordial
equiparable a una “fundación del mundo”. La ruptura operada en el espacio
4
producida por la manifestación de lo sagrado es lo que permite la constitución
del mundo, ya que revela un “punto fijo” absoluto, un “Centro”, el eje central
de toda orientación futura. Para vivir en el Mundo es necesario primero
fundarlo, ya que ningún mundo puede nacer en el “caos” de la homogeneidad
y de la relatividad del espacio profano. El descubrimiento de un punto fijo,
el Centro, equivale a la Creación del Mundo.
El umbral que separa los dos espacios indica la distancia entre dos modos de
ser: profano y sagrado. El umbral es la frontera que distingue y opone dos
mundos, al mismo tiempo que es el lugar donde se comunican y se efectúa el
tránsito del uno al otro. En el interior del recinto sagrado queda trascendido
el mundo profano, y es ahí donde se hace posible la comunicación con los
dioses, por lo que “debe existir una “puerta” hacia lo alto por la que puedan
los dioses descender a la Tierra y subir el hombre simbólicamente al Cielo.
El templo constituye, propiamente hablando, una “abertura” hacia lo alto y
asegura la comunicación con el mundo de los dioses”.1
Todo Espacio sagrado, entonces, implica una irrupción de lo sagrado que
destaca un territorio del medio cósmico circundante y lo hace
cualitativamente diferente. Las técnicas de orientación, por lo tanto, son
técnicas de construcción del Espacio sagrado, pero esto no se trata de un
trabajo humano, sino que el ritual por el cual se construye el mismo es
eficiente en la medida en que reproduce la obra de los dioses. El “Caos”
deviene “Cosmos” por una repetición ritual de la cosmogonía, es decir, el
acto divino de la Creación. Es en estos Espacios sagrados, que representan el
Universo, donde tienen lugar las iniciaciones:
Su techo simboliza la bóveda celeste, el suelo representa la Tierra,
las cuatro paredes las cuatro direcciones del espacio cósmico. (...)
Se trata, en suma, de una idea arcaica y muy difundida: a partir de
un Centro se proyectan los cuatro horizontes en las cuatro
direcciones cardinales.2
Por otro lado, al igual que el espacio, el Tiempo no es homogéneo y continuo.
Existen, por un lado, los intervalos de Tiempo sagrado correspondientes a las
fiestas y, por otro, el tiempo profano, la duración temporal ordinaria. Por
medio de los ritos, es posible pasar de la duración temporal ordinaria al
Tiempo sagrado, el cual es un Tiempo mítico primordial hecho presente.
Toda fiesta sagrada, entonces, consiste en la reactualización de un
acontecimiento que tuvo lugar en un pasado mítico, “al comienzo”, por lo
1 Eliade. Lo Sagrado y lo Profano, pág. 29. 2 Ibídem, pág. 46.
5
que participar de las mismas implica salir de la duración temporal “ordinaria”
para reintegrar el Tiempo mítico reactualizado por la misma fiesta.
Al igual que un recinto sagrado constituye una ruptura de nivel dentro del
espacio profano, la actividad sagrada que se celebra en su interior señala una
ruptura en la duración temporal profana, ya que se desarrolla en un Tiempo
sagrado. El Cosmos, además, es homologable al Tiempo cósmico, es decir,
el “Año”, ya que ambos son realidades sagradas y creaciones divinas. Esta
“solidaridad” cósmico-temporal se revela en la estructura misma de los
edificios sagrados, ya que el Templo, que es la imagen del Mundo, también
comporta un simbolismo temporal debido a que simboliza a la vez al Año, el
cual se concibe como un recorrido a lo largo de las cuatro direcciones
cardinales. Esto significa que toda construcción sagrada no sólo rehace el
mundo, sino que también “construye el año”, es decir, se regenera el Tiempo
creándole de nuevo, con el propósito de santificar el mundo por medio de su
intersección en un Tiempo sagrado:
... el Mundo se renueva anualmente; en otros términos: reencuentra
en cada Año Nuevo la “santidad” original que tenía cuando salió de
manos del Creador. Puesto que el Templo es a la vez el lugar santo
por excelencia y la imagen del Mundo, santifica el Cosmos por
entero y santifica igualmente la vida cósmica. Ahora bien: a esta
vida cósmica se la concebía bajo la forma de una trayectoria
circular. Se identificaba con el Año. El Año era un círculo cerrado:
tenía un comienzo y un final, pero tenía también la particularidad de
que podía “renacer” bajo la forma de un Año Nuevo. Con cada Año
Nuevo venía a la existencia un Tiempo “nuevo”, puro y santo porque
no estaba desgastado aún.3
La cosmogonía, entonces, comporta igualmente la creación del Tiempo y,
debido a que es el arquetipo de toda “creación”, el Tiempo cósmico que hace
surgir la cosmogonía es el modelo ejemplar de todos los demás tiempos. El
Año Nuevo, en efecto, es una reactualización de la cosmogonía, que implica
la reanudación del Tiempo en su comienzo, es decir, la restauración del
Tiempo primordial, puro, fuerte y sagrado que existía en el momento de la
Creación.
Por otro lado, el Tiempo profano desgastaba al ser humano, a la sociedad y
al Cosmos. Para abolir este Tiempo profano, se efectuaban ritos que
simbolizaban el “fin del mundo”, el regreso del Cosmos al Caos. Al participar
simbólicamente en la aniquilación y recreación del Mundo, el hombre era
creado de nuevo y renacía a una nueva existencia. De este modo, el hombre
3 Ibídem, pág. 68-69.
6
se hacía contemporáneo de la cosmogonía y asistía a la Creación del Mundo,
recomenzando con una reserva de fuerzas vitales intacta, tal como lo había
estado en el momento de su nacimiento.
La Logia y el Cosmos
La Logia masónica se considera como un símbolo del Mundo o del
“Cosmos”. También se considera un Templo, es decir, un recinto sagrado,
cuyo interior es propiamente, por oposición a las “tinieblas exteriores” que
corresponden al mundo profano, “el lugar iluminado y regular”, donde todo
se hace según el rito, o sea, conforme al “orden”.
El simbolismo de su estructura también implica la fijación de un Centro, a
partir del cual se funda el Mundo, es decir, comporta una cosmogonía. Del
mismo modo, el suelo de la Logia representa la Tierra, mientras que su
bóveda representa el Cielo, a la vez que sus paredes simbolizan las cuatro
direcciones del espacio cósmico, lo cual implica tanto un Espacio como un
Tiempo sagrados.
A continuación, entonces, analizaremos el simbolismo cosmogónico de la
Logia masónica, además de las conexiones que posee con el propio proceso
iniciático.
Simbolismo Espacial y Temporal
La Logia tiene una forma rectangular (o un cuadrado largo) y cada uno de
sus lados posee diversas correspondencias espaciales y temporales. En
primer lugar, cada lado se asocia a un punto cardinal: Norte, Sur, Este y
Oeste. Cada lado, además, se corresponde con las fases del curso aparente
del Sol durante el día: el Norte corresponde a la Medianoche; el Este, por
donde sale el Sol, a la Mañana; el Sur, donde el Sol se encuentra en su
meridiano más alto, corresponde al Mediodía; y el Oeste, por donde se pone
el Sol, a la Tarde. Del mismo modo, cada lado se asocia con las estaciones
por las que atraviesa el Sol a lo largo del año: el Invierno corresponde al
Norte, la Primavera al Este, el Verano al Sur, y el Otoño al Oeste. En
consecuencia, también se encuentran representados los Solsticios y los
Equinoccios: el eje Norte-Sur corresponde a los Solsticios de Invierno y
Verano, es decir, es un Eje Solsticial, mientras que el eje Este-Oeste
corresponde a los Equinoccios de Primavera y Otoño, es decir, es un Eje
Equinoccial.
Por otro lado, si bien no siempre se la representa, usualmente la parte superior
de la Logia se encuentra rodeada por la “Cadena de Unión”, que es el símbolo
del “marco” del cosmos, que “liga” y “une” todos sus elementos entre sí y
que posee un carácter celeste, lo cual explica su posición. La Cadena de
7
Unión tiene nudos de trecho en trecho, que son usualmente doce,
correspondiendo así a los signos del Zodíaco, el cual constituye la
“envoltura” del cosmos, es decir, el “marco celeste” en cuyo interior se
mueven los planetas. En algunas Logias, por lo tanto, en lugar de la Cadena
de Unión se representan los Signos del Zodíaco en la parte superior de las
mismas, correspondiendo el signo de Capricornio al Norte, el de Aries al
Este, Cáncer al Sur y Libra al Oeste.4 Todas estas correspondencias podemos
apreciarlas en la Figura 1:
Medianoche
Invierno
(Solsticio)
Capricornio
N
Tarde Mañana
Otoño O E Primavera
(Equinoccio) (Equinoccio)
Libra Aries
S
Mediodía
Verano
(Solsticio)
Cáncer
Eje Norte-Sur: Eje Solsticial
Eje Este-Oeste: Eje Equinoccial
FIGURA 1
Las Circunambulaciones Rituales
Las circunambulaciones son movimientos circulares que se realizan
alrededor de un eje o punto central. Los movimientos que se realizan en la
4 En cuestiones simbólicas no hay una única forma de hacer las cosas, lo que se debe
a la pluralidad de significados que tienen los símbolos y a los múltiples puntos de
vista desde los cuales se pueden abordar, por lo que la posición de los signos del
Zodíaco en la Logia puede variar. Sin embargo, el sentido de la posición que
presentamos aquí quedará expuesto con las consideraciones que vendrán a
continuación.
8
Logia no son antojadizos ni al azar, sino que tienen un carácter ritual, es decir,
responden a un orden determinado y poseen un sentido específico. Las
circunambulaciones rituales que efectúan los masones en la Logia se realizan
en torno al centro de la misma. Estas circunambulaciones se efectúan en un
sentido horario, es decir, en el sentido de las agujas del reloj. Este
movimiento tiene diversos significados y, teniendo en cuenta las
correspondencias espaciales y temporales que ya mencionamos, representa
más específicamente varios ciclos del Sol. En primer lugar, representa el
Ciclo Diario del Sol: de Medianoche a la Mañana, de la Mañana al Mediodía,
del Mediodía a la Tarde, y de la Tarde a la Medianoche. En segundo lugar,
representa el Ciclo Anual del Sol: del Solsticio de Invierno al Equinoccio de
Primavera, del Equinoccio de Primavera al Solsticio de Verano, del Solsticio
de Verano al Equinoccio de Otoño, y del Equinoccio de Otoño al Solsticio
de Invierno. Por último, representa el Ciclo Zodiacal, es decir, el
movimiento que realiza el Sol atravesando cada signo del Zodíaco:
Capricornio (signo cardinal que corresponde al Norte), Acuario, Piscis, Aries
(signo cardinal que corresponde al Este), Tauro, Géminis, Cáncer (signo
cardinal que corresponde al Sur), Leo, Virgo, Libra (signo cardinal que
corresponde al Oeste), Escorpio y Sagitario. Podemos apreciar cada uno de
estos ciclos en la Figura 2:
Medianoche
Solsticio de Invierno
Capricornio
N
Circunambulaciones
Tarde Mañana
E Equinoccio O E Equinoccio
de Otoño de Primavera
Libra Aries
S
Mediodía
Solsticio de Verano
Cáncer
FIGURA 2
9
Orden Terrestre y Orden Celeste
En la Logia es posible distinguir dos órdenes: un Orden Terrestre y un Orden
Celeste. El Orden Terrestre representa el Ciclo Anual, mientras que el Orden
Celeste, por su parte, representa el “Curso del Sol en el Cielo”:
... según la ley general de la analogía, ambos órdenes deben, en su
correlación misma, ser mutuamente inversos, de modo que el más
alto para un orden es el más bajo para el otro, y recíprocamente;
así, según la expresión hermética de la Tabla de Esmeralda, “lo que
está arriba (en el orden celeste) es como lo que está abajo (en el
orden terrestre)”, o también, según las palabras evangélicas, “los
primeros (en el orden principial) serán los postreros (en el orden
manifestado)”.5
Teniendo en cuenta que el Ciclo Anual se divide en dos mitades, una
“Ascendente” y otra “Descendente”, es posible establecer las
correspondencias de cada uno de los órdenes. En el Orden Terrestre, que
representa el Ciclo Anual, el Norte corresponde al Solsticio de Invierno y al
signo de Capricornio, mientras que el Sur corresponde al Solsticio de Verano
y al signo de Cáncer. La fase Ascendente es el movimiento que se dirige del
Norte al Sur, mientras que la fase Descendente es el movimiento que se dirige
del Sur al Norte. En el Orden Celeste, que representa el Curso del Sol en el
Cielo, el Norte corresponde al Solsticio de Verano y al signo de Cáncer,
mientras que el Sur corresponde al Solsticio de Invierno y al signo de
Capricornio. La fase Ascendente es el movimiento que se dirige del Sur al
Norte, mientras que la fase Descendente es el movimiento que se dirige del
Norte al Sur. Estas correspondencias podemos apreciarlas en las Figuras 3 y
4:
5 Guénon, René. Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada, cap. XXXV, pág.
204. Buenos Aires, Eudeba, 1969.
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ORDEN TERRESTRE
(Ciclo Anual)
Solsticio Invierno
Capricornio
N
Fase O E Fase
Descendente Ascendente
S
Solsticio Verano
Cáncer
FIGURA 3
ORDEN CELESTE
(Curso del Sol en el Cielo)
Solsticio Verano
Cáncer
N
Fase O E Fase
Descendente Ascendente
S
Solsticio Invierno
Capricornio
FIGURA 4
11
El “Curso del Sol en el Cielo”
Como vimos anteriormente, en el Orden Terrestre tenemos representado el
Ciclo Diario del Sol, el Ciclo Anual y también el Ciclo Zodiacal, en el cual
el signo de Capricornio corresponde al Norte y el signo de Cáncer al Sur.
Este Ciclo Zodiacal podría ser considerado como el “curso del Sol en el
cielo”, es decir, el curso del Sol a través de cada signo del Zodíaco. Teniendo
en cuenta esto, y si el curso del Sol en el cielo está representado en el Orden
Terrestre, cabe preguntarse a qué se refiere, entonces, el “Curso del Sol en el
Cielo” del Orden Celeste.
Esta cuestión se resuelve teniendo en cuenta que el mundo terrestre puede
considerarse aquí como una representación del “cosmos” en su conjunto, por
lo que el Cielo representa, entonces, el dominio “extracósmico”. Esto
significa que, desde este punto de vista, la consideración del “sentido
inverso” debe aplicarse al orden “espiritual”, entendido en su acepción más
elevada, con respecto no solamente al orden sensible sino a la totalidad del
orden cósmico.
Por lo tanto, el Orden Terrestre se refiere al dominio cósmico, físico y
material,6 mientras que el Orden Celeste se refiere al dominio extracósmico,
metafísico y espiritual, siendo ambos mutuamente inversos. De esto se
desprende que el Sol del Orden Terrestre es un Sol “físico”, mientras que el
del Orden Celeste es un “Sol Espiritual”, o sea que el “Curso del Sol en el
Cielo” se refiere exclusivamente al dominio espiritual.
Respecto a esta expresión de “Sol Espiritual”, para comprender
adecuadamente su sentido es necesario tener en cuenta la distinción que se
efectúa en las doctrinas tradicionales ente el “Sí mismo” y el “Yo”. El “Yo”
se refiere a la simple individualidad humana, mientras que el “Sí mismo” es
el Principio trascendente y permanente del cual el ser manifestado, por
ejemplo el ser humano, es sólo una modificación transitoria y contingente,
que no afecta al Principio. Es inmutable en su propia naturaleza y por él
6 Es necesario tomar ciertos recaudos respecto del término “material”, ya que “la
dualidad “espíritu-materia” nunca se planteó de forma absoluta e irreductible hasta
la época cartesiana; los antiguos, principalmente los griegos, ni siquiera concebían
la noción de “materia” en el sentido moderno de la palabra, como no lo hace la
mayoría de los orientales en la actualidad: en sánscrito no existe ninguna palabra
que responda a esta noción, ni siquiera de lejos” (Guénon, René. Introducción
General al Estudio de las Doctrinas Hindúes, pág. 127. Buenos Aires, Editorial
Losada, 2004). La única expresión que tiene el sánscrito para todo lo que puede ser
concebido o percibido en el mundo manifestado es nâma-rûpa, cuyos dos términos
corresponden a lo “inteligible” y a lo “sensible”, considerados como dos aspectos
complementarios referidos, respectivamente, a la esencia y a la substancia de las
cosas.
12
existen todos los estados del ser, cada cual dentro de su dominio o grado de
existencia. Se refiere tanto a los Estados Manifestados (que pueden ser, por
un lado, Formales o Individuales, y, por el otro, Informales o
Supraindividuales) como a los Estados No Manifestados (las posibilidades
no susceptibles de manifestación y las posibilidades de manifestación en
modo principial). El “Sí mismo” es “una determinación inmediata,
primordial y no particularizada, del principio que se llama en sánscrito
Atma o Paramatma y que podemos, a falta de un mejor término, designar
como “Espíritu Universal”.7
El “Sí mismo”, entonces, es el “Sol Espiritual” que brilla en el centro del ser
total, y el rayo emanado de él (identificado con el término Buddhi, es decir,
el intelecto superior, que es la expresión del “Sí mismo” en la manifestación)
ilumina en su integralidad al estado individual, relacionándolo en su totalidad
con todos los estados manifestados, individuales y no individuales, del
mismo ser y, más allá de éstos, con el centro del ser total. Debido a esto, el
centro de cada estado, tanto el humano como cualquier otro, en el cual se
proyecta este rayo espiritual, puede ser tomado como base para la realización
de la “Identidad Suprema”, el cual es el fin último de la realización iniciática.
Orientación Polar y Orientación Solar
Un aspecto que llama la atención es que, si consideramos las Figuras 3 y 4,
podemos observar que el Orden Terrestre tiene un sentido de
circunambulación horario, es decir, en el sentido de las agujas del reloj,
mientras que el Orden Celeste tiene un sentido de circunambulación
antihorario, es decir, en el sentido contrario a las agujas del reloj. Es posible
preguntarse a qué se deben estos dos sentidos y por qué no tienen el sentido
inverso, es decir, el Orden Terrestre un sentido antihorario y el Orden Celeste
un sentido horario. El motivo de esto queda explícito teniendo en cuenta lo
que afirma la tradición extremo-oriental (Taoísta) acerca de las cuestiones de
orientación:
En la época primordial, el hombre estaba perfectamente equilibrado
en cuanto a la complementariedad de yin y yang; era yin o pasivo por
relación al Principio y yang o activo por relación al cosmos o conjunto
de las cosas manifestadas; se volvía pues, de manera natural, hacia el
Norte, que es yin, como hacia su propio complemento. Por el
contrario, el hombre de las épocas posteriores, a consecuencia de la
degeneración espiritual que corresponde a la marcha descendente del
7 Guénon, René. El Hombre y su Devenir según el Vedanta, cap. II, pág. 39. Buenos
Aires, C.S. Ediciones, 1990.
13
ciclo, ha devenido yin por relación al cosmos; debe por tanto volverse
hacia el Sur, que es yang, para recibir la influencia del principio
complementario de aquel que se ha hecho predominante en él y para
restablecer, en la medida de lo posible, el equilibrio entre yin y yang.
La primera de esas dos orientaciones puede llamarse “polar”,
mientras que la segunda es propiamente “solar”.8
Considerando esto, tenemos dos orientaciones posibles. La Orientación
Polar, mirando hacia el Norte, se denomina así ya que es posible observar el
giro aparente de las estrellas alrededor del Polo, mientras que la Orientación
Solar, mirando hacia el Sur, recibe esta denominación ya que es posible
observar el recorrido aparente del Sol durante el transcurso del día.
Estas dos orientaciones están vinculadas estrechamente con el sentido de las
circunambulaciones rituales en las distintas formas tradicionales. En la
Orientación Polar, el centro se encuentra hacia la izquierda, por lo que la
circunambulación se efectúa de derecha a izquierda, es decir, la
circunambulación se efectúa en un sentido Antihorario. En la Orientación
Solar, el centro se encuentra hacia la derecha, por lo que la circunambulación
se efectúa de izquierda a derecha, es decir, la circunambulación se efectúa en
un sentido Horario. La Orientación Polar se encuentra vigente, por ejemplo,
en la tradición islámica, mientras que la Orientación Solar se encuentra en las
tradiciones hindú y tibetana. Curiosamente, la escritura árabe tiene un sentido
de derecha a izquierda, mientras que el sánscrito y la escritura tibetana tienen
un sentido de izquierda a derecha, es decir, la dirección de la escritura de las
lenguas sagradas de estas formas tradicionales se corresponde con el sentido
de las circunambulaciones rituales, tal como podemos apreciar en las Figuras
5 y 6:
8 Guénon, René. La Gran Tríada, cap. VII, pág. 67. Barcelona, Paidós, 2004.
14
En el caso de la Masonería, actualmente la circunambulación es Solar, lo que
se corresponde con la orientación de las catedrales medievales, pero “parece
haber sido, por el contrario, inicialmente polar en el antiguo ritual
operativo, según el cual el trono de Salomón estaba situado a Occidente y
no a Oriente, a fin de permitir al que lo ocupaba contemplar la salida del
Sol”,9 lo que se corresponde con la orientación del Templo de Salomón y con
el sentido de la escritura hebrea, es decir, de derecha a izquierda.
Estas dos orientaciones, Polar y Solar, se corresponden respectivamente a dos
vías: la “Vía del Cielo” y la “Vía de la Tierra”. La primera es superior a la
segunda, ya que marca la diferencia entre la época primordial y las
posteriores épocas de degeneración espiritual. Además, se puede ver en
ambas vías una relación inversa entre el movimiento del Cielo y el
movimiento de la Tierra, lo que se encuentra en rigurosa conformidad con la
ley general de la analogía, lo cual sucede siempre que se está en presencia de
dos términos que se oponen de tal forma que uno de ellos es como un reflejo
invertido del otro.
9 Guénon. La Gran Tríada, cap. VII, pág. 72.
ORIENTACIÓN POLAR
(Antihoraria)
(Yin)
N
n
O E
S
(Yang)
Tradición Islámica
Sentido de escritura
Derecha a Izquierda
FIGURA 5
ORIENTACIÓN SOLAR
(Horaria)
(Yin)
N
O E
S (Yang)
Tradiciones Hindú y Tibetana
Sentido de escritura
Izquierda a Derecha
FIGURA 6
15
En síntesis, el Orden Terrestre tiene un sentido de circunambulación horario
porque responde a una modalidad de orientación Solar, que se corresponde
con la “Vía de la Tierra”, mientras que el Orden Celeste tiene un sentido de
circunambulación antihorario porque responde a una modalidad de
orientación Polar, que se corresponde con la “Vía del Cielo”.
Las Puertas Solsticiales
La doctrina de las “Puertas Solsticiales” se encuentra explícita en la mayoría
de las tradiciones, teniendo una gran importancia simbólica. La puerta de
“entrada” se designa usualmente como la “Puerta de los Hombres”, por la
que los profanos, que no han sobrepasado aún el estado humano, pueden ser
iniciados en los Misterios Menores. Por otro lado, la puerta de “salida” se
designa, por oposición, como la “Puerta de los Dioses”, es decir, aquella por
la cual pasan solamente los seres que tienen acceso a los estados
supraindividuales.
Estas dos Puertas Solsticiales de entrada y de salida son también dos puertas
“zodiacales”, es decir, cada una se asocia no sólo a un Solsticio sino también
a un signo del Zodíaco. La Puerta de los Hombres, entonces, corresponde al
Solsticio de Verano y al signo de Cáncer, mientras que la Puerta de los Dioses
corresponde al Solsticio de Invierno y al signo de Capricornio. Además, la
fase Ascendente está puesta en relación con la “Vía de los Dioses”, y la fase
Descendente con la “Vía de los Antepasados”, siendo la Puerta de los
Hombres la que da acceso a la Vía de los Antepasados y la Puerta de los
Dioses la que da acceso a la Vía de los Dioses. Debido a esto, las Puertas
deben situarse en el inicio de las dos fases correspondientes, es decir, la
Puerta de los Hombres en el Solsticio de Verano y la Puerta de los Dioses en
el Solsticio de Invierno, siendo inversa su posición según se considere el
Orden Terrestre o el Orden Celeste, como podemos observar en las Figuras
7 y 8:
16
ORDEN TERRESTRE
(Ciclo Anual)
Puerta de los Dioses
(Misterios Mayores)
Solsticio Invierno
Capricornio
N
Fase Fase
Descendente Ascendente
O E
Vía de los S Vía de los
Antepasados Puerta de los Hombres Dioses
(Misterios Menores)
Solsticio Verano
Cáncer
FIGURA 7
17
ORDEN CELESTE
(Curso del Sol en el Cielo)
Puerta de los Hombres
(Misterios Menores)
Solsticio Verano
Cáncer
N
Fase Fase
Descend. O E Ascend.
S
Vía de los Vía de los
Antepasados Dioses
Puerta de los Dioses
(Misterios Mayores)
Solsticio Invierno
Capricornio
FIGURA 8
Sintetizando todas estas cuestiones, podemos afirmar que existen dos órdenes
posibles. En el Orden Terrestre, que representa el Ciclo Anual, el Norte
corresponde al Solsticio de Invierno, al signo de Capricornio y a la Puerta de
los Dioses, que da acceso a la realización de los Misterios Mayores. Por otro
lado, el Sur corresponde al Solsticio de Verano, al signo de Cáncer y a la
Puerta de los Hombres, que da acceso a la realización de los Misterios
Menores. La fase Ascendente es el movimiento que se dirige del Norte al Sur
y se asocia con la Vía de los Dioses. La fase Descendente, por su parte, es el
movimiento que se dirige del Sur al Norte y se asocia con la Vía de los
Antepasados.
En el Orden Celeste, que representa el Curso del Sol en el Cielo, el Norte
corresponde al Solsticio de Verano, al signo de Cáncer y a la Puerta de los
Hombres, que da acceso a la realización de los Misterios Menores. Por otro
lado, el Sur corresponde al Solsticio de Invierno, al signo de Capricornio y a
la Puerta de los Dioses, que da acceso a la realización de los Misterios
Mayores. La fase Ascendente es el movimiento que se dirige del Sur al Norte
y se asocia con la Vía de los Dioses. La fase Descendente, por su parte, es el
18
movimiento que se dirige del Norte al Sur y se asocia con la Vía de los
Antepasados.
El Orden Terrestre y Celeste en la Logia Masónica
Como afirmamos anteriormente, la posición de los signos del Zodíaco en la
Logia puede variar debido a los diversos significados que puede tener un
mismo simbolismo. Es posible, entonces, colocar el signo de Capricornio en
el Norte y el de Cáncer en el Sur, con lo que se estaría representando el Ciclo
Zodiacal desde el punto de vista del Orden Terrestre. También se podría
colocar el signo de Cáncer en el Oeste y el de Capricornio en el Este, con lo
que se representaría la Puerta de los Hombres en Occidente, por donde se
ingresa a la Logia (al “cosmos”) y la Puerta de los Dioses en Oriente, por
donde se saldría del dominio cósmico hacia el extracósmico, es decir, hacia
el “Oriente Eterno”. Pero colocando el signo de Cáncer en el Norte y el signo
de Capricornio en el Sur, se estarían representando los dos Órdenes a los
cuales hicimos referencia: el Orden Terrestre y el Orden Celeste, la
modalidad Solar y la modalidad Polar, la “Vía de la Tierra” y la “Vía del
Cielo”, lo cósmico y lo extracósmico, lo físico y lo metafísico, lo “material”
y lo espiritual.
Todo esto se representaría en la Logia, por un lado, con las
Circunambulaciones Rituales que efectúan los masones en sentido horario
y, por el otro, con la disposición de los Signos del Zodíaco en la parte
superior de la Logia en sentido antihorario, con el signo de Capricornio en el
Sur y el signo de Cáncer en el Norte (Figura 9). De este modo, podemos
apreciar que la doctrina de las Puertas Solsticiales, con las implicancias
iniciáticas que posee, se ha mantenido y conservado en el simbolismo
masónico.
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ORDEN CELESTE
Signos del Zodíaco
Cáncer
N
ORDEN TERRESTRE
Libra O E Aries
Circunambulaciones Rituales
S
Capricornio
FIGURA 9
Por último, agregaremos que las Puertas Solsticiales se encuentran
relacionadas también con el simbolismo del dios Jano, que es el ianitor
(“portero”) que abre y cierra las puertas del Ciclo Anual con las llaves que
son uno de sus principales atributos, una de oro y la otra de plata, que
corresponden, respectivamente, a los Misterios Mayores y los Misterios
Menores. Esto es importante porque, en la antigua Roma, Jano era el dios de
la iniciación a los Misterios y también de los Collegia fabrorum, las
corporaciones de artesanos, las cuales le tributaban un culto especial y en
cuyo honor celebraban las dos fiestas solsticiales correspondientes a la
apertura de las dos mitades ascendente y descendente del ciclo zodiacal. Esta
costumbre continuó siendo practicada en las corporaciones de constructores,
pero, con el Cristianismo, estas fiestas fueron identificadas con los dos San
Juan, de invierno y verano. De este hecho proviene la conocida expresión de
“Logia de San Juan” que se ha conservado en la Masonería, la cual es la
continuación directa de dichas corporaciones y que aún hoy sigue celebrando
las fiestas solsticiales, contando con un ritual específico destinado a esto.
20
La Logia y la Cruz de Tres Dimensiones
Un símbolo fundamental para comprender el Proceso Iniciático y
Cosmogónico de la Masonería es la “Cruz de Tres Dimensiones”.
Como vimos anteriormente, las correspondencias espaciales de la Logia
masónica ubican a cada punto cardinal en cada lado de la misma, con lo cual
queda conformada una “cruz de dos dimensiones”, como podemos observar
en la Figura 10:
Norte
Oeste Este
Sur
FIGURA 10
Recordemos, entonces, las medidas simbólicas de la Logia según los propios
rituales masónicos. Al respecto, el catecismo del grado de Aprendiz de
Memphis-Misraim expresa lo siguiente:
-¿Cuál es la forma de vuestra Logia?
- Un cuadrilongo
- ¿En qué sentido está su extensión?
- De Oriente a Occidente
- ¿Y su largo?
- Del mediodía al septentrión
- ¿Su altura?
- De zenit a nadir.10
10 Ritual del Primer Grado, Rito Antiguo y Primitivo de Memphis-Misraim, Gran
Logia Simbólica de Argentina (Manuscrito de 1824), pág. 57.
21
Por otro lado, el catecismo del grado de Aprendiz del Rito Escocés
Rectificado afirma:
-¿Cuál es la figura de la Logia?
- Un “cuadrado largo” (rectángulo en profano).
- ¿Cuál es su largo?
- De Oriente a Occidente.
- ¿Cuál es su ancho?
- Del norte a mediodía.
- ¿Cuál es su profundidad?
- Desde la superficie de la Tierra hasta el centro.
- ¿Cuál es su altura?
- Tantos codos que no se pueden contar.11
Para poder representar esto, es necesario apelar al uso de la “Cruz de Tres
Dimensiones”, la cual se forma colocando la cruz de dos dimensiones sobre
un plano horizontal y atravesándola en su centro por una recta vertical.
Tenemos así como resultado la Cruz de Tres Dimensiones, formada por tres
ejes: dos ejes horizontales y un eje vertical.
El eje vertical formado por el Cenit-Nadir es el Eje Polar, es decir, la línea
fija que une los dos polos y alrededor de la cual todo gira, siendo así el eje
principal, mientras que los otros dos ejes horizontales son secundarios y
relativos. De estos dos ejes, el eje Norte-Sur es el Eje Solsticial, mientras
que el eje Este-Oeste es el Eje Equinoccial. Estas correspondencias
espaciales de la Cruz de Tres Dimensiones podemos observarlas en la Figura
11:
11 Instrucción por preguntas y respuestas para el grado de Aprendiz Francmasón,
Ritual de Aprendiz, Rito Escocés Rectificado (redactado en 1782), pág. 116. En otros
rituales masónicos, se especifica que el alto de la Logia se extiende “de la superficie
de la Tierra a la Bóveda Celeste”, siendo su cobertura “el cielo estrellado, donde
todos los buenos masones ansían llegar”.
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Cenit
Norte Este
Oeste Sur
Nadir
Cenit-Nadir: Eje Polar
Norte-Sur: Eje Solsticial
Este-Oeste: Eje Equinoccial
FIGURA 11
Teniendo en cuenta el eje vertical, la cruz horizontal podrá girar de derecha
a izquierda o de izquierda a derecha, es decir, con un sentido Polar o con un
sentido Solar, lo que está estrechamente vinculado a los dos sentidos de la
Cruz Esvástica.12
Considerando todas estas relaciones espaciales, es posible afirmar que la
Cruz de Tres Dimensiones es la representación geométrica de la Logia
masónica. Los dos sentidos de rotación de la Cruz de Tres Dimensiones,
entonces, son los dos sentidos en que los masones circunambulan ritualmente
12 La Cruz Esvástica es uno de los símbolos más difundidos y se la encuentra desde
el Extremo Oriente hasta el Extremo Occidente, e incluso entre ciertos pueblos
indígenas de América del Norte. Es esencialmente el “signo del Polo”, y simboliza
un movimiento de rotación que se cumple en torno de un centro o de un eje
inmutable. El punto fijo, que simboliza el Centro, imprime a todas las cosas el
movimiento, el cual representa la vida, por lo que la Esvástica es un símbolo del
papel vivificador del Principio con respecto al orden cósmico. Desde el punto de
vista del simbolismo masónico, el conjunto de cuatro gammas (letra griega que tiene
forma de escuadra) colocados en ángulos rectos los unos respecto a los otros forma
la Esvástica, que es un símbolo, al igual que la Letra G, de la Estrella polar, que es a
su vez el símbolo y la sede efectiva del “Sol central oculto” del Universo. Además,
la parte “quebrada” de los brazos de la Esvástica se considera como una
representación de la Osa Mayor vista en cuatro diferentes posiciones en el curso de
su revolución en torno de la Estrella polar, a la cual corresponde el centro donde las
gammas se reúnen, quedando estas cuatro posiciones relacionadas con los cuatro
puntos cardinales y las cuatro estaciones.
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en la Logia, tanto en la “Apertura” como en la “Clausura” de los Trabajos
masónicos. Es decir que los masones, al realizar el ritual, se convierten ellos
mismos en un símbolo.
Los “Tres Mundos”
La Logia masónica, al ser considerada como un Templo, también nos
conduce a la representación de los “Tres Mundos”, ya que “como
consecuencia de su situación en el centro del Cosmos, el templo o la ciudad
sagrada son siempre el punto de encuentro de las tres regiones cósmicas:
Cielo, Tierra e Infierno”.13
El centro de la Logia es, propiamente, un Axis mundi (“Eje del Mundo”),
alrededor del cual se extiende el “Mundo”, es decir, el eje se ubica en el
“medio”, en el “Centro del Mundo”. Sobre este eje, además, se encuentran el
Infierno, el centro de la Tierra y la “puerta” del Cielo, realizándose el pasaje
de una región cósmica a otra a través del mismo.
Como vimos anteriormente, el suelo de la Logia representa la Tierra,
mientras que su Bóveda representa el Cielo, en cuyo centro se encuentra la
Letra G o la Estrella Polar como símbolo del punto más alto del cielo visible
y, por ende, del Cosmos. En cuanto al Infierno, éste puede representarse por
la Cámara de Reflexiones de las iniciaciones masónicas, la cual se encuentra
simbólicamente por debajo de la Logia. De este modo, el Eje atraviesa y
comunica estos “Tres Mundos”, que pueden representarse por medio de la
Cruz de Tres Dimensiones (Figura 12).
Cielo Bóveda (Letra G / Estrella Polar)
Tierra Logia (Suelo)
Infierno Cámara de Reflexiones
FIGURA 12
13 Eliade, Mircea. El Mito del Eterno Retorno, pág. 27. Buenos Aires, Emecé
Editores, 2006.
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Solve y Coagula
Considerando que los dos principios del yin y el yang deben entenderse como
complementarios, aunque sus acciones en los diferentes ámbitos de la
manifestación aparezcan externamente como contrarias, se puede hablar de
la doble acción de una fuerza única o de dos fuerzas producidas por la
polarización de ésta y centradas en los dos polos, que producen, por las
acciones y reacciones que resultan de su diferenciación, el desarrollo de las
virtualidades contenidas en el “Huevo del Mundo”, el cual es la figura de
aquello a partir de lo cual se efectuará el desarrollo del “cosmos” hasta su
estado de plena manifestación.
La acción, entonces, de esta doble fuerza cósmica está en relación con las
fases inversas y complementarias de toda manifestación, que se deben al
predominio alternante del yin y el yang: evolución e involución, desarrollo y
envolvimiento, desenroscamiento y enroscamiento, marcha descendente
(catábasis) y marcha ascendente (anábasis), salida en lo Manifestado y
entrada en lo No Manifestado. Esta doble acción es la “espiración” y
“aspiración” universales por las que se producen, según la terminología
hermética, las coagulaciones (Coagula) y las disoluciones (Solve), y que “en
todos los grados, en los órdenes macrocósmico y microcósmico, se
encuentran fases correspondientes en todo ciclo de existencia, pues son la
expresión misma de la ley que rige el conjunto de la manifestación
universal”.14
Los términos Solve y Coagula se asocian con la acción de las corrientes
ascendente y descendente de la fuerza cósmica, es decir, con las acciones
respectivas del yang y el yin. Las condensaciones (Coagula) proceden de las
influencias terrestres y dan nacimiento a los compuestos individuales,
mientras que las disipaciones (Solve) proceden de las influencias celestes y
vuelven a llevar a los elementos de esos compuestos a sus principios
originales. Son, entonces, los efectos de las atracciones del Cielo y la Tierra,
siendo así cómo los seres son modificados por ellos desde su aparición en el
mundo Manifestado hasta su retorno a lo No Manifestado.
Solve y Coagula, entonces, se refieren a las dos fases, inversas y
complementarias, que rigen el proceso de la Manifestación Universal. El paso
de la Unidad (la No Manifestación) hacia la Manifestación es, desde el punto
de vista de la Unidad, una disolución (Solve) a la que corresponde un
movimiento centrífugo, mientras que, desde el punto de vista de la
Manifestación, es una coagulación (Coagula) a la que corresponde un
movimiento centrípeto. Inversamente, el paso de la Manifestación hacia la
Unidad es, desde el punto de vista de la Unidad, una coagulación (Coagula)
14 Guénon. La Gran Tríada, cap. V, pág. 56.
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a la que corresponde un movimiento centrípeto, mientras que, desde el punto
de vista de la Manifestación, es una disolución (Solve) a la que corresponde
un movimiento centrífugo.
Debido a la analogía entre Macrocosmos y Microcosmos, las dos fases de
Solve y Coagula encuentran su correspondencia en el ser humano, ya que se
las relaciona con las dos fases de la respiración (aspiración y espiración) y
con el doble movimiento del corazón, el cual también consiste en una
expansión y una contracción alternadas. Del mismo modo, se asocian con los
“canales” sutiles (nâdîs) del cuerpo humano, habiendo tres principales: idâ
se encuentra a la izquierda y es femenino y negativo, mientras que pingalâ
se encuentra a la derecha y es masculino o positivo, correspondiendo ambos
a la “polarización” de las corrientes vitales; el tercer “canal” es sushumnâ,
que ocupa una posición central. También se encuentran presentes en otros
aspectos de la manifestación individual humana (como la facultad mental y
los estados de sueño y vigilia) y, por extensión, en el resto de los seres vivos.
Igualmente, se hallan claramente presentes en el simbolismo masónico, lo
que se justifica debido al carácter cosmológico de la Iniciación masónica.
Apertura y Clausura de los Trabajos
Durante la “Apertura” de los Trabajos masónicos, se realiza un ritual según
el cual las circunambulaciones en la Logia se efectúan en sentido horario, que
es el movimiento que estudiamos en primer lugar. Durante la “Clausura”, en
cambio, los movimientos se efectúan en un sentido antihorario, es decir,
exactamente inverso al anterior. Esto debe relacionarse con lo que ya
explicamos respecto al sentido Solar y Polar de las circunambulaciones
rituales, pero también con las dos fases de Solve y Coagula.
La Apertura de los Trabajos masónicos se inicia con la entrada ritual en la
Logia. En el Rito de Memphis-Misraim, la misma se efectúa ingresando por
el Oeste y dando tres giros, en sentido horario, alrededor del Centro de la
Logia:
Se ejecuta la entrada reverentemente, haciendo una primera vuelta,
por el Norte, después una segunda completa, luego de lo cual cada
uno toma su lugar.
Por su parte, la salida de la Logia, al finalizar la Clausura de los Trabajos, se
realiza en un sentido exactamente inverso:
La Salida de la Logia ocurre en secuencia contraria a la de la
entrada. El Venerable Maestro baja de Oriente por el Norte. Todos
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se retiran del Templo conducidos por el Maestro de Ceremonias,
haciendo dos vueltas por el Norte y saliendo en la tercera vuelta.
La Apertura implica un movimiento centrípeto, es decir, una condensación
(Coagula), mientras que la Clausura implica un movimiento centrífugo, es
decir, una disolución (Solve). Por lo tanto, el movimiento que se realiza en la
Apertura y Clausura de los Trabajos reproduce exactamente el movimiento
de la Doble Espiral, el cual también puede representarse por los dos giros de
la Cruz Esvástica (Figura 13):
Apertura de los Trabajos Clausura de los Trabajos
(Sentido Horario) (Sentido Antihorario)
Coagula Solve
FIGURA 13
Por otro lado, los términos “Apertura” y “Clausura” también se relacionan
con el “Poder de las Llaves”, es decir, con el poder de “abrir” y “cerrar” la
Logia, o sea, el Cosmos. La “Apertura” es una coagulación (Coagula) y la
“Clausura” una disipación (Solve), vistos ambos desde el punto de vista de la
Manifestación.15
Es necesario agregar que en la Logia Masónica el “Eje del Mundo” puede
representarse por medio de una Plomada, descendiendo exactamente en el
Centro de la misma, sobre una Cruz Esvástica, la cual simboliza el Polo
Terrestre. La Plomada, además, puede pender de la Letra G o la Estrella
Polar, ubicadas en el centro de la Bóveda, como símbolo de la Unidad o el
Principio. La Apertura de los Trabajos puede representarse, entonces, como
15 La “Apertura” o la acción de “abrir” es propiamente una disolución (Solve),
mientras que la “Clausura” o la acción de “cerrar” es propiamente una condensación
(Coagula). La aparente contradicción se resuelve situándose en el punto de vista
Metafísico, por lo que la Apertura y la Clausura de la Logia, o, en otras palabras, la
creación y disolución del Cosmos, son acciones que pertenecen propiamente a la
Unidad.
27
el paso de la Unidad a la Manifestación (Coagula), y la Clausura como el
paso de la Manifestación a la Unidad (Solve).
Éste es sólo un ejemplo de la presencia de Solve y Coagula en el simbolismo
masónico, las cuales tienen una importancia fundamental ya que encierran lo
que podría denominarse el “Secreto Iniciático de la Masonería”.16
DIEGO FIGUEROA .·.
16 Para una explicación completa y detallada sobre esto, remitimos al lector a lo
expuesto en el Tomo VI de la presente colección: Solve y Coagula: el Secreto
Iniciático de la Masonería.
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BIBLIOGRAFÍA
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