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Transcripción de la conferenciaofrecida por JUAN SOTO SERRANO,conferencia pronunciada enPamplona con ocasión de la entrega del premio “Empresario del año 2005” celebrada enPamplona (Hotel Tres Reyes) el 1 de febrero de 2006.

Edita:Sociedad de Desarrollo de Navarra (SODENA)

Coordinación:NAVARRA CONSULTORES DE COMUNICACIÓN

Fotografías:Adolfo Lacunza

Diseño y Maquetación:ILUNE diseño

Impresión:Industrias gráficas CASTUERA

El milagro económicoespañol al comienzo del

JUAN SOTO SERRANOEx-presidente de Hewlett Packarden España, Francia y Por tugal.

Siglo XXI

I D E A S p a r a d e b a t eobiernoGde Navar ar

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“El milagro económico español al comienzo

Siglo XXI

D. JUAN SOTO SERRANO

Conferencia pronunciada en Pamplonacon ocasión de la entrega del premio“empresario del año 2.005”

DUOTONO 23/3/06 18:44 Página 1

2 IDEAS para debate: El milagro económico español al comienzo del Siglo XXI


3CONFERENCIA IMPARTIDA POR JUAN SOTO SERRANO

Coincidiendo con la décimo cuarta edición delpremio Empresario del Año, en enero de 2005decidimos incrementar el contenido del progra-ma y abrir un espacio de reflexión para com-partirlo con una personalidad del mundo de losnegocios como preámbulo a la jornada festiva.

En las invitaciones que remitimos para dar noti-cia de los acto pasamos por alto una prevencióntan alejada de este tipo de acontecimientoscomo propia de los espectáculos taurinos, laclásica apostilla de “si el tiempo y la autoridadcompetente lo permiten…” y nos dimos de bru-ces, aquella última semana de enero, con unaborrasca invernal que bloqueó temporalmentelos accesos a Pamplona.

A merced de la climatología, el primer ensayono quedó tan lucido como habíamos previsto,porque el aperitivo tuvo que convertirse enpostre para que finalmente nuestro ponente,

que pudo atravesar el corredor de la Barrancacon el auxilio de la Policía Foral, el presidentede la Cámara Americana de Comercio enEspaña, Jaime Mulet, pudiera tras la comidadarnos algunas pistas sobre las oportunidadesque planteaba el mercado norteamericano a lasempresas españolas.

La experiencia, lejos de persuadirnos, nosaportó nuevos argumentos para insistir en laidea y el nuevo año en curso repetimos la ini-ciativa que, perdónesenos la inmodestia, resul-tó esta vez un rotundo éxito: por el nivel deasistencia, por la calidad del ponente y por elmagisterio impartido.

Los buenos oficios de nuestro amigo JavierUriz nos ofrecieron la posibilidad de gozar de lagenerosidad de uno de las personas más res-petados en el ámbito de la ciencia y tecnologíaespañola, antiguo presidente de Hewlet

Preciso retrato de nuestra realidad presente

PRÓLOGO



xxxxxxxxxx



Packard para España, Francia y Portugal, con-sejero en distintas empresas y asesor cualifica-do de los distintos gobiernos e institucionesespañolas en los últimos años: Juan Soto.

Las reflexiones de Juan Soto acerca del milagroeconómico español conformaron un retrato pre-ciso y clarificador de nuestra realidad presente,que produjo una honda impresión en muchos delos asistentes con los que pudimos departir a lolargo del día, comentarios que finalmente desen-cadenaron la decisión de hacer posible que estedocumento viera la luz para que pudiera serconocido por el universo de lectores deNegocios en Navarra.

Así que nuevamente tuvimos que recurrir a lagenerosidad de Juan Soto, quien amablementeaccedió a nuestra petición, corrigió la trascrip-ción de su conferencia que hoy ponemos negrosobre blanco, con la colaboración de Sodena,que la acoge en su colección “Ideas paraDebate”.

Nuestra gratitud a cuantos han hecho posibleque se materialice esta iniciativa.

Pamplona, 22 de marzo de 2006

Antonio ElizondoJose Antonio MontónNegocios en Navarra



D. JUAN SOTO SERRANO. Ex-presidente de Hewlett Packard en España, Francia y Portugal.



El milagro económico españolal comienzo del SIGLO XXI

Los datos del milagro

Muy buenos días, excelentísimo señor presi-dente, autoridades, señoras y señores. Es unverdadero orgullo y placer estar aquí con todosustedes en el “Viejo Reyno”, para premiar -meencanta asistir a premios- y sobre todo parapremiar a un empresario. Siempre he creídoque una sociedad moderna debe ser una com-binación de competitividad y de solidaridad.Creo que es fundamental que sepamos crearriqueza y distribuirla, pero siempre he concedi-do un poco más de mérito a su creación que asu distribución, con todo lo necesario que esdistribuir y distribuir bien.

Me toca a mí hablar hoy del “milagro” españolal comienzo del siglo XXI.

En el año 2004, aplicando la paridad monetariade entonces del euro contra el dólar americano,España fue la octava potencia económica mun-dial, con un Producto Interior Bruto de unbillón cuarenta mil millones de dólares (1,04billones de dólares), 45.000 millones de dóla-res más que Canadá, 400.000 millones de dóla-res más que Brasil o que Holanda. Es el resul-tado de un fuerte crecimiento económico realde los últimos diez años, de una inflación cla-ramente superior a la media de la UniónEuropea de los 25 -de hecho en el año 2005hemos sido la tercera inflación más alta deEuropa después de Letonia y de Eslovaquia- y

de que la debilidad del dólar respecto al euro seacentuó fuertemente en el año 2004.

También es cierto que hemos pasado de uningreso per cápita (medido con paridades depoder de compra) que había descendido en elaño 93 a alrededor del 78% de la media euro-pea de los 15, a superar hoy el 90% de esamedia de ingresos per capita de los 15 y prác-ticamente a igualar la media de la UniónEuropea de los 25. Hemos creado también másde un 50% de empleo, pasando de un pocomás de doce millones de empleos a más dediecinueve millones en diez años. Tenemos unaeconomía decididamente volcada al exterior deforma que la suma de las importaciones y lasexportaciones de mercancías y servicios supo-nen ya el 58% del PIB, superior, ligeramente,pero superior, al de nuestros vecinos Francia eItalia. Y todo ello lo hemos conseguido con unsuperávit en el presupuesto del Estado. Hemoslogrado una definitiva internacionalización de laempresa española en sectores tan importantes

En el año 2004 España fue la octavapotencia económica mundial, con un

Producto Interior Bruto de un billóncuarenta mil millones de dólares


como el financiero, las telecomunicaciones, lamoda, la energía, la construcción, y observa-mos que en nuestras empresas el beneficiosobre el valor añadido es el más alto de nues-tra historia. Además, la morosidad del sistemafinanciero es bajísima. Por lo tanto, parece quealgo de milagro sí que estamos viviendo.

Recordando el escaso crecimiento económicodel primer lustro de los años 90 (hace poco

más de diez años), el abultado déficit públicode entonces (que llegó a alcanzar el 8-9% delPIB algunos años), la inflación galopante, eldesbocado interés del dinero, la altísima tasade desempleo (que superó algún año el 23% dela población activa), en principio sería correctollamar milagrosa a la profunda transformaciónque ha sufrido la economía española en estosúltimos doce años.

Sin embargo, la OCDE nos alerta de que hayuna asimetría importante entre el crecimientode nuestra economía y su modernización. Sipasamos revista a lo que llamaríamos los indi-cadores más apropiados para poder valorar lasalud económica de una sociedad moderna,como pueden ser la innovación, el I+D, la edu-cación, la productividad, las patentes, veremosque seguramente ahí no estamos tan bien. Porlo tanto, lo nuestro es un milagro.

Efectivamente, un reciente estudio de laComisión Europea, en su ya quinta edición,destaca que España es el único país de la UniónEuropea de los 15 que pierde terreno en inno-vación. España ocupa el número 21, dos másatrás que en el año 2004, entre los 33 paísesanalizados. En la Unión Europea de los 25hemos retrocedido al puesto 16, por detrás depaíses como Hungría o Eslovenia, por nuestrodeterioro en educación, desarrollo tecnológicoy patentes.



Mediocridad en

educación

Destacamos en la pérdida de terreno en la edu-cación juvenil (Primaria y Secundaria), cuyoindicador ha pasado del 87% de la media de laUnión Europea en el año 2000 al 81% en 2005.El informe PISA, el prestigioso estudio de laOCDE sobre el nivel educativo de los estudian-tes de Secundaria a los 15 años, sitúa a Españaen el furgón de cola en matemáticas y lectura ycon tendencia a empeorar. Existe un 23% deestudiantes de 15 años incapaces de alcanzar elnivel básico en matemáticas y un 21% en lec-tura. Además, y eso es peor, se alcanzan por-centajes muy exiguos en el nivel de excelencia.Aún siendo preocupante que el número de“suspendidos” sea alto, más lo es que no hayasuficiente porcentaje de excelencia en la cabe-cera. Robert Reich, un profesor de Harvard yministro de Trabajo en la primera legislatura deClinton, describía en su libro “El trabajo de lasNaciones” lo que él llamaba los analistas sim-bólicos, que eran los generadores de alto valor,y decía que de su capacidad de generar valordependía la calidad de vida de todo el resto dela sociedad. Por eso es muy importante que,independientemente de la cola, la cabeceraestuviese más poblada.

El 26% de los estudiantes de educación obliga-toria la acaban sin conseguir el certificado de

ESO. Como consecuencia de la caída demográ-fica, el crecimiento real de gasto educativo enEducación Primaria y Secundaria ha sido sólode un 7% en el periodo desde el año 95 al2001. Ello se tradujo sin embargo en un creci-miento del 29% en gasto por estudiante, por-que de cada 100 estudiantes que había en lasescuelas primaria y secundaria en el año 95sólo había 83 en el año 2001.

Utilizando paridades de poder de compra, elgasto por estudiante español de Primaria ySecundaria viene a estar sólo un 14% pordebajo de la media de la Unión Europea. Nopodemos decir que no haya gasto suficiente enEducación Primaria y Secundaria. Hemoshecho un esfuerzo importante en gasto, peroestamos sorprendentemente mal en la calidadde los resultados.

En lo que se refiere a la educación universita-ria, tenemos un porcentaje de la poblaciónentre 18 y 24 años estudiando en la universi-dad, superior a la media de la OCDE. Además,


El informe PISA, el prestigiosoestudio de la OCDE sobre el nivel

educativo de los estudiantes deSecundaria a los 15 años, sitúa aEspaña en el furgón de cola enmatemáticas y lectura y con tendenciaa empeorar.


el 37% de la población entre 25 y 34 años tieneeducación universitaria en España, contra un28 en la OCDE. El 21% de todos los estudian-tes españoles, el 21 de todos, desde Primaria auniversitaria, son universitarios, contra un 16%que tiene la OCDE, lo que es muy relevante.

El desfase en la educación universitaria respec-to a la media de la OCDE está en el gasto uni-versitario por estudiante. A pesar del creci-miento real que ha habido de un 33% por estu-diante universitario en los últimos años, esta-mos en el 45% de la media de la OCDE.Estamos todavía muy lejos de la media de laOCDE en el gasto universitario por estudiante y,nadie lo duda, es en la educación universitariaen donde se están diferenciando las competiti-vidades de los distintos países.

Algo falla en nuestra educación universitaria siobservamos la escasa relevancia del esfuerzoinnovador de la empresa española, no sólopara realizarlo sino, lo que es peor, parademandarlo. Creo que uno de los problemasgraves que tenemos en nuestra educación uni-versitaria es que nuestros títulos oficialeshomologan para la profesión y esto obliga alEstado a fijar un mínimo de asignaturas, lastroncales, para poder garantizar que el profe-sional que va a ejercitar su profesión tengaunos conocimientos mínimos. Como conse-cuencia, los contenidos son excesivos, haymuchas horas lectivas. El individuo no es capaz

de desarrollar en el trabajo de casa, capacidadde reflexión, y no hay tiempo. Los estudiantesestán todo el día pendientes de los exámenes yde la enorme carga lectiva. Los jóvenes nodesarrollan su capacidad de reflexión, y sincapacidad de reflexión es muy difícil tenercapacidad de creación, capacidad de innova-ción. Y por lo tanto, no sólo innovan pococuando se incorporan a la empresa, sino queademás no la demandan a la universidad. Haymuy poco trasvase de conocimiento tecnológi-co de la universidad a la empresa.

Otro problema que tenemos es el abandonoescolar. El 30% de los niños que acaban laeducación obligatoria no siguen estudiando. Un30% de abandono escolar hace que una partemuy importante de la futura población laboralno tenga formación más allá de la educaciónobligatoria.

Entre las personas de 18-24 años, en el año2003 el abandono escolar supondría el 29,8%,empeorando desde el 28,6% que teníamos enel año 2000. Puede haber una razón: ahora los


Algo falla en nuestra educaciónuniversitaria si observamos la

escasa relevancia del esfuerzoinnovador de la empresa española, nosólo para realizarlo sino, lo que espeor, para demandarlo.


chicos, en lugar de seguir estudiando, se pue-den colocar con más facilidad a los 16 años yse pierde la oportunidad de formarles para unmejor futuro. Aquí llueve sobre mojado, porqueel porcentaje de la población española de 25 a64 años que tienen estudios más avanzadosque la enseñanza obligatoria es sólo del 42%.Somos los peores de la OCDE, sólo por delan-te de Malta y de Portugal. En contraste, losEstados Unidos tienen un 87% de su poblaciónlaboral con educación más allá de la obligato-ria, el Reino Unido el 84 y países comoAlemania o Japón el 83 y países como Sueciael 82.

Desequilibrio en I+D

En los últimos 20 años el esfuerzo de I+D totalespañol pasó de suponer el 0,61% del PIB en elaño 86 al 1,1%, y probablemente ya el 1,2%, enel año 2005. Se ha duplicado la importancia delI+D sobre el PIB y eso a pesar del terreno per-dido entre el año 93 y el año 2000, ya que el0,91% alcanzado en el año 93 sólo se vuelve arecuperar en el año 2000. Madrid es la comu-nidad que más gasta de su PIB en I+D con el1,9%, el País Vasco es el segundo con el 1,4%,Cataluña ocupa el tercer puesto, con el 1,3%, yNavarra el cuarto con el 1,1%.

Es, sin embargo, necesario distinguir entre elesfuerzo público, principalmente centrado eninvestigación básica más que en desarrollo (la“I”), y el privado, enfocado fundamentalmenteal desarrollo (la “D”). En el informe sobre lainnovación de la Comisión Europea, se refleja elavance del esfuerzo de la Administración públi-ca española en investigación, que pasa desuponer el 64% de la media comunitaria en elaño 2004, al 70% en 2005. Avanzamos bien eninvestigación básica, fundamentalmente públi-ca. Pero al mismo tiempo se refleja en ese infor-me el deterioro relativo del esfuerzo empresarialen desarrollo, en la “D”, que pasa del 49% de lamedia comunitaria en 2004 al 45% en 2005.

España tiene el 8% del PIB de la Unión Europeade los 15 y, sin embargo, sólo dedica el 5% del

Avanzamos bien en investigaciónbásica, fundamentalmente pública.

Pero al mismo tiempo hay un deteriororelativo del esfuerzo empresarial endesarrollo que pasa del 49% de lamedia comunitaria en 2004 al 45% en2005.



presupuesto público europeo de los 15 a inves-tigación básica. En contraposición tenemos el9% de los investigadores “full time” de la UniónEuropea de los 15, porque tenemos aproxima-damente 3,5 investigadores públicos por cadacien empleados, casi igual que los 3,6 de losfranceses pero mejor que los alemanes, quetienen 2,7, o que el Reino Unido, con 2,2.Como tenemos más investigadores y menospresupuesto, todo ello supone que el presu-puesto per capita del investigador público bási-co español está alrededor del 60% del presu-puesto medio del investigador público básicode la Unión Europea. A pesar de ello, nuestrosinvestigadores básicos han sido capaces depublicar el 9% de los artículos científicos detoda la comunidad europea en revistas de rele-vancia y el 8% de los referenciados, que sonlos que más valor tienen en principio. Es decir,8% del PIB, 5% del presupuesto y sin embargoel 9% de los artículos. O sea que nuestrosinvestigadores básicos públicos han cumplidoen exceso con el poco dinero que les hemosentregado.

Sin embargo, hay aquí un problemita, y es quehay una clara tendencia a irnos hacia las cien-cias de la salud, la bioingeniería, la bioquímica,la física, las matemáticas y sólo el 1% de losartículos son tecnológicos. Esto es un proble-ma serio. No es igual gastar dinero en cienciaque en tecnología, no es igual publicar quepatentar.

Retraso en tecnología

En España, por lo que sea, hemos unido siem-pre la Ciencia a la Tecnología, cuando son doscosas completamente diferentes en su propósi-to. Creo que Europa se caracteriza por ser lacivilización que creó la Ciencia, entendiendocomo Ciencia no la sola observación, sino,también y sobretodo, la modelización cuantita-tiva de los fenómenos de la naturaleza”.

Hemos sido únicos en la historia de la humani-dad. Tenemos sólo un precedente, Arquímedes,que fue la primera mente humana que cuantifi-có un fenómeno físico. El famoso principio deArquímedes, que decía que el empuje haciaarriba que recibe todo sólido introducido en unfluido es igual al peso del volumen del fluidodesalojado. Esa simple igualdad no es tan fácil,la hemos aprendido en la escuela primaria ynos hemos acostumbrado a que debe ser sen-


El presupuesto per capita delinvestigador público básico español

está alrededor del 60% del presupuestomedio del investigador público básicode la Unión Europea. A pesar de ellonuestros investigadores básicospúblicos han cumplido en exceso con elpoco dinero que les hemos entregado.



cilla. El poder crear ese modelo cuantitativo esuna genialidad y tan genial fue que la Cienciaque nació con Arquímedes dos siglos antes deCristo estuvo enterrada durante casi 19 sigloshasta que Isaac Newton fue capaz de modelizarel siguiente fenómeno físico que modelizó lamente humana: la gravitación universal. A par-tir de entonces Europa intuye la modelizacióncuantitativa de docenas de fenómenos físicos.Quizás Maxwell haya sido el más genial porquetuvo que usar complejas herramientas mate-máticas como los gradientes, los rotacionales olas laplacianas para relacionar las variables delcampo electromagnético.

La Tecnología, hija de la Ciencia, aprovechatodo ese conocimiento y hace que el ser huma-no pueda alcanzar unas cotas inesperadas deproductividad y de eficacia mediante las máqui-nas. Antes de Newton había muy poca máqui-na. Es después de Newton cuando se generali-zan las máquinas, y lo que provoca el enormeincremento de la eficiencia del ser humano.Esto es lo que, en estos tres últimos siglos,hace de verdad a Europa tan diferente. Otrascivilizaciones coetáneas a la nuestra estuvieroninteresadas no en nuestra religión, ni en nues-tro derecho, ni incluso en nuestras bellas artes.Lo que les atrajo antes que nada fue nuestraTecnología. No nuestra Ciencia, sino nuestraTecnología. Los japoneses enviaron a cientosde estudiantes en la segunda mitad del sigloXIX a aprender nuestra Tecnología porque sen-

tían la amenaza de las armas europeas. Tanbien lo aprendieron los japoneses, tan bien lacopiaron, que en la guerra ruso-japonesa decomienzos del siglo XX le dieron una buenapaliza a la flota del zar en el Pacífico. Desdeentonces siguieron absorbiendo nuestraTecnología y después empezaron a generar lasuya propia. Y ya más tarde generaron ciencia.Después vino el sudeste asiático y ahora la



China continental. Tecnología, ésa ha sido laotra gran genialidad de Europa además de serla creadora de la Ciencia, como yo la defino.

La única civilización que, en términos genera-les, no sigue el ejemplo europeo es el Islam.Pero el Islam tiene una razón para no seguirlo.Decía Peter Drucker en su libro “La sociedadpostindustrial” que en Europa -yo entiendo porEuropa también América- el interés del intelec-to humano había estado, hasta la mitad delsiglo XVII, orientado hacia el “ser”, y a partir dela segunda mitad del siglo XVII empieza aorientarse también al “hacer”. Los islámicosestán todavía en su siglo XIV de vida como reli-gión, la más joven de todas las religiones quehay en el mundo: confucionismo, taoismo,judaísmo, hinduismo, cristianismo... son bas-tante más antiguas. A los europeos cristianosnos llevó quince siglos y medio hacer el primer“aggiornamento” de nuestra religión mediantela Reforma y la Contrarreforma. Ellos están en

su siglo XIV, están todavía, como diría PeterDrucker, en la época del ser. No están tan inte-resados en el hacer y, como consecuencia deeso, les cuesta cambiar la visión de la vidahacia lo útil. Es necesario sentir y mostrar res-peto por la diferencia de ciclo religioso.

La Ciencia busca la verdad, la Tecnología, la uti-lidad. La Ciencia busca los porqués, laTecnología busca los “paraqués”. La cienciabusca el saber por el saber, la tecnología buscael saber para hacer. La Ciencia se publica, todoel mundo tiene acceso a ella. La Tecnología sepatenta y quien quiera usarla debe pagar.

Este cambio de interés del ser al hacer a losespañoles nos llegó más tarde, pero en Europaesa transformación se hace a partir del sigloXVIII. Una sociedad como la nuestra no tienerecursos para mover a la vez la frontera delconocimiento humano científico publicable y lade la tecnología patentable. Tenemos que prio-rizar y yo creo sinceramente que nuestra prio-ridad está en Tecnología antes que en Ciencia.En mi definición, toda investigación que persi-ga utilidad es tecnológica, aunque, a veces, sele llame científica porque “queda mejor”.

La Tecnología se genera en las empresas con elapoyo universitario, pero es la empresa la quetiene que tomar el liderazgo en este proceso, ydesgraciadamente no estamos todavía allí. Simiramos las patentes, es dramático. La empre-

La Tecnología se genera en lasempresas con el apoyo universitario,

pero es la empresa la que tiene quetomar el liderazgo en este proceso, ydesgraciadamente no estamos todavíaallí. Si miramos las patentes, esdramático.



sa española aporta el 50% del esfuerzo al I+Despañol, otros países están en el 60, en el 70, eincluso en el 80. La empresa española ha sidomuy remisa a interesarse por el desarrollo deproductos nuevos, por la generación de pro-ducto.

La universidad ha estado interesada hasta hacepoco tiempo en la verdad y en lo bello y pocoen lo útil. Lo útil no se consideraba propio deun ámbito universitario. Por eso, las escuelasde ingeniería nacieron todas ellas fuera de launiversidad. Por ello, desde la universidad seha visto siempre a la empresa con cierto escep-ticismo porque la empresa es el paradigma delo útil. Entonces, lo útil no era lo válido. Hoy endía o somos capaces de entender que tenemosque hacer, que tenemos que saber para hacer,que tenemos que ser útiles y buscar utilidadpermanente en nuestro esfuerzo, o desdeluego, tal y como va el mundo, lo vamos a tenercada vez un poco más duro.

Nuestra dura realidad es que, en patentes, esta-mos lejísimos de otros países europeos, tantoen la oficina de patentes europea como en laoficina americana. Por ejemplo en la oficinaamericana nosotros hemos patentado aproxi-madamente como unas ocho patentes por cadamillón de habitantes por año, las mismas queEslovenia. Otros países como Alemania o comoFinlandia, 160.

Tampoco debe extrañarnos que la participaciónespañola en las exportaciones de alta tecnolo-gía sea sólo el 0,64% de las exportaciones dealta tecnología mundiales, diez veces menosque Alemania. Ése es nuestro problema, tene-mos tecnologías medias y medias-bajas y ésasson por desgracia mucho más accesibles a losnuevos jugadores en la economía mundial pro-venientes del Oriente lejano, que las altas tec-nologías que tiene Alemania, que, en conse-cuencia, logró un superávit comercial, en el año2005, de 120.000 millones de euros. No ten-drán demanda local, pero tienen una impresio-nante competitividad. Mucho cuidado en con-fundir el crecimiento económico con la compe-titividad.

Nuestra dura realidad es que, enpatentes, estamos lejísimos de

otros países europeos, ocho patentespor cada millón de habitantes por año,las mismas que Eslovenia. Otros paísescomo Alemania o como Finlandia, 160.



Suspenso en

productividad

Si hablamos de productividad, América nos hadesbordado en los últimos diez años.Curiosamente, en el año 2000, el ProductoInterior Bruto per cápita de la Unión Europea delos 15 era el 70% del americano, la misma pro-porción que en el año 1970, 30 años antes. Sinembargo, en Estados Unidos trabajan, por cadacien habitantes en edad de trabajar, nueve másque en la Unión Europea y cada empleado tra-baja en promedio 211 horas más que los euro-peos en el año 2000. ¿Cómo es posible queEuropa haya podido mantener en el 2000 el70% que ya tenía en el 70 si ha preferido bus-

car un mejor equilibrio entre ocio y trabajo?Pues precisamente porque hemos sido capa-ces de crecer en productividad por hora traba-jada -medida como PIB por hora trabajada-más que los americanos, en promedio en esos30 años. Por ejemplo Francia bajó sustancial-mente sus horas trabajadas pero creció muchoen productividad. Los americanos en esos 30años no crecieron tanto como nosotros en pro-ductividad, pero aumentaron horas trabajadasper capita.

El problema es que, desde el año 96, los ame-ricanos no sólo trabajan más que nosotros,sino que trabajan con una productividad quecrece, en los últimos diez años, más deprisaque la europea en los dos factores que distin-



guen la productividad horaria, que son la inten-sidad de inversión de capital por puesto de tra-bajo y lo que se llama la “productividad total delos factores”, que está muy relacionada con elnivel de educación, con el esfuerzo de I+D, conlas políticas desregulatorias de los Estados,con unas sociedades volcadas al exterior… Esa“productividad total de los factores”, que estárelacionada con lo intangible, ha crecido enEstados Unidos casi al doble que la europea enlos últimos diez años y en España ha crecidosólo un 0,16% por año en los últimos diezaños, cinco veces menos que los europeos,que a su vez, como digo, han crecido la mitadde deprisa que los americanos. Entonces, tene-mos un problema claramente serio también enel tema de la productividad.

¿Por qué, a pesar de todo eso, somos capaceslos españoles de tener una productividad porempleado que está sólo cuatro o cinco puntosporcentuales por debajo de la media europeade los 15? Lo somos porque el español ponemás horas de trabajo que la media europea.Alcanzamos el 84% de la productividad euro-pea por hora trabajada pero con más horas lle-gamos al 94-95% de productividad por emple-ado “full time” de la Unión Europea. Con másesfuerzo logramos compensar la menor pro-ductividad horaria.

A ello se añade una baja tasa de actividad. En elaño 2004, sólo trabajan en España, de las per-

sonas en edad de trabajar, de los 16 a los 65años, el 61,1%, y Europa está en el 70%. Esadiferencia es la razón fundamental de que nues-tro ingreso per capita esté al 90% del europeo:no tanto nuestra falta de productividad porempleado que, gracias al mayor esfuerzo dehoras está al nivel europeo, sino la baja tasa deempleo: necesitamos más mujeres y menosprejubilados en el mercado laboral.

En los Estados Unidos ese salto en productivi-dad que ocurre a partir del año 96 se debe, yanadie lo niega, a la enorme intensidad de inver-sión en informática, en sistemas de informa-ción. Decía una economista en 1989 que “a lainformática se la veía por todas partes menosen las estadísticas de productividad”, y teníarazón. Parece como si la intensidad de gastoinformático por puesto de trabajo, para el cue-llo blanco en particular, tuviese que superar uncierto umbral para que, una vez superado, síque se notara claramente su influencia en elcrecimiento de productividad. América es unejemplo de esto y España en esta área de la

Los españoles tenemos unaproductividad por empleado que

está sólo 4 ó 5 puntos por debajo de lamedia europea de los 15, porqueponemos más horas de trabajo.



sociedad de la información también se encuen-tra muy desfasada a pesar de los esfuerzos delos gobiernos anteriores y del actual. Yo fuipresidente de una comisión que nombró elgobierno de José María Aznar para intentardarle sugerencias para la aceleración de laincorporación de España a la sociedad de lainformación, y ahora el profesor Ontiverosacaba de también presidir una comisión sobreel mismo tema para el gobierno de José LuisRodríguez Zapatero. Buena voluntad no falta, niha faltado en este tema. Pero el progreso no essuficientemente rápido teniendo en cuenta loque nos estamos jugando.

Explicación y vértigo

del milagro

El hecho es que, a pesar de todo, esta sociedadavanza, nadie lo puede negar. Entonces, si apesar de una mediocre educación, de nuestradespreocupación por el I+D en el sector empre-sarial, de nuestra inflación diferencial, de nues-tro bajo crecimiento en productividad horaria,de nuestra necesidad de endeudamiento exte-rior, de nuestra baja tasa de actividad o denuestro corto gasto informático hemos sidocapaces de llegar a ser la octava economíamundial, habrá que pensar de verdad queEspaña vive un milagro económico al comienzodel siglo XXI.

¿Cómo ha sido posible este milagro?Mantengo la tesis de que lo que hemos conse-guido ha sido fundamentalmente, no exclusiva-mente, a base de la expansión de la actividad ydel empleo en sectores no expuestos a compe-tencia exterior. La construcción inmobiliaria, laconstrucción de infraestructuras y los sectoresintensivos en servicios personales son los pro-tagonistas principales de ese crecimiento demás del 50% de empleo en la última década enEspaña. Los fondos FEDER y los de cohesióncomunitarios, el bajo costo del euro en interés,incluso negativo real en los últimos años, elparón de la bolsa de 2000 a 2003, la demandaresidencial por parte de europeos no residentes

La construcción inmobiliaria, laconstrucción de infraestructuras y

los sectores intensivos en serviciospersonales son los protagonistasprincipales de ese crecimiento de másdel 50% de empleo en la última décadaen España.



o de emigrantes latinoamericanos, africanos ode la Europa del Este, han disparado el empleoen el sector de la construcción. Igual ha ocurri-do en los sectores de servicios personales. Hafaltado en ese crecimiento tan desmedido deempleo, lo que no les ha faltado a los países delOriente lejano: el contrapeso de la competen-cia, que hubiese hecho este empleo más soste-nible.

Ni Japón en su día, ni Corea después, ni Chinahoy, apoyan a las empresas que no estánenfrentadas a la competencia exterior. El con-trapeso de la competencia exterior permitetener una mayor seguridad de que el empleoque se genera es más estable porque estábasado en que estamos midiéndonos comoofertantes a una demanda que puede ser satis-fecha por nosotros o por otros. En cambio,cuando no hay ese equilibrio entre competenciay generación de valor, todo depende de la posi-bilidad de mantener el actual modelo de creci-miento basado fundamentalmente en la activi-dad de la construcción y en la demanda priva-da española.

Tantos millones de empleos generan unos suel-dos que demandan y esa demanda es satisfe-cha en parte por las importaciones. Las impor-taciones españolas se han disparado en losúltimos pocos años, y no somos capaces deexportar al ritmo de las exigencias de importa-ción que generan esos nuevos sueldos.

Nuestra balanza comercial este año, el 2005, hasido francamente deficitaria, pero lo que esmás grave, el déficit corriente también se haacentuado, y lo que es peor todavía, la falta deinversión extranjera ha obligado a crecer en un80% nuestra necesidad de financiación exte-rior. Ahí no podemos culpar a la Administraciónpública, porque no tiene déficit, tiene superávit.Es la ciudadanía empresarial e individual la quese endeuda, repito, en un 8% del PIB parapoder mantener este nivel de actividad y estenivel de ingresos.

No es sencillo pensar que un 8% de PIB sepuede mantener como déficit corriente muchosaños. Bastaría con que el modelo económicocambiase de ritmo por cualquier circunstancia-no sólo la tasa del euro, cualquier otra cir-cunstancia puede hacerle cambiar- y nosencontraríamos con que una parte nada des-preciable de esos nuevos empleados, que se

Nuestra balanza comercial este año,el 2005, ha sido francamente

deficitaria, pero lo que es más grave,es la ciudadanía empresarial eindividual la que se endeuda, repito, enun 8% del PIB para poder mantener estenivel de actividad y este nivel deingresos.



caracterizan por tener una capacidad media degeneración de valor inferior a la media españo-la se quedarían desplazados y por sus caracte-rísticas de educación sería muy difícil encon-trarles alternativa de empleo. Personas que,por otro lado, muchas de ellas son emigrantes,ya que hemos importado trabajo. En el año2005 ese trabajo importado nos ha costado en

divisas cerca de 20.000 millones de euros, queson las remesas de los emigrantes a sus paísesde origen, dos terceras partes de nuestrosingresos netos por turismo que alcanzarán los30.000 millones de euros.

Y cada año se van a llevar 20.000 millones deeuros. Tenemos serias dificultades para finan-ciar nuestro nivel de actividad. Cuando cambieel modelo de crecimiento, esta sociedad seencontrará con un desafío impresionante parafacilitar empleo alternativo a tantas personasmedianamente cualificadas.

Tenemos serias dificultades parafinanciar nuestro nivel de actividad.

Cuando cambie el modelo decrecimiento, esta sociedad seencontrará con un desafíoimpresionante para facilitar empleoalternativo a tantas personasmedianamente cualificadas.


Conclusión

¿Qué se puede hacer a corto plazo? Desdeluego, pulsar las palancas de educación, degasto informático, de productividad, de desa-rrollo de producto en las empresas… Yo diríaque nos coge un poco con el pie cambiado. Nocreo que sea más allá del año 2008 que elmodelo de crecimiento se quede exhausto, ypara entonces nos queda poco tiempo. Esteorgullo que tenemos de lo bien que lo hemoshecho debe desaparecer de nuestras mentes.Nos estamos jugando muchísimo y hemos cre-cido de una forma especial. Nos hemos benefi-ciado de un euro barato, hemos sido listos,hemos sido pícaros, pero sobre todo hemosgenerado un empleo que yo creo que no va aser fácil mantener en igual dimensión en el finalde la década. Es imprescindible que los gobier-nos acentúen el esfuerzo de gasto en educa-ción, de apoyo con subvenciones y no sólo concréditos al esfuerzo innovador a las empresas,a la intensificación del consumo informáticoper capita (no lo digo porque haya trabajado enese sector sino porque hay una relación clarísi-ma en la nueva economía entre gasto informá-tico per capita y capacidad de competir), y quelos empresarios entiendan que, a pesar deléxito que han conseguido, tienen que hacerfrente a su responsabilidad social corporativa,que no consiste sólo en ayudar a las ONGs. Losempresarios, como los políticos, tienen la cruzde ser una elite de la sociedad, responsable del

futuro de esa sociedad en más dimensión queel resto de la ciudadanía. Tienen que ser “anti-cipadores ilustrados” y dirigir sus empresas,como los políticos sus países, en la direcciónapropiada para optimizar oportunidades y mini-mizar las amenazas. Los empresarios tienenque hacer gala de su responsabilidad social, desaber que no basta con ayudar a las ONGs, sinode concienciarse de que ellos, quieran o noquieran, son parte fundamental del futuro denuestra sociedad y por lo tanto deben acentuarlos esfuerzos que ya están haciendo para queesa asimetría que según la OCDE tenemosentre nuestro crecimiento y nuestra moderni-dad pueda reducirse urgentemente.

En esa confianza y en la seguridad de queNavarra va a ser, como es, un adalid de ese pro-ceso les dejo ya tranquilos. Muchísimas gra-cias por su atención.


Los empresarios deben acentuar losesfuerzos que ya están haciendo

para que esa asimetría que según laOCDE tenemos entre nuestrocrecimiento y nuestra modernidadpueda reducirse urgentemente.


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