Semanariouno Nro. 525

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Semanario Nacional Viernes 16 al jueves 22 de agosto de 2013 Santa Cruz de la Sierra, Bolivia Año 11 Números 525 Bs 5 ¿De qué Pacto Fiscal hablan? La escritora Paola Sense- ve no quiere callar y grita en letras su dolor por el curso de un debate que hiere sobre todo a las mujeres: el aborto. Pág. 8 Paola Senseve y su desahogo sobre un tema que duele: aborto, rabia y miedo Revelaciones sobre los entretelones de la guerra del Acre y la pérdida boliviana Cinco tesis ayudan a comprender mejor el im- pacto de las revelaciones de Julian Assange, Ed- ward Snowden y Bradley Manning. Pág. 10 Están en el libro Rela- ciones Brasil-Bolivia: la definición de las fronte- ras, del periodista Walter Auad. Harol Olmos comenta. Pág. 12 Por qué tres voces provocan tanto revuelo en EEUU y en el mundo entero Cívicos, empresarios y políticos cruceños apuestan a una propuesta de Pacto Fiscal para Bolivia. Pero un constitucionalista, también cruceño, anticipa la sordera del Gobierno central. Págs. 3 - 5

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Pacto Fiscal Bolivia

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Semanario Nacional • Viernes 16 al jueves 22 de agosto de 2013 • Santa Cruz de la Sierra, Bolivia • Año 11 • Números 525 • Bs 5

¿De qué Pacto Fiscal

hablan?La escritora Paola Sense-ve no quiere callar y grita en letras su dolor por el curso de un debate que hiere sobre todo a las mujeres: el aborto. Pág. 8

Paola Senseve y su desahogo sobre un tema que duele: aborto, rabia y miedo

Revelaciones sobre los entretelones de la guerra del Acre y la pérdida boliviana

Cinco tesis ayudan a comprender mejor el im-pacto de las revelaciones de Julian Assange, Ed-ward Snowden y Bradley Manning. Pág. 10

Están en el libro Rela-ciones Brasil-Bolivia: la definición de las fronte-ras, del periodista Walter Auad. Harol Olmos comenta. Pág. 12

Por qué tres voces provocan tanto revuelo en EEUU y en el mundo entero

Cívicos, empresariosy políticoscruceñosapuestan a una propuesta de Pacto Fiscal para Bolivia. Pero un constitucionalista, también cruceño, anticipa la sordera del Gobierno central.Págs. 3 - 5

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Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

EDITORIAL

Voz compartida

Sin vueltas

Hacer de cuenta que no pasa nada

Una tarea urgente hoy en Bolivia parece ser la de demandar a los diri-gentes políticos, empresariales y cívicos que definan muy bien sus posiciones y digan con claridad si están o no conscientes de la realidad

que vive el país bajo el gobierno del MAS. La demanda tiene razón de ser: esas dirigencias mandan señales, a diario, de aparente ignorancia de los hechos o de estar movidas por intereses que no coinciden con lo que expresan sus discursos en defensa de las libertades democráticas y de la libre empresa.

Un ejemplo de ello es la nueva propuesta a la que parecen estar apostando de manera uniforme los representantes cruceños de esos tres sectores: Gober-nación, sector empresarial y productivo, y el movimiento cívico. Se trata esta vez de una propuesta de pacto fiscal para Bolivia que, en primera instancia, no tendría por qué ser observada. Al final de cuentas, está contemplada en el nue-vo ordenamiento jurídico del país. Además, responde a una necesidad urgente de los gobiernos autónomos y del propio gobierno central. Pero eso no es todo.

Hay un dato de la realidad que obliga a ver esa propuesta desde otra pers-pectiva, tal como lo hace el constitucionalista Juan Carlos Urenda en un breve artículo que compartimos en la presente edición de SemanarioUno. No es un dato menor, hace al carácter totalitario, absorbente y centralista del MAS, demostrado en cada una de sus decisiones políticas y medidas de gobierno. ¿Alguien cree que, de pronto, la cúpula gobernante dejará de lado ese sello en su gestión, optará por escuchar y ceder en sus pretensiones de Poder total?

No es posible que crean en ese cambio milagroso quienes disputan con el MAS los espacios de representación política, y menos aún quienes están sien-do afectados directa e indirectamente por las medidas gubernamentales que, tanto en el campo político como en el económico, tienen entre sus objetivos centrales aniquilar el modelo de desarrollo cruceño, en todos sus sentidos. Esto sin contar el objetivo mayor explícitamente definido por la cúpula masista: borrar todo vestigio cultural que contraríe a su ambiciosa hegemonía cultural.

No hay exageración al sostener que es imposible que esa realidad, marcada por los propósitos de Poder del MAS, sea ignorada por las dirigencias secto-riales ya mencionadas. Esto solo sería posible si estos dirigentes estuvieran viviendo en otro planeta o acabaran de nacer hoy, y es claro que ninguna de estas alternativas es válida. La duda entonces es la siguiente: ¿están jugando a ganar tiempo con propuestas que simulan creer en la buena fe del Gobierno central, o apuestan a una negociación que solo los lleva a un fin: perder?

Dadas las circunstancias, parece que entre los dirigentes cruceños hay quie-nes creer ser muy vivos, vivísimos, y demasiado confiados en su capacidades de burlar entuertos, sean éstos los que les impone el Poder central o los que emergen desde una desconfiada ciudadanía cruceña que les está reclamando coherencia en sus acciones y coraje en sus determinaciones. Es posible, inclu-so, que la propuesta de pacto fiscal surja como una necesidad de reivindicarse ante la población, dando muestras de que algo hacen desde el poder local.

Si las estrategias decididas desde las dirigencias cruceñas surtirán efecto o no, está por verse. Al menos, en lo que respecta al impacto que ésas puedan tener en la ciudadanía, ya que está hoy más claro que nunca que no alcanzará a obtener buena respuesta del Poder central. Podemos ir dándolo por descontado: desde el Gobierno central, la dirección no variará de sentido. Y ese sentido apunta a la concentración no solo de Poder, sino también de recursos públicos.

En la práctica...

Número 1 es elaborado por un grupo de periodistas independientes que han formado una sociedad editorial

para publicar este semanario de circulación nacional.

Maggy Talavera (directora)Ignacio Talavera Alpire (gerente)

Jorge Caero (columnista) Diego Jaramillo (reportero)

Asesor legalDr. Jerjes Justiniano Atalá

ColumnistasWinston Estremadoiro (antropólogo)Alcides Parejas Moreno (historiador)

Susana Seleme (periodista, cientista política)

Modelo gráfico: Fernando Pérez ChristensenDiagramación: SemanarioUno

Colaboran en esta edición Fernando Castedo Cadario (presidente Comité Cívico)Juan Carlos Urenda (abogado constitucionalista)Claudio Ferrufino (escritor)Carlos Mesa (Ex Presidente de Bolivia)Dorian Zapata (internacionalista)Harold Olmos (periodista)Paola Senseve (escritora)Fundación Milenio (Análisis de Coyuntura) Fotografías: Diego Jaramillo / Elvio Montero / InternetFoto de portada: Internet

Correo electrónico: [email protected] [email protected]: www.facebook.com/semanariouno Twitter: @semanariouno Dirección: Calle San Germán Nº 15 Urb. La MadreRecepción/telefax: 350-3585

Ya no sé cómo cali-ficar al presidente Evo Morales y a su equipo de cola-

boradores. ¿Padecen síndrome de grandeza? ¿Son ‘figuretis’ o apenas derrochadores del dinero ajeno? Puedo seguir con el listado, pero la verdad es que ya no tengo pacien-cia. Cómo no, si no hay semana en la que no me tope con alguna ‘no-vedad’ millonaria anunciada por el Gobierno central, como la que me provoca a escribir hoy esta columna y decir, sin vueltas, que Bolivia está en pésimas manos.

Es que no puede ser que el Go-bierno se dé el lujo de destinar 450 millones de bolivianos, los que equivalen a casi 66 millones de dó-lares, para construir lo que ha dado en llamar “Ciudad Unasur”, una monstruosa edificación que se apro-piará de 400 hectáreas en San Beni-to, un municipio cercano a la ciudad de Cochabamba. Según lo adelan-tado por Morales, la infraestructura incluye “un centro de convenciones para 1.500 personas, viviendas para alojar a las delegaciones que visiten el lugar, espacios de recreación y pasos para vehículos y peatones, entre otros aspectos”.

¡Gran cosa, por Dios! Y eso no es

nada. Evo se ha jactado incluso de haber rechazado la ayuda económi-ca ofrecida por los gobiernos de los otros países que forman Unasur, pa-ra co-financiar la obra, bajo el argu-mento de que no quiere que ésta se atrase… o sea, ¡jelou! ¡jelou, mami-ta de Cotoca! Pero si dan ganas de gritar, con desesperación, “y aho-ra, ¿¡quién podrá salvarnos!?”. Sí, salvarnos de unos gobernantes que están dando muestras de sobra de estar extraviados, emborrachados de Poder, al punto de haber perdido toda noción de responsabilidad en el manejo de los dineros públicos.

Que lo digan sobre todo los boli-vianos que viven en condiciones de pobreza, en pueblos o barrios citadinos en los que hay caren-cias de todos los servicios más elementales, y en los que faltan hasta pupitres y pizarras para las escuelas, al igual que equipos y camas en los centros de salud. Aunque pensándolo mejor, más desquiciados que esos gober-nantes están los ciudadanos que siguen votando para reelegirlos o sumando apoyo en encuestas que siguen premiándolos con al-tos porcentajes de popularidad. Diosito lindo, qué mal estamos… cagando fuego, y el agua lejos.

“No es exagerado sostener que es imposible que la realidad, marcada por los propósitos de Poder total del MAS, sea ignorada por las dirigencias sectoria-les cruceñas. Esto solo sería posible si esos dirigen-tes estuvieran viviendo en otro planeta o acabaran de nacer ayer; y es claro que nada de eso es posible.”

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EN DEBATE

Una propuesta de pacto fiscal para Bolivia

Todos los ciudadanos bo-livianos percibimos con mayor o menor intensi-

dad que en Bolivia no se ha logrado consolidar el camino que le permita combatir exitosamente la exclu-sión y la marginalidad en la que se encuentran sumidas importantes sectores de la población. Esta afir-mación es fácilmente comprobable cuando recurrimos a los ciudadanos para que nos digan el grado de satis-facción que sienten con la calidad de la educación y la salud que les brinda el Estado. Estos dos princi-pales motores de movilidad social, hablan por sí solos de los desafíos que tenemos los bolivianos hacia adelante.

En este entendido se hace más que evidente que la más urgente ta-rea que tiene el país, es revertir esta situación, para lo cual se necesitan una serie de herramientas, eficaces y eficientes y sobre todo inmedia-tas. La primera es de ellas, sin lugar a dudas es el ordenamiento de las finanzas públicas, proceso que sólo puede ser encarado des de la adop-ción de un Pacto Fiscal.

Este pacto no sólo debe estar íntimamente relacionado con el de-sarrollo que todos queremos, sino que, además, debe ser realmente ambicioso: debe rebasar el concep-to de que el pacto se reduce a una mera redistribución de ingresos, en función a las cifras que ha arrojado el cuestionado informe oficial del Censo de Población y Vivienda de 2012. No es la sola redistribución de ingresos la que hará la diferencia en Bolivia y nos permitirá alcanzar los objetivos propuestos, sino la decisión conjunta de todos los ni-veles de gobierno que conforman el Estado boliviano, para alcanzar la consolidación del desarrollo y el bien común. De cómo lograr el país con el que todos soñamos.

Para ello necesitamos invertir muy bien los recursos con los que ahora cuenta el Estado y de esta ma-nera crear las condiciones que nos permitan superar la extrema pobre-za que azota a importantes sectores de la población y lograr que se be-neficien de los frutos del desarrollo

y la bonanza del precio que esta-mos recibiendo por la exportación de nuestros recursos naturales. Y evidentemente que este propósito requiere acuerdos consensuados so-bre una política fiscal de largo plazo con visión de país.

En el Comité pro Santa Cruz nos hemos impuesto una tarea de lograr la identificación de una herramienta de la política desarrollo, de identifi-car las bases de un acuerdo nacio-nal, que permita repartir los costos de la financiación del Estado y los beneficios del gasto del mismo Es-tado en forma equitativa y solidaria. No es una propuesta de Pacto Fiscal para Santa Cruz, es una propuesta para todo el país, para las 9 gober-naciones, para los 339 gobiernos municipales y para el sistema de la universidad pública nacional.

El Comité pro Santa Cruz, a lo largo de sus 63 años de existencia, ha participado activamente en la concreción de acciones que han sido beneficiosas para el país en su conjunto. Permítanme señalar algu-nas de las más significativas: En los años 1957-1959 el Comité liderizó las luchas por las regalías petroleras exigiendo al gobierno central que cumpla con la ley de Germán Busch del 15 de julio de 1938. El reclamo cruceño fue tipificado por el Go-bierno como una “acción separatis-ta con proyección internacional”. (Veas El Deber del 01/11/1957). Después de dos invasiones de mi-licianos ucureños, el Gobierno de Hernán Siles Suazo reconoció el derecho a percibir el 11% de las regalías petroleras. Gracias a esta lucha cruceña, hoy se benefician Tarija, Chuquisaca y Cochabamba.

Con la célebre asamblea de la Cruceñidad del 10 de julio de 1982, se influyó definitivamente en la recuperación de la democracia para Bolivia, a partir de octubre de ese mismo año.

Con la auto convocatoria a elecciones municipales del Alcalde Oscar Barbery Justiniano en 1984, activamente apoyada y promovida por el Comité, se logró la recupe-ración de la democracia municipal, que benefició a todos los munici-

pios del País, pues se desterró de una vez y para siempre la práctica de la designación política para di-cho puesto.

Las movilizaciones lideradas por el Comité en 2005 y que culminaron en el histórico Cabil-do de 25 enero de 2005, a los pies del Cristo Redentor, se logró que el Presidente Carlos Mesa, convoque –por primera vez en la historia boli-viana– a elección para la selección de Prefectos Departamentales. Lo que posteriormente derivó en la elección de gobernadores.

En mayo de 2005, la Ley No 3058, Nueva Ley de Hidrocarburos firmada por el Presidente de la Cá-mara de Senadores Dr. Hormando Vaca Diez, devolvió al país el 32% de la renta petrolera en boca de po-zo a través de la creación del Im-puesto Directo a los Hidrocarburos (IDH). Sin embargo, la distribución entre los departamentos fue lineal, por lo que en esa oportunidad el Comité planteó al país, la creación de un Fondo de Compensación para Santa Cruz, Cochabamba y La Paz por tener mayor densidad pobla-cional. La sugerencia fue rechazada por el Gobierno por lo que se ini-ciaron varias medidas de presión, para finalmente declarar en Santa Cruz un paro Cívico Departamen-tal el 15 de septiembre de 2005. A las 15.00 pm de ese dia, el Gobier-no de Rodríguez Veltzé aceptaba la creación de este Fondo que quedó plasmado en el D.S. 28421; el paro cívico fue inmediatamente suspen-dido. Gracias a este Fondo, los mu-nicipios y universidades públicas del eje central hoy reciben un 56% adicional del IDH.

Se impulsó el Referéndum por Autonomías Departamentales en todo el país, a través de la reco-lección de firmas suficientes, que literalmente obligaron al Congreso Nacional a convocarlo para el 2 de julio de 2006. Referéndum que dio inicio a la transformación de la ad-ministración territorial del Estado boliviano, en autonomías departa-mentales, municipales y de los pue-blos indígenas.

Nuestra propuesta central señala

que para hacer frente a los planes y desafíos ya enunciados, es necesa-rio desarrollar una nueva distribu-ción de la coparticipación tributaria, principal fuente de recursos de los gobiernos autónomos subnacio-nales y de las universidades del sistema público nacional. 50% pa-ra la administración del gobierno central y el otro 50% distribuido de la siguiente manera: 25 % para los municipios, 18% para las goberna-ciones y 7% para las universidades. Consideramos esta propuesta no solo prudente, sino mínima en la senda de consolidar la participación de los ciudadanos en las decisiones y soluciones a los problemas que enfrentan, desde el propio terreno, sin tener que peregrinar hacia los laberintos de un ineficiente sistema centralista que tanto subdesarrollo le ha traído a Bolivia.

Queda claro que nuestro reto actual es “como pasar del dicho al hecho”, como lograr que no perda-mos más tiempo para encarar las urgentes decisiones y cambios en la política fiscal que el momento que vivimos exige. Como lograr cambios cualitativos en función del bien común de todas y todos los habitantes de Bolivia. Nosotros en el Comité, como parte de la so-ciedad civil, hemos asumido cons-cientemente la responsabilidad y la decisión de participar activamente en la construcción del futuro que heredaremos a las siguientes ge-neraciones. La propuesta se funda-menta en principios generales que orientan los planteamientos en pro del bienestar, enmarcados en un Sistema Nacional de Desarrollo transparente y perfectible.

Nuestro compromiso al hacer pública esta propuesta es facilitar la negociación transparente del pacto que, por mandato legal, debe ser adoptado en los próximos días, a fin de que el país cuente con una polí-tica fiscal coherente y eficiente, en función del bien común, y de esta manera lograr la consolidación de un sistema nacional de desarrollo, que oriente las políticas y acciones tanto en el corto, mediano y largo plazo.

FernandoCastedoCadario

Presidentedel Comité

proSanta Cruz

Iniciamos con las palabras de Fernando Castedo la presentación en serie del documento trabajado por un equipo de apoyo al Comité pro Santa Cruz, para impulsar una propuesta de Pacto Fiscal para Bolivia. Continuará en la próxima edición. Ya hay reacciones y críticas.

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La Constitución se cuida de que los ingresos y gastos de los gobiernos departa-

mentales, municipales, indígenas y regionales, denominados estos conjuntamente como entidades territoriales autónomas (“ETA”), estén controlados y dirigidos por el nivel central del Estado y eso no es autonomía ni mucho menos. Anoto los artículos correspondientes para los incrédulos.

Para empezar, la política fiscal es una competencia exclusiva del nivel central (298), es decir que las ETA no tienen nada que hacer al respecto. La Constitución no le dedica una sección específica a este tema, por lo que hay que escudriñar la verdadera intención de ella a lo largo de su texto. Fija de manera precisa los ingresos y los gas-tos de las ETA quedando estas prác-ticamente sin margen de definición autónoma en los aspectos fiscales financieros que les competen.

En lo que respecta a los ingresos, la Constitución especifica de manera puntual los recursos de los departa-mentos (341) y manda clasificar los ingresos de las ETA por ley del nivel central (340). Como ingresos propios le dio a las ETA un dulcecito: la facul-tad de crear impuestos propios como competencia exclusiva. Sin embar-go, rápidamente y a contrapelo con la Constitución, la Ley 60 se apropió para el nivel central el impuesto a los juegos de azar y, luego, la Ley 174, clasificatoria de impuestos, le cerró la puerta de esta competencia a las ETA limitando a los gobiernos departa-mentales al impuesto a los “vehículos a motor para navegación” y a los mu-nicipios a la “chicha de maíz”.

En lo que se refiere a los gastos de las ETA, la Constitución manda a la Ley Marco de Autonomías regular “el régimen económico financiero” de las autonomías (271) y dicha ley ya estableció que los presupuestos de las ETA y su procedimiento de elabo-ración se rigen por el Plan Nacional de Desarrollo establecido por ley del nivel central, y además establece que la distribución y financiamiento de toda la inversión pública se rige por

ley del nivel central (LMA 114). Es más, para que no quepan dudas, di-cha ley en la disposición transitoria 9na se apura a fijar con precisión los conceptos y límites de gastos de las ETA entre tanto sean definitivamen-te establecidos por ley específica del nivel central. De la misma manera, la Constitución centraliza la autoriza-ción de toda la contratación de deuda pública incluida la de las ETA (322).

En conclusión, Autonomía fiscal de las entidades territoriales autóno-mas no hay ni por la vía de los ingre-sos ni por la de los gastos.

La Ley Marco de Autonomías en su disposición transitoria 17va

establece que el Servicio Estatal de Autonomías y los Ministerios de Economía y de Autonomía, entida-des del nivel central, elaborarán una propuesta técnica de diálogo para un pacto fiscal. Es de-cir, que de acuerdo a la ley, el pacto fiscal se debe originar en el nivel central del estado, y estar dirigido por este nivel. En la nego-ciación del pacto fiscal con el gobier-no las ETA no tendrían instrumentos normativos que los favorezcan.

Actualmente la distribución de recursos económicos del Estado ha-cia las ETA y universidades públicas consiste, en números redondos, en lo siguiente: (i) el once por cien-to a los departamentos pro-ductores de hidrocarburos y un valor menor a los no productores, (ii) la copar-ticipación de impuestos en un 20% para los munici-pios y 5% para universidades,

y (iii) la distribución del IDH que se entrega aproximadamente el 58% a los departamentos, distribuidos en un 24% para las gobernaciones, 70% para los municipios y 8% para las universidades. Lo que visto en el espejo, el nivel central se queda con cerca del 80% de las regalías petro-leras, el 75% de los impuestos y el 42% de los recursos del IDH.

¿No será una ingenuidad política pensar que en las condiciones consti-tucionales, legales y políticas actuales un pacto fiscal con el gobierno central pudiera beneficiar a los gobiernos au-tónomos departamentales, municipa-les e indígenas?

Twitter: @jcurenda

EN DEBATE

El régimen fiscal autonómico

Más claro, agua, dan ganas de decir después de leer a Juan Carlos Urenda y su análisis de las competencias fiscales. Un baldazo de agua fría sobre la propuesta de “pacto fiscal”.

“¿No será ingenuidad política pensar que en las condiciones constitucio-nales, legales y políticas actuales un pacto fiscal con el gobierno central pu-diera beneficiar a los gobiernos depar-tamentales, municipales e indígenas?”

El Loro Colla¿Será verdad?Dice el diputado Luis Felipe Dorado que Evito&Cía están promoviendo una nue-va “Iglesia Católica Apostólica Renovada del Estado Plurinacional”. Y hasta da lu-gar y fecha de creación: Cochabamba, 29 de junio, “cuando incluso ordenaron un Arzobispo primado para Bolivia”. Oi-ga, yo que todo escucho y veo, no me había enterado de la novedad, ¿lo sabrá el amigo papa Francisco?

¿Es o se hace?No sé si Evito se hace el loco para peerse a gusto, o si realmente vive en la estratósfera y está convencido de lo que dice. Lo digo así después de escucharle decir que su gobierno sacará 450 millones de bolivianos del TGN para ‘financiar’ la ‘Ciudad Unasur’ que quiere construir en San Benito, Cochabamba, ¡para “salvar una res-ponsabilidad ante Suramérica”! ¡ups!

¿Son o se hacen?¿Los fiscales son sordos o se hacen?, pregunto después de conocer detalles de la declaración de Boris Villegas, ex funcionario del ministerio de Gobierno, sobre la represión policial a los indíge-nas en Chaparina. Es que él ha señalado claramente a Sacha Llorenti, titular de Gobierno entonces, como el que dio la orden a la Policía para que ‘actúen’. “Aho-ra lo niega, usando a los policías como carne de cañón para salvar su pellejo”, dizque dijo Boris… ¡jmmm!

¿Náyar versus Roda?Miechica que está bravo Guido Ná-yar. Aunque lejos de Santa Cruz, no pierde una sola novedad de las que ocurren en la región y el país, co-mo fue sin duda la declaración de Cristóbal Roda Vaca, negando que haya sido extorsionado por el fiscal Soza en la visita de ‘cinco minutos’ que le hizo en la casa de Claudia Arruda. “¡Mentiroso! Todo lo oculto saldrá a luz…”, vomitó Nayar.

¿Avivado o chupa-media?A ver, usted, ¿qué opina del comandan-te de las Fuerzas Armadas, general Ed-win De la Fuente? Es que según él, Evito estaba chocho porque la parada militar en Potosí “fue multitudinaria: unas cinco mil personas han estado…” Si cinco mil hacen un acto multitudinario, ¿que ha-brán sido los cabildos? Tal vez todo que-de explicado con otra frase del general: “tenemos que estar a la par del proceso de cambio”. Clarito está.

¿Error o avivada?No sé usted, pero yo no me la creo esa versión de que el Gobierno ignoraba quién era Robinson Iriarte La Fuente, ahora coronel de Ejército, pero hace 13 años uno de los francotiradores que re-primió a civiles en la llamada ‘guerra del agua’ en Cochabamba. Qué tal que Ro-binson logró hace poco ser nombrado delegado del Comité Antirracismo de Cochabamba. Según el ministro de Culturas, debe haber sido ‘una omisión involuntaria’. ¡Já, seguro!

Juan Carlos UrendaAbogado constitucionalista

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ESTADO DE DERECHO

Ametex, historia deun emprendimientoNació en 1996, pero su historia data de al menos sesenta años atrás. Hablamos de Ametex,

la fábrica textil que alcanzó logros extraordinarios en los primeros años del siglo XXI, pe-ro que desfalleció en 2012, como lo recuerda Fundación Milenio en el siguiente informe.

Hace más de sesenta años la empresa Uni-versaltex inició la pro-

ducción de hilados y tejidos de lana en la ciudad de Oruro. Años después se trasladó a La Paz y su excelente producción caracterizó la calidad de sus casimires, fra-zadas, mantas y aguayos.

La nueva generación inició la producción de tejidos de punto de algodón, trabajando las pocas máquinas circulares que pro-ducían telas de diferentes tipos como el jersey, La Coste y el fa-moso plusher que dio lugar a la confección de ropa deportiva que

marcó a toda una generación.Para la producción de telas de

algodón se organizó una nueva empresa Printex y de esta forma se obtenía las telas de algodón con tejedoras circulares, teñido de tela, el secado y la estabili-zación de los tejidos. Los años ochenta fueron para esta nueva empresa la ocasión para consti-tuir una industria para la produc-ción de telas de algodón con la tecnología adecuada y moderna que garantice la producción de tejidos finos para la producción masiva de prendas de vestir.

Con esta visión nace el año

1996 la nueva empresa América Textil “Ametex” con una capaci-dad de producción de 8 millones de prendas por año. La tela para esta producción sería producida por 60 máquinas de tejido de pun-to circulares y 27 máquinas para la producción de tejido de punto rectilíneo. Los hilados y los te-jidos eran tratados en modernos sistemas de teñido y estabilizado acompañando todo el sistema de producción con controles de cali-dad estrictos (TIM) y el continuo asesoramiento de técnicos y ex-pertos internacionales.

El hilo para los tejidos era pro-ducido por una de las empresas del grupo denominada Hilasa, hilandería moderna alimentada con fibra peruana del tipo PIMA, que garantizaba la calidad de los hilos en los diferentes títulos. La tela producida por Ametex, era entregada para la confección a las empresas del grupo: MEX. Ma-tex y BATT y otros talleres. La empresa Polar se hacía cargo de reciclar los desperdicios para la

fabricación de frazadas.Ametex era un complejo in-

dustrial moderno, posiblemente la empresa privada más moderna del país que se erigía con el orgu-llo nacional de producir produc-tos destinados a la exportación con la responsabilidad de más de 3,000 trabajadores altamente calificados. Era, posiblemente, uno de los pocos ejemplos de una actividad industrial que generaba enlaces hacia atrás y hacia ade-lante. Los grandes compradores de Estados Unidos de América -Tomy Hilfiger, Polo, Naútica, Lee- y otros eran los clientes de alta exigencia en la calidad de sus productos. Ametex cumplía estas exigencias y normas en la producción de cada prenda que era destinada al mercado norte-americano.

La producción y comercializa-ción se realizaba en el marco del acuerdo denominado Atpdea, que consistía en la concesión que rea-lizaba Estados Unidos de Nortea-mérica (USA) a favor de Bolivia

Informe de Coyuntura

“Esta fue la situación de Ametex a partir de 2009, frente a un mercado que ya no le facilitaba el acceso gratuito de sus productos y de un Estado deudor que obligaba a la empresa a incumplir sus compromisos financieros frente a sus accionistas y fondos de pen-siones, situación que llevó a Ametex a la quiebra.”

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ESTADO DE DERECHO

“Ametex exploró otros mercados para exportar sus productos, pero ninguno tenía el potencial de consumo y las facilidades de pago y de comercia-lización de EEUU. El punto de apoyo de América Textil era frágil, sobre todo en un país como Bolivia que cambia gobiernos y leyes con total discreción.”

y otros países que cumplían con las políticas y los objetivos de la erradicación de la producción de hoja de coca y la lucha contra el narcotráfico. Este tratado eximía del pago de aranceles a la impor-tación a los productos bolivianos entre los que se encontraban: tex-tiles, productos de cuero y joye-ría. En estas condiciones, los pro-ductos de exportación bolivianos y en especial los textiles como las denominadas T-Shirt y otras prendas de algodón, adquirían ventajas competitivas respecto a cualquier otro país que exportaba los mismos productos a USA. Es-ta ventaja se traducía en la dismi-nución hasta el 19 por ciento del valor puesto USA. Esta era una ventaja competitiva que sumada a la eficiencia en la producción y el transporte, colocaba a Ametex en un lugar preferencial respecto a competidores de Santo Domin-go, Indonesia o Malasia.

Ametex exploró otros merca-dos para la exportación de sus productos pero ninguno tenía el potencial de consumo y las faci-lidades de pago y de comerciali-zación que ofrece Estados Unidos de Norte América. El punto de apoyo de América Textil era muy frágil, sobre todo en un país como Bolivia que cambia sus gobiernos y sus leyes con total discreción y a la sombra de los intereses del momento. No existía un mercado interno ni otras alternativas que en su momento pudieran suplir el mercado del norte.

La crisis que desencadenó el atentado de las torres de New York el año 2001 fue un llamado de atención a los planes y pro-gramas de Ametex. Los compra-dores de los productos textiles decretaron un período de espera que afectó al funcionamiento de Ametex

El año 2008 se suspendió el Atpdea en respuesta a las políti-cas y los conflictos entre el go-bierno de Bolivia y el de USA. La suspensión de este acuerdo afectó en forma definitiva las ex-portaciones de textiles, productos del cuero y joyería. Con la eli-minación del Atpdea, la produc-ción de textiles perdió su ventaja competitiva. El pago obligado de aranceles para la importación a USA eliminó los márgenes de rentabilidad esperados por la em-presa Ametex. El gobierno, ante la presión de la empresa, las orga-nizaciones de industriales y de los trabajadores, logró adoptar ciertas medidas como el financiamiento de los aranceles. Sin embargo, es la estructura de costos y el pasi-vo de Ametex que tenían proble-mas. La situación financiera de Ametex se agravó ante las limi-

taciones para exportar y el atra-so sistemático de la devolución de los Certificados de Reintegro Arancelario (CRA) y el Certifica-do de Devolución de Impuestos (Cedeim) que son 20 negociados y obtenidos con dificultad, de-bido a la burocracia estatal. Las proclamadas políticas de apoyo y promoción a las exportaciones son sólo un enunciado que deja a las empresas indefensas ante las organizaciones estatales y ante los compromisos adquiridos con los mercados.

Esta fue la situación de Ametex a partir del año 2009, frente a un mercado que ya no le facilitaba el acceso gratuito de sus productos y de un Estado deudor que obli-gaba a la empresa a incumplir sus compromisos financieros frente a sus accionistas y entre los que se cuentan a las administradoras de fondos de pensiones. Esta si-tuación llevó a Ametex a obtener calificaciones internacionales de riesgo cada vez más preocupan-tes, hasta declararla como una empresa CCC sin capacidad de pago de capital e intereses en los plazos pactados. (Fitch Rating)

El 12 de julio de 2012 Ametex entregó al Ministerio de la Pro-ducción del Estado Plurinacional las instalaciones industriales, las que ahora funcionan bajo una nueva denominación: Estatex y que es administrada como empre-sa pública.

Al año 2010, Ametex tenía una deuda de Bs. 411 millones con un activo de Bs. 509 millones. La principal exportadora de tex-tiles de Bolivia, que contaba con 2,275 empelados y subcontrataba 17 talleres textiles, se sumió en una difícil situación no obstante el financiamiento hasta diciembre de 2009 del cien por ciento de los aranceles a través de un crédito a diez años hasta de 2.9 millones de dólares dispuesto por el gobierno.

Se han realizando los esfuer-zos por parte de Ametex y del gobierno de Bolivia de sustituir el mercado de los Estados Unidos de Norte América con el mercado venezolano, menor en capacidad de compra y con un sistema de pago difícil y complicado que se basa en un sistema que considera el Sucre como moneda de transac-ción.

Esta es la historia del extraor-dinario emprendimiento que mos-tró que es posible hacer industria en el país con las condiciones y exigencias del mercado interna-cional, utilizando y aplicando tecnologías modernas, sistemas de administración competentes y lo más importante, crear empleos dignos para los bolivianos y las bolivianas.

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ESTADO DE DERECHO

Aborto, rabia y miedoPaola Senseve entra al debate sobre la legalización del aborto. Habla desde su condición

de mujer, enamorada de la vida y de la libertad que promete todo proceso de cambio, pero que se frustran por los intereses y cálculos políticos. Otra mirada, otro sentir.

En julio de este año, la diputa-da Patricia Mancilla presentó ante el Tribunal Constitucio-

nal Plurinacional una acción de in-constitucionalidad en contra de los tres artículos del Código Penal que se refieren a la penalización del abor-to. Al respecto, Evo dice que abortar es un crimen, pero que se tomarán las medidas necesarias para debatir responsablemente acerca del tema. Por otro lado y casi al mismo tiem-po, leemos noticias de nuestro país vecino Uruguay, que informan que no se ha registrado ni una muerte por causa de embarazos interrumpidos desde diciembre de 2012 -fecha en que se legalizaron- y que además tiene una de las tasas más bajas de aborto en el mundo.

Sentimiento primero. Entonces siento rabia y escribo desde ese lu-gar, porque estoy cansada de que mi cuerpo sea botín de negociación y de política. Cochina política. No es posible que sigan mercantilizando nuestros cuerpos y nuestros destinos. Me angustia y me duele que en estos tiempos políticos que me tienen tan maravillada, nuestras autoridades sean tan progresistas en ciertos as-pectos y tan, pero tan retrógradas y machistas en otros. Todo se resume a estrategia política ¿Cuántos votan-tes más te puede traer el defender la posición religiosa y moralista de no aborto?, por nombrar un ejemplo. Nos usan, lo han hecho desde siem-pre, lo explica detalladamente María Galindo en No se puede descolonizar sin despatriarcalizar.

Y lo más triste de todo es que no-sotras dejamos que nos utilicen y nos traten como moneda de cambio. Ca-lladas, porque sentimos que decir es una pérdida inútil de esfuerzo y por miedo, que es peor.

Sentimiento segundo. Las muje-

Paola R. Senseve T.

Escritora

“Estoy a favor del aborto porque de-fiendo estoicamente el derecho de una mujer a decidir si quiere ser ma-dre o no. Eso es absoluto, porque nin-gún hombre puede imaginar siquiera sentir lo que siente una mujer...”

tomar la decisión y decir fuerte y claro: no quiero tener a este hijo o no quiero ser madre. Miedo de que se enteren los papás, el mari-do, el novio, a los amigos. Miedo a que todo lo que pueda salir mal, salga mal y justo cuando nadie te

acompaña. Miedo a que te juzguen y te apunten.

Y no quiero pintar los escenarios horrorosos del aborto, no quiero desperdiciar palabras detallando estadísticas de muertes, de suciedad

y dolor. Todo eso es cierto, pero no deberíamos llegar ahí, a usar la porno miseria existente para ablandar los corazones, cuando el aborto es un te-ma básico de libertad humana.

Estoy a favor del aborto porque defiendo estoicamente el derecho de una mujer a decidir si quiere ser madre o no. Eso es absoluto, porque ningún hombre puede imaginar si-quiera sentir lo que siente una mujer y ninguna mujer puede igualar en condiciones, contexto e individuali-dad a otra. Estamos hablando de una decisión única y personal.

Nadie se imagina abortar un día, no es algo que se busque hacer. Es una decisión que se toma a partir de una situación no deseada y que aca-rrea dolor que no solo es físico. Con o sin culpa, con o sin apoyo, con o sin educación sexual; abortar es una experiencia traumática, intensa e in-vasiva para el cuerpo de la mujer y nadie se somete a eso por diversión. Simplemente tenemos que entender que mujer no es sinónimo de madre y que cuando una mujer quiere te-ner hijos, debe poder decidir con plena libertad cuántos quiere y cuándo los quiere.

Tal vez estas palabras no sirvan para mucho más que mi desahogo y para que algunos reafirmen su posi-ción; pero quiero terminar con una propuesta: que aquellas mujeres que compartan los deseos de liber-tad y justicia, se unan y digan lo que piensan. Digámoslo sin miedo, ha-gámonos escuchar. Quedarnos ca-lladas es ser parte de nuestro propio abuso. Unirnos, hermanarnos y no, no tenemos que formar un club, ni un partido. Tenemos que apoyarnos, mirarnos a los ojos y pensar en cuán-tas de nosotras abortamos o quisimos hacerlo y en el proceso de la decisión hemos muerto de miedo ante la posi-bilidad de morir de verdad.

res convivimos con el miedo desde que nacemos hasta el final. Lo tene-mos incorporado, llega a ser incluso

normal y no le ponemos el nombre. Vale decir que en este caso, aborto y miedo, son la misma cosa. Miedo a

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Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

ESTADO DE DERECHO

Winston EstremadoiroAntropólogo

Delirios de grandezaBolivia no cambia, porque sigue repitiendo errores. Lo recuerda Winston Estremadoiro

en el Barlmentos de la semana, en la que incluye un pedido expreso: poner los quintos de las reservas en una apuesta por los jóvenes, en vez de aumentar el gasto público.

Estamos en el mes de la Patria. En Cochabamba seguirá el jolgorio con la festividad de

Urkupiña, ojala sin que las cerve-ceras hagan su agosto con tanto pe-regrino inclinado más al dios Baco que a fervor mariano. No estaré en la ‘entrada’. A pesar de codazos de mi atormentadora, miraré la tele para indagar del cambio cultural (miente el antropólogo), o solazar mis ojos (piensa el viejo leño verde), con be-llezas cuyas prendas íntimas han ido de braga borlada a tanga, y quiero ver cuándo serán hilo dental con depila-ción a la brasileña.

Luego vendrá septiembre, mes de la primavera, del amor y de la gracia juvenil, dice algún poeta cursilón. “El cauta reverdece y el huamanguito florece", canta el venezolano Simón Díaz y pocos sabrán que el llanero habla del cautín, un tipo de pasto, y que Huamanga, la provincia peruana, dio nombre a una variedad de banano. ¿Por qué en víspera de jolgorio sept-embrino, insisto en sardonia tristona de la realidad nacional? Es que en los fastos se desboca la grandilocuencia de mentiras politiqueras.

No es necesario un análisis com-parativo de discursos. El Presidente asevera que nuestro país es “referente internacional”. ¿De qué?, preguntará la oposición. Dentro sus leales, algu-no cuestionará en sus adentros si no es cantar victoria antes de la gloria, así se refiera al manejo económico en tiem-pos de crisis. Porque el auge de mate-rias primas está en bajada. Revienta la burbuja china.

Según Esteban G. Manrique, los ‘superciclos’ de boom mineral duran tres décadas. Desperdiciados van diez años, causados por anomia social des-estabilizadora previa a la asunción de Evo Morales. Agüeros predicen una victoria más apretada en el 2014, con malgasto electoralista y la oposición dividida. Perdida más de la mitad de

“¿Qué queremos? Pues ni ser Afganistán andino ni país tapón, Bolivia será país integrador del sub-continente. No es lo mismo que ser país de paso de Brasil, alimentador de carga a puertos chilenos, y proveedor de materias primas al mundo. El país tie-ne el as bajo la manga de ser cintura sudamericana”

Barlamentos

con Maggy TalaveraRadio Alternativa 103.0 FMde lunes a viernes de 15:00 a 17:00

la treintena de años del auge mineral, quedarán 15 años que quizá también se desaprovecharán. Sufriremos el oto-ño no de patriarcas, sino de padrastros abusivos de la patria de siempre.

La otra madrugada, insomne, aproveché la vigilia leyendo a Ma-nuel Frontaura Argandoña en una po-nencia sobre el problema marítimo, del compendio “Doctrina y política internacionales de Bolivia”, de la mesa redonda auspiciada por el Ins-tituto de Estudios Internacionales de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), dirigida en 1983 por un es-tudioso Ramiro Arze Barrientos (Edi-torial Serrano, 1991).

Comparada con payasadas del vi-cepresidente García Linera, insistien-do en que Bolivia es ya una potencia, el sabio cuyo busto pocos saben que inicia una avenida en Cochabamba, compartía conmigo que gentes y países deben adecuarse a sus circuns-tancias. Propuso un curso de acción partiendo de abordar la recuperación nacional sobre bases realistas.

Opino que sus premisas son bue-nas para pinchar globos de babosadas, como la pretensión de pesar fuerte en el mundo, que me recuerda al “pisar fuerte en el Chaco” que llevó a perder-lo. Sin actitud auto-flagelante y menos mendicante, reconocer que somos el país más pobre de Sudamérica, y el más despoblado. ¿Comparado a qué? Pues a nuestros vecinos. Por ceca o por meca, por guerra aviesa o diplomacia chambona, se ha perdido territorio con todos ellos: Bolivia se debe guiar por la estrella polar de que los países no tienen amigos, sólo intereses.

No es solo cosa de comparar nues-tro producto nacional bruto (PNB) con el de los vecinos. Urge contras-tar la realidad de fronteras contiguas. ¿Por qué Tarija tiene menos salud, educación y caminos que sus vecinos Salta y Jujuy, a su vez atrasadas en relación a otras regiones de su país?

Estudiemos la situación de Beni con Rondonia y Matogrosso, de Pando con Acre y Madre de Dios, de Santa Cruz con Matogrosso do Sul, de Po-tosí con Antofagasta, de Oruro con Tarapacá, de La Paz con Puno.

¿Qué queremos? Pues ni ser Afga-nistán andino ni país tapón, Bolivia será país integrador del subcontinente. No es lo mismo que ser país de paso de Brasil, alimentador de carga a puertos chilenos, y proveedor de materias pri-mas al mundo. El país tiene el as bajo la manga de ser cintura sudamericana: la integración subcontinental a la larga no puede prescindir de Bolivia. Enton-ces, que la conexión de cualquier índo-le en nuestro país conlleve también los objetivos nacionales.

Líderes reunidos en Montevideo enrostran que la población mundial es joven y más aún la de Latinoaméri-ca. La de Bolivia es púber y peor aún, sin futuro, salvo la emigración que a corto plazo engorda con remesas, y a la larga, condena al país a viejitos que han dado lo mejor de sí a otras patrias y retornan a morar en mamarrachos provinciales o vegetar en apartamen-tos citadinos. Exhortan a invertir en la juventud, la que más sufre el desem-pleo, la desigualdad y la estigmatiza-ción, dicen. En Bolivia son mayoría.

¿Por qué no poner los quintos de las reservas en los jóvenes, en vez de aumentar el gasto público en comprar

aviones para mandamases? Inver-tir en educación y cambiar la mente derrotista en estirpes futuras, que los viejos, cual árboles torcidos de inicio, ya no enderezarán. Suplica Frontaura Argandoña, amar y tonificar Bolivia impidiendo su saqueo; que sea “un país respetable y respetado, económi-camente desarrollado como nación y no como minorías explotadoras”.

Pero estoy soñando. El Presidente sigue con la delusión de referente in-ternacional chuto. Su ideólogo niega el mestizaje latinoamericano, variante boliviana, y delira que el país es po-tencia mundial. El Canciller vive en el año aymara 5521, pensando en el próximo “ajtapi” con diplomáticos que se ríen por dentro.

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MUNDANAS

Cinco tesis sobre Assange, Manning y SnowdenJohan Galtung y una lectura muy interesante sobre el revuelo provocado por tres personas

que osaron revelar secretos de Estado de Estados Unidos. ¿Por qué el revuelo? No es nada personal, dice Galtung: de lo que se trata es de sellar bocas y clausurar pensamientos.

Tesis uno. El asunto de di-vulgar información reser-vada no se trata de revelar

secretos, sino de la no violencia y la lucha de la desobediencia civil contra los grandes males sociales. Revelar información secreta presu-pone que se puede alertar a alguien, que de hecho quiere ser alertado, y que está en posición de hacer algo al respecto.

Obviamente, quienes pueden hacer algo respecto de la política exterior de Estados Unidos, quienes tienen el poder -el Legislativo, el Congreso y en especial el Senado; el Ejecutivo, el Departamento de Estado (cancillería), el Pentágono y la Casa Blanca; Judicial, la Corte Suprema; económico, los bancos gi-gantes; cultural, los grandes medios

de comunicación-, saben perfecta-mente bien qué ocurre.

Son todos esfuerzos por conser-var el poder imperial económico, militar, político y cultural. Pero no quieren cambios. Y los que sí los quieren -una gran parte de la pobla-ción estadounidense, de las de los países aliados y la mayoría del resto del mundo-, fueron alertados, pero en gran medida son impotentes. Al menos eso es lo que creen. Pero sobre este punto, vea la tesis cinco.

Tesis dos. La cuestión básica no es el interés powEl resultado: el par-lamento iraquí rechazó la propuesta del gobierno de George W. Bush (2001-2009) de mantener una base militar en ese país. Estados Unidos se retiró de Iraq el 31 de diciembre de 2011. Manning también reveló la magnitud total de la corrupción del dictador de Túnez, Zine el-Abidine Ben Ali, lo que avivó la revuelta ju-

venil. También reveló que el dicta-dor de Yemen, Ali Abdullah Saleh, aceptó los ataques con aviones no tripulados de Estados Unidos en su país, lo que llevó a su dimisión.

Manning reveló que la secreta-ria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Hillary Rodham Clinton, ordenó a diplomáticos de la Orga-nización de las Naciones Unidas que espiaran a sus contrapartes en el foro mundial en busca de informa-ción detallada sobre los líderes de la ONU, con contraseñas y claves encriptadas.

Manning reveló que el actual secretario de Estado, John Kerry, presionó a Israel para que se mos-trara abierto a devolver las Alturas del Golán a Siria como parte de las negociaciones de paz. Manning re-

veló que la corrupción del gobierno afgano era “abrumadora”.

Manning reveló la naturaleza autoritaria y corrupta del régimen de Hosni Mubarak (1981-2011) en Egipto.

Manning reveló que el secreta-rio de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, estaba en contra de atacar las instalaciones nucleares de Irán porque sería contraproducente.

Manning reveló la política israelí “de mantener la economía de Gaza funcionando en su mínima expre-sión posible mientras se evitara una crisis humanitaria”.

Manning reveló que el presidente de Siria, Bashar al-Assad, y su espo-sa, compraron joyas y llevaban un es-tilo de vida lujoso en Europa, mien-tras su artillería mataba en Homs.

Tomemos el ejemplo de Snow-den: sus revelaciones, que Estados Unidos espiaba tanto a sus aliados

como a Afganistán, pusieron en ries-go los planes de Washington de crear dos grandes bloques comerciales, uno transatlántico y otro transpací-fico, para excluir al BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

De ser así, entonces esta es la his-toria del mundo, con Estados Uni-dos ganando tiempo.

Tesis tres. La diplomacia en ge-neral, no solo la de Estados Unidos, quedó al descubierto. Cuando As-sange publicó las primeras informa-ciones en WikiLeaks escribió: “El emperador al desnudo. Pero no solo el emperador estadounidense, sino también la emperatriz diplomacia”.

“¿Qué clase de discurso ridículo es este, tan concentrado en lo nega-tivo, en los actores, por lo general personas de la elite en países de elite? Chismes, caracterizaciones pueriles, el tipo de ‘análisis’ de po-der típico de la inmadurez. ¿Dónde está el análisis de la cultura y la es-tructura, que es años luz más impor-tante que los actores que vienen y van?”, añadió.

“¿Dónde están las ideas positi-vas? ¿Dónde están las ideas sobre cómo convertir los desafíos del cambio climático en cooperación para un beneficio mutuo y equita-tivo como los proyectos para desti-lar agua en la frontera de Israel con Líbano y Palestina, alimentados por espejos parabólicos, y la positiva cooperación entre Estados Unidos e Irán sobre energías alternativas?”, profundizó.

“La democracia se muere a puertas cerradas y WikiLeaks las abre; un enorme servicio a la demo-cracia”, afirmó. Lo que revelaron Manning y Snowden es la agonía del imperio de Estados Unidos. Lo que revelaron Assange y otros es la agonía del sistema estatal como lo conocemos. Ambos procesos lle-varán tiempo, el anterior más que este último. Pero a no equivocarse: estas tres personas hicieron historia. Tres nombres que serán recordados cuando algunos presidentes de Esta-dos Unidos pasen a un merecido ol-vido. ¿Quién recuerda a las mayores autoridades inglesas en India, como los virreyes y sus delitos, reyes de

los vicios? Mahatma Gandhi man-tiene vigencia. ¿Quién conoce los nombres de los ingleses que trataron de mantener las colonias sobre el li-toral del océano Atlántico? George Washington, Thomas Jefferson y Benjamín Franklin los eclipsan a todos.

Quizá incluso contribuyan a la disminución de los ejércitos y, si Estados Unidos cambia, al enten-dimiento entre las naciones. Un premio Nobel de la paz compartido entre los tres. No muy probable, pues Noruega es cliente de Estados Unidos.

Tesis cuatro. Los aliados de Esta-dos Unidos obedecen por miedo, no porque estén de acuerdo. En concre-to: obedecen para evitar que un día la Fuerza Aérea de Estados Unidos aterrice en las muchas bases que están a su disposición “pues el gobierno es incapaz de proteger a su propia pobla-ción”. Vienen los estadounidenses, no los rusos ni los musulmanes. Cuanto más factible se vuelve, más se desliza Estados Unidos hacia su predisposi-ción al totalitarismo bien aceitado. El próximo paso, probablemente campa-mentos de la FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias) para sospechosos -por categorías, metada-tos- como los japoneses durante la Se-gunda Guerra Mundial (1939-1945).

Tesis cinco. Todo el mundo, y en especial los medios, pueden acelerar el proceso. Las manzanas podridas deben caer del árbol; un sacudón ayudaría. Los medios claves, como The Guardian y The Washington Post a la cabeza, merecen nuestra felicitación. Luego, dejemos que millones de personas rodeen los ministerios de Relaciones Exte-riores y las embajadas reclamando el fin del espionaje, que alejen sus servidores de los grandes traidores en Estados Unidos, suspendan la cooperación futura, enturbien las relaciones diplomáticas hasta que ocurra un desespionaje, semejante al desarme.

(*) Profesor de estudios sobre la paz, es rector de Transcend Peace University-TPU.

También es autor de 150 libros sobre paz y asuntos afines, entre ellos “50 Years-100

Peace and Conflict Perspectives” (50 años – 100 perspectivas sobre paz y conflictos).

“Lo que revelaron Manning y Snowden es la ago-nía del imperio de EEUU. Lo que reveló Assange es la agonía del sistema estatal como lo conocemos. Ambos procesos llevarán tiempo. Pero a no equi-vocarse: los tres hicieron historia y serán recorda-dos cuando algunos presidentes pasen al olvido.”

JohanGaltungProfesor

estadounidense/ IPS

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Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

Un diputado del partido go-bernante (MAS) respondía esta mañana a una televisora

local acerca del viaje de Evo al Vati-cano. Tenía consigo un papel impre-so con partes resaltadas a color. Co-menzó la conversación, que incluía a un diputado opositor. Este dijo lo que supongo debía decir, alegando lógicas y razonamientos referidos al anti-catolicismo del presidente, a sus por lo general infaustas declaracio-nes sobre la iglesia y a lo incoherente de su viaje a entrevistarse con el papa Bergoglio.

El oficialista comenzó una pe-rorata, acompañada de miradas bizcas al documento referido, que giraba en torno a cierta “teoría de la liberación”. Machacó el asunto, mencionando el análisis marxista y la importancia de esta “teoría” que mostraba nuevos horizontes para la institución eclesial. En ese contexto, la reunión de Morales con Francis-co, versaría en ello y se podrían sa-car conclusiones cuyo fin sería, a la usanza de Evo, que el mundo apren-diese de su sabiduría, dignamente compartida con el pontífice. Porque, seguía el diputado Marka, “nuestro papa san Francisco” se caracteri-zaba por esto, y “nuestro papa san Francisco” por lo otro, además de ser “querendón” de su grey amerin-dia, igual que el mandatario. Nada mejor, por así decirlo, que la cumbre entre dos sublimes revolucionarios obsesionados con salvar el insalvable mundo.

Era yo niño cuando Dom Hél-der Câmara tendría 70 o más en su diócesis de Olinda, Recife. Esta no-vedad de la teoría, perdón, teología de la liberación venía de antiguo, aunque no obsoleta porque poco ha cambiado la brecha entre pobres y ricos, muy poco entre el presidente Morales y los que jura representar. Con astucia, dados los anteceden-tes anti-clericales, Evo se agarra de esto para un acercamiento. Justicia, igualdad, no están en su agenda. El objetivo es chupar como vampiro la notable popularidad del uncido de Roma y acarrearla en favor suyo.

El actor necesita público, el público, renovación constante. De la charla saldrá, en el país mitómano, que el “santo” Francisco invitó al “santo” Evo para nutrirse de él, y de allí la cantaleta y ansia de no-toriedad a cualquier costo que nos caracteriza. Pasará de boca en boca, de generación en generación, que un indígena de Bolivia “dictó” el accio-nar vaticano. Y se le rezará en los cubículos alcohólicos al lado del espadachín de Bombori, en otra controversial afición boliviana, de idolatrar a Santiago apóstol, que es el santo de la espada y la conquis-ta, el matador de infieles, bañado en sangre de indios.

Respecto a la santidad del papa que el oficioso masista le dio dos veces, qué decir. ¿Equivocación? Simple y llana estulticia de la oclocracia reinante.

Imagino septiembre, en los edificios alrededor de la plaza aque-

lla que guarda, dicen aunque no creo, el alma de Cristo. Un Evo solí-cito que -con pena lo digo- demues-tra una norma de comportamiento de los pueblos esclavos: pura sonrisa y afirmación, cerviz gacha, manos sudadas, entrelazadas, sin discutir, aceptando todo, sintiéndose halaga-do por el amo. Luego, ya de vuelta, el déspota, el infalible. Tristes pue-blos, serviles con el poderoso, abu-sivos con el débil. “Sí, ingeniero; sí, doctorcito; claro, patroncito; seguro, padrecito”; después chicote con sus hermanos, a degollar perros, a mal-tratar empleados, mujeres y niños. Típico, detestable.

A la asunción del presidente

paraguayo asisten los presidentes de América del sur, menos los tres mosquitos: Correa, Maduro, Mora-les. Los tres ponen énfasis en la co-media, tragedia para sus congéneres, que ha de preservarlos eternos. No leen la historia, o no la leen bien. Ni siquiera tienen el pragmatismo de la Kirchner o Mujica que saludan a todo lado. Evo desdeña al nuevo gobierno vecino mientras prepara la parafernalia de su asunción como virgen a altares pontificios. Imagino su apoteósico retorno. Le llevará hoja de coca a Francisco, sin darse cuenta que la sonrisa del Vaticano, por más santo que ejerza, suele helar la sangre.

“Un Evo solícito que -con pena lo di-go- demuestra una norma de compor-tamiento de los pueblos esclavos: pura sonrisa y afirmación, cerviz gacha, ma-nos sudadas, sin discutir, aceptando to-do, sintiéndose halagado por el amo.”

MUNDANAS

Pobreza franciscanaClaudio Ferrufino no se viene con medias tintas cuando de hablar

sobre la realidad se trata. No importa si son dioses celestiales o de barro los que la protagonizan. Ay, cruda realidad…

Monóculo

Claudio Ferrufino-CoqueugniotEscritor

Para la brasileña Carmen Barro-so, América Latina y el Caribe debe jugar un papel crucial en la

concepción de la “ciudadanía sexual”, una arquitectura de derechos y ga-rantías en materia de población que esta región ayudó a construir desde el nacimiento de la ONU. El liderazgo latinoamericano en la promoción de derechos para las mujeres “es muy an-tiguo” y se mantiene, sostuvo en entre-vista con IPS la doctora en psicología Carmen Barroso, directora regional de la Federación Internacional de Plani-ficación Familiar para la Región del Hemisferio Occidental.

¿Cómo evolucionó la sociedad civil que acompaña este proceso en las últimas dos décadas?

Lo más importante es ver a los jóvenes. Aquí tenemos numerosas delegaciones de jóvenes muy activos que, además, se expresan y organizan como tales. Cuando yo empecé en es-tos temas era joven, claro, pero no me definía como tal. Lo que me definía era ser mujer y feminista.

Ya que estamos con juventud, un problema que no muestra pro-gresos, sino retrocesos, es el emba-razo adolescente.

Es cierto. Un estudio de Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) muestra que, en la mitad de los países sobre los que hay datos, los números se mantienen igual y que, en la otra mitad, hay aumento. Sin embargo, hay algunas novedades: muchas adolescentes que tienen su primer hijo ya no tienen el segundo, como ocurría antes.

¿Eso a qué se debe?A que solo acceden a métodos an-

ticonceptivos e información una vez que ingresan al sistema de salud por el embarazo y el parto.

Parece que los adolescentes de hoy gozan de mayor libertad sexual que hace 20 años, pero no tienen instrumentos para manejarla…

No todos. Hay diferencias de clase. En el quintil más alto de la población, de mayor poder adquisitivo, no hay embarazos en la adolescencia. Estos se concentran en el quintil más pobre.

¿Cuál es la solución?Los gobiernos tendrían que empe-

zar por cumplir lo que prometieron. En 2008, los ministros de Educación y de Salud de la región se compro-metieron a asegurar mecanismos de educación sexual integral en las es-cuelas. Lo que vemos hasta ahora son algunos tímidos pasos en unos pocos países.

Ciudadanía sexual en construcción

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LECTURAS

Harold Olmos comenta el libro de Walter Auad Sotomayor, “Relaciones Brasil-Bolivia: La Definición de las fronteras” (Plural Editores, 246 páginas), una obra densa que vale la pena leer para entender mejor, hoy, la realidad nacional construida desde el pasado.

Los cesión de territorios boli-vianos a Brasil fue resultado no sólo de las debilidades de

un país que descuidaba sus fronteras y carecía de una diplomacia consisten-te como la que estructuraban sus ve-cinos más importantes. Aparte de las deficiencias logísticas y la fragilidad de Bolivia, que acababa de perder su litoral con Chile, en la guerra del Acre pudo haber existido otro factor des-agradable y desconocido oficialmente: la codicia y liviandad de funcionarios bolivianos que se habrían dejado so-bornar. Los supuestos sobornos pue-den haber sido cartas en la baraja del forjador de las actuales fronteras bra-sileñas e inspiración permanente de la diplomacia de ese país: El Barón

de Rio Branco. Pero la posibilidad de investigarlos documentalmente fue enterrada hace dos años, cuando Brasil acordó cubrir con un “silencio eterno” la información que cursa en sus archivos sobre los conflictos con Paraguay (Guerra de la Triple Alianza) y Bolivia. El motivo era no mancillar la imagen histórica del estadista, reve-renciado en Brasil como lo es Bolívar en Venezuela y Bolivia.

Este elemento de las relaciones brasileño-bolivianas es uno de los capítulos novedosos que trae “Rela-ciones Brasil-Bolivia: La Definición de las fronteras” (Plural Editores, 246 páginas), una obra densa del perio-dista boliviano residente en Brasilia Walter Auad Sotomayor. Este jueves 8 de agosto tuvo su primera presen-tación en La Paz. Después lo hará en Cochabamba y en Santa Cruz.

Auad Sotomayor recorre la historia de las relaciones entre Brasil y Bolivia con la óptica de boliviano que reside en el país vecino hace muchos años y

“La debilidad de Bolivia, derrotada en la guerra del Pacífico, facilitó el avance de Brasil que, al agudi-zarse la controversia sobre el Acre, prohibió el trán-sito de mercaderías de y hacia Bolivia por las rutas del Amazonas. De la lectura se ve que Bolivia tenía una soga en el cuello amarrada desde dos puntas”

Harold Olmos

Periodista

¿Sobornos para ceder el Acre?

El periodista boliviano Walter Auad Sotomayor reside en Brasil desde hace más de dos déca-das. Habló de su libro en La tarde en directo con Maggy Talavera, en Radio Alternativa 103.0

la agilidad narrativa de un periodista sazonado. Parte desde la colonia y pasa por las cortes de España y Portu-gal, hasta desembocar en las guerras libertarias y, de allí, observa el surgi-miento de las repúblicas en las que se fragmentaba el imperio español frente al bloque unitario que se consolidaba en la región continental portuguesa.

Se suele decir que Brasil resultó grande porque los portugueses que-rían tener a España muy distante. A Bolivia, eso le representó 290.000 kilómetros cuadrados, casi una Santa Cruz. Pero el éxito brasileño en per-manecer como un conjunto puede también ser atribuido a la visión de la corona portuguesa de traer al reino a Brasil y a mandar desde la colonia, le-jos de las guerras que consumían las energías del viejo continente.

Bajo protección inglesa entre 10.000 y 15.000 hombres desembar-caron en Brasil junto a la corte en sólo un par de días en 1807. Probablemen-te fue una de las mayores operaciones

navales hasta entonces conocidas. El historiador sugiere que esta masiva importación de recursos humanos confirió solidez al imperio que se gestó dando continuidad a una ges-tión administrativa bajo lentes más objetivos que si hubiese buscado una visión autóctona. En poco tiempo ha-bía un ejército organizado, un banco oficial y una diplomacia profesional. Bolivia, en contraste, se consumía en su lucha por consolidarse.

De la lectura de la obra se infiere que las relaciones con el gigante sur-gido al este, al norte y al oeste y que debían haber sido privilegiadas por los fundadores de Bolivia, surgieron de la intermediación de un diplomáti-co colombiano más que de una gestión boliviana inteligente. También deja suponer que una buena gestión diplo-mática habría prevenido la guerra del Pacífico. El escritor detalla gestiones infructuosas (1838) del Mariscal Santa Cruz para conseguir apoyo naval bra-sileño que, años después, podían haber disuadido el avance de Chile sobre la costa boliviana y peruana.

La tenacidad de la frágil diplo-macia boliviana para defender las conexiones nacionales con la ribera occidental del rio Paraguay resultado del tratado de San Ildefonso (1777) exhibe la incomodidad de depender casi totalmente de puertos sobre el Pacífico y la importancia de conso-lidar y ganar accesos al Atlántico, co-mo después se insistiría desde Santa Cruz (Memorándum de 1904).

Este es sólo uno de los muchos episodios que emergen de la obra Auad Sotomayor. Por ejemplo, re-sulta evidente el empeño de Estados Unidos, al que el actual gobierno de-clara enemigo, por ayudar a Bolivia a paliar sus heridas causadas por la guerra del Pacífico y socorrerla en la cuestión del Acre.

La obra transcribe algunos acápi-tes en la prensa cuando Brasil deba-tía el “sigilo eterno” sobre capítulos de la historia del vecino país. De un artículo de la periodista Eliane Can-tanahede, de Folha de S. Paulo, el 18 de junio de 2011, extrae los siguientes párrafos (la periodista es una de las tiene mayor crédito en Brasil):

“En Itamaraty, los intereses (de sigilo eterno) son la Guerra del Pa-raguay (Triple Alianza) entre 1864 y 1870, cuando la población masculina fue prácticamente diezmada, y prin-cipalmente la compra del Acre a Bo-livia (1903).

“Mientras la cuestión con Para-guay es tratada por historiadores, la compra del Acre podría exponer a Brasil internacionalmente bajo dos aspectos: afectar la imagen del Barón de Río Branco, ícono de las Rela-ciones Exteriores, e incluso generar cuestionamientos jurídicos sobre las fronteras. “Quien conoce la papelada dice que hay documentos del Barón ofreciendo soborno al gobierno de Bolivia en la época”.

El presidente Morales no estaba lejos de la verdad cuando, en 2006, en Londres, espetó sobre delegados brasileños que asistían a una confe-rencia y en la que se había hablado de la toma militar de las instalacio-nes de Petrobras en Bolivia, que a su país lo despojaron de territorios extensos y que incluso había llegado a cederlos a Brasil a cambio de un caballo. Sólo que el mandatario bo-liviano confundió la geografía: Mato Grosso por el Acre y los tiempos y personajes.

La historia es más específica, re-cuerda Auad Sotomayor. La presen-cia boliviana en el Acre era mínima y, tras varios incidentes en los años anteriores, la derrota fue decidida cuando el Barón de Rio Branco lan-zó un ultimátum: Brasil tenía 8.000 hombres prontos a avanzar sobre la

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zona. Bolivia, sólo un décimo. La debilidad de Bolivia, derrotada en la guerra del Pacífico, facilitó el avance de las metas de Brasil que, al agudi-zarse la controversia sobre el Acre, prohibió el tránsito de mercaderías de y hacia Bolivia por las rutas del Amazonas. De la lectura se siente que Bolivia tenía una soga en el cue-llo amarrada desde dos puntas: en el oeste, con Chile, y en el este, con su vecino mayor.

Otros hechos habían sucedido para desembocar en la orfandad boliviana. La tentativa de formar un consorcio anglo-norteamericano para administrar el Acre y volverlo una región viable para Bolivia fue resistida activamente por Brasil, cuenta el escritor, que temía que el consorcio conllevase propósitos que más adelante pudiesen amena-zar su propia soberanía. Los estados locales antipatizaban la instalación de una aduana que empezaba a co-brarles impuestos sobre el caucho, la riqueza que había movilizado a millares de brasileños hacia el lugar en el que eran franca mayoría.

Jugó con la mano de Brasil la torpe-za boliviana en sus relaciones exterio-res que la dejaba sin amigos decisivos. Belzu había expulsado al encargado de negocios inglés en 1853 en medio de “desmanes”, de acuerdo a la des-cripción del autor. Ese nivel de rela-ciones sería repuesto 44 años después y hecho efectivo sólo en 1903, cuando el Acre ya estaba perdido.

Auad Sotomayor registra que la negociación que definiría el futuro del territorio se llevó a cabo en Pe-trópolis, cerca de Río de Janeiro, en un lugar inconveniente, por lo me-nos diplomáticamente: la casa del Barón. Con la disputa con Bolivia, el Barón iba a alcanzar el cénit de su prestigio diplomático. Bolivia había rechazado tanto la compra como un canje de territorios y la tensión entre los dos países crecía y se especulaba sobre una guerra. Bolivia llegaba al territorio disputado en meses, a veces hasta más de un año, y los empresa-rios bolivianos tenían que pasar por territorio brasileño.

La obra subraya que a cambio de los territorios adquiridos, en el Tratado de Petrópolis (1903) Brasil cedió trozos estratégicos: los 2.300 kilómetros cuadrados de Mato Grosso que reabrieron a Bolivia el margen derecho del rio Paraguay sobre una ribera de 400 kilóme-tros y permitieron construir Puerto Busch, ahora vital para exportar por el Atlántico. Resultado del reaco-modamiento fronterizo es también la actitud de Brasil, constituido en garante de la integridad territorial boliviana.

https://haroldolmos.wordpress.com/2013/08/11/tambien-sobornos-

para-ceder-el-acre/

LECTURAS

Carlos Mesa observa el proyecto de ley que impulsa el Gobierno sobre el libre acceso a la información pública. ‘Tiene candados’ y es restrictiva, afirma y detalla los artículos más preocupantes.

Desde que aprobamos en nues-tro gobierno el decreto de Transparencia y Acceso a la

Información Gubernamental (27329 de 31 de enero de 2004), se han hecho importantes esfuerzos por colocar a Bolivia en el marco de la legislación internacional, que proclama que no se puede concebir una democracia plena sin el acceso libre de todos los ciudada-nos a la información estatal.

El nuevo Proyecto de Ley presenta-do por el ministerio de Transparencia busca, por lo menos en teoría, cerrar los vacíos aún existentes en la materia, pe-ro cae en la tentación característica de modelos políticos que se niegan a con-vertir al Estado en lo que debe ser, una caja de cristal que todos podamos mi-rar sin filtros o paredes impenetrables.

El proyecto mezcla las considera-ciones incuestionables y conceptual-mente impecables, que están tomadas de tratados y convenios internaciona-les suscritos por el país y que lo obli-gan en esta materia, con un conjunto de restricciones que de hecho permiten a las entidades del Estado restringir le-gal y severamente el libre acceso a la información que el proyecto supues-tamente garantiza.

Los artículos 42 y 43 son los can-dados que cierran las puertas de ese acceso libre, pues facultan a los cuatro poderes del Estado, a la Procuraduría General, a las Fueras Armadas y a la Policía, para calificar determinada in-formación como reservada. En ellos se explica cual es la información suscep-tible de ser categorizada como reserva-da y quien puede hacerlo. La máxima autoridad de una entidad pública (cual-quiera, es decir todas) puede decidir a discreción que una determinada infor-mación es reservada. La base que les da ese poder y convierte en legal la pro-hibición de acceder a una información, es la siguiente: Considerar que deter-minada información afecta la seguri-dad o defensa del Estado, las acciones estratégicas sobre recursos naturales y van contra el interés público.

De ese modo centenares de ser-vidores públicos son convertidos en censores. Esto en buen romance quie-re decir que el Estado es juez y parte. Los principios internacionales sobre seguridad nacional establecen con cla-ridad que el gobierno debe probar ante

un órgano independiente que, en efecto, el acceso libre a una determinado informa-ción afecta a la seguridad del Estado. Lo contrario es la discrecionalidad y la arbi-trariedad, que conduce a que cualquier órgano del Estado oculte información a título de estrategia o seguridad.

Se trata de una viola-ción flagrante de la Cons-titución en un derecho fun-damental de todos los ciudadanos. El artículo 21, numeral 6 de la CPE dice: “Las bolivianas y bolivianos tienen derecho a acceder a la información, interpretarla, analizarla y comunicar-la libremente de manera individual o colectiva”. ¿Puede haber alguna duda sobre el alcance de este derecho?

Pero el proyecto se supera a si mis-mo cuando restringe el acceso a la in-formación sobre temas ambientales, pues vulnera el derecho de consulta que establece la CPE y el derecho de participación ciudadana en la gestión

ambiental. No sólo hay una contradic-ción con la CPE sino que muestra una filosofía contraria al “vivir bien” y a la consagración de la Pachamama como un eje clave en la relación armónica entre el ser humano y la naturaleza, que reivindica el actual gobierno. Sin acceso libre a una información veraz sobre cuestiones ambientales en todos sus estadios y fases, es simplemente imposible cumplir las premisas cons-titucionales.

Mientras el proyecto contempla sanciones a los funcionarios que entreguen información que ha sido considerada como reservada, no las establece para aquellos que se nie-guen a proporcionar información a los ciudadanos. Debiera considerar

sanciones pena- les, civiles y administrativas, según la gravedad. Mencionemos a título de ejemplo la destrucción, alteración, obstrucción, interferencia u omisión que limita o impide definitivamente el acceso a la información estatal.

Nos parece claro que la contradic-ción esencial de este proyecto está en que unos pocos artículos destruyen su espíritu, lo que le hace perder gran par-te de su razón de ser. Dejar en manos de un funcionario la capacidad para negar información a los ciudadanos, es matar el derecho que se pretende consagrar.

El concepto que debe primar en un caso como este es que el Estado legisla sobre un derecho, una garantía acepta-da de manera inequívoca por la juris-prudencia internacional. Cuando esto ocurre es inaceptable que quien legisla recorte ese derecho para proteger al Estado, o para decirlo mejor, para pro-teger al gobierno.

El Estado es nuestro, nosotros somos el Estado y hemos elegido circunstancialmente a quienes lo administran a nuestro nombre. Para que quienes lo hacen no se convier-tan en déspotas, hemos firmado un pacto llamado Constitución. No hay nada que pueda legislarse que esté fuera de ella y, peor aún, que esté contra ella.

¿Libre accesoa la información?

“El Estado es nuestro, nosotros somos el Estado y hemos elegido circunstancialmente a quienes lo administran a nuestro nombre. Para que quienes lo hacen no se conviertan en déspotas, hemos fir-mado un pacto llamado Constitución. No hay nada que pueda legislarse que esté fuera o contra ella.”

CarlosMesaEx presidente de Bolivia

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LECTURAS

“El presentador de CNN, Ismael Cala, debe conocer muy bien el dicho All publicity is good publicity (toda publicidad es buena publicidad)”, dice Dorian Zapata al analizar la polémi-ca protagonizada por Cala y el presidente Evo Morales. La cuestión es vender.

Desde la introducción y ma-sificación de la televisión en los hogares, primero en

Occidente y luego en Sudamérica, se debate acerca del grado de influencia que poseen los medios de comuni-cación masivos en la construcción o afectación de lo público y la política. Una gran cantidad de miradas ha tra-tado la cuestión del nivel de injerencia que tienen los medios de comunica-ción en la construcción de la agenda pública, es decir, la manera en que los medios actúan como filtro, decidien-do que eventos son suficientemente importantes para ser presentados en los programas de noticia, jerarquizán-dolos y contextualizándolos.

Para muchos, los medios defi-nen quién habla, cuánto tiempo habla y cuáles son los contenidos del discurso que serán pondera-dos y exteriorizados en un pro-ducto comunicacional condenso para el público. Otras versiones más radicales perciben que los medios masivos de comunica-ción están usurpando las funcio-nes de las instituciones políticas, es decir actuando como partidos políticos o grupos de interés. En todo caso se puede hablar de una mediatizacion

de la política, “proceso por el que las instituciones políticas son cada vez más dependientes de y moldeadas por los medios ma-sivos de comunicación, no obs-tante mantienen control sobre funciones y procesos políticos” .

En ese sentido, desde la apari-ción de las campañas electorales televisadas, el spot televisivo, los noticieros, los debates televisa-dos, etc., la política se ha tenido que acomodar a las exigencias

Mediatización de la política y el marketing de Ismael Cala

“Las eventualidades de la visita de Cala a Bolivia y el desaire del presidente brindaron al periodista una buena oportunidad de marketing, al menos por al-gunos días.... La posición que ocupa una noticia en la jerarquización que hacen los medios es más alta si involucra mandatarios polémicos, como Evo.”

DorianZapata

Internacionalista

El semblante del presidente Evo Morales al recibir al presentador de CNN, Ismael Cala, en Palacio Quemado el 10 de agosto, lo dice todo: fue hostil.

de formato y forma que exige la televisión. Los políticos termina-ron por adoptar el lenguaje de la televisión en el que muchas veces la imagen prevalece por sobre el contenido. En tiempos de la TV: la forma de hablar, la decoración del set, el lenguaje corporal y la apariencia física entre otros, se posicionaron como elementos que los políticos debían tomar en cuenta para transmitir mensajes y ganar adeptos.

A consecuencia de lo anterior la política comenzó a generar nexos con el mundo del espectá-culo, la farándula y el marketing. Existe infinidad de ejemplos de como políticos que desean más y mejor posicionamiento en la pa-lestra pública, se acercan a per-sonajes de la música, modelaje, deporte, televisión o cine. Solo por mencionar algunos ejem-plos, en una rápida búsqueda en Internet podemos encontrar foto-grafías de Barack Obama durante su campaña electoral con artistas

como Beyoncé, George Clooney, Robert Deniro, entre otras cele-bridades norteamericanas. En Bolivia por ejemplo, Evo Mora-les se ha reunido con Sean Penn, Maradona y Calle 13.

Cabe resaltar que esta intri-cada relación entre celebridades y política es de ida y vuelta. Así como los políticos adoptan el lenguaje de los medios y generan nexos con el mundo del espectá-culo, también muchas celebrida-des cruzan la frontera de su arte hacia la política. Ahí tenemos en Bolivia a Jessica Jordan, ex mo-delo y Miss Bolivia que se postu-ló como candidata para goberna-dora del departamento de Beni; o Oscar Vargas, ex-presentador de noticias de Red Uno, que logró un asiento en el concejo del mu-nicipio de Santa Cruz; o un ejem-plo mas antiguo, Carlos Palenque quien pasó de cantante, músico y presentador de TV a político y candidato a la presidencia.

Los ejemplos mencionados en el anterior párrafo resumen per-sonajes que pretendían un cargo público, sin embargo existe otra tipología de celebridades o per-sonajes mediáticos que ingresan al ámbito de la política con otros fines, por ejemplo de concienci-zación o promoción de alguna causa. Un caso ejemplificador es el cantante de la banda irlande-sa U2, Paul David Hewson me-jor conocido como Bono, quien

realiza activismo por la causa humanitaria en África y el pro-blema de la deuda externa de los países del llamado tercer mundo; el cantante ha tenido reuniones con una cantidad considerable de mandatarios como Obama, Bush, Lula da Silva, entre otros.

Dichas reuniones, ampliamen-te cubiertas por la prensa, no son en vano: el artista posiciona en los medios de comunicación su causa con mayor fuerza si lo ha-ce hablando del tema con un dig-natario de Estado, así también el dignatario o político que se reúne con un artista de renombre, se muestra ante las cámaras recep-tivo a aquellas celebridades que promueven causas justas y con eso exterioriza una imagen que puede caer agradable a aquellos seguidores y fans del artista, así como también a aquella audien-cia que no siempre sigue las noti-cias políticas.

Este posicionamiento de cau-sas parece haber sido bien enten-dido por el periodista y presenta-dor de CNN Ismael Cala, quien visitó Bolivia con motivo de en-trevistar al presidente Evo Mora-les, pero quien también aprove-chó para lanzar y promocionar su primer libro: 'Cala Contigo: El Poder de Escuchar'.

Lo anecdótico y las coinci-dencias de los hechos fue que en una primera instancia Morales no recibió a Cala -Evo no lo quiso escuchar-, generando la reacción del periodista quien hizo apari-ciones en diferentes programas de diversas cadenas comunica-cionales de Bolivia, exigiendo respeto a la labor periodística, quejándose acerca de la perdida de tiempo que le provocó el des-aire del presidente, pero al mis-mo tiempo demostrando mucho aprecio por la cálida recepción del pueblo boliviano a quien en-tregó de manera primicial su pri-mer obra escrita.

La pregunta ante algunas ca-sualidades debe de hacerse: ¿Las posibilidades de venta de un nue-vo libro sobre escucha activa ac-tiva se incrementan si existe una

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noticia en los medios sobre un mandatario que no quiere escu-char al autor?

En mercados competitivos muchos libros reciben mayor cobertura mediática y por ende se promocionan mejor en los medios, no tanto por su conteni-do, sino porque detrás del título existe una historia, tragedia o re-lato acerca de la vida del autor, de un hecho reciente de interés, o del conflicto entre el autor y un personaje público. Esto anterior especialmente en países como Estados Unidos donde la compe-tencia es grande, ya que se publi-can mas de trescientos mil libros al año. En síntesis, muchas de las estrategias de marketing para promocionar libros están ligadas al escándalo o generación de una polémica que provoque atención de los medios y por consecuencia de los posibles compradores.

Las eventualidades de la visita de Cala a Bolivia y el desaire del presidente brindaron al perio-dista una buena oportunidad de marketing, al menos por algunos días ya que finalmente la entre-vista tuvo lugar (algunos días son importantes, especialmente en internet donde la información se comparte en tiempo real). La posición que ocupa una noticia en la jerarquización que hacen los medios, es más alta si involu-cra mandatarios de Estado polé-micos, en este caso Morales. Una nota periodística sobre el desaire de Morales, que introduzca un párrafo al final relatando que mientras Morales cancelaba, el periodista presentaba su libro de escucha activa, constituye un es-pacio publicitario ganado.

Saber generar noticia en los medios de comunicación es de utilidad para vender un produc-to, los que trabajan en los medios lo saben, el presentador de CNN debe conocer muy bien el dicho: All publicity is good publicity (toda publicidad es buena publi-cidad).

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