Secretos de Los Reptiles

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1 SECRETOS DE LOS REPTILES Una visión inédita del extraño mundo de los Reptiles, Eusuquidos y Quelonios Lima-2010 POR: RUBÉN GUZMÁN P. MUSEO DE HISTORIA NATURAL UNIVERSIDAD RICARDO PALMA SECRETOS DE LOS REPTILES Co-Autores: Enrique Flores C. Ricardo Vásquez C. Julio Magán R.

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SECRETOS DE

LOS REPTILES

Una visión inédita del extraño mundo de los Reptiles, Eusuquidos y Quelonios

Lima-2010

POR: RUBÉN GUZMÁN P. MUSEO DE HISTORIA NATURAL UNIVERSIDAD RICARDO PALMA

SECRETOS DE

LOS REPTILES

Co-Autores:

Enrique Flores C.

Ricardo Vásquez C.

Julio Magán R.

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Universidad Ricardo Palma © 2010

Prohibida toda reproducción , sea total ó parcial con

cualquier medio mecánico, electrónico o fotocopia sin la

previa autorización por escrito de los editores.

PORTADA

Phylodryas tachymenoides

Especie recientemente reporta-

da para Lima

Foto: Enrique Flores C. © 2009

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SECRETOS DE

LOS REPTILES

POR: RUBÉN GUZMÁN P.

SURCO-2010

LIMA PERÚ

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SECRETOS DE LOS REPTILES

POR: RUBÉN GUZMÁN P.

Museo de Historia Natural, Universidad Ricardo Palma

ENRIQUE FLORES C Naturalista especializado en Reptiles y Fotógrafo de Fauna Silvestre

RICARDO VÁSQUEZ C Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga - Museo de Historia Natural, Universidad Ricardo Palma

JULIO MAGÁN R. Biólogo y Fotógrafo Colaborador, Museo de Historia Natural - URP

Contenido Pág.

Introducción..........................................................................................

Los Reptiles..........................................................................................

Morfología básica.................................................................................

La Cabeza......................................................................................

Dentición..............................................................................

Los Sentidos

La Vista.................................................................................

El Oído...................................................................................

Fosetas Termosensibles.......................................................

El Olfato................................................................................

Ampollas de presión.............................................................

Los Crocodilianos..................................................................................

Un eterno Dilema: Caimanes & Cocodrilos................................

Los Ojos..........................................................................................

El Oído............................................................................................

La Piel.............................................................................................

Reproducción.................................................................................

Cortejo...................................................................................

Cópula....................................................................................

Desove.....................................................................................

Eclosión..................................................................................

Caza.................................................................................................

Sistema Circulatorio……………………………………………….

Pulmones…………………………………………………………..

Los Quelonios.........................................................................................

El Caparazón.....................................................................................

Longevidad........................................................................................

Alimentación......................................................................................

Defensa..................................................................................................

Criptodyra...................................................................................

Pleurodyra...................................................................................

Secreciones..................................................................................

Sellado del caparazón..................................................................

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Toxicidad.........................................................................................

Escape..............................................................................................

Reproducción............................................................................................

Los Escamosos……………………………………………………………...

Los Saurios……………………………………………………………..

Los Gekos……………………………………………………………….

Lamelas…………………………………………………………...

Vocalizaciones……………………………………………………

Autotomia………………………………………………………...

La Vista…………………………………………………………...

Color……………………………………………………………...

Los Téjidos……………………………………………………………..

Los Gymnophtalmidae………………………………………………….

Los Scincidae……………………………………………………………

Los Tropidúridos………………………………………………………..

Los Polychrotiidae………………………………………………………

Los Iguánidos……………………………………………………………

Los Anphisbaenidos……………………………………………………..

Los Ofidios………………………………………………………………

Reproducción……………………………………………………...

Los Elápidos……………………………………………………………..

Las Serpientes Marinas…………………………………………………..

Los Leptotyphlopidos……………………………………………………

Los Vipéridos……………………………………………………………

Suero Antiofídico………………………………………………………..

Los Colúbridos…………………………………………………………..

Los Boidios………………………………………………………………

Serpientes Antropófagas…………………………………………………

Curiosidades Sobre los Reptiles

La Evolución en Acción………………………………………………..

Poblaciones de reptiles…………………………………………………

El Acto de Desaparecer…………………………………………………

La Renovación…………………………………………………………...

Una Cuestión de Alimentación…………………………………………

EL Enigma de la Isla……………………………………………………

Extraños en el Vecindario………………………………………………

El Hombre y los Reptiles……………………………………………….

El Ocaso de los Reptiles…………………………………………………

Notas del Autor………………………………………………………………

Agradecimientos……………………………………………………………..

Bibliografía…………………………………………………………………..

Sobre los Autores……………………………………………………………

Ilustraciones…………………………………………………………………

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INTRODUCCIÓN

Los reptiles agrupan un selecto gru-

po de vertebrados, con características que

los unen y a la vez separan; la piel seca,

los huevos de cáscara dura y otros factores

definen a un reptil actual.

Desde el periodo Carbonífero, los

reptiles se desarrollaron en una infinidad

de formas, teniendo su punto cúlmine en el

Mesozoico, con la evolución del orden

Dinosauria, con su gran diversidad de for-

mas y tamaños, cuyas innumerables adap-

taciones aseguraban su supervivencia en

los lugares menos imaginados.

El fin del orden Dinosauria se sabe

actualmente, fue provocado por un asteroi-

de, posiblemente del grupo Apollo, ya que

en los sedimentos del límite entre los pe-

riodos Cretáceo superior y Terciario

(Cenozóico) presentaban una gran concen-

tración de Iridio (Ir), que se encuentra en

ínfimas cantidades en la tierra, pero abun-

da en los cuerpos celestes como los Aste-

roides; el ultimo punto de discusión era el

cráter, si en verdad cayó un cuerpo celeste,

era necesaria la evidencia del cráter.

En los años 90, se encontró dicho

cráter, una formación monstruosa de más

de 160 kilómetros de diámetro, con un pi-

co central de roca fracturada de 65 millo-

nes de años de antigüedad.

Otros sucesos, propiciaron la extin-

ción del orden Dinosauria, tales como

erupciones continuas de los volcanes, que

con el polvo levantado pos la colisión,

afectó, indirectamente a estos animales; a

excepción de un reducido grupo, del cual

finalmente derivaron las aves.

Los reptiles actuales se diferencian

de los dinosaurios por presentar las patas a

ambos lados del cuerpo, al contrario que

los grandes lagartos, que las presentaban

bajo el cuerpo; esta adaptación, permitió la

sobrevivencia de cuatro grupos actuales de

reptiles, tres de los cuales, compartieron la

tierra con los dinosaurios: las Tortugas,

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Fig. 1.-Leptodeira anullata, en actitud defensiva

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crocodilidos y tuáteras, entre los cuales, el

caimán más grande que se conoce, el Pu-

rusaurus (Lagarto del Purús), se sabe que

se alimentaba de Hadrosaurios, grandes

dinosaurios herbívoros de 3 toneladas.

Los reptiles actuales son pequeños,

gracias a ellos, y a sus primas, las aves,

podemos reconstruir la conducta de sus

ancestros dinosaurios, ya que de éstos no

se han conservado más que los huesos, y

en contados casos, los tejidos blandos.

Los reptiles actuales, a pesar de po-

seer una anatomía un tanto diferente, pre-

sentan un sinnúmero de adaptaciones, cos-

tumbres y estrategias de supervivencia que

eclipsan a otros vertebrados superiores

como aves y mamíferos.

La inmensidad de formas de los rep-

tiles son el resultado de la radiación adap-

tativa de las pocas especies sobrevivientes

a la extinción Cretácico-Terciario, sin

ellas, hubiera sido imposible obtener tal

variedad de especies.

Las publicaciones sobre la Etología

en los reptiles son escasas, siendo necesa-

rio el estudio en campo para poder com-

prender las actividades diarias de estos

animales, muchas de las cuales son aún

desconocidas, por la dificultad de realizar

las observaciones en campo, ciertamente

es necesario conservar en cautiverio un

reducido número de animales, los que nos

facilitan el estudio de su comportamiento,

pero, solo es especulativo ya que el com-

portamiento en cautiverio puede diferir, en

ciertos casos, en gran medida con el com-

portamiento silvestre de una especie deter-

minada, la adaptación de los ejemplares es

otro obstáculo, no siempre es posible, lo

cual dificulta su estudio.

En el presente trabajo, se pretendió

recopilar Toda la información obtenida

por el equipo de campo del Museo de His-

toria Natural de la Universidad Ricardo

Palma, con los casos más resaltantes regis-

trados en campo y gabinete, así como el

análisis detallado de las filmaciones

hechas en el museo, con los que se revela-

ron una gran cantidad de conductas y es-

trategias defensivas en los reptiles perua-

nos, siendo más evidentes aquellos de la

costa central, con los que el equipo ha te-

nido mayor desempeño tanto en campo

como en el laboratorio.

Es importante recalcar que el trabajo

realizado no es definitivo, posteriores in-

vestigaciones complementarán el conoci-

miento adquirido, haciendo más clara la

comprensión de los primeros vertebrados

en poblar la tierra.

Si bien es complicado tener una de-

tallada explicación de las costumbres de

todos los reptiles conocidos, por lo cual

nos restringiremos solo a aquellos registra-

dos para Perú, donde existe una amplia

diversidad, con más de 150 especies de

lagartijas, 195 de serpientes, 6 de crocody-

lianos y otras tantas de tortugas, si bien

entre ordenes, su comportamiento es u

tanto similar, en los dos mayores grupos,

los ofidios y saurios, existe una gran diver-

sificación de éstos, dependiendo del hábi-

tat y la disponibilidad de alimento, inclu-

so, siendo capaces de proezas que los

humanos solo podemos admirar.

A continuación daremos a conocer

las principales características de los repti-

les vivientes en Perú, claves para describir

el comportamiento de los animales descri-

tos más adelante, para no entrar en confu-

siones se describirán las especies típicas

de cada caso usado en el trabajo.

Al final del documento se adjunta la

relación de las especies cuyos comporta-

mientos se describen en el texto, quizá pa-

rezcan extraños y casi imposibles, pero

estos animales lo vienen haciendo desde

su aparición en este planeta.

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LOS REPTILES1

Los Reptilia, actualmente está con-

formada por un selecto grupo de animales

isotermos2, en relación a su medio, es de-

cir que su temperatura siempre cambia , si

en las horas diurnas la temperatura externa

es de 30°C, la interna será de unos 29-30°

C, igualmente, si la temperatura crepuscu-

lar-nocturna es de 17°C, el cuerpo del ani-

mal estaría en ese rango, entre 17-18°C.

Al hablar de reptiles, siempre nos

imaginamos a criaturas lentas, adictas al

sol, con piel escamosa, y los consideramos

“Primitivos”; lo cierto es que los reptiles,

al igual que todos los animales vivientes

en la tierra, han sufrido un proceso de evo-

lución, modificando las características in-

apropiadas para su supervivencia, me-

jorándolas, y conservando aquellas que la

favorecen, un ejemplo clásico son los Cro-

codylianos, un selecto grupo de 23 espe-

cies que incluyen a Cocodrilos, caimanes,

aligátores y gaviales, su morfología ha

cambiado poco en más de 100 millones de

años, debido principalmente a su forma de

alimentarse y por la “poca necesidad de

hacerlo”, un Crocodylus niloticus saluda-

ble puede comer hasta una vez al año, de-

pendiendo las condiciones en las que se

encuentre, o una vez al mes, si hay abun-

dantes presas.

Otros reptiles son igualmente anti-

guos, los descendientes de Archelon, die-

ron origen a las tortugas actuales, con más

de 260 especies conocidas, de las cuales

solo 6 son marinas, completamente adap-

tadas al mar, seguidas de las terrestres,

adaptadas exquisitamente a las condicio-

nes terrestres más diversas, y finalmente

las acuáticas, con un sinnúmero de formas

y tamaños, teniendo como mayor repre-

sentante a Podocnemys expansa, en las

acuáticas, y a Testudo gigantea y Geoche-

lone nigra, para las terrestres.

Su clave para su supervivencia yace

en su insólito caparazón, conformado por

expansiones de los huesos de la carcaza, es

decir, de las vertebras y costillas, su capa-

cidad de comer casi cualquier cosa, sea

viva o muerta, y almacenar eficientemente

agua en sus vejigas.

El grupo más diversificado de repti-

les son los llamados escamosos, con más

de 7200 especies catalogadas lasta la fe-

cha, entre los que destacan lagartijas, ser-

pientes y anfisbenas, actualmente se ha

recategorizado, teniendo tres sub-ordenes

que agrupan estos tres tipos de reptiles,

todos con un tegumento principalmente

formado por una piel delgada, seca y esca-

mas corneas, con una muda muy evidente,

llegando a desprenderse íntegramente en

algunos casos.

Si bien los escamosos del sub-orden

Sauria, presentan la conformación típica

de una lagartija, existe otro orden, más

antiguo aún, y casi paralelo a los Crocody-

lianos y Quelonios, los Tuáteras, con su

única especie Sphenodon punctatus, del

orden rhynchocephala, sus características

craneales los separan de los escamosos, a

pesar que presentan un gran parentesco

visual, únicamente se los encuentran en

islas desoladas de Nueva Zelanda, com-

partiendo sus dormideros con las aves ma-

rinas locales, tales como petreles.

Fig. 2.- Paleosuchus trigonatus (Shneider, 1801), un crocodyliano típico

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1. Se considera la clasificación tradicional de los reptiles como Clase Reptilia

2. (Del gr. Iso, igual, y Termos , Temperatura) Se acuña este termino por ser más explicativo a la forma de termorregulación de los

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MORFOLOGÍA BÁSICA

Sería muy difícil explicar detallada-

mente el comportamiento de los reptiles si

no conocemos su morfología, reptiles dife-

rentes presentan aparentemente, morfolog-

ías diferentes, pero la estructura básica es

la misma, a partir de ésta, los reptiles se

adaptaron de tal forma, que cada una de

sus adaptaciones favorecen perfectamente

su supervivencia.

A continuación evidenciaremos la

anatomía de los reptiles.

CABEZA

La cabeza difiere poco en los repti-

les del mismo orden, teniendo la misma

nomenclatura de las escamas según su po-

sición en el cráneo, y su situación con es-

tructuras determinadas tales como los ojos,

nariz y labios, en el caso de las tortugas, se

mantiene la nomenclatura, mas no en los

crocodylianos, ya que no poseen escama-

ción, mas bien osteodermos definidos en

la región dorsal del cuerpo, en la cabeza

solo poseen placas corneas planas, que

varían según el individuo.

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1. Rostral

2. Supranasal

3. Prefrontales

4. Supraocular

5. Frontal

6. Parietal

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7. Pre nasal

8. Post nasal

9. Loreal

10. Pre ocular

11. Post ocular

12. Sub ocular

ESCAMACIÒN CEFÀLICA EN SERPIENTES (Colubridae-Elapidae)

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13. Supralabiales

14. Temporales

15. Rodaballo

Fig. 3.– Principales escamas cefálicas de los ofidios, solo los elápidos carecen de escama loreal, así como los miembros de la subfamilia de los dipsadinidos (Género Sibynomorphus).

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Los saurios han evolucionado una

gran diversidad de alimentación, desde

aquellos comedores de carne hasta los fitó-

fagos, la dentición de cada reptil varía

según su dieta, en los saurios existen di-

versos casos, los más comunes son aque-

llos entomófagos

En las serpientes de ha desarrollado

un sistema de inoculación de veneno, que

puede variar según el caso, pudiendo ser

fijo o móvil, según la familia del ofidio,

existen varios tipos de aparatos inoculato-

rios, así como de dentición.

Serpientes Aglifas

Las serpientes aglifas (de A: sin, pri-

vativo; y Glyphos: diente ponsoñoso), son

serpientes que no presentan aparato vene-

noso, se las divide en tres categorías,

según dónde se ubican los dientes cónicos,

típicos de este grupo de serpientes:

1. Amphidonte (Dientes en ambas

mandíbulas), Ej. Familia: Boidae,

Colubridae.

2. Supradonte (Dientes únicamente en

la mandíbula superior), Ej. Familia:

Typhlopidae

3. Infradonte (Dientes únicamente en

la mandíbula inferior). Ej. Familia:

Leptotyphlopidae.

Serpientes Opistoglifas

Estas serpientes (de Opisto: atrás),

son un grupo de colúbridos que presentan

los dientes inoculadores en la última posi-

ción en la mandíbula superior, presentan la

Glándula de Duvernoy, estructura análoga

a la glándula de veneno de los elápidos y

vipéridos, el veneno que produce es por lo

general poco tóxico, en ciertos géneros, y

más potente en otros, únicamente los pre-

Fig. 4.– Principales tipos de dentición en ofidios: A.– Aglifa Amfidonte; B.– Opistoglifa; C.– Proteroglifa; D.– Solenoglifa.

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sentan los colúbridos de ciertos géneros y

especies, si bien el veneno no es tan toxico

como sus parientes, los Elápidos y Vipéri-

dos, las condiciones individuales de los

afectados pueden complicar gravemente el

cuadro clínico.

Ofidios Proteroglifos

Los proteroglifos son las serpientes

venenosas que presentan los dientes vene-

nosos fijos en la parte anterior de la maxila

(Protero: delante, anterior, previo), a esta

familia pertenecen las Corales, Cobras y

Mambas, además de las serpientes mari-

nas, que presentan un veneno altamente

tóxico; la toxicidad del veneno de las ser-

pientes proteroglifas varía según la espe-

cie, pero entran en la categoría de Letales,

por lo común es del tipo Neurotóxico, es

decir, ataca el sistema nervioso provocan-

do parálisis y posteriormente la muerte si

no es tratada a tiempo.

Ofidios Solenoglifos

Estas serpientes presentan los dien-

tes venenosos bien desarrollados y móvi-

les en la cabeza, lo que les permite plegar-

se bajo el paladar para evitar autolesionar-

se, es el grupo más letal de serpientes ve-

nenosas, registrándose más accidentes que

en otras, ya que su coloración críptica, las

hace invisibles, tanto a los depredadores,

como a las presas y ocasionalmente alguna

víctima humana.

Dentición en saurios

Los saurios o lagartos, presentan un

sinnúmero de adaptaciones en cuanto al

tipo de alimentación, muchos son entomó-

fagos, alimentándose de ejemplares peque-

ños, otros malacófagos, pudiendo despren-

der el caparazón de los gasterópodos con

cierta facilidad, finalmente los ornitófagos

y mastozoófagos, que se alimentan indife-

rentemente de mamíferos y aves.

Cada uno de los grupos de saurios ha

desarrollado una dentición especializada

para tales trabajos, con el uso de distintos

tipos de dientes, como molares, caninos,

serrados etc., siempre dependiendo del

tipo de alimentación, pero ninguno con

aparato venenoso como en las serpientes,

los dos únicos casos registrados de toxici-

dad se dan en dos especies norteamerica-

nas, ambas del género Heloderma, el H.

spectrum y el Haloderma horridum, co-

Fig. 5.– Tachymenis peruviana, como ejemplo de ser-piente opistoglifa, no es letal, pero su veneno provoca dolores localizados en la zona de la mordida.

Fig. 6.– Micrurus tschudii, como ejemplo de serpiente proteroglifa, especie letal, en el caso de no recibir trata-miento adecuado.

Fig. 7.– Espécimen de Bothrops pictus, como ejemplo de dentición solenoglifa.

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nocidas vulgarmente como Monstruo del

Gila y Lagarto Perlado, cuyo mecanismo

de inoculación se encuentra en la mandí-

bula inferior, siendo evidentemente más

rudimentario que el de los ofidios.

Muchos lagartos se han adaptado a

la fitofagia, un ejemplo típico es la Iguana

iguana, o Iguana Verde, con su alimenta-

ción únicamente de plantas, los dientes

son planos y muy filosos, proporcionándo-

le un corte perfecto en las hojas y fritos

que constituyen su dieta, otras especies,

como Amblirhinchos cristatus, presentan

una alimentación a fin, en vez de comer

hojas y frutos, se alimenta de algas, su

comportamiento lo veremos más adelante.

Otras especies, presentan dientes

molares, perfectamente adaptados para

triturar el caparazón de los caracoles, la

especie típica es Dracaena guianensis,

llamada Dracena o Lagarto cabeza roja,

sus dientes son hemisféricos, algo aplana-

dos en su cúspide, lo que le proporciona

las herramientas perfectas para sus pode-

rosos músculos mandibulares.

Los lagartos del género Varanus por

otra parte, presentan dientes planos serra-

dos, como cuchillos para carne, una adap-

tación obvia a juzgar por su alimentación,

los dientes presentan surcos donde se aloja

la saliva, rica en bacterias que proporcio-

nan un medio tóxico, que produce graves

lesiones necróticas y finalmente, si no es

tratado a tiempo, una muerte segura; en la

saliva de Varanus komodoensis, actual-

mente se han encontrado glándulas de ve-

neno en Varavos; al igual que los varani-

dae, existen otras especies de la familia

teiidae, los géneros Tupinambis, y Callo-

pistes, que, a pesar de pertenecer a otra

familia completamente distinta, presentan

bacterias con cierta toxicidad en sus bocas,

además de ser por lo general agresivos, sus

dientes difieren de los anteriores por ser

cónicos, del tipo canino.

Otras especies son insectívoras, sus

dientes aplanados, son más romos que

otras especies, pudiendo tener varias

cúspides, entre una y tres por lo común, y

ser desde 1 mm de ancho a menos, depen-

diendo la especie, este grupo abarca la ma-

MODELO DE DENTICIÓN DE UN SAURIO TÍPICO

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1. Dientes Maxilares

2. Dientes premaxilares

3. Dientes mandibulares

4. Orificio nasal

5. Cuenca ocular

6. Cavidad cerebral

Fig. 8.– Representación de una dentición típica de un entomófago Stenocercus ornatissimus, observese los tres grupos denta-les, dos superiores y uno inferior.

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yor parte de los saurios conocidos, entre

lagartijas, anolis y gekos.

LOS SENTIDOS:

La Vista

La visión de los reptiles está más

desarrollada que en los anfibios y algunas

aves y mamíferos, los ojos de los reptiles

son considerados desarrollados, presentan

las características normales de un ojo típi-

co, cornea, cristalino, iris, humores vítreo

y acuoso y la retina, que puede o no pre-

sentar Tapetum lucidum.

Como sucede en el resto de los ani-

males, los ojos están en proporción a la

hora de actividad normal del reptil, por lo

común, si son nocturnos, presentan ojos

grandes, con gran cantidad de bastoncillos,

si en cambio, son hipógeos, los ojos se re-

ducen hasta casi desaparecer, es de esperar

que en el transcurso de su evolución los

ojos de reptiles tales como los géneros

Leptotyphlops, Amphisbaena y Brachya,

desaparezcan completamente; en otros ca-

sos como los Gekkonidae, los ojos se han

desarrollado de tal forma que han tenido

que prescindir de los parpados para captar

la mayor cantidad de luz, la pupila verti-

cal, se abre completamente en condiciones

de poca luz, dándole una excelente visión

nocturna, incluso, sin la necesidad del

Tapetum lucidum.

Por regla general, los ojos de los

reptiles deben estar protegidos de alguna

forma, siendo órganos de vital importancia

en casi todas las especies, es de esperar

que la evolución los dotara de ingeniosas

adaptaciones, desde cutículas duras, que se

desprenden en la muda, hasta ojos en to-

rretas, capaces de moverse independiente-

mente hacia cualquier lado.

La adaptación más común, son los

ojos con parpados, que poseen casi todos

los reptiles en los distintos ordenes, si bien

los parpados ayudan a proteger los ojos de

la luz excesiva, algunas familias como los

Gymnophtalmidae, presentan parpados

transparentes, que dejan pasar la luz de su

entorno, por lo que estas especies se es-

conden durante el día bajo las piedras u

hojarasca, para que sus ojos no sufran con

el exceso de luz.

En el caso de las serpientes , presen-

tan una escama transparente directamente

sobre los ojos, llamada rodaballo, ya que

carecen de párpados, esta escama protege

al ojo de eventuales rayones, si bien es

transparente, en él proceso de muda se

vuelve blanquecina, dada la sustancia

oleosa que se segrega al separarse la piel

vieja, y posteriormente se desprende com-

pletamente al finalizar el proceso muda.

La forma de la pupila depende de los

hábitos del animal, normalmente, los repti-

les diurnos presentan pupilas redondeadas,

los nocturnos, redondeadas, observar la

forma de la pupila puede ser difícil en al-

gunos casos, en la serpiente caracolera pe-

ruana Sibynomorphus oneilli, la pigmenta-

ción del iris es tan oscura como la pupila,

haciendo imposible distinguirla en vida;

en otras especies nocturnas, la pupila es

elíptica, pudiendo presentarse verticalmen-

te en casi tosos los casos, solo el género

Dryophis (Serpiente liana de Asia), las

presenta horizontales, siendo la excepción

a la regla, las pupilas verticales proporcio-

nan una mayor cantidad de luz que incide

en la retina que una pupila circular, la re-

gla general es, que los animales nocturnos

tendrán pupilas verticales en su mayoría, y

Fig. 9.– El ojo del gymnophtalmidae Proctoporus sp, mostrando el párpado transparente.

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A

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Fig. 10.– Los ojos de los reptiles pueden o no estar protegidos por párpados, éstos pueden formar estructuras características de ciertos grupos, aquí arriba, se evidencia los tipos principales de párpados que presentan los reptiles: A.– Sin parpado, ojo con rodaballo (Leptophis depressirostris); B.– Sin parpado, ojo con cubierta queratinizada (Phyllodactylus lepidopygus); C.

– Ojo con párpados simples (Proctoporus sp); D.– Ojos con párpado en torreta (Polychrus liogaster).

TIPOS DE PARPADOS EN LOS REPTILES

SECRETOS DE LOS REPTILES

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los diurnos, pupilas redondeadas, solo en

el caso de los epígeos.

Los hipógeos presentan en su ma-

yoría una visión pobre, es difícil distinguir

las pupilas en la mayoría, por lo general

son circulares, a pesar que son crepuscula-

res y nocturnos, esto se debe a que no usan

en mayor medida su vista, otros sentidos

como el olfato y el tacto los reemplazan

efectivamente, haciendo caso prescindible

la vista, ya que en su hábitat, no es común

la entrada de luz.

La mayoría de los reptiles presentan

los ojos dispuestos a ambos lados de la

cabeza, con una pequeña zona de visión

binocular, que le da el sentido de profundi-

dad, por lo general el área binocular es

relativamente pequeña, de unos 20º, pero

en la mayoría de las especies es suficiente

para cazar eficazmente, la mayor área de

sensibilidad es la monocular, la de visión

panorámica, en este caso existen puntos

ciegos, tanto directamente delante como

detrás del animal, donde es imposible que

vea, en especial las especies como el

Amblirhynchos cristatus o el Conolophus

subcristatus, dos especies de iguánidos de

las Galápagos, que, al igual que otros re-

presentantes, el hocico impide la visión

binocular, que ha sido sacrificada por una

visión enteramente panorámica, pero oca-

sionando un gran punto ciego directamen-

te delante del animal y detrás, lo cual se

compensa con su agudo oído.

Otras especies, como el género

Polychrus, poseen ojos en torretas, que los

pueden mover independientemente, algo

muy útil a la hora de buscar presas, una

vez localizada, los ojos se unen en la ob-

R. Guzmán , 2010

Fig. 11.– El campo visual de los reptiles presenta una pequeña zona de visión binocular, localizada normalmente en frente del animal, esta zona lo ayuda a tener percepción de profundidad, y poder localizar a la presa en el espacio para capturarla con seguridad, Izquierda, esquema del campo visual de una serpiente de la especie Tachymenis peruviana; derecha, esque-ma del campo visual de un geko de la especie Phyllodactylus lepidopygus.

CAMPO VISUAL EN DOS REPTILES TÍPICOS

Page 19: Secretos de Los Reptiles

19

servación, formando una temporal área

binocular, la que le permite calcular la dis-

tancia con suma precisión.

El Tapetum lucidum es una capa re-

flectiva de células situadas detrás de la

retina que proporcionan una segunda de-

tección simultánea de la luz sobre las célu-

las fotosensibles, esta capa produce tan

buenos resultados que parte de la luz refle-

jada atraviesa de forma inversa el ojo, sa-

liendo por la pupila, este efecto es más

resaltante en los crocodilianos, perfecta-

mente adaptados a la caza nocturna, ya

que se encuentran bajo el agua, únicamen-

te dejando fuera los ojos y fosas nasales, la

oscuridad de su hábitat, requiere la presen-

cia de esta capa celular, normalmente se la

aprecia cuando la luz del flash del fotógra-

fo incide sobre el Tapetum lucidum, refle-

jando gran cantidad de luz como se mues-

tra en las fotos inferiores.

Normalmente los reptiles poseen dos

párpados, uno superior fijo, y el inferior ,

móvil, solo en el caso de los Crocodylia-

nos presenta un tercer párpado, la mem-

brana nictitante, que cubre el ojo mientras

está sumergido, corrigiendo la refracción

producida por la densidad del medio líqui-

do, acompañada de otros sentidos que se

explicarán más adelante, los caimanes,

cocodrilos y gaviales, han sobrevivido sin

cambios desde hace más de 300 millones

de años.

Si bien todos los crocodilianos pre-

sentan membrana nictitante funcional, no

siempre la usan bajo el agua, observacio-

nes recientes demuestran que las crías de

Caiman crocodylus no siempre cierran el

tercer párpado, el motivo aún está en in-

vestigación, pero es posible que sufran

cierto proceso elemental de aprendizaje,

en alguna forma, pero la verdadera razón

es por el momento, un misterio.

Además de proporcionar una mejor

visión bajo el agua, la membrana nictitante

protege al ojo en los combates territoria-

les, aunque poco, pero detiene los golpes

de los combatientes en caso que el parpa-

do inferior no llegue a cerrar completa-

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 12.– Efecto reflexivo del Tapetum lucidum de un caimán de la especie Caiman crocodylus.

Fig. 13.– Caimán de la misma especie con las pupilas contraídas.

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Fig. 14.– Membrana nictitante de un Paleosuchus trigonatus (Flecha), el recuadro rojo de la foto superior, evidencia la localización del detalle en la foto inferior.

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mente el ojo, aún así, en ocasiones no es

suficiente, y el ojo puede sufrir algún da-

ño, llegando a la perdida total o parcial de

la vista del ojo afectado.

El Oído

Una creencia que se tiene, es que los

reptiles son sordos, ser sordo, significa en

cierta manera que no puede oír, o percibir

sonidos a través del aire, la verdad es que

los reptiles pueden percibir gran cantidad

de sonidos en distintos medios, con distin-

tas partes del cuerpo, la estructura básica

del oído de los reptiles consta en una

membrana timpánica externa, conectada

directamente, por medio de ligamentos, al

caracol, donde se recepcionan y transmu-

tan las vibraciones del aire a impulsos

eléctricos, por medio de células similares

al órgano de Corti humano, posteriormente

son transmitidas al cerebro donde final-

mente la información es procesada y en-

tendida por el animal; las dimensiones de

la membrana timpánica dependen del ta-

maño del ejemplar, lo que designa el rango

auditivo, normalmente esto depende en

mayor parte del orden de reptiles, por lo

común los escamosos (exceptuando ser-

pientes y amfisbenas), detectan sonidos

superiores a los 9000 ciclos, mientras los

crocodilianos, inferiores a los 30 ciclos,

los llamados infrasonidos, que los usas

generalmente en la época de apareo o para

enviar un mensaje a través del agua a los

animales que invaden su territorio.

Las formas de percepción del sonido

varían según los ordenes de reptiles, las

tortugas, crocodilianos y saurios, depen-

den principalmente de las vibraciones

transmitidas por el aire para poder perci-

birlas, mientras las serpientes, solo captan

los sonidos trasmitidos por sólidos o líqui-

dos a través de su mandíbula inferior y los

gastrostegos, escamas agrandadas que se

ubican desde la región yugular, hasta la

placa cloacal, al contrario de lo que se

piensa, las serpientes no son sordas, solo

captan los sonidos trasmitidos por sólidos.

R. Guzmán , 2010

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1. Escamoso

2. Cuadrado

3. Surangular

4. Conducto auditivo

5. Bóveda auditiva

Fig. 15.– Principales estructuras craneanas relacionadas con la audición, en este caso el cráneo de una tortuga terrestre de la especie Geochelone denticulata.

ESTRUCTURAS RELACIONADAS A LA AUDICIÓN EN LOS REPTILES

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La audición en muchos reptiles es

inferior a la de otras especies animales,

tales como aves y mamíferos, pero esta

deficiencia se complementa con sentidos

adicionales, que ningún otro animal posee.

Fosetas Termosensibles

Si bien los reptiles nocturnos están

adaptados a percibir con sus ojos, las ínfi-

mas cantidades de luz nocturna, a veces es

imposible, hasta para el más especializado

de los reptiles, ubicar certeramente a su

presa, este problema lo resuelven magis-

tralmente algunas familias de serpientes,

en las constrictoras, presentan unas fosetas

en los labios, las llamadas fosetas labiales,

que captan la luz infrarroja a modo de ca-

lor, estos órganos le permiten a la serpien-

te, cazar en completa oscuridad, se realiza-

ron pruebas que confirman este hecho, cu-

briendo los ojos a la serpiente y dejándola

cazar a una rata de esta forma.

En el caso de los vipéridos, solo pre-

senta una foseta a cada lado, situadas en la

zona loreal, por lo cual se le denominan

Fosetas loreales, se encuentran entre los

ojos y los orificios nasales, en un ángulo

de visión similar a los ojos, la foseta cons-

ta de dos cámaras, separadas por una del-

gada membrana plana, la cámara posterior

se encuentra revestida de células sensibles

a minúsculas variaciones de calor, el punto

débil de los animales de sangre caliente, la

información calorífica pasa a través de la

entrada de la feseta, penetrando la primera

cámara y estimulando las células en la pa-

red de la segunda cámara. Ésta informa-

ción térmica, pasa a través de las fibras

nerviosas al lóbulo óptico del cerebro,

donde es procesada, se cree que la imagen

captada por las fosetas es “superpuesta”

sobre la imagen captada por los ojos, de

esta forma la serpiente puede saber exacta-

mente donde está la presa, sin necesidad

de usar su vista.

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 16.– Las fosetas labiales solo se encuentran en los boidae, son similares a las fosetas loreales de los viperi-dae; arriba, en el recuadro rojo, se evidencia la localiza-ción de la ampliación, en la foto inferior de la Python

reticulatus.

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Fig. 17.– Fosetas loreales de una Bothrops pictus, el recuadro de la foto superior señala la posición del detalle de la foto inferior, la flecha señala la ubicación de la foseta loreal.

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El Olfato

Es bien sabido que la mayor parte de

los reptiles, en especial ciertos lagartos,

crocodilianos, y tortugas, huelen por me-

dio de sus fosas nasales, algo que se supo-

ne, en otros casos, como de las serpientes

o algunos lagartos, el olfato se ha despla-

zado a un órgano único en los reptiles, el

Órgano de Jacobson, son un par de fosetas

palatinas, con células sensibles a las partí-

culas odoríferas capturadas por una len-

gua, por lo general bífida, es bien sabido

que las serpientes presentan lengua bífida,

esto les sirve para discernir la localización

de la presa, en caso de no tener la ventaja

de las fosetas loreales o labiales, el proce-

dimiento general no varía, el animal saca

la lengua y la sacude suavemente, en un

movimiento característico denominado

“Silbido”, inmediatamente después, intro-

duce la lengua en la boca, y en el órgano

de Jacobson, donde es analizada, este pro-

ceso se repite tantas veces con sea necesa-

rio, siempre y cuando haya un rastro

odorífero que esté siguiendo, en caso se

pierda el rastro, el animal seguirá intentan-

do durante un tiempo hasta encontrarlo, de

caso contrario interrumpe la búsqueda, es

muy difícil saber lo que detecta el Órgano

de Jacobson, solo se presume que se trate,

en cierta forma , similar a nuestro sentido

del olfato, pero son solo especulaciones,

estudios posteriores revelarán más datos a

cerca de los sentidos de los reptiles que

aún desconocemos.

En cuanto al olfato en los Saurios, se

sabe relativamente poco, se presume que

captan los olores de forma similar a las

serpientes, pero no pueden discernir la di-

rección de dónde viene el olor, esto se de-

be a que no necesitan mucha información

odorífera, mas bien visual ó auditiva.

Ampollas de presión

Estos órganos solo se los encuentra

en crocodilianos, son claves para capturar

presas en total oscuridad, al igual que la

línea lateral de los peces, estas ampollas,

captan pequeñas diferencias en la presión

del agua que los rodea, los experimentos

realizados nos revelan que son las crías,

las que dependen de este órgano, ya que

estimula un arco reflejo con solo un míni-

mo cambio de presión del agua, esto se

debe a que la presa principal de las crías,

son insectos, el chapoteo que producen al

caer en el agua induce a la acción automá-

tica de ataque, este sistema se pierde par-

R. Guzmán, 2010

Fig. 18.– Phylodryas tachymenoides, captada en el preci-so momento del silbido, una acción típica de las serpien-tes.

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Fig. 19.– Ampollas de presión de Crocodylus acutus, son poco evidentes, el recuadro de la foto superior evidencia la posición del detalle en la foto inferior.

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cialmente al crecer el animal, al comparar

ejemplares juveniles con adultos, se esta-

blece que los primeros responden con ma-

yor eficacia a la estimulación replicada por

un goteo que los adultos.

En la explicación, no hemos tomado

en cuenta el gusto ni el tacto, ya que la

información obtenida no es suficiente co-

mo para establecer conclusiones tangibles.

CROCODILIANOS

Uno de los ordenes más antiguos de

reptiles, son los crocodilianos, que agru-

pan a Cocodrilos, caimanes aligátores y

gaviales, presentan adaptaciones perfectas

para la vida acuática, los Ojos, Fosas nasa-

les y oídos, están dispuestos en una línea,

lo que les permite esperar pacientemente

bajo el agua, sin que la presa se de cuenta;

la glotis está adaptada para sellar el paso

de agua a los pulmones, con la acción de

un “falso paladar” que bloquea la entrada

de agua a la garganta, los dientes, cónicos

y estriados, son reemplazados cada tres

meses, dependiendo de las condiciones

metabólicas del animal, la piel, está cu-

bierta de unas placas óseas porosas, llama-

das Osteodermos, que están involucrados

en la termorregulación.

Muchas son las adaptaciones de los

crocodilianos al ambiente acuático, lo cual

ha favorecido su continuidad evolutiva

desde hace 300 millones de años, incluso,

el diseño es tan perfecto, que lograron so-

brevivir a las extinciones masivas, que

acabaron con el orden Dinosauria y los

mamíferos del cenozoico.

Un eterno dilema: Caimanes & Coco-

drilos

Muchas veces, especialmente para

los que no son expertos en el tema, es difí-

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Fig. 20.– Ejemplar de Crocodylus acutus, una especie en peligro crítico que se distribuye por el norte del departamento de Tumbes, Perú, es conocido también como cocodrilo Americano.

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24

cil diferenciar un Caimán o Aligátor, de

un Cocodrilo, a pesar que pertenecen al

mismo orden de reptiles, presentan peque-

ñas diferencias que los agrupan en familias

distintas, antiguamente, especies como el

Paleosuchus trigonatus, eran denominadas

Crocodylus trigonatus, en el tiempo de

Shneider; la actual taxonomía los separa

en dos familias, la famila Alligatoridae3 y

la familia Crocodylidae.

La primera presenta le hocico nor-

malmente romo, en algunos géneros, am-

bos flancos, casi paralelos; los dientes se

insertan en fosas situadas en la mandíbula

superior, a veces, el 4° diente inferior so-

bresale por una pequeña concavidad de la

mandíbula superior, así es que los dientes

inferiores, cuando la boca del animal está

cerrada, no son visibles, los ojos son rela-

tivamente grandes, los osteodermos quilla-

dos de la mitad anterior de la cola, son

aplanados, y por lo general la coloración

del cuerpo es a modo de bandas, con una

textura manchada.

Los Cocodrilos en cambio, presentan

el hocico ahusado, tanto los dientes supe-

riores como los inferiores son visibles

cuando cierra la boca, los osteodermos de

la mitad anterior de la cola están bien des-

arrollados, aparentando filosas placas óse-

as, el patrón predominante de coloración

es a base de manchas casi circulares, por

lo menos en la mayoría de las especies,

además de llegar a crecer más que en el

caso de la familia Alligatoridae, pero esto

no es seguro, ya que en distintas etapas de

su vida, ambos pueden alcanzar el mismo

tamaño.

Los Ojos

Los crocodilianos, por ser animales

casi enteramente acuáticos, presentan un

tercer párpado, la membrana nictitante,

que le permite obtener un mejor enfoque

bajo el agua, además de presentar una pu-

pila vertical contráctil, adaptada para com-

pensar el reflejo del Tapetum lucidum, que

le sirve en la oscuridad de la noche, como

lo hemos explicado anteriormente, como

complemento, se sabe que pueden distin-

guir cierta gama de colores, posiblemente,

una gama similar a otros predadores, una

versión de verde, amarillo, y tal vez azul,

pero poseen una zona de la retina especia-

lizada; nosotros, como primates, presenta-

mos una zona de alta resolución, casi en el

centro de nuestro campo de visión, los

Crocodilianos, presentan una banda de

percepción fina, lo que les facilita escon-

derse y atacar en el momento adecuado.

El campo visual de los crocodilianos

presenta un punto ciego, directamente so-

bre y detrás de la cabeza, lo que no es de

sorprender ya que su elevada sensibilidad

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Fig. 21.– Caiman crocodylus,Caimán blanco; mostrando la cabeza típica de un Alligaroridae.

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3. Se dice que el término Alligator, proviene de la palabra española “El Lagarto”, los colonos ingleses en Norteamérica, con el paso

del tiempo, incluyeron en el idioma la palabra actual Alligator, dada su dificultad por pronunciar “El Lagarto”.

Fig. 22.– Crocodylus acutus, como ejemplo de la familia Crocodylidae.

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a los infrasonidos les alerta de cualquier

amenaza.

El oído

El sentido del oído en los crocodilia-

nos está bien desarrollado, captando prin-

cipalmente infrasonidos, vitales para las

actividades sociales de estos reptiles, des-

de la marcación de territorio, hasta el cor-

tejo.

A los crocodilianos, el escuchar los

sonidos de baja frecuencia les es vital , en

parte, para capturar a su presa, ya que las

ondas de presión, que nosotros las inter-

pretamos como sonido, viajan mejor en un

medio que no se comprime fácilmente, un

grupo de crocodilidos alejados de la esce-

na de alimentación, son atraídos hacia ésta

por las ondas trasmitidas por el agua, des-

de kilómetros de distancia, río arriba ó

abajo.

Al igual que otros reptiles, el oído se

compone de una membrana, en este caso,

está protegida por un colgajo de piel, que

impide que entre agua directamente sobre

el tímpano, lo que pondría en riesgo la

membrana de ser dañada por objetos pun-

tiagudos tales como ramas o incluso las

garras de su presa, el animal puede cerrar

completamente el oído gracias a este col-

gajo, protegiéndolo de lesiones.

La Piel

Lo más resaltante en los crocodilia-

nos, sea quizá, la presencia de osteoder-

mos (Huesos de la Piel), huesos en la piel,

estos huesos aunque parezca raro, son par-

te primordial del sistema de termorregula-

ción de los Crocodilianos, los osteodermos

pueden presentarse en dos formas, osifica-

dos y no osificados, los primeros son vita-

les para ala captación de calor, están ubi-

cados en el lomo de animal, son óseos,

este hueso aplanado está surcado por gran

cantidad de poros y canales, la base para

los capilares que transportarán el calor,

desde el lomo del animal, a todo el cuerpo,

llegando a alcanzar los 30ºC.

Los osteodermos no osificados, se

encuentran en los flancos y vientre del ani-

mal, no poseen hueso, pero si un cartílago

duro que le ofrece protección ante posibles

atacantes, pero son incapaces de transpor-

tar calor, ya que están pobremente vascu-

larizados, a pesar de todo, éstos últimos no

son duros y rígidos, son mas bien flexibles

para compensar el desgaste producido por

el animal, por tener esta consistencia co-

rreosa, la piel de los crocodilianos, en es-

pecial de las especies grandes, tales como

Crocodylus acutus, C. niloticus, Melano-

suchus niger, entre otros estuvieron casi

por desaparecer del planeta, a causa de la

industria peletera, que desollaba cientos de

ejemplares capturados para mantener el

comercio, por esto, actualmente todas las

especies de crocodilianos, de un modo u

otro están protegidas por las CITES, de

comercio de fauna silvestre amenazada.

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 23.– Solapa dérmica que protege a la membrana, en la foto superior se evidencia la posición del detalle de la foto inferior

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FIG. 24.- CURIOSO CAIMÁN de unos

días de vida, aún posee los restos del saco

vitelino, éstos lo nutrirán un tiempo, hasta

que madure totalmente su sistema digesti-

vo, y empezar a alimentarse por su cuen-ta.

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La muda, en estos animales, se reali-

za en delgadas descamaciones, que los pe-

ces ayudan a limpiar, sin dejar rastro, por

ello, es casi imposible que los crocodilia-

nos presenten una notoria muda como

otros grupos de reptiles, a veces, las bacte-

rias descomponen parcialmente la muda,

propiciando el crecimiento de algas, tales

como Spirogyra, que le dan un tono verdo-

so y piloso.

En las regiones labiales de los croco-

dilianos, se evidencian unos puntos, son

órganos sensibles a la presión, análogos a

la línea lateral de los peces, y, como expli-

camos anteriormente, le sirven para detec-

tar ondas de presión en el agua que los ro-

dea, y están desarrollados más en los

ejemplares juveniles que en los adultos.

Al igual que en las zonas labiales, la

lengua es especialmente sensible a las on-

das de presión, teniendo estas ampollas

distribuidas por toda su extensión, propor-

cionando una gran sensibilidad bajo el

agua, además de que la lengua, por estar

bien vascularizada, permite la perdida de

calor, si en caso es excesivo, con su postu-

ra clásica de quedarse completamente in-

móviles al sol y abriendo la boca.

Reproducción

Los crocodilianos no presentan un

dimorfismo sexual, es decir, los machos y

las hembras no tienen diferencias obvias,

por lo general, los machos pueden ser más

grandes que las hembras, principalmente

para defender el territorio de otros machos

rivales, distinguiéndolos de alguna hembra

vecina, el proceso se divide en cuatro par-

tes fundamentales:

1.– Cortejo

2.- Cópula

3.– Desove

4.– Eclosión

Cada una con actitudes inconfundi-

bles que aseguran la supervivencia de sus

descendientes, para dar un ejemplo, pre-

sentamos el caso del Caimán de anteojos,

el Caiman crocodylus.

1.- Cortejo

El cortejo en los crocodilianos es

similar en casi todas las especies, teniendo

como acción de llamado, los infrasonidos

del macho, de unos 16 ciclos y unos 150

decibeles de intensidad, producidos por la

glotis al pasar el aire de los pulmones, este

sonido, su tono y frecuencia, están dirigi-

dos hacia un expectante grupo de hembras,

quienes decidirán con cual macho copu-

larán, evaluando meticulosamente la fre-

cuencia y los decibeles del “Canto” en

cuestión, lo cual afecta a favor o en contra

la decisión que adopte la hembra.

Una vez que la hembra ha escogido

al macho apto, empieza un ritual, una es-

pecie de danza de los animales, topándose

cariñosamente durante unas horas, en una

actitud que no la compararíamos con un

reptil, todas las caricias del macho, esti-

mulan la producción de óvulos de la hem-

bra, finalmente, los dos se sumergen.

2.– Cópula

A diferencia de los escamosos, los

crocodilianos presentan un solo órgano de

cópula, una vez que los dos ejemplares se

sumergen, el macho introduce su aparato

de cópula en la cloaca de la hembra, du-

rante unos minutos, esto es suficiente para

fecundar los óvulos, los cuales en las

próximas semanas, terminarán de desarro-

llarse en huevos perfectamente formados.

3.– Desove

Una vez fecundada la hembra, y des-

pués que los huevos se han desarrollado

completamente dentro del vientre de ésta,

empieza a buscar una zona arenosa, propi-

cia para la postura, debe ser lo suficiente-

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mente blanda para que la hembra cave un

pozo de unos 50 cm, y además debe tener

hojarasca, su descomposición produce el

calor necesario para la incubación, unos

31ºC, aquí se desarrolla un equilibrio muy

delicado; si la temperatura baja, toda la

camada será de hembras, si sube demasia-

do, toda la camada será de machos, si se

mantiene en 31ºC, los huevos más internos

deberían producir machos, y los más ex-

ternos, con menor temperatura, hembras;

manteniendo de esta manera la proporción

de ejemplares de ambos sexos en la pobla-

ción, cualquier cambio, puede poner en

peligro la sobrevivencia de las crías, y la

población de caimanes al final del proce-

so.

El periodo de incubación es de

aproximadamente 85-95 días, pudiendo

ser más o menos, dependiendo de la espe-

cie a la que pertenece, en el caso de

Caiman crocodylus, el periodo normal de

incubación, son 90 días, en este lapso, el

embrión pasa a ser de un pequeño manojo

de células adheridas a la pared de huevo, a

formar una red vascular, hasta desarrollar-

se en un perfecto caimán, con todas las

características de un adulto, pero de mu-

cho menor tamaño.

Muchos son los problemas que pue-

den sucederles a los huevos o crías mien-

tras se encuentren en el nido, por lo que la

madre está cerca, en constante alerta, para

enfrentar a cualquier intruso que se atreva

a perturbar el nido, por ello, el momento

más peligroso es cuando los biólogos, en

ciertos casos, deben retirar los huevos del

nido, sabiendo que si la madre los detecta,

habrá pocas posibilidades de ganar.

4.– Eclosión

Una vez que las crías salen del hue-

vo, o están a punto de salir, llaman a su

madre, con un chillido característico, está

demostrado, que al reproducir este sonido,

tanto adultos como juveniles responden de

cierta manera, los juveniles son atraídos,

los adultos, se ponen en alerta; personal-

mente hice unas pruebas en un estanque

con caimanes Caiman crocodylus en cauti-

verio, al replicar los sonidos que produc-

ían las crías, éstos, animales de 5 años,

inmediatamente voltearon y se me aproxi-

maron, mirándome fijamente; este com-

portamiento no me lo esperaba, pero prue-

bas con otros ejemplares de distintas eda-

des, revelaron esa atracción al chillido de

las crías.

Existen casos, en el que las crías lla-

man a la madre desde el interior del hue-

vo, increíblemente, ni la cáscara, ni el

acolchado sustrato de hojas en descompo-

sición impiden la penetración de los llama-

dos del nido hacia la expectante madre,

que inmediatamente va, y los libera de las

cáscaras, a primera vista parecería que el

caimán hembra estuviese devorando a sus

propias crías, pero, lo que en verdad hace

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Fig. 25.– Primer plano de un huevo de caimán negro, Melanosuchus niger, observese la porosidad de la cásca-ra, evidente al tacto .

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Fig. 26.– Primer plano de la eclosión del huevo de caimán blanco Caiman crocodylus, nótese las proporcio-nes relativas, diferentes a los adultos .

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SECRETOS DE LOS REPTILES

ESPECIES VIVIENTES DE CROCODILIANOS

Clase Eusuchia

Orden Alligatoroidea

Familia Alligatoridae

Genero Alligator (2 sp.)

A. misisipiensis

A. sinensis

Género Caiman (3 sp.)

C. crocodylus

C. yacare

C. latirostris

Género Melanosuchus (1 sp.)

M. niger

Género Paleosuchus (2 sp.)

P. palpebrosus

P. trigonatus

Orden Crocodyloidea

Familia Crocodylidae

Género Crocodylus (12 sp.)

C. acutus

C. cataphractus

C. intermedius

C. johnstonii

C. mindorensis

C. moreletti

C. niloticus

C. novaeguineae

C. palustres

C. porosus

C. rhombifer

C. siamensis

Género Osteolaemus (1 sp.)

O. tetraspis

Familia Gavialidae

Género Gavialis (1 sp.)

G. gangeticus

Género Tomistoma (1 sp.)

T. schlegelii

A

B

C

D

Tabla. 1.– Actualmente existen 23 especies vivientes de crocodilianos, de las cuales 5 habitan en Perú, en la tabla superior, se mencionan las 23 especies, al lado de cáda género, se destaca el número de especies conocidas hasta la fecha, las destaca-das en negrita corresponden a las especies peruanas, al lado derecho están las fotos de dichas especies: A.– Caiman crocodylus adulto; B.– Melanosuchus niger juvenil; C.– Paleosuchus trigonatus adulto; D.– Crocodylus acutus.

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es romper la cáscara del huevo, que es, en

comparación, mucho más resistente y po-

rosa que el de un huevo de gallina común,

coloca varios huevos en sus mandíbulas,

cascándolos y expulsando los restos fuera,

posteriormente, lleva a las crías al agua, el

proceso se efectúa varias veces hasta que

todas las crías hayan salido, los restos de

cáscaras, así como los huevos no desarro-

llados son alejados del nido.

Al contrario que otros grupos de rep-

tiles, los crocodilianos hembras son consu-

madas madres, protegiendo a sus crías du-

rante unos 4 a 5 meses en promedio, lue-

go, una vez acabado el saco vitelino, em-

piezan a consumir sus primeros alimentos,

por lo general son insectos, entre escaraba-

jos, saltamontes, cucarachas etc.; pasada

esta etapa, sus preferencias cambian, ali-

mentándose ahora, de peces y crustáceos

acuáticos, hasta este momento los depre-

dadores como serpientes, lobos de río

(Pteronura brasiliensis) y otros caimanes

son un peligro constante, para lo cual las

crías se esconden entre las plantas flotan-

tes como Eichornia crassipes (Fig. 23),

que obstaculiza el paso de grandes preda-

dores, pero no de las sigilosas serpientes,

únicamente cuando hayan alcanzado un

tamaño considerable, serán capaces de in-

vertir los papeles son su pesadilla de la

infancia.

La Caza

Así como todos los animales carní-

voros, los caimanes y cocodrilos, han des-

arrollado un sinnúmero de estrategias de

cacería, desde las más comunes, hasta las

que ponen en evidencia la inteligencia su-

perior de este orden de reptiles.

Existen dos casos particulares de

cacería en estos reptiles, el primero es el

clásico, el asecho, el segundo, es menos

conocido, pero se da en ciertas poblacio-

nes ce caimanes sudamericanos, cuando se

lanzan intencionalmente para cazar peces,

si bien ambas formas son muy distintas y

requieren de cierta coordinación, ambas

funcionan en sus hábitats.

El clásico acecho, se basa en la ca-

pacidad del animal para permanecer com-

pletamente inmóvil, en el caso de los cro-

codilianos pueden estar días en este esta-

do, hasta que una posible presa cometa el

gran error de pasar en su rango de ataque,

ya que los crocodilianos son isotermos,

pueden darse el lujo de ayunar durante

meses, se tiene referencia de ejemplares de

gran tamaño, que han sobrevivido hasta un

año sin comer, pasado el ayuno, es preciso

capturar alimento para renovar las reservas

de grasa.

Lo principal es ubicar una zona pro-

picia, con suficientes animales para que

sea más la probabilidad de que uno se

acerque lo suficiente para ser atrapado, en

eso, el cocodrilo se sumerge, dejando fue-

ra apenas los orificios nasales, los ojos y

oídos fuera del agua; una vez que la presa

se acerca, pero no lo suficiente para el ata-

que, el crocodílido se sumerge completa-

mente, ahora, no puede ver directamente a

su presa, pero la puede oír, la baja frecuen-

cia ocasionada por el chapoteo cerca de la

orilla, es suficiente para que el cocodrilo

ubique a su víctima; una vez que se en-

cuentra en el rango de ataque, animal se

impulsa bruscamente con su poderosa co-

la, saltando hasta 3/4 de su longitud de ser

necesario para cazar a su presa.

Por lo general, la víctima no muere

directamente con el primer golpe, así que

el cocodrilo la lleva río adentro, y la aho-

ga, un cocodrilo saludable puede fácilmen-

te contener la respiración entre 15 y 20

minutos, la presa con suerte aguantaría

unos 2.

Si el animal es pequeño, el cocodrilo

simplemente lo engulle entero, por el con-

trario, si es un animal de considerable ta-

maño, como un tapir, una zebra, etc., y

hay varios ejemplares en las inmediacio-

nes, lo más probable es que se unan, lo

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Fig. 27.– UN CAIMÁN BLANCO

juvenil, en plena cacería, sus ojos brillan a la luz del reflector, la capa reflectiva en el fondo de su retina le

permite cazar casi en completa oscuridad.

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muerdan sucesivamente, y a la vez se re-

tuerzan, de tal manera de despedazar a la

víctima, ya que los crocodilianos no pose-

en dientes adecuados para cortar, sólo para

sujetar.

El otro método se basa en esperar

que la situación sea propicia, en los ríos

del bosque amazónico , existen dos tempo-

radas bien marcadas, una lluviosa, y otra

seca, en la temporada seca, los animales

acuáticos se concentran en los pocos pozos

de agua que quedan, esta situación la apro-

vechan especies como Caiman crocodylus,

C. latirostris y C. yacare, especies suda-

mericanas de gran tamaño, en vez de ace-

char, como en la temporada lluviosa, don-

de es difícil ubicar a las presas, en estas

altas concentraciones de peces, sólo hay

que abrir la boca en el momento oportuno

para poder cazar algo, pero los caimanes

no esperan esto; toman impulso, saltan y

arremeten desde donde los peces no espe-

ran ser atacados: desde arriba; este método

es útil sólo en estas circunstancias, donde

la cantidad de presas, asegura una captura

en el 90% de los intentos, y no en el 20%,

como es habitual.

A veces, en Asia y Australia, los zo-

rros voladores (Suborden Megachiropte-

ra), descansan plácidamente en las ramas

de los árboles cercanas a los ríos, algunas

especies de Cocodrilidos se han adaptado

a esta situación, el Crocodylus porosus, es

capaz de saltar hasta 4/5 de su longitud

total para capturar un zorro volador que

descansa en una rama a 4 metros de altura,

una situación que el hombre ha sacado

provecho apenas hace menos de 100 años,

con el arribo del turismo, especialmente en

Australia, se está acostumbrando a los co-

codrilos silvestres a aceptar comida dada

por humanos, que, normalmente finaliza

en situaciones desagradables para ambas

partes.

Si bien la captura de su presa es una

parte fundamental de sus vidas, el segundo

paso es digerirla, lo que pone a prueba su

sistema digestivo, recordemos que no pue-

de “masticar” a su presa, la traga entera,

por lo que es difícil de digerir, si tuviese

nuestros mismos ácidos gástricos; en el

estómago de los crocodilianos, se produce

un ácido más corrosivo que el de los

mamíferos, llegando a desintegrar hasta el

hueso, entre las pocas cosas que no pueden

digerir, están los compuestos de queratina,

al igual que otros reptiles, son incapaces

de deshacer esa intrincada estructura mo-

lecular con sustancias ácidas.

Además, se tienen referencias sobre

la ingesta de piedras, los Gastrolithos (de

Gastro, estómago, Vientre; y Lithos, Pie-

dra), existen dos posibilidades a cerca de

la existencia de gastrolithos en los estóma-

gos de algunos crocodilianos; puede ser

para regular su flotabilidad, pero existe un

inconveniente en esta acción; los crocodi-

lianos, al igual que las tortugas acuáticas,

poseen músculos especiales alrededor de

sus pulmones, que les permite cambiar el

volumen de aire, sin implicar la masa de

este, haciendo que peso específico del

cuerpo sea menor al agua, y de acuerdo a

eso, el animal puede subir o bajar.

Otra hipótesis es que los gastrolit-

hos, son usados como molino, ya que este

grupo de reptiles está más emparentado

con las aves que otros grupos de reptiles, y

sería de suponer que algún comportamien-

to ancestral se haya conservado en el paso

de los eones, aunque es probable, ya que

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Fig. 28.– Una captura perfecta; un Caiman crocodylus engullendo un cíclido, después de capturarlo en un estan-que.

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se han encontrado restos de Dinosaurios,

en especial de ornitopodos con gastrolit-

hos bien evidenciados, lo cual presupone

que los usaban a modo de molino gástrico,

para ayudar a desintegrar las hojas, y sus-

tancias vegetales que ingerían, pero los

crocodilianos, por lo menos los actuales,

no son fitófagos, por lo que no concuerda

con la idea, lo que puede ocurrir es que los

crocodilianos usen los gastrolithos para

fragmentar los huesos, y que sean más

fáciles de disolver con los ácidos gástri-

cos.

Sistema Circulatorio

A pesar de ser “primitivos”, el siste-

ma circulatorio de los crocodilianos se en-

cuentra más desarrollado y adaptado para

la vida acuática que los de otros reptiles, la

mayoría de los reptiles poseen cuatro cavi-

dades cardiacas separadas por un tabique

sagital, en el caso de los crocodilianos,

este tabique presenta una válvula, que pue-

de abrir o cerrar, dependiendo de la activi-

dad del animal, en cierta manera, se extrae

oxígeno de la sangre, 2 veces, y no una.

El proceso de circulación se realiza

normalmente mientras el animal esté en la

superficie, una vez que se sumerge, la san-

gre es redirigida hacia el interior del cuer-

po, y el ritmo cardiaco se desacelera a

unos pocos latidos por minuto, lo cual

conserva eficientemente la energía, pu-

diendo estar desde unos 20 minutos, hasta

una hora, completamente inmóvil bajo el

agua, sin necesidad de respirar, algo inal-

canzable en otras especies de animales te-

rrestres.

Pulmones

Los pulmones de los crocodilianos

son análogos al de las tortugas, presentan

músculos adaptados para cambiar el peso

específico del cuerpo en el agua, lo que les

permite flotar o hundirse como una roca

en el fondo del cuerpo de agua.

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 29.– Pequeño Caiman blanco antes de sumergirse, las adaptaciones de su sistema circulatorio le permiten permanecer hasta 20 minutos bajo el agua, una adaptación que ningún otro animal posee, y que hace de los crocodilianos, exelentes cazadores de emboscada.

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Fig. 30.– TORTUGAS TARICAYA, Podocnemis unifilis, en una típica actitud de descanso en las ramas de un árbol va-rado en las riveras de un río amazónico.

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QUELONIOS

Un grupo de reptiles, que se caracte-

riza por el clásico caparazón que protege

al animal, son las tortugas, teniendo alre-

dedor de 200 especies, un grupo relativa-

mente pequeño, pero, sobreviviente al

igual que los cocodrilos.

Si bien, su lentitud las caracteriza en

parte, existen detalles impresionantes a

cerca de sus actividades que las hacen ver-

daderas sobrevivientes, en casi todos los

hábitats.

Actualmente, los descendientes de

Archelon, se dividen en tres grupos princi-

pales, Tortugas terrestres, con su lento an-

dar, hacen honor a la reputación que han

adquirido por la especie humana; las La-

custres, con su agilidad para cazar peces, y

las Marinas, con adaptaciones únicas a la

vida en el mar.

Si bien a primera vista pareces lentas

y ociosas, las tortugas son verdaderas so-

brevivientes, conservando agua en sus ve-

jigas durante meses, y por lo general, el

caparazón las protege de casi cualquier

ataque, solo se conoce una especie que

renunció al caparazón óseo, la tortuga laúd

Deremochelys coriacea, ha renunciado a

las placas óseas del caparazón dado a su

gran tamaño y hábitat, si bien pareciera

una desventaja, el caparazón correoso, pe-

ro resistente, le otorga mayor flotabilidad

en las aguas marinas, a diferencia de otras

especies con caparazón osificado, pero

igualmente, presentan desventajas en

cuanto a la protección que les brinda el

caparazón osificado, si bien las tortugas se

caracterizan por esto, algunas especies ta-

les como las tortugas terrestres, han des-

arrollado una caja compacta, que encierra

las partes blandas del cuerpo, una de las

más conocidas es Geochelone denticulata,

una clásica tortuga terrestre amazónica,

donde las costillas, las vértebras dorsales y

lumbares y el esternón, se han fusionado

eficazmente, formando una coraza de 30

mm de espesor; las patas, a modo de co-

lumnas, soportan el peso completo de

cuerpo del animal y aún más en las tortu-

gas terrestres, ya que en el momento de la

cópula, las hembras deben soportar el peso

casi completo del macho.

El Caparazón

Es el rasgo distintivo de las tortugas

en general, está constituido por las vérte-

bras y costillas, expandidas y fusionadas,

el grosor de éstas placas óseas depende del

hábitat de la tortuga, normalmente, mien-

tras más acuática es una tortuga, más del-

gado es el caparazón; en primera instancia,

esto se debe a la acción de la gravedad so-

bre el animal, que influye directamente en

el peso del cuerpo, por lo cual el capa-

razón se hace más robusto, y las patas, que

tienen que cargar con este peso, han adop-

tado por regla general, una estructura co-

lumnar, capaz de soportar tal peso, inclu-

yendo las pequeñas tortugas acuáticas, en

las que el caparazón no está completamen-

te fusionado, se evidencia la forma de co-

lumna de las patas, a pesar de que presen-

tan estructuras aptas para nadar.

El Caparazón propiamente dicho,

está constituido de dos partes principales,

una superior, el “Espaldar” y una inferior,

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Fig. 31.– Las tortugas terrestres como ésta motelo de patas amarillas (Geochelone denticulata) evidencian el robusto caparazón , pudiendo soportar sin problemas el peso de un hombre adulto promedio.

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el “Plastrón”; Unidas por un puente, que

separa la sección anterior de la posterior,

todo el caparazón está formado por la

unión de los huesos pectorales, las costi-

llas y la columna, lo que le ofrece una am-

plia cobertura ante los depredadores, su-

perficialmente presenta una serie de escu-

dos córneos, escamas duras, gruesas, mo-

dificadas para la protección del animal, las

diferentes especies de tortugas presentan

ligeras diferencias en cuanto al número y

disposición relativa de los escudos, algu-

nas especies como Dermochelys coriacea,

solo presenta pequeños tubérculos, como

las escamas de un geko, muy diferentes a

las demás tortugas.

Las dimensiones de los escudos, var-

ían considerablemente entre especies, in-

cluso en una, Lepidochelys olivacea es

completamente distinto el número de escu-

dos de un lado y del otro del espaldar, nin-

guna otra especie, presenta esta caracterís-

tica, todas las demás tienen un número fijo

de escudos, normalmente son:

1 Nucal

5 Vertebrales

4 Costales

2 Supracaudales

El plastrón presenta una escamación

más homogénea, siempre teniendo en

cuenta las excepciones mencionadas, las

adaptaciones sufridas en ésta sección del

cuerpo, varían según la especie, algunas

especies como Chelydra serpentina, pose-

en el plastrón reducido, dada su forma de

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Fig. 32.– Posición de los principales escudos córneos en el espaldar y plastrón de una tortuga Eretmochelys imbricata, los escudos supracaudales son considerados también, escudos marginales, la disposición de éstos es constante en casi todas las especies de tortugas conocidas.

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vida, esta especie prefiere enterrarse en el

fango de su hábitat antes de quedar ex-

puesta, por lo que el plastrón se le hace

casi innecesario, incluso no está tan osifi-

cado como otras especies, al igual que en

la famosa “Mata-Mata” Chelus fimbriatus,

que igualmente se entierra en el sedimento

de los ríos de la vertiente amazónica, tam-

bién posee el plastrón reducido.

Otras especies, tales como el género

Kinosternon, presentan una adaptación

especial en el plastrón, si bien es una sec-

ción rígida, tanto el género Kinosternon

como Terrapene, y otros de la misma fa-

milia, presentan una o dos articulaciones,

que permiten sellar completamente el ani-

mal dentro del caparazón, imposible de

realizar en otras circunstancias, la articula-

ción puede estar entre los escudos pectora-

les y abdominales, casi careciendo de es-

cudos inframarginales, dándole la flexibi-

lidad a la articulación, en el caso del géne-

ro Kinosternon, presenta dos articulacio-

nes, una entre las humerales y las pectora-

les, y la otra entre las femorales y anales,

produciendo dos solapas que encierran

eficazmente al animal dentro del capa-

razón.

Otras especies, presentan el plastrón

en una sola pieza, unido firmemente al es-

paldar, en este caso, por lo general la es-

tructura es aplanada, por lo menos en las

tortugas fluviales, en las terrestres en cam-

bio, sólo las hembras presentan el plastrón

plano, los machos, en cambio, han evolu-

cionado de tal forma, que el caparazón no

sea obstáculo al momento de la cópula, ya

que dos animales con coraza rígida, son

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 33.– Tortuga mordedora Kinosternon leucostomum, una de las pocas especies que presenta el plastrón articulado, ca-paz de sellar el animal dentro de éste.

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incapaces de alinearse para la cópula, una

posición un poco incómoda para un macho

en pleno trabajo, por ello, el plastrón de

los machos de tortugas terrestres ha evolu-

cionado de tal forma de poseer una conca-

vidad, que le proporciona más estabilidad

a la hora de la cópula.

Longevidad

Es bien sabida la lentitud del andar

de las tortugas terrestres, pero esto está

compensado por la longevidad, por regla

general, las tortugas presentan distintos

rangos de vida, desde aquellas que apenas

viven un par de décadas, hasta las que

fácilmente sobrepasan el siglo de vida,

existen a su vez las tortugas que simple-

mente no se pueden hacer cálculos preci-

sos a cerca de su edad, ya que simplemen-

te desaparecen en sus años de juventud.

A este último y extraño caso perte-

necen las tortugas marinas, una vez que

salen del huevo, y son diezmadas por los

depredadores, simplemente desaparecen

por un tiempo indeterminado hasta el mo-

mento, regresando ya adultas, solo se esti-

ma que estén unos 15 años en el periodo

que los investigadores denominan “Los

Años Perdidos”, ya que no se sabe a cien-

cia cierta cuánto tiempo tardan desde que

son recién nacidas , hasta su etapa adulta,

cuando misteriosamente reaparecen.

En otras especies, como las tortugas

fluviales, que son evidentemente más rápi-

das que las terrestres, se estima que pue-

den vivir unos 20 a 30 años como máxi-

mo, su vida es corta en relación a otras

especies, claro que existen excepciones a

esta regla, como en el caso de la Podocne-

mys expansa, un ejemplar completamente

desarrollado, puede vivir hasta los 50

años, un 25% de lo que vive el reptil más

longevo, la Geochelone nigra, con su re-

cord de 260 años registrados, pero se pre-

sume, por los caparazones de ejemplares

muertos, que puedan alcanzar hasta los

400 años, pero no se tienen pruebas con-

cretas a cerca de su longevidad, una tortu-

ga Geochelons denticulata puede llegar a

vivir unos 120 años como máximo, este

tiempo puede incrementarse como dismi-

nuirse según el estado del animal, la tem-

peratura y su alimentación.

Alimentación

Muchas especies de tortugas son

Fitófagas, es decir, se alimentan principal-

mente de plantas, a pesar de poder alimen-

tarse de carne, existe una mayoría de tortu-

gas que son ichtiophafgas, alimentándose

de una gran variedad de peces, entre ellas,

una de las más estudiadas es la Trachemys

scripta, principalmente por la facilidad de

obtener camadas en cautiverio; su capaci-

dad de perseguir peces en su ambiente, y

despedazarlos con sus afiladas garras; una

tortuga igualmente ichtiophaga conocida

por su extraño señuelo, es la tortuga

caimán Macrochlemys temminkii (Norte

América), su lengua se ha adaptado espe-

cialmente para funcionar como el señuelo

de un pescador, atrayendo irresistiblemen-

te a algún incauto pez, una vez en su rango

de ataque, la tortuga cierra rápidamente su

boca, atrapando al pez y matándolo en el

acto con sus poderosas mandíbulas.

Otra especie de tortuga fluvial, pre-

fiere esconderse entre la hojarasca del fon-

do de la charca, donde los pequeños peces

como los tetras (Charassiformes) rondan

con cierta regularidad, para evitar movi-

mientos innecesarios, la Chelus fimbriatus,

llamada por los lugareños como “Mata-

Mata, saca un tubo nasal, como el snorkel

usado por los buzos, escondiéndose en el

fondo, o bajo los troncos podridos de los

árboles, espera pacientemente que se acer-

que su presa, cuando está en el rango de

ataque, mucho más lejos que en otras tor-

tugas, hace uno de los movimientos más

rápidos entre los reptiles, succiona a su

presa sin dejarle el más mínimo tiempo de

reacción, para el pez, en un momento pasa

de estar nadando plácidamente sobre un

curioso montículo de hojarasca, a ser en-

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Fig. 34.– TORTUGA MOTELO de

patas amarillas, Geochelone denticulata, la especie de tortuga terrestre más grande de Perú, muestra el caparazón con los

surcos de crecimiento, al contrario de lo que se piensa, no es seguro calcular la edad del animal a partir de estos surcos.

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gullido vivo, una acción tan rápida que

solo las películas en alta velocidad son

capaces de ralentizar la acción lo suficien-

te como para que sea apreciable para el ojo

humano.

La Defensa

Si bien el caparazón les otorga cierta

defensa, las tortugas han desarrollado va-

riadas técnicas de disuasión a sus enemi-

gos, desde simplemente esconderse en su

caparazón, hasta lanzar sustancias malo-

lientes.

Si bien es la actitud normal de las

tortugas, el esconderse difiere según los

sub-ordenes, existen al respecto dos, los

Cryptodyra y Pleurodyra.

Cryptodyra4

Son tortugas que esconden su cabeza

hacia atrás, en sentido sagital, es decir, de

adelante hacia atrás, a ese grupo pertene-

cen las tortugas terrestres, las familias

Emididae, Chelidridae, Kinosternidae, to-

das ellas esconden de esta manera el cue-

llo, como ya hemos visto en Kinosternon

spp, lo debe hacer de esta manera para po-

der sellar completamente el caparazón.

Pleurodyras5

Las tortugas Pleurodyras no escon-

den la cabeza, en lugar de esto, ya que po-

seen el cuello largo, lo pliegan hacia un

lado, su constitución anatómica no les per-

mite retraerlo como en el caso anterior, a

este grupo pertenecen las familias Cheli-

dae, Pelomedusidae, entre otras.

Secreciones

Algunas especies, especialmente la

familia Chelidae, presentan un par de po-

ros anteriores a las patas posteriores, los

cuales están conectados a una glándula,

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4. Del Latín Crypto: Cueva, caverna; esconden el cuello como introduciéndolo a una cavidad.

5. Del Griego Pleuro: Flanco, costado, para proteger su cabeza, la ladean hacia un lado.

Fig. 35.– Tortuga Phrynops tuberosum, mostrando el plegamiento del cuello hacia un lado del cuerpo, típico de las Pleuro-diras.

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similar a la almizclera (perianal) de los

mamíferos, que produce un líquido

hediondo, de olor muy fuerte, que des-

alienta a sus enemigos cuando intentan

cogerlas desde atrás, otras especies como

Chelus fimbriatus, también poseen estos

poros, con la misma función, pero se ha

observado que es capaz de lanzar un cho-

rro, casi imperceptible de este líquido, es

posible que su objetivo sea la boca de

agresor, al momento de morder el animal.

Sellado del caparazón

En las tortugas, el mayor peligro es

que el caparazón está abierto, tanto por

delante como detrás, en las tortugas de la

familia Testudinidae, han desarrollado es-

cudos córneos extremadamente gruesos, al

sentir el peligro, esconden la cabeza y el

brazo, el antebrazo queda fuera, ambos se

unen en la línea media, los escudos córne-

os de las patas, son tan gruesos, que le

proporcionan un armadura casi impenetra-

ble, siendo difícil estirar las patas para

descubrir la cabeza.

Otras especies presentan diversas

técnicas, las especies de la familia

Kinosternidae, como ya hemos visto, pre-

sentan una o dos articulaciones en el

plastrón, que sirven al animal para sellar

eficazmente ambas entradas, no con una

piel acorazada, si no con la sólida pared

ósea del caparazón, una estrategia adopta-

da únicamente por esta familia, otras espe-

cies presentan estrategias defensivas más

simples, que por lo general se componen

de su propia velocidad en el agua, ó sim-

plemente dar mordiscos defensivos.

Toxicidad

Entre las tortugas marinas, existe

una especie, la Eretmochelys imbricata,

que ha desarrollado una estrategia defensi-

va única en las tortugas, muy similar al de

muchos insectos; por regla general, las

tortugas, no son venenosas o tóxicas, pero

este caso particular, presenta una serie de

alcaloides en sus tejidos, que aumentan

dependiendo de la edad y cantidad de ali-

mento consumido que contenga las toxi-

nas, éstas son adquiridas por el animal al

comer esponjas, a pesar de ser animales,

las esponjas no pueden moverse una vez

que se fijan al sustrato, además de carecer

de mecanismos activos de defensa, por lo

cual producen toxinas en sus tejidos, las

tortugas carey, al ingerir estos animales,

adquieren las sustancias tóxicas y las in-

cluyen en sus tejidos, volviéndolas en cier-

ta forma “Toxicas”.

Escape

La mayor parte de las tortugas que

no presentan dichas adaptaciones no tie-

nen otra opción que huir ante sus enemi-

gos potenciales, especialmente las tortugas

acuáticas de las familias Emididae y Pelo-

medusidae, en estos casos, su rapidez en

los ríos, las salva de ser presa fácil de los

predadores, además de su nerviosismo,

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Fig. 36.– Tortuga Geochelone denticulata en actitud defensiva, nótese la posición de las patas.

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Fig. 37.– Tortuga Taricaya Podocnemys unifilis, una de las especies más rápidas de tortugas al nadar.

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que las alerta efectivamente de posibles

enemigos, echándose al agua de cualquier

punto de la orilla donde estén descansan-

do, ocultándose debajo de troncos ó pie-

dras, lo suficientemente grandes como pa-

ra ocultarlas.

Por regla general, las tortugas acuá-

ticas, una vez atrapadas, siempre intentan

zafarse, arañando o dando mordiscos, al-

gunas como en el caso de la Trachemys

scripta, son conocidas por ser agresivas,

arañando y hasta mordiendo al ser cogi-

das.

Reproducción

Si bien la mayoría de los reptiles son

ovíparos, existe un inconveniente con las

tortugas, ya que presentan caparazón, y les

impide acomodarse perfectamente para

una cópula normal, por ello, los machos de

algunas tortugas, los de la familia Testudi-

nidae, presentan una concavidad en el

plastrón, que les ayuda en el momento de

la cópula.

Mucha gente toma muy en cuenta

este dato y lo generaliza para todas las tor-

tugas, si bien es cierto para las terrestres,

no lo es para las acuáticas, como el agua

sostiene su peso, no les ha sido necesaria

esta modificación en el plastrón, a pesar de

que existen ciertas especies que la presen-

tan muy reducida, y en la mayoría ausente,

lo cual presupone un problema al momen-

to del sexaje para los diferentes estudios

poblacionales.

En el resto de las tortugas, la forma

más sencilla es viendo el tamaño de la cola

y la posición de la cloaca en ésta, si la cola

es pequeña, y la cloaca está cerca de la

base de la cola, con seguridad es hembra;

en cambio, si la cola es larga y la cloaca

está cerca del extremo distal, con seguri-

dad es macho.

Al igual que en los crocodylianos,

sólo poseen un solo órgano copulador, que

introduce en la cloaca de la hembra libe-

rando los espermatozoides, estando unidos

durante unos 20 a 30 minutos, pocas sema-

nas después, los huevos son puestos en un

nido, cavado a unos 30-50 cm en la arena,

lo que los protege e incuba durante los 90

días que tarda el proceso, al igual que en

los caimanes y cocodrilos, la temperatura

define el sexo del embrión.

Una vez que salen las crías, el capa-

razón aún está suave, y plegado por haber-

se desarrollado dentro del huevo, al salir

las crías, trepan escarbando hacia arriba, a

la entrada del nido, don de finalmente se

dispersan, si bien eclosionan miles, pocas

llegan a su etapa adulta, los depredadores

diezman las grandes cantidades de crías.

R. Guzmán, 2010

Fig. 38.– Tortuga de orejas rojas Trachemys dorbignii, sus poderosas uñas y ranphoteca son capaces de producir heridas graves en posibles agresores.

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Fig. 39.– Huevo de tortuga de patas amarillas Geochelo-ne denticulata, nótese la forma casi esférica del huevo.

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Fig. 40.– TORTUGA AMAZÓNICA,

la charapita de aguajal Platemys platycephala, oculta entre los troncos y hojarazca del fondo de un río de la

vertiente del Amazonas.

Page 44: Secretos de Los Reptiles

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R. Guzmán, 2009

Fig. 41.– SERPIENTE DE DOS LÍNEAS,

Phyllodryas tachymenoides, Una de las más bellas y de mayor tamaño de la costa perua-na, completamente inofensiva.

Page 45: Secretos de Los Reptiles

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LOS ESCAMOSOS

El grupo más diversificado de repti-

les vivientes son los llamados apropiada-

mente escamosos, ya que presentan esca-

mas corneas bien diferenciadas cubriendo

todo el cuerpo, que pueden ser granulares

o a modo de placas, pudiendo o no estar

imbricadas o yuxtapuestas, pero en gene-

ral, a pesar de sus diferencias estructura-

les, las escamas corneas, definen a un es-

camoso, al contrario de los grupos anterio-

res cuyo tegumento no eran escamas si no

osteodermos ó escudos córneos.

La gran diversidad de especies de

escamosos es casi 5 veces la cantidad de

especies en los otros tres ordenes de repti-

les, si bien los Rhynchocephala, cuya úni-

ca especie Sphenodon punctatus, no son

considerados escamosos, presentan carac-

terísticas similares, pero por la estructura

esquelética y otros rasgos típicos del or-

den , no se encuentran dentro de los esca-

mosos.

Los escamosos se dividen actual-

mente en tres sub-ordenes, según su es-

tructura craneana:

1.– Saurios

2.– Ofidios

3.– Amphisbaenas

Antiguamente las Amphisbaenas o

lagartos ápodos, estaban incluidas dentro

de los saurios; posteriores investigaciones

revelaron que su rama está separada del

tronco sauriano, además de poseer carac-

terísticas entre saurios y ofidios, tales co-

mo párpados y carencia de patas ó presen-

tarlas muy reducidas, en algunos casos

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 42.– Una Amphisbaena alba, antiguamente considerado lagarto ápodo, actualmente goza de su propio suborden, al igual que las serpientes, carece de patas, pero no presenta lengua bífida como las lagartijas.

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incluso carecen de parpados, pero siempre

con una gruesa escama que protege el ojo.

Si bien son conocidos por su aspec-

to, los típicos reptiles, los saurios presen-

tan un sinnúmero de especies, adaptadas

exquisitamente a su medio, siendo capaces

de proezas imposibles de realizar para

nuestra especie.

Los ofidios, temidos durante mile-

nios, descendientes de lagartijas hipogeas,

perdieron sus patas, y desarrollaron en

ciertas especies, el veneno.

Los Saurios5

Al pensar en un reptil típico, uno

piensa directamente en una lagartija, las

cuatro patas y la cola bien diferenciadas,

ojos con párpados, cabeza triangular, y

una casi infinita variedad de adaptaciones

al medio, en Perú existen 158 especies de

lagartijas, que van desde algunos milíme-

tros, hasta los dos metros, cada una de las

especies ha evolucionado de tal manera de

hacer frente tanto a su ambiente como a

sus enemigos, estas adaptaciones son úni-

cas de cada especie, con pequeñas varia-

ciones entre especies del mismo género.

Los Saurios de la región Neotropical

no son venenosos, ninguno presenta meca-

nismo de inoculación, ni siquiera rudimen-

tario como en el caso de las lagartijas del

género Heloderma, del Neártico; si bien

algunas especies presentan cierta peligro-

sidad, se debe más que todo a sus dientes,

un caso un tanto conocido es aquel del

género Tupinambis, similar a un pequeño

varano, al igual que su primo, este género

alberga gran cantidad de bacterias en su

boca, no tan toxicas, pero igualmente peli-

grosas, le ayudan a dominar a su presa, es

el equivalente al varano en el Neotrópico.

Entre los lagartos fitófagos, que son

la minoría, las iguanas verdes están entre

las más conocidas, por la voracidad que

consumen las hojas en la copa de los árbo-

R. Guzmán, 2010

5.- Saurio, viene del griego y significa lagarto, en latín este suborden se denomina Lacertilia, por Lacerta o lagartija.

Fig. 43.– Todas las lagartijas ostentan una forma básica, las clásicas cuatro patas y la cola desarrollada, como esta lagartija lisa Mabuya nigropunctata, en el Parque Nacional Manú.

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les, siendo consideradas plaga, en algunas

localidades, además de ser apreciadas por

su carne, principalmente para consumo

humano en los poblados de la costa norte,

tales como Tumbes y Piura, donde igual-

mente se consume un lagarto de mediano

tamaño, el Dicrodon guttulatus ó Cañán.

El color de los saurios varía según su

hábitat, estado sexual y condición física

del animal, las iguanas verdes, son

“verdes” siempre y cuando estén en estado

silvestre, al igual que el resto de los repti-

les, la luz ultravioleta, fomenta el normal

desarrollo de los cromatóforos, en caso

estén en cautiverio, sin exposición a la luz

solar directa durante periodos largos, gra-

dualmente van perdiendo los cromatófo-

ros, tornándose de una coloración grisá-

cea, algo similar ocurre cuando al animal

se asusta de alguna forma, su coloración

cambia, de un verde brillante en los juve-

niles a un verde oscuro, casi negro al cabo

de unos pocos minutos, si el ejemplar pre-

senta alguna enfermedad ó parasitosis, de

su color verde normal, se tornará amari-

llento, evidenciando el problema, y tal

vez, facilitando al predador su captura, en

el caso del cortejo, en muchas especies

ostentan colores vívidos, únicamente por

esa temporada, siendo más visibles que en

otras épocas del año, en el caso de las

iguanas, de su color verde, se tornan de un

brillante anaranjado, evidenciando la gran

cresta de los machos, las hembras en cam-

bio, un color verde.

Si bien la mayoría de los saurios son

diurnos, existen varias especies y familias

que no lo son, tales como los gekos que a

su vez presentan una adaptación que

ningún otro animal posee, a su vez, espe-

cies como Brachia peruana, se han adap-

tado a la vida bajo tierra; uno de los gru-

pos que dicho sea de paso, pertenece el

género Brachia, los Gymnophtalmidae,

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 44.– Una de las especies de lagartos fitófagos más comunes, la Iguana iguana, un lagarto muy adaptable, se lo encuen-tra desde la costa norte y centro, hasta el Bosque Tropical Amazónico.

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son parcialmente hipogeos, para ello han

desarrollado estrategias de sobrevivencia

que las mostraremos más adelante.

Los Gekos

Entre las lagartijas, los gekos, o sala-

manquesas, ocupan un lugar especial, sin

parpados, y sus tonalidades, por lo general

opacas en las especies de la costa, y muy

vistosas en las especies del bosque tropi-

cal, presentan, la mayoría, una adaptación

especial para la vida entre las rocas de las

montañas o la corteza de los árboles del

bosque pluvial, a pesar de no tener párpa-

dos, pueden contraer eficazmente las pupi-

las, en la mayoría de los casos verticales,

en las pocas especies de gekos diurnos,

circulares, el rasgo más impresionante de

los gekos son unas estructuras que la ma-

yoría de las especies presentan en las pa-

tas, las lamelas, expansiones modificadas

de los dedos, que le permiten adherirse

con eficacia.

Lamelas

Las lamelas son estructuras propias

de los lagartos que necesitan desplazarse

sobre ramas y troncos con muy pocas ru-

gosidades, los gekos presentan estas es-

tructuras bien desarrolladas en la mayoría

de los casos.

Las lamelas constan en un par de

expansiones de la parte terminal o toda la

región ventral de los dedos de ambas pa-

tas, al contrario que en los anfibios, las

lamelas de los reptiles no presentan un

proceso de succión al sustrato húmedo, lo

que ocurre es tan complejo que los investi-

gadores ni se imaginaban la verdadera es-

tructura microscópica de la lamela; ésta

consta de una serie be vellosidades, miles

por cada milímetro cuadrado, denomina-

das Setae, a su vez, la punta de cada una

está dividida en numerosas estructuras

aplanadas, las Spatulae, en la punta de ca-

da una, se ejerce una fuerte atracción entre

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Fig. 45.– Un Geko de la especie Thecadactylus rapicauda, adherido firmemente a una pared vertical, las lamelas (recuadro) le proporcionan el agarre suficiente para no caer.

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las moléculas de la superficie en la que se

adhiere, y la punta de las Spatulae, este

“Abrazo molecular”, permite al geko ad-

herirse a cualquier superficie, sea o no ru-

gosa, pudiendo romper este “abrazo mole-

cular” al arquear las lamelas unos 40°; pe-

ro lo más resaltante es que, según los ex-

perimentos realizados con estas vellosida-

des , en este caso artificiales, revelaron

que este fenómeno ocurre bajo el agua e

incluso, en el vacío, y se están haciendo

pruebas sobre la posible utilidad de un sis-

tema similar.

Algunas especies de gekos, has re-

nunciado a las prominentes lamelas, sus

garras les permiten aferrarse, de una forma

más rudimentaria, a la corteza e incrusta-

ciones de musgos de los árboles.

Si bien las lamelas no son exclusivas

de los gekos, la familia es conocida preci-

samente por ésta característica, y no son

raras las especies de gekos carentes de la-

melas, una de las razones, es la adaptación

a zonas áridas, especies del mismo género

como Phyllodactylus angustidigitus, P.

sentosus y P. microphyllus, presentan , del

primero al último, una reducción gradual

en la amplitud de las lamelas, debido a su

hábitat, las lamelas quedarían inutilizadas

debido a la arena.

Otras especies como Gonatodes

humeralis (fotografía inferior), también

han renunciado a las lamelas, por la inca-

pacidad de adherirse a sustratos cubiertos

en mayor parte de musgo, donde las lame-

las presentan pocos puntos de contacto,

arriesgando la adhesión del animal, las

garras, aunque de mayor simpleza, propor-

cionan un buen agarre a estas superficies

particulares, a diferencia de los gekos cos-

teros, los gekos del género Gonatodes,

presentan las garras más largas que otros,

dandoles la posibilidad de aferrarse firme-

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 46.– Un geko amazónico muy particular; el Gonatodes humeralis ha renunciado a las lamelas, sus largos dedos presen-tan prominentes uñas, que lo ayudan a trepar por los troncos de los árboles.

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mente a las superficies rugosas, como los

troncos recubiertos por musgos ó la con-

sistencia terrosa de los troncos de ciertas

especies de árboles.

La presencia ó ausencia de lamelas

depende principalmente de los hábitos del

animal, si depende de su capacidad de ad-

herencia para desplazarse verticalmente

sobre superficies lisas, ó rugosas, en am-

bas adaptaciones, la agilidad del animal le

permite cazar con facilidad en los lugares

donde otros reptiles son incapaces de lle-

gar por sus propios medios.

Vocalizaciones

Otra característica que define a los

gekos es su particular chillido, ningún otro

escamoso presenta sistema fonador, es de-

cir estructuras adaptadas para producir un

sonido audible al hombre, especialmente

vibraciones, muy a parte del típico siseo

de los reptiles que emiten al ser molesta-

dos.

En el caso de las vocalizaciones de

los gekos son audibles aún al oído huma-

no, siendo similar al producido por las

crías de caimanes, pero mucho más agudo

en algunas especies y fuerte.

El chillido característico de los ge-

kos es producido por el paso forzado del

aire por unos pliegues faríngeos, análogos

a las cuerdas vocales humanas, el esfuerzo

del animal al exhalar y estirar estas estruc-

turas producen ese cambio rápido de tono,

de grave a agudo en un instante.

El chillido es producido principal-

mente al defender territorio, y como de-

fensa al ser apresado de un modo que le

sea difícil escapar, de esta manera sorpren-

de al depredador.

Autotomía

La forma más común de defenderse

de la mayoría de las lagartijas, incluyendo

los gekos, es la autotomía, es decir, la ca-

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Fig. 47.– Geko amazónico de la especie Thecadactylus rapicauda, emitiendo su típico chillido al ser capturado momentá-neamente, los gekos son los únicos reptiles escamosos con aparato fonador.

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pacidad de auto-amputarse ciertas partes

del cuerpo, en este caso, la cola; es un pro-

ceso un tanto extraño, y las creencias po-

pulares han exagerado en cierta forma el

tema.

Si bien los gekos y otras lagartijas

pueden perder la cola, y posteriormente

recuperarla, no se regenera completamen-

te, la columna vertebral, dentro de la cola,

que en un principio es ósea, al regenerarse

no incluye incrustaciones de fosfato cálci-

co, siendo enteramente de cartílago,

además, la escamación caudal de la zona

autotomizada difiere considerablemente de

la zona sana, por lo cual en la mayoría de

los textos de determinación, no se toma en

cuenta la cola.

En los gekos, las zonas de autotomía

se encuentran separadas externamente por

anillos de escamas, los cuales se pierden

una vez que se separa la cola, el proceso es

un tanto complicado, ya que involucra dis-

tintas estructuras, desde el esqueleto axial,

hasta arterias venas, músculos y nervios.

Una vez apresada la cola, los múscu-

los anteriores y posteriores de una franja

de autotomía dada se contraen, forzando la

delgada piel de las uniones a rasgarse, las

arterias y venas, dotadas de músculos es-

peciales, se sellan, evitando la perdida de

sangre, siguiendo la fractura de secciones

específicas de las vértebras caudales; fi-

nalmente la ruptura de los nervios cauda-

les incitan la acción de los ganglios ner-

viosos pericaudales, que agitan la cola

rítmicamente hasta que las células mueren.

En este momento, el geko emprende

la huída, dejando al depredador entreteni-

do con la movediza cola; al poco tiempo,

la cola cicatriza y empieza la regenera-

ción, que no es exactamente igual, ni ex-

terna ni internamente, la columna vertebral

de la porción autotomizada de la cola, es

reemplazada por un cartílago, el cual no

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Fig. 48.– Detalle de la diferencia en la escamación original (recuadro superior derecha) y regenerada después del proceso de autotomía (recuadro superior, izquierda), la foto inferior resalta la localización de la ampliación.

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tiene la capacidad de quebrarse, los

músculos y nervios, además de los vasos

sanguíneos, se regeneran casi completa-

mente, esta porción de la cola, ya no puede

sufrir el proceso de autotomía.

La Vista

La mayor parte de los gekos son

nocturnos, lo que les permita ocultarse de

sus depredadores que están de caza en el

día, para lo cual han desarrollado una es-

trategia de sobrevivencia única, principal-

mente para la caza de sus pequeñas presas.

La vista en un geko, sea diurno ó

nocturno es vital, ya que no poseen otros

medios de detectar a sus presas, la vida de

un geko nocturno radica en la sensibilidad

de sus ojos a la poca luz nocturna, por lo

cual poseen ojos grandes y prominentes, y

la pupila es vertical, en ocasiones cubrien-

do la totalidad del diámetro del iris; en si-

tuaciones de poca luz, la pupila se dilata,

de tal manera que a pesar de la poca luz

nocturna, el geko puede ver con claridad a

su presa, con mucha luz, la pupila queda

reducida a una simple línea, casi imper-

ceptible.

En cambio los gekos diurnos, los

ojos son mucho más pequeños que en los

nocturnos, presentando una pupila redon-

deada, con poca capacidad de contracción

ó dilatación, solo lo suficiente para dejar

pasar la cantidad adecuada del luz.

Además, los gekos, al igual que las

amfisbaenas y serpientes, no presentan

párpados, lo que en cierta forma agranda

el área de captura lumínica del ojo, y les

permite ver en la oscuridad con mayor fa-

cilidad que otros grupos de reptiles,

además, se presume que los gekos diurnos,

con pupilas verticales, fuesen ramificacio-

nes de la familia gekkonidae nocturna, ya

que presentan las mismas características,

solo difieren en el tamaño y forma de la

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Fig. 49.– Las distintas especies de gekos presentan las pupilas distintas según sus actividades, A-. los diurnos como éste Gonatodes humeralis, las presentan circulares, B.– Los nocturnos como éste Phyllodactylus gerrhopygus, verticales.

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Fig. 50.– GEKO DE LAS HUACAS

de Lima, Phyllodactylus sentosus, observando atentamente antes de salir en una cacería nocturna de pequeños

insectos, de todas las especies de ge-kos peruanos, éste, está en mayor riesgo.

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pupila, las demás características son simi-

lares en toda la familia.

Como otras especies de reptiles, los

gekos deben mudar de piel cada cierto

tiempo, al igual que las serpientes, por ca-

recer de parpados, el rodaballo, esa esca-

ma transparente que cubre el ojo, puede

sufrir lesiones superficiales mientras no

entre en el proceso de muda, obstaculizan-

do la visión del animal, una vez empezado

el proceso de muda, más imperceptible

que en otras familias, ya que los rodaba-

llos no se tornan blanquecinas en la muda,

Fig. 51.– El Geko de las Huacas Phyllodactylus sentosus, especie en peligro de extinción, demuestra en esta toma las lamelas poco desarrolladas de los

Page 55: Secretos de Los Reptiles

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ya que dependen de su transparencia para

sobrevivir.

Al iniciar la muda, se desprenden

fragmentos de la piel, empezando del dor-

so, la cabeza, y la cola, trasladándose

hacia el vientre, en la cabeza, las escamas

transparentes de los rodaballos se separan,

al igual que la piel que cubre la mandíbula

inferior, para acelerar el proceso, el animal

mordisquea la piel suelta, jalándola de tal

manera de que se desprenda; pero no la

desecha, se come su propia piel para reci-

clar sus componentes esenciales, ya que la

gekos de arenales, además de los grandes ojos con pupilas verticales y sin párpados de los gekos nocturnos, otras cuatro especies habitan en zonas cercanas.

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piel vieja es muy valiosa como para des-

perdiciarla.

Color

Si bien no tienen defensas agresivas

como para protegerse como en el caso de

las serpientes con su veneno, los gekos

presentan otras formas de defensa, una de

ellas es la coloración, que puede ser o no

críptica según sea el caso.

La mayoría de los gekos presenta

una variedad de tonalidades, que van des-

de el gris, hasta el marrón, e incluso, ama-

rillento, el patrón va a depender de la es-

pecie y hábitat, ya que algunos pueden

cambiar su coloración según sea el caso,

un caso conocido es el del geko costero

Phyllodactylus microphyllus, el cual puede

cambiar de color según el hábitat donde se

encuentre, en el terreno arenoso de las lo-

mas costeras, adopta una coloración grisá-

cea; en cautiverio, esta coloración es re-

emplazada por una amarillenta pálida;

otras especies del género como el geko de

las huacas Phyllodactylus sentosus, pue-

den cambiar de un color pálido, normal, a

uno más vistoso en la época de aparea-

miento, pero ya que estos últimos son noc-

turnos, es difícil establecer si en verdad

pueden o no ver la coloración, podría ser

que la luz de la luna tenga alguna impli-

cancia en este caso.

La vistosa coloración de los gekos

diurnos se debe principalmente a su hábi-

tat, en los bosques tropicales, la vívida co-

loración, y los diseños, desfiguran el perfil

del animal, haciendo que se confunda en el

medio, algunas especies como el género

Phelsuma, presentan marcas rojas, que

contrastan con el verde de su superficie

dorsal, y , al estar sobre hojas, solo resal-

tan estas marcas, disimulando al animal.

Otras especies presentan un camu-

flaje casi perfecto, los géneros tales como

Uroplatus y Thecadacthylus, presentan

expansiones dérmicas que desdibujan su

silueta cuando están descansando en los

troncos de los árboles; el caso más desta-

cado es el de Uroplatus fimbriatus, un ge-

ko asiático, que presenta la cola aplanada,

y una serie de flecos alrededor del cuerpo

que lo mezclan eficazmente con el fondo

de líquenes, desdibujando al animal y des-

apareciéndolo de la vista de predadores.

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Fig. 52.– Variaciones en la tonalidad del geko Phyllodactylus microphyllus, derecha: coloración en su hábitat; izquierda: en cautiverio.

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Fig. 53.– UN VISTOSO GEKO de la especie Gonatodes humeralis, descansa alerta en una rama, las manchas oscuras en los hombros

simulan ojos de un animal más grande, y les ayuda a evitar a posi-bles enemigos.

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Fig. 54.– LA DRACENA DE GUYANA

Dracaena guianensis, una de las dos únicas especies del género, se alimenta exclusiva-mente de caracoles, venciendo su capa-

razón con ayuda de sus dientes molares.

Page 59: Secretos de Los Reptiles

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Los Tejidos

Entre las lagartijas más grandes se

encuentra este grupo, caracterizado por su

diversidad de adaptaciones alimenticias,

desde aquellos adaptados a la entomofa-

gia, pasando por los malacófagos, hasta

los carnívoros propiamente dichos, si bien

presentan un sinnúmero de adaptaciones

especiales, la forma corporal, como en la

mayoría de los saurios, es similar.

Existen una gran diversidad de espe-

cies, pero nunca sobrepasando a otras fa-

milias, entre las más resaltante están las

Dracenas (Dracaena spp), con una admi-

rable adaptación, los dientes se han dividi-

do en dos grupos principales, los anterio-

res, frontales, adaptados para sujetar a su

resbalosa presa, los dientes posteriores, de

cúspides hemisféricas, los usa como pren-

sa para triturar el caparazón de los caraco-

les que constituyen su alimento.

Otras especies como el Callopistes

flavipunctatus son carnívoros consumados,

alimentándose de diferentes especies de

aves y mamíferos, a veces otros reptiles; la

dentición se ha modificado de tal manera,

de ser muy similar a la de los varanos, con

dientes aplanados lateralmente y serrados

en los bordes cortantes, lo cual les permite

una extraer porciones de su presa sin el

menor problema, al igual que sus parientes

lejanos, presentan bacterias toxicas en su

saliva, no tan letales como en el género

Varanus, pero igualmente peligrosas, en

Perú se los conoce como “iguanas negras”

dada su coloración oscura, pero no tienen

nada que ver con las iguanas.

Otras especies son menos ofensivas,

es el caso del género Ameiva, lagartijas de

mediano tamaño, no superando los 30 Cm

de longitud total, se alimentan de insectos,

que es la regla en lagartijas, a diferencia

de otras especies tales como Tupinambis

spp, Dracaena spp y Callopistes spp, las

lagartijas del género Ameiva, presentan la

dentición normal de los saurios típicos,

pequeños dientes tricúspides, aplanados

lateralmente sin borde cortante serrado,

muy similares a las de otras lagartijas.

Antiguamente existía una familia de

lagartijas de pequeño tamaño muy similar,

los Microteiidae (microtéjidos), llamados

así por presentar una morfología muy si-

milar a estos grandes lagartos; actualmente

esta familia está incluida en un grupo se-

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Fig. 55.– Un Callopistes flavipunctatus, reptil muy simi-lar al varano y de idénticas costumbres, a pesar de perte-necer a otra familia..

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Fig. 56.– La Ameiva ameiva, la cabeza puntiaguda y las escamas dorsales de ésta la designan como un miembro típico de los Téjidos

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Fig. 57.– El Tupinambis , un escurridizo lagarto similar al varano, asecha a su presa usando esa lengua bífida, típica de los Téjidos.

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lecto de saurios: los Gymnophtalmidae,

donde se agrupan distintas y extrañas for-

mas desde aquellas lagartijas con parpados

transparentes, hasta las casi àpodas, como

pequeñas serpientes.

Los Gymnophtalmidae

Este pequeño grupo de reptiles se

caracteriza principalmente por presentar

parpados transparentes, las escamas yuxta-

puestas, y normalmente un rosetón de es-

camas dorsales en la cabeza, todos son de

pequeño tamaño, no sobrepasando los 200

mm de longitud total, existe una creencia

en el departamento de Ayacucho-Perú, que

una de las especies, posiblemente del

género Proctoporus , llamado localmente

“Yaulicanchu”, es letalmente venenoso,

los estudios realizados en el momento de

la descripción de la especie, revelaron que

se trata de un animal dócil, adaptándose en

ciertas circunstancias al cautiverio, el estu-

dio del cráneo nos reveló que no presenta

aparato venenoso como en el caso de

Heloderma spp que lo presentan muy rudi-

mentario, pero lo presenta.

Los gymnophtalmidae presentan una

gran diversidad de formas, que se alejan

de la típica lagartija, una de las más drásti-

cas adaptaciones es el caso del género

Brachya, que presenta una adaptación a la

vida hipogea, muy similar al caso de las

Anphysbaenas, en el caso del género

Brachya, las patas anteriores y posteriores

han quedado reducidas a simples muño-

nes, una buena adaptación si se vive bajo

tierra.

Otras especies de gymnophtalmidae

como el ejemplar de la especie de monta-

ñas Proctoporus “Yaulicanchu” de abajo,

presentan el cuerpo típico de lagartija, a

veces se los confunde con una familia a

fin, los Scincidae, por su textura entera-

R. Guzmán, 2010

Fig. 58.– El más recientemente descrito representante de ésta familia, el Proctoporus, conocido localmente como “Yaulicanchu”, es considerado por los pobladores como un animal venenoso, todos los estudios realizados revelan que es un saurio dócil, y completamente inofensivo.

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mente lisa, típica de ambas familias, mas

no su escamación que difiere por la forma

de la escama parietal.

Cabe destacar que los gymnophtal-

midae constituyen la minoría en cuanto a

géneros, presentan pocos en relación con

familias afines como Teiidae o Scincidae.

Por los datos que se tiene, y las evi-

dencias por la morfología del género

Brachya, se podría mencionar que los

gymnophtalmidae pudiesen ser los lagar-

tos precursores de las serpientes, ya que en

este grupo empieza la atrofia de las patas,

casos como Macropholidus, y otros géne-

ros inducen a pensar que estos reptiles,

emparentados con la serpientes, empeza-

ron con una vida un tanto hipógea, dejan-

do de utilizar progresivamente las patas,

hasta finalmente reducirlas como en el

género ya mencionado.

Muchas especies de Gymnophtalmi-

dae, son aún poco conocidas, únicamente

se evidencia el género y la especie, a pesar

de los estudios realizados, son pocos los

datos a cerca de su comportamiento, en los

ejemplares temporalmente cautivos de

Proctoporus , se observó, en la alimenta-

ción, que el animal musca cualquier movi-

miento en el suelo, una vez ubicada la pre-

sa se abalanza sobre ella, si la presa es de-

masiado grande, la restriega contra el sue-

lo, fragmentándola.

Este comportamiento agresivo en

cuanto a su alimentación, apenas se ha ob-

servado en las poblaciones de esta especie

de la sierra peruana, otras especies, pre-

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 59.– Morfología externa del género Brachya, tomando a Brachya peruana como modelo de Gymnophtalmidae, los posibles lagartos precursores de las serpientes, obsérvese las pequeñas patas, tanto anteriores como posteriores, adaptadas para la vida hipógea (Dibujos: Rubén Guzmán P., 2009).

Page 62: Secretos de Los Reptiles

62

sentan un comportamiento menos agresi-

vo.

Los Scincidae

La familia Scincidae agrupa a un

pequeño grupo de lagartos similares en

apariencia a los Gymnophtalmidae, si bien

éstos presentan una piel más lisa, y son,

por lo general de mayor tamaño, pueden

encontrarse especies de pequeño tamaño,

similares a las lagartijas de las montañas

Pseudoproctoporus y del Bosque tropical

Gymnophtalmus, géneros antiguamente

clasificados dentro de los Microtéjidos.

Los Scincidae están dictribuidos por

las zonas tropicales, siendo el más conoci-

do la Tiliqua scincoides, el lagarto o escin-

co de lengua azul, como todos los scinci-

dae, presentan patas visiblemente reduci-

das, lo que le proporciona un mejor perfil

para desplazarse bajo la arena suelta de su

hábitat, en las amplias llanuras desérticas

de Australia, otras especies, como el géne-

ro Mabuya, permanecen bajo la hojarasca

de los bosques tropicales sudamericanos,

escondiéndose rápidamente, la coloración

críptica ayuda a disimularlas eficazmente

entre la vegetación del suelo del bosque.

Otras especies, como el escinco de

lengua azul, Tiliqua scincoides de Austra-

lia, se entierran en la arena, el movimiento

serpentiforme, ayuda a licuar la arena,

transformándola en una especie de líquido,

permitiéndole al animal enterrarse rápida y

eficazmente en el sustrato.

Muchas especies presentan esta es-

camación lisa, probablemente para tener

mejor deslizamiento en la arena, o al es-

conderse en su medio, ya que solo salen a

determinadas horas del día, y se escurren

rápidamente al sentir la presencia de algún

enemigo potencial.

Las patas reducidas de algunas espe-

cies de Scincidae, evidencian la tendencia

de perder los apéndices locomotores a las

especies hipógeas, dada la versatilidad del

Fig. 60.– Ejemplar adulto de Mabuya nigropunctata, uno de los pocos Scinidae que habitan en el Perú, por sus característi-cas se asemeja a los pequeños Gymnophtalmidae.

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diseño serpentiforme que más de un grupo

de lagartos ha optado.

Los Tropidúridos

Es la familia más abundante de la-

gartijas, agrupando a unos diez géneros,

desde las comunes lagartijas costeras co-

mo Microlophus, hasta las lagartijas de

alta montaña como las Liolaemus, pasando

por las grandes Plica del Bosque tropical

Amazónico, son una de las familias más

diversificadas y abundantes, principalmen-

te en cuanto a especies.

Muchas de las especies de lagartijas

Microlophus son costeras, encontrándose

5 especies en Perú, de las cuales, la más

común es Microlophus peruvianus, de 50

cm de longitud, por lo general siempre

están ligadas a la costa, siendo la especie

Microlophus tigris, la que se encuentra a

mayor altura, apenas sobrepasando los

1500 msnm, conociéndose 2 variedades

geográficas con una marcada diferencia

entre variedades, otras como Microlophus

thoracicus, presentan una característica

distinta a los demás componentes del

género, un parche negro que desaparece

según la actitud del animal.

Otras especies como el género de las

lagartijas Stenocercus , se las encuentra en

las montañas superiores a los 2000 msnm,

con la única excepción de la especie coste-

ra Stenocercus modestus; que se la ha en-

contrado en el río Lurín y en la localidad

de Santa Eulalia, provincia de Huarochirí,

Lima; otras especies como S. chrysopygus,

y S. ornatissimus, son propias de las zo-

nas altas, superiores a los 2000 msnm, te-

niendo una coloración característica que

las disimula bien contra las plantas secas

en los meses de junio a noviembre.

Todas las especies de tropiduridae se

alimentan de pequeños artrópodos, en-

contrándose desde moscas, hasta arañas y

escarabajos, la base de su dieta, en los exá-

menes de contenido estomacal de especí-

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 61.– Una Lagartija Microlophus occipitalis, común en el norte del Perú.

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menes de las colecciones científicas revi-

sadas.

Existe un marcado dimorfismo

sexual en cuanto a ciertas especies, la co-

loración varía considerablemente entre

machos y hembras, el caso más resaltante

es el de Microlophus tigris, los machos

presentan una coloración pardo-verdosa

con numerosos puntos claros, intercalados

por líneas más oscuras, las hembras, por

otra parte, distan mucho de la compleja

coloración de los machos, restringiéndose

a un pardo grisáceo con unas manchas ro-

jizas a ambos lados del abdomen al mo-

mento de gravidez.

La característica típica del género, es

la presencia de la escama parietal (con el

ojo pineal) bien desarrollada y evidente, al

contrario que otras especies que presenta

una pequeña escama en su lugar.

En las poblaciones silvestres es

común observar ácaros poblando los plie-

gues cutáneos del animal, especialmente el

género Stenocercus es especialmente afec-

tado en los pliegues gulares.

Otras especies de tropidúridos son

mucho más coloridas; el ejemplo de Plica

es, una lagartija de gran tamaño que habita

en el bosque tropical, evidencia la adapta-

ción sufrida por el animal para adaptarse a

su entorno, desarrollando una coloración

casi caótica, que lo disimula perfectamente

con el fondo de hojas.

A pesar de ser relativamente cpmu-

nes, los tropiduridos son casi desconoci-

dos, las especies tratadas son solo un

ejemplo, si bien los pobladores de las zo-

nas de estudio los conocen desde innume-

rables generaciones, es difícil establecer

con certeza el número de sus poblaciones

en los hábitats que los designan, se sabe

por otro lado, que ciertos géneros están

distribuídos por altitudes distintas, un

ejemplo viable es el que las especies lime-

ñas del género Stenocercus, habitan sobre

R. Guzmán, 2010

Fig. 62.– Detalle de la cabeza de Microlophus tigris macho, la complicada coloración es típica del sexo, las hembras son mucho menos coloridas.

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SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 63.– CURIOSA LAGARTIJA,

observando al Investigador, esta espe-cie del género Stenocercus, apenas se la encontró una vez en 2006, es posi-

ble que esté extinta de su localidad típica: Oyón..

Page 66: Secretos de Los Reptiles

66

los 1500 msnm, mientras las del género

Microlophus, debajo de ésta altura, algo

curioso cuando se toma en cuenta las con-

diciones en las que habitan, que en gene-

ral, son similares aunque no iguales.

Las lagartijas del género Liolaemus

habitan en las montañas más altas, super-

ando los 3000 msnm, estas robustas lagar-

tijas soportan las difíciles condiciones de

las zonas altoandinas, con el aire enraleci-

do y alto grado de radiación ultravioleta,

además de estar expuestas a un alto índice

de deshidratación, por causa del aire enra-

lecido.

Como casi todas las especies de la-

gartijas de las demás familias, los tropidu-

ridos presentan horas específicas de activi-

dad, normalmente en horas previas al me-

dio día, escondiéndose cundo el sol llega

al cenit y volviendo a salir a media tarde

para aprovechar el calor remanente de las

piedras de su hábitat, el cual tarda hasta 45

minutos en disiparse, una vez disipado el

calor, las lagartijas se esconden en las

grietas para pasar la noche.

La defensa de estas especies de la-

gartijas radica principalmente en huir ó

autotomizar la cola, pero, los ejemplares

más grandes pueden morder al sentirse

amenazados, abriendo la boca ampliamen-

te evidenciando el color anaranjado inten-

so de su lengua, y posteriormente mor-

diendo al atacante si en caso éste logra

apresar alguna extremidad imposible de

autotomizar, al igual que en los gekos, la

autotomía se da por franjas de piel debili-

tada donde es más factible desprender el

segmento de la cola.

Al igual que otros grupos, los tropi-

duridos se encuentran amenazados, con la

excepción de unas cuantas especies conte-

ras, el constante avance de las poblaciones

R. Guzmán, 2010

Fig. 64.– La Stenocercus ornatissimus, una lagartija de las montañas de Lima, habita sobre los 2000 metros sobre el nivel del mar.

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Page 67: Secretos de Los Reptiles

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humanas merma los lugares habitables por

éstas lagartijas, obligándolas a desplazarse

hacia sitios más remotos donde es poca la

probabilidad de encontrar alimento.

Los Polychrotiidae

Las lagartijas conocidas vulgarmente

como Camaleones Sudamericanos, del

género Polychrus son los parientes más

cercanos de los verdaderos camaleones del

género Chamaleo, principalmente africa-

nos, poseen ojos en torreta, como los ver-

daderos camaleones, pero difieren en lo

más resaltante, la lengua.

La lengua de los Polychrotiidae es

evidentemente corta, por no ser necesario

extenderla entre las ramas como los cama-

leones propiamente dichos, además, al es-

tar emparentados con las iguanas, los de-

dos no presentan la típica disposición zi-

godáctila, si no la típica forma de una la-

gartija corriente.

El cambio de coloración, atribuído

principalmente al género Chamaleo, tam-

bién se da en Polychrus es capaz de cam-

biar de color de forma considerable, pero

en menor grado que el género anterior, lo

cual nos pone a pensar en su afinidad

genética, en cuan separados están fi-

logénéticamente.

Dentro de la familia Polychrotidae

se encuentra otro género, los Anolis, estas

lagartijas de cola extremadamente larga,

no se caracterizan por su viva coloración

corporal, si no por su desarrollada papada.

El pliegue gular de los Anolis, está

coloreado vivazmente, desde amarillo in-

tenso, pasando por el rojo hasta el azul

eléctrico, cada uno con un patrón de colo-

ración característico de la especie, desde

una simple mancha en medio de la bolsa

gular, hasta motas y toda la bolsa de un

color vistoso.

Igualmente este grupo presenta un

marcado dimorfismo sexual, el cual está

dado por una acentuada variación cromáti-

ca y la coloración de la bolsa gular; nor-

malmente las hembras son de color pardo,

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 65 .- Un Polychrus liogaster, una especie típica del Bosque Pluvial de Ayacucho (Dibujos: Rubén Guzmán P., 2009).

Ojos en

torreta

Pliegue gular

Page 68: Secretos de Los Reptiles

68

como las hojas secas, mientras los machos,

por regla general, presentan una colora-

ción muy variable, desde un verde oscuro,

hasta un amarillo pálido.

El comportamiento de los Anolis ha

fascinado a los científicos durante años, su

declaración de territorio, en ocasiones con

cierta agresividad.

Cuando dos machos se encuentran,

lo normal consiste en que ambos cambian

a colores vivos, desplegando la bolsa gular

a modo de bandera haciendo presente su

estado de ánimo alterado por la presencia

del intruso; éste a su vez, repite la acción a

fin de demostrarle que se encuentra prepa-

rado para la lucha; por regla general, uno

de los dos cede, teniendo que abandonar el

territorio rápidamente.

En ocasiones el simple acto de des-

plegar la papada no es suficiente, y deben

luchar cuerpo a cuerpo; el encuentro en si

es rápido, demorando unos pocos minutos,

pero es suficiente para hacer huir al más

débil de los contrincantes, finalmente el

vencedor reclama el territorio exhibiendo

una coloración vívida.

Su sentido de territorialidad es tan

marcado que su propia imagen en un espe-

jo es capaz de desencadenar el comporta-

miento de agresión territorial, cambiando

considerablemente de color y desplegando

la bolsa gular.

Los Anolis presentan una adaptación

adicional en las patas; al igual que la fami-

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Fig. 66.– Un Anolis macho en actitud defensiva, extendiendo su bolsa gular para mostrar el amarillo brillante de adverten-cia, y la boca abierta con expresión amenazante.

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Fig. 67.– Hembra de Anolis mostrando la críptica colora-ción, un claro contraste con el macho.

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Page 69: Secretos de Los Reptiles

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lia Gekkonidae, presentan lamelas, menos

desarrolladas que en el grupo mencionado,

pero con una función de apoyo a las afila-

das uñas que presentan los Polychrotiidae

para aferrarse a las ramas de los árboles.

Los iguánidos

Entre los reptiles sudamericanos más

representativos, están las iguanas, con su

especie nominal la Iguana iguana o iguana

verde.

Estos reptiles de considerable tama-

ño abundan en el bosque tropical amazóni-

co y en el bosque seco ecuatorial, donde

reciben el nombre de “Pacazo”, y es apre-

ciada por su carne en ciertas zonas del

Perú; en el bosque tropical amazónico es

común verlas en las copas de los árboles,

los machos, ostentan una cresta espinosa

bien desarrollada, además de la bolsa gular

igualmente evidente; el color, contradi-

ciendo a su nobre, puede llegar a ser rojo-

amarillento en época de celo.

Las hembras, por otro lado, son ver-

des, a veces un tanto plomizas ó rojizas,

dependiendo la cantidad de frutas con ca-

rotenoides en su dieta, la cresta es mucho

menos desarrollada, la bolsa gular, de mo-

desto tamaño, la distingue de los machos.

Una característica evidente en estos

lagartos es la presencia de glándulas infra-

femorales, las cuales producen una sustan-

cia parecida al almizcle en los machos,

que posiblemente tenga un atrayente

sexual, lo interesante es que las hembras

también presentan estas glándulas, pero

menos desarrolladas, edemás otras espe-

cies de lagartos tales como los téjidos y

algunos Gymnophtalmidae poseen glándu-

las similares que, posiblemente sean caun-

sa de la convergencia evolutiva como el

caso de los órganos termorreceptores de

las serpientes viperidae y boidae.

En caso de peligro, los iguánidos

poseen varias estrategias antipredatorias

que les dan buenos resultados, dependien-

do de la actitud del atacante.

En el caso de Iguana iguana y espe-

cies afines como Conolophus subcristatus,

C. martahae y Amblirhynchos cristatus,

presieren huir, a enfrentar un ataque, las

Iguana iguana, son capaces de lanzarse a

los espejos de agua del bosque tropical,

desde unos 20 metros de altura.

Si bien la huida es su primera forma

de defensa, en ocasiones es difícil que un

iguánido se aleje velozmente ante un pre-

dador, en ese caso, la larga cola es una ex-

celente arma, azotando con ella al preda-

dor; pero a veces esto no resulta, como

medida desesperada, la iguana puede ara-

ñar con sus afiladas uñas, y si tiene opor-

tunidad, puede dar mordiscos defensivos,

sus dientes, filosos como navajas, útiles

para cortar hojas y frutas, producen heri-

das profundas si uno es lo suficientemente

desafortunado como para ser mordido por

una iguana furiosa.

Otras especies como Basiliscus basi-

liscus, han desarrollado una estrategia de-

fensiva admirable; los adultos se sumergen

en el agua, yendo directamente al fondo,

nadando velozmante serpenteando su cuer-

po.

Pero las crias presentan la defensa

extraña que ha vuelto famoso al Basilis-

cus; amenazadas, las crías corren veloz-

mente al agua, con un promedio de 20 pa-

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 68.– Detalle de las lamelas de la pata trasera iz-quierda de un Anolis.

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sos por segundo, y con la ayuda de sus es-

camas a modo de espinas en las patas pos-

teriores, el animal es capaz de correr sobre

el agua, un milagro para algunos, pero el

poco peso del animal propicia esta ventaja

evolutiva.

Los mecanismos de sobrevivencia

de los iguánidos se han desarrollado du-

rante varios millones de años, un caso par-

ticular fue el que observó el distinguido

naturalista inglés Charles R. Darwin, en su

recorrido alrededor del mundo con la fra-

gata de guerra HMS Beagle, en su memo-

rable llegada a las Islas Galápagos.

Las Iguanas Marinas de la especie

Amblirhynchus cristatus se han adaptado a

una dieta ficófaga, el primer obstáculo que

superaron fue las frías corrientes oceánicas

con un promedio de 17°C, el agua disipa

25 veces más rápido el calor que el aire,

por lo que estos lagartos han desarrollado

una piel oscura para absorber eficazmente

el calor del sol; como consecuencia de su

dieta, estas iguanas absorben grandes can-

tidades de cloruro de sodio (NaCl), en un

animal no adaptado a estas condiciones,

tendría una muerte lenta por deshidrata-

ción, pero las iguanas marinas poseen

glándulas especiales en sus narices para

poder eliminar el exceso de cloruro de so-

dio, que sería letal si permaneciese en el

organismo.

Otras iguanas del mismo archipiéla-

go, presentan otras adaptaciones particula-

res, las dos especies de Conolophus habi-

tan un territorio completamente opuesto,

casi sin agua, y con constantes erupciones

volcánicas de las islas en las que habitan,

estas iguanas terrestres han aprovechado el

calor de estos pozos volcánicos para su

propia sobrevivencia, estas iguanas, suben

a los cráteres de los volcanes, buscan una

chimenea volcánica donde la temperatura

fluctue entre los 28 y 33°C donde deposi-

tar los huevos, las hembras luchan feroz-

mente por un buen lugar donde desovar

luego de una larga migración, una vez en-

contrado el lugar adecuado, lo defienden

activamente, y al cabo de unos 90 días, las

crías nacen, pero no en las mejores condi-

ciones, ellas deben trepar los 500 metros

de ladera volcánica para encontrar las lla-

nuras donde crecen las plantas que les pro-

porcionan alimento, las crías no comen

durante su primera semana, ya que el saco

vitelino residual les proporciona energía

suficiente para llegar a la cima y buscar

alimento.

Si bien estas tres especies de iguanas

se han adaptado exquisitamente a su hábi-

tat, lo han logrado por estar aisladas del

continente, las especies se diversifican por

el aislamiento, tanto geográfico, como por

alimentación y costumbres, esta radiación

adaptativa produjo cuatro especies de

iguanas a partir de un espécimen llevado a

una de las islas, y ésta es la prueba de la

evolución.

Un hecho que poco a poco se va vol-

viendo común en nuestra sociedad, es la

tenencia de animales exóticos, las iguanas

son un buen ejemplo, se las considera fitó-

fagos apacibles, pero la realidad es otra, a

pesar de alimentarse de hojas, éstos ani-

males pueden atacar al hombre, con mayor

razón si se los acostumbra a la presencia

humana, solo con un buen manejo y ade-

cuada alimentación y trato, es posible te-

ner una buena relación con éstos animales.

Las iguanas son además el blanco

del comercio ilegal de animales exóticos,

por eso en Perú tienen cierta protección en

las reservas naturales, pero igualmente los

cazadores las capturan en cantidad para

venderlas como mascotas, especialmente

los ejemplares juveniles que no sobreviven

al cautiverio sin los debidos cuidados.

En algunas zonas, especialmente las

comunidades del Bosque Amazónico, con-

sumen como alimento a las iguanas, tanto

por tradición, como por ser una fuente de

proteínas para su alimentación diaria en la

selva.

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SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 69.– ORGULLOSO MACHO,

observando las hembras en su territo-rio desde la copa de un árbol de Fi-cus .

Page 72: Secretos de Los Reptiles

72

Las Amphysbaenas

Antiguamente conocidas como La-

gartos ápodos, las Anphysbaenas son pro-

pias del continente americano, su aspecto

serpentiforme las confunde con serpientes,

pero la estructura craneana y dentición

varían, teniendo dientes serrados para tri-

turar insectos, y poderosas mandíbulas pa-

ra impedir que la presa escape por medio

de sus afilados dientes.

Al contrario que las serpientes, las

amphysbaenas se han adaptado particular-

mente al medio hipógeo, buscan insectos

entre la hojarasca del suelo del bosque, su

cabeza, maciza, perfora túneles entre los

detritos del bosque, donde encuentra lom-

R. Guzmán, 2010

Fig. 70.– Una Amphysbaena alba, un reptil ápodo, pariente de las lagartijas y serpientes, se desliza entre la hojarasca en busca de insectos que consume

Page 73: Secretos de Los Reptiles

73

brices y otros invertebrados pequeños que

le sirven de alimento.

Estos reptiles, son presa de numero-

sas especies de aves, mamíferos y serpien-

tes, que lo buscan en el lecho de hojas al

igual que un anfibio similar a la Anphys-

baena, las Cecilias, igualmente de forma

serpentiforme y con las mismas costum-

bres, es posible que este claro ejemplo de

convergencia evolutiva haya moldeado

esta forma ápoda para los animales con los

mismos hábitos.

A causa de sus hábitos, las Anphys-

baenas son aún un misterio en sus costum-

bres, y la verdadera función que desempe-

ñan en el ecosistema.

SECRETOS DE LOS REPTILES

como alimento, antiguamente se las relacionaba con los saurios, ahora, posee su propio sub-orden, Amphysbaena .

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Fig. 71.– ESPERANDO A SU PRESA, una serpiente liana Leptophis depressirostris, acecha a su próxima victima camuflándose entre las hojas con su color verde intenso.

Page 75: Secretos de Los Reptiles

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Los Ofidios

Los ofidios, conocidos como ser-

pientes, son escamosos que han llevado la

ausencia de patas al extremo, incluso per-

diendo las cinturas escapular y pélvica en

el proceso.

Las distintas familias de serpientes

presentan características similares en

cuanto a su morfología; pero distan en sus

costumbres, teniéndolas desde terrestres,

pasando por arborícolas hasta la memora-

ble Chrysopelea paradisi, la serpiente vo-

ladora.

Existen siete familias de serpientes,

divididas en dos grupos principales por la

presencia o ausencia de veneno.

Las serpientes no venenosas son la

mayoría, en Perú existen alrededor de 110

especies descritas actualmente, excluyen-

do venenosas no letales, de la familia Co-

lubridae.

Las venenosas, apenas alcanzan 85

especies, incluyendo las de la familia colu-

bridae, con un veneno bastante débil.

Si bien son odiadas por la mayor

parte de la gente, las serpientes actúan co-

mo controladores biológicos, eliminando a

los débiles y enfermos para asegurar la

sobrevivencia de las especies y evitando la

propagación de enfermedades.

Un hecho curioso en relación a las

serpientes es que ninguna disloca sus

mandíbulas, al contrario que la creencia

popular, el cráneo de las serpientes está

dividido en cinco secciones, la primera, es

la cavidad craneana, donde se aloja el ce-

rebro, luego, asegurada don ligamentos, le

encuentran los dos segmentos de la mandí-

bula superior, los que el animal puede mo-

ver independientemente, finalmente, suje-

to a hueso cuadrado, la mandíbula inferior

se proyecta hacia delante, sus extremos

están unidos por un ligamento bastante

elástico, lo que le permite al animal exten-

der lateralmente sus mandíbulas unos

100°.

El tipo de dentición, como se explicó

en el primer capítulo, es una adaptación a

la falta de miembros con los que apresar

su alimento, el desarrollo del veneno en

los Colubridae, Elapidae, Hidrophiidae y

Viperidae, responde a la necesidad de pa-

ralizar la presa para no sufrir daños al in-

gerirla, si no poseen extremidades con lo

que asir a la presa, paralizarla es lo que

sigue en la lista.

Muchos de los temores a cerca de las

serpientes surgen de la imaginación, quizá

ese instinto de huir de estos reptiles, ad-

quirido de nuestros antepasados similares

a musarañas a quienes los predecesores de

las serpientes actuales perseguían en el

Cenozóico, si bien son venenosas y fácil-

mente pueden matar a un hombre adulto,

casi la totalidad de estos animales prefiere

huir antes de tener algún enfrentamiento

con el hombre, pero hay contados casos de

serpientes que han atacado a humanos por

predación, todos en Asia, e involucran a

las serpientes más grandes los boidae.

Existen especies de serpientes que

son una joya de la evolución; a pesar de

que las serpientes actuales carecen de pa-

tas, los Boidae, las serpientes más primiti-

vas, conservan vestigios de patas y cintura

pélvica, una prueba inequívoca que estos

reptiles, una vez caminaron sobre cuatro

patas.

De cómo las serpientes perdieron sus

patas es uno de los misterios de la ciencia,

es posible que sus antepasados fuesen rep-

tiles como los Scincidae o Gymnophtalmi-

dae, donde en algunas especies las patas se

han reducido y casi desaparecido; además

de la pérdida de las patas, se dio un gran

salto evolutivo al reconfigurar completa-

mente el cráneo para una eficaz predación,

en vez de ser un conjunto sólido de huesos

craneales, se dividió en las cinco partes

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descritas anteriormente; el desarrollo de la

glándula de Duvernoy y la adaptación de

las glándulas salivares en Viperidae y Elá-

pidae, contribuyeron a la pre-digestión de

las presas una vez capturadas, el proceso

de predigestion se puede suprimir si el ani-

mal es lo suficientemente grande, los Boi-

dios, no poseen veneno, pero la aniquila-

ción de la presa se la dejan a su iconfundi-

ble fuerza, en una acción que una especie

ha tomado como nombre, la constricción;

a pesar de que las boas son conocidas por

este acto, otras especies como Mastigodr-

yas heathii también ejercen la constricción

al atrapar a sus presas.

Al momento de la digestión, los áci-

dos gástricos de las serpientes son tan

fuertes que pueden fácilmente desintegrar

el hueso; en sus heces todo lo que queda

de un ratón, por ejemplo, solo es una bola

de pelos y uñas indigeribles, los desechos

orgánicos, como una masa marrón y final-

mente una mancha blanca, es todo lo que

queda del esqueleto del animal ingerido.

Reproducción

Al igual que en los saurios, los ofi-

dios presentan una fecundación interna

llevada a cabo por un par de órganos copu-

ladores en los machos denominados hemi-

R. Guzmán, 2010

Fig. 72.– Una serpiente Phyllodryas tachymenoides buscando a su presa entre las ramas de un árbol, esta serpiente se ali-menta de reptiles, en especial lagartijas y gekos.

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Fig. 73.– Momentos de la cópula de una pareja de Boa constrictor ortonii.

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penes, sólo una de las dos estructuras ge-

melas es responsable de la inyección del

esperma en la cloaca de la hembra, éstos

órganos se encuentran ocultos en dos sa-

cos alojados detrás de la cloaca, en la cola,

se llenan de fluido al momento de la cópu-

la.

En algunas especies, en especial los

Boidae, los machos estimulan activamente

a la hembra por medio de sus pseudoespo-

lones, patas posteriores residuales de sus

antepasados reptiles tetrápodos, estas pa-

tas, que solo las presentan los boidae, aún

están ancladas al esqueleto axial por me-

dio de la cintura pélvica.

Una vez inyectado el esperma, la

fecundación se realiza en los oviductos,

conductos donde los huevos de desarrollan

y posteriormente salen al exterior, existen

varias formas en cuanto a los huevos, de-

pendiendo de la familia y hasta la subfa-

milia, una hembra puede o poner huevos

normales, o sacos membranosos con la

cría completamente formada, y en el caso

de las venenosas, lista para defenderse por

si misma.

Las serpientes, al igual que otros es-

camosos, ponen huevos de cáscara blanda,

de consistencia correosa, sensibles a los

cambios en la humedad y temperatura, las

crías se desarrollan al cabo de unos 90

días, pero no todos los huevos de serpien-

tes son puestos e incubados fuera de la

madre; otras especies como algunos Boi-

dae y Viperidae son denominados ovoviví-

paros, desovan sacos membranosos donde

se desarrollan los embriones, si bien no

son huevos propiamente dichos, el proceso

de adaptación obligó a estas serpientes a

retener lo huevos en su cuerpo, con lo que

ya no es necesaria una cáscara con incrus-

taciones de calcio, así que el animal ya no

pierde este mineral por causa de la repro-

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 74.– Una Jergón Bothrops pictus, una de las pocas serpientes que desovan sacos membranosos, y sus crías son com-pletamente independientes una vez que salen.

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ducción, pero tiene que proteger a su pro-

le.

Otras especies, como Chondropyt-

hon viridis cuidan sus huevos hasta que

nacen las crías; si bien las serpientes no

inspiran ternura, este acto es netamente

instintivo, una vez que las crías nacen y

pueden defenderse por si mismas, luego

las abandona a su suerte; parecería cruel,

pero es necesario para seleccionar a los

más aptos para perpetuar la especie, al

contrario que otras serpientes que dejan a

su suerte a sus huevos desde que nacen, lo

que limita sus posibilidades de sobrevivir.

La cantidad de descendientes varía

según la especie, una serpiente con una

postura normal, una Phyllodryas tachyme-

noides digamos, y si el 100% de ellos se

desarrolla, obtendrá unas diez crías, otras,

como Eunectes murinus con facilidad lo-

grará unas cincuenta, pero otras especies

como Epictia tesselata, apenas y tendrá

suerte si desova dos.

Los Elapidos

LA diversidad de serpientes es bas-

tante grande, dentro de los grupos más co-

nocidos están los elápidos, curiosamente el

género Elaphe (Actualmente Pantherop-

his) corresponde a un Colubrido completa-

mente inofensivo; sin embargo, los Elápi-

dos presentan un veneno Potencialmente

mortal, su efecto neurotóxico, paraliza los

músculos bloqueando las sinapsis, Todas

las especies de Elápidos son potencial-

R. Guzmán, 2010

Fig. 75.– Arrastrándose por el lecho del bosque tropical, una Micrurus obscurus una de las más vistosas serpientes coralillo, además de ser una de las más

Page 79: Secretos de Los Reptiles

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mente mortales, trayéndonos nombres co-

mo “Mamba” (Dendroaspis spp),

“Cobra” (Naja spp y Ophiophagus han-

nahn) e incluso Coralillos (Micrurus, Mi-

cruroides).

En Perú, las Coralillos son las más

hermosas y letales de las serpientes vene-

nosas, pero tienen un lado extraño, al ser

proteriglifos, los dientes venenosos son

fijos, y están en la parte anterior de la

maxila, pero son cortos y difícilmente pe-

netran la piel humana en el primer mordis-

co , estas serpientes deben aferrarse y mor-

der varias veces para inyectar su veneno.

Muy a parte de los accidentes letales

causados por las serpientes coralillo, cabe

resaltar que su presa son exclusivamente

otras serpientes, principalmente culebrillas

ciegas, las que no tienen posibilidad contra

su veneno.

Para defenderse, las serpientes coral,

por dar un ejemplo sudamericano, eviden-

cian su toxicidad por medio de la colora-

ción apocemática, la de destacarse vívida-

mente, con colores de advertencia como el

negro, rojo y amarillo, además de blanco

en algunos casos; muchas veces uno pre-

supone que el orden del color determina si

es una coral verdadera o falsa, con una

simple clave: RANA; rojo con amarillo no

tiene veneno, y rojo con negro, si; es apli-

cable a las especies norteamericanas, mas

no a las del bosque tropical, ya que la gran

mayoría difiere en ambos patrones, in-

cluyéndose serpientes completamente ro-

SECRETOS DE LOS REPTILES

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letales, se esconde al ser descubierta por el fotógrafo, desplegando la cola como si fuese otra cabeza para distraer al posible atacante.

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jas o negras con anillos blancos, especies

como Micrurus surinamensis y Micrurus

tschudii revelan este hecho.

Además, al momento de la huida,

estas serpientes levantan la cola, aplastán-

dola, de tal modo se asemejarse a otra ca-

beza y dirigir a su atacante al extremo me-

nos vulnerable; esta estrategia no es exclu-

siva de las corales, otras serpientes como-

Cylindrophis rufus de Asia tropical, tam-

bién realizan esta estrategia defensiva, con

la diferencia que ésta última, la forma de

la cabeza falsa es mucho más elaborada

que en el género Micrurus y otros elápi-

dos.

Si bien existen las falsas cora-

les, es preferible dejarlas incluso a ellas

tranquilas, que , a pesar de ser Colubridae,

presentan un veneno, aunque no letal, per-

judicial para el hombre, además de ser es-

pecialmente nerbviosas.

Existen extraños casos de sobrevi-

vencia al veneno neurotóxico de los Elápi-

dos, uno de los cuales se regirtró en Áfri-

ca, en el Parque Nacional Kruger, donde

un guardian del parque fue mordido por

una Dendroaspis polylepis, siendo auxilia-

do dos horas más tarde, y, según los regis-

tros, llegó a sobrevivir sin haber recibido

el suero, y siendo mantenido vivo por me-

dio de respiración artificial, a pesar de ser

un solo caso, sería posible sobrevivir al

envenenamiento por una serpiente elápida;

probablemente si, si se tienen las condicio-

nes necesarias y el efecto neurotóxico no

afecta al corazón, y no se llega a una falla

renal.

Las Serpientes Marinas

Otras especies, como las Hydrophii-

dae, que están emparentadas con los Elápi-

dos, se han adaptado perfectamente al am-

biente marino, uno de sus pulmones se en-

cuentra bien desarrollado, mientras que el

otro apenas es vestigial, además de haber

aplanado la cola para un buen desempeño

en el agua, además, los orificios nasales

presentan una especie de solapa, con la

que se sellan mientras estás sumergidas,

pero tuvo que superar un problema, las

serpientes terrestres sueltan a su presa una

vez mordida e inyectado el veneno, y pa-

san hasta cinco minutos para que éste

cumpla su cometido, en el mar, el simple

coletazo de un pez, haría perder su presa a

la serpiente, siendo devorada por otro pre-

dador, así que el veneno de las serpientes

marinas es extremadamente neurotóxico,

paralizando casi al instante a su presa, pe-

ro esto es contrario a su carácter, la mayor

parte de las serpientes marinas no son

agresivas, quizá sabiendo de la toxicidad

de su veneno, debería ser lo contrario, pe-

ro se registran menos casos de mordeduras

de estas serpientes que de otros grupos,

que además poseen los dientes lo suficien-

temente pequeños como para atravesar la

piel de los peces, pero esto no reduce el

riesgo.

En Perú sólo existe una sola especie

de serpiente marina, la Pelamis platurus,

conocida por tener el dorso oscuro, casi

azulado y el vientre amarillo, por regla

general, esta especie se alimenta de angui-

las, que las captura en sus escondrijos en-

tre las rocas, una vez que el veneno hace

efecto, la serpiente debe buscar la forma

de engullir a su presa, que en ocasiones es

casi tan larga como ella.

Los Leptotyphlopidae

Estas serpientes de pequeño tamaño,

muchas veces confundidas con lombrices,

son un enigma hasta nuestros días, estas

pequeñas serpientes son completamente

hipógeas, casi sin salir a la superficie, lo

poco que se sabe es que , a diferencia de

otro grupo similar, sólo presentan dientes

en la mandíbula inferior.

Las especies Sudamericanas pertene-

cen todas al género Epictia, todas se ali-

mentan principamente de larvas de hormi-

gas y de termitas, las que capturan en sus

R. Guzmán, 2010

Page 81: Secretos de Los Reptiles

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nidos subterráneos con ayuda de sus

minúsculos dientes inferiores.

A pesar de su nombre vulgar, los

Leptotyphlopidae no son ciegas, los ojos, a

pesar de estar reducidos, son funcionales y

se encuentran protegidos por una gruesa

escama; al habitar bajo tierra, la visión no

es de mucha utilidad, por lo que éstos ani-

males reducen los ojos como una forma de

conservar energía.

Al igual como otras serpientes, los

Leptotyphlopidae son el alimento principal

de un sinnúmero de especies, especialmen-

te otras serpientes tales como las coralillo.

Se sabe muy poco a cerca de sus

costumbre e incluso de su reproducción, se

estima que ponen un máximo de 2 huevos

cada vez que desova, pero son solo espe-

culaciones ya que nadie ha visto la postura

de esta familia de serpientes.

Los Viperidos

Las serpientes venenosas más cono-

cidas son las víboras, con un sistema de

inoculación del veneno muy avanzado, en

el caso de otras serpientes venenosas, los

colmillos son fijos, ligeramente basculan-

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 76.– Una serpiente ciega de la especie Epictia rufi-dorsa fuera de su madriguera, evidencia el parecido con las lombrices.

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Fig. 77.– Cabeza de una jergón de costa Bothrops pictus, Nótese las focetas loreales (la izquierda) entre el ojo y el orificio nasal, órganos especializados en la percepción térmica.

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tes o semi-basculantes, especialmente en

los elápidos, pero los viperidos presentan

un sistema de pliegue de los colmillos que

ayuda al animal a extenderlos o recogerlos

según sea necesario.

Los viperidos son las serpientes más

evolucionadas, no solo por la presencia de

las focetas loreales, órganos termo-

receptores ubicados en la zona loreal, en-

tre el ojo y las fosas nasales. Éstos órganos

son en si complejos, constan de una cáma-

ra anterior, aérea y otra posterior, sensitiva

separada por una membrana, la informa-

ción sensorial percibida por éstos órganos,

es conducida a los lóbulos visuales del ce-

rebro, donde es procesada como informa-

ción visual, es posible que éstas serpientes

en particular puedan tener una especie de

visión térmica, pero a ciencia cierta no lo

sabemos.

Los Viperidos se dividen en dos sub-

familias, teniendo en cuenta la presencia

de cascabel o no; si poseen escamas modi-

ficadas al final de la cola, que no son mu-

dadas, y quedan formando el conocido

cascabel con ese clásico y aterrador soni-

do, pertenecen a la subfamilia Crotalinae;

si en cambio no lo presentan, pertenecen a

la subfamilia Viperinae, ambas letales para

el hombre.

El veneno de ambas familias es por

lejos, el más destructivo de todas las ser-

pientes conocidas, al contrario del relativa-

mente benigno neurotóxico de las elápi-

das, el hemotoxico-proteolítico de los vi-

peridos destruye los tejidos, se diría que es

suficiente que sea orgánico para ser digeri-

do por el veneno de un vipérido.

En este caso, el veneno contiene

gran cantidad de enzimas capaces de des-

naturalizar las proteínas, los efectos son

similares en todas las presas o victimas

humanas; el proceso hemotóxico licua la

sangre, por lo que la presa muere por

R. Guzmán, 2010

Fig. 78.– Dada la toxicidad de los viperidos, algunas serpientes como esta culebra inofensiva, Phyllodryas tachymenoides adoptan la típica forma de diamante de la cabeza de una jergón, una serpiente letal.

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hemorragias masivas, y la acción proteolí-

tica destruye las proteínas no solo de la

carne, a veces, el hueso es comprometido

en el proceso.

Pero los Viperidos tienen enemigos

naturales, si bien el veneno es extremada-

mente tóxico, capaz de desintegrar casi

cualquier tejido, existen serpientes como

Clelia clelia, que han desarrollado, por el

mismo proceso de contra-estrategia, una

resistencia clave ante el veneno de cual-

quier serpiente. La Clelia clelia, se ali-

menta exclusivamente de viperidos, a pe-

sar qie éstos muerden vorazmente al mo-

mento de ser atacados por la serpiente ma-

yor, el veneno de los viperidos no resulta

efectivo ante la resistencia de la Clelia.

Para defenderse, los viperidos pre-

sentan una estrategia curiosa, si bien, la

mayoría de las especies no presenta casca-

bel, la punta de la cola de ciertas especies

de la subfamilia viperinae, presentan las

últimas escamas caudales engrosadas; esto

les permite hacer un sonajero ruidoso con

al lecho de hojas, muy similar al cascabe-

leo de una serpiente del género Crotalus.

El hombre, en su afán de controlar la

naturaleza, se ha arriesgado incluso a ma-

nipular a estas serpientes letales, si bien

con una buena capacitación y mucho cui-

dado, además de extremar precauciones,

es posible manejar sin mucho riesgo estas

serpientes, se registran gran cantidad de

accidentes por el simple hecho, muchas

veces provocado por el exceso de alcohol,

al manipular sin cuidado estas serpientes

letales; si bien las serpientes advierten de

su presencia, y no desean malgastar su ve-

neno en un ataque por defensa, con una

mala manipulación es muy probable que

no dude en utilizarlo, causando graves le-

siones y a veces finalizando trágicamente.

Sueros Antiofídicos

Si bien el veneno de las serpientes es

necesario para matar y predigerir a sus

presas, el contacto con el hombre involu-

cra casi con seguridad un envenenamiento,

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 79.– Actitud defensiva de una serpiente Bothrops pictus, al hacer vibrar la cola, esta jergón produce un sonido similar al cascabeleo de otra serpiente, la Crotalus, pero no es para aparentar, son dos formas de advertir su presencia ante posibles predadores. (Dibujo: Rubén Guzmán P. 2009)

Page 84: Secretos de Los Reptiles

84

ni deseado por la serpiente, ni por la vícti-

ma humana, para ello el hombre ha usado

soluciones diluidas del veneno en otros

animales tales como caballos, para produ-

cir los anticuerpos necesarios para contra-

rrestar el efecto del veneno.

Los cinco tipos de sueros que se

pueden encontrar en Perú, están destinados

para cuatro grupos de serpientes, cuatro de

los cuales se producen nacionalmente.

Suero Antibotrópico

Se hace en base a distintas especies

de viperidos del género Bothrops, Bothrie-

chis, Portidium y Bothripopsis, actua en

respuesta al agente Hemotóxico y proteolí-

tico del veneno viérido.

Suero Antilachesico

Producido a base del veneno de la

serpiente Lachesis muta, es un suero es-

pecífico de esta especie.

Suero Anticrotálico

Se produce en base al veneno de

Crotalus durissus terrificus, igualmente,

solo es usado para el tratamiento con ésta

especie.

Suero Antielapídico

Es el único que actualmente se im-

porta de Brasil, se produce en base al ve-

neno de varias especies del género Micru-

rus.

Suero Polivalente

Es una mezcla de venenos de varias

especies de serpientes, se usa cuando no se

tiene certeza de la especie de serpiente

causante de la mordedura venenosa.

Los Colubridos

De todas las especies de serpientes

existentes, los colúbridos agrupan el ma-

yor número de especies, entre venenosas

no letales y no venenosas, algunas de colo-

res crípticos, otras yan vívidamente colo-

readas que inclusive semejarían venenosas

como las coralillo, ésta coloración apo-

semática les ayuda a ser confundidas con

una serpiente más letal de lo que en verdad

son.

Las distintas especies de colubridae

poseen dietas distintas; tomemos el caso

típico de la serpiente Mastigodryas heat-

hii, una serpiente no venenosa que habita

en la costa peruana.

Ésta serpiente poseen una dieta típi-

ca a base de roedores, los que busca acti-

vamente por medio de la vista, su colora-

ción críptica la ayuda a camuflarse con el

entorno.

Esta huidiza serpiente, casi no posee

defensa más que su velocidad, cabe seña-

lar que es la más veloz en desplazamiento

de todas las colúbridas, su coloración par-

do-verdosa puede contribuir a disimularla

ante los depredadores.

Los saltones ojos de las serpientes

del género Sibynomorphus, delatan sus

hábitos nocturnos; hasta hace poco no se

había desccrito el comportamiento de la

especie Ayacuchana Sibynomorphus onei-

lli, actualmente tenemos suficiente infor-

mación como para deducir los procesos

que actúan en el momento de separar el

cuerpo del caracol de su caparazón.

La serpiente detecta al caracol con la

ayuda de su lengua y órgano de Jacobson,

R. Guzmán, 2010

Fig. 80.– Una serpiente Mastigodryas heathii ingiriendo un ratón, ésta serpiente es común en ciertas zonas del desierto costero peruano.

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SECRETOS DE LOS REPTILES Fig. 81.– OBSERVANDO CURIOSAMENTE,

ésta serpiente caracolera peruana, Sibynomorphus oneillli, busca algún caracol para devorarlo, al igual que otras especies del género Sibynomorp-

hus, saca al caracol de su caparazón.

Page 86: Secretos de Los Reptiles

86

luego, siguiendo el rastro de baba del mo-

lusco, lo captura del pié reptante, soste-

niéndolo y mordiendo continuamente para

coger más presa, lo que ocurre a continua-

ción es un tanto caótico, si la serpiente ras-

ga la cavidad paleal del caracol, éste se

desangra y muere, facilitando la extracción

del cuerpo del animal del caparazón, o,

con mucho esfuerzo de parte del reptil,

sacarlo aún con vida, engulléndolo luego.

Otras especies como Dasypeltis sca-

bra del continente africano, han desarro-

llado una técnica única para alimentarse;

técnicamente se alimenta de aves, pero no

de cualquiera, la Dasypeltis scabra se ali-

menta de huevos, por lo que se la ha lla-

mado “Serpiente Comedora de Huevos”,

su ligamento intermandibular es extrema-

damente elástico, con lo que puede engu-

llir un huevo de 10 veces el tamaño de su

cabeza, algo impensable para otros anima-

les, únicamente logrado por las serpientes

de éste grupo.

Entre las serpientes colúbridas, el

veneno, no es muy necesario, si bien algu-

nas especies lo poseen, es algo relativa-

mente extraño en la familia; las pocas es-

pecies que presentan veneno es compara-

ble al de una abeja.

Una de las especies de colúbridos

venenosos más notables es la serpiente de

ontaña denominada por los herpetólogos

como Tachymenis peruviana, sus dientes

venenosos, opistoglifos, poseen un veneno

relativamente débil, en comparación con

sus contrapartes Vipéridos, sólo lo sufi-

ciente para dominar la presa.

Aún así, la Tachymenis peruviana es

de carácter dócil, permitiendo una manipu-

lación siempre y cuando se lo sepa hacer:

R. Guzmán, 2010

Fig. 82.– La serpiente de montaña Tachymenis peruviana, con coloración muy similar a los viperidos, se desliza furtiva-mente, buscando a algún pequeño roedores, esta especie es considerablemente mensa, negándose a atacar al ser manipula-da..

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se conoce un so lo caso de

“envenenamiento” por una Tachymenis

elongata, donde la víctima sólo presentó

un dolor agudo, localizado que desapare-

ció al cabo de unos minutos, accidentes

como éste son raros, pero se dan y no de-

berían ser de preocupación a menos que

haya una causa vital de por medio.

Existen otras especies de serpientes

de esta familia con hábitos extraños, si

bien las serpientes no poseen extremida-

des, y en el mejor de los casos, éstas son

muy rudimentarias, con lo que pensaría-

mos que “volar” o “planear” debería ser

imposible, pero no; en Indonesia existe

una serpiente colúbrida que ha perfeccio-

nado el arte del planeo sin extremidades.

Esta serpiente es la Chrysopelea paradisi,

la serpiente voladora del paraíso, si bien

no vuela propiamente, es una excelente

adaptación para trasladarse de una rama a

otra en los distanciados árboles de la selva

indonesa.

El proceso por el cual ésta serpiente

puede controlar eficazmente su trayectoria

consta de dos factores, el primero, la sus-

tentación; la serpiente extiende sus costi-

llas dejando un perfil aerodinámico que le

permite caer con más lentitud que si tuvie-

se una forma cilíndrica, y segundo, el

clásico movimiento serpenteante le pro-

porciona estabilidad y dirección, pero, ya

que carece de toda extremidad, el aterriza-

je, deja mucho que desear.

Otras serpientes presentan estrate-

gias extrañas antidepredatorias, ciertas ser-

pientes colúbridas se asemejan a ciertas

especies de serpientes venenosas como

Micrurus, el género Oxirhopus presenta

formas que se asemejan a serpientes cora-

lillo, pero hay que comprender que ambas

son venenosas, las primeras letales, las

segundas pueden serlo si se dan las condi-

ciones.

Existe una “formula” para determi-

nar si se trata de una falsa coral

(Colubridae) ó una auténtica coralillo

(Elápidae), y consta en los siguientes pun-

tos, solo para especies sudamericanas.

Las tácticas antidepredatorias inclu-

yen la imitación temporal, serpientes como

ciertos Dipsadinidae tales como la serpien-

te Leptodeira anullata, aplastan su cabeza,

en un intento por imitar la forma y actitud

agresiva de un vipérido, en ocasiones esta

estrategia antidepredatoria es tán bien eje-

cutada que incluso asemejan una letal

Bothrops (Fig. 76), como en el caso de

Phyllodryas tachymenoides que , al mo-

mento de advertir un peligro, aplasta la

cabeza, deformándola, de tal manera que

asemeja perfectamente la apariencia de

una jergón, pero completamente inofensi-

va ya que es aglifa, sin presentar ni

glándula de Duvernoy ni dientes inyecto-

res de veneno.

SECRETOS DE LOS REPTILES

Corales

Verdaderas

Corales

Falsas

Cabeza Pequeña Grande

Ojos Pequeños Grandes

Anillos Completos Incompletos,

vientre claro

Hábitos Hipógeos Epígeos

Fig. 83.– La extraña forma de la cabeza de esta Lepto-deira anullata es la respuesta a un posible predador, aplastándola deliberadamente para asemejarla a una serpiente letal.

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Los Boidios

Quizá de todas las especies de ser-

pientes conocidas, una que pareciese que

cualquier humano conoce, son las boas. La

familia de los Boidios es la más primitiva

de todas las serpientes grandes, entre las

que se encuentran los reptiles más largos

que se conocen actualmente: las Anacon-

das y Pitones reticuladas, ambas con ca-

racterísticas similares, pero con pequeñas

diferencias que las definen como especies

únicas.

En la evolución de las serpientes a

partir de lagartos similares a los Gym-

nophtalmidae que vimos anteriormente,

dejaron de lado las patas, como lo sabe-

R. Guzmán, 2010 R. Guzmán, 2010

Fig. 84.– La terrorífica mirada de una boa de la especie Corallus hortulanus, fue descrita por Karl von Linnaeus en 1758 con un nombre mucho más senci-

Page 89: Secretos de Los Reptiles

89

mos?, por que las Boas y Pitones poseen

una cintura pélvica rudimentaria, en oca-

siones con pequeños apéndices, los esbo-

zos de patas, que solo les sirven para esti-

mular a la hembra.

Las boas, han perfeccionado el arte

de la constricción, en las serpientes colú-

bridas que vimos antes, la contricción se

daba con la primera porción del cuerpo,

los boidae, por otro lado, realizan la cons-

tricción con todo el cuerpo, incluyendo la

cola, y en algunos ejemplares pueden cap-

turar una segunda presa con la cola, mien-

tras trabajan con otra presa con la cabeza.

Además de la constricción, los Boi-

dae se caracterizan por su tamaño y peso;

SECRETOS DE LOS REPTILES SECRETOS DE LOS REPTILES

llo, el de Boa hortulana, es extremadamente agresiva, aunque no es venenosa, a pesar de tener largos y afilados dientes para capturar aves..

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son las serpientes más grandes y pesadas

que se conocen.

AL igual que otras serpientes, en

particular de los viperidos, los boidios pre-

sentan fosetas labiales, muy similares a las

encontradas en las jergones, pero a la vez

más rudimentarias, pueden presentar éstos

órganos especializados tanto en las esca-

mas supralabiales como en las infralabia-

les, siendo, al igual que las fosetas lorea-

les, órganos termo-receptores.

Dentro de la familia boidae, se en-

cuentran dos subfamilias, separadas por la

forma de procrear, si bien las serpientes en

su mayoría son ovíparas, existe un selecto

grupo de serpientes ovovivíparas, entre las

que se incluyen las boas de la subfamilia

boinae, la segunda subfamilia, los pythoni-

nae, son los únicos boidios que ponen hue-

vos; las hembras de las pitones esmeralda

Chondropython viridis, cuidan de sus hue-

vos durante varios meses hasta que nacen

las crías, las crías de las pitones esmeralda

no presentan un color verde, característico

de la especie, si no mas bien, un color

amarillo intenso, las causas de tan marca-

da diferencia de coloración es un misterio,

pero es posible que estudios en campo ,

puedan revelar este secreto tan bien guar-

dado por éstos animales.

En contraparte con las pitones, las

boas y anacondas son ovovivíparas, los

huevos, carecen de cáscara calcificada y se

desarrollan en el vientre de las madres,

una forma más segura de asegurar la su-

pervivencia de sus crías; las boas recién

nacidas, salen de sacos membranosos de-

positados por la madre, muy similar al ca-

so de los viperidos, las crías, a pesar de

carecer completamente de veneno, son

agresivas, compensando el hecho de no

poseer toxicidad, en especial las Eunectes

murinus, son extremadamente agresivas,

posiblemente para compensar el pequeño

tamaño con que nacen, pero, a pesar de los

cuidados maternos en el vientre, no todas

las crías sobreviven, siempre existe un

R. Guzmán, 2010

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Fig. 85.– LA EXTRAORDINARIA COLORACIÓN

de una Python reticulatus la ayuda a disimular su cuer-po de hasta nueve metros entre la hojarasca del suelo del bosque tropical asiático.

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SECRETOS DE LOS REPTILES

Page 92: Secretos de Los Reptiles

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porcentaje de mortalidad, de otro modo,

existiría una progresión geométrica, con la

población aumentando explosivamente en

vez de mantenerse relativamente estable.

El apareo de los boidios es un tanto

complejo, desde el momento en que la

hembra libera las feromonas para atraer a

los machos, en algunas especies como

Epicrates cenchria, solo un macho de las

inmediaciones es atraído, el apareo se rea-

liza normalmente; en ocasiones estas ser-

pientes pueden competir por copular con

una hembra, en este caso los machos se

enlazan en un combate ritual, muy similar

en otras serpientes, donde se ve únicamen-

te el tamaño y fuerza del contrincante sin

llegar a ataques mayores.

El caso de las anacondas Eunectes

murinus, la hembra no logra atraer a un

solo macho, si no a decenas, los que se

entrelazan en una bola de apareo, donde

solo uno de ellos logrará fertilizar a la

hembra, si bien son varias decenas de ma-

chos, el que logre aparearse con la hembra

(hasta cinco veces más grande ), no siem-

pre es tan afortunado de que sus genes pre-

valezcan, otros machos, pueden literal-

mente lavar el semen de un macho rival

con el suyo propio, acabando las posibili-

dades del macho anterior para perpetuar

sus genes.

En cuanto al tamaño, los boidios

presentan una gama que va desde serpien-

tes de apenas 1,5 metros, como el género

Corallus, hasta gigantes como Eunectes

murinus y Pythos reticulatus de hasta seis

metros de longitud, en el caso de la ana-

conda verde, llega a pesar hasta 500 Kilo-

gramos.

La alimentación de los boidios se

basa en animales relativamente grandes,

desde aves, hasta grandes mamíferos como

los capibaras, el mayor roedor que se co-

noce; dependiendo si se alimentan de

mamíferos ó aves, los boidios presentan

hábitos arborícolas ó terrestres, a pesar de

que pueden estar en ambos hábitats, pre-

fieren siempre uno que les proporcione

presas frecuentemente.

Las serpientes boidias arborícolas,

tales como Corallus caninus se alimentan

principalmente de aves, para lo cual han

desarrollado dientes largos, muy filosos

para atravesar la capa de plumas, otras co-

mo Eunectes murinus y E. noteus se ali-

mentan activamente en los espejos de agua

del bosque tropical, donde capturan inclu-

so caimanes, lográndolos matar por cons-

tricción, al igual que los capibaras, que en

ocasiones, pueden lacerar gravemente a la

serpiente, y muy raras veces, causándole la

muerte.

Los boidios de menor tamaño, como

Boa constrictor, se conforman con espe-

cies de menor tamaño, tales como reodo-

res, didelfimorfios, y a veces, aves, que

capturan en las ramas de los árboles ó en

el suelo del bosque.

La adaptación de las estructuras sen-

soriales en la cabeza de los boidios revela,

en cierta forma, el hábitat preferido por

éstos, si bien la mayoría presenta los ojos

y los orificios nasales a los lados de la ca-

beza, especies como Eunectes murinus, y

las otras dos especies del género, presen-

tan los ojos y orificios nasales en el tope

de la cabeza, alineados con el nivel del

agua, lo que les permite detectar eficaz-

R. Guzmán, 2010

Fig. 86.– Una Boa constrictor constrictos de 2 metros de largo, esperando que un pequeño roedor pase cerca para capturarlo.

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mente a su presa sin ser descubierta en el

acto hasta que es el instante mismo del

ataque.

Existe una radiación adaptativa en

cuanto a la especie Boa constrictor, con un

total de once subespecies conocidas hasta

la fecha, si bien la sub-especie Boa cons-

trictor constrictor es la más conocida, en

Perú existen otras dos subespecies, ambas

en peligro de extinción, la primera es la

Boa constrictor ortonii, que se distribuye

en el Bosque seco Ecuatorial, entre los de-

partamentos de tumbes y Piura, es conoci-

da localmente como “Macanche”, como

otras especies de boas, es más arborícola

que terrestre, en este caso soportando ex-

tensos periodos de sequedad, que matarían

a otra subespecie, la tercera es la Boa

constrictor longicauda, que habita en el

bosque montano, entre los departamentos

de Amazonas y Cajamarca, igualmente, se

encuentra en peligro de extinción, pero en

contraparte con B. c. ortonii, habita en un

bosque lluvioso, donde la posibilidad de

resecarse es muy lejana.

Durante mucho tiempo el comercio

ilegal de animales exóticos ha propiciado

la captura indiscriminada de estas dóciles

serpientes, alterando su comportamiento, y

tornándolas cada vez más agresivas por

causas principalmente debidas al estrés y

las malas condiciones en que las mantie-

nen en espera de un posible comprador, y

éste es uno de los dos principales proble-

mas por el cual estas raras especies de boi-

dios, a veces terminan como “mascotas”,

otras como animales de consumo humano

en restaurantes chinos, donde la demanda

y el precio es mayor.

Pero no son los únicos problemas

que atraviesan los boidios, la perdida del

hábitat por la constante tala de los bosque

para abrir campos de cultivo y la explota-

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 87.– Una de las sub-especies más raras de boas, la Boa costrictor ortonii, propia del norte del Perú, únicamente habita en el bosque seco ecuatorial del pacífico.

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ción maderera, están haciendo decrecer las

poblaciones naturales de boas y anacon-

das, todo esto, sumado al calentamiento

global, decidirá el futuro, nada promete-

dor, para este grupo de serpientes.

Serpientes Antropófagas

Muchas veces se escuchan historias

aterradoras sobre serpientes gigantes que

devoran humanos, a pesar de las creencias

populares que, normalmente tergiversan

los hechos, la probabilidad de que alguien

sea devorado por una serpiente tal como

una Pitón o una Anaconda, dista de la fic-

ción, todo radica en el tamaño de la ser-

piente y su víctima.

Que una boa de un metro pueda ma-

tar a un humano, es muy posible, es nece-

sario sólo una presión de 2 minutos, dete-

niendo la irrigación de sangre al cerebro, y

acumulando los fluidos en la cabeza para

matar a un humano efectivamente, pero

que pueda engullir a una persona, deben

de darse ciertas condiciones, de otro modo

sería imposible que una serpiente pueda

devorar a un humano.

1. La serpiente debe tomar de la cabeza

a la víctima.

2. La víctima debe quedar de costado,

sobre uno de sus brazos

3. La serpiente debe superar los 5 me-

tros.

Con estas condiciones es muy proba-

ble que la serpiente llegue a devorar a un

humano adulto, pero, si sólo una no se

cumple, sería imposible que el reptil engu-

lla a un humano.

R. Guzmán, 2010

Fig. 88.– La Boa constrictor ortonii, buscando con su lengua bífida, el olor de una presa; hasta una serpiente constrictora como ésta de metro y medio, puede matar fácilmente a un hombre si se lo propone, a pesar de ser de carácter dócil.

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Hasta la fecha, sólo se han registrado

ataques, mas no que alguien haya sido de-

vorado por un boidio silvestre, sólo en In-

donesia se registró que una Python reticu-

latus, intentó devorar a un hombre, es el

único registro fotográfico del hecho, cosa

que, por suerte no ha ocurrido aún en el

Perú.

CURIOSIDADES DE LOS REPTILES

La Evolución en Acción

Una de las serpientes venenosas más

conocidas y distinguibles es la cascabel

(Crotalus), que se distribuye desde Norte-

américa, hasta la cadena montañosa de los

Andes, es la que más fascinación y acci-

dentes causa en ambas partes del continen-

te, su distintivo “cascabel”, una serie de

escamas gruesas, y sueltas al final de la

cola producen ese característico sonido

que tan fácilmente asociamos con este

género.

Pero, en verdad, ¿Para qué sirve esta

adaptación?; le evolución dotó a esta ser-

piente, por sucesivas mutaciones y selec-

ción natural de este sistema de alarma, una

serpiente de 2 metros, no puede devorar a

animales tan grandes como un puma ó in-

cluso un humano, y no desean desperdiciar

su veneno con un animal que no pueden

comer, por lo que las serpientes de casca-

bel han desarrollado éste sistema de alar-

ma ante los animales grandes, cuando ace-

cha a su presa, el cascabel está en comple-

to silencio para no delatar al predador. Por

otra parte, el hombre, con su injustificado

afán por deshacerse de los animales que

no le convienen ó que considera peligro-

sos, hace más de tres décadas, empezó a

matar deliberadamente a las serpientes de

cascabel, pero éstas empezaron a evolucio-

nar de forma distinta; se volvieron más

silenciosas, y letales a la vez, antes, una

serpiente cascabel advertía de su presencia

a cualquier posible predador, ahora, ya que

el hombre prefiere matas a las más ruido-

sas, empezaron a desarrollarse primero,

cascabeles reducidos, y posteriormente, un

pequeño muñón donde debería estar el

cascabel, en estos casos, éstas serpientes

son completamente silenciosas, por lo que

no tiene posibilidad de advertir a sus ata-

cantes de su presencia, y su única posibili-

dad de sobrevivir es un ataque inminente.

Muy a parte de este caso, otras es-

pecies de serpientes vipéridas han

“copiado “ ésta actitud, casitodas las espe-

cies del género Bothrops hacen vibrar la

cola contra la hojarasca (como explicamos

anteriormente) de tal modo de hacer notar

su presencia, al carecer de cascabel, éstas

serpientes presentan las últimas escamas

mucho más engrosadas, pero no formando

un cascabel, a pesar de producir el mismo

sonido con la ayuda de las hojas secas, es

muy probable que ésta actitud fuese el de-

tonante de la evolución de las serpientes

de cascabel con su distintivo.

Para sobrevivir, ciertas especies de

reptiles desarrollaron estructuras y com-

portamientos bizarros, quizá el acto más

impresionante que puede hacer un reptil,

es el de “Volar”, si bien solo los Petrosau-

ria fueron los únicos reptiles voladores,

actualmente una especie de saurio y unas

tres de serpientes han desarrollado una for-

ma de planeo controlado, bastante eficaz

para huir de sus depredadores o para per-

seguir a sus presas, se trata del Draco vo-

lans el dragón volador y las serpientes del

género Chrysopelea, si bien no vuelan,

han adaptado su estructura corporal para

asegurar un planeo sostenido y dirigido a

voluntad, con las limitaciones de la técni-

ca; en el caso de los saurios Draco volans,

las costillas a partir del cuarto par, se han

desarrollado de tal forma que tensan un

pliegue de piel elástica, formando los pla-

nos de sustentación, con una forma aero-

dinámica que les permite aprovechar el

movimiento horizontal, para la estabilidad,

usan la cola como giroscopio, al aterrizar

en una rama, las patas actúan como efecti-

vos amortiguadores evitando un choque

directo; el caso de las serpientes voladoras

SECRETOS DE LOS REPTILES

Page 96: Secretos de Los Reptiles

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del género Chrysopelea, que tratamos an-

teriormente, es en cierta forma similar, al

igual que Draco volans, la Chrysopelea

extiende sus costillas lateralmente para

formar los planos de sustentación, dada su

forma alargada, no presenta mucha manio-

brabilidad, por lo que debe serpentear en

vuelo para mantener la estabilidad, al care-

cer de extremidades, el aterrizaje no es

fácil, normalmente cae de vientre sobre las

ramas, en forma muy distinta al lagarto,

esta convergencia adaptativa entre preda-

dor y presa, nos hacen evidenciar que la

evolución, no es un proceso ciego, las es-

pecies la hacen dependiendo de sus reque-

rimientos tanto de función como de nece-

sidad.

Estos comportamientos especiales en

los reptiles, nos evidencian nuevamente

que la evolución es constante, estando en

un equilibrio permanente, sin que ninguno

tenga una ventaja sustancial, tomemos

otros casos para comprenderlos distintos

procesos evolutivos en cuanto al compor-

tamiento de los reptiles.

Otras especies como Phrynosoma,

has desarrollado una estrategia anti-

predatoria bastante extraña, la de lanzar

sangre a algún posible atacante, especial-

mente si se trata de un cánido como Canis

latrans o Canis lupus familiaris.

La primera defensa del Phrynosoma

o Iguana Cornuda, es la de camuflarse, las

espinas que demarcan su silueta le ayudan

a desdibujarla cuando se encuentra entre

las piedras, una de las especies presentan

incluso una línea clara en el plano sagital,

simulando una brizna de hierba; si en caso

un predador se acerca, el saurio se que da

completamente quieto, confiando que la

forma y diseños de su cuerpo, evitará ser

notado; pero, si el predador detecta al rep-

til, este emprende una corta huida, y se

detiene en seco, en ese momento, si el ca-

nido sigue acosándolo, llena una cámara

palpebral con sangre, cerrando válvulas

internas, haciendo aumentar la presión, de

repente, un esfínter en el párpado se abre,

y el animal presiona los músculos orbicu-

lares de tal manera de que salga un chorro

de sangre de hasta 1,5 metros de distancia,

la sangre de estas especies de lagartos es

desagradable para los cánidos, lo que su-

pone que ambos, lagartos y cánidos, han

evolucionado simultáneamente, adquirien-

do métodos como romper las defensas en

los cánidos y como impedirlo en los sau-

rios.

A veces la selección natural actúa en

beneficio de ciertas especies que por cier-

tas razones no han desarrollado buenos

sistemas activos de defensa, un caso cono-

cido es se las serpientes coralillo y de las

serpientes colúbridas, similares a las cora-

les, del género Oxirhopus. Éstas serpien-

tes, las coralillo, son letales, por lo que su

coloración aposemática advierte su toxici-

dad como hemos comentado anteriormen-

te, algunas serpientes inofensivas han ad-

quirido la coloración de la serpiente coral,

si bien, no siempre es una “copia perfec-

ta” , las falsas corales presentan un patrón

de coloración similar que las confunde con

sus contrapartes venenosas, uno de los

ejemplos menos notorios, es de una peque-

ña serpiente caracolera, que adoptó un

patrón de coloración semejante a las cora-

les, la Dipsas catesbyi, si bien, no se ase-

meja completamente a una coral, el con-

traste de rojizo, negro y blanco, puede ad-

vertir de una supuesta toxicidad; otras es-

pecies, como el género Oxirhopus han sa-

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Fig. 89.– Una serpiente caracolera Dipsas catesbyi mos-trando su coloración aposemática.

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cado provecho de su semejanza con las

serpientes coral, a pesar de también ser

venenosas, las Oxyrhopus presentan col-

millos posteriores, lo que dificulta que in-

yecte el veneno en la primera mordida,

pero a su vez su veneno es un tanto neu-

rotóxico y proteolítico, en mayor o menor

magnitud dependiendo la especie, además

de que algunas, a pesar de tener un veneno

débil, no presentan esa coloración típica

de las falsas corales, un caso particular es

el de la serpiente costera Oxyrhopus fitzin-

geri, que, a pesar de pertenecer a un géne-

ro, cuyos integrantes presentan una colora-

ción vívida a base de franjas transversales,

presenta un diseño que dista del patrón

típico del grupo, esto es un misterio evolu-

tivo; ya que, si el género Oxyrhopus ha

evolucionado de tal forma que sus repre-

sentantes presentan una coloración similar

al género Micrurus, ¿Por qué Oxyrhopus

fitzingeri ha adoptado un patrón completa-

mente distinto?; quizá haya cambiado la

utilización de la coloración aposemática

por un camuflaje, un tanto rudimentario,

para desaparecer entre las hojas de su

hábitat, la respuesta nos elude aún, pero

cabe señalar que la estrategia le ha servido

a esta serpiente para vencer a la selección

natural.

Un truco usado por algunos reptiles

es simplemente “Hacerse el Muerto”, de-

bido a los hábitos alimenticios de muchos

predadores no necrófagos, algunas espe-

cies como la serpiente Heterodon, hacen

una actuación magistral de éste acto, si

una serpiente Heterodon conocida como

hocico de cerdo se siente amenazada, fin-

ge su propia muerte; primero se retuerce

en agonía, sacando la lengua como si el

predador le huiese infringido una herida

mortal, luego de retorcerse por unos minu-

tos, se echa despaldas, abriendo la boca,

sacando la lengua y emitiendo un olor

pútrido, simulando un ejemplar muerto

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 90.– Una de las especies del género Oxyrhopus, en esta caso una O. fitzingeri, típica del desierto costero, una serpiente venenosa, no letal, pero significativamente dósil.

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hace días, lo que desalienta al predador,

luego cuando todo ha pasado se endereza

y vuelve a sus actividades normales, la

imitación es tan compleja, que incluso

cuando se la coge en ese estado y se la de-

ja caer, actúa como un animal inerte, si

reacción alguna; es posible que este acto

de simulación se haya perfeccionado des-

de las primeras serpientes, dada la perfec-

ción y complejidad del la conducta defen-

siva.

Este comportamiento lo realiza in-

cluso momentos después de la eclosión, lo

que revela que este comportamiento es

instintivo, y no adquirido como se pensar-

ía.

Uno de los actos de advertencia más

impactantes que se conocen es el que pre-

senta la serpiente liana amarilla Oxybelis

aeneus, ésta serpiente de hasta tres metros,

pero muy delgada, al verse sorprendida,

enfrenta al atacante, con la boca bien

abierta, mostrando su interior de un violeta

intenso, ésta serpiente venenosa no letal,

puede provocar intoxicaciones severas si

no se trata a tiempo.

Un caso similar, es el del lagarto

australiano Tiliqua scincoides, el Escinco

de lengua azul, como lo llaman; su nombre

evidencia su característica más resaltante

que, por cierto, es su medio de adverten-

cia. Tiliqua scincoides, al ser molestado,

saca repetidamente su lengua, de color

azul intenso, lo que para un depredador, es

algo inusual, dado a que podría representar

toxicidad ó enfermedad, haciendo que el

posible atacante se vaya desconcertado por

la actitud del lagarto, ésta especie por lo

general, es dócil con los humanos, evitan-

do morder al ser cogida, pero siempre ad-

virtiendo amenazantemente con su lengua

azul si no se siente cómodo al manipular-

lo.

Muchas veces, el tipo de dieta de un

reptil, decide la forma de su cuerpo, una

Eunectes murinus necesita un cuerpo mus-

culoso para aniquilar a su presa, pero, una

serpiente que se alimenta de caracoles co-

mo la Imantodes cenchoa, necesita ser ágil

para desplazares por las ramas más finas

en busca de su lenta presa, la evolución

produjo esta serpiente de hábitos noctur-

nos, sus ojos, extraordinariamente sensi-

bles, sobresalen de la cabeza, dándole un

aspecto un tanto extraño, además de pro-

porcionarle visión binocular, perfecta para

juzgar distancias en las caóticas copas de

los árboles.

A diferencia de otras serpientes ma-

lacófagas, la Imabtodes cenchoa, es bas-

tante delgada, lo suficiente como para pa-

sar por las ramas más delgadas sin abatir-

las, pero, al igual que otras serpientes ca-

racoleras, la Imantodes cenchoa debe de

extraer el cuerpo del caracol de su capa-

razón, como ya hemos visto anteriormente

con Sibynomorphus oneilli, esto presume

un gran esfuerzo por parte del animal; los

caracoles poseen un fuerte músculo que

los adhiere a la concha, el columnelar, fi-

jado directamente a la columnela, para

romper ésta fijación es necesario despren-

der éste músculo, o hacer que el animal

muera, con lo que igualmente se despren-

de, se ha observado a Sibynomorphus

oneilli desangrando a un caracol de jardín

Helix aspersa (especie exótica), con lo que

le fue más fácil desprenderlo del capa-

razón, por otro lado, se han hecho obser-

vaciones de ésta misma especie extrayen-

do vivo otro caracol similar, las técnicas

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Fig. 91.– Un escinco de lengua azul, el Tiliqua scincoi-des, mostrando la característica lengua que le dio su nombre, como medio defensivo.

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Fig. 92.– LA EXTRAORDINARIA FINESA de la serpiente arbórea Imantodes cenchoa le ayuda a escu-rrirse pos las ramas más delgadas de los árboles en cusca de caracoles, su única presa.

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usadas para la extracción del cuerpo del

caracol de su caparazón, aún no se entien-

den plenamente, por lo que es tema de

acalorada discusión.

Quizá, una de las adaptaciones más

interesantes en cuanto a los reptiles esca-

mosos, es la presencia de manchas ocula-

res u ocelos, algunos lagartos como el ge-

ko Gonatodes humeralis, del bosque neo-

tropical, pretenden simular los ojos de un

animal mayor, este caso, extraño en los

reptiles, es muy común en ciertos insector

como las mariposas, con el extraordinario

caso de la “mariposa búho” Caligo sp, que

ha dado un toque de realismo a estas man-

chas.

Sin embargo, este tipo de adaptacio-

nes antidepredatorias, son la excepción a

la regla, ya que los reptiles en general,

ofrecen otras técnicas de evitar los posi-

bles enemigos.

Poblaciones de Reptiles

La mayor parte de los reptiles son

solitarios, evitando el contacto con ejem-

plares de su mismo sexo, pero en ocasio-

nes, es imposible que una hembra de una

especie, se encuentre con un macho en su

población; a veces, esto se debe a que sólo

existen hembras en ciertas poblaciones de

reptiles, ciertas especies de Téjidos han

suprimido completamente a los machos,

siendo poblaciones conformadas única-

mente por hembras que son capaces de

reproducirse solas.

Existen riesgos y ventajas en cuanto

a este tipo de reproducción, la ventaja es

que, para las hembras, no son necesarios

R. Guzmán, 2010

Fig. 93.– Las manchas oscuras, en cada hombro de éste Gonatodes humeralis, son persibidas por otros animales, como los ojos de un depredador mayor, dando el mismo efecto de una mariposa tropical del género Caligo, con ojos falsos muy con-vincentes..

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los machos y si por accidente, una queda

varada en un hábitat donde no viven lagar-

tijas, ésta puede formar su propia pobla-

ción a partir de un solo individuo, con un

proceso denominado paternogénesis

(clonación natural), todos los individuos

de esa población, poseerán el mismo códi-

go genético; entonces, la variedad genética

sería escasa o nula, en el mejor de los ca-

sos.

A pesar de esta ventaja, las hembras

aún deben recurrir a una conducta de cor-

tejo, donde se decide quién cumple el pa-

pel de macho, y cual el de hembra, ya que

éstas lagartijas necesitan cierta estimula-

ción para poder reproducirse.

Esto conlleva a problemas serios en

cuanto a la perpetuación de la especie, ya

que si en algún momento de la historia de

ésta población; si en cierto momento, una

enfermedad logra vencer las barreras in-

munológicas, la adaptación de la pobla-

ción es demasiado lenta para compensar

la mortalidad causada por dicha enferme-

dad debido a la falta de diversidad genéti-

ca, y dicha población queda condenada a

desaparecer.

Por otro lado, una población normal,

con una buena carga genética, puede so-

portar eficazmente el ataque de cualquier

enfermedad, puesto que sólo aquellos

ejemplares con cierta debilidad al agente

perecerán, mientras el resto de la pobla-

ción, puede mezclar sus genes para contra-

rrestar el efecto de la enfermedad

El problema de la endogamia se in-

crementa, cuando toda la población de ani-

males, se restringe a unos pocos grupos

familiares, ocasionando los problemas que

hemos explicado anteriormente, desgracia-

damente, el hombre, en su incontrolable

afán por obtener tierras habitables y de

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 94.– Poblaciones aisladas de ciertas especies de lagartijas como este geko Phyllodactylus angustidigitus, atentan contra la supervivencia de la especie, a pesar que el aislamiento favorece la diversidad.

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cultivo, restringe las poblaciones de cier-

tos reptiles, lo que limita la diversidad

genética, favoreciendo, en parte, la subes-

pecificación, y el riesgo de que alguna en-

fermedad pueda incidir dramáticamente

con dicha población, uno de los casos más

preocupantes es el del Crocodylus acutus,

el cocodrilo americano que , en Perú, se lo

ha desplazado hasta ocupar apenas el área

del río Tumbes, otras poblaciones están

más esparcidas por Centro América y par-

te de Norte América.

Las poblaciones peruanas del coco-

drilo americano (Cocodrilo de Tumbes)

Crocodylus acutus, presentan malforma-

ciones que perjudican sus actividades ali-

menticias normales, en los años 1990, se

encontraron cocodrilos juveniles con ex-

trañas malformaciones de las mandíbulas,

lo que dificultaba la caza de alimentos, lo

que agrava la situación de especie en peli-

gro crítico, luego de su baja tasa de repro-

ducción por no tener suficientes ejempla-

res, condena a esta población a desapare-

cer en un futuro no muy lejano si no se

hace algo a tiempo.

En cambio, existen incógnitas a cer-

ca de las poblaciones de ciertas especies

de reptiles, algunas serpientes, como Siby-

nomorphus oneilli, o la especie limeña Si-

bynomorphus williamsi, sólo se las han

registrado en ciertos puntos, a veces, aisla-

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Fig. 95.– La serpiente caracolera Sibynomorphus oneilli, posee una zona de distribución bastante caótica, lo que pone en duda a si son poblaciones con sub-

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dos por varias decenas de kilómetros, pero

¿Son poblaciones distintas, o no?, es la

pregunta que todos los involucrados en el

tema tienen a cerca de los lugares de regis-

tro de estas especies, con extensas exten-

siones de territorio donde aún no se ha re-

gistrado ejemplar alguno, existe un caso

de Sibynomorphus cf oneilli, donde se en-

contró un ejemplar dentro del estómago de

una Micrurus lemniscatus, (Peters, 2007),

con lo que no se supo a ciencia cierta, de

dónde había obtenido a la serpiente cara-

colera.

Un caso similar se produjo con Siby-

nomorphus vagus, donde otro ejemplar de

Micrurus lemniscatus contenía otra ser-

piente caracolera, pero ésta vez, mucho

más cerca de su zona de distribución.

Por alguna razón, estas poblaciones

no sufren los problemas relacionados con

la endogamia, posiblemente se trate de que

estos individuos se desplacen largas dis-

tancias para conseguir alimento y compa-

ñeros, lo cual explicaría por que estas es-

pecies, de distribución tan caótica se en-

cuentran con material genético viable, con

lo que las enfermedades que los individuos

padezcan, pueden ser controladas por el

mismo intercambio genético de la fecun-

dación cruzada, evitando a sus congéneres

más cercanos por estar dispersos en el me-

dio.

SECRETOS DE LOS REPTILES

especies distintas, o son poblaciones de una sola especie separadas por decenas de kilómetros.

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El Acto de Desaparecer

Al igual que otras criaturas, los rep-

tiles tienen que ingeniárselas para capturar

a su presa ó evitar serla, algunos reptiles

han desarrollado comportamientos y colo-

raciones que los disimulan eficazmente, a

veces en las especies más conocidas, otras

en reptiles tan extraños que parecerían es-

tar salidos de una novela de ciencia fic-

ción.

Entre los reptiles conocidos que han

desarrollado un mimetismo considerable,

están las Boa constrictor, todas sus once

subespecies presentan un patrón de colora-

ción similar, incluso, éste patrón ha sido

adoptado por otras especies tales como

Bitis gabonica y varias especies del género

Python, un dibujo similar a una hoja seca

reposando en la cabeza del animal, sus

marcas bien contrastadas, amarillo y

marrón, desdibujan su contorno, mezclán-

dolo con el fondo de hojarasca, o en el ca-

so de las boas, simulan una pila de hojas

en la oquedad de las ramas, lo que favore-

ce que las presas sean casi incapaces de

identificar al predador, de una pila de

hojas.

El dibujo que simula una hoja de las

boas y ciertas víboras, es un ejemplo de

convergencia evolutiva, ya que son dos

familias distintas, con distintas adaptacio-

nes, con una sutil característica que ayuda

a confundir a sus presas, poniéndolas más

al alcance de un ataque certero.

A diferencia de las serpientes que

deben esperar inmóviles durante días hasta

ubicar una posible presa, en cambio, las

tortugas fluviales como las “Mata-Mata”,

la Chelus fimbriatus, presentan flecos, con

los que disimulan la silueta del animal co-

mo hemos visto con otras especies como

en Phrynosoma, este perfil disparejo ocul-

ta eficazmente a la tyortuga, permitiendo

que los peces se acerquen hasta la distan-

cia de ataque, pero, en el caso de la tortuga

“Mata-Mata”, la gran extensión del cuello,

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 96.– CON UNA MIRADA PENETRANTE, una Jergón de costa, Bothrops pictus, espera algún roedor que pase cerca para atraparlo, a diferencia de otras serpientes, los viperidos presentan una

coloración críptica que los confunde eficazmente con su reseco entorno.

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permite una gran succión, la tortuga abre

la boca y expande el cuello, en una frac-

ción de segundo, lo que hace que una gran

cantidad de agua lleve consigo a la presa,

siéndole imposible escapar.

Las lagartijas tampoco son ajenas a

éste tema, los gekos de diferentes especies,

como el Thecadactylus rapicauda sudame-

ricano, o el Uroplatus fimbriatus, Asiático,

han aprovechado el acto de desaparecer de

una manera formidable.

En el caso de Thecadactylus rapi-

cauda, su críptica coloración veteada, con

franjas y manchas claras, lo confunde efi-

cazmente ante sus presas, las hormigas y

otros insectos, estos gekos desaparecen

casi completamente, al igual que el Uro-

platus fimbriatus, su contorno es desdibu-

jado por la forma en que se adhiere a las

superficies, como ya explicamos anterior-

mente, las lamelasestán bien desarrolladas,

al adherirse a la superficie como el tronco

de un árbol, el animal pega sus patas a los

lados del cuerpo, formando un perfil rugo-

so que oculta su silueta, a pesar de medir

hasta 25 cm de longitud, bastante grande

para una lagartija gekónida, esto le ayuda

a desaparecer eficazmente para no conver-

tirse en presa de otros predadores tales co-

mo aves y serpientes, y a veces, otros la-

gartos.

Pero, ¿Qué pasaría si se encontrara

con una superficie artificial?, según sea el

caso el animal se puede oscurecer ó pali-

decer hasta ajustarse al a coloración ambi-

gua para él.

Una prueba simple, es colocar a uno

de éstos grandes gekos sobre una pared

blanca; el animal, va a intentar imitar la

pálida coloración de la pared, un fondo

inusual sin detalles ni textura caótica como

su hábitat, en este caso, el animal empali-

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Fig. 97.– Una tortuga “Mata-Mata” Chelus fimbriatus, fuera del agua, muestra sus largo cuello con esos extraños colgajos que la desdibujan y confunden ante sus presas.

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dece, de tal forma de volverse literalmente

transparente, pero algunas marcas oscuras

prevalecen, prueba de que no toda la colo-

ración puede ser controlada por el animal,

solo algunas características con las que ha

evolucionado, al colocarlo en un medio

artificial, simplemente no se puede adap-

tar. En algunos casos, la transparencia de

la piel hace posible vislumbrar algunas

estructuras internas, si es una hembra, es

posible observar uno a los don huevos que

puede depositar como máximo, además de

algunos órganos que se evidencian al pali-

decer la piel.

Además de éstas especies de lagarti-

jas, existe una, que su nombre verdadera-

mente significa camuflaje, los camaleones.

En la región neotropical, existen un

grupo de Polichrótidos llamados

“Camaleones Sudamericanos”, que como

ya explicamos anteriormente difieren en

varios aspectos con los verdaderos cama-

leones de Madagascar; éstos saurios del

género Polychrus, poseen un perfil mas

bien alto, y una coloración verde intensa,

con numerosas marcas que, al igual que en

las especies anteriores, desdibujan el con-

torno del animal; al poseer ojos pequeños,

los disimula mejor entre el follaje, además

pueden cambiar de color, adaptándose a

las tonalidades de su hábitat, pero no pue-

den ejecutar grandes y radilcales cambios

de color como los camaleones genuinos.

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 98.– Éste Tecadactylus rapicauda, mestra el cambio drástico en la tonalidad de su coloración al estar sobre una rama, a la izquierda, y sobre una pared blanca, a la derecha..

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Fig. 99.– Observando el vientre de ésta hembra de geko, se evidencia claramente una mancha blanca, al lado dere-cho de su abdomen, es un huevo que está por ser deposi-tado entre la hojarasca.

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La Renovación

Como todos los animales, los repti-

les tienen un crecimiento continuo, muy

rápido y constante al principio, ralentizán-

dose conforme envejecen; ya que su piel

no es elástica, los reptiles presentan lo que

se denomina la Muda de Piel, un proceso

que incluso en otras clases de vertebrados

se da, pero con las distintivas adaptaciones

al medio.

Dependiendo del tipo de reptil, sea

Quelonio, Eusiquio ó Reptiliano, el tipo de

muda difiere por el tegumento del animal,

pudiendo ser entera, por partes, o incluso

por placas pequeñas, dependiendo sea el

caso.

El proceso de muda en los escamo-

sos empieza en la dermis, donde el estrato

germinativo produce una capa de células

queratinizadas que se acumula formando

la superficie de la escama que retiene la

humedad, o la deja pasar parcialmente,

dependiendo de la actividad metabólica

del animal, este proceso, que se realiza en

etapas, puede acelerar o retardar la muda,

lo que determina el crecimiento del ani-

mal.

Una vez que este proceso finaliza, se

forma una capa oleosa entre la piel muerta

y la nueva piel en formación, lo que le da

un aspecto pálido, además, en las especies

con rodaballo, la visión se reduce al míni-

mo; posteriormente, ésta sustancia se acla-

ra, lo que libera la piel vieja de la muerta.

En el caso de las serpientes, el pro-

ceso de cambio empieza al restregarse

contra las superficies ásperas, lo que sepa-

ra la piel vieja, primero de los labios infe-

riores, luego de los superiores, lo que cau-

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Fig. 100.– Los ojos lechosos de ésta serpiente Phyllodryas tachymenoides revelan la proximidad de la muda de piel, en el caso de las serpientes, la muda es total y de una sola vez.

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sa que empiece a desfundarse tal como un

calcetín, dada da forma de las serpientes,

es relativamente sencillo deslizarse fuera

de la piel vieja.

Los saurios, por otro lado tienen el

problema de las extremidades, que dificul-

tan la muda; normalmente ésta se realiza

en secciones, cabeza, porción anterior del

cuerpo, porción posterior y cola; pero en

algunos casos como los Scincidae, la mu-

da es completa, similar a la de las serpien-

tes, como es el caso del género Proctopo-

rus, otras especies de lagartijas mudan de

forma normal, por las zonas ya menciona-

das.

El caso de los quelonios es un tanto

complejo, ya que se desprenden secciones

de piel suave, la que normalmente es co-

mida por los peces, y además, la capa ex-

terna de los escudos córneos.

Los Eusuquios son menos evidentes

al momento de mudar, las delgadas capas

que mudan son rápidamente consumidas

por los peces u otros organismos acuáti-

cos, lo que evita que dejen evidencias co-

mo en los casos anteriores.

La Muda no es típica de los reptiles,

pero es la clave de su éxito en tierra firme,

su piel casi impermeable.

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 101.– Un poco malhumorada por el flash de la cámara, ésta Pseustes sulphureus, se pone en posición defensiva tras la muda de piel, la vieja piel yace bajo la serpiente, como mudo testigo de su crecimiento.

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Fig. 102.– Un Proctoporus en plena muda, en este caso, es uno de los pocos que una lagartija muda de forma completa, y no en porciones como es lo normal

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Una Cuestión de Alimentación

Los reptiles, por lo general, son cla-

sificados según su alimentación, si se ali-

mentan de mamíferos y aves, se los consi-

dera carnívoros, si se alimentan de peces,

ictiófagos, si se alimentan de plantas, fitó-

fagos; pero, el tipo de alimentación vería

según la especie, algunos, como la ser-

piente Sibynomorphus que vimos antes,

son especialistas, alimentándose de un so-

lo tipo de comida; al igual que éstas ser-

pientes, las Dracenas de la Guayana, son

enteramente malacófagas, es decir, se ali-

mentan exclusivamente de moluscos, co-

mo la serpiente Sibynomorphus, pero, a

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Fig. 103.– Un par de Dracenas de la Guayana, Dracaena guianensis, estos lagartos prefieren estar escondidos entre los camalotes, buscando caracoles, su

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diferencia de ésta, no extrae el animal de

su caparazón con delicadeza, mas bien,

aplasta el caparazón del caracol usando

sus poderosos dientes molares, a diferen-

cia que otros lagartos, las dracenas presen-

tan dos tipos de dientes, adelante, los inci-

sivos, les proporcionan puntas agudas con

las que rompen el caparazón de los caraco-

les, y los molares que aplastan el capa-

razón del molusco para llegar al conteni-

do, los grandes músculos mandibulares,

ayudan a realizar tal tarea que, si se la

compara con el largo proceso de sacar al

caracol de su caparazón como lo hace la

serpiente Sibynomorphus, es una técnica

relativamente tosca.

SECRETOS DE LOS REPTILES

única dieta, a veces se quedan tomando sol en las ramas de los árboles, ya que no son enteramente acuáticas.

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Otras especies son más especializa-

das; las especies de reptiles entomófagos,

son relativamente comunes, casi todas las

lagartijas se alimentan de insectos, pero un

representante australiano de la familia

Agamidae, el Moloch horridus, ha perfec-

cionado sus técnicas de captura de las es-

curridizas hormigas del desierto, su com-

pleta inmovilidad, y esas espinas gruesas y

agudas que recubren su cuerpo, además

del bolsillo adiposo, detrás de la cabeza,

impiden que las hormigas puedan atacar-

los eficazmente, pero, lo más sorprendente

es la forma con que bebe agua el Moloch

horridus, el solo hecho de poseer gruesas

escamas, forma pequeños surcos, por el

fenómeno de capilaridad, el agua del sue-

lo, donde se para el Moloch horridus, sube

hasta llegar a la boca donde es absorbida

sin la necesidad de agachar la cabeza y

dejar de estar alerta ante posibles enemi-

gos.

Un caso particular es la extraordina-

ria adaptación de las tortugas aligátor, las

Macrochlemys temminki, éstas han des-

arrollado primeramente, una coloración

que as disimula perfectamente con las pie-

dras del fondo de su hábitat, pero lo más

impresionante, es la lengua; exquisitamen-

te disimulada, como un pequeño gusano,

entre las filosas mandíbulas. Por lo gene-

ral, los peces no advierten la presencia de

la tortuga, escondida entre las ramas y pie-

dras, inesperadamente, la tortuga abre la

boca, mostrando un “inquieto gusano”, la

cernada está puesta, sólo tiene que esperar

que el pez se acerque lo suficiente; cuando

ya está en distancia de ataque, la tortuga

cierra sus mandíbulas, atrapando al des-

prevenido pez, en una trampa donde es

imposible salir.

Otra especie similar es la Tortuga

Chelydra serpentina, como la tortuga

aligátor, posee una coloración grisácea,

dejando que las algas le crezcan encima

para disimular mejor sobre el fondo, al

contrario que la especie anterior, la Chely-

dra simplemente espera que algún pez se

anime a pasar frente a ella sin verla, no

posee la lengua adaptada, pero, sus mandí-

bulas, fuertes y rápidas, evitan que la presa

escape una vez atrapada; si algún pez se

acerca distraídamente, la tortuga lo atra-

pará rápidamente con un veloz mordisco.

Algunas serpientes se especializan

en ciertos grupos de vertebrados, algunas

como Ophiophagus hanah, se alimentan

exclusivamente de serpientes del sudeste

asiático; otras como las Micrurus poseen

la misma dieta, pero en el continente ame-

ricano, alimentándose principalmente de

serpientes Leptotyphlopidae, Otras como

Alsophis elehgans, se alimentan exclusiva-

mente de saurios y serpientes pequeñas,

sabemos esto por un estudio hecho por el

Dr. Omar Pesantes, donde experimentó

con varios tipos de alimentos ofrecidos a

una Alsophis elegans elegans, donde re-

chazó todos, menos las lagartijas, además

de haberse encontrado tres especies de

saurios y una de serpiente en el estómago

de un ejemplar.

Los ejemplares en cautiverio de la

serpiente Alsophis elegans difieren en su

alimentación, aceptando neonatos de rato-

nes que, normalmente no aceptarían, estas

condiciones anormales, pueden estar alte-

rando, de cierta forma, el desarrollo de los

animales, pero, no existen pruebas que ve-

rifiquen o refuten este hecho, solo que es

un cambio completo el de alimentarse úni-

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Fig. 104.– Una serpiente Alsophis elegans, esta especie se alimenta en hábitat natural únicamente con reptiles, entre lagartijas y pequeñas serpientes.

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camente de reptiles, pasando a solamente

de mamíferos roedores, las implicancias

sobre el cambio de dieta se verán con el

tiempo.

El Enigma de La Isla

En 2009, hice un viaje de reconoci-

miento a la Isla San Lorenzo, frente al

puerto del Callao, en Lima, me comenta-

ban que las lagartijas que se observaban en

la isla, tenían algunas peculiaridades; al

observarlas detalladamente, primero, ten-

ían un comportamiento, aparentemente

menos temeroso con los humanos, dejando

que nos acercásemos hasta una corta dis-

tancia, en forma y coloración parecían un

tanto distintas, pero tenía mis dudas.

Pero existía un dato importante, la

isla había estado separada del continente,

por al menos 120 millones de años, tiempo

suficiente para que hubiese alguna variabi-

lidad en las poblaciones, principalmente

por aislamiento, si bien las lagartijas pue-

den nadar, no lo hacen en distancias tan

largas como desde el continente a la isla.

Éstos problemas se incrementan, ya

que la isla en su totalidad es desértica, con

pequeños parches de vegetación con pre-

dominancia de Tillandsia sp, la única agua

dulce que llega, es por medio de la nebli-

na, el resto del agua es salada, imbebible,

por lo que las lagartijas deben de encontrar

la forma de obtener el agua necesaria para

sus procesos metabólicos, esto lo hacen al

consumir sus presas, insectos que viven de

los restos de animales varados y de las po-

cas plantas de la isla que soportan tan

inhóspitas condiciones.

Además de éstas lagartijas, se han

reportado los gekos, lagartijas nocturnas,

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 105.– Una lagartija de la especie Microlophus peruvianus, esta especie se la encuentra tanto en el continente como en la Isla San Lorenzo; lo que supone una subespecificación por el tiempo en que han estado separadas de sus congéneres con-tinentales.

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de la especie Phyllodactylus microphyllus,

al igual que las lagartijas anteriores, éstos

gekos, no puedes atravesar con facilidad el

trecho de mar que separa a la isla del con-

tinente, por lo que se subespecificaron en

una variedad isleña.

Por lo menos dos especies de lagarti-

jas habitan la isla, si bien están aisladas, es

posible que haya cierta variabilidad gené-

tica que impida el deceso de la población,

pero, solo estudios más detallados pueden

vislumbrar las hipótesis volcadas a la su-

pervivencia de los reptiles de la isla.

Extraños en el Vecindario

Durante millones años, los animales

e han restringido a ciertas zonas vitales,

donde ciertamente, existe un equilibrio,

cada especie tiene sus formas de sobrevi-

vir y otras evitan el exceso de ejemplares

que produce la sobrepoblación y el agota-

miento de las reservas alimenticias y espa-

cio del hábitat en cuestión.

En la actualidad, el hombre, con sus

inexplicables comportamientos de despla-

zamientos sin un fin práctico; ha transpor-

tado a veces deliberadamente, otras ca-

sualmente, especies ajenas a ciertos eco-

sistemas, ocasionando problemas graves

en la ecología de las zonas afectadas, pro-

duciendo la disminución de especies

autóctonas.

Quizás el caso más documentado es

la irracional liberación de Pitones en los

pantanos de la Florida, Estados Unidos;

éstas serpientes, otrora mascotas, se han

convertido en un problema mayúsculo en

el área, devorando a las especies locales,

ni los aligátores se salvan de dicha amena-

za, las pitones acaban por devorarlos.

Por lo que las autoridades han pro-

gramado la erradicación de ésta especie

exótica invasora, que está diezmando las

poblaciones de animales locales, desde

aligátores, hasta aves y mamíferos autóc-

tonos, e incluso, animales domésticos, ta-

les como perros y gatos, y en contadas

ocasiones, se han reportado ataques a per-

sonas.

El Perú no es ajeno a este tipo de

invasiones, durante años, se han soltado

deliberadamente especies que son exóticas

para la zona, en el caso de los reptiles, por

suerte, no se han registrado casos como el

de Florida, pero las buenas condiciones

ambientales han favorecido a ciertas espe-

cies de surios.

Existe un caso, el de las Iguana

iguana, de Lima, que, probablemente, fue-

ron liberadas sin medir el impacto que

tendrían, por dueños aficionados a las

“Mascotas exóticas”, lo que no se sabía,

era qué pasaría si sobrevivía, finalmente lo

hicieron, y en varios distritos de la capital,

nada tropical, se ven decenas de Iguanas

verdes en los parques, incluso, los zoológi-

cos no aceptan a éstos animales por falta

de espacio, la verdad es que son tantos los

que habitan en los parques y a veces jardi-

nes que es posible que se convierta en un

problema grave con el paso del tiempo.

El caso de las iguanas es uno típico

cuando una “piadosa” actitud de parte del

hombre repercute de una forma inimagina-

da; pero existen otros casos menos comen-

tados, que en cierta forma pueden llegar a

ser graves si no se lleva a cabo un exhaus-

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Fig. 106.– Una Iguana iguana contemplando el Río Rimac, algo cada vez más común el encontrar a estos lagartos de clima tropical en una ciudad céntrica como Lima.

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tivo seguimiento de las poblaciones de

reptiles introducidos.

Otro caso es el de la lagartija deno-

minada Macropholidus ruthveni, cuyo

hábitat se encuentra en el Bosque Cachil,

en Cajamarca; pero numerosos autores ha

descrito esta especie viviendo en ciertas

zonas campestres de la sierra baja limeña,

donde se la encuentra bajo los troncos de

los árboles caídos; Cadle & Chuna, la re-

portaron como un caso particular de espe-

cie introducida, ya que su área de distribu-

ción es muy reducida, pero en los últimos

años se han registrado que es posible que

su distribución en Lima se esté expandien-

do; en 2008 se encontró una serpiente de

la especie Alsophis elegans elegans, juve-

nil, quien regurgitó la mitad posterior de

un Macropholidus ruthveni, en el distrito

de Chaclacayo, lejos de su única zona de

registro en el Club “El Bosque” de Chosi-

ca; es posible que un pequeño grupo haya

sido dejado por algún coleccionista, y se

haya adaptado a las condiciones artificia-

les del nuevo ambiente.

Es muy difícil poder establecer si un

reptil podrá o no establecerse eficazmente

en un ambiente extraño, de todas las espe-

cies de reptiles, parece que los considera-

dos introducidos, se adaptan eficazmente a

un medio extraño, especies como las igua-

nas, prosperan en condiciones que esperar-

íamos imposibles, pero nos viene la pre-

gunta, ¿Es posible que se reproduzcan en

tales condiciones?, la respuesta puede ser,

depende; depende mucho de la especie del

animal y de las condiciones ambientales

que encuentra en su estadía en el medio;

las iguanas, no se reproducen eficazmente

en las frías condiciones de Lima, pero

otras especies como la lagartija de Chacla-

cayo, Macropholidus ruthveni, se reprodu-

cen eficazmente en las condiciones encon-

tradas en su antiguamente reducido hábi-

tat.

Es muy probable que de alguna for-

ma, las especies introducidas puedan adap-

tarse tarde o temprano, ya que la adapta-

ción, como el complejo proceso de vica-

rianza operan para diseñar nuevas especies

a partir de las actuales, este lento proceso

de adaptación a un medio urbano se puede

observar en el sudeste Asiático, donde el

geko To-Kai, el Gekko gekko, se ha adap-

tado a la ciudad en su propio beneficio, si

bien no es una especie invasora, propia-

mente; los To-Kai, han migrado de los

bosques pluviales a las ciudades, ¿Por

qué?, por que en las ciudades encuentran

abundante alimento gracias a la mano del

hombre, pero cual; de todos los cambios

realizados por el hombre en sus ciudades,

el mayor, es la luz eléctrica, no solo por

ser el pináculo de la sociedad actual, los

gekos utilizan las luces artificiales en la

noche, como extrañas trampas que atraen a

los insectos desprevenidos, y evitan que se

escapen, a veces, cada casa posee su pro-

pia colonia de gekos, devorando tranquila-

mente los insectos atraídos por las luces.

Muy pocas veces los repriles se

adaptan a un ambiente tan extraño como

una ciudad, pero lo hacen en menor medi-

da que otros grupos de animales como las

aves mamíferos.

Si bien en algunas zonas, los reptiles

introducidos son un problema, es necesa-

rio saber como solucionarlo, ya que los

únicos responsables de la situación somos

nosotros, por introducir consiente o in-

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 107.– Una lagartija introducida el Macropholidus ruthveni, un pequeño Gymnophalmidae del bosque tropi-cal ha sido reportada en 1995 para las zonas altas de Lima..

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conscientemente animales ajenos, en un

hábitat determinado.

El Hombre y los Reptiles

Durante milenios, los humanos

hemos adorado y odiado a los reptiles,

hasta su nombre evoca aquella forma de

desplazarse, pero, en cierta manera esta-

mos ligados íntimamente a los reptiles,

querámoslo o no, en primer lugar, nosotros

mismos somos descendientes de reptiles

superiores, los pterápsidos, en los que la

evolución dotó con las primeras caracterís-

ticas previas a los mamíferos y aves.

Y segundo, los reptiles son esencia-

les, no solo para el mantenimiento adecua-

do de los ecosistemas, si no para que el

mismo Homo sapiens pueda subsistir.

Existen muchas creencias a cerca de

los reptiles, desde las absurdas, hasta las

que fomentan un fanatismo religioso, mu-

R. Guzmán, 2010

Fig. 108.– Una Serpiente coral de la especie Micrurus tschudii, muchas veces encontradas en los campos de cultivo, sabiendo de su toxicidad, los hombres

Page 117: Secretos de Los Reptiles

117

chas veces con el temor injustificado a

ciertas clases de reptiles como las serpien-

tes, han sido difamadas durante generacio-

nes, en particular por las creencias religio-

sas, con la clásica historia de Adán y Eva,

hay que recordar que los reptiles, por odia-

dos que sean son indispensables para un

equilibrio ecológico, y no tiene sentido

alguno odiarlos, solamente por que un li-

bro lo menciona; muchas otras veces, las

creencias populares están mucho más de

acuerdo con la realidad, en el Bosque plu-

vial del Amazonas, se conoce una víbora,

se la llama Shushupe, o Cascabel muda, y

es bastante temida por los pobladores, con

justa razón; ésta serpiente, denominada

por los herpetólogos como Lachesis muta,

es una serpiente verdaderamente irritable,

llegando a atacar si se la molesta demasia-

do, y su veneno es letal para el hombre,

pero uno de sus nombres revela su singu-

lar actitud al ser enfrentada, en apariencia

se asemeja a una serpiente de cascabel,

aunque mucho más grande, y al hacer vi-

SECRETOS DE LOS REPTILES

del campo la temen, y la evitan, aunque muchas veces la matan y en ocasiones terminan con una intoxicación grave.

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brar la cola, sobre la hojarasca simula la

actitud de una cascabel; su nombre cientí-

fico incluso advierte de su peligrosidad,

Karl von Linnaeus la denominó Lachesis,

el nombre de una de las tres diosas grie-

gas, las Pacas, Atropos, Lachesis y Croto,

éstas se encargaban de desenrollar, medir

y finalmente cortar el “hilo” que represen-

ta la vida, Lachesis, era la encargada de

medir el “hilo de la vida”; actualmente el

nombre local, “Shushupe”, causa temor a

quienes han visto con sus propios ojos

esta bella serpiente.

Pero nos viene una pregunta esen-

cial, ¿Por qué les tememos?, la respuesta

no es tan sencilla, durante millones de

años, los pequeños mamíferos que sobre-

vivieron a la extinción del final del cretá-

ceo, tuvieron que evitar hábilmente a los

reptiles remanentes, quizás, por eso es que

les tenemos cierto temor a los reptiles,

aunque muchas veces es injustificado.

La relación de nuestra especie con

los reptiles, ha sido un tanto turbulenta;

casi nunca fueron bienvenidos, al compar-

tir un mismo nicho ecológico con el hom-

bre, hubo una vez, cuando la caza de repti-

les, los Aligátores, diezmó sus poblaciones

hasta llevarlas al borde de la extinción; si

bien no fue por temor, la matanza fue a

base de una actividad muy humana: el co-

mercio; las codiciadas pieles de caimanes

y cocodrilos, aún son presa de las indus-

trias peleteras, que deshollan cientos y

cientos de animales para satisfacer el mer-

cado internacional. Si bien la peletería en

Norteamérica, está sostenida por la increí-

ble recuperación del Alligator misisipien-

sis de la extinción, usan poblaciones cauti-

vas autosustentadas para el negocio, para

muchos, inhumano de la peletería de repti-

les.

Las especies sudamericanas, no

están libres de este comercio, una de las

especies, el Melanosuchus niger, fue

igualmente llevado al borde de la extin-

ción, con la diferencia que hasta ahora, no

se recuperan sus poblaciones silvestres por

la constante caza por su piel y su carne, un

negocio muy lucrativo si se sabe como

realizarlo, pero poniendo en riesgo a una

especie; personalmente, me parece indig-

no.

Muchas veces, el primer contacto

real de un hombre y un reptil, se da por las

costumbres alimenticias de los poblados

amazónicos o costeros; la dieta de los po-

bladores involucra a numerosas especies,

entre tortugas caimanes y lagartijas.

Actualmente, gran cantidad de hue-

vos, especialmente de tortugas fluviales,

son consumidos en distintas poblaciones

del bosque Amazónico, lo que pone en

peligro la estabilidad de las poblaciones,

ya que, para ser consumidos, los poblado-

res extraen grandes cantidades de huevos,

no de un criadero, si no directamente de

los nidos naturales de tortugas como Po-

docnemys unifilis y la ya rara Podocnemys

expnsa. Pero o solo los huevos son consu-

midos, en ocasiones se capturan varias tor-

tugas entre machos y hembras, con o sin

huevos, para consumirlas como alimento

en los poblados de las riveras del Amazo-

nas, al igual que las tortugas motelo, tanto

la Geochelone denticulata como Geoche-

lone carbonaria, son igualmente consumi-

R. Guzmán, 2010

Tabla. 2.-Algunas especies consumidas en la costa y selva peruana.

Especie Localidad de

consumo

Melanosuchus niger Toda la Selva

Caiman crocodylus Toda la Selva

Podocnemys unifilis Toda la Selva.

Podocnemys expansa Toda la Selva

Podocnemys sextuberculata Toda la Selva

Geochelone denticulata Toda la Selva

Geochelone carbonaria Toda la Selva

Dicrodon guttulatum Piura, Lamba-

yeque

Page 119: Secretos de Los Reptiles

119

das, principalmente por su carne, mas no

por sus huevos; hace unos años, intenta-

mos cocinar unos huevos de Geochelone

denticulata en cautiverio; no estaban ferti-

lizados, así que de todas formas, tarde o

temprano se perderían; así que los coloca-

mos en un hervidor de agua, como hacía-

mos con los huevos de gallina; y tal vez

por eso es que nadie escucha sobre huevos

de motelo en los mercados de Loreto; al

finalizar una maratónica cocción de 45

minutos ininterrumpidos, pero, qué había

resultado; estarían cocinados, o la gruesa

cáscara impediría que se desnaturalicen las

proteínas?; sólo había una forma de averi-

guarlo: abriéndolos; al abrirlos notamos

algo extraño, la yema, el vitelo, conforma-

do en su mayor parte de sustancias de re-

serva, efectivamente se había desnaturali-

zado, pero, la periférica clara, la albúmina,

no, continuaba tan cristalina como en un

huevo crudo; el sabor en si, dejaba mucho

que desear, tal vez por que los huevos no

estaban bien cocidos pero resultó verdade-

ramente repugnante.

Si bien a veces es necesario sacrifi-

car reptiles, solo lo justificaría siempre y

cuando sea el único medio de superviven-

cia, de otro modo, como los casos que

hemos descrito, sería injustificado, y mu-

chas veces, el hombre da mayor prioridad

a sus temores, y haciendo decaer peligro-

samente las especies.

Las costumbres propias de los pue-

blos deben ser respetadas, la Etnozoología,

la ciencia que estudia las interacciones

culturales entre hombres y animales, reve-

la que desde hace miles de años, los huma-

nos hemos utilizado de distinta manera a

los reptiles, desde sus rituales y creencias,

hasta la actual herpetofagia y las nuevas

costumbres adquiridas, en cierta manera,

el hombre siempre necesitará de reptiles

para sobrevivir, si bien no directamente,

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 109.– Un Caimán blanco capturado, a veces los pobladores de la selva pluvial cazan a éstos animales como medio de subsistencia, a pesar que Caiman crocodylus, está en estado vulnerable, éste ejemplar, ha sido capturarlo para realizarle medidas, marcarlo y soltarlo para seguir sus movimientos en l hábitat.

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Page 120: Secretos de Los Reptiles

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ellos se encargan de limpiar los bancos de

los ríos de animales muertos, además de

eliminar a aquellos enfermos y moribun-

dos; pero, ¿podemos aprender algo de los

reptiles?, pues si; las investigaciones reali-

zadas, han echado por tierra ciertas creen-

cias, incluso, interesantes posibilidades de

tecnología basadas en la estructura de los

reptiles, un sistema de calefacción de

agua, inspirado en los osteodermos de los

Eusuquidos, promete aliviar la sobrecarga

energética, además el sistema inmunológi-

co de los crocodilianos es tan eficaz, que

fácilmente sobreviven con lesiones que

serían fatales para nosotros, el ahorro de

energía, es otro factor que poseen los rep-

tiles, que ahorran todo lo que su cuerpo les

permite, al no tener un hambriento calor

interno que desperdicia constantemente la

energía acumulada.

Podemos aprender mucho de nues-

tros primos reptiles, pero el primer paso es

su conservación, muchas especies corren

un grave peligro o ya se han extinguido, y

es necesario compensar nuestros errores

del pasado antes de que sea demasiado

tarde.

El Ocaso de los Reptiles

Muchas veces nos hemos pregunta-

do, ¿Qué hubiese sido de nosotros si no se

hubiesen extinguido los dinosaurios?; es

una pregunta difícil que los paleontólogos

y biólogos evolucionistas han tardado en

resolver; la extinción es normal en la natu-

raleza, las especies nacen, se diversifican y

finalmente decaen y extinguen tarde o

temprano, la extinción favorece el predo-

minio de formas de vida más prometedo-

ras.

La extinción del orden Dinosauria

catapultó a unos animales pequeños, que

vivían a costa de los grandes reptiles, y

muchas veces, eran comidos por ellos, la

extinción del final del cretáceo disparó la

evolución de los mamíferos, si en caso no

se hubiese dado, es muy probable que

R. Guzmán, 2010

Fig. 110.– Un geko Phyllodactulus sentosus en busca de presas, una especie en peligro crítico, solo es cuestión de tiempo para que se extinga, está en nuestras manos evitar su destino incierto.

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Page 121: Secretos de Los Reptiles

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algún dinosaurio de intelecto superior al

normal, como el Deinonichus, hubiese po-

dido evolucionar a algún ser pensante, po-

blado la tierra, y quién sabe qué más.

Es difícil especular situaciones pro-

bables, si se dan las condiciones, pero ac-

tualmente, estamos, quizá en camino hacia

otra serie de extinciones, pero no causadas

por desastres naturales que tarde o tempra-

no sucederán, si no, por el ansia de poder

de la actual especie dominante, el Homo

sapiens; si bien somos la especie dominan-

te, estamos entrando en un punto sin retor-

no a causa de la polución industrial, la

acumulación de gases de invernadero, y

una posible guerra nuclear, la pesadilla de

todo ser humano.

El calentamiento global, es un

hecho, lamentablemente nosotros solos no

somos los únicos perjudicados, toda la vi-

da de nuestro planeta está en riesgo per-

manente, los cambios producidos por el

hombre son tan rápidos, que ni los reptiles

más adaptables pueden mutar para asegu-

rar su supervivencia.

Un hecho aterrador se está dando en

el Pacífico Norte, donde yacen las tortugas

juveniles en sus largas travesías oceánicas.

Si alguna vez se preguntaron ¿A dónde va

todo el plástico que desechamos?; la res-

puesta es simple, al mar; pero el problema

es que el plástico tarda cientos y hasta mi-

les de años en degradarse, y hablamos de

los que se pueden degradar, éstos dese-

chos, dada su baja densidad, son llevados

por las corrientes, directamente en los lu-

gares de alimentación de las tortugas y

otras especies marinas, las bolsas plásticas

en el agua, semejan medusas, y las tortu-

gas, se alimentan de medusas en los pri-

meros años, pero el plástico es indigerible,

y obstruye el sistema digestivo de las tor-

tugas, provocándoles la muerte, con lo que

menos tortugas llegan a la madurez, y aún

menos logran desovar, lo que conlleva a

una casi inexorable extinción por parte del

hombre, aunque indirectamente.

Anteriormente hemos explicado so-

bre los usos que el hombre le da a los rep-

tiles, otro caso preocupante es el consumo

de huevos, los pobladores recogen toda la

nidada, sin dejar alguno para que por lo

menos se incube y salga, ya que para ellos,

mientras más huevos, más ganancias, y

eso es lo que les importa, pocos son los

que en verdad toman conciencia y respetan

los nidos.

Un caso similar ocurre con los nidos

de caimanes, a pesar que las madres de-

fiendes agresivamente sus nidos, los hom-

bres llegan a sacar una buena cantidad de

huevos, casi el total de la nidada, teniendo

en cuenta que los eusuquidos desovan un

promedio de 30 huevos, pone en perspecti-

va el daño hecho por algunos pobladores

que prefieren lucrar en lugar de proteger

una especie.

Pero uno de los peligros indirectos

relacionados a la desaparición de los repti-

les, es la actividad minera, los contami-

nantes expulsados, envenenan el agua , el

aire y la tierra, nosotros no lo sentimos,

tampoco animales tan resistentes como las

truchas, pero los reptiles y otros animales

especialmente sensibles si, haciéndolos

migrar hacia zonas más prometedoras, o

simplemente, extinguiendo poblaciones

locales, o incluso la especie completa, co-

mo ocurrió con la lagartija de Oyón, en

2006 se observaron 5 ejemplares, en 2008

no se observó un solo ejemplar.

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 111.– Lagartija de Stenocercus de Oyón, especie que se presume extinta a causa de la contaminación mi-nera.

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Page 122: Secretos de Los Reptiles

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Nota del Autor

En éste trabajo, he querido expresar

mis conocimientos y sentimientos sobre

este grupo de animales tan extraordinario

como son los reptiles, incluí algunas de

mis observaciones personales que he reali-

zado mientras trabajaba en campo, y en

gabinete; con el apoyo de mis compañe-

ros, colaboradores y miembros del museo,

logré concretar lo que sabemos sobre los

reptiles, como un término general, si bien,

para muchos les parecerán extraños y poco

atractivos, el estudio exhaustivo de éstos

animales, nos hizo ver, tanto a mi como a

mi equipo, la belleza y diversidad de estas

tres clases actuales de lo que conocemos

como reptiles.

Empecé a escribir éste libro, con la

taxonomía clásica, pero la taxonomía no

está muerta, evoluciona con forme se van

realizando nuevos descubrimientos, y tuve

que actualizar el trabajo, a pesar de los

obstáculos encontrados en el camino, pude

finalizar la labor.

Las fotografías, una gentil aporta-

ción de los coautores, complementan el

texto, además de los relatos comentados

por ellos y que yo plasmo en este libro; ya

que no todas las observaciones son mías,

éstos relatos adicionales y fotografías,

ilustran de manera especial y dinámica el

trabajo, una recopilación de valiosos datos

a cerca de los reptiles, principalmente pe-

ruanos, que verdaderamente nos falta co-

nocer y querer.

Desde que me interesé por los repti-

les, intenté comprender su comportamien-

to, su anatomía y taxonomía, y verdadera-

mente me siento satisfecho de haber logra-

do esta meta de vislumbrar, por lo menos

ligeramente, los más destacados aspectos

de la vida de éstas criaturas, odiadas por

unos, y admiradas por otros: los Reptiles.

Rubén Guzmán P. , Julio 2010

R. Guzmán, 2010

Page 123: Secretos de Los Reptiles

123

SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 112.– ESCONDIDA ENTRE LAS RAMAS, una serpiente arbórea Leptophis depressirostris, observa el terreno, en busca de algún anfibio para devorarlo.

Page 124: Secretos de Los Reptiles

124

Agradecimientos

Este trabajo fue posible gracias al

constante apoyo de los miembros del Mu-

seo de Historia Natural de la Universidad

Ricardo Palma, quienes siempre estuvie-

ron dispuestos a colaborar en la redacción

de éste trabajo.

Así, agradecemos el apoyo brindado

por la Directora del Museo de Historia Na-

tural de la Universidad Ricardo Palma,

Boga. Mercedes Gonzales; así como al

Blgo. Pedro Huamán, que siempre estuvo

dispuesto a revisar y sugerir temas para el

trabajo; así mismo, a la Dra. Vera Alle-

man, por apoyar en todo sentido en la ela-

boración de la obra.

Además un especial agradecimiento

al Arqueólogo José Antonio Hudtwalker,

por brindarnos las facilidades al visitar la

Isla San Lorenzo en el marco del proyecto

“Al Encuentro con Darwin”, donde se vis-

lumbró el potencial de éste ambiente para

los futuros estudios de biodiversidad, y

poder reflexionar sobre el futuro incierto

de ésta isla.

Además, nos gustaría dar un agrade-

cimiento especial a las personas que en

nuestras salidas de campo, nos han apoya-

do con el trabajo de investigación en las

actividades realizadas en el museo.

R. Guzmán, 2010

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Page 125: Secretos de Los Reptiles

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SECRETOS DE LOS REPTILES

Fig. 113.– UNA TORTUGA FLUVIAL, de la especie Phrynops tuberosum, va en busca de un espejo de agua donde cazar peces para su sustento.

Page 126: Secretos de Los Reptiles

126

R. Guzmán, 2010

Page 127: Secretos de Los Reptiles

127

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R. Guzmán, 2010

Page 129: Secretos de Los Reptiles

129

SOBRE LOS AUTORES

Rubén A. Guzmán Pittman

Miembro activo del Museo de Histo-

ria Natural de la Universidad Ricardo Pal-

ma, autor de varias publicaciones, entre

material de información general, manuales

y guías de determinación sobre la fauna de

distintas regiones del país, en especial so-

bre herpetología, considerado uno de los

pocos dedicados a la taxonomía actual-

mente en Perú, habiendo hecho diversas

ponencias sobre reptiles, además de haber

realizado varios cursos sobre la prepara-

ción y mantenimiento de animales preser-

vados en taxidermia en prestigiosas uni-

versidades del país.

Enrique Flores Coronel

Naturalista especializado en Reptiles

y fotógrafo de fauna silvestre, colaborador

activo del Museo de Historia Natural de la

Universidad Ricardo Palma, destaca su

precisión en las tomas de campo, tanto en

fotografías como en filmaciones realizadas

por el equipo de campo del museo, además

de su capacidad para manejar en campo

cualquier especie de reptil, y el tratamien-

to de reptiles en cautiverio.

Ricardo V. Vásquez Condori

Miembro activo del Museo de Histo-

ria Natural de la Universidad Ricardo Pal-

ma, veterinario de la Universidad San

Cristobal de Huamanga-Ayacucho, realizó

estudios etológicos sobre Sibynomorphus

oneilli en el departamento de Ayacucho,

antes desconocida, destaca con sus habili-

dades para el manejo de reptiles, así mis-

mo de las observaciones del comporta-

miento in situ de algunas especies, además

de ser coautor de varias publicaciones del

Museo de Historia Natural.

Julio Magán Roeder

Biólogo Colaborador del Museo de

Historia Natural de la Universidad Ricardo

Palma, fotógrafo de vida silvestre en Tam-

bo Blanquillo, en el Parque Nacional

Manú, especialista en gekos, su trabajo

con la cámara, en el bosque tropical lo de-

signa como colaborador del museo en

cuanto al material fotográfico, con mucha

experiencia en trabajo en campo de bosque

tropical.

SECRETOS DE LOS REPTILES

Page 130: Secretos de Los Reptiles

130

ILUSTRACIONES

Portada.– Enrique Flores C.

Figuras:

1. Enrique Flores C.

2. Enrique Flores C.

3. Rubén Guzmán P. (Ambas)

4. Rubén Guzmán P. (Todas)

5. Rubén Guzmán P.

6. Enrique Flores C.

7. Rubén Guzmán P.

8. Rubén Guzmán P.

9. Rubén Guzmán p.

10. Rubén Guzmán P. (Todas)

11. Rubén Guzmán P.

12. Julio Magán R.

13. Enrique Flores C.

14. Enrique Flores C.

15. Rubén Guzmán P.

16. Enrique Flores C.

17. Rubén Guzmán P.

18. Enrique Flores C.

19. Enrique Flores C.

20. Enrique Flores C.

21. Enrique Flores C.

22. Enrique Flores C.

23. Enrique Flores C.

24. Enrique Flores C.

25. Julio Magán R.

26. Enrique Flores C.

27. Julio Magán R.

28. Enrique Flores C.

29. Julio Magán R.

30. Julio Magán R.

31. Rubén Guzmán P.

32. Rubén Guzmán P. (Ambas)

33. Enrique Flores C.

34. Rubén Guzmán P.

35. Julio Magán R.

36. Julio Magán R.

37. Enrique Flores C.

38. Enruque Flores C.

39. Rubén Guzmán P.

40. Rubén Guzmán P.

41. Enrique Flores C.

42. Enrique Flores C.

43. Julio Magán R.

44. Rubén guzmán P.

45. Julio Magán R. (Ambas)

46. Julio Magán R.

47. Julio Magán R.

48. Rubén Guzmán P. (Ambas)

49. A.– Julio Magán R. // B.– Enrique

Flores C.

50. Enrique Flores C.

51. Enrique Flores C.

52. Enrique Flores C. (Ambas)

53. Julio Magán R.

54. Enrique Flores C.

55. Enrique Flores C.

56. Enrique Flores C.

57. Julio Magán R.

58. Enrique Flores C.

59. Rubén Guzmán P. (Todas)

60. Julio Magán R.

61. Enrique Flores C.

62. Rubén Guzmán P.

63. Enrique Flores C.

R. Guzmán, 2010

Page 131: Secretos de Los Reptiles

131

64. Rubén Guzmán P.

65. Rubén Guzmán P.

66. Julio Magán R.

67. Julio Magán R.

68. Julio Magán R.

69. Rubén Guzmán P

70. Enrique Flores C.

71. Enrique Flores C.

72. Enrique Flores C.

73. Enrique Flores C.

74. Enrique Flores C.

75. Julio Magán R.

76. Rubén Guzmán P.

77. Enrique Flores C.

78. Enrique Flores C.

79. Rubén Guzmán P.

80. Enrique Flores C.

81. Rubén Guzmán P.

82. Rubén Guzmán P.

83. Enrique Flores C.

84. Enrique Flores C.

85. Enrique Flores C.

86. Enrique Flores C.

87. Enrique Flores C.

88. Enrique Flores C.

89. Enrique Flores C.

90. Enrique Flores C.

91. Enrique Flores C.

92. Julio Magán R.

93. Julio Magán R.

94. Enrique Flores C.

95. Enrique Flores C.

96. Rubén Guzmán P.

SECRETOS DE LOS REPTILES

97. Enrique Flores C.

98. Julio Magán R. (Ambas)

99. Julio Magán R.

100. Enrique Flores C.

101. Enrique Flores C.

102. Ricardo Vásquez C.

103. Enrique Flores C.

104. Enrique Flores C.

105. Enrique Flores C.

106. Enrique Flores C.

107. Ernesto Maldonado M.

108. Enrique Flores C.

109. Julio Magán R.

110. Enrique Flores C.

111. Enrique Flores C.

112. Rubén Guzmán P.

113. Julio Magán R.

Page 132: Secretos de Los Reptiles

132

A Abrazo Molecular 49

acutus, Crocodylus 22, 24, 25, 29, 102

aeneus, Oxibelis 98

alba, Amphidbaena 16, 45, 72-73

Alligatoridae 24

Ameiva 59

Amfidonte 13

Amphisbaenas 45, 72

angustidigitus, Phyllodactylus 49, 101

annah, Ophiophagus 79, 110

Anolis 67, 68, 69

Antropófagas, Serpientes 94

anullata, Leprodeira 87

Archelon 35

aspersa, Helix 98

Atropos 118

axpansa, Podocnemys 38

B basiliscus, Basiliscus 69

Boas 89

Bothrops 87, 95

Brachya 16

C Caimanes 23

Calentamiento Global 119

Caligo 100

Callopistes 15

Camuflaje 106

caninus, Corallus 92

carbonaria, Geochelone 118

catesbyi, Dipasa 96

cenchoa, Imantodes 98, 99

cenchria, Epicrates 92

Chamaleo 67

Characiformes 38

Charles R. Darwin 70

chrysopygus, Stenocercus 63

CITES 25

Clave: RANA 79

Clelia clelia 83

Cocodrilos 23

Conolophus 70

constrictor longicauda, Boa 93

constrictor ortonii, Boa 93, 94

constrictor, Boa 92, 105

constrictor, constrictor, Boa 93

Cópula 27

coriácea, Dermochelys 35, 36

Cortejo 27

cristatus, Amplirhynchos 15, 18, 69

crocodylus, Caiman 19, 24, 27, 28, 29, 32,

119

Crotalinae 82

Crotalus 83, 95

Croto 118

Cryptodyra 40

D

R. Guzmán, 2010

ÍNDICE Los números en negrita se refieren a las ilustraciones

Page 133: Secretos de Los Reptiles

133

Deinonichus 121

Dendroaspis 79

Dentición 12

denticulata, Geochelone 20, 35, 38, 39,

118, 119

depressirostris, Leptiphis 74, 123

Desove 27

Dinosauria 9, 120

dorbigni, Trachemys 42

Dryophis 16

E Eclosión 27, 28

Eichornia crassipes 30

Elaphe (Pantherophis) 78

elegans, Alsophis 110, 113

elongate, Tachymenis 87

Endogamia 101

Epictia 80

Escudos Córneos 36

Escudos: Nucal, neurales, costales, margi-

nales, supracaudales, inframargi-

nales, intergular, gular, humeral,

pectoral, abdominal, femoral,

anales, axilares 36

Espaldar 35

Evolución 95

Extinción 118

F fimbriatus, Chelus 37, 38, 41, 105

SECRETOS DE LOS REPTILES

fimbriatus, Uroplatus 106

flavipunctatus, Callopistes 59

Fosetas Labiales 21

Fosetas Loreales 21

G gabonica, Bitis 105

Gastrolitos 32

gecko, Gekko 113

gerrhopygus, Phyllodactylus 52

Glándula de Duvernoy 13, 87

guianensis, Dracaena 15, 58, 110-111

guttulatus, Dicrodon 47

Gymnophtalmidae 47, 60, 61

Gymnophtalmus 62

H heathii, Mastigodryas 76, 84

Heloderma 46, 60

Hemotóxico 82

Heterodon 97

HMS Beagle 70

horridum, Heloderma 14

horridus, Moloch 110

hortulanus, Corallus 88-89

Huevos 77

humaralis, Gonatodes 49, 52, 57, 100

Hydrophiidae 80

I

Page 134: Secretos de Los Reptiles

134

iguana, Iguana 15, 69, 71, 112

imbricata, Eretmochelys 41

Infradonte 13

Isla San Lorenzo 111

Islas Galápagos 70

K

komodensis, Varanus 15

L Lachesis 118

latorostris, Caiman 32

latrans, Canis 96

lemniscatus, Micrurus 103

lepidopygus, Phyllodactylus 18, 51

Leptotyphlopidae 80, 81

Leptotyphlops 16

leucostomum, Kinosternon 37

liogaster, Polychryus 67

Liolaemus 63, 66

Los Años Perdidos 38

lupus familiaris, Canis 96

M Macropholidus 61

martae, Conolophus 69

Microlophus 63, 66

microphyllus, Phyllodactylus 49, 56, 112

Micruroides 79

Micrurus 79, 80, 97

missisipiensis, Alligator 118

modestus, Stenocercus 63

Muda de piel 108

murinus, Eunectes 78, 90, 98

muta, Lachesis 117

N Naja 79

Neártico 46

niger, Melanosuchus 25, 29, 118

nigropunctata, Mabuya 46, 62

niloticus, Crocodylus 25

noteus, Eunectes 92

O obscurus, Micrurus 78-79

occipitalis, Microlophus 63

Ofidios 45

olivácea, Lepidochelys 36

oneilli, Sibynomorphus 16, 85, 98, 102-

103,

Opistoglifo 13

Órgano de Jacobson 22

ornatissimus, Stenocercus 15,63, 66

Oxyrhopus 87, 96

Oxyrhopus fitzingeri 97

P paradisi, Chrysopelea 75, 87, 95

Paternogénesis 101

peruana, Brachia 47, 60, 61

R. Guzmán, 2010

Page 135: Secretos de Los Reptiles

135

peruviana, Tachymenis 14, 18, 86

peruvianus, Microlophus 63, 111

Phrynosoma 96

pictus, Bothrops 14, 21, 77, 83, 104-105

Pitones 89

Placas: Nucales, costales, vertebrales, marginales

36

plástico, Parche de 119

Plastrón 36

platurus, Pelamis 80

platycephala, Platemys 43

Pleurodyra 40

Plica 63, 64

Polychrus 18, 67, 107

polylepis, Dendroaspis 80

porosus, Crocodylus 32

Proctoporus 16, 60, 61, 62, 109

Proteolítico 82

Proteroglifo 13, 14

Pteronura brasiliensis 30

puntatus, Sphoenodon 45

Python 105

R rapicauda, Thecadactylus 48, 106, 107

Reproducción, Serpientes 76; Crocodilia-

nos 27

Reptile, Ocaso de los 118

reticulatus, Python 21, 90-91

rufidorsa, Epictia 81

rufus, Cylindrophis 80

ruthveni, Macropholidus 113

SECRETOS DE LOS REPTILES

S Sacos embrionarios 77

sapiens, Homo 116, 121

Saurios 45

scabra, Dasypeltis 86

Scincidae 62

scincoides, Tiliqua 62, 98

scripta, Trachemys 38, 42

sentosus, Phyllodactylus 49, 53, 54-55,

120

serpentina, Chelydra 36, 110

Setae 48

Sibynomorphus 111

Solenoglifo 13, 14

Spatulae 48, 49

spectrum, Heloderma 14

Spirogyra 27

Stenocercus 64, 65

subcristatus, Conolophus 18, 69

Suero Antiofídico 83, Antibotrópico 84,

Anticrotálico 84, Antielapídico

84, Antilachésico 84, Polivalente

84

sulphureus, Pseustes 109

Supradonte 13

surinamensis, Micrurus 80

T tachymenoides, Phyllodryas 22, 76, 78,

82, 87, 108

Page 136: Secretos de Los Reptiles

136

Tapetum Lucidum 16

temminki, Macroclemys 38, 110

Terrapene 37

tesselata, Epictia 78

tigris, Microlophus 63, 64

Tillandsia 111

trigonatus , Caiman 24

trigonatus, Paleosuchus 11, 19, 24, 25, 29

tschudii, Micrurus 14, 80, 114-115

tuberosum, Phrynops 40

Tupinambis 15, 46, 59

U

unifilis, Podocnemys 34, 41, 118

V vagus, Sibynomorphus 103

Viperinae 82

viridis, Chondropython 78, 90

volans, Draco 95

W williamsi, Sibynomorphus 102

R. Guzmán, 2010

Page 137: Secretos de Los Reptiles

137

SECRETOS DE LOS REPTILES

Page 138: Secretos de Los Reptiles

138

Page 139: Secretos de Los Reptiles

139

Page 140: Secretos de Los Reptiles

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