Se Parecerá La Crisis Del Socialismo Venezolano a La Crisis Del Socialismo Mexicano

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    SE PARECER LA CRISIS DEL SOCIALISMO VENEZOLANO A LA CRISIS

    DEL SOCIALISMO MEXICANO?

    LA NECESIDAD DE RE-LEER A GABRIEL VARGAS LOZANO

    Javier Biardeau R

    Entre los analistas ms rigurosos de las recepciones histricas (tanto en sus

    seguidismos dogmticos como es sus apropiaciones crticas) del archivo Marx-

    Engels-Lenin en Nuestra Amrica, podemos contar con los excelentes textos de

    Michel Lwy, Pablo Guadarrama, Jos Aric, Omar Acha, Bolvar Echeverra,

    Adolfo Snchez Vsquez; Nestor Kohan, entre muchos otros estudiosos de una

    comprensin histrico-critica de las transmisiones de los textos y tradiciones

    marxistas latinoamericanas en su pensamiento y accin histrica.

    Pero como ha sealado Pablo Guadarrama existi una poca donde las diferentes

    corrientes del marxismo y el archivo Marx-Engels que se constituy en su matriz

    de pensamiento se entronc activamente con las corrientes nacional-populares

    que aspiraban a un cuestionamiento de las estructuras de poder y dominio en las

    sociedades de Nuestra Amrica:

    Esa poca coincidi con un incremento en las universidades latinoamericanas del

    prestigio acadmico del marxismo y su predominio incluso en muchas reas de las

    ciencias sociales. Sin embargo, no siempre este reconocimiento se correspondi

    con un incremento de la profundidad terica de los anlisis, pues cierta intencin

    divulgativa de la teora filosfica, econmica y poltica del marxismo se materializ

    en una simplificacin extraordinaria de su enseanza y la consecuente

    proliferacin de textos docentes en su mayora de procedencia sovitica. El

    traslado al mbito intelectual latinoamericano de algunas de las polmicas que

    desde los aos cuarenta y cincuenta se venan produciendo en el seno del

    llamado "marxismo occidental" -contrapuesto al marxismo-leninismo emanado del

    bloque sovitico- sobre algunos temas filosficos, ticos y estticos, conmovieron

    cada vez ms el ambiente en el que se desarrollara el marxismo en Amrica

    Latina. (Bosquejo histrico del marxismo en Amrica Latina Pablo Guadarrama

    Gonzlez. Archivo Chile)

    Estos fenmenos no se refieren a debates acadmicos o encerrados en claustros,

    sino que se vinculan estrechamente (con las todas las especificidades y

    autonomas relativas de las esferas sociales y culturales) con procesos histricos

    ms inclusivos, sobremanera los referidos a los cambios sociopolticos que

    experimentan las sociedades latinoamericanas y la regin en su conjunto en su

    intento de salir de las garras de la larga noche neoliberal en los aos 80 (crisis de

    la deuda externa) y 90 (aplicacin masiva de programas de ajuste y estabilizacin

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    macroeconmica). Simultneamente, el derrumbe del campo del llamado

    socialismo real permiti un masivo desplome de las ideas y valores de la

    izquierda, tanto de comunistas tradicionales, como de socialistas,

    socialdemcratas y anarquistas. El fracaso del modelo sovitico fue endosado

    masivamente a todas las corrientes sociales radicales que luchaban en sus

    propios trminos contra la injusticia, la igualdad, la liberacin, la explotacin o la

    opresin.

    La ideologa del fundamentalismo de mercado y la utopa de la sociedad de la

    libertad perfecta (lase: neoliberalismo) se convirtieron en un nuevo sentido

    comn legitimador diseminado desde la orquestacin poltica, institucional y

    meditica de proyecto neoliberal/neoconservador. Un nuevo conformismo y

    resignacin de masas se alinearon a lo que Margaret Thatcher denomin (TINA),

    es decir, sencillamente no hay alternativas al capitalismo, y desde all el arte de lo

    posible se limit solo a variantes de gestin y administracin del capitalismo (la

    ilusin de la alternativa pendular entre monetarismo y keynesianismo no slo

    como polticas econmicas, sino cosmovisiones sociales del desarrollo).

    De modo que los procesos constituyentes latinoamericanos (Venezuela, Bolivia y

    Ecuador) no slo movilizaron agendas anti-neoliberales sino prefiguraron algunos

    temas clsicos de la agenda anti-capitalista, muchos de ellos entremezclados con

    los tpicos progresistas. Los foros sociales mundiales por una parte, y las

    articulaciones polticas de la izquierda latinoamericana (Foro de Sao Paulo)

    parecan revitalizar una ventana de posibilidad para replantarse un horizonte post-

    capitalista, muchas veces bajo el paraguas de la imagen del Socialismo del siglo

    XXI. La gran pregunta es: Qu ha quedado de todas esas iniciativas? Cul es la

    acumulacin de fuerzas objetivas y subjetivas del ciclo anti-neoliberal? Se

    crearon las condiciones favorables para traspasar un punto de no retorno, es

    decir, una restauracin neoliberal?

    Se ha dicho reiteradamente que todo momento de crisis encierra un riesgo o

    peligro, como un campo de oportunidad. Entre los diferentes campos donde se

    despliega una crisis, es ostensible decir que en el caso venezolano hay una

    severa crisis de la ideologa bolivariana, expresada en el despilfarro del llamado

    legado de Chvez, as como de los estratos intelectuales de izquierda que

    apoyaron el experiment bolivariano.

    Vale la pena quizs revisitar el presente texto de Vargas Lozano para comprender

    la crisis de coordenadas tericas en el caso mexicano, y reflexionar de manera

    paciente sobre los paralelismos que puedan encontrase para el caso venezolano.

    Que las audiencias y lectores saquen sus propias conclusiones. Todos los crditos

    intelectuales del presente texto deben ser atribuidos al texto original de Gabriel

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    Vargas Lozano (http://papelesrojos.blogspot.be/2004/05/olvidar-al-marxismo-g-

    vargas-lozano.html):

    Olvidar al marxismo?, G. Vargas Lozano

    Las causas de su derrumbe en Mxico. Revista Memoria, febrero de 1998

    ES VERDADERAMENTE CURIOSO y digno de estudio lo que ha pasado con el

    marxismo en nuestro pas. Despus de un perodo de brillante ascenso, durante

    las dcadas de los aos sesenta y setenta, en las que inclusive lleg a ser

    hegemnico en algunas Universidades, cay en una crisis durante los ochenta y

    se derrumb en la dcada de los aos noventa hasta llegar a la presente situacin

    en la cual, tanto en los medios polticos como culturales (salvo algunas

    excepciones como lo son Memoria, Germinal, Vientos del sur o Dialctica) se

    guarda un silencio sepulcral sobre todo lo que se refiera a esta teora o al

    socialismo. Todava ms, considero que existe una posicin represiva hacia todo

    lo que "huela" a marxismo, en los medios polticos, culturales y universitarios.

    Por qu ocurre esto? Una primera respuesta podra ser la siguiente: el marxismo

    como tal, qued enterrado bajo el "Muro de Berln" y por tal motivo, ya no puede

    representar una alternativa realista al capitalismo.

    Esta afirmacin contiene muchos equvocos. El marxismo tiene dos aspectos: uno

    terico y otro prctico. Por el lado terico, un paradigma no cae por un colapso

    social (aunque a ste, naturalmente, le obliguen a modificar muchos de sus

    planteamientos) sino por la aparicin de otras teoras que refuten plenamente sus

    principales tesis.

    Adems, desde el punto de vista terico se ha pretendido hacer creer, a quienes

    no conocen de cerca esta concepcin, que solo existi un solo marxismo y ste es

    el que desemboca en la construccin de la URSS, es decir, el llamado "marxismo-

    leninismo" aunque, inclusive, bajo ese rubro se esconden otras variantes ms. Me

    refiero, en concreto a la "versin oficial" sovitica que se implant en todas

    aquellas sociedades como "verdad oficial" o tambin "verdad de estado".

    Las equivocaciones tericas son las siguientes:

    1.-NO HA EXISTIDO UNO SINO VARIOS MARXISMOS

    Una primera equivocacin ha sido la de creer que solo existi un marxismo: la

    versin oficial sovitica. La verdad es todo lo contrario, en el siglo XX han existido

    muy diversas interpretaciones ya que sus fundadores dejaron todo un programa

    por desarrollar y una serie de problemas tericos no resueltos. As, a partir de su

    obra, se desarrollaron concepciones como las de Lenin, Kautsky, Trotsky,

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    Gramsci, Lukcs, Bloch, Brecht, Della Volpe y otros. Por tal motivo, una cosa fue

    la concepcin desarrollada en la URSS y difundida por todo el mundo como "la

    nica y verdadera" y otras son las que surgieron en Occidente, sin la hipoteca de

    ser la "ideologa oficial del Estado". As, al derrumbarse el llamado "socialismo

    real" cae tambin su ideologa, pero no las dems interpretaciones, algunas de las

    cuales haban sido, inclusive, crticas de aquella "versin oficial".

    2.- MARX Y ENGELS NO FUERON ARTFICES DEL "SOCIALISMO REAL"

    Otra equivocacin fue la de creer que Marx y Engels haban sido los verdaderos

    artfices de lo que ocurri en el "socialismo real". Esta tesis fue difundida aqu en

    Mxico por los "nuevos filsofos". A pesar de que las obras de Marx y Engels

    fueran citadas sin piedad en el llamado "socialismo realmente existente",

    fcilmente podemos observar que la mayor parte de su obra est destinada a ser

    una crtica del capitalismo y que existen tan slo algunas ideas sobre lo que

    debera ser el socialismo por una razn fundamental: esta sociedad todava no

    surga como realidad. Los errores o aciertos en la construccin del socialismo

    fueron responsabilidad exclusiva de quienes emprendieron la tarea de llevarlo a la

    prctica. Pero adems, como veremos, su concrecin prctica estuvo muy lejos de

    lo que Marx y Engels consideraban que debera ser el socialismo.

    3.- CREER QUE EXISTA UNA CONTINUIDAD SIN PROBLEMAS ENTRE MARX

    Y SUS CONTINUADORES

    La tercera equivocacin consisti en creer que existi una identidad casi perfecta

    entre Marx y sus continuadores. Todo lo contrario, Lenin, Bujarin y Stalin

    desarrollaron, eso s, a nombre de Marx y Engels, una nueva concepcin muy

    distinta a la propuesta por sus fundadores. Las diferencias se pueden establecer

    con toda claridad en torno a: la teora del partido; la concepcin de la filosofa; la

    divisin del legado de los clsicos en dos sectores (materialismo dialctico e

    histrico); las famosas tres leyes de la dialctica; la concepcin determinista y

    unicausal de la historia y tantas otras proposiciones que no se encontraban en el

    pensamiento de Marx. Lo que ocurri es que los dirigentes soviticos y en especial

    Bujarin y Stalin se dieron a la tarea de construir una concepcin totalizante del

    mundo que presentaron como "ciencia de las ciencias" y que no era ms que una

    ideologa legitimadora del estado sovitico.

    4.- EL "SOCIALISMO REALMENTE EXISTENTE" NO ERA UN VERDADERO

    SOCIALISMO

    Otro de los grandes errores cometidos por la izquierda y que an no acaba de ser

    asimilado fue el creer que en la URSS se estaba construyendo un autntico

    socialismo. Ya en mi libro Ms all del derrumbe (Siglo XXI. Mxico, 1994) he

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    mostrado como de 1917 a 1956 no se haba presentado la posibilidad histrica

    real de construir algo que se asemejara al socialismo; pero an ms, de acuerdo a

    los estudios que se han hecho posteriormente, como el de Milos Nicolic y otros,

    podemos decir que lo que se desarroll en la Unin Sovitica no fue una sociedad

    socialista sino un proceso de modernizacin bajo el recubrimiento ideolgico del

    socialismo.

    5.- MARX Y ENGELS NO ERAN ANTI-DEMCRATAS

    Se ha acusado a Marx y Engels de haber propiciado una sociedad no

    democrtica. Mi opinin es que, por el contrario, estos autores estaban a favor de

    la democracia (y esto se puede demostrar con muchas citas) y que le otorgaban a

    este concepto, el significado de una verdadera forma de autogestin, sin embargo,

    este concepto todava tiene que ser profundizado, a la luz de los problemas que

    han surgido en las sociedades actuales.

    A pesar de lo anterior, tanto la derecha como los intelectuales que se decan

    marxistas, pero que ahora se han reconvertido en neo-liberales vergonzantes,

    siguen publicando textos y hablando en conferencias como si hubiera existido un

    solo marxismo o como si no hubiera habido un avance muy importante en el

    mundo en torno a diversos tpicos. Lo que, a mi juicio ocurri, fue una gigantesca

    y monstruosa tergiversacin de las concepciones de Marx y Engels tanto por sus

    enemigos en el capitalismo como por muchos de los que decan seguir sus

    teoras; pero adems digo todo ello sin prejuicio de encontrar problemas o

    insuficiencias en diversos problemas planteados por los dos autores.

    Ahora bien, nadie puede menospreciar lo que ha ocurrido con el marxismo en la

    teora y en la prctica durante este siglo, lo que se necesita es seguir analizando,

    reflexionando, discutiendo toda esta problemtica. As lo han entendido tanto los

    europeos como los norteamericanos, quienes han proseguido, en forma muy

    activa, el anlisis de todos los problemas contemporneos desde un marxismo

    abierto, crtico y autocrtico. Algunas muestras son las siguientes: en Alemania,

    Wolfgang Haug, dirige la publicacin del Diccionario histrico-crtico del marxismo

    (en 13 volmenes) con la colaboracin de ms de 500 investigadores del mundo;

    en Francia, la revista Actuel Marx, que agrupa a un importante grupo de

    investigadores como Jacques Bidet (su director), Jacques Texier, Georges Labica,

    Michel Lwy, Ettiene Balibar, Lucien Seve y muchos otros, realiza una serie de

    conferencias nacionales e internacionales. La revista ha abordado temas como: el

    estado del marxismo; el marxismo en Japn; el marxismo italiano; el marxismo

    anglosajn; Amrica Latina; el imperialismo hoy; el inconsciente social; filosofa y

    poltica; Marx y Weber y muchos otros temas. De igual forma, en su coleccin de

    libros Actuel Marx Confrontation, se han abordado problemas como: fin del

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    comunismo? Actualidad del marxismo?; La idea de socialismo; los paradigmas

    de la democracia; la crisis del trabajo, etc.etc. En los Estados Unidos, es decir, en

    el pas ms anticomunista del mundo, se organiza anualmente la "Socialist

    Schollars Conference" en Nueva York y el congreso tambin anual de la revista

    Rethinking Marxism en la Universidad de Massachusetts; en Cuba, se ha

    empezado a publicar la revista Marx Ahora, dirigida por Isabel Monal; en Argentina

    no slo existe una edicin de Actuel Marx sino otras publicaciones como Tesis 11

    y Dialctika, en Brasil se publica, con mucho xito, la revista Marx hoy. Todo ello

    sin mencionar el gran nmero de libros que se estn escribiendo sobre la temtica

    del marxismo en el mundo.

    Qu quiere decir esto? Quiere decir que a pesar del derrumbe del llamado

    "socialismo real" y de la implantacin mundial de la poltica econmica y de la

    ideologa neo-liberal, el marxismo sigue siendo parte viva de la cultura poltica y

    los intelectuales de los pases mencionados siguen trabajando tericamente,

    reflexionando y re-pensando la teora crtica. Naturalmente que no se trata de una

    versin ms del marxismo sovitico sino de una profunda renovacin del

    paradigma a raz de los nuevos fenmenos de la realidad y las nuevas

    aportaciones de las teoras cientficas y filosficas.

    Pero entonces, volvamos a preguntarnos, por qu en nuestro pas se ha

    presentado este fenmeno de represin y olvido del marxismo.3

    Intentar ofrecer varias respuestas:

    1.- EFECTOS DEL COLONIALISMO

    Una primera respuesta est relacionada con la forma en que se han importado las

    corrientes filosfico-polticas en Mxico, es decir, en un pas que sufri 300 aos

    de colonialismo y una ruptura profunda con su pasado anterior, ha subsistido un

    colonialismo mental muy propenso a importar modas tericas para seguirlas en

    forma dogmtica y luego repudiarlas.

    En nuestro pas, la vertiente del marxismo que ms se difundi entre los obreros,

    los campesinos y las clases medias fue la versin sovitica. Ahora bien, a partir de

    la dcada de los sesenta, tanto en la teora como en la prctica, se inici una

    crtica hacia esa interpretacin. La principal teora que permiti dicha crtica fue la

    obra de Louis Althusser y luego el manual de Marta Harnecker que vino a

    substituir al de Konstantinov. Aqu tendramos que preguntarnos por qu influy

    tanto la obra de Louis Althusser y no, por ejemplo, la de Galvano della Volpe? La

    respuesta se encuentra en la gran influencia que ha tenido la cultura francesa en

    nuestro pas. Pero adems, la concepcin de Althusser vena en el "paquete" de la

    ltima moda francesa para la literatura y las ciencias sociales, que haba

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    promovido, nada menos de Les Temps Modernes: el estructuralismo. Hasta aqu

    podramos decir que todo era normal. La versin dogmtica sovitica era

    reemplazada por una nueva interpretacin que propona que se leyera El Capital

    para descubrir que Marx era un cientfico sin ms. Lo negativo no fue leer o debatir

    esa concepcin sino tomarla como la "nueva verdad revelada". Y as como en la

    Facultad de Filosofa de la Universidad de Guerrero, todo el plan de estudios se

    organiz a partir de la divisin entre materialismo dialctico e histrico, as tambin

    ahora, en las Facultades de Economa y Ciencias Polticas de la UNAM, se

    consider que Das Capital era la passe-partout de la ciencia. Es obvio que en

    ambas facultades debera estudiarse El Capital pero con todas las

    transformaciones que ha sufrido el capitalismo en la actualidad; todos los

    problemas que dej abiertos para la economa y todas las mediaciones que se

    requeran para entender el subdesarrollo junto a todas las principales obras de los

    grandes pensadores sociales. Pero al seguir la interpretacin althusseriana en

    forma ingenua, sus seguidores optaron, sin saberlo, por un camino trgico que los

    llev directamente al psicoanlisis. Curiosamente lo mismo ocurri con Auguste

    Comte y sus seguidores del fin del siglo XIX y principios del XX. Pero una vez que

    los seguidores acrticos de Althusser se dieron cuenta de los desvaros de su

    maestro, sin decir "agua va", se cambiaron al gramscismo, que es la moda que

    sucedi al althusserianismo en 1975 o al postestructuralismo. La moraleja es que

    nunca debera seguirse a un autor, en forma acrlica. Ahora bien, ya en los

    ochenta, bajo la influencia del eurocomunismo, la crtica se profundiz en relacin

    con el llamado "socialismo real". Lo que creo es que la crtica a dicho "socialismo"

    slo convenci a un sector intelectual minoritario y no al conjunto de la izquierda

    que se qued ms bien con un marxismo rstico y desledo, que no le permiti

    avanzar hacia una recepcin ms abierta y creativa. Al derrumbarse aquellas

    sociedades, todos aquellos que no haban profundizado en la crisis del marxismo,

    se quedaron sin piso y cayeron en una profunda depresin y decepcin. La

    izquierda intelectual no supo o no quiso profundizar el debate entre sus bases y

    propiciar la construccin de una alternativa como ocurri en otros lugares.

    2.- EL OPORTUNISMO DE LOS INTELECTUALES

    Pero aparte de la forma doctrinaria y dogmtica como se asimil el marxismo en

    Mxico tambin habra que considerar un segundo elemento como lo ha sido la

    influencia ideolgica del Estado. Como se sabe, nuestro pas cay en una ms de

    sus crisis en 1982 y tres aos ms tarde, el gobierno decidi adoptar el

    neoliberalismo como poltica oficial no declarada. Al observar este acontecimiento,

    muchos intelectuales se alinearon a dicha poltica y luego confirmaron su actitud

    ante el derrumbe, apareciendo, de la noche a la maana, reconvertidos en feroces

    crticos del marxismo. En otras palabras, en lugar de darse a la tarea de explicar lo

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    que estaba ocurriendo, se dedicaron a desgarrarse las vestiduras en mesas

    redondas y conferencias como si ellos hubieran sido los autores inmediatos de los

    crmenes de Stalin y sin tener el cuidado de no confundir la crtica de la derecha

    con una crtica de izquierda.

    Por el contrario, los intelectuales de la derecha agrupados en la revista Vuelta

    recogieron el desafo y orquestaron lo que fue el discurso hegemnico

    conservador y respuesta "nica" al derrumbe del "socialismo real". La forma

    elegida fue la realizacin del coloquio televisivo denominado: "El siglo XX. La

    experiencia de la libertad" en donde celebraron, no slo los funerales de aquel

    rgimen sino del marxismo y del socialismo, sin distinciones. De nada vali que

    algunos invitados nacionales se opusieran a dicha interpretacin: Octavio Paz y

    sus invitados conservadores de Europa del Este y la URSS, ya lo haba dicho todo

    y se acab.4 Y cuando ms tarde, el CNCA realiz junto con la UNAM y la revista

    Nexos, un coloquio ms plural debido a la gran molestia que despert el anterior

    por su reaccionarismo, el titulado: "Los grandes cambios de nuestro tiempo", el

    atrevimiento le cost a uno de sus organizadores, Vctor Flores Olea, su puesto de

    Presidente del CNCA. El argumento de Octavio Paz fue de un liberalismo

    inmaculado: "Si yo organizo un coloquio en la empresa privada Televisa, yo puedo

    hacer lo que quiera, sin embargo, si ustedes realizan en las instituciones pblicas

    uno similar, tienen que tomar en cuenta a mi grupo, de otra manera, atnganse a

    las consecuencias". En otras palabras: hgase la democracia en las instituciones

    oficiales pero no en los bueyes de mi compadre.

    Lo penoso en todo esto fue que la izquierda mexicana ms lcida, que hizo en

    forma temprana la crtica al marxismo sovitico; que desarroll en las ciencias

    sociales y la filosofa interpretaciones nuevas como la teora de la dependencia;

    nuevas interpretaciones de la historia de Mxico o la filosofa de la praxis, no pudo

    hacer valer, en los medios masivos de comunicacin, su explicacin alternativa. La

    izquierda partidaria mostraba su debilidad y su confusin.

    3.- CAMBIAR EL MARXISMO Y EL SOCIALISMO POR LA DEMOCRACIA

    LIBERAL

    Pero el problema no se queda all. Durante la dcada de los aos ochenta y

    principios de los noventa se presentaron en nuestro pas varios procesos polticos

    de gran importancia. Uno de ellos fue la serie de transfiguraciones que sufri el

    Partido Comunista Mexicano, al aliarse con otras fuerzas polticas y quedar

    convertido en PSUM, luego en PMS y finalmente en PRD. Estn todava por

    escribirse las causas, las formas y las consecuencias de esos cambios pero, por lo

    pronto, mencionara que, a mi juicio, el debate en torno a estos cambios polticos,

    salvo en la transformacin de PCM a PSUM, no fue suficientemente amplio y ello

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    llev a una gradual prdida de identidad entre los militantes de esos partidos. Pero

    por otro lado, en la ltima transformacin de PMS en PRD, se perdieron tanto el

    socialismo como objetivo como el marxismo terico. Aqu podra establecerse un

    paralelismo con lo ocurrido en el PSOE en Espaa que, una vez que se vislumbr

    la toma del poder, Felipe Gonzlez propuso y se acept que se eliminara el

    marxismo como teora central del partido y se adoptara una serie de posiciones

    que convertan, en los hechos, a la socialdemocracia en gestora del neo-

    liberalismo.

    En nuestro caso, la causa de esta prdida se encuentra, a mi juicio, en un cambio

    paradigmtico y programtico operado en los aos ochenta por un sector de la

    izquierda, que consider que la nica forma de acceder al poder era reconociendo

    a una corriente heredera de la "Revolucin mexicana" y que, por su sola

    presencia, haba convocado a las masas bajo el nombre mgico de Crdenas. As,

    en lugar de plantearse la transformacin radical del capitalismo, lo que se

    converta en el punto nmero uno del orden del da era: la disolucin del partido-

    Estado y el establecimiento de la democracia dentro de un nuevo sistema poltico.

    Ahora bien, este objetivo era y es vlido. Despus de las transformaciones

    econmicas realizadas por el porfiriato, qued pendiente en nuestro pas una

    modernizacin poltica que no logr realizarse ni con la revolucin que le sigui y

    que cost al pas un milln de muertos. Las masas que votaron por Crdenas, en

    1988, para Presidente de la Repblica, estaban en contra del despotismo con que

    una oligarqua haba llevado a nuestro pas a la bancarrota y por tanto, deseaban

    instaurar una nueva forma de gestin del poder. No haba duda que tena que

    acudirse a este llamado, apoyndolo con todas las fuerzas que fueran posibles.

    Sin embargo, esto se hizo, a mi juicio, abandonando el debate sobre los

    problemas del marxismo, del socialismo y de la misma democracia. Se adopt,

    entonces, un pragmatismo de corto alcance y un encantamiento con respecto a la

    democracia.

    Ahora bien, alguien podra decirme, si el socialismo no est hoy en el panorama

    inmediato sino que aparece como muy lejano y adems nuestra tarea est en

    construir la democracia en nuestro pas qu objeto tiene el seguir reflexionando

    sobre el socialismo y el marxismo?

    Esta pregunta: o es mal intencionada o est dictada por el candor. Hoy, en los

    pases altamente desarrollados, en los que se ha logrado ya, desde hace muchos

    aos, la democracia a que tanto aspiramos (y cuya necesidad inmediata no niego)

    es considerada como una forma de dominio que no conduce a la justicia social

    para las mayoras. Hoy, en aquellos pases existe un agotamiento de dicha forma.

    De qu forma se trata? Sin duda de la democracia liberal y neo-liberal. La

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    pregunta que surge entonces es: nuestra lucha es por instaurar una democracia

    liberal o neo-liberal que, en otros lugares ya ha mostrado sus dificultades para

    construir una sociedad justa? Mi respuesta es negativa. No podemos repetir la

    historia y por tanto, se necesita poner a debate, no slo los diversos significados

    de la democracia para construir uno alternativo, sino seguir reflexionando sobre el

    paradigma marxista para estudiar las consecuencias de la sociedad global

    capitalista y su alternativa que, hasta hoy sigue llamndose "socialismo" aunque

    este concepto deba transformarse necesariamente para que pueda convertirse en

    realidad en el siglo XXI.

    Esperamos que el anterior texto haya estimulado sus neuronas.

    Cuando una crisis terico-ideolgica (de sustentacin y de legitimacin), tarde o

    temprano se expresa en una crisis de direccin poltica (de liderazgo intelectual,

    tico-cultura y poltico). De este modo se produce una un bloqueo, una

    interrupcin, un proceso de cambio truncado; y del estancamiento, la posibilidad

    de reversin (Roll-Back), el reflujo y los escenarios de restauracin. La

    acumulacin de fuerza morales y materiales comienza a perder cualidad, y en un

    proceso de desgaste, luego cantidad. La entropa domina frente a la recuperacin

    y nuevas cualidades organizativas. Se trata de un punto crucial.

    Ojal sea advertido a tiempo y cuando ya no sea tan tarde que slo quede mitigar

    los daos de la restauracin. Todo esto pasa por la conciencia y praxis de un

    pueblo, de sus trabajadores y trabajadoras, en defensa de sus conquistas

    histricas.