Scare Crow- Julie Hockley

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SCARE

CROW

A CROW’S ROW LOVE STORY

JULIE HOCKLEY

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CONTENIDO

Prólogo

Capítulo Uno: Emily

Capítulo Dos: Cameron

Capítulo Tres: Emily

Capítulo Cuatro Cameron

Capítulo Cinco: Emmy

Capítulo Seis: Cameron

Capítulo Siete: Emmy

Capítulo Ocho: Cameron

Capítulo Nueve: Emmy

Capítulo Diez: Cameron

Capítulo Once: Emily

Capítulo Doce: Cameron

Capítulo Trece: Emily

Capítulo Catorce: Cameron

Capítulo Quince: Emily

Capítulo Dieciséis: Cameron

Capítulo Diecisiete: Emily

Capítulo Dieciocho: Cameron

Capítulo Diecinueve: Emily

Capítulo Veinte: Cameron

Epílogo de Emily

Epílogo de Cameron

Agradecimientos

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A mis dos hermosos, inteligentes, y fuertes bebés. G y M.

Recuerden, los corazones rotos se pueden curar.

Y a todo aquel que le rompa el corazón a uno de mis

bebés, corran.

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And these children that you spit on

As they try to change their worlds

Are immune to your consultations

They’re quite aware of what they’re going through.

—“Changes,” canción de David Bowie

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Prólogo

¡Mirando las ballenas desde el patio trasero!

Emmy —mi Emmy— estaba en un diminuto bikini, recostada sobre la

arena con un libro recargado en su rodilla.

Una oportunidad espectacular de poseer este prístino pedazo de cielo.

Disfrute de esta pintoresca isla de poco más de cinco hectáreas de terreno

inexplorado rodeada de costas arenosas.

Había una montaña de vegetación detrás de ella que parecía el lomo de un

elefante. Nuestra cabaña estaba en algún lugar en las profundidades de la

jungla. Pero sólo nosotros sabíamos que estaba allí. Tenía un techo de lámina.

Emmy amaba escuchar el golpeteo de la lluvia contra el metal. Yo también.

Esta isla ofrece un entorno sereno y remoto, donde puedes ser uno con la

naturaleza y olvidarte del resto del mundo.

Yo estaba de pie en el agua, con la cadera sumergida en el océano, mirando

hacia la orilla. Las olas chocaban contra mi trasero, mientras la contemplaba,

deseando que este momento durara para siempre, note que el agua del océano

estaba casi tocando sus pies, resisti el impulso de molestarla.

Sólo a veinte minutos en helicóptero desde el Aeropuerto Internacional de

Bora Bora…

Pero de nuevo, la vida era corta. Nade contra la corriente y encontré mi

lugar sobre ella. Los trajes de baños eran para el resto del mundo libre. No

para nosotros.

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Capítulo Uno: Emily

PRESAGIO

Cuando la tira de mi sostén se rompió y despegó como un ganso al tomar

vuelo, tomó una curva en su camino solo para golpearme en la cara, sabía que

eso era un mal presagio. Vestirse parecía un paso necesario. No un paso

hacia adelante o hacia atrás. Solo un paso. Al menos era algo mejor que solo

quedarme sentada. Mejor que esperar a que algo pasara.

Pero tengo que admitir, que el dolor que la tira dejo contra mi mejilla se

sintió casi vivificante.

Observe mi cara en el espejo del tamaño de un plato que tenia en la pared

de mi habitación, frotando mis dedos sobre la línea larga y roja que había

quedado en mi mejilla. Decidi, con un 99 por cierto de certeza, que el placer

del dolor físico, no significaba que me había reducido al masoquismo.

Después de semanas de tener la mentalidad de una roca, sentir algo, sentir lo

que sea, era mejor que el entumecimiento que me devoraba.

Aunque me hubiera gustado que mi necesidad humana de sentir no me

hubiera dejado otra marca roja en la mejilla.

Los otros moretones y cortes, los que Victor me había dejado, ya eran de

color rosa pálido, fácilmente ocultados con un toque de base de maquillaje.

Supuse qué mi nueva adición a la colección de moretones en mi cara era solo

un recordatorio de que sin importar cuento me esforzara —incluso solo

vistiéndome— nunca seria la misma otra vez.

Me di cuenta de cuán mal presagio era que se rompiera la tira de mi sostén,

cuando recordé que ese era mi único sostén. El otro ya había sido devorado

por la demoniaca lavadora, de la lavandería.

Suspiré, me alejé del reflejo del espejo, y até la tira con un nudo para

sujetar lo que quedaba.

Meatball estaba escondido debajo de mi cama, donde yo anhelaba estar. Él

se había ajustado muy rápido a nuestra nueva vida, como si mudarnos fueran

solo vacaciones, solo un cambio de escenario. Minutos después de que Carly

lo dejo aquí conmigo, paseó por el lugar como si lo estuviera reconociendo,

oliendo todo, y dejando su esencia en todos lados, como en el poste de la

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cama de mi compañera. Meneó su cola, saltó por todos lados, me rogó para

salir a jugar y correr. Para él, nada era diferente, más que el lugar. Era como

si nada estuviera mal, como si Cameron fuera a regresar. Había días en que

lo envidiaba por su habilidad de olvidar tan rápidamente. Pero algunas veces

sentía que era un traidor. Cameron fue algo que compartimos alguna vez,

pero solo yo seguía con el dolor de su recuerdo.

Ni siquiera podía pensar en el nombre de Cameron sin que mi

respiración se acortara, sintiéndome como si fuera a vomitar. La cara de

Cameron aparecia en todos mis pensamientos, como si todo lo que veía y

sentía estuviera cubierto por su hermoso rostro, como si mirara por una

ventana, y Cameron fuera el cristal de la misma. Era enloquecedor.

Si no hubiera sido por Meatball, nunca hubiera dejado la casa o el sillón.

Nunca hubiera ido al supermercado a comprar comida para perro y humano;

Meatball se reusaba a comer a menos que comiera con el. Si no fuera por él,

nunca hubiera ido al supermercado a comprar comida, solo para ser detenida

en la caja registradora porque mi tarjeta ya no tenía fondos. Las necesidades

de Meatball, la vida de Meatball, me habían mantenido viva por las últimas

semanas.

Me encontraba oficialmente quebrada.

No había ido a trabajar desde mayo, desde que había sido alejada de mi

aburrida vida y había conocido el bajo mundo, el mundo de Cameron. Ese

era el mundo en donde anhelaba estar, para poder quedarme con Cameron.

Ahora ya no pertenecía a ningún lado.

Después de no ir a trabajar como por tres meses, había perdido mi trabajo,

aunque mi salario había dejado de llegar a mi cuenta de banco hace unas

pocas semanas. El hecho de que le tomara tanto tiempo a la escuela notar

que Emily Sheppard, la que una vez fue una dedicada estudiante y empleada,

no se presentaba para trabajar cada día, en otro tiempo eso hubiera lastimado

mis sentimientos. Ahora yo era indiferente a todo eso.

Mientras me vestía, mi perro —aún era difícil para mí llamarlo “mi”

perro— seguía de mal humor debajo de la cama. Mi cama seguía igual. Aún

sostenida por las cajas de leche que había robado el año pasado de un oscuro

estacionamiento de la tienda de la esquina. Después de que Meatball paso su

primera noche en su nueva casa paseando infinitamente a mi alrededor, había

empujado mis cosas debajo de la cama para que pudiera tener su propio

espacio, uno que estaba —y siempre estaría— dentro de mi espacio.

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En su refugio debajo de mi cama Meatball se escondia, desde que mis

compañeros habían comenzado a llegar a la casa desde hace unos días. Ya se

había acostumbrado a nuestro encierro. Ahora que nuestra rutina se había

complicado, estábamos estresados.

Había esperado que los secuaces de Spider y Victor entraran por la puerta,

ya que yo era un cabo suelto. Cameron nunca había compartido muchos

detalles conmigo, pero sabía lo suficiente de ellos y sus organizaciones

criminales como para causarles muchos problemas.

Pero Meatball y yo habíamos sido dejados en paz por semanas. Y antes de

notarlo, mis compañeros de cuarto habían comenzado a regresar, como

si todo fuera normal. Normal nunca había sido lo mío, y no iba a comenzar a

serlo ahora. Todo había cambiado. Yo había cambiado. Tal vez Spider y

Victor no me vieran como una amenaza, al fin yo solo era una chica, ¿cierto?

La pequeña Emily Sheppard, de diecinueve años, criada con la fortuna de la

familia Sheppard, nunca podría ser una amenaza para el bajo mundo.

Si solo supieran cuánto los despreciaba.

Si solo supieran cuánto me alimentaba el odio.

La gran cabeza de Meatball era la única cosa que se asomaba de debajo de

mi cama. Cuando me incliné para acariciar su gran cabeza, aplanó las orejas y

cerró los ojos. Aparentemente aún seguía enojado conmigo por haberle

ordenado no morderle la cabeza a ninguno de mis compañeros. Regresaban,

uno por uno, cargando canastas de ropa limpia que sus madres habían

empacado cuidadosamente para ellos. Regresaron de las vacaciones de

verano con la piel bronceada y sin absolutamente un peso guardado.

Yo regresé de mis vacaciones completamente sin vida.

Meatball y yo básicamente dedicabamos el tiempo solo el uno para el otro,

permaneciendo escondidos en mi habitación, saliendo solo para una comida

rápida. Evitabamos encuentros con los demas tanto como pudiéramos.

Evadiendo a todas las personas que habían sido parte de mi vida antes de

Cameron. Así que, nadie notó alguna diferencia en mí. Además de el hecho

de que ahora tenía un compañero peludo viviendo bajo mi cama.

Froté las orejas de Meatball mientras él pretendía que no le importaba,

aunque un pequeño ladrido lo delató.

Estaba a punto de cambiarme la pijama y ponerme unos vaqueros cuando

noté que alguien movia la cortina de mi puerta.

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—Un minuto —grité, poniéndome de nuevo los pantalones, sabiendo muy

bien que no tendría un minuto. Hunter ya había asomado la cabeza por la

cortina.

—Eso no fue un minuto —contesté, mientras acomodaba el elástico de mis

pantalones en la parte trasera de mi cintura.

Cruzó los brazos y se recargó en el marco de la puerta. —No es nada que

no haya visto antes.

Sabía que intentaba ser lindo. Pero yo ya no tenía sonrisas dentro de mí.

Me senté en el suelo y saqué mis flip-flops de debajo de la cama. Estaban un

poco mojadas y tenían mordidas caninas a lo largo de la línea de los dedos.

Hunter continuó esperando y se aclaró la garganta.

—¿Qué quieres, Hunter? — Sequé mis sandalias mordidas con mi playera y

le entrecerré los ojos a Meatball, que lucía avergonzado.

—Necesito todos tus cheques del alquiler para todo el año. El propietario

insiste en que todos necesitan entregar sus cheques por el año entero, por

adelantado para que no tenga él que preocuparse por los chicos que renuncian

a la escuela a medio año y se van sin pagar el resto de la renta.

Oh, mierda. No solo necesitaba dinero para comida. También para la renta.

Por defecto, Hunter era el “gerente” de la casa, él había regresado a la

escuela cada año por los últimos ocho años… y aún no tenía título que

mostrar. El propietario le daba un descuento en la renta solo por recolectar

los cheques y hacer quehaceres que se suponía hiciera pero que nunca

realizaba.

—¿Eso es todo? —Intenté enmascarar el pánico que crecía en mi garganta.

Hunter dudó, desanimado por mi irritabilidad o por el perro en guardia cuya

cabeza se había levantado ante el cambio de mi todo de voz.

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—Y tus contenedores están bloqueando el pasillo. Es un estorbo en caso de

incendio — añadió. —Es mi trabajo evitar que este lugar se incendie, ya

sabes.

— Los cables de electricidad que serpentean entre nuestras habitaciones son

un obstáculo en caso de incendio. El horno de microondas que encontraste

en la basura, arreglaste con cinta adhesiva, y conectaste en tu habitación es un

riesgo de incendio. Mis contenedores son el menor de nuestros problemas. —

Sabía bastante bien que mis contenedores no eran el asunto.

Cuando Hunter comenzó a rascarse inquietamente su barba de chivo, tomé

una respiración para calmarme. —Necesito el espacio extra de abajo de mi

cama. Ya que Meatball duerme ahí. Pero estaría feliz de enviarlo a tu

habitación a dormir.

Miró a mi mascota del tamaño de un mamut. —Mi habitación ya huele a

orina gracias a él. Estoy seguro que no fue Joseph.

Hunter tenía que compartir habitación con Joseph, quién pasaba la mayor

parte de su tiempo en la habitación frente a la pantalla de la computadora.

Desde que me mudé hace un año, apenas había cruzado unas veinte palabras

con él. Nos llevamos de las mil maravillas. Y la esencia de Meatball era

definitivamente una prueba del aroma de su habitación.

Traje a colación el asunto de Meatball a propósito, para darle a Hunter la

oportunidad que obviamente buscaba para advertirme de no tener un perro

como mascota en “una zona de no mascotas”. Afronté el hecho de que tal vez

tendría que mudarme, aunque encontrar un lugar barato, en septiembre, al

inicio del año escolar —cuando los estudiantes aún tenían esperanza de

lograrlo,— hubiera sido casi imposible. No sabía lo que iba a hacer, pero lo

que sea que pasara, Meatball y yo permaneceríamos juntos. Y entre más

rápido Hunter y yo lidiáramos con ello, más rápido saldría de mi habitación.

Pero Hunter siguió de puntillas alrededor del asunto.

—¿Por qué lo llamaste Meatball?

—No lo hice. —Lo pasé y me detuve afuera del pasillo frente a mi puerta de

cortina, donde mis contenedores azules estaban apilados, uno sobre otro, de

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forma que “no obstáculizaran en un incendio”. Jalé la tapa del contenedor de

hasta arriba y pretendí buscar mi chequera.

—Pensé que dijiste que habias encontrado al perro en la calle.

—Lo hice —respondí, con los ojos fijos en lo que hacia.

Levanté un calcetín a la vez, como si mi chequera tal vez estuviera

mágicamente escondida entre los rollos. Sentí más ojos en mi espalda. Sabía

que Cassie se encontraba detrás de mí y que no me dejarían en paz. Una vez

que salí de mi habitación, era presa fácil para mis compañeros.

Saqué la cabeza del contenedor Rubbermaid y confirmé la aparición. Ahí

estaba Cassie, vestida con ropa negra, cabello negro, y suficiente delineador

como para abastecer a 3 bailarinas de las vegas por un año.

Era difícil de entender por qué Cassie sentía la necesidad de lucir como un

zombi.

El año pasado, alguien (que sospechamos fue Hunter) dejó calcetines sucios

en el radiador. Cuando los calcetines comenzaron a hacer humo en las

primeras horas de la mañana, la alarma de fuego se activo, y los siete

chocamos entre todos mientras corríamos por las escaleras para poder salír

por la puerta delantera. Cassie no tenía nada de maquillaje, y resultó que era

realmente bonita, con labios rosas y cejas rubias —¡rubias!—.

Esa fue la primera y última vez que vi a Cassie sin maquillaje. Después de

eso, dormía con su cara de zombie puesta.

Mientras Cassie permanecía sin decir nada, solo esperando, Hunter hizo

algo que raramente hacía, se me acerco. Él y Cassie eran tan parecidos como

un mono y una cobra. Y se llevaban similar. Raramente se encontraban en el

mismo espacio para respirar.

Cassie no parecía como si intentara hacerme ningún favor interrumpiendo

la revelación inevitable de que me encontraba en bancarrota. Más bien,

siguio parada mirandome, levanto una pieza de papel. Me sorprendi cuando

reconocí el nombre en la parte de arriba del documento.

—¿Ese es mi horario de clases? —acusé.

—Parece que estamos en la misma clase de ética —me respondio.

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De repente, una imagen aparecio en mi cabeza. Estaba de regreso en el

estudio de la granja, en mi habitación favorita además de la habitación de

Cameron. Cameron me miraba mientras mis dedos flotaban sobre los lomos

de los libros. Había todo un estante dedicado a la filosofía antigua.

Entonces me hallaba en una de las sillas, con el libro de Platón en mano,

sentada frente a Rocco mientras él comía chetos y me daba unos momentos

de silencio.

Cerré los ojos por solo un momento y me mantuve firme en mis

contenedores Rubbermaid.

Luego le arrebaté la hoja de papel a Cassie.

—¿Dónde la encontraste?

—Llegó en el correo —dijo, como si abrir el correo de alguien más fuera una

cosa perfectamente normal y no todo un crimen.

—¿Leíste mi correo?

Me arrebató el horario y señaló la primera hilera.

—Ya te has perdido cuatro clases.

Meatball se había mantenido en su lugar debajo de mi cama, sus ojos

siguiendo la guerra de “tira y afloja” con mi correo. Arrebaté la hoja de papel

del agarre de Cassie, otra vez. Pero esta vez lo doblé rápidamente y lo puse

en la cinturilla de mi pijama. No fue hasta que los demás compañeros de

cuarto sacaron sus cabezas por las puertas de sus cuertos que me di cuenta

que esta discusión no era una coincidencia. Era una intervención.

Pero mantuve mi postura. — Correcto. Perdí mis clases. ¿Y?

—Creí que tenías una beca.

Así era. Era una beca microscópica de méritos que apenas cubría mi

colegiatura y los libros. Y en algún punto, hace algunos meses, era mi única

gracia salvadora, la única forma en que podía valerme yo sola sin tener que

utilizar el dinero de mis padres.

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—La escuela te quitará la beca si te pierdes más clases —señaló Cassie

mientras todos los demás observaban

—Nuestra clase de ética empieza en unos minutos. Podemos ir caminando

juntas.

***

Salí en playera y pantalones de pijama, mientras Cassie regresaba corriendo

a la casa, probablemente para ponerse otra capa de maquillaje de vampiro. Lo

grandioso sobre la universidad era que ir a clase con flip-flops y pijama era

una cosa totalmente normal.

Había aceptado caminar con Cassie. Ética, una rama de la filosofía, era mi

materia favorita. En mi primer año en Callister University, nunca me había

perdido una de las clases, sin importar cuán aburridas fueran, pero filosofía

era la única clase que de verdad esperaba.

Sin embargo ahora, estar de acuerdo en ir a clases con Cassie era mejor que

intentar explicarle a ella y a todos los asesores del pasillo por qué no tenía

planeado regresar a la escuela, por qué esa parte de mi vida ahora había

terminado.

Por primera vez desde que él había venido a vivir conmigo, tenía que

alejarme de mi perro. Meatball. Me había seguido de la habitación a la puerta

de la entrada, donde me vi forzada a ordenarle que se quedara antes de cerrar

la puerta detrás de mí.

Mientras esperaba a Cassie, comencé a patear las piedras de nuestro

pequeño paso peatonal, intentando bloquear el sonido de los quejidos de

Meatball a través de la puerta. Mis flip-flop, rozaron contra algo, bajé la

mirada para ver una pieza de cartón mojado. Era una tarjeta de presentación.

Me tomó un minuto darme cuenta de que era la que se le había caído a Carly

cuando intentó darme una hoja de papel con el número de cuentas bancarias

de Cameron. Antes de habérsela lanzado de regreso. Eso había pasado hace

un par de semanas, y aún así, se sentía como hace una vida. Cruelmente, el

sol había estado brillando. Sin clima de tormenta. Sin rayos o truenos. Ni

siquiera una maldita gota de lluvia para conmemorar honorablemente la

muerte de Cameron.

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Me agaché y levanté la tarjeta del cemento, siendo cuidadosa de no

romperla. Era hecha de papel grueso. La mayoría de la información de

contacto se había deslavado. Solo permanecían unas pocas letras y números.

Saqué el cuaderno de mi bolsa y meti la tarjeta debajo de la portada. Esa

sola pieza de cartón era la única conexión que me quedaba con el bajo

mundo.

Cassie finalmente abrió la puerta delantera, pero no tuvo oportunidad...

Meatball se aventó, la empujo al marco de la puerta. Mientras yo estaba lista

para agarrarlo por el collar, mis brazos se extendieron, me esquivó y corrió a

la casa del otro lado de la calle. Subió por las escaleras de madera hasta el

apartamento del segundo piso.

No sabía quién vivía ahí. De hecho, además de mis compañeros de cuarto,

no conocía a nadie y nunca había hablado con nadie de nuestra calle. Este no

era el tipo de vecindario para socializar, y yo no era el tipo de chica que se

mezcla.

Quien sea que viva allí, sabía que no apreciaría tener una bestia de perro

ladrando en su puerta.

Mientras corría para cruzar la calle, comenze a gritárle a Meatball, mis ojos

hicieron un escaneo rápido por las ventanas del segundo piso.

Podría haber jurado…

Me detuve en medio de la calle, mi respiración se cortó. No era posible.

Sabía que lo imaginaba.

La cara de Cameron apareció por la ventana. ¿No?

Pero no era posible.

Sabía que no era posible.

La semana anterior, había interrumpido los negocios privados de Meatball,

jalándolo tras de mí mientras corría detrás de Cameron, a la vez que él salía

de una cafetería. El perfecto extraño al que le jale la camisa pensó que estaba

completamente loca. Y ni siquiera se parecía en nada a Cameron. El día

anterior, me había encontrado gritándole al conductor de un autobús.

También había resultado no ser Cameron.

Lentamente perdía mi cordura. Aún así segui corriendo para agarrar a

Meatball del collar, miré hacia adelante, dudando, luego miré por la pequeña

ventana. Dentro estaba completamente vacío, sin nada de muebles, o de

Cameron.

Me encontraba inequívocamente loca.

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—El propietario nunca te va a dejar quedarte con el perro —me dijo Cassie

mientras nos dirigíamos a la escuela después de haber alejado a Meatball del

departamento vacío. Prácticamente lo había aventado dentro de la casa y

cerrado la perta rápidamente antes de que pudiera salirse de nuevo. Aún

podía escucharlo ladrar mientras rodeábamos la esquina.

—Siempre puedo intentar ocultarlo.

—Sí, buena suerte con eso —dijo con una sonrisa.

Más caminar. Más silencio. Pero podía sentirla mirándome.

No fue hasta que nos detuvimos en una luz esperando la señal de caminar,

que me confrontó de nuevo.

—Estás haciendo un trabajo de mierda intentando ocultar esa gran herida en

tu labio.

Mantuve mis ojos al frente, sintiendo náuseas de repente.

—Puedo ayudarte con la cosa del maquillaje, si quieres —ofreció ante mi

silencio.

—La luz cambió —respondí y cruzamos la calle. Caminamos hacia la escuela

sin hablar de lo que realmente quería saber: ¿qué rayos te pasó? ¿Qué rayos

está mal contigo?

Anoche soñé con Rocco. Una vez más. Casi todas las noches soñaba con el,

de la misma manera que cuando era niña y solía soñar con mi hermano, Bill,

casi durante dos años después de que muerio. A veces gritaba mientras

dormia, otras veces despertaba con la almohada mojada. Despertaba y no

podía recordar lo que había soñado, pero tenia esa sensación dolorosa de que

se trataba de Bill. Y ahora Rocco.

Pero nunca soñé con Cameron. Ni una sola vez. Queria verlo. Para ver su

rostro. Sólo una vez más, sentirlo a mi lado, respirando, aunque fuera sólo en

mis sueños.

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Despertarse con el corazón roto se siente como ser apuñalado un millón de

veces por un martillo perforador. Me despierto cuando todo lo que quiero

hacer es dormir y nunca despertar de nuevo.

Viéndome obligada a ir a clase, con Cassie en mis talones, era otro segundo

ataque del martillo perforador. Porfin Cassie y yo llegamos a la maldita

clase, sólo para ver a mi ex novio Jeremy charlando con otra estudiante fuera

de las pesadas puertas del aula. Este día se ponía cada vez mejor y mejor.

Jeremy se se metio rapidamente, obviamente esperando que yo no lo hubiese

visto. Habíamos salido durante poco tiempo el año pasado. De eso solo hace

un año y parecía que fue hace una eternidad.

Seguimos a la manada de estudiantes que subían las escaleras hacia el

auditorio. El aula estaba encerrada en bloques de cemento, pintada de color

amarillo pis, sin aire que circulara. Y las sillas eran de plástico color beige

Quien hubiese decorado las aulas de la universidad era claramente daltónico.

La falta de aire y el zumbido de la charla estudiantil hizo punzar mi cabeza,

agarré el primer asiento disponible, incluso no me importo que estubiera en el

frente de la clase. Cassie negó con la cabeza por mi elección de asiento

“perrito faldero del profesor” y me deslicé para que ella pudiera sentarse a mi

lado. Había un hombre mayor en el frente de la clase, apoyándose con las

piernas cruzadas sobre el escritorio. El profesor. Había visto su foto colgada

en el departamento de filosofía. Luego estaba otro tipo balanceándose

delante de él y sosteniendo un portapapeles, sus manos temblaban

ligeramente. Tenia el pelo estilo día de la foto, usaba tenis Nike, y una

camiseta de Linterna Verde. Sin duda, un estudiante de posgrado.

—Sophia Jane Ackermen —tartamudeó el chico de la camiseta de superhéroe

mientras los estudiantes seguían charlando.

El profesor tenía a su estudiante de posgrado pasando la lista, mientras el

comia con palillos chinos algo que parecía queso de soja, pero olía a pescado

podrido. Al instante me arrepentí de elegir un asiento en una de las primeras

filas.

Incliné mi cabeza fingiendo estar buscando en mi bolso un bolígrafo y

mientras trataba de controlar las náuseas. El intento se vio frustrado cuando

mis dedos se quedaron atrapados en las espirales de mi cuaderno. Me los

había lesionado después de haber logrado golpeado la horrible cara de Spider.

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Ahora mis dedos se quedaron atrapados como cuñas que parecían cáscaras de

plátano de metal, lo que hacía que todo lo que hiciese fuese torpe. Más torpe.

Cassie estaba observando mi lucha por sacar el bolígrafo.

—¿Cómo exactamente te rompiste los dedos?

—No están rotos.

—Eugena Cassidy Goldblath —llamó el estudiante graduado.

Cassie puso los ojos en él.

—Sí —respondió, luego se volvió hacia mí—. ¿Supongo que las fedulas son

la ultima tendencia en moda?

Suspiré. El estudiante de posgrado no estaba siquiera en la mitad del

alfabeto. Hubieran sido unos pocos minutos muy incómodos si no le hubiese

dado al menos algún tipo de respuesta.

—Uno de los dedos se rompió. Pero probablemente está bien ahora. No lo he

mirado por un tiempo.

Esto me recordó que tenía que ir a la clínica médica de la escuela para un

seguimiento y que me quitaran la estúpida cosa de mi mano.

—Cameron James Hillard —llamó el estudiante graduado.

Mi presión arterial cayó al suelo de color pis.

Yo había oído mal. Al igual que estaba viendo Cameron en todas partes,

ahora también estaba escuchando su nombre.

—Cameron James Hillard —gritó de nuevo, con todas sus letras.

No me lo había imaginado. Tiré de mi asiento y me di la vuelta para

afrontar el resto de la clase.

—¿Vienes por Cameron o James? —Me preguntó linterna verde.

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Escuché a algunos alumnos reírse.

—Emily, ¿qué demonios estás haciendo? —Escuché que Cassie siseó. Ella

estaba tirando de mi camiseta.

Miré, esperando por él a que hablara. Busqué de fila en fila, buscando la

cara que sería capaz de reconocer en un estadio en medio de un concierto de

rock. La habitación daba vueltas. Caras enmascaradas que no conocía.

Finalmente miré hacia abajo a Cassie, que parecía horrorizada.

—¿Emily? —Preguntó.

Mi boca estaba cubierta con una mano. Pasé sobre Cassie, levantándome

sobre mis piernas. Use su hombro para empujarme y empezar a correr, llegue

a los pomos de las puertas dobles. Sali del aula y cuando las puertas se

cerraron de tras de mi, vomité. Justo en frente de las puertas de clase.

Me senté en el suelo del lavabo de chicas de la segundo piso, sujetando mi

cabeza con las manos.

El habría estado en la misma clase, pensé para mí misma. Cameron me

había admitido una vez que él me vigilaba después de la muerte de Bill. Pero

hasta que extensión, no lo sabía. Había mucho que no sabía.

Él habría estado en la misma clase. ¿Le habría notado alguna vez si

Meatball no nos hubiese presentado?

El habría estado respirando en el mismo espacio que yo.

El año pasado, en mi primer año en la Universidad Callister, un antiguo

filósofo había estado en el mismo enorme auditorio. Y había un montón de

estanterías dedicadas a antiguos filósofos en el estudio de Cameron, con

libros que habían sido claramente leídos con anterioridad. ¿Había estado

Cameron en esta clase conmigo? ¿Había estado metido en alguna otra de mis

clases para poder vigilarme?

Podría haber tenido más tiempo con Cameron, pero había estado demasiado

ciega, demasiado absorbida para notarlo.

Me di cuenta de qué poco sabía sobre su vida secreta.

Los profesores hacían llamados de lista al principio cada semestre para ver

quien había terminado las vacaciones de verano con vida. Cameron no lo

había hecho.

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Y a nadie excepto a mi le preocupaba que él no volviese. Cuando mi mente

y estómago estuvieron claros, baje a la recepción. Alguien había limpiado el

vómito que había dejado frente al auditorio. Afortunadamente antes de que la

clase terminara y los estudiantes empezaran a salir por la puerta.

Había otro estudiante en frente de mí, hablando con un empleado que

estaba escondido detrás de un vidrio a prueba de balas, escribiendo en su

escritorio. ¿Por qué todo siempre tiene que ser a prueba de balas? Estábamos

en el departamento de filosofía. Ellos de todas las personas deberían ser

capaces de desarmar a algún loco.

Cuando llegó mi turno, la señora detrás del mostrador no apartó la mirada

de la computadora.

—Tarjeta de identificación de estudiante —ordenó, ahuecando la mano como

un guante de béisbol hasta el agujero de media luna en la parte inferior del

cristal. Todos éramos sólo un número más.

Una idea se me ocurrió cuando metió mi número en el sistema. Pero

mientras que el plan todavía se estaba formando en mi cabeza, la

administradora esperaba por mi problema estudiantil.

Se vio obligada a alzar la vista hacia mí.

—¿Puedo ayudarte?

—Uno de mis —dudé— compañeros de clase, se olvidó su — balbuceé

de nuevo— libro en mi casa — esta era la frase más torpe de la historia—, y

yo quería, pero no tengo su dirección así que...

—Así que, ¿necesitas que lo busque en el sistema y te de su dirección? —

Terminó para mí, con una sonrisa dulce en su rostro.

—Si —dije, tomando un pequeño salto hacia adelante cuando le responsi.

Empujó mi tarjeta de estudiante a través del agujero y apoyó las manos en

el regazo.

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—Estoy segura de que puede entender, señorita… —vislumbró su pantalla y

se volvió hacia mí. —Señorita Sheppard, la universidad tiene una política de

no compartir la información personal de sus estudiantes. ¿Tal vez podrías

simplemente decirle al chico que te gusta en lugar de acecharlo alrededor de

su casa?

Pegué una sonrisa en mi cara y tomé mi tarjeta de estudiante de nuevo.

Me hubiera gustado haber puesto un poco más de esfuerzo y convicción en

mi plan. Seguramente la mujer tras el cristal estaba poniendo una nota en mi

expediente, en letras rojas y tamaño veinte de letra Times New Roman:

acosadora.

Giré sobre mis talones y grité por encima del hombro:

—Deveria enviar a alguien con una fregona al Auditorio B. Uno de los

estudiantes hizo un verdadero desastre en frente de las puertas.

****

Desde la fila de sillas que se encontraban en el pasillo, vi al conserje ir y

venir. Tenia sus audifonos puestos y dejo el suelo limpio en menos de dos

minutos. Él debe haber estado en la semana de vómitos durane los exámenes

finales.

Cuando la clase de ética finalmente terminó, Cassie fue una de las primeras

estudiantes en salir por las puertas.

—¿El panecillo con mantequilla de maní que comiste esta mañana se volvió

en tu contra? —Me preguntó mientras se acercaba.

La mantequilla de maní era la comida favorita de Meatball. Y lo comía

cada mañana... Solía comerlo cada mañana.

Cassie me entregó mi bolsa.

—Iba a ir a buscarte, pero a diferencia de algunas personas, no quería hacer

una escena.

Page 22: Scare Crow- Julie Hockley

Mantuve los ojos fijos en la puerta y me levanté tan pronto como vi a

Jeremy caminando a través.

—Vuelvo enseguida —le dije a Cassie cuando ya había comenzado a

alejarme.

—No te preocupes por mí. Voy a estar esperandote. Justo aquí —gritó,

sarcásticamente.

Jeremy era mi plan B. Esperemos que el plan B fuese un mejor plan.

—Jeremy —le grité mientras corría hacia él, me detuve bloqueándole la

salida—. ¿Cómo estás?

—Hola —dijo Jeremy. —Estoy bien.

El estaba acompañado de otro tipo, y yo había interrumpido su

conversación. Su amigo palmeó la espalda de Jeremy y se despidió.

Nos quedamos parados por un momento, mientras que los estudiantes que

pasaban por las puertas me esquivaban.

—Esa si que fue una salida, lo que hiciste hace un rato — dijo, claramente

burlándose de mi miseria. —Pude escucharte vomitando desde la fila de

atrás.

Me aclaré la garganta.

—Así que… ¿Tuviste un buen verano?

Recordé por qué había evitado esta conversación. Hablar con un ex novio

siempre es raro.

—Mejor que el tuyo, supongo —dijo, la amargura marcaba su tono de voz.

—Tus orejas ya volvieron a la normalidad.

Arrugué la nariz, tratando de entender a que se estaba refiriendo Jeremy.

Entonces me di cuenta, una vez más. Esa herida en mi corazón que nunca se

Page 23: Scare Crow- Julie Hockley

curaria, que siempre doleria. Recorde la vez que Cameron y Rocco le habían

jugado una broma a Jeremy, le dijeron que yo estaba en el hospital con una

enfermedad desconocida para que el dejara de llamarme. Recuerdos que

nunca serían nada más.

Jeremy no tenía idea de lo mucho que su comentario me había herido.

Tomé una respiración y trate de relajarme.

—Sí, lo siento por eso. Perdí mi teléfono por un par de días y alguien

respondió a mis llamadas con bromas.

—Lo que sea. No es importante. Sólo quería decirte sobre el problema con

las computadoras para que ya no aparecieses en el trabajo.

—¿Qué problema con las computadoras?

—El programa de la computadora en la biblioteca — Cuando mi mirada se

quedo en blanco, él arqueó las cejas.

—El programa que la biblioteca estaba usando para catalogar los libros.

Yo todavía seguía sin entender nada. Así que el continuó. —El programa

que utilizábamos para escanear y almacenar los libros fue hakeado, y la

biblioteca perdió todos los datos que habíamos introducido. Todos perdimos

nuestros trabajos cuando la biblioteca decidió abandonar el proyecto de la

biblioteca electrónica. ¿Dónde has estado?

El padre de Jeremy fue profesor en el departamento de ciencias políticas.

Cuando habíamos estado saliendo había utilizado sus conexiones para

conseguirme el trabajo en los archivos de la biblioteca.

Pensé que había perdido el trabajo porque había dejado de presentarme.

Resultó que el trabajo ya ni siquiera existia.

Mi plan era pedir ayuda para volver a mi trabajo y así encontrar alguna

manera de entrar en el sistema de la escuela.

El plan B ya estaba fracasando.

—Necesito un trabajo —espeté.

Page 24: Scare Crow- Julie Hockley

—Bien por ti. ¿Qué tiene esto que ver conmigo?

—Jeremy — dije lentamente, casi suplicante. —No te lo pediría a menos que

estuviese desesperada. No tengo dinero. Me van a correr de mi casa si no

pago pronto el alquiler.

Suspiró.

—Supongo que podría conseguirte uno donde yo trabajo. Es en la tienda de

la escuela. Vendiendo camisetas y pegatinas. ¿Crees que podrías hacerlo?

Podría, pero eso no era lo que tenía en mente.

—¿Qué hay del trabajo de recepcionista en uno de los departamentos?

—Sí, eso no va a suceder. Sólo contratan estudiantes de posgrado para hacer

esas cosas.

Cassie había venido a mi lado, al parecer ya estaba cansada de esperarme.

Jeremy la miró por un segundo. Tal vez, por la gracia de quien gobernó

Graceland, él no se acordaría de ella o de lo mal que lo habían tratado todos

mis compañeros de casa, cuando habíamos estado saliendo.

—Por favor, Jeremy — le rogué por completo.

—Ya voy tarde para mi siguiente clase. Realmente no puedo ayudarte.

Jeremy nos dejó a Cassie y a mí de pie delante de las puertas de las aulas,

donde el suelo estaba todavía húmedo de la fregona del conserje.

Al parecer, si la había recordado y aún la odiaba. El plan B fue un total

fracaso.

Cuando Cassie y yo salimos ella me sostuvo por los hombros.

—¿Él es el que te hizo eso en la cara y la mano?

Negué con la cabeza y aparté sus manos. Debería haber tomado la oferta de

Jeremy para trabajar en la tienda del campus, cuando lo ofreció. Ahora no

Page 25: Scare Crow- Julie Hockley

tenía dinero y no había manera de saber más acerca de Cameron. No era un

buen día.

****

A la mañana siguiente, salí corriendo antes de que nadie me pudiese

abordar afuera de mi dormitorio. Tenía que ir a la clínica, para quitarme la

férula de los dedos. Mi día comenzó con la espera. La espera de someterme a

una revisión. Estaba en la gran sala de espera mientras esperaba mi turno.

Me tomó un par de horas, pero finalmente llegué a la sala de consulta. O era

la misma habitación o era una idéntica en la que había estado cuando llegue

con los dedos rotos hace unas semanas. Obviamente habían limpiado el

contenedor de basura después de que vomite en él. Pero la habitación estaba

casi sin cambios. Habia algunas cajas regadas de muestras gratis para

estudiantes y profesores. Nada bueno, sin embargo. La mayoría era protector

solar y palillos dentales que nadie usa nunca.

Había una caja de cartón con pelotas de goma amarillas. Para apretar y

aliviar el estrés, o algo así. Tenían una carita feliz pintada en ellas. Agarré

una para Meatball. A el le gustara perseguirla. Entonces tomé una segunda

bola. Meatball podría querer jugar con esta segunda pelota después de

devorar la primera. También tomé la caja de kleenex del escritorio del doctor

porque estábamos quedándonos sin papel higiénico en la casa.

Estaba pensando en tomar la caja de banditas cuando el médico de guardia

apareció. Miró mi expediente, y se negó a quitarme la férula hasta que

estuviese seguro de que los dedos se habían curado correctamente. Había

esperado toda la mañana para esos cinco minutos de negación.

—Voy a firmar un formulario de autorización. Será nuestro pequeño secreto.

Prometo que no voy a demandarle.

El médico ya estaba fuera de la habitación. Era como una tromba. Nunca

sabría que había estado allí a menos que realmente lo hubiese presenciado.

Robé la caja de banditas antes de ser enviada a otra puerta al final del

pasillo, donde iba a reunirme con otro médico para una radiografía. Cuando

abri la puerta del cuarto de rayos X de la Universidad de Callister, se me

Page 26: Scare Crow- Julie Hockley

ocurrió leer la señal de advertencia que estaba colgada en la puerta, y me

detuve.

Detalles insignificantes de las últimas semanas comenzaron a filtrarse a

través de mi cabeza.

Detalles insignificantes que se convirtieron en sintomas trascendentales.

Que alterarin mi vida.

Me dirigí de nuevo al final del pasillo. Cuando volví a la clínica, me

encontré e hice señas al primer personal médico que pude encontrar. Una

joven enfermera en prácticas. Había un montón de ellos aquí. La empujé a un

lado, me acerque a la oreja de aquella desconocida, y le susurré.

Cuando terminé ella tomó aire, arqueó la cabeza hacia arriba, y sonrió,

obviamente luchando por controlar las risas que se le querían escapar. Fue al

armario de cosas gratis para los estudiantes, donde se almacenan elementos

esenciales para los médicos universitarios. Bolsas Barf. Los medicamentos

en muestras, las mejores cosas (cualquiera que sea que el personal no había

ya saqueado). Una estantería sólo para condones, y en la esquina, cajas

blancas largas, que me recordaron a las cajas de joyas, collares, brazaletes de

diamantes, relojes de mi madre, ella los recibía como regalos de mi padre,

por lo general, como una disculpa o un soborno.

La enfermera me entregó una caja blanca, y me meti en el baño.

Me senté en el inodoro y esperé por enésima vez ese día, a pesar de que ya lo

sabía. Mi mundo estaba fuera de control. Había estado ignorando los

sintomas, pero habían estado allí. Las dramáticas náuseas, los vómitos en los

contenedores de basura, frente a las puertas de la clase de filosofía. Incluso

antes de que los cinco minutos pasaran y las dos líneas de la prueba de

embarazo de cortesía se hubiesen revelado, yo ya sabía que estaba

embarazada.

Mientras sostuve la evidencia (el palo con pis) en una mano, mi mano libre

había encontrado su camino a mi vientre. Cuando me di cuenta, me agité

bruscamente como si me hubiese quemado. Luego tiré la prueba de embarazo

en el suelo y utilicé mis dos pies para romperla en pedazos.

La venganza es una cosa extraña. Te pone a prueba. Te cambia. Te hace

hacer cosas que nunca habrías pensado que eras capaz de hacer.

La venganza se siente mucho como la supervivencia. La necesidad de

hacer daño, la necesidad de matar te consume. Excepto que cuando la

venganza se convierte en supervivencia, el odio es sustituido por la

desesperación total.

Page 27: Scare Crow- Julie Hockley

Capítulo Dos: Cameron

DESAPARECER

Había pasado gran parte de mi tiempo diseñando la granja. Cada madera,

cada roca, cada arbusto, lo coloqué allí pensando en Emmy —sus gustos, sus

aversiones, el color de sus ojos, su sonrisa, su risa. A menudo, soñaba

despierto y la veía pasar por las habitaciones, nunca pensé que en realidad

alguna vez ella la vería, y mucho menos viviría en ella. Aún así, la granja

siempre fue hecha para ella.

Ahora lo único que quería hacer era quemarla hasta los jodidos cimientos.

Tal vez algún día sería afortunadoy lo haría, pero ahora me vi obligado a

dejar que nuestros guardias nos desaparecieran completamente de ella. Una

vez que termináramos de empacar, limpiar y eliminar la sangre, cerraríamos

todo y nos iríamos.

Spider y yo estábamos afuera recargados en la barandilla, mirando a través

de las puertas de cristal mientras nuestro equipo de limpieza levantaba las

tablas del suelo. Este era el lugar donde fue asesinado mi hermano, su sangre

aun estaba en el suelo, su fantasma nos perseguirá a mí y a este lugar para

siempre.

Carly atravesó la sala de estar, manteniendo sus ojos por delante y haciendo

un círculo extra ancho para rodear los productos de limpieza. Se unió a

nosotros en la terraza y se limpió las manos sucias en los vaqueros.

—No me gustan las mudanzas —se quejó.

Observó a los guardias llevar sus millones de cajas de la casa de la piscina.

—Quizá mudarnos no sería tan malo si no tuvieras tanta basura —le dije.

Spider se burló, hasta que Carly le lanzó una mirada asesina.

—No es como si no nos mudáramos cada dos meses, Carly. Uno creería que

ya estarías acostumbrada—añadí.

Page 28: Scare Crow- Julie Hockley

Este comentario normalmente habría hecho que consiguiera mi propia

mirada de asesina, pero Carly últimamente había tenido mucho cuidado cerca

de mí. Como si yo estuviera apuntando una pistola en mi cabeza. Odiaba que

hiciera esto, así que la provocaba siempre que me era posible. Y Spider me

dejaba salirme con la mía. Esto también me molestaba.

Nos había tomado un tiempo para sentirnos lo suficientemente seguros

como para volver a la granja después de que los hombres de Victor la

atacaron y comenzaron la guerra contra nosotros. No podíamos volver hasta

estar seguros de que el eco de los tiros disparados no llamó la atención no

deseada de los vecinos distantes o de la policía local.

Teníamos sólo un par de horas para hacer las maletas y volver a la

clandestinidad.

Teníamos más de un centenar de refugios en todo Estados Unidos, Canadá

y Europa. Sin contar mi cabaña, de la cual Spider y Carly no sabían nada.

Nos mudábamos cada dos meses. A veces nos mudábamos, sólo para hacer

las maletas al día siguiente. Nadie era tan bueno en desaparecer de la

civilización, tan a menudo y tan rápido, como nosotros.

Mi mamá y yo nos mudábamos todo el tiempo cuando yo era un niño;

aprendí a viajar ligero desde mi nacimiento. No me apegaba a nada, y Spider

tenía la misma filosofía. Carly, por otro lado, tenía tanta basura que se

quedaba sin espacio para ella en la casa de la piscina. Constantemente recogía

cosas en los mercados de pulgas, ventas de garaje, la basura de las banquetas.

Se apegaba a toda su basura y a la de todos los demás.

Había pasado un tiempo desde que los tres estuvimos juntos por más de

unos pocos minutos a la vez. He desatado un montón de mierda en el bajo

mundo, y a los capitanes les enfurecía. No ayudaba que yo hubiese planteado

el tema de la venganza contra Shield. No podía explicarles por qué teníamos

que arriesgarnos a llamar la atención para eliminar al dirigente sindical de la

fuerza policial de Estados Unidos. No tenía ninguna prueba de que él fue el

que atacó la granja y mató a mis hombres. La única persona que fue testigo

del crimen, y seguía viva, era Emmy. En lo que a ellos respecta, Emily

Sheppard no existía. En lo que a ellos respectaba, Rocco nunca se relacionó

conmigo. En lo que a ellos respectaba, yo estaba solo —sin amantes,

familiares o amigos que podrían ser utilizados para distraerme de hacerles

ganar dinero.

Page 29: Scare Crow- Julie Hockley

A causa de mi negligencia, perdimos dos cargamentos de drogas a manos

de los piratas somalíes, nuestros aliados canadienses se encontraban en un

estado de caos, y los cárteles mexicanos de las drogas había roto el tratado en

el territorio del sur. Sólo un par de meses con Emmy, y yo había perdido el

control sobre el bajo mundo.

Shield utilizó todo esto para comenzar a una campaña en mi contra con los

líderes y ayudo a algunos de ellos a resolver sus problemas con el sistema de

justicia, acumulando favores. Mientras que él podía negar su participación en

todo esto, los dos sabíamos que él era la causa de mi dolor. Tendría que pagar

por eso, tarde o temprano.

Nunca había hecho tantos movimientos estúpidos en mi vida. Necesitaba

volver a centrarme en lo único que era bueno —hacer dinero para los líderes

del bajo mundo. Pero era más fácil decirlo que hacerlo, porque extrañaba

tanto a Emmy que a veces tenía ganas de hacer exactamente lo que Carly

esperaba que hiciera: dispararme los sesos. Después de haber tenido a Emmy

a mi lado, nada volvería a ser tan bueno.

Echaba de menos la forma en que sabían sus labios. Echaba de menos la

suavidad de su piel y la forma en que su mano encajaba tan segura en la mía.

Echaba de menos el olor de su cabello y la hinchazón de su cara cuando

estaba cansada. Quería despertar junto a ella y tenerla toda para mí todos los

días, por siempre.

La extrañaba completamente, y necesitaba más. Pero todo lo que podía

conseguir hoy en día eran vistazos a su vida, algo que solía ser suficiente para

mí. Ahora, sólo verla caminando por la calle, hacía que me doliera aún más.

De repente, me encontré atravesando las puertas de cristal y fui detenido

por la mano de Carly en mi hombro.

—¿Escuchaste lo que dije? —me preguntó.

No había oído ni una palabra. Todo lo que podía oír era el eco de la voz de

Emmy rebotando alrededor de mi cabeza, jalándome hacia ella con la fuerza

de un campo magnético.

Carly mantuvo su mano sobre mí.

—¿A dónde vas?

—Tengo cosas que hacer antes de que vayamos a California.

Page 30: Scare Crow- Julie Hockley

—¿Cómo qué? —Spider se mantuvo en su lugar en la barandilla, con los

brazos cruzados sobre el pecho. Todavía tenía rastros de un ojo negro

después de que Emmy le rompió la nariz con su pequeña mano.

Él pensaba que lo sabía todo sobre el negocio —lo que yo hacía, con quien

hablaba, a quién mataba. Y eso solía ser cierto, pero las cosas cambiaron. Él

ya no estaba involucrado en todo lo que yo hacía. Él había estado distraído

las últimas semanas —desaparecía, se retiraba de las reuniones. Y yo tomé

decisiones que me hacían querer evitarlos a él y a Carly.

Mientras trataba de encontrar la manera de salir sin más interrogaciones,

Carly miró al cielo con exasperación.

—Oh, por el amor de Cristo, Cameron. Sabemos a dónde vas.

Cerré la puerta de cristal en su cara, me detuve en el pasillo, y cambié de

rumbo a la biblioteca al final de la sala. Un par de guardias recogían los

libros en cajas de cartón.

—Salgan —ordene.

Se levantaron y se fueron, manteniendo la vista hacia adelante, como si ni

siquiera estuviera allí.

La mayoría de los libros ya habían sido retirados de los estantes y

empaquetados. Las cajas cerradas se extendían por la habitación, algunas

sobre el piano que compré para Emmy. Toda esta habitación había sido para

Emmy —los estantes de piso a techo llenos de libros, la chimenea de piedra,

las ventanas con vistas al bosque. Además de todas las habitaciones de la

casa, ésta fue hecha especialmente para ella, imaginándola recostada en el

sofá, leyendo frente al fuego.

La primera vez que Emmy entró en esta habitación, yo había estado

nervioso —y yo nunca me ponía nervioso. Pero al ver sus dedos acariciar el

lomo de los libros, al ver su rostro a la luz, quería besarla. Quería alzarla y

bailar alrededor de la habitación con ella en mis brazos.

Cuando se estableció la realización de que nunca iba a bailar con Emmy en

esta o en cualquier otra habitación, quería clavarle un hacha a la misma.

Moví las cajas del piano de Emmy y empecé a abrirlas a tirones en el suelo.

Cuando la puerta se cerró detrás de mí, seguí adelante, con la esperanza de

Page 31: Scare Crow- Julie Hockley

que encontrar rápidamente lo que buscaba para que pudiera escapar del

interrogatorio.

Spider y Carly se sentaron en el sofá en medio de la habitación y me

miraron por un rato. Pero Carly es la persona más impaciente que he

conocido.

—¿Cómo se encontraba Emmy cuando la viste?

Mi corazón se estrujó inmediatamente.

Había estado observando a Emmy desde el apartamento de enfrente.

Sentado frente a la ventana durante horas, esperando ser capaz de verla,

aunque fuera sólo para verla ir y venir. Pero no salía mucho, sólo para llevar

a pasear a Meatball.

Nunca vi a Emmy parecer tan... desanimada, como si le hubieran

succionado la vida. Era frágil, como si una ráfaga de viento sería suficiente

para partirla por la mitad. No se parecía a la de antes. No se parecía a mi

hermosa y fuerte Emmy. Tan feliz que me sentía por verla, hacerlo de esta

manera le provocaba un retroceso a mi corazón.

Carly estuvo analizando mi rostro.

—Cameron —suplicó, —ya basta. Ve por ella. No puedes dejar que se

desmorone así. Todavía hay tiempo para remediar las cosas.

Pateé la caja recientemente vaciada al otro lado de la habitación y rasgué la

siguiente que se hallaba más cerca de mí.

—Voy por ella, y ¿luego qué? ¿Le digo que permanezca aquí como un

blanco fácil? ¿Que espere a que alguien más nos quiera perjudicar y se

desquite con ella? No está hecha para esta vida de mierda.

Carly me miró a los ojos.

—No le das suficiente crédito. Ella es mucho más fuerte de lo que tú crees.

De lo que todos creemos.

—Se merece algo mejor que esto —le dije, con tono severo. Emmy tuvo la

suerte de haber nacido con privilegios y podría haber tenido lo que quisiera.

Page 32: Scare Crow- Julie Hockley

Debería haber sido feliz. Algún día, lo olvidara; algún día, estara feliz, segura

y viva. Me había convencido de ello.

— Estamos atrapados viviendo en este tipo de mierda. Aquí no hay lugar

para la familia o amigos.

Vi como Carly y Spider se movieron en sus asientos cuando dije esto. Y vi

a Carly retroceder. Pero Spider no estaba dispuesto a ceder.

—Si sigues espiando a esa chica, finalmente te verá. Por lo que sabemos, ya

podría haberte visto.

Le di una patada a otra caja vacía hasta el otro lado de la habitación, y

luego pateé a la mierda suelta que se había esparcido en el suelo para poder

despejar el camino hacia la última caja cerrada que se encontraba al lado del

piano.

—Ella no me vio. No me va a ver. He sido capaz de esconderme de ella

todos estos años. La conozco muy bien. No tenía idea de que estaba allí.

Esto no fue exactamente así. Meatball me vio mirando desde el

apartamento y casi me delató a Emmy. Tuve que esconderme en el baño

cuando Emmy llegó para arrastrarlo de nuevo a la casa. ¿Cómo podía un

perro tonto ser tan condenadamente inteligente?

—Pero no es sólo ella, Cameron —continuó Carly—. Sabes que Victor

probablemente también tiene gente que la observa. Después de todo lo que

pasamos para hacerle creer que tú…

Carly respiró y se detuvo de recordarme el día más doloroso de mi vida.

—Nos hemos esforzado mucho para que lleguen a pensar que la dejaste y que

no te importa una mierda —continuó Spider. —Si te encuentran, sabrán que

hemos estado jugando con ellos. Y entonces todos estaremos en un jodido

problema, incluyendo a Emily.

Abrí la última caja e inmediatamente encontré los libros que había estado

buscando. Me levanté y llevé la caja conmigo.

Page 33: Scare Crow- Julie Hockley

—No puedes seguir viviendo entremedio. —La cara de Carly reflejaba

preocupación. —Si estás convencido de que no vas a ir por ella, si de verdad

quieres que siga adelante, entonces déjale pasar el duelo y dale una

oportunidad de vivir.

—Tenemos que volver a los negocios —añadió Spider—. Las constantes

interrupciones no van a hacernos volver a estar bien.

Sabía que los dos tenían razón, pero no estaba dispuesto a admitirlo. Y

mantenerme alejado de Emmy... para siempre... No pensé que alguna vez

sería capaz de hacerlo, aunque sabía en mi corazón que era lo mejor para ella.

—Tienes que quedarte lo más lejos posible de ella —dijo Spider.

Mientras permanecía de pie, listo para irme, con la maldita caja pesada en

los brazos, Spider y Carly me observaban y esperaban.

—¿Se te olvidó la promesa que le hice a Bill? —le pregunté a Carly

específicamente—. Le dije que siempre iba a cuidar a Emmy. Que la

mantendría a salvo.

Como era de esperar, esto hizo que Spider enfureciera.

—Bill está muerto. ¿A quién le importa si le rompes una promesa a ese

idiota? Además, no creo que él esperara que la cuidaras tan de cerca, hasta el

punto de estar desnudo sobre ella.

Mis dedos se clavaron en el cartón, cuando Spider sonrió. Por mucho que

yo supiera cómo sacarlo de sus casillas, él sabía cómo hacerlo conmigo.

Carly levantó una bandera blanca.

—Si lo que deseas es asegurarte de que está a salvo, puedo hacerlo yo

misma. De esa manera, todavía puedes mantener tu promesa a Bill sin

arriesgarte a estar cerca de ella.

Esto atrapó tanto mi interés y el de Spider.

Page 34: Scare Crow- Julie Hockley

—¿Cómo? —pregunté.

—¿Confías en mí? —preguntó.

—En su mayoría.

—¿Confías en que voy a hacer todo lo posible para mantener a Emmy y a

nosotros a salvo?

—Sí —le dije sin dudarlo.

—¿Y te comprometes a mantenerte alejado de Emmy?

Dudé. —No vas a decirme lo que estás pensando, ¿verdad?

Negó con la cabeza. —Es mejor si desapareces por completo y dejas que me

ocupe de Emmy.

Cuando miré a Spider, en busca de explicación, sólo se encogió de

hombros. Todo esto era cosa de Carly.

—Cameron, sabes que es lo mejor. Si no vas a buscarla, entonces tienes que

dejarla ir —dijo.

Mi corazón se apretujó y apreté los dientes, porque sabía que Carly tenía

razón.

—Voy a permanecer lejos de ella.

Las palabras que salieron de mi boca se sintieron como cuchillos en mi

lengua. Cuando llegué a mi coche, Tiny, uno de los pocos hombres en los

que confiaba con mi vida, me esperaba. Yo llevaba la caja llena de pesados

libros de filosofía de la clase que Emmy y yo, una vez, compartimos en

secreto. Una clase en ungran auditorio en el que podía mantener un ojo en

ella y fácilmente seguir oculto. Este año escolar deberíamos haber estado

asistiendo juntos a otra clase. Pero yo ya no iba a estar allí.

Page 35: Scare Crow- Julie Hockley

Coloqué la caja en el asiento trasero del coche, y nos marchamos. No sé si

sería capaz de mantener mi promesa a Carly. Mantenerme alejado de Emmy,

dejar que otra persona la cuide... con sólo pensarlo me dieron ganas de

cortarle la vabeza a alguien.

****

Fuimos a un barrio limpio, en Nueva Jersey. Tiny me dejó en la esquina y se

fue. Ya se estaba oscuro. A través de las ventanas iluminadas, pude ver a

familias sentadas y cenando en frente de la TV, ajenos al hecho de que estaba

acechando sus patios traseros. Cuando llegué al patio de con un pequeño

bungaló, rápidamente me asomé por la ventana de la puerta trasera y reí al

ver los ojos rojos de un detector de movimiento.

Los sistemas de alarma no son sólo una broma; son peligrosos. Su

propósito es hacer que pienses que estás a salvo. Te hacen sentir como si

pudieras relajarte y bajar la guardia. Pero lo que sea que un humano haya

creado, otro lo puede destruir.

Nada hecho por el hombre es infalible. La muerte es lo único intocable, y

una falsa sensación de seguridad puede hacer que alguien muera.

Me puse unos guantes, desarmé rápidamente el sistema, y entré. No me

había tenido que ensuciar las manos desde que era un niño. Allanamiento de

morada, robo, era un método de supervivencia del lugar del que vengo.

Mientras merodeaba por la casa, me acordé de la prisa que solía tener en

sacar las cosas a la gente que tenía demasiado y venderlas, por lo que

tendríamos dinero para pagar y hacer que la calefacción volviera a funcionar.

Pero esta casa no era la casa promedio. Esta era la casa de un policía. Un

lugar en el que, aun cuando era un niño estúpido, nunca me habría

aventurado. Por las placas en la pared y las medallas, uno pensaría que se

trataba de la casa de un buen miembro de la fuerza policial. Pero este oficial

de policía no era un héroe. Si mirabas lo suficiente, si sabías dónde mirar,

encontrarías la suciedad, como una luz negra en una habitación de motel.

La botella de Glenfiddich de cincuenta años en el armario de las bebidas, el

excesivo centro de entretenimientos, los relojes Rolex y la cocaína esparcida

por el sofá. Hace mucho tiempo, aprendí que no quedaban verdaderos héroes,

sólo buenos actores. Y este tipo no sólo era deshonesto; era extravagante.

Page 36: Scare Crow- Julie Hockley

Me senté rápidamente frente a su computadora y busqué unos cuantos sitios

de lugares soleados en internet. El intrincado sistema de seguridad llamó mi

atención, y por pura curiosidad comencé a buscar entre sus archivos,

encontrando su extensiva colección de porno. Había conocido un montón de

gente retorcida; pero este tipo estaba realmente jodido.

Después de pasar su sistema de seguridad y apagar la computadora, rearmé

el falso sensor de los policías y encontré una oscura esquina donde esperar,

lejos del alcance del detector.

Cuando llegó a casa, el gordo policía desarmó el sistema, lanzó su pistolera

en la silla delantera y se sentó en el escritorio de su computadora. Observé

desde las sombras mientras iba directamente a su colección favorita, ya

jadeando por la excitación, o por tener que caminar hasta aquí.

Antes de que pudiera ponerse demasiado cómodo, caminé hasta ponerme

detrás de él y puse la culata de mi arma contra la parte trasera de su cabeza.

Me incliné hacia su oído, oliendo el sudor de su camiseta.

—Oficial Breland —murmuré—, tomemos asiento en la cocina.

—Chico —dijo mientras caminábamos a lo largo del pasillo—, no sabes a

dónde viniste a meterte. No vas a salir vivo de aquío.

Hice que se sentara en la mesa, y me senté al otro extremo, poniendo el

arma en la lisa superficie de la mesa, el cañón apuntando al oficial de policía.

—¿Sabes quién soy? —le pregunté. Sabía que no tenía idea de quién era;

nadie la tenía. Por lo que a él respecta, sólo era un niño de veintitantos que

estaba liado en algo que no podía manejar.

—Me importa una mierda quién eres —gruñó el oficial Breland.

—Hace un par de meses, entraste en mi recinto y mataste a algunos de mis

guardias.

Frunció el ceño y cruzó los brazos sobre su pecho.

—No sé de qué hablas.

Page 37: Scare Crow- Julie Hockley

Sonreí. —Perdí un montón de hombres esa noche.

Saqué una bala de mi bolsillo y me aseguré de meterla en mi arma. Su

rostro palideció un poco.

—Uno de los guardias que fue disparado estaba desarmado. Uno de tus

colegas dijo que fuiste tú el que le disparó.

—No fui yo. —Sudor comenzó a filtrarse a través de la grasa en su rostro.

—Vamos, ¿en serio? Ambos sabemos que no es verdad.

Puse el arma en la mesa de nuevo, con el silenciador de cara al policía, y

puse un pie en una silla, poniendo los dedos detrás de mi cabeza.

—Sólo seguía órdenes —confesó—. Si no lo hubiera hecho, alguien más sí, y

me habrían matado.

—Tú y tus estúpidos compañeros me costaron un montón de dinero.

—Puedo pagarte —ofreció inmediatamente, como había esperado—. Tengo

bastante dinero guardado.

—Oh, dudo que puedas permitirte mi precio. Voy a necesitar más que

cualquier mierda que tengas guardada. Alguien tiene que pagar por esto.

Mientras el oficial Breland lo procesaba, observé sus robustas manos

comenzar a temblar. Sabía lo que estaba pidiéndole, como también sabía que

esto podría significar su muerte tarde o temprano. Cuando miró el reloj en el

refrigerador, supe que había hecho su decisión.

—Sé donde puedes conseguir más dinero. Mucho más dinero.

—Chico —dije, imitando su tono—, esas son las mejores noticias que he

escuchado en todo el día.

Page 38: Scare Crow- Julie Hockley

El oficial Breland y yo entramos a su Chevy, y lo hice conducir así podía

mantener el arma apuntándolo.

—Van a trasladar el dinero esta noche —explicó—. Shield hace que lo

trasladen cada dos semanas hasta que pueda usarlo.

Con usarlo, el oficial Breland quería decir lavarlo.

—¿A cuántos tipos tiene custodiando el dinero?

—No más que dos.

—¿Sólo dos? —Eso habría dejado su dinero más que un poco vulnerable.

—Shield no le confía a nadie su dinero —me dijo—. Sólo sé sobre él porque

en las últimas dos semanas, ha estado manteniendo las reservas en la vieja

granja de mis padres. La heredé después de que murieron, pero nunca hice

algo con la propiedad.

Observé cada movimiento que hacía mientras hablaba. Mantuvo sus ojos en

la carretera, sus manos fijadas firmemente en el manubrio, su respiración

estable. Decía la verdad.

—Si me consigues ese dinero, te dejaré quedarte con algo de él —prometí—.

Puedes usar tu parte para desaparecer antes de que Shield te descubra.

Respiró profundamente, asintió, y relajó su agarre del volante.

Condujimos hasta una granja a las afueras de Jersey. En la entrada, había

una camioneta con las luces encendidas. Mientras nos acercábamos a la

camioneta y la casa, sabía por las blancas volutas elevándose contra la oscura

noche que el motor del camión aún estaba encendido, pero aún no habíamos

visto a nadie. Le ordené al oficial Breland que aparcara frente al camión, y

esperamos allí.

No había luces al interior de la casa, pero podía ver linternas destellando a

través de las ventanas cada cuantos segundos. Dos rayos de luces distintas —

dos linternas. Hasta ahora, eso corroboraba con la historia de Breland de que

había sólo dos hombres cuidando del dinero de Shield.

Page 39: Scare Crow- Julie Hockley

Observamos mientras las luces se movían a través de la casa, de ventana en

ventana. El oficial miró el reloj en la radio.

—Deberían de haber terminado de cargar el dinero para ahora.

La heredada granja de Breland era grande y estrecha, como una caja de

pañuelos que había sido doblada. Tenía una fachada de viejos y abultados

ladrillos del tamaño de una señal de límite de velocidad. Los ladrillos en la

casa lucían como un chaleco antibalas bajo una ajustada camiseta. Unos

cuantos metros más adelante, al final de la entrada de piedritas, se

encontraban los restos de un granero. El techo ya se había desplomado, y la

estructura se inclinaba hacia un lado, como un hombre que había bebido

demasiado y estaba a punto de ser echado por el barman.

—Lindo lugar —me burlé.

—Mis padres eran unos idiotas. Disfruto ver su casa cayéndose a pedazos. —

Su miraba se hallaba pegada al granero en la parte trasera. Una mirada que

reconocía muy bien. Una mirada que contaba la historia de un chico que

había sido golpeado más veces de que las que se atrevía a contar.

Cuando las luces se centraron en la puerta lateral y comenzaron a

ampliarse, Breland y yo salimos del auto.

Un desgarbado hombre de pelo negro salió primero, con una linterna

metida en el bolsillo trasero de sus vaqueros. Estaba inclinado debido a un

bidón de gasolina rojo, vertiendo en zigzags. Un segundo hombre le siguió.

Era más grande y viejo, y llevaba un cajón de madera mientras sostenía la

linterna entre sus dientes, iluminando la salida de su incendiario compañero.

—¿Qué diablos están haciendo? —gritó Breland. Le permití avanzar hacia

los hombres que planeaban quemar la casa de su infancia.

Los incendiarios se detuvieron en seco, apiñados en la pequeña escalera de

cemento frente a la puerta lateral.

—¿Que qué demonios estamos haciendo?

—¿Qué demonios estás haciendo tú? —demandó el más viejo.

Page 40: Scare Crow- Julie Hockley

—Shield nos envió aquí para ver qué les estaba tomando tanto tiempo —

respondí calmadamente.

Mientras su joven amigo sostenía el bidón de gasolina y no se había

movido ni un centímetro desde que habían sido vistos, el tipo grande puso el

cajón en el suelo.

—¿Quién diablos son ustedes? —preguntó y mantuvo sus ojos en mí

mientras alcanzaba la pistolera pegada a su pecho.

Estiré los brazos sobre mi cabeza y bostecé.

—¿Dónde están los otros tipos?

—¿Qué otros tipos? —preguntó el chico, su ceño fruncido.

Había confirmado que ciertamente sólo se encontraban ellos dos. Les

disparé a ambos en la cabeza antes de que el más viejo tuviera siquiera la

oportunidad de sacar su arma.

Breland y yo nos acercamos a los cuerpos. Le ordené que pusiera los

cuerpos dentro de la casa mientras abría el cajón. Estaba cargado con dinero.

Había más que un par de cien mil. Luego regresé al camión, el cual los

hombres habían dejado abierto. Había al menos cincuenta cajones más. Lo

que sea que Shield hubiera estado planeando hacer con diez millones de

dólares, era demasiado para él. Y aunque probablemente no era sólo su

dinero, definitivamente iba a extrañarlo.

Por la luz de las linternas, podíamos ver las botas de los muertos. Breland

aún jadeaba por haber arrastrado a los dos hombres.

—¿Fumas? —le pregunté con una sonrisa.

Me miró, luego a su casa, se rió y sacó un encendedor de color dorado. Lo

encendió, y sin dudarlo dos veces, lo lanzó en el rastro de gasolina. La casa

fue tragada por las llamas en segundos.

Le dije que pusiera el último cajón en la parte trasera del camión y lo seguí.

Se estiró para abrir las puertas, y disparé dos tiros —uno para cada una de sus

Page 41: Scare Crow- Julie Hockley

rodillas. Chilló, cayendo de rostro en la parte trasera del camión. Cerré la

puerta y lo encerré con el dinero.

Me alejé con Breland y el dinero, dejando detrás a los hombres muertos de

Shield y el auto de Breland, haciéndolo culpable. Cuando Shield fuera en

busca de Breland en su computadora, descubriría que la última búsqueda del

hombre era por un vuelo con destino a Sudamérica.

Aún podía escuchar a Breland gritando en la parte de atrás cuando aparqué

en el vertedero. Tiny estaba de pie junto a mi auto, esperándome. Abrió la

parte trasera y sacó a Breland, arrastrándolo hasta un hoyo en la arena. Lanzó

a Breland al hoyo y se movió a un lado.

Observé como Breland se retorcía de dolor y sonreí.

—Tienes tu dinero —gritó—. ¿Qué más quieres?

—Ese guardia desarmado al que le disparaste —expliqué—. Tenía catorce

años. Era inofensivo. Sólo un niño.

—Sólo seguía órdenes. No sabía que era un niño.

Tiny me tendió una caja, y tomé una profunda respiración. Ese niño no era

cualquier niño. —Era mi hermano. Su nombre era Rocco.

Encendí la cerilla y lo lancé en el hoyo, incendiando la gasolina que Tiny

ya había vertido. Caminé hasta el camión, saqué un par de cajones y los lancé

con Breland. Moriría como alguien rico.

Me metí en mi Audi y dejé a Tiny para que limpiara.

Como el hombre que lo había delatado, el oficial Breland había pagado por

lo que le había hecho a mi hermano. Aunque aún faltaba mucho para que me

sintiera finalmente satisfecho, esta pequeña muerte me había calmado. Pero

quería, necesitaba más.

Breland era el decimocuarto hombre que había muerto por mis manos —

catorce, la edad que tenía Rocco cuando fue asesinado. Cada vez que tomas

una vida humana, algo —una oscuridad— crece en tu interior, matándote,

hasta que eventualmente, sólo queda oscuridad. La única vez que había

sentido que la oscuridad retrocedía, y hacía espacio para mí de nuevo, fue

cuando estuve con Emily. Sin ella, la oscuridad estaba regresando como el

veneno que era.

Page 42: Scare Crow- Julie Hockley

* * *

Cuando conduje a nuestro avión, llevaba una hora de adelanto, y Spider y

Carly no estaban aún allí. Me subí al avión y le ordené al piloto que

despegara. Luego llamé a Carly.

—Necesito que limpies mis fondos personales —le dije después de que

hubiera respondido con un atontado saludo.

—¿Por qué?

—Sólo hazlo, Carly.

Hubo un tiempo en el que me habría respondido por la dureza en mi voz.

Pero esa dureza era todo lo que tenía que ofrecer estos días.

—¿Para cuándo lo necesitas?

—Ayer.

—Bien —respondió abruptamente. —¿Cuánto?

—Tanto como puedas conseguirme en poco tiempo.

Hizo una pausa cuando los motores del avión rugieron y despegamos.

—¿Dónde estás?

—En el avión.

—¿Está Spider allí?

—Ustedes dos tendrán que esperar por el próximo vuelo. No tengo tiempo.

Page 43: Scare Crow- Julie Hockley

—No voy a ir. Spider ya va en camino. Un par de minutos no te habrían

matado —soltó bruscamente.

—Llámame cuando el dinero esté listo. —Colgué y apagué mi teléfono.

Miré a través de la ventana mientras la luz del sol traía a la vida el paisaje

de Nueva York. Los pastos lucían como pequeños campos de fútbol… e

inmediatamente pensé en Emily.

La primera vez que vi a Emily Sheppard, Bill acababa de morir, y ella era

sólo una niña. Estaba en el campo de fútbol en medio de un juego —una

escuálida, palida y pelirroja niña. Permanecí en mi auto, sorprendido. Nunca

había visto un peor jugador de fútbol en mi vida. Era rápida, pero tropezaba

tantas veces con el balón y con sus propios pies, que sus compañeras

prácticamente quemaron un hoyo en sus pulmones mientras trataban de

correr más rápida que ella para que no se acercara a la pelota.

Y entonces comenzó a llover. La cancha se convirtió en un hoyo lleno de

lodo. Las chicas se deslizaban por todas partes, los entrenadores tenían sus

abrigos puestos sobre sus cabezas y los árbitros trataban de mantenerse de

pie. Pero Emily permaneció inafectada y parecia más determinada que nunca.

Entre más lodoso se volvía el campo, más estable estaba ella. Encontró la

pelota, pateó, y anotó justo cuando el árbitro sonó el silbato para detener el

juego. Mientras la multitud corría para cubrirse dentro de la escuela, la

hermana de Bill se quedó atrás para ayudar a uno de los asistentes a reunir las

pelotas y llevar las redes al colegio.

En esa tarde lluviosa, salí del estacionamiento negando con la cabeza, y con

una sonrisa en el rostro. La hermana de Bill, no era la típica niña rica que

había esperado que fuese.

****

La sofocante luz del día me siguió hasta San Francisco. Cuando llegué al

apartamento, envié a uno de mis guardias para informarle a Shield que estaba

en California, listo para encontrarlo.

No tenía mucho tiempo antes de que Spider llegara, así que lancé mis cosas

en la habitación y salí de nuevo. Conduje a través del puente hacia Oakland.

Page 44: Scare Crow- Julie Hockley

Giré en el estacionamiento de empleados hacia el puerto de Oakland y me

deslicé a través de las pistas, buscando la camioneta Burgundy correcta.

Cuando la encontré, me estacione a unos cuantos lugares, revisé mi reloj y

esperé.

Había investigado, sabía todo sobre él, pero necesitaba verlo. Ver con mis

propios ojos la clase de hombre que era.

Vi la carga ser sacada de los barcos y puesta en los muelles y mientras me

preguntaba qué estaría haciendo Emmy.

Page 45: Scare Crow- Julie Hockley

Capítulo Tres: Emily

LA HISTORIA DEL PEZ

Me encontré a mi misma mirando fijamente a las estrellas pegadas a mi

techo que brillan en la oscuridad, dejadas por el estudiante que solía vivir en

mi pequeño cuarto. Las conté, lo que normalmente hacía cuando no podía

dormir. Las estrellas habían comenzado a despegarse, y de vez en cuando

encontraba una en el suelo. Se perdió una desde la última vez que las conté.

Era gracioso, últimamente no había encontrado ningúna en el suelo.

Imaginaba que Meatball muy pronto comenzaría a brillar en la oscuridad si

seguía comiéndoselas estrellitas de plástico.

La casa se encontraba oscura y en silencio, a excepción de los ronquidos de

Meatball. Lo último que recuerdo con lucidez fue lanzar por el inodoro los

fragmentos de una prueba de embarazo, pero el resto—acariciar a Meatball,

cepillar mis dientes, tomar un vaso de leche luego de cepillar mis dientes—

sólo podía recordarlo como si me hubiese estado viéndome a mí misma

actuar en automático desde lejos.

Cuando había salido de la clínica, era temprano en la tarde, y ahora era casi

el amanecer del día siguiente. ¿En qué momento se hizo tan tarde? Ni

siquiera estaba segura de haber dormido algo o si había pasado toda el día y

noche mirando fijamente las estrellas de plástico.

Tan pronto como un poco de luz comenzó a entrar por mi cortina desde las

otras habitaciones de la casa que tenían el lujo de tener ventanas, no podía

esperar para salir y sacar a Meatball a caminar. Pero en el momento en que

mis pies tocaron el piso, corrí hasta al baño.

Cuando me sentí bien y estuve vacía, regrese a la vida para encontrar a

Meatball sentado en silencio junto a la puerta del baño. Ni siquiera se volvió

loco y giró en círculos cuando le pregunté si quería salir a caminar un rato.

Las nauseas habían desaparecido igual de rápido como vinieron. Pero aún

así, necesitaba saltar de la nube de letargo que se había apoderado de mi

cerebro. Por rpimera vez en muchas semanas, tomé mis zapatos de correr

junto a la puerta.

Pero en vez de llevarme a mí, como lo hacía normalmente, Meatball se

mantuvo a mi lado, tan cerca que su pelaje rozaba contra mi pierna. Esto

Page 46: Scare Crow- Julie Hockley

hacía que fuera muy difícil correr. Así que avanzamos lentamente y tomamos

una caminata extra larga, una que nos sacó del barrio hasta los suburbios.

Llegamos hasta un parque afuera de una escuela primaria, donde habían

casas y sillas de patio al otro lado del verdoso parque. Debido a la falta de

raíces y los pequeños árboles plantados en cada lote, me podía dar cuenta que

las casas eran nuevas. Era el mismo árbol en exactamente el mismo lugar una

y otra vez. Me sentía como si estuviese en Legoland. Las hojas ya

comenzaban a cambiar de colores, y el aire olía pesado, como las explosiones

finales de una ronda de fuegos artificiales, antes de que todo quede en

completo silencio.

Mientras caminábamos por la acera, tarareaba un ritmo sin sentido bajo mi

aliento y abarroté mi cerebro de tantos detalles inútiles como fuese posible.

Como el número de casas que tenían una casita para aves en su patio. Eran

cinco. Como el número de mesas de picnic en el parque. Eran diecisiete.

Aún debía ser bastante temprano en la mañana ya que el parque se

encontraba vacío, excepto por un niño pequeño que se encontraba jugando en

la arena, mientras una mujer, quién asumía era su niñera, lo observaba desde

una banca del parque. Meatball tenía una pierna elevada, así que me detuve

cerca de la acera de alambre, mirando al pequeño. Subió por el trepador,

corrió alrededor, y volvió a deslizarse por la resbaladilla. Pero cuando llegó

hasta abajo, se tropezó y cayó.

Comenzó a llorar.

La niñera corrió hasta él, secando sus lágrimas y abrazándolo mientras él

escondía su rostro en su hombro. Se sostenían uno al otro con muchísima

fuerza, como algo natural.

Me di cuenta que era su mamá, no su niñera. Y algo dentro de mí detonó.

Llevé a Meatball de vuelta a casa. Tan pronto como entramos por la puerta,

Meatball corrió hasta la cocina antes de yo si quiera llegara hasta mi cuarto.

Eché comida para perros en lo que solía ser un bol de ensaladas, y el se sentó

a mi lado, esperando.

Suspiré. Mis nauseas seguían regresando, y lo último que quería hacer era

meterme algo a la boca. Pero teníamos un ritual: Si yo no comía, entonces

Meatball se sentaría allí todo el día hasta que lo hiciese. Abrí mi alacena

designada. Allí había una botella de salsa de tomate, una bolsa de sopa

Lipton, y un paquete desinflado de pan. Saqué el último pedazo de pan y me

obligué a masticar. Meatball descuartizó su comida.

Page 47: Scare Crow- Julie Hockley

—Hola, aliento a vómito —dijo Hunter al entrar. —Escuché que hiciste toda

una escena ayer en clase. Vomitar a propósito para salir de la escuela. Eso

requiere una seria dedicación.

Rápidamente cerré mi gabinete mientras él se encontraba ocupado

registrando el suyo lleno de cosas. Su mamá le enviaba regularmente bolsos

llenos de comida y ropa interior.

Esperé por Meatball y me pregunté si la comida para perros también podía

ser consumida por humanos—aunque la bolsa medio vacía tampoco duraría

mucho.

Hunter se encontraba cambiando su peso de un pie a otro, hasta que

finalmente se giró a mirarme.

—Odio molestarte con esto —comenzó, —pero el propietario viene pronto a

recoger todos los cheques de la renta. Los tuyos son los únicos que me

faltan.

Me costaba respirar, pero aún así sonreí y llamé a Meatball. —Iré a

buscarlos ahora mismo.

Meatball y yo regresamos a mi habitación, y me deje caer sobre la cama.

Spider. Victor.

Spider. Victor.

Cada noche rimaba los nombres de aquellos que habían asesinado a

Cameron y Rocco. Cada noche me imaginaba a mi misma destruyendolos,

matándolos, incluso si eso acababa conmigo. Pero ahora, incluso eso, no era

suficiente para calmar el pánico que aumentaba en mi interior.

No tenía dinero y pronto no tendría casa. Estaba sola. Y embarazada.

Ni siquiera puedo cuidar de mi perro o de mi misma, pensé. ¿Cómo puedo

cuidar de un niño? ¿Cómo puedo ser madre cuando en realidad yo nunca

tuve una? ¿Cómo puedo proteger a un niño contra todo un mundo?

Nunca había escuchado a mi madre decir: —Te amo.

Además de mi hermano, Bill, Cameron era la única persona que alguna vez

me dijo esas tres importantes palabras. Hubo una vez que mi madre mencionó

al pasar junto a mí que le gustaba la forma en que la niñera había peinado mi

cabello esa mañana. Me rehusé a lavarme el cabello durante cinco días, hasta

que mi madre le dijo a la niñera que lucía tres sale, lo cual era francés para

Page 48: Scare Crow- Julie Hockley

referirse que necesitaba un baño.

Crecí queriendo niñeras a las que no se le permitía (o no se les pagaba) para

devolverme el cariño. Mi madre les prohibía que mostraran afecto, ya que no

sería apropiado. Y para cerciorarse de que ninguna se apegara demasiado,

cambiaba de niñeras cada dos años. Nuestra ama de casa, Maria, era la única

constante en mi vida —ella era la que cubría el espacio cuando nos

encontrábamos entre niñeras. Ella fue promovida a ama de casa principal

cuando crecí demasiado para necesitar niñeras, pero aún la consideraba como

mi niñera.

Mi mente regresó hacia el parque, donde la madre se encontraba calmando,

abrazando y adorando a su hijo. Desearía saber lo que eso se sentía.

Estrellé mi cabeza contra la almohada y comencé a sollozar.

Lloré tanto que sentía como si el miedo, el dolor, y la soledad estuviesen

saliendo de mi corazón y escapando a través de mis lágrimas.

Lloré todo lo que tenía por dentro, y Meatball nunca se separo de mi lado.

Cuando era niña, mi madre me obligó a ir a Muskoka en Canadá durante un

par de veranos. Mis tan ansiadas vacaciones siempre se encontraban

perfectamente combinada con las vacaciones de la niñera del día. Era como

una especie de campamento de verano —si es que los campamentos tenían

chefs ejecutivos y un mayordomo por cada búnker. La mayoría de los chicos

viajaban en sus Bentleys con choferes o limosinas. Mi madre me hacía ir en

el helicóptero de los Sheppard, aunque me aterrorizaban las alturas. El

helipuerto se encontraba convenientemente flotando en medio del lago, a la

vista de todos. Los Sheppard siempre tenían que armar un buen show.

Había un muelle en donde nunca ninguno de los chicos adinerados querían

nadar, ya que los peces mordisqueaban sus dedos tan pronto como entraban al

agua. Cada verano, una madre pez ponía sus huevos debajo del muelle y

atacaba a cualquier cosa que se acercara. Un año, uno de los chicos tuvo la

brillante idea de poner una red de pescar cerca de los huevos del pez. La

madre inmediatamente comenzó a atacar la red, y el chico la sacó del agua.

Uno de los consejeros evito que el chico la matara y le ordenó que la

devolviera al agua.

—Sólo está protegiendo a sus bebés —explicó el consejero.

El verano siguiente, el pez se había ido, y también el consejero que se

atrevió a regañar al niño. Me quedé pensando por qué la pez valoraba más la

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vida de los huevos que la propia, cuando ni siquiera conocía a los bebés.

Durante un segundo, pensé en acudir a mis padres por apoyo. Después de

todo, tenían más dinero que razones en qué gastarlo, aunque nunca lo

regalaban a menos que recibieran algo a cambio. En la familia Sheppard, la

caridad rimaba con “¿y en qué me beneficia a mí?”

Pero una hija volviendo a casa embarazada… eso sería peor que tener un

hijo problemático y adicto a las drogas. Por supuesto, mi madre se había

embarazado de mí luego de tener un amorío con mi en ese entonces casado,

padre. Pero esto era diferente. Cameron no podría llevar a la compañía de mi

padre a una unión altamente reconocida a nivel internacional, como lo había

hecho la familia adinerada de mi madre. La vergüenza más grande para la

familia Sheppard no era que yo estubiera embarazada; era estar

embarazada por ninguna razón, sin traer ninguna ganancia financiara hacia la

familia. El pequeño creciendo dentro de mí era insignificante para ellos.

Imaginarme a alguien pensando, que mi hijo era insignificante me hizo

dejar de llorar inmediatamente. Apreté mis puños y eventualmente me giré

sobre mi espalda, entrelazando las manos detrás de mi cabeza y observando

de nuevo las estrellas en el techo.

Victor y Spider vendrán en algún momento. Antes de dejarme aquí en casa,

Spider había dicho que no me tocarían por quién era—ya que tarde o

temprano, alguien se dará cuenta que la heredera del imperio Sheppard estaba

desaparecida, y esto sería una noticia enorme, algo que el bajo mundo

evitarían a toda costa. Pero esto no cambiaba el hecho de que siempre seré

una amenaza para ellos. Sabía demasiado; había visto demasiado. Era un

cabo suelto, y los cabos sueltos no deben existir en el bajo mundo. Victor y

Spider sólo estaban esperando la oportunidad perfecta. Para ésta gente, el

tiempo lo era todo. Como mis padres, sólo existían para ellos mismos.

Mi hijo no pertenecía a ningún lugar. Ni en el mundo de mis padres, y

ciertamente tampoco en el bajo mundo. Pero aún estaba mi mundo, dónde sea

que fuera eso. Llevé mis manos hasta mi barriga y murmuré:

— Te amo.

Porque era cierto, más que a nadie, a nada, y más que todo en el

mundo. De repente, escuché la vos de Cameron en mi cabeza. —A veces la

persona que amas es asesinada simplemente porque la amas—. Salté como si

una tarántula hubiese aterrizado sobre mi almohada.

Mi hijo, el hijo de Cameron, puede que no tenga valor en el mundo de mis

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padres, pero en el bajo mundo, este niño no tenía precio. Si querían

callarme—tranquilamente—mi hijo seriá su garantía. Si no podían venir por

mí, vendrían por el hijo del anterior rey de las drogas. De esto, estaba segura.

En mi vida, tarde o temprano todos me abandonaban. Incluso Cameron se

había rendido. Yo haría lo que Cameron no hizo.

Me quedaré y lucharé. Ni todo el dinero del mundo pudo hacer que mi

propia madre me amara, o que si quiera pensara en mí. No tenía ni idea de

cómo ser padre, pero lo intentaría; haría todo lo que pudiese para ser una

buena madre. Como la mamá pez, lucharé por la supervivencia de ambos,

hasta mi último respiro.

Pasé de contar estrellas a contar dedos. De acuerdo a mi cálculo, tenía unos

dos meses de embarazo. Matar a Spider y a Victo aún era prioridad. Pero

tenía que hacerlo antes de que descubrieran mi pequeño secreto. El tiempo se

me estaba acabando.

Me quedé dormida con una mano sobre mi abdomen y otra sobre mi pecho.

Y mi dedo índice se encontraba enredado en la cadena que Bill me había

dado antes de morir.

* * *

En la tarde, mi teléfono sonando me despertó. El identificador de llamadas

me advirtió quién era.

—¿Jeremy? —respondí, media dormida, media incrédula.

—Me debes una enorme —dijo Jeremy. —Te conseguí un trabajo en la

oficina de admisión. Tienes una entrevista con el director de admisiones el

lunes. No es en uno de los departamentos, pero al menos lucirá bien en tu

curriculum.

Si Jeremy hubiese estado frente a mí, lo hubiese besado.

—No sé qué decir.

—No te emociones mucho. Vas a pasar la mayoría del tiempo llenando

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sobres y llevando cartas de un lugar a otro. Y la paga apesta. Sólo un par de

centavos por encima del salario mínimo.

Esto era aún mejor. En mi trabajo anterior había estado ganando salario

mínimo. Debí haberle agradecido al menos unas veinte veces seguidas antes

de que Jeremy me detuviera.

—No es nada, Em. Vi en una pizarra de anuncios que estaban buscando a un

estudiante becado. Los llamé y les di tu nombre. Sólo tendrás que mantener

tus notas un punto por encima del promedio.

No tenía ni idea cómo iba a mantener mis notas un punto por encima del

promedio, o cuanto tiempo le tomará a la escuela darse cuenta que había

dejado de ir a clases, pero aún así, estaba agradecida. En verdad había

sobrestimado a Jeremy.

—¿Estás segura que no preferirías venir a trabajar a la tienda? ¿Conmigo? Se

detuvo por un segundo. —Podríamos salir de nuevo.

Sabia que nada venía sin un precio. Aunque estaba agradecida. No quería

entusiasmar a Jeremy. Le iba mejor sin mí; sólo que aún no lo sabía.

—No creo que esa sea una buena idea, Jeremy.

—Seguro —respondió rápidamente. —Sólo lo decía porque en la tienda la

paga es mucho mejor.

Luego de colgar, me di cuenta que tendría que tener más cuidad de a quién

acudía por favores.

Cuando todos salieron por fin de la casa, ya pasaba de mediodía. Dejé a un

agotado Meatball durmiendo bajo mi cama y tomé el autobús hacia el centro

de la ciudad.

El autobús se detuvo afuera de mi banco. Había una cola enorme hacia los

cajeros. Mientras esperaba, saqué de mi bolso un bolígrafo y la envoltura de

un chicle, luego desabroché el dije de mi cuello.

Antes de morir, Bill me había dado una cadena plateada con el dije de un

Page 52: Scare Crow- Julie Hockley

ángel. Era un regalo humilde, para los estándares de los Sheppard, pero nunca

me lo quitaba. Durante años, pensé que el dije era un regalo hecho con

cariño, pero Cameron me había sacado de mi error. Lo que una vez había

pensado que eran números de códigos de productos debajo del pedestal en

dónde se encontraba sentado el ángel, en realidad eran números de una cuenta

bancaria que Bill había abierto para mí. No tenía ni idea de cuánto dinero

había en la cuenta, pero por lo que Cameron me había dicho, era substancial.

Lo suficiente para que hiciera planes; lo suficiente para que mi bebé y yo

sobrevivamos a Spider y Victor.

Mientras esperaba en la cola, rápidamente transcribí la secuencia al final

del dije, manteniendo alerta para asegurarme que nadie notara lo que estaba

haciendo.

—Me gustaría tener acceso al dinero que está en esta cuenta —anuncié

cuando llegué al próximo cajero disponible. Le tendí el envoltorio de chicle.

La cajera lucía cómo de mi edad. Su cabello oscuro caía sobre su pecho y

terminaba en algún punto, cómo flechas hacia su abundante escote. Tomó el

envoltorio de la esquina como si estuviese infectado y lo miró por un minuto.

Subió la mirada, con ojos confundidos.

—No estoy segura de entender.

—Necesito que el dinero que se encuentra dentro de ésta cuenta— parafraseé

para ella, como si tuviese cinco años.

—Pero éste no es un número de cuenta.

—No es un número de cuenta aquí. La cuenta es extranjera.

Cuando finalmente nos entendimos, la empleada me envió al segundo piso,

dónde me senté en las sillas junto al elevador.

Cameron me había dicho que la cuenta se encontraba en un banco de las

Islas Caimán. Asumí que sacar el dinero de la cuenta no sería tan sencillo

como ir hasta el cajero y pedirlo. Simplemente no tenía idea de por dónde

comenzar. Así que me quedé allí esperando al gerente del banco, con

esperanzas de que él supiera qué hacer.

Page 53: Scare Crow- Julie Hockley

Otra joven se me acercó. Tenía un poco menos escote que la anterior, pero

aún asi dejaba muy poco para la imaginación. Su blusa se encontraba tan

apretada que parecía que los botones eran torpedos en espera.

—¿Srta. Sheppard? —preguntó. Asentí, y me guió hasta una oficina.

Cuando se sentó, me di cuenta que ella era la gerente del banco. Aún así,

los múltiples títulos en su pared me daban algo de esperanza de que pudiese

ayudarme. Le tendí el envoltorio de chicle.

—La cuenta es de un banco en las Islas Caimán.

Miró el papel y arrugó la frente. —¿Estás segura de que escribiste los

números correctamente?

Me devolvió el papel. Sabía que los había copiado exactamente como

estaban en mi dije.

—Son los números que me dieron.

—Bueno, tus números no son correctos —me dijo. —No son números de

cuentas en ninguna parte.

Giró el monitor de su computadora hacia mí y me mostró a lo que se

refería.

—Todos los bancos siguen ciertos códigos para fijar sus cuentas. Los códigos

puede que no sean los mismo en todos los países, pero cada país tiene su

propia identificación para que no hayan repetición de números de cuentas

alrededor del mundo.

Le agradecí a la gerente por explicarme algo que ella probablemente

aprendió su primer día de entrenamiento y salí del banco con las manos

vacías.

Sabía que Bill no pudo haber cometido un error. Y sabía que Cameron no

me pudo haber mentido sobre el dinero que Bill me había dejado. Una vez,

Cameron me había mostrado algo que Carly había inventado para evitar ser

Page 54: Scare Crow- Julie Hockley

detectados por las autoridades—un sistema encriptado. Y me di cuenta que

no podría tener acceso a la herencia de Bill a menos que descifrara el código

de Carly.

—Merde —murmuré. Nunca maldecía en español.

Metí el envoltorio de vuelta a mi bolso y me fui.

Gente como Spider y Carly no existía en el mundo normal. Sólo existían en

el mundo de Cameron. Así que encontrar a Spider seriá difícil, especialmente

ya que ni siquiera sabía su nombre. Pero tenía una idea de en dónde

encontrar a Shield, también conocido como Victor Orozo, el tío de mi

hermano Bill. Él viajaba entre mundos.

Cuando llegué al cuartel de la policía, era casi de noche; los días ya se

estaban volviendo más cortos. Habían tantos escalones que llevaban hacia las

puertas del edificio que casi hice un baile a lo Rocky cuando llegué arriba,

pero me encontraba demasiado cansada y falta de aliento.

Cubrí mi brillante cabello rojo con la capucha de mi chaqueta antes de

entrar.

Más allá de las puertas del Departamento de Policía de la Ciudad de

Callister, era todo un desastre. Habían personas en esposas siendo empujadas.

Junto a la fuente habían dos mujeres gritándose una a la otra. Un tipo en

pijamas caminaba con un cartel en crayón azul que había escrito sobre una

caja de cereal. De acuerdo a su cartel, sólo Dios lo haría orinar en un vaso.

Por suerte, la cola hacia la recepción se encontraba relativamente corta y

moviéndose rápidamente. No me di cuenta hasta que llegué al frente de la

línea que ésta sólo era la cola que hacías para tomar un número, y el número

que la pequeña impresora roja me escupió decía que tenía al menos unas

cincuenta personas por delante. Y sólo había un empleado atendiendo a los

clientes. Al parecer, toda la ciudad se encontraba delante de mí.

Tomé un número y busqué dónde sentarme. El único asiento disponible era

junto a una mujer que posiblemente era una prostituta y un hombre que se

encontraba doblado hacia adelante y parecía como si ya se hubiese hecho pis

encima. Me sentía exhausta, pero me mantuve de pie y esperé mi turno.

Encontré un espacio vacío en la pared y me incliné contra ella.

No era difícil escuchar a escondidas las razones por cual las personas

estaban allí, porque todos ellos estaban gritando sus problemas al empleado

Page 55: Scare Crow- Julie Hockley

de la policía. Y todo el mundo estaba allí para quejarse de algo. Un vecino

ruidoso. La brutalidad policial. Una cartera robada. La brutalidad policial.

Rescate financiero. La brutalidad policial.

Yo también estaba allí para quejarme, en alguna medida. La diferencia era

que yo estaría pidiendo por el gobernador y mi queja sería impulsar la

aplicación de la ley y hablar de el.

Víctor era un oficial de policía, que anhelaba gobernar el bajo mundo. Él

había abusado de su posición, con la esperanza de utilizar el amor de

Cameron por mí para controlarlo y al bajo mundo. Víctor era un chupasangre,

pero Cameron no lo podía tocar porque era un agente de la policía; matar a un

oficial de policía, como matar a la hija de un hombre rico, atrairia demasiada

atención no deseada hacia el bajo mundo.

Yo, por otro lado, no estaba vinculada al bajo mundo y no tenía nada que

me impidiera matar a Victor. También no tenía ninguna manera de hacer que

esto sucediera rápidamente, antes de la llegada del bebé. La única manera en

la que podia proteger al bebé de él era sacarlo de las calles y poner la

atención en él. Después de eso, nada que Victor hiciera o planeara pasaría

desapercibido, incluyendo poner un golpe en mí. Un día, cuando esubiera

lista, cuando él no mirara, yo vendría a encontrarlo y buscaría justicia por lo

que le había hecho a Rocco.

Me imaginaba entrando en el programa de protección de testigos. Pero

sabía que nunca habría un lugar seguro para mí una vez que expusiera a

Víctor y a su organización.

Por suerte, el reinado de Víctor en el bajo mundo se había esfumado

después de que Bill y Cameron se habían hecho cargo. Si pudiera averiguar

cómo apoderarme de la herencia de Bill, entonces podría ocultarnos, mejor de

lo que la policía podría.

Cuando el argumento de las damas del bebedero se volvieron puñetazos y

tirones de pelo, dos agentes de policía llegaron a separarlas. Me tomó un

poco de tiempo recordar dónde los había visto antes. Fue el tercer oficial que

vino a ayudarlos que refrescó mi memoria. Era un tipo alto calvo, de ojos

hundidos y mejillas hinchadas. Una vez le había susurrado a este hombre a

través de una puerta cerrada. En una ocasión le había robado el arma y la

sostuve en su cabeza. El oficial calvo fue llamado Mickey. Y sus compañeros

de las fuerzas del orden también eran secuaces de Víctor.

Era absolutamente una idiota. ¿Cómo no he asumido que al menos algunos

de los hombres bajo el reinado de Shield también eran policías? Un policía

Page 56: Scare Crow- Julie Hockley

corrupto atrae a mas policías sucios. Matones de la calle, policías sucios,

todos los chicos malos son creados genéticamente y se atraen.

El departamento de policía de Callister era el lugar más peligroso para

estar, y sin embargo, ahí estaba yo, estúpidamente sin defensa. Metiéndome

dentro de mi capucha me deslicé por el pasillo más cercano.

Podía escuchar a las mujeres forcejeando en el corto pasillo mientras los

hombres de Shield trataban de separarlas. El vestíbulo tenía una sola puerta

de metal, que estaba cerrada con un escáner de tarjeta. Al final había dos

vitrinas que estaban al lado una de la otra. Utilicé el reflejo en el cristal para

ver lo que estaba pasando detrás de mí y encontrar una oportunidad de

escapar.

Cuando el chico del pijama intervino en el caos y comenzó a gritar sus

problemas legales detrás de los oficiales de Shield, más oficiales comenzaron

a llegar a través de la puerta de metal. Me puse de pie tan cerca del vidrio

como pude, tratando de mantenerme fuera de su camino y del campo de

visión. El pasillo era un muy mal lugar para ser atrapada. Idiota. Totalmente.

Mientras estaba observando el espectáculo, algo en una de las vitrinas me

llamó la atención. Lo primero fue una caja de trofeos, contenia en su mayoría

trofeos de béisbol y de fútbol, y un par de placas de agradecimiento

de Pequeñas Ligas.

Fue la segunda caja que hizo que mi aliento se sintiera como si estuviera

volviéndose fuego.

Todo comenzó con una foto de Victor recibiendo algún tipo de medalla de

honor, dando la mano al gobernador de la ciudad de Callister, que parecía

aturdido, como si estuviera frotando codos con una estrella de rock.

Luego estaban los artículos periodísticos. "Victor Orozo arremete contra el

Crimen Organizado.” “Orozo el más grande decomiso de drogas en la

historia de EE.UU." El último decía: "Orozo Victor es elegido Presidente de

la Asociación Nacional de Policía de Callister."

Y luego había una foto de Víctor en la Casa Blanca, de pie al lado del

presidente de los Estados Unidos de América. Todas sonrisas. Todas farsas.

Los artículos de prensa, fotografías, certificados, placas y trofeos, todas en la

admiración de Victor Orozo, ciudad natal del héroe de Callister. Incluso hubo

un par de cartas de niños que muestran cómo el trabajo de caridad de Víctor

había cambiado sus vidas.

¿Puede todo el mundo ser tan ciego como para no ver que es un psicópata?

O tal vez todo el mundo estaba en esto.

Page 57: Scare Crow- Julie Hockley

Rápidamente me di cuenta de que Víctor no era un policía corrupto. Era el

principal policía corrupto. El líder de su sindicato. Era mucho más inteligente

de lo que quería darle el crédito correspondiente. Su alcance era profundo en

la vida cotidiana. Niños, familias, la gente buena de la Ciudad de Callister

creyeron que él era uno de los buenos, creían que los policías que caminaban

por sus calles estaban ahí para ellos. Pero estaban allí por sí mismos. Y su

líder sindical sociópata.

Si bien toda la fuerza policial corrupta de Callister estaba respirando en mi

nuca, o al menos lo parecía, no tuve otra opción que esperar, mantenerme

escondida en la esquina, y orar. Era una tortuga encajada en un rincón

mientras que los tiburones martillo buscaban entre las algas por una presa

fácil.

Eventualmente, las mujeres fueron esposadas y arrastradas.

Entonces el hombre del pijama fue expulsado del edificio.

Los oficiales traidores desaparecieron detrás de la puerta armada, una vez

más.

Y no esperé otra cosa. Tranquilamente salí de la estación, manteniendo la

capucha sobre mi pelo rojo ardiente.

Tuve que subir a través de las puertas traseras del autobús, sin pagar para

poder ir a casa, porque no me quedaba dinero. No había dejado de correr

desde el momento en que dejé la pared de adoración de Victor hasta que tomé

un asiento en el autobús.

Victor estrechando la mano del presidente. Victor el dirigente sindical,

llevando todas las organizaciones policiales en el EE.UU.

No sabía lo que esto significaba, pero era muy consciente de que si los

secuaces de Victor eran todos agentes de la policía y que si Víctor era su líder

sindical, no había ningún lugar seguro para que mi.

Mientras caminaba a casa desde la parada de autobús, divisé a nuestro

propietario por la calle. Era dueño de por lo menos otras cinco casas de

nuestra calle y estaba haciendo sus rondas para cobrar cheques de alquiler

para todo el año. Era la hora de cenar. Corrí el resto del camino a casa y

llamé a Meatball tan pronto como puse mi pie en la puerta.

Meatball trotó afuera conmigo, y nos dirigimos a la parte trasera de la casa,

donde estaba estacionado mi coche de mierda. Era azul bígaro, abollado,

oxidado, y todo mío.

Saqué las llaves de mi bolso. Espere a hasta que por fin arranco. Cuando lo

hizo, comprobé el indicador de gasolina. Tenía un montón de gas, por lo que

Page 58: Scare Crow- Julie Hockley

salí de la entrada y me alejé en la dirección opuesta de donde había visto al

propietario.

No sabía cuánto tiempo me llevaría hacer suficiente dinero para pagar el

alquiler, pero sabía que iba a tener que evitar al propietario hasta que

puediera. Y tendría que encontrar una manera de mantener a Meatball oculto

de él cuando hiciera sus visitas a la casa.

Meatball y yo no teníamos a dónde ir, así que dimos la vuelta en círculos

durante un tiempo. Meatball hiba sentado en el asiento del pasajero y miraba

el mundo pasar mientras lamía la ventana limpia. Me estaba convirtiendo en

un poco más aventurera y empecé a ampliar nuestros círculos mientras la

tarde se convirtió en una noche negra. Eventualmente, dejamos las luces de la

ciudad y estábamos conduciendo por las carreteras del condado. Sabía a

dónde iba. Supongo que siempre supe que iba a ir allí. Con el tiempo.

Si cerraba los ojos, podía verme estando de nuevo allí. El largo camino de

grava. El porche destartalado. Mi lugar favorito en el mundo. No estaba

segura de sí sería capaz de reconocer el camino de entrada. Incluso en plena

luz del día, estaba tan bien escondida en los árboles que era difícil de

detectar.

Fue Meatball quien me convenció de que estaba en el camino correcto. Se

había despertado tan pronto como había dado la vuelta en el camino y

comenzó a menear la cola.

Cuando llegamos a la cabaña de Cameron, era temprano en la mañana.

Cuando Cameron y yo salimos de la casa de campo en el día del funeral de

Rocco, dejamos a Meatball atrás. Esta casa tenía que haber sido el pequeño

secreto de Cameron, pero cuando Carly me trajo a Meatball, me pasó por la

mente que tal vez ella sabia acerca de este lugar todo el tiempo. No podía

estar segura, porque Cameron podría haber llevado a Meatball antes de que

me rescatara de Víctor, pero siempre había una posibilidad de que Carly y

Spider sabían acerca de este lugar. Sabía que era un lugar peligroso para

estar; por otra parte, con Víctor a la cabeza de todas las organizaciones

policiales y Spider por ahora probablemente en el timón del bajo mundo.

Después de sentir la brisa, y ver a Meatball correr y oler sus lugares

favoritos en los arrededores del bosque. Agarrando la llave que estaba

escondida en las cornisas del cobertizo, ahí estaba yo, de pie en el interior del

lugar que siempre sería un hogar para mí. Juro que en cuanto cerré la puerta

detrás de mí, podía oler a Cameron. Era como si todavía estuviera allí.

Page 59: Scare Crow- Julie Hockley

Todo en la casa era exactamente igual a como lo recordaba, excepto que no

estaba Cameron.

Y fue entonces cuando me di cuenta de que nunca iba a dejar de sentirme

de esta manera. Que nunca habria un día, o un segundo, en que no lo echara

de menos.

****

Maria tenía un pequeño jardín en su habitación. Ella mantenía el mayor

número de plantas con flores que podían caber en su pequeña ventana. Mi

madre no permitía plantas vivas en la casa porque eran —según ella— sucias

y podrían dejar las hojas caídas en el suelo que fácilmente serian regadas por

el personal de la casa. Las únicas plantas vivas que permitía quedaron sin

flores. Maria me explico que mantenia sus plantas porque la vida traia mas

vida, que cuidar otra vida significaba cuidar la propia. Aunque secretamente,

sabía que ella las conservaba, ya que era un lugar donde las dos podiamos

escapar de la frialdad, y falta de vida de la mansión.

Hubo una mañana temprano que ella vino a sacarme de la cama. Era el día

en que el iris hiba a florecer. Podía olerlo tan pronto como entré en la

habitación de María. Habíamos estado esperando, cuidándola durante meses.

Y allí estaba, por fin, con sus pétalos blancos y violetas. Me recordó a una

estrella de mar usando zapatos color púrpura. Era la flor más bella y

perfumada que había visto. Y luego, al final del día, la flor se había ido.

****

Debería haberlo abrazado. Ese primer día en el parque, cuando Meatball me

derribó. El primer día que puse los ojos en Cameron. Debería haber sabido

que iba a cambiar tanto mi vida. Debería haber sabido que él era demasiado

para mí, que éramos demasiado perfectos para durar. Al igual que el iris, él

Page 60: Scare Crow- Julie Hockley

era demasiado hermoso, algo que la naturaleza no puede permitir por mucho

tiempo. Si pudiera solo haberme dado cuenta de que mi tiempo con él sería

tan corto, lo habría retenido en mis brazos y nunca lo habría dejado ir.

Estar en la casa de Cameron, en este lugar donde la pasamos tan bien, me

dieron ganas de empezar a llorar otra vez. Había estado sola casi toda mi

vida. Pero desde el dia que perdi a Cameron realmente senti la verdadera

soledad.

Esperé que Meatball terminara su ronda en la propiedad, lo dejé entrar, y

subí las escaleras a la habitación. Me metí en la cama, traje la manta de

Cameron a mi nariz, y me quedé dormida al zumbido de la nevera.

El rostro de Rocco volvió a frecuentar mis sueños. Me desperté, pero no

había lágrimas o sudor frío esta vez, sólo un gran sentimiento de pérdida. La

habitación estaba casi completamente a oscuras, con la única luz viniendo de

la luna que brillaba a través de las pequeñas ventanas de la casa. Cameron

estaba a mi lado, pero en realidad no estaba durmiendo. En realidad, nunca

dormía.

—Te amo —lo oí murmurar, y me di la vuelta.

Cameron encontró mis labios en la oscuridad. Me besó, suavemente pero

con un propósito, como si estuviera tomando un bocado de un durazno, por

primera vez. Su lengua saboreó cada centímetro. Su mano subió desde mi

muslo a mi pecho, y se movía encima de mí, tirando de mi camiseta por

encima de mi cabeza. Envolví mis piernas alrededor de su cintura, tomando

el peso de él sobre mí. Fuimos una piel, una vez más.

Este fue el primer sueño que tuve de Cameron desde su muerte. Pero no era

como cualquier otro sueño que había tenido. Este sueño era vivo, hasta el

punto de que todavía podía sentir el aliento hormigueante de Cameron contra

mi piel, aunque estaba despierta.

Si un sueño veias algo que realmente ocurrió de la misma manera que lo

recordabas, ¿era todavía un sueño? ¿O era algo más? Quizás un recuerdo. O

una ilusión, como se suele decir. ¿Cuándo el sueño se convierte en memoria,

y cuando la memoria se convierten en sueño?

Este sueño no era sólo un sueño. Era exactamente como paso hace unos

meses.

La noche que habíamos pasado aquí, en esta cama, todo había empezadó

Page 61: Scare Crow- Julie Hockley

con una pesadilla sobre Rocco sólo unos días después de su muerte, y había

terminado con Cameron y yo haciendo el amor por primera vez.

Sueño. Memoria. ¿A quién le importaba? Me volví a dormir, con la

esperanza de encontrar allí a Cameron.

****

Llevé a Meatball al muelle cuando me desperté de nuevo. No podía esperar

para saltar al estanque, aunque el agua estaba helada. Me acueste de espaldas

y mire el cielo a través de los árboles, como lo había hecho con Cameron.

Aunque sabía que era un riesgo permanecer en la cabaña durante tanto

tiempo, me sentí segura aquí.

Spider estaba bien escondido dentro del bajo mundo, pero Víctor estaba en

todas partes, a propósito. Él no quería simplemente gobernar el bajo mundo;

quería controlarlo todo. Había hecho un buen nombre para sí mismo, a pesar

de que todo era una mentira.

Yo había ido a la comisaría. Pensado empañar su reputación —corriendo la

voz sobre la corrupcion de Víctor— y esperar conseguir que lo arrestaran,

pero ¿de qué serviría? ¿Quién iba a creer mi palabra contra la de un héroe?

¿Qué pruebas tenía yo, de lo que vivi?

Y luego estaba Spider —como si Víctor no me diera bastante de qué

preocuparme.

Tenía la esperanza de que por saber más acerca de Cameron, iba a

encontrar a Spider. Cameron me había dicho que él y Spider habían sido

amigos desde que habían estado en el reformatorio juntos. Habían sido

compañeros de crimen cuando Cameron estaba en la secundaria. La vida

oculta de Cameron seguramente me llevaría a Spider, o al menos darme

pistas sobre cómo encontrar al bastardo.

Todo esto toma tiempo, y el tiempo no estaba de mi lado.

Todas estas preguntas flotaban en mi cabeza; sin embargo, estaba

inusualmente tranquila. El murmullo del agua contra el muelle, el chapoteo

de las patas de Meatball, el vaivén de los árboles —hizo que todo pareciera

fácil. Me olvide de todo lo demás y me centre en el problema más grande:

cómo sobrevivir.

Page 62: Scare Crow- Julie Hockley

****

Después de encontrar comida para perro y humano en la despensa de la

cabaña de Cameron, Meatball y yo pasamos una noche más. Pero al final del

fin de semana, sabía que no podíamos quedarnos más tiempo. Finalmente nos

quedamos sin comida aquí también, y no había muchas posibilidades de

trabajo en el medio del bosque. Recogí toda la comida que quedaba y arrastré

a Meatball al coche. Sabía cómo se sentía. Yo tampoco quería irme.

La cabeza de Meatball estuvo baja todo el camino a casa. Era extraño y

extremadamente solitario saber que mi único amigo, el único que sabía quién

era y dónde había estado, era un perro.

No fue hasta que me bajé del coche y sentí el frío de la noche, que me di

cuenta que había dejado mi chaqueta colgada en la silla de la cocina en la

cabaña.

Todas las farolas estaban encendidas, alumbrando el porche. Ni siquiera

sabía que teníamos una luz en el porche, y mucho menos una con una

bombilla funcionando. Mientras sostenia la correa de Meatball y la bolsa de

comestibles robados, luché para girar el pomo de la puerta delantera. No

importo. La puerta se abrió de golpe, y fui arrastrada dentro. Incluso a

Meatball lo tomo por sorpresa.

Me tenía en sus brazos tan rápido que no tuve tiempo para tomar un respiro

y ver quién era.

—Maldita sea, ¿dónde has estado? —exigió. —He estado merodeando este

horrible lugar por las últimas veinticuatro horas.

Me separé de su pecho y de su agarre. Negué con la cabeza, segura de que

estaba imaginando cosas otra vez.

Sus ojos azules estaban arrugados con preocupación, pero su singular

sonrisa estaba extendiéndose poco a poco, suavizando sus rasgos de nuevo.

Seguía sacudiendo la cabeza con incredulidad.

—¿Griff? ¿Eres realmente tú?

Arqueó las cejas. Dejé caer la bolsa de comestibles y salté en sus brazos.

Tiró de mí, y me sentía como si me hubieran encerrado en el cemento durante

Page 63: Scare Crow- Julie Hockley

años y de repente puesto en libertad. Como si los brazos de Griff nos

estuvieran llevando a otro mundo, a nuestro propio reino, donde el dinero no

importaba, donde no existian personas como Spider y Víctor. Y que todo iba

a estar bien. Donde aunque sea sólo por un momento, podía sentirme segura.

Page 64: Scare Crow- Julie Hockley

Capítulo Cuatro: Cameron

PAGANDO EL PRECIO

Supuse que tendría que dar alguna explicación. Después de haber dejado

deliberadamente a Spider en Jersey y volado a San Francisco sin su

conocimiento, Spider empezó a hacer preguntas. Cuando finalmente nos

encontramos en Los Angeles, apenas habíamos hablado diez palabras el uno

al otro. Por otra parte, estábamos ambos ocupados planeando el cargamento

de drogas más grande de nuestras carreras. Ambos sabíamos que esto iba a

ser nuestra redención… mi redención para los lideres. Si podíamos concluir

con éxito este cargamento, les traería más dinero a los capitanes del que

habían hecho en los últimos tres años.

Ahora estábamos en un avión dirigiéndonos a Montreal. Unas cuantas horas

juntos sin escapatoria.

Spider mantuvo sus ojos fijos en una gota de agua que descendía

lentamente por la ventana. Donde quiera que estuviera, no estaba sentado en

un avión conmigo. De repente me di cuenta de que mientras yo había estado

evitando a Spider, él había estado evitándome a mí. Y esto me preocupo.

—¿Carly no viene?

Spider saltó un poco ante el sonido de mi voz. —No se siente bien.

—Parece que se ha estado enfermando mucho últimamente. Tenemos un

negocio que llevar. ¿Tengo que encontrar a alguien para reemplazarla?

Spider estaba de nuevo dentro de su cabeza, mirando por la ventana.

Normalmente, él estaba por encima de todo. Nunca había tenido que pedirle

nada dos veces, ni pedirle que hiciera algo de nuevo. Pero en los últimos días,

se habían cometido errores, tanto por el como por Carly. Los números

empezaban a ser incorrectos de nuevo, los mensajes estaban siendo

confundidos, todo estaba llegando un poco tarde. Normalmente no le llamaría

la atención respecto a ello, sobre todo con los errores que había cometido yo

Page 65: Scare Crow- Julie Hockley

mismo últimamente, pero había algo en su actitud que ahora me

tenía muy preocupado. La mano de Spider tembló, así que supe que estaba

escuchándome.

—¿Necesito encontrar a alguien para reemplazarte a ti también?

Giró la cabeza. —Me encantaría verte intentarlo.

—Todo el mundo es reemplazable.

Spider me devolvió la mirada. —Carly está embarazada otra vez.

Me atraganté con mi bebida. No estaba seguro de qué parte me había

sorprendido más: el hecho de que Carly estuviera embarazada… o que

estuviera embarazada otra vez.

—Jesús. —Fue todo lo que pude decir.

Spider miraba fijamente hacia la nada, sacudiendo la cabeza.

—¿Qué demonios estaban pensando ustedes dos? —Me las arreglé

finalmente para decir.

—¿Crees que este era mi plan?

—Obviamente tuviste alguna parte en ello.

Spider cerró los ojos. Ya sabía la respuesta a su adivinanza. Cuando se

trataba de Carly, cuando Carly tenía algo en su cabeza, Spider y el resto del

mundo estaban indefensos.

Tanto como me recordaba, nunca hubo un Spider sin una Carley. Cuando

Spider y yo nos conocimos, Carly no solo estaba en la imagen; ella era la

imagen.

Fuimos compañeros de celda en el reformatorio. Yo era un pequeño crío de

catorce años, y Spider era el chico con el que nadie se atrevía a meterse. Los

rumores decían que había sido atrapado golpeando a un hombre del doble de

su tamaño hasta el borde de la muerte. Spider negoció conmigo un trueque de

Page 66: Scare Crow- Julie Hockley

todos mis privilegios telefónicos a cambio de protección. Fue un intercambio

fácil; yo no tenía a nadie a quien llamar.

Él llamaba a esta chica llamada Carly frecuentemente, obsesivamente, el

era el primero en la cola de los teléfonos. Supuse que era un poco

sorprendente cuando me confesó que el hombre al que golpeó era el padre de

la chica. Y que ella todavía cogía sus llamadas.

Mientras las semanas pasaban en silencio, nuestra amistad creció, nuestra

confianza creció, y mientras que Spider y yo no éramos muy expresivos,

había oído suficientes fragmentos y trozos de información para unir toda la

historia.

El padre de Carly era un borracho que golpeaba a su esposa, gastaba

cualquier dinero que se las arreglara para ganar en alcohol y mujeres, y tenía

preferencia por las chicas jóvenes, como sus propias cinco hijas. Debido a

que la madre de Carly no hablaba inglés, cualquier trabajo que consiguiera

encontrar tenía que ser de noche e ilegal. Aun así apenas llegaba a fin de

mes. Spider era el vecino de al lado de Carly. Había pasado la mayoría de su

infancia metiendose a través de su ventana por las noches y durmiendo en el

suelo, junto a su cama, manteniendo al padre de Carly alejado, normalmente

con un bate de béisbol o una escoba, como haría uno con una rata en un

callejón.

Una noche, Spider había afrontado al padre de Carly. Después de que éste

llegara a la casa borracho y armara un escandalo, rompiéndolo todo a la vista,

incluida la mandíbula de la madre de Carly. Spider terminó en el

reformatorio, y el padre de Carly en la cárcel después de que le dieran de alta

en el hospital.

El tiempo corría hasta que el padre de Carly acabara de pagar su deuda con

la sociedad y estuviera listo para tomarse venganza con las seis mujeres de

su vida.

Los niños como Spider y yo pertenecíamos a los reformatorios. Nos

preparaban —personas como nosotros— para las cosas por venir. Primero

viene el reformatorio, luego viene prisión. Esa es justo la manera en que es

para la gente que viene de los mismos lugares de mierda que nosotros. No

tiene sentido esperar nada diferente. Un niño como yo nunca debería haber

sido inscrito en Saint Emmanuel, la escuela privada más cara y prestigiosa

del este de los Estados Unidos. Demonios, un niño como yo nunca debería

sido inscrito en ningún tipo de escuela. Éramos afortunados si terminábamos

octavo grado.

Page 67: Scare Crow- Julie Hockley

Y aun así contra todas las probabilidades fui inscrito en la Academia Saint

Emmanuel. No por ningún desinteresado benefactor rico tipo Daddy

Warbucks. Lo que en realidad sucedía era que era el hijo de un estafador que

necesitaba representar un espectáculo, que encontró una forma de pagar la

ridícula matrícula de Saint Emmanuel porque sabía como ganar diez veces

más si jugaba bien sus cartas. Con un extraño acento extranjero, un coche

deportivo y un niño en la escuela preparatoria, mi padre era irresistible para

cualquier señora mayor rica.

Cuando le hablé a Spider de Saint Emmanuel, él no me creyó al principio,

hasta que le hablé de mi padre el estafador. Fraudes, estafas —usar a gente

inocente a nuestro favor— esas cosas eran una segunda naturaleza para

nosotros. Así que empezamos a hablar de usar mi así llamada buena fortuna

para aprovecharnos de los ricos e imprudentes. El plan que inventamos para

vender drogas en mi escuela privada no era más que una forma para que él y

Carly salieran de los barrios bajos; era una manera para que le pagaran al

padre de ella dinero suficiente para mantenerse alejado de su madre y sus

hermanas. El padre de Carly salió de la ciudad con un fajo de billetes y nunca

miró atrás.

Ahora, de vez en cuando, Spider aparecía con dinero en efectivo en

cualquier agujero en el que hubiera estado el padre de Carly. Despertaba a su

padre el tiempo suficiente para que firmara una carta de disculpa para la

madre de Carly y le arrojaba el dinero. Carly le enviaba la carta a su madre,

junto con una fuerte suma de dinero. Creerlo proveniente de su inútil marido

era la única manera en la que la madre de Carly aceptaría la caridad.

Carly y Spider eligieron esta vida para que la madre y las hermanas de

Carly pudieran disfrutar una vida mejor.

Ahora estábamos en un avión, dirigiéndonos a otro montón de problemas.

Y Spider estaba esperando un hijo con la chica a la que había dedicado su

vida.

—Sabes que no podemos tener esto, ¿verdad? —le dije.

—Lo sé.

—No hay espacio para un niño. Especialmente no con toda la mierda que está

pasando.

Page 68: Scare Crow- Julie Hockley

—¡Lo sé! —ladró—. Ya se me ocurrirá algo.

Spider volvió a la gota de lluvia de la ventana, y yo nos serví a ambos una

bebida fuerte. Aterrizamos en un pequeño aeropuerto en Quebec, y un

conductor nos llevó al centro de Montreal.

Canadá estaba lleno de puertos, con dos de los puertos más grandes del

mundo, ubicados en Montreal y Vancouver. Los habíamos establecido como

nuestros conductos principales para todo, desde armas, drogas y coches

robados hasta cualquier otra cosa que pudiera poner dinero en nuestros

bolsillos. Había sido una relación rentable. Sin embargo, en los últimos

meses, las peleas internas entre las cuatro facciones estaban causando retrasos

en los envíos y una pérdida importante en la carga de las drogas. La sangre

había comenzado a derramarse en las pequeñas ciudades, los periodistas

estaban empezando a dramatizar, y la gente esperaba que el gobierno

detuviera la violencia. Una vez que el gobierno empezara a invertir sus

limitados fondos en el problema y se involucrara demasiado, los envíos

comenzarían a disminuir, y tendríamos que gastar más dinero en financiar

medidas temporales.

A diferencia de la coalición que habíamos creado en Estados Unidos, las

facciones canadienses todavía operaban de forma independiente. Esto

significaba que cada vez que necesitara traer algo a través de Canadá, tendría

que tratar con cinco grupos diferentes: los motociclistas, las pandillas de las

Primeas Naciones, las tres bandas callejeras, la mafia italiana y la tríada de

Asia.

Esto era ineficiente, y estaba todo a punto de cambiar. Como ya había

expuesto ante los lideres americanos hace unos pocos meses, existía la

oportunidad de que interviniéramos y “ayudáramos” a nuestros hermanos

canadienses a organizarse y a hacerse más ricos y más seguros en el proceso.

Al trabajar como una coalición, los canadienses podrían beneficiarse de la

Coalición Americana y de los recursos y contactos de los demás, y estar

mejor protegidos de las autoridades policiales, trabajando como una unidad.

Después de todo, un león es más fuerte en una manada que en solitario.

Por supuesto, una vez que los canadienses estuvieran organizados,

podríamos recolectar nuestra comisión mientras manteníamos un control total

sobre todo.

Page 69: Scare Crow- Julie Hockley

Al final, una toma de poder norteamericana era inevitable, y el hampa

canadiense lo sabía, con mi solidez, finalmente nos pondríamos de acuerdo

con esto.

Ya se habían extendido la voz entre las facciones de que ahora estábamos

listos para establecer a un solo líder del bajo mundo en Canadá. Y todos

estaban mordiéndose las uñas, listos para saltar a por el puesto más alto.

Después de las deliberaciones de los lideres americanos, solo la tríada y los

jefes de la mafia permanecían en la competencia. Yo estaba en Montreal para

tomar la decisión final y promover a un subordinado. Spider estaba allí para

asegurarse de que no fuera asesinado en el proceso.

Montreal era territorio de la Mafia y lo había sido desde 1920. Controlaban

los puertos, sindicatos y cualquier cosa considerada de entretenimiento —

alcohol, drogas, armas, juego, chicas. Hace dos años, Ignazio había tomado

las riendas de la Mafia después de que el ex jefe hubiera sido asesinado de un

disparo en la entrada de su casa mientras sacaba la basura en pijama.

Nuestro chofer se detuvo enfrente de un edificio de servicios de limpieza y

fuimos guiados por un par de hombres de Iganzio. Nos llevaron a través de

los pasillos hasta el armario del conserje. Aparentemente, incluso una

empresa de servicios de limpieza necesitaba servicios de limpieza. Una

estantería se hizo a un lado, dejando al descubierto un pasaje escondido

vacío. Nos abrimos paso a través de un túnel y luego otro hasta que llegamos

a unas puertas dobles de metal. Cuando las puertas se abrieron desde el

interior, una ráfaga de aire sofocante con olor a coñac y a cigarrillos me

golpeó la nariz.

Ignazio estaba listo para saludarnos a Spider y a mí con un ferviente

apretón de manos tan pronto como entramos. Estaba vestido de forma

humilde con vaqueros y una chaqueta deportiva, pero aun así con una buena

manicura, perfectamente adaptada. La habitación estaba destinada a ser un

restaurante para la élite de Ignazio. Un tanque de tiburones detrás de una

barra adornaba una pared, mientras que una vitrina para vinos de seis metros

adornaba la otra. Dos mesas habían sido colocadas en medio de la sala: una

para los jefes y la otra para sus segundos al mando.

Parecía que nosotros éramos los últimos en llegar y todos habían estado

esperando a que Spider y yo apareciéramos, aunque basado en las ridículas

sonrisas extendidas a través de los rostros, no habían estado aburridos.

Page 70: Scare Crow- Julie Hockley

Me sentí como si hubiera entrado en una fiesta de año nuevo. Había más

chicas en diminutos vestidos brillantes que hombres en trajes caros. La

música era más fuerte que mis propios pensamientos.

Tan pronto como se nos mostró a Spider y a mí nuestros respectivos sitios a

la cabeza de las mesas, la música se apagó, las chicas guapas desaparecieron

e Ignazio pidió un brindis mientras los camareros italianos rellenaban los

vasos.

—Hay un tiempo para los negocios y un tiempo para el juego. A travola non

si invecchia. En la mesa con buenos amigos y familia, no te haces viejo. Esta

noche son mis invitados. Esta noche jugamos. ¡Salud!

Ignazio alzó su vaso hacia mí, y todo el mundo en nuestra mesa y en la

segunda siguió su ejemplo.

Habíamos esperado ser halagados, pero el derroche que Ignazio mostraba

no tenía precedentes.

Él personalmente fue por ahí, rellenando vasos con cualquiera que fuera el

alcohol elegido, palmeando a hombres en la espalda, teniendo pequeñas

conversaciones, haciendo bromas. Asegurándose de que nadie quedara sin

atención. La comida fue servida ante el chasquido de los dedos de Ignazio. Se

sirvieron exóticos alimentos y se lanzó un ladrillo de cocaína delante de cada

jefe. Hubo sonrisas por todas partes, excepto en los rostros de Seetoo y

Zhongshu, el jefe de la tríada asiática y su segundo al mando. La cual era

exactamente la razón por la que Ignazio insistió en tenerlos allí.

A diferencia del reciente ascenso al liderazgo de Ignazio, Seetoo había sido

el jefe de la tríada durante casi veinte años. Su ascenso había sido estable

pero lento, igual que lo había sido la fortuna de su banda. La mafia había

estado haciendo más dinero que la tríada, y esto venía con el precio de las

constantes luchas de poder y desastrosos asesinatos de alto perfil.

Seetoo estaba en territorio enemigo, y por la mirada furiosa en su rostro, no

estaba feliz con ello. Yo había decidido que los jefes debian sufrir todos

juntos, dado que tenían toda una vida —unos más larga que otros— para

trabajar juntos. Además, su turno para festejar llegaría pronto, pero por ahora,

estaba obligado a ver a Ignazio preparar su terreno conmigo.

Con su atención con las necesidades y detalles, Ignazio obviamente sabía

que estábamos buscando un líder —alguien que supiera como hacer dinero;

alguien que supiera como unir a todas estas bandas para formar una coalición.

Page 71: Scare Crow- Julie Hockley

Agarré mi cuchillo para carne y corté el paquete de cocaína. Metí el dedo

en el polvo y lo lamí. Era perfecta, pura. Cocaína boliviana. Mientras el resto

de la mesa probaba la mercancía, un sentimiento de admiración se extendió

alrededor de las mesas. Seetoo se inclinó hacia atrás en su silla y me observó.

Ambos sabíamos que yo ya había tomado mi decisión.

No era la primera vez que me topaba con tal pureza, pero definitivamente el

material era difícil de conseguir. Ignazio no era solo un gran anfitrión… tenía

grandes conexiones.

Me volví hacia la mesa de Spider y me di cuenta de que él ya había

revisado la mercancía y estaba enfrascado en una conversación con Feleti, el

segundo al mando de Ignazio.

Seetoo y Zhongshu se marcharon antes de que se sirvieran los llameantes

postres.

Cuando los platos se quedaron limpios casi hasta el punto de lamerlos y las

chicas volvieron, empujé mi silla hacia atrás y me encontré con Spider en la

puerta.

Ignazio estaba a mitad de una frase con el jefe de los motociclistas cuando

nos vio marcharnos. Dejó el bar para venir a despedirse. Él y yo nos miramos

el uno al otro a los ojos mientras nos estrechábamos las manos y nos

separamos.

****

—Necesito que organices las reuniones —le dije a Spider después de que nos

dejaran en el centro de Montreal.

—Lo sé —se quejó, y nos separamos sin decir nada más.

Mientras Spider reunía a la gente, yo tenía a alguien a quien ver.

Gabriel —mi chica de Montreal. Era una belleza de pelo oscuro que había

conocido hacía tiempo. Yo estaba en una reunión, y ella era atractiva. Ahora

tenía un departamento pequeño pero caro, que al menos no era el agujero de

mierda en el que vivía cuando la conocí.

Usé mi llave para abrir la puerta y recé para que estuviera fuera o dormida.

Crucé la puerta y escuché en la oscuridad. Todo estaba en silencio.

Page 72: Scare Crow- Julie Hockley

Mientras hacía mi camino alrededor de sus muebles de gran tamaño, la

habitación iluminada únicamente por el resplandor de las farolas a través de

la ventana, noté por primera vez algunas de sus fotografías distribuidas por su

diminuta sala de estar. Podrían haber sido imágenes de su familia, sus

amigos, su mundo. ¿Quién sabe? Nosotros nunca habíamos hablando mucho.

—Keith. —Oí a Gabrielle llamarme desde su habitación. Me había oído

entrar. Mierda.

Gabrielle me conocía como Keith porque eso era lo que estaba bebiendo yo

la noche que nos acostamos.

Coloqué un sobre sobre la encimera de su cocina y me marché. Las puertas

del elevador se cerraron justo cuando ella abría la puerta de su apartamento.

Ella dependía del dinero que yo le dejaba cada vez que la visitaba, pero no

podía quedarme.

No podía simplemente volver a la forma en que eran las cosasantes, al

hombre que había sido una vez.

Todo en lo que podía pensar era en cómo, Emmy se quedaba dormida sobre

mí, enterraba su puño en mi estómago y se aferraba a mi camiseta con tanta

fuerza que desgarraba la tela. Como si tuviera miedo de despertarse sola.

Algún día, sería la camiseta de otra persona la que arruinaría. No se

despertaría sola por siempre.

Pero yo lo haría. Una probada de Emmy, y todo lo demás sabía a arena.

Le dejé suficiente dinero a Gabrielle para que dejara su apartamento de

mierda, desapareciera, y nunca tuviera que depender de tipos como yo de

nuevo.

****

Para cuando todos los jefes se reunieron de nuevo, era la noche siguiente, y

estábamos fuera de la ciudad. Estaban todos sentados alrededor de la mesa,

mientras los subjefes esperaban en otra habitación. Spider se sentó junto a la

pared, a unos pocos metros detrás de mí. Había sido capaz de encontrarnos

una fábrica de parabrisas vacía para organizar nuestra reunión. Era terreno

neutral para todos esta noche.

Ignazio y Seetoo me flanqueaban mientras la sala esperaba en silencio mi

decisión.

Page 73: Scare Crow- Julie Hockley

Ignazio sonrió, mientras Seetoo miraba al frente con rostro de piedra.

—Todo el mundo en torno a esta mesa va a hacer más dinero este año del que

han tenido en toda su vida. Pero la única forma en que eso sucederá es si

trabajan todos juntos. Desde este día en adelante, todo el mundo es ahora

lider en esta Coalición, a excepción de uno de ustedes, que dirigirá y me

informará a mí directamente. Mi decisión es definitiva y está confirmada por

los lideres estadounidenses.

Me levanté y me puse detrás de Ignazio, colocando mis manos sobre sus

hombros. Deslicé la mano hasta la cintura de mis pantalones, agarré el

cuchillo para carne de su restaurante, y se lo clavé en el cuello, cortando su

arteria carótida. Spider sujetó a Ignazio mientras se desangraba, y tomé mi

asiento.

—Todo beneficio debe ser entregado al líder de la Coalición para la

distribución— continué, con las manos extendidas sobre la mesa.

Seetoo arrojó un ladrillo de cocaína —el recuerdo de la fiesta de celebración

de Ignazio— sobre la mesa. Cocaína perfecta, pura.

La cocaína boliviana era difícil de obtener, y yo específicamente había

ordenado este envío desde Perú antes de que, aparentemente, se perdiera de

camino al Puerto de Montreal. Ignazio había informado que piratas somalíes

habían capturado el barco perdido, apoderándose de la cocaína pura y

perfecta.

La cocaína boliviana había sido el error de Ignazio. Habría reconocido esa

pureza en cualquier parte, igual que Spider y Seetoo. Seetoo sabía que había

atrapado el liderazgo antes incluso de que Ignazio hubiera siquiera ordenado

que se trajeran los postres.

Ignazio se desplomó en el suelo, y Spider se movió sobre él. Yo me tomé

mi tiempo, mirando a cada capitán a los ojos. Nadie se movió.

—Si roban, si toman cualquier cosa de la Coalición, serán reemplazados. Si

mienten, serán reemplazados. Si se pasan de la raya, serán reemplazados.

Asentía hacia Spider, y él abrió la puerta. Feleti, el subjefe de Ignazio,

entró, mirando al frente mientras pasaba por encima del cuerpo de Ignazio y

Page 74: Scare Crow- Julie Hockley

tranquilamente tomaba su lugar en la mesa. Después de que Feleti hubiera

compartido voluntariamente la traición de Ignazio siguiendo el estímulo de

Spider, se había decidido que viviría para tomar el lugar de Ignazio como

lider.

El subjefe de Seetoo entró por la puerta, llevando un par de bolsas de

basura de plástico transparentes con casi tantas cabezas como la cantidad de

hombres alrededor de la mesa. Al ver esto, se produjo un ligero suspiro de los

capitanes. Todos sus subjefes —Cada uno tenía uno— habían recibido un

disparo en la cabeza y sido decapitados. Las bolsas fueron arrojadas en la

mesa.

—Su líder es Seetoo. La forma de hacernegocios, la forma de hacer dinero,

con quién estás aliado, todo esto va a cambiar a partir de ahora. — Señalé a

las bolsas sobre la mesa. —Seetoo ha hecho su primera decisión como líder.

Lo voy a dejar que les explique cómo él los va a ayudará a serse más ricos de

lo que se pueden imaginar—.

Spider y yo dejamos una habitación silenciosa y muerta y dejamos a Seetoo

para tomar las riendas como líder del bajo mundo canadiense. Caminamos a

través de la fábrica mientras los hornos de vidrios gigantes estaban siendo

alimentados con cuerpos decapitados por los hombres de Seetoo.

—¿Crees que Seetoo pueda hacerlo?— Spider me preguntó mientras

estábamos en nuestro camino a la cena.

Me encogí de hombros. —Si no lo hace, es su cabeza—

Ignazio fue el decimoquinto hombre que maté.

****

Volé de regreso a Callister, dejando a Spider para limar los detalles con

Seetoo y conseguir mi cargamento de drogas detrás de la Mafia.

El último lugar donde quería estar era Callister, porque sabía que el estar

tan cerca de Emmy y no ser capaz de verla sería más doloroso que conseguir

Page 75: Scare Crow- Julie Hockley

que arrancaran mis uñas una a una. Pero Carly estaba ahora negándose a

volar o viajar a cualquier parte, y yo tenía que hablar con de dinero.

Por el momento me dirigí hasta nuestro escondite en Callister, estaba muy

enojado. No era el hecho de que Carly no qusiera viajar cuando ella estaba

apenas embarazada o el hecho de que yo tenía que volver a programar una

reunión porque tuve que hacer una parada extra en Callister; fue el hecho de

que ella me hacía volver a Callister, obligándome a estar tan cerca de Emmy,

colgando una maldita zanahoria delante de mi cara y era el hecho de que ella

estaba haciendo esto porque estaba embarazada, porque quería estar

embarazada, porque pensaba que estaba bien para nosotros actuar como si

fuéramos gente normal que puedan tener familia y amar y ser amados

incondicionalmente.

En el momento en que corrí hacia nuestro estacionamiento privado,

presione el botón del ascensor, y pasando por el pasillo alfombrado, podía

sentir cada músculo apretado en mi cuerpo.

Tiny estaba sentado en el sofá viendo la televisión.

—¿Dónde está Carly?— Le pregunté.

—Acostada—. Señaló hacia la habitación de Carly.

Por supuesto que sí. Porque eso era lo que hacen las mujeres embarazadas

normales. Se tumban en el medio del día.

Irrumpí en mi habitación y quería arrojar mi bolsa contra la pared. Pero no

lo hice. La dejé con calma, racionalmente, como el líder de el bajo mundo

debe comportarse.

Y entonces vi la cama donde Emmy había despertado después de que

Rocco la había golpeado en la cabeza en el cementerio.

Vi la silla en la esquina desde donde yo la había visto dormir, preocupado

por ella, preocupado por cómo iba a manejar todo. Carly me estaba

torturando, prácticamente me empuja al borde de mis emociones.

Me dejé caer en la silla y hundí mi cabeza en mis manos. Volví la cabeza y

vi la ciudad, mis ojos se dirigían hacia el barrio de Emily, uno de entre los

barrios marginales.

No sabía cuánto tiempo había estado mirando por la ventana cuando oí la

puerta abrirse.

Page 76: Scare Crow- Julie Hockley

—Siento haberte hecho venir aquí. — Ella estaba pálida y luchó para llegar a

la cama para sentarse. Se suponía que las mujeres embarazadas lucian

deslumbrantes.

—No le dije a Spider del dinero que me pediste que consiguiera—, me dijo…

—Gracias.

—No es como que Spider me hable mucho en estos días—, dijo. —Tuve la

oportunidad de obtener una buena cantidad de tu dinero.

Volví mis ojos de nuevo a la ciudad.

—¿Vas a decirme lo que estás planeando hacer con tanto dinero?— Preguntó

Carly. Yo no le respondí.

El único ruido provenía de lo que sea que Tiny estaba viendo en la

televisión. Pero Carly finalmente rompió el silencio.

—Se siente como si nos estubieramos desmoronando, Cam. Tú y Spider. Tú

y yo. Spider y yo. Casi no hablamos. Y tu has sido tan reservado. Es como si

estuvieras tratando de excluir a de todos, y no sé por qué.

—Yo no tengo que informarte sobre lo que hago con mi dinero.

—Tenía la esperanza de que me dijeras que habías encontrado una manera

para recuperar a Emily.—

Abrí mis ojos y la mire. —Eso no va a suceder.

—¿Por qué no?

—Porque Emmy está mejor sin mí—. Sabía que Carly nunca había aprobado

mi plan para fingir mi muerte y liberar a Emmy de mí. Pero el hecho de que

Carly estaba mencionando esto de nuevo otra vez me hizo enojar.

Page 77: Scare Crow- Julie Hockley

—Emily no es la muñeca de porcelana que pensé que era,— Carly continuó.

—Tengo que admitir que ella es inocente, y un poco ingenua. Pero hay algo

en ella, en la forma en que todos cambiamos cuando ella está con nosotros.

Es como si hubiera una luz al final del oscuro camino.

Carly era como un extraterrestre para mí ahora. Las palabras bonitas que

salian de su boca no eran las de la sarcástica enojada, amargada Carly que yo

conocía y amaba. Pero a pesar de toda la mierda religiosa que ella estaba

insinuando, yo sabía lo que estaba tratando de decir. Emmy nos trajo, me

trajo amor.

Pero yo sólo podía darle a ella dolor.

—Tener a Emily aquí, fue como si todo estuviera bien para nosotros. Las

cosas iban finalmente a mejorar de alguna manera. Como que tal vez

encontraríamos una manera de salir de toda esta oscuridad—, insistió Carly.

¿Por qué estaba tan decidida Carly a hablar de esto? Ella estaba perdiendo

el control sobre la realidad.

—No hay manera de salir, Carly. Me di cuenta desde hace mucho tiempo.

Emmy no cambiaría eso para nosotros. Ella sólo conseguiría atascarse en

esto. Esta es nuestra vida. Vivimos en ella. Y Emily no va a volver. El día

que entiendas eso podremos por fin seguir adelante.

De repente, Carly hizo una mueca, de afuera hacia adentro contuvo la

respiración y apretó los dientes. Luego cerró los ojos. Enrojecimiento se

filtraba a través de sus pantalones color beige.

Cuando abrió los ojos, ella trato de pararse de la cama. Pude ver como

comenzaba a poner la mano en la pierna del pantalón ensangrentado, lo tocó,

y se quedó mirando la sangre en la mano. Ella comenzó a sacudir la cabeza,

cuando me miró, ella ya estaba inconsciente. La atrapé antes de que se

desplomara en el suelo.

****

Page 78: Scare Crow- Julie Hockley

El Médico Lorne era el indicado para sacarnos de cualquier emerencia

medica, aunque fuera en el medio del día. Todo para nosotros era siempre

cuestión de vida o muerte.

Tiny me ayudó a llevar a Carly a mi coche, mientras yo llamaba al doctor y

salimos rápido de la ciudad. El doctor Lorne estaba serio cuando llegamos a

su casa de campo. Carly estaba empezando a despertarse cuando me la llevé a

la sala de emergencia en pleno funcionamiento del doctor Lorne.

—Vas a estar bien—, le susurré, aunque casi no me lo creí.

Ella miró hacia el techo cuando el Doctor Lorne se inclinó sobre ella, y una

enfermera me ordenó salir de la habitación.

La Finca del doctor Lorne había sido construida en su propiedad. Aunque

me sentía como una ardilla cada vez que venía aquí, al menos estaba lo

suficientemente oculta y lejan de las miradas indiscretas mientras

arrastrábamos nuestros cuerpos ensangrentados para que el doctor Lorne los

pudiera arreglar.

Fuimos a los campos de abajo de la colina, frente a la casa donde una

manada de caballos relinchaba y caminaba alrededor. A Meatball le

encantaba atormentarlos.

Algunas veces cuando habíamos estado aquí temprano en la mañana, había

visto a Lorne saliendo para atender a sus caballos, siempre con un trago en la

mano. Supongo que era un borracho funcional. Yo no estaba acostumbrado a

ese tipo de borracho.

Tiny y yo estábamos paseándonos en el porche por un rato, antes de que el

médico volviera a salir. Cuando apareció por la puerta, Tiny desapareció. Él

sabía su lugar, y él sabía lo que no era de su incumbencia.

—Era inevitable,— me dijo el Doctor Lorne mientras se secaba las manos en

la bata. —No había mucho que yo pudiera hacer. Su cuerpo nunca dejó que el

feto se desarrollara. Yo sólo la hice sentir más cómoda.

Me quedé mirando al frente. —Gracias

—Está despierta, si quieres ir a verla—. Volvió a entrar.

Carly ya no estaba embarazada. Carly ya no va a traer un niño a nuestras

monstruosas vidas. Esto era lo que yo hubiera querido, ¿no?

Page 79: Scare Crow- Julie Hockley

Volví a entrar a la casa, a la habitación de Carly. Había una enfermera

atareada junto a la cama, que comprobaba la temperatura, y la intravenosa de

Carly. Cuando terminó, ella nos dejó.

Carly estaba despierta con los ojos mirando el techo. A excepción de las

almohadas bajo su cabeza y el cambio de ropa, era como si no se hubiera

movido en absoluto.

Me sentí como si todo el aire hubiera sido succionado fuera de la

habitación. ¿Qué se supone que debo decir? Que debo ser castigado por

decirle a Spider que tenía que asegurarse de que este bebé nunca llegara.

Me puse de pie frente a ella.

—Carly—, empecé a decir con un nudo enorme en la garganta.

Carly movio la vista directo hacia mí. —Es lo mejor. Como bien dijiste, no

hay manera para nosotros. Esta es la vida que hemos hecho. Esta es la vida en

la que vamos a morir.

Fui a coger su mano, pero ella se apartó y se tapo con la colcha hasta la

barbilla, volviendo la cabeza hacia otro lado.

Me quede durante un minuto, en busca de algo que decir. Me sentí

incompetente. Yo no estaba hecho para este tipo de cosas.

Cuando Spider finalmente llegó, había estado allí sólo unas pocas horas. Él

derrapo una nube de polvo de asfalto a través del aire cuando su coche se

detuvo. Se pasó por delante de mí en el porche sin que me tomara en cuenta,

con la vista al frente, desesperado por ver a Carly.

Después de un tiempo llegó a acompañarme en el porche, y se sentó

mirando su sombra sobre las tablas del suelo.

—¿Estará bien?— Le pregunté a través de los sonidos de los grillos en la

oscuridad.

—¿Físicamente? Ella estará bien. Ella sólo tiene que descansar—, dijo.

—Pero cada vez que aborta, ella cambia. Ella se vuelve un poco más

sombria. Nada de esto es culpa de ella. Es una cosa médica. Su cuerpo sólo

sigue luchando en contra de cualquier embarazo. No hay nada que los

médicos puedan hacer para cambiar eso. Ella probablemente nunca pueda

tener hijos. Pero para Carly esto sinifica algo mas. Para ella, los abortos

Page 80: Scare Crow- Julie Hockley

involuntarios son una forma de castigo. Ella dice que es una manera en la

que Dios toma represalias en contra de nosotros por lo que hemos hecho.

—¿Cuántos ha habido? ¿Cuántas veces ha abortado?

—Este es su cuarto aborto involuntario—, me contesto.

—Entonces, ¿por qué lo sigue intentando?

—¿Por qué quiere quedar embarazada aun sabiendo que probablemente

nunca será capaz de tener hijos?— Él negó con la cabeza. —Ella tiene una

idea de lo que su vida debería ser. Echa de menos a su familia y quiere lo

que sus hermanas tienen. Un montón de niños corriendo alrededor. Una vida

familiar normal.

—Esto no va a suceder de nuevo—, prometió.

Estaba a punto de pedirle perdón por lo que le había dicho en el avión, pero

luego me di cuenta de que Spider estaba hablando consigo mismo.

—No puedo dejar que se siga haciendo esto a sí misma—, susurró, con la

cabeza entre las manos.

Deje a Spider y Carly solos para que pudieran llorar y consolarse; y envié a

Tiny a hacer un recado antes de irme.

Yo debería estar husando mi tiempo para viajar y hacer negocios.

Especialmente con Spider fuera de servicio durante todo el tiempo que

hiciera falta. Pero la granja del doctor Lorne estaba demasiado cerca de mi

lugar favorito en el mundo, como para dejar pasar la oportunidad de pasar por

allí. Se sentía como hace toda una vida desde que había estado por última

vez. De alguna manera, había sido en otra vida.

Además, ya era de noche.

Cuando giré en la grava del camino largo que llega a la cabaña, extrañe a

meatball. Esto era por lo general el punto en él que el comenzaría a ir de loco

en el coche, forzando su gran cabeza por la pequeña ranura. Él siempre tenía

que ser el primero en oler el aire de la cabaña. Entonces él brincaría sobre mí

en cuanto abriera la puerta del coche de modo que él pudiera ser el primero

Page 81: Scare Crow- Julie Hockley

en llegar al pórtico, el primero en llegar al estanque, el primero en mojar todo

en la cabana y dejar todo oliendo a perro mojado. Meatball había llevado una

vida maravillosa conmigo en lo que se refiere a la vida de un perro.

Pero eso no siempre había sido así. El primer día que puse los ojos en él,

Meatball estaba en una jaula que era apenas lo suficientemente grande para

él. Tenía negocios comerciales con un distribuidor repugnante que corría

peleas de perros como pasatiempo. Estábamos caminando más allá de las dos

docenas de jaulas de ladridos, perros rabiando. Así fue como note a meatball.

Él era el único que estaba calmado. Se sentó y me observó sin hacer un

sonido.

Cuando la reunión terminó yo estaba caminando de vuelta a mi coche solo,

y meatball estaba allí, esperándome en el coche. No tenía idea de cómo había

llegado hasta allí. Dudé al principio, después de todo, era una enorme bola de

carne que había sido entrenado para pelear hasta la muerte. Aunque el perro

no gruñó, tampoco se movio. Abrí la puerta; él entró y tomó posesión del

asiento delantero, mirando al frente. Miré a mí alrededor, me encogí de

hombros, y seguí. Nosotros nunca miramos atrás.

Me tomó un tiempo antes de que me dejara darle un baño. Tuve que

convencerlo con salchichas. Él tenía una gran herida que iba de una oreja a

un lado de la mandíbula y laceraciones múltiples en el cuello y las patas. Lo

limpié y decidí quedarmelo. O el decidió quedarse conmigo. Yo no estaba

muy seguro de lo que realmente había sucedido.

Antes de darme cuenta, tenía un perro llamado Meatball.

Tan pronto abrí la puerta de la cabaña, sabía que Emmy había estado allí.

Era la forma en que el polvo había cambiado, y era la chaqueta que había

dejado en una de las sillas de la cocina. Mi corazón saltó. Yo no sabía qué era

peor, la idea de que ella todavía podría estar allí y verme, o la idea de que ella

ya se había ido.

Deje la luz apagada y me arrastré escaleras arriba. La cama estaba vacía.

La miré fijamente durante un rato, como si fuera poco familiar. La única

manera en que yo la recordaba era con Emmy en la misma. Ahora sólo había

sábanas y un colchón.

Subí y volví la cara en la almohada. Todavía podía oler su champú. O

soñaba con el olor de su champú.

Soñé que mi cara estaba en su pelo. Podía oír su respiración suave sobre el

canto de los grillos.

Page 82: Scare Crow- Julie Hockley

Sinceramente, intenté resistirme al principio. Al oír su respiración, tan

cerca, era un pedazo de mi cielo.

Pero mis dedos se deslizaron por el costado de su cuerpo, siguiendo sus

curvas, sobre la piel y mientras ella se retorcía en su sueño. En el momento

en que mis dedos llegaron a su cuello, estaba despierta y se había volteado,

toda sonrojada. Su dulce sonrisa burlona hizo que se desmoronara mi

oscuridad.

Con mis dedos sobre sus párpados, le pedí que cerrara los ojos antes de

poner mis labios en los de ella, bebiendo su suavidad. Era como la seda sobre

una manzana.

Me abrí paso hasta su cuello. Lo que realmente quería hacer era morder un

pedazo de ella, para mantenerla conmigo. En cambio, me acurruqué en su

cuerpo, a propósito. Se retorció, tratando de no reírse.

Seguí yendo a la parte superior de su pecho, celoso del cuello de la

camiseta que limitaba su clavícula. Miré hacia arriba, la captura de los ojos

de Emmy color esmeralda mirando a través de sus espesas pestañas. Ella

nunca me escuchó, ni siquiera en el juego... pero o Dios, amo ver esos ojos.

Mantuve los ojos cerrados mientras mi barbilla corría sobre su camiseta de

algodón mientras mis dedos se deslizaron para tirar de esta, revelando su

delicioso estómago y su pequeño ombligo. Gruñí, tomé la piel entre mis

dientes, y tiré suavemente. Ella se echó a reír, por fin.

Me encantaba oír su risa. Me encaba poder hacerla reír. Me hubiera

gustado que ella sonriera siempre.

Besé su estómago, y ella se resistía, torciéndose de nuevo, tomando un

ligero salto hacia atrás. Jadeando. Me reí y besé de nuevo. Ella gritó, con

horror. Levanté la mirada para encontrarla empujándose hasta el muro, lejos

de mí. Yo le di mi mano, tratando de calmarla, pero ella gritó de nuevo. Sus

manos estaban cubiertas de sangre.

Bajé la vista hacia la hermosa piel blanca de su vientre para encontrarlo

manchado de rojo, había un corte profundo en el lugar donde mis labios

habían estado. Probe su sangre en mi boca. Era espesa y deliciosa.

Mis ojos se abrieron como una bala ida en la oscuridad de la noche. Me

senté en la cama y respire un par de veces para quitarme la sensación de

encima.

Salté de la cama y fui a la nevera para conseguir una bebida. Estaba todo

vacío. Ni siquiera una botella de salsa de tomate.

Page 83: Scare Crow- Julie Hockley

Pasé el interruptor de la luz y comprobé los armarios y la despensa.

También los habían saqueado. Aprete los dientes y me agarre la parte

posterior de la silla de la cocina. Cerré los ojos y tome unas cuantas

respiraciones para calmarme, resistiendo la tentación de arrojar la silla al otro

lado de la habitación.

Suspiré y empujé la mesa de la cocina de nuevo. Había una tabla suelta

donde normalmente escondía una pila de dinero en efectivo para las

emergencias. Uno de mis muchos lugares alrededor de la propiedad.

Tomé el efectivo y lo mal escondí debajo de la almohada de nuestra —su

cama. Para que la próxima vez que Emmy estuviera desesperada por dinero

y no pudiera comprar comestibles, milagrosamente pudiera encontrar este

dinero en efectivo. Sólo esperaba que no fuera a ser demasiado terca para

tomarlo.

Antes de cerrar la puerta de la casa, puse todo de vuelta como estaba, como

si nunca hubiera estado allí. Me senté en el auto por un tiempo y miré mi

cabaña, el lugar que tanto amaba, el lugar en donde tanto me amo. Era su

lugar ahora —suyo y de meatball.

Yo estaba tamborileando los dedos sobre el volante, dudando... entonces

corrí hacia el interior para tomar la chaqueta que se le había olvidado a

Emmy. Puse la llave para arrancar el auto y me prometí no volver jamás.

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Capítulo Cinco: Emmy

DESQUICIADA

Griff, tenia una sonrisa que podría derretir una pista de hielo y los brazos

que podrían aplastar un coche. Griff, con los mechones de cabello rojizo que

sólo podían ser superados por el mío. Era difícil no dejar que su alegría sin

esfuerzo se extendiera a través de mi cuando lo tenía a mi alrededor. Antes de

darme cuenta, estaba sonriendo, con tal fuerza que podía sentirlo en mis

dientes.

—¿Qué estás haciendo aquí? —Le pregunté mientras me salía de sus brazos

de oso pardo y me agachaba para asegurarle a Meatball que se trataba de un

ataque amistoso.

—Podría decir lo mismo de ti —. Su mirada saltó desde el papel

despegándose de los muebles de segunda mano y hacia las asquerosas

manchas que cubrían cada superficie posible de la casa. — ¿Así es como vive

la otra mitad?

Oí una carcajada a un lado, donde Hunter estaba inquieto cerca al arco en la

sala de estar.

—¿Es así como vive la otra mitad? —repitió para sí mismo, riendo,

sacudiendo la cabeza con asombro. Y seguía de pie allí, insensible al hecho

de que estaba de mas.

—¿Cómo me encontraste aquí? —Le susurré a Griff.

—¿Hay algún lugar donde podamos hablar?— Miró a Hunter desde la

esquina de su ojo. —A solas.

Page 85: Scare Crow- Julie Hockley

—Mi habitación está en la parte superior de las escaleras. Detrás de la

cortina.

Suspiró. —Suena glamoroso.

Fui a la cocina para guarda los alimentos robados. Meatball y Hunter

estaban en mi sombra; sólo uno de ellos era bienvenido.

—¿Sabes quién es el?— Hunter estaba tan emocionado que estaba

temblando.

Me puse de puntillas para poner una caja de cereal en el estante superior.

—No. No tengo ni idea de quién es ese hombre llamado Griff y que acabo de

abrazar.

—Ese es Griffin el Empuñador Connan. El Empuñador.

Estaba segura de que si me daba la vuelta, encontraría que Hunter tenía

lágrimas en los ojos.

—¡Es el mejor luchador conocido por el hombre! Su técnica, su persistencia,

su dedicación al deporte... lloré cuando se retiró. Tengo su póster en mi

habitación.

Cuando la voz de Hunter se convirtió en la de una jovencita preadolescente,

tiré todo lo que quedaba de mis comestibles en el armario y retrocedí.

—¡Oh Dios mío! ¿Crees que firmaría mi poster si se lo pidiera?

—No sé, Hunter— le dije mientras salía de la cocina lo más rápido posible.

Tenía tantas preguntas que iluminaban mi cerebro que no podía permitirme el

lujo de concentrarme en otra cosa.

—¿Puedes preguntarle? —Gritó desde la cocina mientras corría escaleras

arriba.

Page 86: Scare Crow- Julie Hockley

Me tomó un poco de tiempo darme cuenta de que Griff, mi Griff, estaba

bajo el mismo techo que yo. Este era el mismo Griff que había estado en la

granja, encerrado en el bajo mundo conmigo. Este era el mismo Griff que

había amado a Rocco como a un hermano, tanto como yo lo hice. Este era el

mismo Griff que había conocido, aunque el odiaba a Cameron. No fue hasta

que vi a Griff descansando en mi cama que de verdad pude creerlo. No había

imaginado todo. Cameron, Rocco, Carly —ellos habían existido. Lo que

significaba que Spider también era real; todavía estaba vivo.

Tener a Griff aquí, era como que los personajes de tu novela de terror

favorita cobraran vida.

—He estado esperandote aquí desde ayer —me dijo con su gran acento

Inglés. —Que compañeros tan interesantes tienes. Parece que nadie sabe nada

acerca de a dónde vas o qué haces por aquí.

Me puse de pie junto a la puerta, tratando de encontrar algo que hacer con

mis brazos.

Señaló el techo. —Parece que el techo está a punto de desplomarse.

El techo se había estado filtrando en mi habitación desde que me había

mudado. Mayormente lo ignoraba. No tenía una ventana, asi que por lo

menos sabía cuándo estaba lloviendo, y Meatball disfrutaba el cubo de agua

que se llenaba una vez que empezaba a llover de nuevo.

Cuando finalmente me había decidido por meter indiferentemente mis

manos en los bolsillos, Griff se sentó y sonrió. Las mangas de su camisa de

botones ocultaban la piel tatuada que sabía estaba en algún lugar ahí abajo.

—¿Vas a sentarte o qué?

—Estoy bien de pie.

Intenté apoyarme contra la pared, pero calculé mal qué tan lejos estaba y

me tambalee unos pasos hacia atrás en su lugar.

Esto le hizo soltar una profunda carcajada. Llegó hacia mí antes de que

pudiera tocar el borde de la pared. Me agarró en un movimiento y me llevó a

la cama, donde me sentó y me mantuvo en su abrazo. Había olvidado cuanto

Page 87: Scare Crow- Julie Hockley

calor emanaba Griff. No se contenía nada.

Meatball se había sentado en frente de la puerta, observando cada

movimiento que hacía. No sabía mucho sobre el comportamiento canino,

pero podría jurar que estaba enojado conmigo por alguna razón. Supuse que

todavía seguia molesto por tener que salir de la cabaña de Cameron.

—No sabes cuánto me alegro de verte— dijo Griff, con voz grave y solemne.

—No puedo decir que no esperaba volver a verte. Pero cuando llegué aquí,

estar tan cerca, y no estabas aquí...— Se quedó sin aliento. —Bueno, pensé

que me iba a volver loco.

—Sí, Hunter tiene ese efecto en la gente—. Honestamente, nunca había

esperado volver a verlo. La última vez que había visto a Griff, estaba

trabajando para los distribuidores de la droga en el medio de un campo de

maíz en algún lugar del este de los Estados Unidos. No tenía manera de llegar

a encontrarlo de nuevo.

—Me alegro de que estés aquí, a salvo.

Me aparté para que poder mirarlo a los ojos. —¿Cómo diablos me

encontraste.... aquí, de todos los lugares?

—Tengo un ángel de la guarda.

Se levantó, buscó en la bolsa de lona de color rojo que había arrojado en el

piso de mi dormitorio y arrojó una bolsa de papel sobre la cama.

—Adelante —insistió cuando dudé.

—Echa un vistazo.

Cuando abrí la bolsa, encontré el dinero. Montones y montones de billetes

de cien dólares. No pude ocultar mi sorpresa cuando mi cabeza se levantó.

Griff reflejó mi asombro.

Page 88: Scare Crow- Julie Hockley

—Hace unos días, un par de guardias se acercaron a mí, me dijeron que habia

terminado de custodiar el cobertizo y me vendaron los ojos— explicó, y giró

sus ojos hacia el cielo.

—Estaba seguro de que estaba acabado, Em. Viajamos en coche por horas, o

por lo menos así me pareció. Nadie habló durante todo el trayecto. Luego, el

auto se detuvo. Ellos me sacaron, me entregaron la bolsa y me dieron un

sobre cerrado que tenía esto en él.

Griff tomó un pedazo de papel de su bolsillo y me lo entregó.

Lo desplegué con delicadeza, como si estuviera desarmando una bomba.

Emily. 1777 Riverside Road, Callister, NY.

Mi nombre de pila. Mi dirección. Cuidadosamente mecanografiados.

—No entiendo— le dije mientras me aferraba a la hoja de papel. Me

temblaban las manos y no sabía por qué.

—Tampoco yo— admitió, tomando mis manos, estabilizándolas. —Los

guardias me dijeron que caminara hacia el sur y se fueron. Cuando me quite

la venda de mis ojos, estaba solo al lado del camino, con una bolsa de dinero,

mis cosas y la única pista que tenía para encontrarte. Caminé durante dos

horas antes de encontrar una ciudad y una tienda, que era también una

estación de autobuses.

—Lo raro es que había estado planeando mi escape de ese infierno por

semanas y estaba a punto de huir cuando me dieron mi permiso. Iba a venir a

encontrarte, rescatarte de ese imbécil. De la pocilga donde te estaba

manteniendo—. Una gota de agua cayó del techo al cubo en el suelo. Su

boca se estrechó en una delgada línea. —¿En qué nuevo nivel de infierno te

has metido esta vez?

Realmente no podía estar en desacuerdo con Griff. La casa hacia que un

chiquero luciera como un palacio. Pero era lo único que podía permitirme.

Por lo menos cuando me despertaba en la mañana, sabía dónde estaba. Con el

resto de mi vida por completo en un estado de agitación, necesitaba esa

estabilidad. Este lugar era como el bully del que te haces amigo sólo para

Page 89: Scare Crow- Julie Hockley

poder conseguir un poco de paz.

—En realidad el lugar no es tan malo— le dije —Te acostumbras después de

un tiempo.

—Si tú lo dices. En realidad no importa, sin embargo. No es como si nos

fuéramos a quedar.

—¿No lo haremos?

Acarició la bolsa de papel. —No quedará mucho dinero después de que le

pague a mis usureros, pero estoy seguro de que podemos darnos el lujo de

vivir en un lugar mejor que este de basurero.

¿Nosotros? Repentinamente despertó en mí que Griff se refería a vivir...

conmigo. También me había llamado la atención que no quería que Griff se

fuera. Que quería que se quedara... conmigo. Pero no podía dejar este

basurero, tampoco.

—No puedo irme, Griff— confesé, mientras mi corazón se aceleraba un

poco.

Echó hacia atrás la cabeza. —¿No puedes?

—Voy a la escuela aquí. El año escolar ya ha comenzado. Nosotros nunca

vamos a ser capaces de encontrar un lugar que este cerca de la escuela y que

sea económico.

Aunque esa no era la verdadera razón por la que no podía irme, todo esto

era cierto. Griff estaba sin afeitar y algo sucio. Había dejado que su corte

mohicano creciera, y ahora su cabello era un completo desastre. Aunque sus

ojos verdes se las arreglaron para eclipsar a la suciedad. Me hubiera gustado

tener una ducha caliente para ofrecerle, pero de nuestra ducha solo salia agua

tibia últimamente.

Con la forma en que se veía, con lo que había pasado, decirle toda la verdad

ahora parecía que hubiera sido más información de la que podría haber

manejado.

Page 90: Scare Crow- Julie Hockley

Me evaluó durante unos segundos, luego suspiró.

—Tú no me quieres cerca, ¿verdad?

—No, no es eso en absoluto. Sólo quería decir... ¿Qué pasa si te mudas aquí?

—¿Aquí?

—Aquí.

A pesar de que parecía estar un poco menos desilusionado, la idea no le

agradaba por completo.

—¿Cuántos compañeros tienes?

—Unos pocos— embellecí. Tenía seis compañeros, en una casa de cuatro

dormitorios, si contaba mi armario de escobas como cuarto, nadie lo hacía.

Dos nuevos estudiantes se habían mudado a la otra habitación. No los había

conocido aún, pero eso significaba que la casa estaba llena.

—¿Dónde me quedaría?— Mi puerta cortina voló hacia un lado, cubriendo la

cabeza de Meatball.

—Puedes quedarte en mi cuarto— ofrecio Hunter con un grito.

Me preguntaba cuánto había estado oyendo por casualidad. Griff cerró los

ojos y se frotó las sienes con una mano.

—La falta de privacidad en este lugar es razón suficiente para querer

quedarse— dijo, con su tono de voz lleno de sarcasmo. Abrió los ojos y

examinó mi cara. Esperé y esperé, aunque probablemente no tanto como

Hunter. Cuando vi el brillo en los ojos de Griff, recordé cómo su alegría era

casi adictiva.

—Bueno — suspiró, —no puede ser tan malo si tu estás aquí.

Page 91: Scare Crow- Julie Hockley

Hunter se quedó a un lado con una sonrisa, como si Griff y yo no

estuvieramos en medio de un momento muy personal.

A pesar de mi molestia, Griff no parecía notar la presencia de Hunter. Él

me sostuvo en un largo abrazo, como si hubieran pasado años desde la última

vez que nos vimos, y sin embargo, como si el tiempo no hubiera pasado.

Como si esta fuera la última vez que me iba a ver.

Mi cabeza había empezado a girar, y el cansancio había hecho que mis

náuseas regresaran.

Todo era un poco demasiado abrumador. Griff debió sentir que estaba muy

cansada. Me sostuvo con el brazo extendido, la preocupación crecia en sus

ojos cansados.

Llevó sus labios a mi oreja. —Duerme un poco— ordenó en un susurro.

Fue a examinar el lugar donde dormiría, con Hunter siguiéndolo.

****

No vi mucho a Griff los siguientes días. Una vez me había dicho que había

sido un luchador de artes marciales, pero tuvo que esconderse después de que

sus deudas de juego tomaron el control de su vida. Ahora tenía que volver

atrás en el tiempo y utilizar el dinero para saldar cuentas. Lo había oído llegar

muy temprano por las mañanas. Asomaba su cabeza por la cortina. Pero yo

estaba tan agotada que ni siquiera podía levantar la cabeza de la almohada

para verlo.

Para el momento en que me despertaba en la mañana, él ya se había ido.

Había asumido que ponerme al día en mi trabajo escolar sería fácil. La

escuela era una de esas cosas que se me daba bien. Pero no había contado con

las oleadas de agotamiento que se apoderaban de mi mente y cuerpo como

rehenes durante todo el día. Cassie tuvo que empujarme no tan suavemente

para que despertara durante nuestra clase de ética.

Al menos estaba vomitando en un horario ahora. Ya no tenía que salir

corriendo en el medio de una clase.

Pero cada vez que entraba a clase, lo buscaba. Como si Cameron

simplemente fuera a aparecer mágicamente del aire sin ventilación. Cuando

Page 92: Scare Crow- Julie Hockley

no aparecía, era como si un clavo se hundiera en mi corazón. No sabía por

qué estaba tan empeñada en torturarme a mí misma de esa manera.

No había perdido la esperanza de encontrar más información sobre Cameron.

Quería saber cuántas clases había llevado conmigo el año pasado. Y

encontrar a Cameron significaba encontrar a Spider. Por supuesto, un día iba

a tener que explicarle al hijo o hija de Cameron quién era su padre. Pero era

más que todo eso. Cameron sabía todo sobre mí, y me di cuenta de que yo

apenas había arañado la superficie de quién realmente era este hombre que

tanto amaba.

¿Quién era James Cameron Hillard?. Todo lo que sabía era que había sido

rechazado desde su nacimiento por una madre alcohólica y un padre

delincuente. Las calles le habían criado, las mismas calles habían criado a su

hermano Rocco y el resto de sus medio hermanos. Productos del vientre de

su madre —niños que estaban destinados a permanecer en las calles y repetir

el ciclo de miseria de sus padres. Pero Cameron había sido la excepción. Era

excepcional en todos los sentidos. Había usado sus adversidades, aprendido

de ellas, y creado un puesto para sí mismo como el líder del bajo undo. Se

convirtió en el peor tipo de hombre. Tramposo. Manipulador. Premeditando

cada una de sus acciones. Su padre un estafador, su madre fría y abusiva, el

conocimiento que adquirió en las calles y en el reformatorio —estas

desgracias habían creado al criminal más peligroso en los Estados Unidos.

Estas eran las cosas que Cameron me había revelado.

Salvo que este no era quien Cameron había sido. Simplemente había sido

su cortina de humo, su modo de supervivencia. El Cameron que conocía, el

verdadero Cameron, había sido misericordioso y justo. Había sido cálido.

Tierno. Cuando lo veías —cuando te dejaba verlo— Cameron era exquisito.

Era todo mi amor y mi alegría. Mi paraíso. Mi paraíso perdido.

Si era honesta conmigo misma, lo que realmente estaba buscando era

alguien con quien hablar, alguien con quien compartir mi dolor. Cuando Bill

murió, tuve a Maria. Ella amaba a Bill, y teníamos recuerdos para compartir

mientras estábamos de duelo y sanábamos. Pero a excepción de Meatball,

quien nunca me respondió, no tenía nadie con quien llorar por Cameron. En

lo que le concierne al mundo, Cameron era un asesino sin nombre. Nadie

sabía la verdad.

La verdad. La verdad tenía tantas capas, tantas versiones.

Mi verdad más profunda era que tenía miedo de olvidarlo. Su rostro, pero

sobre todo, su voz. ¿Cómo puedes recordar una voz después de que

Page 93: Scare Crow- Julie Hockley

desaparece? Con Bill, tuve imágenes e historias para llenar mis recuerdos.

Pero el día que me di cuenta de que ya no pude recordar cómo sonaba su voz,

fue como ser aplastada por una roca, como si lo estuviera perdiendo todo de

nuevo. Olvidar su voz fue la parte más difícil de la muerte de Bill.

Una cara por lo menos se podía quedar impresa en tu mente. En este

momento, si cerraba los ojos, aún podía ver a Cameron, escuchar su voz. Pero

no tenía fotos de él. Todo lo que tenía era la versión de mi mente. ¿Cuánto

tiempo tenía antes de mi mente empezara a olvidar los detalles? Tenía miedo

de que si dejaba de pensar en él, siquiera por un segundo, todas las partes que

lo conformaban desaparecerían, que iba a desaparecer porque era la única que

se acordaba de él.

Alguien tuvo que haber amado a ese hermoso hombre. Alguien debió haber

visto lo que yo vi en él.

Por ahora, la información más básica que necesitaba estaba encerrada en el

sistema informático de la escuela. Por lo menos esperaba que estuviera allí.

****

La oficina de admisiones estaba en el centro de la Universidad de Callister.

Se parecía mucho a un banco, que era apropiado, considerando la cantidad de

dinero que robaban a los estudiantes cada año. Mientras que el asistente del

director de admisiones me mostraba alrededor de la oficina, vi como un

estudiante tras otro se acercaba al mostrador pidiendo más tiempo para pagar

su matrícula. Supongo que era una especie de preparación para lo que vendría

más tarde en la vida cuando no pudieran pagar su hipoteca tampoco.

Jeremy no estuvo bromeando cuando dijo que no habría mucho en mi

nuevo trabajo. Pasaría las pocas horas que estuviera allí cada día de la

semana revisando el correo entrante de un escritorio a otro, apilando

ordenadamente en las mesas de las personas y recibiendo el correo saliente.

Ida y vuelta. Repita. Lo que no tenía sentido era bueno cuando mi mente ya

estaba demasiado llena.

Desde el momento en que entré a la oficina de admisiones, analicé todo y a

todos con los que entraba en contacto. Estaba cambiando. Sentía el cambio

sucediendo en mi interior. Era como si me estuvieran creciendo garras. Así

como también me hubieran crecido un segundo conjunto de dientes, y

estuviera merodeando bajo el agua, cazando a la carnada hasta que estuviera

Page 94: Scare Crow- Julie Hockley

lista para atacar y tirar de ellos hacia abajo del agua. Empujándolos hasta que

los ahogara. Necesitaba información, y la necesitaba rápido.

Mientras les daba la mano a la gente que me presentaban, decidí quien sería

mi objetivo más fácil. Lo encontré en la forma de una mujer demasiado

agradable de unos cincuenta años. La había visto por primera vez trabajando

al frente de un escritorio, sonriendo compasivamente a los estudiantes que

suplicaban mientras ella pulsaba las letras en su teclado. No nos habían

presentado aún porque estaba demasiado ocupada tratando de ayudar a los

desvalidos.

Tan pronto como el asistente me liberó de orientación, me dirigí a la sala de

personal, donde vi anteriormente a mi objetivo. La sala de personal tenía unas

cuantas mesas en el centro y una pequeña cocina para el uso del personal

durante las horas de comida. Alrededor contra las paredes, había bancos y

casilleros sin puertas. Cada casillero era designado por la dirección. Sabía

esto porque el asistente me lo acababa de decir unos segundos antes, y debido

a que cada casillero tenía el nombre de su propietario claramente pegado en

el primer estante. También sabía que mi casillero designado estaba en la

esquina. En ese momento me di cuenta, cuando vi de la marca en mi casillero

hacia el casillero de mi objetivo en la parte del frente, que estaba demasiado

lejos. Así que fui a la taquilla de al lado de la señora y colgué mi mochila en

el gancho del interior.

La señora tenía un café extra grande posado encima de su casillero, y se

agachó, contando el cambio por su compra de café y luego lo guardó en su

billetera, un billete y una moneda, al mismo tiempo. Estaba usando un suéter,

obviamente tejido a mano, naranja y verde con un prendedor en el pecho. El

prendedor parecía un ahorcado Sr. Cabeza de Calabaza. Supuse que estaba

destinado a ser un iniciador de la conversación, una necesidad de atención.

—Me gusta su broche —dije, manteniendo mi tono tímido.

Levantó la vista y sonrió de inmediato. —Debes ser nuestra nueva recluta.

—Emily.

Le extendí mi mano de nuevo, y ella la tomó entre las suyas.

—Bienvenida, querida. Soy Betty Devinport.

Page 95: Scare Crow- Julie Hockley

—He estado buscando por todos lados un suéter como ese. ¿Dónde lo

compró?

Se irguió un poco, casi de puntillas. —Muchas gracias. Puede que no me

creas, pero en realidad lo hice yo misma.

Estaba a punto de soltar una carcajada cuando fui empujada hacia adelante.

—¿Esta es su mochila?

Me di la vuelta para ver a un hombre, el cual necesitaba desesperadamente

un corte de pelo, quien sostenía mi mochila por la correa superior como si

estuviera llena de pañales sucios.

—Es nueva, Dave. Ella no sabía.

David dio a Betty una fea mirada y dejó caer mi mochila al suelo.

—Mi nombre está en mi casillero. No es difícil verlo—. Colgó su chaqueta

de leñador, lanzó su maletín en el estante inferior, y se fue.

Betty puso una mano consoladora en mi hombro. —Dave es nuestro chico de

Tecnología Informática. No es muy bueno con la gente.

—No creo que le guste —dije mientras tomé mi mochila y me di vuelta.

—No lo tomes como algo personal. No le gusta nadie. Y a nadie le gusta.

Las mejillas de Betty súbitamente se llenaron de color. Y tomé nota de eso.

Le di otra tímida sonrisa antes de alejarme para poner mi mochila en mi

casillero designado.

****

Mi primer día de trabajo terminó poco antes de la hora del almuerzo. Me

dirigí de nuevo a la sala de personal, directamente al casillero de Betty.

Rápidamente agarré la cartera de su bolso, eché un vistazo a las fotos de

Page 96: Scare Crow- Julie Hockley

gatos, y tomé el billete de diez dólares que había colocado tan

cuidadosamente allí antes y lo metí en el maletín de Dave, dejando que se

mostrara una pequeña parte del billete.Entonces me fui dando por terminado

el día.

A la mañana siguiente, estaba de vuelta para el día dos de mi monotono

turno laboral. Llegué un poco temprano, con la esperanza de toparme con

Betty antes del trabajo. Me alegré de encontrarla sola leyendo en una de las

mesas de la sala de personal, con otra taza extra grande de café frente a ella.

Dejé caer mi mochila en mi casillero designado y fui a sentarme con ella.

—Hola, Betty —dije en voz baja, lo suficiente como para despertarla de su

libro de Harry Potter demasiado viejo.

—¿Cómo fue tu primer día ayer?

—Bien —empecé, dejando caer mis hombros —. La mayoría de la gente ha

sido muy amable conmigo.

—¿La mayoría de la gente?

—El chico de TI. Dave, ¿creo que dijiste que se llama? Definitivamente no

me quiere.

—¿Ah, sí? ¿Por qué dices eso?

—Cuando regresé a la sala de personal ayer para buscar mi mochila, salió

disparado tan pronto como entré en la habitación. Casi me atropella tratando

de salir.

Sus ojos se desviaron a su casillero, luego al de Dave. Bajó la mirada al

estante inferior, donde el maletín de Dave habría estado, donde ella habría

visto su billete de diez dólares sobresaliendo después de no encontrarlo en su

cartera ayer. Cuando su atención volvió hacia mí, forzó una sonrisa.

—Estoy segura de que no es nada, querida.

Page 97: Scare Crow- Julie Hockley

Con un enemigo común, Betty y yo nos hicimos amigas rápidamente, y por

arte de magia nos encontrábamos una a la otra en la sala de personal en cada

uno de sus descansos. Me habló de sus tres gatos y sus esperanzas para ser

abuela de gatitos algún día; me inventé historias entrañables acerca de mis

padres. Esto no era muy difícil para mí, había estado inventando historias

sobre mis padres toda mi vida, aunque por lo general estás estaban reservadas

para mí misma. En lo que a Betty concernía, yo era sólo una típica chica

universitaria nostálgica en busca de una madre sustituta mientras estaba fuera

de casa.

Después de graduarse de la Universidad Callister unos treinta años antes,

Betty nunca se había ido, convirtiendo un trabajo de medio tiempo como

empleada de admisiones a una sentencia en prisión a tiempo completo. Fue

entonces cuando mostré un falso interés en algún día seguir sus pasos y

convertirme en una empleada de admisiones. Esto la hizo jubilosamente feliz,

tan feliz como mi madre cada vez que alguien comentaba sobre su belleza

eterna (usualmente después de una de sus vacaciones acompañada del

bisturí).

Con tantos años en su haber, Betty había construido sólidos contactos. En

mi tercer día de labores, se me ocurrió mencionarle que mi falso gato, Sr.

Voldemort, estaba resfriado, pero que no podía permitirme el lujo de llevarlo

al veterinario hasta que me pagaran. Al final del día, el asistente del director

de admisiones se acercó para hacerme saber que el director había aprobado

un adelanto de mi sueldo y que lo recibiría antes del viernes.

En mi cuarto turno, Dave entró en la sala de profesores mientras Betty y yo

estábamos sentadas juntas durante nuestro receso. Dejó su maletín, echo

hacia atrás su descuidado cabello, y se fue sin la más mínima mirada hacia

donde nos encontrábamos.

—Tarde como siempre —dijo Betty en mi oído.

Me incliné, sintiendo surgir la oportunidad. —¿Sabes lo que me dijo ayer?

—No, ¿qué?

—Cuando le dije que no podía esperar a graduarme y convertirme en una

empleada de admisiones, dijo que los empleados de admisiones eran inútiles.

Que su sistema informático hace todo en estos días y que la Universidad

Page 98: Scare Crow- Julie Hockley

deCallister ya ni siquiera necesitaría al personal de atención. En realidad,

creo que utilizó el término arcaico.

Negué con la cabeza al recordar mi conversación imaginaria con Dave, el

malvado chico de TI. El comportamiento como gatita de Betty se volvió de

tigresa.

Antes de darme cuenta, me estaba mostrando cómo funcionaba el sistema,

lo valioso que era su trabajo, y cómo el sistema informático de Dave grababa

mal la información del estudiante. De esto, aprendí dos cosas. Uno, que

necesitaba la tarjeta de identificación de un estudiante para entrar al sistema.

En un inicio había asumido que la universidad estaría protegiendo la

información personal de sus estudiantes, pero Betty me aclaró que la

universidad había cambiado el sistema cuando los empleados fueron

capturados usándolo para buscar porno en Internet.

Ahora, el sistema se apagaba tan pronto como el estudiante interesado se

iba y no se volvía a encender hasta que una nueva tarjeta fuera entregada.

Esto significaba no más porno en la facultad, pero también significaba que

tenía que conseguir la tarjeta de alguien para obtener cualquier información

del sistema. Si usaba mi propia tarjeta, me arriesgaba a que me atraparan,

porque Betty me dijo que la dirección mantenía un registro de todos los

números de identificación que se introducían en el sistema, una buena manera

de saber qué estudiantes rogaban y cuales sufrían en silencio.

La segunda cosa que aprendí fue que absolutamente necesitaba el acceso a

la computadora de Betty porque ella era una purista de las reglas. Sabía que

no habría manera de que pudiera influenciarla para buscar en el sistema a

Cameron. E incluso si me arriesgaba a pedirle algo como esto perdería mi

título como la típica chica buena.

Tenía que ser astuta y rápida. El viernes por la mañana, el día de mi quinto

turno, coloqué un par de laxantes en el mañanero café extra grande de Betty

cuando se inclinó para agarrar y mostrar su último trabajo de tejido.

Cuando nuestro turno empezó, me quedé cerca de mi madre adoptiva. Este

fue un gran día. Después de semanas de esquivar al casero y las indagaciones

no tan sutiles de Hunter, había cobrado el adelanto de mi sueldo así que

finalmente pude pagar el alquiler y comprar comida decente. Y ahora estaba a

punto de entrar en el sistema para conseguir lo que necesitaba.

Después de una hora más o menos, estaba empezando a perder la confianza

de que mi plan funcionaría. Pero, de repente, me di cuenta que Betty

Page 99: Scare Crow- Julie Hockley

comenzó a inquietarse en su asiento. Se encontraba en medio de una

conversación con un estudiante, cruzando y descruzando sus piernas,

balanceándose de una nalga a la otra. A continuación, una mirada de pánico

cruzó su rostro. Su piel comenzó enrojecer, y sus manos apretaron el borde

del mostrador, y sus labios desaparecieron dentro de su boca.

El estudiante al que suponía debía estar ayudando seguía hablando como si

no pasara nada.

Corrí al rescate de Betty.

—¿Puedes relevarme, querida? —dijo entre dientes y se escapó antes de que

pudiera responder.

Le di al chico en el mostrador mi sonrisa más reconfortante. —¿Puedo

ayudarle?

—Le estaba diciendo a la otra señora que mi nombre no aparece en ninguna

de las listas de clase. Algunos profesores ni siquiera me dejan entrar en su

clase hasta que vean que realmente estoy inscrito.

—Mmm— dije, frunciendo el ceño —. Esto es muy raro. —No había nada

raro en ello. Le había dado un rápido vistazo a su archivo, y él no había

pagado la matrícula del año pasado. Basándome en las letras de color rojo en

la parte superior, ni siquiera era ya un estudiante, y la longitud de sus rastas

sucias me dijo que estaba en contra de los grupos de poder o de autoridad y

que probablemente tampoco pagaría la matrícula de este año.

Le guiñé un ojo al chico de las rastas. —Vamos a ver qué podemos hacer.

Ya estaba fuera de su archivo. Y mientras hacía clic con furia, él se limitó a

observar con una sonrisa expectante. Como si los dos estuviéramos a punto

de acabar con el grupo en el poder.

Ya había escrito Cameron James Hillard y lo vi aparecer en la pantalla, me

mordí el labio, y dejé mis manos tranquilas sobre el teclado.

—¿Todo bien? —preguntó Rastas.

Page 100: Scare Crow- Julie Hockley

—Un poco mareada —me las arreglé para murmurar mientras presionaba

Enter.

—Es el aire aquí. Están tratando de envenenarnos con esta basura reciclada

que llaman aire. Ellos quieren mantenernos sometidos. Controlados.

Mientras continuó hablando sobre el gobierno, yo estaba mirando el

archivo de Cameron. Había estado matriculado como estudiante a tiempo

parcial este año y el pasado. Su matrícula había sido, por supuesto, pagada en

su totalidad.

Estuvo inscrito en dos clases el año pasado y podría haber estado

matriculado en dos clases más este semestre. Reconocí esas clases... todas las

que yo había tomado y estaba tomando actualmente. Las clases que él había

elegido eran las que tenían lugar en los auditorios más grandes, donde podría

fácilmente perderse entre la multitud.

No sabía qué era peor: el hecho de él estando sentado en clase conmigo, o

el hecho de que había estado allí todo el tiempo y fui completamente ajena a

esto.

No me di cuenta que había dejado de escribir y agarrado mi estómago. El

chico estaba demasiado absorto en su discusión de la inmoralidad política

para darse cuenta. Pero una mano se posó sobre mi hombro, y me volví para

ver a Betty.

—Estás enferma también —me dijo con preocupación en su rostro

maternal. —Debe ser la gripe. Terminaré aquí. Ve a casa y descansa un

poco.

Usé mi cuerpo para ocultarle la pantalla a Betty y me tomé mi tiempo para

salir del asiento, el tiempo suficiente para hacer clic regresando al archivo de

Rastas y cubrir mis huellas. Y el tiempo suficiente para memorizar una

dirección.

Me fui sin decir adiós a Betty. Ya que había conseguido lo que necesitaba,

probablemente no volvería a hablar con ella de nuevo. Las personas eran

desechables para mí ahora.

Me fui a casa como Betty ordenó, pero tan pronto como llegué, agarré a

Meatball y me metí a mi auto.

Page 101: Scare Crow- Julie Hockley

No sabía lo que encontraría en el archivo de Cameron, pero cuando vi la

dirección, la había reconocido de inmediato. Estaba en el otro lado pobre de

Callister, donde, con un poco más de dinero, podías alquilar un lugar que

parecía una caja de cereal, con una puerta y dos ventanas. Supongo que la

gente que vivía en esta parte probablemente pensaban en sí mismos en mejor

situación que la gente de mi vecindario. Al menos ellos tenían un patio

delantero.

Viré hacia el distrito con hileras de viviendas y, finalmente encontré la calle

correcta donde vivía la madre de Cameron. Había pensado en venir aquí

muchas veces, pero sabía que, a menos que fuera de puerta en puerta, no

había manera de alguna vez encontrar el lugar correcto entre estos múltiplos

de concreto.

Había niños por todas partes, al igual que el vecindario estaba lleno de

ellos. La mayoría de ellos estaban simplemente caminando por las calles,

haciendo el tonto. Chicos empujando a bebés y niños pequeños en cochecitos

descompuestos. Chicos sentados en la acera, fumando cigarrillos.

Fue difícil para mí imaginar a Cameron aquí, caminando por estas calles.

Y, sin embargo, este fue el mundo del que había vivido. Esto era parte de lo

que el había sido.

Recordé vívidamente venir aquí con Cameron. Me acordé de lo

avergonzado que había estado. Recordé a Cameron llamándome su novia. Y

recordé lo devastada que había estado su madre después de enterarse de la

muerte de Rocco.

Estaba allí haciendo lo mismo... decirle a la madre de Cameron que había

perdido a otro hijo. Supuse que Spider y Carly, las únicas otras personas que

sabían sobre la madre de Cameron, no habrían venido corriendo para decirle

que ellos habían matado a su hijo. Pero yo no estaba haciendo esto por su

mamá; estaba haciendo esto por él. Debido a que merecía ser extrañado.

Quería que su madre lo echara de menos, lo llorara como lo había hecho con

Rocco. Quería que Cameron tuviera el amor de su madre, aunque solo fuera

al final.

Cuando me detuve frente al número 65, Meatball, simplemente se sentó

atrás y gruñó, dejando que los pelos de su espalda se levantaran. Había un

grupo de hombres en el patio al lado del número 65. Estaban holgazaneando,

con cervezas en la mano. Pero esto parecía molestar bastante a Meatball, así

que lo dejé en el auto. No quería que huyera de mí otra vez.

Page 102: Scare Crow- Julie Hockley

Llamé a la puerta del frente de la madre de Cameron, y podía oír a Meatball

ladrándome. Seguramente me haría pagar por esto más tarde.

Tal como cuando Cameron y yo estuvimos allí la última vez, nadie

respondió a la puerta. Probé la manija y entré. No había cambiado mucho

desde la última vez que estuve allí. El olor de ropa mojada y cigarrillos

seguía siendo lo primero en darle la bienvenida en la puerta. La televisión

estaba todavía en la sala de estar y tres medio hermanos de Cameron todavía

estaban sentados allí sin calcetines, con la mirada perdida en la televisión.

Me aclaré la garganta para anunciar mi llegada. Sólo uno de ellos, el niño,

miró hacia mí. Hubiera reconocido esos ojos en cualquier lugar. Marrón

oscuro, casi negro. Los ojos de Cameron. Perdí la respiración por un

momento en la sala llena de humo.

—Hola, eh, ¿te acuerdas de mí? —le pregunté al chico.

Pero el medio hermano de Cameron perdió el interés y se volvió a ver la

televisión de nuevo.

Entré y me dirigí a la cocina, el lugar donde la vi la última vez. La cocina

todavía era un desastre, con el cenicero en la mesa lleno de colillas de

cigarrillos con labios pintados. Sin embargo, la madre de Cameron, no se

encontraba allí.

Pero cuando escuché golpes que venían del piso superior y luego un par de

risas, me di cuenta de dónde estaba y que no estaba sola.

Ligeramente asqueada, regresé a la sala de estar y decidí esperar a que los

adultos terminaran. Había cajas y bolsas por todas partes, como si alguien se

acabara de mudar. Mi suposición fue que la madre de Cameron tenía otra vez

un nuevo novio.

Encontré una caja y empujé un par de bolsas de ropa a un lado y me senté.

En cualquier otro lugar, habría sido raro para una chica extraña invitarse a sí

misma a sentarse y mirar a los niños. Pero no podía ayudarme a mí misma.

He encontrado un poco de Cameron y Rocco en todos ellos. El extravagante

pelo castaño. La ligera curvatura en el oído derecho. Y estos chicos ya tenían

esa expresión en blanco, esa mirada de derrota que Cameron tenía cuando él

había decidido ponerle fin a esto, a nosotros.

Tuve que mirar hacia otro lado y buscar otra cosa para mantener mi mente

ocupada.

Me di cuenta de las botellas de bebidas gaseosas volteadas y de las bolsas

Page 103: Scare Crow- Julie Hockley

rotas de papas fritas. Se veía como si mapaches hubieran pasado en busca de

cualquier último bocado de comida, aunque fueran pequeñas. Esta familia,

estos niños, dependían del dinero que Cameron le daba a su madre. Sin él, no

había nadie para cuidar de todos ellos. ¿Qué pasaría con ellos?

De repente, el ruido de arriba cesó y la casa quedó en silencio, con el único

ruido viniendo de la televisión. Me di cuenta de que no quería hacerle frente a

la madre de Cameron. No quería decirle lo que le había sucedido a

Cameron. No ahora. No después de… lo que ella había estado haciendo.

Agarré mi chaqueta y saqué el dinero que había cobrado de mi primer

cheque de pago. Separé el dinero en aproximadamente tres pilas y caminé

hacia los niños. Tenía toda su atención ahora.

—No se lo digan a su madre —dije con prisa.

Sin una palabra, cogieron el dinero y salieron corriendo por la puerta.

Corrí detrás de ellos, corriendo hacia el coche antes de que la madre de

Cameron me encontrara.

De camino a casa, no podía sacar sus rostros de mi cabeza. Y no fue sólo

porque me recordaran mucho a Cameron y a Rocco.

El único error que ellos alguna vez habían hecho fue haber nacido de esa

mujer, haber nacido en la pobreza, el haber nacido en absoluto. Quería juzgar

a la madre de Cameron. Desesperadamente quería odiarla. Sin embargo, no

podía. Porque no era tan diferente a ella.

Acababa de dar todo mi alquiler y el dinero de mis comestibles. Los niños

lo necesitaban, pero yo también, también lo hacia el niño que llevaba. Al

igual que la madre de Cameron, que iba a traer a este mundo a un niño que no

iba a ser capaz de cuidar. Amaría a este niño. Pero el amor no pondría comida

en su estomagó, no podría protegerlo del mundo que lo quería muerto.

No podía recordar la última vez que había visto a Griff, y como estacioné

mi choche en la parte de atrás, me di cuenta de lo mucho que quería que él

estuviera allí. Y esto me asustó.

Me había pasado toda la vida rechazando a la gente, diciéndome a mí

misma que estaba en mejores circunstancias por mi cuenta. Y cuando conocí

a Cameron, no sólo había bajado la guardia; le había dado mi confianza y mi

corazón... a pesar de saber muy poco acerca de él. Aún no había descubierto

como esto podría haber sucedido. ¿Por qué me había dejado caer tan

profundamente enamorada de un hombre que apenas conocía cuando, al final,

Page 104: Scare Crow- Julie Hockley

este hombre había terminado todo y tomado mi corazón y el resto de mí con

él?

Ahora tenía a Griff. Necesitaba su amistad y su apoyo tan mal que la sola

idea de perderlo de nuevo habría sido suficiente para ponerme sobre el borde.

Pero apenas lo conocía.

Todo lo que sabía era que había aparecido en mi puerta con una bolsa de

dinero en efectivo y una nota con mi nombre y la dirección escrita en él. En

el fondo, pensé que podía confiar en él. Pero en el fondo, también una vez

había pensado que Cameron nunca me haría daño. Y él había encontrado una

manera de dañarme tan mal que me había vuelto al revés, como una playa

arrasada por un huracán.

Obviamente, mi juicio era deficiente. Había cosas que necesitaba hacer

antes de la llegada del bebé, cosas para las que necesitaría la ayuda de

Griff. ¿Pero a qué costo? No se trataba sólo de mí siendo lastimada más.

Tenía a dos personas de las que preocuparme por ahora.

Griff había sido enviado a mí por una razón, y tanto si o no él conocía esa

razón, necesitaba levantar mi guardia, y mantenerla allí.

****

Parecía que toda la ciudad estaba en nuestra casa cuando Meatball y yo

entramos por la puerta. Me había olvidado de que era viernes, lo que

significaba que la casa era la fiesta central. La última cosa que necesitaba era

más gente alrededor. Tal vez salir con Griff no era tan mala idea después de

todo.

Me encontré a mí misma teniendo que zigzaguear a través de una multitud

cuando fui a buscar a Griff. El olor de la cerveza, la música a todo volumen,

los desconocidos que trataban de hacer una pequeña charla conmigo mientras

pasaba por al lado, Meatball enseñando los dientes a cualquiera que tratara de

acercarse demasiado, y aún no hay Griff. Era simplemente demasiado. Tres

personas me ofrecieron una bebida, un tipo realmente puso una bebida en mis

labios, y una chica derramó su bebida en la parte inferior de mis pantalones.

Estaba a punto de esconderme en mi dormitorio cuando un tipo se me acercó

en el pasillo de arriba. Nunca lo había visto antes, pero él parecía saber quién

era yo.

Page 105: Scare Crow- Julie Hockley

Prácticamente empujó un trozo de goma roja en mi cara, lo que puso a un

asustadizo Meatball listo para saltar. Lo agarré del cuello antes de que

pudiera saltar sobre el chico.

—Tú perro se comió uno de mis guantes de boxeo —gritó el tipo.

Suspiré mientras me daba cuenta de que era uno de los nuevos compañeros

de casa y que la pieza de goma que había metido en mi rostro era el resto de

su guante de boxeo. Perfecto. Gran manera de comenzar el año escolar.

Miré a Meatball, quién había estado muy tranquilo de repente. ¿Todo un

guante de boxeo? ¿En serio, Meatball? Podía sentirme a mí misma

ruborizándome.

—Lo siento. Te voy a comprar uno nuevo.

Pero el tipo no había terminado. — También se comió el casco de bicicleta de

mi hermano.

Un chico que parecía su duplicado, pero usando una camiseta diferente, se

acercó por detrás, llevando una medio masticada correa negra, que supuse era

todo lo que quedaba del casco.

Así que los nuevos compañeros eran —gemelos idénticos— y yo

aparentemente, necesitaba alimentar a Meatball más de cuatro veces al día.

—Me lo regalaron en mi cumpleaños — el nuevo gemelo se quejó. —¿Que

se supone que voy a llevar en lacabeza mientras tanto?

A estas alturas, todo el mundo arriba había dejado de parlotear y

comenzado a mirarnos. Incluso Cassie estaba de pie en su puerta, mirando

con el resto de ellos. Meatball se encogió de miedo dentro de mí habitación,

dejándome evadiendo a los acusadores. Estaba mortificada. Estaba cansada.

Tenía miedo de que me fueran a hacer deshacerme de Meatball. Tantas

emociones giraban a través de mí que no podía manejar esto. Negué con la

cabeza y comencé a caminar hacia mi habitación.

Hunter salió de su habitación con una chica, ajeno a lo que sucedía en el

pasillo.

Page 106: Scare Crow- Julie Hockley

—Oh, hola, Emily —dijo—, necesito...

—No tengo el dinero de la maldita renta, Hunter. ¿No puedes darme un

maldito respiro?

Hunter se detuvo en seco, con sus ojos redondos y la boca abierta.

Entré hecha una furia a mi habitación, deseando tener una puerta que me

encerrara a mí misma dentro.

Pero después de unos pocos segundos, Hunter llamó al marco de la puerta

antes de venir a través de la cortina.

—Sólo estaba a punto de decirte que recibí tu correo y que lo dejé en la mesa

de abajo. Y que Griffin ya ha pagado tu renta del año. Incluso pagó por la

mitad de la mía y la mitad de Joseph desde que está interrumpiendo en

nuestra habitación.

No lo hacía, y me hubiera gustado que Griff no hubiera pagado el alquiler

porque quería irme.

—¿Está todo bien?

Agarré la correa de Meatball y avance junto a él. —Estoy bien.

Mantuve mi cabeza baja mientras hacia mi camino fuera de la casa y

tomaba a mi monstruo para una larga caminata. Conseguir mi correo tendría

que esperar hasta que no tuviera un audiencia de borrachos.

Las orejas de Meatball se mantuvieron aplastadas en su cabeza todo el

tiempo. Finalmente, después de la vigésima vez que dio un codazo a mi lado,

me di por vencida y le froté el punto dulce debajo de su barbilla. Su colita se

movió con júbilo cuando yo le perdoné, aunque no tenía ni idea de lo que iba

a hacer cuando nos echaran.

En el momento en que regresamos, la fiesta se había ido al bar de la

escuela. Me puse mi pijama y me metí debajo de las sabanas, agradeciendo

por la paz y la tranquilidad.

Cuando oí la puerta principal abrirse, sabía que era Griff sólo por la

pesadez de sus pasos. Me levanté de la cama y empuje mis cortinas

Page 107: Scare Crow- Julie Hockley

abriéndolas mientras él se dirigía hacia su alojamiento compartido.

—¿Griff?

Se detuvo en la puerta antes de darse la vuelta. Di un grito ahogado.

Tenía la cara ensangrentada e hinchada. Tenía una herida en la barbilla y otra

sobre ojo. Su labio inferior estaba hinchado. Griff sonrió, mostrando sus

dientes manchados de sangre. Me llevé la mano de la boca, y él puso las

palmas de sus manos entre nosotros como una bandera blanca.

—No te asustes, Em. Estoy bien. No es tan malo como parece.

—¿No es tan malo como parece? —exclamé, tratando de no gritar y despertar

a toda la casa.

Me empujó de nuevo dentro de mi habitación obligándome a sentarme

sobre mi cama.

—Nada viene sin un precio. No todos mis usureros se conforman con sólo

obtener mi pago en efectivo.

—¿Y qué? ¿Te ponen en una jaula y te hacen pelear contra un león?

Para mi sorpresa, él asintió con la cabeza. —Quizás no es un león, pero sí,

algunos de ellos querían su interés pagado con sangre.

—¿Tu sangre? Griff, esto es una locura.

—Si no hiciera esto, no sería capaz de caminar por la calle sin tener que

mirar por encima del hombro cada dos segundos. Y no estarías a salvo

conmigo.

Me levanté, haciendo que se sentara en la cama, y bajé las escaleras. Agarré

hielo de uno de las neveras de cerveza, metiéndolo en una bolsa de plástico, y

agarrando una toalla.

Page 108: Scare Crow- Julie Hockley

—Tiene que haber otra manera, —dije mientras caminaba de nuevo dentro

mi habitación, todavía aturdida por el estado de su rostro.

—No había. Pero no te preocupes. Ya está arreglado. Estoy libre y limpio, y

no le debo nada a nadie más.

—Eso es un pequeño alivio.

Me senté junto a él, examinando su rostro, sin saber por dónde comenzar.

Griff estaba haciendo lo mismo con mi cara. Limpié la sangre debajo de su

nariz, lo que envió un nuevo chorro de color rojo fluyendo hacia abajo.

—Pon tu cabeza hacia atrás —pedí y empecé tirándolo hacia abajo con un

poco más de fuerza de lo necesario. Él puso su cabeza sobre mis piernas, y

llevé la bolsa de hielo a su labio hinchado. Se me quedó mirando mientras yo

sostenía el hielo con una mano y limpiaba la sangre de su barba desaliñada

con la otra. Tenía las manos atadas sobre el pecho. Me di cuenta de que sus

nudillos también estaban ensangrentados y en carne viva.

—Para un tipo que está en tan mal estado, no pareces demasiado molesto por

eso —comenté.

Sonrió de un lado de su rostro al otro. —Soy libre, Em. No me he sentido así

en mucho tiempo. Me siento como si estuviera comenzando una nueva vida.

Le limpié el resto de la sangre, concentrada en mi tarea. Tuve que limpiar

bastante duro para conseguir la sangre seca fuera de su cabello.

—Estás preocupada —supuso—. ¿Qué te preocupa?

Me reí entre dientes. Esa fue una pregunta capciosa. ¿Sobre qué no estaba

preocupada? —Vuelves con tu rostro molido a golpes, y te preguntas ¿por

qué estoy preocupada?

Se encogió de hombros. —He recibido palizas mucho peor que esta.

Page 109: Scare Crow- Julie Hockley

—Eso es muy reconfortante. Supongo que tendremos que mantener un cubo

de hielo al rededor si te vas a quedar a vivir aquí.

—Las peleas solían ser mi vida. Pero ya no más. Estoy empezando de nuevo,

a partir de ahora. Nunca voy a volver a esa vida otra vez.

Me detuve aferrándome a la toallita empapada en sangre.

Y él me miró. —¿Qué?

Eso no era lo que quería oír. Griff quería salir del bajo mundo. Y yo quería

volver a él.

Suspiré. —Nunca digas nunca.

Me agarró la mano y la sujeto por encima de su cara, así que me vi obligada a

mirarlo. —Lo digo en serio— dijo —No voy a arruinar esta oportunidad que

me han dado. No te voy a hacerte daño de esa manera.

Sí. Como si no hubiera oído eso antes.

—¿No me crees? —preguntó.

—Cierra los ojos —gruñí. Puse el paño húmedo sobre sus ojos, en parte

porque su ojo derecho estaba empezándose a inflamar y cerrar, en parte

porque no podía soportar que me examinara más así. Era como si estuviera

tratando de llegar a mí, a la Emily que se escondía detrás de la armadura. Me

dieron ganas de llorar. Ya estaba cansada de llorar.

No pasó mucho tiempo para que Griff cayera dormido. Me hubiera

encantado hacer lo mismo, pero él estaba ocupando la mayor parte de mi

cama. Emite tanto calor que era como dormir con una carne asada.

Finalmente me rendí y dejé a Meatball y Griff luchar entre sí con sus

ronquidos.

Agarré una cuchara y un tarro de mantequilla de maní de la cocina y me fui

a buscar mi correo. El "comedor" era el lugar donde teníamos una mesa, una

que alguien había puesto al lado del camino con su basura y que mis

compañeros habían traído a la casa, balanceándola en dos carritos de

supermercado. No había sillas a su alrededor, pero hizo una gran superficie

Page 110: Scare Crow- Julie Hockley

para la recolección de basura de todos y para el almacenamiento de cajas

vacías de cerveza.

Saqué una pila de cajas de debajo de la mesa y me senté en la pila,

abrazando mi frasco. Estaba más allá del hambre. Era como si mi estómago

se hubiera vuelto un agujero y todo lo que he comido en mi vida había

desaparecido totalmente.

La alfombra estaba pegajosa y crujiente. Alguien de la fiesta debe haber

derramado algo en el suelo y usado el diario para absorberlo o tratar de

ocultarlo. Y ellos criticaban a Meatball por ser un animal, me burle de mí

misma.

Mientras estaba cavando en el frasco de mantequilla de maní, estaba

pateando el piso de diario. Una foto en la primera página del papel atrajo mi

atención. Con la cuchara todavía en mi boca, me agache y saqué el papel del

suelo.

Deslicé mis dedos a lo largo de los bordes consiguiendo un corte de papel.

Al menos sabía que no estaba soñando.

Hubo denuncias de corrupción, de malversación de fondos, fraude.

Millones de dólares se habían desviado... supuestamente. Alguien había sido

detenido y puesto en libertad bajo fianza. Y en medio de todo esto había una

imagen de un hombre de pelo gris en un traje Armani... mi padre, esposado,

llevado fuera de su edificio de oficinas. Estaba sonriendo, al igual que su

abogado a su lado.

Probablemente podría contar con los dedos el número de veces que había

visto a mi padre mientras crecía. Él era más como una figura mítica en

nuestro hogar. A la par con el conejito de pascua, supuse. Pero siempre supe

que no era un producto de mi imaginación, porque el padre que yo había

imaginado como una chica era un dentista que vino a casa cada noche para

asegurarse que cepillé mis dientes.

Ya sea que mi padre estaba en la oficina o él decidió quedarse en casa un

día extraño, siempre había una razón. Todas las razones que conducía

siempre a los negocios. Si él estaba en casa, eso significaba que alguien

importante iba a venir y yo tenía que asegurarme de aparecer y desaparecer a

voluntad. Aparte del hecho de que él había estado en una prestigiosa escuela

de leyes -algo que mi madre nunca me deja olvidar- y se había hecho cargo

del imperio de la familia, sabía muy poco de lo que hizo mi padre para

ganarse la vida. El artículo del periódico me iluminó sobre lo que realmente

hizo, o por lo menos cómo estaba haciendo tanto dinero, supuestamente.

Page 111: Scare Crow- Julie Hockley

Por la sonrisa en la cara de mi padre, parecía como si esto hubiera sido todo

un gran malentendido, que el gobierno tendría que pagar un alto precio por.

Me hubiera gustado conocer a mi padre lo suficientemente bien como para

saber si era culpable o no. Si él fuera culpable, el reportero de un periódico

asumió que el imperio Sheppard podría colapsar.

El diario estaba fechado unos días antes. ¿Cómo es que no había oído

hablar de esto hasta ahora?

Mientras estaba concentrada en la sonrisa de mi padre, un vaso de leche

había llegado alrededor de mi hombro y fue puesto sobre la mesa delante de

mí.

—La leche podría ayudar a que la mantequilla de maní baje un poco más

rápido, si eso es posible —susurró Griff.

Guarde el papel entre mis piernas tirando la cuchara de mi boca mientras

Griff sacaba una pila de cajas de cervezas de debajo de la mesa.

—¿No puedes dormir? —preguntó.

Negué con la cabeza tomando un gran trago de leche.

—Me han dicho más veces de las que puedo recordar que soy un acaparador

de cobijas. Lo siento. Debería haberte advertido.

Sonreí y eleve una ceja. —Así que, has robado un montón de mantas a otras

chicas, ¿eh?

Se echó a reír. —Sí. Esa sería una historia mejor —. Entonces se aclaró la

garganta. —Nah. Solía tener que compartir la cama con mis dos hermanos

mayores. Ellos solían golpearme en el medio de la noche cuando cogían

frio. Es decir, hasta que me volví más grande que ellos.

El rostro de Griff estaba hinchado, arañado y magullado en algunos puntos.

Su pelo se fue en todas direcciones. Y estaba completamente relajado. Pude

ver el niño que una vez había sido, en el que se estaba convirtiendo de nuevo.

No podía evitar mirarlo fijamente.

Mientras había estado estudiando a Griff, él había estado estudiándome.

Page 112: Scare Crow- Julie Hockley

Bajo la misma luz de la cocina, en la oscuridad silenciosa de la casa, sin nada

más que hacer que mirarnos el uno al otro, de repente me había vuelto un

poco tímida. Por lo rojizo de las mejillas de Griff, no era la única.

Le sonreí, y me devolvió la sonrisa. Y los dos nos reímos un poco de

nuestra torpeza.

Con el tiempo, la sonrisa salió de sus labios, y me evaluó de verdad.

—Has cambiado en los últimos dos meses —me dijo.

—¿Lo he hecho? —comenté mientras tomaba más mantequilla de maní.

Podía sentir sus ojos en mi rostro. —Pareces más mayor. Y un poco más

triste, supongo.

—Y yo que pensaba que la luz tenue me estaba haciendo un favor —le dije.

Pero Griff permaneció serio.

Tenía un millón de preguntas para él. Y sabía que él tenía un millón de

preguntas para mí, ninguna de las cuales estaba preparada para responder.

¿Por dónde se suponía que iba a empezar? ¿Cuánto podría decirle?

—Lo siento —dijo, interrumpiendo mis pensamientos.

Incliné la cabeza. —¿Por qué?

—No estuve allí para ti. No mantuve mi promesa de conseguir hacerte salir.

Antes de que fuera demasiado tarde.

—Todavía estoy aquí, ¿no? Estoy viva.

Me miró a la cara. —¿Lo estás?

Le di una mirada en blanco, cuando tenía muchas ganas de sacarle la

lengua.

—Tus compañeros están preocupados por ti— dijo.

Page 113: Scare Crow- Julie Hockley

Me costaba mucho creer eso. —¿Cuándo tuviste tiempo para hablar con mis

compañeros de casa? Apenas los he visto en las últimas semanas.

—Ese chico, Hunter, no se calla. Si no me deja dormir pronto voy a tener que

ahogarlo.

No podría decir si Griff bromeaba. —¿Fue antes o después de que pagaras el

alquiler?

Él se encogió de hombros. —¿Realmente crees que nadie te nota?

Meatball se acercó y puso su cabeza en mi regazo. Le di una cucharada de

mantequilla de maní, lo que lo tuvo chasqueando labios y lengua

sonoramente.

—No soy muy cercana a mis compañeros.

—Vuelves, golpeadaada y con un perro. Te escondes en tu habitación. No

comes.

—¿Es eso lo que te dijeron? —Era una demanda más de una pregunta.

—Puedo verlo por mí mismo, Em. Veo lo delgada que estás. Te miro, y me

temo que te vayas a convertir en un fantasma pronto. Lo que sucedió durante

el verano... no puedes mantener esas cosas en tu interior. ¿Alguno de tus

compañeros sabe lo que te pasó este verano?

—¿Les dijiste? —le susurré.

—¿Decirles qué?— Griff estaba tratando de mantener la voz baja—. Ni

siquiera yo sé lo que pasó. Un día estoy cuidando la casa de un descuidado,

pensando que mi vida está básicamente terminado. Estoy en el lugar más

oscuro en el que he estado, y, de repente, esta hermosa chica aparece. Ella es

asombrosa, y me da ganas de quedarme allí para siempre. Entonces me doy

cuenta de que no está allí por su propia voluntad y que estoy listo para poner

mi vida en la línea para salvarla. Del mismo modo que tengo la intención de

escapar con ella, para liberarnos, consigo ser enviado a una granja en el

Page 114: Scare Crow- Julie Hockley

medio de la nada donde no tengo nada que hacer más que preocuparme por

mi chica. Me imagino lo peor, y no hay nada que pueda hacer porque estoy

siendo vigilado día y noche. Hasta que, un par de semanas más tarde, veo a

esa hermosa chica caminando con el criminal y peor persona del mundo. Ella

me sonríe. A pesar de que no debería estar haciéndolo. Sonrío de nuevo,

porque no puedo aevitarlo y ella está claramente trastornada.

—El no era la peor persona del mundo —le susurré, con la sangre corriendo a

mi cabeza.

—Empiezo a pensar en otro plan de escape y formas de tratar de encontrar a

mi hermosa chica. Maneras de tratar de salvarnos a los dos de nuevo. Antes

de darme cuenta, me envían a estar con ella en este lugar de mierda, y yo

todavía no tengo idea de quién es él. Y, sin embargo...

Griff se detuvo para recuperar el aliento.

—¿Y, sin embargo? —empecé una vez que hubo recuperado la compostura.

—Y, sin embargo —dijo, sacudiendo la cabeza—, estoy exactamente donde

quiero estar.

Griff tomó mi vaso y terminó mi leche. Luego puso suavemente el vaso

delante de él y esperó... ¿a que yo hablara? Me sentía mareada. Tuve que

inclinarme sobre la mesa y descansar la frente sobre mis manos. No sabía qué

pensar, y mucho menos decir.

—¿Por qué estás aquí, Em? —me preguntó, con voz serena.

—Porque voy a la escuela aquí —le dije. Esa era la respuesta simple, de

todos modos.

—Sabes que eso no es lo que quise decir —dijo. —¿Por qué sigues aquí? ¿En

esta tierra? ¿Viva?

Me quedé helada y lo miré. Estaba tan herido, pero me di cuenta que estaba

tratando de mantener la calma por mí.

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—¿Realmente crees que nadie nota esas? —susurró. Él extendió la mano y

pasó el pulgar por la cicatriz que Victor había dejado en mi mejilla. Me

encogí, esperando el dolor. Pero las cicatrices estaban sanando, y el dolor

físico había desaparecido. Sólo el calor del pulgar de Griff contra mi piel se

quedó.

Logré una sonrisa. —¿Estamos comparando cicatrices ahora? Porque me caí

de la moto cuando tenía nueve años y tengo una muy buena herida en la

rodilla.

Los labios de Griff se juntaron. —¿Qué pasó? El que te hizo eso merece

morir.

Supongo que esto era lo que había estado esperando. Un socio para mi

venganza. Pero la mirada sombría en el rostro de Griff me hizo echar de

menos al nuevo Griff, el que era libre, el que nunca iba a volver.

—¿Por lo menos me quieres aquí ? —me preguntó. Pude ver la desesperación

en sus ojos.

Y mi corazón ya estaba gritando la respuesta a esto. Asentí y le mantuve la

mirada, tratando muy duro de mantener las lágrimas a raya.

Entonces saqué el diario de entre mis piernas, lo sostuve durante unos

segundos y se lo di.

Me aclaré la garganta. —Esta soy yo.

Esperé mientras Griff escaneaba el diario y la imagen. Volvió a mí y esperó

pacientemente a que le explicara.

Tomé un respiro. —Mi nombre es Emily Sheppard. Y este hombre es mi

padre. Todavía estoy viva gracias a mi familia.

Griff asintió. —Así que todavía estás viva porque tu familia pagó el rescate.

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Una risa nerviosa escapó de mis labios. Dudaba de que mis padres pagaran

mi rescate, sobre todo ahora.

—No, estoy viva porque mis padres son ricos, y, con el tiempo, la gente se

habría dado cuenta de que estaba desaparecida. Mi rostro se habría esparcido

en todas las noticias, y averiguar lo que me pasó se habría convertido en un

tema popular para todas las agencias de noticias de todo el mundo. Los

narcotraficantes no necesitan ese tipo de publicidad.

Una arruga se formó entre los ojos de Griff. Podía verlo tratando de

entender esto, como Spider me había hecho comprender a mí.

—Está bien —dijo lentamente. —Eres Emily Sheppard. La millonaria Emily

Sheppard.

—Mis padres son los millonarios —corregí.

—Tus padres son ricos— dijo, tratando de no lucir divertido. — ¿Y no

puedes permitirte el lujo de pagar la renta en este lugar de mierda?

Me hizo feliz el cambio de su estado de ánimo, aunque fuera a costa mía.

—Iba a pagar el alquiler. Sólo necesitaba un poco más de tiempo.

Puso los ojos. —Ese no es el punto.

—Me dijiste antes que todo tiene un precio. Lo mismo se aplica a mis padres.

Su dinero, sus reglas—. Señalé el artículo de prensa. — Se puede ver por qué

tipo de reglas viven. El dinero no lo es todo.

—Dice la chica que nunca ha tenido que compartir la cama con sus hermanos

—bromeó.

Pero esto realmente había herido mis sentimientos. Se inclinó y me apretó

el hombro de manera que yo lo podría mirar. Entonces extendió la mano, y la

tomé.

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—Es un placer conocerte, Emily Sheppard.

Mientras Griff me daba la mano, tiró de mi corazón y apretó. La sangre se

agolpó en mi cabeza de nuevo. Todo lo que podía ver era a Cameron

caminando bajo la lluvia después de haber estrellado el coche. Nos habíamos

dado la mano, en la tregua, de esta misma manera.

—Oye —gritó Griff—, ¿a dónde fuiste?

Me obligué a empezar a respirar de nuevo.

—¿Sabías realmente que significa lo que dije antes? ¿Acerca de nunca volver

a ese mundo?

Los ojos de Griff se oscurecieron. —¿Por qué?

—¿Te acuerdas del chico? —le pregunté, tratando de mantenerme serena.

Él asintió con expresión sombría. —Por supuesto que me acuerdo de él. Era

un gran chico. Me aradaba mucho.

—Su nombre era Rocco—. Decir en voz alta el nombre de Rocco se sintió

como si alguien hubiera encendido un fósforo contra mis labios. —La noche

que Rocco murió... Yo estaba allí. Lo mataron cuando el trato de protegerme.

Lo vi todo...

Había empezado a temblar. Griff me agarró por los hombros y me

tranquilizó. —Sabía que el chico consiguió de alguna manera ser atrapado...

pero no tenía ni idea de que estuvieras allí. ¡Jesús!

Podía verlo en sus ojos. La compasión. Pero eso no era lo que yo buscaba.

Bajé las manos y las para sostenerlo.

—Las personas que son responsables de la muerte de Rocco son las mismas

personas que son responsables de lo que me pasó.

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Griff me devolvió la mirada, con los ojos cayendo sobre las marcas que

Víctor había dejado en mi cara.

—Em…. —empezó, en voz baja.

—Mi cara se retorció. —No estoy buscando compasión, Griff.

—¿Qué quieres decir?

Sabía que este era un momento crucial. Tenía que decidir si podía confiar

en él y hablarle de mis planes.

—Estoy tratando de decirte que estoy de acuerdo contigo. Que las personas

que son responsables de esto tienen que morir.

Él frunció el ceño. —Sí, me siento así. ¿Lo que te pasó? Alguien tiene que

pagar por esto. Pero si te estoy entendiendo correctamente, no creo que

estemos en la misma página en cuanto a quién debe hacer pagar por ello.

Me mordí el labio. Sabía que tendría dificultades para convencer a Griff de

que esto era lo que había que hacer. Tenía que esforzarme más.

—¿Sabías que Rocco tenía sólo catorce años? Le dispararon cuando ni

siquiera estaba armado.

Griff consideró esto y suspiró. —¿De cuántas personas estamos hablando?

—Sólo dos.

—Sólo dos —repitió en un murmullo—. Déjame adivinar. El rarito que se

pasea como si fuera un dios. El jefe, el hombre grande. El que te siguió en el

granero.

Pude sentir la garganta cerrándoseme. —No. Ha estado desaparecido desde

hace tiempo. Estoy hablando del tipo que solía trabajar para él. El que tiene el

tatuaje de araña en el cuello.

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—Joder. Muy bien, así que ese es el loco número uno. ¿Quién es el loco

número dos?

—Su nombre es Shield. Sus hombres mataron a Rocco, y dejó su impresión

personal sobre mi rostro.

Griff se tomó un momento para dejar que todo esto se hundiera, con el dedo

nerviosamente tocando la mesa frente a él.

—Em, siento que te haya pasado todo esto.

—Ya te lo dije, Griff, no estoy buscando compasión —le dije con la voz fría

y constante. —Estoy buscando su ayuda.

—Lo que estás pidiendo es ridículo —exclamó—. ¿Cuál es exactamente tu

plan? ¿Marchar con una pistola y disparar a estos cabrones mientras sus

millones de secuaces armados miran para otro lado?

—Es por eso que necesito tu ayuda.

Griff se levantó y me miró, y esperé mientras se paseaba en el comedor.

Se detuvo y se arrodilló delante de mí. —No —dijo, mirándome a los ojos.

—¿No? —repetí, incrédula.

—No, no te voy a ayudar. Y no, no voy a dejar que hagas esto.

El calor subió a las mejillas. —¿No me vas a dejar?

—No voy a dejar que te pongas en esa clase de peligro. Estos hombres que

estás buscando se comen a las chicas como tú con el té de la tarde. Ahora

estás a salvo, y así es como voy a mantenerlo.

—No, no estoy a salvo. Con el tiempo vendrán detrás de mí.

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Él entrecerró los ojos. —¿Por qué harían eso? ¿Por qué te dejarían ir sólo

para volver a tomarte de nuevo?

Mi mano se había abierto camino a mi estómago, pero la retiré antes de que

pudiera darse cuenta.

Griff frunció el ceño. —Emily, ¿me estás diciendo todo?

Agarré mi pila de correo y me aparté de la mesa. Me levanté, y él me siguió.

—Voy a hacer esto con o sin tu ayuda —le dije, sosteniendo su mirada.

Me apartó un mechón de pelo de la cara. —Entonces no me iré de tu lado.

Nunca. Necesito que estes a salvo, Emily. El hecho de que todavía estés viva,

el hecho de que todavía estés enuna sola pieza, es un milagro. No voy a

desperdiciarlo.

Aparté la mirada y llamé a Meatball.

****

Cuando llegué a mi habitación, cerré la cortina y me hundí en mi piso.

¿Qué acaba de pasar? Esta era la pregunta que daba vueltas en mi mente

mientras acariciaba la cabeza de Meatball. Y su horrible aliento normal de

perro ahora tenía un rastro de mantequilla de maní.

No me esperaba la reacción de Griff. Para mí, estaba muy claro. Victor y

Spider tenían que morir. Aunque supongo que no podía culpar realmente a

Griff por negarse a ayudarme, sobre todo cuando no tenía toda la

información. El hecho de que estuviera embarazada; sabía que no podía

divulgar esto. Pero todavía no tenía claro me guardaba este secreto porque no

confiaba en él o porque tenía miedo de que se fuera. El mejor de los seres

humanos sólo está equipado para manejar un cierto grado de desorden. Yo

era un desastre andante. Una calamidad.

Cuando Griff había insistido en mantenerme a salvo, la cara de Cameron

había aparecido en mi cabeza, porque el me había dicho lo mismo. Siempre

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había sospechado que Griff tenía sentimientos por mí. ¿Qué tan profundos

eran esos sentimientos? No estaba segura. Para mí, él era más que un amigo.

Su llegada me había traído el aire que necesitaba. ¿Había algo entre la

amistad y el amor?

Una cosa estaba clara: cuando se trataba de la Shield y Víctor, me

encontraba sola. Si Griff sostenía su promesa de nunca salir de mi lado, mi

decisión de tratar de conseguir la ayuda de Griff acababa de hacer mi vida un

infierno viviente.

Yo sólo deseaba que Griff hubiera tenido fe suficiente en mí para

ayudarme, o, por lo menos, dejarme estar. Incluso si él no lo sabía todo.

A pesar de que era medianoche, cogí el teléfono y marqué el número de mi

madre.

—Es urgente —le dije a la dama que repondió a la línea de mi madre.

***

—Emily, ¿por qué me llamas a estas horas? —me preguntó, con voz aturdida

e irritada.

La mayoría de las madres habrían estado preocupadas si hubieran recibido

una llamada de sus hijas a medianoche. Pero Isabelle Sheppard no era como

la mayoría de las madres.

—¿Por qué no me lo dijiste? —le exigí. —Papá es arrestado y tengo que

saberlo por el periódico. ¿Por qué nadie me llamó para decirme lo que estaba

pasando?

Mi madre rió entre dientes. —Oh, querida. No tiene nada de qué preocuparse,

en absoluto. Estas cosas pasan todo el tiempo. Todo terminará pronto.

Me tomé un momento y suspiré. —Está bien. ¿Puedes llamarme si algo como

esto sucede? Realmente no quiero tener que leer el periódico para saber qué

está pasando con mi padre.

Page 122: Scare Crow- Julie Hockley

—Sí, por supuesto —concordó ella, con la voz un poco más tensa—. Ahora

voy a dormir un poco.

Colgué. Mi madre estaba siendo demasiado agradable. Y se había reído.

Sabía que esto estaba apunto de explotar. Y sabía que mi padre era culpable.

Oí a Griff subir las escaleras y detenerse frente a mi puerta. Luego siguió su

camino a su habitación, dejando la puerta abierta.

Apoyé la cabeza en la almohada y cerré los ojos, sólo para volver a abrirlos.

No había manera de que fuera a ser capaz de dormir.

Agarré mi pila de correo y empecé a a revisarlo.

No fue hasta que llegué a un sobre del tamaño de una tarjeta de felicitación

que me di cuenta de que hoy había sido mi cumpleaños. Feliz cumpleaños a

mí.

Page 123: Scare Crow- Julie Hockley

Capítulo Seis: Cameron

DIECISÉIS VELAS

Hoy es el cumpleaños de Emmy.

Hoy ella llega a la edad de veinte años. Este era el mejor regalo que pude

haberle ofrecido.

Fue hace cuatro años el día en que me di cuenta que estaba enamorado de

Emmy.

Siempre encontraba una manera de verla tan a menudo como me era

posible, pero sobre todo en días festivos y su cumpleaños. En un principio,

porque le había prometido esto a Bill. Pero con el tiempo, se convirtió en un

ritual, algo que yo necesitaba. Hizo parecer un poco menos solitarios esos

días para mí.

Cuando pasé por la mansión de East Hampton de sus padres esa noche en el

cumpleaños de Emmy, los coches se alineaban varios kilómetros por las

calles, estacionados cuidadosamente por el personal contratado. Eran los

dulces dieciséis de Emmy, y fue el acontecimiento social del año. Yo estaba

un poco sorprendido por esto; Emmy nunca había parecido de ese tipo,

aunque se supone que no la conocía tan bien, después de todo, aunque creo

que lo hice.

Yo no tenía invitación, pero por suerte estaba conduciendo un Maserati.

Nunca nadie cuestionó que yo no pertenecía allí cuando conduje hasta los

mozos y les tiré las llaves.

Siempre había visto a Emmy desde el exterior, sobre todo en la escuela,

porque era más fácil y podía hacerlo sin llamar demasiado la atención. En

realidad, conseguir entrar en los terrenos de los Sheppard, era una definitiva

primero vez. El camino a través de las puertas de hierro y los jardines

parecidos a parques fueron bastante impresionantes. Pero por dentro, era

excesivo. El vestíbulo en sí era más grande que mi gimnasio de la escuela,

con una escalera de mármol que partía en dos a medio camino antes de

conducir a un entrepiso. Me recordó a una serpiente de dos cabezas.

Page 124: Scare Crow- Julie Hockley

Todo el mundo estaba vestido como si fueran a una fiesta de graduación.

Yo llevaba una camiseta y pantalones vaqueros, pero eso no me intimidó.

Cogí una copa de champán del primer pingüino pagado que pude encontrar y

de inmediato me mezclé en busca de la pequeña hermana de Bill.

Ese año, habíamos establecido finalmente el oleoducto de Canadá, y no

había tenido tiempo de checar a Emmy. Pero nunca se me ocurriría no verla

en su cumpleaños.

Caminé entre la multitud, yendo por las habitaciones con techos tan altos

como una sala de cine y las pinturas más feas que he visto nunca. La orquesta

era tan fuerte que apenas podía oírme bebiendo. El perfume caro, los

cigarros, la simulación de interés en el tema de otra persona en la

conversación... Cuando por fin encontré el patio, que apenas tuve tiempo de

aspirar un suspiro de alivio antes de darme cuenta de que había otra maldita

orquesta tocando afuera. Estas personas estaban obsesionadas con violines.

Me encontraba buscando una vía de escape de esta lujosa locura cuando las

orquestas finalmente dejaron de tocar en el interior y fuera, y una voz a través

de un micrófono se dirigía a la multitud desde la piscina.

—La piscina exterior— especificó la voz después de unos segundos de caos.

Me las arreglé para empujarme cortésmente a mi manera a través de la

multitud hasta el borde del agua. Y cuando la última de las cabezas grises se

apartó, la vi, y algo dentro de mí cambió.

Emmy.

Ella estaba de pie en el otro lado de la piscina del tamaño de un lago, oculta

sólo por la sombra de su madre. Llevaba un vestido blanco de encaje de ojal

que se hundía hasta las rodillas. Su pelo rojo caía sobre los hombros en

mechones largos. El blanco de su vestido resaltaba cada peca, cada hebra de

color rojo se destacaba y hacía al verde de sus ojos completamente

magnético. El blanco inmediatamente se convirtió en mi nuevo color

favorito. Yo sólo podría estar allí y mirarla para siempre.

Emmy mantuvo sus ojos en la nuca de su madre y se colocó el pelo detrás

de la oreja. Luego esperó a que su madre recogiera el micrófono antes de

colocarse el otro lado detrás de la otra oreja.

La madre de Emmy era una mujer hermosa, y en cualquier otro día, yo no

habría sido capaz de quitarle los ojos de encima. Su vestido obviamente

estaba destinado a ser llamar la atención, con correas de plata que abrazaban

Page 125: Scare Crow- Julie Hockley

todas sus curvas. Su pelo rojo estaba recogido con mechones cayendo

perfectamente alrededor de su cara. Pero aún no era rival para la belleza de su

hija.

Su madre tomó el centro del escenario, pero mis ojos se quedaron en

Emmy. Ya no era sólo una niña linda; se había convertido en una especie

totalmente diferente.

La madre dijo sus palabras de bienvenida, así como un montón de cosas

que las personas ricas se dicen el uno al otro cuando se ven obligados a ser

agradables. Durante el discurso de su madre, vi como los ojos de los Emmy

momentáneamente viraron a su izquierda a un hombre de pelo gris que estaba

enfrascado en una conversación de negocios con algún otro en un esmoquin.

Burt Sheppard, el padre de Emmy.

Un pastel de cumpleaños que parecía que podía ocultar al menos dos

strippers fue traído. Emmy estaba junto a su pastel mientras la multitud

cantaba "feliz cumpleaños", dirigido por la maldita orquesta. Cuando ella

sopló las dieciséis velas, su madre miraba hacia la multitud con una sonrisa

pegada en su rostro. Y su padre nunca se apartó de su conversación.

Tan pronto como las velas fueron sopladas y la orquesta cambió su

melodía, Emmy estaba fuera del escenario y desapareció entre la multitud.

De inmediato comencé a empujar por medio de la gente para que pudiera

tenerla en mi vista otra vez, tratando de ir alrededor de la piscina lo más

rápido que posible.

Busqué en los jardines, luego volví a entrar y busqué allí. Los asistentes a la

fiesta estaban cada vez más borrachos, por lo que era difícil para mí abrirme

paso entre ellos. Cuando una juguetona señora de edad agarró mi culo

mientras caminaba, dejé el centro de la fiesta y me pegué a los lados, mis ojos

escaneando continuamente rostros, esperando que Emmy surgiera de nuevo.

Pero una vez que me quedé en las afueras de la fiesta, estaba expuesto. No

pasó mucho tiempo para mi menos-que-esmoquin fuese descubierto por uno

de los guardias de Sheppard. Un compañero de más edad, quien por la

camiseta de manga corta extra-crujiente y extra-blanca, parecía que estaba

estableciendo la seguridad en la propiedad.

Me metí de nuevo en la multitud antes de que él hubiese dado un paso en

mi dirección y me dirigí hacia la parte de atrás, pegándome a la casa para no

perderme dentro del parque Sheppard camino a mi coche. Llegué a la cuadra,

ileso, y me encontré con un montón de camareros que estaban fumando fuera

de la cocina. Cuando me vieron, se detuvieron, echaron un vistazo a mi

Page 126: Scare Crow- Julie Hockley

camiseta y pantalones vaqueros, me ofrecieron un cigarro. Me negué

cortésmente, no tenía el corazón para decirle a estos pobres patanes que lo

que ellos estaban fumando era mierda.

Entonces oí la risa de ella —Emmy. Se hizo eco de la cocina a través de la

mosquitera de la puerta. Me moví un poco más de un paso y de inmediato la

vi. Ella estaba sentada en un taburete de la barra, con otras dos mujeres a su

lado. Por los uniformes, deduje que se trataba de una criada, y el otro era un

cocinero. Se congregaron alrededor de la encimera de acero inoxidable,

comían pastel, mientras que el resto del servicio bullía a su alrededor. El

cabello de Emmy estaba recogido en una coleta, y sus sandalias se lograban

ver debajo. Tenía las piernas cruzadas sobre su asiento.

La camarera se mantenía añadiendo más y más crema batida al plato de

Emmy hasta que el pedazo de pastel desapareció bajo la montaña de crema.

Cada vez que Emmy daba un mordisco, más crema batida se esparcía, y esto

hizo que mi Emmy riera desde su interior. Me encontraba de pie afuera,

riendo con ella. Yo nunca había oído su risa antes. Para ser honesto, nunca la

vi sonreír mucho. Hablaba en serio la mayor parte del tiempo; el resto,

encontraba la manera de poner una sonrisa falsa cuando la ocasión lo

requería.

No sabía lo que era el amor hasta el momento en que escuché su risa, y

sentí la alegría, la libertad, y me sentí más vivo de lo que jamás había estado

antes.

Yo supe que la amaba.

Sabía que quería estar con ella y que necesitaba esto más que el aire.

También sabía que nunca podría estar con ella. Y sentí el dolor, como un

miembro acabado de ser cortado.

A medida que la comprensión se situaba, di un paso atrás. Horrorizado por

lo que todo esto significaba para ella y para mí. Me gustaría aprender y saber

todo sobre ella, pero a ella nunca le gustaría conocerme y tendría que

asegurarme de ello.

En el momento en que el viejo guardia de seguridad me hubo localizado de

nuevo, yo ya estaba tomando de vuelta las llaves de mi coche del mozo. Me

alejé de los Sheppards, soñando con que la próxima vez me gustaría ser capaz

de ver a mi Emmy mientras ella permanecía completamente ajena a mí.

Hoy era su cumpleaños... y yo no estaba allí para celebrarlo con ella. Pero

ella tendría muchos más cumpleaños, porque yo no estaba allí. Y tuve que

estar agradecido por esto.

Page 127: Scare Crow- Julie Hockley

****

Spider me arrojó un periódico sobre la mesa, enviando a volar mi café

sobre los gráficos que Carly había puesto juntos. Estábamos metidos en una

de nuestras casas de seguridad en Callister.

Eché un vistazo a la página principal. Una imagen de Shield abrazando las

drogas que había confiscado de un barco.

Utilizé el papel para absorber el café.

Spider arrancó la primera plana de mis manos antes de que absorbiera mi

café.

—Shield acaba de hacer la primera plana aprovechando nuestro cargamento

de drogas en Los Angeles, ¿y no tienes nada que decir?

Tiny entró por la puerta y me dio una señal. Asentí y me levanté. —No es la

nuestra— le dije a Spider.

—¿Qué quieres decir con que no es la nuestra? Yo estaba allí cuando

organizamos el envío. ¿Estás tratando de decirme que un cargamento de

droga se produjo en el mismo día, al mismo puerto que el nuestro se suponía

que había entrado, y sin embargo, esta carga fue incautada y no la nuestra?

—La nuestra en realidad llega mañana a San Francisco.

Me di cuenta de que Spider estaba tratando de dar sentido a todo esto.

—Mientras que los federales se felicitan con esta incautación y gastan sus

preciosos dólares del gobierno en la investigación y determinación de quién

va a ser promovido, nuestra carga estará entrando silenciosamente en el

puerto de San Francisco— le expliqué, a pesar de que no tenía que hacerlo.

—¿Estableciste un cargamento ficticio sólo para deshacerte de los federales?

—Había enojo en su voz.

Me encogí de hombros, fingiendo indiferencia. Me di cuenta de que esto

hería a Spider, ya sabía que lo haría, pero tenía que suceder de esta manera.

Page 128: Scare Crow- Julie Hockley

—Mira cuánto se ha incautado, Cameron. ¿Cómo podemos siquiera pagar

esto?

Eché otro vistazo al artículo. La cantidad que se declaró confiscada no era

ni la mitad de lo que yo había enviado en realidad. Alguien estaba

manteniendo una comisión para sí mismo. Shield era tan predecible.

Golpeé el hombro de Spider. —No te preocupes por eso.

Encontré a Tiny en la puerta y nos dirigimos fuera al vehículo en espera.

—Nuestro hombre fue arrestado— dijo Spider, a la par con nosotros.

—Y será generosamente recompensado por su servicio y su confidencialidad.

Tenemos un nuevo tipo ahora.

Cerré la puerta y me alejé, dejando a Spider en el estacionamiento de

nuestro apartamento en Callister.

—No pude encontrar a Norestrom—. me confesó Tiny inmediatamente. —

Nadie sabe dónde está. Shield lo echó de su organización.

—¡Jesucristo!

Deseaba tanto llegar a Norestrom que podía saborearlo... casi tanto como

quería a Shield muerto. Aunque no me sorprendió. No había escondido mi

deseo de torturar y matar al hombre que ordenó la matanza de mi hermano

pequeño, y Shield no querría tener comunicación amistosa en torno a él. Tuve

que recordarme a mí mismo que romper mi puño a través de la ventana no

habría cambiado nada.

—Así que, ¿a dónde vamos? —le pregunté, tratando de ocultar mi decepción.

Tiny había estado pasando un montón de horas tratando de meterme en los

hombres de inteligencia de Shield, manteniendo todo oculto de Spider y el

resto del mundo terrenal. No quería a Spider involucrado en nada de esto

porque él no aprobaría que yo hiciera todo el trabajo sucio con mis propias

Page 129: Scare Crow- Julie Hockley

manos. Y debido a que las cosas podrían ir mal muy rápidamente, y yo no

quiero que quedar atrapado en mi desorden —la clase de lío del que uno no

se aleja vivo. Spider era uno de mis mejores amigos, sólo los dos, él y Carly

eran como de la familia. Necesitaba saber que iban a salvarme. La mierda en

que estaba consiguiendo envolverme tenía que permanecer escondida de ellos

por su propia protección.

Spider no sabía que me había reunido con Shield hace unas semanas y le

dije acerca de un cargamento que estaba llegando a Los Angeles. Me había

ofrecido dividirlo con él a cambio de tregua para olvidar el pasado. O eso

creía. Había tenido a mi hermano muerto, había secuestrado y casi mató a

Emmy, pero lo que vio el bajo mundo era que yo era la bala perdida. Victor

sabía eso, y él estaba usando eso para conspirar contra mí. Pero al ver la

cantidad de droga que estaría robando de mí, estaba cegado por las

posibilidades, olvidando temporalmente sus maquinaciones, sin darse cuenta

de lo mucho que quería cortarle la garganta. Había perdido una gran parte de

su propio dinero cuando yo le robé a él y lo detuve en Breland. Estaba

desesperado por recuperar los fondos perdidos.

Yo sabía muy bien que él me iba a traicionar y utilizar algunos de los

envíos para posicionarse en los medios de comunicación, aunque no había

esperado que él se tomara una gran parte del enví por sí mismo. Se estaba

volviendo cada vez más descarado —o estúpido.

Todo este dinero y atención de los medios, esperaba, lo mantendría

distraído y lejos de Emmy. A pesar de que habíamos tomado todas las

medidas posibles para asegurar que todos en el submundo creyeran que la

había dejado y no me importaba lo que le pasara, tenía que mantener a Shield

a distancia, aunque me costara todo lo que tenía.

Tuvimos que alistar a un nuevo tipo de envíos de todos modos. El otro se

volvió descuidado e imprudente con su dinero.

El día en que me dirigí hacia el puerto de San Francisco, ya había hecho la

investigación sobre uno de los supervisores de carga, pero necesitaba verlo

por mí mismo antes de acercarme a él con una oferta que no pudiera rechazar.

No era el tipo de hombre con el que normalmente trabajamos. Él era un

hombre de familia, matrimonio de veinticinco años, con dos hijas en la

escuela secundaria y dos más en la universidad. Caro.

Yo le había seguido en su minivan destartalado. Condujimos durante casi

dos horas en el tráfico hasta que llegamos a una pequeña y tranquila ciudad.

Un bonito lugar para criar a cuatro hijas.

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Tan pronto como salió de la camioneta, una de sus chicas adolescentes saltó

fuera de la casa, lo besó, y se fue en la camioneta.

Él pasó las siguientes horas cortando el césped y haciendo tareas de la casa,

después de que acababa un turno de noche en el astillero.

Este era sin duda mi chico —uno que necesitaba el dinero y tenía todo que

perder si lo atrapaban o trataba de ir a la policía cuando empezara a

chantajearlo.

Mi época de hazañas oscuras y mortales continuaba acumulándose cuando

Tiny se detuvo frente a un edificio de apartamentos duplex decrépito que

estaba en el mismo barrio que la de mi madre. Esto no era lo que había estado

esperando, pero si Tiny dijo que era el lugar, entonces éste era el lugar.

Había conocido a Tiny por mucho tiempo. Su tío, Henry Grimes, era

nuestro contador. Hace unos años, Henry nos había pedido dar a Tiny un

poco de trabajo, sacarlo de las calles y fuera de problemas. Resultó que él nos

hizo un favor más grande de lo que le nosotros le hicimos a él. Tiny era una

gran adición. No era muy hablador, pero yo confiaba en él.

Subí las escaleras alfombradas agujereadas y entré al departamento de

arriba, lo cual fue bastante fácil ya que la puerta estaba casi cayéndose de sus

bisagras.

Fui a ver el apartamento de un dormitorio. Estaba frío y vacío, a excepción

de un viejo colchón que había sido echado en el suelo de la sala, con un

teléfono al lado. Las ventanas temblaban con el viento, y el calor era lo

suficiente para que las tuberías no se congelaran. ¡Esto no era lo que yo

esperaba del sitio en que vivía un chico haciendo dinero extra!

Encontré una mancha en la pared que caía al suelo, aguardando una larga

espera. Antes de que tuviera tiempo para estirar aún plenamente mis piernas,

me enteré de que alguien subía por la escalera de incendios. Tomé mi arma y

esperé en el pasillo que conducía a través de la cocina. Una figura salió

alrededor de la pared, y encallé la pistola contra su cráneo.

Saqué el arma. Era Spider. Él no se inmutó por el hecho de que casi le

había disparado.

—¿Qué demonios estás haciendo aquí? —le pregunté con un silbido en mi

voz.

Miró alrededor de la vivienda. —La pregunta es... ¿qué demonios estás

haciendo tú aquí? ¿Qué han estado haciendo tú y Tiny?

Page 131: Scare Crow- Julie Hockley

Guardé mi arma y me fui a buscar mi lugar en el suelo. Él se dejó caer

contra la pared opuesta.

—Esto no es asunto tuyo —le dije.

—Parece que hay un montón de cosas que no me incluyen a mí en estos días.

Ambos miramos la pared frente a nosotros por un tiempo.

—¿Cómo me has encontrado? —pregunté por último.

—Tú y Tiny han estado yendo por su cuenta últimamente. Pensé que debía

seguirlos y ver lo que estabas haciendo—. Juntó las manos detrás de la

cabeza y se estiró. — Así que, ¿a quién estamos esperando?

—Una de las putas de Shield—. Pensé que había encontrado esta

eventualmente.

—¿Negocios o placer?

—Es algo personal.

—Ah— dijo, ladrando una risa oscura, —debería haber imaginado que todo

esto tenía que ver con Emmy. Sólo ella fundiría tu cerebro para que pienses

que esto es una buena idea.

—¿Qué quieres que haga? ¿Ignorar el hecho de que las personas que

asesinaron a Rocco y le hicieron eso a Emmy están caminando en esta tierra?

—No. Pero tú y yo sabemos que hay maneras de obtener su venganza sin que

te arriesgues a ti mismo. Tenemos personas que puedan hacerse cargo de eso

por ti.

—Como he dicho, es algo personal.

Page 132: Scare Crow- Julie Hockley

—¿Y si los lideres se enteran de que has estado repartiendo venganza

personalmente? ¿Que estás en algún tipo de furia asesina? ¿Crees que se

sentirían confiados a dejarte manejar todos los asuntos de negocios?

—No van a averiguar sobre esto. He sido muy cuidadoso.

—Podrías haberme pedido ayuda, ya sabes.

—¿Habrías estado de acuerdo en ayudarme?

—Hubiera definitivamente tratado de convencerte de lo contrario. Pero no te

habría dejado tomar todo el riesgo por tu cuenta—. Había dolor en su voz.

—No quiero que te involucres.

—¿En caso de que algo vaya mal?

—Nada va a salir mal. Tú y Carly no quedarán atrapado en todo esto.

La expresión de Spider vaciló. —Siempre hemos trabajado en equipo, Cam.

Si yo no sé lo que estás haciendo, ¿cómo puedo cuidarte la espalda?

No tenía una respuesta que darle. Estaba en lo cierto. Spider y yo habíamos

estado juntos desde que nos conocimos. Entre más cosas intentaba ocultarle a

él y a Carly, más rápido se propagaba la oscuridad. Podía sentirlo.

—¿Es por eso que montaste el estúpido envío con Shield sin decírmelo? ¿Por

Emmy? —preguntó él. —Sabes que los capitanes se enterarán y se

preocuparán.

Debí haber sabido que Spider al final sumaría dos más dos cuando viera el

artículo periodístico sobre el embargo de drogas que hizo Shield. —La

entrega de los lideres vendrá asegurada y en buen estado. Todo lo que verán

es el dinero circulando y a los policías demasiado ocupados para darse cuenta

que la nueva carga ya está en las calles.

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—¿Y no crees que vayan a querer saber quién es el que está intentando

llevarse la droga de su territorio?

—Les diré que fui yo. Que nos estaban dando muchos problemas y que

necesitábamos distraer a los federales. Además, no apreciaran ver a Shield

con toda esa droga gratis.

—¿Y no se preguntaran quién realmente pagó por la carga?

También debería haber supuesto que a Carly no le tomaría mucho para

delatarme con Spider. Así fue como me di cuenta cuán nublado se estaba

poniendo mi juicio. Nubes oscuras.

—Lo llamaremos un regalo adelantado de Navidad. Un obsequio por todas

las otras cagadas de este año—. Mi voz se fue desvaneciendo. Alguien estaba

subiendo las escaleras al otro lado de la puerta. Spider y yo nos miramos.

Sacamos nuestras pistolas. Él se levantó para esperar detrás de la puerta, y yo

simplemente me quedé allí como el comité de bienvenida. Cuando la puerta

se abrió, Mike Westfall tenía una pistola en su cabeza rapada y estaba siendo

empujado a la sala por Spider.

—Oficial Westfall —exclamé, juntando mis manos con júbilo. Iba a disfrutar

esto.

—Siéntate —le ordenó Spider.

Westfall tomó asiento en su viejo colchón sucio y esperó con una expresión

extrañamente solemne.

—¿Sabes por qué estoy aquí? —le pregunté.

—Sí —respondió y alzó la mirada. —Sabía que al final tendría que pagar por

lo que le pasó a esa chica.

Su respuesta me agarró desprevenido. Esperaba que negara todo e intentara

negociar su salida, pero Mike en realidad parecía sentirse culpable. Esto me

puso curioso.

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Miré la habitación vacía. —Una pocilga bastante fea la que tienes aquí.

—No necesito mucho.

—¿Eres un drogadicto?— No había encontrado ninguna hierba o parafernalia

de drogas, pero esa era la única explicación para el decrepito estado de su

departamento.

—Nunca toco eso —contestó el oficial con franqueza.

Entonces miró hacia arriba; observó mi pistola y luego a mí. —¿Alguna vez

has tenido que elegir entre tu familia y hacer lo correcto?

Esperó, como si de verdad quisiera una respuesta. Spider se aclaró la

garganta y me hizo señas con su pistola. Mike había sido el guardia que

estuvo vigilando la puerta de Emmy después de que Shield la capturara. Mike

se quedó sentado y no hizo nada mientras Emmy recibía una paliza. Él la

pudo haber protegido. La pudo haber ayudado a escapar antes de que fuera

obligada a pasar por todo eso. No había duda de que lo iba a matar, pero no

por el momento. De repente estaba interesado en lo que tenía para decir.

El Oficial Westfall dejó caer sus manos entre sus rodillas y agachó la

cabeza.

—Hubo un momento. Cuando la chica estaba detrás de la puerta y me suplicó

que la dejara salir. Hubo un momento donde pensé que estaba escuchando a

mi propia hija— se detuvo y tomó una respiración. —Pensé que iba a

desbloquear la puerta y dejarla escapar antes de que aquel cerdo regresara por

ella.

—Y aún así, no hiciste nada —le susurré.

Alzó la mirada. —La amas, ¿no es así?

Lo observé y saqué mi pistola.

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—No habrías venido por mí tú solo si no la amaras — conjeturó en susurros

mientras volvía a dejar caer su cabeza y cerraba los ojos. Metió las manos en

su camisa.

—¡Oye! Manos donde pueda verlas —ordenó Spider, pero sacudí la cabeza.

El arma de Mike seguía en la funda pegada a su cinturón. Lo que sea que

estaba buscando, no era una pistola. Sacó un pedazo de papel —una imagen

que besó. Entonces hizo la señal de la cruz.

—Nosotros decidiremos cuando estés listo, amigo —graznó Spider y me

miró interrogante—. ¿Qué estás esperando? —Articuló.

Mike estaba sosteniendo la imagen en su palma, extrañamente tranquilo.

—¿Quién está en la foto, Mike?

Me miró pero no respondió.

—Dámela —demandé.

Pero sostuvo mi mirada.

Spider llevó la pistola a la frente de Mike. Mike captó el mensaje y

finalmente cedió, tendiéndome la fotografía. Era la imagen de una mujer y

una niña sentadas en una cama, sonriendo y abrazadas. Ambas tenían la

cabeza rapada. Estaban en el hospital de algún sitio. La niña pequeña estaba

con una bata rosa. Su piel era gris, y tenía tubos saliendo por todas partes.

—¿De quién es esto?

—Esa es mi esposa y mi hija —respondió él, sus ojos pegados a la foto como

si estuviera allí mismo junto a ellas, abrazado en la cama—. Mi hija se puso

realmente enferma cuando tenía cinco años. Y así ha estado desde entonces.

Leucemia.

Sabía que esto podría haber sido una trampa, una manera de conseguir

simpatía para que no lo matara. Pero cuando me miró mientras yo sostenía la

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fotografía en mis manos, pude verlo en sus ojos: el odio. La sola idea de tener

a una escoria como yo tan cerca de su esposa y su hija era suficiente para que

quisiera destriparme y usar mis intestinos como badén. Sólo un hombre que

de verdad estuviese enamorado tendría ese tipo de reacción. Lo sabía.

Le devolví la foto, y volviendo a respirar, la guardó bajo su remera para que

yo no pudiera volver a tomarla.

—¿Los cabezas rapadas?

Pasó su mano por la piel desnuda en su cuello, y una triste sonrisa llegó a sus

labios. —Ella estaba muy enojada cuando comenzó a perder su cabello. Solía

ser largo y castaño. Era tan espeso y rizado que no podías cepillarlo. Nosotros

dejamos que nos rapara nuestras propias cabezas. Eso ayudó un poco.

Me apoyé contra la pared y me crucé de brazos, manteniendo mi arma

abajo.

—¿Por qué diablos te arriesgarías a todo eso sólo para trabajar para Shield?

—¿Piensas que quiero trabajar para ese idiota? —gruñó él—. No tengo

opción. Mi salario no es suficiente para cubrir nuestras cuentas médicas.

Trabajando para Shield, puedo pagar su atención medica, y demás que mi

esposa se quede a su lado. Cada centavo que tengo va destinado a mantener

con vida a mi chica.

Mantuve la compostura, pero algo se estaba alzando en mí. Algo que había

estado intentando toda mi vida aplastar, matar.

—Tuve a alguien investigándote. Nunca nada de eso salió a la luz.

—Mi esposa y yo nos casamos en Jamaica pero nunca llenamos la

documentación aquí. Ella es extremadamente terca y no quiso cambiar su

nombre cuando nos casamos.

—¿Y nunca nadie se ha preguntando, o te ha dicho algo acerca de ellas?

Page 137: Scare Crow- Julie Hockley

—Nadie de por aquí sabe que siquiera existen. Desde que empecé a trabajar

para Shield, me he manteniendo aparatado de ellas. —Entonces él me miró a

los ojos—. ¿Tú no lo harías?

Dejé el arma quieta, sabiendo qué era lo que necesitaba hacer.

Mike siguió—: Lamento lo que le pasó a tu chica. Pero si la habría dejado ir,

entonces Shield me habría matado, o bien habría indagado en mi pasado y

luego me habría matado. Elegí a mi familia.

Ya habíamos dejado de pretender que Emmy era sólo otra chica. Creía que

todo lo que decía Mike era cierto. Pero ahora él también sabía cuán profundo

era mi amor por Emmy, y que planeaba ir contra la voluntad de Coalition,

que iba a la caza de cada ahombre que había tenido algún tipo de contacto

con Emmy. Mike estaba cargado de información que haría que me maten a

mí y a todos los que una vez me importaron.

Pero Mike tenía sus propias razones para estar allí, el haber tomado muy

malas decisiones. Una hija enferma de muerte. Montones de cuentas de

hospital. Una familia que era todo para él.

De repente, Mike y yo teníamos un montón en común. Y matarlo sería el

fin de su familia.

—Te voy a dejar ir —le dije. Spider y Mike simplemente me miraron como si

pensaran que estaba hablando Klingon.

— Has los arreglos que necesites para zafarte del alcance de Shield. Regresa

con tu familia. Y si le dices a cualquiera algo de todo esto, que sepas que iré

tras de ti, tu esposa e hija. Que desearías que te hubiera matado hoy.

Los ojos de Mike se agrandaron, situación que Spider imitó.

****

—¿Qué diablos fue eso? —gruñó Spider mientras caminábamos por el

bloque.

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—Fue mi decisión. Me atengo a ella.

—Fue esa foto, ¿no? La pequeña niña enferma. Padres devotos que se rapan

sus cabezas para hacerla sentir mejor respecto a la pérdida de su cabello. Te

crees esa clásica triste historia acerca de la niña muriendo de cáncer. Podría

haber sido todo un montón de mierda. Podría haber impreso esa foto de

internet y guardarla para tener el voto de simpatía.

Recordé la reacción de Mike mientras yo sostenía la imagen. —Estaba

diciendo la verdad.—De eso no tenía duda.

—¿Qué si no es así?

—Lo era. Y si no fuera el caso, entonces sufrirá una muerte mucho peor.

Encontré a Tiny esperándome en el punto de encuentro.

—Esta es la razón por la que nunca deberías haber hecho todo esto tu solo.

Ahora le has dado tiempo suficiente para advertirle a Shield antes de

desaparecer.

—Nadie puede desaparecer para siempre –le recordé—. Y no hará nada para

poner en peligro la vida de su hija.

—Eso sólo si en verdad tiene una hija —murmuró Spider mientras yo llegaba

al auto.

—Si muere, entonces también lo hace el dinero que paga por las cuentas

médicas de la niña.

Spider sostuvo la puerta por lo que no podía cerrarla. —En ese caso lo

matamos y le enviamos a su familia tanto dinero que no sabrán que hacer.

Pueden pagar las cuentas o lo que diablos sea que quieran. ¿A quién carajo le

importa lo que les pase? ¿Desde cuándo te importa a ti? Nosotros no nos

quedamos con deudas, Cameron.

Page 139: Scare Crow- Julie Hockley

—Mi decisión es final. Mike quedará indemne a menos que yo diga lo

contrario.

—Emmy se metió demasiado en tu cabeza. Ya no estás pensando con

claridad. Ella ni siquiera está por aquí, y aún así se las arregla para joderte.

—Termínala —le ordené a Tiny.

Tan pronto como Tiny presionó el acelerador, Spider soltó la puerta y yo la

cerré, dejándolo hablando solo en la vereda. Inmediatamente nos dirigimos al

aeródromo más cercano —inicialmente parte de mi plan de escape en caso de

que las cosas con Mike salieran mal.

Al principio se suponía que Spider se encontraría conmigo allí, así que

supongo que podría haberle ofrecido acompañarnos. Pero había llegado por

su cuenta a lo de Mike, y bien podría regresar. Además, necesitaba tiempo

para calmarse.

Cuando condujimos hasta la pista, estuve sorprendido de ver a Carly

esperándome en el avión.

Iba a preguntarle cómo se sentía. Pero por la mirada severa en su cara, supe

que este intento de compasión sería recibido con una mueca.

—Manny ha estado impaciente por encontrarse contigo —dijo ella,

prácticamente escupiendo las palabras. Carly nunca había escondido su

desprecio absoluto por Manny.

—¿Por?

—Probablemente quiere tener a tus bebés— espetó ella. De repente, su rostro

se contrajo y se puso pálido mientras la inmensidad de sus palabras daba en

el blanco. Rápidamente lo descartó. —Obviamente no le daría gran necesidad

de contarme su tema tan importante.

Manny. Ella había nacido en el negocio al borde de la ilegalidad,

literalmente. Su padre, líder de la Mafia Latina, había sido lider antes que

ella, antes de que fuera asesinado en pleno día por una bala de un

francotirador. Todo el mundo supo que ella había planeado el asesinato. Pero

nadie podía probarlo. Y nadie se atrevió a tocar el tema. Ella ocupó su lugar

Page 140: Scare Crow- Julie Hockley

como si él simplemente lo hubiese estado manteniendo caliente el asiento. Su

belleza, su crueldad, su hambre por el dinero la habían hecho popular en la

mesa de los lideres y en mi cama.

—Hablaré con ella antes del gran encuentro —le dije a Carly mientras mis

ojos seguía el coche de Spider mientras se dirigía a la pista.

Subí las escaleras, y Carly me siguió a nuestro avión privado. Mientras me

estaba sirviendo un trago, Spider entró y encontró un asiento lo más alejado

posible de nosotros. Desafortunadamente para él, éste era uno de nuestros

aviones más pequeños.

—Necesito que busques algo para mí —le dije a Carly, hablando lo

suficientemente fuerte para que Spider escuchara—. Hay un tipo llamado

Mike Westfall. Necesito que lo investigues.

Ella se encogió. —¿Qué estaría buscando?

Podía sentir a Spider mirándome.

—Tiene una esposa y una niña en algún lado. Puede que tenga algo de

problemas encontrándolo. Él ha estado intentando esconderlas.

—¿Y que se supone que haga cuando las encuentre?

—Averigua qué necesitan y dáselos. —Tiré mi asiento hacia atrás y me

saqué la remera por la cabeza.

—Eso es tan poco claro como siempre —se quejó.

****

Cuando aterrizamos en Houston, mi primera reunión fue con Kostya, líder

de la Mafia Rusa en los Estados Unidos. Con las mejillas caídas y una nariz

gorda que parecía haber sido golpeada demasiadas veces, Kostya era el

hombre más feo que había llegado a conocer. Todavía tenía la marca de una

bala que se había deslizado por su frente en un intento de asesinato… la

Page 141: Scare Crow- Julie Hockley

primera vez. Hubo dos intentos más después de ese. Él perdió a su esposa

hace cerca de diez años por cáncer. Parecía que con cada año que pasaba

aislado, sus ojos se hundían un poco más en la flácida piel de su rostro.

A primera vista, Kostya parecía un asesino sin educación. Pero en realidad,

era muy bien hablado y cortés.

Nada era lo que parecía en este mundo.

Además de administrar su propio terreno en la Costa Este, Kostya era

responsable de requisiciones farmacéuticas. Cada capitán era responsable de

uno de los aspectos de nuestras actividades, ya sea que se tratara de productos

o informes policiales.

El auto de Kostya estaba esperándonos en la pista. Spider y yo subimos,

dejando a Carly para cuidar de todo lo demás. Nuestras reuniones de uno a

uno siempre eran en autos en movimiento. Todos los capitanes tenían su

idiosincrasia. Ésta era la suya. Después de tres intentos de asesinatos, él

estaba un poco nervioso.

—Tenemos que dejar nuestras acciones de Chappelle de Marseille —anunció

él después de ofrecerme una bebida que rechacé.

Esto no era novedad para mí. Chappelle de Marseille era el distribuidor más

grande de fármacos en los Estados Unidos. Por años, y a causa de Bill,

teníamos a alguien dentro de su distribución. Espiando sus envíos.

Arreglando que la entrega de los camiones desapareciera. Dejar atrás nuestra

inversión también significaba que llevaríamos nuestro negocio a otro sitio.

Por los últimos meses, Kostya había estado intentando empujarme a un

acuerdo para vender y salir. Él tenía una buena razón: Chappelle de Marseille

estaba a punto de someterse a un escrutinio extremo por parte del gobierno

tras la incautación de su empresa matriz. Mi problema era que la empresa

madre era la Empresa Sheppard.

Hasta entonces, la crisis era solo un rumor. Todo había sido silenciado por

el gobierno para así darles la oportunidad de escarbar discretamente en los

fondos Sheppard antes de que desaparecieran totalmente.

Quitar nuestra participación en Chappelle de Marseille no sólo dejaba en

bancarrota a esta pequeña compañía; sino que también pondría en marcha un

frenesí, una avalancha de los medios que arruinaría a todas las Empresas

Sheppard y a la familia de Emmy. Emmy se había negado a tomar mi dinero

después de que Carly se lo diera. Temí que si sus padres quedaban en

Page 142: Scare Crow- Julie Hockley

quiebra, ella no tendría absolutamente nada a lo que recurrir si la cosas se

ponía mal.

Había estado tratando de detener lo inevitable.

—¿Cuál es nuestra alternativa? —le pregunté, esperando que no respondiera

al igual que las últimas veces que nos habíamos juntando para discutir este

tema.

—Advantis.

Mi expresión se mantuvo uniforme. —Un poco pequeña para nuestras

demandas, ¿no crees?

—No por mucho tiempo. Mis fuentes me acaban de confirmar que se van a

fusionar con Chemfree. Sólo están a la espera de una financiación… de

nosotros.

—Dos pequeñas firmas Americanas que monopolizan el mercado de

fármacos —reflexioné. —Eso suena muy bien, pero nosotros necesitamos un

interno antes de mover el negocio.

—Ya está hecho —dio él, una mirada de satisfacción inundando su feo

rostro. No había rastro de duda en su voz.

Cuando dudé, Spider me miró para ver que haría. Si no hacíamos un

movimiento pronto, perderíamos millones. Esto fue lo mejor para la

Coalición, y la razón del por qué estábamos aquí.

—Venderemos nuestras acciones —decidí. —Tan pronto como sea posible.

Sabía que la familia Sheppard, , no sobreviviría a esto. Pero me conformé

con saber que Bill habría tomado la misma decisión.

Page 143: Scare Crow- Julie Hockley

Capítulo Siete: Emmy

SONRÍE. AUNQUE TU CORAZÓN SE ESTÉ

ROMPIENDO.

Estaba sonriendo. Porque eso era lo que la canción de Charlie Chaplin

decía que había que hacer, con la promesa de que el sol brillariá. Así que

escondí mi dolor detrás de una sonrisa. Pero las nubes nunca se fueron.

El tiempo cura todas las heridas. Al menos, eso es lo que dice la gente. Sin

embargo, todavía me encontraba a mí misma soñando con Cameron y Rocco

cada noche, cada sueño cada vez más real mientras el embarazo avanzaba.

Cada sueño dejándome sudorosa y con el corazón roto. No podía dejar de

soñar con ellos, incluso si hubiera querido.

Griff había cumplido su promesa y nunca se fue de mi lado. En la escuela y

en el trabajo, me acompañaba hasta la puerta y me estaba esperando cuando

terminaba. Si me encontraba vagando por la casa en el medio de la noche,

vendría a buscarme.

Yo sonreía. Él sonreía. Pero apenas nos hablamos. Bueno, Griff trataba de

hablar conmigo, razonar conmigo, suplicarme al principio. Había empezado a

hablar con él con monosílabos.

Era extraño cuán sola te podías sentir, incluso cuando nunca estabas sola.

Tener a Griff era mejor que no tener Griff allí. Así que sonreí. Griff sonreía la

mayoría del tiempo también. Pero me di cuenta de su mirada vagando en la

nada. Sabía que le estaba rompiendo el corazón, y por mucho que esto me

matara, era incapaz de darle lo que quería: que nosotros siguiéramos adelante.

Si mis compañeros alguna vez se preguntaran por qué Griff se mantenía tan

cerca de mí, nunca me lo preguntaron. Demasiado fascinante, supuse. Griff se

había convertido en algo como una celebridad alrededor de nuestra casa.

Hunter había arrastrado a todo el mundo que conocía a la casa sólo para que

pudieran ver a Griffin el Grappler Connan con sus propios ojos. Todo sobre

Griff era contagioso. Su risa, su confianza en sí mismo, la forma en que su

boca se arrugaba en un lado cuando sonreía.

Page 144: Scare Crow- Julie Hockley

Hunter había aprendido rápidamente a no llevar a ninguna chica a conocer

a Griff; de lo contrario, sería ignorado el resto de la noche mientras las chicas

se desmayaban sobre Griff.

Sabía que todo el mundo estaba tolerando a Meatball y a mí por Griff.

Griff estaba un poco desilusionado por la atención, sobre todo cuando

finalmente encontramos un momento para solo nosotros para ser

inmediatamente interrumpidos de nuevo. Pero era lo suficientemente amable

y firmaba autógrafos cuando se lo pedían. Incluso firmó un poster de Hunter

después de que accedió a quitarlo de su pared del dormitorio. Toda la

atención que Griff estaba obteniendo me hizo sentir aún más alienada. La

única vez que alguien realmente me habló fue para hacerme preguntas sobre

Griff - y luego me escondí detrás de una sonrisa.

No me había dado cuenta de lo mal que las cosas habían ido, lo mal que me

había ido, hasta que Griff estaba caminando con Cassie y conmigo a la

escuela una mañana.

—Cambiaste tu color de pelo —comenté, haciendo una pequeña charla con

Cassie.

Su pelo se había ido de negro caldera a rubio, y se había quitado el

maquillaje pálido de su rostro para revelar sus cejas rubias. Parecía que había

renunciado al estilo de vampiro para ser bañada por el sol.

Griff y Cassie simplemente me miraron como si estuviera hablando con

ellos desde la luna.

—Lo cambié hace dos semanas— dijo con una sonrisa.

Le había tomado el gusto a hacer mi tarea en la biblioteca de la escuela.

Debido a que era tranquilo; porque Griff no podía hablar y podría estar a

solas con mis pensamientos. Mientras Griff escogió una mesa cercana y leer

un libro, me senté en una computadora para escribir mi artículo de

criminología. El hecho de que me había decidido a escribir sobre el tema de

la delincuencia de fraude no fue coincidencia. Todos los días veía las

noticias, en busca de cualquier cosa relacionada con mi padre. Se había

Page 145: Scare Crow- Julie Hockley

convertido en una obsesión, una liberación, una droga. No podía pasar

caminando por el periódico desechado de alguien sin agarrarlo. No podía

sentarme en una computadora sin ver lo qué nueva información había sobre

mi padre. Por primera vez en mi vida, fui conociendo a mi padre; por

desgracia, tenía que ser a través de los ojos de varios periodistas. Sólo

deseaba que alguien tuviera algo bueno que decir de él, aparte de su gran

capacidad de hacer dinero. Por lo menos estaba usando mi tiempo en doble

sentido y usando la información que recogí sobre los crímenes de mi padre

para escribir mi reporte de criminología.

Griff y yo nos encontramos con cada vez menos cosas de las que hablar, es

decir, discutir. Todo había sido dicho. Él quería seguir adelante, y yo no

podía. Estábamos en una inamovible punto muerto, y tratar de hacer una

pequeña charla no tenía sentido cuando había una enorme roca colgando

sobre nuestras cabezas. A veces nos caminaríamos todo el camino a la

escuela y volver sin tener que decir una palabra el uno al otro. A veces me

iría a la cama por la noche y darme cuenta de que no había pronunciado una

sola palabra a nadie en todo el día. Ya había perdido la esperanza de que

Griff vendría, y podía sentir que Griff estaba perdiendo la esperanza de que

yo iría. Pero cuanto más sedentaria me convertía, peor los sueños de

Cameron y Rocco se convirtieron. Hasta el punto de que casi no dormía ni

comía. Había un montón de pasear por la casa en medio de la noche.

La obsesión con mi padre no había reemplazado mi obsesión con Víctor y

Spider. De hecho, se había alimentado de ello. En uno de mis ejercicios de

caza de noticias, había encontrado una imagen de Víctor en el Callister City

Standard. Estaba de pie junto a un montón de ladrillos de cocaína envueltos

en papel. Otro momento glorioso para el héroe local. Quería hacer un agujero

a través de su cara empapelada. En cambio, corté su imagen y la metí en mi

pared del dormitorio, ocultándola bajo uno de mis posters de Van Gogh para

que Griff no lo viera. Cuando me di cuenta de que este proyecto de arte

estaba a medio terminar, hice un dibujo de una fea araña roja y la metí al lado

de la foto de Víctor. Había pasado de mirar las estrellas que brillan en la

oscuridad sobre mi techo a mirar una réplica del Wheatfield with Crows.

No sólo quería venganza, la necesitaba. Pero con Griff siguiendo todos mis

movimientos, no podía hacer nada para obtenerlo. Y esto me estaba matando

lentamente, como una fiebre prolongada.

Page 146: Scare Crow- Julie Hockley

****

—Hice panqueques —anunció Griff un viernes por la noche, cuando

estábamos solos en casa, un raro momento.

Estaba acostada en mi cama haciendo la tarea, tratando de hacer la tarea.

Mi mente estaba siempre en otro lugar estos días.

Sonreí. Por supuesto que sonreí.

—No tengo hambre. Gracias.

Pero Griff había dejado de sonreír en los últimos tiempos. —Vamos —

ordenó con su contagiosa voz.

Esto era algo que Griff había empezado a hacer en lugar de sonreír: insistir

en la comida, para mí. Sus habilidades en la cocina eran mi menos favorito de

sus atributos. Tratará de colar cosas saludables en mi comida, como la

sustituir azúcar con proteína en polvo. (¿Quién hace eso?) Apenas podía

retener nada; comer panqueques que probablemente sabrían como el aceite de

linaza era una nueva forma de tortura.

Mis ojos se habían encontrado su camino de regreso a Symposium de

Platón. Ya tenía dos semanas de retraso en las lecturas requeridas para ética.

Griff se mantuvo de pie allí. Seguí sin hacerle caso.

Suspiró un suspiro que salió de lo más profundo. Como si fuera su último

aliento.

—¿Hasta cuándo vas a seguir con esto?

—No tengo hambre —insistí, con una sonrisa que realmente tuve que trabajar

duro para conseguir.

Vi el cuerpo de Griff ponerse rígido, como si algo se elevara en su interior.

Levantó el puño, lo levantó como si estuviera a punto de chocarlo contra

Page 147: Scare Crow- Julie Hockley

algo. Volvió a respirar con los dientes apretados y dejó que su puño golpeara

ligeramente el marco de la puerta. Pude ver que estaba tomando toda su

determinación para no explotar.

—Maldita sea, Emily. ¿Qué hay de malo en querer seguir adelante de lo malo

hacia algo bueno?

Dejo irse a la sonrisa estúpida. —No puedo seguir adelante, Griff. Tal vez

puedas perdonar y olvidar tan fácilmente, pero yo no. Si no hago algo, me

voy a morir.

—¿Porque van a venir y matarte? —dijo, burlándose de mí oscuramente.

—Todavía no me has dado ninguna buena razón de por qué alguna vez

vendrían por ti otra vez. ¿Por qué te tomaron en primer lugar?

Me quedé mirándolo fijamente. Esto era más información que no estaba

dejando ir.

Sus ojos estaban ardiendo. —Así que vas a matar a dos lideres de la droga.

¿Alguna vez has matado a alguien siquiera, Sra. Sheppard?

—No —dije, haciendo una mueca. —Pero siempre hay una primera vez para

todo.

—¿Sabes lo ridícula que suenas?

—¿Yo sueno ridícula — Cerré mi libro y me levanté. —Rocco, un chico de

catorce años de edad, un niño que se parecía a ti, es asesinado sin razón

alguna. ¿Y yo soy la ridícula? Por lo menos tengo un sentido de la lealtad.

Page 148: Scare Crow- Julie Hockley

—Está muerto —gritó, sus brazos extendidos. —El chico era un gran chico, y

algo así nunca debió haberle sucedido. O a ti. Pero está muerto ahora, y

nosotros estamos vivos. Tenemos una oportunidad de ser felices. El Karma se

ocupara de esos bastardos, y tal vez algún día vamos a ser capaces de ajustar

las cuentas nosotros mismos. Pero por ahora, tenemos que permanecer fuera

de su camino y salir de su mundo.

—Ya te lo dije, Griff. No estoy pidiendo tu permiso, y estoy tan segura como

el infierno que no te necesito.

Se quedó en silencio. Me giré de lado para evitar chocar con él cuando salí

de mi habitación. Griff tiró sus brazos alrededor de mí, en una especie de

abrazo, clavando mis propios brazos contra mi cuerpo, mi espalda contra su

pecho.

—¿Qué estás haciendo? —exigí cuando me di cuenta que no era un abrazo.

Luché para salir de su agarre.

—¿Cómo vas a salir de esto, Em? Si alguien viene y simplemente te atrapa

asi. ¿Qué vas a hacer? —preguntó, al borde de la histeria.

Me moví, traté de saltar, intenté patear desde atrás, pero nada cambiaba el

hecho de que estaba atrapada. Meatball había venido volando de debajo de mi

cama y tratado de empujar para separarnos. Desde que pasaba la mayor parte

de sus días con Griff mientras yo estaba en la escuela o el trabajo, habían

llegado a algún tipo de entendimiento. Ahora estaba confundido en cuanto a

lo que debía hacer.

Griff estaba tratando de hacer un punto, y tenía un punto. No me podía

mover.

La ira burbujeaba en mi interior. —Suéltame.

Page 149: Scare Crow- Julie Hockley

—Estos hombres detrás de los cuales quieres ir, estos hombres a los que

quieres matar, todos ellos tienen armas. Quieres matarlos cuando ni siquiera

puedes liberarte de mis brazos. ¿Qué vas a hacer cuando te encuentras cara a

cara con alguien al que le encantaría nada mejor que tenerte apretada contra

él de esta manera?

Lágrimas furiosas comenzaron a gorgotear. Griff me dio la vuelta y me

sostuvo con el brazo extendido.

—El daño, el dolor, el odio. Tienes que dejarlo ir. Si no lo haces, te

convertirás al igual que ellos, y vas a morir.

Dolor ensombreció las características juveniles de su rostro.

Y esto me enojó tanto. Porque no queria ser la que la causa de todo ese dolor.

Y sin embargo lo estaba haciendo.

—Eres un idiota —susurré antes de que pudiera decir nada más.

Pasé por la puerta más cercana y la cerré detrás de mí. Me agaché,

poniendo mis manos sobre mis rodillas. Tomé varias respiraciones y me

limpié las lágrimas furiosas que Griff había conseguido exprimir de mí.

Curiosamente, estuve en las habitaciones de Joseph, Hunter, y ahora, la de

Griff. La habitación que nadie suele evitar. Pero la recordaba mucho más

desordenada que esto. No había comida o platos sucios por ahí, y realmente

podía ver la alfombra. Griff había hecho un valiente esfuerzo en hacer su

cama, que era difícil teniendo en cuenta que todo lo que tenía era un colchón

en el piso hecho entre las camas de Hunter y Joseph.

No tenía ni idea de que Griff era tan responsable en este mundo. Cuando

estábamos en la granja, en el inframundo, Griff holgazaneaba tan a menudo

como era posible.

En la granja, yo era la responsable. La que esperaba lo mejor, la que yacía

sobre todo pasiva, a la espera de la decisión de otra persona. Ahora la

situación había cambiado. Griff era el responsable. El que hizo su cama y no

iba corriendo detrás de traficantes de drogas.

Page 150: Scare Crow- Julie Hockley

Podía oír a Griff pasearse fuera de la puerta, así que no tenía ninguna prisa

por salir. No podía hacer frente a su realidad, que era probablemente muy

cercana del resto de la realidad del mundo. Pero no era la mía.

Agarrándome de esa manera, Griff me dijo básicamente que era sólo una

niña rica estúpida que estaba mirando la vida a través de sus oscuras gafas de

color rosa. Era peor que una bofetada en la cara.

Cuando vi que la computadora de José estaba encendida, me senté y me

puse en Internet. Aunque estaba recorriendo las noticias de nuevo, no fue por

mi padre. Estaba buscando algo, un artículo que leí hace poco en el Callister

City Standard.

Mientras esperaba que la búsqueda archivados cargara, una burbuja de

mensaje apareció en la esquina de la pantalla. Era un mensaje de alguien

llamado Bubbalicious.

—Necesito ayuda.

Me reí. No me pude resistir. —¿No lo necesitamos todos?

—De verdad. Estoy fallando tres de mis clases.

—Eso realmente apesta —contesté. Sabía lo que sentía. Tenía suerte si

pasaba a través de clases sin babear en mi portátil mientras dormía.

—Mi novio me dijo que hackeaste el sistema de la escuela para eliminar la

biblioteca electrónica. Genio. ¿Puedes entrar y cambiar mi nota también?

Quité mis dedos del teclado como si se hubiera encendido con fuego. Así

que Joseph había sido la razón por la que había perdido mi trabajo en la

biblioteca.

Page 151: Scare Crow- Julie Hockley

El servicio de busqueda regresó con una lista de artículos que coincidian

con mis palabras clave.

—¿Hola? —contestó Bubbalicious.

Imprimí el artículo que había estado buscando y tuve el buen sentido de

imprimir la conversación que Joe no sabía que había tenido con Bubbalicious

antes de que la borré.

Aparte del hecho de que se veía como si apenas hubiera pasado la pubertad

y que pasaba mucho tiempo delante de su ordenador, me di cuenta de lo poco

que sabía de Joseph. Habíamos estado viviendo bajo el mismo techo que

gotea durante más de un año, y ni siquiera sabía su apellido. Por otra parte, es

probable que no le importara saber mi apellido tampoco.

Cuando era niña, no se me permitía ver la televisión. Mientras que Bill

estaba en la habitación contigua permitido para envenenar su cerebro con lo

que sea que lo mantuviera tranquilo, yo estaba sentada con otro adulto.

Clases de música, ciencia y matemáticas, francés, alemán, mandarín. Nunca

era suficiente para mi madre. Si sospechaba que uno de sus amigos —

conocidos en realidad— tenían niños más inteligentes, más prósperos y

mejores, entonces podría esperar tener un profesor nuevo al día siguiente.

Todo lo que ví, todo lo que oí fue controlado por mi madre y sus secuaces

pagados.

Cuando tenía ocho años, mi madre vio una niña que llevaba el mismo

vestido que yo en una fiesta. La mí de ocho años de edad debe haberse visto

gorda porque tenía un nutriologo al día siguiente y me pusieron a dieta. Comí

todo un pastel de queso esa noche. Mi madre pensaba que era mi forma de

rebelarme contra ella, que mi hermano era una mala influencia para mí. A mi

realmente solo me gustaba el postre.

Finalmente me enviaron a la escuela porque eso era lo que los padres

hacían a los rebeldes como yo: los enviaban a escuelas demasiado caras. Mi

madre hizo arreglos especiales para que consiguiera mi propia habitación, sin

televisión permitida por supuesto. Pensé que tenía que ser la niña pelo de

zanahoria educada en casa mas rara, que no tenía idea de quién era Elmo.

Haciendo amigos fue súper fácil a partir de entonces. Pasaba en el baño

mucho tiempo.

Me rebelé por completo cuando dejé el agarre de mi madre y me mudé a

Page 152: Scare Crow- Julie Hockley

Callister. Pero mudandome a pequeños cuartos con un montón de otras

personas había sido un poco exagerado para una idiota social, como yo.

Ahora me hubiera gustado que hubiera tomado el tiempo para llegar a

conocer a Joseph un poco más. Parecía el tipo de chico que una chica

desesperada como yo puede ser que necesite.

Griff finalmente renunció a pasear fuera de la puerta. Lo oí bajar las

escaleras y regresar a la cocina. Panqueques fríos en su plato.

Estaba a punto de volver a mi habitación cuando vi las cajas bajo la cama de

Joseph. Solitario, reservado Joseph. No me pude resistir. Rápidamente caí en

mis rodillas y empecé a husmear. Había un montón de piezas de

computadoras y cables y una grave falta de condones. Al menos no era tan

delirante como para pensar que iba a tener suerte en algún momento pronto.

También había una lata de spray de pintura roja. Me lo imaginé como un

artista de graffiti. ¿Quién era este chico? Quien sea que Joseph era, me

gustaba.

Griff había dejado claro su punto — no podía pelear contra un hombre con

mis propias manos. Pero él también había dado en el clavo al hacer su punto.

Toda mi vida, otros habían estado tomando decisiones por mí, decidiendo la

persona que iba a ser. La muestra de realidad de Griff había tenido el mismo

efecto en mí como el nutricionista de mi madre. Tenía que demostrarles que

estaban equivocados acerca de mí, acerca de lo que esto malcriada niña rica

podría lograr. Comer una torta entera no me mató, y tampoco lo haría Victor.

Doblé mis impresiones y las metí en mi bolsillo. Entonces tomé la lata de

spray de pintura y la escondí debajo de mi camisa. Me metí de nuevo en mi

habitación para dejar mis bienes robados y bajé las escaleras con una sonrisa

para que Griff y yo pudiéramos volver a no hablar más de panqueques fríos.

****

Griff tenía razón. No era una asesina, y no poseía ningún tipo de armas.

Pero no estaba totalmente indefensa tampoco. Tenía opciones, y tenía un

cerebro. Sólo tenía que trabajar a través de todo ello.

Cuando me fui a trabajar el lunes por la mañana, estaba vestida con un

suéter con capucha gris y unos pantalones de chándal azul marino viejos. No

se le había escapado a mi atención que mis ropas estaban flotando sobre mí

Page 153: Scare Crow- Julie Hockley

últimamente, cuando deberían haber estado cómodamente ajustadas alrededor

de seis meses de embarazo. Traté de quitar esto de mi mente mientras escondí

el artículo del periódico y lata de spray de pintura en mi mochila.

Griff apenas me miró todo el camino al trabajo. Cuando llegué a la puerta

de la oficina de admisiones, se dio la vuelta y se alejó. Una pequeña costura

rasgada dentro de mí aunque estaba agradecida de que no decidió sentarse en

la sala de espera durante toda la mañana hasta que yo había terminado de

trabajar, algo que hacía a menudo.

Sabía que no iba a ser demasiado difícil fingir enfermedad para salir del

trabajo. No era exactamente una imagen de la salud en estos días. Después de

que luché para poner un pie delante del otro y había tenido que aferrarme a

un escritorio cuando vino un mareo, Betty vino a mi rescate y me había

enviado a casa, a pesar de que realmente no había hablado con ella tanto en

las últimas semanas. Lo peor era que ni siquiera había comenzado a fingir mi

enfermedad todavía.

Me subí a un autobús que se dirigía al centro y cerré los ojos, despertando

en cada parada para asegurarme de que no iba a perder la mía.

****

El viento que soplaba a través de los edificios era cruel y frío. Esto me dejó

sin aliento y casi me derribó cuando me bajé del autobús. Me esforcé,

empujando para tomar cada paso mientras caminaba las dos cuadras al

Ayuntamiento.

La plaza de la ciudad era un hervidero de equipos de cámaras y reporteros.

Había gente mirando por encima de los puentes; unos pocos habían subido a

las farolas. Todos esperaban echar un vistazo a Víctor Orozo al aceptar

valientemente la llave de la ciudad. Todos debieron haber leído el mismo

anuncio que tenía el Callister City Standar, aunque dudaba de que tuvieran el

mismo plan que yo. Para ser honesta, no estaba segura de cuál era mi plan.

No exactamente.

Spider y Víctor. Uno quería estar perdido; el otro quería estar en todas

partes.

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¿Cómo haces daño a dos criminales que sólo tienen maldad en sus

corazones? ¿Cómo consigues tu venganza y los matas cuando no eres más

que una chica, como Griff me había hecho darme cuenta?

Vas detrás de la única cosa de la que ambos tanto aprecian, más que nada:

la supremacía. Su desesperación por ser rey, supuse, era su mayor debilidad.

Estaban hambrientos de poder, y no eran buenos compartiendo. Sólo uno

puede estar en la cima y cualquier amenaza a su reinado podría enviar al otro

por el borde.

Pero tampoco podían matar al otro sin la aprobación de los lideres del bajo

mundo, algo que no iba a suceder. No sin un poco de apoyo. Cameron me

había dicho que la única cosa que el inframundo evitaba a toda costa era la

publicidad, y nada atrae a los medios de comunicación más que una buena

guerra de bandas a la antigua. Spider y Víctor iban a la guerra...

simplemente no lo sabían todavía.

Mientras un Cadillac blanco subía, la multitud se disparó, y lo mismo hizo

mi energía. Me sentí como si acabara de ser disparada directamente al

corazón con adrenalina. Me acerqué al coche, manteniendo mi bolsa de libros

cerca y mi rostro oculto bajo la capucha. Víctor salió a la luz del sol, y me

detuve. Estaba recordando lo que casi me había hecho en esa pequeña

habitación con la bombilla oscilante, recordando que era la razón de que

Cameron había decidido dejarme para siempre, eligiendo su muerte.

Víctor se acercó al podio, donde el despistado alcalde estaba esperando

mientras la multitud vitoreó y aplaudió. Y quería gritar, exponerlo como el

asesino que era. Su conductor regresó al coche y se alejó lentamente,

evitando a la multitud mientras cruzaba la calle para echar un vistazo más de

cerca del héroe local.

Le sonreí y seguí al coche a la acera, escondida entre los fanáticos de

Víctor.

El conductor aparcó el coche alrededor de la esquina y salió, bloqueándolo

antes de caminar hacia la plaza. Esperé en la sombra de uno de los edificios.

Cuando estuvo fuera de la vista, me dirigí hacia adelante, sacando la lata de

aerosol de mi bolso y agitándola para que estuviera lista para cuando

estuviera en el coche.

No perdí tiempo. Me incliné sobre el capó y dibujé una gran fea araña roja

en el hermoso Cadillac blanco de Víctor. Luego me moví a la puerta del lado

del pasajero y repetí el mismo mensaje. Estaba a punto de pasar a la parte

Page 155: Scare Crow- Julie Hockley

trasera del coche, cuando tres hombres vestidos con trajes negros vinieron a

través de la multitud, sonriendo, charlando en voz baja entre sí.

No me habían visto todavía, así que jalé la capucha hacia abajo y comencé

a alejarme del coche.

Entonces uno de ellos se detuvo, a media conversación. Vio el arte que

había dejado en el coche de Víctor. Y luego me vio.

Echó a correr, y cuando los otros dos se dieron cuenta de lo que estaba

pasando, siguieron su ejemplo. Mis piernas se descongelaron, y me di la

vuelta, derribando la acera. Corrí a través del tráfico al otro lado de la calle,

esquivando a los compradores y chocando contra unas bolsas de compra.

Corrí alrededor de un camión que estaba saliendo de una zona de entrega,

conseguí un corté en la cadera en el proceso, y me zambullí en un callejón

cuando estaba fuera de su línea de visión. Mi corazón bombeaba, mi

respiración se había ido, me hundí detrás de un contenedor de basura y me

asomé por la esquina. Un montón de trajes negros pasaron corrieron, más de

los tres iniciales que me habían visto en acción. Dejé que mi cabeza cayera

hacia atrás contra la papelera del frío metal y esperé a que mi aliento

encontrara su camino de regreso a mis pulmones.

Fue sólo cuando me levanté otra vez que me di cuenta de lo mal que se

lesionó mi cadera. Manteniéndome fuera de la vista desde la calle, me

sostuve de la pared de ladrillo y fui a la primera puerta. Estaba cerrada con

llave. Pero había cuatro puertas en el otro edificio que daba al callejón.

Antes de cruzar el corto camino hasta el otro edificio, me aferré al

contenedor y me asomé por la esquina. Fui derribada al piso por una masa en

traje negro.

Luchamos en el cemento fresco del cubo de basura con fugas. Sus gafas

salieron volando. Se apoderó de mis brazos y se sentó en mis piernas.

Seguí luchando, sin ningún resultado. No iba a ninguna parte. Lo único que

pasaba por mi cabeza era que Griff había tenido razón.

El hombre me arrastró, me empujó contra la pared de ladrillo, y tiró de la

capucha de mi suéter gris de mi cabeza. El vasallo de Víctor jadeó.

Levanté la mirada, cara a cara con el hombre del traje negro. Era Mike. El

mismo Mike que estuvo de pie fuera de la habitación en la que Víctor me

mantenía cautiva. El mismo Mike que se negó a ayudarme a escapar de todo

lo que Víctor había planeado para mí.

Mike soltó mis brazos. —Tu— dijo, incrédulo.

Page 156: Scare Crow- Julie Hockley

Le escupí en la cara. —Yo.

Apreté los dientes, preparándome para el golpe. Pero nunca llegó. Mike se

limpió mi saliva de la cara y siguió mirándome. Echó un vistazo a la lata de

aerosol que se había soltado durante nuestra lucha. Sus ojos se abrieron paso

hasta mis manos, las cuales fueron teñidas con la evidencia de pintura roja, y

miró de regreso a mi cara.

Su propio rostro estaba arrugado con incredulidad. Una manada de zapatos

de vestir corrió y se detuvo frente a la entrada del callejón. Todavía

estábamos escondidos detrás del cubo de basura, contra la pared de ladrillo en

la que me había metido.

Mike se detuvo por un segundo, como si estuviera decidiendo. Luego se

puso un dedo en sus labios antes de salir de detrás del cubo.

—Nada aquí. —informó mientras se dirigía al callejón y trató la primera

puerta de enfrente. También estaba cerrada. Los hombres pasaron de largo, y

Mike regresó.

—¿Qué diablos estabas haciendo? —Exigió.

Fruncí el ceño. —Envío un mensaje.

Se puso de pie de nuevo, mirándome. Miró mi suéter, y también fue

salpicado con pintura. Obviamente necesitaba lecciones para pintar con

spray. Mike cogió la lata de spray del suelo y la arrojó en el cubo de basura.

Luego se quitó la chaqueta y tiró su camiseta fuera.

—Sácate el suéter. —ordenó, y me entregó su camiseta.

No había manera de que el vasallo de Víctor en realidad fuera a ayudarme.

Especialmente después de que se había negado a hacerlo hace algunos meses.

Y, sin embargo, hice lo que me dijo y me quité mi suéter por encima de mi

cabeza.

Mientras me colocaba la camiseta negra de Mike, él abotonó su chaqueta

así que apenas notabas que estaba sin camisa. Cruzó el callejón y miró las

otras puertas. Todo bajo llave. No había salida.

Page 157: Scare Crow- Julie Hockley

Lo consideró, regresó, y lanzó mi suéter pintado en el cubo.

—¿Tienes un reloj? —Me preguntó.

No lo tenía. Suspiró y me dio el suyo. Yo estaba más allá tratando de

comprender por qué estaba haciendo esto.

Me hizo sentar frente al cubo y apuntó su dedo hacia mí. —No te muevas de

aquí por las próximas dos horas.

Asentí.

Se fue.

No tenía ni idea de lo que acababa de suceder. Pero escuché a Mike y no

me moví de mi sitio, manteniendo mis ojos en el reloj.

Al cabo de media hora, estaba temblando tan fuerte que mi cuerpo estaba

haciendo que el cubo de basura se agitara. Una vez que la adrenalina se

desgastó y el frío se filtró, no podía moverme sin disparos de dolor por arriba

y debajo de un lado de mi cuerpo.

Luego vinieron los calambres. En mi estómago. Era algo que nunca había

sentido. Era el tipo de dolor que corría por todas las venas y encendía

carbones en mi vientre. Por una vez, mi corazón y mi mente estaban en la

misma vía. Algo estaba sucediendo; algo andaba mal con el bebé.

Mientras me doblaba por la cintura, vomitando, el pánico se levantó y me

levanté con él, aferrándome a lo que pude. Ajena a tiempo y espacio.

Indiferente a Víctor o su seguridad. Me las arreglé para coger un autobús de

vuelta a la escuela y me encontré a mí misma en la clínica, sintiendo la

humedad de la sangre en mi ropa interior.

La enfermera detrás del mostrador estaba cerrando la placa de vidrio,

mientras caminaba a través de las puertas automáticas. Música de ascensor

sonaba de fondo.

—Está cerrado. —me dijo, pero mantuve la placa de vidrio abierta.

Alcancé a ver mi reflejo. Mi pelo estaba medio dentro y medio fuera de una

cola de caballo, tenía lodo en todo mi cuerpo por la pelea con Mike, y mis

manos estaban cubiertas de pintura roja.

Page 158: Scare Crow- Julie Hockley

Había un médico detrás de ella, de espaldas, mientras ponía los archivos en

orden. Era el estudiante de medicina que había, de alguna manera, vendado

mis dedos rotos.

—Oye.— le grité como la loca que parecía.

Saltó y se giró sobre sus talones. Pareció que le tomó un minuto para

averiguar quién en el infierno era.

No tenía un minuto. —Estoy embarazada.

Los ojos de la enfermera se agrandaron y saltaron de mí al estudiante de

medicina. Probablemente asumió que lo estaba acusando de haberme

embarazado.

—Estoy sangrando. Creo que el bebé está herido. —Estaba temblando en la

camiseta que Mike me había dado. Esta no era la camiseta del clima.

El médico en entrenamiento dio a la enfermera unas buenas noches y me

guio por el edificio a las oficinas en el sótano.

—¿De cuánto estás? —preguntó en voz baja.

Quería llorar, pero no lo hice. —No lo sé. No estoy muy segura.

Abrió una puerta, y caminamos a través de una sala de espera vacía en la

parte posterior. Me llevó a una pequeña habitación con poca luz y me hizo

acostar, tirando de mi camisa para arriba. Gel frío fue rociado en mi vientre, y

una palanca conectada a una máquina de ultrasonido la siguió.

—Esta es la segunda vez que te he visto, y estás aún más golpeada que la

primera vez—. observó, manteniendo los ojos fijos en la pantalla.

Traté de mirar a la pantalla, pero él le había dado vuelta lejos de mí. Se

detuvo y se giró severamente hacia mí.

—Tienes que relajarte. Es difícil ver algo si no te relajas.

Page 159: Scare Crow- Julie Hockley

Se quedó en silencio de nuevo, con una mano en el teclado, y la otra

balanceándose con la palanca en mi estómago. Podía escucharle respirar y

trató de seguir su ejemplo de calmarse.

Respira, Emily, respira. Una respiración. Una exhalación. Una respiración.

Una exhalación.

El balanceo en mi vientre disminuyó y comenzó a hacer clic en la palanca.

Cerré los ojos. Oh Dios. Inhala. Exhala. No llores. Inhala. Exhala.

No hubo más clic, no más balanceo. Dejé de respirar.

El médico mantuvo la palanca en mí e hizo clic por última vez en el teclado,

aumentando el volumen.

Bum – Bum – Bum. Bum – Bum – Bum. Mis ojos se abrieron de golpe.

Sabía exactamente lo que era ese sonido. Como si lo hubiera escuchado toda

mi vida. Como si hubiera estado esperando toda mi vida para escucharlo de

nuevo.

El médico había volteado la pantalla para que pudiera verlo. Había una

pequeña luz parpadeante en el medio de una calabacita ondulada.

El médico señaló la pantalla. —Ese es el corazón. La cabeza. Los brazos. Las

piernas.

Tenía brazos y piernas. Tenía una cabeza. Tenía un corazón palpitando.

—El bebé está bien. Basándose en las mediciones, estás cerca de los cuatro

meses de embarazo—. Continuó y suspiró. —Tú, sin embargo, no te ves bien.

¿Has estado tomando algún tipo de vitaminas?

Le sonreí a la pantalla. —No puedo retener nada últimamente.

Escribió algo en un bloc de papel y me lo entregó. —Esto ayudará. Pero más

que nada, tienes que descansar... y cuidar mejor de ti misma. Necesitas

asistencia médica regular, de un médico.

Podía decir por el sonido de su voz que había algo más que quería decir.

Pero yo no podía apartar los ojos de la pantalla, y no podía dejar de sonreír.

Eventualmente, tiró de la palanca fuera de mi vientre. Y se mantuvo

silencioso mientras ponía el equipo lejos. Tiré mi camisa hacia abajo, dejando

que mis dedos revolotearan sobre la piel de mi estómago.

Page 160: Scare Crow- Julie Hockley

Me ayudó a levantarme y se excusó por un momento. Miré a la pantalla en

blanco de nuevo, con ganas de más. Entonces mis ojos se posaron en la

esquina al lado de la cama, donde una silla para visitantes había sido

colocada cerca de familiares emocionados, para padres ansiosos.

Miré arduamente y por mucho tiempo la silla, imaginando a Cameron

sentado allí. Pero no había nadie sentado allí para nosotros.

El doctor me sacó del edificio a oscuras y vaciló. Estaba lloviendo el tipo

de lluvia fría que succionaba a través de la piel hasta llegar a los huesos.

—¿Necesitas que te lleve? —Me preguntó.

Di un paso hacia la lluvia. —No, estoy bien—. Estaría bien. Estaríamos bien.

Pero necesitaba tener más cuidado de ahora en adelante. No nos podía

arriesgar.

Asintió y me entregó un folleto antes de correr bajo la lluvia.

Bajé la vista hacia el panfleto. —La violencia doméstica y el embarazo.

Lo arrugué y lo tiré al basurero más cercano antes de volver a casa.

* * *

El viento y la lluvia hicieron estallar la puerta abierta para mí mientras

caminé a través de ella.

Hunter estaba sentado en las escaleras, con el teléfono en la mano. Se

levantó de un salto cuando me vio.

—Griffin te ha estado buscando por todos lados. Está fuera con Meatball,

caminando a través de la escuela.

Corrí junto a él por las escaleras y fui a mi habitación. Cogí los papeles que

había escondido debajo de mi colchón y fui en busca de mi libreta de ética.

Cuando por fin la encontré, Griff y Meatball vinieron saltando por la

puerta. Ambos estaban sin aliento.

Page 161: Scare Crow- Julie Hockley

Griff me tenía en sus brazos antes de que pudiera pedir disculpas y decirle

que tenía razón. Que no podía luchar contra dos hombres que querían

gobernar el bajo mundo.

—Está bien. —dijo en mi oído.

Me aparté lo suficiente para poder ver su rostro. —¿Está bien?

—Voy a ayudarte con lo que necesites. —dijo con una voz que estaba

asustada y derrotada. —Pero tienes que contarme todo, Em. No puedo seguir

haciendo esto.

Tiré mis brazos alrededor de su cuello y me levanté para estar más cerca de

él.

—Siento mucho haberte asustado, Griff. Nunca volveré a hacer eso—. Le

dije mientras estábamos mejilla a mejilla.

Se rio un poco. —Nunca digas nunca.

Aterricé en el suelo y tomé su mano. Entonces lo arrastré fuera de mi

habitación y abrí la puerta de la suya sin llamar.

—Uh, Em, ¿qué estás haciendo?

Joseph estaba sentado con su computadora y girando su silla, sorprendido

por nuestra desvergonzada entrada.

—Contándote todo—. Le dije a Griff.

Nos dirigí hasta Joseph.

Él tomó una mirada de mí. —¿Por qué estás empapada?

Le entregué la copia que había imprimido desde su ordenador. —Perdí mi

trabajo en la biblioteca gracias a ti.

Page 162: Scare Crow- Julie Hockley

Se tomó un momento para leer las líneas en la página. Su expresión se puso

en blanco, su cara pálida. Entonces le entregué la tarjeta de visita empapada

que Carly me había dado. Una vez había contenido la información de un

contador del inframundo que iba a ayudarme a conseguir el dinero de

Cameron.

—Tengo que encontrar a esta persona. —le dije a Joseph.

Le tomó un momento registrar que lo estaba chantajeando.

Echó otro vistazo a la tarjeta. —Pero apenas hay algo aquí. ¿Cómo se supone

que voy a encontrar a esta persona?

Entrecerré mis ojos. —Parece que tienes una manera de obtener información

a la que nadie más tiene acceso.

Griff estuvo a mi lado, mirando.

Page 163: Scare Crow- Julie Hockley

Capítulo Ocho: Cameron

CRACK

Estábamos reunidos en un antiguo molino de metal en Chicago, cuando

Manny entró. Noté tres cosas. Primero, la tira de su sostén se asomaba por

debajo de su blusa, y sus pechos lucían lo suficientemente grandes como para

alimentar a un bebé mayor (esta fue la segunda cosa que noté). Tercero,

estaba acechándome con una mirada que sólo podía comparar con la de una

leona en época de apareamiento. Se veía maravillosa y ella lo sabía.

Carly gruñó al segundo que Manny hizo una línea recta hacia mí hasta estar

al alcance de mi oído. Luego gruñó un poco más antes de darnos un poco de

privacidad. Manny sonrió con suficiencia mientras la veía irse.

—Necesitas una mejor ayudante —se burló.

—Me dijeron que querías hablar conmigo sobre algo.

—Lo que dije fue que necesitaba verte. Pero me conformo con hablar

contigo.

Ella estaba avanzando poco a poco, su pecho tirando de ella, tratando de

cerrar el espacio entre nosotros. —Eso es suficientemente cerca— Le dije,

manteniendo un tono firme.

Dio una mirada al lugar mientras algunos de los líderes entraban. Todavía

era temprano y a aquellos que estaban siendo perseguidos por los federales

les tomaba un poco más de tiempo para llegar a salvo a las reuniones.

Los líderes eran conscientes del hecho de que Manny estaba atraída a mí y

del hecho de que tuvimos una aventura sin importancia hace algún tiempo.

(Secretamente, todos ellos deseaban tener la misma oportunidad.)

Pero todo eso habia terminado, y no estaba dispuesto a arriesgarme a tener

alguna otra distracción.

Page 164: Scare Crow- Julie Hockley

Manny era todo acerca de distracciones. Se balanceó sobre sus tacones y

entrelazó sus manos detrás de su espalda, haciendo ejercer cada costura de su

pequeña blusa. Una paloma en celo.

—¿Has estado viendo a alguien últimamente?— Esa era la pregunta que ella

me hacía cada vez que nos veiamos últimamente.

Sabía lo que realmente me estaba preguntando: ¿La has visto últimamente?

Una pregunta que ya había respondido y que no volveria a responder.

—Oh, han habido un par de chicas aquí y allá— Le di mi sonrisa más

arrogante. —Pero tu me conoces. Me gusta tenerlas cerca solo por un tiempo.

Nunca he conocido a nadie que valga la pena conservar.

Hizo una mueca. Esto fue, por supuesto, para dañarla. Aunque siempre fui

claro con ella sobre lo que teníamos, que solo era otra aventura y que nunca

tendría sentimientos por ella, aunque no entendia el mensaje. Esperaba que

este último golpe fuese suficiente para detener sus preguntas.

Empecé a alejarme hasta que ella me detuvo.

—Sigo necesitando hablar contigo— dijo, habiendo recuperado su lado

empresarial.

Arqueé mis cejas y esperé, mi paciencia agotándose.

—He podido hacer un trato en México. El más grande que hemos hecho.

Drogas y armas ilimitadas. Podríamos correr todo lo que queramos por sus

fronteras, y ellos no nos detendrían.

Manny había sido la encargada de mantener la paz con los carteles

Mexicanos mientras se aseguraba que nuestros acuerdos fuesen respetados,

un trabajo en el que su padre sobresalió antes que ella. Ella tenía planes más

grandes que él.

La miré fijamente. —¿Tuviste esta conversación con los carteles antes o

después de que ellos empezaran a distribuir más allá de las fronteras

acordadas?

Page 165: Scare Crow- Julie Hockley

—No discutí eso con los carteles — dijo con un tono defensivo y se tomó un

momento. —He estado hablando directamente con Julièn.

Manny sabía que no estaba autorizada a hacer este tipo de tratos por su

cuenta. Si era por el beneficio de la Coalición, ella habría venido a mí

primero. Si era por su propio beneficio, ella no tenía negocios ahí en primer

lugar.

Habían tres familias de carteles Mexicanos: los Muñoz, los Vasquez, y los

Castillos. Los tres eran extremadamente explosivos, con ellos y con los

extranjeros como nosotros. Por su volatilidad y su constante lucha de poder

dentro de México, nunca hemos podido tenerlos en la Coalición. Entonces

hemos hecho un trato con las familias, permitiéndoles a cada sección de los

Estados comerciar, a cambio de evitar que su guerra de droga se propague

muy lejos.

Crucé mis brazos. —¿Estás por ti mismas haciendo tratos con el presidente

Mexicano?

Ella entrecerró sus ojos y sinrió. —Nadie más habría sido capaz de hacer ese

tipo de trato.

Esta burla había sido en mi contra. Siempre tuve claro que Manny no solo

estaba atraida por mí; estaba atraída por mi poder. Nos quería tanto a los dos

que estaba dispuesta a hacer cualquier cosa.

—Estás caminando por una línea muy delgada —le advertí tranquilamente.

—Mientras estabas ocupada haciendo tratos secretos con el presidente, un

cartel se ha acomodado en nuestro territorio. Necesitas hacer tu trabajo y

asegurar que nuestro trato sea seguido, sin empezar una guerra.

—Este trato haría todo más fácil para nosotros.

—Nada nunca es fácil —protesté.

Su mandíbula se endureció. —Solo deseas que tú hubieses sido capaz de

hacer este tipo de trato.

Page 166: Scare Crow- Julie Hockley

La llevé a un lado y observé el cuarto. —Si los lideres llegan a escuchar que

estás haciendo tratos a un lado sin autorización… te estás poniendo en serio

peligro.

Sus labios se adelgazaron. El resto de los capitanes entraron. Ella asintió

y se alejó.

Nos sentamos alrededor de la mesa y empecé la reunión. Mientras

pasábamos por la agenda del día, mantuve a Manny en mi visión periférica.

Se movía nerviosamente en su asiento y giraba su lápiz por sus dedos,

aparentando el menor de los intereses en los temas de conversación.

Kostya terminó con la agenda con nuestra decisión de vender nuestras

acciones en Chappelle de Marseille y financiar Advantis. Aparte de la

respuesta regular de gruñidos, esto ganó muy poco interés de parte de

cualquiera en la mesa. A excepción de mí.

Di un vistazo rápido a las caras en la mesa y pregunté si alguien tenía algo

que quisieran agregar, como siempre hacía. Luego esperé, mi visión

periférica aún en Manny.

El líder de las bandas callejeras de la costa suroeste elevó la voz, luciendo

un poco incómodo.

—No estaba seguro de cuando íbamos a hablar sobre esto— dijo, y envió un

papel a donde estaba yo. Era un impreso de la primera plana de Callister City

Standard. Tenia la fecha de hoy, con el titulo “Vándalos ensombrecen la

bienvenida de un héroe” y una foto de una araña roja pintada con spray en un

Sedán blanco —el sedán de Shield.

Le pasé el papel a Spider, quien estaba sentado al lado mío. Le echó una

mirada y pasó el papel hacia el lado, su expresión estoica. Todos los ojos

estaban en Spider y en mí. Manny sonrió con suficiencia.

—Quería pasártelo antes de la reunión —Viper dijo respetuosamente y miró a

Manny. —Pero estábas ocupado.

Si, pensé, Manny estaba ocupada distrayéndome, entonces esto tendría que

ser visto y oído por todos los lideres, antes que yo pudiera matarlo y

enterrarlo. Ella estaba trabajando todos los angulo hoy—primero faltándole

al respeto a mi autoridad, luego tratando de atacar a mi hombre de mayor

Page 167: Scare Crow- Julie Hockley

confianza.

—Obviamente, Spider no lo hizo— dije, riendo oscuramente ante la araña

pintada con spray. —Él no es tan artístico.

—Aun así— Viper dijo —La coincidencia de alguien más pintando una araña

en el auto de Shield… es algo loco. Especialmente después de la votación—

que tú demandaste— de matar a Shield.

Deseé que Viper hubiese tenido tiempo de traer esto a mi atención, así

podría pensar sobre la mejor forma de lidiar con ello. Aunque Spider no haya

tenido que ver con esto, la coincidencia era sorprendente. Y podría ser usada

como ayuda en la afirmación de Shield hacia los lideres de que Spider y yo

estábamos planeando matarlo (que por supuesto lo estaba), la cual no había

tenido bases. Hasta ahora.

Por lo que sabía, Shield pintó esta araña en su auto para balancear la

votación a su lado, para mostrar que yo estaba comenzando una guerra que

los lideres ya habían declinado.

Analicé las caras en la mesa e hice una decisión rápida.

—Bueno— Suspiré, —pienso que por el tiempo que dure, hasta que podamos

determinar el significado de todo esto y como esta tan llamada coincidencia

ocurrió, Spider permanecerá fuera de vista y lejos de todo nuestro negocio.

¿De acuerdo?

Gruñidos de aprobación llenaron el cuarto.

No oí nada de Spider, pero sabía que estaría enojado cuando la reunión

terminara.

—¿Algo más? —Pregunté a la mesa antes de que saliéramos.

Algunos de los lideres ya habían empezado a recoger sus cosas y

murmuraban con sus vecinos.

Manny dejó su lápiz en la mesa, se inclinó hacia atrás, y aclaró su garganta.

—Tengo algo que traer a la mesa —Anunció, su voz firme.

Page 168: Scare Crow- Julie Hockley

Una mirada de sorpresa se filtró de la mirada de los lideres. Con la mayoría

de ellos habiendo estado en la Coalisión desde el inicio, Manny aún era

nueva en la mesa, y con la aún cuestionable muerte de su padre, este

movimiento fue inesperado. Ella tenía su atención.

Fue a través de los planes para fabricar y distribuir nuestros propios

productos. Drogas. Armas. Cortar los costos de los intermediarios.

Asegurándose de decir el nombre de Julièn la mayor cantidad de veces.

Cuando terminó, se inclinó en su silla con una mueca satisfecha en su cara.

Miré mientras los hombres viejos, los que han estado en la Coalisión desde

el principio, se miraban unos a otros.

Había total silencio alrededor de la mesa. Pero no duró mucho.

El líder de la banda motociclista fue el primero en romper el silencio con un

bramido. Su sobrenombre era Slobber por su falta de cabello en la parte

superior y su gran bigote, el cual caía por las esquinas de su boca como si

babeara cabello.

—Déjame adivinar— Slobber dijo, sin siquiera intentar esconder su sonrisa

de suficiencia . —¿A cambio de este trato de por vida, el presidente

Mexicano quieren su parte?

Manny se quedó mirándolo, tratando de mantener la compostura mientras

los viejos reían. Los únicos que permanecieron quietos eran dos de los

capitanes de bandas callejeras más recientemente admitidos.

—Julièn está en ello de nuevo— Kostya murmuró.

Lo dejé ir, solo por un rato, antes de traer orden. Luego le di a Manny una

sonrisa condescendiente. —Julièn— expliqué —ha intentando entrar en la

acción por años, pero el cartel no quiere tener nada que ver con él. No puede

ni controlar las guerras de drogas en su propio país y quiere asociarse con

nosotros, haciendo todas estas promesas que nunca será capaz de cumplir.

Dime, ¿qué quiere de este trato? Porque, todos sabemos, que nada viene sin

un precio.

Silecio de Manny.

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—¿Exclusividad? ¿Estoy en lo correcto? ¿Quiere que tengamos una sola

fuente en México?— Miré a Manny a los ojos. —No hemos trabajado el

suficiente tiempo para hacernos con fuentes respetadas. Si las soltamos todas,

ellos encontrarán otra forma de traer la mercancía. No solo estaremos

haciendo negocios con Julièn —alguien que no puede cumplir sus

promesas— sino que también estaremos en guerra con nuestros compañeros.

Manny miró en blanco hacia adelante.

—¿Algo más? —Pregunté una vez más a la mesa.

Algunos de los capitanes estaban riéndose entre ellos mientras corrían sus

sillas hacia atrás.

—Manny, necesito hablar contigo— La llamé mientras el resto de los

capitanes salían. Le devolví un poco del papeleo restante a Spider y esperé a

que cerrara la puerta detrás suyo.

Manny se paró derecha tras su silla y me miró moverme detrás de la mesa.

La tome por las caderas y llevé mis labios a su oído. —Si alguna vez me

faltas el respeto, tratas de ensombrecerme así de nuevo, te cortaré la garganta.

Plantó sus manos sobre las mías, empujándolas más en sus caderas. Cerró

sus ojos, se inclinó, y me besó duro en los labios. Un mordisco venenoso de

una serpiente de cascabel.

Cuando salimos fuera de la sala de reuniones, Spider y Carly ya se habían

ido.

Uno de los guardias me llevó de vuelta a nuestro lugar en Houston.

Teníamos un apartamento en un edificio alto. Desde el exterior, el edificio

parece un motel de mala muerte. En el interior, era peor.

El olor de cigarrillos, sudor y especias mezcladas golpeó mi nariz tan

pronto como entré en el vestíbulo. Había folletos y pisos fangosos por la

zona designada para los buzones, aunque la mayoría de ellos se mantenían

cerrados por alambres u otros artilugios. Había diversa basura apilada junto a

los contenedores absolutamente vacíos.

Cinco elevadores llevarían a los residentes a cualquier parte del edificio

Page 170: Scare Crow- Julie Hockley

entre las veintiocho plantas —aunque sólo dos de ellos estaban realmente

funcionando. Una anciana se arrastró en el mismo ascensor, girando su

carrito del supermercado sin valor y vacío, las bolsas de basura robadas

detrás de ella. Esto explica por qué todos los botes de basura se encontraban

vacíos.

Un chico había tratado de pintar con spray un signo de bandas en una de las

paredes del ascensor. Esto me hizo reír, dado que apenas me había sentado en

una mesa con el capitán que llevó esta banda callejera… así como las otras

dos pandillas rivales en este estado. Los niños necesitaban sentir que estaban

luchando por algo, sienten como si pertenecieran a alguna parte. Lástima que

luchaban entre ellos para hacer el dinero para la misma organización. La

nuestra.

—Este lugar se va al infierno. —murmuró la anciana para mí, o para sí

misma.

Poco sabía ella que nosotros—o más bien, nuestra compañía—

poseíamos todo el edificio y que éramos los propietarios de este infierno.

Sirvió como cubierta. No había tal cosa como un vecino entrometido en estos

tipos de lugares.

La anciana se bajó en el segundo piso, y fui todo el camino hasta la parte

alta. El pasillo de nuestro apartamento se veía exactamente como el resto de

pasillos de este edificio. Era una luz tenue, con una docena de puertas

marrones en cada lado del ascensor y una alfombra que podría haber sido una

vez de un tono morado. El olor era la única cosa que era un poco mejor.

Pero una vez que abría la puerta, se había ido el mal olor. Nuestro

apartamento ocupaba toda la planta superior. Estaba limpio y luminoso,

envuelto en una suntuosidad que las personas que viven en nuestro edificio

jamás conocerían en sus vidas.

Carly estaba sentada en el brazo del sofá, y Spider estaba apoyado en la

parte trasera. Estaban esperándome, ignorándose entre sí. Lo raro de Spider y

Carly era que, aunque estaban peleando (o lo que esto fuera), no podían

soportar estar más de unos pocos metros de distancia.

Cuando vi la cara de Carly, me di cuenta de que estaba esperándome más

como una advertencia que una bienvenida.

Apenas tuve tiempo de cerrar la puerta detrás de mí antes de que Spider

Page 171: Scare Crow- Julie Hockley

explotara.

—¡Esa fue tu respuesta!— Gritó Spider. —¿Echarme del negocio, porque

algún idiota pintó una araña en un coche? Los dos sabemos que sólo Shield

sería tan estúpido como para hacer algo así.

—Estoy de acuerdo—. Le dije, cayendo en un sillón. —Pero hasta que

podamos probarlo, tengo que mostrar a los lideres que su negocio esta

seguro, que la Coalición esta segura. Esta pintura de araña podría empujar a

los federales para empezar a buscar a alguien que se hace llamar araña.

¿Quién sabe a lo que podría llevar? .

Carly encontró un asiento en un cojín del sofá. Hice un gesto a Spider para

que hiciera lo mismo. Una reunión tranquila y racional era mejor que donde

quiera que se dirigía. Spider se sentó en el borde de la mesa de centro no muy

lejos de Carly.

—¿Y qué exactamente se supone que voy a hacer mientras tanto?.

—Por el momento, para el bien del negocio— Le dije, —necesito que

trabajes desde una ubicación lejana.

—¿Cuán lejana?

Arqueé mis cejas.

—En ninguna parte cerca de mi o de alguno de los lideres. —respondió él

mismo. —Sabes que esto te pone en un lugar peligroso. No puedes ir por tu

cuenta.

Cuando se trataba de negocios, Spider nunca estaba sin mí, y yo nunca

estaba sin Spider. Nos cubrimos el uno al otro, siempre. Al menos,

solíamos.Nuestro trabajo juntos ha ido disminuyendo poco a poco ya que

había estado yendo tras Shield y sus hombres.

—Tendré guardias conmigo—. dije.

Page 172: Scare Crow- Julie Hockley

Spider me miró. —Sabes que eso no es suficiente. Necesitas a alguien que

esté dentro contigo. Alguien que sea tus ojos y oídos, mientras haces dinero.

—Eso es todo lo que podemos hacer en este momento. Tendrás que hacer lo

que puedas, sin estar realmente allí.

—Yo iré contigo—.Carly se ofreció. Su tono sugería que hablaba realmente

en serio.

Spider la miró con horror. Traté de no comenzar a reír, porque imaginé que

las entrañas de Spider acababan de estallar.

—¿Perdón? —le preguntó Spider.

—Puedo ser tu número dos, Cameron—. Me dijo.

Carly era fuerte e inteligente. Podía manejar casi cualquier cosa. Había

visto más en su infancia de lo que la mayoría de los hombres alguna vez

verían en su vida. Pero hacer lo que hacía Spider tomaría años de crear

relaciones y construir un sexto sentido, ser capaz de detectar un problema.

Incluso en su mejor día, Carly no sería capaz de simplemente bailar un vals

en las reuniones conmigo porque la gente estaba demasiada paranoicas para

eso. Y tenía que reconocer que Carly no estaba en lo mejor desde el aborto

involuntario.

Carly mantuvo sus ojos en mí. Había visto mucho esa mirada últimamente;

era salvaje, como una locura que estaba creciendo dentro de ella. Lo que

había perdido en el aborto involuntario se llenaba por esta oscuridad.

—Sé que puedes hacerlo, Carly. — Empecé, y Spider se levantó como un

cohete.

—¡Absolutamente no!

Carly también se levantó y se enfrentó a Spider. —¡No depende de ti, Spider!

No puedes tomar esa decisión por mí. Soy tan capaz como cualquiera de

ustedes.

Page 173: Scare Crow- Julie Hockley

—Pero —añadí alzando la voz para interrumpirlos antes de que llegaran a

profundizar demasiado en otra pelea a gritos—, puede que este no sea el

mejor momento para que tomes este tipo de trabajo.

Había llamado la atención de los dos.

—¿No es el momento adecuado?— Preguntó Carly , sus brazos cruzados

sobre su pecho.

Sabía que estaba pisando aguas inestables, así que me tomé mi tiempo

tratando de explicarme. —Bueno, con todo lo que ha estado pasando, con la

Coalición... y contigo y Spider, no creo que sería un buen momento para ti

tomar algo nuevo como esto. Los ojos de Spider eran redondos. Estaba de

pie detrás de Carly, moviendo su cabeza hacia mí. Pidiéndome que me

detuviera.

—¿Qué quieres decir?

Iba a “tierra de nadie“. —Sólo estoy diciendo que con tu estado emocional…

—¿Mi estado emocional? —Gritó.

Spider se estremeció. Siempre me había preguntado cómo Carly, una chica

de metro y medio, podía parecer de repente lo suficiente monstruosa como

para escupir fuego. Me aguantó la mirada con todas sus emociones.

Al final, había logrado alejar tanto a Spider como Carly.

Al menos se fueron enojados juntos. Esperaba que fueran a aprovechar el

tiempo para arrelar las cosas.

Por supuesto, Manny era el verdadero instigador de su partida. La actuación

de Viper en la mesa había sido ridícula en el mejor de los casos. Era nuevo en

la Coalición, fácilmente etiquetado por el hermoso veneno de Manny.

Manny había estado tratando de encontrar una manera de sacar a Carly y a

Spider de modo que ella tuviera acceso directo a mí. Lo que ella no sabía era

que me había hecho un favor. Yo también había estado tratando de encontrar

una manera de tenerlos lejos de mí, aunque por diferentes razones.

La Coalición estaba fracturada. Había sentido las roturas formándose

durante un tiempo, incluso antes de que Emmy se viera envuelta en el bajo

Page 174: Scare Crow- Julie Hockley

mundo, causando un gran revuelo. Me di cuenta de las cosas pequeñas al

principio, como Johnny, el liderde la mafia italiana, y Dorio, el lider de la

tríada de Asia, sentados uno junto al otro en la mesa. Una historia larga

de violencia, de miembros de familias devueltos en piezas, habría hecho a

estos dos líderes enemigos inmortales. Traerlos a la coalición y tenerlos en la

misma habitación sin matarse unos a otros había sido una de las mayores

hazañas de Bill. Y ahora ellos estaban socializando. Mis sospechas

aumentaron aún más cuando, juntos, habían convencido a los lideres de que

Ignazio y Seetoo, sus equivalentes en Canadá, sean presentados como

candidatos por el liderazgo del bajo mundo en Canadá. No hubieran sido mi

primera ni mi segunda elección. Uno era demasiado extravagante, el otro

demasiado sádico. Sin embargo, todos los lideres acordaron que eran los

únicos en la dirección, y yo no insistí porque quería probar mi teoría.

Johnny e Ignazio eran primos segundos; su bisabuelo tenía una ciudad

nombrada en su honor en Sicilia. Los capitanes norteamericanos no estaban

en Canadá y no sabían lo que había pasado hasta que les dije después del

hecho. Uno habría esperado que cuando les informé que había matado a

Ignazio a favor de Seetoo, Johnny al menos habría desplegado un escándalo.

Él apenas se inmutó ante la noticia.

Al parecer, siempre y cuando ninguno de sus parientes estuviera al mando

en Canadá, no se inmutaría. Aunque estaba bastante seguro de que Ignazio y

Seetoo no sabían que sus hermanos norteamericanos habían tenido grandes

planes para ellos. Todavía no, de todos modos.

Por lo que sabía, eran los únicos que estaban conspirando. Pero sería

suficiente para derribar a la Coalición, y sabía quién estaba detrás de él.

Shield tenía el llamado mundo real, envuelto alrededor de su dedo meñique

sucio, pero eso no era suficiente para él. Quería ambos mundos para sí

mismo. Si su poder le permitía crecer, si le permitía gobernar el inframundo,

me estremecía de pensar lo que eso significaría para el resto del mundo.

Guerra. Caos. Destrucción. Shield no se detendría hasta que fuera el rey de

todo, y mataría a cualquiera que le pisara el camino hacia la dominación total.

El mundo real, el mundo donde mi Emmy vivía y respiraba, sería uno del

bajo mundo.

Pero yo no estaría allí para verlo. Estaría muerto antes de dejar que eso

sucediera. El mundo de Emmy permanecería hermoso y seguro por el mayor

tiempo posible, durante el tiempo que estuviera vivo.

Lo que Manny no se dio cuenta fue que, en las entretenidas conversaciones

Page 175: Scare Crow- Julie Hockley

con el presidente de México y en el alejamiento de las tres familias del cartel

mexicano, ella había puesto en marcha un terremoto del tamaño de la Falla de

San Andrés. Uno que finalmente dividiría la Coalición. Al momento que

Manny me contó sus conversaciones con el presidente de México, sabía que

la etapa para el cambio se había fijado.

Los lideres no me dejarían matar a Shield, y mis sospechas, no serían

suficiente para cambiar sus mentes—e ir en contra de la Coalición era un

suicidio al que no estaba preparado, todavía. Al final, sería un tipo de

enfrentamiento Norte frente al Sur, al estilo del bajo mundo. Shield ya se

había aliado a los canadienses y dos de las mayores familias criminales a él.

Yo mismo tendría que aliarme a México y a cualquier otra persona que

siguiera. Sin embargo, esta decisión tendría que venir de los lideres, algo en

lo que Manny probablemente ya estaba trabajando.

Esto era el por lo qué quería que Carly y Spider se fueran. Eran mis

mayores aliados. Eran las personas que siempre me cubrían las espaldas

cuando lo necesitaba. Pero al igual que Emmy, eran mi familia. Las cosas

estaban a punto de ponerse inestables, y no quería que ellos—alguno de

ellos—estuvieran cerca cuando la Coalición finalmente se rompiera.

¿Cuánto tiempo tengo antes de que esto suceda?

Mi única esperanza era que, al igual que Emmy, Spider y Carly

estarían fuera del panorama el tiempo suficiente para que los demás lideres

estén demasiado ocupados luchando entre sí como para intentar ir tras ellos.

Con el tiempo irían tras ellos—ningún cabo suelto se queda atrás. Pero para

entonces, los tendría a salvo, en algún lugar, con Emmy. Esperemos. Cada

movimiento hecho de aquí en adelante tenía que ser preciso y que no parezca

ser diseñado por mí.

Page 176: Scare Crow- Julie Hockley

Capítulo Nueve: Emmy

NO LOS PUEDES VENCER

Griff me estaba enseñando como pelear. O mejor dicho. Griff me enseñaba

a defenderme, como seguía recordándome.

Él había insistido en esto después de que volví de pintar con aerosol el auto

de Victor. Yo estaba bastante raspada, magullada y cojeando por una semana.

Nosotros nunca hablamos de lo que me sucedió. Yo sabía que él quería

preguntarme, pero no lo hizo. Y yo apreciaba eso.

Probamos algunas tácticas en la casa, pero después de que casi salí volando

por las escaleras, le pregunté a Hunter que nos encontrara un lugar más

seguro para entrenar. Porque en mi mente, eso era lo que hacía. Entrenaba.

Estaba siendo tan cuidadosa lo mejor que podía.

Hunter consiguió que el gimnasio del colegio nos prestara su sala de

entrenamiento. Este vino con un montón de colchones en el suelo.

Desafortunadamente, esto significaba que Hunter y sus amigos también

podían venir.

Lo que Griff probó en mí, Hunter y sus amigos lo practicaban entre ellos.

No era como que todos los días que un luchador profesional enseñara sus

tacticas gratis. Aunque dudaba que Hunter y sus amigos fueran tan

cuidadosos entre ellos como Griff lo era conmigo. Por supuesto, la primera

cosa que le había pregunto que me enseñara era como liberarme de el fuerte

abrazo que me había hecho para probar su punto del que yo no me podía

defender. Él todavía no tenía ni idea de que sus travesuras casi me habían

enviado corriendo hacia Víctor.

Mi trabajo de pintura con aerosol me había hecho merecedora de la página

principal del diario “Callister City Standard”. Pero todos los reporteros se

referían a mí como la chica dura y Victor fue citado diciendo que el incidente

simplemente mostraba lo mucho que los chicos de Callister necesitaban un

guía. Esto hacía que la bilis subiera por mi garganta. La historia murió

rápidamente después de eso, y nunca escuché de Mike de nuevo. Porque él

tenía que dejarme ir, no lo sabía. Pero mantenía su reloj conmigo solo en caso

Page 177: Scare Crow- Julie Hockley

de que alguna vez volviera por él. Era barato, pero por lo menos funcionaba.

Griff y yo caminábamos de vuelta del gimnasio, nuestros brazos frotándose

entre cada paso. Sus ojos miraban en todas las direcciones, de la cara de un

transeúnte al coche estacionado al otro lado de la calle. Siempre desde mi

escapada secreta, había visto el cansancio crecer en él, uno que le traía bolsas

bajo sus ojos y dejaba sus hombros tensos a la altura de sus oídos. Él

raramente tenía la guardia baja.

Podía sentir la oscuridad en mi vida expandirse a él, y esto me hacía doler

por todas partes. Necesitaba a Griff, pero no quería que él se sintiera de la

forma que yo me sentía.

Tiré de la manga de su camisa para obtener su atención y sonreí cuando él

se volteó. Sus ojos escanearon mi cara por un segundo, y soltó una risa. En

un movimiento que salió tan natural, agarró mi mano entre las suyas y la

apretó.

—¿Ha encontrado algo Joseph ya?

—No lo creo —dije, ni siquiera tratando de ocultar la decepción en mi voz.

—¿Qué planeas hacer con todo el dinero cuando lo obtengas?

—Usarlo.

Cuando Griff me preguntó porque necesitaba que Joseph encontrara ese

contador, en un respiro le había confesado que tenía un hermano que murió y

me dejó dinero y que el tipo en esa tarjeta de negocios era él único que podía

obtenerla para mí. Podía ver las preguntas en los ojos de Griff. ¿Qué? ¿Por

qué? ¿Cuándo? ¿Qué? ¡Que!

—De acuerdo —Fue todo lo que él dijo, bastante calmado, como si supiera

cuan difícil había sido para mí revelarle esta información trascendental. Pasé

la mayor parte de mi vida haciendo todo lo que podía para ocultarme, o en su

lugar, tratando de ocultar quienes eran mis padres. Nacer con dinero es una

cosa, pero nacer en una familia apestosamente rica como los Sheppard es un

juego de pelota completamente diferente. Añádanle dos niños Sheppard

Page 178: Scare Crow- Julie Hockley

demasiado mezclados al bajo mundo y tenías suficiente material para

mantener todas las revistas de chismes a nivel mundial por tres años.

Cruzamos la calle.

—Tú tienes un plan para el —dijo, de forma casual.

—Quiza.

—¿Qué significa eso?

—Significa que no se exactamente lo que voy a hacer con el dinero.

Griff disminuyó nuestro paso. —Pero…

—Pero hasta que Joseph pueda encontrar al tipo que estoy buscando, necesito

seguir avanzando —Tragué fuerte —Hay alguien más a quien necesito

encontrar.

—No me va a gustar esto, ¿verdad? —Se preguntó mientras rodeábamos la

esquina a nuestra calle.

—¿Cuánto sabes de la gente para la que trabajabas cuando te vi la última vez,

en el granero?

Griff miró al cielo, exasperado. —Lo suficiente como para saber que no los

quiero volver a ver de nuevo.

Volvimos a la casa, y Griff me guió a la entrada. Era entrado noviembre y

estaba helando, pero él me acercó a su cuerpo para mantenernos cálidos.

—Hasta donde yo se, estaba cuidando un montón de heno —Se volvió hacia

mí —. Tú me conoces, Em. No hago preguntas si no me van a gustar las

Page 179: Scare Crow- Julie Hockley

respuestas.

—¿Crees ser capaz de llevarme de nuevo al granero?

—No tengo idea donde es. Fui llevado y traído de vuelta con los ojos

vendados. La única gente con la que hablaba era el tipo que venía a

vendarme, los otros guardias en el búnker, y el tipo repunante que me

ordenaba que abriera la puerta del suelo.

Yo sabía que el comentario había sido a costa de Cameron. Griff nunca

ocultó su aversión por Cameron, pero había sido mas cuidadoso últimamente

de mantener sus sentimientos para sí mismo.

Pateé el suelo congelado.

—¿Por qué necesitas volver al granero?

—Porque necesito hablar con la gente que conocí cuando estaba bajo tierra.

En realidad, una persona en particular. Su nombre era Pops —Levanté mi

cabeza —. ¿Lo conoces?

—Nunca escuché sobre él.

—Creo que es un importante comerciante de droga… distribuidor— Corregí,

como Cameron me corrigió una vez a mí. —Él será capaz de ayudarme.

—¿Por qué demonios un idiota que pone drogas en las calles solo para hacer

unos cuantos dólares querría ayudarnos?

No había pasado desapercibido que Griff había cambiado el mi por un nos.

Hacía eso demasiado, como si fuera una segunda naturaleza, y yo lo seguía

probando, algunas veces a apropósito.

Page 180: Scare Crow- Julie Hockley

—Él no es como los otros —dije. Sabía que esto sonaría ridículo para Griff,

así que me tomé un momento antes de divulgar otra importante pieza de

información que no le dije antes.

—Él odia a Spider… y conocía a mi hermano cuando vivía.

Los ojos de Griff se redondearon. —¿Tu hermano?

—Antes de que muriera, mi hermano era uno de esos idiotas que tanto te

desagradan. En realidad, no era solo un idiota, él era el idiota.

Mientras mirábamos a través de la calle, le dije a Griff todo lo que sabía

sobre los negocios de mi hermano, todo lo que Cameron me había dicho

sobre él.

—Tú ya has visto a mi hermano. Una foto de él, de cualquier manera. En el

garaje, en la granja. La identificación falsa de mi hermano estaba en la bolsa

de plástico, y tú lo llamaste criminal.

Griff se ruborizó. —Lo siento. No lo sabía. ¿Por qué no dijiste nada?

—Fue una gran revelación, incluso para mí.

—Y tú no sabías si podías confiar en mí —reconoció, —entonces, esta

persona Pops odia a Spider. Ya me agrada. ¿Qué es lo que va a hacer para

ayudarnos?

—Fue algo que dijiste. Me dijiste que no podía pelear con todo el bajo

mundo.

Sonrió. —Sí. Dije eso, ¿no?

Page 181: Scare Crow- Julie Hockley

—Y tenías razón.

Sonrió incluso más fuerte. —Di eso de nuevo.

—Tenías razón. No puedo pelear con todo el bajo mundo —tragué saliva.

— Pero me les puedo unir.

Griff se estremeció como si yo lo acabara de golpear con un palo en la

nuca. Un palo pequeño. A medida que la idea se instaló en su cerebro, sentí

su brazo ponerse rígido contra el mío.

—Entonces, estás diciéndome que soy responsable por esta… esta… —Él no

podía encontrar la palabra.

—¿Esta locura? —La encontré por él porque sabía que era lo que estaba

pensando. Y tenía razón, si no hubiese sido porque me presionó para probar

mi punto (y casi me mato en el proceso), no me hubiese dado cuenta que

necesitaba un plan mejor —¿Has tenido alguna vez el sentimiento de que

necesitas hacer algo incluso si no sabes por qué?

Sonrió muy levemente. —Todavía estoy aquí contigo, ¿no?

—No puedo solo entrar en una habitación y matar a Spider y Shield, no

todavía, incluso si eso es lo que se merecen. Pero puedo hacer que pague.

Puedo hacer que se arrastran. Puedo quitarles lo que ellos más aman.

—¿Qué es?

—Dinero. Poder —dije apretando mis puños.

Page 182: Scare Crow- Julie Hockley

—¿Y este Pops, el comerciante de droga, nos ayudará de alguna manera a

lograr todo eso?

Ahí estaba ese “nos” de nuevo. Quería besar a Griff un millón de veces.

—¿Cómo? —Añadió.

Ahí era donde mi plan se volvía un poco turbio. —A él le agradaba, respetaba

a mi hermano, y creo que yo también le agrado. No estoy exactamente segura

de cómo va a ayudarnos, pero mi intuición me dice que él es el que puede

hacer que todo suceda.

Griff se mantuvo callado. Sabía que no estaba enamorado con la idea. Nada

de eso. Pero no se había negado tampoco.

—Tú has hecho un montón de contactos en el bajo mundo. ¿Conoces a

alguien que nos sepa decir como llegar al granero o cómo encontrar a Pops?

—Le pregunté.

Pensó en eso y sacudió la cabeza. —Tú no puedes hacer esa clase de

preguntas sin generar más preguntas. Lo que sea que decidas hacer, no quiero

publicarlo en el infierno antes de que lleguemos allí.

—¿Tienes algún amigo quién nos pueda decir como encontrar a Pops… sin

hacer más preguntas?

Se rascó la parte de atrás del cuello mientras su boca se afinaba. Lo podía

ver en sus ojos. Había visto esa mirada antes cuando alguien le preguntaba

por un autógrafo, o le preguntaba que hablara sobre la lucha.

Page 183: Scare Crow- Julie Hockley

—Nadie es un amigo de verdad en ese mundo —dijo —, el tipo

de amigosque sabrían algo querrían algo a cambio.

Eso lo entendía. Lo que Griff no sabía era que en todos los mundos, infra,

supra y cualquiera que fuera el ilusorio mundo mis padres habían vivido.

Los dos tomamos un respiro, acurrucados en el porche. La falta de vida por la

proximidad del invierno dejaba en silencio las calles de los barrios pobres de

Callister que era equivalente a ser enterrado en barro helado. Es decir, no

había nada que matara el ruido de mi insaciable estómago gruñón. Traté de

ignorarlo al principio. Los dos lo hicimos. Pero solo se hacía más fuerte,

hasta el punto de que ya ninguno se podía oír pensar.

Griff soltó una risa. Todavía había algo de alegría en él. Esto me hacía reír

a mí también.

—Déjame adivinar. ¿Hambrienta? ¿De nuevo?

No había dejado de comer desde que el doctor me había recetado esas

píldoras mágicas. Había incluso ganado peso, tanto que mis pantalones me

quedaban ajustados. Finalmente. Mis niveles de energía eran increíbles. No

podía dejar de moverme hasta que caía en un profundo coma a la noche.

Verdaderamente pastillas mágicas.

Dejamos el porche. Mientras yo subía las escaleras, él fue derecho a la

cocina a hacernos algo nutritivo. Por supuesto comería cualquier cosa que él

hiciera, pero honestamente, de verdad quería un Big Mac con una docena de

tacos a noventa y nueve centavos.

Todavía no le había dicho a Griff que estaba embarazada. Me estaba

preparando para eso ya que si no lo decía yo, la naturaleza lo haría. No había

encontrado el momento adecuado. ¿Iba a haber alguna vez el momento

preciso para largar una bomba como esa? Había algunos momentos en los

que pensé decirle. Momentos en los que estábamos en silencio. Momentos en

los que estábamos… solamente juntos. Pero luego me miraría y sonreiría con

esa sonrisa de Griff, como si fuera el primer ser humano que hubiese visto en

meses luego del apocalipsis y yo me acobardaría. Quería que él me siguiera

mirando de esa forma.

La mirada que me daría después de que supiera que llevaba al heredero de

Page 184: Scare Crow- Julie Hockley

Cameron, no sería capaz de soportarla. Decir que a Griff no le gustaba

Cameron era como decir que Cujo era un perro malo.

Cuando me saqué mis jeans y opté por un sweater desaliñado y pantalones

de elástico, me quedé con las inquietas mariposas de mi hinchado vientre.

Mariposas que se volvían más ansiosas con cada momento oportuno que

pasaba entre Griff y yo.

Estaba asustada. No podía soportar perder a nadie más, especialmente no a

Griff.

Cuando llegué a la parte superior de las escaleras, asomé la cabeza en la

habitación de Joseph. Él estaba en su computadora, como de costumbre. Pero

su pelo se veía como la piel de la fruta del dragón2, y estaba macerando el

teclado en vez de su usual tecleo rápido como rata. Yo estaba sosteniendo

una bola de demolición sobre su cabeza, y lo afectaba.

Tomé la silla de su escritorio y me senté. Meatball me había seguido y se

sentó entre Joseph y yo.

Había asumido que Joseph no me había visto entrar porque sus ojos nunca

dejaron la computadora. Pero su mano encontró su camino a la cabeza de

Meatball y detrás sus orejas. Los ojos de Meatball rodaron hacia atrás y su

lengua colgó lánguida. Me había dado cuenta que Meatball venía aquí por su

cuenta últimamente. Ahora sabía porque.

—Es como si este tipo ni siquiera existiera —dijo Joseph, su voz falta de

aliento, con los ojos todavía en la pantalla.

—Está bien. Se que has hecho todo lo posible —Saqué un pedazo de papel

que mantenía en mi bolsillo. Era la bola de demolición que había estado

sujetando en su contra.

—No se lo he dicho a nadie o hecho copias. Puedes tenerlo de vuelta.

Joseph retiró sus ojos de la pantalla por exactamente dos segundos antes de

continuar con su obsesión.

—Puedo encontrar cualquier cosa, a cualquiera, en cualquier momento. Solo

no entiendo porque no puedo encontrar a este tipo. ¿No tienes ninguna otra

información sobre él? ¿Cómo un dígito extra de un número de teléfono o letra

Page 185: Scare Crow- Julie Hockley

del abecedario?

—No te preocupes. Encontraré otra manera.

—He buscado en un millón de bases de datos. Probé en un millón de

escenarios distintos. Busqué en archivos borrados. Nada.

—Quieres decir, que has hackeado un millón de bases de datos.

Joseph hizo una mueca. Aparentemente la palabra hackear era una palabra

tabú entre los hackers.

—Espero que te paguen bien por hacke… entrar en el sistema de la

biblioteca. —Bromeé cuando me levanté de mi silla.

Joseph buscó dentro de una bolsa un maíz dulce y lo tiró en el aire para que

Meatball lo atrape. Eso también explica el comportamiento cariñoso de

Meatball y el toque de caramelo en su aliento de perro al final de la noche.

—Hago un montón de cosas por dinero extra —admitió Joseph —, pero esa

la hice por placer. Mi mamá trabaja media jornada en la biblioteca. Ella

empuja uno de esos carros y pone los libros lejos. La biblioteca electrónica

iba a sacarle su puesto de trabajo.

Esto inmediatamente me hizo sentir como una idiota por haberme

confundido por la perdida de mi trabajo sin sentido… y por haber usado la

evidencia de su ataque para chantajearlo.

—¿Tu mamá vive cerca entonces? —Mi voz comenzó normal, pero terminó

en un chirrido, como si acabara de entrar en la pubertad.

—Ella vive en Projects. No muy lejos de aquí.

Page 186: Scare Crow- Julie Hockley

Yo conocía Projects bien. Un recuerdo de Cameron sentado en una mesa de

picnic se dibujó en mi cerebro. —Eso es realmente cerca. ¿No vives con ella?

—Hay dos maneras de vivir en Projects. O eres reclutado para estar en una

pandilla, o te disparan y matan porque no perteneces a ninguna. Algunas

veces ambas. Mi mamá no me quiere ahí cerca de todas esas cosas,

especialmente desde que mi hermano ya es un pandillero y quiere que me

una. Yo soy el primero de mi familia en graduarse de la secundaria, dejemos

de lado ir a la universidad. Mi mamá tiene tres trabajos para mantenerme en

la universidad.

Había pasado de sentirme como una idiota y me dirigía a la tierra de

Cruella de Vil.

—Si ella pierde su trabajo en la biblioteca, entonces ella también pierde el

descuento en la matrícula que la universidad da a los empleados y sus

familias. Incluso si mi mamá tuviera diez trabajos, no sería capaz de pagar mi

educación sin ese descuento para empleados —Terminó Joseph.

De acuerdo, yo era el diablo.

—Debe ser difícil no ser capaz de ir a casa cuando ellos están tan cerca.

—Puedo llevar a mi madre a almorzar de vez en cuando. Cuando me deja.

Además ella me trae comidas hechas en casa varias veces a la semana. A

Meatball realmente le agradan sus albóndigas.

Odié el hecho de que Joseph y yo habíamos estado viviendo bajo el mismo

techo agujereado por más de un año y que debido a mis… problemas, no

conocía ninguno de los suyos. Podía sentir los puntos rojos de leopardo

trepando por mi cuello.

Mientras Meatball esperaba en la punta de sus patas por otro caramelo,

Joseph buscó en su cajón, sacando una pequeña pila de impresiones.

El primero era un artículo sobre la audiencia por la fianza de mi padre. El

segundo era un anuncio alegre del Standard City Callister sobre la ceremonia

Page 187: Scare Crow- Julie Hockley

de la llave de la ciudad de Victor.

Él señaló primero el artículo de mi padre. —Entonces tú eres esa Emily

Sheppard.

Mi respiración era superficial. —¿Cómo obtuviste esto?

—Dejaste tu historial de búsqueda en internet por toda mi computadora —

dijo como si acabara de preguntarle de que color era su camisa azul.

—No puedo decir que entiendo porque estés en bancarrota todo el tiempo o

porque siquiera vives en esta pocilga. Pero lo que realmente me interesó en

un principio era porque habías impreso este artículo —Señaló el artículo de

Victor.

—Eso fue, hasta que vi esto—. Joseph sacó una tercera hoja de papel, el

artículo sobre el vandalo que pintó con aerosol el auto de Victor. —Yo

reconocí el color de la pintura en aerosol. Rojo rubí. El color de mi firma de

grafiti, que misteriosamente había desaparecido.

Entonces él era un Sherlock Holmes normal, o yo era la peor transgresora

en el mundo. El calor que había estado subiendo por mi cuello unos

segundos atrás fue empujado hacia abajo cuando la sangre dejó mi cara.

Simplemente me quedé mirando Joseph inexpresiva, sabiendo que tenía todo

para destruirme.

Joseph se rió, recostándose en su silla. —Es chistoso lo poco que se puede

saber de alguien con el que has estado viviendo por más de un año.

Mi sentimiento exacto. —¿Qué es lo que quieres?

—¿Qué quieres decir?

Page 188: Scare Crow- Julie Hockley

—A cambio de la información. ¿Qué es lo que quieres para mantener tu boca

cerrada?

—No todo el mundo es un extorsionador. ¿Eres siempre así de paranoica?—.

Se preguntó, arrugando la frente . —Puedo no entenderlo, pero creo que lo

que hiciste fue realmente asombroso. Odio a ese tipo. Cuando mi hermano

tenía nueve años, fue atrapado por el mismo policía tratando de vender

pastillas para la alergia que robó de la farmacia. Este tipo Victor le dio una

paliza tan grande que mi mamá no lo reconoció cuando sus amigos lo trajeron

de vuelta a nuestro departamento.

La sensación de alivio fue reemplazada rápidamente por ira. —¿Y no lo

reportaste?

—¿Reportarlo con quién? ¿Quién iba a creerle a un niño callejero de

Proyectos más que a un idiota policía héroe?

Conocía ese sentimiento. Victor era intocable. Prácticamente intocable.

—¿Por qué lo hiciste? —preguntó Joseph.

Mi boca formó una línea delgada, y mis cejas se arquearon.

Se encogió de hombros, aceptando mi falta de respuesta. —¿Me imagino que

Griff no sabe nada al respecto?

Me mordí el interior de mi mejilla. Griff sólo me vio llegar a casa

empapada. Si supiera lo que sucedió en realidad...

Joseph continuó —probablemente sea mejor que no se lo digas. Apenas

duerme, por como están las cosas. Su cabeza sale disparada de la almohada si

siquiera mueves el pulgar.

—Gracias —fue todo lo que pude decirle a Joseph. Hizo por mí lo que yo no

hice por él: no utilizar la información que tenía como un método de chantaje.

Page 189: Scare Crow- Julie Hockley

—Voy a seguir buscando a ese hombre m e dijo mientras salía de su

habitación, como si no me sintiera lo suficientemente mal. —Este tipo de

cosas sacan lo peor de mí. Nadie debería ser capaz de esconderse de mí de

esa manera.

Tomaba mi búsqueda como su propia búsqueda del tesoro, era como el

sudoku para los hackers.

****

Resultó ser que sabía más sobre Pops que Griff, a pesar de que sólo estuve

con él una vez. Sabía que probablemente se encontraba cerca de una reserva.

Pops mencionó algo sobre leyendas tribales, aunque no podía recordar de qué

tribu. También sabía que se hallaba a un día de viaje de la casa de Cameron.

Y allí se hallaba ese pequeño puesto de perros calientes en el que comimos

en—el que tiene la cascada, en la que le ofrecí a Cameron unirme al negocio.

Se revolcaría en su tumba si supiera lo que hacía.

Lo malo era que existían por lo menos diez reservas diferentes dentro una

distancia manejable para mi coche, y mientras que en nuestra búsqueda

aparecieron más de trescientos puestos de perros calientes, ninguno se

localizaba cerca de una cascada. De hecho, no pudimos encontrar ninguna

cascada. Me encontraba segura, casi segura, de que sólo la imaginé.

Era emocionante estar sentada en una computadora con Griff, planeando

nuestros fines de semana realizando viajes de carretera por el país. Su estado

de ánimo mejoró, al igual que el mío. Dado que me encontraba en medio de

la temporada de exámenes, no tenía mucho tiempo libre. Estudiaba durante

toda la semana y debería pasar mis fines de semana estudiando... pero no lo

hacía. Me sentía bastante segura de que pasé mi examen de derecho

constitucional, pero mi examen de la ética, sin duda fue un fracaso. Supuse

que eso evidenciaba cómo mi moral se desvirtuó en los últimos tiempos.

Nuestro primer fin de semana fuera fue un fiasco, pero sólo en el sentido de

que no encontramos a Pops o el granero oculto. Llevábamos un realmente

buen almuerzo. Pero Meatball se comió los bocadillos y las galletas cuando

no nos dimos cuenta de que la bolsa se había abierto en el asiento trasero. Así

Page 190: Scare Crow- Julie Hockley

que nos quedamos con la sopa sobrante y el chocolate caliente al que

Meatball no pudo llegar.

Todo era diferente en el campo. La tierra era fría y dura. Las horas durante

las que el sol Iluminaba eran pocas. Esto hizo que jugar a Soy un Espía fuera

realmente fácil, ya que todo era blanco, marrón o negro, pero hizo difícil que

reconociera cualquier punto de referencia que hubiera cruzado con Cameron.

En nuestro camino de regreso, compramos un árbol de Navidad a un

sombrío chico al lado de la carretera que tenía algunos abetos en la parte

trasera de su camioneta. Los troncos de los árboles fueron cortados en

muchos ángulos extraños, con astillas saliendo de los costados. Donde sea

que haya (ilegalmente) adquirido estos árboles, estuvo apresurado en

cortarlos. Llegamos a casa, arrastramos el árbol adentro, y encontramos un

rincón para él. Y cuando Griff puso su brazo alrededor mío y vimos al árbol

del mercado negro, comprendí lo que eso significaba. Que con Griff

pasaríamos las vacaciones juntos. Que esta sería una feliz Navidad. Que me

empezaba a sentir feliz de nuevo.

Me sentía más fuerte con Griff a mi lado. Más fuerte de lo que me sentía

antes de que vinera a buscarme, y definitivamente más fuerte ahora que él se

enredó en mi mundo. En la mayor parte de mi mundo. Era como si hubiera

crecido dos centímetros, o tal vez sólo caminaba con la frente en alto, con mi

columna vertebral recta.

No hicimos demasiados progresos el fin de semana siguiente tampoco. Esta

vez nos dirigimos al noreste, pero el viaje fue lento, debido a los espesos

copos de nieve y porque el Roadmaster comenzaba a protestar por el

invierno. Cuando la Roadmaster tomó lo que parecía ser su último aliento, al

subir una pequeña colina, con Griff decidimos detenernos para darle a la

vieja muchacha un descanso, antes de que muriera y nos dejara en el medio

de la nada.

Nos bajamos del auto y encontramos un árbol para sentarnos desde donde

podíamos mantener un ojo en Meatball mientras enterraba su nariz en la

nieve como una marmota borracha.

Los dos nos apoyamos contra la madera y suspiramos al mismo tiempo.

Una parte de mí quería que este momento se prolongara. La otra parte sabía

que no podía hacerlo, por muchas razones.

—Esto no va a durar para siempre, ya sabes —dije. —Con el tiempo vamos a

encontrar lo que buscamos.

Page 191: Scare Crow- Julie Hockley

—Y entonces, ¿qué?

—No lo sé. Las cosas van a cambiar.

Se encogió de hombros. —Las cosas siempre cambian. Sólo tienes que lidiar

con los golpes, supongo. Pase lo que pase, nosotros lo resolveremos juntos.

Observé a Meatball tirarse en la nieve, con las piernas agitándose hacia el

cielo. Me gustaría ser él.

—Tienes un copo de nieve en la nariz, Ginger—. Griff levantó el pulgar y

limpió la nieve de mi nariz.

No lo había oido llamarme Ginger en mucho tiempo.

—Cuando nos conocimos por primera vez— dije, cruzando los brazos sobre

mi pecho para mantener el calor, —me dijiste que planeabas regresar a luchar

tan pronto como pudieras conseguir salir de tus deudas. Estás libre de las

deudas ahora.

—¿No me escuchaste antes, cuando dije que las cosas siempre cambian?

—No quiero ser lo que te haga renunciar a eso, Griff.

—Nah —dijo, —esa parte de mi vida ya termino.

—Eres un héroe para muchas personas. Hunter se orina en los pantalones

cuando le dices hola. Eras muy bueno en eso, y parecías disfrutarlo.

—Parecía. Tiempo pasado. No voy a volver a eso, Em. Ahora me doy cuenta

de que la lucha me llevó a un lugar oscuro. No quiero volver a ser ese chico

de aquel mundo.

Sabía que era hipócrita. Porque era la que obligaba a Griff a quedarse,

obligaba a Griff a renunciar a algo que claramente amó una vez. La culpa

empezaba a corroer a través de mi piel.

Page 192: Scare Crow- Julie Hockley

—¿Es tan malo querer sólo ser normal... contigo? —dijo.

—Está bien —dije en un tono de sarcasmo-pesado. Obviamente, no tenía

absolutamente ninguna idea de lo que era ser normal.

Entonces Griff hizo algo que no vi venir. Se inclinó y me besó en la boca.

Y yo hice algo que tampoco vi venir. Le devolví el beso.

Fue un beso suave y liberador. El tipo de beso que te hace querer extender

tus alas y volar alto sobre las montañas, sobre el mar y dentro de la brisa.

Pero mientras las manos de Griff tomaron mi cara con tanta naturalidad,

como si estuvieran tomando mis manos, lo empujé hacia atrás y negué con la

cabeza, obligando a retirarse a las lágrimas que querían asomar su fea cabeza.

Llamé a Meatball y caminé de regreso al auto. Griff me siguió unos

minutos más tarde, y nos marchamos.

Sus ojos se movían desde mí a la carretera mientras nos sentábamos en un

silencio tan denso, tan apremiante, que podríamos explotar. Por lo menos

pasó media hora antes de que alguna palabra fuera pronunciada, hasta que

Griff intervino con la voz más clara que jamás escuché. —Te amo.

¡Boom! La detonación que esperaba.

Podía verlo incluso en el rincón más alejado de sus ojos. La esperanza, la

desesperación. Quería que se lo dijera de regreso. Necesitaba que lo ame

tanto como me amaba. Lo sabía. Lo había sabido desde hace un tiempo. Pero

elegí pasarlo por alto.

Algo subía por mi garganta. Llevé la mano a mi boca, pensando que iba a

vomitar. Griff salió de la carretera, detuvo el auto, y me miró.

Extendió la mano, pero lo detuve. No iba a vomitar, lo que subía por mi

garganta eran palabras. Palabras que serían lo suficientemente potentes como

para acabarnos. Rompernos.

Las palabras llegaron al interior de mi boca, y giraron alrededor como

Listerine.

Y entonces mis labios se separaron. —Griff, estoy embarazada.

Page 193: Scare Crow- Julie Hockley

Griff no se movió. No se inmutó. Su pecho no tomó aire.

—¿Escuchaste lo que dije?

Se tomó otro minuto y resopló. —¿De cuánto estás? —preguntó, con los ojos

fijos hacia adelante.

—Cerca de seis meses.

Lo vi realizar un cálculo rápidamente en su cerebro, mientras imaginaba de

quién era el hijo que llevaba.

—¿Cuánto tiempo hace que sabes acerca de esto?

No podía mentirle. Ya no más. —Hace tiempo.

Estoicamente puso el auto en marcha, colocó la señal de retroceso, y nos

desvió de nuevo a la carretera. Luego cambió la música y nos llevó a casa sin

decir una palabra más.

Cuando llegamos a casa, agarré la correa de Meatball, pero Griff me la

quitó.

—Me lo llevaré —dijo sin mirarme. Tenía los labios apretados y blancos

mientras se dirigía a la puerta.

Esperaba sentir algún tipo de alivio después de finalmente decirle a Griff la

verdad sobre el bebé. Pero todo lo que sentía era dolor. La verdad no me

liberó. Creó una burbuja asfixiante a mí alrededor.

Necesitaba hablar con Griff, a pesar de que no tenía idea de qué más

decirle. ¿No le dije suficiente?

Subí a mi habitación, me senté en mi cama, y miré las paredes con goteras,

esperando a que regresara, preguntándome si volvería.

****

Page 194: Scare Crow- Julie Hockley

Griff regresó un par de horas más tarde. Fue a la cocina, y oí el ruido de la

comida para perros contra el recipiente para comida de Meatball, antes de oír

la puerta principal cerrarse mientras Griff se iba. Sólo le tomó un minuto a

Meatball terminar su comida antes de subir las escaleras que construí para

que pudiera llegar a mi lujosa cama. Eructó en mi cara, y luego envolví mis

brazos alrededor de su grueso cuello y metí mi cara en su pelo mientras

continuaba esperando a Griff.

Permanecía totalmente oscuro cuando desperté. Meatball ocupaba todo el

espacio en la cama. Iba a empujarlo para poder conseguir un poco de espacio

para respirar cuando noté a Griff sentado en el extremo de la cama. Me

incliné sobre Meatball y encendí la lámpara.

Griff ya se levantaba y se inclinaba sobre el costado, sobre Meatball,

tomándome en sus brazos.

Y entonces dijo: —Soy un idiota. Jesús, soy un maldito idiota.

Meatball se quejó y nos empujó aparte el tiempo suficiente como para salir

de la cama para ir a buscar un nuevo lugar donde dormir en el suelo.

Pasé de enterrar mi cara en la piel de Meatball a enterrar mi cara en el

cuello de Griff. Dejé escapar un suspiro, aligerando el peso que presionaba

contra mi corazón.

—Debería habértelo dicho—murmuré a través del hueco de su cuello.

—Debería haberlo dicho antes, pero no sabía cómo.

Griff me alejó para que poder verme.

—Por supuesto que no me lo dijiste. Con todo lo que pasó— Parecía

enfermo, como si él fuera el que padecía náuseas matutinas. —Lo siento,

siento mucho todo lo que sucedió. Ahora entiendo por qué parecías tan

cambiada. ¿Cómo estás?

Sonreí, y mis ojos se humedecieron en las esquinas cuando el alivio se

instaló. —Estoy bien, Griff. El bebé está bien. Vi a un médico hace unas

semanas.

Page 195: Scare Crow- Julie Hockley

—Necesitas algo más que un médico— dijo, la preocupación envolviendo su

voz. —Cuando tomé a Meatball para dar un paseo, me sentía tan enojado.

Pero mi cabeza se despejó, y me di cuenta de que fui un idiota, Em. Estuve en

ese mundo. Vi a esos idiotas en acción. Me sentí mal cuando entendí lo que

tratabas de decirme cuando me encontraba demasiado absorto en mi mismo

como para escuchar—. Sacó un pedazo de papel de su bolsillo, luchando para

desplegarlo. —Fui a la biblioteca, y luego al centro de crisis de la escuela.

Miré la hoja de papel, y mi corazón se hundió. Griff no entendía en

absoluto.

—No sé cómo ayudarte, pero hay gente que puede— dijo. —Y voy a estar

allí contigo, en cada paso del camino.

Hubo un momento, un momento fugaz, después de leer el trozo de papel y

darme cuenta de que Griff pensaba que quedé embarazada tras ser violada, en

el que consideré dejar que creyera eso, porque lo mantendría conmigo.

Pero tan pronto como ese pensamiento cruzó por mi mente, me sentí

enferma del estómago. Porque Cameron y su memoria no lo merecían,

incluso si eligió la muerte en lugar de luchar por nosotros. Y porque estaría

mintiéndole a Griff por mis propias razones egoístas, sólo para que no me

dejara.

Griff esperó a que hablara, con la esperanza y la desesperación encontrando

su camino de regreso a sus ojos.

Tragué saliva y tomé unas cuantas largas respiraciones. —No es lo que

piensas, Griff—. No podía hacerlo. No podía decirle. Pero tenía que hacerlo.

—Este bebé fue hecho por amor.

Le conté a Griff sobre Cameron y yo. Cómo Cameron se enamoró de mí.

Cómo me enamoré de Cameron. Esperaba que esto lo lastimara, pero en su

lugar, se mantuvo comprensivo.

—Tu mente te jugó una mala pasada para ayudarte a sobrevivir a la terrible

experiencia. Sé que piensas que lo amabas Em, pero no lo hacías. Y créeme,

nunca te amó.

Page 196: Scare Crow- Julie Hockley

—Lo amaba. Y él lo hizo también— dije, con mi voz calma.

—¿Por cuánto tiempo conociste a ese tipo? ¿Unas semanas? No tiene sentido

que te enamoraras tan rápido de alguien a quién apenas conocías.

—Sé que no tiene sentido, Griff. No sé por qué me enamoré de Cameron...—

Me hice esa pregunta muchas veces. No lo entendí, pero lo acepté.

—Sabes, hay una cosa que no entiendo– dijo. —Cuando te vi ese día en el

granero, él apenas te reconoció. Te trataba como si fueras de su propiedad.

¿Cómo puedes amar a alguien que te trata de esa manera? ¿Eso es lo que las

chicas hacen en la actualidad? ¿Estar con un tipo que las trata como si fueran

una mierda?

Podía oír la frustración en su voz. Cameron se vio obligado a ignorarme,

rechazó lo que sentía por mi propia protección. —Es complicado, Griff.

Pero eso no fue suficiente para satisfacerlo.

—¿Cómo puedes haber amado a alguien que te dejó? ¡Embarazada, nada

menos!

—Cameron no sabía que me encontraba embarazada cuando... —Suspiré,

dándome cuenta de que nunca le dije que Cameron murió. —El no me dejó,

Griff. Fue asesinado. Por Spider. Es por eso que tengo que matar a Spider y a

Víctor, ya que con el tiempo, descubrirá que estoy teniendo el hijo de

Cameron. Y no hay manera de que vayan a dejar que eso suceda.

—¿Qué has dicho?

—Que los tengo que matar.

—No, eso no. Cameron. ¿Dijiste que está muerto?

Le conté a Griff acerca de que fui apresada por Shield. Que estuve

encerrada en una pequeña habitación. Lo que casi sucedió. Cómo Cameron

usó su último aliento para salvarme antes de ser baleado por Spider.

Page 197: Scare Crow- Julie Hockley

Una mirada oscura se hizo cargo de Griff. Cuando no habló, finalicé con lo

que necesitaba que él entendiera.

—Amo a Cameron y Cameron me amó. Aunque me gustaría que hubiera

luchado por nosotros, no puedo cambiar eso. Pero voy a luchar por el niño

que hemos creado juntos—. Eso fue todo. Ahora si dije todo.

Griff lució pensativo por un segundo, pero algo dentro de él se activó.

—Quieres decir que lo amabas. Dijiste que lo amas, pero lo que realmente

querías decir es que solías amarlo.

Sabía que esto le haría daño. —Siempre habrá una parte de mí que lo amará.

— Le toqué el brazo. —Pero eso no cambia nada. Te quiero, Griff. Pero no sé

si te quiero de esa manera. Las cosas son simplemente demasiado

complicadas y confusas en estos momentos. Ya nada tiene sentido.

Griff se encogió de hombros alejando su brazo de mi agarre. —Mientras lo

ames a el, nunca serás capaz de amarme.

No sabía qué decirle. Pero sentí como si acabara de dispararle una bala en

el corazón.

Se puso de pie y empezó a caminar. —Así que si ese hijo de puta entrara por

la puerta en este momento, ¿te irías hacia en horizonte con él? ¿Después de

todo?

—No tiene sentido realizar esas hipótesis, Griff. Cameron no va a volver.

Esta es mi vida ahora.

Griff dejó de caminar lo suficiente para mirarme. Observándome.

Decidiendo que era lo que iba a hacer. Pero ya sabía cuál sería su decisión.

Lo pude ver en el vacío de sus ojos. Tenía tantas cosas para decirle. Cuánto le

necesitaba. Cuánto su luz me hizo la vida tolerable. Cómo pude verme siendo

feliz algún día. Pero no tenía sentido. Era demasiado tarde. Lo herí

demasiado para eso.

Mientras que el cuerpo de Griff todavía se encontraba aquí, de pie frente a

mí, él ya estaba en otra parte.

Page 198: Scare Crow- Julie Hockley

Griff se giró y se fue a la cama. Justo antes de que irrumpiera la

madrugada, lo oí arrastrar los pies al lado. Salió de puntillas por delante de

mi panel y bajó las escaleras. Cuando me levanté por la mañana, fui a su

habitación. Su cama se encontraba hecha. Su bolsa de lona se fue.

Griff me dejó. El hecho de que me enamoré de su némesis mataba a Griff,

como una bala que quedó alojada cerca de su corazón. El hecho de que estaba

embarazada del hijo de su archienemigo, el hecho de que llevaba la semilla

de todo lo que odiaba, y el hecho de que aún amaba a Cameron fue suficiente

para empujar la bala a su objetivo final.

Page 199: Scare Crow- Julie Hockley

Capítulo Diez: Cameron

FICCIÓN

No había reescritura de esta historia.

Había momentos en que me quedaba despierto por la noche con los ojos

cerrados, imaginando una historia diferente. Una que comenzaba con elegir

tomar la beca para el MIT, en lugar de hacerme cargo del mundo de las

drogas con Bill. Conocía a Emmy en la calle. Sonreía. Ella devolvía la

sonrisa, inmediatamente arrebatándome el aliento. La llevaría a cenar, a un

lugar íntimo, pero caro. La haría reír toda la noche. Daríamos un paseo de la

mano por las calles hasta que el sol saliera.

Me enamoraría, sin miedos, sin preocupaciones.

Pediría su mano a su padre en matrimonio. Él me daría una palmada en la

espalda, ofreciéndome un cigarro. Me casaría con Emmy en una gran boda,

una con tantos invitados como mi antigua secundaria tenía

estudiantes. Tendríamos hijos. Tantos como ella quisiera. Ellos crecerían

siendo capaces de jugar en el patio delantero con la más verde hierba que el

hombre conoce, sin tener que vivir con el temor de quien pudiera estar

acechando en los arbustos. Emmy viviría feliz. Conmigo.

Yacía en el sofá con los ojos cerrados. Ella entró en mi cerebro. La empujé

hacia fuera. Trató de forzar su entrada otra vez. Abrí los ojos y me levanté

porque simplemente no había cambiado el final de mi historia. El mío

terminaría mal. Sin Emmy.

Fui a ver a Manny a un restaurante tailandés en las afueras de

Houston. Estaba tan caliente allí tanto como afuera, y olía a peces muertos

dejados en el calor. Al menos, el lugar estaba desierto, como debía

estar. Manny y yo tomamos asiento, y nuestros guardias encontraron asientos

en las mesas cercanas.

Manny tomó la jarra de agua que el propietario había dejado sobre la mesa

antes de abandonar las instalaciones. Ella nos sirvió dos vasos. Yo no lo

toqué. Por lo que sabía, ella ya lo había envenenado con aluna toxina o un

sedante.

Tomó un gran trago de su vaso, como si estuviera respondiendo a mis

pensamientos, demostrándome que estaba equivocado. Luego pasó el dedo

Page 200: Scare Crow- Julie Hockley

índice a lo largo del lado de su vaso, recogiendo la condensación y llevándola

a su clavícula expuesta. Mientras fingía que yo no la veía hacer esto, me

pregunté si había elegido este sofocante lugar sólo para poder usar la menor

cantidad de ropa posible y el agua misma.

La luz del sol se asomaba a través de las cortinas de plástico y avivaba el

cabello de Manny. Pero en todo lo que yo podía pensar era en lo bonita que la

piel de Emmy se habría visto desde esta perspectiva. Y cómo ese vestido

haría brillar sus ojos. Todo me recordaba a Emmy en estos días. Cuanto

menos la veía, más pensaba en ella. Se estaba convirtiendo en una obsesión,

una que solía ser capaz de controlar. Como vapor atrapado debajo de una

tapa, solía ser capaz de disminuir la fijación con sólo verla, liberando el vapor

atrapado debajo. Entonces podría concentrarme, volviendo a los negocios. No

tenía más esa salida, por lo que el vapor presionaba debajo de mi piel. Como

una olla a presión.

—Yo no maté a mi padre —anunció Manny, sacándome de mi ensoñación.

No le prestaba atención, así que tuvo que llamar mi atención de alguna

manera.

—Sé que todo el mundo piensa que fui la que ordenó la muerte de mi

padre. Pero no lo hice.

—Hm —dije mientras revisaba mi teléfono. Había quince llamadas perdidas

de Spider, algo pasaba. Puse el teléfono en mi bolsillo.

—Me crees, ¿verdad?

Levanté la mirada y examiné su rostro. —¿Es importante para ti que lo crea?

Ella se encogió de hombros y miró por la ventana. Manny y yo habíamos

pasado mucho tiempo juntos últimamente, tratando de arreglar el desastre que

había iniciado con las tres familias del cartel. Nos reuniríamos con los

Castillo, una de las tres familias del cártel mexicano. Era una reunión de

último recurso. Las familias ya no sólo se enfrentaban unas contra

otras. Ahora se enfrentaban a nosotros también, porque sabían que Manny se

reunía con Julièn. Ella fue arrogante acerca de sus relaciones con el

Page 201: Scare Crow- Julie Hockley

presidente de México, y el cartel vio esto como una traición de toda la

Coalición.

Yo sospechaba que deliberadamente había sido descuidada para salirse con

la suya y forzar a la Coalición a trabajar con Julièn. Para su consternación, la

Coalición todavía había fallado a favor de la reparación de nuestras

relaciones rotas con las familias. La corriente, sin embargo, cambio. Yo ya

había sido abordado en secreto por tres de los lideres más jóvenes que

expresaron un repentino cambio de idea. De repente querían trabajar con

Julièn.

Manny aparentemente trabajaba duro detrás de escena. Lo que significaba

que los chantajeaba, sobornaba o dormía con ellos. Posiblemente todo lo

anterior. No tenía nada que ver con Julièn y todo que ver con ser la encargada

de traer a Julièn al negocio. Ella quería que los lideres vieran que podía

negociar grandes ingresos de dinero; que cuando llegara el momento para que

me reemplazaran, ella fuera la primera en la fila.

Mientras tanto, todavía planeábamos un tratado de paz. Pero Manny vio

nuestro tiempo juntos como una oportunidad para volverse a mi favor y a mis

pantalones. Cuanto más rechazaba sus afectos, más desesperada se

sentía. Rodilla rozando la mía, hombros muy juntos, miradas

persistentes. Ella me recordaba a un mapache bebé huérfano. Ves uno

persistiendo en tu basura, — perdido, sin madre, necesitado, dañado— lo

suficientemente lindo para llevarlo a casa. Oh, ella te abrazará, subirá en tu

regazo, te hará sentir cálido por dentro y por fuera. Pero trata de acercarte

demasiado, trata de domesticarla, y va a mordisquear tu cara cuando estés

durmiendo.

Carly la llamaba malvada. Pero malvada, no era exacto. Manny era una

hermosa, educada, impulsiva, sociópata total. Suave y tierna en el

exterior; rabia esparciéndose en el interior.

Eché un vistazo alrededor del restaurante a los hombres que había traído

conmigo, los hombres a los que pagaba por protegerme. Apenas conocía a

alguno de ellos. No mis mejores hombres. Pero los hombres de Manny eran

sus mejores hombres. Violentos, asesinos leales. La mitad de ellos sentados

en el interior, listos. La otra mitad fuera en los techos, listos para

disparar. Esto se suponía que era una reunión de amigos.

Spider se mantenía todavía fuera de foto. Tiny fue en busca de

Norestrom. No tenía amigos en esta sala, y eso estaba bien para mí, aunque

una parte de mí se preguntaba en qué punto se encontraba lo malo para que

Page 202: Scare Crow- Julie Hockley

Spider llamara a mi teléfono tantas veces.

Miré mi reloj.

—Parece que llegarán tarde— me dijo Manny, adelantándose a mi pregunta.

Esta era su reunión. Ella era responsable de programar y limar

asperezas. Yo estaba allí como una muestra de apoyo de la Coalición y para

asegurarme de que Manny no hiciera ninguna promesa que no pudiera

cumplir.

—Tal vez se quedaron atascado en el tráfico —dije, sonriendo. El cártel

nunca llegaba tarde. Venían cargados y preparados.

Manny trató de sonreír, pero su talento para el drama no era lo

suficientemente bueno para ocultar la ansiedad que incrementaba en ella. Yo

no era el único que había notado cuan tranquilo era fuera.

Tomé un sorbo de mi bebida, manteniendo mis ojos en Manny. Había

perdido su semblante relajado cuando su mirada recayó en la puerta.

Cogió su teléfono celular demasiado tarde. Nuestra respuesta irrumpió por

la puerta en un torrente de balas. Me lancé debajo de la mesa justo cuando

una bala encontraba la jarra de agua y un vaso de agua y estallaban por todas

partes.

Luego tiré de una Manny aturdida conmigo, casi arrancando su brazo en el

proceso.

Mientras que nuestros guardias —los que todavía vivían— devolvían las

balas de los hombres enmascarados con las suyas, me puse en cubierta,

arrastrando a Manny conmigo, y dirigiéndome a la cocina del restaurante.

—No. Por aquí— me gritó, dirigiéndose a los baños.

Hubo una explosión en la cocina cuando el resto de la familia Muñoz

descubrió una manera de entrar, bloqueando nuestra única salida. Había

reconocido al grupo Muñoz por su elección de armas: rifle de estilo AK-47

con un punto de pintura rosa en el mango.

Manny y yo nos encontramos en el baño de mujeres. Olía mejor que el

baño que cualquier de hombre jamás podría oler, y tenía tres compartimientos

Page 203: Scare Crow- Julie Hockley

y ninguna maldita ventana a la vista. Un callejón sin salida, ¿o un ataúd

bastante perfumado? Manny cerró con llave la puerta fina como el papel y me

atrajo hacia la pared del fondo. Había un antiguo radiador de calor, de esos

que hacía a las paredes parecer como si estuvieran tocando el

acordeón. Manny sacó el radiador de la pared. Era simulado, falso. No se

encontraba en absoluto unido a la pared que pretendía parecer. Detrás de este,

un agujero del tamaño del capó de una camioneta había sido excavado en los

ladrillos, y una tabla del suelo de metal había sido colocada en el piso,

llenando el espacio entre las baldosas del metro del piso del baño y la pared

de cemento. En el interior del agujero, había una pequeña pantalla gris y una

palanca, que se veía como el brazo de una máquina tragamonedas. Cuando

Manny tiró de la palanca —una trampilla—, el piso de metal cayó y la

pantalla se iluminó con el número treinta. Y a continuación, el número

veintinueve.

—Tenemos treinta segundos para saltar adentro —gritó ella. Las balas fueron

disparadas a través de la puerta del baño. Manny gritó, agarró su muslo, y

cayó de cuclillas en el suelo.

Tiré del falso radiador delante de nosotros como un escudo y con gusto

empujé a Manny en el agujero negro. Ella cayó dentro como una bolsa de

basura bajando una colina, golpeándose la cabeza contra la pared de atrás,

antes de desaparecer. Disparé mi arma en la puerta para retrasar la entrada del

cártel, metí la pistola en la parte de atrás de mis jeans, y retrocedí en el

agujero. Colgaba de mis manos, la oscuridad envolvía mis extremidades

volando libremente, y miré hacia arriba para ver cinco segundos en el

conteo. Los hombres habían irrumpido a través de la puerta ahora. Podía oír

las balas golpeando los compartimientos vacíos en su búsqueda. Es ahora o

nunca.

Me dejo llevar.

Me deslicé, en el fondo, a través de una escotilla balanceándome justo

cuando una bola de fuego explotó arriba y fui lanzado mientras la escotilla se

cerraba. Aterricé en una pila de espuma, junto a Manny, quien agarraba su

pierna herida.

De inmediato reconocí la expresión de su cara. Era una mirada de asombro

de que dolía, mal, pero no tan mal como creí, mezclada con una mirada de

asombro en cuanto a dónde exactamente se encontraba la bala. ¿Atrapada en

Page 204: Scare Crow- Julie Hockley

su músculo, como un lápiz a través de una papa? ¿Fragmentada? ¿La había

atravesado? ¿Golpeado algo vital? La racha libre de disparos de Manny había

terminado.

Estabamos en una habitación de metal apenas lo suficientemente grande

para contener a los dos. Podía oír más cosas estallar sobre y alrededor de

nosotros y ardía en el interior, pero allí estábamos a salvo de las llamas que

encendían, del cártel y nuestros propios hombres.

—Las cosas no salieron como lo planeaste.

Tiré del dobladillo de su vestido y comprobé su herida. La bala todavía se

encontraba en su muslo, pero viviría. Arranqué un pedazo de su vestido y la

até alrededor de su pierna, colocando su mano sobre la herida de bala.

Entonces entrelase mis dedos detrás de mi cabeza y me apoyé contra la

pared metálica.

—Déjame adivinar. Le diste un mensaje a la familia Muñoz de que nos

reuníamos con los Castillo, para que pudieran obtener su oportunidad de

matar a los Castillo. ¿Les dijiste que si mataban a los Castillos y, finalmente,

la familia Vásquez, les daríamos algún tipo de exclusividad sobre todas las

operaciones mexicanas?

—Se suponía que atraparían a los Castillo fuera del restaurante —admitió con

los dientes apretados.

—Fuera del restaurante. Así sabrías cuando llegaran allí. Para que tus

francotiradores tuvieran tiempo suficiente para matar a ambos grupos. Así tú

y yo tendríamos tiempo de escapar. Y tendrías tiempo para quemar todas las

pruebas de tu engaño.

—Sólo te salvé, ¿no?

—Esto es bastante encantador. Algo perfecto, en realidad. A pesar de que

supongo el porqué de que elegieras este lugar.

Sostuve su mirada y le sonreí a la zorra asesina. Ella devolvió la sonrisa

dulcemente.

Page 205: Scare Crow- Julie Hockley

Manny era el tipo más peligroso de la mujer. Una mujer enamorada, una

mujer rechazada, una mujer que no se detendría ante nada para conseguir lo

que quería, a mí.

Estaba dispuesta a exponernos a nosotros y a su mejor hombre al peligro;

estaba dispuesta a conseguir que todos —incluyéndome a mi e incluyéndola a

ella misma— muriésemos, justo así ella podría tenerme, incluso si era solo en

la muerte.

—Y tu, ¿sinceramente pensaste que la familia Munoz iba a permitirte decidir

su destino? ¿Qué no sabían lo que estabas haciendo?—. Se sentía bien ver a

Manny humillada. —¿Te diste cuenta de que tus tiradores fueron asesinados

antes de que siquiera tuvieran una oportunidad para sentir la brisa?

Exterminaste a todos tus hombres.

Miré sobre su rostro. Podía decir que estaba intentando ocultar la cara, pero

había un rastro de vulnerabilidad en su expresión.

—Realmente lo eche a perder—, admitió.

—Sí, lo hiciste.

Gateo hasta subirse a mi regazo mientras esperábamos al fuego consumirse

y a los refuerzos que Spider probablemente ya había enviado llegar. Él sabía

dónde estaba reuniéndose el cartel porque era su trabajo saberlo.

Simplemente no se le permitía venir conmigo, esta vez y de ahora en

adelante. A pesar de sus substanciales contactos, Spider sin duda había

conocido los detalles de la emboscada incluso antes de que hubiésemos

entrado en el restaurante. Ese era el por qué me había llamado tantas veces.

Ese era el por qué yo había ignorado sus llamadas tantas veces. Sabía eso, él

había estado conmigo, o hizo que al final yo trajese a los hombres que él

conocía y a los que sabía cómo llegar, habríamos estado fuera antes de que el

cartel si quiera hubiese cargado sus armas. Pero así no era como se suponía

que pasaria.

Al final, Manny consiguió lo que quería. Claro, tenía a una docena de

hombres muertos —suyos y míos. Claro, casi consiguió que nos asesinaran,

comenzó una guerra —el último eslabon para romper la Alianza. Pero me

Page 206: Scare Crow- Julie Hockley

tenía a mi. Atrapado con ella en una pequeña habitación caliente en el

proceso.

Aunque era muy malo que hubiese conseguido un disparo en la pierna. Sus

piernas eran la mejor parte de ella.

***

—¿Qué diablos estabas pensando? —Gritó Carly como si yo no estuviera de

pie a su lado. —Spider intentó llamarte para advertirte sobre lo que estaba

pasando, e ignoraste sus llamadas. Pensamos que estaban muertos.

Spider se puso a su lado, observando mi expresión pero permaneciendo en

silencio.

Manny y yo habíamos sido encontrados vivos en el sótano en el restaurante

tailandés una vez que el fuego se extinguió, casi doce horas después. Había

conseguido que un avión aterrizara en una pequeña pista al exterior de

Albania.

—Algunas cosas necesitaban ocurrir de la forma en que lo hicieron—, fue

todo lo que dije.

Spider permitió una triste sonrisa dejar caer de sus labios antes de

marcharse. Carly se rió a carcajadas de mí y de él.

Con la explosión y docenas de hombres del cartel muertos, las cosas iban a

estar moviéndose con lentitud. No tenía tiempo que perder. Desfilé hacia mi

coche. Carly corrió detrás de mí.

—Todo eso fue planeado por Manny, ¿verdad? Ella fue quien organizó todo

este gran fiasco.

—Dijiste que necesitabas hablar conmigo. Dijiste que era urgente—, dije,

abriendo la puerta de mi coche. Carly sostuvo la puerta y me observó

abrocharme el cinturón.

—Es Frances. Quiere dinero, y dice que irá a los policías con lo que sabe si

no se lo damos.

Page 207: Scare Crow- Julie Hockley

Francés. La mujer con la que Bill había engañado a Carly. La mujer con la

que Bill había engañado a Carly y que había dejado embarazada.

—Dáselo.

—Pensé que habíamos decidido que ya no le daríamos mas dinero hasta que

supiésemos con seguridad lo que estaba haciendo con todo el dinero que le

hemos estado dando.

En realidad, Spider había decidido eso, y yo simplemente había accedido a

ello porque tenía el pescado más grande para freír que preocuparme por

Frances. Pero al parecer, iban a tener que seguir arrastrándome en esta

telenovela.

—¿Qué diferencia hace lo que hace ella con el? Si necesita dinero, solo

dáselo. Con suerte usará algo de ello para Daniel.

Ya sabía lo que ella estaba intentando preguntarme, porque esto siempre

parecía salir.

—¿Por qué no solo le damos el dinero directamente a Daniel?

—Daniel vive con la madre de Frances, y Frances los mantiene muy bien

escondidos de todos. Podrías ser capaz de encontrarlos y darles el dinero,

pero si Frances lo averigua, podría ser suficiente para que ella nos delate a la

policía o traicionarnos con alguien más. Entonces tendríamos que tomar la

decisión que hemos estado evitando.

A Carly le llevó un segundo antes de decir lo que realmente quería decir.

—Spider cree que ella ya se nos ha delatado con alguien.

—¿Y tú?

Hubo un silencio.

Ser la otra mujer normalmente habría justificado a Frances en querer

perjudicar a Carly y morir si siquiera tuviéramos incluso la más leve

Page 208: Scare Crow- Julie Hockley

indicación de traición. Daniel era un inocente en la aventura de sus padres, y

Carly siempre había intentado permanecer objetiva sobre toda la situación de

Frances por el bien de Daniel. Así que yo lo hice —por el bien de Bill.

Incluso con todo el tiempo que había pasado, no se había vuelto más fácil

para ella, y Spider no estaba ayudando.

—Spider siempre piensa que ella está metida en algo—, dije, en mi tono

relajado. —No he visto nada en concreto que me indique que ella está tras

algo. Solo dale el dinero, Carly.

Carly se puso de pie, como si hubiera algo más sobre lo que quisiera

hablarme. No tenía ni idea de que podría ser, pero ahora no era el momento.

Cerré la puerta y me alejé conduciendo. Estaba de camino a la reserva

para ver a Pops y Hawk. Habría sido más rápido aterrizar en Callister, pero

no podía confiar en mi con Emmy tan cerca. Ahora más que nunca, tenía que

permanecer alejado de ella. Ya no solo tenía los ojos de Shield en mi espalda;

con las actividades de Manny, también tenía los del cartel, y ellos eran mucho

más pequeños y más peligrosos que Shield. Una vez que se esparciera la

noticia de la separación de la Colición, una vez que se supiera que ya no

eramos un ejercito unido, íbamos a ser atacados.

Cuando llegué al lugar de Pop, él ya estaba al exterior, cortando la madera

en sus botas de goma.

No estaba sorprendido de verme. Nunca estaba sorprendido de verme.

Pops paró lo que estaba haciendo y se limpió el sudor de la frente. Me miró,

aunque no estaba seguro de si alguna vez me vio, y entonces sus ojos giraron

hacia las copas de los árboles.

—El viento está cambiando—, dijo al aire o a la tierra o a alguno de los

elementos que admiraba.

Hawk salió de la casa sosteniendo algún tipo de carne en una rama,

comiéndolo como si fuera algodón de azúcar. Su madre miró a su bebe

demasiado grande desde la ventana.

—¿De qué va esto?— Me preguntó él con un bocado.

Page 209: Scare Crow- Julie Hockley

Tan obstinado como Hawk era, aún prefería hacer negocios con él. Él, al

menos, estaba en esto por el dinero. Algo que entendía. Algo con lo que yo

podía funcionar. Su padre, por otro lado, siempre había tenido la cabeza en

las nubes, hablando en prosa y leyendas de pura palabrería en lugar de llegar

al punto. Esto solo se ponía peor con su avanzada edad. Me agradaba. Por

supuesto, yo le aradaba a él. Él había estado ahí para Bill y para mí en los

peores momentos, cuando nadie quería lidiar con nosotros. A pesar de su

deteriorado estado, se lo debía.

Cultivaban la mejor marihuana en el Norte de América y era una de las

pocas entradas de drogas seuras que quedaban. Eran pequeños distribuidores,

pero importantes, y nadie los mandaba, ni siquiera nosotros. Uno de los pocos

distribuidores independientes con buena reputación.

—Quiero ofrecerte una oportunidad de unirte a la Coalición—. dije.

—Vamos a caminar, —dijo Pops. A pesar de la fría temperatura, nos

dirigimos al bosque en un camino golpeado por sus plantas. Hawk siguió de

cerca detrás de su padre.

—Ya nos ofreciste esto. Hace muchos años. Esa oferta fue rechazada.

—Esta es la última vez que haré esta oferta.

Pops sonrió.

—Hemos estado bien sin tu Coalición. No respondemos a nadie—. respondió

Hawk.

—Las cosas están cambiando. Si no te unes a la Coalición, perderás tus

negocios.

Era cuestión de semanas, posiblemente días. Una vez que uniésemos

fuerzas con el presidente mexicano, una vez que la Coalición se

desmoronase, rápidamente todos los distribuidores independientes tendrían

que escoger un lado o ver su trabajo, sus familias, todo lo que siempre habían

conocido y amado quemado hasta el polvo. Si los miembros de la tribu se

Page 210: Scare Crow- Julie Hockley

unían a nuestro lado —se unían a mí— podía protegerlos. Si se unían a

Shield, serían el enemigo. No quería ver que esto ocurriese.

Pops se detuvo en un árbol y examino una solitaria rama que estaba

creciendo fuera del tronco.

—¿Qué te ocurrirá si pierdes nuestros negocios?— Pregunté, en voz baja.

—Continuaremos con algo más—, gruñó Hawk.

—¿Qué pasaría si no hubiese algún otro lugar a donde ir? ¿Qué pasaría si el

único lugar al que ir es peor que el nuestro?

—Siempre hemos encontrado nuestro camino. Con o sin tu Coalición.

Ojala pudiese decírselos, decirle a Pops, sobre lo que estaba a punto de

sucender. Como de mal iba a volverse todo. Pero Pops estaba demasiado

ocupado buscando ramas y árboles.

—Esta ramita no es nada más que un incomódo pedazo de bosque— dijo.

—Destaca como si fuera un error. Algunos lo verían como algo que necesita

ser cortado, porque les pega en la cara cada vez que pasan por ella, porque no

encaja con el resto del árbol. Mira este árbol. Es hermoso, alto y grueso. Pero

por dentro, está muriendo, y esta pequeña rama fuera de lugar es su única

esperanza. La dolencia ya se ha esparcido por las venas de este árbol, y lo que

fuera simple para morir, lo hará. No hay que cambiar eso. Pero este árbol se

volverá fuerte de nuevo debido a esta insignificante pieza de bosque. Al final,

esta ramita se volverá en una rama más fuerte.

Sabía que no esperaba una explicación, y en verdad no tenía tiempo para una

de cualquier manera. —No seré capaz de protegerte más. Si no te unes, este

será el final de nuestra afiliación.

Pops se giró e hizo su camino de regreso a la vereda. Hawk y yo lo

seguimos de camino a mi coche. Al parecer estaba siendo escoltado fuera.

Pops tomo un tono serio mientras yo abría la puerta del coche.

Page 211: Scare Crow- Julie Hockley

—Como se planeaba, hemos organizado una entrega dentro de dos semanas,

y las plantas que nos has solicitado producir están casi listas para el cultivo.

Si honras tu alianza, nosotros lo haremos.

Se alejó. Estaban por su cuenta desde ahora.

Page 212: Scare Crow- Julie Hockley

Capítulo Once: Emily

ODIO AL AMOR

Cuando mis compañeros terminaron sus últimos exámenes, la casa se

vació lentamente. Todo el mundo se iba a casa para las vacaciones de

Navidad. José y yo éramos los únicos que aún quedaban. Y Meatball, por

supuesto.

No estaba muy triste de ver el mundo irse. Nadie había hablado realmente

sobre el hecho de que Griff había desaparecido durante la noche, pero

había miradas incómodas. Yo sabía lo que estaban pensando: deberías haber

sido tú quien se fuera, no él, no nuestro Griff. Sólo que él no era su Griff —

era mío. Y yo fui la que lo había alejado.

No era como si yo no estuviera acostumbrada a que la gente se

marchará —eventualmente, todo el mundo lo hizo de alguna u otra manera.

Mi hermano, Bill... Rocco... Cameron... y ahora Griff. Si Cameron tenía o

había tenido mi corazón, entonces Griff tenía mi alma. Pero sólo hay

suficientes piezas para que las personas tomen de ti antes de que

desaparezcas por completo. Podía sentir que me hundía, como si hubiera

caído a través de una delgada capa de hielo y fuera jalada hacia abajo por la

corriente submarina, y mis manos se resbalaban mientras intentaba sujetarme

al duro y frío hielo, incapaz de llegar a la superficie para respirar .

Y luego estaban todas las pesadillas. Por lo menos una cada noche desde

que Griff se había ido. Las arañas que caían, que colgaban de mi techo.

Tratando de huir de Victor con los pies atrapados en arenas movedizas; él

sostiene una rama de olivo, viendo hundirme. Mis sueños de Cameron y

Rocco habían sido reemplazados por mi propia eventual desaparición

definitiva. Mi profecía.

Después de que Bill murió, llegué a detestar las vacaciones. Todos los días

de fiesta. Debido a que mi hermano no estaba allí conmigo y porque me vi

obligada a estar con mis padres, donde quiera que estuvieran en el mundo, sin

mi hermano como un apoyarme. Cuando Griff compró ese árbol de Navidad

y empezó a hacer planes para pasar las tranquilas vacaciones de Navidad

juntos, yo había empezado con ganas esto, como un prisionero espera un

Page 213: Scare Crow- Julie Hockley

pase de un día. Me imaginaba villancicos que llegaban a la puerta mientras

bebíamos chocolate caliente... Yo realmente no tengo mucha experiencia con

felices fiestas.

Al final, las vacaciones todavía serían tranquilas... muy tranquilas. Por lo

menos todavía estaban Meatball y Joseph, pensé.

Pero cuando salí de mi habitación y Joseph merodeaba por mi cortina, me

di cuenta que yo ni siquiera tenía eso. Él se balanceaba, como si hubiera

decido algo y sorprendido tratando de escapar. Cuando me vio, se mantuvo a

raya y forzó una sonrisa. Me dio vergüenza por ponerlo en esa posición. Por

supuesto, él no estaría allí para pasar las vacaciones conmigo o con Meatball.

Él tenía una familia. Una madre que lo amaba, que tenía tres trabajos para

mantenerlo en la escuela, que enviaba las comidas caseras porque estaba

preocupada de que no comiera lo suficiente.

Sentí que mi estómago revoloteaba de una manera que no viniese más que

cuando se llega a un acuerdo con el hecho de que eres un perdedor total.

—Oh, hola, Joseph —dije, añadiendo el elemento de sorpresa en mi tono.

Rápidamente me volví hacia mis contenedores que fueron apilados contra la

pared frente a mi habitación y quité la tapa.

—Pensé que ya te habías marchado.

—Sí, estoy, uh, volviendo a casa. Porque, ya sabes, la Navidad. Y todas esas

cosas de la familia—. Se detuvo un segundo, mirando mientras empecé a

cavar a través de la bandeja superior. —¿Tú, uh , quieres venir?

Casi podía oír lo que él estaba pensando.

PorfavordinoPordavordinoPorfavordino.

—Gracias. Eso es muy amable de tu parte ofrecer. Pero,— añadí rápidamente

antes de que el arrepentimiento se mostrara en su rost. —Realmente debería

organizar estos contenedores antes de que Hunter llame al capitán de

bomberos por mí.

Joseph arrojó su mochila al hombro y corrió hacia las escaleras antes de

que fuera demasiado tarde. —Está bien. Felices fiestas.

Page 214: Scare Crow- Julie Hockley

Meatball lo siguió y esperó junto a la puerta. Desafortunadamente, él estaba

atrapado conmigo. Éramos la única familia del otro.

A pesar de que Joseph se había ido y yo realmente no tenía necesidad de

mantener la farsa, seguí sumergiéndome a través de mis contenedores.

Realmente no había llegado a hacerlo desde que Carly y sus compinches los

llevaron de nuevo a mí. Más que nada, lo necesitaba para mantenerme

ocupada. La casa estaba demasiado tranquila, y el sonido de los trabajos en

curso la hizo un poco menos monstruosa.

Recordé corriendo por la casa como una niña pequeña, en busca de María.

Si yo estaba molesta o asustada o necesitaba estar con alguien que no me

estuviera tratando de moldear, yo corría a través de cada habitación hasta que

encontrara el que María estuviera limpiando. Y recogía un trapo o un

estropajo y trataba de ayudar; ella tarareaba, y yo quería hablar de nada, y

ella quería escuchar de todos modos.

Para mí, la limpieza era equivalente a un abrazo.

A pesar de que siempre teníamos que mantener una oreja hacia fuera para

Madre. Me encontraba confraternizando con el personal (no menos que el de

limpieza) obtendría el despido de María y me ganaría un ceño decepcionado

como el pato que la madre dio a su patito feo.

Fui a través de los contenedores de Rubbermaid1 sin rumbo fijo. Buscando

ropa que se adapte a mi creciente estado, sabiendo que tenía apenas suficiente

ropa como máximo esqueleto de veces. Hice un pequeño muy pequeño

montón de cosas que probablemente podría tirar, que incluían diversas notas

de clase, bolígrafos sin tinta, un llavero y un calcetín sin pareja. Puse el único

calcetín de nuevo en la pila. Como menos de una hora había pasado cuando

hice estallar la tapa de la última, me preocupaba. ¿Y ahora qué?

Inmediatamente me consolé con el recuerdo que yo vivía en un tugurio de

estudiantes. Un millón de abrazos esperados.

Mientras me preocupaba por mantenerme ocupada, debería haber estado

preocupada por lo que iba a encontrar en el último contenedor. Una parte de

mí tenía inicialmente, brevemente se preguntó dónde éstos se habían ido,

mientras que la otra parte me impidió realmente buscarlos, con la esperanza

de que nunca volvería a ver a estos de nuevo. Allí, bajo la bufanda y guantes

que yo había estado buscando hace unos días cuando el clima muy frío se

empezó a meter a través de mi chaqueta, estaba Rumble Fish—el libro y la

película. El libro que había estado leyendo cuando Bill murió, y la película

que Cameron me había hecho llegar para ayudar a lidiar con la muerte de

Page 215: Scare Crow- Julie Hockley

Bill. Más recuerdos de amor y pérdida, recordatorios de que no necesitaba y

apenas podía soportar.

Coloqué con cuidado la tapa en la caja, mi mano temblorosa. Entonces

apilé el resto de los contenedores de nuevo, enterrando el hallazgo, poniendo

su contenido de nuevo a lugares enérgicamente olvidados. Bajé las escaleras

lentamente, de forma mecánica. Meatball todavía estaba esperando en la

puerta, cuando yo lo pasé en mi camino a la cocina. En mi visión periférica,

vi el árbol solitario sentado en la esquina. Griff y yo habíamos comprado una

caja de adornos de segunda mano que habíamos puesto a su lado, listo para

un tiempo feliz alrededor del árbol. ¿Habría habido música de Navidad en el

fondo? Y a continuación, los villancicos viniendo a llamar, y nos volveríamos

a apagar la música e ir a beber nuestro cacao caliente en la escalera de

entrada.

Me golpeó. Realmente me di cuenta. Yo estaba sola, completamente,

totalmente sola. Yo tenía un perro que deseaba estar en otro lugar, y un niño

que crecía dentro de mí que pronto desearía lo mismo.

Cogí las llaves del coche y la correa de Meatball, y nos dirigimos hacia

fuera.

Durante los últimos dos años, mi madre había estado pasando las

vacaciones escondida en un spa de Belice, que era la palabra clave para el

consultorio del cirujano plástico, donde trabajó en la búsqueda de

descansado. Se había cortado, escondido, y lleno de tantas veces que estaba

empezando a parecerse a un animal globo: ¡un pequeño toque aquí, un poco

de aire allí, y voila, usted es un caniche!

En cuanto a mi padre, él estaba donde quiera que el trabajo lo llevara.

Cuando era niña, mis padres me desembolsaban en un hotel o en una de

nuestras casas —Hamptons, Aspen, París— donde se les pagaba el personal

para asegurarse de que tuviera una feliz Navidad. Un año, mi madre había

pagado incluso a algunos de los niños del personal para que vinieran a jugar

conmigo el día de Navidad. Terminé escondida en un rincón, observándolos

mientras saltaban en mi cama y se quejaban de mi falta de juguetes. No tenía

idea de cómo jugar con los niños o juguetes.

Con el tiempo, hice la vida de Isabelle y Burt más fácil y barato en la

búsqueda de algo mejor que hacer durante las vacaciones. El año pasado me

encontré con un profesor que estaba buscando un asistente para hacer una

libre agotadora investigación durante las vacaciones. Nunca pensó que en

realidad iba a encontraría a alguien tan desesperado como para hacerlo.

Page 216: Scare Crow- Julie Hockley

Cuando Meatball y se detuvo a las puertas, ya estaba oscuro. Con mis

padres desaparecidos, había esperado que la a finca Hamptons estuviera

escasamente atendida y no más tenuemente iluminada. En cambio, había sido

engalanada para las fiestas. Grandes guirnaldas de Navidad colgadas en cada

uno de los paneles de salida de la puerta de hierro y pequeñas luces blancas

se habían disparado en torno a los pilares de piedra. Esto era tan navideño

como Sheppards nunca habían conseguido. No sabía que lo tenían en ellos.

—Es Emily —le grité al polo del altavoz independiente.

—¿Quién?

Era una nueva voz en el otro extremo. Un nuevo jefe de seguridad. Suspiré.

Lansing había sido jefe de seguridad durante todo el tiempo que podía

recordar. Creo que él ya tenía noventa años cuando yo nací. Yo sabía que

tendría que retirarse finalmente, a pesar de la tristeza que me llenó cuando me

di cuenta que no había estado allí para despedirme.

—Sheppard. Emily Sheppard. Yo... —Mientras luchaba entre yo vivo aquí o

mis padres viven aquí o que estoy vendiendo galletas de las chicas

exploradoras, se produjo un forcejeo por el altavoz.

—¡Tesoro! ¿Eres tú?

María había llegado a la línea. Su voz había envejecido en un arrullo

rasposo, pero yo la habría reconocido en cualquier parte. Ella me había

llamado tesoro, tesoro en español, desde que era una niña. Fue un apodo

reconfortante, aunque yo siempre había querido que ella hubiera elegido uno

diferente. Tesoro me recordaba a algo enterrado, algo que podría ser mirado,

pero no tocado, lo que supongo que era verdad.

La puerta se abrió, y fuimos hacia delante. Meatball se irguió junto a mí.

Aún podía sentir la muerte inminente. Pero esto era aún mejor que pasar las

vacaciones sola, encerrada en un alojamiento para estudiantes decrépitos. Por

lo menos, tendría espacio para correr aquí.

La calzada de adoquines llevó a los árboles y se iluminó con farolas, cada

una adornada con banderas elegantes que colgaban como carámbanos. Copo

de nieve artístico, muñeco de nieve de buen gusto, copo de nieve artístico,

Page 217: Scare Crow- Julie Hockley

muñeco de nieve de buen gusto. Era como conducir en la calle principal de

las pequeñas ciudades europeas. ¿Era el toque personal de mi madre?

El final de la línea de árboles reveló una creciente fuente de agua de cuatro

niveles y una mansión que estaba iluminado como si estuviera hostigando

aeroplanos —aquí no se salvaron créditos de carbono. ¡Adiós, selva

amazónica!

No estaba segura de si mis padres estaban en "casa", aunque seguro parecía

que lo estaban. Fui directamente a la entrada de servicio, que era donde yo

realmente quería estar. Mis padres descubrirían muy pronto que yo estaba

allí.

María me estaba esperando con las manos en las caderas, sonrisa diabólica,

cuando me sacó a un lado. La entrada de servicio estaba apenas iluminada, y

una vez que apagué mis luces delanteras, María habría desaparecido en la

oscuridad si no hubiera sido por su delantal blanco borrado. Tuve que usar el

peso de todo el cuerpo para arrastrar a Meatball por la correa. Estaba decidida

a pasar la Navidad en mi auto. Yo no lo culpo.

María me hizo entrar en la cocina, sin saber que estaba acompañada por una

bestia. Cuando se hizo la luz, la mirada que Maria me dio habló fuerte: tu

madre va a tener un ataque al corazón cuando ve eso. Le sonreí a su sonrisa

diabólica y me encogí de hombros como respuesta.

La cocina no era lo que yo recordaba que fuera. Darlene, nuestra jefa de

cocina, solía tener la cocina corriendo como si estuviera en medio de una

sesión de la revista: sonriendo sobre ollas humeantes, un poco de revuelo

aquí, un poco agitar allí, tomando un vaso de Cab-Sauv. Todo increíble

siempre. Y tenía un equipo completo que saltaba a sus órdenes. Ahora bien,

había un personal de tres, al vapor sobre alimentos suficientes para alimentar

el jubileo de la reina. Cacerolas desbordantes, platos cayendo en el fregadero.

Más rostros nuevos —rostros jóvenes de estrés se miraba en sus rostros. Me

sentí como si sólo hubiera entrado en una inmersión universitaria que sirve

caviar y risotto.

—¿Dónde está Darlene? ¿Dónde están los demás? —Le pregunté a María,

mirando al guardia de seguridad de niños sentado en un taburete de la barra

por el altavoz y jugando un juego en su teléfono.

Cuando me volví hacia ella, vi la tensión reflejándose en las características

de María. Sólo había una diferencia de veinte años entre los dos de nosotros.

Page 218: Scare Crow- Julie Hockley

Y sin embargo, María parecía que había envejecido un extra de quince años

por encima de eso. Tenía el pelo canoso, y podía jurar que ella solía ser más

alto que eso. Pero más aún, María nunca, —quiero decir, nunca— tenía un

delantal sucio. Incluso mi madre la hacía fregar el empedrado alrededor de la

piscina, María siempre reaparecía mirando sin tocar.

—Darlene encontró algo mas—dijo, usando su delantal para limpiar tripas de

pescado. Me di cuenta que la mitad de un salmón dejo ensangrentado el

tablón.

—¿Y Lansing?

Ella me dio una sonrisa simpática. —Él encontró algo más. ¿Tienes hambre

? Yo puedo hacerte algo, si quieres.

—¿Cuánto tiempo han estado fuera?

Ella rozó mi hombro. Esto fue lo más conmovedor que podía hacer con

salirse con la suya sin ser despedida. —Tan sólo unos meses. No me acuerdo

que tu madre me advirtiera que volverías a casa para Navidad. ¿Cómo va la

escuela? Te hemos echado mucho de menos, ya sabes. Darlene estaba

diciendo el otro día…

—¿Quieres decir, antes de irse? —Mi mandíbula era tan apretada que pensé

que mis dientes iban a salirse de mis encías. Darlene y Maria eran mejores

amigas. Mi infancia estuvo llena de recuerdos de sus bromas internas que

nunca habia entendido, pero reí con ellas. Ninguno habían conseguido casare

alguna vez; ni nunca habían tenido hijos. La familia de María estaba en

México, y Darlene nunca hablo de alguna familia. Todo lo que tenían era la

una de otra.

—No te preocupes, niña. Todo el mundo está bien. Pero parece que alguien

podría tener hambre—. Señaló Meatball, que estaba salivando un charco en el

suelo de la cocina.

—Él siempre tiene hambre— . Hemos tenido eso en común últimamente.

Page 219: Scare Crow- Julie Hockley

Cuando fui a buscar una toalla de papel para limpiar la saliva en el piso,

recibí miradas desagradables del joven personal. Ellos estaban sudando sobre

estufas; Yo estaba en su camino, y yo estaba distrayendo a María, su

cortadora pescado.

—Voy a ir a buscar a mi madre —le sugerí con un gruñido en mi voz.

María sonrió sin argumento y se apresuró a regresar a su estación. Yo no

era tan tonta como para pensar que Lansing y Darlene, dos empleados leales,

se habían ido voluntariamente. Ellos fueron bien despedidos o forzados a

salir por cualquier razón.

Tiré de Meatball a la distancia y me dirigí a través de los pasillos de la casa

principal. Parecía como si el espíritu de la Navidad hubiera rezumado en la

casa. Mi mamá había hecho organizar el lugar profesionalmente para hacerlo

sentirse calido, feliz, y no como un-Sheppard-luce.

Es evidente que ella estaba planeando una gran fiesta. Meatball se quedó

cerca cuando registramos las habitaciones, buscando a mis padres, que temía

que podrían haber sido devorados por toda esta felicidad. En el comedor, un

camarero vestido de esmoquin estaba creando una mesa para ocho personas,

a pesar de que había suficiente comida en la cocina para alimentar a todo el

estado de Nueva York. Economía nunca había estado en el vocabulario de

mis padres.

No fue demasiado difícil averiguar en qué lugar de la casa de mis padres

estaban. Sus voces gritando fueron suficientes para despertar a las cuatro

estaciones a la vez.

Pensé en dar la vuelta y regresar a mi muy tranquila Navidad con Meatball.

Pero tenía curiosidad, así que me dirigí al cuarto de mis padres.

Tenían su parte de la casa.

Y yo tenía un conjunto en la otra parte que solía compartir con Bill. Esta

parte estaba en el lado opuesto de la casa —lo más lejos posible del área de

adultos, como una antesala de contagio. Aunque yo no estaba segura de qué

lado estaba más enfermo.

Cuando me acerqué a la habitación principal, las palabras de reproche eran

agudas, cada una suficiente para dejar una marca. Estaba a punto de llamar a

la puerta, sosteniendo mi nudillo de una pulgada de distancia de la madera.

Entonces vislumbré a Maetball. Sus orejas eran tan planas contra su cráneo

que casi desaparecieron en la piel. Estaba en lo cierto. Al entrar en la zona de

Page 220: Scare Crow- Julie Hockley

guerra sería como dos hienas luchando por un cadáver de cerdo, hasta que un

búfalo con una pierna rota coja entre ellos. Me comerían viva.

Me deslicé en el banco del vestíbulo y Meatball se metió debajo, su cabeza

apareciendo entre mis piernas.

—No sé cuanto más puedo aguantar estas noches. Una cosa es estar obligada

a quedarnos y jugar a los anfitriones en estas noches sin fin y otra es tener

que rogar y pedir a estas personas que nos ayuden. Es degradante.

Mi madre estaba gritando en francés, pero mi padre respondía en ingles.

Nunca necesitada gritar, incluso en su forma más fría, su tono autoritario era

suficiente para cambiar la rotación de la tierra.

—Necesitas bajarte de tu alto caballo francés y empezar a poner de tu parte.

Necesitamos su apoyo, y haremos lo que sea necesario para asegurarnos de

que eso pase.

—¿Como de lejos? ¿Como de lejos tiene que ir esto para que te des cuenta de

que es suficiente? Anoche, Mr. Greyson dejó caer un camarón en mi escote y

usó sus dedos gordos para sacarlo. Y lo viste. Y te reíste. Y le ofreciste otra

bebida. ¿Qué más tengo que hacer, Burt?¿Quitarme el vestido para que él

pueda meter dinero en mi ropa interior?

—Eso sería mas útil.—dijo mi padre sin ningún signo de broma en su voz.—

Es nuestro contribuyente más grande, querida. Si él quiere pellizcarte el culo,

vestirte como una sirvienta francesa y hacerte lavar su excusado, entonces

hazlo.

—Excusado,— me burlé para mí misma usando el tono presumido de mi

padre. Solo mis padres pueden hacer pretencioso algo tan simple como un

cuarto de baño.

—¿Eso es a lo que he sido reducida? ¿Prostitución?—preguntó mi madre con

voz chillona.

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—No me casé contigo por tu habilidad para pensar, cariño.

—Y yo no me casé con un hombre que esta dispuesto a hacer cualquier cosa

por dinero.

—Ah, pero lo hiciste, mi amor.¿Quién paga por las mansiones, los coches,

los viajes, el extravagante estilo de vida que amas tan cariñosamente?

Simplemente sonríe y luce bonita. Estarás bien.

—¿Qué estilo de vida? Estoy atrapada aquí, contigo, jugando a la pequeña

señora anfitriona para personas que nada les gustaría más que vernos

hundidos. Tenemos que pretender que todo es sol y arco iris cuando he tenido

que dejar a casi todo nuestro personal irse y estoy recurriendo a mi familia

por dinero cuando ellos casi no pueden mantenerse a flote.

—Eso me recuerda,—dijo él.—¿Has llamado a tu hermano como te pedí que

hicieras ayer?

—Henry acaba de tener un ataque al corazón, Burt. Por todo el estrés que le

has estado causando. Si lo molesto con algo más de este feo negocio, podría

ser suficiente para matarlo.

—¿Molestarlo?—dijo mi padre como si se hubiera tragado un puñado de

arena. —Si no molestas a tu inconsciente y débil hermano, perderemos todo.

Si deciden vender Chappelle de Marseille, nuestros patrocinadores se irán,

con su dinero.

—Pero si mi familia no sale, perderán lo poco que les ha quedado.

—Esta noche. Llámalo esta noche.

Page 222: Scare Crow- Julie Hockley

Mi madre vaciló, su voz silenciosa. —Ya les he pedido mucho. Difícilmente

cogen mis llamadas. Esto será la gota que colma el vaso. Nunca seré capaz de

convencer a mi hermano, y mi familia renegará de mi.

—Podrías convencer al papa para que te prestara su ropa interior sucia.

Puedes convencer al lerdo de tu hermano.

—No puedo. Burt, simplemente no puedo.

Hubo un largo y dramático suspiro. —Sabía que no debía haberme casado

con el dinero de tu sucia familia.

—El dinero de mi sucia familia salvo tu perfecta, vieja y arruinada familia.

¿Alguna vez te has dado cuenta del desastre que hiciste? ¿Ves lo que las

personas están diciendo sobre ti en los papeles? Engaño. Fraude. Robo. Nadie

quiere estar cerca de ti,¿Y tú llamas a mi familia sucia?

Nunca había pasado mucho tiempo con la familia de mi madre. Una

memoria vaga de un primo en Francia con hojas pegadas en el pelo y pies

embarrados era todo lo que conocía de la familia de mi madre. Mientras que

en la familia de mi padre, no habían ocultado su desaprobación hacia mi

madre y yo. Mayormente a mi (mi madre aparentemente había probado ser un

poco útil). Parecía que yo no había resultado de la forma que pensaban que lo

haría o debería.

Creciendo, había sido enseñada a mantenerme tranquila y escuchar. Aparte

de Bill, no sabía casi nada de los miembros de mi familia, incluso de mis

propios padres. Nunca hubo un momento en el que yo estuviera tumbada

enfrente del chispeante fuego, mi barbilla apoyada en mis manos, escuchando

con el corazón abierto como mis padres me contaban la historia del día que se

conocieron y se enamoraron. Quizás habían estado enamorado, en algún

momento. Pero nunca lo había visto. Raramente estaba en la misma vecindad

con alguno de mis padres por más que unos minutos, mucho menos con los

dos a la vez en el mismo sitio. Y ciertamente no el tiempo suficiente para

escuchar una historia de Cuando Harry conoció a Sally.

No fue hasta que la cara de mi padre empezó a aparecer en las noticias que

realmente llegué a conocer a mis padres. Los Sheppards habían pasado por

Page 223: Scare Crow- Julie Hockley

duros momento en los ochentas, cuando mi padre rápidamente se divorció de

la madre de Bill y milagrosamente se enamoró de la impresionante Isabelle

Tremblay, heredera del imperio de Chappelle de Marseille. Fue poca

casualidad que la compañía de mi madre recientemente hubiera florecido y

estaba madura para una toma de posesión Sheppard.

Recuerdo sentarme alrededor de una mesa del tamaño de un campo de

fútbol mientras mi abuela, la primera Emily Sheppard, llamaba a la familia

Tremblay una manada de hippies cada vez que podía, cada vez que mi madre

no estaba al alcance del oído. Mi padre, su único y precioso hijo, se reiría. Mi

madre se mantendría sonriendo y me ordenaría sentarme derecha.

Cuando mi padre salió del cuarto que compartía con mi madre, me vió

sentada en el banco a pocos pasos de él. Apenas hizo una pausa antes de

continuar su paso todo el camino hacía el hall hasta que desapareció.

A veces me preguntaba si mi padre me reconocería si nos encontrábamos

por la calle. Probablemente no.

Cuando encontré a mi madre en su habitación, estaba sentada frente al

espejo,frotando ligeramente el flujo de lágrimas que habían hecho un camino

a través de su maquillaje, una línea recta en cada mejilla. Incluso sus lágrimas

eran calculadas—lo suficiente para conseguir un punto que cruzaba, pero no

lo suficiente como para arruinar por completo su maquillaje. Sus ojos

miraban imperturbables mi aspecto en el espejo antes de ir de nuevo a su

propio reflejo. Tenía su bata de seda lila sobre un vestido de noche azul que

llegaba hasta sus pies descalzos de duende. Su pelo estaba recogido en un

moño apretado, con una cascada de rizos que brotaba por el centro del nudo.

Esperé detrás de ella, esperando como un soldado lo haría por una inspección

de dormitorio. Era de repente consciente de mi—siendo considerada—

desagradable apariencia. Llevaba la única sudadera grande de algodón que

me valía, bajo la que se ocultaban un par de pantalones vaqueros

desabrochados. Mi cabello estaba en lo que había sido una cola de caballo.

Ahora era sólo una banda elástica colgando en el borde.

Cuando mi madre finalmente terminó trabajando en sí misma, se dio la

vuelta para examinar qué había sido de mí. La sonrisa delgada que se

extendió en sus labios me advirtió que no estaba muy emocionada. Dejó que

la bata de seda se escurriera de sus hombros desnudos y cayera en la parte

posterior de la silla. Levantó la barbilla y se deslizó de la silla hacia mí.

Me quedé quieta, demasiado fascinada para tener miedo. Se puso de pie

frente a mí y tomó mi barbilla debajo de sus dedos largos. Y luego pellizcó la

Page 224: Scare Crow- Julie Hockley

piel debajo de la barbilla, con tanta fuerza que dejé escapar un grito.

—¿Esto es lo que llaman obtener el peso de la universidad?—Se burló en un

Inglés con acento muy francés antes de soltar el pellizco, pero no su mirada.

En realidad se decía los quince del estudiante de primer año, pero no la

corregí porque no tenía sentido. Siempre me pareció que cometía errores en

las expresiones en inglés queriendo, en una especie de tono de burla. Su

pequeño motín contra el patrimonio de mi padre, supongo.

Quería decir algo, tal vez defenderme y volver con algo ingenioso con lo

que insultarla. No nos habíamos visto en más de un año, debería haber sido

tiempo suficiente para que tuviera al menos algunas frases ingeniosas listas y

esperando. Pero todavía estaba demasiado fascinada como para decir nada. El

estar bajo el techo de mis padres, en la trampa de mi madre, me sentía como

si fuera de nueva la niña cuyas coletas tenían que ser lo suficientemente

fuertes como para soportar los vientos de un tornado.

La mirada de mi madre dejó mi rostro gordo y mi papada para encontrarse

con Meatball. Tire de él cerca, como si pudiera protegerlo de ella.

Podía oír los dientes rechinando.

—Esto es nuevo,— dijo —¿Es tuyo?

—Mío,—dije rotundamente, sintiendo como si mis pies acabaran de

estabilizarse en el suelo.

—Bueno, puedes atarlo en el garaje mientras estés aquí.

—Si, eso no va a suceder. Él va donde voy yo.

Los ojos de mi madre saltaron de nuevo a mi cara, claramente sorprendida.

Apoyé mi mano en la cabeza de Meatball, y la apreté contra ella como una

demostración de fuerza unificada.

Los ojos de mi madre saltaron de nuevo a la cara, claramente sorprendido .

Apoyé la mano sobre la cabeza de la albóndiga , y apreté contra ella como

Page 225: Scare Crow- Julie Hockley

una demostración de fuerza unificada.

Isabelle se deslizó de nuevo a su espejo y sacó un par de aretes de

diamantes.

—¿Por qué estas aquí?—Le pregunté antes de que pudiera exigir lo mismo de

mi.

—Tu padre no puede salir del país.—Dijo esto con triunfo, como si mi padre

la oyera, como si sus palabras pudieran avergonzar a un hombre como él.

—Y tengo que jugar a la buena esposa mientras él intenta a su manera

conseguir favores—. Puso un pendiente en el lóbulo y estiró una sonrisa en el

espejo. —Si hubiera pensado que vendrías, te hubiera hecho saber que

estábamos aquí.

Le devolví la sonrisa. Las dos sabíamos lo que estaba diciendo en realidad :

lo siento por arruinar tus navidades sola.

El joven guardia de seguridad vino para anunciar la llegada de los

invitados. Mi madre lo miró, agradeciéndoselo, y sonriéndole hasta que se

fue.

—Tenemos una larga semana de invitados viniendo y eventos que atender,—

me dijo.

—No necesitas cambiar tus planes,—dije.—Solo estaremos aquí por unos

días.

Se mantuvo recta, dando una última mirada desaprobatoria a mi desaliñada

disposición y a mi peludo perro. Lo entendí. Tenía que mantenerme

escondida.

—Raramente notaras que incluso estoy aquí.—La tranquilicé.

Page 226: Scare Crow- Julie Hockley

Mi madre se puso sus tacones y salió. Cuando el ruido de la charla de los

invitados en la planta baja se disipó desde el vestíbulo hasta alguna parte de

atrás, me sentí lo suficientemente segura para caminar a través de la

entreplanta sin ser vista. La última cosa que quería era avergonzar a mi pobre

madre angustiada.

Tan adornado como estaban los cuartos de la planta principal, el ala este—

el ala de los niños—estaba desnuda. Muebles envueltos en plástico, pinturas

apoyadas contra las paredes de mármol, papel de burbujas envolviendo

estatuas, cajas apiladas. Esta ala estaba siendo despejada y sin duda no estaba

para ser visto por los invitados importantes. Mis padres realmente se estaban

hundiendo. Estaban en quiebra, vendiendo sus posesiones y quizás en algún

momento la propiedad de los Hamptons. No sabía cómo sentirme acerca de

esto. Nunca había pensado en ningún lugar como mi casa, pero si lo hubiera

hecho, este fue el lugar más cercano que tuve. Este era el lugar donde había

estado encerrada la mayor parte de mi infancia.

Me dirigí a mi cuarto y fui directa a la habitación de Bill, asustada de lo que

encontraría. Su cama había desaparecido, como cualquier otra cosa. Sus

libros, su ropa, sus posters, todo lo que había dejado de él, se había ido.

Llegue al centro de la habitación antes de tirarme en la alfombra. Ya ni

siquiera olía a él. Simplemente a pintura fresca y a limpiador de alfombras.

Meatball dejó mi lado y olisqueó alrededor de la habitación. Encontró un

lugar limpio contra una estantería para libros que mi madre podría vender,

levantó una pierna, y dejó un nuevo aroma.

Me reí tanto que lloré.

Salimos de la habitación auto proclamada de Meatball y nos dirigimos

hacia el lado opuesto de la sala, donde estaba mi habitación.

Aunque las cajas vacías esperaban en una esquina , mi habitación estaba en

su mayoría intacta. Algunas cajas empaquetadas estaban en el suelo marcadas

“Para Emily” en rotulador negro . No me hubiera importado lo que había

dentro si no hubiera reconocido la letra de Maria . Cogí un lado, tiré, y sonreí.

Eran cosas de Bill. Por supuesto que María nunca dejaría a mi madre

deshacerse de todas las cosas de Bill sin guardar las cosas que me importaban

: fotos , anuarios , mapas antiguos , cuadernos llenos de dibujos estúpidos de

coches

Page 227: Scare Crow- Julie Hockley

****

Cuando me levanté, había un foco de luz cegadora en mis ojos. Había

olvidado como era dormir en una habitación con ventanas. Me hubiera

levantado a cerrar las cortinas, pero ya se habían quitado.

Mi cama de tamaño King estaba llena de cosas de Bill. En el momento en

que murió Bill, la gente todavía tenía libros de verdad y cajas de zapatos

llenas con fotos y aún usaban mapas—mapas de papel—para encontrar su

camino. Mi corazón se apretó. Bill nunca creció y vio el mundo cambiar.

Meatball estaba durmiendo cerca mía, tan cerca que estaba a punto de

caerme por el bode. Era como si el perro tuviera miedo del espacio.

Me di la vuelta sobre el costado, me estiré y fui a lavarme en el baño—el

“excusado”—mientras esperaba que el agua de la ducha se calentara, me puse

de pie sobre el lavabo. Fue en este entorno lujoso que me di cuenta de lo

mucho que me parecía a mi madre, o al menos, a como se veía mi madre en

algún lugar bajo todo el plástico. Las pecas en las mejillas y la nariz que me

recordaban a la Vía Láctea. Los ojos de un tono más claro que las algas

marinas. La nariz que se curvaba en la base. Las partes óseas alrededor de mi

cuello que sobresalían bajo otro grupo de pecas.

Esto normalmente habría hecho que me estremeciera y me alejara del

reflejo del espejo. Pero empecé a desvestirme, dejando mis ropas caer en mis

pies, sonreí.

Mi cara era mas redonda ahora y tenía una segunda barbilla, como mi

madre había pellizcado sutilmente la noche anterior. Deje mis manos caer a

mi expandida cintura, apoyándolas sobre el pequeño bulto que esta

empujando hacia fuera. Si era una chica, ¿Se parecería a mí? Si fuera un

chico, ¿Se parecería a Cameron?

De repente, me podía imaginar a una niña corriendo con la cabeza llena de

pelo rojo detrás de ella. Hermosas pecas salpicando sus pequeñas manos, pies

moviéndose. Volví los ojos verdes de nuevo a mi propio reflejo, un reflejo

que se reflejaría en mi hijo. Y me di cuenta de lo hermosa que era.

No pasó mucho tiempo para que Meatball viniera a buscarme a la ducha.

Era una de esas duchas abiertas carentes de privacidad. Meatball lamió la

acumulación de agua en el suelo, pero permaneció lo suficientemente lejos

para que él no tuviera que mojarse. Le eche agua con mis dedos en la cara

para asegurarme de que se hubiera mojado. Esto fue suficiente para hacerle

Page 228: Scare Crow- Julie Hockley

saltar hacia atrás y por ahí como un conejo.

Me puse mi traje de baño debajo de una gran bata de felpa para la piscina

cubierta . Al menos uno de nosotros debía divertirse mientras estábamos aquí.

Estaba a punto de tirar de mi bata, cuando vi a mi madre descansar en la

esquina en su vestido de noche, se había quedado dormida mientras sostenía

un vaso de zumo de naranja precariamente sobre su pecho. Mientras Meatball

olfateaba alrededor del borde de la piscina, me fui a agarrar el vaso antes de

que se estrellara contra el suelo.

Los ojos de mi madre se abrieron de golpe, tan pronto como mis dedos

tocaron el cristal.

—¿Una mala noche?—Pregunté, aunque el olor característico del alcohol que

salió de la respiración y a través de sus poros y sobre el borde del vaso me

dijo que también era una mañana difícil.

Me senté en la silla que estaba a su lado mientras ella se estabilizada y

endurecía sus rasgos adormilados. Miraba como Meatball paseaba alrededor

de la piscina. —No quiero esa cosa en ningún sitio cerca de la piscina o

alrededor de mi casa.

—No te preocupes, tiene miedo del agua.—La mentira era una segunda

naturaleza para mí debajo del techo de los Sheppard. Así como la hostilidad.

—¿Qué pasó con Darlene y Lansing?

—¿Quiénes?

—El Chef. El guardia de seguridad. La gente que ha estado trabajando para ti

veinte años.

—Tuve que despedirlos. Había cosas desapareciendo en la casa.—Apretó un

dedo en la sien , como si un dolor de cabeza le palpitara , que comenzaba con

una E y terminaba con Emily.

Page 229: Scare Crow- Julie Hockley

—¿Como podían robarnos después de que hemos sido tan buenos con ellos

todos estos años?¿Con todo lo que tu padre y yo hemos pasado? Es

inhumano.

La visión de mi madre de inhumanidad era totalmentea retorcida.

Problemas de un primer mundo retorcido.

—¿Quieres decir que los despedistes por una supuesta sospecha de robo así

no tendrías que pagarles el finiquito que merecían?

Isabelle soltó una risa. —Aprendiste esas grandes palabras en tu universidad

de medio rango?.

—Aprendí lo suficiente para saber que lo que hicistes estuvo mal. Si tu y

papa habéis caído en tiempos difíciles es su culpa, no de ellos. Deberías darle

el dinero que les pertenece.

—Tu padre y yo no estamos en tiempo difíciles. Por favor, no declares esas

cosas.—Tomo un sorbo de su bebida.

—¿Si? ¿Es por eso que estáis vaciando el ala este? ¿La habitación de Bill?

¿La mía? ¿O esas son parte de las cosas que misteriosamente han

desaparecido?

—Esas habitaciones han estado vacías desde hace mucho tiempo. Decidí que

era momento para limpiar la casa. Nunca estas aquí, y William de hecho

nunca volverá.

William—Bill—jamás volverá. Ella había dicho esto con un borde de humor

en su voz. Mis puños apretados con tanta fuerza que realmente pensé que iba

a golpear a mi madre borracha.

Page 230: Scare Crow- Julie Hockley

En su lugar, decidí contraatacar de la única manera que conocía—con

palabras. —Bueno, es bueno saber que tú y papá están haciéndolo bien

porque necesito dinero.

—¿Debo entender eso porque quieres dinero ahora, nuestro dinero ya no está

por debajo de ti?

—Yo no he dicho que quiero tu dinero, madre. Dije que necesito dinero. Creo

que todavía tengo un fondo de fideicomiso.

Había un brillo sádico en sus ojos. Acababa de darle munición suficiente

para derribar las barreras que había construido por años para mantenerla

fuera. Pero había cosas que tenían que ser dichas en ambos lados.

Mi madre dijo, —Necesito salir de esta casa. Necesito salir de este país. Tu

padre necesita desaparecer sus problemas legales. Todo el mundo necesita

algo, querida. Esto no significa que lo conseguirán.

Meatball había avanzado poco a poco su camino más cerca del borde de la

piscina, tratando de ver hasta dónde podía estirar su cuello sin caerse. Él

cayó. Mi madre juró como un marinero francés.

Fue en la parte menos profunda, por lo que su cabeza apareció de

inmediato. Se levantó sobre sus patas traseras, remando con sus patas

delanteras lo suficiente para mantenerlo en posición vertical. Me miró

fijamente, shock lavado en la piel de su rostro. Era como si hubiera olvidado

que sabía nadar. Menos de veinticuatro horas encerrado con mis padres, y ya

se había olvidado de lo que normalmente podría lograr por su cuenta.

Me levanté y me puse mi bata tranquilamente dejando ver un bulto media

luna debajo de mi traje de baño.

—Estoy esperando, Madre,— anuncié calmadamente y caminé hacia la

piscina, saltando dentro.

Nadé hacia Meatball, quien, de repente, vio una gran diversión en el hecho

de que yo estaba en el agua con él. Me di cuenta que su pequeña cola se

estaba meneando por el temblor que subió en su cuerpo e hizo mover su

cabeza de lado a lado.

Page 231: Scare Crow- Julie Hockley

—¿Estás esperando?— Dijo mi mamá, en un susurro lo suficientemente

fuerte para que pudiera oír, pero no lo suficientemente alto para que el

personal pudiera oír. —¿Un bebé?

—No, estoy esperando un kayak de Amazon. —Pero la broma estaba perdida

en mi madre. —Sí, estoy embarazada. Voy a tener un bebé.

Intenté atraer a Meatball fuera de la piscina, pero él no quería salir nunca

más. Empecé a remar tipo perro alrededor de él para mostrarle lo que solía

ser capaz de hacer. Pero él sólo vio esto como una invitación a intentar saltar

sobre mí. Me recordó a una marioneta, balanceándose de un lado a otro, con

sólo sus patas delanteras sobresaliendo y delicadamente batiendo en el agua.

Mi madre se sentó. —¿Alguien que yo conzca?

Yo no podía dejar de resoplar una risa por la última esperanza cubierta en la

voz de mi madre. ¿El padre proviene de una importante familia? ¿Sería quien

salvara a los Sheppards, como una vez hubiera hecho ella consiguiendo

embarazarse de mí?

—No, nadie que conozcas, madre.

Al igual esa última parte de soda en el fondo de un vaso, mi respuesta había

absorbido hasta la última pizca de esperanza en ella. Se puso de pie, su rostro

convirtiéndose en piedra.

—Necesito acceso al dinero en mi fondo fiduciario, —le dije antes de que

pudiera escapar. Necesitaba el dinero. Mal. Pero más aún, yo la quería para

admitir que las cosas no eran lo que parecían. No era que quería prosperar en

su miseria, ya que ella sería la mía. Necesitaba que admitiera que ella era

humana—esa mierda pasa, incluso a ella y a los distinguidos Sheppards.

Mi madre se detuvo, tomó un sorbo, y miró por encima del borde de su copa,

pero no miraba hacia mí. —No tienes fondo fiduciario. No hay dinero. No

tengo nada para ti.

Page 232: Scare Crow- Julie Hockley

Y allí estaba. Mis padres, que alguna vez tuvieron más dinero de lo que

nadie debe permitirse que ellos mismos, estaban en la quiebra.

Mi madre caminó hacia la puerta y se detuvo, manteniendo su espalda hacia

mí. —Sería mejor si dejas la casa y permaneces lejos. Tu padre está bajo

escrutinio suficiente tal como esta. Si los periódicos acceden a la noticia de

esto, causará un daño irreparable a la ya precaria situación de tu padre.

El frío de su rechazo goteaba desde la parte superior de mi cabeza, por mi

cuello hacia la parte posterior de mis rodillas. Meatball debió sentir el frío,

porque detuvo el juego y equilibró su camino a las escaleras, donde esperaba,

goteando agua.

No era como si hubiera esperado que mi madre esté complacida acerca de

convertirse en abuela. En su mente sintética, ella todavía estaba en sus

veintes, y no en sus cincuenta. Y ciertamente no había esperado que ella le

diera la bienvenida a la noticia de un niño sin herederos con los brazos

abiertos. Pero esta forma de rechazo, repudio del hijo de su única hija, quien

no había hecho nada malo, sino haber nacido conmigo, Emily del clan

Sheppard, fue una nueva baja para mi madre.

Nunca quise hacerle daño a ella más que hice en este mismo momento.

—¿Por qué mi Padre llamaría a tu familia sucia? —pregunté con un siseo en

mi voz antes de que pudiera desaparecer por completo en la casa.

Se quedó parada con gracia, lista para escupir fuego. —Tu padre se olvida de

que todo el dinero es sucio. Si tu padre estuviera mirando la historia de

cualquier persona que ha hecho una fortuna en la historia, él encontraría que

ninguno tiene las manos limpias. La promesa de dinero hace a los humanos

hacer cosas terribles el uno al otro. Mi familia pudo haber hecho una fortuna

rápida desde el auge de la cocaína y la heroína en los años setenta, pero al

menos no era a costa de los esclavos en América.

Dejó la piscina, abandonándome. Salí de la piscina y nos sequé con la

toalla a Meatball y a mi.

Mi madre era una ladrona de cualquier alegría que pudiera venir a mí.

Cuando era niña, le recé a Dios, con la esperanza que ella cambiara.

Esperando que ella me viera. Nunca entendí por qué me odiaba tanto.

Page 233: Scare Crow- Julie Hockley

Lo jodido es que yo amaba a mi madre. Sabía que la amaba porque sus

rechazos ininterrumpidos tomaron pequeños fragmentos de mí cada vez.

Quien dice que es mejor haber amado y perdido que nunca haber amado en

absoluto no conocía a mi madre.

****

Cuando llegué a mi habitación, me fui a mi cama y empecé a recoger los

tesoros de Bill. El dolor que estaba retorciéndose dentro de mí debería haber

sido suficiente para hacerme llorar. Pero no me dejo ceder a las lágrimas que

ya habían empapado la almohada de mi niñez.

María entró, con una bandeja de desayuno. Ella sonrió de una manera que

se acerca y acaricia tu mejilla.

Me aclaré la garganta y estiré una sonrisa valiente.

—No seas tan dura con tu madre, —me dijo en voz baja, poniendo la bandeja

a los pies de la cama. —Ella ha estado pasando por un momento muy difícil.

—¿Nos has oído hablando? —Tenía mi espalda hacia ella, poniendo las cosas

de mi hermano en la caja.

—Lo supuse en cuanto te vi ayer. El embarazo le da a las mujeres un brillo

juvenil que ninguna crema para las arrugas en el mundo nunca será capaz de

igualar.

María se arrodilló a mi lado y puso sus manos sobre las mías, deteniendo mi

progreso. —Tienes unos seis meses a lo mucho, ¿no?

No podía mirarla, así que asentí con la cabeza sobre la caja. No hubo

ninguna vacilación en el movimiento de María. Tiró mis hombros hacia su

cuerpo y envolvió sus brazos alrededor de mí. Yo era más alta y más grande

que ella (definitivamente más redonda), pero en ese momento me sentí muy

pequeña. Me sentí como la niña que solía ocupar esta habitación y deseó la

misma cosa que me estaba pasando.

Page 234: Scare Crow- Julie Hockley

—Felicitaciones, cariño, —susurró en mi oído.

Cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo, me lancé hacia atrás.

—María, te despedirán si mi madre te atrapa.

Ella agitó una mano en el aire. —Bah.

La observé. Y sabía. —Ella te está despidiendo a ti también, ¿no?

Ella mantuvo una sonrisa afectada y se encogió de hombros. —Estoy aquí

sólo para ayudarla a pasar las vacaciones.

—¿Por qué? Ella no se merece eso. Ella no te merece. Has estado aquí para

ella, para nosotros, todos estos años, y así es como te paga.

—No siempre ha sido así, ya sabes. Cuando empecé a trabajar aquí, cuando

tu madre y tu padre se acaban de casar, tu madre era, bueno, muy parecida a

ti. Pero la familia de tu padre, no son gente fácil. Mi madre solía decir que

una mujer sólo puede amar mucho a un ogro durante tanto tiempo antes de

que comience a cambiarla.

¿Se suponía que mi padre era el ogro?

—Tu madre pensó que se casaba por amor, y ella continuó amando a tu

padre, a pesar de él, a pesar de quien era él en realidad.

Hubo un momento de silencio mientras nos dimos cuenta de lo que

realmente estaba diciendo María. Que mi madre amaba a mi padre más de lo

que me amaba. Que había estado moldeándome—tratando de moldéame—en

la Sheppard perfecta, por lo que mi padre la amaría de vuelta.

—Por lo tanto, estás teniendo un bebé, —exclamó María, aplaudiendo. —

Déjame adivinar. ¿El padre es alto, moreno y guapo?

—¿Soy tan predecible?

Page 235: Scare Crow- Julie Hockley

—Durante años hemos visto a ese chico que venia alrededor, conduciendo

cerca de la propiedad, checandote. Lansing lo atrapó colándose a la casa en tu

decimosexto cumpleaños. Darlene siempre dijo que iba a ser el joven que

vendría a tomar tu corazón.

María no tenía idea de que la bomba que había puesto en marcha dentro de

mí. En el exterior, seguí inexpresiva, pero por dentro, era un holocausto

nuclear.

—¿Dónde está el padre ahora?

Incliné mi cabeza. Sabía que Cameron había estado vigilándome durante

muchos años, ya que Bill se lo había pedido. Pero Cameron, cerca de mi casa,

bajo el techo de mis padres, en mi cumpleaños... yo odiaba mis cumpleaños

sin Bill. Pero mi decimosexto cumpleaños fue el peor de todos. Mi madre

había elaborado una fiesta enorme con personas que no conocía. Me había

presentado—una y otra vez—a los familiares de los pretendientes

potenciales. Colocada en un pedestal, lista para ser subastada a la familia de

hiciera la oferta más alta. Mi padre a un lado, hablando de negocios, ni

siquiera notando cuando había soplado las dieciséis velas de mi pastel. Mi

madre constantemente me reordenaba entre las reuniones. La mejor parte de

la noche fue poder comer un poco de torta con María y Darlene en la cocina.

María me había estado observando un rato mientras empujaba artículos

alrededor la caja de Bill de modo que pudiera caber más adentro.

—¿Te acuerdas de cuando eras una niña y Darlene te dijo que no tocaras la

estufa porque estaba caliente? —Ella recordó. —La tocaste de todos modos

¿y conseguiste una desagradable, desagradable quemadura? Ni siquiera

lloraste. Caminaste al fregadero y colocaste tu mano en agua fría. Era como si

supieras que iba a suceder, pero intentaste de todas formas para asegurarte,

dispuesta a afrontar las consecuencias después.

Recuerdo haber hecho eso. Mi mano dolió como el infierno por días.

María rió entre dientes. —Tú eras la personita más obstinada, desafiante que

había conocido nunca. Nunca supe qué problemas te ibas a meter después,

pero siempre supe que, no importa qué, ibas a encontrar una manera.

Page 236: Scare Crow- Julie Hockley

Cansada de esperar a que alguien le ofrezca algo de mi desayuno, Meatball

se había servido a sí mismo un pedazo de tocino. Luego esperó para ver si se

iba a meter en problemas. Cuando nada sucedió, limpió el plato.

—¿A dónde vas a ir? —María me preguntó mientras luché para deslizar las

solapas cerradas de la caja rebosante.

—No lo sé. Pero tengo que salir de aquí. —Debido a que mi madre me había

echado, porque no podía respirar cuando ella estaba demasiado cerca. Fue

increíble cómo uno podía sentir claustrofobia en un espacio tan grande.

—Pero es la víspera de Navidad. No deberías estar sola en Navidad.

María puso su mano en mi hombro. —Quédate. Tu madre y padre se van para

la ciudad hoy. Se irán por unos días. Podemos pasar las fiestas juntas.

No me había dado cuenta de que era la víspera de Navidad. Realmente no

quiero estar sola en Navidad. Pero eso no significaba que estaba lista para

arruinar la Navidad de María tampoco. Nadie quiere pasar la Navidad con la

hija de sus jefes no cumplidores. No importa lo mucho que María me amaba,

Siempre sería el engendro de Isabelle Sheppard.

María intervino antes de que pudiera encontrar una buena excusa. —Ya le

dije a Darlene que estás aquí. Ella estará aquí tan pronto como tus padres se

vayan. Conseguiremos emborracharnos y conectaremos la máquina de

karaoke en la sala de fiestas. Bueno, Darlene y yo podemos

emborracharnos. Tu puedes ver.

Ella estaba realmente emocionada. Salté por encima de mi caja y a sus

brazos. No podía esperar a que mis padres se fueran. Mientras tanto,

Meatball y yo pasamos la mayor parte del día caminando por la propiedad.

Buscó en cada arriate que pudo encontrar, y cuando le pedí que dejar de

cavar, él cavó con más fervor. Así que lo dejé destruir el patio.

Cuando mis padres finalmente se fueron, Darlene condujo dentro de

inmediato, como si hubiera estado esperando junto a las puertas.

Page 237: Scare Crow- Julie Hockley

Hubo muchos abrazos y palmaditas a mi vientre. Darlene envió al joven

personal de la cocina a empacar y se hizo cargo de la cocina—su cocina.

Darlene y María cumplieron su promesa. Consiguieron emborracharse,

consiguiendo la mejor bebida. Me dieron las versiones vírgenes.

Era como si nada hubiera cambiado. A pesar de que todo había cambiado.

O tal vez yo solo nunca preste atención antes.

Había asumido siempre que Darlene y Maria eran mejores amigas. Hubo

amistad allí. Pero también había amor. Las observé mientras se miraban entre

sí. Riendo sobre cosas que yo no entendía. Al final de la noche, estaban

bailando juntas, y yo sonreía con tanta fuerza que mi rostro se iba a dividir en

dos. Estaba feliz de que había tenido la oportunidad de ver esto antes de que

desaparecieran de mi vida.

Me excusé, citando fatiga, lo cual era cierto. En realidad, yo sólo quería que

consiguieran pasar la Navidad juntas sin tener que cuidarme por una vez en

sus vidas.

****

En medio de la noche, alguien llamó a mi puerta. María abrió antes de que

tuviera tiempo de decir nada.

—Mira a quién encontré merodeando por las puertas.

Fuera de las sombras, él entró a mi dormitorio. María me dio una sonrisa de

complicidad, ligeramente borracha antes de cerrar la puerta detrás de ella.

—Sólo sigo jodiendolo, ¿no? —Griff me dijo.

Sí, lo hacía.

Me senté en la cama y encendí mi lámpara de noche. —¿Cómo sabías que

estaba aquí?

—Dejaste tu teléfono celular en tu cama. Cuando encontré la casa vacía y

todas tus cosas dejadas atrás, intentaría llamar al número que decía “casa”. Y

Page 238: Scare Crow- Julie Hockley

si eso no funcionaba, iba a llamar a la policía. Alguna señora contestó cuando

llamé. Confesó que estabas aquí. Sonaba como la misma señora que me trajo

aquí.

—Su nombre es María.

—Me costó una fortuna pagarle al taxi por todo el camino hasta aquí desde

Callister.

—Te habías ido un tiempo. ¿A dónde fuiste?

—Me emborraché y volé de regreso a Inglaterra.

Suspiré. —Tu madre y tus hermanos debieron haber estado felices de verte.

—Nunca llegue a salir de Heathrow. Comprendí en cuanto el avión despegó

que estaba haciendo el error de un idiota. Tan pronto como el avión aterrizó

en Londres, me fui en busca de un vuelo de vuelta. Me tomó un tiempo. Todo

estaba reservado por las vacaciones.

Meatball se arrastró fuera de un sueño profundo para dejar caer su cabeza

pesada en el regazo de Griff.

—¿Me puedes perdonar? ¿Otra vez? —preguntó Griff.

Por mucho que su partida me había hecho mucho daño, sabía que no era

inocente esparciendo dolor.

—Sólo si me perdonas por mentir, por ocultarte el embarazo. Por no decirte

sobre Cameron y yo.

Griff me miraba. Podría jurar que había compasión en sus ojos.

—¿Has cambiado de opinión?, —me preguntó.

—¿Sobre qué?

Page 239: Scare Crow- Julie Hockley

—Sobre ir al granero y hablar con el tipo de las drogas?

Le devolví la mirada a Griff. Mi resolución sólo se había fortalecido. Pops

era mi última esperanza, y ahora tenía un plan. Sabía como me podía ayudar.

—Eso es lo que pensé. —Tomó mi mano y colocó un pedazo de papel en la

misma. —Feliz Navidad.

Page 240: Scare Crow- Julie Hockley

Capítulo Doce: Cameron

EL FIN ES SOLO EL COMIENZO

—Sí— anunció Slobber.

—No— respondió Kostya.

Había llegado el momento para la Coalición de tomar una decisión, de una

forma u otra. Íbamos a unir fuerzas con Julièn, o íbamos a dejar que el cartel

lentamente se apoderara de nuestro comercio de drogas. Cada lider tenía su

razón para votar por una cosa o la otra. De lo que no se daban cuenta era que

con cada voto, la Coalición se estaba quebrando. El bajo mundo estaba a

punto de explotar. La pregunta era: ¿qué tanto de esto se filtraría al mundo

real, donde Emmy vivía?

—No—dijo Johnny.

—No— dijo Dorio.

La mafia italiana y asiática. Bastardos traicioneros. ¿Cuánto le contaban a

Shield sobre lo que estaba pasando en la Coalición? Yo había estado

esperando para ver de qué manera iban a votar, porque eso me daría un

vistazo dentro del cerebro demente de Shield.

No. Parecía que Shield no quería que nos uniéramos con el presidente

mexicano, incluso a pesar de que eso significaría mi muerte. Él quería tomar

a los lideres, uno a la vez, desde las sombras, como el disimulado poca cosa

que era. Quería quitarme a la Coalición, verme perder todo, luego matarme.

Yo moriría, pero no a su merced y no antes de que le cortara las manos y lo

Page 241: Scare Crow- Julie Hockley

viera desangrarse hasta morir.

—Sí— dijo Manny.

Yo no le había dicho a los lideres que Manny había sido quien había

hechado a perder la reunión con el cartel, rompiendo relaciones

permanentemente. El decirles firmaría la garantía de su muerte —ellos se la

habrían entregado al cartel para que se la comieran, como un estofado de

carne, con la más pequeña esperanza de que eso sería suficiente para que el

cartel volviera a negociar. El cartel había permanecido en silencio sobre el

incidente porque no tenían prueba de que uno de nuestros lideres, Manny,

había dirigido el asalto —todos los testigos de nuestra presencia en el

restaurante tailandés estaban muertos, y era difícil imaginar que alguien podía

haber sobrevivido la explosión. El hecho de que Manny y yo habíamos

sobrevivido habría sido sospechoso. Pero incluso si averiguaran que

habíamos estado allí todo el tiempo, incluso si uno de sus hombres hubiera

sobrevivido y les hubiera dicho que estábamos allí, el tener un plan de

escape “sólo por si acaso” no era anormal. Y Manny tenía una herida de bala

nueva en su muslo —prueba de que no eramos inmunes. Por lo que sabían, el

grupo Vásquez —la única familia que seguía ilesa en este debacle- estaba

detrás de toda la cosa. Por ahora, los Muñoz y los Castillo estaban quietos,

observaban y esperaban.

Nunca había ocultado algo de los lidees, excepto tal vez la historia real

detrás del secuestro de Emmy. Por culpa de Shield, la Coalición estaba al

borde del colapso sin importar lo que hiciera. Por el bien del bajo mundo y el

otro mundo, necesitaba fortificar lo que fuera que quedaba de la Coalición

antes de que Shield pudiera tener el control sobre todo ello. Ninguno de los

mundos podría sobrevivir eso.

—Sí— dijo Viper, mirando a Manny. Él era el último en votar, y con eso,

teníamos un empate. La Coalición estaba dividida justo en el medio.

Todas las cabezas se volvieron hacia mí como el voto decisivo.

Page 242: Scare Crow- Julie Hockley

—Si— dije.

Había sellado mi destino.

****

Carly colocó de golpe un pedazo de papel frente a mí y comenzó a caminar

de un lado al otro. Ella había insistido en encontrarse conmigo después de la

votación con la Coalición y entró a toda prisa en la sala de reuniones tan

pronto como todos se habían ido.

—Tú querías que yo encontrara esto— acusó.

Debí haber sabido que Carly husmearía antes de la hora. Sabía que ella lo

había encontrado hace tiempo y quería hablarme de ello cuando estaba en

camino a visitar a Pops. Pero en realidad ella no sabía qué pensar de ello.

Finalmente ató los cabos. Se suponía que esta discusión la tendría con mi

cadáver.

lider Ahora entiendo qué has estado haciendo con todo tu dinero. Esto debió

costarte una fortuna. ¿Qué más has estado escondiendo de Spider y de mí?

¿Cuánto tiempo tomó cubrir tus pistas para que no pudieran rastrearte a ti?

—Bastante— admití, evitando la primer pregunta y mirando las imágenes

aéreas de la propiedad — una pequeña isla en el Sur Del Pacífico.

La había comprado, vendido, y comprado de nuevo a través de varias

corporaciones y organizaciones de beneficencia, algunas falsas, otras

legítimas. Me había costado mucho más de lo que valía. Y aún así no tenía

precio.

—La votación de hoy— dijo Carly, con su tono aún ácido. —Vas a hacer

exactamente lo que me dijiste que nunca harías. Trabajar con Julièn cuando

Page 243: Scare Crow- Julie Hockley

sabes lo que él va a hacer. Lo que él va a hacer que tú hagas. Asesinar a los

carteles para que puedas tomar el comercio mexicano con él a tu lado. Él sabe

que sólo tú puedes hacerlo por él. Y luego te mataran cuando todo el mundo

de las drogas en México vaya tras puesto.

—¿Es eso lo que piensas?

—Matas a los lideres de las familias del cártel y cien más naceran. Eso es lo

que me dijiste una vez.

Maldición, la memoria de Carly es perfecta.

—Es un lugar hermoso— le dije, señalando la imagen de la arenosa playa.

—Completamente inhabitado, y puedes mirar a las ballenas jorobadas pasar

desde el patio trasero. Aunque tendriás que estar tomando nota. Se supone

que estén allí para estudiar su migración. Esa es tu coartada.

Lentamente había hecho planes, tratando de encontrar un lugar seguro para

ellos, algún lugar donde pudieran desaparecer hasta que las cosas se

calmaran. Me había movido muy despacio y mantenido fuera del radar de

todos, con la esperanza de que tendría todo en su lugar antes de que la guerra

hiciera estallara y mi vida llegara a su fin.

—Esto es para nosotros. Esta isla— dijo dándolo por hecho.

—Y Emmy. Confío en que la saques cuando el momento sea correcto,

cuando nadie este mirando.

Carly me miró a los ojos. —Pero tú no vas a estar allí.

Desearía estar allí con ellos. Incluso me había dejado imaginar cómo sería,

vivir libre en una pequeña isla al norte de Fiji. Emmy sentada en la playa en

su bikini; o mejor aún, Emmy en la playa sin su bikini. Pero eso nunca

pasaría. Yo sería cazado con todo el poder que el bajo mundo tenía que

ofrecer. Emmy, Carly y Spider no estarían cerca de mí cuando eso pasara.

Estarían estudiando los patrones de migración de las ballenas jorobadas para

la Sociedad de Cetáceos, la fundación falsa que había creado como coartada.

Page 244: Scare Crow- Julie Hockley

Carly se sostuvo del respaldo de la silla con ambas manos y entrecerró los

ojos. —Entonces, ¿exactamente cómo se supone que haga esto? Espero hasta

que estés muerto. Hasta que estés realmente muerto. Luego voy a tocar a la

puerta de Emmy.Hola, ¿cómo has estado? Sé que has estado sufriendo por

Cameron durante meses. Resulta que él no estaba muerto en realidad. Pero,

sí, ahora sí lo está, así que deberías llorar por él ahora. Por otra parte, te

compró una isla. ¿Y luego la secuestro de nuevo y la obligo a ir a este lugar

sin ti ahí? ¿Para que pueda llorar por ti puesto que estás realmente muerto

esta vez?

—Emmy lo superara con el tiempo. Esta isla es hermosa. Ella me olvidará

este desastre en el que la puse. La parte importante será sacarlos a ustedes de

aquí hacia un lugar seguro antes de que yo muera. Podrán irse de allí algún

día, cuando el calor se haya apagado.

—Has perdido a mucha gente, Cameron. Has olvidado cómo es enterrar a

alguien que amas.

Carly me miró mientras se alejaba de la silla. —Una persona no olvid-dijo,

haciendo una seña de signos de comillas en el aire. —No lo superas. Sólo

encuentras una manera de guardar el dolor en el bolsillo. Pero de vez en

cuando, algo, alguna pequeña e insignificante estúpida cosa lo activa. El peor

dolor que has sentido alguna vez. Y tienes que comenzar de nuevo. Sentir de

nuevo la misma angustia que sólo viene cuando te das cuenta, cuando

recuerdas que nunca verás su rostro de nuevo, que nunca serás capaz de

compartir esa cosa estúpida que te lo recordó en primer lugar. El dolor nunca

se va. Sólo se adormece, esperando por otra cosa que lo active.

Carly tomó el papel de mis manos.

—Emmy no te superará. No importa cuánto trates o cuánto dinero gastes, vas

a matarla—. Se dio la vuelta. —Eres un maldito idiota si piensas lo contrario.

Page 245: Scare Crow- Julie Hockley

Capítulo Trece: Emily

UN NUEVO CAPÍTULO

En Navidad, Griff me había dado un regalo. Un lugar. No era lo que había

esperado. No el granero, donde la guarida secreta y clandestina de drogas de

Pop estaba. Porque, como él lo explico, habríamos sido derribados antes de

habernos incluso acercado a un kilómetro del lugar.

Lo que Griff me había dado era la verdadera dirección de Pop en la

reservación.

Pero esto había venido con un precio. No sé que había tenido el que dar

para obtener la información, pero por la esquiva expresión de su cara, no era

bueno.

Dejamos la casa de mis padres tan rápido como pudimos salir de ahí,

después de muchos abrazos de preocupación por parte de María y Darlene.

Las cajas de mi hermano estaban cargadas en el asiento trasero dejándole a

meatball sólo el espacio suficiente para sentarse y mirarme ferozmente.

Griff tomó mi mano de encima de mi regazo y la apretó.

—Cuál es el plan?

—Ya verás.

—¿No se enojarán tus padres porque te hayas ido el día de Navidad, antes de

que ellos tuviesen la oportunidad de decir adiós?

Traté de no estallar en carcajadas.

Con cada kilómetro que conducíamos, me ponía más nerviosa. Preparando

diferentes versiones de mí discurso en mi cabeza. Lo que Pop diría, como yo

respondería. Me di cuenta que era el día de Navidad y que probablemente

toda su familia estaría ahí. También tendría que estar preparada para eso.

Sobre todo, esconder el embarazo era clave —no sólo por nuestra seguridad

Page 246: Scare Crow- Julie Hockley

sino por el bien del negocio. Que lider del narcotrafico querría aliarse con

una Chica embarazada?

Mientras repasaba en silencio mis líneas, Griff interrumpió mis

pensamientos.

—Quiero casarme contigo—, anunció, mirándome.

Me tomó un segundo enfocarme en lo que me dijo. —¿Como, ahora mismo?

—Si quieres.

—¿Por qué quieres casarte conmigo? ¿Porque estoy embarazada? No me

casaré contigo sólo porque es conveniente. Eso es lo que mis padres hicieron.

Yo no lo haré.

—Bien. Entonces cásate conmigo porque me amas.

Contuve la respiración y negué con la cabeza, nunca rompiendo el contacto

visual.

—Lo entiendo—, dijo él.

Apreté su mano. —Si te amo Griff. Te amo mucho, pero...

—Pero no me amas de esa forma, lo entiendo.

—No te amo como mereces ser amado.

Tomó una respiración. —¿Alguna vez me amarás? ¿De esa forma?

—No lo sé— confesé.

—¿Quieres amarme? ¿De esa manera?

—Si quiero—, contesté sin dudar.

Page 247: Scare Crow- Julie Hockley

Forzó una sonrisa a través de la máscara de dolor. —Entonces eso es

suficiente para mí.

No hablamos por el resto del camino. El anuncio de Griff había sido

suficiente para distraerme de nuestros siguiente paso.

Por alguna estúpida razón, había esperado que el paisaje cambiaria tan

pronto como condujésemos dentro de la reservación. Pero no habían tipis u

hombres caminando en mocasines. Mayormente, el paisaje era tan frío y

estéril como había sido fuera de la reservación. El único cambio que noté fue

la pobreza. Pequeñas chozas de madera situadas en parcelas de barro, con

desmoronados techos de lata, ventanas bloqueadas con periódicos para

mantener fuera el invierno. Cada uno con una antena parabólica saliendo del

lado.

Nos tomó un rato a Griff y a mi encontrar la casa de Pop. Los caminos no

estaban claramente delineados, y tampoco lo estaban los números de las

direcciones de las casas de las personas. Era como si todos ellos quisieran ser

encerrados y olvidados. Griff y yo en realidad pasamos la casa de Pop dos

veces porque estábamos buscando una mansión de un señor de la droga. Pero

su casa era sólo un poco mejor que la de los miembros de su tribu.

Mi viejo carro se destartaló mientras conducíamos por la carretera llena de

baches. Las ventanas tenían periódicos en vez de cortinas. No había antenas

satelitales visibles y sólo dos carros en la carretera. Me incliné sobre el

asiento y eché una mirada a las cajas de Bill, tranquilizando a meatball con

una rascada en las orejas antes de salir del carro.

La anciana que abrió la puerta parecía un poco impresionada de vernos a

Griff y a mi parados en su portal el día de Navidad. Aroma de pavo asándose

y zanahorias cocinándose en la cocina vino hacia la puerta con ella.

—Hola. Mi nombre es Emily—, anuncié.

—Lamento molestarla en su cena de Navidad, pero necesito hablar con Pops.

Por favor.

El cabello de la mujer era gris y estaba peinado hacia atrás en un moño.

Debajo de su delantal, estaba usando un traje de poliéster azul y una blusa

estampada de puntos. Su mejor ropa para Navidad. Nos miró, insegura.

Page 248: Scare Crow- Julie Hockley

Mi corazón latía como bongos. Tuve que meter mi mano en los bolsillos de

mi chaqueta para que ella no pudiera ver lo mucho que mis manos estaban

temblando. Griff puso sus manos alrededor de mis hombros, lo que me ayudó

a calmarme pero no era suficiente para detener el castañeo de mis dientes. El

frío, los nervios se me estaban metiendo bajo la piel.

Probablemente dándose cuenta que una chica que lucía más asustada que

un pavo en Navidad no sería mucha amenaza para ella , la anciana sonrió y se

hizo a un lado para dejarnos pasar.

Con un movimiento de su mano. La señoras nos llevó hacia una sala de

muebles azul cielo y pantallas de lámparas azul naval que combinaban con el

color de su tarje. Así que a ella de verdad le gustaba el color azul.

Nos dejó sentados en el mueble. Los minutos que pasaban parecían

convertirse en horas. Mi nerviosismo era abrumador, empujando contra mi

piel como el demonio tratando de escapar. Tan sólo no pude continuar quieta

sentada, por lo que me levanté y caminé alrededor de la habitación. Había

algunas fotos enmarcadas en las paredes. Una de Pops fuera en botas de

goma. Al lado de esa había una amarillenta de un chico que parecía una

versión mini de su hijo, Hawk. Y luego había una más reciente con Pops y

Hawl, cada uno con un brazo alrededor de la anciana que amaba el azul.

Caminé hacia la esquina, donde una cocina a leña refulgía. Había un póster

a blanco y negro enmarcado cerca de esta.

Me quedé de pie, calentando mis temblorosas manos sobre la estufa, con

mis ojos en el póster.

Era una foto de unas viejas y arrugadas manos abiertas en la esquina de la

parte superior con una Paloma blanca volando en la otra esquina.

—¿Te gusta?—alguien pregunto desde atrás.

Me di la vuelta. Pops estaba de pie al lado de la puerta en sus botas

plásticas. Su hijo Hawk, detrás de él con una carga de madera cortada en sus

brazos.

—¿Qué significa?

Se quitó las botas y metió sus pies con medias en unas pantuflas color

borgoña

Page 249: Scare Crow- Julie Hockley

—¿Has escuchado alguna vez la expresión, "si amas algo, déjalo ir"?

Por supuesto que lo había escuchado antes. —Si regresa a ti, es tuyo para

siempre.

—Y si no regresa, es porque nunca fue tuyo—, termine por él.

Odiaba esa expresión. ¿Alguna vez alguien se molestó en preguntarle al ave

como se sentía sobre este pequeño experimento?

—¿Así que, te gusta la foto?— me preguntó de nuevo Pops.

—Ya no.

—A mi tampoco—, dijo él. —Pero hasta que tenga fotos de mis nietos para

colocar, ésta llena el espacio vacío.

Me giré hacia el. —¿No estás sorprendido de verme?— lo que de verdad me

preguntaba era si estaba enojado porque lo había encontrado en su propia

casa. O si estaba en un estado de ánimo asesino. Tocó mi brazo y me hizo

señas para que me sentara de nuevo en el mueble al lado de Griff, quien

estaba sentado tranquilamente pero inmóvil, examinando.

—¿Sorprendido? No. ¿Feliz? Si. Aunque me sorprende ver tu cambio de

compañía.

—Este es Griff—, le dije.

Pops escaneó la cara de Griff y sonrió, extendiendo su mano para estrechar

la de Griff. Luego se echó hacia atrás para sentarse en el sillón reclinable azul

pálido en la pared opuesta, dejando sus pies elevados hacia delante.

—Mi hijo Hawk—, le dijo Pops a Griff, señalando con la cabeza hacia su

hijo, quien había venido para colocarse al lado de la silla de su padre después

de colocar la madera en la cocina.

—Cuantos nietos tienes?— Le pregunte a Pops, solo para charlar.

Page 250: Scare Crow- Julie Hockley

—Ninguno. Ese es el problema.

Hawk me miró peligrosamente. —¿De qué se trata esto? ¿Quien te envío

aquí?

—Nadie. Estoy aquí por mi propia cuenta—. Aclaré mi garganta.

Una mirada interrogante vino de sus expresiones.

—¿Bueno?—presionó hawk.

—Estoy aquí porque— balbuceé, —estoy aquí porque tengo una proposición

de negocios para ustedes.

Hawk dejó escapar una carcajada sin que una sonrisa saliera de él. —¿Tu?

¿Tú tienes una proposición de negocio? Para nosotros?

Estaba perdiendo mi valor.

Griff golpeó gentilmente sus rodillas contra la mía para impulsarme a

continuar.

Inhalé y mantuve los ojos en Pops. El no se había reído pero había

mantenido una expresión interrogante sobre Griff y sobre mí. Se estaba

preguntando donde estaba Cameron? Si quiera sabía sobre su muerte? Había

estado lidiando directamente con Spider ahora? Podía realmente confiar en

él? Era una absoluta idiota por pensar que podría? Si Pops tenía preguntas,

permaneció callado.

—Unos años atrás, mi hermano, Bill, vino hacia ti con una proposición. Tu le

diste una oportunidad, y el no te decepcionó.

—¿Y ahora tu vienes a ofrecernos lo mismo que tu hermano nos ofreció años

atrás? ¿Algo que ya tenemos?— el tono de Hawk era degradante. Mantuve su

mirada por un segundo extra antes de contestar. —Estoy aquí para ofrecerles

algo mejor.

Saqué un marcador y el mapa que había tomado de la caja de Bill y lo abrí

en la mesa de café.

Page 251: Scare Crow- Julie Hockley

—El país está a punto de padecer una importante escasez farmacéutica. Lo

que significa que habrá una alta demanda en el mercado negro para todas las

drogas prescritas.

—¿Y como sabes esto?—inquirió Hawk.

Le quité la tapa al marcador rojo. Mis manos estaban firmes. —Porque mi

familia está a punto de crear esta escasez. Chappelle de Marseille es la

compañía farmacéutica más grande de Estados Unidos, y está a punto de

cerrar sus puertas—. Mis padres estaban muy hundidos. No serían capaces de

salvar el imperop de los Sheppards, y el Tremblays se iría abajo con ellos, al

menos que obtuvieran un trato mejor —de mi parte. Dibujé grandes círculos

en el mapa. Nueva York. California. Arizona. Nevada. Y Ontario. Quebec

—Todos estos lugares tienen tierras protegidas que están ocupadas por tribus

nativas americanas.

Hawk soltó una carcajada. —Sólo una chica blanca agruparía a todos los

nativos americanos en un gran grupo. Los territorios que estas señalando

pertenecen a diferentes tribus. Siouan, Shawnee, Lumbee, Chippewa...

Pops colocó una mano sobre el pecho de su hijo, silenciándolo.

—Me di cuenta de eso—, continúe, cayendo en cuenta de lo ignorante que

había sonado esa primera observación. Pero no había terminado. —Porque

todos ustedes tienen algo en común: opresión, robo, mentiras, desalojos. El

secuestro y reeducación de sus niños. Y ahora, una epidemia de abuso de

droga y alcohol alrededor. Pobreza extrema. Puede que sean tribus diferentes,

pero es el mismo dolor. Todas sus tribus están disminuyendo en números, y

el gobierno está tomando más de ustedes cada día hasta que eventualmente

sus niños morirán demasiado jóvenes, serán asimilados, o serán forzados a

dejar las tierras para siempre.

Pops se las arregló para cruzar lentamente un pie sobre el otro. Las suelas de

sus pantuflas estaban colgándolo solo por algunos hilos. —Y aún así estamos

todavía aquí. No nos regodeamos en nuestra situación, jovensita Emily.

Hemos luchado y ganado muchas guerras. Esta pelea también la ganaremos.

Page 252: Scare Crow- Julie Hockley

Le puse de nuevo la tapa al marcador y me incliné hacia atrás en el sofá.

— Por años, millones de dólares han sido asignados por gobiernos

norteamericanos para las tribus nativo americanas por los llamados comités

de reparación de agravios en el pasado. Cuanto de este dinero has realmente

visto tu y los hombres de tu tribu?

—Me acuerdo de un proverbio—, dijo Pops estoicamente— "sólo cuando el

último árbol haya muerto y el último río haya sido envenenado y el último

pez haya sido atrapado nos daremos cuenta que no podemos comer dinero".

No soy un alma política, Emily. Cualquier dinero del gobierno no nos es de

uso. No todos los errores pueden ser remediados con dinero.

Era un hombre orgulloso. Era un hombre generoso. Un hombre que hacia

millones pero no mantendría lo suficiente para él para comprarse un par de

pantuflas decentes.

—Pero te das cuenta que, en estos momentos, tu gente necesita dinero un

propósito para robar, para pelear, y ese dinero que estás haciendo del

transporte de droga y de la marihuana nunca será suficiente para todos los

hombres de tu tribu.

Podía decir por su expresión de consternación que había tocado un nervio

profundo.

—¿Que es lo que estas proponiendo?—

Mi voz alcanzó una profunda y más fuerte octava—. Estoy proponiendo que

nos convirtamos en socios. Yo tengo los contactos familiares para hacer los

mejores farmacéuticos que el dinero pueda comprar, y tú tienes la capacidad

de meterlos al país. Podemos aliarnos con todas las tribus a lo largo de norte

América y abastecer a las personas con drogas económicas.

Pops cruzo sus brazos sobre su extendido vientre. — Escuchamos que

Chappelle de Marseille movería su negocio fuera del país. Pero puede que no

seas consciente de que Advantis y Chemfree acaban de anunciar una fusión.

Page 253: Scare Crow- Julie Hockley

Esto compensará a Chappelle de Marseille cerrando sus puertas.

—Sí. Soy consciente de eso. Pero Advantis y Chemfree son dos pequeñas

empresas que sólo tienen muy pocas fábricas, todas los cuales están en los

Estados Unidos. Va a llevarles años ser lo suficientemente grandes como para

abastecer lo suficiente a toda América del Norte. Mientras tanto, tendrán el

monopolio sobre el mercado farmacéutico y van a aumentar el precio de los

medicamentos que la gente necesita para sobrevivir. La gente estará buscando

una más barata y mejor alternativa y estos seremos nosotros

—Y una vez que Advantis y Chemfree sean capaces de llegar a la demanda y

vender medicamentos a un precio más barato, ¿nosotros también vamos a

tener que vender productos farmacéuticos con poca o ninguna ganancia o ir a

la quiebra?— Pops argumento.

—Advantis y Chemfree van a estar muy ansiosos por eso. Además, van a

tener un tiempo difícil entendiendo lo suficiente para conseguir algo más

grande, los hackers cibernéticos y el gran fuego van a quemar su fábrica

principal.

Hawk estaba sonriendo ahora. —¿El fuego?

—Con la unificación de las tribus indígenas americanas, tendremos

significantes recursos y mano de obra a través de la tierra. Vamos a tener la

capacidad de hacer que las cosas sucedan rápida y eficientemente y sobre

todo, en silencio. Las tierras indígenas son prácticamente intocables, al

menos por la policía local. Y si los federales quieren entrar, no pueden

hacerlo sin crear una pesadilla política. Al menos, sin nosotros garantizando

una pesadilla política.

Mientras que Hawk había estado poniéndose más emocionado con cada

palabra que pronunciaba, el ceño fruncido de Pops se profundizó. Había

observado cada movimiento que Griff y yo estábamos haciendo. Moviendo la

mano. El picazón de la nariz. Un estornudo. Un desplazamiento del cuerpo.

Si yo no hubiera estado usando una sudadera de gran tamaño, podría haber

jurado que había notado mi estómago hinchado.

Page 254: Scare Crow- Julie Hockley

—¿Qué piensas, Pops?— Hawk le pregunto a su padre. Echaba espuma por

la boca. Pensé que podría saltar y abrazarme. O por lo menos chocar las

manos.

Hablar en público nunca había sido mi fuerte, por decir lo menos.

Aumentado—a propósito—en frente de una multitud, cada palabra tuya seria

juzgada, como alguna una nueva forma de sádico auto sacrificio. Para mí, era

equivalente a una virgen subiendo los escalones del templo maya y

ofreciendo su cuello para la ejecución azteca.

Pero cuanto más hablaba en esta pequeña habitación con Pops, Griff, y

Hawk escuchando cada palabra mía, la máxima confianza que gane. Sabía de

lo que estaba hablando y sabía que era mi idea, bien, un total trabajo de un

genio. Se sentía bien.

—El camino de nuestra vida no es siempre el único que está iluminado por el

sol de la mañana. — Pops respondió mientras su esposa entraba trayendo

una bandeja de galletas y té. Se levantó y tiró de mi mapa para que pudiera

apoyar el té en la mesa de café. Le dio un beso en la frente antes de que ella

salga de la habitación.

Mientras Griff lleno su boca con galletas, Pops sirvió el té. Miré a Hawk. Él

me miró. Ninguno de nosotros tenía la menor idea de lo que quería decir

Pops.

—No entiendo— admití.

—¿Té? — El viejo hombre me preguntó.

No queria té. Quería una respuesta que pudiera entender. Pops se sentó de

nuevo en su silla, sosteniendo su plato con una mano temblorosa, antes de

iluminarme

—No. Este arriesgado negocio no está bien para nosotros

Mientras que las palabras de Pops se repetían en mi cabeza y trataba de

determinar si de plano me había rechazado, Hawk estaba a punto de protestar

por la decisión de su padre antes de ser callado con la elevación del arrugado

Page 255: Scare Crow- Julie Hockley

dedo índice de su padre.

—¿Soy yo o es la idea del negocio que te hace dudar? — Le pregunté, ira

agudizando mi tono.

—Vas a encontrar tu camino, joven Emily. De eso, no tengo ninguna duda.

Pero este camino no es el tuyo.

—Voy a pagar el primer envío. No vas a tener que correr riesgo alguno de tu

propio dinero. Y aun voy a dividir las ganancias.

—Lo siento.

—¿Lo sientes? — repetí. —¿Es así entonces?

Él sonrió con una sonrisa compasiva.

Lo intenté de nuevo. —Pensé que tú de todas las personas entendería mi

situación. Tú eres el único que puede ayudarme.

—No todo el camino está iluminado por el sol de la mañana—. Repitió en

diferentes palabras, como si tuviera más sentido y tomó un sorbo de té

manteniendo los ojos fijos en la pared detrás de mí.

—Vamos— le dije a Griff, tirando de él antes de que tuviera tiempo de lamer

el plato vacío de galletas. Asaltando la entrada, donde Meatball estaba

esperando pacientemente por nosotros en el coche.

—Hay un viejo refrán Cherokee— Pops grito desde la puerta de su pequeña

casa. Me pare junto al coche, mis manos agarrando el borde de la puerta, mi

cabello atrapando el viento del invierno. —No dejes que el ayer te agote

demasiado tu hoy.

Solté un bufido y sacudí la cabeza con incredulidad antes de entrar en el

coche.

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—¿Ahora qué? — Griff me preguntó una vez que regresamos a la carretera.

—Ahora nada. Esto fue todo. Pops era mi última esperanza. Estoy a punto de

tener un bebé, y no tengo manera de defendernos.

—No estas sola. Lucharemos juntos. Vamos a encontrar nuestro camino, Em.

Como Pops dijo, esto no era correcto para nosotros, pero algo más lo será.

Suspiré. —Griff, no tengo dinero y ninguna manera de hacer dinero. No voy

a ser capaz de trabajar en la oficina de admisiones mucho más tiempo, y tu

dinero se agotará eventualmente.

—Ya lo ha hecho— confesó, manteniendo sus ojos en la carretera.

Había sabido que la información de Pops le habría costado. Solo que no me

había dado cuenta que le había costado todo el dinero que le quedaba.

—Lo siento, Griff. Te lleve a la quiebra por nada. Obtener información de

Pops resultó ser completamente inútil.

—No sólo la información de Pops estaba cara. Fueron todas las otras cosas

también. Las deudas más los intereses, el alquiler, el billete de avión a

Inglaterra. Todo esto aumentó al final. Apenas tenía algo de dinero en el

momento en que fui a buscar información de Pops.

Griff se aferró al volante

—Tuviste que renunciar a algo más, ¿no? — Sabía lo que era. Algo a lo que

él juró nunca volvería.

Suspiró —Lo bueno es que voy a ser capaz de hacer mas dinero. Buen

dinero. Para nosotros.

—Y renunciar a tu libertad.

Page 257: Scare Crow- Julie Hockley

—Seamos realistas, Em. No hay mucho más que un tipo como yo pueda

hacer. He estado luchando toda mi vida. Es todo lo que sé.

Agarré su brazo. —Voy a estar allí contigo en todo momento.

Él sonrió valientemente y dejándome poner nuestras manos juntas sobre la

consola.

Cuando llegamos a casa, Griff sacó el colchón de la habitación de Hunter y

Joseph y lo arrastró a la mía. Lo medio atasco debajo de mi cama, y la otra

mitad la acercó a la puerta, ocupando el resto del espacio del piso.

Él no había pedido mi permiso para hacer esto. Porque él no tenía que

hacerlo. Lo quería así. Lo necesitaba conmigo.

Nos deslizamos bajo las sábanas y eventualmente cerramos los ojos. Antes

de que lo sepa, estaba de pie en el baño bajo una nube de vapor. Llevé mi

mano hacia el espejo y limpié el vapor, parada aun mientras arañaba su

camino de vuelta al espejo. Lo limpié de nuevo y empecé a tirar de mi

cabello en una cola de caballo. Cameron llegó detrás de mí, tirando de mis

manos hacia abajo, mirando mi reflejo. Metió mi cabello mojado detrás de

una oreja y luego la otra. Mirándome en el espejo, acariciando mi mejilla

sonrojada con el dorso de su mano. Se inclinó y me besó en el hombro,

manteniendo mis ojos reflejados. Apartó mi cabello y pasó los labios por mi

cuello. Sus manos viniendo alrededor y tirando de mi toalla, dejándola caer a

nuestros pies desnudos. Él me miraba en el espejo mientras su mano se

deslizaba por mi espalda. Me moví y traté de mantener la compostura hasta

que no pude soportarlo más y me reí. Se rió triunfalmente, su rostro

iluminado. Amaba cuando su rostro se iluminaba así. Sus sonrisas eran una

especie en peligro de extinción.

Mientras nuestros ojos se encontraron en nuestro reflejo, nos volvimos

serios de nuevo. Las manos de Cameron serpenteando en mi pecho,

presionando contra mis pechos.

Y él me miraba. Él siempre me miraba. Llevó sus manos a mi cintura y

me dio la vuelta para mirarlo. Me levantó en el mostrador del baño,

presionándome contra él, presionando su cara contra la mía, presionando sus

labios contra los míos. Corrí mis dedos por su cuello y a través de su cabello,

deseando que este momento durara para siempre. Pero terminó, como lo hizo

el sueño.

Mis ojos se abrieron a una habitación que estaba únicamente iluminada por

Page 258: Scare Crow- Julie Hockley

las estrellas que brillan en la oscuridad en mi techo. Gire mi cabeza para

encontrar a Griff sentado contra la pared, con los brazos sobre las rodillas, la

cabeza apoyada sobre sus brazos sólidos.

—No estas dormido— murmuré. Había llegado más como una pregunta

porque no podía estar segura. Él no se había movido.

Su cabeza finalmente se levantó y me miró por un minuto, hasta que por fin

habló. —Estabas hablando en tus sueños—. Sus rostro estaba vacio.

Mis sueños, mis recuerdos le estaban agotando. Algo chocó contra la parte

interior de mi piel y casi me caigo de la cama. Llevé mi mano a mi vientre, lo

que envió a Griff saltar fuera de su colchón a mi cama. Hubieron tres golpes

más del bebé,una contra la mano de Griff y los otros contra la mia.

Deseaba que Cameron hubiera estado allí para sentir la vida de su hijo por

primera vez. Pero él no estaba allí. Griff estaba.

Pude haber tenido dudas en cuanto a si Pops se había dado cuenta de que

estaba embarazada, pero al final, no importaba. Finalmente entendí lo que él

había querido decir acerca de dejar el pasado, oportunidades perdidas, tomar

las cosas buenas que ponen ahora y en el futuro.

—Por lo que vale la pena—dijo Griff medio susurrando, manteniendo su

mano en mi estómago a pesar de que el bebé se había instalado de nuevo.

—Estube orgulloso de ti hoy. La forma en que le hablaste acerca de tu idea al

viejo. Brillante. Sé que habrías sido capaz de sacar todo de encima y hacer

que funcione. Con todo lo que esta pasando, con todo lo que has estado

haciendo, sigues siempre encontrando una manera de sobrevivir. Eres una

mujer realmente increíble, Em.

Se deslizó hacia atrás y entrelazó sus dedos debajo de su cabeza. Juntos,

miramos las estrellas fluorescentes en mi techo.

****

Tan pronto como el sol estuvo alto, estaba fuera de la puerta con Meatball.

Page 259: Scare Crow- Julie Hockley

Griff insistió en mantener vigilancia sobre nosotros. Estaba congelado fuera

pero caminamos rápidamente, manteniendo el calor con un propósito. No

tomo mucho tiempo como yo esperaba llegar al cementerio.

Le pedi a Griff que me espere mientras iba a buscar la tumba de Bill y me

arrodillaba.

Me tomó un tiempo empezar. Tenía que decir algo. Para Cameron. Para

Bill. Para Rocco. Para todos esos hombres que habían venido a mi vida,

dejado su huella e ido.

—Ya no puedo seguir haciendolo— les susurré —Los sueños. El dolor. El

aferrárme a todos sus recuerdos con una esperanza inútil, como si algo fuera

a cambiar. Como si fueran a regresar. No es justo para Griff, — tomé una

bocanada de aire frío en mis pulmones. —No es justo para mí.

Comencé a cavar con las uñas en el césped, pero estaba congelado.

—Meatball, cava— le ordene, señalando un lugar en el césped.

Meatball olió y movió la cola. Ugh. —Meatball cava—. Le pedí

nuevamente.

Así que él cavó. Lo dejé ir hasta que el agujero fue lo suficientemente

grande. Tomé el libro de Rumble Fishal y la película de Rumble Fishal los

puse en el agujero. No había tenido nada de Rocco, por lo que había robado

unos secos fideos de lasaña de la alacena de Hunter para recordar el amor de

Rocco por la comida. Puse esto en la cima de los otros dos artículos.

Bill. Mis padres lo habían abandonado. Echo a un lado para que él no

tuviera más remedio que irse.

Rocco. Su vida truncada antes de que él siquiera tuviera la oportunidad de

realmente vivirla.

—Cameron…— Tuve que tragar las lágrimas que estaban haciendo su

camino hasta mi garganta. —Tenías todo de mí y elegiste acabar con ello. Te

Page 260: Scare Crow- Julie Hockley

di todo lo que tenía. Quería luchar por nosotros, incluso después de que te

fuiste. Me rompiste el corazón. Aun duele mucho, a veces pienso que el dolor

va a explotarme.

Empujé la tierra suelta sobre el hoyo. Acaricié la tierra y dejé descansar mis

manos sobre el bulto por un rato. Nada de lo que hice traería a ninguno de

ellos de nuevo.

—Llegará un momento en el que consiga venganza. Les prometo que no voy

a dejar que su muerte pase desapercibida. No voy a dejar que los olviden

nunca más. Esto lo sabía con certeza

—Pero… por ahora… tengo que dejarlos ir—. Cerré los ojos y me incline

más cerca de la tierra.

Los dejo ir. Los dejo descansar en paz para que yo pueda vivir para hacer lo

mismo, para que pueda sanar, para que pueda sobrevivir, para que pueda

aprender a amar de nuevo.

Algún día, habrá venganza.

Pero no ahora

Page 261: Scare Crow- Julie Hockley

Capítulo Catorce: Cameron

FANTASMAS

—Emmy, no te superará. No importa cuán fuerte lo intentes—. Las palabras

de Carly todavía resonaban en mi cabeza.

Estaba en la parte trasera de una limusina a prueba de balas fuera de la

Ciudad de México, en medio de una caravana. Manny se estrelló junto a mí.

Sus piernas estaban dobladas debajo de ella, y su cabeza rebotó contra la

ventana con cada bache en el camino. No parecía tan mala cuando dormía.

Puse mi chaqueta y la metí debajo de su cabeza para que ella tubiera un

aterrizaje suave.

Habíamos pasado toda la noche viajando, tratando de perder la cola que el

cartel mexicano nos había enviado. Que ellos se enteraran de que la líder de

la Coalición se estaba reuniendo con el presidente mexicano era una

declaración de guerra. A mi insistencia, ni siquiera los lideres sabían

exactamente cuando seria la reunion.

Finalmente nos arreglamos para perder a la gente de cártel que nos seguia

en Arizona.

Tenía un libro en mis manos, que había recogido de un banco en un

pequeño aeropuerto en algún lugar de California. Lo había abierto y leído

antes de nuestro vuelo, incluso cuando había despegado, pero lo mantendría

hasta que encontrara o robara otro. Entonces reemplazaría el libro que robaría

con el libro que ya había leído. Era un hábito, aunque algunas personas

podrían haber llamado una excentricidad o una rareza. Por otra parte, una

persona normal no podría haber elegido una vida de drogas y asesinato sobre

una beca para el MIT.

Durante el tiempo que puedo recordar, he tenido un libro al alcance del

brazo. Cuando era niño, solía infiltrarme en las salas de espera alrededor de

Callister —dentistas, médicos, abogados— que casi siempre había algún libro

o revista que dejaban atrás. Con el tiempo, los recepcionistas comenzarían a

reconocerme y me espantaban. Luego me quedé estancado yendo a la

biblioteca, aunque no había mucha diversión en el robo de los libros que

Page 262: Scare Crow- Julie Hockley

querían que tomes.

Mi primer recuerdo vívido fue de mí, sentado en el baño de alguien,

esperando a que mi padre venga a buscarme. Yo debía tener unos cinco años

de edad. El cuarto de baño tenía pequeños azulejos azules y blancos en los

grifos del pis y de oro unidos a dos lavabos de oro. Había un inodoro y un

bidé a juego que yo pensaba que era una fuente de agua para los perros. Todo

estaba cubierto con una capa de suciedad que solo viene de maltrato y

descuido de uno mismo. Desesperanza. Mi padre se había dado cuenta

recientemente que podía leer cualquier bloque de un libro dentro de veinte

minutos, y me empezó a llevar a lo largo de esos mugrientos lugares —sus

fiestas de coca—. Yo era el entretenimiento.

—Elijan un libro, cualquiera—. Solía decirles a los anfitriones de la fiesta. Y

entonces los adultos iban corriendo por la casa, en busca de los más grandes

libros, más aburridos que pudieran encontrar. Ellos me encerrarían en un

cuarto de baño con una pila de libros, y yo tenía una hora para leerlos todos.

Entonces se suponía que debían venir a buscarme y ponerme a prueba para

ver si realmente era el prodigio que mi padre había dicho ser. Pero casi

siempre olvidaban volver (O estaban demasiado drogados para recordarme),

y terminaría cayendo dormido en la bañadera de alguien. Por lo menos tenía

acceso a un inodoro.

Uno de los adultos una vez trajo la ley penal del Estado de Nueva York

para que lo leyera. Se supone que es una broma, pero resultó ser el mejor

libro que he leído. Era lleno de incoherencias, zonas grises, definiciones

incompletas. Tenía diez años, y pensé que iba a ser abogado. Eso me hace

reír ahora.

Al final, alguien abriría la puerta del baño en algún momento del día

siguiente, cuando él o ella venía en la búsqueda de cualquier golpe sobrante.

Me gustaría ir a buscar una parada de autobús y hacer mi camino a casa.

Mi padre pudo haber sido una borracha y totalmente ajena a mí, pero por lo

menos ella no sabía cómo usarme cuando yo era un patético niño. Eso

vendría después, cuando ella fue a buscar un cigarrillo en mi mochila de los

Transformers y encontró montones de dinero en efectivo en su lugar. Compró

una caja de ginebra y una membrecía en Costco y trajo un nuevo novio a

casa. Si hubiera tenido un patio, habría enterrado el dinero allí.

Manny se movió justo cuando estábamos pasando por las puertas de la finca

de Julilèn. Cuando asomó la cabeza, miró mi chaqueta empaquetada y la puso

Page 263: Scare Crow- Julie Hockley

en su regazo. Ella todavía tenía las marcas de la cremallera estampada contra

su mejilla.

Estábamos en el desierto, aun había exuberancia en la tierra de Julièn que

hacía casi alucinógena, como un espejismo a las puertas del infierno. Había

tantas flores que parecían haber llovido del cielo. El olor a vida era contrario

con la muerte que lo rodeaba.

Fuimos escoltados por la esposa de Julièn. Iba vestida con una blusa blanca

de un solo hombro, casi transparente y un pantalón blanco. Era una mujer

alta, delgada, atractiva —una modelo convertida en una exitosa estrella de

pop en los años noventa— que había conseguido quedar atrapada en el estilo

de vida ostentoso de Julièn. Su manera de caminar me recordó a un elefante

blanco: lenta, pero cada paso deliberado y resistente.

—Mi esposo todavía está lejos— dijo, su voz monótona. Miró a Manny de

pies a cabeza. —Siéntanse como en su casa.

Ella nos dejó de pie en medio de la villa.

Manny me mostró los alrededores, destacando los detalles íntimos con cada

paso. Claramente ella había estado allí antes, y basándose en la recepción que

habíamos recibido, la esposa de Julièn había estado ausente entonces —

aunque claramente sabía de Manny—. En la vivienda principal, palmeras

cultivadas completamente desarrolladas crecieron a través de agujeros en el

piso de porcelanato. Había un estanque de peces con forma de luna alrededor

de la escalera caracol.

—Este es el jardín interior — explico Manny. —Los peces en el estanque son

Mangarahara cichlid. Muy raros.

Miré por encime del borde a los peces en cautiverio. Había leído acerca de

estos, eran del río Mangarahara en Madagascar. Y estaban extintos.

Probablemente extintos.

La hundida sala de estar daba a una piscina de borde infinito, donde tres

chicos salpicaban alrededor mientras su madre modelo los observaba desde

un lateral. Sabía que Julièn tenía tres hijos, aunque me sorprendió que los

tuviera aqui. Yo no quisiera que mis hijos estuvieran cerca de gente como

nosotros.

Desde mi visión periférica vi que algo se movía en la parte trasera de la

Page 264: Scare Crow- Julie Hockley

propiedad. Manny deslizó su mano en la mía mientras un escalofría me

recorrió la espina dorsal. Cuando llevé mi mirada a ese lugar donde había

visto ese algo, ya no estaba.

Llevé mi mano hacia atrás de las manos de Manny, a pesar de la suavidad

de su piel. A pesar del vacío en la boca de mi estomago que solo se llena con

un toque femenino.

Nos trasladamos a través del resto de la casa.

Cada habitación tenía una vista del jardín exterior. Y cada vez, fui a la

ventana y miré de nuevo a ese lugar en la parte posterior. Simplemente no

había nada allí.

El calor, la falta de sueño, este lugar infernal ya estaban llegando a mi

cerebro.

No fue sino hasta la noche que Julièn finalmente hizo su aparición. Y una

apariencia fue exactamente lo que él hizo. Una caravana de al menos quince

coches. Escoltas suficiente para proteger a la Torre de Londres. Y un camión

solo para su equipaje.

Mariella, la esposa de Julièn, fue a saludarlo a la puerta sin los niños. La

sujetó con el brazo y le dio un rápido beso en la mejilla, antes de que su traje

pudiera arrugarse. Ella desapareció tan pronto como él la soltó. Sus hijos

tendrían lugar un poco más tarde a petición suya, mientras estábamos en el

centro de las discusiones. Los niños estaban erectos, como si estuvieran en la

oficina del director, mientras los palmeaba en la cabeza los despidió.

Intentar hablar de negocios con Julièn era como hablar con un niño pequeño.

Cambió de tema si no le gustaba de lo que se estaba hablando. Lanzó

berrinches al personal si su comida era demasiado caliente, si el vino era

demasiado frio, si llovía afuera. Incluso había planeado citas de juego para

nosotros.

—Tengo un par de amigos que me gustaría presentarles —dijo en el segundo

día que estuvimos allí.

Suponíamos que solo debíamos estar allí durante dos noches, y sin

embargo, todavía no habíamos llegado a lo importante de los negocios. Iba a

tomar mucho más de dos noches. Yo no estaba sorprendido por esto. Esa

mañana, me había dado cuenta de una mesa de comedor que se había fijado

para al menos veinte personas.

Page 265: Scare Crow- Julie Hockley

—Cancélalo— Le ordené a Julièn. Lo escuchó, lo hizo a regañadientes, pero

nunca ganaría ningún concepto de mantener las cosas tranquilas.

—Ya sabes, yo vengo de la nada. —Me recordó cada vez que el tema del

dinero surgió, lo cual siempre hacía con la frecuencia con que pudo tocar el

tema. Movía las manos alrededor, señalando a un pedazo de obra de arte de

mierda caro en la pared, o alguna bandeja de caoba de servicio que había

adquirido de donde sea.

—Algún pueblecito —añadiría, como si esto crearía algún tipo de parentesco

entre nosotros. Como si yo fuera uno de sus componentes, y yo no sabía que

en realidad se había criado en los Estados en un suburbio de clase media de

Phoenix. Fontanería difícilmente al aire libre.

Lo que sí tenía, sin embargo, fue inteligencia sobre las idas y venidas de las

tres familias del cártel en México. Donde vivieron, donde sus esposas, hijos y

madres vivieron. Cuando hicieron compras en el supermercado. El regalo de

Navidad que habían comprado para sus hijos el año pasado. Julièn estaba

concentrando sus esfuerzos en encontrar y matar al cártel, la creación de un

nombre por sí mismo a través de México y el mundo como un líder que era

duro con las drogas, mientras hacía dinero a manos llenas en su propia

producción de drogas. Él era la versión mexicana del Escudo. Pero todavía

había oído nada sobre cómo él iba a fabricar y distribuir los bienes

prometidos. Él tampoco tenía ningún plan o no estaba compartiendo esta

información. Era preocupante. Y su personalidad desagradable me estaba

cansando. Solo quería poner una bala en su cerebro de moda y acabar de una

vez. No podría. No aún. Pero cuando llegó el cártel de venganza, me prometí

a mí mismo de hacer a sus hijos un servicio y ser el que acabe con su

miserable vida.

Cuanto más miraba la interacción con sus hijos, más entendía su

razonamiento por tenerlos allí al mismo tiempo que nosotros. A Julièn le

gustaba hacer alarde de su poder, ya fuera a través de todo un país o a través

de sus tres pequeños niños. Y tal vez él esperaba que no le volara los sesos y

pintaría las paredes con ellos, mientras que su esposa y sus hijos estaban aquí.

Tuve la tentación, mas de una vez.

Manny había observado la mayor parte de la conducta de Julièn como yo,

pero tenía una perspectiva diferente.

Page 266: Scare Crow- Julie Hockley

—Mi padre nunca quiso tener una hija —dijo ella una tarde. —Él quería un

heredero. No una niña.

Estábamos inclinados sobre un proyecto del compuesto Munoz. Julièn

había solamente dejado a su hijo mayor pasar dos horas de pie frente a

nosotros con un filete en su boca después de que él se haya negado a comer

en la cena. Nos había dejado para ir tras su esposa, luego de que Mariella

había tomado a su hijo y salió de la habitación.

—Mi madre tuvo cuatro embarazos antes que yo. Todas niñas, basados en los

ultrasonidos. Mi padre le conseguiría abortos tan pronto como él lo descubría.

Cuando quedó embarazada de mí, lo escondió de él. Hasta que me tuvo.

Tenía que conseguir a todas las esposas de los subalternos involucradas de

modo que no me mataría. Cuando los hombres amenazaron a la defección, se

comprometió a mantenerme, pero dejó a mi madre y me mantuvo alejada.

Ella se suicidó cuando tenía cinco años. Mi padre se casó con la niñera

después de que ella le dio su primer hijo.

Me fui a la cama esa noche sin duda en mi mente de que Manny había

matado a su padre. Y que uno de los hijos de Julièn haría lo mismo con él

algún día, si no lo mataba yo primero. La gente como nosotros no debe tener

hijos. Eso estaba claro.

****

Había mantenido el aire acondicionado apagado en mi habitación porque no

podía oír nada a través del zumbido. Tenía que ser capaz de escuchar

cualquier cosa fuera de lo común. Una emboscada en la noche.

Era como dormir en una freidora.

Fui a abrir la ventana un poco más, como si eso haría una diferencia, y vi

algo, una sombra, moviéndose en la hierba.

Fue allí. Lo pude ver. La figura de la mujer en un vestido fluido, el pelo

rojo que parecía brillar en la oscuridad como la propia luna de octubre, y voló

detrás de ella. No lo estaba imaginando, y yo obviamente no estaba

durmiendo.

Salí corriendo de la casa y me dirigí en la dirección que había visto a la

Page 267: Scare Crow- Julie Hockley

mujer ir. Me enrollé alrededor de la cocina personal y hacia los contenedores

de basura, en el que podía ver el humo que se levantaba sobre uno de los

focos.

Encontré a la señora. Pero su cabello era más oscuro que la noche.

Mariella estaba sentada en una silla de jardín, aspirando un cigarrillo y

mirándome fijamente. Todavía tenía su traje de noche y una botella de vino a

su lado.

Yo estaba en mis calzoncillos bóxer.

Asentí un hola. Sopló una bocanada de humo y miró hacia otro lado. Me

veía como uno de los colegas de su marido. Si ella supiera lo mucho que

quería sacar con una cuchara sus ojos.

Me dirigí de nuevo a donde había venido, sintiéndome enfermo y

desorientado.

Manny estaba caminando por las escaleras en baby-doll negro de seda.

—¿Cameron? ¿Estás bien?

Fui a encontrarla en la oscuridad. —Bien. ¿No puedes dormir?

—Odio este lugar —dijo en un susurro. —Odio el olor. Odio el calor. Odio lo

tranquilo que es. Siento que me estoy volviendo loca aquí.

El resplandor del agua del estanque se reflejaba en su rostro. Tenía el

cabello recogido en una coleta desordenada, y tenía un colgante que caía en

su escote.

Dejo a la palma de mi mano llegar a su cuello y hacer su camino hasta el

colgante de plata, tirando de su peso entre mis dedos. Se veía como tres hojas

entrelazadas sobre un círculo.

—Es una triquetra —explicó. —Mi abuelo se lo dio a mi abuela como regalo

de bodas.

No quería preguntarle si había tenido que quitarsela de las frías y muertas

manos de su abuela.

Mientras me aferraba al colgante, Manny me apretó la mano en su pecho.

La mirada de Manny fue de ojo a ojo. Grandes, oscuras pupilas me

devolvieron la mirada.

Page 268: Scare Crow- Julie Hockley

—Quédate conmigo —suplicó, tirando de mi mano.

—Buenas noches —le dije en voz baja.

La suavidad vulnerable de su rostro desapareció y fue reemplazado por su

severidad propia. Giró sobre sus talones y se fue al piso de arriba.

En el camino de regreso a mi habitación me permití una mirada al exterior.

Era tan negro como el interior de un ataúd. No había manera de que hubiera

visto nunca nada fuera, y mucho menos en la parte posterior de la finca.

Obsesionado. Eso es lo que yo estaba. Y estaba destruyéndome. Necesitaba

volver a centrar.

Intenté algo esa noche cuando cerré los ojos en la cama. Me olvidé de

dónde estaba. Respire profundo y me imaginé que estaba en otro lugar. Ese

lugar que nunca olvidaría, que se forjó en mi cerebro, que era parte de mi

ADN. Fue la única vez que realmente había dormido.

Yo estaba a gusto. Con Emmy. Yo podía olvidar, podía dejar ir las cosas.

Incluso en los pocos momentos en sus brazos, fui liberado de mí mismo.

Pude respirar de nuevo y recordar.

Ella estaba sola la mayor parte del tiempo. Rodeada, pero sola. Sola, pero

no solitaria. Sola por elección. Teníamos algo en común. Esta necesidad de

ser autosuficiente. Y eso era lo que me había atraído de ella inicialmente. Me

había visto a mí mismo en ella. Ella era yo, en una mejor versión, —la que

podría haber existido en otra dimensión—.

Entonces ella maduró. Se convirtió en una belleza, una clase de belleza que

uno no puede dejar de mirar fijamente, como si absolutamente no fuera

posible, y sin embargo lo era. La miraba desde lejos. Llegué a conocer a

Emily Sheppard… Su forma de moverse, el sonido de su risa, sus hábitos, las

personas que la rodeaban. Esto, yo había pensado, debe ser el amor.

¿Cómo puede alguien que nunca ha sido amado ser capaz de amar?

Jesús, yo no tenía idea de lo que era el amor.

La persona que estaba viendo era un personaje de ficción. Alguien que

había hecho en mi mente. Yo le había dado una personalidad, sentimientos,

pensamientos que no era los suyos, porque en realidad no la conozco.

Me podría haber pasado mi vida estando enamorado de esa hermosa chica

que pensaba que conocía. Si ese día en el cementerio nunca hubiera llegado y

si Emmy y yo nunca nos hubiéramos conocido, había estado bien conmigo.

No hubiera sabido nada mejor. Ella habría vivido su hermosa vida, y yo la

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hubiera visto hacerla.

Ella nunca me había notado (Me había reprochado a Emmy por esto), pero

yo tampoco la conocia. Me había enamorado ella. Pero no realmente de ella.

La Emmy, que vi después, la real. Era impulsiva y emocional y

melodramática. Era amable. Podía hacer que tu corazón comenzara a latir de

nuevo. Podía dar vida al lugar más oscuro, al hombre más oscuro. Con una

lagrima, podía hacerte sentir como el ipeor mbécil de mierda del mundo. Pero

con una sonrisa, eras invencible.

Esa cosa me estaba desgarrando, aparte las visiones del fantasma en el

jardín, descalza, el cabello rojo que fluía detrás de ella en un inexistente

viento fue el conocimiento de lo que me estaba perdiendo.

Estar solos pero no sentirnos solitarios cuando estabamos juntos. Siendo

contrapartes, pero sacando la mejor parte de cada uno.

Nunca habría otro. Para ella o para mí.

Después de haber tenido el gusto, yo sabía que me estaba perdiendo, y no

podía continuar la vida si ella no estaba a mi lado. Me había estado enviando

a mí mismo a una muerte prematura porque no podía ser Cameron sin ella.

Sabía esto.

Entonces, ¿Qué demonios se supone que debo hacer ahora?

****

Por la mañana, después de dormir bien por la noche al lado del fastasma de

Emmy, me reuní con Julièn y Manny en la mesa del desayuno.

—La Coalición no te dara ninguna preferencia—le anuncié mientras tomaba

asiento. Manny se atragantó con el jugo de naranja.

Julièn reajustó la servilleta en su regazo. —Teníamos un trato. Se han tomado

medidas basadas en nuestro acuerdo.

Page 270: Scare Crow- Julie Hockley

Por medidas quería decir que él ya había hecho promesas, aceptado

sobornos, y gastado el dinero que había hecho después de que el acuerdo fue

hasta el fin.

—Estaría perjudicando a la Coalición si no confirmara tu propuesta antes de

invertir totalmente todos nuestros esfuerzos—. Miré a Julièn a sus ojos.—No

estoy convencido de que seás capaz de cumplir tus promesas.

Manny se sentó erguida. —Cameron, todo se llevara acabo en un par de días.

Ya hemos gastado mucho tiempo de planificación...

—La Coalición está comprometida a seguir una relación de negocios contigo

— continué interrumpiendo a Manny. —Como muestra de nuestra lealtad, le

ofrecemos la exclusividad sobre toda la marihuana que se distribuye a lo

largo de los Estados Unidos. Esto será un peligro considerable para la

Coalición. Estaremos cortando las relaciones con todos nuestros cultivadores

actuales, que han demostrado su eficacia y confiabilidad por muchos años—.

Necesitaba mantener la paz con los cárteles durante el mayor tiempo posible,

hasta que pudiera traer a Emmy de nuevo a mí.

Julièn se reclinó en su silla y cruzó una pierna sobre la otra, mostrando sus

zapatos de cuero. —Supongo que esto podría lograrse temporalmente…

—Yo, por supuesto, necesitaré de inteligencia detallada y completa sobre tus

actuales desarrollos. Como una muestra de buena fe —añadí.

Él mantuvo su mirada fija en mí. —Por supuesto.

La mayoría de nuestros productores eran socios de la Coalición. Mientras

que había algunos rumores de la decisión para una única fuente toda la

marihuana a través de México, los lideres encontrarían maneras de hacer las

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paces y mantener la paz.

Pero también estaba un productor independiente. Y él no sería feliz de saber

—tras una denuncia anónima— de que su licencia para cultivar acababa de

ser anulada.

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Capítulo Quince: Emily

GATILLO

El lado bueno de tocar fondo, de haber agotado todas las opciones, era que

mis ojos se habían abierto a nuevas posibilidades. Era como perderse en el

desierto llevando un envase vacío de jugo de naranja, colapsando de la

deshidratación y en mi último aliento ser dirigida a un envase de jugo de

manzana y un mapa enviándome en una dirección completamente nueva.

Ya era marzo. Me sentaba con las piernas cruzadas en el suelo en algún

gimnasio de mala muerte en el Sur de Callister, con mi tarea extendida

delante de mí. Pero me enfocaba en Griff, quien golpeaba un saco de boxeo

en la esquina. Él había estado entrenando duro para regresar en forma a las

peleas y ya había ganado unos cuantos encuentros, celebrados en unos

cuadriláteros en una zona de uso privado turbia. A todos los que nos

encontrábamos se sentían emocionados de verlo de regreso en las peleas en

buena forma. Griff no sólo era un buen luchador. Estaba dotado. Y con cada

día que pasaba, notaba que su confianza en sí mismo crecía. Aunque no me lo

admitiría, me di cuenta que se sentía feliz de estar de vuelta en el ring. Se

encontraba en casa.

Lo envidiaba. Sabía cómo se sentía: hacer lo que siempre estuviste

destinado a hacer. Había atrapado un destello de esto cuando estuve con

Pops. El destello se apago en el segundo en que Pops me rechazó.

Por lo menos los sueños y las pesadillas se habían detenido así que Griff

podía echar dormir tranquilo.

No me había olvidado que había todo un mundo de malas personas que me

querían y que querrían a mi hijo. Pero por ahora, lo había dejado de lado,

porque no tenía otra opción.

Unos pocos días después de que Griff y yo regresamos de nuestra

infructífera reunión con Pops, una caja grande de cartón fue entregada en

nuestra puerta. Era el tipo de caja que mis compañeros generalmente recibían

de sus madres. Cajas con sábanas limpias deSpider-Man y cenas de Kraft.

Excepto que esta caja era para mí. Tenía un montón de ropas de una talla más

grande para acomodar mi barriga en crecimiento. Camisas XL y pantalones

de elásticas. Una cobija tejida de color rojo y marrón. Y una bata de baño de

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tela de toalla de talla grande, que muy mágicamente, tenía uno de sus

bolsillos lleno de mil dólares.

Tan pronto como fue posible después de Navidad, mi amada y cariñosa

madre canceló mis beneficios médicos, así que ahora tenía que pagar en

efectivo por mi medicamento para las náuseas. Supongo que esta fue su

manera de rechazarme y rechazar a mi hijo nuevamente (en caso de que no

me hubiera quedado claro aunque que ya lo había hecho en vísperas de

Navidad). Así que obviamente la caja de regalos no era de mi madre, pero sí

de dos personas quienes eran lo más cercano a una mamá como alguna vez

podría llegar a tener: María y Darlene. Sabía que mil dólares era un montón

de dinero para ellas. Y sabía que si intentaba regresárselos, estarían realmente

heridas.

Desde que Griff no me dejaba fuera de su vista, tuve que dejar de trabajar

porque mi horario se interponía con su entrenamiento. Y honestamente, me

sentía demasiada cansada como para trabajar. Apenas podía manejar ir a

clases y mantenerme al día con mis tareas. Algunos días me sentía como si

mi cuello estuviese sosteniendo una bola de boliche. Pero escondí esto de

Griff.

Las peleas de Griff eran bastante pequeñas (comparadas a lo que una vez

estuvo acostumbrado) y pagaban poco, así que el dinero que Darlene y María

me enviaron nos vino bien, manteniéndonos alimentados. Y la caja de ropas

me ayudó a seguir ocultando mi embarazo. Por lo que sabía, nadie sabía que

estaba embarazada. Griff y yo planeábamos mantenerlo de esa manera.

Griff y yo, encajabamos juntos como si siempre estuvimos destinados a

hacerlo. Antes de que me diera cuenta, la primavera intentaba abrirse camino

fuera de la incontenible nieve.

Grff había terminado su entrenamiento por el día de hoy, y yo todavía

tomaba otro viaje al baño mientras él iba a buscar el auto. Había aprendido a

ser rápida. La última vez que (aparentemente) había pasado demasiado

tiempo en el baño de las mujeres, él había colocado una pistola en mi cartera

al siguiente día, y obtuve un curso de dos horas para refrescar mi auto

defensa de uno de sus asistentes de entrenadores.

Cuando me bajé los pantalones en el baño, mis entrañas se retorcieron

cuando descubrí que sangraba de nuevo. Esto había estado ocurriendo de

manera continua durante semanas. Las náuseas, la fatiga, el sangrado, el

temor por la salud de mi bebé, el temor de lo que iba a suceder después —

todo pesaba sobre mí como ropa de metal. Pero con mi madre habiendo

Page 274: Scare Crow- Julie Hockley

retirado mi seguro médico y sin tener tiempo a solas para asechar al médico

de estudiantes, tenía que consolarme con el hecho que el bebé seguía

pateando mis entrañas a hacerme papilla.

Corrí afuera para encontrar a Griff estacionado con una rueda en la acera, el

lado de la puerta del pasajero abierta para mí y Griff al teléfono. Colgó tan

pronto como me vio.

—¿Todo bien?

—Claro —le dije. Había estado escondiendo mis problemas de salud a Griff

debido a que no necesitaba añadir la ansiedad. Había días en que se

encontraba tenso del estrés de la pelea, del dinero, de estar cuidándome que

pensaba que podría descoserse. —¿Quién era?

—Mi promotor.

Salió del estacionamiento, casi chocando con un vehículo que se

aproximaba. Algo sucedía.

—¿Y? —pregunté cuando estuvimos seguros en la luz roja de un semáforo.

—Hay una pelea en dos semanas. En el Coliseo de Bolster.

Había afiches por toda Callister y sus compañeros de gimnasio habían

estado cotorreando sobre ello durante semanas. La primera vez que la Ciudad

de Callister fue sede de peleas combinado con artes marciales en su estadio

más grande fue una gran noticia, pero ya no era una noticianueva.

—¿Y? —pregunté de nuevo.

—Uno de los luchadores se lesionó en el entrenamiento—. Se giró hacia mí

antes de que pudiera repetir la misma pregunta. —Quieren que pelee su

lucha.

Esta era una gran nueva noticia. —Eso es bueno, ¿no? Es lo que has estado

esperando, por lo que has entrenado.

Page 275: Scare Crow- Julie Hockley

Pero Griff no parecía tan emocionado como pensé que lo estaría. —Esta es

una pela de título, Em. Es el evento principal. No estoy listo para eso.

—Entonces lo estarás. Dos semanas es suficiente tiempo para prepararse para

ello. ¿Cierto?

—Si entreno veinticuatro horas al día por las próximas dos semanas.

—Entonces hazlo.

—No es tan sencillo.

—¿Por qué no es tan sencillo? Entrenas duro. Ganas. Listo. Si cualquiera

puede hacerlo, tú puedes.

Se rió entre dientes. —Te quiero allí. Eres mi amuleto de la suerte.

—Por supuesto que estaré allí—. Estuve en cada una de sus peleas, viendo

desde la parte de atrás, donde nadie podía verme. Quedándome fuera de la

vista tanto como era posible, era lo mejor para mantener al bebé y a mí a

salvo.

—No —dijo—. Te quiero allí. En las gradas. Necesito ser capaz de verte

cuando esté en el ring.

—Griff… —empecé.

—Por favor, Em. Eres la razón por la que he estado ganando durante todo

este tiempo. No puedo hacerlo sin ti.

Me reí. Encontré eso difícil de creer. Había estado ganando durante todos

estos años antes de siquiera conocerme. —Este evento será televisado, y soy

tan grande como una ballena. ¿Exactamente cómo se supone que mantendré

este embarazo en secreto con millones de personas viendo?

—Emmy, apenas se te nota la barriga. Si no supiera que estás embarazada,

habría jurado que simplemente tuviste una gran cena—. Movió las cejas

Page 276: Scare Crow- Julie Hockley

varias veces, y sonrió. —Además, ellos no te miraran. Estarán viendo a

“Griffin el Empuñador Connan .”

Tenía un buen punto. Cuando Griff entraba en una habitación, nadie podía

quitar los ojos de él, incluyendo a la mayoría de mis compañeros de casa.

****

Dos semanas después, era mediados de marzo y el día de la pelea de Griff.

Mi barriga todavía era bastante pequeña para estar embarazada de ocho

meses, pero encontrar algo bonito —lo suficientemente bonito para usar—

era un gran desafío. Me peinaba mientras revisaba mis contenedores,

intentando averiguar qué usar para el estadio cuando fui abordada en el

pasillo por Hunter y Cassie. Había notado que pasaban mucho tiempo juntos

últimamente. Cassie mantuvo su cabello rubio, aunque el resto de ella todavía

gritaba chupa sangre. Chica vampiro y chico de fraternidad era una extraña

combinación, pero ambos tenían algo en común: su amor de ver a alguien

recibir una paliza por todos los medios necesarios en un ring a prueba de

escape.

Griff les había conseguido entradas a todos para la pelea por lo que no me

sentaría sola…así Griff podía apartar la vista de mí el tiempo suficiente para

darle una paliza al tipo que colocaran delante de él. Era el héroe. Yo era la

compañera de trabajo del héroe.

Griff llegó detrás de ellos y se paró riéndose mientras me entregaban una

bolsa de plástico.

Entrecerré mis ojos a Griff mientras abría la bolsa. Había un montón de

color púrpura oscuro dentro. Desdoblé el material para encontrar que era un

suéter de algodón con una foto de Griff de tamaño real, de cuando era un

niño. Parecía tener unos diez años, sonriendo con orgullo, sin uno de sus

dientes delanteros.

—Me pidieron fotos —me dijo Griff. —Pedí que ésta fuera hecha

especialmente para ti. Mi hermano me sacó el diente después de que me hice

pipí en su cereal de la mañana. Clásico.

Page 277: Scare Crow- Julie Hockley

No tenía palabras. —Gracias. Es…

—Realmente fea.

Cassie y Hunter se desabrocharon sus suéteres con capuchas, revelando

camisetas iguales de feas. Esta camiseta atraería demasiada atención hacia

mí, pero no le podía recordar esto a Griff mientras que Cassie y Hunter

estuvieran a poca distancia escuchando. Y Griff se hallaba demasiado

preocupado con la pelea por mí como para recordarle todas las otras cosas de

las que teníamos que preocuparnos.

Miré a la etiqueta: extra grande. Suspiré. Bueno, al menos tenía una

explicación para mi aumento de peso, y esto escondería mi barriga. Cuando

el resto de los compañeros salieron de sus habitaciones orgullosamente

usando sus feos suéteres, sabía que tenía que tomar una decisión, a pesar de

que realmente no tenía opción.

Al menos no iba a estar sola.

Tiré mi camiseta sobre mi ropa. —Me encanta.

Todos dejamos la casa juntos —Griff y su ejército de las feas camisetas.

Mis compañeros fueron a encontrar sus asientos en el estadio mientras que

Griff y yo fuimos a un vestuario en la parte de atrás. Los camarógrafos ya se

encontraban allí, al igual que el equipo de pelea de Griff. Encontré una

esquina para esconderme del centro de atención mientras Griff se preparaba y

lo filmaban preparándose.

Cada vez que una pelea terminaba en el estadio, la cámara se encendía y

regresaba a Griff: Griff golpeando en el aire, Griff luchando con uno de sus

compañeros de equipo tirándolo al suelo. Pronto, era el turno de Griff para

salir. Los camarógrafos dejaron la habitación para filmar su salida y entrada

en el estadio. Griff y yo tuvimos unos pocos momentos a solas.

Salté en sus brazos tan pronto como todos salieron de la habitación. Nos

quedamos de esa manera por un rato, mejilla contra mejilla, escuchando el

sonido afuera.

—Incluso si pierdo…

Page 278: Scare Crow- Julie Hockley

—No perderás.

—Incluso si pierdo —dijo de nuevo, —el segundo premio todavía es más de

lo que haría ganando en un millón de otras peleas. Este dinero nos dará la

capacidad de ocultarnos por un tiempo, al menos hasta que el bebé nazca.

Mi corazón se rompió un poco. Esta era la noche más grande de su vida, y

todavía se preocupaba por nuestra siguiente comida. Me gustaría que se

enfocara en sí mismo por una vez.

No quería dejar a Griff. Pero cuando un ligero toque vino de la puerta,

nuestros brazos cayeron a nuestros lados, y fui guiada afuera antes de que

incluso tuviera una oportunidad de despedirme, antes de que pudiera desearle

la buena suerte que no necesitaba.

Tan pronto como estuve afuera de la puerta, el ruido fue ensordecedor y

sólo se hacía más fuerte con cada paso. El bebé hacía volteretas de tamaño de

caimán contra la piel de mi barriga mientras salía por la puerta. Los puestos

estaban todo el camino hacia el techo y todos los asientos se encontraban

llenos, aunque nadie se sentaba en sus asientos asignados. Gritos de los

espectadores tomaron todo el aire que quedaba en el estadio. Me sentía como

si estuviera gateando a lo profundo en las entrañas de un hormiguero.

Fue bastante fácil encontrar mi asiento: sólo busqué los suéteres más feos

en la multitud. Los asientos de mis compañeros se encontraban sólo a unas

cuentas filas detrás del frente. Griff lo había planeado para que pudiera estar

lo suficientemente cerca para que me viera en la multitud pero no tan cerca

para que las cámaras apuntaran en mi dirección. El himno Griff salió de los

altavoces, y ninguno de mis compañeros ni siquiera notaron que había

llegado y encontrado mi asiento (a pesar de que tuve que pasar por encima de

un par de ellos para llegar allí). Estiré mi cuello, pero no vi a Griff entrar en

el estadio. Tan pronto como estuvo en el ring, giró la cabeza en mi dirección,

y nuestros ojos se conectaron.

Otra canción salió de los altavoces, y miré a una de las megas pantallas

colgando alrededor del estadio. Griff luchaba con un luchador brasileño

llamado Batte Gomez. Aparentemente había mantenido el título de peso

medio por casi tres años, lo cual era algo inaudito de acuerdo con los rumores

del gimnasio de Griff. Hasta ese momento, realmente no tenía idea de cómo

este tipo lucía, más que la foto que era uno de los millones de afiches

publicados en todas partes de la ciudad.

Page 279: Scare Crow- Julie Hockley

Los posters no le hacían justicia a esta bestia.

Sus manos y su frente eran lo suficientemente grandes para aplastar un

autobús escolar como una lata de cerveza. Era menos humano, más búfalo.

Mis ojos inmediatamente fueron en busca de Griff. Negaba con mi cabeza.

Él necesitaba salir de allí.

Griff se encontraba de pie en una esquina, oculto por su equipo de pelea

parados detrás de él. El monstruo entró en el ring, y yo tontamente le gritaba

a Griff, mi voz perdida en el hormiguero.

Griff hacía esto por mí, debido a mí. Podría morir haciendo esto por mí.

El árbitro fue introducido a la impresionante multitud, los luchadores

chocaron sus puños, y justo cuando los luchadores fueron separados, Griff

miró hacia atrás. Me buscaba, y una última vez nuestros ojos se conectaron

antes de que fuera pateado en la cara. Tuvo sólo el tiempo suficiente para

sacudirse el dolor del pie de su oponente contra su mejilla antes de que el

puño de búfalo encontrara su mandíbula. Hubo un grito de asombro de mis

compañeros mientras Griff se tambaleaba hacia atrás. Se alejó del brasileño

mientras que una vez más intentó sacárselo de encima. Usando su mano con

el guante, se limpió la sangre que goteaba de la comisura de su boca, y luego

miró a la sangre en el guante. De repente, vi algo cambiar en Griff mientras

se limpiaba la sangre contra sus pantalones cortos. Sonrió y saludó a la

multitud. Rodó sus hombros hacia atrás y fui en busca de Batte Gomez.

Lo miré enfrentarse al búfalo veloz y poderosamente. Era cuidadoso,

metódico, implacable y mucho más rápido que su pesada contraparte. Griff

forcejeó a Gomez hasta el suelo, y cuando la primera ronda terminó, se

encontraba sentado en el pecho de Batte intentando encontrar un hueco

debajo de sus brazos de esa manera podía llegar a su rostro.

La segunda ronda vino tan rápido como la primera ronda terminó. Griff se

hizo cargo tan pronto como la campana sonó, su puño delante de él

encargándose. Encontró un espacio debajo de la mandíbula de Batte, y Batte

cayó hacia atrás, con su cabeza golpeando la colchoneta.

Griff se quedó con los puños listos en suspensión. Su oponente puso un

codo debajo de sí mismo en un intento de ponerse de pie, pero se desplomó

debajo de su peso. Cayó extendido de nuevo, y la multitud casi se quedó en

silencio, o tal vez mis oídos los había apagado. Mientras Griff estuvo a punto

de tomar ventaja de la incapacitación de su oponente, el árbitro saltó en frente

de él, cayó cerca de Batte, y agitó los brazos.

Todo el mundo se quedó inmóvil, junto con Griff.

Page 280: Scare Crow- Julie Hockley

Podía sentir la ola de incredulidad levantarse mientras que todo el mundo,

incluyendo a Griff, se daba cuenta de lo que acababa de pasar. Griffin el

peleador Connan había ganado. Contra todas las posibilidades.

El equipo de Griff saltaban de arriba abajo a su alrededor mientras que

Griff se giraba, intentando encontrarme en la multitud, pero era bloqueado

por la multitud que siguió el cinturón de oro. Mientras el equipo de Griff se

apartaba para dejar que el cinturón llegara, Griff se echó a correr. Voló por

las escaleras, voló entre las filas de fans.

Sabía a donde iba. Me encontraba a punto de pasar por encima de Joseph

para encontrarlo a medio camino y arrastrarlo a la parte de atrás, donde las

cámaras no pudieran atraparnos, pero Griff ya se encontraba allí. Me alzó y

me mantuvo en su agarre mientras todo el mundo cerca intentaba saltar

dentro de nuestra fila para poner sus manos en el vencedor, pasando a mis

compañeros de cuarto, sobre Griff y yo, en el proceso.

Seguridad tuvo que rescatarnos para sacarnos, y fuimos guiados de regreso

al vestuario de Griff. Hunter tenía la nariz ensangrentada, y una de las

camisetas de los gemelos había sido rasgada. Nunca se habían visto más

felices. Tenía la esperanza de que la estampada de personas nos hubiera

mantenido ocultos de las cámaras. Tomé la rápida decisión de dejarlo ir. Por

primera vez en varios meses, dejé de preocuparme sobre lo que podría pasar

y celebré con todos los demás. Disfruté el ahora.

Griff todavía me tenía en sus brazos cuando apreté mis manos contra su

cara.

—No pensaste que ibas a ganar.

—No —admitió.

—Deberías habérmelo dicho, explicarme en que te estabas metiendo. Nunca

habría... hubiéramos encontrado otra manera. Pensé que ibas a morir.

—Nadie me hubiera dejado morir. Te prometo que no voy a dejarte, en la

vida o en la muerte.

La puerta se abrió mientras el resto del equipo de lucha de Griff entró

llevando el champán y el cinturón que había dejado atrás. Después de la

victoria alucinante, Griff fue llamado inmediatamente en una conferencia de

Page 281: Scare Crow- Julie Hockley

prensa, entrevistas con los medios de comunicación y reuniones con

patrocinadores y promotores. Acabé yéndome a casa con Joseph, mientras

que el resto del lote se mantuvo a con Griff, celebrando.

—¿No querías quedarte con todos los demás? —pregunté a Joseph mientras

estábamos en el coche.

—No soy un gran bebedor.

Puse los ojos en blanco. —¿Cuánto te pago Griff?

—Lo suficiente para hacer que valga la pena.

****

Iba a bajar las escaleras para tomar mi habitual aperitivo de mantequilla de

maní y manzanas de las 3 am cuando oí la puerta sacudirse. Uno de mis

compañeros borracho, rodando después de salir de fiesta con los

combatientes. Después de que los compañeros habían conseguido volver de

las vacaciones de Navidad, Griff les había ordenado cerrar la puerta a partir

de ahora. ¡Y no más fiestas! La orden fue bien recibida, porque venía de su

amado Griff. Pero al menos una vez cada fin de semana, alguien, por lo

general un borracho, se quedaba encerrado afuera después de olvidar o perder

su llave. Debe de haber veinte llaves de nuestra casa flotando a través de las

barras del campus.

Deje que la persona borracha al otro lado de la puerta sufriera un poco antes

de dejarlo o dejarla entrar.

Había alguien de pie bajo la luz del porche, sin soltar los dos clips de papel

que había estado usando para tratar de forzar la cerradura. Cuando él dio un

paso adelante hacia la luz del pasillo, Meatball vino corriendo por las

escaleras.

Tuve tiempo de estirar mi brazo y tomar su collar antes de que atacara al

hombre bajo la capucha.

Este hombre parecía sucio, como si hubiera estado durmiendo bajo un

puente con goteras, y olía como si hubiera estado comiendo de un cubo de

Page 282: Scare Crow- Julie Hockley

basura. No lo reconocí de inmediato. Pero cuando tiró de su capucha, cuando

mis ojos se encontraron con los suyos, sabía exactamente quién era. En este

instante, también me di cuenta de que estaba apuntándome con un arma.

Norestrom.

El hijo de puta que mató a Rocco. Si no hubiera tenido un arma

apuntándome, habría dejado que Meatball rasgara las arterias de su cuello.

—Estaba empezando a pensar que nunca te encontraría a solas.

No estaba sola. Joseph estaba durmiendo arriba. Pero no le dije esto. Era

evidente que me había estado observando, y que claramente había perdido

contacto con la realidad.

—Estoy sola. ¿Qué quieres?

Estaba inquieto, moviéndose en secuencias rápidas. Como si su cerebro se

moviera más rápido que el resto del mundo. Meatball estaba gruñendo,

echando espuma por la boca. Estaba teniendo problemas para mantenerlo

cerca de mí. Cuando Norestrom dio un paso suave hacia adelante, Meatball

se lanzó, casi desgarrando mi brazo. Así Norestrom volvió a su lugar

original.

—No voy a hacerte daño —me dijo. —Sólo necesito dinero.

Traté de no reírme. —¿Cuánto?

—Lo suficiente para desaparecer.

Tenía muchas ganas de darle un puñetazo en la cara. Pero también estaba

disfrutando de verlo tan nervioso. No podría decir si estaba drogado o

asustado fuera de sus cabales.

Hubo un ruido de arriba. Norestrom apuntó con su arma rápidamente a las

escaleras y rápidamente volvió a mí.

—Pensé que habías dicho que estabas sola.

—¿No tienes contactos? ¿Personas que tienen suficiente dinero para

Page 283: Scare Crow- Julie Hockley

comprarse su propia isla?—. Quería mantener la calma y hablar. Pero sus

brazos habían comenzado a temblar y el salvajismo de sus ojos crecía al igual

que su tiempo estaba a punto de agotarse.

—Ya no —respondió. —Por tu culpa.

Había sido abandonado por Víctor, por su propia especie. Amaba este

hecho recién descubierto.

—Te voy a dar todo el dinero que necesites —dije, —solo vuelve mañana, y

te daré todo lo que tengo.

—Lo necesito ahora. Mañana será demasiado tarde.

—Bueno, no llevo tanto dinero conmigo.

De ida y vuelta sus ojos iban de mi cara a mi perro guardián. Hasta que

algo más le llamó la atención. En mi lucha por mantener a Meatball a mi

lado, mi bata se había deshecho, y mi vientre sobresalía de mi pequeña

camiseta.

Mientras que el salvajismo de sus ojos permanecía, una sonrisa apareció en

su rostro. Reconocí esa sonrisa. Era demoníaca. Era la misma sonrisa que

había tenido en su repugnante cara cuando había ordenado a sus hombres

matar a Rocco.

—Está bien —dijo, retrocediendo. —Te veré mañana.

Me vería mañana. Con Victor o con cualquier otro que estuviera dispuesto

a pagar el precio de saber que el bebé de Cameron estaba escondido dentro de

mí. Con quien estuviera dispuesto a pagar el precio de ser capaz de usar a mi

hijo como palanca en el bajo mundo.

Mientras Norestrom bajaba su arma y yo trataba de encontrar la manera de

llegar al revólver que tenía en mi bolso en mi cama para que pudiera

arrancarle la cabeza de los hombros, Joseph había bajado las escaleras medio

dormido.

—¿Qué pasa con todos esos ladridos? —Murmuró. Norestrom saltó y yo

Page 284: Scare Crow- Julie Hockley

salté, Meatball se liberó de mi agarre en su collar. Se escuchó un disparo.

Antes de que Norestrom tuviera tiempo de apretar el gatillo de nuevo,

Meatball lo había bloqueado, golpeándolo en el suelo y enviando del revólver

volando a la pila de zapatos apilados junto a la puerta.

Norestrom estaba pateando y gritando, con su brazo libre golpeando a

Meatball en la cabeza. Traté de tirar de Meatball lejos antes de que

Norestrom realmente pudiera hacerle daño, pero su mandíbula estaba firme

en el débil brazo de Norestrom.

Joseph corrió a ayudarme, y juntos finalmente conseguimos quitarle a

Meatball de encima. Joseph sostenía su cuello, mientras que corrí a agarrar el

arma del suelo.

Norestrom ya estaba de pie, preparándose para saltar sobre mí hasta que

levanté el arma. Se detuvo en seco, su mirada saltó de mi cara a la pistola que

estaba apuntando a su cabeza.

Rocco. Todo lo que podía ver era Rocco. Cuánto le gustaba molestar.

Cuánto le gustaba comer. Cómo su cuerpo adolescente había madurado antes

de que su cerebro hubiera tenido la oportunidad de ponerse al día. De pie en

la entrada del pasillo con un arma en mis manos, podía escuchar el eco de su

risa, una risa de niño atrapado en el cuerpo de un hombre. Él era el chico más

divertido. Él era un hermano y un confidente. Él era el sol en la oscuridad. Y

este pedazo de mierda había tomado la vida de ese niño, el que había robado

el mundo de Rocco, estaba de pie frente a mí.

Tranquilicé mi postura y sentía cada músculo de mis brazos apretarse

alrededor de la pistola. La sangre abandonó el rostro de Norestrom.

Permaneció erguido, a un paso de la puerta principal, y sacó algo del bolsillo

de su pechera .

—Manos arriba —gruñí .

Él ya había sacado una insignia brillante y la sostuvo frente a él—una placa.

—Soy policía. No puedes disparar.

Norestrom mantuvo su escudo en el aire y dio un paso atrás. Estaba en lo

cierto; no podía disparar. Se dio la vuelta y agarró el pomo de la puerta .

Apreté el gatillo.

Page 285: Scare Crow- Julie Hockley

Apreté el gatillo.

Apreté el gatillo.

Con cada tiro, su cuerpo pulsaba hacia adelante como si estuviera siendo

golpeado por rayos.

Seguí apretando el gatillo hasta que nada más que aire salió y Norestrom

yacía con la mejilla apretada contra la puerta y su cuerpo sin vida en un

charco de su propia sangre.

Cuando el humo se disipó, un gemido de Meatball me hizo girar a su

alrededor. Sus patas delanteras cedieron y cayó al suelo.

No. No. Nononononononono. Corrí al lado de mi perro. Agarré su cabeza,

sintiendo el calor bajo mis dedos. Cuando saqué mi mano, vi rojo.

La cabeza de Meatball quedó inerte en mis brazos. Mis pantalones de

pijama ya estaban saturados con su sangre.

—No —grité. —Meatball. No tú. No puedo perderte, no lo haré.

Meatball miraba fijamente mi cara, y sus ojos comenzaron a cerrarse. Podía

sentir su aliento dejándolo. Empecé a tratar de tirar de él, pero su peso muerto

era demasiado para mí.

—Por favor, Meatball. Te necesito. No puedes dejarme aquí. No de esta

manera.

Meatball dejo escapar un largo suspiro y se obligó a abrir los ojos. —No

voy a hacerlo sin ti—. La parte superior de su cabeza estaba empapada de

lágrimas. Se las arregló para mover la cola del tamaño de un pulgar. Luego

arrastró su cabeza hasta mi cara para lamer mi nariz.

Miré hacia arriba a través de mis lágrimas y le grité a un Joseph perplejo.

—¡Ayúdame!

Joseph despertó de su aturdimiento y me ayudó a llevar a Meatball hasta mi

coche.

Mientras Joseph conducía, tuve a mi gran monstruo perro acostado en mi

regazo mientras le susurraba con urgencia. Prometí a Meatball todas las

palomitas que pudiera comer. Le prometí que iba a pagar a la madre de

Joseph, para que le trajera sus famosas albóndigas cada día de su vida. Le

Page 286: Scare Crow- Julie Hockley

prometí que nunca lo dejaría, siempre y cuando él nunca me dejara.

Con cada respiración, el cuerpo de Meatball se debilitaba en mis piernas,

hundiéndose cada vez más en la oscuridad. Sabía que él no podía verme

porque solo miraba distraídamente el asiento de delante. Pero sabía que él

podía oírme. Así que no me calle. Ni un segundo hasta que llegamos a una

clínica veterinaria de veinticuatro horas.

****

No sabía cuánto tiempo había estado paseando frente a la puerta de la

cirugía en mi pijama empapado de sangre antes de que el doctor saliera. Se

tomó su tiempo. Se quitó la máscara y su ropa quirúrgica, tomando un

respiro.

Él me invitó a sentarme, pero me negué. Estaba dispuesta a retorcerle el

cuello para obtener información.

—La bala no le dio al corazón, pero hizo un lío en su húmero—. Puso su

mano en mi hombro, como si pudiera sentir que estaba a punto de caer.

—Tuve la oportunidad de, finalmente, sacar la bala, pero ha perdido mucha

sangre. Él esta débil. Muy débil. Pero creo que va a estar bien.

Mantuve mis ojos en su expresión, mientras sus palabras torpemente se

procesaban en mi mente. Cuando el médico sonrió con cansancio, me arrojé a

sus brazos y abracé a este perfecto desconocido, como si él fuera el padre que

nunca tuve.

Joseph y yo fuimos llevados a la habitación de atrás, donde Meatball estaba

durmiendo en una camilla de metal. El veterinario le permitió despertar el

tiempo suficiente para que lo viera. Cuando sus ojos parpadearon abiertos y

él me vio, trató de levantarse, pero lo tranquilicé. Me subí a la cama, empuje

suavemente su gran cabeza hacía mi regazo, y frote las orejas hasta que se

volvió a dormir.

Joseph sacó dinero de su cartera desgarrada y se lo entregó al veterinario.

Me tomaría un tiempo para devolverle el dinero, pero lo haría. Cada centavo

y más.

El veterinario nos dejó para que pudiéramos estar con Meatball.

Mientras que mi perro dormía sobre mi, deje una mano en su pecho para

Page 287: Scare Crow- Julie Hockley

poder sentir su respiración dentro y fuera, sintiendo el pulso de su corazón

latiendo bajo mis dedos. Y entonces me acordé de lo que me esperaba en el

suelo de casa.

—¿Qué voy a hacer con el cadaver?— Fue un murmullo lo que salió de mi

boca. No estaba preocupada por el hecho de que había matado a alguien.

Estaba preocupada por cómo iba a deshacerme de esa excusa de ser humano

que yacía en un charco de sangre en la alfombra. Ex ser humano.

—Ya esta hecho — dijo Joseph, con la voz totalmente tranquila, como si

estuviéramos hablando de recoger un litro de leche.

—¿Cómo?

—Llamé a mi hermano. Él se encargó de ello.

Mi respiración se corto. —No deberías haber envuelto a tu hermano en esto.

Acabas de hacerlo cómplice de un asesinato. Asesinato de un policía.

Joseph se echó a reír. —¿Hablas en serio ? Mi hermano no podía esperar para

tomar el crédito por el asesinato. El tipo que mataste al parecer era buscado

por un importante narcotraficante, y había una gran recompensa por quien

lograra encontrarlo. Mi hermano va a elevarse en el ranking de la pandilla por

esto—. Él puso una mano tranquilizadora en mi hombro. —Nadie sabrá

nunca que tuviste algo que ver con eso.

Traté de respirar por la inquietud que se estaba construyendo en mi

estómago.

—Necesito otro favor. No le digas a Griff sobre esto.

Los hombros de Joseph se hundieron. Sabía que le agradaba y respetaba a

Griff. Pero había pasado mucho tiempo desde que había visto a Griff feliz.

Norestrom podría estar muerto, pero más como él vendrían por mi.

—¿No se preguntará que paso con Meatball? —pregunto Joseph.

Page 288: Scare Crow- Julie Hockley

—Voy a inventar algo. Le diré que fue castrado.

Joseph hizo una mueca y miró a Meatball con simpatía. —Meatball estará

encantado de solo haber recibido un disparo.

Sabía que iba a tener que pensar en una historia mejor , porque la venda

blanca sobre el pecho de Meatball no coincidiría con la historia. Pero

Meatball se iba a quedar en la clínica del veterinario por unos días más hasta

que su herida sanara. No queria irme de su lado, pero el veterinario no me

dejo pasar la noche en su jaula. Para sacarme por la puerta, el veterinario me

aseguró que Meatball estaría en estado de coma drogado por lo que no podría

arañar sus puntos de sutura y que ni siquiera sabría que yo no estaba allí.

Cuando regresamos a casa, el sol estaba a punto de meter la cabeza en el

horizonte. La alfombra del pasillo había sido arrancada, dejando al

descubierto suelos de parquet limpios. Mi móvil estaba sonando en mi

dormitorio. Había esperado que fuera Griff, pero no reconocí el número.

—¿Hola?

—Mi padre me ha pedido que te diga que hemos aceptado tu oferta. Nos

pondremos en contacto — dijo una voz por teléfono. El hombre colgó.

Sólo me tomó un segundo extra para darme cuenta de que Hawk acababa

de llamarme. Y que estaba a punto de convertirme en un capo de la droga .

Dejé que mi cuerpo caer en el colchón. Ya no era una cuestión de si iba a

hacer esto. El acuerdo se había hecho. Estaba haciendo esto. Gire la cabeza y

vi una de las cajas de Bill, a los pies de mi cama. Había estado yendo a través

de sus cosas con calma, metódicamente, con la esperanza de que encontraría

algo, en alguna parte, de él allí.

Si me viera ahora, a punto de embarcarme en una gran operación de drogas,

se habría encerrado conmigo en una torre y se hubiera tragado la llave. Pero

él se había ido. Y yo tenía que hacer lo que tenía que hacer para protegerme.

De repente, se me ocurrió algo.

Fui buscando a través de la caja que contenía las cosas de la escuela

secundaria de Bill y saque su último anuario. Pasé las páginas hasta que

encontré lo que estaba buscando. Frances no era difícil de encontrar. Ella

estaba en cada página. Volé hacía la habitación de Joseph y salte sobre su

Page 289: Scare Crow- Julie Hockley

cama.

—Necesito que encuentres a alguien para mí.

Tiró de la manta sobre su rostro. —Todavía no he encontrado el último tipo

que querías encontrara.

Tiré de la manta hacia atrás y tire el anuario de la escuela de mi hermano en

su pecho. —Tengo un nombre y un apellido. Incluso tengo fotos.

Joseph sonrió diabólicamente y saltó de la cama .

—Esto es todo —me dije mientras él tecleaba en la distancia, —así es como

voy a lograr hacer esto.

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Capítulo Dieciseis : Cameron

¿FE O DESTINO?

—Cameron — mis párpados se abrieron. Era la voz de Emmy. Ella estaba en

mi cabeza de nuevo. Ella tenía todo el espacio que ella quería ahí ahora.

Me puse una camiseta y me marché de mi habitación dentro de la suite de

invitados que estaba compartiendo con Carly y Tiny. Habían llegado tarde la

noche anterior con la noticia. Los había arrastrado a ambos afuera a la

cascada para que nuestras voces se ahogaron por el choque del agua.

Tiny se quedó esperando. Él quería decirme algo, pero observaba a Carly

por el rabillo de su ojo. Sabía que tenía que ver con su tarea secreta de

encontrar Norestrom.

Carly le resopló a Tiny. —Si tenías que venir aquí sin mí, entonces

obviamente hay algo que ustedes no quieren que sepa. Así que obviamente,

necesito saber de qué se trata. No he venido hasta aquí para ser mantenida en

la ignorancia. Dilo, Tiny.

No me importa si Carly sabía lo que había estado haciendo. Sólo quería llegar

a Norestrom.

—Vamos —le pedí a Tiny.

—Norestrom está muerto.

—¿Qué tan seguro estás?

Tiny miró alrededor y sacó su teléfono. Nos mostro un vídeo. Pandilleros

escondidos bajo bufandas bailaban alrededor de un cuerpo. El cadáver inútil

de Norestrom. Norestrom ya estaba muerto,

Page 291: Scare Crow- Julie Hockley

—Le dispararon por la espalda.

—¿Quién le disparó? —Carly preguntó. No se sorprendió de lo que yo había

estado haciendo.

—Los chicos de la calle Finch. Se enteraron de la recompensa que se ofrecía,

y lo encontraron escondido en uno de sus barrios. Lo mataron cuando él trató

de huir.

Los chicos de la calle Finch... su barrio estaba cerca del vecindario de

Emmy. Norestrom había estado cerca de Emmy. Demasiado cerca.

—Dales la recompensa— le dije a Tiny, a pesar de que la recompensa era por

que Norestrom fuera entregado con vida. Habían salvado a Emmy sin

saberlo. Por mucho que yo quería vengarme de ese hijo de puta, Emmy era

más importante. Shield sólo tendría que sufrir mi venganza por Norestrom así

como a sí mismo.

Había pasado mucho tiempo trabajando con Julien y Manny. Visitando los

campos de marihuana. Reuniéndome con productores que no tenían idea de

lo que estaban haciendo. Julien era bueno para hacer ofertas, pero él no era

un hombre de negocios. Él no tuvo ningún cuidado en el producto que se

estaba entregando. Mientras que el producto estuviera ahí y le pagaran, el

resto era irrelevante. Él tenía mucho que aprender de Pops.

Sí, yo había puesto en un montón de horas con Julien, pero todavía tenía un

montón de trabajo que hacer. Tenía que hacer las paces con las tres familias

del cartel. Tenía que hacer las paces con Pops. Tenía que matar a Shield.

Tenía que arreglar la Coalición. No era demasiado tarde. Yo podría arreglar

cualquier cosa.

En primer lugar, tenía que conseguir a Emmy de regreso, si ella aun quería

tenerme de vuelta. Sí, podría arreglar cualquier cosa.

Tiny estaba viendo noticias deportivas de ayer desde el sofá de diseño que

también era su cama. La televisión era pequeña en términos del tipo de

sistema del que Tiny estaba acostumbrado. Estaba escondido detrás de un

Rembrandt falso porque no encajaba con la decoración europea de Julien.

Como si los europeos no vieran la televisión.

Page 292: Scare Crow- Julie Hockley

Carly estaba sentada junto a la ventana con una taza de café frío en sus

manos. Yo estaba en un apuro, excitado por primera vez en meses. No podía

esperar para decirle que había cambiado de idea. Pero había algo que me

detenia. Sus ojos se movían, pero ella estaba ausente. Cuerpo, Mente.

Espíritu. Todo desorientado.

Nunca había estado tan lejos por tanto tiempo de Spider. Esto no era un

accidente.

Los chicos de Julien estaban jugando al fútbol en césped de fuera. Carly

estaba observándolos.

Me senté frente a ella y me serví un café.

—¿Qué estás haciendo aquí, Carly?— Le pregunté. Ambos sabíamos que

Tiny no necesitaban ser escoltado aquí para darme la noticia de la muerte de

Norestrom.

—Al parecer, tienes un deseo de muerte. Vine aquí para asegurarme de que

no te maten. O logres dejar a Manny embarazada. Que es lo mismo.

Uno de los chicos, el más joven, corrió por el balón de fútbol, pero se

olvidó de parar cuando llegó a el. Rodó sobre el balón y se fue volando por la

suave hierba, haciendo que sus hermanos y su madre se carcajearan. Pensé en

Emmy y reí. Carly permaneció desinteresada.

—Los dos sabemos que no estás aquí por mí —le dije.

Volvió su mirada robótica hacía mí. —Él se hizo una vasectomía.

Me acordé de lo que Spider me había dicho después de que Carly había

abortado, la última vez, “No puedo dejar que se haga esto a sí misma nunca

más", era lo que él había dicho. Supongo que había encontrado una manera.

—Lo gracioso es que… — Carly continuó en el pensamiento, —él no es el

único que puede dejarme embarazada.

Lo dijo como si Spider no fuera el único para ella. Suspiré.

Page 293: Scare Crow- Julie Hockley

—No todo el mundo está destinado a tener hijos— definitivamente no

nosotros, pensé pero no se lo dije.

—Julien tiene hijos. Y él es el peor.

No podía negarlo. Pero los chicos, los tres sucesores eran los trofeos de

Julien. El había puesto su semilla; esa era la razon de su apego. Yo estaba

tratando de encontrar una manera de explicarle eso a Carly, pero el

generalmente tranquilo Tiny nos interrumpió.

—Es ese tipo. El pelirrojo que solía trabajar para nosotros.

Se inclinó sobre su gordo estomago para obtener una mejor visión de la

escena.

No me hubiera molestado en levantarme de no haber sido por Carly. Me

miró fijamente con los ojos abiertos, como si hubiera visto a un oso en los

arbustos y estuviera decidiendo si debía correr o asustarlo.

Vi la pantalla, comosellame, salió a través del arco bajo las gradas. Y

camino rumbo al ring.

La habría visto en cualquier parte, incluso en una arena con treinta mil

cabezas gritando. Y la vi. Dejé de moverme, hipnotizado por la pantalla chica

que estaba fuera de lugar en este diseño europeo. Me senté en el sofá

incómodo y me incliné como Tiny.

Los comentarias deportivos hablaban de su victoria por nocaut. Acerca de

Griffin el Empuñador Connan. Ese era su nombre Griff. Él que había tenido

el ojo puesto en Emmy. Aquel cuyo rostro había querido golpear, todavía

quería hacerlo.

El regreso triunfal del Empuñador al ring no era la verdadera noticia, sin

embargo. Lo que había hecho despues lo era. Él había abandonado el ring.

Antes de estrechar la mano de su rival como muestra de respeto por el

deporte. Antes de que el árbitro habiera levantado la mano y declarado al

ganador oficialmente. Antes de que el cinturón se hubiera colocado alrededor

de su cintura.

Antes de que Griffin el Empuñador Connan hubiera tenido la oportunidad

de celebrar su triunfo, él había corrido de eso y se adentró en la multitud.

Page 294: Scare Crow- Julie Hockley

Pasando por encima de los aficionados, para llegar a esta chica desconocida.

La cámara los apuntaba, y ella estaba en sus brazos.

La imagen se detuvo y disminuyó a una imagen flotando entre las cabezas

de los dos comentaristas que informaban los deportes. El verdadero nocaut,

fue el titulo que pusieron bajo el rostro de Emmy, mientras los comentaristas

se reian. Siguieron con la siguiente noticia del dia. Ellos podían hacer eso,

seguir adelante. Como si esto fuera sólo otro día en la oficina.

Tiny ya había desaparecido de la suite en silencio. Sólo quedábamos Carly

y yo.

—¿Esto?— grité, agarrando mi cabeza con ambas manos. —¿Este era tu plan

para mantener a Emmy segura? Enviarla a los brazos de ese... de ese... —

estaba sacudiendo mi cabeza, tratando de borrar la imagen de los brazos de

Emmy alrededor del cuello de ese hijo de puta.

No él. No él y ella. Él no era lo suficientemente bueno para ella. Esos

brazos, esa piel tan suave y sedosa, a su alrededor.

Carly ladeó la cabeza y contuvo las lágrimas de enojo. Cuando volvió a

hablar me di cuenta de que era conmigo con quien estaba enfadada.

—Esto era lo que tu querías, ¿no? ¿Qué ella estuviera segura? ¿Qué ella

siguiera adelante sin ti? Ella siguió su camino. Yo solo hice lo que tu me

pediste.

—Ella se merece algo mejor que él— me merecía... a mí. La mejor versión

de mí. Él que había ido al MIT. Él que ella había conocido en la calle y se

había enamorado en una cena con velas.

—Tú la abandonaste. Ella merece amar. Y ser amada de nuevo. Y él la ama,

Cameron. Lo se. Lo note la primera vez que los vi juntos en la granja. Tu

también lo viste. Fue por eso que tenías tanta prisa por deshacerte de él.

Estaba a punto de decirle a Carly que quería traer a Emmy de vuelta, como

ella habia querido que hiciera, como me rogó que hiciera, pero ella me ganó

el golpe.

—Esta vida... nadie quiere esta vida. Yo también la extraño, Cameron. Pero,

Page 295: Scare Crow- Julie Hockley

¿te diste cuenta? ¿Qué bien se veía Emmy? Ella es feliz. Griff la hace feliz.

Él es un buen hombre. Él va a protegerla. Él siempre la pondrá primero.

Yo nunca pensé que iba a querer golpear tanto a una mujer, mucho menos a

mi mejor amiga.

Tuve que respirar. Tenía que concentrarme en cada respiración.

Carly tenía razón. Él era un buen hombre. Y yo era escoria. Emmy. Ella

sonreía.

Cuando él había llegado a ella. Se veía más hermosa de lo que yo jamás la

había visto en toda su vida. Era como si estuviera brillando. Brillando bajo

las luces de la cámara.

¿Feliz? ¿Emmy era feliz? ¿Emmy había seguido adelante?

Ella había encontrado a alguien más, alguien de su mundo, casi.

Ella había hecho exactamente lo que le había pedido que hiciera. Por una

vez en su hermosa vida, ella había hecho exactamente lo que yo quería...

Ella no iba a volver.

Y yo no iba a traerla de vuelta.

Ella no pertenecía aqui. Yo era un idiota por pensar eso, a pensar que

estamos destinados el uno al otro. Yo era un idiota por haber tenido

esperanza.

Cuando me volví a Carly, mi corazón ya se había endurecido. —Sera mejor si

te vas de inmediato.

—¿Qué? —preguntó, a pesar de que había oído claramente lo que dije.

—Vete con Tiny. Es una orden.

Ella mantuvo una mirada dura en mí. Entonces asintió una vez.

Agarré el pomo de la puerta, salí de la habitación, y me fui a llamar a otra

puerta.

Manny estaba todavía en su camisón, cuando apareció a través de la puerta.

Ella puso su mano sobre mi pecho y me jalo hacia el interior.

Los corazones rotos son para los ingenuos.

Page 296: Scare Crow- Julie Hockley

Capítulo Diecisiete: EMILY

PROMESAS ROTAS

Frances y yo nos detuvimos frente a un edificio gris en el centro de la

ciudad. Era una calle muy transitada, sin estacionamiento a la vista.

Estabamos bloqueando el tráfico y los coches estaban pitando detrás de

nosotros. Salí corriendo del coche y Frances de fue en busca de

aparcamiento.

Joseph había encontrado a Frances bastante rápido para mí. Como media

hora de rápido. Esperé a que Griff volviera de sus celebraciones y escapé tan

pronto como había caído en su colchón, lo cual fue dos minutos después de

haber llegado a través de la puerta con el resto del clan de borrachos.

Francés vivía en un edificio y apartamento lujoso en el centro. El portero

me miró un poco extraño mientras caminaba hacia la escalera, entonces de

nuevo, mi caminar era más un contoneo en estos días. Después de varios

golpes sin respuesta sobre la puerta de Frances, me hundí en el suelo y me

apoyé contra la puerta, dispuesta a esperar todo el tiempo que fuera

necesario.

Cuando abrió la puerta, me di la vuelta hacia atrás como una pelota de

playa, mi cabeza golpeando su alfombra de bienvenida, mis piernas abiertas

en el aire como Humpty Dumpty cayendo de su pared.

Miré hacia Frances que se encontraba en una bata de seda.

—¿Emily?

Rodé hacia atrás y me sacudí mientras que Frances se recuperaba del shock.

Había un hombre en un traje de pie detrás de ella. Si la enfermedad tenía un

rostro, era el suyo; era feo, pero parecía bastante inofensivo.

—Mi hermana —tartamudeó ella.

La besó en la mejilla, manteniendo sus ojos en mí, o mejor dicho en mi

color de pelo no rubio, no amistoso. Tan pronto como estuvo fuera de la vista

por el pasillo, su sonrisa encantada abandonó sus labios y ella me arrastró

Page 297: Scare Crow- Julie Hockley

hasta su apartamento y cerró la puerta.

—¿Alguien te vio llegando aquí?

—Necesito tu ayuda.

Moví mi poncho a un lado, dejando al descubierto mi vientre escondido.

Frances se llevo la mano a la boca.

Después le di la tarjeta de visita en su mayoría borrada que Carly me había

dado y pedía su ayuda para encontrar al contador del bajo mundo, ella dudo.

—Emily —comenzó ella—, el bebé. ¿Es de…

—Es mío —le dije con firmeza. —Todo mío. ¿Vas a ayudarme o no?

A medida que la sangre salia de su cara, se sentó en el brazo de su silla de

marfil y agarró uno de los vasos de whisky que yacían en la mesa de café.

—Realmente no deberías estar aquí —dijo por encima del borde de su vaso.

Tomé la oportunidad de estar en la mesa de centro de cristal frágil y cogí su

brazo.

—¿Recuerdas cuando me preguntaste si Bill me había dejado algo de dinero?

Bueno, resulta que me lo ha dejado todo. Este contador puede ayudarme a

conseguir el dinero.

Ella todavía estaba sacudiendo la cabeza y viendo mi cara y mi vientre

hasta que su mirada se volvió hacia el espacio vacío.

****

Veinticuatro horas más tarde, tenía un nombre, una dirección y un paseo al

centro.

Una ráfaga de viento proveniente del norte soplaba a la gente, pero yo me

sentía firme sobre mis pies. Sostuve mi poncho abrazandolo a a mi cuerpo y

Page 298: Scare Crow- Julie Hockley

me encontré en el edificio. Había un kiosko de información en el centro del

vestíbulo, al que no hice caso. Me acerqué a la placa de oro en la pared y

busque el nombre que había estado buscando durante tanto tiempo: Henry

Grimes. Estaba en el octavo piso.

Giré sobre mis talones y esperé a Frances. Ella había insistido en venir

conmigo. —Emmy —había dicho, —este hombre que vas a ver gestiona

dinero para los mayores narcotraficantes y asesinos del país. Estás

embarazada y no irás allí por ti misma.

Así que estaba esperandola. La gente en trajes de negocios se filtraban por

mi y se metían en los ascensores. Yo estaba retorciéndome las manos,

sintiendo lo cerca que estaba de la gratificación y de mi libertad.

Tomé otro vistazo alrededor. No Frances.

Había un gran reloj en la pared. Vi como los segundos pasaban lejos, cada

uno sintiéndose como toda una vida. Empecé a andar hacia los ascensores

como un mosquito a la luz del porche.

No podía esperar que Frances llegara. No podía esperar por nadie más, por

nadie más.

Me metí en el ascensor con el resto de personas y por suerte fui la primera

en bajar.

La piel de gallina recorría mis brazos; no estaba segura de si era debido a la

excitación o porque el octavo piso me recordaba a un pasillo de la escuela.

Las paredes de yeso, los arcos de madera, me traían recuerdos de ser

atropellada por las niñas que eran más bonitas, más inteligentes, más

populares que yo. Una parte de mí quería correr y encontrar un cuarto de

baño vacío, cualquier lugar para esconderme. Pero esa parte de mí había sido

lentamente extinguida en estos últimos meses. Y ahora ya no estaba. Ya no

era esa nerviosa, aislado objetivo más. Mi nombre era Emily Sheppard. Mi

hermano había sido Bill Sheppard, una vez rey del bajo mundo. Iba a ser

madre. Llevaba el bebé de Cameron —Cameron, quien también había sido

rey del bajo mundo. Ahora era mi turno de tomar un pedazo del mundo para

mí y mi hijo.

Mientras que los trabajadores de oficina andaban por el pasillo, avancé a la

puerta 10E sin miedo y con la cabeza bien alta.

No había ningún nombre en la puerta, pero no dudaba de mí misma. Yo

había leído correctamente en la placa de oro de la planta baja.

Giré el pomo y entré en lo que parecía una pequeña sala de espera, excepto

que no había sillas, recepción o asistente. Me abrí paso por la alfombra roja

Page 299: Scare Crow- Julie Hockley

como la sangre y abrí la siguiente puerta.

Una bestia de hombre estaba sentado detrás de una pequeña mesa de roble

barato. Llevaba un traje que parecía que le quedaba tres tallas mas

grande.Tenía el pelo cortado a raíz, en una forma geométrica desigual, algo

que había sido furor en los años ochenta. Claramente, este contador para el

bajo mundo seguía viviendo en el pasado.

Aunque Henry Grimes no parecía sorprendido al ver la puerta abierta, su

expresión se volvió burlona mientras miraba por encima de su papeleo y vio

que fui yo quien la había abierto.

Me senté frente a él. —Mi nombre es Emily Sheppard —anuncié, después de

haber practicado este encuentro tantas veces en mi cabeza. —Fui enviada

aquí por alguien llamada Carly.

Henry Grimes se echó hacia atrás en su silla, entrelazando sus dedos de

salchicha sobre un vientre bien alimentado.

Esto me recordó a mi propio vientre de baloncesto y tiré de mi poncho para

asegurarme de que mi propio vientre permaneciera oculto. Me sentí como si

Henry y yo nos hubiéramos conocido antes, como si le hubiera visto en

alguna parte.

Definitivamente había algo familiar en él, aunque no podía entenderlo.

—La hermana de Bill Sheppard— dijo, como si estuviera tratando de

convencerse a sí mismo de esto. —Carly menciono de que ibas a venir a

verme. Pero eso fue hace mucho tiempo. Algunos meses, al menos.

Tomé el colgante de ángel de mi cuello y lo puse frente a él. —Necesito

acceso al dinero que mi hermano me dejó.

De inmediato dio la vuelta al ángel y miró el código debajo de este, luego

sonrió, una genuina sonrisa sincera. Obviamente había visto este colgante

antes.

—Cuando Bill me habló de su plan para inscribir su herencia en esta pieza

barata de hardware, honestamente pensé que nunca la iba a volver. Tiene que

haberte conocido lo suficiente como para saber que la mantendrías sin saber

cuál era su verdadero significado.

Page 300: Scare Crow- Julie Hockley

Por supuesto que me había aferrado a ello. Era lo último que Bill me había

dado antes de morir. Me aferré a ello como si Bill estuviera atrapado en

alguna parte de esto, como un genio en una botella.

Este hombre había conocido, había conversado y se había reído con Bill…

Tuve que apretar todos los músculos de mi cara para mantener mis

emociones bajo control.

Henry escribió números en una hoja de papel. —No puedo conseguir el

dinero para ti—. Me devolvió el colgante de ángel y sostuvo su otra mano

antes de que pudiera comenzar a gritarle todas las groserías que estaban

rebotando alrededor de mi cabeza. Ya no podía seguir esquivando los

obstáculos en camino.

—Los códigos que tu hermano inscribio en tu collar son míos. Se aseguró de

que, como medida de seguridad adicional, tendrías que venir a través de mí

con el fin de obtener los números de la cuenta bancaria—. Me entregó el

trozo de papel. Los números en ella se veían como los de la cuenta que la

directora del banco me había mostrado hace algún tiempo.

—No serías capaz de obtener el dinero sin estos números —explicó Henry, a

pesar de que ya me había dado cuenta de esto.

Respiré tranquila y consideré la información. —Dijo que se trataba de una

protección adicional. ¿Significa que hay más de una protección?

—Siempre había el riesgo de que alguien trataría de disponer de su dinero

moviéndose sin su conocimiento. ¿Te das cuenta de la cantidad de dinero que

está en juego aquí?

—Claro, claro.

—Bill configuró la cuenta para que tú, y sólo tú, fueras capaz de

desbloquearla

El esperó.

Levanté la vista al cielo. —Tengo que ir a las islas Caimán yo misma, ¿no?

Page 301: Scare Crow- Julie Hockley

—Si quieres tu dinero—. Se rió sin saber el inconveniente espectacular que

sería para esta señora embarazada abordar un avión con destino a las zonas

tropicales.

Suspiré.

—Tu hermano te quería mucho, Emily. Y yo era muy amigo de tu hermano.

Si hubiera alguna otra manera, la encontraría para ti. Considéralo unas

vacaciones.

—Vacaciones —me susurré a mí misma, sin saber si iba a llorar o reír.

Me levanté de mi silla en un saturdida, pero cuando agarré la manija de la

puerta, me di cuenta que había olvidado algo crucial. Mientras que había

practicado este momento muchas veces en mi cabeza, esta parte no estaba

descubierta todavía. Pero habiendo conocido a Henry Grimes, mi siguiente

paso estaba claro. Me di la vuelta y abrí la boca.

—No voy a decirle a nadie que estuviste alguna vez aquí —dijo, antes de que

pudiera preguntarle.

Cerré la puerta y dije una pequeña oración mientras caminaba por la

alfombra a través de la sala de espera vacía. Si todo lo que él había dicho era

cierto y había cuidado de mi hermano, entonces tenía que confiar en él. Pero

si hubiera mentido, entonces yo tenía muy poco tiempo para actuar.

Esperé al ascensor y vi a dos hombres entrar a su oficina, los sombríos

clientes Henry en realidad habia estado esperando.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron, Frances saltó con una

expresión loca. La arrastré por el brazo de nuevo al ascensor. Por desgracia,

nos arrastramos a un ascensor que iba arriba en vez de hacia abajo.

—¿Ya conociste al contador? —Me preguntó cuando estábamos finalmente

solas caminando.

—El no puede conseguir el dinero— le susurré, lo que parecía apropiado,

incluso si no había nadie más que pudiera oírnos. —Pero todavía hay una

mantera para que yo lo tenga.

Page 302: Scare Crow- Julie Hockley

Cuando las puertas se abrieron y más personas se subieron, ella me miró,

procesándolo.

Frances me dejo fuera para ir a buscar el coche, rápidamente. Había tenido

que aparcar dos manzanas más abajo.

Me puse de pie en el frío, frotándome las manos debajo de mi poncho y

saltando de un pie al otro. El clima frío de Callister era inhumano. Tal vez un

viaje a las Islas Caiman no sería tan malo después de todo. El bebé me dio

una patada cuando estaba pensando en eso, me lo tomé como una señal de

que teníamos que ir.

Estaba tratando de mantenerme en calor para conseguir que mi mente

siguiera trabajando, pensando cómo iba a pagar por este viaje y cómo le iba a

decir a Griff sobre lo que había estado haciendo. Él me había dejado esta

mañana para un día de entrevistas con los medios de comunicación y

patrocinadores potenciales. Tuve que fingir que estaba muy enferma como

para ir con él. Me tomó un tiempo convencerlo que fuera sin mí.

Me volví hacia el edificio, con miedo de ver a Henry cambiar de opinión y

venir por mí. Tampoco sabía cuanto tiempo tenía si él rompía su promesa y

llamaba para alertar a Carly y Spider de mi visita. No sé si Spider siquiera le

importara, dado que Carly había tratado de darme todo el dinero de Cameron

de todos modos, que era probablemente diez veces más de lo que Bill había

logrado en su corta vida.

Mientras estaba ocupada trabajando mi cerebro, no me había dado cuenta

de que alguien me había estado observando desde la entrada del edificio de

Henry. Ella se aferraba a la puerta mientras que la gente empujaba más allá

de ella, con los ojos fijos en mí. Yo estaba en un trance cuando la vi, incapaz

de moverme. Al principio su expresión era de incredulidad, como la mía.

¿Podría realmente ser ella o era yo imaginándolo?

Ella rompió el hechizo y se acercó a mí. Esto no sólo estaba pasando en

cámara lenta… Carly se movia despacio, cada paso en busca de aprobación.

Una ráfaga de viento giró a nuestro alrededor, levantando mi poncho con él.

Sus ojos bajaron a mi vientre redondeado y ahora expuesto, ella se detuvo.

Me las arreglé para tirar de mi poncho hacia abajo pero el daño ya estaba

hecho.

Había esperado ira, odio, una mirada asesina por esta nueva revelación.

Pero lo que ví me asustó aún más. Los ojos de Carly tenían hambre, como si

estubiera mueriendo de hambre. Y la sangre corrió por mi cara.

Di un pequeño paso atrás, como si estuviera tratando de encantar a una

Page 303: Scare Crow- Julie Hockley

cobra para evitar su mordedura. Carly se quedó mirando de vuelta.

Me di la vuelta y me alejé, buscando desesperadamente el coche de

Frances.

Carly me alcanzo y me tomo por el hombro.

—¿Es esto cierto? ¿Estás embarazada?

Miré hacia atrás y sostuve mi cabeza en alto porque yo era Emily Sheppard.

Me ofrecio su mano. —Y es de Cameron.

—Aléjate de mí —le grité por encima del viendo y di un paso atrás.

La expresión de Carly fue de sorpresa y ella apartó la mano como si se

quemara.

Empecé a caminar tan rápido como mi vientre me permitia en la dirección

que pensé que había visto a Frances irse. Me gire en la primera calle,

dándome cuenta de que era sólo un callejón donde recogían basura, un

callejón sin salida. Después de unos segundos de libertad, Carly salió

corriendo detrás de mí. Yo podría haber gritado asesino sangriento, pero

nadie me habría escuchado por encima del viento. Así que me di la vuelta

para mirarla.

—¿No crees que ya me has dañado lo suficiente? Tú, Spider, ¿no creen que

ya he sufrido lo suficiente?

Me di cuenta de que Carly quería decir algo. Sin embargo, nada salió de su

boca.

—Sólo déjame vivir, Carly. He seguido adelante. Déjanos vivir. Nunca

tendrás que preocuparte por nosotros—. Apreté los dientes mientras una

lágrima se escapaba sin querer. Inmediatamente la quité, como si también me

hubiera traicionado.

Carly agarró su frente con dos dedos, como si le estuviera dando una

migraña, y sus ojos pasaron de mi estómago cubierto a mi rostro.

Page 304: Scare Crow- Julie Hockley

—Por favor —supliqué.

Luego tomó un pedazo de papel de su bolsillo y me lo dio. —Este es mi

número. Tenemos que hablar, pero no aquí. No de esta manera.

No supe que responderle.

Ella me agarró de la mano. —¡Prométeme que me llamarás en el momento en

que llegues a casa!

Mis ojos eran redondos. —Está bien.

Comencé a caminar hacia atrás, manteniendo mis ojos en ella hasta que

llegué a la calle principal de nuevo.

El coche de Frances se detuvo y salte dentro incluso antes de que hubiera

parado por completo.

—¡Ve, ve! ¡Ahora!— grité, antes de que Carly pudiera ver quién estaba en el

auto conmigo. Cuanto menos supiera, mejor.

Francés pisó el acelerador, y huyo.

—¿Esa era quien creo que era? —me preguntó.

Abrí la ventana y dejé que el número de Carly volara en el viento. —¿Puedes

prestarme algo de dinero?

—Claro— dijo ella, muy lentamente. —¿Qué está pasando?

—Para responder a tu primera pregunta, sí, esa era Carly. Y lo que pasa es

que tengo que ir a las Islas Caimán. Ahí es donde está el dinero y no se

liberará a menos que vaya allí yo. En persona.

—¿Carly sabe que…?

—Lo sabe ahora. Y muy pronto, el resto de su mundo también sabrá que

estoy embarazada.

Page 305: Scare Crow- Julie Hockley

Frances consideraba esta información, me hubiera gustado que condujera

más rápido.

—No tengo mucho tiempo antes de que todos vengan por mí.

—Por supuesto, yo te presto el dinero, pero necesito un poco de tiempo para

hacer los arreglos —dijo, agarrando el volante.

—¿Qué tipos de arreglos necesitas hacer?

—Creo que me voy contigo —dijo con vacilación. Luego se volvió hacia mí

y me sonrió. —No voy a dejar que una mujer embarazada vuele sola.

Aunque yo realmente no quiero ni necesito ninguna compañía, no había

tiempo para desacuerdos. Además, Frances me estaba prestando el dinero.

¿Cómo iba a rechazar su compañía?

—¿Cuánto tiempo necesitas? —pregunté.

Ella consideró esto y lanzó una mirada al teléfono en la consola antes de

contestar. —¿Un par de horas?

Suspiré. —Está bien. Déjame en casa y me reuniré contigo en el aeropuerto.

Después de que Frances me dejara en la acera, me meti en la casa y fui a

buscar mi pasaporte. Griff aún estaba fuera, y yo estaba muy agradecida por

eso. Lo que iba a hacer, sabía que no sólo lo desaprobaría, sino que trataría de

detenerme. Pero simplemente ya no podía parar.

Arranqué una página de mi cuaderno y me quedé viéndola por un rato. Puse

la punta de la pluma en el papel.

“Voy a las Islas Caimán para buscar la fortuna que mi hermano me dejó

para poder empezar una empresa farmacéutica en el mercado negro,

apoderándome del bajo mundo, y hacer que todos los que alguna vez me

lastimaron paguen. Y después de esto te prometo que dejare la venganza. Ah,

y Spider sabe ahora que estoy embarazada y ahora viene detrás de mí, con

todo lo que tiene…” Esa era la verdad, Eso era lo que le había prometido a

Griff siempre decirle. La verdad.

Page 306: Scare Crow- Julie Hockley

Pero la verdad no fue lo que escribí.

“Mi mamá está muy enferma.” (Es cierto en sentido.) “Ella está en el

hospital.” (No es cierto, aunque debería.) “Tengo que ir a

verla.”(Definitivamente no es cierto.) “Te llamaré tan pronto como llegue

allí.”(Sí por allí, me refería a las Islas Caimán, entonces sí, esto era cierto.

Aunque yo no estaría esperando esa llamada.)

Puse la nota sobre su almohada.

Antes de salir, le dejé una nota rápida y simple a Joseph para que cuidara a

Meatball y cogí el sobre de dinero que Maria y Darlene me dejaron.

Doscientos dólares era todo lo que quedaba.

Tuve un par de preciosos minutos antes de encontrarme con Frances en el

aeropuerto. Los usé para ir a ver a mi gran bola de carne. Meatball todavía

se encontraba bajo los efectos de la atestecia, roncando en una esquina de la

clínica veterinaria. Traje el edredón amarillo de mi cama así tendría algo que

olía a nosotros cuando despertara.

A pesar de que no se daba cuenta, lo abracé como si fuera la última vez que

lo vería. Le froté debajo de la barbilla. Froté detrás de las orejas. Aunque no

se diera cuenta.

Estaba distraída. Y conducir por un aeropuerto cuando estás distraída era

muy mala idea. ¡El millón de carriles de un solo sentido que guiaban en

círculos, el millón de estacionamientos —E verde, E rojo, E azul— para

todas y cada maldita terminal! Después de dar vueltas en círculos, gastando

una cantidad ridícula del combustible que no podía pagar, y ahora corriendo

muy tarde, finalmente me detuve en un espacio sólo para darme cuenta que

me hallaba en el estacionamiento del personal del aeropuerto.

Frances nos reservó un vuelo al mediodía. Ya eran las once, y ni siquiera

me había registrado o pasado por seguridad.

Un coche se detuvo detrás de mí, así que no podía retroceder. Me bajé del

coche, sonreí, y caminé cabizbaja, como pato. Después de una triste historia

de olvidar mi pase de estacionamiento e ir muy tarde para el trabajo, me metí

en el estacionamiento usando la tarjeta del tipo de mantenimiento detrás de

mí y anoté un paseo rápido en su cochecito a la Terminal. Frances

prácticamente me levantó en mis pies para arrastrarme al mostrador de

facturación de Cayman Airways.

—Asegúrate de ocultar tu vientre— me susurró mientras sacaba mi

pasaporte. —No te dejarán subir si saben qué tan avanzado está tu embarazo.

Page 307: Scare Crow- Julie Hockley

Después de una mirada suspicaz de seguridad a mi estómago, apenas

llegamos al vuelo.

Mientras suspiraba con alivio cuando el avión despegó, Frances clavaba sus

uñas en los brazos de su asiento. Al parecer, la segura de sí misma Frances

era una pasajera nerviosa. Aprendí un montón de cosas sobre ella en el poco

tiempo que pasamos juntas.

—¿El hombre que salió de tu apartamento, era tu novio?— pregunté en un

susurro.

—Supongo.

—Parece un poco viejo para ti.

—Ha sido amable conmigo.

—¿Tienes muchos de estos novios amables?

No tenía ninguna respuesta.

Cuando fui al apartamento de Frances, una cosa me golpeó: cuán precioso

e impersonal era. Se veía como una suite de hotel. No había fotos de ella ni

de su hijo. El hecho de que Daniel no vivía con ella no era porque no le

importaba; era porque no lo quería en su mundo.

—Eres demasiado hermosa para estar haciendo lo que estás haciendo— le

dije.

Con ojos anhelantes, Frances vio la azafata pasar junto a nosotros con un

carrito de bebidas. —¿Qué otra cosa voy a hacer, Emily? Apenas me gradué

de la secundaria. Todo lo que tengo para ofrecer es algo bonito para ver.

—¿Eso es todo lo que haces? ¿Darles algo bonito para ver? ¿O es más que

eso?— El término acompañante con beneficios parecían un poco más

apropiado para las circunstancias.

—El tipo de hombres con los que tengo que pasar el rato no están

interesados en jugar a la casita conmigo. Por lo menos me pagan por hacer

Page 308: Scare Crow- Julie Hockley

algo que se me da bien. Todo el dinero que recibo, se lo envío a Daniel. Por

ahora ya que después no tendré absolutamente nada más que ofrecer.

—O para cuando vuelvas a tu hijo en una bolsa para cadáveres.

—Tú juegas las cartas que se te han entregado. Daniel está mejor sin mí en su

vida. Por lo menos el nunca tendrá que preocuparse por dinero, como yo lo

hice.

Era difícil imaginarme que una chica hermosa como Frances podía pensar

tan poco de sí misma.

—¿Qué pasó con el dinero que mi hermano te dejó?

Sus labios se tensaron en una línea. —Se acabó.

—¿Cómo?

La segunda azafata se acercó con un carrito de bebidas. Ella pidió un vodka

doble.

—¿Qué pasó con el dinero?— le pregunté de nuevo.

—Supongo que puede llamarse un negocio que salió mal.

—¿Quieres decir que alguien te quitó el dinero? ¿Uno de tus novios amables?

Me arrepentí de decir esto tan pronto como las palabras salieron de mi

boca.

Tomó un pequeño sorbo de su trago como si lo probara, y luego llevó el

vaso plástico de nuevo a sus labios, tomando el resto de su vodka doble de un

trago. No importaba cómo perdió el dinero. El hecho era que se había ido

y tenía que prostituirse para mantener los alimentos en la mesa. Yo era una

niña rica mojigata.

El vuelo era de aproximadamente cuatro horas. Mientras el avión se

preparaba para aterrizar, me giré hacia Frances.

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—Este dinero. Debería ser tuyo y de Daniel. No mío. Tú sabes que te lo

daría todo si pudiera. ¿Verdad?

Sonrió mientras enderezaba la espalda y jaló su blusa para quitarle las arrugas

del viaje. —Por supuesto. Entiendo…

—Aún no he terminado. No te puedo dar todo el dinero en este momento.

Pero puedo dividirlo contigo y con Daniel. Puedes tener un tercio de todo el

dinero que Bill dejó. Tomaré el tercio restante. No sé cuánto será, pero lo que

sea lo tomo, te lo devolveré tan pronto como me sea posible—Sabía que Bill

probablemente querría que me quedara por lo menos con una parte del

dinero, pero sabía que podía hacerlo por mi cuenta. No lo necesitaría por

siempre. Frances lo haría.

Frunció el ceño. —¿Por qué harías eso? Apenas me conoces o a mi hijo.

Esperé a que me mirara antes de contestar. —No sé lo que es tener una

familia real. Lo perdí todo cuando Bill murió. Pero Daniel es el hijo de Bill;

tiene algo de Bill en él. Eso nos hace familia—. Mientras que Frances se

quedó en silencio, me reí. —No te preocupes. No voy a aparecer sin

invitación a la cena de Navidad o a la búsqueda de los huevos de Pascua.

Sólo quiero que sepas que en lo que a mí respecta, eres parte de mi familia.

Hasta que el avión aterrizó, no me dijo ni una palabra, pero no dejaba de

mirarme. Le devolví la mirada cada vez, viéndola a los ojos.

—¿Hablas en serio, ¿verdad?— dijo finalmente mientras los pasajeros

tomaron sus equipajes de mano de los compartimentos superiores. —En

realidad, nos darías todo el dinero. Sin condiciones.

—No lo haría. Lo haré. Lo que es mío es tuyo.

Me miró por un momento, a pesar de que se sentía más como si estuviera

mirando a través de mí.

Teníamos dos horas para salir del aeropuerto y llegar al banco antes de que

cerrara, y Frances caminaba tan despacio que prácticamente iba hacia atrás.

Uno pensaría que nunca le ofrecí todo el dinero de Bill. Pensé que iba a gritar

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cuando dijo que tenía que usar el baño, pero me miraba como si estuviera a

punto de vomitar, así que resistí.

Cuando por fin regresó del baño, esperaba que fuera en un atuendo

completo de alfombra roja, pero en realidad se veía peor que cuando entró.

—Te ves un poco verde —señalé.

Hizo una mueca. —La última noche de pizza está volviendo a atormentarme.

Por suerte, los taxistas del caribe son tan locos como lo son en Estados

Unidos. Llegamos a George Town en frente del banco con tiempo de sobra.

El Banco Internacional de Cayman parecía pequeño en el exterior, pero tan

pronto como entramos, se podía oler el dinero. El suelo era de baldosas de

mármol blanco y borgoña, cada uno lo suficientemente grande para que

quepa un coche entero; columnas rociadas de oro adornaban los lados, y el

sol del caribe llegaba a través del techo en forma de cúpula. Me recordó a la

Basílica de San Pedro en el Vaticano, aunque tal vez el dios adorado aquí

(dinero) era un poco diferente. Quizá no.

Al final de la iglesia de dinero, donde el Papa se habría sentado, había un

mostrador de mármol gris con empleados parados detrás de él. Y un guardia

de seguridad sobre —la colina— prácticamente quedándose dormido en un

pequeño escritorio puesto por la entrada. Podía ver un par de guardias más

jóvenes fumándose un cigarrillo en la pequeña sala de almacenamiento detrás

de él. Tal vez lo que olía no era el dinero, sino el tabaco y el arsénico.

Cuando Frances y yo caminamos hacia uno de los empleados en el

mostrador, le entregué mi pasaporte y el pedazo de papel en el que Henry

Grimes escribió. El empleado tenía lo que parecía catorce letras adicionales

después de su nombre —licenciatura, maestría, doctorado— y podría jurar

que todos los empleados usaban a juego trajes Armani color gris. Estas

empleadas no eran como las de salario mínimo, de escotes a reventar del

Banco de la Ciudad de Callister. Sin embargo, parecían aburridos.

—Hay una contraseña en la cuenta, señorita— me dijo el recepcionista,

tratando de retener un bostezo.

—¿Qué quieres decir?

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—Hay una contraseña en la cuenta— repitió, porque dicir exactamente lo

mismo dos veces era suficiente explicación.

—¿Es necesario que diga la contraseña?

Arqueó las cejas y forzó una sonrisa, como si no deberían de haberme

dejado salir de mi habitación acolchonada.

—¿Cuántos intentos tengo?

Me miró extrañamente.

Me alejé y encontré un asiento vacío para poder pensar.

Frances escaneó alrededor y se sentó a mi lado, tomando mi codo. —¿Cuál es

la contraseña, Emily?

Era difícil pensar cuando me presionaban así. —Dame un minuto.

Puse mi cara en las manos, cerré los ojos y dejé que las imágenes

destellaran a través de mi cerebro. Mi infancia. Mi desorganizado, inmaduro

hermano mayor con chistes de pedos. La sensación de aislamiento, de

abandono después de que Bill murió. La sensación de que me robaron esa

última parte de risa con su último aliento. Estar enojada con él por dejarme

(para morir). Estar enojada con él por haberme dejado un estúpido colgante,

como si se suponía que fuera suficiente para sustituirlo. Sentirme culpable

por sentir todo lo que sentía y por no haber estado allí para abrazarlo,

consolarlo cuando murió.

Volví a ese día —ese último día, la última hora, el último minuto —Bill

tratando de sonreír mientras me entregaba el estúpido colgante de ángel. Bill

diciéndome, diciéndome, diciendo. ¿Qué demonios me dijo? Busqué en mi

cerebro, tratando de encontrar una pequeña aguja escondida en un montón de

recuerdos dolorosos. —Agárrate a esto y no lo olvides nunca— dijo. Tomé el

colgante en mi mano y lo apreté hasta que dejó una huella en la piel de mi

palma. Pero eso no era lo que el había querido decir. Estábamos sentados en

la cama, y trajo algo más de su habitación. Algo más que era totalmente sin

valor. Un desaliñado y apestoso oso. Sólo tenía un ojo. Y mi hermano lo

llamó Moco.

Page 312: Scare Crow- Julie Hockley

Mis ojos se abrieron de golpe.

Salté del asiento y llegué a la recepción del empleado excesivamente

educado justo cuando sacaba su letrero de cerrado.

—Moco. La contraseña es moco.

El chico en el mostrador se burló, giró la cabeza a la pantalla, y tecleó la

palabra que probablemente no había dicho en voz alta desde que tenía cinco

años de edad.

Pude ver que la pantalla cambió de color por el reflejo que aparecio en su

rostro.

Inclinó la cabeza hacia un lado. Me miró, miró a la pantalla, me miró de

nuevo.

—Por favor, discúlpame un minuto—.

Se alejó saltando y entró en una oficina, donde se sentó y habló con un

hombre en un traje aún más caro. Ambos me miraron al mismo tiempo.

—Te equivocaste— me susurró Frances febrilmente, como si no me hubiera

dado cuenta yo misma.

—¿Qué va a pasar ahora?— pregunté.

Frances miró alrededor, sus ojos detenidos en la entrada principal. Dos

hombres se encontraban vigilantes, observándonos. Iban vestidos con

vaqueros y chaquetas de vestir, como si esto fuera para hacerlos lucir como

personas normales que se suponían que se mezclaran con nosotros, las otras

personas normales. Me recordaban a los compradores misteriosos o seguridad

contratada encubierta.

—¿Señorita Sheppard?— Una voz interrumpió nuestros peores

pensamientos. El hombre de la oficina llegó al escritorio. Con la mano

abierta, me invitó a que lo siguiera. Frances y yo caminamos adelante.

—Lo siento. Solo permitimos a los titulares de las cuentas en la habitación de

segura.

Page 313: Scare Crow- Julie Hockley

Frances se aferró a mi brazo protectoramente. Pero ya no podía dar marcha

atrás. Era como conducir durante meses para llegar al Gran Cañón y

mantener los ojos cerrados cuando llegaste allí. Mis ojos se encontraban muy

abiertos.

—Está bien. Estaré bien— le dije. Después de todo, una habitación que era

apodada “segura” no podría ser demasiado peligrosa ¿verdad?

Se aferró a mí por un segundo más, y luego me dejó ir.

La habitación llamada segura consistía en una habitación con paredes de

color beige con una mesa y una silla. Me quedé sola durante unos minutos

hasta que el hombre regresó con una caja de metal.

La colocó frente a mí y la abrió para revelar un recipiente hecho de una

especie de espuma.

—La caja está sellada. Una vez que el sello está roto, todos los contenidos

deben ser sacados. No somos responsables por los artículos olvidados—. Lo

dijo mecánicamente. Un discurso preparado por abogados a los que les pagan

mucho. —¿Reconoce la firma, señorita Sheppard?

Sonreí mientras señalaba la firma en el sello. —Sí— Era la de Bill.

Rompió la espuma como si abriera una caja torácica. Se fue, cerrando la

puerta detrás de él.

En el interior, habían dos sobres. Abrí el primero —el más grueso. Me

habría considerado una mujer rica de no haber estado lleno de pedazos de

papel. Recibos de aparcamiento, entradas de cine, un envoltorio de chicle, un

pedazo de papel con un número de teléfono y el nombre de Brandi con un

corazón sobre la "i" escrito en él. Saqué cada pieza, una por una, hasta que

llegué a un sobre cerrado tamaño carta. Estaba dirigida a Carly.

Apreté los dientes y abrí el segundo sobre. Otros dos sobres cerrados y

delgados yacían adentro. Uno iba dirigido a mí, el otro a Cameron.

Inmediatamente abrí el mío.

No era el dinero. Era una carta. En la letra desordenada, medio ilegible de

Bill.

—Emmy — comenzaba.

Page 314: Scare Crow- Julie Hockley

Empecé a absorber con avidez sus palabras, a sabiendas de que el banco se

encontraba a punto de cerrar. Cada palabra, cada revelación me hundió más

en la mente de mi hermano y en su jodido mundo.

Ni siquiera escuché a Frances llegar hasta que me agarró del brazo y me

sacudió.

—¿Cómo entraste? —le pregunté, metiendo la carta en el sobre.

—Me metí a hurtadillas mientras se encontraban ocupados con un torrente de

clientes. Parecía que todos los dueños de negocios locales querían hacer sus

depósitos de dinero ridículos e insignificantes antes del fin de semana —dijo

con una sonrisa. —¿Conseguiste el dinero?

En ese momento la vi. Por primera vez, la vi. Como lo que era realmente.

La zorra. La maldita perra codiciosa asesina engañosa que era.

—No hay dinero. Sólo cartas. Cosas sentimentales.

El hombre que me dejó en la habitación apareció en la puerta, lanzando

miradas molestas en dirección a Frances. —Sólo el titular de la cuenta se

permite en esta sala. Voy a llamar a seguridad para que te acompañe afuera.

—Ya nos vamos —le espeté.

—Por favor, asegúrate de que has recogido todas tus pertenencias antes de

salir de la habitación. No somos responsables de los artículos olvidados.

No dejé nada detrás.

—Mi celular murió mientras hablaba con mi mamá. ¿Me prestas el tuyo?—

me preguntó Frances mientras regresabamos a la parte frontal del banco. El

rostro de un ángel. Una loba vestida de cordera —con ropa de diseñador.

Le echó un vistazo a los dos sobres que tenia en la mano. Le di mi celular,

sabiendo que trataría de tomaría los sobres después.

Podría haber gritado. Podría haber gritado “Hay gente mala tras de mí” La

policía habría sido llamada. Las personas habrían sido interrogadas. Yo

Page 315: Scare Crow- Julie Hockley

habría sido cuestionada. Más tiempo habría sido perdido. Mientras tanto, el

mundo del bajo mundo estaría buscándome, y el primer lugar al que irían a

buscarme sería el último lugar donde todo el mundo me vio: en la televisión,

abrazando a Griff el Empuñador Connan. Después que Griff saltó fuera del

ring, llegó a los titulares en todas las redes de noticias deportivas del día

siguiente —nuestros rostros esparcido por todas partes como la broma del

día.

Cuanto más tiempo pasaba respondiendo las preguntas, menos tiempo tenía

para volver con Griff antes que ellos. Y definitivamente no quería a los

policías involucrados en mí y los asuntos nefastos de mi hermano mayor.

—¿Cómo pudiste?— le pregunté a Frances mientras sostenía mi mano sobre

el bebé dentro de mí. No lloraba. Estaba furiosa, rabiando enojada. Como un

mar embravecido listo para tragar todo un barco.

Miré a Frances. Veía con nostalgia mi vientre y dejé que su mano se

deslizara a su propio vientre vacío mientras agarraba mi muñeca aún más

duro con la otra mano. Dijo—: Imagina que una de tus extremidades es

arrancada de ti y verla, sintiéndola crecer en otra persona como si nunca fue

tuya en primer lugar. Luego imagina que te dieran la oportunidad de

recuperarla.

—Te refieres a comprarla de nuevo. Con el dinero de Bill. Conmigo y con mi

hijo.

Su boca se tensó en una línea. —No sabes lo que es que alejen a tu bebé de ti.

Que el amor por tu hijo sea usado en tu contra, haciendo que hagas lo peor

solo por la promesa de ser capaz de ver a tu hijo por unos minutos cada

semana. Pasan los años, y tu hijo ya ni siquiera sabe que eres su madre.

—Victor te lo hizo. ¿Y ahora me lo estás haciendo a mí? ¿Es algún tipo de

venganza?

—Hariás cualquier cosa por tu hijo. No soy diferente a ti.

—No merezco esto, Frances. Mi bebé no se merece esto.

Page 316: Scare Crow- Julie Hockley

Se burló. —¿Alguna vez tuviste una caries, Emily Sheppard?

Siempre se reducía a eso, ¿no es así? Mi denominada vida de ensueño. La

vida que me haría merecer miseria para el resto de mis días. Y ahora hace que

mi hijo por nacer merezca esta misma miseria.

Seguí la mirada de Frances a la parte delantera del vestíbulo.

Los dos clientes misteriosos en vaqueros que vi anteriormente tenían sus

ojos fijos en mí. No trabajaban para el banco, entendí. Trabajaban para

Frances; más bien, trabajaban para Victor. Me di cuenta por el indicio de un

arma asomándose a través de una de las chaquetas de los hombres.

El banco se encontraba a punto de cerrar. La mayor parte de las puertas del

banco habían sido bloqueadas, excepto por la del centro, donde el viejo

guardia se paró, garantizando que nadie más entrara. Afuera, más allá de las

ventanas y las puertas, el tráfico iba de aquí para allá, como si todo fuera

bien. Me detuve y me volví hacia Frances. Sus rasgos eran fríos y decididos.

—¿Cuántos hombres están contigo? —le pregunté.

—No tenía otra opción, Emmy. Algún día, entenderás eso.

Como me llamó Emmy, quería escupirle en la cara. —¿Cuántos?

—Aparte de los dos esperándonos en la puerta, hay dos más esperando en el

coche de afuera. No hay ningún formas de que escapes.

—¿Y Víctor?

—Se encontraba en Canadá cuando viniste a mi departamento y no pudo

regresar a tiempo. Tenía miedo de que fueras a desaparecer con el dinero si

no permanecíamos cerca. Además, hay demasiadas cámaras en el banco y en

el aeropuerto. No podía arriesgarse a ser visto cuando esto sucediera. Pero te

está esperando en Callister.

—A él le gusta que las chicas bonitas hagan su trabajo sucio. Ese hombre es

todo bravuconería—. Dije con una sonrisa indignada.

Page 317: Scare Crow- Julie Hockley

La misma sonrisa de complicidad vino de los labios de Frances.

—Por lo menos tendrás una buena coartada —le dije.

Una mirada burlona se asomó por su rostro, justo antes de que yo lanzara

mi mano hacia arriba a su costosa nariz, sintiéndola romperse bajo la presión

de mi palma. Seguí esto girando mi cuerpo, de la forma en la que Griff me

enseño, para mantener mi muñeca lejos de su agarre.

Mientras Frances trataba de recuperarse, corrí hacia la única salida,

directamente en el camino de los dos hombres. Dieron un par de pasos hacia

adelante y me sonrieron con apatía.

—¡Oh, Dios mío! ¡Esos hombres tienen armas! Todo el mundo abajo—.

Grité a todo pulmón, apuntando con mi delicado dedo hacia los hombres

enfrente. Hubo gritos de los clientes en la parte de atrás.

Mi voz sonó tan fuerte que el viejo guardia de seguridad ya estaba

corriendo con sus pies lentos, apuntando con su arma a los dos hombres antes

de que si quiera se hubiese despertado por completo. Una alarma sonó justo

cuando llegué a la puerta que estaba siendo mantenida abierta por un cliente

que probablemente había estado feliz de ver al guardia irse para que él

pudiera entrar y consiguiera hacer su tramite bancario antes de que el banco

cerrara, pero ahora estaba de pie en un estado de nerviosismo ante la acción

que se desarrollaba frente a sus ojos. Desde mi visión periférica, pude ver que

otros dos guardias habían venido a encargarse de mis casi secuestradores.

Una vez que estuve en la calle, di una rápida mirada a mi izquierda y derecha.

Una mujer estaba saliendo de un taxi a pocos metros de distancia. Dos

hombres estaban corriendo hacia mí, y yo ya estaba sin aliento por mi carrera

para salir del banco. Pero corrí, reuniendo cada centímetro de aliento que me

fuera posible. Estaba al alcance de los hombres cuando llegué al taxi, me

precipité al asiento trasero.

—Estoy fuera de servicio— el conductor trató de decirme. Pero yo ya le

había tirado mis últimos doscientos dólares después de cerrar la puerta del

pasajero.

Page 318: Scare Crow- Julie Hockley

—Aeropuerto. Rápido. Por favor —dije, sosteniendo mi estómago de

embarazada.

Nuestras miradas se encuentraron en el espejo retrovisor, y se puso en

marcha, dejando a dos hombres furiosos en la acera.

Debería haber tardado una hora y media para llegar al aeropuerto. Pero

cuarenta y cinco minutos más tarde, estaba en el terminal y le tiré mi

pasaporte a la operadora del aeropuerto.

—Siguiente vuelo a Callister, Nueva York.

Dolor se extendió por mi espalda y hacia mis piernas, haciendo que mis

rodillas se doblaran. Tuve que sostenerme del borde del mostrador.

La mujer detrás del mostrador se puso de puntillas y miró por encima.

—¿De cuánto estás?

—Estoy desesperada— le dije, tratando de no llorar. Me sentí como si el

mundo estuviese mirandome. Cada transeúnte al que se le ocurría mirar hacia

donde estaba yo, era la cara de un enemigo inminente. Tratar de mentirle

mientras mantenía un ojo en todo el mundo era demasiado.

La mujer me miró. Ella tenía un anillo en su dedo, su pelo estaba echado

atrás en un moño, y era de la edad de mi madre. Mi corazón se hundió.

Mantuvo mi pasaporte en su mano. —Usted ya tiene reservación para un

vuelo en tres horas, señorita Sheppard.

—Es Emily — gruñí. Si una persona más se dirigía a mí como señorita, hiba

a estallar. —Y ya lo sé. Le estoy pidiendo un vuelo mas pronto. ¿Cuando es

eso?

—Ellos ya están abordando—. Ella arqueó una ceja. —¿Tu madre sabe dónde

estás, querida?

Me reí, y una lágrima escapó por el filo de mi ojo. Estaba exhausta,

físicamente, emocionalmente. Mi cabeza cayó en mis manos mientras ella

Page 319: Scare Crow- Julie Hockley

seguía trabajando, escribiendo, tomando el teléfono, murmurando como si mi

vida no dependiera de ella.

Fue solo unos minutos más tarde, cuando escuché—: ¿Señora? —Esta vez se

trataba de una voz masculina. No podía levantar la cabeza, pero un toque en

el hombro me obligó a hacerlo. Un portero del aeropuerto estaba de pie junto

a su carrito. —Podemos llegar hasta seguridad de inmediato. El avión está

esperando en la pista por usted.

Me volví hacia la encargada detrás del escritorio.

Ella sonrió. Como una madre lo haría, seguramente. —Que tengas un buen

vuelo, Emily.

A pesar de mi agitación, recibí varias miradas desagradables camino a

encontrar mi asiento en el avión. Estaba sentada entre dos mujeres mayores.

Mientras discutían delante de mí, lo suficientemente alto para que sus

aparatos auditivos pudiesen captar sus voces sobre el avión lleno de gente,

abrí la carta que Bill me dio una vez más, saboreando cada mancha de tinta.

Emmy:

¿Cómo comienzas a escribir una carta cuando sabes que tus palabras

serán las ultimas, la voz final, la última vez que tu pequeña hermana sabrá

de ti? Te puedo decir que no hay suficientes palabras en este mundo cuando

sabes que son tus últimas.

Te odié. Nunca te dije esto, pero cuando naciste, te odiaba y deseaba que

murieras. Tú mamá se pavoneba contigo por todos lados—con esa cosa que

estaba cubierta de adornos de color rosa— como si tu fueras la Segunda

Venida de Jesucristo. Mi madre acababa de morir, y a nadie le importaba;

todos venian a verte y a celebrarte. Ellos no me dejaban estar cerca de ti, lo

que estaba bien para mí, ya que todo lo que hacías era llorar y llorar y

llorar. Cada vez que alguien te levantaba, cada que los visitantes se te

acercaban, llorabas.

Con el tiempo, todos se cansaron de que lloraras y desaparecieron.

Estabas sola en tu habitación. Estabas gritando como de costumbre. Era

medianoche. Me acerqué a tu cuna con Moco. Arrastré una silla y miré por

Page 320: Scare Crow- Julie Hockley

encima de tu cuna. Puse a Moco a un lado de tu cara, no estoy seguro de si

iba a ponerlo sobre tu cara. Pero dejaste de llorar. Me miraste y me quedé

mirandote. Metí mi dedo dentro de la cuna, y tú lo agarraste y lo sacudiste.

Nunca te dejé después de eso. Tú llorabas con todos los demás. Nunca

conmigo. Tuviste mi corazón en el momento en que me miraste. Nunca nadie

me ha mirado como lo hiciste. La forma en que todavía lo haces.

Por eso me gustaría que nunca vieras esta carta. Porque significa que

ahora lo sabes. Acerca de mí. Acerca de lo que tu tonto hermano ha hecho,

en lo que se ha convertido. Y esto, sobre toda la otra mierda, me hace sentir

enfermo. Nunca te quise cerca de esta vida que he creado para mí mismo.

Un poco, demasiado tarde, supongo.

Supongo que hay un destello de esperanza: Cameron. Él es el único que

podría haberte traido aquí. Él es un buen chico. Confía en él. Dejé un sobre

para él. Por favor, asegúrate de entregarselo.

Es probable que hayas venido aquí en busca de dinero. Hay un montón.

Espero que puedas encontrar algo bueno que hacer con el. Yo nunca pude.

Por desgracia, el dinero no está aquí, como probablemente esperabas. Gente

mala estará buscando éste dinero, y llegaré a eso en un minuto, pero he

puesto un obstáculo más para ti. La razón por la que he hecho esto es,

obviamente, para mantener tu dinero lo más seguro posible, y porque quiero

que encuentres a alguien que ha crecido hasta tener el otro pedazo de mi

corazón. Su nombre es Carlita Fernandes... pero nunca la llames asi a la

cara, y por favor, no le digas que te dije su nombre real o me va a cazar y me

matará de nuevo. Su nombre es Carly. Sé que es una tontería decirlo, pero

realmente espero que ustedes dos se lleven bien. Carly tiene mucho que

enseñarte, y tiene tanto amor para dar a pesar de que tiene una extraña

manera de demostrarlo. Si piensas que te odia, entonces probablemente te

ama más de lo que crees.

Ahora, sobre el dinero. Es probable que ya hayas abierto el más grande de

los dos sobres (tú obviamente no has cambiado) y probablemente estabas

decepcionada al descubrir trozos de papel. ¡No te deshagas de ellos! Valen

mucho dinero. Llévaselos a Carly. Ella sabrá que hacer con ellos.

Tendrás un montón de preguntas sobre mi muerte. No seré capaz de

responderlas todas porque simplemente no sé como voy a morir. Ni siquiera

sé si van a dejar un cuerpo detrás por miedo a ser descubiertos, y a las

represalias.

Page 321: Scare Crow- Julie Hockley

Pero hay cosas que necesito que sepas de manera que puedas mantenerte a

salvo ahora que has estado expuesta a mi mundo.

Es probable que hayas oído de nuestros queridos padres, en los problemas

en los que he estado (desde que nací al parecer), y sabes que me enviaron a

vivir con mi tío el oficial de policía, Víctor. Lo que no sabes es que el tío

Víctor no es ningún soldado honorable. Él es un corruptoy sádico criminal.

Él tiene dos personalidades—la que quiere que todos vean y llamen Víctor, y

el real, llamado Shield. Tenía grandes planes acerca de convertirse en el jefe

del bajo mundo, manteniendo engañado al resto del mundo. Cuando me fui a

vivir con él, de inmediato me puso a trabajar como su ayudante en el negocio

en las drogas y me explicaba las cosas como si yo fuera un niño estupido

que no tenía idea de como funcionaba el bajo mundol. Poco sabía él, yo

sabía más de lo que él se imaginaba. Tenía algunas buenas ideas, por lo que,

yo retrocedía y escuchaba.

Mientras tanto, yo seguía yendo a la escuela secundaria, y conoci a esta

chica. Frances. Ella era atractiva. No voy a asquearte con cualquier otra

descripción. Sólo te diré que salimos por un tiempo. No era nada serio. La

llevé conmigo. Ella conoció al tío Víctor, y sus ojos casi se salieron de su

cabeza cuando él la vio.

Y luego vino Carly. No habría nadie más para, lo supe, desde ese momento.

Desafortunadamente, ella estaba atada a un tipo llamado Spider. Lo soporté

todo el tiempo mientras ella me amara. Inmediatamente rompí con Frances,

y ella desapareció. No era como que estábamos enamorados, pero yo le tenía

cariño. Ella era una buena chica, y le deseé lo mejor.

Cuando el tiempo avanzó y con mis mejores amigos a mi lado, reinventé el

bajo mundo. Tuve a los peores enemigos sentados en la misma mesa

conmigo a la cabeza y con un objetivo en común: el dinero. Al conseguir que

el bajo mundo trabajara juntos como uno, estábamos haciendo más dinero

que nunca. Claro, fue inicialmente la idea de Víctor;pero yo era el único lo

suficientemente inteligente como para hacer que eso sucediera.

Sin embargo, Víctor no estaba dispuesto a dejarme tomar el lugar que él

reclamaba como suyo.. Él utilizó su autoridad policial para tratar de

chantajear a los lideres del bajo mundo y poder remplazarme. Esto fracasó y

tuvo suerte que no le arrancaran la cabeza de sus hombros.

Pensé que era el final de Víctor, hasta que Frances vino a llamar a mi

puerta. Su rostro había sido molido a golpes. Estaba cubierta de moretones.

Y estaba embarazada con el bebé de Víctor. Mientras yo había estado

Page 322: Scare Crow- Julie Hockley

ocupado controlando el bajo mundo, Víctor había utilizado ese tiempo para

conquistar a Frances, cegándola con regalos y dinero.

Si no los hubiera presentado, si yo no hubiera estado en la vida de

Frances, nada de esto habría sucedido.

Nadie en mi mundo sabe que estoy relacionado con Víctor, y lo he

mantenido así, porque no quiero volver a ser asociado con ese bastardo.

Podemos tener un aspecto similar y tener algo de la misma sangre retorcida

en nuestras venas, pero en lo que a mí respecta, no estamos relacionados.

Tú, Carly, y Cameron son mi única familia. (No te preocupes. Cameron se

asegurará de que Víctor nunca se te acerque. Le he pedido que te cuide; sin

embargo, dado que ya sabes acerca de nuestro mundo, quiere decir que no

hizo un buen trabaj. Voy a tener que darme la vuelta en mi tumba y perseguir

su culo.)

Al principio, pensé que podía esconder a Frances. La tenía en un

apartamento; le compraba comida y le daba dinero. Pero eso no era lo que

quería Frances. Ella buscaba lo que toda madre desea: un padre que ame a

su hijo. Ya había tenido mis sospechas. Frances no era una muy buena

actriz, y seguían apareciendo moretones en su piel. Cuando vi los moretones

en su vientre, sabía que eso terminaría mal para ella. La enfrenté sobre

Víctor. No negó que lo había estado viendo.

Nunca le dije a nadie acerca de Frances. Nunca le dije a Carly de ella,

porque me avergonzaba de lo que le había pasado a Frances y porque quería

mantener mis lazos familiares con Víctor en secreto. Mantener esos enormes

secretos de la gente que más amo es como saltar de un avión sin paracaídas.

Una caída libre hasta llegar a la tierra. Me estaba poniendo nervioso y

tomaba decisiones sin pensar. Todo el mundo comenzó a sospechar; Spider,

el idiota, incluso me acusó de engañar a Carly en frente de ella.

Ahora estoy en mi camino para ver a Frances. Ella me llamó esta mañana,

frenética, gritando. Ella dijo que Víctor la había arrastrado a un motel de

mala muerte en Callister y quería que ella trabajara en su negocio de

prostitucion. Al parecer, algunos de los clientes de barrios marginales-de-la-

tierra de Víctor, gustan de las mujeres embarazadas.

Mi instinto me dice que es un trampa y Víctor estará esperándome cuando

llegue. Él ha estado frecuentando a algunos de los lideres y les ha estado

haciendo creer que me derribara, así ellos lo elegirán como el nuevo jefe.

Ellos no lo harán.

Page 323: Scare Crow- Julie Hockley

Cameron es y siempre ha sido mi sucesor, aunque él no lo quiera. Él es

brillante.

Mi hermosa e inteligente hermanita. Mientras escribo esta carta, estoy muy

triste. No porque sé lo que va a pasarme, sino porque yo no estaré allí para

verte crecer, para convertirte en la mujer fuerte (obstinada) que sé que vas a

ser. El hecho de que estés leyendo esta carta significa que, una vez más, no

me escuchaste, que fuiste en busca de problemas y los encontraste. Me

gustaría que tuvieras más cuidado, pero nunca fuiste así. Te quiero mucho,

hermanita. No pasa un día en que no piense en ti o hable de ti.

Para el momento en que esta carta llegue a la caja del banco,

probablemente habré dejado esta tierra. Si hay una cosa que puedo

transmitirte antes de irme, es cree en ti misma. Tú, más que nadie que yo

haya conocido, puedes lograr cualquier cosa que te propongas. Si tan sólo

pudieras verte a ti misma a través de mis ojos, a través de los ojos de los que

alguna vez te han conocido, entenderías el efecto que tienes sobre las

personas.

Te amo. Cuidate. B.

PD. Realmente deseo haberte podido encerrar en una torre antes de morir.

Por favor, asegúrate de que entregarle su sobre a Cameron.

****

Las dos ancianas que me flanquean en el avión eran en realidad hermanas,

llamadas Georgia y Beatrice. Eran solteras que habían vivido juntas toda su

vida, pero no podían soportar estar sentadas una al lado de la otra en un

avión. Ellas estaban fuera para visitar a su hermana más joven, que se había

casado (dos veces) y tenía un rebaño de hijos y ahora nietos. Todos ingratos,

maleducados, los cuales venían a recogerlas al aeropuerto.

—Me encantaría conocerlos —me encontré diciendo.

Ellas sonrieron.

Page 324: Scare Crow- Julie Hockley

Me pasé la siguiente hora ayudando a Georgia con su tejido de punto. Se

veía como una manta, pero era un chal. Las hermanas disfrutaron de

bombones, de esos no compartieron.

Para el momento en que bajamos del avión, tuve un pañuelo verde en mi

roja cabellera y los brazos de Georgia y Beatrice en cada uno de los míos.

Como lo habían prometido, toda la familia de su hermana llego

inmediatamente por ellas, con flores y banderas. Como hace toda

desagradecida, y mal educada familia.

Estuvimos rodeadas tan pronto como estuvimos en la mira y nos llevaron al

carrusel en medio de abrazos y charlas.

Mientras me presentaban, mantuve un ojo al rededor por los hombres de

Víctor. Había un montón de gente en el aeropuerto, muchos de los cuales

vagaban en busca de alguien. Cualquiera de ellos o todos podían trabajar para

Víctor. Pero nadie parecía tener sus ojos en mí. En lo que concierne al

mundo, yo era solo otra de las gordas señoras mayores. La tercera solterona.

Me escabullí fuera del círculo de las hermanas una vez que llegamos al

estacionamiento, cuando estuve segura de que no nos estaban siguiendo.

Luego fui a buscar mi auto, recordando que lo había dejado en el

estacionamiento del personal y que no tenía forma de salir de allí sin un pase.

Una vez que llegué al coche, me senté detrás del volante durante un

segundo o dos. Luego giré el contacto, me eché de reversa y aceleré por el

estacionamiento sin parar hacia el brazo de salida. Vi los trozos de madera

volar por el coche por mi espejo retrovisor.

A pesar de no tener mucho gas, conduje tan rápido como el Roadmaster me

lo permitió, pero a medida que me acercaba a la esquina de nuestra calle, algo

me dijo que redujera la velocidad. Un sexto sentido que había estado

creciendo en mí desde el día en que conocí a Cameron.

Inmediatamente vi un coche de policía aparcado en frente de nuestra casa.

Me volví en el lado opuesto y aparqué lo suficientemente cerca para ver la

casa, pero lo suficiente lejos como para mantenerme fuera de la vista.

Había un oficial de policía de Callister en nuestra puerta, hablando con uno

de mis compañeros de habitación. Parecía que era Hunter. El oficial miró

agitado, balanceando sus brazos, haciendo un gesto en el tiempo con sus

palabras. Hunter siguió moviendo la cabeza en respuesta, con una mirada

mezclada de miedo y preocupación.

Page 325: Scare Crow- Julie Hockley

Me alegré de que Griff no fuera el de la puerta. Probablemente aún no

estaba en casa de sus entrevistas. Sólo Dios sabe lo que habría hecho si

hubiera tenido que hacer frente a estos corruptos.

Hace algún tiempo, juré que cuando tuviera la oportunidad de luchar por

amor, lo haría. Me juré que no iba a desaparecer solo para mantener a alguien

que amaba, alguien que me quería, seguro. Me juré que nunca le haría daño a

alguien de la misma forma que Cameron me había hecho daño.

Mientras observaba al oficial dejar el porche delantero, frustrado porque no

me había encontrado, y volver a su coche para esperar a que volviera a casa,

hice exactamente lo que juré que nunca haría.

Puse el coche en marcha, y me fui.

Por Griff. Por Meatball. Para que estuvieran a salvo, así no tratarían de

luchar contra Víctor por mí. Víctor los dejaría solos todo el tiempo que me

mantuviera lejos.

Sin dinero, agotando el gas, me dirigí a la autopista.

No tenía tiempo que perder. Tenía que seguir conduciendo.

Tomé una respiración profunda, y luego otra. Pero cada respiración se hacía

más superficial, logrando jalar hacia afuera una devastación tan profunda que

no podía alejarme. Me detuve al lado de la carretera y dejé caer mi cabeza

contra el volante. Quería llorar, tanto que mis entrañas estaban perjudicando

mi decisión. Cada parte de mí se retorcia.

En mi visión periférica, vi un sobre quieto tranquilamente en el asiento del

pasajero. Estaba claramente dirigido a "Cameron" con la letra torpe de mi

hermano. Lo cogí y arranqué el sello. (No era como si Cameron fuese a leerlo

alguna vez.)

Hola, amigo:

Mantente jodidamente lejos de mi hermana.

Sinceramente, B.

PD: Gracias por velar por ella. Gracias por todo. Pero en serio, ni siquiera

lo piense.

Me quedé mirando la tinta en el papel. Un bufido escapó de mi garganta.

Sonreí, y luego me reí. Después me reía tan duro, que ráfagas de aire fresco

se paseaban por mis mejillas.

Puse el coche en marcha y segui mi camino

Page 326: Scare Crow- Julie Hockley

El coche prácticamente se deslizó a la cabaña de Cameron, como si

estuviera conectado a una línea de pesca, sin conseguir tambalearse. Pero a

mitad del camino, el Roadmaster quedó oficialmente sin gas. Salí y abandoné

mi coche. Me había olvidado de como la oscuridad de la noche podría

consumir todo aquí. No había luna y sin estrellas para iluminar mi camino,

así que le di una patada a las piedras para asegurarme de que estaba sobre la

carretera.

Con el tiempo los árboles se aclararon y mis ojos se acostumbraron a la

oscuridad lo suficiente para que pudiera llegar a la puerta.

Me había acostumbrado tanto a la sensación de la pérdida de sangre que

había dejado de notar la humedad. El problema fue que cuando encendí la luz

de la cocina, me di cuenta de que la sangre ya había empapado mi ropa

interior y los pantalones. Estaba agotada, pero no tenía dolor. Me puse algo

de la ropa vieja que Cameron había dejado en un gabinete de la esquina y me

fui a acostar.

La agonía llegó. Todavía estaba oscuro cuando me despertó el dolor

insoportable en la espalda y la presión en la parte inferior de mi abdomen.

Sentía como si mi cuerpo estuviera alistándose para explotar. O implosionar.

Me obligué y llevé a mis manos a mi estómago. No era necesario tener la luz

encendida para saber que mi sangre había empapado el colchón.

Mientras la dinamita explotaba dentro de mí, dejé escapar un grito, uno que

venía de las profundidades, antes dejarme caer de nuevo en la almohada.

En la oscuridad.

****

Me desperté de nuevo. Mis brazos y piernas estaban entumecidos. Me di la

vuelta hacia el piso y estiré un brazo delante de mí y luego otro,

arrastrándome a la escalera como un soldado del ejército. Levanté mi brazo,

tratando de agarrar la barandilla.

Antes de regresar de nuevo a la oscuridad.

Page 327: Scare Crow- Julie Hockley

Capítulo Dieciocho: Cameron

SIN VIDA

—Un brindis. — Julien levantó su copa de champán, y el resto de la mesa le

siguieron. Mi copa ya estaba vacía. Manny volvió a llenarla, y yo resoplaba

hacia abajo mientras Julien hablaba .

—El gran Winston Churchill dijo una vez que La guerra es inevitable,

mientras defendamos nuestras vidas contra un destructor que devorara

todo—. Julien asintió hacia a todos nosotros, para que pudiéramos absorber

al máximo el poder de sus palabras. El idiota había acababa de citar un

pasaje de la novela Las Dos Torres de Tolkien. Me serví otra copa de

champán.

—Damas y caballeros— el reanudo su discurso una vez pasado el momento.

—Esta noche, hemos liberado a México de los tiranos que han matado y

robado a nuestra gente, llenando sus bolsillos con el dinero del pueblo. Hoy

es un día que estará marcado en la historia como el día en que México fue

devuelto a su pueblo. Que Dios tenga misericordia de nuestros enemigos,

porque yo no la tendré—. Se rió de su comentario tan inteligente, que en

realidad era una frase que se había robado del General Patton.

—¡Salud!— Dije, levantando mi copa vacía y vasos tintineaban alrededor de

la mesa. Por la mueca en el rostro de Julien, supuse que no había terminado

con su discurso. Tomó un sorbo y para mi suerte se volvió a sentar sin decir

nada, así que pudimos comer nuestra maldita comida.

Mi fin había llegado después de ver a Emily con Griff, después de haber

ido a la habitación de Manny y decirle que había cambiado de corazon, en

muchos aspectos. Estábamos de vuelta en —la misión suicida.

Exactamente a las 4:00 am, equipos tácticos entrarían en los dormitorios y

asesinarian a los dirigentes de las tres familias de cartel.

Page 328: Scare Crow- Julie Hockley

Julien, Manny, y yo no tardaríamos en tener el control sobre todo el

comercio de drogas en México. Pero por lo que "al pueblo " se refiere,

acabábamos de limpiar la casa y libramos a todo un país de su problema con

el narcotrafico .

Ya podía sentir la el inicio de la tormenta, como cuando vez las nubes se

oscurecerse. Cuando las noticias sobre el cambio de mando se propagaran,

los miembros restantes del cártel planearían su venganza, y un centenar de

otras personas verían la caída de los líderes como la oportunidad de

nombrarse a sí mismos como capos de la droga, cada uno tratando de

superar a golpes al otro. El asesinato, la tortura, el robo... esto no era nada

en comparación con la violencia que estaba por venir.

Hibamos a desatar un torrente de luchas de poder. Pero yo no viviría lo

suficiente para ver lo que sucederia.

Mientras nosotros estábamos celebrando en San Luis Potosí, me pregunté

quiénes serían los primeros en venir por nuestras cabezas. ¿Los miembros

restantes del cártel, los que eran leales y creían en la vieja tradición de ojo

por ojo. O los novatos?

No importaba . El final llegaría de todos modos.

Finalmente habían comenzado a servir la comida principal. La mía vino

en la forma de un teléfono celular. Miré hacia arriba sorprendido. Había una

joven camarera, atractiva . Entonces comencé a ver tres de ella.

—Tienes una llamada telefónica—, gritó ella, como si me lo estuviera

repitiendo. Volvió a ser solo una.

—Eres como un acordeón.

—La persona en la línea dijo que era urgente. Muy urgente.

—¿Cómo te llamas ? — Era lo que yo trataba de preguntarle, aunque las

palabras sonaron más como —cumoseyamaz—

La camarera me dio el teléfono y se fue.

Divertiendome, puse el teléfono en mi oído, mientras le observaba el culo

al salir de la habitación .

—Es Carly— Carly anunció en la línea. —Te he estado llamando al celular

Page 329: Scare Crow- Julie Hockley

durante horas. Y no has contestado.

—Hubo mucho champán.

—Se trata de Emily.

Lo sentí como un puñetazo en la cara, e inmediatamente me sentí sobrio .

****

—Creo que ella estaba con Frances,— Carly murmuró, como si fuera ella la

que estaba sentada en un cuarto de baño, esperando que nadie estubiera

tratando de escuchar. Me había retirado rápidamente de la mesa sin dar una

explicación y sabía que Manny probablemente estaba de pie en la puerta. Yo

había llamado a Carly con mi teléfono celular, porque no podía confiar en

Julien, y desde luego no con esto.

—¿Qué quieres decir ?

—Quiero decir, ella se metió en su carro. No puedo estar segura. Se fueron

muy rápido.

—¿Era Frances, Carly ? — Insistí . —Si tuvieras que apostar tu vida y la

mía y la de ella , ¿de verdad era Frances?.

—Sí, era Frances—, respondió con firmeza.

Tomé un respiro . Esto no significaba que Emmy estubiera en problemas.

Teníamos nuestras dudas sobre Frances, pero tal vez, sólo tal vez…

—Cameron, hay algo más—. Pude oír la respiración de Carly acelerarse,

preocupantes respiraciones. —Ella está embarazada. Ella esta muy

embarazada

Colgué y me subí a mi avión.

Page 330: Scare Crow- Julie Hockley

****

—¿Qué sabemos?— Ya estaba en el avión, volando sobre la frontera con

México. Había abandonado la fiesta, sin excusa y sin siquiera anunciar mi

partida.

Carly respondio: —Hablé con Griff. Él tampoco sabe dónde está. Ella le

dejó una nota, algo sobre que su mamá está en el hospital. Algo totalmente

falso.

—Él la perdió— le dije con los dientes apretados.

—¿Él la perdió? Tu la abandononaste. Emmy ha sido puesta a un lado y

dejado atrás más veces de las que un ser humano es capaz de manejar. Me

sorprende que aya llegado hasta aquí sin desmoronarse,— Carly espetó.

Luego retomo el aliento. —Griff esta muy preocupado, Cameron . Al igual

que el resto de nosotros. Me alegro de que llegamos a él antes que nadie.

—¿Alguien ha visto a Frances?

—Nadie. Fuimos a su departamento y hablamos con su madre. Nadie la ha

visto o escuchado de ella. Spider tiene guardias vigilando todos sus lugares

de reunión conocidos. Todavía no hay nada .

Emmy estaba con Frances. Podía sentirlo. Yo la había pasado por alto

porque, —porque— ¿por qué? Porque ella era la madre del hijo de Bill,

porque yo no quería creer que Bill se habia equivocado respecto a ella.

Porque fui descuidado, deje de de prestar atención. Me había olvidado de mi

papel. Nadie debe quedarse sin vigilancia, sin consecuencias . Mi épico

fracaso haciendo mi trabajo me iba a costar Emmy y el bebe que llevaba .

Mi hijo.

—No lo sé. Sólo no sé,— Carly sollozó. Me di cuenta de que ella había

empezando a desmoronarse. Y no teniamos tiempo para eso.

—¿Dónde estaba cuando la viste ?

Page 331: Scare Crow- Julie Hockley

—En el centro de la ciudad. Estaba en mi camino para ver a Henry . He

estado trabajando con el para poder cambiar todo tu dinero.

—¿Viste a Henry?

—¡No. Obviamente no! ¡Como puedes pensar que después de ver a Emmy ,

embarazada, alejarse con Frances, iba a preocuparme por tu maldito dinero!

—Esa no es mi pregunta, Carly. Tu le diste la información de Henry a

Emmy, hace tiempo. ¿Quiza Emmy fue a ver a Henry? ¿Alguien ha hablado

con él?

—Estoy segura de que Henry me habría llamado si lo hubiera hecho—. Dijo

Carly, aunque era más una pregunta para sí misma. Inmediatamente colgó.

****

—Henry está muerto—, fue lo primero que me dijo Carly cuando volvió a

llamar. Ya estaba volando sobre Kansas, caminando de un lado a otro,

adelante y hacia atrás entre los asientos vacíos del avion. —Lo encontramos

en su oficina. Dos disparos en la cabeza .

Emmy vio a Henry. Alguien sabía que estuvo con el y habían asesinado a

Henry antes de que nos pudiera advertir .

—Ella fue a las Islas Caimán. Comprueba en el aeropuerto— le ordene.

Cuando por fin llegué, estaba tratando de abrir la puerta antes de que

incluso se detubiera el avión.

Una vez fuera, inmediatamente vi a Carly y a Tiny, que me estaban

esperando en la parte inferior de las escaleras del avión. Tiny estaba parado,

con estoicismo. Henry era un buen hombre, un gran hombre. Él había sido

leal a todos nosotros, pidiendo poco a cambio. Y él prácticamente había

criado a Tiny.

Asentí con la cabeza a Tiny, y él asintió en respuesta. El que había

Page 332: Scare Crow- Julie Hockley

asesinado a su tío lo iba a pagar . Pero en este momento, teníamos que

encontrar a Emmy.

—Alguien ya reviso los registros de vuelo. Ella fue a las Islas Caimán con

Frances. Y luego regreso. Nadie ha sabido nada de ella desde que el avión

aterrizó—. El cabello de Carly era un desastre, como si hubiera estado

tratando de arrancárselo ella misma. Me di cuenta de que había estado

llorando y trataba de no hacerlo nuevamente.

—Spider fue al aeropuerto tan pronto como nos dijiste , pero los pasajeros

del vuelo ya había desembarcado. No estábamos allí cuando ella salió. La

perdimos .

—¿Y Frances?

—Ella estaba en el vuelo después de Emmy . Ella fue detenida por un grupo

de hombres de Víctor. Había demasiados de ellos. Spider no pudo agarrarla.

Cerré los ojos y me frote la frente. Frances había sido y seguía siendo el

peón de Victor. Spider había estado en lo cierto. Frances era el topo. Ella

fue la que le dijo a Víctor sobre Emmy, sobre dónde podía encontrarnos.

Ella fue la causante de la muerte de Rocco. Y ahora, ella había enviado a

Emmy a los sucios dedos de Víctor. No, yo había enviado a Emmy a los

brazos de Frances. Frances me tomo ventaja en la primer oportunidad que le

permiti.

—La tienen, Cameron. La tienen a ella y al bebé .

Carly no estaba ayudando a mi concentración. Yo solo quería tener a

Emmy de regreso, de una manera u otra . Traté de bloquear las imágenes de

lo que le pasaría si yo no la rescataba lo suficientemente rápido, si yo no

estaba con ella antes de la llegada del bebé y comenzaran a enviármela en

pedazos .

—¿Todavía no ha llamado Victor?

Carly sabía lo que estaba preguntando: Si Victor ya había llamado para

Page 333: Scare Crow- Julie Hockley

burlarse, y hacer sus demandas. Usando a Emmy y al bebé para

chantajearme.

—No, todavía no.

—¿Y estás segura de que era los hombres de Victor los que recogieron

Frances?

—Positivo. Spider los siguió hasta el coche . Víctor estaba esperandola.

—¿Y Frances se sorprendió al verlo?

—No, pero Spider dijo que parecía que había estado llorando y los hombres

de Víctor eran bastante brusco con ella, mientras que la llevaban al coche.

Abrí los ojos y miré hacia la oscuridad que iba más allá de las luces del

aeropuerto.

—¿Has revisado su carro?

—No hemos podido encontrarlo. Se verificaron todos los estacionamientos

de aeropuerto y nada.

—Y nadie ha visto o escuchado de Emmy?

—Nadie.

Mis ojos se volvieron de nuevo a mi carro, que Tiny había conducido a la

pista para mí. Estaba a un poco menos de doscientos metros de distancia,

pude ver la chaqueta púrpura de Emmy que había robado, que aún cubria el

asiento del copiloto. Comencé a correr .

—¿A dónde vas?— Preguntó Carly, corriendo detrás de mí .

—¿Qué han dicho sus compañeros de casa?

—No, ya checamos y no saben nada.

Page 334: Scare Crow- Julie Hockley

—¿Y sus padres ?

—Nadie la ha visto, Cameron. ¿Qué está pasando?

—Mantete cerca del teléfono y llamame si tienes alguna noticia —, le dije

mientras cerraba la puerta del carro y partia a toda velocidad .

Todavía había una pequeña oportunidad ...

Una hora más tarde, tome la curva hacia el camino de la entrada a la

cabaña, sin quitar pie del pedal. El sol estaba a punto de salir en el

horizonte, pero todavía estaba oscuro bajo la sombra de los árboles y casi

me estrelle contra la parte trasera del auto de Emmy. Estaba a la mitad del

camino entre la carretera y la cabaña, la puerta del lado del conductor estaba

completamente abierta. Ya estaba fuera del coche y comenze a correr, vi las

manchas de sangre en el asiento delantero y empecé a gritar su nombre antes

de que la pudiera ver la cabaña.

Llegue estrellándome a la puerta, luchando para encontrar el interruptor.

Cuando se encendió la luz, la vi. En la parte superior de las escaleras, la

mitad de ella colgaba en los primeros escalones. Había sangre goteando

sobre el lado de la bardilla en el piso de abajo.

—Emmy— le dije cuando llegué a ella, aunque mi voz era inaudible.

Ella estaba completamente decaída y palida.

—Despierta— le rogué, mientras le quitaba el cabello de la frente. Ella no

se movia.

—Emily , despierta, le dije con más fuerza mientras le frotaba la mejilla ,

sentí sus lentas respiraciónes .

Tomé el celular de mi bolsillo y llame al Doctor Lorne .

Respondió al primer tono, como siempre lo hacía . —Voy para aya, llegare

muy rapido. Emmy esta embarazada y esta sangrando mucho—. Él no tenía

necesidad de preguntar nada, y yo no tenía que decirle que estuviera listo

Page 335: Scare Crow- Julie Hockley

porque él siempre estaba listo.

—Tienes que seguir luchando, Emmy— le roge mientras corría de vuelta a

mi coche con ella en mis brazos.

Tenía su cabeza sobre mi muslo mientras conducía como loco. Un idiota

policía incluso trato de detenerme.

Tenía una mano en el volante; el otro estaba en su cuello. Tenia pulso.

Tenia pulso. Y entonces ya no tenía.

Page 336: Scare Crow- Julie Hockley

Capítulo Diecinueve: Emily

YO ESTABA

—Despierta.

Existe una monumental pregunta que todos nos hemos hecho en algun

momento de nuestra vida , ya sea que vivas hasta los cien o hasta los veinte

años.

¿Qué pasara cuando muera ?

—Emily , despierta— Pude escucharme a mí misma diciendome a mí misma

—¿Para qué? — Me contesté

—Hay que seguir luchando—. Solte una carcajada . —Ya he terminado con

eso.

Y apareció la luz .

No era lo que esperaba.

No era suave y tranquila . No habia ángeles cantando o tocando arpas . La

música era orquestada, estaba caliente y no en llamas. Al igual que cuando

quemas hormigas con una lupa.

¿Infierno?

No debería haberme reído de esto, pero lo hice. La vieja Emily Sheppard

nunca habría hecho nada lo suficientemente interesante como para llegar al

mismisimo infierno.

Me limpie las manos en mi ropa, preparándome para lo que viniera

después, me quedé atrapada con la guardia baja por lo suave que estaba mi

ropa. Cuando miré hacia abajo, vi que llevaba un vestido de baile blanco que

me llegaba hasta las rodillas . Y era el centro de atención. Miré a mi lado. Mi

madre tenía en la mano un micrófono. Ella llevaba un vestido similar,

aunque el de ella brillaban bajo las luces, como la cola de una sirena .

Yo estaba en mis dulces dieciséis. O mejor dicho, estaba en la fiesta de

Page 337: Scare Crow- Julie Hockley

dulces dieciséis que mi madre había organizado. Que era el mismo dia que

yo cumplia dieciséis años.

—Oh Dios mío , realmente estoy en el infierno —, dije en voz alta , pero

ningún sonido salio de mi boca.

Si este es el infierno, entonces yo realmente estoy siendo castigada por mis

pecados. Yo había tomado la vida de un hombre, y eso no pasó

desapercibido, no importa lo malo que el hombre había sido.

La cara de mi madre repentinamente desapareció, y el centro de atención se

suavizó. La música de la orquesta se apago, y la brisa soplo y me refresco.

Tuve la oportunidad de ver fuera del escenario , ver a un grupo de amigos

—conocidos— de mis padres de pie vistiendo esmoquin y vestidos de fiesta.

Ellos se balanceaban con la brisa. Sentía como si estuviera parada en un

campo de maíz de gente esperando para ser cultivada .

Di un paso hacia adelante y me bajé del escenario. Mis pies estaban

descalzos .

Tan pronto como mis pies tocaron la hierba, la multitud de se separó,

dejándome caminar por ellos pero sin tocarlos,y sin que ellos me tocaran.

Llegué a la orilla de la piscina .

—Cameron— grite .

Aunque no podía verlo, sabía que él estaba allí. Él siempre había estado

allí. Aunque yo no sabía cómo buscarlo.

La muchedumbre de gente sin rostro del otro lado de la piscina abrió

camino, y Cameron aparecio. Llevaba una sudadera con capucha gris y

pantalones vaqueros. Una gorra de béisbol que se bajo hasta las cejas,

ensombresiendo su rostro. Al igual que el primer día que nos conocimos.

Pero con cada paso que daba, se transformaba. En el momento en que llegó a

la otra orilla de la piscina, ya estaba vestido con un esmoquin, con el cuello

deshecho y el moño suelto.

Sonrió.

Fue increíble para mí lo rápido que podía perder el aliento.

Yo lo había perdido.

Había perdido la oportunidad de verlo. Su rostro, sus hombros, sus manos .

Page 338: Scare Crow- Julie Hockley

Me acerqué a él, a pesar de que la piscina estaba entre nosotros. Podía

sentirlo apoderándose de mí, me cubria como un rayo de sol.

Dejé que me cubriera por un momento, a sabiendas de que algo andaba

mal. Algo estaba muy mal .

Puse mis manos sobre su pecho, sobre su corazón, y lo aleje .

—Tenemos un hijo— le susurré . Pero de nuevo , ningún sonido salió de mi

boca .

Llevé mis manos a mi estómago y me di cuenta que estaba plano . Vacío.

De repente, la piscina estaba entre nosotros otra vez. Di un paso atrás y me

detuve, sonriendole a Cameron. Él frunció el ceño.

Di otro paso atrás. El alargó la mano hacia mí.

Yo negué con la cabeza .

—Nos vemos más tarde— le murmuré

—Quédate conmigo— el me suplicó.

Le sonreí a mi hermoso Cameron. —Regresare.

Luego volvío la oscuridad.

Page 339: Scare Crow- Julie Hockley

Capítulo Veinte: Cameron

Y LUEGO YA NO ESTABA

Cuando pierdes a la persona por la que siempre has vivido, ¿te mueres?

¿Tus pulmones sólo dejan de tomar aire?

¿Se detiene el flujo de sangre a tu cerebro?

¿Te conviertes en polvo y desapareces como si nunca hubieras existido?

Page 340: Scare Crow- Julie Hockley

Epílogo: Emily

BILLY

Ojo por ojo, vida por vida. Todos vamos a pagar por la sangre que

derramamos. En última instancia.

Pero no todavía.

****

Era el sonido incesante de pitidos lo que me despertó.

Cuando mis ojos se abrieron, me encontré en una habitación, en una cama

elevada, rodeada por las máquinas que me había despertado y que al parecer

a las que estaba conectada. No podía sentir mis piernas, y las partes de mí

que podía sentir estaban anestesiadas.

Se me ocurrió que yo podría estar en un hospital, excepto que la habitación

no tenía la frialdad y esterilidad de una sala de hospital. Y olía a estiércol.

El colchón era suave y no estaba recubierto de plástico, una manta tejida

había sido colocada encima de mí. Mi mano lentamente empujó hacia abajo y

se detuvo cuando llegó a mi estómago. No podía sentir nada por debajo de mi

pecho, pero podía sentir el vacío de mis entrañas. Un grito se levantó de mi

interior vacío, pero el ruido que se escapó de mis cuerdas vocales secas era

apenas el susurro de un ratón.

Algo se movio a mi lado.

Me obligué a girar la cabeza y casi salté de mi piel.

Spider estaba sentado en una comoda silla, rodeado por almohadas y tenia

las piernas sobre un taburete. Un plato de pasteles y un carton de leche con

chocolate yacia sobre una mesa junto a el. Se podría pensar que estaba de

vacaciones en un chalet junto al mar. Tratéme de moverme en silencio, no

queriendo despertar al asesino de Cameron. Pense por un momento que en

realidad podría escapar antes de que me atrapara.

El movió lentamente la cabeza y nuestras miradas de encontraron. Sus ojos

lucían cansados, y el se veía palido. Parecía tan sorprendido de verme como

yo de verlo.

Page 341: Scare Crow- Julie Hockley

—Mi bebé. ¿Dónde está mi bebé?

Le dije con voz ronca. Spider se asustó un poco cuando empecé a forcejear

para tratar de salir de la cama, tirando al mismo tiempo de los cables que

sobresalían de mis brazos. Yo estaba tratando de rodar sobre mí misma ,

compensando las piernas entumecidas .

— ¡Carly!— Gritó , aunque su voz era débil .

Un hombre con bata blanca entro corriendo, seguido de Carly. Llevaba un

pequeño bulto en una manta. Un paquete que no se movia. Mantuve los ojos

fijos en la manta, mientras el médico me volvia a conectar la intravenosa.

—Billy está aquí— me pareció oír a Carly decir .

¿Mi hermano? ¿Billy? No puede ser .

—Eso no es posible— me oí gruñir , mis ojos siempre en el bulto inmóvil en

sus brazos.

La cara de Carly palidesió, ella no esperara oír eso.

—No sabíamos como querías nombrarla . Nosotros pensamos ... Tu puedes

cambiarle el nombre por el que deses, por supuesto. Ella sólo me recordó

mucho a Bill.

Ella dio un paso hacia adelante, pero fue detenida por el hombre en bata

blanca.

—Todavía no. Ella no es lo suficientemente fuerte .

La parte trasera de mi cerebro reconocio al médico. Pero al resto de mí no

le importaba un comino .

—¿Ella ? — Me pregunte.

Page 342: Scare Crow- Julie Hockley

Carly empujó al médico y se dirigió hacia el lado de la cama.

Inmediatamente extendí mis débiles brazos, con el anhelo de conseguir el

pequeño bulto, mi hija... — mi pequeña niña— en mis brazos.

Carly se resistió . —Hay algo que tengo que decirte.

Alze la mirada para verla. Pude reconocer al médico —Doctor Lorne—

moviendo la cabeza mostrando su desaprobación. El miedo se apodero de mí,

mientras pensaba en hacerle la pregunta, pensando en si me daría la respuesta

que necesitaba saber, o si me daría la respuesta que no quería saber.

—Ella esta muer...

Empecé a preguntar, pero no pude terminar la frase.

Carly me miró horrorizada. —¡Oh, no, no. No, Billy está muy bien. Solo está

durmiendo como una piedra.

Ella inmediatamente se olvidó lo que iba a decirme y colocó el pequeño

bulto en mi pecho. Me ayudo a acomodar mis débiles brazos para que

pudiera cargar a mi niña.

El ruido de fondo desapareció.

Ver a Billy por primera vez era como poner una cara a todo el amor y la

alegría que había en mí, todo el amor que había sentido alguna vez,

multiplicado hasta el infinito. No sabía que algo tan hermoso, podría existir

en este mundo tan feo. Ella abrió sus brillantes ojos verdes —mis brillantes

ojos verdes— y por primera vez, nos miramos. Durante mucho tiempo, ella

había estado escondida dentro de mí, y ahora podía verme a mí misma en

ella.

Ella me miró, como si en el fondo de sus pensamientos, sabia que yo era el

rostro de la voz que había estado escuchando durante meses. Era como si su

piel rosada estaba magnetizada, por lo que no podía quitar mis ojos de ella,

así que comenze a tocarla.

Mi mano encontró el camino a su boca, donde se quedó, sintiendo el

movimiendo de sus pequeñas respiraciones. Mi pulgar encontró camino a la

nariz, acariciándole la piel seca que la salpicaba, como la cola de una estrella

fugaz. Examiné cada centímetro de su cara. Le quite la manta que la cubria

Page 343: Scare Crow- Julie Hockley

y me encontré con sus diminutas manos. Entonces le baje el gorro de la

cabeza, y una cascada de pelo negro apareció —el pelo de su padre.

La levanté y puse mi mejilla contra la suya .

—Ella es pequeña, pero fuerte— Carly murmuró, sonriendo de un lado de la

cara hacia el otro. Sonriendo desde la profundidad de su alma. —Ella se

tomó un biberon entero en casi un trago. Nunca habia visto nada igual.

—Billy— la llame. Era un nombre perfecto .

Spider se paro junto a la cama, agarrándose a la barandilla, con el brazo que

tenia vendado. Hubiera jurado que había sonreido cuando bajó la mirada para

ver a Billy. A continuación, el silencio se apodero de la habitación como un

terremoto. Los ojos de Spider se movieron hacia la puerta, así que segui su

mirada .

Le tomó unos segundos a mi cerebro para creer lo que mis ojos estaban

mirando

—Cameron— dije, tratando de respirar.

Cameron me miró fijamente, sin moverse, con miedo de dar un paso .

Brillante sangre roja cubria su camisa blanca y parte de sus pantalones.

Carly tomo a Billy cuando mis brazos empezaron a temblar. Oí a Billy

llorar mientras la apartaban de mi. Yo estaba tratando desesperadamente de

aferrarme a la luz. Pero era como tratar de subir una cuerda engrasada.

Entonces la luz se fue.

****

Me recargué mientras mis manos agarraban la barandilla de madera en

frente de mí. Esta era la única manera que podía evitar caerme. Las puntadas

en la parte inferior de mi vientre dolían tanto que apenas podía caminar y no

podía soportar estar totalmente recta. Al igual que el jorobado de Notre

Dame.

Miré los caballos en el campo, sobre el camino de entrada al adoquín..

Page 344: Scare Crow- Julie Hockley

Había muchos coches en la entrada, que uno pensaría que estaban haciendo

fila para un desfile, el Audi negro de Cameron a la cabeza . Pero no hubo

desfile. Estaba todo muy tranquilo.

Los guardias se podían ver en toda la propiedad, si sabías dónde buscarlos.

Pero mantuve mis ojos fijos en los caballos. La mayoría de ellos estaban

lejos en el pasto, evitando el alboroto. Sin embargo, dos montaban guardia

cerca de la valla, manteniendo un ojo en Metball, que estaba tratando de ir a

saludarme, pero su gran cabeza no cabía por las palancas de la valla . Así que

se sentó y gimió en su lugar.

El viento soplo y me abraze al chal que Carly me había puesto sobre los

hombros, antes de escapar hacia el porche. La brisa era cálida y yo estaba

bajo los rayos del sol, sin embargo, todavía seguia temblando.

Me sentía como si ya hubiera vivido mil vidas, por lo que el chal de

abuelita era apropiado. Carly queria que me quedara en la cama, pero el

doctor Lorne me ordenó caminar, para estirarme y respirar un poco de aire

fresco. Tambien necesitaba tiempo a solas, tiempo para pensar. Así que seguí

las indicaciones del médico .

Cuando escuche crujir las tablas del pórtico detrás de mí, desvié la atención

de los caballos y vi a Cameron acercarse, Billy estaba acurrucada en sus

brazos. Él estaba en los huesos, como si hubiera estado realmente muerto .

—La cargue cuando se despertó, pero ya se volvió a dormir—. Susurró

mientras miraba a Billy. Ella parecía una momia, envuelta en un millón de

mantas. Con sólo su carita regordeta asomandose. Supuse que cubrirla tanto

había sido idea de Carly .

—Pensé que podría tener frío, por lo que le puse otra manta—. Admitió

Cameron, como si supiera lo que estaba pensando.

Él me miró, pero yo mantuve mis ojos en mi niña hermosa, que dormía en

los brazos de su padre. Estaba tranquila, como si estubiera exactamente

donde se suponía que debía estar siempre . El hecho de que ella y yo casi no

lo logramos, el hecho de que casi la había perdido, me pasó por la mente de

nuevo. Pero bloqueé ese pensamiento antes de que mi imaginación pensara

en lo peor. Ella estaba aquí, conmigo, en este momento, y yo estaría

eternamente agradecida a el doctor Lorne. Y por siempre agradecida a Spider.

Page 345: Scare Crow- Julie Hockley

Cameron debió sentir que me moría de ganas por tenerla en mis brazos,

porque agarró suavemente mi codo y me ayudó a llegar al columpio, me

entregó a Billy en cuanto me senté. Luego amontonó los cojines de todas las

sillas. Para construir una fortaleza de cojines alrededor de Billy. Se sentó,

tomo mis mis piernas y las puso sobre las suyas, y nos comenzó a balancear

en el columpio .

Sentir sus piernas bajo las mías hizo que mi corazón se acelerara

confundido. Casi no me atrevía a mirarlo. Tenía ganas de tocarlo, sostenerlo,

abrazarlo y nunca dejarlo ir. ¿Cuántas noches había deseado poder estar con

él sólo una vez más ?

Pero ahora, al verlo, el estar tan cerca de él me trajo mucho dolor. El dolor

de la traición, del abandono. Apenas podía respirar. No sabía que era posible

amar y odiar a alguien al mismo tiempo.

—Nos dejaste, Cameron— le dije. Aunque fue apenas un suspiro.

—No tenía ni idea. Debería haber… nunca habría ... — empezó, pero se

detuvo. Tragó saliva y me miró a los ojos. —Yo no sabía que estabas

embarazada, Emmy. Yo no sabia acerca de Billy.

—Disculpame— le respondi —Permíteme decirlo de otra manera. Me

dejaste, Cameron. Y lloré por ti. Cada noche, durante días enteros, meses

después de tu muerte. De tu supuesta muerte. ¿Cómo pudiste hacerle eso a

una persona a la que supuestamente amabas?

—Te amo— me corrigió. —Nunca amaba, nunca supuestamente. Te amo en

pasado, en presente, y para siempre —. Mantuvo sus ojos oscuros en mí.

—Decir que tomé la decisión equivocada, es como decir que el sol se pone

en el oeste. Nunca me lo perdonaré.

Nos sentamos en silencio, meciéndonos lentamente, las manos de Cameron

descansando en mis tobillos, como si hubiéramos estado haciendo esto

durante años .

—¿Qué pasara ahora?— Finalmente le pregunté.

Page 346: Scare Crow- Julie Hockley

—No sé, Emmy— me dijo, mientras nos mantiene columpiándonos. —Pero

pase lo que pase, lo resolveremos juntos.

Juntos. Me pregunto que nos deparara el futuro. Me pregunto si alguna vez

seré capaz de perdonarlo por todo el sufrimiento que me causó. El dolor,

todavía estaba allí. El cuchillo ya había sido retirado, pero la herida

continuaba sangrando.

Pero yo lo amaba. Sin lugar a dudas. Completamente.

Carly y Spider se unieron a nosotros en el porche. Carly acercó una silla ,

tratando de sentarse tan cerca de Billy como le fuera posible, y Spider se

inclinó sobre la barandilla. Todavía tenía un vendaje en su brazo donde el

doctor Lorne lo había inyectado para poder sacarle sangre, un extraño tipo de

sangre, sangre igual a la mia.

Yo había muerto. Cuando Cameron me trajo con el doctor Lorne ya no tenía

pulso, eso fue lo que el doctor me había explicado. Perdi mucha sangre. El le

dijo a Cameron que probablemente no iba a sobrevivir. El doctor Lorne había

salvado a Billy, sin embargo, Spider me salvo a mi, su sangre, me había

salvado de la muerte, la misma sangre que ahora corre por mis venas. Al

final, Spider y yo íbamos a estar unidos para siempre. Por cuestion de suerte.

Un coche se derrapo a en la entrada, y Griff salió del lado del pasajero antes

de que Tiny tubiera oportunidad de parar por completo. No podía ni siquiera

pensar en lo que iba a decirle.

Mis ojos se dirigieron de nuevo a comprobar mi pequeño bulto en brazos.

Meatball se acerco cojeando a Griff, y ambos se dirigieron hacia el porche.

Billy dormía mientras que los caballos relinchaban en el pasto.

¿A dónde iremos, después de todo lo que paso? Me pregunté.

¿Quién diablos lo sabe? Me respondí a mí misma.

Pero pase lo que pase, lo afrontaremos juntos.

Por Billy.

Page 347: Scare Crow- Julie Hockley

Epílogo: Cameron

BILLY

Una mujer enamorada de un hombre que sólo la rechaza, podría ser la cosa

más peligrosa del planeta. Tontamente, yo solía pensar eso. Hasta que tuve

una hija.

El amor de un padre por su hija?

Eso es un arma de destrucción masiva.

Es algo con lo simplemente no debes joder

Page 348: Scare Crow- Julie Hockley

AGRADECIMIENTOS

¡Gracias a mi esposo por ser mi inspiración para crear a Cameron, las

drogas, la violencia y el derrame de sangre . Bueno, tal vez no tanto como

Cameron, más bien, mi inspiración para crear amor.

Gracias a mis hijos por dormir la siesta en la tarde, para que mamá pudiera

terminar este libro, y para mi mamá y mi papá por ser nada como Isabelle y

Burt Sheppard .

Para Sophie Normand: si no fuera por todass esas relaciones fallidas y los

inevitables corazones rotos, este libro nunca habría llegado a ser. Nos reímos,

lloramos , lloramos un poco más, nos reímos de nuevo. Hemos crecido con el

tiempo .

Un agradecimiento especial a Alan Bower . Alan ha cambiado mi vida ( en

el buen sentido ) de tantos autores autoeditados por ahí ( lo sé, lo he buscado

en Google ). No hay muchas personas en el mundo que puedan mirar más allá

de las palabras feas ( minas ) de un autor por primera vez (yo) y ver la

historia. Incluso hay un menor número de personas que escuchan a los

lectores , aprecian la pasión que tienen para un libro. Alan, tú has hecho tanto

por Crow’s Row . Me hiciste tener esperanza en que quizá algún día, si sigo

trabajando en ello, no voy a temblar cada vez que vuelva a leer algo que

escribí .

Gracias a mis editores, Elizabeth Day y Cheri Madison, por la delicadeza

con la que me decían que Scare Crow todavía necesitaba mucho trabajo. Y

gracias a iUniverse y Author Solutions: cuando todo el mundo le dio la

espalda a Crow’s Row, ustedes estaban allí para asegurarse de que la historia

de Cam y de Emmy fuera compartida con todo el mundo y no sólo a terminar

en el fondo de mi armario con el resto de las cosas con las que no se qué

hacer con ellas.

Ahora, para los fans de Crow’s Row. ¿Por dónde empiezo ? Ustedes están

locos. Me vuelven loca. Agradezco sus ofertas para cuidar a mis hijos para

que yo pueda escribir, aunque hubo momentos en que pensé que si no

Page 349: Scare Crow- Julie Hockley

terminaba Scare Crow, uno de ustedes iba a venir a mi casa, a preparar la

cena de los niños, y encadenarme a la computadora hasta que terminara de

escribir el libro. Seamos realistas: si no fuera por su acoso constante ( de una

manera cariñosa y alentadora, por supuesto) , nunca habría terminado Scare

Crow. La historia de Cameron y Emily habría quedado en Crow’s Row.

Espero que les haya gustado Scare Crow. Espero haberles echo justicia a

Cam y Emmy. De lo contrario, temo por mi vida.