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Sébastien Hardlyl Tiaducción de Svlviane Fournier En 1978, seis años después del último sismo que destruyó el centro histórico de Managua, todavía perduraba entre la población la falaz idea de que aún no se había iniciado el proceso de reconstrucción de la capital de Nicaragua. Sin embargo, tal idea era ilógica. La ciudad estaba a la vista de sus habitantes y, si no lograban divisarla, es porque carecía de forma. Al respecto, el análisis del geógrafo Michel Foucher, publicado en 1980 en un número de la revista llérodote, es muy revelador. Con mucha perspicacia, tituló su artículo <Managua, ciudad atomizada>, y utilizó la expresión <ciudad en pedazos> (Foucher, 1980 : 32) para describir este territorio urbano 2 tan inusual. El término de ciudad atomizada remite a la idea de una sociedad dual, desigual, porque la noción de ciudad, entidad capaz de regulación, está puesta en duda (Laborie, 1996:62). El término de ciudad en pedazos remite por su parte, a una pérdida por cortes y rupturas de la unidad conceptual de la ciudad (Navez-Bouchanine, 2002 : 57). El tejido urbano destruido por el sismo de diciembre de 1972 fue sustituido por numerosos espacios discontinuos, separados por grandes arboledas, (de ahí la impresión inicial de ciudad verde), centros comerciales dispersos en la periferia, bloques de viviendas (islotes) diferenciados según el estrato económico y social de sus habitantes, así como por una serie de pistas suburbanas que ignoran a los barrios pobres y marginales. Al igual que en la mayoría de las grandes ciudades del mundo, la diferenciación residencial entre ricos y pobres era 73 Revista de Historia No.15-16. IHNCA. 2000

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Sébastien HardlylTiaducción de Svlviane Fournier

En 1978, seis años después del último sismo quedestruyó el centro histórico de Managua, todavíaperduraba entre la población la falaz idea de queaún no se había iniciado el proceso de reconstrucciónde la capital de Nicaragua.

Sin embargo, tal idea era ilógica. La ciudad estabaa la vista de sus habitantes y, si no lograbandivisarla, es porque carecía de forma. Al respecto, elanálisis del geógrafo Michel Foucher, publicado en1980 en un número de la revista llérodote, es muyrevelador. Con mucha perspicacia, tituló su artículo<Managua, ciudad atomizada>, y utilizó la expresión<ciudad en pedazos> (Foucher, 1980 : 32) paradescribir este territorio urbano 2 tan inusual. Eltérmino de ciudad atomizada remite a la idea de unasociedad dual, desigual, porque la noción de ciudad,

entidad capaz de regulación, está puesta en duda(Laborie, 1996:62). El término de ciudad en pedazosremite por su parte, a una pérdida por cortes yrupturas de la unidad conceptual de la ciudad(Navez-Bouchanine, 2002 : 57).

El tejido urbano destruido por el sismo de diciembrede 1972 fue sustituido por numerosos espaciosdiscontinuos, separados por grandes arboledas, (deahí la impresión inicial de ciudad verde), centroscomerciales dispersos en la periferia, bloques deviviendas (islotes) diferenciados según el estratoeconómico y social de sus habitantes, así como poruna serie de pistas suburbanas que ignoran a losbarrios pobres y marginales. Al igual que en lamayoría de las grandes ciudades del mundo, ladiferenciación residencial entre ricos y pobres era

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una realidad ya antigua, resultado en buena medidade la herencia colonial española, del sistema liberalde la segunda mitad del siglo XIX, y de la políticade la dinastía dictatorial de los Somoza.

En 1980, Michel Foucher describió un territoriourbano que había sido escenario de una larga décadade lucha armada, al cabo de la cual la guerrillarevolucionaria logró derribar a la dictadurasomocista. Desde la perspectiva de este geógrafo,era lógico esperar que el nuevo gobierno modificaríalas reglas del juego; sin embargo, casi no se produjoningún cambio. Este hecho obedeció, en primerlugar, a que los habitantes de Managua debieronenfrentar diez largos años de bloqueonorteamericano, además de los continuos ataquesde la Contrarrevolución. En tal contexto, laspolíticas urbanas que el Gobierno Sandinista llevóa cabo drrante los años ochenta tan sólo produjeronla efímera ilusión de que se estaban creando vínculosentre los habitantes de la capital. Tales políticas notomaron en cuenta el hecho de que el espacio urbanode Managua no estaba regido por un mero procesode diferenciación socio-espacial, sino también porun complejo proceso de fragmentación urbana. Estaexpresión no se limita a decribir la realidad de losterritorios urbanos de Managua, de sus mutacionesfísicas y sociales, y de las transformaciones de loscomportamientos sociales de los ciudadanos, perotambién explica la aparición de una nueva formaurbana (Vidal, 1994:162-163). En tales condicionescabe preguntarse: iqué distingue a esta ciudad,fragmentada en islotes cerrados en sí mismos, de latradicional ciudad diferenciada descrita por losadeptos de la ecología urbana clásica de la Escuelade Chicago? óCómo afectan dichos islotes la nociónde urbanidad? ZCómo se relacionan los pobladorescon el espacio urbano que ellos mismos estánrediseñando?

La diferenciación es el proceso de división social yespacial de la sociedad, resultante de la aplicacióndeliberada de una política de ordenación territorialurbana que, a la vez, favorece un movimiento deexclusión y un movimiento de agregación. En cambio,el proceso de fragmentación urbana significadesintegración social. En efecto, todo parece indicarque las autoridades han renunciado a administrarel conjunto del territorio urbano, en provecho de losbarrios donde residen las clases más acomodadas dela población. Por este motivo, una ciudadfragmentada -más atomizada y menos jerarquizada-fue sustituyendo a la ciudad orgánica. El proceso defragmentación urbana explica por qué el territorioya no es una urbe, sino un espacio atomizado.

Observamos cómo se van multiplicando en Managualos bloques de viviendas cerrados en sí mismos(islotes), todos edificados dentro de un territoriomuy amplio y no claramente delimitado. Éstos vanfragmentando la ciudad, profundizando loscontrastes socio-espaciales y, de alguna manera,privatizando el espacio público. Por tanto, se observacómo se desdibuja, en filigrana, el territorio urbanoatomizado. Resulta evidente que la privatización delos servicios públicos exigida por los acreedoresmundiales desde finales de los años 90 (sobre todoen Nicaragua, donde se iniciaba un proceso dereconciliación nacional) tuvo como consecuencia laedificación de enclaves de barrios. Asimismo, estaprivatización también fortaleció el proceso defragmentación urbana iniciado desde muchotiempo atrás.

Por otra parte, esta evidente fragmentación urbanaes resultado de la atomización de un conjunto deelementos: espacios, poderes, realidades sociales,referentes y normas (Landrieu, 1998 : 332;laglin,200I : 244). Pero, sobre todo, esta atomización se

alimenta de los desastres naturales que han afectadoel territorio. Por esta razón, pensamos que el medioambiente es un catalizador para el crecimiento de laciudad fragmentada. Incluso, veremos cómo lapercepción de los riesgos naturales, por parte de loshabitantes de Managua, favorece una visión socio-espacial que explica las dinámicas que vanconfigurando el territorio urbano.

Managua, un territorio baio el signo de laNaturaleza

Reseña histórica de un territorio urbano

En Nicaragua, la vida urbana es antigua. FranciscoHernández de Córdoba fundó la ciudad de Granadaen 1524, después de explorar las riberas del LagoCocibolca (Gran Lago de Nicaragua). Luego, se

fundó la ciudad de León. Alain Musset explica quelas urbes nicaragüenses son reflejo de la conquistaespañola, ya que su fundación tenía como objetivodelimitar el territorio y asentar a la población(Musset, 2000 :40). Sin embargo, Carolyn Hallprecisa que la urbanización es mucho más reciente,pues se inició a partir de la segunda mitad del sigloXX (Ha11,2000).

Frente a este esquema general, Managua representaun caso singular. En efecto, la vida urbana enManagua es relativamente reciente, pues no fueelevada al rango de ciudad sino hasta 1846. Esto se

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La Catedral de Santiago deManagua y el antiguo PalacioNacional, eran los principalesedificios de Managua a fines delsiglo XIX.Foto: Archivo IHNCA

Entre 1860 y 1940, Managua sedesarrolló gracias a su condiciónde capital de Estado y al impulsoque recibió del auge de laproducción cafetalera. En la fotoel Hotel Angloamericano era unode los más importantes deManagua en 1924. Al fondo eledificio del Colegio LaInmaculada.Foto A. Díaz F. Archivo IHNCA

El gobierno de Zelaya dio un granimpulso a la construcción delferrocarril para comunicar lasprincipales ciudades del pacíficonicaragüense. En 1909 era elprincipal medio de comunicaciónque se extendía desde Corintohasta Granada.Foto: Alaniz. Estación deManagua en 1909. Archivo IHNCA

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explica por el hecho de que, durante la época colonial,los españoles abandonaron este territorio indígenapara asentarse en las ciudades de León y Granada.Sin embargo, después de la independencia, Managuafue ascendida al rango de capital de Nicaragua. Estadecisión -llevada a efecto el 5 de febrero de LB52 conel propósito de poner fin a una antigua rivalidadentre las ciudades de León y Granada- desencadenóel proceso de urbanización (Thaña,2000 : 66).

Entre L860 y 1940, Managua se desarrolló gracias asu condición de capital del Estado y al impulso querecibió del auge de la producción cafetalera (Romero,L994 : 15). Por otra parte, la intervenciónnorteamericana iniciada en 1.,9L2, la guerrarevolucionaria y los ataques contrarrevolucionarios,empujaron a muchos campesinos de la regiónseptentrional del país a emigrar a la capital en buscade refugio. El sismo destructor del 51 de marzo de1931 tan sólo redujo el crecimiento urbano duranteun corto tiempo, dado que la ciudad -relativamentenueva- aún no se había extendido. Más aún, eldesastre le dio un nuevo impulso, pues se requeríamucha mano de obra para reconstruir Managua.

A partir de 1.950, Managua experimentó un

crecimiento poblacional y espacial sin precedentes,como resultado del considerable desarrollo de laproducción algodonera. Las políticas urbanasdictadas por el clan Somoza repercutieronhondamente en la estructuración del espacio urbano.En efecto, las obras de reconstrucción emprendidasbajo la dictadura somocista se limitaron a unapolítica residencial destinada a favorecer a la clasemedia que apoyaba al régimen (Godoy, 1988).

Los sectores populares no tuvieron acceso a losprogramas de urbanización promovidos por laAlianza para el Progreso. En consecuencia, losasentamientos espontáneos, desprovistos deservicios e infraestructura, proliferaron en la periferiade Managua (Romero, 1994 : 20). A pesar deldesarrollo espontáneo experimenta do, hasta I97 2la ciudad conservó la estructura heredada de lacolonización hispánica. Es decir, permanecióorganizadaalrededor de un centro único, no sóloen el sentido espacial propiamente dicho, sinotambién en cuanto al valor de los terrenos y laestratificación social.

Sin embargo, a partir del sismo de diciembre deI972se desintegró la estructura de Managua, pues a

Mapa 1: Evolución de la extensión del territorio urbano de Managua

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diferencia de lo que sucedió en 1931, no se permitióla reconstrucción del centro histórico. Esta decisiónse basó en las recomendaciones de un estudiorcalizado después del sismo, en el sentido defomentar la máxima dispersión de la población paraevitar la concentración de daños en caso de otrodesastre(Pastor, 1976). Tal política servía al interésde los miembros del clan Somoza en especular conlas propiedades inmuebles, por lo que prontocompraron las tierras ubicadas en la periferia de laciudad. De esta manera, pudieron controlar porcompleto la reconstrucción, que se realizó en losterrenos ubicados alrededor del centro histórico y delos tres ejes viales que conducían hacia el interiordel país.

Como resultado del desplazamiento de los residentesacomodados que anteriormentevivían en el destruidocentro de Managua, las tierras aledañas a lascarreteras fueron las primeras en ser desarrolladas.Este brusco proceso de urbanización coincidió conla proliferación de nuevas vías de tránsito vehicularen la periferia urbana. Un estudio realizado en 1983permite evaluar el crecimiento demográfico y espacialque se produjo en la periferia después del sismo.Entre 1971 y 1974,la población en el barrio LaFuente creció en más del50.8 0/0, el Reparto Schicken un 57.2 0/o,la Planta Eléctrica en un 232.5 o/o,

Acahualinca en un 56.5 0/o y Los Robles enun 443.2 o/o.

La ciudad se transformó en un espacio amplio connúcleos poblacionales dispersos, siendo las zonasorientales las más densamente pobladas. Hacia 1985,más del 60.7o/o de los pobladores de este sector de laciudad vivían en siete barrios creados después delterremoto: Las Américas I, Villa Revolución, VillaVenezuela, Villa Libertad, Villa Flor, fardines deVeracruz y Rubenia (Carnaval, 1975 :69). Laafluencia de población hacia estos barrios deficientesen infraestructura y servicios (Barahona, 7977 : 68),contribuyó a convertirlos -en menos de diez años-en lugares no solamente repulsivos sino tambiénexpulsivos. Este es uno de los motivos que explicanla procedencia de la población de los asentamientosespontáneos desde 1980 hasta la fecha.

De esta manera, se fue perfilando nítidamente uncambio con respecto al uso del suelo urbano. Laszonas que anteriormente se ubicaban en la periferiade la ciudad se fueron integrando al espacio urbano,sin que éste resultara saturado. Dentro del espaciourbano, se mantienen numerosos solares (4,205hectáreas, o sea el 45.8 o/o del espacio urbano total) .

Después de 1972, las oficinas públicas y lasestructuras ligadas a la Defensa se han seguidoconcentrando en el centro histórico. Nuevas zonas

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comerciales y administrativas han surgido alrededordel antiguo centro y cerca de los ejes periféricos(Camino de Oriente, Zumen, Nejapa, Linda Vista,Las Brisas). Los edificios financieros se hanestablecido alrededor de Metrocentro v de la carreteraa Masaya.

El gran crecimiento urbano que se produjo entre7979 y 1980 se explica por diversos motivos, tantopositivos como negativos. Por una parte, elcrecimiento del aparato estatal bajo el gobiernorevolucionario, la creación de nuevos empleosligados a los numerosos proyectos de reconstrucciónfísica de Managua, y la reactivación económicadentro de la capital, representaron condicionesfavorables que propiciaron la migración campo-ciudad. Por otra parte, las condiciones negativasque se daban en el campo tuvieron un efecto deexpulsión hacia la capital. En efecto, el fenómenode generación de nuevos empleos se concentró en lacapital, donde también se observaba una mayoreficiencia en cuanto a las políticas de abastecimiento,subsidio y distribución de la tierra. Esta situaciónpermitía un fácil acceso a bienes de consumo básicosa costos relativamente bajos, así como a sistemasde transporte a precios mínimos. En 1985, el ingresopromedio anual de una familia rural de cualquierregión del país no superaba el ingreso promedio anualde una de las familias más pobres de Managua.

Con el triunfo revolucionario, el ritmo de lasinvasiones de tierra se aceleró. Juan Luis Martínconsidera que desde septiembre de 1979 a septiembrede 1981", 4,397 nuevas familias (25,068 habitantes)habían invadido ilegalmente terrenos tanto privadoscomo públicos. Las tomas de tierra ya casi no seproducían en la periferia, sino en los solares ubicadosen el corazón mismo del espacio urbano. Ésta fueuna nueva forma de invasión que buscaba acercarseal centro (Martín, 1981).

Los movimientos migratorios alcanzaron su mayorauge entre 1981 y 1983 (los años más difíciles de laguerra), yentre 1984y 1986 (período de elecciones).Estas olas migratorias conllevaron numerosas tomasde terrenos. Inmediatamente después de laselecciones de 1984, el alcalde de Managua llevó acabo una firme campaña para poner fin a laocupación y a la distribución de terrenos (Arguéllo,ree2).

El inicio de los años 90 marcó el regreso de losliberales al poder. El desarrollo urbano siguiórealizándose fuera del centro histórico. Nuevamente,las invasiones de tierra se concentraron en la

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periferia, sobre todo en los distritos tres y cinco -que, paradójicamente, comprenden los barrios másricos de Managua- así como en el distrito uno queofrece mayores facilidades para acoger a los nuevosinmigrantes. De esta forma, se fueron creandoinmensos cinturones que bordean la red de barriospopulares periféricos ya existentes, tales como San

fudas, René Schick, Villa Libertad, o que ocupantierras de antiguas cooperativas agrícolas, así comolas orillas de los cauces3 .

En 1988, el municipio de Managua cubría unasuperficie de 54,800 hectáreas, incluyendo tanto susespacios urbanos como los rurales, pero en laactualidad sólo la red urbana de la capital se extiendesobre 9,965 hectáreas. La población de la capitalasciende aproximadamente a un millón y medio dehabitantes, el 800/o de los cuales vive en el espaciourbano propiamente dicho, y el crecimientodemográfico anual es del5.60/o (Morales, 1988).

El 640/o de los barrios se encuentra en una situaciónprecaria, con servicios públicos deficientes. Ahorabien, esta deficiencia tiende a incrementar lavulnerabilidad de la población, en vista delsinnúmero de riesgos naturales a los que estánexpuestos los habitantes. Por ello, resulta importantetomar en cuenta los riesgos naturales en la evoluciónde Managua, ya que este territorio urbano se ha idoconstruyendo con las contingencias de una ampliagama de riesgos naturales.

La Naturalezar factores a tomar enconsideración

La actividad vulcanológica y sísmica

La ciudad de Managua está edificada sobre rocasvolcánicas y un grueso depósito de aluviones, en elcentro de un grabena. Por lo menos diez líneas defallas, sujetas a desplazarse, atraviesan el territoriourbano.

El riesgo volcánico-sísmico es el de menorrecurrencia, aunque causa gran preocupación a sushabitantes debido a la violencia de susmanifestaciones. Por esta razón, otros riesgosligados a las condiciones topográficas permanecenocultos, aunque su recurrencia y daños también sonimportantes.

Topografía

El territorio urbano se desarrolló dentro de unacuenca. Entre los 40 y 550 metros de altura, vemosun espacio casi totalmente urbanizado, y una zona

plana ligeramente ondulada con algunas elevacionesnotables. Este conjunto está limitado al norte porel Lago Xolotlán (Lago de Managua). Arriba delos 550 metros, se acentúa la inclinación de lapendiente. Las montañas que rodean Managuaalcanzan 1000 metros de altura. Al sur, estasmontañas constituyen un conjunto topográficollamado Sierras de Managua, y al oeste conformanlas Sierras de Mateare.

El relieve, que es muy joven, está expuesto a unintenso proceso orogénico debido al régimen delluvias intertropical. La violencia de las escorrentíasy los frecuentes movimientos de masa o deslavesson el resultado del gran caudal de aguas pluvialesque baja desde las Sierras a Managua, por unapendiente de 2 a 4o/o a lo largo de más de 20kilómetros.

Lago Xolotlán

Desde 1928, el nivel de las aguas del Lago Xolotlánse ha elevado repetidas veces. Existen registros decinco inundaciones importantes provocadas por eldesbordamiento del Lago, pero es posible que en elpasado hayan acaecido otros desastres de los cualesno se tengan datos. En todo caso, las zonas bajasse inundan periódicamente. El hecho de que loshabitantes de Managua no dispongan deinformación más precisa sobre este fenómenocondiciona su visión socio-espacial.

Una visión socio-espacial caótica

iCómo explicar los fenómenos naturales?

Al parecer, desde tiempos remotos los habitantes deManagua han buscado una explicación para losdiferentes fenómenos naturales que enlutan laciudad. Paradójicamente, la Naturaleza y susrelaciones con la urbe muy raras veces han sidopuestas en tela de juicio. Analizaremos aquíúnicamente las fuentes que se refieren al sismo del31 de marzo de 1951.

SegúnApolonio Palazio, los habitantes de Managuano se atemorizaron tanto cuando se produjo el sismodel31 de marzo de 1951 por dos razones. En primerlugar, señala que los Managuas estabanacostumbrados a que se produjeran tembloressísmicos en este período del año. En efecto, losancianos hablaban de utemblores deveranou; es decir,de los que se producían de manera recurrente en losmeses de marzo y abril, que son los más calurososdel año. En segundo lugar, por el hecho de que el22

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Mapa 2: Manifestaciones de los riesgos en los territorios urbanos

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Sin embargo, los habitantes intentaron encontrarlas causas del desastre que había devastado granparte de su ciudad. Para algunos, el sismo de 19j1se debía al deseo de la tierra de vomitar a los soldadosnorteamericanos que ocupaban el suelonicaragüenses. Otros, en especial las personasdevotas, pensaron que el cataclismo era un castigode Dios, a pesar de que el Padre Mariano Dubónhabía explicado que no existía ninguna profecíareferida a la destrucción de Managua. Pero el merohecho de que los pobladores de aquella épocase plantearan esta interrogante refleja su estadode ánimo.

Estas reflexiones se asemejan mucho a lasconcepciones intelectuales del siglo XVI, pues lagente era muy creyente y estaba predispuesta aaceptar la tesis del castigo divino. Además, el propioObispo de Granada, Monseñor Canuto ]osé Reyes y

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Balladares, reafirmó esta tesis en un sermónpronunciado el 5 de abril de 7931. "EL ha creídonecesaúo aplicar eI castigo como lo ha hecho a laciudad má s culpable de la República [... ] pero todoen uano,l"a sociedad era incontenible, seprecipitaba,se desbordaba enlas paseos, enlnsbailes indecentes,en los cines, en los baños, etc., y lleuando la palmaen todo, Ia ciudad de Managua, allí se colmó lamedida de la paciencia del Señor, y allí descargó sui usticia con mano fuerte [... ] allí se preparaban parair el Miércoles Santo a los baños de Casares paraprofanar los días santos de lueues y Viernes, coninf ames bacanal.es que da aergüenza mencionar. [. . .]Las ciudades de Sodoma y Gomona fueron tambiéndeaoradas por el fuego a causa de sus impiedades.[ . . .] En el momento en que se preparaba la promotorade la profanación de los días santos, en Casarcs,Dios [...] sepulta fla señorita Mariíta Huezo O.l enlos escombros de su casa. Viosetambién delescenariode la uida al hombre [Don Gilberto Saballns] que seproponía restablecer el laicismo en los col.egios"(Palazio, 1952 : 155).Según esta interpretación, lacausa del sismo había sido el comportamiento

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indebido de algunas muchachas de pelo corto, entreellas Mariíta Huezo y las señoritas Stadthagen.Ese día, ellas habían organizado un paseo aMasachapa con el fin de estrenar nuevos trajes debaño que, en opinión de algunas personas, erandemasiado provocativos. Antes de irse de paseo, elgrupo de muchachas fue al mercado central paracomprar alimentos. Allí murieron aplastadas por elderrumbe de unas paredes, pues fue el lugar de lacapital donde el sismo alcanzó mayor violencia.iSería ésta la evidencia de que el sismo obedecía a

un castigo divino?

En el número 6851 del Diario Nicaragüense deGranada, publicado el 18 de abril de 1931, el PadreMariano Dubón manifestó que la magnitud deldesastre y el gran número de víctimas que habíacobrado, lo llevaban a creer de que se trataba de uncastigo. Añadió que unos días antes de la tragedia,el Padre Azaúas H. Pallais le había enseñado unartículo periodístico donde se anunciaba un baileen Casares para el Viernes Santo, expresándole quese trataba de una profanación. Don FranciscoHuezo, padre de una de las muchachas fallecidas,

criticó la violencia y posición anticientífica de talsermón, basando sus argumentos en un estudio deAlexander von Humboldt: "Dice la pastoral que elterremoto fue castigo para un pueblo pervertido e

inmoral y no un simple proceso de la naturaleza,que abarcarámás y más, según lo predijo Humboldt,cuando estudió los terrenos de América investigandoel período cuaternario" (Palazio, 1952 : 168). Talinterpretación originó un grave conflicto, por lo que

el Obispo de León, Monseñor )osé Antonio Lezcanoy Ortega se vio obligado a tomar cartas en el asunto.En un tono compasivo, señaló que no era hora debuscar culpables.6

Lo anterior muestra que si bien algunas personasse refugiaban en supersticiones, al mismo tiempootros buscaban una explicación racional sobre lascausas del sismo. El mismo Padre Mariano Dubóntambién reconoció que el sismo formaba parte delos accidentes naturales, en un escrito publicado enel número 6851 del Diario Nicaragüense del 18 deabril de 1931. Agregó que la ciudad estaba edificadasobre una corteza terrestre socavada por las aguasde dos lagunas.

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El destructor sismo del 31 de marzo de 1951, tan sólo redujo el crecimiento urbano durante corto tiempo, dado quela ciudad- relativamente nueva-aún no se había extendido. Más aún, el desastre le dio un nuevo impulso, pues requeríamucha mano de obra para reconstruir Managua. Foto Cisneros. Archivo IHNCA

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José María Borgen publicó otro artículo titulado "Elterremoto de Managua" en el número 6846 del DiarioNicaragúense del12 de abril de 1951, argumentandoque todos los terrenos cercanos a los volcanes sonrocosos, por lo que el substrato sobre el cual se habíadesarrollado Managua era más sólido y seguro quecualquier otro. El autor describía la cuencahidrostática precisando qtJe "no es el inaiemo deL930 el mós escaso de todos. Los ha habido quizápeorcs y ello ha causado fuertes temblores, según estradición, como en 1884, pero no tan desastrososporque la capital empezaba a formarse con casasnueaas y sencillas". Al analizar este extracto de suescrito, cabe destacar que, para el autor, los sismosestán ligados al clima y más precisamente a lassequías -deducción que él infiere de la observaciónde acontecimientos pasados. "La ausencia de unabuena suma de agua en una y otra sección de tiena,así deshumedecida, equiu ale a un elemento liquidomenos, una resistencia menos, casi un uacío, y deahí una honda perturbación subterránea" (BorgenL931 : 1). Asimismo, prosigue con explicacionesastronómicas sobre la atracción lunar y solar en elmomento del equinoccio de primavera, sosteniendoque el elemento líquido remonta a la superficie másde lo acostumbrado en esta fecha. El hecho de quehabía plenilunio el 2 de abñl de 1931, constituíapara Borgen un factor adicional que explicaba elmovimiento de las capas terrestres. Por tanto,concluía que los elementos astronómicos"determinan terremotos aunque no haya cercauolcanes" (Borgen 1931 : 1) y si Managua seguíatemblando a inicios del mes de abril de 193I "esporque persistirán algún tiempo iguales causasastronómicasy atmosféricas" (Borgen 1951 : 1).

Asimismo, a partir de la lectura de este texto,podemos observar que la memoria colectiva de losManaguas con respecto al riesgo natural es bastanteimprecisa. En efecto, el autor se refiere al terremotode 1884; pero, según las fuentes disponibles, eldesastre no ocurrió ese año, sino en 1885. Al parecer,pues, los habitantes de Managua tienen unapercepción algo alterada de las catástrofes naturales(Borgen 1951 : 1).

Se observa, pues, que tanto las creencias religiosascomo el pensamiento basado en investigacionescientíficas, se mezclan sin aparente contradicción.El mismo Presidente Moncada, en su mensaje alCongreso Nacional, declaró que la Naturaleza habíaherido a los habitantes de Managua, pero que notenía ninguna crítica que formular porque sería comohacérsela a Dios7. Fue una manera de decirles a loshabitantes que debían concentrarse únicamente enla reconstrucción de Managua y no hacersepreguntas. De esta manera, se ocultaba la amenazaque pesaba sobre la capital.

Falta de cultura de prevención

Esta amenaza ha sido ocultada de tal forma que lapoblación no ha sacado casi ninguna enseñanza delos diferentes desastres. Una serie de sondeosrealizados en abril de 2000 y julio de 2001 mostróque, entre los diferentes riesgos a los que la ciudadestá expuesta, la población sólo percibecorrectamente la incidencia del riesgo sísmico. Portanto, tiende a hacer caso omiso de otrascontingencias de recurrencia más importantes.

Damnificados por el terremoto deFoto Cisneros. Archivo IHNCA

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1951, se refugiaron en la costa del lago de Managua.

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Debido a ello, cuando el 7 de julio de 1999 el Comitéde Defensa Civil de Managua decretó un estado dealerta por las fuertes lluvias, y pidió a unastrescientas cincuenta familias que viven en situaciónde riesgo que evacuaran la costa del Lago Xolotlán,muchos pobladores no quisieron salir de allí. Temíanque no se les diera otro lugar donde asentarse, o serreubicados en peores condiciones. Mercedes López,por ejemplo, habitante del barrio La Tejera, declaróque "aquí estará y saldrá hasta que Dios quiera.Tiene 30 años de habitar aquí y no se irá, porque aun sobrino suyo lo fueron a dejar botado alasentamiento Nueuavida". Pero por encima de todo,ella cree que el poder divino la salvará de laamenazade las olas del lago Xolotlán, que rompen a cuarentay dos metros de su casa.

Por su parte, el campesino Gilberto Vanegas -quienha vivido en ese barrio durante treinta de suscincuenta años de edad- opinó que la crecida dellago Xolotlán no representaba ningún peligro, pueshabia "uiuido momentos peorcs y si lo trasladan aotro lugar, deiaúa [...] todo lo que ha construido ensu zida". Con los ojos fijos en el lago, expresó quehasta la fecha ningún miembro de su familiahabíasido tragado por sus aguas, y esperaba que Dios nopermitiría más lluvias, dejándole sobrevivir el restodel invierno.s

En buena medida, esta visión fatalista explica porqué la población no quiere abandonar estos lugares,o regresa a ellos a pesar de los riesgos. El Capitánde Defensa Civil de Managua así lo considera, aldescribir su lucha diaria para lograr que la poblaciónconozca cuáles son las amenazas que pesan sobrela ciudad. Cita como ejemplo a unos grupos dehabitantes de los barrios La ChurecayAcahualinca,que quisieron regresar a sus hogares pocos díasdespués de las fuertes lluvias del martes 16 de mayode 2000e En este caso, la escasa percepción de losriesgos por parte de la población puede explicarsetanto por su falta de experiencia como por sucotidiana exposición a los mismos. En este últimocaso, el carácter recurrente de los fenómenos de bajonivel, como las inundaciones anuales rutinarias, vaintroduciendo en la mentalidad de las personasexpuestas una noción de sucesos periódicos ymanejables. Esta noción excluye la posibilidad deque tales sucesos rutinarios pudieran transformarse,en el futuro, en un fenómeno de más alto nivel conconsecuencias desastrosas.

Sin embargo, la principal causa de que estas personasacepten los altos niveles de riesgos del lugar dondeviven obedece a la existencia de ventajas

6ébastie n llardv

compensatorias asociadas a la ubicación del sitiovulnerable. Estas ventajas pueden ser el acceso másf.ácil a la propiedad de la tierra o la fertilidad de lamisma. Por otra parte, su actitud puede deberse,sencillamente, a la ausencia de otras alternativasviables. Al parecer, los habitantes asentados en lacosta del Lago tienen conciencia de que estánexpuestos a las inundaciones; sin embargo, susituación depobrezano les deja otra alternativa quela de viür allí, donde pueden cultivar hortalizas parcel autoconsumo o la venta. Las percepciones yvivencias a lo interno de una comunidad amenazada,con respecto a los riesgos naturales a que estáexpuesta, pueden ser muy diferentes de como laspersonas ajenas a la misma se las imaginan desdeafuera. A menudo son menos obsesivos que otrosriesgos llamados sociales, tales como la pobreza o eldesempleo. Por tanto, resulta difícil movilizar losánimos en forma preventiva, cuando la percepciónde los riesgos ocupa un segundo plano deimportancia, y sólo alcanza su miáxima dimensióncuando se produce un desastre (Lavell, 1994;D'Ercole,1997).

En consecuencia, algunos barrios son másvulnerables.que otros debido a la estructura de supoblación. Este es el caso de los barrios uGrenada,y <losé Santos Lópezrr, creados a partir delasentamiento de numerosas familias refugiadas,provenientes de zonas afectadas por la guerra enNueva Guinea. A nuestro juicio, su escasoconocimiento sobre los riesgos naturales deManagua las hace mucho más vulnerables que otrasfamilias.

Durante mucho tiempo se pensó que los nuevosbarrios creados en Managua después del triunfo dela revolución habían sido fundados por campesinosrecién llegados a la capital. Sin embargo, nuevosestudios más bien parecen indicar que la mayoría delos habitantes de estos nuevos barrios provienen deotras áreas de Managua donde vivían con otrasfamilias en una sola üvienda. Se ha podido establecerque numerosas empleadas domésticas que trabajabancon familias pobres accedieron a la propiedad duranteel gobierno sandinista. Según Carlos Carrión, alcaldede Managua en aquella época, sólo el 200lo de losprecaristas eran exógenos, lo que contradice lapercepción inicial sobre este fenómeno. El 800/o

restante de los precaristas eran personas asalariadasque tan sólo buscaban un lugar donde vivir (Enuio,19Be).

Sin embargo, el mayor o menor tiempo que tieneuna población en haberse asentado en Managua no

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explica la exposición a los riesgos naturales. Paraconocer quiénes son los habitantes más wlnerables,resulta más significativo tomar en cuenta losrecursos económicos de que disponen, sabiendo,sobre todo, que estos recursos determinan susestrategias espaciales.

La fragmentación urbana en maÍcha

iSon los desastres naturales loselementos motores de un proceso defragmentación urbana?

El estudio de los desastres naturales no sólo permiteanalizar la historia y la información sobre el tejidourbano de Managua, sino que además nos enseñamucho acerca de los procesos de fragmentaciónurbana que están en marcha en Managua.

Por ejemplo, si tomamos el caso del aluvión que

afectó Managua el 4 de octubre de 1876, podemospensar que este desastre llamó la atención de losautores que escribieron sobre el mismo -no porquefuera excepcional- sino principalmente porque aJectó

tanto a las familias más acomodadas de Managuacomo a las más pobres. Heliodoro Cuadraproporciona una lista de familias cuyas viviendas,ubicadas en la calle Honda y en la Avenida SanMiguel, fueron dañadas por el deslave. A partir de

esta lista observamos que por los menos seis cabezasde familias de los hogares afectados habían sidoalcaldes de Managua desde L857; entre ellos, el edilcapitalino en la época del desastre, Bruno Torres(Cuadra, L939: 242).

Además, el palacio presidencial, donde se encontrabareunida la familia del presidente Pedro |oaquínChamorro, resultó fuertemente dañado, según cartaque éste dirigiera al Dr. Adán Cárdenas, quien se

hallaba en Rivas. Por tanto, podemos deducir que,

en parte, la persistencia de la memoria sobre eldesastre se debe a la exposición al riesgo de las clases

más pudientes de Managua.

El hecho que las clases más acaudaladas de lapoblación de Managua se vieran afectadas por el

deslave, también puede explicar la magnitud de laorganizacióndel rescate. Pedro Valladares, encargadodel poder ejecutivo en ausencia del Presidente de la

El 640/o de los barrios de Managua se encuentran en situación precaria, con servicios públicos deficientes,lo que tiende a incrementarla vulnerabilidad de la población. Fotos Carlos Durán. Barricada. Archivo IHNCA

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Con el triunfo de la Revolución Sandinista se aceleró el ritmo de las invasiones de tierra. Entre septiembre de 1979 a septiembre de198I, 4,397 nuevas familias (25 mil habitantes) habían invadido ilegalmente terrenos tanto públicos como privados.Fotos Carlos Durán. Barricada. Archivo IHNCA

República, ordenó al comandante de la Guardia dehonor, el coronel Simón Pinzón, que pusiera a sushombres a trabajar para socorrer a los habitantesde la capital. El día después del desastre, el Gobiernonombró una Iunta de rescate que se encargó dercalizar obras de drenaje en la periferia de la ciudada fin de ponerla a salvo de las inundaciones. Elpresidente, en persona, vigiló dichas obrasencomendadas al Sargento Mayor Romualdo Sarria,comandante del penal, quien había llegado de Leóncon los presos para construir el cauce, el cual medía8 metros de ancho y 10 de profundidad.Lazanjaseiniciaba en el extremo sur de la ciudad, siguiendoen dirección al norte hasta llegar al Lago.

A pesar de estas obras, el sector de la ciudad contiguoa las costas del lago sufrió nuevas inundaciones en1933, a causa de las fuertes lluvias. Al parecer, estavez sólo las familias pobres sufrieron gravesperjuicios, y muchas de ellas quedaron sin techo.Algunos damnificados se desplazaron hacia el este,donde fundaron el barrio Silva; otros recibieron delGobierno municipal de Managua un terrenoubicado al oeste de la ciudad, donde fundaron elbarrio Santa Ana.

En octubre de 1954, el Lago de Managua volvió ainundar la ciudad. En aquella oportunidad, laConfederación General de los Tiabajadores deNicaragua negoció con el Gobierno una donación

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de tablas para trasladar y reasentar a cuarentafamilias pobres que habían sido afectadas por lainundación en los lugares bajos del barrio LosPescadores.

Estos dos ejemplos evidencian que, desde los iniciosdel siglo XX, son esencialmente las familias pobreslas que están expuestas al riesgo de inundación. Alcontrolar las políticas de inversión urbana, lasfamilias acomodadas supieron protegerse de estepeligro. En cambio, el desplazamiento de las familiaspobres no necesariamente las puso a salvo, lo cualse desprende del estudio de la etapa posterior alsismo del 3l demarzo de 1931.

A raíz del sismo de 1951, los refugiados seconcentraron en el Parque Central, el Parque Daríoy las costas del Lago de Managua. Palacio dejó unadescripción del momento: <la gente ha seguidoeuacuando la ciudad poseída de un pánicoincomparable. Empiezan a correr fienes desalaamento hacia Granada, Masaya y Carazo,(Palazio, 1952 :58). Sin embargo, a pesar de estasdisposiciones tomadas por el Gobierno quepermitieron a algunos sobrevivientes abandonar laciudad, los pobres se quedaron viviendo bajochampas, expuestos a la intemperie. De acuerdo altestimonio de Cuadra: "toda la costa del lago siruióde refugio a las familias desamparadas, quienesleuantaron casitas improuisadas, cuyos habitantes

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sopoftaban un sol abrasador" (Cuadra, 1959 : 380).Asimismo, Palazio menciona la proliferación dechozas levantadas más allá de las ruinas (Palazio,1952\. Por tanto, podemos inferir que a raíz deldesastre las familias pobres que carecían desuficientes recursos para abandonar la ciudad, fueronempujadas hacia la periferia de la capital, en laszonas más desfavorables para la urbanización y másexpuestas a los riesgos naturales. Así, desde 1951se propició la fragmentación de Managua. Por lotanto, la ciudad se ha ido extendiendo al impulso delos riesgos naturales y estos desastres han causadouna acelerada fragmentación urbana.

Asimismo, parece que a raíz de la elevación deManagua a rango de capital, la población acomodadaempezó a distribuirse lo más posible entre los islotesurbanos acondicionados por las autoridades

estatales, con el fin de no quedar expuesta a los

riesgos naturales. La estructuración de la sociedadnicaragüense favoreció esta política. La creación de

zonas urbanas dotadas de todos los servicios,contrastaba con otras zonas que carecían de

condiciones mínimas de habitabilidad. Comoresultado, los sectores sociales de Managua se fuerondesarrollando de forma desigual, dando lugar al

surgimiento de dos ciudades. De esta forma, se

evidenció el deterioro de las condiciones de

habitabilidad y del medio ambiente en los barriosprecarios, lo que consolidó el proceso de exclusiónsocial y segregación espacial. El proceso defragmentación urbana no es reciente, pero ha sido

administrado de manera distinta según los actores.Sin embargo, en la actualidad este proceso de

fragmentación tiende a acelerarse.

El carácter recurrente de los fenómenos de bajonivel, como las inundaciones anuales rutinarias,va introduciendo en la mentalidad de las personasexpuestas, una noción de sucesos periódicosmanejables y una escasa percepción del riesgo.Fotos: Pablo Emilio Barreto. Barricada.Archivo IHNCA

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Mapa 5: Dinámicas del territorio urbano

Los actores y su capacidad deintervención en el territorio urbano

Una de las diferencias entre los barrios acomodadosy los asentamientos espontáneos reside en lacapacidad de los actores urbanos de reducir laexposición a los riesgos naturales. El26 de noüembrede 2000, un artículo publicado en el diario I¿ hensadescribía una vez más una toma de tierras. Estefenómeno de asentamiento ilegal se estabadesarrollando en la parte sureste de Managua, enlos terrenos de una cooperativa agrícola que existióen los años ochenta en Sabana Grande. Las familiasprecaristas provenían sobre todo de los barriospopulares aledaños -Reparto Schick, GermánPomares, La Fuente- y una minoría provenía de losdepartamentos. El nombre del asentamientoespontáneo -Milagro de Dios- no es casual, pues suspobladores conforman una comunidad evangélica.Esperan legalizar muy pronto la propiedad para quesu asentamiento se convierta en una urbanizaciónprogresiva. En efecto, la titulación de la tierraconstituye la condición sine qua non para que lasautoridades puedan intervenir en un barrio. Laintervención estatal permitiría llevar a cabo algunasobras para reducir de manera considerable la

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exposición a los riesgos naturales, ya que elasentamiento está ubicado en una zona marginadainsalubre, sujeta a inundaciones, y no es apropiadapara uso residencial. Además, sus habitantes nocuentan con los recursos económicos y culturalescomo para tomar medidas pertinentes frente a losriesgos naturales.

Las tierras de las antiguas cooperativas son muycodiciadas también por las familias acomodadas deManagua, ya que son terrenos aptos para lalotificación y la construcción. De hecho, gran partede las zonas residenciales hoy ubicadas en Sabana

Grande y Las fagüitas anteriormente erancooperativas. Además de estar ubicadas en puntosfavorables para la urbanización, estas tierras se

pueden comprar a precios accesibles. Por ejemplo,en Sabana Grande-Las |agüitas 0,07 hectáreascuesta entre veinte y treinta mil dólares; en focoteDulce entre cincuenta y setenta mil dólares; y haciaSan Isidro de la Cruz Verde, entre setenta y ochentamil dólareslo. Por esta tazón, numerosos barrios de

tipo enclave están siendo desarrollados en estas áreas

del municipio. Los edificios se construyen con baseen planos realizados por profesionales y con losmejores materiales que se ofrecen en el mercado.

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principales vías de comEicación

sabana

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Además, la población acomodada tiene los recursospara presionar a los concejales, logrando reorientara su favor la realizaciín de algunas obras en elterritorio urbano.

En febrero del año 2000, entró en vigor un plandenominado Primera Línea de Defensa en Managua,que consistía en la instalación de micropresas alsur de la ciudad capital, con el fin de protegerla delas inundaciones. Sin embargo, al estudiar con másdetenimiento la ubicación de tales obras deprotección, cabe preguntarse las razones quejustificaron la elección de los espacios urbanos dondese llevaron a cabo. En efecto, los barrios protegidosdel riesgo de inundación y aluviones por estas obrasson esencialmente aquellos donde residen familiasacomodadas.

Al mismo tiempo, el surgimiento de estos barrios detipo enclave, cerrados en sí mismos, ha significadouna mayor vulnerabilidad a los riesgos naturalespara los barrios pobres. En contraste con las grandesinversiones privadas que se realizanen estos barriosde tipo enclave en instalar la infraestructura

necesaria para remediar la carencia de los serviciospúblicos y ponerlos a salvo de los riesgos naturales,nada se hace para mitigar los efectos de laurbanización en las zonas que los rodean.

En septiembre de 2000, el diario La Prensapublicóun artículo en el cual se abordaba el tema de lasinundaciones sufridas por la población pobre quevive a lo largo de la nueva pista suburbana haciaSabana Grande, en especial, los habitantes de laaldea Las Maravillas. En efecto, esta nueva vía detránsito vehicular que conduce a los barrios de tipoenclave bloquea el libre paso de las aguas pluviales,provocando inundaciones que afectan a unas 220viviendas de familias de bajos ingresosll. De estamanera, los ricos incrementan la vulnerabilidad delos más pobres.

A largo plazo,los riesgos naturales modifican lasprácticas y los usos de la ciudad. En Managua,favorecen ampliamente los procesos de <atomizaciónprivatizante, que fragmentan la ciudad. El gobiernolocal ya no administra el territorio urbano para elconjunto de los habitantes y se observa una

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desvinculación colectiva. La reagrupación de losindividuos en espacios adecuados de maneraexclusiva para conformar comunidades de distintostipos, refleja la ausencia de una visión de la sociedadurbana como una globalidad (Prévót-Schapira,1999). Managua se está convirtiendo en una ciudadcada vez más vulnerable como resultado de laconvergencia de problemas ambientales comoinundaciones y riesgos sismo-volcánicos, laprecariedad de la infraestructura y de los serviciosurbanos, así como por el incremento de la pobreza,el individualismo y la violencia. La ciudad,construida bajo las contingencias de los riesgosnaturales, enfrenta una crisis como resultado deldesgaste físico del tejido urbano y del deterioro delas relaciones de los residentes con el espacio y laNaturaleza, así como entre ellos mismos.

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Obviamente, la fragmentación urbana es el resultadode un largo proceso de elaboración y deconsolidación.

Por otra parte, la fragmentación urbana orienta laspolíticas de prevención. Las inundaciones afectansobre todo a los habitantes de los barrios pobres,mientras que los riesgos sísmicos amenazan demanera más directa al conjunto de la población. Losesfuerzos por reducir la amenaza de inundacioneshan sido escasos, pero en cambio se han desplegadograndes esfuerzos para disminuir la vulnerabilidadfrente a los sismos. Todo parece indicar que lafragmentación social y territorial incide en laausencia de una visión que tome en cuenta losmúltiples riesgos que amenazan Managua, lo que,a su vez, incrementa la vulnerabilidad del conjuntode sus pobladores.

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Notas

1 Profesor en la Universidad de París l0-Nanterre. Prepara un doctorado en Geografía en la EHESS(Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales) en París. Es investigador del CEMCA (Centro de

Estudios Mexicano y Centroamericano, adscrito al Ministerio Francés de Asuntos Exteriores).2 En esta comunicación, utilizaremos la expresión territorio urbano en su acepción amplia, refiriéndonos

a la totalidad del municipio de Managua.3 Cauce: literalmente, se trata del lecho menor de un río. En Managua, el cauce designa una superficie

(puede tratarse indistintamente de un camino o de una cárcava) sobre la que se realiza el desagüe, tantode las aguas de lluvia como de las aguas negras.

a Graben: bloque hundido de la corteza terrestre, limitado por dos fallas normales conjugadas.5 Mario Fulvio Espinosa "Los chivos expiatorios del terremoto de 1951", en La Prensa, Mosaico,28/03/

00,p.2-5.6 Mario Fulvio Espinosa "Los chivos expiatorios del terremoto de 1951", en LaPrensa,Mosaico,2S/03/

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