Sanar las adicciones - Jampolsky

115
t,* Si has sentitlo alguna \,ez que tu felicidad dependía del compor tarile[lo de otra pcrsona, dc ga[ar más dinero o de tener más relaciones sexualcs, este libro va dirigido a ti. Si te has cansado de huir de li rnisrno, si anhelas el alivio dc correr más rápid¿- ¡nente que la rulina o si te das cuellta de que más no significa necesariamenle ,rá.t./¿ll:, esle libro va dirigido ¿ (i. Eres un adic to au¡que lro lo sep¿s. Estc es el primcr libro que se publica sobrc comportaorielrtos adictivos basado en el Curso de Milag¡rcs- L,r:s ¿dicciones son co¡lportamicntos basaclos hábitos dc pcnsa micnto quc no nos dejan vivir nuest¡as vidas de un moclo libre y complcto. [-as raíces (le la a¡licción sc hallan [uestra búsque- Jr Jc lclicidid (n rlgo qrre r.tr ftrcr.r dc nn.orro. Ini,tno. l)Creo qu( todos.\om(t.\ u¿¡r'tr'.\ d crcen(ior o sustancias. Este libro puede ser una guía cdpaz. de conducirnos por el camino de la sqlud ,- de f.otlo uqttello qu; iúensirtca Ia. vi¿h. ) ) Bernie S. Siegel (Autor dc Amot medlbú mikryrosa) ililtttillttililtttltttlil EDICIONES OBELISCO \, TD tl z Q¡) z U U (,f) z (t) L. J.¿ilYrr\rLJr\t SANARLAS DICüOI.{ES Cómo liberarse ú mítmo dc las pautas y c omp ortamiento s adicüv oi EDICIONES OBELISCO

Transcript of Sanar las adicciones - Jampolsky

Page 1: Sanar las adicciones - Jampolsky

t,*

Si has sentitlo alguna \,ez que tu felicidad dependía del comportarile[lo de otra pcrsona, dc ga[ar más dinero o de tener másrelaciones sexualcs, este libro va dirigido a ti. Si te has cansadode huir de li rnisrno, si anhelas el alivio dc correr más rápid¿-¡nente que la rulina o si te das cuellta de que más no significanecesariamenle ,rá.t./¿ll:, esle libro va dirigido ¿ (i. Eres un adicto au¡que lro lo sep¿s. Estc es el primcr libro que se publica sobrccomportaorielrtos adictivos basado en el Curso de Milag¡rcs- L,r:s

¿dicciones son co¡lportamicntos basaclos e¡ hábitos dc pcnsamicnto quc no nos dejan vivir nuest¡as vidas de un moclo libre ycomplcto. [-as raíces (le la a¡licción sc hallan e¡ [uestra búsque-Jr Jc lclicidid (n rlgo qrre r.tr ftrcr.r dc nn.orro. Ini,tno.

l)Creo qu( todos.\om(t.\ u¿¡r'tr'.\ d crcen(ior osustancias. Este libro puede ser una guía cdpaz.de conducirnos por el camino de la sqlud ,- def.otlo uqttello qu; iúensirtca Ia. vi¿h. ) )

Bernie S. Siegel (Autor dc Amot medlbú mikryrosa)

ililtttillttililtttltttlil

EDICIONES OBELISCO

\,TDtl

z

Q¡)

zUU

(,f)

z(t)

L. J.¿ilYrr\rLJr\t

SANARLASDICüOI.{ES

Cómo liberarse ú sí mítmo dc las pautas

y c omp ortamiento s adicüv oi

EDICIONES OBELISCO

Page 2: Sanar las adicciones - Jampolsky

LEE JAMPOLSKY PH.D.

SaxanLAS ADICCIONES

/lEDIC]ONES OBETISCO

Page 3: Sanar las adicciones - Jampolsky

Si este libro le h¡' intcresado y dcsea que le manlcn8smos ¡nfor-mados de nuestras publi.¡ciones. escríb¡nos indicándonos quó temas son de su inlerés (Aslrologir. Aütoayuda, Cicncias Ocultas,Artes Ma¡cial€s, Naturismo, Espifitualid¡d, l radición) y gustosamcnte le complaccremos.

Colección Nueva Consciencia

S¿nar las adicciones

2.¡ edición: junio de I996

Pofad¡ de Rica¡d Magrané'fítul<t original: Healing the a.ldictive mindTradúcción de José M. PomarcsO l992lee Jampolsky (reservados todos los dcrechos)O by Ed¡cioncs Obelisco, S.f-_ 1994 (reservirdos todos los

dercchos p¡ra la lcngua ospañola)Edilai Edicion€s Obe¡iscoPed'r' IV 7ll (Edif. Pedr,, IV) ¿'pl,rnl¿r 5 puerl¿ 2. fasrl)liüJs Barccl¡,n¡r - EspáñaTe¡. (93) 309 85 25 - Fax (93) 309 u5 23Castill(',540 - ]bl. ,v Fax 7743821414 Buenos Aires (Argenrina)

ISBN: 84-7720-484-5Depósilo legal: B.26.115 - l996

Impreso cn los tallercs dc Rom¿nyá,ryalls, S.Ade Capelladcs (Barcelona)

N¡nguna patu de esra pubticación, inctuido et diseño de ta cubicr-t¡ puedc se¡ reproducid¡r, almacen¿da, transmirida o urilizada cnmancra alguna n¡ por ningún medio, ya sea eléctrico, quimico,mccáni¡ro, óptico. de grab¿ción o electrográfico, sin e¡ previo con,sentrm'ento por escrito del ed¡tor.

Prefacio

Muchas dc la-s idcas de cste libro proceden de U,¡

Cu$o ¿e Milbgtos, un curso autoedl¡oativo en tres volu-

Áenes, nu¡lici¿o por la Fundación par¿ Ia Paz lnteriot

i,^. t"".ion". diarias, que aparecen en la segunda p¿fie'

son citas clel C'rruo, impresas at¡ui con permiso del pro-

Dietario del copyright, el editor.

Aun<¡ue son muchas las enseñanzas y oscntos quc nall

.i"rciJo'una inRuencia en mi vida, C¡rrs¿ ha sido el más

iit'lLLvente: me ha ensgñado a cxaminar cómo pienso y

cóm.r me percibo a mi mismo y al mundo El Curso nun-

ca lc pidJ¡l lector quc crca cn lo quc expone' stno que

.¡s U'ien te pide quó practique los principios sobre una

basc diaria. Tc inv¡to a aproximarte a este lrbro con ese

mrsnto espirilu. No Ic pldo quc crciis inmed¡dtamente

to¿o uou"ilo qu" s" unoii-. pucs bucna pane de ello le

nui.""ti "''tru¡o

simplcmcrlrc tc prdo quc Pmctiqucs los

nrrncioios v presles alención a los rcsultados'' t.. mi .incera esperanla qL¡e 3l lccr y nmcllcar los

Drincipios e{puestos en este libro. podrás idcntlficar y

climinar con .suavi¡la.l aquellos obstáculos que bloqucan

una concicncia dcl amor'

Page 4: Sanar las adicciones - Jampolsky

Tü ta¡ea no consiste en busc¿r amor,sino sólo en buscar y encontr¿rtodas las barreras quc hay dentro de ti mismoy que has erigido en contra del amoi

Un Curso de Mílagros

Prólogo

Hace diez años, la idca de esc¡ibir un libro sobre la

adicció[ habria sido realmente algo así como el puchero

tlic¡cnJole a la sa¡1én: "Apiirlate de mi qr.re me tiuna."Si a eso se añadía la posibilidad de que compaÍier¿ algo

dc mi propia histo¡ia personal de una forma abieña y ho-

nesta, me habria sentido abrumado por scntimientos de

vergüenza tan profundos que, sin lugar a dudas, hubiera

intentado ocultanne en una de mis muchas adicciones.

Quizá habría etegido entonces la adicción más aceptable

que he llegado a dominar: (Conseguir demasiadas cosas

y n¡dre se dará cuenla dc mi incolnpetencis ) !ergiien-zu>. O quizá me hubiera vuelto hacia los medicamentospara aplacar mi dolot algo que habia hecho durante tan-

tos años que automedicarme pa¡a combatir el dolo¡ se

habia convertido para mí cn algo 1an (normab, como ras-

carme para aliviar el picor. Qüizá me hubiera dedicado a

encontrar otra telación ¡ornántica en la que desaparecer,

pcnsando que oba persona quizá pudiera rescatarme de

algún modo de mis propios fbrcejeos.Hace apenas cinco años, mi mente sc habria llenado

de pensamientos como: (Menudo hipócrita estoy hecho

Page 5: Sanar las adicciones - Jampolsky

Aqui esloy, predicando todo estc material de "au$iryu-da". cuando ni siquicr'a soy capaz dc ayutiarme ¿ r¡i lltis-

Du¡ante buena partc de m¡ vid¿ mc he dcdicado a

combatif contra scnlimienlos dc baja autocstima. Me hasido mücho más fácil condcnarDc que ¿ma¡nle. Mis es-tados de ánimo se hallan sobrocargados por la deprcsiónde ticmpos pasados. cuando picnso cn los ¡riles de vccesque ¡rc he encadenado al clolor con pensamieotos auto-críticos. lle a¡hclado muchas veces llcnar cl \,acio quepercibia dentro dc mi, ai mismo tiempo que cstaba con-vencido de que cse vacio jalrás podria llenarsc- Durantedño'. hc bus(¿do el ali\ro mornenrárco que parecianoficcernle mis adicciones.

Hoy, en cambio, cscribo este prólogo después de ha-ber termin¿do el resto del libro. En cl libro comparlo mispcnsamicntos, mis sentimientos y mi p¡opia lucha por li-bcrar¡ne dcl yugo de la adicción sobrc mi vida. Compar-to contjgo ejemplos de mi propia vida y de las vidas demuchas pcrsoüas con las que hc lenido la bucna fortunade lrabalar. Todavia Ío hc lerminado mi \ia1ct aún sigoviajando. Todavía tropiezo y caigo, pcro también sigodcsplegando cl conocimiento sobre mí mismo- Si cada¡llo que transcune puedo amar un poco más aquello quesoy, y estoy dispuesto a confia¡ alli donde antes echabamano dc I¿s adicciones, só que he efectuado algún pro-grcso.

No tc ofrczco una panacea para la adicción, sino másbicn un medio de conoccrte mcjor y aceptarte a ti mis-mo. Estoy convencido dc que allí donde cxiste accpta-ción y amor. no hay neccsidad alguna de adicción.

Al leer las páginas de este libro, me sicnlo profunda-nentc agmdecido hacia todas aqucllas person¿s q!¡e han

l0

compartido tan aninosa c intinl¡mcnte sus vidas colllri_

*,'. ir,'ru ¡tnt.''o|l.tl Lnnlo ncrsñlrahnrnlc T a inlbrnra

ir¡,n "n

tn" lplnaJos sobre los (li(nlc' qtlr he Incluidn

c¡ et t¡¡ro ¡" t;¿o olrcrada paü ¿segura¡ la confidencia-

ii,l¡d. se han cambiado lodos los ¡ombrcs' toda la infor-

¡¡acjón iclcntificaclora y otros f'octores Much¿s dc las

histo¡ias aqui prcsentadas son esbozos compuestos Cual_

quie. porciido que puedas encontmr entrc un ejcmplo y

iigui"'n o qul"n ionorcas no es más quc pur¿ coinciden-

cia.

Page 6: Sanar las adicciones - Jampolsky

Introducción

La nrayoria dc nosohos caminamos a través de nucs-tras vidas y sólo experimentamos momenlos liagmenta-dos de paz mental. F,mpleamos nuestras vidas en pensa¡que logro qucrcmos alcanzar a continuaci{,n, a t1ué rcla-cron nos vamos a entrega! qué medicamento o droga oLl,\lrr no5 \a a proporciun¡r l¿ felictdad y la sli5ihcciónque tanto anhelamos. Acabamos como tiqres harnbrien-los que lráran de Inordersc la cola, c,rrrieñdo en circulo;y sintiéndonos cada vez más ftusirados y feroccs a cadanucvo paso que oamos.

El objctivo dc este ¡ibro consiste en ayudartc a experi-mentar lo que realmeote deseas: la paz mental.

Como psicólogo que trabaja con tcmas dc adicción.asi como en mi propia vida, hc descubieno que er com-portamiento adictivo no se limita a deDender del alcoholo de otras drogas. Estoy convencido de que la adicción alas sustancias químicas no es más que una mctáfora denucstra actual condición humana. Las raices dc la adic-cron no se encuenf¡an en una bote¡la, un frasco o una ic-nngrrlla. Las raices de Ia atjicción se cn.uenrr,rn cnnuestra búsqueda de la felicidad en algo que esté fuera

l3

Page 7: Sanar las adicciones - Jampolsky

;l: :::T:I',,1H::T i.i,lill,li" g:r. ,¿. rc,acioncs '

","':';'ii',,

il"Í l;¡il;:, J,ii:rl li' ""' "' busq u"mos ra

nr+Ji,r": l,ll.i,:,Hiil:;rilffiI, .i:'.*"ill'il:Í:J;.ui".l:"ffi :'*,., cs'ña cucs-

.:jJ"i:;.tr il: it f ; thiiil í""fH[itx:r:*::i1 l: jii :;,fl :*ri".ii:i;.*i .,

h{u ltl I;]"*:;i;fi:l;, l"Tffi :i;'-1".i:i:¿¿ nl*{#t*,rffii,T'l'1"'':::'::::l "t'"' í ;;;ili:lÉ; "i;f';.T:"H:

:;:1l"il*ru:ii: l$ -"'^¡x'ill;l'''#;

.,*,*liii:l i,*:: J;,*"*ffi :j' i ] il,:""":i

nttr*rui*tr*-ffi;."d ;;".r:i:;" : l';ty ltaLJo

especi I'ico a una siruacion

,d;,::JiJ".:ff [H:l'"fi ,,?i.:"¡.ix:,;".l;J"r,,l:;)1

indique que intentas encajar algo nuevo en un vicjo cs-quem¿, o que tc has quedado clavado en una cierta visióndcl ¡nundo. Clomo quie¡a que buena partc del matcrialprcsentado cn cste lib¡o pucde ser nuevo para tu formadc pensar, cierlos tcmas se repiten cn formas difcrentcs.Usa repeticióú asegum que tu mentc tenga la oportunidad,l,: tuestinnar r iejar pautas negaliras rlc pensirmiento.

Para sacarle el mejor provecho a este libro, intenta en-locar el matedal con una mirada nueva y una menlcabierta. Habrá momcntos en que te invitaré a examinartus propios pensamientos y a cuestionar algunas de lascrecnc¡as y suposiciones quc abrigas sobre ti mismo ysobre cl ¡¡lundo. A tmvés dc la autocxp¡oración, tend¡ásla oportunidad de cambiar tu expe¡iencia, al examinar ycambiar tus propias c¡cencias y suposiciones. El objctivodc este libro cs bicn simplc: ayudarte a reconocc¡ y csclt-char la presencia del amor qlLe hay cn tooos nosoros.

Decidi escribir este libro después de habcr luchadocon mis propias adiccioncs y después de años de tmbajocon individuos y familias que lucharon con las suyas.Crccí en una familia ¡lcohólica y todavia continúo traba-Jando a través de muchos dc los temas que cso me plan-tcó- E¡r mi trabajo he descubierto que la mayoria dc laslar¡ilias sc ven afecladas por una u otra forma de adic-ción. Las pautas de comport¿u¡iento de los miembros dcla familia afectados por la adicción son predeciblcs y trá-glcas a un trempo, tanto individual como colectivamente.También he obscrvado que la rccupcración con respccloa Ia adicció¡ pucde ser el umbral a partir del cr¡al se des-prcrta al amor. Desgmciadamente, tañbién he visto amuchas pe¡sonas, inciuido yo mismo, quc se han limita-do a cambiar una adicción por otra, y que han conside¡a-do cso como una recuperación, sin hace¡ ot¡a cosa que

l5

Page 8: Sanar las adicciones - Jampolsky

enterrar el amor aún ñás profundamente en la oscuridad

Después de haber dejado de utilizar el alcohol y ohas

drogas, caí prcsa de la adicción al trabajo. He llegado acreer quc aquello que detcrmina la diferencia entre ol

despertar al amor y el cambiar de adicciones es la ampli-lud con la que cxaminamos nucsras crcencias fundamen-tales sobre nosotros mismo y sobre el mundo.

Ha habido muchos usos de la palabra adl¿c¡ór, la ma-yo a dc cllos cn relación con Ia dependcncia química.

Uro de nlis objctivos con este Libro consistc ptecisamcn-te en lograr quc seas consciente de la amplitud que ticneci conccpto de adicción. Cuando veas la palabra adict:iónen estc libro, pucdes sustituirla mentalmente pot la frasc<penegu¡r la felicidad en las cosas (personas, lug¿res.

sustancias) cxlernas a mí mis¡to>. La coüunidad p¡ofo-sional se halla cn proccso de cambiar la definición de loque cs la adicción, con objeto dc ampliarla. Por ejcmplo,los principales cxpeitos médicos sob¡e la dependcnciaquiinica defüren ia adicción como (uso compulsivo ycontinu¿do, a pesar de la.s consecucncias adversas)). Tcn-go la sensación dc que esa definició¡ se pucde aplicarigualmente a la adicción al dinero, las posesiones, los ali-mentos, el trabajo, las relaciones, el scxo o cualquier otracosa.

Estoy convencido de que la mayoria de nosotros tene-mos, hasta cie o punto, bolsas de adicción cn nuestrasvidas. La amplitud en la quc nos veanos sujctos a nucs-lms pautas adictivas es Ia amplitud con la que inhibimosnuest¡o potencial para el amor Si te has cansado dc in-tentar encontrar lugares donde ocultarte del mundo, sianhelas el alivio de corrcr miís rápidamentc que la rutina,o si le d¡s cuenla de ql¡c más no significa necescri¡i¡cn-te más feliz, entonces cste libro va dirigido a tr.

l6

¡il lihro sc halla divr¡llJo en dol f\afcs La pnmera !c

iü' {$**$**".T:rifii *+¡**l*;il,i,*.'" .ü*lt t; paz de una forma már con5rrtente cn

tu ptopia vlda'

Lee L JamPolskY' médico

Carmel' CaliforniaAb¡il de 1990

11

Page 9: Sanar las adicciones - Jampolsky

1. La falacia de buscar la felicidadfuera de nosotros mismos

,1d¡cció es uoa palabra familiar y, sin embargo, ¿qué

significa cxactanente'l Puede dccirse que ningún adiclo

se despierta una mañana y se dedica a ser tan adicto comoposiblemente pueda llegar a scr La adicción es algo más

cncubie¡to v astuto, y parece introducirse subrepticia-

mente en la vida de una penona como si errtrara en ellapor la puerta de atrás. La mayoría de las penonas no se

consideran adictas y, sin embargo, hc obselvado que el

cor¡portamiento adictivo es algo qu.3 prevalece en nues-

tra sociedad.Cuando nos sentimos fiuslrados, coléricos y desgra-

ciados, probablemente no rcconocemos que lo que está

ocurriendo podría ser el proceso de la adicción. Y si noreconocemos una adicción, 1o que hacemos es cxc¿var llnaguJero mds profundo para nosotros mi\mos. cn un in-tento por escapir de sentimientos que nos resultan incó-modos. Ya es hora de dejar de huir coniendo de la adic-ción y empczar a echar un vistazo más atento a lo que es

la adicción en realidad.

21

Page 10: Sanar las adicciones - Jampolsky

Qué es lu adícción

Llevaba unos tres meses vie¡rdo a peter en mi consLLltacuando, du¡ilnte el transcurso de ulr¿ scsión, empczó allorar incontrolablemente. Mc senti colrrovido por iaprolündidad de su llanto. Los sonidos quc surglan oe suboca parecían antiguos, como si hubieran permanecidocncadenados en un oscuro aislal¡iento durante siglos, pe_ter hizo esfuerzos por hablar a través de las ligrúnas,como si la familiaridad de las palabras pudicra al,utiarlea salir del dolor que lc envolvía. pero las palabras no lesalian y la habitación parecia estar llena umcamentc porla descsperación dc la nrás profunda solcdad. Luego, porun momento, Peter se dcsprendió dc las garras dei cloio¡como si l¡atara de aspira¡ ¿ire cn un nar de profirndidaddc\cl,noctda. y 5usunó entre lrs tágntnas ln. únlc¡r p¡lr_Dra\ que tue capJ,/ dc pronunci¿r: ,, ¡cngo tintu mieLlo^.

Peter habí¿ sido adicto a la cocaína desde hacía sietcaños. Antes de ve¡lo cn mi consulta llevaba un año sinusar ntnguna slrstancla capaz de alterar la mente. Habiaf\¡¡licifaJo cn un couocjdL, n¡L,gr¿tna dc r(cupet.ac¡on Llclx Llta:. Pctcr t(niJ J2 rnus dc edJú cstaba c¡\ado, (raubñ8ddn. rcnt¡ mucho dlncro. \ i\ ta en un hugar hermosoy, sin embugo, sentia corno si le <faltara algo>. En elmornenro en que cmpezó a vermc, lne dijo: (Todo mee5l;.a^Jtcndo bien y )i¡ no u\o drog¡s. ¡cr., sigo si ,<ntLrme tell/,

, Perer rermtnó por Lleqcubrtr quc \.\e..rlgu.. que lc Ial

raoc rra ta conctencju ¡ h crperrcncia del amor. I o qucle n'untenia apadado dcl anor era su búsqucda constantcde lelicidad en cosas cxternas a sí mismo, combinado asu vez con profundos sentimientos dc vacio y soledad.No fuc hasta la sesión quc acabo de describir cuancio pe_

22

ter supo quc se sentía solo y separado de todo y de todos

I-a cocaína no había sido para él sino un nturo de conten-

cjón, quc h¿bía retenido las aguas dc la soledad. El he-

cho d; haber dejado de consumirla había sido cl primcr

paso, y Peter se cnfrentaba ahora con su pcor tenor de

todos: su soledad.

Iln lo más p¡ofluldo dc si mismo Petc¡ estaba conven-

oiclo- como la mayoría dc nosot¡os, dc que se enconhaba

solo y aislado en un mundo cruel y mortificante A partir

de esta crecncia reprimida desde hacia mucbo ticnpo,Petcr se dispuso a llcnar ese enorme vacío. Er¡pczó por

buscar frLcra de sí mismo cosas que creyó erroncamenteque le harian scntirse completo. Al hacerlo asi inició el

trayecto descendcnte en espiral qüe conducc a la ¿dic-

ción. Fue en la scsión que acabo de describir donde Peter

cmpczó a darse cueDta de que ni 1as drogas ni el dineroni las relaciones podian llcnar ese vacío que sentía. Sóloncdiante la climinación de los bloqlLeos al aúor exlstcn-tes en su propia rnente pudo empezar a cumrse y regrcsarpoco a poco a la iotalidad.

En los meses quc siguiero¡ a csta sesión, Petcr empe-zó a darse cLLenla dc que la adicción no tenia nada quever con l¿ debilidad o la fuerza de volLLnlad que su ¿djc-ción ¿ l¿ cocaína cra, simplemcnte, una partc de su bús-qucda adictiva de satisfacción y gr¿tificación en cosas

extcrnas a sí mismo.En nuesha sociodad, son muchos los que conslderan a

l¿s perso¡as adictas al alcohol o a cualquier otra drogacomo débiles y moralmcnte i[fe¡iorcs. Fue el gran antro-

¡ólngo Crcgury B.rl(\on cl qu( .ugrnó pur prinrcr¿ \e/algo diferente. Ofiecjó una imagen dcl adicto como unapersona que tenía sed espiritual, un sentido cle saber que

habia algo más- El adjcio dcscübría quc el alcohol o

23

Page 11: Sanar las adicciones - Jampolsky

c!¡alquier otra droga aplacaba nomentánca y parcialmen_te aqüelia se4 y enpezaba ¿si a scnti$e confundido.

^ünquc Peler se cncontraba somido en el más profundo

dolor, ernpezó a volvcr a conectar con su sen¡mlcnto deque tenia que haber algo más. Al rcconocer este anheloespilitlLal, empezó también a mirar dertro cle sí mismo.fn.pirado por el \ raie dc Pctcr. c.cribi lo siguiet)re:

El. sERENo t,Llc^R TNTERI(JR

Las e reNewdas raices de la atlicckinemp¡ezan e mi mentecuando creo qtrc el nundae\ n tugar de ?n netedores cuernos tle la feticitlad.

Me síenfo attupaclo en este mundorarleado por el.faso de dguar prclunda"-I t¿nrbtútd., d. la ,ulcd.lJ v t¿ dp.,.rfen.¡ón.tds ensoflii¡tdus ! espinosas ruíces rle la adicción,nvuehcn v a¡ritan nt ,oro jn.yuhtryanat rcLu¿rdo úet ¿mora desvd ecerse en hloscurídad.

Dejad que hq me dé cuent¡rap 4uc ha.v un \p\n^ luRar J"nrn ¡j" niu lugar en el que me siento ¡1salro,donde a itla el amor prategí.lo e íncólune.

M¡ ¡::on iencía actual ¿et amor briltd cofi luza traús de la oscurided de Id adiccíón.La luz del amor es la que la so!.tlo! me tomaré tíempo para permanecer quietoj escüchar h veftl1trl a.erca de quíén so¡ yo.

La invitación al anor

Peter empezó a darse cuenta de cómo la soledad y laadicción se ¿limentaban mutlLamente Para evitar su sen-

tido de la soledad buscaba la felicidad más allá de sí mis-

mo. y entraba así eD una pauta adictiva. Cüanto más lohacíá así, más solo se sentia, 1o que le inducia a aumen-

tar más la búsqueda e¡ un callejón sjn salida. Aquel dia,

scntado freDte a mí en la co¡sulta, afrontó el vacio que

tanto babia intentado srlperar. Al haccrlo, dio el primer

paso hacia la recuperación de la capacidad para que el

,rnor entrara en su v1ct4.

En nuestra vida de adultos, muchos de nosotros nos

hcmos alcjado de la espiritu¿lidad. Para algullos, las ex-

periencias negativas con la religión durante nuestra niñez

hicieron que ¡os alejáramos dc Dios Yo dcfi¡o la ¡ecu-peración de la adicción cor¡o el proceso dcl despertar al

¿mo¡. Es la misma forma c la que deflniría cualquicrviaje espiritual. Abr el co¡azón al amo¡ es la más clevada expericncia humana, y de eso se trata, precisamcnte,cuando intentamos iibrarnos de la adicción.

Cuando busoamos la felicidad eir cuakluier otra parteque l1o sea en nuesfas propias ]¡entes, negamos el amor'No podemos ocultarnos en nuestra adicción y cxperimen-tar anlor al n sr¡o tiempo. Se trata de un fenómeno realmente interes¿nte, porque llues|ra adicción nos indio¿ loopucslo. Nuestra adicción juega a decir: (Si.-., enton-ces...D. (Si me comporto de tal y tal forma, entonces mesentiré amado-D (Si l¡e drogo y me animo, no me scntrrÉtan cnojado y entonces podré amar a mi esposa.t) Estosinierminables condicionantcs par¿ obtener un resultadohacen que no sinlamos nunca el amot que siempre cstápresente en la quictud de nuestros coÉzones. Al empezar

25

Page 12: Sanar las adicciones - Jampolsky

a cahn¿tr le co¡tiuua cháchara de esos condicionantes, re-cuperamos le conciencia del ar¡or prcgúntale:

¿icómocat]lbiaria estc instante mi conciencia de mí mismo y dclmut do ii crnplc¡ra todr mi enersta (n dxr h bren!;nrJlal ¡nror en nti \id¡'

Petcr ¡ ¡o rerminamo: rquelh sc,ión ltrgrando quc él\ t\uctt/fri una pequeñJ ¡U,/ blanca cn rl centro dc .u co_razón. Lenlamcnte, permitió que es¿ luz blanca llenara sucorazon iasta que ya no pudo contcner la luz por másIrempo. Luego, dejó que la luz blanca se difund'iera portodo su,L.uctpo. hasra q¡q ¡¡, linrite, rJe su ¡iel ya nolucrL,n lrmIes suliL.icnrcs J c:a lu,/ blanca. cálida ipaci_lrca empezó a envolve¡lo como en un capullo dc l;2. Ob,servé su rostro, su¡cado por las lágrimai, dar paso a una

::il : i*." apcnas \i\ib¡e. Supe en cse momcnlo quereler hab¡c recunorjdo el amor y que se hablan planl¡d.,en (t l3s scntilla\ dc su propia cumción. Sus.enrimicnroscc sotcdad no,sc des\anccieron. pero su rrercencion de lamr\m¿ cambro ¿ pa ir de ese dta. perer ha descubierroque h profundidad de su soleürj era superficial en com_narac¡on con las prolundidades ilimitadas del amor.Mienhas.yo le observaba rodearse de amo¡, rccordó algoque Hugh P¡athor habi¿ escrito una vez: (Aprender aarnarse a s1 mtsmo es la definición del cambio>.

La controversia de la enfermed.atl

_c31n Cuig1. que Inucha: de tas per:ona5 quc tcane5¡c.lrlrro lendran furmad¿ un¡ opr¡¡ion accrca de si la de_pcnoencta qutmtca ly ¡a codcpendencia) (\ o nu una en_Icrm(rl¿CL c\,rmpuflantc dbordar estc aSpC(to .runque \eaDrevemcntc. tn lus úllimus años h¿ habido unr.,".,"n,"

26

coolr'ovclsia acerca de qrlé es Io qu,c constitLrye una en-

Ie¡r¡edad. No cstoy intcresado en añadir cor¡hrrstible en

este liblo al füego del debatc que ya ¡rde por sí lnismo

ln lng". ¡:t" eso, es mi propósito ofiecer una perspectiva

más irmplia acerca del origen' la progresión y la rccupe_

ir"iór', otn .".pe.t.t a todos los conportnmientos adicti_

observo la palabra ¿r¡Armeddd y \co qlLe describc cl

eshdo actual de (no sentirse a güstot) de la gran mayori¿

de seres htll¡anos. En este libro sugiero que la raíz de ese

(no scnlirse a gusto) se encuentra cn nuestro sistema de

pensamienlo adictivo. Muchas pemonas han enfocado la

;dicción desde et cxterior: han descrito el comportamien-

to v luego han intentado detenerlo Yo sugiero un enlo-

qué irlu"iro, y vco la adicción dcsde el interior: identifi-car y ll¡cgo cambiar los pensamrentos y creenclas que

nos conduoen a la experiencia adictiva.Con la dependencia química tengo 1¿ sensación de

que cl concepto de enfermedad cumple un papel extre-

madamente úiil, independientemente de la confirmacióno rcchazo futuos acerca de la validcz científica del mo-

delo (enf¡rmedadt). Dicho de u¡a forma sencilla' en larecupención el concepto de enfermedad permite al indi-viduo y a la familia desprenderse de algo de la culpa, la

condena, cl juicio y la culpabilidad. Si decir que una per-\L'n¡ lrenc una enfcrmedad permilc a esa per5ona mifardentro de si misma, en el momcnto actual, y decir:

<Ahora puedo elegir cómo vivir mi vidD), entonces estoy

a favor del empleo dc ese concepto. A la inversa, si decirque una persona tienc una enfermedad si$ifica que lape$o¡a ¡ehúyc la responsabilidad por su vida, entonces

cstoy en col1tra. En resumen, si una persona dice <Tengo

una enfermedadD, la siguiente afirmación que deberia

21

Page 13: Sanar las adicciones - Jampolsky

hacer idealmente sería: (Y tengo la oportunidad de elegj¡cómo vivir mi !ida)).

Tengo miedo de ti porque eres como yo

En mi investigación, así como en mi pc¡spcctiva gcnc-ral sobre la vida, he intent¿do seguir un camino difcrentca aquel hacia el que solemos ser dirigiclos. A la mayoriade nosotros se nos asignan deberes en l¿ escuela, con ins-trucciones como (Cor¡para y contnstD, o bien: <Ofreceun a álisis crílico). Aunque esas habilidades tienen v¿'lor, su uso rcvela sólo lrna imagen parcial y li¡itad¿.Cuando tratanlos de cor¡partimenlar a]go o a alguien,perdemos de vista la vcrdadcra naturalcza de aqüellomlsmo qLLe observamos-

Cuando afionlé mi tesis doctoral, pensé quc tcnia quccxislir ün mejor método que compamt conhastar o anali-zar el tcma cxplorado. Descubri que la investigación tra-dicional conctía algunlos de los mismos eüores que todoscometemos: cuando cnfbcamos algo nuevo, a menucloralarnos de encajJr u|la rn:rl]¡ cL¡¡draJa en un agujerU redondo. Para que encajc, tcncmos que recortar las esciui-nas. Me di mentalmentc instruccio¡es precedidas por fra-ses como (Encuentra los aspcctos cor¡unes ent¡e), o(Busca las similitudcs y álcas de integlación). Me dicuent¿ de que este enfoquc dc la invesligación úe ofreciauna información mucho más rica, aL¡¡que a menlLdo eratambién más dificil de acometer Después de años decducación occidcntal, me resultaba mucho más fácil diseccionar, oncontrar diferenci¿rs y clescarlar que buscarsinilitudes. Al aplic¿r mis nuevas instruccioncs a la in-vesligación, también empecé a aplicar eslc cnfoquc a las

28

situacio¡es que surgían c¡ mi vida personal Mc scnfí

¡qrrd¡blc'ncnle \ornrcndido rl dcscubrir quc erperimen-

tj¡-a r,n ma¡or -(nlt,lu dc calma interlor Deicttbrt qrte

cuando compa ime¡taba, an¿lizaba y separaba a las per-

sonas, experimentaba más miedo y más aislamiento

Clr¿ndo veía aspcctos comunes y similitudes enhe yo

mismo y ios demás, alr¡que algunas fueran a veces dolo-

rosas, scntla mas amor y conexlon.Esloy convencido de quc todos somos maestros y es_

tudiantes los unos de los otros, y que nunca termlnamos

de funcionar en esos papeles. Hace algún tlcmpo. ungran maesho acudió a vcrme disf¡azado dc paciente- Yo

eú un i¡terno en un ccntro comunal de ascsoramiento de

bajo precio cuando Tom acudió a vermc como pacienle.

Las consdtas eran bastante pequeñas y cuando Tom en-

tró en la habitación el ambiente se llcnó a olol a orina.Tom tenía el aspecto y olía como si üo se hubiera bañadoen h€s mescs. Dur¡nte nuesha primera sesión hizo bicnpoc¡ cosa, cxcepto altemar miradas fijas y en blanco conrisas históricas. Le faltaban la mayoría de los dicntes, ysu boca ap¿fecía reseca y agriet¿da. El cabello, sucioy enmarañado, le caía sobre el rostro sin af¿itar. Eso su-cedió á1 principio de mi carrera, y yo había tenido muypoca experiencia con pacientes que no sc parecieran dealgún modo a mí y a mi educación de clasc media alta.Tom había sido criado por un¡ madre que le castig¿ba hi-ciem lo que hiciese. Jamás habia recibido un mensajeclaro o cariñoso sobrc nada. La acumulación dc mensajesambiguos y negativos lo habia paralizado. Adcmás, elpadre de Tom se h¿bía marchado cuando él tenia cincoaños de edad- Su m¿dre le dijo que la marcha de su padreera culpa de1 niño. La mad¡e trabajaba como limpiadoray era despedida a menudo, por lo que tenian que hasla-

29

Page 14: Sanar las adicciones - Jampolsky

darse con ftccuencia de un hotcl transitorio a otro. Ella ledecí¿ a menudo a Tom: <Si no te hubic¡a tenido, no tendria ninguno dc estos problemas).

Tom cm diferente a mi y tuve miedo de é1. No es quepcnsara que pudrera oausarmc dajio; siDplementc, tcníamredo de \u difcrerrci¡. Ln aquclla pnrnerr sriión no \lsimilitud alguna cntre 1bm y yo misn, o. Aquella sema¡arnc entrevisté con mi supeNisor y otros colegas para recabar sus opiniones. Se r¡osharon dispucstos a ayudarpero, de algún modo, yo scguía sintiendo cl temor y measustaba la idea de enconharme eü l¿ misma habitacióncon Tom. Tuve que ver a Tom tres veces a la sclnalta du-ranlc tOdO el ¡<-.iguierrtc. | .rs Cosas nL, pJrcctcron nte-jorar y pensé que quizá debicra cnviarlo a algún otro p¡o-fesional. Sin embargo, sabía quc Tor¡ ya había rcbotadocoll frecuencia de uno a otro lado del sistema de saludme¡t¿1. Se le habia diagnosticado un dcsorden de perso-nalidad marginal y, cn consecuencia, sc le considerabacomo un paciente poco cooperativo. Parecia que yo esta-ba tcnicndo p¡oblemas. Asocié a Tom con cl olor a o narancia, lo crlal no era precisamente un buen fundanentopara establecer lLüa relación tcrapéutica.

En algún momento, durantc cl segrurdo mes de visit¿sde Tom, ocurió un rnilagro. Dcfino un milagro como uncambio en la percepción que pcnrite a una persona expe-rimentar paz y acoplamiento allí donde antes sólo habí¿conflicto y separación.

En lugar de rcpasar las notas del caso y tratar de ilna-ginrr quc !ndaba.,rndl con lorn y cótno \c suponr¡ qu<yo dcbía (arreglarloD, mc senté tranquilamente, coD losojos cerrados y solicitó una guía en mi trabajo con Tom.Al ent¡ar en la sala de espeÉ y saludar a Tom, empecé asentir soledad dcntro de mi. Cuando Tom se sentó. nucs-

30

lr¿\ nrrrda\ cc \'nconlrJron. ) nudc \cr mi pronio ¿i.la

mtcnro J dcs<'if\cllrlon en su\ ojos L\o era pre(l\amrn-

l< artlrillo Je lo aue realmenle hJbi¡ lcnido micdo Hflhi¡

cnfo.c(l^ lJ arcncióq .obre lo difcrenl( que erl con re\-

Dccl!¡ ¡ mr. pcru cn real;dcd h¡bia.rntido miedo de lo

nru,ho que 'c parccia r Inl Durantr l¡ mlJof parle de mi

vicla he reprimido mi prof'unda sensación de soledad

Aünquc pa¡a cualquier observ¿dor exterior- probablemcn-

te dov una imagen de <óxiÍ>r, casi siemprc experimen

uba la sensación de cstar en el extc¡ior, mim¡do hacia

dcn|ro.ED un momerrto, nuestras diaercncias se lundicron. Es-

tábemos desnudos. tal como éramos. Durante la sesión, él

siguió ricndo de aquella forma ta¡ extraña, seguia oliendo

a orina, pero Ios sentimientos que había en la estancia ha-

bían cambiado. El enfoque sc habi¿ desplazado desde ser

consciente dc nuestras dil-crcncias, a ser consciente de las

cosas que tcníamos en colnún. f)úantc las sesiones si

guienles dcsapareció el temor y aparcció la compasión,desaparcció el aoálisis crítico y aumentó la conflanzamu¡ua.

Tom y yo pasamos juntos unas pocas horas a la sema-

na durante un ai1o. En ese tiempo me pudo cont¿r su do-loros¿ historia lamiliar y el aislamiento de su existe¡cia.Sris nlir¿das en blanco y sus risas histéricas dieron paso al¡grir¡as de aleg¡ia y dolor a un tienpo. Pocas cosasc¿mbiaron en su aspccto, pero sc produjo un cambio in-terior J¿más olvidaré nuestra última entrevista. Permane-cimos erl medio de la habitación, abrMados dumnte va-rios minutos. Duranle cse tiempo no fui conscicnte de

nada más que de mi compasión por Tom y de nuestroviajc juntos hacia el despedar al amor. Luego, él reiroce-dió, ne sonrió con su boca sin dienles y dijo: (Ahora

3l

Page 15: Sanar las adicciones - Jampolsky

hueles como yo). Ambos nos echamos a reb porqüe sa-bíamos que ninguno de los dos habia sido conscicntc delmismo olor que originalmentc mc habia hecho serltir eldcseo de ecbar a correr para alejarme de é1. De aLgú¡modo, oler igual h¡e una forma adecuada de sepalamos.

Mi expcriencia con Tom me permitió encontrar unospocos puntos ol¿le que ahora trato de recordar cn mivida cotidiana:

GuiAs A SEGUTR p RA coNocERME A Mi MrsMo

L Cuando me centro en las diferencias es a menudo por-quc tengo miedo dc algo que h¿y en mr mrsmo.

2. Recrearse en las dife¡encias crea distancia y aumentael temor

3. Concentrarse en los aspectos conunes desarollacornpasjón y comprensión, al mismo tiempo que au-menta el amor.

4. Cuando juzgo a otra pcrsona cs una buena indicacióndc quc ha llcgado cl momcnto dc ver qué estoy negan-do de mi mismo.

5. Cuando me empeño en arreglar o cambiar a otra per-sona, entro en el mundo de la adicción, al ver mi feli-cidad como dependiente del comportamiento de esaotra persona.

Quiénes somos versus quiénes nos dicennuestos egos que somos

La discusión anterior sobre las difcrentes experienciasobtenidas al centra¡ la atención sobre las diferencias osobre los aspectos comunes, empieza a colocar los fun-

32

damentos para una discusión del sistema de pensamiento

del ego. Veamos de nuevo la definición de adicción que

utilizamos. La adicción es una búsqueda compulsiva ycorrirua dc l'elicidad luera de nosotros misml's. a fe.arde que la satisfacción nos elude siempre.

Más precisamente, la adicción os una continuada bús-qucda compulsiva cxtcma, a pcsar de quc csa búsqucda

nos conducc siemprc al dolor y al conflicto. Esa es lalonl.r d( ¡crudr del ego. Para tnrertir el componamienloadictivo, tcnemos que empezar por desafiar los concep-tos lunda¡rentales del ego! que son:

l. Culpabilidad. Es la c¡eencia de que he¡nos hecho algomal, er¡óneo e impeldonable. La culpabilidad se basaen la creencia de qr¡e el pasado cs insoslayable y de-ternina cl futu¡o.

2. yergüenza. A mcdida quc aumcnta la culpabilidad, nosólo crccmos que hemos hecho algo mal, sino quecmpcz¿rmos a creer que somos malos.

3. Ic¿¡or Debido a la culpabilidad y a la vergüenza, y alos sentimientos resultantes de haber hecho algo maly de quc somos algo malo, nos vemos atormentadospor el temor ¿l castigo. Para aLgunos, eso se lraducecn lemor de Dios, mienl¡as que para olros se r¡ani-ficsta en la creencia de que no se merecerl el amor.

La culpabilidad l¿ vergiienza y el temo¡ electúLan jün-tos una especie rle danza de la guerÉ que nos deja con laansledad y con sentimientos de vacío, con sensación descr i¡completos y sin esperanza. El ego nos impide exa-tninar-nos clemasiado profundamente, al hacernos creerque la culpabilidad y la vergúcnza son tan fuertes y pe-nelrantcs quc posiblemcnle no podcnos supcmrlos. De

33

Page 16: Sanar las adicciones - Jampolsky

bido al iemor, cvitamos mirar dentro de nosotros mls-mos, y empczamos a mirar a la genle, los lugares, las ac_

tividades y posesioncs para buscar cn ellos nLLestra felici_dad. Es en esta búsqueda extcma de paz mental donde el

ego nos empuja hacia nlLestros pdmeros pasos en direc-ción a la adicción.

Cuando yo tenía qui cc años, mi padre nos llevó a miherr¡ano y a mí a almorzar a un agradable restaurantc si

tuado cerca de casa. Pareoía sentirse preocupado y un

tanto nervioso. No tardiüía en dcscubrir por qué- Era el

dia que había elegido para decimos que él y mi madrehabían decidido divorcia¡se.

Dado el estado de su nlatrimonio y la fiecuencia de

sus discusiones, cualquier obscrvado¡ objetivo podría ha-ber pensado quc ese anuncio no constjtuiría ninguna so(-presa. Sin cmbargo, fue una conmoción. Al oír las pala-bras quc surgían de la boca de mi padre sentí en el

estómago como si el mundo estuviera a pruto de acabarInmediatamente, me sentí responsable, culpabJe, avcr-gonzado y temeroso. En aquel¡os momentos, probable-mente em más consciente de scntir miedo. No ¡ecuerdoque mostrara ninguno de esos sentimientos ante mi her-maÍo, mi padre o cualqurer otra peNona. Los mantuvebien ocultos.

Mi foma de sentime en prcsencia de mi madre cam-bió. Siempre me había sentido cerca de ella, aunque a

veces me veía como at¡apado cn una rcd. Ante ella mesentí como si la hubiera abandonado, como si, de algúnmodo, hubiera podido hacer algo par¿ impedir todoaquello. Mi cujpabilidad pareció igualar la protundidadde su dolor-

Si se me hubie¡a of¡ecido una altemativa, prob¿ble-mcntc habria elegido vivir con mi madre. Pero tuve la

34

impr(.io¡ Lle rro ¡(ncr altcr|l¡ti\J. dc que tenia quc rirircon clh porque mr padre m< habia ab¡ndonado. tn ¡rios

rccicntes y duraÑe el proceso de sanacióü de nuestm re-

lación, mi p¿dre y yo hcmos hablado nunerosas veces de

tquc. prriodl, de nucstras \ld¡s. t . h¡sl¡nlc 5cg1lro que

mc d'j,' qur 'i dcse¿ba ririr con ól nodr¡ h¿cerlo. qun

quc c\r,) \eeuro dc que. en eleclo. d¡o e.a. prlabras. el

men\a)e qdc ¡ercibi de él fu<: He terminado (on la fa-

milia. Tengo que vivir mi vida. Tú te quedas en casa ycuidas de tu madre. No me moiestes). Mi hermano, que

en aquel cntonces tenia diecisjete años, decidió trasladaa-

se a lago Tahoe. Yo no compa i mis sentimientos con mimadrc porque tuve Ia sensación de que se hallaba agobia-da por ¡anto dolo¡ quc mis problemas habrian sido dcma-siado para ella. Al lraccr csa suposición. .jamás permitíque mi madrc conociera mi propio dolor intcrno. Retros-

nccli\3mcnle. habria sido mucho más curarivo pam am-bos quc yo le hubiera podido comunicar cómo me estabaef¡ctando a mí aquella situación.

El rcsult¿do fue que me sentí v¿cío y solo. En aquellos¡lomentos iba a u¡a escuela supe¡ior p¡ivada. El nivel demis notas descendjó po¡que me ausenté a menudo de Iaescuela. Au¡que antes ya había experimeÍtado con dro-8as, aumenté su consumo. Buscaba alguna fbrma de ali-viar el dolor que sentía. Poco después de la separación dcmis padrcs fui llar¡ado al despacho del jefe de estudios,donde él y el director me düeron que aun cuando la es-cuela Dunca había expulsado hasta entonces a ¡ingúncstldiantc de form¿ perrü¿nente, h¿bian decidido que noexistía espemnza algun¿ de que yo alcanz¿ra los nivelesmulmos de la escuela. Con el dudoso honor de haber sidoel primer muchacho cn ser cxpulsado de mi escuela, miculpabilidad y mi vc¡gücnza no hicicron sino aumcntar.

l5

Page 17: Sanar las adicciones - Jampolsky

Pe¡o no se trataba sólo de que me sinticra culpablc yavergollzado, sino que también mc sentí aterrorizado ante

cualquier aspecto de lo que experimentaba. Tcmi quc

fucra correcto lo que había comprendido del mcnsaje

traDsmitido por el jefe de cstudios y el director: que yo

no valía nada y quc estaba condenado al fmcaso. Mi cul-pabilidad ve¡güenza y temor me caus¿ron scntimientos

de soled¿d. vacio, f¡acaso y profunda descsperanza. Pcro,

sob¡e todo, no mc sentía digno de scr amado. Como re-

sultado dc ello, inicjé tLn ciclo adictivo en el quc buscaba

las drogas para encontmr alivio.Las siguientes, son frases ext¡aídas de Acepla esle

'?'galo: sclac(iones de Lln curso en milugttts. dc Walsh y

Vaughn.

Al¡or y culpabilidad no pücden coexistir,

y aceptár uno cs ncgar al otm.

ill fi¡¡al de la culpabilidad no llegará nunc¡mientr¿s estés coN€ncido de qoe ex¡stc un¿ mzón pam €lla'

Debes aprender que la culpabil¡dad es siemprc totalmente

insana,y lo conocc razón alguna.

Só1o tu mente puede producir temor.

Debes habelc dado cuenta de una exlraordinaria

catacteristicade cada fin que el ego ha aceptado corño proplo.

Cuando lo has alc¿nzado,

no le ha dejdclo satis|¿eho

Por eso, el ego se vc tbrzado a cambiar inc€santementc

36

de un objetivo a otro'para que puedas seguir csperando,

para que pueda ofrecerte algo.

Estas citas, y especialmente la última, son, para mí,todo aquello a ¡o que se reficre la adiccjón. Cuando se-

guimos cambiando de un objclivo a otro (ya sea relación,

irabajo. clroga), a pcsar de que nuestros objetivos nunca

nos dejan satisfechos, nos encontramos atrapados en cloiclo de la adicción.

Sobrc la.felicidad

La búsqueda extema de la felicidad es algo omnipre-sente en la sociedad contemporiínea. No sc puedon vermás de quincc minutos seguidos de te¡evisión comercialsin quc una scrie de anuncios te digan que necesitas al-gúD produclo nuevo o l¡ejoúdo para ser más feliz. A unaedad muy temprana, empiczas a formar cl núclco del sis-tcma de pensamiento adictivo del ego: que cres funda-nlentalmentc inadccuado tal como ercs, y que neccsitasalgo extcrior a ti mismo para scr completo.

Es crucial, por tanto, cuestionar cl sistema de creen-cias dcl cgo. El sistema de pensamiento adictivo es seria-mente dcfectuoso y nunca nos ofrece u¡a paz mental du-radera. En contraste coh éste, cl sistema de pensamientobasado cn el amor, nos dice que nuestro estado mentalnatural cs de totalidad y de paz.

En mi trabajo con personas recientcmentc recupcra-das de su depcndencia o codependencia qurmrc¿! rnc cx-traña a menudo la fortaleza c ir¡acionalidad del sistemaclc pensamiento adictivo. Una nochc, durante una coÍf-e-

3',7

Page 18: Sanar las adicciones - Jampolsky

rcnoia, hablaba sobre la felicidad cuando empccé a dar-

mc cuenl¡ dc que la g.nlc morrr l1 c¿b(/i] llcgali\amcntc o parecía enojada. Tod¿vía no he logrado superar del

todo mi ner'e.idad de agrcdar a lo' dcmás. a\i quc pen'e

que debí¡ preg1lnt qué pcnsaba la gente. Le pregunte a

una mujer sentada en )a primera fila por t1ué sacudia nc-

gali\¿menlc la cabeza. Ve conlcsló que. cn \u uninión.yo estaba loco porquc hablaba como si la gente pudiera

scr feliz siempre que lo deseara, y afirr¡ó qüe ciertas si-

tuaciones se hallan fuera de nuestro oontrol y quo, en ta-

les circunstancias, serí¿ <natural)) sentirsc enojado y des-

graciado. Empecó a darmc cüenta dc 1o absurdo del

sistema de pensamiento adictivo Argumentamos en fa-vor de nuestra dcsgracia (y nueslras adicciones) como sl

fueran cosas que deseamos y ¡eccsit¡mos. Nos convcn-

cemos a nosotros mismos de que es la situació¡, y no

nuestros pcnsamientos, lo que determina nuestra expe_

nencla.En lugar de continuar corl la conferencia tal como la

habia planeado, pasé a rcalizar una encuesta improvisada.

Pregunté cuántas personas crcian que era posible scr felizen todo momento. Nadie levantó la mano. Seguí mi línea

de inlerrogación y preguntó: <¿Qué os parece el ochenta

por ciento del tiempo?)). Unas pocas pcrsonas levantaron

la mano. <¿,Y cl sesenta por ciento del tiempo? ¿Cuántaspe$onas creen que es posible ser feliz simplemente el

sescnta po¡ cicnto del tiempo?, Se levaniaron unas pocas

manos más. Al continuar, el mayor g¡Llpo de personas le-vantó las manos al llegar a la marca dcl cincuenta por

ciento.Te voy a comunicar u¡ sccreto que el ego lntcnta

r¡antener oculto. Cuando llegas a este mundo, no exlste

ningún sello, tatuaje, contrato o cualquier olfo dooumen_

38

to virrculante en el que se diga: <Este nuevo ser queda

limitado a un 52,31 por ciento de lelicidad>. La verdad

os quc:

Las únicas limitaciones a tu felicidad son aquellasque tú mismo te iñventas.

Esto rcsulta dilicil de aceptar para r¡uchos de noso-

|ros. Es bastante más conveniente desviar la rcsponsabili-JeJ .l( lue'rra lclrcrdad haci¿ algo o ¿lguicn. ¿nlcs quc

aceptar personalmcntc la responsabilidad de nuestra propia felioidad. Te invito a hacerte üna pregunta y reflexio-nar ün poco sobre ella: ¿Qué necesito, que no tenga ya,con objeto de alcanzar paz mental ahora mismo? Si paracontestar esa pregunta empleamos el sistema de pe¡sa-miento adictivo, el del ego, nos encontrarer¡os con unali.r¡ inrrrnrinable: qui/á ma. dinero. una parei¿ más

atractiva, un mejor lrabajo.

QlLizá te hayas dado cuenta de quc cmplco la palabra

lelitidud y el término /az m¿r?ld1 indistintamc¡te. Parami, ]a pal^br^ f¿licidad no deDota un rostro constante-rnerlte sonricntc, pucs cicrtamente tenemos más de unsentimicnto y de una expresión. Sill embi go, es posiblepasar por situaciones traumáticas y, sin emba¡go, experi-rnentar p¿rz mcntal y, en consecuenoi¿, una sensación def¡licid¿d. Las lágrimas y la felicidacl no sor mutuamenteexclusivas, si sc cmplca la palabra para denotar paz men-tal. Entonccs, si la vcrdadera felicidad no es paz mental,¿que esl

En dif'crentes rnor¡entos dc mi vida han surgido antemi situaciones que he percibido como claras limitacionesa nli plopia felicidad. He aprendido que esas situacioncsse lúnitan sólo ¿ la amplitud con que las percibo. Una de

39

Page 19: Sanar las adicciones - Jampolsky

las más dificiles de esas situacioncs fue una incapacidadfisica.

Cuando tenía veinticinco años empecé a darme cuentade que ¡o podía oir tan bien como antcs. Después de unaserie de pruebas el diag¡óstico scguia sin esta¡ claro y laprognosis cra ambigua. Tildos los médicos me dijcronquc, muy probableme¡tc, mi oiclo no mejoraria, podíaquedarse como estaba o, más probabler¡ente, ernpcorariaprogresivamente. Mc scnti deprimido debido a la posibi-lidad de quedarmc sordo, a pesar de quc todavía podiaoír bastante bicn. En aquellos momentos terminaba misestudios de graduado e inici¿ba un jntcrnado como psi-cólogo. Estaba convencido de quc ios oidos eran para mícomo las manos para un pianista. Tuve el temor de no se¡capaz de f¡ncionar en aquello para 10 que me habla for-r¡ado durante ta¡tto tiempo. Contemplé inclLrso la pcrs-pcctiva de perder cl oido como una limitación sobrc mifeticidad.

Al obscrvar muy atentamente mi situación, decidiconcentrarmc cn desprenderme de ¡a imagcn negaliva deperdcr mi oido y dirigir mi energia hacia pensamientossobre mi pérdida de oido qLLe fueran curativos. Me sentíbastantc aliviado, e incluso o¡gulloso. al darme cuenta dequc la capacidad auditiva se habia cstabilizado y ya noexpcrime¡¡taba una pérdida continua. Continúe trabajan-do cn miprofesión y nunca sentí quc mi oido me limitaradc un modo siglificativo.

Sicte años más tarde experimentó una (recaída> ytuvc una rcpcntina pérdida de oido; ya no podia oir a mispacientes, contestar el teléfono o lüncionar cn mi puestodc enseñanfc universitario, Tuve la impresión de quc csoconslituía realmentc una limitación a mi felicidad. Pcnsé:si no puedo oír, no pucdo sc¡ fcliz. No he abandonado mi

40

r¡tejo¡a del oido at¡nque, tal co¡¡o sucede con la cscritum,neccsito un audífono cn cada orcja. Aunque los audifo_nos mc permiten funcionar bastante bien, mi ego lo pasóinicialmcote bastantc n1al anlc el hecho de que tuvieraquc llevar¡os. Estaba acostuotbrado a considerarmc (sanoI norm¿].. y pen\é cntonces quc nadie qu.rria vcr c unpsicólogo sordo. Empccé a daflnc cuenta cntonces clc quela vc¡d¿dcra curación quc tenia que produci$e estaba cnn)i lnentc. Mi tarea consistia cn dcscubdr la lección entodo lo quc eslaba ocurrie¡do. Neccsitaba llcgar a creerqUc e¡a posiblc scr un psicólogo con cl oido defbctuoso yscr f¿liz al misDo tiempo.

. Und dc las cosas que hc cmpezado a aprendcr cs quehay muchas lormas de oír difbrentes a hacerlo, simpie_nrenle, a través de palabras que compfcndemos. Ahora,s(ry mucho t¡ás co¡lsciente dc oir con el <oído del cora_zó|l)>. Presto más atcnción ¡ los <sonidos> del anror, eldolor, la alcgría y la desesperación que se cncl¡enrrun pordcbajo y ¡nás allá del contenjdo dé las palabras. Hágo¡rrás caso del que solia a la voz intema de mi intuición. y(sloy

,descubricndo que aquello quc en otros liemposcons¡dcrc üomo una limitación. sca posiblementc un d;n.lndar ja confo cn recuperrr ml oirlo fis¡r:¡.¡. pero no qut_srcm por ello tcner que abandonar los otros nivclcs dcoldo quc he aprendido. Todavia hay momcntos en los quenl( rr(nlo deprimido por mi oido ) por la posibiljdad dcqu€ la perdida conlinúe progresando. pcro áhora soy máscapaz de oonfrolarme y comprender que las únicai limi-tucrones que mi pérdida de oido me impone son aque|asque yo mismo invento. prefiero identificarmc coD laslccclones a apaender, antes quc con ias limitacio¡es a in_venta¡'

4l

Page 20: Sanar las adicciones - Jampolsky

La Jalacia de <no ser ,tu/íciente,

El pensamicnto basado en el amor teconoce un hccho

sencillo:

No me falta nad¿ Para sef l¡liz 2hora r¡ismo

Ello se debc a que no exisle cscasez dc amor En

cuanto aceptamos el sistema de pensamiento adictivo yconsideramos que nos falta algo y que somos lncomple_

tos, inioiamos nuestra búsqueda adictiva Cu¿ndo nos

percibimos como separados y solos en un mundo donde

sólo hay una cantidad limitada, nos hacemos adicfos ai¡atar de conseguir (suficienteD. Y, sin cmbargo, cl siste-

ma de pensamiento adictivo nos engaña- Nos coloca de-

lante una z¿nahoria que nos ptometc felicida4 pero en

secreto defiendc el lema; (Nunca hay suficientc).Recientemente vi la pelícnla Lo pequeña tienda de los

horrores. Quizá de fo¡ma no intencionada, la película

ofrece un ejemplo poderoso y cómico de nuestro sistema

de pensamiento adictivo. Al iniciarse la histori4 un Joveneflcue¡tra una planta pequeña e insólita a la que empieza

a alimentar. Un día, el joven sc corta accidentalmente en

un dedo y descubre, extrañado, que la pequeña planta se

aliúenla con su sangre. Como desea que la planla crezca

saludablemente, sigue alimentándola con sangre, pero laplaúta desea cada vez más y más. Cuanto más glande se

haoe, más desea. Nunca se siente satisfecha y a cada nue-

va toúa de alimenlo grita más y se bace más repugna te-

Finalmente, la planla se transfbrma en un monst¡uoso

objeto botánico c¡tLe exige <¡Aliméntamel ¡Aliménta-mcl)). Eso es lo que hacc febrilmentc cl ego, con su sisle-

ma de pensamiento adiclivo.

12

¿,Cuándo se inició el sis¡cma de pensamiento adicti-

vo? hecisamente cn cl momento en que empez¿rmos a

vcrnos ¿ DOSO1¡OS miSrnOS COmO algo distinto a Seres tO-

ules y amorosos. Una dc las premisas de este libro es

oue la experiercia del amor no es algo que se alcanza,

sino algo que se rccucrda. Quiénes somos, amor, nunca

nos ha abandonado. sino que simpler¡ente se ha visto

cubicrto por el sistema de pensamiento adictivo. No lle-qanlos ¡ ser incompletos en algún momcnto de nuestlas

i r,la'. -irr., quc .implemenle olvid¿mos qu¡énes somL,\. )cmpczamos a busc¿r la felicidad fücra de nosotros mls-

L¿ paz mental no cs algo que se <alcanzao.

El rccuerdo del amor sólo está

a un pensa¡niento de distancia.

El amor sólo espera a que le dó la bienvenida.

H¿ce poco tiempo, en mi consulta, cstaba viendo a

Dianne, una mujer de treinta y cinco años de ed¿d. Ella,como muchas otas de las personas a las que veo, se des-c¡ibió a sí misma como recuperándose de una codepcn-dencia. Ese día, al ver que utilizaba repetidas veces la ex-prc\ion.'en mi recuperacion". eso me empe/ó a sonar

como l¿s uñas que arañan una pizarra. No estaba segurode saber por qué me molestaba eso, pero después denuestra sesión tomé unas pocas notas, y decidí ¡eflexio-nar sobre elias en algún momento posteior del día. Unostrcinta minutos clespués, cuando mc encontraba con misiguiente pacicnte (un <adiclo en recupcración>), y aun-qLLe ni siquiera pensaba en mi pacrente anterior, me oi ami rnismo decir: (No nos veo como "adictos en recupe-ración", sino con'lo "sercs humanos que ¡ecordamos">,

Page 21: Sanar las adicciones - Jampolsky

Me di cuenla de que la palabra recuperaci)n situa mi to_

t¿lidad en alguna parte del futuro La paTabra reconlarlne hace pensar que eL amor nunca me ha abandonado'

sino qüe simpleüenle ha estado rccubiel1o con capas de

pensamiento adiclivo. Desde esc dia me complace rcfb-

rinlre a i mismo como un <scr hümano que recuerdD),

con lñ que nrc drgo a m, Ini'mo qtl( lo untco qtte ncccsi

to hacer es recordar que ahora mismo soy entelo y com_

plelo.

Negación: tl fitnd¿n¿nto de lr aJicc¡ú

La paTabra negación se emplca con f(ecucncia en los

programas de depcndencia química. Una parte del pro-blema de I¿ depcndencia quimica es la ncgación de que

({tsla un problcnla. \1, conozco a ningune per:.rnr qui

micamente dependieDle quc no se haya dejado arrastrarpor la negación. Desgraciadamenle, la negación rnantiene

al adicto en una estructura menlal irracional, lo que lepen¡ite continüar con su adicción.

El proceso de la ncgación en la adioción no se limilaal ámbito de la dependencia cluimica. En cualquier adic-ción, y para que el ego continue su búsqueda obsesiva de

gratificación extema, se tiene que negar nuestra totalidadsubyacente. En otlas palabras, la adicción no puede exis-

tir alli donde se ¡econoce[ verdaderamente el amor y latotalidad- Es la negación de nuestra tolalidad subyaceüte

1() que constituye el fundamento de la adicción. Si nos

experimentáramos a nosotros mismos como L¡n todo, la

adicción no se produciria porque nos seltrrialnos com_

pletos, en y dc nosotros mismos. Desgraciadamente, amenuJo perrnlncccmos ciego' dnle nueslra: propias i\ru'

41

1¿s aclictivas. Tenemos.que realizar un esfuerzo conscien-

tes por a¡üar la negaclon-

La adicción nace de pensar que somosmenos que el todo-

Hoj no mc Quiero ver a mí mismo como linlii¡docn alguna forma. Hoy puedo dejar de ne¿ar el amor

Ll plon del cgo; niógalo y de'aparecera

El plan original del ego para libera¡nos de la culpabi-lidad conti(rre dn. clcmcntoc chvc: ncgacron ¡ pro¡ cc

clón-A principios dc la década de los años ochenta, yo vi-

rrL cn un r¿ncho en el cond¿Jo tle M:utn, a uno. cin-cuenta kilómetros al norte de San Fr¿rncisco. El únicoservicio existente en el r¿ncho eú la luz eléctrica. Elagua para la casa procedía de ü1a fuente. La basüra queacumuláb¿mos necesitaba ser recjclada, llevada al basu-¡ero. o dejada en un montón de abo¡o compuesto- Yo cs-taba a cargo de ese montón de abono compucsto. Elcgípara cllo u¡ llLgar cercano a la casa, bastante cerca dedonde me gústaba sentame a tomar cl soi y leer Aproxi-madamcnte üna vez a la semana sacaba la basura y la de-Jaba en cl r¡ontón de abono compucsto, dcscomponia di-ligentemente los trozos r¡ás grandes y 1o mezclaba todocon la licrra. A medida que lranscurrió el ticmpo me fuihacicndo perezoso y me limitaba a ente¡rar algunos delos t¡ozos más gúndes, sin tomanne el lier¡po pa¡a des-componer el material y mezclarlo co¡ la tierra. UÍ dia,nicnt¡as leia en mi lugar favorito, me di cuenta de que ellugar empezaba a olcr como un basurero. Mi peieza para

Page 22: Sanar las adicciones - Jampolsky

enterrar la basura habia lerminado por arrulnar ml capa-

cidad para relajarme y disfrutar de aquel luga( pacifico.

Evidentemente, no soy buen campesino, perc si aprendi

una regla sencilla: entetrar algo y olvidarlo no funciona.

Uno dc lo\ ¡'lccto5 dc la negrclon e\ crccr que 'i cn-

tcrramos nuestra culpabilidad si la ap¿rlarnos de nuestra

concicncia, nos veremos libres de ella Dc un modo no

muy diferente a 1o quc ocurió con mi perez¿ en cuanto al

montón de abono compüesto, la negación no logra librar-se de la culpabilidad. La negación sólo produce tcmor'

Pr(ryeccíón

Cuando se nicga la culpabilidad y se la reprimc' em-

pieza a recomcrte por dentro. El ego busca entonccs una

fonna de dcsembarazarse de la clrlpabilid¡d. Er1 la pro-

yccción, cl ego crec que si proyectas inconsclentemenle

la culpabilidad tejos de ti y hacia alguicn, te verás mágÉ

camente liberado. En lugar de eso, lo que sucede en rea-

lidad es que aumentas tlrs sentimientos de culpabilida(temor c inadecuación.

Es posible que sea un conceplo dificil de comprendcr

al principio, no potque sea complicado, sino más bicnporquc quizá nos haya os acostumbrado a desviar la

culpabilidad hacia ¿lguien más. Al hacerlo asi, creemos

quJ estamos a salvo de nuestros temores más ocdtos. El

problema es qüe este proccso de proyección nos impide

obseñar la fuenic del problcma: nuestra propia mente.

La proyección, y el comportamiento que rcsulta dc

ella, qL¡eda mejor ilustrada con u1a metáfom. Imaginaque montamos un proyector cinematográfico para vetuna película. Se apagan las luces y empieza a proyectarse

la película. Unos diez minutos después te das cuenla d{r

o"" )o "ao) tr¿steando el aparato y que pare/co \enlir-

me incómodo- Me preguntas si estoy bien, y yo te digo

quj no me gu5l! la pcllcula lJe hecho. \erla me esld po-

nrcnJo m,r¡ incólnodo. Tú 5abe. quc yo so) una per5ona

racional, por lo que te sorprcndes ante lo que hago a con-

¡il1uación. Mc lev¿mto, me dirijo a la pantalla y escribo

sobre ella, la muevo o incluso intento desgarrarla. No me

gusta la película, así que intcnto cambiar la pantalla.

Lo que stgiero es que cada uno de nosotros, a veces

de una forma colidiana, demostramos esa misma clase de

compo¡tamie¡to insano. Como sole os estar lodeadospor mucha gente, nadie cuestiona cl compoñamiento.itermitcme empczar a explicarlo mediante el pla tea_

miento de !¡na prcgunta. Si no le gusta la película, ¿cuálcs son tus opciones más cuerdas'? A pesar de quc hay

vaias respucstas, probablemente la más racional supon-dria apagar el proyecto¡ o cambiar de película. Esas res-puestas rcflejan la comprcnsión de que la fucnte de Ia

imagcn no es la pa¡1alla, ya que la imagen cs proyectadasobre la pantalla.

Para comprender cónlo funciona la proyeoción en tuvida cotidiana, imagina que el proyector cinematográflcoc. ru prupi.r mcnre ) quc la pelicula sorl nrs pen.amicntos. Al ver la vida de este modo empczamos a reconocerun hecho impo anie que tenemos quc asumü sl querc_nlos encontr¿r la paz mcntal:

Lo que ves cs tu propio estado nrental

ptoJe(lado l"a' a tl e\lerlor'

Debido a la proyección, pucdes creer que si cambias alas otras personas para que satisfagan tus especificacio-

Page 23: Sanar las adicciones - Jampolsky

¡es, te se¡tirás leliz. Al dejafte llevar por esta creenciatus acciones son lo misúo que cuando yo me he acerca-

do a la pantalla y he tratado de cambiarla. Cuando vemoscosas negativas en olras personas, las vemos a menudoporqrLe hemos negado ese aspecto en nosot¡os mrsmos;en nuesfo esfucüo por desembamzamos dc ellas, las he-mos proyectado hacia otras personas.

Aunquc comprendo lo que es la proyección a un nlvelintelectual, hay veces en las quc me descubto acluandode una form¿ insa¡a: trato dc cambiar a los demás o vcoen ellos mi propia parte oscura. Por ejemplo, hace algu-nos años el presidente Rcagan prolunciaba un discurso yse ¡cfirió a Rusia como un (imperio maligno>. Rccuerdoque me sentí pefiurbado porque tuve la imp¡csión de queesa ¿firmación no cra sino una proyección. Pocos días

más tarde, rnicntas ie contaba a ün amigo lo que pensa-

ba al rcspccto, me di cuenta de que cstaba cometiendo elmismo error del que acusaba al presidente: conveñía a

Rcagan en mi (¡¡perio maligno). En su libro Rostr"rrr

clel enemígo, Sam Keen desc¡ibe con elocuencia esle pro-ceso de crear imágencs del enemigo a pa¡tit de nuestrapropia oscuridad reprimida. Lo que él dice sobre el con-flicto mundial también puede aplic¿rse al conflicto intcr-personal. Según Kecn, <la sanación se inicia cuando dc-jamos de participar en el juego de la acusación, cuandodejamos de asignar la responsabilidad de la guerra a a]-guna mjsteriosa agencia extern¿ y nos at¡evemos a scrconscientes de nucstras propias actitudes violentas)).

Así pues, cuando ochamos a otra pe$ona la culpa de

ruesffa infelicidad eso es una buena irdicación de quetenemos que mirar dentro de nosotros mismos y aceptarla responsabiliclad de que teneños la capacidad para con-figurar nuestra propia vida. Cuanto rnás nos acostumbre-

48

l¡os a echar la culpa a los demás, tanto más creamos una

djvisión ent¡e nuestra imagen conscicnte de nosolros

mismos como bucna y dc nuestra imagen inco¡sciente dc

nosotros mislllos como mala. Cuanto mayor sea la divi-ción entre cl oo¡scieDte y el inconscienle, tanto mayor

ss¡ií la neccsidad de ProYectar.La proyección puede parccer compleja pero, en reali-

dad cs muy scncilla. Hace unos pocos ¿ños adq!¡irí unnüevo c¿cholro muy juguetón. Corría de una habitacióna olra y jlLgaba con todo aquello que encontraba. Un día1o oí lad¡ar y gruñú l-erozr¡ente, algo que no le habíaoído haccr con anterioridad- Cua¡do lo encontré, estabaen cl cuaúo de baño, la puerta se hallaba paroialmcntccerrada y revel¿ba Lrlr espejo de cuc¡po enlero. El cacho-¡ro sc eDcontraba allí, con las patas tirmer¡ente plantadassobre el suelo, el pelo del lomo levantado, gruñéndole a

su propia imagen en el espejo. En ese momento me pare-ció quc era una cstupidez por su parte no darsc cuenta deque ar¡enazaba con atacar a su propia imagen. Pero su-pongo que buena partc del tjempo yo soy ta¡ estupidocomo élr le gruño a otro. sin darme cuent¿ de que en ólnu \co \ino las partes rcprimrd:r. de rDr miimo.

Las clos caras de Ia prqrecc¡ón

La proyección tiene dos fb¡mas fundamentales de pre-sentarse: mediante relaciones de odio especial o de amorespecial.

. ln una relación de odio especial crea.rnos ult cscena-no en el que rcpreselllar nuestro juego de culpa. Toma-mos nucsho propio odio, remo¡dimiento, culpabilida4verguenza y temor, y lo transferimos hacia oha persona.

49

Page 24: Sanar las adicciones - Jampolsky

El obietivo del iucgo consisle en hacer a otro responsable

de nuestra propia miseria. En la relación de odio especial

tar¡bién practlcamos el juego cle la patat¿ calie¡le por el

ou( toclo aqucllo que no tlescamos ver denlro de nosu¡ros

*1"rno., lo arrojamos' rapidrmenrc h¡cia el obieli\o

más cerc¿no que esté disponible -

Rn las rclaciones de amor especial tenemos el mlsmo

obietjvo que en las rclaciones de odio especial: descmba-

,oia-os d. la culpabilidad y la vergüenza Lo que suce-

de er que el ego. scncillamente. dl'fiaz¿ la folm¡ de un

modo intcligen-te Ln el .i.lcma dc pen\¿mlcnlo ¿diclivo

oe¡samos que somos incompletos y estamos necesnaoos'

ta"aao. qu" las carcnci¿s que percibimos en nosoiro\

mi.*o. ¡omi..e nodrán uurar o Ilenar deqde dcntro A'i'

"lnparu-o, a buscal fuela de nosohos mismos aquellas

pcr.ona. o sustancia' quc ntrs permitan cenlimos com-

oleto' durcnte un pcriodo r-le liemno l ¿s relacioncs de

lmor espccial son ;claciones de amor condicional: <Si lú

satisfaces mjs necesidades, tal como closeo y espero qul-

haeas. te amaré. Si no lo haces así, mi amor se enfiiará

rápldamente>. Creo que esta expectativa es la respo¡sa-

bli de la mayoría de jos problemas qL¡c surgen en las re-

laciones v en las familias.Cuanáo yo estaba creciendo' mis padres me mostraron

su:l¡¡or más incondicional. Sabía que era importante

para ellos y recibía aprobación por aquellas cosas que'hacía

bien._En su mayor parte. sü alnor tuvo un efecto

Do'iri\o .L,brc mi ¡ulncslim¡ Pero en dlgunos lspeclos

tu u-o, "ro

cnndicional, y dcfe¡dia de que )o crllnpll(rd

con exDecl¿tivas especif icas

Por ejcmpjo, mi padrc solía llegar a casa a u1a hora

bas{ante'pretlecible, las 6.20 dc la tarde' tomaba un cóc-

tel con mi mad¡e y luego llegaba la ce¡a Antc la mesa

50

,t. la cc.,ta ernpe/abrn l¿s temiJ¡s pregunua'. Ll rntcrro-

ll',,r o.'"mpre." rel(rrr ¡ Io que )n habic lrechu durrn-

r"c cl di¿ lo 'rcmpre Je'caba habcr podrdo dccir alEo a'l

como; (Ilüeno! papá, dcspués de haber obtenido la nota

rnás alta posible cn el eramen fiÍal de cálculo de esta

nrañana, logré rcalizar un pase magnilico en cl principal

Drrtido Je la t.Lrde. y me iacaron del c¡mno a hombrus

ic mis cornn¿ñeros-. D(sgr¡ciad¿mcnlc. mr respueill

habitual cra: (Oh, nadD)\o rcnr¿ la sensacion de quc mr padre me interrogarir

porque se sintieaa realmcntc intcresado, sino t¡ás bien

oara comprobar si yo me merccía el amor que recibía cse

dia. Durante la cena, nunca senti que mi padrc se intere-

sara realmente po¡ conocer mis ve¡daderos sentimientos.De hecho, 1enía la impresión de que no le hubicra gusta-

do qu{r los compartiera con é1. Si yo hubiem descritofielnente mijornada cotidiana, probablemente hab a di-cho: (Bucno, papá, me pasé la mayor parte del dia com-parándome con otras pelsonas. Me sentí cohibido e¡cuanto a mi aspecto. Tuve la sensación de no pe¡teneceren realidad a ninguna parte, como si me enconftara en elexterio¡ mirando hacia el inteúor En la clase de gimnasia me sentí inepto, y estuvc a punto de vomitar mientrasrealizaba volte¡etas. Esta semana vamos a tener que pa-sar un examen de matcmáticas, y creo que voy a fingirquc mc pongo enfermo porque no entiendo ¡ada y temo1i'acasar l)espués de la escuela, fumé un par de caladasco:r unos amigos>,

Nunca llegué a comprendcr muy bien 1o que hacia ocót¡o se sentía mi padre. Sabia que era un psiquiatra,pero no estaba seguro de saber quó significaba eso. A ni-vel de los sentimientos, me daba cuenta de que mi padretenia dos modos de expresión: yo sabía distinguir cuándo

51

Page 25: Sanar las adicciones - Jampolsky

adoptaba ün modo de aprobación, y cüá¡do cstab¡ enfa-

dado. Creía que mi tarca consistia e¡ buscar la aproba_

ción y evil¿r el enfado.Ahola, mientras esc¡bo esto, nlc siento agradecido

Dor la sanación quc se ha prodücido entre mls padres yyo mismo duranté mi vjda de adulto Ahora puedo haccr-

lcs sabe¡ cómo l¡e siento cn un momento dado, y sentir

que ellos rne aceptaráu. Lleg¿r hasta estc ptlnto con ellos

ha exigido que todos coüamos cl riesgo de abrimos y ser

vulnerables. En realidad. ¿nles de eso no habiamos llega-

do a conocernos. Cad¿ uno de nosohos tuvo que eleglr

compadir su dolor para desemb¿raza¡[os de él y pasar al

perdón. Continuamos nL¡estro p¡oceso de conocernos los

unos a los ohos a niveles más profundos.

Ho), permitetc a ii mismo reconocer que eres

entero dentro de ti.

Silenciosamente, encuentra en las Prolundidadesde ti mismo todo aauello Que es perf€ctoJ completo.

Abrc tu corazón al amor mediante la liberacion

de las expeciativas sobre t¡ mismo] los demás.

Todo lo que necesitas sabcr ho] es quc el amor

ieluce ahora en ti

2. La estructura del sistemade oensamiento adictivo

Quizá empieces a darte cuenta dc que son nucst¡ospensamientos los que nos conducen al dolor y a la adic-ción, y que so¡ nuestros pensamientos los que tenemosque sanar. Esto se afirma de una forma muy hermosa onUn Curso en Milagros:

Son tus propios pcnsar¡ientos los únicos que te causandolor Nada extemo ¡ tu mente puedc hacefte daño oherirtc de ningún modo. No hay ningr¡na causa, nás altáde ti mismo, capaz dc lleg¿r hasta ti y caus¿r opresrón.No te vcs ¿fectado por nadie más que por ti mismo. Nohay nad¿ en el mundo que tenga el poder p¿ra hacerteponer enfemo o t¡iste, débil o ftágil.

Ha habido inte¡minables discusiones acerca de si exis-Ie algo que pueda conside¡arse como una personalidad¿dictiva. Aunque algunos de nosolros podamos tener unapredrsposición genética hacia la adicción, estoy conven-cldo de quc todos eslamos igualmenle rncltnados haciarornas de pensamiento que son aJicrira¡ y conflictivas. yque nos conducen a pautas de comportamiento adictivas.

53

Page 26: Sanar las adicciones - Jampolsky

Todos a¡helamos por igual la totalidad y el amor, y dcbi-do a ello todos podemos comctcr el e¡ror de buscar lapaz y la felicidad füera dc nosotos mismos.

La sercnidad debe proceder de nuestro p¡opio inferior.Crco quc sólo hay una emocióo que se opone al amor, yes el tcmor El temor es algo que fábrican nuestros egos.y que se eocuentra en el núcleo del sistema de pensa-

niento adictivo. A partir del tcmor aparecen otms mu-chas creencia\ conflicti\Jc. Propongo que c¡.isten cualropa¡tes lu¡damentalcs dcl sistema de pensamienlo adicti-vo, y son; el temor, vivir en el pasado o en el futuro, eljuicio y la crecncia en la escasez. El diagrama siguienteilustra los lündamentos del sistema de pensamicnto adic-tlvol

Sobre el temor

Nunca he visto quc el comportamiento adictivo apa-

rezca ¿llí do¡de el temor no sea la fucrza impulsora.El tenor es el comburtihle que hdce.lúnciondr el s¡s-

End rk petlsamiento adic!¡ro.Tómalc un momento p: a rcflexioll¿Lr sobre esta afir-

mación, pues si quieres sanar tu mente adictiva, ticncsque haccrte antes una idea de qué es lo que hay en el nú-cleo de los pensamientos y del compoft¿miento adictivo.

Conter¡p¡a lo siguiente:Cua¡do te encuentras considerando como indispensa-

ble para lu felicid¿d una d¡oga, un trabajo, un alimento,poscsioncs materiales o una ¡elación, es porque tienesmiedo y has olvidado que cres amor.

Cuando ercs como un niño y ves en la oscuridad imá-gcnes qlre te atcrran, o sólo ves ataque y hostilidad a tüalrecledor, tu mcnte ha olvidado qlre ercs amor y, a suvcz, has empezado a tener miedo,

Cutu1do tienes un interminable resumen de logros y apcs¿r de cso no te sicntes bien con r.especto a ti mismo, ye arnor no patece ccr¡r cn ningunt farle. cs porque lie.nes nliedo.

Cuando no clescas más que senlir el amor de otro ysin embargo te acorazadas continuamente en lus defen-sas, es porque te encuentns en un dilema irónico. Tienesmiedo de aquello mismo que tanto aúhelas: amor.

La proyccción nos conduce a un mundo en el que ellenor se ve relozado constantemente. Terminamos asípor tcner miedo dcl amor y do la libertad. En lugar de in-vltar al amor a que ent¡e en nuesttos corazones! nos con-u91t.o,

"n anfitriones de la culpabilidad. Sonos como

paJaros cautivos que nunca aprenden a volar, y quc per-

EL stsILMA DL pENSAMtt:NTo ADI( Tfv()

PASADO

O FUTURO

55

Page 27: Sanar las adicciones - Jampolsky

manecemos cn jaülas, rodeados por los barrotes del te_

mor, forjados por nuestro propio pcnsamrcnfo

Mirand¿ acLldió a verme después de haberse separado

de su ma do, co¡ quien había convivido durante once

¡ños. Miranda se habia casado después de haberse que-

dado embaraz¿da a la edad cle diccisiete años. Cuando

era niña, su padrc había ab sado sexualmente dc ella.

Más tardc, admitió que habia considerado el embarazo yel mal¡imonio como su única lorma de escapar dc un ho-

gar en cl que sc la úaltrataba Aunque sll mádre mrnca la

malflató, Mi¡anda expcrimenlaba una tremenda cólera yresentimiento contra ella por no habcr intervcnido ante

su pcdrc y por no hrb. rle proporrionrdo un amblcnle sc-

guro. f\l¡bi con\encida de quc su madl( tu\o que h¡bcr

iabirlo lo quc suoedía, a pesar de lo cual guardó silencio-

De niña, Miranda aprendió que ¡o era seguro hablar de

los sentimientos en su familia, por lo que también guardó

srlencio, a sulas con \u\ propio\ lclnorr\'Miranda pasó por su vid¿ de mujer adulta úantcnien-

do los sentimientos silcnciosos y ocultos, tal como los

había expertmentado durante su niñez Siempre tenía la

\en\¡crón cle enconlfcr\e rn un lugal in.eguro. ¡ era in-(apa/ de conflar o li¡r.c rle n¿dre. l¡nra po(o' ¿lnigos )la malor parte dc 5us compañcros dc lrabajo la \eian

como una pe$ona distante, altiva y sjempre a la defensi-

va. Aunque dcseaba establecer intimidad con su esposo,

te¡ia la sensación de no poder confiar realmente cn él nien ninguna otra persona. Eso, combinado con su lncapa-

cidad para exprcsar sus sentimicntos, la mantuvo en un

estado constant€ de soledad y 1emor.

Mjranda acudió a veÍne ante la indicación de su p¿-

trono, porqüe faltaba con rcgularidad al trabajo y pa¡ecia

visiblemente alterada. Debido a su historial familiar, tuvo

56

drfieul¡¿dcs par:r rbrir.c, cnte Ini., lJuranle el lranscur\o

de nucstru IraDajo Inlclal. emerSlo como üna muJcr quc

oL¡nc¿ se habia seotido verd¿deramente qucrida. De he-

cho, nadie le habia dicho nunca esas dos sencillas paLa-

blas: te amo. Dc niña, se había sentido temerosa y rccc-

losa y en su vida adulta no había conocido ninguna otra

fona dc serA medida que se desarrolló nucstro trabajo quedó

cada vcz más claro que habia una parte dc clla que se

sentia clrlpable por lo que habi¿ ocurrido con su padre.

Irracion¡lmente, se pregu¡tab¿ si no hab¡ia hecho algoqüe provoc¿¡ra el compo¡tamiento de su padre. Tambiénse se¡tii! culpablc porque üna pafte de ella habia experi-mcnlado ag¡adecimicnto por el hecho de haber recibido,al menos, un poco dc atcnción. La culpabilidad hacía quetuviera numerosas creencias falsas y negalivas sobte símisma. Miranda estaba convencida de ser sexüalmente(sucia), de no merecer una ¡elación amorosa con unhomble. Anhelaba el amor, pero su temor, culpabilidad yautoimagen negativa hacían que se aferrara a un ciclo deponerse a la defensjva o de aislarse de los demás.

Quizá te pregu¡tes qué tiene que ver 1¿ historia de Mi-randa con el tema de la adicción. He elegido presentar sucaso porque ilustra bien cuáles son las semillas de laadicción. Otra persona pod¡ía haber empezado con unahistoria similar y haber teminado consumiendo drogascomo una fo¡ma de aislarse a sí misma. Otra podria ha-ber caído en la adicción sexual, es dec¡, tenel numerosas¡elaciones sexuales y busca¡ afecto de la única fonna quele resultara familjar. En el caso de Miranda, ella continuósintiérldose culpable y temercsa! lo que la condujo al ais-lamlento y a un comportamiento defensivo, a pesar deqlre estos comportamientos le producían a su vez una

57

Page 28: Sanar las adicciones - Jampolsky

continua infelicid¡d. A un nivel dc comportamienfo y de

sentimiento, eso cm una adicción en cl sentido de quc se-

guia actuando y pensando de la misna lorma, a pesar de

las consccuencias adversas que eso le producí¿. El dia-grsma siguienle ilush¡ cste ciclo adictivo.

Temor y culpabilidad trasa&'se¡ er pasaoo

Para Miranda, este ciclo t€¡ia el aspecto siguiente:

No soy una buena persona y nopuedo hacer nada al respecto

Cornponamienlo delensivo y de a¡slampnlo

poco a poco, Mir¿nda pudo conflar cn mi y empezó ahablar en profundidad de sus sentimientos, tanto durantc

su niñoz como dura¡tc su vida de adu¡ta. Nccesitó un va-

lor lrcurc¡do para pe¡miti¡se a sí mism¿ romper la reglade "nn ll¡blar, de su l¿milia Dcspués. se unió a un gru-po de rnujeres que habían sido maltatadas sexualmente yempezó a darse clrenta de quc ¡o estaba sola en cuanto asüs sentimicntos de culpabilidad y de baja autoestima.Eso Ic permitió abrirsc a ot.as personas, a nivel de senti-mie¡tos. Al dejarse ar¡astrar menos por la culpabilidad yel tcmor empezó a esta¡ menos a la dcfensiva y consi-guió romper co¡ su prolongada historia de aislamiento.Miranda empezó a experimentar amor en su vida. Nuncahabia sido capaz de creer en Dios o en un fDder superiotporquc siempre había tenido la sensación de quc seriacastigada. Al confiar más pudo desaúollar su aspecto es-piritual. Su corazón pasó de se¡tirse apl¿stado, frío y ais-¡ado, a sentirse lleno, abic¡to y predispuesto. Hay vadosfactorcs clave en la recuperación de Mi¡anda que son co-muncs en el proceso de romper el ciclo del temor

CóMo RoMtER ut- crclo DttL TEMoR

l. Enpieza pr hablar de tus sentimíentosEso cxige a menudo da¡ un salto de fe, porque mu-

cnos dc rlosotros p€nsamos que nuestros sent¡mlentosson estúpidos, no valen la De¡a ser escuchados o harándaño a otras personas. Otros están convencidos de que enlo más profundo de si mismos está todo tan oscuro y dalanto miedo que si abriéramos un poco la puerta a suexlstencia, nos se¡ti¡íamos ¿brumados. Este último pcn-samienlo irmcional es bastante cor¡ún. De hecho, rnu-chos cligen el alcohol o cualquier otra oroga como un

58 59

Page 29: Sanar las adicciones - Jampolsky

medio de mantener bien cerrada la puerta que da a la os-curidad de las mazt¡orras.

Si al principio no te sientcs cómodo al hablar con otrapersona! empiez¿ por llevar un diario dondc escribir tusscntimientos, incluidos tus temores. Si licnes la sens¡-ción de no cortar con nadic con quien puedas hablar,vuelve a buscar. Realmcnte. la mayoÍia dc la gcnte cucn-ta siemprc con algLrien, siempre y cuando eltamos bus-oar a esa persona. Adicionalmentc, lü tcrapia y los gru-pos de autoayuda son ü¡ buen medio pa¡a cmpezar elproceso dc hablar y de confiar.

2. Enpieza por idenl¡licur lus creencias !- pensañíentosiúaciondlcs, dsi como hts cottviccioncs neg¡tlivas

La única ) \erdadera afirma(ión sobre ti mismo csquc eres un ser humano completo, amorcso y plenamcntevalioso. Cualqurer afirmación sobrc ti mismo que no re-flcje esta $imple ve¡dad es una creencia irracional sobre

ti mismo. Cualquier otra afirnlación 1e aparta del amor ytermina por colvertirse como un peso atado a tu tobillo.

No hay nada que hgras hecho cn el pasadoquc te haga ¡ndiSno del amor

No ncc€sitas hac€r nada para ser ditno de ser amado.

En estc mismo instante no sólo eres diEno de scr amado,

sino quc tú m¡smo ercs amor

Probablemente, aho¡a mismo abrigas numeros¿s cre-encias irmcio¡ales sobre ti mismo que te impiden experi-úentar la paz mcntal. Cualquier pensamie¡to condenato-rio o implacable que abrigues sobre ti mismo excluye clamor Empicza hoy mismo a tomar nota de tus creencias

ir¡acionales sobre ti mismo y observa sobre qué funda-

60

mentos un absurdos se basan. Cada pensamiento irmcio-nal crea una rmagen osclfa y temcrosa dc ti mismo yoiera a cal y canto la pue¡ta del amor

3. E píe.a.r wr que no hay nada que desees ocubar,

La mayona de nosotros pasamos po¡ la vida convcnci-dos de qüc hay ciertas cosas que tencmos quc ocultar sideseamos ser queridos. Te¡cmos quc hacer surgir nucs-lros tcmores y pensamientos oscuros á nucstra plena oon-ciencia par¿ ver quc, cn realidad no se basan en nada.S(ilo entonces podremos dcsprendernos de ellos. Es en elacto de libc¡arnos de nuestros temo¡es como nos clrra-mos, no en cl de mantenerlos ocultos,

El cscapar de la oscuridad implica dos fases: primero, elrcconoc¡miento dc quc la oscuridad no puede ocultarHabitu¿lmente, esc paso ¡mplica temor. Segundo, elreconocinicnlo dc que no hay nada que desees ocultar,¡unquc pudicras. Este paso aporta escape con respecto dellcmor Cuando cstés dispuesto a no ocultar nadarcomprcndcnás la paz y la alegria. Un Curso de Mílagros.

Sobre vivir en el pasado o en el futuro

. Aquello par¿ lo que creemos quc sirvc el tiempo ycomo lo utilizamos detemina buena parte de 10 quc ex-pclmcntamos. En el sistema de pensamjento adictivocreemos que el pasado es nuestra reserva ds mu¡iciónpara condenamos a nosotros mismos y a los demás. pcn-samos constantemente en cosas que tanto nosotros comootros hemos hecho <mal> en el pasado, y prepar¿mos

6l

Page 30: Sanar las adicciones - Jampolsky

(bombas de culpabilidaó) que arrojarnos repetidamente,

tanto de nosofos como a nuesho al¡edcdor' Adicional_

mente, nos aferramos a agravios pasados con otras perso_

nas y terrúinamos por pen¡itir que la cólera y el resenti-

miento nos recoman por dentro. Habitualmente, oisiquiera la gente con la que intimamos. escapa a mresüa

cóiera. Llevamos con nosotros resentimientos pasddos

que se hansforman en sacos de arena que impiden el flu_

io del amor a partir de nueshas relaciones Esta costum_

Le de volver constantemente la mirada hacia el pasado

nos impide saber quiénes somos.

Hasta que no dirija mi mente luera del Pasado,no me conoceré realmente a mí mismo

y el amor seguirá escapando a mi conciencia.

¿Y cómo ve el futuro el sistema de pensamiento adic-

tivo? El futuro es como un agujero negro lleno de preocu-

pación. ¿Qué mejor forma puede tener el ego de distraer-

nos que crear imáge¡es de posibilidades catastróficas que

nos aguardan en el futuro?Yo diria que el adulto medio se pasa hasta el cincuen_

ta por ciento de su tiempo preocupado por algo que situa

en el futu¡o. Nueshas mentes se encuentran llenas de

prcguntas: ¿tondré dinero suficieite para pagar las factu-

ias? ¿Y si fracaso? ¿Me aceptará y gustará a tal o cual

persona? La lista es interminable Recuerdal

Cada v€z eue nos preocupamos Por ei futuro,

caeamos un obstáculo Para el anor

El amor v¡ve en el momento Presente, ausenle

del Pasado o del futuro.

62

Consideremos cl pasado y el futuro por lo quc son en

realidad. | \nresadu r.le la forma má. scncilla. el pasado

.ólo c. eso: pa5ado: ya hil lranscurrido. )a no elá aqui.

va no existe. Por otro lado, el ñrturo todavía no ha llega-

ío, sólo existe cn tu mente. Por lo tanto, toda tu preocL¡-

parion no.rrve de nada: el único propósilo dcl c8o al

inlpL¡l.ane a preocupafc e\ relor/ar el lemor cn tu men-

rc. Dc hecho. la preocupa(ión puede crcar ¡rccisunenteaqüello mismo por lo que tanto te preocupas. A este fe-

nómeno sc le denomina profecia auiocumplida.Mi abüela, qrLe mudó en 1988 a la edad de noventa y

seis aios, estaba convencida de que no se podía confiardel todo e¡ la gente- Crcia que si no vigilaba a los de-más, podria ser engañada, ignorada o tntada pob¡emente

de alguna fbrma. Durante muchos años co¡sideré su

comportamiento como moderadamente paranoide. Sabia

quc mi abucla me quería mucho, y yo a ella, así que sa-

tisfacía sus exigencias, sabiendo que serviría de muypoco discutir con ell¿.

Durante sus últimos años vivió en una agradable resi-dencia de ancianos. Cada vez que la visitaba me decíaque era tratada peor que a cua¡quier otro de los ¡eside¡-tes, que se la ignoraba y que temía que en cualquie¡ mo-mento ya no recibiría ningún servicio- Lógicamente, su-puse que e5u no era asi. J quc eso no era más queparanoia por pañe de mi abuela.

Una soleada tarde me enco¡traba en la terraza de micasa, situada junto a un festar¡rante con mesas exte otes.Me dedicaba a regar unas plantas cuando una mujer algoembriagada que cenaba en el restau¡alte intcntó entablarconversación conmigo. Al prillcipio, tlaté de scguir re-gando mis plantas, pero la mujer se mosfó insistente.Me preguntó mi nombre, y sc 1o dije, al tiempo que se-

63

Page 31: Sanar las adicciones - Jampolsky

guía con mi tarea. Al oir mi apellido, lampolsky, me d¡oinmcdi¿tan, cnte: (Ah. pues resulta que yo me ocupo de

cuidar a su abuelat). En c1'ecto, cra LLna empleada en la

rcsidencia de ancianos donde estaba mi ¡buela-(Si, conozco a su abuela siguió diciendo . Es la

qlLe causa más problcmas en tod¿ le residencia Flchamos

o ru".t", po.u áecidir quién se ocupará cada día dc ella

Sicmp¡e sc mlLestra leccLosa, y plensa constantcmente

que si le roba algo. Todos esperamos quc ¡nejore, pero lavcrclad cs que no hace sino empeoff No pucdo cleer

que esa señora tenga un p:rientc que sca norl¡al D

Mientras ella hablaba. empccé a darme cuenta de que

no se trataba simpleñcnte de paranoia por parte cle mlabuela, sino que, en cfecto, cstaba rccibiendo un trata-

mjento de segunda, y yo tuve muy claro el por qué.

Mi abuela había crcado para sí misma aqucllo quc más

temia. Se scntia lan preocupada dc que la tmtatan mal

que se mostraba irritable y recelosa con todos- La gcnte, a

su vez, la evitaba, 1o quc fonraba parle del pobre tra-

tamiento que ella más tcmía. Cuando se la tralaba mal,

enconhaba la <pruebo de que tcnia razon y' por tanto,

necesitaba quejarse más.

Mi abueia, que Dios la bendiga, mc erueñó mucho

aiercir de cótno una pcrsona puc.le ljle¡r \u pronio mun

do. Si proyectamos un futuro ncgativo, basado en un pa-

sado ncgativo, lo más probable cs que suceda )o que más

tememos. Cluanlo más nos cenhcmos en cl presente, tan_

to más libres nos sentiremos.

Aqui, en el presente, cl mundo es librc' Pues en cuanto

dei¿s atús cl pasado y libems cl futufo dc tus al1tlguos

temorcs, encucntras escape y lo ofteces al mundo.

Un Curto de Milagtos

DOI OR, TIENIPO Y R1:NDIMIINTO

Er y por sí mismo, no hay nada el1 une situación o

ach¿quc cspccifico que nos hega cxpcrimclllar dolor

crn,..Inn¡l n li.i(u. 5on n.rc'lrrs ncrccpcionc:. crccrr lir.

1, cxpcriencias ¡asallas las quc dete¡minar el que vaya-

mos a scnllr doloa

.ll1: oh'cr.rdo al;unr !É/ a un niño pcqLreño iugar

cu¿ndo cstá ccrca su madre o su paóeJ Si el niño sufic

un¡ Tr'qlrjnJ r¡iJJ. Inlr¿ intne,li¡talnerlc il \u Progcnilor

ndr¿ L.lcuTlr¡r en rl un¡ tl¡re en cuinlo a como cr¡crinteni¿r esla situación. Si el pr'ogenilor'lo ir¿ alarmado ycLlüe hacia el niño, ésle en'lpieza a llorar. Alierna¡iva_m.3¡tc, si clr¿ido el niño se cac cl progcnltor actüa comosi cl hccho de caersc firrmara pafte de la actividad el

niño continúa jugando ta tranqujlo.'fcngo una tcoía info¡rnal ¡cerca de cómo alivian el

dolor los narcóticos. Cuanclo uno se e¡cuenlra bajo la in-fluencifi dc los narcóticos, se tiene una sensación distorsjorada dcl tiempo. Los mi¡utos, las horas, e inciuso losdias en el caso de un consumo proJongado, parecen con-ftrndirse. El dolor dismjnuye cuando sc altera esta sensa-ción de tiempo lineal.

Un l'enómeno similar se obscrva en muchos atletas;son capaces de soporlar incomodidades prolongadas y,sin emb¿rgo, seguir sobresalicndo en sus rendimientos.Quizá eso se deba, al menos parcialmcnte, a la liberacióndc cndorfinas, una suslancia opiácca que segrega el cuer-po du¡ante un ejercicio inlenso. Muchos atletas inform¿nque, durante el transcurso de sus rendimicntos, el tiempoadquiere una dimensión dife¡ente. E! morncnto presenteparece 5er- todo lo que existe. Dos ejemplos acudcn inmedlatamcnte a mi mcnte.

65

Page 32: Sanar las adicciones - Jampolsky

Fln Ias olimpiedas de 198E. el saltador de trampolín

Creg Lolrg¿nis ef¡cluó rcpelidaorcn¡e salios pelfectos,

incluso despuós de haberse golpcado la c¿beze con el

tmmpolin dlLrante un salto, al principio dc l¿ competi_

ción. La hedda que sc produjo exjgió ponerle rrnos pun-

tos de sutura. pero "olvió a saltar al dia siglLicntc Micn_

fras se encontraba cn el exttcmo dcl trampolin, prcpa_

rándosc para el salto, c¿si sc podia peroibir la intensidad

de su pensarnicnto totahncntc centrado. Ilstoy seguro de

quc no se concenfaba cn 1() ocu¡rido el día ¡nteior, ni se

preocupaba por la posibilidad de golpearsc de nücvo lacabeza, sino que cstab¿ plenamenle en cl presentc con

objeto dc obtencr cl máxirno rendimicnfo- Continuó de

É\e Inodo h r'rr ganar olrr mrJall¡ de oro

Vi a Roberto Salazar, un corredor de maratón, en Lrna

imagen publicada en un periódico haoe varios años, a lacabcza del pclotón en el kilómelro treinta y cinco Tenía

los ojos nlcdio ce¡rados y su respiración parccía normal.Evide¡temcnte, toda su atención se enfocaba hacia aden-

tro. No sc enconhaba en un estado de agotamrento, slno

más bicn en el de un ligero trance- Robcrto p¿recia cstar

orientado hacia su interior, lcjos de las limitacjones line-ales del tiempo. Cruziü la mcta en primcr lugar fue, sen-

cillamcnte, el rcsultado de su cap¿cidad para eslar cn el

p¡esente.Existe una vinculación directa enftc cl rendimicnto y

la perccpción dcl tiempo. Si te pleocupas por los liaca-sos dcl pas¿do, hay pocas posibiljdades dc que destaques

eD lo quc estás hxcicndo ahora. Eso es clcrto tanto sl cres

un ¿tleta. un hombrc de negocios o un adicto en l¡sc de

rerjq)eración. IhmbiÓn es cierto en cua¡lo a las relaclo-nes. Si nos aferralnos ¡l pas¿dojamás lendrcmos L¿ Lela-

cióIl que nos glrst¿rí¡ tc¡cr.

66

l t,¡rnrrc u|l'nund,' <r' .l quc nnLlrc (rniri(rJ J tclns

negativos. iQlLé sc¡sacitin de liberación y dc paz total

surgirí¡ dcl hccho dc cncontÍañe con los clemás. sin un

solo iuiclo ncgatlvol

Mientras juzgas, no pucdcs amar.

l\4ientras rmas, no puedes juzgar

Picrsa en tlr propia vida y en todas las ocasioncs cn

qüe te has jMgado a li mismo y a los demás. ¿Has cxpc-rimentado alguna vez amor y jrLicio al mismo tiempo?( onskle¡a cl juicio por lo que es y por lo que crea. Eljuicio 1e scntcncia a la culpabilidad la bai¿ autoestima y¡ senlinicntos de inadccuación. Si le comp¿ras constan-tementc con otros, nunca podrás permilir que e[ amor telibcre.

El, JUlcto Y sus coNsE( uENct^s

Seni rnienlos de lnadeclaclón

II

Culpabitidad <-- Ju c¡o

-->

Comparación

IfBaja a!ioeslima

Si consideras el juicio cuidadosamcntc vc¡ás quc cadavcz clue cmites un juicio negativo cstás cligicndo expe¡i-mellhr conl'licto. antcs quc paz. Para comprender r¡ejorco¡¡o afecl¿ cljuicio a tu vida. inlagina que cada vez que

61

Page 33: Sanar las adicciones - Jampolsky

e¡lrtcs un.juicio cs c{n¡o si ¡c pusicras unxs g¡l¡s dc solquc lillraran el oror.

A l¡uc'hos dc nosotl-os sc nos h.l onseñado quc el .jui-cjo y (-l análisis \on l¡\ citrecicristic¡s del cr¡¡oci tientov l¿ $bidüria. I:l juici,r ¡ cl :rr,álisis sr¡r. dc hccho, hcrra-r¡io¡rtas útilcs en Ios cxl'ro|irnenros cicntíficos. pero lavidu no cs ur cxpc¡imc¡l{) científico. Y cn fcalidad, has-t¡ l()s clcntil icos hrn Jescubierto qLrc c1 rccluccioDisrrrocon(lLrcc a unl lisrón Lnritada _v disronionad¡ dc 1¡ reali-deLl lln nueslf¡s r,ide pcrsonxles. cl juicio dilicilmentcpucdc scr ocrrsi.lcledo cono s¡biduriit. l)e hccho, nosirnpi(ie e\perinrcnlar aorof. I-¿r \c¡d.rdrfa sitbitir¡¡i¡ radicae¡r la aenüncla irl Juicrc neg¡li\'o. oo rn el r¡Jlina¡nirtltode I¿s capacid¿rdos analiti¡iits.

'lcDicndo cn cuentlr cl rlto indicc (lc divorcios. cs do-lo¡os¡nrctte e\idente quc nn¡chos dc nosolro\ tcncmosun probl€¡ra cu¿rdo ia gnr ra inlplilc¿blc dcl juicio cxpri-me Lr alegri¿ rlcl amor y l¡ aleii¡ dc nucstras rolaciolles.Yo urismo hc ¡rasado por Lrn divorcio; ósc f'uc Ltno de 1osperiod¡)s nrás diliciles tle nri rida. Arrnque clificil. mi di-\L'r(i , rJmhicll r¡rc e¡ls(rl.' 1,,: . t.cr.Á ,tcljUlr:t,, n(-alr\LJ.cspecr¡h'üclrtc con respock) x t¡i misnto.

¡)rfJrtc r.i -.|rrr¡ri,'1,. rtr n,cll. "¡recirr .,,nt,, \r L5-tu\ rcra cntrcicjid¡ en lclirraias dc- .ir¡icio- 1allto hacia ipdreja como h¡ci¡ ¡rí nrislno. i\'lc cLrlpaba pof el divor-cio. l)cnsaba quc habi¿ hccho cosas iurpelclonables. Alürisrro licmpo. clrlp¿b¡ ¡ nli cx cspos¡ por no hirLrer sidoc¡pa/ dc pcrLlon¡rn1e !, ci'n\rrollL'lclse cLütI|li!:o en lils¡lvircrúi dci r|ittrimonio. f rstn doblc Vinculaei()n cleljui-cio nr¡nllrvo nri dolor ¿l Inismo tic rpo quc cstilDLlLab¿ ¿

rr'r'r'\'Il(.t i||r,rli,/,rr(o Lr,Irl(trtcI ( l:r \ rL,,ti)cscubri qLrc cuanlo r¡¿is ¿neli/¡ba la slui¡cton tanto

nrars nrc comprf¡ba a nri ntisnto con el espo\o idcal quc

6li

dr's¡rb¡ scr. Lso sólo cooduci¡ a una nlny()r seosect(rn dccLrlp¡ ¡r1)pie. Esa cr¡ln¡ conduio rápidamcntc ¡ la criler¡dirigidlr eontra los (los. llste cielo dc (an¡lizar, comp¡mr.rulprr !c¡1rr cóler¡) sólo c{nxhrio a una crccienic dcpresiirn ) conlliclo interno. Tcrn1i¡¿ por clccr qtlc Ia deeisl(in(lf nr c\ csposa de (lUe el ¡talrinronio no podia continLl¡rllsí cr¡ rnir prucb¡ (lc clue vo Do cra digno dL- scr ¡n)¡do.

Prfcri \¡cil¡r cDlrc juzrrarll ¡ ell¿ v iuzga¡nc ir rrlillr¡ir¡o l)Ur¡nte un hrcve peri(xlo de lienrpo ¡ne ¡fen.¿ ¡lInodo dc iuzgarl¡ i¡ clla. l-lra conto si cfcycra quc ¡l en-co¡1raf lirlllts en cllll nrc aiiviillia dc n¡is scrrUmlcnros oec lp¡bjli(iir(I. Juzgarl¡ ¡l ella et¡ como cchar sal sobfc Íllihcrrir dc culpabilidad- lo cllrc no hacia \ino ¡umcnt¡r cl

(rn irvud.t de un lcrapcullt pLtde cn)pczirr a dir¡mcilri¡l¡ l¡nl¡ntenle dc quc h¡biil (lesar.R ado un¡ pr¡r¡tapor l¡ alLlc saboleaba las rclecl0ncs y luc[io orc ¡¡oslr¿bxrLrtucfiiruo. Sabotc¿'mi matfjnronio y lr¡cgo utilicó los fc-\lrliiidos conto prucba (le quc yo cra (ln¡lo, y no tcníll l¡¡osibilirl¡rl dc cnt¡blirr uD¡ r.cl¡ció¡ intinla dur¡dcra.r:Por qrré h¡ria un¡ c()sa conto s¡botear t|n¡ bucn¡ rcla_uiónl PoRllro tcoli¡ cl ¡mor y l¡ intinlicla(1.

. ,\ l)csiI dc quc muchos doscanos lu intimida(i. lorrcr to c\ qlre tambian sonrr:rs mLrchos los quc l¿l temcntos.ctir]lo lltc sr¡ccdió ¡ nli. Coriinri(r tr¿brj¡tn () en /a ¡tk)alopl¿cion y cada vcr/ le tenlto llrcnos lnic(lo a lit inlimi_(lfld Al p|i¡cticar Lrs principios cxpucslos cr estc trb¡.o.rl. Jltlxrlo a dar la bicn\enid¡ ¡ l¿ inlimldt¡(l de un¡ lor_l¡il a¿dlr \.cz más consistentc. cn lüg¡r de echar a d)frcrilnlc ell¡. Los dos aprcn<lirnos y m¡dur¡nt()s a travós derll cxpcl-tcDcta del di\()fcio. NUcsln ¿ntisl¡rl cs nuy im-I r '. t- ¡r.¡¡ Jr '. \ (tc^ ,,'tL l,,r tt.rr . ,

' ¡

. I n rc ,

I rl r I c n I u .\lcnDre lr intportancia dc m¿lntonerla.

69

Page 34: Sanar las adicciones - Jampolsky

La cara opuesta del juicio negativo es la aceptación yel pcrdón. Allí donde los juicios constuycn un muroy mantienen lejos el amor, el perdón envía una invitaciónal ¿mor-

Cu¿ndo mc hc pcrdonado a mi mismo y recuerdoquión soy, bcndcciró a todo y a todos los que veo.Un Curso de Milugros.

El juicio impone siempre condiciones al amor Dicellc amaré \i encajas en mis (xpecl¿li!¿s ) sr \ufcra\ nl|sevaluaciones. Una rnente inclinada a emitir juicios hacelistas, a mcnudo inconscientemente, sobre oriterios qulrhay que pasar para ¡ccibir amor lln contr¿ste con ello, elperdón no establece condiciones. El perdón simplementepc¡mite que eL amor sea él mismo.

Tc invito a realizar un ejercicio pa¡a contrastár las di-ferentes cxporiencias que se obtienen a partir del juicio yde extender cl amor hacia el exterior Con los ojos ceüa-dos, imaginate a alguien que se encuentra delante de ti ycon quien actualme¡te experimentas un conflicto. Puedetr¿ta¡se de un progenilor! una esposa, un col¡pañero detrabajo o incluso alguien con quien has decidido termi-nat Imagina a esa persona que actúa y dcja que tL¡ mentejuzgue. Suelta todos tusjlricios. Piensa en todas las cosasnegativas que puedas sobre esa persona. ¿,Cómo te sien-tes al hacerlo? Lo más probable es que te sientas angus-tiado, conflictivo y distante.

No puedes juzEary tener paz mental al mjsmo tiempo-

Ahora imagina que sufres una amnesia temporal. EnIugar de juzgar a esa pc¡sona, considem que desea exac-

70

ümcnte lo mismo que tú: amabilidad y compasión. Ima-gi¡a a es¿ persona rodeada de un b¡illo suave dc luzblanca. Rodéala con ¿rmo¡. Si en lu mente surgieü unpcnsamicnto de juicio, imagina quc es quetnado por lajnte sidad dc la luz amo¡osa que rodca a la persona.

¿jcómo te sientcs al exte¡der tu ¿rmo¡ hacia el exterior'¡Süpongo que expcrimenlarás Lma sensación de liberacióny de paz.

Cuando extiendcs tu amor, recibe5 anror

Sier¡pre estamos eligicndo entre juicio y aceptación.CoÍ la práctica, podemos elcgir llenar nuestras menfescon pcnsamie¡tos basados en cl amor, del mismo modoquc podcmos llena¡las con la condena y el juicio del sis-tcma dc pensamiento adictivo-

Sobre la escasez

El sistema dc pensamiento adictivo nos dice constan-temente que tencmos escasez de algo, No tenemos dinerosuficiente. No hay suficientes posesiones agradables. Norecibimos amor suficicntc- La filosoña adictiva del (nosuficiente) proccde de una creencia fuodamental: l¿ es-casez. La escascz es la noción de que siempre nos faltaalgo. Dcbido a esa c¡eencia nos encontr¿mos atrupadoscn una búsqueda incesante para llenar ese vacío percibi-do- Creer¡os que nuestús búsquedas son válidas y, sinembargo, lo que sucede en realidad es lo siguiente:

l. Buena p¿ 1e de nucst¡o dolor emocional procede depensar quc somos incor¡pletos, antes que completos.

71

Page 35: Sanar las adicciones - Jampolsky

2.

3.

,+.

La cteencia en la escasez cs tan omnlpresente cn

nuestra sociedad que apenas si podemos pasar Lrn solo

día sin quc se nos diga de una u otr¿ foma que no esta

mos bien tal como esfamos. Los anlrncios de la teLevisión

nos dicen que un coche especifico, una cierta clasc de

café o una colonia determinada nos harán sentimos realF

zados y coltentos. Condr.¡cimos poi la autopista, liustra-dos por unos trabajos qLle consideralnos degradantcs. yvemos c¿rrteles de gente fitiz y opu'cnta que lurna ciga-

rrillos o se relaja tomando una copa de licor' Al escucharlas noticias, dcscubro quc una buena parte de ellas se te-fieren a personas que sc sintieron como sj no tuvier¿n<suficiente> y cometieron crímenes impulsadas por una

scnsación de desesperación e impotcncia.Clon esa clase de estímulos externos no es nada extra-

ño que sigamos aferrándonos a Ja cnioquecedora ilusiónde pensar que debe haber algo fuera de nosotros capaz de

apofiarnos libeftad y poclet Pero creer que nueshos sen-

timientos de no ser o tcner sulicientc son culpa de la in_

dustria publicitaria seía ingenuo. Lo que vemos en los

medios de comunicación es un refleio dc nuestro propio

estado nental colectivo. Si miramos dent¡o de nuesltas

mentes vcremos las raíces de la adicción Propongo que

el comportamiento más adictivo procede de un procesos

'72

dc pensamrento adiclivo compucsto por los tIes pasos si-guientes:

I No esto) birn lal LL,mo (rlo). H.r) trn v¡cio cn mi que

necesita ser rellenado.2- Hay algo o alguierl extcrno a mí mismo que llentá

ese vacío,I. Mi lclicidad .lcp. ndL dc cncontrar c\a cu\tancia. pL,-

seslÓn o persona.

En si misnra, csta lb.ma dc pcnsa¡ püede p¿recet que

tiene bastantc buen sentido. El problem¿ con el procesoadrclr\o cs doblc. I n primer lugar * br.¡ en un¡ frrcmisa quc, scncillamente, no es cierta. La vcrdad l3s qüe tueres completo y que no te falta nada para s(rr feliz ahoramisnro. En seguldo lugar, la sed del cgo jamás se aplaca.Dcspués de haber comp¡ado el telcvisor perfecto, necesi-tas comprar el coche perfecto, y luego encoltrar a la pa-reja perfecta, y así sucesrvarnentc-

Result¿ interesante observar que, tal como se dijo en

el capítulo p me¡o, la sensación de anhelar algo más noes más que un anhelo espiritual mal dirigido. Somosoomo un niño que se ha alcjado de casa y se ha perdido.L,o único que hay en la mcnte del niño es rcgrcsar a casa,

pero si permanece ale.jado durante el liempo suficiente,puede olriJar lo' rorlro. dc su. patLc' ¡ cómo rc8rcs¿rcon seguridad al hoga¡.

Nos hemos alejado del amor y del se¡tirnos completos- Y, cn el transcurso de ese proceso, hemos olvidadoquiónes somos y nos heúos perdido. C anto úás hernosbuscado luera dc nosohos mismos, más nos hemos per-.|dL'. 5ólo podernos llcgdr a ,iL,no(emo< ¿ no\olro\ mi\-mos en la quietud de nucstras mentes.

El ego nos dicc que debemos buscar cosas o relacio-

nes que nos hagan experir¡entar la sens¡ción de sc¡

completos.Nos cmb¡rcamos cn una bilsqüeda de aquello quc cree-

mos efióneamente que llcnará el mcío.Al final, nos seguinros sintiendo incompletos- Y al no

conocer ninguna otra forma de ser, iniciarnos el pro-

73

Page 36: Sanar las adicciones - Jampolsky

Trabajé con Alan, un adiclo a la coca¡na. cuanclo yo

dirigía un programa de tmtaniento paru la dependenciaquímic¿ en pacientcs externos al hosPilal. Después dl]

haber ternrinado cl programa. .Alan volvió fl haccrme una

visita al cabo de un año. Supc que todo lc iba bien cuan-

do me dijo: (Aprecio realmentc todo lo que ustedes me

dijeron. Pcfo, i,sabe'¡, ni todo lo quc r¡c d¡cron hab a

bastado para mantencrme limpio. Incluso después dc ha-bcr dejado dc consumir drogirs. loüvia me siento comosi me faltara algo. No estaba scguro de saber de qué se

tralaba. Un dia, mc senté en l¡ cama. cerré los ojos ypregunté qr¡é era lo quc me faltaba- Si en ese momentome hubiera mimdo en cl espcjo, habria dicho que me ha-

bia \uelto loco. Nunca habia rezado, ni meditado, ninada de eso. No escuché ninguna palabia que respondie-m a mi pregunta, pero en esc momento sc apodcró de miuna abrumadora sensación dc paz y de calma. PoÍ lo que

recuerdo, fue la primera vez que me senti perfcctamentecn paz conmigo ñisño. Fue una sensación nueva p¿lra

mí y, sin embargo, la percibi al mismo tiempo como algoantiguo- En definitiva, lo que intento deci¡le es sencilla-mentc: gracias. Lo que me dijcron lue importantc pa¡a

conseguir que me mirara a mi misño y a lo que cstaba

haciendo. Pcro fue en Ia quietud más allá de las pala-

bras, donde empecé a encontra¡me a mi mjsmo)). Yo sa-

bia quc Alan había empezado a encontrar lo que habiaanhelado durante tanto tiempo: cl amor por si mismo y laautoaccptacron.

3. Las creencias fundamentalesdel sistema de oensamientrradictivo

El sistema de pensamicnlo adiclivo se construyc sobreel temor, la orientación hacia el pasado o hacia cl futuro,eljuicio y la creencia en la escasez. La menle adictiva se

encuentra amaryamenfe atrincherada en este sistema decreencias que nos deja privados dc amo¡ o de serenidad.

CRltNclA ADlcrrv NúMERo uNo:Estoy solo en un mundo cruel, duro e iñplacable. Esbyseparado de todos los demás.

Si lc despiertas por la mañana 1 cl dia que tc e.peraes algo menos que gozoso y alegre, probablemente abri-gas esta creencia, al menos hasta cierto punto. El siste-úa de pcnsamiento adictivo nos hacc creer quc cl mun-do es un lugar lleno de juicio y separación, privado deperdón y de unión. Cuando tencmos esla crcencia de se-paración, nos vemos a nosot¡os mismos enfrcntados contodo lo que sc nos ponc po¡ delante. Si funcionas deacucrdo con csta crcencia, es baslante lógico que cons-trLryas muros y dcfensas Ías los quc protegertc. El únicoproblema es quc csa creercia, en si nrisma, es f'alsa. En

'74

Page 37: Sanar las adicciones - Jampolsky

ella radisa la lógica irracional d(rl sislema de pensamicn-lo adictivo: reaccio¡a (lógicame¡te)) a la crecncia que

no c5 cierro. pero no dc.ea crrr\lionar nunca c(J mi5m!crccncia.

Cuando llegamos a cstc mundo, eslamos totalncrtcabicrtos, confiados y sin separación. A menLrdo, la cxpe¡iencias de la niñez nos conduccn a ponemos en guardiay r¡ost¡arnos desoo¡liados. Empezamos a desaÍollar lac¡ccncia de que estarnos solos y de que el mundo es

cruel. Revisando mi propia niñez, he descubicrto much¿s

de estas experiencias. Al mir: atrás, algunas mc parccen

ahora bumoristicas, aunque en aqlLellos momcntos fuetonoolotosas.

Una dc csas experiencias lragicómicas se produjocuando tcnia ocho años y estaba en un campamento de

vacacioncs. Mi hermaDo y yo nos mostIamos un poco rc-acios a asistir a ese campamento, pcro también nos senti-

os muy excitados por las actividades que se iban a dc-sarrollar, y estuvjmos dispucstos a intentarlo. Mi primcraimpresión de lo qLre vcndria después fue el cambio es-

pectacul¿r que se produjo en la actitud de mrs profcsorcsen cuanto mis padrcs sc march¿uon con el coche. Atbrtunadamente, mi hermano, dos años mayo¡ que yo. sc convirtió en mi protecto. Pero ni siquiera él púdo protcgcrme del todo de las crucldades de mi nuevo nlundo. Antesde continlLar, permitcmc que te ofrezca dlguna infbnnación útil.

Primer hecho: mi madre, atenla con Las reglas dclcampamento, había cosido cn cacla pieza de ropa etique-tas con mi nombre. Hecho dos: mi estómago no se adap-tó bicn a la cocina del campamcnto- Hecho fles: no pa-

rccí cacrlc bicn a ninguno de mis compaffcros. Estos tres¡spccro. dc I rida de camp:Lmrnro \e con\irlierún Én

76

fuerzas combinadas para hacerme pasar las dos pcoresscmanas quc pudicra imaginar un niño de ocho años.

Una tiude, después del almucrzo, r¡is intestinos mepl¡nte¿ton un¿ necesidad urgente. Mc cscaqucé de la clase de tiro con arco y coffi haci¿ los <(servicios al aire li-bre). Desgraciadamente, no corrí lo suficiente y me cn-sució cn los pantalones. Al no saber qué hacer en tal.irrirción. Inc cambió r¡piddmen¡c lc ropa interior y rrro.jó la sucia cn cl cubo de la basura. Lo que no tuve cncuenta, sin cmbargo, fue, primero, la mentaliclad de algunos de mis compañeros de campamento y. segundo, elhecho de que mi accióÍ sería detectada. Uno de los mu-chiichos, un tipo g¡andc, dcscubrió r¡is calzoncillos su-cios y con mi nombre en la etiqucta, y se sintió en laobligación de mostrarlos al resto de la población delcampamento. Las bromas que me gastaron durantc cl rcs-to de mi estanci¿ fueron implacables. P¡ra añadir un ma-yol i¡sulto a la herida, fui golpeado accidentalmente enla cabeza con un palo de golf mientras jugaba en ull mi-nigoll La berida exigió que el médico me aleitara p¿ü1e

de la cabeza pa¡a darrne LLnos puritos. El hecho de queme huhieran ranado Ia cche,,a ¡ de qrre ,e me conocicr¡cor¡o el chico que se había cnsuciado cn los pnntalonesno contriboyó p¡ecisamcntc a convcrtirnc cn cl mucha-cho más popular del campamcnto. Cada vcz quc mis pa-dres llamaban por teléfono para hablar con nri hermano yconmigo, el profesor estaba junlo al teléfooo, dándonosinstrucciones de que dijéramos que lo pasábamos muybien. AquelLas dos semanas ¡o fueron e¡ rnodo alguno loque e1 folleto de propaganda del oampamento había pro-metido.

Esta cxpcricncia. combinada con muchas otras. me hi-cieron construir un sisterna dc croencias que mc conven-

77

Page 38: Sanar las adicciones - Jampolsky

ció de que, en último análisis. me encontraba solo y des_

Drotegido en el mundo.' Ficomponamientn adlctiro nace a parll¡ dc esla cre-

cncia. He iermina.l,' por ctecr qu< bllena narlc dcl com-

"anuai.",a tomp,-rl.ito e\ un inlcnlo not c!itar 'cnli'

1"i""i"" ¿. ai.la;icnlo ) !ergüen/a l n lLrgar de cue'

iio"u. iu ".".n"iu

errónca' quitá te sientas inclinado a

¡,,iiá" lo" tentlt¡i"ntos qur: ésta oausa Al invertir el srs-

tcma Je pentamicnto aLlicll!o. debc' aliontal los lcmorcs

ilu..l"á"¡. sólo h¡ciendolo asr podras reconocer la rcr-

áuJ, uu"'o¿o" c\lamos lunto\ y que en últirno tcrminu'

lormamo, una nane Llel munLlo en lugar clc e'l¿r

"a"""^¿r. .l< csre Picn.a en qui crpericncia ran drfe-

reiLe habri¡s renido si ¡ubier¡s rabido quc la meior lorma

,1" ,lurt "u.ntu

d" q.t" no estabas solo fucra extendet una

mano comDasiva a ;t¡o set hunano Ya nu¡ca volverias a

."n¡a" uuiio ¿. u-oa Piensa en todas las formas y en la

multitud de vcces que has erigido muros y defensas cuan-

do to único que neccsitabas hacer e¡a tener un pcnsa-

miento amoroio u of¡ccer una ca cia protectora Al d:r¡tc

"u"ntu a" qu" ai"-pr" tienes que elegir enlre erigir defen_

sas y exteoder el amor, se úlcla tu culacloll

CREENCIA ^DlcrlvA

NÚMrRo Dos:

,i ii""u t"grrirha y paz ñenlal, tengo que ¡uzgttt a los

demás 1 defenderme

En el sistema de pensamicnto ¡dictivo una persona

cree que la paz menlal ptocedc de adberirse al siguicnte

sistema de insensatez:

a. A¡alizas a cada persona y sjtuación con cfectividad'

eficiencia y exactitud basándote cn tus expe enclas

78

b.

del pasado para obtcner información, en lugar de ba-sa e en tus experiencias del presente-UtiLjzas 1u análisis para juzgar, categorizar y etiquetara cada persona y siluació¡ en fu vida.Obtiencs todo lo que puedes y con la mayor rapjdezque pucdcs, porque tc parecc quc no hay suficicnte denada.

d. Atacas cualquier cosa que pueda amenazafc.

¿Te das cuenta dc cón,)o tu vida se ve limitada portodo lo precedente? Cada vez que analizas, juzgas, catc-gorizas o te defiendes, lo más probable es que no estésexpetlmen¡anoo amor.

CIIEENCIA ADICTIvA NÚMERo TRES:

Vi lorna e. 1¿ iúrrL\ ta. Vii "^r^t'iion(i rún.ii,nprrcorrccta,\ y se atíenen a k¡s hechos. Con objeto ¿e

se tirme bíe con respecb a uí mismo, necesib serper.f¿cto todo el tiempo.

Si tuviera un centavo por cada vez que me he aferradomás a tenq razón quc a ser feliz, sería rico.

Con esta crccncia, que quizá nos sea muy dificil de

admitir, e] individuo se hace adicto a tener.azón. No te-ner razón produce sentimientos de vergüenza. Toda la¡uloestimc se basa rrrac¡onalmenle en lener razón siem-pre. Se¡ algo menos que perfecto parece inconcebible.

Un g¡an po aaviooes estaba on alta mar. El coman-dante del barco, un almi¡ante, era bien conocido por to-dos sus logrcs. Una noche, mientras el almirantc dormíaen sus alojamientos, el oficial de guardia observó una luza muchos kilómetros de dist¿tncia. Envió rutinadamenteuna señal luminosa cn código morse, diciendo: (Nave en

79

Page 39: Sanar las adicciones - Jampolsky

z*ztTTztrt=A**1t+¡z*r¡

t=rzt1z1zi11i¿¡1í1*+'if{#_

!ii+11:;1:721, i¡; ili:it;=+i i=

1,1't',iitzilltit=z?¡zle{atz¿z

'ZaiZtrZTl,lZZii.1i:aliiÉii'

" 7;ztit;ilEc:: :'

flV\?¿trl 'i

Page 40: Sanar las adicciones - Jampolsky

CREINCIA ADICIT\TA NÚMI]RO S]]iS:

La crlpab¡li..lad es inevitable, porqLrc el Pasado es real

Esta creencia es una extensión de la precede¡te, pero

tambié¡ ftmciona dc forma independiente Buena pañe

de aquello que nos impide cambiar nuestms vidas es la

creencla de que hemos llevado a cabo alguos actos en el

pasado que son tan malos que te¡emos qrre sentimos cul-pables. Esa crcencia nos mantigne empantanados en la

vergüenza e impone un techo muy bajo a nuesha autoes-

tima, Nos sentimos sln espelanza-

Veo funcionar esta creencia en muchos de los pacien-

tes dependientes químicamente en l'ase de recuperación

(recuerdo). Uno de ellos, Bill, es un alcohólico que se

mantiene sobrio desde hace siete años Durante ese tiem-

po, Bill ha tenido cuatro trabajos de ventas. En cada uno

de ellos ha sido nápidamente ascendido, y sus patronos se

sentían complacidos con su rendimiento A pesar de sus

iritos nunca:e.intió lo basta¡te bien consigo mi\mo )continuó confiando en que el siguiente trabajo seria más

satisfactorio. Dunnte el tlanscurso de la terapia, Bill ha-

bló de su carrera antes de que se hiciera sobrio. Al prin-

cipio, dijo que había trabajado para rma empresa dur¡nte

oÍce años, y que su consrüno de alcohol y de otras dro-

gas nunca habia afectado demasiado a sü rendimiento.

Sus ciftas de ventas siempre superaban la media y nunca

se había visto sometido a período de prueba. De hecho,

Bill describió a su ¿ntiguo jefe como uno de sus mejores

amigos. Afirmó que se habian criado juntn' ] que sicm-

pr" fueron "omo

hermanos. Dijo que en cuanto logró

;antenenc sobrio, decidió dcjar la empresa porque creyó

que necesitaba un desafio mayorA medida que progresó la ierapia y Bill empezó a

82

confiar más en mi, me dijo algo que se habí¿ guardadopara sj mismo dLLrante doce años. Una nublada mañanade diciembre, mientras se encont¡aba sentado cn el sillónile l¿ consulta, Bill empczó a sollozar intensamcnte. Secubrió el rostro con las manos, intentando ocultar la pro-lundid¿d dc su ve¡giienza ante los dos. Lucgo, lentamen-ic, empezó a hablar Düo que hacía doce años su adic-ción le estaba costando mucho más dinero del que te¡ía.Dúo que lamhien hccho algurra. mala. inrersionc, por_que sujuicio no era todo lo bueno que debiera u.uusi clela adicción. Entonces, y a través dc las lágrimas, mc dijoque había malversado algiln dinero de su jefe, que eratambién su mejor amigo, con objeto dc paga¡ sus deudasy co¡trnuar su drogadicción. La canlidad de dinero noera muy grande, pero la culpabilidad que le habia produ,cido ese acto le había afectado mucho durante doce años.Desde su punto de vista, había hecho algo imperdonabley, en consecuencia, la culpabilidad e¡a pe¡manente. Enrcalida4 abandorar aquel trabajo no habia tenido nadaque ver con e¡ deseo de enco¡tr¿r un mayor desafio. Fuela culpabilidad lo que le hizo abandonarlo. y algo quehabía hecho hacía doce años le i¡npedía ahora encontrarsatisfacción en el presente.

A medida que fue p¡ogresando nuestro trabajo, Billpudo perdona¡se a si mismo. Con el transcurso de losaños, él y su antiguo jefe se distanci¿ron, y sólo se veíanen ra¡as ocasiones. Bill se puso en contacto con su viejoanigo y lc contó 1() que había hecho. diciéndole que dc-seaba devolverle el dine¡o. Ante el asombro de Bill, su¿migo le düo que habia descubierto la malversación unaño después de la marcha de Bill, y que sc había sentidomuy desilusionado en aquel momento, pcro que, a pesa¡de todo, habia ech¿do mucho de menos a su amigo dr¡-

8-l

Page 41: Sanar las adicciones - Jampolsky

rante todos aquellos años Ahora' Bill y su amigo vuel_

ven a trabalar juntos, y Bill ha conscguido desprenclerse

por fin dc su culPabitidad.

( Pl r\r 'q aDlr l \d \l v dn\'l ltLos errorcs exigen.iui(io y castígo' no correc'Ion y

El sistema de pensamiento adictivo es' al mismo tienr

o.,.1r", i f.t*fi'r. ( uJn(lo .:rccmos que debcmo' jtrT

o¡rnu. r a"r"grntot ¡.rr cada rrror' noq pemllllmo' muy

io.o "-u.in ¡'"rr.|-".(r' l-\lJ (rcencia cumbinaJa con lr

clc q.rc . lni fonn¡ c' ll correcta' collllAtlran unl \llua-

iti "n

fu qr" es incr ir¡ble Él corriliclo inlerno Cuandu

t"n"-u, "riu

orceDcia, todo efior! por pequeño que sea'

tiene como resultado juzga¡nos y casligamos a ¡osotros

-ia-or. gn "on.."u"niiafaprendemos

poco sobre el amor--^^

Unto un" epo"u "n

la que rni esposa' Car¡y' se aferró

a una pauta ale consideftrsc como üna estúpida Ca<la vez

ouc cometia un cÍor. aunquc luer¡ pcqtlcño' - decia:

::i ";; h" Dodiclo 5er lan c'tupidal " Cort eto tolo con-

,án*u t"n'iit" mal y con un bxlu ni\el Je autoesliml

l,io"r¿. ¿uo. cu.nta clc lo que hacíd y (on el Iiempo'

f""'aa*, ¿" ¿firmar'e a 'i misma 'obrc una bJs( más

"ontiai.n'", \ nudo -u'tituir el ";( ómo hc podido s(r l¿n

.r,¡o¡¿o" pni, 50) un ser lrumano I tndu' cl'metemu5

"i.oi""; "tto "" pn.i -í una oportulidad para aprcnden)'

;iil;ti; asi. .su nivel tle autocstima aumentó Eso le

ne¡mitió a su vez empezar a haccr las oosas ante las que

;ntes habia vacilado, como regresar a la escüela

IJna creen¡rja negativa puedc tencr ef-ectos penefantes

liobi" tod" tu vida -Una

crecncja asi puede impedirlc ha-

cer aqucll¿s cosas que deseas hacer' Inlertil una creenola

84

cn el sistema de pensamicnto adictivo puede ser comodespertar a la f¡cscu¡a de un nuevo día llcno dc sol des-pués dc una larga y oscula tomlenta invernal.

CREENCIA ADtcrtv NIJMERo octto,EI te]nor es real, No lo cuesf¡ones.

El sistema de pcnsamiento adictivo sc sostiene a sí

mismo co¡ esta crccncia. MienÍas no cucstlonemos ellemor, el ego permanccc intacto- El ego crea el cstado de

temor en nosotros y nos impide cuestiona¡ el fundamentoiluso¡io sobrc cl quc se yergue. Si deseas sanar lu menteadictiva, recucrda sólo tres palabras: cucstiona el temo¡.

En el transcurso de mi t¡abejo observo algunas ansje-dades comüncs que surge¡ del cucstionamiento de los tc-rnorcs. Irónicamente, el temor aument¿ co¡ kecucncia(ucndo cnlpc/¡mu- a bu5carlo. t\islc la.entJcion co

úur1 dc que si la puerla pcrmanece ¿bierta a nucstrossótanos ocultos de temor. nos se[tiremos abrumados.Aunquc es posible qLLe el tcmor aumente al principio, alcL¡estionar el sistema de pcnsamiento adiclivo, luego re-r¡ite al rcconocer sus fundamentos i¡establcs. De hecho,al examinar nuestros temores es müy probable que expe-

rir¡entcmos un¿ abrumadora sensación de alivio. Al ha-

blar sobrc nuestros temores oscuros y ocuitos, solemosrrrojrr luz 1 reiunocimicnlo Jierca de qLllinc\ solno5 re-

alnlente. En comparación con la desesperación suby¿cen-

te que surgc de manteüer las cosas ce¡radas con llave yocultas, afrontar los temores es un cambio satisf-actorio.

En la actualidad me dedico a dar confetencias públi-cas. Disfruto al conparfir y reir con Srupos, tanto gran_

des como pequeno.. 5in embd,go. lr. cosas nu siernprcJueron asi-

85

Page 42: Sanar las adicciones - Jampolsky

Durantc el tlanscurso dc mis cstudios' había suficien-

te genlc cn las clases colno para mczclarne con el resto

delos estutliantes y no tencr quc habla¡ con demasiada

frccuencia dcla¡te de los demás Pero' c¿da vez quc lo

hacir, el corazón m( ldlla con Ial lucl/a qu( parcci!

como si sc quisicra sa]ir del pecho- Temía h^bl¿r delantc

dc un grupo y eso era algo que evitaba a tocia costa

En mi primcr semestre de licenciatura seguí un curso

sobre étio¿ cn el quc sólo había doce estudiantcs, todos

los cuales parecían ser b¿stante at'ables. El profesor era

un hombrc amable, que hablaba con suaviclad. Esos hc

chos no doblegaron mi tcmor irracio¡al a hablar delante

dc los demás. En esa clase no me podía mezclar con los

otros y pasar dcsapercibido, y mc senlia muy incóÚodo

A mitad del cLtrso, cada estudianle tenia que ofrecer una

breve presenlación. Mi ansiedad aumontó a mcdida que

se acercó ese dia. Avcrgonzado por cl hecho de tener

mieclo, mantllve ocullo mi propio miedo Llegó el dia en

que luve que ofrecer n]i prescntación. Me senti hoÍibleJu¡rntc el dra y aqucllo- cinco minulos mc p lecicron

corno crnco hora., I-uc, verd:rderamenle. un¡ c\pelicnciaaterradom. Mi ansicdad aunrcntó antc el pensamiento de

que qui./ó ru\icrJ quc pr¡$r Por e'¿ mismc c\p(iicncia

"n otao,

",,aao,, sin atrcverme a cspecular acetca de

cuántas veces sucedcria eso. Finalmente, el temor se hizo

tan grande que abandoné la cscuela, cn lugar de verme

obligado a hacer otra presentaclon.

después de abrrdonar la escuela, ni ya bajo nivel dc

autoestima descendió todavía más. Plonto me cnconlté

viviendo a solas cn una pequeña ciud¿d ¡emota' y aceleré

mi consumo de drogas. Mc converti en un retraído, re-

cluido de¡tro de mí misúo. Jamás me habia sentido tan

solo.

86

Finalmente, pLLde estar mcnos ¿islado, pcro persjstjóel temor a pcrmitir que los demás se dier¿n cucnta dcquién era yo, asi como r¡i consumo pe¡iódico de drogas.El iemor a ser conocido fue reaimentc lo que alimentór¡i te¡ror a hablar delantc dc los demás.

Dcspués de algún tiempo me instalé en Seaftle, doncle¡nás tarde ¡einicié mis estudios. Bstaba decidido a cmpe-zar a trabajar para supera mi temor Elegí a un profesormuy compasivo con quien compaltir t¡i lucha interna. Alhacer cso, di el primer paso hacia mi propia curación. Fi-n¡lmenlc, volví a la antigua escuela, donde pasé variosaños, crccicndo. Deiar atrás mi tet¡or no lue rápido nisencillo, pcro tomar Ia tlecisión de afiontarlo, en lugar dcechar a corrcr rntc él lue (l rnumenlo dccr,no para mi.Todavia sicnto algunos cosquilleos en el estónago al te-ner que hablar antc los demás, pero he descubicrto quedeju que los demás vean quién soy, es la mejor fonna deconocerme a mi mismo, Ocultar mis temores no hacesino hacerlos crecer. po¡que eltonces empiezan a alimcn-ta$e por si mrsmos.

CRL,!,NclA A¡lcrtvA NúMERo NUEVE:

Otras personas son rcsponsables por cómo ue siento.La situac¡ón es lo que dektrni d mi e\perwncu.

He aqui el núcleo del jucgo de culpa del ego. Estacreencia producc un mundo en el que se cree que la pazmental sc alcanza por suerte, no pol elección conscientc.Si tc encuentras en una sitLLació¡ f¿vorable, crees quc hastenido suede y te sientes feliz. Si nos encontran'ros enuna (mala)) situ¿ción, creemos que no tcncmos otla al-lernativa que sentirnos desgraciados. En cualquier oca-sión que digas: (Si tal y tal cosa fuera diferente, seria fe-

87

Page 43: Sanar las adicciones - Jampolsky

li¿), estás funcionaído a partü de esta creencia adictiva.Da¡te cuenta de ello fe permjte empezar a lnvertf este

comportamiento adictivo.

Tú r ismo cres la única p€rsona resPonsable

de cómo le sientes.

En el sisl€ma de pensamiento adictivo se tiende a

echar la culpa a ot¡os y a las circunstancias por el dolor yla desgmcia que se percibe. Esta pauta puede llegar a sercompulsiva. Muchas personas químicamente dependien-tes me han dicho en numerosas ocasiones: (Si mi matri-monio (trabajo, coche, relación con los padres, etc.) fue-ran mejo¡es, no tomaría drogas). Y los codependientesme han dicho con frecuencia: (Si mi esposa cambiar4podría se¡ feiiD.

Para cu¡a¡ la mente adictiva tiencs que acept¿r 9l he-cho de que no es la situación lo que determina tu expe-riencia. En tu vida siempre se presentan alternativas, perotenemos que aprend€r a recoriocerlas. Cada uno de noso-t¡os determinarnos qué c¡eencias deseamos abrigar enn¡¡est¡a úente. Y es a partir de esas c¡eencias de dondesü¡ge tu experiencia.

CREENCTA ADTCTIVA NúMERo DrEz:

Pam alcanzor ¿xito en este mundo lengo quee lrcütarñe con los demát La p¿rditla de otroconstituye mi ganancia-

Cor esta creencia, la autoestima procede de la compa-racióí que establecemos con otros. Cuando nos vemosatrapados en el ciclo dc las compa¡aciones, siempre nosseniimos superiores o inferiores a los demás. En cual-

88

qurer caso- pcrdemos. porque pasamos por alto cualquiersensac¡ón de unión. de coÍextón o de estar ¡unlo conotros. Piensa en el alto ejccltlivo de <éxito, o-ue oa¡ecctenerlo todo y. sin cmbargo. se siente solo ) sin amorAurque hay ciertamente muchos ejecutivos que se sien-ten sat¡sfechos consigo mismos, también hay otros mu-chos adictos al trabajo y/o alcohólicos- A veces. Ia sole-dad y la desespe¡ación son tan fuertes que la ú¡icaopc:on que ven es el suicidio.

Afortunadamente. cada vez sc crean más cmDresasque se basan en la cooperación mutua y el reforzamientodel sentido del autovalor dcl empleado, independiente-mentc de su habajo conc¡eto. Eslas empresas fu¡cionansobre el principio de ganar/g&ra¡, en luga¡ de hacerlo so-bre el de ganar/perder. Su objetivo consiste en crear am-bientes en los que todo el mu[do sea tratado con respetoy dignidad.

La unión, la conexión y el estar juntos con los demásson conceptos extaños para el sistema de pensamientoadicrivo. En lugar de eso. la mente adicliva se encuentraen r¡na batalla consta[te con su ambiente, y nunca sesiente en paz, en ningún momento. El sistema de pensa-miento adictivo define el éxito en téminos de los cuer-pos que se dejan en la cuneta del camino hacia la cum-bre, y en cómo se compam uno con los demás.

CÍLEENCIA ADICT¡VA NúMERo oNcE:Necesito algo o a alguien fuera de mi mísmo parascr completo yfeliz.

Incluso cuando estamos en el sistema de persamientoadictivo tenemos la débil sensación subyacent€ de ouenos falra algo. de que liene que haber algó más en la vida

89

Page 44: Sanar las adicciones - Jampolsky

que dejarnos arrastrar de un lado a otro por nuestns

adicciones. Adecuadamente percibida, estoy convencido

de que esta sensación es una sed espiritual, un conoci-miento inteno y profundo de que hay algo más grande

que nosotros mismos. En el sistema de pe¡samiento

adictivo se reprime esta sed espiritual Al haceilo así, en-

tramos cn una interminable búsqueda adictiva de la feli-cidad fuem de nosotros mismos.

Mientms tengamos la croencia de que necesitamos de

algo o de alguien para ser completos, no podemos expe-

rimentar una verdadera intimidad. Somos capaces de inti-midad cuando podemos ent¿blar rclaciones sabiendo que

somos completos y deseando compartir abierta y hones-

tamente 10 que somos. Eso no puede sucede¡ cuando

nuestro propósito fundamental en una telación consiste

en llenar las catencias y satisfacer las necesidades perci-

bidas que creemos tenetDel mismo modo, no podemos expe¡imentat nuestros

propios ienlimientos y erplorarno. a no"o1ro. ¡i5mo. si

buscamos compulsivamente la felicidad en las posesio-

nes, las sustancias o las personas. Si queremos rcgresaral rccuerdo de lo que somos, tenemos que eleglr cons-cientemente empezar a mirar dentro de nosotros mismos.Mienras no lengaÍroc cl ralor de dar ese paso. seguire-mos engañá¡donos a nosotros mismos, en pos de un es-

pejismo tlas otro, pala encontrat sólo arena.

CREENCIA ADtcIvA NúMERo DocE:

Mi dutoestima se basa en complacerte.

Se trata de una creencia capaz de causar interminablesciclos de comportamiento adictivo. <Complacer a los de-

más> puede ser una adicción tan fucrte como cualquier

90

droga. En la brísqueda compulsiva de complacer a los de-más podemos llegar a abandonar lo que somos, perder unsentido de nosotros mismos, un sentido de identida4apaÍe de complacer a la otra persona. Esta creencia for-ma parte do la codependencia.

Puede dar lugar a coofirsiones: ¿qué significa compla-cer a los demás y qué es ün acto de amabilidad? La res-puesta depende de tus jntenciones y expectativas. Si ile-vas a cabo un acto de compasión con un sentido de tup¡opia totalidaq es un acto de amabilidad en el sentidode un servicio. A la inversa, si ¡ealizas el acto porquecomplacer al otro es la única foma que conoces de se¡-tirte bien contigo mismo, su actitud te conducúá a laadicción y la desesperación. En resume¡, no es necesa-riame¡te el acto lo que determina si una persona se com-porta de una forma codependiente, sino la motivació¡ yla creencia que hay t¡as el acto.

CR¡ENC]A ADICTwA NIJMERo rREcE:Puedo cofitrolar el comportamiento de otras personas.

Esta creencia nos conduce a tratar de controla¡ com-pulsivamente a ohas personas y situaciones. A menudo,la persona que abriga esta c¡eencia se siente tensa yteme perder el control. La fuerte necesidad de controlara las porsonas y situaciones puede p¡oducir ulceras ymigrañas. La adicción al control puede lleg¡r a ser tanintensa que la persona es incapaz de descansar o ¡ela-jarse.

No pueden producirse al mismo tiempo la necesidadde controlary el tener paz mental.

9l

Page 45: Sanar las adicciones - Jampolsky

Quiencs ticncn esta creencia a rnenudo ven a los

miemb¡os de su familia como extelriones cle sí mismos;

si un niño se comporta mal, o una esposa se viste con malgu\lo, \r L,Iomcr) como algo pcr.onal. Quicrcn.l\egura¡-ie dc que los miembros de la f'amilia satisfácen ciertos ni-

veles. Pe¡o esos nivelcs laras veccs se satisfacen de u¡albrma corlsistente, por lo que las situaciones embar¿zo-

sas, lo rcrgüeva y cl l(mof son \us con\lanlc\ compañe-

ros. Pa¡a compensar estos scntimientos, pueden mostrarsc

excesivelnente preocupados por sus propios logrosAquellos que abrigan esta creencia sólo cucntan con

la posibiljdad de expcrimeiltar mofientos fugaccs de una

Ielicidad tenue. Si las cosas salen <bien>, sólo es uüa

cucstión dc tiempo que alguien haga nuevamente algo

que les señale el hccho de que, en realida{ no pueden

controlar cl comportamjento de los demás Eso sólo tiene

como resultado un inte¡to cada vez más descsperado por

controlar a los demás.Howan! el esposo de una pacicnte mía, tenia L¡na ne-

ces;dad compütsiva de controlar a sü esposa, Janice, que

tuvo que somctelse a un progtama p¿ra paclentes lntet-nos con objeto de tratar su alcoholismo. Howard ¡o quiso

participar e¡ ei programa porquc estaba convencido de

que, como hombre, deberia poder controlar a su esposa

Como no podia, creía que eso se reflejaba mal sobre é1.

El pcrsooal dcl programa intentó cn repetidas ocasiones

pone$e en contacto con é1, pero se negó- Janice sabia

que su ¡eción alcanzada sobiedad se veria puesta a prue-

ba al regresar a casa, a pesar dc lo cual dccidió hacerlo

Lo que succdió fue asombroso. Ctando Janice regresó

a casa, Howard la ence¡ró inmediatancnte e¡ una habila-

ción. Le llevaba la comida, pero no le pcrmitía salir de la

92

habitación porque tcnría que ella pudicra empezar a bc-ber de nucvo. Después de cüatro días, Ja¡ice logró aban-donar la casa a las dos de la madrugad¿ pero, al hacerlo,despertó a Howard. Entonces, echó a coüer y su esposola siguió de cerca. Un vecino llamó a la policía, quc Josintcrceptó cuando floward trataba de arrastrar a Janicc dercgrcso a casa,

Pocos discutirian que la neccsidad de Howard de con-trolar a Janice se habia convertido en Lma adicció¡, hastael punto de que actuaba de una fbrma totalmentc irracjo-nal. Pcro esta histo¡ia ilustra las lases finales dc la ne-cesidad adictiva de control¿r ¿ otra persona con tal desentirsc scguro. Probablcmcnte, las semillas de este com-portamicnto habrían podido dctcctarse quincc años antes,cuando Floward dijo algo así como: <Vamos, querida,

¿Iro crees que ya has tomado bastante por esta noche?).tsn esta tiasc aparentemente bcnigna se refleja la creen-ci¿ de que controlar a otra persona es u¡a posibilidad, yqu( deberíanrns ser capaees de haccrlo a.i

Lo único quc co¡trclamos realmcnte son nlrest¡os pro-pjos pensamicntos, crcenci¿s, sentimienlos y comporta-miento- Tencmos qr¡e dejar de intentar controla¡ a los demás si queremos cncontrar la felicidad.

Las dos Jitrmus de comun¡caciót!

Al lccr sob¡e el sistema dlr pensamie¡to adictivo, esposible qüe te hay¿s sentido confundido, liustrado o abru-mado. Quizá te preSuntcs cómo podrías cambiar, o qui-zá a alguien que haya en tu vida.

El sistema dc pensamiento adictivo cs una voz alta eimplacablc. Sin embargo, por debajo se encuentra la voz

93

Page 46: Sanar las adicciones - Jampolsky

tranqLlila, serena y siempre presente del amor. Nuestro

primer paso para deshacemos del sistema de pcns¿mien-

io adictivo cónsiste en ¡ealiz¿r un esfuerzo para escucha¡

la voz pacífica y serena del amor, en lugar de los rugidos

del ego, el sistema de pensamiento adictivo La intención

dc escuchar la voz d.:l amor es una herramienla muy po-

derosa. Como succde con un río, acabará superando cual-

quier obstáculo.Cuando intcractúas con otras personas que luncionan

a partir del sistema dc pensamicnto adictivo, sus defensas

v actitudes pueden causarle la inrpresión de que son

como puercoespines: cuando tratas de acercartc' sus púas

te pinchan dolorosamente.La comunicación puede parecer muy complicada y,

sin embargo, es en realidad muy scncilla Estoy conven-

ciJo de que sólo ha¡ dos forma. dc comunicaciónLa primera sc basa en el amor, y en ella se extiende

amor y compasión hacia ti mismo y los demás. La segun-

da forma de comunicación se basa en el sisteúa de pe¡-samiento adictivo; se actua a la defensjva, aunque en loúás profundo se aniela el amo¡ En resumen, Ias dos for-mas de comunicarse son: l) extendel el amor, y 2) hacer

una llamada para rccibir amoLLos que se aferran al sistema de pensamiento adictivo

tienen tanto miedo, que han e gido muros a su al¡ededo¡.

Si ohos atacan esos muros a partir de su propia cólcla, loú¡ico que hacen es reforzarlos y espesarlos. Ni un mañi-llo pilón es capaz de deshacerse del comportamientoadictivo. El amor es la única fuerza capaz dc penetar los

muros del sistema de pensamiento adictivoSer canñoso no significa se¡ sólo dulce y amable, o

pa$r como dc punlilla' por aquellos lemas quc nos in-

quietan. Al afirmar lo que sentimos, y hace¡lo de Lüla

94

rnanera cariñosa y sin juicios, permitimos que las defen-sas se dcüumben tranquilamentc- Lo que está diciendoen ¡calidad la peNona adictiva cs que tiene miedo y ne-cesita ¿rmor Nada más y nada menos. Cuanto más poda-mos escuchar esta llamada de amor, en l[gar dc identifi-carno\ con lo. ¡sallo. rerbales ¡ Ios com¡orlamientosneg¿tivos, mayorcs probabilidades te¡dremos de penetrara través de Ios muros de la adicción.

Un proccso llamado inte¡vención es una fbrma pode-rosa de comunicación cariñosa. En una jnlervención, losDjembros de la f'amilia y los amigos de una persona

adicta sc reúnen y, con la ayuda de un ascsor, y de una

forma cariñosa y sinjuicios confrontan a la persona adic-ta con hechos sobre su adicción. La intervención utilizael amor pam penetrar a través del sistema de ncgacióndel adicto. Estoy convencido de <¡ue la expresión delamor nunca cae en oídos sordos. El amor, como mimmo,cmpieza a abrir el corazón.

Page 47: Sanar las adicciones - Jampolsky

$I

4. La estructura del sistema de

oensamiento basado en el amor

Desde un lugar de paz, la mente puede empezar a per-

mitir que el calor del amor funda las ilusiones del temory de la culpabilidad. No podemos sanar nuesha mente

adictiva mientras nos hallemos atrinchemdos en el temory el conflicto. Sería como tratar de salir de un rompeca-

bezas chino de cuerdas, cualto más se eslira de ellas,

más se anudan. Tmtar dc superar el temor desde un lugal'

de temo¡ no funciona.

E k1 trunquíli¿ad empezdmos

a ¿¿,cend"r haiia la, frolun¿idad^ ¡1¿ na,otlo, n¡5no5

do de enco tramos el recuerdo del dmorque nos espera imperturbable.Al eficontrar amor dentro de nosotras

empezamos ¡t compaú¡rnueslru plenitud con los demas.

La paz es do de nos esper¡i el amoa

íncólume ante el tíempa,

no afectado por la culpabilidad que hicistej creísle inevitable.

96

El anor es tu hogary esperu tu invitac¡ón.

U a rez Erc hdyas visfo el amor dentrc de tí mkmo,

lo wñs en todas partes.

Eso es porque, símplemenle, no hqt lugdlal que pue.das mírar donde no encuentres amor.

Es imposible para tu mente servir a dos objetivos a lavez. Por ejemplo, decir que deseo paz mental al mismotiempo que mantengo un motivo de rencor por algo quesucedió la semana o el año pasado. Si veo algún valor en

manfener ese motivo de rencot, mi objetivo no puede ser

realmente el alcanza¡ la paz mental, ya que ésta será im-posible mientras siga viendo un valor en el pensamiento

basado en el temol propio del sistema de pe¡samientoadictivo. Uno de los propósitos de este libro consiste enaumentar tu compromiso con el a¡nor Al empezar a de_

EL SISTEMA DE PENSAMIENTO BASADO EN EL AMOR

MOMENTO

PRESENTE

97

Page 48: Sanar las adicciones - Jampolsky

sear sólo amol) cmpcza¡ás a ver sólo amor El sislema dc

pensamiento b¿sado en el amor es así de simplc. Lo únFco que te pide es que bajcs las dcfensas dcl sistema de

pensamienlo adictivo y cxtiendas la lnvitación al amor.

Sabiendo lo que sabes sobre el tcmor, ¿,cómo puedes nc-g¿rte a est¿ petición?

En este capitulo se analizan los cllatro aspeclos tünda

mentales del pensamicnto basado cn el amor, y sc pre_

senta ese pe¡sarnicnto como la altcrnativa pacífica a vivir en el conllicto de la adicción.

Si sc comparte el amor, ¿,cómo encontra¡lo excepto a

fravós de sí mismo'l Of¡écelo y vendrá a ti porque

es atr¡ido hacia ti mismo. Pero oficcc ataque l/ el amor

pcrmaneceri ocuho. ¡ues sólo puedc \ ivir en

Ia paz. Un Curso de Milagns

Sobre el amor

Muchos de nosohos creciúos en familias do¡de el

mensaje no explicitado e¡a: (Te amaré si haoes lo que

deseo que hagas). Esc mensaje hace quc un individuopiensc que o bien no sc merece amor, o que debe com-placer a los denás con objeto de ser amado.

Aquello. de no\ntros qur recrbirno' esc rncn.aje rm-pczamos a creer qu(] si mostrábamos a nuostros padfes

todo 1() que habja cn nosotros, incllLidos nuestros pensa_

micntos oscuros y ocultos, se amos rechazados, En consecuencia, aprcndimos a mantener ooultos cjerlos scg-

r¡entos de nosohos mismos, con 1a csperanza de poderset amados ple¡al¡ente.

98

A menudo, cstos mensajes son encubiertos y sc rcla-cionan con aspectos de los que no se habla, o dc los quesólo se habla indireot¿urente. El mensaje de (Te amarési...) sc relaciona con freouencia dc una forma más di-recta con tcmas sensibles, corno el sexo. En mi propia fa-milia, mis dos progenitores fueron basta¡tc abiertos encuanto al sexo. y po¡ ollo me siento agradccido. Pero, almismo tiempo, hubo expectativas no expresadas acercade lo que yo debía o no debía hacer o ser. Uno de esosmensajes tuvo que ver con la homosexualidad.

Tuve la imprcsión de que mi madre se habaía sentidota¡ desilusionada quc incl|.rso habría muerto si yo o mihermano hubiéramos rcsultado ser homosexualcs. Esome fue transmitido indirecfamente de muchas formas.Resulta interesante observar quc mi madre tenía muchosamigos y compañeros de trabajo gaf que acudían conñecuencia r nu(slra c¿sa. Siem¡rc sc mc en\eñó a acep-tar a la gente. Sin embargo, no tuve la impresión de queesa aceptación y punto de vista liberal se aplicara tam-bié¡ a mi hermaüo y a mí en 1o relativo a la sexualidad.Aunque tanlo mi hermano como yo somos hete¡osexua-les, cuando yo tenía unos diez años de edad ocur.ió losiguiente y, como resultado de es¿ experiencia, mantu-ve una culpabilidad y una vergüenza ocultas dumnteaños.

Un día, un amigo y yo estábamos forcejeando en bro-ma en mi casa, después de la escuela. Mi hermano mayorpractic¿ba la lucha libre, en la que destacaba, y yo anhe-laba hacer lo mismo. Mientras mi amigo y yo lbrcejeába-mos sobre el sue1o, nos acariciamos momentaoeamenteel uno al otro. Los dos nos sentimos conmocionados yasustados, y él se rnarchó riipidanente a su casa. Aproxi-madanente una hora úás tarde, mi madre entró en mi

99

{

Page 49: Sanar las adicciones - Jampolsky

fffq#r:**ffiIj*;E:,{iü n#-J:l?,x:;i',

" ".,. impres ión de

i:ir"j",:;:iü:'ffi ll"r:*':mnli{'.,iii,*iil:::lll J:ff ,,'Hmm*r:lht

li iiiiffj

*:'ffi***;*$#,ffi*erugtr#-'lffrir*.iir*##",*fu*

** -i,*ffir00

:*n}tn*g*+*5rwr***

fr1'tr#fi#':"itrjT',¡#Jffi

****t''tl;t{#ii",p}:*#{r,:.{,pl

trffiili'H,il¡:ttr¡ffir'ffi

**-ffiruffitrfl,:il.ffiil:",'l}j*}?h:dffi

I

l0l

Page 50: Sanar las adicciones - Jampolsky

Disfruto descubriendo cxquisitos muebles antiguos de

madera recubie¡tos con numerosas capas de pintura.Cuando mc encuenho con lLna picza asi, no mc preocu-pan las capas de pintura, sino cl hermoso roble, pino o ca-oba que hay por dcbajo dc la vieja pintura agrietada.Micntras desprcndo suavenente l¿s capas de pintuta, lle-vando cuidado de no dañar la madera, queda al descubier-to lo que hay por debajo. Quitar la pintura constituye untrabajo largo y ledioso. IIay molncntos en que ia maderatirne realmentc pcor ¿sfcclo quc cuanrlu cmpecé. y Inc

siento lentado dc abandonar el proyecto. A veces, simplc-meüte, neccsito tener f¿ en la idea de que, co¡ un pocomás de trabajo, veré la made¡a original y hen¡osa. Unavez quitadas las capas de pintura, suelo necesita¡ cuidarde la madcra, porque está astill¿da o es l'ulne¡ablc a lahumedad o al aire seco. Después de aplicar un poco de

barniz, acabo encontrándome ante un mueble rnagnífico.Lo mismo sucede con el hecho de moversc desde el

tcmo¡ hacia el amor. No te preocupes por las capas deltcmor y la oscurid¿4 agrieladas por años dc culpabilidadyjuicio. Mira por debajo e imagina la bcllcza que espena scr üe.LubienJ. Debe'.aber quc no \a r \cr necesarir-mcnte un proceso lácil o indoloro, pcro. dcsde luego,scrá rico en sus recornpensas. Cua¡do mc dcdico a quitarcapas de pintura de los muebles, no me tÜo cn los ¡estosquc van cayendo ¿l suelo, sino que los tiro a la basum.No me sirven para nada. Del mismo modo, despróndctcde tlls temores. ArrcjaLos oolno pintura vieja. No tiencrlningún valor par¿ ti en tu pensanienlo basado e¡ el

¿mor.tsn el sislema dc pcnsamiento adictivo buso¿mos

compulsivamenle la feliciüd cn la gente, las cosas y lassustancias; ese prooeso siempre ticnc como rcsultado la

102

fo¡mación de un ciclo vicioso de temor. En el sistema depens¿rmiento basado en el amor, en cambio, buscamosdentro, pasamos a travós y más allá del temor para cn-cunhar el amnr. Al \cr el aml,r cn nu\otro\ mi¡rnor rm-pezar¡os tambión a verlo en otÉs parles. La mirada de

un niño, la caricia de un ¿migo, o incluso un grupo dcgentc dcsconocida: todo ¡os recuerda cl amor. Vcmos elamor (rn todas pañes porque esta cn todas partes. Unavez quc el amor ha despertado en nucstros corazoncs,nos damos cuenta de que no hay lugar donde no exista.Podcmos negar la presencia dcl amor, pero eso lo lohacc desap:uecer Espera pacicntcmente a que le abÉ-mos los ojos y los corazones. Cuando vemos oscuridad yodio, es como si vjérar¡os la vieja pintura de un mueble.Siempre podemos elegir cntrc ver oscu dad o luz, dellnismo modo que podemos clegir entre ver la pjntüra ola mader¿.

El primer paso hacia un aumento de nuest¡a expe on-cia del amor consistc cn cmpez¡r a entleoar nüestra mcn-te para que pase por alto las ilusiones de la oscu¡idad, lapintura, creadas por el sistema de pensanlicnto adiotivo.El amor se encucntrajusto más allá. Elnpieza por confi¿ren una parte más profunda de li mismo, dale la oporluni-dacl de surgir a ]a luz y de ser ella miura. Confi¿r supo-ne dar Lú salto de fc, pues el temor nos dice que si llira-mos dentro de nosotros mismos ¡o nos gxstará lo que

veamos y, desde Juego, no le gustará a nadic. Tenemosquc empezar po¡ conñar cn nuestra vida intcrior. en

nuestro guia interior, pues cs asi como descubrircmos el

recuerdo del amor

103

Page 51: Sanar las adicciones - Jampolsky

Sobre el momento presente

Cada vez elre te aferras al pasadoo que te PreocuP¡s por cl luturo,

estás mirando hacia ninguna parte,

)l viendo cosas eue no esián ahí,

En el pcnsanicnto basado en el amor vas más allá dever el tiempo como algo lineal y, en lugar de eso, enfocasla atención sobre el momcnto presente. Tmagínate por unmomento de qué forma tan alifcrentc te consideraÍías a timismo si te desprendieras de todo tu pasado que utilizascomo combustible para alimentar los fucgos de la culpa-bilidad y la cólera. Te verias entonccs a ti mismo en lapureza del momento presente, y lo que vcrias sc a amor.

Quizá no hayas cuestionado nunca ver el tiempo deuna fo¡ma lineal y, en consecuencia, el hecho de pa¡tici-par sin pensarlo en un úundo gobernado por el rcloj. Lagcnlc p¿rece forcejear ,iempre con el riempo. ) r¡taconstantemente de derrotar ¿l reloj. Cu¿ndo conocemos auna persona, tendemos a valorarla en términos de 1o qucha hecho o dejado de hacer en el pasado. Cuando respon-dcmos a un anuncio sobre un puesto de trabajo, cnvia-mos un rcsumen de lo que hemos hecho, una lista dcnucsto pasado. De hecho, podemos lleg¿Lr a determi arnucstro propio autovalor al observar l¿ crónica del pasa-do quc tcnemos archivada en nuestr¿ mente. Como socie-dad y como individuos contempl¿mos lo que hemos he-cho o dejado de hace¡ en el pasado, en lugar de afirmarlo que somos en el prcsente.

Cu¿ndo centramos la atcnción sobre e] presente, laventa-na dc nucstras percepciones cambia radicalmente.Empczamos a ver el mundo y a nosolros mismos bajo

104

una luz nueva. Experimentamos una sensación de nove-dad, de liberación y alivio. No hay varas de mcdir exter-nas al momento presente que dctcrminen la ¿utoestima;sólo hay amor qr¡e reluce en ti y a tu alrededor. Al eiec-tuar este cambio en nuestra percepción del tiempo, unase¡lsación de paz entra en nuesta vida.

En mi propia vida dcscubrí una pa!¡ta de pensamiento

adiciivo que se producía como siguel

l. Cuando u¡a situación se p¡esentaba en mi vida, acu-

dia a mis bancos de memoria para dete¡minar si crauna situación (buena) o (mala).

2. Si, basándome en el pasado, la catalogaba como bue-na, procedía a actuar de una forma que, habitualmen-re, reiulraba en una erperienci¿ .po5¡liva,.

3. Si decidía que era una situación mala, me enojaba, ysiemprc tenía un¿ experiencia (negativD.

Al obseNar esta pauta, empecé a da¡me cuenta de unhecho importante. Había creído que estaba reaccionandoap¡opiadamente a cada situación, cuando, en ¡ealidad, no

era así. Lo que hccia er¿ reaccionar anle mi pcrcepción

de la sinración. basrindome para ello en mi memona

Nu¡ca se me ocurrió pemar que aquello que yo creyeftl

sobre la situación estuviela determinado por la experien-

cia que había tenido. Descubrí que me resultaba tan fácilcrear una expe encia positiva como Íegativa, indepe¡-dientemente de la situación. He llegado a creer que:

No hay situaciones <buenas¡ o <malaso:

todas las situaciones son, simPlemente, oPortunidades

Para aPrendei.

Lo que hagamos de cada situación, dePende de nosotros-

105

Page 52: Sanar las adicciones - Jampolsky

Hace algunos años regresaba a casa dcspués de haber

Dasado unas vacaciones en Móxico. Mi vuclo cra desde

ciudad de México a San Francisco. En aquel tiempo, c¡el aeropuerto dc México los pasajcros eran transpoftadosen autobuses desde las terminales h¿sta los aviones. Aldirigirme hacia mi autobús m( hallaba preocupado por

mis pcnsamientos y no presté mucha atcÍción a lo que

me rodcaba, aunque seguia los cartcles. Subi al autobús yluego al avión. Cuando el aparato ya sc dirigía hacia lapista de despegue, la azafata dio la bienvcnida a los pasa-jeros a bordo, en vuclo, según dijo, a Nucva York víaHouston. Me quedé boquiabierto. Yo qucria ir a Sao

Francisco, no a Nueva York. Durante un rato mc dije losiguiente a mi mismo, y vale la pena obseÍvar córno pasé

de culparme a mi mismo a pensar en lo estúpido que era,

a echarle la culpa a los demás, para, finalm€nte, preocu-parmc por el futuro, lodo lo cual me produjo vergüenza yazotamrcnto.

¿Cómo he podido ser tan estúpido para haber subidoal avión equivocado? No puedo creer que haya hechoalgo así. Esto va a ser horrible, como todas esas otras

ocasiones en que he hecho cosas cstúpidas. No puedo

creer que esa imbécil de azafat^ ni siquiera mirara mi bFllete. En realida4 la culpá de todo la tiene est¿ línea aé-

rea tan inco¡npeteDte. vaya, me voy a eñco¡ha¡ en unasituación muy embarazosa al tencr que admitir quc hc

subido al avión equivocado. La gcntc me va a espera¡ cn

el aeropue¡to dc San Francisco. A mi me gusta parccerperfecto. ¿Cómo voy a explicarlcs una acción tan cstúpi-da por mi parte?

Como puedes ve¡ acudí al banco de mi mcmoria delpasado y comprobó si había ot¡as experiencias simil¿lres.

Encontré esas cxperiencias y luego corri con ellas, con-

106

venciéndome a mí misl¡o de que ésta tambión tendria un

resultado malo.Después de este autoconvencimiento n€gativo, lo sF

guicnte que hice me sorprendió. Me detuve y mc dijc:(Espcra u¡ r¡olrlento, gsto no tiene por quó scr malo>

Respiré profundamentg, cerré los ojos y pedí a mi guía

interior que ¡ne ayudara a cambiar mi perccpción de lasituación.

AI abrir los ojos mc d¡ cücnta dc quc la gente que me

rodeaba se habia pucsto frcnótica. Antes dc eso' mc ha-

bía se¡tido tan prcocupado por mi autoconvenclmlento

negativo quc ni siqu¡cra pude pcrcibir oon exactitud loque mo rodeaba. Resultó que el chófer del autobús nos

había llevado crróneamcnte al avión equivocado. Empecé

a ccharrne a reir, como hizo la persona sentada a mi lado

Rcgrcsamos hacia la tcrminal y fuimos conducidos al

avión correcto. Luego, resultó que la persona sentada a

mi lado y yo mantuvimos una con\'ersación nlL¡y inlere-

sante durante todo el vuelo. Así, pude disftutar y deja¡-

me llevar, centÉÍdo Ia atención en el momento prcsente'

Cuando había mir¿do al pasado para detcrminar cómo

debia reacciona¡, había vjsto algo que estaba lejos de pa-

recerse a la situación actual De modo similar, cuando

me habia preocupado por el futuro, ni siquiera habia sido

oonsciente de la presencia de mi comPañero de asiento

Al ser tansferidos de uri avión a otro observé que la

senle tenia, básicament€, dos expenencias. Algunos gru-

iían y se mostraban enojados por el inconveniente, y ha-

cian coment¿rios sobre oonexiongs de vuelo a las que lle-garian tardc y otras cuestiones similares. Otms personas,

la minoria. rrarecieron tomarse a bien la situación, como

\o mismo estaba aprcndicndo ¿ hacer Entonces. obser\é

c la gente enojarJa bajo una luz dlferentc Me di cucnta

t07

Page 53: Sanar las adicciones - Jampolsky

dc que la única diferencia entre la paz mental y cl con-flicto consistía en la lente a través de la cual cada perso-na miraba la situación, y la clccción de csa lente dependía por completo de cada individuo. Me alegró de estaraprendiendo a elegir la paz mental, el momento presente.Al aprender a aceptar cosas que no tenia la posibiJidadde cambiar, cncontré paz mental.

EL R¡NDlMttN'to NL4xtMo y EL MoMENTo PRESEN]E

No hacc mucho, los investigadores sc i¡teresa.ron poreL rendimiento máximo- Los científicos y psicólogos en-t¡evistaron y observaron a los atletas que parecían ¿lcan-zar sus niveles óptimos de ¡endimiento. Buena parte delo que aprendigron de ellos se aplicó más tarde a perso-nas que no eran atletas. Parece ser que exisle un hiloconductor que corre por la capacidad de alcanzar nivelesóptimos de rendimiento, ya sea en el atletismo, en las re-laciones o en el trabajo:

Cuando cenlr¿mos Ia atcnción en el presente, nos movemos,pensamosy actuamos a niveles superiofes que cuando

nos sentimos preocupados por pensamientos o imágenesnetati!"s del pasado o del luturo.

Un amigo mío, el doctor Curt B¡ikson, ha sido psicó-logo del depofte para el equipo olímpico. Ha co¡rido mu-chas aventuras en su vida, incluida la ascensión al Eve-rest. Cult compartió conmigo la siguiente nanación deuna experiencia que tl¡vo en el Himalayal

(En 1985 tuve la oportunidad de participa¡ comocientífico del deporte cn uoa ascensión al Himalaya.Mientras nos hallábamos acampados en 10 alto de un gla-

I08

cra! yo y mis compañeros nos vimos obligados a afron-tai constantes avalanchas. Casi a cada hora sc nos prc-sentaba una avalancha potencialmentc mortal. A1 princi-pio, surgió la lentación dc preocupamos por la siguienteavalancha. Pero preocuparnos podía matamos, porquecso nos dcjaría sin energia para hacer lo que necesitába-mos hacer La clave de nueslra supervivencia consistjó encentrar la atcnció¡ exactamente cn lo que hacíamoscuando teniamos que hacerlo. Nuestra silL¡ación exigíaque nos aferráramos al momento prescnte. Si yo pensabaen el día siguientc, o en el día ¿nteriot me veía p vadode la energia neccsaria para seguir adclante. Mira¡ haciael pasado o contemplar el futuro me privaban de mi capacidad de concent¡ación y de permanecer alerta, y ha-bía hecho que mi mento estuviera demasiado cansada ypteocupada como para aliontar cualquier nucvo peligro.

nl-as tardes y las noches eran momentos dificiles.Nueslras mentes deseaban vagar y, sin embargo, necesi-tábamos pennanecer alcrtas y ale¡ios a una variedad detarcas. En la oscuridad, todos nosotros llLchábamos con-tra nuestros propios demonios quc tratabao de obtener lomcjor de nosotros, como pequeños parlanchines de prco-cupación capaces de destruir nuestra capacidad paaa con-centramos. Si yo me hubiera permitido apartame del"abora", no sólo habria corrido un güve peligro, sinoque también hab a puesto en pcligro a los demás. Noscon\,ertimos en un equipo totalmente entregado al mo-mento plesente. Nos controlábamos y ayudábamos losunos ¿ los ot¡os a nantenemos alefia. El permaneceratentos al momcnto era, de una forma muy real, unacuestión dc supervivencia. Al permanecer oricntados ha-cia cl presente nos sentimos más unidos, y todos ¡ogra-mos bajar de la montaña.)

I

109

Page 54: Sanar las adicciones - Jampolsky

No hay mayor limite que tc puedas imponcr a ti ¡¡is-mo que los pensamientos adictivos. A contimración se

exponen alSunos ejemplos de pcnsamicntos adictivos

Cuando tenemos uno de cstos pensamientos, se produce

una imagen negativa en nuesta mcnte,

l - Posiblemente, no puedo haccr esio. Nadie lo ha hecho

anles.2. He fracasado a¡tes cn hacer esto.

3. Siemprc he sido malo haciendo csto.

1. (Tal pefiona) sien,pre dijo que nunca scria capar clc

hacer csto.5. La gente me mira por encima del hombro ¿Y si fia-

caso?6. Si cometo un errot ar¡uinaró toda mi vida

Una serie de técnicas puedcn ayudarte a superar ostos

pensamientos y orientarte hacia el prese te. La nrayoria

de ellas inoluyen la respiración de una u otra forma

OBSDRVAR LA RESPtRAcIoN

Un¡ lorm¡ efcct¡ra de ccnlrdrsc en cl frescnle con\i\-te en utiliz¿r una técnica sencilla que sc puede practlcar

oon f'acilirlad incluso en momentos de alrgustia Esta téc

nica f'uncio¡a mcjor si cicrras los ojos aunque, dcsde

luego, también puedes practicarla oon los ojos abiedos

Sencillamente, prcsta ate¡ción a tu respiración: la inspi-ración y 1a espiración. Empieza por observar la elevacióny cl descenso de la rcspiración, casi como si cstuvieÉs

antc el mar, vicndo el avance y retroceso de las olas Si

tu atcnción divaga al principio, recuérdate con suavidad

cuál es tu t¿rea y r,'uelve a cnfocar la atención sobrc la

I IO

respiración. Aunqüe ésta debe ser natural y no forzada,cs útil respirar plena y proñrndanenle, llcnate ei pechoy la zona abdominal.

Algunas personas ¿ñaden una frase o aflm¡ación a larespilación. Puede hatarse de algo lan sencillo como de-cir en silencio al inhalar: (Estoy)) y añadir al exhalar:(elajado)r. Experimenta para cncontrar lbrmas que seanúrtiles para ti.

A la respiración sc la ha denominado la puerla dc cn-hada a nucstra vida intcrna. Utilizarla es, desde luego,llna forma práctica y poderosa de deshacerte de tus preo-cunacionc: con cl pasrdo ) cl futrrro. I mpieza pur cm-plcar cn csta práctica cinco minufos, tres veces al día.Adicionalmentc, en cualqüier momento en que te en-cuentres inmerso el] el sistema de pens¿miento adjctivo,cnfoca la atención sobre la respiración, del mismo nodoquc lc diriBrria: haci¿ una salitla de enrergencia. paravolver de nuevo a tu cami[o.

Sobre la aceptación

El principio básico del sistema dc pensamiento adicti-ro cs clluiiiu. la r:rcenril de qrrc rnrltzar. iomparat. iri-ticar y condenar const¿ntemente son rasgos que aportanscguridad y paz. En oontr¿ste, el sislema dc pcnsamientobasado cn cl amor ve que la paz nental se obticne pormedio del artc dc practicar la aceptación.

En buena partc dc la formación clinica había cicrtassuposiciones hechas por los clinicos que r¿ras veces crancuestion¿das. Paú er¡pezar, cxistia la suposición de quclos individuos que acudían en busca dc tratamiento te-nian algunos problemas en ciertos aspectos de su vida y

lll

Page 55: Sanar las adicciones - Jampolsky

que descab¡n un crnrblo. Nos cürsldc¡áb¡fios con)()(agcnlcs dcl c¡mbio) y tratábilrnos dc canrbiar'al pacicnte paf¡ !on\crlirlo cn ur1¿ pcr\ona quc luncron¿ra (¡ Lltl

nivel más alk)r. No cucsliono qüc la ¡rayoriir. si no l(xlaslas pcrsonas, dcseen rlc alguru fbrnru cl cirnrbio; lo c¡ue

pl¡ntro cs qLrr posiblellcnt. cn la fbrna dc conseguir cl,.,r¡hi,.h¡),r .rlg,' nr,r, tlc l" qrr< ¡'.r,rhrnr" r prilr.rrvista.

IIc llegado a darrrr. cuentu de qLrc ant.s rle qLle s.prodü/¡J¿ r¡n crmbio frofiLndo licnc qr¡e ocurrir Ln clarlofenó¡rcno. es tlccir'. ull calnbi() quc sc froduco lanto ¡ nl-yel dc conrporlanrienlo co o ¡ nl\'L'l de scnlrmrento. Aese l¡nirneno lo denornlno l¡ p¡rado¡¡ del ürrbro.

Cor objeto dc canrl'riar vcr(lltdcranrcnte. antcs tenell)osque ¡cal:rtarnos ial conlo so ros. sin feser\'¡s. Tene rosqLre scr capaccs de vc| más ¡llá dc nucstra (lisfunción y\(f I(\I¿ I"rirlrdrJ .s(n( r:ll. qi ¡n r', , ¿¡r,rrimrn,',: :'

l|":. 1t.'\ In:\r,r'F r\'r' rr,l,r J\'l lril (lc ,r(\plirr l,,lr \ ,rll"'r.nos ¡got¡r¡os. Y n]icnlfas lo haganros así. cs imposlblclogrur un carrhio pr('lirndo v pLrsitiro. Iil úoico calttLrio

9L¡( .. n1\lu, L .rl .1rr',lr|Lrfr",- (\ qrr' un,r l, rrl.irr.r I'ursentilxc pcor con rcspccto a uno misuro.

P¡Lrl r irro rr rcr¡rc (lespuós de habcrse sepirr¡do (lc su

espos¡ P¡lLl. supclvis(n de la c(}nStntcci(in, sc h¡bja i(leD

rilic:rl,' lirc,r, rrcrrt. .,,rl lJ ll|l.r!rn Llr.j rni'r¡..',nr,, ttlr

bombrc de tunilia. Alirmó p¡\¡rlo rnu\ m¿l para iLd¡p

larsc ¡ l¡ sep¡rilció y d¡o quc ¿ Incnu(lo sc scnlia dcpri-l¡ido. Iln los (los pdnrcros nrcses dcspués clc cnrpezlr a

rcrnrc. s¡lió con \¿rj¡s rrujcrcs Pas¡b¡ un¿ scmana o (los

dc intolsos atnoríos con una nltUel. ronrpia con l:lla y luc-go se sentie v¡eío y pcns¿b¿ quc nadic poc|ir \rrstitrirj¡-n1ás ¡ su cslrosu. Paül sc Llio cuanta dr que podia actdlf a

nuesh¡s sesioncs y hirblar abicrtamenlc accrcil dc lo (luc

It2

ocurna cn su rida intcrior, sin sentirsc 0ol cll{).)l¡z!:¡(k)lcgulivrnrcnlc por mi- Y nueslo qüc no lc luzgaba negrrti'\ rincntc. Paul cnrpe;,ó l iuzg¡fsc a si rJlisrno dc L¡na li)rnra mcllos duri¡. Itoco a |oco. sc lúc abrjondo.

Empczti a drLrsc cüc l¿ dc quc su rcldcrón con su cs

¡osa nr¡nc¡r h¡bír sido fc¿1mc¡rtc buenu. De hccho. r1u-

|i¡nte los siete rños ¡:lc matrillr()nio rirsi sicnrpre hrbiilscnticlo.l mismo vacio qlLe expcrinlenl¿rLra ahor'¿. Fi0¡l-rrcnle. dcspllés de rltrrt)s mests. Pauj puclo comp¡rtirconrrigo Ia conliclelcia de qrre, durauto niño, h¡bía sidon1¡lhilt¡(lo durrnte años por uo faricnte masttllino. Alh¿blai (lt c]lo. fLrdo hahl¡r la bién dc su tenror. prolurt'dameDtc oculto. (le quc pudicr¡ ser honrosexu¡1. Paul h¿

bid tenido variis expericncias homoscxt¡ales. yrL dc aclul

lo. ) como consecuencra dc ello cxpclinle taba un¡trc¡re¡dr se¡sació¡ de culpabili(lad.

Empezó a cxplorar los tcmas relacioneclos co¡r Las nro-

lcsti¡s dc que h¡bia sido obJcto. asi como las cuesttoncsrcl¡r||\r. ir su prn¡rr rirrr,rlidrrl. lltrra||lc ('c lrrlnpo. lllllLrrca fiurdamenldl consistió en c\tender ¡ccptación h¿ci¡¡1. Si lograba o¡rpczar il senti$c accplttdo por quien era.

podria cxplorat csos tcnl¿s sin scntirsc Lan avorgonzado.

I'Lul no fudi¿ .lcc.u¡r cl iarrh o.,n -r,rril't.r'rlc. rc.l-1¡do.

L¿ p¡r¡doja dcl cembio e5 etre rto Podcntos efc(tuar u¡€a bio profundo hasta ctue no nos haj/rmos accPtad{)

antcs t¡l conro somos.

Descic nri punto de vista, los diveNos gnlpos de aul()

¡vuda basados cn clocc pasos, como Alcohólicos Anitrlnros. tunciona¡ no lanlo dcbldo a lo quc se drce duraolcl:ls rcurrioDes, sino graci¿s ¿ su itctitlrd (lc aceplllción. Esa

i ¡i

Page 56: Sanar las adicciones - Jampolsky

il

flactitud es: (Te aceptamos tal como eres hoy, y si desea,Ias considerar los diversos aspectos de tu vida, estamosaquí para ryudane a hacerlo con amor- ¡ stn jui(io,,

He aquí unos pocos pens¿rmientos sobre la naturalezade la aceplacrón de ti mismo y de los demás:

Mientms que el juicio hace eue el amor sea condicional,la aceptación permite eue el ¿mor sea por sí mjsmo.

El iuicio impone criterios para el amor.La accptación ¡o impone ninguno.

f n el iui( io no\ \enlimo\ ( on\tten do\. Etdo\y t(mero\o\.In l¿ d(epl¡(ión no\ \enlimo\ abierlo\. flurdory rarinosos.

Pcrmítemc sugerirte un experimento que püedes llevara cabo pam comprendet a nivel de sentimiento, la dife_rcncia entre la aceptación y eJ juicio. Tómate dos homsde un dia. Durante la primera hora, la del juicio, prcocú-pate por el pasado, especialmente en relación con lo queia gentc te ha hecho o dejado de hacer. Muéstrate tan crí_tico como puedas y emite juicios sobre todos aquellosque se crucen en tlL camino. C¡iticate me¡tal y despiada_damente, tanto a ti mismo como a los dernás. No actuosde acuerdo con tus pensamientos c¡íticos. Simplemente,nrc5¡¡ ale ción a comL, Ic \ienle: mienlras ¡ienc. pensa-mrentos críticos. ¿Te sientes bien contigo mismo? ¿Tesientes más cetca de otüs personas? ¿Te slenres a gusto,o estás asustado y tenso?

Du(allte la segunda hora, cambia a una hora de accp-l¿ción. Empieza por practicar unos pocos minutos delejercicio respiratorio que hemos indicado a¡tes. Observa(l bflllo inlcnor Llel ¡mot en las otra. ¡crsonas. aunquc.ulo s<¡ n debil parpadel, por deb¿jo de l¡ supcrlici( sile rcsulta particularmente dificil ver cl amor cn alguien,imagina la clase de acontecimjentos que tiencn que habcrocurido cn su vida como para haberle conducido a sucompofiamiento acfual, y comprende lo mucho que esapersona anhela cl amor. Mira más allá del comporta-rniento y ve a la persona e¡ su totaljdad. Lnagina que bu-bre¡as nacido hoy misnro, en este instante, y que todo

4.

5.

6.

2.

3.

L Nuestra eneigía se agota cuando juzgamos, analiza-mos, compa¡amos y criticamos. A la inversa, nos sen-timos vivificados cuando extendemos aceptación.La paz mental p¡ocede de aceptar quiénes somos an-tes que de evaluamos y castigamos a nosotros mismospor lo que hemos hecho. Del mismo modo, la pazmental también procede de aceptar a los demás.La aceptación se basa en el momento presente. El jui-cjo se basa eo el pasado.La aceptacióo no significa admitir el comportamientonegafvo. Significa, simplemente, que para cambja¡nuesüo propro comportamlento negativo, o para esti_mula¡ a otro a cambiar, tenemos que d¿mos cuenta deque por debajo de ese comportamiento hay una perso-na que valiosa.La paz mental procede de aceptar cosas que úo tene-mos el poder pa¡a cambiar Eso significa reconocerque no podemos cont¡ola¡ a otras personár.La aceptación no sabe nada sobre expectativas. Laaceptación no va adscrita a ¡esultados futuros.

Paz mental

tPerdón -+- Acepiación __________>

tElevada autoestima

lt4 1t5

Page 57: Sanar las adicciones - Jampolsky

fuera fresco y nuevo para ti- No te preocupcs por lo quetú ü otras pe$onas han hecho o dcjado de hacer. En lugarde eso, centra la atención sobre el hecho de que todo elmundo desea y necesita s(rr amado, aceptado y afirmadopor quien es, con total ausencia de expectativas. ¿Cómotc sientes ahora? Plaltéate las mis]nas preguntas que teplantcaste durante lu hora de juicio, y observa la diferen-cia-

A1 experimentar con una hora de juicio y una hora deaceptación, empiezas a d¿rte cuenta de que realmentecuentas con la posibilidad de elegir el sistema de pensa-miento coD el que qüieres fi¡ocionar. Tanto sj extie¡des eljuicio como la aceptación, sólo t!:¡ puedes toma¡ esa deci-sión. Y, consciente o inconscientemenle, es una decisiónquc ticnes quc tomar en cada momento del día. Puedeselegir una u otra con la misma facilidad- Confio en queempieces a elegir la aceptación con rma crcciente fie-cuencia.

Sobre la qbtmdqnci.t

Aunque es posible que no los recordemos muy bien,c¡eo que todos nosotros hemos tenido en nuestras vidasmomentos en que nos heúos se[tido completos y realizados, momentos en que no hemos experimentado ninguna percepción de esc¿sez, sino sólo de totalidad y deamot En esos momentos, atravesamos espontáneamentelos confines de la creencia del ego en la escasez y somosco[scientes de la verdad de quienes somos.

Podemos ejercer un contol oonscientc sobre esas rup-turas cspontáncas al tener absolutamente claro qué es loque deseamos.

I t6

La paz mental es lo que deseo.En este mismo momento cstoJ lleno de amor-

¿Cómo no puedo recibif lo quc deseosi sólo pido lo aueya tenEo?

Hace unos pocos años, durante un día de invierno, mccncontré sobrecargado de problemas. Me sentí como sicsluviera enceüado en una vida que no ela como la queyo quería que fuese. Si hubiera hecho una lista de lo que

c¡eía que necesitaba hacer antes de poder respirar con fa-cilidad babría sido una lista muy larga. Hacía un día.ombno y con nehlrna. lo que no parecia sino alrmenl¿

mi depresión. Me cncontraba conduciendo hacia el traba-

Jo, prcocupado por todo lo que creia que tenía que hacer,cuando una idea insólita apareció en mis pensamientosldirígete a la playa. Me esperaba un día muy atareado y,

ordinariamente, habría ignorado ese pensamiento. Pero

esc dia fue diferente. Decidí ifme a la playa. AI llega¡alli, me senté sobrc unas rocas hurnedas quc bordeabanJa bahía y me quedé co¡lemplando cl agxa- En lugar depensar en todo lo que tenía quc hacet me permití absor-ber la belleza de aqüella mañana de invierno. De repente,se produjo un cambio especfacülar en mi percepción. To-dos los pensamientos sobrc las cosas que tenia que hacerdieron paso a senlimientos de plenitud en aquel momentopreciso. Una co¡crencia dc sanación se apoderó de mí.En ese momento no lenía ningxna otra cosa que hacer

exceplo est¿r exactamente dondc cstaba, experimentarex¿ctamenfe lo que expedrnentaba- Me sentí lleno de

vida y amor, y supe, mientras estaba allí sentado sobrclas rocas, que no necesitaba conseguir nada más parasentirme en paz. Todo 1o que necesitaba haccr era im-prcglraÍne de lo que ya estaba allí. Era como si el sol

lt7

Page 58: Sanar las adicciones - Jampolsky

:rllla:i.a ly:s det nLLbtaclo ciekr invernat. Ln apenas un

:iiTiil J;' :ij::T tr lt, :;;fl iü ",il

;: Íi*:riiil:,iii'i""iilili,,: ;1"'l:;[:''",

m, !\r'c'cn( ir Jc |r

,... r I (.go,nor.¡lrcc qur vrrimus r,¡ un ntrrrtrjo crr cl quc

::::T:_ t.ll:

19^' denendc dc (onsesurr ¡¡¡s N(,s dicc

ii:iiir:':"'^\,:i;H":illlt"i':ll'.'iu:,;;*::":::::"'"":".:"ilff il: J'/*:l'",."'l;, :iftf? ¡:.,':"f;co¡\ctritr lo quc lÉncmos ¡ a corrscguir rnirs.

,,".::i'lLT;,L:";::T;;l:1,'fi :¡ii .' "'of rcconocc

r.,t.¡o-s .n,,d,ic ¡i co,";.i". ir,¡",iol,i.l"'::.i:ffi ,];:i:F:lil;ti:,;i lti ii:ii,:"':i ::.;,t:i;a;i,.t,"."J;li':;il:li:'l"ill:J l,:l).,ill j,i;i"lillilr llÍ*il:1il::i,l;r: ;1li?:

a" *u rn.." .r1r.",,ü "u^nii

L La.-vc_ aclera ,pr.Lreba dcl \,aior dc atgo es sabcr siirurncnlir cu¿n(lo ju cnt¡(,g¿moi. l,or (

l: -:.ili |,r"d r., -,p"i"" | .i ., illlllii:,"1,11,:,\ ntjt\ JUI)jnl¡n.üUJ td,, lo. cnmfi¡ lmr¡. con ulrt,s.j

i I i;l:il, ",,"",¡:1.:;l: i:,:lllÍi: :t.1" : lil_.,,, "

fu:biii,l.T:"H:r,,i: :,fi I ii?] "?i 'J1i1,1,,,:

, seren¡ sc conocc Ia paz).- ir",,!il:.";¿";ri¡";lo

ncccsita dcr¡¡sa; la paz acudc a

ti¡3

6.

j,l ".Tqi.,: \c lrrlrrto hrcis \i misl¡,,. I I rrrquc \1,\('i¡lr¡r(lo lt.lLi¡ st nti\tno. fu ralor us rqur:rto quc trrmr.slrro et¡gcs, y Ia dccisión qr,e torrres lo cletcrmina

11...1,11 Oo.o encontmr la p¿z cs ofiecer a oÍos k)quc ya trcnes. en ¡ugar de inlentar conscguir lo quccrecs que necesitas,-. I ¡ abLrnJ¡¡tui¡ ofrccr csc¡pc d(l ncn\atnicnl,¡ Jc q¡¡(,no (rc\ suti(.icntr. I tr¡vú\ del rcc.Ilocinricntn.,Jcquo lo eres todo.

o ll.,1b^lllLl:* no vc.valor aisuno ür el ler¡or por_quc.reconocc quc no hay nada de varor qlle sc pucdapcfder.

9. C]r¡ando. s¡bcs quc ticnes antor y que ercs a¡¡ado.¿qu¿ más dcsea¡ías hacer cxcepm compartir lo quchencsl

10. l.a abundancia ,"alor.ü silu¡ciones de ganaíganar eJego \atora sttuacioncs dc ganar/pe¡dei

Quiz.r pucdl pitrc((r quc lJ irbt¡nd¡nctJ suprerc quc lirlcDlc (lgc Je rrlbqcr o rro ft¡git ru.la. [:u nn .r .',"n,,I iüvc t.t DUcnir ,oflun de p¡.itr rrn ti(nrfu c,, U ,, (f(.

],]. Itrn.t". m,'Lslro: (lc l¡ ¡bunrLncr¡. k ¡uLJrr: lcrcsJ.' rerrJrrk tc. ¡l clla nO sc l( pUü\le JCu:,. Llr rr, lt,lccrrr.r¡u. r. ¡t Int\tIL, ttLtnprr. (|l.]IJL, ctnpt(,/C llllit llti.lólllrrrntno\ rlL c.úüsc,/ ) dicc. .,Ol¡, n¡¡ po¡le.

'rros¡nüt:(r (\o n,,rqu,. hr) din(,ro _uf¡ur(nrc... L¡ mit.(¡re, ter(l.r ,:tbc quc cl .rrnor ¡ l.r lrrrrhilrtl:rd.ol lu unieo¡{.IrnenlL' t¡nnof¡lDtc } qt¡( lodo lo denrlr" cnCl¡tr cn sulll!rl ,.r f¡rtir dc lrlti Nn ¡5 ¡¡¡¡ h.rhilrcl,,n hn¡lri¡ ,, Lll¡l!,'r¡ruir i¡gr¡ncolc to qu( (tc¡ h iur¡..ró¡t,:tnu LI Jrnur

,:::.:l::' .,,- "1"i". ,l,da dc qur t., ¡n¡dr( lc,c.i, rrcbaj.¡,¡Irv ortr('. frrr(r In h¿cr i¡ prftit dc lu rhUn(hn..i.t..rhic.n.

I

119

Page 59: Sanar las adicciones - Jampolsky

do que tiene fiucho que dar; no lo hacc a partir dc la es-casez, preguntándose qué pefderá.

El sistema de pensamiento basado en el amor, que in-cluye una actitud de abundancia, puede sanar rcalmente a

la mc¡te adictiva.

El eto ve los problenras) obstículos en cada situación.EI pensam¡ento basado en el amor ve las oportun¡dades

de aprendcr en cada siluación.

El pensanricnto adictivo se aferra al temor, y crce,

¡rmcionalmente, que cl tcmor tienc alEún uso.

El pcnsamiento basado en el amof reconocc que la sanación

cs liberarnos del temor.

El pensamicnto adictivo sc aferra a] pasado

nctativo, Pcnsandoque los agraviosy la culpabÍlidad siNen para un propósito.

El pensamicnto basádo en el amor ve que la 5anación es

desprcndernos del pasado.

El e6o nos dice que ver lalia, error o ausen.ia dc valor

en alEuicn nos hacc scnt¡rnos más poderosos.El pcnsanriento basado en el amor afima

que la sanación es reconoccrel valor euc hay cn todoy cn todos.

El eEo iEuala cl juz8arse con ei sanarse a sí mismo.

El pensam¡ento b¿sado en el ¿n¡or iEuala

el amaric al sanarsc a sí ntisnro.

La nrente adictiva tc dice euc cstás scparadoy euc tus

pensa ientos no estableccn ningt¡na d¡ferencia-

El pensamiento basado cn el anror te diccque la lucrza cural¡v¡

más poderosa es un pcnsam¡ento amorotoy miscricordiosoquc nos une a todos.

t20

5. Las creencias básicas delsistema de oensamientobasado en el amor

El sistema de pensamiento basado en cl amor sc hallaconstruido sobre el amor, el momento prcsente. la acep-taciófl y la abundancia. Las creencias basadas en estc sis-tcma de pensamiento aportan la paz mental.

CREENCTA BASADA Ft'¡ EL AMoR NüMERo uNo:Lo qu. teo en lo' ,l<nós , ' un rellei' J¿ ni pnpioestado nenta| Hay rna rnídad subyaccnte en b¿aIa vidu. No üelalta nada para serfeliz y entero ahoru

Esta creencia, compuesta dc tres partes, cmpieza porafirmar que aquello qr.Le venos en el mundo es nuestropropio cstado mental proyeclado hacia el exterior. Enotras palabras, mimmos siempre a tavés de un filtro. cldc nucst¡os propios pensamicntos y crcerlcias. Y, coñohcmos visto antcs, el sistema de pensamiento cn el quefuncionamos dclermina cómo vemos a ohas pcrsonas ysituaciones. En el sistema de pensamiento adictivo acusa-mos constantcmente ¿ los demás, vemos un mundo quecstá contm nosotros. En el sistcma de pensamignto basa-

ü,

Í

t

t

I!I

l2l

Page 60: Sanar las adicciones - Jampolsky

.

áaÉáÉÉiÉá i láÉ? 1'xlt711xíiÉi

lá1 áizzailigr,tlezzzzzllE*?z

iÉ í¿á¡ is í *alarl¡ is' ÉÉ i: i' ii i í i

;rie:ig+Éiié

;siiáii *iiiga 'si; 'É¡ái

áiÉii

, ÉiÉiíií áiEáÉií

*i' Éíii iíiii

Page 61: Sanar las adicciones - Jampolsky

Cada rmo de ellos temía en secreto que su matrimonioacabara como había¡ teminado los anterio¡es. Ese temorles condujo a erigir defensas cada vez que pensaban quesu temor se iba a co¡verfir en una realidad.

Beth y Bob empeza¡on a comprender que cuando ac-tua,.tan a la defensiva se sentían inseguros, temerosos ydistantes el ulo del otro. A lo la¡go de unos pocos mesesaprendieron que podian abandonar con la misma facili-dad sus actitudes defensivas y hablar el uno con el otrosobre sus propios temores. Descubrieron que al estarmenos a la dcfe¡siva y mostrarse más comunicativos, 10-glaban un aumento de la intimidad, lo que les pemitiapercibir una mayor sensación de seguridad eD el matri-úoruo,

Al desmoronar sus defensas, descubrie¡on que se acep-taban mucho más a sí mismos y al otro. Cuaodo temíanque su matrimonio te¡minaaa como los antcriores, busca-ba¡ constantemente p¡uebas que confirmaran su hipóte-sis. Al hablar de sus temores, e¡ lugar de defenderse con-t.a ellos, se sintieron más seguos en la relación y empe-zaron a conoce$e mejor el uno al otro, Durante el trans-curso de sus conversaciones tambiéri plantearon el temade la culpabilidad residual que les había quedado por laforma en que se habían compofiado en sus matrimoniosanteriores. Al hablar el uno con el oho, se ay'udaron mu-tuamente a desp¡enderse de esa culpabilidad secreta.

CREENCIA BASADA EN EL AMoR NÚMERo TRES:

Mi vaktr propío no se basa en mi rendimíento. El amor

De niños, muchos de nosotros aprendimos que cuando¡endimos bien recibimos elogios. En aquellas familias

124

dondc el rendimiento se veía como algo ext¡emadamentein'lportante, Ios niños crecieron con la sensación de quecualqurer cosa que no llegara p¡ácticanente a la perféc_ción sigrificaba que habían fracasado. y, de heclo, in_oluso alcanz¿r un objctivo superior significaba, como¡ríximo, una satisfaccjón momentánea_ Los ni¡os apren_dieron que lo que hacían, fuera lo que fuese, nunca eradel todo suficiente.

Cuando c¡eemos que nuesho propio valor se basa ennuestro rendiniento, te¡minamos inva¡iablemente por ex_perimentar sentimienlos de inadecuación.

Suzy creció en una familia en la que el re¡dimientopefecto era la única fb¡ma de comeguir atención positi-va por parle de sus pad¡es_ Si Suzy obtenía cioco sobre_salientes y u notable, süs padres le preguntaban: (¿porqué no sacaste sobresaliente en todob. Suzy acu<liói launiversidad y pudo esfudiat a base de becas. A pesa¡ desu (éxitor, a me¡udo se despertaba sintiendo un nudotan fuerte en el estómago que tenía que vomitar Temíarecibir una nota i¡ferio¡ a sobresaliente, cualquie¡ cosaque no fuera perfecta. Ya como mujer adulta, Suzy man-tuvo su paúta de oxcelencia y se conviftió en ejecutiva dela gran empresa a la edad de veintisiete años. A pesarde todo, seguia sin sentirse bien con respecto a sr mrsmay se veia mo¡tificada po¡ su continuo temor al fracaso.

Brian creció en una familia similar a Suzy, pero aoop-tó una fbrm¿ dif¡rente de compcnsación. El ¡endimientode Bria¡ en la escuela fue más bien mediocre, no llegó air a la universidad y acabó desarrollando un trabajo i-nfe-riot Nrnca puso en ello demasia<lo esfuerzo, a pesar deser muy inteligente. A una edad bastante tempr¿na, ycomo consecuencia de la constante insatisfacción de suspadres, Brian adoptó la actitr¡d de: (No impo¡ta lo que

125

Page 62: Sanar las adicciones - Jampolsky

haga, nunca es suficientemente bueno, así que ¿para quémolestarse? Si ni siquiera lo intento, seguro que no fraca-saté)).

El hrlo común cnne Suzy y Brian cra.u creencia Énque el rcndimiento determinaba su valo¡ como se¡es hu-manos. La tarca para ambos consistió en desp¡enderse deesta creencia adictiva. Pa¡a teminar con su ciclo de com-portamiento adjctivo necesitaban reconocer que el amo¡qt¡e recibimos y nuestro valor propio no se basan en loque hacemos.

Todos vedmos a este mundo plenamente valiosos ydignos de ser amados, y sin vergüenza. Nuestra ta¡eaconsiste en volver a conecta¡ con ese núcleo de quién so-mos.

CRÉENCIA BASADA EN EL AMoR N{JMERQ CUAIRO:El perdón, sín excepcíones, asegura la paz.

En cierta ocasión, al referirse a la bomba atóÍlica, Al-be¡t Einstein sugirió que si queremos sobaevivir a la eranuclea.r tenemos que cambiar de forma de pensar Creoque eso también es cierto ta¡to en lo que se refie¡e a lasrelaciones interpersonales como ¿ las internacionales. Ladefensa y el ataque son formas de pe¡samienlo que hanllegado a ser nomrales para muchos de nosotros. Nuestromundo pa¡ece creer colectivamente tanto en la defensa yen el ataque como medios de seguridad que (normal-menteD matamos cada década a miles de seres humanossemeja¡tes-

Si deseamos seguridad y paz, ya sea a nivel inte¡per-sonal o a nivel internacional, tenemos que cambia¡ nues-tra forma de pensar y empezar por perdonar, en lugar depasar a la defensa y el ataque. El perdón es el cambio su-

126

til de luestra percepción que nos permite vcr nues¡ros as_pectos comunes, en lugar de nuestras diferencias. El per_dón es como una lluvia cálida y suave, que lava y se lle_va nuestra visión negativa del pasado.

Hace unos pocos años, mi madrc, Jerry Jampots$,, yDiane Ci¡incione cofundaron un grupo ltamado Nlnoicomo Maestros de la Paz. Se die¡on cuenta de que, a lne-¡udo, los niños son más consumados en el arte del pe¡_dón que los adultos. Aunque los niños tienen a menudodesacuerdos, éstos ¡aras veces duran demasiado tiempo.Habitualmente, son capaces de pasar por alto u olvidai elconflicto para volver a lo que es importante pam ellos:jugarjuntos. Y cuando surgen grandes desacue¡dos entrelos riños, no conside¡an el matar a gra¡ ¡úmero de gentepara solucronar sus diferencias i¡dividuales. piensa encómo podriamos beneficiamos todos de las enseñanzasde nuestros h¡os.

Pregúntate honestamente: ¿cuándo me han apofiadopa,/ mcnlal l¿ defens¿ ) el ataquel Supontendo que desc_e\ alcanzar la paz mental. cmpie,/a por \cr el va¡or Llclpetcon.

¿Qué podrías desearque no te dieft) el perdón?

¿Deseas paz? El penlón te la ofrece.

¿Deseas felíci\ad, una me te serenajuna certidumbre de propósifo,un sentido del valor ! de la bellezaque trascienda el mundo?

¿Deseas caidado y segltricla¿,

! et calor de la protecció segara?

¿Desea.t una tranquilidad que no se vea perturbada,una suavüad que nunca pueda ser herida,

12',7

Page 63: Sanar las adicciones - Jampolsky

wú ptuJutlda f pemdnente se uación de comodidarl,

)) an descanso tan perfecto q c nunca pue¿a wrse

To¿o esro k to ofrece el peñón.Un Cutso de Mílagros.

CREENCT^ BASADA l]N Er AMoR NúMERo crNco:Sólo el presente es reul. El pasudo ya ha pasodo,

! ellut ro todavia no ha llegddo.

Abrazar este pensamiento abre la puerta al amor y lacierra al temor y a la preocupación.

Viví buena parte de mi vid¿ preocupándo¡¡e por el fu-turo. Solía despeftarme por la mañana preocupado por eldía que me esperaba. Y, al acostame por la noche, a me-nudo pensaba que el día siguiente sería peor. Durante eldía, criticaba mi rendimiento y me preguntaba qLré podriahabe¡ hecho de LLn modo difere e.

Muchos de nosotros tenemos ese mismo hábito. Porejemplo, veo esla paula de pensamie¡to de preocupación-crítica-preocupació¡ en mis estudiantes uni\,orsitarios, yadurante el pdmer día de clase.

En ese prjrner día, les pido que se prosenten a sí mis-mos, digan algo sobre sus i¡tereses personales en ese

curso en parlicular, y añadan algo más que deseen. Lasesión süele celeb¡arse en un amplio semicirculo y losestudiantes empiezan po¡ u¡ exhemo y continúan sucesj-vamente hacia el otro. Al observar a los estudiantes mehe d¿do cuenta que cuanto r¡ás se acerca un individuo asu turno de hablar, tanto menos escucha lo que están di-cicndo sus compañcros. El estudiante parece estar ocupado en ensayar meotalnente lo que va a decir. Lucgo,cuando ya ha hablado, tampoco se muestra totalmeote

128

atento, sino quc pa¡ece ¡eflexionar y criticar su actua-ción. Una vez terminadas las presentaciones, la atencióndel estudiante puede que se dirija hacia el preocuparsepor la posibilidad de tener necesidad de habla¡ de nuevoen clase. Con toda esta actividad mental ¡o queda muchotiempo pam prcstar verdadera atención a lo que está ocu-fiiendo realmente en el momento presente.

Resulta fácil caer en esta forma de pensar y acabarperdiéndose buena parte de lo que sucede en nueshas vi-das, po¡que estamos completamente enfiascados en el ci-clo adictivo de la preocupación, el cnsayo y la categori-zacióÍ.

El pensamiento basado en el amor hace que enfoque-mos ¡a atención en el ahora. Cuando nos cenhamos en elprcsente, la vida adquiere novedad y el estÉs se reducemucho. Bstoy convencido de que la mayo¡ía de las enfer-medades relacionadas con ol est¡és viencn causadas porla preocupación por el pasado y el futuro. En consecuen-cir. diría que para rener un¿ salud óptima. necesirirmosonentarnos hacia el plesente.

CRETNOA BASADA EN EL AMoRNúMERo sEr5.Para poder cambiar ui experíencia, antes tengo queca n b¡ar mis p ens amientos.

Son nuest¡os pensandentosr nuestras actituales las queneccsit¿n curación si queremos encontrar la felicidad. Enel pensamiento basado en cl amor prestamos atenció¡ anueshos pensamientos y actitudes en lugar de pasarnuestro tiempo quejándonos, jrLzgando, encontrando fal-tas o teniendo miedo.

Cada situ¿ción que surge nos ofrece una oportunid¿dde aprender del amor

129

Page 64: Sanar las adicciones - Jampolsky

A menudo inventamos elaboradas formas de cvitarnucstros sentimientos de culpabilidad- Sucede con frc-cuencia que esas foúnas pcrtenecen al juego de la culpa,en el que creemos ser capaces dc consegufu que nuestraculpabilidad sea más pequeña haciendo que la del otrosca mayor. El pensamiento basado cn el amor ve la cul-pabilidad por Io que cs: un estado en ol que la r¡enteadictiva cree qr¡e hay algo que hemos hecho y por 1o quedebcríamos castigamos siempre. El perdón, la alternativapacífica a la culpabilidad, es un estado mental en el que

se reconoce que renacemos en cada nuevo momento yque la luz del amor puede ser cubigrta, pero nunca extin-guida. En el p€nsamiento basado en el ¿ünor reconocc-mos las altemativas de que disponcmos.

CREENCTA BAS^DA EN EL ^MoRNúMER0

stEIt:las errores iúvitan d la corrcccíón y al ap¡e dizaje,

o aljuicio y al castígo.

Muchas personas c¡ccieron en familias en las que co-meler un error era tratado como si sc acabara dc hundirci mundo. Los padres de tales familias no alaban y afir-man con frecuencia a sus hijos, sino que, en lugar de eso,parecen andar siempre a Ia búsqueda de faltas que casti-gar Habitualñente, los padrcs se comportan de estemodo porquc creen quc su5 hijos aprenderán mc¡or si jcles dice lo que no deben hacer.

Chuck, de veintiocho años de cda4 acudió a vermchace unos pocos años, después de un djvorcio. Chuck tc-nia n hermoso hÜo de cuatro años cuya custodia le ha-bia conespondido a su esposa. Chuck decia que habia te-nido un marimonio perfccto y que lo habia arrojadotodo por la bord¿ cuando c¡eyó estar enamorado de otra

130

mujer Habia abandonado su matrimonio sólo para des-cubrir que aquella otra mujer no deseaba convivir con é1.

El padre de Chuck siemprc lo habia coritolado y se ha-bí¿ mostrado cfitico con é1. Cuando descubrió lo queh¿bia hecho su hijo, le dijo quc era un estupido, qu€ sólobuscaba el sexo en aquella ot¡a mujer, y que nunca llega-ría a nada. A continuación, y con toda la fue¡za de suspulmones, Le dijo que lo desheredaba y que no queía vol-vcr a saber nada más de é1. Chuck. como siempre. se sin-lió lleno de vergücnza tras escuchar las palabras de su pa-dre, y fue incapaz de dcsprenderse de ellas. En elmomcnto en que vino ¿ verme, todo eso había sucedidoun año antes, a pesar de lo cual se seguia castigando a simismo. Se había convertido en su propio padre crítico. Ynientras continuara castigándose a sí mismo, seguiriaempantanado en la vcrgüe¡za.

Lentamente, fue capaz de ver que el hecho de haberabandon¿do a su esposa era una situació¡ que invitaba aaprendet no a castigarse. Pudo empezar a explora¡ lostcmores quc habia exp€rimentado en su matrimonio yquc le habian inducido a tomar aquella decisión. Aunqueel padre de Chuck rio permitió quc se rcstableciera elcontacto entrc ellos, e insistió en seguir castigándolo,Chuck consiguió verlo como una dccisión de su padre,no de é1.

Chuck sc puso en contacto con el niño solitario quehabia en lo miis profundo de si mismo. En lugar de asu-mir siempre el papel de padre crítico cuando se tratabaJc él mismo. empczó a alimcnt¡r y ar¡dr a ese niño qucllevaba dcnho. Al hacerlo, pudo aceptar lo que habia he-cho sin necesidad de castigarse. El cast¡go le habia man-tcnido aferrado al pasado; con el amor, en cambio, pudoempezar a aprender y a continuar con su vida.

,!'i

iI

l3l

Page 65: Sanar las adicciones - Jampolsky

Los únicos límites a nuestro aprendizaieson aquellos que nos itllponemos nosotfos mismos,

Nuestras mcntes son ilimitadase¡ su capacidad para aprender del amor.

El poder creativo se libera cuando nos desprendemosde los ton[ine. de la autouíLi(¿.

CREENCIA BASADA EN EL AMoR NTJN4ERo ocHo:Sólo el amor es rcaL Y lo que es real no puede

En el sistema ale pensamiento adictivo siempre nossentimos amenMados. Es imposible se¡tiNe arnenazadoy tene¡ paz mental al mismo tiempo. El sistema de pen-samieoto basado en el amor reconoce que el sistema depensamiento adictivo es un mundo de ilusión basado enf¿lsas creencias. El amor incondicional no tiene enemi-gos, no tiene temor a ser destruido: está cn todas pa¡tes yes todo lo que es. No hay nada que se oponga al amor y,por tanto, no tiene necesidad de defenderso.

CR¡ENCrA BASADA FN EL AMott NúMERo NUEVE:

Soy rcsponsable por el mundo que veo, y elijo ktssentimientos que experimento- Yo sólo decül¡tel objetflo que quiero alccrnzar

Con csta creencia abandonamos la costumbre de echa¡la culpa a los demás y empezamos a aceptar la responsa-bilidad por ¡uestr¿s propias vidas. Cuando establecemosla paz mental como nuestro único objetivo, eso es lo quealcanzaremos.

A mcnudo, los profesores de criminología utilizan un

132

ejemplo cspectacular pa¡a demostar a los estudiantcscómo cada per.ona te las cosas a ¡r¡rés de sL¡ propia p(r-ocpción. A una clase compuesta po¡ treinta personas se

les mues|ra una película sobre la comisión de un delito.A continuación, se pide a los estudiantes que anolen porescrito lo qulr han visto. Se les pregunta cuál es su opi-nión con respecto a por qué se ha cometido cl delito.quiénes son las víctimas y quiénes son los sospechosos.

Habitualmente, el profesor recibe treinta rcspuestas di-fere¡tcs. Los hechos que se desc ben ¡¿ras veces sor losrnismos, incluso en 1o que se refierc a cuestiones apa¡en-remente evidentes, como ei color del cabello y el tiempoque hacía. Eso ilustra que cada pe¡sona ve el nundo a tü-vés de su propio filtro, y llega a conclusiones diferentes apardr de la misma información.

Si mi¡amos a través de !¡nas gafas verdes, veremos unmuDdo ve¡de: si miúmos a lravés de unas gafás rosas,verer¡os el mundo de color de ¡osa. Vc¡ el mundo a t¡a-vés del sislema de pensamicnto adictivo significa quelo vemos como algo que hay que defender y atacat Ve¡cl mundo a través dcl sistema de pensamiento basado enel anor significa que extendemos hacia él el amor y lacompasión. Vemos dos mundos dife¡entes y tenemos dosconjuntos difbrentes de experiencias, dependiendo dcisistcma de pensamicnto qüe utilicemos.

Un arnigo me contó la historia de cómo un ladrón cn-tró en su apa¡tamento de Nucva York mientlas él doúnía.Dijo que se despertó e¡ plena noche a causa de unos ¡ui-dos procede¡tes dei salón. Al entrar en el salón se encon-1ró con un ladrón muy neNioso, que le gritó a mi amigoquc regresara al dormitorio y cerrafa la puo¡ta. La prime-ra respuesta de mi amigo fue luchar o huir; sin cmbargo,decidió no hacer ninguna de las dos cosas y' sorprendién-

133

Page 66: Sanar las adicciones - Jampolsky

dose a sí mismo, prefirió no ver a este ladrón joven yasustaclo como un enemigo, y empezó a hablar con é1. Ledijo que tenía poco apego por sus posesiones y que teníacompleta libc ad para llevarse lo que necesitara. Incluso¡e preguntó al hombre si habia algo que necesitara, y sitenia hambre. Ya os podéis imaginar la expresión descon_ce¡tada que apareció en el rostro del lad¡ón. Al cabo deunos momentos, el ladfón empezó a mosharse menos ala defensiva v menos hostil. y ha.la pareció mcnos ncr_vroso. Terminó por pedirle disculpas a mi amigo, y ledijo que llevaba algin tiempo sin cása y que se sentía de-sesperado. Dijo que aquel era el primer robo que habíacometido. Mi amigo empezó a exteoder sonsctenremenrecompasión hacia esta persona perdida y sin hoga¡ que es_ta¡a delante de é1. Luego, mi amigo se sorprendió toda_via más a sí mismo. Dijo que le gustaría of¡ece¡le algode dinero para que comiera y enconlaara un lugar donáealojarse durante unos días. E¡ asombrado ladón aceptó ydejó las posesiones de mi amigo donde estaban. Lo¡ dosse estrecharon las manos y el ladrón se marchó po¡ lapuerta del apartamento, en lugar de por la ventana a tra,vés de la cual había entrado. euién sabe lo que le suce-dió a aquel hombre. Perc estoy seguro de que se marchódel apartamento si¡tiéndose querido. Mi arnigo dijo queno podric habcr re.pondido tal como lo hizo I menos quehubie¡a sido conscionte de cómo pudo elegir entre el ie_mo¡ y el amor Eso fue una demost¡ación gráfica de quees uno mismo el que elige los sentimientos que desea éx_perlmentar y los objetivos que se quieren alcanza¡.

En cualquier sifuación en que nos encontremos, puedesemos útil el hacemos estas sencillas y directas pregun_tas: ¿qué deseo obtener de esto? ¿Cuál es el propósitó deesta situación?

134

Much¿s veces, al principio de una situación, ni siquie_m clarificamos adecuadarDente nuestro objetivo: apren_der de algú¡ aspecto del amor Cuando no cla¡ificamosnuestro objetivo es como si invi!íaamos al sistena depensamiento adictivo a actuar desenfienaümente y crearpolvorientas nubes de conflicto.

CREENCIA BASADA EN EL AMoR NÚMDRo DIEZ:Ddr es recib¡r. Para nL ganar, signifca que nadie pierda.

Todos a¡¡elamos la nanquila calma de la paz mental.Y es a través del dirl como la cncontramos. La ecuaciónes bien se¡cilla:

l'¿r.t trner pal. olre(e p¡,,.Para conocer el amor, oliece amor

Dar de una fom)a centrada es hacerlo desde el conoci-rnrento cle que somos totales y completos, y desear com_parti¡lo con los demás. Eso contrasta con la codependcn-cla, en la que sentimos que nuestra autoestima dependede cuidar de los demás.

En el pensamiento bas¿do eo el amo¡ no exisle el con-cepto de la pérdida. El amor no se esconde de unos y bri.lla para otros. Cuando pensamos que nos falta algo! nohacemos sino escuchar la voz del ego.

La paz mental se cncuentra en el compartiry el participar,no en el etoi\mo) Ia rep¿¡¿¡ ¡sr.

Cnl¡xct¡ e¡s.t¡¡ e¡¡ ¡L AMoR Núr{ERo oNc!:Soy completo ahora mismo.

135

Page 67: Sanar las adicciones - Jampolsky

Cua¡do e¡npezamos a creer esto! dejan de existir to-das las diversas formas de buscar la l¿licidad tüer¿ de¡osollos mismos. Cuando nos da os cucnta dc quc yalener¡os io quc büscan]os, scntimos alivio y tambión {rx

trañcza por nucstra cstupidez.A vcccs. rcltlclvo la casa en busca cle las llaves del

cochc. Miro cn todas partes, le pregunto a rni esposadóndc cstán y poco a poco me pongo frenético. EDton-ces, me meto la mano en el bolsillo (el misno dolde yahe buscado antes) y aLli enclLentro rnis llaves. Mi espos¿tiene una mir¡da especiaL que se reseNa para esta clasede situaciones.

Cuando eúpezamos a practicar el pensamiento b¿s¿doen el ¿mor tenemos ura experlencia sir¡ilar, pero en unnivel espiritual: de rcpente, descubrimos que el amor y laserenidad han eslado dlLranle todo el lier¡po a nlLestr¿

disposición. Habiamos eslado ta¡ ocupados buscandofuera de nosotros rnjsmos. que no sc os ocumó serenar-nos y buscar denlro.

CRDtNct^ B^s^D EN itt- AMQR NIIMERo DocE:Mi uut,'¿'tin¿ pn'Lt J, J, ¿n,trn, , ,t', ¡turne a ntilrtisuo tal como so! ahora, -y luego tomparlir & bsdemas el amor y [a aceptddón.

\i renemor \en\.rcion<5 de bcjo r.rlor propiu. qui/átmtemos de conveflimos en (complacie¡1es) para conlos demás, en la creencia de que si logramos que todos se

sienran bi(n. Itunbién nu\o¡ro- nos.enlircmL,s mrjur ljl'nnosorr,r\ misrnL,\. Fl problemr c. quc lerminamo' purscntimos incómodos con Dosotros mismos a menos qucinlentenlos complacer a los dcmás.

No podemos amar y aceptar verdaderamente a los de-

I36

más s¡n ¿miünos y accplamos antes a nosotros mrsmos.

CLlrndo lra¡amos dc complater r los dcmás. e\ ljomo 5i

irtcntáramos llenar ur agujero con la tie¡ra procedcntc

de otro ¿gujero; seguimos tenicndo un agujero. El p¡imerpaso paia amarnos a nosohos mismos pl€de ser el más

duro, ya que consiste en ¡cducir nueshos esfLrerzos para

compl¿ccr a los demás- Ello es así porquc, cuando deja-

mos de complacer a los demás, tenemos qu(] enfientarnos

con los verd¿deros scnlimientos qLLe hay por debajo del

compodamiento.Recuer-da clue, a mcmrdo, abandonar el sistema de pen-

samiento adictivo conduce a un período de desesperación.

Asi es como el pcnsamiento adictivo funciona: dicióndo-nos que tengarnos miedo del arnor y que necesilamos dis-poncr de complicadas defensas-

CREENCI B^SADA EN !L AMoR NI'JMERo rRlclllNo puedo cLtmbi.tr .t los demús, pen sí pueclo Lamb¡arcómo k)s perc¡bo.

Irsta sencilla afirmación revela que sabemos qué po-der tener¡os y qué poder no tenemos. Cuando ofos nosmucshan compoftamjentos que oos disgustan, lo más im_

porlJnre quc poLlemo. h¿ccr pL,r nucslrJ plopiJ pal mcn-1¿l consiste cn extender cl amor y la compasión haciacllos- Eso es una atrocidad para el sistema de pensamien-to adictivo: el cgo nos dice que lo más impoñ¿ote que

debcriamos haccr cs inte¡tar cambiarlos.El pens¿miento basado en el amor ¡o significa que no

debamos decir cómo nos sentirnos, que ¡o dcbamos re-ih¡/¡r el comporramicnl., rrr,rl. \iolrnlo u of'resi\oSinplemcnte nos dice que ¡uestra tarea liLnda¡nentalconsiste cn oxtcnder amor.

117

Page 68: Sanar las adicciones - Jampolsky

lmagtnemos a un padre y a su hijo de siete años. Elniño acaba de se¡ enviado a casa porque no hacía másque pelearse con los ot¡os niños. Evide[temente. el com_po¡tamiento no es el que más interesa a nadie, pero ¿cuáles la verdade¡a recesidad del niño? ¿Deberia castigarloel padre al considerar que su ta¡ea firndamental consisteen intentar cambia¡ su compoftamiento? ¿O no se¡ía aca-so más apropiado pa¡a é1 percibir el comportamiento delniño como una petición de amo¡ con la que se ¿fi¡maque el peqL¡eño se halla sumido de algún modo en unconfliclo inlemo? ¿Deberia ser la respucsta fundamentaldel padre de arnor y compasión. o surgir a partir def en_tado ) det deseo de cambiar a su hijo.l Responder conamor no significa que el padre deba disculpar el comDo¡_lamienlo dc su hijo: de hecho. si ese *,imo.omporu_mrento continua¡a, habría que introducir algunas conse_cuencias pam el pequeño. pero. independie-ntemente delas consecuencias, el pensamiento basado en el amor de_beria re'ponder con una actitud de amon de cariño ) conun deseo de comD¡ender

Esta actitud n; se ve limitada en modo alguno a lospadres de niños pequeños. Si nue.tro objetrro

-fundamen_

tal es cambiar a los demás, lo más probable es que nosencontremos sumidos en un 5isletna dc Den5amientoadicri\o. Si nuesLro objeriro fundamcntal c. ámar. cuidar,compfenoer y comumcamos con los demás. lo más Dro_bable es que nos encontremo5 en un .irtema de pensa_mie¡to basado en el amo¡.

Comparación del sistema de pensamientoadict¡yo )) el sistemq de pe sqmiento bqs.tdoen el ¿rmor

En este capitulo se han presentado las c¡eencias bási_cas del sistema de pensamie[to basado en el amot mien_tras que las crceocias básicas del sistema de pensamientoadictivo se presentaron en el capítulo te¡ceto. En las dospáginas siguientes encontrarás una companción de losdos sistemas de pensamiento, punto por punto. Consultaestas listas cuando te encue¡tres atrapado en un pensa_miento adictivo- Identifica la creencia adictiva b;jo hqllc estás fúncionando, y luego mira la correspondientecrcencia basada Cn el amor. Conocer la creencia COrreS-pondiente te a,'udará a ver cuáles son tus altemativas, yte da¡á l¿ opofunidad de cambiar tu mente.

Ei pensamiento positivo, en sí mismo, no produce ne_cesa¡iamente el cambio. También tienes que identificar lacreenci¿ tegativa, es decir, la adictiva, que te impide sercapaz de ver 1a verdad. Así pues, si te encuenq.as en con-flicto, tu prime¡a tarea debe ser la de identifica¡ la c¡een_cia adictiva. La segunda ta¡ea es sustituirla por el pensa_nicnto basado en el amor.

138139

Page 69: Sanar las adicciones - Jampolsky

Creencias del sistema de pensam¡ento edictivo

1. Estoy solo en un mundo cruel, düro e implacable.Estoy separado de todos los demás.

2. Si deseo seguridad ¡ pat mental. tengo quc juzgar a

los demás y defenderrne.3. Mi forma es la correcta. Mis percepclones son srem-

pre corectas y se atienen a los hechos. Con objetode sentirme bien con rospecto a mí mismo, necesitoser perfecto todo el tiempo.

4. El ataque y la defensa son mi única següidad.5. El pasado y el futuro son reales y necesitan sel cons-

tantemente cvaluados y causa de preocupación,6. La culpabilidad es inevitable, porque el pasado es

¡eal.'7. Los errores exigen juicio ) casligu. no correcc¡ón )

aprendizaj e.

8. Bl temor es re¿1. No 10 cuestiones.Q. O¡ras personas son responsable5 por cómo me sien-

ro. La siruaciún e5 Io que dcrermina mi e¡periencia.10. Para alcanzar éxito en este mundo tengo que enfren-

tarme con los demás. La pérdida de oho constituyemr g¿nancla,

ll. Necesito algo o a alguien fuera de mí mismo paraser completo y feliz.

12. Miautoe.tima.e basa en compl¡cene.13. Puedo controlar el comportamiento de otras pe¡so-

nas.

Creencias del sisteme de pensamíento

basaclo en el qmor

l. Lo que voo en los demás es un reflejo de mi propiocstado mental. Hay una u¡idad subyacente en toda lavida. No me falta nada para ser feliz y entero ahoramismo.

2. Mi seguridad radica en mi indefensión, porque elamor no necesita defensa alguna. La aceptación es loque me aporta p¿¡z mental.

3. Mi valor propio no se basa en mi ¡endimie¡to. Elamor es incondicional.

4. El perdón, sin excepciones, asegura la paz.5. Sólo el presente es real. El pasado ya ha pasado, y el

futuro todavía no ha llegado.6. Para pode¡ cambiar mi experiencia, antes tengo que

carnbiar mis pensamientos.7. Los errores invitan a la corrección y al aprendizaje,

no aljuicio y al castigo.8. Sólo el amor es real. Y lo que es real no puede ser

amenazado.9. S,ly responsable por el mundo que veo, y elijo los

sentimientos que expe¡imento. Yo solo decido el ob-jetivo que quiero alcanzar

10. Dar cs recibir Para mí, ganar, significa que nadiepierda.

11. Soy completo ahora mismo.12. Mi auloestima procede de amarme y aceptarme a mí

mismo tal como soy ahora, y luego conpartir con losdemás el amor y la aceptación.

13. No puedo cambiar a los demás, peto sí puedo cam-biar cómo los percibo.

140 r4l

Page 70: Sanar las adicciones - Jampolsky

6. La adicción y el temora la intimidad

Cuando empecé a Íabajar en el campo de la depen-dencia quimica la rnayor pañe del asesoúmiento se haciaexclusivamente con el dependiente químico, con total au-sencia de las personas más significativas que hubiera ensu vida. Debido a la faltá de énfasis sobre las relaciones,obseúaba una y otra vez que estos valerosos individuosno desarÍollaban su potencial para las relaciones. A me-nudo los veía ¡egresar al consumo de alcohol y otrasdrcgas, cuaúdo resügían sentimientos de bajo nivel deautoestima, cülpabilidad y vergüenza. Muchos de ellosvolvían al consuno para evitar la ftustración y el dolorque se producía en las ¡elaciones i¡timas. Empecé a d¿r-me cuenta, como muchos otros de mis colegas, que tm-bajar con un individuo aislado servía cle muy poco a lalarga. El hecho es que, ya se trate de una dependenciaquímica o de cualquier ot¡a adicción, la arena dondc se

desa¡rollan las adicciones es en las relaciones. Por cstarazón, cualquicr curación tenía que incluir el trabajo so-b¡e las ¡elaciones con los demás.

Ba,andome en esla conr¡cción. diseñé un programaintensivo p¿ra pacientes exter¡os al que debían asistir las

t42

familias. Tcnian así la oportunidad de pasar tiempo jun-tos e¡ un grupo, centándose cn los temas de las ¡elacio-¡es interpersonales. Cada noche asistían también a gru-pos en los que exploraban sus propios temas indivj-{juales. Cuando se inició el plograma nos encontrarnos a

meruLdo con una gran resistencia por pate de los miem-bros de la far¡ilia. Con frecuencia, tg¡ían la arraigada

convicción de quc el problema oÍi del adicto, y que l¿s

cosas volverian a la no¡malidad cn cuanto cl adicto lim-pia.a su acto. Desgraci¡damente, la <no¡malidadD para

cstas familias eran momentos fugaces de amor, junto conbastante resentimiento, culpabilidad y temor. El pe¡sonal

a cargo dcl programa estaba tan convencido de la impor-tancia dc la implicación de la familia, que lo impusocomo una obligación- Si un cónyuge, progenitor o cual-quier otra persona importante no estaba dispuesto a asis-tif. cnviábamos al paciente a alguna otla parte. Ante miextrañez¿, menos del tres por ciento de las familias se

negaron a asistir. A veces acudían como si gritaran y p¿r-

talearan, pero su presencja demostraba que en lo másprofundo de sí mismos sabían que los miembros de la fá-milia tenía¡ qüe enconhar üna mejor fo¡ma de relacionarsc entre sí, Después de aproximadamente una semanade reuniones conjuntas, los cambios eran espectaculares.Las familias se daban cüenta de que sus scntimientos se-crctos de sentirse solos y no se¡ queridos eran muy co-munes cnhe otros miembros del grupo, y más de uno decllo\ habia crecido con una tri.le/a ) unr \ergüenzaocullas que ahora reconocían, compartían y finalmentcelaboraban- Los miembros de la f¿milia t¿mbién se da-ban cuenta dc que actuaban de forrnas compulsivas ten-deotes a la autoderota, se dcsportaban de su abrumadorasensación dc que dependía de ellos cl controlar el com-

143

Page 71: Sanar las adicciones - Jampolsky

portamiento del adicto. A medida quc trabajaba con estasfa¡nilias comprendi cada vcz con mayor claridad que rnu-chos clc los temas con los quc se cnfrentan todas las pet-sonas ticnen un lema en común: el temor a la intimidad.

Los papeles .famíliares y el temor al qmor

El temor a Ia intimidad os, cr¡ realidad, €l temor alamor. Se trata de una verdadera cpidemia cn la sociedadach¡al. A¡helamos la intimidad y, sin embargo, vivimosen u1 mundo donde sentimos quc debemos protegcmosde los demás. Estamos muy ocupados const¡uyendo va-llas alrcdedor de nucstros corazonos. Crecemos en fami-Iias con padrcs qüe son menos que pe¡fcctos, y a menudo¡os sorpretrdcmos cua¡do nos convertimos en (igual queellos). Anhelamos (ecordar nuesha totalidad y, sin cm-bar8o, busc¿rhos nuevas cosas que consegüir o nuevosobjetivos que alcanzar con objglo de sentimos mejo¡escon respccto a nosotros mismos. () bien nos volvemoshacia las sustancias quimicas pucs con ellas nos sentimospor un momento fclices, poderosos y entcros. No obstan-tc, esos métodos sc rer,uelven cont¡a nosotros, y nuestrasoledad y descsperación no hace sino co¡nplica$e.

Enconttéform¡ts de olidar mí soledady en el p,ocelo olvidé q i¿n era.

Como el agua claru enturhiddapor la turb lenria de las marca:¡el te¡tbr se (onúrtió en mí guíami.ntrat el anor pd,w¡! alejulo de ni oru:ón.

144

C brí mi le¡ or co caPas de arma¿ura,

t, al hucerlo, encerré uún nui:¡ mi amor

hdsta q c twe miello del amor mismo.

Mi escudo liE huLerlo bienf tener buen ¡tsPecto,

pero ¿p ede ser.fierl? una cáscara ¿e huer,o!

Í)lpecé u ronPe a

I cn las tozos cncoúfr¿ qa¡én eta.

Yo creoi en una famiLia que, desdc el extc¡ior, parecia

oerfccta, a pesa¡ dc lo cual nunca mc senti del todo bien.

i,4i pacbe cra uu psiquiatra de éxito, mi m¿drc una diseña-

dora de intenorcs de gran talcnto. Mi hermano mayor yyo luimos considerados a menudo comojóvencs alractivos.Tenianos un hogar hermoso, lleno con la mayoía de las

cos¡s que un cbico pudicm desear. Todo parecia impoluto.AlLnque scntía que mis padres mc que an, también

rccibi ¡umerosos mensajes contradictorios. Con ñi pa-clre, un alcohólico, senti que estaba siendo malcriado oonobjetos materialcs, o que se me hacia trabajar demasiadoo se mc castigaba. Mi madre era tan entregada comocualq[ier rnadre pudiem serlo, y pasaba mucho ticmpocon mi hcrmano y connrigo. A pesar de sus buenas inten-cionos percibí, a un nivcl muy profundo, el dolor de r¡imadre por su matrimonio. Al adoplar difercntes papcles(de un modo bastante conscjente), sentí quc era capaz deayud¡r a l¡r familia a no centmrse sobrc la infelicidadde Inis padres. Al hacerlo asi no me sentia cómodo peroen aqucllos momentos no conocia ninguna otra forma. Mcsentia distantc, pero al mismo tiempo tcmia la intimidad.Al no ser capaz de decir no, o de afirmar mis sentimien-tos, adopté fbrmas de controlar los niveles dc intimidad:empccó a fingir cnfermedades fisicas en un intento pot

t45

Page 72: Sanar las adicciones - Jampolsky

controlar hacia dónde se dirigían los focos dentro dc mifamilia.

Un día, a los trece años, fui al despacho cle mi mad¡ey me quejé de dolor de espalda. A travós de otras expe-riencias previas sabía que una queja fisica captaria in:ne-diatarneDte la atención de mi familia. Hoy ya uo recuerdosi füe un vordadero dolor fisico, pero lo que sucedió acontinuación preparó el cscenario para mi adolescencia.Me llevaron a la sala de urgencias y nr€ inyocraron unpoderoso narcótico. Al cabo de pocos minutos sentí clprüner alivio de mi dolor emocional oculto que habia ex-perimentado jamás. La droga me propoacionó una falsa.cn\aiión dc tot¿lidad: me \cnri a gu(lo conmigo mismoy con lo que me rodeaba. Fui ingresado en el hospital yse me diagnosticó una enfermedad p¡og¡esiva caracteri-zada por una lenta desiotegración de los bordes de lasvértebras dcbida al crecimiento fisico. En ün examen derayos X las vértebras apa¡ecían como si estuvierar carco-midas. Metafóricame¡te hablando, ese e¡a mi estado psi-cológico: sentia que mc estaba desjütegrando emocional-mente al mismo tiempo que crecia.

No experimenté el dolor fisico que apa¡entemente sesupo¡ía que tenia. Empecé a fingir el dolor con objeto deconscgr¡ir aquellas inyecciones tan importantes, pueseran mi alivio, mi isln. Desde la cama del hospital, a¡i-mado por el cufórico narcótico, me sentia capaz de con-trolar büena parie de las ¡elacio¡es de mi familia_ yo erael foco de ate¡ción. A los trcce años, mi est.1ción demando era la cama del hospital, y mi armadum eran lasdrogas que me administraban. En aquellos momentosbuena parte del proceso de controla¡ a los demás era in-conscicnte. Yo tcnia miedo y me sentía confunclido, y lascosas, simplemente, parccía¡ suceder.

146

Al cabo de pocas semanas espesé mi amadura cuan-

¿lo me pusieron la pdmera de muchas escayolas alrede-

dor del cuerpo. Fue cntonces cua¡ldo me pregunté por

Drilncla vez si no est¿ria loco. Me sentía como si hubie¡a

Lnco¡trado la segu¡ida4 pero yo sabia que lodo aquello

no era (normal). Con objeto de sentir lo que yo creíaquc cfa Lrn poco de amo¡, p¡ocuúba hace¡ coincidir misinyeccioncs de narcóticos con las visitas dc mi familia.Durante toda mi adolescencia fui hospitalizado en doce-nas de ocasioncs. Llcgó un momento cn que dispuse de

una cama de hospital en casa, junto con mcdicación oral.Tenia miedo de abandonar mi habitación, porque allí te-nta lodo aquello que scntiJ como necesariu p¿ra mi scgu-rid^d: la cama, las drogas, la escayola y mi televisión.Dcsde mi habitación, y de una forma extraña, tenía lasensación de poder controlar a mi familia. A medida quelranscurrió el tiempo aumentó mi depcndencia de la dro-ga, que cada vez cumplía menos y menos con su lrabajode crear seguridad en la euforia. Al ser mcnos capaz decscanrrr hacra la droga. empeeé a \enlirme mas ansioso.aunque intcnté guardarlo para mí mismo. Temia ser dcs-cubie¡to y, no obstante, me sentía muy solo porque nadiepodia ver cuál era mi verdadero dolor.

Cerrur,se el emor

lloy, cuando deseo obtener una buena imagen del te-mor que le teoía a la irtimidad y de 1o mucho quc laanhelaba al mismo tiempo, ¡ecuerdo un incidonte queocurnó cuando yo tenia qüince años. Acababan de colo-carme en el cuerpo la escayola más grande que me hu-ble¡an pucsto hasta entonces. La f¡ía y espesa escayola

t47

Page 73: Sanar las adicciones - Jampolsky

me cubría desde la zona pélvica hasta la pa¡te superiorde la cabeza. Yacía en la cama del hospital, sometido at¡acción, con pesas que mc colgaban de la cintura, lanuca y la nandíbula. Durante unas pocas ser¡anas había¡ecibido una inyección de narcótico cada cuafto homs.Mi puesto de mando se había conveftido en una fotalezay mis scntimientos se cnco¡traban prcfundamcnte debajode capas de escayola y drogas. Debido a las pesas, ape-nas si podía abrir la boca para hablar Mi dolor estabaatrapado dentro de mí; el amor y la inlimidad nunca po-dían trasp¿s¿r el grosor de mi armadura. No dudaba delamor de mi familia por mí, pero, simplemente, no podíadcjarlo entrar. Anhelaba amor, pero pensaba que si aban-donaba mi papel ya no estaría la familia aLlí. Esta situa-ción se repetiría en diferentes formas durante los años si-8üientcs.

Un dia, desde mj cama, vi Las noticias (tenía la televi-sión encendida dura¡te dieciocho horas al día). En lapant¡lla aparcció un bebé que vivía en el interio¡ de unaburbuja aislante. Su sistena inmunológico tenía u¡a de-ficiencia. La pequeña sólo podía se¡ manejada a travésde gruesos guaotes de plástico y afiontaba una vida en laque nunca sentiría el contacto humano. Sollocé mientrascontemplaba esta historia cn la pantalla. FIoy, al pensaren muchas de mis relaciones, tanto de niño como deadulto, sicnto clüe conozco el dolor del corazón de aque-

Las hospitalizaciones fucron disminuyendo a rnedidaque mc ap¡oximé a los veinte años, pcro seguí utilizandodrogas, que termi[aron por incluir cocaína y alcohol,además del narcótico prescrito. Pasaba por periodos enlos que no consumía drog¿s, pero siempre las utiiizabacuando las cosas se ponían demasiado intiúas con al,

148

suie¡, como si continuara llevando la escayola puesta.

Las drogas me permitían experimentar una falsa sensa-

ción de jntimidad con la genle, al ¡nismo tiempo que la

úanlenían apartada, y conscrvaba el control de cualquier

siluaclónHa¡ transcurrido muchos años desde la última vez

que consumi drogas- Al mirar hacia afrás, no cambiaría

mi vida por la de nadie. Hoy soy capaz de amar a mis pa-

drcs, q!¡e estuvieron siempre alli. La vida que he vividome ha enscñado algo sobre todo lipo de adicciones, ycontinúo descubnendo que es posible amar y ser amadoen el molnento, lal como soy. Mis experiencias me han

enscñado que hay dos formas fundamentales de estar en

el mundo: una se basa en el temor, la otra en el amorI-Ioy, clijo el amor.

Sobre la respons abilidad

l)e niños, rafts veces elegimos ruest¡os papeles. Bnnucstras familias de origen, algunos de nosotros somospersonas lranquilas e introvertidas, ta[to que la genteapenas se da cuent¿ de que estamos allí. Otlos nos con-verlirnos en las estellas que lo consiguen casi todo, yque ptoporcion¿n a sus familias una sensación de orgu-llo Algurro. de nosotros se con\ ienen en niñoi ,srn-sibles), qüe asumen el dolor de nuest¡¿s f¿milias. Es im-portante pa¡¿ nosotros cómo podemos estar representan-do todavia los papcles quc adoptamos de niños, auncuando nos impidan expcrimcntar amor. Dc adultos, po-demos examinar y cambiar los papeles no deseados y an-Ilcuados. El primer paso hacia el cambio consiste en dar-sc cuenta de que:

149

Page 74: Sanar las adicciones - Jampolsky

Eliio los papclcs pof los que vivo.Elijo los sentimientos que e_{perimcnto.

Como seres humanos, somos flexibles, y te¡emos lacapacidad para cambiar ¡uestras vidas mediantc un cam-po de la percepción dc nosotros mismos y del mundo. y,como adultos, tenemos la capacidad pa¡a elegir y, portanto, somos rcsponsables de nuestras propias vidas.

Muchos de nosotrcs hundimos los hombros ante lapalabra re,eponsahilidad. A menudo pensamos que la res-ponsabilidad se halla conectada con algo que tenemosque hacer pero que, en tealidad, no deseamos hacer. Confiecuencia se ¿socia la pa7abft debería cor, la, ¡esponsabj-lid¿d. Yo estoy convencido, sin embargo, de que con laverdadcra responsabilidad va la libertad. Cuando ¡sumi-mos la rcsponsabilidad por nucstras vidas, dejamos deseñalar compulsivamente a los demás y entramos en unmundo en el que tomamos decisiones sobre nuestr¿s pro-pias vidas. Con la elccción y la rcsponsabilida4 tenemospooer personal.

ld 'e\pon\¿b:lid¡d c,. cn realrdad. i¿ ( Jpa(rd¿dpara rcsponder.

La.falacia de <nct me siento bien como soy>

Las drogas no fueron la única forma que descubrípara protogeme del amor y de mis sentimientos de sole-dad. Tar¡bién descubí que podia cre¿t clevados objetivospara mí mismo y ocultarme en la búsqueda de los mis,mos. Mis elevados logros no solian ser muy diferentes alas drogas: ambos servian como segrLros lugares donde

150

ocultarme de la intjmidad. Y durante buena parte deliempo me enconhaba bajo una sedación doble: perse-

gui¿r un objetivo y tomaba drogas pala aliviar el estrés

olre suponÉ persegull ese objcllvo,- Al igual que muchos adolcscentes eo rucsüa socte-

d¿d, sali de la escuela superior sirrtiéndome confundidoacerca de quién c¡a. Pocas semanas después de mi llcga-d¿ a la Universidad de Oregón me encontré sumido en

L¡na prcfunda depresión. Descubri que podía salir de ladepresión aJ enli¿scarme y perderme en mi trabajo, asíqüe empecé a sumergirme e¡ mis estudios. Ser exccsiva-mente estudioso parecía mucho más aceptable que con-sumir drogas. pero eso, para mí, sirvió para el mismopropósito. Flse misno año, algo más tarde, me trasladé ala Unive¡sidad Estatal Sonoma, cerca de mi bogat enCalifomia. De algún modo. estaba convcncido de qu(r elhecbo dc encontrarrne allí haria que mc sintiera feliz.Dcscübri asi que los traslados geográfrcos raras vecesconstituyen una cura para la dcpresión- Llcvamos con no,sohos lo que somos allí dondc vayamos.

ScgLLí persiguiendo mi objetivo de destaca¡ cn los es-tlrdros v nle encontÉ graduado en el programa de cuatroanos en apenas dos ajios, y con notas aitas. No tenia ni lamenor idea de quién era yo, pero lo estaba hacicndobien. Una afirmacjón extr¿ña que describí¿ perfectamcn-le lo que er¿ mi vida. Habia terminado la licenciatu¡a alos 19 ¿ños cle edad.

, Nuestra cullura pone un mayor énfasis cn lo que sen;l(e. ¡ntc\ que en lo quc 5e e\. Una de las primeras pre-guutas que plante¿mos a la ge¡te es: ((,A qué se dedicaus¡ed:'.. \4i familia no era djfrrenre a la ma)oria ) ¿ unae(¡ad muy temprana ya lne había dado cuenta de que lospaores eslaban convencidos de que cuanto más se t¡aba-

l5l

Page 75: Sanar las adicciones - Jampolsky

Jara, tanto mejo. Si uno sufría, eso significaba que lascosas iban bien. En aquella época mi padre trabajaba pot1o menos doce horas dia¡ias. Pensé que de eso se tratabaen la vida y me dispuse a hacer lo mismo. Me encontrababajo la ilusión de que si lo que est¿ba haciendo era co-rrecto, no tend¡ía que prestar mucha atención a quién erayo. Este erro¡ de pensamiento es fundamental para el sis-tema de pensamicnto adictivo.

La adicción y el síndrome de la zenqhoria

Me conslruí una máquina, basada en el prototipo de lade mis padres: ulla máquina giÉtoria dc la zanahoria. Mela instalé firmemente sobre la cabeza y mantuve la zana-hori¿ a una ciert¿ dista¡cia. Mientras enfocaba la atcn-ción sobre la zanahoria no me veía a mí mismo en elaqui y el ahora. A medida que persegxía a mijugosa za-nahoria, la máquina me la acercaba más y más y cuandoya estaba a punto de degustarla, la máquina la dejabacaer y producía u¡a nueva zanahoria en la dista¡cia. Mimáquina también disponia de un componente de audio.Oía a la gentc aplaudir al iicmpo que aparecia una zana-horia tras otra, lo que me pemitía experimentar una cie¡-ta satisfacción temporal. A medida qüe transcuraió eltiempo, la máquina actuaba más y más deprisa, hasta queun buen día r¡e sentí tan cansado que ya no pude soste,ner el ritmo. Me caí y me quedé solo en el suelo, con lamáquina rota a causa de la caída, sin posibilidad de ¡epa-ración. No había gente que aplaudiera, sino sólo yo, en elaquí y el ahora. Lloré, po¡que en ese mome[to supe qüejamás volveria a poder ocultarme en mi persecución deobjelivos. En mi agotamiento, pe¡manecí tendido sobre

152

el suelo, a solas con mls temores. Creo que fue en ese

mome¡to de desesperación cuando empscc a cammarverdaderamente por cl camino de se¡ urla percona que re-clrerd¡, u¡ ser humano que recuerda el amor

Ataque, deJénsa y aclicción

8n el sistema de pensamiento adictivo, nuest¡os egosnos vcn como vulnerables, culpables y avergonzados,pcro siemprs t¡atando de oculta¡ esos sentimientos. ¿Essorprcndentc acaso que la const¡ucción de elaboraáossistemas de defcnsa tenga un sentido perfecto pala ellos?En un estado mcntal en el que el temor sc encuen¡ra encl núcleo de todo, ¿no son el ataque y la defensa unacuestió¡ de p¡oleger la propia seguridad? En un mundobasado en la sepzLmción, el ataque y la defensa son consi_derados como herramientas ¡ormales y necesarias para lasupcrVr\enciJ. \i queremOr (ncontrar paZ menlirl, lene.mo- que de.¡fiar cl núclco de e\re si\rem¡ cle pens¿micnto irracional.

La validez del ataqlLe y ia defens¿ se ven sostenidospor la, fal.i r'rcencia de que ha) algo m¡s quc et llmor.( uJn.lo pcrctb nos nue5lra cLltoestitna cotno Je|enLltentede 1o mucho que tenemos, nos sentimos nal![almente te_me¡osos dc que alguien pueda arrebatarnos lo que tene_mos._Cuando trazamos lineas arbitrarias y dividimos elmLnJo cn gcnte bue¡a y mala. des(uhrimos lorm¿s deoemosl¡ar que nue5fras dtvrsioncs son r¡litla¡. Jug¿mos aser jrLeces quc emiten vcredictos cientos de veces al día.(,llJndo noi \emos a noso¡ro\ mismos an)ena/¡do5 dearguna lbrma. ponemos en mareha nue.tro .i.tcma clcqelcn.a. tstc e\cen¡no se basa en Lrn sislerna rrracional

153

Page 76: Sanar las adicciones - Jampolsky

de creencias que nos dice que no estamos bien tal comosomos. La verdaq sin embargo, necesita ser repetida conAecue¡cia:

El amor no necesita dcfensa

En el sister¡a de pensaniento adictivo ruestras men-tes engañadas nos dicen que la defensa es ¡uestra llavepam alcarv¿r la .cguridcd. Ahora. veamos qué es en rea-lidad esa defensa.

A lo largo de los años, el mundo ha trazado fronteraspara indicar dónde empieza un pais y dónde teminaotro. Cada nación decidió por sí misma si otro país era(buenoD o (malo). Nalu¡almellte, el que ahora es<malon puede llegar a ser <bueno> en algún momentoposteflor, y viceversa. En nuest¡o propio país siemprenos vemos a nosotos mismos, de una fbrma natural,como buenas y conectos. Nuestras fronteras estát fija-das; ahoü nos preocupamos por la posibilidad de que al-guien amenace (nuestro tcrritorio>. Alli dondo nos deja-mos guia¡ por el temor, las defensas parecen totalmenterazonables.

A medida que los sisternas de defensa dcl mundo sehicieron más avanzados, este pais desarrolló armas nu-clca¡es. Con objeto de mantener la ilusión de que un ela-borado sistema defensivo proporcionaba seguddad, di-mos a los misiles nombres cariñosos, como (Mantenedorde Ia paD. En todo csto hay una verdad que nuestrosegos nos ocuttan:

Nuestras defensas prodi¡cen precisamente aeuello contÍalo eue estaban destinadas a proteEernos.

154

Esto es evidente tanto a nivel intemacional como a ni-vel individual. En cl nivel inte¡nacional nos dccimos a

nosottos mismos que aumentamos luestra defensa por-qu( rraramos Jr evilar la gucrra. Pero ¿que sucede con laprobabilidrJ de la guerra con cada nueva aÍma quc se

ionsrru)c.' La ¡robabrlidad de la gucrra aumcnta porqueaumenta tarnbién la probabilidad de un empleo acciden-tal y porque t¿unbién aume¡ta el temor En cl momentode escribir estas líneas, las süperpotencias sc estiin dandoc!¡e¡rta de esto, asi que, en cieúa medida todavía peque-ña, intentan rcduci¡ el núme¡o de a¡mas.

Esc mismo proceso ocrüre a un nivel indivjdual. Amedida qoe construimos compulsiva y adictiv¿Lrnenie nues-tras defensas individuales, aumentamos la probabilidaddel conllicto. Se t¡ata de un desaforfunado ciclo viciosoquc se desarrolla como sigue: sentimos temor, construi-mos defensas; al construir defcnsas, sentimos más temor.

La pauta se construye y desarrolla en el ciclo del ata-que y la defensa. En este ciclo, es imposiblc la paz men-ril. (omo lo e. la inrimidad. al mi.mo licmpo que au-menta la probabilidad de la adicció¡. Un esquema deeste ciclo es el siguiente:

Culpabilidad,

Ataque/defensav\/\

vergúenza, c'ilera Jutci

t rEr4oF

)

\_/

t55

Page 77: Sanar las adicciones - Jampolsky

La alternativa al qtaque y la defensa

Supongamos que pudieras elegir una forma dilérentede ser en el mundo. L¡agina que en tu vida sólo pudieras

ver dos fo¡mas de comunicación. O bien la gente expre-saria amor, o bien pediria amor. Piensa en la forma tandiferentc como poddas relacionarte con otas peNonas silas viems. tanto a ellas como a ti mismo, a través de unos

ojos suaves y misericordiosos. Esa visión del mundo,centrada en el amot se basa en la aceptaclón, comoopuesfa al ataque, y en el perdón, como opuesta al iuicio.En contmste con cl ciclo de ataque y defensa, el siguien-te diagrama ilustra el ciclo del pensamiento basado en elamor El sistema de pensamiento que elijas en un mo-mento dado depende de ti.

El sistema de pcnsamiento adictivo entra en las rela-

ciones con el lema: (Cumple mis expectativas y te acep-

taré>, o con el lema: (Seré feliz si tu...D. Cuando nuest¡apal m(nrrl Jepende del conrnorlrmienlo dc ono. tardc oi"r¡'nnn nor \enlircmos desilusionaLlos. Nue\tra re.-puesr¿ h¿brrual a esta de.ilusión c\. prob¿blcrnenr(. l¡iólera 1 la eulpe. I no puede -er algo fa.iro con su cóleú y retimrse, diciendo: (No quiero que vuelvan a hacer-mc daño). Otro pugdc scr más agresivo, acusar y atacar ala otra pe¡sona, diciendo: (No soy feliz y no es por culpamío. En cualquiera de los dos casos, fundonamos segúnel pdncipio adictivo de que la felicidad p¡ocede de laora pe$ona.

El pensamiento basado en el amor dicc

5o] rcsponsable de m¡ lelicidad.

2. Cuündo tne enojo y ataco a otra personL, mí objeti,ooculto es conseguir que la otra persona se sie ta culpable.

En el sistema de pensamiento adictivo tenemos lacreencia absuada de quel

a AlFuietr m¡ . es rcrpon\able por cómo me siento.b. Hacer que otro se sienta culpable por lo que ha hecho,

hará que yo me sicnta mejor.

. ?regúntate ahora mismo: ¿cuándo me ha of¡ccido unoedo acusador una duradem sensación de felicidad?

La verdad de señala¡ ¿ otro os:

Cuando señalo con el dedo

mantenEo tres dedos señalándome a mi

\Paz, auloest¡ma, compas¡ón

El apuntalamíento del ataque y Ia deJénsa

l. Me enojo I atcrco cuando otra personaacuerdo con m¡s expectat¡vas,

Page 78: Sanar las adicciones - Jampolsky

3. El ataque ! la .l{ensa proceden de uí pensam¡ento de

que so! olfa cosa que amor

Cuando me dcscubro atacando verbalmente a otra per-sona, nunca es porque me siente bien con respecto a mímismo. Rcsulta curioso obscn'ar que preclsameüte aque_

llo que deseo en realidad, amor e intimida4 es exacta_

mente lo que nis defensas me impiden experimenlar' Enla si$riente ocasjón que te veas at¡apado en este círculode ataque y defensa, pregúntate: ¿contra qué me estoy

defcndiendo? l,Podria ser consclente del amor si bajaramis defensas?

El pensamiento basado en el amor reconoce que:

Soy amor. No hay nada que delcnder.

4. La prq)ección es el me¿lío que util¡zo para justilic.tr

Sucedc muchas !eces cn nuestlas relaciones que ve-

m!,\ aspcclos inde*¡dn. y negado5 de nosolro\ mi5moq

que se manifiestan en otras pe$onas. Eso es la proyec-

ción. Ei ego utiliza la proyección pam hacernos sentirjustificados en nuesho ataque a los demás. Al elegir ser

conscicntes de qujenes somos, también tenemos quc

af¡ontar las partes rep¡imidas de ¡osotrcs mismos. Mereliero a c.o (lenominándolo la pu*tion dc nrre"lia' prn-yeccionos. A1 hace¡lo así, limpianos las lcntes a través

de las cuales vemos a los dcmás.

El pensamiento basado en el amor Leconoce que:

El ataque nunca está iustificado.

5. El ataque es, en reol¡dr1d, una clefensa, y las deJénsas

síempre traen consí4o precisamente aquello contra loqu e queremo s pf o tegernos.

158

Es n€cesario damos cuenta de lo siguiente antes de

Doder experimentar una paz mental consistente y un

amor incondicional:

a, CatJa yez que atacamos a otIa persona, nos hacenosdaño a nosoúos mlslnos.

b. Cada vez que nos poner¡os a la def¡nsiva, le damos laespalda al amot

c. Si deseamos amo! son nuestos pensamientos de ata-que los que nccesitan scr culados.

d. Es nuestra actitud defensiva lo que hace que sigamossinliéndonos sep¿rados y solos.

e. Mientras nos encontremos en el ciclo de atac¿ y dc-fcnder, nos sentiremos empantanados en un ciclo adic-tivo.

L¡ verdad cómica es que:

CtJlpr¡r lu propio rcflejo en cJ c\pcjo (au\adaño a tu mano.

6. l¡l akrque ), ld ¿el¿ sa nunca traen consigo lo que

Si 10 que deseas cs paz mental, tienes quc uarre cuen-ta dc que el ataque y la defensa sólo ticnen como resulta-clo el conliicto. Tencmos que cuestionar la lógica del ego,que alirma qLLe cstamos constantcmellte necesitados dcdetensa- La verdad es que tu scguridad ¡adica prccisa-meDte en tu indelbnsión.

La actitud defensiva trae consiEo el temorLa indel¿nsión trae consiEo el ¿mor

159

Page 79: Sanar las adicciones - Jampolsky

7 . EI ataque y la de,fensa preservan la culpabílidad y au-

La culpabilidad y el temor mantjenen en funciona-niento las ¡uedas del sislema de pensamiento adictivo.El ego nos dice que el tet¡or es real y qlre nos encontra-

mos en conslantc peligro. Jugamos al juego de la patata

caliente, en el que arrojamos rápidamente nüestra culpa-

bilidad hacia la persona más cercana, creyendo que de

ese modo nos libranos de ella.Si deseo ser feliz, tengo que darme cuenta de que:

Arrojar mi culpabilidad a otra Persona no me Permitedesembarazarme de ella.

&. El alaque y la defensa son un llcrmam¡ento al 'mox

No hay nadie que no desee ser amado El problema es

que, debido ¿l sistema de pensamiento adictivo del ego,

trna pcr\ona puede.cntirse confundjda y terminar por

proregerse a ir mrsma Llel ¡mnr. al mismo liempo que

manliene el temor vivo y bien. Por dificil que sea verloasi, cuando alguien se compo¡ta a la del'ensiva o te ataca!

lo que hace e¡ realidad es emitir g¡itos dc au-riljo. Si

puedes responder con amor, el ciclo dejará de existirEl núcleo del sistema de pensamienlo basado en el

amor es cl siguiente:

AIIí dondc hay temot la respuest¿ es amor.

9. El penlón es Ia c:law paru la J¿licidad.

La felicida4 la paz mental, se inicia con un cambioaccrca dc cómo percibimos el munrlo 1 c nosotros mi\-

160

mos. El pe¡dó¡ es un suave desprendemos del pasado.

Nos permite ver el mundo y a nosotros mismos a t¡avés

de l¿ claridad de¡ mome[to presente. Elegimos constan-

temente cntre perdón y el ciclo de ataque y defensa.

El pcrdón es m¡ única funcióncuando la paz mental es mi único obietivo.

Sobrc la conJianza

En mi práctica veo a muchas personas en relacionescon otras personas químicamente dependientes. Esos in-dt\idIo. (ompar¡en mtrchos .cnlimientos. pensamienrory comportar¡icntos comuDes. A esa constelació¡ se la de-nomina codcpendencia, aunque muchas personas code-pendicntes no ticnon relaciones con personas qüímica-mente depel1dientes. El hecho de trabajar con la codepen,dencia l¡e h¿ hecho se¡ más conscicnte de un tema con elque muchas personas tienen problemas: la confia¡za.

Mary acudió a verme después de haber complctado elcomponentc familiar de un progmma de batamiento enel quc participó sU esposo, Jeff, por su adicción a la co-caina. Al principio de nuestra primera sesión, Mary semo.lrú lloto.¡ ). con Lrn ¡ono rle lru.lración en su vo,,,me dijo: <No sé si podré confi:u alguna vez en é1. parececomo_ si crl cuanto cmpezara a confiar en alguien mc sin-tlera lcntamcnte aplastada. Me dcscub¡o ¿ rllr rnsrra na-Iando de complacer a esa pcrsona o ¿partándome deella). La iniensidad de la frustración y el dolor de Maryme sugil-ierorl que ese problema no se había iniciado cone\la rel¡ciin con 5u esposñ. Empezamo. por e¡plor¿r susrerrcrones e hjstoria femilir

l6l

Page 80: Sanar las adicciones - Jampolsky

A lo largo de las siguientes sesiones, Mary describióhaber crecido en un hogar en el que su mad¡e era alcohó-lica. Dijo haber tcnido la sensación de que su madre laar¡aba, pero que su comportamiento c¡a dcsenf¡e¡aü-nente elIático: ¿ veces estaba sobria, y sc moshaba cari-ñosa y atenta, y en otras ocasiones estaba ebria y sc mos-traba emocionalmente inalcanzable y explosiva. Maryaprcndió que no podía coofiar en su madre tanto comohubie¡a dcscado hacc¡lo.

A menudo, sc volvió hacia su padre en busca de con-suelo. En sus primeros años, él estuvo allí para ella. Ameüda que pasó el ticmpo, su padae se enfrascó en cltrabajo con objeto de pcrmanecer alejado de casa. Elladescubrió entonces quc no había e¡ reaiidad n¿die enquien pudiera confiar Sccrctamente, creía que quizá losproblemas de la familia sc producian por sü culpa, y to-davía llevaba consigo su culpabilidad cuando la conocí.

Cuando oonoció a Jeff creyó haber encontrado final-mente a alguien ell quien poder confiar Al cabo de seisarios dc marrimonio. Jeff empc/o ¿ con\umir cocaina.Diez meses más tarde el mundo dc Mary se había des-moronado, hecho añicos.

Durante los varios mescs quc duró nuestro trabajoconjunto, Mary elaboró bucna parte de su dolor en rela-ció¡ con los mensajes contradictorios que le habí¿n elni-tido sus padres- Pudo asi, por primera vez, sentirse enoja-da con sus padres al mismo tiernpo que se daba cuentaque ella no tenía la culpa de los problemas de la familia.Finalmente, elaboró la cóleaa y los perdonó. Las cosas leresultaron algo más dificiles con respecto a Jcfl porquetemía confiar en él sobre una base cotidiana. Ese lemorle impedía establecer una verdadera intimidad con su es-poso.

t62

Mary aprendió quc hay en realidad dos tipos de cor-

fianza: uDa con mayúsculas y otra con minúsculas. Laconfianza co¡ mayúsculas sc basa en el ¡mor. Ma¡y fue

conscienle de que podía ver la luz del amor cn Jeli, sin

atlherirse por ello a su comportamicnto. Eso la at'udó a

dcsprtndclsc Jr \u nece.ida(l de cnnlrolar a su e\nnso

R.(on.'cio qu. el cumporrarnienlo dc Jcll era con re,fcc-to al propio Jcff, no con respecto a ella. Se dio cuenta de

que ¡o l:ra clla la rcsponsable del compo¡tamiento dc su

csposo. Así pues, cligió dejar de vcr el comportamientode Jell como un barómctro de su propia autoestima-

Mar¡ se dro cucnta dc que la cl,nli¡nz¡. con minúscu-Las, se basab:l cn la consistcncia del comportamiento. Jeffnccesitaría csfar en recupe¡ación dura¡te un tiempo antesde que Mary pudiera confia¡ cn é1. Descubrió, sin embar-goj quc e¡a capaz de amarlo, al mismo tiempo que leconsideraba aesponsable de sus propias acciones. En re-surnen! no lenia por qué ce¡¡ar su comzón ante el amo¡sólo porque tenlieü el comportamiento de JefL

Si descubrcs que, eI1 tu vida diaria, te cjerras al amor,¡ecuerda lo siguientel

L Siemp¡e pucdo ver la luz del amor cn los demás, in-dependientenente de su compofamicnto. Puedo con-fiar en el amor', con mayúsculas-

2. El conportamiento de los demás se refiere a ellosmisnos, no a mí. Yo sólo dcbo acepla¡ la respoNabilidad por mis propios sentimientos y acciones, y dejarque los demás hagan lo mismo.

J No pucdo controlar o predecir las ¿cciones dc los de-más. Lo que si puedo hacer es elegir entrc construuuna vall¿ ahededor de mi corazón, o idcntifica¡mecon el ¡moL

163

Page 81: Sanar las adicciones - Jampolsky

7. Aorender a amarnos

Cuando nos vemos atrapados en la adicción es irnpo-sjble experimenta¡ amor. La compulsividad y la paz men-tal son mutuamente excluyentes. Estoy convencido deque büe¡a parte del comportamiento adictivo procede delintento por encubrir o huir de los profundos sentimientosde soledad. En lugar de sentir nuestra propia soledad noscenftamos en controlar, conseguir, juzgar, defender y ata-car como formas de alejamos de esa soledad. Lentamen-te, nueshas adicciones se convieúen en las müallas traslas cuales ¡os ocoltanos. Finalmente, ¡uestras mulallasse hacen tan altas que en lugar de limitarnos a ocult¿moshas e¡las, nos conve¡timos en verdaderos prisioneros denuestro propio quehacer Los guardianes de la p sión dela adicción son nueshos egos, mientr¿s que los b¿lrrotesde las celdas se halla¡ forjados a base de nuestras creen-cias irracionales. Nos e¡conhamos sentados sob¡c un fríooemento gris en nuest¡¿s oeldas oscu¡as y aisladas, pen-:ando quc no hay lorma de c.capar dc allr.

Con objeto de liberamos de nuestras adicciones, antestenemos que identificar las creencias i¡racionales quenos mantienen sujetos a donde estaúos-

t64

Lds creencías irrqcionqles de Ia mente qdíctiva

L Mí autoeslima depende de que sea crprobado por lo-dos los seres de este Planeta

La aprobación uná¡imc es altamente inprobablc, yesta creencia tienc como consecuencia otlo de los ciclosviciosos del ego:

a. T¡¿to de complacer a otras pe$onas para sentirmebren conmgo mlsmo,

b. Finalmcnte, llacaso porque no siempre puedo compla-ccr a todo el muldo. El fracaso trae consigo sent;mjentos de culpabilida{ 1o que conduce a su vez asentimientos dc bajo valor propio.

c. Paü compcnsa¡ los sentimientos de bajo valor propio,úe convierto cada vez más en alguien r¡ue se dedica acomplacer a los domás.

En el pensamiento basado en el amor me doy cuentade que:

Mj autoestima no d€pendc de complacer a los demás.¡J bu\oucd¿ dr aprobauon re irleja de euten \oJ.

2. Para ¡:onsiderarme vjlioso tengo que destaca¡ lograr,ganal J) ¿esplegar una brillante competencía en todas lasocasktnes, en todos los lugares y a loda cosk1,

Qué frági¡ puede llegar a ser la autoestima cuando seplensa asi. ¿,Es sorprcndente que esa creencia conduzca a1a adicción? Esta creencia sc basa en el temor de que sise baJa la guardia, incluso por un instante, se puede co-meter un erlor y ser considerado como incompetente. Ell

165

Page 82: Sanar las adicciones - Jampolsky

nucstra sociedad prevalecc cl temor a que se le considerea uno como un fuacasado. Hace algunos años, un estudioteveló que un gran número de individuos que ocupabanpuestos respetados y de alto nivel sentí¿rn en lo más pro-fundo de sí mismos no estar suficientemente cualillca-dos- Esos individuos scntían que algún día podrían serdcscubiertos como fmudes. El ¡csultado de esta oreenciaes que el individuo corre sobre una cinta sin fin, a menu-do habicndo obtenido elevados logros, mientlas que suexperiencia intema le produce la profunda sensación deser inadecuado, de no ser suficiente.

El pensamienlo basado en el amor refleja la verdadacerca de quién eresl

Mi velor propio no se basa exclusivamenteen ro quc nago o constgo.

Soy suficiente ahoÉ mismo-

3, Toclas las cosas que sulen mal en mí vida son c usa-alas por olras personds. Esas personas necesifan ser cul-podes y castígddds.

Para evitar nucstros propios sentimientos sr.lbyaccntesdc inadecuación, tendemos a echar la culpa a otras perso-nas. A veces, nos sentimos 1an desconholados en nuestravida que llegamos a pcnsal ir¡acionalme[te, quc e] he-cho de echar la culpa y castigar a otú persona nos per-mitirá recuperar de algún modo un poco dc control. Ellemo¡ se encuentra cn el núcleo de esta creencia. Mien-tras cofiamos por temor, ni siquiera podremos observ¿rla fuente del ve¡dade¡o problema: nuestra mente adictiva.

El pensamiento basado en cl amo¡ reconoce que:

La sanación debe empezar cn mi propia ntente.

166

4. Sí las situationes extelnas.qüe apareLen en mi vída

o so eaactamente Io que deseo que ,sean,

tengo que'sentirme

tenso, preocuparme ¡nterm¡nablenenle y espe-

faf que oculra un alesaslle a caal4 momento

Hl ego dispone dc un sistema a piueba de incendios

Dara evitat qul] nos veamos a nosotros mismos y conside-

l."ao. nu"rto sislema de ereeltcias. EI ego nos anima a

se¡tjr¡os ¡olalmente preocupados por el caos que nos lo-dea. Quizá sea un pensamiento nuevo para ti el conside-

rar que la situación no es lo que dcte¡mina tu experien-

cia. Quizá te hayas acoslumbrado a senti¡te feliz cuandolas cosas salcn a tu modo, y desgraciado cuando no te

gusta le sitoación. Podemos compo¡tarnos como un robotprogramado con rcspuestas ante toda clase de situacio-oes. Podemos encontramos ta¡ atrap¿dos en tratar de

conscguir qlLe el mundo exterior se configurc de acuerdocon nLLestros dcscos, quc nos olvidaülos de nuestra vidainterio. Cuando trata¡ros de controlar compulsivamentelas circunstanoias cxtcrnas, lo que hacemos es ga¡antizar-nos una vida privada dc paz duradera.

Lo firndamental de tmtar dc controlar las situacioneses que la tal'ea nunca llcga a rcalizarse del todo. Siemprepodrás encontra¡ algo más quc nccesita ser controlado. Ala rnvc¡sa, a medlda quc tc sientcs r¡ás cómodo conquicn eres, disminuyc la necesidad de conho¡ar las cosas.

En 1982 pasé un tiempo cotl la madre Te¡esa, en suMisión de (aridad, en la T;dia. A través de ella vi de pri-me¡a maüo que es posible experimentar paz mental in-cluso halLándosc rodeado por el hanbre y la muerte.Lreo que ella vio a esos niños abandonados y personasmoribu¡das como seres con necesidad dc amor y r€speto.Centró la aiención en proporcionarles precrsamenre eso,

167

Page 83: Sanar las adicciones - Jampolsky

al mismo tiempo que no pedía nada a cambio. El hechode e-tar con ella me permilió. crco quc nor primcra vezen mi !ida, darme cuenta de que la paz mental es unaelccción, dc que cada persona es capaz de un amor in-condicional, y de que la felicidad no depeúde de la situa-ción externa.

No sugiero con ello que no debarnos p¡eocuparnospor lo que sucede en cl mundo. Lo que afirmo es que de-beúos terminar allí donde hayamos empezado, es decir,por examinar nueslra propia mente. Para llevar una vidapacífica lenemos que reconocer que sólo podcmos con-trolar nue5lros propro\ \enlimrenlos ) rcaccioncs.

El pensamiento basado cn cl amor afirma:

Si quiero cambiar mi vida, tenEo que encontrarel cambio en mi mente.

Lo que e.xperi¡rento se basa en mis pensamientos

J Creencias.

5. Si en el pasado ocurrió algo negativo, debería preocu-parme en el caso de que se rep¡tiera en elfitturo. Ayudarás¡ reflexiono sobre la posibilidad de que welva a ocutrir.

No hay nada escrito en pjed¡a donde se afirme que elpasado se repetirá a sí mismo, a pesar de lo cual son mu-chas las personas que viven de acuerdo con esta premjsa.Esa cree[cia nos conduce a ü1a fa]ta de confia¡za y nosinaluce a permanecer en guardia. Lo irónico es que olsimple hecho de pensar en ü1 posible resultado negativopuede hacer que éste se produzca en re¿lidad. Si po¡e-mos cncrgia suficiente en pensar que algo sucederá, bue-no o rnalo! eso mismo será lo quc succda- Y cuando ve-mos convertida en realidad nuestra predicción negativa,¿umentalnos nuestro cornpromtso pot preocupamos por

t68

la siguiente catástrofe. Eso, a su vez, crea otro de los cír-

culos viciosos clel egoi

Nueva expeienc¡a negativa

(prueba de que tu Prcdicción Preocuparse y predecir queel Pasado se repelirá

Vivi cn México durante un año y vi los efectos de estacreencia dcmoshados de una forma i¡ónica. La vcnganzadc Moclezuma sólo es una cuestión de viajar al sur de laliontcra. (Jbscrvé que la gente quc visjtaba México seaproxinaba a cste hecho de una dc las lres folmas si-guienles:

L Lo ignoraban, y se dedicaban a comcr y bebe( todo 1()

que veian,2. Se daban cLLenta de que no eran i¡muncs a las bacte-

rias. Disliutaban de su comida, comían ligeramente ¿lprincipio y evitaban, evidentementc. las situacionesno lo basta¡te sanitarias. Apa¡tc de eso, no se preocu,

. paban por la situación.r. ¡c preocup¿ban constantemento por ello, inter¡ogaban

a todo el mundo acerca dc los alimentos, hasta qu(] elpropietario del restaurante deseaba aKiárselos. Pen-saban constantemente en lo te¡riblemente mal que sesintieroD la última vez que sufrieron una diarrea.

169

Page 84: Sanar las adicciones - Jampolsky

Lo que observé en mi estudio casual fue que losmiembros del primero y 1ercer grupos enfermaban más omenos con la misma frecuencia. Los del scgundo grupqfueron los que mcnos fi.rvieron que contar los azulejosdel cuatto de baño. La moraleja de esta historia es que lapreocupación excesiva hace más daño que bien. Graciasal poder del pensarni(nlo podemo5 alraer precisamenleaquello en lo que pensanos demasiado. Ese poder puedeutilizarse para aportar a nüesln vida experiencjas positi-vas o ncgativas. La elección es nuestra.

Al desprcndcmos de la preocupación, empezamos acxporimentar alcg¡ía. Cuando nos preocupamos por el fu-turo y por cl pasado lo más probable es que nos sinlamosmiscrablcs. Como scros humanos, tenemos ur1 cereb¡opoderoso, aunquc cs posiblc que tengamos problemascon tres hechos muy scncillos sobre e1 tiempot

El pasado es pasado.

EI fuiuro está en el futuro.

El presente es presente.

6. Si ewto los temas doloroso: -v rcprtmn n¡t I moc¡oner,me sentír¿ seguro ! fel¡z.

A pesar de la opinión popular, la represión y cl apla-za¡ las decisiones no son las llaves que dan acceso a lafelicidad. A través dc nucstras adicciones hemos inte¡ta-do reprimir nucst¡os scntimientos de cólera, falta de valory vefgüenza. cuando detenemos nueslro coúpoftamientoadictivo y nos enftentamos al sistema de pensamie¡to¿dictivo, aflorará el dolor reprimido. Volvemos a sertli-nos como seres humanos prccisamentc al pcrmitir queeste proceso se despliegue (habitualmente con la ayuda

170

de un amigo, un terapeula o un patrocinador en un pao-

qrama de dore pasos). ) al claborar nuesb-o dolor. El

iol¿zar las decisioner er una lórma indirecta de dectrluÑo confio e mí mismo, en mi intuición o en Dios).Nuestro dolor hacc que tengamos miedo de movemos en

cualquier dirección; entollces, nos quedamos empa¡tana-dos. Aplazainos las decisiones ¡elativas a cambiar la si-tuación. Cluanto mas temor cxpelimentamos! tanto más¿plazamos las decisiones. Al hacerlo asi, adoptamos for-mas adictivas dc sü con objeto de evitar aún más nues-Íos sentimientos y crear tnás razones para no gustamos a¡osotros mismos.

En contraste con la rcpresión y el aplazamiento de lasdecisiones, el pensamiento basado en el amor afirmal

Confío en cl despliegue de mi propia v¡da.

El amor nunca me ha abandonado.

No nccesito más qire abriÍ mi corazón al amor

7. Soy rlébil y nec¿sito depender de alguien o de algo.

_ QlLizá tengas la sensación de ser débil, incompleto ode algúLn nrodo insuficiente. Es posible que el simple hc-cno.dc esta¡ a Solas dura¡te unas pocas horas te hagase¡tlrle mcómodo. Quizá creas que las drogas u otrasaorccrones 1e aportan un alivjo tempo¡al, a pesaa de locual la scnsación dc no estar completo persiste en lo másprofundo

Cuando e¡a un:nuchacho, mi familia disftutaba ha-clendo roñpecabczas. A veces, no elrconraoamos unap'c/J Dc\nué. Llc h¿bcr bu\cado una dercrminada pie,/aourdnlc hor!\. bromcabamos dtciendo que el l'abricantenabla \cndido el rompecabezas sin aquella pieza. Cada

l't I

Page 85: Sanar las adicciones - Jampolsky

vez que eso sucedia, yo estaba oonvencido de que al-guien dc la fábric¿r poseia un crlLel sentido del huror yhabia retirado una o dos piezas de la caja. Finalmente, lapieza que fallaba siempre terr¡in¿ba por aparecer.

Ninguno dc nosotros ha llegado a este mundo privado

rle unr piczr. Quiz¿ 'r recc.ilc pd,ji(ncir ) pcrsc\er ncia

pam convcncernos de quc cs{amos conlplctos, pero eso

estÁ ahí.No quiero decir con cllo que no necesitcnos la intimi-

dad con otras personas. Pero estar en una posioión de-pcndiente no es intimidad, sino clependcncia, y se basa en

la crcencia de que nos f'alta aigo dsntro de nosoÍos mis-mos. Cuando somos conscientes de cstar completos, po-dcmos empezar a compafiir veldadcralnente lo que so-

mos con los demás. También podcmos permitjmos el ser

alimentados por los demás.

Comparle lo Quc cres con otro.

f.o rfrrc' ¡l olro Pa ¿ (omPcnu unJ I a (n( ia

en [l mlsn]o.

8. Debería impl¡came y altelatnne por los prohlends de

Cuando la gcnte se enteú dc que soy psicólogo, laprimera reacción suele ser: (¿No lc depr-ime escucharproblemas lodo el dia'r). Les sugiero cntonces que es po_

sible ser de algun scrvicio par¿ los dcnás, sin necesidadde asumit srLs problcmas y su dolor. Cada uno de noso_

l(os puede ser compasivo sin asumi¡ el sufrimiento de los

demás. Quizá creas que scr útil significa idenltificarse ex-cesivamentc con el dolor de otra persona. Aunquc cs 1m-

portante reconoccr el dolor de la olra persona, es igual_

1',72

ment( imporlJnlc obs(r\ar la salrrd dc e\a pcr5ona. qr

ob:cno la .Jlud ) h lot¡lidad sub¡rcentc d< rrna per.o-

na, fie sicnto entcro. Si sólo me identifico con el dolor,sóio siento dolor'

Muchos dc nosoÍros acudimos inmediatamcnte a solu-cionar Ios problcmas de los demás, como una lorma deof¡ecemos LLna cierta clasc de autoestima a nosotros mis-mos. Eso no cs más que otra forma de adicción: cLeemosque ¿l haccr algo o al solucio¡ar lur problema encontra-renros l¿licid¡d. Cuando dejamos de ser superhéroes en-t¡egados a solucionar problcmas. probablemcnte scnti-mos la lcrgüenza y el bajo nivc] de autoestima quehabian qucdado cubiertos po¡ la adicción. AI compartircse dolo¡ con otro ser humano podenos prsnr a curatnosa nosot¡os nrlsr¡os. A partir dc ese lugar completo y curado, podcr¡os ser verdade¡amcnte útiJes para los dcmás.Reconoce quci

\Jr(El.rrtc a tiro rnr afrcgldt¿ a n-l

9. Hay ¡1¡¿ /i1y¡7u ,orrocta de wr el mundo.

Si has crecido cn !¡na f'an lia alcohóiica o dislmcio_¡al, quizá pienses dc este moclo. para compensar Ia locu_m \ lr Incorlisr!nctit de te que ha,.id,r tc.tigo. qr,i/; ¡coelr(nüj. \i(nrlo cl mundo (,\mo diridido en huent, )malo, cofi-ecto y erróneo. Esta crcencia excluye 1a intimidad. l.o que sc encuentra por dcbaio de esta crcencia cs:nrl \8|_idJd rJdtcJ en crccr qur todo c5 ot¿nco ) cgro.qüc 1o hi,J /unrs gri:cs en l¡ rrda fl hecho de recollo_(er (ue.r c:ta \t:rón ngiLl¿ del mundo le trlla \crdaJ¡E((:rllnrdr a ra .upcrficie la Jnsicdod sub)Jcrnlc. FIlu\c¡chc l qrq cudnrlo -( ¡ljindon¡ l¡ liul¡lez.e ve unocnlrent¡do i las antb¡güedades rle la rjrla.

173

Page 86: Sanar las adicciones - Jampolsky

Podemos hacemos adictos a cierta forma de vemos anosohos mismos y al mundo, a pesar de qüc tal punto devista nos impide expedmentar la intimidad con los de-más- Cuando veas que te falta intimidad con otro que

deseas, recue¡da:

Hay otra forma de considerar esto.

El mundo no siemprc es claramentc ncSro o blanco.

Si soj ad¡cto a tcncr razón

cierro la puert¿ al aprendizaic dc las lecciones del amor

10. Sq) limítado en lo que puedo hacer y en la fel¡cidadque puedo experimenfar

Hay todo un vocabulado dedicado a la c¡eencia deque la gente está limitaü. Designo csas palabras comobloqueadores del amor porqüe inhibcn nuestra capacidadpara experiment¿¡ amor y creatividad, al reforzar al siste-ma de pensamiento adictivo. Los bloqueadores del amorson palabras que se pueden vcr como el mortero qlre sos-

tiene juntos los ladrillos dcl sistema de pensaúie¡toadictivo. Si eliminamos el mortero (los bloqueadores delamor), los lad¡iLlos (las crccncias adictivas) se pueden

desprender con mucha mayor facilidad. A continuaciónse of¡ecen algunos ejemplos dc bloqueadores <lel amor

Dudo ¿e podet tener éxito. Só q]trc rlebería, pero es

demasiado dlfcil. Además, nadic parccc capaz de teneréxtto; es ímposible. Y ya lo he intentado anfes o puedohace¡lo. Sl las cosas fueran difercntes. Tendría quc hacer-lo, pero tengo esta /imildció, que me lo impide.

Además de los bloqueadores del amo¡ que en el textoaparecen en cursiva, hay otras muchas palabms qug se

conviefen en bloqüeadores del amor cuando se las em-

174

^t", nara cJl(gori/Jr. e\JIudr o juzgarle. a tl nrirmu o a

Ia ¡r¿]nn¡.le la gente ulilt,/a por lo mcno. mos po-

cos bloqueadores del a¡noq y todos tenemos nuestros f¿-

voritos pcrsonales. Sin cmbargo, y mediante un esfuerzo

consciente, podemos climinar esas palabras dc ¡uestrovocabulario. Al haccrlo asi habremos dado pasos de gi-ga¡te hacia el desenüizamicnto del sistema dc pensa

mierlto adlctlvo-Ricba¡d Bach, en su lib¡o //mlones, dice una ftase

que sintetiza la forma de actuar de los bloqueadores clelamor: (Argurnenta cn favor de tus limitaciones y puedesestar seguro oe quc scran tuyas).

En las dos páginas siguieDtes se muestra, una al ladode otra, üna forma ligeramente abrcviada de las cleenciasirracionales del sistema de pensamiento adictivo y la al-ternativa pacíllca dei sistcma de pcnsamiento basado enel an1or Quizá te resulte ifil consultar estas listas en mo,mentos de confliclo, pam ver con claridad tus alternati-

r75

Page 87: Sanar las adicciones - Jampolsky

Creencia,s irracionales del ego

1- Mi autoestima dcpendc de ser aprobado por todos.

2. Para conside¡arme valioso a mí mismo, siempre ten-go que conseguit gana¡ y lener éxito

3. Dcho la culpa a los demás por lxs cosas quc salenmal en mi vida.

Dcbcria p¡cocuparme siempre que las cosas no seancxac*,amente tal como yo creo que debe¡ian ser

Deberia reflexionar siempre sobre la posibilidad deque el pasado se repita a si mismo.

Reprimir mis sentimientos hace que mi vida se¿ mássegura y feliz.Soy débil y necesito ser dependiente de algo o de ¿l-guien.

8. f)ebería a¡terarme y preocuparme por los problemasde los demás.

9. Mi forma de ver el mundo es la correcta.

I0- Soy limitado en lo quc hago.

Creenc¡as sanas del pensqmiento basqdo

e el qnor

L Mr autoestima no se basa en complacer a los demás.

2. S{ry cornplelo, lleno dc amor y valioso en cste mis-n1o insi¿¡ltc-

S:l¡ar mi vida ernpieza por mi plopia me¡te.

Si desco car¡brar a¡rtes tclgo que mirar en rn¡ mente_

1ll pasado cs pasedo. El füturo estil en el futuro_ Elprcsenle cs presentc.

Abrir mi cor-azón al amor bace quc üi vida sea plenay fcliz.

Al compertir quién soy con los demás, lLcgo a cono-cer quié soy e¡ realidad. No me falta nada para empczar a haccr esto hoy mismo.

L Alreglarte a ti no me arregl¿rá a l¡í.9. El amor y el pcrdón me mostrarán el camino hacia la

screnidad.

10. Soy ilirnirado.

L-1.

5.

6.

1.7

6.

t'76 t'77

Page 88: Sanar las adicciones - Jampolsky

Lu codepentlencia como adíccí¡|n

La palabra cotlepcnde¡¡cla se refiere a LLna constela_

ción de emociones, crcencias y comportamientos basados

en los sentiDientos individualcs de vcrgücnza' bajo valor

propio y ternor a la intinlidld. Existcn cn la actualidad

numerosos libros excelentes sobrc l¿ codcpcndencta-

Si estás convencido dc quc ft fclicidad dcpcnde de al-gírn modo dcl mundo cxtcrior, iratarás de controlar a los

áemás. asi como tu ambicntc. Al final. el control se con-

vierle en un a igo huidizo- Irónicamente, una vez que te

has hecho adicto a alguien o algo, empleas muoho tiem_

po cn tratar dc controlar la propia adicción La adicción y

ia necesidad dc control son socios quc füncionan al uni_

sono y haccn imposiblc la paz mental.

Cualrdo tratas de cont.olaf a otra Personaes i¡lPosible la intimklad

Llr mayori^ de las personas ¡dictas con las que he tra_

bai¡do (incluidas las codependientes), \'iene¡l u verme cn

ui cstado cansado. oomo si aoabaran cle correr el último

kilómctro dc un mat¿rtón. A veces. La person¡ no parece

cansada. pcro más tarde se reirá ¿rnte el mucho esiuerzo

que lc costó parcccr como si todo esluviera bien. J)oste-

riotmcntc, al scr itfcrrogada cn cuanto a qué elll tan ago_

lador, la pcrsona hablará dcl csfuerzo infinito que tuvo

quo haccr p¿tra tratal de controlar a la otra pclsona y su

am0renIe.Aure vino a vernlc dcspués de habcr asistido a un la_

llcr sobre ooclependencia. Se había idcntificadQ corl br¡c-

na parte dcl material presentado- y deseaba ech¿¡ un vis'taz-o más profundo ¡ su propia virla Anne teni¿ cuarcnta

l7{l

\ Jo{ años. h¿hrJ cr((ido_ cn un hogirr adicto al traba¡o y

:c hah,a c¡sJdo , ¡,n lln aleuhullco e¡ flroce\r úc rccupc-

rucior. \rtlte ctr lL, qu( lr nlalurld dc la.fcnlc con:lderJ-

n..o'no un, mui.r rcsnonslble. Rcali/abx un lrahajo

nfolc,ion,rl \ ('lab¡ J dos nuo( 5e piiraDa un¡ gran LJn-

iiJ",l d. r|| |l.n'¡,,.ntreglr,lu I cuiJüI dc olras P. r'L,n¡s.

v no disponí¿ prácticar¡ente dc tiempo para cuidar de sí

íisma. Óurante n.rcsl¡o trabajo, descubrió que su autocs_

ti¡r¿ se hallab¿ vi culada a tratar dl: sollLcionar los pro-

blemas de los dcmás, cl ser aprobada por los dcmás, y cl

allr r¡r el d,'lor de los olros. S¡cmpre hahia pucslo en pr¡-

mer lugar l¡s necesidadcs y los sentimicntos dc los dc-

mirs. a expcnsas cle los propios. Cor¡o resullado dc todo

esb, Anne se enct¡ntró privacla dc lclicidad y llevando

u¡a vida en la que lu culpabilidad y la vergücnza consti-luian sus scntimicÍtos fundamentalcs, mientras que clcortrol y l:r m.rntpulacion cran sus comporlamienlosp¡in{-ipales.

A una od[cl tcnrprana, Annc habia asünido la respon-s¿bilidad por los scntimielltos de otrus pcrsonas. De niña.cu¡ndo ahu¡o cle sl¡s progcnilores sc c¡fadaba por algo.ell¡ sc se[lí¿¡ responsable. Dc adulta. cuando su csposohacil algo quc iba cn contra dc los valorcs de clla, cxpe-riDcnlaba lir lcrgücnza y el azorar¡iento que él no pare-ci¿ sentir. lndapendicntemcntc de lo fucrtes que lucransus scntimicntos. raras veccs los exprcsaba porquc tcmial¡ rt.,, ir,,¡r .lc la olrl per.ona. A metlida que .c vro misy nl¡s a1¡ap¡da en c¡ite ciclo de codcpendenci , se hizontcnos y ntcnos conscientc de lo quc sentia cn rcalid¿d.¡n cl nlomcnto en quc acutlió a la tcrapia con¡tigo. noeslaba segura de Io quc sentia y tcnia dificult¡des paraldcrrlil:c.I o r\pfc\.rr oniniuncs sobr( si mr.mr.

uucn¿ partc dc las dificultadcs de Annc procedían de

l'79

Page 89: Sanar las adicciones - Jampolsky

su creencia, bastante profunda, de que no tenía derecho asus propios scntimienios- Colocaba continuamente a losdcmár (n primer lurglr. I ex¡cn.as de su propto crcci-micnto. Cüando sc tralaba de su familia, era como si dis-pusiera de u¡ radar sentimental y siempre sabía cómo sesentian los otros. El problena consistia en que raras ve-ces em capaz de identifical sus propios scntimientos. ArnedirJa quc progrr5ú nucitro rrabajo. Annc emprzó a rerco¡scieDte dc sars seDtimicntos. El tcmo¡ al rechazo, lasoledad y la vergüenza surgiüon ante su conciencia po¡p.imem vez cn muchos años. Esos sentimicntos se habí-an encontrado por debajo de la supelficie, y habian sidoalimentados por sü codependcncia.

Después de ver ¿ Anne y a ot¡os muchos codepen-dienies, he tcrminado por darme cuenta dc que la code-pondencia es una adicción en y por si misma. A conti-nu¡ción \e rncluye una li:ra de Jie/ crccneia, queconsidero como los fundamenios sólidos dc la codepen-dcncia. Después de cada crccncia se incluye el se[ti-mren¿o o la caractefistic¿ que aparecen oomo co¡secueu-cia de ella. El rcsultado geneml de est¿s crecncias es queel individuo desarrollo una necesidad obsesiva po¡ coll-trolar a la gentc, l¿s pe$onas y las cosas, con objeto decncubrir sus scntir¡ientos de inadecuación, de vergüenzay de temor En el intento por cont¡ol¿r, la pcrsona pierdela conciencia de la p¡esencia del amor

Creencías.fundamentales de la cotlependencia

l. Oree cia: Soy rcsponsable de los sentinientos y com-portamientos de ¡os demás. Lo que hacen los demáses un reflejo de quién soy.

180

Rawl¡ado: Me siento cülpable buena pafte del tiempoSólo me siento bie¡ conmigo mismo cuando a todo elrnündo le van bicn las cosas.

2. C1?enciaa Los sentimicnlos de otras personas son mási¡¡portanles qLLe los mros.

Rlult¿Jo: \Ie re\r¡lla dit'cil rdenliticar m'. profiossentimienios, y a menLrdo cuestiono lo que siento.

3. (ree cia: Tengo que ser neccsitado por los demáspara ser amado y scntilmc valioso.Resultatlo: Elijo aquellas relacio¡es que nutren a losdemás, pelo rams veces recibo nut¡ición de ellos_ Si_túo en p.inrer lugar Ias necesidades y deseos de losdcmás. Mo siento culpable si me tomo algo dc tiempopara í. I.Ic confundido el ser necesitado por el seramado. Pucdo est¿r ahí para todos exccpro pa¡a m1lnlsmo,

4. Creencia: Las opiniones y valores de los demás sonmás rmpoftantcs que los mios propios.Res/lrd¿ftr: No soy conscientc de tener muchas opinio_ncs, y sicnto miedo dc expresar las que tengo. Mc ¡e_,ulra dtftcrl romar (lectsione\. So) cotno una esponj¡que absorbe los sentimieütos, peDsamientos y valoresde los demás

6.

5. l'" ¡l, ra: \o rcngo derechL, a sentir lo que \icnto.Re'ult¿Jo: Iemo la\ rcspue\las de los demá. ¿nle mispropios sentimie¡tos- Me preoclrpo compulsivamentcpor lo qlLe piensen dc mí los demás. Me siento pequc_ño e impotente y a menudo resentido. Aparto mis va-ro¡cs y sentimientos con objeto dc sentirme aceptadoPor los demás.C¡eer¡cia: Mis relaciones con los demás son una afirma-clon de quién soy. Del mismo modo, el compo¡tamjento0( lo' demi. c\ una afirmarion pública de quien .oy

l8t

Page 90: Sanar las adicciones - Jampolsky

10.

7.

8.

Resahado: Temo sff rechazado. Me resulta dificilaccrcaÍne a otra5 person¡\. Si mi' relacioncs sonbuenas, mc siento bien; si surgen probicrnas, r¡i vidase desmorona. Siempre soy ieal, aünque mi lealtadhacia los demás sca nociva para mí.Creencia: Soy vcrgonzoso-Re.!,r¿ddo: Resto importancia a r¡is sentimientos ytrato de complacer a los demás con objeto de evitarmis sentimientos de bajo autovalor. no puedo perrd-tir que los ottos me conozcan rcalmente porque noles gusta¡ía lo que vieran. No mc siento digno de seramado.C¡ccncia: Pa¡a ser feliz, necesito dicta¡ el comporta-micnto de los demás.Resultarlo: Mi paz mental vienc deteminada porcómo sc compoñan los demás. Tcngo diFicultadespara reconocer las buenas cualidadcs que hay en mí.Siemprc soy el pacificador, el que suaviza cualquierconflicto.C/eerc¡d: Soy inadecuado.Resultado: Crco qtre sienpre tengo quc justillcar missentimientos. No ir¡po¡ta lo que haga, no me sientolo bastantc bueno. Siemprc acepto tarcas y proyectoscon objeto dc axpe¡itnentar algún sentido de autoesti-ma. Mc siento inclinado a la adicción al trabajo.Temo quc si baia¡a la guardia, alguien descubri¡ía loincompctcnte que soy-

ai?¿r?.iat Necesiio ser perf€cto todo el tiempo.Resultdd()t Js¿go con dureza todo aquello que hago,digo o piens¿. Nunca me siento satisfecho, ni meapruebo a mi mismo. Estoy lleno de sensaciones deautocondena y vacío de amor por mi mismo.

Es ¡¡portante da'se cuenta dc los res[ltados de nues-

lra l¡rm¡ Llc ncn.rr dsi nara podcr conl(mplar nue\as

lofln,..lc .er en cl nrundo. Pero (l d¿rsc cuenra dc clln..n \ DOr'\r micmo. no conducc necrsdrlamenle al cam.

iiol fl,'" li¡'n pucde ¿¡brirLe lor oio- a aqucll¡. f.¡¡mirs

mediantc las que mantienes alejado el irmor El que abras

tu corazón al poder del amor es algo que sólo dcpende de

ti. Las siguientcs son algunas formas con las quc puedes,

ahora mismo, empezar a abil tu corazón ¿l amo¡:

l. Elige tener la voluntad, la apertura y el desco de sentirtus propios scntimientos, en lugar de oculta¡los en laadioclon.

2. Practica cada hora el dcsprendertc dcl pasado y dcldcseo dc controlar a otras pe¡sonas, lugares y cosas.

3. Afinna .r¿rrr.¡.,/rte,nenle qütér eres (amor, totalidad yluz), en lugar de alirmat inon'cientemente qnien Doeres err loalidad (indigno y nccesitado).

Desprenderse: permit¡r que se produzc.tel pedón

Ila) dias cn quc me sienlL,,romo 5r fu(ra un titiritcroque Ía1ara de mantcner doce pelotas on el aire al mismottempo... apoyándome sobre un solo pie. lbdo pareccexrgtr rni atenoión: es como si no pudieú complctarn¡04. l-n c,r5 ocrsione\ r\ c:pcct¡lnentc imf\onantc queme dcsprcnda.

\ mcnurlo ernpleu la srgurenre imagerr para que nreay.rrle a rlcrprcnderme. lc in, iro a l.er c'i .rguiente parra-It' y luego c(rrar Ins oios v Dasar unos (lnL.L' mmurojrepitiéndote el proceso.

I ll2 183

Page 91: Sanar las adicciones - Jampolsky

DESPRENDERSE, UNA VISU LIzActóN

lúaginate sentado junto a una suave corriente, cuyaagua fluye tranqujlamente a tu lado. Estás sentado sobreuna blanda hierba, y sientes el calor dei sol sobre tu ros-tro. Empiczas a sentjrte relajado por el sonido producidopor la cor¡iente, por el rumor del agua clara sobre las ro-cas rcdondeadas. Imagina quc ol agua corre a havés de timismo, y que limpia tu cucrpo y tu mente de toda ten-sión indeseada. Dcspuós de haber pcnnanecido sentadoen la corriente durantc un ticmpo, observas que sobreellas flota un desfilc aparentcmcntc intc¡mi¡able de ho-jas doradas y que, una tras otra, pasan antc ti y se pier-den de vista. Sitúa sobre cada una dc esas hojas una pre-ocupaoiónr una creencia negativa sob¡c ti mismo, o unpemamiento que implique juicio. Experimcnta la sensa-ción de calma interior al liberarte de tu primcr pen-samiento. Ahora, sitúa otro pensamiento sobrc otra hoja.Una vez más, siente cómo se relaja tu cuerpo a medidaque la hoja se alej¿, flotando. Con cada hoja, una trasotra, observ¿ los contenidos indeseados de tu mcnte queflotan corriente abajo y se pierden de vista. Al haccrloasí, tu mente empieza a estar más limpia y calfrada. Amedida que se aclara tü mente, empiezas a sentirte másligero. Tus hombros se relajan, tu respiración se hacemás profunda. Tu corazón se abre y sc llcna aún más deamor Al desprenderte de tus prcocupaciones, negativi-dad y juicios, empiezas a mirartc a ti mismo y al mundocon ojos amorosos.

Este ejercicio puede equipararse coD el acto de sacarla bas!Lra. Quizá pases por la vida acumulando preocup¿-ciones, creenoi¿s neg¿tivas sobre ti mismo, juicios y todauna serie de diversos (pcnsamicntos basuran. Por la no-

184

che, cl¡ando eslós preparado pala dormir, tomas el cubode la basü¡a y vacías el co¡terido de óste sobre la cama,y luego te acuestas sobre é1. entre las sábanas llenas de

Lasura. Al desperiarte por la mañana, recoges diiigente-me¡|e 1¿ basura y la vuelves a meter en el cubo y te dis-po¡es a iniciar otro día de ¡ccogida de rnás basu¡a. Elprcblema es que te pasas una gr:rn cantidad de tiempometiendo basura en cl cubo, rnie¡tras quc no dedicasnada ¡ vaci¿r el cubo. Cuida tu verdadero hog¿r, tu cora-zón y tu mente. er¡pezando po¡ despreDderte de tus pen_samienlos basure. Cuando adoples la práctica diaria dcdesprcnderte. cmpezarás a sentir amo¡ en tu vida de unafbrma natural.

AL DESflttNDERTE...

Al desprendcrte permites que el amo¡ se desplic_glLe con ¡atllralidad en lug¿Lr de intenrar ob¡ener uncicrto resul{ado.

Al desprende¡te ¡o dcjas de cuid¿r a los de1¡ás. Enlugar cle eso, te das cuenta de quc no necesitas hacerlopor otras personas.

AI dcsp¡cndertc le das cuenta dc que no puedes con_¡rolar el compo¡tamiento de los dcmás, pcro si puedescamDlar cómo pe¡cibes a los demás y a ti mismo.

Al desprcnderte te centras en cl amor, en lugar deen cl lemor, y dc ese modo cambias por complelo tuspuntos dc vista sobrc ti mismo y sobre e1 rrrundo.

Al desprcndcrle dejas de echar la culpa ¿ los ohosy te liberas de ]a culpabilidad. Te permites a ti mis_r¡L' y fl lo: Jenrá\ \cntif ) c\prcs¡r lo. \enttmtenrocq dc'prendene del control (\ticndes un arnor in_condlcional, ausente de toda adhcreúcia al resultado.

185

Page 92: Sanar las adicciones - Jampolsky

Al desprendele deljuicio t,: pcnnitcs, a ti mismo ya los dcmás, scr vcrdadcros seres humanos. Tc d4scuenta de que la mente que emite juicios no es unamente pacífica.

Al desprenderte te das cuenta de qL¡e alerrarte alpasado es lo úllimo qüe deseas hacer

Al desprenderte dejas dc ¡egarlc al amor la oportu-nidad de exprcsarsc a si mismo.

En rcsunren, al dcsplcndcrtc tc pcrdonas a ti |nis-moyalosdcmás.

AJirma quíén eres

Emplcamos una gran cantidad de tiempo reforzandoinconscientemente el sistema de pensamienlo adictivo.Nos involuc¡amos en un interminable autoconvenclmlen-to negativo y rams veces conservamos algo realmentepositivo y cierto en nuestras rnentes dlrr¿rnte más de unospocos segundos. Cuando nos miramos en e1 espejo, quizános resulte más fácil ve¡ a una penona ante la que nosmostramos c ticos, que ver la luz del amor reflejándosehacia noso¡ros-

En el oiclo de La aclicción nuestra creencias acerca dequiónes somos terminan por verse distorsioladas. Depen-dc de nosotros el empezar a cultivar cl amor durante tan-to ticmpo como nos hemos cntrcgado a alimcntar el fue-go dol temor.

^ continuación sc incluyc una lista de

pensamientos afirmafivos quc ayüdan a inver'1ir cl auto-conveocimiento ncgativo. Sugiero qlLe elljas una alirm¿-oión c¿da día y que te la repiias dlLrante un mi¡uto cadahora que permirnezcas despierto. Eso significa que dedl_carás un momento cada hora de tu dia de vigilia a cultl_

r86

va¡ el amor. No es mucho ticmpo, pero descubrirás que

lodo lo quc n(cj\ir¡ cl ¡mor cs una peql¡eñd jrpcflum

para cnpczal a ilenar tu corazón. El amor es como laiu,/. ( u.rnJo cnlr¡' cn r¡na hahitacron ¿ o\cura\ ) en\'irn.des la lu1, la oscuridad desaparece inmediatamente; laluz cstá cn lodas partes. Lo mismo suceoe con et amor.

l.as efirmaciones que siguen han sido diseñadas espe-cíficanente Pa.e aquellos que observan rasgos de code-pendcncia en sí mismos. También sol conceptos univer-s¿les cap¡ccs de bcncficiar a cualquicra.

llerdudes ,sobre mí mism¡t

l. Estoy rodcado de amor. Estoy a salvo. No hay nada

187

Page 93: Sanar las adicciones - Jampolsky

8. Crecer como pareja:moverse desde ei temor al amor

A menudo, al trabajar con paLrejas, descubro que ha¡lperdido de vista quiénes son, no sólo como individuos,sino también como pueja- En la mayoría de ios casosacuden a mí s¿biendo intuitivamente que se ar¡an el unoal otro. pero se sienten confundidos y perdidos erl un te-mor interminable, en l¿ culp¿bilidad la defensa y el ata-que.

Cluando llLncionamos en el sistema de pensar¡ientoadictivo sonos como una rala e¡ un laberinto. Cada ca-milro prornete un resultado positivo, pero cada üno qu€

se sigue no condlLce silro a LLna ¡rás profunda desespera-ción. Una parej¿ qlre desee conocer el a1nor en toda suprofundidacl, tiene que estar dispuesta a ir más allá delsistema de pensamiento adictivo, hacia el nuevo y, sinembargo, antiguo territorio del amor

Cuando vinieron a verme- Alan y Jackie llevab¿n ca-

sados dcsdc hacia cinco años y tenian dos hijos, de dos ycltabo años dc cdad. Dijcron quc cstaban pcnsando eri

divorcia¡se. Afirmaron que no se podian dccir una solap¿labm el uno al otro siú jniciar una discl¡sió¡. Apenasllevábamos vaios minutos de nuestru prime¡a sesióri

188

cuando ya se habian lanzado el uno contra el cuello del6¡r¡. Pcrcibicnclo ya qulr yo conocia la respuesta, lcs prc-qunlé que si sc sentian tan miserablementc el uno cor elótro por qué dese¿ban permaneccr juntos. Se produjo unrnome¡to dc sjlencio. Vi cómo las lágrimas se hinchabanen los ojos dc cada uno de cllos. Luego, cada uno rlijoque lo dcseabal porquc amaban al otro. po¡ el tono dcsus l'oces comprendi con cla¡idad que asi era. No desea-ban ayuda sólo por el bien de los nijlos. o sólo porque tu-vieran miedo dc quedarsc solos. Todas estas cosas eran,ciert¿mentc, aigo a considerar, pero en rcalidad cieseabana¡.rdr rrorqrre en iñ nr;s prolundo dc (t mi\mo5 sc ¡¡naban, aunque no sabian cómo sentirlo y expresffto vcroade¡amente. [] temo¡ solocaba las raiccs de su : not

A nt.didr que prog¡(5o nue\trL, rrcbajo. re ¡u.U jqmaniflesto quc ambos habían tenido un¿ niñez dificil ydolo¡osa. Ala¡ habia permaDecido la mayo¡ parte dcltiempo c compañia dc niñcms o a solas. Sus padres scmoslüban distantes, muy o¡ientados hacia suj trabajosre¡lcct \rr:. Juse t(s dc c,rs¿ l¡ mitJur prrLc del ticmpo.la unrcr ürJ,iún cn l¿ quc Al¡n ohscrrrba algún ateiropor_partc de sus padres era cuando hacía algo que a ellosles hiciem sentirse o¡gulJosos. Durante la mayor pa.rre oelI cmf'o. .c l< di:,' quL ¡odia hacer la. cu:rs meior. o quela\ lrrbiJ lrc\'ho n¡al Dc ¡dullo. Alan r( con\ini,, cn unrpelron r .rl ¡ro,a Iror con\.gurr cl,s¡: qLe nunc¡ lent¡ lascnbaerún ile hxhcr hecho lo suficiente

, ^ Jackic h¡br¿ !rc(ido en un, famrlir quc.i(mpre ¡ndu-

::',1:'ld, * ¡roblemas financiero.. \u pcdre cmpe/ó suvrou lJhoral co¡no pcón. \4.r. lardc munio ,, p,up,. .ln-P'r\d pcrL, lJ\ co\ir\ nunct lr tircron bicn. Jackic renl¡

:::.ll:,.t,"*.qr. no haci¡n rna. quc (nrrar ) satir Lle ta'-'\r,. ru( pildrc..rern¡rc la con,idcraron como l¡ única

189

Page 94: Sanar las adicciones - Jampolsky

de ia familia a la quc 1e saldrían bien las cos:rs. y le de-

cían a r¡enudo: (Tú eres nuestra única espcranzdt Sin

embargo, cuando a Jackie le fueron bien las cosas' sus

Íradres expresaron celos y rcsentimiento. Corr estc men-

saie cont¡idictorio dc <Quc te vayan bien las cosas' pcro

no demasi¿do>, Jackie acabó sintiéndosc o incompetente

o culpable. No inpoÍaba que las cosas fireran (bien) o

''tnal . el ('¡.o s' qu< ell¡ nñ \c \enlra a gu'lo eUntigq

misn]a.Alan tení¡ la scnsación de no podcr collfiar del todo

en allluien que crptt.rr.r allbanza. norqtle c\lilbl con_

renciio dc quc rrunedrrtrmenlc d(spllé. dc lir al¡h:rnza

vendría la crítica. Crcia que tcnia que ocultar la mayor

D¡rlc Llc \us crnoill'ne'.i descJba.rlgún amor' 5u 'cn'¡-irón.le que r)rd¿ (r'r \uli(icnle. indcpendrcntcmcnrc de

lo oue hiciera. sc vio rciovada por Jackie. que tenja mte-

.lo cl. ¡rrcc.r rn.cgura pür l^ que ¡cluab r con l(rqLreJdd'

Al fclxclon !c el Ltno cL,n cl oltO, lo\ JO, rcp,e\'nldban

sus paütas del pas¿do. incapaoes dc verse mlrt[amente a

trav3s dc los oios dcl amor' Cuando Jackie p¡cguntaba

alr¡o tan poco importante como: (dlas ido hoy a la tien-

dJl>. cra sulicienle para quc AIan se sirrlicra inaccpudo

v crilicado- Scntia quc deseaba amor' como lo habia sen-

iido de niño, pcro nunca tenia la scnsacióü de haccr sufi-

cicnte. lncapaz de afifm¿r cstos scntimjent()s de descar

amor y aceptación. experirncntaba accesos de rabia que

ni siouicra él nrismo cra capaz de comprcnder- Su rabla

surgía a paflir cle sentimientos reprimidos dc itladecua-

ción y dc la convicción de que neccsitaba defenderse

co¡stanter¡cnte dc la cnticaPor un lado, Jackie scnlia quc si tenia el cont¡ol ¡o

haría rnás quc e¡contmr compulsiv¿mente fallos Tenia

miedo dc parccer algo menos que perfecta' asi que pro_

i90

b¡ hacia AI¿n sus propios sentimientos de in¡decu:lción.per.o, ¿l mismo licmpo, cn lo más profundo de si nlisi¡n,se sentia culpablc pot cualcluicr compctencia qlLe tuviem.

Iln reslrmc¡. Alan sc enojaba a la más mlntma comoüna forma de e!,itar sus scrllimientos dc no scr suficicnle.y J¡ckie crilicaba constanternentc sonlo una f'orma deevitaf sus fropios sentimicntos dc no scr suficicnte. Ercotlsccucncia! ¡inguúo de los dos se scnlia accptado oquerido. simpicmcntc por lo qlLe era.

Iir nuesl¡o trabajo cn común cada uno (le cllos pudovcr cuál era su propia pauta de col¡porlamienfo. Alan v.tJc, c irnf(/¡ruI a h,rhJar cl unu con el orr, acerer cl-sus propios remores jndividualcs, y qtLé sentíao a] creceraisleclanlenlc. Ijr cuanto se djc¡on cucnt¿ dc este ¡¿lsgoen cLrnú . cr¡pcz(i ¿ brillar el amor que se tctrian el Lrilopor cl oho. y quc suryió n travós de sus tljmores_ En l!L_gar de ercoleriz¿rse, Alan pudo decirlc a Jackie lo soloquc sc scnría y cómo neccsitaba sentirsc aceptado en lir-gaf de crilicado. CLr¿nclo Jackie se sentia ¡en¡ada de cn,conl¡ar fillos en Alan. lc deoia. cn lugar de eso, lo clurc,que lc rcsullablr Do tener sicmprc cl control cle las cosas.Asl. empozó ¿ compariir co¡ él la sensación de scntirscdrst¿n.i¡da dc la gcnle cua do rcp¡esentaba el papel dc

, AunqLrc. n:ltlLraiorente, la historia de Ala y Jackie esunlc¿. la solLrción a sus problernas puede scr utilizada porcualquier parqa que descc erperimentar cl amor de unalofm¡ I¡ás consistcnle en sus ielaciones. Veamos a conti_nu¿clon un brcve bosqucjo de cst¡ solución:

I Colroccr qrLe los ciclos dcl sistema de pensamicnlor0r' lr\o o,r l¡utas ¡prendtdc5 (lc nen\i¡mtcnro y cort_t,onrnlcntu y pucdcn lambiin dc.xpr(ndrr"(.,.

191

Page 95: Sanar las adicciones - Jampolsky

+.

6

Rcconürcr que cs posiblc llcvar una exrslcncra r¡ás¡nrorosa y pacificr.

J. (unpfcn(lcr q c cl propi)sito dc lir relaci{in consistecn eprcndcr las lccciones dcl alnol. no rcf¡r'zalr cl pa-

IIaccr un csfuer/o consclcntc pof lülhler drfcctamcnte(lc h¡s propios tcnlores y pcnsamicnlos ocrllos. Cuan-,1" r. l':1. , Lrrf (/- , .,h.r q r'r'rl er(\. rtr 'rrr.nlo

r:r,l\(,/i,ri¡\ .r ..rh. r',¡.LrÁr' ff(^ ¡ r , r,f:r(ii'r r,, .,i Iro-(lUcc el1 rtn vaclo.( onoccr \ practic¡r' las cu¡t|o p¡labras nlá!¡lcas que

co[stilL¡ye¡ el filn(l¡rncrlto p¡fa quc surja cl anlor. Lali¡se /i(. r/r¿r 1r': ,?¿i.r pucdc rc¡irigir tu nrenic, in-clL¡so crr¡ndo -!-a tc cnclrcntres atr¡pado ür u¡ ciclorr,¡,rrr.,'. \', rrrll'rl.r t,r.h\jcntrr(lu qu, tg 'i¡¡¡x5.sicr¡prc (lisponcs rlcl po(lcr par'¡ fcdidgirlc ¡ li l¡is-n1o. Por L'lcnrplo. si te eDcucntlas surnido on un cicloeolérico. pucdcs lprc¡rdcr a contclcrte y dlclrlc mcn-t¡lnlcnte: (lllige una vez Inars). ir\o te pcrniile habli¡r{lcsdc tus scntilnic¡rtos intcrnos. crc¡¡do asi iDlirnidad,en ltlgaf (lc scp¿r¡cióD.I)ccidir. c(¡üo plfcja, quc no pas¡réis cl lie rpo lra-tirndo Lle haccr scDtir cull)¡ble al olro, Io que sicmprerienc clrno iesullrdo el conflict(). Ilesol\cr qLle Ios

dos sois socios cn la elinrinación de Ia culpabilidad.l)edicaros a praclicafjunlos el pcrd(iu. Corr\,e iros en

nlensajcro,\ dc anror. cn lL¡gar de nrcnsajcros de culpa-hilidad.

co|ltl]nes quc irnpi(lcn a las pa¡ejas creccr L.D cl ant(,r. Acontjnutri(i¡r hay otr¡ lis¡a qtLe muestra cinco pensantic¡_k)s p¡r¿lclos basndos e¡ el ltnor quo pernrren a tas p¡reiils rncrc¡ncntar sus rclacloncs. Est¡s listas no lieDc| l¿inlcn!tót) dc ser contplcl¡s. así quc quiza (tesecs ¿rllldlrcUitlqutaI pcns¡nrcnto ractonal o irracioo¡l quc sc lc

Ill sistcnra cle lens¿micoto ¡dicti\o sc m¿nifiesla cí':l\ r.l,lciL,|x s ,l lril\ri' (le IIIr(rr'\os ffrr\JIrrt'|llos irrJ-cion¡lcs. Bn la páginr siguic'rrre enconlrarás una lisla de

lo (lue crco qlLc son los cinco pcns¿nricntos adicli\'os más

192i {).1

Page 96: Sanar las adicciones - Jampolsky

Pe sqmientos que estimulqn a las parejas aquedar bloqueadas

Si tengo que trabajar para que la rclación funcions,algo debe anda¡ mal. Dos personas que se am¿n notienen que trabajar para que su relación functone.

Cuando tenemos una discusión, alguien tjene que es-

tar equivocado. Debería hace¡ 10 posible para demos-trar que tienes la culpa de algo. Tambjén debería lle-var la cuenta y asegurarme de rtrue la mayoria de lasveces tengo razó¡.

Es mejor no habtar de sentimientos negativos. Si finjoque todo está bien, todo 1o estará. Si no hablo, no ten-dré que sefltir.

Si h¿go que mi pareja se sienta culpable, me sentiré

mejor Acusa¡ al otro siempre es una buela defelsa.

Cada vez que te doy algo debería esperar de ti algo acamD10.

pensamientos que animan a las parelas a

abrirse al qmor

l. En nuestra relación, mi objetivo es no ocultarte quién*oy. Fso. a reces. no e, fácil. y (n csas ocasione\ lepedjré tu ayllda.

2. Sabe¡ quién soy implica hon¡ar todo lo que tu eres. Silos dos juntos miramos más allá de los fallos, no ha-brá nubes ¡egüs que no puedan disipar nuestro amolconjunto.

3. El amor no sc puede encontrar solo. Al contener missentinticntos le doy la espalda a la opofunidad deaprcnder del amor y profundizar mi relación contigo yconmrgo lmsmo.

4 Mi objcrivo. que comparlo con mi pareja. er supcrarla culpabilidac! ¡o ¡eforzarla. Mi pareja y yo lo hace_mos ¿sí a través del perdón.

5. lL,Llo ncns,rmienlo ¿moroso 5e refuerza a sr ml,mo.Dar y rccibir son, en ve¡dad una misma oosa.

1.

2.

3.

4.

5.

194 195

Page 97: Sanar las adicciones - Jampolsky

Creo que nuestras relaciones son las aulas donde tene.mos las mejores oportüddades para ap¡ende¡ a vivir elsistema de pensamiento basado en el amor He descu-bierto que eso es cieÍo en mi propiá relación con miesposa. En la ceremonia de nuestro matrimonio, Carny yyo, junto con nuestro amigo, el reverendo Geo¡geMclaird que dirigió la ceremonia, intentamos expresa¡.con palabras lo que creíamos acerca dc una relacióncoüprometida. He aquí una síntcsis dc nuestros votos:

El matrimonio es mejor cuaDdo

amamos y nos casamos con nuestro mejor ¿migo.En el mejor de los casos,

el matrimonio se ve motivado por un amor incondicional,en el que busc¿mos l¿ verdad et1 cada acontecimiento,y actuamos de acuerdo con es¿ vc¡d¿d.Al crecer en comprensión y ¿ccpt¡ciónde nosoFos mismos y dc mrcstra parcja,abdmos nuest¡o comzón y damos la bienvenjda al amor

Si cent¡o la ate[ción sobre la comprensión y la acep-tación, ¿cómo puedo evitar s¡ro el experirnentar amor?

!. Lecciones diarias

Infroducción a lqs leccü¡nes diarias

La ptlme¡a pirtc de este libro ofrece una estructura yalgrnos ejcrcicios para comprender mejor los ciclos de laa0rci un ) cotno la pa./ menldl e5 siempre una altel.nauv¡porrDrc qqut. cn la segunda pirfle. \e oftecen más cjercr_cios, p¡csentaclos en fo¡ma de lecciones dia¡ias. Mediantela priclica de los ejercicios podemos desmantela¡ el siste_mJ (le ninsJhtenlo adictiro \ e\¡rflntcnt¡r la nal mcnlaloe Un modo m¡\ Consislrnte, \o le preocupes fror crcer ono en roda, lJs tde¿s: 5imnlcmcnle. n)ués¡r¡le abieflo ¿lpooer dcl tmor Lo, cier,jtcios aqui pre.enrados t,- ofre_c:n uqn5 nledios sislcmalico. y ¡rácrrco. para llcrllr unl\rüd lrbr( de la ¿diicrón. r ¡da una,lc la5 \crntiuna lcc_clonr. di¡ri¡c ¡icjrr l¡ inlcnción de awdafle ¿ climin¡rro0o ¡quello que bloquea l¿ conciencir dcl amor.

Cóno ¡r,,¡s¡l¿¡ ,9n l¿s lecciones dinri¿s

--J is le(cio,tc. diaria: ¡ las di,cusione. quc la\ ¡com_

Pdnan son bre\es. ¡rácricas ¡ Jirecta.. L énlasis no ¡e

196 t97

Page 98: Sanar las adicciones - Jampolsky

pone sobrc la teoía, sino más bien sobrc la práctica. Paraobtener el mayor bcneficio posible de las lecciones dia-rias, procedc a la manera desc¡ita en los párrafbs siguien-tes.

Cada mañana, poco después de levantarte, revisa Ialccción del dia (y la discusión que la acompaña). Empie-/a pur la pnmerc lccción 1 practrca \uce\i\¿ ncnte una

lección cada dia. P¡actícala en un lugar tranquilo, donde¡s ¡g 1q¿s pcrrurbaLlo. Reljjate y dcdica unos cinco mi-nulos a Ieer lcntamenle el Ie\ro y la discusión. procuran-do que Ja lección (que aparece cn un tipo de lelra desta-

cado) y la discusión constituyan la parte más irnportantede tus pensamientos. Durantc la práctica, concénhate en

la lección y la discusión, y elimina todo pensarnicnto que

te distraiga. Si un pensamiento indeseable intcrrumpie¡atu conccntración, Iimitate a reconoce¡ su presencia y lue-go dospréndete de él con suavidad-

Durante el dia, cuando surjan situaciones tcnsas, repi-te para tus adenfos la lección, lenta y rcflcxivamente.Esto es especialmente útil ell mor¡entos dc conflicto.Aplica la lección a todas las pe$onas y cn todas las si-tuaciones en las que te encuentres. No hagas excepcio_

ncs- Revisa la lección periódicamenle durantc el día, du-rantc breves momentos, preferiblemente cada hora. Quizátc resulte útil llevar el libro contigo, o una copia de lalección en una pequeña tarjeta. Por la nochc, preferible-mentc antes de acostarte, tómate cinco minutos o más

para r€visar de nuevo la lccció[ y la discusión. Picnsa e¡cómo se ha desarrollado el dia y cómo aplicaste la lec-ción a circunstancias específicas que te resultarcn difi-ciles. Cuando hayas completado de este modo las vein-tiuna lecciones, empieza de nuevo y repite la sede. Esta

continua práctica se ma¡tiene mejor hasta que te des

198

cuenra de (lue aplicas la. leccione\ rle unr ltrrma espon-

Tánea ) consrstentc en Il t.'o" ..

Ln fesumcn. lu praclrcJ drafla esla compuesla norcuaffo p¿rre5: una sesión priclica por h mcñana. la apli-

cacton de la lección a silttilciones diñ(iles que \e le pre'

Jenlen durcnre cl día. una rer i.ión horaria y una revisión

por la ¡oche.

Lección uno

Le he dddo ú todo lo que Neo en esla habitación(o en ¿sta tdlle, o desde esla yentana, o e este lugar)todo el .\ignlJicado qne tiene para mí.

Como q!¡ie¡a que esta lección contradicc por completoel sister¡a dc pcnsamiento adictivo, puede irrducir a con-fusión al principio. Esta lección dice que no hay nada in-herente en nada que le dé un valor establecido o sig¡ifi-cado. Túr solo defines 1() que es importante y lo que no esrmportante p¿ a tt.

Cuando ercs adicto a algo o a alguien, lC) eres porquehas rnvertido demasiado en un ámbito determinado, cre-yendo quc eso tc proporcionaría fclicidad. Persigxcscompulsivamente aigo que continuamente te deja conuna sensación de vacío interior. Una verdadeta afirma-ción sobre nuestras vidas es:

La pazy Ia elección proceden de darnos cuentadc que le doJ a cada cosa todo el si8nificado

que tiene para mí.

Iar¿ comnrender la lccción de ho). rcpas¡ visualmen-le la habrlactón dondc le encuenrres ahora. Empieza por

199

Page 99: Sanar las adicciones - Jampolsky

aquellas cosas que estón cerca de ti y aplica el contenidode la lección, ell letra destacada, a todas las cosas sobrelas que se pose tu mirada, ya sean grandes o pequeñas,personas u objetos, brillantes o apagadas. Lucgo, amplíala mirada y mim a tu alrededor, cerca y lejos, y aplica lamisma idea a todo lo que veas, oigas, degustes, huelas ¡sientas. No intentes incluirlo todo sistemátic¿unente. Másbien, relájate y aplica la idea a cualquier cosa que surjaen tu conciencia. Pero t¿mpoco decid¿s excluir nada.Simplemente, aplica la ide¿ a todo y de u¡la fomla iglal,ind(penJienlemenle de lu aparenle ad'cripción L' separa-ción con respecto a alguien o a algo.

Repite pensamientos como los siguientesl

DoJ a est¿ silla todo el siEnificado que tiene para mí.

DoJ a eslas ropas todo el siEniflcado eue tienen para mí.

Doj a esla persona todo el signillcado que tiene para ml.

Do) a csta sustancia (droga, alimcnto. alcohol, ctc.)lodo cl \r8nrfr(ado eue rrenc p¿ra mi.

A lo largo del dia, p¡actica periódicamente la aplica-ción de la lección. Si te descubros funcionando en el sis-tema de pensamiento adictivo, di:

La paz proccde de dentro de mí,y no viene

determinada por personas, luEares o cosas.

Lección dos

Mí mente está preocup^da con pensauientos pasados.

Cua¡do te pomites a ti mismo sobrecargartc con laculpabilidad y Ia vergüenza, estis funcionando en la cre-encia del sistema de pensamicnto adictivo por la que elpasado sienpre detennina cómo te sientes e¡ el presente.

El sistema de pensamieoto basado en ei arnor reconoceqoe:

Es imposible sentif culpabilidadJamor al mismo tiempo.

Cuando surjar sentimientos de culpabiljdad, vergüen-za, bajo nivel de autoestima o juicios negativos sob¡e timlsr¡or plcnsa:

No estoy en paz porque lo ntiro todoy a todosa través d€ un filtro distorsionador del pasado.

La paz se encuentra cn la libertaddel nomento prescnle.

Cada vez que te identificas con el pasado, preocupastu mentc y creas bloqueos a la experimcnt¿ción del amo¡.Luando cúpleas el pasado como fuentc de conocimiento,para poder endtir juicios e inducir la culpabilidad, no ha-ces srno aislatte más del amor

- Hoy, decide romper el ciclo del pensamiento adictivo.¡mpleza por sentarte cómodamente con los ojos cerra-oos. Observa tu mente. Date cuenta de cada pensamientoa medida qlLe aparece y desapa¡ece. No rnreffes pasarmucho tiempo entregado a un solo pensaniento. Simple-

200 201

Page 100: Sanar las adicciones - Jampolsky

r

entc, observa cirda uno dc ellos durantc u¡ros lrinutos,con ta¡ poco apcgo como tc sca posiblc. Identific¿ cada

pens¿nricnto daido un nombrc a la ligura o lcm¡ cenhal

dcl rü.r¡ro. Por .1crn¡lU. ¡ rr'LJ¡da qu( lu\ Pcns:lrnienlosv¿n y vicnen. pucdcs decirlc n ti mismo:

l,sto] pensando ahora en lbjClla4cl! lg¡llalLY ahora esiov pensando cn ila fiEura o tc,¡a acntra¡).

Al obscrvar tus pcns¿llric¡rtos, fiiatc en cuántos de

ellos se bas¿i1 cn el pasado y pued('n producir. polcncial-

mente. Lrna sensnción d€ culpabilid¿d. Dcspués de unos

p¡,cos Intnur05. ¡uc,lcs rlriirt, u ti mistrro:

Mi mente cstá prcocuPi¡da con Pcnsanlicnto\dcl pa5ado.

Pero el pasado h¡ dcs¡parecidoJ hoy csto]dispucsio a dcsprcndernrc de ¿1.

En el nronrcnto prcscnle nle mlro ¡ |nl nllsmo

con ojos (¡riñosos.

Si tc e¡cucnlras en confliclo durantc el dia. puedes

dccirlc a ti mrsmo:

Estoy en conflicto porque mi mente está prcocupad¿

con pensamicnlos del f asado.

Pcro cl pasado ha desap rccido.En consecucncia, elijo vcr esla (siluaciól/pcrson¿L/ob-jctrtl solo en la p¿l dcl rrnrncnlo nre.rn¡e.

\o \o| tü iLtitn¿ ¿el lnuttltt que .'o.

I l sistcm¡ de pcnsanlrcnto adiclivo te dieo que sonr)1flt. persoll¡s o clrcllllsl¡ncl¡s las fcsponsablcs (le cómolL'\t(]ltlcs. Qt¡izá estés ac(rstumbrado ¡ scñal¡¡, a reprc\.'¡rt¡¡ si. r|rc cl papcl dc victina. (\lando pit¡rses qLre

rfcs unu \.íclirnri del nrundo. estás fcnunciando ll t!L poder

ldsouel y r trr Ql)acid¡(l paru elegir.( o oltclo (ic rccoltocct.lu podcr pcrsonal, y de com-

pf0lr(l!.r que llcnL's una dllcfnali\a. enloca hov li¡ alerciónsobr. urr hccho scnclllo:

No soy un¡ ví(l¡nt¡.\li\ l'1,t,,\ f, r,\r irqto\ \ r'(cn, á\,lcl(nlt¡n¿n lo quc veo,v erperimento.

llntplcl¡ lof pr¿cticar lo siguienle:

( uando vco cl mundo como responsable clc lo qucsrcnlo- me \eo ¡ ¡ri misnro colllo \íclima. y lx paz con_sislo¡tc se h¡cc inrposiblc. Trrdcpcndientenlentc de lascrffunslancias cn las qltc mc cncucntro. puedo ntantenernt p(\tcf paia clcgir.

, l u¿ndo lrc cncucntfo bloqucado cn un canino trill¿-oo. qul7a sea porquc mc vco a n1j nismo como un¿ víoti_m¡ IIov. si r)tc sienk) conto una vicljDla, no alacaré aotlo ¡r ürc dci¡nderé. fin lugar de eso. recordaré:

t.

2.3.

No s9/ una víctinra del ntundo er¡e veo.

lli¡) los scntimicnlos eue crpcrimento,y i¡nbi¿n decido fiis propio5 obietivos.

202 203

Page 101: Sanar las adicciones - Jampolsky

Fll sistcm¡ de pensamienlo ¡diclivo clicc: sól{) me libc-fo dc ser un¡ \'íctimx cuan(lo canbio a los alemas.

Eligcs la irltcrn¡liv¿ paci{ica cuando lcconoccs la ver-dad:

Canrbiar mi nrente, ¡¡rr¡c ( lcnta clc Quc no

5oy un¡ víclinlr. es l¡ úni.¿ l¡rlna dc libraírlrc

Llc ser tlna vlcllnla.

Leu ión t'uultt¡

Í'ü¿¿t) \'t ¡' pu: en l]tgur d( ó¡a.

Eslis elillicndo aonstantcmcntc enlre el sistcnla de

pensanricnlo rdictivo y el sistema dc pcnsilmienlo basddo

cn el ¡mor Siempfc tc cncr.rentras I una elecciórt dc tlis-tancia dc 1a paz. La lcccion de hoy sc ccnlm en cl hecho

de quc ticncs la habilidad f¿ru dirigir tu nrenle.

I ¿ prz nrental sc irlicia on tu nkrpia ¡rentc Cuandono tc siL'ntcs l¡cifico cs porque 1us ojos cs1án ccrrados ¡l¡mor. Ln la ¡dicciinr tc vcs il tr mismo corrl(l scptrado de

los demás, crr url n1r¡ndo quc parccc scr duro. sin signifi_c¡Ju. :Incr:,2¡Jor i li rgn'errtarl,' lrrmllr'r. p,'t \rrlc a lirnisrlro como \ uln€rrrblc y cn co¡rst¡ntc nccesidlld dc de-

l¡ns¡. Pcro pr¡edes clegir, cn luga¡ dc cso. \er t¡t) mundo

lLñido cn cl quc c{dll situ¡xción tc ofrccc Ia op(}llunidadtle aprcndcr clcl amor

Si 1o sicntcs deprimido. lrrstc. cnfida(l(), culpllble o tc_

rncLoso. rrcucrtla quc:

l)ucdo rlc!,i¡ l¡ frrz ahora ntisnto en lu!¡r dc csto.

204

St tc encuc¡rtras xtrapa(io cn ol ciclo rdicti() dc ju./-

.Jat1. il ti iDismo v ¡ los clcnlis, h¿i/ un ¡ll() v rccucrda cn

lilc¡.'.,, c]"*",r Ia P¿z mcntal. I--¡ lu!:al dc.juzg¿r, cli)oprlcli(.lr cl Pc|(]ón.

.-\1 co ccnlr¿r1< cll el pcfdon Cnircnas ¡ tu ¡rcnte a s¡

ber.il(jndc br¡scar' l¡ prr. Llcgas x cdnptcndcr Isi cluc no

h¿\'necesidall dc espcrar nrís tic¡npo a cncontür ia pt/¡rcntirl. porquc cl pcrdórr es una clección que plcdes dc-cidir rn cualquie¡ nromcnto del dí¿-

f)¡rr doDostmr _y asesura¡ i clccckh por la p z,r rt",)U..'\lJ\ 'rl:\ ¿L( lullc\ \e.llr \Ui\i \ f rJ-|rtu\a\

f'¿r tit(n( h t ono.ct cl ptollama pura qtt, puetfu ser

Ll \isteut¡ de pensrnicnto adictilo dice quc pxfa so-lrrljro¡)ilf tus problcnlts y sct feliz Dccesil¡s calnl)iar ¡ l-guirf (¡ rlpUnu citcunsl¡nci¡. Tambi¿n le Jice que adqui-rir ii.rLr n,.riro dis jnuirá hrs probleuras. Lo irllimo qLreel \rslcrna il! l)cnsar)ticl11o rdictivo quisicra quc hicicras'''f , i . r' 1.,....¡,rrr',1.^.lr'rr\ I\L'n,,r\ nrfi..llr,ie¡rr,'.¡l qirt e.o rerclarír cl dóbil liincla¡tento rlcl propio sistcllle (lc pcns¡nricllo ¡dicÍiv1). quc le prescnta rnnumclit-¡!c\ irfobl.nlit. a re\(ll\er. ¡ p.suf de l{) cual ricmprcInilnlrf c ocltllo cl vcd¿dct1) problcrDa.

,, Nrt ¡tucdcs solucion¿fulr problcul¡ si nosabesquÉcs.rr' i -rf,i \L L,rrtt)rt\tn,t\,, tu,rl. rr,. L,|j, rirrr,Lln¡ scÜc de l)roblenlts quc rcsol\,c¡. concóntrate c¡ reconocaf rl único problema c¡Lrt se cncucnlr¡ cn l¡ raiz da

205

Page 102: Sanar las adicciones - Jampolsky

todos los demás: la creencia de que no eres digno deamor. de que eslás senarado dcl amor. solo ) va(io.

Esta creencia es el único problema que tienes necesi-dad de aftontar, porque es la sensación de vacío y de nosentirte digno lo que te hace buscar la felicidad fue¡a det1 mlsmo.

El sistema de pensamicnto adictivo tiene muchos dis-fiaces, que ofrecen la ilusión de que hay muchos proble-mas que necesitan muchas soluciones. Hoy, decide mirarmás allá de los ropajes y las másc¿ras y ver el verdaderop¡oblema. Ver la consistencia subyacente de todos losproblemas es el primer paso para darte cuenta de <true dis-pones de medios par¡ solucionados.

Siéntate cómod¿mente y cierra los ojos. Recuerda quetu único problema es que te sientes vacío y que buscas lafelicidad fuer¿ de ti mismo. Al pe¡mitir a tu mente sen-tirse más trallquila, la conciencia del amor sustituirá lainfinita list¿ de prcocupaciones. Uno t¡as otro, libératecon suavidad de los numercsos p¡oblemas que crees te-net y aléjalos de tu mente. Al desprenderte de cada<problemd), empieza a sentir la t¡anquilidad que procededel hecho de dejar de preocupañe. Recuerda que, sea

cu¿l fuere el problema, la respuesta es el amor.Cuando sudan problemas, recuérdate a ti misrno:

No me dcjo enSañar por cuál es el problema aquí-

Reconozco quc cl verdadero problcrna cs mi falta deconcicncia dcl amor.

lnvito al amor a que se me dé a conocer.

También puedes deciúe a ti mismol

Hoy veo un amor sin fronlems,allí donde ayer sólo veía problemas in[initos.

LecciÓn sets

El perdón ofiece todo lo que deseo.

El sistema de pensamie¡to adictivo te dice que el aná_lisis y el juicio constantes garantizan tu segu;dad. peroe\rs acli\;dadcs na(en del rernor ¡ no hacen sino perpe_tuar el lemor Hoy, en lugar de juzgaq elige practicar elmedro suave quc aüa¡ca de raíz el sistema de pen_samiento adictivo: e¡ perdón.

A veces, es posible que te sientas confundido po¡ loque deseas. o lnseguro acerca dcl propósito dc tu vicla.La paz no procede de la satisfacción transitoria de conse_gui¡ Io que dcseas. La paz mental consistentc sólo es po_.ible a lr¡rés dcl perdón. ( uando ju,,ga: a olro como cul_frbic no haces:ino refor¿ar tu nropio sentido de l¡culpabilidad y la falta de valor Eso eiasí porque lo qucr,c. ¡ú .on 'nás que rus propios pen"amicnto. pro¡ecr,,.dos h¡cra fuera

, ,Bl perdón es siempre la solución pacifica. El perdón,

rl br-arse cn la unidad rcnnocc que liberar a otro dc lascadenas dcl ¡rsado signilicc desen(adcn¿rrte ¡u larnbié¡.rn reiumen. el pcrdon e. el agua que apaga el fuegu de_voÉdor dcl stsletna de pens¡micnlo aLltcrivo.

lloy, empieza por utilizar el perdón como un medionirla irleirn/ar la paz. Fmptea por pcnrar cn alguien aq:l-:l d,.,"':i' o r.tue consideras quc re ha hecño ateo"lmperdonable,. Cierra los ojos e imagirra u esa personaocl¡nrc LIe t¡. (-on\éncete a ti mismo de que sólo impon¿el momenlo presenrc, vlira a esa persona eL,mo st no 5uflcra\ nada ric su acción "imfrerdonablc.,. Observa unaru7 en (sla imag€n anles temcrosa y odiosa. permrte que'a lu,, se e\licnda.que rmprcg¡e y rodcc a esa pcrsona,

206201

Page 103: Sanar las adicciones - Jampolsky

hasta que tengas ante ti una imagen mental b¡illante, sinm¡ncha alguna del pasado. Manlén csa imatsen en tumente düante unos pocos minutos. Al liberafte del pasa-

do y pemitir que la luz llene y rodee a esa persona, ob-serva lo pacífico que te sientes. Al cabo de unos minu-tos, ab¡e los ojos y dite a fi mismo:

El perdón olrece todo lo que deseo.

En cualquie¡ momento en que te sientas alterado du-mnte el día, puedes decirte a ti mismo:

Como la paz es mi único objetivo, el perdónes mi única función.

Lección siete

Todo lo que doy me lo doy a uí m¡smo.

El sistema de pensamiento adictivo no establece cone-xión alguna entle 10 que piensas y 10 que sientes con res-

pecto a tj mismo- Quizá no te dcs cuenta de que fu pen-

samie¡1o dctermi[a Io qüe cxperimentas, pero tus

pensamrenlo\ son cúmo un boomerang que siempre re'gresa hacia ti.

Hoy, abraza la idea de que el que da y el que recibeson e] misno, de que aquello que ofrcces es aquello mis-mo que rccibes. Imagina cómo sería la vida hoy si no tu-vieras otro objetivo que la paz, si no vieras valor algunoen eljuicio negativo. Te concederías a ti mismo el don de

Ia pc¿ menral.En fu comunicación con los dcmás, encontra¡ás paz s1

208

ofieces aceptación, comprensión, honestidad y perdón. Silo que ol¡eces es juicio, ataque, temor y condena, estarásinvjtando ¿ que la dista¡cia y el dolor entren en tu vida.Examina tus propias comunicaciones del pasado para vercómo fiLnciona esta sencilla verdad. Luego, empieza de¡uevo hoy ciiciéndote a ti mismo:

Hqy deseo paz, así eue sólo o[receré eso a los demás.

Hoy el¡io mantener en mi corazón amo. por los demás.

Lo nago asr no porque sca superior o poret¡e sea inferior,sino poreue ai ofrecer amor es amor lo que recibo.

Ahora, ciera los ojos y pásate unos minutos dedicadoa pensar en las personas que hay e¡ tu vid1, al mismotiempo que centras la atcnción cn profundizar tu amorpor cllas.

Otra nnagen útil es pregunta¡te a ti mlsmol

¿Estoy dando, ahora mismo, aquerro quedeseo para mí mismo?

_Si no es así, simplemente cambia tu mentc y empieza

a dar a los demás aquello que deseas paü ti mistno.

Lección ocho

No valaraú lo que no tiene ralor

. Nacla, en y por si mismo, tiene valor Tú mismo dete¡-

nllnas lo que sjentes que es valioso y io que no. Cuandoaslg¡as tanto valo¡ a algo que tiene como resultado la

209

Page 104: Sanar las adicciones - Jampolsky

búsqueda externa de la felicida4 estás lrncionando en elsistema de pensamiento ¿dictivo. Es importante recorda¡-lo porque qúizá te comportes como si no pudieras vivi¡sin algo, olvidándotc dc que fuiste túL el que le concedistea eso todo el valor qüe tiene para ti.

Una vez que te h¿yas dado cuenta dc quc valorar lovalioso asegura la paz, mientras quc valorar lo que notiene valor crea conflicto, le encont¡arás en el c¿rmino ha-cia la paz menial. Y, sin cmbargo, ¿cuáles son los crite-rios para considerar algo como valioso o sin valor? Lalecció¡ de hoy aborda csta cuesfión.

Lo qüe tú valoi¿rs determina lo que dese¿s. A conti-nuación enconharás una lista de criterios por los que juz-gar lodas las cosas que crees que deseas- No impofta lor¡ucho que desccs algo, si no satisfaoe todas estas exi-gencias, tendrá, cn sí mismo, el potencial p¿ra producirteconllicto.

1. Lo que Llcseo, ¿dururá s¡empre?Si no es así, no tiene valor El amor, por ejer¡plo, es

etcmo y, en consecuencia, es valioso. El tiempo nuncapucdc disminuir su valor. Sin embargo, es impofantedarsc cuenta de que no son las cosas ¡¡permanentes en

si mismas las que aportaÍ el dolor, sioo tu apego a ellaslo quc crca la adicción y el conflicto. Pregúnlate a ti mis-mo: si yo perdiera (especifica lo que sea), ¿se veria afec-tada mi paz mental?

2. Conseguir b que deseds, ¿tendrá como resultcldo unapérdida para alguíen más?Si producirá una pérdida para otro, no ticne valor y no

te proporcion¿rá una felicidad duradera. Si t¡atas de arre_

batarlc algo a alguien, o causar d¿ño a otro de cualquier

210

foflna, tc habrás engañado a ti mismo al pensa¡ que lapcrdida ) cl dolor del olro consliruyen rU g¿nanira. D¡rc. recibir. Rrcibir a crpen'a' de Urro no hará,ino cau.a¡1e daio a tr nllsmo,

3 ¿Püqu¿ tiene v or para mí lo que rleseo?Los brazos sc pueden utilizar para golpear colórica-

mentc o para abrazar amorosamente. Un avión puede so¡-1ar bombas o paqueles de cor¡ida. Si deseas paz, otllizatodas las cosas como medios pam crear paz, Las cosas noson malas, en y por si rlismas, sino que es el apego queles lenemos lo que nos esclaviza a ellas.

Aquello que tú valores es 1(r que crecs que te apodarálelicida4 pero la pcrsecución de eso puede p¡ovocarfiust¡ación, depresión, pérdida y desespcración. Cuandoeso succdc, sg debe probablemente a que has dado valora lo que no ticne nillgún valor Quizá creas ql¡e las cosascomo el dinero o el prestigio clarán significado a tu vida.Pc¡o cuando 1(r que buscas en ellas es l¿ felicidac! estisvalorando lo quc no tiene valor alguno, y acabarás siem-pre sumido en cl conflicto. Si dese¡s la paz hoy, no valo-res lo qu(r no tiene ningún valor

Leccíón nueve

Si ue de|iendo, soy atacado.

. Cuando funcionas a partir del sistoma de pensamiento

aolcllvo, te ocupas constnryendo muros defensivos y es_Ias.slcmpre pendiente de un ataque. El amo¡ se pierdc.¿,lrorno puede estar abieato tu corazón al amor cuando seencuentra tras la fortaleza del temor?

211

Page 105: Sanar las adicciones - Jampolsky

Cuando te defiendes, crees que fu defensa, si es bas-tante fue¡te, será suficientc para protegerte. Quizá cuan-do te sientes herido eriges rápidiünente tus defensas. Peroesas defensas te ma¡tienen aislado y temeroso. Tus mu-ros defensivos te cierra¡ a lo que más deseas: el amor.

Estás equivocado si piensas que tus defensas tc pÍote-gen. De hecho, tlLs defensas no hacen siúo perpetuar elciclo del ataque y la defensa. Nadie construye defensas sino abriga temor alguno eo su corazón.

Eriges defensas porque temes el ataque. Y, sin embar-go, a cada nueva dcfensa que levantas aumeDta nr temotal ataqL¡e. ¿Cómo pueden las defensas ofrecer seguiüdcuando no hacen sino aumenta¡ el temo.? Hoy, reconocela verdad sobre las defensasl

Las defensas siempre tracn consi8o precisamenteaquello contra lo que €staban destinadas a protcgerme.

Pone¡se a la defensiva inicia un ciclo en el que nopuedes mantener una actitud pacífica. El ataque conducea la def'ensa, y la defensa conduce al ataque:

ATAQUEv\\t¿DEFENSA

I_Ioy, e¡ lugar de hacer más espesa tu a¡madura, invitaal amor a sustituir a tus defeosas. El amor no necesita de-fensa alguna. l-l amor crece a rravcs de compafir- y nose ve afectado por el tiempo. Por debajo de tus defensaste espera una paz impeúurbable. Es esa paz la que pue-des encontrar hoy.

2t2

Algo bucno a reco¡dar druante todo el día es lo si_g!ie¡te:

Si me defiendo, soy atacado.

El amor €s lo que deseo, ] el amor no necesila defensa.

Ho], ofrezco amor en lugar de ponerme a la dcfensiva.

Lección diez

El poder de decisión es mío.

Tu capaciüd para elegir es lo que constituye tu liber_t¿d. El poder pam decidir qué pcnsamientos abrigas cn turrente es el don más rico que posees, pues te convrerteen el director de tu propia vida. Siempre estás eligiendoent¡e el sistcma de pensamiento adictivo y el sistena depensamiento basado en el amor La decisión que tomeses lo qrre detcrmina ru expcnencia. Ho). Intenla ser cons_crenle csle proceso dc elección y toma conciencia delpo_dc¡ de decisión.

. Túr mismo decides en qué deseas crear y, de ese modo,clrScs tu propia experiencia. No es cl mundo lo que temoldea y te configura; eso es algo que haces tú mismo.Jr te e¡cuent¡as en conflicto es po¡que has aceptadocorno cre¡ta una crcenda falsa.

Tú eres el di¡ector de tu propia vida. Tú decides eotrell1 Bulon quc.ólo contienc c5((nac d( pal y olro que esüna hrsloria de horror. con el terror ¡ el ataque ag¡zapa_dns en crrla csquina. Iu ¡oder de dici,ión es una hcrrd-mlenl¿ que quizá hayas olvidado cómo utilizar cn tu pro_pio beneficio. FIoy, ap¡cnde que tLr poder de decisiónPuede asegururte la paz ment¿l.

2t3

Page 106: Sanar las adicciones - Jampolsky

El poder dc decirión es mío

HoJ, utilizo estc poder para elcgirúnicamente pc¡samientos basados en el amor.

Hay dcniro de ti un lugar tra¡quilo que no se ve per-turbado por nada, que está llcno de amor v es conpleto.Cuando scrcnas tu mente puedes cscuchar a ese amot ld-terior quc guía tu carnino. Muchos so ¡efieren a esa guíainlema como cJ poder superior, en conhaste con la vozinterior del ego. lloy, si te encuentras sumido en el con-flicto, puedes dccirtc a ti rnismo:

Ahora mismo mi podef de decisión pucdecembiar cómo me sienlo.

Puedo eletir escuch¿r Ia voz de mi poder supcrior,

en lutar de la chách¡¡a confus¡ del ego.

Lección once

Itoy aptenda a dar como recibo-

ll sistema dc pr:nsamiento adictivo desea convencefiede que iu¿nro nrá. con:jtsas. tome:. com¡re. ¡ .unquis-Ic'. lúlu mcjor rc.enrirás I I énfa,r, se pon( -icmpre enconsegllú, nunca en daa En el sistema de pensamie¡toadictivo, el dar cs una manipulación, una forma dc con-seguir algo que deseas. El sistcma de pensamiento adicti-vo dice que dar algo es pcrder ajgo. En cont¡astc co¡esto, el sistena de pcnsamienlo basado cn el amo¡ diceque el dar es recibir

En ios otros te ves a ti mismo. Si ves que los demás

214

han hccho cosas imperdonables, debes vene a ü mrsrno,Si tri¡as a un¿ persona o ¿ mil, con condcna y odio, fam-bién tú te condenas y te odias a ti mismo. Del mismomodo, cLLando ves a los dcmás a través de los ojos suavesy cariñosos del pcrdón, también tc iienes que amiu y pcr-donar a tl mlsmo-

No lranscurre ni.rgú¡ lapso de tiempo eotre dar y rcci-.ir. \l dar. larnbiin rccibÉs. Por (\o. la f\¡],, \irmprc c\una altcrnativ¿ posiblc. La lección de hoy tc ofiece la al-|crnaliva a la soledad. porque:

Puedes dar] rccibit perdóny amorcn ( uJleLier Inomrn.o quc (ltjJ\.

L¿ lección de hoy cs ntuy práctica. Puedcs probar-lacon facilidad y sontinuamente, y vcrificar los resultadosdura lc cl dia. Al ver la ctécli,'idad y los resultados dedar y rccibir ar¡o¡, lí vcrdad de d¿r y rccibir se desplcga-rá ante ti.

Hoy, oficcc amor, ¿rmabilidad y contpasión a toda¿quclla persona con la quc tc encuentrcs, y observa conquó rapidez rcgrcsa a ti la conciencia dcl amor. l-)npiezacl dia pi)r cerrar los ojos y dccirte a ti mismo:

LlLego,cjcnlpiol

Dar es recibir.Rccibiré lo que dly ahora.

imagínate a una peNon¿ espccifica y di, por

Olrezco paz mental a esta pcrsona.

Ofrezco tranquilidad a esta pcrsona-

Ofrezco calma ¡ esta persona.

215

Page 107: Sanar las adicciones - Jampolsky

Una vcz más, Do intcntes cxcluir a nadie de los dones

que ofrezcas. Al final, cualquier exclusión cs una exclu-sión de ti mismo. Cada petsona con la que tc encuentres

hoy tc oliece otra posibilidad de paz. Si te encucntrashostil y a la defensiva. prcgúntatc:

¿Es esto lo qu€ qu¡ero que se me ofrczca?

Lección doce

Yo r¡jo mi menle, qüe ,o solo debo reg¡r

La mente adictiva es como un animal salvaje que se

rev'uelve de un lado a otro incontrolablementc. IJoy, em-pieza po[ dome$ticar tu mente inquieta dándotc cuenta de

que eres tú mismo quicn detemina los pensamicntos que

prcnsas y. asi. los sentimicntos que lienes.

A vcces, podrá parcccr quo no tienes control algunosob¡c tu vida. Los pensamientos luela¡ a través de tumcntc y nunca cuestionas tus crecncias. En lugar dc mi-rar hacia dentro, empiezas a pe $ar que otras pcrsonas

son la causa de tu cólera, tcmor, infelicidad y deprcsión.Cuando crees esto, dejas dc dirigir tu propia nentc. Da elprimcr paso al decidir dirigir tu propia menle. asumicnclo

la responsabilidad por tus propios sentimicntos y pcnsa-

m¡entos.Hoy, comprende quc sólo tú di¡iges tu mcntc, quc sólo

tú eligcs entre la voz dcl ego y la voz dcl ¿rmor, que sólo

tú decides qué pcnsamientos tener, cómo scnti¡te y cónro

actuat Hoy, dcc¡de escuchar la s¡cmpre presente prcfe-rencia pacífica que hay en ti.

Si quietes tener paz, antcs tion€s que hacerte cargo de

216

tu propia mcnte. Siempre pucdes dirigir tu r¡entc para re-

conooer, escuch¿f y c¡egir la alternativa pacillca.Cada v€z que expcrimentas un pensamiento indesea-

do. puedcs decir silenciosamente:

Yo dirijo mi mente, qlc sólo_yo dcbo diritir.

Eliio desprendermc de esta creencia ad¡ctiva (cspcci[ícah)y dirigir mi merrte hacia cl amor

Le(:íón ü'ece

lhN no ju.g.tú na¿a de k) que ocrtrftt.

.luzgar a los demás y a ti rÍisrüo no hace s¡rro aumcn-tilr el temor y la culpabilidad, y cerrar [a puefla al amor.

Iloy. cnrpicza por hacerte las siguientes prcguntas:

L Si dejara dc juzgar por un dia, ¿cómo scrl¡ ese día?

2 Si eligiera concentri¡rmc cn cxlender comnasión. cnlugar tlejuicio. ¿,cómo ca$biaria mi experiencja?

L Si dedioara un día a amar. cn lugar de ajuzgar, ¿,cór¡ome sentiría con rcspecto a los demás'l

Los pensamicntos clue abrigues con respecto a los dc-nás afccl¿rn a tu fbrma de sentirte con respecto a tt mts-mo- Por ejenrplo, no puedes sentir odio hacia alguicn all¡ismo tie¡npo que sentir ¿mor por li mismo. Eso seríacomo inlcntar exhular e inh¡lar al mismo tiempo. Quizáhayas aprendido previamcntc que es natural y saludableJurgar las situacioncs y a la gcnte, que eso tc pcrmrte to-nlar bucnos decisioncs. IIoy, empieza por contener tul¡cnte para ver quc tus juicios [egativos no hac€n sino

211

Page 108: Sanar las adicciones - Jampolsky

crear sentimientos de scparación con respecto a los de-más. El pens¿miento basado cn el ¡mor rcconoce que

olralquier pensamiento o acción que co¡denc tiene comoresultado el temor, la culpabilidad y la soledad.

Hoy, libera el añot para que exista sin versc pertur-bado por tus juicios. En lugar de juzgar y sepa¡ar, obser-va la interdepcndencia dc tod¡ la vida, de la quc tú fo¡-mas una Parte Integml.

Decidc ver a todas las personas y acontecimientos sinel juicio negativo. Cuando te sientas tentado de emitir unjuicio, pücdes rccordarte a ti mismo:

Si juzEo a esla persona

me robaré amor a mí mismo.

Empiez¿ por volverte hacia dentro y de.ja que el amorsca tu guía.

Hoy, al¿jate ¿e tu úeio húbito¿ejüzgat y condenarAl bu,t.ar guia, diige tu otenció haciu dentro,

hacia tu corazón.Col¡b¡a la espada deljuiciopor la tierna curicia del anor,y Ia paz dmanecera en lu mente.

Lecciófi catorce

Que no me vea a mi mismo cono lim¡tado.

El sistema de peñsamiento adictivo promuevc la lim¡-tación en todas las formas posibles. El ego te dic€ cons-tantemente que estiis lleno de carencias rtrue solo pueden

218

.er ltcnrdas por ¡lguicn o algo fuera dc t¡ mismo: una

p"rronr. un" droga o una posesión. [loy. dedicatc a vene

l ,' r''rno.on,n un todo. sln limites. ) con un polcncial

ilimitado. Sólo tus p¡opias crecÍcias te limitan. Los úni-

cos límites que ticnes son aquellos que te has impuesto

ú mismoTodo los pensamientos de limitación son rcsl¡ictivos

Dar¡ las relaciones. Cuando impones limitcs sobre los de-

mj.. t¡r¡bión lc limitas a ti mismo. No ha¡ malor don

oLtc pl¡cdas ofrecer que desprenderte de las limitacio¡es

Ál hiccrlo así, te liberas a ti mismo y a los demás.

lls posible quo te hayas limitado a ti mismo al percibir

oscuridad y debilidad dcntro de ti y a tu alrededor' Cada

lir¡ite que te imrtones a ti misño o a los demás es una

cadena que impidc tu crccimiento. IIof concédetc la for-talcze nara ver el poder del amor en todas pa¡tcs y en

todo.Los limitcs, que son creados por 9l sistcma de pcnsa-

micnlo adictivo, parecen scr rnuy rcales Pcro, indcpen_

dientcmente de la limitación, la solución es siemprc lamisma: recucrda que no te falta nada par¿ expenmcntaramor en este mlsmo rnstarnae.

lloy, ernpicza a desafi¿r cualquier limitación, sin que

imporle lo rcal que parezca. Por ejemplo, el ticmpo y cldinero inadecuados son carencias comunes que inventa el

sislcma de ¡cnsamiento adictivo. Quiá pienscs que nodispones de tiempo suficiente para detene¡te y relajarte,o que no tienes dincro suficiente para ser feliz y sentirteseguro. Cada vez que te impongas una limitación a timismo puedcs desafiarla. Por ejemplo, si tienes la se¡sa-ción de qüe te falta tiempo o dinero, puedes decirte a timismol

2t9

Page 109: Sanar las adicciones - Jampolsky

f50) llimitado.

¿No lengo acaso el tienrpo para enviarun Pcnsamiento ¡morosol

¿No me puedo pcrmjtir acaso cxtcnderla compasión dcsde mi corazón?

I rc prlabra. crpcrific,rs quc ririlices no \on intpo¡an-les slcmpre y cuando cuestioncs la v¿lidez dc cad¿ limiteque te hayas rmpucsto o que tc sientas tentado de impo-ner¡e. Cucslion¿ espccialmente cuelcllLier frasc que puedacompletar la siguientc oración: (Rl a¡nor no cs posibleahom porqlrc,,,).

Lo r¡ás importanto que tiencs quc hacer hoy cs recor-dar que dcbcs decifie a ti mismo a c¡rd¡ hora:

No estoy limitado.

EI amor es en mí ahora.

Let:ción quí.nce

Elijo pasar esle día en una paz per/i:cta.

El sistema dc peDsamicnio adictivo dice qlle la únicafo¡ma de pasar cl día en paz seria tencr satisfechas todastus necesidades cmocionalcs por medio de aiguien, tenefmuclras posesiones materiales y ser cap¿z de controlartodas l¿s situacio es. El problema cs que la lista de nece-sidades se hace interminable, el dcseo de oontrol sc hacecompulsivo y la paz se hace imposible. Hoy, comprendeque no cs asi como se accede a 1a paz_

La paz ¡unca ha abaDdonado lu mentc_ Ten fe en que

220

lJ Dir/ c,rá d(rllro Je li ¡h.'ri mi-nl¡: .óln c'li r'ubiert¿

¡^l .r't r(ru( \cl,'dc p(r.¡micnro- atliitlvo.. llo). miru

i¡ás ¡r1lá de ese vclo y dcscansa cn Ia seLena paz quc le

c.t'crr. LJ lc.'crirr dc ho¡ cs una dcchri'ciún dc qrrc rc

tr/ Inlrri,'f L c pu'.blc .i -ólu lc dr' lr. oportrrnrJrd ¡rr::.ruc.rrrl.r .r l¡ lr',' li')\. .n luPJr Llr e.cllchJr lll. pcn.R

mientoi adictir,os, con'licrtc la pa1 rüental cn iu únicoobjetivo

Pucde quc ¡o lc parezca poslble pasafte todo un diaen fJ/ Qu,/¿ frcrr\c\ que si le cnconlrJr¡s cn |lnJ r||-cunstencia rnás idcal, podrías tencr paz. llse sistema dcpcnsamicnto quc te dice (si sólo...> no conduce más qucal conllich. Invierte el sistema de pensamicnlo al decirtcmuchas vcccs dlLrarle el dí¿:

Ahoru r¡ismo tcngo lodo lo elle neccsitopara scntir paz mental.

Si lil paz ment¡l es hoy nri úni(o objetivo,

¿qué hago ahora para ¿5cIlLrrármel02

I-os siguientcs no son más quc unos pocos ejempiosdc lornla¡ mecliantc las qLre asegumrtc ut1 día en paz:

l. lxtiéndetc hacir cl exterior para sanar una telaciónquc hil sido hefida.

2. Despréndetc de ag ,ios antiquos.3. !.nfoca la atenciói cn ilar antis quc cn recibú.:1. Extiende un pensamiento de compasión cuando nor

inJlm<nr( t( tr¡bri¡r drl'cndidn o iu/gJdo a irl!uten.). llr,, Jlgo pxtJ nutrlrte r ti n¡smo.

.Pr(narr,u rronia lr5¡¡ I ..ontprumétere ¿ ller¡rja ¡c¡lbo

221

Page 110: Sanar las adicciones - Jampolsky

Lección dieciséis

Hq) no tendré míedo de emat.

EI sistema de pensamiento adictivo te hace descenderpor xn camino que tiene como resultado que ¡engas m1e-

9:^t ly. I n una menre ltena rJe culprbilidact renrorlJurcto. ¡i¡ tu/ clcl ilmor sc \e o\curectda por clpa, <1c os_curidad. La culpabilidad te impidc amar porque crees queno eres.merecedor de trmor Hoy. elige dar l¿ bienrenidaa aque o que pt¡ede cura e dc lodos los conccplos erró_neos sobre ti mismo: el amor

. El fundafiento de tü sistema cle c¡eencias es bien sim_ple: al igual que todas las demás personas, te identificascun to ouc ctes que Ie hcrá senufle ieguro. \l empleaset sr\temJ .le pcn\amienlo adlctivo crces que el jr¡icto,las defensas y el ataque son las claves de tu seguridaü ypor lo tanto te identificas con el temor en cánbio,'íiempleas cl sistema de pensamie¡to basado en el amor teoas cuenta d€ que tu .cguridad r:rdica rn la acepración, elperdon y h jndefen.ión. ) de esc modo tc idcntificas conct anor Aquello con lo que elijas identificarte, cl temoro el arno! determinará fus sentimientos sobre ti mismo ytu perspecttva sobre el mundo.

. Ho)- in\ita a la \erdad c penelr.¡¡ cn ru mcnle. Stnduoa ajguna. te senlirác cansado de las llusiones del .l¡_tema de pensamiento adictivo. El amor es fu segu¡idad.El temor no puede existir alli donde está preiente ela1¡ot

- Cu¿ndo te identilicas cor cl amor. re ¡r(nres scguro.( uando eJ lemor es tu guia. corrcs consta¡lemente hacia

o.desde algo o alguien. Hoy, mantén en fu co razór:t la 1n'vr¡acro¡ at amor Recuerda cada hoú:

222

l\4e idenlifico coñ el amory estoy seguro.

l\4e identillco con el amory estoy en el hogar.

Me identilico aon el ¿mory me encuentro a mi mismo_

Hoy, toma conciencia de la ve¡dad sobre cl temor alrcconocer su presencia en tu vida. cuando su4a el temotalióntalo. Al baccrlo, descub¡irás que c[ remor no cxlsteseparado de la ncnte quc lo ha creado. Túr mismo das altemor todo cl poder quc tiene. El temor no cxiste en ypor si mismo, sino que sl- fbrm¿ y se alimenta a t¡avés detus propios pensamientos. Cuando sientas temor, puedcsdecirte a ti mlsmol

Sólo mi mente puede producjr temor.

EI temor se supera cuandopcrm¡to eue cl amor sea lo que es.

Hoy, doy la bienvenida al amor

Lección cliecisiete

Natla puede hacerme tlaño e\cepto m¡s pensam¡ento,r.

Darte clLenta de la ve¡dad ¡Ie esta sencilla afirmaciónes el primcr paso hacia la libertad. Es la prescripción c¿-

la:z dl curar tu mente adictiva. En el pasado, cuandoturste herido, quizá consideraras a los demás como lacau\a de ru dolor. O qui,/á echaste la cu¡Da de infelici_od-d a^ la mdla .uefle o a mala. siruacioncs. Hoy. in\ iertecsla, lorma de pensar &indote cuenta de que no puede\ser hendo por n¡da. ercepto por tus propio\ pensimien.tos

223

Page 111: Sanar las adicciones - Jampolsky

Cuando te encuenfes sumido en el dolor de cualquietclr-( !.s m|l) ur.l c\rnlrn¿r lu5 pron'os pcÍisanrientos.Ilso te a]'udará a empezar a san¿r lo únioo c¿lpar dc hace¡daño dc alguna formar lu p¡opi¿,. mente.

Como euicrá que nis pensamicntos crean

el mundo quc veoy experimento, cs dentro de nispcns¿rnientos donde tengo que tmbai¿r.

Puedo cambiar mis pensamientos sobre el mLúdo, so-

bre los demás y sobre mí ülismo.

No puedo cambiaf a los dcrnás, conro no puedo

cambi¿r muchas dc l¡s situacionesen las que mc encuentro,

Cuando te sientes herido es porque has aceptado un

pensamicnto adictivo como cierto. En c¿da instantc dclLlía sicmpre eliges los pensamientos que llera¡ tu mcnte

¡ dc ese modo, eliges cómo quieres sentirtc. Cuandocentras la atención sobrc tus pensamientos, puedes

aprcndcr a elegir el contcnido de tu úe¡te y' a su vez, loquc sientes. Si rlo eres consciente de tus propros pensa-

mientos continuarís sintiendo que no tie¡es clccción en

cuanto a lo que expe¡lmen|as.Deja de permitir que el sisicma de pensar¡iento adicti_

vc dir¡a tu mente. Hoy, cligc conscie[temenle quó pen_

samientos abrigarás en 1u mcntc. De este nlodo, puedes

dirigir lu mcnte para apartarla dcl dolor y dirigirla haciael ¿moL

Puedes empezar a dirigir tu me¡te mcdiante la práctl_

ca dcl siguiente proceso:

L Cadd ve/ que.ienta'alPo quc no sea pa' ifi'o idenli-

ftcjt cl pen'rmienlo adlcl,\u quc ¡brl8¡s en fu menle

2. Convéncetc dc que ese pensamlento te esta causando

dolor y manleniendo el amor eútemado en la oscuri-

dad.3. Mira bacia tu iitcrior Y Pjensa:

Lo queJo 50) cs amor

Pucde eleEir cambiar cste PensaNiento ¡dictivo

Lec:cíó¡¡ dieciochc¡

D¿jamc recot¿dr cu¿Il es mí propós¡to

Si sier¡pre fueras co¡scjenle de tu vcrdadero propósi-to. arnor y perdón, no babría razón alguna paü escucharl¡ irracionalidad del sistema de pcnsamiento ¿dictivo. F.s

al recordar tu propósito como cl amor puede empezar a

brillar cn tu mente, Hoy, concóntate en recordar el amor.en lugar de se¡tirte atado por )as cadenas del iemor

Cuando olvidas quc tu objetivo es la paz mental, tesientes confundido y cn conflicto, inseguro en cuanto a ladirccción a seguir y, cn último término, inseguro inclusode cluión eres. Cluando olvidas tu propósilo, tc conviertesen una espccie de robot quc responde auton'láticamcnte a1as crrcunst¿ncias cxtcrnas. al mismo tiempo quc tienemuchos objetivos conflictivos. Cuando olvidas quc tuproposrto es el perdón, juzgas a los demás. []n aüscnciadc l¡ eonc'cne.a dcl ¿rnur. rc prcocun¿\ put (orrsegurr cnllLS¿r de dar. de co¡denar en lugar dc aceptar. Te sicntcsotrsesrvamentc implicado en la pcrsecución de aquelloque no ticne valor alguno. Tienes objctivos con0ictivos si

225

Page 112: Sanar las adicciones - Jampolsky

te dices a ti mismo quc deseas amor y, al nlisnlo tiempo,ticnes un objetivo de cambi¿r a otros para quc satisfagantus cspcci ficaciones. Los objctivos conflictivos nuncaconducen al amor

Cuando tcnEo objetivos conflictivos,lo único eue consi8o es cl conllicto.

lll sistcma de pensamicnto adictivo sc especializa encrear objetivos conflictivos, que pueden hacerre senur de-p¡in1ido. frustrado, temeroso y colédco. Puedes escapardc los objetivos conflictivos al identificar qrLé objetivo ¿e

produce dolor Despréndetc de ese objciivo y ma¡ténaquel que te apor'le amor La clave para recordar tu pto-pósito es disciplinal tu mentc para identificar y despren-deme de aqucllo que uo concluzca al arnor U¡a menleque no es examinada continúa sin canlbiar.

Pucdes escapar al dolor cle los objetivos co¡llictivostomardo la decisión de recordat tu propósito. Pucdes de-cifte a ti r¡ismo:

Lo que de5co es amor.

Para tener ¿mor, ofiezco amor,\ lo olrc,/, o J tr.rvc\ Jrl perdor.

Lección diecinueve

Mí.fblicülad presente es todo lo que veo.

Cuando te miras a ti mismo a través de la vcntana delpasado es como mirafte en uno de esos cspejos defor-m¿nre. de los p¡rqucs de arccciones: vc\ una imagen

226

dislorsioneda de ti nrismo Clada vez quc, rcspiras te muc-

,c. l'¡, r, un mñllr.lllo nu(\r' quL tu re ha vicln rfc('lJdu

por tl ¡a'a,j,' lu obicll\u Jc ho) con\r-rc cn dbr¡/¿r Iu

icliciu¡,1 ¿ rr,n,* J. r rr.r c.re nue\o mornrnlL'. lo url|cn

oue nei(\rrJ{ hac.r parr rer ||, l¡licidid e5 c mbiJr l|.nrcr're.lc'dc cl rnl¡qrc llJ(i¡ cl piisdLlo hlcia ci cnloquc

sobrc c1 prcsente. lll momento presente cstá hermosa

nentc envuello como un rcg¡lo dc amol, que sólo espera

a que lú lo dcsenvuelvas.

Sólo cuando urir¡s un pasado distorsionado y antici-pas un fuhDo temeroso, se te escapa la leljcidad dc tupresenlc. Cuando vcs un ¡lLLDdo lleno do sep¡raoión, loque vcs es dolor y miedo. No te dejes cngañar'a[ pensarque la culpabilidad es algo de lo que no puedes escapatporque en cl momento presenle no existe ninguna culpabilid¡rd. Hoy, empicze por ver que no hay vftlor alguio enaf¡rrarte al pasado.

A lo iargo del dia. busca cncontrar exclusivalncnle tulelicidad presente, y coniempla sólo aquelio quc buscas.No desecs obscsivamente quc algo pueda ser difercntc, yno mvrles al tcmol a penet¡ar cn tu mente al pensar quccl fiLturo duplicará cl pasado. Datc cucnta de que la únicacosa q|Le te lnlpide cxperimentar paz menlal es tu ap]aza-micnto de la decisión de ¿ceptaria, pues Ia paz mentalestá siemple disponiblc para ti en cl mot¡ento presente.

Repite con frccuencial

El pasado es pasado.

El futuro cstá en el luturo-

l\4i felicidad pfesente es todo lo eue veo.

!fI

227

Page 113: Sanar las adicciones - Jampolsky

1I

Leccíón veinte

Este ínstante es el ún¡co t¡enpo que hd)).

La Iección de hoy es una exlensión dc la dc ayer, en elscntido dc quc sc ponc cl ónfasis cn vivil cl momentopresentc. C ando tu mcntc sc centra cn cl amor, el mo-mento prcscntc cs todo lo quc existe en tu concicncia. Ejtemor es un extraño para el sistema de pensamiento basa-do en el ¿mor En conbaste con ello, el sistema dc pensa-miento adictivo utiliza el pasado como un hierro cander-te que intenta fijar la culpabilidad profundamente en tumeote.

Si deseas u¡¿ menle trancluiLa tienes que cambiar tuidea sobre el propósito del tier¡po. PlLede que hayas vistoel lier¡po cor¡o lLn juez y como un carcelero, qlLe te scn-tencia a la culpabilidad del pasado y a la preocupaciónpor cl futuro, pasando por ello Ia screnidad del momentoprcscntc- Esa conccpción dcl tiempo dcrrota nueslro ob-jctivo dc paz intcrior y oculta cl amor dc tu conciencia.Tu fbnla dc pcrcibir cl tic¡npo dctcrmina lo quc expcri-mcntarás.

Resaltar el pasado produce culpabilidad.

Resalt¡r el luturo produce preocupación] tenror.

Resaltar el presente produce amor.

Quizá hayas pcnsado cúóneamerlLe que el amot craalgo a alcanzar. Es posible que hayas situado el amor en

el futuro, al pensar que tenías que b¿cer algo para ser

¿nado- El amor no se alc¿nza, sino que se reouerda en elmomento presente. Es en el eterno ¿ihora donde el amo¡espera pacientemcnle. Quizá hayas pcnsado que tenías

228

oue c\pcrJr i con\(j'tlil clel l rs cu'Js o a caf¡hirlld{ nll¡mc,ec.' .||'lor: lo únlco qtl\'llicc'lla' \'drnnlll c\ ru crc

encia sobrc cl tlemPo

(:üdn¿o \1tc s¡cnto algo t enos que ¡ubilasa(:ud ¿o:í. to u a ':ak.t1c¡d

de .ualqukr cktse,

ttun¿o ¿esca ulgt que no tcngo,

¡u¿¡'d¡ tt' n" tu, ta rt ' '"t¡"ihl¡¿¿biIlo a Li que ho otuff¡doo qu( ld N: es inl)osíblt'¿ebitb a b r/u( o ha ot\r do

necesita recar¿anrc o úi m¡sma:

\,. ,.,tt,. , rntht.tr n; . ñ,t. r¡, t)n J, l tt.tn¡o.Est( itlstunte es el Lini.o t¡enpo que huy.

Lección reitlliuna

El t(not ota Lll mu do, el peftlótl lo libeftr.

L¡ ide¡ de hoy es |tna si]lesis: cn csta iección se ha-ll¡ln contcnidas lodas l¿s demás idcas p¡esentadas en estelibro.

Ll sistcrna dc pcnsamiento adictivo del temor, el jui-cio y la culpabilidad te ata al conflicio y al dolor. lll sis-tema dc pensamicnlo basado en cl amor de cuidado porlos demás, perdón y paz cura tu mcntc y limpi¿ tu per-cepclón_

, Elige romler los barroles de la plisión del temor yoalc cuclrta dc lo mucho que se pa¡ecen todas las petso-nas lloy. per¡nite que l¿ oscuridad del conflicto se veacurada por la luz dcl perdón- Hoy, l¿ separación, e1 temor'

229

Page 114: Sanar las adicciones - Jampolsky

y el conflicto ya no pueden llamarse con otros nombres-ni negarsc o proyectarse haci¡ alguien o algo más. ni cvi-tarse. ocultarue o disfiazarse.

Los bloqueos al perdón y, por lo tanto, al amot sr¡r-gen cuando aceptas cl sistema de pensamiento adictivocomo cie o. Al eliñjna¡ suavernente estos obstáculos, laco¡ciencia del amor se libera para floreccr y c¡ecer.

Decide no contener más el temor en ti mismo y en elmundo. Hoy, no utilices ningun¿ relación, objeto o situa-ción pala afermrtc al pasado. En iugar dc eso, en todaslas situacion€s y con todas aquellas personas con las quete cncuentrcs, ve otra oportunidad pa¡a que la paz te seadada. A cada nuevo movimiento puedes ascgurar tu pazmental al practicar el perdón.

A tod¿s aquellas personas que veas o en las que pien-ses, oñécelcs un suave pensamiento de perdón, y aceptalo mismo Dara ti.

El temor ata al mundo.

El perdón lo libera.

Esa es la clave de ni sanación.

Epílogo

Hace unír mañana m¡r¡avillosa y estoy scntado cn la

ladera de un¿l colina. bañada por el sol, cerca de mi casa'

en Carmel Valley. La poesía de Ia brisa a través de los ár-

bolcs se vc acentuada por el distante sonido del vientoque en\i¡ r¡cnsaieq dc lrcnquilid¡d. l\y'i perro. "Vali".csla tumharlo ¡ mi lado, jadctntc ( am¡ está embarazada

de tres mcscs y mi corazón cspcfa a dar la bienvenida alnu€vo ser que lleSará a nucstras vidas y al mundo. Hoy,

todo lo siento feliz y suave. Es inmerso en este espiritucomo desco dejañe, que¡ido lector.

Durantc bucna parte de mi vida tuve la sensación deque mi corazón se rnoria de una mucrte lcnta, que no mequedaba otra altemativa que deslizarmc más y más pro-fundamentc hacia una desesperación impotcnte llena detcmor Aunque a veces todav¡a experimento temor ytodo su terror, ahora soy capaz de elegir el amor de unaforma mucho más consistentc. En este dla me sientovivo. Me sicnto abierto y desprotegido. Hoy, elijo elamor y la unión por encima del temor y la separación.Hoy sé que no hay un solo ser en esle planetá que nomcrezca y necesite amor, amabilidad y compasió[. Que

230 231

Page 115: Sanar las adicciones - Jampolsky

!pucda ¿pfcnder ll vivir mi lida sabiendo quc ósa es

única vcrdad.lc dcsco paz y quc tu cani¡o se vca bondcci(lo.

I)tsPl.t,(iARsl

l,l a t, t¡? uft no.\ to¿?¡1ttút su(\¡¿ad.i, sin cnharyo. t nent o la dunot lu es¡xtlla,.{&nbklürlo in pn\¡t\ito u la os. urkQ .

Q ¿ d¿jIns dtú' e\t( nDiil tuLtt(r nos t¡¿.rnos d lu slktnida¿ drl ot o',

I t¿sp lnos h ulegtí.r ¿a h! \n10.

Que pdft nos nucsrro! ¿íss ¡anrut¡uk¡¡to¡ lt¡s uuL¡s

al tíent¡n qua *tentlcn¡)\ k$ nunor roü onahilid¿d

lr^ hdhl¿no\ ¿c\Jr ,:¡ , at,r,' dt ntn:tt't - tl

)'perntiIdnlos a oltus Lotio(x| nueIft^ t:t[u:one.\.

Que crda Lno ¿¿ notot,bs sk'n¡a Lr proÍin lida¿ il¡niri¿.r¿(l umot que húite .,t1 )i ahtletlor ¡le nowros,y q e \(pdtn)s tt e

",o es l0 qut: son¡os.

lu.¿ h, ";"L La f¡laci¡ de buscrr l¡ f¡licidad t¡era dc Dosolfos

rni.n '^

indice

Lr cslruc{uf del sislcmr de pc s¡miento adict¡\'o

L¿s cree|rils fund¡¡ncnl¡lles dcl sistenla dc

¡.n..f nieIr.'.rliJ'irnLtl cstructura dcl sjstema cle pens¿rnienloh"5.,in ( | Jl dmulLas creenciils básicrs del sistenr¡ dc pcosamrcnlo

h.,.r.l er, ei .'mcl_

.r :rl,rrrró¡r r rr t. r¡ror .r l¡ rntrnrdi:d

ll

21

5:ll.:l

5

1.

ll

Iipilogo

15

t2lt42I6:l

r88r97

2ll

\l'rL ILl.t ir .rmrfl¡\Crccel ccruro parcla: mo!crse desdc.l temor