SAN FRANCISCO US · 2018-05-29 · Para un europeo, Estados Unidos es un país que no deja de...
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Para un europeo, Estados Unidos es unpaís que no deja de sorprender. Suextensión, sus paisajes, sus urbes,rebosan contrastes y magia. Fundadaen 1776, la ciudad de San Francisco,en la costa oeste de los EE.UU., al nortede California, es uno de estos lugares.Quizás porque, a pesar del transcurrirdel tiempo, constituye una excepciónen el conglomerado social y urbano delpaís. El viajero que recorre EstadosUnidos y conoce su realidad percibeal llegar a San Francisco que seencuentra en una de las ciudades máseuropeas de todo el continente.Recorriendo sus calles, viajando en sustranvías o yendo de compras, la tambiénllamada Ciudad de la Bahía te descubrelos placeres de la vida urbana. Peroaún hay más. Las personas quenecesitan más espacio, aire libre ypaisajes naturales en donde dejar vagarla vista no tienen demasiados problemas
para encontrarlos. A escasos minutosdel centro, la naturaleza se muestra entodo su esplendor, volviéndose real,salvaje y agreste, ¡Y en perfecto estadode conservación!
Te proponemos que te sumerjas en esteuniverso, y que lo hagas sobre cuatroruedas; que inicies tu propia road moviepara descubrir, no sólo la ciudad quefue origen del movimiento hippy en losaños sesenta y setenta, sino tambiénsus alrededores (Sausalito, San José,los valles vitivinícolas de Napa ySonoma, Sacramento...) y el sur (consu espectacular ruta Big Sur), en unrecorrido que no te dejará indiferente.Con unos diez días tienes suficientepara una visita completa, aunque teaconsejamos que, si puedes estirar tuviaje unos cuantos días más, no dejesde hacerlo.
1USSAN FRANCISCO
SOBRE CUATRO RUEDASSAN FRANCISCO
Por Antonio Álvarez
Conducir es un verdadero placer en California. Los coches son automáticos –¡verás qué
pasada!–, hay autopistas de hasta seis carriles y, lo mejor, los conductores llevan sus
vehículos con educación y amabilidad, quizás para eludir las duras multas en caso de
infracción. Así que, si puedes, no te lo pienses: alquila un coche, el viaje será espectacular.
Y no tengas miedo a entrar en San Francisco con él. Te sorprenderás. En hora punta se
forman algunas retenciones en los accesos y en las interconexiones, pero el resto de la
ciudad y el centro no presentan problemas. Es mucho más fácil que conducir por Barcelona
o Madrid. El transporte público en California, aunque existente, no es tan fluido y extenso
como en España, por lo que sobre cuatro ruedas ganarás tiempo, tranquilidad y placer.
En San Francisco, además, encontrarás la Scenic Drive, una ruta para vehículos que está
marcada con el símbolo de una gaviota y que te llevará a casi todos los sitios interesantes
de la ciudad. Si la sigues, no te dejarás nada por ver. Y no te preocupes por aparcar. Existen
parquímetros, como los de las películas, y aparcamientos por todas partes, a precios
decentes. Y la gasolina también es más barata que en España. ¿A qué esperas?
Es muy probable que el viajero que llegue a San Francisco lo haga vía su aeropuerto
internacional. En el trayecto por carretera hasta el centro de la ciudad, a pocos kilómetros
del aeropuerto, su skyline corresponde a una gran megalópolis. A medida que nos
aproximamos, la densidad urbana se intensifica: se observan sus colinas y su centro
financiero con el típico núcleo de grandes rascacielos, coronados por la Transamerica
Pyramid, uno de los más bellos si no el que más. No hay que dejarse avasallar por las
dimensiones, porque, aunque no lo creas, la ciudad no es tan grande como parece. Aglutina
aproximadamente unos 800.000 urbanitas, según los datos más recientes, lo que la
convierte en la cuarta ciudad más grande del estado de California y en la catorceava de
Estados Unidos. Eso sí, en el área metropolitana viven cerca de siete millones de personas.
LA URBE
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EN COCHE
Subiendo Powell Street, en la misma dirección en la que circulan los tranvías, e iniciando
las verdaderas pendientes que impresionaron en la mítica serie de televisión de los setenta
Las calles de San Francisco, nos encontramos con Union Square, el corazón de la ciudad
y lugar en el que siempre se celebra algo, ya sea una manifestación, una actuación o una
exhibición comercial. El centro de la plaza está coronado por la estatua de la Victoria,
que conmemora el triunfo, en 1898, de los States sobre España en la bahía de Manila
por el cual las islas Filipinas se convirtieron en territorio estadounidense. En el lateral
oeste de la plaza se encuentra el Hotel San Francis, lugar de pernoctación de los presidentes
norteamericanos cuando viajan a la ciudad. Si te atreves, puedes acceder a su bello y
concurrido hall y tratar de encontrar el ascensor acristalado que, en breves segundos, te
transportará a lo más alto del edificio. La ascensión merece la pena, porque, una vez
arriba, la vista te ofrece una perspectiva genial del cosmos en el que te estás moviendo.
Si no queréis coger el tranvía al principio de su recorrido en Powell Square –lo que os
ahorrará también largas colas–, otra opción es tomarlo a mitad de su trayecto, tal y como
hacen muchos usuarios. Los cable cars tienen diversas paradas, en las que turistas y
vecinos suben y se cuelgan de sus laterales, lo que acaba siendo una experiencia
emocionante. Desde Union Square vale la pena continuar en la línea que se dirige al norte
(Powell-Hyde Line) hacia una de las zonas más turísticas de la ciudad, aunque no exenta
de encanto, situada en los muelles: Fisherman’s Wharf.
UNION SQUARE
Para empezar nuestra visita, lo más recomendable es hacerlo desde Powell Square,
el centro urbano por excelencia y lugar ideal para que te inicies en la utilización de
los tranvías, aquí llamados cable car porque funcionan mediante cables de acero
incrustados en unos rieles bajo el asfalto. Desde Powell Square, de donde parte una
de las líneas de tranvía más concurridas (al pie del eje transversal de la larga Market
Street), podéis decidir qué dirección tomar. Las distancias no son excesivamente
largas para recorrerlas a pie, y siempre puede utilizarse el autobús, el tranvía, los
troleys (autobuses eléctricos con conexión por cable) y, dependiendo del recorrido,
el BART o tren subterráneo. Y el coche, claro.
Powell Square tiene el encanto céntrico de una gran ciudad: tráfico y peatones,
modernidad, restaurantes, lugares donde tomar un café o una copa, y tiendas, tiendas
y más tiendas para todos los gustos. Las marcas más importantes tienen aquí sus
locales. Por ejemplo, si eres amante de Apple, aquí tienes un buen Store (18, Ellis
Street) para disfrutar revolviendo entre todas sus novedades.
POWELL SQUARE
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South of Market es una arteria diagonal que atraviesa casi toda la península de nordeste
a sudoeste. Desde Powell y hacia el este, dejando el centro financiero a la izquierda, justo
detrás de los almacenes de Old Navy, nos encontraremos con Yerba Buena Garden, una
zona de comercios y negocios cerca de los anclajes del Bay Bridge, donde cines, bares y
establecimientos conviven en una especie de escenario futurista rodeados de una amplia
y acogedora zona verde que lo inunda todo. El lugar es de paso obligado para todos los
amantes del arte, ya que el Museo de Arte Moderno (MOMA) de San Francisco tiene aquí
su sede (151 Third Street, www.sfmoma.org). Aunque seas de los que no desean pasar
su tiempo en las galerías de arte, igualmente te recomendamos que te acerques al Museo
para echarle un ojo al edificio y su hall, porque valen la pena. Y si quieres comprar algo
curioso entra en su tienda, porque encontrarás recuerdos y artefactos realmente
sorprendentes.
En el sudeste, junto al mar, se encuentra el SBC Park, el terreno de juego del mítico equipo
de béisbol San Francisco Giants. No hay que dudarlo: si tienes la posibilidad, acude a un
partido. Con suerte, durará unas dos horas (es como el tenis, sin tiempo prefijado) y verás
que el espectáculo está tanto dentro como fuera del terreno de juego. Lo mismo si deseas
presenciar un partido de baloncesto de la NBA o de fútbol americano, aunque para estos
dos deberás cruzar la bahía y acercarte a la ciudad de Oakland, donde juegan los Warriors
y los Raiders, respectivamente. Aunque no tengan su sede en San Francisco sino en una
ciudad del área metropolitana, se consideran equipos locales.
SOUTH OF MARKET
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Si tu interés se centra en visitar la antigua cárcel de Alcatraz, ubicada en la isla que lleva
su nombre, debes embarcar en uno de los ferries que parten desde Fisherman’s Wharf.
Pero no olvides ser previsor. Si llegas el mismo día con intención de visitar la roca, tendrás
que cambiar de planes. Tienes que reservar la entrada por Internet (www.alcatraztickets.com)
o comprarla allí mismo con antelación. Es la única manera de poder acceder al recinto.
Una vez dentro, rememorarás las diferentes películas que han tenido como escenario este
islote a una milla y media de distancia de la costa.
ALCATRAZ
A orillas de la bahía pasarás buenos momentos con el paisaje que se abrirá ante tus ojos.
A tu derecha verás el Bay Bridge, puente que no hay que confundir con el Golden, el rojo,
que también se encuentra a la derecha de la bahía. El Bay no impone tanto como su joven
vecino, pero es mucho más largo que su competidor. Este puente conecta con Yerba Buena
Island y con la vecina ciudad de Oakland, en la costa este. Pero el que se lleva la fama
GOLDEN GATE
La visita a los enclaves de la bahía de San Francisco te recomendamos hacerla en coche.
Puedes empezar por Fisherman’s Wharf, zona portuaria recuperada para el turismo y
lugar de paseo, de compras y de diferentes actividades para todos los gustos. Aquí podréis
comprar cualquier cosa que tenga relación con la ciudad, comer, ver en directo cómo
hacen pan o acercaros al Pier (muelle) 39 donde algunas tiendas son muy divertidas.
Una de las atracciones más sencillas pero que reúne a más gente es la contemplación
de los leones marinos que viven en el puerto. Estos animales descansan en los soportes
flotantes a escasos metros de los visitantes. Quedarse extasiado mirando el comportamiento
humano de estos animales es una de las maravillas de la ciudad. Aunque ojo si vas en
verano: en esta época hay muy pocos porque emigran a latitudes más meridionales. Si
te gusta el chocolate, Ghirardelli es toda una institución en la ciudad y en toda California.
El edificio que acoge la fábrica, la cafetería y la tienda es casi de cuento. Fisherman’s
Wharf es también el lugar desde donde parten las diferentes rutas acuáticas a lo largo
de la bahía. Desde aquí se puede navegar en catamarán, en ferry o en cualquier transporte
marítimo que ofrezca sus servicios.
LA BAHÍA
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Con vistas a la bahía, el Presidio es una antigua zona y base militar que se ubica en el
interior de un profundo pulmón verde. Su origen se remonta a 1776, cuando los españoles
construyeron aquí su primer fuerte. Después fue transformándose en base militar y en
1994 abandonó su función para convertirse en parte del Golden Gate Nacional Recreation
Area. Es un espacio excelente si deseas un poco de tranquilidad y calma para pasear.
Desde el parque del Presidio hay diferentes buenas vistas cercanas al Golden Gate. Si vas
en automóvil, usa la ruta Scenic Drive.
EL PRESIDIO
es, sin duda, el Golden Gate Bridge. Si ves que el tiempo acompaña, el sol brilla y no hay
niebla, aprovecha para visitarlo. No te lo pienses demasiado porque, si hoy no lo ves,
mañana quizás no puedas hacerlo y al día siguiente, tampoco. La niebla devora todo lo
que encuentra a su paso y el puente es un suculento manjar. Más de una persona que
ha visitado San Francisco sólo ha podido ver los anclajes del Golden Gate por culpa de
la niebla. El puente se inauguró en 1937 y conecta San Francisco con la costa norte del
Pacífico. Tiene cerca de 1.280 metros de longitud colgante (2,7 km. en total) y una altura
de 227 metros. Con su color naranja internacional, o rojo para los visitantes, es sencillamente
colosal. Desde arriba, el paisaje que se contempla se intuye salvaje. La población de
Sausalito apenas se ve y el verde y las laderas montañosas crean una pared natural que
separa la ciudad y el mar del resto del continente. Esa es otra de las virtudes de la ciudad.
No tendrás que alejarte demasiados kilómetros de la urbe para encontrarte en plena
naturaleza, con ciervos y otros animales que te pueden dejar boquiabierto.
La visita al puente te ofrece dos opciones: atravesarlo en coche, lo cual será una sensación
única, o contemplarlo a pie desde los miradores que hay en sus extremos. En la parte
norte, además, hay otro enclave aún más elevado, con lo que la visión se engrandece. Si
te apetece caminar, anímate. Puedes atravesarlo dando un excelente paseo. Abrígate bien,
porque suele hacer frío, y disfruta del esplendor que tienes alrededor. ¡Es algo inolvidable!
Es el barrio chino más grande de Norteamérica, y cuando uno se encuentra en él se da
cuenta de por qué. Todo cambia en relación al resto de la ciudad. Las calles son un
hervidero de gentes que pasean, de compradores, de vendedores y de tiendas y bazares
donde se comercia con lo impensable. Encontrar un auténtico restaurante chino es muy
fácil, con lo que los buenos degustadores de esta gastronomía gozarán con las especialidades
orientales, muy diferentes a las que podemos probar en España. Y atención a las raciones,
porque son realmente grandes. La mejor forma de entrar en Chinatown es desde la
Dragon’s Gate, situada en la esquina de Bush Street con Grant Avenue. En el barrio chino
no olvides detenerte por unos instantes en Portsmouth Square, una plaza donde la bandera
roja ondea en lo alto de un edificio y donde jóvenes y viejos dan forma a multitudinarios
corros en los que se juega –y, por supuesto, se apuesta– al ajedrez, al mah-jong (tradicional
juego chino) o a diferentes juegos de cartas.
CHINATOWN
Colindante a Chinatown (tanto que si visitas un barrio seguramente acabarás en el otro
sin darte demasiada cuenta) se encuentra North Beach. Esta fue la parte de San Francisco
en la que se instalaron los inmigrantes italianos, por lo que también se la conoce como
la pequeña Italia. Las farolas de sus calles tienen pintada la bandera italiana, y el sabor
a pizza y a pasta se respira en el ambiente. Numerosos restaurantes, con precios para
todos los bolsillos, así como locales donde tomar una copa o un buen café italiano, con
cuerpo, o donde escuchar buen jazz, pueden ser excelentes opciones a tener en cuenta
cuando cae el sol. En la esquina de Kearny Street (si accedes desde Chinatown) con
Columbus Avenue, se encuentra Columbus Tower, el edificio donde el director de cine
norteamericano de origen italiano Francis Ford Coppola –el padre de la saga El Padrino–
tiene las oficinas de su compañía Zoetrope. En North Beach también se ubica la librería
NORTH BEACH, “LA PEQUEÑA ITALIA”
Entre las numerosas atracciones de San Francisco se cuentan, sin duda, los barrios de
distintos grupos étnicos, perfectamente delimitados. Cada una de estas comunidades
hospeda un importante número de inmigrantes que permite al visitante gozar de una
mezcla única de influencias culturales:
CIUDADESEN LA
CIUDAD
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Es otra curiosidad. ¡Hay tantas! En esta zona de la ciudad, en el centro de la península,
fue donde empezaron a instalarse los japoneses en 1860, aunque su número cayó en
picado después de la II Guerra Mundial debido a los problemas étnicos que provocó el
conflicto. Lo más apreciado de este lugar es el Japan Center, un agradable centro comercial
dedicado al mundo japonés. Tiendas, comida, ropa, restaurantes... Todo, con el sello del
país del sol naciente. El lugar es muy tranquilo y podrás leer, si sabes japonés, los deseos
que los visitantes cuelgan en tiras de colores en diferentes espacios del recinto. Si te gusta
Japón, tendrás la sensación de encontrarte al otro lado del Pacífico.
JAPANTOWN
Bajando de North Beach hacia el sur se llega directamente al distrito financiero, con sus
altos rascacielos tratando de asemejarse a Manhattan. Desde la fiebre del oro, allá por
1850, el dinero que fue amasándose empezó a invertirse en esta zona. Lo ideal es acercarse
al mediodía, cuando trabajadores y ejecutivos bajan a la calle a almorzar. Las calles son
entonces un ir y venir de gente. También la hora de su salida, a media tarde, es un buen
momento, pero después, al caer la noche o en fin de semana, el espacio queda desierto.
Embarcadero Center, entre las calles Sacramento y Clay, es otro buen lugar para visitar
al mediodía y conocer la variedad humana de la ciudad. Frente al mar, es un edificio en
el que se ubican restaurantes, buenas tiendas de delicatessen y cines. Este distrito alberga
también el que seguramente es el edificio más interesante y reconocible de San Francisco:
la Transamerica Pyramid que, con sus 259 metros de altura, es el más alto de la ciudad.
Bajando por Columbus Avenue, y dejando atrás el barrio italiano, se puede contemplar
en su totalidad. En el 420 de Montgomery Street se encuentra el Wells Fargo History
Museum, un pequeño, pero interesante y recomendable museo en el que se recoge la
historia del Wells Fargo Bank y de sus diligencias.
DISTRITO FINANCIERO
City Lights Bookstore (261, Columbus Avenue, www.citylights.com), una de las más famosas
de la ciudad y especializada en libros sobre San Francisco.
Tras un corto pero intenso paseo podemos alcanzar la colina de Telegraph Hill, donde se
erige la Coit Tower, construida en 1933 como monumento a los combatientes del incendio
de San Francisco que lucharon durante el terremoto de 1906. Lo más significativo no es la
torre –aunque desde lo alto se contemplan buenas vistas– ni su interior, a pesar de unos
murales pintados por el mexicano Diego Rivera que merecen atención. Su interés estriba
en que, desde su pie, se ven los rascacielos del centro financiero y la bahía, con Alcatraz y
los dos grandes puentes (Bay Bridge y Golden Gate), con una muy buena perspectiva.
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Al oeste de North Beach, entre pendientes y desniveles, se encuentran Russian Hill y NobHill, barrios de arquitectura victoriana, tranquilos... y caros. Pero la popular y zigzagueante
Lombard Street es la estrella de la zona. Su grado de inclinación roza lo imposible y los
automóviles tienen que descender en diez curvas muy cerradas, en primera y con el freno
a punto. Dado que subirla en coche es prácticamente misión imposible, lo recomendable
es bajarla. Creo que nunca habrás transitado por un lugar así. El descenso, aunque breve,
deja huella. Una vez abajo puedes contemplar la danza de coches que circulan en un
sentido y en otro, de derecha a izquierda, o viceversa, en varios niveles. Los sorprendidos
pasan allí un buen rato. También puedes subir por las escaleras. ¡Comprueba luego el
estado de tus articulaciones inferiores! Muy cerca, en el 1100 de California Street, se
levanta la catedral de Grace, uno de los edificios religiosos más grandes de la ciudad,
aunque carece del pasado que este tipo de monumentos tienen en Europa. Eso sí, es
bonita. La vista desde la cima de algunas de las calles de esta zona, que caen en picado
sobre el resto de la ciudad, merece alguna foto.
Continuando hacia el oeste, a través de más calles victorianas, te acercarás a The Marina:
un barrio, también tranquilo y caro, que se encuentra por encima de la larga Lombard
Street. Es una zona reconstruida totalmente después del terremoto que destruyó San
Francisco en 1906. De la Exposición Internacional que se celebró allí en 1915 queda el
LOMBARD STREET
En dirección sur por la larga Market Street, se encuentra el Civic Center, en la zona
conocida como Tenderloin. Aquí se alzan la Main Library (biblioteca) y el impresionante
Ayuntamiento, imitando a las cúpulas de los capitolios del Congreso del Estado, en
Sacramento, y del federal, en Washington. Aunque la zona era hasta hace poco tiempo
un lugar donde la prostitución, las drogas y la pobreza ocupaban la calle, el precio más
barato de la vivienda ha hecho que muchos jóvenes se hayan ido mudando a la zona. Ello
ha generado cierto movimiento ciudadano que ha conllevado la aparición de nuevos
locales, bares y clubes, que conviven junto a los comercios vietnamitas y camboyanos y
que están devolviendo un poco de vida a toda esta área. Si te acercas en domingo, no
dejes pasar la ocasión y acude al Glide Memorial United Methodist Church (330 Ellis St.),
uno de los mejores templos de la ciudad para escuchar música gospel.
En Tenderloin es donde también concluyen los tradicionales y multitudinarios desfiles que
recorren Market desde Embarcadero. La Gay Parade, por ejemplo, que tiene lugar en junio,
es todo un icono de la ciudad y un espectáculo para los asistentes. La gente toma la calle
y la libertad sexual y el progresismo fluyen por doquier.
CIVIC CENTER
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MOTELVACANCY
H I G H W A Y 1
L O R A T E S
Palace of Fine Arts (Palace Dr. off Lyon St.). El lugar es un gran jardín con lago y estructuras
de estética romana, con un aire mágico que recuerda a ciudades imaginadas sólo en
películas de ciencia ficción; para que os hagáis una idea, es el típico lugar donde los
novios se harían las fotos del día de su boda. Justo al lado se encuentra el Exploratorium,
el museo de la ciencia, con una buena y palpable exposición permanente, además de
otras curiosidades temporales.
Los barrios de la zona sur te acercarán al San Francisco más peculiar.
- The Mission. Su variada población étnica conforma un especial ambiente, tanto de día
como por la noche. En este barrio, mayoritariamente habitado por latinos de habla hispana,
convivirás con diferentes culturas, comerás en restaurantes baratos y escucharás auténtica
música en directo a cargo de grupos locales. La mejor zona para ojear el deambular de
su vida cotidiana está entre las calles Mission y Valencia, y sus confluencias con las 16th,
18th y 22th. Por otra parte, en la calle Dolores con la 16th, se mantienen vestigios del
origen español de la ciudad. La Misión Dolores que da nombre al barrio, todavía muy bien
conservada, se encuentra aquí mismo, desde que el misionero mallorquín Junípero Serra
la construyera en 1776. En el parque cercano, los domingos soleados, verás numerosas
familias que acostumbran a realizar sus barbacoas –en lugares acondicionados, eso sí–
y que lo dejan todo limpísimo al acabar.
BARRIOSÚNICOS
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Al sur del Golden Gate Park se encuentran las dos colinas más altas de la ciudad –aunque
sin exagerar, porque sólo tienen 281 y 275 metros–. Son las colinas gemelas de TwinPeaks, a las que se llega en coche y en autobús. Son un lugar recomendado para terminar
tu visita a la ciudad, o para empezarla, y así encajar el puzzle que te hemos propuesto,
ya que la vista desde las colinas es la más general de todo San Francisco. Lo más
recomendable es estar allí para la puesta de sol. El cambio de color, las tonalidades, los
relieves... resaltan más a esa hora. Además, disfrutarás del encendido de las luces en las
calles, en las casas y en los altos rascacielos del barrio financiero, con la bahía al fondo.
Si accedes en coche, baja por Market Street hacia el sur y toma Portola Avenue a la
izquierda, para luego girar a la derecha en Twin Peaks Boulevard.
Si quieres dar un último paseo, ve hacia el oeste. Allí encontrarás Ocean Beach y el
Pacífico. En los días tranquilos, es maravilloso pasear por una playa tan amplia, con una
luz especial y propia.
TWIN PEAKS
- Castro. En el cercano barrio de Castro, banderas multicolores ondean por todas partes
y recuerdan que San Francisco es la capital de la comunidad gay, donde pueden hacerse
visibles sin miedo a la crítica y a la intolerancia. Castro Street es el epicentro de este
influyente colectivo de clase media. La libertad en la tendencia sexual se comprueba en
la calle, en las tiendas, en las parejas de paseantes y en los bares. Los tolerantes deberían
acercarse para corroborar que la libertad no tiene ni sexo ni raza: sólo el color del arco
iris. En la calle Castro, que es el núcleo de toda la actividad social, está el bello Castro
Theatre, un cine con años y mucho glamour en su haber que es la sede del festival de
cine gay y lésbico de la ciudad.
- Haight. Es el tercer barrio de la zona sur. En la intersección de las calles Haight con
Ashbury se encuentra el cruce más famoso de la ciudad porque aquí surgieron the summer
of love (‘el verano del amor’) en los años sesenta, el movimiento hippy y el rock californiano,
que han dejado buena huella en la historia. La estética de la zona es totalmente diferente
a la de otros lugares. Aquí, los restaurantes y bares son baratos, y las tiendas, alternativas:
las de cómics, de música y de ropa de segunda mano se llevan el protagonismo. Si
continúas introduciéndote en el barrio, más hacia el sur, observarás preciosas casas
victorianas, que recordarás haber visto en más de una fotografía.
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La ciudad de San José, yendo ya hacia el sudeste, tiene un pequeño centro financiero y
algunas curiosidades como, por ejemplo, la Winchester Mystery House, la casa de la viuda
del inventor del rifle Winchester. La edificación es una encantadora mansión de películaque guarda secretos en forma de laberinto, con escaleras que no llevan a ninguna parte,
habitaciones escondidas y trampas para que los fantasmas de los muertos que provocó
el Winchester no encontraran a la señora. Una locura, pero... ¡cierta! La ciudad también
tiene un buen museo de arte, otro de juguetes, una misión, un impresionante hangar
(llamado túnel de viento) visible desde la autopista donde la NASA realiza pruebas con
sus naves y artefactos, y, por último, un centro comercial, o mejor dicho una calle, St. Ana
Row que imita el ambiente de un bulevar mediterráneo. Evita visitar el centro de la ciudad
en fin de semana, porque suele estar desierto.
Antes de llegar a San José o, si lo prefieres, ya de retorno a San Francisco, puedes dar un
breve y bonito paseo por otro pueblo vecino, Los Gatos. Notarás que el lujo se respira
en sus calles. Y es que los ejecutivos que trabajan en Silicon Valley viven aquí. Si también
quieres acercarte a curiosear en este valle del silicio, lugar de concentración de empresas
de alta tecnología, no te resultará difícil encontrarlo: en tu trayecto hacia San José te
irán indicando el camino los numerosos carteles con el nombre de las compañías que allí
se ubican (Oracle, Apple, Dell, Intel…). Palo Alto y la universidad de Stanford también
quedan muy cerca. Y, más al norte, la de Berkeley.
SAN JOSÉ
Si visitas San Francisco, estira tu viaje lo máximo que puedas, porque a su alrededor
existen auténticas maravillas esperando para impresionarte. La oferta de destinos no se
acaba y merecerían una guía aparte. Hay varios sitios con encanto y uno de ellos es
Sausalito, en la parte norte de la bahía, frente a la ciudad. Es una de las poblaciones más
pintorescas y, en parte, más diferentes del estilo norteamericano generalizado. Podría
parecer mediterránea. Es un lugar ideal para pasear, para buscar playas no concurridas
y para pasar un día relajado lejos de la urbe. Además su paisaje, montañoso y marítimo,
le confiere un carácter propio. Eso sí, ojo con los restaurantes: no hay una gran oferta y
suelen ser caros. Para llegar a Sausalito cruza en automóvil el Golden Gate. Los que estén
más en forma pueden hacerlo en bicicleta, también cruzando el puente. En barco, tienes
que acudir a los ferries de Fisherman’s Wharf.
LOSALREDEDORES
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Sacramento, la capital del estado, está a menos de tres horas de San Francisco. Cuenta
con un núcleo antiguo de western, como los de las películas pero real, aunque con
demasiadas tiendas. Tanto el museo del ferrocarril, con una auténtica estación al más
puro estilo del Oeste americano en funcionamiento, como el río y un barco a vapor te
transportarán en el tiempo. La blancura del Capitolio también atrae, y muy cerca se
encuentra la casa del gobernador de California o, como dicen aquí, del Governator, Mr.
Arnold Schwarzenegger. Sacramento es muy tranquila y el centro está repleto de grandes
avenidas con casas preciosas y árboles enormes. Más que una ciudad, parece un parque.
Hay diferentes lugares donde tomar copas y comer o cenar muy bien.
Sacramento es la puerta de entrada al Gold Country, a la ruta de los 49ers, los buscadores
de oro, con poblaciones encantadoras como Sonora o Jamestown. Un poco más hacia
el interior la grandiosidad paisajística, el granito, las secuoyas o los osos en estado salvaje
hacen de Yosemite Park uno de los parques naturales más visitados del país, y se entiende
por qué. Deberías hacer el esfuerzo de visitarlo, porque es un ejemplo de la grandiosidad
de la naturaleza. Si vas, mejor en primavera o verano, cuando hace menos frío. Hay
alojamientos y campings.
HACIA EL ESTE
Otra zona que merece atención y tiempo es el norte. Cerca, a una hora de camino más
o menos, encontrarás los valles vitivinícolas de Napa y Sonoma. El primero es muy elitista
y caro, pero el segundo tiene, aparte de buenos vinos, mayor personalidad. Además, la
pequeña población de Sonoma, con su plaza central que recuerda el pasado español y
mexicano, es encantadora. Intenta hacer un recorrido por alguna de las bodegas: aprenderás
mucho y probarás buenos caldos. Puedes intentar localizar bodegas de origen español
como Torres; algún que otro conocido cava catalán también tiene aquí su representación.
El pueblo de Santa Rosa, cerca del valle, también ofrece viñedos y en él se ubica el museo
dedicado a su hijo predilecto, Charles Schulz, creador en 1950 de los Peanuts, Snoopy y
Charlie Brown.
VALLES VITIVINÍCOLAS
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Si tu sueño, animado por la cultura fílmica, te impulsa a realizar tu propia road movie,
la mejor opción es descender hacia el sur en coche por la Highway 1, una autopista
(gratis, como todas) que recorre la costa del Pacífico y que te lleva hacia Los Ángeles. Irás
más despacio que por otras vías más directas, pero disfrutarás de un paisaje único
recorriendo diversos enclaves (Santa Cruz, Watsonville, Monterey, Carmel...) hasta llegar
al llamado Big Sur, una franja longitudinal de más de 130 millas de carretera llena de
maravillas, donde el viaje llega a hacerse largo por las numerosas paradas que debes hacer
para gozar de las vistas.
La carretera perfila la costa, asciende y se retuerce. Es una buena vía y el paisaje llama
a la soledad. La densidad de población disminuye cuando se deja atrás el área de influencia
de San Francisco. Tras una hora y media de praderas yermas combinadas con grandes
espacios verdes de secuoyas, y atravesando una buena zona de montaña, se llega a SantaCruz, la cuna del surf y lugar en el que muchos hippies se dieron cita en los sesenta, y
aún en la actualidad. Recordemos que a menos de una hora se encuentra Monterey, donde
en el verano del amor, en 1967, se congregó un buen número de artistas, hoy ya leyendas
del rock y del pop. Por cierto, antes de llegar a Santa Cruz te encontrarás la reserva naturalde Año Nuevo, donde los leones marinos llegan en invierno para dar a luz a sus bebés.
Si quieres visitarla, lo mejor es comprar las entradas por adelantado
(www.parks.ca.gov/?page_id=523).
La calle principal de Santa Cruz, Pacific Avenue, recorre la parte más interesante de la
localidad. Cines, bares, restaurantes de todos los precios, y locales con una buena oferta
de música, también en directo, son sus principales encantos. Junto a Pacifíc Avenue verás
un pub mítico, el 99 Bottles, con el nombre en la pared de todos aquellos que han
degustado sus 99 variedades de cerveza (110 Walnut Avenue). Esta ciudad tiene también
un museo del surf y un paseo marítimo: Natural Beach, un lugar encantador, pero que
con la puesta de sol es invadido por perros y propietarios para jugar y pasear. Aún así,
es todo un espectáculo.
Si el mar lo permite –y es fácil que lo permita– podrás pasarte horas contemplando cómo
los surfistas hacen de las suyas. Y estáte atento a las nutrias marinas que comparten con
‘ROADMOVIE’ POR
EL SUR
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SANTA CRUZ
Si continúas por la Hihgway 1 pasarás por Watsonville, una población muy mexicana
rodeada de campos donde se cultivan fresas que se exportan a todo el país e incluso a
Europa. Salinas es la ciudad natal del escritor John Steinbeck y posee un museo con todo
lo que se requiere para interpretar al autor, incluida una tienda donde encontrar toda su
bibliografía. Un poco más adelante, antes de llegar a Castroville, la capital mundial de
la alcachofa, se encuentra Moss Landing, una pequeña aldea en el centro de la bahía
de Monterey, con marismas y un puerto donde puedes comer buen pescado. En las
marismas, además de contemplar aves –pelícanos a vuelo rasante– puedes hacer paseos
en kayak. Moss Landing es el epicentro del santuario marino de la zona, pero también
lugar de paso de la falla de San Andrés, así que... ¡cuidado con los posibles terremotos!
Los vecinos llevan tiempo esperando al big one. Otra idea es embarcarse, desde cualquier
puerto de la zona, en una excursión para ir en busca de las ballenas. A veces, según el
clima, puede ser un trayecto duro, pero siempre resulta interesante.
WATSONVILLE Y MÁS
ellos las olas. Estos animales, que sólo aparecen en la costa californiana y en Japón,
disfrutan tanto como los deportistas.¡Intenta encontrarlas entre la gran cantidad de algas
que flotan en el mar!
La ciudad vive un poco de espaldas a la costa, pero en el puerto hay algunos buenos
restaurantes de pescado, no demasiado caros. Además está Boardwalk, un antiguo, aunque
actualizado, y encantador parque de atracciones justo al lado de la playa. Tanto su
ubicación como las atracciones y su especial sabor a rancio le confieren una personalidad
que no encontraremos en los parques de Europa.
En Monterey se respira ambiente español en algunos de los monumentos y en el museo
de historia. La ciudad, muy tranquila, tiene un muelle inspirado en el Pier 39 de San Francisco,
pero más pequeño y bonito, con buenos restaurantes para probar la clam chowder, una sopa
de pescado típica –buenísima pero densa– que se sirve en una especie de pan redondo
MONTEREY
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vaciado, sin miga. Monterey también es famosa por el circuito de automovilismo de Laguna
Seca y por Canary Row, una zona de antiguas conserveras inmortalizadas en el cine y la
literatura, especialmente por el escritor John Steinbeck, y que hoy se ha convertido en un
espacio comercial atractivo para el turismo. Por último, están el acuario (www.mbayaq.org),
uno de los mejores del mundo, y el primer teatro de California, que data de 1846. Localízalo.
Te será fácil identificarlo y te teletransportarás en el tiempo.
Desde Monterey, en dirección al interior, también vale la pena dejarse caer por San JuanBautista. Su misión es impresionante y está perfectamente conservada. Allí Hitchcock
grabó buena parte de su film Vértigo, pero no busques el campanario porque no es el
mismo. Lo añadió él, luciéndose con los efectos especiales. La localidad cuenta con varios
edificios del antiguo gobierno mexicano y la calle central es la típica de cualquier western.
No te será difícil encontrar una panadería en un extremo de la calle: no deberías pasar
de ella porque, seguramente, hacen el mejor pan de toda California. Los fines de semana,
los motoristas vienen a San Juan Bautista con sus Harley Davidson a pasar el día, comer
y tomar algunas cervezas en los bares típicos. Y, sin buscarlo, en una calle lateral te darás
de bruces con un restaurante vasco (www.matxainetxea.com). Toda una sorpresa.
SAN JUAN BAUTISTA
Siguiendo la carretera llegarías a Los Ángeles, pero antes deberás detenerte en Carmel,un lugar bohemio, artístico y, hoy, de mucho dinero que contó con un alcalde especial,
el actor y director de cine Clint Eastwood. Acude a alguno de sus dos restaurantes para
disfrutar de buena gastronomía. La playa de Carmel es blanca, bastante más clara que
las vecinas, y el viento la golpea fuerte. El lugar merece atención por el cuidado del
entorno. Aquí no hay edificios altos como en el Mediterráneo o el Cantábrico. Todas las
edificaciones están entre los árboles y no sobrepasan su altura. Si tienes suerte, quizás
puedas encontrarte a alguna famosa estrella de Hollywood.
Pasado Carmel se encuentra Point Lobos, un antiguo refugio ballenero que todavía guarda
reliquias de su pasado cazador. Pero lo más interesante es la naturaleza del lugar. La costa,
el mar y el ciprés californiano confieren a este espacio un aire misterioso. ¿Recuerdas la
tenebrosa película Rebeca, de Alfred Hitchcock? Pues se rodó aquí.
CARMEL
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Siguiendo hacia latitudes meridionales se atraviesa el Big Sur, donde la montaña cae en
el océano. Allí puedes visitar el llamativo y lujoso Hearst Castle (www.hearstcastle.org),
propiedad del excéntrico millonario William Randolph Hearst, en quién se basó Orson
Welles para dar vida a su Ciudadano Kane. Más allá, llegarías a la bonita ciudad de SanLuis Obispo o a la brillante Santa Bárbara. Y, cómo no, a la megalópolis por excelencia,
Los Ángeles. Pero esto... ya es otra historia.
‘BIG SUR’
Si tienes previsto visitar San Francisco, o alguna parte de California, busca el vuelo con
bastante antelación para conseguir los mejores precios. Intenta alargar la estancia, según
tu presupuesto, porque cruzar el charco y el continente no es poco. San Francisco tiene un
aeropuerto internacional (SFO), y los otros dos aeropuertos cercanos son Oakland y San José.
www.lastminute.es
www.edreams.es
www.klm.es
www.airfrance.es
www.lufhtansa.es
El traslado desde el aeropuerto internacional al centro de la ciudad te será fácil: puedes
coger el tren BART que te deja en diferentes lugares del centro. Tampoco tengas miedo
de alquilar un coche y de moverte con él por la ciudad y sus alrededores. Quizás la entrada
a San Francisco, con sus autopistas de cinco y seis carriles, impresione un poco, pero los
conductores son muy respetuosos, conducen muy bien y todo está perfectamente señalizado
para que nadie se pierda.
www.enterprise.com
www.dollar.com
www.carrentalexpress.com
CÓMO IR
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En San Francisco y alrededores, el tráfico casi no tiene nada que ver con al que nos tienen
acostumbrados las grandes ciudades españolas. Además, para recorrer el estado no hay
nada más fácil que conducir, porque el transporte público no es demasiado práctico. No
te olvides del Scenic Drive, una ruta señalizada que te conducirá por los lugares más
interesantes de la ciudad.
www.onlyinsanfrancisco.com/maps/49miledrive.asp
Para moverte por el interior de la urbe encontrarás numerosas líneas de autobuses, troleysy tranvías, por lo que no tendrás problemas si algún día quieres dejar aparcado el vehículo.
En dólares puede resultar caro, pero puedes sacar pases que te serán más económicos.
También funciona el BART, tren que recorre parte de la ciudad y el extrarradio.
www.sfmta.com/cms/mhome/home50.htm
CÓMO MOVERSE
Independientemente de la época del año, en San Francisco necesitas una chaqueta de
abrigo o un impermeable, porque pasas del tiempo primaveral al frío más húmedo que
te puedas imaginar. Llueve con mucha frecuencia y de noche hace frío. Saliendo de San
Francisco hacia el interior las temperaturas son agradables, y muy altas en verano. La
mejor época para visitar la ciudad es el verano: llueve menos y hay más posibilidades de
disfrutar de buen tiempo, con excepción de la niebla, que hace acto de presencia cuando
menos te lo esperas. No te olvides de llevar buen calzado para caminar, y también ropa
para sentirte urbanita en lugar de explorador.
QUÉ LLEVAR
El precio del alojamiento, sin ser excesivo, acostumbra a ser elevado en fin de semana y
en fechas o celebraciones concretas. Sin embargo, tienes a tu alcance opciones económicas.
En la calle Lombard, en dirección al Golden Gate, hay numerosísimos moteles para todos
los precios y gustos. También en los alrededores de Union Square se encuentra una amplia
y variada oferta.
http://san-francisco.hotelscheap.org
www.sanfrancisco-budgethotel.com
www.tripadvisor.es
DÓNDE DORMIR
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Si la situación no cambia, estamos en un momento perfecto para visitar Estados Unidos.
El euro está por las nubes y eso hace que los precios al otro lado del Atlántico se reduzcan
para los europeos, así que aprovecha la oportunidad. Comprar es un placer y San Francisco
tiene oferta y productos para todos los gustos. También debes tener en cuenta que los
precios en los lugares más turísticos pueden estar casi al mismo nivel que en una ciudad
como Barcelona o Madrid, o quizás incluso ser un poquito más bajos.
EURO VERSUS DÓLAR
- Gastronomía. Cuando estés en San Francisco te darás cuenta. Un alimento para el alma
es cruzar el Golden Gate Bridge caminando sobre la bahía y entrando en plena naturaleza.
Otro, más material, es el típico desayuno americano con sus huevos, su beicon, sus
salchichas… Es difícil encontrar un sitio donde comas mal y poco si sales de los sitios más
turísticos. Procura probar la sopa clam chowder y algún vino de la zona: los tintos zinfandel
de California cautivan. Como gran ciudad que es, en San Francisco encontrarás restaurantes
de todos los colores y precios. Se suele comer bien y en cantidad. Entre las recomendaciones
están algunos de los locales de pescado de Fisherman’s Wharf, donde deben probarse los
calamares rebozados y también las ostras, mejor si son rebozadas. También hay algún
restaurante de comida española, con tapas y –atención– paella (La Bodega, 1337 Grant
Avenue). En el Cha Cha Cha (1801 Haight Street)., por ejemplo, más que comer parece
que estás de fiesta. Allí puedes degustar lo que los americanos y latinos entienden por
tapas españolas
- Salir por la noche. La vida nocturna es extensa: locales de baile, para tomar unas copas
o para disfrutar de un concierto en directo son fáciles de encontrar. A los vecinos de San
Francisco les gusta su ciudad y salir por la noche. Fillmore (www.thefillmore.com) es un
lugar mítico para disfrutar de conciertos.
- Tranvías. Por supuesto, un viaje en tranvía se convierte en obligado.
NO TEVAYAS SINPROBAR
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Para conocer la ciudad:- Richard Saul Wurman, Access. San Francisco. Editorial Collins (en inglés).
- Guías Océano Pocket, San Francisco. Editorial Océano.
- Guías visuales, California. Editorial El País Aguilar.
Para leer, ver, escuchar y hacerse a la idea:- Cualquier libro de John Steinbeck, sobre todo Las uvas de la ira.
- Dashiell Hammett, El halcón maltés.- La serie de televisión Las calles de San Francisco, protagonizada por Michael Douglas (1972).
- La película En busca de la felicidad, protagonizada por Will Smith (2006).
- Cualquier disco de The Doors, Janis Joplin, Grateful Dead, Jimmy Hendrix,
Jefferson Airplane…
EN LA MALETA
http://www.chaperon.com/spanish/spntrans.html
http://www.citypass.com/city/sanfrancisco.html?id=zriGhzv9
http://www.usatourist.com/espanol/places/california/sanfrancisco.html
http://www.visitcalifornia.com
http://www.ca.gov/
PARA SABER MÁS
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