Rorty-kalpokas

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  • e l e c c i n PLURAL

    iene futuro la epistemologa? La respuesta de Rorty es radical y polmica: no, ep is temologa es una disciplina muerta. Lo que une a Descartes, Locke y Kant n !a actual filosofa analtica es el representacionismo, esto es, la concepcin e sostiene que conocer es representar (mental o lingsticamente} el mundo temo. Se trata de la consabida imagen de la mente como espejo de la natura-a. Esta peculiar manera de entender el conocimiento hace inevitable el escep-smo y es por elio que Rorty, entre otras razones, ha llevado a cabo una presionante deconstruccin de la tradicin filosfica. El pragmatismo remoza-en t rminos lingsticos es la filosofa que nos propone Rorty d e s p u s de la lerte de la epistemologa.

    ss bien, el presente libro examina cr t icamente el programa rortyano. Para elo, consideran tres cuestiones fundamentales: la justificacin de las creencias, la dad y la vinculacin entre nosotros y el mundo. En cada uno de estos puntos discuten pormenortzadamente las tesis sostenidas por Rorty a fin de mostrar aporas que la crtica radical de la epis temologa comporta.

    tesis que se va enhebrando a t ravs de los captulos es doble: por un lado, se ;tene que el pragmatismo de Rorty no supera de ningn modo la epistemolo-sino que, m s bien, su concepcin contextualista y anti-representacionista del lucimiento es t anclada en los viejos supuestos que pretende dejar atrs. Por ~> lado, se afirma que una concepcin universalista y realista del conocimien-jrovec un marco filosfico adecuado tanto para evitar os problemas de la tra-n ep i s t emolg ica moderna cuanto los surgidos por el pragmatismo s-epistemologizado" de Rorty.

    Daniel Kalpokas es Doctor en Filosofa por la Universidad de Buenos Aires, Investigador Asistente del COIMICET, docente en el Ciclo Bsico Comn y de la Facultad de Filosofa y Le-tras de la Universidad de Buenos Aires. Miembro del Grupo de Accin Filosfica, Facultad de Filosofa y Letras. UBA. Ha publicado diversos artculos sobre filosofa contempornea en revistas nacionales y extranjeras.

    j . . , RICHARD F.0RTY Y LA SUPEH t i a o n e s de PRAGMATISTA DE LA

    ISBN 937-1074-29-8

    tflCM PRAMATIST.

    uch/filosofia ' 9 7 8 9 X 7 1 H 0 7 4 2 9 7 133820 02DtWT6 978987107429

    Richard Rorty y la superacin pragmatista de la epistemologa

    Daniel Kalpokas

  • Richard Rorty y la superacin

    pragmatista de la epistemologa

  • Kalpokiis. Daniel Richard Rorty y la superacin pragmatista de la epistemologa. Buenos Aires : Del Signo. 2005. 280 p. : 22x15 cm. (Plural)

    ISBN 987-1074-29-8

    I. Epistemologa. I. Ttulo CDD 121

    Richard Rorty y la superacin pragmatista de la epistemologa

    Daniel Kalpokas

    COLECCIN PLURAL

    Ediciones del *ZE

  • Diseo de tapa c interior-. Gabriela Cosin Foto de tapa: Jorge Juan

    i": F.dieiones del Signo, 2005 Julin lvarez. 2844 - ]"A FSuenos Aires - Argentina Tel.: 4572-1093/4804-4147 ediconesdclsignoi)amet.com.ar

    ISBN: 987-1074-29-8

    Bla obra se termin de imprimir en el mes de seplicmrire de 2005. con una (irada de 700 ejemplares..

    Reservados los derechos para todos los pases. Ninguna parte de la publicacin incluido el diseo de cubierta, puede ser reproducido, almacenado o transmitido de ninguna forma, ni por ningn medio, sea esle electrnico, qumico, mecnico, electroptico. grabacin, foto-copia o cualquier otro, sin la previa autorizacin escrita por parte de la editorial.

    Queda hecho el depsito que marca la lev 11.723

    Impreso en la Argentina - Printed in Argentina

    A mis padres

  • AGRADECIMIENTOS

    La filosofa, tal tomo la concibo, es una actividad esencialmente dialgica, en la que podemos aprender de nuestros errores y de los ajenos y, por ello, hacer ciertos progresos en la formulacin de argumentos, ideas y problemas. Es por eso que pienso que fas diversas personas con Jas que he discutido du-rante todos estos aos han resultado fundamentales en la constitucin y de-sarrollo de las ideas de este libro. Tres instituciones han hecho posible mi trabajo. Agradezco al Consejo de Investigaciones Cientficas y Tcnicas por haberme otorgado, entre 1997 y 2002, diferentes becas de investigacin que me permitieron escribir la tesis de doctorado. Agradezco tambin a la Funda-cin Antorchas por haberme otorgado una beca para finalizar mi doctorado, en el 2003. Finalmente, fue muy importante para m la participacin en dife-rentes proyectos de investigacin U B A C y T sobre temas de lgica y semn-tica, en la Facultad de Filosofa y Letras de la U B A . Esos proyectos tuvieron siempre a Aiberto Moretti como su director.

    Lo que aqu se presenta tuvo su origen en lo que constituy mi tesis doctoral en la Facultad de Filosofa y Letras de la U B A . Diversas personas han influi-do de un modo u otro en el proceso de elaboracin. Estoy agradecido a Ri-cardo Maliandi por haber sido mi director de becas en el CONICET, por haberme estimulado siempre durante la investigacin y por su amistad. Agra-dezco tambin profundamente a Alberto Moretti, quien fue el director de mi beca en la Fundacin Antorchas y de mi tesis doctoral. El siempre tuvo ms confianza en mis capacidades filosficas que las que yo depositaba en m mismo, y ese fue un estmulo muy importante para llevar adelante mi tarea. Por otra parte, su apertura, sus conocimientos filosficos y su sorprendente agudeza fueron muy importantes para afinar algunas de las ideas aqu presen-tadas. Tambin quiero agradecer profundamente al grupo G A F , en donde pu-de discutir varias de las ideas que aqu se presentan, y a algunas personas que suelen participar del tradicional seminario de los martes, en la Facultad de F i -losofa y Letras. Estoy en deuda con Federico Pailos, Glenda Satne, Justina Daz Legaspe. Luis Robledo, Valeria Valio, Laura Skerk, Ezequiel Zerbudis, Martn Ahualli, Eleonora Cresto, Diana Prez y Julia Vergara. Finalmente, desde un punto de vista acadmico y afectivo, quiero mencionar muy espe-cialmente a Eduardo Barrio, Eleonora Orlando y Federico Pnelas. En un momento particularmente complejo de mi vida me recibieron en su grupo con una cordialidad y apertura inigualables. Su inteligencia, sus observacio-nes criticas, su predisposicin para la discusin y su amistad fueron esencia-les para m. En verdad, no tengo palabras para agradecerles.

  • N D I C E

    CAPTULO I: INTRODUCCIN

    CAPTULO II: El pragmatismo como filosofa post-epistemolgica

    2.1. Crtica de la filosofa de la mente, 2! 2.2. La crtica de Rorty a la epistemologa, 24

    2.2.1. El surgim iento de la epistemologa, 24 2.2.2. Fundaconismo, representacionismo y destrascendenta-lizacin de la filosofa, 30

    2.3. Epistemologa, hermenutica y conversacin, 36 2.4. Filosofa sistemtica vs filosofa edificante, 38 2.5. El pragmatismo como filosofa anti-fundacionista y anti-re-presentaconista, 41

    C A P T U L O III: Etnocentrismo, liberalismo y conversacin

    3.1. Etnocentrismo, justificacin y verdad, 49 3.2. Etnocentrismo, liberalismo y educacin sentimental, 60 3.3. Liberalismo, etnocentrismo e inconmensurabilidad, 67

    C A P T U L O IV: Justificacin, verdad y prctica social -..

    4.1. La crtica de Putnam a la concepcin rortyana de la justificacin, 75 4.2. Pragmatismo, darwinismo y condiciones epistmicas ideales, 79 4.3. Conclusin. 90

    C A P T U L O V: Verdad, pragmatismo y progreso

    5.1. Pragmatismo, verdad y meta de la investigacin, 96 5.2. La concepcin peirceana de la verdad, 97 5.3. La concepcin rortyana de la verdad, 100 5.4. Pragmatismo y minimalismo acerca de la verdad, 102 5.5. Verdad y asertabilidad justificada, 106 5.6. Progreso, justificacin y cambio conceptual, 113

    5.7. Conclusin.. 118

  • CAPTULO VI: Universalismo o etnocentrismo? _ 123

    6.1. El contexto de la discusin: el giro pragmtico, 124 6.2. Ei carcter incondicional de la verdad, 128 6.3. Verdad, justificacin y trascendencia, 14!

    CAPTULO V l i : Realismo o pragmatismo? 151

    7.1. Realismo y juegos de lenguaje: la crtica de Taylor al programa pragmatista de Rorty, 152 7.2. Pragmatismo y verdad: la crtica de Rorty al realismo de Taylor, 160 7.3. Vocabularios, realismo y verdad, 167 7.4. Conclusin, 186

    CAPTULO VIH: Mente, mundo y verdad 193

    8.1. El pragmatismo como anti-representacionismo, 194 8.2. El empirismo mnimo de McDowell , 196 8.3. Contenido emprico, causalidad y verdad, 201

    CAPTULO IX: Verdad, justificacin y realismo 219

    9.1. Justificacin y verdad, 219 9.2. Realismo y realidad. 224

    CAPTULO X: La filosofa despus del fundacionismo _ _ 239

    11.1. Filosofa sistemtica vs filosofa edificante. La crtica rortyana de la filosofa, 240 11.2. El final de la filosofa?, 246 11.3. Entre la ciencia y la literatura: la filosofa como disciplina independiente, 252 11.4. La epistemologa despus del fundacionismo, 261

    BIBLIOGRAFA 271

    S I G L A S

    En las citas de las obras de Rorty se han utilizado las siguientes siglas para abreviar los ttulos de sus libros.

    GL: Rorty, R El giro lingstico, Barcelona, Paids, 1990

    PMN: Rorty, R., Philosophy and the Mirror ofNature, Princeton, Princeton

    University Press, 1979

    CP: Rorty, R., Consequences of Pragmatism, Minneapolis, University of

    Minnesota Press, 1982

    CIS: Rorty, R., Conlingency, irony and solidarity, Cambridge, Cambridge

    University Press, 1989

    ORT. Rorty, R,, Objectivity, Re/ativism and Truth, Cambridge, Cambridge

    University Press, 1991

    EHO: Rorty, R.. Essays on Heidegger and Others, Cambridge, Cambridge

    University Press, 1991

    EC: Rorty, R., Esperanza o conocimiento? Una introduccin al pragma-

    tismo, Bs As, F C E , 1997

    PP: Rorty, R., Pragmatismo y poltica, Barcelona, Paids, 1998

    TP: Rorty, R., Truth and Progress, Cambridge, Cambridge University Press,

    1998

    AOC: Rorty, R., Achieving our Country. Leftist Thought in Twentieth-

    Century America. Cambridge, Harvard University Press, 1998

    PSH: Rorty, R.. Philosophy and the Social Hope, London, Penguin, 1999

  • CAPTULO I

    I n t r o d u c c i n

    Desde sus inicios, a filosofa moderna present a la epistemologa ! como su ms alto orgullo. Las cuestiones relacionadas con el origen, naturaleza y fundamento del conocimiento constituan el centro de la reflexin filosfica. La teora del conocimiento era la disciplina filosfica paradigmtica. Segn lo entendan los pensadores de los siglos X V I I y XVII, mientras la ciencia avanzaba acumulativamente e iba satisfaciendo nuestras inquietudes acerca del mundo, la reflexin filosfica se ocupaba de fundamentar la validez del conocimiento. Pues bien, el siglo xx introdujo una ruptura decisiva con esta forma de pensar. En el mbito de la filosofa continental, la crtica de la teo-ra del conocimiento puesta en marcha vigorosamente por Nietzsche y Hei-degger ha desplazado a dicha disciplina del centro de la filosofa. En el mundo anglosajn, el nuevo pragmatismo de Richard Rorty ha operado un giro semejante. En efecto, desde fines de los aos setenta, de una forma gra-dual pero constante, el filsofo norteamericano se ha dedicado a deconstruir los presupuestos bsicos que, fundamentalmente desde Kant, han contribui-do a hacer de la epistemologa una disciplina a priori. que se ocupa de los fundamentos de toda forma posible de conocimiento.

    En este contexto, la importancia de una consideracin detallada y sistem-tica de a obra de Rorty reside en que, por un lado, el filsofo norteamerica-no ha sacado consecuencias radicales de la crisis de la filosofa moderna, desarrollando argumentos que provienen de distintas tradiciones filosficas (Nietzsche, Heidegger, James, Dewey. Wittgenstein, Sellars, Quine, etc.), presentndolos en un lenguaje tcnico actualizado y sugiriendo, adems, una alternativa filosfica (el pragmatismo) que. de diferentes formas, est presen-te en casi iodos los intentos contemporneos por dejar atrs lo que Habermas llama "la filosofa del sujeto". Por otro lado, Rorty ha tratado de llevar ade-

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  • Richard Rorty y la superacin pragmatista de la epistemologa

    lante su programa de investigacin sin renunciar a la argumentacin (algo que se echa en falta en muchos autores postmodemos) ni a presentar de ma-nera clara sus tesis principales. En tal sentido, Rorty se vale de las herramien-tas que le provee la filosofa analtica para, de un modo inmanente, criticar los supuestos bsicos de la misma corriente analtica. As pues, siguiendo a autores como Wittgenstein, Sellars, Quine y Davidson, Rorty ha sometido al marco conceptual bsico de la epistemologa a una crtica radical. La crtica de la idea de la mente como "espejo de la naturaleza" y de la concepcin del conocimiento asociado a ella constituye el tema central de Philosophy and the Mirror ofNature. All Rorty sienta las bases de lo que luego ser su pro-pio programa filosfico hasta el da de hoy: la superacin del paradigma epis-temolgico moderno a travs de la filosofa pragmatista de James y Dewey tamizada y actualizada por la obra de Davidson. En el libro anteriormente ci-tado. Rorty todava aluda dubitativamente a su propia concepcin de la filo-sofa como "conductismo epistemolgico"' para dar a entender una concepcin que se haba desembarazado de toda una constelacin conceptual que inclua nociones tales como "mente", "representacin", "'fundamentos del conocimiento1', "verdad como correspondencia", etc. El problema que ta-les nociones comportan, grosso modo, es que sugieren la idea de una inves-tigacin a prior i acerca de los lmites del conocimiento, al tiempo que parecen asegurar, por s mismas, un fundamento definitivo para todas las reas del saber. Pero el fundacionismo, que es uno de ios blancos primordia-les de la crtica rortyana. no habra sido posible sin una concepcin determi-nada de! conocimiento, a saber: el representacionismo. De ah que la crtica de! fundacionismo est ineludiblemente ligada con la crtica de este ltimo. En Consequences of Pragmatism, consciente de los vnculos que lo unen a James y Dewey, Rorty empieza a utilizar invariablemente el trmino "prag-matismo" para referirse a su filosofa. Desde entonces, Rorty ha insistido en ofrecer al pragmatismo como un vocabulario alternativo al heredado de Des-cartes y Kant. Con ello, pretende haber introducido una suerte de "revolucin paradigmtica'' en el campo de la filosofa. En este sentido, la idea de "supe-racin" de la epistemologa, tal como reza en el ttulo de la presente investi-gacin, no debera entenderse, si hemos de seguir al propio Rorty en esto, como sinnimo de "ms racional" o "que se ajusta mejor a la realidad". En efecto, en la medida en que conceptos tales como "verdad como adecuacin", "racionalidad" y "objetividad" aparecen como objetos tericos a deconstruir. el pragmatismo rortyano se presenta como un vocabulario nuevo, "ms til" para ciertos propsitos que el vocabulario epistemolgico. Pero el pragmatis-mo no viene a suplantar a la epistemologa, es decir, no pretende hacer me-

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    Daniel Kalpokas

    jor la tarea ni resolver los problemas que plantearon Descartes, Kant o Car-nap. En un sentido teraputico, Rorty esgrime su versin del pragmatismo como un "cambio de tema", un conjunto nuevo de problemas y de herramien-tas para lidiar con ellos. Una concepcin en donde ni el fundacionismo ni el representacionismo tienen lugar alguno. E l pragmatismo, pues, es esgrimido por Rorty como un vocabulario ms conveniente a los fines de nuestras so-ciedades liberales postmodernas y ms idneo para enlazarse coherentemen-te con la imagen darwinista del hombre. En tanto antirrepresentacionismo, el pragmatismo de Rorty no pretende ser un intento de respuesta al debate en-tre realistas y anti-realistas, sino un modo de disolver esa disputa dejando de lado los supuestos representacionstas que tanto uno como otro bando com-parten. En este sentido, siguiendo a Peircc, Rorty concibe a las creencias co-mo hbitos de accin (y no como representaciones o cuasi-imgenes del mundo). La importancia de esta estrategia reside, no slo en que se desen-tiende de una de las discusiones que ms en vilo ha tenido a la filosofia an-glosajona, sino que involucra una reconsideracin de nociones tan centrales para la epistemologa como la de "objetividad" (que Rorty reemplaza por la de "solidaridad"), la de "verdad" (en donde Rorty combina la concepcin pragmatista con la corriente delacionista actualmente en boga) y la de "jus-tificacin" (en referencia a la cual surge el etnocentrismo rortyano). De esta suerte, el antirrepresentacionismo e instrumentalismo rortyanos se presentan como un notable desafo a la epistemologa de viejo cuo y a todo planteo que. de algn modo, pretenda salvaguardar algunos conceptos de la epsite-mologia moderna con el objeto de desarrollar un enfoque filosfico del co-nocimiento.

    Ei propsito de la presente investigacin no es exegtico, hermenutico o reconstructivo; antes bien, se pretende analizar la critica rortyana de la episte-mologa junto con su propuesta de superacin a fin de ofrecer una evaluacin del programa pragmatista de Rorty en su conjunto y, al propio tiempo, suge-rir en un sentido programtico vias de anlisis alternativas que permitan un ms adecuado abordaje de los problemas en cuestin. La idea es explicitar al-gunos de los supuestos de! pragmatismo rortyano que resultan discutibles pa-ra ponerlos en consideracin a la luz de las consecuencias que el propio Rorty ha extrado de ellos. A tal fin se considerarn dos aspectos de la obra de Rorty: aquel que concierne a cuestiones de epistemologa, lgica y filosofia del len-guaje, por un lado, y ocasionalmente aquel referido a las consecuencias pol-ticas que el filsofo norteamericano extrae de su giro pragmatista, por otro. Asi pues, en los captulos que siguen se proceder a describir, examinar y dis-cutir las principales tesis de Rorty acerca del conocimiento, la nocin de ver-

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  • Richard Rorty1 y a superacin pragmatista de a epistemologa

    dad, el papel de la justificacin y el vnculo que, desde una posicin darvinia-na, cabe establecer entre lenguaje y mundo. La tesis que se sostiene a lo largo de los diez captulos es doble: por un lado, que el pragmatismo de Rorty no supera de ningn modo la epistemologa, sino que, antes bien, conduce a apo-das insalvables que tienen su raz en su concepcin contextualista y anti-rea-lista del conocimiento. Por otro, se afirma que una determinada concepcin realista y universalista del conocimiento constituye una forma adecuada de re-solver los problemas que presenta la versin "des-epistemologizada" del prag-matismo de Rorty. Sin embargo, la concepcin propuesta no apunta a una superacin de la epistemologa en tanto disciplina filosfica con problemas, preguntas y discusiones propias, sino que, ms bien, sugiere, en todo caso, un abandono de una tradicin epistemolgica particular: la cartesiana. E l captu-lo ii es meramente descriptivo: expone las lneas principales de la crtica de Rorty a la epistemologa moderna. Los captulos MI a vin presentan considera-ciones crticas sobre diversos puntos del pragmatismo rortyano. Los captulos ni y iv versan sobre el concepto de "justificacin". El captulo ni considera la concepcin etnocntrica de la justificacin que Rorty liga a su anti-represen-tacionismo. All se pretende poner de manifiesto los problemas que esta posi-cin comporta, sealar sus vinculaciones con el relativismo as como desentraar la fuente de esas dificultades: la falta de una distincin clara entre los aspectos descriptivos y normativos del concepto de "justificacin". El ca-ptulo v examina el debate entre Rorty v Putnam en torno a la justificacin a fin de tomar posicin respecto del problema que suscita tal debate. Especfi-camente, se sostiene que ni la justificacin ni la correccin de los estndares de justificacin pueden entenderse cabalmente si renunciamos a la idea de que lo justificado y la correccin de los criterios utilizados para ello son lgica-mente independientes de la opinin de nuestros pares. A travs de la discusin del etnocentrismo rortyano, ambos captulos promueven una concepcin uni-versalista de la justificacin. Los captulos v y vi tienen a la verdad por tema. El primero discute la concepcin pragmatista y deflacionista de la verdad de Rorty. Se sostiene, en primer lugar, que la versin pragmatista (jamesiana) de la verdad no es fcil de compatibilizar con la versin minimalista que Rorty tambin quiere sostener. En segundo trmino, se argumenta que "verdadero" debe ser entendido como un concepto distinto al de "justificado", pues, de otro modo, no se pociria dar cuenta del faliblismo que asociamos al conocimiento. Por ltimo, se observa que la concepcin rortyana del conocimiento torna im-posible de concebir (o. al menos, difcil de explicar) el progreso cognitivo. El captulo vi aborda el debate Rorty-Habermas en torno del universalismo. Rorty sostiene que el etnocentrismo es la consecuencia lgica del giro prag-

    IS

    Daniel Kalpokas

    mtico, mientras que, para Habermas, es una concepcin no contextualista la que realmente se desprende de dicho giro. En este punto, y a la luz de los ar-gumentos de uno y otro bando, se intenta mostrar en qu sentido puede decir-se que la verdad trasciende todo contexto particular. Por ltimo, se hacen algunas consideraciones sobre la difcil relacin entre verdad y justificacin. Los captulos vil y vui tratan de! realismo. El captulo vil examina el debate Rorty-Taylor sobre las consecuencias de la superacin de la epistemologa: para Rorty, dicha superacin nos deja en el pragmatismo; para Taylor, en una forma de realismo. El anlisis de este debate muestra que. no slo hay una for-ma de realismo que Rorty acepta o debera aceptar (el realismo entendido co-mo una tesis ontolgica), sino, tambin, que la aceptacin de dicha forma de realismo socava muchas de las afirmaciones que Rorty ha hecho contra e! rea-lismo. Aqu tambin se presenta una crtica de la concepcin rortyana del cam-bio conceptual. El captulo vm se pregunta si el mundo puede desempear algn papel epistmico en la determinacin de la creencia. Para ello, se con-trapone la versin del empirismo mnimo de McDowell al ant-representacio-nismo de Rorty y Davidson. Se sostiene que, a menos que concedamos que el mundo hace verdaderas nuestras creencias, no puede explicarse cmo es que llegamos a tener creencias, ni puede evitarse la arbitrariedad en la construc-cin de sistemas de creencias coherentes pero sin ninguna conexin con la realidad. La tesis, pues, de este captulo es que nuestro vnculo con la realidad no puede ser solamente causal. El captulo ix sintetiza los resultados de la dis-cusin hasta ese momento e intenta bosquejar programticamente algunas res-puestas pendientes de captulos anteriores. All se sostiene una versin de la concepcin correspondentista de la verdad y una forma de realismo que bien podra denominarse "realismo pragmtico". El captulo x, finalmente, consi-dera la concepcin que Rorty tiene de la filosofa en general. Se sostiene una doble tesis: primero, que la crtica de Rorty a la epistemologa conduce al fi-nal de la filosofia al reducirla a la literatura; en segundo lugar, se intenta de-fender una concepcin de la filosofa que, renunciando al fundacionismo, se concibe, no obstante, como disciplina autnoma. Para terminar, se sugiere que, como los clsicos del pragmatismo, la epistemologa debera ser recons-truida, antes que abandonada.

    Notas 1 A lo largo de iodo este irabajo. siguiendo a Rorty y a la bibliografa anglosajona en general,

    utilizo los trminos "Erkennmislheorie" y "Epistemologa" como sinnimos, sin hacer una dis-tincin terminolgica entre "teora de! conocimiento" en sentido estricto y "epistemologa' co-mo teora del conocimiento cientfico.

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  • CAPTULO II

    El pragmatismo como filosofia post-epistemolgica

    En este capitulo voy a introducir la critica de Rorty a la epistemologa tal como es presentada en Philosophy and the Mitrar of Nature. La pretensin de Rorty es deconstruir la entera tradicin epistemolgica moderna que se inicia con Descartes. Hay algo profundamente errneo en esta disciplina -sostiene Rorty - que impulsa su tarea de subversin de todo un conjunto de supuestos considerados naturales y obvios desde el siglo xvn hasta el da de hoy. En el centro de esta tradicin se halla la idea de conocimiento como re-presentacin (mental o lingstica) que se ajusta al mundo 1. Como veremos, la crtica de Rorty se dirige contra los supuestos mentalistas de fondo de la tradicin epistemolgica moderna, contra su fundacionismo, representacio-nismo y tambin contra las concepciones realistas del conocimiento.

    2.1. Cr t i ca de la filosofa de la mente

    Rorly cuestiona directamente el supuesto de la filosofa de la mente, a sa-ber, que hay una distincin intuitiva entre lo mental y lo fsico. Dicha distin-cin -sostiene- no es natural ni intuitiva; por el contrario, es producto de la filosofa 2. No se trata de una distincin ya existente en el lenguaje ordinario, sino de algo que ha sido introducido por los filsofos modernos, fundamen-talmente, por Descartes. Segn Rorty, hay una diferencia radical entre Des-cartes y la pasada filosofa griega. En primer lugar, porque los griegos consideraron a la percepcin como una actividad del cuerpo, no del alma o la mente, y en segundo lugar, porque ellos no tuvieron ta idea de la sensacin como un estado consciente independiente de los objetos extemos. Fue Des-cartes quien extendi el trmino "pensamiento" a todas las operaciones de la mente, incluyendo la experiencia sensorial3. Ello lo llev a introducir el tr-

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  • Richard Rorty y la superacin pragmatista de la epistemologa

    mino ''idea" para sealar todos los contenidos de la mente. Este uso fue asi-milado por Locke y de ah se extendi a toda la filosofa moderna. En efec-to, para Locke los objetos son conocidos a travs de las ideas en la mente que los representan. La mente no conoce directamente el mundo sino a travs de ias ideas. El mundo es conocido en virtud de los reflejos en el espejo de la mente4. Este punto de vista involucra una separacin tajante entre lo mental y lo fsico. L o mental es aquello que es conocido inmediata e indubitable-mente; lo fsico, en cambio, es conocido a travs de sus manifestaciones en la mente. E l escepticismo moderno tiene aqu sus raices. De acuerdo a la lec-tura de Rorty, el escepticismo antiguo apuntaba fundamentalmente a la tica, no a los problemas del conocimiento. Antes de Descartes no haba, propia-mente hablando, problemas epistemolgicos porque e! representacionismo -que es la teoria que hace surgir al escepticismo- recin fue introducido por Descartes-. El escepticismo antiguo tena que ver con el problema de cmo vivir. Para las filosofas griegas y medieval, la mente, cuando conoce, no re-presenta objetos, sino que se vuelve el objeto conocido. El alma (o la mente) toma la forma del objeto conocido, de modo que hay identidad entre la for-ma del objeto y la mente que lo conoce. No hay, pues, aqu, un espacio entre !a mente y los objetos y, por ende, no hay espacio para el escepticismo. Fue Descartes quien, con su uso novedoso del trmino "idea" configur un nue-vo campo de estudio, un mbito interior y, por ello, susceptible de ser cono-cido de manera especial. Segn Rorty, el factor comn que encontr Descartes para agrupara los pensamientos, las imgenes mentales, las creen-cias y los dolores fue, precisamente, el de la indubitabiidad. Todas estas co-sas son de tal condicin que el sujeto no puede dudar que las tiene, mientras que es posible dudar de todo lo que es fsico 6. La indubitabiidad sirvi co-mo criterio de lo mental 7. Ahora bien, puesto que - segn Rorty- la distincin entre lo mental y lo fsico no es natural sino que ha sido introducida por los filsofos, los problemas que genera no deben ser resueltos sino directamente abandonados dejando a un lado la distincin en cuestin. Para Rorty, el he-cho de que no podamos estar equivocados acerca de si tenemos un dolor no es un ndice de que estamos en presencia de un hecho extrao concerniente a un tipo ontolgico especial llamado lo mental, sino que es simplemente una observacin acerca de nuestro juego de lenguaje: la convencin segn la cual le creemos a las personas cuando expresan lo que sienten. "Desde este pun-to de vista del juego de lenguaje', el hecho de que un hombre siente lo que l piensa que siente no tiene ms significado ontolgico que el hecho de que la Constitucin es lo que la Corte Suprema piensa que es, o que la pelota es-t afuera si el arbitro piensa que lo est" 8 . En su critica de fundacionismo

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    Daniel Kalpokas

    mentalista. Rorty hace valer, pues, los puntos de vista de Wittgcnstein y Se-ars: las intuiciones esencialistas y las percepciones claras y distintas -sos-tiene- no son ms que llamamientos a hbitos lingsticos enraizados en el lenguaje por nuestros antepasados. Dicho de otro modo: no poseemos cono-cimientos incorregibles en virtud de una relacin especial con un tipo espe-cial de objetos llamados "objetos mentales", no hay conocimiento directo ni una relacin causal especial que hace que ciertas formas de conocimiento sean ms seguras o naturales. El llamado conocimiento incorregible es -su-giere Rorty- una cuestin de prctica social, de ausencia de rplica a una de-terminada pretensin de conocimiento9.

    Rorty elabora su punto de vista sobre el problema mente/cuerpo a travs de un experimento mental. Imagina un lugar distante de nuestra galaxia en don-de hay seres que no poseen la distincin entre lo mental y lo fsico. Ellos uti-lizan nociones intencionales, pero tambin las aplican a sus mascotas y a los robots. Adems, aunque su conducta es semejante a aquellos que sienten do-lores y dems, no poseen ninguna palabra para referirse a sensaciones en su lenguaje. Por otro lado, poseen un desarrollado conocimiento neurofisiolgi-co y frecuentemente pueden referirse a sus propios sistemas nerviosos, espe-cialmente en aquellos casos en donde nosotros hablaramos de sensaciones. Por ejemplo, en donde nosotros decimos "Tengo un dolor" ellos dicen "Mis fibras-C han sido estimuladas". Un da, un grupo de filsofos provenientes de la Tierra llega a ese lugar e investigan s esos extraos seres -los Antpo-das realmente tienen sensaciones. Por un lado, su conducta parece revelar que s sienten dolor, por ejemplo, pero, por otro, no poseen ningn trmino para referirse a algo as como el dolor ni tampoco pueden entender la idea de "sentir dolor". La discusin se concentra en un solo punto: puesto que uno no puede estar equivocado cuando siente dolor, la discusin pasa por saber si los Antpodas poseen algn tipo de conocimiento respecto al cual no puedan es-tar equivocados. Por ejemplo, pueden ellos estar equivocados acerca de si sus fibras-C estn siendo estimuladas? Y la respuesta es que, ciertamente, ellos pueden estar equivocados en eso. Pero agregan que no pueden estar equivocados acerca de si sus fibras-C parecen estar siendo estimuladas. Se pregunta si hay un estado concomitante a la apariencia de que ias flbras-C es-tn siendo estimuladas, y se aduce el estado T-435, por ejemplo, como esta-do concomitante, Pero tambin se seala que este estado neural es el que aparece cuando se hace la preferencia "Mis fibras-C parecen estar siendo es-timuladas". Y, por otra parte, pueden los Antpodas estar equivocados con respecto al estado T-435? Los Antpodas estn dispuestos a asentir nueva-mente, pero no muestran inters en aclarar si tambin pueden estar equivoca-

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    dos acerca de si les parece que estn en ese estado, fin este punto la discusin termina y los filsofos quedan desconcertados.

    Pero -sugiere Rorty- no hay razn para estar desconcertados. Las discu-siones en torno al problema mente/cuerpo tienen su origen en un supuesto errneo: la dea de que esa discusin posee un status ontolgico. La verdad, sin embargo, es que lo nico que est enjuego es una manera diferente de ha-blar. El nico problema al respecto es el de cmo hablar, y este no es un pro-blema que pueda resolverse apelando a los hechos, sino simplemente a la conveniencia. Ciertamente, los juicios en primera persona sobre dolores son incorregibles, mientras que sus equivalentes expresados en el lenguaje de la neurofisiologa no lo son; pero Rorty acepta este punto de vista sealando que todo depende del vocabulario que escojamos. Los mismos objetos y eventos pueden ser descritos en uno y otro vocabulario, slo que en uno de ellos podemos hacer juicios incorregibles mientras que en el otro no. Pode-mos considerar las sensaciones y los estados neurolgicos como dos formas de hablar de lo mismo, en vez de concebirlos como dos dominios ontolgi-camente diferentes. Pero eso que puede ser descrito de diferentes maneras s-lo posee un status fsico. En sentido estricto, pues, lo mental no existe; slo existe lo fsico, y lo mental slo es una manera de referirnos a lo fsico 1 0 .

    Ahora bien, puesto que el mentalismo cartesiano es el responsable de la in-troduccin, en la filosofa moderna, de la idea de conocimiento absolutamen-te cierto junto con una. concepcin de! mismo como conjunto de representaciones mentales, es preciso ver en detalle cul es la crtica que es-grime Rorty frente a estos dos pilares sobre los que se erige la epistemologa.

    2.2. L a crtica de Rorty a ia epistemologa

    2-2.1. El surgimiento de ia epistemologa La crtica de la epistemologa emprendida por Rorty apunta tanto al funda-

    cionismo epistemolgico cuanto a la concepcin del conocimiento que lo ha hecho posible: el representacionismo. El blanco de su crtica es la idea tradi-cional de la filosofa como una disciplina autnoma que se ocupa de proble-mas perennes a travs de un mtodo que le es propio. Se trata, pues, de deconstruir la concepcin segn la cual la filosofa es el fundamento de la cul-tura. En la Modernidad, la filosofa se arrog tal derecho intentando dilucidar los fundamentos de! conocimiento: ms especficamente: elucidando los pro-cesos mentales o la actividad de representacin que hace posible el conoci-miento del mundo. De ah precisamente la conexin entre filosofa de la mente y teora del conocimiento que Rorty pretende desactivar. Rorty expre-sa el propsito de su libro Philosophy and the M'irror ofN'ature en los siguien-

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    tes trminos: " E l objetivo del libro es socavar la confianza que el lector pue-da tener en 'la mente' como algo acerca de lo cual uno debe tener una visin 'filosfica', en el 'conocimiento' como algo acerca de lo cual debera haber una "teora' y que tiene 'fundamentos', y en la 'filosofa' tal como ha sido concebida desde Kant'"". No puede haber, pues, ni una concepcin filosfi-ca de la mente, ni una teora del conocimiento (especialmente, si sta se pro-pone determinar cules son los fundamentos ltimos de todo nuestro saber) ni filosofia tal como ha sido entendida desde Kant, esto es, como una disciplina autnoma, a priori y con un mtodo distintivo. Segn Rorty, lo que subyace a la tradicin epistemolgica moderna son imgenes y metforas antes que afir-maciones y argumentaciones; son las metforas oculares, y, en especial, ia de la mente como espejo de la naturaleza, la que mantiene cautiva a la filosofa. Desde esta perspectiva, la filosofa analtica es considerada como una varian-te remozada de la filosofa kantiana, que se caracteriza por considerar que la representacin es lingstica antes que mental, y por la tesis de que la filoso-fa dei lenguaje, y no la teora del conocimiento, es ia autntica prima philo-sophia]2. As pues, lo que vincula a la tradicin de Descartes-Locke-Kant con la filosofa contempornea es -segn Rorty- el intento de aislar un marco de referencia permanente y neutral vlido para toda investigacin posible, un marco que se puede hallar antes de la conclusin de cualquier investigacin emprica. Y la idea de que se puede encontrar un marco as, a priori, slo es posibie si viene impuesto por a nauracza del sujeto o dei lenguaje. La dea de una separacin esencial entre filosofa y ciencia carecera de sustento sin la afirmacin de que existe un campo de estudio - la mente- que slo es ac-cesible al filsofo, y que ese campo impone lmites infranqueables a la inves-tigacin emprica: " L a idea de que pueda haber eso que se llama 'fundamentos del conocimiento' (...) o una 'teora de la representacin' (...) depende de la suposicin de que existe semejante constriccin a pr ior i ' ' 1 3 .

    La idea de una disciplina autnoma llamada "filosofa", distinta de la reli-gin y de la ciencia, es de origen moderno. An en los inicios de la Moder-nidad, autores como Descartes y Hobbes no pensaban que estaban haciendo algo radicalmente distinto de lo que hacan los cientficos de aquella poca. Estaban, en verdad, ms preocupados por la lucha entre la ciencia y ia teolo-ga y por difundir la matemtica y la mecnica que por trazar lmites entre la ciencia y lo que ellos estaban haciendo. Slo despus de Kant apareci la oposicin ciencia-filosofa. Slo cuando la Iglesia perdi su dominio sobre la ciencia, la filosofa pudo distinguirse de esta ltima. Y esta demarcacin en-tre ciencia y filosofa pudo imponerse -seala Rorty- gracias a que el ncleo de la filosofa fue la teora del conocimiento. Esta se conceba como distinta

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    de la ciencia puesto que se supona que ofreca sus fundamentos. As pues, la filosofa en tanto teora del conocimiento slo cobr autoconciencia con Kant. Este transform a la filosofa en una disciplina bsica, de fundamentos. Con elfo, esta disciplina tambin se profesionaliz. Despus de f 860, en Ale-mania, la filosofia comenz a preocuparse por separar, de un modo sistem-tico, lo dado por el mundo de las adiciones realizadas por la mente. Se trataba de "'establecer la objetividad de las pretensiones de conocimiento de las dis-tintas disciplinas empricas" 1 4 . As pues, la Erkenntnistheorie aparece en J82 como una forma de eludir el idealismo y la especulacin. Ahora bien, en este punto, la idea de Rorty es que pensar que el conocimiento constituye un problema y que tendramos que tener una teora acerca de l presupone la idea de que el conocimiento es una representacin del mundo. La tesis que Rorty intenta desarrollar es, pues, esta: " L a consecuencia que se debe extraer es que si esta forma de pensar en el conocimiento es optativa, tambin lo es la epistemologa, y tambin lo es la filosofa tal como se ha entendido a s misma desde mediados del siglo pasado" l ! l. La epistemologa est, desde el punto de vista de Rorty, inextricablemente ligada a la concepcin representa-cionista dei conocimiento. La crtica de esta concepcin debera tomar obso-leta a la epistemologa en su conjunto.

    En la reconstruccin histrica de Rorty, la epistemologa, en su evolucin, habra dado los siguientes pasos: 1) la "invencin" de la mente hecha por Descartes dio a la filosofa un nuevo campo de investigacin que pareca pre-vio a los temas tratados por los anteriores filsofos de la historia. Adems, proporcionaba un mbito en el que era posible la certeza. 2) Locke hizo de la mente el objeto de estudio de una nueva ciencia del hombre. Se trataba de in-dagar qu podamos conocer y cmo estudiando el funcionamiento de nues-tra mente 1 6. Sin embargo, este proyecto, para ser verdaderamente bsico y fundamental, deba tornarse un proyecto esencialmente no-emprico, capaz de producir verdades necesarias. 3) Kant hizo esto colocando a la filosofa en el camino seguro de la ciencia. Ubic el espacio exterior dentro del interior y afirm la certeza cartesiana sobre el interior para las leyes de lo que antes se haba pensado exterior: "De esta manera reconcili la afirmacin cartesia-na de que podemos tener certeza nicamente de nuestras ideas, con el hecho de que ya tenamos certeza -conocimiento a priori- de lo que parecan no ser ideas"1 7. Kant vio que slo podemos tener conocimiento a priori de los ob-jetos si somos nosotros los que los constituimos, pero no se cuestion -ob-serva Rorty- cmo es que podamos tener conocimiento apodctico de estas actividades constituyentes, pues supuso que eso corra por cuenta del acceso privilegiado a la mente ya establecido por Descartes.

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    La teora del conocimiento, pues, surgi para resolver la cuestin de si nuestras representaciones internan son exactas o no. Su campo de estudio ca-racterstico era la mente tal como fuera determinada por Descartes. Con ello Descartes hizo posible el escepticismo del velo de ideas y, al mismo tiempo, el intento de evitar ese escepticismo. Ms la invencin de la mente cartesia-na fue una condicin necesaria, pero no suficiente, para la formacin de la teora del conocimiento. Descartes introdujo, ciertamente, la nocin de repre-sentaciones internas, pero el siguiente paso en la gestacin de la teora del co-nocimiento fue -agrega Rorty- la confusin de Locke entre explicacin mecnica de las operaciones de la mente y la "fundamentacin" de nuestras pretensiones de conocimiento. Como dice Rorty: "Una pretensin de conoci-miento es una pretensin de haber justificado la creencia, y raramente ocurre que recurramos al funcionamiento de nuestro organismo como una justifica-cin"^. Ahora bien, por qu Locke Ueg a pensar que una explicacin cau-sal acerca de cmo tener una creencia deba hacer las veces de una justificacin de esa creencia? La respuesta de Rorty es que ni Locke ni sus contemporneos pensaban que el conocimiento fuera una creencia verdadera justificada, esto es, no conceban al conocimiento como una relacin entre personas y proposiciones, sino como una relacin entre personas y objetos. El "conocimiento de" {knowledge of) se tomaba como anterior al "conoci-miento de que" (knowledge that)]

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    se formul como respuesta a la pregunta de cmo pasar del espacio interior al exterior. Y su respuesta fue que el espacio exterior se construa con las re-presentaciones del espacio interior 2 2. Para Rorty, pues, tambin Kant confun-di explicacin causal con justificacin. La suya adopt la forma de una confusin entre predicacin y sntesis. La predicacin es la creencia de que una oracin es verdadera; la sntesis del ego trascendental kantiano es una re-lacin entre dos tipos de representaciones esencialmente distintas: intuicio-nes y conceptos. De esta forma, el concepto de "experiencia" adopt rango filosfico, pues a partir de Kant la experiencia se entendi como un compues-to de conceptos universales e intuiciones particulares. Gracias a ello, Kant pudo continuar con el proyecto de Descartes y Locke de una teora del cono-cimiento pero ahora dndole un carcter definitivamente apriorst ico 2 3 . El objeto de estudio propio de la filosofa qued articulado en funcin de con-ceptos tales como "intuicin", "concepto", "sntesis", "ego trascendental", etc. Con Kant el pensamiento se define como fdosfico en cuanto tal nica-mente si busca las causas, y no meramente las razones, del conocimiento em-prico. La filosofa ha de explicar cmo es posible el conocimiento humano; y esto es algo que lo puede hacer de un modo a priori. Pero, para llevar ade-lante su revolucin copemicana y hacer plausible su explicacin del conoci-miento sobre la base de la distincin entre conceptos e intuiciones, Kant debi suponer --seala Rorty- que la diversidad es "dada" y la unidad se ha-ce. La razn no oficial de esta suposicin es que lo exige la revolucin co-pemicana misma para que los objetos puedan conformarse a priori a nuestro conocimiento. Oficialmente, sirve para demostrar que slo somos conscien-tes de aquellos objetos constituidos por nuestra propia actividad sintetizado-ra. La objecin de Rorty, aqu, es que no hay por qu suponer que la sensibilidad nos da una diversidad, pues la diversidad no puede ser represen-tada como tal antes de que los conceptos la hayan sintetizado. En efecto, si slo podemos ser conscientes de una diversidad sintetizada, cmo podemos saber de esa diversidad antes de la sntesis? Cmo, por ejemplo, podemos saber que hay ms de una? Por eso dice Rorty: " L a suposicin de que la di-versidad se encuentra y la unidad se hace resulta que tiene como nica justi-ficacin la afirmacin de que slo esta teora 'copemicana' explicar nuestra capacidad de tener conocimiento sinttico a priori" 2 4 . La idea de que el co-nocimiento de los objetos internos (conceptos puros del entendimiento, intui-ciones puras y sntesis trascendental) es ms seguro y cierto que el de los objetos externos depende de la suposicin cartesiana de que tenemos un ac-ceso directo y privilegiado a la mente 2 3. Slo si aceptamos la confusin Loc-keana entre causalidad y justificacin y la revolucin copemicana de Kant

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    cobrar sentido -sostiene Rorty- la idea de una teora del conocimiento co-mo fundamento de toda pretensin cognitiva. Por tanto, de acuerdo al plan-teo kantiano, la filosofa no nos dice solamente que tenemos conocimiento cuando hemos justificado una creencia, sino que explica tambin causalmen-te cmo es posible ese conocimiento, y lo hace de un modo a priori. Si Kant no hubiera identificado, como sus antecesores, la proposicin singular con la singularidad de una presentacin al sentido, y hubiera pensado, en su lugar, el conocimiento como una relacin entre personas y proposiciones, no habra necesitado en absoluto la idea de "sntesis". Como dice Rorty: "Podra haber considerado a la persona como una caja negra que emita oraciones, estando la justificacin de estas emisiones en su relacin con su entorno" 2 6. La doc-trina de que no somos conscientes ms que de aquellas intuiciones que ya he-mos sintetizado fue, ciertamente, un paso adelante hacia una concepcin preposicional del conocimiento. Pero, desdichadamente, Kant termin ha-blando de representaciones internas en vez de proposiciones. Si Kant hubie-ra seguido ese camino, la psicologa fisiolgica habra sido la nica heredera del De anima y de! Essay Concerning Human Understanding.

    Como observa Rorty, la idea de fundamentos del conocimiento -verdades que son ciertas debido a sus causas ms que debido a los argumentos esgri-midos en su favor- no es, ciertamente, de origen exclusivamente moderno. Se remonta a la filosofa griega y, ms especficamente, a Platn. Precisa-mente Platn introdujo por primera vez en la historia de la filosofa lo que George Pritcher ha llamado "el principio platnico", esto es, el principio se-gn el cual las diferencias en certeza deben corresponder a diferencias en los objetos conocidos. Pero la concepcin de Platn al respecto era ms metaf-sica que epistemolgica. La novedad de lt epistemologa moderna consisti en un giro hacia la interioridad, en la "invencin" de un mbito interno - l a mente- donde podemos hallar representaciones internas no preposicionales. Desde este modelo, la verdad de las proposiciones se deriva de la fuerza irre-sistible con que se impone el objeto a ia mente. Las verdades necesarias no precisan justificacin alguna; se imponen por su misma naturaleza. Pero, sos-tiene Rorty, si pensamos la certeza racional como la victoria de un argumen-to ms que como una relacin con un objeto de conocimiento, abandonaremos esta metfora perceptiva para entender la justificacin como una cuestin de prctica social. La certeza ser cuestin de conversacin con nuestros interlocutores, y no de interaccin con la realidad no humana 2 ' . Ya no habr ms una diferencia esencial entre verdades contingentes y verdades necesarias sino slo una diferencia de grado.

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    2.2.2- Fundacionismo, representacionismo y destrascendenlalizacin de la filosofa.

    El proyecto epistemolgico kantiano no termina con Kant y los neokantia-nos. Su influencia se extiende sobre la filosofia analtica hasta el da de hoy. Tal vez, podra pensarse que el empirismo y cientificismo asociados tradicio-nalmenle a ' a filosofia analtica son, precisamente, lo opuesto a la filosofa trascendental. Sin embargo, no es este el caso, al menos tal como Rorty lee esta parte de ia historia de la filosofa. Existe una continuidad esencial entre la tradicin kantiana y la filosofa analtica contempornea 2 8 . Veamos, pues, cmo entiende Rorty a la filosofa trascendental.

    En un artculo casi inmediatamente posterior a Philosophy and the Mirror ofNature. Rorty define a la filosofa trascendental en funcin de tres rasgos especficos:

    1- El intento de poner a la filosofa junto a la matemtica y la lgica como formas de conocimiento apodctico y no emprico:

    2- La nocin deque hay algo as como "la naturaleza del conocimiento hu-mano" que puede ser conocida en un sentido especficamente filosfico y, por tanto, no emprico;

    3- La pretensin de que las verdades filosficas sobre la naturaleza del co-nocimiento humano pueden ser usadas para dividir la cultura en distintas reas de acuerdo a la legitimidad del conocimiento sustentado por el las 2 9 .

    De acuerdo a esie enfoque, csios res idsgus paiixcti apuestamente en au-tores como Kant, Peirce, el primer Wittegenstein, Russell, Carnap y Husserl. En oposicin a ello, autores tales como Dewey, el segundo Wittegenstein. Ja-mes y Da v 'dson aparecen unidos, en la lectura de Rorty. por su rechazo de estos tres rasgos caractersticos de la filosofa trascendental. Estos autores ha-bran llevado a cabo un proceso decisivo de des-lrascendentalizacin de la fi-losofa analtica hasta convertir el trmino "filosofia analtica" en un concepto sociolgico que alude meramente a un grupo de pensadores unidos por un cierto estilo o tradicin de hacer filosofia y nada m s 3 0 . Con todo, los primeros indicios de este proceso de des-trascendentalizacin de la filosofa datan del siglo xix. En efecto, por un lado, la tradicin del empirismo brit-nico haba prestado atencin y significado filosfico a la psicologa emprica v a la siguiente cuestin: "qu necesitamos saber acerca del conocimiento que la psicologa no pueda darnos?". As, la naturalizacin de la epistemolo-ga puesta en marcha por la psicologa pareca sugerir que slo el fisicalismo podia ocuparse con pleno derecho de la ontologa. Por otro lado, autores co-mo James, Dewey y Bradley emprendieron una critica de la verdad como co-rrespondencia y de la nocin de conocimiento como exactitud de las

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    representaciones que amenazaba seriamente la idea kantiana de una metacr-tica de las disciplinas especficas. A l mismo tiempo. Nietzsche, Bergson y Dilthey estaban realizando otro tanto en el mbito de la filosofia continental. Pareca que la filosofia iba a dejar atrs definitivamente a la epistemologa. Sin embargo, alrededor del 1900, y de la mano de Husserl y Russell, la filo-sofa epistemolgica cobr un nuevo impulso. Guiados por la bsqueda de la apodicticidad, Russell introdujo la nocin de "forma lgica" y Husserl la.de "aspectos puramente formales'1 del mundo que permanecen frente a la con-ciencia aun despus de haber puesto entre parntesis los aspectos no forma-les. El descubrimiento de estas representaciones privilegiadas dio nuevo impulso al proyecto ftuidacionista. No obstante, y una vez ms, autores co-mo Heidegger y Sartre. Sellars, Quine y Kuhn volvieron a gestar las mismas dudas acerca de ia filosofia que antao se haban formulado: si la filosofa se torna demasiado naturalista, las disciplinas positivas la harn a un lado: si se vuelve demasiado hisioricista, la historia intelectual, la crtica literaria y, en general, las humanidades la asimilarn sin remedio 3 ' . Sin duda, la filosofa del propio Rorty pretende ser la heredera de esta tradicin extrayendo de ella las consecuencias ltimas de ios embates contra el fundacionismo. Veamos, pues, cmo articula Rorty su critica a la filosofa tradicional.

    En el capitulo ms importante de Philosophy and the Mirror ofNature, el capitulo V, Rorty intenta acabar con la tradicin kantiana incrustada en la fi-losofa analtica desarrollando algunas deas de Sellars y Quine. Se trata de la crtica de Sellars a "lo dado" y del ataque de Quine a la distincin "nece-saro-contingente"'. Empalmando con la filosofia del ltimo Wittgenstein, Rorty sostiene que ei holismo y el pragmatismo de estos tres autores nos per-mnen pensar la verdad ya no en trminos de representacin exacta de la rea-lidad, sino como una cuestin de praxis social, como "lo que nos es ms conveniente creer", en palabras de James.

    Como ya he dicho, la suerte de la filosofia depende -segn Rorty- del ase-guramiento de un mbito formal propio compuesto de representaciones privi-legiadas {formas /gicas, esencias, juicios sintticos a priori) so/o accesib/es al filsofo. Kant leg al resto de las generaciones que continuaron con su pro-yecto la distincin fundamental entre dos tipos de representaciones - intuicio-nes y conceptos-, de las cuales derivan distinciones tales como "lo necesario \ lo contingente", "el lenguaje y el mundo", "lo dado y lo agregado por la mente", etc. Sin este mbito especfico, sostiene Rorty. la filosofia ya no po-dra distinguirse esencialmente de la ciencia o la critica literaria. Pues bien, partiendo de la premisa de que "entendemos el conocimiento cuando enten-demos la justificacin social de la creencia y, por tanto, no tenemos ninguna

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    necesidad de considerarlo como precisin de la representacin 7 ' 3 2 Rorty in-tenta demostrar que el hoiismo de Sellars y Quine "es producto de su com-promiso con la tesis de que la justificacin no es cuestin de una relacin especial entre ideas (o palabras) y objetos, sino de conversacin, de prctica social" 3 3 . Una vez que la conversacin sustituye a la confrontacin como ins-tancia de legitimacin del conocimiento, carece de sentido la idea de la men-te como Espejo de la naturaleza. El hoiismo nos introduce en una concepcin ci la filosofa que no tiene nada que ver con la bsqueda de la certeza. Reto-rnando el nominalismo psicolgico de Sellars, segn el cual "toda conciencia de entidades abstractas, incluso toda conciencia de particulares -es una cues-tin lingistica" 3 4 , Rorty hace frente al fundacionismo del mito de "lo dado" e intenta responder la idea, proveniente de la filosofa de la mente, de que la existencia de sensaciones primarias -como los dolores, por ejemplo- nos ofrece un modelo para la fundamentacin ltima de nuestras creencias. Para ello distingue, con Sellars, entre la conciencia como conducta discriminatoria y la conciencia como el espacio lgico de las razones, como el dominio de justificar lo que se dice. En el primero de los sentidos mencionados, la con-ciencia no es ms que la capacidad de responder a los estmulos. En el segun-do, la conciencia es la creencia verdadera justificada. La idea de Rorty es que la primera es slo la condicin causal para la segunda, pero no su base. Se si-gue que no existe ni puede existir ninguna creencia justificada que sea no-pro-pos icional, y ninguna jus i i i icacin que no sea una relacin en t r e proposiciones. Adems, en conexin con la distincin antedicha, Rorty distin-gue entre "saber cmo es X " y "saber qu clase de cosa es X " . "Saber cmo es X " es simplemente tener o sentir X ; por ejemplo, saber cmo es el dolor es tener o sentir el dolor. "Saber qu clase de cosa es X " es ser capaz de vincu-lar el concepto de Xeidad con otros conceptos de manera que uno pueda jus-tificar las afirmaciones que realiza sobre Xs. En sus primeros aos de vida, el nio "conoce" ciertamente cmo son el calor, el dolor, el hambre, el verdor, etc., porque ha tenido o sentido estas cosas, pero son "conocidas" sin que pue-da colocarlas en clases o relacionarlas con otras cosas. Esto aparece de un mo-do caracterstico recin con la adquisicin del lenguaje. La nica conexin que Rorty admite entre estas dos instancias, "saber cmo es X " y "saber qu clase de cosa es X " es, nuevamente, la siguiente: a primera es condicin cau-sal para la segunda.

    Por otra parte, Rorty recurre al ataque de Quine a la "idea 'idea'" para re-chazar a concepcin de que e lenguaje es expresin de algo interior que de-be descubrirse antes de que podamos saber el significado de una elocucin o de que podamos interpretar la conducta lingistica de alguien. Para Rorty,

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    abandonar la concepcin segn la cual el lenguaje es expresin de significa-dos internos que deben ser descubiertos para entender las preferencias o atri-buir creencias es abandonar los fundamentos dei empirismo lgico en particular y el programa kantiano en general. ''Abandonar esta idea [la idea 'idea'] es abandonar simultneamente la idea empirista-lgica de la 'verdad en virtud del significado" y la idea oxoniana de la 'verdad conceptual', pues no hay significados o conceptos donde esas verdades puedan leerse" 3 5. Esta actitud hace posible, en consecuencia, rechazar la distincin kantiana entre verdades necesarias y verdades contingentes. La idea de que hay verdades analticamente necesarias deriva su plausibitidad del contraste con la idea de que hay verdades sintticas contingentes. Sin ese contraste, ambos lados de la oposicin caen por igual. Por tanto, desde el punto de vista de Rorty, Qui-ne ha socavado la idea de algo puro dado a los sentidos y la idea de verdades a priori. No podemos distinguir, dentro de nuestro sistema de conocimiento, una subclase de enunciados que proveeran una base sensorial no mediada pa-ra tcstear otros enunciados. Adems, todas nuestras creencias no son ms que recursos, sujetos a revisin continua, para lidiar con el mundo. No hay, pues, nada "dado" por el mundo ni hay estructuras a priori aportadas por la mente o el lenguaje. Con todo, a diferencia de Quine, Rorty no pretende ser elimi-nacionista con respecto a las nociones intencionales3 6. La actitud de Quine conduce a la tesis de que liav realmente diferentes clases de verdad algunas de las cuales son ms respetables que otras; y esto es algo que Rony recha-za. El ataque de Quine a la "idea 'idea"' y la distincin entre lenguaje y he-cho es compatible - afirma Rorty- con la respetabilidad intelectual de las Gasteswissenschaften. Sostiene que, en ltima instancia, ha sido la idea he-redada del Tractatus de que el mundo puede ser completamente descrito en un lenguaje extensional lo que realmente lleva a Quine a inclinarse al fisica-lisino en materia de ontoioga. Es la intensionalidad, en vez de la intenciona-lidad, el origen del problema. La reduccin al lenguaje de ias partculas encubre la reduccin a un discurso veritativo funcional. Para Rorty, se puede conceder que el mundo puede ser descrito completamente en un lenguaje ve-ritativo-funcional, mientras que simultneamente se admite que algunas par-tes del mundo tambin pueden ser descritas en un vocabulario intensional. Si no pudiramos referirnos a intenciones, sera difcil lidiar con el mundo; no obstante, aun en ese caso, seramos capaces de describir cada parte de l y de predecir el contenido de cada parte espacio-temporal de l. Aunque reconoce su deuda con Quine, Rorty se ocupa, pues, de establecer tina cuidadosa dis-tincin entre el ataque de Quine a la nocin de "verdad en virtud del signifi-cado", por un lado, y su ataque a los "significados" como ideas en la mente.

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    por otro. El primero, piensa Rorty, es en verdad una pseudo-explicacin; no hay representaciones privilegiadas. Pero esta desconfianza hacia las represen-taciones privilegiadas lleva a Quine a sospechar de toda representacin, esto es, de la ''idea 'idea"' misma. Para Rorty, las ideas en la mente (conceptos y significados) no son ni ms ni menos respetables que las neuronas del cere-bro, la mitocondria de las clulas o las pasiones del alma. No es preciso, pues, tirar por la borda la "idea 'idea'" en cuanto tal, de una vez y para siempre, puesto que todo el peligro de la "idea 'idea 1 1 ' slo aparece cuando, como hi-zo ia filosofa moderna, le otorgamos una autoridad epistmica especial. S-lo cuando las ideas se convienen en aquello susceptible de conocimiento directo a travs del ojo de ia mente, es decir, slo cuando utilizamos la no-cin de "idea" como fundamento dei conocimiento se presentan los peligros epistemolgicos que Rorty desea evitar. Pero estos son slo peligros episte-molgicos, no ontolgicos: "La leccin del conductismo epistemolgico sim-plemente es que no hay 'punto filosfico' para hacer acerca de la traduccin o la intencionalidad, ni acerca de cualquier otro tema 'ontolgico '" 3 7 .

    La consideracin de las obras de estos autores le permite a Rorty, pues, de-sarrollar su ataque al fundacionismo inherente a la epistemologa poniendo en cuestin la existencia de "representaciones privilegiadas". Desde la perspec-tiva de Rorty, Sellars y Quine estn tratando de dar una respuesta no episte-molgica a la pregunta "Cmo saben nuestros semejantes cules son aquellas de nuestras afirmaciones en que pueden aceptar nuestra palabra y cules las que exigen posterior confirmacin?" 3 8 . La tradicin epistemolgi-ca ha intentado responder a esta pregunta aislando cierto nmero de represen-taciones evidentes a la conciencia. De acuerdo a ella, los reflejos en lo que Rorty llama "el espejo de la naturaleza" son mejor conocidos que la naturale-za misma. Para Sellars y Quine, en cambio, la certeza de un enunciado se de-riva del hecho de que nadie se molesta en ponerlo en duda, y no la revs. Los informes en primera persona acerca de los estados internos carecen de todo privilegio epistmico. Como ha dicho Armstrong, no hay eso denominado "acceso lgicamente privilegiado", sino nicamente "acceso empricamente privilegiado". La tesis, pues, de Rorty es la siguiente: "Si las afirmaciones son justificadas por la sociedad ms que por el carcter de las representaciones in-ternas que expresan, no tiene sentido tratar de aislar representaciones privile-giadas"-'9. Ef conductismo epistemolgico (otro nombre para el pragmatismo) es, pues, aquella posicin filosfica que, apoyndose en la tesis antedicha, in-tenta explicar la racionalidad y la autoridad epistmica por referencia a lo que la sociedad nos permite decir, y no lo que la sociedad nos permite decir por la autoridad epistmica de nuestras afirmaciones. Sostiene que si entendemos

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    las realas de un juego de lenguaje, entendemos todo lo que hay que entender acerca de por qu son hechas las movidas en ese juego de lenguaje4 0. Desde esta perspectiva, el estudio de algo as como "la naturaleza del conocimiento humano" consistir, ya no en una consideracin de las relaciones entre suje-to y objeto, entre la naturaleza y su espejo, sino en el estudio de las distintas formas en que interactan os seres humanos. Este cambio de enfoque nos permite, pues, deshacemos del fundacionismo. Una verdad necesaria es sim-plemente una afirmacin tal que nadie hasta ahora la ha podido poner en du-da. La verdad no es ms que -como lo sugera Dewey- asertabiiidad justificada. Todo el problema de la epistemologa -sostiene Rorty- es que in-tenta ofrecer una "base" para el conocimiento. Pero si adoptamos el conduc-tismo epistemolgico de Sellars y Quine, aun as podramos aceptar tambin

    piensa Rorty- ias sensaciones primarias, conceptos a priori e ideas innatas con tal de que no las utilicemos para fundamentar el conocimiento sino para ofrecer una explicacin causai de la conducta eogntiva humana. "Lo que no podemos hacer es considerar el conocimiento de estas entidades 'internas' o 'abstractas' como premisas de las que se infiere normalmente nuestro conoci-miento de otras realidades, y sin las cuales este ltimo conocimiento 'carece-ra de fundamento'"4 1. Pues ello sera justificar el conocimiento en funcin de la autoridad de ciertas representaciones privilegiadas (significados, daros sensoriales, etc). Desde la concepcin que nos ofrece Rorty, nada puede figu-rar como justificacin de un enunciado a no ser otro enunciado ya aceptado, No hay forma de salir de nuestras creencias y de nuestro lenguaje para hallar una prueba independiente de la verdad de lo que decimos. La nica prueba posible para nuestras afirmaciones consiste en la coherencia. As pues, los ataques de Seiars y Quine a las categoras bsicas de la epistemologa no constituyen un nuevo intento de explicacin de la naturaleza del conocimien-to, sino, ms bien, un intento de abandonar la empresa misma de ofrecer una explicacin de la naturaleza del conocimiento humano. Estn sealando, pues, en definitiva, "que ninguna explicacin de la naturaleza del conoci-miento puede basarse en una teora de las representaciones que estn en rela-ciones privilegiadas con la realidad" 4 2.

    La tradicin epistemolgica confundi el proceso causal de adquisicin de conocimiento con cuestiones que conciemen a la justificacin. Las crticas de Scilars al "mito de lo Dado" y las criticas de Quine a ia nocin de verdad en virtud del significado son dos ejemplos detallados de la crtica general a la epistemologa que Rorty intenta articular: "Si aceptamos estas crticas y, por tanto, abandonamos la nocin de la epistemologa como la bsqueda, inicia-da por Descartes, de esos items privilegiados en el campo de la conciencia

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    que son la piedra de toque de la verdad, estamos en posicin de preguntar si todava hay algo que la epistemologa pueda ser. Sostengo que no lo hay" 4 3. Una vez que la explicacin y la justificacin son separadas, no hay razn pa- ,. ra objetar una explicacin de la adquisicin del conocimiento en trminos de representaciones44, pero para ello no hay que contaminar la psicologa con la epistemologa. Lo mismo sucede con la semntica: "Una vez que las repre-sentaciones internas necesarias en la explicacin psicolgica y las relaciones pafahra-muno necesarias er? semntica para producir una teora de) signifi-cado para lenguajes naturales son vistas como irrelevantes para las cuestio-nes de justificacin, podemos ver el abandono de la bsqueda de representaciones privilegiadas como el abandono de la meta de una 'teora del conocimiento'" 4 5. La filosofa como una disciplina capaz de damos el 'correcto mtodo de alcanzar la verdad" depende del hallazgo de algn mar-co neutral permanente para toda posible investigacin. La mente como el Es-pejo de la Naturaleza fue la respuesta cartesiana a la necesidad de tal marco. "Si no hay representaciones privilegiadas en este espejo, ya no responder a la necesidad de una piedra de toque para la eleccin entre pretensiones justi-ficadas e injustificadas sobre nuestra creencia (...) El abandono de la imagen del espejo nos lleva a abandonar la nocin de filosofa como una disciplina que adjudica las pretensiones de la ciencia y la religin, la matemtica y la poesa, la razn y el sentimiento, ubicando a cada una en su lugar apropia-do". 4 6 En contraposicin, Korty sugiere que a conversacin debe ser el con-texto ltimo en el cual se comprenden y se ponen a prueba todos los discursos. Dentro de ese contexto, construimos nuestra identidad como seres humanos por medio de discursos variados (algunos de los cuales incluyen el discurso objetvizante de la ciencia, algunos de os cuales no lo hacen), pero ninguno posee una relacin privilegiada con la realidad.

    2.3. Epistemologa, hermenut ica y conversacin

    El deseo de una teora del conocimiento es el deseo de una constriccin, el deseo por hallar fundamentos, un marco del cual uno no pueda separarse, en donde los objetos se impongan por s mismos, representaciones que no pue-dan ser rechazadas. En PMN Rorty denomina a la reaccin en contra de esta concepcin "conductismo epistemolgico", aunque luego este trmino sea reemplazado por el de "pragmatismo". El conductismo epistemolgico no es una nueva y mejor manera de hacer epistemologa; antes bien, es una renun-cia al deseo de constriccin y de confrontacin. En el captulo VII de PMN, Rorty contrapone la epistemologa (entendida en un sentido fundacionista) a lo que alli llama "hermenutica". La hermenutica no es la sucesora de la

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    epistemologa, sostiene Rorty: " 'Hermenutica ' no es el nombre de una dis-ciplina ni el de un mtodo para alcanzar la suerte de resultados que la episte-mologa no pudo alcanzar, ni es el nombre de un programa de investigacin. Por el contrario, la hermenutica es una expresin de esperanza de que el es-pacio cultural dejado por la muerte de la epistemologa no ser llenado -de que nuestra cultura debe convertirse en una cultura en la que la demanda por la constriccin y la confrontacin ya no es sentida" 4 ' . La nocin de que hay un marco permanente y neutral cuya estructura la filosofa ha de esclarecer es la nocin de que los objetos que deben ser confrontados por la mente, o (as reglas que determinan la investigacin son comunes a todo discurso o, al menos, a cada discurso que verse sobre un cierto tpico. "Por tanto, la epis-temologa procede sobre el supuesto de que todas las contribuciones a un dis-curso dado son conmensurables. La hermenutica es en gran parte una lucha contra este supuesto"4*.

    Por conmensurable, Rorty entiende "ser capaz de traer bajo un conjunto de reglas que nos dicen cmo un acuerdo racional puede ser alcanzado sobre lo que establecera la cuestin en cada puni en que los enunciados parecen es-tar en conflicto" 4 9 . Tales reglas nos dicen cmo construir una situacin ideal en la cual todo desacuerdo residual sera visto como "no cugnitivo", mera-mente verbal o temporario. Lo que importa es que debera haber acuerdo acerca de lo que habra que hacer para resolver una cuestin. Construir una epistemologa es hallar ia mayor cantidad de fundamentos comunes cun los oros; "el supuesto di' que una epistemologa puede ser construida es el su-puesto de que tal fundamento comn exis te ' 0 0 . Este fundamento comn a ve-ces se lo ha encontrado en el dominio del Ser, en las Formas que guan la investigacin, dentro de nosotros, o en el lenguaje. Rorty sugiere que tai fun-damento comn no existe. Y abandonar esa base comn, es tambin abando-nar a idea de conmensurabilidad. La hermenutica ve las relaciones entre discursos como cabos de una posible conversacin, una conversacin que no supone una matriz disciplinar que une a los hablantes, pero en donde la espe-ranza de un acuerdo jams es dejada de lado mientras contina la conversa-cin. Esta esperanza no es esperanza por eJ descubrimiento de un fundamento comn que existe previamente, sino simplemente la esperanza de un acuerdo. La epistemologa, en cambio, ve la esperanza de un acuerdo como una sea) de la existencia de un fundamento comn que une a todos los hablantes en una compartida forma de racionalidad. E conductismo epistemolgico sugie-re, pues, que la lnea entre discursos que pueden ser conmensurables y los que no es aquella que hay entre discurso normal y anormal. El discurso normal es aquel que se da dentro de un acuerdo sobre un conjunto de convenciones acer-

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    ca de lo que cuenta como una contribucin relevante, lo que cuenta como una respuesta a las cuestiones planteadas, lo que cuenta como un buen argumen-to o una buena crtica a l 5 1 . E l discurso anormal es lo que sucede cuando al-guien ignora esas convenciones. La episteme es el resultado del discurso normal; el producto dei discurso anormal puede ser algo que va desde el sin-sentido hasta la revolucin intelectual. La hermenutica es el estudio del dis-curso anormal desde el punto de vista de algn discurso normal: es el intento de darle sentido a algo que est pasando en un momento en el que todava no estamos seguros como para ofrecer de ello una explicacin epistemolgica. Por tanto, la diferencia de dominios entre epistemologa y hermenutica slo es una diferencia de familiaridad: "Seremos epistemlogos en donde enten-damos perfectamente bien lo que est sucediendo, pero necesitamos codifi-carlo para extenderlo, fortalecerlo, ensearlo o 'fundamentarlo'. Debemos ser hermenuticos en donde no entendemos lo que est sucediendo pero somos suficientemente honestos como para admitirlo" 5 2 . Esto significa que pode-mos obtener comensurabilidad epistemolgica nicamente donde ya hemos acordado prcticas de investigacin. Y podemos obtenerla, no porque haya-mos descubierto la naturaleza del conocimiento humano, sino simplemente porque, cuando una prctica ha continuado lo suficiente, las convenciones que la hacen posible son relativamente fciles de aislar.

    2.4. Filosofa sistemtica vs filosofa edificante

    El supuesto de la teora del conocimiento es que el hombre tiene una esen-cia: el descubrir esencias. El conocimiento de las esencias de las cosas su-puestamente podra proveernos un vocabulario fundamental que nos permita la conmensuracin de todo discurso. Para poner a un lado la idea de una fi-losofa epistemolgicamente centrada, es preciso dejara un lado, primero, es-ta imagen del hombre. La hermenutica, tal como la concibe Rorty, es el intento de hacer tal cosa. Para Rorty, no es el conocimiento, sino la capaci-dad de redescribirnos constantemente lo que es ms importante en el ser hu-mano. En el tugar de la imagen epistemolgica tradicional del hombre como sujeto cognoscente. Rorty ubica la idea romntica del hombre como creador de s. En lugar de intentar representar lo que est "ah afuera , deberamos buscar nuevos vocabularios por medio de los cuales expresarnos y redescri-birnos. A este proyecto de buscar nuevas formas de hablar lo llama Rorty "edificacin 1 0 3 . La edificacin consistira en tratar de trazar puentes con cul-turas, momentos histricos y disciplinas extraas. La edificacin se opondra a "construccin", esto es. el tipo de actividad cooperativa que tiene lugar en el seno del discurso normal cuando una investigacin est en marcha. El dis-

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    curso edificante es esencialmente anormal, nos permite deshacernos de nues-tros antiguos yoes, sumirnos en la extraeza y transformamos en nuevos se-res humanos. La objetividad debera ser vista simplemente como la conformidad a ias normas de la justificacin. Tal conformidad slo sera du-dosa si se la concibiese como algo ms que eso, es decir, si se la pensase co-mo una forma de acceder a algo que fundamenta las prcticas de justificacin en algo ms. Ta! fundamento es pensado como algo que no precisa de ulte-rior justificacin puesto que es percibido clara y distintamente. Tal nocin es errnea no slo porque es absurda la idea de una justificacin ltima que re-posa en algo injustificable, sino porque es absurdo pensar que el vocabulario utilizado por la ciencia, la moral o cualquier otra rea de la cultura actual po-seen alguna relacin privilegiada con la realidad que los hace ser ms que un simple conjunto de descripciones temporalmente posteriores. Esta visin ' 'existencialsta" que Rorty asocia al nombre de Sartre, que proclama que el hombre carece de esencia, "nos permite ver las descripciones de nosotros mismos que hallamos en una (o en la unidad de) las Naturwissenschaften al mismo nivel que ias descripciones alternativas ofrecidas por poetas, novelis-tas, psiclogos profundos, escultores, antroplogos y ms t i cos" 3 4 . Las des-cripciones cientficas no son privilegiadas en virtud de que reina un mayor consenso en ciencia que en artes. Ellas simplemente estn entre el repertorio de auto-descripciones que tenemos a nuestra disposicin. El discurso que pretende descubrir y describir hechos no es ms que uno de los discursos de que disponemos para describimos a nosotros mismos. Con todo, Rorty re-marca que el discurso hermenutico o existencialsta es parasitario de la epis-temologa. Sostiene que " E l discurso anormal y 'existencial' depende siempre del discurso normal, que la posibilidad de la hermenutica depende siempre de la posibilidad (y quiz de la realidad) de la epistemologa, y que la edif iocin utiliza siempre materiales proporcionados por ia cultura de la p o c a " 0 3 . As llega Rorty a su distincin entre filosofa sistemtica y filoso-fa edificante. La filosofia sistemtica es el tipo de filosofa criticada por Rorty: es la filosofa epistemolgicamente centrada, que concibe el conocer como la actividad humana paradigmtica. La filosofia edificante es la que v i -ve de! negocio de la crtica a la primera: cuestiona el progreso, la nocin de verdad como algo ms que la mera conformidad con las normas del momen-to, la idea de que el conocimiento consiste en un conjunto de representacio-nes, el proyecto de conmensuracin universal 5 6. Los grandes representantes de esta tradicin son, para Rorty, Dewey. Wittgenstein y Heidegger. Los fil-sofos sistemticos son constructivos, dan argumentos, construyen para la eternidad, pretenden poner a la filosofa en el seguro camino de la ciencia.

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    Los filsofos edificantes, en cambio, son reactivos, escriben aforsticamente, son intencionadamente perifricos, destruyen en beneficio de su generacin, quieren generar admiracin tal como a veces la causan algunos poetas. Los filsofos edificantes no ofrecen argumentos de io que estn haciendo; sim-plemente, presentan un conjunto nuevo de trminos, sin decir que esos trmi-nos se corresponden con la realidad. N o pretenden haber encontrado verdad objetiva alguna, no intentan esgrimir una representacin ms exacta de la rea-lidad. Este tipo de filsofos no est interesado en participar de una investiga-c in 3 7 ; antes bien, son interlocutores en una conversacin: "Una forma de ver la filosofa edificante como amor a la sabidura es verla como el intento de impedir que ia conversacin degenere en investigacin, en un programa de investigacin. Los filsofos edificantes no pueden terminar la filosofa, pero pueden ayudara impedir que llegue al sendero seguro de la ciencia" 3 8 . La filosofa edificante aspira a mantener la conversacin antes que a descu-brir la verdad. El buscar la conmensuracin -en lugar de limitarse a continuar la conversacin- sera un intento por escapar de la condicin humana-9. Pa-ra Rorty, la nocin de un consenso final o de una conmensuracin universal de todos los discursos, as como la idea de que hemos de responder frente al mundo de acuerdo a la forma de ser de ste, no son ms que residuos autori-tarios de pocas pasadas. Concibe la conmensuracin como un cierre de la conversacin y una hipostatizacin de un determinado sistema de descripcio-nes 6 0. En contraposicin, entiende a la filosofa edificante en trminos del discurso anormal, como el intento siempre renovado por que la conversacin nunca tenga un final: "Pensar que mantener una conversacin es una aspira-cin suficiente de la filosofa, ver la sabidura como si consistiera en la capa-cidad de mantener una conversacin, es ver a los seres humanos como generadores de nuevas descripciones ms que como seres de quienes se es-pera que sean capaces de describir con exactitud" 6 1. La idea es que la filoso-fa debera impedir que el hombre se engae a s mismo creyendo que conoce o puede conocer algo de si mismo o del mundo que no sea bajo una descrip-cin opcional. Para entender esta idea -sugiere Rorty- hemos de entender el habla no slo como no exteriorizacin de las representaciones internas, sino como no representacin en absoluto: "Debemos abandonar la idea de corres-pondencia para las oraciones y los pensamientos y ver las oraciones como si estuvieran conectadas con otras oraciones ms que con el mundo" 6 2 . No hay que confundir el contacto con la realidad con el hacer frente a ella. La pre-sin no mediada - lo segundo, en la terminologa de Peirce- no tiene nada que ver con la idea de que slo una de nuestras formas de describir la realidad es la nica correcta. La falta de mediacin no debe ser confundida con la exac-

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    titud de la mediacin, con el privilegio que va unido a una descripcin. Por tanto, si se considera el conocimiento, no como algo que posee una

    esencia, sino como un derecho (segn las normas en vigor) a creer, puede pensarse -sugiere Rorty- en la conversacin como el contexto ltimo dentro del cual se debe entender el conocimiento. "Nuestro foco de atencin pasa de la relacin entre seres humanos y objetos de su investigacin a ta relacin en-tre criterios alternativos de justificacin, y de ah a los cambios reales en esos criterios que integran la historia intelectual"6 3- El descentramiento de la epis-temologa rediseara el territorio de la filosofa. Las lneas divisorias entre disciplinas se difuminaran y cambiaran. La idea de que la epistemologa es-t en el centro de la filosofa, y de la filosofia misma como profesin, est unida a la imagen del lenguaje o de la mente como espejo de la naturaleza. Rechazar esta imagen -sostiene Rorty- no implica el final de la filosofa: " E l verdadero resultado de una extendida prdida de fe en las imgenes del espe-jo sera meramente una 'encapsulacin' de ios problemas creados por estas imgenes dentro de un perodo histrico" 6 4 . Si esto sucediera, la filosofa ya no sera la disciplina que ofrece los fundamentos para el resto de la cultura, la que determina las quaestioms juris de los dominios que son propios de otras disciplinas. En ese caso, el inters moral del filsofo -concluye Rorty-sera el de procurar que se mantenga la conversacin en Occidente, ms que exigir un lugar, dentro de la conversacin, para los problemas tradicionales de la filosofia.

    2.5. El pragmatismo como filosofa anti-fundaciomsta y anti-repre-sentacionista

    Conforme a su distincin entre discursos normales y anormales, y de acuerdo a su concepcin de la hermenutica y de la tarea edificante de la fi-losofa, Rorty sugiere un cambio de paradigma: el pragmatismo, en tanto fi-losofa anti-fundacionisa y ant-representacionista, ha de tomar et lugar del antiguo discurso epistemolgico. Esta superacin de la epistemologa no de-be concebirse, sin embargo, como la propuesta de un nuevo vocabulario que puede resolver de mejor manera los antiguos problemas que desvelaron a Descartes, Locke o Kant. Por el contrario, Rorty esgrime su concepcin neo-pragmatista del conocimiento como una forma de cambiar de tema, de dejar a un lado un conjunto de problemas cuyo tratamiento ha sido ftil: "Cuando [ios pragmatistas] sugieren que no debemos hacer preguntas sobre la natura-leza de la Verdad y el Bien, ellos no invocan una teora acerca de la natura-leza de la realidad o del hombre que dice 'no hay tal cosa' como la Verdad o el Bien. N i tienen una teora 'relativista' o 'subjetivista' de la Verdad o el

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    Bien. Simplemente, a ellos les gustara cambiar de tema" 6 5. En este sentido, Rorty est de acuerdo con Dewey cuando este afirma, en referencia a la filo-sofa tradicional, lo siguiente:

    "E! desplazamiento de este tipo de filosofia sin duda no llegar mediante la pura re-futacin lgica, sino por un reconocimiento creciente de su futilidad (...) El progreso intelectual normalmente tiene lugar mediante ei puro y simple abandono de pregun-tas junto con las alternativas que presuponen; un abandono que es fruto de su decre-ciente vitalidad y de un cambio en los intereses ms urgentes. No resolvemos esas preguntas: pasamos sobre ellas. Los viejos interrogantes se resuelven desapareciendo, evaporndose, mientras ocupan su lugar otros nuevos que corresponden a los empe-os y preferencias instaurados por el cambio de actitud"66.

    No es, pues, la intencin de Rorty ofrecer una refutacin de los puntos de vista de Descartes, Locke, Kant, Carnap y otros filsofos analticos. Antes bien, pretende exhumar los presupuestos en los que se apoya una disciplina - la epistemologa- para mostrar de qu modo esos presupuestos configuran el espacio dentro del cual surgen los problemas epistemolgicos, A l hacerlo as - y en contra de lo que uno entendera que hace- critica esos supuestos, no para "refutarlos", sino, en ltima instancia, para sugerir un nuevo conjun-to de presupuestos que directamente dejan de lado los problemas que antao preocuparon a la filosofa moderna. Sin duda, esta actitud para con los cam-bios de vocabulario es un corolario del rechazo rortyano de la idea de una es-tructura universal -lingstica o mental- que posibilitara desde un principio un consenso posible entre participantes de diversos discursos 6 7. Slo razones pragmticas, pues, podran autorizarnos a abandonar la epistemologa, y esta es - a l menos expresamente- la razn fundamental que aduce Rorty 6 8 . Ahora bien, qu tipo de filosofa se desprende de la crtica de Rorty a la epistemo-loga? Cules son las caractersticas del pragmatismo en tanto filosofa opuesta a la epistemologa? Presento sintticamente los principales resulta-dos que se desprenden de la crtica de Rorty a la epistemologa:

    I-Abandono de cualquier tipo de explicacin (al menos filosfica) del co-nocimiento. El trmino "conocimiento" no esconde ninguna esencia que el lilsofo debe desentraar. Una vez que se deja a un lado la nocin de "repre-sentacin privilegiada" y se abandona el proyecto de establecer las condicio-nes de posibilidad del conocimiento, una vez que se abandona la idea de que la filosofa, de forma a priori, puede trazar los lmites a todo conocimiento emprico posible, en suma, una vez que la filosofa se deshace de sus aspira-ciones fundacionistas, el conocimiento humano deja de ser un objeto de es-ludio para la filosofa.

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    2 - Cambio del punto de vista de la primera persona hacia el punto de vis-ta de la primera persona en plural. En la medida en que la certeza subjetiva deja de ser un criterio de verdad, en la medida en que el conocimiento se con-cibe como una relacin entre personas y oraciones (antes que como una rela-cin entre personas y objetos o sense data), slo en el marco de una comunidad cabe pensar en el conocimiento 6 9. La comunidad, y no el sujeto aislado, es la fuente de toda autoridad epistmica. El nominalismo psicolgi-co de Sellars, que Rorty adopta, pone directamente en cuestin la plausbili-dad de una aprehensin de objetos (mentales o no) que sea independiente del lenguaje. Todo conocimiento es conocimiento por descripcin. De este mo-do, la idea de una aprehensin inmediata de las cosas cede su lugar a una con-cepcin conversacionalista del conocimiento: el conocimiento del mundo es conocimiento de aquellas proposiciones que han sido consensuadas por nues-tros pares.

    3 - Conversacionalismo: el conocimiento no es ms que aquello que esta-mos justificados en creer, y la justificacin es un fenmeno social, antes que una transaccin entre el sujeto cognoscente y la realidad 7 0 . La justificacin es un asunto de coherencia, no de correspondencia con el mundo. Asimismo ia verdad no es otra cosa que aquello que tomamos como justificado por nuestros pares: la objetividad se disuelve en la solidaridad (o intersubjetivi-dad) y el significado de las palabras depende del significado de otras pala-bras, y no ue su carcter representativo7'. A i n n s i T i tiempo, esto explica tambin la renuncia al programa trascendental de Kant y sus sucesores ana-lticos, pues las nicas coacciones que posee la conversacin son aquellas que provienen de nuestros pares, no la que supuestamente derivan de la es-tructura de la mente o dei lenguaje.

    4- Anti-representacionismo: las creencias no son copias o imgenes de la realidad, sino hbitos de accin. Las teoras cientficas y, en general, el len-guaje, son herramientas que utilizamos para lidiar con el entorno. Ciertamen-te, hay mejores y peores descripciones de la realidad, pero ello se mide en funcin de nuestros propsitos e intereses.

    5 - Contextualismo o etnocentrismo: los patrones de justificacin y los es-tndares de racionalidad son siempre relativos a comunidades histrica y geogrficamente situadas. En cada caso son siempre nuestros criterios. No podemos saltar fuera de nuestra comunidad para confrontar nuestras creen-cias con una realidad desnuda.

    Hasta aqu no he hecho ms que exponer con cierto detalle la crtica rort-yana a la epistemologa. Posteriormente a PMN, Rorty ha desarrollado estas

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    ideas y ha sacado las consecuencias -tanto en el plano de la epistemologa co-mo en el de a filosofa poltica- de su programa de superacin de la episte-mologa. En ios siguientes captulos, a la vez que presento estos ulteriores desarrollos, ofrezco una evaluacin del programa rortyano en su conjunto. Tal vez pueda decirse que la concepcin conversacional del conocimiento cons-tituye -en tanto eje hermenutico- la mejor manera de articular los diferentes aspectos de ia filosofa de Rorty puntualizados arriba. En efecto, "conversa-cin 1 es el trmino que Rorty usa para oponerse a la imagen de la mente co-mo Espejo de la Naturaleza, para contraponerlo a la nocin correspondentista de la verdad y para definir una concepcin ant-representacionista de la ver-dad y de la justificacin. Es tambin el trmino que aparece en su utopa l i -beral postmoderna para articular un espacio pblico abierto, ms preocupado por la libertad individual que por la verdad. En consecuencia, focalizar mi atencin, en primer lugar, en la concepcin conversacional, etnocentrista y soeiologizantc de la justificacin, para pasar a examinar cmo es concebida la verdad cuando se adopta una posicin terica que privilegia fundamental-mente las relaciones conversacionales entre pares por sobre el vnculo epist-mico con el mundo. En tercer lugar, examin