Revista Universitaria. No. 63.

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ISSN 1665-9724 Revista Universitaria de la UABC Año 6 • nueva época • núm. 63 • julio-septiembre de 2008 • Universidad Autónoma de Baja California 63 AUTORIZADO POR SEPOMEX REGISTRO POSTAL IMPRESOS IM02-0001

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Revista Universitaria de la UABC, nueva época, año 6, número 63, julio-septiembre de 2008. Revista trimestral publicada por la Universidad Autónoma de Baja California. Los artículos firmados son responsabilidad de su autor. Se autoriza la reproducción total o parcial de los materiales publicados siempre y cuando se cite la fuente. Certificado de licitud de título núm. 12827. Certificado de licitud de contenido núm. 10399. Reserva de derechos núm. 04-2004-030411472300-102.

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Revista Universitaria de la UABCUNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA

Departamento de Editorial UniversitariaAv. Reforma 1375. Colonia Nueva.C.P. 21100. Mexicali, Baja California.

ISSN 1665-9724

Revista Universitaria de la UABC

Año 6 • nueva época • núm. 63 • julio-septiembre de 2008 • Universidad Autónoma de Baja California

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AUTORIZADO POR SEPOMEX

REGISTRO POSTALIMPRESOS IM02-0001

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Dr. Gabriel Estrella ValenzuelaRector

Dr. Felipe Cuamea VelásquezSecretario general

M.C. Judith Isabel Luna SerranoVicerrectora Campus Ensenada

Arq. Aarón Gerardo Bernal RodríguezVicerrector Campus Mexicali

M.A. Alfonso Vega LópezVicerrector Campus Tijuana

L.C.C. Ricardo Moreno GarcíaSecretario de Rectoría e Imagen Institucional

COMITÉS EDITORIALES POR SECCIÓN

Divulgare. Ciencia para todos • Patricia Bonilla, Octavio Robinson (Facultad de Medicina); Laura Viana Castrillón, María Consuelo Espinoza Valle, Miguel Humberto

Carrillo Mendívil (Facultad de Ciencias); Roxana Peláez Molina (Facultad de Odontología); Jorge Augusto Arredondo Vega (Facultad de Arquitectura); Ana Luz

Quin tanilla Montoya, Eugenio Carpizo Ituarte (Instituto de Inves tigaciones Ocea nológicas); Marco Antonio Reyna Carranza, Onofre Rafael García Cueto (Instituto de Ingeniería); Daniel Hernández Balbuena, (Facultad de Ingeniería);

Jorge Salgado Calderón (Facultad de Pedagogía e Instituto de Educación) Paradigmas • Juan Manuel Ocegueda H., Patricia Moctezuma Hernández (Facultad

de Economía y Relaciones Internacionales); Jorge Morgan (Facultad de Turismo y Mercadotecnia); Daniel Muñoz Zapata (Facultad de Administración y

Contaduría Tijuana) Semillero de ideas • José A. Moreno Mena (Instituto de Investigaciones Sociales); Candelaria Pelayo (Facultad de Derecho);

Rodolfo Gómez Castella nos (Facultad de Ciencias Sociales y Políticas); Hugo Méndez Fierros, Marcos Ramírez, Alfredo Padilla (Fa cultad de Ciencias Humanas); Isabel Reyes

(Facultad de Pedagogía); Elvia Méndez Fregozo (Escuela de Humanidades); Alberto Gárate Rivera (Centro de Enseñanza Técnica y Superior-Mexicali); Daniel Solorio

Ramírez (Facultad de Derecho Mexicali) Yubai • Sergio Rommel Alfonso (Escuela de Artes-Tijuana); Alfonso García Cortez, Hugo Salcedo (Escuela de Humanidades),

Raúl F. Linares Borboa (Fa cultad de Ciencias Humanas); Fernando Vizcarra (Centro de Investigaciones Culturales-Museo), Carlos A. Gutiérrez Vidal (Escuela de Artes);

Roberto Castillo Udiarte (Universidad Ibe roame ricana Noroeste); Edna Aidé Grijalva Larrañaga (Instituto de Investigaciones Sociales).

CONSEJOS EDITORIALES POR SECCIÓN Divulgare. Ciencia para todos • Sergio Romo Barraza (Facultad de Medicina-

Mexicali); Roberto Millán Núñez (Facultad de Ciencias Marinas); Isaí Pacheco Ruiz (Instituto de Inves tigaciones Oceanológicas); Nahara E. Ayala Sánchez (Facultad de Ciencias); Sara Cortés Bargalló (Facultad de Medicina-Tijuana); Miguel Cervantes

Ramírez (Instituto de Ciencias Agrícolas) Benjamín Valdez Salas (Instituto de Ingeniería) Pa ra digmas • José David Ledezma Torres (Facultad de Economía y

Relaciones Internacionales); Ario R. Estrada Gaxiola (Facultad de Turismo y Mercadotecnia); José de Jesús Díaz de la Torre (Facultad de Derecho-Tijuana). Semillero de ideas • María de Jesús Gallegos Santiago (Facultad de Ciencias

Humanas); Cuauhtémoc López Guzmán (Facultad de Ciencias Sociales y Políticas); María Aurora Lacavex Berumen (Facultad de Derecho-Mexicali); Pablo Jesús

González Reyes (Instituto de Investigaciones Sociales) Yubai • Marco Antonio Samaniego López (Instituto de Inves ti gaciones Históricas); José Gustavo

Mendoza González (Escuela de Humanidades).

REVISTA UNIVERSITARIA DE LA UABC

Coordinación general • Rosa María Espinoza GalindoCoordinador editorial • Gabriel ValtierraEdición literaria • Tomás Di BellaDiseño editorial • Olivia Marbella De León Machuca

EDITORES RESPONSABLES POR ÁREA

Divulgare. Ciencia para todos • (ciencias naturales y exactas) Margarito Quintero NúñezParadigmas • (económico-administrativo-contable)Martín Ramírez UrquidySemillero • (ciencias sociales) Gabriel Trujillo MuñozYubai • (arte y humanidades) Gabriel Trujillo Muñoz

Revista Universitaria de la UABC, nueva época, año 6, número 63, julio-septiembre de 2008. Revista trimes-tral publicada por la Universidad Autónoma de Baja California. Los artículos firmados son responsabilidad de su autor. Se autoriza la reproducción total o parcial de los mate riales publicados siempre y cuando se cite la fuente. Certificado de licitud de título núm. 12827. Certificado de licitud de contenido núm. 10399. Reserva de derechos núm. 04-2004-030411472300-102. Tiraje: 1 000 ejemplares. Impresión: Color Uno. Calle Artículo 3ero, número 611. Fraccionamiento Soler, Tijuana, Baja California.

Revista incluida en las bases de datos bibliográficos: Latindex (Sistema regional de información en línea para revistas científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal), Thomson Gale, así como CLASE (Citas latinoamericanas en ciencias sociales y humanidades), su índice puede consultarse en la direcciónhttp://dgb.unam.mx/clase.html.

Correspon dencia: Revista Universitaria de la UABC. Coordinación General. Departamento de Editorial Universitaria de la UABC. Av. Reforma 1375. Col. Nueva, Mexicali, B.C., C.P. 21100. Teléfono (686) 552 10 56, o a los correos electrónicos: re vis [email protected], y [email protected].

Imagen de portada: Jorge Castellón, Strawberry fields to heaven de la serie Sabor a tí, 2006, fotografía digital directa impresa en papel fotográfico, original de 20 x 20 pulgadas. [email protected]

DIRECTORIO

colaboradores Y en el caso de las citas de documentos en línea, la citación será:

López, B. M. (2004). Salud pública: El precio del desarrollo. Recuperado el 2 de junio de 2004, de http://www.elmundo.es/ Salud/293/07No118.htmlAdonis, M., Caceres, D., Retamal, C., et al. (2001, enero). Indoor air pollution in zone of extreme poverty of metropolitan Santiago

[Contaminación intradomiciliaria en un sector de extrema pobreza de la comuna de La Pintana]. Revista Médica de Chi-le, 129 (1), 33-42. Recuperado el 17 de febrero de 2006 de, http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872001000100005&lng=en&nrm=iso

4. Las figuras, fotografías o gráficas deberán presentarse por separado, impresas en papel de buena calidad o elaboradas por computadora y almacenadas en el mismo soporte en el que se entrega el texto, pero en archivos separados. En este caso son aceptadas las extensiones TIF, CDR, JPG o EPS mayo-res de 300 puntos por pulgada (DPI). Al preparar las figuras deberá tenerse en consideración que comúnmente éstas se reducen de tamaño, por ello la simbología deberá ser clara y diferenciable. Al final del texto se deberán incluir los pies de todas las imágenes. No incluya imágenes que no se men-cionen en el texto. En lo posible se deberá evitar el uso de material gráfico previamente publicado; sin embargo, cuan-do ello se considere indispensable, será responsabilidad del autor obtener los permisos necesarios para su reproducción.

5. El o los autores del trabajo deberán anotar su nombre com-pleto, dirección postal y electrónica, así como números telefó-nicos donde podrán ser localizados, además de la institución a la que se encuentran adscritos, y una breve semblanza de su trabajo, no mayor de media cuartilla.

En caso de no cumplir con estos requisitos en el tiempo soli-

citado, Revista Universitaria de la UABC se reserva el derecho de publicar el trabajo.

Tipos de colaboraciones • Ensayo, reflexiones, artículos.• Traducciones de ensayos y artículos.• Entrevistas.• Reportajes.

• Resultados e informe de investigación: Trabajo en los que se den a conocer los resultados generales o parciales de una investigación original.

• Revisión comentada de un libro o cualquier otro tipo de documento (reseña).

Se recomienda que el autor retenga una copia original del texto. Una vez recibidos los archivos o documentos, se le notificará al autor de su recepción en un plazo no mayor de cinco días. Toda la correspondencia se establecerá con el primer autor del manuscrito. Si la coordinación editorial de la revista no recibe respuesta del autor en un lapso mayor a los seis meses después de que se le hayan indicado los cambios a su trabajo, este será dado de baja.

Formas de envíoEl material podrá ser enviado por correo electrónico, mensajería o personalmente.

Si lo hace por correo electrónico será necesario que anexe en un archivo los documentos e incluya en el cuerpo de la carta el listado de los archivos enviados. La dirección electrónica a la cual deberá dirigir su mensaje es: [email protected], [email protected].

En el caso de mensajería, deberá incluir una impresión del documento original; una hoja con los datos de identificación del autor o autores (nombre, institución, dirección, teléfono, fax y correo electrónico); dos copias ciegas del documento (sin datos de identificación del autor); disquete de 3.5” o disco compacto conteniendo archivos. La dirección de envío es: Revista Universitaria de la UABC, Av. Reforma 1375. Colonia Nueva, Mexicali, Baja California. C.P. 21100.

Derechos de autorUna vez aceptado el trabajo, los autores cederán a la UABC los derechos para publicar y distribuir el texto en forma impresa y electrónica, así como para archivarlo y hacerlo accesible en línea. Los autores podrán distribuir su propio material sin solicitar permiso del editor, siempre y cuando sea sin fines comerciales y la fuente original sea citada.

En el caso de que se presenten trabajos firmados por dos o más autores uno de estos deberá presentar una carta en la que los co-autores autoricen la publicación del trabajo en cuestión y en donde se confirme su legitimidad.

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CONTENIDO

Divulgare

Paradigmas

Semillero

Textos y discursos

Explorare

2 Bucear en aguas mexicanasMaría Teresa Morfín Garcinava

8 ¿Por qué es importante reciclar los residuos que generamos?Carolina Armijo, Aurora Fierro

12 Formación del Colegio de Economistas en Baja CaliforniaSergio Noriega Verdugo

22 God save AmericaRafael Arriaga Martínez

28 Forjar ciudadanos: Teatro campesino posrevolucionarioJosé Salvador Ruiz

34 Pepe Cussirat, un James sin Bond: Subversión de la novela de espionaje en Maten al león, de Jorge Ibargüengoitia

Cathy Fourez41 Un escritor feo

Mauricio Bares

44 Elogio del libro y de la lecturaJosé Vicente Anaya

46 El berrendo: Desaparecido de Baja California

Alberto Tapia Landeros

55 Las guerras del capital. De Sarajevo a Irak, de Heinz DieterichTomás Di Bella

Reseña

Yubai

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Un chapuzón y abrimos los ojos, equilibrándonos con los brazos entre la espuma. El cuerpo se sorprende al primer contacto con el agua, pero pronto reconoce su calidez y comienza a aclimatarse. En la superficie hay un leve bamboleo, que disminuye al sumergir la cabeza. Miro hacia abajo: El agua como una gelatina de menta, y a pocos metros, el inicio del cantil de corales arbóreos en color ocre, las acroporas: Árboles macizos, llamados cuernos de alce, alternando con franjas delicadas de astas de ciervo.

fesionales, en labores de investigación o disfrutando de experiencias y paisajes. Vale la pena conocerlo y explorarlo.

En nuestro territorio, dividido por el Trópico de Cáncer, confluyen los ambientes neártico y tropical, combinando sus características. Por eso somos uno de los diez países en el mundo que tienen megabiodiversidad. En México hay tantas especies que podríamos repoblar el planeta. Nuestras costas son bañadas por cuatro mares: El mar de Cortés, el océano

Bucearen aguas mexicanas

María Teresa Morfín GarcinavaFotografías de Iván Salazar

Respiro pausadamente y veo nuestras burbujas, como discos juguetones de mercurio. Al bajar voy reconociendo amigos añejos que me llenan de alegría en cada reencuentro. En los primeros metros, los pequeños: Decenas de abudefduf saxatilis, peces abeja con rayas verticales rojas y negras, mezclados con los chromis azules y plateados, con colitas en “v” que parten de una joya. Sobre el coral pastan nutridas manchas de cirujanos: Óvalos negros o azules del tamaño de una palma com-parten la laguna arrecifal con palometas, chopas y joro-bados, loras y cabrillas moteadas y juveniles de algunos pelágicos, como jureles, medregales y barracudas.

Descendemos hasta encontrar las primeras madreporas o corales esféricos, que crecen al abrigo de la corriente. Distingo un pez trompeta en una grieta y sigo a una pareja de ángeles franceses, mientras admiro las grandes esponjas en forma de cáliz, con apariencia de madera dorada, y las no tan grandes, como almohadones negros de hule espuma.

Nos encontramos a 18 m de profundidad en la Poza Azul, en el Parque Arrecifal Veracruzano: Un anfiteatro de corales sustentado en fondo de arena blanca y suave. Extiendo los brazos y me dejo caer en la arena con un rebote. Escucho un ruido y veo un tropel de sábalos enormes, sardinas de plata más grandes que yo… Grito y me río… Los peces llegan a toda velocidad hasta casi chocan con nosotros y en el último instante se desvían y forman un ca-rrusel, circundándonos. Después desaparecen en el azul.

El buceo en aguas mexicanas: Características generales de nuestro paísMéxico es un país de privilegio para actividades con la na-turaleza, por su ubicación, su estructura y el sinnúmero de recursos que tiene. Es un país que ofrece goce y trabajo a los buzos que frecuentan nuestras aguas por motivos pro-

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Pacífico, el golfo de México y el mar Caribe. Nuestra orografía es compleja, de grandes cordilleras y mesetas; genera diferentes climas y una multiplicidad de masas acuáticas continentales, como ríos, lagos, esteros, manantiales, cenotes y cuevas.

Temporadas regionalesEn el país puede bucearse todo el año: Las mejores tem-poradas dependen de factores diversos: El clima, las condiciones meteorológicas, las corrientes, factores bioló-gicos como la reproducción del plancton… y la moda.

Los más grandes fenómenos que modifican el clima en el país son los vientos alisios (golfo de México) y contraalisios (Pacífico norte), los sistemas de nortes en Veracruz y el Río Colorado, la presencia de ciclones y huracanes en el verano y los grandes desplazamientos verticales de agua llamados surgencias en el Pacífico. Para bucear en las mejores condiciones que cada sitio ofrece hay que conocer las temporadas. Antes de viajar a un lugar distante se debe consultar con lugareños o personas que prestan servicios de esta índole.

El buceo en cinco regionesPara entender mejor las características locales se puede dividir el país en cinco regiones: Pacífico norte, Pacífico sur, Golfo de México, Caribe mexicano y aguas continentales. Estas regiones se distinguen por sus climas, condiciones ambientales y temporadas. En cada una de ellas hay diferencias en el tipo de procedimientos y equipo que se requieren para bucear.

Pacífico norteLa zona menos explorada del país se extiende al norte del Trópico de Cáncer. Se divide en dos grandes regiones: Costa del Pacífico y mar de Cortés.

El Pacífico bajacalifornianoLa costa del Pacífico de la península de Baja California tiene características de mar frío porque está situada por encima del trópico, y recibe las aguas frías de la corriente de California, ésta es una continuación de Kuro Shivo (del mar de Japón).

Este ambiente es propicio para los bosques de kelp, o sargazo gigante, el vegetal más grande del mundo. También favorece las colonias de focas, elefantes y lobos marinos y sus depredadores: Orcas y tiburones blancos. Esta abundancia se completa con las visitas de especies migrantes: Las ballenas que llegan en invierno para el nacimiento y la crianza de sus pequeños.

El buceo deportivo se ha desarrollado lentamente por la baja densidad de población. Hoy día hay tiendas, instructores y cámaras hiperbáricas y muchas compañías dan servicios de primera clase.

Las mejores condiciones de buceo se dan entre julio y noviembre. La visibilidad en mar abierto llega a 30 m y

podemos encontrar calma. El agua es fría todo el año. Entre las islas destaca Revillagigedo, el archipiélago más distante en aguas mexicanas. Hay compañías que ofrecen viajes a estos lugares viviendo a bordo.

El mar de CortésEl mar de Cortés, también llamado mar Bermejo o golfo de California, es uno de los menos conocidos del mundo. Comienza en la boca del Río Colorado y se extiende por la Baja California hasta Cabo San Lucas.

Las aguas del golfo son tranquilas debido a la península que las protege. Toda la tierra alrededor es desértica. La profundidad de sus aguas llega hasta los tres km y tiene de 50 a 250 km de ancho. Se caracteriza por paisajes de roca donde conviven los peces tropicales con especies de aguas frías. Es común bucear con delfines, lobos y otros mamíferos marinos.

Las mejores condiciones para bucear se dan de julio a noviembre. Aunque en verano puede llegar algún ciclón, es posible bucear casi todo el año. De diciembre a mayo el agua es fría. Los sitios de buceo pueden separarse por regiones: La región de los cabos, con centro en Cabo San Lucas. A la entrada de la bahía nace el cañón submarino donde fluyen las cascadas de arena. En Punta Gorda hay grandes grupos de tiburón martillo.

La región de La Paz tiene las islas Espíritu Santo, Partida y Cerralvo. También están Los Islotes, Morros, y El Bajo, cordillera submarina donde se reúnen los tiburones martillo. En verano llegan grupos de tiburón ballena.

La región de Loreto está enmarcada por la sierra de la Giganta y zonas en proceso de desarrollo. Se bucea en la isla Coronado e isla del Carmen. En Puerto Escondido están la bahía, isla Danzante y los Candeleros. También hay excelentes sitios en isla Monserrat e isla Catalán.

La región de Mulegé incluye los pueblos de Santa Rosalía y Mulegé. Hay muchas islas y zonas arrecifales.

La costa de Sonora tiene también lugares hermosos: Bahía de los Ángeles, Bahía Kino, Guaymas, San Carlos y Topolobampo.

Los estados de occidenteEn Sinaloa, Nayarit, Jalisco y Colima se encuentran playas maravillosas y servicios turísticos de primera. El buceo típico de estas regiones se hace en arrecifes rocosos, farallones, ensenadas, y en islas cercanas a la costa.

En Mazatlán el buceo es de poca profundidad. Hay pequeñas colonias de lobos marinos. Los mejores meses para bucear allí son de noviembre a junio.

En Puerto Vallarta abundan los lugares grandiosos: Punta Mita, las Islas Marietas y Los Arcos, cerca de Mismaloya. Con permiso especial se puede intentar la exploración de las Islas Marías y la isla Isabel.

En Jalisco hay buenos lugares en Chamela, Paraíso, Playa Blanca, Careyes y Tenacatita. Son sitios de playas

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hermosas, arrecifes rocosos con mucha fauna, y se hacen excursiones a las islas.

Pacífico sur: La costa michoacanaLa costa de Michoacán reúne paisajes maravillosos, acantilados, morros y abismos inexplorados. En la costa se ven playas alternando con peñascales: Promesa de excelentes inmersiones. Se puede bucear en San Juan de Limas, Faro de Bucerías, Maroata, o salir con pescadores de Caleta de Campos.

No hay servicios de buceo: Hay que llevar todo. Los grupos contratan a los pescadores de la región. Se acampa cerca de los restaurantes de la playa y se necesita llevar agua potable. Si vas por carretera, lleva gasolina extra. Viaja de día y en caravana.

GuerreroEl fondo marino de Guerrero está formado por grandes masas de granito y basalto intercalados con rocas sedimentarias. Montañas, farallones y cúmulos de material desgajado por derrumbes. La plataforma continental es corta y esto favorece las corrientes verticales que aparecen al principio de la primavera.

Bahía de AcapulcoAcapulco ha sido un sitio preferido desde tiempos prehispánicos. Los mejores meses para bucear son de noviembre a febrero, con aguas cálidas y visibilidad hasta de 60 m. En marzo emerge el agua fría, el plancton se reproduce, y las aguas se ponen turbias. En verano el agua se calienta y la visibilidad es de 15 a 20 m. En Acapulco puede bucearse casi todo el año. Es mejor la temporada de invierno. Es recomendable evitar los meses lluviosos, septiembre y octubre. Hay cámara hiperbárica en la base naval de Icacos.

En Acapulco existen muchos sitios interesantes: Barcos hundidos como El Corsario, Santa Teresa y el inolvidable Río de la Plata. En los alrededores de la isla Roqueta hay buceo para todos los gustos y capacidades. El Bajo de la Quebrada, hacia Pie de la Cuesta, termina en una plataforma de roca que se pierde en el mar. Hacia Puerto Marqués están el bajo de Quitasueño y el Morro del Peregrino, con 24 m hasta la arena.

Bahía de ZihuatanejoComo todo el Pacífico guerrerense, aquí puede bucearse casi todo el año. La visibilidad varía entre los 10 y los 40 m, salvo en los meses lluviosos. En invierno se tiene la máxima visibilidad

y la mejor temperatura. En primavera llega el agua fría. Los sitios de buceo están entre la bahía y la isla de Ixtapa. Los Morros del Potosí son seis picachos en mar abierto. Generalmente tienen buena visibilidad y es común encontrar fauna mayor.

Costa Grande y Costa ChicaLa Costa Grande de Guerrero va desde Acapulco hasta Playa Azul, en el límite con Michoacán. El litoral tiene playas arenosas, esteros, palmares y zonas selváticas. Hay posadas familiares y sitios para acampar en la carretera.

La Costa Chica queda entre Acapulco y Oaxaca. Son lugares sin servicios, pero con gran belleza. Se puede bucear en Villa Ventura, Las Peñitas de Marquelia y Punta Maldonado. Para poder bucear en la Costa Chica, es necesario llevar todo de Acapulco. Hay que viajar de día y acampar con recomendados. En el país quedan pocos lugares para acampar con seguridad.

Oasis en la costa oaxaqueñaLa distancia y la dificultad para cruzar la Sierra Madre del Sur han mantenido aislada a la costa oaxaqueña. Muchas personas sólo buscan las playas de Puerto Angel, Puerto Escondido y Huatulco para disfrutar de la naturaleza y del mar. Hay excelentes sitios de buceo y servicios aceptables. Las mejores condiciones son de noviembre a marzo y puede bucearse casi todo el año.

El buceo chiapanecoLa costa chiapaneca —con sus esteros y playas arenosas— ha sido poco favorecida con lugares de buceo, pero cuenta con sitios maravillosos entre sus aguas continentales. De los lugares más hermosos del estado está el cenote de Chinkultik, cerca de Comitán. Tiene agua cristalina y cerca de 60 m de profundidad.

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En Chiapas no hay servicios de buceo, pero se puede bucear con la Asociación de Actividades Subacuáticas del estado de Chiapas.

Golfo de MéxicoEl Golfo de México reúne maravillosos arrecifes coralinos y barcos hundidos, con condiciones meteorológicas inestables. Esto se debe a los vientos alisios (vientos débiles del este que soplan constantemente), al sistema de nortes de Veracruz, que puede afectar desde los Grandes Lagos hasta la bahía de Honduras, y a la llegada de tormentas tropicales y otros meteoros en el verano. El mejor tiempo para bucear las zonas costeras es de abril a agosto.

Arrecifes veracruzanosFrente a esta costa están algunos de los arrecifes coralinos más hermosos del país. Entre los más populares se encuentran tres cadenas: Una cercana al puerto y dos más frente a la población de Antón Lizardo, 20 km hacia el sur. Estas estructuras forman el Parque Arrecifal Veracruzano. Hay buenos servicios de buceo. Hay cámara hiperbárica en el Hospital Naval.

Frente al puerto están isla Verde, isla Blanquilla e isla Sacrificios, que se ven desde el malecón. Los arrecifes Anegada de Adentro y Pájaros sólo muestran unas rocas y sus balizas. Los lugares favoritos son los pecios Hidalgo, y Rivapalacio, un arrecife artificial hundido por la Secretaría de Marina.

En la zona de Antón Lizardo quedan Chopas, isla de Enmedio, El Rizo y Cabezo. Después de un canal pro-fundo se ven los arrecifes lejanos, entre 10 y 30 millas de la costa. Entre ellos están la Anegada de Afuera, Topetillo, Santiaguillo, Anegadita de Afuera y sur de Cabezo.

Arrecifes distantes en el golfoDesde los puertos de Tuxpan y Tampico se parte hacia la isla de Lobos, los bajos de Tuxpan y las plataformas petroleras. Estos lugares, poblados de vida coralina, ofrecen buceos de interés y mucha fauna. Hay prestadores de servicios en ambos puertos.

Si se quiere encontrar naufragios y lugares únicos para buzos expertos y resistentes, se puede ir en expediciones a los arrecifes distantes del golfo: Alacranes es un conjunto de arrecifes con tres islotes. Está a doce horas de navegación al norte del puerto de Progreso, en Yucatán. En éste hay muchos pecios. Están los Mármoles de Bellas Artes, o el Tweed, un vapor con la forma de un templo griego. Lo más notable es la belleza natural.

Cayo Arcas queda a doce horas de navegación al noroeste de Campeche. Hay plataformas petroleras.

Además de la visita al arrecife, vale la pena conocer la vida de los trabajadores de estos lugares.

Triángulos es un conjunto de tres islotes a 24 horas de navegación al noroeste de Campeche. Entre el coral se encuentran restos de barcos y cañones. Es como hacer un viaje a través de la historia.

Estos lugares sólo pueden visitarse en barcos pequeños y llevando todo desde tierra. Para salir se necesitan permisos y todo el equipo de seguridad. La vida en un barco pesquero es dura, pero fascinante para personas que gustan de la naturaleza, la convivencia y que sean capaces de cambiar comodidades por intensidad. Los mejores meses son julio y agosto.

Caribe mexicanoLos arrecifes caribeños son esqueletos de corales que crecieron en épocas que el nivel del mar era más alto. Tomaron su forma actual hace cinco o diez mil años durante la última era glaciar, cuando el nivel del mar estaba unos 30 m más bajo que ahora. Entonces, aquellas moles altas y secas estuvieron sujetas a la erosión que conformó sus plataformas isleñas, sus cavernas y sus playas.

En todo el Caribe pueden verse los efectos del cambio en el nivel del mar: Líneas costeras en forma de media luna y sucesiones de plataformas que muestran antiguas playas, modificadas por la acción de las olas. Sus costas pueden bucearse casi todo el año, aunque hay que vigilar la llegada de tormentas tropicales y huracanes durante el verano.

CozumelCozumel es una isla plana, ovalada, de roca caliza. Tiene 30 km de largo y está a 20 km de la península de Yucatán. Aunque pertenece a lo que se denomina el

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sureste, está sobre el paralelo 20°; es decir, a la misma latitud que Querétaro o Guanajuato. Cozumel es un magnífico centro de recreo.

Sobre la plataforma de la isla hay varios arrecifes someros, entre los 10 y los 20 m de profundidad. Están cubiertos de esponjas, gorgonias y corales suaves. El paisaje se conforma entre una filigrana de agaricias, los corales dominantes de la región. Desde que la isla obtuvo el decreto de parque nacional, muchas especies que faltaban han comenzado a regresar.

Entre los arrecifes bajos están Yuk-kab, Paso del Cedral, Tormentos, Punta Tunich, San Francisco y Colombia Bajo. Son manchones de coral llenos de vida bentónica. En sus rincones habitan langostas, morenas y cangrejos. También hay meros que buscan caricias de los visitantes. Evite alimentar a los peces; esto le expone a una mordida y no les hace ningún favor.

Los buceos de los grandes son las paredes y el abismo. Laberintos y cuevas en Palancar, corte de tajo en el cantil de Santa Rosa. En Colombia, abismos, bosques de gorgonias y coral negro, parecieran figuras inventadas por un Dante del océano. Punta Sur: Cuevas al borde de la profundidad. En Maracaibo, los umbrales del azul. Los arrecifes profundos son para buzos con experiencia. Se puede bucear a la deriva con la corriente, ver delfines, barracudas, rayas moteadas y con suerte, tiburones. Son buceos de gran belleza e intensidad.

Cancún y Ribera MayaCancún es el centro de buceo de la modernidad. Hay bue-nos lugares en la costa y cerca de isla Mujeres. Se puede bu-cear casi siempre. El agua es clara y cálida. La norma es el buceo a la deriva. Si el tiempo está difícil, se puede optar por el buceo en los cenotes en Playa del Carmen o Cozumel.

Playa del Carmen y toda la Riviera Maya se ha transformado en un gran centro de buceo. Uno de los nuevos placeres es visitar a los tiburones ballena y los tiburones dormidos en Contoy y Holbox. Se están abriendo operaciones de buceo en los arrecifes costeros hasta Punta Xkalak y hay compañías de particulares y guías locales que ofrecen expediciones a lugares distantes como el Banco Chinchorro, famoso por sus pecios antiguos.

También se puede bucear en cuevas y cavernas. Para bajar en estos sitios hay que buscar el entrenamiento y la certificación correspondiente.

Aguas continentalesEn el país contamos con gran

diversidad de masas continentales de agua. Se puede bucear durante todo el año, salvo en invierno. Es mejor descansar en temporada de lluvias. Hay que usar procedimientos para buceo en altitud.

Morelos: Lagos, manantiales y cavernasLa región de los balnearios de Morelos es muy atractiva para los buzos del altiplano. Los escurrimientos del deshielo de Sierra Nevada se reúnen en ríos superficiales y subterráneos. Las rocas calcáreas son materia prima para la formación de manantiales, grutas y cavernas. Son sitios excelentes para el buceo deportivo.

En los límites entre Morelos y Guerrero existen varios sistemas de grutas: Las grutas de Cacahuamilpa están arregladas para el goce de los paseantes. Los aventureros recorren los ríos San Jerónimo y Chontalcuatlán, que son parte del mismo sistema. En Morelos abunda el agua: Afluentes del río Amacuzac, manantiales, ríos subterráneos y lagos naturales. Va una muestra: Las Estacas es un balneario construido en el río del mismo nombre, a partir de un manantial. Tiene servicio de buceo, albercas, áreas verdes, cabañas y sitios para acampar. Se puede hacer buceo saliendo del borbollón y a favor de la corriente; hay un fondo arenoso con manantiales pequeños, algas y pastos, tortugas y peces de agua dulce. La profundidad llega a los 5 m.

Las Tazas fue un acueducto prehispánico, adaptado por los españoles para regar sus campos. Actualmente se usa como balneario. El agua es fría.

El lago de Tequesquitengo está en la misma zona. Bucear en Teques es una experiencia fascinante para buzos expertos. El lago está a 900 msnm, tiene agua fresca y es un sitio de clima caluroso. La visibilidad varía de 1 a 3 m según la época y el paso de lanchas.

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María Teresa Morfín GarcinavaDirectora de la Comisión de Buceo y Normatividad

San Luis Potosí: La Media LunaLa Media Luna está a 6 km de Río Verde. Está formada por manantiales de agua tibia y cristalina (30° C todo el año). Los manantiales forman pozas cónicas con fondo de materia orgánica. De la laguna salen canales para riego, adornados con plantas acuáticas. En el exterior abundan las aves. En el agua hay tortugas, culebras, carpas y peces endémicos del lugar. En la laguna se han encon-trado huesos de mamut asociados con restos humanos. Se han extraído muchas piezas arqueológicas. Entre las colecciones destaca la que pertenece al pueblo de Río Verde, custodiada por el señor Juvencio Martínez. En Río Verde hay hoteles pequeños, cabañas y servicio de buceo. Muchos grupos acampan a la orilla de la laguna.

Puebla: Laguna de AlchichicaAlchichica es una laguna de origen volcánico al lado de la carretera México-Xalapa, 20 km antes de llegar a Perote. Es una caldera de explosión o axalapasco, que en náhuatl significa “jarro con agua”. Forma parte de un grupo de axalapascos de la región con La Preciosa, Quechulac, Altotonga y Atexcac.

Alchichica está en una llanura rodeada por serranías de calizas secas, taladas y erosionadas, donde destacan los cerros de La Calavera y las Derrumbadas. Cuando está el cielo despejado se ven el Cofre de Perote y el Pico de Orizaba. El clima es semidesértico frío. Amable a principios del verano, pero afectada por las condiciones del golfo. La altitud es de 2 200 msnm.

Alchichica es como un mar en miniatura: Tiene su plataforma continental, pequeñas islas, corrientes, olas y mareas. No se le conoce fondo, aunque hay reportes de buzos que han tocado los 70 m. Es un lugar de agua salobre y detergente. Hay poca vida: Algas y pastos a poca profundidad, charales y los misteriosos axólotl, las salamandras originarias de las aguas mexicanas.

Toluca: XinantécatlEl volcán Xinantécatl (Nevado de Toluca), está a una hora y media de la Ciudad de México. Tiene en su cráter a 4 200 msnm, dos de los lagos buceables más altos del mundo: Las lagunas del Sol y de la Luna.

A 17 km del cráter, subiendo por terracería, está el Albergue Alpino. Lo administran ejidatarios del lugar. El refugio tiene dormitorios colectivos, chimeneas, baños, cocinas y comedores. Se puede traer comida o comprar cecina, sopa de hongos y quesadillas. Se necesita ropa abrigada. No hay servicio de buceo, para hacerlo se requiere usar traje completo de 6 mm de grosor como mínimo, botas, capucha y guantes.

Dentro del cráter, a los lados de un tapón de lava, están las dos lagunas cristalinas que se alimentan con agua de nieve. El fondo es arcilloso y ha guardado ofrendas de pobladores antiguos y recientes. A pesar de haber sido

saqueadas, todavía tienen conos de copal, algunos rayos ceremoniales y cajas de relojes antiguos que quedaron del tesoro del Vita, el barco que trajo los bienes de muchos refugiados españoles durante la guerra civil.

Para bucear es necesario en auto hasta la orilla. Se bucea entre las 10 y las 14 horas, con la máxima irradiación solar. Los mejores meses son de mayo a noviembre. Es necesario vigilar el estado del tiempo y alistarse para bajar si llega una tormenta. Las principales complicaciones se deben a las bajas temperaturas, y al enrarecimiento de la atmósfera por la altitud. El buceo requiere una condición física excelente, preparación y cuidado con los procedimientos para el buceo en alta montaña.

Para planear los viajes de buceoComo se ha podido ver a lo largo de este trabajo, México es un país con una gran variedad de opciones para el turista interesado en el buceo, pero en la mayor parte de estos destinos, no se ofrece información suficiente, accesible y oportuna. Por lo tanto, si le interesa viajar y conocer un sitio nuevo, busque información sobre cada una de esas regiones. En muchos de estos lugares se podrá encontrar agencias especializadas, clubes o grupos de aficionados y profesionistas que atienden las necesidades del turista de buceo.

No hay que olvidar que cada vez que se viaja a destinos nuevos se debe planear de acuerdo con las necesidades de cada región. Busque información sobre las habilidades, la capacitación, el equipo y la condición física que se requiere para cada caso. Tampoco descarte que muchos de estos lugares carecen de las comodidades y servicios de los destinos turísticos más populares. Y en caso de amenaza del mal tiempo, sugerimos posponga sus actividades de buceo.

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A nivel mundial el manejo y la disposición de los residuos sólidos —mejor conocidos como basura— representan un gran problema del cual México no está exento.

En nuestro país se generan al día, aproximadamente 35 383 100 toneladas de residuos sólidos urbanos, es decir, cada habitante produce alrededor de 0.911 kilogramos al día, esto equivale a un volumen diario de cinco m de altura. Para el año 2020, se estima que la generación de residuos por persona se incremente a 1.06 kg/día (INEGI, 2007). Considerando esta proyección, es necesario buscar alternativas para lograr una mejor gestión de los residuos, siendo una de éstas el reciclaje (García, 2006).

especificaciones de compra de algunos productos destinados al reciclaje (véase tabla 1).

De los diversos subproductos recuperables de la basura, después de haber sido industrializados por las empresas recicladoras, se pueden obtener diversos productos finales, como se muestra en la tabla 2.

reciclar los residuos que generamos?

es importante

Carolina ArmijoAurora Fierro

¿Por qué

Debido a los cambios en el estilo de vida y en los patrones de consumo de la población, la basura pasó de ser densa y casi completamente orgánica a voluminosa y no biodegradable (Comisión Mexicana de Infraestructura Ambiental, 2003). Las grandes concentraciones humanas están ahora en centros urbanos provocando daños al ambiente, como se muestra en la figura 1. En la actualidad, es posible aprovechar nuevamente los residuos que generamos como, plásticos, metales, la mayoría de empaques, aluminio, vidrio, papel, cartón, entre otros (INE, 2005).

En México el residuo que se genera en mayor proporción es orgánico con 17 953 toneladas en 2005; esto representa 50% del total de los residuos generados en su tipo; le siguen otro tipo como pañales desechables, los residuos finos, entre otros, con 6 015 toneladas, representando 16%; y el papel, contribuyendo con 5 276 ton, las cuales representan 14%. Es decir, 50% de los residuos que se generan son inorgánicos y 50% restante son orgánicos. Reciclar desechos sólidos en México es un gran negocio, además de una necesidad ambiental. En México, en 2001, se produjeron residuos sólidos reciclables que corresponden 48% en papel, cartón y productos derivados de éstos. El vidrio es 21%, el plástico 14%, los metales (aluminio ferroso y no ferroso) 11% y 5% restante es de textiles (SEMARNAT, 2002).

Para que una compañía pueda comprar materiales reciclables existen ciertos requisitos que se deben considerar; sin embargo, cada empresa en particular impondrá otros. En la tabla 1, se muestran las

Figura 1. Componentes de residuos sólidos en México. Fuente: Elaboración propia con datos de: INEGI, 2007.

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El reciclaje produce gran cantidad de beneficios entre los cuales se encuentran:

a) La disminución de volúmenes de desechos sólidos.b) Reducción del gasto de recursos naturales y energía.c) Aprovechamiento de los recursos presentes en los

materiales reciclables.d) Disminución de los costos de disposición final de

los residuos. e) Generación de nuevas fuentes de trabajo.f) Promoción de la participación ciudadana en

campañas y proyectos de reciclaje.

Cada botella o tarro de vidrio que termina en un vertedero permanece más de 3 000 años sin descomponerse. En cambio, por cada 3 000 botellas de vidrio que se vuelven a fundir se consigue ahorrar más

de una tonelada de materia prima que no se tiene que extraer de las canteras. Al disminuir la generación de la basura en 1 000 kilos, se reduce hasta 50% el consumo de agua necesaria en la fabricación de nuevos envases, se disminuye la contaminación del aire 20% y se ahorra energía eléctrica.

Una lata de aluminio que se arroje al suelo tarda 500 años en desaparecer; mientras que con cada tonelada de aluminio recuperado se ahorran 29 barriles de petróleo (gobierno de La Rioja, 2004). 300 envases de tetra pack vacíos, usados y plegados caben en sólo un cubo de basura de 10 litros. Además, los 300 envases pesan sólo 7.8 kilos y no generan sustancias químicas como lixiviados (Tetra Pack, 2007). En el caso del papel los datos también son sorprendentes, en la tabla 3 se presenta la información de los requerimientos para producir papel normal y papel reciclado.

Tabla 1. Especificaciones de compra. Fuente: SEDESOL, 2005.

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Tabla 2. Productos obtenidos del reciclaje de desechos.

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Carolina Armijo, Aurora FierroInstituto de Ingeniería, UABC, Mexicali.

La información anterior evidencia el beneficio del reciclaje cuando se compara con la producción de artículos elaborados con materia prima virgen. Por lo tanto, se puede decir que el reciclaje representa una mejor opción para el cuidado del ambiente y evitar efectos dañinos a la salud de la población. Cada vez que se deseche algún empaque o desperdicio de comida, consideremos el daño irreversible que le hacemos al planeta y recordemos que siempre es mejor evitar generar residuos.

BibliografíaComisión Mexicana de Infraestructura Ambiental. (2003).

La basura en el Limbo: Desempeño de gobiernos locales y participación privada en el manejo de residuos urbanos. Agencia de Cooperación Técnica Alemana (GTZ). México.

García Olivares & Arnulfo Arturo. (2006). Recomendaciones táctico- operativas para implementar un programa de

logística inversa: Estudio de caso en la industria del reciclaje de plásticos. Eumed.Net: México.

Gobierno de La Rioja. (2004). La recogida selectiva de vidrio, papel, cartón y envases ligeros en la Rioja avanza a buen ritmo. Información ambiental. Núm. 17, junio. Editorial Calidad ambiental: La Rioja, España.

INE. (2005). Manejo de los residuos de envases en los países en desarrollo. México.

INEGI. (2007). Información estadística: Generación de residuos sólidos urbanos, por tipo de basura. México.

SEDESOL. (2000). Manual para determinar la factibilidad de reducción y reúso de residuos sólidos municipales. México.

SEMARNAT. (2002). Informe de la situación del medio ambiente en México. México.

Tetra Pack. (2007). Ciclo de vida del envase Tetra Pack. Santiago, Chile.

Tabla 3. Para fabricar una tonelada de papel. Fuente: Gobierno de La Rioja, 2004.

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Formación del Colegio de Economistas en Baja California

Sergio Noriega Verdugo

Para

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La creación del Colegio de Economistas en Baja California es un suceso ocurrido hace ya más de treinta años que pareciera va quedando en el olvido, no digamos entre las nuevas generaciones de economistas de la entidad, sino entre sus propios fundadores. El paso del tiempo nos ayuda a olvidar los propósitos, ideales y fracasos de jóvenes profesionistas que de alguna manera optaron por participar en la vida gremial y por este conducto en la vida económica del estado donde se desarrollaron.

Para apreciar este ensayo, cabe señalar algunas características de la ciencia económica y de los economistas mexicanos que la practicaron a principios de los años setenta. Al igual que otras disciplinas, la ciencia económica pretende encontrar la relación entre causa y efecto de ciertos fenómenos, con el propósito de anticipar acontecimientos antes de que éstos ocurran, aunque en son de broma se diga lo contrario. La economía estudia la producción, consumo y distribución de productos y de los factores de la producción, para lo cual se pueden emplear diversas teorías. Las teorías más destacadas de entonces fueron: La de mercados o microeconomía, la keynesiana o macroeconomía y la marxista —que vaticinó el fracaso del capitalismo— con base en la explotación del trabajador y la lucha de clases.

Leopoldo Solís, uno de los más prestigiados economistas de México, ha señalado que el pensamiento de los economistas mexicanos de la época estuvo muy influenciado por el nacionalismo y la revolución mexicana. Al revisar una gran cantidad de escritos sobre la política económica de entonces, Solís destacó tres aspectos limitativos del análisis de sus colegas mexicanos: El escaso empleo de herramientas matemáticas; el poco énfasis en el pensamiento abstracto y; el análisis rutinario no crítico de los problemas (Solís, 1971).

Un aspecto que puede ayudar a explicar el enfoque analítico de la mayoría de economistas de entonces, es el mayor énfasis que ejercieron las escuelas de economía del país —particularmente en las universidades públicas— en cuanto a la enseñanza de la macro-economía sobre la microeconomía. Aparentemente esto provocó que los profesionistas estuvieran más preparados para abordar los problemas generales de la economía nacional que los problemas específicos del público consumidor y de las empresas privadas.

Sin embargo, lo que aquí se pretende no es examinar las técnicas de análisis de los economistas de entonces, sino realizar una reseña histórica de sus esfuerzos por unir al gremio y hacerlo participativo. Se trata pues de cómo se dio la integración de los economistas en Baja California. Se pretende plantear los hechos más relevantes y las razones que mejor explican la formación de un colegio de profesionistas.

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Como cualquier relato histórico, el presente ensayo tiene limitaciones en relación con la información disponible. Algunos de los participantes ya han fallecido y a los que pudimos entrevistar no cuentan con una memoria detallada ni precisa. De esta forma hubo necesidad de limitar la temática a los aspectos para los que contamos con más información. Desafortunadamente, el gremio jamás tuvo un local propio donde se archivara la documentación relativa a los asuntos del colegio. La información básica ha pasado de mano en mano de quienes ocupan la mesa directiva vigente y su traspaso nunca ha sido cuidadoso ni completo, por lo que en general no existen actas de las juntas y de los acuerdos tomados.

Otra limitación concierne a que la investigación de campo en gran medida se circunscribe a Mexicali. Fueron muy pocos los economistas consultados de Tijuana y Ensenada y cuya participación en la formación del colegio no fue menos importante. Por supuesto esta restricción le da más relevancia a los hechos ocurridos en Mexicali que los que acontecieron en las otras localidades del estado. Sobra decir que si ésta fuera una investigación formal, hubiera cubierto todo el estado en forma más sistemática.

No obstante estas limitaciones, un ensayo sobre la formación de un gremio profesional es importante para entender el papel que juegan los grupos organizados que conforman nuestra entidad. No debemos olvidar que somos herederos de una tradición donde el gobierno ha sido la principal y a veces la única instancia para deli-berar y decidir sobre cuestiones públicas. Algunos adjetivos que pudieran caracterizar a dichos gobiernos incluyen: centralista, autoritario y paternalista. Por otra parte, gracias aquellos gobiernos tecnócratas, se favoreció al gremio de economistas, pero de ninguna manera esta característica fue conducente a la democracia.

Sin embargo, la forma en que se han desempeñado nuestros gobiernos no debe ser pretexto para eximir a los ciudadanos de sus deberes ante la sociedad, particularmente aquellos afortunados de recibir educación superior, como es el caso de los colegas que integraron el colegio en cuestión.

El contextoLos trágicos acontecimientos de 1968 en Tlatelolco impactaron al país entero, tanto a gobernados como a gobernantes. Los eventos crearon una brecha entre los dos. Los estudiantes culparon al gobierno y el gobierno a su vez culpó a los agitadores comunistas. La manipulación de los medios obligó a la sociedad a buscar la verdad por otros medios. No se hizo una investigación imparcial de los hechos —no se llevó a cabo un juicio público—, tampoco hubo un deslinde de responsabilidades. En cambio, sí se violaron los derechos

humanos y nadie aceptó ser el culpable. La repercusión social del 68 ayudó a crear conciencia de nuestras contradicciones y abrió una herida que hasta la fecha no ha terminado de cicatrizar.

La historia del Colegio de Economistas en Baja California comienza después de lo ocurrido en Tlatelolco. Podríamos decir que comienza aproximadamente durante la campaña presidencial de Luis Echeverría Álvarez, cuya participación en las represiones estudiantiles del 2 de octubre y del Jueves de Corpus, cabe señalar, no ha sido aún aclarada. Fue durante este tiempo que el país pasó del optimismo generalizado a un cuestionamiento crítico respecto de su desenvolvimiento.

Una muestra de dicho optimismo corresponde a la opinión de Carlos Tello, destacado economista y miembro del gabinete de Echeverría:

Al iniciarse la década de los años setenta la imagen que de México se tenía en los círculos de poder económico era la de un país excepcionalmente afortu-nado y privilegiado dentro de los de su clase: Creci-miento económico, solidez monetaria, solvencia credi-ticia y estabilidad política eran las condiciones nece-sarias y suficientes para considerarlo así (Tello, s.f.).

Sin embargo, la campaña presidencial llevó al país a la reflexión sobre el llamado “desarrollo estabilizador”, caracterizado por el rápido crecimiento económico y la estabilidad monetaria y, por consiguiente, sobre la política económica de los gobiernos anteriores. La reflexión condujo a la crítica de lo que antes era considerado como “el milagro mexicano”, y por ende, la actuación del gobierno. El cuestionamiento encontró sustento en el libro titulado: ¿Crecimiento o desarrollo económico?, donde los autores argumentan que lo ocurrido en México era sólo crecimiento de la producción económica, pero desprovisto del beneficio correspondiente a la colectividad. Con esta obra, Miguel Wionczek dice que le parece que se cierra “una larga etapa de la vida del país, periodo en el que, en aras del crecimiento económico cuantitativo, se sacrificó a la demo-cracia política y al bienestar social” (Wionczek, p. 7).

El camino a la presidencia de Echeverría Álvarez en 1970 fue dinámico e intenso, el candidato recorrió la península de Baja California cuando el único camino era de terracería o brecha. Las reuniones públicas con la presencia del candidato fueron numerosas y largas. La participación de economistas tanto durante la campaña como después de ella dentro de su gobierno fue significativa.

Como parte del esfuerzo electoral, el PRI contó con una organización capaz de plantear los problemas socioeconómicos que aquejaban al país en general así

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como a las entidades federativas que lo integran. A nivel nacional se tuvo el Instituto de Estudios Políticos Económicos y Sociales (IEPES), su director fue Jorge de la Vega Domínguez, economista egresado de la UNAM y ex presidente del Colegio Nacional de Economistas (1961 a 1963).

Dentro del contexto regional, de la Vega Domínguez puso como titular del Centro de Estudios Políticos Económicos y Sociales (CEPES) del PRI en la entidad a otro destacado economista originario de Baja California, nacido en Calexico, Alfredo Vargas Piñera, hijo de un prominente educador regional, egresado del Instituto Politécnico Nacional, quien antes había servido como tesorero del gobierno del estado, bajo el mando del primer gobernador constitucional del estado: Braulio Maldonado Sández. Dentro del equipo de colaboradores de Vargas Piñera en el CEPES participaron varios economistas, la mayoría de ellos, posteriormente pasaron a formar parte del colegio.

La participación política de economistas contribuyó a que más de ellos ocuparan puestos dentro del gobierno estatal y local. Con más intereses en común, los economistas de Baja California fueron agrupándose paulatinamente para compartir sus inquietudes, aunque no necesariamente circunscritos a la economía. Las reuniones que ayudaron a conformar lo que posteriormente sería el Colegio de Economistas en Mexicali iniciaron como un grupo de amigos economistas. La temática de las discusiones fue muy variada, desde política hasta deportes y mujeres. La seriedad de dichas discusiones fluctuaba de acuerdo con el ánimo de los interlocutores, sólo que en su trayecto se fue cultivando un ambiente de confianza entre ellos mismos. La frecuencia de las reuniones fue irregular al igual que el lugar de encuentro. Generalmente las reuniones se hacían en algún restaurante o café de la ciudad, como en El Burrito o en oficinas gubernamentales.

El ánimo que motivaba a la mayoría de los colegas se relacionaba en parte con su edad y las condiciones laborales prevalecientes. Es decir, había razones para ser optimistas. La mayoría de ellos eran jóvenes de poca experiencia, pero contaban con la ventaja de una profesión que los distinguía de los demás. Y esto no era sólo al anteponer el título de licenciado antes de su nombre, sino a la constancia implícita de una carrera profesional, que hasta entonces era inaccesible para la mayoría de la población y en ocasiones ni siquiera favorecía a sus jefes.

Además, trabajar para una dependencia gubernamental ofrecía un ingreso con prestaciones por encima de lo que se proporcionaba normalmente en el sector privado y más o menos acorde con lo que se pensaba correspondía a un profesionista. Y dado el

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rápido crecimiento de la burocracia gubernamental, las oportunidades de superación generalmente estaban presentes.

Los acontecimientos de la vida pública del país ayudaron a aumentar la inquietud entre los economistas regionales. Las controversias derivadas de la acción gubernamental exigían una respuesta o una posición entre los colegas. Sin embargo el “nacionalismo revolucionario” desorientaba al público y ocultaba con frecuencia los costos implícitos y las alternativas posibles. Hay que señalar que se vivía en una simulación, donde se podía criticar al gobierno en privado, pero se esperaba el apoyo incondicional en la vida pública. Además, no podemos desdeñar la importancia que tenía el gobierno como el principal empleador de economistas.

Ya iniciada la presidencia de Luis Echeverría, se creó otro organismo nacional con participación regional: La Liga de Economistas Revolucionarios de la República Mexicana (LER). Esta agrupación formó parte del PRI y atrajo particularmente a quienes aspiraban a mejorar su posición a través de la política y contó con el apoyo de diversos órganos de gobierno. Su campo de acción estuvo fundamentalmente ligado a las campañas electorales. La LER llegó a Baja California antes de que el colegio naciera formalmente. De ahí que algunos de sus miembros fueran también quienes formaron al colegio en Mexicali. Sin embargo, después de creado, se dividieron las preferencias de los colegas entre las dos agrupaciones.

En menos de un año del inicio del régimen de Echeverría, el primero de noviembre de 1971 tomó protesta del nuevo gobierno del estado de Baja California, el experimentado político Milton Castellanos Everardo. Este gobernante contribuyó a que su administración proporcionara empleos a economistas, pero fue la burocracia federal con un mayor presupuesto quien hizo posible que el gobierno federal fuera el principal empleador de economistas en la entidad.

Un ejemplo de ello corresponde al Comité para el Desarrollo Económico de la Península de Baja California y Parcial del Estado de Sonora. Creado en la década de los sesenta, el Comité se ocupó de administrar la zona libre y para ello contó con la representación de dos secretarías del gobierno federal: la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y la Secretaría de Industria y Comercio. Ambas secretarías incorporaron a economistas del interior del país para trabajar en su sede en Mexicali.

Si bien es cierto que este organismo tuvo un efecto positivo en la creación de una “masa crítica” de economistas que habrían de participar en los quehaceres colegiales, hay que señalar que su influencia fue también inhibidora de las opiniones y acciones de los colegas. Las opiniones de los economistas respecto de sus dependencias y de sus funciones, eran temas reservados a los representantes titulares de las mismas.

Cualquier declaración de un subalterno a los medios de difusión era muy mal vista. Proporcionar datos y sobre todo opiniones, era cuestión institucional y por ende, centralista. Por lo tanto, ningún colega que no fuera el titular de la oficina podía comentar sobre política o economía ante los medios de difusión.

Esta influencia inhibidora que tuvieron las secretarías integrantes del Comité para el Desarrollo Económico, no fue de ninguna manera privativa de ellas, la conducta se extendía dentro y fuera del gobierno. Por otra parte, los medios de información contribuyeron a ello, en virtud de que las fuentes de información consultadas por ellos eran y siguen siendo oficiales y para sus titulares exclusivamente. Aun así, la difusión de información económica por aquellos años fue poco objetiva, mal razonada y frecuentemente extemporánea.

Aunque hubiese razones para justificar el limitar las declaraciones de profesionistas que no ocupaban, la titularidad de algún organismo, su efecto en el colegio fue retardatario. Por muchos años el colegio prefirió no hacer declaraciones a los medios y, por ende, se mantuvo en la penumbra de la opinión pública. De esta manera el colegio fue poco participativo tanto hacia afuera como hacia adentro. El no figurar como un agente activo del cambio, contribuyó a cierta indiferencia por cuanto a los problemas locales y se limitó a preferir ser sólo un distante eco de los problemas nacionales.

La universidadAunque la ciencia económica nació hace más de dos siglos en Europa, la carrera de economía en el país es relativamente nueva. En México, la carrera de economista nació dentro de una sección de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNAM en 1929. Para 1935 la Universidad Nacional Autónoma de México concedió que dicha sección se convirtiera en una escuela independiente: la Escuela Nacional de Economía. Ésta fue presidida por Enrique González Aparicio, quien habiendo estudiado en la prestigiada London School of Economics and Political Science, se ocupó de instrumentar el cambio (Herzog, 1972).

En Baja California se tuvo que crear primero la Universidad Autónoma de Baja California. Esto ocurrió por decreto del primer gobernador del estado, Braulio Maldonado Sández, el 27 febrero de 1957. Sin embargo, su gobierno no proporcionó los fondos necesarios para su establecimiento. Por lo tanto, primero se incorporaron a la universidad escuelas pre-existentes como preparatorias, enfermería y pedagogía y se postergó la creación de escuelas profesionales. Fue hasta el régimen de Eligio Esquivel Méndez, en 1961, cuando se crearon las primeras tres escuelas profesionales, dentro de ellas la de economía en Tijuana.

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Una versión ligada a las necesidades regionales sobre la formación de las escuelas universitarias, atribuible al entonces rector Santos Silva Cota, destaca lo siguiente:

La universidad primero necesitaba escuelas preparatorias, por eso se fundaron de inmediato; requerían de maestros que supieran dar clases y así creó la Escuela de Pedagogía, luego pensó que la región precisaba desarrollarse económicamente y por eso se abrió la Escuela de Economía; para explotar los inmensos recursos marinos del estado se formó la Escuela de Ciencias Marinas; el valle de Mexicali, comarca agrícola, debía tener una Escuela de Agricultura; a los negocios les urgían contadores de ahí nacieron las escuelas de Contabilidad; para los problemas de salud se creó la Escuela de Enfermería (Grijalva & Mancilla, p.79) .

Si bien es cierto que fueron los subsidios de los go-biernos federal y estatal los que hicieron posible el desa-rrollo de la Universidad, debemos pensar que los montos fueron insuficientes. La escasez de recursos se vio refle-jada en la contratación de maestros, pues desde el prin-cipio sólo unos cuantos de ellos fueron de planta, siendo la mayoría de asignatura. Para estos últimos la compen-sación salarial era tan baja que no funcionaba como acicate de un compromiso serio y formal. Por lo tanto, la asistencia y puntualidad de los maestros de asignatura dejó mucho que desear. El mismo director de la Escuela de Economía de 1961 a 1964, Ricardo Zamora Tapia, quien antes había servido en calidad de director de la Preparatoria Número 2, abogado de profesión, constituye un reflejo de las limitaciones de la incipiente institución.

Junto con la creación de la Escuela de Economía en 1961 se creó también el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales. Sin contar con investigadores profesionales, el Instituto fue originalmente un organismo débil, pues no solamente faltaba presupuesto sino tampoco se contaba con una agenda consensuada sobre las investigaciones que debían realizarse. La mayoría de sus investigaciones se orientaron a servir a la propia universidad, lo que sugiere la ausencia de vínculos con el sector privado (IIES, 1974). Años después la falta de apoyo para la investigación ahora como complemento de la enseñanza fue calificada de la siguiente manera:

Esto acarrea, entre otras cosas, serias dificultades para la incorporación de los estudiantes a la investigación y aleja, en el tiempo, la posibilidad de romper con los viejos esquemas de la educación que nos aprisionan (García, Mungaray & Cortez).

Aunque los trabajos mejoraron de calidad y se diversificaron los problemas analizados, la universidad optó por fusionar al Instituto y la Escuela de Economía

a mediados de los años ochenta. Tres de sus directores también presidieron al colegio de economistas: Manuel Guevara Santillán, Froylán Esparza Lozano y Alejandro Mungaray Lagarda.

A pesar de sus modestos principios, la UABC se convirtió en un semillero de nuevos profesionistas, incluyendo desde luego a los licenciados en economía. La primera generación de dichos economistas fue la de 1961-1966 y el primero en titularse fue Manuel Guevara Santillán, con la tesis La Integración económica e industrial y análisis de la integración económica de la industria forrajera de Baja California, en mayo de 1969. Cinco años más tarde este mismo colega encabezaría el Colegio de Economistas.

La UABC contribuyó a formar economistas procedentes de diversos lugares de la entidad pero, como era de esperarse, principalmente de Tijuana, donde se ubica la escuela. Su impacto en el colegio fue decisivo, puesto que a fines de los sesenta eran pocos los economistas en todo el estado. Muestra de ello es que de los primeros seis presidentes del colegio, cuatro fueron egresados de la Escuela de Economía. Además de los que ya hemos mencionado, estuvo Sergio A. Rosete Weben como cuarto presidente del colegio. Muchos otros egresados de economía de la UABC fueron miembros del organismo en otras capacidades; tal es el caso de Javier Cordero Ramírez y Juan Manuel Medina López.

ParticipantesClave en la integración de los economistas en Baja California fue Adalberto Aceves Monteón. Oriundo de San Bartolo aunque registrado en Naucalpan, Estado de México y egresado de la UNAM en 1960, Aceves arribó a Mexicali en 1963, y fungió como representante. Llegó a trabajar en la representación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ante el Comité del Desarrollo de la península de Baja California. Poco después pasó a trabajar para el gobierno del estado en la Dirección de Promoción Económica e Industrial, primero bajo el mando de Ernesto Pérez Rul y posteriormente con Ignacio García Batista, en el gobierno de Raúl Sánchez Díaz.

Habiéndose casado y vivido en Francia, Adalberto Aceves contaba con una experiencia difícil de igualar. Su punto de comparación con Europa obligaba a la reflexión. Además de ser inquieto, suya era la curiosidad por saber cómo se hacían las cosas, tal vez derivado de su experiencia laboral dentro de la industria automotriz mexicana y extranjera. Su actitud emprendedora y ambición política lo llevaron a participar y encabezar en el CEPES, la Liga de Economistas Revolucionarios y en el Colegio de Economistas, induciendo a sus colegas a trabajar en equipos.

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En febrero de 1971 estudiantes de la UABC invadieron las instalaciones del Club Social Deportivo Campestre en Tijuana, demandando su incorporación al patrimonio de la universidad debido a la falta de inmuebles propios. Fue por entonces que Adalberto Aceves, quien residía en Mexicali, se hiciera cargo de la Escuela de Economía en Tijuana. Ello obligó a realizar incontables viajes entre ambas ciudades para poder cumplir con sus compromisos. Aunque su administración duró menos de un año, el esfuerzo por reencausar los trabajos académicos le ganaron el respeto de todos. Todo eso lo llevó a convertirse en el economista más conocido de Baja California.

Un colaborador de Adalberto Aceves en la Dirección de Promoción Económica e Industrial y una figura no menos en la creación del Colegio fue Manuel Guevara Santillán. Este joven economista antes de presidir al Colegio había sido uno de los primeros egresados de la carrera en titularse, director de la Escuela de Economía y posteriormente director del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UABC.

Un tercer elemento clave en la formación del Colegio en Baja California fue la participación del Colegio Nacional de Economistas, A.C. Originalmente constituido como Colegio de Economistas del Distrito Federal el 6 de noviembre de 1952, esta agrupación dio la pauta para la integración de los economistas dentro de un organismo gremial. Es lógico pensar que con el paso del tiempo los economistas de la Ciudad de México y sus colegas de otras partes del país vieran con simpatía su incorporación a un organismo nacional fortalecido, capaz de representar a todos y con valiosos nexos con el gobierno federal.

Bajo la presidencia de Jorge Tamayo López-Portillo (1974-1976) el CNE realizó gestiones para incorporar a los economistas de otras entidades federativas. Manuel Guevara Santillán reconoce el aliento del Colegio Nacional y a su presidente en particular para formar la Delegación en Baja California al decir, “...en un plano de altura nos estuvieron alentando a formarlo, dejando totalmente a una decisión democrática nuestra integración...” (Guevara, 1969).

IntegraciónEl Colegio Nacional de Economistas favoreció a la integración gremial de todo el país en honor a su propio nombre y de acuerdo con sus propios intereses. La forma como lo hizo fue fomentando la instalación de colegios o delegaciones en los estados, particularmente en aquellos donde existía la carrera de economía, fuente natural de miembros potenciales de su organización, y el caso de Baja California no fue la excepción.

La pretensión de formar un colegio en Baja California fue integrador en virtud de que los economistas

de la entidad se encontraban dispersos y no tenían contemplado hasta entonces un colegio estatal. Aparentemente, la mayoría de los economistas bajacalifornianos interesados en la participación gremial se orientaban a favor de un organismo local, donde naturalmente había más confianza porque se conocía mejor a la gente. En Mexicali, por ejemplo, existió el ánimo de una agrupación profesional, sin que nadie se ocupara de los trámites legales. Había cuando menos el interés por conocer más a fondo la ciencia y sus aplicaciones a los problemas del país, sin abundar en la formalidad de los procedimientos. En Ensenada se hizo notar que antes de que existiera un colegio estatal ya se había constituido un colegio con los economistas de ese puerto (CNE & CEBC, 1985).

El Colegio Nacional por su parte estuvo en favor de colegios estatales y sólo con ciertas dificultades reconoció aquellos colegios de una sola ciudad. Estos, al igual que otros colegios independientes, deben haberse traducido en mayores problemas de control y de representatividad del gremio. Además de plantear problemas de jurisdicción representó un terreno fértil para problemas dentro del propio gremio. No obstante, sus estatutos dejaron la puerta abierta para cualquiera agrupación regional en su artículo 65:

Los organismos regionales y asociaciones especializadas de economistas podrán incorporarse al Colegio como tales y sus miembros serán por este hecho, miembros del Colegio con todos los derechos y obligaciones enunciados en estos estatutos (ibid.).

La importancia del Colegio Nacional de Economistas en la integración del gremio en Baja California no debe subestimarse. La oportunidad de acogerse a un colegio ya formado permitió a los economistas de la entidad funcionar al amparo del CNE como su delegación en Baja California. Eso significó que no hubo que hacer estatutos, carta constitutiva, actas notariales ni trámites de registro para adquirir la semblanza de un colegio profesional. Todo ello ayudó a echar andar las aspiraciones del gremio por participar en la vida pública.

El lugarCon la creación de un organismo estatal nació la pugna por querer controlarlo. Dado que la mayoría de econo-mistas se encontraban en Tijuana y Mexicali, fue entre esas dos ciudades donde la pugna fue mayor. El limitado nú-mero de economistas en Ensenada y, sobre todo en Tecate, limitó sus aspiraciones de liderazgo. Si bien fue cierto que los economistas querían ser públicamente reconocidos y un colegio estatal lo hacía viable, la mayoría de ellos albergaba desconfianza en las pretensiones de los demás.

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Para atenuar las sospechas se escogió un lugar “neutral”: Tecate. Se adujo que la razón se debía a la geografía, pues Tecate sin ser equidistante a las otras tres cabeceras municipales, se acercaba a ser el centro geográfico regional. Conectado por carreteras con las otras ciudades, Tecate contó con la aceptación general.

También se acordó la fecha: Sábado 21 de septiembre de 1974 para elegir al próximo presidente del organismo y su mesa directiva. A la reunión de Tecate acudieron más de una veintena de egresados de la carrera de economía de diferentes universidades del país y uno de una universidad estadounidense, todos radicados en Baja California. Los votantes que aparentemente participaron incluyen los siguientes: Posibles votantes de la primera presidencia del Colegio de Economistas de Baja California. Tecate, B.C., 1974. La mayoría de los electores eran jóvenes egresados de la UABC, ya que la primera generación tan sola había terminado sus estudios seis años antes. De mayor edad y experiencia profesional fueron los votantes egresados de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Instituto Politécnico Nacional. Los candidatos para presidir al Colegio de Economistas en Baja California fueron dos: Adalberto Aceves Monteón y Manuel Guevara Santillán.

La votación fue dividida y favoreció a Guevara Santillán. Se emitieron 23 votos, 14 fueron para Guevara Santillán, 8 para Aceves Monteón y 1 fue anulado. Manuel Guevara Santillán, el más joven de los dos, era egresado de la UABC, y hasta un año y medio antes había sido director de la Escuela de Economía. Si bien es cierto que después de la votación privó un ambiente de desaliento entre los colegas de Mexicali, que simpatizaban con la candidatura de Adalberto Aceves, la legalidad y aceptación de los comicios nunca se pusieron en tela de duda. El gremio en Baja California contó finalmente con un líder elegido democráticamente.

En la misma sesión se eligieron a los siguientes miembros de la mesa directiva:

Para oficializar la creación del colegio se realizó una cena en el Hotel Palacio Azteca, en Tijuana, el sábado 12 de octubre. Para entonces se adicionaron dos puestos a la mesa directiva. Estos puestos y las personas nombradas fueron las siguientes:

La toma de protesta a la nueva mesa directiva estuvo a cargo de Roberto Villa, secretario de organización del Colegio Nacional de Economistas, A. C.; quien fue acompañado del gerente general del mismo organismo, Rubén Ayala Leyva. La ceremonia se llevó a cabo en el Salón Dorado del hotel Palacio Azteca de Tijuana. En el evento, como invitados de honor, estuvieron presentes los economistas: Adalberto Aceves Monteón, con la representación de Milton Castellanos Everardo, gobernador del estado; Alfredo Vargas Piñera, delegado de Conasupo en Baja California y; René Treviño Arredondo, tesorero municipal de Tijuana (La voz de la frontera, 1974).

De esta manera se cumplió con la aspiración de contar con una agrupación formal que les diera voz a los economistas en Baja California. El hecho de agrupar a los colegas de todo el estado elevó el relieve del acontecimiento. La forma democrática de integración contribuyó a su fortaleza, pues en la votación fue un voto por persona, ninguna por encima de la otra. Además, la mesa directiva se creó con colegas de las principales ciudades del estado, por lo que hubo una amplia representatividad geográfica. Posteriormente, en un afán de fortalecer los nexos donde había más concentración de colegas, se acordó alternar la presidencia del colegio cada dos años entre Tijuana y Mexicali.

La creación del colegio en 1974 fomentó el interés por la disciplina, la colaboración entre economistas y la participación de ellos en la vida política y económica de Baja California y de México.

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Sergio Noriega VerdugoFacultad de Ciencias Sociales y Políticas, UABC, Mexicali.

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GodGod save America

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Si bien es cierto, como lo sostiene Max Weber en su Ética, que la idea de la elección providencial es una creencia religiosa desprendida de la visión mesiánica de los calvinistas y, por extensión, de los colonos puritanos de Nueva Inglaterra, por nuestra parte tendríamos que comprender cómo ese sentimiento —privado, íntimo— llega a transformase en una creencia colectiva con suficiente fuerza como para sembrar en los individuos la idea de la superioridad moral de un pueblo y llegar incluso a cristalizar en políticas de Estado, como lo fue en su tiempo la doctrina del Destino Manifiesto, la doctrina Monroe, y la política exterior del actual gobierno encabezado por George Bush. El propósito, pues, de esta comunicación, es el de: 1) describir los mecanismos socio-cognoscitivos que han hecho posible la adhesión sucesiva de los individuos a la idea de pertenecer a un pueblo moralmente superior; 2) identi-ficar, de forma articulada al punto anterior, la naturaleza de los diferentes núcleos de conocimiento o fuentes de derivaciones ideológicas —como diría Vilfredo Pareto— en los que se ha legitimado la superioridad espiritual de los puritanos, la superioridad racial de la población WASP ( White Anglo-Saxon and Protestant) en un primer tiempo, y cultural después. Todo ello aunado al deber de propagar sus valores al precio de anexiones e intervenciones militares. Porque tenemos que reconocer que el resorte de la política exterior de los Estados Unidos —y el de su consenso— no es pura y exclusivamente económico, que existe, además de los intereses económicos —y de estrategia geopolítica en juego— motivaciones de carácter axiológico.

Para expresarlo de otra manera, la política a veces anexionista, a veces intervencionista, que nos muestra la historia de los Estados Unidos es parcialmente el producto de la convergencia racional con apego a valores entre una parte de la elite política y una parte de la opinión pública. El punto invita a preguntarse sobre qué elementos de racionalidad axiológica se han dado y se siguen dando hoy en día en dicha convergencia. Nosotros decimos que estos elementos de racionalidad fueron aportados por la racionalidad religiosa puritana. Pero que también, que con el choque del 11 de septiembre de 2007, dicha racionalidad tiende a emerger y a expresarse a través de la clase política en el poder.

En cuanto a la idea de la superioridad de la población WASP, ésta se ha visto motivada a la luz de las diferencias socioculturales surgidas de la inmigración en un contexto en el que el individuo no escapa a su origen, ya sea este racial, étnico o confesional. De esta manera las diferencias socioeconómicas que les acompañan se han presentado como un enigma cuya explicación ha dado origen a monocausalismos reductores como los que se han formado en torno a la religión, la raza y finalmente la cultura.

Elección providencial: De la convicción personal a la convicción colectiva Sostenemos pues que el sueño de los peregrinos en cuanto al destino de las colonias fundadas en Norteamérica, se ha dejado sentir y se sigue sintiendo a lo largo de la historia de los Estados Unidos, que de alguna manera éste ha cristalizado en el Destino Manifiesto, la doctrina Monroe, en la preocupación de preservar el fondo cultural WASP frente a los inmigrantes católicos de Europa y hasta en la manera en que el pueblo estadounidense evoca fácilmente la idea según la cual Dios está del lado de Estados Unidos. Es un sentimiento que lo hemos visto aflorar bruscamente como consecuencia de los atentados a las torres gemelas de Nueva York, como lo indica el lema God Save América. Hemos visto igualmente cómo Bush evoca fácilmente la idea de la amenaza al mundo libre y la necesidad de lanzar una cruzada contra el “mal” o contra los países del “eje del mal”. La interpretación maniqueísta de los conflictos en el mundo es clara en el presidente Bush, como tan claro es el hecho de que amplios sectores de la población estadounidense se reconocen en su lenguaje, principalmente los evangelistas cuya representación dentro del partido republicano pesa en un buen 37% según algunas fuentes (Rodríguez, 2006).

Nosotros sostenemos que si esta asociación de ideas es posible, es porque en el pasado ha sido establecido de una manera indisociable. La asociación entre la noción de libertad y Dios, por ejemplo, el puritano la establece a partir de una convicción: La superioridad de una religiosidad liberada de jerarquías clericales generadoras, según ellos, de opresión. Se trata de una consecuencia práctica construida lógicamente a partir del principio calvinista siguiente: Si Dios es el señor todopoderoso del mundo y de las personas, entonces “más vale obedecer a Dios que a los hombres”.

Se trata de un principio cuya adhesión explica el carácter congregacional de la religiosidad calvinista además de facilitar la libertad de interpretación de las escrituras y con ello los desacuerdos y las divisiones dentro de las formaciones religiosas. Tales efectos, visibles en nuestros días, confirman de alguna manera la importancia racional que tenía la noción de libertad para los colonos puritanos. Y ello es tanto más importante y fundamental que de ella, según ellos, emanaban numerosas bondades.

El progreso económico vertiginosamente ascendente que Nueva Inglaterra experimentaba desde su fundación, por ejemplo, era una realidad que la nación entera podía confirmar. ¿Acaso no era por la gracia de Dios, se preguntaban los puritanos del siglo XVII y XVIII, que el país experimentaba éxito tras éxito? Y, ¿acaso no era su deber hacer que el mundo se beneficiara de todas

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esas bondades con las que Dios los había bendecido, a ellos que creían enérgicamente en Dios? Que este razonamiento haya imperado entre los puritanos y se haya transmitido a la clase dirigente de la época de la constitución de la unión americana, e incluso haya llegado a afectar a nuestros contemporáneos, lo podemos ver claramente en una declaración muy conocida hecha por el presidente actual George Bush: “La libertad a la que nosotros nos apegamos no es un don de América al mundo sino un don de Dios a la humanidad” (Lapham, 2003). O incluso todavía: “Dios desea la libertad para el hombre. Mi política exterior desea también la libertad para el hombre”.

Como se recordará, para Pareto (cfr. Boudon, 1998: 224, 225; Pareto, 1977), las ideologías interpretan a su conveniencia y de manera abusiva las verdades científicas, particularmente las que emanan de las ciencias sociales. De allí la expresión según la cual las ideologías trituran “núcleos científicos”. Ahora bien, en Estados Unidos, a diferencia de Europa, la ideología no tritura sólo “núcleos científicos” para hacer pasar ante el público sus proposi-ciones como verdades aceptables. La prueba es que una buena parte de la opinión pública se muestra receptiva a los argumentos asociados a la providencia y su llamado: El de propagar por el mundo la libertad y la democracia. El punto invita naturalmente a preguntarse sobre qué elementos de racionalidad se dan en la convergencia que nosotros establecemos entre una parte de la clase política y una parte de la opinión pública. Pero, como ya lo hemos dicho antes, estos elementos de racionalidad fueron en los tiempos de las primeras colonias, interpretados como bondades que la providencia ofrecía sólo a su pueblo, pueblo elegido. Tal es el caso de la noción de libertad, democracia, progreso, entre otras.

Procedamos a una breve descripción de los mecanismos sociales y cognoscitivos responsables de la interpretación de las nociones de libertad, democracia y progreso como dones de la providencia.

A diferencia de los calvinistas de Europa, los puritanos de las primeras colonias de Massachussets constituían una sociedad solidaria en donde el destino es interpretado en el sentido colectivo. De esta manera la búsqueda de la salvación frente a Dios, individual en sus inicios, deberá en consecuencia ser igualmente colectivo. Por ello es que en virtud del dogma de la predestinación, el puritano de Nueva Inglaterra se sentía presionado psicológicamente a interpretar los logros de la comunidad como signos de favores providenciales. En consecuencia, el progreso nacional realizado era constantemente evaluado por comparación con los logros de las naciones más desarrolladas de Europa.

Hasta aquí esto concierne a los puritanos para quienes el solo hecho de pertenecer a la iglesia de los elegidos los colocaba por encima de una humanidad

mayoritariamente condenada por Dios. Ahora bien, ¿cómo es que esta convicción sale de los conventículos puritanos para transmitirse al resto de la sociedad?

Se hubiese esperado que con el desmoronamiento de las comunidades teocráticas de la Nueva Inglaterra, la visión providencial de los puritanos también hubiese conocido la misma suerte. Pero no fue así. Bajo una forma u otra, la idea de la elección providencial y de la superioridad moral y cultural que de ella emana como consecuencia lógica, se expresa a través de los personajes ilustres de la independencia como John Adams, George Washington, Thomas Jefferson, Benjamín Franklin, James Madison, Edmund Pendleton, etcétera. Digamos que la mayor parte de ellos eran particularmente sensibles a los principios morales que el protestantismo defendía. (Boorstin, 1981: 139). De hecho casi todos eran o puritanos o anglicanos (cfr. Boorstin, 1981: 133, 141).

La idea de la intervención providencial a favor de la nación aparece a primera vista absurda desde que se considera la suscripción de la elite política estadounidense a los ideales de la filosofía de las luces que desde el siglo XVIII se propagaba por el mundo. Desde el punto de vista estricto de la idea de la elección providencial, Dios aprobaba la desigualdad social entre los hombres aventajando a los elegidos en detrimento de los condenados. Se trata de una proposición contraria a la ideal de la igualdad promovida por la filosofía de las luces. ¿Cómo resuelven los padres fundadores dicha contradicción? Por medio de una transposición simbólica de la realidad social del país que consiste en colocar a la inmensa mayoría del pueblo estadounidense en un pie de igualdad frente a Dios. ¿Qué significa esto? Que Dios seguía castigando las relaciones sociales con el sello de la desigualdad, pero siempre aventajando ahora ya no a los puritanos, a un grupo religioso sobre otro, sino ahora a casi todo un pueblo, el que le daba su perfil a la nación de la época. ¿Cómo es esto posible? Haciendo abstracción de dos grupos minoritarios, los esclavos de ascendencia africana y los nativos de América, la relativa homogeneidad cultural y confesional de la que gozaba la sociedad a finales del siglo XVIII, hacía posible la búsqueda de la unidad en torno a la fe en la providencia del bautismo y la promesa hecha a Abrahám. Abrahám y el pueblo hebreo, pueblo elegido, eran elementos de conocimiento bíblico preponderantes dentro de la racionalidad religiosa de todas las denominaciones protestantes. La promesa ahora ya no es de la exclusi-vidad del pueblo hebreo, ni de los puritanos, sino de todos a pesar de las diferencias religiosas entre las denomina-ciones protestantes. Pero ahora ya no es la iglesia que hace posible la unión entre el creyente y Dios, sino el Estado. Es el Estado que se asume como instrumento de Dios e impone como misión de propagar por el mundo

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los valores ordenados por Él: La libertad y la democracia. Calvino mismo subrayaba la imperiosa necesidad de comprender los designios de Dios para dárselos a conocer al mundo incluso al precio de la fuerza y la guerra. De hecho, la teología y los sermones de Calvino, como lo observa Baltzell, comportaban numerosas metáforas militares. En lo ideal, los elegidos debían estar moral-mente aptos para la conquista (1979: 62, 64).

Doctrina del Destino Manifiesto o cristalización del sentimiento de la elección providencialEs inútil atribuirles tales motivaciones a los hombres ilustres del periodo revolucionario, tal visión es propia de los puritanos de la bahía de Massachussets. Los “guías de la revolución”, sensibles a los ideales de la filosofía de las luces pero al mismo tiempo preocupados por la cuestión de la unidad de las colonias en torno a la causa de la independencia, relevarán a los puritanos en la producción de “derivaciones” pero sin renunciar a algunos de los núcleos de la retórica puritana de los teócratas de Nueva Inglaterra. Es de esta forma que por amalgama de elementos escatológicos e ideales promovidos por la filosofía de las luces, los padres fundadores logran formular lo que convencionalmente se conoce como la doctrina del “Destino Manifiesto”.

Convencionalmente porque esta doctrina jamás ha sido anunciada públicamente. En el lenguaje de la clase dirigente, la doctrina en cuestión figura más bien como una metáfora que plantea esencialmente la idea del deber nacional de difundir en el mundo, —en el nombre de la providencia y a través de todos los medios posibles— la libertad, la democracia y si es posible, la religión verdadera a todos los pueblos del continente. Toda acción llevada a cabo en este sentido, deberá ser entendida como un acto aprobado por la providencia, como lo fue la colonización del otro lado de los montes Apalaches y la anexión de las provincias del norte de México. No es gratuito que a los colonos de Texas en rebelión contra el gobierno mexicano se les describiera en los medios impresos de Nueva York como los “apóstoles de la democracia”. Baltzel observa que durante la guerra contra México, los descendientes de los puritanos participaban en el conflicto con la emoción de luchar contra el mal (Baltzel, 1979: 102).

La fe en el porvenir providencial es explícito en George Washington, Adam Smith, Jefferson y otros, pero en lo que respecta a la noción de la elección, de la preferencia de la providencia por el pueblo estadounidense y su instrumentación, estas aparecen raramente expuestas de manera explicita. John Quincy Adams, el sexto presidente de los Estados Unidos, decía:

La totalidad del continente norteamericano parece destinado por la Divina Providencia a ser poblado por una

sola nación, con un solo idioma, profesando un sistema uniforme de principios religiosos y políticos... (cfr. Fuentes, 1982:16).

El lado místico de la doctrina del Destino Manifiesto se deja apreciar claramente en una interpelación que le hace al presidente James K. Polk, un pastor de Nueva Inglaterra, durante la guerra contra México:

He escuchado, señor presidente, que hemos sido investidos con la misión de llevar a ese país perdido, la libertad, he escuchado decir que hemos sido escogidos por la Divina Providencia para purificar una religión falsa y tenebrosa y remplazarla por la protestante (Fuentes, 1982: 18).

De la retórica culturalista de los nativistas a la búsqueda de la prueba biogenética de las diferencias culturalesRecordemos que por lo menos hasta la primera mitad del siglo XIX y haciendo naturalmente abstracción de los afroamericanos y los nativos de América del norte, la población es claramente homogénea, lo que permite simplificar tales lazos de unión a la religión, la raza y el idioma.

Pero las cosas cambian con la llegada en masa de inmigrantes católicos y judíos a partir de 1830. Preocupados por preservar el fondo cultural WASP que hasta entonces dominaba el conjunto de la sociedad, los nativistas presentaban a los nuevos inmigrantes como un peligro para la transmisión de los valores que hasta entonces habían garantizado la democracia, la prosperidad del país y hasta la política de expansión transcontinental que de alguna manera ya se había puesto en marcha rumbo a México.

Tenemos que decir que la idea nativista de la superioridad moral de la población WASP había sido apoyada en los círculos de las ciencias sociales. Para el teórico de la nación, Francis Lieber, por ejemplo, la sociedad debía preservar sus lazos de afinidad que en buena medida le venía de la historia a través “del idioma, la religión, la comprensión de las leyes y los conceptos políticos...” Según él era todo este ambiente cultural que hacía posible el ejércicio de la libertad civil (cfr. Marienstras, 1979: 20, 21).

Un punto de vista parecido es el de Franklin James Love, un misionero evangelista para quien era imprescindible conservar la homogeneidad de la nación pues el alma es un vector de cualidades humanas y el alma a su vez depende de la religión y la lengua que han hecho posible su difusión.

Para principios del siglo XIX, la visión metafísica como factor explicativo del orden existente dejaba de ser fuente de derivación y todo ello en provecho de la visión culturalista. Pero al mismo tiempo, esta

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última tendrá que competir con las proposiciones de tipo biogenético que se difunden a lo largo del mismo siglo. En efecto, el siglo XIX es el siglo del darwinismo social, de “la desigualdad de las razas” del conde de Gobineau, Fundaciones del siglo XIX de Houston Stewart Chamberlain y, en fin, los trabajos eugenistas de Francis Galton entre otros (cfr. Peters, 1986: 118-121).

Bajo este nuevo enfoque, la ciencia intenta explicar el problema de los contrastes de desarrollo económico entre las diferentes civilizaciones del mundo. Por supuesto, las ópticas no son las mismas en Europa que en Estados Unidos debido precisamente al contraste de contextos (cfr. Anderson, 1970: 74), dejando por supuesto a un lado los blancos originarios de Europa del sur y del este... ya no hablemos de los chinos y los mexicanos cuya presencia se hacía cada vez más notable a partir de la segunda mitad del siglo XIX.

La ciencia pues, sugería la existencia de cualidades morales inmutables en el hombre y que este a priori epistemológico podía explicar el carácter problemático de la nueva inmigración. Y todavía más: El futuro del país peligraba ante el peso demográfico de una población portadora de cualidades morales inmutables del signo negativo.

Esto es lo que la sociedad dominante compuesta en su mayoría por blancos anglosajones y protestantes pensaba de los católicos blancos de ascendencia europea y esto es lo que de una manera general y en buena proporción la población dominante de hoy, compuesta por blancos protestantes y católicos, piensa de los mexicanos residentes en los Estados Unidos. Tesis como la de Samuel Huntington invitan a percibir las diferencias culturales entre los hombres como irreconciliables. Para Huntington la integración de los mexicanos a la sociedad estadounidense no sólo es un problema, sino que éstos en sí constituyen una amenaza para la sobrevivencia misma de los valores sobre los que desde los tiempos de los primeros colonos se ha cimentado el crecimiento económico y moral del país. El parentesco de la tesis de Huntington con la posición del teórico de la nación Francis Lieber et Franklin James Love es por el resto sorprendente.

Finalmente diremos que para explicar el origen y la for-mación tanto de las creencias colectivas como las teorías científicas, como las que intentan fundamentar el senti-miento de la superioridad moral de un pueblo y de su deber imponerse en el mundo con sus valores, tenemos —como dice Raymond Boudon— que tomar en cuenta los dos planos de la racionalidad: El de la realidad y el de la sensibilidad. Con esto queremos significar que la realidad, en este caso la de Estados Unidos, se ha visto siempre abordada con los instrumentos que ofrece el corpus de conocimiento existente.

Ello explica por qué la idea de la superioridad moral del pueblo estadounidense ha venido deslizándose racionalmente de un a priori explicativo a otro, pasando de una racionalidad fuertemente apoyada en derivaciones teológicas hacia una racionalidad centrada en otros factores estructuradores de diferencias socioeconómicas, pero finalmente renuente a ser despojadas de toda referencia mística. Es de esta manera que la cultura y sus valores como primum mobile del explanandum se percibe como si ésta hubiese sido procreada por la religión, creando así lazos indisociables entre un factor y el otro.

La síntesis es perfectamente visible hoy en nuestros días. El dirigente de la mayoría republicana en la cámara de representantes decía que Dios le había confiado la tarea de darle una visión del mundo bíblico a la política americana y que sólo el cristianismo ofrecía una manera de vivir que respondía a la realidad existente en este mundo. El presidente Bush, como ya lo hemos visto, no es menos explícito.

Declaraciones como éstas, como ya lo hemos dicho, han ido in crecendo desde el atentado del 11 de septiembre. Aunque es preciso recordar que el eco de la retórica de los puritanos fundadores de Massachussets ya empezaba a dejarse sentir a través de un Ronald Reagan resuelto a renovar lazos con el pasado liberal y religioso, la única vía, según él, de resolver la crisis de confianza que venía afectando al país desde su ruptura estrepitosa con la tradición puritana en los años sesenta y setenta.

Por último, me gustaría incluir dos aclaraciones de timo metodológico: La primera se refiere a la lógica religiosa que aquí reconstruimos: Si ésta expresa en buena medida la racionalidad de individuos iluminados, tenemos que decir que los razonamientos aquí expuestos corresponden al de un actor típico ideal. En este análisis aplicamos los principios de la metodología individualista propuesta por Max Weber y Raymond Boudon.

Como se sabe, Max Weber y Raymond Boudon hoy en día sostienen que la acción social no puede explicarse sólo por motivos utilitarios, que el individuo no sólo persigue fines de carácter económico, que éste frecuentemente se ve motivado por valores y llega incluso a suscribir a éticas de convicción de tipo religioso, dando origen a fenómenos como los que describimos a lo largo de este trabajo.

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Rafael Arriaga MartínezInstituto de Investigaciones Sociales, UABC, Mexicali.

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Cuando a finales de los años veinte, el Estado posrevolucionario mexicano intensificó el proyecto educativo que desde 1921 había encomendado a José Vasconcelos, impulsó una política cultural en la que se buscaba la formación de ciudadanos para el nuevo régimen con el fin de consolidar y legitimar la estancia en el poder de la facción victoriosa de la revolución. Dicho proyecto pretendía la homogeneización del país a través de una “revolución cultural” llevada a cabo por medio de varios vehículos de diseminación ideológica: Volantes, libros, periódicos murales, radio, literatura, etcétera. Así nos lo hace saber Alan Knight, cuando afirma que dicho proyecto modernizador “buscaba moldear mentes, crear ciudadanos, nacionalizar y racionalizar la diversidad cultural de los mexicanos” (Knight, 1994). En este sentido, el papel que desempeñó la Secretaría de Educación Pública (SEP) fue determinante para la implementación de este proyecto de formación ciudadana. Cabe señalar que este proyecto se inscribía dentro de la reciente creación y búsqueda de legitimación del recientemente formado partido oficial, el Partido Nacional Revolucionario (PNR). El mismo Alan Knight nos recuerda que

el nuevo partido en el poder, el PNR, implementó un programa radical que abrazaba el anticlericalismo, el agrarismo, un nacionalismo económico y un compromiso con la educación socialista, misma que impartiría conocimiento científico, habilidades prácticas, concientización sobre la lucha de clases y la solidaridad internacional.

Fue así que la SEP tomó parte en los procesos de construcción del Estado y del partido oficial. En este contexto, la función de los maestros rurales era clave ya que tenían cada vez más influencia en el ámbito regional y local como organizadores políticos de campesinos y

Forjar ciudadanos: Teatro campesino posrevolucionario

José Salvador Ruiz

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obreros. Eventualmente, esto sirvió al PNR para incorporar a obreros y campesinos al partido a través de una retórica populista, dándole una base popular que antes no tenía.

La intersección entre la educación rural, el teatro campesino y la formación de ciudadanos en el campo se ve de manera más clara en la revista El Maestro Rural, una revista quincenal de la SEP dirigida hacia los maestros rurales.1 Esta revista dedicaba una sección al arte y la literatura, en ella los maestros rurales publicaban pequeñas piezas teatrales que idealmente serían representadas en los teatros al aire libre construidos en las escuelas rurales. Los maestros presentaban conceptos modernos de economía, higiene y trabajo para así contribuir a la modernización del campo y a la formación de una cultura nacional. De esta forma, la escuela rural tenía la tarea de crear un nuevo campesino que correspondiera a las necesidades del nuevo régimen posrevolucionario evitando así la fragmentación del país. El proyecto del México moderno exigía campesinos productivamente más efectivos y homogéneos culturalmente. De esta manera, el nuevo campesino ya no sería un paria, un peón feudal, sino un ciudadano mexicano, aunque distinto al ciudadano citadino de clase media. Si el proyecto ciudadano del siglo diecinueve era la creación del sujeto moderno, un individuo liberal con sus derechos, obligaciones y garantías individuales, durante el proyecto de reconstrucción nacional en el campo mexicano, había de nacer un ciudadano rural representado por la colectividad, por la cooperativa, el ejido y el sindicato, además de ser un tipo desfanatizado, sobrio y con una conciencia de clase. En esta labor de concienciación, el maestro rural tenía un papel fundamental y así lo explica la historiadora Mary Kay Vaughan:

Los maestros moldearon y dirigieron la política del ritual cívico diseñada para consolidar al partido y al Estado. En el corto plazo, los maestros contribuyeron en la formación del partido estatal único, el cual no era ni socialista ni de izquierda. Más bien, el PRM, posteriormente nombrado Partido Revolucionario Institucional (PRI), permitió la articulación de intereses y demandas subalternas a través de la CNC y el CTM dentro del marco de un proyecto de desarrollo capitalista (p. 6).

En efecto, el maestro rural federal era la punta de lanza que construía, o por lo menos diseminaba, el concepto de lo que llamo “ciudadanía rural”. En la revista El Maestro Rural, este concepto de ciudadanía rural colectiva puede verse de distintas formas y en diversas obras. Los maestros usaban un “teatro campesino” o rural como vehículo de construcción ciudadana en el campo mexicano. Esta ciudadanía rural

se presenta, en una de sus aristas, como el llamado a la creación de cooperativas y a la organización para lograr una autonomía económica de los acaparadores y prestamistas. Adicionalmente, el ejido es una de las instituciones por las que el régimen posrevolucionario intenta la construcción de una entidad colectiva entre los campesinos modernos. Debo comentar que existe un número considerable de obras que participan de este proyecto, algunas se ocupan de la tarea desfanatizadora, higiénica o anti-alcoholismo, y otras tantas se ocupan del ángulo político, del campesino como miembro de una colectividad y de la clase proletaria. En este ensayo me ocupo de obras de corte político ideológico exclusivamente. En particular exploro cómo se da la construcción de una ciudadanía rural en las obras Derecho campesino y Redención proletaria. También argumento que en estas obras se presenta la construcción del ciudadano rural como un ciudadano colectivo, corporativo y socialista distinto al ciudadano del siglo XIX.

La ciudadanía ruralUna de las aristas del proyecto posrevolucionario de construcción ciudadana fue la concienciación política. Las obras que exploro a continuación crean conciencia de la importancia de la organización del campesinado en sindicatos y abogan por un concepto de ciudadanía colectivo. A continuación, analizo las obras Derecho campesino (1934) y Redención proletaria o las conquistas sociales de la Revolución como portadoras de una idea de ciudadanía rural. En la obra Derecho campesino escrita por los maestros Elisa G. Medina y Luis Regalado, representada en Nayarit en 1934, se presenta el conflicto entre el hacendado, Plutarco, y los mozos y campesinos de su hacienda, mismos que están conscientes de la explotación a la que son sometidos por los mecanismos opresores del hacendado, vale decir, la tienda de raya, bajo salario, maltrato, etcétera. El hacendado de nombre Plutarco y su capataz, Esteban, son los representantes de la opresión campesina mientras que los peones Sebastián, Cleto, Nicolás, su esposa Piri y su ahijada Clemencia completan el cuadro de personajes. La obra consta de tres actos cortos. El primer acto plantea la situación de explotación que sufren los campesinos

1 Para un estudio detallado sobre la revista El Maestro Rural, véase a Palacios, Guillermo. Postrevolutionary intellectuals, rural readings and the shaping of the “peasant problem”, en Mexico: El Maestro Rural, 1932-34. (1998). De igual forma véanse los siguientes artículos; Loyo Bravo, Engracia. Lectura para el pueblo, 1921-1940. (1988). Dawson, Alexander S. From models for the nation to model citizens: Indigenismo and the “revindication” of the mexican indian, 1920-1940 (1998).

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a mano del hacendado Plutarco y deja entrever la esperanza que simboliza la presencia del maestro rural y los ingenieros en la zona. El segundo acto muestra a los peones Cleto y Sebastián con una mentalidad distinta después de haber hablado con el maestro rural. Se niegan a regresar a trabajar y ahora se enfrentan con Plutarco y Esteban por haber golpeado a Nicolás, peón de la hacienda y esposo de Piri. Plutarco y Esteban, enfurecidos, huyen después de observar la presencia de los campesinos unidos que buscan venganza por la golpiza propinada a Nicolás. El tercer acto termina con el triunfo de los campesinos gracias a la unificación y a la concienciación por parte del maestro y los ingenieros que repartieron la tierra a los campesinos. En esta obra el maestro rural funciona como el agente que amenaza al antiguo orden semi-feudal en que viven los trabajadores. Gracias a los consejos del maestro y a la aparición de los “agraristas” la explotación termina. El maestro los aconseja a que funden una cooperativa y a que se unan ya que: “Siendo un grupo, podamos luchar y defendernos contra el patrón y su gente” (p. 32). Así, los campesinos son representados como un personaje colectivo y no como individuos. El pasaje más representativo de esta idea de ciudadanía colectiva ocurre cuando Piri, personaje femenino, le pide a Cleto y a Sebas, dos de los campesinos, que le expliquen lo que ocurrirá cuando lleguen los ingenieros a medir las tierras:

Piri.- ...Oye, Sebas, ¿y de verás le dan la tierra a uno, o no más las ‘emprestan’?Sebastián.- No, mujer, te las dan; pero si no las cultivas, te las recogen y hasta te pueden correr del rancho...Piri.- ¡Pero quién quieres que deje de sembrar, ya teniendo su parcela! Oye, ¿y los elotitos, los ejotes, el frijol y todo lo que salga es para el patrón, como en los otros años?Cleto.- (Riéndose). ¡Ah, qué mujer ésta! Nada para él, todo para nosotros.Piri.- (Llorando). Pos’ entonces sí acaban de matar a mi Nico.Cleto.- ¡Ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!... No; mira, Piri: Ahora ya no tiene que meterse ése con nosotros para nada, y si quiere golpear a alguno, se la tiene que ver con todos, porque ahora todos formamos un sólo cuerpo, y si nosotros no podemos contra él, nuestros hermanos de Colonias nos ayudarán y los de Testerazo; en fin, todos, todos (p. 33).

Como se puede apreciar, este pasaje permite ilustrar dos de los pilares importantes en los que se funda el concepto de ciudadanía rural: El ejido como espacio comunal y colectivo, y la unión de los campesinos. Con un toque didáctico, en primer plano, la obra explica de manera sencilla la forma en que trabajaría la propiedad de la tierra bajo el sistema ejidal; a otro nivel se intenta

alentar la unión de los campesinos para afrontar los abusos y el poder del patrón, ser, como dice Cleto, “un sólo cuerpo”. Al final de la obra, y como símbolo de esa ciudadanía, se forma el comité y los campesinos ahora son parte de un organismo con entidad política y jurídica. Los campesinos ahora muestran sus credenciales que los identifican como miembros del comité particular y al mismo tiempo como prototipos de los ciudadanos rurales modernos. La obra termina con Sebastián empuñando la bandera rojinegra y con todos cantando el himno agrarista:

¡Compañeros! Todos sabemos lo que para todos fue la revolución, la que nos trajo nuestra libertad, la que nos enseñó a defender nuestros derechos y la que nos ha hecho hombres de provecho para la patria. ¡Compañeros! Cantemos el himno de nuestra unión.

El discurso sobre derechos y patria ubica a los campesinos dentro del nuevo orden posrevolucionario con una conciencia colectiva y de pertenencia como ciudadanos con derechos.

En consonancia con esta pieza, Redención proletaria o las conquistas sociales de la Revolución, escrita por el maestro rural José Ruiz, es una obra que expone la explotación que sufren los campesinos a manos de los prestamistas. La obra consta de cinco actos. Los personajes son Luis y María de 20 y 18 años respectivamente, hijos de doña Julia quien es una campesina viuda. Su esposo murió peleando en la revolución mexicana. Don Pedro es el comerciante y acaparador de semillas y don Lucas es prestamista y socio de don Pedro. Aparecen también tres ejidatarios, José, Pascual y Ramón. Además de un personaje identificado como “el amigo del campesino” y un personaje alegórico; la “escuela nueva” o socialista. La obra se desarrolla en tiempos de la posrevolución, al igual que Derecho campesino y expone la subsistencia de la inequidad social a pesar de la revolución. Don Pedro y don Lucas mantienen un monopolio sobre la compra de la cosecha de los campesinos encima ofreciéndoles precios muy por debajo de lo justo. Los temas presentados son la necesidad de fundar cooperativas, la unión campesina y la educación social. En esta obra el campesino más activo y el que finalmente logra unir a sus compañeros es el joven Luis. Luis es el prototipo del ciudadano rural ya que tiene un sentido de solidaridad con su clase y es conocedor de sus derechos. Los campesinos son obligados a vender sus cosechas a precios desventajosos ilustrando la necesidad de un sistema más equitativo en el que los campesinos disfruten de su labor y esfuerzo. Es Luis quien hace al Comité de campesinos tres proposiciones importantes:

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Organizar una cooperativa de consumo y producción..., solicitar del Gobierno al estar ya funcionando ésta (la cooperativa), se nos conceda un préstamo para la compra de semillas e implementos modernos de agricultura y gestionar que se nos dé otra escuela, pero una escuela que satisfaga los anhelos de redención del campesino, pues la que hay en el ejido no ha logrado ninguna mejora económica ni social (p. 34).

Luis propone los elementos necesarios para la formación y consolidación de una ciudadanía rural colectiva. La unión de los campesinos es necesaria para poder formar un solo cuerpo que represente sus intereses. Una vez formada la cooperativa y el Comité, los campesinos pueden dirigirse al gobierno en forma colectiva para gestionar sus necesidades haciendo uso de sus derechos constitucionales. El sistema de cooperativas era otra manera de formar una ciudadanía rural tal y como lo muestra el siguiente texto de esa época:

La existencia del peonaje tendrá seguramente un carácter transitorio, pues el espíritu y el texto del estatuto jurídico que rige el problema agrario (ley del 6 de enero de 1915, del artículo 27 constitucional) reconoce la necesaria desaparición del asalariado agrícola para convertirlo por los distintos procedimientos legales y no sólo el de dotación que hasta la fecha se ha empleado de preferencia, en un sujeto de derecho económicamente independiente. Mientras tanto es un elemento de diferenciación muy

importante de tomarse en cuenta para cualquiera posición política que se adopte con respecto a la organización campesina, el que se trate de asalariados o bien de ejidatarios.

La cooperativa ha sido el medio por el cual se ha pretendido organizar en forma adecuada a los ejidatarios, al tenor de las distintas leyes que han regido en la materia (Sousa, p. 34).

Por medio de la organización campesina en cooperativas se intentaba crear un sistema más equitativo en la participación del campesino en el mercado. En la obra, Luis propone gestionar por una nueva escuela, la escuela socialista que formará a los nuevos campesinos. Este autor expone las causas que los han llevado al estado en el que se encuentran los campesinos y logra la concienciación de José quien agrega:

Nosotros hemos sido los culpables de esta situación porque... el egoísmo no nos ha dejado pensar que sólo unidos podremos echar para siempre a nuestros explotadores si la cooperativa tiende a la unificación, creo que nadie dejará de aprobar la iniciativa del compañero Luis (p. 34).

Es claro entonces que el concepto de ciudadanía que se desprende de estas obras es colectivo, basado en la unión de los campesinos y su organización en

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organismos laborales modernos que defiendan sus intereses de clase. Es significativo que los campesinos de esta obra formulen expresiones como: “A dormir con la conciencia tranquila por haber llegado al convencimiento de que la unión, la solidaridad de clase, lleva a los pueblos su verdadera felicidad”; o que el personaje alegórico a la nueva escuela se dirija a los campesinos como “conciudadanos”. Adicionalmente, hay un aspecto sobresaliente en esta obra, la aparición de un representante del partido oficial, el Partido Nacional Revolucionario (PNR). Este personaje del PNR, llamado Amigo del Campesino, está presente en todas las asambleas que celebra el comité y les aconseja y explica la forma en que funciona una cooperativa pero sobre todo, les brinda el apoyo de “la Secretaría de Acción Agraria de nuestro partido, que es la directriz de la emancipación del trabajador del campo” (p. 35). La participación del Amigo del Campesino dentro de la obra se da en un tono paternalista, defendiendo a los campesinos ante los ataques de los prestamistas. En la escena única del cuarto acto, los prestamistas interrumpen la sesión del comité para recoger la cosecha que habían comprado a los campesinos tiempo atrás. Luis sale en defensa de los campesinos y es abofeteado por don Lucas, uno de los prestamistas. En ese instante el Amigo del Campesino interviene y dice: “¡Atrás, miserable; al campesino no se le pega, se le bendice porque es el humilde que produce lo que ustedes y todo el mundo se come!” (p. 35). La aparición del Amigo del Campesino dentro de la obra debe entenderse como el eslabón que permitirá la afiliación del campesino al sindicato oficial y, por lo tanto, lo que permitirá su conversión en ciudadano rural ya que es a través del sindicato oficial que logrará consumar su modernidad. Cabe señalar que, en última estancia, la base del concepto de ciudadanía rural en tanto garante de derechos se encuentra en el sindicato del partido oficial, en el caso de los campesinos, la Confederación Nacional Campesina.

Quizás de forma paradójica, la fundación de un partido de amplio alcance como el Partido Nacional Revolucionario (PNR) en 1929 delineó claramente los parámetros para la participación política y así clarificó los requisitos para la ciudadanía (Buffington, 1999, p. 157).

Esto muestra la relación entre la formación y consolidación de un partido político y el proyecto posrevolucionario de construcción nacional. La participación de este partido —por lo menos de la facción izquierdista— en la organización de los comités campesinos, le aseguró la lealtad del sector campesino a través de la Confederación Nacional Campesina. En ese sentido, la formación de ciudadanos rurales del

gobierno posrevolucionario alcanzó un relativo éxito para los intereses del partido oficial, ya que gracias a la participación de sus agentes en la formación de la CNC y al clientelismo de esta confederación el gobierno mantuvo el poder por setenta años. Esto nos indica que el proceso de modernización posrevolucionario se dio a través de un proceso dialéctico en donde formas de participación política tradicionales conviven con nociones modernas de ciudadanía. Un claro ejemplo de esto son las corporaciones tradicionales como el ejido que origina en la colonia y su transformación moderna después de la Constitución de 1917. Esta forma de organización tradicional sobrevive adquiriendo elementos modernos de participación política y social que se traducirían en gremios sindicales afiliados al Estado nacionalista.2

Las dos obras aquí exploradas forman parte de un universo mayor de obras publicadas en la revista El Maestro Rural. El objetivo de las obras era terminar con lo que los intelectuales del nuevo régimen veían como los males del campo y los campesinos; el alcoholismo, la falta de higiene, la falta de productividad, etcétera. Bajo la premisa de que los campesinos eran retrógrados por naturaleza aunado a los 400 años de “manipulación” católica, se dieron a la tarea de lanzar un proyecto cultural que transformara a los campesinos del país. Cabe señalar que este proyecto intentó ser impuesto desde el gobierno hacia el pueblo. A pesar de que no es posible medir exactamente el alcance real del proyecto, sabemos que esta revolución cultural tuvo sus triunfos y sus fracasos. Los campesinos tenían una forma de vida que, en muchos casos, no estaban dispuestos a cambiar de la noche a la mañana. El proyecto cultural del gobierno posrevolucionario pretendía cambiar aspectos culturales muy arraigados en los campesinos. Uno de estos aspectos fue la religión católica que se vio bajo ataque durante los gobiernos posrevolucionarios, especialmente bajo Calles desde la presidencia de la

2 Sobre las distintas formas de concebir las tierras indígenas durante la colonia véase Powell, T. G. Los liberales, el campesinado indígena y los problemas agrarios durante la reforma (1972). Véase también Reina, Leticia, Ser indio o ser ciudadano (1993). Especialmente la página 34 donde señala cómo las tierras de común repartimiento, aquéllas que eran otorgadas en usufructo entre las familias de una comunidad, que fueron desamortizadas durante la reforma, adquirieron de nuevo este carácter de inalienables “hasta después de la revolución de 1910, con el nombre de ejido”. Durante la colonia el ejido era la tierra común para el pastoreo. Los otros dos tipos de tierra eran el fundo legal y los propios.

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José Salvador RuizDepartamento de Humanidades, Imperial Valley College

república y en diversos estados por sus gobernadores (Rodolfo Elías Calles en Sonora y Cárdenas en Michoacán). La reacción ante esta medida del gobierno es ampliamente conocida con la guerra cristera entre 1926 y 1929. El concepto de ciudadanía emanado de las páginas de El Maestro Rural y lanzado por el gobierno es el producto de un periodo histórico específico y complejo, este concepto debe considerarse en un momento de negociación entre la SEP y el campesinado y “dentro del contexto de formación del Estado vía la construcción de un partido populista” (Vaughan, 1997, p. 37). Era un momento clave para mantener el control sobre fuerzas potencialmente peligrosas para un nuevo régimen. La revolución había dado un grado de politización a campesinos y obreros y naturalmente era conveniente mantenerlos controlados. La creación de sindicatos obreros, magisteriales y campesinos debía hacerse de manera controlada para que no proliferaran

sin la manipulación del Estado. Al asegurar el control sobre estos organismos sindicales se aseguraba una fuerza política importante. Estos son los orígenes del concepto de ciudadanía colectiva que el Estado posrevolucionario a través del PNR ayudó a crear para asegurar la fidelidad de sus agremiados.

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Pepe Cussirat, un James sin Bond:Subversión de la novela de espionaje en Maten al león de Jorge Ibargüengoitia

Cathy Fourez

Yuba

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Es durante la guerra fría cuando la novela de espionaje va a vivir un auge fulgurante. En Inglaterra, el gentleman espía aficionado ya conoce sus cartas de nobleza en los años veinte a través del héroe de John Buchan, el agente Richard Hannay, de la pareja de Agatha Christie, Tommy y Tuppence Beresford; la gente ordinaria inmersa a regañadientes y en un santiamén en el universo del espionaje, va a cobrar vigor en los escritos del inglés Eric Ambler. Dicha creación actancial empieza realmente a profesionalizarse con el personaje de James Bond creado por Ian Fleming en 1952, y con las primeras novelas de John Le Carré en los años sesenta que se desarrollan en el contexto de la guerra fría y que ponen en escena a George Smiley que trabaja para el SIS, el Servicio de Inteligencia Secreto (el MI6) del Reino Unido.

El escritor mexicano Jorge Ibargüengoitia, ubicado en el entredós de la tradición e innovación de la conservación y de la renovación, en su novela Maten al león (1969) recupera y rompe a la vez los preceptos y los lugares comunes de esta vertiente de las literaturas policíacas, tales como el enfrentamiento entre el orden y el caos, la lucha contra la entropía, la defensa de la nación, así como la visión patriótica de la historia. A partir de esta óptica, el novelista vuelve a crear esta corriente y a construirla desde una perspectiva irreverente y transgresora, y así revisitar fragmentos de la genealogía de su país. De esta estrategia se destaca, en esta ida y vuelta México-Inglaterra, en, según la formulación de Daniel Sibony, la segmentación de un continuum, un doble discurso: Una ostentación de la artificialidad de la literatura, que no puede representar la realidad, de ahí la presencia en el seno de la narración, del humor, de la parodia, de la ironía; y una exposición de la ficción como una explosión de lo real para hablar de esta misma realidad impalpable y cada vez más alejada, así como de una sociedad afectada por el pesimismo, la corrupción, la degradación ética, la perversión y la infracción.

Maten al león, ficción que empieza como una novela de misterio clásica al estilo de Agatha Christie, es decir, por el hallazgo de un cadáver desde el principio del relato, narra los esfuerzos, a fines de los años veinte, de los miembros del Partido Moderado de Arepa, pequeña isla imaginaria del Caribe, por asesinar al dirigente dictatorial, Manuel Belaunzarán, quien ejerce un poder soberano y sin piedad desde la capital, Puerto Alegre. La urbe se va transformando paulatinamente en un verdadero centro de conspiración política para trabar los planes del despiadado autócrata, entre los cuales, su proyecto de crear la presidencia vitalicia. Amamantado por las botellas de coñac Martell, provisto de una plástica corporal patibularia que suena a fiera, protegido por las armas de una violencia planificada, jerarquizada y mecanizada, Belaunzarán, en el país insular de Arepa,

nombre que suena a tortilla de maíz venezolana, está en busca de la omnipotencia, al igual que el diabólico Doctor No en su isla de Crab Key. Ambos son dueños de un territorio adepto al hostigamiento, que huele a muerte y donde la idea de matar transluce como un leitmotiv. El grupo de conjurados, más preocupados por las amenazas de la tiranía en contra de su cuenta bancaria que en contra de los valores humanistas y democráticos, eligen como líder a Pepe Cussirat, quien, según los decires de la prensa local, sería “el primer arepano civilizado” (Maten al león, p. 39) por tener quince años en el extranjero y por haber estudiado en las universidades más relevantes.

Su supuesta experiencia de lo desconocido, su pre-sunta índole de trotamundos, su atribuida temeridad y agudeza, hacen de él El Mesías, a quien los rentistas y los ejecutivos de la isla esperaban para por fin incrementar, sin ojos inquisidores, sus riquezas respectivas. En vez de aparecer como un experto dedicado enteramente a su misión sea cual sea el contexto, de ser “un hombre de va-lentía a toda prueba y de una energía espectacular” (Ibargüengoitia, “Un nuevo libro de Carlos Fuentes” p. 28), Pepe Cussirat se presenta más bien como la imitación bur-lesca del espía británico James Bond; encarnación gro-tesca que se nota ya en la identidad del protagonista. El diminutivo “Pepe”, que parece por su breve sonoridad sorda ya frenar el dinamismo del “Salvador”, le quita al jefe de los rebeldes majestuosidad y prestancia y lo equipara a la pequeñez; mientras que “Cussirat” da la sensación de hacer eco a “cursi”, “mal gusto”, “simulación”, “fábula”.

Pero ¿qué significa ser James Bond? En uno de sus numerosos artículos publicados en el diario defeño Excélsior, Jorge Ibargüengoitia nos lo retrata de manera aclaradora (Ibargüengoitia, Autopsias rápidas, p. 35). Precisa que James Bond, el mejor agente y tirador de los Servicios Secretos, posee una retahíla de virtudes que lo tornan en el perfecto paladín de los tiempos modernos. Capaz de afrontar aventuras inhumanas sin recurrir a facultades sobrehumanas, siempre cumple con su deber y con lealtad e ideal patriótico. Su aptitud para improvisar en situaciones muy espinosas, le permite superar los obstáculos y sobre todo vencerlos. Además, tiene un físico atractivo: Ostenta una estatura esbelta y una corpulencia robusta y atlética. De esta índole excepcional, saca numerosas ventajas: Todas las mujeres con quienes se topa, se le rinden; por mucho que se traga copitas de whisky, nunca se emborracha y tiene la fama de un campeón tanto en los juegos de azar como en el ámbito deportivo, ya que en Suiza, para escaparse de las garras de su enemigo Blofeld, maneja el esquí y el trineo como un profesional, y eso sin hacer el ridículo. Todos estos elementos materiales y espirituales le sirven de fortaleza, y lo ayudan a atravesar las peripecias más inciertas y las más aterradoras.

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Si bien Pepe Cussirat arma distintas estrategias y se arriesga varias veces el pellejo para acabar con Belaunzarán, y su fama de gran seductor desencadena las pasiones entre las vecinas de la isla de Arepa, o practica diariamente varios deportes, si bien experimenta una inclinación cierta por las actividades ociosas, pues Cussirat anda con James pero le falta Bond. Jorge Ibargüengoitia emplea el estereotipo del agente secreto invencible pero modifica su función inicial, la reorganiza, la reconstruye hasta tal punto que hace falta que el lector la perciba y la lea de un modo distinto. Mediante una superposición estructural de textos, el encajamiento de lo viejo en lo nuevo, el escritor aboca a una síntesis bitextual, se emancipa de la aplicación estricta y ordinaria del lugar común, y opera una mutación del tópico hacia lo burlesco engendrando así una representación paródica. Linda Huchteon define así esta estrategia de redacción: “El arte paródico es a la vez desvío con respecto a una norma literaria e ‘inclusión’ de esta norma como materiales de segundo plano interiorizado” (Huchteon, Ironie et parodie: Stratégie et structure pp. 469-470).

Pepe Cussirat es un anti-espía. No da prueba de ninguna sagacidad. Mientras que Bond lleva cautelosamente un cuchillo en la suela del zapato a fin de prevenir cualquier peligro, Cussirat, camino al palacio del dictador, fuma como una chimenea por lo nervioso que está, y anda casi como un pingüino, incómodo por la pistola ocultada en uno de sus sobacos y por su portafolio lleno de dinamita. Le faltan madurez y cordura, ya que dentro de su misión privilegia la parranda, y por los efectos de la borrachera se olvida de asisitir a la celebración de una ceremonia nacional imprescindible para conocer mejor a su contrincante. Sorprendido in fraganti de delito de holgazanería, es su amigo Paco Ridruejo quien lo saca de la cama, que le da un sermón acerca de su papel crucial en la política del país, que le incita a que se vista rapidito para presenciar el evento. En esta escena, esta relación casi patriarcal (padre-hijo) ridiculiza al portavoz de la oposición que aparece aquí como un chavalito haciendo novillos. Carece de independencia y a veces de pragmatismo, y en la mayoría de los casos necesita la presencia de su fiel criado, Martín Garatuza, cuyo trabajo radica tanto en planchar la ropa como en urdir una conspiración, y cuya relación de confianza con Cussirat puede remitir a la que une Sherlock Holmes al Doctor Watson en las novelas de Conan Doyle. En cuanto a sus intrigas amorosas, ellas son tan lamentables como sus maquinaciones de insurgente. Aunque tiene una reputación de Don Juan, las únicas mujeres que comparten su alcoba durante su estancia en la isla, trabajan en el lupanar de doña Faustina; no logra seducir a Ángela, a quien ama, y que permanece fiel a su esposo; y poco galán, rechaza a

su novia oficial, una poetisa introvertida cuyas lecturas literarias, como la señora Bovary, suplantan a su realidad, y que termina por suicidarse porque ya no soporta los agravios de su pretendiente.

Por otra parte, es un experto en la derrota. Sus fracasos se evidencian a través del empleo del subjuntivo en la estructura imperativa “Maten...” que aparece en el título de la novela. En efecto este modo de lo virtual posee un valor eufemizante con respecto a la orden dada; matiza bastante la realización específica del crimen y alude a los múltiples proyectos abortados para eliminar al opresor. La exhortación, por lo demás, define una acción no realizada y muestra implícitamente la ausencia de triunfo de parte del enemigo de Belaunzarán. En los complots ideados por Cussirat, el desenlace se confunde con el de un cuento de hadas, pero en el momento de concretarse, las bombas no explotan, las pistolas no disparan, las jeringas llenas de sustancias venenosas no logran vacunar a la futura víctima, las carreras de persecución se finalizan en una carnicería. Durante el primer atentado perpetrado en contra de Belaunzarán, una noche, Cussirat, antes de lucir “su pijama de seda, lleno de alamares” (p. 83) confecciona, con la destreza de un cirujano, una granada de alta tecnología, con un mecanismo bastante complicado, compuesta de elementos atómicos y de dinamita:

Tiene una cabeza de relojería y otra de presión. En el primer caso, la cabeza es un reloj despertador, cuyo martillo golpea, a la hora indicada, sobre la cápsula detonante y la rompe. La sustancia que contiene la cápsula reacciona con el magnesio que la rodea y produce una pequeña explosión que sirve de fulminante a la dinamita que está en el fondo del termo. En el segundo caso, la cabeza es un resorte de espiral, que termina en una aguja; al presionar la cabeza, el resorte se comprime, la aguja rompe la cápsula y se produce el efecto descrito (p.82).

Al día siguiente, luego de deslizarse en el Palacio, Cussirat deposita la bomba en los sanitarios presidenciales, convirtiendo así el excusado inglés del Mariscal Belaunzarán en un lugar sin regreso. Pero las facultades “Jamesbondianas” se desvanecen en cuanto el dictador tira de la cadena. Los efectos de esta enmarañada relojería se limitan a una leve fumarola que abre en dos el depósito, y la víctima recibe como único castigo una catarata de agua que le cae en la cabeza. Notamos aquí una “guiñolización” y una resemantización del acto terrorista: La explosión genera una gotera que logra a pesar de todo destronar durante un rato a Belaunzarán, pero sólo de su dominio escatológico. Éste, tras entrar en contacto con su personal mediante su tablero hipersofisticado y el foquito que dice “WC

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presidencial” (p. 88) para pedir auxilio, recibe como arma de defensa un rollo de papel higiénico, y en medio de la agitación de sus tropas, suelta “¡Traición! ¡Un plomero!” (p. 88). Pese a una escrupulosa preparación, el atentado se trueca en broma y anuncia la incompetencia de Cussirat a lo largo del libro.

El autor es un “hacedor” (El Hacedor, pp. 155-232) decía Jorge Luis Borges; es así como obra Jorge Ibargüengoitia. Para hilvanar su intriga, aclara la puesta en libro de otros libros, y junta en su relato modelos literarios ya concebidos, los desvía de su hechura, los desnaturaliza, los parodia, con la meta de jugar con la materia novelística o criticarla. Como lo practicaba el escritor francés Raymond Queneau, multiplica las diferentes posibilidades de representación de un ser de papel ya inscrito en un panorama ficcional bien definido. Este ejercicio no sólo nos entrega implícitamente indicios sobre la evolución de su mecánica creadora, sino que nos permite también notar que en la irrisión literaria todo se ficcionaliza, se vuelve a escribir a lo infinito y bajo aspectos múltiples, todo es susceptible de volverse arbitrario, facticio, discutible.

Por otra parte, los descalabros de Cussirat también delatan su villanía y su cobardía: Autor de la explosión en los sanitarios de Belaunzarán, calla su responsabilidad y deja condenar a muerte a cuatro inocentes, todos miembros del mismo partido que él. Luego de su último asalto, huye aterrado. Desamparado, prorrumpe en llantos ante Pereira, un mediocre músico que le otorga como escondite un cuartucho que simboliza la decadencia de Cussirat:

Afuera los perros aúllan.Adentro, los moscos zumban.Cussirat suda. Ve cómo una rata entra por una rendija,

cruza la habitación, sale por otra, y es perseguida, sin éxito, por un perro cazador. Tiene sed. Se levanta, y a tientas, con muchos trabajos, encuentra la olla que Pereira llenó de agua. La toma con ambas manos y bebe con avidez. Cuando se está secando la boca jadeante, se da cuenta de que en la olla flota una cucaracha (p. 169).

La promiscuidad del lugar así como los insectos que lo pueblan, ilustraciones del fango y de la suciedad, reflejan un universo de descomposición y de delicuescencia, espejo de la caída vertiginosa del protagonista. Pepe Cussirat es un personaje ambiguo; es cierto que el individualismo y la pusilanimidad lo caracterizan, pero las emociones de pavor, de zozobra y de remordimientos que expresa durante su persecución, siembran la confusión en la cabeza del lector acerca de su verdadera personalidad. Esta oscilación entre la cobardía practicada y la conciencia misma de esta falla y de su insignificancia, hacen al protagonista imprevisible y ambivalente, y por lo tanto más humano que un James Bond. Paradójicamente, al parodiar a este personaje propio del género policíaco británico, el novelista mexicano le insufla más veracidad y realismo. Ya no es la caricatura lo que predomina, sino la naturaleza lunática, vacilante, desarmada de los hombres. Al evocar el thriller, el escritor declaró: “Libros que son pasatiempos, que no nos van a revelar ningún secreto de la existencia, que sólo afectan una parte de nuestra mente cuando los leemos, pero que la dejan totalmente satisfecha” (Ibargüengoitia, Homenaje a James Bond, p. 34).

Tal vez sea por eso por lo que Cussirat no encarna el vicio ni la virtud; se aleja del imaginario actancial de la perfección, del superhéroe invulnerable y carismático a quien numerosos lectores quisieran parecerse. Las acciones de los protagonistas no progresan en un

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universo maniqueo, sino al contrario en un espacio donde la barrera entre el bien y el mal son difícilmente discernibles, donde los héroes no son máquinas de sensación, sino sujetos de donde salen emociones, expresiones que van de la infamia a la benevolencia.

Por otra parte, en la novela de espionaje, el género es la puesta en relato del adagio maquiavélico siguiente: “Quien quiere el fin, quiere los medios”. Este fin vinculado con la protección del Estado dentro de un marco político y un contexto histórico muy pronunciado, define una apuesta, es decir, la dominación, o la subordinación de un campo, de un grupo, de un personaje, así como la construcción de una comunidad unida en contra de un peligro. En cuanto a los medios empleados para conseguir esta meta como la disimulación, el ardid, el engaño, la violencia, dichos recursos derivan y se interpretan desde los esquemas narrativos procedentes de la novela de aventuras (la huida y la persecución) y de la novela policíaca (la pesquisa). Por los motivos expuestos precedentemente, esta corriente literaria casi conlleva una nota, una máxima reducida a “increíble pero verdadero” hasta tal punto que resulte difícil determinar el grado de fictividad de estos relatos, paradoja espitémica propia al género. La historia, por lo tanto, se capta bajo la forma de peripecias, de enlaces y desenlaces inesperados, como si lo aven-turero y lo incongruente fuesen los únicos modos cohe-rentes de representación adaptada a la historia del país.

En Maten al león, Jorge Ibargüengoitia articula magistral-mente la historia del Estado despótico de Arepa con un episodio de la génesis mexicana, es decir, la reelección del general Obregón1 a la presidencia de México y su asesinato, dentro del entorno de la guerra de los cristeros2. Logra mostrar que un acontecimiento que perturbó la presidencia del país puede resultar tan tremendo, tan rocambolesco como un relato de espionaje. En efecto, cabe recordar que los primeros gobiernos posrevolucio-narios eran a menudo verdaderos refugios de ladrones, de hombres cínicos, oportunistas, ambiciosos e impulsivos, todos sometidos a la fortuna del momento. Todas las ma-niobras empleadas para acceder al poder, tan arbitrarias como mal planeadas, dejan ver ese período del fin de los años veinte como una escena de despropósitos e insen-sateces. Grupúsculos de incompetentes juegan a hacer la historia de su nación, juego serio que se convierte en una trágica farsa, en una fiesta delirante y funesta. En Maten al león, unos actores y hechos apegados a la exis-tencia de Álvaro Obregón se ven maquillados en este paisaje caribeño. El militar triunfador y ex revolucionario

se transforma en un tirano demagógico ascendido a ma-riscal de campo dotado de “una galantería aprendida en burdel” (p. 133) y aspira a la presidencia vitalicia mientras que los católicos son millonarios criollos más abstraídos por sus privilegios que por los intereses nacionales.

El novelista, por lo tanto, va a aclimatar en esta obra dos incidentes reales en contra del presidente mexicano Álvaro Obregón y remata el relato con su homicidio cometido por José de León Toral, un católico fanático, el 17 de julio de 1928. Los ataques se cuentan aquí en un cuadro tropical, y con telón de fondo, la opresión de un régimen represivo. Jorge Ibargüengoitia ajusta la ficción con la realidad. Tal como “una novela con mensajes”, el sustrato archivístico acoplado con lo inventado borra la notoriedad de los hechos expuestos y engendra la recreación de situaciones, bien arraigadas en la realidad histórica. El escritor se propone romper la apariencia de los hechos y explicar el pasado mediante estructuras y recursos narrativos de la representación ficcional, y aquí de la novela de espionaje.

Si uno compulsa las obras y las enciclopedias de historia sobre las distintas tácticas tramadas para ejecutar a Obregón, una de ellas se asemeja a la narrada en los capítulos XIX (“¿Frente a la muerte?”), XX (“Bailen todos”), XXI (“Fin de fiesta”), es decir, la misión que había intrigado Cussirat con sus socios en casa de Ángela Berriozábal: hacer que la poetisa Pepita Jiménez, durante una fiesta, mientras baila con el dictador, logre darle a éste un puntazo mortal mediante una jeringa repleta de veneno. La tensión invade el texto desde el

1 Fue comandante militar durante la revolución mexicana. Se le eligió a la presidencia para 1920-1924. Desarrolló una gran labor agraria. Terminó su gobierno el 30 de noviembre de 1924, y se retiró a Cajeme para dedicarse a la agricultura. Reformada la Constitución, se presentó como candidato a la presidencia de la república. El 13 de noviembre de 1927 fue víctima de un atentado dinamitero del que resultó ileso. En las elecciones de 1928 fue reelecto. Durante un banquete celebrado en San Ángel, D.F., el 17 del mismo mes y año, fue asesinado por José de León Toral. Su cadáver fue trasladado por ferrocarril a Huatabampo, en el estado de Sonora, donde fue sepultado (Diccionario Porrúa, 2512).2 Movimiento político-religioso dirigido por el partido clerical conservador entre 1926 y 1929 en México; numerosos mexicanos y habitantes de los estados de Jalisco, Colima y Michoacán así como los del D.F., gritando “¡Viva el Cristo Rey!” se sublevaron contra algunas directivas gubernamentales que prohibían las manifestaciones públicas del culto católico (Diccionario Porrúa, 1000).

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cierre del capítulo XIX, “¿Frente a la muerte?”, cuando el presidente Belauzarán, candidato a su propia sucesión, quien no anda a gusto, por el exceso de peso de su chaleco a prueba de balas, decide acudir a la fiesta, sin esta protección. Más allá del contexto cómico, tenemos la impresión de que el dictador está cavando su propia sepultura y deja que se instale una atmósfera enigmática. Pero en esta recepción, el baile macabro del espectro de la muerte se va convirtiendo en un enredo: Durante los distintos bailes, Belaunzarán no deja de cambiar de pareja y la jeringa no para de cambiar de propietaria. En un ambiente de tangos y de valses, el complot está dando vueltas, y sin saberlo, el tirano lleva la voz cantante, y vence así gracias a la ineptitud de sus enemigos, la conjuración de la que debía de ser víctima. Este guión de factura “fleminguiense”, casi hiperbólica, conlleva dejes verídicos y confirma que la realidad supera la ficción. Visión corroborada por los comentarios del narrador de La pandilla cósmica, la novela recién publicada del escritor mexicano, Sergio González Rodríguez, a propósito de la pareja “ficción-realidad”: “La ficción es un exceso de realidad. La ficción en lo real tiende a desbordarse ante peripecias o signos excesivos y transformar lo existente en algo irreal” (p. 216).

En abril de 1928, unos fervorosos católicos reunidos en la calle Chopo de la capital mexicana, en la casa de la “Madre Conchita”, programaron la eliminación del general Obregón, en Celaya, lugar donde se verificará una celebración. Eulogio González, Carlos Castro Balda y la señorita María Elena Manzano recibieron de parte de Carlos Díaz de Sollano dinero y una cánula que contenía ponzoña. La muchacha tenía que ocultar la sustancia tóxica en un ramo de flores, bailar con el general e inyectarle en cuanto posible el líquido letal en el cuerpo. El plan fracasó y el grupo regresó al Distrito Federal. Notamos que esta ofensiva falla igual que en Maten al león. Jorge Ibargüengoitia parodia esta etapa de la historia de su país pero sin alterar el hilo conductor. El rasgo grotesco acentúa la inepcia, el espíritu irracional y desatinado de la situación y del comportamiento de unos protagonistas, cuyos referentes reales desempeñaron un papel primordial en la sociedad mexicana de fines de los años veinte.

En los capítulos “Caza mayor” y “A salto de mata”, el narrador extradiegético y omnisciente nos cuenta la tentativa de destrucción del coche de Belaunzarán, durante su trayecto semanal para alcanzar la Gallera de San Pablito, por Cussirat y sus dos secuaces, Paco Ridruejo y Martín Garatuza, tentativa que va transformándose en una carrera de persecución jocosa y criminal. Al principio, la aplicación de la estrategia, soltar la espoleta de la bomba y arrojarla en el Studebaker presidencial, parece asequible y cómoda. Pero los insurgentes no habían previsto la presencia de otros dos

coches oficiales. Esta comitiva inesperada va a acelerar el asalto de Cussirat y de sus cómplices que se enmarañan y que metamorfosean su estratagema en un guión catástrofe ridículo. Acciones encadenadas, lanza torpe de granadas, colisiones y frenazos, cadáveres hechos trizas, confusión y muerte de inocentes se suceden por la carretera nocturna y desértica, y recuerdan las aventuras sísmicas y bulliciosas del héroe de Ian Fleming como en Vive y deja morir (1954).

Esta peripecia digna de una novela de espionaje, concuerda con una agresión ocurrida en México el 13 de noviembre de 1927 durante la lucha entre el gobierno y el clero. Aquel día, Álvaro Obregón, recién llegado a la ciudad de México en su gira para obtener la reelección presidencial, y dos amigos suyos, Arturo H. Orcí y Tomás Bay, daban una vuelta en coche por el bosque de Chapultepec antes de asistir a una corrida. El cadillac del general iba escoltado por otros dos automóviles, uno manejado por el chofer de Orcí mientras que en el siguiente vehículo estaban los coroneles Juan Jaimes e Ignacio Otero, seguidores de Obregón. De repente, de un Essex3, cuatro miembros de la “Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa” y partidarios de la rebelión armada contra el gobierno del general Plutarco Elías Calles, tiraron tres cargas de explosivos sobre el general Obregón y sus compañeros; los tres salieron ilesos de ese accidente, tal como Belaunzarán en la ficción.

Jorge Ibargüengoitia hace explotar la acepción que tenemos de algunas imágenes fijas. Sin dejar de inspirarse en ellas, trastorna su contenido, las deslocaliza de su contexto y las inserta en atmósferas atípicas y llenas de gracia. Sin embargo, el carácter donoso que afecta la adaptación de los lugares comunes, no se contenta con provocar la risa del lector, dado que el humor presente en Maten al león resulta limitado y revela ante todo una escritura cómico-amarga. Ésta contempla inerme la índole mezquina, autoritaria, mediocre, absurda, necia y, por lo tanto, humana de numerosos protagonistas, reflejos de una sociedad en crisis, presa del egoísmo y del egocentrismo, del afán de lucro y del poder. El humor cáustico aminora el estatuto, por lo visto, poco glorioso de algunos personajes y trivializa un telón de fondo violento

3 El auto empleado en el atentado, perteneciente a la “Liga”, estaba registrado bajo el nombre de un hermano del sacerdote jesuita, Miguel Agustín Pro Juárez, quien, según los testimonios de aquel entonces, estaba totalmente ajeno a aquella intriga. No obstante, este último así como su hermano Humberto fueron detenidos como sospechosos de haber participado en el atentado. Fueron fusilados sin proceso judicial el 23 de noviembre de 1927 en los patios de la inspección policial (Diccionario Porrúa, 2800).

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Cathy FourezUniversité des arts, lettres et sciences humaines - charles de gaulle-lille3

presente en la historia colectiva de México. El carácter lúdico-irónico de algunas escenas combinadas con la subversión de unas modalidades propias a la novela de espionaje, brindan la oportunidad a Jorge Ibargüengoitia de despejar las zonas oscuras de la Historia Oficial de México, y así evidenciar la índole disparatada de algunos grandes acontecimientos. Maten al león sería una metáfora sombría de la realidad y de las fracturas de la historia.

John Le Carré declaró que “Escribir es como encontrarse en una casa vacía y acechar la aparición de fantasmas”; Jorge Ibargüengoitia parece adherirse a este comentario. Su escritura que ficcionaliza la historia, mediante el desvío de unos códigos de la novela de espionaje, desempeña el papel importante de la revelación en sociedades donde se cultivan el olvido y la carnavalización de la realidad. El juego de maquillaje narrativo realizado sobre las tentativas de asesinato en contra de Álvaro Obregón se perfila en una atmósfera sensacional tragicómica. Jorge Ibargüengoitia escribió una ficción que no nos concede una visión enteramente “realista” de la supuesta realidad, sino que trata de despabilarnos frente a las añagazas, a las falsificaciones que la componen y que callan la o las verdaderas índoles de esta misma realidad. Desestabiliza así al lector, lo molesta en su relación con lo real, crea en él un malestar duradero y corta sus rutinas de percepción, en el sentido en que gracias a un género europeo (la novela de espionaje) que hace la apología de la patria, paradójicamente, ridiculiza lo que más duele, es decir las raíces de la identidad y la memoria común de sus paisanos. Unos instrumentos, recurrentes en las obras de Jorge Ibargüengoitia, tales como el gracejo y las literaturas policíacas logran decir, a través a veces de aventuras totalmente burlescas pero moldeadas en la realidad, la torpeza, la dualidad, la ambivalencia, la vacuidad del mundo.

Aquí el humor no se limita a provocar el rictus, hace del reír, como dice Sorën Kierkegaard, “un despertar de la conciencia”. Luego de las carcajadas hilarantes se manifiesta la reflexión, y entonces se destaca un malestar cierto, un sentimiento trágico, al enterarnos de que los infractores están más cerca de nosotros de lo que quisiéramos admitirlo, fomaron, han formado, forman, formarán parte de nuestra historia. Jorge Ibargüengoitia es sin duda alguna el más jovial de nuestros escritores desengañados.

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Por mucho que los escritores nos presentemos como personalidades intelectuales, ninguno escapa de la apreciación anatómica que el público hace de su persona (algunos de hecho le sacan partido).

Lo curioso es que la creencia general asume que el escritor sucumbe al largo martirologio de la persecución estética por un disgusto hacia su entorno, al que considera casi despreciable o, cuando menos, indigno: Feo. Sin embargo, bajo tan noble premisa, subyace el entendido de que tampoco él cae muy bien en su ambiente, y de que su escasa apostura es parte de ambos supuestos, pues al no ser bien aceptado (bien visto), él torna sus poéticos poderes contra su rededor. De esto se desprende que su afán deífico lo lleve, entre otras cosas, a crear la belleza que el destino le negó. A tomarse una revancha con dios. A ser un dios él mismo. A crear vida y belleza como dios. Que el papel sea un espejo que le muestre una realidad mejor que la de un espejo de cristal. Que las hojas le digan siempre: Sí, tú eres el más bonito.

Un escritor feoAnónimo Hernández*

Sobra decir que los escritores guapos llevan la partida ganada de antemano, porque el refrán “verbo mata carita”, paradójicamente, aquí derrapa y queda al revés. Si eres guapo, qué importa lo que escribas. Tú sólo teclea. No te faltarán editores. Ni lectores. Ni admiradores. Tu galanura saltará los obstáculos de las mesas de redacción, de la aprobación otorgada por el respetable, y conseguirá el apasionamiento de tus seguidores.

Continuemos por aquí. Aquéllos que logran que la belleza de su obra se tutee con la armonía con que la naturaleza los persignó, son doblemente aplaudidos. Si no me creen, pregúntenle a Kundera (quien según una amiga es el Sting de la literatura), o a Carlos Fuentes. O a Vargas Llosa, que chaparrón y todo, rompe corazones ya entrado en la tercera edad.

Quizá me equivoco, pero entonces me pregunto cuál es el propósito de las fotos que aparecen en las solapas y contraportadas de los libros? La respuesta obvia es: Para que la obra tome un rostro, porque el artífice detrás de ella tiene un aspecto. Pero no evito pensar

que, al mirarlas, el lector no sólo personifica al etéreo creador de un título, también lo califica. Quiero decir, estéticamente, sin importar los géneros: Según yo, el gusto visual no tiene sexo. De esta manera, aquellos escritores de naturaleza fea terminan desdibujados entre los claroscuros de una foto planeada con pretensiones artísticas. Y aquí no precisamos de ejemplos porque los feos somos la abrumadora mayoría, mientras que los apuestos sólo sonríen, clic-clic, y se acabó. La torcedura popular de otro refrán cae de maravilla: La suerte de la fea… a la bonita le importa poco.

Claro que en gustos se rompen bocas, y de pronto pasamos a otra categoría, donde encontramos autores poco agraciados que se vuelven fetiches gracias al éxito.

*Mauricio Bares. Autor de los libros Sobredosis, Posthumano, y Ya no quiero ser mexicano (del cual, Anónimo Hernández es protagonista). mauriciobares.blogspot.com

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Mauricio BaresEscritor y editor defeño.

El reconocimiento y el dinero siempre les añaden un atractivo porque son un atractivo en sí mismos. Por citar sólo dos, aquí embonan Bukowski o José Agustín, tan feos como un ornitorrinco, pero que presumieron de una lista de espera para ir a la cama francamente envidiable.

En una gaveta especial se guardan los escritores cuya hermosura se convierte en un calvario, o cuando menos en una pesadumbre ingobernable. ¡Como si los autores lindos —pero atormentados— dieran cualquier cosa con tal de ser feos!… Carajo, ¿quién entiende a los escritores?… El caso más notable es Rimbaud. ¿En qué proporción su mito depende de su atractivo?… Nunca lo sabremos. Un atractivo que, por si fuera poco, sumado a su juventud, lo hacía parecer aún menor, casi un niño. Dado lo cual, la adoración que algunos de nuestros poetas le profesan raya de plano en la homosexualidad y hasta en la pedofilia, ¡válgame dios!… Y aquí cabe apuntar que hay varios autores mexicanos en situaciones similares, pero cuya obra lamentablemente no alcanza para recordar sus nombres, sólo su foto.

Recapitulando, no nos resta más que admitir que los escritores, por mucho que ondeen las cualidades de su intelecto, no se libran del juicio que el lectorado hace de su anatomía. Que las fotos artísticas sólo hacen más evidente lo evidente: Que algunos son tan feos que requieren de fotos artísticas. Que mientras se es bello, lo demás es lo de menos. Y que cuando se es bello y

bueno, se puede tener todo o pasarse una temporada en el más incomprensible infierno.

Dicho todo lo anterior, sólo queda una categoría por cubrir: La mía. Esto es: Cuando un escritor, aparte de feo, es malo. Oye, es que nadie te pela. Cuando llegas a las oficinas de redacción, hasta las recepcionistas te ponen cara de fuchi. Las secretarias y las computadoras se des-componen a tu paso. Los editores miran con disgusto tus textos y tu persona. Vaya, después no te contestan ni el teléfono!… Han de creer que la fealdad es contagiosa! Si no es así, por lo menos debes resultarles un ave de mal agüero: Si lo feo no se contagia, ¡quizá lo malo sí! Nadie se toma la molestia de corregirte un adjetivo, de sugerirte una estructura, de mencionarte el tratamiento que algún autor reconocido haya hecho de un tema similar.

Nada.No existes.Y piensas: Si fuera guapo, estarían encantados tachando

quizá un hipérbaton innecesario, alguna redundancia redundante. También piensas: Si fuera bueno, no impor-taría que fuera feo, los tendría insistiendo por teléfono. Pero si eres feo y malo, estás en la base de la pirámide, donde las altas aspiraciones de la literatura también tienen un lado feo y malo, como tú, donde todos te pueden patear. Un lugar donde los escritores no somos hermanos, no señor, qué pasó. Pinche feo. Y malo.

Una categoría que, sin embargo, bien asimilada, ofrece múltiples beneficios. Es cierto que quedas fuera de la vida, pero te conviertes en un testigo que pasa siempre inadvertido; puedes verlo todo sin temor a ser visto. Y a diferencia de los monos, con quienes realmente no serías nadie, las mujeres se disputan tu rareza y tu exotismo. Las hembras hermosas e inaccesibles te miran tierno y vulnerable. Te prodigan sus dotes sin recelo. Hasta llegan a leer tus textos.

Poco a poco vas ganando lectores, incluso admiradores, ésos que ahora llaman fans y de los cuales hablaré en otra ocasión.

Pensándolo bien, sonará paradójico, pero esta categoría resulta tan generosa como su antónima: tu calificación siempre es unánime… El trato siempre es predecible… Nunca escribes por compromiso ni por agradar a nadie… No te supeditas a ninguna foto… Tus letras no dependen de tu aspecto…

En pocas palabras: Eres malo, pero escribes lo que te viene en gana.

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Una vez más, presentamos a Pablo Herrera Carrillo dentro de la colección Baja California: Nuestra Historia, con Fray Junípero Serra. Civilizador de las Californias, su ópera prima, publicada en 1943. En esta obra, el autor nos presenta una biografía apologética del misionero franciscano, explorador andariego, que evangelizó a los in-dios pames de la sierra Gorda, y a los de la Nueva California. Gracias a la importancia que para su autor tuvo esta región y su gran admiración por Baja California, en el texto sobresale la influencia que tuvo ésta en la labor de fray Junípero para llevar a cabo las exploraciones por el territorio peninsular, sus viajes hacia el norte, la fundación de nue-vas misiones y la conquista espiritual de la Alta California. Para lograr este resultado, Herrera indagó en archivos y bibliotecas con gran esmero y paciencia. El tema que abordó carecía en esos momentos de importancia para muchos historiadores mexicanos, ya que la mayor parte de la labor misional del biografiado la realizó en la Alta California. Sin embargo, con el tiempo la figura de Serra ha sido revalorizada, y por tal motivo, se incluyó este texto acompañado de los diarios de Junípero Serra y Juan Crespí.

La solución de controversias en materia de prácticas desleales de comercio interncional en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, debe realizarse sin vulnerar la esfera jurídica de los gobernados y respetando las garantías individuales que consagra la Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos para que, con ello, se coadyuve a conservar el estado de derecho en México.

Los antecedentes legales de la creación del TLCAN son la parte formal histórica de la presente obra, punto en el que se da inicio y en el que se pretende ofrecer una mejor orentación al lector, pues se aplica un método inductivo, es decir, de lo particular a lo general, además de que se establecen los objetivos generales del tratado, así como sus definiciones.

La democracia moderna se desarrolló totalmente en el siglo XX en Occidente en el auge del sufragio universal. De modo particular, en América Latina, debido a la falta de buenos resultados, existe una desafección con los procesos democráticos, y se ha per-dido la confianza en los políticos, sin embargo, la gente sigue teniendo fe en la democ-racia. Y precisamente este trabajo tiene como objetivo general analizar el estado actual del proceso democrático en México, el tipo de democracia que se ha instaurado, así como el planteamiento de algunas propuestas para el debate de la consolidación desde los ámbitos social, institucional, electoral, ideológico y de la nueva gestión pública. Se expone, entre otras cosas que con el cambio institucional y el desempeño democrático se establece una relación conflictiva en sociedades polarizadas; que no hemos ido más allá de una mera alternancia turista en el poder ejecutivo; y que el tipo de democracia alcanzado es procedimental y estático, y no una consolidación dinámica, consensual y ciudadana.

Publicaciones de la UABC

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“Cuando tengo cien monedas; gasto cien en libros, y lo que me sobra, en pan”, dijo el sabio pensador renacentista Erasmo de Rotterdam; la frase puede sonar a exageración, y hasta podría pensarse que va acorde con el famoso libro de este autor Elogio de la locura... pero si acudimos a la inteligencia que distinguió a este Erasmo, se trata primero de una provocación que no pasa desapercibida; y segundo, él pondera y da relevancia al libro como fuente de alimento espiritual, mental, el libro visto con cierta superioridad y preeminencia sobre la vida materialista, es decir, a favor del intelecto; y desde ese punto de vista, algo preferido a la sobrealimentación que es ajena a la vida espiritual...

Esa frase de Erasmo de Rotterdam la leí cuando yo tenía 16 años de edad, viviendo en estas tierras californianas, frase que no he podido olvidar, antes bien, no he dejado de comentarla con las varias generaciones de mis alumnos. Erasmo de Rotterdam en su tiempo también hizo campaña para promover la lectura, como ahora se hace con esta importante Novena Feria Internacional del Libro de la UABC. La promoción de la lectura nos interesa a muchísimos mexicanos desde muchos puntos de vista.

Queremos que en nuestro país cada día aumente el aprecio y lectura de libros. Sin embargo, al ser realistas y reconocer las deficiencias, nos duele

cada vez que escuchamos las estadísticas sobre lo poco que se lee en México. Nos duelen los resultados de investigaciones pedagógicas que descubrieron a México como “un país de reprobados”. Nos duele reconocer el analfabetismo real y el potencial de quienes han aprendido a leer y escribir pero que nunca han leído un libro... No obstante, al reconocer esos tristes hechos no es para caer en el conformismo y la inmovilidad; al contrario, es para que el coraje nos dé más bríos... así, nos asomamos al lado

Elogio del libro y de la lectura*

José Vicente Anaya

*Discurso pronunciado por el autor en la inaguración de la Novena Feria Internacional del Libro UABC, abril 2008, Mexicali, B.C.

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José Vicente AnayaPoeta, vive en la Ciudad de México.

positivo, y confirmamos que en las últimas dos décadas han aumentado los proyectos, reales y efectivos, para apoyar y animar tanto la publicación de libros como las varias campañas para promover la lectura. Escritores divulgando sus libros; casas editoriales privadas, de instituciones culturales como las universidades e independientes, se han ocupado con ahínco en hacer libros y procurar que lleguen a todo público.

El empeño por divulgar la importancia de leer libros no empezó en estos tiempo ni es asunto exclusivo de los problemas a resolver en México. Ha sido una preocupación en muchos diferentes tiempos y lugares, así como de relevantes escritores, filósofos, pedagogos (y hasta de algunos políticos) . Reconocemos, pues, que en esta digna lucha no todo está perdido.

La misma frase de Erasmo de Rotterdam citada al principio, da cuenta de que hace casi 500 años este filósofo hacía también un llamado al provechoso afán por la lectura; incluso, con su vena de buen pedagogo escribió un largo ensayo con el fin de inculcar la lectura en la temprana edad de la infancia, ensayo al que le dio el sugerente título “De cómo los niños precozmente y desde su nacimiento deben ser iniciados en la virtud y en las buenas letras”, texto en el que rotundamente comenta: “...el hombre no instruido en filosofía ni en ninguna otra disciplina es un animal poco peor que los brutos”. (En ese tiempo, a los burros se les llamaba “brutos”; no sabemos por qué le han cargado tanto la mano a esos animalitos, que en realidad son empeñosos y trabajadores).

El libro es de verdad una de las más grandes maravillas que haya inventado el ser humano, esto puede sonar a un desacierto ante el enormísimo adelanto de la tecnología cibernética, ante las dimensiones inacabables del mundo virtual, incluso, en el que también circula la palabra escrita; para los jóvenes cibernautas y para los ingenieros en sistemas el libro puede ser visto como un vejestorio, un objeto arcaico. Sabemos además que desde hace poco más de 30 años hubo (y todavía hay) quienes estrepitosamente proclamaron la desaparición del libro porque sería suplantado y superado por las computadoras... Hoy están más que desmentidos esos anuncios catastróficos de los falsos Mesías anti-libros. No es

que el libro tenga que imponerse a las computadoras ni viceversa, la verdad es que conviven porque cada uno tiene una función y espacio propios además de que se complementan para bien de cada uno. ¿Y por qué pervive el libro? La explicación es sencilla y la encontramos en boca de otro gran pensador como lo fue José Ortega y Gasset, quien al retomar una idea de Platón sobre que “los libros son decires escritos”, agrega que cada libro es como una voz anónima que siempre está diciendo; esto es, pensemos por ejemplo en un libro de hace dos mil años, pues tiene dos mil años diciéndonos sin cesar lo que tiene escrito. ¡Esta cualidad del libro es para maravillarnos! Entonces tenemos que, si el libro dice, el libro habla; por consiguiente, con el libro podemos dialogar; y al dialogar, razonamos; esto es: Aprendemos. Definiti-vamente, el libro es un gran invento.

En la historia de la humanidad encontramos al libro como un objeto diverso ocupando momentos prepon-derantes en las muchas culturas que han dejado huellas profundas. Hay libros (y cuando digo que “hay” es porque todavía existen al resguardo de bibliotecas, museos o sitios de sus autores), hay libros egipcios o chinos de hace más de 4 500 años. Hay libros que los egipcios y los mayas escribieron en las paredes de palacios o tumbas monumentales o en columnas monolíticas como los obeliscos o enormes placas de piedra como las estelas. Libros escritos en pieles de animales, conchas de tortuga, cortezas de árboles hasta llegar al papiro y de ahí a los diferentes tipos de papeles que ahora conocemos.

Existen muchas referencias anónimas o de reconocidos sabios que en todos los tiempos han confirmado las buenas virtudes del libro, y éste no ha estado ajeno en poemas, cuentos y leyendas. Siendo las palabras los elementos principales que conforman el libro, el pensador alemán Martin Heiddeger escribió: “La palabra es la morada del ser”. El libro como un objeto precioso es sutilmente halagado en uno de los más breves cuentos del mundo, del autor japonés Yamamoto Tsunetomo (1659-1719), cuento que dice: “El maestro sacó un libro de su baúl. Cuando abrió el libro y empezó a hojearlo, surgió un suave olor a canela”.

El poeta de lengua latina, Marcial, nos legó esta sencilla verdad: “Conforme vas leyendo, vas creciendo”. Y él mismo con su típica carga de juego, burla, sátira, a un poeta de su tiempo quien seguramente era su enemigo, le lanzó como verdadera saeta este epigrama:

El libro que lees en voz alta,oh Fidentino, es mío; perode tan mal que lo lees, loempiezas a hacer tuyo.

El libro ha sido tratado con aprecio, con indiferencia y hasta ha sido objeto de maltrato. No olvidamos hechos de lamentable barbarie como en los casos del nazi-fascismo cuando en la Alemania hitleriana se quemaron libros en las calles; igualmente, lanzaron libros a la hoguera los chilenos bajo el mando de Pinochet. Lamentable es también la censura de libros por la Inquisición. En un sabio proverbio de la India ancestral se describen muy bien cómo el libro ha sido apreciado y despreciado, con estas palabras: “Un libro abierto es una mente que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora”.

Con todo ánimo y de corazón es deseable que a esta Novena Feria Internacional del Libro UABC asista mucha gente dispuesta a gastar sus cien monedas en libros; y lo que le sobre, en pan.

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Orígenes y descripciónUna vez consumada la conquista de Tenochtitlan, exploradores españoles, militares, civiles y religiosos, se expandieron por el nuevo continente conociendo lugares y sus recursos naturales. Fueron ellos quienes nombraron a muchas especies americanas antes de la clasificación taxonómica de la ciencia. Su marco referencial era muy limitado, en la mayoría de los casos se relacionaba con vivencias propias en la península Ibérica. Con poca o nula escolaridad, los bautizadores de la biodiversidad americana nombraron lo que fueron conociendo, según el parecido con formas de vida similares europeas, o con expresiones culturales de sus países de origen.

Así llamaron cimarrón al borrego silvestre americano, porque supusieron que se trataba de una oveja “alzada”. Esto a su vez quiere decir que se trata de un animal doméstico que se escapó al estado silvestre. Aunque también significa “marinero indolente y poco trabajador”, según el Diccionario de la lengua española.

Los ciervos americanos en lo que hoy es territorio mexicano, fueron designados como “venados”, del latín venatus, que significa caza. El citado diccionario agrega sobre el venado: “Res de caza mayor, particularmente oso, jabalí o ciervo”.

Algunos de los primeros ibéricos que vieron por vez primera al único antílope americano, recurrieron a su marco de referencia y al llamarles su atención los colores del desconocido mamífero, de su archivo vivencial les llegó el vocablo “berrendo”. Jamás habían visto algo similar en sus tierras, pues no era ni ciervo ni borrego.

En España se llama berrendo al toro con manchas de dos colores. Un toro con manchas de color distinto del de la capa. Pero quizá este vocablo tuvo otro significado en el pasado, pues en celta “barrovindos” quería decir: Blanco

El berrendo: Desaparecidode Baja California

Alberto Tapia Landeros

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orar

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en un extremo, compuesto de barro, y “vindos”, blanco. (www.rae.com) Color de barro y blanco, estos colores casi describen el pelaje del berrendo, sólo falta el negro de sus cuernos, la nariz y de la mancha en su maxilar.

El berrendo es un mamífero cuadrúpedo rumiante y artiodáctilo (pezuña bifurcada), lo mismo que el borrego cimarrón y el venado bura que cohabitan el sur del estado de Baja California. Aunque aparentemente del mismo tamaño y peso que venados y borregos, el berrendo es el de menor tamaño y peso de los tres. No rebasa los 60 kilogramos en los machos adultos. A diferencia de los otros mamíferos mencionados, éste no tiene los dedos traseros en sus patas, como aquéllos.

Los berrendos han perdido esos apéndices y por consiguiente solamente tienen dos dedos, cubiertos de pezuñas. Su estructura ósea es más ligera que la de los otros mamíferos mencionados; sin embargo, los huesos de sus patas resisten mayor presión que los del ganado. Esto le permite correr hasta 90 kilómetros por hora, cosa imposible para venados y borregos. El berrendo es el animal terrestre más rápido de América. La velocidad es su mejor defensa para escapar de sus enemigos, que en la pradera y desierto que habita, fue el lobo y es el coyote, así como los cazadores modernos.

En el estado de Nuevo México, EE.UU., en dos ocasiones hemos confirmado que, corriendo paralelo a un Jeep, alcanza una velocidad de más de 50 millas por hora.

El venado tiene astas (sólo en los machos) y el borrego, cuernos (en ambos sexos), la diferencia entre ambos apéndices es que las astas se mudan cada año, los cuernos no. Las astas se ramifican, los cuernos no. La excepción son los cuernos del berrendo que se ramifican y mudan como los del ciervo, pero son cuernos como los del borrego. Sus cuernos están hechos de pelo aglutinado y son un tanto flexibles (en ambos sexos crecen cuernos).

En inglés se le conoce como Pronghorn, que significa “cuerno bifurcado”; también se les llama Antelope, o antílope.

En la experiencia de desollar y diseccionar alrededor de 50 berrendos cazados deportivamente en la pradera de Nuevo México, en las décadas de los años ochenta y noventa y pertenecientes a la especie tipo Antilocapra americana americana, aprendimos que de los tres mamí-feros, el berrendo tiene la piel más delgada y elástica, cubierta de pelo hueco. El venado bura de Baja California y el borrego cimarrón, tienen más o menos el mismo grosor de piel, de unos 4 milímetros. La piel del venado cola blanca de Sonora mide de 2.5 a 3 milímetros, la piel del berrendo es de 2 a 2.5 milímetros. La piel más gruesa de todos estos rumiantes silvestres mayores es, en nuestra experiencia, la del venado bura de Sonora, con pieles hasta de 5 o más milímetros de gruesa. Estos datos se obtuvieron

midiendo la piel del lomo, en la cruz, al verificar el grado de acidez y curtido antes del montaje de taxidermia.

Otra medida que difiere de venados y borregos, es el diámetro de los ojos de cristal usados en taxidermia. En los berrendos es de 30 milímetros, mientras que en el ve-nado bura y el borrego cimarrón es de 28 a 29 milímetros. El venado cola blanca de Sonora mide 26 milímetros. Los berrendos tienen en promedio mayor distancia del ojo a la nariz, a diferencia de los venados y borregos, con unos 200 milímetros, mientras que en los otros dos es menor. Y debido a estas proporciones, lucen más “ojones” y “trompudos” que venados y borregos.

Mi abuela paterna era originaria del sur de Sonora y solía decirle “ojos de berrendo” a una persona con ojos grandes. A Luis Procuna Montes, (1923-1995), se le apodaba “El berrendito de San Juan” (de Letrán), y fue el primer torero mexicano que cortó oreja en la Plaza México en el D.F.

También me resultó notable lo ancho y abierto de sus fosas nasales, comparadas con las de los borregos y venados. Seguramente mejor adaptadas para aspirar aire extra durante el gran esfuerzo que realizan para alcanzar esas grandes velocidades que anteriormente comentamos.

Los tres rumiantes silvestres tienen su propio olor característico, que se acentúa durante el celo al mezclarse con el olor del almizcle segregado por sus glándulas. Los tres rumiantes tienen carne comestible, quizá por su alimentación de pasto de buena calidad, la carne del berrendo de la pradera de los Estados Unidos es de mejor sabor y textura. Un cazador experimentado es capaz de distinguir, por su olor y sabor, si la carne cruda o cocinada es de venado, borrego o berrendo.

El pelo hueco del berrendo le sirve como aislante del frío en la pradera estadounidense y del calor en los desiertos mexicanos. Puede mover a discreción su áspera pelambre para dejar salir el calor del cuerpo o plegarlo para conservar calor durante el frío. En la pradera norteamericana el berrendo no emigra, como venados, cimarrones y alces, por lo que ha desarrollado sus propias estrategias de adaptación.

El pelo del trasero es un poco más largo que el del lomo y costados, y el berrendo lo eriza y acuesta a voluntad, lanzando mensajes de alerta a otros berrendos cuando es necesario. A la distancia, este movimiento del pelambre del trasero o grupa resplandece, en días soleados cambia de brillo al moverlo. Funciona como aquellos reflectores con persianas utilizados durante la Segunda Guerra Mundial en buques de combate para emitir mensajes en clave Morse. A esos aparatos se les llamaba en inglés blinkers. De esta manera los berrendos pueden advertirse peligro a grandes distancias, lo cual es perfectamente posible en los terrenos relativamente abiertos, sin grandes árboles, que prefieren para vivir.

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Los berrendos son animales que demuestran mayor curiosidad que venados y borregos. Esta característica de la especie ha sido convertida a “estrategia de aprove-chamiento” por el hombre. Los indios de la pradera nor-teamericana solían esconderse tras los pocos arbustos que hay en ese ecosistema, ataban un trapo a un palo que luego movían y escondían hasta llamar la atención de la presa. La curiosidad del animal los acercaba y con el viento a favor del cazador se lograba acercarlos al tiro de flecha. Cuando estos indios adoptaron el rifle como arma de caza y defensa durante el siglo XIX, la desventaja para el berrendo fue mayor. Otra estrategia derivada de su curiosidad fue la de “disfrazarse” de berrendo, cubriéndose con la piel y la cabeza del animal para acercarse a él.

De los antílopes de Nuevo México aprendimos que son criaturas de hábito. Observarlos el primer día de la temporada de caza, que solamente dura tres días, nos permite ubicar sus rutas preferidas de escape. Antes del amanecer del segundo día de la corta temporada, los cazadores se esconden en puestos a escasos metros de esas rutas, mientras que otros cazadores o guías “movían” a los berrendos desde vehículos doble tracción. Esta técnica surtió efecto en la gran mayoría de los casos. Es posible que cazadores indios y blancos de Baja California hayan utilizado esta técnica aprovechado la mortal curiosidad y prácticas rutinarias del berrendo.

Una característica observada en el berrendo de la pradera es que no ha aprendido a saltar cercos u obstáculos que se levantan del suelo natural. Aparentemente éstos son muy nuevos en su devenir histórico. Cuando encuentra un obstáculo en su hábitat, simplemente le saca la vuelta. Pero al llegar a una cerca de alambre de púas, el rebaño se detiene y empieza a buscar por dónde cruzar. Luego no falta uno que se deslice por debajo del último alambre y todos hacen lo mismo. Lo que no entendemos es cómo a ninguno se le ha ocurrido saltar los alambres, como lo hacen venados y a veces los borregos cimarrones. Los antílopes africanos tienen fama de saltadores, los antílopes americanos no saben hacerlo. A propósito de esta comparación, ambos grupos no tienen parentesco común.

Después del cruce de una manada por debajo de un cerco, el alambre queda lleno de pelo del lomo de los antí-lopes “deslizadores”. No obstante esta aparente falta de adaptación a la modernidad, los berrendos son capaces de volar sobre barrancos hasta de nueve metros de ancho.

El caso es que el berrendo americano, conocido por la ciencia como Antilocapra americana, que a su vez significa antílope y cabra, fue un animal que vivió en el hoy estado de Baja California.

Antecedentes históricosHasta ahora, quizá la referencia más antigua del berrendo en el noroeste mexicano proviene del descubrimiento de

un banco de fósiles en el golfo de Santa Clara, Sonora, al sureste de la desembocadura del Río Colorado, en el alto golfo de California.

Se trata de vestigios del pleistoceno temprano, que contienen elementos de varias especies biológicas ya desaparecidas y de otras existentes hoy, pero en otras partes del continente, como osos y jaguares. Entre las desaparecidas, se encontraron fósiles de la familia Antilocapridae (Davis,1990), a la que pertenecen los berrendos actuales. Se identificaron dos especies, la Tetrameryx, un berrendo primitivo de cuatro cuernos que se extinguió y otro posiblemente perteneciente a los berrendos actuales, que todavía habitan el contiguo desierto de Altar en Sonora.

Los berrendos como los venados, son especies auténticamente norteamericanas, aunque los venados tienen a un antecesor asiático. Los borregos se originaron en Asia.

En la península bajacaliforniana, quizá la evidencia más antigua sea la que aparece repetitivamente en algunas pinturas rupestres, de autores desconocidos. Berrendos junto a borregos cimarrones, venados, pumas, liebres, conejos, ballenas, mantas, peces, y aves, entre otras figuras zoomorfas, adornan resguardos de piedra, protegidos del sol, agua y viento.

Si algún mensaje quisieron dejar los autores para las futuras generaciones, esta primitiva expresión describe muy bien cómo era su mundo, el mundo peninsular californiano. Las pinturas rupestres de berrendos son el único testimonio gráfico dejado por los antiguos californios.

El berrendo peninsular, Antilocapra americana peninsularis, aún persiste en el noroeste del estado de Baja California Sur, en el desierto de Vizcaíno, en donde las últimas centenas de su especie amenaza con extinguirse del planeta en el siglo XXI, a pesar de los grandes esfuerzos realizados por personal de la Reserva de la Biosfera de Vizcaíno. El berrendo sonorense, persiste en el desierto de Altar, Sonora, y en el estado de Chihuahua, y posiblemente en otros. Esta especie se conoce como Antilocapra americana sonoriensis, la cual se encuentra en peligro de extinción, con todo y haber más de éstos que cimarrones en Baja California.

El estadounidense Ernest Thompson Seton, estimó que antes de la llegada de los europeos a América, había 100 millones de berrendos. Otros han opinado que 35 millones. Para 1900, solamente quedaban en Norteamérica 20 000 berrendos, de los cuales 300 vivían en California. Tal fue su depredación también en EE.UU. durante la segunda mitad del siglo XIX.

Durante la histórica expedición de Lewis y Clark a la costa del Pacífico, se colectó en Dakota del Sur un espécimen el 14 de septiembre de 1803, y se le nombró Antílope americana.

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Figura 1. Distribución original y actual (1959) del berrendo.

Para conocer sobre la presencia de esta especie en Baja California, la fuente más importante son los registros históricos de tiempos misionales.

En el libro Historia natural y crónica de la antigua California (Del Barco, 1988), Miguel del Barco da cuenta del berrendo peninsular de la siguiente manera:

...un animal que se distingue en poco de la cabra. De esta especie hay dos colores, blancos y negros, y andan en manadas por los montes. Los cochimíes llaman a este animal ammo-gokio.

Historiadores naturalistas atribuyen esta descripción al berrendo, no obstante, el que haya de dos colores, blancos y negros, no corresponde a la especie que nos ocupa.

Cronológicamente hablando, la siguiente referencia de berrendos en el estado de Baja California, data de 1542, cuando la expedición de Juan Rodríguez Cabrillo, descubre y bautiza como Puerto de San Mateo, lo que hoy es Ensenada, B.C.

Según Juan Páez, escribano de Cabrillo, en San Mateo había

...manadas de animales como ganado que andaban de ciento en ciento, e mas que parecían al parecer y al andar como ovejas del Perú y la lana luenga. Tienen quernos pequeños de un exeme... (Lazcano, 2003).

Para todos los historiadores naturalistas esta descripción corresponde al berrendo, aunque aquello de la “lana luenga” (larga), no corresponde a la especie que nos ocupa. Pero si no fueron berrendos, cientos de ellos, ¿qué especie pudo ser?

De cualquier manera, el relato de 1542 describe un paraíso hoy desaparecido por la ocupación social del espacio natural, de parte del hombre moderno.

El lugar que hoy ocupa Ensenada, era y es terreno relativamente plano, preferido por el berrendo, que depende de su excelente visión y velocidad para escapar de sus enemigos. El terreno plano favorece a sus estrategias de defensa.

Recorriendo la historia misional encontramos otros testimonios de la presencia del berrendo en Baja California. La expedición que por mar hiciera el jesuita Fernando Consag en 1746, tuvo como producto escrito un diario de campaña titulado Derrotero del viaje, que en descubrimiento de la costa oriental de California, hasta el río Colorado, en donde se acaba su estrecho, hizo el padre Fernando Consag, de la Compañía de Jesús (Venegas, 1944). El día 5 de julio de 1746, Consag anota en su diario: “viéronse muchos berrendos1 o cabras monteses y muchos carneros de la tierra”. Esto aconteció en el sur del hoy poblado de Puertecitos, el cual se localiza unos 87 kilómetros al sur de San Felipe. B.C.

El hecho de haber visto y registrado a dos especies de mamíferos mayores al mismo tiempo, despeja la duda de que Consag hubiera confundido berrendos con borregos cimarrones. A éstos últimos el jesuita los identifica como “carneros de la tierra”. En el estado de Nuevo México, EE.UU., vaqueros, cazadores y locales se refieren al berrendo en español, como “chivos”, lo cual tiene sentido con el calificativo que Consag da: “o cabras monteses”, y también con el comentario de Barco.

Es un hecho que los berrendos fueron descubiertos y bautizados como tales, no en California, sino en el altiplano mexicano, lugar de distribución original de la especie en México. A la llegada de los europeos, el berrendo se extendía hasta el hoy Estado de México. En 1540 tuvo lugar aquí una gran cacería en honor del virrey, don Antonio de Mendoza, en donde los indios mataron 600 venados y berrendos, los cuales “...no sólo corrían, volaban.”, según el relato de Torquemada (Leopold, 1965)

Ver mapa de distribución histórica del berrendo de Starker Leopold, en el cual se señala todavía en 1959, que el berrendo persistía en Baja California sobre la

1 No hemos tenido acceso al documento original, pero de una transcripción literal de la que tenemos copia, Consag escribió “barredados”, no berrendos, como decidió la paleografía. Barredados nos recuerda al “barrovindos” del celta.

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costa del golfo de California, entre San Felipe y San Luis Gonzaga, rango dentro del cual se encuentra la observación de Consag, de 1746 (véase figura 1).

Existen otros testimonios de la presencia del berrendo durante el siglo XVIII en el hoy estado de Baja California. Una descripción de la forma que utilizaban los californios para cazarlos aparece en la Descripción compendiosa de lo descubierto y conocido de la California, del mismo Fernando Consag, misionero jesuita ya citado. De la versión que obra en el Museo Británico (Lazcano, 2001) tomamos esta descripción:

En el tracto que hay entre la sierra y el océano andan en gran copia los berrendos, muy ligeros en correr. Con su ligereza evitan que los naturales los puedan matar, solamente en tiempo del invierno cuando dichos berrendos, por el mucho viento y frío, se arriman a la sierra, entonces los naturales respaldándolos contra las piedras y asperezas de la sierra, en que los berrendos pierden su ligereza, los suelen coger o a carrera o a flechazos.

El párrafo anterior es precisamente la “estrategia de aprovechamiento” que utilizó el californio para apoderarse de la presa berrendo, ammo-gokio.

Además de la táctica de caza, resalta la abundancia de la especie en la antigua Calfornia. Pero nos aporta un dato que reafirma la preferencia del animal por terrenos planos. Consag dice “entre la sierra y el océano”. Estas son las “bajadas” de los arroyos hacia el mar de Cortés u océano Pacífico. Los berrendos ayer y hoy, no suben a las sierras como lo hacen venados y borregos cimarrones.

Para reafirmar esta circunstancia, veamos otro testimonio de presencia de berrendos en Baja California. En 1769 pasaron por el hoy estado de Baja California dos expediciones procedentes de Loreto, Baja California Sur, con destino a San Diego, hoy California, EE.UU.

En la primera dirigida por el capitán don Fernando de Rivera y Moncada, en donde el padre Juan Crespí escribió el diario de la expedición, donde anota que al entrar al valle de San Telmo, el 14 de abril de 1769: “Encontramos muchos caminos muy trillados, hay muchos berrendos, y vimos nueve juntos, muchos coyotes y venados”.

El valle de San Telmo, lugar por el que pasa actualmente el camino ya pavimentado que va al Parque Nacional Sierra de San Pedro Mártir y al Observatorio Astronómico Nacional, es también terreno plano de unos 20 kilómetros de largo por tres de ancho en promedio, en el cual el berrendo podía descubrir a sus enemigos con su vista, para escapar con la velocidad que le dan sus largas y esbeltas piernas.

En la segunda expedición, comandada por el padre también franciscano Junípero Serra, tres semanas después de Crespí, Serra deja testimonio del encuentro

de un aguaje nuevo el día 7 de mayo de 1769 (Lazcano, 2002): “tiene un hermoso aguaje hasta aquí desconocido, con bastante pasto para el tránsito de las bestias, y porque allí se cogió un hermoso berrendo y vimos el industrioso modo de cazarlos”

El “industrioso modo de cazarlos” bien pudo haber sido el descrito por Consag, acorralando al animal contra la sierra. Este acontecimiento tuvo lugar entre la misión de Santa María y la playa de San Luis Gonzaga, justamente dentro de la zona “berrendera” de la costa del golfo de California que aparece en todos los mapas que sobre la distribución del berrendo en México se publicaron durante el siglo XX.

Si se deja atrás la época misional, veamos algunos testimonios del siglo XX que comprueban que el berrendo sobrevivió en Baja California quizá hasta mediados de este siglo.

Arthur Walbridge North, estadounidense aventurero que en 1906 exploró y cazó a lo largo de la península bajacaliforniana, siguiendo como ruta El Camino Real, o ruta de los misioneros, dejó testimonio en un libro publicado por primera vez en 1910, sobre sus en-cuentros con berrendos en algunos lugares del desierto peninsular. Probablemente en el lugar hoy conocido como valle de San Julián, el cual se cruza cuando se viaja a bahía de Los Ángeles desde la carretera transpeninsular, en los N 29° O 113° 54’; North relata en su libro (North, 1977), que el día 1 de marzo de 1906:

Al sur de Youbai (Yubay) cruzamos los extremos reducidos de dos valles nivelados que se extienden hacia el golfo (de California), y que contienen varios miles de acres de zacate y matorral. De acuerdo con Otero (acompañante) unos cuantos antílopes se mueven en esta sección. El Laird (acompañante) considera estos valles similares a los lugares de Sur África. Como en Los Llanos de Buenos Aires y los Llanos de Santa María, en los que también habitan pequeñas bandas de antílopes (berrendos), esta región carece de manantiales.

Entendemos esto como un testimonio más de la presencia del berrendo en 1906, en el sur del estado de Baja California. Llanos Buenos Aires podría tratarse de otro nombre para Laguna Chapala, en donde existió un rancho con ese nombre, como veremos más adelante. Llanos de Santa María se denomina a los terrenos planos entre la misión de este nombre y la Bahía de San Luis Gonzaga. Precisamente en donde Junípero Serra cuenta que “se cogió un hermoso berrendo”.

Sin embargo, al no poder afirmar que vieron a los antílopes mencionados, decidimos no incluir estos lugares y fechas en el mapa que elaboramos sobre sitios de berrendos en Baja California y que usted encontrará al final de este Explorare.

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Más tarde en esta misma expedición, el 19 de marzo de 1906, North confirma haber visto su primer antílope en los Llanos Ojo de Liebre, hábitat actual del berrendo peninsular en la parte noroeste del estado vecino de Baja California Sur.

Después de la experiencia de Arthur W. North, en los mismos albores del XX, la Comisión del Instituto Geológico de México (Instituto, 1913) exploró la región norte del territorio de Baja California. El producto final de esta exploración que inventarió los recursos naturales del entonces territorio, fue la obra Parergones, publicada en 1913. En ella reportan al borrego cimarrón y al berrendo “a punto de extinguirse”. Al borrego lo identifican como Ovis mexicana y al berrendo como Antilocapra furcifer. Destaca en el informe una denuncia de un “nuevo enemigo” de borregos y berrendos, “un colector americano que provee a los museos de los Estados Unidos y otros establecimientos, de pieles y cabezas de los citados animales, haciendo un negocio de la destrucción de ellos”. El informe también dice que este colector, más bien un cazador profesional, “incita a los rancheros y pastores a hacer lo mismo para que le vendan a él las pieles y cabezas”.

Referente al berrendo, Parergones señala que

antes era tan común (el berrendo) en los llanos que los de Ojo de Liebre han tomado su nombre de él (sic), pero en tiempo del descubrimiento del oro salían los cazadores para matar los animales por docenas y vender la carne en los minerales de Calmahí (Calmallí) y Campo Alemán.

Más adelante anota que en 1911 vieron el rastro de sólo dos animales en esa región. Calmallí y Campo Alemán pertenecen al estado de Baja California, Ojo de Liebre a Baja California Sur. Esta población de berrendos más bien perteneció al rebaño de Vizcaíno que al de la costa del golfo de California.

Pasamos ahora a comentar la actividad de un cazador profesional radicado en Caléxico, California, pero que operaba cinegéticamente desde la nueva Mexicali, B.C. Se trata de Edward William Funcke (Mellink, 2000) En 1917, Funcke cazaba por negocio, venado, borrego y berrendo, al sur de los jóvenes poblados fronterizos mencionados. Pero no perdía oportunidad de matar coyotes, zorras y cualquier otro mamífero del que se pudiera aprovechar su piel o su carne. El artículo de Eric Mellink, fuente de esta información, incluye un registro, de puño y letra del cazador, en donde anota dos cobros de berrendo macho realizados al sur de Calmallí, los días 2 y 22 de mayo de 1912.

Y nos preguntamos: ¿será este Funcke el “nuevo ene-migo”, el “colector americano” denunciado en Parergones?

En 1934, un grupo de exploradores estadounidenses con base en El Centro, California, intentaron escalar el

Picacho del Diablo, la parte más alta de la península bajacaliforniana, en la sierra de San Pedro Mártir. En el primer intento estuvieron acampados en los alrededores de San Felipe, B.C., y un nativo de nombre Juan que les sirvió de guía, les contó que en años anteriores (a 1934), todavía había grandes manadas de antílopes en el desierto de San Felipe. Que eran muy curiosos y los indios aprovechaban esto para cazarlos. Que los berrendos bajaban hasta la marea, al sur de San Felipe.

En mi libro En el reino de Calafia, (Tapia, 1998), comento brevemente en la página 79 cómo fue que en 1954 vimos huellas de berrendo en la playa de la Punta San Fermín, bautizada así por Fernando Consag, en 1746. También comento que viejos residentes de San Felipe recordaban que los berrendos se mojaban en las olas. ¿Sería ésta una estrategia de enfriamiento en el ardiente desierto sanfelipense? Lo dicho por “Juan”, que los berrendos son curiosos y que ello era aprovechado para cazarlos, refuerza lo comentado antes sobre esta característica mortal de los antílopes americanos.

Randall Henderson, cabeza del grupo explorador de El Centro, California, publicó en la revista Desert Magazine (Henderson, 1953), que durante el segundo intento por llegar al pie de San Pedro Mártir para intentar su ascenso, el día 21 de marzo de 1935 espantaron un rebaño de berrendos frente al cerro El Chinero, según su descripción.

Pero los berrendos persistieron en Baja California en algunos recónditos lugares apropiados para ellos como el valle de Calamajué y Laguna Chapala. Esta última es un ancestral lago, hoy seco, pero que se llena con lluvias torrenciales, ubicado en el sur del estado, en donde confluyen el camino costero que parte de San Felipe hacia el sur y entronca en Chapala con la carretera transpeninsular. Aquí se han encontrado objetos de piedra hechos por humanos, con una antigüedad de 14 600 años. Pero todavía no aparecen restos de tal época que permitan afirmar que el hombre vivió en este lugar desde aquella temprana edad. Resulta fácil imaginar rebaños de berrendos pastando alrededor del lago lleno de agua y grupos humanos acechando a los antílopes con sus lanzas de punta de piedra.

En este lugar se estableció el señor Arturo Grosso Peña el año de 1938. Se dedicó a criar un poco de ganado, a prospectar minerales, a cazar para comer y a atender a los pocos viajeros que se aventuraban por estos lugares antes de existir la carretera transpeninsular. Don Arturo, hombre solitario y aventurero, construyó la primera brecha entre San Felipe y Chapala, prácticamente a pico y pala, transportándose en un viejo Jeep militar que algunas veces se abasteció de gasolina en la estación de mi padre en Mexicali, B.C. Fue Grosso quien lo animó a visitar aquellos lugares para pescar y cazar. Ernesto Ruffo Appel, quien fuera el primer

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gobernador de oposición en Baja California y México, alguna vez me contó que su padre era también amigo de Arturo Grosso y que él mismo cuando fue adolescente, pasó algunas temporadas de vacaciones con don Arturo en la Laguna Chapala.

Tanto mi padre como don Gorgonio Fernández Romero, fundador de la villa pesquera de San Luis Gonzaga y fallecido a los 107 años en febrero de 2001, contaban que Arturo Grosso cazó venado, borrego y berrendo hasta 1950, aproximadamente. Por esta razón incluimos esta fecha en el mapa de sitios históricos. Pero en este apartado no hubiésemos incluido los comentarios de mis informantes, si no se hubiera publicado el libro de Martín Barrón que confirma estos comentarios sobre el señor Grosso.

El rancho Buenos Aires de Grosso ofrecía un menú singular. Usted podía escoger entre comer carne seca “de res, burro, borrego cimarrón, puma, gato montés, liebre, coyote, conejo, venado o berrendo en el mejor de los casos, y hasta la exótica carne de caguama”. (Barrón, 2002).

En el libro citado, se asienta el dicho favorito de Grosso: “todo lo que corre y vuela, a la cazuela”. Este ermitaño ya fallecido, muchas veces fue guía de exploradores que buscaban la legendaria misión perdida de Santa Isabel, aunque les advertía:

Olvídenlo, si existiera ya la habría encontrado, yo siempre estoy recorriendo las sierras y las montañas, cazando venados, borregos y berrendos y nunca he visto vestigios de alguna pared o misión. (Barrón, 2002).

Este testimonio sugiere que el berrendo existió en Chapala y sus alrededores durante la primera mitad del siglo XX, en los tiempos de Randall Henderson, quizá hasta 1950 según los testimonios comentados. Arturo Grosso murió en el año de 1968.

En septiembre 8 de 2005 tuvimos la fortuna de entrevistar por la vía telefónica a doña Anita (Grosso Peña) Espinosa, “la leyenda del Rosario”, hermana de don Arturo. Anita, lúcida y jovial a sus 97 años, nos dijo que ella vio muchos berrendos y que Arturo no fue cazador, pero que se comía lo que otros cazaban. Esto contradice lo escrito por Martín Barrón y sugiere que hubo más cazadores de berrendo a mediados del siglo XX en esta parte del estado de Baja California. También nos confirmó que don Arturo vivió en Chapala 30 años, de 1938 a 1968, espacio de tiempo que encierra el “mediados del siglo XX” que proponemos como fin de la era del berrendo en el estado 29.

Doña Anita recordó que entre 1928 y 1930 viajaban desde El Rosario al puerto de Calamajué o bahía de Los Ángeles, y en ocasiones hasta laguna Ojo de Liebre, Baja California Sur, a llevar a su madre enferma del

pulmón, a tomar sangre de caguama, o tortuga de mar, que era el tratamiento natural de la época para la tuberculosis. Al preguntarle si ya no vio berrendos después de 1930, nos dijo que en ese año se casó, y dejó de viajar a la costa. Esto a la vez nos dice que los berrendos que veía en cada viaje sobrevivieron hasta después de 1930, pero ignoramos hasta que año.

Anita nos dijo: “Entre Calamajué y bahía (de Los Ángeles) había muchos berrendos, eran muy novederos. Con un paliacate colorado en un palo los entreteníamos por largo rato, eran muy mansos”.

Esto significa que el extenso valle de Calamajué sobre el paralelo de 29° de latitud norte, justamente al noreste de Chapala, también fue hábitat del berrendo. Aquí se fundó la misión jesuita Santa María de Calamajué el año de 1766.

Con este testimonio, sumado a los de Consag, Serra y Grosso, emerge con claridad la zona berrendera de

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la costa del golfo de California. También abona a la conducta curiosa de estos animales.

En 1995, antes del censo aéreo del borrego cimarrón dirigido por el estadounidense Raymond Lee, le pedimos al investigador que pusiera especial atención a los llanos de San Fermín, situado en los 114° 54’ de latitud norte y los 30° 35’ de longitud oeste, al sur de San Felipe, B.C. Este lugar contiguo a la ya mencionada Punta San Fermín, tomó su nombre del mismo bautizo de Consag. La razón era que en 1987, durante una cacería de borrego cimarrón, de las últimas organizadas por el Consejo Nacional de la Fauna, acompañé filmando y fotografiando la expedición del médico Antonio Méndez en las mesas de Matomí, B.C. En ese entonces tuve la oportunidad de conocer y entrevistar al “burrero” (que proporciona y maneja burros de carga) don Cruz Aguilar. Entre otras preguntas le hice la siguiente: ¿“en dónde quedarían algunos berrendos”? Cruz volteó hacia el noroeste y señaló los

Llanos de San Fermín, desde arriba de la mesa El Avión, mientras trataba de masticar con sus viejas mandíbulas sin dientes, un trozo de carne chamuscada. Esta mesa adquirió su nombre debido ha que hay en ella algunos aviones estrellados, a los cuales vimos solamente desde lejos, con binoculares. Por esta razón encomendamos a Lee diera un vistazo a estos llanos prometedores de berrendos, dentro de la zona berrendera señalada como hábitat de la especie en todos los mapas faunísticos del siglo XX. Lee me dijo: “los berrendos dejan veredas muy visibles desde el aire, será fácil descubrir sus rastros”. Pero el investigador de Arizona no encontró ningún vestigio de berrendos ni en San Fermín, ni en ningún otro llano del desierto peninsular que voló en 1995 y 1997.

El berrendo desapareció del estado de Baja California aparentemente a mediados del siglo XX.

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siglo XX, la especie ya no tuvo tiempo de adaptarse y defenderse.

Desde 1922 se vedó su cacería en este país (Leopold, 1965). Pero en México las leyes ambientales solamente existen en papel. Sin una vigilancia permanente y sistemática de parte del gobierno, que haga respetar el estado de derecho ambiental en este caso y programas permanentes de educación ambiental que inculquen al mexicano otros valores de la biodiversidad además del económico, las extinciones seguirán inexorablemente. Hoy en día, costas, desiertos y sierras están en el abandono de la vigilancia por parte de la autoridad ambiental. El berrendo, junto con las nutrias de río y mar, fueron víctimas de la indiferencia gubernamental. De seguir esta situación, siguen en la lista la vaquita marina y el borrego cimarrón.

Nota: Ver la versión completa de este artículo en Baja California. Uso y abuso de su biodiversidad. (2006). Miguel Ángel Porrúa-UABC. 2006. p. 125-156.

BibliografíaAudubon, J. (1968). Audubon game animals. Hammond

Incorporated: Nueva Jersey.Barrón, M. (2002). Anita, la leyenda de El Rosario. Museo del

Puerto: Ensenada.Davis O., et al. (s.f.). Quaternary geology of Bahia Adair and

the Grand Desierto Region. Henderson, R. (Enero, 1953). Desert Magazine: El Centro. Mellink, E. (2000). Captain Edward William Funcke: Hunting

in Baja California for a living. The Journal of San Diego History.Vol. 46: San Diego.

Walbridge, N.A. (1977). Camp and camino in Lower California. Rio Grande Press: Rio Grande.

Leopold, S. (1965). Fauna silvestre de México. Instituto Mexicano de Recursos Naturales Renovables: México.

Tapia Landeros, A. (1998). En el reino de Calafia. UABC: Mexicali.

Fotografías de berrendos tomadas por Michael H. Francis, del libro: Geist Valerius, Antelope Country. Krause Publications. Iola, Wisconsin. 2001. p. 27 y 38.

Recordemos primero el hábitat preferido por los berrendos: terreno plano. Esto nos lleva a los valles, principalmente. Es en estos lugares que se encuentra agua en el subsuelo con mayor facilidad. Aquí se acumula la humedad y crece el pasto. En ellos se puede sembrar algo y es fácil construir viviendas. Por tanto, fueron los valles del hoy estado de Baja California los primeros en poblarse, sembrarse y llenarse de ganado. Entonces la ocupación social del espacio natural fue incompatible con el animal. La gente que llegó a estos lugares llegó armada y con hambre, los berrendos surtieron la despensa de los colonos, como lo demuestra el relato en Parergones y de Martín Barrón. La tecnología cinegética llegó con el rifle de alto poder equipado con mira telescópica y dieron el tiro de gracia a los últimos berrendos bajacalifornianos.

Mapa de tenencia de la tierra en el valle de los CiriosComo podemos observar, de 1992 a la fecha, esta región, supuestamente protegida por la ley como área natural protegida de flora y fauna silvestre, cada vez es menos una región natural, convirtiéndose en rural habitada, particularmente la esquina suroeste, que colinda con el Vizcaíno, último reducto del berrendo peninsular en Baja California Sur (véase figura 2).Para tener un panorama gráfico de los testimonios revisados de la historia sobre la presencia del berrendo en el estado de Baja California, elaboramos este mapa (véase figura 3).

Nos queda la visión de una especie ampliamente distribuida en Baja California, que sobrevivió quizá hasta mediados del siglo XX. Una especie que habitó llanos, valles, terrenos relativamente planos que le permitían usar su potente visión y excelente velocidad para escapar de sus enemigos naturales. Con base en el mapa elaborado, el berrendo tuvo una mayor distribución en Baja California que el venado y el borrego cimarrón. Vivió lo mismo en el sur que en el norte, sobre la húmeda costa del océano Pacífico y en la seca del golfo de California. Quizá los valles intermontanos alguna vez en el remoto pasado, antes de la llegada del hombre a América, tuvieron berrendos también. Nos referimos a lugares como Santa Verónica-Las Juntas, Jacumé-Jacumba, valle Las Palmas, Vallecitos, valle de Guadalupe y de Calafia y algunos valles de sierra de Juárez. Investigaciones futuras podrán confirmar o refutar esta especulación.

Su desaparición en Baja California pudo haberse iniciado a partir de la paulatina sequía que arrancó al concluir la última glaciación, hace 10 000 años. El tiro de gracia le llegó al berrendo con la modernidad, cuya explosión demográfica ocupó su espacio natural durante el siglo XIX; y con su tecnología, vehículos de doble tracción y armas de fuego de largo alcance en el

Alberto Tapia LanderosCIC-Museo, UABC, Mexicali.

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Hace unos cincuenta años, cuando yo vivía mi infancia en las montañas esplendorosas de Tecate, Baja California, solía tener un encuentro con un habitante de la zona, un anciano trabajador del campo que nos encontrábamos de regreso a casa y que casi siempre nos decía: “Cuando estalle la bomba atómica, yo me voy pal rancho”. Esa expresión nunca se me ha olvidado. Esa ingenuidad —aunque muy valedera en aquel anciano— de creer que cualquier conflicto amenazador en el mundo, cualquier guerra o desastre posible sería salvado y evitado yéndose a vivir de regreso al monte, lejos de la ciudad, al rancho donde no sería alcanzado, sigue prevaleciendo. Es decir, esa actitud un tanto inocente en el personaje, ahora es una actitud extendida entre la población. No hay cosa más común y cotidiana que sentirse ajeno a cualquier conflicto bélico que surja en cualquier parte del planeta. La actitud de meter la cabeza en un hoyo —aunque sea el hoyo de la creatividad del arte por el arte— sigue siendo en apariencia la más segura. Pero la ironía de la vida es cruel. Porque en realidad no existe conflicto social, político o económico; ya sea mundial, internacional, nacional, regional o local que no nos afecte a todos y cada uno de nosotros. Dirán algunos críticos moderados que exagero. Opinarán algunos académicos acomodaticios que soy delirantemente alucinado. Externarán que hemos visto muchas películas de ficción. Yo le preguntaría cómo llaman ellos a la guerra cotidiana que vivimos en la región —con bajas reales, muertes de carne y hueso, balas y sangre— llamada lucha contra la delincuencia que en verdad es una guerra entre los señores de la droga. ¿O por qué —les preguntaría— el ejército transita por las calles en actitud de vigilancia, si su función no es ésa, y no fue creado para ello?

Las guerras del capital. De Sarajevo a Irak*

Tomás Di Bella

* El presente trabajo fue leído en el marco de los Festejos de la Novena Feria Internacional del Libro UABC, abril, 2008.

Dieterich Heinz. (2004). Las guerras del capital. De Sarajevo a Irak. Jorale Editores. 172 páginas. México

Reseña

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Todo esto viene a colación porque las incógnitas, dudas, laberintos y túneles subterráneos del poder imperial y de cualquier poder en el mundo son develados, desmantelados y puestos a la luz en el libro que hoy presentamos: Las guerras del capital. De Sarajevo a Irak. Dentro de él encontramos algunas claves para comprender el camino de sangre, violencia, explotación y miseria y también de embustes y manipulación de este sistema de “democracia” llamado capitalista. Desde el punto de vista que plantea que todo conflicto tiene sus secuencias y consecuencias anteriores y posteriores, y lo que acontece en Venezuela por ejemplo, puede repercutir en México, o lo que acontezca en Irak y su devastación tenga que ver con lo que acontece en esta frontera local; o las guerras de invasión y sus violencia directa con la población civil —la más golpeada en conflictos ajenos a ella— tenga que ver con una obrera de una empresa maquiladora de Mexicali, no es producto del azar sino de los oleajes de la globo-lización, los temblores provocados por el capital, los planes de devastación para beneficio posterior, saqueo y neocolonización, es decir, el nuevo reparto del pastel geográfico.

Dieterich lo dice al principio de su libro:

La economía de mercado existe desde hace miles de años, pero sólo desde que apareció en la escena histórica la clase burguesa industrial y su modo de producción capitalista, haciéndose dueños de los destinos de la humanidad, la perversión de las relaciones económicas del género humano se ha convertido en condición ontológica del hombre que determina su normalidad cotidiana y universal. Y con ella, los flagelos de la guerra imperialista, del libre comercio, y de la corrupción corporativa y política.

Como escribía Freddy Perlman en los sesenta: El esclavo reproduce al esclavo; el siervo reproduce al siervo; el obrero reproduce al obrero y además al gran capital. Esa “perversión” de la que habla Dieterich es la clave para entender el rostro verdadero del gran capital industrial. Cuáles son sus intereses, cuáles son sus máscaras en las que viene envuelto, qué ocultas intenciones lo motivan a declarar una guerra en un lugar, llegar como pacifista en otro, hacerse aliado de un movimiento nacionalista en algún otro o declararse enemigo de algún país que decide tomar sus propios rumbos de liberación, o disfrutar de sus propios recursos.

Existe una historia de agandalles, invasiones, malversaciones, saqueos, traiciones, engaños, que podemos rastrear —según el libro de Dieterich— hasta 1898, cuando el capitalismo estadounidense inició su guerra por el control del mundo y que cien años después sigue en su cruzada de interminable conquista. Así pasaron la primera y segunda guerra mundiales con variados enemigos y rivales que se disputaban la

hegemonía, el reparto de las riquezas, pero tanto la Unión Soviética —protagonista de la guerra fría que duró 70 años y que finalizó cuando ésta se derrumbó encima de todas sus naciones— como decenas de pequeñas guerras de liberación y luego de exterminio no pudieron contra la amenaza nuclear, el nuevo orden de hierro, el mazo amenazador del policía mundial.

Así, en breve y a saltos, llegamos al 11 de septiembre de 2001. La oportunidad de oro para que el imperio pudiese lanzar su guerra contra un nuevo enemigo: El terrorismo mundial que puede esconderse en cualquier lugar del planeta. “El proyecto neofascista de reordenación mundial de Richard Cheney, Donald Rumsfeld, Paul Wolfowitz y el Likud israelí —cuyo agente de telemarketing es el pobre de George W. Bush— arrancó” nos dice Dieterich. Es la cuarta guerra mundial, la guerra del país más poderoso, ambicioso y beligerante contra el resto de la humanidad. De ahí que nada de lo que haga este gigante podrá ser ajeno al resto del planeta.

John Berger dijo, en su libro Con la esperanza entre los dientes que:

Alguien pregunta: ¿Sigues siendo marxista? Nunca antes ha sido tan extensa como hoy la devastación ocasionada por la búsqueda de la ganancia, según la define el capitalismo. Casi todo mundo lo sabe. Cómo entonces es posible no hacerle caso a Marx, que profetizó y analizó tal devastación. La respuesta sería que la gente, mucha gente, ha perdido sus coordenadas políticas. Sin mapa alguno, no sabe a dónde se dirige.

Cuando escritores e intelectuales como Naipul o Fukuyama declaran el fin de la historia, de las ideologías, de las clases sociales y de las luchas de liberación, cuando hacen corte de caja, borrón y cuenta nueva a la esperanza de muchos pueblos en plena lucha por su autonomía, Dieterich plantea que:

La perspectiva de los años venideros es de lucha. Incapaz de resolver los grandes problemas de la huma-nidad, el capitalismo en su fase actual ya sólo agudiza el hambre, la miseria, la guerra y la represión. Las mayorías y sujetos democratizadores, están obligados, por lo tanto, a decidir qué estrategia van a adoptar ante la nueva agresividad y las renacientes tendencias fascistoides de la élite global que se encuentra dentro de su secular continuismo de terror bélico.

Es decir, ya no hay rancho dónde esconderse.

Tomás Di BellaPoeta y escritor bajacaliforniano.

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Rubén García Benavides es un alto posmodernista. Lo que esto signifique para cada uno de nosotros podrá ser distinto, ya que dependerá de la aproximación que hemos tenido con el ejercicio plástico de los últimos treinta años en Baja California. Unos podrán verlo como una afirmación pretenciosa, y quizá hasta un poco vacía, o incluso como algo que nos separa por completo de esa noción romántico-expresiva que le hemos dado a la práctica artística de nuestra región, ahí donde el artista es un iluminado que vierte su luz sólo a aquellos pocos que se permiten el lujo de tales sutilezas. Pero otros podrán ver en dicha afirmación, con todas sus implicaciones, una suerte de búsqueda por historiar el arte de Baja California, yendo más allá de la simple relatoría de hechos y eventos; apela a una definición, a identificar en las obras producidas en nuestro entorno aquellos matices que le otrorgan universalidad a la práctica, para sustentarla con pesos y valores que fomentan su localización histórica —más allá de su localización “local”— y a la vez su posiblidad de desarrollo posterior. Es en este sentido donde la obra de Rubén García Benavides, en el marco de una historia del arte contemporáneo, puede situarse dentro de los artistas de lo que se denominaría alto posmodernismo.

El problema de los precios de la energía eléctrica en Mexicali es complejo y su solución prouctiva de ciertos sectores y actividades económicas importantes en función del uso energético, flexibilizando la incorporación de la innovación tecnológica, que permita aumentar la productividad, rentabilidad y generación de empleos. La problemática se aborda desde la basta teoría de la Matriz de Insumo-Producto (Mip), que hizo posible instrumentar el análisis desde una perspectiva de relaciones intersectoriales, midiendo los impactos económicos que recaen sobre las empresas y hogares del municipio al cambio de precios de la energía eléctrica. El lector encontrará en este libro una base importante de información que proporciona elementos de juicio de valor público para la formulación de la política local. Con la aplicación de la Mip se contruyó un esquema racional de optimización para la inversión, congujando escenarios de estímulos fiscales en función de la eficiencia energética de los bienes de capital, contribuyendo de esta manera a mejorar el nivel de competitividad de las actividades económicas de Mexicali.

Estamos en un mundo globalizado, ante un cambio de creencias, constumbrses y para-digmas. El estudiante requiere ser emprendedor para desarrollarse como profesionita en cualquiera de las áreas de su conocimiento, para entender que ahora él es “una unidad estratégica de negocios”, con todo el poder para tomar decisiones, con una educación de calidad. Requiere ser emprendedor para saber lo que el marcado necesita y ofrecerlo con rapidez; para identificar oportunidades y contar con las habilidades para aprove-charlas. Sólo así podrá entrar al mercado de los profesionistas. Requiere ser emprenedor para poder ser un líder y así ser tomado en cuenta como un guía por sus actitudes y valores, y comunicar la visón de la organización.

En este Manual de apuntes para emprendedores se tiene una valiosa herramienta para adquirir el conocimiento que ayudará a cambiar la vida de quien lo lea, a ser empren-dedor, para materializar sus ideas y convertirlas en una empresa.

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publicarán ocho citas a juicio del editor. La lista de referencias deberá escribirse de acuerdo con los modelos que se detallan a continuación.

Documente sus trabajos a lo largo del texto citando por autor y año (se puede, si se considera conveniente, incluir el número de la página de donde se tomó la referencia); la idea es que este tipo de citación ayude a que los lectores identifiquen la fuente en la lista alfabética de autores que se coloca al final de los artículos. Los diferentes tipos de citación de referencias son los siguientes, en el caso de libros:

• Con un solo autor: Juliana Tejeda (1995) comenta que para efectos de legibilidad... En un reciente estudio de los tiempos de reacción (Walker, 2000)... En 2000 Walker comparó los tiempos de reacción...• Con dos autores: Si se coincide con algunos autores (Kosslyn & Koenig, 2003)... Kosslyn y Koenig, (2003) investigaron... En 2003 Kosslyn y Koenig determinaron...• Con tres autores o más: De acuerdo con algunos estudios (Kosslyn, Koenig, Cave, et al., 2001) Kosslyn, Koenig, Cave et al., (2001) determinaron que... En 2001 Kosslyn y otros afirmaron que...

La bibliografía completa deberá ir al final del escrito y se citará de la manera siguiente:

Bazan, J. (1998). Manual de diseño urbano. México: Trillas.Fimbres Durazo, N. (2000). Emigración, inmigración y retorno: el

ciclo de los inmigrantes mexicanos en Caléxico, California, EE. UU. Estudios Fronterizos, Revista del Instituto de Investigaciones Sociales UABC, 1 (2), 93-120.

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Dr. Gabriel Estrella ValenzuelaRector

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M.C. Judith Isabel Luna SerranoVicerrectora Campus Ensenada

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Revista Universitaria de la UABC, nueva época, año 5, número 60, octubre-diciembre de 2007. Revista trimestral publicada por la Universidad Autónoma de Baja California. Los artículos firmados son responsabi-lidad de su autor. Se autoriza la reproducción total o parcial de los materiales publicados siempre y cuando se cite la fuente. Certificado de licitud de título núm. 12827. Certificado de licitud de contenido núm. 10399. Reserva de derechos núm. 04-2004-030411472300-102. Tiraje: 1 000 ejemplares. Impresión: Color Uno. Calle Artículo 3ero, número 611. Fraccionamiento Soler, Tijuana, Baja California.

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Correspondencia: Revista Universitaria de la UABC. Coordinación General. Departamento de Editorial Universitaria de la UABC. Av. Reforma 1375. Col. Nueva. Mexicali, B.C., C.P. 21100. Teléfono (686) 552 10 56, o a los correos electrónicos: [email protected], y [email protected].

Imagen de portada: Maricela Alvarado, El músico, 2006, técnica pastel sobre cartulina, original de 80 x 102 cm.

DIRECTORIO

colaboradores Y en el caso de las citas de documentos en línea, la citación será:

López, B. M. (2004). Salud pública: El precio del desarrollo. Recuperado el 2 de junio de 2004, de http://www.elmundo.es/ Salud/293/07No118.htmlAdonis, M., Caceres, D., Retamal, C., et al. (2001, enero). Indoor air Pollution in zone of extreme poverty of metropolitan Santiago

[Contaminación intradomiciliaria en un sector de extrema pobreza de la comuna de La Pintana]. Revista Médica de Chi-le, 129 (1), 33-42. Recuperado el 17 de febrero de 2006 de, http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872001000100005&lng=en&nrm=iso

4. Las figuras, fotografías o gráficas deberán presentarse por separado, impresas en papel de buena calidad o elaboradas por computadora y almacenadas en el mismo soporte en el que se entrega el texto, pero en archivos separados. En este caso son aceptadas las extensiones TIF, CDR, JPG o EPS mayo-res de 300 puntos por pulgada (DPI). Al preparar las figuras deberá tenerse en consideración que comúnmente éstas se reducen de tamaño, por ello la simbología deberá ser clara y diferenciable. Al final del texto se deberán incluir los pies de todas las imágenes. No incluya imágenes que no se men-cionen en el texto. En lo posible se deberá evitar el uso de material gráfico previamente publicado; sin embargo, cuan-do ello se considere indispensable, será responsabilidad del autor obtener los permisos necesarios para su reproducción.

5.El o los autores del trabajo deberán anotar su nombre comple-to, dirección postal y electrónica, así como números telefóni-cos donde podrán ser localizados, además de la institución a la que se encuentran adscritos, y una breve semblanza de su trabajo, no mayor de media cuartilla.

En caso de no cumplir con estos requisitos en el tiempo soli-

citado, Revista Universitaria de la UABC se reserva el derecho de publicar el trabajo.

Tipos de colaboraciones • Ensayo, reflexiones, artículos.• Traducciones de ensayos y artículos.• Entrevistas• Reportajes

• Resultados e informe de investigación: Trabajo en los que se den a conocer los resultados generales o parciales de una investigación original.

• Revisión comentada de un libro o cualquier otro tipo de documento (reseña).

Se recomienda que el autor retenga una copia original del texto. Una vez recibidos los archivos o documentos, se le notificará al autor de su recepción en un plazo no mayor de cinco días. Toda la correspondencia se establecerá con el primer autor del manuscrito. Si la coordinación editorial de la revista no recibe respuesta del autor en un lapso mayor a los seis meses después de que se le hayan indicado los cambios a su trabajo, este será dado de baja.

Formas de envíoEl material podrá ser enviado por correo electrónico, mensajería o personalmente.

Si lo hace por correo electrónico será necesario que anexe en un archivo los documentos e incluya en el cuerpo de la carta el listado de los archivos enviados. La dirección electrónica a la cual deberá dirigir su mensaje es: [email protected], [email protected].

En el caso de mensajería, deberá incluir una impresión del documento original; una hoja con los datos de identificación del autor o autores (nombre, institución, dirección, teléfono, fax y correo electrónico); dos copias ciegas del documento (sin datos de identificación del autor); disquete de 3.5” o disco compacto conteniendo archivos. La dirección de envío es: Revista Universitaria de la UABC, Av. Reforma 1375. Colonia Nueva. Mexicali, Baja California. C.P. 21100.

Derechos de autorUna vez aceptado el trabajo, los autores cederán a la UABC los derechos para publicar y distribuir el texto en forma impresa y electrónica, así como para archivarlo y hacerlo accesible en línea. Los autores podrán distribuir su propio material sin solicitar permiso del editor, siempre y cuando sea sin fines comerciales y la fuente original sea citada.

En el caso de que se presenten trabajos firmados por dos o más autores uno de estos deberá presentar una carta en la que los co-autores autoricen la publicación del trabajo en cuestión y en donde se confirme su legitimidad.

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Departamento de Editorial UniversitariaAv. Reforma 1375. Colonia Nueva.C.P. 21100. Mexicali, Baja California.

ISSN 1665-9724

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Año 6 • nueva época • núm. 63 • julio-septiembre de 2008 • Universidad Autónoma de Baja California

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