Revista Teologia Incotep Jul-Agosto

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1 MISCELANEA TEOLOGICA REVISTA TRIMESTRAL DEL INCOTEP: SAN JOSE, COSTA RICA No. 1 JULIO-AGOSTO 2015 CONTENIDOS Editorial: Pbro. Mauricio Víquez Lizano Artículos LA BELLEZA DEL ACTO CREYENTE………….2 Sr. Juan Pablo Alfaro Umaña RATZINGER Y LA DOMINUS JESUS. DIALOGO SIN RENUNIA DE LA VERDAD………….......4 Sr. Alejandro J. Espinoza E. Recensiones Libro: DESAFÍOS DE LA CULTURA CON- TEMPORÁNEA PARA LA CONCIENCIA CRISTIANA. Autor: Mons. Mariano Fazio. Editorial: Promesa……………………..6 Libro: EL SENTIDO DE LA EXISTENCIA Y LA FE. Autor: Luis Romera………..6 Eventos y avisos Incotep…………..…...7 Créditos Director y coordinador general: Pbro. Mauricio Víquez Lizano Coordinaciódor de edición: Lic. Omar Ulate Equipo Colaborador: Sr. Emmanuel Barrantes Para este número: Sr. Alejandro J. Espinoza E Sr. Juan Pablo Alfaro Editorial Estamos iniciando una nueva experiencia en nuestro Instituto. Una revista digital. La idea es que sirva para compartir la reflexión que se da al interior de INCOTEP. Paso a paso irán surgiendo trabajos, po- nencias y otras reflexiones que deben acabar compartidas en este medio. En este caso, ofrecemos a cada lector unos textos acerca del pensamiento del carde- nal Ratzinger. Igualmente, aparecen la recensión de dos libros publicados por ediciones promesa, grandes amigos de nuestro Instituto. Finalmente, recordamos a todos en la fa- milia INCOTEP aprovechar este medio y a to- dos los lectores apoyar y difundir. P. Mauricio Víquez Lizano.

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MISCELANEA

TEOLOGICA

REVISTA TRIMESTRAL DEL INCOTEP: SAN JOSE, COSTA RICA — No. 1 JULIO-AGOSTO 2015

CONTENIDOS

Editorial: Pbro. Mauricio Víquez Lizano

Artículos

LA BELLEZA DEL ACTO CREYENTE………….2

Sr. Juan Pablo Alfaro Umaña

RATZINGER Y LA DOMINUS JESUS. DIALOGO SIN RENUNIA DE LA VERDAD………….......4

Sr. Alejandro J. Espinoza E.

Recensiones

Libro: DESAFÍOS DE LA CULTURA CON-

TEMPORÁNEA PARA LA CONCIENCIA

CRISTIANA. Autor: Mons. Mariano Fazio.

Editorial: Promesa……………………..6

Libro: EL SENTIDO DE LA EXISTENCIA

Y LA FE. Autor: Luis Romera………..6

Eventos y avisos Incotep…………..…...7

Créditos

Director y coordinador general:

Pbro. Mauricio Víquez Lizano

Coordinaciódor de edición:

Lic. Omar Ulate

Equipo Colaborador:

Sr. Emmanuel Barrantes

Para este número:

Sr. Alejandro J. Espinoza E

Sr. Juan Pablo Alfaro

Editorial

Estamos iniciando una nueva experiencia

en nuestro Instituto. Una revista digital.

La idea es que sirva para compartir la reflexión

que se da al interior de INCOTEP.

Paso a paso irán surgiendo trabajos, po-

nencias y otras reflexiones que deben acabar

compartidas en este medio.

En este caso, ofrecemos a cada lector

unos textos acerca del pensamiento del carde-

nal Ratzinger.

Igualmente, aparecen la recensión de dos

libros publicados por ediciones promesa,

grandes amigos de nuestro Instituto.

Finalmente, recordamos a todos en la fa-

milia INCOTEP aprovechar este medio y a to-

dos los lectores apoyar y difundir.

P. Mauricio Víquez Lizano.

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La Belleza del acto creyente

Juan Pablo Alfaro Umaña

El acontecimiento de la fe:

Concebir la fe como un concepto abstracto, utópico y sin repercusión en la vida del hombre es ba-

nalizarla. La fe únicamente se puede comprender teniendo como punto de referencia a Cristo, Hijo

del Dios Padre, que ha querido redimir nuestra realidad y hacernos coherederos de la gracia y de la

salvación realizada en su Hijo.

El hombre puede creer porque es salvado, tiene esperanza porque la Esperanza divina ha irrumpido

en su realidad limitada y le ha justificado en la cruz, le ha abierto las puertas del cielo. Se tiene más

fe, cuanto más nos adentremos en el misterio de Cristo y se posen nuestros ojos en la redención

realizada mediante la cruz. Es en este punto en el cual podemos expresar con total seguridad: “La fe

es el encuentro con una persona concreta, Cristo”.

La fe pasa a un plano real, deja de ser una idea para convertirse en acontecimiento, toma forma, se

puede describir y plantear, se puede aceptar o rechazar, se puede amar u odiar. No es un añadido a

nuestra vida, sino que es la vida misma. Eleva la razón, la viste de gala y ennoblece nuestros an-

helos existenciales, dando un sentido a lo que antes no lo tenía.

Sarx divinizada:

En el misterio de la encarnación el “eternamente infinito ha entrado en la historia” (Guardini) es

donde la dignidad del hombre se sacraliza, pasa a ser teologal. La “sarx” es ahora expresión de lo

divino, el Eterno se ha hecho niño, uno de los nuestros. Cristo ha tomado carne y sangre de la

“Mater”, nos ha asumido, “nada de lo humano le es ajeno” (Guardini) y nos ha impulsado al cielo.

En este movimiento descendente del amor de Dios se expresa aún con mayor claridad cómo el

hombre es llamado a la comunión divina, esta es su razón de ser y existir; debe reflejar a Dios en

toda su existencia y manifestarlo con sus obras.

Se comprende porqué san Juan Pablo II utiliza el término “liturgia de los cuerpos” como dimensión

indispensable en la dinámica de la vida matrimonial, él plantea que en el “abrazo esponsal” de los

cónyugues, los cuerpos expresan y son “symballum” del amor de Cristo a su Iglesia. La belleza del

amor humano es sin duda reflejo de un amor más grande, el perdón de las faltas, el bienestar recí-

proco, las renuncias personales por un bien común; todo esto señala a Cristo.

Lo visible de lo invisible:

En la actualidad, cuando hablamos de belleza, hablamos de perfección, entre más bello es algo, más

perfecto es; ¿y Dios? Pues bueno, Dios es la belleza misma; la belleza es atributo de Dios por exce-

lencia.

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Durante miles de años, el hombre ha expresado esta cualidad de Dios a través de muchas maneras:

la pintura, la música, la escritura, la escultura, la belleza física. Estas manifestaciones culturales son

consciente o inconscientemente elemento teológico, lugar de encuentro; el deseo natural por escu-

char, ver, palpar alguna realidad bella, no es más que la búsqueda de trascendencia, es la búsqueda

de Dios inscrita en el corazón del hombre. Es acertado referirnos en este punto a la liturgia oriental,

donde los iconos tienen un carácter cuasi-sacramental, la contemplación de ellos va más allá de una

apreciación al arte, es contemplar una realidad que nos trasciende y a la que estamos llamados a

participar ya desde nuestra existencia terrena.

Toda persona experimenta esta sensibilidad a lo bello, a diferentes escalas y gustos. Son muchos los

testimonios de convertidos al cristianismo por medio de la contemplación de la belleza que ha hecho

resonar en sus corazones: “buscad mi rostro”.

Liturgia y belleza:

Minimizar la comprensión de la liturgia a un conjunto de ritos es cortar las alas a un águila que podr-

ía volar altísimo sobre el cielo. Toda vida cristiana está llamada a ser una liturgia, un culto agradable

a Dios, los sacrificios ya no son de carneros, sino de amor, morir a egoísmos para donarme al otro,

salir de mí mismo al encuentro de aquel que no tiene esperanza, ni un verdadero sentido de su exis-

tencia.

Pero este culto, esta liturgia que el cristiano es por sí mismo, no corresponde exclusivamente, ni se

ve demarcado por un espacio físico. Dios es omnipresente trascendental y además “¿no sabéis que

sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?” Por tanto, toda acción que realiza

un cristiano es sagrada, ya que se realiza en el templo donde reside el mismo Dios, y esto es bello;

Dios habita en nosotros, de tal manera que aquel que le abre las puertas de su corazón de par en

par, experimenta cómo Dios se irradia a través de su misma cotidianidad, desde lo más complejo,

hasta lo más simple, todo gira en torno a Él. Aquí el acto creyente adquiere una belleza sin igual, esta

radica no solo en lo interno, ni mucho menos en una vivencia intimista de la fe, sino en la capacidad

que tiene ella para reflejar a Cristo en su entorno, para transformar las realidades más pesimistas del

hombre en ocasión de esperanza y transubstanciar las relaciones personales en presencia de Cristo.

La coherencia de vida y fe es la obra de arte más excelsa, admirada y contemplada por el mundo, es

una obra con matices tan hermosos que cuestionan, despiertan el anhelo de ser espejo para tan

magníficos colores. Cuestiona a los incrédulos, paraliza a los ateos, enamora y enciende a los tibios.

Es Cristo mismo atrayendo a todos hacia Él, es la misma contradicción de la cruz ¿Cómo puede este

amar a quien le hace daño? Por esto sabrán que somos cristianos, no por títulos en teología, hábitos,

accesorios o posiciones corporales en la liturgia; el mundo nos reconocerá por el amor que ha sido

derramado en nuestros corazones, no para ser absorbido por nuestra soberbia sino para que circule

por nuestra vida y llegue a los demás.

Esta es la belleza del acto creyente, del acto de amor que debe permanecer y brillar siempre en la

existencia de todo cristiano, para que al final de nuestra vida terrena, y habiendo hecho en todo la

voluntad de Dios, a semejanza de la virgen María, gocemos del amor eterno por los siglos de los si-

glos. Amén.

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Ratzinger y la “Dominus Iesus”: diálogo sin renuncia de la Verdad

Alejandro J. Espinoza E.

La idea de que todas las religiones son, para sus fieles, caminos igualmente válidos para la salvación está am-

pliamente difundida. Sin embargo, desde una perspectiva crítica, podríamos llamar a esto relativismo.

Las teologías del pluralismo religioso resultan en que no se pueda aceptar la relación entre la persona de Jesús

de Nazaret y el Dios todopoderoso. Otros aceptan dicha unidad, pero proponen que la limitación de Jesús, al

hacerse humano, limita en Él la revelación de Dios, por lo cual ésta no sería plena.

Para las corrientes actuales, el creer que Jesús es la Verdad no es más que un fundamentalismo que atenta

contra la libertad y la tolerancia. Y es que, en la visión de nuestra sociedad, el diálogo se reduce a un intercam-

bio de ideas y de posiciones, colocándolas en el mismo plano.

Se pretende ubicar a todas las confesiones religiosas e incluso a las tendencias arreligiosas en un mismo nivel

pues, según éstas, Dios es presentable en muchos nombres y situaciones diferentes, igualmente válidas todas

ellas. Se pierde, de este modo, el sentido de la búsqueda de la Verdad. Así las cosas, el elemento esencial fe se

ve reducido a una superstición o una ilusión.

Claro está que la acción del Espíritu, inseparable de Cristo, se puede identificar en el bien presente en las reli-

giones, mas no en las religiones mismas. Y, aunque reconocemos que en el encuentro de las culturas y de las

religiones se da un enriquecimiento mutuo, esto no quiere decir que la Iglesia renuncie al don que Dios le

otorgó en la revelación plena del misterio de la salvación. Lo que sí debe excluirse es la idea de que todas las

religiones son iguales, y que tanto vale una religión como la otra.

El respeto y estima por las religiones no limita la originalidad o unicidad de Cristo, ni de la Iglesia. Se sostiene

que la plenitud, universalidad y cumplimiento de la Revelación están en Cristo y, por tanto, sólo en la fe cristia-

na; esto no como preferencia a la Iglesia, sino por el misterio de Cristo presente en ella.

A pesar de la pluralidad de las religiones, la Iglesia ha continuado su labor de congregar a todos los pueblos, de

modo que todo sea recapitulado en Cristo. Así, la declaración busca ser y mostrar de manera clara el testimonio

de la gloria de Cristo y de la doctrina irrenunciable de la Iglesia, en medio del mundo.

Ahora, sería ilusorio pensar que todas estas afirmaciones desde la Verdad hayan sido retomadas sin el paralelo

surgimiento de las críticas, y mucho más aún que hayan pasado desapercibidas. Antes bien, fueron en gran me-

dida atacadas, pero a la vez fieramente defendidas por el dicasterio romano que las reasumió y las expuso en la

declaración “Dominus Iesus” con aire renovado: la Congregación para la Doctrina de la Fe, y, particularmente,

por su entonces Prefecto, el gran teólogo Joseph Card. Ratzinger.

¿Por qué decimos que fueron retomadas? Porque justamente no son afirmaciones que se expongan por vez

primera. Valdría la pena subrayar el hecho de que este documento es una declaración. El término “declaración”,

en este ámbito, significa que el documento no viene a enseñar algo nuevo, sino que reafirma y reasume la doc-

trina de la fe católica definida en los precedentes documentos magisteriales, indicando su recta interpretación

frente a errores y ambigüedades doctrinales difundidas en el ambiente teológico.

La teología expuesta en este documento –en el que fácilmente podemos percibir la ágil pluma del Cardenal alemán–, ante

la posición eclesiocéntrica exclusivista, que expone que no hay salvación para los que no pertenecen a la Iglesia, y la del

pluralismo teológico, en que todas las religiones tienen el mismo valor veritativo, propone una tercera opción: el cristocen-

trismo inclusivista, que parte de la absoluta singularidad religiosa de Jesucristo y de la universalidad de la salvación en Él

por medio de su Iglesia, que acoge a quienes buscan la Verdad que, a la postre, es Él mismo.

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En este contexto y bajo este ideal es que se redacta la Declaración, en medio de continuos debates sobre la relación

del cristianismo y las otras religiones, influidos por una especie de relativismo religioso, en el cual la figura del Señor

Jesús pierde su unicidad y universalidad salvífica. En rescate de este carácter propio del Señor y de su Iglesia es que

se relanza el Cardenal Ratzinger y, con él, toda la Congregación, por medio de este documento.

La teología aquí expuesta con claridad es un testimonio del esplendor de la gloria del Evangelio de Cristo, e indica a

los fieles la doctrina irrenunciable que debe guiar, inspirar y orientar la acción pastoral en la vida eclesial y en la mi-

sión ecuménica. Si bien es cierto, la misión de la Iglesia por mandato divino es la de llevar el Evangelio hasta los con-

fines de la tierra, y aunque partimos de enormes esfuerzos en cuanto al diálogo ecuménico e interreligioso, también

resulta cierto que la plenitud en el cumplimiento de esta misión está aún lejos.

En sintonía con lo anterior, la visión teológica de Ratzinger, plasmada en esta declaración, es clara y directa: es nece-

sario comprender los datos esenciales de la fe para que el diálogo interreligioso, intercultural e incluso “ad intra” sea

eficaz, exponiendo puntualmente la doctrina sobre la unicidad y la universalidad salvífica del misterio de Cristo y de

la Iglesia como verdaderas. Por tanto, abrirse al diálogo con todo empeño es siempre loable, pero esto no significa,

de ningún modo, renunciar a la Verdad que nos ha sido confiada.

La reflexión teológica del Cardenal Ratzinger ha sido –y sin lugar a duda lo será en abundantes años venideros– un faro para

guiarnos a puerto seguro en materia doctrinal, y, en particular, en cuanto a algunos aspectos más controvertidos y en los que no

muchos quisieran aventurarse a hablar con tanta propiedad. No obstante, el hecho mismo de que estos temas sean tratados con

tanta claridad y de una manera tan concisa no ha sido ni será bien recibida por todos. La publicación de esta Declaración en el

año 2000, ya cercano el Jubileo, no fue la excepción.

A pesar de esto, el entonces Prefecto fue siempre enfático en afirmar que la polémica suscitada a raíz de este docu-

mento ha sido llevada adelante por quienes no han comprendido su significado teológico o quienes ni siquiera se

tomaron la molestia de leerlo. Aseguró que se debe entender que éste es un solemne reconocimiento de Jesucristo

como Señor en el momento culminante del Año Santo. Aunado a lo anterior, confesó sentirse cansado de escuchar

reacciones acompañadas de conceptos como “fundamentalismo”, “centralismo romano”, “absolutismo”, que nunca

faltaron, pues expresaba que existe una crítica predefinida contra la Congregación y contra su persona, independien-

temente de lo que sea publicado por ellos. ¿Cuál fue la crítica que generó esta opinión? Ésta se encuentra en sus

afirmaciones teológicas sobre las ya mencionadas unicidad y universalidad de la salvación en Cristo y en la Iglesia, y,

sobre todo, de que “la única Iglesia de Cristo subsiste en la Iglesia Católica”, que muchos consideraron como el punto

final del diálogo ella. Pese a esto, muchos otros líderes religiosos, sobre todo de las iglesias ortodoxas y anglicanas

manifestaron haber entendido lo que se estaba declarando esencialmente.

También el entonces Presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, Monseñor Walter Kasper,

salió al encuentro de las críticas, recordando que nunca es fácil conciliar el lenguaje teológico con el de los periódi-

cos, y menos cuando la teología que se afirma es tan profunda y proveniente de tan buena pluma. Por lo tanto, el

texto puede ser traducido en cuanto al lenguaje teológico, pero no despreciado en su esencial contenido.

Ciertamente, con todas las afirmaciones anteriores, no es extraño que para muchos el cardenal Joseph Ratzinger

resulte incómodo y hasta intolerable; pero no podría ser de otro modo si se ha dispuesto a ser cooperatores verita-

tis, un “colaborador de la Verdad”, como bien reza su particular lema, desde su consagración como Arzobispo de

Münich y Freising y hasta el día de hoy.

El hombre, en la teología de Ratzinger propuesta en este documento y proclamada por la Iglesia en nuestro tiempo,

debe buscar la Verdad, sobre Dios y su Iglesia, abrazarla y practicarla. La Revelación de Cristo guía a los hombres de

las más diferentes tradiciones, costumbres y lugares, desde los cuales los llama a ser parte de la Iglesia, la comuni-

dad de los hijos de Dios.

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Libro: DESAFÍOS DE LA CULTURA CONTEMPORÁNEA PARA LA CONCIENCIA

CRISTIANA.

Autor: Mons. Mariano Fazio. Editorial: Promesa

En tiempos en los que parece haberse perdido el sentido de lo religioso y lo trascenden-

tal, es necesario, más que nunca, fijar nuestra mirada en el hombre mismo, sus principios, su

dignidad y sus anhelos existenciales, para ser capaces de responder a los desafíos que la socie-

dad actual nos presenta, una sociedad que cada vez más tiende a absolutizar lo relativo, deján-

dose llevar por valores pasajeros y efímeros.

Monseñor Mariano Fazio nos presenta en esta obra, un panorama amplio y claro sobre

la situación en la que se encuentra la sociedad contemporánea, tomando como punto de refe-

rencia el nivel de aceptación o rechazo al sentido de lo trascendental.

Nos encontramos en una época moderna marcada por una grave ambivalencia: por un

lado una secularización oscura producto de una crisis cultural que desacredita cualquier visión

más allá de lo racional y sensible, y por otro, una modernidad abierta a lo trascendental, que

permite un desarrollo integral del ser humano, contemplando no solo lo visible, sino también

valores y principios más altos que dignifican al hombre y le dan esperanza a pesar de las difi-

cultades que aparezcan en su camino.

Claridad, profundidad y elocuencia son elementos presentes en la obra de Monseñor

Mariano Fazio.

Recensiones

Libro: EL SENTIDO DE LA EXISTENCIA Y LA FE.

Autor: Luis Romera.

El Dr. Luis Romera nos ofrece en estos cuatro temas un propósito serio para ilustrar la

identidad del ser humano creyente en Jesucristo en diálogo con la cultura pluralista contem-

poránea. El hombre es un ser en búsqueda de sentido para vivirlo en la existencia y enriqueci-

do por el don y respuesta de la fe.

Nos lleva, en estas exposiciones, a integrar la interioridad sin reducirla a subjetividad a

la trascendencia como realidad necesaria para fundamentar la inmanencia.

Procura dar un fundamento filosófico a la Etica que es parte del humanismo con senti-

do.

Para esto basa su fundamentación en autores como Aristóteles, Santo Tomás de Aquino;

otros como como Juan Pablo II, Weber, F Nietzche; y mas cercanos como J. Habermas, P.

Donati, L. Polo, N. Luhmann, R. Spaemann, Ch. Taylor, Benedicto XVI y el Papa Francisco.

Considero que vale la pena este refrescamiento filosófico y teológico para ir constru-

yendo personalmente el particular sentido de la existencia y la fe que cada uno está llamado a

construir desde la razón y la luz de la Fe.

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Eventos y Avisos

EXPOSICION DE FOTOGRAFIAS Y RELIQUIA

Hora: A partir del lunes 10 a las 8 am

Santa Teresa de Ávila

Exposición de fo-

tografías

Fecha: del 31 de

agosto al 4 de se-

tiembre

TENEMOS A LA VENTA

LOS CD CON LAS CHAR-

LAS DE:

-DR. MIRANDA Y

-DR. PIE I NINOT

IMPARTIDAS EN COSTA

RICA.INFORMES

INCOTEP—22573209