REVISTA MEDIEVAL 40

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El Tesoro de Orrius • Los cristianos de Al-Andalús

NÚMERO 43 / Bimestralwww.revistamedieval.com

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5,95 €

Otro Mundo Medieval

La Mujer VikingaArte

La Miniatura AltomedievalRománico

La transición del Románico al Gótico

La Batallade Agincourt

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www.revistamedieval.com 3

Sumario

Página 36 La Catedral de Winchester

Página 90 Lugnasad y la portada de San Pedro de Echano

Página 76Santa María de Ujué: fortaleza y santuario

Página 58LA Batalla de Muret

5 Editorial 6 La foto del lector 8 Relatos Medievales 12 Cine 13 Numismática 14 Música 16 Genealogía 17 Cocina 18 Ferias, festivales y mercados 19 Libros / Cd / Dvd 96 Suscripción 98 En el próximo número...

Monumentos 20 Puentes Medievales

Viajar 30 Tierras de Frontera, un western medieval por el Camino del Cid

Gótico Inglés 36 La Catedral de Winchester Nuevos temas 44 El Mueble en las Cántigas de Santa María

Mundo románico 52 La iglesia románica de Rebolledo de la Torre

Cruzada Albigense 58 La batalla de Muret

Perfiles y Arte Funerario 66 El rey Pedro III el Grande

Turismo Cultural 76 Santa María de Ujué: fortaleza y santuario

Arquitectura y Música 90 Lugnasad y la portada de San Pedro de Echano

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20 ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL www.revistamedieval.com 21

PuentesMedievales

C uando hablamos de arquitec-tura en el Occidente medieval enseguida pensamos en cate-drales, iglesias, monasterios y

castillos, pero raramente en construccio-nes para usos civiles. Sin embargo, entre éstas se han conservado algunas obras que por su solidez, su perfección técni-ca y su estética son auténticas obras de arte. Por ejemplo, algunos puentes que los hombres de la Edad Media levanta-ron con ímprobos esfuerzos sobre los grandes cursos fluviales de la península Ibérica, la Itálica, Francia y otros lugares de Europa occidental. Por fortuna, estos puentes han resistido heroicamente el paso del tiempo, a los desastres naturales (crecidas y terremotos), a las destruccio-nes ocasionadas por las guerras, y aún se mantienen en pie para dejarnos admira-dos por la capacidad que tenían los hom-bres medievales para erigir obras útiles, duraderas y bellas a la vez.

Según el arquitecto y tratadista roma-no Vitrubio - autor de De Architectura, una obra conocida en la Edad Media - los tres requisitos para que una obra arqui-tectónica sea inmortal son firmitas, uti-litas y venustas. O sea, firmeza (solidez), utililidad y estética. Puesto que algunos puentes románicos y góticos reunen estas tres condiciones, bien podemos calificar-los de joyas de la arquitectura civil me-dieval. Por esta razón muchas de estas fábricas han sido declaradas Monumen-tos Histórico-Artísticos o han sido inscri-tos en el Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. El Kapellbrücke de Lucer-na, el Pont Valentré de Cahors, el puente viejo de Besalú o el de Puente la Reina son, merecidamente, los símbolos de sus respectivas ciudades.

Levantar estas obras costó grandes esfuerzos humanos y económicos. La gente sencilla del pueblo debía mirar con asombro el progreso de aquellas atrevi-das construcciones levantadas sobre algo tan expuesto al peligro como es un cur-so fluvial. Algunos arcos tienen tanta luz que parecen desafiar las leyes de la gra-vedad. No es de extrañar, por tanto, que la construcción de muchos puentes esté rodeada de leyendas, que unas cuantas hablen de pactos entre maestros de obras y el mismo Diablo. Si hemos de creer-las, gracias al Príncipe de las Tinieblas se pudieron terminar muchos puentes me-

MONUMENTOS

Josep Torroella PratsHistoriador

Puente Valentre en Calors.

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20 ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL www.revistamedieval.com 21

PuentesMedievales

C uando hablamos de arquitec-tura en el Occidente medieval enseguida pensamos en cate-drales, iglesias, monasterios y

castillos, pero raramente en construccio-nes para usos civiles. Sin embargo, entre éstas se han conservado algunas obras que por su solidez, su perfección técni-ca y su estética son auténticas obras de arte. Por ejemplo, algunos puentes que los hombres de la Edad Media levanta-ron con ímprobos esfuerzos sobre los grandes cursos fluviales de la península Ibérica, la Itálica, Francia y otros lugares de Europa occidental. Por fortuna, estos puentes han resistido heroicamente el paso del tiempo, a los desastres naturales (crecidas y terremotos), a las destruccio-nes ocasionadas por las guerras, y aún se mantienen en pie para dejarnos admira-dos por la capacidad que tenían los hom-bres medievales para erigir obras útiles, duraderas y bellas a la vez.

Según el arquitecto y tratadista roma-no Vitrubio - autor de De Architectura, una obra conocida en la Edad Media - los tres requisitos para que una obra arqui-tectónica sea inmortal son firmitas, uti-litas y venustas. O sea, firmeza (solidez), utililidad y estética. Puesto que algunos puentes románicos y góticos reunen estas tres condiciones, bien podemos calificar-los de joyas de la arquitectura civil me-dieval. Por esta razón muchas de estas fábricas han sido declaradas Monumen-tos Histórico-Artísticos o han sido inscri-tos en el Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. El Kapellbrücke de Lucer-na, el Pont Valentré de Cahors, el puente viejo de Besalú o el de Puente la Reina son, merecidamente, los símbolos de sus respectivas ciudades.

Levantar estas obras costó grandes esfuerzos humanos y económicos. La gente sencilla del pueblo debía mirar con asombro el progreso de aquellas atrevi-das construcciones levantadas sobre algo tan expuesto al peligro como es un cur-so fluvial. Algunos arcos tienen tanta luz que parecen desafiar las leyes de la gra-vedad. No es de extrañar, por tanto, que la construcción de muchos puentes esté rodeada de leyendas, que unas cuantas hablen de pactos entre maestros de obras y el mismo Diablo. Si hemos de creer-las, gracias al Príncipe de las Tinieblas se pudieron terminar muchos puentes me-

MONUMENTOS

Josep Torroella PratsHistoriador

Puente Valentre en Calors.

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VIAJAR

Texto y fotografías: Emilio Cappa Segis, escritor

Tierras de Frontera,

El castillo del Cid, en Jadraque (Guadalajara).Balneario y torre de vigilancia en Alhama de Aragón (Zaragoza).

un western medieval por el Camino del Cid

E l Cantar de Mio Cid ha dado lugar a la creación de un itinerario turístico cul-tural llamado “El Camino

del Cid” que sigue las huellas de Ro-drigo Díaz de Vivar por la España me-dieval a través de diversas rutas que pueden ser recorridas por sendero o bien por carretera. Una de esas rutas,

la denominada “Tierras de Fronte-ra”, rememora los primeros días de su destierro por las taifas de Toledo y de Zaragoza, aunque incluye también otros pasajes del Cantar, como el via-je de las hijas del Cid a Medinaceli. El recorrido comienza en Atienza, al norte de Guadalajara, y finaliza 270 kilómetros después en Calatayud, en

la provincia de Zaragoza.Buena parte de los lugares inclui-

dos en este itinerario formaron par-te, hasta la desaparición del califato a principios del siglo XI, de la Mar-ca Media: un gran espacio fronterizo militarizado que separaba Al-Ándalus de las tierras colonizadas por los rei-nos cristianos. Con posterioridad, a partir del siglo XII, estos territorios, especialmente la zona entre Medina-celi y Calatayud, fueron escenario de luchas fronterizas entre los reinos de Aragón y Castilla. La frontera se con-figura así como una amplia línea de sombra, poco nítida, muy cambiante y casi siempre peligrosa para los colo-nos que la habitaban y también para los comerciantes y los soldados que buscaron allí su fortuna.

Por la taifa de ToledoLa ruta comienza en Atienza, plaza que el Cid evita, según el Cantar, por ser una “peña muy fuerte”. En efecto, entre los siglos IX a XI Atienza fue, al igual que Guadalajara o Medinaceli, una importante fortaleza islámica de frontera. Como tal, se encargaba de la defensa de la frontera y del aprovi-sionamiento de las tropas andalusíes,

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Sumario

Página 36 La Catedral de Winchester

Página 90 Lugnasad y la portada de San Pedro de Echano

Página 76Santa María de Ujué: fortaleza y santuario

Página 58LA Batalla de Muret

5 Editorial 6 La foto del lector 8 Relatos Medievales 12 Cine 13 Numismática 14 Música 16 Genealogía 17 Cocina 18 Ferias, festivales y mercados 19 Libros / Cd / Dvd 96 Suscripción 98 En el próximo número...

Monumentos 20 Puentes Medievales

Viajar 30 Tierras de Frontera, un western medieval por el Camino del Cid

Gótico Inglés 36 La Catedral de Winchester Nuevos temas 44 El Mueble en las Cántigas de Santa María

Mundo románico 52 La iglesia románica de Rebolledo de la Torre

Cruzada Albigense 58 La batalla de Muret

Perfiles y Arte Funerario 66 El rey Pedro III el Grande

Turismo Cultural 76 Santa María de Ujué: fortaleza y santuario

Arquitectura y Música 90 Lugnasad y la portada de San Pedro de Echano

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VIAJAR

Texto y fotografías: Emilio Cappa Segis, escritor

Tierras de Frontera,

El castillo del Cid, en Jadraque (Guadalajara).Balneario y torre de vigilancia en Alhama de Aragón (Zaragoza).

un western medieval por el Camino del Cid

E l Cantar de Mio Cid ha dado lugar a la creación de un itinerario turístico cul-tural llamado “El Camino

del Cid” que sigue las huellas de Ro-drigo Díaz de Vivar por la España me-dieval a través de diversas rutas que pueden ser recorridas por sendero o bien por carretera. Una de esas rutas,

la denominada “Tierras de Fronte-ra”, rememora los primeros días de su destierro por las taifas de Toledo y de Zaragoza, aunque incluye también otros pasajes del Cantar, como el via-je de las hijas del Cid a Medinaceli. El recorrido comienza en Atienza, al norte de Guadalajara, y finaliza 270 kilómetros después en Calatayud, en

la provincia de Zaragoza.Buena parte de los lugares inclui-

dos en este itinerario formaron par-te, hasta la desaparición del califato a principios del siglo XI, de la Mar-ca Media: un gran espacio fronterizo militarizado que separaba Al-Ándalus de las tierras colonizadas por los rei-nos cristianos. Con posterioridad, a partir del siglo XII, estos territorios, especialmente la zona entre Medina-celi y Calatayud, fueron escenario de luchas fronterizas entre los reinos de Aragón y Castilla. La frontera se con-figura así como una amplia línea de sombra, poco nítida, muy cambiante y casi siempre peligrosa para los colo-nos que la habitaban y también para los comerciantes y los soldados que buscaron allí su fortuna.

Por la taifa de ToledoLa ruta comienza en Atienza, plaza que el Cid evita, según el Cantar, por ser una “peña muy fuerte”. En efecto, entre los siglos IX a XI Atienza fue, al igual que Guadalajara o Medinaceli, una importante fortaleza islámica de frontera. Como tal, se encargaba de la defensa de la frontera y del aprovi-sionamiento de las tropas andalusíes,

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www.revistamedieval.com 3736 ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL www.revistamedieval.com 3736 ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL

La Catedralde WinchesterLillian Céspedes González Universidad de Winchester

GÓTICO INGLÉS

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La Catedralde WinchesterLillian Céspedes González Universidad de Winchester

GÓTICO INGLÉS

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NUEVOS TEMAS

El Mueble en las Cántigas de Santa María

Nuria Moreno de Mingo. Licenciada en Historia del Arte. Universidad Autónoma de Madrid.

L os cantigos de documentos del rey don Sancho son bien claro al respecto, al afirmar que: “a la nobleza se acompañan dos

cosas: honra de linaje e riquezas, porque son los nobles de linajes honrados e han riquezas... e do son las riquezas allí debe-rán parescer las despensas; en otra mane-ra serán ellas baldías... do conviene notar que sea las riquezas son ascondidas, en-cenderán avaricia e pecado”Por supues-to, la vivienda y todo su amueblamiento están incluidos en estas consideraciones, y gran parte del ajuar domestico y de las decoraciones de interiores tienen su ori-gen en las funciones ceremoniales que han de cumplir: así nace la costumbre de emparamentar las habitaciones con tejidos ricos, y se crean un complejo y va-riado conjunto de muebles concebidos en exclusiva para uso de la monarquía, la no-bleza y el alto clero, como, por ejemplo, toda la escala de asientos, el aparador para exhibir la vajilla de plata, con la cámara de paramentos.Se puede afirmar que desde estas fechas tempranas los despliegues de paramentos textiles tuvieron una im-portancia de primer orden, y que fueron parte sustancial y a veces única del ajuar doméstico. Componían su decoración, y estructuraban el espacio: alfombras, cor-tinajes, camas compuestas por ricas telas, cojines y manteles, debieron constituir el entorno de los potentados, ocultando

y dignificando las estructuras de madera y metal, generalmente modestas, de las arcadas, las camas, los asientos y las me-sas.El repertorio de muebles era escaso y

poco especializado en sus formas, y cum-plía única y estrictamente las necesidades básicas del almacenamiento, el reposo, y la comida.

Cama Trouvadour. Viollet-Le-Duc.

Toda la Edad MEdia EsTa prEsidida por la idEa dE quE la riquEza Es solo un vEhículo para ManifEsTar la posición dE cada cual En El ordEn jErárquico quE garanTiza El ordEn naTural EsTablEcido por dios. por TanTo, los alTos EsTaMEnTos TiEnEn no solo dErEcho a posEErla, sino TaMbién la obligación dE osTEnTarla públicaMEnTE dEsplEgando un TrEn dE vida acordE con su EsTado.

Miniatura de las Cantigas de santa María.

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NUEVOS TEMAS

El Mueble en las Cántigas de Santa María

Nuria Moreno de Mingo. Licenciada en Historia del Arte. Universidad Autónoma de Madrid.

L os cantigos de documentos del rey don Sancho son bien claro al respecto, al afirmar que: “a la nobleza se acompañan dos

cosas: honra de linaje e riquezas, porque son los nobles de linajes honrados e han riquezas... e do son las riquezas allí debe-rán parescer las despensas; en otra mane-ra serán ellas baldías... do conviene notar que sea las riquezas son ascondidas, en-cenderán avaricia e pecado”Por supues-to, la vivienda y todo su amueblamiento están incluidos en estas consideraciones, y gran parte del ajuar domestico y de las decoraciones de interiores tienen su ori-gen en las funciones ceremoniales que han de cumplir: así nace la costumbre de emparamentar las habitaciones con tejidos ricos, y se crean un complejo y va-riado conjunto de muebles concebidos en exclusiva para uso de la monarquía, la no-bleza y el alto clero, como, por ejemplo, toda la escala de asientos, el aparador para exhibir la vajilla de plata, con la cámara de paramentos.Se puede afirmar que desde estas fechas tempranas los despliegues de paramentos textiles tuvieron una im-portancia de primer orden, y que fueron parte sustancial y a veces única del ajuar doméstico. Componían su decoración, y estructuraban el espacio: alfombras, cor-tinajes, camas compuestas por ricas telas, cojines y manteles, debieron constituir el entorno de los potentados, ocultando

y dignificando las estructuras de madera y metal, generalmente modestas, de las arcadas, las camas, los asientos y las me-sas.El repertorio de muebles era escaso y

poco especializado en sus formas, y cum-plía única y estrictamente las necesidades básicas del almacenamiento, el reposo, y la comida.

Cama Trouvadour. Viollet-Le-Duc.

Toda la Edad MEdia EsTa prEsidida por la idEa dE quE la riquEza Es solo un vEhículo para ManifEsTar la posición dE cada cual En El ordEn jErárquico quE garanTiza El ordEn naTural EsTablEcido por dios. por TanTo, los alTos EsTaMEnTos TiEnEn no solo dErEcho a posEErla, sino TaMbién la obligación dE osTEnTarla públicaMEnTE dEsplEgando un TrEn dE vida acordE con su EsTado.

Miniatura de las Cantigas de santa María.

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MUNDO ROMÁNICO

de Rebolledo de la Torre

A primera vista, tal vez el nombre de Rebolledo de la Torre no nos evoque un edificio religioso sin-gular. Pero si mencionamos su

magnífica galería porticada o a su autor, el escultor medieval Juan de Piasca, tal vez nos venga a la memoria el nombre. Pretendemos en este dossier acercarnos a este bello ejemplo del románico castellano declarado Monumento Nacional en 1931 ubicándolo en el espacio y en el tiempo para tentar al lector a hacer una escapada y descubrirlo in situ.

El municipioRebolledo de la Torre se ubica en un pa-raje de incomparable belleza. Geográfica-mente pertenece a la provincia de Burgos aunque en el límite con la vecina Palencia. Es un pueblo de muy pocos habitantes, a una altitud próxima a los mil metros. Se accede por una carretera local que parte de la actual autovía que une Palencia y Santander recorre bellos cañones y lo aísla de las vías principales, cosa que acentúa si cabe su carácter rural. Visitando Rebolledo nos podemos imaginar con mayor facilidad la sencilla vida del campesino medieval.El pueblo está dominado por los restos de un castillo medieval y por la iglesia de San Julián y Santa Basilisa, la protagonista de nuestro monográfico. El castillo fue erigi-do entre los siglos XIII y XIV y conserva restos de la torre y una cerca exterior con un foso. Fue declarado Monumento Na-cional en el año 1949.

Texto y fotografías Sergi Luque Historiador del Arte

La iglesia románica

Vista desde el interior de la galería porticada

Puerta principal de la galería

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MUNDO ROMÁNICO

de Rebolledo de la Torre

A primera vista, tal vez el nombre de Rebolledo de la Torre no nos evoque un edificio religioso sin-gular. Pero si mencionamos su

magnífica galería porticada o a su autor, el escultor medieval Juan de Piasca, tal vez nos venga a la memoria el nombre. Pretendemos en este dossier acercarnos a este bello ejemplo del románico castellano declarado Monumento Nacional en 1931 ubicándolo en el espacio y en el tiempo para tentar al lector a hacer una escapada y descubrirlo in situ.

El municipioRebolledo de la Torre se ubica en un pa-raje de incomparable belleza. Geográfica-mente pertenece a la provincia de Burgos aunque en el límite con la vecina Palencia. Es un pueblo de muy pocos habitantes, a una altitud próxima a los mil metros. Se accede por una carretera local que parte de la actual autovía que une Palencia y Santander recorre bellos cañones y lo aísla de las vías principales, cosa que acentúa si cabe su carácter rural. Visitando Rebolledo nos podemos imaginar con mayor facilidad la sencilla vida del campesino medieval.El pueblo está dominado por los restos de un castillo medieval y por la iglesia de San Julián y Santa Basilisa, la protagonista de nuestro monográfico. El castillo fue erigi-do entre los siglos XIII y XIV y conserva restos de la torre y una cerca exterior con un foso. Fue declarado Monumento Na-cional en el año 1949.

Texto y fotografías Sergi Luque Historiador del Arte

La iglesia románica

Vista desde el interior de la galería porticada

Puerta principal de la galería

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David Odalric de Caixal i Mata de ArmagnacProfesor de Historia y Protocolo Eclesiástico de la ESPRI

CRUZADA ALBIGENSE

La batalla de Muret consistió en la escaramuza decisiva de la llamada cruzada albigen-se. Tuvo lugar el 13 de sep-

tiembre de 1213 en una llanura de la localidad occitana de Muret, unos doce kilómetros al sur de Tolosa de Langue-doc. La contienda enfrentó a Pedro II de Aragón, sus vasallos y sus aliados, entre los que se encontraban Raimundo VI de Tolosa, Bernardo V de Cominges y Raimundo Roger I de Foix, contra las tropas cruzadas y las de Felipe II de Francia lideradas por Simón IV de Montfort.El triunfo correspondió a las fuerzas de Simón de Montfort, el cual se convirtió, como consecuencia de su victoria, en duque de Narbona, conde de Tolosa, vizconde de Béziers y vizcon-de de Carcasona. Las tropas aragone-sas y occitanas sufrieron unas pérdidas de 15.000 a 20.000 hombres, Pedro II de Aragón, conocido como el Católico, murió en la batalla. Su hijo de cinco años, el futuro rey Jaime I de Aragón, que estaba bajo custodia de Simón de Montfort, con cuya hija se había concer-tado el matrimonio futuro en un nuevo intento para resolver el conflicto,debió permanecer un año como rehén has-ta que, por orden del papa Inocencio III, Montfort lo entregó a los templa-rios. Marcó el inicio de la dominación de los reyes franceses sobre Occitania. Fue también el comienzo del fin de la expansión aragonesa en la zona. Antes de la batalla, Pedro II de Aragón había conseguido el vasallazgo del condado de Tolosa, de Foix y de Cominges. Tras su derrota y muerte, su hijo y heredero Jaime I tan sólo conservó el señorío de Montpellier por herencia de su madre, María de Montpellier. A partir de esta fecha, la expansión aragonesa se dirigió hacia Valencia y las Islas Baleares.

A principios del siglo XIII, la herejía cátara se había afianzado por el territo-rio de Occitania amenazando la doctrina de la Iglesia católica. El papa Inocencio III, después de lanzar una cruzada fa-llida contra los cátaros, intentó recon-ciliarse con el conde Raimundo VI de Tolosa. Sin embargo, Arnaldo Amalric, legado papal, y Simón IV de Montfort siempre actuaron para romper las ne-gociaciones, exigiendo a Raimundo VI unas condiciones muy duras. Raimun-do VI buscó aliados con una ortodoxia católica indudable, y tras entrevistar-se con diversos monarcas europeos, se

58 ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL

La batallade Muret13 de setiembre de 1213

alió con su cuñado Pedro II de Aragón. Este rey actuó como intermediario con el fin de encontrar una reconciliación, pero finalmente el papa Inocencio III se puso de parte de Simón IV de Mon-tfort y proclamó la cruzada pensando que así erradicaría la herejía de forma definitiva. La cruzada comenzó con la masacre de Béziers y el sitio de Car-casona de 1209, continuando al año si-

guiente con el ataque a las fortalezas de Minerve, Termes y Cabaret. En 1213, Simón de Montfort reinició su campaña contra el conde Raimundo VI de Tolo-sa. Este se retiró a su capital y pidió la intervención papal; el Papa ordenó la celebración del concilio de Lavaur, que empezó el 15 de enero de 1213,y donde se postuló por el retorno de los conda-dos y tierras a sus titulares a cambio de

la sumisión a la Iglesia.A pesar de que los congregados rechazaron la propues-ta, el rey Pedro II de Aragón consiguió que el Papa enviase un legado. Ante la evidencia de que los cruzados estaban determinados a acabar con el conde de Tolosa y la intervención del Papa sólo lograría retrasar los hechos, Pedro II de Aragón decidió acoger a los condes de Tolosa, Foix y Cominges,y al vizconde

Cruzados durante la batalla. Cuadro de Ch.Ph.A. de Larivière. Museo de Versalles.

Los cruzados estaban determinados a acabar con el conde de Tolosa y la intervención del Papa sólo lograría retrasar los hechos.

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David Odalric de Caixal i Mata de ArmagnacProfesor de Historia y Protocolo Eclesiástico de la ESPRI

CRUZADA ALBIGENSE

La batalla de Muret consistió en la escaramuza decisiva de la llamada cruzada albigen-se. Tuvo lugar el 13 de sep-

tiembre de 1213 en una llanura de la localidad occitana de Muret, unos doce kilómetros al sur de Tolosa de Langue-doc. La contienda enfrentó a Pedro II de Aragón, sus vasallos y sus aliados, entre los que se encontraban Raimundo VI de Tolosa, Bernardo V de Cominges y Raimundo Roger I de Foix, contra las tropas cruzadas y las de Felipe II de Francia lideradas por Simón IV de Montfort.El triunfo correspondió a las fuerzas de Simón de Montfort, el cual se convirtió, como consecuencia de su victoria, en duque de Narbona, conde de Tolosa, vizconde de Béziers y vizcon-de de Carcasona. Las tropas aragone-sas y occitanas sufrieron unas pérdidas de 15.000 a 20.000 hombres, Pedro II de Aragón, conocido como el Católico, murió en la batalla. Su hijo de cinco años, el futuro rey Jaime I de Aragón, que estaba bajo custodia de Simón de Montfort, con cuya hija se había concer-tado el matrimonio futuro en un nuevo intento para resolver el conflicto,debió permanecer un año como rehén has-ta que, por orden del papa Inocencio III, Montfort lo entregó a los templa-rios. Marcó el inicio de la dominación de los reyes franceses sobre Occitania. Fue también el comienzo del fin de la expansión aragonesa en la zona. Antes de la batalla, Pedro II de Aragón había conseguido el vasallazgo del condado de Tolosa, de Foix y de Cominges. Tras su derrota y muerte, su hijo y heredero Jaime I tan sólo conservó el señorío de Montpellier por herencia de su madre, María de Montpellier. A partir de esta fecha, la expansión aragonesa se dirigió hacia Valencia y las Islas Baleares.

A principios del siglo XIII, la herejía cátara se había afianzado por el territo-rio de Occitania amenazando la doctrina de la Iglesia católica. El papa Inocencio III, después de lanzar una cruzada fa-llida contra los cátaros, intentó recon-ciliarse con el conde Raimundo VI de Tolosa. Sin embargo, Arnaldo Amalric, legado papal, y Simón IV de Montfort siempre actuaron para romper las ne-gociaciones, exigiendo a Raimundo VI unas condiciones muy duras. Raimun-do VI buscó aliados con una ortodoxia católica indudable, y tras entrevistar-se con diversos monarcas europeos, se

58 ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL

La batallade Muret13 de setiembre de 1213

alió con su cuñado Pedro II de Aragón. Este rey actuó como intermediario con el fin de encontrar una reconciliación, pero finalmente el papa Inocencio III se puso de parte de Simón IV de Mon-tfort y proclamó la cruzada pensando que así erradicaría la herejía de forma definitiva. La cruzada comenzó con la masacre de Béziers y el sitio de Car-casona de 1209, continuando al año si-

guiente con el ataque a las fortalezas de Minerve, Termes y Cabaret. En 1213, Simón de Montfort reinició su campaña contra el conde Raimundo VI de Tolo-sa. Este se retiró a su capital y pidió la intervención papal; el Papa ordenó la celebración del concilio de Lavaur, que empezó el 15 de enero de 1213,y donde se postuló por el retorno de los conda-dos y tierras a sus titulares a cambio de

la sumisión a la Iglesia.A pesar de que los congregados rechazaron la propues-ta, el rey Pedro II de Aragón consiguió que el Papa enviase un legado. Ante la evidencia de que los cruzados estaban determinados a acabar con el conde de Tolosa y la intervención del Papa sólo lograría retrasar los hechos, Pedro II de Aragón decidió acoger a los condes de Tolosa, Foix y Cominges,y al vizconde

Cruzados durante la batalla. Cuadro de Ch.Ph.A. de Larivière. Museo de Versalles.

Los cruzados estaban determinados a acabar con el conde de Tolosa y la intervención del Papa sólo lograría retrasar los hechos.

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PERFILES y ARTE FUNERARIO

El rey Pedro III el Grande

Pedro III fue hijo de Jaime I el Conquistador y de su se-gunda esposa Violante de Hungría. Nació en Valencia

en 1240. Por el último testamento de su pa-

dre (1262) después de la muerte del infante Alfonso, recibió Cataluña, Aragón y Valencia, mientras su herma-no Jaime recibía las Baleares, los con-dados de Rosellón y Cerdaña y el se-ñorío de Montpelier. Este testamento desagradó al infante Pedro, pero tuvo que ceder, manteniendo disimulado su rencor.

En 1262 se casó con Constanza de Sicilia. Participó en la campaña de Murcia, especialmente en su prime-ra parte (en el 1265 y comienzos del 1266). En 1272 se distanció de su padre y fue privado de todo cargo y renta, hasta que se reconcilió al año siguiente. El 1275 participó en la re-ducción de la revuelta de su hermano Fernando Sánchez de Castro y otros nobles.

Se coronó rey en Zaragoza, el 16 de noviembre de 1276, en una tre-gua de la segunda campaña contra el segundo levantamiento de al-Azraq, denominada Sarracenos Valencianos, que dominó definitivamente con la toma de Montesa (1277). Esta victoria le permitió enfrentarse a una liga de barones rebeldes, la mayor parte de las tierras de Urgel, Pallars y Foix (las ciudades y villas estaban, pero, junto

al rey), lucha que acabó con la victoria de Pedro en el sitio de Balaguer, don-de se habían hecho fuertes los nobles, gracias a la acción de los lugareños, que ofrecieron a Pedro la rendición de la villa (1280).

En el proceso siguiente, el rey per-donó a los nobles y les devolvió los castillos capturados, con la excep-ción del conde de Foix. Intervino en el conflicto de los Niños de la Cerda,

con éxito, manteniendo en prisión honrada en el castillo de Xàtiva los ni-ños, que huían de Castilla a la muerte de su padre, conducidos por su madre Blanca de Francia y su abuela Violan-te de Aragón.

Con el matrimonio de su hija Isa-bel (futura Santa Isabel de Portugal) con el rey Dionisio de Portugal (1281) inició su política exterior de alianzas, que continuó con el noviazgo de su primogénito Alfonso con la princesa Leonor, hija de Eduardo I de Inglate-rra, en 1282.

De cara a Italia, procuraba man-tener buenas relaciones con Pisa y Génova; por otra parte, el papa Ni-colás III no veía con buenos ojos el crecimiento del poder de Carlos I de Anjou en Italia y también se encon-traban relacionados y maquinaban a favor de Pedro, nobles y prohombres sicilianos.

Paralelamente, desplegaba en los es-tados musulmanes una política de paz o de penetración, sobre todo para te-ner una base territorial en Túnez. Todo esto, unido a la paz alcanzada en el in-terior de sus reinos y a la preparación de una gran expedición marítima (que se ignoraba donde se había de dirigir), puso las bases de la gran empresa para la que se disponía Pedro III.

A pesar de la muerte del papa Nico-lás III, sucedido por Martín IV (1281), francés que debía la elección a Carlos de Anjou, lo que debilitaba la cons-

pEdro iii El grandE dE aragón (pEdro i dE valEncia, pEdro ii condE dE barcElo-na) fuE uno dE los rEYEs Más influYEnTEs dE la corona caTalanoaragonEsa Y proTagonizó la EXpansión TErriTorial por El MEdiTErránEo. conquisTó sicilia luchando conTra los francEsEs Y conTra El papado, flEXibilizó El podEr au-TocráTico rEal Y dio El priMEr paso para alEjar a la iglEsia dEl podEr políTico En Europa.

Restitución facial del rey Pedro, a partir del estudio del cráneo. Foto: MHC (Philippe Froesch-Estudi PF). ©Patrimoni.gencat.

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PERFILES y ARTE FUNERARIO

El rey Pedro III el Grande

Pedro III fue hijo de Jaime I el Conquistador y de su se-gunda esposa Violante de Hungría. Nació en Valencia

en 1240. Por el último testamento de su pa-

dre (1262) después de la muerte del infante Alfonso, recibió Cataluña, Aragón y Valencia, mientras su herma-no Jaime recibía las Baleares, los con-dados de Rosellón y Cerdaña y el se-ñorío de Montpelier. Este testamento desagradó al infante Pedro, pero tuvo que ceder, manteniendo disimulado su rencor.

En 1262 se casó con Constanza de Sicilia. Participó en la campaña de Murcia, especialmente en su prime-ra parte (en el 1265 y comienzos del 1266). En 1272 se distanció de su padre y fue privado de todo cargo y renta, hasta que se reconcilió al año siguiente. El 1275 participó en la re-ducción de la revuelta de su hermano Fernando Sánchez de Castro y otros nobles.

Se coronó rey en Zaragoza, el 16 de noviembre de 1276, en una tre-gua de la segunda campaña contra el segundo levantamiento de al-Azraq, denominada Sarracenos Valencianos, que dominó definitivamente con la toma de Montesa (1277). Esta victoria le permitió enfrentarse a una liga de barones rebeldes, la mayor parte de las tierras de Urgel, Pallars y Foix (las ciudades y villas estaban, pero, junto

al rey), lucha que acabó con la victoria de Pedro en el sitio de Balaguer, don-de se habían hecho fuertes los nobles, gracias a la acción de los lugareños, que ofrecieron a Pedro la rendición de la villa (1280).

En el proceso siguiente, el rey per-donó a los nobles y les devolvió los castillos capturados, con la excep-ción del conde de Foix. Intervino en el conflicto de los Niños de la Cerda,

con éxito, manteniendo en prisión honrada en el castillo de Xàtiva los ni-ños, que huían de Castilla a la muerte de su padre, conducidos por su madre Blanca de Francia y su abuela Violan-te de Aragón.

Con el matrimonio de su hija Isa-bel (futura Santa Isabel de Portugal) con el rey Dionisio de Portugal (1281) inició su política exterior de alianzas, que continuó con el noviazgo de su primogénito Alfonso con la princesa Leonor, hija de Eduardo I de Inglate-rra, en 1282.

De cara a Italia, procuraba man-tener buenas relaciones con Pisa y Génova; por otra parte, el papa Ni-colás III no veía con buenos ojos el crecimiento del poder de Carlos I de Anjou en Italia y también se encon-traban relacionados y maquinaban a favor de Pedro, nobles y prohombres sicilianos.

Paralelamente, desplegaba en los es-tados musulmanes una política de paz o de penetración, sobre todo para te-ner una base territorial en Túnez. Todo esto, unido a la paz alcanzada en el in-terior de sus reinos y a la preparación de una gran expedición marítima (que se ignoraba donde se había de dirigir), puso las bases de la gran empresa para la que se disponía Pedro III.

A pesar de la muerte del papa Nico-lás III, sucedido por Martín IV (1281), francés que debía la elección a Carlos de Anjou, lo que debilitaba la cons-

pEdro iii El grandE dE aragón (pEdro i dE valEncia, pEdro ii condE dE barcElo-na) fuE uno dE los rEYEs Más influYEnTEs dE la corona caTalanoaragonEsa Y proTagonizó la EXpansión TErriTorial por El MEdiTErránEo. conquisTó sicilia luchando conTra los francEsEs Y conTra El papado, flEXibilizó El podEr au-TocráTico rEal Y dio El priMEr paso para alEjar a la iglEsia dEl podEr políTico En Europa.

Restitución facial del rey Pedro, a partir del estudio del cráneo. Foto: MHC (Philippe Froesch-Estudi PF). ©Patrimoni.gencat.

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TURISMO CULTURAL

Nelly Ongay Medievalista Mendoza-Argentina

Fotos: Fundación para la Conservación del Patrimonio

Histórico de Navarra”

A l sur de Pamplona, encontra-mos la Sierra de Ujué, domi-nando los Pirineos y las tierras de la Ribera donde se conserva

el apecto medieval de calles empedradas y casas arracimadas alrededor de la igle-sia-fortaleza de Santa María.

“Y se hizo la luz en el santuario de Ujué”, luego de las refacciones encaradas por el Gobierno Foral a través de la Fun-dación para la Conservación del Patrimo-nio Histórico de Navarra.

El santuario de la milagrosa Virgen de Santa María la Real de Ujué, Patrona de la Ribera navarra, merece una visita es-pecial si no devocional. Si venimos por la ruta que conduce de Madrid a Pamplona, nos desviamos hacia Olite y desde allí re-corremos el camino como lo hacían los re-yes del Antiguo Reino o como los romeros de Tafalla que desde el siglo XVI, pere-grinan encapuchados el primer domingo después de San Marcos.

Nos unimos a ellos compartiendo la fe, el sentimiento y la tradición que agrupa a todos los pueblos de la región, en este peregrinar mostrando la centenaria devo-ción a la Virgen “morenita y galana”. Ins-talada allí en la cima de uno de los mon-tes de la sierra del mismo nombre, límite norte de la Ribera y atalaya vigilante de las tierras del Arga y el Ebro. Y como escribe el Dr. Angel Martín Duque, en su último libro sobre Sancho el Mayor: “venerar a Santa María en su santuario-fortaleza de Ujué. Desde este nido de águila (Sancho) otearía el profundo y variopinto panora-ma fronterizo…”

La primera vista del magnífico com-plejo –uno de los más importantes y re-presentativos del arte medieval navarro- la tenemos al llegar al Crucero: Cruz del saludo en la confluencia de los caminos que suben de San Martín y de los pueblos del Aragón y el Cidacos. Se trata de una obra del siglo XVI: una cruz con fuste oc-togonal, apoyada sobre cuatro gradas cir-culares, adornada con escudos heráldicos (entre ellos el de los Évreux) y rematada con las imágenes de un calvario y la Vir-gen de Ujué y el Niño en su regazo. La cruz fue restaurada en mayo de 1939 bajo la dirección de Onofre Larumbe.

Recorremos la última parte del cami-

Santa María de Ujué: fortaleza y santuario

Vista general del Santuario Fotografía cedida por la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra.

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TURISMO CULTURAL

Nelly Ongay Medievalista Mendoza-Argentina

Fotos: Fundación para la Conservación del Patrimonio

Histórico de Navarra”

A l sur de Pamplona, encontra-mos la Sierra de Ujué, domi-nando los Pirineos y las tierras de la Ribera donde se conserva

el apecto medieval de calles empedradas y casas arracimadas alrededor de la igle-sia-fortaleza de Santa María.

“Y se hizo la luz en el santuario de Ujué”, luego de las refacciones encaradas por el Gobierno Foral a través de la Fun-dación para la Conservación del Patrimo-nio Histórico de Navarra.

El santuario de la milagrosa Virgen de Santa María la Real de Ujué, Patrona de la Ribera navarra, merece una visita es-pecial si no devocional. Si venimos por la ruta que conduce de Madrid a Pamplona, nos desviamos hacia Olite y desde allí re-corremos el camino como lo hacían los re-yes del Antiguo Reino o como los romeros de Tafalla que desde el siglo XVI, pere-grinan encapuchados el primer domingo después de San Marcos.

Nos unimos a ellos compartiendo la fe, el sentimiento y la tradición que agrupa a todos los pueblos de la región, en este peregrinar mostrando la centenaria devo-ción a la Virgen “morenita y galana”. Ins-talada allí en la cima de uno de los mon-tes de la sierra del mismo nombre, límite norte de la Ribera y atalaya vigilante de las tierras del Arga y el Ebro. Y como escribe el Dr. Angel Martín Duque, en su último libro sobre Sancho el Mayor: “venerar a Santa María en su santuario-fortaleza de Ujué. Desde este nido de águila (Sancho) otearía el profundo y variopinto panora-ma fronterizo…”

La primera vista del magnífico com-plejo –uno de los más importantes y re-presentativos del arte medieval navarro- la tenemos al llegar al Crucero: Cruz del saludo en la confluencia de los caminos que suben de San Martín y de los pueblos del Aragón y el Cidacos. Se trata de una obra del siglo XVI: una cruz con fuste oc-togonal, apoyada sobre cuatro gradas cir-culares, adornada con escudos heráldicos (entre ellos el de los Évreux) y rematada con las imágenes de un calvario y la Vir-gen de Ujué y el Niño en su regazo. La cruz fue restaurada en mayo de 1939 bajo la dirección de Onofre Larumbe.

Recorremos la última parte del cami-

Santa María de Ujué: fortaleza y santuario

Vista general del Santuario Fotografía cedida por la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra.

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ARQUITECTURA y MÚSICA

San Pedro Ad Víncula de Echano se encuentra en un despobla-do de Oloriz, en La Valdorba –Navarra–, a un par de kiló-

metros en la carretera que la une con esta población en dirección a Bariaín, donde se hace visible al dejar una curva, justo antes de la cabecera del Embalse de Mairaga. El templo es de una sola nave y está ubicado en un re-cóndito lugar. Se trata de un mag-nífico ejemplar del románico de esta región, en el que destaca su portada norte.

La ausencia actual de tímpano en esta portada norte delata ya una intervención posterior; tal vez, se produjo la presencia de una ero-sión selectiva e inteligente como ya hemos documentado en otros templos de la Comunidad Foral de Navarra. De entrada, esta des-tacada carencia de tímpano nos impide una identificación precisa de la lección teológica que en su momento debió constituir todo el conjunto escultórico de la por-tada. Sin embargo, todavía queda la magnífica iconografía de la ar-quivolta central que se presenta, aparentemente, como una repre-sentación de los veinticuatro an-cianos del Apocalipsis y que nos remi-te a la idea de la Segunda Parusía de Cristo en un contexto teofánico, de la aparición de Cristo como rey del Cielo. Ahora bien, a lo largo de este artículo, pretendemos demostrar como, en este contexto apocalíptico al que remite la imaginería que todavía ha llegado hasta

nosotros, la iconografía de esta arquivol-ta central está reproduciendo una tradi-ción de origen celta, La reunión Anual de Bardos, recogida ya en los Anales del Ulster en el siglo VII. En realidad, se está produciendo un sincretismo me-diante la recepción de ideas que remi-ten al cristianismo celta, porque en esta

arquivolta se esculpió un ritual que tuvo su origen en Irlanda.

La historiografía ha afirmado que en dicha arquivolta se representan imáge-nes de marginados sociales, cojos, man-cos y saltimbanquis..., pero a la vista de sus refinados peinados, las barbas tan arregladas y rizados bigotes, la ropa que

visten, la actitud festiva de la mayoría de ellos y la variedad de elementos musica-les, no se está representando a un grupo de marginados, sino a una clase social con un estatus reconocido. Son músi-cos y poetas, en definitiva, bardos que narran y cantan las leyendas de Setanta y Lug, de Dadga y la batalla de Magh

Tuiredh entre los Tuatha Dannan contra los gigantes Fomoré; de la muerte del perro del herrero Ulain, de Ogmios y la batalla de los últimos días. Los bardos son Drui-das menores. No pertenecían a los marginados, sino a una clase espe-cialmente dominante en la cultura Celta. Por otra parte, la fiesta de los bardos que se esculpió en la portada norte de Echano, todavía se celebra en la actualidad en di-versos lugares de todo el planeta, desde Australia a Argentina, don-de incluso se hace siguiendo los cánones descritos en los Anales.

Pero sin duda, el más antiguo y renombrado de todos estos festiva-les sucede anualmente en el País de Gales. Por eso, para hacernos en-tender mejor, creemos convenien-te utilizar el nombre de una ciudad galesa en la que en la actualidad se sigue realizando este festival, el de

la elección del mejor bardo, Eisteddfod. El patronímico de Eisteddfod remite al significado galés de estar sentado, pero también a los significados de certamen y reunión. La palabra galesa Eisteddfod pertenece al Galés antiguo y se deriva de dos formas verbales del Gaélico Ga-lés: eistedd, sentarse, y fod, ser-estar. Si

La poesía, dijo Columcille (quien fuera el más logrado de los poetas de su tiempo), hacía parte esencial de la vida irlandesa: Irlanda no sería Irlanda sin ellos. No los destierren ni los prohíban, más bien ordenen que amplíen su círculo y que les enseñen a otros lo que saben. Una propuesta irresistible de un irresistible humanista. Mientras convencía a la asamblea allí reunida, mil doscientos bardos alegres irrumpieron en la reunión, cantando alabanzas al santo.

CAHILL, Th. De cómo los irlandeses salvaron la civilización, Vértices de bolsillo. Ensayo, p. 205.

Lugnasad y la portada de San Pedro de Echano

Grupo Ailbe de investigación, Círculo Románico

A la Izquierda: Detalle de los capiteles en la portada En esta página: Bardos asistentes a la fiesta (detalle)

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ARQUITECTURA y MÚSICA

San Pedro Ad Víncula de Echano se encuentra en un despobla-do de Oloriz, en La Valdorba –Navarra–, a un par de kiló-

metros en la carretera que la une con esta población en dirección a Bariaín, donde se hace visible al dejar una curva, justo antes de la cabecera del Embalse de Mairaga. El templo es de una sola nave y está ubicado en un re-cóndito lugar. Se trata de un mag-nífico ejemplar del románico de esta región, en el que destaca su portada norte.

La ausencia actual de tímpano en esta portada norte delata ya una intervención posterior; tal vez, se produjo la presencia de una ero-sión selectiva e inteligente como ya hemos documentado en otros templos de la Comunidad Foral de Navarra. De entrada, esta des-tacada carencia de tímpano nos impide una identificación precisa de la lección teológica que en su momento debió constituir todo el conjunto escultórico de la por-tada. Sin embargo, todavía queda la magnífica iconografía de la ar-quivolta central que se presenta, aparentemente, como una repre-sentación de los veinticuatro an-cianos del Apocalipsis y que nos remi-te a la idea de la Segunda Parusía de Cristo en un contexto teofánico, de la aparición de Cristo como rey del Cielo. Ahora bien, a lo largo de este artículo, pretendemos demostrar como, en este contexto apocalíptico al que remite la imaginería que todavía ha llegado hasta

nosotros, la iconografía de esta arquivol-ta central está reproduciendo una tradi-ción de origen celta, La reunión Anual de Bardos, recogida ya en los Anales del Ulster en el siglo VII. En realidad, se está produciendo un sincretismo me-diante la recepción de ideas que remi-ten al cristianismo celta, porque en esta

arquivolta se esculpió un ritual que tuvo su origen en Irlanda.

La historiografía ha afirmado que en dicha arquivolta se representan imáge-nes de marginados sociales, cojos, man-cos y saltimbanquis..., pero a la vista de sus refinados peinados, las barbas tan arregladas y rizados bigotes, la ropa que

visten, la actitud festiva de la mayoría de ellos y la variedad de elementos musica-les, no se está representando a un grupo de marginados, sino a una clase social con un estatus reconocido. Son músi-cos y poetas, en definitiva, bardos que narran y cantan las leyendas de Setanta y Lug, de Dadga y la batalla de Magh

Tuiredh entre los Tuatha Dannan contra los gigantes Fomoré; de la muerte del perro del herrero Ulain, de Ogmios y la batalla de los últimos días. Los bardos son Drui-das menores. No pertenecían a los marginados, sino a una clase espe-cialmente dominante en la cultura Celta. Por otra parte, la fiesta de los bardos que se esculpió en la portada norte de Echano, todavía se celebra en la actualidad en di-versos lugares de todo el planeta, desde Australia a Argentina, don-de incluso se hace siguiendo los cánones descritos en los Anales.

Pero sin duda, el más antiguo y renombrado de todos estos festiva-les sucede anualmente en el País de Gales. Por eso, para hacernos en-tender mejor, creemos convenien-te utilizar el nombre de una ciudad galesa en la que en la actualidad se sigue realizando este festival, el de

la elección del mejor bardo, Eisteddfod. El patronímico de Eisteddfod remite al significado galés de estar sentado, pero también a los significados de certamen y reunión. La palabra galesa Eisteddfod pertenece al Galés antiguo y se deriva de dos formas verbales del Gaélico Ga-lés: eistedd, sentarse, y fod, ser-estar. Si

La poesía, dijo Columcille (quien fuera el más logrado de los poetas de su tiempo), hacía parte esencial de la vida irlandesa: Irlanda no sería Irlanda sin ellos. No los destierren ni los prohíban, más bien ordenen que amplíen su círculo y que les enseñen a otros lo que saben. Una propuesta irresistible de un irresistible humanista. Mientras convencía a la asamblea allí reunida, mil doscientos bardos alegres irrumpieron en la reunión, cantando alabanzas al santo.

CAHILL, Th. De cómo los irlandeses salvaron la civilización, Vértices de bolsillo. Ensayo, p. 205.

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