REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v....

32
REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 1 0 DE NOVIEMBRE DE 1 8 7 8 . AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción. Entre la multitud de episodios históricos que ilustran yengalanan la historia de España enel siglo xvi, acaso no haya doa más curiosos, im- portantes ypoco conocidos que las expediciones militares de Bernardo de Aldana á Hungría en 1548, y la do Juan del Águila á Bretaña en 1590 (1). Nada dicen los historiadores contem- poráneos dela primera y muy poco de la se- gunda; y en verdad quo bien merecen I09 glo- riosos hechos de tan preclaros capitanes, con- servarse enla memoria de sus conciudadanos; que no por haberse ejecutado lejos de la patria y por un puñado de valientes son menos dignos de estamparse en su historia. ¿Cómo negar que la política exterior, inaugu- rada por Carlos V y continuada por sus suceso- res, que ligaba por una especie de pacto de fa- milia las dos ramas de la Casa de Austria, im- poniéndolas una misma línea de conducta en las grandes cuestiones religiosas y sociales, fue funestísima para España] Pero al mismo tiem po, ¿quién desconocerá su grandeza é impor- tancia? ¡Cuánta sangre española, exclama" un distinguido escritor extranjero, (2) se vertió en los campos de batalla de Alemania! ¡Cuánto oro de América fuó á enriquecer las arcas exhaustas de la corte de Viena! Maravilla la abnegación con que España prodigó sus hom- bres y sus tesoros en reinos extraños, cuando su verdadero interés consistia en replegarse sobre (1) Ocúpase en la actualidad de esta empresa un amigo mió, jefe en uno de los cuerpos facultativos de nuestro ejército, habiendo reunido ya considerable nú- mero de documentos inéditos. (2) Mr. Alfredo Motel» Fatio en au excelente libro, reoien publicado, L' Espagne au XVI' et au XVII ' é ele. Documente historiques et iitterairei. TOMO XU sí misma, constituirse vigorosamente ó emplear sus fuerzas y recursos en empresas como la de África de más utilidad y trascendencia para ella. Mas no puede negarse que el pueblo espa- ñol, enardecido por su espíritu caballeresco, se dejó fácilmente llevar áesta política aventurera, que unida al fanatismo religioso, predujo su deca- dencia y ruina. Este exagerado espíritu, alimenta- do por tantos triunfos, descubrí mientos y conquis- tas, se apoderó de todas las clases de la sociedad, que con ciego frenesí sólo anhelaban abandonar su patria para campear libremente en aparta- das regiones, llenando el mundo con la fama do su increible valor y de sus heroicos hechos. Sin- gular aberración y extraño ideal, que lejos de ser corregido y refrenado por quienes debían atender al engrandecimiento de los intereses nacionales, fuó al contrario fomentado y enar- decido por ellos para mantener intereses de fa- milia ó ambiciones particulares. Mas aun en medio de este desvarío y alucina- ción, cuan grandiosos y admirables se ofrecen á nuestra vista aquellos soldados españoles, infa- tigables en sus trabajos, valerosos hasta la te- meridad, sobrios á maravilla, expléndidos y generosos cual ningunos, amantes siempre del peligr^y los primeros en él, combatiendo y las más de las veces triunfando en Francia y en Italia, en Alemania y en Inglaterra, en los Países-Bajos y en Hungría, en África yen América, en Asia y Oceanía. En su sed de guerra y su ansia de aventuras tanto y tanto- quisieron dilatar aquel imperio, más inmenso que el romano en extensión, que como él se fue desmoronando y de sus ruinas se han for- mado nuevos y florecientes Estados. Si al valor, habilidad y constancia en la guerra hubieran los nuestros sabido unir, como los romanos, cier- to espíritu de tolerancia, sabiduría política y acertada administración, ¡qué incalculables be- neficios no hubiera alcanzado la humanidad, y cuan otras serian hoy nuestra significación é importancia! ¡Severa lección álos pueblos que fundan todo su influjo y porvenir solamente en la supremacía militar! 37

Transcript of REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v....

Page 1: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

REVISTA EUROPEA.NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878 . AÑO v .

Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU

BERNARDO DE ALDANA

Á HUNGRÍA EN 1548.

Introducción.

Entre la multitud de episodios históricos queilustran y engalanan la historia de España en elsiglo xvi, acaso no haya doa más curiosos, im-portantes y poco conocidos que las expedicionesmilitares de Bernardo de Aldana á Hungría en1548, y la do Juan del Águila á Bretaña en1590 (1). Nada dicen los historiadores contem-poráneos de la primera y muy poco de la se-gunda; y en verdad quo bien merecen I09 glo-riosos hechos de tan preclaros capitanes, con-servarse en la memoria de sus conciudadanos;que no por haberse ejecutado lejos de la patriay por un puñado de valientes son menos dignosde estamparse en su historia.

¿Cómo negar que la política exterior, inaugu-rada por Carlos V y continuada por sus suceso-res, que ligaba por una especie de pacto de fa-milia las dos ramas de la Casa de Austria, im-poniéndolas una misma línea de conducta enlas grandes cuestiones religiosas y sociales, fuefunestísima para España] Pero al mismo tiempo, ¿quién desconocerá su grandeza é impor-tancia? ¡Cuánta sangre española, exclama" undistinguido escritor extranjero, (2) se vertió enlos campos de batalla de Alemania! ¡Cuántooro de América fuó á enriquecer las arcasexhaustas de la corte de Viena! Maravilla laabnegación con que España prodigó sus hom-bres y sus tesoros en reinos extraños, cuando suverdadero interés consistia en replegarse sobre

(1) Ocúpase en la actualidad de esta empresa unamigo mió, jefe en uno de los cuerpos facultativos denuestro ejército, habiendo reunido ya considerable nú-mero de documentos inéditos.

(2) Mr. Alfredo Motel» Fatio en au excelente libro,reoien publicado, L' Espagne au XVI' et au XVII' é ele. Documente historiques et iitterairei.

TOMO X U

sí misma, constituirse vigorosamente ó emplearsus fuerzas y recursos en empresas como la deÁfrica de más utilidad y trascendencia paraella. Mas no puede negarse que el pueblo espa-ñol, enardecido por su espíritu caballeresco, sedejó fácilmente llevar áesta política aventurera,que unida al fanatismo religioso, predujo su deca-dencia y ruina. Este exagerado espíritu, alimenta-do por tantos triunfos, descubrí mientos y conquis-tas, se apoderó de todas las clases de la sociedad,que con ciego frenesí sólo anhelaban abandonarsu patria para campear libremente en aparta-das regiones, llenando el mundo con la fama dosu increible valor y de sus heroicos hechos. Sin-gular aberración y extraño ideal, que lejos deser corregido y refrenado por quienes debíanatender al engrandecimiento de los interesesnacionales, fuó al contrario fomentado y enar-decido por ellos para mantener intereses de fa-milia ó ambiciones particulares.

Mas aun en medio de este desvarío y alucina-ción, cuan grandiosos y admirables se ofrecen ánuestra vista aquellos soldados españoles, infa-tigables en sus trabajos, valerosos hasta la te-meridad, sobrios á maravilla, expléndidos ygenerosos cual ningunos, amantes siempre delpeligr^y los primeros en él, combatiendo y lasmás de las veces triunfando en Francia y enItalia, en Alemania y en Inglaterra, en losPaíses-Bajos y en Hungría, en África y enAmérica, en Asia y Oceanía. En su sed deguerra y su ansia de aventuras tanto y tanto-quisieron dilatar aquel imperio, más inmensoque el romano en extensión, que como él sefue desmoronando y de sus ruinas se han for-mado nuevos y florecientes Estados. Si al valor,habilidad y constancia en la guerra hubieranlos nuestros sabido unir, como los romanos, cier-to espíritu de tolerancia, sabiduría política yacertada administración, ¡qué incalculables be-neficios no hubiera alcanzado la humanidad, ycuan otras serian hoy nuestra significación éimportancia! ¡Severa lección álos pueblos quefundan todo su influjo y porvenir solamente enla supremacía militar!

37

Page 2: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

578 REVISTA EUROPEA.—10 DE NOVIEMBRE DE 4878 . N.9 246

Trabajada como fst&ba España por tantas ]guerras, y. amenazada de todos lados por tantosenemigos, nada podían interesarla las rebelionesde algunos caballeros húngaros contra Fernan-do I, rey de Romanos y de Hungría, hermanodel Emperador; pero ante este parentesco, novaciló Carlos V en desprenderse de uno de suamejores tercios y de varios esforzados capitanes,sacrificándolos en aras de su amor fraternal.Portáronse todos, y especialmente su maestrede campo Aldana, como españoles; sometiéron-le los rebeldes, ensancharon sus Estados conplazas y territorios, contuvieron á los turcos, yallá en Transilvania dejaron imperecedera famay renombre. En recompensa de todo esto fueronsiempre mal pagados, pocas veces y tarde so-corridos y pertrechados, otras calumniados porla envidia y egoísmo de los mismo3 señores áquienes defendían, y á la postre el mismo Al-dana postergado á su rival Juan Bautista Gas-taldo, y hasta despojado de sus bienes, encarce-lado y condenado á muerte por sugestiones deéste, á las cuales hubieran accedido los Reyes deHungría y de Bohemia á no ser por los reitera-dos ruegos que en su favor hi cieron la Reina deBohemia, el Emperador, Felipe II y el granDuque de Alba.

Las noticias que acerca del actor principal deesta expedición y del autor de su relación hepodido reunir, se deben todas á mi respetableamigo y maestro el sabio académico D. Pascualde Gayangos, que ha sido el primero y único,que yo sepa, que ha publicado algunos docu-mentos referentes á esta empresa. En el tomo Xdel Memorial histórico español y segundo de lasIlustraciones de la Gasa de Niebla, por AlonsoBarrantes Maldonado, incluyó dicho señor enel Apéndice A un nExtracto de las Memoriasnde aquel autor, formado en el siglo x v m porD. Fabián Antonio de la Cabrera y Barrantes,en el cual se hallan no sólo algunas noticiasbiográficas de Bernardo de Aldana, sino t am-bién seis cartas suyas dirigidas á su tio PedroBarrantes, tres de ellas referentes á esta expe-dición y una muy extensa de su hermano mayorf'rey Juan Villela de Aldana, fraile del conven-to de Alcántara, que acompañó á Bernardo enHungría. En esto manuscrito, de la propiedaddel Sr. G-ayangos, consta que Bernardo de Al -dana fue hijo de Francisco Villela y de Maríade Oviedo, naturales de Alcántara. Esta fue

hija de Antón Pérez de Sanabfa y de TeresaLorenzo Villela, hermana de Mariana Villelade Sanabria, madre de Pedro Barrantes Maldo-nado. Estaba además Aldana emparentado conPedro de Alcántara, canonizado por la Iglesia.

Las primeras noticias que de él se tienen lepresentan ya como capitán de infantería en Ita-lia en el año 1539 (1), donde ya le distinguíamucho el Marqués del Gasto.

En 1546 se le vé figurar en Alemania co-mo capitán de arcabuceros á caballo, peleandocontra el Duque de Sajonia y el Lanzgrave deHesse. Según él mismo escribe á su tio (2), de-clarada la guerra á I03 rebeldes del Imperio porel Emperador, le envió al reino de Ñapóles ádar prisa á la gente de guerra, que no la habia,para que fuese, y á conducir una compañía dearcabuceros á caballo para él. Todo lo cual sehizo como S. M. deseaba. nAsimkmo, añade,S. M. se contentó que yo la sirviese á mi con-tento, porque me le quexé muy ásperamente,cuando me mandó servir en esta guerra, de loque conmigo habia usado en la pasada. El mepaga 140 arcabuceros: los 105 á seis escudos ylos otros á cuatro: de mi persona me paga 70escudos y para un teniente 25, y para los cabosde escuadra me paga 60 escudos: muertos ten-ga los que yo quisiere. Mi teniente he hecho áFrancisco de Aldana, porque aunque es mance-bo, quiero antes tomar trabajo de hacerlo hom-bre de bien, que corresponda al nombre, querescibir servicio de otro estraño. El Duque deAlba me hace toda merced y ha querido quemi compañía y mi persona ande con el señorD. Antonio de Toledo y su cuñado, para ser-virle y advertirle en las cosas de la guerra... yyo me tendría por muy contento que me deja-sen reposar cuando con el Sr. D . Antonio notengo quo hacer, pero el Duque ó sea por mos-trarse más mi señor ó porque le acierto á servirmás'que á su sabor, puedo jurar que desde eldia que S. M. juntó su ejército y comenzó águerrear á su enemigo no he reposado tres no-ches en tres meses, porque de los dias bien se-guro ostoy que no será ninguno, en tanto queesta guerra no se acabe. Así la primera vez queS. M. quiso saber y tener lengua de sus ene-

(1) Memorial hist- Tomo X. Carta de Aldana áBarrantes Maldonado, fechada en Milán á 19 Abril1339.

(2) Ibúl. G*rta faenada en 26 Ootubre 1SÍS .

Page 3: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

N.° 246 A. RODRÍGUEZ VILLA.—EXPEDICIÓN DE BERNARDO DE ALDANA.

migos, me mandó á mí que fuese por ella, yDios me quiso tan bien que los encontró cami-nando por un bosque, donde apeados mis arca-buceros, tenían poco miedo á todo su ejército;después muertos.algunos dellos tomé siete pri-sioneros, los cuales llevé á S. M. Después quellegamos álngolstad, donde S. M. llegó á vistadel campo de sus enemigos, al Sr. D. Antoniose le antojó con mi compañía sola llegar á re-conocer su ejército. Yo me protestó contra él,como hombre que sabia mejor en qué caianestas cuentas, pero él ó ganoso de pelear óque no me diese crédito, todavía quiso llegar.Cargaron tres escuadrones de gente de armas yparte de arcabuceros sobre nosotros, y nos pusie-ron en grande estrecho, y yo me vi en hartanecesidad por socorrer al señor D. Antonio, yél se vio en harta por socorrerme á mí; y esto lohizo de tan buen caballero y tan arriscado comosi yo fuera el Sr. D. Enrique de Toledo, su her-mano, y él fuera el más pobre soldado del cam-po. A mí me mataron dos soldados y me pren-dieron cuatro, y á ellos les matamos y herimossesenta hombres de armas. Su Majestad por notenérnoslo en servicio dio en reprender nuestroatrevimiento... Nuestro ejército está sano, Diosloado, y S. M. y todos los príncipes: así mesmoyo, gracias á nuestro Señor, estoy tan bueno conel demasiado trabajo que paresce que me lo handado por medicina. Bien pensé este invierno irallá (á España) á tiempo; pero hasta que S. M.se expida desta guerra, ni á mí me darán licen-cia ni será justo que yo la pida. Placerá á Diosque en el fin della S. M; me la dará con algúnmás descanso que en el fin de las pasadas he te-nido. Todas fistas nuevas he escrito á v. md.á fuerza de brazos, porquera sabs cuan po-cas y de cuan mala gana le suelo escribir. n

En otra carta de 29 de Mayo de 1550 desdeViena, le escribia entre otras cosas lo siguien-te: "Con el repertorio de las damas que v. md.me envió, la recebí muy señalada; y si no fuerapor lo que toca á la fé, deseárame ver rey] moroparacasarme con todasjuntas, pero si Dios fuereservido, él lo guiará; y porque en tal caso estoyirresoluto, no aviso á v. md.^particularidad al-guna; pero yo pienso ir á Augusta con el ayudado Dios, cuando estén juntos el Emperador nues-tro señor, y el serenísimo Rey de Romanos, yconforme á lo que allí determinaren de mí aque-llos príncipes, podré avisar á v. md. más parti-

cularmente. Y mire v. md., si cuando hablarede maravedises,^ no iguale á ningún hombre deguerra, por señalados servicios que haya hecho,con el más ruin escribano que hay en todas lascurias reales y imperiales, porque se terna pormuy afrentado... En lo que toca al Comentarioque escribió el señor comendador mayor de Al-cántara (D. Luis de Avila y Zúñiga), no se es-pante v. md. que tan alto coronista pase entrerenglones las cosas de un capitán tan particu-lar; y para decir verdad, yo me contentara conque no hiciera mención do mí en corónica, puea

que juntamente con la memoria que de mí séhizo en ella, se callaron otras cosa» de más im-portancia, especialmente lo que me sucedió enel puente de Torga, cuando me lo mandó defen-der el dia de la batalla del Duque de Saxonia,y en verdad puedo á v. md. decir fue un trancebien peligroso y de harto trabajo, y en que con-sistió gran parte de la victoria. Yo he venidoaquí á Viena pensando que el Rey se partiera ála fin deste para Augusta, por donde se dilatala partida; y por esto yo me vuelvo á Papa, quees una tierra donde está alojada la infantería ácinco y á seis y siete leguas de las tierras de loaturcos, con los cuales tenemos treguas, que si nose rompen aun duran desde Setiembre á un año;pero con toda la tregua á hurta-cordel nos hace-mos toda mala vecindad. Todo el reino de Hun-gría está quieto y no hay hombre que se osemostrar tirano ni rebelde, como han tenido encostumbre.M

Más interesante á nuestro propósito es la car-ta quéftAldana escribió á Barrantes Maldonado,su tio, desde Hungría, la cual, aunque sin fe-cha, parece estar escrita durante los últimosmeses del año 1550. De ella tomamos los pár-rafos siguientes: »A juicio y con razón me de-sea v. md. todo buen suceso, pues que ningunoposeerá en valor ypoder tañen servicio de v. md.como yo; y en lo primero que me manda v. md.por su carta, que no me canse en escribirtodas las veces que el tiempo me diere ln-gar, lo haré yo de muy entera voluntad, comosoy obligado. Es bien verdad que há seis mese»que no puedo decir he tenido tres horas arreode descanso, desde la víspera de Nuestra Seño-ra de Marzo hasta la víspera de Nuestra Seño-ra de Agosto; porque en vísperas de una fiestacomencé á romper una guerra con unos rebel-des, y en víspera de otra, ¡ella sea bendita! s©

Page 4: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

580 KEVÍSTJL irÜRÓI'ÉA.—10 tí® NOVIEMBRE DE 1878. 246

feneció tocio, sin quedar ninguno de ellos enpié, habiendo cortado el dia antea lá cabeza alBongui-Matías, que era la cabeza de esta ar-mada, y á otros dos hermanos suyos, con otrosoclio de sus capitanes. Y no refiero á v. md. laguerra, porque he enviado á mi hermano empresapor empresa, todas las copias de las cartas que heescrito al emperador (1)... Lo que v. md. mandaque le escriba de Hungría, por no tomar tantotrabajo y por decir verdad, no sé si lo sabré ha-cer; procuraré haber de los hombres curiosos depor acá un itinerario y enviallo á v. md., y tam-bién, como estemos un poco más de asiento, sa-caré el compendio de las cosas de Alemania,porque entre mis papeles se podrá hallar el dis-curso de lasprincipales guerras en que yo me hehallado con S. M., de las cuales puedo decir quehe quedado más cansado que rico, y tanto que,sin la muerte del pobre Francisco Aldana, creoyo que estuviera ya con lo poco ó mucho queDios me ha dado en esa patria, y gozándolo'convuestras mercedes, porque yo le tenia ya toma-do el ante (2) con el Emperador y con el Duque,de antes que muriese Alonso Rivas (que sea engloria), ni yo estuviese atado para ir con micompañía y rescebir al Príncipe, nuestro señor,se la pensaba renunciar, y iba muy conortadocon parecerme que ya quedaba quien sustentasenuestra memoria, y quien abrigase y recogieselos descarriados que de los nuestros suelen acu-dir por acá. Dios le llevó para sí, y yo quedéembarazado en mis propios pensamientos. Suce-de que me mandó el Emperador apercebir ¡parair á Genova á esperar al Príncipe, nuestro señor.En tanto que se llegaba el tiempo de partir, llé-game una posta para que vaya luego á una ciu-dad que se llama Vaala, y tomase de poder delmaestre de campo á el Lanzgrave y lo traxese áCanastat, otra ciudad del estado de Viertem-berg, donde yo tenia mi alojamiento, y que allíesperase con él, porque el Emperador, nuestroseñor, pasaria por allí dentro de dos dias é iba áSpira, y lo queria llevar con su corte. Viniendocon él por el camino, me llega otra posta que,dejando recado en el Lanzgrave, me parta luego

(1) 'Refiere A continuación la historia sumaria deeste Bongui-Matías, que no trascribo por encontrarsemás extensamente narrada en el texto de este libro.

(2) Lo mismo que "la delantera.n Nota del señorGayangos.

para Eetelings y tome el terció de Ñapóles queestaba á cargo del maestre de campo AlonsoEivas (difunto), y Con otra compañía que meajuritaban del tercio de D. Alvaro, caminase Vavuelta de Hungría con toda diligencia, porqueestos rebeldes se extendían malamente y comen -zabaná tomarpláticaconlosturcos. Yo fui luegola vuelta de Annaberte, y allí me embarqué enel Danubio con toda la gente. Hasta la horade agora me ha sucedido lo que v. md. ha visto ypodrá ver siempre por las letras que arriba digo.

Agora me quedan dos empresas, que con olayuda de Dios pienso acabarlas; y si no pudiesecon mucho será con poco, y aconortarme he conlo que Dios fuere servido: la una es acomodareste mancebo, deudo y servidor de v. md., lomejor que yo pueda, porque aunque tiene pocaedad, tiene disposición y manera para si le em-plean. Ansí mesmo estoy esperando de Cada diaun fijo de mi hermano de los menores para asen-tallo con uno destos príncipes, y há dias que selo he escrito y aun enviado recado para que loenvíe, porque no me ponga excusa de lo quemuchas veces suele faltar. Creo que la distanciadel camino lo hace tardar. Fecho esto, con elayuda de Dios atenderé á dar orden á mi parti-da; porque aunque el hombre va encaminado enuna manera de subir mas y tener más, si noataja el hilo á la ambición, fuerza será, despuésde más tener, ir á parar con ello á donde otrosmuchos, de quien podemos tomar ejemplo, puesque no hay cosa que más cierta sea en acabarseque la vida, y máxime á los que irnos por laposta como los que andamos en este arte.Tam-bién quiero decirle, para cumplir con lo quedebo, dar cuenta á v. md. de la miseria con queme hallo para me poder conducir en esa patria;pero eso ha de ser capítulo para entre los dossolamente, porque le prometo á v. md. que conmi hermano Gaspar de Mercado nunca me hédeclarado del todo. Yo creo que al llegar estaestarán allá ya en poder de nuestros deudos2.500 ducados y más, sin 200 que mandé dar ánuestra prima, Ir ja de Catalina de Aldana.Otros 2.000 tengo yo aquí conmigo en dineros yjoyas d<s oro y plata, y estos tengo mucha nece-sidad de tenellos cerca de mí, por lo que con-viene á mi cargo, porque muchas veces tárdanselas pagas, es menester socorrer á los soldados yotras muchas necesidades que se ofrecen, á quelos príncipes del pié á la mano no pueden rocor-

Page 5: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

N.» 246 A. RODBÍGUEZ VILiA. EXPEDICIÓN DE BJBBNARDO DE ALDANA.

rer; proveerlas há el hombre con sus dineros, yno pierde nada, antes aumenta su reputación.Esto es lo que hay en dineros contantes: otros300 ducados tengo de aforros de martas y loboscervales; tengo más de 800 ducados en bestias,caballos y hacaneas. Esto digo para echarlos enla calle cuando determinase de partirme, quepara seguir una guerra más valen de 1.500 i Deotras cosas que han costado muchos dineros, quehombre trae para su servicio, no se hace cuen-ta, porque siempre que se 'haga mudamiento- esmenester que el hombre las dé y las distribuyaentre otros amigos. Otros 700 ducados me debeel castellano, mi hermano, que le presté, mastampoco hago cuenta de ellos, porque si él nome los dá, yo no se los tengo de pedir ni empla-zallo por ello, no embargante que está en empe-ño por ellos un engarce de los suyos. La rentaque tengo ya creo que v, md. la sabe, que son10.000 maravedís de la provisión de Sedella, loscuales ando trabajando que se sitúen en algunaparte hacia la patria, donde se puedan cobrarsin pesadumbre; y esto con el ayuda de Diospienso concluir este invierno. Ansí mesmo todoel mundo tiene confianza quel Rey me ayudaráde manera con el Emperador que me haga algu-na merced con que más me paeda ayudar, ó ve-ramente que él me hará alguna merced de dine-ros, y máxime que él so confiesa deudor mió de500 ducados, los cuales me habian fecho de tallados caballeras prisioneros míos, que S. M. memandó que le diese... Cierto, yo estoy muy de-terminado, con el ayuda de Dios, ¿reducirmepara la patria con poco ó con mucho, y no lodilatar el año venidero por entrar con el jubi-leo... También quiero dar á su merced cuentade lo que monta mi partido, que son 136 escu-dos al mes; pero de buena gana tomaría los 36en Alcántara y dejaría los 100 en el ejército áquien los quisiese, porque siete caballos de per-sona y cuatro hacaneas y dos acémilas se llevanlo más del sueldo, ti

Cuando después de cien gloriosos hechos dearmas y de muchos más sufrimientos y penali-dades pudo al fin salir de Hungría á principiosdel año 1556 se dirigió á Flandes, donde elEmperador y su hijo Don Felipe le recibierongraciosísimamente y le nombraron capitán ge-neral do la artillería del Piamonte y Lombar-día, cuyo cargo fue con urgencia á servir, lle-vando yarios despachos) paT» el Duque de Alba,

quo á la sazón se aprestaba á hacer la, guerra á.Paulo IV, siendo muy bien recibido pojF aquelegregio caudillo, por la mucha afición que sjem¡-pre le mostró. Desde Juliano va escribió á aa tío:»Lo que v. md. me escribe de la ida de Españ»,juro en todo verdad que nadie la desea más, qu#yo;pero quiso mi fortuna que cuandome libré detantos trabajos con la gracia de Dios, he haU&fdo al Duqae (do Alba) en otro» muQhps, y npdeben ser pocos, pues hace mucha alhaja em su*servicio de una hormiga como yo» al ,cq.al yo nopuedo faltar á pena de ser ingrato á las muchasmercedes que de S. E. he rescebido y cada djarescibo, que es un pecado, en que yo np querríacaer por ningún contentamiento. Yo suplico áDios continuamente me enderece esta ida á Es-paña, de manera que yo pueda consolar á mimadre y servir á v. md.... En lo que v. md. me,avisa de lo que de acá se escrivió sobre la rela-ción de frey Juan, lo que sucedió en Transilya-nia, creo lo escribiría mi hermano Villela, porq&eyo dospues que con el favor del Rey de Bohemia,Juan Bautista (Gastaldo) me tomó mis papeles,he quedado amohinado para no escribir má»sino fuere en carta-misiva á algún servidor, yamigo mió: á mi hermano envió á Padua el car-pítulo de la carta de v. md. y él responderá,!!

Después de escritas estas cartas,—dice enuna nota de sus Memorias el Sr. Barrantes Mal-donado,—siendo ^Aldana capitán de artilleríadel reino de Ñapóles, casó en la ciudad de estemismo nombre con Doña Beatriz do Tovar, hijadel comendador Francisco de Tovar, la cuaj te-nia 3<|b escudos de renta de patrimonio., Y sien-do recién casado, mandó el rey Don Felipe í í irsu armada de España, Italia y Ñapóles á ganarlos Gelves en África, y fue allá Bernardo Ville-la de Aldana con la compañía de su cargOj yganaron los Gelves y hicieron un fuerte; y es-tando en esto vino la armada del turco y pejeócon la de España y perdióse mucha gente dellay cautivaron al maestre de campo D. Alvaro deSande y lleváronle cautivo á Constantinopla ydespués se rescató; y cautivaron á un hijo delDuque de Medinaccli, visorey de Sicilia, quemandaba la armada, muchacho, y allá se lo ma-taron en Constantinopla; y"cautivaronáeBtemideudo Bernardo Villela de Aldana, maestre decampo y capitán de la artillería de Ñápales;muy herido y metido en la galera de los tur.cos,hizo en ella cautivo su testamento y. allí mur|ó,

Page 6: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

582 REVISTA EUROPEA.—10 DE NOVIEMBRE DE 4878. N.° 246

confesándose con un obispo que también cauti-varon con él; y con su muerte se acabó el hiloqfle llevaba de tener principal casa (1). Con sumuerte se perdieron no solamente los gajes delrey, que eran grandes, y el casamiento de la mu-jer, que era bueno, mas aún la tenencia de Se-della, en el reino de Granada, que rentaba100.000 mrs. (2) y una Casa suya que habia sidode sus padres en la Cañada, cerca de San Beni-to, donde por su mandado se habían gastado3.000 ducados en las traseras de casa, quedandolas delanteras por hacer, y una torre que sehabia de hacer en una esquina, porque la muer-te todo lo arruina.

Esto es cuanto he podido averiguar acercadel protagonista de esta famosa expedición áHungría. En cuanto al autor de la relación,tengo casi la evidencia de ser su hermano ma-yor frey Juan Villela de Aldana, fraile del con-vento de Alcántara, ó clérigo de la Orden deAlcántara según él mismo se llama en ella, elcual después que su hermano Bernardo murió,se recogió al convento de Alcántara y era arci-preste de la villa de Valencia de Alcántara,cuando Barrantes escribía sus Memorias. Fun-dóme para ello en que Juan acompañó á Ber-nardo durante la mayor parte del tiempo queestuvo en Hungría, según se deduce de la cartaque aquél escribió á Pedro Barrantes Maldonado,dándole cuenta de algunos hefihos de su herma-no en aquel reino, carta publicada también enel Memorial histórico, tomo X; en que el estilode ella y aun frases enteras concuerdan con larelación que ahor.i se dá á luz; y finalmente enlos siguientes textos de la mencionada carta yalgunos otros de las de su hermano que inducená creerlo asi. Dice frey Juan Villela al princi-pio de su carta á Barrantes: upara satisfacer enalgo á la petición de v. md: y á su deseo, envióeata breve relación de las cosas por estas partesacaescidas, en suma, y no tan cumplidamente

(!) Murió sin hijos varones, dejando p»r herederode »u hacienda, que era cuantiosa, al capitán Franciscode Aldana, maestre de campó del rey de Portugal DonSebastian, en la desastrosa jomada de África, dondeasimismo feneoió ¿1 también, á quien sus poesías publi-cadas en Milán (1588) por su hermano Cosme, valieronel dictado de Divino.

(2) 10.000 según una de las caites del mismo Alda-na, antes inserta.

como algún dia, si place á Nuestro Señor, loharé con mi persona, recogiendo de algunos carta-pacios y papeles lo que he entendido y visto; y loque dixere será sin otra composición más de loque los oidos han oido de las personas más fide-dignas y los ojos han visto.u Y al finalizarla,añade: nNo sé si habré satisfecho á v. md. enalgo á su petición: bien creo que habrá por allámuchas letras de donde se podrá todo esto bienentender, pero creo no será tan á gusto. Hol-gárame yo se leyese esto entre v. md. y nues-tros deudos, que dello recibirán placer, porquelos demás no nos tachasen de arrogantes, aun-que sí de viciosos, pues e3 la verdad lo que aquídigo. Es así que no va tan particularizada la re-lación como yo la he recopilado en algunos carta-pacios mios, donde con mi poca elocuencia puse todolo que el Maestre de campo ha hecho después que enestas partes vino, para que tengan en qué pasartiempo nuestros sucesores, lo cual v. md. podráver algún dia, Dios queriendo, ii

No puede ser más clara y manifiesta la refe-rencia á la relación que ahora se publica, dondefrey Juan Villela recopila con buen estilo, ri-queza de detalles y con toda la verdad y frescu-ra de colorido propias de un testigo de vista,todos los hechos principales de esta memorableexpedición, desde su principio hasta la salida deHungría de su hermano Bernardo.

He abreviado de la relación original tan sóloaquellos pasages que en nada alteran el espíritudéla expedición, en los que el autor se entre-tiene en describir minuciosamente, baluarte porbaluarte, las defensas y fortificaciones de algu-nos castillos y plazas, las largas y complicadasmaniobras y la narración de algunos incidentesque únicamente interesan á la historia de aquelpaís: todo esto con el deseo de aliviar á la ma-yoría dé los lectores de enojosos y difusos de-talles, que fatigan la atención y embarazan laacción principal, y para evitar episodios ágenosal esforzado personaje, cuya memoria lie queri-do principalmente refrescar y esclarecer.

Réstame, por último, hacer constar que elmanuscrito que me ha servido para esta publi-cación es el existente en la Biblioteca del RealMonasterio del Escorial^ al folio 177 de un tomode Papeles varios, cuya signatura es ij—v—3.Su letra corresponde al siglo XVI, y presentatodos los caracteres de ser el original del mismofrey Juan Villela por los tachones, enmiendas,

Page 7: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

N.# 246 C . GlDEL.—^ESTUDIO SOBBE LA GKBCIA.

acotaciones y otras señales que en él se ad-vierten .

ANTONIO RODRÍGUEZ V I L L A .

fContinuará. J

ESTUDIO SOBRE LA GRECIADE LA EDAD MEDIA.

ATENAS Á FINES DEL SIGLO XII.

Siempre estaremos agradecidos á los hombresde erudición que por afortunadas investigacio-nes nos legan algunos monumentos del gloriosopasado de Atenas; pero no debemos negar nues-tro aprecio á los quo siguen en la Edad Medialos destinos de aquella ciudad.

Una inscripción que se remonte á las anti-guas edades de Grecia no nos será nunca indi-ferente; pero tampoco debemos dejar de dedi-car una atenta mirada á las trasformacipnes deaquel país desde la invasión, de loa bárbaros.

iNo tiene revelaciones que hacernos esa his-toria por tanto tiempo desdeñada?

íNo es un estudio digno de nuestros esfuerzosel de tratar de saber qué ha sido en la serie delos tiempos de aquella ciudad célebre cuyo nom-bro inspira respeto todavía?

A eata clase de descubrimientos se consa-gran hoy muchos griegos sabios y entusiastasde su país. Y no temen descubrir un pasado quesus ascendientes hubieran querido hacer des-aparecer para siempre. Hojean los manuscritos,consultan la poesía popular, y el resultado desus trabajos estimula á emprender otros. Ya notienen siempre en la boca los nombres célebresde sus abuelos, ni temen contemplar frente áfrente la humildad de un pasado sin gloria. Ha-cen bien: el orgullo se alimenta de la ilustracióndel pasado; el recuerdo de una gran miseriainstruye y reanima. Enseña á los desgraciados.que no se debe nunca desesperar del porvenirque las ciudades y las naciones tienen que pa-sar por algunas pruebas; que con decisión, in-dustria y perseverancia, se consigue hasta vol-ver de las mismas puertasdel infierno, como de-cian lo»antiguos.

Tal ha sido, poco más ó menos, la suerte deAtenas. i. Hasta el año 529 después de Jesucristo, con-

aereó «pella ciudad algunos rasgos de su anti-

gua celebridad. Multitud de escolares la elegíanpor centro de sus estudios. En ©1 tiempo deLibanius, de Gregorio, de Basilio el Grande, seiba allí á beber en la fuente del saber. • • •

En Constantinopla imperaba hasta cierto pun-to un rigor de doctrina que contrastaba coa lalibertad de que Atenas conservaba la tradición.Era una especie de asilo abierto á la indepemdea-;ia del pensamiento; la filosofía pagana teñía,111 escuelas y maestros; y fue preciso nada, mé' «

nos que un edicto imperial de Justiniaao par»cerrar las unas y dispersar á los otros. Chosroesrecogió los últimos discípulos de Aristóteles yPlatón. • > •

Esta época fuó decisiva para Atenas, Había,ya sufrido graves descalabros;, habia sido toma-da dos veces por los Hérulos. y por Alarico,pero habia sobrevivido. Al quitarle la filosofía,se la redujo, según la expresión de Ginesiua; áno ser más que una víctima de la que solo (pedjila piel. '•

Los historiadores bizantinos no nos dicenmás de aquella ciudad ilustre en otro tiempo,sino que el Pireo servia aun de asilo y de an-rclage á las flotas de Constantinopla, que 'habíamonges que comían más que elefantes, que deallí salían jóvenes dignas de emperadores, queeran muy buscado%los vestidos y el calzado, qu,ea lí se fabricaba, y que la miel era allí un pro-ducto muy estimado. _ ..••••..;

Es bastante verosímil que los sarracenos; porel siglo X, la insultasen en sus correrías, así co-mo los normandos en tiempos de Roger I, rey deSicilia, hacia el año 114 6 ó 1147. Otón de Fris-singue refiere formalmente que Atenas fue to-mada por los normandos; es el único que hacemención de tal suceso. El silencio de los histo-riadores bizantinos no autoriza á rechazar porcompleto el testimonio del analista, alemán:nada hay seguramente más conforme con lascostumbres de aquellos aventureros del Norte,que por todas partes buscaban algo quo ganar.

Tal era la situación de Atenas, cuando á finesdel siglo xil le envió Constantinppla, en calidadde metropolitano, á Miguel Akomin&t, hermanodel historiador Nicetas. ,....-,.

A los escritos de Akominat debemos el Ji V6?conservado algunos detalles referentesi á ¿quelpeí iodo de la vida de Atenas. - ^ ,

Discípulo de Eustato, Miguel Akominat ha-bia adquirido con las lecciones de BU maestro,

Page 8: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

584 BEVÍSTA EimOPEA.,-T-lQ WS NOVIEMBRE DE 1878. N.° 246

una ciencia profunda y una gran veneración dela antigüedad. Vivió en familiaridad coa todoslos sabios de su época. Su mayor pesar era elde ver que los italianos se llevaban navios car-gados de libros. Lo» Padres de la Iglesia y losantiguos escritores profanos ocupaban toda suatención. En el año 1182, próximamente, fuecuando ejerció sus funciones en Atenas.

Bajo el punto de vista civil, se hallaba Ate-nas, desde Constantino Porfirogeneto, goberna-da por pretores ó generales, que asumían el po-der político y militar, y de quienes dependíanlos jueces encargados de hacer justicia. Y en elconcepto religioso, era metrópoli á la que esta-ban subordinados los obispos de Euripo, Diau-leo, Koroneo, Andros, Oreos, Scyros, Karystos,Portamos, Anión, Siros y Sériphos.

Veamos ahora cuál era su situación econó-mica. El suelo no ofrecía mayor fertilidad quela que. había tenido en los antiguos tiempos, nique la que tiene hoy; era, por regla general, unterreno arenoso, poco á propósito para la pro-ducción de los frutos y de la alimentación delganado. Un aolo árbol prosperaba en él: el oli-vo. M. Lenormant asegura que dos de estosárboles, cortados en la vía sagrada de Eleusis,han sido reconocidos como de 652 y de 530 años,respectivamente.

Nada nos atestigua que se hiciera una regu-lar esportacion de aceite para el comertio; perose vé que era costumbre enviar algunos barrilesá los amigos.

El vino de Atenas se distinguía entonces,como ahora, por un fuerte olor de pez y de re-sina. "Cualquiera pensaría, dice Miguel Ako-mínat, que se extraía de las ramas del pino. u

No se cultivaban más que un pequeño núme-ro de artes mecánicas. Sabemos, sin embargo,que habia quien se dedicaba á la fabricación deljabotí y á la de tejidos. Fuera de esto, nada.Akominat tuvo que pedir al obispo Gardikiosque le enviase carreteros. "No tenemos, le de-cia, ni fundidor ni cerrajero; nadie trabaja elbronce, nadie construye espadas.n

A pesar de esto, no se hallaba la ciudad des-provista de comercio, á juzgar por los conveniosy tratados hechos por los venecianos, en tiempode Manuel en 11'48, renovados en 1187, bajoel gobierno de Isaac Ángel, con' el Dux OrioMastropéro, concluidos con Ángel III y Enri-que Dándolo el año 1199.

La mayor desgracia de Atenas consistía enestar privada de la industria que enriquecía álas florecientes ciudades de Corinto, Thebes yPatras: la fabricación de telas de seda. Una ins-cripción citada por Koumanoudis y Bayet re-vela que en los tiempos más remotos hubo allíobreros en seda; pero en la época de Akominatno se conocían. Y la prueba está en que el ju-dío Benjamín de Tudela, que visitó la Grecia ámediados del siglo XII, cita las colonias de obre-ros judíos empleados en Thebes en la fabricacióndéla seda, sin decir una palabra de Atenas. Aca-so Eoger habia trasladado á Sicilia los obrerosque encontrara en Atenas. En todo caso, lo ciertoes qae por el tiempo de Akominat no habia enAtenas ningún artesano de esa clase, puesto quenos dice que las telas con que se visten los gran-des de la corte, en Constantinopla, son tejidasen Thebes y en Corinto.

La única industria á que allí se debían al-gunos beneficios, era el flete y equipo de losbarcos de Karysto y de Chaléis, empleados enpescar las conchas que daban el bello color depúrpura.

Akominat, que iba de Constantinopla, donderemaban la opulencia y las delicias de la vida,encontró á Atenas más pobre y triste todavía.

La avaricia de los gobernantes, las exaccio-nes de los perceptores de impuestos, explicaríanpor sí solas tan lamentable estado. Pero hayque agregarles la toma reciente de Atenas porRoger.

De cualquier modo, el cuadro que pinta elmetropolitano es el de una profunda miseria.Las murallas destruidas, las casas arruinadas, ylos solares destinados al cultivo.

Los recuerdos literarios de Akominat se des-piertan para describir el más sorprendente contraste entre la situación de aquella ciudad enel tiempo pasado y su suerte en el presente. nEnvano, dice, buscaríais allí los. famosos paseosdel Liceo. Aquello no es más que un desierto,el despojo de una gran ciudad cuyo '-nombreúnicamente merece respeto. Ese nombre hu-biera desaparecido de la memoria de los hom-bres, si las obras de la naturaleza, el Acrópolo,el Areópago, el Himeto, el Pireor no hubiesentriunfado de la destrucción de los siglos¿:" :

El Partenon, sin embargo, subsistía.aán» elcristianismo lo había salvado santificándolo. Eltemplo de Minerva se-.había convertida en la

Page 9: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

N.°246 C. GIDEL.—-ESTUDIO SOBRE liA GRECIA. 885

iglesia de la Virgen. El culto do la madre deDios atraía á los peregrinos y viajeros.

Akominat se hubiera consolado de ver á Ate-nas tan lejos de su antigua magnificencia, si lavirtud y el saber brillasen aun como en los pa-sados tiempos. Poco le hubiera importado quese le mostrase el Pórtico, el Paseo (iitpiVaros,)el Acrópolo, el Pireo, la Linterna de Diógo-nes; lo que [llenaba su espíritu de santo entu-siasmo era hablar menos respecto al Acrópolo,que en el santuario de la madre do Dios.

De sentir es que no supiese olvidar las tra-diciones de la escuela, y que no hubiera echadoen torno suyo una mirada menos desdeñosa pa-ra loa pobres griegos, á quienes estaba encarga-do de instruir.

Akominat exageró, sin duda, el estado debarbarie de Atenas. Ciertas tradiciones nos lohacen creer así.

La papisa Juana pasaba por haber estudiadoen una escuela de Atenas, donde también sedice que habia adquirido su ciencia Gilíes deParís, ilustre médico del siglo xil, que florecíaen 1198.

En la misma ciudad se alababa de haber sidoinstruido Basingestokes, que fue, según parece,el que llevó de Grecia á Inglaterra las cifrasárabes y tradujo al latín algunas obras griegassobre la gramática.

Mathieu París afirma que Basingestokes tuvopor guía en sus estudios á Constantina, la hijadel arzobispo de Atenas. Esta joven se distin-guía por su variada y profunda ciencia; prede-cía las pestes, las tempestades, los eclipses desol y los temblores de tierra. Basingestokes, áfuer de discípulo agradecido, confesaba que,aunque habia estudiado en París, debía á aque-lla joven de Atenas los más preciosos'conoci-mientos que constituían su gloria.

Los demás datos que suministra Akominatse refieren todos á la desdichada situación deAtenas,, En sus escritos "puede verse lo que eraentonces la administración de una provincia, áqué sufrimientos se hallaban reducidos sus in-felices habitantes. Los eambios de administra-dores ó de emperadores no les proporcionabangeneralmente más que una vana esperanza deconsuelo.

Ua detalle curioso de las costumbres de aqueltiempo es el de que los habitantes de Atenas sehacían reprender del arzobispo por la ligereza

de su conducta y la frivolidad de sus hábitos.Akominat les acusa de emplear el tiempo de

las oraciones en conversaciones inoportunas ysupérfluas. "Vuestros pies,—les dice,—gravansobre el pavimento de las iglesias, pero vues-tros espíritus se extravian en pensamientos in*útiles, que tienen por objeto los cuidados de lavida, ii

Siendo aquel un país con frecuencia desoladopor el hambre y la penuria, habia, sin embargo,numerosos monasterios, situados todos en los1

lugares más agradables y floridos. Akominathace una buena pintura de tales conventos. Vi-vir en uno de ellos era entonces un medio segu-ro de ponerse á cubierto de la miseria, del ham-bre, de los pretores y de I03 piratas.

Akominat se hallaba muy lejos de llevar lavida tranquila de loi huéspedes de aquellosasilos. Mezclado en todos los sucesos políticos,encargado de la administración de una diócesisdifícil, obligado á intervenir cerca del poder enfavor de su rebaño, mostró un valor militaJmuy atrevido y muy loable en una circunstan-cia de las más críticas. ,:

Atacada Atenas por León Sgouros, (1203 ó1204) uno de aquellos gobernadores que trata-ban de hacerse independientes de la autoridadde los emperadores, no tuvo más enérgico de*-fensor que su arzobispo, á cuyas acertadas dis-posiciones se debió la retirada del agresor.

Nicetas Choniates nos ha referido este sucesoque el modesto silencio de Akominat nos hu-biera hstcho ignorar siempre.

Menos osado fuó en 1205, cuando los france-ses, bajo la dirección del marqués de Montferrat,fueron á sitiar á Atenas. No intentó oponerinútil resistencia y tuvo el sentimiento de vertriunfar la expedición de los latinos. A] apode-rarse de la ciudad fue saqueada la iglesia de laVirgen y vendida la biblioteca del metropolita-no, dispersándose los libros que tantos esfuerzashabia costado á éste reunir.

Forzado á dejar una diócesis que había admi-nistrado por espacio de veinticinco año», se re-fugió en su plaza de obispo del rito latino. Sepresume que murió en 1220. Tal fue el hombreá quien debemos los precedentes detalles: sobreel estado de Atenas á fines del siglo Xil y prin-cipios del XIH. Su nombre no era desconocidode los sabios, y algunos de sus escritos han ocu-pado á la erudición desde 1661 hasta nuestros

Page 10: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

586 REVISTA EUROPEA.—40 DÉ NOVIEMBRE DE 4 8 7 8 . N.° 246

diaa. Allatins (1661), Gombefis (1662), el italia- ino Bandini (1767), Montfaucon, Oudin, Cave,Labbe, Fabricius, Boissonade (1833), Tafel(1839), Ellissen (1846), han hablado con más ómenos extensión de las obras de Akominat ypublicaron algunas de ellas.

*M. Spyridon Lambros aumenta estas nocio-nes con el descubrimiento que recientemente hahecho en Viena de escritos ignorados hasta hoy.Recorriendo estos trabajos, ha ilustrado M. Lam-bros la historia de Atenas durante un períodoque permanecía muy oscuro, Se le puede feli-citar por la suerte que ha tenido en tropezarcon documentos inéditos, y por haber hechouso de ellos según los principios que sigue hoypor todas partes la escuela histórica renovadapor la erudición det siglo xix.

En un discurso muy instructivo (del mes deMarzo de este año), ha seguido M. Lambros to-dos los progresos que se han realizado en estaciencia. Desde Scaliger, Petan, Allatius, Span-heim, Perizonius, Meursius, Gerhard, Woss yMontfaucon, hasta M. PaparrigopOulos, pasan-do por Müller, Waehsmuth, Droysen, Golds-mith, Gillies, Mitford, Thirhwall, Grote y Kur-tius, la historia de Grecia se ha trasformado.

Poco á poco se ha ido ensanchando el campo:se ha estudiado la economía política de los grie-gos, comprendiéndose y explicándose mejor sucarácter por la misma naturaleza del suelo quehan habitado; su religión ha sido más sabiamen-te interpretada; su lengua ha debido preciososdescubrimientos á la gramática comparada; laepigrafía, sobre todo, ha arrojado una viva luzsobre las instituciones del pasado. La vida ac-tual, la vida económica de la nación griega,gracias á las investigaciones de nuestros sabios,casi no tiene ya secretos para nosotros. Cada diadescubrimos auevos detalles sobre su teatro, susjuegos, sus magistrados, sus contratos, sus arse-nales y los gastos de sus municipios. Casi sepuede rehacer hoy el presupuesto de Atenas deltiempo de Péneles y Alcibiades.

• 'Al sabio y minucioso método que sigueM. Lambros, en la obra qu« analizamos, es alque debe' su autor el interés de BUS investigacio-nes. Esperamos que las continúe, seguros de queen ellas encontraremos placer y provecho.

' '••'••• C. GlDEL.

CROTALUS HORRIDUS.

(Conclusión). *

IV

—¡ Ah, qué frase tan horrible! No, Manolo mió,no, no es verdad; no seria verdad, aunque mipadre saliera de la tumba para decirlo. [Porqué sientes náuseas en el almal iPor qué fijastus ojos irritados en mis labios] ¿Son tantas ,yalas veces que han repetido su amor, que hayanllegado á serte enfadosos? Perdónalos. Yo nome hacia cargo de su torpeza. Los oídos son másdelicados que los labios, y se fatigan primero,bien lo comprendo, pero yo prometo no fati-garte más. Amaré con. moderación, con sosiego,amaré como me mandes tú. Cuando sienta im-pulsos de decirte que te amo, ¡y los siento tan-tas veces! no te lo diré, no; se lo diré á mialma, que al escucharlo, salta de alegría, comoun pájaro en su jaula al sentir el primer rayode sol de la mañana. Hoy he sabido que haypalabras como puñales. ¡Quién nodiria, al ver-me en este momento, que tengo uno clavado enel corazón! iPor qué me haces daño, alma mia]Pensaba que tus labios no sabian más que de-cir; uAnita, amor mió, no te olvidaré mien-tras me quede un soplo de vida.n ¡Virgen Ma-ría, qué cosas tan horribles suben decir! Me hasllamado culebra. A las culebras se las aplastacon el pié sin decirlas una palabra. Si crees quete he ofendido, {por qué no me matas] La muer-te es grande, la muerte es digna de mí: las pa-labras no lo son. Tienes los labios pálidos, tie-nes las mejillas pálidas, tienes los ojos del colorde la sangre. Pero^el cielo también se pone ne-gro, también se pone rojo como la sangre, yal otro dia lo vemos trasparente y azul como sital cosa. ¡Cielo mió, cuándo te veré sereno;cuándo veré disiparse las sombras que me ocul-tan tu amor! j,Por qué me amas, me amas, no escierto? ¡Oh que horrorosa será mi vida si no meamaras! Un dia nos paseábamos los dosen el jar-din, y paseábamos muy tristes porque habíamosreñido. De repente tú meeojisteumamanoymemiraste, mejor dicho, sumerjiste tus ojos en mialma, y de tus ojos salió temblando una lágri-

(l) Véase el núm. 245 de 1» REVISTA

Page 11: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

N.8 246 Á. PALACIO VALDÍS.—GEOTAIUS HÓBRIDÜSv miina. Y »in decirme nada te marchaste. Pero ámí no me dio pena, ni me entristecí, al contra-rio, me puse muy alegre y empecé á dar vueltascomo una loca por el jardín. Y las acacias alpasar me besaban la frente y me decían: »Te•ama, te ama; ¿no has visto aquella lágrima?¿Es la lágrima de un hombre, y cuando un hom-bre llora, por algo llora?" Pero ahora no lloras,y si te vas quedaré triste, triste como los ojosdel que se muere. Y las acacias ya no me diránque me alegre, ya no dirán nada, estarán mu-das y agitarán sus penachos con melancólico ru-mor que solo ellas comprenden. ¿Qué es esto?¿Qué ha caído sobre mi mano? ¡Virgen María,estáa llorando! ¡Ah, bendido seas! Se ha salvadomi amor; he ganado el cielo que creía perdido.¡Y yo no sabíalo que había caído sobre mi mano!¡Qué estupida soy! No llores, amor mió, yo nomerezco quo llores por mí . Pero sí , llorallora; después de llorar se me ama más. ¡Quéfeliz soy! Quisiera decirte todo lo feliz que soy,y no acierto. Asómate á mis ojos y lo verás. Pasóla nube; mojó nuestras mejillas con su lluvia, yahora nos queremos más que antes, ¿no es ver-dad? No hablaremos nunca más de aquello, ¿noes verdad? Aunque sí debemos hablar. Hay aquíun pecador que necesita arrepentirse, y unjtiezque está pronto á dar la absolución. Quiero queusted, señor doa Manuel me pida perdón por susinfames sospecha». No, de pié no; de rodillas.Así. Bese usted eaa mano en prueba de humil-dad y arrepentimiento. Ahora esta otra.... notanto, no tanto...

—Tú no sabes cómo amaba yo aquellas ma-BOS. Eran blancas como las alas de los cisnes;idénticas en forma y tamaño á las de la Mag-dalena de nuestro pueblo; suaves y tibiaa comouna mañana de primavera. Como las nubes quevagan por el espacio azul cambiaban de colorá eatk instante, y yo sabia adivinar por estoscambios ©1 estado del cielo, del cielo de sualma, cual si me hallara sobre la cubierta demi barco. Cuando empujaban la aguja plácida-mente sobre el bastidor, llevaban la paz y elsosiego al corazón más agitado. Eran las manoscon quo todo hombre sueña para cerrarle losojos:en la hora de la muerte. Mas cualquierpensamiento de temor, de pena ó degozobebiainstantáneamente su sangre y las dejaba desco-loridas y trémulas, cual si acabasen de cometerun crimen, y entonces eran necesarios muchos,

muchísimos beBos para infundí ríes calor ^ so-siego. Cuando aquellas manos se juntaban parasuplicar, el mismo Lucifer sentiría latir en suslabios palabras de perdón. ;

—Me perdonas y te perdono, ómejor dicho,me amas y te amo. ¡Picaro; cuánto me has he-cho sufrir para arrancarte esa lágrima! Vamos*áver; y si no la hubieses vertido, {qué? Que túdejarías de querer á Anita, y Anita dejaría doquererte á tí. La verdad, yo no sé cómo Anitase habia de arreglar para dejar de quererte. Meparece que no se arreglaría de ningún modo.¿Pero eso, qué necesidad tenias tú de saberlo?1

Nunca digo lo que quisiera decir, sino lo queme ordena este pérfido que late aquí dentro,solo por tí. ¿Ve3 ese rayo de sol que acaba deentrar por la persiana? No parece más sino queviene á festejar nuestra reconciliación. Vamosá darle las gracias. Espera un poco; sentémonosen el suelo, y en vez de posarse sobre ól, se po-sará sobre nuestras frentes. ¡Qué bien se estáen el suelo! nunca lo habia reparado. Ven,acerca más tu cabeza á la mía para que el soltambién te acaricie; así; tocando una con,otra.Dirá el sol ahora: ¡qué par de cabezas! la unatan blanca, la otra tan negra! Pon la manofrente al sol: verás qué cosa más extraña: mira,parece que tienes fuego entre los dedos. ¡Quéfurioso estabas hace poco, oielo mió! Parecíasun lobo. Já, já... Tonto, toáte, retonto, ¿nosabes que soy tuya> toda tuya? Toma este ani-llo; pónlo en el dedo; no, en ese no, que notecabe; en este otro, en el más pequeño. No te loquitesv?lunca. Ahora dame el tuyo. ¿Era de tumadre? Mejor; ya sabes que yo soy tu. segundamamá. ¿A que no sabes de qué me acuerdo eneste momento? Pues me estoy acordando del«Prendí I' anel ti donou de Sonámbula. Cuandono te amaba, siempre me hacia llorar estame-lodía como si yate adivinase mi corazón. Aho-ra que te amo^ que soy tu Amina y tan feliz •como ella conozco el secreto de esa música. &Notfe parece que ese dúo huele á violeta? Siempreque aspiro el aroma de una ñor, me acuerdo dealguna melodía, siempre que oigo música re-cuerdo alguna ñor. Espera un instante; voy ácantarlo. ; "•-.,; ,¡.

Anita se acercó al piano y estuvo un largo ra-to preludiando de mil extrañas y caprichosasmaneras. Después, con gran asombro mío, envez del dúo de Sonámbula, comenzó á cantar,

Page 12: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

588 REVISTA. EUBOPEA.—-10 DE NOVIEMBRE DE 1 8 7 8 . 246

esforzándose en disfrazar su dulce voz de con-tralto con las ásperas inflexiones de un bajoprofundo, el aria solemne de Mefldófdes en elcuarto acto de Fausto,, cuando viene á tentar ála puerta de la iglesia á la desdichada Margarita; aquella que comienza

• "No... tu non dei pregarAterritela voiO spiriti del mal .

La dejé seguir y observé que por momentosse iba descomponiendo su hermoso semblante ycubriéndose de una palidez cadavérica. Las no-tas que salían de su boca eran cada vez más pro-fundas y desgarradoras. Sus manos estaban cris-padas y herían las teclas- con singular violencia.

Antes de terminar el canto, Anita cayó des-mayada en mis brazos. Tuve necesidad de fro-tar sus sienes con agua y hacerle aspirar una delas esencias que habia en su tocador para vol-verla á la vida. Cuando abrió los ojos dijo po-sándolos en mí y sonriendo tristemente: »¡Po-bre Margarita'.M

Nos hallábamos á últimos de Setiembre. Ha-cia más de dos meses que habíamos anclado yla goleta, después de algunos reparos que fueranecesario hacerle, estaba lista para cualquier co-sa. Yo temblaba cada vez que veía al capitán.Dicho y hecho, un dia me llamó y me dijo:<> Fierros, traígase usted el equipaje, porque estatarde entre luz y luz izaremos, n

Se me figuró que me izaban el corazón delpecho á la garganta. Fui al hotel, despaehé -miequipaje y después, más maerto que vivo, subí ácasa de.Anita.

Al entrar, clavó los ojoa en mí,: y se turbó deun modo imponente.

•n-Ya losé.Te vas, inoeacierto] Haces bien.Nuestro amor es un amor ridículo. Yo tengo unsino muy negro y podría oscurecer el tuyo.

—Tú no puedes oscurecer nada; lo iluminastodo, mi sol,—dije tomándola una mano y be-sándola con frenesí.

—No tal; no puedo iluminar las tinieblas queme envuelven, que me oprimen, que me aho-gan...

—¿Qué tinieblas son esas, Aaitaí ¿Por qué nome abres tu alma?

—Mi alma es un altna como otra cualquiera,i Qué te has figurado?—Y al decir estas pala-bras, fijó ras ojoa en mí con ademan«dor. .

—Recibirás carta mía tan pronto como toqueen puerto.

—¿Para qué? No me hacen falta papeles.—Después quedó unos instantes pensativa.

—Lo que me hace falta eres tú. Dicenque unprisionero consiguió domesticar una araña; queuna araña ha llegado á amar. Yo también hellegado á amar. Td lo sabes, y sin embargo, teva3. ¡Qué mal haces en irte, Manolo!

Anita se levantó de su asiento, y comenzó ápasear con febril agitación por la sala. Despuésse detuvo frente á mí, y me miró de un modoextraño, indefinible; como le mira á uno la hojade un puñal al sacarlo de la vaina i

—Yo no quiero que te vayas. fcLo oyes? Yo noquiero que te vayas. Cuando se posee un amorcomo el que yo te tengo; cuando se posee unamor de bestia feroz,—porque yo amo comosólo puede amarse en la selva,—el que despre-cia ese amor 69 un estúpido y un temerario...Bien que no;—añadió «in:fijarse en mí y comohablando consigo misma,—aquí hay un ángel yun demonio. Se quiere llevar el ángel. E» natu-ral. Pero el demoBÍQ se quedará solo; solo enmedio de una noche eterna y sin poder llorar.Porque los demonios no' pueden llorar, ¿no esverdad? ¡Desdichado demonio! ¡Desdichado de-monio!. .. . • • • ( . • ' • '

—Las palabras de Anita me partían el corazón.Sin duda eran inspiradas por un extravío momen-táneo de su fantasía bastante propensa á salirsedel mundo real. La convicción de que era yóquien producía su trastorno arreciaba mi amory comenzaba á turbar también mi'razón.

La estreché con fuerza contra mi pechó; c®ntanta fuerza que no comprendo cómo no la aho-gué. Al sentir mia lábios: sobre loa suyos se e s -tremeció fuertemente. Después se deshizo en lá-grimas y colgándose á mi cuello comenzó >á de-cirme en voz baja, entrecortada por loa sollozos-:

—-No te vayas. Mi amor no.vale nada, lo sé. Silo echara en medio de la calle, nadie se bajaríaá cojerlo. Pero tú lo has cojido ya y sabes cuangrande es, aunque todavía no lo hayas medidoSi crees que allá arriba hay un Dios de miseri-cordia... por ese Dios te lo pido. Yo te aseguroque él también lo*desea... Quédate y serás felia;yo sabré, hacerte feliz Í Hay en mi alma tesen»nunca vistos ni soñados. Hay en mi boca besosbastantes para endulzar todas las; amarguras dela tierra. Irás de misterio en misterio, sondean-

Page 13: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

N.° 246 A. PALACIO VALDÉSj —CROTA1.US HORRlDUS.

dolo9 todos y por poco corazón que tengas, lle-garás á amarme como yo te amo... y serás feliz.Corroías el mundo, otras mujeres te amatan...Te amarán porque tienen derecho á amarte... Yono lo tengo. Pero ninguna temblará como lahoja en el árbol al oír tu voz; ninguna pondráel oido en el suelo para escuchar por más tiem-po el ruido de tus pasoacuando te alejas... Sá-belo, amor mió; cuando te separas de mi y mequedo sola, gozo más que los ángeles en el cielobesando mis manos humedecidas por tus labios,besando todos los objetos que has tocado, be-sando el sitio donde pisarte... Te acuordas deaquella vez que me sorprendiste besando tusombrero1! ¡Qué vergüenza medió! ¿Por qué nome pongo encarnada ahora al contarte estas co-sas? Es porque tengo toda la sangre agolpada enel coráüon.,. No, no me jures que has de venir.Si te vas no quiero que vuelvas. Júrame qué novolverás... Ven aquí, asómate á este balcón.Mira; ¿ves aquella nube encendida y hermosacon los bordes de plata? Cuando el sol se vayaquedará Convertida en un negro fantasma, talvez tomará la forma de un monstruo repugnan-fe. Mañana Cuando el sol torne á buscarla no lahallará: el viento la habrá llevado ya sobre susalas como mensajera de desdichas á descargarel fardo de sus pesares sobre alguna comarca...Mira, en el espacio flota también un hilo. No lopuedes ver porque es invisible. Baja del cielo ála tierra. Un cabo lo tiene tu madre. Otro lotengo yo. No puedes apartarte de mí sin rom-perlo... ¡ Ah, por Dios no te vayas, Manolo mió,no te vayas! Mira cómo tiemblo. Es que tengomiedo, mucho miedo... Si tú supieras... ¡O quehorror!... Por la postrera lágrima que tu madrederramó en su agonía te pido que no me dejes. .No bebas mis lágrimas, amor mió... Mira quesu amargura se esparcirá por tu vida y nuncamás Volverás á ser dichoso...

—Al decirme esto, estaba pendiente de mí sintocar con los pies en el suelo. Nuestros alientosy nuestras lágrimas se confundían. Yo agotabatocio mi ingenio en convencerla de que el deberme imponía aquella separación; pero al mismotiempo hacia los más solemnes juramentos devenir á verla tan pronto como me fuese posible.Mas ella parecía no escucharme. Seguía su monólogo sin curarse para nada de mis palabras,aunque recibiendo con avidez mis caricias.

La sala se iba quedando cada vez más oscura.

La hora de partir tira llegada! Aprovechandounos segundos de silencio, deshice nuevamenteel nudo que sus brazos habían formado en tornode mi cuello; pero al momento los sentí en lacintura, apretándome con singular vigor; Des-1

pues se deslizaron lentamente y los seatí en lasrodillas. *

Anita estaba á mis pies con el rostro cubiertode lágrimas y mirándome fijamente.

Creí que me iban á faltar las fuerzas. La tomóen mis brazos como si fuese un niño, y dándolaun beso prolongado, la posé dulcemente sobreel sofá. Después me dirigí á la puerta y salí.

No habla dado sino muy pocos pasos fuera dela habitación, cuando detrás de mí escuchó unaespantosa blasfemia que me heló la sangre.

Volvíme, y entré de nuevo en la sala. En lasala no habia nadie. •

Nadie más que Anita tirada de bruces sobreel sofá.

Levamos ancla cuando el viento se habiaechado casi por completo. A las dos millas fueimposible de todo punto seguir, y el capitánCreyó conveniente que permaneciésemos arria-dos hasta la hora de amanecer, en que el vien-*to despertaría.

Así que vi plegados los trapos, acudió á micerebro un proyecto insensato. Quise ver á Ani-ta otra vez todavía. ¡Qué proyecto no aparecerazonable, cuando se le dá dos mil vueltas en lacabeza! Al cuarto de hora ya se me figuraba elpensamiento nada más que una calaverada debuen género. A la media hora estaba decidido.A la hora lo estaba poniendo en vías de hecho.

Principió por sobornar al contramaestre conuna botella de Ojén. Era necesario esperar áque el capitán se retirase. Cuando le oí encer-rarse en su camarote, descolgué sin hacer ruidoel bote; bajé dos remos y saltó dentro. Eranlas diez.

La noche estaba oscura y calorosa. El mar sehallaba mudo. Mi pensamiento hervía. La es-cena que te acabo de describir lo arrojara entan profunda turbación, que me era imposiblereprimirlo. En un segundo pensaba cosas dia-metralmente contrarias, y me sentía arrastradopor un torbellino de dudas y misterios.

Sin embargo: jvogaba yo con todas mis fuer

Page 14: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

590 REVISTA KUROPEA.—10 DE NOVIEMBRE DE 1878. N°. 246

zas hacia la ciudad para descifrar un enigma?No lo creas. Yo vogaba porque me hacia dicho-so laideade volver á verla, de volver á sentir sualiento sobre mi frente, y sus brazos de alabas-tro en mi cuello. Por eso vogaba: nada má8que por eso.

Los toletes rechinaban en las chumaceras. Élagua abría paso gimiendo á la quilla del bote.Los remos entraban y salían en la mar con har-ta prisa, y la revolvían produciendo cierto bri-lló fosforescente. Una atmósfera de voluptuosi-dad oprimía dulcemente mi corazón. La segu-ridad de volver á tenerla otra vez delante demí, de escuchar su grito de sorpresa, de reno-var las caricias que ya contaba perdidas paramucho tiempo, turbaba todo mi ser, y me ha-cia derramar lágrimas de felicidad.

Volvía la cabeza con frecuencia por ver cuán-to me iba aproximando á la tierra, y cada vezremaba con más afán. Al principio las luces dela ciudad parecían una constelación. Poco ápoco la constelación se fue dilatando hasta quellegué á percibir que sus estrellas brillaban en-cerradas en tubos de cristal, y estaban sujetasá la tierra por un armazón de hierro.

Cuando salté sobre una9 peñas que hay cercadé la playa, eran las once. Amarré el bote, y ápaso ligero entré en la población.

Las calles estaban ya casi desiertas. Algúnque otro traseunte pasaba á mi lado deprisapara su casa. No sé cómo no los abrazaba á to-dos. Al verme frente á la casa de Anita, el co-razón me saltaba en el pecho como un pequeñoanimal que quisiera salir fuera.

La puerta de la calle estaba abierta, cosasorprendente á tal hora. Entré en el portal yéste se hallaba completamente á oscuras, y laescalera que subí á tientas lo mismo. Al llegará la puerta del piso fue mucho mayor mi asom-bro, pues también se encontraba abierta. Ob-servé al mismo tiempo que en el pasillo no ha-bia luz, y todo confuso y asustado penetré enla casa llamando en alta voz á doña Ana y áAnita.

Nadie me íespondia.Así llamando, llegué hasta la sala y sólo allí

se me ocurrióque tenia fósforos. Encendí uno.El espectáculo que hirió mis ojos, dejóme he-

lado de espanto. Delante de mí, tendido en elsuelo, estaba nn hombre sin cabeza, nadandoen un mar de sangre. La cabeza de*aquel hom-

bre yacía sobre un sofá, y en sus facciones, con-traídas de un modo fatídico y horroroso, bastanteteñidas de sangre, reconocí al desdichado D. Pan-cho. La camisa de D.Pancho estaba desgarradapor la pechera y sin los brillantes que acostumbra-ba á llevar. Al lado de su cabeza, también sobreel sofá vi mi cuchillo de caza, regalo del capi-tán.

El fósforo se apagó quemándome los dedos.Quedé sumido en las tinieblas. Un pensamientode conservación fue el primero que me acudió.El cuchillo tenia grabadas en el puño mis inicia-les y debia apoderarme de él. Al tratar de en-cender otro fósforo la caja cayó al suelo. Mebajé á cogerla, pero no pude encender fósforoalguno, porque habia caido en el charco de san-gre. Entonces busqué á tientas el sofá; Lo pri-mero con que di fuó con la cabeza del muerto.No pude sufocar un grito de espanto. Agarré elcuchillo y tropezando muchas veces me lancéfuera de la sala. Atravesé el pasillo, bajé la es-calera á saltos y llegué hasta la puerta.' Allíme acudió otra vez el pensamiento de conser-vación. Saqué la cabeza fuera y observé que elsereno se hallaba cerca/Esperé un rato y cuan-do estuvo bastante lejos salí de la casa. A lospocos pasos advertí que mis botas iban chapo-teando sangre, dejando huellas muy visibles enla acera. Procuré pisar con los tacones y salvarlo más pronto posible la distancia que me sepa-raba de la mar.

Cuando llegué á la playa limpié las botas enla arena y di algunas vueltas en distintas direc-ciones, con el objeto de borrar la pista. Despuésrozando con las olas fui hasta las ponas dóndeestaba mi bote. Éntreme en la mar Con la mis-ma ansia con que un náufrago pisa la tierra.

La noche estaba aún más oscura y el mar sé-guia pertinaz en su silencio. Chillaban los tole-tes en las chumaceras. El agua abria paso gi-miendo á la quilla del bote. Los remos entrabany salían por ella precipitadamente y sin com-pás, mas ya el brillo que antes producían se ha-bia extinguido.

Así que columbré el casco de la goleta aban-doné los remos. Me hacían Un daño horrible,pues llegó á figurárseme que lloraban sangre. Elbote principió á cabecear blandamente como unginete presuntuoso, y yo quedé sumido en elcaos de mis pensamientos. Cuando salí de él,dibujábase una franja de oro sobre el mar hacia

Page 15: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

246 A. PALACIO VALDÉS.—*-CROTAI<US HO^tBÍDUS.

Levante, y el viento comenzaba á mover susalas sobre mi encendido rostro.

Al empuñar de nuevo los remos vi sobre lastablas del fondo el cuchillo de caza. Tómelo enlas manos, y sin saber lo que hacia me puse áexaminar las rojas manchas de que estaba cu-bierto.

Olia fuertemente á eliotropo, que era el jabóncon que ella solía lavarse. Le di un beso y arró-jelo á la mar.

VI

A guisa de epílogo para su cuento, sacó Fier-ros la cartera, y de ella un número do El Ecode***, y poniendo el dedo índice sobre un epí-grafe que decia Ejemplaridad, entrególo á nues-tro amigo, diciendo: "Lee.n

El orador de la Academia de Jurisprudenciacomenzó á leer en esta forma :

i' A las nueve de la mañana del dia de ayer,el escribano de cámara del distrito de***, acom-pañado del alcaide y del capellán de la cárcel dela ciudad, leyó la sentencia de esta Audiencia,que las condena á la última pena á dos mujeres,autores del asesinato del conocido capitalistaD. Francisco Várela.

El horror que este crimen produjo, y ol inte-rés con que la población de*** ha seguido el cur-so del proceso, nos obliga á dar algunos detallessobre los últimos momentos de las desgraciadasque lo perpetraron.

Notificóse primero la sentencia á la llamadaTomasa Martínez, que con el nombre de doñaAna Torrijos pasó durante algún tiempo pormadre de su joven compañera. Escuchóla dandomuestras de la más grande consternación, y alentrar en la capilla, cayó presa de un sincope,derramando al volver en sí copioso llanto. Elcapellán de la cárcel, D. Jerónimo Espejo, laacompañó desde aquel momento, prodigándolalos consuelos espirituales, que la delincuenteaceptó con fe y resignación.

Pasó después el escribano al calabozo de la lla-mada Ana Romero, quien como en todas oca-siones, desde su captura, dio pruebas en esta dela más singular ferocidad. Hallábase todavíadurmiendo cuando se la avisó que se vistiese,pues la necesitaban para un asunto de impor-tancia. Después que hubo terminado la lecturada la sentencia, que escuchó sin alterarse ycomodistraída, sólo dijo, fijando los ojos en el escri-

bano: "Está Vd. muy pálido, señor. Tiene us-ted cara de morir asesinado, M

El reverendo cura párroco de San José que sehallaba entre los presentes preparado á auxiliarsus últimos momentos, hízola presente con sen-tidas y graves palabras, que era llegada la horade volver los ojos á Dios, lavando con un since-ro arrepentimiento una vida manchada con tan-tos crímenes. La delincuente, con una obstina-ción y una ferocidad asombrosa en su sexo y ensus años, negóse por completo á escuchar los sa-ludables consejos del respetable sacerdote, con-testando á sus dulces palabras con los más gro-seros sarcasmos y blasfemias. A las doce presen-tóse en la capilla el gobernador civil de la pro-vincia acompañado de algunas damas distingui-das de esta población, las cuales hicieron losmayores esfuerzos porque la reo aceptase losconsuelos de la religión, mas todos fueron in-fructuosos y hubieron de salir después de habersufrido con paciencia los insultos y las injuriasde aquella desdichada.

A las tres de la tarde, noticioso nuestro anciano obispo de lo que ocurría, á pesar de hallar-se postrado en cama, se levantó para acudir conun celo verdaderamente evangélico en socorrode aquella alma perdida. La reo, desde que elprelado se presentó en la capilla, no apartó losojos de su blanca y venerable cabeza.

—"Hijamia,—la dijo su ilustrísima,—vasadejar una vida bien triste; más triste para tí,que has despreciado las únicas alegrías que los .humanos poseemos. El sol que va á disipar ma-ñana m rocío de las flores, también disipará tuvida, que ha sido una prolongada blasfemia con-tra el Dios de los cielos. Eres objeto de aver-sión y de horror para todas las criaturas, y sihoy recorrieses las casas de los hombres, todaslas hallarías cerradas; nadie partiría contigo supan ni la alegría de su hogar. El crimen ha ex-tendido sus negras alas sobre tu alma, y ya notienes derecho ni á recordar el calor del regazode tu madre. Todo está desierto para tí. A don-de vuelvas los ojos, allí nacerá una maldición...

Pero mira, mira por la abertura .de estalóbrega estancia ese pedazo de la sonrisa infini-ta de los cielos. Allí no hay maldiciones: lomismo bondice á los reyes que á los insectos...Hace algunos siglo3, el Dios que allí sonríe,escuchaba como tú los bramidos de la multitudque esperaba para presenciar su muerte igno-miniosa . Se le condenaba por haber amado...

Page 16: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

892 REVISTA EUROPEA.-—10 DE NOVIEMBRE DÉ 1878. N.° 246

Espiró perdonando con los angustiados ojos ásus verdugos. Perdona tú, y donde quiera queposes los ojos encontrarás la mirada de eseDios, y partirás con él la alegría de su cielo.n

—"Señor, jtengo yo cara de ir al cielo?—con-testó la criminal.

—Sí, hija mía; tu rostro recuerda más el cieloque el infierno.

—Pues aquí, donde me veis, señor, yo soy unmonstruo... Pero tomad, dijo, arrancando unaflor que llevaba en el pecho: tomad; acabáis deverter una lágrima, y una lágrima vale bienuna flor... Miradla bien, señor... no está man-chada de sangre... Ahora dejadme, dejadmesola. Os odio á todos... y cuanto más buenossois,—añadió fijándose en el prelado,—más osaborrezco... Dadme aguardiente, y dejadme so-la... Quisiera reanudar un sueño que tenia...

Después de estas palabras, encerróse en unobstinado silencio, siendo completamente in-útiles cuantas instancias se hicieron para quevolviese sus ojos á Dios; en vista de lo cual sela dejó descansar. El ejemplo de esta desdicha-da nos hace pensar que también en Europa seproducen alguna vez las serpientes de cascabel.

Una hora antes de la ejecución, el estado dela Tomasa Martínez inspiraba mucha lástima yalgún cuidado, pues ofrecia un decaimiento yenervación extraordinarias en el sistema nervio-so . El pulso marcaba noventa y ocho latidospor minuto.

El de la Ana Hornero no presentaba cambioninguno en la apariencia, si no es algunas pul-saciones menos. Gradualmente se la fue debili-tando el pulso, hasta el punto de que en el mo-mento de subir al carruaje que la habia de con-ducir al cadalso no se le hallaba con facilidad,cual si la vida huyese de la superficie para re-concentrarse en el corazón. A pesar de esto,ninguna alteración* sensible presentaba en surostro ni en sus acciones.

Fue primeramente ejecutada la Tomasa Mar-tínez, quien antes de morir hizo sobre el crimende la calle de *** algunas muy importantes re -velaciones que no conocemos todavía, y queaunque conociésemos no podríamos comunicará nuestros lectores por razones que á nadie seocultarán; Espiró dando muestras del más gran-de arrepentimiento, y pidiendo perdón á todoslos presentes.

Media hora después subió al cadalso la Ana

Romero. Al poner el pié sobre el tablado sin-tióse un fuerte murmullo en la multitud, pro-ducido tal vez por el horror que la vista deaquella diabólica mujer inspiraba, quizá tam-bién por la admiración que causa ver alojada unalma tan negra en cuerpo tan hermoso. Lasamarguras y los dolores de la prisión nada ha-bían alterado aquella tan fatal como espléndidabelleza.

Los que se hallaban más cerca aseguran queantes de sentarse en el banco de la justicia pa-seó repetidas veces sus ojos insolentes por lamuchedumbre, y que en una de ellas lanzó ungrito sofocado y se la vio notablemente turbada.Después pidió por favor al ministro de justiciaque le cortase uno de los rizos que sombreabanel mármol de su frente, y lo dejó caer desde eltablado al suelo. Dicen que un hombre lo reco-gió. Después tomó la mano del ministro de jus-ticia y la llevó á los labios. Sus ojos se nublaronde lágrimas, y espiró con ellos puestos en elcielo. Loa hermanos de la Paz y Caridad, juz-gando que se habia arrepentido en el último ins-tante, se apresuraron á colgar de su cuello el es-capulario de la hermandad, con el cual se lapudo ver durante todo el dia de hoy. n

Papiniano cesó de leer y los dos miramos áFierros.

Las lágrimas corrían lentamente por el rostroexpresivo y varonil del piloto de la Salvadora.

ARMANDO PALACIO VALDÉS.

LA RELIGIÓN LAICA,

El desarrollo científico del espíritu humanoda lugar á necesidades de la vida moral, que re-quioren ser satisfechas. Descuella entre esas ne-cesidades la de un ideal religioso purificado delas supersticiones y de las ignorancias del pasa-do; por eso, donde quiera que se agita un pue-blo animado por las corrientes del progreso, allíel problema religioso se presenta, ya como cues-tión del momento, ya como amenaza para elporvenir.

Hoy más que nunca preocupa esa cuestión álos pueblos y á los hombres pensadores, porqueá la obra de demolición iniciada en el pasadosiglo, y á la crítica actual, deben suceder pe-ríodos reconstituyentes impregnados del espíri-

Page 17: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

N.° 246 TORRES-S0LANOT.~-LA RELIGIÓN LAICA.

tu orgánico, y porque á una humanidad algúntanto ilustrada no pueden satisfacer puerilesconcepciones propias de las edades de ignoran-cia y credulidad.

Los pueblos católicos son las que demandancon más insistencia, son los que sienten masurgentemente la necesidad de aquel ideal; tam-bién en los pueblos protestantes se busca la fór-mula en quo han de encontrarse la filosofía y lareligión positiva; y la obra iniciada en los Es-tados-Unidos por los ilustres propagandistasChanning y Packer responde á tan apremiantenecesidad.

En ese mismo sentido levantan su voz actualmonte algunos otros profundos pensadores, ycorporaciones científicas, y escuelas nacientes,y asociaciones más ó monos numerosas fijan suatención en la gran cuestión del momento, enla cuestión religiosa."

Afiliado hace algunos años y consagrado ápropagar en España los principios de una escue-la que cree abarcar concienzudamente las aspiraciones universales, y poseer el anhelado ideal,en libros y periódicos he dado á conocer las ten-dencias de esa escuela y las de algunas afines,sometiendo al juicio público conceptos y teo-rías que hoy campean en el terreno de la idea,y pugnan por hacerse un puesto entre las reali-dades de la vida práctica ó social.

En tales términos nos expresábamos hace dosaños, cuando expusimos el pensamiento de Ch.Fauvety, reproduciendo y estractando (1) losfundamentos y parte doctrinal en que ha debasarse la Iglesia universal, tal como dicho fi-lósofo la entiende, de conformidad en sus pun-ios esenciales con la escuela á que nos referimos.Desde aquella época, Fauvety, ayudado por al-gunos otros obreros de lU idea, ha venido pro-pagándola en su Revista (2), fundada para pre-parar el advenimiento de esa fase de la vida dela humanidad, en que el ser social, en plena po-sesión de su razón, se basta para gobernarse á sí

(1) Véanse nuestros artículos de la REVISTA EURO-PEA, y el folleto Ch- Fauvety.—La Religión Laica, quereproduce y amplía aquellus artículos.

(2) La Religión La'ique. Órgano de regeneraciónaocial. Se publica el 15 de cada mes. Forma al fin delaflo uc volumen de 400 páginas en 4.°; 10 ir. en Fran-cia, 12 en el extranjero.— Asnierea (Seino), avenuePereire, 8.—París, Sandoz y Fisohbaeher, libreros, ruéde Seine, 33, París.

TOMC XII

| mismo, y no tiene necesidad del sacerdote que| dirija su conciencia.

Aquellos propagandistas, creyendo que la so-ciedad francesa ha llegado ya a la mayor edad,se han dirigido á todos los hombrea sinceros yde buena voluntad, solicitan 'o su concurso pormedio de un llamamionto, en el cual reprodu •cen las bases fundamentales de donde parte lanueva idea, y exponen los medios para llevarlaá la práctica. Helos aquí, como complemento alartículo á que antes nos referimos.

LO QUE DEBE ENTENDERSEPOR LA "RELIGIÓN LAICA.»

La Religión laica no es una nueva religión;no es tampoco una secta particular; es, comosu nombre lo indica, la religión civil, social,popular y funcionando sin clero, sin cuerpo sa-cerdotal. A nadie excluye por sus creencias; dejala fe al dominio sagrado de la conciencia; noimpone un credo; no reconoce, por consiguiente,ortodoxia ni heterodoxia, y no puede suscitar elexclusivismo ni la intolerancia.

La religión laica no busca la unidad en laidentidad de creencias (imposible de realizar enuna sociedad libre con sores pensantes) mas nopor eso carece de lazo espiritual. Este lo halla enla unión de voluntades que concurren á un fin co-mún: la perfección en la plenitud de la existencia;y como el progreso es el camino que conduce ála perfección,, el lazo espiritual se establece na-turalmente entre todos aquellas que quierenmarcharjuntos hacia lo mejor. Ese lazo tiene suorigen "en el deseo, instintivo en cada ser, deacrecentar el dominio de sus potencias, lo queno puede conseguir más que desplegando susfuerzas y desarrollando sus facultades. Tal de-seo, impuesto á todos los seres, envuelve la obli •gacion de luchar por la existencia, que en elhombre se convierte en la voluntad de perfec-cionarse bajo el triple punto de vista físico, mo-ral é intelectu.al. Mas esa ley de un progresoque no puede tener otro término que la perfec-ción suprema, no es verdaderamente moral yreligiosa sino allí donde el hombre social, tra-bajando por su mejoramiento, ayuda con todosu poder al mejoramiento de los demás, y QUIE-RE que todos sus semejantes, todos sus herma-nos en humanidad, puedan adquirir lo que élmismo ha adquirido de instrucción, de morali-dad y de bienestar. Sólo así hay religión entre

38

Page 18: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

594 REVISTA EUaOPEA.—lO I>E NOVIEMBRE DE 4 8 7 8 . N.°

los hombres, porque la religión es la solidaridadquerida (voulué).

El lasa espiritual, de esa manera comprendi-do, basta para la unidad de concuTBO en el senode las familias, de las fraternidades, de las Igle-sias, y basta para religar á esas diversas asocia-ciones entre sí. Ese es el verdadero fundamen-to. Todo lo demás, derechos y deberes, doctrinay disciplina, dogmas y nociones de toda especie,comprendiendo en ellas el conocimiento de Diosy la esperanza de la inmortalidad; todo quedacomo objeto de enseñanza. A la razón libre decada uño pertenece formarse sus creencias, susconvicciones, sus certidumbres. Nadie tiene elderecho de imponerlas á. otro.

Al sentar la unidad religiosa, no en la iden-tidad de las creencias y las confesiones de fé,sino en la unión do las voluntades solidarizadaspor un fin común dado á la vida, se dirá quedesquiciamos el eje de la esfera religiosa, y queeso es también una revolución. No nos defende-mos de este cargo, pero tampoco admitimos quese nos considere como creadores de una religiónnueva, porque en el extenso cuadro que abri-mos á la vida religiosa, caben todos los sistemasreligiosos, todas las religiones positivas que hanexistido ó existen aun sobre la tierra. Lo que síes cierto, que en la religión así extendida y so-cializada, introducimos un elemento moral quele faltó hasta aquí: LA LIBERTAD. Por otra par-te, colocando la perfección como fin ideal de lavida, y haciendo estribar el objeto de la reli-gión en el progreso individual y social, obliga-mos á toda religión, y por consiguiente, á todaiglesia á someterse á la ley del progreso, á ha-cerse progresiva con el espíritu humano, ó áabdicar y extinguirse, después de habar demos-trado á los hombres que no representa la pala-bra eterna, porque siendo estéril ó impotentepara su mejoramiento, no sabe más que opri-mir las conciencias y oponer obstáculos al pro-greso déla humanidad.

FRATERNIDADES LIBRES Ó FAMILIAS

ESPIRITUALES.

No hay progreso posible en el aislamiento;la vida espiritual, lo mismo que la vida mate-rial, es una comunión, y no se mantiene y nose desarrolla másr que por el trabajo y el cam-bio; las almas sólo se enriquecen dando y reci-biendo sin cesar.

Penetrados de ese pensamiento, los propa-gandistas de la religión laica recomiendan á suscorreligionarios que ss agrupen, reuniéndose laspersonas simpáticas, para crear así, en el desier-to del mundo, medios sociales donde puedanmantener relaciones afectuosas ó intelectuales.Esas relaciones no siempre se hallan en la fami-lia natural. En todo caso, bueno es establecer,al lado de la familia» natural, frecuentementeinclinada á la división, al aislamiento y alegoismo doméstico, una familia abierta, frater-nal, igualitaria, que viva en comunión cons-tante con la sociedad nacional y con la gran fa-milia humana.

Importa salir d e ese estado de insolidaridadque reduce á I03 hombres á no ser más que gra-nos de arena, y que, quitándoles toda cohesión,les priva de toda fuerza de resistencia y de todomedio para mejorarse.

A ese fin proponen la creación do grupos ver-daderamente religiosos, de fraternidades, que seformen libre y espontáneamente, ya en el senode la familia natural, con algunos de sus miem-bros, ya fuera del eírculo de la familia naturalentre personas amigas pertenecientes á diversasfamilias, cualquiera que sea su posición, suraza ó su nacionalidad.

Esos grupos religiosos, para funcionar útil-mente, deberán componerse de tres miembros álo menos y de trece á lo más (sin contar los ni-ños). Para constituir una fraternidad ó familia,espiritual, basta que una persona mayor de edad,de uno ú otro sexo, busque y pueda agregar ásu alrededor un número de personas bastantesimpáticas entre sí para que experimenten pla-cer en celebrar frecuentes reuniones, por la no-che después del trabajo, ó por el dia el domingo, ú otro consagrado, no al reposo, sino al re-creo del corazón y de la inteligencia.

En esas pequeñas reuniones amistólas se da-rán lecturas, conversaciones y enseñanzas en re-lación con el grado de desarrollo de los oyentes.El más sabio instruirá á I03 otro?, por escasaque sea su ciencia, ayudándose con libros, re-vistas, periódicos. Cuando sa juzgue oportuno,se invitará álos amigos y correligionarios ins-truidos, para que asistan al sonó de la familia,con objeto de dar alguna enseñanza, alguna con-ferencia, ó imprimir una dirección á los estu-dios.

Que en cada grupo se tome por guía al mejor.

Page 19: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

N/ 246 TORRES-SOLÁNOT.—LA RELIGIÓN LAICA. 595

al más prudente, al más justo,—prefiriéndoleal más instruido, sea hombre ó mujer;—quepresida los trabajos, dirija las discusiones, mo-dere las diversiones y las mantenga en los lími-tes de la decencia, de la templanza, de la ho-nestidad y de las conveniencias. En fin, que elpresidente, á quien puede llamarse el Guía ó elEector, sea elegido libremente por todos losmiembros del grupo, y revocable siempre.

En el seno de cada familia espiritual ó á lomenos con su concurso, se celebrarán las fiestasque interesen á cualquiera de sus miembros átítulo de padre ó madre, de hijo ó hija, de es-poso ó esposa. Que esas fiestas sean frecuentesy tengan en ellas siempre un puesto el pensa-miento, la idea moral y religiosa, en el brindis,el discurso, el canto, la,música. La práctica deesas comuniones fraternales, de las qun Jesúsdio el ejemplo, pondrá la vida de cada uno á laluz, y hará perder los hábitos del café, de la ta-berna, de la borrachera y de la crápula ver-gonzosa y solitaria. El hombre no quiere tenerpor qué sonrojarse ante aquellos, cuya estima-ción busca ó cuya superioridad moral ha reco-nocido. Lo esencial es que en cada fraternidadhaya quien dé buen ejemplo. Esto es lo que im-porta.

LAS IGLESIAS.

Las familias espirituales deben conocerse, vi-sitarse y ayudarse mutuamente, sin que eso esta-blezca entre ellas ninguna filiación. Cada frater-nidad podrá adscribirse á una Iglesia, pero nohay inconveniente en que los miembros de unamisma fraternidad se adscriban á Iglesias dife-rentes.

Debiendo considerarse una Iglesia como elórgano concreto de una asociación espiritualcompuesta de personas unidas por un mismopensamiento religioso, es de desear que se for-men bastantes Iglesias para^satisfacer á todas lasvariedades del sentimiento religioso. No haymás religión verdadera que la que es pensada,comprendida y amada por cada uno de quienesla profesan. Sólo con esas condiciones la religiónse implantará verdaderamente en las almas parafecundarlas en el seno del bien, de lo bueno, delo bello, y para estender por el mundo el espí-ritu de justicia, de solidaridad, de benevolen-cia, de humanidad.

El plan de la Religión Laica es bastante es-

tenso para contener á todas las Iglesias queacepten la tolerancia recíproca, respeten la li-bertad de conciencia, no tengan la pretensiónde ser un Estado dentro del Estado, y que, aúnrepresentando ideas y creencias muy diversas,quieran el mejoramiento moral, físico é inte-lectual de todo miembro de la humanidad, pu-diendo así nconciliarse con el progreso, el libe-ralismo y la civilización moderna.n

Tales son, fielmente expuestos, el pensamien-to y los medios para realizarlo que proponenM. Fauvety y los que con él trabajan á fin deemancipar los espíritus mejorando las almas, ypai»a desclericálizar (es su palabra) la Eeligiondepurando el sentimiento. Convencidos de quela regeneración social no puede cumplirse sinla idea religiosa, la hallan esta en el principiode la solidaridad universal, que nos une á todocuanto existe, y mediante la cual los hombresmejorarán su suerte perfeccionando el estadosocial y el medio terrestre. Y creen que el sen-timiento religioso, penetrando el alma humanaen sus profundidades y uniéndose al ideal, quesuministra á la conciencia sus motivos de ac-ción, es el único capaz de crear el hombre nuevo.Es preciso el hombre nuevo para formar la socie-dad nueva, como nuestro cuerpo necesita la mo-lécula joven y sana para eliminar la moléculagastada y enferma y regenerar así el organismoentero. *

Herberos, añaden, del cristianismo, hijos dela revolución de 1789, del décimo octavo siglo,somos á la vez libre-pensadores y hombres re-ligiosos. Pero la religión, como nosotros la en-tendemos, y sea cualquiera el nombre que lleve,debe formarse con la luz, la ciencia, la justicia,el auxilio mutuo, la benevolencia y la concor-dia. Toda religión que divida á los hombres yles haga odiarse es una religión falsa, ó más bienno es religión. No se construye con odios. Nos-otros somos constructores. Religados á ha ge-neraciones pasadas que han luchado, sufrido ytrabajado por nosotros, trabajamos á nuestravez para las generaciones futuras, y nos es gratopensar que, obrero» con Dios, contribuimos ennuestra pequeña esfera á crear el cuerpo espiri-tual de nuestra común humanidad.

Ahora bien, los apóstoles de la religión laica

Page 20: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

596 REVISTA EUROPEA. 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. N.° 246

esos verdaderos internacionalistas de la idea re-ligiosa, que á diferencia de los internacionalis-tas de la idea política no equivocan lastimosa-mente el fin y los medios por los cuales llegaránaturalmente á realizarse el verdadero progresoencerrado én sus ideales; aquellos apóstoles, re-petimos, fian su triunfo en la fuerza de la idea,no en la idea de la fuerza material de las coloc-tivades, y esperan' fundadamente conseguirlo,dentro del siguiente programa, que es el do laRevista dirigida por Ch. Fauvety:

1." Trabajar en pro de la conciliación de losespíritus, de la fusión de las clases, y de launión de los pueblos;

2." Señalar como deber á todo hombre elgobernarse á sí mismo y marchar en armoníacon las leyes de la naturaleza y de la conciencia,hacia el ideal de toda perfección; ayudarse mu-tuamente y procurar que las demás lleguen algrado de desarrollo material, intelectual y mo-ral que uno ha alcanzado;

3." Extender la luz que dirige la supersti-ción y el fanatismo;

4.° Hacer penetrar más on las relacionessociales, y en la política de los gobiernos, losprincipios eternos de orden, de libertad, de igual-dad, de justicia, de progreso, do trabajo, de fra-ternidad humana y de universaiyalidaridad;

5." Facilitar la transición entre lo que vieney lo que se vá, alentando todas las tentativasque se dirijan á hacer dar un paso adelante á lahumanidad;

6.° Someter las creencias al crisol d*e la ra-zón, y, admitiendo que la fé vá más allá delsaber adquirido, aplicar á la demostración dela existencia de Dios y do la vida inmortal losprocedimientos déla ciencia.

Dentro de este programa viene extendiéndosela Religión laica, que es simplemente la religiónsin cuerpo sacerdotal, sin confesión de fé colee -tiva, sin misterios, sin milagros, y socializadade tal suerte que todas las funciones, llenadashasta ahora por el clero ó por las órdenes reli-giosas, sean reabsorbidas por el organismo na-cional y ejercidas laicamente.

Serán correligionarios todos aquellos quequieran mejorarse, corregirse de sus defectos, desus vicios, de sus debilidades; engrandecer susfacultades, sus fuerzas, sus potencias, para eltrabajo, el estudio y la práctica del bien, demanera que al hacer su inventario moral, se

den cuenta de todos los progresos que hayanpodido realizar en un espacio de tiempo deter-minado, marchando hacia la perfección que esla armonía en la plenitud de la existencia. Cadapaso en el camino de un progreso integral nosasocia siempre más íntimamente los unos á losotros y á todo lo que es, porque nos aproximaá la unidad universal y suprema en que so ar-monizan todas las relaciones; lo mejor relativoconquistado por nuestros esfuerzos será desdeluego una recompensa suficienfe, ya que no de-bamos alcanzar jamás la perfección absoluta.

Dejamos al juicio de los hombres pensadoresla apreciación de las ideas.expuestas, que cons-tituyen el ideal religioso, en lo terreno, de laescuela espiritista á que nos honramos pertene-cer, y va echando raíces en todos los puebloscivilizados, siquiera hoy so la considere por lageneralidad como el producto de la alucinación,y por los que no le otorgan el más completodesprecio, como una utopia; sin tenor en cuen-ta unos y otros que así se calificaron todas lasgrandes ideas regeneradoras, á las cuales debiósu mayor impulso el progreso humano.

Seguramente que la religión Uica, así comolas doctrinas de nuestra escuela, serán ahoraacogidas del mismo modo quo tantas otras sal-vadoras ideas, por la inmensa mayoría de loahombres, apegada á las preocupaciones de secu-ta, de escuela y de todos los tradicionalismos;pero no importa: la suma de los esfuerzos de losutopistas actuales apartará la fó del porvenir,' i creando los elementos do una síntesis religiosaquo ponga de acuerdo las aspiraciones y los co-nocimientos, la ciencia y la fé, el sentimientoy la razón, ii para resolver el problema religioso

• hoy planteado, satisfaciendo las necesidades dela vida moral, sin que peligren las verdaderas,racionales y saludables creencias, porque laidea nueva, lejos de entibiar el sentimiento re-ligioso, lo despierta y esclarece.

EL VIZCONDE DE TORRES-SOLANOT.

Page 21: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

N.° 246 J . OLMEDILLA Y PUIG.—HISTORIA DEL DIAMANTE. 597

HISTORIA. DEL DIAMANTEY ALGUNOS DETALLES DEL MISMO.

1

La estimación que á los ojos de la sociedad po-see esta piedra, en términos de representar valo-res de inmensa consideración, suficientes en mu-

1 chos casos para constituir la fortuna de un sobe-rano, estimula poderosamente la curiosidad deconocer todo lo relativo á.la misma. Es el hombrede ciencia quien puede suministrar tan intere-santes detalles, por más que á sus ojos no tengael diamante más interés que la que ofrece uncuerpo en el estado cristalino, siendo esta sustan-cia, cuando no se halla en esa forma, abundantísi-ma, y encontrándose con extraordinaria profusiónextendida en la naturaleza.. El diamante no esotra cosa más que el carbono puro y cristalizado.Es una de las maravillas que la diferencia de es-tado molecular puede producir en un cuerpo.

En efecto, ¿quién que carezca de conocimientosquímicos, podrá sospechar que es idéntico el car-bón que en la chimenea se consume, á la preciosapiedra de valor inmenso que ostenta en el anillode su dedo ó en la magnifica presea que adorna elcuello de elegante dama1? Pues nada más cierto,ni nada tampoco más fácil de probar, como despues daremos al hablar de los experimentos que,acerca de este asunto, practicó el gran Lavoisier,la figura más grande de la química.

Es, sin embargo, una cristalización que haefectuado la naturaleza y que todavía el hombreno lia conseguido en su laboratorio, sino de unmodo muy imperfecto, en términos de poder ase-gurarse que el problema de cristalizar el carbono,ósea de producir artificiales diamantes, se en-cuentra todavía esperando su resolución. Peroes una esperanza que no debe darse por perdi-da, ni un hecho digno de figurar entre las qui-meras de calenturiento sueño. No; la ciencianos ha revelado el secreto de su naturaleza. Con-fiemos que también nos dirá el camino de llegaren el terreno de la práctica á producirle con todossus cambiantes, con sus brillantes destellos, contodos esos torrentes de luz y colores qué tantocontribuyen á considerar al diamante como laprimera entre las piedras preciosas.

II

Aconteee con este cuerpo, lo que con otros va-rios de índole análoga, y es la aplicación de unmismo nombre á objetos diversos. El adamas de

Hornero, no es indudablemente nuestro dia-mante.

Por lo demás, le atribuían los antiguos propie-dades milagrosas, y á esto atribuye Barthelemy elque haya en todo tiempo sido preciadísimo ador-no de las damas. Dice este autor, que liberta alque lo lleva de sus enemigos, le precave contralos malos sueños y los fantasmas; es un contrave-neno y ahuyenta el espíritu del mal.

E3tas ideas, que hoy aparecen ridiculas en ex-tremo, se explica perfectamente que fueran acógidas en los albores del décimo cuarto siglo, encuya época predominaba de un modo extraordi-nario la inclinación á lo maravilloso y sobrena-tural.

El primero que realmente emitió algún pensa-miento verdadero y digno de figurar en la histo-ria de este asunto, relativo á la naturaleza deldiamante, ha sido Anselmo Boece de Boot, autorde una obra sobre piedras preciosas, titulada:El perfecto joyero, publicada á principios del si-glo XVII. Dice este autor, que el diamante tienela propiedad de recibir el color que se le aplica ylos rayos de luz que ¿anza adqxiieren intensísimobrillo. Este efecto es privativo de esta piedra, yañade, que el color ó tinte que se le comunica, sehace con almáciga purificada, ennegrecida connegro de marfil: una vez calentada esta mezcla, seaplica al diamante también caliente. Dice que lamúfcua unión del diamante con la almáciga, depende de la semejanza que estas dos sustanciaspresentan entre sí. Supuesto que la almáciga esde naturaleza ígnea, es prueba que el diamante estambién ígneo. La circunstancia de atraer, cuan-do se le calienta, las pajitas pequeñas, de igualmanera que lo hace el ámbar amarillo, que es denaturaleza ígnea, contribuyó á corroborar mástodavía la opinión de Boot.

Newton, el eminente Newton, uno de los másgrandes genios, que para gloria y adelanto de lasciencias exactas ha producido la humanidad, in-dicó poco después la naturaleza combustible deldiamante. Fundóse para sentar esa opinión, enque posee la refracción sencilla, al propio tiempoque una gran potencia refringente, cuyos fenóme-nos habia observado en diversos cuerpos combus-tibles.

Por instigación del gran duque Cosme III, losacadémicos de Florencia AreTani y Fargioni, en1694, demostraron que el diamante es susceptiblede quemarse cuando se expone en el foco de unespejo ustorio. Francisco Esteban da Lorena hizoanálogos ensayos en hornos de forja.

Desde 1766 á 1772, Rouelle, D'Arcet y otros de-mostraron que el diamante no se destruye por la

Page 22: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

598 REVISTA EUROPEA.—10 DB NOVIEMBRE DE 1878. N.°246

acción de una temperatura elevada, fuera del con-tacto del aire.

Macquer observo el año 1771 que el diamante,puesto en circunstancias convenientes, ardia conana llama débil.

Lavoisisr, fue el que dijo eu este asunto, acasola ultima palabra, pues demostró que el productode la combustión del diamante en el oxígeno puro,era el ácido carbónico, cuyo hacho fue corroboradopor su contemporáneo Guyton de Morvean, y esteácido carbónico es exactamente igual al que algu-nos años más tarde han obtenido D urnas y Stáss,an sus brillantes trabajos acerca de la síntesis deeste gas.

Los experimentos de Lavoisier se repitieronpor Smithson Tennant y Alien y Pepis, y por úl-timo por Humphry Davy en 1814, que llegó hastamedir el volumen del ácido carbónico produ-cido.

Se halla por lo general el diamante en terrenosllamados de trasporte; en la India, en Oolconda yVisapour; en el Brasil, en la provincia llamadade Minas Geraes y en los montes Ourals princi-palmente en su pendiente occidental en los ter-renos que separan la Eusia de la Siberia, y aldescubierto en la roca denominada Ibacolumita,así denominada porque existe en el pico de Ita-columi. La recolección puede practicarse en laIndia por todos, previo el pago de un impuesto;lo cual no sucede en el Brasil, que se practica laexplotación por cuenta del Estado, en lo que hayempleados gran número de esclavos sujetos á ri-gorosísima vigilancia, á pesar de cuya precauciónno pueden impedirse gran número de robos, comolo demuestra el venderse después de contrabandobastantes diamantes. A fin de evitar estas de-fraudaciones y escitar el celo y fomentar su fide-lidad, se les ofrecen premios de alguna conside-ración, y hasta su libertad, cuando el diamantellega á 18 quilates.

El diamante es el cuerpo de mayor dureza quese conoce, pero al propio tiempo es sumamentefrágil y susceptible de reducirse á polvo.

En España, según el Sr. Schulze, se hallan,aunque microscópicos, en Galicia, Rúa de Foz yLousada, y en las arenas auríferas del rio Sil.

Durante mucho tiempo se han usado los dia-mantes conforme la naturaleza los presentaba,hasta que en 1576 Luis de Berquem, habitantede la ciudad de Brujas, descubrió el medio detallarlos, es decir, de darles formas regulares, va-liéndose del pulimento y frotación con su mismopolvo, cuya operación, si bien es cierto que co-munica al diamante brillo y le proporciona con-diciones de belleza, también ocasiona una pérdidamuy considerable. El primer diamante tallado lo

adquirió Carlos el Temerario, duque dé BorgoSa,que al ano siguiente da su adquisición perdió enla batalla de Gtandson. no sin haber expléndi da-menta recompensado á Bjrquem. Hoy dia, puededecirse que casi monopoliza Amsberdam el artede tallar el diamante, dándosele la forma de bri-llante, que es la más estimada, así denominado,cuando e3tá montado al aire, conouiándose ademáslas t illas en rosa ó forma de pirámide y en tabla.

III

Generalmente el diamante es incoloro, pero enocasiones ofrece diversas coloraciones que le ha-cen sumamente estimable. El matiz azul, el verde,el amarillo y el negro, á -veces se presentan en eldiamante, que los hacen estimadísimos, sobre to-do en el último caso, y adquieren fabulosos pre-cios los que en tal condición se encuentran.

Pesa tres veces y media más que el agua desti-lada. Es mal conductor de la electricidad, y so -metido á la insolación se hace fosforescente. Susformas cristalinas son el cubo y el dodecaedroromboidal, al infini to modificadas por gran nú-mero de truncaduras, observándose á veces quelas intersecciones de las caras constituyen aristascurvilíneas.

La elevadísima temperatura producida porseiscientos elementos de la pila de Bunsen, oca-siona un reblandecimiento en el diamante, perono su fusión completa. Asi es que todas las ten-tativas para cristalizar el carbono y producir dia-mantes artificiales, haa sido hasta ahora infruc-tuosas. Ni la fusión, ni la volatilización han po-dido ser aplicadas: solo la fundición de hierro, ósea el hierro colado, es el único que puede disol-ver el carbono y dejarle depositar por enfriamien-to; pero el carbono así separado no es el cristalincoloro de reflejos deslumbradores, sino un cuer-po opaco y negro, sin apenas brillo y de aspectodel lapiz-plomo ó grafito.

El año 1851, los mineralogistas Eivot y Du-frenoy, indicaron la existencia de una variedadde diamante de color negro, fractura gris, amorfo,de dureza algo inferior ala del verdadero diaman-te y de una densidad próximamente igual. Prae -ticado el análisis, resultó ser un cuerpo que con-tenia 93 por 100 carbono y el resto de arcilla fer-rugínea.

Los e3perimentos practicados por Despretz,han demostrado que no es una temperatura exce-sivamente elevada lo que favorece la formacióndel diamante, puesto que colocado á los extremosde dos conos de carbón formando los polos de unaenérgica pila, se observa que se hincha considera-blemente, produciendo en último resultado una

Page 23: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

N.° 246 J. OLMEDILLA Y PUIG.— HISTORIA DEL DIAMANTE. 599

masa quebradiza parecida al coke. Estos datostienen importancia bajo el punto de vista geoló~gi co, ó sea en la geogenia del diamante para ex-plicar su producción en la naturaleza.

También presenta el diamante agrupamientosparecidos á los que llaman los mineralogistastrasposiciones, hemitropias ó maclas, que Roméde L' Isle ha descrito con la denominación dediamantes triangulares.

La causa del brillo extraordinario que presentael diamante, es su gran refringencia y perfectatrasparencia, así como también su índice de re-fracción, sin embargo de que hay algunas otraspiedras preciosas que le tienen mayor, como elzircon y la espinela. Su gran trasparencia, enefecto, hace que su poder de absorción de la luzsea muy débil y de aquí en brillo de una intensidad tan inmensa, tan superior á casi todos loscuerpos conocidos.

Todas estas propiedades, unidas á su escasez,contribuyen, como hemos dicho, á que tonga elexhorbitante precio que presenta en el merca-do de joyería, solo al alcance de las acomodadasfortunas. Reúne las dos condiciones, de ser elcuerpo más duro y más brillante de todos los queestán dotados de trasparencia, porque aun cuandohay algunos que por su brillantez le igualan, losdeja muy atrás cuando, bajo el punto de vista dela dureza, con él se parangonan. En efecto; convidrio preparado de un modo especial, muy car-gado de óxido plúmbico, se preparan diamantesartificiales, con gran brillo ala luz artificial, perosusceptibles de ser rayados por cualquier cuerpo,y que no pueden, en una palabra, sostener la com-petencia con el verdadero diamante, por el cualpasan los años y los siglos sin experimentar pér-dida en so. belleza, con el mismo pulimento éiguales luces que tenia cuando salió de las manosdel lapidario.

Ordinariamente, los diamantes son pequeños:cuando ofrecen un volumen más considerable, suprecio adquiere exhorbitantes proporciones. Suvalor aumenta en la proporción del cuadrado desu peso, y la pérdida que experimenta en la tallase calcula en la mitad de lo que pesaba cuandobruto.

IV

Como consecuencia del tamaño diminuto quepor lo general ofrece esta piedra, cuando excedede esos lí raí tes, adquiere celebridad. Por eso con-signan todas las obras los diamantea de mayoresdimensiones, citándolo» como ralezas y como ob-jetos dignos de curiosidad.

El diamante mayor que se conoce es el del Rad-

jhá de Mattan, en Borneo, que pe9» 367 quilates»es decir, más de 75 gramos. Sigue á ésto eñ mag-nitud el del emperador del Mogol, que pesa 279quilates, de la magnitud de medio huevo de ga-llina. El viajero Tavernier lo tasó en 12 milloneade francos, aun cuando esta tasación, en conceptode algunos, merece rectificación en el sentido desubirla. Ee la India le denominan montaña deluz (Koh-inoor), y ha pasado á diferentes manoscomo botin de conquista en las guerras dé aquelpaís. Hoy le posee el emperador.

El del emperador de Rusia pesa 195 quilates,es de forma elipsoidal y del tamaño de un huevode paloma. Formó primeramente el ornamentodel trono de Skah Nadir, y lanzado después alcomercio, fue vendido por un armenia á la empe-ratriz Catalina II, mediante una suma de dos mi-llones de francos, más una pensión vitalicia.

Hay también el de Agrah, cuyo peso es 475 qui-lates.

El de la emperatriz de Austria, que pertenecióal gran duque de Toscana, pesa 139 quilates, ye3tá tasado en 2.600.000 francos. Tiene el incon-veniente de ser algo amarillento, está tallado enrosa y con mala configuración.

El denominado Regente de Francia ó Pitt, por-que fue comprado durante la minoría de Luis XVsiendo Regente el duque de Orleans, á un inglésllamado Pitt. 8e pagó por él 2.500.000 íraneos,aunque es apreciado eu mucho más, por su*' her-mosura sin igual bajo todos conceptos. Antes dela talla, en cuya operación se emplearon dos años,pesaba 410 ¡quilates, y después quedó reducido á13(5.

Son también dignos de mención el diamanteinglés regalado á Teteh Ali Shah por Jorge IV,que pesa 73 quilates, y el guli ckeft ali, 6 flor démelocotón en el mismo país, de 62 quilates.

De consiguiente, entre los diamantes de Euro-pa, el primero es el Regente, y entre los que pro-ceden del Brasil, el perteneciente á la corona dePortugal.

Son algún tanto extensos los usos del diaman -te. El polvo se emplea en el pulimento de laspiedras preciosas y para tallar el mismo cuerpo.A causa de su dureza lo utiliza la industria vi-driera para rayar el cristal y el vidrio, y en relo-jería para algunas monturas delicadas. Desdeluego se comprende que á estos objeto» han dedestinarse aquellos diamantes que por su tamañodiminuto y sus malas condiciones, no sean sus-ceptibles de aprovecharse en joyería, cuyo arte eael que lo emplea en mayor escala y con superiorestimación.

Las aplicaciones que se dieron en lo antiguo aldiamante bajo el punto de vista médico, se han

Page 24: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

600 REVISTA EUROPEA.—10 DE NOVIEMBRE DE 1878. ,N.° 24.6

desechado por completo, habiéndose justamenteborrado del catálogo de los medicamentos. El con-cepto de anti-diaentérico y de disminuir los es-tragas de la embriaguez, carece por completo defundamento. También se indicaron sus peligroscomo veneno mecánico, á consecuencia de su ex-traordinaria dureza.

De todo9 modos, es el diamante un cuerpo cuyoestudio interesa sobremanera, y cuyo exacto co-nocimiento sólo puede darlo el que ha saludadolas ciencias físicas y naturales.

JOAQUÍN- OLMEDILLA Y PUIG.

VOZ DEL PUEBLO..,parodia del drama en tres actos U OPINIÓN PtBLICA,

P E R S O N A J E S . ACTORES.

MATILDE .. Sr tas . Domínguez (E).GLORIA Luna (Isabel).VIRTUDES Art igues (M.').KETTY BlancoUNA catADA Rodríguez.Luis Sres. Sánchez Casti-

lla (D. G).BALDOMERO Luna.ÁNGEL González.UN CRIADO Moreno-EL INSPECTOR. . . . . . . . Balada.TOM (i) Serrano.C0MvlDAD0l.°,2.ay3.° N. N.

ACTO ÚNICO.

Al levantarse el telón aparece la escena sola. Despuésde ana breve pansa se oye una murga y tres tiro»,disparados oon intervalos cortos uno de otro. A cadatiro que se descarga, la murga suena más fuerte, ycon el último de los tres, acaba la másic.i.

ESCENA PRIMERA.

Sale un CaiADO acompañado de unos mozos conbandeja, que entran uno tras otro por la primera

puerta derecha.

CRIADO, (AI público.) No hay que asustarse, señores;la descarga que se oyóes la situación finalde La pública opinión.La murga que eatá en la callela ha pagado mi señor,

(1) Esta personaje deba ser eacr.nmidado al aotormis alto de la compañía.

BAI.D.

TODOS.BALD.

y aunque el dinero era mió,él es quien dá la función.Saldremos sin cortesías,sin reparos, sin temor:así hacen los personajesde aquel drama que asombrósin que al fin la policíacumpliera su obligaciónni los mandara á la cárcelel señor gobernador.Como aplaudieron las gentes...¡Voz del pueblo, voz de Dios!(Se va por el foro, y asoman Matilde y Gloriaen la primera izquierda. Ketty y Tom en lasegunda derecha. Virtudes, Angal y Baldo-mero en la del foro. Luis en la primera derecha. El Inspector en e! balcón. Mucho silen-cio, Baldomcro con aire misterioso.)¿Estamos todos?

Estamos.Hecha la presentación,cada mochuelo á su olivo,y que aquí se queden dos,ó tres, ó los necesariospara empezar la función.(Desaparecen todos menos Ángel y Virtudes.)

ESCENA II.

ÁNGEL y VIRTUDES bajan a] proscenio y principiala escena.

ÁNGEL. Coincidencia singularreunimos aquí los dos,gran señora! (Le da la mano.)(La estrecha.) ¡Buena firma!¡Buen apunte!

Hombre de pro!(Al público.)Somos los que representaná la pública opinión.

ÁNGEL. Indudable! Sin nosotrosel drama no hace furor.Mire usted en loa periódicos: (Saca sao.)cuánto hablar, qué confusión!"Talento de primer orden,naptitud de gran autor,11 un genio que se ha torcidoncomo el vino peleón;11 por encontrar en la callená un celebérrimo autor,nque es un genio y que tambiénticomo genio se torció. ,t

VIRT. Don Ángel, no murmuremos.ASGEL. Si esa es nuestra obligación.

Yo murmuro de mi padre

VlRT.ÁNGEL

VIKT.

Page 25: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

N." 246 J. DE FUENTES Y C. SOLSONA.—VOZ DEL PUEBLO...

mientras no pierda la voz,de mi madre, del Gobierno,del hospiciano traidor,de Matilde, que ha tenidoundeliz. . .

V^RT. Sinequanon.ÁNGEL. Justo, porque sin desliz

aVin habria aquí pudor.ViRT. Diga ustad, y en ese caso,

. dónde iríamos los dos1!ÁNGEL. No fuera cosa difícil

pasarlo bien ó mejorporque al fin representamosA la pública opinión,y ya sabe uated aquello...Voz del pueblo... (Con solemnidad.)

ViRT. (Con éxtasis.) Voz de Dios!Pero, qué dice ese puebloque no tiene educación?

ÁNGEL. Pues que el espósito quierellevar por estafadorá Ceuta á D. Baldomero,quedarse aquí de mandón,enamorar á la madre,hacer que reviente Tom,el hijo de la mujerque en América dejó,matar á Gloria de un sustocismo hermanitos que son,y si el plan no sale bienmatar al apuntador.

VIRT. Yo me subo al palomar.ANGHI.. NO puede ser; usté y yo

representamos aquíá la pública opinión...y ya sabs usted aquello...

Los DOS. Voz del pueblo, voz de Dios!

ESCENA I I I .

DICHOS y GLORIA, que sale por la izquierda, preo-cupada sin reparar en Ángel ni en Virtudes.

GLOKIA. Como llama sepulcralamor en mis ojos ardey esto mas pronto ó más tarde,tiene que acabar muy mal.Encuentro á los de aqui?(Reparando en loa otros).

VIBT. Ángel contaba una historia:en fin, dígale usté á Gloria.lo que corre por ahí.El vulgo murmuradorha visto á usted que saliade una casa, que tenia- -muy mal aspecto extariohAgramante... fue testigo,-

la bola empieza & rodar...pero se puede arreglarcasándose usted conmigo

GLORIA. Tal dicen? Provocación!Maledicencia inaudita,tomar por liviana citalo que es santa obligaciónCierto que Agramonte vi,cierto que en la casa entré,más qué se le importa á ustéde lo que yo' hiciera allí?Soy mujer y soy señora.

ÁNGEL. Y vale usted un millón.VIRT. (Pero qué poca aprensión

tienen los hombres de ahora.)GLORIA. Y advierta tisted á la gente

que en murmurar se propasa,que dentro de aquella casahe visto yo lo siguiente:«Un oscuro guardillón,npoco espacio, mucha escoria,ntnedio sofá de Vitoria,11 una vieja, y un jergón.MUna loca estrafalaria,uuna madre en un apuro,ny un mamón que de seguroi.tenia la solitaria.nDos hijos de Lucifer,i.un cuadro, la luz del sol,•.agonizando el faroluy muriendo la mujer.nUn candil en la escaleraMinantenido de aguarrás,nun paraguas, un compás,My una chaqueta torera!...n

VIRT. Cesó de pronto mi afány á usté su relato abona.

ANGIÜ,. Esa casa es la tahonade la calle de Tetuan.

GLORIA. ES muy triste condiciónla del que mira y nové.

ÁNGEL. Pero yo la quiero á ustécon todo mi corazón.

GLORIA. Y el mió que enfermo estáno puede sentir cariño...

VIRT. Como el reloj de Triviñoque apunta, pero no dá.

ÁNGEL. Por qué tan fino desden?(Matilde, en el foro durante los versos, fingehablar con un criado que está dentro, y alllegar á la pregunta de Ángel, dice, como ter.minando las órdenes.)

MAT. Que todo esté preparado,y que no pasen recado á donÁngel...

i CRUDO. Está bieu.

Page 26: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

C02 REVISTA EUROPEA.—40 DE NOVIEMBRE DE 1878. N. B °24G

ESCENA IV.

DICHOS, y MATILDE.

A NGEL. No insista usté, no me niegoá tan fina .invitación;me pondré otro pantalóny aqui enseguida. Hasta luego.

GLORIA. NO esperaba el chasco á fé.Tanto cinismo me exalta;usté tampoco hace falta. (A Virtudes.)

VIRT. Pero.no importa, vendré.

ESCENA V.

MATILDE y GLORIA, pasean en dirección encontraday afectando exagerada irritación.

GLORIA. Eso no tiene perdón;nn amigo tal afrenta.

MAT. Qué quieres? Si representaá la pública opinión!

GLORIA. Que así metrate la gante,que ya maldigan de mí

MAT. Y que me traten á mí)por el mismo consiguiente.

GLORIA. Pasiones viles y arteras.MAT. Costumbres desvergonzadas.GLORIA. Que hablan mal de las casadas,

pero no de las solteras.Madres hay perdido el sesoque dan asunto á cien tomos.

MAT. Oye niña, y que, no somoslas demás de carne y hueso?Si digeran con testigosy acabaran de decir,que tú les sueles pedirel retrato á los amigos!...

GLORIA. Fui una loca de atar,es Agramonte un ingrato:verdad, le pedí el retratoy no me lo quiso dar. (Solloza.)

MAT. Si no te riño por eso,si yo lo encnentro muy llano;pero el pueblo soberanohace de todo un proceso.

GLORIA. S Í al menos hiciera brechacon el murmurar prolijoen las que tienen un hijocuando nadie lo sospecha.

MAT. Hija! (Un grito dado con la mayor desenjonacloeposible.

GLORIA. Madre angelical!M*T. (Qué fatiga, qué congoja!)

Doblemos aquí la hojay hagamos punto final.

E S C E N A VI.

DICHAS y Lvis.

Luis . (Asomando a la puerta del despacho.)Se puede? Pido perdón.

Gi-ORiA. A y ! (LleTándosc las manos al corazón.)Luis. Síncope?MAT. Ese es el nombre.GLORIA. (Siempre que veo á este hombre

me dá un brinco el corazón.*Llegó usted?

Luis. Hace ya rato.GLORIA. Y habrá usted dado al olvido

lo que me tiene ofrecido?Luis. NO recuerdo...GORIA. Su retrato.Luis. Pues siendo suyo en persona

qué más puede desear ?GLORIA. Le quiero á usted colocar

entre el Tiri y Mis Leona.Luis. La preferencia agradezco

en el hecho de indicarla,ni quise solicitarlani pienso que la merezco.

GLORIA. Ingrato! (Sesepara sollozando.)Luis Hace usted muy mal

en enfadarse, hija mía,no tengo fotografíay doy el original.

MAT. De veras?Luis. (Mirando a Matilde descaradamente.)

('Con pasion.)Me causa enojos,encontrar al mundo ciego.

MAT. (Cómo se expresa; ¡qué fuego!Cómo me mira; ¡qué ojos!)

Luis. Amor que se enciende, inflamael corazón oprimido:iquién sin amar ha vivido?i,Quién en el mundo no ama?Ni hay al sentimiento escusani riendas á la pasión.¡También tienen corazónlos que salen de la Inclusa!

MAT. NO hay ni grandes ni villanosde la vida en los umbrales:todos nacemos igualosy todos somos hermanos.

Luis. Llena usted mis alegríasporque al fin me comprendió

MAT. (Una suegra como yono se vé todos los días.)¿Es amorl

Luis. —(JES frenesí?¡Se enfadó, pobre inocente!

GLORIA. Si fuera nsté complaciente...

Page 27: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

N.° 246 J. FUEOTE3 Y 0. SOLSOtU.— VOZ DEL PUEBC-O... 60*

Luis.| Enseguida estoy aquíenamorado y rendido.Adiós, Gloria, volveré.

MAT. Que no se le olvide á ustéel último, mi marido.

ESCENA VIL

DICHOS ÁNGEL, deapue3 BAIDOMRRO.

ÁNGEL.

GLORIA,

ANGEt

M A T .

ÁNGEL.

BALD.

ANGBI..

MAT.

GLORIA,

M A T .

BALD.

M M .

AtiGEL.

GLORIA.

ÁNGEL.

BALD.

ÁNGEL.

BALD.

ÁNGEL.

BALD.

ÁNGEL,

BALD.

ÁNGEL.

BAID.

He tardado?¡Qué osadía!

¡Qué falta de educación!¿Me vá bien el pantalón1!Vengo de la sastrería,y lo acabo de estrenar,hilo, seda, lana, ¡pues!Es de París?

Es inglés.¡como que está sin pagar!Bien hecho! (Dentro.)

DonBaldomero. (Entra.)Mi marido.

Mi papá:Le has dicho?

Pronto sabrá!..Esto va bien, hay dinero.Todavía sin vestir (A Baldóme™.)y las siete y media han dado?(Tendrá el reloj empeñadoy no lo querrá decir.)Paro si tienes que hacery es urgente y es preciso...nosotras, con tn permiso...hasta luego. (Vanse.)

Hasta ma3 ver.

ESCENA VIII.

ANGKL, BALDOMERO y después Luis.

Qué cuenta la gacatilla?Siéntese usted.

Allá voy.Qué dieen?

Murmuraciones:y Agramonte?

En el salónestará pronto.

Usted cree...Lo opino.

Apuesto á que no.Matilde salió de aquí,y si se encuentran los do3...No siente usted en la cabezasíntomas de algüñ dolor?Don Ángel; si es indirecta,como no las sufro yo,algún amigo en laeriamava á recibir el dolor.

ÁNGEL. Pues no hay nada de lo dicho:soy eco sin opinión:repito lo que se cuenta;Luis Agramonte juró...

BALD. La lengua suelta. Adelante!ÁNGEL. Matilde'es buena... su amor

hacia usted... indiscutible!Pero la pública voz,y no hay regla generalsin tener una excepción.Luego, cuando usted se marchaquedan en easa los dos.usted parece su padre,el otro su rondador.y Virtudes la señoraque protege la pasión.Gloria el ángel, yo el amigoque le quiere á usted mejor.Le duele A usted la cabeza?

BAL. Ya le ha dicho á usted que no.ANGKL. Todo puede ser mentira;

el vulgo no es la opinióny las mujeres son frágiles.

BAL. ESO también lo sé yo.ÁNGEL. Pero Matilde... Quién sa.be!BAL. Acabe usté, hombre da Dios.ANGBL. A usté le tienen que dar

la sopa con cucharon.Y el misterio nadie opinadónde se encierra?

Luis. (Entrando.) Aquí estoy.

ESCENA IX.

DICHOS, AGRAMONTE.

LUIS. Uno, doa, tres, sobra uno. (Coa descaro i kn%.ÁNGEL. JJno sobra? Pues, adiós.Luis. Me vengo con la escritura, (*D. Bíldoraero.

se ofrece con mucho amor,y pagando tarde y malse salva la operación.

BAL. Algún escrúpulo tengo;mas, quién es el pecador?el que se entrega á la usuraó el que esplota ese filón?Mucho más debe el gobiernoy muchas monos que yocantidades en metálicoguarda el Tesoro español,y todo va bien, muy bien,perfectamente, al reloj!

Luis. Usté ha quebrado tres veces.BALD. Otros quiebran un millón:

he sido honrado algún tiempo,lujo que no me vaíió.

Luis. YO no he aido honrado nunca,

Page 28: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

604 REVISTA EUROPEA..—10 DE NOVIEMBRE DE 1878 . N.° 246

ni lo aeré que es mejor:soy un reptil, y al final,me porto como quien soy.

BALD. Espósito impenitente,listo prevaricador:ya me duele la cabeza!¡voz del pueblo, voz de Dios!

Luis. Si usté prefiere la ruinaromper, esto es de rigor.

BALD. ¡De ningún modo!! El gerentedel banco de imposición.iFirma el papel que le habrá entregado Ángel.)

ESCENA X.

DICHOS, MATILDE. GLOBIA, convidados, despuésuna Criada, luego ÁNGEL.

BALD. Señores, hemos tenidomucho gusto: este favorno lo olvidaremos nunca.

Uno. Qué lujo!OTRO. Qué tren!OTRO. Qué... Oh!

Todo respira buen gusto,desahogo y explendor.

CRIADO. Un hombre desconocidohace un momento llegóy desea ver á usted.

MAT. Le conoces1!CRIADO. Quién, yo? No,

Parece un hombre de bien.ÁNGEL. Ya estamos aquí los dos.CRIADO. Le digo que pase?MAT. Espera,

que vá á decirla opinión...un hombre de bien aquí...trae algo?

CRIADO. Un lienzo sacó,y dice que es el retratodel pobrete expositor.

MAT. Qué estás diciendo, muchacho?CRIADO. Hospiciano.MAT. Santo Dios!¡

El retrato de mi hijo!Me lo dice el corazón!Que te dé el cuadro y se vaya.

CRIADO. Aquí está. (Lo saca.)Luis. La situación?MAT. Agramonte! (Descubriéndolo.)BAL. Luis!GLORIA. Mi novio!ÁNGEL. NO se siente usted mejor?BALD. (Keptil!)GLORIA. " Cumplió lo ofrecido.MAT. El beso del corazón. (Lo besa.)BALD. El de Judas Iscariote:

para mí, bese traidor.

Luis. Me besa?VÍRT. Sí.

BAID. Villanía!MAT. Hijo!BAID. Rival!ÁNGEL. Seductor!

(Suena la murga: mucho movimiento.)Luis. Qué pasa?VIRT. Lo sé yo acaso. .GLORIA. Me adora.BALD. Esa murga atroz...

Ya me duele todo el cuerpo.CRIADA. La aopa espera.TODOS. Al salón.

ESCENA XI.

Abandonan todos la escena, y se repite la del cria-do y los mozos eon bandejas. Estoa, llegado queaea el momento, atraviesan por la sala y llevan el

recado á la misma habitación de antes.

CRUDO. Siempre sucede lo mismosi se trata de comer:fueron invitados quincey han venido treinta y tres;hacia un conflicto avanzamosy yo no sé dónde iré.Aquí se vá á, armar la gorday conviene precaver... (Alos mozos.)Adelante! Ahí van las hilas,aquí el tafetán inglés:cloruro de hierro y árnica,las pastillas de Belmer.y un bálsamo de los morosque hace echar hasta la hiél.Por mí, cuando ustedes quieranpuede empezar el belén.

ESCENA XII.

DICHO, E I , INSPECTOR, DON BALDOMERO.

INSP. Quien manda no se propasaCRUDO. Mi señor llega.INSP. Atención.CRUDO. Cómo entró uated en el salón?INSP. Como Pedro por su casa.

(Sale Don Baldomero; se vá el Criado.)INSP. Buenas noches.BAL. Buena pieza!INSP. Me manda el gobernador

para hacerle á usté un favor.BAL. Agradezco la fineza.

! INSP. Algunos de mal pelaje[ con usted quieren hablar,i BAL. Pues si vienen á cobrar

Page 29: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

NV 246 J. DE FUEtíTE-5 Y C. SOLSONA.—'VOZ DEL- PUEBLO... 605

pudieron ahorrarse el viaje.INSP. Hay alguna agitación,

sacuda la gente el ocio,y dicen que no as negocioeso de la imposición.

BAL. Y la autoridad recela?INSP. Y en recelar haca bien:

usté no se marcha al trenpasando por la Zarzuela.

BAL. Conmigo está la opinión,que de arriba es el destello.

INSP. NO le pase"8, usté aquelloque le pasó á San Antón:su gloria fue pasajera:quieto aquí y aguante y calle,y no salga usté á la callesin ponerse la alambrera.

BAL. NO salir1? Y por qué no1!INSP. La muerte...BAL. Impla y nefanda.INSP. El gob3rnador lo manda,

y la alambrera soy yo.Ahora apostaré la gente,por si ocurre una quimera.Por dónde estaba escalera1!

BAX. Por aquel paso.INSP. Corriente.

ESCENA XIII.

D. BALDOMERO, después GLORIA, despuss MATILDE,deipues VIRTUDRÜ , después ÁNGEL , después elCRIADO; todos salen pop el foro, y todos se van porel cuarto de MATILDE, menos el CRIADO, que se

quedará en escena.

BALD. Honra, decoro, ilusiones,delicadeza, pudor,servidurabre¿agradecida,amigos del corazón.Dónde estáis1! Quién os detiene?Por qué no venia'! ¡Gran Dios!aquí donde se confundenla perfidia y la traición,y los amigos perdidoscon las mujeres de honor"!Tranquila está el alma miaque nunca por mi temió,ni como arrastrar cadenani morder el eslabónsi jandan sueltos por el mundo.tantos hombres como yo.(Sale Gloria compungida.)

GLORIA. Dicen que voy á una casa (Rápidamente )de mal aspecto exterior: •dicen que te he deshonrado,dicen de Luis... iqué se yo!

¡Jura si eres padre, juraqué serás mi vengador!

BALD. Juro por estacadena,no juro por el relojpor que me parece á mique lo tiene el inspector.

GLORIA. Basta, padre, no prosigas.Ay!

BALD. Qué es oso1!

GLOMA. El corazón! (Se va.)MAT. Baldomcro!BALD. Hola, señoral

A qué viene usted?MAT. A eso voy.

Dicen que tu secretario (Muy rípidameate.)me quiere hacer el amor,dicen que vas á presidio,y te lleva la opinión.Qué golpes sufren algunos:qué desgraciada que soy!Harás matar al que dicenque esas cosas inventó?

BALD. Si Gloria se casa al puntotomaré venganza atroz.

MAT. Y con quién ha de casarse?BALD. Con Agramonte.MAT. (Grito.) Eso no.BALD. Luego es cierto lo que dicen:

luego es cierto ese rumor,luego Agramonte te suelerequebrar no estando yo!Luego es tu amante ese hombre?

MAT. E S otra cosa peor. (Explosión )BALD. (ira.) Di lo.MAT. NO me dá la gana.BAL. Pues gracias.MAT. ^ (Sentimiento.) Adiós!B.«.. (ídem.) Adiós*VIRT. Voy á contarle á usté un cuento

ahora que es buena ocasión.BAL. Otra! Si llega usté hablar

la voy á dejar sin voz:Por aquí se sube arribay si allí le dá la toay quiere bajarse abajo,se baja por el balcón.(Durante esto3 versos, Virtudes espantadapor la acometida hace todo género de demos-traciones ridiculas de indignación y de sor-presa. Aparece Ángel mientras D. Baldóme»ro mira al interior de la habitación por dondese vá Virtudes.)

ÁNGEL. Allí está. Pobre infeliz,si supiera! Pero no. . .

BAL. Ángel!AWJEL. Al fin habrá duelo

y como Amigo aquí estoy.

Page 30: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

606 REVISTA EUROPEA.—10 DE NOVIEMBRE DE 4878. N.° 246

BAL. Y la gente convidadaha abandonado el salón?

ANGKL. Allí están bailando solos,y asi lo pasan mejor"

BAL. NO sé nada, y lo sé todo.ÁNGEL. Si usted quisiera que yo

le aclarase alguna duda...BALI». NO hace falta.ÁNGEL. ES un pr'mor,

lo que corre por ahí;hay un auto de prisión.

BALD. Ya me ha mandado un agenteel señor gobernador.

ÁNGEL. Pues entonces, hasta luego.Voz del pueblo, voz de Dios. (Se vs.)(Aparece el Criado.)

CRIADO. Que baje usté en seguida,que le llama el inspector.

BALD. Padre, marido, banquero,hombre influyente y de acción,síndico de quince días,elegido y elector,fíese usté del catastroy crea usté en el padrón.

CRIADO. Que esperan!BALD. Vamos andando.CRIADO. ¿Quiere usté lnzíBALD. NO señor.

(Concluirá.)

J. DE FUENTES.—C. SOLSOHA.

MISCELANP^A

DESCUBRIMIENTO GEOLÓGICO.

El profesor 1§now, miembro de la expedicióncientífica proyectada por la Universidad de Kan-sas, á unas 300 millas al Este de Denver, capitalde Colorado, ha hecho este año un descubrimien-to geológico muy importante. Consiste en un rep-til ó lagarto colosal, tan bien conservado que aunpresenta porciones de la piel. Hasta aquí los geó-logos habian encontrado centenares de muestrasde saurianos tan sólo en huesos pelados, de mane-ra que el hallazgo de la piel de dicho animal 63cosa nueva para la ciencia.

HALLAZGO DE VULCANO.

En una reciente conferencia en Eochester, elprofesor Swif t describió de la manera siguiente elhallazgo del planeta Vulcano, durante el eclipsetotal de sol de Julio:

"Habia de«idido,-- dijo,—dedicar parte del

tiempo á buscar el planeta intermercurial, quesostiene Lescarbault haber visto en 1859, y en cuyaexistencia creía firmemente Leverrier. Pero poruna equivocación, me vi compelido á limitar elcampo de mis observaciones á esa parte del Oestedel eclipse y de este modo descubrí á Vulcano.

Sabia que las cartas fijaban una estrella brillan-te entre Mercurio y el sol, más así que vi dos dela misma magnitud, no me quedó duda que ha-bia encontrado el planeta cuya aparición habiapredicho Leverrier.

Desde luego senté la siguiente nota en mi dia-rio :

"He visto dos estrellas unos 3o al S. O. del sol,aparentemente de quinta magnitud, separadas 12minutos,—indicando hacia el sol, ambas rojas.Cuando volvimos á la posada, después del eclip-se, supe que el profesor Watson habia visto lasmismas estrellas, aunque sin datos definidos, pu-diendo solo decir que los cuerpos que él vio se ha-llaban al Sudoeste del sol. Por tres minutos deanticipación le corresponde la prioridad en el des-cubrimiento. Que Vulcano fue el planeta que yovi, no tengo ahora la menor duda. |La razón queme movió á guardar silencio sobre esto, fue queno estaba absolutamente cierto de que no habiaen las cartas la estrella correspondiente al cuerpoque yo vi; mas asi que me cercioré de la verdadde mis conjeturas, juzgué que podia con confian -za publicar el resultado Miz de mis observacio-

nes."

LA MADEE DE LOS GEACOS.

En la vía de San Gregorio, á una profundidadde tres pies bajo el nivel de las calles de Roma, seha hecho un reciente é interesante descubrimien-to. Cerca del pórtico de Octavia se ha desenterra-do un pedestal en que está inscrito el siguienteletrero en latin: Opns Tisicratis, Cornelia Africa-nis Gracorum. Dicho pedestal, según esto, evi-dentemente, sirvió para montar la estatua de lamadre de los Gracos, que, al decir de Plinio seerigió primero en el pórtico de Mételo y que deallí se trasladó al de Octavia, muy inmediato. Sehallaba en una posición sentada, y se hacia nota-ble por la forma de las sandalias, habiéndose ta-llado la inscripción en la base con toda probabili-dad cuando se trasladó la estatua al último pórticomencionado: mide 5 pies de largo, 2 de alto y 4 deancho. Hó aquí la única obra de arte, referente áaquella famosa matrona, que se ha encontradohasta ahora, aunque hay buena razón para esperarque se encuentre la estatua misma no lejos de allí,y que se tropiece pronío con ella. Del escultor quela esculpió, discípulo, como se sabe, de Lisipo,existen otras varias obras en las galerías de Roma.

Page 31: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

W.° 246 MISCELÁNEA..— TEATB09.—BIBLIOGRAFÍA. 607

RELIQUIAS INDIAS.

Se ha verificado un descubrimiento que quizáresulte de interés para los anticuarios, en la ca-becera de Johnston, condado de Providenca, Estado de Rhode Island. La exacta localidad delhallazgo es á unas doscientas yardas al norte do1» «alzada de Killingly, hacienda da campo de laBig Elm (Encina Grande). Mr. H. M. Ángel, dePrevidencia, mientras se ocupaba en sacar pizarraen el sitio mencionado, dio con una estrata demanganeso blando, entre dos venas de pizarra,cosa de seis pies debajo del nivel del terreno. Seremovieron carretones llenoa de piedras pulveri •zadas, sin sospechar siquiera de que eran los es-combros de una mina antigua. Al cabo se llegó ála superficie de la roca da manganeso, la cual es-taba tan curiosamente esculpida que llamó laatención de los cavadores, cubierta como estabatoda ella de huecos y relieves. Tal era, pues, lapiedra, de que se servían los aborígenes para la-brar los platos y demás utensilios. El método deque se valían para eso, se reducía, á tallar la pie-dra circularmente hasta dejar una porción sobre-saliente, la cual se minaba y desprendía, y en se-guida el trozo se ahuecaba y convertía en plato ótaza. Este trabajo se ejecutaba con cuchillos ymartillos de piedra, proporcionando la pizarra losprimeros, por su facilidad de dividirse en láminasy la piedra de manganeso los segundos.

EL TEMPLO DE DIANA.

El timplo da esta diosa en Efeso, fue edificadosiete vasas. Lo quem> Eróstrato en el año 35(5,ánte3 de la Era cristiana, el mismo en que nacióAlejandro el Grande, y en su reedificación se gas-taron doscientos vainte años. Media 425 pies delargo, 235 de ancho, estaba apoyado en 127 colum-nas, de 00 pies de alto, regaladas por varios príncipas, laboriosameuts esculpidas, eran de mármolde Par03y pesaban 150 toneladas. Sus decoracio-nes interiores consistían en oro, pinturas y está -tuas de los grandes maestros Scopas Apeles,Praxíteles, Parrhasio y la escultora Timarete.Los sacerdotes eran emasculados y las vírgenessagradas pertenecían á las familias más aristo-cráticas. Los godoí acabaron de destruirlo en 260.En 1300 los turcos completaron la destrucción detodo3 los edificios del culto, que ahora se ha tras-ladado á Ajasoleck, dos millas del sitio en que sehallaba el templo dedicado á Diana.

EL LUJO DE LOS ROM AMOS.

De todos loa artículos de lujo y ostertacion queconocieron los romanos, parece que Ia3 perlas fue-ron las más estimadas por ellos. Las usaban entodas las partes del traje, y tal era la diversidadde sus tamaños, pureza y valor, que las habia ápropósito para llevarlas las dif erentss clases de quese componía aquella ostentosa sociedad, desde lasque se compraban por un as hasta las que valíanuna fortuna colosal. Los famosos pendientes deperlas de Cleopatra, se dice que no costaron menosde 800.000 liras y de Julio César se cuenta que re-galó á Servilia, madre de Bruto, una perla por lacual dio an monedas de oro 240.000. Y aunqueno pueda oponerse duda razonable á la extremadaexageración da ésta y etros asertos semejantes, estáfuera de sospecha el hecho de que entonces se pa -gabán enormes precios por las perlas más gran-des y hermosas. Dícese que el deseo de adueñarsede las que se suponía abundaban en la Bretaña,fue uno de los motivos que indujeron á Julio Cé-sar á invadir esa isla. Pero, si bien muchas se en-contraron en varias partes del país, tañían pocovalor por ser pequeñas y estar manchadas. Des-pués de las perlas y los diamantes, lo que másapreciaban los romanos eran las esmeraldas.

TEATROS.

En la semana próxima se estrenará en el teatroEspañol la nueva obra de D. Mariano Catalina,titulada Alicia, á la que seguirá otra producciónnu,eva de D. Enrique Gaspar, que lleva por título.El problema, y cuyos ensayos han dado ya princi-pio. Sara cuando terminen las representaciones dedichas obras, se dispone el drama Theudis, del se-ñor Sánchez de Castro, que se viene anunciandohace algún tiempo.

• • * •En el teatro de la Comedia se preparan también

algunas obras nuevas para cuando deje de repre-sentarse la del Sr. Blasco, que ahora se está po-niendo en escena, titulada El bastón y el sombrero.

Entre las más próximas á estrenarse figuran:una de D. Miguel Echegaray, que ya se anunciaen los carteles con el título de Cómo se empieza;otra titulada Soledad, del Sr. Blasco, y otra deD. José María Diaz.

+

Tampoco deja de mostrar actividad y constantedeseo de complacer al público la empresa del tea-tro Eslava, en el cual se disponen para la mayorbrevedad dos nuevas obras ea dos actos, tituladasEntre des manzanos y Burlarse de la muerte.

Page 32: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · REVISTA EUROPEA. NÚM. 246 10 DE NOVIEMBRE DE 1878. AÑO v. Uíib MnCiúlntb Uíi üniBrU BERNARDO DE ALDANA Á HUNGRÍA EN 1548. Introducción.

608 REVISTA EUROPEA. 1 0 DE NOVIEMBRE DE 1 8 7 8 . N.° 246

BIBLIOGRAFÍA.

Manual de Física popular ilustrada, por D. Gu-mersindo Vicuña, ingeniero industrial, doctor enciencias y catedrático de la Universidad Central.Un volumen en 8." de 230 páginas, con grabados.

Este nuevo libro constituye el primer tomo de,la Biblioteca enciclopédica popular ilustrada, queha empezado á publicarse en esta corte con las si-guientes bases:

Se divide en seis secciones, á saber: 1.a Manua-les de artes y oficios.—2." Agricultura, cultivo yganadería.—3.a Conocimientos útiles.—4.a Histo-ria.—5.a Eeligion.—6.a Eeereativa.

Cada sección constará de unos 150 tomos, y sepublicará uno por semana.

La suscricion puede hacerse á todas ó cada unade las secciones.

El precio en la Península es el de 4 rs. (tomo,por secciones, y 6 rs. cada tomo suelto.

Administración, calle del Doctor Fourquet, nú-mero 7, Madrid.

Historia de la filosofía griega. Escuelas ante-riores á Sócrates. Breve exposición de sus doctri-nas y enseñanzas, por D. Ricardo Beltran y Róz-pide, doctor en Filosofía y Letras. Un volumenen 8.°, de 200 páginas. Madrid, 1878.

Se vende al precio de 8 rs. en la casa editorialde Medina. (Amnistía, 12.)

La historia de la civilización y la esencia de lanaturaleza, por M. du Bois Reymond. Un tomoen 8.°, de 120 páginas. Madrid, 1878.

Se halla de venta al precio de 4 rs. en la casaeditorial de Medina. (Amnistía, 12.)

El derecho y la moralidad, por D. Leopoldo.Alas. Un volumen en 8.°, de 170 páginas. Ma-drid, 1878.

Se vende al precio de dos pesetas en la casaeditorial de Medina, Amnistía, 12.

Quiebras del o/icio. Comedia en un acto y enverso, arreglada á la escena española, por D. Pe-dro María Becerra. Madrid, 1878.

Se halla de venta al precio de una peaeta en la.casa editorial de Medina, Amnistía, 12.

La gran tribu, Dila ó la virtud negra. Novelasoriginales de D. Joaquín Velazquez Arenas.

Dos tomos en 8.°, de 260 páginas. Valencia,1877 y 1878.

Se venden á 4 reales cada tomo en la casa edi-torial de Medina, Amnistía, 12.

Los dramas del hogar, escritos por AlejandroDumas, Paul Feval, Bexbhet, Deslys y Lamartine, traducción de D. J. Esteve. Un volumenen 8.°, de 240 páginas. Valencia., 1878.

Se halla de venta al precio de 4 reales en la ca-sa editorial de Medina, Amnistía, 12.

Obras de D. José María de Pereda: Escenasmontañesas, colección de bosquejos de costumbres.—Tipos y paisajes.—Bocetos al temple.—Ti-pos trashumantes, croquis á pluma.

Se venden en la casa editorial de Medina (Am-nistía, 12), al precio de 12 rs. las tres primerasobras, y 8 la última, lo mismo en Madrid que paraprovincias.

Crónica de la música, interesante revista sema-nal de todo lo concerniente al divino arte en Es-paña y en el extranjero.

Se ha publicado el uúm. 7, con su correspon-diente entrega de ocho páginas de la Bibliotecamusical. Hé aquí el sumario:

TEXTO—I. ¡Basta da privilegios! Recuerdo delparalelo del Sr. Barbieri entre el teatro Real y elde la Zarzuela.—II. Nicolás Ruiz Espadero, au-tor del Cauto del esclavo; apuntes biográficos ybibliográficos.—III. El resultado de la subastadel teatro Real.—La proposición del Sr. Robles.— IV. Armonías artístico comerciales.—Las des-dichas de M. Bord.—V. Los teatros líricos.—VI. Los teatros de verso.—Vil. Noticias varias.—VIII. Anuncios.

MÚSICA.—El canto del esclavo, por N. R. Espa-dero, transcripción para piano por el mismo au-tor.

Administración: Amnistía, 12, bajo derecha.