Revista dia poesia
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ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE RIO BUENO
BIBLIOTECA PUBLICA MUNICIPAL 201
JORGE ALESSANDRI RODRIGUEZ
Marzo 2016
La poesía es el sentimiento que le sobra al corazón y te sale por la mano.
Carmen Conde
La poesía se escribe cuando ella quiere.
José Hierro
LA NOCHE
GABRIELA MISTRAL (Chile)
Porque duermas, hijo mío,
El ocaso no arde más:
No hay más brillo que el rocío,
Más blancura que mi faz.
Porque duermas, hijo mío,
El camino enmudeció:
Nadie gime sino el río;
Nada existe sino yo.
Se anegó de niebla el llano.
Se encogió el suspiro azul.
Se ha posado como mano
Sobre el mundo la quietud.
Yo no sólo fui meciendo
A mi niño en mi cantar:
A la Tierra iba durmiendo
Al vaivén del acunar.
LA REINA
PABLO NERUDA (Chile)
Yo te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas.
Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas.
Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
Nadie te reconoce.
Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
La alfombra de oro rojo
Que pisas donde pasas,
La alfombra que no existe.
Y cuando asomas
Suenan todos los ríos
En mi cuerpo, sacuden
El cielo las campanas,
Y un himno llena el mundo.
Sólo tú y yo,
Sólo tú y yo, amor mío,
Lo escuchamos.
AUSENCIA
JOSE LUIS BORGES (Argentino)
Habré de levantar la vasta vida
Que aún ahora es tu espejo:
Cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
Cuántos lugares se han tornado vanos
Y sin sentido, iguales
A luces en el día.
Tardes que fueron nicho de tu imagen,
Músicas en que siempre me aguardabas,
Palabras de aquel tiempo,
Yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
Para que no vea tu ausencia
Que como un sol terrible, sin ocaso,
Brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
Como la cuerda a la garganta,
El mar al que se hunde.
VIENTO OCTAVIO PAZ (Mexicano)
Cantan las hojas,
bailan las peras en el peral;
gira la rosa,
rosa del viento, no del rosal.
Nubes y nubes
flotan dormidas, algas del aire;
todo el espacio
gira con ellas, fuerza de nadie.
Todo es espacio;
vibra la vara de la amapola
y una desnuda
vuela en el viento lomo de ola.
Nada soy yo,
cuerpo que flota, luz, oleaje;
todo es del viento
y el viento es aire siempre de viaje.
CRECE EN LA PLAZA EN SOMBRA
ANTONIO MACHADO (Español)
Crece en la plaza en sombra
el musgo, y en la piedra vieja y santa
de la iglesia. En el atrio hay un mendigo...
Más vieja que la iglesia tiene el alma.
Sube muy lento, en las mañanas frías,
por la marmórea grada,
hasta un rincón de piedra... Allí aparece
su mano seca entre la rota capa.
Con las órbitas huecas de sus ojos
ha visto cómo pasan
las blancas sombras en los claros días,
las blancas sombras de las horas santas.
EL LLANERO
JOSÉ SANTOS CHOCANO (Perú)
En su tostada faz algo hay sombrío:
tal vez la sensación de lo lejano,
ya que ve dilatarse el océano
de la verdura al pie de su bohío.
El encuadra al redor su sembradío
y acaricia la tierra con su mano.
Enfrena un potro en la mitad de un llano
o a nado se echa en la mitad de un río.
El, con un golpe, desjarreta un toro;
entra con su machete en el boscaje
y en el amor con su cantar sonoro,
porque el amor de la mujer ingrata
brilla sobre su espíritu salvaje
como un iris sobre una catarata...
ABISMOS
LUIS MUÑOZ RIVERA (Puerto Rico)
Dios puso en los abismos del espacio
esos vapores tenues,
que, en nube convertidos, se coloran
con tinta suave cuando el alba viene.
La nube engendra el rayo
que esparce por doquier estrago y muerte:
¡culpad a Dios, que derramó en la altura
del huracán el germen!
Dios puso en el cerebro esas ideas
que poderosas crecen
y, comprimidas sin piedad, estallan
soberbias, indomables y rebeldes.
La rebelión engendra
brisas de fuego y ráfagas de muerte:
¡culpad a Dios que puso en el cerebro
del huracán el germen!
HOY TU TIEMPO ES REAL
MARIO BENEDETTI (Uruguay)
Hoy tu tiempo es real, nadie lo inventa
Y aunque otros olviden tus festejos
Las noches sin amos quedaron lejos
Y lejos el pesar que desalienta.
Tu edad de otras edades se alimenta
No importa lo que digan los espejos
Tus ojos todavía no están viejos
Y miran, sin mirar, más de la cuenta.
Tu esperanza ya sabe su tamaño
Y por eso no habrá quién la destruya
Ya no te sentirás solo ni extraño.
Vida tuya tendrás y muerte tuya
Ha pasado otro año y otro año
Les has ganado a tus sombras, aleluya.
REENCUENTRO
EDUARDO MITRE (Bolivia)
Entré en el bosque,
A su pleno corazón
De silencio y luz inmóvil.
Con voz queda dije
Tu nombre y otros nombres
Como quien escribe
En el aire
Para memoria de los árboles.
Más no movió ninguna hoja
El álamo ni el roble.
Ni una sola rama el sauce.
Igual de indiferentes
Pasaron
(Felices en su vuelo)
Un mirlo y dos gorriones.
De pronto
El viento mago
Sacudió nubes y follajes:
Se encendió el relámpago
Y entré en la lluvia
Contigo y los ausentes.
CUANDO LLEGUES A AMAR
RUBEN DARIO (Nicaragüense)
Cuando llegues a amar, si no has amado,
Sabrás que en este mundo
Es el dolor más grande y más profundo
Ser a un tiempo feliz y desgraciado.
Corolario: el amor es un abismo
De luz y sombra, poesía y prosa,
Y en donde se hace la más cara cosa
Que es reír y llorar a un tiempo mismo.
Lo peor, lo más terrible,
Es que vivir sin él es imposible.
AL OÍDO DEL LECTOR
JOSE ASUNCION SILVA (Colombia)
No fue pasión aquello,
Fue una ternura vaga
Lo que inspiran los niños enfermizos,
Los tiempos idos y las noches pálidas.
El espíritu sólo
Al conmoverse canta:
Cuando el amor lo agita poderoso
Tiembla, medita, se recoge y calla.
Pasión hubiera sido
En verdad; estas páginas
En otro tiempo más feliz escritas
No tuvieran estrofas sino lágrimas.
CASIQUIARE
ANDRÉS BLANCO (Venezuela)
Ciudadano venezolano,
Casiquiare es la mano abierta del Orinoco
Y el Orinoco es el alma de Venezuela,
Que le da al que no pide el agua que le sobra
Y al que venga a pedirle, el agua que le queda.
Casiquiare es el símbolo
De ese hombre de mi pueblo
Que lo fue dando todo, y al quedarse sin nada
Desembocó en la muerte, grande como el océano.
DÉJAME SER
JOSEFINA BLANCO ( Paraguay)
Deja llevarme mi última aventura.
Déjame ser mi propio testimonio,
Y dar fe de mi propia
Desmemoria.
Déjame diseñar mi último rostro,
Apretar en mi oído los pasos de la lluvia
Borrándome el adiós definitivo.
Déjame naufragar asida
A un paisaje, una nube,
Al vuelo humilde de un gorrión,
A un brote renaciente,
O siquiera al relámpago
Que abra en dos mi último cielo.
Sujétame los brazos.
Engrilla mis tobillos,
Empareda mis párpados.
Pero tatuada una flor en la pupila,
Crucificada un alba debajo de la frente,
Acurrucado un beso en la raíz de la lengua,
Déjame ser mi propio testimonio.
PROFUNDIDAD
JORGE DEBRAVO (Costa Rica)
He aprendido a mirar de una manera más viva:
Como si mis abuelos por mi sangre miraran;
Como si los futuros habitantes
Alzaran mis pestañas.
Yo no miro la piel sino lo que en la piel
Es fuego y esperanza.
Lo que aún en los muertos
Sigue nutriendo razas.
Lo que es vida y es sangre
Tras la inmovilidad de las estatuas.