Revista de la Universidad de México - Tres libros históricos de … · 2014-02-22 · delña....

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I' 1V1 s e e . I , a n e a Jorge von Ziegler Tres libros históricos de Martín Luis Guzmán H acia 1930. Martln Luis Guzmán reco- rrió. en busca del esplritu de Francisco Javier Mina. los caminos de Navarra. Ara- gón. Catalutla y el sur de Francia. y los papeles -no menos accidentados o sinuo- sos- de los archivos históricos de Parls, Burdeos. Madrid y Pamplona. A veces. de un cansado viaje obtuvo apenas una o dos nneas; pero ciertos bosques, pueblos y for- talezas lo proveyeron de imágenes para suntuosas descripciones de escaramuzas y batallas. Ayudado por el azar, además tro- PElZÓ con hechos y figuras relacionadas con Mina y su tiempo pero dignos de páginas aparte. Ordenó las cosas vistas, imaginadas y leidas y escribió Javier Mina. héroe de EspafIa y de México y. con un estilo menos elaborado pero no menos admirable. Fila- delña. para!so de conspiradores y Piratas y corsarios. Del esfuerzo exigido por un libro ambicioso, la casualidad hizo brotar dos de- licados entremeses. Si tanto debe Guzmán a dicho esfuerzo. otros de la misma época. en cambio. fracasaron. Asl una biograffa de Drake y un libro sobre el Golfo de México. Participe de la Revolución. antes de 1930 Martln Luis Guzmán. escribiendo, habla sido cronista. critico y novelista de "las cues- tiones palpitantes de México". al decir suyo. Palpitaban tanto, que Plutarco Ellas Calles quiso prohibir la circulación de" La sombra del caudillo. novela editada en Espa- tia por Espasa-ealpe. Convencido por Ge- naro Estrada, desistió de ello: prohibida, la novela circularfa más. y el acto de prohibi- ción le atraerfa todo género de censuras. Pero no dejó de fijar un precio a su tole- rancia: la editorial. bajo amenaza de ver suprimida su agencia en México. habla de prometer no publicar ningún libro de Guz- mán de tema posterior a 1910. La literatura de Martln Luis Guzmán se vio obligada a remontar. en el pasado. esa fecha ilustre. AsI explicó Guzmán a Emmanuel Carballo. en 1958. sus únicos relatos situados en épocas distintas de nuestro siglo. Los métodos de Guzmán. si no la prosa, cambiaron. Ya no fue el observador intacha- ble de hechos y circunstancias dignos de un libro. el escritor para quien ver era la con- dición de escribir. Segula dependiendo de estlmulos ffsicos. pero en esas montatlas y ciudades que visitaba ya no se movla un °0 .ejército o se levantaba un pueblo en armas. Le era preciso reconstruir, a partir de im- posibles informes históricos. a partir de matlanas y atardeceres de 1930 que pudie- ron ser como los de 1809 o 1815. la vida y las agitaciones de otra época. Y de ser un cronista de las "cuestiones palpitantes". se obligaba ahora a hacer palpitar las pasio- nes pollticas del pasado. El primer titulo de la vida de Mina fue Mina el mozo. héroe de Navarra. El libro no es un trabajo de historia. sino un mero ejercicio de literatura. ¿Por qué razón? La sola voluntad de Martln Luis Guzmán es hacer que los acontecimientos se sucedan con la fluidez y la tersura de un rlo sin caldas: problema de narrador, no de historiador. Que el objeto principal de su trabajo es el relato. lo de- muestra su cabal estilo de crónica. Guzmán no pierde un instante en consideraciones pollticas o sociales sobre los sucesos que . contempla; escritor reflexivo en otras pá- ginas, aqul deposita toda su moral en unos pocos adjetivos reticentes. Tampoco se demora en discutir fuentes históricas o setlalarlas. Expone como si todo le fuera conocido, como si todo fuera claro y evi- dente. Los hechos se encadenan unos a otros como consecuencias lógicas, como alegres concatenaciones de circunstancias destinadas a un fin previsto. Mina es un per- sonaje sin pliegues ni honduras. La palabra "héroe" lo resume sin más. El nacer de su conciencia patriótica, la formación de su convicción polltica. la afirmación de su vo- 56 ca ción militar y libertaria, los abismales dile- mas morales que sorteó en su rápida vida, importan menos a Guzmán que los ardides que empleó ante franceses y españoles en' brillantes compases de guerra. Mina es un personaje capaz de interpretaciones poll- ticas, psicológicas, morales y sociológicas sin término. A Guzmán sólo le interesaron sus hechos. Pero su virtud está en inducir en el lector, a partir de esas transparentes informaciones, la sospecha de que son ma- nifestaciones de una vida infinitamente compleja. Mina encarna, a su modo, el esplritu de su época. Al suyo, Diego Correa, transformado en Antonio Gorbalán para el mejor logro de su propósito, novelado con humor en Fi- ladelfia. para/so de conspiradores. Ante una España humillada por la decadencia y la in- vasión francesa, Mina es el héroe limpio cuyas razones ponticas se reducen a dos o tres principios intachables; Correa, el pa- triota obnubilado por las confusiones del momento. Mina gravita en las esferas de lo admirable y lo sublime; Correa. en las de la risa y el ridlculo. No podlan convivir en el mismo libro, no obstante cruzarse sus historias en algún punto. Mina propicia pági- nas de respiración épica; Correa, un relato de tono menor. Sin embargo, Filadelfia, para/so de conspi- radores es complemento de la biografla de Mina para construir una imagen viva de los agitados comienzos del siglo XIX. En los veintisiete capltulos de Mina, Guzmán traza un suceder menos complicado que el de los ocho de Filadelfia, para/so de conspira- dores. En la enredada historia de Diego Co- rrea se cruzan los hilos de todas, o casi todas, las intenciones pollticas y éticas del momento, no siempre claras. Si en Mina las posiciones obedecen a una lógica es- cueta, en este relato hemos de razonar, oc

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I ' 1V1 s e e . I,a n e a

Jorge von Ziegler

Tres libros históricosde Martín Luis Guzmán

Hacia 1930. Martln Luis Guzmán reco­rrió. en busca del esplritu de Francisco

Javier Mina. los caminos de Navarra. Ara­gón. Catalutla y el sur de Francia. y lospapeles -no menos accidentados o sinuo­sos- de los archivos históricos de Parls,Burdeos. Madrid y Pamplona. A veces. deun cansado viaje obtuvo apenas una o dosnneas; pero ciertos bosques, pueblos y for­talezas lo proveyeron de imágenes parasuntuosas descripciones de escaramuzas ybatallas. Ayudado por el azar, además tro­PElZÓ con hechos y figuras relacionadas conMina y su tiempo pero dignos de páginasaparte. Ordenó las cosas vistas, imaginadasy leidas y escribió Javier Mina. héroe deEspafIa y de México y. con un estilo menoselaborado pero no menos admirable. Fila­delña. para!so de conspiradores y Piratas ycorsarios. Del esfuerzo exigido por un libroambicioso, la casualidad hizo brotar dos de­licados entremeses. Si tanto debe Guzmána dicho esfuerzo. otros de la misma época.en cambio. fracasaron. Asl una biograffa deDrake y un libro sobre el Golfo de México.

Participe de la Revolución. antes de 1930Martln Luis Guzmán. escribiendo, habla sidocronista. critico y novelista de "las cues­tiones palpitantes de México". al decirsuyo. Palpitaban tanto, que Plutarco EllasCalles quiso prohibir la circulación de" Lasombra del caudillo. novela editada en Espa­tia por Espasa-ealpe. Convencido por Ge­naro Estrada, desistió de ello: prohibida, lanovela circularfa más. y el acto de prohibi­ción le atraerfa todo género de censuras.Pero no dejó de fijar un precio a su tole­rancia: la editorial. bajo amenaza de versuprimida su agencia en México. habla deprometer no publicar ningún libro de Guz­mán de tema posterior a 1910. La literaturade Martln Luis Guzmán se vio obligada aremontar. en el pasado. esa fecha ilustre.AsI explicó Guzmán a Emmanuel Carballo.en 1958. sus únicos relatos situados enépocas distintas de nuestro siglo.

Los métodos de Guzmán. si no la prosa,cambiaron. Ya no fue el observador intacha­ble de hechos y circunstancias dignos de unlibro. el escritor para quien ver era la con­dición de escribir. Segula dependiendo deestlmulos ffsicos. pero en esas montatlas yciudades que visitaba ya no se movla un

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.ejército o se levantaba un pueblo en armas.Le era preciso reconstruir, a partir de im­posibles informes históricos. a partir dematlanas y atardeceres de 1930 que pudie­ron ser como los de 1809 o 1815. la vida ylas agitaciones de otra época. Y de ser uncronista de las "cuestiones palpitantes".se obligaba ahora a hacer palpitar las pasio­nes pollticas del pasado.

El primer titulo de la vida de Mina fue Minael mozo. héroe de Navarra. El libro no es untrabajo de historia. sino un mero ejercicio deliteratura. ¿Por qué razón? La sola voluntadde Martln Luis Guzmán es hacer que losacontecimientos se sucedan con la fluidez yla tersura de un rlo sin caldas: problema denarrador, no de historiador. Que el objetoprincipal de su trabajo es el relato. lo de­muestra su cabal estilo de crónica. Guzmánno pierde un instante en consideracionespollticas o sociales sobre los sucesos que

. contempla; escritor reflexivo en otras pá­ginas, aqul deposita toda su moral en unospocos adjetivos reticentes. Tampoco sedemora en discutir fuentes históricas osetlalarlas. Expone como si todo le fueraconocido, como si todo fuera claro y evi­dente. Los hechos se encadenan unos aotros como consecuencias lógicas, comoalegres concatenaciones de circunstanciasdestinadas a un fin previsto. Mina es un per­sonaje sin pliegues ni honduras. La palabra"héroe" lo resume sin más. El nacer de suconciencia patriótica, la formación de suconvicción polltica. la afirmación de su vo-

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cación militar y libertaria, los abismales dile­mas morales que sorteó en su rápida vida,importan menos a Guzmán que los ardidesque empleó ante franceses y españoles en'brillantes compases de guerra. Mina esun personaje capaz de interpretaciones poll­ticas, psicológicas, morales y sociológicassin término. A Guzmán sólo le interesaronsus hechos. Pero su virtud está en induciren el lector, a partir de esas transparentesinformaciones, la sospecha de que son ma­nifestaciones de una vida infinitamentecompleja.

Mina encarna, a su modo, el esplritu de suépoca. Al suyo, Diego Correa, transformadoen Antonio Gorbalán para el mejor logro desu propósito, novelado con humor en Fi­ladelfia. para/so de conspiradores. Ante unaEspaña humillada por la decadencia y la in­vasión francesa, Mina es el héroe limpiocuyas razones ponticas se reducen a dos otres principios intachables; Correa, el pa­triota obnubilado por las confusiones delmomento. Mina gravita en las esferas de loadmirable y lo sublime; Correa. en las de larisa y el ridlculo. No podlan convivir enel mismo libro, no obstante cruzarse sushistorias en algún punto. Mina propicia pági­nas de respiración épica; Correa, un relatode tono menor.

Sin embargo, Filadelfia, para/so de conspi­radores es complemento de la biografla deMina para construir una imagen viva de losagitados comienzos del siglo XIX. Enlos veintisiete capltulos de Mina, Guzmántraza un suceder menos complicado que elde los ocho de Filadelfia, para/so de conspira­dores. En la enredada historia de Diego Co­rrea se cruzan los hilos de todas, o casitodas, las intenciones pollticas y éticas delmomento, no siempre claras. Si en Minalas posiciones obedecen a una lógica es­cueta, en este relato hemos de razonar,

oc

M s e e I...

,a n e a

Cristina Múgica

El exilio como condición humanamás allá de un irónico costumbrismo Y delagrado de una trama amena, la ambigüedadesencial de la historia humana.

La tercera parte de la trilogía es Piratas ycorsarios, retablo de seis piezas cortas.Mina pertenece a la épica; Filadelfia, para/sode conspiradores, a la comedia; Piratas y cor­sarios, a la novela del mar. Guzmán, en estepequeflo libro, pinta episodios de esa bio­grafía del Golfo de México que soM termi­nar. Su título anterior, Mares de fortuna,describe con vigor el papel de ese espaciode la aventura. Sus héroes -Barba-Negra,Jean Lafine, Gregor MacGregor, MacDonaldy Luis Aury- no viven dilemas pollticos omo'rales, sino situaciones oportunas paraprobar la suerte. En las revoluciones de in­dependencia hispanoamericanas, ven laocasión de intentar ambiguas empresaslibertarias o rapiflas que son -por el· solohecho de hacer víctima al imperio espaflol­justas. Al mismo tiempo, son piratas ycorsarios. Cada uno -salvo Barba-Negra­ayuda a Martín Luis Guzmán a exponerla subversión de valores y la ambigüedadética de todo tiempo revolucionario.

Hay quien dice que el libro sobre Mina esuna novela. Decirlo es caer en la novela,es decir, en la ficción. Otros se contentancon llamarlo biografía. No es una cosa ni laotra. Algo parecido ocurre con Filadelfia,para/so de conspiradores y con Piratas y cor­sarios. ¿Son crónicas o textos de historia ynovelas cortas? El propio Guzmán lo respon­dió al publicar, en 1960, estos dos librosjunto a los fragmentos "Axkaná Gonzálezen las elecciones" y "Maestros rurales". Eltitulo del volumen fue Filadelfia, para/so deconspiradores y otras historias noveladas.Guzmán no pretendió otra cosa que novelarla historia; en otras palabras: darle aparien­cia de literatura. ¿Cómo? Tratando a sereshistóricos como personajes de la ficción.Procede como narrador realista, no comohistoriador o biógrafo: imagina emociones,pasiones y pensamientos tenuemente hilva­nados a los hechos, y elimina todo rastro demétodo o de ciencia.

Pausa impuesta por las circunstancias a lavocación periodística y reflexiva de MartínLuis Guzmán, estas historias noveladas nolo fueron para sus experimentos con laprosa. En ellas, Guzmán siguió buscandoesa ligereza alada que se convirtió con losafios en el sello de su estilo. Su ideal dela prosa -claridad, concisión y lógica extre­madas- encontró aquí realización absoluta.Con libros de temas lejanos, Guzmán probóuna estética destinada a interesamos en to­das las cosas y a animar, con palabras ysentencias directas pero eficaces, cualquierrealidad. O

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El misticismo judío se abre como con­ciencia en la interacción incesante de

Voz y escritura. En principio sujeto de unalengua "cuyo sentido se hace claro sólo enel momento en que se articula verbalmente"y sujeto que habrá de subvertirse negán­dose a establecer una relación de subor­dinación con la lengua "como condición deproducción del sentido"" en su transcurrirrecuerda que la lectura-escritura del mundoes, ante todo, proferimiento, actualización.Todo acto posee una tendencia que lo signi­fica. El sentido de este acto místico es unotro, un escucha. Y es quizás aquí dondeesta práctica exegética se traduce, en elnivel metodológico, en una perpetua consi­deración de su destinatario: el lector.

La práctica de la mística judía se esta­blece como un vínculo en la tensión entrelengua y escritura; entre recepción y trans­formación -transfiguración; entre lo balájicoy lo anómico;·· entre el otro y el yo -dondeocurre el amor; entre un afuera y un adentro-dialéctica conformadora del yo; a fin decuentas, entre el sentido y el sonido quesomos.

Mundo de relaciones laberínticas cuyocentro se hunde en un Sentido inalcanzable,la ESCRITURA se manifiesta como un surti­dor ininterrumpido.

La continuidad del universo escrituralcabalístico se asienta en el retorno a la pre­gunta por el origen: del cuerpo a la palabray de la palabra a la letra, temblor de la gotade mercurio. La letra, disparadero de laduda, desencadenante del desplazamiento.

Esta autoconciencia de la significación re­sulta la posibilidad misma de la creatividadde una escritura que no se ejercita "en unarelación de subordinación con la lenguacomo condición de su producción de sen­tido, sino básica y primordialmente, comomodo de producción de la lengua misma".La escritura abierta, susceptible de vocali­zarse de distintos modos, es un espaciode libertad. Lugar donde interrogarse yponerse en riesgo. "Terreno arenoso y

• Todas las citas pertenecen al libro de Esthereohen La palabra inconclusa (siete ensayos sobreCábala), UNAM, México, 1991.

.. Lo halájico se refiere a la práctica legislada; loap6mico, a las actividades no reguladas.

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movedizo" en el que ocurren también lapsicología, la estética, la ética y la creaciónhistórica.

" ... Ia lectura, pues, deja de ser un simple(o complejo) problema de método para con­vertirse en una realidad; en una propuestaque involucra una concepción de la vida;una reflexión sobre la Escritura es, de he­cho, una acción sobre el mundo."

Sonido y sentido

"El rollo de la Torá·" -dice Asher en laBarcelona del siglo XIII- está escrito sinvocales para permitir que el hombre lo in­terprete como él lo desee -ya que lasconsonantes sin vocales conllevan variasinterpretaciones y (pueden) dividirse endiversas direcciones."

"La Torá oral precede a la Torá escrita,pero una vez fijada por la letra, la primera nodesaparece. El cablista recupera la segundacomo huella y clave para entender la pri­mera, la utiliza abiertamente para hacerfrente un presente que debe ser llenado conla propia escritura, pero no por esto deja delado la Torá oral, ya que es ella la que posibi­lita la multiplicidad de lecturas y la apropia­ción de su propio destino. Escribir es antetodo, aunque suene paradójico, inclinarsepor la revelación oral." Me detengo en estaparadoja, porque aquí se vinculan sonido ysentido, quizá porque lo que hace patente laletra es la huella de la voz misma o, mejordicho, la Voz que se desgrana en posiblesvoces, vocalizaciones de un texto que es elmundo, pues si "Dios es el único ser quesabe", al hombre, en cambio, "le ha sidoconcedida la facultad del juego, de la experi­mentación; siempre a partir de las leyes decombinación y permutación".

Exilio, escriturB y cfeBción hist6ricB

El misticismo judío, "indisolublemente li­gado al distanciamiento de su propia tierra ymarcado negativamente por la destruccióndel segundo Templo", da cuenta del mito yde la historia del exilio obligado, de la erran­cia. El texto viene siendo territorialidad

••• La Tofá es la Ley entregada a Moisés en el

Monte Sinaf.

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