Revista Colombia Rebelde N.9

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El Frente Internacional Milton Hernández del Ejército de Liberación Nacional, presenta la Edición N.9 de su revista trimestral Colombia Rebelde

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“La sociedad es un animal muy misteri-oso, con muchos rostros y ocultas po-tencialidades, y [...] es un signo de ex-trema miopía creer que el rostro que la sociedad te está presentando en un de-terminado momento es su único rostro verdadero. Ninguno de nosotros conoce

todas las potencialidades latentes en el espíritu del pueblo”. (1)El imperio y sus instituciones de dominación mun-dial, en su prepotencia, desconocen esta tendencia de los pueblos. Son estas potencialidades trans-formadoras, que en muchos momentos parecen perderse por que yacen ocultas en una especie de trasfondo, las cuales brotan con fuerza, en un momento determinado, disparadas como vientos abriendo nuevas situaciones aparentemente sur-gidas de la nada. No siempre la acumulación es visible. Son estos vientos huracanados los que el imperio no es capaz de percibir, mucho menos de destruir, son partes de la memoria histórica que hemos ido construyendo en miles de años los desposeídos, los resis-tentes desde nuestras raíces. Son las energías revolucionarias de la gente popular, de los “con-denados de la tierra”, que no aceptan un orden, un sistema, establecido y dado por siempre.

Sin duda, detrás de las victorias popu-lares que recorren todo el mundo desde hace 25 años, cuan-do la lucha de la na-ción Surafricana -la patria de Mandela- puso fin el criminal sistema del apar-theid, están presen-tes las acumulacio-nes producidas en la conciencia milenaria de la humanidad que marcha inexorable-

mente hacia delante, hacia un mundo más justo, más humano y con sentido de futuro amable con nuestra Madre Tierra. El presidente de Ecuador, el compañero hermano, Rafael Correa, profetizó que “no estamos en un cambio de época sino que vivi-mos una época de cambios”.

La crisis del capitalismo está siendo respondida con luchas emancipadoras que trascienden la resisten-cia puesto que se orientan a materializar cambios en las relaciones sociales. En todos los continentes los pueblos andan movilizados, buscando refundar radicalmente las sociedades y lo asumimos cada día con mayor fuerza y conciencia de transforma-ción. La victoria del pueblo griego en las pasadas elecciones generales, no hace otra cosa que corro-borar esta tendencia de la lucha social animada. Al igual que lo han hecho los pueblos de Nuestra Amé-

Comandante Nicolás Rodríguez Bautista / Primer Comandante del ELN

rica desde hace más de 15 años, encabezados por la Venezuela bolivariana, la revolución bonita liderada por el Comandante Chávez.

El neoliberalismo, ecuación que pretendió ser la alternativa del capi-tal para su revitalización, no resolvió los problemas de hambre

y pobreza, ni tampoco fue propulsor de la universalización efectiva de los derechos humanos a escala planetaria; no

produjo la generalización de un mundo de satisfacción y felicidad para los seres humanos, como prometía. Con

sus dogmas, profundizó el despojo a la humanidad y ha colocado en serio peligro la continuidad de la

vida en el planeta. La guerras desatadas por las fuerzas imperiales, bajo distintas modalidades

y falsas justificaciones, no han sido suficien-te para detener la espiral de las revolucio-nes sociales en transito.

Desapareció la necesidad de darle un rostro humano al capitalismo -el estado de bienestar- ante la implosión y desin-tegración de los proyectos socialistas del este europeo. Sin una paradigma con quien competir y hacerle contención, el camino que asumió el capitalismo fue la radicalización de las privatizaciones y el despojo colectivo a la humanidad y los pueblos, la extensión de la mercantiliza-ción a todos los ámbitos de la sociedad y la adopción de una lógica que niega la vida como condición ética e impulsa una ideología de la muerte.

Para el capitalismo solamente sobrevive quien el mercado –como regulador de la vida y la muerte- elija. Esta selección la hace una minoría ligada a las transnacio-nales; la democracia se redujo a la prác-tica dirigente de esta minoría profundi-zando la dictadura del capital.

Los pueblos de la América Latina mar-caron el camino de revolución como un propósito ineludible para las gentes hu-mildes y excluidas, desterradas y explo-tadas. El pueblo de Caracas, el mismo año que la estatua de Lenin era derriba-

da, salió a las calles de esa ciudad neo-liberalizada, levanto barricadas. Se movili-

zó cuestionadora, indignada e insurgente. Fue el comienzo de una larga caravana de revoluciones donde el sujeto central vie-nen siendo los pueblos indígenas, negros y mestizos, todos ellos con profundas raíces

so- portadas en nuevos valores comunitarios y d e ciudadanía universal.

Cómo un reguero de pólvora se fue mul-tiplicando el ejemplo de que otro mundo, otras sociedades pos-neoliberales, son po-sibles, urgentes y necesarias si queremos pervivir como humanidad. Caracas rompió los lazos del silencio con el que preten-

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día el capitalismo cerrar la historia. El alzamiento de los hijos de Zapata en México en los inicios de la década pasada de los 90 continuo el desafió al sistema.

Los pueblos de Ecuador, Bolivia, Nicaragua, El Sal-vador, Argentina, se movilizaron y se alzaron pro-duciendo la apertura de procesos transformadores, ciudadanos, plurinacionales, abriendo las puertas de la democracia protagónica, de la acción plebeya. La profecía de nuestro Libertador Simón Bolívar de que “Cada cien años nuestros pueblos se levantan para ser libres” unidos, mancomunados, abrazados como fuerza continental para sembrar la indepen-dencia, condición sine qua non para ser libres, se vive en todo el continente.

La soberanía es la principal puerta para garantizar el cumulo de transformaciones que necesitan nues-tras sociedades. Atados a las políticas del imperio norteamericano, sometidos a sus reglas de juego, dependientes y subyugados no es posible direccio-nar la construcción de una nueva sociedad, de una nueva patria nuestramericana.

Toda la amalgama de revoluciones que vive nues-tro continente, con expresiones en el continente de África y las que se han abierto en el continente europeo, expresa la conciencia de una nueva ciu-dadanía universal afincada en una diversidad de pueblos que han sabido resistir milenariamente, con profundo contenido comunitario, afincados en la defensa de los bienes comunes para la felicidad de todos y todas; desde una cosmovisión de cam-bio y de ser insurgentes, es decir, ser protagónicos de los nuevos procesos de cambios.

La indignación ha recorrido todo el mundo. Miles y millones de resistencias populares se han agru-pado y se ha vuelto a reagrupar en las jornadas mundiales de la indignación que cuestionan los ci-mientos del capitalismo. Y este estado floreciente de conciencia es lo que hace posible la apertura de nuevos gobiernos de izquierda, de revoluciones soberanas y democratizadoras en el mundo. Es la fuerza acumulada desde los indignados de la plaza de Madrid en España, los movimientos ocuppy de Estados Unidos y toda esa formidable expresión de lucha mundial de la ira popular y ciudadana, que se movilizó simultáneamente en más de 180 países un mismo día clamando democratización y vida. Grecia es producto de toda esa acumulación de la rabia, de la ansiedad y la ira convertida en espe-ranza de un futuro gestionado con nuestras propias manos y con nuestros principios orientadores de nueva humanidad.

El camino se sigue ampliando con la conciencia de que formamos un todo indivisible, Madre Tierra y seres humanos, que no se trata de que los pue-blos, sus gobiernos revolucionarios y progresistas, nos convirtamos en mejores administradores del capital. El reto es una sociedad que abandone los depredadores y criminales principios rectores del capitalismo, basados en la maximización de la ga-nancia y por ende la maximización de la destruc-ción de las dos fuentes de la riqueza más importan-te, los humanos y la naturaleza.

Hay unos cambios profundos en la conciencia de la humanidad que van haciendo posible construir al-ternativas revolucionarias ecosistémicas. El capital tiene temor de que las calles, donde se resiste, se sigan transformando en espacios de la esperanza, se sigan ensanchando y los pueblos sigamos irrum-piendo para hacer la historia y refundar el mundo sobre bases democráticas, de justicia social, sobe-ranías, un buen vivir.

La nueva época de cambios revolucionarios trae aparejado la constitución y expresión activa de su-jetos, quienes ayer fuimos menospreciados, sub-valorados, desconocidos, sometidos a políticas de exterminio, irrumpiendo hoy desde el fondo de las sociedades desde donde hemos sido capaces de acumular las fuerzas y la legitimidad necesarias para derrotar al neoliberalismo. Estos sujetos más plurales hemos dado origen a instrumentos políti-cos-sociales para liderar y motivar las transforma-ciones. Nuevos liderazgos más amplios, integrado-res y articuladores, promotores de la unidad en la diversidad para forjar un bloque de fuerzas socia-les, políticas y culturales, son la expresión de los cambios, desde nosotros, los desde abajo.

Hay profundos cambios organizativos y culturales en el campo alternativo, se recrea el pensamiento y se están ensayando nuevas maneras de construir socialismo, fundamentado en la democracia, desde y con el protagonismo de las mayorías. Sin duda estamos asistiendo a una época de cambios revolu-cionarios, una marcha hacia adelante en la búsque-da de sociedades pos capitalistas y progresistas. El V Congreso del Ejército de Liberación Nacional ratificó la marcha en este sentido.

______________________1. Václav Havel, 31 de mayo de 1990, citado en el libro los do-

minados y el arte de la resistencia.

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REVISTA INTERNACIONALF.INT. CTE. MILTON HERNÁNDEZ

EJÉRCITO DE LIBERACIÓN NACIONAL

EDICIÓNNo.9 / Abril - Junio de 2015

CONSEJO EDITORIALDirección Frente de Trabajo Internacional Comandante Milton Hernández

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓNColectivo GráficoFrente Internacional Milton Hérnandez

IMPRESIÓNTalleres de la Nueva Colombia

DISTRIBUCIÓNSistema Inforamativo Patria Libre SINPAL - ELN

Se autoriza la reproducción y distribución total o parcial de esta revista, siempre y cuando se cite la fuente.

CoNSuLTELA EN:www.eln-voces.comwww.patrialibre.info

www.ranpal.nety Páginas Hermanas

EDITORIAL:una Época de TransformacionesSociales Recorre al MundoAutor: Cte. Nicolás Rodríguez B. pág. 03

Declaración Política del V Congreso Autor: Comando Central - CoCE pág. 08

Camilo Torres RestrepoY su Herencia NuestramericanaAutor: Carlos Ramos pág. 10

Camilo y Manuel:Profetas de Nuestros TiemposAutor: Cte. Milton Hernández pág. 16

Venezuela una revolución En resistencia y venciendo Autor: Miguel Gonzales A. pág. 22

El imperio del CaosDe la crisis ucrania A la burbuja del dólarAutor: M. Rubio pág. 26

Reseña Documental: Liberación o Muerte. Tres curas aragoneses En la guerrilla colombianaAutor: Nicolás Martínez pág. 32

El ELN sigue empeñado en lograr la paz para Co-lombia con transformaciones que den justicia, de-mocracia, equidad y felicidad.

Hace 50 años en el Manifiesto de Simacota, cuando la nación y el mundo conocieron de nuestra existen-cia, explicamos las razones de nuestra lucha:

“La educación se encuentra en manos de nego-ciantes que se enriquecen con la ignorancia en que mantienen a nuestro pueblo; la tierra es explotada por campesinos que no tienen donde caer muertos y que acaban sus energías y la de sus familias en beneficio de las oligarquías que viven en las ciuda-des como reyes; los obreros trabajan por jornales de hambre sometidos a la miseria y humillación de los grandes empresarios extranjeros y nacionales; los profesionales e intelectuales jóvenes demócra-tas se ven cercados y están en el dilema de entre-garse a la clase dominante o perecer; los pequeños y medianos productores tanto del campo como de la ciudad ven arruinadas sus economías ante la cruel competencia y acaparamiento por parte del capi-tal extranjero y de sus secuaces vende-patria; las riquezas de todo el pueblo colombiano son saquea-das por los imperialistas norteamericanos”.

Las cosas siguen igual.

Hace más de 50 años nos alzamos en armas porque entendimos que las vías legales estaban cerradas para las luchas del pueblo; hoy así lo seguimos con-siderando. El gobierno ha planteado su disposición a poner fin al conflicto armado, y para ello ha con-vocado a la insurgencia.

Asistimos a este diálogo para examinar la voluntad real del gobierno y del Estado colombiano; si en este examen concluimos que no son necesarias las armas, tendríamos la disposición de considerar si dejamos de usarlas.

El gobierno de Santos tiene la disyuntiva de persis-tir en su política de guerra y pacificación o atreverse a un verdadero camino de paz deseado por todos los colombianos.

V Congreso, ELN 50 AñosRaíces, Luchas y Esperanzas Junto al Pueblo

Montañas de ColombiaEnero 7 de 2015

Mujeres y hombres en armas desde nuestros puestos de combate en las ciudades, selvas y montañas de Colombia, extendemos a los pueb-los del mundo y al país un caluroso saludo de año nuevo, con nuestros corazones llenos de futuro y espe-

ranza por la justicia y la vida planetaria, unidos en un abrazo pleno de humanidad.

Enviamos nuestra fuerza a todos los pueblos y na-ciones que padecen la guerra imperialista. Es tiem-po ya de reconocer a Palestina como Estado libre y soberano, y respetar a Siria en su derecho a la autodeterminación.

El 7 de enero de 1965, en la victoriosa Toma de Si-macota, se fundieron el dolor y la dignidad del pue-blo colombiano para continuar las gestas libertarias de hondo calado revolucionario y democrático, que habían quedado sin respuesta a tanta sangre derra-mada desde las huelgas de los trabajadores petro-leros y de las bananeras, los guerrilleros liberales y la inolvidable voz de Gaitán clamando por una Nueva Colombia.

50 años después seguimos en pie, alimentados por las luchas de los pueblos latinoamericanos y los combates que día a día libran en nuestra Colombia campesinos, indígenas, estudiantes, obreros, afro-descendientes y comunidades urbanas.

Por eso nos sentimos parte de los cambios que vive Nuestra América y nos llena de esperanza la conti-nuidad de esfuerzos democratizadores, renovados con los triunfos de Rafael Correa, Daniel Ortega, Mi-chelle Bachelet, Salvador Sánchez Cerén, Evo Mora-les, Dilma Roussef y Tabaré Vásquez; al tiempo que acompañamos la heroica resistencia de Cuba, Vene-zuela y Argentina contra la agresión imperialista.

El impetuoso viento del cambio que recorre el conti-nente sigue refrescando los caminos de revolución y nos convoca a un mayor compromiso para lograr la unidad popular e insurgente. Ya no tenemos excu-sas para andar dispersos, los tiempos nos reclaman a los revolucionarios unir idearios, experiencias y fuerza para empujar al país a nuevos destinos. La disputa por la democracia y la paz que se libra en campos y ciudades requiere poner al centro lo que nos une, para construir una Colombia nueva y so-berana.

Comando Central de la Dirección Nacional del Ejército de Liberación Nacional

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Carlos Ramos

Es un hecho que Camilo Torres es Co-mandante en Jefe del Ejército de Lib-eración Nacional (ELN), y su enseñan-za, ejemplo y espíritu se imprime en lo mejor que somos como elenos y elenas.

Pero Camilo no es propiedad privada de ELN, ni tampoco de Colombia; Camilo

le pertenece a Nuestra América. Su praxis -pen-samiento y acción emancipador- forma parte de las grandes corrientes liberadoras que han surgido a través de los siglos de lucha emancipatoria de los pueblos de Nuestra América. Como precursor de la Teología de la Liberación, Camilo fue el primero en plantear la necesidad de la unidad estratégica entre cristianos y marxistas, entre la fe y la rev-olución y, al hacerlo, ha ganado su justo lugar al lado de otros grandes pensadores revolucionarios como Mariátegui, Fidel, el Ché y el Comandante Hugo Chávez.

Podría parecer extraño que un militante del ELN afirme que para apreciar la profundidad del legado de Camilo Torres, es necesario trascender su ima-gen de “Cura Guerrillero”. Indudablemente, el paso de Camilo por la guerrilla marca una parte impor-tante de su vida y su herencia. Con su ejemplo, iluminó una salida ante la encrucijada en que se encontraban mujeres y hombres de fe en la década de los 1960, quienes se sintieron compelidos por vivir en consecuencia con los principios fundantes del Concilio Vaticano II y la opción preferencial por los pobres. Su caída en combate demostró que la opción por los oprimidos implicaba llegar hasta las últimas consecuencias y asumir la opción de luchar por la liberación humana “hasta vencer o morir.” Leonardo Boff, el ilustrado teólogo de la liberación, señala que la consigna de Camilo, “el deber de todo cristiano es ser revolucionario, y el deber de todo revolucionario es hacer la revolución”, sirvió para esclarecer dudas, y abrir el camino de la verdadera renovación de la iglesia y redención de la humani-dad.

Su paso por el ELN es un hecho controvertido. Al-gunos aseveran que fue un error que condujo a la prematura muerte de quien muy probablemente hubiese llegado a convertirse en un gran líder pop-ular y masas, capaz de llevar a pueblo al poder. Otros, que fue un paso inevitable ante la perse-cución política que sufría. Tal como lo señaló el Comandante Milton Hernández en el libro Rojo y Negro: una aproximación a la historia del ELN, “Camilo se vinculó a la lucha armada por hechos casuísticos como las caídas de cartas y caletas que lo comprometían ante los militares de manera di-recta con el ELN.”

La incorporación de Camilo en el ELN, su viven-cia guerrillera –por breve que fuera- y su caída en

combate son elementos innegables de su historia de vida, y de la historia de Colombia. Sería un desmérito negarlos o invisibilizarlos. Camilo ac-tuó de acuerdo al momento concreto-histórico que vivía Colombia y Nuestra América, donde el ejemp-lo de la Revolución Cubana demostró que el triunfo revolucionario en un país pobre y subdesarrollado, bajo las narices del imperialismo yanqui, era una posibilidad real. Las personas son producto de sus tiempos y en la década de los 1960, a lo ancho y largo de toda Nuestra América, se sentía el calor y efervescencia de la lucha insurreccional. La revolu-ción armada estaba a la orden del día.

No obstante, es cierto que el legado de Camilo no puede ser reducido a una imagen unidimensional del “Cura Guerrillero”. Como sacerdote, sociólogo, intelectual y dirigente de masas fue constructor de un pensamiento y un método de trabajo político de base que cobra renovada vigencia, y guarda grandes lecciones de inmensa utilidad para asumir los desafíos actuales que representan el proyecto de emancipación nuestramericana.

El propósito de esta reflexión, de cara al aniversa-rio 49 de su caída en combate, en la vereda de Pa-tio Cemento, Santander, en las horas de la mañana el 15 de febrero de 1966, es rescatar aquellos el-ementos de la praxis camilista que resurgen como grandes aprendizajes para el proyecto histórico de liberación nuestramericana.

Estas reflexiones también se hacen al calor de las conclusiones del V Congreso del ELN: 50 años raíces, luchas y esperanzas junto al pueblo, realiza-do a inicios de enero del 2015, donde el espíritu de las enseñanzas del camilismo cobró fuerza telúrica. En este V Congreso, nuestro ELN ha reafirmado la importancia de verter nuestros esfuerzos –tal vez los más vitales- al fortalecimiento del movimiento social y de masas, un conglomerado social plural y diverso. Así lo señala la Declaración Política: “50 años después seguimos en pie, alimentados por las luchas de los pueblos latinoamericanos y los com-bates que día a día libran en nuestra Colombia, campesinos, indígenas, estudiantes, obreros, afro-descendientes y comunidades urbanas.”

Unidad en la diversidad y Ser con Otros En el IV Congreso del ELN (2006), adoptamos ofi-cialmente la consigna del Ser con Otros, de clara inspiración camilista. Es decir, el reconocimiento de un sujeto plural, y la edificación de lo que el maes-tro Orlando Fals Borda llamó una “utopía pluralista y participativa”. Ser con otros es un llamado para asumir una labor profundamente democrática que permitiese generar articulación y unión entre los diversos movimientos sociales, populares, gremi-ales y políticos del país.

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En este sentido, Camilo fue precursor de la idea hecha consigna de la unidad en la diversidad, cuyo sustento solo se podría garantizar con la aplicación del principio de insistir en lo que nos une y pre-scindir de lo que nos separa, que implicaba superar los dogmatismos y sectarismos que tanto daño le han hecho a las izquierdas de Colombia y Nuestra América. En las palabras de Camilo, precisaba “lograr la unidad revolucionaria por encima de las ideo log ías que nos separan.”

El Sujeto-puebloCamilo se rehusaba a contemplar un sujeto úni-co. Formado como sociólogo en la Universidad de Lovaina, Bélgica, recibió una instrucción clásica, que trasplantaba los conceptos eurocéntricos al análisis de las realidades del Tercer Mundo. Dom-inaba una aplicación mecánica del marxismo eu-ropeo, que de manera dogmática identificaba al “proletariado” como sujeto único de la transfor-mación revolucionaria.

Pero la realidad multidimensional de Colombia -y la de Nuestra América en su conjunto- con-

trastaba (y contrasta) con esa concepción. Camilo se apropia del concepto de clase popular para referirse al sujeto liberador de Colombia, tal como lo afirma el Co-mandante Milton Hernández:

“Entendió como nadie nuestra Colom-bia multiforme, negra, mestiza, india,

y la recorrió por todos los rincones llamando a la unidad de la clase

popular, dialogando con todas las gentes del país, animándolos, re-uniéndolos, en solidaridad y en lucha, trabajando por un mundo nuevo.”

Se trata de aquel sujeto-pueb-lo identificado por Fidel Castro en la Historia me Absolverá, “cuando de pueblo se trata”, refiriéndose a todos los hom-bres y mujeres que habían sido históricamente subyugados por el régimen batistiano cubano, y que compartían la necesidad de una reivindicación histórica de justicia social. De igual manera San Agustín y Tomás de Aqui-no afirmaban que «pueblo no es cualquier reunión de hom-bres de cualquier modo, es la reunión de una multitud en tor-no al consenso del derecho y de los intereses comunes».

En su consignas por la creación del Frente Unido del Pueblo

(1965), Camilo caracterizó al suje-to popular como “...los débiles, los

ignorantes, los imprudentes -según la oligarquía- los que no son bien nacidos, los hambrientos, los mal vestidos, pero los que tienen un ideal de revolución y el fuego de la lucha por sus hermanos en sus corazones y sus brazos.”

La historia contemporánea de Nuestra América es testimonio del poder subver-

sivo y transformador del sujeto-pueblo, un suje-to multi-clase, compuesto por pobladores pobres del campo y la ciudad, juventudes inconformes, indígenas y afrodescedientes. Protagonizaron las grandes sublevaciones populares que rompieron la hegemonía neoliberal a finales del siglo XX: el Ca-racazo de 1989; la insurrección cívico militar de Venezuela de 1992; el levantamiento zapatista de 1994; las sublevaciones indígena-populares de Ecuador en 1997, 2000 y 2005; el argentinazo del 2000; en Bolivia, las Guerras del Agua y de Gas de 2000 y 2003, respectivamente; el reversión pop-ular del golpe de estado de Venezuela en 2002; y el surgimiento de la Comuna de Oaxaca (México) de 2006, son algunos de los más emblemáticos ejemplos de cómo aquel sujeto plural logró modificar la correl-ación de fuerzas mediante la beligerancia popular des-de abajo, creando condiciones favorables para el triunfo electoral de gobiernos progresistas y populares en Ar-gentina, Venezuela, Ecuador y Bolivia.

Poder popular, construido desde abajoFrente al existencia de un sujeto múltiple y diverso, la tar-ea se construir una unidad popular se tornaba más comple-jo. La “unión y organización de la clase popular para la toma del poder” implicaba un método especifico que permitiera generar consensos populares. Por tanto, Camilo hizo un lla-mamiento por una Convención Popular donde se discutiría y se acordaría un programa de lucha, “una propuesta para ser discutida por la clase popular colombiana, para que ella lo discuta, la transforme, la amplíe, ya que va a ser ella la que la aplicará cuando esté en el poder.”

La estructuración de esa unidad popular debía surgir desde abajo hacia arriba, “de la vereda hacia el pueblo, del barrio hacia el centro, del campo a la ciudad.” Se organizarían en “comandos de veredas, comandos de fábricas, comandos de barrios, de municipios y departamentos,” hasta llegar a confor-mar un Comando Nacional del Frente Unido del Pueblo.

La enseñanza que nos deja Camilo es que la construcción de la unidad popular significa un método participativo de articulación social y política, y una vocación profundamente democrática para lograrlo. Implica la unidad de medios y fines, donde un proyecto que es construido de manera democrática y popular (medios) ten-drá un resultado de carácter democrático y popular (fines).

Aferrados a este principio, y llevado al campo de lucha por la paz con justicia social, el ELN ha insistido siempre en que la participación de la sociedad en la construcción de la paz, en la identificación de las causas de la confrontación armada y la elaboración participativa de las soluciones. El protagonismo democrático de la sociedad es elemento imprescindible para lograr una superación definitiva del conflicto social y armado. En ese sentido, desde el ideario eleno, una paz sin pueblo es absolutamente inviable.

Fe en el Pueblo y la anti-eliteEl principio ético del cual se desprenden todos los demás de la praxis camilista es la fe inamovible en los valores del pueblo, en su sabiduría y

su capacidad transformadora. Con frecuencia sen-tenciaba que “únicamente los revolucionarios que crean en su pueblo son los revolucionarios verda-deros.” Tener confianza en el pueblo significaba para Camilo mantener una gran dosis de humildad y modestia por parte de los dirigentes políticos, de la capacidad de reconocer que el pueblo no es una masa pasiva, que de él se va a aprender y no sola-mente a transmitir saberes. Le insistía a los estudi-antes que había que “ascender (y no bajar) a la clase popular, sin ninguna clase de paternalismo, con el ánimo más de aprender que de enseñar.” Es el pueblo “el que nos dará los recursos humanos, morales” para hacer la revolución.

Oponerse al elitismo y vanguardismo que ha car-acterizado a la intelectualidad de izquierda y las fuerzas revolucionarias, que consideran a las ma-sas como correas de transmisión de las verdades producidas por los centros académicos y organiza-ciones revolucionarias. El pueblo es constructor de saberes y de valores, produce análisis de los prob-lemas que le aqueja y propone soluciones. Por ello Camilo, que recorrió las calles y campos de Colom-bia, dialogando con sus habitantes, concluyó que al pueblo se ascendía y no se bajaba.

Creer en el poder popular es creer en el principio de la capacidad del pueblo de gobernarse a sí mis-mo, de gestionar su economía, de crear cultura, de crear conocimiento, de analizar su realidad y plan-ificar acciones y proyectos con el fin de transfor-marla.

Pensamiento descolonizado y descoloni-zadorDesde temprano en su crecimiento como intelectu-al, reconoció que Nuestra América padecía del co-lonialismo cultural latinoamericano. Como sociólo-go Camilo comprendió que las conceptualizaciones heredadas de las escuelas sociológicas de Estados Unidos y Europa era inadecuadas para interpretar la realidad latinoamericana: “La sociología no ha sido una excepción del mosaico de nuestro coloni-alismo cultural, que persiste a través de las formas de colonialismo económico y político.” La sociología, afirmaba Camilo, se adoptó “como una concepción importada y no fue una culminación de un proceso científico realizado por la “inteligencia” de nuestros países.”

El colonialismo cultural necesariamente ha produci-do un colonialismo ideológico que aun plaga a las izquierdas de Nuestra América, donde buscamos explicaciones a nuestros grandes problemas en in-terpretaciones que nacieron de realidades foráneas a las nuestras. El colonialismo ideológico conllevó a asumir el marxismo de manera dogmática y no creadora, como receta y no como instrumento de análisis.

La descolonización ideológica y cultural está a la orden del día para las izquierdas y movimientos revolucionarios de Nuestra América. Solamente un pensamiento crítico descolonizado nuestramer-icano, puede llevarnos a la práctica emancipadora descolonizada, a construir utopías de acuerdo con

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nuestras historias y las herencias de las luchas de nuestros pueblos. Al decir de Mariátegui, de edi-ficar utopías que no sean “ni calco ni copia, sino creación heroica.”

Utopía pluralista y el socialismo raizalSujetos plurales producen utopías plurales. En ese sentido, es sencilla lógica suponer más que de un solo socialismo, la liberación nuestramericana se tratará de diversos socialismos, y que éstos ten-drán raíces profundas en las historias y prácticas liberadores de nuestros pueblos. Sus raíces serán de los pueblos indígenas, de los afrodescedientes, campesinos, de las construcciones de poder pop-ular de las clases subalternas urbanas. Esta es la esencia de la propuesta del socialismo raizal, que proviene de la matriz de pensamiento camilista.

Fue el maestro Orlando Fals Borda, sociólogo pio-nero y fundador de la Investigación Acción Partici-pativa (IAP), que acuñó el concepto de “socialismo raizal”, pero él mismo insistió siempre en que el verdadero fundador de la idea era Camilo Torres, con su utopía plural y unitaria del Frente Unido del Pueblo.

Un socialismo autóctono, indo-afro-americano y popular significa no solamente la superación del capitalismo como sistema de explotación, acumu-lación y depredación ecológica, sino también la de-scolonización cultural y la superación de la modern-idad euro-centrista.

No se trata de caer en fundamentalismos y abso-lutismos que niegan la validez de todo lo construido en Occidente, sus aportes a la ciencia, la filosofía y los avances tecnológicos. Se trata de reconocer que las soluciones a nuestros grandes problemas, tienen que surgir de nuestro propio pensamiento, de nuestros propios análisis y de nuestras propias utopías de liberación. No se trata de mirar menos hacia Marx, Engels y Lenin, sino de mirar un poco más hacia el Ché, Fidel, Mariátegui, Bolívar, Martí, Freire, Tupac Katari, Tupac Amarú y Hugo Chávez. Ahí yacen claves la emancipación nuestramericana.

El gran desafío para construir el socialismo raizal nuestramericano es la articulación de los diversos proyectos de emancipación, la capacidad de identi-ficar aquellos elementos estructurantes que los uni-fican, sin que eso implique el aplastamiento de las diferencias. La imprescindible unidad no puede ser confundida con homogeneización, ni la hegemonía popular como uniformidad cultural e ideológica. El reto de conquistar la liberación popular y nacional en medio de la diversidad, nos interpela a mirar nuevamente hacia Camilo, a reapropiarnos de sus claves de construcción popular y aplicarlas creati-vamente en los tiempos que vivimos.

El ELN, a 50 años de lucha y resistencia, deposita su fe y esperanza en aquel sujeto-pueblo colom-biano y nuestramericano y su capacidad de erigir, en medio de monumentales adversidades, la utopía raizal que se merece.

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Comandante Milton Hernández[1]

El pasado 15 de febrero se cumplieron 38 años de la caída en combate de nuestro Comandante en Jefe Camilo To-rres Restrepo. Igualmente, el 14 de Fe-brero recordamos con inmenso dolor y fuerza, la desaparición física, seis años atrás, del sacerdote Camilista y entra-

ñable Comandante en Jefe del ELN de Colombia, Manuel Pérez Martínez. Es inevitable que en estas históricas fechas nos atropellen los recuerdos y la memoria nos evoque con más fuerza que nunca las emblemáticas figuras de Camilo y Manuel, entraña-bles combatientes y dirigentes irremplazables de la revolución colombiana y latinoamericana.

Con el más profundo respeto por sus obras, nos dirigimos desde este artículo a presentar una bre-ve mirada de sus vidas, no sólo para explicarlas desde el compromiso de liberación o muerte que ambos desarrollaron con la razón y el corazón; sino para tratar de explicar las coordenadas históricas del pasado, con la comprensión del proceso revolu-cionario actual que se desarrolla en Colombia y en nuestra América.

A los Elenos nos viene una cercana herencia con el Camilismo y la teoría y acción de nuestro Manuel. Para rescatar la totalidad del significado que para nosotros representa la dimensión humanista, cris-tiana, científica, ética, política y social de Camilo y Manuel, es preciso estudiarlos y entenderlos como un todo dentro del contexto histórico en que ac-tuaron.

La coherencia de sus vidas se iluminan y sostie-nen mutuamente. Camilo como símbolo y líder que abrió el camino teológico y revolucionario para una nueva generación de luchadores latinoamericanos, a pesar de su prematura muerte, y Manuel como jefe indiscutible de un período político, a considera-ción propia, el más rico y profundo en toda la his-toria del ELN. Camilo y Manuel fueron testigos de su tiempo, dirigentes nacionales y universales, de esos que superan los impactos del coyunturalismo y se erigen en visionarios de la historia y del futuro. Ellos en su peregrinación revolucionaria nos llena-ron de fuerza y razones para entender el camino revolucionario y hacerlo posible.

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Ambos aprendieron de la realidad, idearon y cons-truyeron proyectos, acertaron en muchos y se equi-vocaron en otros, lucharon con tenacidad impresio-nante contra los eternos poseedores de la verdad, supieron analizar situaciones con gran lucidez, resis-tieron a numerosos ataques desde todos los flancos, desde la derecha recalcitrante, hasta la izquierda perfumada que nunca comprendió el camino armado que les tocó emprender para defender su propuesta política teológica, lograron muchos de sus objetivos, evolucionaron con el tiempo en sus pensamientos y en muchas ocasiones se adelantaron a él, por la claridad y lo acertado de sus mensajes. En su obra, tanto en Camilo como en Manuel encontramos una continua interacción entre reflexión y compromiso histórico, entre teoría y práctica.

El Camilismo es un pensamiento que no solo se re-fiere a la práctica sino que es elaborado por alguien inserto en ella. Los mensajes Camilistas iluminan una práctica política que sabe penetrar la conciencia social de los sectores a los que va dirigidos.

En estos tiempos de revolución bien vale la pena releerlos para entender su enorme vigencia y la combinación dialéctica de la historia con la realidad concreta del momento político de aquellos años 65. Aún hoy hay muchas interpretaciones y discusiones sobre lo que representa el pensamiento Camilis-ta, esto mismo revela su significado histórico y su

importancia política. Lo que nada ni nadie pueden negar es su clara postura humanista, unitaria, vi-sionaria, su profunda fe, devoción por los pobres, su condena al imperialismo, su dimensión teológica que se hace cercana y constante como ejemplo en la construcción de la Iglesia de los pobres, desafiando y cuestionando las altas jerarquías, a fin de contri-buir desde el evangelio liberador con el testimonio revolucionario.

Las primeras vertientes liberadoras desde la teolo-gía de la liberación fueron sembradas en Colombia y en nuestra América por Camilo Torres Restrepo, y con ellas ya jamás la Iglesia y el evangelio de Je-sús podrán ser reducidas a la arrogancia, al poder y al desprecio de las jerarquías eclesiales. Camilo se adelantó a su época y con sus proféticas demandas de justicia social sembró para siempre un mensaje bíblico que se hace vivo hoy en la presencia de las comunidades eclesiales en apoyo y defensa de la Revolución Bolivariana en Venezuela, con la partici-pación masiva de la Iglesia Brasilera a través de la pastoral social y la pastoral de tierras en apoyo al MST y a algunas medidas de carácter popular em-prendidas por el gobierno de Lula. El evangelio de Jesús Liberador está activo en la resistencia indígena en Chiapas (México), en el levantamiento soberano del pueblo Boliviano, en las prédicas sociales de un sector de la Iglesia colombiana que se expresa con mayor fuerza en las diócesis de Barranca y Quibdo.

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Camilo expresa la necesidad y la posibilidad históri-ca del “diálogo y la colaboración entre marxistas y cristianos”, pensamiento que en su desarrollo prác-tico crearía situaciones nuevas en el terreno de la Iglesia y el cristianismo en los ámbitos nacional y mundial.

Su compromiso político realza una obligada síntesis entre el investigador, el científico, el sacerdote, el revolucionario, no como una dicotomía, sino como el resultado de una visión múltiple y plural de la sociedad colombiana y de su dimensión profunda-mente humana y social.

Podríamos afirmar que después de Camilo, el men-saje liberador ha sido imposible domesticarlo a pe-sar de los esfuerzos y las mentiras de los poderosos burócratas de la Iglesia.

Su vinculación al ELN Estaba decidido. Asumió el compromiso revolucionario en las filas de las gue-rrillas del ELN y con su participación directa no sólo daba el primer paso a la larga incorporación de sa-cerdotes a la lucha armada, específicamente den-tro del ELN.

Para muchos analistas la vinculación de Camilo al ELN obedeció a unas particularidades históricas concretas sin comparación en otros tiempos; para otros era el camino inexorable de la intelectuali-dad revolucionaria en América Latina en aquellos días de efervescencia y calor insurreccional; para muchos, particularmente de vertientes ajenas a la lucha armada, aquella decisión era el producto de la concepción foquista del ELN que alejaba a los dirigentes de masas de todo tipo de acción legal, para, a decir de ellos, rendirles culto al mesianismo y al guerrillerismo foquista. Para no pocos, Camilo se vinculó a la lucha armada por hechos casuísticos como las caídas de cartas y caletas que lo compro-metían ante los militares de manera directa con el ELN.

Para nosotros, las viejas y nuevas generaciones Elenas, esta polémica es clara y cerrada con con-tundencia por la historia: Camilo se hizo guerrillero como sociólogo, porque como científico comprendió que no bastaba diagnosticar sobre los males que aquejan a las sociedades capitalistas en sus siem-pre presentes síntomas de insalubridad, hambre, miserias, injusticias, exclusión; sino que era nece-sario soluciones radicales y violentas que extirpa-ran de raíz y para siempre todas estas ausencias juntas. Camilo concluyó que sin un cambio profun-do de estructuras de Estado, resultaría imposible la verdadera justicia social.

Como sacerdote y cristiano, Camilo se hizo guerri-llero por serle fiel a sus convicciones y creencias en cuanto a que “el deber de todo cristiano es hacer la revolución”. Se comprometió hasta las últimas

consecuencias, renunciando a las posibilidades sociales y económicas que su extracción de clase le permitía. Fue seguidor de Cristo y precursor de cientos de hombres y mujeres que al igual que él y en unión del evangelio se alzaron en armas contra los tiranos en la patria americana.

Como colombiano porque en su dimensión huma-na, de pueblo, de patria, y por sus conocimientos de la historia nacional, ve atónito cómo la alter-nancia en el poder de las nuevas y viejas momias oligárquicas, se suceden en cadena como en los tronos imperiales o en las llamadas monarquías constitucionales, y todo en nombre de la democra-cia, de la libertad, de la justicia, de la constitución y de la ley. ¡¿Cómo violentar este ciclo monótono, infame e injusto?!

Como hombre patriótico, puro, generoso, acepta el reto de toparse con la realidad concreta en su reco-rrido por los libros, la geografía nacional y el calor de las pobrecías. Se decide por el mundo descono-cido pero enaltecedor de una guerrilla a la cual no era ajeno ni en sus convicciones ni en sus amores, ni en sus búsquedas. Los mejores dan su testimo-nio de cara a ese pedazo infinito de tierra, mares y soles que llamamos Colombia.

Como dirigente de masas, porque en sus afanes recorrió todos los espacios posibles rescatando los valores óptimos del pueblo; sudó con él, peleó con él, y se alzó y se unió a aquellas masas llenas de desamparo y de hambre física e intelectual. Luchó de cara al país, como suele decirse hoy, contra las oligarquías, los altos mandos militares, las jerar-quías eclesiales, los partidos petrificados que ya sabemos, y esa izquierda caótica y criticista que encerrada en sus propios altares, hacía apología a sus propias desdichas. Cerrados todos los caminos para la acción de masas, ¿cuál era el camino para un hombre como Camilo?, ¿El exilio?, Descartado para alguien de su temple. ¿La renuncia? No, por-que éste es el camino de los cobardes, de los timo-ratos, de los amigos de las corbatas y las buenas chequeras; jamás será considerada siquiera como una opción para la gente digna, y dignidad le so-braba a Camilo.

Su ejemplo era sólo la lógica de su obra y la pro-longación de su vida, asumiéndola y entendiéndola de manera integral, sin dicotomías ni falsos dile-mas, y sin pretender separar de manera absurda al hombre, al científico, al colombiano, al dirigente popular, y menos separarlo de los momentos histó-ricos en los que actuó y desarrolló su compromiso político, revolucionario y militante. Su desenlace ni fue dramático, ni fue el final. Es el camino elegido para quienes deciden luchar con la pluma, con el verbo, y con el valor de su ejemplo.

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Por los Caminos de Camilo:Manuel, inspirado por Camilo asumió el reto desde adentro del ELN de continuar su obra en los momentos más difíciles de la Organización. En sus casi 30 años de militancia Elena, luchó como nadie por unir un amplio conjunto de voluntades de aquí y allá, recorrió el país, se metió de lleno en las complejidades ideo-lógicas, políticas y organizativas del todo nacional, supo entender nuestra realidad y viabilizó una forma de expresión político que estableció un matiz histórico que une los principios y la estrategia revolucionaria con el quehacer diario, coyuntural, táctico.

Manuel convoca a la unidad y al combate, al estudio y al trabajo, a la teoría y a la práctica; nos enseña a pensar con cabeza propia y bajo su dirección florece la democracia interna, el antidogmatismo, el an-tiautoritarismo, la independencia de criterios y el anticaudillismo.

Actuando en democracia y bajo su liderazgo, el ELN comienza a proponerle al país una nueva forma de acción política que en 1986 llamamos “convocatoria a la Asamblea Nacional Popular” (ANP), en el 89 se expresa como una propuesta de diálogo nacional para la humanización de la guerra y la defensa de los re-cursos naturales, y desde el 96 hasta hoy se materializa en la convocatoria a la “Convención Nacional”. En todas ellas están expresadas la aceptación del desafío histórico del pasado y el futuro, por convocarnos a la creación e impulso de un gran movimiento político independiente, de carácter popular y soberano, pluralista, libre del tutelaje del bipartidismo; movimiento participativo, sin hegemonismos, solidario, por la unidad amplia y sin exclusiones, contra la burocracia, los autoritarismos, los dogmáticos y los criticistas de siempre.

Como internacionalista consumado, amó la plenitud la causa popular colombiana y latinoamericana, la cual hizo suya, sintiéndose colombiano como el que más, sin dejar de amar y reconocer su origen aragonés, español, y sentirse liga-do con especial cariño a su Alfamen del alma, sus gentes, sus costumbres, su familia. Nuestro padre y jefe recorrió Colombia, la estudió, la comprendió, se sentía uno más entre sus gentes. Este enraizamiento en el colombianismo y en el ser nacional lo portaba con orgullo y lo defendía con vehemencia. De ahí que cuando el presidente Ernesto Samper propuso en diciembre de 1997 “nacionalizarlo” como requisito para una posible aparición en el Congreso de la Re-pública, exclamó, indignado: “Quien debe nacionalizarse es él que toda su vida ha estado dedicado a defender los intereses extranjeros y a las grandes multinacionales, en contra de las necesidades nacionales y populares”.

Manuel siempre estuvo varios peldaños por encima del ELN, no sólo por que supo interpretar la realidad histó-rica de la Organización, tomarle el pulso a diario, sino por que su vida se volvió un apostolado permanente en defensa de nuestra propuesta histórica y política. El testimonio de Manuel, honrado y puro como ningún otro sigue presente en cada uno de nuestros actos, en la vida cotidiana de mandos y combatientes, en los combates diarios, tanto los ideológicos, los po-líticos como los militares; en el trabajo político or-ganizativo con las comunidades, en los espacios unitarios donde participamos, ya sea con otras fuerzas insurgentes, o bien en el aliento que vie-nen tomando las propuestas políticas y sociales, antineoliberales y democráticos que se expre-san en amplios frentes de lucha como el Polo Democrático, los movimientos cívi-cos, el Frente Social y Político, la alternativa democrática, los movimientos culturales, sociales, étnicos, religiosos

y las propuestas regionales por el diálogo y la paz con justicia social.

Defensor a ultranza del valor de la palabra, la hon-radez, la dignidad, el trabajo, el estilo de vida aus-tero y sin privilegios. Fue un hombre puro e íntegro, que entregó todo por la lucha popular a cambio de la felicidad inmensa de tener algún día una Colom-bia justa, democrática, soberana.

Siempre nos repetía: “Nada material traje, nada material me llevo”. Con el padre y jefe ausente, sentimos que con él se quedó parte de la historia viva del ELN, y por qué no decirlo, con su muerte morimos un poco algunos de nosotros.

Su nombre es símbolo de energía revitalizadora, de felicidad en la entrega y no tenemos porqué en-sombrecer su memoria amortiguando el ritmo de nuestro compromiso.

Los mandos, combatientes y cuerpo médico que lo atendimos y estuvimos presentes en sus últimos días, fuimos testigos que cuando nuestro padre y jefe fue consciente del desenlace, con el valor que siempre lo caracterizó, afirmó: “Siento que mi muerte no es igual de heroica a la de cientos de compañeros caídos en combate, pero la enferme-dad que me aqueja fue contraída por el compromi-so hasta las últimas consecuencias que adquirí en la defensa de los intereses populares”.

Comandante en jefe Manuel Pérez Martínez, usted dedicó como nadie toda su vida y su amor a la lu-cha por conseguir la completa libertad, indepen-dencia y soberanía del pueblo colombiano.

La muerte lo encontró en el mejor momento de su vida revolucionaria sin haber agotado aún sus ca-pacidades físicas y en pleno goce de sus brillantes facultades mentales dedicadas a darle claridad a la causa por la que entregó su último aliento. Su ima-gen, su ejemplo, su legado, su historia, su obra, tan infinitamente cercana a nosotros, resplandece-rá con el paso de los tiempos y se agigantará como modelo de valor, de firmeza, sabiduría, ecuanimi-dad y talento. Su vida brillará en el firmamento de esta patria y su ejemplo guiará a todos sus hijos y subalternos. Nuestra bandera roja y negra ondea a media asta como símbolo de duelo, en este Sexto Aniversario de su dolorosa partida física. Nuestros corazones, el de los Elenos, Camilistas, Guevaris-tas y bolivarianos están enlutados con crespones negros.

Por todo esto nos resulta tan significativo el com-promiso, la palabra y el testimonio del Comandante en Jefe Manuel Pérez Martínez, con él vivimos un tiempo nuevo, no parecido a ningún otro.

______________________[1] Artículo escrito por Milton en enero del 2004.

Si repasáramos las experiencias rev-olucionarias de las década de los 1980 en América Latina, y examináramos cada una, entenderíamos cómo el im-perialismo racionalizó los aprendiza-jes de las estrategias de contra-rev-olución que aplicó en cada uno de los

países, combinando tácticas diversas, para tratar de destruir las nacientes esperanzas de los pueb-los, en sus luchas por un futuro mejor.

En Nicaragua la victoriosa revolución sandinista en-frentó el fenómeno de la contrainsurgencia, luego de la conquista del poder por el pueblo en armas. La arremetida brutal y violenta del imperio estu-vo dirigida a destruir los logros que se impulsaban desde las transformaciones en lo económico, políti-co, social y militar. Las políticas de agresión finan-ciada con dinero del narcotráfico, con participación directa de la CIA, destruían desde cooperativas

agrícolas hasta escuelas, teniendo como base de operaciones en Honduras, el ejército contra-revolu-cionario paramilitar.

El Salvador y Guatemala padecieron de la misma estrategia contrainsurgente, sin haber logrado el triunfo. Políticas de tierra arrasada trataban de destruir las conquistas que en el campo de batal-la iban obteniendo las fuerzas revolucionarias; si bien los salvadoreños lograron alcanzar equilibrios dinámicos de fuerzas con sus ofensivas, el imperio inmediatamente reconstruía las bases destruidas y reponía los materiales de guerra destruidos o re-cuperados al ejército salvadoreño. Ante la imposi-bilidad del triunfo popular con la lucha armada el FMLN acuerda la solución política. Los guatemalte-cos de igual manera sufren una política de tierra ar-rasada y también entablan conversaciones de paz que terminan en unos acuerdos. Posterior a los ac-uerdos continúan las denuncias del exterminio del

Miguel Gonzales A.

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pueblo guatemalteco y del incumplimiento de los acuerdos.

En Colombia, en un proceso ascendente, la lucha popular e insurgente sufre la estrategia de agresión contrainsurgente. Se construye una contrarrevolu-ción nuevamente en alianza con el narcotráfico, cuyos líderes fungen de clase emergente, incur-sionan además en la política, y con la oligarquía pro-imperialista orquestan un plan para aniquilar a la movimiento guerrillero, combinado todas las técnicas criminales desde la tierra arrasada para-militar, el genocidio a gran escala, ya aplicadas y combinadas con la guerra de cuarta generación.

La agresión a la patria de Bolívar En Venezuela, luego de sucesivas victorias popu-lares por la vía electoral, la oligarquía en contu-bernio con los EEUU ha intentado, por diversas formas, logar el derrocamiento del gobierno bo-livariano: Desde el paro petrolero, por la vía del ahogo económico a los ingresos del estado y el sabotaje a toda la economía nacional, pasando por el golpe de estado, la generación de vacíos de poder por parte de la oposición, en una estrategia de deslegitimación continua del gobierno, que in-cluye el posible magnicidio del presidente Chávez, y ahora la Guerra ejecuta una sistemática guerra económica en el marco de la estrategia del golpe suave. Diferentes fórmulas ya ensayadas en otras latitudes, copiando esquemas de las revoluciones de color, arremetiendo de manera combinada con formas legales e ilegales para buscar la salida del gobierno revolucionario.

Los logros de la revolución Venezolana no han sido pocos, así las matrices mediáticas de los medios de comunicación masiva, intenten mostrar a ésta como una revolución fracasada. Es mucho que lo que el pueblo Venezolano puede mostrarle al mun-do, desde una acción de continua participación por todas las vías en las decisiones y el rumbo de la revolución. Socialismo es democracia participativa y protagónica de los venezolanos. Socialismo es

disminución de los índices de desigualdad y pobreza en un país que fue sometido a los dictámenes del FMI y el BM. Igual que la victoriosa Cuba, la rev-olución bolivariana produjo la erradicación del anal-fabetismo, elevó de manera vertiginosa la matríc-ula universitaria, la educación universal y gratuita para todos, la universidad de los trabajadores, la universidad campesina en construcción, una mag-nitud grande de esfuerzos conjuntos del gobierno con el pueblo. Avances en reforma agrarias con la ley de tierras. Leyes para el poder popular. Recono-cimiento a las construcciones sociales en gestación del pueblo organizado, como las comunas que ex-presan una nueva geometría del poder.

Como nunca antes en la historia de Venezuela se potencia la participación del pueblo en los nuevos consejos presidenciales, la erradicación de la desnutrición y se da cumplimiento de las metas del milenio. La comunicación dejo de ser monopolio de los empresarios y de la elite; ahora es de todos y se fomenta la comunicación alternativa. El conti-nente ha sido impactado por el socialismo bolivari-ano mediante la el impulso de la unidad de Nuestra América con el ALBA, PETROCARIBE, desarrollo de la UNASUR, impulso de un mundo multipolar bajo nuevas formas de relacionarse entre los países y los pueblos, en condiciones de igualdad y soberanía. El pueblo venezolano en unidad cívico-militar asume la vanguardia del proceso liberador antiimperialista en el continente en lucha por el socialismo. Y esto le duele al imperialismo y su casta oligárquica. No es cualquier cosa lo que en Venezuela se está ju-gando: el poder imperial.

De nuevo en escena el libreto de chile“Se produjo la angustia de la escasez, el país es-taba sacudido por oleadas de rumores contradic-torios que alertaban a la población sobre los pro-ductos que iban a faltar y la gente compraba lo que hubiera, sin medida, para prevenir el futuro. Se paraban en las colas, sin saber lo que se estaba vendiendo, sólo para no dejar pasar la oportunidad

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de comprar algo, aunque no lo necesitaran. Surgi-eron profesionales de las colas, que por una suma razonable guardaban el puesto a otros. (…). Isabel Allende, la casa de los espíritus, 1982.

Con razón el imperialismo y sus aliados de la oposición editan y re-editan la intención de derrocar el gobierno revolucionario venezolano por cualqui-er vía. La historia de contrarrevolución en Améri-ca es larga y está impregnada de la sangre de los pueblos. Allende fue derrocado militarmente por la vía del golpe, auspiciado por la CIA, pero a esto le antecedió una guerra económica, que llevó a jugar en todo momento con las necesidades básicas de la población, utilizando los sectores burgueses de manera magistral las leyes de la oferta y la deman-da. Nicaragua y Cuba fueron bloqueadas económi-camente para dar al traste con sus revoluciones.

En Venezuela son utilizadas éstas y otras experi-encias de confrontación económica. Esta vez, y a diferencia del paro petrolero, la oligarquía gana con las manipulaciones del mercado en lo económico y cobra por taquilla políticamente el desbarajuste de la economía, echándole toda la culpa al gobier-no. Es una guerra que se libra día a día, ilegiti-man las colas que buscan distribuir los bienes de primera necesidad a los sectores más pobres, que buscan que a cada venezolano le llegue su goti-ca de petróleo. El sistema de distribución privado de alimentos y otros productos en muchos de sus componentes se aliaron para ir profundizando esta situación. A lo cual el gobierno revolucionario ha ido dando respuestas contundentes, como la con-strucción de una red de distribución de los alimen-tos que incluye el MERCAL y PDVAL entre otros.

Los esfuerzos gigantescos de distribución alimenta-ria y de los elementos vitales para la vida de la po-blación, son también atacados por otros factores de distorsión del mercado, como es el bachaqueo (la compra masiva para la reventa), el contrabando, y las mafias corruptas que compran los productos subsidiados para introducirlos a la red privada con precios especulativos. Ya han sido encarcelados varios directivos importantes de empresas y una parte de esos centros de distribución privados han sido confiscados e incorporados a la red de distri-bución del estado.

Las matrices mundiales de la comunicación dedi-can diariamente sus espacios para atacar y deni-grar lo que está pasando en Venezuela, y venderle al mundo nuevamente -como lo hicieron con Cuba en la década de los 60- la imagen de la revolución bolivariana como un fracaso y el estado venezolano como un estado fallido. Es una acción que busca aislar y detener la influencia en la conciencia de los pueblos de que otro mundo es posible, pero el huracán latinoamericano llegó para quedarse.

Aunado a esto, los EEUU logran bajar de manera vertiginosa los precios del petróleo y echar para atrás las conquista de la OPEP en cuanto a precios por la vía del fracking, ayudados también con las invasiones en el medio oriente. Los pronunciami-entos continuos del Departamento de Estado nort-eamericano contra Venezuela buscan moralizar una oposición que continuamente sale derrotada en dif-erentes escenarios. Al imperio en decadencia de igual manera le toca asumir esas derrotas. Prepa-ran el escenario para las elecciones en los próxi-mos meses ante el fracaso de la vía insurreccional iniciada a principios del 2014 y del golpe continua-do. Desestabilizar para avanzar y desmoralizar al pueblo para que castigue al chavismo.

El ataque continuo a la revolución Venezolana en todos los terrenos, nos da la certeza de que la patria de Bolívar es hoy para el imperio la joya de la corona. Las acciones violentas contra el pueb-lo muestran que ninguna vía está descartada, si bien la contrarrevolución armada no ha logrado aún cuajar, como en otras experiencias, las diferentes acciones realizadas dan muestras que la intención de la oposición en alianza con sectores del gobierno norteamericano es por cualquier vía, seguir des-gastando y confrontando el gobierno. Así lo evi-dencian los asesinatos de dirigentes revolucionari-os, ataques armados a las instalaciones del estado venezolano, guerra económica, guerra mediática, buscan que en algún momento Venezuela arda en estallidos sociales donde la población se enfrente al gobierno.

La vía violenta combinada con acciones de masas no está desechada todavía, los planes develados dan cuanta de esta táctica. Sin embargo, la revolu-ción sigue en marcha y avanzando en medio de las dificultades. Todas las formulas contrarrevolucion-arias conocidas hasta ahora han sido ensayadas en Venezuela, seguirán intentando nuevas aleaciones. La derecha y los gringos siempre estarán al asecho, es su posición de clase. Nosotros los revolucionaros del mundo, los movimientos sociales populares y democráticos estamos en pie de solidaridad. De igual manera entendemos que en Venezuela tam-bién se está jugando el futuro de la revolución con-tinental, que los logros y avances, las derrotas y retrocesos serán asimilados por el proceso de lib-eración que de diferentes formas asume América latina. Como ELN, nuestros hombres y mujeres, nuestras mentes, nuestra lucha y convicción rev-olucionaria están a disposición de este hermano pueblo de Bolívar, somos bolivarianos y Camilistas, internacionalistas.

Algo extraño está pasando por ese mundo. Por va-riadas latitudes del pla-neta siguen persistiendo conflictos armados, eco-nómicos y sociales de gran envergadura. Podría

ser nada de nuevo si no fuera que por Europa camina un fantasma muy distinto del que señalaba Karl Marx en aquel 21 de febrero de 1848 en el Manifiesto del Par-

tido Comunista. El fantasma de una guerra generalizada.

Hay quienes sustentan que nos en-contramos en el inicio de la Tercera Guerra Mundial. Otros, como los Za-patistas, opinan que dicha Tercera Guerra Mundial ya se dio a partir des-de 1946 hasta 1990; una guerra global compuesta de muchas guerras locales generadas por los intereses de los dos actores principales: Estados Unidos y la Unión Soviética, con el vasallaje de

la mayoría de los países europeos, de América Latina, África y partes de Asia y

Oceanía, en las que intervinieron las dos superpotencias. Fueron los tiempos conoci-

dos como la Guerra Fría.

Muchos analistas, junto a los Zapatistas, nos atre-vemos a señalar que ya a partir de la victoria de EEUU sobre la URSS, se inicia entonces la Cuarta

Guerra Mundial, donde el territorio por conquistar y reorganizar es todo el planeta y, según la lógica del

mercado, el enemigo por destruir son las dos terceras partes de la humanidad que sobran, pues éstas ni son

productores ni son consumidores funcionales a la acu-mulación de capital.

Lo anterior no quiere decir exterminar físicamente a esas masas sobrantes de humanidad; sino se dirige fundamen-

talmente a aniquilar sus formas de ser, y, luego de destruir, reordenar de acuerdo a nueva arquitectura del capital trans-nacionalizado. Reconstruir los territorios y darles otra función

M. Rubio

en la maquinaria global; aquel lugar que determinen las leyes del mercado. Irak es un claro ejemplo de ello.

Las estrategias militares han evolucionado de tal forma que las guerras ya no se rigen por las antiguas convenciones establecidas sino que ahora se desarrollan por el concepto de guerra total. Por ende, en la doctrina militar moderna caben elementos que ya no son típicamente militares como es la presencia, cada día más central, de los medios de comunicación. No es sólo una guerra en todos los frentes, es una guerra que puede estar en cualquier lado, una guerra totalizadora en donde el mundo entero está en juego. Guerra total quiere decir en cualquier momento, en cualquier lugar, bajo cualquier circunstancia, el mundo ya no es el mundo, es una aldea y las distancias y fronteras se vuelven irrelevantes.

Y si por un lado queda evidente la enorme expansión de los conflictos militares y agresiones neo-impe-rialistas como las de Iraq, Afganistán, Libia, Siria y Palestina, por el otro hay una aceleración de la crisis económica mundial que, además de generar monstruosas masas de migración hacia los países ricos, viene sentando bases de una crisis vertical entre las hegemonías económico-militares de los mismos.

Una crisis que no nace de la nadaEn un artículo anterior (2013), describíamos la enorme masa de capital financiero que, tras la baja rentabi-lidad del capital productivo, se dirige hacia fondos especulativos de más altas tasas de rendimiento. En este caso en los Fondos Derivados de inversión (hedge funds), que materialmente son conocidos como “Títulos Basura”: una evidente burbuja especulativa que tarde o temprano va a explotar arrastrando los bancos que han especulado con dichos títulos.

Entre los bancos más expuestos, cuatro son estadounidenses, rescatados en el 2008 por el gobierno de EEUU con la intervención masiva de liquidez. Figuraron la JP Morgan Chase Bank, la Goldman Sachs, la Bank of America y la Citibank. Los medios de comunicación del mundo guardaron un silencio cómplice. De esto aprendimos que, por paradoja, para el sistema financiero mundial es mucho más económico especular sobre la vida y la muerte de naciones enteras que en el financiamiento del aparato productivo mismo.

Esa es la esencia del capital. Según el Fondo Monetario Internacional al 31 de diciembre de 2013 el PIB de todos los países del mundo alcanzaba los 73.982 mil millones de dólares, mientras que la suma de los derivados, los títulos basura es 10 veces este valor.

Fechas Derivados (Billón $. USA) PIB Mundial (Billón $.USA) Derivados/PIL

31/12/2000 95.199 32.731 2,91

31/12/2001 111.178 32.527 3,42

31/12/2002 141.679 33.811 4,19

31/12/2007 595.738 56.440 10,56

31/12/2009 603.900 58.623 10,30

31/12/2012 32.582 72.106 8,77

31/12/2013 710.182 73.982 9,60

Variaciones en 15 años +784% 142%

Elaborados basados en fuentes BRI y FMI por A. Folliero

Los hedge fund, o fondos especulativos, representan actualmente 9,6 veces el valor del PIB mundial; este es el síntoma de que la crisis del sistema capitalista está en un punto decisivo: los 300 mil millones de dó-lares asignados por el presidente Obama para el retorno de la producción en los EEUU a medianos de 2014, han producido un crecimiento económico de sólo el 3,5% sin crear nuevos puestos de trabajo en la industria manufacturera. Por ende, la disminución del desempleo (como parámetro estadístico) se da sólo gracias a la renuncia de una vasta cantidad de desempleados a buscar trabajo y a una expansión de empleos precarios y mal pagados.

El turbo-capitalismo de la aceleración de la circulación de capitales parece haberse salido de las manos de sus mismos impulsores, autonomizándose, como un coche conductor, lanzado hacia un muro de cemento a toda velocidad. Pero quienes pagan el más alto costo de esta destrucción anunciada somos nosotros, los sectores más desprotegidos de la sociedad.

Es una bomba de tiempo: La burbuja especulativa de los fondos tóxicos hedge fund junto a la inmisión continúa de dólares en el mercado (que la Reserva Federal de EEUU implementa a través de la opera-ción de Aligeramiento Cuantitativo o Quantitative Easing) está destinada a explotar.

El dólar sigue siendo la principal moneda de reserva y de intercambio internacional. Pero en los últimos meses, las acciones miopes del poder judicial de EEUU, han convencido no sólo los países del BRICS, sino incluso la bolsa principal de Londres, a acep-tar para el comercio internacional una canasta de monedas que incluye, además del dólar, el euro, el yuan chino y el rublo ruso.

¿Es el fin del poder monetario del dólar? Todavía es prematuro decirlo, pero una cosa es cierta: tal como desapareció la hegemonía de la libra esterlina ingle-sa después del fin de la segunda guerra mundial, los EEUU en medio de su crisis pueden sufrir el mismo destino. El imperio norteamericano se sostiene gra-cias a que el sistema de dominación estadounidense se basa sustancialmente en su propio poderío militar y por su capacidad de imprimir dinero sin que nadie pueda pedir satisfacción del capital ficticio que tiene a la mano. Se estima que más allá de las fronteras de EEUU circula (formalmente) la enorme montaña de 62.978 billones de dólares.

Contradicciones internacionalesEl camino de la crisis mundial conduce inevitable-mente a la búsqueda de una solución dentro del dogma de la dominación neoliberal, ideología sus-

tentadora de la elite de poder estadounidense. El camino conduce a afianzar la tendencia a la guerra. El crecimiento de China produce temor, y se trabaja por bloquear la expansión e influencia de los BRICS para que no se convierta en una alternativa interna-cional. La proliferación de conflictos sirve para dis-traer un controlar la opinión pública, controlar los recursos estratégicos disponibles, ajustar las deudas públicas y hacer pagar a los demás el costo de la crisis.

Según los analistas chinos la actual confrontación internacional se puede resumir entre:

R Países de vieja industrialización (bloque atlán-tico) y concentración del capital financiero con-tra los países recientemente industrializados (BRICS mas Corea y Vietnam).

R Países deudores (bloque atlántico) contra paí-ses acreedores (BRIC y grandes productores de materias primas).

R Países del post-estado de bienestar (bloque at-lántico) contra países que intentan restaurar la lógica del estado de bienestar (BRICS, América Latina, Vietnam, Corea del Sur, Irán, etc.).

R Países donde se ha producido un empobreci-miento progresivo y absoluto de las clases trabajadoras (bloque atlántico), contra países con un empobrecimiento relativo de las cla-ses trabajadoras (países proveedores materias primas) o donde hay en curso transferencias de recursos a las clases trabajadoras (BRICS, América Latina, Vietnam).

R Países del imperialismo financiero en estados maduros (área del dólar y el euro) contra paí-ses recolectores de las mismas monedas.

Dentro de esta esquemática comparación existen también los términos de la contradicción entre ca-pital-trabajo y capital productivo-capital financiero.

Por ejemplo Alemania, la locomotora económica del euro tiene una balanza comercial positiva por enci-ma de 230 mil millones de euros y una balanza de pagos de +215 mil millones de euros. Sin Alemania, la zona euro tendría una grave pérdida de 80 y 60 mil millones de euros; pero en el primer semestre de 2014 Alemania también vio su PIB sentarse en un mísero +0,4%, aunque esto se entiende visto que el 71% del comercio exterior de Europa es entre los distintos países de la UE que ya están en crisis.

Igualmente Italia, el segundo sector manufacturero europeo después de Alemania, pierde entre 2008 y 2014 una cuarta parte de su capacidad de produc-ción debido a la restricción del crédito, ya en caída libre, no obstante la masiva entrega de dinero del Banco Central de Europa hacia los más remunerados hedge fund.

Las políticas de austeridad impuestas por Merkel y sus seguidores al resto de Europa, como un boo-merang, podrían volverse contraproducentes para quienes las pusieron en marcha. La efectiva hege-monía del Pacto Atlántico se reduce en Europa, Asia Central, Oriente Medio y en todo el continente de la América también; es mucho más fluida que en el pasado, y muchos observadores pronostican el

fracaso del modelo de globalización neoliberal inte-grado en el Nuevo Orden Mundial.

La pregunta es: ¿qué es lo que entra en una fase de colapso? ¿El modelo neoliberal o el sistema capita-lista en su conjunto?

No hay duda que la reciente crisis de Ucrania, el nacimiento de nuevas alianzas político-comerciales, el surgimiento de nuevos mercados emergentes, nuevos proyectos y tratados comerciales, de hecho, pueden fortalecer esa hipótesis.

Aunque la tensión entre Ucrania y Rusia no se haya disminuido, el invierno -tal como sucedió durante la resistencia del Ejército Rojo contra la ocupación nazi en la segunda guerra mundial- el frío, la nieve y el chantaje del bloqueo de suministro de gas parecen haber calmado el belicismo de las potencias euro-peas.

Si por un lado fue evidente el intento por EEUU de acorralar Rusia frente a su intento de evitar el in-greso de Ucrania en el esfera de control europeo/estadounidense, queda también claro que Obama y sus aparatos intervencionistas tienen afán de expul-sar Rusia de las grandes instancias internacionales, reducir su influencia en el Medio Oriente, aislarla del resto del mundo, cortándole las relaciones comer-ciales con Europa. Ha quedado en incontrovertible evidencia de que la jugada en Ucrania fue un intento clásicamente imperialista de crear un conflicto en el corazón del enemigo para mostrar al mundo la represión que se desata frente a la necesidad de democratizaron del país.

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Rusia ya empezó a mostrar su músculo militar pues la OTAN denunció, en lo que va de 2015, más de cien sobrevuelos de aviones militares rusos por los cielos de los países pertenecientes a la Alianza; alre-dedor de tres veces más que en el 2013. Caza-bom-barderos estratégicos Tu-95, Cazas Su-27, MiG-31, Su-34, Su-27, Su-24 y Aviones Cisterna Il-78; aero-naves militares rusas que, no habían registrado sus planes de vuelo ni habían mantenido contacto por radio, fueron interceptadas por OTAN en Noruega, Portugal, Turquía, Gran Bretaña y Dinamarca, así como Finlandia y Suecia.

Ni Rusia ni China, los únicos dos países que cuentan con capacidad y presencia militar que puede preocu-par los EEUU, ninguno de los dos no tienen interés a desafiar EEUU en el terreno de la hegemonía mun-dial, sobre todo en términos militares. El objetivo central de la acción de los Estados Unidos es romper el vínculo entre Rusia y Europa y con las economías emergentes.

El peligro del Proyecto EurasiáticoEl 3 de octubre 2011 el diario ruso Izvestia publi-có un documento de la firma del presidente de la Federación Rusa, Vladímir Putin titulado: “El nuevo proyecto para la integración de Eurasia: un futuro que nace hoy”. Es un plan que sugiere un diferen-te modelo de desarrollo alternativo al actual mode-lo neoliberal frente a la más evidente crisis de este mismo y un desafío geopolítico al dominio del FMI, la OTAN y BM y el paradigma atlántico en la visión del predominio de los EE.UU.

“...la Unión Euroasiática sirve para lograr un mayor nivel de integración, lo que sugiere un modelo de una poderosa unión supranacional que puede con-vertirse en uno de los polos del mundo de hoy, a pe-sar de ser un vínculo eficaz entre Europa y la diná-mica región de Asia-Pacífico... la combinación de los recursos naturales, de capitales y de gran potencial humano, volverá a la Unión Euroasiática competitiva en la carrera industrial y tecnológica para las inver-siones en nuevos puestos de trabajo y plantas de producción de última generación.”

De hecho, la visión de un proyecto que ve un espa-cio económico común desde Lisboa hasta Vladivos-tok es un proyecto en el que Rusia viene trabajando desde hace diez años, como una oportunidad más factible en un mundo que se está configurando como multipolar, no más dirigido desde una única poten-cia mundial. El Proyecto comenzó a tomar forma a partir del 1 de enero de 2015, con cuatro países: Rusia, Armenia, Bielorrusia y Kazajstán y la atención de Azerbaiyán, Kirguistán y Tayikistán, garantizando un mercado de 170 millones de personas y un PIB agregado de 2.700 millones de dólares.

Estos países controlan el 20% de las reservas mun-diales de gas y el 15 % del petróleo. El compromiso es garantizar la libre circulación de bienes industria-les, servicios, capitales y trabajadores, coordinando las políticas en los campos clave de energía, indus-tria, transporte y agricultura, además de la búsque-da de una integración en las infraestructuras.

Al mismo tiempo el diálogo euroasiático dio lugar a la ASEM (Asia Europe Meeting), un foro interregio-nal cuyos miembros son: la Comisión Europea, los 28 miembros de la UE, los diez miembros de ASEAN - Asociación de Naciones del Sudeste Asiático- más China, Japón y Corea del Sur.

Lo que preocupa Washington y Wall Street es el ries-go de que se consolide un verdadero desafío a la supremacía económica de EEUU. Hay una manifiesta tendencia de muchos países a escapar de los meca-nismos de dominación financiera y económica de Es-tados Unidos. Mecanismos de dominio sustentados en la supremacía del dólar como moneda de cambio y reserva mundial, los préstamos internacionales a los estados, la dominación de los mercados y de los servicios financieros, el dominio en los mercados de la energía, el liderazgo en áreas de alta tecnología, en particular de la informática, con las repercusio-nes en la productividad industrial y comunicaciones.

Muchos países que han alcanzado hoy en día un cierto grado de desarrollo industrial, para seguir creciendo, intentan retener parte de la masa de los beneficios que tradicionalmente han llegado a Wall Street. Líder de esta tendencia es China, que tiene más urgencia de detener el flujo de ganancias para hacer crecer la masa de capital disponible y hacer frente a un mayor proceso de industrialización. Re-quisitos similares se manifiestan con evidencia en Brasil, India, Sur África, Argentina, Rusia, etc.

Aunado a lo anterior, los BRICS van construyendo un banco internacional independiente del FMI, para el comercio de divisas distintas al dólar, que atrae a otros países. Ofrecen condiciones de financiación y de comercio mucho más rentables que los que ofre-ce EEUU. De hecho China desde hace años viene ofreciendo créditos más competitivos para muchos países, en particular de África, donde los EEUU tra-tan de generar inestabilidades. Pekín tiene impor-tantes inversiones o compras de hidrocarburos en Sudán, Egipto, Libia, Malí. Son más de 75 mil millo-nes de dólares invertidos en cincuenta países afri-canos entre 2000 y 2011, en por lo menos de 1700 proyectos de desarrollo.

Y mientras en la sexta cumbre de los países que adhieren a los BRICS del julio pasado, se aprobó el nacimiento del Nuevo Banco de Desarrollo, que contará con un capital inicial de $ 50 mil millones, que se incrementará a 100 mil millones, además de

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un fondo de reserva estratégica de otros 100 mil millones. Rusia y China acordaron la apertura de lí-neas de crédito, en las áreas de energía-petróleo, especialmente entre China y Venezuela, en materia de infraestructura (China financiaría la construcción de dos represas en la planta de energía nuclear de Patagonia y la cuarta en Argentina), en el espacio industrial y financiero, sin olvidar que China se vol-vió ahora el mayor socio comercial de Brasil.

Entonces, Estados Unidos, intentando evitar la pér-dida de hegemonía global, el derecho de poder im-primir dólares - la moneda de histórica referencia mundial- con el mimeógrafo, de hecho está traba-jando, raspando el fondo del barril, para desestabi-lizar todas las Áreas geopolíticas del mundo (Orien-te Medio, Norte de África, los países de ALBA, los BRICS, China), aplazando así una eventual confron-tación militar, hasta que la carrera a las armas haya alcanzado un umbral de crisis.

La inestabilidad política ha involucrado todo el Oc-cidente atlantista; es previsible que también en el bastión alemán pueda haber serios disturbios en protesta por la política de austeridad de la presi-denta Merkel, que en nombre de la reunificación alemana exigió una tregua salarial a los sindicatos alemanes detrás de la fachada de la reconstrucción de la Gran Alemania. Pero hoy, 25 años después, los nuevos convenios de trabajo para los alemanes son iguales al resto de Europa: ¡precarios!

El paradigma que había gobernado la estabilidad eu-ropea ha fracasado, así como el Estado de Bienestar que indirectamente equiparaba el patrón al traba-jador en calidad de ciudadanos. De hecho fracasó el “pacto social” fundante de la sociedad, y todas las naciones europeas prometen un futuro de inse-guridad social, el empobrecimiento progresivo, la proletarización de la clase media, el aumento y la polarización de la brecha entre de ricos y pobres, la devaluación del conocimiento humano, la margina-ción de los jóvenes cada vez más dependientes de los padres o abuelos y destinados a la emigración sin más esperanzas. La destrucción del trabajo vivo actuado por el capital financiero, base fundante de su misma naturaleza, que crea un enorme “ejército industrial de reserva” que ya no encontrará lugar, como lo hizo en el pasado.

Pero cuando el “contrato social” se elimina totalmen-te, tarde o temprano hay que volverlo a escribir; y la responsabilidad recae sobre nuestras generaciones.

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Nicolás Martínez

Unas vidas que son historia y presente nos muestra este cortometraje real-izado por un equipo de cineastas bajo la dirección del español

Francisco Palacios.Tres curas revolucionarios: Domin-go Laín, José Antonio Jiménez y Ma-nuel Pérez, aragoneses de origen, mostrados en su dimensión ética y política, entrelazados por testimo-nios vitales y trascendentes, trans-curren en este logrado documento fílmico que desde ya hace parte de la memoria necesaria para entend-er el conflicto colombiano y a una de las organizaciones guerrilleras el ELN.Con muy buen trabajo investigativo, se sumerge en la construcción vi-tal de estos tres hombres generosos,

que convencidos como muchos, entregaron su vida, día a día por la libertad y por la justicia social, en un compromiso hasta las últimas conse-cuencias. Los tres luchan y mueren en las filas del Ejército de Liberación Nacional, la organización de Camilo Torres Restrepo.En su búsqueda espiritual, los tres se encontraron con la realidad de los hombres y mujeres más pobres y necesitados. Y en la acción práctica de su vocación de servicio, tomaron el camino del amor eficaz, llevado por Camilo hasta el final, en las tier-ras de Colombia, en la construcción del reino de Dios en la tierra, aquí y ahora.Francisco Palacios asume en este documental un recorrido desde la formación de estos seres excepcion-ales, sus relaciones familiares, sus condiciones personales y humanas,

el contexto en que maduraron sus decisiones y compromisos y por úl-timo el espacio solidario, sacrificial, donde ellos convirtieron en testimo-nio sus vidas, en una entrega altru-ista y consecuente con la suerte de los pobres de cualquier lugar, con los hijos de Dios.Tras la huella de Camilo Torres llega-ron a estas tierras. Aquí quedó su amor y su esfuerzo vital.El aporte indiscutible de ellos, sobre todo del Comandante Manuel Pérez Martínez, a la construcción de este instrumento político que es el ELN, se expresa en las entrevistas a guerril-leros, entre ellos al Comandante Nicolás Rodríguez, Primer Mando de nuestra organización.

Estas entrevistas le dan al documen-tal el marco de vida de esos años en-tregados con múltiples dificultades, para cumplir con la decisión central de sus vidas, con el sentido esencial de su existencia.El documental que dura cerca de una hora nos deja metidos en las montañas de Colombia, en sus lad-eras y sierras, en sus pueblos y ciu-dades, tan entrañables para estos tres gigantes de los pueblos del mun-do. Nos deja en la continuidad de sus luchas y sus ideas. De su inter-nacionalismo. En su ejemplo eterno de revolucionarios.

–------------------------------------------* Una producción de Filmak del año 2013.