REVISION ACTUALIZADA SOBRE METODOS DE IDENTIFICACION Y DIAGNOSTICO...
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REVISION ACTUALIZADA SOBRE METODOS DE IDENTIFICACION Y
DIAGNOSTICO DE
LEPTOSPIROSIS EN BOVINOS
LINA MARIA JIMENEZ ARISTIZABAL
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE CIENCIAS
MICROBIOLOGIA AGRICOLA Y VETERINARIA BOGOTÁ, D.C.
AGOSTO 11 DE 2006
REVISION ACTUALIZADA SOBRE METODOS DE IDENTIFICACION Y
DIAGNOSTICO DE
LEPTOSPIROSIS EN BOVINOS
LINA MARIA JIMENEZ ARISTIZABAL
TRABAJO DE GRADO Presentado como requisito parcial
Para obtar al titulo de
MICROBIOLOGA AGRICOLA Y VETERINARIA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE CIENCIAS
MICROBIOLOGIA AGRICOLA Y VETERINARIA BOGOTÁ, D.C.
AGOSTO 11 DE 2006
NOTA DE ADVERTENCIA Articulo 23 de la Resolución N° 13 de Julio de 1946
“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por sus
alumnos en sus trabajos de tesis. Solo velará por que no se publique nada
contrario al dogma y a la moral católica y por que las tesis no contengan ataques
personales contra persona alguna, antes bien se vea en ellas el anhelo de
buscar la verdad y la justicia”.
REVISION ACTUALIZADA SOBRE METODOS DE IDENTIFICACION Y DIAGNOSTICO DE
LEPTOSPIROSIS EN BOVINOS
LINA MARIA JIMENEZ ARISTIZABAL
APROBADO
________________________ Gustavo Arbelaez M.V.Z., MSc, PhD.
Director
________________________ ________________________ Orlando Torres M.V.Z., MSc. Javier Rivas M.V.Z. Jurado Jurado
REVISION ACTUALIZADA SOBRE METODOS DE IDENTIFICACION Y DIAGNOSTICO DE
LEPTOSPIROSIS EN BOVINOS
LINA MARIA JIMENEZ ARISTIZABAL
APROBADO
________________________ ________________________ Ángela Umaña Muñoz M.Phil. David Gómez Méndez MSc. Decana Académica Facultad de Director de carrera Microbiología Ciencias Agrícola y Veterinaria
DEDICATORIA
A mis padres por su apoyo e interés permanente. A ellos dedique este tiempo,
que con su paciencia, orientación y empeño me encaminaron a terminar con una
de las etapas de la vida y me ayudaron a asimilar el compromiso académico,
personal, y social.
AGRADECIMIENTOS
Quiero hacer un reconocimiento al Dr. GUSTAVO ARBELAEZ, M.V.Z, MSc,
PhD, profesor de la Pontificia Universidad Javeriana, por su buena disposición y
tiempo, además de su valiosa orientación que, desde su especialidad enriqueció
mi trabajo.
Finalmente, un especial agradecimiento al Dr. DAVID GOMEZ MENDEZ, MSc, y
Director de Carrera de microbiología agrícola y veterinaria, ya que con su ayuda
y colaboración se hizo posible la realización de este trabajo.
Agosto 11 de 2006
vii
TABLA DE CONTENIDO
Páginas 1. INTRODUCCIÓN……………………………………………………………...12
2. JUSTIFICACION………………………………………………………………14
3. OBJETIVOS…………………………………………………………………...16
3.1. Objetivo general……………………………………………………………...16
3.2. Objetivo especifico…………………………………………………………...16
4. MARCO TEORICO……………………………………………………………17
4.1. HISTORIA…………………………………………………………………….17
4.2. ETIOLOGIA Y MORFOLOGIA……………………………………………..22
4.2.1. Estructura…………………………………………………………………..24
4.2.2. Crecimiento………………………………………………………………...26
4.3. TAXONOMIA Y CLASIFICACION…………………………………………27
4.3.1. Clasificación serológica…………………………………………………...28
4.3.2. Clasificación opcional……………………………………………………..31
4.3.3. Especies……………………………………………………………………31
4.3.3.1. Bovinos…………………………………………………………………..31
4.3.3.2. Caninos y felinos………………………………………………………..33
4.3.3.3. Porcinos………………………………………………………………….33
4.3.3.4. Equinos…………………………………………………………………..33
4.3.3.5. Ovinos y Caprinos………………………………………………………34
4.3.3.6. Hombre…………………………………………………………………..34
4.4. EPIDEMIOLOGIA……………………………………………………………34
4.4.1. Transmisión………………………………………………………………..37
4.4.2. Hospedero de mantenimiento……………………………………………39
4.4.3. Hospederos accidentales…………………………………………………42
4.4.4. Reservorio………………………………………………………………….43
4.5. PATOGENESIS………………………………………………………………46
4.6. RESPUESTA INMUNE………………………………………………………53
4.7. ASPECTOS CLINICOS……………………………………………………...56
4.7.1. Manifestaciones clínicas…………………………………………………..58
4.7.1.1. Leptospirosis anicterica………………………………………………….58
4.7.1.2. Leptospirosis ictérica (Síndrome de Weil)…………………………….60
4.7.2. Presentación clínica en las diferentes especies animales…………….63
viii
4.7.2.1. Perros y gatos……………………………………………………………63
4.7.2.2. Equinos…………………………………………………………………...64
4.7.2.3. Ovinos y Caprinos……………………………………………………….65
4.7.2.4. Porcinos…………………………………………………………………..65
4.7.2.5. Bovinos……………………………………………………………………66
4.7.3. Síndrome pulmonar………………………………………………………..68
4.7.4. Manifestaciones no comunes…………………………………………….68
4.7.5. Lesiones anatomopatológicas…………………………………………….68
4.8. DIAGNOSTICO……………………………………………………………….70
4.8.1. DIAGNOSTICO EPIDEMIOLOGICO……………………………………..70
4.8.2. DIAGNOSTICO CLINICO………………………………………………….71
4.8.3. DIAGNOSTICO DE LABORATORIO…………………………………….71
4.8.3.1. Técnicas indirectas………………………………………………………73
4.8.3.1.1. MAT (Técnica de aglutinación microscópica)……………………….74
4.8.3.1.2. Prueba de aglutinación microscópica con antigeno muerto
(MSAT).............................................................................................................79
4.8.3.1.3. Fijación del complemento (FC)……………………………………….79
4.8.3.1.4. ELISA…………………………………………………………………….80
4.8.3.1.5. Aglutinación macroscópica…………………………………………….81
4.8.3.1.6. Aglutinación en microcápsula…………………………………………81
4.8.3.1.7. Hemoaglutinación indirecta (HA)……………………………………...81
4.8.3.2. Técnicas directas………………………………………………………….82
4.8.3.2.1. Observación en microscopio de campo oscuro………………………82
4.8.3.2.2. Tinción Argénica…………………………………………………………82
4.8.3.2.3. Técnicas de tinción inmunohistoquimica……………………………..82
4.8.3.2.3.1. Inmunofluoresencia……………………………………………………83
4.8.3.2.3.2. Inmunoperoxidasa…………………………………………………….83
4.8.3.2.4. Técnicas de detección y estudio de ácidos nucleicos……………….83
4.8.3.2.5. Aislamiento………………………………………………………………..84
4.8.4. DIAGNOSTICO DIFERENCIAL……………………………………………..85
4.9. CONTROL Y TRATAMIENTO………………………………………………….87
4.9.1. Control………………………………………………………………………….87
4.9.1.1. Control inmune………………………………………………………………87
4.9.1.2. Control higiénico- sanitario…………………………………………………90
4.10. TRATAMIENTO…………………………………………………………………92
ix
4.10.1. En bovinos……………………………………………………………………92
4.10.2. En humanos………………………………………………………………….93
5. DISCUSION……………………………………………………………………….95
6. CONCLUSIONES…………………………………………………………………98
7. RECOMENDACIONES………………………………………………………….100
8. REFERENCIAS ………………………………………………………………..101
x
Resumen
En el presente trabajo se dará al lector una recopilación y análisis de los diferentes métodos de diagnostico existentes para la identificación especifica de Leptospira interrogans serovar hardjo causante de abortos en bovinos. Existen secuelas en vacas preñadas en las cuales la infección fetal consecuente resulta en aborto, nacimientos prematuros y de terneros enfermos. La Leptospira es también considerada una enfermedad de tipo ocupacional conocida con el nombre de enfermedad de Weil’s. La bacteria puede ingresar al organismo a través de la piel o de membranas mucosas nasal o bucal, por el contacto con deyecciones de ratas contaminadas con la bacteria. Después de un período de incubación de días a semanas los huéspedes infectados desarrollan la enfermedad. La prevalencia serológica de esta enfermedad se ha determinado mundialmente con base en la prueba de microaglutinación, por su importancia socio-económica y sanitaria, principalmente, por las pérdidas económicas de carácter reproductivo y productivo en la ganadería.
Lo expuesto anteriormente permite concluir que la leptospirosis bovina es una de las enfermedades con efecto en la reproducción, causante de importantes pérdidas económicas en las explotaciones pecuarias, como es el caso de abortos, mortinatos y agalactia; y es, además, una zoonosis capaz de producir la muerte de animales y hombres infectados.
Abstract
In the present work a will be given reader a collection and analysis of the different methods of diagnosis existing for the identification specifies of Leptospira interrogans serovar hardjo responsible of abortions in bovine. Consequences in pregnant cows exist in which the consequent fetal infection results in abortion, premature births and of sick calves. The Leptospira is also considered an illness of occupational type acquaintance with the name of Weil's disease. The bacterium can enter to the organism through the skin or of mucous membranes nasally or mouth, by the contact with ejections of rats contaminated with the bacterium. After a period of incubation during the day to weeks them host infected they develop the illness. The prevalence serologic of this illness has been determined worldwide based on the test of microaglutinación, by its sanitary and economic importance since situates mainly, in the economic losses of productive and reproductive character in the stockbreeding. The exposed thing previously permits to conclude that the leptospirosis is one of the disease with effect in the reproduction, cause of important economic losses in the livestock explotations, as is the case of abortions, death calves and decrease in the milkmaid production; and is, besides, a zoonotic capable to produce the death of animals and infected men.
1. INTRODUCCION
La leptospirosis es una enfermedad producida por microorganismos
del género Leptospira de la especie interrogans. En Colombia el
serovar de mayor importancia para los bovinos es el hardjo; y otros
de menor importancia son el icterohaemorrhagie, grippotyphosa y
canicola. Los signos clínicos característicos que presenta esta
enfermedad cursan con septicemia severa con evidencias de
endotoxemia, la mortalidad puede ser alta y se necesita un largo
período de recuperación; Igualmente existen secuelas en vacas
preñadas en las cuales la infección fetal consecuente resulta en
aborto, nacimientos prematuros y de terneros enfermos; También se
han encontrado altas tasas de infertilidad y bajas tasas de
concepción después del parto asociadas a infecciones con
Leptospira interrogans serovar hardjo.
La prevalencia serológica de esta bacteria se ha determinado
mundialmente con base en la prueba de microaglutinación; Se han
identificado dos grandes genotipos de L. hardjo en bovinos:
hardjobovis y hardjoprajitno; El hardjobovis aparece como la mejor
adaptada y ha sido identificada en muchos países; mientras que
hardjoprajitno ha sido reportada únicamente en el reino Unido,
Nigeria, India, Malasya, Brasil, México y Estados Unidos. Las tasas
de incidencias publicadas para esta enfermedad en el mundo varían
notablemente según la zona y pueden llegar a alcanzar valores
elevados en tiempos de inundaciones y en los países tropicales y
subtropicales; Además, presenta una importancia socio-económica y
sanitaria, que radica principalmente en las pérdidas económicas de
carácter reproductivo y productivo en la ganadería, ya que
constituye una de las enfermedades zoonoticas de mayor
importancia a nivel mundial; Igualmente se debe tener en cuenta los
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gastos originados que se presentan por causa de este
microorganismo como son el cuidado médico veterinario, la
vigilancia y control de los lugares de trabajo, ropas especiales de
protección, costos de vacunación y seguros médicos para el
personal en riesgo.
Por lo anterior, en el presente trabajo se dará al lector una
información actualizada sobre los diferentes métodos de diagnostico
y control de la leptospirosis bovina, ya que se trata de una bacteria
que presenta múltiples serovares que hacen difícil su identificación.
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2. JUSTIFICACION
La Leptospirosis es considerada la epizoodemia más difundida e
importante en el mundo, por las repercusiones económicas en las
explotaciones pecuarias reflejadas en fallos reproductivos, abortos,
mortinatos, nacimiento de animales débiles, disminución de la
fertilidad y a perdidas económicas asociadas al “Síndrome de caída
de la leche” o agalactia producida por este microorganismo.
De igual forma la Leptospirosis es una zoonosis, y es considerada
una infección accidental, cuyas manifestaciones clínicas mas
importantes son: fiebre, mialgia, procesos hemorrágicos, ictericia,
nefritis, hemoglobinuria, anorexia, náuseas, cefalea, etc. Los países
tropicales y subtropicales son los más afectados dentro de las
condiciones climáticas como: precipitación, temperatura, humedad
relativa y pH; La estructura y la composición del suelo son los
factores más favorables para su presentación, pues las Leptospiras
permanecen viables en el agua favoreciendo la infección en el
hombre; Siendo la principal fuente de transmisión el contacto con la
orina y heces fecales de roedores, caninos, porcinos y bovinos tanto
durante la enfermedad activa, como en el periodo de portador
sintomático.
Es imprescindible tomar medidas efectivas para el control de esta
enfermedad, por su fácil transmisión entre las especies, e identificar
oportunamente los animales afectados, así como el serogrupo y/o
serovar actuante, puesto que la presencia de un serovar u otro
depende principalmente de la existencia de su hospedero de
mantenimiento específico y según sea el hospedador, las medidas
de control serán diferentes; El control y diagnostico, así como la
patogénesis, distribución y clasificación de éste microorganismo,
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serán presentadas en este documento, que pretende recopilar la
información mas actualizada y detallada que exista hasta el
momento y darla a conocer al sector ganadero.
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3. OBJETIVOS GENERAL Recopilar y analizar información bibliografíca existente para la
identificación de Leptospira interrogans serovar hardjo causante de
abortos en bovinos.
OBJETIVOS ESPECIFICOS
• Reunir y organizar información histórica de Leptospira sp.,
basándose en su clasificación taxonómica.
• Realizar una revisión exhaustiva sobre aspectos básicos de
patogénesis y transmisión de la leptospirosis en bovinos.
• Describir cada uno de los métodos de diagnóstico existentes para
la identificación de los distintos serovares de leptospiras que
atacan a los bovinos.
• Analizar cual de los métodos diagnóstico es el mas especifico
para la identificación de Leptospira interrogans serovar hardjo.
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4. MARCO TEORICO
4.1 HISTORIA Probablemente Lacereaux hizo en 1802, la primera descripción
clínica de leptospirosis; En esta fecha solo se suponía el origen
espiroquetal y su relación con la fiebre; demostrado por Obermeier
en 1868-1872, y probado con un inoculo humano por Munich en
1874. En 1883 Landarouzi describió un caso típico con ictericia y
hemorragias denominándolo tifus hepático. La leptospirosis es una
enfermedad conocida desde 1886, año en que el médico Alemán
Adolf Weil la describió y denominó Ictericia Hemorrágica, en
Heidelberg, entre trabajadores agrícolas alemanes. Luego,
Goldschimidt en 1887 propuso el nombre de Enfermedad de Weil.
(Herrer, 1958; Acha & Szyfres, 1986 ; Weil, 1886; Faine, 1994;
Ayala et al., 1998; Laguna, 2000; Dutta & Christopher, 2005;
Sandow & Ramírez, 2005).
Existía confusión de esta enfermedad con otras como el dengue, la
fiebre amarilla, hepatitis, malaria, influenza, y otras enfermedades
causantes de fiebre aguda que persistían por esos días. (Herrer,
1958; Landouzy, 1983; Acha & Szyfres, 1986; Mandell, et al.,
2000). Los primeros casos de Leptospirosis en humanos sin conocer
el agente, los describieron, Weiss en 1881 y Weil en 1886. Es en
1915 que los japoneses Inada e Ido encuentran una espiroqueta en
el hígado de cobayos infectados con sangre de mineros enfermos
febriles; en el cobayo aparecieron fenómenos hemorrágicos y es por
esta razón que los investigadores japoneses llamaron al agente
encontrado Spirochaeta icterohaemorrhagiae. El mismo equipo
japonés encontró la relación de este microorganismo con las ratas
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de desagüe y al estudiarlas encontraron que el 40% de esas ratas
eran portadoras de la Spirochaeta icterohaemorrhagiae (Van der
Hoeden, 1958; Acha & Szyfres, 1986; Laguna, 2000), luego
renombrado Leptospira en 1917. También en este año, Noguchi
aisló esta bacteria, pero en ratas de Nueva York, EE.UU. En 1917,
se describe la infección en ratas gris (Rattus noruegicus) por el
mismo agente y se postuló su posible papel como transmisora de
esta enfermedad al hombre. La confirmación de aparición de la
leptospirosis en toda la frontera occidental europea fue obtenida
rápidamente después de la publicación de los trabajos de Inada. Las
primeras informaciones sobre la enfermedad de leptospira en los
animales procedían de la leptospirosis humana, datan de 1852, año
en el que Hofer describió una enfermedad de los perros antes
desconocida que llamó Tyfus Seu Febris Nervosa Canum; Keff en
1898 cambió el nombre de esta enfermedad por la enfermedad de
los perros de Stuttgard; Sin embargo, la etiología de esta
enfermedad fue aclarada en 1922 por el Checoslovaco Lukes, el
cual demostró que el agente era una espiroqueta.
Pero en realidad, la primera descripción de las Leptospiras como
agentes productores de enfermedad en los animales se realizó en
1933, cuando Klarenbeck y Schuffner demostraron que la L.
canicola era el agente etiológico de la enfermedad de Stuttgart en
los perros. Michin y Azinov en 1935 fueron los primeros en notificar
la leptospirosis en los bovinos en la antigua USSR, denominándola
como “hemoglubinuria infecciosa aguda”, y del agente aislado L.
icterohaemorrhagiae bovina. Estudios posteriores apuntaron a L.
grippotyphosa como responsable de aquella enfermedad;
igualmente Freund en 1941 y Jungherr en 1944 notificaron esta
misma especie tanto en Israel como en los Estados Unidos de
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América respectivamente, quedando este último como la primera
notificación en el continente Americano. Mientras el primer reporte
en Gran Bretaña fue a cargo de Field y Wellers, 1950, Smith y Perry,
en 1952 divulgaron los primeros casos en Canadá.
Los primeros diagnósticos hallados en el continente Africano datan
casi a mediados del siglo XX por Donatien y Gayot en 1950 en
Argelia; Cordier en 1952 en Túnez y Farina y Sobrero en 1960 en
Somalia etc.
La primera descripción de Leptospirosis en equinos fue en la antigua
Unión Soviética por Lubaschenko y Nowikowa 1947 y desde
entonces en Australia por Willington y Ferris en 1953; en
Yugoslavia, Zakarija en 1953; en Hungría, Kasza y Kemenes en
1955; en los EE.UU. Roberts Cork y Robinson en 1955 y en Francia,
Rossi y Kolochine – Erber en 1955. Pero anteriormente, había
notificación sobre la primera observación de Leptospira en el riñón
de equino ya en 1934.
Por otro lado, en Centro América, el conocimiento de la leptospirosis
humana en Cuba remonta sobre la existencia por los reportes en
casos humanos y así lo afirman los trabajos realizados por
Francisco Navarro y Valdés (“La fiebre biliosa grave de los países
cálidos no es la fiebre amarrilla, 1868”) y de Emilio Martínez y
Martínez (“Curabiladad del ictero grave primitivo, 1888”), donde se
precisan ya casi todas las características epidemiológicas de la
leptospirosis. Guiteras y col., en 1920, notificaron la primera
comunicación de los casos presuntivos atribuibles a Leptospirosis
ocurrido en 1910 en trabajadores que construían el alcantarillado de
La Habana; pero estos mismos autores en 1921 diagnosticaron los
primeros casos de leptospiras en Múridos (ratas) capturados en
mataderos de La Habana.
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Transcurren algunos años en Cuba sin que aparezcan
investigaciones y es sólo cuando Pérez en 1943 logró la
comprobación de la enfermedad en un 28% de caninos a través de
una encuesta serológica. Luego la primera confirmación en humano
por el método serológico y microbiológico fue presentada por
Márquez, Soler y Curbelo en 1945. Ramírez en 1971, hace la
primera notificación de la existencia de anticuerpos específicos de
valor diagnóstico de Leptospira bovina en Cuba. (Sandow &
Ramírez, 2005).
En los años 1966- 67, Pérez Carril y Sokolov estudiaron un brote de
esta entidad en la región norte de la antigua provincia de Oriente en
Cuba y confirmaron el diagnóstico mediante la observación por
microscopía directa en campo oscuro y cultivo en el medio Werwor-
Wolff, modificado por Tarasov.
A partir de 1990 se reportó un aumento de la incidencia de la
leptospirosis en Cuba según datos del Viceministerio de Higiene y
Epidemiología del Ministerio de Salud Pública “La tendencia de la
enfermedad es ascendente y acentuada por las condiciones
actuales del período especial que afronta el país, dada la existencia
de parcelas de autoconsumo, cría de animales, mayor asistencia de
personal transitorio a la agricultura, etc.”. En el año 1994 hubo 2.829
casos confirmados de leptospirosis a nivel nacional, por esta razón
aumentó la letalidad en Ciudad de La Habana y provincia La
Habana con respecto al resto del país en el año 1993. (Ayala, et al.,
1998).
En México los primeros casos de leptospirosis fueron reportados en
Yucatán por Noguchi y Klieger en 1920. A partir de esa fecha fueron
apareciendo reportes aislados, en su mayoría seroepidemiológicos,
como el que reporta Colín Ortiz y col., en estudios serológicos
20
realizados en Yucatán, Valle de México y el D.F., en donde se
encontró un promedio de 14.4% de positividad en 9,875 sueros
estudiados entre 1961 a 1995. (Vado, et al., 2002).
En Sur América, En un hospital de Lima en 1917, Arce y Ribeyro
describieron el primer caso de leptospirosis en el Perú. En los años
siguientes se aislaron y diagnosticaron varios casos en humanos;
Durante una epidemia de fiebre amarilla se consiguió aislar cepas
de leptospiras que en ese momento fueron denominadas L.
icteroides por que eran diferentes a la L. icterohaemorrhagiae.
En Perú, el Instituto Nacional de Salud Pública inició los estudios
epidemiológicos en animales. Entre 1955 y 1957 Herrer estudió
perros y gatos infectados por leptospiras y encontró que el 46.4% de
los 444 perros estudiados de Lima y Callao presentaban anticuerpos
con títulos significativos. Además en 26 de los 435 perros (6,4%) en
los que se consiguió hacer cultivo de macerado de riñón, se aisló el
microorganismo, encontrándose L. canicola en 84.5%, seguida de L.
icterohemorragiae con 11.6%; asimismo el 1,4% de los perros
examinados presentaron resultados positivos al hacer análisis en
campo oscuro. (Herrer, 1958; Laguna, 2000).
La serovariedad hardjo fue aislada por primera vez en 1938 en un
trabajador de una plantación de caucho de Sumatra cuyo nombre
era Hardjoprajitno. Inicialmente se incluyó en el serogrupo
Hebdomadis pero, al dividirse éste en dos serogrupos diferentes, se
unió al serogrupo Sejroe. En décadas posteriores se pudo
comprobar que esta misma serovariedad, era endémica en las
poblaciones bovinas de muchas áreas del mundo. Asimismo,
mediante análisis con endonucleasas de restricción se apreciaron
21
diferencias entre las especies aisladas de la serovariedad hardjo,
sugiriéndose su diferenciación en dos genotipos: Hardjobovis y
Hardjoprajitno. Todas las cepas aisladas de humanos, ovinos y
ciervos en Nueva Zelanda y de bovinos en Norteamérica
presentaban unos patrones de ADN similares entre sí pero que se
diferenciaban de la cepa tipo original (Hardjoprajitno). Estas cepas
han sido designadas como genotipo Hardjobovis46, diferenciándose
tres subtipos: A, B y C. La reciente clasificación genética refleja
diferencias, ya que el genotipo Hardjobovis se asocia a la
genoespecie L. borgpetersenii, mientras que el genotipo
Hardjoprajitno se asocia a la genoespecie L. interrogans (Acha &
Szyfres, 1986; Faine, 1994; Ayala et al., 1998).
4.2 ETIOLOGÍA Y MORFOLOGIA El termino “Leptospira” procede del griego lepto (fino) y spira
(espiral). Las Leptospiras son espiroquetas aerobias obligadas,
flexibles, muy finas, helicoidalmente enrolladas, (Fuentes, et al.,
1999) y de gran movilidad, de 5 a 20µm de largo por 0,1 a 0,5µm de
ancho, (Nelson & Horsburgh, 2005), ambos extremos semicirculares
de forma de gancho, aunque a veces uno de los dos extremos está
doblado y el otro se mantiene recto o ambos rectos. Poseen un
movimiento activo de rotación, ondulatorio y de translación que se
produce en ausencia de flagelos externos y depende de dos flagelos
periplasmáticos (filamento axial), que están insertados en ambos
extremos de la bacteria (Blaha, 1995). Son agentes tan finos que
pueden pasar filtros que retienen otras bacterias (0,1- 0,45µm). Las
Leptospiras solo pueden ser visibles por microscopía de campo
oscuro o de contraste de fase, pero no por microscopía de luz de
campo brillante (Mandell, et al., 2000; Acha & Szyfres, 2001). No se
22
tiñen con facilidad con los colorantes de anilina aunque son
gramnegativos; pueden impregnarse de plata (Fontana –
Tribondeau, Levatidi, Rojo Congo, Tinta China), por fluoresceína,
peroxidasa conjugada más reactivos coloreados o por hibridación
del ADN con reactivos coloreados biotina–avidit (DAB).
En medio de cultivo líquido, el movimiento de las Leptospiras es de
rotación rápida sobre su eje longitudinal. En medios semisólidos, el
movimiento es en serpentina, y en medio sólidos reptan por la
superficie. Al microscopio electrónico se observa que están
constituidas por: una membrana externa o envoltura (lípidos,
proteínas, LPS) (Mandell, et al., 2000), esta envoltura externa es de
gran importancia antigénica y rodea la pared celular de
peptidoglucano, poseen dos flagelos periplasmáticos (filamentos
axiales) situados entre la membrana externa y la pared celular, fijos
en ambos extremos de la bacteria, cuyos extremos libres se
extienden hacia la parte media y no se superponen, un cilindro
protoplasmático de forma helicoidal con el contenido celular:
material nuclear, ribosomas, mesosomas y cuerpos de inclusión
celular. Los cuerpos básales flagelares semejan los de las bacterias
gramnegativas, con la excepción de L. illini, una especie de
ubicación incierta, los cuales son similares a los de las bacterias
grampositivas. La denominación de esta especie está basada en
que el cuerpo basal del flagelo periplasmático es similar a los de las
bacterias grampositivas ya que poseen túbulos citoplasmáticos,
presentes en Treponema pero no en Borrelia. (Sandow & Ramírez,
2005).
23
4.2.1 Estructura La membrana celular exterior esta compuesta por proteínas, lípidos
y lipopolisacaridos (LPS); gran variedad de antígenos están
asociados con los LPS. OmpL1 es una porina que esta expuesta en
la superficie y se puede observar por microscopia,
inmunoelectroforesis e inmunoprecipitación; estas porinas son de
bacterias gramnegativas, La OmpL1 es un olígomero y tiene una
migración electroforetica en gel de acrilamida. La OmpL1 ha sido
caracterizada, incluyendo a LipL21, LipL32, LipL36 y LipL41,
designadas de acuerdo a su aparente peso molecular, el cual es
determinado por electroforesis. (Haake, et al., 2004); igualmente
como se hace con una proteína de descarga de calor (Hsp58)
(Quaresma, et al., 2005). La LipL21 y LipL41 aparecen expuestas en
la superficie de membrana, mientras que LipL36 tiene una
restricción al estar en el interior de la membrana exterior. La OmpL1
y LipL41 exhiben un sinergismo inmunoprotector según el modelo
de leptospirosis en hámster. La LipL32 es la principal proteína de
membrana leptospiral (Dey, et al., 2004; Haake, et al., 2004) y ha
tenido un efecto inmunoprotector cuando los hámsters son
inmunizados con LipL32 incorporados con adenovirus. LipL32,
LipL41 y OmpL1 son los antígenos más importantes en la respuesta
inmune humoral de leptospirosis. La expresión de dos proteínas Lig
(Inmunoglobulinas leptospirales), LigA y LigB están asociadas con
virulencia. (Haake, et al., 2004).
Debajo de esta membrana, separado por el espacio periplásmico se
encuentra la pared celular. Bajas concentraciones de etanol,
detergentes o proteasas como la tripsina, remueven rápidamente la
membrana exterior, hasta desenrollar gradualmente la hélice, lo cual
24
revela un tubo plano y vació, que retiene varios antigenos y contiene
ácido murámico; Su función es mantener la estructura y la forma.
Las leptospiras tienen dos flagelos, uno aparece al final de la
inserción a través del peptidoglicano; Cuando la célula se divide, se
forma un nuevo flagelo.
Los flagelos son similares a la estructura general de un flagelo de
otras bacterias gramnegativas, comprendiendo un gancho proximal
terminal y un disco rotor, intercalado con capas de la pared celular.
Las reacciones antigénicas con inmunoglobulinas producidas por
infecciones animales pueden ser identificadas en la superficie
flagelar. El antígeno flagelar especifico puede ser identificado
utilizando calor, una propiedad utilizada para la identificación de
antigenos flagelares en presencia de LPS. (Faine, 1994).
OmpL1
Membrana interna
Peptidoglicano
Membrana externa
Espacio periplásmico
LPS
Flagelo periplásmico
LipL41
LipL36PBPs
LipL32 LipL48
LipL21
LipL45
Figura 1. Estructura de la membrana celular leptospiral. Imagen del simposio de
leptospirosis. Asociación mexicana de médicos veterinarios especialistas en
bovinos, A.C.
25
4.2.2 Crecimiento
Estos agentes poseen actividad oxidasa, catalasa, peroxidasa y
estreasa; en condiciones de laboratorio crecen en medios de
cultivos simples a un pH de 7,2 – 7,6 y a una temperatura de 15 -
18°C, utilizan los ácidos grasos de cadena larga (Tween) como
fuente de carbono y las sales de amonio como fuente de
aminoácidos metabolizados por beta oxidación. También estos
medios son enriquecidos con Vit.B2 y B12, las cuales estimulan el
crecimiento. Además, necesitan fósforo y algunos iones metálicos
durante un período de incubación entre 4-14 días, aunque para
determinadas cepas o serovares puede ser superior a cuatro
semanas. El piruvato puede estimular el inicio del crecimiento de
algunas cepas.
Los medios de cultivo pueden presentarse de tres formas: líquido,
semisólido y sólido. Los medios sólidos (Cox) son en general de uso
menos frecuente que los otros dos. La mayoría de medios líquidos
(Korrthoff, Stuart, Ellinghausen y McCullough, Johnson y Harris-
EMJH) son habitualmente utilizados para el mantenimiento de cepas
usadas en pruebas serológicas. El medio semisólido (Fletcher)
resulta adecuado para el mantenimiento de cepas de referencia.
Tanto unos como otros, son utilizados para el aislamiento a partir de
muestras sospechosas. Basándose en sus componentes, los
medios se pueden clasificar en tres grandes grupos: con suero de
conejo, con ‘Tween’ y seroalbumina bovina Ellinghausen,
McCulleugh, Johnson y Harris (EMJH) y sin proteínas (Shemberg).
Los medios clásicos fueron modificados por Johnson y Harris en
1976 (EMJH), son validos para el cultivo de los serovares menos
exigentes como icterohaemoarrhaegiae y pomona, pero no son
útiles para los más exigentes como hardjo en bovino. Para el
26
aislamiento de este serovar, se han descrito medios más apropiados
como el EMJH suplementado con 1% se suero de conejo o el medio
con Tween 80/40. (Sandow & Ramírez, 2005).
4.3 TAXONOMIA Y CLASIFICACION
Las Leptospiras pertenecen a la división Procariontes, clase
Schizomicete, familia Leptospiraceae, segunda familia del orden
Spirochaetales. (Veloso, et al., 2000). En la edición del “Bergey’s
Manual of Systematic Bacteriology” 1984, se reconoce como único
género dentro de la familia Leptospireceae al género Leptospira;
dentro del cual se incluyen tres especies: Leptospira interrogans,
Leptospira biflexa y Leptospira illini, esta última considerada de
‘estado taxonómica incierta’ aislada de un buey en Illione, EE.UU.
(Johnson y Faine, 1984). En la última edición del “Bergey’s Manual
of Determinative Bacteriology” 1994, ya se recoge como género
independiente el Leptonema, cuya especie y tipo seria Leptonema
illini. De esta forma, la familia Leptospireceae está formada por dos
géneros, Leptospira y Leptonema. (Sandow & Ramírez, 2005).
Anteriormente existía otro género en esta familia, Turneria, con su
única especie, parva, ahora denominada Leptospira parva. (Mandell,
et al., 2000). En los últimos años y gracias a la utilización de nuevas
herramientas y métodos de clasificación, se han reconocido varias
especies del género Leptospira (Tabla 1).
27
Tabla 1. Especies de leptospira
Patógenas Saprofitas L. interrogans♦ L. biflexa● L. borgpetersenii L. wolbachii L. inadai• L. parva L. santarosai L. noguchii L. alexanderi ◙ L. kirschneri L. meyeri• L. fainei• L. Weilii
◙ Fue descrita recientemente, pero su capacidad patogénica, no
está clara todavía.
• Sus estados patogénicos no están claros o es cuestionable.
♦ Más de 250 serovariantes agrupadas en 25 grupos.
● 63 serovariantes agrúpados en 38 serogrupos.
4.3.1 Clasificación serológica Antes del 1987, el género Leptospira fue dividido en dos especies,
L. interrogans, que incluye todas las Leptospiras patógenas y/o de
vida parasitaria, y L. biflexa, especie en la que engloban todas las
saprófitas aisladas del medio ambiente. Existen 250 serovares y 23
serogrupos de L. interrogans (Veloso, et al., 2000; Dutta &
Christopher, 2005), y mas de 60 serovares de L. biflexa. (Perry, et
al., 2000; Bolin, 2003; Yitzhaki, et al., 2004). A pesar de que esta
denominación es la que ha estado utilizando durante varios años,
fue admitida oficialmente en 1986, cuando L. interrogans fue
diferenciada de L. biflexa, este último creció a 13°C en presencia de
225ug/mL de 8-azoguanina, siendo L. interrogans negativa a ambas
propiedades (Tabla 2). (Sandow & Ramírez, 2005). La L. interrogans
28
es parásita en el hombre y los animales, mientras L. biflexa, es
saprofita, comúnmente encontrada en el agua y el suelo; estas
pueden ser aisladas de ríos y lagos. (Naigowit, et al., 2000; Trueba,
et al., 2004).
Tabla 2: Características diferenciales entre las especies de Leptospira Leptospira
interrogansLeptospira
illini* Leptospira
biflexa Patogenecidad. Crecimiento a 13°C. Inhibición del crecimiento por 8-azoguanina (225ug/ml). Conversión de las células a formas esféricas por NaCl 1M. Actividad lipasa % de G-C que hay en ADN Crecimiento en caldo soya-tripticasa Túbulos citoplasmáticos
Si No
Si
Si ?
35.3–39.9 No No
No Si
No
No Si
38.0-41.0 No No
No Si
No
No Si 53 Si Si
*En la 8va edición del Manual Bergey fue denominado como género
Leptonema, pero cambió a especie incertae sedis.
Los seroprupos no poseen taxonómia propia ni se encuentran
definidos, pero tienen importancia epidemiológica. Se plantea que
para la determinación de los serovares tanto de, L. interrogans
como, L. biflexa se logra por la aglutinación después de una
absorción cruzada con antígenos homólogos. Dentro de cada
especie de Leptospira, se incluyen uno o más serovares, que se
diferencian entre si por su composición antigénica. La definición de
serovares fue formulada por vez primera en 1954 por Wolff y Broom,
no ha sido para la clasificación sistémica solamente sino para su
aplicación práctica y la descripción de la relación entre hospedero-
parásito. La clasificación reciente todavía utiliza lo que estos dos
29
autores dejaron planteado acerca de la determinación de los
serogrupos y serovares.
Por razones prácticas, los serovares relacionados antigenicamente
se clasifican bajo el mismo serogrupo. (Sandow & Ramírez, 2005).
Las serovariedades más frecuentes en Estados Unidos son
icterohaemorrhagiae, canicola, autumnalis, hebdomadis, australis y
pomona. En el Reino Unido, Nueva Zelandia y Australia, la infección
por L. interrogans serovariedad hardjo es la más común entre
personas que están en contacto con ganado infectado (Tabla 3).
(Heymann, 2005).
Tabla 3. Serogrupos y algunos serovares más representativos de L. interrogans. Serogrupos Serovar(es) Australis australis, bratislava, lora Autumnalis autumnalis, forbragg, bim,
weerasinghe Ballum ballum, aroborea Bataviae bataviae Canicola canicola Cynopteri cynopteri Celledoni celledoni Djasiman djasiman Grippotyphosa grippotyphosa, canalzonae,
ratnapura Hebdomadis hebdomadis, jules, kremastos Hurstbridge hurstbridge Icterohaemorrhagiae icterohaemorrhagiae,
copenhageni, lai, Zimbabwe
Javanica javanica, poi Louisiana louisiana, lanka Manhao manhao Mini mini, georgia, swajizak Panama panama, mangus Pomona pomona Pyrogenes pyrogenes
30
Ranarum ranarum Sarmin sarmin Sejroe sejroe, saxkoebing, hardjo Semaranga patoc Shermani shermani Tarassovi tarassovi 4.3.2 Clasificación Opcional
La aparición de nuevos métodos de clasificación e identificación de
Leptospira, responde a la necesidad de encontrar métodos más
fiables y de menos subjetividad que el método clásico que además
está considerado como lento y difícil de estandarizar. En la reunión
de “Subcomité para la Taxonomía del género Leptospira” (TSCL) en
Praga en 1994, se recomendó que el sistema de clasificación
taxonómica se siga basando en el serovar, aunque se permite la
utilización de otros métodos opcionales para la identificación y
clasificación, como: anticuerpos monoclonales, el análisis de factor e
investigación de los patrones de fragmentos de ácidos nucleicos
obtenidos por tratamiento con enzimas de restricción mediante
sonda de ADN, estudios de la actividad aminopeptidasa,
microscopia electrónica, etc. También se la llama clasificación
genotípica donde la clasificación ha sido remplazada por el
genotipo, con esta clasificación basados en la hibridización del DNA
se han definido 21 genoespecies de Leptospiras, 29 serogrupos y
269 serovares. (Perry, et al., 2000; Biswas, et al., 2005). Esto
incluye todos los serovares de las dos especies más estudiadas. La
reclasificación de Leptospiras en base a genetipos,
taxonomicamente es correcto y promueve un fundamento científico
para la futura clasificación.
31
4.3.3 Especies 4.3.3.1 Bovinos
Se han aislado de bovinos por lo menos 13 serovares. En América
los serovares predominantes en bovinos son pomona, hardjo y
grippotyphosa; a veces se encuentran infecciones por canicola e
icterohaemorrhagiae, como también por otros serovares. Los
serovares pomona y hardjo son universales. Los brotes por este
ultimo se han comprobado cada vez con mas frecuencia, al
mejorarse los métodos de diagnostico de laboratorio. En los últimos
años, se están aislando también con más frecuencia serovares del
grupo Hebdomadis. Es difícil interpretar la importancia de la
infección causada por algunos serovares; Tal es el caso del serotipo
paidjan (serogrupo Bataviae), aislado de riñones de bovinos
obtenidos en un matadero de Argentina, y del serotipo galtoni
(serogrupo Canicola), aislado en Argentina y Colombia.
En las infecciones por hardjo, se encontró que las leptospiras
pueden residir en los órganos genitales (útero y oviductos), tanto en
hembras preñadas como no preñadas. Hay quienes señalan que la
infección de los órganos genitales indica que existe la posibilidad de
transmisión venérea. L. hardjo se subdivide en dos genotipos hardjo
hardjo-bovis y hardjo hardjo-prajitno. (Lewis, 1999; Veloso, et al.,
2000; Acha & Szyfres, 2001).
Bolin y Alt en 1999, en Estados Unidos describen una prevalencia
de 29% para el serovar hardjo y de 19% para icterohemorrhagiae. El
serovar hardjo es el más importante en la población bovina por su
carácter endémico. Si un animal es infectado con este serovar y no
es eliminado por los anticuerpos, la leptospira puede establecerse
en los riñones o en el tracto genital ocasionado fallas reproductivas.
(Rivera, et al., 2004).
32
La leptospirosis aguda debida a L. pomona afecta principalmente a
los terneros y a veces a los bóvidos adultos. (Biberstein & Cheng,
1994). L. hardjo, además del síndrome de la disminución de la
producción de leche, produce problemas de esterilidad en los
bóvidos. (Biberstein & Cheng, 1994).
4.3.3.2 Caninos y Felinos
Los serovares predominantes en todo el mundo en los caninos son
canicola e icterohaemorrhagiae. Además de estos serovares, en
América Latina y el Caribe se han aislado pyrogenes, paidjan y
tarassovi y en los Estados Unidos, ballum, grippotyphosa, pomona y
bratislava. Los serovares que predominan en Europa son similares.
(Acha & Szyfres, 2001).
4.3.3.3 Porcinos
Los serovares que con más frecuencia se aíslan de cerdos en
América y en el mundo son pomona, icterohaemorrhagiae,
grippotyphosa, canicola, tarassovi, bratislava y muenchen del grupo
australis.
El cerdo es un reservorio muy importante de pomona. Las
leptospiras de los serovares bratislava y muenchen, además de
localizarse en los riñones, se refugian en los órganos genitales de
los porcinos, a semejanza de hardjo en los bovinos. (Acha &
Szyfres, 2001).
4.3.3.4 Equinos
Serológicamente el equino reacciona a muchos serotipos
prevalentes en el medio ambiente. En los Estados Unidos se aisló
pomona y en Argentina, el serotipo hardjo. En Europa, además de
33
pomona, se ha aislado icterohaemorrhagiae, sejroe y canicola. La
mayoría de las infecciones son inaparentes.
Mediante la inoculación de leptospiras inactivadas de varios
serovares se puede reproducir la opacidad corneal, que
frecuentemente se observa como una secuela de la fase aguda.
(Acha & Szyfres, 2001).
4.3.3.5 Ovinos y Caprinos
Las epizootias en estas especies no son muy frecuentes. En
diferentes países se aislaron diferentes serovares, que parecen
proceder de otras especies animales del mismo ambiente. En
Australia y Nueva Zelandia se han aislado hardjo, en los Estados
Unidos y Nueva Zelandia pomona, en Israel grippotyphosa y en
Argentina ballum. En Australia occidental se encontraron ovinos con
una leptospiruria persistente por el serovar hardjo, que no tuvieron
contacto con bovinos que estaban infectados por el mismo serovar.
Los autores concluyeron que el ovino podría ser otro huésped de
mantenimiento de hardjo, además del bovino (Acha & Szyfres,
2001).
4.3.3.6 Hombre
El hombre es susceptible a un gran número de serovares. Muchas
veces se relaciona con la infección por icterohaemorrhagiae, pero
este no es el único serovar que la puede producir como es el caso
de grippotyphosa. (Acha & Szyfres, 2001; Mayberry, 2003).
34
4.4 EPIDEMIOLOGIA Los reservorios de L. interrogans son pequeños mamíferos de vida
salvaje, sobre todo roedores, en los cuales puede distinguirse entre
hospedadores principales y secundarios.
Las leptospiras se asientan en los riñones de los hospedadores que
actúan como reservorios, y se eliminan principalmente con la orina.
Esencialmente pueden distinguirse los cuatro grupos siguientes de
procesos epizoóticos: - La enfermedad de Weil, procedente de
ratas, afecta al hombre y a los animales; es producida por la
serovariedad L. icterohaemorrhagiae. – La fiebre del fango o las
ciénagas, que procede de los más variados mamíferos salvajes y
afecta al hombre y animales de explotación zootécnica –. Las
infecciones que tienen su origen en determinadas especies de
animales domésticos y salvajes y que, tras adaptarse a ciertas
especies de explotación zootécnica, provocan en estas, afecciones
epidémicas.
La frecuencia de la leptospirosis es alta en países cultivadores de
arroz. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha cifrado su
prevalencia en humanos entre 4 y 100 casos por 100.000 habitantes
y ha descrito un brote en China con una incidencia de 1.300 casos
por 100.000 habitantes. En octubre de 1995, en Achuapa,
Nicaragua, se registraron 2.000 casos y 40 defunciones en humanos
que presentaban una enfermedad febril hemorrágica; inicialmente se
estableció un diagnóstico de dengue hemorrágico, pero las pruebas
serológicas fueron negativas para esta enfermedad y posteriormente
se confirmó el diagnóstico de leptospirosis. En este mismo país, en
el período posterior al huracán Mitch se registraron 523 casos
sospechosos de leptospirosis, con 7 personas muertas por esta
causa, lo cual representa una tasa de letalidad de 1,3%. Las
35
encuestas serológicas permiten explorar los factores de riesgo
asociados con la presentación endémica o epidémica de la
enfermedad en animales y humanos.
Un estudio realizado en Nueva Zelanda investigó la presencia de
Leptospira en 1.003 inspectores de carne y encontró una asociación
entre la positividad y el número de años de empleo. Otra
investigación realizada en trabajadores de alcantarillado de Canadá
en 1995 registró una positividad de 12%, frente a 2% en el grupo de
control (P = 0,003), resaltó la importancia de los roedores en la
transmisión de la enfermedad y se hizo énfasis en la necesidad del
uso adecuado de los elementos de protección personal.
En Colombia hay informes aislados de leptospirosis desde 1933, en
trabajos con más orientación a identificar los reservorios animales.
El primer caso humano en el país se informó en 1968 y en 1997 se
publicó una serie en la que se hace referencia a los hallazgos
histopatológicos, correspondientes a enfermos fallecidos en 1995
durante una epidemia en Barranquilla, con diagnóstico clínico y
serológico de leptospirosis icterohemorrágica (Hoyos, et al., 1998).
En Colombia la leptospirosis no es una enfermedad de notificación
obligatoria y se desconocen tanto su prevalencia como su impacto
económico, aunque se han descrito casos aislados en humanos y
brotes en Barranquilla, Buenaventura y Lérida. En un estudio
realizado se utilizó la técnica de microaglutinación-lisis (MAT) para
seis serotipos de Leptospira con el objetivo de estimar la prevalencia
de la infección en las poblaciones de operarios, bovinos y porcinos y
explorar algunas variables ambientales y del sistema de producción
asociadas a la seropositividad. La prevalencia de individuos
seropositivos fue de 22,4% (intervalo de confianza de 95% (IC95%:
13,1 a 34,2) en los operarios, de 60,9% (IC95%: 53,2 a 68,2) en las
vacas en producción, de 10,3% en los cerdos de ceba y de 25,7%
36
en los cerdos de cría. Se encontró una alta prevalencia de
infectados por Leptospira (serotipos pomona, bratislava y hardjo) en
este sistema de producción, en el que existen condiciones
favorables para la transmisión de este microorganismo en las
diferentes especies animales y en los humanos. (Ochoa, et al.,
2000).
La infección por Leptospira en bovinos es importante por las
pérdidas económicas que generan problemas de infertilidad. En
Venezuela, en 1980, se verificó que 40,8% de 1.526 abortos bovinos
eran atribuibles a la leptospirosis, y en Irlanda, en 1982, el serotipo
hardjo se asoció con 49,7% de 348 abortos bovinos. El aborto es
una secuela crónica de la infección que se produce semanas
después de la leptospiremia (Hoyos, et al., 1998).
4.4.1 Transmisión Los animales con la infección latente, los enfermos y los que
superaron la enfermedad, en todos los cuáles hay que contar con el
asentamiento perpetuo de leptospiras en los tubos contorneados de
los riñones, eliminan con la orina gérmenes de manera continuada
o periódica. Esta representa la fuente más importante de contagio.
Alrededor de uno de cada tres individuos enfermos se convierte en
eliminador de leptospiras. Los bovinos pueden excretar leptospiras
durante 180 días, los perros durante 700 días, y los cerdos toda su
vida. Además de la orina, pueden actuar como fuentes primarias de
contagio los anejos del parto y las excretas de animales infectados.
En las épocas húmedas y calidas del año (por encima de 18°C), las
leptospiras pueden conservar su vitalidad durante largo tiempo,
también en medios ambientales húmedos y embarrados
37
multiplicándose. El contagio se produce por el coito, al ingerir agua o
pienso contaminado; es mucho más raro que actúen insectos
picadores y otros artrópodos.
Al tener pases, en grandes animales, se produce por lo general
infecciones primarias latentes, que luego van seguidas por un
aumento de la virulencia y un proceso de adaptación a la especie
hospedadora afectada, con el resultado final de un brote de la
enfermedad. Los animales enfermos excretan regularmente
cantidades de gérmenes mayores que las eliminadas por los
animales con la infección latente o convaleciente; constituyen por
ello las principales fuentes de contagio. También se consideran
origen de contagios los residuos de matadero, en particular del
tracto urogenital. En los animales sanos, la infección ingresa en
forma de serovares adaptados a las correspondientes especies de
animales domésticos, por lo regular con animales infectados de la
misma especie o también por otra especie de explotación
zootécnica. Además pueden presentarse muy variadas infecciones,
procedentes de sus reservorios naturales y transmitidos por
vectores animados e inanimados. Estos últimos actúan por lo común
solo esporádicamente. Sin embargo, estas infecciones pueden
adoptar carácter enzoótico cuando hay una intensa masificación de
hospedadores y reservorios en las inmediaciones de los animales
domésticos, y si son especialmente buenas las posibilidades de
transmisión de la enfermedad (abrevaderos antihigiénicos,
pastizales descuidados, drenados deficientes). Pero en estos casos
la constitución de las cadenas infecciosas no se mantiene dentro de
una especie domestica, sino, partiendo de los reservorios animales
de vida salvaje, afectando a individuos sueltos de la población
zootécnica a través del medio ambiente contaminado.
38
Teniendo en cuenta las particularidades epizoóticas mencionadas
de la leptospirosis, resulta que es ésta una enfermedad estacional
con un máximo de morbilidad en la época calida del año. Sin
embargo, con los animales explotados a escala industrial, esto no
sucede; en este caso las mayores cifras de morbilidad coinciden con
los máximos de partos, con la tasa de reproducción y otros factores.
La llegada de grupo de animales no infectados activa en las
poblaciones afectadas el proceso patológico. De aquí que el ingreso
de animales nuevos deba hacerse principalmente en poblaciones
que sufrieron la enfermedad tiempo atrás. En virtud de las
oscilaciones que sufren las poblaciones de animales- reservorios,
puede producirse un cierto ritmo en la presentación de la
enfermedad a lo largo de los años. En los llamados años “años de
roedores” y en los años calurosos con precipitaciones, se presenta
también la enfermedad frecuentemente en los animales de
explotación zootécnica.
4.4.2 Hospedero de mantenimiento Es aquel que asegura la perpetuación de una población
determinada de patógenos, sin la intervención de ningún hospedero
accidental. Por lo tanto, la población de mantenimiento será aquella
especie animal que actúa como un reservorio continuo de un
serovar, en un ecosistema determinado. Una o varias especies de
mamíferos domésticos o salvajes actúan de hospederos de
mantenimiento de cada serovar o serogrupo de Leptospira
patógena, donde una especie animal puede ser reservorio de varios
serovares y diferentes especies animales serlo de un mismo
serovar. La complejidad de la epidemiología de la Leptospirosis es
basada sobre el gran número de especies de diversas familias de
39
mamíferos (roedores, carnívoros, marsupiales, etc.), que tienen la
capacidad de mantener una amplia variedad de serovares. Los
hospederos de mantenimiento se caracterizan por los siguientes
elementos:
• Gran receptividad a la infección por el serovar.
• Relativa baja patogenicidad del microorganismo en el hospedero.
• Presencia de infección renal con leptospiruria prolongada.
• Infección crónica.
• Transmisión eficaz de la infección a los animales de la misma
especie por contacto directo.
• En algunos hospederos, se mantiene la Leptospira en el tracto
genital.
La transmisión de la infección entre hospederos de mantenimiento
se realiza independientemente de las condiciones climáticas y
ambientales. Sin embargo, en el caso de la transmisión entre
hospederos de mantenimiento y accidental o entre accidentales
hace necesario la supervivencia del agente en el medio ambiente
para poder efectuar la infección.
Hay algunas especies silvestres que actúan como hospedero de
mantenimiento en algunos países europeos: Rata gris (Rattus
norvegicus) y rata negra (Rattus rattus) de icterohaemorrhagiae en
toda Europa, Topillo (Microtus arvalis) de grippotyphosa en Holanda
y Francia, el erizo (Erinaceus europaeus) de bratislava y australis en
Francia. Heath y Johnson en 1994 apuntan al ciervo y al mapache
como reservorios silvestres de pomona. Mientras Heath y Johnson
en 1994 y Bolin en 2000 declararon las ratas como hospederos de
mantenimiento principalmente al serogrupo icterohaemorrhagiae y
ballum; al cerdo de pomona, tarassovi y bratislava, la oveja de
40
hardjo y pomona; al ovino del serogrupo australis, especialmente
serovar bratislava y el perro de canicola. Ellis y col., en 1981 y 1982,
proclamaron al ganado bovino como hospedero de mantenimiento
del serovar hardjo y también de pomona y grippotyphosa, siendo en
EE.UU; la L. pomona, al contrario de lo que ocurre en Europa. Quinn
y col., en 2002, señalan a la especie equina como posible especie
de mantenimiento al serovar bratislava.
La presentación de un contagio y su posterior desarrollo hasta la
enfermedad infecciosa de curso eventualmente epizoótico dependen
del serovar actuante, de la dosis y virulencia de las leptospiras
ingeridas, del estado real de las defensas del individuo infectado, así
como las posibilidades de contagio. Los animales se contagian por
las vías oral, genital, conjuntival y, ocasionalmente percútanea a
través de lesiones preexistentes. (Córdova, et al., 2005). La
predisposición es máxima en los animales jóvenes y hembras
gestantes. La infección por leptospiras genera una marcada
inmunidad humoral, que tiene como consecuencia la reclusión del
germen en los tubos contorneados de los riñones, lo cual convierte a
una parte de los animales en eliminadores permanentes de
patógenos. Las formas clínicas presentes en una población animal
pueden variar mucho. Mientras que la vaca y otros rumiantes
tienden más a padecer una enfermedad general de sintomatología
muy diversa, en la especie porcina prevalecen los abortos y una
elevada mortalidad neonatal. (Blaha, 1995).
El hombre se contamina de manera accidental y transitoria, cuando
entra en contacto con el agente causal, particularmente cuando
desempeña actividades tales como: médico veterinario, ganadero,
trabajador pecuario, matarife, albañil o trabajador de obras públicas.
(Lugo, et al., 2001). Las personas que trabajan con ganado, están
41
muchas veces expuestas a la orina de los animales, ya sea de modo
indirecto o por aerosol, que puede contaminar sus conjuntivas,
mucosa nasal o abrasiones en las partes descubiertas de la piel
(Wangroongsarb, et al., 2005).También pueden infectarse en forma
indirecta, al caminar descalzos en lugares donde los animales han
orinado. En muchos países, los animales domésticos, sobre todo
cerdos y bovinos, constituyen importantes reservorios de leptospiras
y una fuente frecuente de infección para el hombre.
Los trabajadores de arrozales están expuestos al agua contaminada
por la orina de roedores que infestan los campos. Entre los
trabajadores agrícolas, los que recogen la caña de azúcar
constituyen otro grupo de alto riesgo. Los ratones de campo que
anidan sobre vegetales son una fuente de infección para los
trabajadores que recogen diferentes cosechas, especialmente en las
primeras horas de la mañana cuando las manos de estos entran en
contacto con el roció mezclado con la orina. (Acha & Szyfres, 2001).
En Colombia los informes de casos son aislados, sin connotaciones
endémicas y/o epidémicas. Durante el período lluvioso del segundo
semestre de 1995 se presentó en Barranquilla un elevado número
de cuadros febriles, de los cuales ingresaron al Hospital
Universitario 23 pacientes en quienes, por pruebas serológicas de
microaglutinación, se encontraron en 20 de ellos títulos positivos
para los serogrupos icterohaemorrhagiae, pomona, canicola y
grippotyphosa. En el grupo admitido se presentaron 6 fallecimientos
en 4 de los cuales se practicaron necropsias.
42
4.4.3 Hospederos accidentales Cualquier mamífero puede ser, potencialmente, hospedero
accidental de las Leptospiras. Las características de mayor
importancia de un hospedero accidental durante la infección de
leptospira son:
• La transmisión es intraespecie y esporádica.
• Signos de forma aguda grave (hepatitis, crisis hemolítica).
• Duración de la leptospiruria (apenas semanas).
• Muestra para el diagnóstico (animal enfermo).
• Bajo porcentaje de animales seropositivos. (Sandow & Ramírez,
2005).
En el período 1968-1974 se halló en bovinos 53% de reactores a
leptospirosis sobre muestras de suero con historia de abortos; al
analizar 1.526 casos de abortos detectados entre 1970 al 1975 en
bovinos en Venezuela, 662 fueron atribuidos a leptospirosis,
incrementándose durante la estación lluviosa. (Godoy, et al., 1997).
En la actualidad, numerosos factores ambientales intervienen en la
presentación de la enfermedad como: los cambios edafoclimáticos,
el crecimiento demográfico con urbanización descontrolada hacia
zonas periféricas sin saneamiento y presencia de basuras y
criadores clandestinos de animales, pero con mayor impacto en
áreas tropicales y subtropicales, las cuales penetran por la piel y
mucosas por contacto con agua contaminada de orina de animales
domésticos y silvestres infectados. (Sandow & Ramírez, 2005). El
agua salina no favorece la supervivencia de este patógeno, al
contrario del agua dulce (arroyos, embalses naturales, etc.).
Necesitan un alto grado de humedad, un pH neutro o ligeramente
alcalino y temperaturas adecuadas. La composición del suelo
43
también influye en su supervivencia. En resumen la fuente de
infección y el modo de transmisión son variados y tienen relación
con actividades de riesgo.
4.4.4 Reservorio Los reservorios de las leptospirosis son una serie de animales
salvajes y domésticos. La serovariedad de la leptospira infectante
varía de acuerdo con el animal afectado. En las ratas el serotipo
característico es el icterohemorrhagiae, en los cerdos el pomona, en
el ganado bovino hardjo, en los perros canícola y en los mapaches
autumnalis. Sin embargo los serotipos no son necesariamente
específicos de la especie animal y pueden aparecer diferentes
serotipos en los animales. Por ejemplo en un estudio en Tingo
María, Liceras, encontró vacunos con el serovar predominante
shermani y pomona, cerdos con Bratislava y VTM-65 además de
perros con shermani y canícola. Esto se repite en los diferentes
estudios que se encuentran, por lo que es importante no solo el
reservorio sino las características del medio ambiente.
Otros reservorios han sido incriminados como portadores:
venados, ciervos, ardillas, zorros, mapaches, marsupiales y leones
de mar. Inclusive fueron encontrados anticuerpos en crotálidos. Las
variedades que infectan a los reptiles y anfibios (ranas) al parecer
no infectan al ser humano. En los reservorios la infección suele ser
oligo o asintomática pero mantienen leptospiruria por largo tiempo y
en algunas especies por toda la vida. En el Perú, se tienen datos
desde 1966 hasta 1984 donde se muestra que en ese período la
seroprevalencia encontrada en la selva peruana entre los perros
(35%) vacunos (32%) porcinos (37%) y equinos (89%) es superior a
44
las encontradas en la costa y sierra del país. Estos estudios
merecen ser realizados en la actualidad estableciendo muestras
significativas y metodología adecuada para poder establecer la
seroprevalencia real de la leptospirosis en los reservorios de
nuestras diferentes regiones.
Los roedores son unos de los animales más importantes en la
transmisión de la leptospirosis sobre todo la relacionada a las
formas ictéricas y de mayor cuidado en el humano. La mayoría de
ellos vive en ambientes silvestres en equilibrio con la naturaleza
pero al producirse alteraciones de la misma como en el Fenómeno
de El Niño, la redistribución del curso de las aguas por la lluvia
excesiva llevó a la destrucción de sus madrigueras, acercándolos
hacia el abrigo que la vivienda humana puede ofrecerles.
Asimismo, la conservación de alimentos en el hogar permite que
ellos incrementen el contacto con el humano aumentando las
posibilidades de transmitir la infección. Algunas especies que son
llamadas roedores comensales o sinantrópicos se adaptan mejor a
las condiciones ambientales creadas por el hombre (Rattus y mus).
De esta manera Ratus norvergicus (rata de desagües), Rattus rattus
(rata del tejado) y mus musculus (ratón doméstico) deben ser
reconocidos por sus características morfológicas y características de
su comportamiento entendiendo las áreas donde buscan abrigo, la
forma de su dinámica poblacional, cuáles son sus predadores
naturales así como sus habilidades y comportamiento habitual.
(Laguna, 2000).
En el área pecuaria infestan casi todas las propiedades de cría de
animales. Estos depredadores pueden comer cerca de 10 % de su
peso cada día (10 a 15 kg/año/rata), y lo más importante,
contaminan mucho más alimento del que pueden comer, lo que
45
favorece la transmisión y dispersión de las leptospiras por
contaminación del alimento y agua a través de su orina.
Sin lugar a duda, otro vector importante de contaminación en
granjas y establos son los perros, que generalmente siempre existen
en este tipo de lugares cumpliendo alguna función específica
(vigilancia o compañía). Por la conducta muy especial de la especie
canina, de marcar sus territorios con orina, esta se disemina
fácilmente por toda la granja o establo y en ocasiones, lleva la
contaminación directamente al alimento y agua consumida; o incluso
en algunos casos estos animales comparten un mismo espacio, lo
que facilita aún más la contaminación directa del patógeno.
(Sepúlveda, et al., 2002).
4.5 PATOGENESIS Las Leptospiras entran al cuerpo a través de heridas; piel lesionada
o reblandecida por el agua; membranas mucosas o conjuntiva;
inhalación por aerosol o gotas microscópicas, y por una posible
ingestión de alimentos o agua. (Mandell, et al., 2000). Existen
además descripciones de transmisión vertical, ya sea por paso a
través de la barrera placentaria como por la leche materna (Cornejo,
et al., 2001). Una vez dentro del sistema linfático y en sangre, la
leptospira es llevada rápidamente a los órganos de todo el cuerpo;
aparentemente no tienen un tropismo. La invasión dentro del liquido
cefalorraquídeo (LCR) y el humor acuoso de los ojos, puede
facilitarse por la acción del par de flagelos axiales y la liberación de
hialuronidasa (Mandell, et al., 2000; Hoyos, et al., 1998). El
lipopolisacárido aislado de la leptospira, llamado L-LPS, parece
actuar intensamente en el desencadenamiento de graves
46
fenómenos inflamatorios, que agreden a la célula endotelial y liberan
citoquinas y potentes compuestos vasoactivos. Algunos autores
describen que la presencia de una sustancia “endotoxina” en la
espiroqueta estimularía la producción de citoquinas entre ella el
factor de necrosis tumoral (FNT). (Laguna, 2000). Peptidoglicanos
extraídos de la pared celular de la Leptospira interrogans inducen
liberación de FNT alfa por los monocitos y aumentan la adherencia
de las células endoteliales a neutrófilos. La inducción del TNF alfa
por factores tóxicos bacterianos produce una respuesta local y
sistémica, resultando en daño capilar y vasculitis. (Cornejo, et al.,
2001). Este FNT, cuyo papel es decisivo en la mediación de la
respuesta inflamatoria induce la producción de otras citocinas de
importancia en este proceso, tales como interleucina 1y 6 (IL-1 e IL-
6). (Laguna, 2000). Esta capacidad nociva puede ser debida a
factores tóxicos (hemosilina, fibrolisinas, lipasas) y endotoxinas
(catalasa, hialuronidasa) (Sandow & Ramírez, 2005). También se
describe una alteración de la bomba Na/K ATPasa. (Cornejo, et al.,
2001).
Una vez que la bacteria atraviesa la mucosa va al torrente
circulatorio, se multiplican, dando origen a una fase leptospirémica
que dura de 7 a 10 días desde el inicio de la enfermedad (García, et
al., 1998), esto se puede atribuir a la existencia de determinados
factores de patogenicidad bacteriana, como las hemolisinas y las
lipasas siendo la primera, la causa de la anemia (Sandow &
Ramírez, 2005), produciendo generalmente un síndrome séptico
febril con cefalea, mialgia, compromiso general, dolor abdominal,
vómitos e infección conjuntival, manifestaciones que duran 3 a 7
días; en esta etapa se puede aislar leptospira a partir de la sangre y
del LCR (Abuauad, et al., 2005; Hoyos, et al., 1998).
47
Más tarde, se le suma la acción de los anticuerpos situados en la
superficie eritrocitaria que sensibilizan al eritrocito, causando su
rotura -anemia-. Durante esta fase (leptospiremia) ocurre una
reacción inflamatoria en la mama (mastitis). La hemólisis producida
por la hemosilina y por el daño hepatocelular se le atribuye a las
causas isquemicas y toxicas –ictericia-. Tras esta fase, las
leptospiras se sitúan en el riñón, lugar de difícil acceso para los
anticuerpos, la ubicación en los túbulos renales se ve facilitada por
la producción de ureasa por parte de las Leptospiras (Sandow &
Ramírez, 2005).
Algunos estudios en ratones sugieren la presencia de hemorragias
capilares resultando una disrupción de las células de la membrana
endotelial por el intercambio con toxinas glicoproteínicas, que
sustituyen la recepción de ácidos grasos requeridos para mantener
la integridad vascular de la pared celular. A pesar de todo el
mecanismo, las lesiones petequiales reflejan una vasculitis
sistémica, permitiendo la migración y proliferación de espiroquetas
casi dentro de todos los órganos y tejidos, teniendo en cuenta un
amplio espectro por enfermedades clínicas (Mandell, et al., 2000);
Asociada a la agresión de las células parenquimatosas, el endotelio
capilar es lesionado con intensidad, probablemente por la acción de
las citotóxinas. De Brito y cols. observaron, en la célula endotelial de
capilares del pulmón, riñón y diafragma, alteraciones mitocondriales
y del retículo endoplasmático, semejantes a las detectadas en los
hepatocitos. Las mitocondrias se encuentran dilatadas mientras que
el retículo endoplasmático está aumentado de tamaño. Todos estos
fenómenos precederían a la lesión final de necrosis celular.
(Laguna, 2000).
48
Posteriormente, se multiplicarán en la luz de los túbulos
contorneados renales, principalmente en las proximidades de las
microvellosidades, donde la nefritis es provocada por el daño capilar
y la producción de determinadas endotoxinas y hemolisinas , que
terminan por producir anoxia, nefrosis y hemoglobinuria, por la
posible isquemia debida a la agregación intravascular de
hemoglobina que obstruiría los capilares y también por la presencia
de mononucleares infiltrados por una reacción autoinmune, lo que
da lugar a la fase de (leptospiruria) que puede tener carácter
continuo o intermitente y de duración variable según la especie
afectada. (Sandow & Ramírez, 2005; García, et al., 1998).
Puede suceder una lesión vascular severa, causando, por ejemplo,
hemorragias pulmonares, isquemia de la corteza renal con necrosis
de células de epitelio tubular (Mandell, et al., 2000), con presencia
de coagulación intravascular diseminada y trombocitopenia
(Anónimo, 2000). La agresión pulmonar, que se manifiesta en su
forma más grave por un cuadro de neumonía hemorrágica, parece
relacionarse con la acción directa de una toxina sobre la pared
capilar. Las lesiones son observadas con mayor frecuencia en la
periferia y bases pulmonares como consecuencia de la abundancia
de capilares y mayor vigor de los movimientos respiratorios de esas
áreas. Esta grave agresión pulmonar puede en realidad resultar en
una reacción de Herxheimer, desencadenada por la liberación de
lipopolisacáridos de la pared celular de la leptospira. El compromiso
de otros órganos como las suprarenales, páncreas cerebro y
meninges parece obedecer a los mismos mecanismos
mencionados. (Laguna, 2000). Igualmente se presenta destrucción
de la arquitectura hepática resultando en ictericia y lesión en células
del hígado con o sin necrosis (Mandell, et al., 2000), eritrofagocitosis
y colestasis. En el riñón, las manifestaciones histopatológicas
49
presentan una inflamación tubulointersticial difusa caracterizada por
una variada infiltración de células inflamatorias como linfocitos,
células plasmáticas, macrófagos y leucocitos polimorfonucleares
(Nelson & Horsburgh, 2005).
El comprometimiento renal puede manifestarse en una amplia gama
de problemas que incluye desde simples alteraciones del sedimento
urinario hasta cuadros gravísimos de insuficiencia renal aguda. La
insuficiencia renal es primariamente el resultado del daño tisular y
es habitual encontrar leptospiras en la luz tubular. La causa principal
de la lesión tubular parece ser la hipoxemia o algún efecto tóxico
directo de las leptospiras. Las alteraciones inflamatorias en el riñón
pueden observarse en los estadios más tardíos del
desenvolvimiento de la lesión renal y en un caso se asociaron con
inmunocomplejos circulantes y depósitos de componentes del
complemento y cuerpos electrodensos en los glomérulos sugestivos
de glomérulonefritis por inmunocomplejos. La hipovolemia y la
hipotensión causadas por la pérdida de volumen intravascular como
resultado de lesión endotelial, pueden contribuir al desenvolvimiento
de la insuficiencia renal. Las lesiones renales parecen iniciarse
dentro de los glomérulos durante la migración de las leptospiras,
luego surgen las alteraciones túbulo intersticiales causadas también
por la migración de dentro de los capilares peritubulares para el
interstício y túbulos, responsabilizándose por el compromiso renal
que puede variar de simple disminución de la función glomerular
hasta insuficiencia renal. (Laguna, 2000).
Por otro lado, la ictericia es la manifestación principal de las
alteraciones hepáticas. Ocurre en los casos mas graves y se debe
primariamente a la disfunción hepatocelular, habitualmente sin
50
necrosis. El daño hepático en apariencia es subcelular y las
leptospiras rara vez se observan en el hígado. (Laguna, 2000). La
microscopía muestra alteraciones celulares en de la zona III del
acino de Rappaport (Cornejo, et al., 2001). En los casos graves la
ictericia es muy intensa y tiene su mecanismo de producción todavía
en discusión. Sin embargo parecen importantes la hemólisis, el daño
hepatocelular y la colestasis intrahepática. La insuficiencia renal y la
reabsorción de hemorragias parecen factores coadyuvantes. Para
algunos autores la disminución funcional de la célula hepática
representa el factor primordial en el proceso. La ictericia sería
resultante de la agresión hepática aunque la necrosis hepatocelular
no sea prominente, concordando con los valores poco elevados de
las transaminasas séricas. De Brito, por medio de microscopía
electrónica hepática admite que los defectos básicos se encuentran
en la captación (lesión del polo sinusoidal) conjugación (depleción
de los gránulos de ribonucleina) y la excreción de la bilirrubina
(alteraciones mitocondriales de los ductos biliares), con
predominancia de la lesión en la última fase. La ictericia en los
casos graves es muy intensa, y puede presentar una coloración
anaranjada por lo que se le denomina cúprica o rubínica. Ella se
produce por la asociación entre la impregnación bilirrubínica,
amarilla y la dilatación e hiperpermeabilidad vascular que resulta en
congestión y hemorragia. (Laguna, 2000).
El bovino puede tener una leptospiruria hasta 7 meses; equino de 2-
3 meses, el cerdo hasta un año; perro hasta 6 meses o más;
roedores toda la vida. La localización de agentes patógenos en el
hígado y humor acuoso complica el cuadro y el desenvolvimiento
clínico. También el aborto es causa de fiebre y la reacción sistémica
general, por el paso de hemosilina y otras toxinas a través de la
51
placenta destruyen los eritrocitos fetales y los cambios
degenerativos microscópicos en la placenta interfieren en le
intercambio fisiológico entre la madre y el feto, pudiendo originar la
muerte fetal. Siempre hay que tener en cuenta que, en algunos
casos, la aparición del aborto es muy posterior al momento de la
infección. Por último, la uveítis recurrente en equinos parece
involucrar la producción de anticuerpos contra el antígeno leptospiral
en reacción cruzada con tejidos oculares. El daño de la retina con
uveítis tiene una relación con la presencia de linfocito B en la retina.
La aparición de anticuerpos específicos detectables
aproximadamente a los 10 días de la infección junto a la acción
leptospiricida de las beta-macroglobulinas del suero y la acción del
complemento y la lisozima, hacen que desaparezcan las leptospiras
en torrente sanguíneo pero, se localizan en diferentes órganos, tales
como: la cámara interior del ojo, las meninges y el riñón donde los
anticuerpos tienen poco acceso y en el útero grávido (esto hace que
se produzca aborto) (Sandow & Ramírez, 2005). La respuesta
inmune humoral es dirigida hacia los epitopes LPS de la envoltura
externa, los mismos epitopes son usados para la clasificación de
serotipos de leptospiras. Los antígenos LPS inducen la producción
de inmunoglobulinas M (IgM) y más tarde de IgG específicos, para
unirse a los epitopes LPS del serovar, o para la reacción cruzada de
un serovar o varios, causando infección. Después de la
opsonización y una subsecuente fagocitosis del pulmón e hígado,
las espiroquetas son removidas de la circulación por el sistema
reticuloendotelial. Las manifestaciones crónicas, como la uveítis,
puede seguir con una enfermedad severa o leve y puede estar
mediada por el complejo antigeno-anticuerpo en la aparente
ausencia del microorganismo.
52
Los antigenos de superficie pueden tener muchos roles, con ciertos
serovares asociados con enfermedades leves (ballum, canicola,
grippotyphosa, hardjo, hebdomadis, hyos, pomona y tarassovi),
mientras que otros serovares, como los miembros del serogrupo
Icterohaemorrhagiae (australis, autumnalis, bataviae, copenhageni,
icterohaemorrhagiae, lai y pyrogenes), están asociados con muchas
enfermedades severas (Mandell, et al., 2000). La inmunidad
adquirida después de la infección es serotipo específica, pudiendo el
mismo individuo ser afectado más de una vez por serotipos
diferentes (Carneiro, et al., 2004).
Resumiendo, las alteraciones encontradas en la leptospirosis según
algunos son consecuencia de la acción directa del microorganismo
integro o degradado y de sus productos que actuando sobre
membranas celulares (parenquimales o endoteliales), en un primer
momento determinan disturbios funcionales de la membrana que
pueden culminar posteriormente con la muerte celular.
4.6 RESPUESTA INMUNE
La defensa del organismo se establece mediante la interacción
coordinada de diversos sistemas y mecanismos tanto específicos (el
sistema linfoide y sus productos) como no específicos (el sistema
fagocitario y diversos elementos de la respuesta inflamatoria, etc.),
que tienen como función primordial la protección del individuo contra
agresiones provenientes del medio ambiente externo, en especial
las inducidas por microorganismos patógenos o del ambiente
interno, representadas fundamentalmente por proliferaciones
neoplásicas malignas.
53
La respuesta inmunitaria contra un antígeno se produce por
influencia de varias subpoblaciones celulares, entre las cuales se
encuentran los linfocitos y los monocitos; estos reconocen el
antígeno y responden a un determinante antigénico específico y la
respuesta de esta célula antígeno sensible puede resultar en la
producción de anticuerpos o en la producción de células que
participan en la respuesta inmunitaria mediada por células.
El desarrollo de inmunidad mediada por células o de inmunidad
humoral es regulado por una serie de interacciones esenciales entre
macrófagos, células T y B. Las interacciones reguladoras entre los
constituyentes del sistema inmunitario pueden manifestarse por la
intensificación o la supresión de las respuestas inmunitarias.
Los métodos utilizados para identificar poblaciones de linfocitos son
diferentes, uno de ellos es la determinación de inmunoglobulina en
su membrana plasmática, la cual se detecta empleando el marcador
anti-lg. Sin embargo, un gran rango de valores ha sido reportado por
los diferentes investigadores debido a diferencias en los
procedimientos de marcaje con anti-lg. Muller caracterizó linfocitos B
mediante la técnica de formación de rosetas con eritrocitos cubiertos
con anticuerpos y complemento. Nakanishi, et al., identificaron
linfocitos B bovinos en sangre periférica, nódulos linfáticos y bazo,
mediante la técnica de inmunofluorescencia directa con anti-
inmunoglobulina marcada con isotiocianato de fluorescencia.
Los macrófagos tienen diferentes funciones en la respuesta
inmunitaria, en especial la de presentar los antígenos a los linfocitos;
además, secretan varios mediadores biológicamente activos
capaces de actuar sobre los linfocitos T y B mediante el incremento
o la supresión de la división celular o de su diferenciación. Más aun,
54
el macrófago juega un papel en el procesamiento del antígeno, ya
que es la principal célula fagocítica del sistema monocitos-
macrófagos (Aidorevich & Soyano, 1991).
En mamíferos, los gránulos citoplasmáticos de leucocitos
polimorfonucleares son la mayor reserva de polipéptidos de
defensa, los cuales tienen una diversa estructura primaria y un
variado espectro en la actividad antimicrobial. Las CAP18 (proteína
cationica 18- kD) son proteínas derivadas de granulocitos. La
hCAP18 cDNA, es una proteína compuesta por 30 aminoácidos
peptídicos, 103 aminoácidos con dominio N-terminal donde no se
conoce su función y 27 aminoácidos con dominio en el C-terminal
que une a los lipopolisacaridos, los neutraliza mediado por
activación de monocitos y reduce una toxicidad letal de los LPS en
ratones. La inyección de péptidos CAP18 reducen los niveles de
FNT (factor de necrosis tumoral), esta inmunidad innata puede ser
crucial para la primera defensa contra el hospedero. Los LPS
asociados con leptospiras han sido descritos como factores de
virulencia. Estudios químicos y serologicos de LPS de leptospiras
han demostrado que estos no son un constituyente común de la
membrana externa. Isogai, et al., 2004, reporta que los Bac5 y
Bac7, que son péptidos antimicrobiales de neutrofilos de bovinos,
inmovilizan y matan la Leptospira interrogans y la Leptospira biflexa,
igual a la actividad que tienen los neutrofilos humanos (hCAP18).
Estos autores describen que aunque estos péptidos son de la familia
de la catelicidina son únicos en varios mamíferos, y esto puede
efectivamente contribuir a la reducción de la viabilidad de Leptospira
y a la neutralización de sus LPS.
55
La mayoría de los estudios realizados se basan, únicamente, en la
investigación de la inmunidad humoral. Tras la infección,
inicialmente se produce una elevación de las IgM, que alcanzan
niveles detectables a los pocos días de la desaparición del periodo
febril que acontece durante la fase de bacteremia, es decir a los 2-5
días de la aparición de los signos de la enfermedad aguda. Los
anticuerpos IgM dificultan la multiplicación de las leptospiras, pero
no las destruyen, poco después de la aparición de las IgM,
comienzan a detectarse las IgG específicos, que producen la lisis de
las leptospiras. Estos anticuerpos persisten durante años en el
animal. Las IgM alcanzan su pico máximo a las 3- 4 semanas y las
IgG a las 4- 12 semanas post infección.
Durante toda la fase de leptospiruria, los niveles de IgM pueden no
detectarse en sangre. En cambio, se puede detectar las IgG en
orina, aproximadamente a las 6 semanas después de la infección.
Además, los animales suelen presentar una respuesta inmune local,
lo que provoca la aparición de IgA en la orina, hacia las 12 semanas
post infección.
En la mayoría de los casos, en el momento del aborto los niveles de
anticuerpos son bajos, incluso negativos. Esto redunda en una
dificultad a la hora de realizar el diagnóstico de los abortos por
leptospiras (Sandow & Ramírez, 2005).
La inmunidad es muy resistente, y, supuesta la presencia
simultanea de patógenos en los riñones, es probable que se
mantenga durante muy largo tiempo. De acuerdo con el tiempo de
utilización del animal domestico, esta inmunidad puede conservarse
durante toda su vida. La inmunidad protege, sin embargo,
únicamente frente a la serovariedad que la origino y ante los
serovares que exhiben una reacción con ella mas o menos
56
marcada. Por consiguiente, los animales inmunes pueden actuar
como fuentes de contagio (Blaha, 1995).
4.7 ASPECTOS CLINICOS
La leptospirosis presenta cuadros clínicos diversos, conforme al
tropismo del agente, intensidad de la infección y condiciones
inmunitarias del hospedero. Entre los signos y síntomas, algunos
son comunes a todas las formas clínicas. La leptospirosis es una
típica enfermedad bifásica. Este comportamiento bifásico se
desarrolla en los dos tipos de presentaciones que tiene esta
enfermedad: la forma anictérica y la segunda, más grave, en la
forma ictérica.
El período de incubación es de 7-12 días (máximo de 2 a 20 días17)
(Laguna, 2000; Rodríguez, 2000). Esto se ha podido estudiar
después de exposición accidental o el tiempo transcurrido después
de una inmersión. Enseguida comienza la primera fase que es la
llamada fase séptica que dura alrededor de 4-7 días. Es la fase
donde las características principales pueden ser “gripales”. En esta
fase se puede aislar a las leptospiras de la sangre, el líquido
cefalorraquídeo (LCR) y la mayoría de los tejidos. Posteriormente
aparece una etapa intercalar donde inclusive puede el paciente
presentarse afebril por uno o dos días; Luego aparece la segunda
fase que es llamada fase inmune, donde las leptospiras
desaparecen de la sangre y LCR, siendo posible hallarlas en el
riñón, orina y humor acuoso. Algunas veces pueden aislarse las
leptospiras hasta 24 horas después de iniciada la ictericia (en las
formas ictéricas). En esta fase que dura de 4 a 30 días se
57
desarrollan los anticuerpos circulantes presentándose la afección
renal, hepática, meningitis y uveítis.
Entre los pacientes con leptospirosis, el 90% presenta la forma
anictérica que es la más leve de la enfermedad mientras que entre
5-10% tiene la forma grave de la leptospirosis, con ictericia. (Laguna, 2000; Vado, et al., 2002; Dutta & Christopher, 2005). Esta
última es la llamada enfermedad de Weil o Síndrome de Weil. Se
admite que el 60-70% de los pacientes presentan manifestaciones
diagnosticadas como gripe o resfriado y solo se identifican mediante
estudios serológicos.
4.7.1 Manifestaciones Clínicas
4.7.1.1 Leptospirosis Anictérica. En la fase séptica la enfermedad se
caracteriza por ser de inicio súbito con fiebre remitente alta, cefalea
persistente y mialgias intensas, dolor abdominal, además malestar
general y astenia. Esta es la forma leve de la leptospirosis. Estos
signos y síntomas se mantienen por 4-7 días. De manera general no
hay muertes en esta fase. Puede suceder que no pase a la fase
inmune.
Los pacientes en esta fase están agudamente enfermos, febriles y
con bradicardia relativa además de normotensos. Asimismo puede
aparecer alteración del sensorio en el 25% de ellos. La cefalea es
intensa y su presencia y severidad puede anunciar que se inicia la
meningitis.
Suele ser frontal, ocasionalmente bitemporal y occipital. Responde
mal a los analgésicos siendo el dolor muy intenso. Puede asociarse,
con menor frecuencia, a dolor retrobulbar. Las mialgias
comprometen la región paraespinal, el abdomen y el cuello de
58
manera particular a los músculos gemelos de las pantorrillas. El
dolor es intenso y se acompaña de hiperestesia cutánea. La
asociación de vómitos, dolor abdominal y náuseas ocurren hasta en
el 95% de los pacientes (esto es muy inespecífico). La hepato
(<15%) y la esplenomegalia (< 22%) son poco frecuentes en la
forma anictérica. Lo más frecuente en la fase séptica es la
sensibilidad muscular y las manifestaciones oculares como
hemorragias conjuntivales, fotofobia y dolor ocular. El signo más
característico podría ser el de la hiperemia conjuntival, que le da una
tonalidad rojiza a las escleróticas y que usualmente aparece en el
tercer o cuarto día de la enfermedad. Asimismo aparecen
eventualmente hemorragias subconjuntivales. Ocasionalmente los
pacientes presentan diarrea. Menos frecuentemente aparecen:
irritación faríngea, linfadenopatías, hemorragias cutáneas y rash
(irritación) maculopapular o urticarial que se presenta en el tronco.
En la segunda semana de la enfermedad se inicia la fase inmune.
En ella, la fiebre, en caso de estar presente, es baja y dura de uno a
tres días. Esta fase se correlaciona con la aparición de anticuerpos
IgM circulantes mientras que la concentración de C3 se encuentra
en el rango normal. Habría evidencias de depósito de IgG e IgM,
así como beta 1C, en el músculo de la pantorrilla, presencia de
autoanticuerpos para músculos esqueléticos y corazón, depósitos
en los riñones, de IgG, IgM y beta 1C. El dato más importante,
desde el punto de vista clínico es la presencia de la meningitis
aséptica. En esta fase las leptospiras ya desaparecieron del LCR sin
embargo, aparecen las manifestaciones clínicas relacionadas con la
aparición de anticuerpos. Las manifestaciones no son específicas y
el diagnóstico puede ser confundido con meningitis de etiología viral,
debido a la presencia de pleocitosis mononuclear. Cuando las fases
están bien definidas, el examen clínico induce a diagnosticar
59
meningitis aséptica por leptospirosis. Esta manifestación
neurológica dura algunos días (rara vez hasta tres semanas) y no es
fatal sobretodo en los casos anictéricos. Al examinar el LCR, los
mononucleares no son mas que 500 células por mm3 hay glucosa
normal y clínicamente no hay focalización ni encefalitis. La cefalea
es intensa y la punción lumbar puede proporcionar alivio a ésta.
Todos los serotipos patogénicos para el humano son probablemente
capaces de causar meningitis aséptica. Los serotipos con mayor
prevalencia son icterohaemorrhagiae, canícola y pomona.
Varios meses después de la enfermedad aguda, puede presentarse
uveítis en el 2% de los pacientes. Este problema puede ser crónico
o recurrente prolongado. Menos frecuentemente aparecen
iridociclitis, neuritis óptica, y otras manifestaciones del sistema
nervioso que incluyen mielitis, encefalitis y neuropatía periférica.
4.7.1.2 Leptospirosis Ictérica (Síndrome de Weil). La forma ictérica
fue descrita originalmente con la especie icterohaemorrhagiae,
como se ha descrito anteriormente, pero se observa casi en
cualquier tipo de leptospira. Este síndrome tiene como característica
principal la disfunción renal y hepática con fenómenos hemorrágicos
colapso vascular así como alteraciones graves de conciencia y una
mortalidad que puede llegar al 5- 10% de los pacientes. Las
manifestaciones de este síndrome comienzan a aparecer entre el
tercero y sexto día de enfermedad, pero es en la segunda semana
que se les identifica plenamente. Las manifestaciones
gastrointestinales incluyen dolor en el cuadrante derecho y aumento
de las transaminasas hasta en cinco veces el valor normal. La
hiperbilirrubinemia es conjugada y parece que el mecanismo
fisiopatológico incluye el bloqueo intracelular hepático que le impide
60
la excreción de bilirrubina (Laguna, 2000), Hoyos, et al., 1998,
describe que los niveles de bilirrubina casi siempre son menores a
20 mg/dl, pero pueden ser tan altos como 60-80 mg/dl; igualmente,
los valores de aminotransferasas rara vez exceden de 100/200 U/l;
Hay elevación de nitrógeno sérico ureico y de creatinina sérica.
Laguna, 2000; comenta que existe hepatomegalia en el 70 % de los
casos. Hay complicaciones raras como la colecistitis aguda de
tratamiento quirúrgico que se asocia con la infección de L.
autumnalis. En los niños pueden presentarse hipertensión,
colecistitis acalculosa, pancreatitis, así como vasculitis necrotizante
periférica.
En los casos graves hasta el 10% de los pacientes pueden
presentar alteraciones respiratorias. También se han relatado
neumonías intersticiales y bronconeumonías aisladas. (Laguna,
2000; Seijo, et al., 2002). En ocasiones estas complicaciones
respiratorias dificultan el diagnóstico inicial. Los pacientes graves
pueden presentan tos, disnea y hemoptisis. Inclusive hasta
Síndrome de dificultad respiratoria del adulto que puede ser de difícil
diagnóstico con el cuadro pulmonar que presenta el compromiso por
hantavírus. Algunos autores mencionan que, inclusive, en la fase
séptica pueden aparecer manifestaciones pulmonares en el 25-86%
de los pacientes las cuales se caracterizan por tos y dolor torácico,
siendo la hemoptisis de presentación muy rara. También están
descritas manifestaciones oculares de las cuales la más común es
la iridociclitis que puede surgir en el período de la diseminación a los
tejidos o también mas tarde cuando el cuadro clínico empieza a
disminuir siendo por esto considerada una manifestación auto-
inmunitaria. La leptospirosis puede presentar coagulación
intravascular diseminada que podría ser consecuencia del ingreso a
61
la circulación de sustancias procoagulantes como la tromboplastina
de los tejidos o de coágulos en la superficie del vaso lesionado. El
compromiso renal es bastante variable, puede ser poco agresivo y
presentar solo albuminuria y hematuria en muchos casos o
presentarse como insuficiencia renal grave con oliguria progresiva.
La insuficiencia renal generalmente es producto de la disminución
de la perfusión renal, relacionada a la deshidratación y con menor
frecuencia a la disfunción miocárdica.
La excreción urinaria disminuye y en ocasiones hay anuria. El pico
de la azoemia es aproximadamente entre el quinto y el sétimo día.
La azoemia que sigue se acompaña de nauseas, vómitos,
obnubilación progresiva y finalmente coma. El compromiso renal y
sus complicaciones son las principales causas de mortalidad en la
leptospirosis. Las alteraciones cardíacas son también relativamente
frecuentes. Pero con expresión electrocardiográfica más que clínica.
La insuficiencia cardiaca congestiva y el shock cardiogénico pueden
estar presentes en los casos graves. Sin embargo, son menos
frecuentes que las alteraciones electrocardiográficas, como las
alteraciones del ritmo y bloqueos diversos que pueden versen
agravados por los disturbios metabólicos como la hiperpotasemia y
la uremia. La miocarditis es otra de las formas de expresión y
presenta intensidad variable. Hay relatos de 13 de 26 casos a la
necropsia, con miocarditis hemorrágica. Se describen diferentes
tipos de arritmia cardiaca, como fibrilación y flutter auricular,
taquicardia ventricular, las cuales, frecuentemente, son de poca
significancía clínica. De cualquier manera en algunas ocasiones se
ha descrito insuficiencia ventricular izquierda como consecuencia de
miocardiopatía dilatada. Los serotipos que han sido relacionados
con la miocarditis son el icterohaemorrhagiae, pomona y
62
grippothyphosa. Es importante tener electrocardiogramas de los
pacientes durante la hospitalización. Existe una descripción clínica
caracterizada, entre otras cosas, por lesiones eritematosas,
sobreelevadas de 1-5 cm, que ha sido denominada Fiebre de Fort
Bragg y parece estar relacionada a infecciones por leptospira del
serotipo autumnalis, aunque parece que ha habido asociación con el
serotipo pomona. Esta enfermedad fue observada en el verano de
1942 y su fase inicial era similar a la fase séptica de la leptospirosis.
Lo que llamó la atención fue la presencia de las lesiones pretibiales
simétricas alrededor del cuarto día. Además, al contrario de los otros
cuadros relacionados a leptospiras la esplenomegalia estuvo
presente en el 95% de los casos.
La leptospirosis durante la gestación puede verse asociada a
aumento de riesgo de pérdida del producto. Con frecuencia, al dar
de alta al paciente, se observan atrofia muscular y anemia (Figura 1)
(Biberstein & Cheng, 1994).
63
Figura 1. Características clínicas de leptospirosis ictérica y anicterica.
4.7.2 Presentación clínica en las diferentes especies animales. 4.7.2.1 Perros y gatos
La forma mas aguda afecta a los cachorros jóvenes, produciendo
fiebre sin signos localizados y normalmente es mortal en un plazo
de días. Ante mortem, con frecuencia se observan hemorragias en
las mucosas y en la piel, o se manifiestan por epistaxis o por heces
teñidas con sangre y vómito. No existe ictericia.
La forma ictérica tiene un curso más lento y las hemorragias son
menos visibles. La ictericia es evidente. La localización renal
provoca la retención de nitrógeno, a la vez que en la orina aparecen
cilindros renales y leucocitos.
64
La forma urémica, que se centra en los riñones, sigue a las otras
dos o aparece en su ausencia. Puede ser aguda y rápidamente
mortal con signos de trastornos gastrointestinales, respiración
urémica y úlceras en el tramo anterior del tracto alimentario; o puede
seguir un curso lento con aparición retrasada. (Biberstein & Cheng,
1994).
El cuadro clínico grave se caracteriza por anorexia, polidipsia,
vomito y deshidratación, también se presenta hiperestesia por dolor
renal, muscular y meningitis. (Anónimo, 2000). La ictericia puede
producirse tanto por el serotipo icterohaemorrhagiae como por el
canícola. La letalidad estimada es del 10%. Por otro lado en los
gatos la enfermedad es poco frecuente (Laguna, 2000; Acha &
Szyfres, 2001).
4.7.2.2 Equinos
La mayoría de las infecciones son inaparentes o asintomáticas.
(Rahim, et al., 2005). La fase aguda es febril puede haber fotofobia,
lagrimeo, edema de la conjuntiva ocular, miosis e iritis. En la fase
crónica, se pueden observar adherencias anteriores y posteriores,
cuerpo vítreo turbio, formación de cataratas, uveítis y otras
anormalidades oftalmológicas. Ocasionalmente puede haber abortos
en yeguas infectadas. (Acha & Szyfres, 2001).
Se reconoce, en muchas oportunidades, sólo la secuela de la
enfermedad que es la oftalmía periódica, la cual aparece después
de un período de latencia que puede ser de varios meses luego del
período febril. En los ojos pueden detectarse las leptospiras, así
como anticuerpos en el humor acuoso. En los equinos existen otras
causas de oftalmia periódica y debe ser evaluada por un médico
veterinario con experiencia en equinos. La enfermedad puede
65
presentarse con síndromes hepatonefríticos y cardiovasculares
como se ha descrito en Europa. Los serotipos que predominan son
icterohaemorrhagiae, pomona, hardjo, y canicola (Laguna, 2000).
Otros síndromes clínicos que han sido reportados en caballos son
uveítis, abortos, pirexia e ictericia (Rahim, et al., 2005); así como,
hemoglobinuria, necrosis de la piel y los labios, conjuntivitis con
edema de los parpados, lagrimeo y fotofobia (Sandow & Ramírez,
2005).
4.7.2.3 Ovinos y caprinos
La enfermedad es febril, con anorexia y en algunos animales hay
ictericia, hemoglobinuria, anemia, abortos, mortinatos, o infertilidad
(Laguna, 2000). Además causa disnea, palidez de las mucosas,
infertilidad, nacimiento de crías débiles o muertas y aborto (Sandow
& Ramírez, 2005). La gravedad del cuadro clínico depende de la
virulencia del serovar infectante y el estado del animal. Las
epizootias no son muy frecuentes.
4.7.2.4 Porcinos
La presentación clínica varía pudiendo ser subclínica o febril fugaz
(Laguna, 2000). Presentan síntomas como anorexia, perturbación
del equilibrio, parálisis progresiva, disminución de peso y
producción Láctea (Sandow & Ramírez, 2005). En otros animales
puede presentarse con abortos y presencia de lechones débiles o
con retardo del crecimiento, además ictericia, hemoglobinuria,
convulsiones, y trastornos gastrointestinales. Pueden aparecer
signos neurológicos y meningitis. El aborto aparece entre los 15-30
días post infección principalmente si la infección se produjo en el
último tercio de gestación. Los cerdos son los principales reservorios
66
del serotipo pomona. Además pueden albergan tarassovi, canícola,
grippotyphosa, e icterrohaemorrhagiae.
4.7.2.5 Bovinos
La infección puede provocar una enfermedad de curso agudo,
subagudo o permanecer clínicamente inaparente. La enfermedad se
manifiesta por una fiebre de 4 a 5 días, anorexia, conjuntivitis y
diarrea. La leptospiruria por hardjo es mucho mas prolongada que
por pomona. El serovar hardjo (serogrupo Sejroe) en bovinos se
caracteriza por dos síndromes: a) agalactia, o una reducción
importante de la producción láctea y b) abortos o parición de
terneros débiles que mueren al poco tiempo de nacer. (Acha &
Szyfres, 2001).
La infertilidad puede ser secuela de la infección. En las vacas hay
una disminución de la producción láctea (Laguna, 2000; Bolin, 2003;
Rodríguez, 2000) y es frecuente la mastitis atípica con la ubre
flácida, leche amarillenta, viscosa y a veces teñida con sangre. En
los casos graves hay ictericia. Los síntomas más notorios son el
aborto y la hemoglobinuria que aparecen en algunos de los
animales. La susceptibilidad es independiente de la edad del animal
pero la severidad de la enfermedad es mayor en los terneros. Se
producen epizootias (varios animales enfermos) que se difunden
rápidamente con alta tasa de morbilidad. Probablemente el pasaje
rápido de las leptospiras entre los animales exalte la virulencia de
estas. Cuando la epizootia tiene curso lento la tasa de infección
inaparente varía de rebaño a rebaño. Los serovares más frecuentes
en bovinos son pomona, hardjo, y grippothyphosa (Laguna, 2000).
67
Las infecciones con serovar Hardjo, generalmente resultan con
ningún signo o signos clínicos agudos relativamente leves, pero
produce un estado renal asociado con largos períodos de pérdida
urinaria. La infección persistente en el tracto genital de machos y
hembras es también un rasgo prominente de infecciones por hardjo.
(Bolin, 2003).
Por otro lado, hay quienes describen, que las manifestaciones
clínicas que presenta el hospedador de leptospira se dividen en dos
formas diferentes a las anteriores; la forma crónica que afecta a
vacas preñadas y causa abortos. Esta es la forma de leptospira mas
importante que causa perdidas económicas. La forma aguda de
leptospira que afecta algunas veces a terneros, causando fiebres
altas de 41,5°C (107°F), causando depresión, membranas mucosas
pálidas y con pequeñas hemorragias, los terneros algunas veces
presentan anemia, lo cual resulta en incremento del ritmo cardiaco
y respiratorio, se presenta ictericia y usualmente la muerte (Agri-
facts; Floyd). Los animales viejos, son usualmente infectados y no
mueren, pueden presentar abortos e inflamación en las
articulaciones, otros animales evidencian fotosensibilidad (Agri-
facts). En ocasiones se presenta una forma subaguda que es menos
severa que la forma aguda; presenta aborto y síndrome de la caída
de la leche, a veces la leche presenta coágulos de sangre
presentando leucocitosis, disminución de la rumia, fiebre entre 39-
40,5 °C y anorexia (Sandow & Ramírez, 2005).
Las personas infectadas con L. hardjo han sido reportadas,
asociadas con fiebres severas y moderadas, mialgias, dolor y
letárgia, anorexia y linfoadenopatia generalizada. Muchos pacientes
presentan esplenomegalia y/o hepatomegalia (Belmaker, et al.,
2004).
68
4.7.3 Síndrome pulmonar El síndrome pulmonar es caracterizado por hemoptisis, pulmones
irregulares y falla respiratoria, también se presenta otras
manifestaciones hemorrágicas que Andamans llamó Fiebre
hemorrágica Andaman. Hemorragias pulmonares severas han sido
descritas en China, Korea y Nicaragua, donde los pacientes mueren
(Belmaker, et al., 2004; Dutta & Christopher, 2005).
4.7.4 Manifestaciones no comunes Las manifestaciones poco comunes de leptospirosis es hemorragia
con disfunción renal no significativa o ictericia, y podría tratarse de
dengue o fiebre hemorrágica. Otras manifestaciones no comunes
son generalmente linfoadenopatias, faringitis y colecistis (Dutta &
Christopher, 2005).
4.7.4 Lesiones anatomopatológicas Las lesiones que aparecen en la Leptospirosis no son
patognomónicas, por lo que no puede basarse en ellas para el
diagnóstico de la enfermedad. También las lesiones poco
observables dependen del serovar implicado, así como de los
órganos y especies afectadas. El cadáver animal revela ictericia,
necrosis de la piel, de los ollares, de la cavidad nasal y bucal.
En la necropsia se puede observar acúmulo de un líquido rojizo en
el tejido subcutáneo, hígado hipertrófico y palidez hepática, o color
amarillenta, vesícula biliar llena, espesa y viscosa de color pardo o
verde oscuro, bazo de tamaño normal o ligero color amarillento,
69
lesiones muy variables desde lesiones blanco amarillento en la
superficie o focos hemorrágicos en pulmón. El músculo cardíaco se
presenta degenerado y en algunos puntos hay hemorragias. Los
riñones son edematosos de color rojizo o pardo oscuro con nefritis
intersticial, lesiones necróticas e ictéricas por toda la superficie,
también hemorragia. La vejiga, llena de orina turbia o rosada, los
ganglios tumefactos y las mucosas intestinales pueden estar
inflamadas.
En los fetos abortados se observa congestión generalizada y
deposiciones líquidas. También se puede encontrar ictericia,
mastitis, fluído libre en cavidades corporales, lesiones petequiales
dispersas, edema perirenal, nódulos linfáticos aumentados de
tamaño, bilis de consistencia pastosa y color negrusco (Sandow &
Ramírez, 2005).
El reconocimiento clínico de las leptospiras es difícil porque las
leptospiras pueden afectar diferentes órganos, resultando en una
amplia variedad de presentaciones clínicas. Consecuentemente, la
leptospirosis es a menudo diagnosticada como influenza, meningitis
aséptica, encefalitis, dengue febril, hepatitis o gastroenteritis (Effler,
et al., 2002).
4.8 DIAGNOSTICO
El diagnóstico de los casos de Leptospirosis humana y animal
puede ser complicado o difícil, debido, principalmente, a las
características intrínsecas de las leptospiras y a la epidemiología de
la pandemia. En la actualidad, se cuenta con un gran número de
70
técnicas de laboratorio distintas, para su realización previa, es
conveniente aunar información sobre una serie de datos que puedan
orientar en el diagnóstico.
Para ello, se debe tener en cuenta el diagnóstico epidemiológico,
clínico y de laboratorio.
Un diagnóstico específico y definitivo depende del aislamiento del
microorganismo, pruebas serologicas y una detección de DNA
específico.
El diagnóstico real debería basarse en el aislamiento, cultivo e
identificación, pero las peculiares características de las leptospiras
tales como su difícil y lento crecimiento, hacen que esta metodología
esté indicada en aquellos casos que otros más sencillos, como los
serológicos, que carecen de confiabilidad (Sandow & Ramírez,
2005).
En el caso de los estudios epidemiológicos, en los que se cuenta un
gran número de muestras y el objetivo es la obtención de un
resultado de prevalencia, las técnicas indicadas son, las serológicas,
a pesar de que su interpretación es subjetiva muchas veces.
4.8.1 DIAGNÓSTICO EPIDEMIOLÓGICO
En la aparición de cuadros sintomatológicos compatibles con un
caso de Leptospirosis bovina, se debe enfatizar en la época del año
en la que ha aparecido el brote, con especial atención a los factores
climáticos (precipitación, temperatura y humedad relativa); aptitud
del rebaño, manejo y estado sanitario de la explotación incluyendo,
entrada de animales nuevos, manejo de la recría, alimentación, si
hay monta natural o inseminación artificial etc.; presencia de otras
especies domésticas (ovejas, perros, cerdos etc.); control de
71
animales silvestres portadores; si el rebaño comparte el bebedero
con otros animales silvestres; edad y sexo de los animales
afectados; sintomatologías predominantes y características de los
signos clínicos; antecedentes de leptospiras; y si se realiza
vacunación contra la Leptospirosis.
4.8.2 DIAGNÓSTICO CLÍNICO
Tiene un carácter presuntivo y se realiza fundamentalmente en los
signos y síntomas que presenten los bovinos (descritos
anteriormente). Además las lesiones anatomopatológicas
características de la enfermedad que aportan una gran contribución.
Lo mas indicado para el diagnostico en caso de aborto es disponer
del feto abortado y someter las membranas circundantes y/o la
placenta a pruebas de laboratorio (Sandow & Ramírez, 2005).
4.8.3 DIAGNÓSTICO DE LABORATORIO
Las técnicas bacteriológicas son las más complejas, pero brindan
resultados muy importantes, tales como: la observación, el
aislamiento y la identificación del microorganismo. El diagnóstico
debe basarse en el conocimiento de la patogenía del
microorganismo, así como de sus propiedades. Estos métodos
pueden ser técnicas indirectas, las cuales detectan anticuerpos
frente a las leptospiras y las técnicas directas encaminadas a la
detección de leptospiras o sus antigenos y/o ácidos nucleicos en los
tejidos y/o fluidos corporales (Rahim, et al., 2005).
Para el diagnóstico de la leptospirosis, la elección de la muestra a
procesar es de vital importancia. En caso de intentar aislar el
72
microorganismo es necesario tener en cuenta el tiempo de la
enfermedad que tiene el paciente, de tal manera que será necesario
obtener sangre para hemocultivo dentro de la primera semana de la
enfermedad y en caso que sobre pase ese tiempo, es necesario
realizar el aislamiento a partir de la orina. El cultivo del líquido
cefalorraquídeo, igualmente será útil en la primera semana de la
enfermedad; aunque suele ser difícil la sospecha clínica en esa
etapa (Laguna, 2000).
En caso de muestras procedentes de fetos, las técnicas directas
están más indicadas que las indirectas, ya que el diagnóstico
individual cobra mayor importancia. Para las muestras procedentes
de animales adultos, las técnicas indirectas se utilizan más
frecuentemente pues son más sencillas de realizar y su costo es
menor. De los animales vivos, se enviará sangre y leche en fase
aguda de la enfermedad y orina en la crónica. De los fetos, los
órganos de elección son: hígado, riñón, cerebro, glándula adrenal y
pulmón, así como cualquier fluido interno. En caso de animales
muertos y sacrificados, las muestras que se deben enviar son:
cerebro, médula espinal, LCR y ojo cuando hay síntomas nerviosos,
y la mayoría de los órganos parenquimatosos en los casos que
cursan con ictericia (hígado, riñón, bazo etc.), la vejiga y su
contenido, humor acuoso, aborto y contenido estomacal.
Las muestras postmortem más adecuadas son: riñón (parte cortical),
hígado, bazo, así como sangre de corazón o liquido cefalorraquídeo,
humor acuoso, líquido peritoneal, cerebro, fetos abortados, semen y
leche materna; deben conservarse congelados en glicerol a partes
iguales.
73
Para propósitos epidemiológicos, pueden obtenerse muestras de
agua y suelo, y en caso de epidemias o epizootias, sangre, riñón,
hígado de animales capturados (roedores u otros animales
silvestres) (Rahim, et al., 2005).
4.8.3.1 Técnicas indirectas.
Los métodos serológicos nos brindan un diagnóstico en corto tiempo
y son capaces de detectar anticuerpos antileptospirales (que pueden
ser de la clase IgM e IgG), y constituyen las técnicas de elección.
Además, son las pruebas de laboratorio más utilizadas en el
diagnóstico de la leptospirosis, al igual que para la realización de
estudios epidemiológicos. Los niveles de anticuerpos, aunque se
mantengan durante años, alcanzan niveles tan bajos en animales
que no siempre se detectan, además en los casos de infección por
serovares, un porcentaje de los animales pueden no presentar
respuestas de anticuerpos.
Para el diagnóstico serológico se han utilizado técnicas como:
prueba de aglutinación microscópica (MAT), prueba de
microaglutinación microscópica con antigeno muerto (MSAT),
aglutinación macroscópica, prueba hemolítica, fijación de
complemento, ensayo inmunoenzimatico (ELISA) y PCR (Sandow &
Ramírez, 2005).
4.8.3.1.1 MAT (Técnica de aglutinación microscópica). Es el método serológico de referencia a la hora de evaluar otras
pruebas para el diagnóstico de Leptospirosis (De Azevedo, et al.,
2004; Kocabiyik & Cetin, 2004; Rahim, et al., 2005). Cornejo, et al.,
74
2001 y Dutta & Christopher, 2005, lo considera el “gold estándar”.
Esta técnica esta basada en la formación de agregados de baterías
que resultan de la adición de una suspensión de leptospiras (suero)
(Yitzhaki, et al., 2004). Se emplea para detectar anticuerpos en
sueros de pacientes sospechosos o enfermos donde el suero del
paciente sospechoso o enfermo que reaccionan con antígenos vivos
(Laguna, 2000) de leptospiras de 10 días de crecimiento en medio
líquido de EMJH con enrequicimiento, y es el más utilizado.
Además, es la prueba oficial para la exportación e importación de
animales. El MAT fue ideado por Martín et al., en 1917 y en 1918,
Martín y Pettit lograron describir el fenómeno de aglutinación y “lisis”
con suero. Desde entonces, el método ha sido modificado y
mejorado por Schüffner y Mochtar, 1926; Borg-Peterson y Fagroeus,
1949; Wolff, 1954; Carbrey, 1960; Galton et al., 1965; Cole et al.,
1973; Sulzer y Jones, 1973. Estos autores trataron de estandarizar
factores como: tiempo y temperatura de incubación, el punto de
corte, la concentración del antígeno y la edad de siembra (Rahim, et
al., 2005).
El método consiste en la utilización de un suero de conejo con
anticuerpos antileptospira, el cual se hace reaccionar con plasma
del paciente y se observa la precipitación. Se considera positiva la
máxima dilución a la cual se aglutina el 50% o más del antígeno,
observado en un campo de 100x en microscopio de campo oscuro.
Un título mayor de 1:800 compatible clínicamente, certifica el
diagnóstico. Un título aislado de 1:200 con cuadro compatible se
consideran positivos y títulos de 1:100, se consideran probables
(Cornejo, et al., 2001; Lunn, et al., 2000; Ebrahimi, et al., 2003;
Hoyos, et al., 1998). La seroconversión tardía se presenta en un
10% de los pacientes, pudiendo llegar a tardar 30 días desde el
75
inicio del cuadro. Existe reacción cruzada con antigenos de
legionella, sífilis y enfermedad de Lyme (Cornejo, et al., 2001).
Antiguamente, era conocido como la prueba de aglutinación lisis por
la formación de lisis (Schüffner y Mochtar, 1927) o lisis de glóbulos
(van Thiel, 1948), pero Borg-Peterson y Wolff et al., (1954)
demostraron que no se producía una lisis sino una aglutinación. En
la actualidad, para obtener una adecuada sensibilidad, se
recomienda utilizar cepas representativas de todos los serogrupos
presentes en un lugar determinado concreto y de la especie objeto
de estudio. También hay reportes de una sensibilidad y especificad
de MAT hasta 92 % y 95 %, respectivamente, con un valor
predictivo positivo de 95 % y negativo de 100 %.
Para la realización de la prueba se utilizan cultivos de cuatro a ocho
días de edad cuya suspensión produzca una transmitancia del 60-70
% en un espectofometro a 400nm de longitud de onda. Además, es
necesario determinar el punto de corte, título por debajo del cual es
considerado que la aglutinación es debido a reacciones
inespecíficas. Los anticuerpos leptospirales aparecen dentro de
pocos días después de la infección y persisten por semanas o
meses y en varios casos hasta por años (Rahim, et al., 2005). El
título de anticuerpos del suero será la dilución más alta en la cual
encontramos el 50 % de aglutinación. El punto de corte más
recomendado es el título 1:100 en bovino, pero éste, no siempre
resulta adecuado, principalmente en infecciones por serovar hardjo.
En caso de abortos en bovinos 1:40 se considera diagnóstico,
aunque el porcentaje de fetos que presentan reacción de inmunidad
humoral es bajo (Sandow & Ramírez, 2005). Para L. interrogans
serovar pomona, se han detectado niveles de anticuerpos desde
1:100 a 1:6.400. (Godínez, et al., 1999).
76
En varias ocasiones se reportan resultados falsos negativos, se
identifica incorrectamente el serogrupo, o se identifican muestras
positivas para cualquier serogrupo; igualmente se reportan
variaciones en los títulos en particular en muestras con un serovar
especifico; existen varios factores que pueden contribuir a un error
en el diagnostico del MAT como, contaminación y deterioro del
antigeno (Chappel, et al., 2004).
Es común obtener resultados de serologias negativas en los
primeros 7-10 días después de la infección y es necesario repetir la
prueba en 2-3 semanas para confirmar el diagnóstico (Dutta &
Christopher, 2005). En la historia de la vacunación es útil interpretar
los títulos; aunque los títulos vacúnales pueden ser muy altos
inmediatamente después de la vacunación, estos declinan
rápidamente. Los títulos vacúnales pueden ser tan altos como 1:400
en animales evaluados después de doce semanas de la vacunación
(Anónimo, 2000; Çetinkaya, et al., 2000).
Al igual que otras pruebas serologicas, para diagnosticar una
infección individual mediante MAT, se requiere estudiar dos
muestras pareadas de 7-14 días de intervalo de la primera y si se
observa que ha habido seroconversión, se considera de valor
diagnóstico un cambio en el titulo de al menos, cuatro veces el titulo
inicial. Es una prueba principalmente de rebaños, pues la obtención
de títulos individuales frente a las leptospiras, se considera poco
significativo. A pesar de ser la prueba más recomendada y
extendida, presenta una serie de desventajas: no distingue
anticuerpos vacunales de los de infección, resulta difícil su
estandarización ya que su valoración es subjetiva, requiere el
mantenimiento de cultivos de leptospiras y no siempre detecta a los
animales infectados, en especial cuando el serovar implicado es L.
77
hardjo, el cual es poco antigénico (Sandow & Ramírez, 2005).
Igualmente, Veloso, et al., 2000., describen que este método falla en
la detección de anticuerpos durante las infecciones crónicas o en la
fase temprana de la enfermedad.
Un estudio realizado en 3 provincias de Cuba, donde se aislaron 18
cepas de pacientes con leptospirosis humana, se conservaron en
medio Fletcher, cada cepa fue cultivada en medio de cultivo EMJH e
incubada a 28 o 30 °C y observada al microscopio de campo oscuro
hasta una concentración aproximada de 1-7 x 108 células/ml. Las 18
cepas fueron seroagrupadas por la técnica de aglutinación
microscópica enfrentándolas a una batería de antisueros
policlonales pertenecientes a 8 serogrupos de referencia1 y después
fueron enfrentadas a varios anticuerpos monoclonales (AcMs), en
correspondencia al serogrupo en el que había sido ubicada cada
cepa (Victoria, et al., 2002); Igualmente en un estudio diferente, se
utilizó este método siguiendo el protocolo propuesto por la Sociedad
internacional de leptospirosis; llevando a cabo una preparación
previa de los antígenos de leptospira (L. pomona, L. canicola, L.
bratislava, L icterohaemorrhagiae, L. grippotyphosa). Estas cepas se
mantuvieron en medio base EMJH para leptospira, se subcultivaron
cada ocho días y se incubaron a 28°C. Los antígenos se diluyeron
en solución salina tamponada hasta conseguir una dilución de 1:5.
Los sueros se diluyeron hasta obtener la dilución inicial de 1:25.
Para el control negativo de cada antígeno se tomaron tubos y se
adicionaron 0.1 ml de solución salina tamponada y 0.1 ml de la cepa
a confrontar previamente diluida. De cada uno de las diluciones se
tomó con un asa una gota y se colocó sobre el portaobjeto,
incluyendo un control negativo. Se observó en el microscopio de
campo oscuro, con un objetivo de 10X. El grado de aglutinación y/o
78
lisis, se interpretó tomando como referencia la cantidad de
leptospiras presentes en el control negativo. Se reconoció una
reacción como positiva sí tenía el 50% o más de leptospiras
aglutinadas o lisadas. Una reacción negativa fue aquella igual al
control negativo, en número aproximado de leptospira no
aglutinadas ni lisadas. Los sueros positivos fueron sometidos a
diluciones dobles seriadas hasta alcanzar el título correspondiente
en la última dilución positiva. Las diluciones obtenidas alcanzaron un
rango entre 1:50 – 1:6400. Se consideraron positivos los sueros que
mostraron títulos >1:100. Para el análisis de la significancía de las
diferencias encontradas entre las seroprevalencias se utilizó la
prueba de jí cuadrado para proporciones (Almenteros, et al., 2004).
En un estudio realizado en Venezuela se caracterizaron linfocitos B,
en bovinos con títulos de anticuerpos contra la leptospirosis
superiores a 1/100, empleando un suero hiperinmune anticadenas
livianas de lgG, marcado con isotiocinato de fluoresceína, este
procedimiento se llevó a cabo, gracias al implemento de la técnica
MAT; como antígeno; se emplearon los serovares: icterohaemorrigiae, canicola, castellonis, pomona, grippotyphosa y
hardjo, los cuales se mantuvieron viables en medio liquido. La
concentración utilizada fue de 1 x 1 06/ml de cada Serovar como
antígeno, la cual se determinó por contaje directo en microscopio de
campo oscuro. Se emplearon volúmenes iguales de antígeno y
diluciones de suero y el material se incubó entre 30 minutos y 1
hora, a temperatura ambiente, y se hizo la lectura en microscopio de
campo oscuro. (Aidorevich & Soyano, 1991).
79
4.8.3.1.2 Prueba de Aglutinación Microscópica con Antígeno Muerto (MSAT)
Utiliza leptospiras formoladas y centrifugadas, resuspendidas a una
cierta densidad estándar, con un “pool” de antígenos de varios
serogrupos. La aglutinación que se produce es semicuantitativa y
puede leerse a simple vista. Esta reacción es menos específica que
MAT, menor nivel de títulos obtenido, mayor reacción cruzada, los
antigenos son estables a 4 °C por lo menos un año, es específica de
especie y de la misma forma que MAT, no diferencia reacción entre
anticuerpos de la infección reciente y tardía, pero tiene una buena
reacción temprana de la enfermedad.
4.8.3.1.3 Fijación del Complemento (FC). Es una prueba género-específica, se considera tan fiable como el
MAT para la detección de animales con leptospiruria, pero, detecta
infección reciente; es útil en la detección de grandes cantidades de
sueros ya que puede semiautomatizarse. Es una herramienta
epidemiológica para diagnóstico rápido, menos laboriosa que el
MAT. Las desventajas son las sustancias anticomplementarias del
suero, la corta vida e inestabilidad del antígeno, no permite la
diferenciación de serovares y no detecta niveles bajos de
anticuerpos (Sandow & Ramírez, 2005).
4.8.3.1.4 ELISA Las deficiencias que presenta el MAT han obligado a los científicos
a emplear esta técnica que ayude a la detección de anticuerpos
tanto en tanque de leche, como en el suero. Es capaz de detectar la
80
IgM (Rahim, et al., 2005; Laguna, 2000; Dutta & Christopher, 2005),
durante la primera semana de la enfermedad y la detección tardía
de IgG, lo cual permite diferenciar infecciones recientes de las
pasadas. La detección de anticuerpos específicos IgM con una sola
muestra es confirmatoria de una infección reciente por leptospiras.
Además, se considera más sensible que MAT, es fácil de
estandarizar, los antígenos se pueden almacenar durante meses, no
tiene ningún riesgo para los técnicos y pocas reacciones cruzadas,
tampoco diferencia los anticuerpos vacunales de las infecciones. A
pesar de que es una prueba muy eficaz, aun no está considerada
como prueba oficial.
El método de ELISA da una sensibilidad y una especificidad del 85%
y 88.8% respectivamente (Naigowit, et al., 2000; Céspedes, et al.,
2002). En un estudio, la prueba de diagnóstico rápido IgM específica
dot ELISA ha mostrado ser sensible y específica para el
serodiagnóstico de la leptospirosis aguda. Este examen no es caro,
es simple, rápido de realizar, necesita de volúmenes mínimos de
antígenos de leptospira muerta y es fácil de adaptar al trabajo de
campo. En ese estudio al compararse con la aglutinación
microscópica su especificidad, fue de 81% (Laguna, 2000), en otro
se encontró que esta técnica tenia un 100% de sensibilidad y un
93% de especificidad (Dutta & Christopher, 2005).
4.8.3.1.5 Aglutinación macroscópica Se desarrolló para evitar los problemas derivados del mantenimiento
de cepas vivas de leptospiras en el laboratorio. Pocos autores la
81
recomiendan debido a su falta de sensibilidad y porque no es capaz
de determinar el serovar.
En la aglutinación macroscópica se utilizan antígenos muertos y es
útil para la evaluación masiva (Laguna, 2000).
4.8.3.1.6 Aglutinación en microcápsula Es una técnica que se presentó como posible opción a las utilizadas
habitualmente. En ella, se utiliza antígeno leptospiral transportado
en microcápsulas de un polímero sintético. Los autores la
consideran como una prueba muy específica y sensible. En una
evaluación internacional fue más sensible que MAT o ELISA-IgM en
la fase aguda de la enfermedad, pero no puede detectar infecciones
causada por otros serovares. Se puede trabajar sin la modificación
del suero de otra especie animal.
4.8.3.1.7 Hemoaglutinación indirecta (HA) Es una prueba serológica género-específica de alta sensibilidad y
solamente detecta las IgM. Utiliza eritrocitos de ovejas o del grupo
sanguíneo O humano. A pesar de que siempre se ha considerado
de utilidad, no ha llegado a desplazar al MAT y de hecho, se utiliza
de manera paralela a él. Resulta de valor para la limpieza y
separación de sueros y para la detección de infecciones recientes.
Esta técnica reveló una sensibilidad y especificad de 92 % y 95 %
comparada con MAT respectivamente.
82
4.8.3.2 Técnicas directas
La demostración de la presencia de Leptospiras, o sus componentes
en la sangre, tejidos y/o leche de animales con signos clínicos es de
gran valor diagnóstico.
4.8.3.2.1 Observación en microscopio de campo oscuro Este método se realiza para la observación de leptospiras en los
fluidos orgánicos. Es difícil debido al gran número de artefactos que,
por su parecido con las leptospiras, pueden crear confusión.
Además precisa que haya un gran número de microorganismos en
las muestras.
4.8.3.2.2 Tinción Argénica Dentro de este grupo podemos considerar diferentes técnicas,
como: la técnica de Warthing-Starry y sus modificaciones y la
técnica de Steiner y Steiner. Se utiliza para la demostración de
Leptospiras en los órganos de animales presumiblemente muertos
por leptospiras. La presencia de leptospiras en fetos abortados y
mortinatos son indicadores claros de que es una infección activa en
el feto y crónica en la madre, considerado de valor diagnóstico.
Además de su baja especificidad y sensibilidad, presenta las
mismas inconveniencias que la técnica anterior.
4.8.3.2.3 Técnicas de tinción Inmunohistoquimica Tienen baja sensibilidad, por lo que son poco adecuadas para el
diagnóstico de portadores crónicos, lo que depende del número de
microorganismos en la muestra.
83
4.8.3.2.3.1 Inmunofluoresencia
Esta técnica consiste en examinar muestras bajo luz ultravioleta.
Casi siempre se utiliza en el diagnóstico para los casos de abortos y
la presencia de Leptospiras en sedimentos de orina. Su mayor
desventaja es que requiere la producción de antisueros policlonales
de buena calidad y necesita la utilización de microscopio de
fluorescencia (Sandow & Ramírez, 2005). Puede detectar
leptospiras en los tejidos o fluidos del feto o de animales infectados.
4.8.3.2.3.2 Inmunoperoxidasa Es más rápida y asequible que la anterior ya que no precisa de un
microscopio de fluorescencia.
4.8.3.2.4 Técnicas de detección y estudio de ácidos nucleicos:
Son pruebas relativamente modernas que aun precisan más
estudios sobre su efectividad y utilidad. Comprende: marcado con
sondas de ADN, hibridación de ARN marcado con radio y PCR con
mayor efectividad en la orina (Sandow & Ramírez, 2005; Lucchesi,
et al., 2004). La reacción en cadena de la polimerasa (PCR) ha sido
utilizado para la detección de leptospiras y otros microorganismos
presentes en la orina (Veloso, et al., 2000), en sangre, LCR y humor
acuoso (Dutta & Christopher, 2005). El éxito del PCR depende en
cantidad al DNA, este debe ser libre de contaminantes y nucleasas
que dañan el proceso de amplificación. La adición de tiocianato,
cetiltrimetil bromuro de amonio o extracción de fenol del espécimen,
son las opciones disponibles (Veloso, et al., 2000).
Varios estudios han encontrado que se ha incrementado el uso del
método de PCR en el diagnóstico de leptospirosis causado por el
bajo crecimiento de microorganismos contaminantes en esta
84
técnica; un consenso general a definido como una alternativa el
PCR con amplificación del gen 16S rRNA para identificar bacterias
patógenas.
Se ha utilizado en la secuencia de nucleótidos el gen 16SF (5’-
CTCACCGTTCTCTAAAGTTCAAC-3’) y 16SR (5’-
TGAATTCGGTTTCATATTTGC-3’),el gen flaB L-flaB F1(5’-
TCTCACCGTTCTCTAAAGTTCAAC-3’) y L-flaB R1 (5’-
CTGAATTCGGTTTCATATTTGCC-3’); los primers FlaB se han
tomado como referencia de la secuencia nucleótida del Banco de
genes. El producto de la amplificación de los genes 16S rRNA y flaB
son 300 y 790 bp, respectivamente (Wangroongsarb, et al., 2005).
4.8.3.2.5 Aislamiento Para muchos autores, es la técnica más sensible para el diagnóstico
de leptospiras, además es la que confirma la presencia del
microorganismo, tanto en casos agudos como crónicos, a pesar de
que requiere mucho tiempo y de laboratorios especializados.
En la mayoría de laboratorios de diagnóstico no se realiza esta
prueba porque las leptospiras tienen una naturaleza frágil, por
costos y por la complejidad en los medios de aislamiento, además,
por el prolongado periodo de incubación (Rahim, et al., 2005; Lunn,
et al., 2000).
La inoculación en animales de experimentación puede considerarse
una forma especial del aislamiento y es considerada la técnica más
sensible por algunos científicos. También, existen otros métodos
pero no de amplio uso en el mundo como: Prueba Hemolítica (HL),
85
Contrainmunoelectróforesis (CIE), Inmunoabsorción Magnética,
Hibridización de ADN, Absorción de antigeno inmunomagnetica etc.
(Sandow & Ramírez, 2005).
También se realizan aislamientos de este microorganismo,
manejando muestras de orina infectadas por leptospira y realizando
un aislamiento del agente en medios de cultivo básicos como tween/
suero de bovino + albúmina, con suero de conejo, inhibidores y
0.15% de agar (Schönberg, et al., 2005). También se utilizan medios
semisólidos como el de Fletcher, o en medio de Ellinghausen-Mc
Cullogh-Johnson-Haris (EMJH) enriquecido con albúmina y ácidos
grasos. Esta técnica es difícil y puede demorar hasta 16 semanas.
La sensibilidad del hemocultivo sólo alcanza el 50% de los casos
(Cornejo, et al., 2001; Dutta & Christopher, 2005).
Algunos autores han recomendado la utilización de antibióticos
inhibidores de contaminación en los medios de cultivo, pero estas
son sustancias inhibitorias que igualmente tienen un efecto
perjudicial en la fase de multiplicación de las leptospiras (De
Freitas, et al., 2004). Thiermann en 1984, declara que existen
varios factores importantes para el aislamiento de leptospiras como
son asepsia en el material colectado, rápido procesamiento, medio
de cultivo con antibióticos apropiados y selectivos.
4.8.4 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Para llegar al diagnóstico diferencial, es necesaria una buena
anamnesis que abarque los antecedentes particulares y/o animales
enfermos de 15-20 días anteriores a la presentación de la
enfermedad. Dada las diversas presentaciones, se deben diferenciar
86
por especies, según las manifestaciones clínicas predominantes
(Sandow & Ramírez, 2005).
En bovinos se deben diferenciar con otros cuadros que cursan con:
hemoglubinuria, hematuria, hemólisis, abortos, mastitis y
disminución de la producción láctea como: anaplasmosis,
babesiosis, pasteurellosis, brucelosis, listeriosis, vibriosis,
trichomoniasis, toxoplasmosis, IHBB., intoxicación por cobre,
hemoglubinuria posparto y trastornos alimentarios (Sandow &
Ramírez, 2005).
Cuando los pacientes se presentan con ictericia durante o después
de una enfermedad aguda febril, la leptospirosis se debe diferenciar
de otros casos de ictericia febril como, malaria, septicemia, hepatitis
y hepatitis tifoidea.
Los altos niveles de bilirrubina como en la enfermedad de Weil con
una elevación moderada de transaminasas se debe diferenciar de
hepatitis viral, ya que esta se presenta con grandes elevaciones de
transaminasas (Dutta & Christopher, 2005).
En el departamento de Córdoba, así como en Colombia, la
leptospirosis es una zoonosis rara vez diagnosticada,
probablemente por falta de conocimiento de la enfermedad o
ausencia de métodos diagnósticos de la infección por Leptospira
(Nájera, et al., 2005). El instituto colombiano agropecuario (ICA), es
el encargado de diagnosticar y notificar la presencia de leptospirosis
bovina en Colombia, allí utilizan la técnica de microaglutinación,
acompañada de cultivo y microscopia de campo oscuro, se notifica
que prevalece L. hardjo en zonas con clima calido y templado, como
Caquetá, Tolima y Córdoba.
87
4.9 CONTROL Y TRATAMIENTO Para que las medidas a tomar sean efectivas para el control de la
enfermedad en cuestión, es imprescindible la identificación lo antes
posible de los animales afectados, así como el serogrupo y/o
serovar actuante, puesto que la presencia de un serovar u otro
depende principalmente de la existencia de su hospedero de
mantenimiento específico y según sea el hospedador, las medidas
de control serán diferentes (van der Hoeden, 1958; Ellis, 1994;
Heath y Johnson, 1994).
4.9.1 Control Desde el punto de vista epidemiológico, la Leptospirosis es una
enfermedad difícil de controlar ya que el microorganismo se puede
albergar en el riñón y ser eliminado en la orina de muchos animales,
perpetuándose entre ellos el estado de portador. Sin embargo, se
deben realizar esfuerzos para conocer la prevalencia de serotipos
específicos en una determinada población y describir los focos de
contagio a fin de evitar aparición de nuevos casos (WHO, 1982).
4.9.1.1 Control inmune
Dentro de la inmunoprofilaxis se puede considerar tanto la
vacunación como la inmunización pasiva con suero hiperinmune
(Michna, 1970; Anonimo. 2000). La vacunación es una práctica muy
extendida en muchos países, siendo, para algunos autores, la mejor
herramienta de control (Ellis, 1994). Sin embargo, presenta una
serie de inconveniencias en primer lugar: las vacunas comerciales
son bacterinas (Ellis, 1996) y no proporcionan inmunidad cruzada
entre serovares distintos y solo permiten una protección limitada
88
frente a cepas distintas de un mismo serovar. Estos productos
pueden aumentar su respuesta si se les adicionan adyuvantes, los
cuales son sustancias que estimulan la respuesta inmune y su
duración. Asimismo, la desparasitación de bovinos con productos
que contengan levamisol, potencializa la respuesta inmune humoral
en animales inmunosuprimidos. (Brunner & Muscoplat, 1980;
Vanselow, 1987). Los serovares y las cepas varían entre países, por
lo que la protección ofrecida por las vacunas elaboradas con cepas
de otro país o región, en otras regiones puede ser poca eficaz
(Thiermann, 1984). En segundo lugar, diversos estudios sobre las
vacunas existentes, han demostrado que tanto vacunas
monovalente, bi y hasta pentavalente, no evitan la infección, la
migración al útero y oviducto ni la persistencia de la infección renal y
por con siguiente, tampoco evitan la leptospiruria ni el nacimientos
de algunas crías débiles y mortinatos (Bolin et al., 1989; Bolin et al.,
1991).
A pesar de estas limitaciones, la vacunación sigue siendo parte
importante del control en los rebaños (Heath & Johnson, 1994). Little
et al., (1992) demostraron que con un programa de vacunación de
todo un rebaño (bovino) durante cinco años, es posible el control de
las infecciones por L. hardjo y su eliminación del rebaño. También,
se considera que el calendario de vacunación debe ser al principio
del período seco y en el parto, puede disminuir las pérdidas
económicas por abortos (Hanson, 1977; Heath & Johnson, 1994).
Primera vacunación: se vacunan todos los animales del rebaño,
machos, hembras y terneros. Segunda dosis a los 21 días de la
primera. Revacunación en forma anual o semestral de acuerdo al
productor. En machos se debe vacunar antes de entrar al servicio
para proteger al rodeo. En las hembras se debe vacunar antes del
89
servicio y previo al parto, para los terneros hay que vacunar a los 2
meses de edad y luego revacunar en dependencia del productor
(Faine, 1982; WHO, 1986; Ellis, 1992; Bielansk & Surjballi, 1998;
Bolin, 2003).
La otra variante es la vacunación total del rebaño y luego tratar con
dihidroiestreptomicina 2 mg/kg. a todas las vacas preñadas (South &
Stoenner, 1974; Bolin, 2003). También hay programa de vacunación
cuando se que aplica en los cerdos y perros.
En los seres humanos las vacunas se aplican de modo más
restrictivo, a las poblaciones de alto riesgo y/o en zonas endémicas.
La inmunización casi siempre en humano utiliza vacunas
polivalentes en trabajadores de arrozales, cañeros, etc. en China
(Chen, 1985)
En Cuba se utiliza una vacuna trivalente de pomona, canicola e
icterohaemorrhagiae (Martinez et al., 1998).En los últimos años en
Cuba, se ha utilizado la vacuna Vex-Spiral en dos dosis de intervalo
de 6 semanas (Ginebra, 2001). La quimioprofilaxis mediante la
aplicación de doxiciclina en la dosis de 200 mg una vez a la semana
durante 4-6 semanas, ha tenido efectividad del 95 % en los adultos
de alto riesgo (Hickey, 2002) y también en los animales, sobre todo
en ganado porcino en combinación con la vacuna.
La vacuna se prepara a partir de Leptospira interrogans muerta, ésta
considerada en algunos países, produce activa inmunización contra
Leptospira icterohaemorrhagiae en personas con alto riesgo de
contraer la enfermedad. (Martindale, 1993). La vacuna evaluada en
Cuba recientemente presenta una efectividad del 97% con una
prevención de 8 sobre 10 casos y con muy bajos efectos adversos.
(Marinez, et al., 2000).
90
4.9.1.2 Control higiénico sanitario
El control higiénico-sanitario es esencial para la prevención de la
leptospirosis en una población humana y animal, pero siempre ha de
formar parte de un sistema general de control, junto con la
vacunación y el tratamiento, ya que ninguna de estas medidas son
eficaces por separado (Ellis, 1994). Las medidas higiénicas-
sanitarias deben basarse en dos puntos esenciales: el control de
hospedadores silvestres y el control de hospederos domésticos
(Ellis, 1994; Heath y Johnson, 1994). También los factores
ecológicos que influyen en la epizootiología de la Leptospirosis
como: densidad alta de población animal, su migración natural o
planeada, las características geográficas, agronómicas y
meteorológicas del ambiente y los cambios estaciónales (Ginebra,
2001).
Algunas de las medidas principales recomendadas por varios
autores son:
• Educación y difusión a las poblaciones en especial las de alto
riesgo sobre la forma de contagio y como evitar la enfermedad.
• Protección individual de los trabajadores como: ganaderos,
trabajadores de alcantarillados, obreros agrícolas veterinarios,
arrozales, cañeros etc. mediante el uso de calzado y vestimentas
apropiadas (botas, delantales guantes, antiparras, tapaboca) según
la tarea que desempeñen.
• Higiene personal y del ambiente doméstico, se debe impedir el
ingreso de animales al interior de los domicilios así como a los
galpones de producción o almacenamiento de alimento se debe
hacer hincapié en la higiene y desinfección en los locales de ordeño
etc., con hipoclorito de sodio.
91
• Buen drenaje o relleno de terrenos bajos o fácilmente inundables
de residuos líquidos y agua pluviales.
• Se debe prohibir tanto a la población humana como animal beber o
bañarse en agua de ríos, charcos y lagunas posiblemente
contaminados con el agente.
• Disposición, colecta y eliminación de los residuos (recipientes
apropiados, colecta permanente y coordinada con la población,
relleno sanitario correcto y en condiciones).
• Control ecológico de la población animal salvaje.
• Aislamiento de los animales domésticos.
• Tratamiento especifico de personas y animales enfermos según
los esquemas terapéuticos.
• Drenaje, canalización de cursos o espejos de agua que tienden a
provocar inundaciones o que representen posible focos de esta
enfermedad.
• Realizar estudios epidemiológicos para tener noción sobre
prevalencia de la enfermedad en la especies así como para saber
que serogrupo o serovar esta circulando.
• Desratización general de la explotación y construcción de edificio a
“prueba de roedores”.
• Reducir el pastoreo conjunto con otras especies domésticas y con
otros rebaños.
• Mantener una política de ciclo cerrado y en su defecto someter a la
cuarentena estricta a los animales de reposición que entran nuevos
en la explotación.
• No separar las crías de las madres después de parto (bovino).
• Evitar el uso de machos enfermos para la monta directa.
• Las mascotas deben vacunarse anualmente.
• Realizar informe anual sobre la situación de la enfermedad en el
territorio.
92
(Faine, 1982; OIE., 1992; WHO., 1993; Ellis, 1994; Heath &
Johnson, 1994; Fenga et al., 2000; Acha & Syfres, 2001; Lyford &
Herrera, 2002; Willat, 2002; Heymann, 2005).
4.10 TRATAMIENTO El objetivo primordial para el tratamiento contra la infección por
Leptospirosis, es controlar la infección antes del daño irreparable
que puede ocurrir en el hígado y riñón. Prácticamente todos los
antimicrobianos tienen efecto sobre la infección por leptospiras,
excepto de las sulfanamidas y el cloranfenicol en animales (van der
Hoeden, 1958). Los antibióticos más recomendados son:
dihidroestreptomicina, penicilina, estreptomicina, oxitetraciclina,
tetraciclina, etc. (Michna, 1970; South & Stoenner, 1974; Amatredjo
& Campbell, 1975; Thiermann, 1984; Ellis et al., 1985; Instituto,
1997; Labiofam, 1997; Fajardo et al., 1998; Guijarro & Calvo, 1999;
Merck, 2000).
4.10.1 En bovinos Se administran los siguientes antibioticos:
Dihidriestreptomicina: 25mg/kg./5 días /IM.
Estreptomicina: 12-25mg/kg./ dos veces al día por 3 días / IM.
Estreptomicina: 25mg/Kg. una sola vez durante la fase de
leptospiruria.
Clorhidrato de tetraciclina: 11mg/kg./5 días
Tetraciclina: 15-25 ml/kg./4 días / IM.
Oximicina: 100g/5 días / IM.
Transfusión sanguínea 5-10 L/450kg en caso de anemia hemolítica.
93
Además de los antibióticos, en dependencia de la gravedad y
sintomatología se admite la aplicación de: transfusión sanguínea,
analgésicos, sueros hiperinmunes y gammaglobulinas.
En bovinos, un trabajo relativamente reciente propone la amoxiclina
como opción a la dihidroestreptomicina en el tratamiento de ganado
infectado con L. hardjo (Smith et al, 1997).
La estreptomicina es uno de los dos primeros antibióticos utilizados
para la terapia de leptospirosis y es considerada, una de las
mejores opciones de tratamiento. En un estudio realizado por Alt, et
al., 2001, utilizando cuatro esquemas de tratamiento para la
leptospirosis en 42 bovinos infectados, concluyeron, que la
asociación entre la dihidroestreptomicina y la penicilina G, mejora el
tratamiento; igualmente que otros antibióticos como la
oxitetraciclina, tilmicosina y ceftiofur. (Girio, et al., 2005)
4.10.2 En humanos Tomando en cuenta que la Leptospirosis humana, tiene una
evolución clínica sumamente variable y suele ser una enfermedad
fatal cuando se tarda en su reconocimiento temprano. Resulta difícil
evaluar con precisión la eficacia del tratamiento antimicrobiano; por
lo que de considerar estos elementos de gran importancia en su
manejo (Grell et al., 1971; Kobayashi et al., 1984; Tan et al., 1986;
Muthusethupati & Shivakumar, 1987; Dupont et al., 1997; Ginebra,
2001).
Existe un grupo de antibióticos con grado variable de efectividad
contra la leptospira. Los más importantes son: penicilina, doxiciclina,
tetraciclina, eritromicina, ampicilina, amoxacilina y estreptomicina.
De estos, la penicilina y la doxiciclina son los más utilizados y
94
aceptados en la práctica clínicas (Okuzaki & Ringen, 1975; McClain
et al., 1984; Alexander & Rule, 1986; Cornejo, et al., 2001). El
tratamiento siempre se indicara de inmediato y en correspondencia
con los síntomas que presente el paciente.
Las cefaloporinas de tercera generación (cefotaxina, ceftizoxina)
han tenido buenos resultados en Cuba (Ginebra, 2001). También
algunos autores proponen la misma cefaloporina un gramo por vía
endovenosa de cada 4 horas durante las primeras 72 horas y
continuar posteriormente con un gramo diario por vía intramuscular
durante 7 días (Russell, 1958; McClain et al., 1984; Peña, 1999;
Rusell et al., 1999; Guidugli et al., 2002; Hickey, 2002).
95
5. DISCUSION
El presente trabajo ha permitido conocer una enfermedad con gran
impacto económico y zoonotico como es la Leptospirosis bovina,
además de un breve resumen de esta enfermedad en otras
especies, especialmente en el hombre; así, se da a conocer, la
especie de leptospira que ataca a los bovinos como es la Leptospira
hardjo, la presencia de este patógeno en el organismo se manifiesta
con trastornos reproductivos como infertilidad, aborto, mortinatos y
agalactia, cursando de forma septicémica principalmente en los
animales jóvenes, estos aspectos clínicos representan perdidas
económicas importantes para el sector ganadero por la baja
producción láctea y la salud del animal, así, impidiendo la
comercialización; por esta razón, la leptospirosis debería ser una
enfermedad de mayor atención no solo para el sector ganadero,
sino también, para el estado (instituto colombiano agropecuario
(ICA), encargado de la vigilancia de la salud animal).
De manera general las pérdidas económicas ocasionadas por la
leptospirosis no han sido cuantificadas, en parte por las dificultades
para el diagnóstico de la enfermedad y por la subestimación que se
tiene frente a esta enfermedad. Por su carácter zoonótico, a los
efectos sobre la producción animal se le adiciona un importante
impacto en la salud pública. El hombre no actúa como hospedador
de mantenimiento de ningún serovar, por lo que la infección será
siempre accidental, siendo el serovar con mayor frecuencia
implicado el icterohaemorrhagiae, y también, habituales infecciones
por pomona y hardjo.
El diagnóstico puede confirmarse con pruebas serológicas como, la
técnica de microaglutinación (MAT), considerada el método “gold
96
estándar” para la detección de leptospirosis, ya que es la mas
sensible y especifica si se utilizan los serovares apropiados, sin
embargo, tiene limitaciones para su interpretación porque es posible
encontrar falsos positivos y la posibilidad que exista reacciones
cruzadas con los serovares; otros métodos serológicos son la
técnica de ELISA y PCR, pero estas técnicas además de costosas,
exigen que las muestras con leptospiras no presenten otros
microorganismos contaminantes; por lo tanto la técnica de
predilección para el diagnostico de leptospirosis es la MAT, que es
la prueba internacional aceptada para la identificación de dicha
enfermedad. Es importante la utilización del laboratorio como
herramienta fundamental de diagnóstico, para el diseño efectivo de
estrategias de control sobre la base de una correcta interpretación
de los resultados, por lo tanto el diagnostico de esta enfermedad no
debería basarse solo en la utilización de métodos serológicos, sino
también, en técnicas como aislamiento de la bacteria, microscopia
de campo oscuro, técnica de ELISA; además, tener en cuenta la
procedencia del animal, verificar si este vive en zona de riesgo,
observar el medio en el que habita, su alimento y consumo de agua,
presencia de roedores, etc.; es decir, integrar todo tipo de
diagnostico para la confirmación y veracidad de los resultados.
En el caso que se presente una sospecha de leptospirosis se debe
notificar inmediatamente al superior encargado de la vigilancia de
salud publica y animal, y se debe investigar la fuente de infección,
como agua, fuentes industriales u ocupacionales; pero lo mas
importante es la educación sanitaria del personal en riesgo para
difundir las medidas de prevención y control.
97
Lo anterior permite focalizar las medidas preventivas y de promoción
de la salud, haciendo más efectivas las intervenciones en la salud
pública y animal. Si se realiza un plan estratégico para la prevención
y control de la leptospirosis seguramente la enfermedad no causara
daños graves e irreversibles en la salud y economía de la población
en riesgo.
Por último, el trabajo aportó una información importante sobre la
presencia de leptospirosis a nivel nacional y mundial, y debe ser
incluida en el diagnóstico diferencial de las patologías infecciosas
tropicales que se presentan en nuestro país.
98
6. CONCLUSIONES
Lo expuesto anteriormente permite concluir que la leptospirosis es
una de las enfermedades con incidencia en la reproducción,
causante de importantes pérdidas económicas en las explotaciones
pecuarias, representadas en abortos, mortinatos y agalactia; y es,
además, una zoonosis capaz de producir la muerte de animales y
hombres infectados.
Las Leptospiras se comportan de una manera en su hospedero
natural y de otra manera cuando se encuentran en un hospedero
accidental. La relación entre el serovar y su hospedero natural se
caracteriza, por tener una alta susceptibilidad a la infección y
transmisión endémica dentro de la misma especie, siendo esta, una
enfermedad muy compleja, en parte debido a los problemas de la
relación huésped-hospedador, y a los cambios en el
comportamiento de la enfermedad como resultado de la vacunación.
Por lo tanto el diagnostico de esta enfermedad se basa en un
manejo integral de varios tipos de diagnostico como son el
epidemiológico, el clínico y el de laboratorio. Con este último, se
manejan métodos de aislamiento y serológia como la técnica de
microaglutinación en campo oscuro (M.A.T.) con cepas vivas de
cada serovar de leptospira. Esta técnica utiliza diferentes diluciones
de cada suero sospechoso con el antígeno vivo de cada serovar y
luego se determina por microscopía directa en campo oscuro la
existencia de aglutinación. Se considera positivo, cuando más del
50% de las leptospiras están aglutinadas. Cuando un animal es
positivo se puede tratar con antibioticos como la estreptomicina, la
oxitetraciclina, penicilina y eritromicina, entre otros; pero el éxito de
99
la erradicación de la bacteria consiste en medidas de prevención y
control especialmente mascotas, roedores, agua y suelos
contaminados.
100
7. RECOMENDACIONES
Es necesario que en nuestro país se realicen estudios que permitan
establecer y definir, mediante el aislamiento bacteriano y métodos
serológicos, los serotipos circulantes en la zona y los grupos de
animales y operarios sanos y enfermos, con el fin de verificar el
impacto de las condiciones ambientales sobre la transmisión de la
leptospirosis y sobre la salud de los habitantes de la zona.
Cuando se sospeche la existencia de leptospirosis bovina o se haya
diagnosticado oficialmente, la población bovina se declarara núcleo
contaminado y se deberán tomar medidas como la prohibición de
pastar, desinfección continua del hato, caminos y recintos al aire
libre; correcta muda de las ropas protectoras de trabajo; tener un
disposición para combatir los roedores depredadores y el control de
mascotas; el manejo adecuado del estiércol, labrando
inmediatamente el lugar que ocupan y consumir únicamente cocida
la leche de las vacas con sospecha de leptospirosis.
Igualmente se sugiere una mayor comunicación de esta enfermedad
al personal en riesgo para que exista un mejor control y manejo de
los animales y así garantizar no solo una buena calidad de vida, sino
también un aumento en la producción ganadera.
101
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