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Tres condiciones para la victoria (Josué 3:1-7; 5:13-15)

Propósito del sermón: Como hijos del Señor somos llamados a poner nuestros ojos en Dios y nada más, por diversas razones nuestra mirada cambia de ruta, puede ser que nos concentremos en buenas cosas, con buenas intenciones, pero aún eso nos aparta la mirada del Señor y cuando reaccionamos lamentablemente nuestros ojos están puestos en otras cosas menos en El Señor. Para tener victoria en nuestra vida necesitamos caminar en santidad y adquirir un compromiso de ser fieles hasta la muerte.

Introducción: En el libro de Josué hallamos al pueblo de Israel, que está por entrar a la tierra prometida. Después de 40 años de andar por el desierto, el tiempo ha llegado. Es una nueva etapa, distinta a la anterior, con otro líder al mando, ya que Moisés ha muerto, y Dios ha levantado a Josué como un nuevo líder para esta nueva etapa. No se trata de un reemplazante del viejo líder, sino que se trata del comienzo de una nueva etapa para el pueblo de Israel. La etapa de la conquista de la tierra prometida. Dios está llamando a su pueblo a una etapa de victoria, pero también le muestra que hay tres factores imprescindibles para lograrla. Veamos hoy el antes y el después del Jordán, y las tres condiciones para la victoria.

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I. Dios demanda santificación completa por parte de su pueblo: (Josué 3:5)

A. El mandamiento a la santidad: El pueblo debía entender que la etapa del desierto había terminado. Atrás quedaba la murmuración contra sus líderes, la queja hacia Dios, las desobediencias, etc. Esta nueva etapa en la vida del pueblo necesitaba un nuevo aire, una atmósfera de confianza, sinceridad, y sobre todo santidad.

B. Josué ocupó su lugar como líder de la santidad: No estuvo entretenido en los detalles. Delegó tareas a otros, y cumplió con su parte de líder.

Esto nos enseña que Dios demanda la santidad tanto de los líderes como de todo el pueblo. Pero quiero recalcar: “Líderes, sobre ustedes hay mayor responsabilidad”. (Nuestras vidas deben mostrar en todo instante santidad)

C. Dios es santo, su pueblo debe ser santo. Lev. 20:7 “Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro Dios”... A veces parece que nos gusta tener al jehová (con minúscula) ídolo con nosotros. Un dios (también con minúscula) que haga todo lo que le digo pero que no me demande nada. Así tenemos al jehová de la prosperidad, o el jehová de las bendiciones, o al jehová que me hace sentir bien… pero no tiene nada que ver con el Jehová bíblico y verdadero. ¡Dios es santo, y demanda santidad completa

por parte de su pueblo!

II. Dios ordena marchar con la mirada puesta en el arca: (Josué 3:1-6). (V. 1-3)

A. La recomendación a la sujeción: El pueblo no podía moverse solo de aquí para allá. Dios había puesto una norma, y había que sujetarse a ella. El orden es parte de la santidad, y sin orden es imposible alcanzar victoria. (Imaginemos: pasemos por aquí, entremos allá, peleemos ahora, ataquemos de tal o cual forma, no se puede de esa forma...... tiene que haber sujeción al plan dispuesto por Dios).

El arca representaba la presencia de Dios, y por lo tanto debía ir delante. Los sacerdotes debían llevarla. Esto muestra la identificación de los líderes espirituales con la presencia de Dios.

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B. La orientación era de Dios: “A fin de que sepáis el camino por donde debéis ir” (vs. 4). Israel conocía mejor que nadie la gravedad de la desorientación después de 40 años de vagar por el desierto (Dt. 2:1-3). La desorientación no nos lleva a ningún lado. La desorientación puede terminar con nuestras vidas personales, familiares, y también con la vida de una iglesia. Lo contrario a desorientación es “tener visión”... , hoy en día es triste ver personas sin visión, familias sin visión, y lo que es peor iglesias sin visión, ¿para que estamos en esta vida?, ¿qué quiero alcanzar con mi matrimonio e hijos?, ¿qué queremos alcanzar como iglesia? A saber!!. Anécdota: el rey chino que hizo un palacio para su esposa que había muerto.

C. La reverencia a la prioridad de Dios: “Pero entre vosotros y ellos haya distancia como de dos mil codos” (vs. 4 b). Dos mil codos es aproximadamente 1 km, es decir 10 blokes. Ellos tenían que tener en cuenta que Dios era el que presidía, y el que llevaba al pueblo a la victoria. Si alguno se extraviaba entonces iría derecho al fracaso. La distancia significa que Dios es el que va siempre delante de nosotros. Nunca nos pasa nada en nuestras vidas que no este permitido por el Señor. Nunca podremos ir más adelante que Dios. Siempre iremos detrás de él.

D. La ubicación para avanzar: “tomad el arca del pacto y pasad delante del pueblo” (vs. 6). La voz del líder. ¡Sin visión (profecía) el pueblo se desenfrena (Prov... 29:18), pero si hay visión hay victoria!

III. Dios revela que su presencia está con ellos para darles la victoria: (Josué 5:13-15)

A. La aparición del Príncipe del ejército invisible: (13-15). Dios quiso mostrar a Josué que el tenía preparado al verdadero General para comandar al pueblo hacia la victoria. Era el príncipe de otro ejército que no se veía, pero que estaba listo para actuar.

B. La visión de la lucha: “espada desenvainada”. Dios

había descendido para mostrarle a Josué el carácter de la vida que estaba por comenzar. De la misma manera, nosotros como iglesia del Señor estamos en lucha, y no es una lucha justamente contra carne y sangre... Ef. 6:17

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C. La decisión de Josué: “eres de los nuestros o de nuestros enemigos”. Josué pidió al desconocido que se identificara, no había tiempo ni permiso para ser neutral. En cierto modo, era una prueba de Dios para conocer la disposición de Josué para cumplir sus órdenes.

En el campo de lucha no hay lugar para indecisiones, no se puede ser neutral, o somos negros o blancos, pero si somos grises entonces es porque no sabemos para donde disparar. En una guerra no se permiten soldados neutrales, se necesitan soldados que mueran por su país. Así es en la obra del Señor, se necesita hombres que estén dispuestos a jugarse enteramente por la obra del Señor. Estar dispuestos a dar su vida por la persona y obra de Cristo.

¡La presencia de Dios con su pueblo, es prueba suficiente que habrá victoria!

TRES COSAS

Dios quiere llevarnos de victoria en victoria. Él es poderoso para darnos la victoria en el área que estamos luchando. a) En primer lugar: Con santificación la victoria es

segura. Olvidar lo que queda atrás, perdonar a quienes nos han hecho daño, y renovar nuestra forma de pensar. Ordenar lo que haya que ordenar.

b) En segundo lugar: Visión, poner nuestra mirada fija en Dios. Caminar por donde el Señor nos guía.

c) En tercer lugar: Tomar un serio compromiso con

el Señor de batallar en su obra. La imagen del varón con la espada desenvainada le decía a Josué que era tiempo de pelea y no de descanso. El ángel de Jehová estaba listo para la batalla, pero Josué debía tomar también su lugar.

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Recordemos:

Santidad, visión, y compromiso con el Señor, son tres factores indispensables para la victoria en el área personal, familiar, y para la Iglesia.

Dios te está llamando a la victoria en todo aspecto ¿Estás dispuesto a responderle? ¡Dios está aquí, y puede dar victoria a su pueblo!.