Resumen, como se escribe la historia, Paul Veyne

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“COMO SE ESCRIBE LA HISTORIA: FOUCAULT REVOLUCIONA LA HISTORIA” -Paul Veyne Capítulo I Un relato verídico y nada más La historia es un relato de acontecimientos, lo que los historiadores denominan acontecimiento no es aprehendido en ningún caso directa y plenamente; se percibe siempre de forma incompleta y lateral gracias a documentos y testimonios. La historia es por esencia, conocimiento a través de documentos. Pero, además, encontramos la narración histórica que va más allá de todo documento, puesto que ninguno de ellos puede ser el acontecimiento mismo. Un acontecimiento se destaca sobre un fondo uniforme; constituye una diferencia, algo que no podíamos conocer a priori. Una cosa es que dos acontecimientos se repitan, e incluso que se repitan exactamente, y otra es que sigan siendo dos. Y esto es lo único que cuenta para el historiador. Lo que individualiza los acontecimientos, es el hecho de que sucedan en un momento dado; jamás se repetirá la historia. La historia es anecdótica y solo le interesa la verdad. Capítulo II Todo es histórico, luego la historia no existe El campo histórico es totalmente indeterminado, con una sola excepción: todo lo que se encuentra dentro de él tiene que haber acaecido realmente. La historia tiene un carácter fragmentario, pero a pesar de lo heterogéneo de las lagunas documentales, podemos escribir algo que siga llamándose historia. Los historiadores tienen la libertad de dividir la historia a su gusto ya que la historia no posee una articulación natural. Existe la historia de los acontecimientos que siempre hemos considerado “importantes” y la historia de los no-acontecimientos (historia de las mentalidades, de la locura o la búsqueda de la seguridad a través de los siglos) que son los acontecimientos que todavía no han sido reconocidos como tales. La historicidad de los

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“COMO SE ESCRIBE LA HISTORIA: FOUCAULT REVOLUCIONA LA HISTORIA” -Paul Veyne

Capítulo I Un relato verídico y nada más

La historia es un relato de acontecimientos, lo que los historiadores denominan acontecimiento no es aprehendido en ningún caso directa y plenamente; se percibe siempre de forma incompleta y lateral gracias a documentos y testimonios.La historia es por esencia, conocimiento a través de documentos. Pero, además, encontramos la narración histórica que va más allá de todo documento, puesto que ninguno de ellos puede ser el acontecimiento mismo. Un acontecimiento se destaca sobre un fondo uniforme; constituye una diferencia, algo que no podíamos conocer a priori. Una cosa es que dos acontecimientos se repitan, e incluso que se repitan exactamente, y otra es que sigan siendo dos. Y esto es lo único que cuenta para el historiador. Lo que individualiza los acontecimientos, es el hecho de que sucedan en un momento dado; jamás se repetirá la historia. La historia es anecdótica y solo le interesa la verdad.

Capítulo IITodo es histórico, luego la historia no existe

El campo histórico es totalmente indeterminado, con una sola excepción: todo lo que se encuentra dentro de él tiene que haber acaecido realmente.La historia tiene un carácter fragmentario, pero a pesar de lo heterogéneo de las lagunas documentales, podemos escribir algo que siga llamándose historia. Los historiadores tienen la libertad de dividir la historia a su gusto ya que la historia no posee una articulación natural.Existe la historia de los acontecimientos que siempre hemos considerado “importantes” y la historia de los no-acontecimientos (historia de las mentalidades, de la locura o la búsqueda de la seguridad a través de los siglos) que son los acontecimientos que todavía no han sido reconocidos como tales. La historicidad de los no-acontecimientos será por tanto aquella de cuya existencia no tenemos conciencia.Los hechos no tienen una dimensión absoluta, no existe una jerarquía constante entre las distintas épocas, situaciones, etc.; no hay ninguna zona que se imponga a otra o la absorba. A lo sumo, puede pensarse, que algunos hechos son más importantes que otros, pero esa importancia dada depende totalmente de los criterios de cada historiador.Todo lo que ocurre en la vida cotidiana le incumbe al historiador, ya que todo acontecimiento se conoce a través de las huellas que deja, y cualquier hecho de la vida cotidiana es una huella de algún acontecimiento. La historia es una idea límite, no existe la Historia con mayúscula, la idea de Historia es un límite inaccesible o más bien una idea trascendental. La historia no es más que la respuesta a nuestros interrogantes, puesto que es materialmente imposible formular todas las preguntas y describir la totalidad del devenir.

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Capítulo IIINi hechos ni geometral: Tramas

La historia no se interesa por la singularidad de los acontecimientos individuales, sino por su carácter específico. Los hechos poseen una organización natural que es inalterable, la labor histórica consiste en reconocer esa organización.Los hechos no existen aisladamente, sino en mutuas relaciones objetivas. La elección de un tema de historia es libre, pero los hechos seguirán siéndolo que son y eso no se puede cambiar. La verdad histórica no es relativa ni inaccesible, como si se tratara de un geometral.El tejido de la historia es una trama, una mezcla muy humana y muy poco “científica” de azar, causas materiales y de fines. La trama puede darse en distintos planos.El objeto de estudio no es nunca la totalidad de los fenómenos observables en un tiempo y espacio dados, sino únicamente algunos aspectos que hayamos elegido. En la historia no existe más que un auténtico geometral: la Historia, la historia total, la totalidad de cuanto ha sucedido. Pero no podemos alcanzar este geometral.Los acontecimientos no son totalidades, sino nudos de relaciones.Puesto que todo es histórico, la historia será aquello que nosotros elijamos. En todos estos aspectos la historia es subjetiva, pero resulta que todo lo que hacen las sustancias hombres en la calle, cualquiera sea la forma de considerarlo, es perfectamente objetivo.

Capítulo IVPor pura curiosidad, por lo específico

La historia no es un humanismo, ya que no entremezcla conceptos trascendentales. La distinción entre hecho-valor y hecho-documento depende del punto de vista, de la trama elegida, y está lejos de determinar la elección de la trama ni la distinción entre lo que sería histórico y lo que no lo sería. La historia se interesa por acontecimientos individualizados que tienen carácter irrepetible, pero no es su individualidad lo que le interesa. Trata de comprenderlos, es decir, de hallar en ellos una especie de generalidad o, dicho con más precisión, de especificidad. La historia puede ser definida como el conocimiento de lo específico. La imparcialidad del historiador trasciende la buena fe, y estriba menos en el firme propósito de decir la verdad que en conseguir su objetivo, que consiste en no proponerse ningún fin salvo el de saber por saber. La imparcialidad se confunde con simple curiosidad. La historiografía tiene dos principios: El primero, consiste en pensar que la historia es conocimiento desinteresado, y no colecciones de recuerdos nacionales o dinásticos. El segundo, es que todo acontecimiento es digno de historia. El tiempo histórico es únicamente el medio en que se desenvuelven con entera libertad las tramas.

Capítulo VUna actividad intelectual

Escribir historia es una actividad intelectual, “la historia es conocida por un ser que, a su vez, se encuentra en la historia”.La conciencia no se ocupa de la historia, la historia constituye un ámbito en el que no puede haber

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intuición, sino únicamente reconstrucción. La historia es una idea erudita, no un dato existencial.Todo lo que la conciencia conoce de la historia se limita a una estrecha franja del pasado. La historia no afecta al ser íntimo del hombre y no cambia profundamente el sentimiento que este tiene de sí mismo.La historia es una actividad cultural y la cultura es una dimensión antropológica. La historiografía es un acontecimiento estrictamente cultural que no implica una nueva actitud ante la historicidad, ante a acción.

PARTE II: LA COMPRENCIÓN

Capítulo VIComprender la trama

Lo difícil en la historia es no explicar.Explicación, sólo puede concebirse como la forma en la que se organiza el relato de una trama, de modo que sea comprensible.Explicar tiene dos sentidos, tomada en un sentido estricto explicar es “asignar un hecho a su principio o teoría más general”, más para el historiador quiere decir “mostrar el desarrollo de la trama, hacer que se comprenda”.La explicación histórica no es más que la claridad que emana de un relato suficientemente documentado. La historia explica en el sentido que no se puede predecir ni prever, sus explicaciones son el sentido que el historiador da al relato. El historiador puede en cada instante basar su explicación en una libertad o un azar determinados. El historiador sabe que la historia se compone de cosas que podrían haber sido de otra manera. Explicar en historia, es sólo hacer explícito.La explicación histórica puede profundizar más o menos en la explicación de los factores. Tales factores son de tres clases: Uno es el azar, también llamado causas superficiales, incidente, genio u ocasión. A otro se le denomina causas, condiciones, datos objetivos, que será llamado causas materiales, el ultimo es la libertad, la reflexión denominado causas finales. El menor hecho histórico, siempre que sea humano, implica esos tres elementos.La historia es un monolito en el que la distinción entre azar, causas y fines constituye una abstracción.Cuando se basa la explicación histórica en causas materiales y se supone que estas son suficientes, nos encontramos en el terreno del “materialismo” marxista. La distinción que se establece entre causas superficiales y causas profundas, puede tomarse, cuando menos, en tres sentidos. Una causa puede considerarse profunda si resulta más difícil de descubrir, se le llamará profunda a la causa que resuma en una palabra toda una trama y se denominan causas más eficaces, es en ellas mayor la desproporción entre su efecto y su coste.Cuanto más improbable resulta un azar, más superficial es.Azar en la historia responde a la definición de Poincaré de que los fenómenos aleatorios, son mecanismos cuyos resultados pueden invertirse por variaciones imperceptibles en las condiciones iniciales.

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La historia no está gobernada exclusivamente por causas profundas. En ella no hay profundidades. Es prejuicio creer que cada época tiene sus "problemas" mediante los cuales se la puede explicar. La historia está llena de posibilidades abortadas, de acontecimientos que no han tenido lugar. El mérito del historiador no consiste en pasar por profundo, sino saber a qué humilde nivel funcional la historia.

Capítulo VIITeorías, modelos, conceptos

Para que la historia sea tal, tiene que haber en ella comprensión.El historiador puede caer en la trampa de la abstracción cuando habla de una teoría o de un modelo determinado. Se cree que la teoría puede explicar y se olvida que es solo un resumen prefabricado de una trama. Debido a las teorías, la historia se hace inteligible y misteriosa, como un drama. La historia que pretende ser profunda, debe tratar de despojarse de la trivialidad imprevisible y anecdótica para engalanarse con la seriedad y la majestad que constituye el atractivo de la tragedia.Hay esquemas que se repiten porque, la combinatoria de soluciones posibles de un problema no es infinita, porque el hombre tiende a imitar y porque la acción tiene su lógica misteriosa.Teorías, modelos y conceptos, son una sola y la misma cosa, el resumen de una trama dispuesto para ser utilizado.La historia comparada es solo una heurística. Es menos original por sus resultados que por su elaboración. Y se da "por ítems", tendiendo a comprender los acontecimientos concretos mediante la explicación por el azar, por fines y por causas materiales.La retro-dicción es una analogía para explicar el sentido o las causas de un acontecimiento.La historia se expresa mediante conceptos. La historia es descripción de lo individual a través de los universales.Los conceptos históricos no son elementos unidos por necesidad. Son representaciones compuestas que provocan una ilusión intelectiva, siendo en realidad sólo imágenes genéricas. Pertenecen exclusivamente al sentido común. El peligro más solapado es el de las palabras (conceptos) capaces de suscitar en nuestra mente falsas esencias y de poblar la historia de universales inexistentes.Se comprende que el peligro radica en los conceptos clasificadores. Las categorías de las que se sirven los historiadores para introducir un cierto orden, no son coordenadas eternas y cambian de una sociedad a otra. La historiografía consiste en una lucha incesante contra nuestra tendencia al contrasentido anacrónico.Todos los seres históricos, sin excepción, cambian en un mundo cambiante y cada ser puede provocar cambios en los demás, y viceversa, ya que lo concreto es devenir e interacción.

Cpítulo VIIICausalidad y retro-dicción

La historia no es una ciencia y su forma de explicar consiste en “hacer comprender”, en relatar cómo han sucedido las cosas. El historiador no accede más que a una porción ínfima de lo concreto. No debe reducir a conceptos, la diversidad de lo concreto. Debe rellenar lagunas, hacer síntesis históricas.

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La "explicación" es popular entre historiadores y se la puede aceptar sólo como llenar un vació.Los problemas históricos, cuando no pertenecen a la crítica, son problemas de retrodicción. Puesto que la Historia no existe, averiguar la causalidad de nuestra vida cotidiana, del mundo sublunar, es retro-decir.La causalidad es necesaria e irregular. No todos los acontecimientos tienen las mismas probabilidades de llegar a suceder. Se puede distinguir entre el riesgo, la incertidumbre y lo desconocido. La retrodicción es remontarse del efecto, a su causa hipotética. Para que sea válida, hay que conocer a fondo, la mentalidad de la época. El origen de los problemas propios del conocimiento histórico se encuentra en los documentos, en la crítica y en la erudición. La epistemología histórica tradicionalmente apunta muy alto, se interroga si la explicación histórica se basa en leyes o en causas y habla de inducción histórica. Se olvida, en general, de la retro-dicción y de la labor de ordenación. Debe establecer que no se trata de rehacer los acontecimientos como un mosaico. Los documentos siempre son indirectos e incompletos. Es irrecusable proyectarlos sobre el plano elegido y relacionarlos entre sí.La experiencia histórica del historiador es el conjunto de todo lo que puede aprender a lo largo de su vida, en sus lecturas y en sus relaciones humanas. Este escribe la historia de acuerdo a su propia personalidad, en función de un acervo de conocimientos confusos.La historia carece de método, dado que no puede formular su experiencia en forma de definiciones, de leyes, ni de reglas.La historia es un arte que supone la adquisición de experiencia.Según el empirismo lógico la explicación científica consta de dos partes: datos o condiciones previas, acontecimientos situados en un tiempo y lugar determinados. Y leyes científicas.Cada episodio se explica por las leyes eternas del corazón humano. Cada eslabón es explicable, aunque no su concatenación.La teoría de la explicación histórica según el empirismo lógico, peca más de poco instructiva que de falsa.Según Dilthey la explicación científica es siempre la misma: deductiva y nomológica. La explicación cotidiana e histórica, es casual, demasiado confusa y global para ser generalizada en leyes.La historia no es un esbozo de ciencia pues posee una causalidad concreta sublunar: es irregular, diferente a las leyes abstractas y formales de las ciencias.La explicación histórica no es nomológica, sino causal, comprendiendo lo general. No puede establecer lo que se reproducirá ni en qué condiciones. No es un esbozo de explicación científica. La historia nunca será una ciencia. Cuando aduce leyes, la historia lo hace, no porque las haya descubierto, sino porque se sirve de ellas "allí donde actúan como causas" y se insertan en la trama sublunar. La historia sólo recurre a leyes cuando se convierten en causas. Las causas son un sistema autónomo y completo, es nuestra vida.La historia nunca será científica ya que, es un sofisma del empirismo creer que se puede reconstruir lo concreto mediante adiciones sucesivas de abstracciones científicas. Es un mito la explicación completa, similar a la geometral que integra todas las tramas. La historia forma parte de la doxa, es el ámbito de la experiencia sublunar.