Reseña del texto teatral Hipnosis/La Colonia en El Perseguidor

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Miércoles, 5 de septiembre de 2012 4 El perseguidor ELENA MORALES* Regreso a casa después de una corta estancia desconectada del mundo civili- zado y tecnológico y me siento a contem- plar la pequeña acuarela de la artista ale- mana Eve-Maria Zimmermann que cuelga en mi estudio, al lado de la panta- lla del ordenador: es un paisaje evanes- cente y onírico inspirado en su Tanzania natal. Varios mensajes grabados en el contestador automático del teléfono me han avisado de su fallecimiento, la semana pasada, en concreto, el lunes 13 de agosto. Observo ensimismada la pin- tura y sigo sin creerme lo que escuchan mis oídos. La voz de Conco, su marchante y galerista en Tenerife, me llega trémula, quebrada. Busco más información en Internet y encuentro una breve esquela: “La señora doña Eve Maria Zimmermann falleció en Santa Cruz de Tenerife a los 77 años de edad. Ceremonia: 14/08/2012, a las 17:00 horas, en el Tanatorio de Santa Lastenia”. ¡No es verdad!, pienso, Eve-Maria Zim- mermann no ha muerto, su obra sigue viva y mantiene el poder cautivador y enigmático de la buena pintura. Y ahora, envuelta en ese silencio que a ti tanto te gustaba, te invoco... Recuerdo tu capacidad para transformar la fealdad de lo que nos circunda, lo más rechazable, en belleza. Tu valentía para expresar la con- ciencia de la muerte, tanto la lejana como la inmediata, tu esfuerzo en indagar en lo más incomprensible e inalcanzable de la existencia. Hacía ya muchos años que no nos encontrábamos. Atrapadas cada una en la voracidad de nuestras respectivas vidas. En los últimos tiempos, no coincidimos ni siquiera en la Conca…, y, aún así, si cierro mis ojos logro contemplar los tuyos: trans- parentes, claros, grandes y expresivos. Permanezco tranquila porque sé que para ti la muerte no es un fin. La muerte es transmutación, metamorfosis, transmi- gración… ¿en qué proceso andarás tú, ahora, Eve? Tal vez hayas viajado hasta tu amada Atlántida, tierra avanzada y esplendorosa de otros tiempos, en la que creías con firmeza. Has representado una y otra vez a los muertos como si estuvieran vivos y a los vivos como si estuvieran muertos. En tus cuadros, todos ellos se comunican entre sí, se expresan y tratan de averiguar su propio destino. Los objetos inertes tam- bién cobran vida en tus óleos sobre tablas. La vida habita en los muertos, como tam- bién habita en las rocas, en las montañas, en la arena del desierto y en las arquitec- turas semidestruidas. Has roto una y otra vez la barrera entre la vida y la muerte. Algunas personas me han comentado que no querrían un cuadro tuyo en sus viviendas porque éstos les aterran o les deprimen... Y yo sin embargo veo en ellos paz, esperanza, nostalgia, crítica social, sarcasmo.... Eve, tú, sin proponértelo, me has enseñado a reírme de la muerte y a vivificar la vida. Tus personajes, aún los más macilentos, reflejan un estado interior de bienestar y satisfacción. Y, con sus sonrisas irónicas y sus aires pensativos, simbolizan la sabidu- ría de quien ha atravesado el umbral de lo desconocido, al sumergirse en el secreto del más allá. Has sabido enlazar lo sublime y lo grotesco para burlarte de la realidad y de nuestras absurdas convenciones. El 27 de noviembre de 2005 (hace ya casi siete años…) fue la última vez que te visité en tu maravillosa casona de San Miguel de Abona (sur de Tenerife), donde residías desde 1971. Allí me sentí distinta, con otra energía y otro estado de ánimo, difícil de explicar, tal vez más trascen- dente o espiritual, pero también algo inquietante, inmerso en ese tipo de pequeña turbación que nos lleva a formu- larnos preguntas pero sin atormentarnos. Aquella tarde apenas conversamos; me dejaste fotografiar y recrearme en tus cua- dros con tranquilidad. "Todo lo que nos rodea desea hablarnos –comentaste--. El problema es que no nos esforzamos en escucharlo”, y yo te di la razón. Aquel día me acompañaron tu silencio y tus enigmá- ticas obras. Todo me hablaba en tu maravi- lloso estudio con aspecto de museo, en esas vitrinas llenas de cráneos y esqueletos de distintos tipos de mamíferos, junto a aves y reptiles disecados; en esas estanterías repletas de conchas, caracolas, estrellas y caballitos de mar... Todo me hablaba como ahora me habla esta acuarela tuya que con- templo abstraída mientras pienso en ti y mientras escucho los pálpitos de mi cora- zón triste y dolorido, ¿o son tus latidos, Eve? ¿Por qué intentas engañarnos? No te escondas más, por favor, Eve-Maria, estoy segura de que no te has ido. Sé que estás aquí. Te has ocultado tras alguna de tus misteriosas pinturas. * Elena Morales es doctora en Bellas Artes y autora del libro Los lenguajes de la Conca. Arte para tocar el alma (Tenerife, Ediciones Idea, 2011) en el que dedica un amplio capítulo al estudio de la obra y vida de Eve-Maria Zimmermann. DESPEDIDA A EVE-MARIA ZIMMERMANN MARÍA COUÑAGO David Fernández Rivera (Vigo, 1986), poeta, músico, dramaturgo y director tea- tral, acaba de lanzar al mercado nacional e internacional, el texto teatral, Hipnosis/La Colonia (Ediciones Antígona) y su primer disco de poesía, Ecos de la noche (actual- mente comercializado por Vision Libros). A pesar de llevar ocho libros de poesía a sus espaldas, Hipnosis/La Colonia, se ha convertido en el libro que, no solo ha abierto las puertas a la basta obra poética y filosó- fica del autor, sino que añade contenidos inéditos y muy cercanos, de hecho, algunos críticos ya han dado fe de la revolución y reflexión escénica y comunicativa del mismo. Con un argumento más que loable, a la vez que profundo y de múltiples lecturas, David realiza una magnífica metáfora del presente y futuro de las sociedades contem- poráneas, así como de temáticas como el maltrato, la represión o la alienación que se vive en estos recintos. Bruno, protagonista de este drama con mayúsculas, es un antiguo operario de la metáfora de la ciudad moderna: La Colonia. Un lugar que vive y respira en el interior de una gigantesca bombona de gas, un arte- facto que ha alejado a los individuos de los bosques, imagen de la vida; unos bosques que están ardiendo y cuyo impacto con la bombona causaría la destrucción. Pero los compañeros y vecinos de Bruno no lo saben, visten máscaras de gas, y sus lentes solo le permiten imaginarse un mundo que real- mente no existe. Todo el desarrollo dramá- tico comenzará con la conciencia de Bruno de dicha situación y de su propósito de qui- tarse dicha máscara artificial. A nivel argumental es una tragedia impregnada de una gran profundidad filo- sófica, así como de un contundente efecto de inmersión. En cuanto a la dimensión escénica, indivisible del discurso, es donde posiblemente se encuentren los mayores avances, no de contenido y reflexión, que comparte con el relato, pero además, aquí se demuestra con mayor firmeza un exce- lente conocimiento del autor en relación a la dirección escénica y de todas sus direccio- nes por explorar. Muchos de sus pares han visto en ella al formato clásico del teatro del siglo XXI. No debemos olvidar tampoco las misteriosas inserciones de poesía con las más diversas pretensiones, incluso alejadas de la propia acción en sí o como descripción de la evolución cognitiva de los personajes. Por otro lado, Ecos de la noche es un disco con muchas y sanas ambiciones, con una producción musical excelente, David aúna sus facetas de actor y poeta para brillar con luz propia acompañado en un segundo plano por más de tres guitarras grabadas al unísono, así como con tintes que van de un clásico muy personal a una música hipnó- tica y con connotaciones flotantes y espu- mosas. Este disco, en palabras del autor es “una antología poética de una vida en los escena- rios”, por lo que podremos escuchar poe- mas desde su más tierna infancia hasta su juventud actual. La temática del mismo no difiere en exceso de la de Hipnosis/La Colonia, pues los puntos fuertes son la relación entre la historia y la poesía, la escisión del ser humano con la naturaleza, la esclavitud en la sociedad actual, la alienación o el hastío del ser humano contemporáneo. David Fernández Rivera presentará en octubre un disco sobre la figura de Miguel Hernández, un proyecto en el que trabaja una perspectiva diferente del autor de Ori- huela, explorando en torno a su vida y su obra. David Fernández, director y actor principal del proyecto, ha contado con la colaboración del compositor, Carlos Liger, quien muy posiblemente acompañe al poeta y músico vigués en sus nuevas propuestas discográficas en las que se adelanta una omisión total de los dictados de la armonía moderna con el único afán de encontrarse con una mayor libertad que, y en sus pala- bras, “sin duda se merecen tanto la música como la palabra”. NUEVO LIBRO Y DISCO DE POESÍAS DE DAVID FERNÁNDEZ RIVERA NOTA NECROLÓGICA/ La creadora plástica Eve-Maria Zimmermann en su estudio, 2005. / DA Portada del último libro del escritor, poeta y dramaturgo vigués David Fernández Rivera, Hipnosis/La Colonia. El autor ha editado, paralelamente, su primer disco de poesía que lleva el título de Ecos de la noche. / DA perseguidor114 OK.qxd 10/09/2012 9:33 PÆgina 4

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Reseña del texto teatral "Hipnosis/La Colonia" en el suplemento cultural "El Perseguidor" de "Diario de avisos" - Santa Cruz de Tenerife.

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Miércoles, 5de septiembre de 2012

4 El perseguidor

ELENA MORALES*

Regreso a casa después de una cortaestancia desconectada del mundo civili-zado y tecnológico y me siento a contem-plar la pequeña acuarela de la artista ale-mana Eve-Maria Zimmermann quecuelga en mi estudio, al lado de la panta-lla del ordenador: es un paisaje evanes-cente y onírico inspirado en su Tanzanianatal. Varios mensajes grabados en elcontestador automático del teléfono mehan avisado de su fallecimiento, lasemana pasada, en concreto, el lunes 13de agosto. Observo ensimismada la pin-tura y sigo sin creerme lo que escuchanmis oídos. La voz de Conco, su marchantey galerista en Tenerife, me llega trémula,quebrada.

Busco más información en Internet yencuentro una breve esquela: “La señoradoña Eve Maria Zimmermann falleció enSanta Cruz de Tenerife a los 77 años deedad. Ceremonia: 14/08/2012, a las 17:00horas, en el Tanatorio de Santa Lastenia”.

¡No es verdad!, pienso, Eve-Maria Zim-mermann no ha muerto, su obra sigueviva y mantiene el poder cautivador yenigmático de la buena pintura.

Y ahora, envuelta en ese silencio que a titanto te gustaba, te invoco... Recuerdo tucapacidad para transformar la fealdad delo que nos circunda, lo más rechazable, enbelleza. Tu valentía para expresar la con-ciencia de la muerte, tanto la lejana comola inmediata, tu esfuerzo en indagar en lo

más incomprensible e inalcanzable de laexistencia.

Hacía ya muchos años que no nosencontrábamos. Atrapadas cada una en lavoracidad de nuestras respectivas vidas.En los últimos tiempos, no coincidimos nisiquiera en la Conca…, y, aún así, si cierromis ojos logro contemplar los tuyos: trans-parentes, claros, grandes y expresivos.

Permanezco tranquila porque sé quepara ti la muerte no es un fin. La muerte estransmutación, metamorfosis, transmi-gración… ¿en qué proceso andarás tú,ahora, Eve? Tal vez hayas viajado hasta tuamada Atlántida, tierra avanzada yesplendorosa de otros tiempos, en la quecreías con firmeza.

Has representado una y otra vez a losmuertos como si estuvieran vivos y a losvivos como si estuvieran muertos. En tuscuadros, todos ellos se comunican entresí, se expresan y tratan de averiguar supropio destino. Los objetos inertes tam-bién cobran vida en tus óleos sobre tablas.La vida habita en los muertos, como tam-bién habita en las rocas, en las montañas,en la arena del desierto y en las arquitec-turas semidestruidas. Has roto una y otravez la barrera entre la vida y la muerte.

Algunas personas me han comentadoque no querrían un cuadro tuyo en susviviendas porque éstos les aterran o lesdeprimen... Y yo sin embargo veo en ellospaz, esperanza, nostalgia, crítica social,sarcasmo.... Eve, tú, sin proponértelo, mehas enseñado a reírme de la muerte y avivificar la vida.

Tus personajes, aún los más macilentos,reflejan un estado interior de bienestar ysatisfacción. Y, con sus sonrisas irónicas ysus aires pensativos, simbolizan la sabidu-ría de quien ha atravesado el umbral de lodesconocido, al sumergirse en el secretodel más allá. Has sabido enlazar lo sublime

y lo grotesco para burlarte de la realidad yde nuestras absurdas convenciones.

El 27 de noviembre de 2005 (hace yacasi siete años…) fue la última vez que tevisité en tu maravillosa casona de SanMiguel de Abona (sur de Tenerife), donderesidías desde 1971. Allí me sentí distinta,con otra energía y otro estado de ánimo,difícil de explicar, tal vez más trascen-dente o espiritual, pero también algoinquietante, inmerso en ese tipo depequeña turbación que nos lleva a formu-larnos preguntas pero sin atormentarnos.

Aquella tarde apenas conversamos; medejaste fotografiar y recrearme en tus cua-dros con tranquilidad. "Todo lo que nosrodea desea hablarnos –comentaste--. Elproblema es que no nos esforzamos enescucharlo”, y yo te di la razón. Aquel díame acompañaron tu silencio y tus enigmá-ticas obras. Todo me hablaba en tu maravi-lloso estudio con aspecto de museo, en esasvitrinas llenas de cráneos y esqueletos dedistintos tipos de mamíferos, junto a aves yreptiles disecados; en esas estanteríasrepletas de conchas, caracolas, estrellas ycaballitos de mar... Todo me hablaba comoahora me habla esta acuarela tuya que con-templo abstraída mientras pienso en ti ymientras escucho los pálpitos de mi cora-zón triste y dolorido, ¿o son tus latidos,Eve? ¿Por qué intentas engañarnos? No teescondas más, por favor, Eve-Maria, estoysegura de que no te has ido. Sé que estásaquí. Te has ocultado tras alguna de tusmisteriosas pinturas.

* Elena Morales es doctora en BellasArtes y autora del libro Los lenguajes de laConca. Arte para tocar el alma (Tenerife,Ediciones Idea, 2011) en el que dedica unamplio capítulo al estudio de la obra y vidade Eve-Maria Zimmermann.

DESPEDIDA A EVE-MARIAZIMMERMANN

MARÍA COUÑAGO

David Fernández Rivera (Vigo, 1986),poeta, músico, dramaturgo y director tea-tral, acaba de lanzar al mercado nacional einternacional, el texto teatral, Hipnosis/LaColonia (Ediciones Antígona) y su primerdisco de poesía, Ecos de la noche (actual-mente comercializado por Vision Libros).

A pesar de llevar ocho libros de poesía asus espaldas, Hipnosis/La Colonia, se haconvertido en el libro que, no solo ha abiertolas puertas a la basta obra poética y filosó-fica del autor, sino que añade contenidosinéditos y muy cercanos, de hecho, algunoscríticos ya han dado fe de la revolución yreflexión escénica y comunicativa delmismo.

Con un argumento más que loable, a lavez que profundo y de múltiples lecturas,David realiza una magnífica metáfora delpresente y futuro de las sociedades contem-poráneas, así como de temáticas como elmaltrato, la represión o la alienación que sevive en estos recintos.

Bruno, protagonista de este drama con

mayúsculas, es un antiguo operario de lametáfora de la ciudad moderna: La Colonia.Un lugar que vive y respira en el interior deuna gigantesca bombona de gas, un arte-facto que ha alejado a los individuos de losbosques, imagen de la vida; unos bosquesque están ardiendo y cuyo impacto con labombona causaría la destrucción. Pero loscompañeros y vecinos de Bruno no lo saben,visten máscaras de gas, y sus lentes solo lepermiten imaginarse un mundo que real-mente no existe. Todo el desarrollo dramá-tico comenzará con la conciencia de Brunode dicha situación y de su propósito de qui-tarse dicha máscara artificial.

A nivel argumental es una tragediaimpregnada de una gran profundidad filo-sófica, así como de un contundente efectode inmersión. En cuanto a la dimensiónescénica, indivisible del discurso, es dondeposiblemente se encuentren los mayoresavances, no de contenido y reflexión, quecomparte con el relato, pero además, aquíse demuestra con mayor firmeza un exce-lente conocimiento del autor en relación ala dirección escénica y de todas sus direccio-

nes por explorar. Muchos de sus pares hanvisto en ella al formato clásico del teatro delsiglo XXI. No debemos olvidar tampoco lasmisteriosas inserciones de poesía con lasmás diversas pretensiones, incluso alejadasde la propia acción en sí o como descripciónde la evolución cognitiva de los personajes.

Por otro lado, Ecos de la noche es un discocon muchas y sanas ambiciones, con unaproducción musical excelente, David aúnasus facetas de actor y poeta para brillar conluz propia acompañado en un segundo

plano por más de tres guitarras grabadas alunísono, así como con tintes que van de unclásico muy personal a una música hipnó-tica y con connotaciones flotantes y espu-mosas.

Este disco, en palabras del autor es “unaantología poética de una vida en los escena-rios”, por lo que podremos escuchar poe-mas desde su más tierna infancia hasta sujuventud actual.

La temática del mismo no difiere enexceso de la de Hipnosis/La Colonia, pueslos puntos fuertes son la relación entre lahistoria y la poesía, la escisión del serhumano con la naturaleza, la esclavitud enla sociedad actual, la alienación o el hastíodel ser humano contemporáneo.

David Fernández Rivera presentará enoctubre un disco sobre la figura de MiguelHernández, un proyecto en el que trabajauna perspectiva diferente del autor de Ori-huela, explorando en torno a su vida y suobra. David Fernández, director y actorprincipal del proyecto, ha contado con lacolaboración del compositor, Carlos Liger,quien muy posiblemente acompañe al poetay músico vigués en sus nuevas propuestasdiscográficas en las que se adelanta unaomisión total de los dictados de la armoníamoderna con el único afán de encontrarsecon una mayor libertad que, y en sus pala-bras, “sin duda se merecen tanto la músicacomo la palabra”.

NUEVO LIBRO Y DISCO DE POESÍAS DEDAVID FERNÁNDEZ RIVERA

NOTA NECROLÓGICA/

La creadora plástica Eve-Maria

Zimmermann en su estudio, 2005. / DA

Portada

del último libro del

escritor, poeta y

dramaturgo vigués

David Fernández

Rivera, Hipnosis/LaColonia. El autor ha

editado,

paralelamente, su

primer disco de

poesía que lleva el

título de Ecos de lanoche. / DA

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David y Yago
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